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DE L O S
EVANG ELIOS
AL J E S Ú S
H ISTORICO
Introducción a la Cristología
POR
JOSÉ CABA
Págs.
PARTE PRIMERA
c h e d u m b r e en el c u a r t o e v a n g e l i o , 274
ción de partes concretas, 205 —Técnicas estilísti-
T r a t o directo y personal, 276 —Sencillez na-
cas de composición, 207 —Repetición de formu-
rrativa, 278 — P r o f u n d i d a d de visión, 279
las, 207 —Repetición de palabras clave, 208
Proceso circular de exposición, 280
Anuncios previos, 209 —Miradas retrospec-
tivas, 209 —Inclusiones, 210 —Paralelismo, 211 CAPITLLO VI —Diversidad en la estructuración interna
Agrupaciones numéricas, 212 —Concisión y del conjunto de cada Evangelio
hieratismo narrativo, 214
1 Evangelio de Mateo, 252 —Su estructura geográ-
2 Evangelio de Marcos, 216 —Estructuración del
fica, 284 —División en cinco partes su funda-
evangelio de Marcos Material evangélico, partes
mentacion, 285 —Actitud ante esta estructu-
narrativas, 218 —Partes discursivas, 22 —Orga-
ra, 288 —Plan en tono dinámico y dramáti-
nización de este material, 223 —Estructuración
co, 289 —Exposición de la estructura dinamico-
de partes del evangelio partes narrativas, compa-
dramatica, 289 —Observaciones y fundamenta-
ración entre 7,31-37 y 8,22-26, 225 —Compara-
cion de la estructura, 291 —Perspectiva doctri-
ción entre 8,22-26 y 8,27-30, 226 --Comparación
nal Mirada al pasado, 294 —Crisis actual del
entre 8,22-26 y 10,46-52, 227 —Parte discursiva
pueblo, 295 —Proyección al futuro, 296
c 13, 228 —La introducción (v 1-4), 228 —La pri-
mera parte (v 5-23), 229 —La tercera parte 2 Evangelio de Marcos Estructuración geográfi-
(v 28-37), 2 2 9 — P a r t e central (v 24-27), 230 ca, 298 — E s t r u c t u r a c i ó n geografica-teolo-
Sentido unitario del discurso, 231 —Estilo pro gica, 300 —Estructuración geográfico-teologico-
pío de Marcos, 233 —Pobreza de estilo, 234 hterana Indicios literarios, 301 —Tema doctri-
Viveza y realismo de estilo, 235 nal, 302 —Doble dimensión en el evangelio de
Marcos Dimensión estructural horizontal, 305
3 Evangelio de Lucas, 237 —El testimonio del mismo D i m e n s i ó n e s t r u c t u r a l vertical C o n s t a t a -
autor, 237 —Material evangélico, 239 —Elemen- ción, 306 —Explicación Exclusivamente teoló-
tos comunes a Marcos, 239 —Elementos comu- gica y apologética, 307 —Explicación histori
nes a Mateo, 240 —Elementos propios de Lucas ca, 309 —Explicación histonco-redaccional, 309
Por exclusividad, 240 Por disposición redaccio- El «evangelio» de Marcos, 311
n a l , 241 — E l e m e n t o s o m i t i d o s p o r Lu-
cas, 244 —Presentación del material evangélico 3 Evangelio de Lucas, 314 —Estructura del evange-
Lengua y estilo de Lucas 245 —Técnica literaria lio de Lucas Estructuración geográfica, 315
de Lucas, 248 Prehistoria (1,5-4,13), 318—Actividad de J e
sus en Galilea (4,14-9,50), 320 —Camino hacia
4 Evangelio de Juan, 251 —El cuarto evangelio en J e r u s a l e n (9,51-19,27), 321 —En J e r u s a l e n
comparación con los sinópticos Diferencias con (19,28-24,53), 322 —Estructuración geografico-
los sinópticos, 252 —Conveniencias con los sinóp- teologica Prehistoria (1,5-4,13), 324 —Infancia
ticos, 254 —Su relación con los sinópticos Diver- de Juan y Jesús (1,5-2,52), 325 —Preparación de
sidad de sentencias, 256 —Huellas de los sinópti- la vida publica de Jesús (3,1-4,13), 327 —Activi-
cos en el cuarto evangelio Huellas de Marcos en dad de Jesús en Galilea (4,14-9,50), 329 —Cami-
el evangelio de Juan, 259 —Huellas de Lucas en no hacia Jerusalen (9,51-19,27), 330 —En Jerusa-
el evangelio de Juan, 261 —El cuarto evangelio len (19,28-24,53), 332 — Diversidad de elemen-
en si mismo Problema de unidad, 262 —Dificul- tos doctrinales Presentación de la persona de Je-
tades que obstaculizan un sentido unitario Difi- sús profeta, 336 —Jesús, salvador, 337 —Jesús,
cultades que surgen de apariencias de desplaza- Señor, 338 —Universalismo en el tercer evange
miento, 263 —Dificultades por ciertas incon- lio, 338 —Evangelio de la bondad, 340 —Fvan
gruencias, 264 —Dificultades por la doble con- gelio de la exigencia, 341 -—Sentido paradigmáti-
clusión, 264 —Diversidad de soluciones Uso de co de Jesús, 342 —La fuerza del Espíritu, 343
diversas fuentes, 264 —Teoría de la transposi-
ción, 265 —Teoría de fuentes, transposición y re- 4 Evangelio de Juan, 343 —Estructuración del cuar
dactor, 266 —Teoría de una elaboración sucesi- to evangelio Estructura litúrgica, 344 Estructu-
va, 269 —Unidad de estilo en el cuarto evange- ra temática, 346 —Estructura de progresiva ma-
lio Vocabulario, 271 —Características, 272 nifestación dramática, 350 —Contenido teológico
Impronta personal de composición La mu del cuarto evangelio La revelación de Dios en
XVIII índice general índice general XIX
Págs. Págs.
Reverendo Patri
F. MARCHISANO, Subsecr.
P¿ J.A. de ALDAMA, S.J.
Professori
Facultatis S. Theologiae Al Rvdo. P. J. A. de Aldama, S. I., profesor de la Facul-
- GRANATENSIS - tad de S. Teología. Granada.
FRECEMOS hoy a nuestros lectores un nuevo volu-
O men de la serie Historia salutis. Debido a la pluma
de un joven escriturista, pretende presentar la base so-
bre la que ha de edificarse la Cristología.
Los Evangelios son la fuente primaria para conocer
la figura del Jesús histórico, figura que es el único
punto de partida de toda ulterior reflexión cristológica.
La crítica moderna nos ha hecho conscientes de la com-
plejidad del proceso (historia de las formas e historia de
la redacción) con que se escribieron los Evangelios.
Pero, para un teólogo, el proceso verdaderamente im-
portante es el inverso. Más que saber cómo se formaron
los Evangelios, necesita descubrir, utilizando cuanto de
válido hay en los nuevos métodos críticos, los rasgos
esenciales de la figura histórica de Jesús.
La problemática del tratado clásico sobre el valor
histórico de los Evangelios pasa, en gran parte, a este
volumen, puesta al día y en otra perspectiva que no es la
que ordinariamente le atribuyó la Teología fundamen-
tal. No se trata aquí de un enfoque apologético, sino de
un análisis de las bases de la Cristología.
Con ello, el presente volumen define, una vez más,
nuestra concepción de la serie. Historia salutis se estruc-
tura como historia de la salvación, ante todo, por su sis-
tematización de conjunto y la nueva perspectiva que en
ella adquiere cada volumen. Dentro de cada tomo, el
método teológico seguido es el descrito en el número 16
del decreto Optatam totius del Concilio Vaticano II. Po-
drá, a veces, un volumen recoger gran parte de la temá-
tica de tratados clásicos sistematizados antes en síntesis
ideológicas. Su perspectiva será otra en el interior de la
serie. Hay problemas y conjuntos de problemas de los
que nunca podrá prescindir una Teología que quiera
ser un edificio armónico y no un muestrario de cuestio-
nes actuales inconexas. Por otra parte, será siempre ne-
cesario recordar que una Teología, aun sistematizada
dentro de un esquema de historia de la salvación, nunca
será mera narración histórica, sino reflexión sobre esa
historia. A LA SEGUNDA EDICIÓN
Será preocupación nuestra constante que la proble-
mática moderna esté presente en nuestros volúmenes.
Pero en nombre del pluralismo teológico no se podrá
pedir que los autores de ellos elijan necesariamente una
determinada dirección en las soluciones que hoy se dan Agotados los 8.000 ejemplares de la primera
a esos problemas. edición de esta obra, el Comité de Dirección de la
serie Historia salutis se complace en presentar a los
8 de diciembre de 1970, festividad de la Inmaculada Concepción
de María.
lectores y amigos de nuestra colección teológica su
segunda edición puesta al día. La magnitud de ti-
J E S Ú S SOLANO, S. I. rada de la primera edición española no da, sin em-
J O S É A N T O N I O DE ALDAMA, S. I. bargo, del todo, la medida del influjo de este libro.
A la difusión de la publicación original debe aña-
CÁNDIDO Pozo, S. I. dirse la de las dos ediciones de su traducción ita-
liana: Dai Vangeti al Gesú Storico (Roma, Edizioni
Paoline, 1974 y 1979 respectivamente).
La segunda edición conserva la estructura fun-
damental de la primera, en la que han radicado los
méritos esenciales de su éxito. El autor se ha pre-
ocupado, sobre todo, de informar de las aportacio-
nes posteriores a la primera publicación del libro.
Por ello, su esfuerzo se ha centrado esencialmente
en enriquecer la bibliografía actualizándola plena-
mente.
Estamos seguros de que así este libro no sólo
continuará prestando los mismos servicios a la cien-
cia teológica y a la Iglesia que hasta ahora, sino que
éstos se verán acrecentados al convertirse en un
instrumento de trabajo, completamente renovado,
en cuanto que ofrece la última información sobre el
estado actual de la investigación en este tema, en-
juiciada y valorada por la estructura de pensa-
miento que el autor trazó vigorosamente ya en la
primera edición.
8 de diciembre de 1979, festividad de la Inmaculada
Concepción de María.
E L C O M I T É DE DIRECCIÓN
SIGLAS
4. Versión española
( ANTERA, F -IGLESIAS, M , Sagrada Biblia Versión sobre los textos hebreo,
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xxx Bibliografía
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Ephemende^ Theologicae Lovanienses. (Elenchus Bibhographicus, Lou-
vain).
D) DICCIONARIOS. GRAMÁTICAS VOCABLLARIOS Gl A N Z M A N N , G. S . - F I T Z M Y E R , J . A., An ¡ntroductory Bibhography for the
<1 IFf
PARTE PRIMERA
CUESTIONES PRELIMINARES EN
TORNO A LOS EVANGELIOS
CAPÍTULO I
ESQUEMA
. Contenido del problema.
a) Su formulación.
b) Una posición incompleta ante el problema.
c) Posibles obstáculos de historicidad.
d) Posible vía de solución.
!. Origen del problema.
a) Hasta el siglo xvm.
b) A partir del siglo xvm.
1) Explicación del fraude y explicación naturalista.
2) Explicación del mito.
3) Actitud crítica.
a) Teoría de las dos fuentes.
b) Más allá de las fuentes.
c) «Historia de las formas».
1.° K. L. Schmidt.
2.° M. Dibelius.
— Paradigmas.
— No ve lie.
— Legende.
— Mito.
3.° R. Bultmann.
— Palabras de Jesús:
— Apotegmata: polémicos - didascálicos - bio-
gráficos.
— Herrenworte: sapienciales - proféticas - le-
gislativas.
— Partes narrativas.
4.° Común denominador de la «historia de las for-
mas».
5.° Actitud ante el «método historia de las formas».
c) Actitudes recientes sobre la historicidad de los evangelios.
6 P.l el. El problema de la historicidad Contenido 7
de las vicisitudes de una tradición oral previa? La pre-
sentación que nos hacen los evangelios sobre Jesús
1. Contenido del problema como expresión de la fe de la Iglesia, ¿corresponde a lo
que fue la realidad? ¿No se han tergiversado, a través
a) Su formulación de una tradición, los hechos y palabras de Jesús? Entre
Con el presente estudio no se pretende otra finali- los dos extremos, Jesús de Nazaret y la imagen que no-
dad sino la de llegar a establecer un contacto a través de sotros tenemos de él, está de por medio la presentación
los evangelios con el Jesús de Nazaret, llegar a captar que nos hacen los evangelios. Estos libros, en lo que tie-
cuál fue en realidad su vida, su actividad y su doctrina. nen de formulación de fe, ¿son una pantalla, un muro
El poder realizar este cometido no constituiría ninguna de separación que nos impiden establecer un contacto
dificultad si esos libros llamados «evangelios», que usa- con el Jesús histórico? Si nos pueden llevar hasta él,
mos como medio para acercarnos a Jesús, se nos presen- ¿nos deforman lo que fue la realidad auténtica, o más
tasen y fueran en realidad como un reportaje biográfico bien esa realidad del Jesús histórico queda esclarecida e
orientado a darnos con toda exactitud, cronológica y iluminada por la luz nueva de fe que sobre ella se pro-
geográfica, todos los detalles de la vida de un personaje yecta? Con una expresión ya clásica, el problema de la
histórico. Si los evangelios fueran exclusivamente una historicidad de los evangelios se formula: el Cristo de
historia, preocupada únicamente en dar con objetivi- nuestra fe, ¿corresponde al Jesús de la historia? '
dad, imparcialidad, sinceridad, exactitud crítica, todos
los pormenores acaecidos en la vida de Jesús, entonces, b) Una posición incompleta
en la más mínima observación hecha sobre el personaje
biografiado, estaríamos plenamente seguros de recibir Ante el problema de la historicidad de los evangelios
una información exacta de lo que sucedió en realidad. se ha mantenido en algunos manuales, hasta hace pocos
El problema surge al estudiar los evangelios y cons- años, una postura incompleta. Establecida una afirma-
tatar en ellos su proceso de formación. Los evangelios 1
La formulación del problema en estos términos se pone de re-
son posteriores a Jesús y a su obra, la Iglesia. Los libros lieve en el año 1892 con la obra de M. KAÍII.ER, Der sogenannte histori-
«evangelios» surgen en el seno de una Iglesia, ya exis- adle Jesús und der geschichtliche, biblische Christus, con su tesis y posición
tente, como la plasmación escrita de una tradición oral negativa al problema planteado. En el título del libro hay que distin-
guir cuidadosamente, para entender la tesis de Káhler y la raíz del
previa que recoge y formula una fe en Jesús como Se- problema, por una parte, Jesus-Christus, y por otra, histonsche-
ñor. La Iglesia, al presentarse como obra y fundación geschichtliche. «Jesús» significa, para Káhler, el hombre de Nazaret tal
como nos lo presentan las biografías de Jesús, mientras que «Christus»
de Jesús, a él debe su vida; pero, a su vez, la vida y implica ya una fe en el Salvador proclamado por la Iglesia. El término
permanencia de Jesús hasta nosotros está ligada a esta «historisch» significa para él los hechos desnudos del pasado, mientras
obra de la Iglesia, los evangelios, que han brotado en su que «geschichtlich» connota la significación especial que tienen los
mismos hechos. Para Káhler, el «Jesús histórico» (historische) de las
propio seno como expresión de su fe en Jesús. Y aquí biografías está en oposición con el «Cristo bíblico» (geschichtliche) que
surge el problema. Cuando la Iglesia, en su estadio pri- proclamaron los apóstoles. Sólo este Cristo bíblico es comprensible por
mitivo de comunidad naciente, nos presenta a Jesús y su nosotros y sólo él es de significación permanente para la fe. De este
modo resume J. Jeremías el pensamiento de M. Káhler; cf.J. JEREMÍAS,
fe en él como Mesías, Cristo, Señor, ¿cómo distinguir lo Der gegenwartige Stand der Debatte und das Problem des historischen Jesús:
que pertenece al Jesús histórico de Nazaret: sus hechos, HJKCh (Berlin 1962) p.15. Como anota el mismo J. Jeremías en el
artículo citado, la tesis de Káhler fue desechada al comienzo y replan-
sus palabras, su doctrina, de lo que es interpretación de teada de nuevo por R. Bultmann (cf. a.c. p.15). Una exposición del
la Iglesia, plasmada en una formulación escrita después origen del problema, cf. infra p.12.
K P.Ic.l. El problema de la historicidad Contenido 9
ción inicial sobre la genuidad de los evangelios, previa al historicidad, hay que contar con el hecho indiscutible de
problema de la historicidad, es decir, que los autores de una tradición intermedia entre Jesús y la formulación
los evangelios son Mateo, Marcos, Lucas y Juan, se pa- última de los evangelios por escrito.
saba a la prueba de la historicidad de estos evangelios
poniendo a estos autores como testigos inmediatos o me-
diatos de lo que escribían. Al estar estos testigos dotados c) Posibles obstáculos de historicidad
de unas cualidades tan excelentes de veracidad, sinceri-
dad y bondad que llegaron a dar su vida por defender El problema que puede crear la existencia de seme-
lo que escribieron, parecía lógico concluir que todo lo jante tradición toma mayor relieve aún cuando se cons-
que escribieron sucedió así, era histórico 2. tata que esta tradición intermedia adquiere diversos mati-
ces en relatos conservados por los evangelistas. Así, por
Semejante enfoque es cierto en lo que afirma, pero
ejemplo, en la curación del ciego de Jericó, según Mateo
incompleto por lo que elude. Cierto que los autores, los
y Marcos, la curación se realiza al salir Jesús de la ciu-
evangelistas, fueron fieles en narrar. Pero un análisis de
dad (Mt 20,29; Me 10,46); según Lucas, al acercarse a la
los evangelios nos da que lo que cuentan los autores no
ciudad (Le 18,35). Según Marcos y Lucas, se trata sólo
está tomado con un sentido de inmediatez de la fuente
de un ciego (Me 10,46; Le 18,35); Mateo, en cambio,
primigenia, Jesús. Entre la redacción definitiva de los
habla de dos ciegos (Mt 20,30). Esta diversidad de tradi-
evangelios cual la formularon los autores y Jesús, hay
ción podría impedir el llegar a la realidad concreta de
toda una tradición intermedia. Ella ha podido tergiver-
lo sucedido.
sar los hechos, y así, los autores, aun permaneciendo
veraces y sinceros al transmitirnos lo que ellos recibie- Junto con este factor de tradición hay otros elemen-
ron, no nos darían un Jesús histórico. Marcos -' y Lu- tos, como serían el género literario de los relatos, el simbo-
cas 4 no fueron testigos presenciales; ellos recibieron lo lismo encerrado en algunas escenas que podría pre-
que nos transmiten. Aun el mismo evangelio según San sentarse como obstáculo para llegar a alcanzar el hecho
Mateo supone un original aramaico del evangelio primi- histórico. Así, por ejemplo, la curación del ciego de na-
tivo de Mateo s . En el cuarto evangelio también apa- cimiento contada por el cuarto evangelio (Jn 9,1-41),
rece el uso de tradiciones comunes a los otros evange- ¿no podría haberse imaginado para escenificar la afir-
lios 6. Por consiguiente, al estudiar el problema de la mación de Jesús: «Yo soy la luz del mundo»? (Jn 8,12).
Semejante pregunta se podría formular en la escena de
2
Un ejemplo de esta argumentación para probar la verdad histó- la resurrección de Lázaro (Jn 11,1-44) en relación con la
rica de los evangelios se puede encontrar en S. ROSAIMM, lnstitutiones palabra de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida; el
introductoriae in libros Novi Testamenti (Romae 1931). Semejante argu-
mento se recoge aún en manuales más recientes: M. NICJOI.AL ,De reve- que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo
latione christiana, en Sacrae Theologiae Summa I (Madrid 1958) p.263ss. el que vive y cree en mí no morirá para siempre» (Jn
3
La tradición pone a Marcos como «Petri ¡nterpres». Así aparece
en el testimonio de Papías, sobre el año 130, conservado en EISKBIO,
11,25-26).
Historia eccles. 111 39: PG 20,300 (cf. RJ 95). Semejante tradición se Este simbolismo de algunos relatos tiene especial re-
conserva posteriormente, cf. infra p.l 19ss. Este testimonio de la tradi-
ción, de alguna manera, queda corroborado por el análisis interno del
lieve en el cuarto evangelio. En los otros evangelios,
mismo Evangelio. Cf. infra p.l49ss. aunque no tiene tanta resonancia este enfoque simbó-
4
El mismo Lucas atestigua haberse informado de la tradición lico, parecido problema de historicidad se podría plan-
(Le 1,2). Testimonio de la tradición posterior, cf. infra p.H9ss.
5
Sobre el problema del autor del primer evangelio, cf. infra tear en la presentación diversa que cada uno hace de la
p.Hlss. <• Cf. infra p.259ss.; 395 nt.86. persona de Jesús. La variedad de matices, ¿podría co-
10 PJ el. El problema de la histmiadad Contenido 11
rresponder, más que a una realidad histórica, a una di- cano II en la constitución dogmática Dei Verbum (c.2);
versa sistematización teológica? los autores de los evangelios y lo que sobre ellos se
Si los evangelistas escriben en un sentido apologético, puede saber a partir de la tradición subapostólica con-
¿hasta qué punto se puede hablar aún de libros históri- firmada por el análisis interno de los mismos evangelios
cos? Ante el fracaso final de Jesús, se podría acusar des- (c.3). Establecidas estas cuestiones preliminares, se pro-
pués a Jesús de inconsciencia en sus pretensiones; ¿no cederá a realizar una marcha ascensional tomando
han podido presentar los evangelistas a Jesús con con- como punto de partida los evangelios en su fase última
ciencia mesiánica antes del fracaso para evitar así seme- redaccional, que es la que se nos presenta hoy en nues-
jante acusación? tras manos para llegar a un contacto con el Jesús de
Si ya los relatos se presentan a la luz de profecías del Nazaret. Esta marcha ascensional hasta Jesús nos dará
Antiguo Testamento: así, por ejemplo, para la concep- un proceso en la génesis de los evangelios, aunque, evi-
ción virginal (Mt 1,23) se alude al texto de Isaías «he dentemente, no el proceso real seguido en su forma-
aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo» (Is ción, ya que éste ha tenido una trayectoria descen-
7,14); para el nacimiento en Belén (Mt 2,5) se acude al dente: a partir de Jesús han surgido las diversas tradi-
testo de Miqueas «y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ciones que, transmitidas por la predicación de los após-
ciertamente la más pequeña entre los príncipes de Judá, toles, se han plasmado después en la formulación última
porque de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo de los autores. La marcha ascensional nuestra hacia Je-
Israel (Miq 5,2); en la huida a Egipto (Mt 2,15) se citan sús nos dará el proceso lógico que se ha de seguir para
conocer cuál ha sido la formación real de los evangelios.
las palabras de Oseas «de Egipto llamé a mi hijo» (Os
En el estudio de los evangelios, la plataforma inicial que
11,1); en estos casos y en otros muchos más, ¿son las
ha de servirnos de despegue es la redacción que obser-
profecías las que iluminan los hechos o son los relatos
vamos en ellos y aparece claramente a nuestros ojos. En
los que están elaborados bajo el influjo de las profecías?
los cuatro evangelios se puede observar un núcleo, co-
mún denominador a todos ellos (c.4); con todo, ese nú-
d) Posible vía de solución cleo se encuentra revestido con diversidad de redaccio-
nes y presentación, no ya sólo en la forma externa de
Ante la existencia cierta de una tradición intermedia
lenguaje y estilo (c.5), sino también en el enfoque
entre Jesús y la redacción de los evangelios, junto con la
mismo y estructuración redaccional del conjunto (c.6).
otra serie de posibles dificultades enumeradas, la vía de
A partir de estas redacciones diversas se pueden consta-
solución al problema de la historicidad no puede ser la
tar tradiciones distintas (c.7) y distinguir en ellas el me-
posición incompleta antes aludida. Esta habrá que con-
dio ambiente vital de la comunidad primitiva en el que
servarla, pero completada, estableciendo una línea as-
se han plasmado las tradiciones (c.8). Todo este con-
censional que una la estructuración redaccional de los
junto de redacciones y tradiciones está ciertamente co-
evangelios, pasando por la tradición, hasta llegar al Jesús loreado en sus formulaciones y expresiones por una vi-
histórico. Este será, pues, el proceso a seguir: en unas sión de fe en Cristo Jesús. La comunidad, formada en
cuestiones preliminares se verá, junto con el contenido torno a los apóstoles, está indudablemente imbuida por
del problema de la historicidad, el punto de arranque los acontecimientos pascuales proclamados por los após-
de esta problemática hasta llegar a su última formula- toles. Pero aun en la ambientación pascual de esa co-
ción ( e l ) ; la actitud que la Iglesia ha tenido y tiene ante munidad se deja entrever el núcleo de una comunidad
ello, especialmente puesta de relieve en el concilio Vati-
12 P. I el. El problema de la historicidad Origen del problema 13
prepascual que tiene acceso y vive en torno al Jesús his- a) Hasta el siglo XVIII
tórico (c.9) 7.
Este problema de la historicidad de los evangelios es
El estudiar los evangelios bajo este punto de vista de
relativamente reciente. Hasta el siglo x v í n apenas si se
la historicidad no es precisamente con la finalidad ex-
ha dudado de su valor histórico. Siempre se creyó que
clusiva de asentar, con un sentido meramente apologé-
estos libros, por los autores que los escribieron y su na-
tico, la posibilidad de acceso al Jesús histórico. Este en-
turaleza misma, nos cuentan fielmente los hechos y di-
foque en el estudio de los evangelios nos ofrecerá, sobre
chos de Jesús. La preocupación exegética se centraba,
todo, el proceso de formación de esos libros, proporcio-
no en torno a la historicidad, sino en mostrar la caren-
nándonos un enriquecimiento en nuestra captación de
Jesús mediante la interpretación de fe que la Iglesia ha cia de contradicción entre los cuatro evangelios. Esta
hecho, a través de la tradición, de la vida, hechos y pa- inquietud exegética se puede ver sintetizada en el Diates-
labras de Jesús de Nazaret. saron de Taciano (segunda mitad del siglo ll), en el que
se presenta una armonía evangélica, una historia de la
2. Origen del problema de la historicidad de vida y hechos de Jesús, a base de fusionar los cuatro
los evangelios evangelios para mostrarlos plenamente concordes. Ha-
cia el año 400, San Agustín escribe De consensu evangelis-
El formularse la pregunta de si el Jesús histórico y su
tarum libri quattuor, mostrando que las aparentes contra-
mensaje tiene algún sentido para la fe cristiana puede
dicciones de los cuatro evangelios no son tales 10.
parecer un absurdo para quien no conoce la controver-
Igualmente se puede citar como representativa de esta
sia s. Una breve síntesis histórica hará ver el proceso
tendencia armonizante la obra de Gerson, en la Edad
que se ha seguido en torno a este problema hasta llegar
Media, Monotessaron, presentando un evangelio a través
a la posición de Bultmann, resumida así por J. Jeremias:
de los cuatro.
«La historia de Jesús pertenece para Bultmann a la his-
toria del judaismo, no del cristianismo. Este gran pro-
b) A partir del siglo XVIII
feta judío tiene ciertamente un interés histórico para la
teología del Nuevo Testamento, pero no tiene ninguna El punto de origen del problema del Jesús histórico
significación, ni puede tenerla, para la fe cristiana, pues data precisamente del año 1778 " . En el siglo xvill se
(y ésta es la tesis sorprendente) el cristianismo comenzó inicia con Kant el racionalismo filosófico y con
por primera vez en Pascua» 9. Schleiermacher el teológico. A partir del siglo xvill se
7 pueden distinguir diversas facetas que han ido revis-
Este proceso a seguir, en sus líneas generales, lo ha esbozado
C. M. MARIIM, Adumbratur quomodo complenda videatur argumenlatio pro tiendo el problema de la historicidad de los evangelios.
historicitate evangeliorum synopticorum: VD 41 (1963) 3-10. Lo explana
también X. LEÓN-DLI-OLR: EHJ (Paris 1963); en las p.29-40 sintetiza
el problema, la Finalidad y método a seguir. S. ZKDDA, / vangeli e la 1) EXPLICACIÓN DEL FRAUDE Y EXPLICACIÓN
critica oggi (Treviso 1965). D. YLBI-.RO GAUNIX), La jormación de los NATURALISTA
evangelios (Madrid 1966). En orden completamente inverso al seguido
aquí, se han reunido una serie de artículos, como homenaje a J. Cop- H. S. Reimarus introduce en el campo de la exégesis
pens, bajo la dirección de I. DE LA P O I IKRIK, De Jesús aux evangiles. un racionalismo exacerbado, destructor de principios
Tradition et re'daction dans les evangiles synoptiques: Bibliotheca Epheme-
ridum Theologicarum Lovaniensium (Gembloux 1967). fundamentales. Con él se establece una disociación en-
* Así comienza su artículo J. JEREMÍAS, Der gegenwártige Stand der
Debatte um das Problem des historischen Jesús: HJKCh p.12. "> PL 34;i041-1230.
9 11
J. JEREMÍAS, a.c. p.16. J. JEREMÍAS, a.c. p.13.
14 P.I el. El problema de la historicidad Origen del problema 15
tre el Jesús histórico y el Cristo proclamado por los 2) EXPLICACIÓN DEL MITO
evangelios y la Iglesia. Su actitud se hace de derecho
F. Strauss, con la publicación de la vida de Jesús
público el año 1778, precisamente después de la muerte
(Das Lebenjesu) en 1835, inicia un nuevo derrotero en el
de Reimarus, acaecida en Hamburgo, su ciudad natal,
proceso explicativo del Jesús histórico: la teoría del mito.
en 1768. Un manuscrito de Reimarus es publicado des-
Según él, para explicar la vida de Jesús no hay que re-
pués de su muerte por G. E. Lessing entre 1774-1778.
currir a lo sobrenatural, como hacen los dogmáticos, ni
El manuscrito se publica en siete apartados, de los cua-
al fraude de Reimarus ni a la explicación naturalista de
les el séptimo se titula «Von dem Zwecke Jesu und sei-
Paulus. Toda la narración evangélica es como la conclu-
ner Jünger» (De la pretensión de Jesús y de sus discípu-
sión de una leyenda que se desenvuelve. La vida de Je-
los) 12. Reimarus distingue entre la finalidad pretendida
sús está arraigada en el mito, es expresión de una idea o
por Jesús y por sus discípulos. Jesús era un Mesías polí-
creación de la imaginación. La figura de Jesús es una
tico ilusionado por implantar un reino terreno y librar a
imagen poética formada a partir de lo que se decía en el
los judíos del yugo extranjero. Jesús fracasó en su obra,
Antiguo Testamento sobre el Mesías y otros personajes.
como se puede deducir de su grito en la cruz: «Dios
Jesús es un personaje ideal, no histórico.
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt
27,46, Me 15,34). Ante este fracaso de Jesús, la actitud
de los discípulos es clara. Ellos no quieren volver a sus 3) A C T I T U D CRÍTICA
primitivas ocupaciones; roban el cadáver de Jesús e in-
F. Ch. Baur, fundador de la escuela de Tubinga,
ventan el mensaje de su resurrección y futura venida.
quiere establecer un estudio crítico de los evangelios 15;
La predicación de los discípulos está sellada por un au-
pero, en realidad, su postura no es sino una explicación
téntico fraude. Fueron ellos los que crearon la figura de
de los evangelios por una ficticia oposición entre dos
Jesús que tenemos en los evangelios ,3 .
facciones de la primitiva Iglesia: petrinismo y pauli-
G. Paulus (1761-1851) rechaza la posición de Reima- nismo. Influenciado por la filosofía hegeliana, considera
rus. El supone la narración de los evangelios plena- a la Iglesia como una expresión sintética de dos actitu-
mente objetiva. Los hechos se explican de modo natural. des: una de tesis, de tendencia judaizante, simbolizada
Así, por ejemplo, la multiplicación de los panes implica, en Pedro con su evangelio de la circuncisión (Gal 2,7-8)
sin más, una distribución de alimentos realizada por Je- y otra de antítesis, de tendencia universalizante, encar-
sús y sus discípulos; en la resurrección de Lázaro y Jesús nada en Pablo con su apertura a los gentiles y su evan-
no hay nada de maravilloso, pues ninguno de los dos gelio de la incircuncisión (Gal 2,7-8). El evangelio ara-
estaba verdaderamente muerto. Jesús fue reanimado maico de Mateo dirigido a los hebreos recogería la acti-
por el frío de la piedra. Como dice León-Dufour, «tanta tud judaizante de Pedro; el evangelio de Lucas, influen-
imaginación hace sonreír hoy día aun a los mismos in- ciado por Pablo, expresaría el antipetrismo de Pablo;
crédulos» 14. mientras que el evangelio de Marcos y Juan sería la sín-
tesis de los dos al eludir las posturas tendenciosas de
ambos.
12
J. JEREMÍAS, a.c. p.13.
13
Así resume J. Jeremías, en líneas generales, la posición de Rei- " F. C H . BALR, Kritische Untersuchungen über dte kanonische Evange-
marus, cf. a.c. p.13-14. hen (Tübingen 1847).
14
X. LÉON-DUFOUR,Les evangilessynopttques. Breve histoire de l'in-
terprétation: IB t.2 p.148.
16 P.I el. El problema de la historicidad Origen del problema 17
a) Teoría de las dos fuentes raciones teológicas, idealizaron la figura de Jesús. Marcos,
por el contrario, se presenta con caracteres de fuente
Los exegetas rechazan el escepticismo total de
histórica; describe, salvo raras excepciones, detallada-
Strauss recurriendo a una crítica literaria. Tampoco les
mente los sucesos; da un orden cronológico y topográ-
convence la arbitrariedad de la escuela de Tubinga, y
fico; matiza de tal manera los dichos y hechos de Jesús,
acuden a un análisis de los mismos textos. Simultánea e
junto con sus sentimientos, que, al contrastarlos con los
independientemente llegan en 1838 a la misma conclu-
sentimientos de los fariseos y del pueblo, cualquier lec-
sión Ch. H. Weisse, discípulo de Strauss, y Ch. G. Wil- tor puede apreciar la causa y lo inevitable de su trage-
ke: los evangelios hay que estudiarlos a partir de dos dia» 18. Esta imagen de Jesús, a partir del evangelio de
fuentes de donde brota la tradición evangélica: el evan- Marcos prevaleció hasta comienzos del siglo xx.
gelio de Marcos y una colección de sentencias (Xóyia). A
Esta presentación del evangelio de Marcos se coloca
base de estas dos fuentes se han formado los otros
en posición antitética de la escuela de Tubinga: Marcos
evangelios, más recientes , de Mateo y Lucas. Sólo a par-
ya no es el último de los sinópticos, como resumen sinté-
tir del evangelio de Marcos y de esos Xóyiot, expuestos en tico de dos tendencias opuestas, sino que, siguiendo la
las partes comunes de Mateo y Lucas, se puede cons- trayectoria de la teoría de las dos fuentes, se coloca a
truir una vida de Jesús. Del evangelio de Juan hay que Marcos como el más primitivo e histórico.
prescindir por ser una obra eminentemente teológica ,6 .
En la apreciación del valor histórico de una de las
b) Más allá de la teoría de las dos fuentes
fuentes, el evangelio de Marcos, influyó grandemente
H. J. Holtzmann (1832-1910) l7 . Para él, el evangelio de Casi cuarenta años tardó en venir la reacción en
Marcos, mejor que el evangelio de Mateo y Lucas, nos contra de la teoría de Holtzmann. En 1901, W. Wrede
da la naturaleza humana de Jesús. Marcos nos presenta lanza su tesis sobre el evangelio de Marcos 19. No lo
una figura inteligible de Jesús, envuelto en el color del considera como libro histórico, como la narración más
lugar y tiempo en el que se desarrollan las escenas: Je- próxima a la realidad, sino como un relato elaborado
sús aparece como hombre. El evangelio de Marcos in- por motivos teológicos. Wrede parte de una constata-
siste en el proceso gradual del ministerio externo de Je- ción en el evangelio de Marcos, el hecho de imposición de
sús, haciendo posible el que se pueda establecer unas secreto, tan frecuente en este evangelio: a los demonios,
coordenadas cronológico-geográficas de su actividad. El que confiesan la mesianidad de Jesús, el Señor les im-
relato marciano de la pasión del Señor ofrece señales pone silencio (Me 1,25-34; 3,12); después de los mila-
ciertas de antigüedad; los otros sinópticos dependen gros se prohibe la divulgación (Me 1,43-44; 5,43; 8,26);
después de la confesión de Pedro (Me 8,30). Hay otros
de la narración de Marcos. La posición de Holtzmann
elementos que convergen con esta imposición de se-
ante el valor histórico de los evangelios la resume así
creto: el hacer los milagros más bien en la soledad (Me
McCool: «Para construir una historia de Jesús hay
5,37.40; 7,30.33); la pretensión mostrada por Jesús en
que prescindir de Juan, Mateo y Lucas, pues todos, aun-
algunas ocasiones de retirarse para quedar ignorado
que Mateo y Lucas en menos escala, movidos por conside-
(Me 7,24; 9,30); a veces no es el Señor el que impone
16 18
Una explanación más amplia de la teoría de las dos fuentes se F. MCCOOL, Introductio in Novum Testamentum. Problemata johan-
hará al tratar el problema sinóptico. Cf. infra p.368ss. naea (Romae 1965) p.17.
17 19
H. J. HOLTZMANN, Die synoptischen Evangelien. Ihr Ursprung und W. WREDE, Das Messiasgeheimnis in den Evangelien, zugleich ein
geschichtUcher Charakter (Leipzig 1863). Beitrag zum Verstandnis des Markusevangeliums (Góttingen 1901).
18 P 1 el. El problema de la historicidad Origen del problema 19
silencio, sino la misma turba (Me 10,47-48). Sin em- teológica de Jesús. En este sentido, el evangelio de Mar-
bargo, este hecho de imposición de secreto en el Evan- cos pertenece a la historia de los dogmas» 2I .
gelio está un poco en pugna con la naturaleza misma de Con esta concepción de Wrede se descabala la posi-
los milagros, quedando muchas veces imposibilitado su ción de primariedad absoluta de Marcos en el orden
cumplimiento (Me 1,45; 7,36-37) con las proclamaciones histórico, afirmada por Holtzmann, y empieza a cuar-
públicas de la mesianidad de Jesús, con la reacción de tearse la «teoría de las dos fuentes» al comenzar a vis-
admiración que tienen las turbas (Me 1,22). lumbrarse detrás de Marcos, hasta entonces conside-
Si, pues, la misma vida de Jesús no corresponde a rado como el punto de arranque para una historia de
este ambiente de secreto en que la envuelve Marcos, es Jesús, la concepción de fe de una comunidad cristiana
señal que este tema del «secreto» no está sacado de la previa a la redacción literaria de su evangelio. Pero
historia. Esta tensión existente entre la «realidad» y el el mismo Wrede, a su vez, queda vulnerable en el nú-
«secreto», Wrede la explica porque Marcos no fue un cleo mismo de su tesis. Partiendo del secreto mesiánico,
historiador, sino un teólogo. La imagen que presenta de constatable en el evangelio de Marcos, Wrede descubre
Jesús, aunque con algunos datos sacados quizá de su una intención teológica en el autor y de aquí se lanza en
vida histórica, corresponde más bien a la concepción, el vacío: esta intención teológica, según Wrede, está sis-
derivada de la fe, que la primitiva comunidad cristiana temáticamente prefabricada, no corresponde a la reali-
tenía sobre Jesús. Esta fe de la comunidad primitiva es dad, no es histórica. Como afirma G. Minette de Ti-
la que ha elaborado el tema del secreto mesiánico recogido llesse, este salto «es una inferencia prematura del plan
por Marcos. La Iglesia primitiva, con este subterfugio literario al plan histórico» 22. La existencia de un plan
del secreto, según resume G. Minette de Tillesse, «se es- literario con concepción teológica no lleva consigo la
fuerza por equilibrar la diferencia existente entre su fe negación de una realidad histórica. Este salto es dema-
pascual y el Jesús histórico. Jesús jamás tuvo conciencia siado brusco. Hay mucho camino intermedio que salvar.
de ser Mesías. El no habló jamás de ello. Para explicar Este proceso intermedio lo concretiza G. Minette de Ti-
este desacuerdo entre los recuerdos de la vida real de llesse a partir de estudios bíblicos posteriores: «En un
Jesús y el culto del Señor resucitado, la Iglesia primitiva principio, hay que estudiar en detalle la intención de
ha inventado el secreto mesiánico; si Jesús no habló de Marcos, lo mismo que sus procedimientos de composi-
su dignidad mesiánica durante el curso de su ministe- ción. Después, remontarse a la forma subyacente y
rio, fue porque quería diferir su divulgación hasta su compararla con otros testimonios de la tradición primi-
resurrección (Me 9,9)» 20. tiva. Y cuando se ha llegado allá, aún no se puede uno
Marcos, pues, según la posición de Wrede, al reco- arriesgar, sin precaución, sobre el terreno 'histórico'» 23.
ger en su evangelio esta concepción de la comunidad,
elaboró no una obra histórica, sino teológica. Con estas c) La historia de las formas
palabras, el mismo Wrede formula su juicio: «Conside-
rado en su conjunto, el evangelio de Marcos no ofrece Martin Káhler, en 1892, había contrapuesto ya el Je-
una imagen histórica de la vida real de Jesús. Sólo unos sús de la historia y el Cristo de la fe 24. En 1901, Wrede,
débiles vestigios de tal imagen se han conservado en su con su teoría del secreto mesiánico, «cree haber encon-
narración, que refleja una concepción suprahistórica, 21
W. WREDE, O.C. p.131.
22
20
G. MINETTE DE TILLESSE, O.C. p.14.
G. MINETTE DE TILLESSE, Le secret messianique dans l'évangúe de 23
ID, O.C. p.15.
Marc (París 1968) p.12. 24
Cf. supra p.7 nt.l.
20 P.Ic.l. El problema de la historicidad Origen del problema 21
27 28
trado el punto preciso en el que la fe (el "mito") se su- tes e iniciadores en K. L. Schmidt , M. Dibelius ,
perpone a la historia» 25. Unos veinte años más tarde, el R. Bultmann 2».
montaje del secreto mesiánico, como punto central de la 1.° K. L. Schmidt, en 1919, con su obra Der Rahmen
fuerza creadora de la comunidad, ya ha desaparecido, der Geschichte Jesu, abría este nuevo derrotero en el es-
pero queda en primera plana ese dinamismo creador de tudio de los evangelios. En una especie de introducción
la comunidad. Ya no se pretende hacer el estudio de los general a su obra 30, por una parte, presenta el aspecto
evangelios a partir de dos fuentes primeras: Marcos y negativo de la tendencia armonizante previa 31, y por
losXóyioc, como documentos literarios, sino que, remon- otra, los inconvenientes de la absoluta primariedad de
tando la frialdad escrita de los documentos, se quiere Marcos, o al menos de las consecuencias que de ella sa-
rehacer la prehistoria de los evangelios en el ambiente can 32, para insistir, en las dos ocasiones, que lo más im-
cálido de una tradición vivida y transmitida por la co- portante es el determinar el marco de la historia de Je-
munidad; se reconstruye la historia por donde ha ido sús 33. A través de un esmerado análisis de los datos
pasando el material evangélico en el período de su cronológicos y topográficos de los evangelios sinópticos,
transmisión oral desde el momento en que se formó la llega a la conclusión, como resume H. Zimmermann 34,
tradición hasta su fijación por escrito en los evangelios; de «que detrás d e nuestros evangelios hay determinados
se intenta reconstruir el ambiente comunitario donde relatos, transmitidos oralmente, que los evangelistas los
cada unidad o forma literaria ha surgido. En esta pre- han unido secundariamente por motivos positivos y
tensión exegética, la actividad creadora de la comuni- prácticos sin tener un conocimiento del conjunto histó-
dad no se reduce ya al esquema del «secreto mesiánico»; rico» 35. Para Schmidt, lo más antiguo en el evangelio
su actividad se expande, quedando ella constituida,
como el verdadero origen, autor creador del evangelio. daktionsgeschkhte» des évangiles synoptiques: RScRel 46 (1958) 237-269;
Los evangelistas que nos han legado el escrito último no A. WIKENHAUSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona 31978)
p.439-453; R. SCHNACKENBURG, Formgeschichtliche Methode: LThK
son sino meros compiladores de todo eso que han reci- 4,211-213; ID., Zur Formgeschichtlichen Methode in der Evangelienfor-
bido de la comunidad creadora al sentirse impelida, schung: ZKT 85 (1963) 16-32; cf. resumen del artículo El método de la
«historia de las formas» en la investigación de los evangelios: SalT3 (1964)
por imperativos de fe, a expresar su creencia en ese Je- 260-266; F. MUSSNER, Formgeschichte: Enciclopedia de la Biblia 3 (Bar-
sús que confiesan Cristo. Esta escuela exegética, llamada celona 1963) p.607-609; K. KOCH, Was ist Formgeschichte? (Neukirche-
«Historia de las formas», en su aplicación concreta a los ner Verlag, 2 1967); H. ZIMMERMANN, LOS métodos histérico-críticos en el
Nuevo Testamento (Madrid 1969) p.131-189.
evangelios 26, tiene sus más renombrados representan- 27
K. L. SCHMIDT, Der Rahmen der Geschichte Jesu. Literarkritische Un-
tersuchungen zur atiesten Jesusüberlieferung (Berlín 1919).
25 28
G. MlNETTE DE TlLLESSE, O.C. p . 1 2 . M. DIBELIUS, Die Formgeschichte des Evangeliums (Tübingen
26
Entre la abundantísima bibliografía sobre el estudio del método 1919). Una segunda edición, notablemente ampliada por el autor,
«Historia de las formas» se puede consultar: O. CULLMANN, Les recentes aparece en 1933.
e'tudes sur la formation de la tradition evangeíique: RHPhilRel 5 (1925) 29
E. BULTMANN, Die Geschichte der synoptischen Tradition (Gottingen
459-477; 564-579; M. GOGUEL, Une nouvelle e'cole de critique évangelique, 1921).
La «Form-und Traditionsgeschichtliche Schule»: RHR 44 (1926) 114-160; 30
En la obra citada, esa especie de introducción se titula: «Die
L. CERFAUX, «L'histoire de la tradition synoptique» aprés Rudolf Bult- Krage nach dem Rahmen der Geschichte Jesu: Geschichtliches und
mann: RHE 28 (1932) 213-265; E. FLORIT, La «storia delle forme» nei l'rinzipielles» (cf. o.c. p.l).
vangeli in rapporto alia dottrina cattolica: Bib 14 (1933) 212-248; ID., // 31
Cf. supra p.13. Cf. K. L. SCHMIDT, O.C. p.13.
método della «storia delle forme» e sua applicazione al racconto della Passione 32
O.c. p.17.
(Roma 1935); M. BRAUN, Formgeschichte (École de la): DBS 3,312-317; 33
O.c. p.13.17.
ST. E. DONLON, The Form-Critics, the Gospels and St. Paul: CBO 6 (1944) 34
H. ZIMMERMANN, o.c. p.135.
159-179; 306-325; P. BENOIT, Réflexions sur la «Formgeschichte Me- 35
Así, por ejemplo, del conjunto de Me 6,14-8,26 después de ha-
thode»: RB 53 (1946) 481-512; X. LEON-DUPOUR, «formgeschichte et Re- berlo estudiado K. L. Schmidt en sus diversas partes, al hacer como
22 P.I c.I. El problema de la historicidad Origen del problema 23
no es precisamente el marco general en que ahora se tata en existencia independiente antes de enmarcarse en
nos presentan los evangelios, sino algunas sentencias o un conjunto cronológico y topográfico, son presentadas
escenas que, transmitidas aisladamente, han llegado por Dibelius en su punto de origen: la predicación. De
posteriormente a engarzarse en el orden actual 36. las leyes de evolución y desarrollo de la predicación
La historia de la Pasión es un caso especial. Es una procede la clasificación de las formas.
narración formando un todo que da exactamente sitio y Dibelius, con su capítulo «Die Predigt» 41, parte de
tiempo, día y hora 37. Mientras que los hechos y pala- los oficios o funciones de la primitiva comunidad y, so-
bras de Jesús en su vida pública han tenido un papel bre todo, de este oficio fundamental que fue la predica-
especial en las reuniones cúlticas de la primitiva comu- ción: «Am Anfang war die Predigt» (Al comienzo fue la
nidad 3S, en cambio muchas escenas que se cuentan en predicación) 42. Esta fue el medio de propagación de
la Pasión no tienen esa fuerza cúltica o apologética. Una todo aquello que los discípulos de Jesús guardaban
sirve de preparación para la otra. Todo el relato de la como recuerdo 43. De esta predicación depende la tradi-
Pasión sí ha podido servir como una lectura continua en ción posterior 44. Incluso la clasificación misma de las
acto cúltico a modo de respuesta a la pregunta que po- formas literarias existentes en los evangelios, Dibelius la
día surgir en tiempo de misión: cómo Jesús, acreditado deduce, como a priori, de esta realidad de predicación
con sus milagros, pudo llegar a la cruz 39. K. L. Schmidt en la comunidad 45. Las formas literarias usadas en los
se ha dedicado, pues, a mostrar, a través de su extensa evangelios son clasificadas por Dibelius en:
obra, que ese marco cronológico y topográfico presen- Paradigmas-N ovelle-Legende-Mito.
tado en los evangelios (a excepción del marco de la Pa- Los Paradigmas son relatos breves, provenientes de la
sión) no tiene valor alguno. Las diversas perícopas que predicación. Es una narración donde el punto saliente
circulaban independientemente en la tradición han sido es un hecho o dicho de Jesús, usado como modelo,
reunidas en un tiempo tardío, sin que pueda, pues, pre- como ejemplo, para corroborar o ilustrar la enseñanza
sentarnos el orden real de la vida de Jesús 40. que se dirige a la comunidad. Las características de esta
2.° M. Dibelius, en el mismo año 1919, hacía pública narración ejemplo 46, según la enumera el mismo Dibe-
la primera edición de su obra Die Formgeschichte des lius, son: estilo conciso formando unidad cerrada 47,
Evangeliums. Esas unidades literarias, que Schmidt com- brevedad 48, índole religiosa y edificante 49, énfasis al
una síntesis de su valoración, afirma: «In Wirkliehkeit hat hier aber presentar la palabra de Jesús 50. El relato paradigmático
der Evangelist, der im ganzen nur Kompilator ist, auf diese Dinge, se presenta como final ilustrativo en un pensamiento
wie er sie übernommen hat, keinen Wert gelegt. Die ganze Geogra- usado en la predicación 51.
phie in unserem Abschnitt ist eben nur Rahmenwerk» (cf. o.c. p.209).
36
O.c. p.303. A este género de formas paradigmáticas, Dibelius
37
38
O.c. p.303. asigna ocho relatos en los que aparece el paradigma en
O.c. p.304. su forma pura: curación del paralítico (Me 2,lss), pre-
39
O.c. p.304-305.
40
El P. Benoit, respecto a la actitud de Schmidt, afirma: «Son guntas sobre el ayuno (Me 2,18ss), el cortar las espigas
étude est intéressante et mérite un assez large assentiment. Mais elle (Me 2,23ss), curación de la mano seca (Me 3,lss), los
appelle aussi d'importances reserves» (cf. P. BENOIT, Reflexions sur la
«Formgeschkhtliche Methode»: RB 53 [1946] 486). Las observaciones 41
M. DIBELIUS, O.C. ( 5 1966) p.8.
expuestas por Benoit: «l'étude littéraire des évangiles nous revele en 42
Cf. P. BENOIT, a.c. p.493. •» O.c. p.42.
chacun d'eux une unité de langue, une frappe de style, qui suppossent 43
O.c. p.12. 41i
O.c. p.46.
una élaboration tres personnelle de la tradition, et font des évangélis- 44
O.c. p.14. 4
" O.c. p.53.
tes plus que des rédacteurs, de véritables auteurs» (cf. a.c. p.489), 45
Cf. P. BENOIT, a.c. p.492. s° O.c. p.54.
quedarán ampliamente desarrolladas en los capítulos siguientes. 46
O.c. p.41. 5' O.c. p.55.
24 P.Ic.l. El problema de la historicidad Origen del problema 25
parientes de Jesús (Me 3,31ss), bendición de los niños nismo. A estos tópicos pertenecen las descripciones de la
(Me 10,13ss), sobre el censo (Me 12,13ss), la unción en enfermedad y de la curación, junto con la constatación
Betania (Me 14,3ss). Además enumera Dibelius otros del éxito 57. Esta es la razón de por qué llama a estos
diez relatos que, aunque no en forma tan pura, también géneros «Novelle»: es un nombre literario. Este género
se han de adscribir a los paradigmas: curación en la si- suscita más interés que el paradigma 58.
nagoga (Me 1.23SS), vocación de Leví (Me 2,13ss), Jesús La mayor serie de «Novelle» la encuentra Dibelius
en su ciudad natal (Me 6,lSS), el j o v e n rico (Me en Marcos: curación de un leproso (Me 1,40-45), la
10.17SS), los hijos de Zebedeo (Me 10,35ss), el ciego de tempestad calmada (Me 4,35-41), el endemoniado de
Jericó (Me 10,46ss), expulsión del templo (Me ll,15ss), Gerasa (Me 5,1-20), la hija de Jairo y la hemorroísa (Me
preguntas de los saduceos (Me 12,18ss), el buen samari- 5,21-43), multiplicación de los panes a cinco mil (Me
tano (Le 9,51ss), curación del hidrópico (Le 14,lss) S2. 6,35-44), tempestad en el lago (Me 6,45-52), curación
El sentido histórico de estos paradigmas, «gracias a del sordomudo (Me 7,32-37), el ciego de Betsaida (Me
su alta antigüedad, es relativamente grande» 53. Puesto 8,22-26), el epiléptico (Me 9,14-29). Con características
que los paradigmas arrancan del predicador, él los de estilo novelístico enumera algunos relatos del cuarto
transmite y los cuenta; les falta la objetividad protocola- evangelio: las bodas de Cana (Jn 2,lss), curación del
ria y la riqueza de colorido 54 propia de los géneros que hijo del régulo (Jn 4,46ss), curación del paralítico de la
vamos a ver a continuación. piscina (Jn 5,lSS), el ciego de nacimiento (Jn 9,lSS), re-
Las «Novelle».—Provienen de una época en que se surrección de Lázaro (Jn 11,1 ss). Entre el género nove-
quiere conocer una vida más detallada de Jesús. Mien- lístico coloca también la curación del hijo de la viuda de
tras que los paradigmas venían, según Dibelius, de la Naín (Le 7,llss) 59.
predicación, las «Novelle» suponen unos maestros o na- Cada una de estas «Novelle» contiene una unidad li-
rradores que amplían la tradición evangélica S5. Noso- teraria cerrada en sí 60. Surgen, no ya en la predica-
tros podemos concluir con toda seguridad—afirma Di- ción, sino en relatos de maestros y narradores 61, tal vez
belius—, a partir de las narraciones del evangelio, que al repetir los cortos paradigmas enriquecidos con tópi-
estos hombres supieron, con arte y colorido, ampliar los cos y elementos narrativos 62, con nuevos y extraños
relatos de la vida de Jesús 56. motivos 63, con el influjo de narraciones no cristianas 64.
Las características de las «Novelle», en contraposi- El valor histórico de estas «Novelle» depende, en
ción a los paradigmas, las resume Dibelius: una ampli- parte, de los diversos modos como se ha ido enrique-
tud que hace imposible que el relato se presente con ciendo el relato 65. Este género es, en general, menos
enfoque paradigmático, una técnica que denuncia una histórico que el paradigma 66. Las «Novelle», que son
cierta tendencia a la fábula, irnos tópicos que hacen de como ampliación de un paradigma, hacen suponer un
estos relatos géneros literarios como los que se pueden fundamento histórico; cuando provienen de narracio-
encontrar en un ambiente profano fuera del cristia- nes no cristianas, entonces su fundamento histórico hay
que ponerlo en duda 67.
52
O.c. p.40. 57
53
A. WIKENHAUSER, Introducáón al Nuevo Testamento (Barcelona O.c. p.67. " O.c. p.97.
58 M
1960) p.201. O.c. p.67. O.c. p.97.
59 65
54
M. DIBELIUS, O.C. p.66.
O.c. p.68. O.c. p.99.
60 66
55
O.c. p.66. O.c. p.68. O.c. p.99.
61 67
56
O.c. p.66. O.c. p.99. O.c. p.99.
62
O.c. p.96.
26 P.Ic.l. El problema de la historicidad Origen del problema 27
Las «Legende».—Este nuevo género lo coloca Dibelius pertenecerían, según Dibelius: el sumergirse de Pedro
en un sentido de contraste entre los paradigmas y las en las aguas (Mt 14,28-33) 76 , el fin de Judas (Mt 27,3-
«Novelle». Junto con los paradigmas, que constituyen 8) 77, la mujer de Pilato (Mt 27,19) 78, Natanael (Jn
un género especial cristiano y edificante; junto con las 1,45-51) 79 , la samaritana (Jn 4,1-42) 8 0 , Zaqueo (Le
«Novelle», que con su forma técnica, común a otros am- 19,1-10) 81, María y Marta (Le 10,38-42) 82.
bientes, revisten un carácter profano, hay otro género En el evangelio de la Infancia de Lucas enumera
en los evangelios que, además de un carácter de litera- cuatro «Legende», además de la ya aludida de la escena
tura popular, conserva también su carácter edificante. de Jesús en el templo a los doce años: nacimiento del
Son historias piadosas con el nombre de «Legende». Es Bautista (Le 1,5-25) 83, leyenda de María (Le 1,26-38) 84,
materia apropiada para una lectura en un día de fiesta anuncio de los pastores (Le 2,1-19) 85, la historia de Si-
sobre la vida y muerte de hombres ejemplares 68. meón y Ana (Le 2,22-38) 86. En el evangelio de la In-
Dibelius distingue dos clases de «Legende»: unas fancia de Mateo coloca como clara leyenda la escena de
personales, en las que se muestra interés por los hechos los magos (Mt 2,1-12) 87; el anuncio a José (Mt 1,18-25),
y destino de un hombre santo 69, y otras etiológicas, en aunque no lo coloca entre las «Legende», encuentra en
las que se quiere fundamentar con algún relato el signi- él motivos legendarios 88; por último, en la huida a
ficado que posee un día santo 70. Entre las clases de Egipto (Mt 2,13-23) subraya lo poco legendariamente
«Legende» etiológicas cúlticas, Dibelius coloca la historia que está contada 89.
de la Pasión, que por su gran extensión, no como resul- Así como los paradigmas, según Dibelius, poseen
tante de pequeñas unidades literarias, sino como con- como medio ambiente la predicación en la que nacen y
j u n t o unitario, trata en capítulo aparte 7I . Las «Le- adquieren su sentido 90, y las «Novelle» como algo muy
gende» personales, en cuanto que están centradas en los diverso, resultan de la procedencia de su contenido 9I ,
hechos y experiencias de un hombre que por su piedad así también las «Legende» tienen su «Sitz im Leben».
y santidad está sellado por Dios con un destino especial, Unas tienen una unión muy inmediata con la predica-
apenas si tienen expresión en los evangelios en torno a ción 92 ; así, por ejemplo, la leyenda de Zaqueo, de
la figura de Jesús. En el Evangelio se quiere presentar Marta y María. En general, todas brotan del especial in-
a Jesús, no como el hombre santo, modelo de piedad y terés que suscitan las cosas y personas cercanas. En las
virtud, sino su mensaje divino y la epifanía divina que él «Legende», todo lo que gira en torno al hombre santo
mismo representa. Entre las «Legende» de tipo personal adquiere su especial significación 93. En cuanto a la his-
en torno a Jesús, Dibelius pone la escena de Jesús a los toricidad de estas «Legende», Dibelius afirma que el na-
doce años (Le 2,4 lSS) 72, curación de los diez leprosos rrador pretende hacer patente la figura del héroe en
(Le I7,12ss) 73, preparación de la sala para la última torno al cual gira; el narrador la contempla como histó-
cena (Me 14,12-16) 74, la búsqueda del pollino para la
entrada en Jerusalén (Me 11 ,lss) 7S. En torno a otros 76 8S
O.c. p.112. O.c. p.121-122.
personajes que se mueven alrededor de la figura de Je- 77
O.c. p.113. 86
O.c. p.122-124.
78 87
sús, sí son más abundantes las «Legende»; a esta clase 79
O.c. p.113.
8S
O.c. p.125.
O.c. p.114. O.c. p.125.
80 89
O.c. p.114. O.c. p.126.
68 8! 90
O.c. p.101. " O.c. p.103. O.c. p.115. O.c. p.128.
69 82
O.c. p.101. " O.c. p.117. O.c. p.116. " O.c. p.128.
70 7 83 92
O.c. p.101. " O.c. p.118. O.c. p.120. O.c. p.128.
71 75 84
O.c. p.178-218. O.c. p.118-119. O.c. p.121. " O.c. p.129.
28 P.Ic.l. El problema de la historicidad Origen del problema 29
10
rica y no piensa más sobre la posibilidad d e su existencia; expresar °. Las palabras o dichos del Señor, Dibelius
su interés se centra en presentar lo edificante del con- los recoge bajo el concepto de parénesis 101. Ya a partir
junto 94. del tiempo de San Pablo consta que estas palabras están
El mito.—Después de haber tratado estos géneros, recogidas con una finalidad par ene tica 102. Esta misma
Dibelius se pregunta cómo pueden aparecer en los finalidad parenética ha influenciado en recoger esas pa-
evangelios narraciones históricas de Jesús. Empieza pre- labras en una fuente especial y hacer una recolección de
cisando que bajo el mito sólo coloca aquí las historias los dichos de Jesús 103. Estas palabras, según el uso que
que de algún modo cuentan la intervención relacional Jesús hacía de ellas, Dibelius las divide en seis grupos:
de los dioses 95. No toda historia es un mito, ni aun palabras sapienciales, palabras figuradas, parábolas, lla-
aquella que en su relato albergue un personaje mítico, mamientos proféticos (bienaventuranzas, ayes, predica-
sino aquella que, revestida de especial orientación, fun- ción escatológica), mandamientos breves, mandamien-
damenta un particular contenido, o bien la justificación tos desarrollados (con alusión de motivos: Mt 5,44ss; Le
de un rito, o bien el esclarecimiento de fenómenos abo- 6,27ss; Mt 6,25ss; Le 12,22ss; de promesas: Mt 6,2ss;
cados a la muerte, o bien el ser mismo de Dios en una de amenazas: Mt 5,29s; Me 9,43ss; Mt 18,ls) "K
narración de aparición típica. Semejante orientación en De este modo, Dibelius ha clasificado los hechos y
una narración da a la historia de los dioses el sentido y dichos del Señor contenidos en el Evangelio a partir del
valor que tiene para el culto comunitario 96. ambiente de la comunidad primitiva donde han sur-
Los mitos cristianos representarían el ser y actuación gido.
de un Dios desconocido cuyo nombre fue Jesús o las 3.° R. Bultmann.—En 1921 publica la primera edi-
epifanías de este Hijo de Dios celebradas en el culto y ción de su obra Die Geschichte der synoptischen Tradition.
proclamadas en la predicación. El mito Cristo lo en- En el estudio que hace de los evangelios sigue un pro-
cuentra en San Pablo (Flp 2,5-11), donde se cuenta la cedimiento inverso al empleado por Dibelius. Mientras
historia del Hijo de Dios, que en su vida terrena vivió que Dibelius, a partir de la vida de la comunidad, de-
sujeto a la obediencia hasta la muerte en cruz para ser duce «a priori» las formas literarias usadas por ella,
después levantado de su postración a la dignidad del Bultmann procede por una inducción «a posteriori»: a
Señor 97. En el evangelio, Dibelius encuentra tres rela- partir de las formas literarias contenidas en el Evange-
tos que describen tres sucesos míticos: el milagro del lio, concluye el interés que animaba a la comunidad l0S .
bautismo, la tentación de Jesús y la transfiguración 98. A En la clasificación del material evangélico, Bultmann, a
partir de estas narraciones míticas, Dibelius admite la diferencia de Dibelius, que fundamentalmente se atenía
necesidad del narrador de crear en el mito Cristo el a las narraciones l06 , hace una neta distinción entre las
ambiente de la vida terrena de Jesús " . palabras de Jesús y el material narrativo.
Con estas denominaciones de Paradigmas-Novelle- 100
Cf. P. BE\O¡'¡, Reflexions sur la «F ormgeschkktliche Methode»: RB
Legende y Mito, a partir de las necesidades de la comu- 53 (1946) 492; A. WIKENHALSER, Introducción al Nuevo Testamento
nidad primitiva, deduce y clasifica las formas narrativas (Barcelona 1960) p.202.
101
M. DIBELIUS, O.C. p.265.
evangélicas según las cuales la comunidad se ha debido 102
O.c. p.244.
"» O.c. p.247.
104
O.c. p.247.
94 ,os
O.c. p.105. " O.c. p.267. Cf. P. BENOIT, a.c. p.492.
95 9li 106
O.c. p.265. O.c. p.270. R. BLLTMANN, Die Geschichte der synoptischen Tradition (Gottin-
96
O.c. p.265-266. " O.c. p.277. gen q964) p.4.
30 P.I el El problema de la historicidad Origen del problema 31
Las palabras de Jesús.—Bultmann atiende, por una (Me 10,11; Mt 5,17-19; 16,18-19; 18,18; 23,8-10). Junto
parte, a un género especial de palabras que califica de a este triple grupo de «palabras del Señor», Bultmann
Apotegmata, que constituyen un logion encuadrado en un enumera las que él llama «Ich-Worte» en las que, con la
pequeño marco escénico de carácter manifiestamente formulación «Yo soy» habla sobre sí mismo. En éstas se
secundario 107, y, por otra parte, estudia las palabras del incluyen también las parábolas u 0 .
Señor («Herrénworte»), que forman en sí una tradición En la parte narrativa Bultmann distingue, por una
consistente 108. parte, narraciones milagrosas que tratan de curaciones
Los Apotegmata los divide según diversos aspectos: (Me 1,21-28; 5,1-21; 9,14-27; 10,46-52) o de milagros
apotegmas polémicos y didascálkos, motivados o por una que giran en torno a la naturaleza (Me 4,37-41; 6,45-
curación realizada por Jesús (Me 3,1-6; Le 14,1-6; 52), y, por otra parte, alude a narraciones con trazos le-
13,10-17; Me 3,22-30), o por el comportamiento de Je- gendarios cuya característica principal no es precisa-
sús y sus discípulos (Me 2,23-28; 7,1-23; 11,27-33; Le mente su faceta histórica, sino su aspecto religioso edifi-
7,36-50), o por una pregunta hecha a Jesús por los dis- cante (Me 1,9-11; 1,12-13; Mt 4,1-11; Le 4,1-12) U 1 .
cípulos u otros (Me 10,17-31; 12,28-34; Le 12,13-14; A cada una de estas formas así clasificadas, Bult-
13,1-5; Mt 11,2-19), o bien por una pregunta hecha por mann les pretende establecer su historia propia en la
los mismos adversarios (Me 12,13-17; 12,18-27). Entre tradición sinóptica " 2 . En los apotegmas polémicos, Je-
los Apotegmata enumera otra clase que denomina biográ- sús posiblemente, y aun con toda probabilidad, ha pro-
ficos (Me 1,16-20; 2,14; Le 11,27-28). nunciado el logion en una disputa contra los enemi-
En las palabras del Señor («Herrénworte»), Bultmann gos '' 3 . En cuanto a la pregunta dónde hay que colocar
no incluye todas las palabras de Jesús como están en los el relato de la disputa, la respuesta es clara, según
sinópticos ni las que se conservan como parte de una Bultmann, en un ambiente apologético o polémico de la
narración (Le 22,48), sino aquellas que constituyen una comunidad 114. De los apotegmas didascálkos en gene-
tradición independiente 109. Por consiguiente, estas «pa- ral se puede afirmar—dice Bultmann—que, aun sin te-
labras del Señor», a diferencia de los apotegmas, no es- ner una palabra transmitida del Señor, son puntos de
tán revestidas de un ropaje escénico. Estas «palabras del vista de la comunidad atribuidos a Jesús y revestidos de
Señor» las reúne en tres grupos. En un primer grupo esa forma " 5 ; son escenas que la comunidad ha cons-
pone las palabras sapienciales, como máximas, exhor- truido con el espíritu de Jesús " 6 . A los apotegmas bio-
taciones (Mt 7,15; 9,43-47; Me 2,2ls; 3,24-26). En un gráficos apenas si les atribuye un interés histórico res-
segundo grupo introduce las palabras llamadas proféti- pecto de Jesús " 7 ; en general, son escenas de carácter
cas, en las que se habla de un tiempo de salvación (Me ideal que no pretenden dar un relato histórico, sino
11,5-6; Le 7,22-23), de bienaventuranzas (Mt 5,3-12; Le presentar la vida de un modo gráfico " 8 , como en las
6,20-23), de amenazas sobre los ricos (Le 6,24-26) y so- historias rabínicas.
bre los escribas y fariseos (Le 1 1 , 4 3 . 4 6 . 5 2 ; Mt
En cuanto a la autenticidad de las «palabras del Se-
23,13.23.25.27), de vaticinios apocalípticos (Me 13,2;
14,58; Mt 26,61). Un tercer grupo lo denomina palabras 110
O.c. p.73.
111
legislativas, en las que se dan reglas para la comunidad O.c. p.260.
112
Esta es la razón y sentido del título de su obra: Die Geschichte
der synoptischen Tradition
" " O.c. p.8. 113
O.c. p.40. " 6 O.c. p.57.
108
O.c. p.73. 114
O.c. p.41. " 7 O.c. p.60.
"» O.c. p.73. ' " O.c. p.57. " 8 C.c. p.60.
32 P.I el. El problema de la historicidad Origen del problema 33
ñor», Bultmann también es pródigo en atribuir muchas separa del Jesús histórico. Con Bultmann se ha replan-
de ellas a la misma comunidad. Así, en las palabras sa- teado de nuevo la tesis ya propuesta por M. Káhler U9 .
pienciales, aunque Jesús a veces haya usado un dicho 4.° Común denominador de la «historia de las for-
popular que conservamos, la comunidad ha podido mas».—Los autores del «método historia de las formas»,
también hacer de esos dichos profanos palabras de Jesús en su aplicación a los evangelios, se han introducido en
e incluirlos como tales en la tradición n 9 . Incluso pala- la prehistoria de su formación. Con diversa nomencla-
bras proféticas, como la predicción de la destrucción del tura y siguiendo diversos procedimientos, han clasifi-
templo (Me 13,2), pueden estar colocadas por la misma cado de distintos modos las formas y unidades literarias
comunidad en labios de Jesús 120. Igualmente, las pala- del Evangelio. Su trabajo ha insistido particularmente
bras legislativas, en las que Jesús da reglas y normas, en buscar el marco, el ambiente, el «Sitz im Leben» en
son en parte palabras creadas por la misma comunidad que se ha desarrollado cada uno de los fragmentos del
(Mt 16,18-19; 18,15-17) 121 . Las palabras llamadas conjunto. Este marco no es precisamente las circunstan-
«Ich-Worte» son producción de la comunidad helenista cias en que se desenvolvió la vida de Jesús, sino las con-
y palestinense l22 . En las parábolas encuentra un signo diciones de vida religiosa de la primitiva comunidad. El
de autenticidad de la parábola cuando hay un contraste papel creador de la comunidad, de donde brota en úl-
entre la moral judaica y la posición escatológica que ca- timo término el Evangelio, es el postulado sociológico base.
racteriza la predicación de Jesús y, además, no existe en Junto a este principio fundamental existe otro postulado
ella una actitud específicamente cristiana 121; por el con- literario por el que los evangelistas, los escritores del
trario, en otras parábolas se encuentra una construcción Evangelio, no son considerados como verdaderos auto-
comunitaria 124. Las narraciones de milagros las en- res, sino como meros compiladores de un material
cuentra rodeadas de la misma atmósfera con que se na- preexistente creado por la comunidad. El resultado fi-
rran milagros judaicos o helenistas 125. Parte de las na- nal es una negación del valor histórico de los evangelios
rraciones legendarias muestran, con mayor relieve aún, en cuanto que no hay una línea de continuidad entre el
una coloración judaica o de influjo del Antiguo Testa- Jesús de Nazaret y el Cristo creído y creado por la co-
mento 126; otras narraciones toman una motivación del munidad.
helenismo pagano 127; otras, por último, como los rela- 5.° Actitud ante el «método historia de las formas».—Re-
tos pascuales, toman su origen en la fe y culto cris- cogiendo toda esta orientación del «método historia de
tiano ,28 . las formas», la Pontificia Comisión Bíblica, en su Ins-
Bultmann es, pues, mucho más radical que Dibelius trucción sobre la verdad histórica de los evangelios del
al enjuiciar el aspecto histórico del material y formas 21 de abril de 1964, emite un juicio sobre el dicho mé-
evangélicas. De la comunidad cristiana parte la casi tota- todo. La Comisión Bíblica apunta, por una parte, los as-
lidad del Evangelio, ella es la verdadera creadora de la pectos negativos que implica todo el sistema, y recoge,
figura de Jesús que tenemos en los evangelios. Más aún, por otra, los elementos aprovechables que aporta el mé-
esta comunidad de fe es una auténtica muralla que nos todo. En el aspecto negativo, aludiendo a los principios en
que se fundamenta el «método historia de las formas»,
" 9 O.c. p.105. >24 O.c. p.222.
afirma la Instrucción de la Comisión Bíblica:
120 12s
O.c. p.132. O.c. p.246. «Con frecuencia el mencionado método está implicado con
121 I26
O.c. p.156. O.c. p.329. principios filosóficos y teológicos no admisibles, que vician mu-
27
i " O.c. p.176. > O.c. p.332.
' 2 1 O.c. p.222. >28 O.c. p.332. ' » Cf. supra p.7.
/)*• los Ev al Jesús histórico 2
34 P.lc.l. El problema de la historicidad
Origen del problema 35
chas veces tanto el método mismo como sus conclusiones en
materia literaria. De hecho, algunos fautores de este método, •algo que ha sido puesto especialmente de relieve por el
movidos por prejuicios racionalistas, rehusan reconocer la exis- «método historia de las formas».
tencia del orden sobrenatural y la intervención de un Dios per-
sonal en el mundo, realizada mediante la revelación propia-
mente dicha, y asimismo la posibilidad de los milagros y profe- c) Actitudes recientes sobre la historicidad
cías. Otros parten de una falsa noción de la fe, como si ésta no
cuidase de la verdad histórica o fuera con ella incompatible. de los evangelios
Otros niegan a pnori el valor e índole histórica de los documen-
tos de la Revelación. Otros, finalmente, no apreciando la auto- El romper con el radicalismo bultmaniano en lo re-
ridad de los apóstoles, en cuanto testigos de Cristo, ni su in- ferente a la historicidad de los evangelios, considerando
flujo y oficio en la comunidad primitiva, exageran el poder
creador de dicha comunidad. Todas estas cosas no sólo son
ya como inaceptable e insostenible la separación abso-
contrarias a la doctrina católica, sino que también carecen de luta entre el Jesús histórico y la predicación de la Iglesia
fundamento científico y se apartan de los rectos principios del expresada en los evangelios, es una postura cada vez
método histórico» n 0 .
más extendida tanto en el campo católico como en el
A pesar de este aspecto negativo, la misma Instruc- campo protestante. Existe ahora una actitud más bien
ción de la Comisión Bíblica, valorando la parte positiva abierta, más realista y también más exigente 132. Esta ac-
del método, aconseja: titud abierta hacia la historicidad de los evangelios es
patente en autores protestantes.
«Donde convenga, le será lícito al exegeta examinar los even-
tuales elementos positivos ofrecidos por el 'método de la histo- Ante la afirmación tajante de Bultmann en 1951,
ria de las formas', empleándolo debidamente para un más am- «que nosotros no podemos saber nada sobre la vida y la
plio conocimiento de los evangelios» n l . personalidad de Jesús por haberse interesado sobre ello
Prescindiendo de los principios filosóficos y teológi- las fuentes cristianas» 133, E. Kásemann, discípulo de
cos y de esos postulados sociológicos y literarios, el mé- Bultmann, mantiene en una conferencia en 1953 que la
todo ha puesto de relieve las ventajas y el modo de in- comunidad primitiva ni pudo ni quiso encerrarse en su
vestigar en la tradición que precedió a la composición fe pascual y separar al Jesús histórico del Cristo de la fe.
misma del Evangelio. La predicación ciertamente ha Hay una identidad y continuidad entre los dos ,34 . Y en
podido influir en el estilo y orientación de los hechos y 1957, el mismo E. Kásemann enumera una serie de au-
discursos narrados. El estudio del medio ambiente, del tores alemanes protestantes, entre los cuales se incluye él
«Sitz im Leben» de la comunidad, tiene un valor inne- también, que se han debido replantear el problema so-
gable para ver el influjo que ciertamente ha tenido en la bre la significación que tiene el Jesús histórico en la fe ' 3S .
«formación», aunque no en la «creación» de los evange-
1,2
lios. El mismo relato, plasmado en la vida de la comuni- Cf. B. RlGALX, L'historicite' de Jesús devant l'exe'gése récente: RB
68 (1958) 522.
dad, ha podido dejar su impronta en el autor último '•" R. BULTMANN, Jesús (Tübingen 1951) p . l l .
que dio la redacción definitiva marcándola con un sello " 4 E. KÁSEMANN, Das Problem des historischen Jesús: ZTK 51 (1954)
personal. Este modo de introducirse en la prehistoria de 153: «Die Gemeinde konnte und wolte diese Historie nicht von ihrer
llgenen Geschichte trennen. Sie konnte und wolte darum nicht von
la formación de los evangelios, en orden a un conoci- Ihrem Osterglauben abstrahieren und zwischen dem irdischen und
miento más profundo del contenido de los mismos, es dem erhóhten Herrn unterscheiden. Indem sie die Identitát des ir-
(JlK'hen mit dem erhóhten festhielt...»
' " E. KÁSEMANN, Neutestamentliche Fragen heute: ZTK 54 (1957)
"o lnstructw de histórica evangehorum veníate n.l: AAS 56 (1964) I): «... wir nach der Bedeutung des historischen Jesús für den Glau-
713-714. bru fragen müssen». Entre los autores citados por Kásemann se en-
llirniran E. Staufer, J. Jeremías, E. Fuchs, G. Bornkamm. La oposi-
'3' Instructio... n . l : AAS 56 (1964) 713.
t'lrtn .i la postura bultmaniana iniciada por Kásemann, y su ulterior
36 P.Ic.l. El problema de la historicidad Origen del problema 37
14
La actitud de G. Bornkamm, profesor de Heidel- dad?» °. En su artículo establece unos criterios para
berg, discípulo de Bultmann y sucesor de M. Dibelius, llegar al Jesús histórico 141. H. Schürmann, en este in-
uno de los citados por E. Kásemann, la resume B. Ri- tento de llegar al Jesús histórico, ha dado un gran im-
gaux de este modo: «Bornkmann rechaza la posición de pulso estableciendo el ambiente prepascual de u n
aquellos que sacrifican totalmente la historicidad de Je- círculo de discípulos en torno a Jesús 142 e incluso
sús, y no se mantiene más en la seguridad de que sea poniendo de manifiesto las características del modo de
suficiente quedarse con el Jesús de la fe» 136. expresión del Jesús mismo 143. X. León-Dufour, en su
J. Jeremias, en su famoso libro sobre las parábolas obra reciente Les Evangiles et l'histoire de Je'sus, ha inten-
de Jesús, afirma la posibilidad de llegar a establecer tado de nuevo este acceso al Jesús histórico, constatando
contacto con el Jesús histórico: «Cada una de las parábo- no sólo el medio ambiente de la comunidad pascual con
las—dice—fue pronunciada en un momento determi- visión de fe, sino también el medio ambiente de Jesús
nado de la vida de Jesús, en circunstancias que no se de Nazaret rodeado de los doce 144.
han producido más que una vez... ¿Qué quería decir Je- El problema de la historicidad de los evangelios, tras
sús en tal ocasión determinada? ¿Qué efecto tendían a un largo proceso genético, se planteó en toda su cru-
producir sus palabras sobre los oyentes? Estas son las deza. Se llegó por algunos autores a una solución radi-
preguntas que es necesario hacerse para encontrar, en cal hoy casi abandonada 14S. Las dificultades que se han
cuanto sea posible, el sentido original de las parábolas
140
de Jesús y oír la voz misma del Maestro (su 'ipsissima F. MLSSNER, Der historische Jesús und der Christus des Glaubens:
vox')» 137. BZ 1 (1957) 225. El artículo de F. Mussner está recogido de nuevo en
su obra Gesammelte Studien zu Fragen und Themen des Neuen Testamentes
Esto es lo mismo que ha pretendido hacer N. Perrin (Dusseldorf 1967) p.42-66.
141
en su libro Rediscovering the Teaching ofJesús 13!t, un que- 142
F. MUSSNER, a.c, en BZ p.227-230.
H. SCHÜRMANN, Die vorórsterlichen Anfánge der Logientradition.
rer reencontrar la enseñanza misma de Jesús procu- Versuch einesformgeschichtlichen Zugangs zum Lebenjesu: HJKCh (Berlin
rando salvar la primitiva comunidad cristiana con su 1962) p.347 -370. El mismo artículo se reproduce en la obra de
H. SCHÜRMANN Traditionsgeschichtliche Untersuchungen zu den synopti-
ambiente de fe y llegar hasta Jesús mismo l39 . schen Evangelien (Dusseldorf 1968) p.39-65.
143
En el campo católico también se han sucedido estu- H. SCHÜRMANN, Die Sprache des Christus. Sprachliche Beobachtun-
dios especiales fundamentando la historicidad de Jesús gen an den synoptischen Herrenworten: BZ 2 (1958) 54-84. El artículo se
recoge de nuevo en la obra citada en la nota anterior, p.83-108.
como clave de nuestra fe en Cristo. En 1957 F. Mussner 144
X. LEON-DUFOUR, en EHJ (Paris 1963) p.302: «La question qui
se planteaba la pregunta: «¿Podemos llegar nosotros al se pose maintenant est celle-ci: peut-on atteindre, en toute riguer
Jesús histórico?... Y si podemos, ¿qué relaciones guarda critique, la maniere de vivre, le 'milieu de vie' de Jésus de Nazareth
entouré des Douze?» En esta búsqueda sigue la orientación de H.
con el Cristo de la fe? ¿Los dos son esencialmente idén- Schürmann, cuya actitud describe así sumando a ella la suya propia:
ticos o hay entre ellos un sentido de discontinui- («Dans un récent essai un exégéte cadiolique, H. Schürmann, s'est ef-
forcé de montrer que l'on ne devait pas se laisser arréter par l'abfme
desarrollo la resume J. A. Robinson en la introducción a su libro Ke- que voulurent creuser certains partisans de la Formgeschichte, d'aprés
rygma und histonscher Jesús antes de presentar su aportación personal «a lesquels l'enquéte sociologique ne pourrait remonter au-delá des limi-
la discusión que cada día toma más amplitud» (cf. J. A. ROBIVSON, Le tes de la primitive Église. Au contraire—déclare-t-il—, on peut attein-
kerygme de l'Église el le Je'sus de l'hisloire IGenéve 19611 p.29). dre, par-delá l'Église apostolique, la communauté que Jésus forme
1.6
B. RlGAtx, L'historicité de Je'sus devant l'exe'gése re'cent: RB 65 avec ses disciples, et que, pour faire bref, nous appeílerons «commu-
(1958) 490. nauté pré-pascale» (cf. o.c, p.302-303).
1.7 145
J. JEREMÍAS, Die Gleichnisse Jesu (Gottingen 1947); cf. traduc- En la constitución dogmática Dei Verbum del concilio Vatica-
ción: Les paraboles de Je'sus (París 1962) p.25. no II, en el esquema tercero (c.5 n.19), se hacía alusión expresa a una
"* N. PERRIN, Rediscovering the Theaching oj Jesús (London 1967). de estas opiniones radicales que ponen los relatos evangélicos «ex crea-
" * N. PERRIN, O.C p.ll. trici potentia primaevae communitatis promanantia». La expresión
38 P I c1 El problema de la historicidad
presentado y se han puesto de relieve hacen que no se
puedan dar soluciones fáciles e incompletas, quizá fre- CAPITULO II
cuentes en años anteriores 146. Las nuevas trayectorias
emprendidas, purificadas de radicalismos excesivos y ACTITUD DE LA IGLESIA ANTE EL PROBLEMA
enriquecidas por elementos positivos del «método de la DE LA HISTORICIDAD DE LOS EVANGELIOS
historia de las formas», presentan un horizonte claro de
acceso y contacto con el Jesús histórico de Nazaret como
ESQUEMA
fundamento indispensable del Cristo de la fe. Esta tra-
yectoria es la que nos preparamos a recorrer en el pre- 1 Documentos anteriores a la encíclica Divino Afflante Spintu
sente estudio. a) Syllabus
b) Concilio Vaticano I
c) Respuestas de la Pontificia Comisión Bíblica (PCB)
puesta entre comillas se suprimió ya en el esquema cuarto La razón d) Decreto Lamentabih
que se dio fue «Phrasis visa est non retinencia, quia verba haec ni- e) Encíclica Pascendi
mium h o n o r e m t n b u u n t opinioni ahcui ín decursu obsoletae» f) Nuevas respuestas de la PCB
(cf schema IV, relatio de n 19D) g) Encíclica Spintus Parachtus
146
Cf supra p 7
2 A partir de la encíclica Divino Afflante Spintu
3 El problema de la historicidad de los evangelios en el concilio
Vaticano II Constitución dogmática Del Verbum
a) Primer esquema
b) Segundo esquema
1) Cambios en la formulación
2) Adiciones
3) Omisiones
e) Tercei esquema
1) Observaciones de los Padies conciliares
2) Influjo de la Instiuccion de la PBC
d) Cuarto esquema
e) Texto defm'tivo Constitución dogmática Dei Verbum
4 Apoi tacion de la PCB y \nDei Verbum al pioblema de la historicidad
de los evangelios
a) Postura ante el «método historia de las formas»
b) Actitud ante la historicidad
c) Precisión de los estadios en la formación de los evangelios
1) Jesús
2) Los apostóles
a) Iluminados por el Espíritu
b) Instruidos por los acontecimientos gloriosos de
Cristo
3) Los autores
a) Labor de selección
b) Labor de síntesis
c) Labor de adaptación
d) Conservan la forma de proclamación
e) Conservan la verdad y sinceridad en orden a un fin
10 P 1 c2 Actitud de la Iglesia ante el problema Antes de la ene «Dwmo Afflante Spiritu» 41
c) Respuesta de la PCB
1. Documentos anteriores a la encíclica «Divino El problema de la historicidad, no en una proyección
Afflante Spiritu» general sobre toda la Escritura, sino circunscrito de un
modo más concreto al cuarto evangelio, se plantea en
una pregunta hecha a la PCB:
a) Syllabus
«Si, a pesar de la práctica, constantisimamente vigente desde
Paralelamente al surgir de este problema de la el principio de toda la Iglesia, de argüir con el cuarto evangelio
como documento propiamente histórico, considerada, no obs-
historicidad, los documentos de la Iglesia se han ido tante, la índole peculiar del mismo evangelio y la manifiesta
s u c e d i e n d o con su visión o r i e n t a d o r a , a u n q u e a intención de su autor de ílustiar y de probar la divinidad de
veces con una formulación negativa de condena. Cristo por los mismos hechos ) sermones del Señor, se puede
decir que los hechos narrados en el cuarto evangelio fueron
Así, el enfoque absolutamente racionalista de fines inventados en todo o en parte para que fuesen alegorías o sím-
del siglo XVIII y siglo XIX en la interpretación de la bolos doctrinales, \ que los seimones del Señor no son verda-
dera y propiamente sermones del mismo Señor, sino composi-
Escritura se recoge en la proposición séptima del ciones teológicas del escritor, aunque puestas en boca del Se-
Syllabus como uno de los errores principales de la ñor
época: Resp.—Negativamente» 4.
«Las proíecias y milagros expuestos y referidos en las Escri- La respuesta negativa, fechada el 29 de mayo de
turas santas son ficciones de poetas, y los misterios de la fe
cristiana, un resultado de investigaciones filosóficas, en los li-
1907, pretende de algún modo desvelar la tesis de Loisy
bros de uno y otro Testamento se contienen invenciones míti- sobre el cuarto evangelio considerándolo como un con-
cas y el mismo Jesucristo es una ficción mítica» ' junto de especulaciones místicas o bien en forma de na-
rración simbólica o bien en forma puramente d i d á e - ^ -
tica \ /
b) Concilio Vaticano I
í- •
Esta proposición séptima del Syllabus, sacada de una
d) Decreto «Lamentabili» \-
alocución de Pío IX 2, está refrendada después, en
Unos días más tarde, después de responder la "'PCB
parte, de un modo definitivo en el concilio Vaticano I: sobre el cuarto evangelio, aparece el 3 de junio de 19w-
«Si alguno dijere que no puede haber milagros y que, consi- el decreto Lamentabili, sobre los principales errores del
guientemente, las narraciones que sobre ellos se contienen en
la Sagrada Escritura deben ser relegadas a la categoría de tabu-
modernismo. Con este decreto se pretende que «seme-
las o mitos, o que los milagros nunca se pueden conocer con jantes errores, que se esparcen todos los días entre los
certeza ni probar con ellos el ongen divino de la íeligion cris- fieles, no arraiguen en su espíritu y no alteren la fuerza
tiana, sea anatema» '.
de su fe» 6. Contiene el decreto un conjunto de 65 pro-
1
D E N / . 1707 (2907). La traducción española de los textos de doc- 4
DENZ. 2112 (3400); DocBib. n.200; EB 189.
trina pontificia sobre Sagrada Escritura se tomará de S. M I Ñ O / I G U
' Según Loisy, el escrito primitivo subyacente en el cuarto evange-
SIAS, Doctrina Pontificia I: Documentos bíblicos (BAC, Madrid 1955) (Si- lio «ce n'était ni un récit suivi ni une collection de discouj;
gla: DocBíb.); DocBíb n.68. spéculaüons mystiques de l'auteur s'exprimaient soit enj
2
Alocución Máxima quidem, de 19 de junio de 1862; cf. D E N / íation symbolique dont une sentence théologique fovmílssait le c l e f , ^ í \
1700 n.26; DocBib. p.192. soit dans la forme purement didactique d'un d i s c o « | plus étendu» ^-'
' CONCILIO VATICANO I s.3, cánones [de fide catholica], 3. de jide (cf. A. LOISY, Le Quatnéme Évangile [Paris 2 1921] P#6R|R1_|QTEGA 03
n 4; cf. DENZ. 1813 (3034); DocBib. n.73; EB 80. " DocBib. n.202. \^ " " " • ' " ^
42 P 1c2 Actitud de la Iglesia ante el problema Antes de la ene 'Divino Afflante Spintw 43
10 12
DENZ 2986, DocBíb n 278 AAS 4 (1912) 464s, cf DENZ 2163 (3576), DocBíb n 4 4 1 , EB
11
AAS 3 (1911) 295, cf DENZ 2153 (3566), DocBíb n 428, EB 398
388
46 PI c2 Actitud de la Iglesia ante el problema
Desde la ene «Divino Afflante Spintu» 47
Iglesia la autoridad histórica de los evangelios, de la cual el que
vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y el sabe que dice la la doctrina de los Santos Padres, y principalmente del Angélico
verdad, para que también vosotros creáis» n y Común Doctor, han explorado y propuesto la naturaleza y los
efectos de la inspiración bíblica mejor y mas perfectamente que
como solía hacerse en los siglos pretéritos Porque, partiendo
del principio de que el escritor sagrado al componer el libro es
2. A partir de la encíclica «Divino Afflante Spiritu» órgano o instrumento del Espíritu Santo, con la circunstancia
de ser vivo y dotado de razón, rectamente observan que el,
Todos los documentos anteriores mantienen con bajo el influjo de la divina moción, de tal manera usa de sus
facultades y fuerza, que fácilmente puedan todos colegir del
firmeza la historicidad de los evangelios y todos ellos libro nacido de su acción 'la índole propia de cada uno v, poi
surgen al tener que presentar un sentido de oposición o decirlo asi, sus singulares caracteres y trazos' Asi, pues, el in-
condena a actitudes no tan acertadas. El 30 de septiem- terprete con todo esmero, y sin descuidar ninguna luz que ha-
yan aportado las investigaciones modernas, esfuércese poi ave-
bre de 1943, Pío XII publica la encíclica Divino Afflante riguar cual fue la propia índole y condición de vida del escntoi
Spintu para celebrar el cincuentenario de la encíclica sagrado, en que edad floreció, que fuentes utilizo, ya escutas,
Providentissimus Dens, «ley principal de los estudios bíbli- ya orales, y que formas de decir empleo Porque a nadie se
oculta que la forma principal de interpretación es aquella en
cos» 14, de León XIII. En la Divino Afflante Spintu se virtud de la cual se averigua con precisión y se define que es lo
respira una brisa fresca de renovación bíblica. Aunque que el escritor pretendió decir» IK
se guarda una línea homogénea con anteriores docu-
Esta orientación positiva de la encíclica de atender a
mentos, recogiendo y aceptando su doctrina en la pri-
la índole del autor, a las fuentes utilizadas y a los modos
mera parte de la encíclica, se da en la segunda parte un
de decir propios de la época para conseguir una inter-
impulso alentador y positivo en los estudios bíblicos l5.
pretación de la Escritura, tuvo una especial aplicación a
En los documentos precedentes más bien se pretendía
problemas del Antiguo Testamento. Prueba de ello es la
poner freno a una libertad excesiva en la investigación
carta que el secretario de la PCB dirigió al cardenal
bíblica; en la encíclica Divino Afflante Spintu más bien se
da alas a los investigadores para emprender el estudio Suhard, arzobispo de París, el 16 de enero de 1948, so-
de las cuestiones más espinosas. En la encíclica no se bre cuestiones críticas en la composición del Pentateuco
aborda el problema específico de la historicidad de los y formas literarias de los once primeros capítulos del
evangelios. El Papa habla, de un modo general, de la Génesis ,9 . Respecto de estos capítulos afirma:
contribución que nuestros tiempos pueden aportar «a la «No se puede negai ni afnmai en bloque la histoncidad de
todos aquellos capítulos, aplicándoles n ía/onablemente las
interpretación más profunda y exacta de las Sagradas normas de un geneio literal 10 ba]o el cual no pueden sel clasi-
Letras» l6 ; de un modo particular alude a problemas ficados Que estos capítulos no foiman una histona en el sen-
«concernientes a la historia» l7. Para la solución de estos tido clasico y moderno, podemos admitido, peí o es un hecho
que los datos científicos actuales no peí ñuten dai una solución
problemas, dice el Papa: positiva a todos los pioblemas que piesentan dichos capítulos
El primei oficio de la exegesis científica en este punto consiste,
ante todo, en el atento estudio de todos los pioblemas liteíanos
«Nuestra edad, asi como acumula nuevas cuestiones y nue- científicos, historíeos, cultuiales v íeligiosos que tienen cone-
vas dificultades, asi también, por el favor de Dios, suministra xión con aquellos capítulos » : "
nuevos recursos y subsidios de exegesis Entre estos parece
digno de peculiar mención que los teólogos católicos, siguiendo El sentido de esta carta lo aclara dos años mas tarde
13 el papa Pío XII, el 12 de agosto de 1950, en su encíclica
AAS 13 (1920) 397, cf. D I N / 2188, DocBíb. n 5 1 1 , EB 462
14
AAS 35 (1943) 298, DocBíb. n 263
15
S. MLÑOZ IGLLSIAS, DocBíb. p 124
'" AAS 35 (1943) 313s; cf. DIN/. 2294 (3829); DocBíb n.641s, EB
16
AAS 35 (1943) 313; cf. DocBíb. n.640. 556-557.
17
AAS 35 (1943) 313; cf. DocBíb. n.640. " AAS 40 (1948) 45-48; cf. DocBíb. n.663-667.
20
AAS 40 (1948) 47; cf. DocBíb. n.667; EB 581.
-!"•> P I c2 Actitud de la Iglesia ante el problema Desde la ene «Divino Afflante Spintu» 49
Humaní genens En la encíclica precisa la orientación de tribuir a un creciente progreso de la sagrada doctrina en de-
fensa y honor de la Iglesia Tanto unos como otros piden una
la carta palabra esclarecedora, tranquilizante, que muestre los extremos
Esta carta a d u e i t e clai amenté que los once pnmeíos capí que hay que evitar y el camino verdadero a seguir» 22
tulos del Génesis aunque piopiamente no concueiden con el
método histoi ico usado poi los eximios histoi íadoies giecolati Ante esta doble tendencia, el cardenal Bea exhorta
nos \ modernos no obstante peí tenecen al geneio histonco en en su alocución, por una parte, a afrontar con ánimo los
un sentido \eidadeio que los exegetas han de ímestigai \ pie
cisai \ que los mismos capítulos con estilo sencillo \ figuiado
problemas según las indicaciones de la Divino Afflante
acomodado a la mente del pueblo poco culto contienen las Spintu 2i, y por otra parte pone sobre aviso de los serios
\eidades pi mcipales \ fundamentales en que se apo\a nuestia peligros que hay necesidad de evitar, entre ellos una ex-
piopia sahacion \ también una descnpcion populai del ougen
del geneio humano \ del pueblo escogido ' cesiva atención a la ciencia no católica
La encíclica Humaní genens se lamenta al mismo «Hace falta—dice—una grandísima prudencia y cautela
en el uso de publicaciones de no católicos, y extraordinaria en
tiempo del uso que algunos han hecho de la carta diri- aceptar las conclusiones y teorías (y aun mas grande en propo
gida al cardenal Suhard para una interpretación «ex- nerlas a los demás) Evitemos crear la impresión de que se
puede aceptar todo o casi todo en materia de critica literaria
traordinariamente libre» de los libros historíeos del An- de historia de las formas especialmente en su aplicación a los
tiguo Testamento 2I * evangelios» 24
Un proceso similar se ha seguido en el estudio del
Nuevo Testamento La apertura dada por la encíclica Su alocución la termina justificando sus palabras, al
Divino Afflante Spintit ha motrvado ciertamente un flore- parecer, quiza un poco duras -
cimiento en los estudios bíblicos del Nuevo Testamento, «Ellas son especialmente la triste expresión de una seria
v especialmente del Evangelio, pero al mismo tiempo preocupación—no solamente mía—causada por afirmaciones e
ideas que afloran en diversas partes del mundo en la ense-
reacción de posiciones extremas El cardenal Bea, en las ñanza, en conferencias y publicaciones, especialmente respecto
palabras de clausura que tuvo en la Semana Bíblica Ita- al Nuevo Testamento, afirmaciones que a veces rayan casi con
los limites de la herejía» 25
liana, conmemorativa del XIX centenario de la venida
de San Pablo a Roma, el 24 de septiembre de 1960 re- Estas apreciaciones del cardenal Bea sobre ciertas ac-
sumía asi la situación titudes en el estudio de los evangelios fueron respalda-
De hecho se dan pareceres muy diversos Unos se lamen das unos meses mas tarde por un Monitum del Santo
tan de que diveí sos exegetas, en las clases y publicaciones, pasan Oficio, fechado el 20 de junio de 1961.
la linea en aceptar teorías de autores no católicos, por ejemplo,
en matena de critica literaria, de historia de las formas en su «Con el laudable entusiasmo suscitado en el estudio de las
aplicación de un modo particular a los evangelios, sin tener ciencias bíblicas, se han propalado en varias regiones pareceres
cuenta en ello según su parecer, ni de la tradición, ni de los y opiniones que ponen en peligro la genuina y objetiva verdad
datos teológicos, ni de la inerrancia de la Sagrada Escrituia histórica de la Sagrada Escritura, no solo del Anuguo Testa-
Otios se oponen, a su vez, aludiendo a las repetidas exhor- mento (como ya lo había lamentado el Sumo Pontífice Pío XII
taciones de Pío XI y de la encíclica Divino Afflante Spintu, de en la carta encíclica Humaní genens), sino también del Nuevo y
Pío XII a cultivar una ciencia bíblica mas critica, a estudiar aun de los dichos y hechos de Jesucristo Porque semejantes
los géneros literarios, a tener en cuenta las intenciones del ha- pareceres y opiniones crean ansiedades en los ánimos de los
gtografo, en suma, a usar de todos los medios modernos para
22
exponer con exactitud la palabra de Dios a los hombres y con- A BEA, Parole di Chiusura del Card Agostmo Bea alia Settimana
Bíblica Italiana (Roma, Pont Istituto Bíblico, 24 settembre 1960) CC
21
AAS 42 (1950) 576s, cf DEN¿ 2329 (3898), DocBíb n 704, EB 111 (1960, IV) 291
23
618 A BEA, 1 c p 292s
2I 24
* AAS 42 (1950) 576, cf DENZ 2329 (3898), DocBíb n 704, EB A BEA, l e p 294
25
618 A BEA, l e p 295
El concilio Vaticano II 51
50 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema
pastores y fieles, los eminentísimos Padres, encargados de sal- en cinco capítulos. En el c.4, «De Novo Testamento», en
vaguardar la doctrina de fe y costumbres, han juzgado se debe los n.20-21-22, se trataba del problema de la historici-
amonestar a todos los que se dedican a los Libros Sagrados, de dad de los evangelios 28.
escrito o de palabra, para que siempre traten con la debida
prudencia y reverencia tan importante materia y tengan siem- El esquema en su totalidad se presenta al aula conci-
pre ante los ojos la doctrina de los Santos Padres, el sentido de liar el 14 de noviembre de 1962, en la 19 Congregación
la Iglesia y el Magisterio para que no se perturben las concien-
cias de los fieles y no sufran menoscabo las verdades de la
general. Mons. Salvatore Garofalo lee la relación del es-
fe» " . quema en nombre del presidente de la Comisión teoló-
Unos días más tarde, con fecha 26 de junio de 1961, gica, cardenal Ottaviani. La crónica del día resume así la
la Sagrada Congregación del Santo Oficio ponía en el relación:
índice de libros prohibidos una vida de Jesús 27. «El cometido primario del Concilio es el de defender y
promover la doctrina católica en su formulación más exacta.
No se trata de renovar la doctrina, sino de incrementar su es-
3. El problema de la historicidad de los evangelios en tudio y conocimiento... Una constitución dogmática elaborada
el concilio Vaticano II: Constitución dogmática por el concilio no es una encíclica, ni una homilía, ni una carta
pastoral, sino un texto de doctrina inmutable, aunque suscepti-
«Dei Verbum» ble de perfección en su presentación» 29.
El problema de la historicidad de los evangelios se
En la discusión del esquema surgieron tres posicio-
trata en la constitución dogmática Dei Verbum, sobre la nes diversas: «la primera, favorable; la segunda, desfavo-
divina Revelación. Este ha sido uno de los textos conci- rable al esquema, y la tercera proponiendo una reelabo-
liares que ha tenido una gestación más laboriosa. El ración» 30 . La discusión del esquema se prolongó
texto definitivo de la Dei Verbum hace el número quinto durante cinco Congregaciones generales, de la 19 a la 23.
de una serie de esquemas que le han precedido, suce- Los Padres que proponían la sustitución del esquema
diéndose a través de toda la duración del Concilio. El por otro se basaban «en su carácter demasiado profeso-
primer esquema, titulado «De fontibus revelationis», ral y escolástico; falta de espíritu pastoral; presenta en
empieza a discutirse en el aula conciliar, en la primera algunas afirmaciones una rigidez excesiva; contiene al-
sesión, el 14 de noviembre de 1962. La promulgación gunos puntos aún no suficientemente investigados por
definitiva se tiene en la última sesión del Concilio, el 18 los estudios teológicos; corre el riesgo de hacer incom-
de noviembre de 1965. En el período intermedio hay prensible la verdad a los hermanos separados; prescinde
una reelaboración continua del texto hasta llegar a su del problema de la salvación antes de la redención y de
formulación actual. El problema de la historicidad de los no bautizados; alienta poco el trabajo científico teo-
los evangelios constituye uno de los puntos que fueron lógico y exegético» 31. La piedra de tropiezo mayor en el
sometidos a una sucesiva y seria maduración.
28
Cf. Comentarios a la constitución «Dei Verbum» sobre la divina Reve-
lación. Edic. dirigida por L. ALONSO SCHOKEL (Madrid 1969) p.86ss. El
a) Primer esquema texto del esquema I de la constitución dogmática se expondrá más
adelante al compararlo con el texto del esquema II; cf. infra p.55.
El esquema está redactado por una Comisión teoló- 2
» Cf. CC 113 (1962, IV) 588.
gica presidida por el cardenal Ottaviani. Estaba dividido >° Cf. CC 113 (1962, IV) 588.
31
Cf. CC 113 (1962, IV) 589. Ya el primer día después de la pre-
lentación del esquema, se planteó abiertamente la oposición. El car-
" AAS 53 (1961) 507. denal Liénart, obispo de Lille, decía sin rodeos: «Hoc schema mihi
27
AAS 53 (1961) 507s. El libro puesto en ellndice: J. STEINMANN, non placet». El cardenal Alfrink comenzaba diciendo: «Praesens doc-
La Vie deje'sus (Ed. Club des Libraires de France, Paris 1959). Cf. Eccl. Irinale decretum mihi non placet», y terminaba: «Ideo enim peto ut
21 (15 julio 1961) n.1044 p.29.
32 P.l c.2. Actitud de la 1glesia ante el problema El concilio Vaticano II 53
esquema la proporcionaba el problema de relación entre bros tanto de la Comisión teológica como del Secreta-
Escritura y Tradición, de alguna manera ya insinuado riado para la Unión de los Cristianos» «. Al frente de la
en el título mismo del esquema De fontibus revelationis. nueva comisión mixta fueron nombrados, unos días
En la Congregación general 23, el día 20 de no- después, como co-presidentes, los cardenales Ottaviani y
viembre, se pasó a la votación del esquema. Se comunica Bea; como secretarios, el P. Tromp y Mons. Wille-
a la sala: «los Padres que voten Placet quieren interrum- brands.
pir la discusión del esquema y pasar a otro; los que vo-
ten Non placet quieren proseguir en la discusión sucesiva b) Segundo esquema
de los cinco capítulos del esquema» 12. Los resultados de
la votación: De 2.209 votantes, 1.368 dijeron «Placet» Durante la primera sesión del Concilio, y fuera del
(partidarios de la interrupción de la discusión); 822 vo- aula conciliar, se divulgaron entre los Padres algunos
taron «Non placet»; 19 nulos. Como los partidarios de la escritos que pudieran orientar en torno a algunos pro-
interrupción de la discusión no llegaron a las dos terce- blemas bíblicos y exegéticos. El cardenal Bea, a petición
ras partes (se hubieran requerido 1.473 «Placet»), el es- de algunos obispos, escribió, en forma de manuscrito,
quema quedó aprobado sólo por los 822 votos. Y así se un opúsculo sobre la «historia de las formas» y la histo-
pasó a la discusión del esquema. ricidad de los evangelios 34.
El día siguiente, 21 de noviembre, al comienzo de la El cardenal Alfrink escribe en francés e inglés, el 25
Congregación general 24, el secretario general, Monse- de noviembre de 1962, la dedicación de un número de
ñor Felici, por mandato del cardenal secretario de Es- la revista Bíblica en homenaje al cardenal Bea en sus
tado, «lee una comunicación refiriéndose a la votación sesenta años de vida en la Compañía de Jesús y cin-
de ayer, en la cual los resultados no habían conseguido cuenta de sacerdocio, y al P. Vaccari en homenaje a sus
la mayoría requerida por el reglamento. Teniendo en setenta años de Compañía. La dedicación es una opor-
cuenta el hecho que los pareceres emitidos en las inter- tunidad para analizar las ventajas del «método historia
venciones de los días pasados dejaban entrever una dis- de las formas», una vez purificado de sus concepciones
cusión más bien laboriosa y prolongada del esquema erróneas preexistentes, para el estudio de los evangelios.
sobre las Fuentes de la Revelación, ha parecido útil estu- El Monitum del Santo Oficio del 20 de j u n i o de
diarlo de nuevo por una comisión especial antes de pro- 1961—escribe el cardenal—, formulado en términos
seguir el examen. Por deseo del Santo Padre, tal comi- prudentes, no condena el método mismo; es simple-
sión estará compuesta por algunos cardenales y miem- mente un poner en guardia, con seriedad, contra con-
clusiones abusivas 35. Respecto de la relación entre el
recognoscatur penitus». El cardenal Ritter, arzobispo de Saint-Louis
Cristo de la fe y el Jesús de la historia, añade:
(Canadá), declaraba «Reiciendum est». El patriarca de Antioquía, Má-
ximos IV, denominaba el texto del esquema: «restreint, négatif et po- » Cf. CC 113 (1962, IV) 597.
lémique», «je propose de rénoncer purement et simplement á ce 34
El opúsculo, con algunos retoques, se publica después en forma
schema». El cardenal Bea también fue categórico en su intervención: de artículos en revistas: La Storicitá dei Vangeli Sinottici: CC 115 (1964,
«Locuturus de schemate in genere non possum non laudare studium II) 417-436; II Carattere Storico dei Vangeli Sinottici come Opere lspirate:
et diligentiam cum qua Commissio theologica illud praeparavit et CC 115 (1964, II) 526-545; La historicidad de los Evangelios Sinópticos:
composuit. Eo magis dolet me de eo, qua forma nunc prostat, dicere RevBib 25 (1963) 159-172; El carácter de los Evangelios Sinópticos como
deberé: 'Non placet'». Cf. Documentatiorj Catholique 59 (1962) obras inspiradas y Palabra de Dios: RevBib 26 (1964) 16-30; La historici-
1577-1594: Comentarios a la constitución «Dei Verbum» sobre la divina Re- dad de los Evangelios Sinópticos: RazFe 170 (1964) 9-28. En forma de
velación (Madrid 1969) p.4-11. libro se publica: La historicidad de los Evangelios (Madrid 1965).
12
Cf. CC 113 (1962, IV) 596. " Bib 43 (1962) 260.
54 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema El concilio Vaticano II 55
«En estas materias se requiere un agudo sentido de discer- ESQUEMA I ESQUEMA II
nimiento. Es muy diferente el pretender que los evangelios CAP. IV: SOBRE EL NT CAP. IV: SOBRE EL NT
presenten el 'Cristo de la fe' y no el Jesús de la historia, y el 20. [Del valor histórico de los 18. [índole histórica de los
decir que en la descripción evangélica del Cristo histórico la fe evangelios ] evangelios. ]
ha desempeñado su papel; esto no pone en peligro, de ninguna La misma santa madre Iglesia, La ( ) santa madre Iglesia/írwe
manera, la inerrancia de la Escritura» 16. con firme y constantísima fe, ha y constantísimamente ha mante-
creído y cree que los cuatro refe- nido y mantiene que los cuatro re-
Entre los opúsculos que corrieron entre los Padres, ridos evangelios sinceramente feridos evangelios con verdad
fuera del aula conciliar, no faltó tampoco el que presen- comunican lo que Jesús, Hijo de comunican lo que Jesús, Hijo de
Dios, viviendo entre los hombres, Dios, viviendo entre los hombres
tara la «historia de las formas» «como la suma de todos realmente hizo y enseñó para la realmente hizo y enseñó para su
los errores para el Nuevo Testamento, y en particular salvación eterna de los hombres salvación eterna (cf. Act 1,1).
(cf. Act 1,1). Aunque los evange- A u n q u e los evangelios a veces
para los santos evangelios, en clara oposición con la doc- lios no convengan (ni es necesa- tengan forma de proclamación y no
trina católica». Es, pues, «oportuna, necesaria», una ex- rio que así sea) con todas las mo- convengan ( ) con todas las mo-
plícita condena o reprobación 37. dalidades de composición histó- dalidades de composición histó-
rica en uso entre los historiado- rica que se usan principalmente en
En este ambiente de ideas encontradas, Su Santidad res de nuestro tiempo, sin em- nuestro tiempo, sin embargo ( )
el papa Juan XXIII encargó a la PCB, a fines de 1962, el bargo, los dichos y hechos que en nos comunicaron una historia verda-
ellos se contienen, bajo la inspi- dera y sincera. Fueron escritos sa-
estudio del «método historia de las formas» y su apli- ración del Espíritu Santo, para cándolos ya de la tradición de
cación para la historicidad de los evangelios. Este estu- esto precisamente se han escrito, «quienes desde el principio fue-
dio se concretará en la Instrucción de la PCB «sobre la para que, por el testimonio y tra- ron testigos oculares y ministros
dición de aquellos «que desde el de la palabra», ya de la memoria y
verdad histórica de los evangelios», fechada el 21 de principio fueron testigos ocula- recuerdo de los cercanos y discípulos
abril de 1964 y hecha pública el 14 de mayo de ese res y ministros de la palabra, co- del Señor, con la intención de que
nozcamos la verdad de las pala- conozcamos la verdad de las pa-
mismo año. La Instrucción tendrá un papel capital en la bras en que hemos sido instruidos labras en que hemos sido ins-
redacción de la constitución dogmática Dei Verbum a (Le 1,2-4). truidos (cf. Le 1,2-4).
partir del tercer esquema. 21. [De la verdad de los hechos ( )
Mientras se elaboraba la Instrucción de la PCB, se de Cristo en los evangelios. ]
Por lo cual, este sacrosanto
fue fraguando también el nuevo esquema encomen- Concilio Vaticano condena aque-
dado a la comisión mixta. Con un nuevo título, «De di- llos e r r o r e s por los cuales se
vina revelatione», se envía el segundo esquema a los niega o se disminuye, de cual-
quier modo y causa, la genuina
Padres conciliares, el 23 de abril de 1963. Por el cambio verdad histórica y objetiva de los
mismo del título del esquema, ya aparece la nueva hechos de la vida de nuestro Se-
ñor Jesucristo, según se narran
orientación que toma. Ateniéndonos al problema de la en esos santos evangelios. Estos
historicidad de los evangelios, he aquí el texto contras- errores aún resultan más perni-
tado de los dos primeros esquemas 37*: ciosos si ponen en duda los he-
chos que constituyen objeto de
fe: por ejemplo, los hechos de la
36
Bib 43 (1962) 262ss. infancia de Cristo, las señales y
37
L. RANDELLINI, Riflessioni marginali alia Istruzione della PCB del milagros del Redentor, su admi-
21 aprile 1964: RBiblt 13 (1965) 262s. rable resurrección de entre los
37
* El n. 19 del esquema I y el n. 17 del esquema II, sobre los auto- muertos y su gloriosa ascensión
r e s d e los e v a n g e l i o s , s e r á n c o m p a r a d o s en el c a p í t u l o ; al Padre.
cf. infra p.107. En los textos paralelos, las adiciones de un esquema 22. [De la verdad de las pala-
respecto al anterior se expresarán con diferente tipo de letra; las omi- bras de Cristo en los evangelios. ]
siones de un esquema respecto al precedente se indicarán mediante
Igualmente, este sacrosanto
un().
concilio Vaticano condena aque-
56 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema El concilio Vaticano II 57
errores en los cuales se afirma Junto con el cambio de esos dos adverbios se intro-
que las palabras de Cristo, tal y duce en el segundo esquema (n.18) la sustitución del
como los evangelios las atribuyen
al Señor, al menos en cuanto al adverbio del primer esquema (n.20) «sinceramente comu-
significado expresado por ellas, nican» (sincere tradere) por el de «con verdad comunican»
no son, la mayoría de las veces, (veré tradere). El matiz de cada uno de los adverbios se
de Cristo, sino que más bien nos
dan la mente del evangelista o, lo explícita en respuestas a las observaciones del esquema
que es más grave, de la primitiva . IV, con motivo del discutido problema de la historici-
comunidad cristiana. dad, respecto a los dos adjetivos correlativos: sincera,
19. [La exégesis católica. I
Sin embargo, es misión de los respondiendo a un elemento subjetivo; y vera, respon-
exegetas que en la Iglesia y para diendo a un elemento objetivo ,9 .
utilidad de la Iglesia se dedican a
la investigación de las palabras
divinas, guardadas las normas de
una hermenéutica racional y ca- 2) ADICIONES
tólica, contribuir, bajo la guía del
magisterio de la Iglesia, para que En el esquema segundo (n.18) se habla por primera
los pasajes del Evangelio que aún
esperan una explicación cierta y vez de que, «aunque los evangelios a veces tengan/onrea de
definida se comprendan bien, de proclamación ('formam praeconii')..., nos comunicaron una
tal modo que, con la preparación
del estudio, el juicio de la Iglesia
historia verdadera y sincera» («veram et sinceram historiam
llegue a madurar. nobis tradiderunt») 40. Esta forma de proclamación no está
reñida con una historia a la que se aplica por primera vez
De la comparación de los dos textos se pueden apre- la conjunción de los dos adjetivos: verdadera y sincera 4I .
ciar las modificaciones que, de un modo más notable, El esquema II, como el I, señala la intención de la
pueden cambiar la orientación del esquema segundo composición de los evangelios: para que «conozcamos la
respecto al primero: verdad de las palabras en que hemos sido instruidos»
(Le 1,2-4). Esta verdad expuesta la conocemos por la
1) CAMBIOS EN LA FORMULACIÓN
tradición de aquellos que «desde el principio fueron tes-
El esquema primero (n.20) habla de la Iglesia que tigos oculares y ministros de la palabra» (en esto coin-
«confirme y constantísima fe ha creído y cree que los cuatro cide el esquema II [n.18] con el esquema I [n.20]) y por
referidos evangelios sinceramente comunican lo que Je- «la memoria y recuerdo de los cercanos y discípulos del
sús... realmente hizo y enseñó...» El segundo esquema Señor» (ex memoria et recordatione propinquorum et discipu-
(n.18) cambia la formulación «ha creído y cree» (credidit lorum Domini). La mención de esta última fuente de co-
et credit) por otros dos verbos: «ha mantenido y man- nocimiento es adición especial del esquema II (n.18).
tiene» (tenuit ac tenet); y la expresión «con fe firme y Una adición particular del esquema II (n.19) es la
constantísima» (firma et constantissima fide) la convierte exposición del cometido propio de la exégesis católica:
en dos adverbios: «firme y constantísimamente» (firmiter
et constantissime). La explicación de este cambio la dará
" Cf. infra p.67.
más adelante la Comisión doctrinal al responder en el 40
Esta «forma de proclamación» se explanará más en la Instruc-
esquema IV a las observaciones de algunos Padres ,x . ción de la PCB, introducida después en el esquema III; cf. infra
p.59.61-64.
41
'» Cf. infra p.66. Sobre la problemática de estos dos adjetivos, cf. infra p.67-68.
58 P.l c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema El concilio Vaticano II 59
colaborar, guardando las normas de una hermenéutica ESQUEMA II ESQUEMA III
racional y católica bajo la dirección del magisterio, en el CAP. IV: SOBRK KI. NT C A I \ V: SOBRL ti. NT
18. [índole histórica de los 19. [índole histórica de los
estudio de lugares del Evangelio que aún no tienen una evangelios. \ evangelios. ]
exposición cierta y definida para que se entiendan bien. La santa madre Iglesia firme y La santa madre Iglesia firme y
De esta manera se preparará el juicio maduro de la constantísimamente ha mante- constantísimamente ha mante-
nido y mantiene que los cuatro nido y mantiene que los cuatro
Iglesia. referidos evangelios con verdad referidos evangelios con verdad
comunican lo que Jesús, Hijo de comunican lo que Jesús, Hijo de
Dios, viviendo entre los hombres, Dios, viviendo entre los hombres,
3) OMISIONES realmente hizo y enseñó para la realmente hizo y enseñó para la
salvación eterna de los hombres salvación eterna de los hombres
Los n.21 y 22 del esquema I se suprimen en el es- (cf. Act 1,1). (cf. Act 1,1). Los apóstoles, después
quema II. En esos números «se condenan» algunos de la muerte del Señor, ciertamente
predicaron a sus oyentes lo que él ha-
errores en torno a la verdad de los hechos (n.21) y pala- bía dicho y hecho, con aquella crecida
bras de Cristo (n.22) en los evangelios. Al suprimir esta inteligencia de que ellos gozaban, ins-
condena, el esquema II toma abiertamente una orienta- truidos por los acontecimientos glo-
riosos de Cristo e ilustrados por la luz
ción positiva en el estudio de los evangelios, aunque, a del Espíritu de verdad. Los autores
juzgar por las observaciones enviadas por los Padres a sagrados escribieron los cuatro evan-
gelios escogiendo algunas cosas de las
este esquema aún aparezca su aspecto apologético (por muchas que ya se transmitían de pa-
ejemplo, en el n.17) 4I *. labra o por escrito, sintetizando otras
o... atendiendo a la condición de sus
Aunque los evangelios a veces iglesias, reteniendo la forma de
tengan forma de proclamación y proclamación ( ), de manera que
c) Tercer esquema no convengan con todas las mo- siempre nos comunicaban no co-
dalidades de composición histó- sas fingidas, provenientes de la po-
rica que se usan principalmente tencia creadora de la primera comu-
El esquema II no se discutió en el aula conciliar. Los nidad, sino la verdad sincera acerca
en nuestro tiempo, sin embargo,
Padres fueron enviando sus observaciones al esquema nos comunicaron una historia de Jesús. Escribieron, pues, sacán-
durante la segunda mitad del año 1963 y primera del verdadera y sincera. Fueron es- dolo ya de su memoria y re-
critos sacándolos ya de la tradi- cuerdo, ya del testimonio de quie-
año 1964. El número de enmiendas propuestas a todo el nes «desde el principio fueron
ción de quienes «desde el princi-
esquema fueron 2.481. A partir de ellas y de la Instruc- pio fueron testigos oculares y testigos oculares y ministros de la
ción de la PCB sobre la verdad histórica de los evange- ministros de la palabra», ya que palabra» ( ), con la intención de
la memoria y recuerdo de los que conozcamos la «verdad» de
lios, hecha pública el 14 de mayo de 1964, se elaboró el cercanos y discípulos del Señor, las palabras en las que hemos
tercer esquema. El 7 de julio se envió el tercer esquema con la intención de que conoz- sido instruidos (cf. Le 1,2-4).
a los Padres para presentarlo después a discusión du- camos la verdad de las palabras
en que hemos sido instruidos
rante la tercera sesión del Concilio en ese mismo año de cf. Le 1,2-4).
1964. Estos son los textos comparados de los esquemas 19. \La exe'gesis católica. ] ( )
II y III en el punto concreto de la historicidad de los
evangelios:
Los cambios realizados en el esquema III en relación
al esquema II se deben a las observaciones enviadas por
los Padres y a la incorporación en el esquema de la Ins-
trucción de la PCB sobre la verdad histórica de los
4I
* Cf. infra p.!07ss. evangelios.
60 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema 61
El concilio Vaticano II
1) OBSERVACIONES DE LOS PADRES CONCILIARES exégesis del Evangelio, sino para toda la Sagrada Escri-
a) El número del capítulo en que se trata el tema so- tura. Este párrafo se quitó de este n.19 del esquema III
bre el Nuevo Testamento y evangelios cambia. En el es- y se trasladó en síntesis, al final del n.12, en el capítulo
quema II es el capítulo cuarto, y en el esquema III es el tercero, que trata sobre la inspiración e interpretación
capítulo quinto. Lo que antes, en el esquema II, era de la Sagrada Escritura.
mero proemio, a partir del esquema III toma el relieve
de un capítulo, el primero, con el título «De ipsa revela- 2) INFLUJO DE LA INSTRUCCIÓN DE LA PCB
tione», atrasando así la numeración de los capítulos.
b) El título del capítulo cuarto, «De Novo Testa- El estudio sobre la historicidad de los evangelios, en-
mento», en el esquema II, disgustó a bastantes Padres, comendado por Juan XXIII a la PCB a fines de 1962,
porque, titulándose de un modo genérico con alusión a no se terminó hasta el 21 de abril de 1964, bajo el ponti-
todo el Nuevo Testamento, el texto se ceñía después ficado de Pablo VI 42. Su título: «Instrucción sobre la
casi exclusivamente a los evangelios y bajo un aspecto verdad histórica de los evangelios», con las palabras ini-
apologético. En el esquema III se conservó el título ge- ciales Sancta Mater Ecclesia 43.
neral «De Novo Testamento», pero añadiendo en el La Instrucción se abre con una especie de prólogo,
texto un número nuevo, el n.17: «Novi Testamenti ex- animado del espíritu alentador y positivo de caridad de
cellentia», presentando toda la materia del Nuevo Tes- la encíclica de Pío XII Divino Afflante Spiritu. En un pri-
tamento bajo un aspecto doctrinal e histórico. mer número expone cuál ha de ser el trabajo del exegeta
c) Además, en el n.18 del esquema III se suprime lo católico y sus medios de exégesis. Bajo la guía del ma-
que se decía en el n. 17 del esquema anterior acerca de
42
las dudas que hoy se propalan sobre la fe histórica E] texto italiano y latino de la Instrucción aparece por primera
vez en VOsservatore Romano del 14 de mayo de 1964. Texto oficial:
de los evangelios y su autoridad divina. La alusión a estas AAS 56 (1964) 712-718. La traducción española que se citará en ade-
dudas pareció inútil a muchos Padres, sobre todo por se- lante es la de Eccl 24 (30 mayo 1964) n.1194 p.9-12 (735-738). Sobre
guir a continuación lo que puede constituir la fe católica esta Instrucción aparecieron inmediatamente innumerables artículos.
He aquí algunos de ellos: S. CIPRIANI, Presuppositi dottrinali espliciti e
en esta materia. impliciti della «Instruction della Pontificia Commissione Bíblica sui Vangeli:
d) En el n.19 del esquema III se introducen tam- DThom 68 (1965) 242-254; P. FANNON, Encounter and Theology in New
Testament: CleR 50 (1965) 91-102; J. A. FITZMYER, The Biblical Com-
bién algunas modificaciones observadas por los Padres. mission's Instruction on the Historical Truth of the Gospels: TS 25 (1964)
Al final del número no sólo se cita como fuente de los 386-408; A. DE LA FUENTE, Documento alentador para los estudios de la
Biblia: Eccl 24 (1964) 1103-1106; W. HARRINGTON, The Instruction on
dichos y hechos de la vida de Jesús la memoria y re- the Historical Truth of the Gospels: IrERec 103 (1965) 73-85; N. LOH-
cuerdo de los autores, sino también lo que recibieron HNK, Die Evangelien und die Geschichte. Zur Instruktion der Papslichen Bi-
por el testimonio de aquellos que desde el principio vie- belkommission von21 April 1964: StiZt 174 (1964) 365-374; J. LOSADA,
La verdad histórica de los evangelios: SalTer 52 (1964) 673-683; J. A.
ron y fueron ministros de la palabra. Así, todo lo que O'FLYNN, Instruction of the Biblical Commission: I r T Q 31 (1964) 240-
nos transmiten aparece teniendo como un doble origen. 246; J. RADERMAKERS, Instruction du 21 April 1964 sur la Vente' hist. des
Évang. Commentaire: NRT 86 (1964) 640-643; L. RANDELLINI, Rifles-
La última palabra del n.19 se pone entre comillas, «veri- sioni marginali alia lstruzione della PCB del 21 Aprile 1964: RBiblt 13
tatem», para mantener el valor de la palabra griega que (1965) 255-287; R. ROLQIETTE, LTnstruction de la Commission Biblique:
se cita (Le 1,4). Finalmente, en este n.19 se suprime la Ét 97 (1964) 105.110.
41
norma exegética que se exponía en el n.19 del esquema La importancia del documento exige de alguna manera se in-
serte aquí íntegramente. El texto se pondrá al final de este capítulo:
anterior, por ser una norma valedera no sólo para la cf. infra p.90-97.
is/ concilio Vaticano II 63
62 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema
gisterio y apoyado en los resultados conseguidos por los dos, que pusieron por escrito los evangelios con una la-
exegetas que le han precedido, especialmente Santos bor de selección, de síntesis, de adaptación a las situa-
Padres y Doctores de la Iglesia, ha de proseguir el tra- ciones de las iglesias. Todo este material fue recogido y
bajo de clarificación del texto sagrado siguiendo las redactado no con el único fin de conservar su recuerdo,
normas de la hermenéutica racional y católica, aprove- sino como material de predicación para ofrecer a la
chando los nuevos medios de exégesis ofrecidos por el Iglesia la base de la fe y las costumbres. Estos tres esta-
método histórico: atención a las fuentes, crítica del dios, ampliamente expuestos en la Instrucción de la
texto, crítica literaria y conocimiento de lenguas. El es- PCB, son los que recoge en síntesis el n.19 del esque-
tudio de la forma de expresión y género literario no ma III. El primer paso ya se insinuaba en el n.18 del
puede ser descuidado ni causar grave perjuicio a la exé- esquema II: «Los evangelios comunican lo que Jesús...
gesis católica. Junto con estos medios de exégesis, co- realmente hizo y enseñó». El segundo paso de la Ins-
munes para el estudio del Antiguo y Nuevo Testamen- trucción lo sintetiza el n.19 del esquema III: «Los após-
tos, le será lícito al exegeta católico usar, donde con- toles, después de la muerte del Señor, ciertamente pre-
venga, los elementos positivos del «método HF», para dicaron a sus oyentes lo que él había dicho y hecho, con
un mayor conocimiento de los evangelios. Con todo, en aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, ins-
el uso de este método procederá con cautela por los truidos por los acontecimientos gloriosos de Cristo e
principios filosóficos y teológicos inadmisibles que vician ilustrados por la luz del Espíritu de verdad». El tercer
a veces el método y sus consecuencias. Entre los prejui- estadio, es decir, la redacción de los autores, lo formula
cios de algunos autores del «método HF» enumera la así el esquema III: «Los autores sagrados escribieron los
negación «a priori» del valor e índole histórica de los cuatro evangelios escogiendo algunas cosas de las mu-
documentos de la Revelación y la exageración del in- chas que ya se transmitían de palabra o por escrito, sin-
flujo de la comunidad primitiva cristiana exaltando su tetizando otras, atendiendo 44 en otras a la condición de
poder creativo, con merma de la autoridad de los após- sus iglesias, reteniendo la forma de proclamación...»
toles como testigos de Cristo. A este último principio, En la Instrucción continúan aún dos números más, el
inadmisible, del «método HF» alude el n.19 del es- tercero y cuarto, en los que se exponen normas para el
quema III, que estudiamos, cuando dice que los autores uso de la Sagrada Escritura en la formación de los
de los evangelios los escribieron reteniendo la forma de sacerdotes y predicación a los fieles.
proclamación, pero comunicándonos cosas verdaderas y El esquema III, elaborado con las observaciones de
no fingidas, elaboradas «por el poder creador de la pri- los Padres y elementos de la Instrucción de la PCB, se
mitiva comunidad». discutió en el aula conciliar, en las Congregaciones ge-
En el segundo número de la Instrucción se exponen nerales 91-95, del 30 de septiembre al 6 de octubre de
con detención y claridad los tres momentos que atrave- 1964. En la relación que se hacía de este esquema III al
saron la vida y doctrina de Cristo antes de llegar hasta ser presentado para la discusión en el aula, resumía así
nosotros. El primero, Jesús rodeado de los discípulos, el relator Mons. Johannes van Dodewaard lo referente
testigos de las obras y palabras. El segundo, los apóstoles, al capítulo quinto:
que, enseñados ya por los acontecimientos gloriosos de
Cristo y por la iluminación del Espíritu, exponen la vida 44
La traducción no puede ser exacta, porque en este esquema III,
de Cristo y repiten sus palabras en acomodación a las como después se dirá en la relación del esquema IV, se omitió por
exigencias de los oyentes. El tercero, los autores sagrá- olvido la palabra «explanantes» de la Instrucción; cf. infra p.65.
64 PI c 2 Actitud de la Iglesia ante el problema El concilio Vaticano II 65
«El titulo de este capitulo, que desagradaba a muchos Pa- cosas de las muchas que ya se cosas de las muchas que ya se
dres por hablar el texto casi exclusivamente de los evangelios, transmitían de palabra o por es- transmitían de palabra o por es
ha permanecido el mismo por haberse añadido un numero crito, s i n t e t i z a n d o otras, o crito, sintetizando otras, o expii
nuevo, el n 17, en el que se presenta de un modo general toda atendiendo a la condición de sus candólas atendiendo a la condi-
la materia del Nuevo Testamento y se resume la doctrina de íglesias, reteniendo la forma de cion de las iglesias, reteniendo la
todos los escritos del Nuevo Testamento Después, en el n 18 y proclamación de m a n e r a q u e forma de proclamación, de ma-
19, se trata en particular de los evangelios, y en el n 20 de los siempre nos comunicaban no co- ñera que siempre nos comunica-
demás escritos del Nuevo Testamento De gran importancia es sas fingidas, provenientes de la ban ( ) la verdad sincera acerca
lo que se dice en el n 19 acerca de la índole histórica de los potencia creadora de la primera de Jesús
evangelios El texto nuevo, preparado por una subcomisión du- comunidad, sino la verdad sin-
rante el mes de abril de 1964, esta ahora en armonía con la cera acerca de Jesús
Instrucción Sancta Mater Ecclesia de la Comisión de estudios bí- Escribieron, pues, sacándolo ya Escribieron, pues, sacándolo ya
blicos del 14 de mayo de 1964» "5 de su memoria y recuerdo, ya del de su memoria y recuerdo, ya del
testimonio de quienes «desde el testimonio de quienes «desde el
principio fueron testigos oculares principio fueron testigos oculares
d) Cuarto esquema y ministros de la palabra», con la y ministros de la palabra», con la
intención de q u e conozcamos intención de q u e conozcamos
Con las observaciones hechas de nuevo al esque- la «verdad» de las palabras en la «verdad» de las palabras en
ma III se elabora el esquema IV, que es entregado a los que hemos sido instruidos que hemos sido i n s t r u i d o s
(cf Le 1,2-4) (cf Le 1,2-4)
Padres el 20 de noviembre, durante la misma sesión
tercera del Concilio Las variantes del esquema IV sobre Prescindiendo de las variantes que se introdujeron
el III en el punto concreto de la historicidad de los para un mayor perfeccionamiento en el estilo del n 19
evangelios son mas bien escasas, reduciéndose a una del esquema IV, las variantes restantes se reducen a in-
omisión y a algunas mejoras estilísticas troducir una palabra de la Instrucción de la PCB que se
había suprimido involuntariamente en el esquema ante-
ESQUEMA III ESQUEMA IV
19 [índole histórica de los 19 [índole histórica de los
rior, «explicando» (explanantes), y a la omisión consciente
evangelios ] evangelios ] de la frase «no cosas fingidas, provenientes de la poten-
La santa madre Iglesia firme y La santa madre Iglesia firme y cia creadora de la primera comunidad, sino» (ut non
constantisimamente ha mante- constantisimamente ha mante
nido y mantiene que los cuatro nido y mantiene que los cuatro ficta, ex creatina potentia pnmaevae communitatis promanan-
referidos evangelios con verdad referidos evangelios con verdad tia) Se creyó suprimir esta frase, en la que se alude a
comunican lo que Jesús Hijo de comunican lo que Jesús, Hijo de uno de los principios inadmisibles del «método HF». el
Dios viviendo entre los hombres, Dios, viviendo entre los hombres
realmente hizo y enseño para la realmente hizo y enseño para la poder creador de la comunidad La razón que se da
salvación eterna de los hombres salvación eterna de los hombres para su supresión es obvia - semejante alusión concede
(cf Act 1,1) Los apostóles, des- (cf Act 1,1) Los apostóles, des- demasiado honor a una opinión que ya está superada 46
pués de la muerte del Señor, pues de la muerte del Señor,
predicaron a sus oyentes lo que predicaron a sus oyentes lo que En cuanto a la expresión «nos comunicaban no cosas fin-
el había dicho y hecho con aque- el había dicho y hecho, con aque gidas« (non ficta) podría crear confusión y además añade
Ha crecida inteligencia de que lia crecida inteligencia de que
ellos gozaban, instruidos por los ellos gozaban, instruidos por los poco a la fórmula positiva que sigue a continuación,
a c o n t e c i m i e n t o s gloriosos d e a c o n t e c i m i e n t o s gloriosos de «nos comunicaban . la verdad sincera acerca de Jesús»
Cristo e ilustrados por la luz del Cristo e ilustrados por la luz del («vera et sincera de Iesu nobis communicarent») A algu-
Espíritu de verdad Los autores Espíritu de verdad Los autores
sagrados escribieron los cuatro sagrados escribieron los cuatro nas observaciones de los Padres que se lamentan por la
evangelios escogiendo algunas evangelios escogiendo algunas
46
Esta es la única observación que el relator Mons Johannes Do-
45
Relatio super capita III VI Schematis Constitutionis «De Divina Revé dewaard hace en la relación de presentación del n 19 en el esque-
latwne , por I Van Dodewaard Episcopus Harlemensis ma IV
De los Ev al Jesús histórico 3
66 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema El concilio Vatuano II 67
ausencia de las palabras «historia» e «historice» aplicadas b) Trece Padres pedían la sustitución del adverbio
a los evangelios se hace notar explícitamente que se han «con verdad» (veré) por «con fidelidad» (fideliter), por
evitado conscientemente por la ambigüedad de estos concordancia con otra expresión del texto. A esta suge-
términos entre autores modernos. rencia accedió sin dificultad la Comisión.
Este esquema IV se presentó a la votación de los Pa- c) El modo que más polémica suscitó fue el refe-
dres en la quinta y última sesión del Concilio en las rente a la adición del término «histórico» o «historia»
Congregaciones generales 131 a la 133, los días 20-22 aplicado a los evangelios. Esta adición la pedían 174 Pa-
de septiembre de 1965. El capítulo quinto se votó el 22 dres en la primera frase del n.19, poniendo que los
de septiembre. En la votación del n.19 hubo 2.233 vo- evangelios «comunican todos los hechos y dichos que en
tantes; de éstos, 2.162 dijeron «Placet», 61 «Non placet» ellos se contienen según una verdad y fe histórica»
y 10 votos nulos. En la votación del capítulo quinto ín- (iuxta veritatem fidemque historicam tradere omnia jacta et
tegro, de 2.170 votantes, 1.850 dijeron «Placet» y 313 dicta quae in ipsis continentur). Según estos Padres, había
«Placet iuxta modum». El n.19 fue el que tuvo más mo- que introducir necesariamente el término «histórico»
dos de enmienda propuestos por los Padres. Algunos de (historicum), frecuentemente usado por el magisterio,
los modos propuestos y las respuestas dadas por la Co- para refrenar la audacia exegética. A esta propuesta
misión doctrinal, bien admitiendo o rechazando los respondió la Comisión: «Es cierto que el término 'histó-
modos, pueden aclarar grandemente el sentido preten- rico' ha sido con frecuencia usado por documentos an-
dido en el n.19. teriores del magisterio, por ejemplo, EB 560. Sin em-
1) Así algunos Padres, en lapnmera frase: «La santa bargo, hoy el término 'historia' es usado por muchos
madre Iglesia firme y constantísimamente ha mante- con un sentido mucho más amplio, por ejemplo, aun
nido y mantiene que los cuatro referidos evangelios con para cosas 'supramundanas' que se perciben por fe». La
verdad comunican lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo palabra «historia» se puede traducir por «Geschichte» o
entre los hombres, realmente hizo y enseñó para la sal- por «Historie» 47.
vación eterna», sugerían las modificaciones siguientes:
2) Otros Padres, para poner más a salvo la histori-
a) Sustituir «ha mantenido y mantiene» (tenuit ac cidad de los evangelios, sugieren se introduzcan los
tenet) por «ha creído y cree» (credidit et credit), por tra- términos «historia» o «histórico», ya casi al final del n.19.
tarse de algo que la Iglesia siempre ha creído con acto Así 158 Padres proponen completar la expresión «nos
de fe. La respuesta de la Comisión doctrinal a esta pro- comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús» (vera et
puesta es esciarecedora: La Comisión escribió «tenuit ac sincera de lesu nobis communicarent) por esta otra: «nos
tenet» porque así se expresa mejor que a la historicidad comunicaban la verdad sincera acerca de la historia de
se llega no sólo por fe, sino por fe y por razón 46*. Jesús» («vera et sincera de historia lesu nobis communi-
carent») o «nos comunicaban una narración verdadera-
46
* «Plures Parres... loco 'tenuit ac tenet', volunt credidit ac credit;
quia agitur de veritate quae actu fidei in Ecclesia semper credita est». 47
A este modo sugerido por los Padres responde la Comisión: «Commis- Este es el texto de la respuesta de la Comisión: «De usu vocis
sio scripsit tenwt ac tenet, quia sic melius exprimitur hanc historicitatem historicum, certum est quod saepius ab anterioribus Magisterii docu-
teneri fide et ratione, et non tantum fide». Cf. Sacrosanctum Oecumeni- mentis adhibita est. v.gr., EB 560. Hodie tamen vox historia a pluribus
cum Concihum Vaticanum Secundum. Schema Constitutionis Dogmaticae «De sensu multo latiore adhibetur, v.gr., etiam pro rebus 'supramundanis',
Divina Revelatione». Modi a Patnbus Concihanbus propositi, a Commissione quae 'fide' apprehenduntur. Vox historia vel per Geschichte, vel per
doctnnah exammati (Typis Polyglottis Vaticanis 1965) p.52. (En ade- Historie verti posset» (cf. Modt p.52). Por esta razón, expresada en la
lante se citará como Modt.) respuesta de la Comisión, se tomó la decisión que a continuación ex-
ponemos, cf. nt.52.
68 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema El concilio Vaticano II 69
mente histórica» (veré historicam narrationem). Un nú- niencia de una revisión de la formulación sobre la histo-
mero de 85 Padres pedía la adición de la siguiente ex- ricidad de los evangelios, el 17 de octubre hace preparar
presión: «de tal modo que siempre comunicaban la ver- una carta en la que se expone que la verdad histórica de
dad objetiva en cuanto a la historicidad de los hechos» los evangelios fuese explícitamente defendida sustitu-
(ita tamen ut quoad factorum historicitatem, obiectivam verita- yendo la expresión «vera et sincera» por esta otra: «vera
tem semper communicarent). La razón que daban es no ser seu histórica fide digna». «Parece—se decía en la
suficiente decir «la verdad sincera» (vera et sincera), pues carta—que la primera no garantiza la historicidad real
la «verdad» (ventas), según otra expresión del esquema de los evangelios; y sobre este punto, como es obvio, el
(n.12) es «aquello que el autor quiere afirmar» (ventas Santo Padre no podría aprobar una fórmula que diese
enim seu id quod sacer auctor scripto asserere voluit), lo cual pie a duda sobre la historicidad de estos santísimos li-
puede ser no real. Por otra parte, la «sinceridad» o au- bros» 49.
sencia de engaño se puede dar también en una narra- El 19 de octubre la Comisión se reúne, y el cardenal
ción fantástica. Así, según estos Padres, por la sola ex- Bea, subrayando la inconveniencia de la fórmula «vera
presión «la verdad sincera» (vera et sincera) no queda su- et sincera», sostiene la propuesta por el Pontífice. En esa
ficientemente garantizada la historicidad de los evange- reunión se hace notar que la nueva fórmula propuesta
lios. Era, pues, necesaria una adición aclaratoria 47*. no elimina la dificultad, ya que muchos protestantes,
La respuesta de la Comisión de nuevo repite por qué especialmente Bultmann y sus secuaces, hablan de la
el término «histórico» no consigue la finalidad que pre- «fides histórica» identificándola con el acto del creyente,
tendían. En cuanto al término «vera», lo explica di- que proyecta su experiencia existencial sobre una narra-
ciendo que se emplea en aquellas cosas cuya afirmación ción ficticia de la cual el exegeta ha de eliminar todo
concuerda con la realidad; la verdad es la adecuación elemento mítico. Por esto se proponía que al comienzo
de la cosa y el entendimiento. Para evitar la confusión del n.19 se expresase con fórmula no equívoca lo que se
que pueda surgir de la expresión formulada en otra pretendía salvar. Esta solución, que recogía la sustancia
ocasión: «veritas enim seu id quod sacer auctor scripto y la finalidad de la enmienda propuesta por el Pontífice,
asserere voluit» (n. 12), se suprime esta expresión 4!<. En fue aprobada por 26 votos favorables de los miembros
cuanto al término «sincera», explica la Comisión que de la Comisión y dos contrarios. Así permaneció en el
completa al término «vera» como un elemento subjetivo texto la fórmula «vera et sincera» y pasó al texto defini-
completa a un elemento objetivo 4S*. tivo, al comienzo del n. 19, la fórmula que expresa la
Esta actitud de la Comisión, junto con las razones actitud de la Iglesia ante los evangelios en estos térmi-
que la motivaban, llega a conocimiento de Su Santidad nos: cuya historicidad afirma sin vacilar («quorum historici-
Pablo VI. El Santo Padre, que ya pensaba en la conve- tatem incunctanter affirmat») 50. Por esto la Comisión,
en la respuesta que da a los modos que proponían la
introducción del término «histórico», además de expo-
" * Cf. Modi p.53.
•»" En el n.12 de este mismo esquema IV se decía:«Veritas enim seu ner la doble interpretación de la palabra «historia» por
id quod sacer auctor scripto asserere voluit, non recte intelligitur nisi «Geschichte» o por «Historie» S1, añade: «por lo cual pa-
rite attendatur ad suetos illos nativos sentiendi... modos...». En el es-
quema V y definitivo se suprimió esa locución, que podía dar lugar a
confusión, y se sustituyó por «ad recte enim intelligendum id quod 49
G. CAPRILE, Tre emendamenti alio Schema sulla Rivelazione (Apunti
auctor scripto asserere voluerit, rite attendendum est tum ad suetos per la Storia del testo): CC 117 (1966, I) 228s.
illos nativos sentiendi... modos...». 50
G. CAI'RII.K, a.c. p.229.
48
* Cf. Modi p.54. " Cf. supra p.67.
El concilio Vaticano II 71
70 PI c 2 Actitud de la Iglesia ante el problema
realmente hizo y enseño para la bres, realmente hizo y enseño
recio que era preferible afirmar la realidad de los he- salvación eterna de los hombres para la salvación eterna de los
chos o de los sucesos de un modo concreto, añadiendo (cf Act 1,1) Los apostóles, des- hombres hasta el día en que fue ele-
pués de la m u e r t e del Señor, vado (cf Act 1,1-2) Los apósto-
[al comienzo] la palabra historicidad, que no se ex- predicaron a sus oyentes lo que les, después de la ascensión del
pone a ambigüedad: «La santa madre Iglesia firme y él había dicho y hecho, con aque- Señor, predicaron a sus oyentes
lla crecida inteligencia de que lo que él había dicho y hecho,
constantísimamente ha mantenido y mantiene que los ellos gozaban, instruidos por los con aquella crecida inteligencia
cuatro referidos evangelios, cuya historicidad afirma sin a c o n t e c i m i e n t o s gloriosos de de que ellos gozaban, instruidos
vacilar, con fidelidad comunican...» 52 Cristo e ilustrados por la luz del por los acontecimientos gloriosos
Espíritu de verdad Los autores de Cristo e ilustrados por la luz
3) Finalmente se verifica algún cambio más en el sagrados escribieron los cuatro del Espíritu de verdad. Los auto-
n. 19 del esquema IV a petición de algunos Padres que evangelios escogiendo algunas res sagrados escribieron los cua-
cosas de las muchas que ya se tro evangelios escogiendo algu-
proponen una adición sobre la resurrección de Cristo transmitían de palabra o por es- nas cosas de las muchas que ya se
no ya como un misterio, sino como un hecho histórico crito, sintetizando otras, o expli- transmitían de palabra o por es-
que dejó vestigios humanos, como el sepulcro vacío, cándolas atendiendo a la condi- crito, sintetizando otras, o expli-
ción de las Iglesias, reteniendo la cándolas atendiendo a la condi-
apariciones, etc. La Comisión respondió que a esta ob- torma de proclamación, de ma- ción de las iglesias, reteniendo la
servación se había satisfecho en la adición de las pala- nera que siempre nos comunica- forma de proclamación, de ma-
bras del libro de los Hechos «hasta el día en que fue ban la verdad sincera acerca de nera que siempre nos comunica-
Jesús Escribieron, pues, sacan- ban la verdad sincera acerca de
elevado» (usque in diem qua assumptus est) (cf. Act 1,1-2) y dolo ya de su memoria y re- Jesús Escribieron, pues, sacan-
la alusión expresa después a la ascensión del Señor, en c u e r d o , ya del testimonio de dolo ya de su memoria y re-
quienes «desde el principio fue- c u e r d o , ya del testimonio de
sustitución de la muerte: «los apóstoles después de la as- ron testigos oculares y ministros quienes «desde el principio fue-
censión del Señor» (Apostoh quidem post ascensionem Do- de la palabra», con la intención ron testigos oculares y ministros
mini...). de que conozcamos la«verdad» de de la palabra», con la intención
las palabras en que hemos sido ins- de que conozcamos la «verdad» de
Una exposición conjunta del n.19 en los esque- truidos (cf Le 1,2-4) las palabras en que hemos sido
mas IV y V, texto definitivo, mostrará, en síntesis, las instruidos (cf Le 1,2-4)
variantes finales introducidas en el texto actual de la
constitución dogmática Dei Verbum en el punto concreto
de la historicidad de los evangelios: e) Texto definitivo: Constitución dogmática
«Dei Verbum»
ESQUEMA IV ESQUEMA V
19 [índole histórica de los 19 [índole histórica de los El 25 de octubre se distribuye entre los Padres el
evangelios I evangelios | fascículo de 78 páginas donde se recogen los modos
La santa madre Iglesia firme y La santa madre Iglesia firme y propuestos al esquema IV y las respuestas dadas por la
constantísimamente ha mante- constantísimamente ha mante-
nido y mantiene que los cuatro nido y mantiene que los cuatro Comisión. El 29 de octubre, en la Congregación general
íetendos evangelios referidos evangelios, cuya histon- 155 se procedió a la votación sobre el examen que la
con verdad adad afirma sin vacilar, con fideh-
comunican lo que Jesús, Hijo de dad comunican lo que Jesús, Hijo
Comisión doctrinal había hecho de los modos propues-
Dios, viviendo entre los hombres, de Dios, viviendo entre los hom- tos y sobre las correcciones que se habían introducido
en el texto. La votación se hizo capítulo por capítulo. En
<2
He aquí el texto de la respuesta. «Quapropter praeferendum la votación del capítulo quinto, donde se trataba de la
visum est reahtatem factótum seu eventuum modo concreto affirmare, ad- historicidad de los evangelios, entre un número total de
dendo . vocem htstoricitatis, quae ambiguitati non exponitur. 'Sancta
Mater Ecclesia firmiter et constantissime tenuit ac tenet quattuor re- 2.139 votantes, se obtuvieron 2.115 «Placet», 19 «Non
censita Evangeha, quorum histoncitatem incunctanter affirmat, fideliler placet» y 5 nulos. La votación del esquema en su con-
tradere...'» (cf. Modi p.52)
72 Plc2 Actitud de la Iglesia ante el problema
Aportación de la Instrucción y del Concilio 73
junto obtuvo 2.081 «Placet» y sólo 27 «Non placet», con a
7 nulos en un total de 2.115 votantes. Una vez aprobado En la sesión pública 8. se procedió a la votación so-
el texto por la Congregación general, sólo faltaba su lemne de la constitución dogmática Dei Verbum. Fueron
presentación al Papa, la aprobación solemne en sesión 2.350 votantes; de ellos sólo 6 dijeron «Non placet» y
pública junto con la promulgación de la Constitución. 2.344 dijeron «Placet». Con una aprobación casi uná-
Antes de esta sesión pública, el día 15 de noviembre, nime se aceptaba la Constitución. A continuación,
el secretario general notifica a la asamblea conciliar la Su Santidad el Papa Pablo VI, con su autoridad, pro-
calificación teológica de la Constitución. mulgaba la Constitución el 18 de noviembre de 1965.
«Se ha preguntado cuál debe ser la calificación teológica de la
doctrina que en el esquema de la constitución dogmática sobre 4. Aportación de la Instrucción de la PCB y la «Dei
la divina Revelación se expone y se somete a votación. A esta Verbum» al problema de la historicidad de los
pregunta, la Comisión de la doctrina de la fe y moral ha dado
respuesta en su Declaración del 6 de marzo de 1964: 'Teniendo evangelios
en cuenta la práctica conciliar y el fin pastoral del presente
Concilio, este santo Sínodo precisa que en la Iglesia solamente Precisamente el texto de la constitución dogmática
han de mantenerse como materias de fe o costumbres aquellas Dei Verbum, enriquecido con la asimilación que ha hecho
cosas que él declare manifiestamente como tales. Todo lo de- de la Instrucción de la PCB, es el que fundamenta el
más que el santo Sínodo propone, por ser doctrina del magiste-
rio supremo de la Iglesia, debe ser recibido y aceptado por to- proceso a seguir en el estudio de la historicidad de los
dos y cada uno de los fieles d e acuerdo con la mente del santo evangelios. Los documentos nos permiten apartarnos de
Sínodo, la cual se conoce, bien por el tema tratado, bien por el
tenor de la expiesión verbal, conforme a las reglas de la inter- una posición incompleta del problema, para seguir una
pretación teológica'» " vía de solución que nos haga llegar hasta Jesús partien-
do de la redacción de los autores y pasando por una tra-
,!
Algunos comentarios sobre la constitución dogmática Dei Ver- dición intermedia 54 . La aportación del texto conci-
bum. L. AIONSO-SC n o k b i , A. A M O N , A. M.a ARTOLA, J. F. ASHTON, liar Dei Verbum y de la instrucción Sancta Mater Ecclesia,
R BOADA, J . CARl)t\AS, J COLOMER, M o n s . F. GARCÍA M A R T I N E / , P
HLIIMANA, R. JACOB, P. LENOSIELD, J. MOLROLX, F. PASTOR, J. P.
RK HARD, G. R u / , J. R SCHEHLER, C. SOLTERO, J. A. UBIETA, Comen- titución dogmática sobre la Revelación divina (Castellón de la Plana 1966);
tarios a la constitución 'Dei Verbum» sobre la divina revelación (Madrid R. SCHUTZ-M. THLRIAN, La parole vivante au conale. Texte et commen-
1969); U B n i i . C . CAS IELLINO, E. G A L \ I A T I , A. M. J A \ IFRRE, C. M. t a i r e d e la c o n s t i t u t i o n s u r la R é v é l a t i o n ( T a i z é 1966); O
M A R I I M , A. PINNA, La Costüuzwne Dogmática sulla divina Rivelauone SEMMELROTH-M. ZERWICK, Vatikanum II uber das Wort Gottes Die Kons-
(Tormo-Leumann 1966); U. BETTT, E. FLORIT, A. GRILLMEIER, A. KE- titutionDe! Verbum: Einfuhrung und Kommentar, Text und Uberset-
RRK.AN, R L A i o i R M i t , L. RANDELLIM, O. SEMMELROTH, Commento zung (Stuttgarter Bibelstudien 1966); E. SrAKEMEiER.-Díe Konzúskonsti-
alia Costituzíone dogmática sulla divina Rwelazwne (Milano 1966); H. tution uber die gotthche Offenbarung (Paderborn 1966).
FR1IS, H . O l í , E. S l A k I M H I R , O . CLLLMANN, W . SCHMIIHALS, M . Algunos artículos d e orientación general de la constitución Dei
Z I R W K K . J K . S . R n i ) , J . M.a G O \ / A L E / R i i / , Offenbarung: Die Auto- Verbum: L. ALONSO-SCHOKEL, La constitución «Dei Verbum» en el momento
ritat der Freiheit, Gegenwart des Konzils und Zukunft der Kirche ím actual: RazFe 178 (1968) 237-244; A. A N I Ó N , Revelación y Tradición en
okumemschen Disput. Herausgegeben von J. Chr. Hampe (3 vols.) la Iglesia: 'Gesta et Verba», sus elementos constitutivos' EstE 43 (1968)
(Munchen 1967) vol.l c.2 p.107-239; J. R A I / I \ C E R , A. GRIUMEILR, B. 225-258; J. M. ARRONIZ, Notas a la constitución dogmática sobre la Revela-
RioAt x, Dogmatische Konstitulion uber die gbtthche Offenbarung' LThK, ción: Lumen Vit 14 (1965) 385-494; G. CAPRILE, Tre emendamenti alio
Das Zweite Vatikanische Konzil. Dokumente und Kommentare t.2 Schema sulla Rwelazwne, Appunti per la stona del testo CC 117 (1966, I)
(Iieiburg 1967) p.497-583; B. D. Dvn\, J. P. T O R R E I I , J. FEINER, 214-231; P. GRELOT, La Constitution sur la Révélation: I. La prépara-
H . DI L l B A t , C . M o E H t R , P . G R E I O r , L . A l ( ) \ S ( ) - S c HOktL, X . tion d'un Schema Conciliaire. II. Contenu et portee du texte Concihaire. Et
L K > \ - D I I « I R, A. G R U Í MUtR, R. Se m i / - M . T H L R I A N , J. L. L H B Í , 324 (1966) 99-113; 233-246; R. LATOLRELLE, La Révélation et sa trans-
E. SciUiNk, K. B A R I H , A. Se RIMA, A. K \ i A / m , Z . a Révélatwn Divine. mission selon la Constitution «Dei Verbum»: Greg 47 (1966) 5-40; C.
Constitution dogmatique Dei Verbum (París 1968); M. N K oí AI , Escri- MARTINI, Alcuní aspetti delta Costituzwne dogmática «Dei Verbum» CC
tura y Revelación según el Concilio Vaticano II. Texto y comentario de la 117 (1966, II) 216-226; M. ZERWICK, De S. Scnptura in Constitutione
constitución dogmática Dei Verbum (Madrid 1967); j . P I R A R N U , Cons- dogmática -Dei Verbum»- VD 44 (1966) 17-42.
54
Cf. supra p.10.
Aportación de la Instrucción y del Concilio 75
74 P.l c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema
puede poner en duda la verdad de los dichos y hechos
fusionados en el n.19 de la constitución dogmática, se
que se contienen en los evangelios, la PCB ha creído
podría sintetizar bajo tres puntos fundamentales: una
oportuno hablar sobre el tema 57. El texto conciliar ex-
postura precisa ante el «método HF», una actitud deci-
pone de un modo tajante que los cuatro evangelios nos
dida ante la historicidad sin posibilidad de ambigüedad
comunican fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, hizo y
en los términos, una división neta de los estadios reco-
enseñó. Esto, según el concilio, la Iglesia firme y cons-
rridos en la formación de los evangelios.
tantísimamente lo ha mantenido y lo mantiene. Con
todo, en los dos documentos, hablando de la historici-
a) Postura ante el «método HF» dad de los evangelios, se evitan los términos «historia» e
La Instrucción de la PCB es mucho más explícita so- «histórico».
bre el particular. El sistema es rechazado en su con- La Instrucción, que tiene precisamente como título
junto, en cuanto que abarca una serie de principios y «De histórica evangeliorum veritate», tan sólo usa una
presupuestos inadmisibles: negación de la existencia de vez, fuera del título, la expresión«veritas histórica», y en
un orden sobrenatural, negación de la posibilidad y esta ocasión con un sentido indirecto: «otros parten de
existencia de profecías y milagros, incompatibilidad de una falsa noción de la fe, como si ésta no cuidase de la
la fe con la verdad histórica, negación del valor histó- verdad histórica (veritatem historicam) o fuera con ella in-
rico de los documentos de la revelación, exaltación del compatible» 58. En el texto conciliar se evitaron sistemáti-
poder creador de la comunidad. Pero una cosa es el sis- camente las expresiones «historia», «historice» por la
tema en su conjunto y otra es el método o procedi- «ambigüedad de estos términos entre los modernos» S9.
miento determinado que nos permite, a partir de textos Sólo al final se introdujo «historicidad» (historieitatem)
concretos, reconstruir toda una prehistoria de tradición (n.19) por carecer de esta imprecisión 60. Esta actitud
y formación que nos haga penetrar más a fondo en la cuidadosa de los documentos en el uso de los términos,
vida religiosa de las primitivas comunidades cristianas, en el fondo, revela una preocupación por evitar todo
en el sentido y en el valor de la tradición apostólica, en lugar a confusión al sentido real de la historicidad de
la índole del testimonio de los evangelios 5S. los evangelios, tan firmemente mantenida por la Iglesia.
El texto conciliar es más parco en alusiones concretas
al sistema y método. Incluso eludió el mencionar algu- c) Precisión de los estadios en la formación
nos principios como el del poder creador de la comuni- de los evangelios
dad 56. Con todo, aun sin aludir explícitamente al «mé-
todo HF», se deja entrever implícitamente en todo el 1) JESÚS
proceso de formación que señala a los evangelios. La Instrucción, como de ordinario, es más extensa y
explana más ampliamente que la constitución Dei Ver-
b) Actitud ante la historicidad bum este primer estadio originario de los evangelios.
Los dos documentos tratan abiertamente de la ver- 57
AAS 56 (1964) 713.
dad de los dichos y hechos de Jesús. La Instrucción de- 58
AAS 56 (1964) 713. La observación la hace J. A. FITZMYER,
clara que, ante los escritos que circulan en los cuales se The Biblical Commission's Instruction on the Historical Truth of the Gospels:
TS 25 (1964) 387.
59
55 Cf. supra nt.47.
AAS 56 (1964) 713s. 60
56 Cf. supra nt.52.
Cf. supra p.65.
76 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema Aportación de la Instrucción y del Concilio 77
Alude a la elección de los apóstoles (Me 3,14; Le 6,13) enseñó el Padre, así habló» (Jn 8,28) . La acción de62
que le siguieron desde el principio (Le 1,2; Act 1,21-22) recordar en el vocabulario del cuarto evangelio no es un
y fueron testigos de su vida y doctrina (Le 24,48; Jn simple traer a la memoria, es una reconstrucción del pa-
15,27; Act 1,8; 10,39; 13,31). Subraya la Instrucción el sado, pero en una perspectiva de profundidad. Así apa-
sentido de acomodación de Jesús al exponer su doctrina rece claro en las diversas ocasiones en que se usa: los
a los métodos de exposición y argumentación de enton- discípulos, cuando Jesús resucitó de entre los muertos,
ces. De esta manera Jesús se adaptaba a la mente de sus «se acordaron de que había dicho esto (que hablando del
oyentes y hacía que su doctrina se les grabase y fuese templo material aludía al templo de su cuerpo) y creye-
retenida de memoria por los discípulos 61. El documento ron en la Escritura y en la palabra que Jesús había di-
conciliar insinúa tan sólo este primer estadio afirmando cho» (Jn 2,22); igualmente en otra ocasión: «esto no lo
el sentido de fidelidad de los evangelios al transmitir lo entendieron los discípulos (la entrada de Jesús en Jeru-
que Jesús realmente hizo y enseñó. salén sobre el pollino); pero cuando fue glorificado Je-
sús, entonces recordaron que de él estaban escritas estas
cosas que ellos habían hecho» (Jn 12,16). En las dos oca-
2) LOS APÓSTOLES siones los discípulos recuerdan el pasado, pero con una
Este segundo paso, ampliado en la Instrucción y re- visión de profundidad que les hace creer en Jesús y la
sumido en la Constitución dogmática, presenta a los após- Escritura « . En este recuerdo, los hechos y las palabras
toles en su misión de transmisores del mensaje desde un adquieren una perspectiva especial que antes, en su si-
ángulo de visión especial. Ellos, durante su convivencia tuación real, quedaba en la penumbra. La acción del
con Jesús, habían sido testigos de su vida y doctrina (Le Espíritu es, pues, enseñar y traer a la memoria de los
24,48; Jn 15,27). Pero los hechos y palabras de Jesús los discípulos, pero con una nueva dimensión, lo que Jesús
compredieron en su plena dimensión cuando fueron les había dicho.
instruidos por los acontecimientos gloriosos de Cristo e Junto con esta enseñanza y recuerdo del Espíritu, la
iluminados por la luz del Espíritu de verdad. Instrucción y la Constitución dogmática aducen, para
mostrar la acción iluminadora del Espíritu sobre los
apóstoles, el texto de la última Cena: «Cuando viniere
a) Iluminados por el Espíritu aquél, el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad
completa, porque no hablará de sí mismo, sino que ha-
Los dos documentos citan los mismos textos para
blará lo que oyere y os comunicará las cosas venideras»
mostrar la acción del Espíritu sobre ellos. El Espíritu les
(Jn 16,13). El Espíritu guiará, hablará, comunicará.
haría recordar el pasado, pero dándoles plena inteligen-
La misión del Espíritu de guiar está expresada en el
cia: «el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nom-
cuarto evangelio con el verbo (óSnyfiaei). Este término,
bre, ése os lo enseñará todo y os traerá a la memoria
usado sólo esta vez en el cuarto evangelio, puede clarifi-
todo lo que yo os he dicho» (Jn 14,26). El sentido de
carse con el empleo que de él hace el libro de los He-
esta enseñanza está en línea de una manifestación de se-
chos en la pregunta del eunuco a Felipe: «Si alguno no
cretos divinos, como aparece en la expresión «según me
62
61
A. FEUILLET, De muñere doctrinali a Paráclito in Ecclesia expleto
En el último capítulo se abordará esta temática apuntada aquí: iuxta Evangelium Sancti Ioannis: De Scriptura et Traditione (Romae,
núcleo de discípulos, métodos de exposición y transmisión de doc- Pontificia Academia Mariana Internationalis, 1963) p. 117.
trina; cf. infra p.416ss. 63
A. FEUILLET, a.c. p.118.
78 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema Aportación de la Instrucción y del Concilio 79
me guía (óóny^cfei), ¿cómo voy a entenderlo? (el texto gencia, con una dimensión más profunda de fe de los
del profeta Isaías) (Act 8,31). La misión del Espíritu es hechos vistos y las palabras oídas.
guiar, interpretar la verdad. Para Juan, la verdad es Jesús
(Jn 14,6). La misión del Espíritu es introducir a los após- b) Instruidos por los acontecimientos gloriosos de Cristo
toles en una inteligencia plena, en una interpretación de
la verdad en su dimensión total, en una comprensión de Para una mayor profundización de los apóstoles en
Jesús 64. los hechos y palabras de Jesús intervino un segundo
El Espíritu hablará (X<xkr\c¡£\.). Es término muy usado elemento: los acontecimientos gloriosos de Cristo.
en el cuarto evangelio aplicado a Jesús, que afirma de sí Como comprobación de esta realidad esclarecedora en
«hablar en el mundo lo que oyó del Padre» (Jn 8,26); los apóstoles, los dos documentos que estudiamos adu-
«hablo esto, como me enseñó mi Padre» (Jn 8,28); «ha- cen también los textos antes citados (Jn 2,22; 12,16). En
blo lo que he visto en el Padre» (Jn 8,58). Este hablar ellos se dice expresamente cuándo empezaron los após-
tiene en el cuarto evangelio un tono enfático de revela- toles a mirar con ojos diversos los acontecimientos pasa-
ción de algo que estaba escondido en Dios 65. Es ésta dos. Al hablar de la destrucción y reedificación del tem-
una acción reveladora del Espíritu, la que hace que los plo refiriéndose a su propio cuerpo, dice el evangelista:
apóstoles tengan una mayor inteligencia de todo aquello «Cuando resucitó de entre los muertos se acordaron sus
de que han sido testigos. discípulos de que había dicho esto, y creyeron en la Es-
Con esta acción de hablar concuerda la acción del critura y en la palabra que Jesús había dicho» (Jn 2,22).
Espíritu de comunicar (dvayyekú) las cosas venideras; es Igualmente, con ocasión de la entrada de Jesús en Jeru-
«un hacer patente algo que hasta entonces estaba igno- salén sobre el asno, «esto no lo entendieron, desde
rado y secreto» 66. Aunque este hacer patente una cosa luego, los discípulos; pero cuando fue glorificado Jesús,
a veces se use sin más sentido que el comunicar algo, entonces recordaron que de él estaban escritas estas co-
por ejemplo, a la vuelta de una misión cumplida (Act sas que ellos le habían hecho» (Jn 12,16).
14,27; 15,4), otras, en cambio, puede encerrar el sen- Finalmente se cita en ambos documentos otro texto
tido de descubrir algo oculto a los hombres: así el Me- en el que de alguna manera se da la conjunción del Es-
sías, el Cristo, «nos anunciará (dvayye^éí) todas las co- píritu y los hechos gloriosos de Cristo que hicieron más
sas» (Jn 4,25) 67. Esta misión atribuye el cuarto evange- penetrante la mirada de los apóstoles. Ante el grito de
lio al Espíritu. Los apóstoles, pues, iluminados con el Jesús clamando en el último día de la fiesta de los Ta-
Espíritu de verdad, comunicaron a sus oyentes lo que bernáculos: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba; el
habían visto y oído de Jesús, pero con una mayor inteli- que cree en mí—como dice la Escritura—, ríos de agua
viva correrán de su seno» (Jn 7,37-38), el evangelista
64
A. FEUILLET, a.c. p.120. El autor insinúa una conveniencia su- prosigue el texto con una indicación que deja entrever
gestiva entre dos términos de los textos: «El Espíritu os introducirá no sólo el momento a partir del cual se daría a los fieles
(6&r\yf\aei) en toda la verdad (dXf|9ei(xv)» (Jn 16,23), y el texto en que
se ponen en labios de Jesús: «Yo soy el camino (ó8óc) y la verdad... el Espíritu, es decir, a partir de la glorificación de Jesús,
(c&r,9sia) (Jn 14,6).
65
sino que también trasluce el momento en que se verificó
A. FEUILLET, a.c. p.120.
66
F. ZORELL, Lexicón Graecum Novi Testamenti (Parisiis 1931)col.89.
la comprensión completa de estas palabras a los apósto-
67
A. FEUILLET, a.c. p. 121, cita el uso de este verbo dvayytXXeiv en les: «Esto se dijo del Espíritu que habían de recibir los
el texto griego del Antiguo Testamento, especialmente en Isaías y que creyeran en él, pues aún no había sido dado el Es-
Daniel, para indicar la revelación de cosas escondidas a los hombres:
Is 41,26.28; 42,9; 43,9; 48,3.5.14.20; Dan 2,4-7.9. píritu, porque Jesús no había sido glorificado» (Jn 7,39).
80 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema Aportación de la Instrucción y del Concilio 81
El Espíritu de verdad y los hechos gloriosos de Cristo una narración (oif)YT|cnv) de lo sucedido; otros, que
son las dos bases en que se fundamenta la visión ilumi- fueron testigos oculares y habían sido ministros de la
nada de los apóstoles al transmitir lo que Jesús había palabra, lo transmitieron (irapéSoaav). De este modo se
dicho y hecho. Esta transmisión iluminada constituye ha informado el autor y pretende ordenarlo en su
precisamente el segundo estadio en la formación de los evangelio (Le 1,1-4). En todo este material llegado a los
evangelios. autores es lógico que se imponga una selección. El crite-
rio de selección quizá esté determinado por la labor
3) L O S AUTORES precisa y concreta de los autores y por la finalidad que
pretendían al escribir.
La Instrucción de la PCB y el texto conciliar insisten
de un modo particular en la redacción personal de los
autores. El «método HF» estudia principalmente el am- b) Labor de síntesis
biente de la comunidad, su Sitz im Leben, en que se Un análisis de los evangelios pone de manifiesto la
plasman las formas y unidades literarias. Los autores elaboración cuidadosa de que han sido objeto. En ellos
tienen una importancia capital en la formación de los se encuentra una agrupación de perícopas que han sido
evangelios. Ellos no fueron meros compiladores, sino ordenadas con diversos criterios de síntesis. En el evan-
que dejaron su impronta en una redacción propia. La gelio de Mateo, por ejemplo, los capítulos 5-7, que cons-
HF, como método en el estudio de los evangelios, recibe tituyen el sermón del monte, son una reagrupación de
un complemento necesario e insustituible con la «Histo- enseñanzas tenidas, a veces, en diversos sitios. Prueba
ria de la redacción». La labor redaccional de los autores de ello es la diversa colocación que el material del dis-
al componer los evangelios la sintetiza la constitución curso tiene en el evangelio de Lucas. Lo que en Mateo
dogmática Dei Verbum resumiendo la instrucción Sancta está reagrupado, en Lucas se encuentra disperso. La
Mater Ecclesia. oración dominical, por ejemplo, que Lucas pone en la-
bios de Jesús al terminar éste de orar (Le 11,1-4), Mateo
a) Labor de selección la coloca en el sermón del monte, quizá como ejemplo
Esta labor consta de un modo explícito en los mis- de oración concisa al exhortar a orar, en contraposición
mos evangelios. En la primera conclusión del cuarto al modo de los gentiles, que piensan ser escuchados por
evangelio expresamente se dice: «Muchas otras señales su mucho hablar: «Así, pues, habéis de orar vosotros...»
hizo Jesús en presencia de los discípulos que no están es- (Mt 6,7-13). Los capítulos 8-9 del evangelio de Mateo,
critas en este libro; y éstas fueron escritas para que creáis reunión de milagros elaborada por el autor, muestran
una serie de relatos que de alguna manera comprueban
que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, y para que creyen-
la autoridad del que ha hablado. La conjunción de estas
do tengáis vida en su nombre» (Jn 20,30-31). Igualmente
dos partes, doctrinal en el sermón del monte y compro-
en la conclusión última: «Muchas otras cosas hizo Jesús
bativa en la reunión de milagros, de alguna manera está
que, si se escribiesen una por una, creo que este mundo
elaborada artificialmente al presentarse como la expla-
no podría contener los libros» (Jn 21,25). Esta variedad
nación de la síntesis que el autor hace en un sumario:
de hechos y palabras del Señor, hiperbólicamente ex-
«recorría toda la Galilea enseñando en las sinagogas,
puesta por el cuarto evangelio, sabemos que llegó al au-
predicando el Evangelio del reino y curando en el pue-
tor del tercer evangelio mediante una tradición escrita y blo toda enfermedad y toda dolencia» (Mt 4,23). Al
oral; muchos, antes de él, habían intentado componer
82 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema Aportación de la Instrucción y del Concilio 83
terminar estas dos síntesis de elemento doctrinal y ele- dola (Mt 5,17); a los antiguos se dijo: «no matarás» (Mt
mento narrativo, el autor de nuevo repite el mismo su- 5,21), «no adulterarás» (Mt 5,27), «no perjurarás» (Mt
mario (Mt 9,35), poniendo de relieve la doble actividad 5,33), «ojo por ojo y diente por diente» (Mt 5,38), «ama-
de Jesús. Esta labor de síntesis, muy aplicable en la re- rás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo» (Mt 5,43);
dacción de los autores, es fácilmente ostensible en di- pero yo os digo: «el que se irrita contra su hermano será
versidad de ocasiones y con diversidad de criterios. A reo de juicio» (Mt 5,22), «el que mira a una mujer de-
veces la síntesis se hace para reunir, como en colección, seándola, ya adulteró con ella en su corazón» (Mt 5,28),
diversas explicaciones sobre un mismo tema, por ejem- «no juréis de ninguna manera» (Mt 5,34), «si alguno te
plo, la naturaleza del reino con diversidad de parábolas abofetea en la mejilla derecha, dale también la otra» (Mt
(Mt 13), o reagrupar materias diversas con un común 5,39), «amad a vuestros enemigos y orad por los que os
denominador de disputa (Me 2,1-3,6). Incluso a veces persiguen» (Mt 5,44). La justicia de los que siguen a
un punto geográfico puede ser el elemento aglutinador Cristo ha de superar, pues, a la de los escribas y fariseos
de la síntesis: Cafarnaúm (Me 1,21-38) o junto al lago (Mt 5,20) al practicar la limosna (Mt 6,1-4), al hacer ora-
(Me 4,1-5,43). ción (Mt 6,5-15), al ayunar (Mt 6,16-18). «Cuanto qui-
siereis que os hagan a vosotros los hombres, hacédselo
c) Labor de adaptación vosotros a ellos, porque ésta es la Ley y los Profetas» (Mt
7,12).
Puesto que la plasmación del evangelio surge en el Lucas, por el contrario, en el discurso dirigido a cris-
seno de la comunidad cristiana primitiva, el enfoque tianos provenientes de la gentilidad, después de las bie-
que recibe está marcado con un sello de acomodación a naventuranzas centra el tema en el amor hacia los ene-
las necesidades y estado de las iglesias. Unos ejemplos migos (Le 6,27-38) y los hermanos (Le 6,39-46). Esta ex-
concretos pueden mostrar con claridad esta labor de hortación la hace Lucas sin contraponerla a la que se
adaptación de los evangelistas. El evangelio de Mateo, dijo a los antiguos; sencillamente expone: «Yo os digo a
dirigido a una comunidad cristiana proveniente del ju- vosotros que me escucháis, amad a vuestros enemigos,
daismo, y el evangelio de Lucas, dirigido a una comuni- haced bien a los que os aborrecen, bendecid a los que os
dad proveniente de la gentilidad, muestran repetidas maldicen y orad por los que os calumnian; al que te
veces enfoque diverso en su adaptación a las personas hiere en una mejilla, ofrécele la otra...» (Le 6,27-29).
diversas para quienes escriben. Así, por ejemplo, el ser- Lucas, al construir el discurso en acomodación a su
món del monte en cada uno de los evangelistas tiene ca- Iglesia, no sólo no ha tergiversado el mensaje de Cristo,
racterísticas especiales de acomodación 68. Los dos po- sino que ha insistido en lo que es clave, en el amor (Le
nen un mismo comienzo, las bienaventuranzas (Mt 5,1- 6,27-46), en lo que Mateo precisamente resume la Ley y
12; Le 6,17-23), y un mismo fin, el hombre que oye es- los Profetas (Mt 7,12).
tas palabras y las pone en práctica es semejante al que
construye su casa sobre roca (cf. Mt 7,24-27; Le 6,47- Dentro del sermón del monte, el tema de la pobreza
49). El centro del discurso recibe una impronta propia. se presenta en cada evangelista con un sentido de aco-
Mateo, al dirigir su evangelio a los judíos, presenta a Je- modación junto con fidelidad al mensaje de Cristo 69. Al
sús no abrogando la Ley y los Profetas, sino completan - exponer Jesús en su programa el puesto privilegiado
que tienen los pobres en la nueva economía del Reino,
68
L. RANDELLINI, Commento alia Costituzione dogmática sulla Divina
69
Rmelazione (Massimo-Milano 1966) p.213s. L. RANDELLINI, O.C, p.214s.
84 P.l c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema Aportación de la Instrucción y del Concilio 85
el término «pobre» había de resonar en los oídos de sus rábolas son contadas por diversos evangelistas en situa-
oyentes con todo su contenido complejo veterotes- ciones diversas y presentadas con características distin-
tamentario: en su doble vertiente de pobreza real tas. Así, por ejemplo, las parábolas de la oveja y dracma
(Prov 19,1.22; 28,6; Is 11,4; 58,7; Jer 20,13) y de po- perdidas, contadas por Lucas (Le 15,1-10), están en un
breza de espíritu, viviendo anclado sólo en Yahvé contexto diverso de la situación en que coloca Mateo la
(Is 5 7 , 1 5 ; 6 6 , 1 - 2 ; Sal 3 4 , 3 . 8 . 9 . 1 0 . 1 1 . 1 9 . 2 3 ; Sal parábola de la oveja perdida (Mt 18,12-14). EnLwcas las
37,11.17.18.28.37.40). Al recoger el mensaje de Cristo, parábolas tienen como auditorio a los escribas y fariseos,
Lucas presenta, sobre todo, la faceta de pobreza real: que murmuran porque Jesús acoge a los pecadores y
«bienaventurados los pobres» (Le 6,20), contraponiéndo- come con ellos (Le 15,1-2). Las parábolas están puestas
los a los ricos: «¡ay de vosotros los ricos!» (Le 6,24). Esta en boca de Jesús para justificar su modo de proceder
perspectiva está en armonía con el enfoque de su evan- con los pecadores ante aquellos que le critican. Así se
gelio, evangelio de la pobreza (Le 10,9; 12,13-21; explican las conclusiones que pone a las parábolas; al
16,19-31). A Jesús lo presenta en la sinagoga de Naza- final de la parábola de la oveja perdida: «yo os digo que
ret, en una escena programática, al comienzo mismo de en el cielo será mayor la alegría por un pecador que
su ministerio, ungido para evangelizar a los pobres (Le haga penitencia que por noventa y nueve justos que no
4,16-30). El ambiente necesitado de su comunidad de- necesiten de ella» (Le 15,7); y al final de la parábola de
bió de influir en Lucas al presentar a Jesús como Me- la dracma, semejante conclusión: «tal os digo que será la
sías redentor del pobre y al subrayar esta faceta en la alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que
doctrina de Cristo. haga penitencia» (Le 15,10). Mateo, por el contrario,
aludiendo sólo a la parábola de la oveja perdida, la co-
Mateo, por el contrario, manteniéndose fiel también loca en el discurso eclesial (Mt 18) y como auditorio
al mensaje de Jesús, pone de relieve el aspecto de po- pone a los discípulos (Mt 18,1). Como contexto inme-
breza espiritual: «bienaventurados los pobres de espí- diato, la exhortación a no depreciar a los pequeñuelos
ritu» (Mt 5,3). Esta faceta de la pobreza, pobres de (Mt 18,10). La conclusión de la parábola no es ya la ale-
Yahvé, está más al alcance de una comunidad prove- gría en el cielo, como en Lucas (Le 15,7-10), sino la vo-
niente del judaismo, familiarizada con la lectura de los luntad del Padre que no se pierda ni uno solo de estos
profetas y recitación de salmos. Por otra parte, esta línea pequeñuelos (Mt 18,14). Todo convida a juzgar que Lu-
espiritualista es frecuente en el primer evangelio: «bie- cas ha conservado la situación original que motivó las
naventurados los que tienen hambre y sed de justicia» parábolas. En ese caso, Jesús sería el pastor que busca la
(Mt 5,6), «bienaventurados los limpios de corazón» (Mt oveja perdida al comer con los pecadores causando tal
5,8), «bienaventurados los que padecen persecución por alegría en el cielo. Su postura estaba así justificada ante
la justicia» (Mt 5,10). los que le criticaban. Mateo, por el contrario, ha reco-
Semejante sentido de acomodación se encuentra de gido la misma parábola de la oveja perdida, y al inser-
un modo particular en las parábolas. Cada una de ellas tarla en el discurso eclesial, manteniéndose fiel a su
fue pronunciada por Jesús en un momento preciso de mensaje, la ha acomodado a los discípulos a quienes se
su vida, dirigida a hombres concretos y en adaptación a dirige. En el enfoque dado no sería Jesús el pastor en
la hora del momento 70. Con todo, muchas de estas pa- este caso, sino los jefes de la comunidad serían los pasto-
res. La conclusión lógica que pone Mateo: ellos son los
70 que han de procurar, por ser voluntad del Padre, que
J. JEREMÍAS, Les Parábales de Jesús (París 1962) p.25.
86 P.I c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema
Aportación de la Instrucción y del Concilio 87
no se pierda ninguno de los que le han sido encomen-
nos refiere un mero episodio de la vida de Jesús. El
dados, ni aun siquiera uno de los más pequeños 71.
evangelista pretende algo más. La escena está de alguna
La redacción, pues, que los autores de los evangelios
manera ligada con las escenas de seguimiento que le
dan a sus relatos surge muchas veces de un sentido de
preceden (Mt 8,19-22). La unión de las dos perícopas
acomodación a las necesidades o situaciones de las igle-
aparece clara por el v.18, redaccional de Mateo: «viendo
sias o personas a quienes se dirigen. Este sentido de
Jesús grandes muchedumbres en torno suyo, dispuso
adaptación de los autores que insinúa la constitución Dei
partir a la otra orilla», que forma como el abrir de un
Verbum, la Instrucción lo amplía con claridad:
paréntesis para cerrarse en el v.28: «llegado a la otra ori-
«De todo el material de que disponían los hagiógrafos, es- lla...» Las escenas contenidas en el paréntesis están enla-
cogieron particularmente lo que era adaptado a las diversas
condiciones de los fieles y al fin que se proponían, narrándolo zadas por una especie de común denominador, el verbo
para salir al paso de aquellas condiciones y de aquel fin. Pero, «seguir» (áKo^ouGécü), que se repite en la primera escena
dependiendo el sentido de un enunciado del contexto, cuando de seguimiento (v.19), en la segunda (v.22) y al co-
los evangelistas al referir los dichos y hechos del Salvador pre-
sentan contextos diversos, hay que pensar que lo hicieron por mienzo de la escena de la tempestad calmada (v.23).
utilidad de sus lectores. Por ello el exegeta debe investigar cuál Ante las actitudes negativas en el seguimiento de Cristo
fue la intención del evangelista al exponer un dicho o un hecho por las renuncias que implica el Hijo del hombre, que
en una forma determinada y en un determinado contexto» 72.
no tiene dónde reclinar la cabeza, mientras que las zo-
rras tienen sus guaridas y las aves del cielo nidos (Mt
d) C o n s e r v a n la forma d e p r o c l a m a c i ó n
8,20), o por las exigencias de dejar a los muertos que
Esta orientación precisa de los evangelios nos hace entierren a sus muertos (Mt 8,22), Mateo propone el
concebirlos no como un mero recuento periodístico de modo concreto, decidido, de cómo el discípulo ha de
sucesos ya pasados, con la única finalidad de retenerlos. seguir a Cristo, embarcándose con él (Mt 8,23), arros-
La Instrucción comenta esta faceta de los evangelios trando todas las exigencias, seguro de que con él hasta
afirmando que «de los nuevos estudios se deduce que la los vientos y el mar se amainarán. Es una verdadera ex-
vida y la doctrina de Cristo no fueron simplemente re- posición catequética sobre el seguimiento de Cristo. La
feridas con el único fin de conservar su recuerdo, sino escena está contada ya con ojos de fe pascual, como apa-
«predicadas» para ofrecer a la Iglesia la base de la fe y rece en el grito confesional que pone Mateo en labios de
de las costumbres» 73. los discípulos: ¡Señor! 74
El enfoque de los evangelios como materia que ha Un estudio de los evangelios con este enfoque de
sido predicada, proclamada, da una dimensión nueva material predicado y proclamado enriquece su conte-
de profundidad a los hechos narrados. No se presentan nido. «Por ello—dice la Instrucción de la PCB—el exe-
éstos bajo la mirada simplista de algo ya realizado, enca- geta, escrutando diligentemente los testimonios de los
sillado en una pura coordenada geográfico-temporal.
Adquieren, en su presentación kerygmática, un hori- 74
X. LÉON-DLFOLR estudia esta perícopa en comparación con la
zonte más amplio. narración de Marcos (Me 4,35-41) y de Lucas (Le 8,22-25). Marcos la
presenta como un típico «relato de milagro» con orientación cristolo-
La narración de la tempestad calmada (Mt 8,23-27) no gica junto con una lección catequética insinuada en Me 4,40. En el
relato de Mateo, se oscurece el «relato de milagro» para desarrollarse
71
J. JEREMÍAS, O.C. p.45s; L. RANDELUNI, O.C. p.215s. el aspecto catequético. Lucas elimina el reproche de Jesús a los discí-
72
AAS 56 (1964) 715. pulos que se encuentra en Marcos (Me 4,40), para ir directamente a la
73
AAS 56 (1964) 716. enseñanza teológica de la fe (Le 8,25) (cf. X. LÉON-DUFOUR, Études
d'Évangüe [Paris~1965] p.l49-181)J
Aportación de la Instrucción y del Concilio 89
88 P 1 c.2. Actitud de la Iglesia ante el problema
has recibido» (Le 1,4). El suscitar esta fe en Jesús, en su
evangelistas, podrá ilustrar con mayor penetración el
verdad perenne, será, en último término, el elemento
perenne valor teológico de los evangelios y poner de seleccionador, el resorte de síntesis, el impulso de adap-
manifiesto la necesidad y la importancia de la interpre- tación y el enfoque de proclamación que guiará a los
tación de la Iglesia» 75. autores en su redacción, permaneciendo siempre fieles,
en sinceridad y verdad, al hablarnos de ese Jesús.
e) Conservan la verdad y sinceridad en orden a un fin
Toda esta labor redaccional de los autores en la
composición de los evangelios no está reñida con un
sentido de sinceridad en la exposición y objetividad en
el contenido. Ya la Comisión doctrinal, al explicar el
sentido de los términos «vera et sincera», quiso dejar
bien claro su alcance «como elemento subjetivo que
completa otro elemento objetivo» 76. Del elemento sub-
jetivo de sinceridad no hay motivo que haga dudar.
Respecto del elemento objetivo, de su conformidad con
la realidad, sí es conveniente precisar qué es lo que ellos
pretendieron. No fue su intención transmitir una cró-
nica pormenorizada que encuadrase los acontecimientos
en coordenadas espacio-temporales. No es el sucederse
de los hechos con un «antes» y un «después» preciso lo
que los evangelistas nos transmitieron. Tampoco se
propusieron dar como una representación fotográfica
de la realidad o una reproducción material de las pala-
bras. Esta no es la verdad de los hechos y palabras que
ellos relatan. Su verdad trasciende la sucesión fría de los
acontecimientos y el cuadro limitado de las coordenadas
para internarse en el contenido teológico de los hechos,
en el significado perenne de las acciones, en la dimen-
sión de fe de las palabras. Esto admite una ordenación
diversa de los relatos en cada evangelista y una formu-
lación distinta en las expresiones, sin faltar a la verdad
del contenido y del significado que encierran.
Los evangelistas escribieron con una intención de-
terminada, «para que creáis que Jesús es el Mesías» (Jn
20,31), «para que conozcas la firmeza de la doctrina que
sus—, los autores sagrados la consignaron en los cuatro evan- De los nuevos estudios se deduce que la vida y la doctrina de
gelios para bien de la Iglesia, con un método correspondiente Cristo no fueron simplemente referidas con el único fin
al fin que cada uno se proponía Escogieron algunas cosas, de conservar su recuerdo, sino «predicadas» para ofrecer a la
otras las sintetizaron, desarrollaron algunos elementos mi- Iglesia la base de la fe y las costumbres, por ello el exegeta,
rando la situación de cada una de las iglesias, buscando poi escrutando diligentemente los testimonios de los evangelistas,
todos los medios que los lectores conocieran el fundamento de podra ilustrar con mayor penetración el perenne valor teoló-
cuanto se les enseñaba 22 Verdaderamente, de todo el mate- gico de los evangelios y poner de manifiesto la necesidad y la
nal de que disponían los hagiografos escogieron particularmen- importancia de la interpretación de la Iglesia
te lo que era adaptado a las diversas condiciones de los fieles y Quedan muchas cosas de gran importancia, en cuya discu-
al fin que se proponían, narrándolo para salir al paso de aque- sión se puede y se debe ejercer libremente el ingenio y la agu-
llas condiciones y de aquel fin Pero, dependiendo el sentido deza del interprete católico, para que cada uno, por su parte,
de un enunciado del contexto, cuando los evangelistas al refe- aporte su contribución en beneficio de todos, para un cre-
rir los dichos y hechos del Salvador presentan contextos diversos, ciente progreso de la doctrina sagrada, para preparar el juicio
hay que pensar que lo hicieron por utilidad de sus lecto- de la Iglesia y documentarlo, en defensa y honor de la Igle-
res Por ello el exegeta debe investigar cual fue la intención sia 27 Sin embargo, este dispuesto a obedecer al magisterio de
del evangelista al exponer un dicho o un hecho en una for- la Iglesia, y no olvide que los apostóles predicaron la buena
ma determinada y en un determinado contexto Verdaderamen- nueva llenos del Espíritu Santo y que los evangelios fueron
te no va contra la verdad de la narración el hecho de que los escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, que preservaba
evangelistas refieran los dichos y hechos del Señor en orden a sus autores de todo error «Verdaderamente, nosotros he-
diverso 2 ' y expresen sus dichos no a la letia, sino con una mos conocido la economía de la salvación no por medio de los
cierta diversidad, conservando su sentido '-> Pues dice San demás, sino por medio de aquellos por los que nos viene el
Agustín «Es bastante probable que los evangelistas se creyeran Evangelio, que primero predicaron y luego, por voluntad de
en el deber de contar, con el orden que Dios sugería a su Dios, lo transmitieron en las Escrituras, destinado a ser co-
memoria, las cosas que narraban, por lo menos en aquellas lumna y fundamento de nuestra fe No se puede, pues, decir
cosas en las que el orden, cualquiera que sea, no quita en nada que hemos predicado antes de tener un conocimiento per-
a la verdad y autoridad evangélica Pues el Espíritu Santo, al fecto, como algunos osan decir, gloriándose de ser los que co-
distribuir sus dones a cada uno como le parece M , y por ello rrigen a los apostóles Pero luego que el Señor resucito de
también, dirigiendo y gobernando la mente de los santos con entre los muertos y ellos fueron investidos de lo alto por la
el fin de situar los libros en tan alta cumbre de autoridad, al virtud del Espíritu Santo descendiendo sobre ellos, fueron
recordar las cosas que habrían de escribir, permitiría que cada adoctrinados sobre todas las cosas y tuvieron un conocimiento
uno dispusiera la narración a su modo, y que cualquiera que perfecto, y partieron luego para los confines de la tierra evan-
con piadosa diligencia lo investigara lo pudiera descubrir con gelizando los bienes que nos vienen de Dios y anunciando la
la ayuda divina» 26 paz celestial a los hombres, para que todos y cada uno poseye-
Si el exegeta no pone atención en todas estas cosas que se ran el Evangelio de Dios» 2S
refieren al origen y composición de los evangelios y no apro-
vecha todo lo bueno que han aportado los recientes esiudios, La Sagrada Escritura en los seminarios
no cumplirá realmente su oficio de investigador, cual fue la
intención de los autores sagrados y lo que realmente dijeron 3 Aquellos, pues, que tienen encomendada la tarea de
enseñar en los seminarios y en análogos institutos «procuren
22
Cf Le 1,4 ante todo que las divinas letras sean enseñadas en la forma
23
Cf S J CRISOSTOMO In Mat hom 1,3 PG 57 16-17
24
Cf S AGLSIIN, De consensu Evang 2 21 51 PL 34 1102
25
1 Cor 12,11 " Divino Afflante Spmtu EB 565, AAS 35 (1943) 346
26 2
De consensu Evang 2 21 51s PL 34 1102 » S IRENEO, Adv haei III 1,1 PG 7,844, HARVEY, II 2
96 P I c2 Actitud de la Iglesia ante el problema
Texto de la Instrucción de la PCB 97
que sugiere la gravedad misma de la disciplina y las necesida-
des de los tiempos» 29 Los maestros expongan en primer ter- de la Iglesia ni siquiera en cosas mínimas, aprovechando los
mino la doctrina teológica, para que las «Sagradas Escrituras progresos de la ciencia bíblica y los resultados de los estudios
sean para los futuros sacerdotes de la Iglesia fuente pura y modernos pero evitando del todo las temerarias opiniones de
perenne de vida espiritual, para cada uno personalmente, y los innovadores 34 Les esta severamente prohibido difundir,
sustancia para el oficio de la predicación que les espera» 30 para secundar un pernicioso afán de novedades, algunas ten-
Ademas, cuando recurran a la critica, y ante todo a la critica tativas para la resolución de las dificultades, sin una selección
literaria, no lo hagan como si estuvieran interesados sola- prudente y un serio examen, turbando asi la fe de muchos
mente en esta, sino con el fin de mejor penetrar, con su auxi- Ya antes esta Comisión Pontificia de Estudios Bíblicos es-
lio, en el sentido pretendido por Dios por medio del hagio- timo oportuno recordar que también los libros y los artículos
grafo No se detengan, por tanto, a medio camino, contentos de revistas y periódicos que se refieren a la Biblia, en cuanto
de sus hallazgos literarios, sino traten de demostrar como es- se refieren a temas de religión y a la instrucción cristiana de
tos hallazgos contribuyen en realidad a comprender cada vez los fieles, están sometidos a la autoridad y jurisdicción de los
mas claramente la doctrina revelada o, cuando sea posible, a ordinarios 35 Los ordinarios están, por tanto, obligados a vigi-
rechazar los errores Los profesores que actúen de esta forma lar con máxima diligencia sobre estos escritos
harán que los alumnos encuentren en la Sagrada Escritura lo 5 Los que están al frente de las Asociaciones Bíblicas ob-
«que eleva la mente a Dios, alimenta el alma y fomenta la vida serven fielmente las normas fijadas por la Comisión Pontificia
interior» 31 para los Estudios Bíblicos 36
* * *
Los predicadores, suma prudencia Si se observan las normas expuestas, el estudio de las Sa-
gradas Escrituras resultara ciertamente de utilidad para los
4 Finalmente, los que instruyen al pueblo cristiano con la
fieles Aun en nuestros días cualquiera podra experimentar el
predicación sagrada tienen necesidad de suma prudencia
dicho de San Pablo Las Sagradas Letras «pueden instruir para
Ante todo, enseñen la doctrina, recordando la recomendación
la salvación mediante la fe en Cristo Jesús Toda la Escritura
de San Pablo «Atiende a tu tarea de enseñar, y en esto perse-
divinamente inspirada es útil para ensenar, argüir, corregir,
vera, haciendo esto, te salvaras tu y tus oyentes» 32 Absten-
educar en la justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto
ganse de proponer novedades vanas o no suficientemente
y capaz de toda obra buena» , 7
probadas Nuevas opiniones ya sólidamente demostradas ex-
El 21 de abril de 1964, en la audiencia benignamente con-
pónganlas, si es preciso, con cautela y teniendo presentes las
cedida al secretario abajo firmante, el Padre Santo Pablo VI
condiciones de los oyentes Al narrar los hechos bíblicos, no
ratifico y ordeno publicar esta instrucción
mezclen circunstancias ficticias poco consonantes con la ver-
dad Roma, 21 de abril de 1964
Esta virtud de la prudencia debe ser ante todo caracterís-
tica de quienes difunden escritos de divulgación para los fie- BENJAMÍN N WAMBACQ, O Praem
Secretario de la Comisión Pontificia
les Sea su preocupación poner con claridad las riquezas de la para Estudios Bíblicos
palabra divina «para que los fieles se sientan movidos y enfer-
vorizados para mejorar su propia vida» 33 Sean escrupulosos 34
Cf Cart apost Quomam m re bíblica EB 175
en no apartarse jamas de la doctrina común o de la tradición ,s
Instruc ad Excmos Locorum Ordinarios, 15 dic 1955 EB 626
lfi
Ibid , EB 622-633
29
Cart apost Quomam vn re bíblica EB 162 " 2 Tim 3,15 17
30
3
Divino Affhnte Spintu EB 567, AAS 35 (1943) 348
' Divino Afflante Spintu EB 552, AAS 35 (1943) 339
32
1 Tim 4,16
33
Divino Afflante Spintu EB 556, AAS 35 (1943) 347
A estas respuestas afirmativas, dadas precisamente 2) SOBRE LA AUTENTICIDAD DEL PRIMER EVANGELIO
en un año tremendamente agitado por teorías moder-
En la octava respuesta dada por la PCB, el 19 de
nistas (es el año de la promulgación del decreto Lamen-
junio de 1911, se abordaba el problema de la autentici-
tabih y de la encíclica Pascendi), lo mismo que a futuras
dad del primer evangelio. El porqué algunos negaban a
respuestas de la Comisión, el papa Pío X, ante la actitud
Mateo la paternidad del primer evangelio, aparecerá
de algunos que no aceptaban con la debida reverencia
claro cuando estudiemos algunos testimonios de la tra-
los decretos dados, imponía la obligación de sumisión:
dición. Las propuestas hechas a la Comisión sobre este
«Al presente declaramos y expresamente mandamos que
problema se formulaban bajo diversos aspectos:
todos estén obligados en conciencia a someterse a las
sentencias del pontificio Consejo de asuntos bíblicos «Si atendido el consentimiento universal y constante desde
los primeros siglos de la Iglesia, que claramente demuestran los
hasta ahora publicados o que en adelante se publiquen, expresos testimonios de los Padres, los títulos de los códices de
igual que a los decretos, pertenecientes a la doctrina y los evangelios, las versiones aun antiquísimas de los libros sa-
aprobados por el Pontífice, de las demás Sagradas Con- grados y los catálogos transmitidos por los Santos Padres, por
los escritores eclesiásticos, por los Sumos Pontífices y los conci-
gregaciones; y que no pueden evitar la nota de obedien- lios, y, finalmente, el uso litúrgico de la Iglesia oriental y occi-
cia denegada y de temeridad, ni por tanto excusarse de dental, puede y debe afirmarse con certeza que Mateo, apóstol
culpa grave, quienes impugnen de palabra o por escrito de Cristo, es verdaderamente el autor del evangelio divulgado
con su nombre
dichas sentencias; y esto, aparte del escándalo en que Resp —Afirmativamente "
incurran y de las demás cosas en que puedan faltar ante
Dios al afirmar, como sucederá a menudo, cosas teme- Si puede sostenerse siquiera como probable la opinión de al-
gunos modernos, según la cual Mateo no habría escrito propia
rarias y falsas en estas materias» 7. y estrictamente el evangelio tal cual se nos ha transmitido, sino
solamente una colección de algunos dichos o sermones de
Estas palabras severas de Pío X hay que entenderlas Cristo, de los cuales hubiera usado como de fuentes otro autor
en el contexto histórico del año 1907, apogeo del mo- anónimo, a quien tienen por redactor del mismo evangelio
dernismo, con intención de imponer una norma única Resp —Negativamente 9
de pensar entre los católicos en un tiempo de anarquía. Si por el mero hecho de que los Padres y todos los escritores
La obligación que impone de aceptación de los decretos eclesiásticos, y aun la misma Iglesia, ya desde el principio, han
no nace por tratarse, en general, de materia de fe, sino empleado únicamente como canónico el texto griego del evan-
gelio conocido con el nombre de Mateo, sin exceptuar a los que
por razón de obediencia, para evitar temeridad y espe- expresamente afirmaron que el apóstol Mateo había escrito en
rar que las razones aducidas, por entonces insuficientes, su idioma patrio, puede probarse con certeza que el mismo
en contra de los decretos se esclarezcan. Por esta razón, evangelio griego es idéntico en lo sustancial al escrito por el
mismo apóstol en su lengua patria
no habrá dificultad que en diversidad de circunstancias, Resp —Afirmativamente» l0 .
y basados en una mayor profundización de la ciencia,
SOBRE LA AUTENTICIDAD DEL SEGUNDO Y TERCER lo referente a los decretos de la Comisión Bíblica, aun
EVANGELIO con las diferencias propias de cada lengua, identidad en
la expresión. Esta coincidencia del secretario y subsecre-
La autenticidad de los evangelios de Marcos y Lucas tario hacen que las notas tengan un carácter oficioso.
se trata de un modo conjunto en la novena respuesta de Por una parte subrayan las circunstancias históricas en
la PCB, dada el 26 de junio de 1912. que dichos decretos se publicaban, muy distintas de las
«Si la atestación clara de la tradición, ya desde los principios actuales:
de la Iglesia, maravillosamente concorde y apoyada en múltiples
argumentos, es a saber, en el expreso testimonio de los Santos «Apenas se puede pensar hoy en que condiciones se encon-
Padres y de los escritores eclesiásticos, en las citas y alusiones traban los interpretes católicos hace unos cincuenta años y a
que en su obra se encuentran, en el uso de los antiguos herejes, qué peligro estaba expuesta la misma doctrina católica de la
en las versiones de los libros del Nuevo Testamento, en casi Sagrada Escritura y su inspiración, cuando la critica liberal y
todos los códices manuscritos antiquísimos y en razones inter- racionalista se esforzaba por romper todos los limites de la tra-
nas tomadas del mismo texto de los libros sagrados, nos fuerza dición Hoy, sin embargo, cuando aquellas luchas han dismi-
a afirmar con certidumbre que Marcos, discípulo e interprete nuido y algunas controversias se han solucionado pacifica-
de Pedro, y Lucas, medico, oyente y compañero de Pablo, son mente y algunos problemas se presentan bajo nuevas facetas, es
en verdad autores de los evangelios que respectivamente se les una actitud fácil de juzgar temerariamente aquellos tiempos de
atribuyen excesiva rigidez de mente» , 4
Resp —Afirmativamente» ''
Junto con esta distinción de tiempos, necesaria para
En las respuestas de la PCB se afirma, pues, la au- comprender algunos de los decretos de la PCB, ponen
tenticidad de los cuatro evangelios, atribuyéndolos res- de relieve otra distinción que hay que hacer en los mis-
pectivamente a Mateo, Marcos, Lucas y Juan. mos decretos:
4) PUBLICACIÓN DE LA SEGUNDA EDICIÓN DEL «Es clara la importancia del Enchiridion para la historia de
los dogmas Al mismo tiempo nos muestra la lucha continua
«ENCHIRIDION BIBLICUM» que la Iglesia ha debido de sostener en casi todos los tiempos
para conservar intacta y pura la palabra de Dios Bajo este as-
En 1954 se publicaba la segunda edición del Enchiri- pecto, los mismos decretos de la Pontificia Comisión Bíblica son
dion Biblicum, un conjunto de documentos de la Iglesia de gran importancia En cuanto que en ellos se proponen sen-
tencias que no guardan unión ni mediata ni inmediatamente
sobre cuestiones bíblicas 12. Con esta ocasión, el secreta- con las verdades de fe y costumbres, el interprete de la Sagrada
n o y subsecretario de la PCB publicaban sendas notas Escritura puede con plena libertad seguir sus investigaciones
presentando el Enchiridion, insinuando qué actitud se científicas y precisar su fruto, quedando siempre a salvo la au-
toridad del magisterio de la Iglesia» l 5
había de mantener con algunos de los decretos de la
PCB. Las notas publicadas, una en alemán por A. Miller En esta división establecida en los decretos de la
y la otra en latín por A. Kleinhaus n , muestran identi- Comisión, los que tienen una relación mediata o inme-
dad en la orientación e incluso a veces, por ejemplo, en diata con la fe y costumbres, y los que no guardan nin-
guna relación, se insinúa una doble actitud a mantener.
11
D F N / 2155 (3568), EB 390, DocBíb n 433 Los decretos que tengan relación con la fe y costum-
12
Enchiridion Biblicum Documenta Ecclesiasüca Sacram Scriptu- bres, en la medida de esa relación, conservan su fuerza
ram Spectantia Auctontate Pontificiae Commissionis de re bíblica obligante. En cambio, hay otros muchos decretos cuyo
edita (Romae 1954) La primera edición se había publicado por la
misma PCB en 1927 objeto es más bien de orden crítico o histórico, sin
13
A MILLER, Das neue biblische Handbuch Benediktimsche Monat-
schrift 31 (1955) 49-50, A KLFINHALS, De nova Enchinan Biblia edi- 14
A Ki UNHALS, a c p 65
tione Antomanum 30 (1955) 63 65 " A KIHNHAIS, ac p 64-65
106 P I c3 Los autores de los Evangelios Documentos de la Iglesia «Dei Verbum» 107
guardar más relación con la fe o costumbres, y en ese La respuesta a estas preguntas nos la dará el proceso
caso la fuerza de obligatoriedad dependerá exclusiva- seguido en la redacción de la constitución dogmática Dei
mente de la fuerza de las razones que estén a favor o en Verbum, en el punto referente a los autores de los evan-
contra gelios
En esta segunda clase de decretos, los autores suelen
poner los referentes a la autenticidad de los textos. Así b) Constitución dogmática «Dei Verbum»
se expresaba el rector del Pontificio Instituto Bíblico de
Roma comentando las dos notas antes mencionadas del El problema de la autenticidad de los evangelios
secretario y subsecretario de la PCB: también tuvo su gestación progresiva en la constitución
dogmática, aunque no tan laboriosa como el de la histo-
<De los decretos que guardan relación con la fe, y, por con-
siguiente, han de permanecer firmes, hay que distinguir los ricidad. El tema se trata en el capítulo del Nuevo Tes-
decretos que tratan cuestiones de ninguna manera relaciona- tamento (c.5), inmediatamente antes de la historicidad
das con la fe, y, por consiguiente, no quitan la libertad La ma-
yoría de ellos se referían explícitamente al estado en que se
Estableceremos comparación entre los esquemas I y II,
encontraba entonces la ciencia bíblica Entre ellos se encuen- II y III. El texto definitivo quedó ya fijado en el tercer
tran principalmente los decretos que se refieren a la critica lite- esquema, pero la diversidad de enfoque en cada uno
raria, es decir, a la autenticidad (genuinidad) o identidad de los
autores inspirados Estos decretos se dieron para defender la puede ser esclarecedora.
fe, pero hoy estos problemas sub novo aspectu apparent, pues
se ve con claridad que la inspiración de cualquier texto bíblico
queda a salvo cualquiera que sea su autor humano» l6 ESQUEMA I ESQUEMA II
cambio, que permanecerá hasta el texto definitivo, se 1.° La predicación eje los apóstoles, puesta por es-
expone en la relación del esquema III como respuesta a crito, se presenta mediante la partícula causal «pues»
algunos Padres que pedían se conservase la antigua (enim), como la razón del origen apostólico de los evan-
formulación: «Se mantiene—dice la relación—la común gelios.
fórmula del esquema, porque, por una parte, no ex- 2.° Aparece un sentido de identidad entre la mate-
cluye que esto pertenezca a la fe, y por otra parte, su- ria predicada y la puesta por escrito por la formulación
giere que se trata de una materia en la cual la historia que usa: «lo que los apóstoles... predicaron..., eso mismo
tiene también su cometido» 20. El origen apostólico de después... ellos y los varones apostólicos nos lo transmi-
los evangelios se considera, pues, en este esquema II, y tieron por escrito...» («quae enim apostoli... praedicave-
así permanecerá hasta la redacción final del texto conci- runt, eadem postea..., in scriptis, ipsi et apostolici viri no-
liar, como objeto de fe y al mismo tiempo como una bis tradiderunt»). Esta formulación de identidad, «lo
materia que entra en el campo de la historia; por lo cual que predicaron..., eso mismo (eadem) transmitieron», de-
se ha preferido sustituir la formulación credidit et credit saparecerá en el esquema III por parecer indicar una
por tenuit ac tenet. identidad material entre Escritura y Tradición 20*.
c) El modo de explicar este origen apostólico de los 3.° Pusieron por escrito la predicación, según ex-
evangelios es la innovación mayor del n. 17 en este es- presión del número, «los apóstoles y los varones apostó-
quema II. Esta explicación sustituye la tercera idea clave licos» (ipsi et apostolici viri). En los modos que se propue-
del esquema I, que trataba sobre la autenticidad de los sieron al esquema IV, antes de la aprobación definitiva
evangelios atribuyéndoles expresamente como autores del texto, algunos Padres sugirieron se pusiese: «ellos
humanos a «Mateo, Marcos, Lucas y J u a n , a quien mismos o los varones apostólicos» («ipsi vel apostolici
amaba Jesús». Este esquema II no quiere abordar el viri») o («ipsi seu apostolici viri») para no resolver el pro-
problema concreto de autores; se contenta con explicar blema de los autores del primero y cuarto evangelio; es
el origen apostólico de los evangelios estableciendo en- decir, proponen el cambio de la partícula et por vel o seu
tre los evangelios y los apóstoles un puente de predica- para no zanjar así esa cuestión. La respuesta que se da a
ción realizada por los mismos apóstoles por mandato de semejante propuesta es dejar intacto el texto ipsi et apos-
Cristo. Esta predicación pone de manifiesto el origen tolici viri, añadiendo, como razón, que el sentido está
apostólico de los evangelios, les da al mismo tiempo un claro por el contexto (sensus patet e contextu). Por consi-
sentido de unidad como fundamento de nuestra fe y guiente, el tenor del número por su conjunto, según la
juntamente de diversidad, ya que escritos bajo la inspi- Comisión, no es dirimir la cuestión de los autores 2I .
ración del Espíritu Santo, por los apóstoles mismos y por 4.° A todos ellos, «ipsi et apostolici viri», se les pone
varones apostólicos, nos lo presentan en una cuádruple bajo el influjo especial del Espíritu Santo (divino afflante
forma según Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Spiritu) al escribir lo que nos transmitieron. La inspira-
En la formulación cincelada de este n.17 del es- 20
* Schema Constitutionis de Divina Revelatione (Schemata II-
quema II, bajo el aspecto de origen apostólico de los 111, Relatio de n.18, olim n.l7[C|, p.39).
21
evangelios, hay que hacer notar las siguientes expresio- Modi ad n.18 p.51 n.15. En la relación que se hace en el es-
nes, ya que en su conjunto se conservan hasta el texto quema IV sobre este mismo n.18 se alude a unas proposiciones suge-
ridas por algunos Padres que no añaden nada de positivo (Schemata
definitivo: III-IV, Relatio de n.18 p.34). En la proposición E-3256 se quería pre-
20 cisar aún más la frase poniendo, en vez de «ipsi et apostolici viri», esta
Schema Constitutionis de Divina Revelatione (Schemata II-III, otra: «aliqui ex ipsis et apostolici viri».
Relatio de n.18, olim n.l7[B], p.39).
112 PI c 3 Los autores de loi Evangelios Documentos de la Iglesia «Dei Verbum' 113
ción, pues, recae sobre el auto/ humano aunque no sea 6.° A esta expresión de «quadriforme evangehum»
apóstol 22. se añade otra, ya tradicional, usada en el concilio de
5.° La expresión de «evangelio en cuatro redaccio- Trento 24 en la enumeración de libros canónicos «según
nes, es decir, según Mateo, Marcos, Lucas y Juan», sus- Mateo, Marcos, Lucas y Juan» (secundum Matthaeum,
tituye en el esquema II la formulación del esquema I Marcum, Lucam et Ioannem) 2S. En esta expresión tradi-
que quería mostrar quiénes eran precisamente los auto- cional y canónica se subraya también el aspecto diferen-
res humanos: «Mateo, Marcos, Lucas y Juan, a quien cial de los evangelios, quedando en un lugar muy se-
amaba Jesús». Con esta nueva formulación se insiste en cundario la identificación de sus autores 26.
un sentido de diversidad de presentación: «evangelio en El proceso en la formación del n.17 del esquema II
cuatro redacciones, a saber: según Mateo, Marcos, Lu- pone claramente de manifiesto el desplazamiento de en-
cas y Juan», dentro de una unidad, fundamento de foque que se ha realizado en relación con el esquema I.
nuestra fe, proveniente de la predicación apostólica. Por Mientras que el n.19 del esquema I, partiendo de la ex-
esto, en la expresión «evangelio en cuatro redacciones» celencia y origen apostólico de los evangelios, terminaba
(quadnforme evangehum) se introdujo después en el texto poniendo de relieve la afirmación de sus autores huma-
definitivo una cita en referencia al texto de San Ireneo nos, el n.17 del esquema II todo lo hace converger para
en que se presenta el Evangelio con un sentido de uni- mostrar la excelencia de los evangelios: su condición de
dad en la diversidad 2 \ testimonio sobre la vida y doctrina de la Palabra hecha
carne, su origen apostólico y su carácter unitario, como
- ; Algunos Padres, en los modos piopuestos al esquema IV, mues- fundamento de nuestra fe, múltiple en su cuádruple
tran su temor de que pueda aparecer por el texto que los apóstoles en
su predicación no estén bajo el influjo del Espíritu Santo La Comisión forma.
responde, sin dar mas explicación, que los temores no parecen funda- El precisar bien el enfoque del n.17 del esquema II
dos Es obvio que al afirmar el influjo del Espíritu en la composición
de los evangelios no se excluye con ello el influjo del Espíritu en la tiene su importancia, porque en él queda prácticamente
predicación de los apostóles (cf Modi ad n 18' Evangeliorum ongo apos- fijado el texto definitivo, salvo algunas precisiones que
tólica p 51 n 15).
21 aún se realizan en el esquema III y que expondremos
El esquema II, al terminar todo este pairafo que comentamos,
pone la cita de S IRENEO, Adv haer III 1,1 PG 7, 844, por razón ahora brevemente.
de la frase «fidei nostrae fundamentum» En el esquema III y IV de-
saparece esta cita de San Ireneo, reduciéndose también la frase que El poner la cita de este texto de San Ireneo lo sugiere el modo 15
motivo la cita a «fidei fundamentum» (con exclusión del nostrae) En presentado al esquema IV, en el que algunos Padres proponían que
el texto definitivo, al terminar todo este párrafo, aparece de nuevo en sustitución de«ipsi et apostohci viri» se escribiese «ípsi vel apostolici
otra cita de S IRENEO, Adv haer III 11, 8 PG 7, 885, pero ya no mo- viri», vel: «ípsi seu apostolici vin, ne dirimatur quaestio de auctoribus I
tivada por la frase que la ocasiono antes, sino por la expresión et IV Evangeln» La respuesta fue «De "Apostolis et apostohcis vins'
«quadriforme evangehum» que aparece unida a partir del esquema sensus patet e contextu Ideo stet textus, addita ín Nota, p í o "quadn-
III (quadnforme nempe evangehum), y no separada como en el esquema formí Evangelio', referentia ad S Irenaeum, Adv haer III 1 1 , 8 PG
II (quadnforme nempe secundum Matthaeum, Marcum, Lucam et Ioannem 7, 885» (cf Modi p 5 1 n.15) Con aducir la cita de San Ireneo se
evangehum) Este texto de San Ireneo pretende precisamente mostrar quiere poner de reheve que el texto no pretende diumir la cuestión
este sentido de unidad del Evangelio en la diversidad de formas de los autores (objeto del temor de los Padies en su piopuesta), sino la
«Quomam enim quattuor regiones mundi sunt ín quo sumus, et quat- de mostrar, dentro de una unidad sustancial del Evangelio, una cuá-
tuor principales spintus, et disseminata est Ecclesia super omnem te- druple diversidad de formas
;4
rram, columna autem et firmamentum Ecclesiae est evangehum et C O M TRID , s.4, Decretum de hbns satns et de tiaditionibus
spintus vitae, consequens est quattuor habere eam columnas, undique recipiendis (cf DhN/ 784 (15031)
fiantes incorruptibilitatem et vivificantes homines Ex quibus manifes- •s Al no querer el esquema II ínsistn sobie los autores de los
tum est, quomam, qui est omnium artifex Verbum, qui sedet super evangelios, sino sobre la cuádruple di\eisidad de loi mas, suprime la
cherubim et continet omnia, declaratus homimbus, dedit nobis quadn- adición final que el esquema I poma a Juan, «a quien amaba Jesús»
forme evangehum, quod uno spintu continetur» (cf RJ 215) « J R S c i i H i i m , o t (nt 19), p 588.
114 PI c3 Los autores de los Evangelios Documentos de la Iglesia < Del Verbum» 115
águila por la inteligencia espiritual, levanto su predicación mas si todos en común, junto con un ayuno, elevaban sus oraciones
profunda y mucho mas sublimemente que los otros tres, y en a Dios Terminado esto, prorrumpió, movido por revelación,
ese levantamiento quiso también que nuestros corazones fue- en aquel proemio bajado del cielo 'En el principio existía el
ran levantados Porque los otros tres evangelistas, como que Verbo y el Verbo estaba junto a Dios » '*
andan con el Señor hombre en la tierra, a este, en cambio,
como si le disgustara andar por la tierra, según trono al co-
mienzo mismo de su escrito, se levanto y llego a aquel por c) T e s t i m o n i o d e San J u a n C r i s ó s t o m o
quien fueron hechas todas las cosas diciendo en el principio exis Sobre el evangelio de Mateo
tía el Verbo» ,¡
«Finalmente, Mateo, según se nos narra, visitado por los ju-
díos convertidos a la fe, y a ruegos suyos, compuso un evange-
b) T e s t i m o n i o d e San J e r ó n i m o lio en hebreo y les dejo por escrito lo que antes les había ense-
Sobre el evangelio de Mateo ñado de palabra» 39
«El Espíritu Santo impulsa y excita al bienaventurado Lucas, «Nos dejo dos libros divinamente inspirados Uno de ellos es
con ciertos esümulos ocultos, para que sacara las mentes de el Evangelio El otro se titula Hechos de los Apostóles» 4*
los hombres de aquella profundísima vorágine y para que nos Sobre el evangelio de Juan
confiara lo que había sido omitido por los otros escritos, para
que nadie, alejándose mas de la verdad, pudiera creer que la « Hagamos recensión d e los escritos del mismo apóstol
generación de Cristo había sido propuesta por el como una pa- (Juan), que le son atribuidos con el consentimiento de todos Y
rábola > 43 en primer lugar, su evangelio, conocidísimo en todas las Igle-
sias por el orbe de la tierra, debe ser recibido sin la menor
Sobre el evangelio de Juan duda De todos los discípulos (apostóles) del Señor, solo Ma-
«El cuarto, finalmente, J u a n , como colocando encima el re- teo y Juan nos dejaron escritos comentarios de las cosas » 50
mate de una corona, fue el interprete de la condición y natura-
leza mas sublime en Cristo y de la sempiterna divinidad» 44
3) T E S T I M O N I O S DE LOS SIGLOS III-II Y II-I
b) Testimonio universal
2) T E S T I M O N I O DEL SIGLO IV-III
g) T e s t i m o n i o d e E u s e b i o d e Cesárea
En estos testimonios están representadas las iglesias
principales situadas en torno al Mediterráneo, lugar de
Sobre el evangelio de Mateo
la primitiva expansión de la cristiandad: Iglesia de
«Mateo, después de haber predicado la fe a los judíos, es- Egipto, Africana, Asia Menor, Romana, Gálica. Cada
tando para dirigirse a otras regiones, escribió su evangelio en la
lengua patria a fin de suplir con sus escritos lo que hubiera uno de estos documentos adquiere relieve propio al ser
podido ofrecer todavía con su presencia a sus conciudada- de origen diverso con independencia mutua
nos» 47
Sobre el evangelio de Marcos 1) IGLESIA DE E G I P T O
«Pedro, por exceso de reverencia, ni llego a escribir el evan-
gelio Marcos, que le era conocido y discípulo, se dice que con- La escuela de catecúmenos de Alejandría tuvo como
servo las narraciones de Pedro acerca de los hechos de Je- fundador a Pan teño (180); como sucesores, su discípulo
sús» 4K
43
Clemente Alejandrino (t 215) y Orígenes (t 254), con
Adv haei 51,7 PG 41.900BC
44
Adv haer 2,69,23 PG 42,239s
quién llegó la escuela a su máximo esplendor y apogeo.
45
Catecheses 14 15 PG 33,844C 49
46
Evangeln concordantis expositio (edit Aucher) 286 Hist eccks 3,4 PG 20,22OC
47
Hist eccles 3,24 PG 20,265A i° Hist eccles 3,4 PG 20,263-266
51
48
Demonstrationis evangelicae 3,5 PG22.216BC I R L M O , Adv haer 5,33 4 PG 7.1214A, RJ 261
124 PI c 3 Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 125
Gracias a la Historia eclesiástica de Eusebio conocemos «Como he recibido de la tradición a propósito de los cuatro
evangelios, los únicos que hay en toda la Iglesia de Dios y se
abundantes datos y textos de Clemente y Orígenes. admiten sin controversia el primero que se escribió fue el
Eusebio, en su Historia eclesiástica, nos refiere el tes- evangelio según Mateo, al comienzo pubhcano, después apóstol
de Jesucristo, que lo publicó habiéndolo compuesto en hebreo
timonio de Clemente Alejandrino en que nos habla de para los judíos convertidos a la fe, el segundo, el evangelio se-
cada uno de los autores de los evangelios: gún Marcos, que lo compuso conforme a lo que Pedro le había
expuesto, el tercero, según Lucas, avalado por Pablo y escrito
«Clemente. . refiere de esta manera una cierta tradición para los gentiles, el ultimo, según Juan» "
acerca del orden de los evangelios, que había recibido de unos
antiguos presbíteros Decía de los evangelios que primeramente
habían sido escritos aquellos que contienen el árbol genealó- El testimonio de Orígenes está en plena consonancia
gico del Señor Refiere que el evangelio de Marcos había sido con las líneas de la tradición en cuanto al orden de la
escrito con esta ocasión Estando predicando Pedro publica- composición y en cuanto al origen apostólico de los
mente la palabra de Dios en la ciudad de Roma y promulgando
el Evangelio bajo la inspiración del Espíritu Santo, muchos de evangelios escritos por apóstoles o bien por aquellos que
los que estaban con Marcos le aconsejaron que escribiese lo que estaban directamente informados por ellos.
el Apóstol predicaba, puesto que hacia tiempo que seguía a Pe-
dro y guardaba sus palabras en la memoria Asi Marcos com-
puso el evangelio y lo entrego a aquellos que se lo habían pe- 2) IGLESIA DE ÁFRICA
dido. Siendo sabedor Pedro de esto, no se opuso a su realiza-
ción ni lo fomentó. Juan, el último de todos, viendo que en los Tertuliano, nacido en Cartago hacia el año 155, de
evangelios de los otros se cuenta lo que se refiere al cuerpo de
Cristo, el, bajo la inspiración del Espíritu Santo y a petición de padres paganos, convertido al cristianismo hacia el 193,
sus allegados, escribió un evangelio espiritual» 52 puso toda su formación jurídica, literaria y filosófica al
servicio de la fe que había abrazado. Los años 195-220
El testimonio de Clemente tiene un enfoque especial fueron los más fecundos para su producción literaria.
al hablar de los evangelistas: se fija particularmente en Hacia el año 207 se hace montañista. Excepción hecha
el orden de composición: primero Mateo y Lucas, los de San Agustín, Tertuliano es el más importante y ori-
que tienen genealogías del Señor; después Marcos en ginal de los autores eclesiásticos latinos 54. Contra Mar-
Roma, y por último, Juan, que escribió lo que Clemente ción, en su obra Adversus Marcwnem, defiende el Evan-
llama «spirituale evangelium». El testimonio presenta gelio como un documento oficial y jurídico («Evangeli-
además una particularidad dentro de la tradición, el cum instrumentum»), vocabulario propio de su forma-
poner a Marcos después de Lucas, y componiendo ción juridicista, apto para dirimir cualquier cuestión
su evangelio viviendo aún Pedro. La denominación del dudosa. «Este Evangehcum instrumentum tiene como au-
evangelio de J u a n como «espiritual» evolucionará más tores a los apóstoles—afirma—, a quienes les ha sido
adelante en la denominación frecuente del cuarto evan- impuesta por el mismo Señor esta misión de promul-
gelio como el más «teológico». Junto con estos datos su- garlo... De entre los apóstoles, Juan y Mateo nos inician
gestivos sobre los evangelistas, el testimonio presenta un en la fe; entre los varones apostólicos, Lucas y Marcos
pequeño interrogante, pues no se sabe a punto fijo nos corroboran en ella» S5.
quiénes pueden ser esos presbíteros de quienes Cle-
Esta contraposición entre Juan y Mateo respecto de
mente se ha informado.
los otros dos evangelistas la pone de relieve Tertuliano
Por el mismo Eusebio de Cesárea conocemos el tes-
timonio de Orígenes sobre los cuatro evangelistas: » ELSEBIO, Hist eccles 6,25 PG 20,581-583, cf PG 13,829A;
RJ 503
,4
J QLASTEIS, Patrología t 1 (Madrid 1961) p 530
« EUSEBIO, Hist ecless 6,14: PG 20,552, cf PG 9.749C, RJ 439 " Adv Marcwnem 4,2 PL 2.392BC, RJ 339
126 P I c3 Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 127
al atribuir a Pedro lo que Marcos había publicado, pues Juan. A Lucas se pone como autor del tercer evangelio,
era su intérprete, y al atribuir a Pablo la obra de Lu- no testigo ocular del Señor, sino compañero de Pablo.
cas 56. Tenemos, pues, en Tertuliano, representante de Escribe, informándose como pudo, a partir del naci- 4
la Iglesia africana, claramente afirmado el origen apos- miento de Juan 61. El cuarto evangelio se pone como
tólico de los evangelios al distinguir en sus autores, obra de Juan, uno de los discípulos 62. El fragmento
apóstoles y varones apostólicos y prolongando la autori- pone de relieve una circunstancia especial de este evan-
dad de éstos hasta la autoridad de Pedro y Pablo. gelio: exhortándole los otros apóstoles a que escribiera
Junto con Tertuliano, Cipriano, primer obispo már- el evangelio, Juan propuso un ayuno común de tres días
tir en África (t 258), nos da un testimonio elocuente para que al final cada uno contase lo que le hubiera sido
sobre los evangelistas. En su obra latina cita a los auto- revelado. Esa misma noche fue revelado a Andrés, uno
res de los evangelios con la fórmula griega: «In evange- de los apóstoles, que Juan lo escribiese todo a nombre
lio cata Matthaeum... cata Ioannem...» 57 Estos títulos propio y fuese revisado por todos 63.
griegos «Kata Mathaion...» nacieron ya en el siglo n, en
61
manuscritos griegos. De ellos pasaron a versiones latinas Asi se lee en los versos 2-8 «Tertium evangeln hbrum secun-
dum Lucam Lucas iste medíais, post ascensum Ghnsti, cum eum
africanas, en uso ya probablemente en tiempos de los Paulus quasi ítinens studiosum secum adsumpsisset, nomine suo ex
mártires Scihtanos, condenados a muerte el año 180 58. opimone conscripsit, dominum tamen nec ípse vidit in carne, et ideo,
prout assequi potuit, ita et a nativitate Ioannis incipit dicere» Para la
diversa interpretación de algunas palabras, cf nota al texto en RJ
3) IGLESIA ROMANA 268, M J LAGRANGE, Évangile selon Saint Luc (París 2 1921), Introd
pXII-XIII
62
El hallazgo de un manuscrito latino en la biblioteca En los versos 9-34 se escribe sobre el evangelio de Juan «Quar-
tum evangehorum Ioannis ex discipulis, cohortantibus condiscipuhs et
Ambrosiana de Milán nos pone en contacto con la igle- episcopis suis, dixit 'Comeiunate mihi hodie triduo et quid cuique
sia de Roma de fines del siglo II. El manuscrito, con fuent revelatum, alterutrum nobis enarremus' Eadem nocte revela-
letras unciales latinas, fue descubierto por Muraton (de tum Andreae ex apostohs, ut recognoscentibus cunctis Ioannes suo
nomine cuneta describeret Et ideo, hcet varia singuhs evangehorum
donde le viene el nombre al manuscrito) y publicado en libris principia doceantur, nihil tamen differt credentium fidei, cum
1740 S9. El texto latino es una versión deficiente de un uno ac principali spiritu declarata sint in ómnibus omnia de nativitate,
de passione, de resurrectione, de conversatione cum discipulis suis ac
texto griego quizá de fines del siglo n. Su autor, a juz- de gemino eius adventu, primo in humihtate despertó, quod fuit, se-
gar por los datos del mismo documento, parece ser con- cundo in potestate regah praeclaro, quod futurum est Quid ergo rai-
temporáneo de Hermas, del papa Pío I (140-155) y de rum, si Ioannes tam constanter singula etiam in epistulis suis proferí
dicens in semetipsum Quae vidimus ocuhs nostns et auribus audivimus et
Marción 60. El fragmento parece recoger una lista de li- manus nostrae palpaverunt, haec scripsimus vobis Sic emm nom solum
bros sagrados aceptados por la Iglesia. En el canon de visorem se et auditorem, sed et senptorem omnium mirabilium Do-
libros se habla claramente de los evangelistas Lucas y mini per ordinem proñtetur»
63
La circunstancia de composición del cuarto evangelio, tal como
la presenta el fragmento, tiene visos de legendaria, pues pone la histo-
56 ria de la redacción viviendo aun los apostóles Se ha lanzado la sospe-
Adv Marcionem 4,5 PL 2.396A, RJ 341 cha de que tal circunstancia fue expuesta en el canon para revalon-
57
Testimoniorum adv Iudaeos 1,10 12 18 PL 4,712B 713AB 715C zar aun mas el cuarto evangelio estando respaldado por los apostóles
58
J QUASTEN, Patrología t I (Madrid 1961) p 528 (v 14-16) (cf A WIKENHAUSLR Introducción al Nuevo Testamento [Ma-
59
Publicado en Antiquitates Italicae Medu Aevi III (Mediolam drid 1978] p 469) A Loisy, a proposito de estos versos del canon,
1740), 851ss, EB 1-7, RJ 268 dice en su introducción al comentario del cuarto evangelio «La ten-
60
Asi aparece en los versos 73 76 83 En los versos 73 76 se lee dance apologetique de ce morceau n'est guere contestable l'auteur
«Pastorem vero nuperrime temponbus nostns in urbe Roma Hermas repond a des gens qui contestaient l'ongine apostohque de l'evangile,
conscripsit sedente cathedra urbis Romae ecclesiae Pío episcopo fratre sa conformite avec les sinoptiques et méme l'orthodoxie de sa doc-
eius» trine L'apologie est, d'ailleurs, aussi maladroite et enfantine que pos-
128 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimomos de la tradición 129
El documento se llama «fragmento» precisamente había tratado con muchos de los que habían visto al Se-
por estar incompleto. La primera parte del texto se ha ñor y aun con los mismos apóstoles 68. Conoció también
perdido. Empieza por unas palabras que parecen refe- lo que enseñaban los sucesores de Policarpo 69. Leyó los
rirse a Marcos: «quibus tamen interfuit et ka posuit». cinco libros que Papías había escrito sobre las palabras
Lagrange completa la frase haciendo preceder («sed del Señor 70. Estaba informado de los problemas de la
juxta quod audierat a Petro in contionibus) quibus ta- Iglesia del Asia Menor 71.
men interfuit et ita posuit» 64. Igualmente la figura de San Ireneo esjá íntima-
El fragmento muratoriano, aunque con algunos da- mente vinculada con la Iglesia de Roma. A esta Iglesia
tos legendarios, nos sitúa a fines del siglo II en la Iglesia la considera como el centro de la tradición, con la que
Romana, habiéndonos de Lucas y Juan como autores ha de convenir cualquier otra Iglesia 72. Vino a Roma
del tercero y cuarto evangelios, respectivamente. (sobre el año 178) para conversar con el papa Eleute-
Por San Justino, nacido (sobre el año 100) en Flavia rio 73 y después escribió al papa Víctor 74. Conoce la su-
Neapoli, la antigua Sichem, y domiciliado después en cesión de Romanos Pontífices desde Pedro hasta su
Roma, tenemos otro testimonio de la Iglesia Romana tiempo 75.
que nos habla de la existencia del evangelio pluriforme. Pero, sobre todo, San Ireneo es representante de la
Por San Justino, en sus Apologías, sabemos que en la Iglesia Gálica, de la que fue obispo en Lyón, como suce-
Iglesia de Roma, allá por el año 150, los cristianos se sor de Fotino, a partir de la vuelta de la visita hecha al
reunían en un mismo lugar donde se tenía la lectura papa Eleuterio. La autoridad de su testimonio sobre los
pública de los profetas y de «los comentarios de los após-
toles» (apostoh in commentanis —'arconvrinovEúnaCTiv— tere presbyten, quique apostolorum discipuli fuere, minime tibí tradi-
suis) 65 llamados evangelios (Se xodefrai eixxyjéXia.) 66. derunt. Vidi emm te, cum adhuc puer essem, in infenore Asia apud
Pohcarpum, cum in imperatoria aula splendide ageres et lili te pro-
bare conarens. Nam ea, quae tune gesta sunt, mehus memoria teneo,
quam quae nuper acciderunt (quippe, quae puen discimus, simul cum
4) IGLESIA GÁLICA animo ípso coalescunt eique penitus inhaerent), adeo ut et locum di-
cere possim, in quo sedens beatus Pohcarpus disserebat, processus
La figura de San Ireneo nos introduce en varias quoque eius et ingressus, vitaeque modum et corpons speciem, ser-
iglesias con las que tuvo íntima relación: Iglesia de Asia mones demque quos ad multitudinem habebat; et famiharem consue-
tudinem, quae lili cum Ioanne ac reliquis qui Dommum viderant, ínter-
Menor, Iglesia Romana, y de un modo particular con la cessit, ut narrabat, et quahtei dicta eorum commemorabat, quaeque
Iglesia Gálica, de la que fue obispo. San Ireneo está ín- de Domino ex ípsis audiverat, de miracuhs ílhus etiam, ac de doctrina,
quae ab ns, qui Verbum vitae ípsi conspexerant, acceperat Pohcarpus,
timamente ligado a la Iglesia de Asia Menor. Nace pro- qualiter referebat, cuneta scripturis consona» (cf EL SEBIO, Hist. eccles.
bablemente en Esmirna entre los años 140 y 160. Aún 5,20: PG 20,485A; PG 7,1225-1228; RJ 264).
niño, en Asia Menor, oye a Policarpo 67, que a su vez 68
Lo dice expresamente en el texto anterior y en el Adv haer.
3,3,4: PG7.851BC; RJ 212.
69
Adv haer, 3,3,4- PG. 7,852; RJ 212.
sible, puisque le quatriéme évangile se trouverait le plus ancien de 70
Adv. haer. 5,33,4: PG 7,1214; RJ 261.
tous et composé en Palestine avant la dispersión des apotres» (cf. A. 71
Conoce el problema suscitado con la diversidad de fechas en la
LOISY, Le Quatriéme Évangile [París 21921] p.16). celebración de la Pascua, los contactos entre Policarpo y el papa Ani-
_ 64 M. J. LAGRANCE, Évangile selon saint Marc (París 51929) p.XXIII; ceto para solucionarlo. Cf. fragmento conservado por ELSEBIO, Hist
Évangile selon samt Jean (París 21925) p.LXV. eccles. 5,24: PG 20,505; cf. PG 7,1229, RJ 265.
65
Apología 1,66: PG 6,429A; RJ 129. 72
Adv. haer. 3,3,2: PG 7,848s; RJ 210.
66
Apología 1,66: PG 6,429A; RJ 128. " EUSEBIO, Hist. eccles. 5,4,2: PG 20,440.
67
Así lo cuenta a Florino, según sabemos por un fragmento con- *» EUSEBIO, Hist. eccles. 5,24,17: PG 20,500.
servador por Eusebio: «Haec dogmata, Florine... hi qui ante nos exsti- " IRENEO, Adv. haer. 3,3,3: PG 7,849; RJ 211.
De los Ev. al Jesús histórico 5
130 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 131
80
evangelios es grande por su antigüedad: conocedor de muerte de Pedro y Pablo . Lucas, según el testimonio,
Policarpo y por él de los apóstoles; por su universalidad: es el compañero de Pablo, y Juan, el último de los cua-
enraizado en diversas iglesias; por sus cualidades de re- tro, escribió su evangelio en Efeso. El testimonio de
tención: él mismo confiesa: «de los sucesos de aquellos Ireneo sobre los evangelistas, por su antigüedad y preci-
días (su trato con Policarpo) me acuerdo con mayor cla- sión, tiene, pues, una importancia excepcional.
ridad que de los recientes» 76.
Su testimonio es acerca de los cuatro evangelistas: 5) IGLESIA DE ASIA M E N O R
«Así Mateo, entre los hebreos, escribió el evangelio en la Con todo, el testimonio más importante sobre los
lengua de ellos mientras que Pedro y Pablo, en Roma, evange- evangelistas es el de Papías. Se remonta antes del año
lizaban y fundaban la Iglesia. Después de la muerte de éstos,
Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, nos comunicó por es- 150 y nos pone en contacto directo con los apóstoles aún
crito las cosas que habían sido anunciadas por Pedro. Y Lucas, más que el mismo testimonio de Ireneo.
compañero de Pablo, puso por escrito el evangelio que éste Los datos biográficos de Papías los conocemos por
predicaba. Después Juan, discípulo del Señor, el cual se había
recostado sobre su pecho, escribió el evangelio residiendo en Ireneo y sobre todo por Eusebio de Cesárea. Fue obispo
Efeso de Asia» 77. de Hierápolis, en Frigia. Algunos fragmentos de su
obra Explicación de las sentencias del Señor (Xoyícov
Este testimonio de Ireneo, junto con el orden tradi- xupiaxSv écjriyficreax; pí(3Xvoi jtfevxe) se conservan en la
cional en la composición de los evangelios, nos da deta- Historia eclesiástica de Eusebio 81 y la cita de su obra en
lles concretos sobre cada uno de los autores. Sobre Ma- Ireneo 82.
teo nos habla de un evangelio primitivo escrito en el Las opiniones de Ireneo y Eusebio que dan de Pa-
propio dialecto de los hebreos, lengua aramaica. Este pías son muy diversas. Ireneo muestra una gran estima
evangelio se escribió no precisamente con un sentido de de él, presentándolo como «oyente de Juan, compañero
simultaneidad con la predicación de Pedro y Pablo en de Policarpo, hombre venerable» 83. Eusebio, por el
Roma. El testimonio de Ireneo más bien habla, en con- contrario, dice de él que «fue un varón de muy medio-
traste, de dos modos distintos de evangelizar: uno, es-
cribir el evangelio como Mateo; otro, predicar y fundar 80
La frase de Ireneo «post vero horum excessum» [egressum]
la Iglesia 78. puede estar sujeta a una doble interpretación: «después de la salida de
éstos» de Roma; o «después de la muerte de éstos». El P. Lagrange se
A Marcos lo presenta en relación con Pedro como su inclina por esta última interpretación, dando como argumento el sen-
discípulo intérprete 79. El tiempo asignado a la composi- tido que tiene en el Nuevo Testamento la palabra griega usada en el
original Htp&a;, que es muerte (2 Pe 1,15: Le 9,31). Aduce además
ción del evangelio de Marcos parece ser después de la como prueba el sentido del contexto: «Quand Irénée parle ensuite de
leur départ, il fait allusion a ce seul départ (plus o moins simultané) de
76
ELSEBIO, Hist. eccles. 5,20: PG 20,485 A; cf. PG 7.1227A; RJ deux apotres dont parlait l'antiquité, leur mort par le martyre». A esta
264. argumentación el P. Lagrange añade en nota dos observaciones: el
77
Adv. haer. 3,1,1: PG 7.844s; RJ 208. sentido del participio usado para decir que Marcos puso por escrito
7
« M. J. LAGRANGE, Évangile selon Saint Matthieu (Paris *1923) «quae annuntiata erant» es de algo ya pasado. Además, si el evangelio
p.XII: «Dans le contexte antécédent d'Irénée, il est question de la de Marcos hubiera sido escrito viviendo Pedro, Ireneo no hubiera de-
prédication des Apotres; Matthieu préchait done comme les autres; jado de respaldar su autoridad con la aprobación, al menos tácita, de
mais de plus (xotf) ü a composé un évangile écrit». Pedro (cf. M. J. LAGRANGE, Évangile selon Saint Marc [Paris 5 1929]
79 p.XXII).
El sentido de la expresión de Ireneo al hablar de Marcos como
«interpres Petri» puede ser vario: el que expone la mente y predica- «'EUSEBIO, Hist. eccles. 3,39: PG 20,297-300; RJ 94-95.
ción de Pedro, el que traduce la predicación originaria de Pedro po- «2 Adv. haer. 5,33,4: PG 7.1213A; RJ 261.
niéndola en griego, colaborador de Pedro fuera de Palestina. « Adv. haer. 5,33,4: PG 7.1213A; RJ 261.
132 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 133
ere inteligencia, como lo demuestran sus escritos» . 84 a) Elementos de tradición oral en Papías
Este juicio severo que formula Eusebio sobre Papías se
debe a la actitud milenarista, poco crítica, que había El mismo Papías confiesa su afición a informarse por
mostrado Papías en su obra 85. Para Eusebio, Papías no vía de tradición oral, pues él encontraba más utilidad
es un oyente de Juan el apóstol, como lo presenta Ire- personal en lo recibido de viva voz que en lo leído en los
neo 86, sino de Juan el presbítero 87. libros:
Este desnivel existente en la formulación de juicios
tan encontrados quizá hubiera que rebajarlo un poco «Y si se daba el caso de venir alguno de los que habían se-
guido a los ancianos, yo trataba de discernir sus discursos: qué
dada la animosidad con que Eusebio trata a Papías por había dicho Andrés, qué Pedro, qué Felipe, qué Tomás o San-
su actitud milenarista. Aun dada esta diversidad de pre- tiago, o qué Juan o Mateo o cualquier otro de los discípulos del
Señor; igualmente lo que dicen Aristión y el presbítero Juan,
sentación de Papías, los fragmentos que de él se conser- discípulos del Señor, porque no pensaba yo que los libros pu-
van en la obra de Eusebio tienen una capital importan- dieran ser de tanto provecho como lo que viene de la palabra
cia por transmitirnos la tradición de los apóstoles a tra- viva de los hombres que aún perduran» 89.
vés de sus discípulos y su opinión sobre los dos primeros
evangelistas. En la transmisión que hace de todo esto, En este primer fragmento de Papías se habla de su
Papías dice de sí, resumiendo su obra: «No dudaré en interés de informarse a través de otros de los dichos de
ofrecerte, ordenadas juntamente con mis interpretacio- Andrés, Pedro, Felipe, Tomás, Santiago, Juan, Mateo,
nes, cuantas noticias un día aprendí y grabé bien en mi de los otros discípulos del Señor; y lo que dicen Aristión
memoria, seguro como estoy de su verdad» 88. Papías, y Juan el presbítero, discípulos del Señor. En esta enu-
pues, nos da en su obra, por una parte, elementos de meración de nombres sale dos veces el nombre de Juan.
tradición oral, y por otra, interpretaciones propias. En Y aquí surge la dificultad al interpretar el fragmento de
los fragmentos conservados de la obra de Papías se en- Papías; al hablar de Juan primeramente y después de
cuentra esta doble faceta de tradición oral y opinión Juan el presbítero, ¿se trata de una misma persona o
propia, presentando algunas dificultades para su recta son dos personas distintas?
inteligencia. Hay quienes mantienen que en el testimonio de Pa-
pías se trata de dos personas distintas bajo esa doble de-
nominación de Juan. Así juzga el mismo Eusebio, apo-
M
Hist. eccles. 3,39: PG 20.300B. yado en la doble mención que se hace del nombre. Una
85
Estas dos facetas las recoge Eusebio en su Historia:*Inserta Pa-
pías otros relatos como llegados a él por tradición oral, lo mismo que confirmación de su opinión la encuentra en la tradición
ciertas extrañas parábolas del Salvador y enseñanzas suyas y algunas que habla de dos Juanes que vivieron en Asia y dos se-
otras cosas que tienen aún mayores visos de fábula. Entre esas fábulas pulcros conservados en Efeso, cada uno con el nombre
hay que contar no sé qué milenio de años que dice ha de venir des-
pués de la resurrección de entre los muertos y que el reino de Cristo de Juan 90. Otros autores se suman a esta opinión de
se ha de establecer corporalmente en esta tierra nuestra; opinión que Eusebio poniendo de relieve, a partir del texto griego, la
tuvo, a lo que creo, Papías por haber interpretado mal las explicacio-
nes de los apóstoles y no haber visto el sentido de lo que ellos decían existencia de dos generaciones distintas: una pasada, a
místicamente en ejemplos» (cf. Hist. eccles. 3,39: PG 20,300AB).
»* Adv. haer. 5,33,4: PG 7.1214A; RJ 261. 89
87
EUSEBIO, Hist. eccles. 3,39: PG 20.297C. EUSEBIO, Hist. eccles. 3,39: PG 20.297A; RJ 94.
88 90
EUSEBIO, Hist. eccles. 3,39: PG 20,296s. Con un deseo de quitar autoridad al milenarismo, que se apo-
yaba en textos del Apocalipsis, Eusebio presenta esta obra no como de
Juan el apóstol, sino de Juan el presbítero (cf. Hist. eccles. 3,39: PG
20.297C).
134 PI c B Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 135
la que perteneció Juan el apóstol; otra presente, a la que apóstol, no se encuentra en ninguna otra ocasión en el
pertenecía Juan el presbítero 91. cristianismo primitivo, por el contrario, la denomina-
Para otros, en cambio, «la tesis de la identificación ción de «el presbítero» es la que se da el mismo Juan
parece ser más satisfaciente: Juan el presbítero sería apóstol en sus cartas (2 J n 1, 3 Jn 1). Todo esto hace
otro nombre de Juan el apóstol» 92. Anstión y Juan el pensar que Juan el presbítero es el mismo Juan apóstol
presbítero no son de una generación distinta de los que aún vivía muertos los otros apóstoles 93.
apóstoles; de lo contrario, no se les llamaría «discípulos
del Señor». En el fragmento de Papías se usan dos ver- Por consiguiente, Papías, en este acercarse a la tradi-
bos distintos, en pasado «dijeron> (efnev) y en presente ción oral, se remonta probablemente hasta el mismo
«dicen» (XÉyouoiv), no es precisamente para significar Juan el apóstol 94
dos generaciones distintas, sino para expresar que, den- Como elemento de tradición oral, puesto en boca
tro de una misma generación, unos ya han muerto, precisamente de este «presbítero» del que antes se ha
mientras que otros aún viven, a saber, Aristión y Juan el tratado, Papías habla de Marcos evangelista:
presbítero. Esta denominación de «el presbítero» apli-
< El prebistero decía esto Marcos, interprete de Pedro, se-
cado al nombre de Juan, en contraposición de Juan el gún se acordaba, puso puntualmente por escrito, aunque no
91
G BARDY,Jean le Presbytre DBS IV 844s En el texto griego del
fragmento de Papías se exponen dos verbos distintos, uno tfTtev 93
Como confirmación tenemos el testimonio de Ireneo, que solo
(aoristo, tiempo pasado), aplicado a la lista de apostóles Andrés, Pe- nos habla de un J u a n «discípulo del Señor, que reclino la cabeza sobre
dro, Felipe , y otro Xéyoucuv (presente), aplicado a Anstion y Juan el el pecho del Señor», «que escribió el evangelio» (cf Adv haer 3,1,1
presbítero En esta diversidad de tiempos ven dos generaciones distin- PG 7,845), con el que trato Policarpo (cf fragmento de Ireneo en
tas una la de los apostóles, y por consiguiente la de Juan apóstol, otra E, Hist eccles 5,20 PG 20.486B), a quien escucho el mismo
presente, a la que pertenecían Anstion y Juan el presbítero La aposi- Papías (cf IRENEO, Adv haer 5,33,4 PG 7,1214) Algunos creen que
ción que se hace como «discípulos del Señor» aplicada a Anstion y Ireneo ha confundido los dos Juanes, el apóstol y el presbítero,
Juan el presbítero, algunos la consideran como glosa por faltar en la en uno solo, no al hablar de Policarpo, sino al hablar de Papías
versión siriaca de la Historia de Ensebio Al suprimir asi la expresión (cf G BARDY, en DBS IV 846) Pero de la afirmación tajante de esta
«discípulos del Señor» aplicada a Juan el presbítero, con mas facilidad confusión hay que decir con Hopfl-Gut «Gratis assentur S Irenaeum
distinguen a este de Juan el apóstol (cf G BARDY, Jean le Presbytre confudisse Ioannem apostolum cum Ioanne presbytero» (cf Introducto
DBS IV 844) Defienden también la distinción M J LAGRANGE, specialis in Novum Testamentum [Romae 4 1938] p 187) Mas aun, el
Evangile selon Saint Jean (PansU925) p XXXIIss XXXVIII, P VAN- mismo Eusebio, en su Chronicorum 1 2, Olymp 219 PG 19,551, ante-
NLTELLI, De Presbítero Ioanne apud Papiam ScuolC 58 (1930) 366- rior a la Historia eeclesiástica, afirma que Papías oyó a Juan el apóstol
374, 59 (1931) 219-232, ID , De Presbytero Ioanne apud Papiam (Roma Si después en su Historia defiende Eusebio la existencia de dos Juanes,
1933), F M BRAL\,/ean fe Theologien et son evangile dans l'Eglise an el apóstol y el presbítero, probablemente es con el deseo de no atribuir
aenne (París 1959) p 357-364 A Wi KE\HAL SER, Introducción al Nuevo al apóstol, sino al presbítero, la paternidad del Apocalipsis, cuya auto-
Testamento (Barcelona H978) p 465ss, C K BARRETT, The Gospel ac ridad quena menguar como ataque al milenansmo
cording to St John (London M962) p 88-92
92 Es importante notar que este problema de la existencia de uno o
I DE LA POTTERIE, San Giovanni Introduzíone al Nuovo Testa- dos Juanes no afecta para nada al problema de la autenticidad o autor
mento (Morcelliana-Brescia 21972) p 872 Otros muchos son partida- del cuarto evangelio, solo condiciona, en parte, el trato directo de
rios de esta sentencia de la identidad, asi, por ejemplo P DE AM Papías con la generación de los apostóles o con los discípulos de estos
BROGGI, Appunti sulla questione di Giovanni Presbítero presso Papia 94
¿Se acerca ademas Papías directamente a los otros apostóles'
ScuolC 58 (1930) 374ss, I D , Gwvannt apostólo e Giovanni presbítero
Asi lo creen algunos juzgando que Papías ha reservado la palabra
una persona o due? ScuolC 59 (1931) 301-314, P H HOPEL, lntroduc
7tpeaPux£poi a los apostóles (cf J LEAL, El valor histórico de los Evangelios
tío specialis in Novum Testamentum (Romae 41938) p 16ss, G M PERRE
[Granada H942) p 104 107) Otros, dando a la palabra jipecrPuTEpot
LLA, // testo di San Papia arca Gwvannt l'anziano DThom 43 (Piacenza
un sentido mas amplio en el texto de Papías, opinan que este se in-
1940) 47-56, H P V Ni w , The Authorschip of the Fourth Gospel (Eton
formo a través de los discípulos de los apostóles que es lo que estos
1952) p 52-70, J LEAL, El valor histórico de los Evangelios (Granada
decían (cf G BARDY, en DBS IV 844) El testimonio de Papías es,
'1942) p 107ss, B PRETE, Vangelo secando Giovanni II Messaggio della
pues, importante por su enraizamiento en la tradición, bien de un
Salvezza t 4 (Tormo 1968) p 806
modo directo en los apostóles o mediante los discípulos de estos
136 PI c 3 Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 137
con orden, los dichos y hechos del Señor, pues el ni había oído 1.° Su opinión sobre Marcos —A la opinión del «pres-
al Señor ni le había seguido» 9S bítero» sobre Marcos: «el presbítero decía esto», Papías,
En este testimonio de la tradición conservada por hablando en primera persona, añade su parecer sobre
Papías se encuentran elementos que se han mantenido este evangelista.
constantes en testimonios posteriores 96: Marcos, intér- «Mas tarde, como dije, siguió a Pedro, quien daba sus ins-
prete de Pedro 97, transmisor fiel de su predicación trucciones según las necesidades, pero no como quien compone
una ordenación de las sentencias del Señor De suerte que en
Pero, además, en él se recogen «del presbítero» datos nada falto Marcos poniendo por escrito algunas de aquellas co-
especialmente significativos sobre el evangelista Marcos, sas tal como las recordaba Porque en una sola cosa puso su
escribió «los dichos y hechos» del Señor (fj Xs^Gévxa rj cuidado en no omitir nada de lo que había oído y no poner
nada falso en ello» 10°
Tipax^Evta), y esto sin orden.
Esta matización de la falta de orden resulta un poco En esta reflexión personal de Papías sobre Marcos se
extraña, pues, como se verá, el evangelio de Marcos encierra un dato esclarecedor para comprender la com-
presenta, aunque a su modo, un orden riguroso El sen- posición del evangelio Si Pedro en su predicación no
tido del testimonio, pues, parece ser no la falta absoluta intentaba reproducir un orden riguroso de las palabras
del orden, sino la falta del orden particular que presen- del Señor 101, sino que mas bien se adaptaba a la utili-
tan el evangelio de Mateo y el de Juan 98 El que se pre- dad de sus oyentes, no es ninguna falta en Marcos el
cise en este testimonio el contenido del evangelio de que él, en algunas cosas, no procediese con un orden,
Marcos («los dichos y hechos» del Señor) tiene su interés sino que escribiese según se acordaba, guiado tal vez en
en orden a determinar después también el contenido ese recuerdo no ya de la utilidad de sus oyentes, sino de
del evangelio de Mateo " sus lectores Con todo, subraya Papías, junto con la ca-
rencia de ese orden riguroso y plenamente compagina-
b) Opinión propia de Papías sobre Marcos y Mateo ble con él, la existencia en el autor de un deseo de no
falsear lo recibido Al concluir esta observación del
Junto con estos elementos sacados de la tradición, Pa- fragmento de Papías, nos dice Eusebio en su Historia
pías presenta también su juicio sobre dos evangelistas en «esto es lo que nos dice Papías sobre Marcos» 102
los fragmentos conservados de él Marcos y Mateo
2.° Su opinión sobre Mateo —Sobre Mateo, continúa
9S
ELSEBIO, Hist eccles 3,39 PG 20,300C, RJ 95 Eusebio en su Historia, dice lo siguiente. «Mateo escribió
56
IRENEO,^ haer 3,1,1 PG 7,844s, RJ 208, CLEMENTE ALEJAN en lengua hebrea las sentencias (de Jesús), y cada uno
DRiNO,enELSEBio,//tó eccles 6,14 PG 9.749C, RJ 439, TERTLLIANO,
Adv Marcionem 4,5 PL 2,396, RJ 341, ORÍGENES, en ELSEBIO, Hist las interpretó conforme a su capacidad» 103.
eccles 6,25 PG 13,892A, RJ 503 100
97
Asi resumen P H Hopfl-B Gut los diversos sentidos que se le EUSEBIO, Hist, eccles 3,39 PG 20,300C, RJ 95
101
han dado a la palabra ép|ir|V£UTr|<; aplicada a Marcos en el testimonio El contenido de la predicación de Pedro lo expresa Papías
de Papías «nonnulh vocem épjjnvEUTri; sumunt ín sensu proprio como «palabras del Señor», excluyendo de ellas el orden &\\' oú%
Marcum ea, quae Petrus aramaice dicebat, graece reddidisse asserunt fbcnusp auvia^iv tffiv xupiaxffiv 7coiounevoc, Xoyx cov Este contenido es el
Ahí potius dicunt Marcum fuisse interpretem, 'ammanuensem' Petri, que recibió Marcos, el que puso por escrito, aunque también sin or-
quia ea, quae Petrus viva voce praedicabat, htteris mandavit et ita cum den Y este contenido del evangelio de Marcos lo especifica también
alus communicavit, nec tamen propriam Marcí praedicationem ex- Papías poco antes, aunque puesto en boca del presbítero, como «dichos
cludí» (cf P H HoptL B G L T , Introductio speaalis in Novum Testamen y hechos de Cristo», finó xoú XpiaxoO T"| A.sx6évToc f\ JtpayOevra Luego
tum [Roma "1938] p 67) el mismo Papías, por si o por otro, determina el contenido del evange-
9
» P H HOPEL-B G L T , O C p 68, V TAYLOR, The Gospel accordmg
lio como «palabras del Señor» o «como dichos y hechos»
to St Marh (London "1963) p 2 i°2 Hist eccles 3,39 PG 20,300C, RJ 95
»» Cf infra p 138s ios Hist eccles 3,39 PG 20.300D, RJ 95
138 PIc3 Los autores de los Evangelios Testimonios de la tradición 139
En esta afirmación de Papías se habla en primer lu- deran que xa ^oyioc, en el testimonio de Papías, incluye
gar del texto primitivo de Mateo, escrito en dialecto he- en sí sentencias junto con hechos o narraciones de la
breo, es decir, aramaico 104 Cuando Papías escribe esto vida del Señor A esta conclusión llegan a partir del tes-
probablemente ya no tenia ante sus ojos el texto original timonio mismo de Papías Al hablar Papías del evangelio
de Mateo, que cada uno «interpreto conforme a su ca- de Marcos, de alguna manera, los koyxa están en co-
pacidad», sino algunas de esas interpretaciones exegeti- nexión con «los dichos y los hechos» (fj X£%Qtvm fj
cas que ya se habían hecho de el 105 jrpaxQévxoc) 108 La misma obra de Papías titulada Xoyi cov
En el testimonio de Papías lo que ofrece mas dificul- xupiaxffiv &t,r\yr\ae(c>q (fhptaoi névxe) contiene en sí he-
tad es lo que quiere significar la palabra xa A.oyioc, como chos del Señor, como el mismo Eusebio lo confiesa 109
contenido de lo que escribió Mateo Hay dos interpreta- Como corroboración de esta conclusión esta la traduc-
ciones extremas y una intermedia Unos, apoyados en el ción siriaca de Eusebio, que traduce Xóyia. por Evange-
sentido inmediato y frecuente de xa ^.oyia, como sen- lio, por consiguiente, conjunto de sentencias y hechos
tencias, consideran que Mateo no escribió un verdadero Una tercera interpretación, intermedia entre las dos
evangelio, sino una mera colección de palabras y de sen- anteriores, la ofrece L Vaganay u 0 Los^oyia en el tes-
tencias del Señor l06 Otros, por el contrario l07 , consi- timonio de Papías conservan su significación ordinaria
104 de oráculo, sentencia 1 U , tanto cuando habla de Mar-
La expresión de Papías eppai'5i 8IOCA.EXTCO es la misma que se
emplea en los Hechos de los Apostóles para indicar la locución que cos u 2 como cuando habla de Mateo Al tratar de Ma-
Pablo tuvo al pueblo judio (Art 21 40)
105
teo, Papías quiere subrayar el orden 113 que sigue Ma-
l a palabra usada por Papías r|pur|V£i)CTE puede tener diversas teo al exponer las sentencias del Señor 114, en contra -
significaciones Puede significar una explicación oral hecha de viva
voz a los fieles en la asamblea este sentido hay que excluirlo, pues ' c G KITTEL, Xoyiov T h W N T IV (1937) 144s, P H HOPEL-
entonces no se habría empleado el aoristo, sino el imperfecto, como B GUT, oc p 33, A WIKENHAUSER, Introducción al Nuevo Testamento
un acto de repetición frecuente (cf L VAGANAY, Matthieu [evangile (Barcelona 31978) p 355, S ZEDDA, / Vangeh e la critica oggi (Treviso
selon saint] DBS V 946) Vaganay se inclina por una traducción es- U965) p 120-123
crita, y por consiguiente, en el texto de Papías de alguna manera se 'o» Cf supra nt 101
indicaría la existencia de vanas traducciones de la obra de Mateo (cf 109
Hist eccles 3,39 PG 20,296 300s
DBS V 946) Quiza, mas probablemente, el termino TÍpurivEucrs m n° L VAGANAY, Matthieu (evangile selon saint) DBS V 940ss
cluya un sentido no de «traducción», sino de<exegesis» que algunos 111
Este es el sentido que tiene las cuatro veces que sale en pasajes
han hecho antes de Papías, y ahora Papías, teniendo como base los neotestamentanos Act 7,38, Rom 3,2, Heb 5,12, 1 Pe 4,11
dichos de los presbíteros que conoce perfectamente, ha intentado el 112
Para Vaganay, en el testimonio de Papías que nos habla de
también hacerla de nuevo (cf C M MARTIM ¡ntroduztone ai Vangeh
Marcos, hay dos partes claramente distintas una primera parte puesta
sinottia II Messaggio della Salvezza t 4 [Tormo 1968] p 43) Este sen-
en boca del presbítero dxpipS; íyponl/sv, oO UEVTOI ta^ei, xa Citó xo'C
tido de la palabra r)pur|veucf£ e s t a m a s e n consonancia con lo que el
Xpicrtoü f| XE^OÉvia f| 7tpax6Évxa, y una segunda parte puesta en la
mismo Papías dice de su obra Aoyicov Kupitxxcóv EfnyriaEto; «No du-
boca del mismo Papías referente a la falta de orden en la predicación
dare en ofrecerte ordenadas, juntamente con mis interpretaciones
de Pedro al hacer la exposición xrov xupioexcóv Xoyicov Para Vaga-
ép|invEiai<;» cuantas noticias un día aprendí y grabe bien en mi memo-
nay no hay una correspondencia exacta entre las dos partes xwv
ria, seguro como estoy de su verdad» (Hist eccles 3,39 PG 20,2965,
xupiaxínv Xoytcov corresponde solamente al XEXGEVTOÍ de la primera
cf X LEON-DLÍOUR, LEvangile selon Saint Matthieu íbid , t 2 [Tournai
parte Asi Papías subraya, dice Vaganay, la falta de orden en el evan
21959] p 189s)
106
geho de Marcos al exponer las sentencias del Señor, siguiendo a Pe-
Esta sentencia la inicio F SCHLEIERMACHER, Uber die Zeugnisse dro a quien interpretaba (cf VAGANAY, en DBS V 940ss)
des Papías von unseren beiden ersten Evangeken Theologische Studien 113
Vaganay lee en el testimonio de Papías sobre Mateo no que
und Knüken 5 (1832) 735 768 La sentencia fue sostenida por C LACH- escribióctuvEypav|/aTO, sino que ordenoCTUvETa^ato xa Xóyia (cf VAGA-
MANN, De ordme narrationum m evangehis smopticis Theologische NAY, en DBS V 940)
Studien und Kntiken 7(1835) 577, y seguida también por autores cató- 114
En el testimonio de Papías sobre Mateo se suprime la aposición
licos P BATIH-OL, SIX lecons sur les evangiles (París 1907) p 66-70, «del Señor» tot Xóyia (xuptaxa) La correspondencia que guarda con
S B ARNÉS, Suggesttions on the Ongín of the Gospel according to S Matthew lo dicho antes sobre Marcos Tfflv xupiaxfflv Xoyícov, hace que, aun
JTS 6 (1904) 187-203 suprimiendo xupiocxa, al hablar de Mateo, se sobrentienda
140 P [ c3 Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Mateo 141
posición de Marcos, que las escribió sin o r d e n 1 | S . Una tradición, pues, constante en el tiempo hasta
Esta diversidad de sentencias " 6 en la interpretación empalmar con la época apostólica en todo el ámbito de
del testimonio de Papías es muy explicable dado que se la expansión de la Iglesia nos presenta los evangelios
trata sólo de pequeños fragmentos de la obra de Papías, f como provenientes de los apóstoles o de varones que,
insertos y conservados en la Historia de Eusebio. Aun respaldados por la autoridad y predicación de los após-
dentro de esta diversidad de pareceres, no se debilita, toles, pusieron por escrito la predicación de éstos. La
como dice Léon-Dufour " 7 , la conclusión siguiente: tradición, además, junto con este origen apostólico de
Mateo escribió en hebreo, ordenando las sentencias del los evangelios, nos da también sus autores humanos re-
Señor. Esta obra original de Mateo es la que está res- cogiendo datos precisos de ellos. Estos datos que nos da
paldando el evangelio griego " 8 , llamado «según San la tradición sobre los autores humanos de los evange-
Mateo». lios, ¿de alguna manera se pueden confirmar por los
datos internos que encontramos en los mismos evange-
115
Últimamente C M Martini se suma a la interpretación de Va- lios?
ganay sobre los logia v a la preferencia por el termino auveta^aTO
Marüni subraya que «Papías no se ha preocupado de la autenticidad
del evangelio (de Mateo), que no se pone en duda, sino solo de mos- 3. Testimonios internos de los evangelios
trar el carácter peculiar de Mateo» (cf C M MARTI N I, Introduzíone ai
Vangeh sinottici II Messaggio della Salvezza t 4 [Tormo 1968] p 43) Los evangelios no presentan directamente los auto-
116
La PCB, el 19 de junio de 1911, dio una respuesta negativa a res que los han compuesto; pero sí suministran indicios
la siguiente pregunta «Si puede sostenerse siquiera como probable la
opinión de algunos modernos, según la cual Mateo no habría escrito que pueden ser elementos confirmativos de los datos
propia y estrictamente el evangelio tal cual se nos ha transmitido, sino que se encuentran en la tradición.
solamente una colección de algunos dichos o sermones de Cristo, de
los cuales hubiera usado como de fuentes otro autor anónimo, a quien
tienen por redactor del mismo Evangelio —Resp Negativamente» (cf a) Evangelio de Mateo
DEN/ 2151 [3564], EB 386, DocBíb, n 426) Queda excluida la pri-
mera sentencia que hemos expuesto sobre el evangelio de Mateo a Los datos de la tradición sobre el primer evangelio
partir de los logia, la de F Schleiermacher, que considera la obra pri-
miüva de Mateo como mera colección de sentencias, no como auten- giran en torno a su persona: de nombre Mateo y por
tico evangelio compuesto de hechos y dichos del Señor La razón de vocación apóstol; en torno a la lengua de composición:
esta exclusión esta enraizada en la tradición, ya que los que conocían
el testimonio de Papías hablan de un evangelio de Mateo asi IRENEO, arameo; sobre los desünatarios: judíos; sobre el tiempo
Adv haer 3,1, PG 7,844B, RJ 208, y el mismo ELSEBIO, Hist de composición: el primero entre los evangelistas U 9 .
eccles 3,24 PG 20,265A «Matthaeus cum Hebraeis p n m u m fidem
¿ Q u é sabemos, a partir del evangelio griego de San Ma-
praedicasset, inde ad alias quoque gentes profecturus, Evangehum
suum patrio sermone conscribens, id quod praesentiae suae adhuc su- nan empleado únicamente como canónico el texto griego del evange-
peresse videbatur, scripto lilis quos rehnquebat, supplevit» Igual- lio conocido con el nombre de Mateo, sin exceptuar a los que expre-
mente nos hablan de un evangelio de Mateo Clemente Alejandrino,
Orígenes, Tertuliano La sentencia de Vaganay, aunque algo inge- samente afirmaron que el apóstol Mateo había escrito en su idioma
niosa en la interpretación que hace de los logia, Sobre todo en el testi- f patrio, puede probarse con certeza que el mismo evangelio griego es
monio de Papías sobre Marcos, es plenamente aceptable No excluye idéntico en lo sustancial al escrito por el mismo apóstol en su lengua
los hechos del evangelio de Mateo, solo muestra la presentación orde- patria —Resp Afirmativamente» (cf DENZ 2152 [3565], EB 387;
nada de los dichos del Señor que presenta la obra de Mateo, según el DocBíb n 427) Aunque el texto original de Mateo no se conserva, con
testimonio de Papías todo, se puede hablar de una idenüdad «quoad substantiam» entre el
117
X L É O V D I K X R , L'Evangile selon Saint Matthieu íbid , t 2 evangelio griego según San Mateo y el original del apóstol. Precisa-
(Tournai ¿1959) p 190 mente por esta correspondencia sustancial, los Padres, aun siendo co-
118
La PCB respondía afirmativamente, el 19 de junio de 1911, a nocedores de la existencia del texto hebraico de Mateo, llaman evan-
la siguiente pregunta «Si por el mero hecho de que los Padres y todos < geho «según San Mateo» a la versión griega
los escritores eclesiásticos, y aun la misma Iglesia, ya desde el principio I ' " A s i los testimonios de Jerónimo, Tertuliano, Ireneo, Papías
I
142 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Mateo 143
teo que poseemos, sobre los datos suministrados por la quieren ver una traducción al griego del original ara-
tradición? meo.
El término usado por Papías (f\p|jfivEuaE) probable-
mente no indica traducción, sino que tiene un sentido
I) E L APÓSTOL M A T E O de interpretación exegética 123. Los semitismos usados
Los tres sinópticos y el libro de los Hechos nombran en el evangelio según San Mateo ciertamente son fre-
entre la lista de apóstoles a Mateo (Mt 10,3; Me 3,18; Le cuentes. Pero no es un argumento decisivo para deducir
6,15; Act 1,13). Sólo el primer evangelio añade al nom- de ahí una traducción, ya que también son frecuentes
bre de Mateo la denominación de «publicano» (Mt 10,3), en el evangelio de Marcos y Lucas, y éstos fueron escri-
haciendo alusión al llamamiento primero (Mt 9,9). Mar- tos originariamente en griego. Estos semitismos pueden
cos y Lucas, aunque narran este primer llamamiento, no explicarse por haberse transmitido durante mucho
le dan el nombre de Mateo, sino de Leví el de Alfeo (Me tiempo la materia sinóptica en arameo. El modo de citar
2,14), el publicano Leví (Le 5,27). La misma persona el Antiguo Testamento en el primer evangelio, unas ve-
que fue llamada por Jesús cuando estaba sentada al te- ces conforme al texto hebraico y otras conforme a la
lonio l2 ° es nombrada de doble manera: Leví (Me y Le) versión de los LXX, indica que no se trata de una mera
y Mateo (Mt), al que después se le apone la denomina- traducción del aramaico. Si fuera una pura traducción,
ción «el publicano» (Mt 10,3) m . De la vida de Mateo no entonces las citas del Antiguo Testamento se realizarían
se sabe nada. Por el evangelio conocemos que siguió al siempre conforme al texto hebraico. Por otra parte, el
Señor (Mt 9,9; Me 2,14; Le 5,28), dejándolo todo (Le vocabulario, gramática y sintaxis del primer evangelio
5,28). Por la narración de Lucas l22 aparece que es el están conformes con la lengua griega. Por esto no se
mismo Leví el que hizo el gran recibimiento a Jesús (Le puede decir que el actual evangelio griego según San
5,29). Mateo sea una pura traducción. Más bien habría que
decir que es una adaptación de un original arameo 124.
Esto hace precisamente que las citas del Antiguo Tes-
2) L A LENGUA DEL PRIMER EVANGELIO tamento que son propias de este evangelio estén toma-
das del texto hebreo, mientras que las citas comunes
El original de Mateo fue escrito, según la tradición, con Marcos y Lucas dependan de los LXX.
en arameo. ¿Qué relación guarda el evangelio griego
según San Mateo que se conserva con el original ara-
meo que se ha perdido? Algunos, apoyados en la expre- 3) DESTINATARIOS
sión de Papías: «cada uno interpretó (rípur|VEucT£) las
sentencias conforme a su capacidad», y en los semitis- El análisis interno de este evangelio confirma ple-
mos existentes en el evangelio griego según San Mateo, namente el parecer unánime de la tradición, que lo
pone dirigido a hebreos. Son innumerables los indicios
120
La misma expresión se encuentra en los tres sinópticos: xa0r|- del evangelio en cuanto a las expresiones, costumbres,
uevov éni TÓ TEXÓJVIOV (Mt 9,9; Me 2,14; Le 5,27).
121
Los comentadores observan que el publicano Leví, después de
' » Cf. suprap.138.
su vocación tomó el nombre de Mateo; del hebreo mataná': don de 124
X. LÉON-ÜUIOUR, L'Évangile selon Saint Matkieu: ibid., t.2
Dios (Núm 1 8,6) (cf. T H . ZAHN, Evangelium des Mattháus [Leipzig
(Tournai 21959) p.l94s. El modo concreto cómo el texto griego ha
"1922] p.373).
122 usado el texto aramaico aparecerá en la exposición del problema si-
En la narración de Mateo y Marcos queda impreciso quién es nóptico (cf. infra c.7).
el que convida y en casa de quién se realiza el banquete.
144 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Mateo 145
contenido doctrinal que muestran lectores provenientes ovejas perdidas de la casa de Israel» (15,24), y a éstas
del judaismo. envía a los doce: «no vayáis a los gentiles ni entréis en
Abundan las expresiones de sabor semítico, como: ciudad de samaritanos; id más bien a las ovejas perdidas
«raca» (5,22); «gehenna de fuego» (5,22); «carne y san- de la casa de Israel» (10,5-6). Las frecuentes citas del
gre» (16,17); «atar y desatar» (16,19; 18,18); «reino de Antiguo Testamento suponen unos lectores familiariza-
los cielos» (4,17; 5,3...) en vez de «reino de Dios» (Me dos con las Sagradas Escrituras.
1,15; Le 6,20); «ciudad santa» (4,5) en vez de «Jerusa-
lén» (Le 4,9). Las expresiones semíticas no suelen ser
explicadas, como sucede con frecuencia en los otros 4) T I E M P O DE COMPOSICIÓN
evangelios. Mateo explica solamente «Emmanuel»
Al hablar de tiempo de composición del evangelio
(1,23); «Gólgota» (27,33); «Eli, Eli...» (27,46).
según San Mateo hay que distinguir entre el original
Alusión a costumbres judaicas: «ofrenda ante el altar» aramaico y el texto griego que conservamos.
(5,23); «no entrar en las ciudades de los samaritanos»
En cuanto al original aramaico de Mateo, es sentir
(10,5); actitudes farisaicas: ensanchan sus filacterias y
unánime de la tradición que fue escrito el primero de
alargan los flecos; buscan los primeros asientos en los
todos: así San Ireneo, Orígenes, Eusebio, San Epifanio,
banquetes, las primeras sillas en las sinagogas, los salu-
San Jerónimo ' 25 . Para determinar el tiempo preciso de
dos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabbí
composición ya no hay datos exactos. Eusebio dice que
(23,5-7); características de piedad farisaica: hacer la jus-
«Mateo, habiendo predicado primeramente la fe a los
ticia delante de los hombres (6,1), tocar la trompeta
hebreos y teniendo que marchar a otros pueblos, suplió
para ser alabados (6,2), orar para ser vistos (6,5), demu-
la necesidad que aún quedaba de su presencia para
dar el rostro al ayunar (6,16); mención de las abluciones
completar la predicación escribiendo un evange-
frecuentes: «¿por qué tus discípulos traspasan la tradi-
lio...» 126. Pero como no se sabe el tiempo en que Mateo
ción de los ancianos, pues no se lavan las manos cuando
salió de Palestina, el texto de Eusebio no precisa la fecha
comen?» (15,2), sin explicación alguna, como lo hace
de composición del evangelio. Según Ireneo, «Mateo es-
Marcos: «pues los fariseos y todos los judíos, si no se
cribió el evangelio cuando Pedro y Pablo evangelizaban
lavan cuidadosamente, no comen, cumpliendo la tradi-
en Roma» ,27 ; pero la interpretación de este texto puede
ción de los antiguos» (Me 7,3). Igualmente alude a fies-
ser diversa: o bien en sentido modal, como diversas
tas judaicas: «el día primero de los ácimos» (26,17), sin
maneras de difundir el Evangelio, y en este caso no ha-
explicarlas como Marcos: «el primer día de los ácimos,
bría matización del tiempo de composición del Evange-
cuando se sacrificaba la Pascua» (Me 14,12).
lio de Mateo; o bien en sentido temporal, y entonces la
El mismo contenido doctrinal del evangelio está va- composición del evangelio sería hacia el año 60. Alre-
ciado en moldes judaicos: «de estos dos preceptos pen-
den toda la Ley y los Profetas» (22,40); «no penséis que 125
La PCB responde afirmativamente a la siguiente pregunta: «Si
he venido a abrogar la Ley y los Profetas; no he venido se ha de tener por bastante fundada en el testimonio de la tradición la
a abrogarla, sino a consumarla» (5,17); se establece una opinión que sostiene que Mateo precedió en escribir a los demás
evangelistas; y escribió el primer evangelio en la lengua nativa, usada
comparación entre la ley dada a los antiguos y la que a la sazón por los judíos palestinenses, a quienes la obra iba diri-
Jesús promulga: «habéis oído que se dijo a los anti- gida.—Resp. Afirmativamente a u n a y otra parte» (cf. DENZ.
guos...; pero yo os digo» (5,21-22; cf. 5,27-28. 33- 2149 [3562]; EB 384; DocBib n.424).
126
Hist. eccUs, 3,24: PG 20.265A.
34.38-39.43-44); Jesús no ha sido enviado «sino a las ' " Adv, haer. 3,1,1: PG 7,844s; RJ 208.
146 PI c3 Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Marcos 147
128
dedor de esta fecha y aún antes suelen poner los previas, hacen pensar a otros en una composición más
autores la composición del evangelio aramaico, sobre tardía del evangelio, sobre el año 80 132; el mandato de
todo teniendo en cuenta que éste es previo al texto bautizar y predicar que trae Mateo (28,19-20) hace pen-
griego no sólo de Mateo, sino incluso al evangelio de sar a otros que la misión entre los gentiles ha cobrado
Marcos 129. ya un cierto desarrollo, por lo cual parecen convenir al
San Mateo se puede colocar antes de la destrucción de conjunto del evangelio, mejor que el año 70, los años
Jerusalén, año 70, explicando de este modo la impreci- 80-85 ' « .
sión con que el evangelio de Mateo habla de la ruina de Aunque ninguno de los indicios aducidos para fijar
la ciudad en el discurso escatológico (Mt 24). Otros, por la fecha de composición después del 70 son conclusivos
el contrario, la colocan después de la destrucción de Je- para determinarla, pueden dar, sin embargo, un sentido
rusalén. Para esto aducen diversos indicios: la parábola de congruencia. La ausencia clara de una destrucción
de los invitados a la boda (Mt 22,1-12), donde la alusión consumada del templo hace fuerza para suponer que el
que hace Mateo a la ciudad en llamas (v.7), y que falta evangelio se escribió antes que ésta se realizara.
en el texto paralelo de Lucas (Le 14,16-20), parece con- El lugar de composición del evangelio de Mateo en
firmar la predicción del Señor u 0 ; mientras que Marcos, su forma definitiva no se puede precisar; parece ser Pa-
citando a Isaías, pone al templo como casa de oración lestina o Siria, donde ya podía ser bastante conocida la
«para todas las gentes» (Me 11,17; cf. Is 56,7), Mateo lengua griega para las comunidades judeo-cristianas.
suprime estas últimas palabras por la desaparición del
templo, que ha cumplido ya su misión l31 ; la mayor ela-
b) Evangelio de Marcos
boración teológica del evangelio de Mateo en compara-
ción con el de Marcos; las escenas de la infancia de Je- Igualmente, el evangelio de Marcos suministra ele-
sús, que suponen una reflexión ulterior de tradiciones mentos confirmativos de los datos de la tradición sobre
este evangelista. La tradición nos presenta al evangelista
128
En cuanto al tiempo de composición del original aramaico, la Marcos con una especial relación con el apóstol Pedro,
PCB no lo pone mas allá de la destrucción de Jerusalén (año 70) y
admite la posibilidad de que fuera escrito aun antes de la venida de nos habla de los destinatarios de su evangelio, del
Pablo a Roma. Asi formulaba el 19 de junio de 1911 la pregunta y tiempo y lugar de la composición.
respuesta sobre el tiempo de composición del original aramaico. «Si la
redacción de este texto original puede colocarse más allá del tiempo
de la destrucción de Jerusalén, de manera que los vaticinios que de I) L A PERSONA DE MARCOS
ella allí se leen se hayan escrito después del suceso, o el testimonio de
Ireneo (Adv. haer. 3,1,2) que suele alegarse, de interpretación incierta
y controvertida, se ha de juzgar de tanto peso, que obligue a rechazar a) Por los Hechos y las Cartas
la oplílión de aquellos que, más en conformidad con la tradición, juz-
gan que dicha redacción se terminó aun antes de la venida de Pablo a La fuente para conocer los datos biográficos de
Roma.—Resp Negativamente a las dos partes» (cf. D E N ¿ 2150 Marcos la tenemos en el libro de los Hechos de los
[3563], EB 385; DocBíb n.425).
129
Esta problemática de relación entre el evangelio aramaico pri-
Apóstoles y las Cartas de San Pablo y San Pedro. Por el
mitivo, el evangelio de Marcos y el evangelio de Mateo se vera al tra- libro de los Hechos sabemos que se le llama de dos mo-
tar el problema sinóptico en la constatación de tradiciones diversas dos distintos: unas veces con nombre hebraico, Juan
(c.7 p.362).
130
A. WIKENHALSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona
(Act 13,5.13); otras con el nombre romano, Marcos (Act
3
1978) p 376; B. RIGALX, Te'moignage de l'Évangile de Matthieu (Bru-
ges 1967) p 19 132
C M MARTINI, Introduzíone ai Vangeh sinottici II Messaggio de-
131
B RIGALX, o.c p 19. 11a Salvezza t 4 (Tormo 1968) p.52 ' « B RIGAUX, O C p 19
148 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Marcos 149
15,39). Con frecuencia se unen los dos nombres: «Juan b) Por el mismo evangelio
por sobrenombre Marcos» (Act 12,12.25; 15,37). Pro-
bablemente era procedente de Jerusalén, donde residía Sobre la persona de Marcos no se sabe nada por su
su madre, María, y en cuya casa, familiar a Pedro, se evangelio; en cambio, sí se puede ver confirmado en él
solía reunir la primitiva comunidad para orar (Act el sentir unánime de la tradición, que lo juzga como in-
12,12ss). La relación de Marcos con Pedro se deja en- térprete de Pedro. Son muy numerosos los indicios del
trever por la única vez que se le menciona junto a Pedro evangelio de Marcos que ponen de manifiesto la pre-
y se le llama «Marcos, hijo mío», es decir, discípulo carí- sencia de Pedro, testigo ocular y fuente de información
simo (1 Pe 5,13). El trato de Marcos con Pedro debió de para Marcos. V. Taylor 135 atribuye al testimonio de Pe-
comenzar ya en Jerusalén (Act 12,12). dro los relatos de Marcos sobre la vocación de los pri-
La relación de Marcos con Pablo está más detalla- meros discípulos (1,16-20), la marcha a un lugar solita-
damente descrita. Marcos acompaña a Bernabé y Saulo rio (1,35-39), la vocación de Leví (2,13s), la repulsa en
cuando éstos vuelven de Jerusalén a Antioquía, una vez Nazaret (6,l-6a), la confesión de Pedro (8,27-33), la
que han dejado los socorros que les había entregado la transfiguración (9,2-8), el relato del joven rico (10,17-
comunidad de Antioquía para los hermanos de Judea 22), la petición de Santiago y Juan (10,35-40), la entrada
(cf. Act 11,29-30; 12,25). De nuevo es Marcos compa- en Jerusalén (11,1-11), la expulsión de los vendedores
ñero de viaje de Bernabé y Saulo en la primera expedi- del templo (11,15-19), la unción en Betania (14,3-9), la
ción misional a Chipre. Marcos, sin que sepamos la escena de Getsemaní (14,32-42), el p r e n d i m i e n t o
causa, no quiso internarse en Asia Menor y se apartó de (14,43-52), las negaciones (14,66-72). Algunos de estos
ellos desde Panfilia, volviéndose a Jerusalén (Act 13,13; relatos, por ejemplo, la transfiguración, Getsemaní, rea-
15,38). lizados en presencia de los tres íntimos: Pedro, Santiago
Al comienzo del segundo viaje misional de Pablo, y Juan, no han podido ser contados sino por alguno de
Marcos es causa de la separación de Bernabé y Pablo en ellos. Pero teniendo en cuenta las intervenciones espe-
Antioquía. Bernabé quiso llevar consigo a Marcos al se- ciales de Pedro (Me 9,5; 14,37), a éste habría que atri-
gundo viaje misional, pero Pablo se opuso por haberlos buir el relato. En la escena de la higuera seca, Marcos
dejado antes desde Panfilia. Pablo se marchó con Silas, pone en boca de Pedro la advertencia de lo sucedido
atravesando la Siria y la Cilicia; Bernabé se embarcó (11,21), mientras que en Mateo son todos los discípulos
para Chipre, llevando consigo a Marcos (cf. Act 15,34- los que lo observan (Mt 21,20). Antes del discurso esca-
41), su primo hermano (Col 4,10). tológico, sólo en el evangelio de Marcos, Pedro, junto
A pesar de esta pequeña disensión, de nuevo encon- con Santiago, Juan y Andrés, pregunta a Jesús cuándo
tramos a Marcos junto a Pablo durante la primera cau- sucederá el anuncio de la destrucción del templo (13,3-
tividad de éste en Roma (Col 4,10; Flm 1,24). Durante 4). Igualmente en la aparición del ángel a las mujeres,
la segunda cautividad de Pablo, ya inminente su marti- sólo en Marcos, el ángel da el encargo especial a Pedro
rio, pide Pablo a Timoteo que le traiga a Marcos, por- que les precederá en Galilea (16,7).
que le «es muy útil para el ministerio» (2 Tim 4,11). Aunque algunos de los relatos han podido llegar a
Después de la muerte de Pedro y Pablo ya no se sabe
nada cierto sobre Marcos. San Jerónimo lo pone como algunos la consideran como legendaria al no haber sido consignada ni
por Clemente ni por Orígenes (cf. X. LEON-DLFOLR, L'Évangík selon
el primer obispo de la Iglesia de Alejandría 134. Saint Marc: íbid., t.2 p.224).
1,5
V. TAYLOR, The Cospel accordmg to St. Mark (London 61963)
134 Commentar in Evang. Matthaei, pról.: PL 26,18. Esta tradición
p82.
150 P I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Marcos 151
Marcos a través de la tradición cristiana, pequeños deta- rio, reconociendo los datos apuntados, prefieren no
lles realistas de la narración de Marcos sugieren la pre- prodigar las consecuencias. Con todo, un hecho es in-
sencia de un testigo inmediato, y en concreto de Pedro. negable: la mención explícita y frecuente de Simón Pe-
Cuando Jesús se retira a un lugar solitario para orar dro en el evangelio de Marcos 139.
(Me 1,35), Marcos es el único que menciona a «Simón y
los que estaban con él» que salieron en busca de Jesús 2) DESTINATARIOS DEL EVANGELIO DE MARCOS
(1,36). La curación de la suegra de Pedro (Me 1,29-30),
con su observación detallista «tomándola de la mano» San Jerónimo 140 y Clemente Alejandrino 141, al ha-
(1,31), parece estar como dictada por un testigo; algu- blar sobre el evangelio de Marcos, ponen su composi-
nos incluso han pretendido sustituir la tercera persona ción en Roma después de escuchar a Pedro y a petición
«ellos» por la primera persona plural «nosotros» como de los que asistían a la predicación de Pedro. Algunos
solución a problemas estilísticos del relato 136. de estos datos de la tradición de algún modo se ven
confirmados por el análisis interno del mismo evange-
Otros muchos pormenores minuciosos, característi-
lio, ya que presenta indicios por los que se puede juzgar
cos del estilo de Marcos, que hacen su relato más vivo' y
suponen la presencia de un testigo, los veremos al estu- que su evangelio fue destinado a cristianos no judíos,
diar las propiedades del estilo de Marcos. Algunos 137 sino provenientes de la gentilidad, y en concreto de
ven una presencia especial de Pedro en el evangelio de Roma.
Marcos en la omisión que se hace de datos gloriosos
para el apóstol, como la marcha sobre las aguas (Mt a) No judeo-cristianos
14,28-31), la promesa del primado (Mt 16,17-19), el en- Que el evangelio de Marcos no está dirigido a cris-
cargo dado a Pedro de pagar el tributo por Jesús y por tianos provenientes del judaismo, aparece en indicios de
él (Mt 17,24-27); mientras que se subrayan datos espe- signo contrario a los que señalábamos antes para mostrar
cialmente denigrantes para Pedro, como el reproche de que el evangelio de Mateo fue escrito para j u d e o -
Jesús dirigido a Pedro poco después de la confesión: cristianos. Mientras que Mateo no suele explicar los vo-
«Apártate de mí, Satanás, porque no piensas las cosas de cablos aramaicos, Marcos presenta su traducción: Jesús
Dios, sino las de los hombres» (8,33); la petición inge- dio a Santiago, el de Zebedeo, y a Juan, hermano de
nua en la transfiguración, «hagamos tres tiendas» (Me Santiago, el nombre de «Boanergues, esto es, hijos del
9,5); el anuncio de las negaciones (Me 14,30), el sueño trueno» (3,17); a la hija de Jairo le dice Jesús, tomán-
de Pedro en Getsemaní (Me 14,37), negación y jura- dola de la mano: «Talitha Qumi, que quiere decir: niña,
mento de Pedro (Me 14,68.71). Otros 138, por el contra-
a ti te lo digo, levántate» (5,41); en la curación del sor-
136
X. LEON-DUÍOUR, Études d'Évangilf (París 1965) p.137. La alu- domudo dijo Jesús: «Epheta, que quiere decir: ábrete»
sión que hace Marcos a «Santiago y Juan» (Me 1,29) se puede justificar (7,34); se da el sentido de «corbán, esto es, ofrenda»
como una adición del redactor en una frase ya formada por el testigo:
«Inmediatamente, al salir de la sinagoga, nos dirigimos a nuestra casa y 139
Santiago y Juan nos acompañaban. Mi suegra estaba en la cama con En el evangelio de Marcos, en sus 16 capítulos, son 29 veces las
fiebre; y entonces hablamos con Jesús sobre la enferma. Y él, acercán- que se hace mención del apóstol, 19 veces con el nombre de Pedro y
dose, la levantó tomándola de la mano; y la fiebre le desapareció. Y 10 veces con el nombre de Simón. En el evangelio de Mateo, en 28
ella nos servía» (cf. J. WEISS.DOÍ Urchristentum [Gottingen 1917] p.147). capítulos, se menciona 32 veces, 23 veces con el nombre de Pedro y
137
A. WIKENHAUSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona nueve con el de Simón (cf. R. MORGENTHALER, Statistik des neutestamen-
1960) p.140. Esta observación se omite en edición posterior (cf. In- hchen Wortschatzes [Zurich 1958]).
140
troducción al Nuevo Testamento [Barcelona 31978] p.330s.). De vins úlustribus 8: PL 23.653A.
138
X. LÉON-DUFOUR, L'Évangile selon Saint Man: íbid., t.2 p.225 ">' EUSEBIO, Hist. eccles. 6,14: PG 20,552B; RJ 639.
152 PI c 3 Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Marcos 153
(7,11); en la pasión: en Getsemaní, Jesús decía: «Abba, (Me 11,17) En el discurso escatológico Marcos dice «que
Padre» (14,36); «le llevaron al lugar del Gólgota, que es conveniente que el Evangelio primeramente sea pre-
quiere decir lugar de la calavera» (15,22, común con Mt dicado a todas las gentes» (Me 13,10) 142.
27,33), «a la hora de nona gritó Jesús con voz fuerte:
Eloy, Eloy, lama sabachthaní, que quiere decir: Dios c) Provenientes de la gentilidad de Roma
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (15,34,
común con Mt 27,46). Por los datos que suministra el mismo evangelio pa-
rece ser que Marcos se dirige a los cristianos provenien-
Al igual que las palabras aramaicas, se explican tam-
tes de la gentilidad de Roma Los frecuentes latinismos
bién las costumbres de los judíos: así a la acusación que
usados en Marcos, como explicación de vocablos, hacen
se dirige a los discípulos de Jesús por comer pan «con las
pensar en cristianos romanos como destinatarios de este
manos impuras, esto es, sin lavárselas», añade Marcos:
evangelio: los «dos leptos» (Xenxv.), nombre griego para
«pues los fariseos y todos los judíos, si no se lavan cui-
designar una diminuta moneda palestinense de bronce,
dadosamente, no comen, cumpliendo la tradición de los el óbolo de la viuda esta explicado por Marcos como
antiguos» (7,3; cf. Mt 15,2); explica el primer día de un cuadrante (xoopavint;) (Me 12,42), transliteración
los ácimos», aclarando: «cuando se sacnlicaba la Pascua» griega de la palabra latina «quadrans», que era la cuarta
(14,12; cf. Mt 26,17); del mismo modo interpreta «la Pa- parte de un as Después de la flagelación, los soldados
rasceve, es decir, la víspera del sábado» (15,42; cf. Mt llevaron a Jesús dentro del atrio (oc\3A.f¡<;), palabra griega
27,62). En el evangelio de Marcos falta la contraposición que explica Marcos por otra transliteración griega
que veíamos en Mateo entre Ley antigua y Ley nueva. (rcpouTCüpiov), de la palabra latina «praetorium» (Me
Todos estos indicios muestran con claridad que no son 15,16) Ademas de otros latinismos existentes en Marcos
judíos los destinatarios del evangelio. como en Mateo y también en Lucas, se encuentran sólo
en Marcos - (xevtupicov) centurión (Me 15,39.44 45),
b) Provenientes de la gentilidad (£écrni<;), vaso (Me 7,4 8), (aTrexoiAocTCop) (Me 6,27) 143
Sólo Marcos presenta a Simón de Cirene como padre de
Por el contrario, se subraya en Marcos la significación Alejandro y Rufo (Me 15,21) El que Marcos haga alu-
especial que tiene el evangelio para los gentiles. Suprime sión a ellos parece suponer que eran ya conocidos en la
la restricción, hecha por Mateo, de Jesús enviado sólo «a comunidad De hecho, Pablo (Rom 16,13) da saludo a
las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Mt 15,24) y la
misión de los apóstoles a sólo el pueblo judaico (Mt 142
Mateo coloca también esta frase en el discurso escatológico,
15,24). Mientras que en Mateo, Jesús responde a la mu- pero con una formulación y contexto diverso «sera predicado este
jer siro-fenicia: «no es bueno tomar el pan de los hijos y evangelio del Reino en todo el mundo, tesümomo para todas las na
arrojarlo a los perrillos» (Mt 15,26), en Marcos se hace clones, y entonces vendrá el fin» (Mt 24,14) Afirma el hecho «sera
predicado» y suprime el get de Marcos (Me 13,1 0) Mientras que en
preceder una frase que deja la puerta abierta a los genti- Marcos la predicación es al principio, en Mateo la predicación en toda
les cuando llegue su hora: «deja primero hartarse a los la tierra precede al fin» (cf LACRAN Gt, Evangile selon Saint Matthieu,
hijos» (Me 7,27). En la expulsión de los vendedores del l e 24,14) Por esta predicación del evangelio «testimonio para todas
las naciones», «en el día del juicio se les quitara toda posibilidad de
templo (Mt 21,13) Mateo recorta la cita de Isaías redu- excusa por su eventual incredulidad» (cf J SGHMID, Das Evangelium
ciéndola a «mi casa será llamada la casa de oración» (Is nach Matthaus [Regensburg 1956], 1 c , 24,14)
143
56,7), mientras que Marcos trae la cita completa: «mi F ZORELL, Lexicón Graecum Noví Testamenti (Pansas 1931)
col 1222 «sic vocabatur minister vel miles qui adhibebatur ad rem ob-
casa será llamada casa de oración para todas las gentes» servandam
154 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Lucas 155
un «Rufo, el elegido del Señor» 144. El que Marcos pre- sar que fue escrito antes de la destrucción de Jerusalén,
sente al varón y a la mujer en las mismas condiciones año 70, ya que nada alude en el evangelio a la destruc-
respecto al divorcio (Me 10,11-12), alude a la legislación ción realizada de la ciudad. Una comparación de los tres
greco-romana, en la que había paridad para los dos en sinópticos hace confirmar esta opinión, ya que tanto el
este punto 145. Por los datos anteriores, Marcos dirigiría, evangelio griego según San Mateo como el evangelio
pues, su evangelio no a la Iglesia griega, sino a la ro- según San Lucas muestran rasgos 149 por los cuales hay
mana. que colocarlos en un tiempo posterior al evangelio de
Marcos.
3) LUGAR Y TIEMPO DE LA COMPOSICIÓN DEL
EVANGELIO
c) Evangelio de Lucas
El lugar de la composición por los datos de la tradi-
ción y el análisis del mismo evangelio parece ser Roma. Los datos que sabemos de Lucas por la tradición,
Para la fecha de composición del evangelio hay datos como en los otros evangelistas, tratan sobre su persona,
encontrados en la tradición. En la enumeración que se destinatarios de su evangelio y tiempo de composición.
hace de los evangelios en los diversos testimonios, el ¿Qué elementos nos puede aportar el mismo tercer
evangelio de Marcos se pone siempre en segundo lugar, evangelio sobre estos tres capítulos?
después del evangelio de Mateo. En este sentir unánime
hay una sola excepción: Clemente Alejandrino, que 1) LA PERSONA DE LUCAS
afirma haber sido escritos primero los evangelios que
El autor de este tercer evangelio proyecta sobre sí
contienen genealogía del Señor, a saber, el evangelio de
mismo en el prólogo de su obra algunos elementos que
Mateo y Lucas, y, por consiguiente, en tercer lugar el
dan luz sobre su persona. Se presenta como informado
evangelio de Marcos 146. En cuanto al tiempo preciso de
exactamente de lo que otros muchos han querido escri-
composición del evangelio hay también diversidad de
bir antes que él desde el principio. Sobre ello pretende
pareceres en la tradición. El mismo Clemente Alejan-
hacer una narración ordenada (cf. Le 1,1-4). En el
drino pone a Marcos escribiendo el evangelio en vida
evangelio no tenemos más datos sobre él.
aún del apóstol Pedro 147. Por el contrario, la opinión
San Pablo, en su carta a los Colosenses, les envía sa-
más común en la tradición es la mantenida por Ireneo:
ludos de parte de «Lucas, el médico amado» (Col
la divulgación del evangelio tuvo lugar muerto ya Pe-
4,14) 15 °. Este Lucas era procedente de la gentilidad, se-
dro 148. Los datos internos del evangelio inclinan a pen-
gún parece deducirse de la contraposición expresada
144
Lo frecuente de este nombre entonces, no obliga a una identi- por San Pablo al enviar saludos a los colosenses de parte
ficación en una misma persona las veces que se alude a él (cf. A. Wi-
KENHAUSER, Introducción al Nuevo Testamento [Barcelona 3 1978] de aquellos que pertenecen a la circuncisión (Col 4,11) y
p.340. los que nombra a continuación (Col 4,12-14), como no
145
Mateo sólo habla del varón en orden a disolver el matrimonio,
según el derecho judío (Mt 19,9) (cf. P. H. HOPFL.-B. GUT, o.c. p.73: ">» Cf. infra c.7.
A. WlKENHAUSER, O.C. p . 3 4 0 ) . 's° A finales del siglo xix se ha pretendido mostrar, a partir de
146
EUSEBIO, Hist. eccles. 6,14: PG 20.552B; RJ 439. términos usados en el tercer evangelio, esta condición de médico de
147
EUSEBIO, Hist. eccles. 6,14: PG 20.552B; RJ 439. Lucas. Así W. K. HOBART, The Medical Language of St. Luke (Dublin
148 1882); A. HARNACK, Lukas der Arzt (Leipzig 1906). En cambio, H. J.
Adv. haer. 3,1,1: PG 7,844; RJ 208; la interpretación de la
palabra g¡;o8ov como «muerte» de los apóstoles Pedro y Pablo, y no CARBURY, The Style and Literary Method of Luke (Cambridge 1919),
como «salida» de Roma, es la que se da como más probable en PG afirma que los términos usados por Lucas se encuentran en otros mu-
7,846 CD. chos autores de su época que no eran médicos.
156 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Lucas 157
pertenecientes a la circuncisión y, por consiguiente, atribuir la paternidad, según la tradición, a Lucas, ínti-
provenientes de la gentilidad. En la carta a Filemón, mamente ligado con Pablo, a quien asistió en su última
Pablo nombra a Lucas entre sus colaboradores (Flm prisión (2 Tim 4,11) y a quien Pablo llamó «médico carí-
1,24), y en otra ocasión aparece Lucas como el único simo» (Col 4,14). Ahora bien, por análisis interno del
que hace compañía a Pablo (2 Tim 4,11). libro de los Hechos, hay que poner el mismo autor para
Este Lucas del que nos habla San Pablo, ¿es el autor todas las partes, tanto para las que se narran en plural
del tercer evangelio? Para responder a esta pregunta como para el resto del libro 1S1. E igualmente un análisis
hemos de partir del libro de los Hechos de los Apósto- interno del tercer evangelio, por su lengua y estilo,
les. En este libro hay unas partes que se narran en pri- comparado con todo el libro de los Hechos, lleva a ad-
mera persona del plural, poniéndose el autor como per- mitir un único autor para ambos libros, como ya lo deja
sonaje que asiste a los hechos narrados (Act 16,10-17; entrever el prólogo que precede a cada uno de ellos.
20,5-21,18; 27,1-28,16), como compañero de Pablo. Por consiguiente, el autor del tercer evangelio es ese
Hay que excluir, como posible autor de esta parte de los Lucas compañero y colaborador de Pablo, como nos lo
Hechos, las personas que se nombran durante la narra- presenta la tradición 152.
ción formulada en primera persona del plural, pues el Supuesto, pues, Lucas autor del tercer evangelio y
autor se incluiría en esa primera persona plural sin libro de los Hechos, éstos son los datos que sabemos de
nombrarse. Igualmente hay que excluir, como autor, las Lucas a partir de los relatos narrados en plural por él
personas que se nombran en tercera persona del singu- mismo. En el segundo viaje misional de Pablo, Lucas le
lar fuera de los trozos narrados en plural, pues si alguna acompaña desde Tróade a Macedonia, donde pasa al-
de ellas fuera el autor, se expresaría entonces también gunos días en Filipos (Act 16,11-12), en compañía de
en primera persona. Haciendo, pues, estas exclusiones, Pablo. Lucas permanece en Filipos mientras Pablo con-
sólo queda un reducido número de personas a quienes tinúa por Grecia su segundo viaje misional (Act 17,1-
poderles atribuir la paternidad de esta parte de los He- 18,22). Al finalizar Pablo su tercer viaje, ya de vuelta a
chos, sobre todo si hay que tener en cuenta, como des- Jerusalén por Macedonia (Act 20,3), Lucas sale con Pa-
pués se verá, que el autor del tercer evangelio proviene blo desde Filipos para Tróade, donde se reúnen con los
de la gentilidad. Entre esas personas, compañeros de otros compañeros de Pablo y pasan unos siete días
Pablo, que se pueden enumerar como posibles autores (Act 20,6). Lucas es compañero de Pablo hasta Jerusa-
de esas partes de los Hechos están, además de Lucas, lén (Act 20,6-21,18) y permanece en Palestina durante el
Demás, colaborador de Pablo en un tiempo y a quien lo encarcelamiento de Pablo en Cesárea (Act 21,27-26,32).
abandonó después «por amor de este siglo» (Col 4,14; De nuevo es compañero de Pablo prisionero en el viaje
a Roma (Ac 27,1-28,16). Con él lo vemos durante su
Flm 24; 2 Tim 4,10), Crescente (2 Tim 4,10), Artemas
primera cautividad en Roma (Flm 24), y durante su se-
(Tit 3,12), Zenas, el jurisconsulto, y Apolo (Tit 3,13). A
Tito no se puede poner como autor de estas partes de 151
A. Harnack es el que ha estudiado especialmente esas partes
los Hechos, ya que él sólo está junto a Pablo en el .conci- del libro de los Hechos de narracción en plural (Wir-Stucke), dedu-
lio de Jerusalén (Gal 2,1.3) y esta parte queda narrada ciendo la unidad de autor para toda la obra y para el tercer evangelio,
en el c. 15 de los Hechos, donde aún no empieza la na- A. HARNACK, Die Apostelgeschichte (Leipzig 1908); ID., Nene Untersu-
chungen zur Apostelgeschichte und zur Abfassungszeit der synoptischen Evan-
rración en primera persona del plural. Ahora bien, a gehen (Leipzig 1911).
ninguno de estos casi desconocidos se les atribuye la pa- 1,2
La PCB atribuye la paternidad a Lucas sobre el tercer evange-
ternidad de esta parte de los Hechos. Lo más lógico es lio (cf. DEN/, 2155 [3568]; EB 390; DocBíb. n433). Cf supra p.104.
158 PI c 3 Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Lucas 159
gunda cautividad es el único que permaneció a su lado antigua (Mt 5,21-48), aunque, por otra parte, muestra
(2 Tim 4,11) ' « . conocer algunos de los temas tratados por Mateo; así
Lucas pone lo referente a la Ley nueva: «todo el que
2) DESTINATARIOS DE SU EVANGELIO repudie a su mujer y se case con otra, adultera, y el que
se case con la repudiada por el marido, comete adulte-
a) Dedicado a Teófilo
rio» (Le 16,18), sin contraponerla a la Ley antigua,
El autor del tercer evangelio dedica su obra a un como hace Mateo (Mt 5,31); expone el amor a los ene-
personaje concreto, Teófilo, a quien apone la denomi- migos exigido por la Ley nueva: «yo os digo a vosotros
nación honorífica de xpáriaxe (Le 1,1-4). A esta misma que me escucháis: amad a vuestros enemigos, haced bien
persona le dedica también el libro de los Hechos (Act a los que os aborrecen, bendecid a los que os maldicen y
1,1). De esta persona no sabemos nada más l54 . La obra orad por los que os calumnian. Al que te hiere en una
dedicada a Teófilo muestra estar destinada a lectores no mejilla, ofrécele la otra, y a quien te tome el manto, no
provenientes del judaismo, sino de la gentilidad. le estorbes tomar la túnica» (Le 6,27-29), sin contrapo-
nerlo a la ley del talión: «ojo por ojo y diente por
b) No destinado a judeo-cristianos diente» (Mt 5,32).
Los indicios que muestran no estar destinado el
c) Destinado a cristianos provenientes
evangelio a judeo-cristianos son parecidos a los que in-
de la gentilidad
dicábamos antes al tratar del evangelio de Marcos. Lu-
cas también explica instituciones judaicas, conocidas, por Por esto se explica el que omita lo que de algún
tanto, por los judíos, como la Pascua: «estaba cerca la modo puede ser duro para los gentiles: «no he sido en-
fiesta de los ácimos, que se llama la Pascua» (22,1). Al viado sino a las ovejas que perecieron de la casa de Is-
llegar el día de los ácimos, añade, «habían de sacrificar rael» (Mt 15,24); la prohibición dada a los apóstoles: «no
la Pascua» (22,7). Omite las cuestiones que más podrían vayáis a los gentiles» (Mt 10,5); toda la historia de la
interesar a judíos, como relación entre Ley nueva y Ley curación de la hija de la cananea, donde tanto Marcos
1,1
Otras informaciones sobre Lucas nos las da el Prologo Monar- como Mateo traen palabras que pueden ser fuertes para
quiano «Lucas Syrus natione Antiochensis, arte medicus, discipulus los gentiles: «no está bien tomar el pan de los hijos y
apostolorum, postea Paulum secutus usque ad confessionem eius, ser- arrojarlo a los perrillos» (Mt 15,26; Me 7,27) 155.
viens Deo sine crimine Nam ñeque uxorem umquam habens ñeque
filios, LXXIII annorum obnt m Bithynia plenus spintu sancto. Qui Y junto con estas omisiones, Lucas recoge todo lo
cum íam desenpta essent evangeha per Matthaeum quidem ín Iudaea, que de algún modo da una nota de universalismo, de
per Marcum autem in Italia, sancto instigante spintu ín Achaiae parti-
bus hoc scripsit evangehum, significans etiam ípse ín principio ante apertura del evangelio a los gentiles: Simeón habla de la
alia esse desenpta . » (cf P CoRSSEN, Monarchianische Prologe zu den salvación que Dios ha preparado «ante la faz de todos
vier Evangehen Texte und Untersuchungen zur Geschichte der alt- los pueblos» (2,31) y de «la luz para iluminación de las
chnsthchen Literatur 15 [Leipzig 1896|p7s)
IS4
Algunos han pretendido ver en este nombre de Teófilo no un gentes» (2,32). En la presentación del Bautista, Lucas
personaje concreto, sino una persona-símbolo Así Orígenes, en una protrae la cita del profeta Isaías hasta la alusión univer-
aplicación parenética, dice «Omnes, qui nos auditis loquentes, si tales
fuentis, ut dihgamini a Deo, et vos Theophih estis et ad vos evange- 155
Resulta extraño que, siendo esta escena una de las pocas que
hum scribitur» (Ct. In Le h o m . l : 13,1805) La denominación suceden en país no judaico, en Tiro y Sidón, Lucas, que dirige su
xpaxiCTTE pone de manifiesto una persona real Se le decía a los que evangelio a gentiles, la haya omitido La razón apuntada, supresión de
ostentaban u n cargo importante o eran de procedencia noble (cf Act expresiones fuertes para los gentiles, puede ser la justificación de la
23,26; 24,3, 26,25) omisión de este pasaje
Testimonio interno del evangelio de Lucas 161
160 P.1 c.3. Los autores de los Evangelios
ción, respecto de los otros evangelios: así San Jerónimo,
salista q u e «toda carne verá la salvación de Dios» Orígenes, Canon Muratoriano, San Ireneo. Por el con-
(3,6) 1S6. En la presentación programática de Jesús en la trario, Clemente Alejandrino, como voz aislada dentro
sinagoga de Nazaret se vislumbra la futura predicación de la tradición, lo coloca entre los dos primeros evange-
a los no judíos, al igual que Elias no fue enviado a una lios, junto con el de Mateo.
viuda de Israel, sino a Sarepta de Sidón, y como Eliseo
Sobre la fecha precisa de composición, no hay ni
no curó a los muchos leprosos de Israel, sino al sirio
puede haber uniformidad en determinarla. Algunos la
Naamán (4,25-27). Los textos que tratan de los samari-
protraen hasta casi fines de siglo i, creyendo que el ter-
tanos en Lucas adquieren especial relieve: Jesús increpa
cer evangelio depende del evangelio de Juan, a juzgar
a los discípulos que quieren castigar a los samaritanos
por algunas afinidades existentes entre estos dos evan-
(9,52); un samaritano es puesto como ejemplo de miseri-
gelios 159. Estas afinidades se pueden explicar sin hacer
cordia con el prójimo (10,33-37) y otro como modelo de
depender literariamente Lucas de Juan ni Juan de los
agradecimiento (17,18-19). En la curación del siervo del
sinópticos, sino simplemente por ciertos contactos con
centurión se tributa una alabanza extraordinaria al cen-
tradiciones previas.
turión: «yo os digo que tal fe como ésta no la he hallado
en Israel» (7,10). En una proyección escatológica, Lucas La opinión más común hace girar la composición del
hace preceder a los mismos gentiles al pueblo de Israel: tercer evangelio en torno a la fecha de destrucción de
«vendrán de oriente y occidente, del septentrión y del Jerusalén, año 70. Unos la colocan después, ajuzgar por
mediodía, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios, y la alusión hecha de la destrucción de Jerusalén (Le
los últimos serán los primeros, y los primeros serán los 19,43; 21,20-24), considerándola no como anuncio de
últimos» (13,29-30). algo que va a suceder, sino como aclaración de la profe-
cía de Jesús, en parte ya realizada, en los acontecimien-
Parece, pues, claro que el evangelista dirige su evan- tos del año 70. Lucas precisa más el asedio de Jerusalén,
gelio a cristianos provenientes de la gentilidad, aunque mientras que Marcos y Mateo hablan más genérica-
por el mismo evangelio no se puede precisar la región. mente de la «abominación de la desolación» (Mt 24,15;
La tradición coloca la composición del evangelio en las Me 13,14) l6 °. Otros, por el contrario, ven en esos ver-
partes de Acaya: así el Prólogo Monarquiano 157 y San sículos no la alusión concreta de algo ya realizado, sino
Jerónimo 158. La perfección misma de su estilo griego que los términos empleados por Lucas convienen a
hace optar como el lugar más apropiado para su compo- cualquier asedio y pueden provenir de alusiones del An-
sición Grecia o Asia Menor. tiguo Testamento, como dispersión de los judíos entre
las naciones por su infidelidad (Dt 28,62.64), día futuro
3) T I E M P O DE COMPOSICIÓN de la venganza (Os 9,7), Jerusalén estrechada y acosada
por las gentes (Zac 12,2-3) 161. Así, pues, para éstos, por
En cuanto al tiempo de composición, hay diversidad crítica interna, no se puede probar la composición del
de parecer en la tradición. Es opinión casi común atri-
buirle el tercer lugar, en cuanto al orden de composi-
159
FR. C GRANT, Was the Autor ofjohn Dependent upon the Gospel of
156
Los tres sinópticos traen la cita de Is 40,3, y sólo Lucas la Luke?- J B L (1937) 285-307.
protrae hasta la alusión universalista de Is 40,5. i6o A. WIKENHALSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona
157
P. CORSEN, Monarchianische Prologe zu den vier Evangelien: Texte U978) p.413.
und Untersuchungen zur Geschichte der altchristlichen Literatur 161
L. CERFAUX-J. CAMBIER, LUC (évangile selon Saint): DBS V
15 (Leipzig 1896) p.9. 554s: X. L E O N - D I J O I R , L'Évangile selon Saint Luc: ibid., t.2 p.256s.
158
Commentar. in Mt„ pról.: PL 26,18.
De los Ev al Jesús histórico 6
162 P.I c 3 Los autores de los Evangelios
Testimonio interno del evangelio de Juan 163
evangelio después del año 70. Más aún, el no presentar amaba Jesús» (13,23) pertenece al grupo de los doce (cf.
claramente la destrucción de Jerusalén como realización Mt 26,20; Me 14,17). Dentro de los doce, había de ser
de la amenaza de Jesús muestra de alguna manera que uno de los predilectos; por tanto, del grupo Pedro, San-
su composición fue anterior a la misma ruina de Jerusa- tiago, Juan (cf. Me 5,37; Le 8,51; Mt 17,1; Me 9,2; Le
lén. 9,28; Mt 26,37; Me 14,33). No es Pedro «el discípulo a
quien amaba Jesús», puesto que los dos están contra-
d) Evangelio de Juan
puestos en la última Cena (Jn 13,23), en el anuncio de la
La problemática en torno al autor del cuarto evange- Magdalena a los dos (Jn 20,2) y en la escena del lago
lio es mucho más complicada y sobre todo más agitada, (Jn 21,7). Tampoco es Santiago, porque, según el libro
por opiniones diversas, que en los otros evangelistas. Los de los Hechos (12,1-2), le dio muerte el rey Herodes
testimonios de la tradición, como se vio antes, ponen Agripa; por consiguiente, antes del año 44. Por el con-
como autor del cuarto evangelio al apóstol Juan; su trario, «el discípulo a quien amaba Jesús» vivió por mu-
evangelio lo sitúan el último de los cuatro, y el lugar de chos años (Jn 21,20-23). Es, pues, Juan el discípulo
composición, en Efeso. ¿Qué elementos se encuentran amado de Jesús. Otras veces se alude a él sin ninguna
en el mismo cuarto evangelio referentes a estas indica- otra denominación sino la de discípulo (Jn 1,37.40;
ciones de la tradición? 18,15; 20,3; 20,8; 21,24). El que Juan el apóstol, el dis-
cípulo amado, sea autor del cuarto evangelio está con-
1) A U T O R DEL CUARTO EVANGELIO, J U A N EL firmado al no mencionarse en él a ninguno de los dos
APÓSTOL hermanos, hijos del Zebedeo, mientras que en los sinóp-
a) Autor del cuarto evangelio ticos se nombran repetidas veces (Mt 4,21; 10,2; Me 1,19;
3,17; 10,35; Le 5,10). Igualmente, una clara confirma-
Esta formulación no se encuentra en el evangelio, ción existe en el hecho que los tres sinópticos denomi-
pero sí hay una expresión que puede llevar a esa conclu- nan al precursor del Señor con el nombre de Juan y el
sión partiendo sólo de datos internos del cuarto evange- apelativo Bautista (Mt 3,1; 14,2; Me 6,14.24; 8,28; Le
lio. Cinco veces aparece en el cuarto evangelio la deno- 7,20.33; 9,19) como para distinguirlo del apóstol, mien-
minación de «discípulo a quien amaba Jesús»: en la úl- tras que el cuarto evangelio lo llama simplemente Juan,
tima Cena, «uno de ellos, a quien amaba Jesús, estaba ya q u e p a r a él n o hay l u g a r a c o n f u s i ó n (Jn
reclinado en el pecho de Jesús» (13,23); éste se encon- 1,6.15.19.22.35; 3,25.26.27; 4,1; 5,33.36; 10,40.41).
traba al pie de la cruz del Señor junto con María la Ma-
Un análisis del cuarto evangelio muestra efectiva-
dre de Jesús (19,26); a éste, María Magdalena comunica
mente que su autor era un judío que había convivido
que han sustraído al Señor del sepulcro (20,2); es el con Jesús: así aparece en el interés particular que tiene
primero que se da cuenta de la presencia del Señor por las fiestas judaicas (2,13; 5,1; 6,4; 7,2; 10,22; 11,55);
junto al lago (21,7); el que sigue a Jesús y Pedro cuando sus indicaciones topográficas y geográficas son más nu-
éstos conversan a solas junto al lago (21,20). El discípulo merosas y precisas que en los sinópticos (Jn 1,28; 3,23;
que da testimonio, el que escribe (Jn 21,24), es precisa- 4,5-6; 10,22; 11,18.53). La lengua y estilo manifiestan a
mente el discípulo a quien amaba Jesús (21,20), como un semita 162. Su presentación es como testigo ocular
aparece en la relación de estos dos versículos (21,20.24).
162
¿Y quién es este discípulo a quien amaba Jesús? El que Algunos han llegado a pensar que el cuarto evangelio íue es-
se nombra en la última cena como aquel «a quien crito originariamente en arameo: G. F. BLRISEY, The Aramaic Ongín of
the Fourth Gospel (Oxford 1922); C. C. TORREY, The Aramaic Ongín of
164 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Juan 165
(1,14; 15,27; 19,35), comprobado por las precisiones de partir de la presentación que se hace de él como el
los días (1,29.35.43; 2,1; 4,43; 11,6) y aun de la hora amado del Señor y reclinado sobre su pecho (Jn 13,23);
(1,39; 4,6.52; 19,14) ' « . hay que completarlo con la denominación de Boaner-
gues' es decir, hijos del trueno, que el mismo Jesús les
b) J u a n e l apóstol dio a él y a su herrnano Santiago (Me 3,17). Una prueba
de su modo de ser enérgico nos la da su propuesta,
Si el autor del cuarto evangelio, por los indicios antes junto con su hermano Santiago, a Jesús para que bajase
insinuados, es Juan el apóstol, ya se pueden proyectar fuego del cielo que consumiera a los samaritanos por
sobre este autor todos los datos que conocemos por la haberse negado a recibirlo cuando iba hacia Jerusalén
Escritura sobre Juan el apóstol. Era hijo de Zebedeo (Mt (Le 9,51-55). Por esta actitud merecieron una reprensión
4,21) y de Salomé (cf. Mt 27,56; Me 15,40). En un de Jesús (Le 9,56), lo mismo que un reproche a su igno-
tiempo discípulo del Bautista, siguió después a Jesús por rancia cuando le pidieron el sentarse a la derecha e iz-
indicación del mismo Bautista (Jn 1,35-40). Asiste a las quierda de Jesús en su gloria (Me 10,35-38). Esta acti-
bodas de Cana (Jn 2,1-11). Ante la llamada de Jesús tud de Juan y Santiago suscitó además el enojo de los
deja la barca y a su padre (Mt 4,22), quizá bien acomo- otros diez discípulos (Mt 20,24; Me 10,41). Un rasgo
dado (Me 1,20), para seguirle. Se le nombra siempre en más de su condición fuerte lo tenemos en su respuesta
la lista de los doce junto a su hermano Santiago (Mt decidida a Jesús ante la pregunta de su actitud para be-
10,2; Me 3,17; Le 6,14; Act 1,13). Forma parte de una ber el mismo cáliz de Jesús y ser bautizados con su
terna de escogidos junto con Santiago, su hermano, y mismo bautismo. Ante la respuesta tajante de los her-
Pedro, que presencia la resurrección de la hija de Jairo manos, «sí, podemos», Jesús les comunica que beberán
(Me 5,37; Le 8,51), la transfiguración (Mt 17,1; Me 9,2; su cáliz y serán bautizados con su mismo bautismo (Mt
Le 9,28) y la oración en Getsemaní (Mt 26,37; Me 20,22-23; Me 10,39). Durante la semana de la pasión,
14,33). Su modo de ser no se le puede enfocar sólo a junto con Pedro, prepara la Pascua (Le 22,8); proba-
blemente es el que entra en la casa del pontífice como
the Cospel of John: The Harvard Theological Review 6 (1963) 305 conocido suyo (Jn 18,15). Está junto a la cruz de Jesús
344. Con todo, aunque el cuarto evangelio tenga abundantes semitis-
mos en términos hebraicos: Rabbí (Jn 1,38), Mesías (Jn 1,41; 4,25), (Jn 19,26-27), y en la mañana de la resurrección llega
Kefas (Jn 1,42), Betsaida (Jn 5,2), Süoé (Jn 9,7), Gólgota (Jn 19,17). antes que Pedro al sepulcro (Jn 20,3-10). También es el
Rabbouni (Jn 20,16); frecuentes expresiones semitas: «entrar y salir» primero en reconocer a Jesús en la escena del lago (Jn
(Jn 10,9), «poner en el corazón» (Jn 13,2), «hijo de la luz» (Jn 12,36),
«hijo de la perdición» (Jn 17,12), sin embargo, el texto griego no se 21,7).
puede decir que sea una mera traducción de un texto original ara-
maico (cf. E. C. COLWEL, The Greeck of the Fourth Gospel [Chicago En el libro de los Hechos la figura de Juan toma un
1931J). especial relieve. La lista de los apóstoles en el libro de
16
' El que Juan apóstol sea autor del cuarto evangelio no excluye los Hechos lo presenta el segundo, junto a Pedro (Act
la posibilidad de intervención de algún discípulo suyo en la redacción
final de la obra. Así lo estiman diversidad de autores; cf. F. M. 1,13). Igualmente aparece junto a Pedro en la subida al
BRAUN, Jean le the'ologien et son évangile dans l'Éghse ancienne (Paris templo (Act 3,3.11), en la prisión (Act 4,3), ante el Sa-
1959) p.396s; cf. recensión de la obra por P. BOISMARD, en RB 67 nedrín (Act 4,13.19), en la misión que le confían los
(1960) 592-597; B. PRETE, Vangelo secando Giovanni: I! Messaggio del-
la Salvezza t.4 (Torino 1968) p. 819-821. Con la existencia de un apóstoles que estaban en Jerusalén para ir con Pedro a
redactor distinto a Juan el apóstol «la formule 'le disciple que Jésus Samaria (Act 8,14). Tal es su posición, que Pablo, al su-
aimait' se comprend certes mieux, si ce titre flatteur a été decerné au
fils de Zébedée par le rédacteur qui mit la derniére main á l'ouvrage»
bir a Jerusalén (Gal 2,1), lo considera junto con Pedro y
(cf. A. FELILLET, Le quatrieme Évangile: ibid., t.2 p.662 nt.l). Santiago, el hermano del Señor, como columna de la
166 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Juan 167
Iglesia (Gal 2,9; cf. 1,19). Por estas palabras de Pablo el envío del Paráclito (Jn 14,16.26; 15,16; 16,7-15); así
parece ser claro que Juan estaba presente en el concilio los que cita Ireneo, negando el evangelio de Juan, in-
de Jerusalén, sobre el año 50. En cambio, en la última tentaban desvirtuar el montañismo. Por San Epifanio
visita que hace Pablo a Jerusalén, sobre el año 57 (Act conocemos también la secta herética de los álogos, ne-
21,15), no se hace mención ninguna de J u a n y se pre- gadores del Verbo, que rechazaban el evangelio de Juan
senta a Santiago (el Menor) como jefe de la comunidad. donde se habla claramente del Verbo y lo atribuían a
Para esa fecha Juan estaba ya probablemente ausente de Cerinto, para así no contradecir abiertamente al após-
la ciudad. La tradición lo coloca en Efeso (Asia Menor), tol 171. J u n t o con los álogos, el presbítero Gayo en
donde escribió su evangelio 164 y donde lo trató Poli- Roma, en tiempos del papa Ceferino (198-217), negó la
carpo 165. Bajo Domiciano (años 81-96) fue desterrado a paternidad del cuarto evangelio a Juan, atribuyéndola
Patmos, en el mar Egeo, donde escribió el Apocalip- también a Cerinto 172.
sis ,66 . En el imperio de Nerva (año 96), sucesor de Do- 2.° A partir del siglo XIX. —Poca resonancia tuvieron
miciano, volvió a Efeso 167, donde murió en la época de las sectas antimontanista, de los álogos y la opinión de
Trajano (años 98-117) 168, de edad muy avanzada, como Gayo. Durante siglos ha permanecido inalterable la
parece indicarlo el último capítulo del cuarto evangelio opinión que atribuye a Juan apóstol el cuarto evangelio.
(21,20-23) y la denominación con que se presenta en El primero en atacar la tesis tradicional fue C. Th. Bret-
dos de sus tres cartas: ó 7ipeo"Pí)T£po<; (2 Jn 1; 3 J n 1) 159. schneider (1820), quien resumió los argumentos en
contra en una breve obra 173. La controversia tomó aún
más auge con F. Chr. Baur y la escuela de Tubinga.
c) Tesis de oposición
Estos colocan el cuarto evangelio, síntesis de ideas gnós-
1.° En la antigüedad.—La negación de la paternidad ticas y montañistas del siglo n, sobre el año 170, como
de Juan el apóstol sobre el cuarto evangelio tiene su intento de reconciliación entre dos tendencias, paulina o
origen ya en el siglo II. San Ireneo alude a unos que «no petrina, existentes en la comunidad. Entre los que se
admiten la forma de evangelio según Juan, en el que el suman a negar a Juan apóstol la paternidad del cuarto
Señor prometió que enviaría al Paráclito» !7 °. Estos, con evangelio, en Alemania se encuentran: H. J. Holtz-
la negación del cuarto evangelio, pretendían desfondar mann, A. Jülicher, A. von Harnack; en Francia: E. Re-
la actitud de la secta montañista, que mantenía la apari- nán, A. Loisy.
ción del Espíritu en su fundador Montano. Esta secta se Los argumentos que esgrimen para negar a Juan
apoyaba en el evangelio de Juan, en el que se promete apóstol el cuarto evangelio, unos giran en torno a los
164
datos de la tradición, otros en torno a los elementos in-
IRENEO, Adv. haer. 3,1,: PG 7,845B; RJ 208.
165
IRENEO, Epist. ad Florinum, en EUSEBIO, Hist. eccles. 5,20: PG
ternos que proporciona el mismo evangelio. En los ar-
20,485; RJ 264. gumentos de tradición parten de la existencia de dos
166
EUSEBIO, Hist. eccles. 3,18; PG 20,252A. Juanes, el apóstol y el presbítero. Este último sería el
167
EUSEBIO, Hist. eccles. 3,20: PG 20.256A.
isa IRENEO, Adv. haer. 2,22,5: PG 7,785; EUSEBIO, Hist. eccles. autor del evangelio y no el apóstol 174. Según algunos
3,21.23: PG 20,256.
169
La atribución a Juan el apóstol de la primera carta que lleva su "• IRENEO, Adv. haer. 2,51,3: PG41.892A.
172
nombre es tradicional en la Iglesia. La semejanza de la segunda y EUSEBIO, Hist. eccles. 3,28: PG 20,27ss.
173
tercera carta con la primera hace pensar a casi todos que tengan a Probabilia de Evangelii et Epistolarum Ioannis Apostoli Índole et ori-
un mismo autor (cf. I. DE LA POTTERIE, San Giovanni: Introduzíone al gine eruditorum iudiciis modeste subiecit Carolus Theophylus Bretschnei-
Nuovo Testamento [Morcelliana-Brescia 21971 ] p.913s). der (Leipzig 1820).
174
170
Adv. haer. 3,11,9: PG 7,890s. Sobre el problema de los dos Juanes, cf. supra p.!33ss. Aun
168 P I c3 Los autores de los Evangelios
Testimonio interno del evangelio de Juan 169
críticos, apoyados en las palabras de Jesús a los hijos del
Zebedeo (Me 10,39), el apóstol sufrió martirio por el Todo este problema en torno al autor del cuarto
año 44, junto con su hermano Santiago 175 evangelio, muy agitado hace unos cincuenta años, hoy
En el análisis interno del cuarto evangelio también pierde bastante ínteres «La tesis de autenticidad, casi
encuentran dificultad para atribuirlo a Juan apóstol: su umversalmente negada a comienzos de este siglo, pa-
elevada cristología no puede provenir de un testigo pre- rece ganar terreno, hoy es admitida por críticos como
sencial de la vida de Jesús; es un escrito muy posterior, Michaehs, Stauffer, J Jeremías, Menoud, Nunn, R
de la segunda mitad del siglo n l7f>, la denominación de Ligthfoot, etc , y por los exegetas católicos en gene-
discípulo «a quien amaba Jesús» presenta en un perso- ral» , 7 8 La atención se centra hoy especialmente sobre
naje simbólico el tipo de verdadero discípulo 177 la interpretación misma del cuarto evangelio
dado caso que en el texto de Papias, citado por Eusebio se trate de 2) T I E M P O Y LUGAR DE COMPOSICIÓN
dos Juanes distintos, no hay datos para atribuir al presbítero el cuarto
evangelio Todos los datos de la tradición lo atribuyen al apóstol El tiempo de composición del evangelio según Juan,
' " Cf A LOISY, Le Quatrieme Evangtle (París U929) p 68 Como es la tradición unánimemente lo pone en cuarto lugar, el
claro, esas palabras del Señor no concluyen para atribuir a los dos
hermanos una muerte al mismo tiempo Esta en contra el que Lucas, ultimo de los evangelios 179 Una comparación entre el
recordando la muerte de Santiago, no mencionase a Juan Por otra cuarto evangelio y los sinopücos, su mayor reflexión
parte, San Pablo encuentra a Juan el evangelista en el concilio de Je- teológica, inclina a confirmar la opinión común de la
rusalen (Gal 2,2 Cf I DE LA POTTERIE, San Giovanni Introduzíone al
Nuovo Testamento [Morcelhana-Brescia 21971 j p 870s) tradición La fecha de composición no se puede preci-
176
Es cierto que su cristologia supone una elaboración mucho mas sar El descubrimiento del Papyrus Rylands lleva a colo-
hecha que en los sinópticos Al ser el ultimo de los evangelios, ha carlo no mas tarde de comienzos del siglo n La avan-
habido tiempo de una mayor reflexión Con todo, no se puede pro-
traer su composición a finales del siglo n, como lo evidencia el Papy- zada edad que muestra el discípulo «a quien amaba
rus Rylands An Unpublished Fragment of the Fourth Gospel in the John Jesús» (Jn 21,20-23) parece confirmar que se trate de fi-
Ryland Library, ed by C H ROBERTS (Manchester 1935) (cf recensión
P Benoit, en RB [1936] 269-72) Es un papiro egipciaco, encontrado
nes del siglo i El Prologo Monarquiano pone el'evange-
el año 1935 por C H Roberts Consta de cinco versículos del evange- lio escrito después del Apocalipsis ,8 ° En cuanto al lu-
lio de Juan (Jn 18,31 32 33 37 38) Por su forma literaria y caracte- gar de composición, hay dos tradiciones distintas San
rísticas, se deduce que fue escrito en la primera parte del siglo II Si el
evangelio fue escrito en Efeso de Asia y a comienzos del siglo n ya estaba Ireneo señala Efeso, en Asia Menor, como sitio de com-
en África, se deduce que hubo de ser escrito a finales del siglo i o muy posición, mientras que San Efren, al final de su comen-
al comienzo del siglo II (cf J LEAL El autógrafo del IV Evangelio y la tario al Diatessaron de Taciano, lo pone en Antioquia
arqueología EstE 34 [1960] 895-905) Ademas, existen textos de la
tradición en los cuales implícitamente se muestra que el cuarto evan-
gelio era ya conocido y leído en la primera parte del siglo n En esos personnage symbohque, le type du vrai disciple, quand meme 1 inten
textos se insertan alusiones del cuarto evangelio Asi San Ignacio de tion du redacteur evangehque aurait ete d ídentifier ce personnage a
Antioquia (sobre el año 110) en la Epist ad Philad 7,1 «Spintus ta- une individualite histonque, afín d atnbuer a celle-ci la composition
men non decipitur a Deo ortus Novit emm unde vemat et quo vadat», du hvre» (cf A Lois\ Le Quatneme Evangtle [París T921] p 395) De
deja entrever el texto de J n 3, 8 «Spiritus ubi vult spirat, et vocem algún modo se puede concluir la identificación de este discípulo con
eius audis, sed nescis unde vemat aut quo vadat» Semejante depen- Juan apóstol, y esta conclusión esta también confirmada por otros da-
dencia parece haber en la 1 a carta a los Corintios de Clemente Ro- tos del mismo evangelio (cf supra p 162ss)
mano (sobre los años 93-95) E M Boismard cree encontrar en esta ,7S
I DE LA POTTERIE San Giovanni Introduzíone al Nuovo Tes-
carta ciertos elementos tomados del cuarto evangelio establece un pa- tamento (Morcelhana-Brescia '1971) p 898
ralelismo entre Epist I ad Cor 42,1 y Jn 17,18 20,21 entre Epist 1 ad 179
IRENEO Adv haer 3 1,1 PG 7, 844, RJ 208
Cor, 43,6 y Jn 17,3 (cf M E BOISMARD Clementde Rome etl'Evangile de 11,0
< Hoc autem evangehum scripsit ín Asia posteaquam ín Path-
Jean RB 55 [1948] 376-387) mos ínsula Apocalypsim senpserat» (cf P CORSSEN, Monarchianische
177 Prologe zu den vier Evangelien Texte und Untersuchungen zur Geschich-
Asi por ejemplo, Loisy «son anonymat eveille deja l'idee d'un
te der Altchnsthchen Literatur [Leipzig 1896] p 7)
170 P.I c.3. Los autores de los Evangelios Testimonio interno del evangelio de Juan 171
Algunos se inclinan por Antioquía por adaptarse más plenamente determinado en la tradición de la Iglesia,
este lugar de comunidad cristiana de Palestina a la pre- algo que hay que mantener, como afirma el concilio
dicación y meditación que han precedido a la composi- Vaticano II. La determinación concreta de los autores
ción del cuarto evangelio. Así explican mejor la afinidad es algo que depende de un análisis crítico de los evange-
de Juan y Lucas y el influjo de Juan existente en las lios. La tradición nos presta abundantes datos sobre
cartas de Ignacio de Antioquía 181. Otros dan más im- cada una de las personas que ha considerado como au-
portancia al peso de la tradición de Ireneo 182. tores, y, de alguna manera, muchos de ellos quedan
confirmados por un análisis interno de los mismos
Los destinatarios de este evangelio parece ser que no
evangelios. No está cerrada la posibilidad de estudios
son judíos. El evangelio suele explicar los términos he-
crítico-históricos que esclarezcan aún más lo referente a
braicos: Rabbí, Rabboni (1,38; 20,16), Mesías (1,41;
los autores de los cuatro evangelios.
4,26), Cefas (1,42), Siloé (9,7), Gabbatha (19,13), y las
costumbres judías: agua para las purificaciones (2,6), su
enemistad con los samaritanos (4,9), su deseo de incon-
taminación (18,28), la solemnidad del sábado (19,31). A
esto se suma el que se presenta en el cuarto evangelio
a los judíos (oí 'IouSaíbi) simplemente como los enemi-
gos de Jesús (1,11; 8,44.49.59; 19,7).
El evangelio se dirige, pues, probablemente a cris-
tianos provenientes de la gentilidad. San Ireneo pre-
senta el evangelio de Juan dirigido a refutar a Cerinto,
los nicolaítas, sectas heréticas surgidas en la primitiva
comunidad ,83 . Semejante tradición la continúa San Je-
rónimo 184.
Concluimos este largo capítulo en torno a los autores
de los evangelios. El origen apostólico de ellos es algo
l8
' Cf. A. FEUILLET, Le Quatriéme Évangile: ibid., t.2 p.662;
B. PRETE, Vangelo secondo Giovanni: II Messaggio della Salveíza
(Morcelliana-Brescia 1968) p. 819.
182
«Ephesus remains, perhaps, the best choice because of the resi-
due of weight in the Irenaeus tradition» (cf. C. K. BARRETT, The Gos-
pel according to St. John [London 5 1962] p. 111).
183
«Hanc fidem annuntians Ioannes Dominí discipulus, volens
per Evangelii annuntiationem auferre eum, qui a Cerindio insemina-
tus erat hominibus, errorem, et multo prius ab his qui dicuntur Nico-
laitae, qui sunt vulsio eius, quae falso cognominatur scientia, ut con-
funderet eos, et suaderet quoniam unus Deus qui omnia fecit per
Verbum suum» (cf. Adv. haer. 3,11,1: PG 7,879s).
184
«Is (Ioannes apostolus), cum esset in Asia, et iam tune haereti-
corum semina pullularent, Cerinthi, Ebionis et caeterorum, qui ne-
gant Christum in carne venisse... coactus est ab ómnibus pene tune
Asiae episcopis et multarum ecclesiarum legationibus, de divinitate
Salvatoris altius scribere...» (cf. Commentar. in Mt., prol: PL 26,18s).
PARTE SEGUNDA
CAPÍTULO IV
ESQUEMA
1. Sentido de la redacción.
2. Proceso a seguir en la «historia de la redacción».
3. Elementos comunes.
a) La denominación de Evangelio.
1) Diversidad de contenido del término «evangelio».
a) En la literatura griega.
b) En el texto masorético.
c) En la traducción griega de los LXX.
2) Sentido de eOotyyéXiov aplicado a los evangelios.
b) Material evangélico.
1) Hechos y palabras de Jesús.
2) Determinación de hechos y palabras comunes.
a) Entre los sinópticos. >
1.° Material de triple tradición.
2.° Material de doble tradición.
b) Entre los sinópticos y Juan.
3) Ordenación de este material común.
a) Los sinópticos.
b) Los evangelios sinópticos y el cuarto evangelio.
1. Sentido de la redacción
En las cuestiones preliminares en torno a los evange-
lios hemos abordado aquellos problemas que de algún
modo son periféricos al estudio de los evangelios mis-
mos. En ellos, es cierto que hemos aducido datos que de
alguna manera brotan del análisis interno de los mismos
evangelios, pero más bien para comprobar facetas que
son marginales para el contenido mismo de los libros:
autenticidad, autores, tiempo, destinatarios, lugar de
composición. Actualmente el interés se pone principal-
176 P.II c.4. Núcleo común de los Evangelios La «historia de la redacción» 177
mente en la interpretación misma del texto '. En esta 2. Proceso a seguir en la «historia de la redacción»
segunda parte vamos a iniciar un proceso ascendente
con la pretensión de llegar hasta el Jesús histórico. No En el estudio redaccional monográfico de cada uno
hemos de hacer un trabajo de interpretación exegética de los evangelistas más bien se suelen detener los auto-
propiamente dicha, pero sí hemos de partir de los evan- res en el análisis de las características especiales de cada
gelios tal como los tenemos ahora en nuestras manos, evangelio. Estas características y propiedades son las que
de la estructuración que cada autor ha pretendido dar manifiestan el enfoque peculiar de cada evangelio en
al material que ha ordenado, del contenido en dimen- cuanto que se contradistingue del enfoque existente en
sión teológica que ha querido presentar en los hechos y los demás 6.
palabras que cuenta. Hemos de partir de la «historia de Antes de abordar esta diversidad de redacciones en
la redacción», que se centra en determinar el trabajo los evangelios vamos a partir del núcleo común exis-
que ha puesto el autor y cuál es la finalidad que incluye tente en cada uno de ellos. La constatación de este ele-
la elaboración del dato recibido de la tradición 2. Des- mento común nos capacitará para describir más fácil-
pués de la primera guerra mundial estaba más bien en mente las diferencias. Al exponer este común denomi-
el ambiente la HF; después de la segunda guerra mun- nador de los cuatro evangelios no vamos a analizar
dial más bien se intensifica el estudio de la «historia de ahora la causa, el origen que fundamente la unidad en
la redacción» 3. Hoy día ya no se considera a los evange- medio de una diversidad de concepción (cf. c.7); sólo
listas como unos meros compiladores de relatos, sino nos detendremos a constatar puntos de contacto. Estos
como «teólogos que en la elaboración de su obra expre- se podrían reducir al material evangélico y a una cierta
san sus propias concepciones» 4. La historia de la redac- ordenación de este material. Y en un sentido de inte-
ción ha subrayado la interpretación teológica que tienen rrogante se podría preguntar: la denominación de
los hechos de la vida de Cristo, no limitando esta con- «evangelio», ¿es común denominador a los cuatro?
cepción teológica al evangelio de Juan, sino extendién-
dola también a los sinópticos 5. NETTE DE TILLESSE, Le secret messianique dans ÍÉvangile de Marc (París
1968); W. MARXSEN, Der Evangehst Markus. Studien zur Redak-
1 tionsgeschichte des Evangehums (Gottingen 1956, 2 1959); H. RIESENFELD,
I. DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Gwvanni Introduzíone al Tradition und Redaktion im Markusevangeltum: Ntl. Studien fur
Nuovo Testamento (Morcelhana-Brescia 21971) p 899. R. BULTMANN: BZNW 21 (Berlín 1954) 157-164. Para el evangelio de
2
X. LÉON-DLFOUR, «Formgeschichte» et «Redaktionsgeschichte•» des Lucas: H. SCHURMANN, Die Dubletten vm Lukasevangehum. Em Beitrag
Évangiles synoptu¡ues- RecSR 46 (1958) 240 zur Verdeuthchung des lukamschen Redaktwnsverfahrens: ZKT 75 (1953)
3
W. MARXSEN, Der Evangehst Markus Studien zur Redaktionsges- 338-345; ID., Die Dublettenvermeidungen im Lukasevangehum. Em Bei-
chichte des Evangeliurns (Gottingen 21959) p.5 trag zur Verdeuthchung des lukanischen Redaktwnsverfahrens: ZK1 76
4
X. LÉON-DLI-OLR, a.c, p 238, citando a W MARXSEN en TLZ (1954) 83-93; H. CONZELMANN, Die Mitte der Zeit Studien zur Theologie
(1956) p.345
5
des Lukas (Tubingen 1954, 5 1964); H. FLENDER, Heil und Geschichte m
Como ejemplo de estudio de los Evangelios bajo este sentido de der Theologie des Lukas (Munchen 1965). Para el estudio del método
historia de la redacción se podrían consignar: Para el evangelio de mismo: ]. ROHDE, Die redaktionsgeschichthche Methode Einfuhrung und
Mateo: W. TRILLING, Das wahre Israel. Studium zur Theologie des Matthaus Swhtung des Forschunsstandes (Munchen 1961). A. WIKENHAUSER-
Evangehums (Munchen H964); G. STRECKER, Der Weg der Gerech- J. SCHMID, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona 31978) p.450-
hgkeit. Untersuchungen zur Theologie des Matthaus (Gottingen 1962); 453.
R. HLMMEL, Die Ausemandersetzung zwischenn Kirche und Judentum 6
Así, por ejemplo, el estudio redaccional que W. MARXSEN hace
im Matthausevangelium (Munchen 1963); G. BORNKAMM, G. BARTH, de Marcos presenta la originalidad de este evangelio a partir del análi-
H. J. HELD, Uberlieferung und Auslegung im Matthausevangelium (Neukir- sis en torno a la persona del Bautista, del marco geográfico, del tér-
chen 1959, 41965). Para el evangelio de Marcos: G. H. BOOYER, The Re- mino «evangelio» y del estudio del c. 13.
daction of Mark- 4,1-34: NT 8 (1961-1962) 59-70; E. HAENCHEN, Die
Kompositwn von Me 8,27-9,1 und Par • N T 6 (1963) 81-109; G. Mi-
178 PII c 4 Núcleo común de los Evangelios Denominación de Evangelio '79
Mt Me Le Mt Me Le
Mt Me Le Jn a) Los sinópticos
J u a n a n u n c i a al
Mesías 1,11-12 1,7-8 3,15-18 1,25-28 El libro de los Hechos de los Apóstoles presenta una
Bautismo de Jesús 3,13-17 1,9-11 3,21-22 1,32-34 ordenación kerygmática de la vida de Jesús puesta en
Expulsión de los
mercaderes.... 21,12-13 11,15-17 19,45-46 2,13-17
labios de Pedro hablando a Cornelio. En este resumen
Vuelta a Judea . . 4,12 1,14 4,14 4,1-3 la actividad de Jesús, sanando y haciendo el bien, co-
Primera multipli- mienza en Galilea después del bautismo de Juan. Cul-
c a c i ó n d e los
panes 14,13-21 6,32-34 9,10-17 6,1-15 mina en Jerusalén, donde lo crucificaron suspendién-
Jesús anda sobre dolo de un madero. Dios lo resucitó al tercer día, se
las aguas 14,22-23 6,45-52 6,16-21 manifestó a testigos elegidos a quienes ordenó atestiguar
Unción en Betania 26,6-13 14,3-9 12,1-8
Entrada en Jerusa- que él ha sido instituido por Dios juez de vivos y muer-
lén 21,1-9 11,1-10 19,21-40 12,12-19 tos; y en su nombre recibirán perdón de los pecados
A n u n c i o d e la cuantos creen en él (cf. Act 10,37-43; 13,23-31). Es una
traición 26,21-25 14,18-21 22,21-23 13,21-26
Anuncio de la ne- síntesis en la que se recogen los hechos de la vida de
gación 26,30-35 14,26-31 22,31-34 13,36-38 Cristo: vida, muerte, resurrección, ordenados en una
El prendimiento . 26,47-56 14,43-52 22,47-53 18,2-11 perspectiva geográfica, Galilea- Judea- Jerusalén, ence-
Proceso de los sa-
cerdotes 26,57-58 14,53-65 22,54-55 18,13-24 rrando todo ello un contenido salvífico de remisión de
Negaciones de pecados por la fe en él.
Pedro 26,69-75 14,66-72 22,56-62 18,25-27
192 P.U c.4. Núcleo común de los Evangelios
Los sinópticos y el cuarto evangelio 193
Este esquema kerygmático de Pedro, al menos en su
ordenación geográfica de los hechos, es precisamente el Este esquema, en sus líneas generales, es verdadero
que se encuentra en el evangelio de Marcos, a quien la y se puede hablar de un cierto esquema común sinóp-
tradición coloca como intérprete de Pedro 24. Así algu- tico. Con todo, esta distribución geográfica, Galilea
nos autores, cuando dan la estructura del evangelio de —peregrinación continua—, Jerusalén, aunque cierta,
Marcos, presentan una estructura de tipo geográfico 25. no agota toda la construcción estructural de los evange-
El esquema general de esta división sería: una introduc- lios. Estos no se limitan a indicar un mero desplaza-
ción previa en que se prepara la actividad de Jesús me- miento local. Las aclaraciones topográficas son muchas
diante la aparición y predicación de Juan el Bautista, el veces imprecisas; además, este desplazamiento no se
bautismo de Jesús y las tentaciones; una primera parte puede determinar con todo rigor. Así, en el evangelio de
de actividad de Jesús en Galilea; una segunda parte en Marcos, las divisiones antes indicadas no se pueden
peregrinación continua y, por último, una tercera parte mantener con toda su rigidez; por ejemplo, en Me 8,22;
de actividad de Jesús en Jerusalén, donde se realiza la 9,30.33 y quizá 7,31; 8,10 se alude aún a cierta actividad
pasión, muerte y resurrección. Semejante estructura de Jesús en Galilea; y, por otra parte, esa peregrinación
geográfica, comenzando en Galilea para terminar en Je- continua de Jesús no comienza en Me 6,6, sino que, ya
rusalén, se encuentra también en los otros dos sinópti- antes, Jesús aparece recorriendo la Galilea y la Trans-
cos, Mateo y Lucas 26. Siguiendo el plan de estructura jordania (Me 5,1) 28. Igualmente, en el evangelio de Ma-
geográfica, éste sería, según los autores citados, el es- teo, las uniones topográficas son vagas (4,21; 9,9.27;
quemV-aplicable a los tres sinópticos 27: 11,1; 12,15) y no valederas cuando entran en conflicto
con datos de los otros evangelistas, ya que los hechos
Me Mt Le
en Mateo están reunidos sobre todo en tres grandes
Introducción: preparación
a la actividad de Jesús 1,1-4,11
secciones (Mt 8,1-9,34; 14,1-16,20; 21,1-27,66). Estas
Actividad de Jesús en Gali- 1,1-13 1,1-4,13 suturas geográficas no pueden permitir que se esta-
lea 4,12-13,58 blezca un itinerario detallado de Jesús. Lucas, conser-
Jesús en continua peregri- l,14-6,6a 4,14-9,50
nación 14,1-20,34 vando la estructura general sinóptica, inserta algunas
6,6b-10,52 9,51-19,27
En J e r u s a l é n : actividad, secciones propias (Le 6,20-8,3; 9,51-18,14) que dan un
pasión, muerte y resu- matiz característico a su evangelio.
rrección de Jesús 11,1-16,20 21,1-28,20 19,28-24,53
Por consiguiente, en los evangelios sinópticos se
24
H. RlESKNhELD, Tradition und Redaktion in Markusevangelium: puede hablar de un fondo común estructural geográ-
Neutestamentliche Studien für Rudolf Bultmann: BZNW 21 (Berlín fico, aunque no esté especialmente concretizado ni cons-
1954) p.158.
25
Así J. SCHMID, Das Evangelium nach Markus (Regensburg '1954) tituya el enfoque primordial. Partiendo de este soporte
p.7s; A. WIKENHALSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona general topográfico, cada evangelista ha pretendido su
H978) p.323ss; igualmente V. Taylor, con algunas variantes, ordena intención particular, que hay que precisar.
el plan del evangelio de Marcos siguiendo esta estructuración geográ-
fica; cf. V. TAYLOR, The Gospel accordíng to St. Mark (London 61963)
p.107-111. b) Los evangelios sinópticos y el cuarto evangelio
26
J. SCHMID, Das Evangelium nach Mattháus (Regensburg 21952)
p.l9s; ID., Evangelium nach Lukas (Regensburg 21953) p.9s; A. WIKEN- Esta estructura general geográfica, común a los si-
HALSER, o.c. p.349-352; 381-385.
27
Las divisiones siguientes están tomadas de la división general nópticos, está ausente en el cuarto evangelio. Mientras
que hace Wikenhauser a cada uno de los evangelios sinópticos;
cf. supra notas 25 y 26.
28
X. LÉON-DLI-OL'R, L'Évangile selon Saint More: IB t.2 p.208s.
De los Ev. al Jesús histórico 7
194 P II c 4 Núcleo común de los Evangelios
mera formulación externa con que se presenta el estilo modo particular. La parte narrativa está agrupada en
propio de cada persona. Mediante la variedad de expre- capítulos que se entremezclan con los capítulos en que
sión, cincelada a su manera por cada autor, nos llega la se contienen los discursos. Los relatos de hechos están
diversidad de contenido y enfoque pretendido en cada narrados: c.1-2: Infancia del Señor; c.3-4: Primeros dis-
uno de los evangelios. El interés de presentar en los cípulos y comienzo de la vida pública; c.8-9: Agrupación
evangelios la diversidad de forma y contenido radica en de milagros; e l 1-12; 13,53-17,27; 19-23: Hechos diver-
mostrar la existencia de una auténtica labor de redac- sos; c.26.28: Relatos de la pasión y resurrección. La parte
ción. Este trabajo redaccional es el que constituye en discursiva: c.5-7: Sermón del monte; c.10: Discurso antes
verdaderos autores a los que han elaborado el material de la misión de los apóstoles; c. 13,1-52: Discurso de las
evangélico recibido. parábolas; c.18: Discurso eclesial; c.23-25: Sermón escato-
En el presente capítulo se propondrán MS C.Ü aforís- lógico.
ticas de expresión propias de cada evangelista. Lo ha-
remos en una visión de conjunto y en un análisis por- 2) T É C N I C A DE C O M P O S I C I Ó N S I M É T R I C A Y
menorizado de cada evangelio. Este será el primer paso CONCÉNTRICA
que nos haga apreciar a cada evangelista como verda-
La disposición de este doble elemento narrativo y
dero autor del libro que se le atribuye.
discursivo no es una mera yuxtaposición, sino que están
ordenados en una estructura simétrica con correspon-
a) Estructuración del conjunto en su formulación dencia de partes en torno a un punto central, clave en
externa todo el evangelio. Según esta estructuración, el evange-
Según el testimonio de Papías, Marcos, intérprete de lio podría aparecer dividido según el siguiente esquema:
Pedro, escribió diligentemente, aunque sin orden, los
— 1) Narración: c.1-4: Nacimiento y comienzo de la actividad
hechos y dichos del Señor >. Probablemente la intención (de Jesús.
del antiguo escritor era contraponer el orden manifiesto 2) Discurso: c.5-7: Bienaventuranzas-promulgación del .
[reino.
de Mateo al disponer xá Xbyia., con la ausencia de tal < —3) Narración: c.8-9: Autoridad del Mesías e
>
orden en la estructuración de Marcos, que escribió se- [invitación al reino.
4) Discurso: c.10: Discurso de la misión.
gún se acordaba, «aunque sin error», puesto que procu- I—5) Narración: c.11-12: Repulsa de Cristo
raba no sólo no dejar nada de lo que había oído, sino, < . . [por esta generación
z 16)1 Discurso: c.13: Parábolas del remo.
además, no decir nada de falso 2. La estructuración or- •5) Narración: c.14-17: Reconocimiento de
N
denada del evangelio de Mateo es algo patente. H [Cristo por los apóstoles.
4) Discurso: c.18: Discurso eclesial.
á —3) Narración: c.19-22: Autoridad del Hijo del
[hombre e invitación al reino.
1) MATERIAL EVANGÉLICO 2) Discurso: c.23-25: Maldiciones-consecución del reino.-
1) Narración: c.26-28: Muerte, resurrección y nuevo
Aunque en los cuatro evangelios existe como deno- [comienzo.
minador común esta combinación de hechos y discur- En esta estructuración del evangelio de Mateo se
sos 3, en el evangelio de Mateo salta a la vista de un puede apreciar: una alternancia de elemento narrativo y
' E L S E B I O , Hist. eccles. 3,39: PG 20,300 C; RJ 95. discursivo; una correspondencia simétrica del elemento
1
C H . H . L O H R , Oral techniques in the Gospel of Matthew: C B Q 23 discursivo; primer discurso (c.5-7) y quinto discurso
(1961) 4 3 2 .
1
Cf. s u p r a p.183. (c.23-25): bienaventuranzas (5,3-12) y maldiciones
198 PII c 5 Redacción de la formulación externa
Evang de Mt Parte narrativa 199
(23,13-36), programación (6,7) y consecución del reino
(24,42.47; 25,10 21.23.34); segundo discurso (c.10) y su misión mesiánica (c-8-9). Así la parte discursiva y na-
cuarto discurso (c.18): misión de los doce 10,1 11.16.24) rrativa se suceden formando una unidad.
y su actitud ante la comunidad (18,3 10.15); una co- Dentro de cada una de estas dos partes, discursiva y
rrespondencia, igualmente simétrica, en las partes na- narrativa, se procede también con una ordenación de-
rrativas, como se puede apreciar entre los capítulos' 1-4 terminada.
y 26-28, 8-9 y 19-22; 11-12 y 14-17 4. Tanto el elemento
narrativo como el discursivo gira en torno al capítulo 1) PARTE NARRATIVA
clave del evangelio, en el que se explica por parábolas la
naturaleza del reino 5. a) Grandes colecciones de hechos
Los capítulos 8-9 reúnen en si una serie de milagros
que se encuentran dispersos en otros evangelios. Se
b) Estructuración de perícopas
trata de tres grupos de milagros conteniendo cada
La estructuración ordenada del conjunto aparece grupo tres milagros y separado cada uno por dos esce-
con frecuencia en secciones mas reducidas y perícopas nas de transición Este sería el esquema 6:
aisladas que muestran con evidencia un trabajo redac-
1 Milagro Curación del leproso 8,1-4
cíonal. Así, por ejemplo, con la repetición casi literal de 2 Milagro Curación del siervo del centurión 8,5-13 Alusión
dos sumarios «y recorría Jesús toda la Galilea ense- [a la fe (v 10), creer (v 13)
ñando en sus sinagogas y predicando el Evangelio del 3 Milagro Curación de la suegra de Pedro y otras curaciones
reino y sanando toda dolencia y toda enfermedad en el [8,14-17
pueblo» (Mt 4,23; cf. 9,35), se anuncia en síntesis lo que
se va a exponer (4,23) y se resume lo ya expuesto (9,35). 4
D 1 Petición de seguimiento 8,18-20
2 Petición de seguimiento 8,21-22
Milagro Tempestad calmada 8,23-27
En esos dos sumarios se recoge la actividad doctrinal de 5 Milagro Expulsión de demonios 8,28-34 «Hijo de Dios»
Jesús, expuesta en el sermón de la montaña (c.5-7), y su [(v 29)
6 Milagro Curación del paralitico 9,1-8
actividad de curación de enfermos como expresión de
4
D 1 Pregunta sobre el trato con pecadores 9,9-13
2 Pregunta sobre el ayuno de los discípulos 9,14-17
La correspondencia entre los c 1-4 y 26 28 la explana J C Fen- Milagro Curación hemorroisa-resurreccion hija de Jairo
ton «It may be there ís also a companson between the birth of Jesús 19,18 26
at the beginning of the gospel and the resurrection (or re-birth) at the III 8 Milagro Curación de dos ciegos 9,27-31 Alusión a creer
end, the baptism and the crucifixión, the temptations by the devil and I(v28), fe (v29)
the triáis by the Jews And notice m this connexion that the first for- 9 Milagro Curación de un mudo 9,32-34
mal quotation from the Oíd Testament ís Emmanuel', which means,
God with us' (1,23), and the last word of Jesús ís Lo, I am with you Es, pues, una estructura numérica 3-2-3-2-3. Este
always' (28,20), cf J C FENTON, Inclusto and Chiasmus in Matthew
Texte und Untersuchungen 73 (1959) 179 C H LOHR, a c p428ss, recurso estilístico de agrupación por números es muy
señala los puntos de contacto entre los c 8 9 y 19 22, 11 12 y 14-17 frecuente en el evangelio de Mateo 7. Los dos grupos de
determinando los versículos concretos 7,28 y 22,33, 8,11 y 22,32,
6
8,12 y 22,13, 9,10 y 21,31, 9,27-31 y 20,29-34, 11,5 y 15,31, 11,14 P GAECHTER, Z)je hterarische Kunstim Matthaus Evangehum SBS7
y 17,12, 11,21 y 15,21, 11,29 y 16,24, 12,15 y 14,13s, 12,18 y 17,5, p21
7
12,34 y 15,18, 12,39 y 16,4, 12,40 y 17,22s, 12,46-50 y 13,55 Cf infra p212ss El P Gaechter subraya ademas el paralelismo
5
Cf C H H LOHR, a c p 427, R LATOLREUE Supplementum intro chiastico (a-b-b-a) de las expresiones «creer»-«te» en el segundo y pe-
ductionis m Evangeha (Romae 1965-1966) p 11, P GAECHILR, Summa núltimo milagro En el tercero y en el antepenúltimo milagro que blo-
mtroductioms m Novum Testamentum (Oemponte 1938) p46s quean el segundo grupo se trata, y solo aquí, de curación de mujeres
En el milagro central del segundo grupo y de toda la estructura apa-
200 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Mt: Parte narrativa 201
transición (8,18-22 y 9,9-17) están íntimamente ligados Los elementos propios de Mateo muestran la sime-
al grupo central (8,23-9,8). Las escenas de petición de tría establecida en la sección. En toda ella Mateo sigue
seguimiento (8,18-22) tienen como tema central el se- muy de cerca a Marcos; sólo se añade en el evangelio de
guir a Cristo, expresado con la repetición del verbo se- Mateo la parábola de los obreros llamados a la viña
guir (dxo^ouGéo)) (v. 19.22). Ante estos dos conatos fraca- (20,1-16) y la parábola de los convidados a las bodas
sados de seguimiento, Mateo empieza la escena de la (22,1-14) para hacer correspondencia a la anterior.
tempestad calmada con una expresión redaccional: «y Como perícopa exclusiva de Mateo se inserta la pará-
subiéndose en la barca, le siguieron sus discípulos» bola de los dos hijos (21,28-32) en correspondencia con
(v.23); así enlaza este episodio con los anteriores me- los dos hijos del Zebedeo, con un claro elemento redac-
diante el verbo seguir en una exposición catequética del cional en el v.32 l0. Mediante este versículo, la parábola
tema «seguir a Jesús», en contraposición a los dos inten- se une con el tema del bautismo de Juan enunciado an-
tos fallidos que le han precedido. En el segundo grupo teriormente (v.25ss). En esta correspondencia de pregun-
de transición (9,9-17), de nuevo se recoge el tema de tas (19,1-30 y 22,15-46) " , de parábolas: de los obreros
seguimiento con la invitación hecha a Mateo: «sigúeme», y llamados a la viña (20,1-16) y los invitados a las bodas
sobre todo con la actitud misma del publicano, que, «le- (22,1-14), de la predicción de la Pasión (20,17-19) y los
vantándose, le siguió» (9,9). Esta perícopa de transición viñadores infieles que matan no sólo a los criados, sino
está especialmente unida a la anterior de curación del al hijo del dueño de la viña (21,33-46), de petición y
paralítico (9,1-8) y perdón de pecados (9,2.6.8). Jesús pregunta hecha a Jesús (20,20-28 y 21,23-32), de mila-
trata con publicanos y pecadores (9,11), pues no son los gros (20,29-34 y 21,18-22), hay una escena central que
sanos, sino los enfermos, los que necesitan de médico ocupa el punto clave: la entrada de Jesús en Jerusalén
(9,12) 8. (21,1-17). Y en esta escena todo culmina en el título de
Los capítulos 19-22.—En la sección de hechos com- Jesús, exclusivo aquí en Mateo: «Hosanna al Hijo de Da-
prendida en los c. 19-22 también se puede apreciar una vid» (21,9), «éste es el profeta Jesús, el de Nazaret de
ordenación determinada en su estructuración. Galilea» (21,11) 12. Estas ordenaciones simétricas, vistas
Así se puede presentar su esquema 9: en dos grandes secciones de hechos, se repiten y multi-
plican en secciones más reducidas e incluso en perícopas
Cuatro preguntas 19,1-30.
r~ Parábola de los obreros llamados a la viña 20,1-16.
aisladas.
["Predicción de la pasión 20,17-19.
I - Petición hecha a Jesús de la madre de los hijos del Zebedeo
et le 'pardon' de Dieu que Jésus communique aux hommes est
C Milagro: Curación de dos ciegos 20,29-34.
Entrada en Jerusalén 21,1-17.
Milagro: la higuera seca 21,18-22.
[20,20-28.
En este esquema hay un versículo inicial (v. 1) que Es una marcada tendencia del primer evangelio el
enuncia el tema a desarrollar: práctica de la justicia. En mantener con repetición frecuente una expresión o
él se insinúa incluso el método de desarrollo que se va a fórmula. Así se explica el modo de terminar todos los
seguir a continuación: exclusión de una actitud: «no discursos (7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1); a veces esta
practicar la justicia delante de los hombres»; insinuación técnica es un modo de fijar una estructura en una perí-
de una finalidad torcida: la de «aparecer ante ellos», y la copa (6,1-18): « ^ verdad os digo, tienen ya su recom-
razón que justifica esta exclusión: «no tenéis mérito ante pensa» (v.2.5.1ó), «y tu Padre, que ve lo oculto, te re-
vuestro Padre». Este triple paso es el que se sigue en compensará» (v.3.6.18); o en una sección más amplia
cada uno de los casos concretos de limosna, oración y (5,21-48): «oísteis que se dijo...; pero yo os digo» (5,5-
ayuno; la exclusión de una actitud: «no lo pregones...» 21.27-28.31-32.33-34.38-39.43-44); las maldiciones con-
(v.2), «no seáis como los hipócritas...» (v.5), «no os hagáis tra los fariseos (23,13.14.15.16.23.25-27.29). Otras veces la
los melancólicos...» (v.16); una finalidad torcida: «con- repetición es una simple aposición que se añade a un nom-
seguir la estima...» (v.2), «aparecer...» (v.5), «hacer bre: «Padre que está en los cielos» (5,16.45; 6,1.9.26.32;
ver...» (v.16); la razón de la exclusión: «ya tienen su re- 7,11-21; 10,32-33; 12,50; 16,17; 18,10.14.19). Como
compensa...» (v.2.5.16). A este triple paso se contrapone, fórmula de transición se emplea con frecuencia una ex-
en cada uno de los casos, una actitud a mantener: «no presión ya hecha: «en aquel tiempo» (11,25; 12,1;
sepa tu mano izquierda...» (v.3), «entra en tu cuarto...» 14,1) 21. Se encuentran en el evangelio de Mateo versícu-
(v.6), «perfúmate tu cabeza...» (v.17); se pone una fina- 20
J. SCHMID, Das Evangehum nach Matthaus (Regensburg 21953)
lidad a seguir: «la limosna quede oculta» (v.3), «ora en la
p.97-100.
intimidad» (v.6), «no caigan los hombres en la cuenta» 21
La transición se efectúa con frecuencia en el primer evangelio
(v. 18); la razón de esta actitud y finalidad: «tu Padre te mediante la palabra TOTE; se encuentra noventa veces en Mateo, mien-
lo pagará» (v.4.6.18). tras que en Marcos sale seis veces, en Lucas catorce, y diez en Juan;
cf. R. MORGENTHALER, Statistik des Neutestamenthchen Wortschatzes (Frank-
Como se ve, la estructura simétrica en correspon- furt am Main 1958).
208 P.ll c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Mt: Técnicas estilísticas 209
los compuestos de fórmulas estereotipadas (4,23-25; 21,9.15) y textos comunes a los sinópticos (Mt 20,30.31;
9,35; 13,41-43). La repetición de estas fórmulas consti- cf. Me 10,47.48; Le 18,38.39); además, en perícopas ex-
tuye en ocasiones una inclusión, una especie de parénte- clusivas de Mateo (9,27; 12,23), y a veces se encuentra
sis que marca una unidad o sección literaria y hace poner sólo en Mateo aun teniendo textos paralelos en los si-
de relieve una idea (4,23; 9,35). nópticos (Mt 15,22:21,9.15).
3) A N U N C I O S PREVIOS
2) REPETICIÓN DE PALABRAS-CLAVE
Este comienzo del evangelio de Mateo nos indica
Esta repetición no es sólo de fórmulas ya acuñadas, otra técnica literaria que lleva consigo la repetición de
sino también de palabras-clave que hacen centrar la idea palabras-clave: el anuncio previo de algo que se va a de-
de una sección o perícopa. En los e l 1-12 se presenta de sarrollar. El primer versículo del evangelio anticipa su
un modo particular la hostilidad y repulsa que «esta ge- desarrollo: «Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán».
neración» hace del Hijo del hombre y, por consiguiente, La comunicación de algo en sueños: «le pondrás por
el «juicio» que amenaza sobre ella por no haber recono- nombre Jesús» (1,22), «levántate y toma al niño y a su
cido sus «obras». Por eso en esta sección aparece con madre y huye a Egipto, y permanece allí hasta que yo te
especial frecuencia el término generación (yeveá) (11,16; avise» (2,13): prepara la realización: «y le puso por
12,39.41.42.45) con adjetivos especialmente signifi- nombre Jesús» (1,25); «levantándose de noche tomó al
cativos: mala (Ttovnpá) (12,39.45), adúltera i^íoixakiq) niño y a su madre y partió para Egipto, permaneciendo
(12,39). Las obras del Señor rechazadas se expresan con allí...» (2,14). Los sumarios son a veces un modo de ade-
el t é r m i n o S u v á n s i c ( 1 1 , 2 0 . 2 1 . 2 3 ) o a n u e r o v lantar lo que después se va a desarrollar (4,23).
(12,38.39). El juicio que sobre esta generación se cierne
se repite con la palabra xpícnc "(11,22.24; 12,18.20.36.
4) MIRADAS RETROSPECTIVAS
41.42), reforzado a veces con el verbo xouaxpíveiv
(12,41.42) y xaT<x8ixá¡;£iv (12,7.37) 22. Los sumarios tienen también esta otra función de
El evangelio de Mateo se abre con la «genealogía de mirada retrospectiva a lo que ya se ha desarrollado
Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán» (1,1). El (9,35). Estas alusiones a curaciones en masa (8,16; 12,15;
término generación (yévecnc;) con que se empieza: pípA.oc 14,35-36; 15,30-31; 21,14) de alguna manera vuelven a
Yevécreooe (A)'Inaoü XpicrtoC (B) (1,1), se repite al ter- poner ante los ojos los milagros ya contados. Este sen-
minar la serie de generaciones y comenzar TnaoO tido de recapitulación de la actividad de Jesús contiene
X/naToO (B) ñ y¿veai<; (A) (1,18). Así, con la repetición la respuesta dada a la embajada del Bautista: «los ciegos
se forma una figura chiástica A-B-B'-A'. La denomina- ven, los cojos andan, los leprosos son curados, los sordos
ción inicial «hijo de David» (1,1) se repite con frecuencia oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangeliza-
en el Evangelio, subrayando de este modo la inserción dos» (11,5).
de Jesucristo en el pueblo de Israel. Se aplica a José, Una de las fórmulas más repetidas en el evangelio
hijo de David (Mt 1,20); en el evangelio de Mateo, a de Mateo quizá sea la asociación de oráculos proféticos a
Jesús se le llama «hijo de David» (9,27; 12,23; 15,22; los acontecimientos de la vida del Señor: «todo esto su-
cedió para que se cumpliera lo que el Señor dice por el
22
Cf. C H . H. LOHR, a.c. p.422s. profeta...» (cf. 1,22; 2,15.17.23; 4,14; 8,17; 13,35; 21,4;
210 P.U c,5. Redacción de la formulación extema
Evang. de Mt: Técnicas estilísticas 211
27,9). En estos casos, la mirada retrospectiva nos lleva
más lejos aún del contexto inmediato de lo narrado en 6) PARALELISMO
el evangelio, enmarcándolo en un conjunto más am- Técnica literaria muy común en la poesía hebrea, se
plio «. encuentra con frecuencia en el evangelio de Mateo.
Consiste en «cierta igualdad o semejanza de los miem-
5) INCLUSIONES bros de cada frase, de forma que, generalmente, en
Es una figura literaria muy frecuente, en estilo semí- cada miembro se correspondan pensamientos a pensa-
tico, en los escritos rítmicos de los profetas. Consiste en mientos y palabras a palabras, como si hubieran sido
la repetición de una palabra o frase abriendo y cerrando medidas y ajustadas unas con otras» 27. Este paralelismo
un relato. Con ello se consigue poner de relieve un es- ya se ha podido observar en las diversas estructuras des-
pecial punto de vista. Como ya se ha podido apreciar, el critas anteriormente del evangelio de Mateo. A veces el
primer evangelio, dado su carácter fundamentalmente paralelismo es sinonímico, cuando se repite con expresio-
semítico, presenta una gran abundancia de estas inclu- nes equivalentes la misma idea: «amad a vuestros ene-
siones. En el evangelio de Mateo estas inclusiones no migos, haced bien a los que os odian» (5,44), «no está el
sólo se deben a ciertas exigencias del estilo rítmico: «no discípulo sobre el maestro ni el siervo sobre su señor.
atesoréis tesoros..., donde está tu tesoro...» (6,19-21), Bástale al discípulo ser como el maestro, y al siervo
«por sus frutos los conoceréis» (7,16-20), sino a una ten- como su señor» (10,24-25).
dencia especial de Mateo de encerrar un episodio como Si el segundo miembro se opone al primero, enton-
en un cuadro perfectamente delineado por una inclu- ces será un paralelismo antitético: «todo árbol bueno da
sión 24. Así, con la pregunta «¿por qué tus discípulos no frutos buenos, pero el mal árbol da frutos malos» (7,18).
ayunan?» (9,14) se abre el paréntesis de la inclusión, ce- Cuando el segundo término supone un movimiento
rrándose con la respuesta «entonces ayunarán» (9,15) 25. creciente, se da un paralelismo progresivo: «el que os re-
Un caso parecido se encuentra en la pregunta hecha: cibe a vosotros, a mí me recibe, y el que me recibe,
«¿por qué tus discípulos no se lavan las manos cuando recibe a Aquel que me envió» (10,40).
comen?» (15,2). La respuesta dada: «el comer con las En este último ejemplo, junto con el paralelismo
manos sin lavar no mancha al hombre» (5,20), cierra la progresivo, se une otra figura muy frecuente en Mateo:
inclusión. La denominación de «generación mala» cons- un paralelismo chiástico, en el que el segundo miembro
tituye otra inclusión sin textos paralelos en los otros si- guarda un orden inverso al primero; así, en el ejemplo
nópticos (12,39.45). Semejantes inclusiones se dan con anterior: «el que RECIBE (A) a vosotros (B), a mí me (B)
frecuencia 26 ( 1 6 , 6 . 1 2 ; 18,1.4; 18,10.14; 19,3.9; RECIBE (A), y el que me (B) RECIBE (A), RECIBE (A) a
19,13.15; 19,30-20,16; 21,23.27; 21,33.41; 22,43.45). Aquel que me envió» (B). En este versículo se dan dos
23
C H . H. LOHR, a.c. p.414ss.
paralelismos en forma chiástica inversa, resultando el
24
M. J. LAGRANGE, Évangile selon Saint Matthieu (Paris 21923) siguiente esquema: A-B-B-A y B-A-A-B. Esta disposi-
p.LXXXI. ción chiástica se puede dar con simples palabras: «no
25
En los textos paralelos (Me 2,18-20; Le 5,33-35) se da también
semejante inclusión, pero más difuminada por las palabras que siguen temáis a los que matan el CUERPO, pero no pueden ma-
al verbo (Me 2,20; Le 5,35). tar el alma; temed más bien al que puede perder el alma
26
M. J. Lagrange(Év. s. St. Mt. p.LXXXI) presenta estos ejemplos y el CUERPO en la gehenna» (10,28); «he aquí mi MADRE
de inclusiones en el primer evangelio; cf. J. C. FENTON, Inclusio and
Chiasmus in Matthew: Texte und Untersuchungen 73 (1959) p.174- 27
179. Es la clásica definición del obispo anglicano R. Lowth (De sacra
poesi Hebreorum, Oxford 1753).
212 P.II c.5. Redacción de la formulación externa
Evang. de Mt: Técnicas estilísticas 213
y mis hermanos; el que hiciere la voluntad de mi Padre
que está en los cielos, ése es mi hermano y hermana y MA- semítico, tal vez por la valoración simbólica del número
DRE» (12,49-50); «YO debo ser bautizado por ti, y ¿tú mismo, tal vez por una finalidad mnemotécnica de ayu-
vienes a MÍ?» (3,14). dar a la memoria. El número que más enumeraciones
reúne en torno a sí en el evangelio de Mateo es el siete.
El chiasmo se da también en la disposición de frases;
Además de las ocasiones en que se menciona explícita-
así: «fruto, Abrahán-Abrahán, fruto» (3,8-10). Semejan-
mente este número: siete espíritus que intentan entrar
tes tejemplos de disposición chiástica se encuentran con
de nuevo en la casa (12,45), siete panes, siete peces, siete
profusión (5,43-47; 6,9-13; 13,13.14; 23,25-26) 28.
cestos (15,34.36.37; 16,10), perdonad setenta veces siete
También se puede dar una ordenación chiástica en
(18,22), siete hermanos que tuvieron una misma mujer
unidades mucho más extensas comprendiendo diversos
(22,25.26.28), hay otras muchas veces en que la enume-
versículos 29 ; así las invectivas contra los fariseos
ración es septenaria: las peticiones de la oración domi-
(23,16-22): «si uno j u r a por el TEMPLO... (v.16), si al-
nical (6,9-13), las parábolas del capítulo central del
guno jura por el altar... (v.18), el que j u r a por el altar...
evangelio (c.13), las invectivas contra los fariseos
(v.20), el que j u r a por el TEMPLO...» (v.22).
(23,13-36), las generaciones desde Abrahán a Jesús son
En el mismo versículo inicial del evangelio se expo- tres grupos de catorce (dos veces siete) (1,17). La misma
nen tres nombres: «Jesucristo, hijo de David, hijo de estructura general del evangelio de Mateo contiene siete
Abrahán» (1,1), que después, a través de las generacio- partes generales 34: Los cinco discursos, formando uni-
nes, se enumeran en orden inverso: «Abrahán engen- dad cada uno con la parte narrativa que le precede y
dró a Isaac» (1,2), «David engendró a Salomón» (1,6)..., dos secciones: una inicial, infancia, y otra final, muerte
«del cual nació Jesús, llamado Cristo» (1,16). Según al- y resurrección:
gunos, la misma estructura general del primer evange-
lio está construida en forma chiástica en una corres- Este es el esquema septenario en la división del
pondencia simétrica de partes 30. evangelio:
Cuando esta simetría perfecta gira en torno a un I-c.l-2 Infancia
punto que le sirve de eje central, entonces se da un pa- II-c.3-4+5-7 Parte narrativa-discursiva
ralelismo simétrico concéntrico. Esta sería la construcción III-c.8-9+10
IV-c.11-12 + 13
del conjunto del primer evangelio, girando todo él so- V-c.14-17 + 18
bre el capítulo central de las parábolas del reino (c.13); y VI-c.19-22 + 23-25
la estructura de las secciones c.19-22 31, e l 1,2-12,21 32, VII-c.26-27-28 Pasión-muerte-resurrección.
c.16,13-17,27 " .
Por el número tres también hay una especial simpa-
tía en el primer evangelio: los tres grupos mencionados
7) AGRUPACIONES NUMÉRICAS
de catorce generaciones (1,17), las tentaciones (4,1-11),
Esta técnica de composición, para nosotros quizá un el ejercicio práctico de la justicia en limosna, oración y
poco peregrina, es muy real y frecuente en un ambiente ayuno 35 (6,1-18), tres series de milagros con tres mila-
28
J. C. FENTON, a.c. p.176. 34
29
J. C. FENTON, a.c. p.!76s. Una lista de estructuras chiásticas en Así lo divide P. Benoit (Introduction aux Evangiles synoptiques, en
Mateo, cf. P. GAECHTER, Das Ev. nach Mt. p.15. La Sainte Bible [París 1961] p.1287; P. GAECHTER, Das Ev. nach Mt.
30
Cf. supra p.197. 32
Cf. supra p.202. p.l6s; ID., Die literarische Kunst... p.l2s).
35
31
Cf. supra p.200s. " Cf. supra p.202. Además de la enumeración tripartita, la estructura de la perí-
copa en su desarrollo es dos veces triple; cf. supra p.205s.
Evang. de Mt: Técnicas estilísticas 215
214 P.II c 5 Redacción de la formulación extema
que Mateo se muestra más breve que Marcos o Lucas
gros cada una 36 (c.8-9), tres oraciones en Getsemaní
nos puede indicar el porqué de este hecho. Así, en la
(26,36-46), tres negaciones de Pedro (26,69-75).
curación del paralítico, Mateo omite una serie de datos
La afinidad especial que Mateo presenta por el nú-
circunstanciales que trae Marcos en cuanto al lugar: Ca-
mero dos puede presentar explicación a algunas varian-
farnaúm, en la casa; en cuanto al tiempo: después de
tes que se encuentran en el evangelio de Mateo: dos los
algunos días; en cuanto al auditorio: mucha gente,
endemoniados de Gadara (Mt 8,28), mientras que en
de modo que apenas si había sitio; sobre la actividad de
Marcos y Lucas es uno (Me 5,2; Le 8,27); dos los ciegos
Jesús: les adoctrinaba (Me 2,1-2). Mateo suprime los
del camino del relato exclusivo de Mateo (9,22) y dos los
pormenores detallados que Marcos cuenta de los que
ciegos del relato común a los sinópticos (Mt 20,29),
llevaban al enfermo: eran cuatro; impedidos por la mu-
mientras que en Marcos y Lucas se trata igualmente de
chedumbre, descuelgan al enfermo por una abertura
uno (Me 10,46; Le 18,35); dos las ofertas de segui-
hecha en el tejado. Mateo se limita a presentar «su fe»
miento que se le hacen a Jesús 37 (Mt 8,19-22), mientras
(9,2), que motiva el perdón de los pecados. Los fariseos
que en Lucas se alude a tres (Le 9,57-62); dos los testi-
que asisten son presentados por Marcos: sentados, pen-
gos que presentan acusación contra Jesús (Mt 26,60).
sando entre sí, con todo el proceso de sus reflexiones
(Me 2,6-7); por Mateo, en cambio, son presentados con
8) CONCISIÓN Y HIERATISMO NARRATIVO un solo trazo sintético: «se decían: éste blasfema» (Mt
Una simple comparación de las partes narrativas del 9,3). En labios de Jesús, Mateo suprime algunas expre-
primer evangelio con los relatos de los otros sinópticos siones que son pleonasmos en la formulación de Mar-
deja entrever la tendencia propia de Mateo a exponer cos: «reconociendo Jesús en su espíritu que pensaban así,
los hechos en una línea de laconismo y concisión. Esta les dice: ¿por qué pensáis estas cosas...?» (Me 2,6); «le dice
propiedad del evangelio de Mateo puede resultar algo al paralítico: a ti te lo digo...» (Me 2,11). En la muche-
sorprendente por ser éste el evangelio más extenso. Su dumbre, Mateo suprime el sentimiento de «admiración»
faceta de concisión se circunscribe, como es natural, al (Me 2,12) y deja la glorificación «a Dios, que da seme-
elemento narrativo. Algunos autores 38 muestran esta jante poder a los hombres» (Mt 9,8), haciendo inclusión
propiedad contando sencillamente las palabras de que con otra formulación anterior (Mt 9,6).
constan algunos relatos en los tres sinópticos: así la cu- Mateo, pues, ha descarnado el relato de todo ele-
ración del paralítico tiene ciento veintiséis palabras en mento anecdótico, presentando los datos necesarios en
Mateo (9,1-8), mientras que en Marcos consta de ciento orden a mostrar el poder de perdonar los pecados en la
noventa y seis (2,1-12) y doscientas doce en Lucas (Le curación del paralítico 39.
5,17-26); la curación de los endemoniados de Gadara Este mismo procedimiento es el que se observa en
(Mt 8,28-34; Me 5,1-20; Le 8,26-39) consta de ciento otros relatos de Mateo al compararlos con Marcos: así,
treinta y seis palabras en Mateo, doscientas noventa y en la curación de la suegra de Pedro (Mt 8,14-15; Me
tres en Lucas y trescientas veinticinco en Marcos. 1,29-31), Mateo suprime las circunstancias de prove-
Una comparación pormenorizada de los relatos en niencia de la sinagoga, los acompañantes de Simón, la
presentación directa de la enferma, la intercesión que
36
Cf. supra p.199. 39
37 J. DLPONT, Le paralytique pardonne (Mt 9,1-8): N R T 82 (1960)
En simetría con las otras dos escenas que hacen de transición en 940-958; A. VARGAS-MACHLCA, El paralítico perdonado en la redacción
el triple grupo de milagros, cf. supra p. 199.
38 de Mateo (Mt 9,1-8): EstE 44 (1969) 15-43.
X. LEON-DLJ-OLR, L'Évangile selon Saint Matthieu: IB t.2 p.170.
216 P II c 5 Redacción de la formulación externa Evang de Me 217
hacen por ella, el dato de tomarla de la mano; elemen- 2) Parte discursiva c 13
tos todos que se encuentran en Marcos. El relato de Ma- a) En la introducción (v 1-4)
teo se sitúa en la casa de «Pedro», y toda la atención se b) En la primera parte (v 5-23).
c) En la tercera parte (v 28-37)
centra en dos puntos: la enferma yacente y febricitante, d) Parte central (v 24-27)
a quien ve Jesús, y la misma persona de Jesús, con cuyo e) Sentido unitario del discurso
contacto la enferma se levanta y «le» sirve. Es la exposi- 1 ° Inclusiones
2 ° Carácter cíclico de las inclusiones
ción hierática de un hecho en el que «la Iglesia primi- 3 ° Esquema de conjunto de todo el discurso
tiva, al leer el episodio, vería, sin duda, una especie de
c) Estilo propio de Marcos
anticipación simbólica de la resurrección del cristiano
1) Pobreza de estilo
que sirve a Cristo» 40. 2) Viveza y realismo de estilo
La misma tendencia de Mateo a la concisión se
puede apreciar, al compararlo con los sinópticos, en la Durante siglos, este segundo evangelio ha estado
vocación de Mateo (Mt 9,9-13; Me 2,13-17; Le 5,27-32), como en segundo plano en la estima de los autores y
curación del leproso (Mt 8,1-4; Me 1,40-45; Le 5,12-16), comentaristas. Quizás a esto haya contribuido el juicio
curación del siervo del centurión (Mt 8,5-13; Le 7,1-10), divulgado de Papías según el cual Marcos escribió su
tempestad calmada (Mt 8,23-27; Me 4,35-41; Le 8,22- evangelio «sin orden». La poca extensión de su evange-
25), curación de la hija de Jairo y la hemorroísa (Mt lio ha hecho que el mismo San Agustín ponga a Marcos
9,18-26; Me 5,21-43; Le 8,40-56), curación del epilép- en relación a Mateo «tanquam pedisequus et breviator
tico (Mt 17,14-21; Me 9,14-29; Le 9,37-43). eius» 41. Sólo a partir del siglo xix el evangelio de Mar-
cos empieza a estar en primer plano. La «Teoría de las
dos fuentes» 42 lo coloca, junto con una fuente especial
2. Evangelio de Marcos
de colección de sentencias (llamada Q), como el origen
inicial de donde han partido los otros dos evangelios, el
ESQUEMA
de Mateo y el de Lucas. H. J. Holtzmann 43 consideraba
a) Estructuración del evangelio de Marcos el evangelio de Marcos como el que nos revela mejor la
1) Material evangélico naturaleza humana de Jesús y el que mejor nos conduce
a) Partes narrativas en el progreso histórico de su vida. Contra la concep-
1.° Narraciones breves ción de Holtzmann se levanta W. Wrede 44, queriendo
2 ° Narraciones de milagros
3 ° Narraciones sobre Jesús
hacer ver en el segundo evangelio la exposición de una
4 ° Sumarios tesis preconcebida, manifestada en el «leit-motiv» que
b) Partes discursivas aparece en todo el evangelio: el secreto mesiánico. A
2) Organización de este material partir de estas dos concepciones antitéticas se ha estu-
b) Estructuración de partes del evangelio diado de un modo particular el segundo evangelio y se
1) Paites narrativas
a) Comparación entre 7,31-37 y 8,22-26
41
b) Comparación entre 8,22-26 y 8,27-30. SAN AGUSTÍN, De consensu evangehstarum 1,2 PL 34,1044
c) Comparación entre 8,22-26 y 10,46-52 "2 Cf. infra p 368ss
43
40
H J. HOLTZMANN, Die synoptischen Evangelien Ihr Ursprung und
X LÉON-DUFOUR, L'Evangile selon Saint Matthieu IB t 2 p 171, Geschichtlicher Charakter (Leipzig 1863)
ID , Etudes d'Évangile La guénson de la Belle-mere de Simon-Pieni 44
W. WREDE, Das Messiasgeheimnis in den Evangehen, zugleich ein
(París 1965) p 123-148 Beitrag zum Verstandnis des Markusevangehums (Gottingen 1901)
Evang de Me Material 219
218 PII c 5 Redacción de la formulación externa
enseñanzas de Jesús en su modo de actuar. En cierta
han multiplicado los comentarios e interpretaciones 4S.
manera, la doctrina y narración se unen. Estas partes
El evangelio de Marcos deja de ser una agrupación de-
narrativas se pueden considerar:
sordenada de hechos para dejar entrever una profunda
concepción teológica del autor a través de la estructura- 1.° Narraciones breves, en las que ocupa el centro
ción del conjunto de sus diversas secciones. una sentencia del Señor. Estas sentencias, por su conte-
nido y perfecta adecuación a las circunstancias concretas
Al estudiar el evangelio de Marcos en este capítulo,
de la primera comunidad, suscitarían un interés particu-
tan sólo nos limitamos a la exposición de los indicios
lar y tendrían una señalada resonancia en el ambiente
literarios que se encuentran en el evangelio, que nos
de la primitiva Iglesia 46. A este tipo de narraciones per-
ponen de manifiesto una estructuración clara del con-
tenecen un grupo de veinte relatos 47: comida con pu-
junto y de sus partes. El contenido teológico expresado
blícanos y pecadores (2,16-17), sobre el ayuno (2,18-20),
lo dejamos para el capítulo siguiente. Esta estructura-
las espigas en sábado (2,23-26), curación en sábado del
ción con el estilo propio que le caracteriza nos hace ver
hombre de la mano seca (3,1-6), Jesús y Beelzebul
un auténtico trabajo redaccional que constituye al que
(3,22-26), la verdadera familia de Jesús (3,31-35), puri-
compuso el evangelio, aun sirviéndose de material
ficación de las manos (7,1-8), el corban (7,9-13), los no
preexistente, en verdadero autor de su obra.
discípulos echaban demonios (9,38-39), sobre el divorcio
(10,1-9), bendición de los niños (10,13-16), sobre el po-
a) Estructuración del evangelio de Marcos der de Jesús (11,27-33), el tributo al César (12,13-17),
sobre la resurrección (12,18-27), el primer manda-
1) MATERIAL EVANGÉLICO miento (12,23-34), hijo de David (12,35-37), el óbolo de
la viuda (12,41-44), la destrucción del templo (13,1-2).
En la organización característica del evangelio de
En cada uno de estos relatos se pone de relieve una sen-
Marcos interviene como factor decisivo el material di-
tencia: «dad al César lo que es del César y a Dios lo que
verso con que cuenta. Sin duda alguna, posee el deno-
es de Dios» (12,17), «quien hiciere la voluntad de Dios,
minador común de los cuatro evangelios: material na-
ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (3,35)...
rrativo y discursivo. Pero la proporción con que entra
cada uno es completamente distinta a la que veíamos A veces estas narraciones se reúnen en unidad no
antes en Mateo. Abunda más la materia narrativa que la por motivo de orden cronológico, sino por un orden ló-
estrictamente doctrinal. gico o temático. Así se forman secciones dedicadas a
respuestas de Jesús a sus adversarios (2,1-3,6; 11,27-
a) Partes narrativas 12,34).
2.° Narraciones de milagros.—En estos relatos, el inte-
Este material evangélico adquiere una dimensión rés recae sobre el milagro mismo. La narración en estos
especial en el evangelio de Marcos, no sólo por su fre- casos está mucho más elaborada, presentando con fre-
cuencia,sino también por el enfoque que recibe. No se cuencia el relato un auténtico esquema que constituye
trata de una yuxtaposición de hechos. Marcos, redu-
ciendo la parte estrictamente doctrinal, introduce las 46
A este grupo de narraciones pertenecen las que Bultmann y
Dibehus han clasificado como apotegmas y paradigmas respectiva-
45 mente cf V TAYLOR, The Cospel accordmg to St Mark (London 1963)
Una a b u n d a n t e bibliografía seleccionada sobre Marcos; p78
cf G MIMFITE DE TILLESSE,Le secret messianique dans l'Évangik de Marc 47
V TAYLOR, o c p 78s
(París 1968) p.506-552
220 P.II c.5. Redacción de la formulación extema Evang. de Me: Material 221
un género de «relato de milagro». Sus características con un sentido de sucesión temporal: en la sinagoga
suelen ser 48 : (1,23), al salir de la sinagoga (1,29), llegado el atardecer
— Presentación, por ejemplo, de la enfermedad: su (1,32), a la mañana (1,35); narraciones acaecidas junto
duración, gravedad.
al lago (4,35-41; 5,1-20. 21-43).
— Se exige la fe o se reconoce su existencia, de un 3.° Narraciones sobre Jesús.—En contraposición con
modo explícito o implícito. los dos grupos de relatos antes mencionados, estas na-
— Intervención de Jesús con su palabra, con su rraciones sobre Jesús suelen ser unidades completas en
gesto. sí sin agrupación de tipo cronológico o topográfico. El
— Sigue el efecto, ordinariamente instantáneo. objeto de estas narraciones responde al interés suscitado
— Por último, la reacción de los asistentes con ad- por la misma figura de Jesús.
miración, temor, glorificación divulgación del suceso. A esta serie pertenecen 50 : el bautismo de Jesús
En esta serie de «relato de milagro» se pueden in- (1,9-11), la tentación (1,12-13), vocación de los primeros
cluir 49: el endemoniado de Cafarnaún (1,23-28), cura- discípulos (1,16-20), retirada a un lugar solitario (1,35-
ción de la suegra de Pedro (1,29-31), curaciones en la
39), llamada de Leví (2,13-14), repulsa en Nazaret
tarde (1,32-34), curación de un leproso (1,40-45), el pa-
(6,l-6a), la mujer siro-fenicia (7,24-30), petición de un
ralítico de Cafarnaún (2,1-12), la tempestad calmada
prodigio (7,11-13), confesión de Pedro (8,27-33), trans-
(4,35-41), el endemoniado de Gerasa (5,1-20), resurrec-
figuración (9,2-8), el joven rico (10,17-27), recompensa
ción de la hija de Jairo (5,21-24.35-43), la curación de la
por seguir a Cristo (10,28-31), petición de los hijos de
hemorroísa (5,25-34), primera multiplicación de los pa-
Zebedeo (10,35-40), entrada en Jerusalén (11,1-11), ex-
nes (6,35-44), el andar sobre las aguas (6,45-52), cura-
pulsión de los vendedores (11,15-19).
ción de un sordomudo (7,31-37), segunda multipli-
cación de los panes (8,1-10), curación del ciego de Bet- Las escenas de la Pasión forman una sección unitaria
saida (8,22-26), curación del epiléptico (9,14-27), cura- sobre Jesús, aunque algunos relatos presenten indicios
ción del ciego de Jericó (10,46-52), la higuera seca de haber sido introducidos una vez formada la sección:
(11,12-14.20-22). la unción en Betania (14,3-9), la última Cena (14,22-25),
Getsemaní (14,32-42), las negaciones (14,66-72), las bur-
Todas estas narraciones, aunque a veces sean cortas, las de los soldados (15,16-20) 51.
suelen abundar en detalles pormenorizados que hacen La fuente de información de Marcos para estas na-
ver no ya un relato recibido por tradición, sino la pre- rraciones sobre Jesús podría ser Pedro, especialmente
sencia de un testigo más inmediato: tomar a la enferma para aquellas escenas en que interviene de un modo
por la mano (1,30), aglomeración junto a la puerta particular: vocación de los primeros discípulos (1,16-20),
(1,33), una abertura en el terrado (2,4), durmiendo so- retirada a un lugar solitario (1,35-39), confesión de Pe-
bre un cabezal (4,38), tenía doce años (5,42). dro (8,27-33), transfiguración (9,2-8), recompensa por
Con frecuencia se les suele procurar algún sentido seguir a Cristo (10,28-31), Getsemaní (14,32-42), las ne-
de unidad cuando se agrupan diversas narraciones: su- gaciones (14,66-72). La tradición presenta a Marcos
cedidas en Cafarnaúm (1,23-28.29-31. 32-34; 2,1-12), como «intérprete de Pedro», y aunque no había oído o
48
X. LÉON-DUI-OUR, Études d'Évangile. La guérison d e la
seguido al Señor, convivió con Pedro, quien predicaba
Belle-mére de Simon-Pierre (Paris 1965) p.138; A. LEFÉVRE, Miracle:
DBS V, 1299-1308. 5° V. TAYLOR, O.C. p.80s.
49
V. TAYLOR, O.C. p.80. 51
V. TAYLOR, O.C. p.653s.
222 P.ll c 5. Redacción de la formulación externa
Evang. de Me: Organización del material 223
el evangelio no para elaborar una historia del Señor,
2) ORGANIZACIÓN DE ESTE MATERIAL
sino para utilidad de los oyentes 52. También pudo te-
ner Marcos otros informadores, en especial para aque- Aunque de Marcos se ha dicho que escribió su evan-
llas escenas en que Pedro no estaba presente. gelio «sin orden» 54, como una «amalgama de milagros e
instrucciones» 55 sin llegar a tener dominio de la mate-
4.° Sumarios.—Junto con ese material narrativo, se
dan con frecuencia en el evangelio de Marcos sumarios ria tratada S6, ¿se puede, sin embargo, hablar de una
que ofrecen en líneas generales la actividad de Jesús y organización de todo este material evangélico que se ha
suelen abrir diversos períodos de su actividad en gene- enumerado antes? Algunos autores así lo han hecho 57,
ral (1,14-15), de su actividad circunscrita a un lugar encontrando un paralelismo y simetría en las diversas
(1,21-22), el comienzo de una actividad descrita al inicio partes que fundamenta todo el contenido teológico 58.
de una sección (3,7-12; 6,6b), su actividad de enseñanza Así, por ejemplo, la repetición sistemática de algunos
en parábolas (4,1-2), o también suelen cerrar ciclos re- sumarios sobre la actividad de Jesús (1,14-15; 3,7-12;
daccionales del evangelio sobre la actividad de Jesús en 6,6b), seguidos cada uno de ellos de una perícopa en
una región (1,39), de su enseñanza en parábolas (4,33- que se trata de una escena con los discípulos (1,16-20;
34). 3,13-19; 6,7-13), y la alusión constante de una actitud
de incomprensión o ceguera por parte de los hombres
b) Partes discursivas (3,5-6; 6,l-6a; 8,17-21), parece manifestar una ordena-
ción pretendida en una primera parte 59. Lo mismo su-
Este material estrictamente doctrinal y discursivo es cede, en una segunda parte, con los tres anuncios de la
muy reducido en el evangelio de Marcos. Los discursos Pasión (8,31; 9,30-31; 10,33-34), a los que siguen siste-
de amplitud se limitan al capítulo de las parábolas (c.4) y máticamente u n a incomprensión de los discípulos
sermón escatológico (el3). En la composición de estos (8,32s; 9,32.34; 10,35-37) y una instrucción de Jesús
discursos sigue una técnica de agrupación por seme- (8,34-38; 9,35-37; 10,38-45).
janza de materia: las parábolas, colección de sentencias
Un esquema gráfico de la estructuración de estas
sueltas (4,10-12.21-25). Se suprime el sermón de la
dos partes generales, antes aludidas, se podría presentar
montaña S3. Las invectivas contra los fariseos, que en el
así:
evangelio de Mateo tienen gran amplitud (Mt 23,1-33),
en el de Marcos se circunscriben a tres versículos (Me I. Primera parte: contiene tres secciones con igual
12,38-40). También se reducen bastante las instruccio- comienzo y fin:
nes dadas en la misión de los doce (Me 6,8-9.10-11; cf. 54
ELSEBIO, Hist. eccles. 3,39. PG 20,300C; RJ 95.
Mt 10) de tipo eclesial ampliamente expuestas por Ma- ,s
«Tout cet amalgame de miracles et d'instructions n'est qu'un
teo (Me 9,33-37.42-43.45.47-50; cf. Mt 18). entassement de souvernirs... dont le groupement n'est pas gouverné
par un principe rigoureux d'histoire ou de logique»; así A. Lois\,
Con todo, aunque Marcos no exponga con deten- L'Évangile selon Marc 9, citado por I. DE LA POTTERIE, De composüione
ción el contenido de los discursos de Jesús, alude con evangelu Mam: VD 44 (1966) 136.
56
mucha frecuencia a su actividad docente (1,21-22; 2,13; «Mk ist eben noch mcht in dem Masse Herr uber den Stoff
geworden, dass er eine Gliederung wagen konnte» (R. BIITWA'W, Die
6,2.6.34; 10,1). Geschichte der synoptischen Tradition [Gottingen 6 1964] p.375).
57
I. DE LA POTTERIE, a.c. p.135-141; X. LEON-DUFOUR, L'Évangile
52 selon Saint Marc: IB t.2 p.209ss; H. SCHLIER, cf. conferencia resumida
EUSEBIO, Hist. eccles 3,39: PG 20.300C; RJ 95. por R. Schnackenburg, en BZ 3 (1959) 298.
53
L. VAGANAY, L'absence du Sermón sur la montagne chez Marc RB '» Cf. infra p.301ss.
(1951) 5-46. ,9
I. DE LA POTTERIE, a.c. p.137.
224 PII c 5 Redacción de la formulación extema Evang de Me Partes narrativas 225
1 a sección 1,14-3,6 cida, siguen otras dos partes (c 11-13, 14-16) cuya unión
— Sumario 1,14-15 Vocación-discípulos 1,16-20
— Parte central enseña, sana, controversia con los fariseos 1,21-
con el conjunto aparecerá en la exposición de la concep-
3,4 ción teológica del segundo evangelio 60
— Ceguera del corazón y hostilidad de los fariseos 3,5-6
2 a sección 3,7,-6,6a b) Estructuración de partes del evangelio
— Sumario 3,7-12 Elección-discípulos 3,13-19
— Parte central 3,20-5,43 Si en la disposición del material evangélico se ob-
— Incredulidad 6,l-6a serva, visto de conjunto, una determinada ordenación,
3 a sección 6,6b-8,26 aún queda esta más puesta de relieve en el análisis de
— Sumario 6,6b Mision-discipulos 6,7-13 algunas partes claves que sirven para articular el en-
— Parte central 6,14-8,26 Tiene dos ciclos paralelos en torno a
las dos multiplicaciones de los panes samblaje del conjunto
a) Primera multiplicación de los panes 6,30-44
I) PARTES NARRATIVAS
— Pasa el mar 6,45
— Viene a Genesaret 6,46-56
— Disputa con los fariseos 7,1-23 La curación del ciego de Betsaida (Me 8,22-26)
— El pan de los hijos se da a los perros (siro-fenicia) 7,24- ocupa un puesto clave en la estructuración del evangelio
30 y guarda una especial relación con lo que le precede y le
— Curación del sordomudo 7,31-37
sigue
b) Segunda multiplicación de los panes 8,1-9
— Pasa el mar 8,10 a) Comparación entre 7,31-37 y 8,22-26
— Viene a Dalmanuta 8,10
— Disputa con los fariseos 8,11-13 Tanto la curación del ciego de Betsaida (8,22-26)
— El pan, objeto de ininteligencia de los discípulos 8,14-
21 como la curación del sordomudo (7,31-37) son narra-
— Curación del ciego 8,22-26 ciones exclusivas de Marcos Las dos cierran los dos ci-
— Ininteligencia de los discípulos 8,14-21 clos paralelos establecidos por Marcos en torno a las dos
Escena central Confesión de Pedro 8,27-30 multiplicaciones de los panes Ambas narraciones coin-
II. Segunda parte en paralelismo con la primera ciden en sus elementos principales incluso a veces en el
parte, también tres secciones. vocabulario mismo
1 a sección 8,31-9,29 Me 7,31-37 Me 8,22-26
— Primer anuncio de la pasión-ininteligencia 8,31-33 V 31 y de nuevo, saliendo de la
— Instrucción 8,34-9,1 tierra de Tiro,
— Complemento de catequesis 9,2-29 vino al mar de Galilea V 22 y vienen a Betsaida
2 a sección 9,30-10,31 V 32 y le traen y le traen
un sordomudo un ciego
— Segundo anuncio de la Pasion-incomprension 9,30 34 y le ruegan y le ruegan
— Instrucción 9,35-37 que le impusiera la mano que le tocase
— Complemento de catequesis 10,1-31 V 33 y, llevándole V 23 y tomando la mano del
3 a sección 10,32-52 aparte de la turba , ciego,
y con saliva lo saco fuera de la aldea,
— Tercer anuncio de la Pasión incomprensión 10,32-41
toco su lengua y poniendo saliva en sus
— Instrucción 10,42-45
ojos,
— Curación del ciego 10,46-52 Nota inclusión con 8,22-26 imponiéndole las manos
A estas dos partes generales del evangelio de Mar- 60
I DE LA POTTERIE, a c , p 138ss La organización general del
cos, perfectamente estructuradas en composición pare- conjunto, cf infra p 304s
De los Et al Jesús histórico 8
226 P.II c.5. Redacción de la formulación extema Evang. de Me: Partes narrativas 227
V.34 y mirando al cielo (Jesús) V.24 y mirando (el ciego) Juan el Bautista; otros que Elias, otros que uno de los
suspiró y le dice... decía: veo hombres como
árboles... profetas» (8,28). Después de estas inexactitudes, la vi-
V.25 De nuevo puso las manos sión clara de Pedro: «tú eres el Cristo». Se explica ahora
sobre sus ojos que en la curación del ciego que precede inmediata-
V.35 y al punto se abrieron sus y comenzó a ver
oídos y se recobró mente a la confesión de Pedro, dada su colocación es-
y se soltó la traba de su y veía claramente todo. tructural, la visión del ciego no se consigue repentina-
lengua mente como la curación del sordomudo, sino progresi-
y hablaba rectamente
V. 36 y les encargó V.26 y lo envió a su casa vamente hasta llegar a una visión perfecta. Las dos es-
que a nadie lo dijesen; diciendo: no entres en la cenas, la del ciego de Betsaida y la confesión de Pedro,
pero cuanto más lo en- aldea...
cargaba,
terminan con una imposición de silencio (8,26.30).
tanto más lo publicaban
ellos.
V.37 y se admiraban...
c) Comparación entre 8,22-26 y 10,46-52
Prescindiendo ahora de la significación teológica de La escena del ciego de Betsaida, después de estar
las dos narraciones y ateniéndonos a su mera formula- ligada con lo que le precede, con el contexto inmedia-
ción externa, son auténticos «relatos de milagros»: coin- tamente siguiente, guarda también un paralelismo pa-
ciden en la enmarcación topográfica, en la presentación tente con la curación del ciego de Jericó (10,46-52). Las
del enfermo, intervención por él, actuación de Jesús, en dos curaciones de ciego cierran, cada una, una de las
los dos casos por contacto físico, consecución del mila- partes generales antes mencionadas, con la proclama-
gro, imposición de silencio. Con todo, hay dos diferen- ción abierta de dos títulos de Jesús: en la escena del
cias fundamentales: en la curación del ciego se da un ciego de Betsaida, mediante la confesión de Pedro que
proceso progresivo (8,24-25), mientras que en la cura- le sigue inmediatamente, se le llama a Jesús «el Cristo»
(8,29); en la escena del ciego de Jericó se proclama a
ción del sordomudo la curación es instantánea (7,35);
Jesús «hijo de David» (10,47.48). Con todo, a pesar de
en ésta se describe la proclamación y admiración (7,36-
este paralelismo manifiesto, hay también claras diferen-
37), mientras que en la otra se suprimen. Estas dos dife-
cias, motivadas precisamente por el progreso marcado
rencias están motivadas por la relación que guarda
entre las dos partes que cierran. La primera curación se
la escena del ciego de Betsaida con las siguientes de la
verifica sacando al ciego de la aldea (8,23), la segunda
confesión de Pedro.
en medio de una gran muchedumbre (10,46.48); la cu-
b) Comparación entre 8,22-26 y 8,27-30 ración del ciego de Betsaida se realiza en dos etapas
(8,24-25), la del ciego de Jericó es instantánea (10,52);
En la curación del ciego de Betsaida, la proclama- en la primera se da una prohibición e imposición de si-
ción está sustituida por toda la escena de la confesión de lencio (8,26), en la segunda no se da tal prohibición; en
Pedro, en la que a Jesús se le proclama abiertamente «tú la primera no se presenta la actitud del ciego después de
eres el Cristo» (8,29). Pero antes de llegar a esta confe- su curación, en la segunda se dice de él: «le seguía en el
sión clara han precedido una serie de ininteligencias de camino» (10,52) 61.
las turbas y de los mismos apóstoles (3,5-6; 6,l-6a;
8,14-21). Estas ininteligencias están concretadas en la 61
Esta expresión «en el camino» es frecuente y redaccional en
pregunta de Jesús: «¿quién dicen los hombres que soy Marcos en esta segunda parte, que cierra la curación del ciego de
yo?» (8,27), y en la respuesta de los apóstoles: «unos que Jericó: Jesús pregunta «en el camino» qué dicen de él los hombres
228 P.II c.5. Redacción de la formulación externa
Evang. de Me: Parte discursiva 229
2) PARTE DISCURSIVA: C . 1 3 tura simétrica y concéntrica. Esta estructura común se
También el elemento doctrinal recogido en los dis- puede esquematizar de esta manera: a-b-c-b'-a',
cursos presenta una ordenada estructuración en el
evangelio de Marcos. El discurso apocalíptico (c.13) está b) La primera parte (v.5-23)
construido armónicamente y presenta todo un plan En la primera parte, en la respuesta a las señales
concebido con artificio 62. Su estructura es concéntrica (v.5-23), el término «mirad» (p^éjcexe) repetido tres ve-
y cíclica. Se puede expresar con el esquema: A-B-A' y ces (v.5.9.23), aludiendo a «pseudo-cristos» (v.6.21) y
a-b-c-b'-a'. El c.13 consta de una introducción (v.1-4) a «persecuciones» (v.9), y las expresiones «pero cuando
y del discurso propiamente dicho (v.5-37). oigáis» (fcxav §é dtxoúar)TE) (v.7) y «pero cuando veáis»
(o/fotv H t'5r|Te) (v.14), aludiendo a «guerras», son las que
a) La introducción (v.1-4) forman el armazón de la estructura 64:
- a —Mirad (pXÉTtere) v.5b: pseudo-cristos (v.6).
En la introducción se plantean, en forma de pre- b — Pero cuando oigáis fotoev 8E táxoOcrnTE) v.7: guerras (v.7).
gunta, las dos partes que se van a desarrollar en corres-
pondencia paralelística y progresiva en torno a un tema C c —Mirad (pXéjtEte) v.9: persecuciones (v.9).
b'—Pero cuando veáis (otav 5é r5r]Ts) v.14: guerra-abominación
central 63. La primera pregunta sobre el tiempo: «dinos de la desolación (v.14).
L a ' —Mirad (0UTCSTE) v.23: pseudo-cristos (v.21-
cuándo sucederán estas cosas» (v.4), la segunda pre- 23a).
gunta sobre los indicios: «y qué señal habrá cuando es- c) La tercera parte (v.28-37)
tén todas estas cosas para cumplirse» (v.4). A estas dos
En la tercera parte, en la respuesta al tiempo (v.28-
preguntas se responde en el discurso formando dos par-
37), se da semejante estructura 65:
tes extremas y simétricas: la respuesta a la señal (v.5-23)
y la respuesta al tiempo (v.28-37), que giran alrededor "a Parábola de la higuera con una aplicación (v.28-29).
i b Aclaración: logion sobre la cercanía del tiempo (v.30).
de la parte central: anuncio de la venida del Hijo del ,, c
Logion confirmativo (v.31).
b
hombre (v.24-27). El paralelismo entre la primera parte Aclaración: logion sobre lo oculto del tiempo (v.32).
(v.5-23) y la tercera (v.28-37) se muestra en el carácter a Parábola del dueño de la casa con una aplicación
parenético y previdente de ambas partes y en su estruc- (v. 33-37).
Estos paralelismos no sólo se observan en el con-
( 8,27, sólo en Marcos); el primer anuncio de la pasión ( 8,31) se hace
junto de las partes, sino a veces también en los diversos
«en el camino» al que se ha aludido antes ( 8,27); inmediatamente elementos que las integran. Así en los componentes del
después del segundo anuncio de la pasión (9,31), Marcos pone una
mirada retrospectiva de lo que los discípulos hablaban «en el camino» * (v.7s) b' (v,14ss)
(9,33, sólo en Marcos); el tercer anuncio de la pasión también se da x — P e r o cuando oigáis (v.7a) x — P e r o cuando veáis (v.l4a)
«en el camino» (10,32, común con Mt 20,17). El que sólo Marcos y — N o os alarméis (v.7a) y—entonces huyan (V.14C)
diga que el ciego «le seguía en el camino» (10,52) es una nota redac- no baje ni entre (v.15)
cional con un pretendido sentido. no vuelva (v. 16)
62
J. LAMBRECHT, Die Redaktion der Markus-Apokalypse. Literansche orad (v.18)
Analyse und Strukturuntersuchung (Roma 1967). Después de analizar el z—conviene
autor cada una de las partes y el conjunto del discurso, llega a la pues se levantará (v.8a) pues
conclusión: «Die Feststellungen ordneten sich wie von selbst zu einem habrá terremotos (v.8b) habrá días de aflicción (v. 19)
festen, ausgeglichenen, harmonisch aufgebauten, ja sogar kunstvollen el comienzo de los dolores como no hubo tal desde el
Plan» (o.c, p.299). La estructuración que proponemos de este capítulo (v.8c) comienzo (v.19)
13 es la que expone J. Lambrecht en su tesis doctoral.
63 M ID., o.c. p.275.
J. LAMBRECHT, O.C, p.12. 267ss. M
ID., O.C. p.281.
230 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Me: Parte discursiva 231
b y b' (v.7s y 14ss) de la primera parte (v.5-23) se puede cada frase (v.26-27). Además, entre cada uno de estos
observar un paralelismo en la construcción 66. dos miembros hay una correspondencia positiva, en con-
La construcción es parecida en ambos componentes, traste, entre el oscurecimiento y estremecimiento de los
constando de una alusión temporal (x): «cuando» (v.7ay cielos (v.24-25) y el señorío y poder del Hijo de hombre
14a); de imperativos (y): «no os alarméis» (v.7a)- (v.26-27). Esta correspondencia contrastada no es sólo en
«huyan-no baje ni entre-no vuelva-orad» (v. 14c. 15. cuanto a la idea, sino que hay cierta correspondencia
16.18); de partícula explicativa causal (z): «pues» (v.8a y verbal:
19).
V.24-25 V.26
Con más claridad aún se aprecia el paralelismo den- En los cielos (v.25) viniendo en las nubes
tro del componente (a) de la tercera parte (v.28-37), en los poderes... se conmoverán (v.25) con mucho poder
la parábola de la higuera y su aplicación (v.28-29) 67: no dará brillo... (v.24) y gloria
b) Material evangélico
En los evangelios sinópticos hay un núcleo común,
no sólo en cuanto al contenido mismo de los hechos y
dichos, sino también en una disposición general base 78.
Esta estructura general geográfica, transmitida por tra-
dición y conservada también por Marcos, Lucas la in-
tenta conservar intacta en su evangelio. Sin romper esta
ordenación de Marcos, Lucas ha insertado los elemen-
tos comunes que tiene con Mateo y los suyos propios.
Siguiendo el estudio de L. Cerfaux 79, se podría esque-
matizar así esta conjunción que hace Lucas de los ele-
mentos tradicionales con los suyos propios.
La estructura general sinóptica: Galilea, peregrina-
ción continua en Jerusalén, Lucas la conserva con apor-
taciones personales: abre su evangelio con los dos capí-
tulos de la infancia, al igual que Mateo, aunque con en-
foque diverso, y da a la peregrinación de Jesús, ya
desde 9,51, una marcada orientación hacia Jerusalén.
En este cuadro sinóptico, matizado con su enfoque per-
sonal, ordena el material del que dispone.
11,1-12,44); sólo se dan en Lucas algunas omisiones del además elementos propios de Lucas. Unos de estos ele-
material de Marcos: ciclo de la segunda multiplicación mentos son propios suyos por la aportación exclusiva
de los panes (Me 6,45-8,26), cuestión del divorcio (Me que hace Lucas: la resurrección del hijo de la viuda de
10,1-12) y también algunas pequeñas transposiciones en Naín (Le 7,11-17); la mujer pecadora en casa de Simón
el orden marciano: la vocación de los apóstoles (Me el fariseo y el ministerio de las mujeres (Le 7,36-8,3); la
1,16-20), la blasfemia contra el Espíritu Santo y la es- segunda parte del viaje a Jerusalén expuesto por Lucas
cena de los parientes de Jesús (Me 3,20-35). Las razones (Le 13,22-18,14), aunque contiene elementos dispersos
que han motivado estas alteraciones 80 hacen que Lucas en Mateo; la estructura y el conjunto está formado por
permanezca en fidelidad a la tradición recibida aun con perícopas exclusivas y características del tercer evange-
semejantes omisiones y transposiciones. lio, tales como parábolas de misericordia (Le e l 5 ) , pa-
Este material que tiene Lucas común a Marcos con rábola social sobre el rico y Lázaro (Le 16,19-31), pará-
frecuencia se da en Mateo. Este lo ha bebido probable- bolas sobre la oración: juez inicuo (Le 18,1-8), fariseo y
mente de la misma fuente que Lucas, aunque la disposi- publicano (Le 18,9-14); curación de los diez leprosos (Le
ción y arreglo que le ha dado no ha sido tan regular y 17,11-19). En la sección de pasión y resurrección (Me
continua como en Lucas. 14-16; Le 22-24), Lucas aporta también escenas espe-
cialmente narradas por él: resumen de la cena pascual
2) ELEMENTOS COMUNES A M A T E O anterior a la institución de la Eucaristía (Le 22,14-18),
sumariamente aludida en Mateo y Marcos en las pala-
Respetando el orden de tradición recibido, Lucas in- bras «mientras comían» (Mt 26,26; Me 14,22); alusión a
serta algunos elementos que se encuentran también en las dos espadas (Le 22,35-38); Jesús ante Herodes (Le
Mateo y de los que carece Marcos. Tales serían, además 23,6-16); encuentro con las mujeres camino del Calva-
de las escenas iniciales del ministerio de Jesús: predica- rio (Le 23,27-32); algunas palabras de Jesús en la cruz
ción del Bautista (Le 3,1-20; Mt 3,1-12), bautismo de (Le 23,34.43.46); los discípulos de Emaús (Le 24,13-53).
Jesús y tentaciones (Le 3,21-4,13; Mt 3,13-4,11), el dis-
curso de la llanura en Lucas (Le 6,20-49), correspon-
diente al sermón del monte de Mateo (Mt 5-7), curación b) Por d i s p o s i c i ó n redaccional
del siervo del centurión (Le 7,1-10; Mt 8,5-13), testimo-
Otros elementos son propios de Lucas, no por ellos
nio de Cristo sobre el Bautista a raíz de la embajada de
mismos, sino por la disposición nueva que reciben en el
sus discípulos (Le 7,18-35; Mt 11,2-19), la primera parte
marco redaccional del tercer evangelio al trasladarlos
de la subida a Jerusalén (Le 9,51-13,21; disperso en Ma-
Lucas del lugar primitivo de la tradición en que se en-
teo c.8.9.10.11.12).
contraban. Por la disposición que da Lucas, resulta algo
alterado el orden que trae Marcos en la vocación de los
3) ELEMENTOS PROPIOS DE LUCAS
primeros discípulos (Me 1,16-20; cf. Le 5,1-11), la es-
a) Por exclusividad cena de los parientes de Jesús (Me 3,31-35; cf. Le 8,19-
21), la predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret
Junto con los elementos comunes a Lucas y Mateo, (Me 6,1-6; cf. Le 4,16-30). En la sección de la pasión (Me
insertos en la estructura de Marcos, se encuentran 14-15; cf. Le 22-23) introduce Lucas variantes más fre- y*
cuentes respecto al orden de Marcos que en el resto d e / .
*° Sobre la razón de estas omisiones y transposiciones, cf. infra
p.241ss. su evangelio; las principales variantes de orden sería|i".
242 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Le: Elementos propios 243
en esta sección de la pasión: el anuncio del traidor está Dios y la cumplen» (Le 8,21) con la semilla sembrada,
puesto en Marcos antes de la institución de la Eucaristía que «es la palabra de Dios» (Le 8,11.12.13).
(Me 14,17-21), en Lucas después (Le 22,21-23); el anun- 3.° En la sinagoga de Nazaret (Le 4,16-30; Me 6,1-
cio de las negaciones de Pedro, Marcos lo coloca una 6).—Marcos, al igual que Mateo (Mt 13,54-58), coloca
vez dicho el himno, ya camino del huerto (Me 14,26- esta actuación de Jesús en su ciudad, ya a la mitad de su
31); Lucas antes de salir (Le 22,31-34); las negaciones ministerio. Lucas, por el contrario, la adelanta con una
de Pedro suceden en Marcos después de comparecer Je- finalidad redaccional. Por el mismo relato de Lucas se
sús ante el tribunal judío (Me 14,53-72), en Lucas antes deja entrever que ya ha precedido una manifestación de
(Le 22,54-71); los insultos y afrentas de los judíos se na- Jesús en Cafarnaúm (Le 4,23), como se cuenta más ade-
rran en Marcos después de terminar la sesión del sane- lante (Le 4,31-37); sin embargo, hace preceder esta es-
drín y antes de las negaciones (Me 14,65-66), en Lucas cena como una portada programática del Evangelio de
después de las negaciones y en espera que llegase el día Jesús, que, siendo rechazado por los suyos, se ha de
para reunirse el tribunal (Le 22,63-66). abrir a los de fuera al igual que la actividad de Elias y
Elíseo (Le 4,25-27).
Lucas, que es fiel a la tradición recibida, introduce
estas variantes justificadas por motivos redaccionales 4.° El anuncio del traidor (Le 22,21-23; Me 14,17-
propios en armonía con su enfoque personal. Así que- 21).—En la redacción de Marcos, el anuncio del traidor
dan explicadas las variantes indicadas anteriormente: está^puesto antes de la institución de la Eucaristía, mien-
tras que Lucas lo pospone. No parecen ser motivos de
1.° Vocación de los primeros discípulos (Le 5,1-11; Me exactitud los que han movido a Lucas a realizar la
1,16-20).—Marcos, al igual que Mateo, abre con esta pe- transposición, sino más bien razones de tipo literario:
rícopa el ministerio de Jesús en Galilea. Esta escena de conseguir de ese modo, de una parte, una mayor unión
seguimiento quizá sea algo 'nesperada por no haber de las palabras de Jesús introductorias a la cena (Le
precedido descripción alguna de actividad de Jesús. Lu- 22,15-18) y la institución misma de la Eucaristía (Le
cas, por el contrario, atrasa la vocación de los apóstoles 22,19-20), y por otra, ligar la pregunta de los discípulos
haciendo preceder antes, junto con el viaje a Galilea (Le (Le 22,23) con la disputa que sigue a continuación (Le
4,14), la entrada en Nazaret (Le 4,16-30), la actividad en 22,24ss) 81.
Cafarnaúm (Le 4,31-41) y sinagogas de J u d e a (Le
5.° Anuncio de las negaciones de Pedro (Le 22,31-34;
4,42-44). Después de esta manifestación de Jesús se ex-
Me 14,27-31).—La anticipación que hace Lucas del
plica mejor la prontitud que tienen los discípulos al se-
anuncio de las negaciones colocándolo antes de salir de
guirle (Le 5,1-11). Con esta ordenación de Lucas, tal vez
la sala, en contraposición a Marcos, que lo coloca des-
quede más inexplicable la entrada de Jesús en casa de
pués, está motivada por un arreglo literario de Lucas.
Simón (Le 4,38), pero sí más fundamentada la escena
Esta anticipación le permite ligar la salida al monte de
capital de la decisión de los primeros apóstoles.
los Olivos (Le 22,39) con la llegada a este lugar, escena-
2.° Los parientes de Jesús (Le 8,19-21; Me 3,31- rio de la oración del huerto (Le 22,40).
35).—La escena de los parientes de Jesús que Marcos 6.° Las negaciones de Pedro e insultos a Jesús (Le
pone inmediatamente antes del capítulo de las parábo- 22,54-71; Me 14,53-72).—El procedimiento que sigue
las, Lucas la retrasa cerrando con ella la parábola del Lucas de anticipar las negaciones de Pedro al proceso
sembrador. La intención redaccional de Lucas es clara 81
J. SCHMID, Das Evangehum nach Lukas (Regensburg H955) in
al ligar de alguna manera así «los que oyen la palabra de loe.
244 P.Il c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Le: Lengua y estilo 245
que se hace a Jesús quizá se explique, no precisamen- gollación del Bautista (Me 6,17-29), cuestiones sobre la
te por ofrecer un relato más exacto objetivamente, sino pureza legal (Me 7,1-23), pregunta sobre la venida de
por ofrecer un orden más nítido que el de Marcos, ya Elias (Me 9,10-13), sobre el repudiar a la mujer (Me
q u e éste i n t e r c a l a las n e g a c i o n e s d e P e d r o (Me 10,2-12). El evitar repeticiones, o aquello que pueda
14,54.66-71) con el proceso (Me 14,53.55-65) 82. Al aparecer como repetición, es, en otras ocasiones, el mo-
mismo tiempo, este adelantar Lucas las negaciones de tivo que origina una serie de ausencias en Lucas: asíj
Pedro y su arrepentimiento, como portada de la pasión, por ejemplo, Lucas trae la primera multiplicación de los
corresponde muy bien a una perspectiva parenética muy panes (Le 9,10-17) y suprime la segunda con toda la sec-
característica de Lucas. Con estos sentimientos de peca- ción en torno a ella (Me 6,45-8,26); pone la parábola de
dor convertido hay que seguir la pasión 83. la higuera estéril (Le 13,6-9) y omite la maldición de la
higuera (Me 11,12-14.20-25); cuenta el perdón otor-
gado a la mujer pecadora (Le 7,36-50) y pasa por alto la
c) Elementos omitidos por Lucas unción en Betanía (Me 14,3-9); propone la oferta del
Al hablar de los elementos propios de Lucas hay que vinagre hecha a Cristo eft la cruz (Le 23,36) y no alude
hacer una alusión a los pasajes que se suprimen en su al vino mirrado que menciona Marcos (Me 15,23).
evangelio, habiéndolos conocido quizá en Marcos. Esas De estas observaciones a los elementos propios de
omisiones pueden traslucir una constante en Lucas que Lucas se puede constatar que, manteniendo sustancial-
explica el porqué de tales lagunas 84. Por estas supresio- mente intacto el orden recibido de la tradición» ha ido
nes se observa en Lucas una tendencia, en primer lugar, insertando aportaciones personales con sus adiciones
a suprimir escenas y rasgos que puedan ser hirientes a exclusivas, realizando transposiciones con manifiesta fi-
los destinatarios de su evangelio, los cristianos prove- nalidad redaccional, o suprimiendo partes con un sen-
nientes de la gentilidad, o sencillamente que puedan re- tido de acomodación a los lectores.
sultarles algo ininteligibles. Así se explica la ausencia en
él de la escena de la mujer siro-fenicia (Me 7,24-30) con c) Presentación del material evangélico
su frase dura para los gentiles: «No está bien tomar el
pan de los hijos y echarlo a los cachorrillos» (Me 7,27). Todo este material que Lucas presenta en su evange-
Evita las palabras de Jesús, expresadas con las palabras lio, o bien en armonía con una tradición común á Mar-
del salmo (Sal 21,2), en que se lamenta de su abandono cos y a Mateo, o como contribución de una información
en la cruz, que podrían ser de difícil inteligencia a sus personal, está sellado con una impronta característica
lectores griegos, y pone, por el contrario, las palabras de lucana que se deja entrever en su lengua y estilo propios
confianza «en tus manos encomiendo mi espíritu» (Le y en su técnica literaria peculiar.
23,46). A sus lectores gentiles convertidos no podían in-
teresar mucho los detalles estrictamente judaicos. Así se
1) LENGUA Y ESTILO DE LUCAS
puede aclarar la supresión de una serie de pasajes: de-
De entre los cuatro evangelios, el de Lucas es el que
82
J. SCHMID, Das Evangelium nach Lukas in loe. presenta una mayor perfección en la lengua y estilo. El
83
A. VANHOYE, Structure et théologie des recits de la Passion dans les origen de procedencia del autor, Antioquía de Siria; su
Évangiles synoptiques: NRT 89 (1967) 145. formación previa indicada por Pablo, «médico carísimo»
84
M. J. LAGRANGE, Évangile selon Saint Luc (Paris 21921) p.LV-
LVII. (Col 4,14), quizá hicieron que su obra, aun mantenién-
246 P.II C.J. Redacción de la formulación extema Evang. de Le: Lengua y estilo 247
dose dentro del griego de la koine, propio de su tiempo, sión de un solo concepto mediante la coordinación de
conservara los rasgos de una koine no vulgar, sino más dos sustantivos (2,47; 21,15) 87.
bien literaria con marcado influjo de un griego aticista. Comparando las innovaciones estilísticas que pre-
San Jerónimo considera a Lucas «inter omnes evangelis- senta en aquellos pasajes que tiene comunes con los
tas graeci sermonis eruditissimus fuit» 8S. otros evangelistas, se aprecia mejor su estilo, y lengua.
El evangelio se abre con un prólogo (1,1-4) cons- Tiende a corregir lo que parece ser deficiente en la
truido de forma perfecta en su estructura. Una prótasis fuente de Marcos 88; así evita unas veces los elementos
y apódosis en correspondencia mutua: noXXoí- xdc|¿oí || que pueden resultar abundantes y superfluos (Le 4,40,
ávaxá^acjGai 8níyr|cnv- ypáv|/ai || xocGdx; 7rapÉ8oCTav-'iva cf. Me 1,32; Le 5,13, cf. Me 1,42; Le 6,3, cf. Me 2.25; Le
éniyvGíq; selección esmerada de términos: OTeiSfirtep, 8,39, cf. Me 5,19; Le 8,47, cf. Me 5,33; Le 20,22, cf. Me
dvaTá¡;a<70ai, hapax en el Nuevo Testamento; elegancia 12,14). Por el contrario, no tiene dificultad en añadir
de formas: 7tocpé8oaav: forma literaria de expresar el algo si ello contribuye a una mayor claridad (Le 20,46,
aoristo de este verbo; xpáticrTe: una de las tres veces cf. Me 12,38; Le 22,6, cf. Me 14,11). Mientras que Mar-
que se lee en los evangelios un adjetivo en superlativo; cos yuxtapone repitiendo incansablemente la partícula
nepí 6v... A.óycov: transposición de relativo y antece- xocí, Lucas liga los verbos cambiándolos simplemente de
dente. modo personal a participios (Le 8,24, cf. Me 4,38; Le
Después de este prólogo, ya no sorprenden los ras- 18,28, cf. Me 10,28; Le 19,35, cf. Me 11,7; Le 20,27, cf.
gos de griego elegante que aparecen en el tercer evan- Me 12,18; Le 22,13, cf. Me 14,16). De este modo de
gelio 86. Mientras que en el evangelio de Mateo y Juan ligar, en Lucas a veces resulta un verdadero período (Le
no se encuentra ningún optativo —uno solo en Marcos 21,25-26), mientras que en Marcos se siguen prodi-
(Me 11,14)—, se dan unos once en el evangelio de Lucas gando las yuxtaposiciones (Me 13,24-25). Lucas intro-
precedidos de la partícula $v (1,62; 6,11; 9,46; 15,26), o duce también correcciones por la selección misma de
sin partícula, como optativo oblicuo (1,29; 3,15; 8,9; vocabulario que emplea, sustituyendo los términos vul-
18,36; 22,23). El uso frecuente de la partícula adversa- g a r e s y r e p e t i d o s d e M a r c o s : xpáPPatToq (Me
tiva y copulativa 8é, formando con ella más de sesenta 2.4.9.11.12), por otros más selectos y variados: xMvn
veces el giro clásico elnev 8É en sustitución del xocí eírcev, (Le 5,18), xA,iví8iov (Le 5,19.24); é&nXf]GOZTO (Me
menos clásico. Empleo de idiotismos clásicos: el partici- 11,18) por é^expé^aTo (Le 19,48).
pio predicado del sujeto (Le 1,9; 5,4; 7,45; 9,25...), el Estas correcciones que Lucas introduce en relación a
indefinido TÍ<; unido a un n o m b r e (10,25; 12,26; Marcos, junto con los giros de griego elegante que apa-
14,2.16; 15,4.11), construcciones con atracción de rela- recen en el tercer evangelio eí8o<; (Le 3,22; 9,29), %ápiq
tivo (2,20; 3,19) y transferencia del antecedente a la (Le 1,30; 2,40.52; 4,22; 6,32), xaXóq xocí áyoc0ó<;
oración de relativo (10,5.8.10; 19,37). Abundan figuras (Le 8,15), son difíciles de armonizar con aquellas otras
gramaticales o de dicción, de sabor literario, tales como ocasiones en que u n a expresión bella de Marcos:
prolepsis, en las que el sujeto de la oración subordinada (iET£|iop(p<b0e (Me 9,2), resulta, por el contrario, vulgar
pasa a ser al mismo tiempo complemento de la oración en Lucas: xaí 'eyéve-ro...tó ei8o<; xoü 7tpoaó)7tou OCUTOÜ
principal (4,34; 12,24; 13,25; 19,3); hendíadis o expre-
(Le 9,29) 89 . Igualmente, la tendencia general de Lucas
8
' C. ESEVERRI, O.C. p.35s.
85
Epístola 20.4, ad Damasum: PL 22,378. «s M. J. LAGRANGE, ÉV. Le. p.CXI-CXIII.
86 89
C. ESEVERRI, El griego de S. Lucas (Pamplona 1963) p.32ss. X. LÉON-DUFOUR, L'Évangile selon Saint Luc: IB t.2 p.231ss.
Evang. de Le: Técnica literaria 249
248 P.ll c.5. Redacción de la formulación externa
fuminar ciertas concreciones rígidas de otros evangelis-
a evitar aramaísmos: émamxoi (Le 9,33) en vez de (5aPPí tas poniendo ante algunas cifras un matiz de aproxima-
(Me 9,5); xúpie (Le 18,41) en vez de "(5appouví (Me ción: después de la visitación, María permaneció con su
10,51); Tiátep (Le 22,42) por dppff (Me 14,36), sorprende prima «como tres meses» (1,56); Jesús empieza su minis-
ante las expresiones de sabor hebraizante que abundan terio siendo «como de treinta años» (3,23); en la multi-
en Lucas 9 0 : éytveto seguido de xaí (Le 9,51; 17,11; plicación de los panes «había como cinco mil hombres»
19,15; 24,4.15), de un verbo finito (Le 1,23.41.59; (9,14; cf Me 6,44); la transfirguración acaece «sobre
2,1.6.15.46; 7,11...). La diversidad de estilo que resulta ocho días después» (9,28; cf. Mt 17,1; Me 9,2) de la con-
de esta mezcla de expresiones elegantes y vulgares, de fesión de Pedro; la tercera negación de Pedro sucede
hebraísmos y omisión de términos hebraicos, se explica como una hora después de la segunda (22,59); las tine-
por el sello personal propio que Lucas da a su lengua blas cubrieron la tierra casi a la hora sexta (23,44; cf. Mt
cuando escribe por iniciativa propia, junto con el influjo 27,45; Me 15,33).
que conserva de la versión griega de los LXX 91, o por Junto a esta escrupulosidad en cuanto al tiempo, a
el sentido de acomodación que Lucas conserva a las di- veces extrañan en Lucas algunos silencios en cuanto al
versas fuentes hebraizantes que utiliza 92. espacio. Lucas, que permanece fiel a la estructuración
geográfica recibida de la tradición 93, omite ciertas loca-
2) TÉCNICA LITERARIA DE LUCAS lizaciones que conoce por las fuentes que utiliza: la De-
cápolis (Me 5,20; cf. Le 8,39), Cesárea de Filipo (Me
La redacción del tercer evangelio adquiere un sello
8,27; cf. Le 9,18), el monte de los Olivos (Me 13,3; cf.
especial en la técnica de composición que emplea su au-
Le 21,6), Getsemaní (Me 14,32; cf. Le 22,40). Para al-
tor. Ya en el prólogo hace Lucas auténtica profesión de
gunos autores, la supresión de algunos detalles topográ-
historiador, no sólo por el hecho de hacer preceder a su
ficos en Lucas muestra su desconocimiento de la geo-
obra un prólogo, técnica usada por otros historiadores,
grafía de Palestina 94 . Con todo, es posible que algunas
como Josefo, Dionisio de Halicarnaso, sino por la infor-
de estas omisiones puedan revelar una intención teoló-
mación detallada que dice haber tenido y por la inten-
gica más profunda en Lucas. Es claro que su evangelio
ción de orden que muestra para su proyecto. Su afán de
está todo él orientado hacia Jerusalén: en la ciudad se
historiador le lleva a sincronizar los hechos que narra
abre el evangelio (l,8ss) y en ella se cierra (24,52). La
con los acontecimientos de la historia: la anunciación a
parte más original del evangelio de Lucas (9,51-19,28)
Zacarías fue en los días de Herodes, rey de Judea (1,5);
se verifica en una proyección hacia Jerusalén, con una
el nacimiento de Jesús, con ocasión del edicto de César
alusión frecuente a la subida a la ciudad (9,51.53;
Augusto (2,1), posterior al empadronamiento de Cirino,
13,22.33; 17,11; 18,31; 19,11.28). Esta perspectiva de
gobernador de Siria (2,2); la aparición del Bautista en el
Jerusalén se deja sentir en la misma estructuración
desierto, «en el año quince del imperio de Tiberio César,
de algunos pasajes como el de las tentaciones, en el que
siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes,
la última se verifica en el pináculo del templo (4,9). La
tetrarca de Galilea..., en el pontificado de Anas y Cai-
orientación de todo el evangelio hacia Jerusalén tal vez
fas» (3,1-2). Su sentido de exactitud le hace a veces di-
explique los datos poco precisos que se esparcen du-
90
M. J. LAGRANGE, ÉV. Le. p.XCVII-CIII.
91 93
ID., ÉV. Le. p.CIII. Cf. supra p.239s.
92 94
X. LÉON-DUFOUR, L'Évangile selon Saint Luc: IB t.2 p.233; W. S. X. LÉON-DUFOUR: EHJ p.199.
HARRINGTON, Iniciación a la Biblia t.2 (Santander 1967) p.186.
250 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Jn 251
rante el viaje a Jerusalén: una villa samaritana (9,52), (Mt 26,57-68; Me 14,53-65), aludiendo sólo a una sesión
entre Samaría y Galilea (17,11), cerca de Jerusalén matinal (Le 22,66). En este caso, la preocupación litera-
(19,11), y la omisión de las regiones que salen del marco ria de Lucas de poner la escena de Jesús ante el sane-
estrictamente palestinense: Tiro y Sidón (Me 7,24; Mt drín (Le 22,26-71) no interrumpida por las negaciones
15,21), Decápolis (Me 5,20), Cesárea de Filipo (Me 8,27; de Pedro (22,54-62) y los insultos (Le 22,63-65), como
Mt 16,13). Algunas de estas omisiones, que tal vez pue- en los sinópticos (Mt 26,57.66.67.68.69.75; 17,1; Me
den aparecer como falta de precisión, contribuyen a rea- 14,54-64.65.66-72; 15,1), está más en consonancia con
lizar la construcción del evangelio que ha pretendido su la sucesión real, ya que el valor jurídico del interrogato-
autor. rio nocturno parece discutible 96.
Este sentido de armonización entre la fidelidad his- Al igual que en la lengua y estilo, Lucas tiene tam-
tórica y el arte literario de construcción explica una se- bién un sello personal de autor en su técnica literaria de
rie de pasajes o indicaciones que se encuentran despla- composición, caracterizada por una fusión armónica de
zados de su situación lógica. Es lo que se ha llamado en historiador y escritor.
Lucas el método de eliminación 9S. Una vez que pre-
senta un personaje en escena, acumula su actuación
eliminando así una ulterior intervención. Este método
es muy frecuente en Lucas. Así , al terminar la escena 4. Evangelio de Juan
de la visitación a Isabel, dice que «María se quedó con
ella como unos tres meses y se volvió a su casa» (1,56).
Este volverse María a Nazaret no implica su ausencia en ESQUEMA
la escena siguiente del nacimiento del Bautista, sino que
a) El cuarto evangelio en comparación con los sinópticos.
Lucas ha terminado la escena de la visitación elimi- 1) Diferencias con los sinópticos.
nando una ulterior intervención de María. Siguiendo 2) Conveniencias con los sinópticos.
este método de eliminación, Lucas presenta la vida de 3) Su relación con los sinópticos.
Juan en el desierto (1,80) antes del nacimiento de Jesús a) Diversidad de sentencias.
(2,7), y su reclusión en la cárcel (3,20) antes del bau- b) Huellas de los sinópticos en el cuarto evangelio.
1.° Huellas de Marcos en el evangelio de J u a n .
tismo de Cristo (3,21). Conforme a su técnica literaria
— Por la disposición de algunas escenas.
reúne la celebración de la cena (22,15-18) y la institu- — Por las semejanzas verbales.
ción de la Eucaristía (22,19-20) sin interrumpirla con la 2." Huellas de Lucas en el evangelio de Juan.
predicción de las negaciones (22,21-23), como lo hacen b) El cuarto evangelio en sí mismo: Problema de unidad.
1) Dificultades que obstaculizan un sentido unitario.
los otros sinópticos (Mt 26,21ss; Me 14,18ss).
a) Por desplazamiento.
Si a veces la técnica literaria pone un poco en juego b) Por incongruencias.
c) Doble conclusión.
la sucesión histórica, en otras ocasiones el arte de com-
2) Diversidad de soluciones.
posición se suma a la exactitud del historiador. Así, por a) Uso de diversas fuentes.
ejemplo, Lucas omite la sesión nocturna del sanedrín b) Teoría de la transposición.
95
H. LESÉRTRE, La méthode historique de St. Luc: RB 1 (1892) 96
P. BENOIT, Passion et Re'surrection du Seigneur (París 1966) p. 116;
182; ROSE, Évangile selon St. Luc (París 1909) p.XV-XVl: J. LEAL, A. VANHOYE, Structure et the'ologie des re'cits de la Passion dans les Evangi-
Evangelio según S. Lucas, en La Sagrada Escritura. Nuevo Testamento t.l les synoptiques: NRT 89 (1967) 143; X. LÉON-DUFOLR, Passion: DBS
(Madrid H973) p.22ss. VI 1461-1466.
252 P.II c.5. Redacción de la formulación extema Evang. de Jn: Comparación con los sinópticos 253
c) Teoría de fuentes, transposición y redactor. rante dos años. Por el relato de los sinópticos, en cam-
d) Teoría de una elaboración sucesiva. bio, sólo se exigiría un año de vida pública, ya que sólo
3) Unidad de estilo en el cuarto evangelio. se menciona la Pascua de la Pasión.
a) Vocabulario.
b) Características.
En estas coordenadas espacio-temporales, la parte
c) Impronta personal de composición. narrativa que se cuenta en el cuarto evangelio presenta
1.° La muchedumbre. también notables diferencias. Sólo refiere dos milagros
2.° Trato directo y personal.
3.° Sencillez narrativa. comunes a los sinópticos: multiplicación de los panes y
4.° Profundidad de visión. el andar sobre las aguas (6,1-21), y cinco que le son ex-
5.° Proceso circular de exposición. clusivos: una conversión del agua en vino en Cana
(2,1-11), una resurrección, la de Lázaro (11,1-44), y
Al pasar del estudio de los sinópticos al cuarto evan-
tres curaciones - la del hijo del régulo (4,46-54), la del
gelio se verifica un cambio radical de decoración. Esta
paralítico en la probática piscina de Jerusalén (5,1-9) y la
diferencia que se observa ya en la parte más externa de
del ciego de nacimiento (9,1-7). Los restantes milagros
la redacción, se acentúa aún más en la estructuración
de los sinópticos se silencian en Juan.
interna. En este capítulo, en torno al evangelio de Juan,
En el mismo relato de la pasión, donde quizá exis-
se insinuará primero una leve comparación con los otros
tan las mayores semejanzas de Juan con los sinópticos,
tres evangelios, para pasar después al estudio del cuarto
se dan, sin embargo, grandes diferencias. El enfoque
evangelio en sí mismo bajo su aspecto literario. El con-
característico con que Juan presenta la pasión, como la
tenido doctrinal será parte del próximo capítulo.
exaltación de Jesús 97, le lleva a una serie de omisiones
de escenas que aparecen en los sinópticos: agonía en
a) El cuarto evangelio en comparación con Getsemaní, insultos durante la noche, escena ante Cai-
los sinópticos fas y el sanedrín, las tinieblas, el abandono de Jesús.
Por el contrario, introduce elementos propios que enal-
1) DIFERENCIAS CON LOS SINÓPTICOS tecen la figura de Jesús: confesión de Jesús en el
La lectura del cuarto evangelio nos sitúa en una dis- huerto: «yo soy», con el estupor producido en los solda-
posición geográfico-temporal diversa a la que nos pre- dos (18,5ss); especial diálogo con Pilato (19,4ss), túnica
sentan los tres primeros evangelios. La estructura geo- inconsútil (19,23), la lanzada y la fe en el que traspasa-
gráfica, común a los sinópticos, que centra el ministerio ron (19,31-37).
de Jesús en Galilea para hacerle subir sólo una vez a El cambio mayor de Juan respecto de los sinópticos
Jerusalén, en la Pascua de la Pasión, desaparece en será la parte discursiva. No relata los cinco grandes dis-
el evangelio de Juan. La actividad de Jesús en el cuarto cursos del evangelio de Mateo, formados por la rea-
evangelio se desarrolla fundamentalmente en Judea, en grupación de temas varios. Juan presenta, sin embargo,
la ciudad de Jerusalén, a la que sube cuatro veces (Jn una serie de discursos con una idea temática unitaria
2,13; 5,1; 7,10; 12,12). Estas cuatro subidas, con ocasión que brota de un hecho o que se desarrolla en forma de
de diversas fiestas, hacen que el marco cronológico diálogo con una persona. Así, con ocasión de la cura-
cambie también respecto a la duración del ministerio de ción del paralítico de la piscina, presenta el discurso so-
Jesús. Juan alude a la fiesta de la Pascua al menos tres bre la actuación del Hijo en unión con el Padre (5,19-
veces (Jn 2,13.23; 6,4; 12,1); por consiguiente, según él,
97
la actividad pública de Jesús se prolonga al menos du- X. LÉON-DUFOUR, Passion: DBS VI, 1478s.
254 P.1I c.5. Redacción de la formulación externa Evang. dejn: Comparación con los sinópticos 255
47); a raíz de la multiplicación de los panes, expone el faltan indicios en los sinópticos de frecuente estancia de
discurso eucarístico en la sinagoga de Carfanaúm Jesús en Jerusalén; así, por ejemplo, se deja entrever en
(6,22-58). En conversación privada con Nicodemo ex- las palabras del evangelio de Mateo: «¡Jerusalén, Jerusa-
pone el tema del nuevo nacimiento (3,1-21), y con la lén!, ¡cuántas veces he querido reunir a tus hijos bajo las
samaritana habla del agua que salta hasta la vida eterna alas, y no has querido! (Mt 23,37); del mismo modo, la
(4,1-26). El discurso más extenso de Juan, entreverado entrada triunfal en Jerusalén que cuentan los sinópticos
también de continuo diálogo, es el de la última Cena hace suponer que Jesús no era allí un desconocido 10 °.
(c.13-17). Los discursos de Juan, carentes del colorido Igualmente se pueden ver implícitas en los evangelios
vivo y popular de los sinópticos, toman un tono abs- sinópticos alusiones a una duración del ministerio pú-
tracto y con profundo sentido doctrinal. Los diálogos blico que se protrae al menos durante varias pascuas,
frecuentes quedan repetidas veces absorbidos por el según lo indica el cuarto evangelio. Estas alusiones se
monólogo, hasta tal punto que no se sabe a veces si es pueden observar en el sentido real e histórico que
Jesús el que habla o es el evangelista el que desarrolla su pueda tener la parábola de la higuera estéril aplicada al
pensamiento 98. pueblo judío, del que durante tres años se esperaba
Las diferencias, pues, entre Juan y los sinópticos son fruto (Le 13,7; cf. Le 13,34). Una pascua implícita pa-
grandes en el marco geográfico-temporal y en la mate- rece suponer también el episodio de las espigas arran-
ria tratada, tanto narrativa como discursiva. Estas dife- cadas en sábado que cuentan los tres sinópticos (Mt
rencias se acentúan si se atiende al contenido doctrinal 12,1; Me 2,23; Le 6,1) 101.
que lo caracteriza " . El marco ambiental de la vida de Jesús contado por
San Juan coincide con el expuesto por los sinópticos:
2) CONVENIENCIAS CON LOS SINÓPTICOS Jerusalén es la ciudad adonde llegan los peregrinos para
la fiesta (Jn 12,20); el templo alberga en su interior
Este marcado sentido diferencial entre Juan y los si- mercaderes y cambistas (Jn 2,13-14); se habla de los
nópticos ha llevado a veces a rechazar posturas tradicio- usos religiosos de los judíos en purificaciones (Jn 2,6;
nales en torno sobre todo a la historicidad del cuarto 3,25), de su formulismo (Jn 5,16; 7,23; 9,16), de su
evangelio. Aunque las diferencias son ciertas y acusa- enemistad profunda con los samaritanos (Jn 4,9; 8,48),
das, no impiden, sin embargo, el que se pueda presentar de su odio hacia Jesús (Jn 5,16,18; 7,1; 8,40.59...). Aun-
una visión armonizadora entre los cuatro evangelios. que los temas tratados en los sinópticos principalmente
No es ésta ciertamente la tendencia de la exégesis actual, giran en torno al reino de los cielos y en Juan giran en
pero también hay que tenerla en cuenta en orden a una torno a la luz, verdad, vida, también en el cuarto evan-
recta comprensión del cuarto evangelio. gelio se alude a la idea del reino (3,5) y en los sinópticos
Aunque en el marco geográfico hay una clara dife-
rencia entre Juan y los sinópticos, Juan centrando el 100
ministerio de Jesús en Jerusalén y los sinópticos en Gali- Algunos han querido ver en las diversas alusiones que hace
Lucas de una subida a Jerusalén (9,51; 13,22; 17,11) una armoniza-
lea, con todo, no falta en el cuarto evangelio actividad ción exacta con las subidas contadas por Juan. Con todo, parece más
de Jesús en Galilea (1,43; 2,1; 4,3; 6,1; 7,1) ni tampoco obvio que el enfoque del «iter lucanum», orientado todo él hacia Jeru-
salén, tenga más bien un matiz teológico que una pretensión armoni-
98
zadora de una realidad más compleja.
I. DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanm, en Introduzione al 101
J. LEAL, Sinopsis de los cuatro evangelios (Madrid 31975) p.88.
Nuovo Testamento (Morcelliana-Brescia 21971) p.878. En la introducción a la sinopsis pretende el autor hacer una armoni-
99
Cf. infra p.344ss. zación concordada espacio-temporal de los cuatro evangelios.
256 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Jn: Comparación con los sinópticos 257
se trata el tema de la luz (Mt 4,16; Le 2,32; 11,33-36), la A partir de comienzos de siglo especialmente, el
verdad (Mt 22,16; Me 12,14; Le 20,21), la vida (Mt 7,14; problema se ha abordado con particular detención, si-
Le 12,15). Igualmente, la figura de Jesús, aunque en los guiendo las diversas sentencias un movimiento pendu-
tres primeros evangelios se presenta de un modo prefe- lar hasta llegar últimamente a una posición, bastante
rente como Hijo de hombre, profeta, salvador, mesías, y común, de equilibrio. Estas tres posturas se podrían de-
en el cuarto evangelio como revelador del Padre, exis- nominar de «integración», «exclusión», e «independen-
ten también puntos de contacto entre los cuatro evange- cia» 104. La sentencia de integración, en línea de la opi-
lios apareciendo Jesús como glorificador y revelador del nión de la antigua Iglesia, no sólo supone en J u a n el
Padre en los sinópticos (Mt 11,25-27; Le 10,21-23), y en conocimiento de los sinópticos, sino que el autor del
el evangelio de Juan también se muestra Jesús como cuarto evangelio muestra que sus lectores conocen los
Hijo del hombre (1,51), mesías (4,25-26; 11,27; 20,31), evangelios anteriores. Juan pretendería, pues, comple-
profeta (4,19; 7,40; 9,17), salvador (4,42). tar el material conocido iluminándolo y enriqueciéndolo
con aportaciones nuevas 10s . A esta postura tradicional,
H. Windisch 106 opone su opinión personal de exclu-
3) Su RELACIÓN CON LOS SINÓPTICOS
sión, según la cual Juan no pretende precisamente com-
pletar el material de los sinópticos, sino suplantarlo y
a) Diversidad de sentencias
excluirlo. La actitud de Juan respecto a los anteriores
La comparación entre Juan y los sinópticos ha ocasio- evangelistas sería la del versículo de su evangelio: «todos
nado multiplicidad de sentencias al establecer la rela- los que han venido antes que yo son ladrones y saltea-
ción que hay entre el cuarto evangelio y los otros 102. Ya dores» (Jn 10,8) ,07 . Para Windich, la figura que Juan
en la Iglesia antigua, Clemente de Alejandría, según presenta de Jesús como Hijo de Dios y preexistente es
se sabe por un fragmento conservado en la Historia, de incompatible con la imagen humana que señalan los si-
Eusebio 103, comparaba el último evangelio, el de Juan, nópticos.
con los anteriores especificando el contenido de ambos
en contraposición. Al ver Juan, dice Clemente, que los La postura de Windisch suscitó fuerte reacción en
otros evangelios trataban un aspecto h u m a n o (xá contra, volviendo algunos a la actitud tradicional I08 .
a o n a n x á ) , se propuso componer un evangelio espiritual Entre estas dos sentencias extremas de integración y ex-
^tveunatixóv). Según esta opinión, el cuarto evangelio, clusión se puede señalar una media de «independen-
conociendo los anteriores, los completa y espiritualiza. cia» 109. Según esta teoría, no se excluye el que Juan
Los esfuerzos de la Iglesia primitiva se centraron en 104 A. WiKENHAUSER, Das Evangelium nach Iohannes (Regensburg
mostrar que en esta labor de complemento, a pesar de 1948) p.25-28.
las diferencias, no había contradicciones con los otros '° 5 T H . ZAHN, Einleitung in das NT t.2 (Leipzig 21900) p.506.
106 H . WINDISCH, Johannes und die Synoptiker (Leipzig 1926).
evangelios, sino plena armonía. La obra más representa- •o'? P H . H. MENOUD, UÉvangile de Jean d'aprés les recherches recentes
tiva de este esfuerzo es la de San Agustín en su De con- (Paris 2 1947) p.28.
108
sensu evangelistarum. Esta sentencia complementaria y La obra más importante en este sentido, la de T. Sigge (Das
Johannesvangetium und die Synoptiker. Eine Untersuchung seiner selbstán-
armonizadora se ha mantenido durante siglos. digkeit und der gegenseitigen Beziehungen, Münster 1935).
109
M. J. LAGRANGE, Évangile selon Saint Jean (Paris 2 1925)
102
Para una amplia información sobre la actitud de los diversos p.CXXXVss; P. GARDNER-SMITH, Saint John and the Synoptic Gospels
autores, cf. J. BLlNZLER,/o/iann« und die Synoptiker: SBS 5 (Stuttgart (Cambridge 1938); F. BLCHSEL, Das Evangelium nach Johannes (Got-
1965) 16-60. tingen 4 1946); PH. H. MENOUD, UÉvangile de Jean d'aprés les recherches
"» Hist. eccles. 6,14: PG 20,552B: RJ 439. recentes (Paris 21947) p.27ss; C H . H. DODD, The Interpretation of the
De los Ev. al Jesús histórico 9
258 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang de Jn-Comparación con los sinópticos 259
idéntica ni dependiente de ella. De esta fuente hace de- Parece cierto que el evangelista haya usado diversidad
rivar Bultmann gran parte de la narración de la pasión de tradiciones y fuentes, incluso a veces las dificultades
y resurrección del Señor (el8-20) e incluso algunas pe- en un contexto parecen insinuar una colocación primi-
rícopas del ministerio público: expulsión de los merca- tiva diversa: por ejemplo, distribución de los c.4-7; 13-
deres del templo (2,13-22), la confesión de Pedro 17. Pero difícilmente se pueden admitir todas esas
(6,60-71), el lavatorio de los pies (13,1-30). transposiciones efectuadas por Bultmann, o bien por la
El evangelista trabajó con la materia proporcionada carencia de razones que las justifiquen, o por las dificul-
por las tres fuentes. Dotado de capacidad literaria e in- tades aún mayores que suscitan con frecuencia las nue-
genio teológico, unió y fundió las fuentes dándoles su vas disposiciones e incluso por el sentido de inseguridad
visión propia. Puesto que el estado actual del evangelio que muestran a veces los mismos que sugieren el cam-
es de desorden, esto hace suponer que el orden primi- bio 140. El atribuir la realización de todas estas transpo-
tivo del evangelista se perdió. Un redactor desconoce- siciones a un redactor distinto del evangelista es una so-
dor del orden primitivo encontró la materia del cuarto lución que no satisface a muchos exegetas, ya que no
evangelio desordenada y le dio el orden actual. Este resuelve el problema, sino que lo desplaza del autor
mismo redactor u otros añadieron otros elementos: el verdadero a un redactor poco diestro en armonizar el
c.21 y versículos dispersos por el evangelio: como 1,6- conjunto. Por otra parte, los autores tienden cada vez
8.22-24; 3,5 (las palabras «ex aqua» insertas de la tradi- más a ver en todo el cuarto evangelio una estrecha uni-
ción eclesiástica); 3,24 (una glosa de redacción eclesiás- dad no sólo doctrinal, sino de lengua y estilo.
tica de tendencia armonizante con los sinópticos); 4,22
(totalmente, o al menos en parte, glosa de la redacción); d) Teoría de una elaboración sucesiva
6,51b-58 (sentido eucarístico del discurso); 19,34b (re-
dacción eclesial como 3,5 y 6,51b-58); 19,35 (el hacer Dadas las dificultades de todas las teorías antes ex-
referencia a un testigo ocular viene del redactor; es éste puestas, los críticos cada vez se inclinan más, supuesta la
el que identifica el autor del evangelio con el discípulo); unidad de esülo e ideas del evangelio u l , a explicar los
20,9 (una glosa de la redacción eclesial expresando la fe rasgos de desorden que aún se encuentran en él por el
de la comunidad con reminiscencias de terminología si- método de composición que se ha seguido en la redac-
nóptica: «convenía que él resucitase de entre los muer- ción del cuarto evangelio. Fruto de una maduración
tos»). Así, con estas adiciones, el redactor se ha esfor- progresiva, de una reflexión continua, la obra no ha
zado por armonizar la visión profunda del evangelista sido escrita en breve tiempo, sino que ha tenido una
con la doctrina común de la Iglesia, en la que tienen elaboración sucesiva. Al final, tal vez el autor no ha po-
central importancia los sacramentos, el origen apostólico
de los evangelios l38 . 140
Así, por ejemplo, de algunos cambios se expresa Bultmann,
como tratándose de una suposición: «Ich vermute, dass der ursprün-
Esta ordenación que hace Bultmann del cuarto gliche Schluss...» (cf. Das Evangelium des Johannes (Góttingen 1957]
p.178); como una tentativa o por vía de ensayo: «Ich stelle aber das
evangelio parece señalar el fin de un período l39 en es- Stück lieber versuchsweise...» (o.c. p.178 nota 2); sin que se pueda
tablecer toda esta reorganización del evangelio de Juan. conseguir seguridad: «Sicherheit ist tuer naturgemáss mcht zu errei-
chen» (o.c. p.178 nota 2); «natürlich ist keine Sicherheit zu errei-
138
FR. MCCOOL, Problemata lohannoea (Roma, Pontificio Istituto chen» (o.c. p.216); texto de 6,60-71, primero lo pone como conclu-
Bíblico, 1965) p.64. sión del c.5; después de largas dudas, lo coloca antes de 12,37-42
139
I. DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanni, en Introduzione al (o.c. p.215 nota 1); cf. P H H. MENOLD, O.C. p.21 nota 1.
Nuovo Testamento (Morcelliana-Brescia 2 197l) p. 891 nota 25. « i Cf. infra p.271ss.
270 PII c 5 Redacción de la formulación externa ^Evang de Jn Características de estilo 271
dido hacer como una última revisión qu« unificara deta- pulo del evangelista y muy familiarizado con su estilo y
lles dispersos 142. pensamiento 147.
Los comentarios más recientes, aun admitiendo la La tendencia actual de la exégesis al estudiar el
inversión de algunas partes, son reacios a admitir toda cuarto evangelio no es precisamente subrayar las difi-
la serie de transposiciones antes indicadas 143 El c.21 cultades de unidad, sino mostrar el sentido unitario re-
del evangelio puede ser una prueba decisiva de esa ela- daccional que existe a través de todo el evangelio, no ya
boración sucesiva 144. Que sea como un apéndice aña- sólo en su contenido doctrinal, como se verá en el capí-
dido a un evangelio ya concluido, a juzgar por la pri- tulo siguiente, sino en su formulación externa de estilo,
mera conclusión (20,30-31), es algo admitido por casi como se indica a continuación.
todos l45 . La diversidad de opiniones se da al querer de-
terminar el autor de ese capitulo, si es el autor del resto 3) U N I D A D DE ESTILO EN EL CUARTO EVANGELIO
del evangelio 146 o un redactor distinto, aunque discí-
Dada toda la problemática que se ha agitado en
142
A FEUILLET, Le quatneme Evangile IB t 2 p 6 4 2 , A WIKEN torno a la unidad del cuarto evangelio, el estudio de su
HALSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona 3 1978) p 494, estilo presenta no sólo el interés de captar el sello carac-
I DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanm, en Introduzwne al Nuovo
Testamento (Morcelhana- Brescia 21971) p 891s, B PRETE, Vangelo se terístico literario de la obra, sino que al mismo tiempo
condo Gmvanni, en II Messaggio della Salvezza t 4 (Tormo 1968) p 835, puede aportar una solución al problema, antes abor-
H VAN DEN BLSSCHE, Jean (Bruges 1967) p 52
143 dado, de la unidad.
C H DODD, The Interpretation of the Fourth Cospel (Cambridge
1953), C K BARRETT, The Gospel according to St John (London 1955), 147
R H LIGHTFOOT, St John's Gospel (Oxford 1956), A WIKENHALSER, Entre los católicos, algunos sostienen la diversidad de autor,
Das Evangelium nach Johannes (Regensburg 1948), R BROWN, The asi M E BoiSMARD, Le chapitre XXI de Saint Jean Essai de critique htte
Gospel according to John c 1-12 (New York 1966), H VAN DEN BLSSCHE raire RB 54 (1947) p 473-501, H \ AN DEN BLSSCHE, Jean (Bruges
Jean (Bruges 1967) 1967) p 556, otros lo ponen en duda, asi A WIKENHAL SER Das Evan
144 gehum nach Johannes (Regensburg 1948) p 286s, D MOLLAT, Evange
I DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanm o c p 892s
145 lio según S Juan, en Biblia de Jerusalen (Bilbao 1967) p 1445 Entre
Lagrange excluye incluso la hipótesis de que el c 21 sea como
autores no católicos esta postura es mas frecuente A RKHARDSON,
un apéndice La hipótesis del apéndice esta basada fundamentalmente
The Gospel according to Saint John (London 1959) p 2 1 4 , C K BA
en la consideración de J n 20,30-31 como primer epilogo del evangelio
RRETT, o C p 4 7 9 S Las razones para atribuirlo a un redactor distinto
Para Lagrange, 20,30-31 estaba colocado primitivamente después de
son, en primer lugar, de orden estilístico y por el especial vocabulario
21,23 Los v 30-31 del actual c 20 fueron puestos en el sitio que
del capitulo, que no aparece en todo el resto del evangelio (28 pala-
ahora ocupan para dar cabida a 21,24-25, que son los versículos aña-
bras) iiyiixXóq, ¡¡tXieueiv, drcoPaiveiv, ápio-táv, ápviov, póaxeiv,
didos por los discípulos de Juan Asi, la conclusión adicional 21,24-25
yripoto-xeiv, vo^vo;, Sixxuov (ct BARRETT, o c p 479) R Bultmann
sustituyo a la conclusión de todo el evangelio (20,30-31), que ce-
(Das Evangelium des Johannes [Gottingen 1957) p 542) subraya <dass
rraba incluso el c 2 1 (cf M J LAGRANGE, Evangile selon Saint Jean
sich nur ín kap 21 folgende Vokabeln linden otgeXcpoi ais Bezeignung
[París 2 1965] p 520) Esta misma linea de Lagrange la sigue también
der Christen v 23» H van den Bussche (o c p 557) añade como ra-
Vaganay, quien considera incluso 21,24 como del evangelista, solo 21,
zón la denominación de «hijos del Zebedeo» (v 2), que parece se ha
25 sena glosa posterior Asi, pues, 20,30-31 primitivamente estarían
evitado sistemáticamente durante todo el evangelio A juzgar por el
puestos después de 21,24 (cf L VAGANAY La finale du quatneme evan-
v 23 parece ser que el evangelista, al añadirse el capitulo, ya había
gile RB 45 [1936] 512-528) Ph H Menoud (o c p 23) acepta tam
muerto Boismard (ac en esta nota) constata en el c 2 1 , junto con su
bien la propuesta de Lagrange y Vaganay
146
vocabulario, estilo y pensamiento, que no puede venir de otro sino de
La mayoría de los católicos atribuyen el c 21 al mismo autor de Juan, otra sene de vocabulario, figuras de gramática y estilo que no se
todo el evangelio, basados en la unidad de doctrina y estilo, cf La- le pueden atribuir racionalmente La explicación de estos dos datos
grange, Vaganay (cf nota anterior), P PARKER, TWO Editions of John (que en parte son los que motivan las dos opiniones diversas) seria la
J B L 75 (1956) 303-314, J LEAL, Evangelio de S Juan, en La Sagrada hipótesis de haber sido escrito el capitulo por un discípulo de Juan,
Escritura Texto y Comentario Nuevo Testamento t 1,2 (Madrid 31973) acostumbrado al estilo de su maestro Los elementos joamcos se expli-
p612, I DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanm o c p 892, carían por tradición oral, las características del capitulo, por haberlo
E RLCKSTUHL, Die literansche Einheit des lohannesevaneeliums (Freiburg escrito un discípulo (cf a c p 497)
S
1951) p 218 - *
/ \
272 P.II c.5. Redacción de la formulación externa vang. de Jn: Características de estilo 273
\
Las características de estilo del cuarto evangelio no tución de una construcción subordinada, o simplemente
son fácilmente catalogables. Siendo un griego popular asindética con la supresión incluso de la partícula copu-
sin las elegancias de una contextura clásica, conserva lativa, sobre todo al empezar la frase con un verbo de
una grave dignidad en su expresión, muy en consonan- locución 150.
cia con la profundidad de su contenido. Sin ser rico y El uso de las partículas Yva y ÓTI (Jn 3,19; 6,29) con
abundante en su vocabulario, la repetición frecuente de sentido epexegético o explicativo son frecuentes en
los términos no aparenta pobreza, sino un recurso lite- Juan, mientras que son raramente usadas en el resto del
rario fácilmente apreciable aun en la misma traducción. Nuevo Testamento. Sumando términos y expresiones
de Juan, se han enumerado hasta cincuenta característi-
a) Vocabulario cas del cuarto evangelio ' 5 ' . La continuidad o uniformi-
dad con que estas características se encuentran no sólo
En su vocabulario no usa más de 920 palabras distin- en las partes que se atribuyen al evangelista, sino tam-
tas. Algunas de ellas, aun encontrándose en los otros bién en cada una de las fuentes que ha pretendido ver
evangelios, son especialmente características suyas por la Bultmann en el cuarto evangelio 1S2, ha llevado a la
frecuencia con que las emplea; así serían, por ejem- conclusión de una auténtica unidad literaria a través de
plo 148: dyaotáv, ±yánr\ (44 veces); á.Xf\Qem, dXr\Qf)q, todo el evangelio de Juan 153.
<áA.r|8ivó(; (46 veces); yiyvróaxeiv (57 veces); ^cof) (35 ve- Las características de lengua y estilo dejan entrever
ces); yóaixoq (78 veces); \iapxvpsiv, naptupíoc, luapxúpiov una obra escrita originariamente en griego, aunque con
(47 veces); jievEiv (40 veces); <p¿3<; (23 veces). Otros notables influjos semíticos por la abundancia de ara-
términos o expresiones son exclusivas de Juan con una maísmos l54 .
ausencia total en los otros evangelistas; así: rcaponuía 150
C. K. BARRETT, O.C. p.7, citando a E. SCHWEIZER, Ego eimí (Got-
(4 veces); -aGfevaí vj/ux^iv (8 veces); o casi total en los si- tingen 1939) p.91. Esta construcción con asíndeton en frases que em-
nópticos: ypoccpií (en singular, 11 veces en Juan, una vez piezan con verbos d e locución se encuentra también en construcciones
en Marcos y otra en Lucas); cpavepoOv (9 veces en Juan, de buen griego. Barrett cita hasta 39 ejemplos en el evangelio de
Juan: 1,40.42.45.47; 2,17; 4,6.7.30; 5,12.15; (6,23); 7,32.41; 8,27;
una vez en Marcos). Por el contrario, otros términos 9,9.13.16.35.40; 10,21.22; 11,35.44; 12,22; 13,22.23; 16,19; 19,29;
frecuentes en los sinópticos están totalmente ausentes 20,1 8,26; 21,3.11.12.13.17 (cf. o.c. p.7).
del cuarto evangelio 149 ; así: ypauna-ceúc;, 8íxatoq, i' 1 Así E. RLCKSTLHL, O.C. p.203s. Este autor llega a esta cifra
haciendo una síntesis, después de preceder una crítica entre las carac-
Súvauíc;, 'e^eéív, ZXeoq, o-itXayxvt^eaGai, eúaYY^-tov, terísticas encontradas en el cuarto evangelio por otros autores:
vtripúcfaeiv, uexávoia, 7tapa|k>)a), nícmq, 7tpoa£í>x£Cf6ai, SCHWEIZER, Ego eimi (Gouingen 1939); J. JEREMÍAS, Johanneische Lite-
rarkritik: Theologische Blatter (1941) 33-46; PH. H. MENOLD, L'Évan-
Tipoaeux1! • gile de Jean d'aprés les recherches recentes (Paris 21947) p. 16.
" 2 E. RLCKSTLHL, O.C. p.213s.
153
ID., O.C. p.218. M. E. Boismard, en la recensión que hace de la
b) Características obra de E. Ruckstuhl, afirma: «On admirera la patience avec laquelle
ce travail austére a été mené, et la solidité de ses conclusions: il est
Como características de su estilo se puede subrayar désormais acquis que l'évangile de Jean présente una unité littéraire
una construcción paratáctica con una mera conexión de fondamental» (cf. RB 59 [1952] 427). A esta misma tesis de unidad
literaria del cuarto evangelio llegan E. Schweizer, J. Jeremías, Ph. H.
sentencias mediante la partícula xocí (Jn 9,6-7) en susti- Menoud. Bajo esta faceta de unidad se suele presentar ahora el cuarto
evangelio.
148 154
C. K. BARRETT, O.C. p.5s. La abundancia de estos aramaísmos es tal que ha llevado a
149
ID., O.C. p.6; E. RUCKSTUHL, Die literarische Einheit des Johannes- algunos autores a considerar el cuarto evangelio como traducción de
evangelium (Freiburg 1951) p.205. una obra original aramaica. Así, C. F. BLRNEY, The Aramaic Ongin of
/ \
274 P.1I c.5. Redacción de la formulación ex/erna Éyang. de Jn: Características de estilo 275
Esta unidad de estilo no quita el que algún relato, 1.° La muchedumbre en el cuarto evangelio.—Sin lle-
por ejemplo, el de la mujer adúltera (7,53-8,11), sea de gar al extremo de ignorancia, el autor del cuarto evan-
otra mano distinta al resto del evangelio según se de- gelio no atribuye a la muchedumbre el puesto de perso-
duce precisamente por la ausencia que hay en este pa- naje principal que tiene en los sinópticos rodeando a la
saje del vocabulario y estilo propio del cuarto evange- figura de Jesús. La muchedumbre, por su ignorancia y
lio 155. abandono, no es objeto de una especial compasión de
Jesús, como se subraya con frecuencia en los sinópticos
c) Impronta personal de composición (Mt 9,36; 14,14; 15,32; Me 6,34; 8,2). Esta se presenta,
sobre todo al comienzo, en un sentido más bien nega-
Además del vocabulario y giros lingüísticos propios,
tivo en sus relaciones con Jesús. Después de la expulsión
el cuarto evangelio emplea elementos característicos de de los mercaderes se puede decir que comienza el en-
redacción que le distinguen de los sinópticos. Muchos cuentro d e jesús con la muchedumbre, y aunque «mu-
de estos elementos que caracterizan la redacción del chos creyeron en su nombre al ver las señales que reali-
cuarto evangelio están determinados o condicionados zaba, pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los cono-
por los personajes que están ausentes o que intervienen cía a todos» (Jn 2, 23-24). El entusiasmo de los samari-
en él. tanos por Jesús está vivamente descrito (4,39-42); en
the Fourth Gospel (Oxford 1922); C. TORREY, The Fourth Cospel. A New cambio, no se dice nada de la actuación de Jesús con
Translation (London 1933); ID., The Aramaic of the Gospels: JBL (1942) ellos, mientras se pormenoriza el diálogo con la samari-
71- 85. Con todo, la tendencia mas común entre los autores es, sin tana (4,1-26). En la multiplicación de los panes, mien-
llegar a admitir una auténtica traducción de un original arameo, ver
rasgos frecuentes de aramaísmos; así M. J. LAGRANGE, Evangile sehn tras que los otros sinópticos hacen preceder la ense-
Saint Jean (París ?1925) p.CI-CXIX; P. JOLÓN, L'Évangile de N. S.J. C. ñanza de Jesús (Me 6,34; Le 9,11) y su compasión (Mt
(Paris 1930) p.XI; M. BLACK, An Aramaic Approach to the Gospels and
the Acts (Oxford 1946); J. BONSIRVEN, Les aramaismes de Jean l'évange-
14,14; Me 6,34), Juan no alude a ello. El entusiasmo
liste?: Bib 30 (1949) 405-432; C. K. BARRETT, O.C p. 8ss. Como in- innegable de la muchedumbre después del milagro
flujos aramaicos suelen señalar la frecuencia de construcción de para- queriendo hacer rey a Jesús (6,14-15) y su seguimiento
taxis y asíndeton (cf. BARRETT, O.C, p. 8), sin llegar estas construccio-
nes a probar la traducción, ya que se encuentran también en docu- hasta Cafarnaúm (6,24) queda explicado un poco tris-
mentos de la loiné (cf. J. BONSIRVEN, a.c. p.409), el uso epexegético temente por Jesús: «Me buscáis no porque habéis visto
delva ybti (cf. BARRETT, o.c. p. 8), expresiones semitizantes: «venid y señales, sino porque habéis comido de los panes y os
ved» (Jn 1,39.47; 4,29; 11,34) «respondió y dijo» (Jn 2,18.19;
7,16.20; 5,17...), «hombre» SvOpomoc, o dtvrip en situación de «cada habéis saciado» (6,26). El discurso eucarístico termina
uno» por carecer de u n indeterminado apropiado (avOpomoc/. J n con el abandono de muchos (6,60.66). Después de la
2,10.25; 3,1.27; 4,29; 5,5.7.12...; ctvrip Jn 1,30; 6,10); cf. J. BON- fiesta de los Tabernáculos (7,1-13), el aprecio de la mu-
SIRVEN, a.c. p.426ss.
155
E. R I C K S T L H L , o.c. p.218; I. DE LA POTTERIE, L'Evangelo di chedumbre por Jesús se divide en dos partes, pero los
San Giovanni, en Introduzione al Nuovo Testamento (Morcelliana-Brescia que eran favorables no se atrevían a hablar por miedo a
2
1971) p. 892. Igualmente, esta unidad de estilo del evangelio de los judíos (7,12-13). Semejante confusión se crea otras
Juan se puede dar aun con la existencia de partes que son elementos
redaccionales de épocas diferentes. Estos elementos son perceptibles veces en la muchedumbre (7,43.44). Con frecuencia se
principalmente en algunos dobles o separados (Jn 12,46-50 y 3,16- omite la alusión a la multitud: así, el discurso después
19a; 5,30b-32.37 y 8,14-18), o formando un todo artificial (Jn del relato de la mujer adúltera (8,12-59) está dirigido
5,26-30a-5,19-25), o yuxtapuestos (Jn 6,35-50 y 6,51-58). Los di-
versos estratos redaccionales atribuidos a épocas diversas explicarían más bien a un auditorio limitado (8,12.22.31.48.52.57),
la evolución que a veces se observa en temas de escatología o cristolo- lo mismo que la alegoría del Buen Pastor (10,1-21). Al
gía en San Juan (cf. M. E. BOISMARD, L'e'volution du theme eschatologique
dans les traditions Johanniques: RB 68 [1961] 507-524). final del ministerio público aparece la multitud en torno
276 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. de Jn: Características de estilo 277
a Jesús (12,29.34), con u n aspecto positivo de fe evangelio, especialmente en las escenas antes aludidas,
(10,41.42; 12,9.10.11), subrayada especialmente por los trascendiendo a veces a los mismos discursos, como en
mismos dirigentes judíos (11,48; 12,19) y siendo objeto el eucarístico (6,30.34.52-61-62) y en el de despedida
de la misma oración de Jesús (11,42), pero no siendo (14,15.22; 16,29).
adoctrinada directamente por él. La respuesta que da el hombre o el grupo de hom-
Esta ausencia de la muchedumbre en un primer bres a este diálogo revelador entablado por Jesús es lo
plano explica, en parte, la ausencia en Juan de una ex- que constituye el tono dramático que con frecuencia ca-
presión popular en parábolas, de un lenguaje colorista, racteriza al cuarto evangelio. Ya en el prólogo se alude a
de comparaciones familiares, de alusiones a la vida dia- una dualidad de luz y tinieblas (1,5); al proceso que se
ria: a la mujer que barre o enciende la lámpara, de la describe en el hombre antes de tomar una actitud ante
mención sencilla de las aves del cielo o los lirios del esta luz que se desprende del diálogo, es el secreto del
campo, de todo eso que constituye el encanto de la pre- dramatismo en el evangelio de Juan. Este proceso re-
dicación de Jesús, hecho sencillo con los sencillos 156. viste más o menos amplitud, pero invade con frecuencia
2.° Trato directo y personal.—Como compensación el alma de los diversos personajes; así Natanael co-
por la falta de esta presencia masiva y multitudinaria, mienza preguntando admirado si de Nazaret puede sa-
toma un especial relieve en el cuarto evangelio el grupo lir algo bueno (1,46) y termina confesando: «Maestro, tú
que se interesa por Jesús o se opone a él, y sobre todo el eres el Hijo de Dios» (1,49); los discípulos de Jesús se
individuo que busca, dialoga y cree. En este clima de presentan con toda sencillez en las bodas de Cana (2,2)
relación personal o de contacto con grupo reducido es y se termina el relato formando como una inclusión: «y
donde adquiere su tónica de intimidad el cuarto evan- creyeron en él sus discípulos» (2,11); Nicodemo viene
gelio. En este ambiente se desenvuelven los encuentros temeroso a conversar con Jesús por de noche (3,2); su
privados en los llamamientos de los dos discípulos cambio y actitud valiente, a partir del diálogo, se apunta
(1,35-39), de Pedro (1,40-42), de Felipe (1,43-44), de a mitad (7,50-51) y final del evangelio (19,39); la sama-
Natanael (1,45-51); los diálogos prolongados, en torno a ritana comienza afirmando su distanciamiento de Jesús,
un problema, con Nicodemo (3,1-21), con la samaritana por ser él judío y ella samaritana (4,9), y acaba después
(4,1-26); las conversaciones con los que han sido cura- de un coloquio con él diciendo a los samaritanos si tal
dos, no sólo antes del milagro (5,6-9; 9,7), sino después vez sería él el Cristo (4,29); el paralítico de la piscina no
en un segundo encuentro intencionado (5,14; 9,35-39). sabe quién lo ha curado (5,13); Jesús habla con él y el
Otras veces la actuación de Jesús se amplía dentro de un enfermo anuncia a los judíos que es Jesús el que lo ha-
círculo más abierto, pero reducido; así, en las bodas de bía sanado (5,15); el ciego de nacimiento sólo sabe al
Cana en un grupo de amigos y conocidos (2,1-11); en su comienzo que «aquel hombre, llamado Jesús, hizo barro
trato de predilección por la familia de Marta, María y su y ungió» sus ojos (9,11); su cambio es radical después de
hermano (11,5); en su actitud con algunos gentiles que un nuevo encuentro con Jesús: «creo, Señor; y postrán-
quieren ver a Jesús (12,20-21), y de un modo particular dose, lo adoró»(9,38).
en la despedida final del cenáculo (c. 13-17).
Este dramatismo interior que se apunta en el cambio
Este contacto personal y directo de Jesús es el que de los personajes está a veces acentuado por el contraste
fundamenta la estructura dialogal verdadera del cuarto que se produce con actitudes que cuajan en dirección
1,6 2
M. J. L\CRA\Gt, Évangile selon Saint Jean (Paris 1925) contraria; así el paralítico anuncia a los judíos que es
p.LXXXIII. Jesús el que lo ha sanado, y éstos lo persiguen porque
278 P.II c.5. Redacción de la formulación externa Evang. dejn: Características de estilo 279
hacía esto en sábado (5,15-16); la confesión de Pedro después (11,39), o, por el contrario, un dato que se di-
después del discurso eucarístico: «Señor, a quién iremos, ce después (19,14), se debería haber colocado antes
tú tienes palabras de vida eterna» (6,68), está puesta (18,28). Igualmente algunos elementos que pueden pa-
después del abandono de muchos (6,66) y la alusión recer contradictorios en Juan, pueden ser fruto de esta
misma a Simón Iscariote, el que lo había de entregar sencillez narrativa, que no tiene dificultad en suavizar
(6,71); se apuntan dos reacciones sobre Jesús: una, «es una frase que se ha generalizado (8,15-16; 12,37.42) o
bueno»; otra, «no, sino que engaña a la muchedumbre» añadir algo explicativo de lo expuesto anteriormente
(7,12), «se hizo una división entre la multitud a causa de (3,22; 4,1), incluso la yuxtaposición de expresiones que
él» (7,43); el ciego de nacimiento, el que ajuicio de los no se ve cómo armonizarlas (7,8-10; 11,54 y 7,1). Juan
judíos había nacido todo él en pecado (9,34), termina escribe con sencillez y cuenta con la misma sencillez del
viendo y confesando a Cristo (9,37-38), mientras que al lector, que no se parará ante dificultades que no están
final son los fariseos los verdaderamente ciegos porque, nada más que en la superficie 158.
afirmando ver, permanecen en su pecado (9,41); con 4.° Profundidad de visión.—Aunque en Juan mu-
ocasión de la resurrección de Lázaro, «muchos de los chos de los datos apuntados parecen estar traídos
judíos que habían venido a María y Marta y habían visto cuando se los ha facilitado la memoria, eso no impide
lo que había realizado Jesús, creyeron en él» (11,45), que muchos de ellos revistan no sólo el sentido material,
otros lo denunciaron a los fariseos (11,46); mientras que que es obvio, sino además una ulterior significación en
«todo el mundo se va detrás» de Jesús, los fariseos con- profundización moral o religiosa. El insinuar como de
fiesan que ellos no adelantan nada (12,19). Esta postura pasada una serie de detalles, tales como la existencia del
de oposición cristaliza con todo su dramatismo en Ju- pozo de Jacob en el pasaje de la samaritana (4,6), la
das, en quien después del bocado entró Satanás (13,27) abundancia de hierba en el lugar de la multiplicación de
y «era de noche» (13,30). los panes (6,10), el tiempo de invierno cuando los judíos
lo cercan a preguntas (10,22), la noche cuando salió Ju-
3.° Sencillez narrativa.—Este dramatismo interior,
das del cenáculo (13,30), la denominación de ladrón
progresivo y contrastado, puede aparecer el resultado
aplicada a Barrabás (18,40), no sólo son datos de la
de un artificio literario. Sin embargo, el estilo del cuarto
constatación de una realidad, sino que son además indi-
evangelio es sencillo en su profundidad, sin que pre-
cios de un autor que, junto con estar atento a las impre-
sente lo amanerado del artificio, sino más bien el can-
siones exteriores, recoge también las reacciones morales
dor de lo espontáneo. A esta falta de pretensión literaria
que suscitan, lo que sugieren al corazón 159.
atribuye Lagrage 157 una serie de datos que revelan un
sentido de despreocupación, pues, de lo contrario, se En esta línea de profundidad hay que colocar el
hubieran puesto enmarcando las escenas y, sin em- simbolismo característico del cuarto evangelio, no como
bargo, se mencionan sin más cuando han venido a la puro simbolismo subjetivo, sino como la expresión del
mente del autor. A esto se debe, por ejemplo, la men- sentido hondo que tienen las palabras y los hechos de
ción del lugar donde suceden algunos relatos: en Beta- Jesús una vez que se iluminan con una visión de fe. En
nia (1,28), en la sinagoga de Cafarnaúm (6,59); el des- esta línea es obvia la significación eucarística que ha
plazamiento de algunas alusiones hechas: así lo que se querido dar a la multiplicación de los panes en su con-
dice de Lázaro es prematuro (11,17), ya que se apuntará
158
ID., O.C. p.XCV.
159
1,7
ID., O.C. p.XCIV. ID., O.C. p.XCVI.
280 P.II c.5. Redacción de la formulación externa
Evang. de Jn: Características de estilo 281
junción con el discurso del pan de vida (6,1-13.22-71),
el sentido de la curación del ciego de nacimiento, (9,1- progresiva de la misma. Este es el significado que tiene
41) en relación con la afirmación anterior de Jesús: «yo el prólogo de Juan (1,1-18); en él, como en una ober-
soy la luz del mundo» (8,12); la resurrección de/Lázaro tura musical 160, se recogen los temas principales que
(11,1-44) junto a la declaración de Cristo: «yo soy la re- después se van a desarrollar en el cuerpo del evangelio:
surrección y la vida» (11,25). vida, luz (v.4), testimonio (v.7), verdadero (v.9), mundo
(v.10), gloria, verdad (v.14) ^ i . El prólogo, considerado
El sentido de profundidad se encuentra en Juan no
en sí mismo, reviste igualmente este carácter cíclico, un
sólo en esos datos que apunta, como de pasada, en algu-
himno en cuatro estrofas 162 (v. 1-5.6-8.9-13.14-18), en
nos de los hechos que narra, sino también en el tránsito
el que cada una recoge la idea de la anterior y explícita
que fácilmente realiza de una alusión material a otra de
cada vez más su contenido: «En el principio existía la Pa-
tipo espiritual; así, por ejemplo, del templo de piedra
labra...; en ella la vida, y la vida era luz (v.1-5); Juan vino
pasa a significar el templo del cuerpo (2,19-21), del agua
para dar testimonio de la luz... (v.6-8); la luz existía; vino
del pozo al agua que salta hasta la vida eterna (4,13-14),
al mundo, a los suyos (v.9-13); se hizo carne y acampó
de la recolección de las mieses del campo a una siega de
entre nosotros (v. 14). Al llegar al versículo final, se re-
otro género (4,35-38). Las mismas palabras adquieren,
coge en el «Hijo que está en el seno del Padre» (v. 18) la
pues, diversidad de sentidos según la profundidad pre-
idea inicial de su «existencia en Dios» (v.l), pero ya en-
tendida: el pan unas veces es el alimento común (6,26),
riquecida con todo el proceso que ha precedido, pues
otras el maná (6,31), otras Cristo (6,33-35); el seguir a
esa Palabra que estaba en Dios y era vida, luz, habitando
Jesús unas veces significa la materialidad de ir detrás de
entre nosotros, nos «lo ha contado» (v.18).
él (1,37-38), otras el ser discípulo (1,43; 8,12); el verbo
«ver» se aplica a lo que se capta por los ojos (1,29.39; El mismo procedimiento cíclico se sigue, por ejem-
9,37) o a una realidad que trasciende los sentidos y se plo, en la alegoría del Buen Pastor (10,1-18), en la que
percibe sólo por la fe (9,39; 14,9). El autor del cuarto se contiene una enunciación previa del tema, en forma
evangelio, sin artificio, procede, pues, con naturalidad negativa: el mercenario que no entra por la puerta (v.l),
en su expresión al hablar de las realidades tangibles que y positiva: el pastor que entra por la puerta (v.2), con
él ha palpado, pero al mismo tiempo proyecta realidades expresión genérica de tercera persona. Después pasa a
más profundas que ha contemplado en visión de fe. un desarrollo del aspecto negativo (v.8.10a.l2-13) y del
positivo (v.7,9.10b. 11.14-18). En el desarrollo del as-
5.° Proceso circular de exposición.—Una expresión
pecto positivo se expresa no ya en tercera persona, como
más de esta visión en profundidad que representa el
en el enunciado anterior (v.2), sino en primera persona
cuarto evangelio está indicada en el proceso expositivo
(v.7.11.14). La doble denominación genérica, enunciada
que sigue con frecuencia. En él se parte de una enun-
al comienzo, de puerta y pastor (v.2) es la que se desa-
ciación global de la idea, captada en una visión com-
rrolla en primera persona puesta en boca de Cristo: «yo
prehensiva, y se va desmembrando en diversas facetas
soy la puerta» (v.7), «yo soy el Buen Pastor» (v.l 1.14).
complementarias y progresivas hasta llegar a descansar
de nuevo, en una línea de continuidad, en el mismo En el desarrollo de este proceso cíclico suele abun-
punto de arranque, pero ya enriquecido por los haces 160
R. BULTMANN, Das Evangelium des Johannes (Góttingen 1957)
de luz que sobre él se han proyectado. La intuición pri- p.l: «Er ist es etwa im Sinn einer Ouvertüre...»
161
C. H. DODD, The Interpretation of the Fourth Gospel (Cambridge
mera del autor va comunicando su densidad al lector 1953) p.296; C. K. BARRETT, O.C. p.126.
por círculos concéntricos hasta llegar a una asimilación 162
J- JEREMÍAS, El mensaje central del Nuevo Testamento (Salamanca
1966) p.86.
282 P.II c.5. Redacción de la formulación externa
15), predicación junto al lago (3,7-12), viajes continuos de su mesianismo auténtico mediante los anuncios de la
de Cristo (6,6b), camino de Jerusalén (10,1.32.52) hasta pasión (8,32; 9,32-34; 10,33-34). Durante la misma pa-
llegar a Jerusalén (11,1.11). Marcos señala el camino de sión se da el testimonio solemne de Cristo (14,61-62) y
Jesús desde el bautismo hasta su muerte, y las estaciones confesión del centurión (15,39).
de su camino responden al marco histórico: Galilea, Ju- Ante esta manifestación progresiva de Jesús se va
dea, Jerusalén 66*. subrayando en línea de continuidad la incompresión,
Esta estructura geográfica no parece ser creación de por parte de los discípulos y por parte de la muchedum-
Marcos. La predicación apostólica no se contenta sólo bre, del carácter mesiánico de Jesús en la primera parte
con la proclamación pascual, sino que tiende a enmarcar (3,5-6; 6,l-6a; 8,14-21) y de su misión paciente en la
la redención en la vida terrestre de Jesús de Nazaret 67, segunda (8,32-33; 9,32-34; 10,35-37). Esta actitud psico-
como aparece claro en el kerygma primitivo (Act 10,37- lógica de ininteligencia, aunque redaccionalmente su-
41; 13,23-31). Esta ordenación general geográfica, Mar- brayada, presenta una fácil justificación dada la condi-
cos la ha recibido de la tradición, la ha conservado sin ción de las personas y las circunstancias ambientales. En
mostrar, por otra parte, una preocupación biográfica cambio, sorprende grandemente, junto a este proceso
excesiva. Las coordenadas espacio-temporales quedan la ascensional en la manifestación de Jesús, el secreto que
mayoría de las veces imprecisas, no determinando la to- se impone con frecuencia a los demonios (1,34; 3,12), a
pografía (1,40-45; 6,17-30) ni la cronología (2,1-3,6). No los que han sido curados (1,44; 5,43; 7,36; 8,26), a los
es su intención hacer una biografía de Jesús, aunque el discípulos después de la confesión de Pedro (8,30) y de
interés por la misma persona de Jesús sí le lleva a en- la transfiguración (9,9). El mismo Jesús muestra perso-
cuadrarlo en su marco existencial concreto. nalmente una actitud de reserva, apartándose de la mu-
chedumbre (7,24; 9,30) e instruyendo privadamente a
los apóstoles con la explicación de las parábolas (4,10-
2) DIMENSIÓN ESTRUCTURAL VERTICAL
12), con la aclaración de su doctrina (7,17-23; 9,28-29),
con la iniciación en su mesianismo paciente (8,31; 9,31;
a) Constatación 10,32-34), con la predicción de sucesos escatológicos
Partiendo de estos datos de tradición, Marcos da (13,3-37). ¿Cómo explicar la tensión existente entre la
una impronta personal a su redacción como obra de naturaleza pública de muchos milagros y la imposición
conjunto. Presenta la progresiva revelación del misterio de silencio?; ¿cómo justificar la progresiva manifesta-
de Jesús, Mesías e Hijo del hombre, como una línea que ción de Jesús y al mismo tiempo una actitud de replie-
atraviesa todo el evangelio. Lanza el tema al principio gue y ocultamiento?
con una afirmación inicial (1,1), el problema se plantea
ante las obras que realiza: «¿Quién es este a quien el b) Explicación
viento y el mar obedecen?» (4,41). Se dan intentos de
solución: es el Bautista, Elias, u n o de los profetas 1.a Exclusivamente teológica y apologética.—Son mu-
(6,14-15). La confesión de Pedro es la proclamación de chos los intentos de solución que se han querido dar
su mesianismo (8,29), siguiendo después la explicación sobre todo a partir de la opinión defendida por W.
Wrede 68. La hipótesis primera y más radical, lanzada
66
* G. SCHILLE, Bemerkungen zur Formgeschichte des Evangeliums.
Rahmen und Aufbau des Markus-Evangeliums: NTS 4 (1957-1958) p.2. 68 w , WREDE, Das Messiasgeheimnis in den Evangelien (Gottingen
67
X. LÉON-DUFOUR: EHJ p.283. 1901).
308 P.II c.6. Redacción dé la estructura interna
Evang. de Me: Dimensión vertical 309
por este autor en 1901, presenta el evangelio de Marcos a
2. Explicación histórica.—En línea opuesta a la ex-
no como una visión histórica de la vida de Jesús, sino plicación exclusivamente teológica del secreto mesiá-
como una obra teológica que desarrolla sistemática- nico, está la explicación histórica 72, según la cual en el
mente una tesis prefabricada. Con ella se pretende sal- evangelio de Marcos se recoge la actitud mesiánica de
var el desacuerdo existente entre la fe pascual de la co- Jesús y al mismo tiempo su postura prudente y pedagó-
munidad en Jesús Mesías y los recuerdos que se con- gica. Jesús no hubiera sido condenado a causa de sus
servan del Jesús de la historia. Jesús no tuvo, según pretensiones mesiánicas. De hecho es reconocido como
Wrede, conciencia de su mesianidad ni habló de ello. La Mesías según las narraciones de la confesión de Pedro
Iglesia primitiva, para explicar este desacuerdo entre su (8,27-29), entrada en Jerusalén (11,1-11), proceso ante
fe y la realidad, inventó la teoría del secreto mesiánico, el sanedrín (14,62). Con todo, Jesús impone secreto por
recogida por Marcos, que no se podía divulgar sino des- exigencias de un método pedagógico para no provocar
pués de la resurrección de Jesús (9,9). Wrede es cons- una interpretación de mesianismo político y por acomo-
ciente de las dificultades que implica su teoría al presen- dación a la condición misma de la revelación, ya que no
tar a Marcos queriendo describir la vida mesiánica de podía decir con claridad quién era antes de haber mos-
Jesús en la tierra (1,1), y al mismo tiempo negando que trado con su muerte la significación de sus títulos 73. El
su mesianismo fuera revelado antes de la resurrección. secreto mesiánico se remonta, pues, a la historia misma
Sin embargo, no tiene dificultad en admitir esta contra- de Jesús de Nazaret.
dicción, ya que el Marcos que escribe era teólogo más
bien que historiador. Esta línea de Wrede es la que han Esta explicación del secreto mesiánico como corres-
seguido 69 autores de la HF al subrayar también la in- pondencia a una realidad cierta no da una respuesta to-
tención apologética de la Iglesia primitiva, que quiso tal. Marcos insiste con una frecuencia tal sobre el se-
justificar el fracaso histórico de Jesús con la creación de creto, que es preciso dar respuesta de su caso particu-
la imposición del secreto. lar 74. Los otros sinópticos, Mateo y Lucas, hablan del
secreto en los textos comunes a Marcos (Me 1,44;
En la teoría de Wrede se ha dado un salto injustifi- Mt 8,4; Le 5,14 // Me 4,10-12; Mt 13,10-11; Le 8,9-12//
cado de la constatación de una intención teológica en Me 8,30; Mt 16,20; Le 9,21), no aduciendo Mateo 7S unos
Marcos a la negación del hecho histórico. Se da, pues, textos de Marcos (Me 1,25.34; 5,43; 7,24.36; 8,26), omi-
una interferencia del plano literario y del plano histó- tiendo Lucas también otros (Me 3,12; 7,24.36; 8,26) y
rico 70. La insuficiencia de su solución al problema suavizando ambos a veces la expresividad redaccional
queda manifiesta en la obligación en que se ve al autor a del segundo evangelio (Me 4,19-12; Mt 13,10; Le 8,9;
eliminar cuatro textos (8,27-29; 10,46-52; 11,1-11; Me 9,9; Le 9,36). En Juan no se da nada sobre el particu-
14,62) en desarmonía con su tesis 71. lar, sino una actitud completamente opuesta 76.
5
69
M. Dibelius (Die Formgeschichte des Evangeliums [Tübingen 3. a Explicación histórico-redaccional.—Hay una ter-
1966] p.231s); R. Bultmann (Die Geschichte der synoptischen Tradition,
Góttingen 6 1964) al mantener la mayor parte de la tradición presinóp- 72
tica como una creación de la comunidad primitiva (cf. supra e l ) . En V. TAYLOR, The Gospel according to St. Mark (London 1963)
p.l22ss.
una línea de explicación apologética de la primitiva Iglesia, recogida 73
por Marcos, está también la interpretación que hace E. Haenchen del X. LÉON-DUFOUR, L'Evangile selon Saint Marc: IB t.2 p.217.
74
secreto mesiánico en su obra Der Weg Jesu (Berlin 1966) p.132-135. B. RIGAUX, Te'moignage de ÍEvangik de Marc (Desclée, 1965)
70 p.137.
E. SJOBERG, Der verborgene Menschensohn in den Evangelien (Lund 75
Mateo trae, él solo, un texto sobre la imposición de secreto (Mt
1955) p . l l S s ; G. MINETTE DE TILLESSE, Le secret messianique dans 9,30s).
l'Évangik de Man (Paris 1968) p.14. 7 ' G. M. DE TILLESSE, o.c. p.15. 76
B. RIGAUX, O.C. p.137.
310 P.II c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de M e Su «evangelio» 311
cera explicación intermedia del secreto mesiánico; no dinámica de manifestación, expresada por la violación
como una pura tesis teológica preconcebida ni como un del secreto, que encerraban los milagros, los exorcismos
simple dato de la realidad histórica. Hace falta, según de Jesús 82. Sin embargo, a pesar de la publicidad de los
esta tercera explicación, antes de sacar conclusiones en hechos, a pesar de su dinamismo revelador durante la
un plano histórico, partir del análisis literario y redac- vida pública de Jesús, Marcos subraya igualmente la tó-
cional de Marcos para ver qué ha pretendido al subra- nica de incomprensión e ininteligencia por parte de la
yar el aspecto de la imposición de secreto 77. La activi- muchedumbre y los discípulos. Ellos no han podido
d a d redaccional de Marcos, ciertamente innegable, comprender la totalidad de la revelación. Sólo la resu-
tiende a dar una reinterpretación teológica de los he- rrección del Señor traerá la luz completa. En el evange-
chos que relata; pero, aun exponiendo el evangelista su lio de Marcos se subraya la diferencia entre el tiempo, el
visión personal, mantiene un contacto estrecho con la «ahora» de la actividad de Jesús y el «después» de la re-
realidad que narra 78. En la síntesis teológica del evan- surrección (9,9) 83.
gelio de Marcos, centrada en la revelación progesiva del Para este conocimiento y penetración de la revela-
mesianismo de Jesús, la imposición y violación del se- ción del Mesías, la Iglesia, después de la resurrección de
creto ocupan su puesto. Jesús, desempeña un papel importante en el plan di-
La razón de ser del secreto está apuntada por Mar- vino. Nada tiene de extraño que Marcos, redactando su
cos cuando, después de la confesión de Pedro e impo- evangelio en tiempo de fe pascual, al subrayar la incom-
nerle silencio, comienza Jesús a enseñar a los discípulos prensión de los que vivieron en torno a Jesús, ponga de
«que es conveniente que el Hijo del hombre padezca...» manifiesto así la profundidad de conocimiento de Jesús
(8,31). Con el secreto mesiánico, Marcos expresa «la que se ha de adquirir en u n clima eclesial.
irrevocable y libre decisión de Jesús de abrazar la pasión
por ser ésta la voluntad divina» 79. Por esto, una vez que c) El «evangelio» de Marcos
el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muer-
tos (9,9), cesará la imposición de secreto 80. La violación A la conjunción de este doble elemento estructural,
que a veces ocurre de este secreto (1,45; 7,36-37) no es horizontal y vertical, Marcos le da la denominación de
una desarmonía en el conjunto de la teología de Mar- «evangelio». Con esta palabra abre su libro (1,1), como
cos; es un modo de subrayar la gloria de Jesús 81, la el título de su obra. El uso que hace de este término
explica el sentido que encierra. El evangelio, antes de
77
G. MINETTE DE TILLESSE, o.c. p.28. Este es el procedimiento que ser mensaje, fue suceso. Por eso Marcos, aun poniendo
sigue el autor en su obra, u n análisis detallado de todos los elementos en labios de Jesús la proclamación del evangelio (1,14-
redaccionales que existen en Marcos en los diversos textos que tratan
del tema.
15), el mismo ministerio del Bautista es el que abre el
78
G. MINETTE DE TILLESSE, o.c. p.512. Así, por ejemplo, la alusión «comienzo del Evangelio» 84. El hecho concreto de la
a la explicación en parábolas, que Marcos expone de u n modo redac- unción en Betania forma parte del contenido mismo del
cional explicando este modo de predicación (Me 4,10-12.33-34; cf. G.
MINETTE DE TILLESSE, o.c. p. 168-180; 181-186), es inteligible sólo en el
evangelio (14,9). Pero su contenido es, sobre todo, un
marco de su teología; la explicación de Marcos está en consonancia mensaje que anuncia en primer lugar Jesús (1,14-15) y
con el dato del cuarto evangelio (Jn 16,25), aunque J u a n no desarrolla
ninguna teoría sobre las parábolas comparable a la de Marcos (cf. G.
82
MINETTE DE TILLESSE, o.c. p.512). G. MINETTE DE TILLESSE, o.c. p.323.
79 80 " B. RIGAUX, o.c. p.138.
ID., o.c. p.321. B. RIGAUX, o.c. p.138.
84
81
H. J. EBLLING, Das Messiasgeheimnis und die Botschaft des Markus- J. DELORME, Aspects doctnnaux du second éuangüe, enDe Jesús aux
evangelisten (Berlín 1939) p 135. Évangúes (Paris 1967) p.82.
312 P.ll c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Me: Su «evangelio» 313
comenzado en Jerusalén, en el templo (1,9), orientán- (4,1-13) tienen una unión muy natural y estrecha; no se
dolo después todo él hacia Jerusalén 98 (4,9), lo concluye explicaría su separación en la redacción sin una finali-
también en el mismo templo de Jerusalén (24,52-53). dad concreta en la genealogía que los separa. A partir
del bautismo, Lucas está subrayando el inicio auténtico
del evangelio; coloca enfáticamente el verbo «comenzar»
2) ESTRUCTURACIÓN GEOGRÁFICO-TEOLÓGICA (3,23) al principio de la genealogía en armonía con la
concepción de la predicación apostólica 10° (Act 1,22;
Esta ordenación de tipo cronológico: infancia y pre-
10,37). Este comienzo auténtico del evangelio de Lucas
paración al ministerio como prehistoria, y de tipo geo-
está integrado por un tríptico: bautismo, genealogía y
gráfico: en el enfoque y diversidad de secciones durante
tentaciones, colocado antes del ministerio de Jesús en
el ministerio, es clara en el evangelio de Lucas. Pero
Galilea (4,14; cf. Act 10,37), y le precede la infancia de
este esquema de tipo cronológico-geográfico, ¿encierra
Juan y de Jesús (1,5-2,52), además de la actividad del
en sí una ulterior significación teológica? Conzelmann
Bautista. ¿Qué finalidad pretende Lucas con cada una
afirma que Lucas «añade al esquema temporal un es-
de estas partes de la prehistoria?
quema geográfico que al mismo tiempo tiene un sentido
1.° Infancia de Juan y Jesús (1,5-2,52).—Los dos
básico cristológico» " . ¿Cuál es este sentido ulterior teo-
primeros capítulos de Lucas presentan una estructura
lógico que Lucas ha pretendido en la estructuración re-
marcadamente redaccional con un riguroso paralelismo
daccional de su evangelio?
entre los dos personajes. Están constituidos estos capítu-
los por un díptico que se desarrolla en dos fases, te-
a) Prehistoria (1,5-4,13)
niendo cada una de ellas un episodio complementa-
Lucas es consciente del núcleo de predicación apos- rio 101. Junto con grandes semejanzas, hay notables di-
tólica constituido por la actividad de Jesús desde Galilea ferencias entre los dos elementos del díptico:
hasta Jerusalén (Act 1,22-24; 10,37-43; 13,23-31). El
A) SEMEJANZAS EN LA ESTRUCTURA
comienzo de ese núcleo kerygmático lo pone Lucas a
1) Díptico de las anunciaciones de los nacimientos (1,5-56).
partir del bautismo de Jesús recibido de Juan (Act 1,22),
Del Bautista De Jesús
o también a partir de la predicación en Galilea, después a) Anunciaciones (1,5-38) 1,5-25 1,26-38
de haber recibido el bautismo (Act 10,37). Esta concep- — Presentación de los padres . . . 1,5-7 1,26-27
— Presentación del ángel 1,11 1,28
ción de Lucas queda de alguna manera plasmada en su — Se da una turbación 1,12 1,29
evangelio. La genealogía de Jesús (3,23-38) no abre el — Palabras del ángel: No temas 1,13 1,30
libro, como en Mateo (Mt 1,1-17), sino que está puesta — Anuncio del nacimiento 1,13 1,31
— Indicación del nombre 1,13 1,31
precisamente después del bautismo de Jesús (Le 3,21- — Pregunta al ángel 1,18 1,34
22). Su colocación ahí es intencionada, ya que la escena — Se da una señal 1,20 1,36
del bautismo (3,21-22) y el relato de las tentaciones b) Episodio complementario (1,39-56)
— Visitación 1,39-55
98 — Conclusión 1,56
Lucas invierte el orden de las tentaciones poniendo la última en
el pináculo del templo y nombrando explícitamente a Jerusalén (4,9).
100
Mateo pone la segunda tentación en la «ciudad santa» (4,5).' J. M. CREED, The Gospel according to St. Luhe (London 1930)
99
H. CONZELMANN, O.C p.193. A. George (cf. a.c. p.l02s) estudia p.60; I. DE LA POTTERIE, Excerpta exegetica ex Evangelio Sancti Lucae in
también el evangelio de Lucas no limitándose sólo a unos períodos usum alumnorum P. I. B. (Romae 1963-1964) p.101.
101
concretos y a su delimitación topográfica, sino analizando también su R. LAURENTIN, Structure et the'ologie de Luc I-II (Paris 1957)
contenido doctrinal y su función en relación con el conjunto. p.32s.
326 P.II c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Le: Estructura geográfico-teológica 327
2) Díptico de los nacimientos (1,56-2,52).
Del Bautista De Jesús Lucas, que quiere ser historiador, como lo demues-
a) Nacimientos 1,57-58 2,1-20 tra su prólogo (1,1-4), e historiador de acontecimientos
— Se cumplieron los días del naci- «cumplidos entre nosotros» (1,1) e interpretados por los
miento 1,57 2,6
— Alegría con el nacimiento . . . . 1,58 2,10 que fueron «ministros de la palabra» (1,2), abre la histo-
b) Circuncisión y manifestación . . . . 1,57-80 2,21-40 ria que se prolonga en su cumplimiento hasta nosotros
— Circuncisión 1,59 2,21 con el sentido y misión que tienen estos dos personajes.
— Imposición del nombre 1,60-63 2,21
— Cántico 1,68-79 2,29-32 Ciertamente que hay un parecido grande en la estruc-
— Conclusión: crecimiento 1,80 2,40 turación que se da a la presentación del Bautista y Je-
sús: en el anuncio, nacimiento, circuncisión, imposición
c) Episodio complementario (2,41-52)
— Encuentro en el templo 2,41-51 de nombre, manifestación y crecimiento. Pero estas se-
— Conclusión: crecimiento 2,52 mejanzas estructurales subrayan precisamente las dife-
rencias de contenido l02 , situando a cada uno en el
B) DIFERENCIAS EN LA PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES puesto que le corresponde dentro de esta historia de
1.° Presentación de los padres. salvación 103. El contraste establecido entre los padres
Del Bautista De Jesús del Bautista y Jesús hacen vislumbrar y acentúan aún
— P r i m e r o Zacarías, después _- Primero la Virgen, después más la desigualdad que hay entre éstos. Juan el Bautista
Isabel (1,5)
José (1,27) está en plena subordinación, como Precursor (1,15-17.
— Ambos justos ante Dios por _
- María, objeto del favor (gra-
observancia de mandamientos
cia) de Dios (1,28) 76-77), a Jesús, Hijo del Altísimo (1,32), Hijo de Dios
de la Ley (1,6) (1,35), Salvador, Cristo-Señor (2,11), ungido del Señor,
— «Tu oración ha sido oída» —-«Has encontrado gracia ante
(1,13) Dios» (1,30) (la iniciativa es de luz de las naciones (2,32), puesto para caída y resurrec-
Dios) ción de muchos en Israel (2,34). Así las infancias de
— «Quedarás mudo y no podrás —- Bienaventurada
hablar... la que ha creído Juan y Jesús, con sus semejanzas, y sobre todo con sus
por no haber creído porque las palabras del Señor diferencias, constituyen una primera entrada al evange-
a mis palabras se cumplirán (1,45) lio.
que se cumplirán» (1,20)
— «Salió y n o p o d í a hablar» —-«Dijo María: He aquí la es- 2.° Preparación de la vida pública de Jesús (3,1-
(1,22) clava del Señor...» (1,38) 4,13).—En esta sección que precede inmediatamente a
2.° Presentación de Juan y Jesús. la actividad de Jesús se establece un paralelismo pare-
Juan Jesús cido, aunque no tan acentuado, entre la actividad del
— El será grande ante Dios (1,15) —-El será grande (1,32)
— El no beberá vino ni licor, —-Será llamado Bautista (3,1-20) y la trilogía bautismo, genealogía y ten-
estará lleno del Espíritu Santo Hijo del Altísimo (1,32) taciones de Jesús (3,21-4,13). Hay también una serie de
desde el seno de su madre semejanzas estructurales, al mismo tiempo que se su-
(1,15b)
—«El convertirá a muchos de los brayan las diferencias entre los dos personajes.
hijos de Israel Con un sincronismo solemne (3,l-2a) y una formu-
al Señor su Dios —- El Señor-Dios
y le precederá le dará el trono lación de sabor profético: «fue dirigida la palabra de
con el espíritu y poder de Elias de David, su padre, Dios a Juan» (3,2b; cf. Jer 1,1-2), se introduce la activi-
para hacer volver los corazones reinará dad del Bautista, indicando así su vocación profética; en
de los padres a los hijos... eternamente
para preparar al Señor sobre la casa de Jacob, 102
ID., o.c. p.33.
un pueblo bien dispuesto» y su reino no tendrá fin 103
A. GEORGE, a.c. p. 103-104; ID., Le paralléle entre Jean-Baptiste et
(1,16-17) (1,32-33) Jesús en Le 1-2: Mélanges B. Rigaux (Gembloux 1970) p.147-171.
328 P.II c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Le: Estructura geográfico-teológica 329
el bautismo es presentado Jesús bajando sobre El el Es- tas, Jesús abre una nueva época, aunque entre los dos
píritu y oyéndose una voz del cielo (3,22). Se repite la hay una línea de continuidad (16,17): «hasta ahora sólo
filiación de Juan, hijo de Zacarías (3,2b), enlazando así había la Ley y los Profetas, pero a partir de ahora se da
con la infancia; Jesús se presenta, «según se creía, como también la proclamación del reino» 108.
hijo de José» (3,23). La palabra de Dios fue dirigida a
Juan en el desierto (3,2); Jesús es conducido por el Es- b) Actividad de Jesús en Galilea (4,14-9,50)
píritu en el desierto (4,1). La actividad de Juan, por
Toda esta sección, que fundamentalmente sigue la
toda la región del Jordán (3,3); al comienzo de la activi-
ordenación de Marcos 109, aunque con algunas omisio-
dad de Jesús se dirá de El que su fama se extendió por
nes, transposiciones y adiciones " ° , tiene un marcado
toda la región (4,14). Juan es encarcelado (3,20) y Jesús
sello redaccional geográfico evitando toda salida de los
rechazado (4,29).
fines de Israel " ' . En esta parte se anuncia el misterio
Si al comienzo de la actividad del Bautista son gran-
de Jesús a Israel u 2 . El tema u objeto de este anuncio
des las semejanzas entre éste y Jesús, aún son mayores
no lo especifica Lucas en el sumario inicial con que abre
las diferencias. Juan se presenta como profeta (3,2-3);
la sección (4,14-15), como lo hacen Marcos (1,15) y Ma-
Jesús, como Hijo de Dios (3,22). En la genealogía del teo (4,17). Este tema lo ha reservado para presentarlo
Bautista se dice sólo «hijo de Zacarías» (3,2); en la de programáticamente en la escena de la sinagoga de Na-
Jesús, partiendo de José (3,23), se remonta hasta el ori- zaret (4,16-30), q u e ha a d e l a n t a d o intencionada-
gen, «hijo de Adán, Hijo de Dios» (3,38). En su predica- mente ' 1 3 . En Jesús se cumplen, en esa escena (4,21), las
ción, Juan anuncia una salvación futura (3,6); en cam- palabras de Isaías (Le 4,18-19; cf. Is 61,1-2). La unción
bio, Jesús dirá que en El se ha cumplido la Escritura del espíritu en Jesús (4,18; cf. 3,22) está encaminada a
(4,21). Con el encarcelamiento de Juan, su voz se apaga anunciar la buena nueva a los pobres, la liberación a los
y su actividad termina; Jesús, después de la repulsa que cautivos, la vista a los ciegos y a dar la libertad a los
hacen de él, sigue su camino (4,30) 104. Toda la activi- oprimidos. Lucas, al mostrar así a Jesús como el cum-
dad de Juan está concluida y resumida (3,1-20) 105 antes plimiento «hoy» (4,21) de la misión liberadora anun-
de comenzar Jesús la suya. Hay una división cronoló- ciada por Isaías, está delineando el esbozo germinal pre-
gica entre la actividad de Juan y la de Jesús, al mismo sentado al anunciar a los pastores el nacimiento «hoy»
tiempo que una división geográfica 106 , limitándose del «salvador» (2,11). Esta faceta de Jesús «salvador» es
Juan a la región del Jordán, y Jesús, a Galilea y Judea. La la que va a desarrollar Lucas a lo largo del evangelio
concepción teológica de esta división espacio-temporal juntamente con la de «profeta» (4,24).
entre el Precursor y el Mesías está expresada por Lu-
En esta sección (4,16-9,51), Lucas acumula la mayo-
cas 107: «La Ley y los Profetas llegan hasta Juan; desde
ría de las obras liberadoras de Jesús: milagros de cura-
ahí comienza a anunciarse la buena nueva del reino de
ción de enfermedades (4,38-40; 5,12-16.18-26; 6,6-
Dios» (16,16). Juan aún pertenece a la Ley y los Profe-
11.18-19; 7,1-17.21; 8,40-56), expulsión de demonios
104 108
I. DE LA POTTERIE, Excerpta exegetica ex Evangelio Sancti Lucae m ID., o.c. p.23.
usum alumnorum P. I. B. (Romae 1963-1964) p.48. '»» Cf. supra c.5 p.238s.
105 110
Lucas, en el bautismo de Jesús (3,21-22), suprime la mención Cf. supra c.5 p.240ss.
111
de Juan que hacen los otros sinópticos (Mt 3,13; Me 1,9). Cf. supra p.320s.
2
106 Cf. supra p.319. "
113
A. GEORGE, a.c. p. 105-109.
107
H . CONZELMANN, O.C. p . 2 3 . Cf. supra c.5 p.243.
330 P.II c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Le: Estructura geográfico-te o lógica 331
(4,33-37.41; 6,18; 7,21; 8,2.26-39; 9,38-42), convivencia que se había realizado ya, habla Jesús a los de Emaús
con pecadores (5,29-32) y perdón de pecados (5,20; diciéndoles que era necesario que el Cristo padeciera
7,36-50). (24,26). El caminar a Jerusalén es un caminar hacia la
A la misión recibida de «evangelizar» (4,18) alude pasión 115; la misma expresión de «caminar» es a veces
con frecuencia Lucas en esta sección (4,16-9,50) con un eufemismo para significar la muerte (13,33) " 6 . En
este verbo, típicamente lucano 114 (4,43; 7,22; 8,1). A esta sección, además del anuncio común a los sinópticos
esta misión evangelizadora de Jesús se suman los após- (18,31-34), habla del bautismo con que ha de ser bauti-
toles (9,6). zado (12,40), de su muerte en Jerusalén, como corres-
El mesianismo y profetismo de Jesús, aunque tiene ponde a un profeta (13,33), siendo conveniente que pa-
un arranque inicial, según lo presenta Lucas, en su pa- dezca.
tria, encierra un dinamismo que ha de traspasar las En el contenido de todo esto que se ha de cumplir
fronteras de Israel, como la acción de Elias y Eliseo en Jerusalén, Lucas pone la pasión, pero unida a la re-
(4,26-27). La luz se coloca para que la vean los que ven- surrección e incluyendo además la ascensión. Este ca-
gan a ella (8,16). Este atisbo de universalismo se reali- minar a Jerusalén está puesto como el comienzo de la
zará después por los apóstoles en un paralelismo rigu- ascensión, de este movimiento ascensional de Jesús de la
roso con la escena de Nazaret; ellos, rechazados por los tierra al cielo U 7 . El término empleado para indicar esta
judíos, se volverán a los gentiles (Act 13,40-49; 18,5-6; subida (9,51) está en relación con el usado para aludir a
22,18-21; 28,23-29). Este universalismo arrancará de la ascensión (Act 1,2.11.22). La entrada en la gloria es el
Jerusalén hasta extenderse a todas las gentes (24,48). término de lo expuesto en las Escrituras sobre el Cristo
Pero antes Lucas enfoca todo su evangelio camino de después de haber padecido (24,26-27). El tema de con-
esta ciudad. versación de Jesús con Moisés y Elias en la transfigura-
ción fue sobre esta «salida» que se había de cumplir en
c) Camino hacia Jerusalén (9,51-19,27) Jerusalén (9,31) n 8 .
El caminar a Jerusalén, englobando en su contenido
En esta sección orientada hacia Jerusalén, no es el
muerte, resurrección y ascensión, es algo que Lucas lo
valor meramente geográfico el que Lucas subraya. El
ha presentado reiteradamente como una firme resolu-
sentido teológico que pretende mostrar, de alguna ma-
ción de Jesús (9,51.52.53) 119.
nera está puesto de manifiesto en el versículo que abre
Al subir Jesús a Jerusalén caminan junto con El los
la sección; en él se habla de un caminar a Jerusalén al
«cumplirse» los días de su «ascensión» (9,51).
115
Detrás de este «cumplirse», en el vocabulario de Lu- 116
H. CONZELMANN, o.c. p.63; A. GEORGE, a.c. p.110.
J. H. DAVIES, The Purpose of the Central Section cf St. Luhe's Gos-
cas está incluido lo que se había de realizar en Jerusa- pel, en Studia Evangélica t.2: Texte und Untersuchungen 87 (Berlin
lén; lo que se había de cumplir, por estar escrito: «que el 1964) 166.
"'J. H. DAVIES, a.c. p.165.
Cristo padeciera y resucitara» (24,44-46). Sobre esto que 118
ID., a.c. p. 165. Aunque la palabra gJjoSoc,, por sí misma, puede
se habría de «cumplir» en Jerusalén, habla Jesús con limitarse al sentido de «muerte», en la escena de la transfiguración,
Moisés y Elias en la transfiguración (9,31); sobre esto por prefigurar en la redacción de Lucas la ascensión (Le 9,30.31:
ávSpec, 8Co, év Só^n; cf. Le 24,4; Act 1,10), se extiende a todos los
114
sucesos finales acaecidos en Jerusalén hasta la ascensión; cf. I. DE LA
Cf. supra c.4 p.178. Este verbo «evangelizar» es el que se re- POTTERIE, Excerpta exegetica ex Evangelio Sancti Lucae... p.8.
coge en la sección siguiente (16,16), pero refiriéndose a la actuación 119
J. STARCKY, Obfirmavit faciem suam ut iret Ierusalem: RScRel 39
de Jesús a partir de J u a n el Bautista. (1951-1952) 197-202.
332 P.II c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Le: Estructura geográfico-teológica 333
discípulos (9,56.57; 10,38; 18,31) y a veces la muche- Jesús en el templo (19,47-48; 21,37-38) constituye el
dumbre (14,25). En este camino, Jesús expone abun- marco que Lucas pone a la doctrina de Jesús. Es esta
dantes temas didácticos en frecuentes instrucciones: so- doctrina e instrucción lo que Lucas subraya al presen-
bre las condiciones para seguirle (9,57-62; 14,25-27), tarlo a diario enseñando en el templo (19,47; 21,37), y
sobre la oración (11,1-13; 18,1-14), sobre las riquezas es de esta instrucción diaria de la que se quejan los fari-
(12,13-21; 18,18-30), confianza en Dios (12,22-34)... seos al preguntarle con qué poder hace «estas cosas»
Todas estas instrucciones que Lucas recoge cuidadosa- (20,1-2) 125. Además, esta actuación de Jesús en el tem-
plo puede acentuar la presentación regia con que Lucas
mente en el camino hacia Jerusalén 120 están dadas a los
ha hecho entrar a Jesús en Jerusalén (19,28-44) 126. Lu-
discípulos y a los que le siguen en la perspectiva de su
cas solo entre los sinópticos hace llamar a Jesús en esta
partida 121. Más aún, van señalando la concepción del
escena rey (19,38; cf. J n 12,13) 127. De algún modo se
discípulo, del que ha de seguir a Jesús hacia la pasión y
adelanta al enfoque mismo que va a dar al relato de la
gloria, por el camino de la cruz y renuncia 122.
pasión.
La alusión que se hace de Samaría al comienzo y fi-
nal de esta sección (9,52-56; 17,11) presentaría una lí- Con esta entrada «regia» en Jerusalén y manifesta-
nea de continuidad con el universalismo apuntado en la ción en el templo se da comienzo a la repulsa de la pa-
escena de Nazaret (4,16-30); durante todo este camino sión (22,1-23,56) 128. El asalto de Satanás iniciado contra
hacia Jerusalén se van haciendo alusiones a la venida de Jesús en las tentaciones (4,13) se recrudece en la pasión
los gentiles (13,25-29; 14,16-24) 123. (22,3.31.53). Al atribuir a Satanás esta invectiva de la
pasión, Lucas omite la escena de la unción en Betania
d) En Jerusalén (19,28-24,53) nes de la topografía de la ciudad y templo (Le 4,9; Act 21,20-30;
22,17-18), el enfoque de toda la sección anterior hacia Jerusalén, la
En esta sección culmina la orientación dada al evan- alusión que se hace de Jerusalén en esta misma sección (18,41-44;
gelio de Lucas. Jerusalén es el lugar donde se realizan 21,19-24) obstaculizan la afirmación de Conzelmann. Cf. A. GEORGE,
los sucesos salvíficos de pasión, muerte, resurrección y a.c. p.113. No comparten esta opinión de Conzelmann: J. H. Davies
(a.c. p.186 nota 3); H. F. D. Sparks, en la recensión al libro de Con-
ascensión del Señor, y donde tomará inicio la expansión zelmann (JTS 14 [1963] 456). Cf. supra nota 96.
125
de la Iglesia después de la venida del Espíritu. En la pregunta que hacen los fariseos, en el evangelio de Mar-
La acción de Jesús al comienzo de esta sección cos (Me 11,28), se refieren a la expulsión de los mercaderes del tem-
plo (Me 11,15-19). Lucas ha cambiado el enfoque con la introducción
(19,28-21,38) se coloca fundamentalmente en el templo. de varios elementos redaccionales (Le 19,47; 20,1); cf. J. M. CREED,
Esta alusión continua al templo (19,45.47; 20,1.5.37.38) The Cospel according to St. Luke (London 1930) p.243.
126
H. CONZELMANN, o.c. p.198.
no implica precisamente una contradistinción con la 127
Existen además en el relato que Lucas hace de la entrada
ciudad misma de Jerusalén motivada por un descono- triunfal otros rasgos que acentúan este enfoque de realeza, como son
cimiento de la topografía en Lucas 124. La enseñanza de algunos contactos literarios con el relato de la coronación del rey Sa-
lomón: EjiepíPaaocv (19,35; cf. 1 Re 1,33); xaxáPaai; (19,37; cf. 1 Re
120 1,38), la alegría del pueblo (19,37; cf. 1 Re 1,40); cf. A. GEORGE, La
B. REICKE, Instruction and Discusión in the Travel Narrative, en
royaute' de Jesús selon l'évangile de Luc: SciencEccl 14 (1962) 60s.
Studia Evangélica t . 1 : Texte und Untersuchungen 73 (Berlin 1959) 128
206-216. H. Conzelmann hace notar con perspicacia el paralelismo exis-
121
A. GEORGE, a.c. p . l l l .
tente entre las tres secciones fundamentales del evangelio de Lucas.
122
J. M. CREED, O.C. p.l93s.
En cada una de ellas precede una escena de manifestación de Jesús:
123 bautismo (3,21-22), transfiguración (9,28-36), entrada triunfal en J e -
A. GEORGE, a.c. p . l l l s .
124 rusalén (19,28-40), y sigue respectivamente una actitud de repulsa: en
Así opina Conzelmann, relegando la entrada en la ciudad al
la sinagoga de Nazaret (4,16-30), en una ciudad samaritana (9,51-56),
momento de la última cena, como preludio de la pasión (cf. o.c,
en la pasión. Cf. H. CONZELMANN, O.C. p. 193-202.
p.75.198). El conocimiento que el evangelista muestra en otras ocasio-
334 P.H c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Le: Estructura geográfico-teológica 335
132
(Mt 26,6-13; Me 14,3-9), que los otros sinópticos habían conversión de Pedro ; en el cireneo llevando la cruz
colocado como motivación inmediata de la traición. detrás de Jesús (23,26), escenifica Lucas la invitación
La preparación al combate la subraya Lucas en la hecha por Jesús durante el ministerio a llevar la cruz
oración de Jesús en el monte (22,41.43.45) como una cada día y seguirle; las palabras dirigidas a las mujeres
presentación paradigmática (22,40.46). En el combate, de Jerusalén implican una exhortación al llanto y al
Lucas presenta a Jesús lleno de nobleza y bondad , 2 9 en arrepentimiento de los lectores (23,27-31); con la pro-
diferentes rasgos redaccionales: en la acogida que hace mesa al buen ladrón (23,43) se manifiesta profética-
a Judas (22,48), al sanar al hombre herido (22,51), al mente la misericordia, tan subrayada en las parábolas
mirar a Pedro cuando le niega (22,61), al guardar silen- (15,1-32).
cio ante Herodes (23,9), al preocuparse de la suerte de La resurrección, centrada toda ella conscientemente
las mujeres que lloran por El (23,28-31), al rogar por los en Jerusalén (24,7; cf. Mt 28,7; Me 16,7), completa el
que le crucifican (23,34), al dirigirse al buen ladrón sentido de victoria incoado en la pasión. Están ligadas
(23,43), al encomendar su espíritu al Padre (23,46). A en unidad de un tema preanunciado por Jesús (24,7-8),
esta actitud de Jesús se le concede la victoria. Lucas in- predicho por la Escritura (24,26.44-46). Pasión y resu-
siste con frecuencia en la nota de inocencia de Jesús; así rrección están en línea de continuidad, incluso bajo una
lo confiesan Pilato (23,4.14.22), Herodes (23,11), las faceta de gloria; la que se había iniciado ya en la pasión
mujeres (23,27), el buen ladrón (23,40-41), el centurión (22,69), se consigue más plenamente en la resurrec-
(23,47), el mismo Jesús tiene conciencia de su inocencia ción ' " y se culmina en la ascensión (24,26.50-51; Act
al compararse al leño verde (23,27-31). En la redacción 1,9-11) ,34 .
de Lucas la victoria se da en la misma pasión; en ella se En Jerusalén se anuncia a los apóstoles la venida del
continúa la aclamación que hizo la muchedumbre de Je- Espíritu (24,49) y lo reciben (Act 2,1-13); a partir de
sús rey (19,38): en la respuesta que Jesús da ante el tri- Jerusalén, revestidos de la virtud de arriba, han de pre-
bunal judío 13° se proclama «desde ahora» sentado a la dicar, ser testigos ante los gentiles hasta el fin de la tie-
derecha del poder de Dios (22,69), en la petición del rra (24,47-49; Act 1,8) l35 . Jerusalén se ha constituido
buen ladrón (23,42) y en la promesa que hace Jesús de en meta adonde se ha orientado todo el evangelio, en
encontrarse «hoy» con él en el paraíso (23,43). centro donde se han realizado los planes salvíficos de
En la presentación del relato de la pasión Lucas pasión, resurrección y ascensión, en punto de arranque
mantiene, en general, un tono parenético y personal en- de donde ha de partir el dinamismo de expansión de la
rolando a cada uno en el seguimiento de Cristo 131: así, Iglesia. Jerusalén deja de ser un punto meramente geo-
con la negación de Pedro puesta al comienzo del pro- gráfico para constituirse en centro de una historia de
ceso y el germen de conversión en la mirada de Jesús salvación.
(22,54-62), el lector está invitado a considerar su debili- 132
A. VANHOYE, a.c. p.145; X. LÉON-DUFOUR, Passion: DBS, VI
dad propia y su posibilidad de retorno en la negación y 1477.
33
1 H . CONZELMANN, O.C. p . 2 0 3 .
134
P. A. VAN STEMPVOORT, The Interpretation ofthe Ascensión in Luke
129
and Acts: NTS 5 (1958-1959) 36s.
X. LÉON-DUI-OUR, Passion: DBS VI 1477. 135
J. DuPONT, Le salut des gentils et la signification théblogique du livre
130
A. GEORGE, La royauté de Jesús selon l'évangile de Luc: SciencEccl des Actes: NTS 6 (1959-1960) 139ss.
14 (1962) 62.
131
A. VANHOYE, Structure et the'ologie des re'cits de la Passion dans les
e'vangiles synoptiques: NRT 89 (1967) 139.
336 P.II c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Le: Jesús, salvador 337
150
G. W. LAMPE, The Holy Spirit in the Writings of St. Luke, en Stu-
dies in the Gospels (Oxford 1957) p.165.
344 P.II c. 6. Redacción de la estructura interna Evang. de Jn: Estructura litúrgica 345
b) Contenido teológico del cuarto evangelio. la temática y la estructura de progresiva manifestación
1) La revelación de Dios en Jesús.
2) Respuesta de la fe.
dramática. A continuación se expondrán estas tres últi-
3) La vida en Cristo. mas, por la especial resonancia que han tenido y por la
4) Sentido eclesial y sacramental. fundamentación que presentan.
a) Estructuración del cuarto evangelio Con esta doble observación se establece el siguiente
É n t r e l a variedad de ordenaciones que se hacen del plan:
Prólogo (1,1-18).
cuarto evangelio se pueden enumerar la estructuración 1) Primera semana del ministerio mesiánico: manifestación de
simbólica 151, la numérica 152 y, sobre todo, la litúrgica, Jesús hasta las bodas de Cana (1,19-2,11).
2) Primera Pascua: acontecimientos en torno a esta fiesta (2,12-
151 4,54).
La estructura simbólica: quiere encontrar en los siete días en
que se dividen los sucesos al comienzo del ministerio de Jesús (Jn 3) Día de la fiesta: curación del paralítico (5,1-47).
1,19-29.29-34.35-39.40-42.43-46.47-51; 2,1-11) un paralelismo entre 4) Pascua del pan de vida (6,1-71).
la primera creación del mundo y la obra de salvación mesiánica, con- 5) Fiesta de las Tiendas y curación del ciego de nacimiento (7,1-
siderada como una creación nueva en Cristo; cf. M. E. BOISMARD, DU 10,21).
Baptéme á Cana (París 1956) p.l4s; E. B. ALLO, L'Évangile spirituel de 6) Fiesta de la Dedicación y la resurrección de Lázaro (1Q,22(-
Saint Jean (Paris 1944) p.75; T H . BARROSSE, The Seven Days of the New 11,54).
Creation in the John's Gospel: CBQ 21 (1959) p.507-516. Otros ven una 7) Semana santa y la Pascua de la crucifixión (11,55-19,42).
correspondencia entre los siete signos contados por San J u a n y los 8) La resurrección y la semana de las apariciones (20,1-29).
signos de Moisés en Egipto narrados en el Éxodo: cf. R. H. SMITH,
Exodus Typology in the Fourth Gospel: JBL 81 (1962) 329-342. Semejantes
paralelismos, aunque legítimos, no dejan de tener mucho de conje- relatos pueden ayudar a la comprensión de la intención pretendida
tura; cf. A. FEUILLET, Le quatrieme Évangile: IB t.2 p.629. por el evangelista; cf. F. QUIÉVREUX, La Structure symbolique de l'Évan-
152
Construye el simbolismo partiendo de la significación religiosa gile de Saint Jean: RHPhilRel 33 (1953) p. 123-165.
de los números. Según esta estructura, las veces que se repiten deter- 153 D . MOLLAT, L'Évangile selon Saint Jean, en La Sainte Bible (Paris
minados vocablos en el conjunto global del Evangelio y en los diversos 1961) p.1395.
346 PII c 6 Redacción de ¡a estructura interna Evang de Jn Estructura temática 347
9) Apéndice anuncio de la vida de la Iglesia y la espera d e la 1,19-51 Testimonio de Juan sobre Jesús (1,19-34) y de los
vuelta de Jesús (21,1-25) discípulos (1,35-50) con proyección al futuro
«veréis el cielo abierto» (1,51)
La división propuesta quiere indicar que el autor del B) LIBRO DE LOS SIGNOS 2,1-12,1-50
evangelio ha pretendido mostrar que Jesús pone fin a I Primer episodio Tema, un nuevo orden sustituye al antiguo
las instituciones judías dándoles cumplimiento La es- (2,1-4,42)
tructura litúrgica, centrada alrededor d e seis fiestas, 2,1-12 El vino (nueva alianza) sustituye al agua (anti-
gua alianza) el comienzo d e los signos y mani-
presenta la garantía de estar apoyada en el texto mismo. festación de su gloria ( v i l )
Tiene, sin embargo, su aspecto débil, pues un evangelio 2,13-22 Un nuevo templo (su cuerpo resucitado [v21])
tan doctrinal difícilmente se puede encerrar en el marco sustituye al antiguo el signo que da a los judíos
(v 18 19)
cultural judio y atribuirle como idea primordial la fina- 3,1-36 Primer discurso, en dialogo, explicativo del sen-
lización de la liturgia de la alianza antigua 1S4 tido de los signos Ante un «maestro de Israel»,
representante del orden antiguo, se habla d e la
necesidad de un nuevo nacimiento (v 3), por el
agua y el espíritu (v 5)
2) ESTRUCTURA TEMÁTICA 4,1 42 Segundo discurso, en dialogo, explicativo tam-
bién del sentido de los signos Ante una saman-
tana, representante del mundo gentil, se habla
Tiende a encontrar el desarrollo de diversos temas a de dos aspectos nuevos
través de los episodios y discursos que se entrelazan en — el agua viva que sustituye a la del pozo de
el evangelio. C H. Dodd l 5 5 divide el cuarto evangelio, Jacob (v 13),
— un culto en espíritu y verdad que sustituye
además del proemio (1,1-51), que contiene en sustancia al culto de Dios en el templo (v 23)
lo que el evangelista va a relatar, y apéndice (21,1-25), Se termina con el titulo «salvador del mundo»
en dos libros fundamentales- libro de los signos (2,1- (v 42), cerrando la enseñanza de toda la sección
12,50) y libro de la pasión (13,1-20,31) Los dos libros II Segundo episodio Tema, palabra d e vida (4,46-5,47)
presentan una estructuración similar: mezcla combi- 4,46-54 Jesús da vida (v 50 51 53) con su palabra al hijo
nada de elemento narrativo y discursivo; en el libro de del regulo El relato, unido redaccionalmente al
de las bodas (v 46 54), muestra u n progreso en
los signos suele preceder la parte narrativa y sigue la el poder de Jesús antes cambio de vida (agua
discursiva en forma de diálogo como explicación del en vino), ahora rescate d e la vida, de una ame-
naza de muerte (Culminara en la resurrección
sentido contenido en los hechos, aunque a veces se en- de Lázaro )
trecruzan (11,1-53); por el contrario, en el libro de la 5,1 18 Curación del paralitico, no por el agua de la pis-
pasión precede la parte discursiva (c.13-17) y sigue el cina (símbolo d e un orden inoperante, cf 2,6,
4,13), sino por la palabra de Jesús
elemento narrativo El libro de los signos consta de siete 5,19-47 Parte discursiva explica el sentido de los dos
episodios, en los que la fusión de elementos narrativo y «signos» anteriores en su idea central «el que
escucha mi palabra tiene vida eterna , ha pa-
discursivo desarrolla un tema fundamental. Este sería el sado de la muerte a la vida» (v 24)
esquema del largo estudio presentado por C. H. Dodd:
III Tercer episodio Tema, pan de vida (6,1-71)
A) PROEMIO 1,1-51 6,1-15 Un nuevo signo multiplicación d e los panes La
1,1-18 Prologo «el Verbo se hizo carne, habito entre no- multitud en su concepción mesianica quiere ha-
sotros y vimos su gloria» cer rey a Jesús Esto produce una separación y
retirada de Jesús al monte
154
A FEUILLET, Le quatneme Evangile IB t 2 p 623 6,22-65 Parte discursiva establece una concepción me-
155 sianica exacta, junto a la concepción de la mu-
C H DODD, The Interpretaron of the Fourth Gospel (Cambridge
chedumbre, que a su vez ilumina el milagro an
1953) p 289-443
348 P II c 6 Redacción de la estructura interna Evang de Jn Estructura temática 349
tenor el da algo mejor que el mana, el pan de — necesidad de la muerte de Cristo para el
vida, el es el pan de vida (v35 41 48 51) efecto de su obra (v 24)
IV Cuarto episodio Tema, luz y vida, manifestación y repulsa — La gloria de Dios se manifiesta en la
(7,1-8,59) muerte y resurrección (v 27-30)
— En su muerte y resurrección se verificara
N.B —En todo el episodio hay una exhortación inicial a el juicio del mundo y expulsión del ene-
una manifestación (7,3 4), en una serie de diálogos migo Entonces atraerá a si todas las cosas
se da esta manifestación, entre otras facetas, como (\ 31-32)
fuente de agua (7,37-38) y luz del mundo (8,12) En
todo el episodio se pone de relieve la repulsa que Epilogo al libro de los signos (12,37-50)
hacen de Jesús, incluso llegando a correr peligro su 12,37-43 Comentario del evangelista a todo lo que ha na-
vida (7,1 13 19 25 30 32 44, 8,37 40 59) rrado
7,1-10 Introducción petición de una manifestación 12,44-50 Resumen de los puntos mas salientes de la pre-
(v 3-4) dicación de Jesús
7,11-13 Fiesta de las Tiendas en ausencia de Jesús
7,14-24 Jesús en la fiesta Primer dialogo tema, Moisés C) LIBRO DE LA PASIÓN 13,1-20,31
y Cristo I Discurso de despedida (c 13-17)
7,25-36 Segundo dialogo manifestación mesianica de N B —Recapitulación de enseñanzas privadas a los discípu-
Jesús los, que en los sinópticos están esparcidas a lo largo de la
7,37-44 Tercer dialogo en el gran día de la fiesta ma vida publica
mfestacion de Jesús como fuente de agua (v 38) — Se vuelven a tratar temas ya tocados antes
7,45-52 Cuarto dialogo continua el mismo tema 13,1-30 Escena de apertura, parte narrativa en tono
8,12-20 Quinto dialogo manifestación como luz del dramático
mundo (v 12) 13,31-14,31 Dialogo sobre la parüda y vuelta de Cristo
8,21-30 Sexto dialogo desafio de Jesús a los discípulos 15,1-16,33 Discurso sobre Cristo y su Iglesia
8,31-59 Ultimo dialogo tema, Abrahan y Cristo 17,1-26 Oración de Cristo
V Quinto episodio Tema, juicio por la luz (9,1-10,39)
II Narración de la Pasión (c 18-19)
9,1-12 Parte narrativa curación del ciego de naci-
miento, Cristo, luz, trae la luz ( v 5 , cf 8,12) III Resurrección (20,1-31)
9,13-41 Discusión con los fariseos en forma de juicio, se
D) APÉNDICE 21,1-25
termina con sentencia condenatoria contra ellos
(v41)
10,1-21 Buen Pastor para que tengan vida (v 10), da su La división general del evangelio en dos partes fun-
vida por las ovejas (v 11) (N B —Como en el damentales: libro de los signos y libro de la pasión, está
tema anterior, luz y vida se unen )
10,22-39 Como apéndice, declaración solemne de Jesús garantizada por datos precisos (12,37-50; 20,30-31). El
unidad con el Padre (v 30 36 38) (N B —Unido mismo evangelista parece aludir, como en visión sinté-
a lo anterior [v 10] y a lo que sigue «yo les doy tica, a todos los signos que ha relatado en su primer
vida eterna» v 28) )
libro (12,37). Igualmente tienen la impronta de conclu-
VI Sexto episodio Tema, victoria de la vida sobre la muerte sión final las palabras con que clausura su libro (20,30-
(11,1-53) Parte narrativa, incluyendo parte discursiva Je-
sús, resurrección y vida (v 25), resucita a Lázaro 31).
VII Séptimo episodio Tema, la vida por la muerte Significación
La estructuración por temas es más susceptible de
de la cruz (12,1-36) interpretación personal. El mismo Dodd es cons-
12,1-11 Unción en Betania, alusión a la sepultura de Je- ciente 156 de que, aunque hay un argumento que se de-
sús (v7)
12,12-19 Entrada en Jerusalen y aclamación como rey, sarrolla a través de todo el evangelio, no es un proceso
vencedor de la muerte, por la muchedumbre lógico fácilmente enmarcable en un esquema, sino más
que había presenciado la resurrección de Lázaro bien con un movimiento de carácter envolvente por el
(vl7)
12,20-36 Palabras a los griegos ha llegado la hora (v 23) 156
ID , o c , p 3 8 3
350 P.ll c.6. Redacción de la estructura interna Evang. de Jn: Progresiva manifestación dramática 351
que un tema ya iniciado se va repitiendo y entremez- daicas son el marco más indicado para exponer la res-
clando con los que se suceden. puesta de aceptación o repulsa, fe o incredulidad, a esa
progresiva revelación de Jesús 158. Esta estructura de
3) ESTRUCTURACIÓN DE PROGRESIVA progresiva revelación dramática 159 se puede esquemati-
MANIFESTACIÓN DRAMÁTICA zar 160 así:
Cada una de las dos estructuras propuestas tienen su PRÓLOGO (1,1-18): Se recogen germinalmente los temas que se van a
tratar en el evangelio: luz, verdad, vida, gloria...; división entre luz
fundamentación; las fiestas litúrgicas presentan su re- y tinieblas, los que lo reciben y lo rechazan.
lieve en el cuarto evangelio; los temas se van sucediendo I. VIDA PÚBLICA (1,19-12,50): Creciente manifestación de Jesús y
y entremezclando a través del argumento que se desa- las reacciones que suscita.
rrolla a lo largo de toda la obra. La ordenación más A) Introducción al ministerio (1,19-2,12): Unidad de tiempo,
satisfactoria sería aquella que establezca la idea unitaria una semana; unidad de tema: testimonio del Bautista, de
los primeros discípulos y fe de éstos en el milagro de
a los diversos temas y que esté encuadrada en el marco Cana.
litúrgico de las fiestas. Esta idea primordial de alguna B) Siete secciones en torno a las fiestas judías (2,13-12,36).
manera se apunta en las conclusiones a cada una de las 1. Primera sección (2,13-4,54): Primera Pascua (2,13).
partes centrales del evangelio: los signos se realizaron a) Manifestación de Jesús:
— En la purificación del templo (2,13-25): alude a
en orden a una manifestación, revelación de Jesús que la sustitución del antiguo templo por el nuevo
provocase una aceptación, una fe en El (12,37); para de su cuerpo resucitado como señal de su po-
suscitar esta fe hablaba Jesús (11,42), y el evangelista der (v.18-19).
— En la conversación con Nicodemo (3,1-21): ex-
escribió todo esto para que, al exponerlo y revelarlo de p o n e el m i s t e r i o del n u e v o n a c i m i e n t o
nuevo, suscite también en los lectores una aceptación de (v.3.5.6.8); la exaltación del Hijo del hombre
fe (20,31). Todo el cuarto evangelio es una progresiva para que tenga vida el que crea en El (v.14-15).
— Nuevo testimonio del Bautista sobre Jesús
revelación, manifestación de Jesús. El evangelista va ex- (3,22-36): Jesús esposo (v.29).
poniendo sucesivamente la reacción que va suscitando — En el diálogo con la samaritana (4,1-42): se re-
vela como dador de agua viva (v. 10.14), pro-
esta manifestación; ya en el prólogo indica que, vi- feta (v. 19), mesías (v.26), salvador del mundo
niendo a los suyos, «los suyos no le recibieron» (1,11); (v.42).
en la conclusión del libro de los signos repite que «no le — En la curación del hijo del régulo (4,43-54):
creyeron» (12,37). Otros, en cambio, lo aceptaron 158
(1,12), y esto es lo que se propone el evangelista res- I. DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanni, en Introduzione al
Nuovo Testamento (Morcelliana-Brescia 2 1971) p.894.
pecto-a sus lectores al escribir su evangelio (20,31). La 159
El enfoque de esta estructuración está mantenido por M. J.
diversidad de actitudes que provoca la progresiva reve- Lagrange (Évangile selon Saint Jean [Paris 21925] p.LXXIVs): «De la
parte de Jésus il n'y a aucun progrés dans la connaissance de soi, cela
lación de Jesús constituye el dramatismo del cuarto va sans diré, mais il y a un certain progrés dans la révélation. Les for-
evangelio. La idea clave es estática en su constante uni- mules, vers la fin, et surtout avec ses disciples, sont plus claires et
dad, pero dinámica 157 en su creciente reveladora diver- jettent plus de lumiére sur sa nature divine. Avec la lumiére croissent
les bonnes dispositions de ceux qui la rec,oivent. En sens contraire, la
sidad y dramática hostilidad. Esta revelación se produce résistence, aprés qu'elle s'est prononcée, se fait plus acharnée. O n p e u t
particularmente en Judea, en Jerusalén, en el templo; distinguer plusiers périodes». A. FEUILLET, Le quatriéme Évangile: IB
son los «suyos» los que no le recibieron. Las fiestas ju- t.2 p.625; I. DE LA POTTERIE, L'Evangelo di San Giovanni, en Introdu-
zione al Nuovo Testamento (Morcelliana-Brescia 1971) p.893; H. VAN
DEN BUSSCHE, Jean (Bruges 1967) p.53-62.
157 160
H. CLAVIER, La Structure de quatriéme Évangile: RHPhilRel 35 El esquema propuesto sigue, en líneas generales, la estructura-
(1955) 177. ción de I. de la Potterie (o.c. p.894-898).
352 P II c 6 Redacción de la estructura interna Evang de Jn Progresiva manifestación dramática 353
muestra su poder de curar con sola su palabra — Puerta de las ovejas (10,7 9), buen pastor
(v50 53) (10,11 14)
b) Reacciones ante esta revelación de fe (2,22 23, b) Reacciones
3,18 36, 4,29 39 4 1 4 2 50 53), de incredulidad — De aceptación muchos de la muchedumbre
(2,24-25, 3,11-12 18 19 33 36) (7,12 31 40 41), Nicodemo (7,50-52), algunos
—N B Un sentido de aceptación en los saman judíos (8,30 3 1 , 10,21), el ciego (9,38)
taños (4,39 40) y galileos (4 45 50 53) — De hostilidad creen que tiene demonio (7,20,
— En los judíos, en cambio, actitud de doblez 8,48 52, 10,20), no es profeta (7,52), ni viene
(2,24 25), de reserva (3,7), de repulsa (3,11) de Dios (9,16), es pecador (9,24), quieren
prenderlo (7,32 44) y apedrearlo (8,59)
2 Segunda sección (5,1-47) En día de fiesta de los judíos
(vi) 5 Quinta sección (10,22-42) en lafiesta de la Dedicación,
a) Manifestación de Jesús en Jerusalen
— En la curación del paralitico (5,1-15) muestra a) Manifestación de Jesús
su poder de sanar con sola su palabra (v 8), ex- — Uno con el Padre (v 30)
horta a precaución para el futuro (v 14) — Hijo de Dios (v 36)
— En el discurso a los judíos (5,16-47) su unidad — El Padre en El y El en el Padre (v 38)
de acción con el Padre (v 17 19), igual a Dios b) Reacciones
(vl8) — Muchos creen (v 42)
b) Reacciones — Hostilidad pretenden apedrearlo (v31), lo
— El paralitico anuncia que Jesús le sana (v 15) consideran blasfemo (v 36), ha de escapar de
— Los judíos persiguen a Jesús (v 16), y le buscan sus manos porque quieren prenderle (v 39)
para matarle (v 18) 6 Sexta sección (11,1-56) se alude, ya al final, a la pró-
3 Tercera secaon (6,1-71) en Galilea y en la proximidad xima fiesta de la Pascua (v 55)
de la fiesta de la Pascua (v 1 4) a) Manifestación de Jesús en la resurrección de Lá-
a) Manifestación de Jesús zaro, se muestra como «la resurrección y la vida»
— Multiplicación de los panes (v 1-13) su sentido (v25)
se explica en el discurso siguiente (cf v 22-66) b) Reacciones
— Anda sobre las aguas (v 14-21) «yo soy» (v 20) — Unos creen (v 45)
— Discurso eucaristico (v 22-59) Jesús, pan de — Los judíos deciden matarlo (v 50 53)
vida (v35 41 48 51) 7 Séptima secaon (12,1-36) días antes de laPascua ultima
b) Reacciones (vi)
— Unos «dura es esta doctrina» (v 60), no creen a) Manifestación de Jesús
(v64), se retiran (v 66) — Unción en Betania (v 1-11) como preparación
— Otros Pedro, «Señor, ¿a quien iremos', tu tie- a su sepultura (v 7)
nes palabras de vida eterna» (v 68), «nosotros — Entrada en Jerusalen (v 12-19) aclamación
hemos creído» (v 69) mesianica como rey de Israel (v 13)
4 Cuarta sección, central (7,1-10,21) durante \afiesta de — Manifestación d e Jesús al p u e b l o gentil
las Tiendas, en el templo (v20 21), glorificación de Jesús (v 28 32)
a) La gran revelación de Jesús precedida de una in- b) Reacciones
vitación a manifestarse al mundo (7,3-4) — Muchos creen en El (v 11), el pueblo lo aclama
— La doctrina de Jesús es del que le envío (7,16) rey (v 13), los gentiles quieren verlo (v 20 21)
— Conoce al Padre porque viene de El (7,29) — Los fariseos se alarman porque todos se van
(Habla con gran voz, v 28 ) detras de El (v 19)
— El que tenga sed que venga a mi (7,37) Reve- C) Epilogo de la vida publica (12,37-50)
lación expresada con gran voz «grito»
a) Las diversas reacciones que se han ido expo-
— Cuando levantéis al Hijo del hombre, conoce- niendo (12,37-43)
réis que yo soy (8,28)
— De incredulidad (v 37-41)
— Existe antes que Abrahan (8,58)
— De fe (v 42), aunque a veces velada por miedo
— Luz del mundo (9,5) curación del ciego de na-
(v43)
cimiento (9,1-34)
— Hijo de Dios (9,35-37) b) Lo esencial de la manifestación de Jesús (v 44-50)
con el trabajo personal de cada autor, la existencia de mientras que el cuarto parece ser de otro tipo. Esos tres
un material previo que el evangelista ha recibido y que primeros evangelios se pueden colocar en tres columnas
ha elaborado. Cada evangelio, con su enfoque y estruc- paralelas, pudiéndose así abarcar de un simple golpe de
tura propia, nos deja en contacto con el Jesús que nos vista sus semejanzas y desemejanzas. Esta colocación en
muestra a través de la perspectiva del autor y a través tres columnas paralelas se llama «sinopsis» 2 y a los tres
del material que ha elaborado hasta llegar a cristalizar evangelios, susceptibles de tal colocación, se les llama
en la redacción actual. Al que pretende llegar de los «sinópticos». La comparación de los sinópticos hace ver
evangelios a Jesús le interesa, pues, no sólo la impronta que entre ellos hay sorprendentes afinidades y semejan-
personal que cada evangelista ha dado a su redacción, zas, y al mismo tiempo grandes discrepancias. Esta «con-
sino ser consciente del material que se ha barajado hasta cordia discors» constituye el problema sinóptico. La
que ha cuajado en la formulación última (c.7), ver si el «concordia» entre ellos aparece de un modo particular
ambiente en que ese material se ha transmitido presenta en la parte narrativa 3, en cuanto al orden 4 y en cuanto
las garantías de una conservación incontaminada de lo a la misma expresión verbal 5. La disconformidad («dis-
que se ha transmitido (c.8). En este capítulo se trata, cors») entre los tres sinópticos se encuentra también en
pues, únicamente de constatar la existencia de un mate- cuanto a la materia 6, en cuanto al orden 7 y en diversi-
rial previo, de la existencia de una tradiciones de las que 2
han dispuesto los evangelistas para redactar su obra. La primera colocación de los tres primeros evangelios con esta
denominación de sinopsis data de 1774, y se debe a J. J. Griesbach
Para ello se partirá del clásico «problema sinóptico». (Synopsis Evangeliorum Matthaei, Marci et Lucae). Existen ahora abun-
dantes sinopsis de los Evangelios; entre ellas se pueden enumerar: en
griego: A. H U C K - H . LIETZMANN, Synopse der drei ersten Evangelien (Tü-
2. El problema sinóptico bingen 1935, 10 1950); K. ALAND, Synopsis Quattuor Evangeliorum
(Stuttgart 1964). En español: J. LEAL, Sinopsis de los cuatro Evangelios
La existencia de tradiciones previas a la formación (Madrid 1954, 3 1975); J. ALONSO DÍAZ-A. SÁNCHEZ FERRERO, Evangelio
y Evangelistas (Madrid 1966). Una presentación especialmente suges-
de los evangelios sinópticos es algo que queda abierta- tiva e ingeniosa por el uso de colores: X. LÉON-DUFOUR, Concordance
mente patente en el «problema sinóptico». La cuestión des Évangiles synoptiques (Paris 1956).
3
sinóptica ha preocupado durante muchos años a los Cf. supra c.4 p.l84ss.
4
Cf. supra c.4 p.!91ss.
exegetas, sin que exista aún una solución satisfactoria y 5
Basta abrir cualquier sinopsis; cf., por ejemplo, Mt 8,1-4; Me
con la perspectiva de que apenas es posible se halle ja- 1,40-44; Le 5,12-14;/Mt 9,2-7; Me 2,5-12; Le 5,20-24;/Mt 9,14-17; Me
más '. El problema aún existe, los intentos de resolverlo 2,18-22; Le 3,33-39;/Mt 21,23-27; Me 11,27-33; Le 20,1-8.
6
Muchas partes no se encuentran en los tres sinópticos, sino sólo
son muy variados. De la gama tan diversa de soluciones en dos (cf. supra p. 187ss), o en uno solo de los evangelistas; así, una
al problema sinóptico, una conclusión queda absoluta- tercera parte del evangelio de Mateo se encuentra sólo en él, por
ejemplo: elementos de la infancia (1,18-25; 2,1-12.13-23), en el ser-
mente cierta: la existencia de tradiciones presinópticas. món del monte (5,17-24.27-30.33-37; 6,1-8.16-18), algunas parábolas,
como la de la cizaña (13,24-30.36-43), del tesoro y la perla (13,44-46),
de la red (13,47-50). Un poco menos de la mitad del evangelio de
a) Existencia del problema Lucas es exclusivo de él: escenas de la infancia, como los anuncios del
nacimiento del Bautista (1,5-25) y de Jesús (1,26-38), visitación (1,39-
Una simple comparación entre los evangelios mues- 56); en el camino a Jerusalén, parábolas como la del amigo inopor-
tra que los tres primeros son muy parecidos entre sí, tuno (11,5-8), la dracma perdida (15,8-10), hijo pródigo (15,11-32), el
administrador infiel (16,1-13), el rico y el pobre Lázaro (16,19-31), el
1
A. WIKENHAUSER, Introducción al Nuevo Testamento (Barcelona juez inicuo (18,1-8), el fariseo y el publicano (18,9-14), estancia en
1960) p.183. En edición ulterior (Barcelona 3 1978, p.439) se matiza casa de Marta y María (10,38-42), curación de los diez leprosos
un poco la expresión: «quedan todavía algunas cuestiones marginales (17,11-19)... En cambio, en el evangelio de Marcos, sólo u n a décima
a las que no se puede dar una respuesta segura». parte d e su evangelio se encuentra solamente en él, por ejemplo, cu-
366 P.II c.7. Constatación de tradiciones Hasta la teoriA.de las dos fuentes 367
dad de palabras dentro del mismo tema, aun en el dependencia, por ella se explican las semejanzas; las di-
marco de formulaciones muy parecidas 8. A esta «con- ferencias provendrían de la diversa personalidad de
cordia discors» hay que buscarle una solución que ex- cada uno. Se mantiene esta solución de mutua depen-
plique la existencia simultánea de semejanzas y deseme- dencia durante siglos, aunque a veces, ya en el si-
janzas. glo XVIII, se cambie el orden de composición poniendo
Mateo-Lucas-Marcos " o Lucas-Mateo-Marcos 1 2 u otras
b) Principales intentos de solución combinaciones posibles.
La multiplicidad de intentos de solución hace invia-
b) Hipótesis de un Evangelio primitivo fundamental
ble incluso la sola enumeración de ellos. Se presentará
sólo una breve síntesis de las soluciones haciéndolas gi- Los sinópticos son independientes entre sí. Todos
rar en torno a la solución que ha podido tener más re- dependen de un extenso Evangelio primitivo en ara-
sonancia: «la teoría de las dos fuentes». meo, dirigido a los hebreos (Urevangelium) l3 .
Ya San Agustín toca el problema apuntando una so- Es una aplicación de la teoría de Wolf (1795) sobre
lución que prácticamente perdura hasta el siglo XVIII. El la cuestión homérica. Los sinópticos toman la materia
orden de composición de los evangelios es: «primero de diversas narraciones anteriores, escritas y breves
Mateo, después Marcos, en tercer lugar Lucas y, por úl- (Fragmentenhypothese) l4 .
timo, Juan» 9, y «aunque cada uno sigue su orden, no
desconoce al anterior» 10. Es una explicación de mutua d) Hipótesis de tradición oral
IXI
Mt Lc
Los dos principios fundamentales de esta teoría pre-
bién al mismo tiempo la teoría de las dos fuentes, de-
jando a salvo los dos puntos observados por la Comisión
Bíblica: contenido de la fuente Q y su prioridad abso-
luta temporal. Así esquematiza esta teoría uno de los
muchos autores católicos que la sostienen 2S.
especial, aramaica también en su origen, para la doble La existencia de este evangelio aramaico está respal-
tradición existente en Mateo y Lucas constituye la base dada por los testimonios de la tradición: Papías, Ireneo,
principal de «una hipótesis de trabajo» que se ha pro- Clemente de Alejandría. El análisis interno de los sinóp-
puesto para solucionar el problema sinóptico " . La ticos deja entrever la existencia de este evangelio y su
hipótesis de trabajo presenta además u n conjunto misma estructuración. En los textos de triple tradición
complexivo de siete etapas 34. se descubre un bloque común con una ordenación pa-
recida, aunque a veces se complique con curiosas dife-
1.a Catcquesis y tradición oral.—El Evangelio, antes
rencias. Este bloque aparece nítido en el evangelio ac-
de ser escrito, fue predicado; así, por ejemplo, en la
tual de Mateo, dividido en cinco libros, constando cada
predicación de Pedro, después de Pentecostés, se en-
uno de parte narrativa y doctrinal: Mt 3-4 y 5-7 (l. e r li-
cuentran las cuatro grandes líneas generales de la vida
bro); 8-9 y 10 (2.° libro) 11-12 y 13,1-52 (3. e r libro);
pública de Jesús que después se encontrarán en la base 13,53-17,27 y 18 (4.° libro); 19-23 y 24-25 (5.° libro).
de los sinópticos: preparación y bautismo en Judea, mi- Rasgos de esta misma ordenación en cinco libros se
nisterio en Galilea, viaje de Galilea a Jerusalén, estancia pueden encontrar aún en Marcos y Lucas, aunque con
en la Ciudad Santa: pasión, muerte, resurrección, apari- dos excepciones: la omisión del sermón del monte en
ciones (cf. Act 1,21-22; 2,22-24; 10,37-41) 35. Marcos 37 y la adición en Lucas, entre el 4.° y 5.° libro,
2. a Primeros ensayos de redacciones parciales.—En los de un libro fuera de serie que no tiene su correspon-
evangelios quedan rasgos de estas composiciones parcia- dencia en Mateo ni en Marcos. Incluso la ordenación de
les en la ausencia repetida de toda unión real entre las las perícopas dentro de cada libro tiene bastante de pa-
perícopas sinópticas, con sola alusión a expresiones ge- recido, salvo algunas singularidades más o menos gra-
nerales: «entonces» TOTE, «en seguida» xaí eWbq, «suce- ves en Mateo y Lucas con respecto a Marcos; sus omi-
dió» xaí eyévETo; en la agrupación artificial de episodios, siones, adiciones o transposiciones se pueden justificar.
por ejemplo, cinco conflictos de Cristo con los fariseos «Para explicar todas las divergencias entre los sinópticos
en Galilea (Me 2,1-12.13-17.18-22.23-28; 3,1-6); en la en la ordenación de las materias es necesario remon-
presencia de elementos extraños en algunos discursos tarse más allá de Marcos, a un evangelio (M) en el que
traídos con ciertas palabras de enlace; así Mt 5,23-24, en las perícopas estaban distribuidas de una manera siste-
la perícopa Mt 5,21-26, tiene una unión lejana con el mática en cinco libros, comprendiendo cada uno parte
conjunto, no tiene el mismo ritmo que el logion prece- de relato y parte de discurso» 38.
dente y está unido con la palabra de enlace «hermano» 36. Este evangelio primitivo se caracterizaría por su índole
3. a Evangelio aramaico de Mateo (M) y su traducción esquemática, en la que se retiene con frecuencia como un
griega (Mg).—De este evangelio aramaico dependen, a clisé idéntico para las diversas narraciones (versículo de
través de la traducción griega, los tres sinópticos. transición de un relato a otro, presentación de los per-
33
sonajes que exponen su dificultad a Jesús, reacción del
L. VAGANAY, La question synoptique: ETL 28 (1952) 238-256;
ID., Le probléme synoptique. Une hypothe'se de travail (Paris 1954). Señor, resultado para terminar con los sentimientos de
34
Por lo complejo del conjunto, el autor, al establecer el principio los espectadores) y para los diversos discursos (en los
base de la existencia del evangelio aramaico como punto de partida de que palabras «claves» van uniendo las distintas partes).
la triple tradición, positivamente quiere excluir la identidad de su so-
lución con aquella otra solución que pretende poner un documento 37
único para explicar el problema; cf. L. VAGANAY, o.c. p.98s. ID., L'absence du sermón sur la montagne chez Marc. Essai de critique
35
ID., o.c. p.34-41. littéraire: RB 57 (1951) 5-56.
36 38
ID., O.C. p.42-50. ID., O.C. p.61.
376 P.II c.7. Constatación de tradiciones
Superación de la teoría de las dos fuentes 377
Junto con esta índole esquemática se observa, en este
parte (semejante, aunque con diferencias, a la de los
evangelio primitivo, arcaísmo en la concepción, con ex-
otros sinópticos) y en los arcaísmos y esquematismos
posición frecuente de ciertos elementos que más bien
propios de Marcos 42.
deberían tender, por lo natural, a desaparecer: ininteli-
6. a Dependencia del Mateo canónico (Mt) de M ara-
gencia de los discípulos, injurias hechas a Cristo, con-
maico a través de Mg.—El evangelio canónico de Mateo
tradicciones aparentes. El sustrato semítico de los sinópti-
(Mt) depende de un modo especial del Mateo aramaico
cos prueba su dependencia del evangelio aramaico de
(M) en su versión griega (Mg); por esto se le llama
Mateo.
evangelio según San Mateo. Depende además del evan-
Los sinópticos tuvieron que tomar del Mateo ara-
gelio de Marcos (en esto concuerda con la teoría de las
maico a través de una versión griega, como lo atesti-
dos fuentes) y de la fuente especial para los elementos
guan las citas del Antiguo Testamento tomadas con re-
de doble tradición (comunes con el evangelio de Lucas)
ferencia a la versión de los LXX 39.
en su versión griega (Sg). Además, para Mateo se ponen
4. a Fuente especial para la doble tradición (S) traducida otras fuentes especiales propias, a saber, para aquellas
en griego (Sg).—De aquí tomarían los evangelios actuales partes de la infancia y resurrección 43.
de Mateo y Lucas la materia que tienen de común sólo 7. a Dependencia del evangelio de Lucas.—Depende del
ellos dos. La prueba se encuentra en el libro fuera de Mateo aramaico (M) a través de su versión griega (Mg).
serie de Lucas (9,51-18,14), en el que Lucas recoge el La ordenación general de Lucas en cinco partes (3,1-
material evangélico que le ha venido por caminos distin- 6,49; 7,1-8,18; 8,19-9,6; 9,7-50; 18,15-21,38) es conse-
tos: de Mg y de Me, con el que se estructura el viaje a cuencia de esta dependencia, así como la disposición de
Jerusalén. El material de este viaje se encuentra dis- las perícopas dentro de cada parte, aunque posea tam-
perso en el evangelio de Mateo. La existencia de esta bién sus adiciones, omisiones y transposiciones persona-
fuente ayudaría a explicar muchos de los «dobles», es les debidas a motivos de alguna manera justificados. El
decir, de los elementos que se encuentran varias veces libro fuera de serie, viaje a Jerusalén (9,51-18,14), com-
eji un mismo evangelio 40. prendido entre la cuarta y quinta parte, depende de la
fuente común con Mateo (Sg). Como Mateo, Lucas
5. a Dependencia de Marcos de M aramaico a través del también depende de Marcos y posee, además, fuentes
Mg.—El evangelio de Marcos tiene, junto con la depen- propias para relatos exclusivos de él, por ejemplo, en la
dencia oral de la catequesis de Pedro en Roma (refle- infancia, en la pasión y resurrección 44.
jada en los abundantes datos que testimonian un testigo
ocular), un influjo del Mateo aramaico (M) en su ver- Las siete etapas propuestas por L. Vaganay se po-
sión griega (Mg), reflejado en la ordenación general del drían esquematizar de la manera indicada en el cuadro de
conjunto (tres discursos: parábolas 4,1-34; comunitario la página siguiente.
9,33-50; escatológico 13,1-37; el de misión con solas La «novedad revolucionaria» de esta hipótesis de
unas señales antes de enviar a los doce 6,7-13 y los ras- Vaganay la sintetiza L. Cerfaux en tomar en serio la
gos de la omisión voluntaria 4I del sermón del monte en existencia de un evangelio primitivo aramaico que deja
3,19-20), en la disposición de los relatos dentro de cada su influjo no sólo en el evangelio de Mateo y Lucas, sino
también en el evangelio de Marcos 4 \ A esta teoría y su
42
39
ID., O.C. p.51-100. ID., O.C. p. 152-195.
43
40
ID., O.C. p.101-151. ID., O.C. p.196-244.
44
41
Cf. supra nota 37. ID., O.C. p.245-313.
45
L. Cerfaux, en el prólogo a la obra citada de L. Vaganay, p.V.
378 PII c.7. Constatación de tradiciones Superación de la teoría de las dos fuentes 379
Catequesis o r a l Pedro muy hipotético para Vaganay el querer justificar las
1)
- / omisiones que Marcos hace de muchas partes que se en-
Primeros escritos
2) contraban en el evangelio primitivo aramaico y que han
evangélicos
pasado al evangelio de Mateo y Lucas, y no al de Mar-
cos 48. Igualmente es hipotético y arriesgado el querer
Jerusalén establecer la estructura del evangelio aramaico a partir
del evangelio actual de Mateo 49 y querer encontrar pa-
recida ordenación en el evangelio de Marcos y Lucas 50.
No hay razón que exija la innovación de una fuente es-
pecial (S-Sg) para explicar la doble tradición. Los ele-
mentos comunes a Mateo y Lucas han podido surgir de
elementos tomados de la fuente común (Mg).
2.° Otros, en cambio, se oponen a la «novedad re-
volucionaria» de la teoría de Vaganay, no por lo que
tiene de asertivo el principio de dependencia de los tres
sinópticos respecto de un evangelio primitivo aramaico,
sino por lo que pueda tener de exclusión de dependen-
cia, además de otros documentos múltiples que propug-
17,20). La relación, incluso verbal, de estos versículos Lucas ofrece un típico relato de milagro. Presenta al en-
está intencionadamente procurada por Mateo, no sólo fermo como hijo único del padre (9,38) a quien después
para unir el relato (cf. v. 16.17.19) y la conclusión final se lo entregará (9,42). En la descripción primera de la
(v.20), sino para indicar el tema central del relato. Para enfermedad es más extenso (9,39) y toma de Marcos,
presentar el relato con este enfoque, Mateo ha conser- además, la segunda descripción que éste hace de la en-
vado del relato de Marcos la exposición del padre sobre fermedad (Me 9,20; Le 9,42). La intimación que Jesús
la impotencia de los discípulos (Me 9,18; Mt 17,16) y la hace al demonio (Le 9,42) subraya aún más lo terrible
queja de Jesús sobre la generación incrédula (Me 9,19; de la enfermedad. Si Lucas habla de la impotencia de
Mt 17,17); ha suprimido, por el contrario, dos de las los discípulos (9,40), no es como un tema propio, sino
descripciones de la enfermedad (Me 9,18.20), conser- para contrastarla con la superioridad del Señor (9,42).
vando sólo la tercera (Me 9,22a; Mt 17,15b), y ha abre- Termina con la admiración de las turbas (9,43), nota
viado la curación misma que hace Jesús del muchacho característica del relato típico del milagro. Lucas, par-
(Mt 17,18), en contraste con la exposición viva de Mar- tiendo de Marcos, ha estructurado su relato como un
cos (Me 9,25-27). Mateo ha recogido lo que le intere- milagro que muestra, después de la transfiguración, la
saba, estructurándolo para llegar a la meta final: la con- epifanía del poder de Dios en Jesús.
versación de Jesús con sus discípulos (Mt 17,19-20). Esta
conversación no es, como en Marcos (9,28-29), un 2) E N LA TEORÍA DE UN FONDO COMÚN PRIMITIVO
apéndice, sino la expresión más exacta de lo que Mateo DE M A T E O , MARCOS Y LUCAS
ha pretendido en su perícopa: partiendo del fracaso de
los discípulos, motivado por su poca fe (Mt 17,20) y no Una comparación minuciosa de los tres relatos de
por lo grave de la enfermedad (Me 9,29: TOÜTO XÓ Mateo, Marcos y Lucas sobre la curación del epiléptico
yfevo<;), dar una instrucción cómo han de superar su im- lleva a otros a establecer un fondo común, el evangelio
potencia por la fe (Mt 17,20). Para esta instrucción final, aramaico primitivo en su versión griega (Mg), del que
Mateo ha utilizado de la fuente Q un logion sobre la fe han partido los tres evangelistas. Junto a este relato co-
que traspasa las montañas, que también trae Lucas mún del que toma el triple relato, se pretende señalar
(17,6), aunque en forma diversa, y que en otra ocasión una fuente especial para Marcos en la predicación oral
utilizará también Mateo (21,21), j u n t o con Marcos de Pedro (Pi) y una fuente común sólo a Mateo y Lucas
(11,22-23) 59. (Sg) *°.
luz, llenando toda la escena. Todos los demás persona- de forma parecida a como se encuentra en Marcos
jes casi se eclipsan ante él: la multitud sólo está aludida (9,28-29).
(17,14) como fondo del milagro; el padre y el hijo son 3.a etapa: el relato actual con el diálogo de Mateo
los que ocasionan la acción de Jesús (17,14-15); la breve (17,14-21). El relato de milagro con su orientación cris-
descripción de la enfermedad (17,15) y de la impotencia tológica en un ambiente litúrgico adquiere un nuevo
de los discípulos (17,16) hace esperar la intervención del enfoque catequético con la adición del diálogo, una ins-
Señor; el demonio no aparece sino cuando sale del mu- trucción sobre el poder de los discípulos si éstos tienen
chacho (17,18); los discípulos no intervienen sino des- un poco de fe en la misión recibida de Cristo de expul-
pués en el diálogo (17,19-21). Jesús es el que toma re- sar demonios (Mt 10,1.8) y la expresan mediante la ora-
lieve al acercarse a él el padre (17,14), por la petición ción y ayuno. Los discípulos, que habían quedado un
que le dirige (17,15), por el contraste establecido entre poco en la penumbra en el relato, pasan a un primer
el fracaso de los discípulos y la actuación de Jesús que se plano en el diálogo; se acercan ahora a Jesús (17,19),
vislumbra (17,16), por su apostrofe a la generación in- como antes el padre del niño (17,14); el apostrofe de
crédula (17,17), por su conminación al demonio (17,18), incredulidad dirigido a todos de un modo general
por la intervención final por la que sale el demonio y (17,17) se concreta ahora en los apóstoles precisando la
queda curado el niño (17,18). razón de su fracaso, la poca fe (17,20) en la misión que
2.a etapa: el relato con el diálogo de tipo marciano (17,14- han recibido de Jesús (Mt 10,1.8). El secreto de su
18.19.20a.21).—El relato del milagro con la unión ya fuerza ha de consistir en la fe, que se expresa en la ora-
del diálogo con los discípulos presenta dos fases: una, ción y ayuno 75. Este enfoque catequético, de instruc-
en la que el evangelista une al relato del milagro ción, no se adquiere sólo con la adición del logion 76
(17,14-18) el diálogo, incluyendo el versículo final
(17,21), que por muchos es considerado como no autén- tuyendo la tercera etapa en la formación del relato actual, una vez
constituido el diálogo Mt 17,19-20a.21: «...a causa de vuestra incredu-
tico 73 y sin incluir aún el logion de la fe «como un grano lidad, pues este género (de demonio) no se va sino por la oración y el
de mostaza» (17,20b); otra, con la inclusión ya de este ayuno». Mateo ha añadido el logion del v.20b sobre la fe «para precisar
e¡ motivo de la impotencia de los discípulos para expulsar el demonio:
logion 74. En esta segunda etapa, el diálogo final queda la oración y ayuno suponen más profundamente aún una actitud de
fe perfecta». Para insertar esta explicación teológica, Mateo ha utili-
73
La mayoría de los autores consideran Mt 17,21: «esta clase (de zado los dos medios: oración-ayuno y fe; cf. a.c, enÉtudes d'Evangile
demonio) no sale sino por la oración y ayuno», como inauténtico, ba- p. 194.198-201.
75
sándose en los códices que lo suprimen (B S 33 892 © 1604 e ff sy vi ID., a.c, en Études d'Evangile p.197-200.
76
gg co), cf. A. MERK, Novum Testamentum graece et latine (Romae 8 1957) El logion de la fe (Mt 17,20b), según Léon-Dufour, está conta-
in loe. El v.21 de Mateo sería una armonización tardía con Me 9,29. minado con la formulación de Le 17,6, en que se habla de fe como un
Léon-Dufour, en cambio, lo considera como auténtico, pues, según él, grano de mostaza, y con la formulación que trae Marcos de la fe que
no se puede explicar como una adición posterior armonizadora, d a d o traspasa la montaña (Me 11,23). La aplicación de la fe que traspasa el
que entonces no se justifican las diferencias que existen con Me 9,29; monte (Mt 17,20b), en vez de la fe que trasplanta el árbol (Le 17,6),
ni tampoco se puede deber a meras reminiscencias del texto de Mar- está mejor adaptada al contexto en que lo trae Mateo, alusión al
cos, porque en ese caso no se ve cómo se ha podido perder de M t monte de la transfiguración (Mt 17,9). El hablar Mateo aquí (17,20b)
17,21 lo que más debía quedar en la memoria, es decir, las palabras de fe como grano de mostaza no es alusión a la cantidad; el enten-
5úvo(Tai y éí,t>StíCv de Me 9,29, siendo así que éstas son las que m á s derlo así sería una falsa transposición del contenido de la parábola del
convienen con dSuyaTiíaei (Mt 17,20) y con é^fjXGev (Mt 17,18); grano de mostaza (Mt 13,31-32). Se trata en este logion de explicar «el
cf. a.c, en Eludes d'Evangile p.193. origen del poder de la fe: como el grano de mostaza, ella es una semi-
74
El logion de Mt 17,20b, que de ordinario lo consideran los a u t o - lla en el corazón del hombre. Así, pues, hablar de semilla es afirmar el
res como las palabras finales del relato de Mateo, lo estima, por el carácter no natural de la fe; ella se da como una semilla y no es fruto
contrario, Léon-Dufour como una adición ulterior de Mateo, consti- del esfuerzo del hombre»; cf. a.c, en Études d'Evangile p.200.
392 P.H c.7. Constatación de tradiciones Teoría de contactos literarios múltiples 393
(17,20b), pues ya estaba presente en el diálogo en su 3.° Relato de Lucas.—En contraposición a los relatos
primera formulación (I7,19.20a.21) 77. de Mateo y Marcos, en Lucas no se pueden determinar
los estadios anteriores a su formación. En cambio, el re-
2.° Relato de Marcos.—Aparentemente tiene una di-
lato de Lucas tal como se encuentra, sin el diálogo final
visión externa clara, primero en público (9,14-27), des-
con los discípulos (Mt 17,19-21; Me 9,28-29) y sin el re-
pués en privado, en la casa (9,28-29). Detrás del relato
lato de milagro (Me 9,20-27) que en Marcos se da in-
actual de Marcos se pueden descubrir dos etapas pre-
serto en un conjunto más complejo (Me 9,14-19.28-29),
vias 78:
podría ser el testimonio más claro de ese doble estadio
1.a etapa: Me 9,14-19.28-29: en esta etapa primera, el de tradición que se apunta en Marcos 80. Lucas presenta
punto saliente es la incapacidad de los discípulos de su pasaje como un «relato de milagro», en que subraya,
efectuar la curación por haber descuidado el orar. Su como es típico en él, la bondad de Jesús entregando
enfoque de instrucción parece corresponder a un am- sano al padre (9,42) a su hijo único (9,38). Termina con
biente catequético. la nota de admiración de la muchedumbre, caracterís-
tica de «relato de milagro» (9,43).
2.a etapa: Me 9,20-27: es un clásico relato de mila-
gro, que por su inserción con la etapa anterior ha per-
dido su parte inicial y su conclusión, tal vez parecida.a la b) Historia de la tradición
que trae Lucas (9,43). Las dos etapas no están tan bien Cada uno de los relatos sinópticos presenta un enfo-
ensambladas literariamente como en el relato de Mateo. que distinto: catequético en Mateo, dramático en Mar-
El relato actual de Marcos es una «composición» de cos, milagro de bondad en Lucas. Aun con orientación
esas dos etapas de lección a los discípulos y relato de distinta, es innegable la serie de semejanzas literarias
milagro. El conjunto es un drama, al estilo joánico, fu- que existen entre las tres redacciones. ¿De dónde pro-
sión de escena y diálogo en tres escenas, en el que Jesús vienen esas semejanzas literarias?; ¿de una dependencia
aparece victorioso del demonio 79: literaria inmediata de Mateo y Lucas respecto de Mar-
Primera escena: 9,14-19c: encuentro de Jesús con la cos? En este caso, Mateo y Lucas hubieran tenido que
muchedumbre (v.14-15) y primer diálogo de Jesús con renunciar a la riqueza de contenido del relato de Mar-
el padre (v. 16- 19c). cos, del sentido dramático, victorioso de Jesús sobre el
Segunda escena: 9,19d-24: Jesús y el poseso (v.l9d- demonio, tan característico, por otra parte, del evange-
20) y segundo diálogo de Jesús con el padre (v.21-24). lio de Lucas. Aunque en absoluto esta hipótesis no es
imposible, es poco razonable. Parece, pues, más razona-
Tercera escena: 9,25-29: Jesús exorciza (v.25-27) y
ble poner la dependencia no del evangelio de Marcos,
diálogo final con los discípulos (v.28-29).
sino en una etapa anterior de la tradición 81.
77
Esta etapa anterior, ¿es el documento único, común
X. LEON-DUFOUR, a.c, en La formahon des evangdes p.92.
78
La razón que fundamenta este doble estadio es la duplicidad a los tres sinópticos, que pone Vaganay? De ningún
que se encuentra en el relato actual de Marcos: dos veces dialoga Je-
sús con el padre del niño (9,16-19.21-24); dos veces la turba viene a
Jesús (9,15.25); dos veces el padre presenta al poseso (9,17-18.21-22); queda en pie (v.26b-27), ve Léon-Dufour como una repetición simbó-
cf. X. LÉON-DUFOUR, a.c, enÉtudes d'Évangile p.202; V. TAYLOR, The lica de la victoria de Jesús sobre el demonio en la pasión y resurrec-
Gospel accordmg to St. Mark (London 1963) p.396. ción; cf. a.c, en Études d'Évangile p.207s.
80
79
En la formulación final del milagro, expresión de la victoria de ID., a.c, en Etudes d'Évangile p.207s.
81
Jesús sobre el demonio, en que el niño, como muerto, se levanta y ID., a.c. p.210.
394 P.IIc.7. Constatación de tradiciones Teoría de contactos literarios múltiples 395
modo se llega a la conclusión de que este documento eos, que no realiza tan perfectamente este ensamblaje
sea único; además, la conclusión de una dependencia literario entre el diálogo y lo que le precede, añade a su
documental inmediata no se puede afirmar categórica- relato, como una tradición distinta, recuerdos suple-
mente, dada la cantidad de modificaciones verbales, esti- mentarios (9,14-16.20-27).
lísticas y literarias que existen entre las tres recensio- El que Mateo y Marcos hayan tenido contactos lite-
nes S2. Más bien hay que llegar a una serie de contactos rarios en este estadio catequético explica sus convenien-
literarios con una tradición anterior que se presenta cias en el diálogo. Además, que Mateo no traiga el
múltiple. triunfo de Jesús sobre el demonio, la fe exigida al padre
(Me 9,20-27), los detalles particulares de Marcos (9,14-
c) Ocasión de los contactos literarios 16), no tiene nada de extraño, ya que estos elementos
El examen de las tres recensiones ha mostrado la que trae Marcos son posteriores a esos contactos litera-
multiplicidad de la tradición anterior a los relatos. Así, rios en el estadio catequético 85.
en el evangelio de Marcos se ve un relato de milagro Sobre el pasaje de la curación del epiléptico, apli-
(9,20-27) insertado a un relato complejo con el diálogo cando diversidad de soluciones al problema sinóptico:
(9,14-19.28-29). Aun dentro de este relato complejo, se teoría' de dos fuentes, documento común primitivo,
puede distinguir un relato más simple sin el diálogo 81. multiplicidad de documentos, se llega a la constatación
En este estadio simple del relato, surgido en un am- cierta de tradiciones previas a la formulación actual de
biente litúrgico 84, han podido tener contacto las tres re- los evangelios 86. Cada una de las soluciones se presen-
dacciones con un esquema idéntico: petición del padre, tará con el valor de una hipótesis, de un intento, pero
detalles de la descripción de la enfermedad, el apos- todas coinciden y ponen de manifiesto la existencia de
trofe. El contacto de los tres evangelistas en este estadio un estadio anterior a los relatos evangélicos antes de su
anterior de tradición explicaría el que Lucas, por ejem- plasmación definitiva.
plo, careciese del tema de Marcos: fe exigida al padre
del niño (9,20-27), victoria de Jesús sobre el demonio. 85
X. LÉON-DUFOUR, a.c, en Études d'Evangile p.224s.
86
Como en los tres primeros evangelios se constatan tradiciones
Un estadio posterior de la tradición sería el milagro previas a su formulación definitiva, también en el cuarto evangelio se
con el diálogo final, con un enfoque catequético. En deja entrever la existencia de tales tradiciones. A veces se han atomi-
este estadio de tradición tendrían contactos literarios zado demasiado esas tradiciones pormenorizando la diversidad de
fuentes de donde ha surgido el cuarto evangelio y rompiendo así su
Mateo y Marcos; en el relato actual de Mateo se pre- unidad actual (cf. supra c.5 p.264ss). Sin llegar a semejante atomiza-
senta mejor el estadio catequético, con una perfecta ción, la sola comparación de relatos comunes entre los sinópticos y el
cuarto evangelio pondría de manifiesto que Juan parte de una tradi-
unión literaria entre el diálogo y el relato anterior. Mar- ción previa. Para algunos esta tradición previa al evangelio de Juan
82 serían los mismos sinópticos: Marcos (cf. supra c.5 nota 112); Lucas
ID., a.c. p.221s. (cf. supra c.5 nota 113), de quienes depende literariamente el cuarto
83
La existencia de este relato más simple la atestigua la redacción evangelio. Para otros, en cambio, las semejanzas y desemejanzas de
actual de Lucas, el modo deficiente de unir Marcos el diálogo al relato Juan con los sinópticos en esos relatos comunes (pasión, testimonios
por la mención de la «casa» (9,28); cf. X. LEON-DLI-OLR, a.c, enÉtudes sobre el Bautista, multiplicación de los panes...) se explicarían, no por
d'Evangile p.223. una dependencia literaria inmediata de los sinópticos, sino por un
*4 El ambiente litúrgico de ese relato simple en Mateo es claro contacto que han tenido todos con tradiciones anteriores, en forma
(cf. supra p.389); en Marcos se dan indicios de este contexto de reci- oral y quizá también en forma escrita (cf. supra c.5 nota 125).
tación litúrgica: existen manuscritos en que es Jesús el que empieza ac-
tuando en el v. 14: «entrando...vio», rompiendo así con el contexto ante-
rior y ofreciendo un comienzo sin precisión topográfica ni cronoló-
gica.
\
\ Núcleo central de la comunidad 397
(Gal 4,4), hecho de mujer (Gal 4,4), deja estirpe de Da- sí que era aficionado a escuchar de los ancianos lo que
vid (Rom 1,3), que fue entregado (1 Cor' 11,23), crucifica- solían decir Andrés, Pedro..., y de este testimonio oral
do (Gal 3,1; 1 Cor 1,13.23; 2,2; 2 Cor 13,4) sepultado sacaba aún más utilidad que de los libros 14. San Ireneo
y resucitado (1 Cor 15,4; Rom 6,4). El Evangelio, antes afirma que los apóstoles primero «predicaron el Evange-
de ser escrito, fue predicado, tuvo una prehistoria oral 9 . lio; después, por voluntad de Dios, nos lo transmitieron
Indicios de una tradición oral anterior al Evangelio es- por escrito» 15.
crito se encuentran en las características de estilo de al-
gunos pasajes. Se dan especialmente en trozos de dis- 3) C O N T E N I D O BASE DE ESTA TRADICIÓN ORAL
cursos evangélicos en los que abundan las propiedades
de «estilo oral»: ritmo, medios mnemotécnicos, repeti- El libro de los Hechos y las Cartas, junto con la cons-
ciones, aliteraciones, imágenes; todo ello muy a propó- tatación de la predicación y tradición oral, deja entrever
sito para una repetición de memoria (Mt 6,19-21; 7,7- el contenido fundamental del kerygma primitivo. Todo
8) l0 . Como ejemplo viviente de transmisión oral alude él gira en torno a la persona de Jesús. El objeto primor-
Ireneo ' ' a las enseñanzas que él mismo había oído de dial de la predicación de los apóstoles es anunciar a
Policarpo; éste, habiendo tratado con Juan y los otros Cristo Jesús (Act 5,42: 8,35), a Jesús Señor (Act 11,20).
sinópticos que habían visto a Jesús, contaba los milagros Los temas centrales sobre Jesús se recogen en la redac-
y doctrina del Señor que había oído de aquellos que ción de los primeros discursos de los Hechos (Act 2,14-
fueron testigos oculares del Verbo de la vida. Todas es- 36; 3,12-26; 4,8-12; 5,29-32; 10,34-43; 13,16-41); se
tas cosas las guardaba Ireneo, según afirma él, no en el pueden resumir en los siguientes puntos 16:
papel, sino en el corazón.
— Se ha comenzado el período de cumplimiento de las profecías
(2,16; 3,18.24).
— Jesús, de la estirpe de David (2,30-31; 13,22-23).
2) T E S T I M O N I O S DE LA PRIMITIVA IGLESIA — Después de la predicación de Juan (10,37; 13,24-25) ha obrado
prodigios y milagros y se ha manifestado como profeta (2,22;
Son abundantes los testimonios de la primitiva Igle- 10,38).
sia que hablan de una transmisión oral antes de ser —Sufrió bajo Pilato, siendo pospuesto a una homicida (2,23; 3,13-
15; 4,10-11; 5,30; 10,39; 13,27-29).
plasmados los evangelios por escrito 12. Así, Papías nos — Resucitó y se apareció a testigos (2,24-31; 3,15; 4,10; 10,40;
dice que Marcos escribió, según se acordaba, de lo que 13,30).
había oído predicar a Pedro 13. El mismo Papías dice de — Ha sido exaltado y constituido Señor (2,33-36; 3,13; 5,31).
— Llamamiento final a la conversión (2,38-39; 3,19.25-26; 10,43;
9 13,38-41).
L. VAGANAY, Le probleme synoptique (Paris 1954) p.34-41.
10
M. JOUSSE, Le style oral et mne'motechnique chez les verbo-moteurs.
Études de Psychologie lingwstique (Paris 1925); ID., Les Rabbis d'Israel. Les Semejante contenido kerygmático se encuentra tam-
récitatifs rythmiques paralléles (Paris 1930); L. CERFAUX.LO voix vivante de bién en pasajes de las cartas de San Pablo como resu-
l'évangde au debut de l'Éghse (Paris 1946) p.24ss; J. W. DOEVE, Le role men esencial de predicación (1 Cor 15,3-5), como una
de la tradition órale dans la composition des e'vangiles synoptiques, en Lafor-
mation des e'vangiles (Paris 1957) p.70-84. confesión de fe frecuente en los labios de los cristianos
" Epístola ad Florinum: PG 7,1225-1228, fragmento conservado en (Rom 10,8-9).
EUSEBIO, Hist. eccl. 5,20: PG 20,484s.
i2 Cf. supra c.4 p.182. Quizá sea San Justino, a mitad del siglo n, 14 ID., Hist. eccl. 3,39: PG 20.297A; RJ 94.
el primero en hablar de los Evangelios como algo escrito: «apostoli in 15 IRENEO, Adv. haer. 3,1,1: PG 7,844A; RJ 208.
commentariis suis quae vocantur evangelia, ita sibi mandasse Iesum ,6
C. H. DODD, The Apostolic Preaching and its Developments (London
tradiderunt...» (I Apología 66,3: PG 6.429A; RJ 128)... 1936) p.20-24; C. M. MARTIN I, Introduzione ai Vangelí, en // Messaggio
i3 EUSEBIO, Hist. eccl. 3,39: PG 20.300C; RJ 95. della Salvezza (Torino 1968) p.l 15.
/
404 P.II c.8. Situación ambiental de la comunidad ^ Ambiente litúrgico 405
b) Primeros relatos escritos ambiente de la comunidad está indicado por Lucas en
Junto con esta tradición oral realmente existente en los Hechos al presentarla en un medio litúrgico de reu-
la primitiva comunidad, como se deja entrever por los niones de alabanza a Dios, fracción del pan y oraciones
Hechos y Cartas, también se observa la existencia de re- (Act 2,42.46-47); en un medio catequético de asistencia
latos fragmentarios escritos antes de la plasmación defi- asidua a la enseñanza de los apóstoles (Act 2,42); en un
nitiva de los evangelios. En el prólogo del evangelio de medio misional en su dinamismo de expansión entre
Lucas (1,1-4) se habla de «redacciones más o menos judíos (Act 13,13-43; 14,1-7; 28,17-27) y gentiles (Act
fragmentarias sobre la vida de Jesús antes de los evan- 13,44-49).
gelios canónicos» 17. Se habla de diversidad de redac-
ciones, ya que fueron «muchos» {jidk'koí) los que habían a) Ambiente litúrgico de la comunidad
intentado narrar lo acaecido (Le 1,1); la longitud de es- Del ambiente cultual de la primera comunidad y de
tos escritos no está precisada, pues se deja en la inde- su actuación litúrgica existen abundantes indicios en el
terminación de 5if)yr|cnv (sin artículo) rcepí tfflv--- libro de los Hechos y Cartas. Lucas habla en forma de
TtpayuáTcov (Le 1,1) 18. sumario sobre el ambiente litúrgico de la comunidad,
La crítica interna de los evangelios deja entrever la aludiendo a la asistencia frecuente de los fieles «a la
existencia de pequeños fragmentos preexistentes que común-unión, a la fracción del pan y a las oraciones»
han dejado sus huellas en la ausencia de unión real en- (Act 2,42). A esta fracción del pan se unía una instruc-
tre las perícopas sinópticas " , o en la agrupación artifi- ción oral que a veces se prolongaba hasta la medianoche
cial de muchos episodios bajo el mismo tema, por ejem- (Act 20,7-12). San Pablo menciona estas reuniones en
plo, de conflictos con los fariseos (Me 2,1-12.13-17.18- que se bendice el cáliz y se participa de un solo pan
22.23-28; 3,1-6; 11,27-33; 12,13-17.18-27.28-34.35-37), (1 Cor 10,16-17), proclamando al mismo tiempo la muerte
de milagros (Mt 8-9) 20. del Señor (1 Cor 11,26). Junto, pues, con la celebración
litúrgica de la cena del Señor se tiene una proclamación
3. Situaciones ambientales para la formación de de la palabra en la que se actualiza, junto con la cena, la
pasión del Señor 21. Se habla de reuniones en que se ora
tradiciones y relatos
(Act 2,42): así, Pedro y Juan, al verse libres, van a los
Toda esta prehistoria, oral y escrita, que precede a la suyos y, reunidos con ellos, oran juntos (Act 4,23-31);
formulación última de los evangelios, ha tenido un con- mientras Pedro está en la cárcel «la Iglesia oraba insis-
texto ambiental propicio a su formación y transmisión. tentemente a Dios por él» (Act 12,5) y en oración los
La comunidad primitiva en torno a los apóstoles se ha encuentra Pedro al salir de la cárcel (Act 12,12); Pablo
desarrollado en circunstancias concretas que han in- ora de rodillas por los presbíteros de Efeso (Act 20,36).
fluido en la selección y elaboración de muchos de los Con frecuencia se mencionan ceremonias de bautismo
episodios que constituyen el material evangélico. Este (Act 2,41; 8,12.36-39; 9,18; 10,47-48; 16,14-15.32-34;
18,5-8; 19,5), de imposición de manos (Act 6,6; 8,17.18;
17
L. VAGANAY, Le probleme synophque (París 1954) p.42ss. 13,3; 19,6), precediendo de ordinario una instrucción
18
p.43.
ID., O.C.
19
Cf. supra, análisis del episodio de la curación del epiléptico, previa. Estas celebraciones cultuales de fracción del pan,
p.382ss. 21
20 D. M. STANLEY, Liturgical Influences on the Formation of the Four
L. VAGANAY, O.C. p.44s; L. CERFAUX, La voix vivante de l'evangile
au debut de l'Église (Paris 1946) p.35-37. Gospels: CBQ 21 (1959) 27s; X. LÉON-DUFOUR: EHJ p.266-269.
406 P.II c.8. Situación ambiental de la comunidad Ambiente catequético 407
de oración, de iniciación cristiana, eran el marco más comunidad. Esta instrucción (8i5axií) incluye, junto con
apropiado para la exposición oral de las palabras y he- una variada gama de consideraciones morales y parené-
chos del Señor. En este ambiente litúrgico de la comu- ticas, una exposición de las palabras y hechos del Señor
nidad hubieron de plasmarse muchos de los relatos con una reflexión doctrinal y exegética sobre ellos 26. La
evangélicos en su formulación externa con un sentido instrucción supone una recomendación razonada del
de adaptación a las circunstancias; así, la escena de la cristianismo, dirigida a personas ya aficionadas a él,
multiplicación de los panes (Jn 6,11-13; cf. textos parale- aunque no plenamente convencidas 27. El método carac-
los de los sinópticos) 22 tiene un sello eucarístico de úl- terístico de esta enseñanza sería el expuesto por Lucas
tima cena (cf. Le 22,19-20; 1 Cor 11,23-25), como lo en la conversación que mantiene Jesús con los discípulos
confirma el discurso del pan de vida que pone a conti- de Emaús, en la que, a través de las Escrituras, se llega a
nuación el cuarto evangelio; la conclusión del primer la conclusión de conveniencia y necesidad de que el
evangelio, con su fórmula precisa de bautizar «en el Cristo padeciese y muriese para así entrar en su gloria
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mt (Le 24,25-27); o en la escena de la sinagoga de Nazaret
28,19) 23, tiene la marca del uso litúrgico de la comuni- en la que, a partir de un texto de Isaías, se muestra el
dad primitiva en la celebración del bautismo realizado cumplimiento de la Escritura en la figura de Jesús 28.
«en el nombre de Jesucristo» (Act 2,38; 8,16; 19,5) y «en De esta manera los neófitos son instruidos en las Escri-
Espíritu Santo» (Act 1,5; 11,16); algunos de los milagros turas y en el conocimiento del Señor; ésta es la catcque-
narrados dejan entrever, a través de la acción material sis que tiene Felipe con el etíope (Act 8,26-40) 29. En
del agua (Jn 5,1-9; 9,1-39) 24, a través del contacto físico este marco de instrucción catequética de la primitiva
(Me 7,31-37; 8,22-26) 2S, el significado profundo del Iglesia se han debido de fraguar muchas de las períco-
bautismo. Así, estos relatos fácilmente han podido consti- pas evangélicas.
tuir la preparación más adecuada a esas celebraciones
litúrgicas de la primitiva comunidad.
2) SU INFLUJO EN LOS RELATOS
arrepiente (Le 15,7), y en Mateo que, al aplicar la pará- como «ser de Cristo» (Me 9,41); al marchar Jesús sobre
bola a los discípulos, exhorta a una entrega a su misión las aguas, los discípulos se llenan de temor en el relato
pastoral, porque la voluntad del Padre es que no se de Marcos (Me 6,51); en el de Mateo claman con una
pierda ninguno (Mt 18,14) 30 . Semejante desplaza- confesión de fe pascual: «verdaderamente eres Hijo de
miento del sentido originario de un relato es frecuente Dios» (Mt 14,33); el grito de angustia que dan los discí-
al tener una aplicación concreta a un determinado am- pulos en la mar alborotada exclamando: «¡Maestro!»
biente: así, el enfoque escatológico originario de la pe- (Me 4,38), se transforma en Mateo en una fórmula de
queña parábola de presentación ante el juez (Le 12,57- sabor litúrgico que implica la fe de la comunidad: «Se-
59), de cuya venida se ha hablado antes (Le 12,35-40), ñor, sálvanos» (Mt 8,25).
pasa a convertirse en una exhortación parenética de lí-
nea de conducta con los demás de la comunidad al ser b) En orientación de perícopas
insertada la pequeña parábola en un contexto de rela-
ciones mutuas (5,21-26) 31; igualmente, el sentido origi- El enfoque catequético de instrucción y enseñanza
nario de una parábola (Le 16,l-8a), en el que se alaba la puede influir no sólo en formulaciones parciales, sino
actitud de un hombre ante una catástrofe que le ame- en la orientación de toda una perícopa; así, la escena de
naza (situación escatológica) (Le 16,8a), se presenta des- la tempestad calmada, que en Marcos se presenta como
plazado en un sentido parenético al dirigirse la parábola un «relato de milagro» (Me 4,35-41), en Mateo se con-
a la comunidad cristiana, «a los discípulos» (Le 16,1-9), y vierte en un relato de «tipo catequético» con el que se
subrayar la enseñanza sobre el buen uso de la riqueza explica gráficamente una lección de «seguir a Jesús» (Mt
en generosidad (Le 16,9), en fidelidad (Le 16,11-12), 8,23-27) al embarcarse los discípulos con el Señor y «se-
con la exclusión del servicio al dinero (Le 16,13) 32. guirle» (Mt 8,23), en contraposición a los dos casos pre-
cedentes de «seguimiento» fracasado (Mt 8,19.22) 33;
igualmente, la escena de la curación de la suegra de Pe-
a) En expresiones parciales
dro, que Marcos la presenta en su realismo de detalles
La instrucción que se da a los fieles fundamentada ,con las partes características de un «relato de milagro»,
en los hechos y palabras del Señor explica con frecuen- .Mateo la hieratiza como «relato catequético», con supre-
cia la diversidad de formulación que se encuentra en los sión de todo rasgo anecdótico, expresando así con ella la
relatos; así, por ejemplo, el «amo de la casa» que pone fe de la comunidad al recordar los sucesos del tiempo
Marcos en su parábola (Me 13,35), se convierte senci- de Jesús 34; también en la curación del paralítico, Mateo
llamente en «el Señor», ó Kúpioq, en la exposición de 33
Mateo (Mt 24,42); mientras que Mateo habla de una re- X. LEON-DLIOLR, Etudes d'Évangile. Étude V: La tempéte apaise'e
(Paris 1965) p. 149-182.
compensa al que da de beber a otro «por ser discípulo» 34
Las partes características de «relato de milagro»: presentación
(Mt 10,42), Marcos explícita el sentido de discípulo de la enfermedad-exigencia de la fe-intervención de Jesús-efecto
instantáneo- reacción de los presentes, se encuentran en este relato de
Marcos con rasgos equivalentes. La presentación de la enfermedad y
30
J. JEREMÍAS, Les parábales de Jesús (Paris 1962) p.45s. la exigencia de la fe están incluidas en el hecho de hablar a Jesús
31
ID., O.C, p.48ss. sobre la enferma; la curación es instantánea, pues, curada la enferma,
32
I D . , O.C, p.51-54. Con toda precisión observa el autor: «sería se pone a servirles; la reacción de los presentes se expresa con la adi-
falso, sin embargo, concluir que, al dar a la parábola esta aplicación ción de un «sumario» (Me 1,32-34) en que le traen a Jesús los enfer-
parenética, la Iglesia primitiva haya introducido una idea que le era mos. Mateo, por el contrario, prescinde de una serie de detalles: los
completamente extraña. La parénesis está ya implícitamente contenida acompañantes de Jesús; a Simón se le da el nombre eclesial de «Pe-
en la parábola primitiva...»; cf. p.54. dro»; no hay diálogo, no se habla a Jesús del caso ni se pide por ella;
410 P.II c.8. Situación ambiental de la comunidad Ambiente catequético 411
(9,1-8) prescinde de todo detalle colorista de Marcos de las parábolas (Mt 13,1-52; Me 4,1-34; Le 8,4-8), el
(2,1-12), y centra su atención en el contenido doctrinal discurso eclesial (Mt 18,1-35), las maldiciones contra los
del poder del Hijo del hombre de perdonar pecados (Mt fariseos (Mt 23,1-39) y predicciones de tipo escatológico
9,6) comunicado a los hombres, a la Iglesia (9,9) 35; la (Mt 24,1-51; Me 13,1-37; Le 21,5-38); igualmente sur-
escena de la vocación de Leví, que sigue a la curación gen las agrupaciones de milagros (Mt 8,1-17) con una
del paralítico, continúa en Mateo (9,9-13) el tono didác- finalidad de enseñanza teológica 37. El interés suscitado
tico de la anterior, acentuado aún más en ésta con di- por la figura de Jesús fácilmente induce a agrupaciones
versidad de matices 36. mucho más amplias, de tipo biográfico, que dejan ya
entrever la estructura de los evangelios (Act 10,37-41);
c) En la formación de colecciones a éstos pertenecerían el ministerio en Galilea, su vida y
estancia en Jerusalén, los relatos de la pasión 3íi. Los
Las diversas unidades literarias subyacentes en el mismos relatos de infancia (Mt 1-2; Le 1-2) indican una
Evangelio pronto tuvieron que unificarse, por motivos agrupación de reflexión teológica posterior que deja en-
didácticos, en pequeñas colecciones en torno a temas trever un entusiasmo grande por Jesús; «el interés teo-
unitarios de palabras o de acontecimientos. Así surgen, lógico se remonta poco a poco del misterio de la resu-
en composición artificial, los diversos discursos: inaugu- rrección hasta el de la encarnación» 39.
ral (Mt 5-7; Le 6,20-49), el de la misión (Mt 10,1-42), el
es J e s ú s el q u e e n t r a y ve, toca a la e n f e r m a ; ésta «se levanta» y «le»
3) LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU
sirve; o c u p a n la e s c e n a J e s ú s y la e n f e r m a . Es u n r e l a t o c a t e q u é t i c o
s o b r e el efecto d e la r e d e n c i ó n o b r a d a s i m b ó l i c a m e n t e p o r J e s ú s .
Cf. X. L É O N - D U F O U R , Études d'Évangile. É t u d e I V : La Gue'rison de Este enfoque de enseñanza al presentar los relatos
la Belle-mére de Simon-Pierre (Paris 1965) p . 1 2 3 - 1 4 8 . evangélicos da a los hechos y palabras de Jesús una di-
35
J . D U P O N T , Le paralytique pardonné: N R T 82 ( 1 9 6 0 ) 9 4 0 - 9 5 8 ; A . mensión de profundidad al incluir en sí no sólo el mero
V A R G A S - M A C H U C A , El paralítico perdonado en la redacción de Mateo: EstE
4 4 (1969) 1 5 - 4 3 . acontecer de los sucesos, sino también su significación
36
Los dos relatos están unidos (Mt 9,1-8.9-13) sin el verso redac- teológica. El captar el sentido último de las palabras de
cional de Marcos (2,13), con lo cual la unión profunda de la segunda Jesús, el apreciar los hechos en su plenitud, es precisa-
escena con la primera salta aún más a la vista; hay otra clase de «en-
fermos» (Mt 9,12), además de los paralíticos, que necesitan de cura; mente el fruto de la acción del Espíritu 40 anunciado
cf. P. BONNARD, L'Évangileselon Saint Matthieu (Neuchátel 1963) p.128. por Jesús a los apóstoles: «El Paráclito, el Espíritu Santo,
El aspecto de enseñanza puede estar subrayado por la denominación
que se hace de Jesús como SiSóccntotXo.; (Mt 9,11), que hay que rela- que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo
cionar con la expresión próxima TuopenOéviec, Sé H<X9ET6 (Mt 9,13) y con y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Jn 14,26) 41;
el contexto remoto en que se resume la actividad docente de Jesús (Mt
9,35). En la respuesta de Jesús (Mt 9,12) se le suprime la determina- " Cf. infra p . 4 1 4 .
ción de los interlocutores: otO-cofc, (Me 2,17), perdiendo así su matiz de 38
L. C E R F A U X , En marge de la question synoptique. Les unite's litte'raires
discusión y adquiriendo la nota de directriz genérica para la comuni- ante'rieures aux trois premiers e'vangiles, e n Laformation des e'vangiles (Paris
dad, «directriz que se le presenta en palabra y en acción»; cf. B. M. F. 1957) p . 2 4 - 3 3 ; X . L É O N - D L F O U R : E H J p . 2 8 7 . E s t u d i o d e d o s a g r u p a -
VAN IERSEL, La vocation de Levi, e n De Jesús aux Evangiles (Paris 1967) c i o n e s a m p l i a s : L. C E R F A U X , La section des pains (Me 6,31-8,26; Mt
p . 2 2 6 - 2 2 8 . A l g u n a s v a r i a n t e s d e tipo teológico p r e s e n t a t a m b i é n el r e - 14,13-16,12): S y n o p t i s c h e n S t u d i e n ( M ü n c h e n 1953) p.64-77 (Recueil
lato d e M a t e o e n r e l a c i ó n c o n el d e M a r c o s (cf. H . Z I M M E R M A N N , Los L. CERhAix, t. 1 [ G e m b l o u x 1954] p . 4 7 1 - 4 8 5 ) ; X. L É O N - D L I O L R , Vers
métodos histórico-criticos en el Nuevo Testamento [ M a d r i d 1969] p . 9 7 ) ; así, l annonce de l'Église (Mt 14,1-16,20): M é l a n g e s H . d e L u b a c (1963)
al introducir la cita de Oseas (Mt 9,13; cf. Os 6,6), pretende «enseñar p . 3 7 - 4 9 ; t a m b i é n e n Études d'Évangile (Paris 1965) p . 2 2 9 - 2 5 4 .
que ya está en la Escritura la voluntad clara de que la misión de Jesús 39 X . L É O N - D L F J L R : E H J p . 3 4 4 .
será salvar a los pecadores»; la partícula yáp (Mt 9,13) con que une 40
I n s t r u c c i ó n d e la P C B De histórica evangeliorum veritate n . 2 : A A S
Mateo la cita de Oseas y las palabras últimas de Jesús pretende legiti- 56 (1964) 7 1 4 ; c o n s t i t u c i ó n d o g m á t i c a Dei Verbum n . 1 9 .
mar con el Antiguo Testamento el modo de ser de Jesús. -» Este « r e c o r d a r » (Oitouvñ CTEI ) d e l E s p í r i t u n o es u n simple t r a e r a
412 P.II c.8. Situación ambiental de la comunidad Ambiente misional 413
la acción del Espíritu sería la de «introducir en toda la 46
los caminos y cercas» (v.23)—gentiles— ; en la redac-
verdad» (Jn 16,13), viendo las palabras y los hechos en ción de Mateo, por el contrario, después que los invi-
su dimensión más profunda 42. tados han matado a los criados (Mt 22,1-7), hay un
solo envío para hacer entrar a todos, «buenos y malos»
c) Ambiente misional (Mt 22,8-10) 4?, pero se añade como una segunda parábo-
la(Mt 22,11-13) 48 y una conclusión general (Mt 22,14) 4".
1) INDICIOS DE SU EXISTENCIA
2) E N EL MUNDO J U D Í O
Además del ambiente de instrucción a la comunidad
ya formada, en la primitiva Iglesia se daba una diná- Los apóstoles, en su sentido de expansión, se diri-
mica de expansión por medio de la predicación, «de la gían en primer lugar a los judíos frecuentando las sina-
proclamación pública del cristianismo al mundo no cris- gogas (Act 13,5.14.42; 14.1; 17,10); apoyados en las Es-
tiano» 43. Las filas de la comunidad se tenían que en- crituras, hablaban de Cristo (Act 17,2-3; 28,23). En su
grosar con nuevos elementos que entrasen a formar trato con los judíos fácilmente se suscitaba la discusión
parte de ella. Este sentido de crecimiento se deja entre-
46
ver en un elemento redaccional de Lucas, quien, al ha- En Lucas este envío doble parece ser una amplificación, ya que
blar de la lámpara que se enciende, no se refiere a la luz en Mateo, después de la negativa de los invitados, hay un solo envío
(Mt 22,9). Con esta doble invitación de Lucas se pone de manifiesto el
que proporciona a «los que están en la casa» (Mt 5,15), interés del amo de la casa de ocuparla por completo; pero, además,
sino a la luz que se da «a los que entran» en ella (Le para Lucas «podría tener un sentido más amplio; en la primera se
podría referir a los publícanos y pecadores de Israel; y en la segunda
11,33) 44. Esta preocupación de ingreso, de conquista de invitación, que se dirige a los de fuera de la ciudad, habría evocado a
nuevos miembros, pone de manifiesto la situación mi- los paganos»; cf. J. JEREMÍAS, Les paraboles de Jesús (Paris 1962) p.55; C.
sional de la Iglesia 45. Los nuevos miembros habían de H. DODD, The Parables of the Kingdom (London 1956) p.l21s.
47
Constituiría la parte primitiva de la parábola sin alusión al
provenir del mundo judío o gentil. Indicios de este do- mundo pagano; sería una de esas muchas parábolas dirigidas por Je-
ble mundo se encuentran, por ejemplo, en la parábola sús a sus adversarios, en que los compara a los que se niegan a asistir a
las bodas y justifica el que la buena nueva sea anunciada también a
de los invitados a la cena (Le 14,16-24) o a las bodas (Mt publícanos y pecadores; cf. J. JEREMÍAS, O.C. p.54s.
22,1-14); en el relato de Lucas, después de la negativa 48
Estos versículos constituyen una parábola independiente, su-
de los invitados a asistir a la cena (Le 14,16-20), hay un mada a la anterior, para responder a una necesidad de la situación
misional de la Iglesia. Hay sus pequeños indicios de que sea una pará-
doble envío del criado: uno «a las plazas y calles de la bola independiente: la ausencia de estos versículos en el relato de Lu-
ciudad» (v.21)—judíos— y otro, fuera de la ciudad, «a cas, la transformación del t é r m i n o 8oúXou; (v.3.4.6.8.10) por
5iorxóvoi<; (v.13); esta «parábola real» (Mt 22,11), de boda (Mt 22,12),
la memoria; es verlo con una ulterior significación y profundidad (cf. unida por Mateo a la anterior, la ha contaminado, convirtiendo tam-
J n 2,17.22; 12,16); cf. A. FEUILLET, De muñere doctrinali a Paráclito in bién en «parábola real», de unas «bodas» (Mt 22,2), la que era primiti-
Ecclesia expleto luxta Evangelium Joannis, en De Scriptura et traditione vamente parábola de una «cena» dada por «un hombre» particular (Le
(Romae 1963) p.118. 14,16). La adición de la segunda parábola: el hombre que se encuen-
42
A. FEL ILLET, O.C, p. 119; D. M. STANLEY, Didache as a Constitutive tra sin traje nupcial, responde a la situación misional de la Iglesia;
Element of the Gospel-Form: CBQ 17 (1955) 345. Mateo quiere aclarar a la comunidad cristiana que esa admisión indis-
43
C. H. DODD, The Apostolic Preaching and its Developments (London criminada «de buenos y malos» (Mt 22,10) no dispensa de guardar los
1936) p.7. deberes morales a que están obligados los bautizados al entrar en la
44
J. JEREMÍAS, Les paraboles de Je'sus (Paris 1962) p.57. comunidad; cf. J. JEREMÍAS, O.C. p.56s; C. H. DODD, O.C. p.122.
45 49
Mateo expresa esta misma idea de misión al explicar la parábola Los «llamados» serían los que han entrado a formar parte d e la
de la cizaña: «el campo es el mundo» (Mt 13,33); cf. T. W. MANSON, Iglesia mateana, y los «elegidos» los que se muestran dignos de la gra-
The Sayings of Jesús (London 1954) p.194; J. JEREMÍAS, Les paraboles de cia que se les ha hecho; cf. P. BONNARD, L'ÉvangUe selon Saint Matthieu
Jesús (Paris 1962) p.57.86s. (Neuchátel 1962) p.321.
4 14 P.II c.8 Situación ambiental de la comunidad Ambiente misional 415
S1
(Act 17,17; 18,4; 19,8) y la oposición de éstos (Act 14,2; A la luz, pues, de este doble ambiente judío y pa-
17,5). Este ambiente era la ocasión más propicia para gano 52 de expansión misional, a la luz del influjo am-
recoger y evocar las controversias de Jesús con los fari- biental litúrgico y catequético, hay que explicar la selec-
seos, cómo hacía callar a sus adversarios (Mt 22,15-46), ción y ordenación de muchos pasajes evangélicos. La ob-
las respuestas de la Escritura que utilizaba (Me 2,25-26; jetividad de los sucesos no podía ser materia de creación
12,24-27; Mt 22,41-46). Nada de extraño que estas de la comunidad primitiva, ya que ésta estaba consti-
disputas se recojan a veces en los evangelios forman- tuida de un núcleo central de testigos oculares, vivía
do verdaderas colecciones (Me 2,1-3,6; 12,13-37). reunida en torno a los apóstoles y tenía en su dina-
mismo de expansión un sentido de supervisión de los
mismos apóstoles. La comunidad recibía lo que se le
3) EN EL MUNDO PAGANO
transmitía por vía de transmisión oral o escrita. Sin em-
Con la expansión de la comunidad tanto en el bargo, la comunidad no tiene un mero papel pasivo, re-
mundo judío como en el pagano, los apóstoles habían ceptor, respecto a la formación de los relatos evangéli-
de mostrar a Jesús acreditado por sus milagros. Jesús cos; tiene también un papel activo, puesto que los rela-
había aludido a sus obras milagrosas como señal de su tos se han ido fraguando en acomodación a los diversos
mesianidad (Mt 11,2-5; Le 7,18-23). Pedro, en su dis- ambientes litúrgicos, catequéticos y misionales de la co-
curso de Pentecostés, se refiere, ante los judíos que le munidad. Cada uno de estos ambientes ha ido dejando
escuchan, a Jesús de Nazaret como hombre a quien su impronta en la plasmación escrita y enfoque de todo
Dios acreditó con milagros, señales y prodigios (Act aquello que habían presenciado y transmitido los que
2,22); y más tarde, ante los paganos, habla del mismo fueron testigos oculares.
Jesús de Nazaret, que, ungido por Dios, «con poder,
51
pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos Quizá pueda llamar la atención que en esta dinámica de expan-
sión en el mundo judío se subraye a veces la culpabilidad de los judíos
por el diablo» (Act 10,38). Nada de extraño, pues, que en la muerte de Jesús (Mt 27,25; Le 23,28; J n 19,15; Act 3,14). Esta
•en este ambiente expansivo se recojan no sólo milagros tendencia de presentar el aspecto culpable no está en línea de un anti-
aislados, sino a veces formando igualmente auténticas semitismo o en línea de un psicologismo. Al subrayar la crucifixión
realizada por parte de los judíos no se pretende mostrar la simple
colecciones (Mt 8-9; Me 1,21-45). En estas colecciones cumbre de un proceso psicológico, sino más bien el aspecto teológico
de "milagros se pretende a veces, junto con el valor apo- de cumplimiento de las Escrituras, ya que éstas hablaban así del pue-
logético de mostrar que «ha llegado el reino de Dios» blo judío (Mt 23,32.37; Le 13,33; Act 7,51-52); era el cumplimiento de
los designios d e Dios (Act 2,23; 3,18; 13,29), aunque con cierta igno-
(Le 11,20), una finalidad teológica de tipo didáctico; así rancia por parte de los judíos en su acción (Le 23,34; Act 3,17; 13,37);
en la agrupación de milagros que hace Mateo (8,1-17) se X. L E O N - D U F O U R , Passion: DBS VI 1434.
52
pone de manifiesto el valor redentor de los milagros de Los paganos, que también intervinieron en la muerte de Jesús,
son presentados, en cambio, con una tendencia creciente de excusa en
Jesús (Mt 8,17) mediante la cita del profeta Isaías: «él los evangelios: Pilato se lava las manos (Mt 27,24), se deja sacar la
tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enferme- condena (Le 23,2-5.18.23); son los judíos, y no los romanos, los que
dades» (Is 53,4) 50. sacan a Jesús para ser crucificado (Le 23,25-26; J n 19,16-17), y en los
Hechos de los Apóstoles (Act 2,23; 3,13). Esta tendencia de excusa del
mundo pagano está plenamente adaptada a esta dinámica de expan-
50
sión ante el mundo infiel (Act 10,39); cf. X. LEON-DUFOLR, Passion:
Por tratarse en esta colección de milagros de tres categorías di- DBS VI 1434.
ferentes de hombres: judío (Mt 8,1-4), pagano (Mt 8,5-13), creyente
(Mt 8,14-17), algunos autores ven una alusión implícita a una reden-
ción universal realizada por Jesús para toda clase de hombres; cf. X.
I K > \ - D L F O U R : EHJ p.276.
Por vía de tradición oral 417
sus a sus discípulos (Le 11,1-4; cf. Mt 6,9) e incluso al- rabínico se aseguró mediante un triple medio: el de lo's
gunas palabras se han conservado en su expresión ara- escribas profesionales, cuya misión era precisamente la
maica: «Talitha qumi» (Me 5,41), como signo de especial de garantizar la pureza de la tradición; el medio escolar
cariño a él. Incluso algunos de los hechos de Jesús, en (Bet séfer), en el que el niño aprendía a leer y recitar
su núcleo, como bautismo, tentaciones, pueden derivar correctamente el texto sagrado, y el medio sinagogal, en
de la enseñanza de Jesús, consciente de su mesianismo, el que la lectura pública del texto contribuía aún más a
en el círculo de los discípulos, al igual que comentó con su fijación. Las técnicas de transmisión oral de tradicio-
ellos en cierta ocasión el hecho de la multiplicación de nes que interpretaban la ley son especialmente estudia-
los panes y su significación (Me 8,19-21). das por el autor; la existencia de unos «repetidores»
Así H. Riesenfeld, partiendo del ambiente judaico (tanna'im) ayudaba a memorizar. Para la transmisión oral
de tradición y de los indicios que de él se encuentran en de «dichos» (debárim) o «hechos» (ma'asim) de los gran-
los evangelios, Hechos y Cartas, deduce que las prime- des rabinos que interpretaban la ley, existían «repetido-
ras palabras del evangelio de Marcos, «comienzo del res» (tanna'im) en una escuela más superior (Bet hammi-
Evangelio de Jesucristo» (Me 1,1) muy bien pueden te- drásh) que ayudaban a memorizar. El primer principio
ner, junto con el sentido objeto: «buena nueva acerca de de esta técnica era el retener lo más exactamente posible
Jesús», el sentido sujeto: «buena nueva traída por el las mismas palabras (ipsissima verba) del maestro. Para
mismo Jesús» 17. Este enfoque, claro y decidido, de memorizar se ayudaban de repeticiones frecuentes en
querer orientar la sola explicación posible del naci- voz alta, de fórmulas concisas que contenían lo esencial,
miento de los evangelios en la persona y enseñanza del de palabras mnemotécnicas que agrupaban las diversas
Mesías ' 8 , aún esperaba encontrar nuevo apoyo en la te- fórmulas a veces recogidas en notas escritas simánim, o
sis que se había de publicar, también en Uppsala 19. en griego Cjrouvnuoaa).
En la primera comunidad cristiana, semejante con-
c) Uso de métodos rabínicos cepción de la tradición oral dejó su huella en la forma-
ción de los evangelios. Indicios de una concepción ju-
La fundamentación del camino esbozado por Rie- daica en la tradición evangélica del primitivo cristia-
senfeld se propuso en la tesis doctoral de uno de sus nismo, los ve el autor de la tesis de Uppsala en expre-
discípulos, el joven estudioso del nuevo testamento B. siones patrísticas, de San Lucas y de San Pablo. Así, en
Gerhardsson 20. En esta obra, basándose en la exposición la época postapostólica se habla de la tradición de Jesús
(1. a parte) de la transmisión de la ley escrita y de la ley y sobre Jesús recogida por unos especialistas, evangelis-
oral en el judaismo rabínico, establece el autor (2. a par- tas, que escribieron unos tfjtouvriuaTa 2I- Además se
te) la transmisión de la tradición evangélica en la co- suele insistir en la serie ininterrumpida de testimonios
munidad cristiana en paralelismo con el mundo rabí- que enlazan con los primeros discípulos que habían se-
nico. La conservación de la ley escrita en el ambiente guido al Señor; así, Ireneo enlaza con Juan a través de
Policarpo 22, Papías a través de los presbíteros que ha-
17
H. RIESENFELD, a.c. p.64s. 21
18 San Justino habla de ártouvri novsúuoaa (Apología 1,66: PG
M. E. BOISMARD, en la recensión del artículo: RB 65 (1968)
452. 6.429A; RJ 128). Semejantes expresiones eran muy empleadas en la
19
H. RIESENFELD, a.c. p.51. tradición judaica para significar los «apuntes» empleados por los
20
B. GERHARDSSON, Memory and Manuscnpt. Oral Tradition and alumnos para aprender de memoria los dichos de los rabinos.
22
Wntten Transmission in Rabinic Judaism and Early Chnstianity (Uppsala IRENEO, Epístola ad Flormum: PG 7,1225-1228, conservado el
1961). fragmento en ELSEBIO, Hist eccl. 5,20: PG 20,484s; RJ 264.
424 P.1I c.9. Acceso al Jesús histórico Situación típica de la comunidad 425
23 26
bían conversado con los apóstoles . Lucas coloca a los hardsson , se ha hecho una critica más de fondo para
apóstoles partiendo de Jerusalén (Act 1,8) en una mi- prevenir de la conclusión a que puede llevar esta tesis.
sión de servicio de la palabra» (Act 6,4), denominando El método rabínico de transmisión lleva a admitir en el
el objeto de su mensaje como «palabra de Dios» (Act Evangelio la existencia de numerosas palabras de Jesús,
6,2). Incluso a veces, en Lucas, «la palabra» llega a to- «ipsissima verba». Con todo, la tendencia a quedarse sólo
mar entidad y personalidad propia (Act 6,7; 12,24; con la materialidad de las palabras de Jesús, aunque de
19,20), como el concepto de «Tórah» entre los judíos. hecho se pueda llegar a ellas 27, conservadas con toda
Así deja entrever Lucas una connotación con la palabra exactitud en la tradición, nos haría de ésta una repeti-
transmitida del Antiguo Testamento en ambiente ju- dora fría, carente de la fuerza interpretativa que le daba
daico. También San Pablo, aunque habla de su misión el Espíritu. No es la mera reconstitución histórica de las
recibida del Señor (Gal 1,1), hace referencia en sus car- palabras lo que nos da su «verdad» total, sino la inter-
tas a una dependencia de la tradición (1 Cor 15,3), al pretación de los apóstoles, iluminada por el Espíritu y
igual que como judío mantiene las tradiciones de los los acontecimientos pascuales; es en el seno de la tradi-
padres (Gal 1,13-14; Flp 3,5-6); confronta su evangelio ción y de la Iglesia donde las palabras de Jesús adquie-
con Jerusalén como centro de control de la palabra, y ren su auténtica dimensión 28.
de un modo especial con aquellos «que parecían ser co- Quizá la teoría de Gerhardsson no llegue a explicar-
lumnas» (Gal 2,9). Pablo se siente, pues, ligado a la tra- nos bien por el método rabínico las variantes sinópticas
dición. ni pueda reconocer suficientemente el enriquecimiento
Para Gerhardsson no es posible comprender la tradi- teológico que cada evangelista ha dado a sus formula-
ción del primitivo cristianismo partiendo de sola la predi- ciones 29; pero sí «ha conseguido trazar un cuadro de
cación de la Iglesia, como lo hizo Dibelius; hay que re- conjunto y establecer un Sitz im Leben en el que la tradi-
montarse hasta Jesús, quien a su vez está inserto en una ción evangélica cesa de ser una proliferación fantasiosa
tradición que él cumple y a la que da un nuevo giro con y sin control, para llegar a ser recuerdos serios y objeti-
sus obras y palabras. La tradición evangélica 24 está vos, escogidos sin duda e interpretados, pero con es-
atenta a lo que Jesús enseñó con palabras y acciones; mero de verdad y garantizados por una técnica pro-
condensa y hace una exposición interpretativa de esa en- bada» 30.
señanza de Jesús, el único Maestro (Mt 23,10) 25. Junto
con algunas inexactitudes señaladas en la obra de Ger- 2. Por constatación de una situación típica
de la comunidad
23
EUSEBIO, Hist, eccl. 3,39: PG 20.297A.
24
Aunque el último capítulo de la obra de Gerhardsson trata del Aunque por mera tradición oral, mediante una me-
«origen y transmisión de la tradición evangélica», el autor alude a una morización de palabras, se puede llegar a establecer un
monografía que habría de ser dedicada a un análisis sistemático del
material evangélico para encontrar en él los trazos de la tradición ra-
bínica. Las diversas variantes de los sinópticos las explica el autor por 26
M. SMITH, A Comparison of Early Christian and Early Rabbinic Tra-
el material hagádico frecuente en el Evangelio y susceptible de varia- dition: JBL 82 (1963) 169-176. La respuesta de B. GERHARDSSON,
ciones por adaptaciones diversas surgidas en la primera época, por las Tradiúon and Transmission in Early Christianity (Lund 1964).
diferentes versiones, por la redacción de cada evangelista. 27
Cf. supra p.36.147. J. JEREMÍAS, Kennzeichen der «ipsissima vox»
25
Una síntesis amplia del libro de Gerhardsson la da J. A. FITZ- Jesu: Synoptische Studien (München 1953) p. 86-93.
MYER, Note. Memory and Manuscript. The Origins and Transmission of the 28
X. LÉON-DUFOLR: EHJ p.299s.
Gospel Tradition: TS 23 (2962) 442-457 (cf. p.448-454); P. BENOIT, re- 29
J. A. FITZMYER, a.c. p.455s.
censión en RB 70 (1963) 269-273. 30
P. BENOIT, recensión en RB 70 (1963) 273.
426 P.llc.9. Acceso al Jesús histórico Situación típica de la comunidad 427
contacto con Jesús, sin embargo, este sistema de acer- Jesús. Este hecho, «de continuidad sociológica», que une
carse a Jesús mediante las palabras conservadas en la al menos la comunidad pre-pascual y post-pascual de los
memoria de los discípulos causa la impresión a algunos discípulos, da pie para hacer ulteriores investigaciones y
autores de constituir como «un puente aereo, del que detectar ulteriores líneas de continuidad aun en la
hará bien el historiador en no fiarse» 3I . La razón de misma tradición de las palabras de Jesús. Aunque del
esta desconfianza radica no sólo en que los apóstoles, grupo pre-pascual sepamos poco, sí es obvio suponer
con la experiencia de la pascua, han podido desfigurar tenga «sus situaciones y comportamientos típicos». Ahí
el colorido de sus recuerdos, sino porque todo re- es posible encontrar un «medio ambiente» (Sitz im Le-
cuerdo, después de años o meses, difícilmente puede ben) 34 pre-pascual de los discípulos en el que cabe colo-
reproducir con una exactitud que garantice, aun en las car ya una tradición de las palabras del Señor. Y esto
palabras mismas, el dicho del maestro 32. Por eso se ha con más razón en cuanto que la «continuidad socioló-
intentado establecer otro puente, metodológicamente gica» implica una «continuidad de fe» en la palabra y
quizá más seguro: llegar de la tradición post-pascual de persona de Jesús, aun dentro de una gran discontinui-
las palabras del Señor a su origen prepascual mediante dad 35.
una ampliación del campo de aplicación del método
«historia de las formas» 33. b) Situaciones típicas de la comunidad pre-pascual
Aunque se nos escapen los detalles concretos del
a) Constatación de una comunidad pre-pascual ambiente de la comunidad pre-pascual, sí se dejan en-
trever situaciones típicas de este grupo, contradistintas
Todos los autores, incluso los creadores del «método del ambiente circundante, ya que todo él vivía en se-
HF», admiten la existencia de un grupo de discípulos guimiento de Jesús y con una fe en él. Estas situaciones,
como un fenómeno sociológico comunitario en torno a unas son de orden externo, reguladoras de su actividad,
" H. Scui RMANN, Die vorósterlichen Anfánge der Logientradition. y otras de orden interno, constitutivas de una cierta
Versuch eines formgeschchthchen Zungangs zum Leben Jesu: HJKCh confesionalidad del grupo en torno a la figura de Jesús.
p.342-370 (cf. p.350). Las dos situaciones son ya portadoras de una cierta tra-
1¿
ID., a.c. p.348.
" ID., a.c. p.342-370. El «método HF» intenta encontrar el medio dición de palabras (logia) que arrancan del mismo Jesús.
ambiente, «iiitz ím Leben», de la comunidad post-pascual y restringido
a ella, por creer, según algunos, insalvable el paso a la comunidad 3" El sentido dado al término «Sitz im Leben», cf. nota anterior.
35
pre-pascual. Schürmann, valiéndose de este mismo método, pretende Es cierto que existe una gran discontinuidad entre la fe antes y
pasar de la tradición post-pascual de las palabras del Señor hasta llegar después de Pascua por la mayor profundidad que dieron los aconte-
a su origen pre-pascual; quiere buscar el «medio ambiente» de la co- cimientos de la Resurrección y Pentecostés. Pero esta mayor profun-
munidad pre-pascual en torno a Jesús. Pero, al formular su preten- didad de fe en el conocimiento mesiánico de Jesús después de su re-
sión de búsqueda del ambiente pre-pascual, expresamente hace cons- surrección es difícil pensarla si antes no ha existido un cierto conoci-
tar, con M. Dibelius y K. L. Schmidt, que el término «Sitz im Leben» miento mesiánico. La Resurrección adquiere su pleno sentido cuando
no significa un suceso concreto de la historia, sino una situación típica se la ve como cumplimiento de una promesa de mesianidad que ha
o comportamiento en la vida de una comunidad, las condiciones vita- estado anunciada por el Antiguo Testamento y confirmada por la vida
les y funcionales de una comunidad (cf. a.c. p.351). Deja constancia de misma y palabras de Jesús. Para que la Pascua fuese considerada
esto para recalcar que, al buscar el «Sitz im Leben» de la comunidad como cumplimiento de mesianidad era necesaria antes de ella, al me-
pre-pascual, no le interesa averiguar «el tiempo y lugar en el que Jesús nos, una «sospecha» mesiánica (cf. a.c. p.352-354).
ha pronunciado por primera vez una palabra» (esto interesaría al his-
toriador), sino «establecer si las palabras del Señor arrancan en la his-
toria de la tradición ya antes de la Pascua, dentro de una situación y
comportamiento típico del grupo de los doce» (cf. a.c. p.352).
428 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Situación típica de la comunidad 429
a) A propósito de las parábolas nario de las parábolas; algunas de éstas se pueden colo-
En el estudio profundo que hace de las parábolas, J. car ante un auditorio determinado, en una situación
Jeremías se propone con nitidez su cometido: «Jesús ha ambiental concreta de la actividad de Jesús partiendo
hablado a hombres de carne y hueso y se ha adaptado a del sentido originario de ellas. Así, las parábolas que en-
la situación de su momento. Cada una de las palabras trañan el tema de salvación, enviada especialmente a los
ha sido pronunciada en una circunstancia precisa de su «pobres», «deudores», «pecadores» 43, se pueden colocar
vida. ¡Es necesario intentar reencontrarla! ¿Qué es lo como una actitud de justificación que Jesús hace de su
que quería decir Jesús en tal o cual momento concreto? mensaje ante aquellos que le critican 44; en concreto, las
¿Qué efecto pretendían producir sus palabras en sus parábolas de la oveja y dracma perdidas (Le 15,4-10) e
oyentes? Estas son las preguntas que es necesario plan- hijo pródigo (Le 15,11-32) tienen el sello apologético
tearse para redescubrir, en la medida de lo posible, la claro por el que Jesús se justifica ante los fariseos de
significación original de las parábolas de Jesús y oír la comer con los pecadores (Le 15,1-2; cf Mt 18,1.11-
voz misma del Maestro (ipsissima vox) 39. 14) 45 ; las parábolas que implican una exhortación a una
Aunque antes de él ya se había emprendido la tarea parábolas están resumidos: 1) Anuncio de una salvación ya actuante en
de volver a colocar las parábolas en la situación histórica la persona, obras y palabras de Jesús; se deja entrever en pequeñas
imágenes más que en grandes parábolas: tiempo de bodas (Me 2,19),
de la vida de Jesús 40, Jeremias aborda de nuevo el pro- el vestido y vino nuevos (Me 2,21-22), la mies abundante (Jn 4,35ss),
blema con aportaciones personales que completan la la lámpara encendida (Me 4,21); en Jesús ha venido el médico (Me
2,17), el maestro (Mt 10,24; Le 6,46), el señor de la casa (Mt 10,25).
trayectoria ya trazada por otros autores. Partiendo de 2) Esta salvación es enviada especialmente a los "pobres», «deudores»,
las interpretaciones que la Iglesia primitiva ha dado a «pecadores»: parábolas de la oveja y dracma perdidas (Le 15,4-10),
las parábolas, en un sentido de acomodación a sus cir- los dos deudores (Le 7,40ss), los que tienen necesidad de médico (Me
2,16-17), el fariseo y el publicano (Le 18,9-14), los dos hijos desobe-
cunstancias, intenta esbozar el sentido primigenio que dientes (Mt 21,28-32), los convidados descorteses (Mt 22,1-10; Le
tuvieron en los labios de Jesús al proponer su mensaje. 14,16-24), hijo pródigo (Le 15,11-32), operarios de última hora (Mt
Las parábolas que, por lo general, responden a una si- 20,1-15). 3) Exhortación a una gran confianza: parábola del grano de
mostaza (Me 4,30-32; Mt 13,31-32; Le 13,18-19) y levadura (Mt
tuación de conflicto con los adversarios en la vida de 13,33; Le 13,20-21), el sembrador (Me 4,3-8; Mt 13,3-8; Le 8,5-8),
Jesús 41, defienden, justifican o explican una serie de l a b r a d o r impaciente (Me 4,26-29), j u e z inicuo (Le 18,2-8) y
amigo importuno (Le 11,5-8). 4) Llamada a la penitencia ante una
ideas claves que Jesús expuso en su mensaje. Estas ideas crisis amenazante; parábola de los niños que juegan en la plaza (Mt
maestras del mensaje de Jesús, por otra parte no muy 11,16-19; Le 7,31-35), el ojo, lámpara del cuerpo (Mt 6,22-23; Le
numerosas 42, son las que aparecen en el sentido origi- 11,34-36), rico insensato (Le 12,16-20), la higuera estéril (Le 13,6-9),
el hombre de confianza (Mt 24,45-51a; Le 12,42-46), los talentos (Mt
25,14-30; Le 19,12-27), el portero vigilante (Me 13,33-37; Le 12,35-
39 38), los viñadores homicidas (Me 12,1-12; Mt 21,33-46; Le 20,9-19).
J. JEREMÍAS, Les parábales de Jesús (París 1962) p.25. Trad. de Die
Gleichnisse Jesu (Góttingen 6 1962). 5) La exigencia de esta última hora; parábola del deudor (Mt 5,25-26;
40 Le 12,58-59), administrador infiel (Le 16,1-8), el rico y el pobre Lá-
Abrió camino A. T. Cadoux (The Parables of Jesu, Their Art
and Use, New York 1931) con una intuición acertada, pero consi- zaro (Le 16,19-31), invitado al convite sin traje nupcial (Mt 22,11-13),
guiendo sólo penetrantes observaciones en determinados puntos. Si- las diez vírgenes (Mt 25,1-13), convidado a la mesa (Le 14,7-11), cons-
guió en este camino B. T. D. Smith (The Parables of the Synoptic Gospels, tructor de la torre y rey que planea la guerra (Le 14,28-33), espíritu
Cambridge 1937), logrando poner de manifiesto el transfondo de impuro que vuelve a la casa que había abandonado (Mt 12,43-45b; Le
numerosas parábolas y descuidando su interpretación teológica. El 11,24-26). 6) Cómo debe ser un discípulo: parábola del tesoro escondido y
éxito de colocar las parábolas en la situación histórica vivida por Jesús, la perla (Mt 13,44-46), buen samaritano (Le 10,25-37), el deudor exi-
aunque limitándose a las «parábolas del reino», fue de C. H. Dodd gente (Mt 18,23-25).
(The Parables of the Kingdom [London 1935]; cf. J. JEREMÍAS, o.c, p.24). 43
Cf. nota anterior n.2.
41 44
J. JEREMÍAS, o.c. p.25. J. JEREMÍAS, O.C. p.l27s.
42
Los temas centrales del mensaje de Jesús que aparecen en las 45
ID., O.C. p.l36ss.
434 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Situaciones de la actividad de Jesús 435
46 línea de amenaza al pueblo hay que colocar la imagen
gran confianza no son difíciles de situar en la activi-
dad de Jesús; así, las parábolas del grano de mostaza de la sal que pierde su sabor, según lo hace Lucas diri-
(Me 4,30-32; Mt 13,31-32; Le 13,18-19) y levadura (Mt giéndose a la muchedumbre (Le 14,25.34-35), y no diri-
13,33; Le 13,20-21) surgen como respuesta ante las du- gida a los discípulos, como lo hacen Mateo y Marcos (Mt
das que se levantan sobre las apariencias pequeñas de la 5,13; Me 9,50) " .
misión de Jesús: «no conocéis el poder de Dios» (Me De alguna manera, pues, se puede llegar al sentido
12,25), «estáis en un error» (Me 12,27) 47; igualmente, la primigenio de algunas parábolas 54 y, según él, colocar-
parábola del sembrador (Me 4,3-8; Mt 13,3-8; Le 8,5-8) las en una situación adaptada a la vida de Jesús, aunque
ha podido estar motivada por el aparente fracaso en su no nos sea posible, claro está, colocarlas en una coorde-
predicación infructuosa (Me 6,5-6), en la oposición que nada exacta geográfico-temporal.
encontraba (Me 3,6), en las defecciones que se produ-
cían (Jn 6,60) 48. Las parábolas que ante una crisis ame- b) A propósito de las bienaventuranzas
nazante constituyen una llamada a la penitencia 49 «han Una situación aún más concreta y determinada en la
sido pronunciadas en una situación histórica concreta..., actividad de Jesús les ha dado J. Dupont a las «bienaven-
ésta es fundamental para comprenderlas; no son pre- turanzas» 54*. Después de un estudio detenido y pro-
ceptos de moral lo que ellas quieren inculcar, sino sacu- fundo sobre el problema literario del sermón del monte
dir y despertar a un pueblo ciego que corre a su perdi- y las bienaventuranzas en la búsqueda de su estructura
ción, y sobre todo a sus jefes, teólogos y sacerdotes; primitiva, Dupont analiza su mensaje doctrinal en su
aunque las parábolas también influyen en la llamada al formulación primera y en las diversas redacciones de
arrepentimiento» 50; así, la imagen del ojo como «lám- Lucas y de Mateo. El contenido doctrinal primitivo de
para del cuerpo» no tiene su situación adecuada en Ma- las bienaventuranzas referentes a los pobres, afligidos,
teo, dirigida a los discípulos (Mt 6,22-23), sino en Lucas, hambrientos (Mt 5,3.5.6) 55 es esencialmente mesiá-
dirigida a la muchedumbre (Le 11,34-36) s l ; igual-
5
mente, la parábola del hombre de confianza (Mt 24,45- ' ID., O.C. p.169.
54
La posibilidad de llegar al sentido primigenio de una parábola
51a; Le 12,42-46), de los talentos (Mt 25,14-30a; Le en labios del Señor y su situación originaria en un ambiente determi-
19,12-27), el portero vigilante (Me 13,33-37; Le 12,35- nado no ha de menguar el aprecio por la interpretación que le ha
38), son dirigidas a los jefes del pueblo, escribas, que dado el evangelista y por la colocación en que la ha insertado con una
labor redaccional. Una de las mayores ventajas de encontrar el sen-
han recibido de Dios un precioso depósito 52; en esta tido primigenio será precisamente el captar mejor el enriquecimiento
de interpretación que han tenido las palabras del Señor a través de
46 una interpretación eclesial en acomodación a circunstancias determi-
Cf. supra nota 42 n.3. A pesar de la nota redaccional sobre la nadas. Para buscar este enriquecimiento de la tradición, el libro de J.
oración, que Lucas subraya en algunas parábolas, por ejemplo, en la Jeremías es de un valor innegable; prescindimos ahora de la desvia-
del juez inicuo (Le 18,2-8; cf. v.l), del amigo importuno (Le 11,5-8; ción que algunos le han anotado en ciertos puntos fundamentales so-
cf. v.1-4.9-13), poniendo de relieve la figura de la viuda y del amigo bre alegoría y escatología; cf. P. BENOIT, recensión en RB 55 (1948)
importuno, sin embargo, el sentido primitivo de estas parábolas en 597ss.
labios de Jesús está centrado en la figura del juez y del amigo que es ,4
perturbado en su sueño como expresión de la actitud de escucha que * J. DLPONT, Les be'atitudes. Le probléme htte'raire. Le message doctri-
Dios tendrá con los que acudan a él; cf. J. JEREMÍAS, o.c. p.l57ss. nal (Bruges 1954). Existe una segunda edición totalmente renovada:
47 1.1: Les beatitudes. Le probléme htte'raire: les deux versions du Sermón sur la
ID., O.C. p.l51s. montagne et des beatitudes (Bruges-Louvain 1958); t.2: Les beatitudes. La
48
ID., O.C. p.153. bonne nouvelle (Paris .1969); t.3: Les be'atitudes. Les Évangeíistes (Paris
49
Cf. supra nota 42 n.4. 1973).
50
ID., o.c. p.170. 5<;
En el texto de las «bienaventuranzas», Dupont determina un
51
ID., O.C. p.163. texto primitivo (según él, quizá una traducción del evangelio aramaico
,2
ID., O.C. p.166.
436 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterios de historicidad 437
nico, en plena armonía con la promesa de liberación he- A partir, pues, del sentido primitivo de las bienaven-
cha por Isaías a los pobres, afligidos y desheredados con turanzas se las ha podido encuadrar en una situación
la venida del Mesías (Is 61,1-3; 65,13-14). Con la pro- más determinada del ministerio de Jesús. Por otra
clamación de estas bienaventuranzas se anuncia la lle- parte, «la situación concreta que suponen las bienaven-
gada del reino, como con los milagros realizados se no- turanzas no es la situación de la propaganda cristiana,
tifica al Bautista la presencia del que había de venir (Mt sino de la predicación de Jesús» 58. El sentido originario
11,4-6). Estas primeras bienaventuranzas se sitúan per- de las bienaventuranzas de los pobres, afligidos y ham-
fectamente al comienzo del ministerio de Jesús, en que brientos responde al tema central de predicación de Je-
se anuncia la cercanía del reino (Mt 4,17) 56. Por el con- sús: venida del reino 59; la bienaventuranza de los per-
trario, la bienaventuranza de los que padecen persecu- seguidos encaja con una serie de situaciones de encuen-
ción (Mt 5,10.11-12), que «no pertenece ni al mismo tro de Jesús con sus adversarios en que se les reprochan
contexto literario ni al mismo contexto psicológico de las persecuciones que suscitan (Mt 23,29-36; Le 11,47-
las otras bienaventuranzas de los pobres, afhgidos y 51) 60 y de situaciones en que Jesús previene a los discí-
hambrientos..., se coloca con más normalidad en la úl- pulos de las persecuciones que les aguardan (Mt 10,17-
tima fase» del ministerio de Jesús S7. 20; Me 13,9) 6I .
El rigor crítico y la profundidad de la obra de Du-
de Mateo) del que han partido las redacciones actuales del evangelio pont, al establecer el análisis literario y contenido doc-
de Mateo y Lucas. Como elementos primitivos de las bienaventuran-
zas, Dupont cree se han de mantener: a) Bienaventurados los pobres, trinal, garantizan lo esencial de su tesis 62 y su acceso,
porque de ellos es el reino de los cielos, b) Bienaventurados los afligi- que aquí hemos esbozado, al sentido originario de las
dos, porque ellos serán consolados, c) Bienaventurados los hambrien- bienaventuranzas en labios de Jesús y su situación den-
tos, porque ellos serán saciados, d) Bienaventurados seréis cuando se
os ultraje, se os persiga y se diga toda clase de mal contra vosotros a tro de la actividad de su ministerio.
causa de mí. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa es
grande en los cielos, pues también se ha perseguido a los profetas que
os han precedido; cf. Les beatitudes (Bruges 1954) p.l22s. Las otras
4. Criterios de historicidad
bienaventuranzas: Mansos, misericordiosos, limpios de corazón y pací- El establecer contacto con el Jesús histórico en cada
ficos, propias de Mateo (Mt 5,5.7.8.9), y que no se encuentran en
Lucas, son adiciones del Mateo griego, explicativas del contenido de uno de los dichos y sucesos que encontramos en los
«pobres» y de las enseñanzas de Jesús a los discípulos (cf. o.c. p. 87-
92). La formulación misma de la bienaventuranza de los perseguidos, Jesús a los discípulos en el discurso escatológico (Me 13,9-13; Mt
exclusiva de Mateo (Mt 5,10), es un desdoblamiento de los v.11-12 en 24,9-13; Le 21,12-19), que suponen ya una serie de enfrentamientos
armonía con las formulaciones precedentes (cf. o.c. p. 85s). Si todas de Jesús con sus adversarios. El anuncio de estas persecuciones de los
estas formulaciones exclusivas de Mateo hubieran estado en la fuente discípulos, como continuación de las que ya ha tenido Jesús, está,
primitiva, no se explicaría la omisión de Lucas (cf. o.c. p.91). pues, mejor colocado al final del ministerio (cf. o.c. p.128-141). Si el
56 sentido de las tres primeras bienaventuranzas es mesiánico, como
Cf. J. DUPONT, o.c. (Bruges 1954) p.177-181. anuncio de la llegada del reino, la bienaventuranza última de los per-
57
ID., o.c. p.178. Que la bienaventuranza de los perseguidos no seguidos tiene una significación cristológica y escatológica: «si es di-
pertenezca al mismo contexto literario de las otras bienaventuranzas, choso el sufrir por Jesús, es porque Jesús es el Cristo, el Hijo del
lo deja entrever claramente la formulación de Mateo (Mt 5,11-12), hombre, el que hará el juicio último» (cf. o.c. p.136). La conjunción de
distinta de las anteriores bienaventuranzas (cf. supra nota 55 y la dife- todas las bienaventuranzas en un solo contexto es, naturalmente, obra
rencia existente entre las bienaventuranzas enumeradas allá en a-b-c y redaccional del evangelista.
la d de los perseguidos). El tema de persecución tampoco tiene el 58
mismo contexto psicológico de las otras bienaventuranzas primitivas. J. DUPONT, O.C. p.179.
59
Mientras que las tres primeras presentan bajo un aspecto mesiánico el ID., O.C. p.l79s.
60
anuncio exultante de la venida del reino, propia de la predicación de ID., O.C. p.128-132.
Jesús al principio de su ministerio, la bienaventuranza de los perse- " ID., O.C. p. 132-141.
62
guidos responde más bien al clima de anuncios dolorosos hechos por Cf. P. BENOIT, en la recensión de la obra de Dupont: RB 62
(1955) 420-424.
438 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterio de un testimonio múltiple 439
evangelios, presenta, sin duda, seria dificultad, ya que a) Criterio de un testimonio múltiple
cada uno de ellos se nos ofrece en los evangelios des-
pués de una larga tradición previa que ha mirado a Je- En cierta manera este criterio ha sido empleado
sús con ojos de fe. Además de los medios ya indicados como indicio de historicidad durante los siglos pasados,
para realizar este acceso, a saber: un sistema de tradi- cuando se consideraban los cuatro evangelios como tes-
ción oral que garantice la continuidad entre el Cristo de timonios independientes del ministerio y vida de Jesús.
la fe y el Jesús de la historia, la constatación de un me- Por consiguiente, al ser un suceso o palabra de Jesús
dio ambiental de la comunidad pre-pascual en torno a relatado en varios evangelios, eso se estimaba como una
Jesús y la constatación de situaciones concretas en su convergencia de testimonios que garantizaban la histo-
actividad, se ha pretendido buscar ciertos criterios de his- ricidad del relato. El enfoque de este criterio ha debido
toricidad que puedan ser aplicados a los diversos datos ser cambiado cuando se ha constatado que entre los si-
que se nos han transmitido y nos permitan juzgar de su nópticos hay una interrelación de dependencia de fuen-
auténtica pertenencia a la vida de Jesús 62*. Los diversos tes comunes. Entonces el «criterio de un testimonio múl-
procedimientos, ya dichos, de acceso al Jesús histórico tiple», como garantía de historicidad, se ha trasladado
de alguna manera se pueden encuadrar dentro de este de la convergencia de los evangelios a la convergencia
marco general de «criterios de historicidad» 63. de las diversas fuentes de donde han tomado éstos:
Marcos, el material especial de Mateo y el de Lucas 64.
62 Este criterio no tiene gran utilidad para determinar la
* Cuidadosamente hay que distinguir entre indicio, criterio y
prueba de historicidad. El indicio puede llevar sólo a probabilidad. autenticidad histórica de relatos o palabras concretas,
Los criterios son normas que, aplicadas al material evangélico, detectan pues éstas no suelen ser objeto de un «testimonio múlti-
su consistencia histórica. Su aplicación permite establecer la prueba o
demostración de la autenticidad histórica. Cf. R. LATOURELLE, L'accés
ple». Las diversas alusiones que tenemos de ellos en los
á Jesús par les evangiles. Histoire et herméneutique (Tournai-Montréal evangelios no es por provenir de diversas fuentes, sino
1978) p.217-220. por ser repetición tomada de una misma fuente. En
63
Estos criterios son establecidos frecuentemente por autores
tanto protestantes como católicos. Entre los protestantes han sido es-
cambio, puede ser, según McArthur 6S, más práctico
tudiados especialmente por E. KASEMANN, Das Problem des historischen para la determinación de autenticidad de los motivos o
Jesús: ZTK 51 (1954) 125-153 (cf. p.l44s); N. A. DAHL, Der historische temas que se repiten en los evangelios; así, por ejemplo,
Jesús ais geschkhtwissenschaftliches und theologisches Problem: KerDo 1
(1955) 104-132 (cf. p.l 14-122); J. JEREMÍAS, Der gegenwartige Stand der la comida de Jesús con publicanos y pecadores (Me
Debatte um das Problem des historischen Jesús: HJKCh p. 12-25 (cf. p.20- 2,15-17; Mt 9,10-11; Le 5,29-30), aun contada en los
23); H. K. MCARTHLR, Basic Issues. A Survey of Recent Gospel Research:
Interp 18 (1964) 39-55 (cf. p.47-51); N. PERRIN,Rediscoveringthe Theach-
ing oj Jesús (London 1967) (ct. p.39-49). Entre los católicos: B. Ri- impostare oggi il problema del Gesu storico?: CC 120 (1969, II) 447-463
GAUX, L'historicité de Je'sus devant l'exe'gése recent: RB 65 (1958) 481-522 (cf. p.455-461). A continuación seguimos la línea general de la síntesis
(cf. p.512-522); F. MUSSNER, Der historische Jesús und der Christus des presentada en este artículo. Otra literatura sobre los criterios de histo-
Glaubens: BZ 1 (1957) 224-252 (cf. p.227-230), recogido también en ricidad cf. Bibliografía general sobre los evangelios (p. xxxm): Hand,
Praesentia Salutis. Gesammelte Studien zu Fragen und Themen des Neuen Latourelle, Lentzen-Deis, Lührmann, Mussner.
Testamentes (Dusseldorf 1967) p.42-66 (cf. p.44-47); ID., Der «histori- 64
Este criterio ha sido usado por T. W. Manson (The Theaching of
sche» Jesús, en Praesentia Salutis... p.67-80 (cf. p.74-78); H. SCHLRMANN, Jesús, Cambridge 1935) y estudiado por H. K. McArthur (a.c; cf. nota
Die Sprache des Christus. Sprachliche Beobactungen an den synoptischen Her- 63 p.47s) y por N. Perrin (o.c; cf. nota 63 p.45s). Por el contrario, este
renworten: BZ 2 (1958) 54-84 (cf. p.55), recogido en Traditionsgeschich- criterio ha sido descuidado por la escuela bultmaniana, ya que se
tliche Untersuchungen zu den synoptischen Evangelien (Dusseldorf 1968) queda «exclusivamente ligado al análisis de la crítica literaria, es decir,
p.83-108 (cf. p.84); W. TRILLING, Jesús y los problemas de su historicidad de las fuentes escritas de los Evangelios, ignorando la problemática de
(Barcelona 1970) p.50-59 (trad. de Fragen zur Geschichtlichkeit Jesu, la Formgeschichte sobre la tradición oral anterior»; cf. I. DE LA POTTE-
1966); L. CERFAUX./ÍÍJÜ aux origines de la tradition. Pour une histoire de RIE, a.c; cf. nota 63 p.456.
Jesús t.3 (Desclée de B., 1968) p.269-271; I. DE LA POTTERIE, Come 65
H. K. MCARTHUR, a.c. p.48.
440 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterio de discontinuidad 441
tres sinópticos, proviene de un testimonio o fuente pió, todo aquello del Evangelio que no encaja en el me-
única: Marcos; sin embargo, el tema de comida y convi- dio ambiente judaico del tiempo ni en el medio am-
vencia de Jesús con los pecadores está sólidamente do- biente de la primitiva comunidad cristiana, sino que más
cumentado en todos los estratos de la tradición; la mul- bien incluye un cierto sentido de inadaptación a ambas
tiplicidad de testimonios sobre el tema garantiza el he- situaciones, es una señal inequívoca de procedencia del
cho. Jesús de la historia. Semejante principio suele ser con-
Sin embargo, aun en este caso, la aplicación de este firmado con diversidad de ejemplos.
criterio de múltiple testimonio, por estar en todos los
estratos de la tradición, no puede ser usado sin reservas, 1) DISCONTINUIDAD CON LA COMUNIDAD CRISTIANA
ya que un tema puede gozar de múltiple testimonio por
haber sido de tal importancia en la primitiva comuni- Apoyados en este criterio, se ha de afirmar que «hay
dad, que haya influido en todas las ramificaciones de la ciertos datos en la vida de Jesús que constan con toda
tradición 66. » seguridad, porque nadie los pudo inventar; sobre todo
no los habrían inventado los que creían en ellos y tenían
Con todo, la historicidad de un tema que se presente
que predicarlos» 69. En la base de todos éstos, como
respaldado por una tradición múltiple no podrá ser ne-
dato inconcuso, está su muerte violenta en la cruz 70. En
gada o puesta en duda con sospecha de tener un origen
unión con su muerte en la cruz está ligado el «fracaso
comunitario si éste no se prueba positivamente. La pre-
externo» de su obra, imposible de ser inventado por sus
sunción está por la historicidad, aunque, a su vez, haya
partidarios y futuros propagadores del mensaje 71; su
de ser completada por otros criterios 67.
procedencia de Nazaret, sumamente despreciada (Jn
1,46) 72 ; el hecho del bautismo de Jesús conferido por
b) Criterio de desemejanza o discontinuidad Juan el Bautista, y la catalogación que esto podía supo-
Es uno de los criterios más umversalmente recono- ner de Jesús entre los pecadores, es, sin duda, materia
cidos como válidos para mostrar la autenticidad histó- que podía dificultar la fe al comienzo de la tradición,
rica de un hecho o dicho de Jesús 68. Según este princi- más bien que ser aliciente para ella 73; el relato de las
tentaciones de Jesús, en lo fundamental del hecho, cier-
66
tamente no adaptándose a la situación ambiental de la
N. PERRIN, o.c. p.46.
67
I. DE LA POTTERIE, a.c. p.456. C. H. Dodd habla de u n criterio comunidad pascual, sino a la situación del ministerio de
de historicidad parecido al expuesto, pero de enfoque diverso;, habla Jesús, puede dar de esta manera plena garantía de su
de un «criterio de testimonio por múltiples formas», es decir, la multi-
plicidad de unidades, formas literarias, alusivas a u n mismo tema, aun
provenientes de una sola fuente, pueden garantizar su historicidad; 1966) p.17-37; N. PERRIN, o.c. p.39-43; incluso es admitido como cri-
cf. C. H. DODD, History and the Gospel (New York 1938) p.91s. Este terio único por R. BULTMANN, Die Geschichte der synoptischen Tradition
criterio pone de manifiesto, ciertamente, la profundidad con que un (Góttingen 6 1964) p.222 y E. KASEMANN, Das Problem des historischen
tema está arraigado en u n a tradición conservada en una fuente (por Jesús: ZTK 51 (1954) 144.
69
ejemplo, las predicciones de la pasión provenientes de Marcos), pero W. TRILLING, Jesús y los problemas de su historicidad (Barcelona
no es tan decisivo como el criterio de múltiple testimonio por diversi- 1970) p.54.
70
dad d e fuentes distintas; cf H. K. MCARTHUR, a.c. p.49s. N. A. DAHL, a.c. p.120; B. RIGAUX, a.c. p.519; F. MUSSNER, a.c.
6 en BZ 1 (1957) 227, y en Praesentia Salutis p.45; X. LÉON-DUFOUR:
« M. GOGUEL, Je'sus (Paris 1950) p.150; B. RJGAUX, a.c; cf. nota
63 p.518; N. A. DAHL, a.c; cf. nota 63 p.119-122; H. CONZELMANN, EHJ p.301; W. TRILLING, o.c. p.55. ,
71
Jesús Christus, en Die Religión in Geschichte und Gegenwart III 623; W. TRILLING, O.C. p.56s. v í r i c o TfJí;
72
X. LÉON-DLFOLR: EHJ p.323; H. K. M C A R T H L R , a.c p.50; J. JEREMÍAS, I D . , O.C. p.57. /i-
The Central Messagge of the New Testament (London 1965) (trad. espa- " I D . , O.C. p.58; X. LÉON-DUFOUR- EHJ p.338; I. DE LA P O T A R I E ,
ñola: El mensaje central del Nuevo Testamento e l : Abba (Salamanca a.c; nota 63 p.458. f ;
v,
f-.- > - .
442 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterio de discontinuidad 443
74
historicidad esencial . Como hay hechos en los evange- primitiva, también hay palabras de Jesús que muestran
lios que presentan esa discontinuidad con la comunidad la misma característica y son garantía de su autentici-
dad; así, las palabras de Jesús «no toméis el camino de
74
J. DUPONT, L'origine du re'cit des tentations de Jesús au de'sert: RB 73 los gentiles ni entréis en la ciudad de los samaritanos»
(1966) 30-75. En este artículo presenta el autor un estudio profundo
sobre el punto de partida del relato, queriendo determinar el aconte- (Mt 10,5), en cuanto que están en desacuerdo con la
cimiento histórico cuyo recuerdo nos han conservado los relatos práctica más antigua de la misión cristiana, presentan
evangélicos. Partiendo del (I) análisis de las dos tradiciones y sus posi- un sello de autenticidad de ser palabra de Jesús 75. El
bles relaciones en que se nos han transmitido los relatos (Me y Mt-Lc),
el autor se detiene a considerar el origen de la narración evangélica mismo criterio de discontinuidad aplica Goguel 76 a las
(II). Para unos, las tentaciones tienen un origen comunitario: 1) como palabras de Jesús ante el sanedrín: «Veréis al Hijo del
pieza apologética para justificar que Jesús no haya hecho grandes mi-
lagros para comprobar su mesianismo (W. Bousset, M. Dibelius, E.
hombre sentado a la diestra del poder y venir entre las
Lohmeyer); 2) como fragmento de catequesis para inculcar una acti- nubes del cielo» (Me 14,62), o aquellas otras aludidas
tud religiosa auténtica (A. Meyer, R. Bultmann, A. Fridrischen); 3) por Lucas: «Como el relámpago fulgurante que brilla de
como una explicación teológica o una elaboración midráshica de un
relato tradicional auténtico (P. van Iersel); 4) como un resumen dra- un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre
mático condensando en una escena única diversas tentaciones de Jesús en su día; pero antes le es preciso padecer mucho y ser
a lo largo de su ministerio, pero de forma menos extraordinaria (H. J. reprobado por esta generación» (Le 17,24-25), por no
Holtzmann). Aunque estas opiniones presentan una interpretación
profunda de la misión de Jesús, no se ve ningún motivo para que, haber en ellas alusión a la resurrección, pues los fieles
poniendo el origen en la comunidad, se excluya la idea de que este en el cristianismo primitivo mantenían su fe en la paru-
relato provenga de Jesús en persona; y sí se presentan 5) serias dificul-
tades para establecer el origen comunitario. Estas serían: a) se trata de
sía d e Jesús a través de la resurrección por lo que ésta
algo demasiado perfecto y elaborado como para que sea producto suponía de triunfo sobre la muerte.
de un trabajo inconsciente de imaginación popular (J. Weiss, P. La-
grange); b) la fe de la comunidad en Jesús no lo coloca en tal aventura
(J. Schmid); c) las tentaciones desarrolladas carecen de actualidad 2) DISCONTINUIDAD CON EL AMBIENTE JUDAICO
para la catequesis cristiana y para las disensiones con los judíos (J.
Schmid, J. Jeremías). Por el contrario (III), hay razones positivas para Siguiendo esta línea de discontinuidad con el am-
poner en Jesús el origen del relato. Es cierto que estas razones no biente judaico, se pueden considerar como «ipsissima
están exentas de 1) dificultades: a) el relato está puesto en tercera
persona, no en labios de Jesús; b) no hay ninguna palabra de Jesús,
vox Iesu» los términos «Abba» (Me 14,36) y áur^v A-éyco
sino citas del AT; c) es el único pasaje en que la tradición evangélica uufv (aoí) (en los sinópticos: 13 veces en Marcos, 30 en
presenta un ejemplo de diálogo en un episodio. Con todo, existen 2) Mateo y 6 en Lucas) o áur]v á\ir\v XÉya i5|¿rv (croí) (25
respuestas a las dificultades: a) se usa también otras veces la tercera
persona en las parábolas, y esta vez, en concreto, se justifica como veces en Juan). Según estudios de J. Jeremías, «en nin-
modalidad de estilo, ya que ha transcurrido mucho tiempo después guna parte, en la literatura cte4as oraciones del antiguo
que Jesús contó lo sucedido; b) no se citan palabras de Jesús, sino del judaismo, se encuentra esa invocación de Dios como
AT, ya que a éstas se les atribuye la victoria; c) existe ciertamente una
redacción literaria última y, sobre todo, existen 3) razones positivas Abba, ni en las oraciones litúrgicas ni en las particulares
para atribuir el relato a Jesús: el Evangelio a) nos subraya con fre- o caseras» 77. Al usar Jesús este término en su oración,
cuencia la situación en que Jesús rehusa dar la señal que se le re-
clama; b) nos habla de esperanzas mesiánicas erróneas de los discípu-
los y contemporáneos de Jesús que no se dan después en la comuni- cida a un lenguaje imaginario capaz de llamar la atención de sus oyen-
dad cristiana; c) nos presenta el papel del demonio en relación con la tes. Aunque los evangelistas colocan las tentaciones entre el bautismo
la misión de Jesús de un modo muy apropiado a como se le pre- y la vida pública, Jesús contó su experiencia no al principio de la vida
senta en estos relatos. Estos tres aspectos sitúan muy bien el relato en pública ni antes del episodio de Cesárea de Filipo; quizá este episodio
la vida de Jesús, no en el sentido de que todos los detalles sean reales parezca el marco más adecuado.
ni tampoco en el sentido extremo que el relato se asimile a una pará- " M. GOGUEL, Jesús (Paris 1950) 150; X. LÉON-DUFOUR: EHJ
bola, enteramente ficticia, contada por Jesús, sino en un sentido in- p.323.
76
termedio: Jesús habla de una experiencia que ha vivido, pero tradu- M. GOGUEL, O.C. p.150.
77
J. JEREMÍAS, El mensaje central del Nuevo Testamento (Salamanca
444 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterio de continuidad 445
concluye Jeremías, «eso significa que nos encontramos toles: «Os haré pescadores de hombres» (Me 1,17), su-
aquí con una inequívoca característica de la manera pone también una discontinuidad con el ambiente pre-
única como el mismo Jesús se expresaba, de su ipsissima cristiano, ya que se usaba con referencia a un juicio pu-
vox» 78. El mismo procedimiento y la misma conclusión nitivo y escatológico de Dios( y en la expresión de Jesús
se puede emplear con la expresióndur^v dur)v...; se trata adquiere un significado nuevo de liberación, de salva-
de u n a formulación completamente nueva en los evan- ción de los hombres 82.
gelios, y, por consiguiente, nos pone en contacto con las Este criterio de historicidad, basado en la disconti-
palabras de Jesús 79. nuidad repecto del ambiente judaico o cristiano, es cier-
La llamada que Jesús dirige a los discípulos: «Venid tamente válido y da garantía de autenticidad a aquellos
detrás de mí» (8e0xe ÓTtícrco uoi>) (Me 1,17), siguiendo puntos en los cuales se puede aplicar con certeza; es un
este mismo criterio de discontinuidad, se puede consi- «mínimum» de historicidad que hay que mantener s3.
derar como auténtica de Jesús. Por una parte, está en Pero usado con exclusividad, es decir, no considerando
línea de desemejanza con el ambiente judaico, del que como histórico todo aquello que de alguna manera
no se ha podido tomar, puesto que en el judaismo es el pueda encajar en ambiente judaico o cristiano, es exce-
discípulo el que escoge al maestro, y aquí es Jesús el que sivamente radical e inconsecuente 84. El quedarse sólo
llama con autoridad a los discípulos 80; por otra parte, con este criterio negativo, atribuyendo a Jesús sólo
está también en línea de discontinuidad con la primitiva aquello que no se puede atribuir a la comunidad judía o
comunidad apostólica para expresar la fe en Jesús; se cristiana, supone una serie de «prejuicios de escuela que
trata, pues, de un rasgo característico de seguimiento en desconfían de la fidelidad de la tradición» 85. Sin em-
la vida de Jesús 81. bargo, es sumamente útil para ver lo que hay de origi-
La metáfora que Jesús usa en la llamada a los após- nal en el mensaje y acción de Jesús 86 y establecer un
punto seguro de partida 87.
1966) p.26. Un estudio sobre las fuentes estudiadas por el autor sobre
el tema se encontrará en Abba: Untersvchungen zur neutestamentlichen c) Criterio de conformidad o continuidad
und Zeitgeschichte (Gottingen 1965); ID., Kennzeichen der "ipsissima vox"
Jesu: Synoptischen Studien (München 1953) p.86-89. Este criterio de conformidad o continuidad se puede
78
ID., El mensaje central... p.27.
79
ID., Kennzeichen... p.90. entender en línea de complemento al criterio anterior;
80
G. KITTEL, dJto\oueéa>: T h W N T I 213ss; 1. DE LA POTTERIE, a.c, es decir, una vez establecidos con seguridad, por vía de
p.457. discontinuidad, elementos auténticos en acciones y pa-
81
I. DE LA POTTERIE, a.c. p.457. G. Kittel (a.c. p.215) sostiene que
el verbo dxoXouGfeto, aplicado a Jesús, indica un hecho concreto, histó-
rico, en la vida de Jesús. Igual actitud mantiene H. Mehl-Koehnlein 82
Para el uso de la metáfora, cf. W. H. WUELLNER, The Meaning of
(Suivre, en Vocabulaire biblique. Edit. J . J . VON ALLMEN [Neuchátel-París Fischers (Filadelfía 1967). Sobre el sentido que tiene en labios de Jesús,
1954] p.285): «seguir, en el NT, expresa un suceso, no una noción o
cf. J. MANEK, Fischers of Men: N T 2 (1957) 138-141,1, DE LA POTTERIE,
un estado; el término está estrechamente ligado a la aparición del
Cristo histórico». Con todo, había que decir q u e este verbo a.c. p.457.
83
0¡xoXou6éco, aplicado a Jesús, aunque suponga un substrato de hecho N. A. DAHL, a.c. p.119; H. K. MCARTHUR, a.c. p.51.
84
histórico en la vida de Jesús con sentido propio, para los evangelistas I. DE LA POTTERIE, a.c. p.456.
85
que lo emplean no está carente de un sentido espiritualizante. Los L. CERFAUx./e'sus aux origines de la tradition (Desclée de B., 1968)
evangelistas, que no separaban, sino que identificaban el Cristo de la p.270.
86
fe con el Jesús de la historia, de alguna manera prolongaban la lla- I. DE LA POTTERIE, a.c. p.456.
87
mada de Jesús a los discípulos inmediatos hasta la propia comunidad. H. CONZELMANN, Jesús Christus, en Die Religión in Geschichte und
Cf. T H . AERTS, Suivre Jesús. Evolution d'un theme biblique dans les e'vangi- Gegenwart III p.623; N. PERRIN, Rediscovering of the Theaching of Jesús
les synoptiques: ETL 42 (1966) 476-512 (cf. p.512). (London 1967) p.39-43.
446 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterio de continuidad 447
labras de Jesús, también será auténtico todo aquello que nocidos por otras fuentes. Las costumbres religiosas, la
esté en conformidad y armonía con lo ya establecido diversidad de partidos, los usos habituales en vida so-
como ciertamente histórico 88. Pero, además, se puede cial, laboral, que aparecen en el evangelio son datos que
tomar también el criterio de conformidad o continui- nos ponen en contacto con una mentalidad y cultura
dad, con un cierto valor de independencia del criterio determinada, plenamente constatable por otros docu-
anterior 89. Consiste esencialmente en tratar de acoplar mentos. Todo lo que encaje en ese marco ambiental
un determinado dato del Evangelio en una situación tiene garantía de historicidad y, aunque sea exterior a la
ambiental de la vida de Jesús (Sitz im Lebenjesu) 90. Esta misma persona de Jesús, sirve para encuadrar su vida
conformidad con la situación ambiental se puede esta- en la situación real de su existencia.
blecer a diversa escala.
2) EN CONFORMIDAD CON LAS CARACTERÍSTICAS
1) E N CONFORMIDAD CON EL MUNDO PALESTINENSE FUNDAMENTALES DEL MENSAJE DE JESÚS
JUDAICO
La aplicación de este criterio bajo esta faceta con-
Consiste en enmarcar una palabra o hecho de Jesús creta garantiza la autenticidad de todo aquello que re-
en un clima apropiado al tiempo y lugar en que se desa- fleja las características singulares de Jesús y su men-
rrolló su vida en Palestina 91. Los evangelios nos presen- saje 92. Mediante la ampliación del campo de acción del
tan un cuadro geográfico en armonía con la realidad pa- «método HF» se puede llegar a la constatación de situa-
lestinense: lago de Tiberíades (llamado también mar: ciones típicas de la comunidad prepascual 9 \ incluso a la
Me 1,16; 4,35-41), Nazaret, Cafarnaúm... (Mt 14,34; Me constatación de situaciones concretas de la actividad de
6,53); no lejos de Jerusalén encuentran Belén (Mt Jesús 94. La nota más característica del mensaje funda-
2,1.16; Le 2,4.15), Betfagé y el monte de los Olivos mental de Jesús en cuanto a su contenido es la de una
(Mt 21,1; Me 11,1; Le 19,29), Betania (Me 11,1.12; Le «especial actualidad escatológica» 9S como cumplimiento
19,29; Mt 21,17), Emaús (Le 24,34); para ir de Jerusa- con su palabra y persona del reino mesiánico anunciado
lén a Jericó hay que bajar (Le 10,30)... Los datos topo- en el Antiguo Testamento. Por esto, a través del sentido
gráficos, en su generalidad, corresponden a una geo- primigenio de las parábolas y bienaventuranzas nos po-
grafía concreta y conocida. Igualmente los personajes nemos en contacto con el mensaje original de Jesús
que integran la vida de Jesús: César Augusto, Herodes como anuncio de la llegada del reino 96. Y en general,
el Grande, Quirino, Herodes Antipas, Arquelao, Pilato,
Caifas, Anas..., están en conformidad con los datos co- 92
L. CERFAUX, Jesús aux origines... p.270s.
91
Cf. supra p.425ss.
9J
Cf. supra p.431.
88 95
N. PERRIN, O.C. p.43. H. SCHURMANN, Die Sprache des Christus. Sprachliche Beobachtun-
89
B. RIGAUX, L'historiáte' de Jesús devant l'exe'gése recent: RB 65 gen an den synoptischen Herrenworten: BZ 2 (1958) 54-84 (cf. p.55), en
(1958) p.517-522; F. MUSSNER, Der historische Jesús und der Christus der Traditionsgeschichtliche Untersuchungen zu den synoptischen Evangelien
Glaubens: BZ 1 (1957) 227-230, enPraesentia Salutis. Gesammelte Studien (Dusseldorf 1968) p.84. Muy bien se ha notado que, para llegar al
zu Fragen und Thema des Neuen Testamentes (Dusseldorf 1967) p.44-47; sentido primigenio del mensaje de Jesús, no basta con encontrar en el
L. CERFAUX, Jésus aux origines de la tradition (Desclée de B., 1968) Evangelio rasgos de una teología arcaica (cf. S. ZEDDA, / Vangeli e la
p.270-271. critica oggi [Treviso 1965] p.111-115), anterior a la paolina, pues aun
90
I. DE LA POTTERIE, a.C. p . 4 5 8 . esto puede ser fruto de la comunidad pascual; cf. I. DE LA POTTERIE,
91
S. ZEDDA, / Vangeli e la critica oggi (Treviso 1965) p.l09ss; L. a.c. p.425ss.
96
CERFAUX, Jesús aux origines... p.270; C. M. MARTINI, Introduzione ai Cf. supra p.432ss, estudio de J. Jeremías sobre las parábolas y
Vangeli sinottici, en 11 Messaggio delta Salvezza (Torino 1967) p. 140.143. de J. Duppont sobre las bienaventuranzas.
448 P.II c.9. Acceso al Jesús histórico Criterio de continuidad 449
101 102
siempre que detrás de la interpretación acumulada en la Padre ; en la importancia dada a su palabra y en el
tradición se encuentre este sentido original escatológico, relieve en que se sitúa su misión 103; solemne elevación
nos encontramos con el mensaje primero de Jesús 97. y sacralidad de expresiones 104; aramaísmos y originali-
Esta nota del mensaje de Jesús, centrada en la ins- dad inusitada puesta en labios de Jesús 105; poder y au-
tauración del reino mesiánico anunciado, constituye la toridad en sus decisiones y llamadas ,06 .
característica fundamental del mensaje en cuanto a su Junto con estas características de expresión se pue-
contenido mismo. den señalar otros rasgos propios en la actividad de Jesús
que nos ponen en contacto con su figura original. Su
3) E N CONFORMIDAD CON LAS CARACTERÍSTICAS modo de proceder se caracteriza por unas líneas cons-
GENERALES DE SUS PALABRAS Y ACCIONES tantes de conducta: «amor permanente a los pecadores,
compasión hacia todos los que sufren y están avasalla-
Pero, además, se pueden señalar algunas caracterís-
ticas más que colorean de un modo particular el men- Mt 8,20; 11,19; 12,32.40; 24,27.37.44 y paralelos de Lucas). Además,
saje de Jesús en cuanto a la matización propia de sus en Mt 10,23; 13,27.41; Le 17,30; 18,8; cf. H. SCHURMANN, a.c, en
palabras y originalidad de su conducta. Estas caracterís- TraditionsgeschichÜiche Untersuchungen... p.88.
101
También las oraciones de Jesús, a excepción de Me 15,34 (cita
ticas excepcionales de las palabras mismas de Jesús han del salmo), comienzan dirigiéndose al Padre (Mt 11,25.26; par.; Le
sido sintetizadas 98 y también analizadas en los siguien- 10,21;/Mc 14,36 par.; Mt~26,39;/Lc 22,42; 23,34-46; J n 11,41;
tes rasgos: excepcional consciencia de sí mismo, mani- 12,27.28; 17,1.5.11.21.24.25). La denominación de Abba se puede
considerar además como «ipsissima vox Iesu» (cf. supra p.443);'cf. H.
festada en esas formulaciones «yo soy» " , «Hijo del SCHURMANN, a.c, en TraditionsgeschichÜiche Untersuchungen... p.88.
hombre» 10 °; en oraciones dirigidas a Dios como a su 102
Esta importancia dada a la palabra de Jesús se expresa con
frecuencia (Le 6,46; Mt 5,22.28.32.34.39; Jn 12,48; 14,24; 15,3.20),
incluso se pone a Jesús hablando, X.Ó701; xo0 ©eoO (Le 5,1; 8,21;
97 11,28); cf. H. SCHURMANN, a.c, en TraditionsgeschichÜiche Untersuchun-
Con este mismo enfoque se ha hecho un estudio sobre la ora-
ción del Padrenuestro. El contenido de petición que encierra la ora- gen... p.89.
103
ción del Padrenuestro como cumplimiento escatológico (inauguración La alta conciencia de su misión se manifiesta en la fórmula «he
del reino en Cristo), nos puede poner en contacto con el mensaje pri- venido» fjX&ov (Mt 5,17; 9,13; 10,34,35...) y parecidas; cf. SCHUR-
mitivo de Jesús. Este sentido primitivo de escatología inicial realizada MANN, a.c. p.89.
104
y con dinámica de realización se ha ido desdoblando a través de la La expresión «vendrán-vienen-días», puesta en labios del Señor
tradición en espera de una consumación gloriosa del reino ya inaugu- (Me 2,20 par.; Mt 9,15;/Lc 5,35; Le 17,22; 19,43; 21,6; 23,29), con
rado. Asimismo, las peticiones originales de la oración dominical se resonancias de expresión profética de Antiguo Testamento; «en ver-
han ido proyectando a una aplicación moralizante de situaciones dia- dad os digo...»; cf. SCHURMANN, a.c. p.90-93.
105
rias de la vida cristiana; cf. J. ALONSO DÍAZ, El Padrenuestro dentro del Así la expresión hebraica ó EaxotvSc,, de las cinco veces que la
problema general de la escatología: Miscelánea Comillas (1960) 297-308; usa Marcos, cuatro de ellas la pone en labios de Jesús (Me 3,23.26;
R. E. BROWN, The «Pater Ñoster» as an Escatological Prayer: TS 22 4,15; 8,33), y una en la narración (Me 1,13); Mateo la usa cuatro ve-
(1961) 175-208; J. JEREMÍAS, Das Vater-Unser im Lichte der neueren Fors- ces, y siempre en labios de Jesús (Mt 4,10; 12,26 2 ; 16,23); y Lucas, de
chung (Stuttgart 1962). las cinco veces que usa la palabra, cuatro en labios de Jesús (Le 10,18;
98 11,18; 13,16; 22,31), y una en el relato (Le 22,3). Igualmente sólo se
H. SCHÜRMANN, Die Sprache des Christus. Sprachliche Beobachtun-
gen an den synoptischen Herrenworten: BZ 2 (1958) 54-84: en Traditions- encuentran en boca de Jesús las expresiones: líucov Bapicovfi (Mt
geschichtliche Untersuchungen zu den synoptischen Evangelien (Dusseldorf 16,17), ó uibe. 'Icoávvou Qn 1,42), Eíuov 'Ieüávvou (Jn 21,15.16.17); in-
1968) p.83-108. cluso el nombre de Simón escueto también se pone en labios del Se-
99
Suele estar puesto de ordinario como palabras de Jesús (Me ñor (Me 14,37; Mt 17,25; Le 22,31); cf. H. SCHURMANN, a.c. p.94.
106
6,50 par.; Mt 14,27; Me 14,62 par.; Le 22,70; Le 24,39; J n 4,26; 6,20, Así, en las escenas de vocación, «síg" c-me» (ÜxoXoWtei uoi) (Me
8,24.28.58; 13,19; 18,5.6.8), o en dependencia de ellos (Me 13,6 par.; 2,14; 8,34 y paralelos de Mateo y Lucas; J n 1,44; 21,19.22). También
Le 21,8). Hay muy pocas excepciones (Mt 26,22.25; J n 9,9); cf. H. el imperativo tHcaye, ónáyetE se pone como palabras del Señor (trece
SCHURMANN, a.c, en TraditionsgeschichÜiche Untersuchungen... p.87. veces en Me, veinte en Mt, dos en Le, tres en Jn); lo mismo sucede con
íoo Igualmente este título, salvo en Jn 12,34, se pone en labios de los imperativos fiyeipe, éyeípscfOe (seis veces en Me, tres en Mt, cuatro
Jesús (Me 2,10.28; 8,38; 13,26; 14,62 y en paralelos de Mateo y Lucas; en Le, dos en Jn); cf. SCHURMANN, a.c. p.!05s.
mismo Jesús ha sido constituido por Dios Señor (Kúpiov) APÉNDICE BIBLIOGRÁFICO
y Ungido (Xpiaxóv)». De alguna manera, la fusión inse-
parable de la confesión de fe y su fundamento histórico
está expresada en la conjunción cincelada de la palabra
Jesu(s)-Cristo (Mt 1,1.16.18; 16,21; 27,17.22; Me 1,1; Jn
1,17; 17,3; 20,31). Ni la fe desconectada de su funda- Estudios especialmente sugestivos sobre diversas
mento histórico tiene garantía ni basta el mero núcleo perícopas y temas de los evangelios
histórico desprovisto de la fe que lo ilumina. Sólo un
.1. Evangelio de Mateo
«Jesús» que sea «Señor» y «Cristo» salva, y sólo un «Se-
ñor» y «Cristo» que esté respaldado por la fiistoricidad Mt 1,18-25 LÉON-DUFOUR, X., Études d'Évangile. Étude II:
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de Jesús redime. La síntesis es Jesucristo. — L'annonce á Joseph: Mélanges bibliques rédigés en
Si en una metodología exegética actual hay que par- l'honneur de André Robert (Paris 1957) p.390-
tir de la fe que nos presentan los evangelios para llegar 397.
—Le juste Joseph: NRT 91 (1959) 225-231.
a través de la redacción y tradición hasta el Jesús histó- TRILLING, W., Christusverhündigung in den synoptis-
rico (proceso que hemos seguido en la exposición de chen Evangelien. Beispiele gattungsgemasser Aus-
legung I. Jesús, der Messias und Davidssohn (Mt
este libro), no es para quedarse ahí, en ese núcleo fon- 1,18-25) (München 1969) p.13-39.
tal. Después de haberse anclado, como fruto de un pro- 3,7-12 SALAS, A., El mensaje del Bautista. Redacción y teología
ceso ascendente, en el Jesús que fundamenta la fe, hay en Mt 3,7-12: EstBíb 29 (1970) 55-72.
3,13-17 FEUILLET, A., Le Baptéme de Jesús: RB 71 (1964)
que iniciar de nuevo un proceso descendente. Partiendo 321-352.
de Jesús, de ese núcleo germinal, hay que recoger todos 4,1-11 DUPONT, J., L'arriere-fond biblique du re'cit des tenta-
los haces de luz que la tradición y la Iglesia han ido tions de Jesús: NTS 3 (1956-57) 287-304.
—L'origine du re'cit des tentations de Je'sus au de'sert:
proyectando sobre él en una progresiva penetración de RB 73 (1966) 30-76.
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456 Apéndice bibliográfico Apéndice bibliográfico 457
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34,23 84 62,11 295
37,11 84 65,13-14 436
37,17 84 66,1-2 84
464 índice bíblico índice bíblico 465
Jeremías Oseas 5,1-2 203 6,3 194
1,1-2 327 6,6 410 5,1-7,27 285 288 6,4 204
2,21 360 9,7 161 5,1-12 82 455 6,5-15 83
20,13 84 11.1 10 295 5,3 84 144 341 421 435 6,5-6 204 206
20,15 180 5,3-10 205 6,5 298
31,15 295 Miqueas 5,3-12 30 197 203 6,7-13 81
32,6-10 295 5,5 435 6,7 198 204
5,2 295
5,6 84 205 435 6,9-13 212 213 455
Ezequiel Zacarías 5,7 436 6,9 204 207
34,11-24 360 5,7-10 205 6,12 204
9,9 295
5,8 436 6,14-15 204
12,2-3 161 6,16-18 83 206 365
Daniel 5,9 436
5,10 84 205 436 6,16 144 298
2,4 78 Malaquías 6,19-7,20 203
2,7 78 3.1 5,11-12 436
337 5,13 435 6,19-21 210 402
2,9 78 3,23-24 337 6,19 203
5,13-14 297
5,13-16 203 6,22-23 433 434
5,15 412 6,25 203
5,16 207 6,26 207
NUEVO TESTAMENTO 5,17 83 144 295 297 449 6,32 207
7,1 203
Mateo 3-7 213 287 5,17-19 31 7,6 203 456
3-13 292 289 5,17-20 203 7,7-8 402 419
1.1 208 212 292 293 294 3,3 5,17-24 365 7,7 203 420
339
454 3,4 5,17-48 455 7,8 420
336
1-2 197 213 238 285 287 3,5 319 5,20 83 203 210 298 7,11-21 207
289 411 3,7-12 418 455 5,20-22 455 7,12 83 204
1-4 198 3,8-10 212 5,21 83 7,13 204 428
1,1-4.11 192 3,13 320 328 5,21-22 144 7,14 256
1,1-4,16 289 3,13-4,11 240 5,21-26 374 7,15-20 204
1,1-17 324 3,13-17 455 5,21-48 159 203 207 7,15 30
1.1-25 289 3,14 212 5,22 83 144 449 7,16-20 210
1,2 212 3,15 297 298 5,23-24 374 7,18 211
1.6 212 3,36-43 365 5,23 144 7,21-23 204
1,16 212 454 4,1 372 5,25-26 433 7,21 297
1,17 213 4,1-11 31 213 366 455 5,27-30 365 7,24-27 82 204 419 421 428
1,18 208 454 4,5 144 319 324 5,27-28 144 7,28-29 203 285
1,18-25 27 365 455 4,10 449 5,27 83' 7,28 207 291
1,21 2% 4,12 290 293 320 5,28 83 449 8-10 213 287
1,22 209 4,12-4,25 289 5,29 29 8-9 197 198 199 214 287
1,23 10 144 294 298 4,12-9,34 289 292 5,31 159 288 375 404 414
1,25 209 4,12-13 293 5,32 159 449 8 238 240
2,1 319 446 4,12-13,58 192 5,33-37 365 8,1-9,35 285
2,1-23 289 292 4,12-16 289 5,33-34 144 8,1-9,34 193 290
2,1-12 27 365 4,13-16 295 5,33 83 8,1-17 411 414
2,3 319 4,14 209 5,34 83 449 8,1-4 216 365
2,5 10 294 4,16 256 5,38-39 144 8,2 338
2,13-22 319 4,17 144 2 8 9 290 291 5,39-42 419 8,4 309
2,13-23 27 365 293 329 429 436 450 5,39 83 449 8,5-13 216 240 414
2,13 209 4,17-16,20 289 5,43-47 212 8,5 372
2,14 209 4,18 320 5,43-44 144 8,6 338
2,15 10 209 295 4,18-22 290 5,43 83 8,11-12 297
2,16 446 4,21 163 164 193 5,44 29 83 211 421 8,14-17 414
2,17 209 4,22 164 5,45 207 8,14-15 215
2,17-18 295 4,23 81 178 183 198 209 6,1-18 205 207 213 8,16-17 295
2,23 208 209 295 288 290 296 429 6,1-8 365 8,16 209
3,1 163 4,23-9,35 208 6,1-4 83 8,17 209 296 414
3,1-12 240 4,23-25 208 290 293 6,1 144 205 207 8,18-27 456
3,1-4,11 238 289 5-7 197 198 203 238 240 6,2-18 203 8,18-22 456
3,1-4,25 285 282 287 288 290 366 6,2-4 205 8,19-22 87 214
3-4 197 287 288 375 375 410 6,2 29 144 298 8,19 372 409
466 índice bíblico índice bíblico 467
8,20 449
• 12,38 208 338 Í72
8,22 409
10,24
10,25
198 433
433 H
•jj 12.39 208 210
14,34
14,35-36
446
209
8,23-27 216 409 10,27 401 Bj| 12,40 428 449 15,1-39 290
8,23 87 409 10,28-31 12.41 208 15,1-11 290 293
8,25 337 338 409 10,28
302
211
«I
^B 12.42 208 15,2 144 152 194 210
8,28-34 214 372 10,32-33 207 BS 12.43-45 433 15,3-20 288
8,28 163 214 10,34 449 12.45 210 213 15,3-6 205
8,31 223 10,35-37 223
••
^B 12.46-50 290 15,12-21 290
8,34-38 223 10,35 449 S I 12.19-50 212 297 15,12-20 293
9 240 10,38-45 223 SI 12.50 207 15,21 250 293 320
9,1-8 214 236 372 410 456 10,40 211 ^B 13 212 213 238 286 287 15,22-28 290
9,1 295 10,42 408 B| 288 436 15,22 208 209 338
9,2-7 365 11-13 213 287 Bl 13.1-52 197 2S2 375 411 15,24 145 152 295 296
9,2 215 236 11-12 197 198 208 288 375 13.2 32 15,25 338
9,3
9,4
215
236
11 240 S
SB 13.3-52
13.3-8
288 15,26
15,29-31
152 159
290 293
11,1-13,52 290 292 jH 433 434
9,6 215 410 11,1 193 207 285 290 291 ^H 13.10-11 309 15,30-31 209
9,8 236 293 BJf 13.10 309 15,32-39 290
9,9-13 11,2-12,50 285 290 13.11 290 15,32 235 275 296
9,9
216 410
142 193 410 11,2-12,21 202 212
•K
BB 13.13-15 296 15,34 213
9,10-11 439 11,2-19 30 238 290 ^B 13.13 212 15,36 213
9,11 235 410 11,2-6 450 456 Bf 13,14 212 ' 15,37 213
9,12 410 11,2-5 182 414 13,24-30 365 16,1-12 290
9,13 11,2 372
BJJ 13,27 449 16,1-4 290
410 449 Bf 13,31-32 391 433 434 16,4 290 293
9,14-17 365 11,4-30 288
9,14 210 11,4-6 436
Bjf 13,33 433 434 16,5-8 290 293
9,15 11,5 182 209
•Jl 13,35 209 295 16,6 210
210 449
11,6 296
•B 13,38 297 16,10 213
9,18-26 216 372
9,22 214 11,12-14 336 •1
•f
13,41-43
13,41
208
449
16,12
16,13-17,27
210
202 212
9,27 193 208 209 11,16-19 433
9,28 338 11,16 208 sf
•• ' 13,44-50
13,44-46
430
365 433
16,13-20
16,13
290
250 320
9,30-31 223 11,17 146 S I
9,35-11,1 288 11,19 449 13,47-50 365 16,16-19 296
91
9,35-10,42 11,20-24 290 296 456 13,51 290 16,16 144
9,35-10,11
290
290 11,20 208
•• 13,52 295 16,17-19 150
BM
9,35-37 223 11,21-24 450 iHM 1 13,53-17,27 197 375 16,17 144 207 449
9,35 82 178 183 198 208 11,21 208 13,53-58 290 16,18-19 31 32
288 290 293 295 410 11,22 208 •Tí
•Tí
13,53 207 286 291 16,20 309
429 11,23 208 13,54-7,21 286 16,21-20,28 290 292 293
Ba 13,54-58 243 293 16,21-17,21 291
9,36-10,42 285 11,24 208
9,36-10,4 290 11,25-27 256 s 13,57 259 16,21-28 456
9,36 275 11,25 207 449 '•J 14-28 290 292 293 16,21 289 291 293 454
9,43-47 30 11,26 449 fl
B1 14-20 290 291 16,22-23 291 293
10 198 222 238 240 286 12 238 240 14-18 213 287 16,23 449
288 375 12,1-14,22-2! 290 •J 14-17 198 287 16,24-28 291 293
10,1-42 410 12,1 207 255 •J 14,1-20,34 192 16,25 312
10,1-22 288 12,7 208 B 14,1-16,20 193 290 292 456 17,1-9 456
10,1 198 391 430 12,10 194 •J
B1 14,1-36 290 17,1-8 291
10,2 163 164 12,15-20 295 14,1-13 293 17,1 163 164 249
•TÍ
10,3
10,5-42
10,5-6
10,5
142
290
145 292 296
144 159 429 442
12,15
12,18-21
12,18
12,20
193 209
297
208
208
s*
S
n
14,1-12
14,1
14,13-21
14,13
290
207
290
293
293 17,3
17,4
17,9-13
17,9
454
338
291
391
10,7 429 12,22 372
'•V 14,14 275 296 17,10-13 336
10,8 391 12,23 209 si
BJ 14,22-32
14,27
290
259 448
17,14-21
17,14-20
216 291
383
382 391
10,9-10 366 12,24-37 296
10,11 198 12,25-45 288
S 14,28-31 150 17,14-18 372 389 390
10,16 198 12,26 449
H | 14,28 338 17,14-15 366 390
10,17-20 437 12,32 449 II 14,30 358 17,14 389 390 391
10,23 23 12,36 208 1m 14,33 290 293 409 17,15 386 387
10,24-25 211 12,37 208 14,34-36 290 293 17,16 383 384 387 389 390
•
468 índice bíblico índice bíblico 469
17,17 384 387 389 391 20,20-23 291 23,1-33 222 26,69 251
17,18 384 387 390 20,20-21 293 23,2-39 288 26,75 251
17,19-21 389 390 393 20,22-23 165 23,3 298 27,3-8 27
17,19-20 384 391 20,24-28 291 293 23,5-7 144 27,9-10 295
17,19 383 384 389 390 391 20,24 165 23,8-10 31 424 27,9 210
17,20 384 388 389 390 392 20,29-34 291 23,13-36 198 213 27,17 454
17,21 390 391 392 20,29 9 214 366 23,13-29 207 288 27,19 27
17,22-20,16 291 20,30 9 209 366 23,13 30 27,22 454
17,22-18,35 286 20,31 209 23,16-22 212 27,25 296 415
17,22-23 291 293 20,33 338 23,23 30 27,33 144 152 259
17,24-27 150 291 293 20,34 296 23,25-26 212 27,45 249
17,25 449 21-28 291 292 293 23,25 30 27,46 144 152
18 85 198 222 287 288 21,1-28,20 192 23,27 30 27,48 259
296 375 21,1-27,66 193 23,29-36 437 27,56 164
18,1-20,16 293 21,1-25,46 238 23,32 415 27,62 152
18,1-55 456 21,1-22 291 23,37 194 255 415 28,1-20 291
18,1-35 291 21,1-11 194 24-25 287 288 375 28,1-10 457
18,1 29 85 210 433 21,1 293 446 24,1-25,46 291 28,7 323 335
18,2-35 288 21,4-5 295 24,1-51 411 28,16-20 292
18,4 210 21,4 209 24,3 322 28,16 323
18,7 297 21,9 209 24,4-25,46 288 28,19-20 147 293 297 401
18,10 85 207 21,12-13 194 28,19 296 360 406 429
24,9-13 437
18,11-14 433 21,13 152 28,20 298
24,14 153 178 429
18,12-14 85 407 456 21,14 209
18,14
24,15 161
85 207 210 408 21,15 209 24,27 198 449 Marcos
18,15-17 32 21,17 322 446 24,37 449 1-9 300
18,18 31 144 21,18 323 408 300
24,42 198 1,1-8,26
18,19 207 21,20 149 24,44 449 1,1-13 192 238 299 304
18,20 298 21,21 384 24,45-51 433 434 1,1-11 221 309
18,21-22 288 21,23-23,39 291 25,1-13 433 1,1 178 303 306 308 311
18,21 372 21,23-22,46 288 25,10 198 313 422 454
18,22 213 21,23-27 210 365 25,14-30 433 434 1,3 339
18,23-35 433 21,28-22,14 288 25,21 198 1,4-3,6 299
19-25 213 287 21,28-32 433 260
25,23 198 1,4-8
19-23 197 287 375 21,33-46 433 457 1,5 319
25,34 198
19-22 298 200 212 21,33-45 296 1,7 260
26-28 197 198 213 238 287
19,1-20,16 291 21,33-41 210 291 292 1,9-11 31 221
19,1 207 286 291 320 21,43 296 1,9 234 320
26,1-2 286
19,2-22,46 286 22,1-14 412 457 1,10 234
26,1 207
19,3-12 456 22,1-12 146 323 334 1,12-13 31 221 457
26,6-13
19,3 210 22,1-10 433 1,12 234
26,6 322
19,6 295 22,2 413 259 1,13 234 449
26,10
19,8 295 22,8-10 413 304 306 313
26,13 178 297 1,14-8,26
19,9 210 22,8 297 382
26,17 144 152 1,14-6,13
19,11-12 431 22,10 413 1,11-6,6 192 299
26,20 163
19,14 279 22,11-13 413 433 238 239
26,21 250 1,14-3,19
19,13-20,34 238 22,14 413 224 304
26,22 448 1,14-3,6
19,13-15 210 22,15-46 414 181 222 223 224 301
26,25 448 i 14-15
19,16 338 22,16 256 338 304 305 311
26,26 241 429 450
19,17 297 22,24 338 457
26,36-46 214 457
19,18 295 22,25 213 26,37 163 164 1,14 178 260 320
19,21 295 22,26 213 144 178 329 450
26,39 449 1,15
19,23-20,16 288 22,28 213 30 149 221
26,57-68 251 1,16-20 223 224
19,29 312 22,36-40 298 240 241 242 301 304
26,57 251
19,30-20,16 210 22,40 144 320
26,60 214 1,16
19,30 297 22,41-46 414 1,17 444 445
26,61 30
20,1-15 433 22,43-45 210 1,18 234
26,63-65 457
20,16 297 23-25 197 287 1,19 163
26,66 251
20,17-28 291 23 288 26,67 251 1,20 164
20,17-19 291 293 23,1-25,46 286 224 304
26,68 251 1,21-3,5
20,17 228 23,1-39 411 26,69-75 214 1,21-45 383 414
470 índice bíblico I índice '¡íblico 471
1.2I-3K 82 2,21-22 433 M 220 234 538 409 6,44 249 260
1,21-28 31 2,21 30 • 4,38
1,21-22 4,39-41 231 6,45-8,26 240 245
222 2,23-28 30 374 404 • 6,45-52 25 31 220 260
1,21 234 2,23-26 219 •] 4,39 234
1,22 18 428 4,41 303 306 6,45 304
2,23 23 255 M 5,1-21 31 6,46-56 224
1,23-28 220 221 2,25-26 414 fl
1,23 24 221 5,1-20 25 214 220 221 372 6,50 259 260 448
2,25 247 • 6,51
1,25-27 235 2,28 303 448 • 5,1 193 409
1,25 5,2 214 6,53 446
309 3,1-6 30 219 374 404 • 7,1-23 30 224 245 304
1,27 303 3,1 23 •! 5,3 234
5,11 234 7,1-8 219
1,29-31 215 220 221 236 457 3,5-6 223 224 226 301 303 «
1,29-30 5,19 247 7,2-3 194
150 304 307 •] 144 152
1,29 150 221 3,6 434 • 5,20 249 250 7,3
1,30 220 3,7-6,13 299 • 5,21-43 25 216 221 372 7,4 153
1,31 150 451 3,7-6,6 224 304 • 5,21-24 220 7,8 153
1,32-34 221 409 5,23 234 337 7,9-13 219
3,7-12 222 223 224 301 304 • 7,11-13
1,32 221 247 306 H 5,25-34 220 221
1,33 220 3,9 5,25 234 7,11 151
234 •! 7,14 234
1,34 307 309 3,12 17 307 309 • 5,28 337
1,35-39 149 221 5,33 247 7,17-23 307
3,13-19 223 224 304 H 5,35-43 220 7,24-30 221 224 244 304 458
1,35-38 450 3,14-15 312 • 7,24 17 250 307 309 320
1,35 150 221 3,14 5,35 338
76 92 • 5,37 17 163 234 7,25 234
1,36 150 3,17 163 164 165 • 7,27-9,1
1,39 183 222 5,40 17 236 458
3,18 142 • 7,27 152 159 244
1,40-45 25 216 220 306 5,41 151 422
3,19-20 376 • 220 236 7,28 338
1,40-44 365 3,20-5,43 224 • 5,42
5,43 17 307 309 7,30 17
1,41 234 3,20-35 240 304 • 7,31-37 220 224 225 303 304
1,43-44 6,1-6 149 221 223 224 226
17 3,20 234 • 241 243 301 303 304 406
1,44 234 307 309 3,22-30 30 • 7,31-36
307 235
1,45 18 310 3,22-26 219 • 7,31 193 234 300 320
2,1-3,6 82 219 306 414 3,23 6,1 24
449 • 6,2 222 7,32-37 25 366
2,1-12 214 215 220 221 236 3,24-26 30 • 6,4-8,26 21 7,33 17
372 374 404 410 3,26 449 • 6,4-45 224 7,34 151
2,1 23 3,27 234 • 259 7,36-37 18 310
2,2 234 236 3,31-35 219 241 • 6,4
6,5-6 434 7.36 307 309
2,3 236 3,31 24 • 6,6-10,52 192 299 8,1-10 220
2,4 220 236 247 3,35 219 • 224 304 8,1-9 224 304
2,5-12 365 4 6,6-8,26
222 • 193 222 223 224 301 8,1 234 235
2,5 236 4,1-9,50 238 239 • 6,6
304 306 8,2 235 275
2,6-7 215 4,1-5,43 82 •
215 234 4,1-34 6,7-13 223 224 301 304 376 8,7 234
2.6 304 376 411 457 • 222 366 8,10 193 224 300 304
2,8 236 4,1-11 6,8-9
305 1 6,9 422 8,11-13 224 304 450
2,9-13 302 4,1-2 222 • 6,10-11 222 8,11 451
2,9 247 4,1 234 • 8,14-21 224 226 303 304 307
2,10 236 303 448 4,2-9 6,12 429
430 • 6,14-8,26 224 299 300 304 8,17-21 223 301
2,11 215 247 4,3-8 433 434 •
2,12 6,14-16 303 304 8,19-21 422
247 4,5 234 M 8,22-26 220 224 225 226 227
2,13-17 216 374 404 457 4,10-12 222 307 309 310 • 6,14-15 306
6,14 163 235 302 303 304 305
2,13-14 221 4,11 430 •
6,17-30 306 306 365 406
2,13 24 149 222 410 4.15 234 449 •
2,14 6,17-29 245 304 457 8,22 193 234 300
30 142 449 4,12-19 309 •
2,15-17 6,24 163 8,23 227
439 4,21-25 222 457 •
2,15 234 6,27 153 8,24-25 227
4,21 433 • 8,26 17 307 509
2,16-17 219 433 4,22 419 • 6,30-8,26 304
2,16 234 4,26-29 6,30-44 224 304 457 8,27-13,37 300
430 • 8,27-10,52 299 304 383
2,17 410 4,30-32 433 434 • 6,31-8,26 458
2,18-22 365 374 404 4,31-35 6,34-14 260 458 8,27-9,13 458
242 • 8,27-33 149 221
2,18-20 219 4,33-34 222 310 • 6,34 222 275
2,18 6,35-44 25 220 8,27-30 224 226 302 304 313
23 4,35-5,43 304 383 • 8,27-29 308 309
2,19 433 4,35-41 25 216 220 221 409 • 6,37 260
2,20 210 449 4,37-41 6,38 260 8,27-28 303
31 • 8,27 228 249 250 320
6,43 260
!
472 índice bíblico índice bíblico 473
8,29 260 303 9,41 409 li I 1,11-12 322 13,26 303 448
8,30 303 307 309 9,42-43 222 U 11,11 306 323 13,28-37 228 229
8,31-16,8 313 9,43 29 11,12-25 305 13,28-29 229 458
8,31-10,52 302 9,45 222 11.12-14 220 245 13,29-37 231
8,31-9,29 224 9,47-50 222 I 1.12 323 446 13,30 229
8,31-33 224 304 9,50 435 11.11 246 13,31 229
8,31 228 302 303 310 317 10 300 11,15-19 149 221 158 13,32 229
8,32-33 302 307 10,1-31 224 305 11.15-17 194 13,33-37 229 433 434
8,32 303 307 10,1-12 240 302 421 11.15 234 13,33 249
8,33 150 449 10,1-9 219 11,17 153 13,35 408
8,34-38 224 304 449 10,1 222 234 306 320 1 1,18 247 14-16 225 238 241
8,35 178 312 10,2-12 245 11,19 322 14-15 241
8,38 303 448 10,11-12 154 11,20-25 245 14,1-16,8 299 300 305
9,2-29 224 304 10,11 31 11,20-22 220-323 14,1 24
9,2-8 149 221 302 10,13-52 238 239 I 1,21-24 419 14,2 163
9,2 163 164 249 10,13-16 219 11,21 149 14,3-9 149 221 245 260 323
9,4 234 10,13 24 1 1,22-23 384 334
9,5 149 150 248 10,17-31 30 m 11,23 388 14,3 24 260 322
9,28 215 10,17-27 221 302 • 11,27-12,44 305 14,5 260
9,9 18 303 307 308 309 10,17-22 149-458 • 1 1,27-12,34 219 14,7 260 259
310 311 312 313 10.17 24 338 • 11,27-33 30 219 365 404 14,9 178 311
9,10-13 245 10,20 338 M 12,1-12 433 14,12-16 26 235
9,13 336 10,22 234 • 12,13-17 30 219 404 414 14,12 144 152
9,14-29 25 216 382 383 458 10,28-31 221 | 12,13 24 14,16 247
9,14-27 31 220 302 372 386 10,28-30 12,14 247 256 338 14,17-52 458
430 fl
392 10,28-29 12,17 219 14,17-21 241 243
312 1
9,14-20 383 10,28 247 fl 12,18-27 30 219 404 14,17 163 260
9,14-19 392 393 394 10,29 12,18 24 247 338 14,18 250 260
178 312 fl
9,14-18 366 395 10,32-52 224 1 12,23-34 219 14,21 303
9,14-15 392 10,32-41 224 305 1 12,24-27 414 14,22-25 221
9,16-19 392 10,32-34 302 307 fl 12,25 434 14,22 241
9,17-18 392 10,32 228 234 306 B 12,27 434 14,26-52 305
9,17 338 387 10,33-34 303 307 flj 12,28-34 404 14,26-31 242
9,18 384 387 10,33 303 H 12,35-37 219 404 14,26 260
9,19 383 384 10,35-41 302 fl 12,38-40 222 14,27-31 243
9,20-27 293 393 394 395 10,35-40 221 fl 12,39 247 14,30 150 260
9,20 384 385 10,35-38 165 fl 12,41-44 219 14,32-42 149 221
9,21-27 383 10,35-37 303 307 flj 12,42 153 14,32 249
9,21-24 392" 10,35 24 163 338 SJ 13 222 228 14,33 163 164
9,21-22 392 10,39 165 S 13,1-37 233 305 376 411 14,36 152 248 443 449
9,22 386 10,41 165 m 13,1-4 228 14,37 149 150 449
9,23 383 10,42-45 224 305 303 • 13,1-2 219 14,47 260
9,25-29 392 10,46-52 31220 224 227 302 303 W 13,1 338 14,51-52 366
9,25-27 384 392 305 308 458 • 13,2 30 14-53-16,8 260
9,28-29 307 384 391 392 393 10,46 9 24 214 234 366 M 13,3-37 307 14,53-15,47 305
394 10,47-48 18 B 13,3-4 149 14,53-72 242 243
9,28 249 394 10,47 209 fl 13,3 249 322 14,53-65 251
9,29 384 10,48 209 flj 13,4-23 232 14,53 244
9,30-10,31 224 10,51 248 flj 13,4-5 231 232 14,54-64 251
9.30-34 224 305 10,52 228 236 306 B) 13,5-37 228 14,54 244
9,30-31 302 303 11-13 225 300 flj 13,5-23 228 229 14,55-65 244
9.30 193 260 300 307 11,1-16,20 192 299 fl| 13,5-6 232 14,58 30
9,31 303 307 11,1-13,37 238 299 305 flj 13,6 448 14,61-62 303 307 313
9,32-34 302 304 307 11,1-12,44 240 fl] 13,9-13 437 14,62 302 308 309 442 448
9,33-50 376 11,1-11 149 305 308 flj 13,9 437 14,65-66 242
9,33-37 222 11,1-10 194 260 flj: 13,10 153 178 312 14,65 251
9,33 193 228 234 300 I 1,1-6 235 flf 13,14 161 14,66-72 149 221 251
9,35-37 224 305 11,1 26 306 446 W>", 13,21-23 232 14,66-71 244
9,35 431 11,5-6 30 235 •§ 13,23 232 14,67 234
9,38-39 219 11,7 247 W¡ 13,24-27 228 230 14,68 150
9,38 338 11,9 260 fl 13,24-25 247 14,71 150
¡¡'
474 índice bíblico 475
15,16-20
15,16
221
153
1,32-33 326 •m\ 2,51 319
índice bíblico
4,38-40 329
1,32 326 327 fl] 2,52 247 4,38 242 321
15,21 153 1,35 327 343 fl] 3,1-9,50 238 4,40 247 321 330
15,22 152 259 1,36 325 Bj 3,1-6,49 377 4,42-44 242 315
15,23 245 1,38 326 ,B¡ 3,1-6,19 238 4,42 321
15,26 260 1,39-56 325 365 flj 3,1-4,13 238 315 327 4,43 178 330
15,33-41 458 1,39-55 325 flj 3,1-20 240 315 327 4,44 320
15,34 152 449 1,41 248 343 fl] 3,1-2 248 327 5,1-11 241 242 315
15,36 259 1,45 326 fl 3,2-3 328 5,4 246 309
15,39 153 303 307 313 1,47 337 fl 3,2 261 327 328 5,10 163
15,40 164 1,56-2,52 326 fl 3,3 319 328 5,11 342
15,42-16,8 458 1,56 249 250 ^B 3,6 160 328 339 5,12-16 216 315 329 459
15,42 152 1,57,80 326 ^B 3,7-9 418 5,12-14 365
15,43 1,57-58 326 fl 3,15 246 5,12 321
15,44 153 1,57 326 ^B 3,16-17 418 5,17-6,11 315 321
15,45 153 1,58 326 fl 3,18-21 317 5,17-26 236 315
16,1-8 305 1,59 248 326 ^B 3,18 178 5,17 321
16,7 149 323 335 1,60-63 326 fl 3,19 246 5,18-39 315
16,9-20 305 1,62 246 fl 3,20 250 328 5,18-26 329
16,15 178 360 1,67 3,21-4,13 240 315 327 5,18 236 247
1,68-79 326 459 fl 3,21-22 324 328 333 5,19 247
Lucas 1,69 337 9 3,21 342 5,20-24 365
1-2 238 411 459 1.71 337 fl 3,22 247 328 329 343 5,20-21 340
1,1-4,13 192 1,76-77 327 fl 3,23-38 324 5,20 236 330
11,1-4 81 55 158 237 246 1,77 337 B 3,23 249 328 5,21-26 408
315 318 327 404 1,80 250 326 343 • 3,33-39 365 5,22 236
1.1 93 327 404 2,1-20 326 fl 3,38 328 5,24 236 247
1,2-4 71 76 92 314 327 2,1-19 27 B; 4,1-14 366 5,25 449
398 400 121 2,1 248 j^H 4,1-13 325 459 5,26 236
1,3-4 314 2,2 248 fl 4,1-12 31 5,27-32 216
1,4 89 94 2,4 319 446 'fl 4,1 320 328 343 5,27 142
1,5-4,13 315 318 2,6 248 326 Bj 4,9 144 249 319 324 333 5,28 142 342
1,5-2,52 315 325 2,7 250 fl 4,13 333 342 5,29-32 330
1,5-56 325 2,8 341 fl 4,14-9,50 192 315 318 320 329 5,29-30 439
1,5-25 325 365 2,10 178 326 fl 4,14-6,19 238 239 5,29 142
1,5-23 319 2,11 327 329 337 338 fl 4,14-15 315 320 329 5,33-35 210
1,5-7 325 2,15 248 446 • 4,14 242 320 325 328 343 5,35 210
1,5 248 320 326 2,20 246 9 4,16-19,50 330 5,38 338
1,6 326 2,21-40 326 fl 4,16-9,51 329 6,1-5 315
1,9 246 319 324 2,21 326 H 4,16-30 84 241 243 315 329 6,1 255 321
1,11 325 2,22-58 27 H 332 333 339 6,3 247
1,12 325 2,22-38 319 H 4,16 319 320 6,6-11 315 329
1,13 325 326 2,22 319 fl 4,18-19 329 6,6 321
1,15-17 327 2,25-27 343 fl 4,18 178 329 330 336 341 6,11 246
1,15 326 343 2,25 319 fl 343 6,12-4,9 316
1,16-17 326 2,27 319 fl 4,21 328 329 6,12 321 342
1,17 336 2,29-32 326 fl 4,22 247 6,13 76 92
1,18 325 2,30 337 'iflj 4,23 243 6,1 1 164
1,19 178 2,31-32 339 flj 4,24 329 336 340 6,15 142
1,20 325 326 2,31 159 339 flj 4,25-27 160 243 340 6,17-23 82
1,21 319 2,32 159 256 326 339 flj 4,25-26 336 6,17 320
1,22 319 326 2,34 327 fl) 4,26-27 330 6,18-19 329
1,23 248 2,37 319 ^t 4,29 328 6,18 330
1,26-38 325 365 459 2,40 247 326 fl 4,30 328 6,20-8,3 193 238
1,26-27 325 2,41-52 319 326 B 4,31-41 242 315 6,20-49 238 240 410
1,26 319 2,41 26 319 fl 4,31-34 321 6,20-23 30
1,27 326 2,42 319 H 4,31 320 321 6,20-21 430
1,28 325 326 2,43 319 S 4,33-37 330 6,20 84 144 341
1,29 246 325 2,45 319 B 4,33 321 6,21-26 30
1,30 247 325 Í26 2,46 248 319 • 4,34 246 6,24 84 341
1,31 325 M7 2,47 4,35-41 87 6,25 29 341
!
476 índice bíblico índice bíblico 477
6, 27-46 83 8,22-56 316 321 9,53 249 331 12,4-12 316
6,27-29 83 59 8,22-25 87 216 316 9,54-56 340 12,4 340
6,27-38 83 8,22 321 9,54 338 12,13-34 316
6,27 29 S41 8,26-39 214 316 330 9,56 165 321 332 12,13-21 84 332
6,28 342 8,26 320 321 9,57-10,24 316 12,13-14 30
6,32 247 8,27 214 9,57-62 214 332 459 12,15 256
6.35 341 8,36 337 9,57-58 342 12,16-20 433
6,36 341 8,37 321 ; 9,57 321 332 12,20 341
6,39-46 83 8,39 247 249 9,58 430 12,22-34 322
6,46 433 449 8,40-56 216 316 329 : 430 12,22-31 366 430
9,60
6,47-49 82 8,42 340 338 12,22 29
9,61
7,1-8,21 316 8,47 247 9,62 341 430 12,24 246
7,1-8,18 377 8,48 337 338 12,26 246
10,1
7,1-17 329 8,51 163 430 12,32 459
10,4-7 '
7,1-10 216 238 240 316 9,1-9 316 246 12,33 430
10,5
7,10 160 9,2 401 429 430 10,8 246 12,35-53 316
7,11-17 238 241 316 9,3 366 10,9 84 429 430 12,35-38 433 434
7,11 25 248 : 36 9,6 178 10,10 246 12,40 331
7,12-13 340 9,7-50 377 10,11 429 12,41 338
7,12 336 9,8 336 10,13-15 450 12,42-46 433 434
7.13 338 9,10-17 245 316 338 449 12,42 338
10,17
7,15 336 9,11 275 10,21-23 256 12,49-50 428
7,16 336 428 9,18-27 316 10,21 343 449 12,54-13,35 316
7,17 320 9,18 249 342 10,23-24 428 430 12,54-59 316
7,18-35 238 240 316 9,19 163 336 10,25-11,14 316 12,57-59 408
7,18-23 414 450 9,20-27 394 10,25-37 433 12,58-59 433
7,19 338 9,21 309 10,25 246 13,1-20,31 349
7,20-22 182 9,23 341 342 ; 10,30 446 13,1-5 30 316
7,20 163 9,24 312 337 10,33-37 160 13,6-9 245 316 340 433
7,21 329 330 9,25 246 10,38-42 27 365 13,7 255
7,22-23 30 9,27-43 382 10,38 261 321 332 13,10-17 30 317
7,22 178 182 330 9,28-24,53 317 318 10,39 338 13,15 338
7,31-35 433 9,28-37 459 10,40 338 13,16 449
7,31 320 9,28-36 316 333 10,41 338 13,17 425
7,33 163 9,28 163 164 10,1-13 316 322 331 13,18-21 430
7,34 340 9,29 247 342 11,1-4 81 204 422 13,18-19 433 434
7,36-8,3 238 241 9,30 331 11,1 338 342 13,20-21 433 434
7,36-50 30 245 316 330 340 459 9,31 131 331 11,2-4 342 366 13,22-18,14 238 241
7,39 336 9,33 248 11,5-8 4
342 365 433 434 13,22-30 317
7,40 433 9,36 309 11,9-13 342 366 13,22 249 255 321
7,45 246 9,37-50 316 i 11,13 343 13,23 337 338
7,50 337 9,37-43 216 381 11,14-54 316 322 13,25-29 332
8,1-3 316 9,37-39 366 11,14-28 316 13,25 246
8,1 178 321 330 429 9,38-42 3 3 0 385 387 393 310 11,18 449 13,29-30 160
8,2 330 386 11,20 414 450 13,31-35 317
8,3 341 9,40 385 387 11,24-26 433 13,32 428
8,4-9,50 238 239 9,42 385 386 387 393 11,25-26 204 13,33 249 321 331 336 415
8,4-21 316 9,43 385 393 11,27-28 30 13,34-35 321
8,4-15 459 9,46 216 11,29-32 316 13,34 255
8,4-8 411 9,51-19,28 249 11,32 428 14,1-24 317 322
8,5-8 433 434 9,51-19,27 192 238 330 316 318 11,33-36 256 316 14,1-6 30
8,9-12 309 321 ¡ 11,33 412 14,2 246
8,9 246 309 9,51-18,14 193 238 376 377 11,34-36 433 434 14,7-11 433
8,11 243 9,51-13,21 238 2 10 11,37-54 14,12-14 317
8,12 243 9,51-56 333 11,39 338 14,13 341
8,13 243 9,51-55 165 11,43 30 14,15-24 317
8,15 247 9,51 248 219 255 316 320 11,46 30 14,16-30 242
8,16 330 321 330 331 i 11,47-51 437 14,16-24 332 412 433
8,19-9,6 377 9,52-56 316 332 1 11,52 30 14,16-20 146 412
8,19-21 241 242 9,52-53 194 1 12,1-53 316 14,16 246
8,21 243 9,52 160 250 321 331 | 12,1-3 316 14,25-35 317
índice bíblico 479
478 índice bíblico
317 332 20,21 256 22,41 334
14,25-27 18,6 338
14,25 20,22 247 22,53 333 342
321 332 435 18,8 449 22,54-71 318
14,26 342 430 18,9-14 20,28-40 318
241 341 342 365 433 22,54-62 251 334
14,28-35 317 20,27 247
18,14 340 20,37 22,57-71 242 243
14,28-33 433 18,15-21,38 377 332
20,38 332 22,59 249
14,33 341 18,15-19,27 238 239
20,41-44 318 22,61 334 338 340
14,34-35 435 18,15-17 317 20,45-21,4 318 22,63-66 242
15 241 459 18,18-30 317 332 460 22,63-65 251
15,1-16,31 317 20,46 247
18,26 337 21,2 22,66 251
15-1-32 317 322 335 18,29-30 341 322 323
21,3 341 22,69 334 335
15,1-10 85 340 459 18,29 312 21,5-38 411 22,70 448
15,1-7 407 18,31-19,27 317 21,5-36 318 23,1-5 318
15,1-2 85 433 18,31-34 317 331
21,5 322 323 23,4 261 334
15,4-10 433 18,31 249 321 332 23,5 320
15,4-7 21,6 249 449
459 18,35-43 317 23,6-16 241
15,4 322 18,35 214 321 366
21,8 448
21,12-19 437 23,8-12 450 451
15,5 322 18,36 246 23,9 334
15,6 322 18,38 209 21,15 247
21,19-24 333 23,11 334
15,7-10 85 18,39 209
21,20-24 161 322 460 23,14 261 334
15,7 85 340 408 18,41-44 333
21,25-26 247 23,22 261 334
15,8-10 365 18,41 248
21,37-38 318 323 333 23,26-32 318
15,8 322 18,42 337 21,37 261 322 323 333 23,26 335 342
15,9 322 19,1-10 27 317
21,38 323 23,27-32 241
15,10 85 19,1 321 22-24 238 241 323 23,27-31 334 335
15,11-32 340 365 433 459 19,2-21,38 317 23,28-31 334 340
15,11 246 19,2-10 341 22-23 241 323
22,1-24,53 318 23,28 342 415
15,26 246 19,3 246
22,1-23,56 318 333 23,29 449
15,32 322 19,4-20,8 318
22,1-6 318 23,31 342
16,1-31 317 19,8 338
22,1 158 23,33-56 318
16,1-13 365 19,10 337
22,3 261 333 342 449 23,34-46 449
16,1-9 408 19,11-27 317
22,7-38 318 23,34 241 334 341 342 415
16,1-8 408 433 19,11 250 321
22,7 158 23,35-37 450
16,8 408 19,12-27 433 434
22,8 165 23,36 245
16,9-13 460 19,15 248
22,13 247 23,42 334 337
16,11-12 408 19,28-24,53 192 238 322 332
22,14-18 241 23,43 241 334 335 337 341
16,13-15 341 19,28-21,38 238 239 323 332
22,15-18 243 250 23,44 249
16,13 408 19,28-46 317
22,19-20 243 250 406 23,46 244 334 342
16,16 178 330 19,28-44 333
22,21-23 242 243 250 23,47 334
16,17 329 19,28-40 194 333
22,23 243 246 23,50-53 341
16,18 159 19,28 249 320 322
22,24 243 23,53 261
16,19-31 84 241 341 365 433 19,29-36 317
320 322 446 22,26-71 251 24,1-53 318
16,22 341 19,29
24,1-12 318
17,1-18,30 317 19,35 247 333 22,28-29 430
19,37-40 22,31-34 242 243 24,4 248 261 331
17,1-6 317 317
17,1 22-31,32 342 24,6 323
449 19,37 246 322 333
22,31 333 449 24,7-8 335
17,5 338 19,38 333 334
19,41^14 22,33 338 24,7 335
17,6 338 384 388 391 317 322
22,34 261 24,13-53 241
17,7-10 317 19,41 320 322
24,13-35 318 323 360
17,11-19 241 317 365 19,43 161 449 22,35-38 241
17,11 19,45-46 194 317 22,38 338 24,13 323
248 250 255 321 332
17,12 320 322 323 332 22,39-53 318 24,14 153
26 321 19,45
19,47-21,38 22,39 243 261 24,15 248
17,18-19 160 318 24,19 183 336
17,19 337 19,47-21,4 318 22,40-46 342
19,47-48 22,40 243 249 334 342 24,25-27 407
17,20-37 317 333 22,41 334 342 24,26-27 331
17,22 449 19,47 323 332 333
22,42 248 449 24,26 331 335
17,24-25 442 19,48 247 24,27 93
17,30 449 20,1-8 365 22,43 334 342
22,45 334 24,32 323
18,1-14 317 20,1-2 333 22,46 334 24,34 446
18,1-14 332 20,1 178 332
22,47-23,56 460 24,36-43 261
18,1-8 241 342 365 20,9-19 318 433
24,36-39 318
18,2-8 20,20-26 22,48 30 334 340
434 318
480 índice bíblico
24,39 448 1,42 164 170 273 449 índice bíblico 481
24,44-49 323 1,43-44 276 3,25 163 194 5,16 255
24,44-48 92 1,43 164 194 254 280 5,17
330 335 1,44
3,26 163 264 274
24,44-46 449 3,27 163 5,18 255 358
24,44-45 93 1,45-51 27 3,29 357 5,19-47 253 347
24,46 241 1,45 356 357 5,19-30
24,47-49 194 277 441
3,30 357 461
335 1,46 3,31-33 357 5,19 352
24,47 339 360 1,47 273 274 352 358 359 5,21
3,36 359 361
24,48 76 92 323 330 1,49 277 338
24,49 335 343 256 347
4-7 263 269 5,24 359
1,51 5,30-32
2,1-12,50 4-6 263 274
24,50-53 318 346 4,1-42 27 347 351 5,33 163 352
24,50-51 335 2,1-4,42 347
24,50 2,1-12 267 347 460
4,1-26 254 275 5,36 163 357
323 4,1 163 279 5,37 274
24,52-53 324 2,1-11 164 253 276 5,40
25 164 194 254 4,2 264 358
24,52 249 323 2,1 4,3 194 254 260 5,43 358
24,53 323 2,2 277 4,4-42 460 5,47 263
2,6 170 194
Juan 2,11 277 347 358 4,5-6 163 6 461
348 2,12-4,54 345 4,6 164 273 278 356 6,1-71 345 347 352
1,1-53 4,7 273 6,1-26 267
1,1-51 346 2,13-12,36 351
281 345 346 351 460 2,13-4,54 4,9 170 194 255 277 6,1-21 253
1,1-18 351 4,13-14 280 6,1-15 347
1,1-2 356 2,13-25 351 4,19 256 6,1-13 280
1,4-9 282 2,13-22 268 347 4,22 268 6,1 194 254 263
1,4-5 282 2,13-16 194 255 4,25-26 256 6,2 259
1,5 277 2,13 163 194 345 351 4,25 78 174 6,4 163 194 252 345 361
1,6-8 268 2,17 273 4,26 170 448 6,7 260
1,6 163 2,18 274 4,29 274 352 6,9 260
1,8 356 357 2,19-21 280 4,30
282 356 273 6,10 260 279
1,9 2,19 274 4,35-38 280 6,11-13 406
1,10 282 2,22-23 352 4,35
1,11 170 350 358 433 6,11 361
2,22 77 79 93 358 4,39-42 6,13 260
1,12 350 358 2,23-3,21 460 4,39 352 358
1,14 164 356 2,23-24
6,14-15 275
275 4,40 352 6,16-21 461
1,15 163 338 2,23 259 357 358 4,41 352 357
282 356 454 6,20 259 260 448
1,17 2,24-25 352 4,42 256 337 358 6,22-71 280
1,18 356 2,24 352 4,43
1,19-12,50 164 6,22-65 347
351 2,25 352 4,44 259 6,22-58
1,19-2,12 351 3-4 460 4,45 259 263 352
1,19-2,11 345 3,1-36 347
6,26 275 280
4,46-5,47 347 6,29 273 359
1,19-51 347 3,1-30 349 4,46-54 253 347 461
1,19-36 260 460 3,1-21 254 276 351
6,30 277
4,46 25 6,31 280
1,19-34 347 3,1-10 460 4,47
1,19 163 338 356 259 6,33-35 280
3,2 259 277 4,50 352 358 6,34 277 338
1,22-24 268 3,5 255 268 360 4,52 164 6,35-50 274
1,22 163 3,7 352 4,53 352 358
1,27 260 3,8 168 6,35 358 361
4,54 263 6,38 357
1,28 163 278 3,11-21 460 5-6 266 6,40 358
1,29 164 280 460 3,11-12 352 5,1-47 345 352 6,42 357
1,31 356 3,11 352 5.1-1H
1,33 357 3,12 357 347 6,44-45 358
5,1-15 352 6,46 357
1,35-50 267 347 3,13 357 5,1-9 253 406
1,35-40 164 3,15 358
6,51-58 268 274
5,1 25163 194 252 263 345 6,52 277
1,35-39 276 3,16-19 274 282
5,2 164 6,57 361
1,35 163 164 3,16 354 358 5,6-9
1,37-38 280 3,17-30 282 276 6,58 361
1,37 163 3,18 352 358
5,7 360 6,59 278
164 170 5,9 361 6,60 275 434
1,38 3,19 273 5,12 273 277
1,39 164 274 280 3,22-36 351
6,61-62 277
5.13 276 6,66 275 278
1,40-42 276 3,22 360 379 5,15-16
1,40 278 6,67-71 259
273 3,23 163 5,15 277 6,68 278 338
1,41 164 170 356 3,24 259 268 5,16-47 352 6,69 260 358 359
5.16-18 194 6,71 278
n- /— c .
482 índice bíblico
7,1-10,21 345 352 8,52 275 353 358
•H 11,1-44 9 253 280
índice bíblico 483
12,48 357 449
7,1-8,59 348 8,57-59 358 '9J 11,1-14 267 13-17 254 269 276 346 349
7,1-14 263 275 8,57 275 9 fl|J 11,1 261 354
7,1-10 348 8,58 78 352 356 448 11,5 276 356 13-16 263
7,1 194 254 255 263 279 8,59 170 255 353 • 11,6 164 13,1-20,31 346 354
7,2 163 194 345 9,12 461 flj 11,15 357 13,1-17,26 260
7,3-4 352 9,1-41 9 280 W 11,17 . 278 13,1-30 268
7,8-10 279 9,1-39 406 mi 11,18 163 13,1-20 354
7,10-14 260 9,1-34 352 'H 11,25-26 9 13,1-17 461
7,10 252 9,1-12 348 flj 11,25 280 13,2 164 261
7,11-13 348 9,1-7 253 JH 11,27 256 359 13,10 355
7,12-13 275 9,1 25 |Hj 11,35 273 356 13,14-15 354
9,4 ;
7,12 272 353 357 SJ 11,36 356 13,19 359 448
7,14-24 348 9,5 352 1 11,39 279 13,20 358
7,14 263 354 9,7 170 276 361 ' • 11,41 449 13,21-30 354
7,15-24 263 9,9 273 353 448 M 11,42 276 350 357 359 13,21 260
7,16 274 352 357 9,11 277 1HJ 11,44 273 13,22 273
7,20 274 353 9,13-41 348 «] 11,45 278 353 358 13,23 162 163 165 273
7,23 194 255 9,13 273 JH 11,46 278 13,25 356
7,25 263 9,16 194 255 273 353 HJ 11,48 276 358 13,27 261 278
7,27-29 282 9,17 164 256 HJ 11,50 353 13,30 278 279 354
7,28 352 9,22 358 361 ]H 11,51-52 93 13,31-16,33 354
7,29 352 357 9,24 353 IB 11,53 163 353 13,31-14,31 349 354
7,31 353 358 9,34 278 361 '!• 11,54 279 13,31 263
7,32 273 353 9,35-39 276 .HJ 11,55-19,42 345 13,34 359
7,37-44 348 9,35-37 352 H 11,55 163 194 345 13,36 264
7,37-38 79 358 9,35 273 359 361 • 12,1-36 348 353 13,38 260 261
7,37 345 352 9,36 338 Hj 12,1-11 353 14,6 78 357 461
7,38 358 9,37-38 278 m) 12,1-8 260 14,9 280 357
7,39 79 93 9,37 280 361 • ! 12,1 252 345 14,10 357 359
7,40 256 353 9,38 277 338 353 W 12,2-3 261 14,11 359
7,41 273 353 9,39 280 Bj 12,3 260 14,15 277
7,43-44 275 9,40 273 JH 12,5 260 14,16 167
7,43 278 9,41 278 JH 12,7 259 260 14,24 449
7,44 353 10,1-21 275 348 >lj 12,9-11 276 14,26 93 167 211 357
7,45-52 348 10,1-18 281 461 H 12,11 358 14,28 354
7,50-52 353 10,7 353 JJJ 12,12-19 348 353 14,31 263
7,50-51 277 10,8 257 flj 12,12-15 260 15,17 263
7,52 353 10,9 164 H 12,12 252 345 15-16 263
7,53-8,11 274 10,10 361 fl 12,13 260 333 15,1-16,33 349 354
8,2 9 10,11 353 361 • 12,16 77 79 93 15,1-11 354
8,11 338 10,12 361 1 12,19 276 278 15,1-6 359
8,12-59 275 10,14 353 JJJ 12,20-39 461 15,1 360
8,12 275 280 10,16 360 361 • 12,20-36 348 15,3 449
8,14-18 274 10,20 353 • 12,20-21 276 15,4-10 282
8,19 282 10,21 273 353 • 12,20 255 15,4 78
8,21-30 348 10,22-11,54 345 9 12,22 273 15,5 360
8,23 357 10,22-42 353 • 12,24 461 15,7 358
8,24 359 448 10,22-39 348 1 12,27 259 449 15,9-17 282
8,26 78 10,22-23 194 JH 12,28 449 15,14-15 355
8,27 273 10,22 163 273 279 345 1 12,29 276 15,16 167
8,28 77 282 448 10,30 353 H 12,31-36 461 15,18-16,4 354
8,29 357 10,31 353 H 12,34 276 448 15,18-25 354
8,30 353 358 10,36 353 357 1 12,36 164 282 15,20 449
8,31-59 348 10,38 353 357 <m\ 12,37-50 349 353 15,26-27 354
8,31 275 353 358 10,39 353 4J' 12,37-43 349 353 15,26 357
8,40 255 10,40-41 163 1 12,37-41 353 15,27 76 92 164
8,42 357 10,41 276 356 , 12,37 279 349 350 16,7-15 167
8,44 170 10,42 276 353 358 ij 12,42 279 358 16,12-15 354
8,48 194 255 275 353 358 11,1-56 353 12,44-50 349 353 16,12-13 93
8,49 170 11,1-53 346 12,46-50 274 16,13 77 93 357 412
|
484 índice bíblico índice bíblico 485
16,19 273 19,34 2,9 320 6,1 398
268
16,23 78 19,35 164 268 2,14-42 401 6,2 398 421 424
16,25 310 19,39 2,14-36 398 403 6,4 93 421 424
277
16,27 359 19,41 2,14 398 6,6 405
261
16,29 277 2,16 403 6,7 398 424
19,42 345
17 263 20 2,22-36 420 7,38 139
462
17,1-26 349 354 20,1-31 354 2,22-25 453 7,51-52 415
17,1 449 20,1-29 2,22-24 374 7,55 398
345
17,3 359 20,1 259 2,22 93 403 414 8,1 399
17,5 449 162 163 2,23 403 415 8,4-8 399
20,2
17,6-23 282 20,3-10 2,24-31 403 8,5 429
165
17,8 358 359 20,8 163 355 358 2,30-31 403 8,12 405
17,11 449 20,9 268 2,32 92 398 8,14 165
17,12 164 20,12 261 2,33-36 403 8,16 406
17,20-23 360 20,16 164 170 2,36 93 453 8,17 405
17,20 355 358 20,18 273 2,37-38 398 8,18 405
17,21 357 359 449 20,19-23 261 2,37 398 8,26-40 407
17,24 449 20,19 355 2,38-39 403 8,31 78
17,25 359 449 20,20-23 163 2,38 406 8,35 182
17,28 357 20,21 357 2,41 398 405 8,36-39 405
18-20 268 20.26 273 2,42 398 405 406 9,1 398
18-19 354 461 20,28 93 355 358 2,44 398 9,18 405
18,1-11 260 20,29 358 2,46-47 405 10,5 399
18,1 263 20,30-31 80 264 267 270 349 2,47 398 10,23-24 399
18,2 261 20,31 256 350 355 357 359 3,2 392 10,34-43 403
18,3-5 354 454 3,6 392 10,36-41 93
18,4 354 21 264 268 270 3,11 165 10,36-39 420
18,5 448 21,1-25 346 355 3,12 398 10,37-49 93
18,6 448 21,3 273 3,13-18 453 10,37-43 191
18,8 448 21,7 162 165 3,13-15 403 10,37-43 324
18,10 260 21,11 273 3,13 403 10,37-41 306 374 411
18,12-20,29 260 21,12 273 3,14 415 10,37 320 324 325 403
18,13 261 21,13 273 3,15 92 398 403 10,38 403 414
18,15-16 279 21,15-18 360 3,17 415 10,39 76 398 403
18,15 163 165 21,15 449 3,18 403 415 10,40 403
18,24-28 259 21,16 449 3,19 165 403 10,41 398
18,24 261 21,17 273 449 3,21 398 10,43 403
18,28 279 21,19 449 3,24 403 10,44-48 399
18,31 168 21,20-23 166 169 3,25-26 403 10,47-48 405
18,32 168 21,20 162 4,3 165 11,1-18 400
18,33-37 354 21,23 270 4,4 398 11,16 406
18,33 168 21,24-25 264 270 4,8-12 403 11,19 400
18,37 168 21,24 162 163 4,8 343 398 11,20 182 403
18,38 168 261 21,25 80 4,10-11 403 11,21 400
18,40 279 4,10 403 11,22 399 400
19,4 253 261 Hechos de los Apóstoles 4,13 165 11,26 398
19,6 261 4,34-35 398 11,29-30 148
1,1-2 70 7 1
19,7 170 5,2-3 398 12,1-2 163
1,1 71 183
19,13 170 461 5,7 398 12,5 398 405
1,2 331 5,11 399 12,12 148 405
19,14 164 1,3 93
19,15 415 5,14 398 12,24 424
1,5 406
19,17 164 259 5,15 398 12,25 148
1,8 76 9 > 335 397 399 424 5,28 401 13-14 400
19,19 260 1,9-11 335
19,22 449 1,10 331 5,29-32 403 13,3 405
19,23 253 1,11 331 5,29 398 13,5 413
19,26-27 165 1,13 142 164 165 5,30-32 92 13,13-43 405
19,27 462 1,15 398 5,30 403 13,13 148
19,28 462 1,21-22 76 9 2 374 397 5,31 403 13,14 400 413
19,29 259 273 1,22-24 324 5,32 398 13,16-41 93 403
19,31-37 253 1,22 324 325 331 398 421 5,42 182 401 403 13,22-23 403
19,31 170 345 2,1-13 335 6,1-6 399 401 13,23-31 191 306 324
486 índice bíblico índice bíblico 487
13,24-25 403 24,3 158 Filipenses Filemón
13,27-29 403 26,16 398 1,15 429 1,2 399
13,29 415 26,25 158 2,5-11 28. 1,24 148 156 157
13,30 403 26,28 398 3,5-6 424
13,31 76 92 27,1-28,16 156 157 Hebreos
13,37 415 28,17-27 405 Colosenses 5,12 139
13,38-41 403 28,23-29 330 1,18 399
13,40-49 330 28,23 413 4,10 148 Santiago
13,42 413 28,28 339
4,11 155 1,25 421
13,44-49 405 4,12-14 155
13,45-51 340 Romanos 2,5 421
4,14 155 156 157 245
13,46 400 1,1 182 4,15 399
13,48 400 1,3 402 1 Pedro
13,1-7 405 1,14 93 4,11 139
1 Tesalonicenses
14,1 400 413 3,2 139 4,16 398
14,2 414 6,4 402 4,1-2 421 5,1 398
14,27 78 10,8-9 403 5,13 148
15,1 400 12,14 421 2 Tesalonicenses
15,2 400 16,5 399 2,15 401 2 Pedro
15,7 182 16,13 153 1,15 131
15,34-41 148 1 Timoteo
15,35 182 1 Corintios 3,15 90 1 Juan
15,38 148 1,12 400 3,16 429 181 356
1,1
15,41 399 1,13 402 4,16 96 2,18-29 356
16,5 399 1,23 402 3,16 354
16,10-17 156 2,2 402 2 Timoteo 4,1-6 356
16,11-12 157 7,10-11 421 4,2 356
16,14-15 405 9,19-23 1,13 401
93 4,16 354 359
16,32-34 405 10,16-17 3,15-17 97
405 4,20 359
17,1-18,22 157 11,18 399 4,5 182
17,2-3 413 11,23-25 4,10 156
406 421 2 Juan
17,5 414 11,23 4,11 148 156 157
399 402
17,10 413 11,26 405 1,1 135 166
17,17 414 15,1 182 Tito
17,23-31 93 15,3-5 403 453 1) 3,12
3,13
156
156
3 Juan
135 166
17,30-31 420 15,3 401 424 1,1
18,4 414 15,4 402
18,5-8 405 15,5 398
18,5-6 330
19,5 405 406 2 Corintios
19,6 405 8,18 120
19,8 414 11,4 429
19,13 429 13,4 402
19,20 434
20,5-21,28 156 Gala tas
20,6-21,18 157
20,6 157 1,1 424
20,7-12 405 1,13-14 424
20,24 182 1,19 166
20,28 399 2,1 156 165
20,36 405 2,2 400
21,8 182 2,3 156
21,15 166 2,7-8 15
21,20-30 333 2,9 166 424
21,27-26,32 157 2,11 400
22,1-7 413 3,1 402
22,15 397 398 4,4 402
22,17-18 333
22,18-21 330 Efesios
22,20 397 4,1 182
23,26 158 5,23 399
ÍNDICE ONOMÁSTICO