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1) Vida: {580-662)
Nació en Consta ntinopla, de familia noble y profundamente cristiana . Hacia 613 se retiró al monasterio de
Crisópolis, en Bizanci o.
2) Dios: La Mónada suprema.
-En la cumbre del ser y fuera de todas las cosas está Dios, unidad pura, mónada suprem a, indivisible e
inmultiplicable. De Dios procede toda la multiplicidad de seres, sin destruir ni alterar su unidad .
-Dios Ies la uni dad supraesencial, que está por encima de todas laS!cosas.
1
La esencia divina no es estática sino
dinámica. Dentro de la unidad se da un primer movimiento interno. 1) La Unidad: Dios 2) La Dyada : la
generación eterna del verbo. 3) La Tríada : la procesión del espíritu Santo~
3) La creación y las Ideas:
-Hay un segun do movimiento hacia f uera que da origen a la creación del murido, qu e es una manifestación
externa de Dios.
-Todos los seres antes de llegar a la existencia, están precontenidos en la presciencia divina . En la inteligencia de
Dios se contie nen desde toda la eternidad las esencias de todos los seres en forma de Ideas, cada una de las
cuales es una expresi ón parcial y finita del ser y de la perfección infinita de Dios.
-El universo constituye una revelación de Dios hacia fuera. Hay dos mundos creados: 1) El cel este: inteligible, al
cual pertenecen las nueve jerarquías de ángeles, que son seres incorpóreos e inteligentes. 2) El sensible: en el
cual se escalonan los seres corpóreos en grados de perfección : no vivientes, vivientes irracionales y vivientes
racionales corpóreos .
4) El Hombre:
-El hombre es el ser más perfecto del mundo sensible. Está compuesto de cuerpo y alma, vini endo a ser como el
centro de convergencia de los dos mundos. Por su cuerpo está en contacto con los seres materiales, y por su
alma, con los espiritu ales y con Dios.
5) El alma y sus funciones:
-San Juan Damasceno define el alma como una sustancia incorpórea, inteligente, que habita en un cuerpo, al
cual comunica la vida . Las funciones del alma son: 1) Racional 2) Irascible y 3) Concupiscible.
-Dios dotó al hombre de entendimiento, capaz de conocer, y de voluntad libre, capaz de querer lo bueno o lo
malo, el vicio o la virtud. Según el uso de estas potencias, puede crecer o disminuir en la perfección de la
participación divina, haciéndose más o menos semejantes a Dios .
.· 6) El pecado y la multiplicidad: .
-El fin del hombre es Dios. Además como el centro del universo, su misión era reducir a unid ad la multiplicidad
de los seres para llevarlos a Dios. El hombre hizo todo lo contrario. Aban donó la unidad para volverse hacia la
multiplicidad. La unidad es el ser, y la multiplicidad el no-ser. En esto consistió el pecado, que defraudó la
finalidad y el orden de la creación, y las consecuencias fueron la ignorancia, el desorden de las pasiones y la
muerte.
7) La unión con Dios:
-Pa ra elevarse a Dios, se necesita
Vencer el am or.propio que fue la causa del pecado .
Dominar la concupiscencia Con lo cual se logra la paz y la tranquilidad interior del alma . Los medios son : l)la
gracia de Dios 2)la oración 3)el ayuno y el silencio místico.
-El hombre se siente movido por Dios a salir fuera de sí. Pero solamente llegará a la felicida d cuando llegue a
unirse con Dios, quedando como envuelto en él, participando de su quietud y su inmovilidad. El hombre
conserva su indivi dualidad, pero propiamente ya no vive, sino que vive Cristo en él.
-Para llegar al conocimiento de Dios es necesario desprenderse de las cosas sensibles. Así se llega a la tiniebla
del alma y a una ignorancia superior a toda ciencia. La unión perfecta con Dios se realiza por la caridad.
3.- La creación y hombre como imagen de Dios
-Según San Gregario de Nisa, y apoyándose en la Biblia, mani fiesta que Dios creó el hom bre a su
imagen y semejanza. Esta creación lo distingue de los animales.
- Surge una dificultad: ¿cómo puede ser imagen de Dios, que es eterno, espiritual e inmóvil, el
hombre, que es efímero corpóreo y mudable? San Gregario declara que es difícil la solución. Apela
a la teoría de la doble creación:
a) La primera creación es genérica, o sea, la " hombre" en universal. Esta primera creación
produciría el primer hombre, celeste, o la especie humana sin distinción, con un alma y un cuerpo
casi espiritual, como el q,l1e tendrán los hombres después de la resurrección . ¡
b} La segunda, interpretada en función del pecado original y para asegurar la multiplicación futura,
sería la creación del hombre terrestre individual: Adán, de la que después Dios sacaría a la primera
mujer.
4.- La creación mixta del hombre
- Todo cuanto existe procede de Dios, y fuera de Dios no hay ninguna otra causa capa de
producirlo. Pero procede por creación, por lo tanto, Dios es la única creadora .
- En consecue ncia, el alma y el cuerpo tienen un origen simultáneo. Tanto el uno como la otra
proceden de Dios, pero también de los progenitores.
a) Dios creó al primer hombre con su cuerpo y su alma racion al. En ese primer hombre estaban
contenidos virtualmente los cuerpos y las almas de todos los futuros individuos humanos y de
ambos participan todos los hombres particulares.
B} Los padres, cuya causalidad no es creadora, sino secundaria e instrumental.
5.- Alma y cuerpo
-La unión entre alma y cuerpo Gregario lo considera un misterio inexpresable. Pero el hombre es
un compuesto de cuerpo y alma, pero hay que decir que es un alma que se sirve de un cuerpo. Así,
el cuerpo es el vestido, el vehículo, la cárcel y la cadena del alma .
-San Gregari o de Nisa rechaza las triparticiones del alma de Platón. El alma tiene tres potencias o
principios de operación: nutritiva, sensitiva y racional. San Gregario se am para en la Sagrada
escritura, que manifiesta al hombre como una imagen e Dios, y lo es por su alma racional.
ESCUELA CESAREA DE CAPADOCIA
-El influj o de la escuela de Alejandría irradió por Oriente, donde en el siglo IV florecen varios
centros cristianos importantes. Durante la persecución de los cristianos, Clemente de Alej andría se
refugió en Cesarea de Capadocia . Allí estuvo también Orígenes durante la persecución M aximino
Tracio .
San Basilio
/ /
1.- Filosofía
-Comenta la creación del mundo . Su finalidad es moral, proponiéndose elevar al hnmbre, de las
cosas visi bles y sensibles, a las invisibles e inteligibles mediante la contemplación de las maravillas
creadas por Dios.
- Para ll egar a Dios el alma debe prepararse purificándose de las pasiones corporales, librarse de
los cuid ados de la vida y mirar a todas partes.
-Por la contemplación de las bellezas de la creación puede conocer el hombre la infinita potencia
de Dios, aunque no puede comprender su naturaleza, de la cual solo es posible al canzar un
conoci miento negativo.
2.- Dios y la creación
-Hay dos mundos, el visible y el inteligible. Dios ha creado de la nada el mundo vi si ble, en el
tiempo; o mejor dicho, creó el tiempo juntamente con el mundo.
-No preexiste una materia, en conformi dad con el grado de perfección que correspo nde a los
distintos seres del universo.
- Dios imprime las formas en la materia. Pero las cualidades son inseparables de la última. Si se
suprim en de un cuerpo el peso, el calor, el olor, la extensión y las demás cualidades sensibles, la
cosa desaparece.
4
',
Amontona oro, amasa plata, construye paseos públi-
cos, llena tu casa de esclavos y la ciudad de tus deudores,
e a no ser que destruyas las pasiones de tu alma, pongas
fin a tus deseos y. apartes de ti temores y preocupaciones,
est_arás filtrando vino para uno que tiene fiebre, ofrecien-
do miel a un bilioso y preparando pan y companage para
quienes sufren cólico y disentería, que no los pueden rete-
9
Cf. PLUT . , Mor. 83A.
- -·· •
26 MORALIA SOBRE LA VIRTUD Y EL VICIO 27
o Mientras arde el fuego una casa parece más honorable 3 , un documento de separación, librarse al punto de los pro-
y la riqueza más agradable y la fama y el poder más es- blemas y descansar, comportándose uno según su propia
pléndidos, si les acompaña el gozo que brota del alma. voluntad, sino que, cohabitando siempre en sus entrafias
De esta forma los hombres soportan también la pobreza, y creciendo con él noche y día ,
el destierro y la vejez con alegría y en paz según la buena 6
disposición y la tranquilidad de su carácter. lo va asando sin brasas y lo expone a una vejez prematura , F
del mismo modo toda clase de ocupación y forma de Cuando la tristeza se apodera de m1: cuando estoy dormido,
vida, acompañadas de la virtud, carecen de penas y son me siento morir a causa de mis sueños 7 ,
agradables; en cambio, cualquier vicio hace a las cosas
E que parecen espléndidas, magníficas y venerables, doloro- dice alguno. En una situación parecida colocan al hombre
sas, nauseabundas y desagradable~ a los que las poseen. fa envidia, el temor, la cólera y el libertinaje. En efecto,
durante el día el vicio, mirando hacia fuera y amoldándose
Ese hombre se considera feliz mientras está en el ágora, a los demás, se avergüenza y oculta .sus sentimientos y no 101A
pero cuando abre las puertas de su casa es muy desgraciado; se entrega .de lleno a sus impulsos, sino que muchas veces
su mujer lo domina todo, ordena y riñe continuamente 5 • resiste y lucha con ellos. En cambio, en los suefios, cuando .
se ha escapado de opiniones y leyes y se encuentra lo más
Sin embargo, cualquiera, si es de verdad un hombre y no lejos posible de sentir temor y vergüenza, agita toda clase
un esclavo , podría librarse sin dificultad de una mala mu- de deseos y despierta su carácter depravado y su intempe-
jer; pero contra el propio vicio no es posible, tras escribir rancia. «Pues incluso intenta unirse a su madre», como
dice Platón 8 , se lleva a la boca alimentos prohibidos y
1
Verso atribuido a HOMERO en el Certamen Homeri et Hesiodi 284
(ed . ALLEN). PLUTARCO lo cita de nuevo en Mor. 762D .
' Del laocoonte de Sófocles, cf. NAUCK, Trag. Graec. Frag., Sófo- 6
HEsíooo, Trabajos y Días 705 .
cles, núm . 344. 7
De . un .poeta de la Comedia Nueva . Cf. KocK, Co"frt.. Ali. Frag.,
~ Quizá de Menandro , cf. KocK, Com . Ali. Frag., 111, pág. · 86, y lll , pág . 444, Adespola, núm. 185.
ver PwT .. Mor. 4718 . 8 ,._
República 5710.
4:-;
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·..,,,. 24 ·MORALIA
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¡, al productor, ni superior a él, el productor es
necesariamente superior al producto.
9. Todo lo que es autosuficiente, bien en su
existencia, bien en su actividad, es superior
a lo que no es autosuficiente. Antes depen -
1 8. Todo lo que de cualquier manera participa de de otra existencia que es la causa de su
del bien está subordinado al primer bien, perfección.
que no es otra cosa que bien. 1
Pues, si todas las cosas que existen sienten una
En efecto: si todas las cosas que existen desean natural apetencia de su bien, y si además hay
su bien, es evidente que el primer Bien está más cosas que sacan su prosperidad de sí mismas y
allá de las cosas que existen. Pues, si se cosas que exigen la ayuda de otra, cosas que
identificara con cualquier cosa existente, ·esta tienen la causa de su bien dentro de sí y cosas a
cosa existente sería idéntica al Bien, y en virtud quienes esta causa es externa: entonces, en la
de esta identidad excluiría de sí el deseo del misma proporción en que las primeras están más
Bien: porque todo apetito implica una carencia cerca del d ador de lo que apetecen , en esa
y una separación del objeto apetecido; ahora misma tienen que ser superiores a lo que necesita
bien -puesto q r.e esto es imposible-. hay que una causa extraña del bien y a lo que ve su
distinguir su e.d stencia de su bondad, y esta existencia o su actividad perfeccionadas solamen-
última estará inmanente en la primera y será te en virtud de una recepción de fuera . Así
:participada por ella. Si es así, no es el Bien sino pues, puesto que lo que es autosuficiente tiene
·un bien, inmanente en ·un participante particu- una mayor semejanza con el Bien en sí -si bien
lar: es simplemente el bien que este participante es menor, pot cuanto participa del bien y no es
desea, no el Bien absoluto deseado por todas las él mismo el primer Bien-, es de ·alguna manera
'cosas existentes. Pues éste es el objeto común de afín al Bien, en cuanto puede proporcionarse su
·todo anhelo, mientras que un bien inmanente es bien a partir de su propio ser, mientras que lo
'propio del participante. que no sólo participa, sino que además participa
gracias a un medio externo, es lo que se halla
El primer Bien, por tanto, no es nada más que más alejado del primer Bien, que no es otra cosa
bien. Si se añade a él cualquier otro carácter, en que bien.
virtud de esta adición se ha disminuido su
bondad, cambiándolo del Bien absoluto a · un 1 O. Todo lo que es autosuficiente es inferior
bien particular. Porque este carácter añadido, al bien absoluto.
que no es el Bien sino alguna cosa más pequeña,
ha disminuido el Bien con su coexistencia.' Pues, ¿qué otra cosa es lo autosuficiente sino lo
que posee su bien de sí mismo y en sí
mismo? Esto significa, en verdad, que ello se
encuentra lleno de bien o bondad, y que
1
D emostrada Ja trascend encia del Primer Uno, ya a prob ar Ja
trascend encia d el Primer Bien. Ver Ja articulación de las id eas en
participa del bien , pero no que es el Bien
el Apéndice. absoluto en sí: pues este último, como se ha
30 31
6. Toda multiplicidad se compone o bien de do que es inferior a lo que lo ha producido: lo
grupos unificados o bien de hénades -uni- importante no es igual a lo fecundo, en quien
dades-. está el poder de la creación. Y, si es capaz de
producir, el nuevo producto será o bien igual a
Porque es evidentemente imposible que cada su causa o distinto a ella. Ahora bien, si es igual
constitutivo de una multiplicidad sea a su vez y si es una verdad universal que el productor
una pura multiplicidad, y cada constitutivo de engendra un consiguiente igual a sí mismo,
esta nueva multiplicidad sea a su vez una entonces todas ,las cosa!) serán iguales entre sí, y
multiplicidad. 7 Y si la parte constitutiva no es 'ninguna será mejor que otra. Y si no es igual,
una mera multiplicidad, es o bien un grupo tampoco el primer producto era igual al primer
unificado o una hénade: un grupo unificado si productor. Pues capacidades iguales dan lugar a
posee la unidad por participación, y una hénade, efectos iguales; mientras que si una causa, no
si es constitutivo del primer grupo unificado. siendo igual a su consiguiente o consecuencia,
Pues, si hay un Uno en sí, 8 éste tiene que tener fuera sin embargo igual a su antecedente, ten-
un primer participante, que es el primer grupo dríamos aquí iguales capacidades que darían
unificado. Y este primer grupo está compuesto lugar a efectos desiguales. Por consiguiente es
de hénades: pues, si estuviera compuesto de imposible que el producto sea igual a su pro-
grupos unificados, éstos estarían a su vez com- ductor.
puestos, y así hasta el infinito. Pór, consiguiente,
el primer grupo unificado está compuesto de Por otra parte, es asimismo imposible que el
hénades, con lo que queda demostrada la verdad productor sea inferior. Pues, al dar la existencia
de nuestro enunciado. al producto, tiene que proporcionar también el
poder adecuado para esta existencia. Pero, si él
mismo produce todo el poder que hay en su
[B. DE LAS CAUSAS.] consecuencia o consiguiente, es capaz de crear
un carácter igual en sí mismo, es decir, de
7. Toda causa productiva es superior a lo que incrementar su propio poder. No puede carecer
ella produce. de los medios para esto, puesto que tiene
suficiente fuerza para crear ; ni puede faltarle la
En efecto: de no ser superior, tiene que ser o voluntad, ya que por naturaleza todas las cosas
inferior o igual. Supongamos primeramente que apetecen. su bien. Por consiguiente, si fuera
es igual. Entonces, o bien lo producido tiene capaz de hacer otra cosa más perfecta que el
ello mismo el poder de producir un nuevo propio productor, éste se habría hecho perfecto
principio, o es completamente estéril. Pero, si se a sí mismo antes de perfeccionar en mayor
supone estéril, queda con ello mismo demostra- grado a su consiguiente.
28 29
lugar, que existe como tal multiplicidad antes de multiplicidad será de cualquier modo posterior
que el Uno llegue a existir, ·y que no puede al Uno, participando de él pero no participada
participar de lo que no existe; y, en segundo por él.
lugar, porque lo que articipa del Uno es uno y
no-uno 4 y, si el PrimerPrincipio es una multipli- Si, por otra, parte, el Uno participa de igual
cidad o pluralidad, todavía no existe ningún manera de la multiplicidad, siendo realmente
"uno". Ahora bien, es imposible que exista una uno en su sustancia y no-uno por participación,
multiplicidad que no participe en modo alguno entonces el Uno resultará multiplicado o plurali-
del · Uno. 5 Por consiguiente la multiplicidad no zado a causa de la multiplicidad, de la misma
es anterior al Uno. manera que la multiplicidad resulta unificada a
causa del Uno. Pero las cosas que se reúnen y se
Supóngase ahora una multiplicidad que coexista comunican entre sí, si son sintetizadas o reuni-
con el Uno; y que los dos principios son das por un tercer principio, tienen este principio
coordinados en su naturaleza -respeCto de su como anterior a ellas; si, por el contrario , se
coordinación temporal no hay ninguna objeción sintetizan por sí mismas, no son opuestas -por-
de éstas ahora-: entonces el Uno en sí mismo que las cosas opuestas no tienden hacia las
no es múltiple, ni la multiplicidad es uno, sino · opuestas-.
que existen uno al lado de otro como principios
contrapuestos, por cuanto ninguno de los dos es Ahora bien, suponiendo que el Uno y la
anterior o posterior al otro. La multiplicidad multiplicidad seán contrapuestos, y que el Uno
será, por tanto, en sí misma no-una, y cada una en cuanto uno no es múltiple, ni lo múltiple en
de sus partes será no-una, y así. hasta el infinito, cuanto múltiple es uno, de forma que ninguna
lo cual es imposible. 6 de las dos cosas se produce en la otra, será a la .
vez uno -por participación- y dos -en la
Por su propia naturaleza, pues, participa del sustancia-. Pero, si se necesita algo anterior a
Uno, y será imposible hallar ninguna parte de ambos para su síntesis o ·reunión, este algo
ella que no sea una; puesto que, si no fuera una, anterior es o bien uno o no-uno; y, si es no-uno ,
sería una suma inifnitiva de infinitos, como se es o múltiple o nada. Pero no puede ser
ha demostrado. Así pues, participa del Uno de múltiple, de Je contrario tenemos una multiplici-
cualquier manera. dad anterior al Uno; ni puede ser nada, pues
¿cómo nada pod ría reunirlos? Por consiguiente
Si, pues, el Uno cuya unidad no es derivada no es uno; pues es evidente que este Uno no puede
· participa en modo alguno de la multiplicidad, la ser múltiple, o bien tendríamos un proceso in
infinitum. Es, pues, el Uno en sí; y del Uno en
sí procede toda multiplicidad.
Ver n° 2,
5
Ver n• l.
6
Ver n• l.
26 27
2. Todo lo que participa de la unidad es a la uno, participan de la unidad. Pues si ellas son ya
vez uno y no-uno. un uno, no pueden hacerse o devenir un uno:
nada puede devenir o hacerse lo que ya es. Pero,
Pues, al no poder ser pura unidad -porque la si a partir de un pri.mitivo no-uno devienen un
participación de la unidad implica un participan- uno, su unidad ha de deberse necesariamente a
te distinto de ella-, su "participación" significa un "uno" que haya entrado en ellas.
que posee unidad a manera de una afección y ·
que ha pasado por el proceso de hacerse uno. 4. Todo lo qúe· es unificado es distinto
Ahora bien, si este algo no es nada más que su del uno en sí.
propia unidad, es un simple "uno", y así no
puede participar de la unidad sino que debe ser Pues · si es o está · unificado, tiene que participar
pura unidad. Pero, si posee algún carácter de alguna manera de la unidad, , a saber, en
distinto de la unidad, en virtud de este carácter aquel 2 aspecto en que se dice que está unifi-
es no-uno, y así no es unidad absoluta. Al ser,
pues, uno y juntamente, por "participar" de la
cado, r
lo que participa de la unidad es uno y
no-uno. En cambio, el Uno en sí no es uno y
unidad, no-uno en sí mismo, es ambas cosas, no-uno: pues si también éste fuera uno y
uno y no-uno. Es de hecho unidad con la adición no-uno, entonces la unidad que contiene conten-
de algo más, · y en virtud de esta adición es dría a su vez este par de elementos y se
no-uno, si bien es uno en cuanto afectado por la produciría un proceso in infinitum, ya que no
unidad. Por consiguiente, todo lo que participa Ibamos a encontrar ninguna unidad simple en la
1
de la unidad es· a la vez uno y no-uno. que · nuestro análisis pudiera detenerse, antes
bien todo sería uno y no-uno. Lo univicado, por
3. Todo lo que llega a ser uno, llega a serlo consiguiente, es algo distinto del Uno. Pues el
por su participacióli de la unidad. Uno, de ser idéntico a lo unificado, sería
infinitivamente múltiple; así como también lo
En efecto, lo que deviene o se hace uno es por serían cada una de las partes que componen lo
sí mismo no-uno, y además es uno en cuanto unificado.
·afectado por la participación de la unidad; pues,
si las cosas que no son en sí mismas un uno 5. Toda multiplicidad es posterior al Uno.
devienen en uno, sin duda consiguen esto por
medio de una síntesis y de una comunicación Supóngase, en efecto, una multiplicidad anterior
recíproca de unas y otras, y así están sujetas a al Uno. El Uno, entonces, participará de · 1a
la presencia de la unidad, sin que ésta sea una multiplicidad, mientras que la primera multiplici-
unidad simple y absoluta. En la , medida, pues, dad no participará del Uno, supuesto, en prim '. r
en que experimentan un proceso de devenir un
Ver n° 3,
1 Precisamente porque sólo participa de la unida d en lugar de 3
Ver n° 2,
ser pura y simplem•mte unidad.
25
24 1
l
1 ·~
23
212 Santo Tomás de Aquino y el apog eo de la Esco lástica
la cualidad significada como algo no delimitado'"que desborda el significado del término. P or donde
se ve que el término «sabio», u o¡ro cualquiera, no se aplica en el mismo sentid o a l hom bre y a
Dios. y. por tanto, que no hay término alguno que se aplique unívocamente a Dios y a las criaturas.
Mas tampoco se les aplican en sentido puramente equívoco, como han querido algunos, pues
en este caso no sería posible conocer ni demostrar cosa ninguna referente a Dios, y se incu rriría
siempre en la falacia llamada de equivocación, todo ello opuesto, lo mismo a los fil ósofos, que
demuestran muchas cosas de Dios, que el Apóstol cuando dice: «Lo invisible de Dios se alca nza a
conocer por medio de las criaturas.»
Por consiguiente. se ha de decir qu·e estos nombres se aplican a Dios y a las criaturas por modo
de analogía, o sea, de proporción, que, tratándose de nombres, puede ocurrir de dos maneras: o
porque muchos términos guardan proporción con uno solo, v. gr., el término «sa na», que se aplica
a la medicina y a la orina - porque ambas cosas dicen orden y guardan proporción con la salud
del animal, una como signo y otra como causa- , o bien porque uno guarda proporción con otro,
como el mismo término «sano», que se aplica a la medicina y al animal, por cuanto la medicina es
causa de la salud del animal. Y de este segundo modo es como decimos algunas cosas de Dios y de
las criaturas, en sentido no unívoco ni puramente equívoco, sino analógico, pues, según hemos
dicho, no podemos denominar a Dios más que por las criaturas. Por consiguiente, lo que se diga
de Dios y de las criaturas, se dice en cuanto hay cierto orden de la criatura a Dios como a princi pio
y causa en la que preexisten de mod o más elevado todas las perfecciones de los seres.
Este modo de ser común ocupa el lugar medio entre la pura y la simple univocación, pues los
términos análogos ni tienen exactamente el mismo sentido, como sucede a lo s unívocos, n i sentido
·totalmente diverso, como pasa a los equívocos, sin o que el término que así se aplica a muchos
expresa diversas relaciones y proporciones con uno determinado, como el término «sano», apl icado
a la orina, sign ifica un indicio de la salud del animal , y aplicado a la medicin a designa la causa de
la misma salud.» (Summa Theologica, 19-13. " · 5.)
..,
D<! la analogía de proporcionalidad .
«Respuesra . Todos los nombres que anal ógicamente se apl ican a muchos, necesariamente se
les aplican en virtud de alguna relación que tienen con una misma cosa, por lo cual ésta entra en
la definición de todos ellos; y puesto que el concepto que el nombre significa es la defin ición, como
dice Aristóteles, es forzoso que el nombre recaiga, ante todo, en la cosa que entra en la definición
de ias demás, y después en las otras, según el orden con que, en más o menos, se acerquen a la
primera. Por ejemplo , el término «sano», que se aplica primeramente al an imal, entra en la
definición del «sano» que se aplica a la medicina. por ser causa de la salud del animal, y en el «sano»
que se aplica a la orina, porque es indicio de salud.
Por consiguiente. los nombres que se dicen de Dios en sentido metafórico, antes se aplican a las
criaturas que a Dios, porque, aplicados a Dios, no significan más que tienen algún parecido con las
criaturas ; pues, así como el verbo «reírn. aplicado a una pradera, no significa más que, cuando se
cubre de flores. se parece en lo placentera al hombre cuando ríe, con semejanza de proporción, así
también el nombre de «leó n», a plicado a Dios, no significa más que Dios despliega en sus obras un
vigor parecido al que pone el león en las suyas. Por donde se ve que en el significado de los nombres
metafóri cos tal como se aplican a Dios, se incluye el significado que tienen aplicados a las criaturas.
Esta misma razón podría valer para los nombres que se aplican a Dios en sent ido no metafórico
si únicamente se le aplican en sentido causal, como han querido algunos, pues en tal caso d ecir que
«Dios es bueno» equivaldría a decir que «es causa de la bondad » de las criaturas, y, por tanto, el
término «bueno» inc luiría en su concepto la bondad de la criatura, y se diría de ella antes que de
Dios. Pero hemos demostrado que estos nombres no designan solamente la causalidad divina, sino
también su esencia, y por esto, a l decir que «Dios es bueno y sabio», no sólo expresamos que es
causa de la sabidu ría o de la bondad, sino que estas cosas preexisten en El de modo más elevado.
Pues, según esto, se ha de sostener que, en cuanto a la cosa significada por el nombre, se d icen de
Dios antes que de las criaturas, porque las perfecciones que expresan deri van de Dios a las
criaturas; pero en cuanto a la aplicación del nombre, primero las aplicamos a las criaturas, porque
las coriocemos antes, y por ello su modo de significar es, según hemos dicho, el qu e co mpete a las
criaturas.» (Summa Theologica, 19.13, a, 6.)
Santo Tomás 211
TEXTO 1:
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2. Postulados:
2.1. 'Todo agente obra en virtud de su forma'.
2.2. 'Dios es la primera causa eficiente.'
2.3. Dios es causa eficiente y ejemplar de todas las cosas, pero no su
causa formal.
2.4. Todo efecto es semejante, de algún modo, a su causa: 'porque
todo agente produce algo parecido a él.'
3. T eor ía del conocimiento.
3.1. Principio del conocimiento humano: 'Nuestro conocimiento natural tiene su
principio en los sentidos, y por ello sólo puede alcanzar hasta donde pueda
1~
llevarle lo sensible.' 'Nuestro entendimiento puede considerar en abstracto lo
que conoce en concreto; pues si bien lo que conoce son los cosas, cuyas
formas están en la materia, sin embargo, descompone el compuesto en sus
elementos y considera la forma por separado.'
3.2. Las dos fuentes de conocimiento humano (sentidos y razón) y sus objetos
respectivos (lo concreto y lo abstracto): 'lo natural para nuestro entendimien-
to es conocer las cosas que no tienen ser sino en la materia, ya que nuestra
alma, por la que conocemos, es forma de una materia. Pero el alma tiene dos
facultades cognoscitiva~Una que es acto de algún órgano corpóreo, ... y por
eso los sentidos únicamente conocen lo singular. La otra es el entendimiento,
que no es acto de ningún órgano corpóreo y por ello lo connatural del
entendimiento es conocer las naturalezas que tienen ser en una materia con-
creta, pero no en cuanto están concretadas en tal materia individual, sino en
cuanto abstraídas de ella por la acción del entendimiento, por lo cual con el
entendimiento podemos conocer las cosas en su ser universal, a lo que no
podemos alcanzar por los sentidos.'
3.3. Necesidad de la abstracción: la dependencia del entendimiento humano a un
cuerpo dotado de órganos de captación sensible, determina que el entendimien-
to para conocer lo universal debe abstraer o separar las 'formas' que están en
la materia y considerarlas (las formas) por separado : 'la vista en modo alguno
puede conocer en abstracto lo que conoce en concreto, ya que no puede percibir
la naturaleza, sino esta naturaleza, y, en cambio nuestro entendimiento puede
considerar en abstracto lo que conoce en concreto ; pues si bien lo que conoce
son las cosas, cuyas formas están en la materia, sin embargo descompone el
compuesto en sus elementos y considera la forma por separado.'
3.4. El entender es una actividad inmanente y no transeúnte, porque el término de
la operación está dentro del agente: 'Entender no es una operación transeúnte,
o de las que salen del agente, sino inmanente, o de las que permanecen en él.'
Explicación del carácter inmanente del entender : 'el conocimiento se realiza
por estar lo conocido en el que lo conoce, y, en cambio, la apetencia, porque
el que apetece se inclina a lo apetecido; por lo cual el término del apetito, que
es el bien, está en la cosa apetecida, y, en cambio, el término del conocimiento,
que es lo verdadero, está en el entendimiento.'
3.5. El entender o conocer es una especie de acto en el cual la facu ltad (el enten-
dimiento) y lo inteligible (potencias en el sentido de que el entendimiento
antes de conocer está en potencia, y lo inteligible antes de ser conocido
permanece en potencia) se identifican al ser actualizados : 'Por esto se dice en
el libro De anima que, en el acto de entender, el entendimiento y lo inteligible
son una y misma cosa, como en el sentir son una misma cosa el sentido y lo
sensible.'
Santo Tomás 205
a) Interpretación de la naturaleza:
l. Interpretación del movimiento en términos de potencia y acto.
2. Interpretación de las sustancias naturales como compuestas de materia
y forma (hilemorfismo).
3. Interpretación teológica de la naturaleza a partir de las cuatro causas
(material, formal, eficiente y final).
b) Teología natural :
l. Acepta la prueba aristotélica de la existencia de Dios a partir del
movimiento.
2. Acepta la concepción aristotélica al definir a Dios como acto puro.
e) Antropología:
l. El alma racional es la única forma substancial en el hombre ser com-
puesto de materia (cuerpo) y forma (alma).
2. Admite la experiencia y la razón como fuentes de conocimiento.
3. La voluntad sigue al entendimiento de donde la primacía de la inteli-
gencia sobre la voluntad.
d) Etica:
l. La felicidad, fin último del hombre.
2. La naturaleza como fundamento del obrar moral.
1.3. P ostulados fundamentales de la materia.
a) La materia es pura potencialidad de ser y carece de actualidad propia.
b) La materia entra en composición de los seres finitos y sensibles. •'
e) La materia marcada por la cantidad (materia concreta) es el principio lk
individualidad de los seres compuestos.
2. M etafisica.
2.1 . Objeto de la Metafísica: es la ciencia del 'ser en cuanto ser', es decir, del 'ser'
bajo la razón de ser o considerado en sí mismo.
a) Significado del término 'ser' : 'ser quiere decir algo que está en acto, y como
el acto dice relación a la potencia, propiamente se le llama 'ser' por aquello
en que primariamente se distingue de lo que sólo está en potencia'.
b) Indefinibilidad del término 'ser' : 'Pero el Filósofo demuestra que el ser no
puede ser género de nada, porque todo género tiene diferencias distintas de
él, y no puede hallarse diferencia alguna que no sea ente o ser, y el 'no ente'
no puede ser diferencia'.
e) El ser, objeto propio y primero que el entendimiento capta: 'Pues lo
primero que el entendimiento capta en las cosas es el ser, ya que en tanto
es cognoscible una cosa en cuanto está en acto, como dice el Filósofo'. ..
d) El término 'ser' es análogo: 'Este modo de ser común (la analogía) ocupa
el lugar medio entre la pura equivocación y la simple univocación, pues los
términos análogos no tienen exactamente el mismo sentido, como sucede
a los unívocos, ni sentido totalmente diverso, como pasa a los equívocos .. .'.
2.2. Propiedades trascendentales del ser : se denominan trascendentales aquellas
propiedades que se identifican realmente con el ser en cuanto ser.
a) Postulados :
l. Todo ser es uno, verdadero y bueno.
L ---.
/
TEMA 4
SANTO TOMAS
l. Caracteres generales.
1.1. Solución tomista a los grandes problemas de la filosofia medieval:
a) Problema de la relación razón y fe :
l. Fe y razón son dos fuentes de conocimiento distintas e independientes
(en razón del método y del objeto formal).
2. La verdad es común a la Fe y Razón (niega la teoría averroísta de las
dos verdades), y, por lo tanto, es imposible un conflicto real entre
ambas.
3. Mutua colaboración entre Fe y Razón.
b) Problema de las universales :
l. El universal ( = algo uno relativo a varios) ni es una sustancia subsis-
tente fuera de lo singulares (platonismo), ni es una pura palabra sin
fundamento real (nominalismo).
2. Solución tomista : el universal es un concepto objetivo que se encuentra
realizado en una pluralidad de seres que poseen una naturaleza común
y se halla en la mente como unidad.
e) Problema de la 'eternidad del mundo'.
l. El averroísmo latino postulaba la eternidad del mundo en contra del
dogma cristiano sobre el carácter temporal de lo creado.
2. Solución tomista :
2.1. Las dos hipótesis (eternidad-temporalidad) son verosímiles racio-
nalmente, pero ninguna es susceptible de demostración.
2.2. Puesto que la razón no puede decidir, sólo nos queda la vía de la
fe por la cual debemos creer que el mundo ha comenzado. (S. T.
19, 46, a. 1, 2 y 3.)
1.2. Influencia del aristotelismo.
203
árbol de porfirio
as operaciones sugeridas es el delo de frase» . En gramática transfo rmacio- asunto en el capítulo de la Isagoge sobre la
te: nal se introducen reglas transformacionales , especie (VÉASE). Dice en él que «en cada
pero también nuevas reglas estructurales. categoría hay ciertos términos que son los
V (p A q)) V (p - q) Aunque ambas son, por lo común, más com-· géneros más generales; otros que son liis
V
~
(p A q)
-
p - q
plejas que las usadas para form alizar estruc-
turas de oraciones, pueden asimismo expre-
especies más especiales; y otros que son
los intermediarios entre los géneros más
sarse diagramáticamente ·por medio de ár- generales y las especies especialísimas» (ín-
~PA q IP
/\ q
boles. Desde el punto de vista del «método
de árboles», los procedimientos usados en
fimas). El término más general es definido
como aquel por encima del cual no puede
todos los casos son los mismos. haber otro género más elevado; el más
1 especial, aquel debajo del cual no puede
p ARBOL DE PORFIRIO (ARBOR POR- haber otra especie subordinada; los tér-
1
q
:ica se formaliza la estructura
: oraciones por medio de reglas
1 de la forma:
PHYRI ANA). Se da este nombre al cua-
d.ro en el cual se presenta la relación de
subordinación (sólo lógica, según unos; ló-
gica y ontológica, según otros) de la subs-
tan cia· considerada como género (VÉASE)
supremo a los género,S y especies inferiores
minos intermediarios, los que están situa-
dos entre ambos y son a la vez géneros y
especies. Tomando como ejemplo una sola ·
categoría -la substancia-, Porfirio pro-
cede a mostrar cuáles son los géneros y
especies intermediarios y, al final, los in- ,,
'
/ x-Y hasta llegar al individuo: Porfirio trata este dividuos -o ejemplos de individuos-. En-'
'resenta un solo elemento gra-
1de 'Y' representa uno o más Género supremo o generalísimo
1maticales. ·-· indica la susti-
'X' por 'Y'. Las reglas son re- Diferencia
en líneas sucesivas de sustitui- Diferencia
Género Género
1os el ejemplo: subalterno subalterno
1iño pidió el juguete · (O) Diferenéía
' por 'frase nominal', 'FV' por Diferencia
', 'A' por artículo, 'N' por
r• por 'verbo'. Tenemos el si-
nto de reglas de sustitución:
\ Género
sul¡alterno
Género
subalterno
1- FN + FV
r -A+N Diferencia Diferencia
' -.v + FN
. - el Género
· - niño, juguete ínfimo
. - pidió . .
s claro usar un diagrama en Diferencia
o!. (O) se articulará entonces específica Diferencia
V
~FN
1
pidió A
A N
Substancia (género supremo o generalísimo)
-~ ' ,,
- ~~---"'4
.
/
/
/
Textos de los grandes filósofos Plotino
. ""\"
"tlel ser. El ser es como su primogénito. El uno es perfecto porque V, 3, 12. Es razonable admitir que 'er acto que emana de aJ·
no busca nada, no posee nada y no necesita nada. Siendo perfecto, gún modo del uno es como la luz que emana del sol. Toda la na-
sobreabunda, y esta sobreabu ndancia prodm;e otra cosa. La cosa turaleza inteligiblei es una luz. De pie ~ · la cima de lo inteligible
producida se vuelve hacia él, es fecundada y volviendo su mirada y por encima de él r·eina el uno, que no lanza fuera de sí la luz que
hacia él, se hace inteligencia . Su detentión, con fleferencia al uno, irradia. O ,aún admitiremos que el uno es, antes de la luz, otra luz
la produce como ser, y su mirada vuelta hacia él, como inteligencia. que ··resplandece sobrn lo inteligible permaneciendo inmóvil. El
Y como se ha detenido para contemplarlo, se ha.ce a la vez inte- ser que viene del uno no se separa de él y no 'es idéntico a él; no ca-
ligencia y sier. rece de esencia y no es como un ciego: ve, se conoce a si mismo, es
Siendo semejante al uno, produce como él; derramando su múl- ' el primer [ser] . que conoce. El uno está más allá del conocimiento,
•¡
tiple potencia. Lo que produce es una imagen de sí misma . Se de- igual que •está más allá de la inteligencia, no tiene más necesidad
rrama como se ha derramado el uno, que ·es antes que ella. Este de la inteligencia que de otra cosa. El conocimiento está en una
acto, que procede del ser, es el alma. Y en esta generación Ja inte-
ligencia permanece inmóvil. Lo mismo que el uno, que es antes , naturaleza de segundo rango. Porque el conocimiento es una cierta
unidad; y él es simplement·e unidad. Si fuese una cierta unidad, no
T
que la inteligencia, permanece inmóvil produciendo la inteligencia. sería el uno en .sí. Y el uno es anterior a cualquieir cosa.
:"·
Pero el alma no permanece inmóvil al producir; se mueve para
engendrar una imagen [de sí misma] . Volviéndo•se hacia [el ser] VI, ·9, 9. En esta danza [sagrada] se contempla la fuente de la
' .;',\ ,
de donde procede, es fecundada; y avanzando con un movimiento vida, la fuente de la inteligencia, el principio del ser, la causa del
inverso, engendra esta imagen de si misma que es la sensación y bien, la raíz del alma. Todas estas cosas no se derraman de él
la naturaleza vegetal. Pero nada está separado ni cortado de lo que disminuyéndolo, porque no es una masa corpórea: de otro modo,
le precede. Así el alma parece progresar hasta las plantas. Pro- "'-'·''
serían perecederos sus productos, y son eternos porque su princi-
gresa de un cierto modo, porque el principio vegetativo le pertene- pio permanece idéntico a sí mismo. No se: reparte entr-e ellos, sino
ce; pero no progresa entera e'n las plantas porque, al deJScender que permanece entero. PoT ello sus productos son también perma-
hasta ahí, produce otra hipóstasis por esta misma procesión y por nentes, como la luz que subsiste mien_tras subsiste el sol. Porque
-:,·.,. .
benevolencia hacia sus inferiores. Pero deja Hue permanezca inmó- no hay corte entre él y nosotros, .ni estamos separados de él, aun-
vil en sí misma esta parte superior de sí mi sma que está unida a la que la naturaleza corpórea, al introducirse, tira de nosotras hacia
inteligencia y constituye su propia inteiigencia. ella. Por él nos es da.do· vivir y conservarnos; pero no r.eJira sus
La procesión se efectúa pues del primero al último. Cada cosa ,. 1 dones; continúa siempre dándonoslos, mientras sea lo que es. -
permanece siempre en su lugar. La rosa producida tiene un rango
infe1rior a su productor. Y cada cosa se hace idéntica a su guía en
tanto que lo sigue. ( . ..)
Así todas las cosas son el principio y no son el principio. Son '- ¡. ··.r
128 129
Textos de Jos grandes filósofos Plotino
es idéntico_ al reposo; por tanto el reposo es un accidente que se le cía debe ser más simple que ella. Suponiendó que el uno sea todas
añade, y entonces ya no es simple. Decimos que es una causa. Pero ,, las cosas, o bien será todas las cosas una a una, o bien será todas a
esto es atribuir un accidente no a él, sino a nosotros: es decir que la vez. Si ·es un conjunto de todas las cosas, será posterior a las
tenemos algo de él, mientras que él permanece en sí, mismo. Ha- cosas; si es anterior a ellas, será diferente de ·ellas; si es simultáneo
blando con exactitud, no debe decirse esto ni aquello, sino tratar a ellas, no será su principio. Y es necesario que sea principio, y por
ele enunciar con palabras nue.stros propios sentimientos, abordándo- consiguiente que sea anterior a todas las cosas a fin de que todas
lo desde el exterior y dando vueltas en torno a éi, unas veces de vengan después de él. Y [por otra parte] si es cada cosa una a
cerca, otra veces más lejos, por las dificultades que presenta. una , cualquier cosa será idéntica a cualquier cosa, todo se confun-
•¡ ·
dirá, no habrá ninguna dis_tinción. Por tanto el uno no es ninguno
VI, 9, 6. Tampoco hay que decir de él: está consigo mismo de los seres, sino que es anterior ·a todos los seres.
bajo pena de no conservarle su unidad. Debe negársele el acto de Así pues ¿qué es?· La potencia de todo. Si no es, nada existe,
pensar y de comprender, .el pensamiento de sí mismo y de las de- ni Jos seres, ni la inteligencia, · ni la vida primera ni ninguna otra.
más cosas. Hay que situarlo, no en la categoría de los entes pen- :;1 Siendo la causa de la vida, está por encima de la vida. La actividad
san~es, sino más bien en l~ de pensamiento, porque el pensamiento de Ja vida, que es todo, no es primera, sino que mana d_e él como de
m.' .piensa, sino qué es la causa de que otro piense; y la causa no una fuente. Imaginad una fuente que no tiene origen; da su agua
es idéntica al efecto. Por consiguiente lo ,que es causa de todas las . .) a todos los ríos, pe.ro no se agota por ello, permanece tranqui-Ja
cosas, no es ninguna de ellas. Tampoco hay que llamado bien, por- [en el mismo nivel] . Los ríos salidos de ella confunden al principio
que produce el bien. Pero en otro sentido, es el bien que está por sus aguas, antes de que cada uno tome su curso particular, pero ya
encima de todos los demás bienes. cada uno sabe a dónde lo arrastrará su fluir. [Imaginad también]
... ·) . la vida de un árbol inmenso-. La vida circula a través del árbol en-
~. , tero; pero el principio de la vida permanece inmóvil; no se dispersa
IV . LA PROCESIÓN DE LOS SERES por todo el árbol sino que tiene su asiento en la raíz. Este prin-
cipio proporciona a la planta la vida en sus manifestaciones múl-
1, 8, 7. En la cuestión de la necesidad del mal, puede respon- "·' tiples. Y 61 permane'Ce inmóvil. No es múltiple y es el principio de
derse también así. Puesto que el bien no existe solo, hay necesa- esta multiplicidad .
riamente en la serie de las cosas que salen de él, o si se .quiere que No hay en ello nada asombroso. ( ... ) El principio no se reparte
descienden o se apartan de él, un término últi_mo después del cual en. el universo. Si se repartiese, d universo perecería; y no rena-
ya no puede ser producido nada más. Este término es el mal. Hay cería más si su principio no permaneciese en sí mismo y diferen-
necesariamente alguna cosa después del primero; por tanto hay un te [de él].
término último. Este término es Ja materia que ya no tiene ningu-
... ~.,,.
,,
na parte de bien. Tal es la necesidad del mal. V, 2, 1-2. El uno es tod as las cosas y no es ninguna de ellas.
Principio de todas las cosas, no es todas las cosas; pero es todas
111, 8, 9-10. El principio no es todas las cosas, si~o que to- las cosas ya que todas en cit~rto modo vuelven a él; o Ínás bien
das las cosas proceden _d e, él. No es todas las cosas; no es ninguna ,.f :"\. desde este punto de vista no' -son aún, pero serán. -¿Cómo vienen
de ellas a fin de poder producirlas todas. No es una multiplicidad del un0, que es simple y que en su identidad no muestra ninguna
a fin de ser el principio de la multiplicidad, porque el generador es diversidad, ningún doblez? -Porque ninguna está en él, todas vie-
siempre más simple que lo generado. Si ha producido la inteligen- nen de él. Para que el ser sea el uno no es d ser, sino el productor
....~
.,t;rr-;
126 127
Textos de Jos grartdes filósofos F'lotino
- -""I"
""'oye nombrar, sino tal vez solamente el que la ve. Y aun, si el que existe aún; pero en tanto que produce, existe ya. Por tanto, existe
la ve trata de contemplar su forma, no la conocería. -~ antes de sí mismo, si es un propio producto. -Hay que responder
que no debe considerarse un producto, sino un productor. Su pro-
VI, 7, 38. No digamos tampoco que es, porque no tiene necesi· ducción de sí mismo está libre de toda traba, no tiene como fin
dad de ser. No digamos tampoco que es bueno, porque esto sólo ejecutar una obra, es un acto que no realiza un trabajo sino que es
conviente a una cosa de la que se dice que es. Si decimos que es, trabajo tódo él porque entero. [Él y s:'U producción de sí mismo]
no es en el sentido con que se dice un a cosa de otra., sino para no son dos cosas, sino una sola.
designar qu e es. Decir de él que es el bien, no es decir que el bien No hay que temer poner un acto sin un ser [que actúe] porque
•'.·
le pertenece como atributo, sino que es designarlo a él mismo. Tam- . 1
es el acto primero; sino que hay que pensar que este acto es él
poco puede decir se: bien, sin hacerlo'1(receder del articulo, porque mismo su sujeto. Si se pone como un sujeto sin acto, es defectuoso,
si se suprime el artículo, no hay nada que designar. ( ... ) -Pero, él que 'es el principio, y es imperfecto, él que es más perfecto que
¿quién admitirá que una naturaleza así no tenga el sentimiento de todo. Si se añade el acto al sujeto, no se le conserva su unidad.
sí misma? ¿Por qué no tendrá este conocimiento: yo soy? -Esto ·-. Puesto que el acto es más perfecto que la eSe:ncia, y puesto que el ,¡
no es posible. -¿Por qué no dirá de sí mismo : yo soy el bien? principio es perfecto, se sigue que es acto. Cuando actúa, es él :!
~¡
-Porque sería también decir de él que es. -Pero diciendo simple- mismo. No puede decirse que existía antes de nacer, porque [cuan-
mente: el bien, ¿qué añadirá? Sin duda puede pensarse el bien sin do actúa] ya está entero. Su acto pues.nÓ está sometido a una esen· !:
!(
añadir que es, si no se atribuye a un sujeto. Pero d que se piensa cia, sino que es pura libertad. Así [el úno] es por sí mismo lo que l.
a sí mismo como el bien deberá absolutamente pensar : yo soy el '~s. Si estuviese mantenido en la existencia por otra cosa, no sería ~ 1
!
bien. Si no, pensará el bien, pero no tendrá pPesente que este pen- el principio que procede de sí mismo. Si se dice, y con razón, que .,i
samiento es él. Debe pues pens.a r: ·,yo soy el bien. -Si el bien es ~-· ,. se conti.ene a sí mismo, es que se produce él mismo; ya que lo ¡
'f
este pensamiento mismo, será el pensamiento no de él mismo, sino que contiene a una cosa por naturaleza, hace también primero que ~¡
"
•1
del bien, y él no será el bien sino el pensamiento. Si el pensamien- exista. Si hubiese un tiempo en que hubiese emperzado a ser, po- ,¡,
• -
·¡
to del bien es diferente del bien, el bien es pues anterior al pen- . ., _ dría decirse, en sentido propio, que él se ha producido. Pero si es 1u'
samiento que tiene de él. Y si es anterior al pensamiento, se basta lo que es antes de toda la eternidad, al decir que se ha hecho él mis- ~
~:
a sí mismo y para ser el bien no neoesita pensarse a sí mismo. Por mo, se quiere decir que el acto de hacer y él coinciden. Su ser es
uno con su producción y en cierto modo con su generación eterna.
tanto no es en cuanto bien que se piensa, sino en cuanto será un
ser determinado. Así pues no le pertenece nada más que una cierta
aplicación simple a sí mismo.
~ . VI, 9, 3. Siendo Ja naturaleza del uno productora de todas las
cosas; no es nada de lo que produce. No es una cosa, no tiene cua-
VI, 8, 19-20. Sin duda hay que comprender en este sentido la lidad ni cantidad, no es ni inteligencia ni alma, «no está en mo-
.., _,.
frase enigmática de los antiguos: está, más allá de la esencia. No vimiento ni en reposo, no está en un lugar ni en el tiempo»; ella
quiere decir sólo que -engendra la esencia, sino que no es esclavo es en sí, esencia aislada de las otras, o mejoc aún, es sin esencia
de una esencia. Es principio de la esencia que no ha hecho para él, porque es antes de toda esencia, antes del movimiento y el reposo;
sino que la ha dejado fuera de él porque no necesita de un ser que .J'-. ya que estas propiedades se' hallan en el ser y lo haoen múltiple.
él haya hecho. -Pero, si no está en movimiento, ¿cómo no está en reposo? -Por·
-¿Qué ocurre pues? ¿No resulta de esto que ha existido antes que una de estas propiedades, o am~~ se hallan necesariamente
de nacer? Si se produoe a sí mismo, en tanto que es -producido, no
.. . en un ser, ya que lo que está en reposo participa del reposo y no
124 125
'l
Textos de Jos grandes filósofos Plotino
y bienaventurados: liberarse de las cosas de este mundo, vivir sin V, 5, 6. La esencia nacida de[l uno] es forma, porque no pue-
hallar placer en ellas, huir solo hacia él solo. '... de decirse que el uno engendre otra cosa [que una forma]. Pero
no es la forma de algo, es Ja forma de todo que no deja fuera de
ella ninguna otra [forma]. Es' 'pues necesario que el uno sea sin
III. EL UNO. LA TEOLOGÍA NEGATIVA forma. Siendo sin forma, no es esencia, porque Ja esencia debe ser
esto o a.quello, por tanto un ser determinado. Ahora bien, no es
V, 3, 13. El uno es anterior al algo. Por ello en verdad es ine- posible comprender el uno como algo concreto, porque no seiría ya
fable. Con cualquier cosa qué'. se diga, se dirá algo. Y lo que está el principio, sino sólo aquello que enunciaríais. Si por otra parte, el
más allá de todas las cosas, más allá de la más alta inteligencia [lo ser engendrado contiene todas las cosas, ¿por cuál de ellas desig-
que está más allá] de la verclad que hay en todas la.!i cosas, no tiene naríais al uno? Puesto que no es ninguna de ellas, sólo· puede de-
nombre. Porque este nombre sería una cosa distinta de él. No es cirse que está más allá de todas. Y estas cosas son los seres y el
una cosa más, ni tiene nombre porque nada se dice de él [como ser; por tanto está más allá del ser. De-cir que está más allá del ser,
de un sujeto]. Sin embargo tratamos de designárnoslo a nosotros no es decir que es esto o aquello, ya que nada se afirma de él; no
mismos tanto como sea posible. es decir su nombre, sólo es afirmar que no es esto o aquello. Esta
"
expresión de ningún modo lo encierra, porque sería ridículo tratar
V, 3, 14. -¿Cómo podemos entonces hablar de él? -Pode- de encerrar una inmensidad como la suya. Pretender hacerlo es
mos hablar de él, pero no expresarlo. No tenemos de él ni conoci- apartarse del camino que conduce al débil vestigio que podemos
miento ni pensamiento. -¿Cómo podemos hablár d.e él si no lo tener de él. Dei mismo modo que, para ver Ja naturaleza inteligible,
conocemos? -Porque sin aprehenderlo por el conocimiento, no es necesario no tener ninguna imagen de la cosas sensibJ.es y con-
nos quedamos del todo sin aprehenderlo. Lo aprehendemos lo su- ·' !· templar lo que está más allá de lo sensible, así también para ver
ficiente para hablar de él, pero sin que nuestras palabras lo expre- ~
lo que está más allá de lo inteligible, ·es necesario apartar todo lo
sen en sí mismo. No decimos lo que es, sino que decimos lo que inteligible. Gracias a Jo inteligible se conoce su existencia; pero
no es. Hablamos de él al hablar de las cosas que le son inferiores. para saber qué es, es preciso abandonar lo inteligible. Por otra parte
Pero nada impide que lo apre.hendamos sin expresarlo con pala- su cualidad es no tener cualidad. El que no tiene quidditas tampo-
bras. Igual que los inspirados y los posesos ven hasta un cierto co tíene cualidad . No veis sufrir en la inccrtidumbre de lo que se
punto que tienen en sí algo más ·grande que ellos; no ven lo que es, debe decir: porque hablam,0s de una cosa inefable, y le damos nom-
pero de sus movimientos y de sus palabras sacan un cierto senti- bres para designárnosla a nosotros mismos como podemos. Tal
miento de lo que los mueve,. aunque estos movimientos sean dis- vez ;este nombre de uno no contiene nada más que la negación de
tintos de lo que los mueve, y parece que nosotros tenemos una lo múltiple. Los pitagóricos lo designaban simbólicamente entre
relación análoga con él. Cuando alcanzamos la inteligencia pura ellos por Apolo, que significa la negación de la pluralidad. Si la
y podemos usarla, vemos que él es la intimidad misma de la inte- r palabra uno, y la cosa que designa, se tomase en un sentido posi-
ligencia, el que da la esencia y sus elementos. Él no es nada de todo tivo, [el principio] se haría menos claro para nosotros que si care-
esto, es superior a lo que nosotros llamamos el ser, es demasiado ciese completamente de nombre. Se emplea la palabra uno para
alto y demasiado grande para ser llamado ser. Superior al verbO, empezar la investigación por el nombre que designa la máxima
a la inteligencia y a la sensación, puesto que él las ha dado, no es simplicidad; pero finalmente hay que negarle incluso este atributo
ninguno de ellos. que no es más digno que los otros de designar esta naturaleza que
no puede conocerse .por el oído, ni puede comprenderla el que la
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Textos de los grandes filósofos Plotino
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mism os a fin de que no haya ninguna parte de noso>tros que no esté misma. Las cosas hermosas ya no atraen sus miradas, porque con- ! ·i,: 1
en contacto con Dios. A quí mismo es posible verlo y verse, en la templa por encima la belleza misma. Ha supe:rado el coro de las ;
medida en que es posible tener tales visiones. Nos vemo'S resplan- virtudes como el hombre que entra en el santuario deja detrás de sí
decientes de luz y llenos de la luz inteligible, o nos convertimos las estatu as situadas en el pórtico; y es lo primero que volverá a
nosotros mismos en una luz pura, un ser ligero y sin peso. Nos ver _cuando saldrá del santuario después de haber contemplado en
hacemos, o más bien somos un dios inflamado de amor, hasta que él y haberse unido no a una estatua ni a una imagen del dios, sino al
caemos bajo el peso y esta flor se marchita . mismo dios. Pero la contemplación que tenía en el santuario ¿era
¿Por qué no nos quedamos allí arriba? Porque aún no hemo:.; una contemplación? No, sin duda, sino un modo de visión com-
salido , de aquí totalmente. Pero llegará un momento en que la con- pletamente distinto : éxtasis, simplificac)ón, abandono de sí mismo, ~.
templacjón será continua y sin el obstácul,o del cuerpo. ( ... ) Si aquel deseo de un contacto, reposo, conocimiento de una conformidad, f'.
que ve se ve a sí mismo en este momento, se sentirá semejante a si contempla lo que -está en el santuario. Si so mira de otro modo,
este objeto .y tan simple como él. Pero tal vez no se debe emplear ya nada le es presente.
la expresión: verá. El objeto que ve (puesto que es preciso decir que Estas cosas son imágenes y modos con que los más sabios de
hay dos cosas, un sujeto que ve y un objeto que es visto; decir los profetas han explicado en enigmas cómo es visto Dios. Pero un
que los dos son lo mismo, sería una. gran audacia), lo que ve, por saceirdote sabio comprende el enigma, y llegado allí, comprende la
tanto, no lo ve como distinto de él y' no se representa dos seres. contemplación del sant uario. Y aún no llegando a él, aunque pien-
Se ha hecho el otro, ya no es él; aquí abajo no subsiste nada de -"'3se que el santuario es invisible, que es la fuente y el principio,
él; se ha hecho uno con él, como si hubiese hecho coincidir su propio sabrá que al principio se le ve por el principio, y que sólo lo
centro con e] centro universal. Incluso aquí abajo, cuando se en- semejante se une con lo semejante, y no descubrirá ninguno de los
cuentran no son más que uno, y sólo son dos cuando se separan. elementos divinos que el alma puede contener; y antes de la con-
Y por ello es tan difícil expresar qué es esta contemplación. ¿Cómo templación, pide lo. demás a la contemplación.
declarar que es diferente de nosotros mismos, si no lo vemos dife- Lo demás es para el .que ha ascendido por encima de todas las
rente, sino formando uno con nosotros, cuando lo contemplamos? cosas; porque es antes que todas las cosas. Porque el alma, por
Esto es lo que significa la orden que se da en los misterios de naturaleza, se niega a ir basta la nada absoluta; cuando desciende,
no revelar nada a los no-iniciados: porque lo divino no puede re- Boga hasta el mal, que es un no-ser, pern no el no-ser absoluto. '
velarse, se prohíbe darlo a conocex a quien no ha tenido Ja buena Y en dirección contrariá, no va a un ser diferente de ella,, sino que L
i
suerte de verlo él mismo. Como aquí no· hay dos cosas, como ;entra en sí misma, y entonces no está en otra cosa que en sí mis-
aquel que ve es uno con lo que es visto, o unido a él más que ma. Pero cuando está en edla sola y no en el ser, por ello mismo
visto, si se acuerda después de esta unión con él, tendrá en sí mismo está 'en él. Porque él es una realidad que no es úna esencia, sino
una imagen de él. El ser que contemplaba era entonces uno; no que .está más allá de la esencia, a la. que el alma se une. Si uno
tenía en él ninguna diferencia consigo mismo; no había. en él nin- pues se ve a sí mismo convertirse en él, se considera como una ima-
guna emoción ; en su asoensión no tenía ' ni ' có]era ni deseo, ni ra- gen de él. Partiendo de él, progresa como una imagen hasta su
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1
zón, ni aun pensamiento. Y puesto -que es preciso decirlo, él mismo modelo (arquetipo) y llega al fin del ~ia]e. Si el hombre decae e~
1
ya no es: arrancado de sí mismo y arrebatado por el entusias- la contemplación, puede reavivar la vlrtud que hay en él. Com-
mo, se halla en un estado de calma y sosiego. No apartándose del prende entonces su hermoso orden interior y recobra su ligereza
· ser [del bien], ya no da vueltas en torno a sí mismo, sino que per- de alma. Por la virtud llega hasta la inteligencia, y por Ja sabidu-
manece completamente inmóvil, con~irtiéndose en la inmovilidad ría hasta él. Tal es la vida de los dioses y de los hombres divinos
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Textos de los grandes filósofos Plotino
es nuestro sol? ¿Qué línea debe crnzar para aparecer? Debe ele- aunque le prometiesen el cielo entero, porque sabe bien que nada
varse por encima de la iilteligencia que contempla. La inteligencia es mejor y preferible al bien . No puede subir más alto, y las demás
queda entonoes inmóvil en su contemplación. No mira otra cosa cosas, por altas que fuesen, la obligarían a descender. En este es-
que Jo bello y se vuelve hacia él y se entrega a él enteramente. tado, puede juzgar y conocer que él es lo que eHa deseaba, y pue-
Erguida y llena de vigor, ve que se hace más b~lla y más brillante, de afirmar que no hay nada por encima. No hay error aquí: ¿dónde
porque está cerca del principio. Sin embargo éste no viene, o si puede hallarse algo más verdadero que lo verdadero? Así pues
viene, es sin venir; y aparece, aunque no venga, porque está ahí antes lo que dice existe; lo dice más tarde, lo dice tácitamente; la alegría
que todo, incluso antes de la llegada de la inteligencia. Es la inte- que siente no es falsa. ( ... ) Todo lo que antes era motivo de placer,
ligencia la que se ve obligada a ir y venir, porque no' sabe dónde dignidades, poder, riqueza, belleza, ciencia, todo lo desprecia, y
debe quedarse y dónde reside el principio que no está erí nada. lo dice; ¿lo diría si no hubiese encontrado el mejor de los bienes?
Si a la inteligencia le fuese posible no quedarse en ninguna parte, No teme ningún mal mientras está con él y lo ve. Y si todo fuese
no cesaría de ver el principio; o más bien no lo vería, sino que se- destruido a su alrededor, lo permitiría de buena gana a fil} de estar
ría uno con él. Pero actualmente, porque es inteligencia, lo con- cerca de él a solas: tal es el exceso de su alegría.
templa, y lo contempla por esta parte que no es inteligencia en ella. Cuando lo ve, lo abandona todo. Del mismo modo que un
Esto es algo maravilloso : cómo está presente sin haber llegado, hombre, cuando entra en una casa ricamente adornada, contem-
cómo, no estando en ninguna parte, no existe ningún lugar en donde pla y admira todas estas rique2:as antes de ver al dueño de la casa.
no esté. Causa asombro. Pero para el que sabe, sería asombroso Pero cuando ve y ama a .este dueño que no es una estatua sino que
lo contrario. merece realmente ser contemplado, deja todo lo demás para con-
templarlo a él sólo; fija la' mirada en él y ya no la separa. Y a
VI, 7, 34-35. Cuando . el alma se inflama de amor por él, se fuerza de mirarlo ya no ve más; el objeto de su visión acaba por
despoja de todas sus formas, incluso de la forma de lo inteligibk confundirse con su misma visión. Lo que primero era un objeto se
que había en ella. No puede ni verlo ni armonizarse con él, si con- ha hecho visión, y olvida todos los demás espectáculos. Tal ve2
tinúa ocupándose de o_tr<1:s cosas. No debe guardar nada para sí, mantendríamos mejor la analogía si dijésemos que ante el visitan-
ni el mal, ni aun el bien, a fin de recibirlo a solas. Supongamos que te de la casa se presenta no ya un hombre sino un dios, y que no
el alma tenga la suerte de que llegue a ella, o mejor aún que su aparece ante los ojos del cuerpo sino que llena el alma con su
presencia se le manifieste, cuando ella se ha apartado de las cosas pre:sencia.
presentes, y cuando se ha preparado haciéndose tan bella y tan pa-
recida a él como le es posible, preparación y arreglo interiores muy VI, 9, 9-11. El verdadero objeto de nu·estro amor está aquí
conocidos de aquellos que los practican. Entonces lo ve aparecer abajo, y podemos unirnos a él, tomar nuestra parte de él y poseerlo
súbitamente en ella. No hay nada entre ella y él. Ya no son dos, realmente dejando de disiparnos en la carne. Todos los que han
sino que los dos no hacen más que uno. Ya no hay distinción po- visto saben lo que digo. Saben que el alma tiene otra vida cuando
sible, mientras está allí. No siente su .cuerpo porque está en él, ni se acerca a él, se mantiene cerca de él y participa de él. Entonces
dice que es ninguna otra cosa, ni un hombre, ni un ser vivo., ni un sabe que el que da .la verdadera vida está ahí , y ya no neoesita
ser, ni nada: mirar estos objetos sería inconstancia, y ella no tiene nada. Al contrario, debe rechazar todo lo demás y contentarse con
ni tiempo ni deseo de hacerlo. Lo busca y cuando se presenta, ya él solo; debe hacerse el solo, suprimiendo todo lo que ha sido
no se ve a sí misma sino a él. ¿Qué es ella, pues, para ver? Es lo añadido. Entonces nos esforzamos en salir de aqui, rompemos los
que ya no tiene tiempo de considerar. No cambiaría nada por él, lazos que nos atan a las otr'as cosas, no·s replegamos en nosotros
....,. ..,.?~
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Textos de Jos grandes filó$0fos
..,aod<f de lado y cesar de mirar, cambiar esta vista por otra y des-
pertar la qu e todos poseen, pero que usan poco. 11. EL ÉXTASIS
¡- . · ¿Y qué ve este ojo interior? Cuando sie despierta, no puede ver
bien los objetos brillantes. El alma misma debe aco5iumbrarse a V, S, 7~8. Hay dos maneras de ver en acto. Para el ojo, por
ver, primero las ocupaciones bellas, después las obras bellas, no las ejemplo, hay, por una parte, un objeto de visión que es la fonna
que ejecutan las artes, sino las d.e los hombres de bien; después el de la cosa · sensible, y por otra parte [la luz] gracias a la que ve el
alma de los que realizan estas obras bellas. ¿Cómo puede verse obj,eto. La luz es vista por el ojo, aunque sea diferente de la forma;
que el alma buena es semejante a lo bcllo? Vuelve sobre ti mismo y es la causa por la que ve la forma; pero es vista en la forma y con
mira. Si no ves aún la belleza en ti, haz como el escultor de una ella; por ello no tenemos sensación distinta de ella, ya que la mi- I'
estatua que debe llegar a ser bella: quita esto, rasca aquello, pule, rada se dirige hacia el objeto iluminado. Pero cuando no hay nada
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alisa, hasta que saca del mármol una bella figura. Del mismo modo más que la luz, sie Ja ve de golpe por intuición. Sin embargo, incluso
tú también quita lo superfluo, endereza lo que está torcido, limpia en este caso, sólo la vemos porque rep0sa en un objeto diferente
lo que está empañado para hacerlo brillant,e, y no ceses de esculpir [de ella]; si estuviese sola y sin sujeto,. el sentido no podría perci-
tu propia estatua hasta que se manifieste el resplandor divino de bida. Así la luz del sol escaparía sin duda a los sentidos si no F
Ja virtud, hasta que veas Ja. templanza sentada en un trono sa- estuviese unida a ella una masa sólida." Pero si suponemos que el ~''. '
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Llrado. ¿Has llegado a esto? ¿Ves •esto ? ¿Tienes contigo mismo un sol es todo luz, se comprenderá lo que quiero decir : la luz no
trato puro, sin ningún obstáculo para tu unificación, sin que nada estará unid a entonces a la forma de un . o~jeto visible, y será visi-
ajeno esté mezclado contigo mismo en' tu interior? ¿Eres todo tú una ole ella sola. :';·~<......'.
luz verdadera. no una luz de tamaño y forma mensurables, sino Igualmente, la visión de la inteligencia alcanza también los ob- ¡-:·~?~.·:'
una luz absolutamente sin medida, porque e.s superior a toda medi- jetos iluminados por una l~z diferente [de dios]; ve realmente en !;•.:,··,·
da y tod a cualidad? ¿Te ves en este estado? Entonces te has hecho ellos esta luz. Cuando su atención se dirige hacia la naturaleza de los
visión . Ten confianza. en ti : aún permaneciendo aquí, has subido objetos iluminados, la ve .menos bien. Pero si deja estos objetos y
y ya no neoesitas guía. Dirige tu mirada y mira. Porque es el único mira la luz gracias a la q~, e los ve, ve entonces la luz y el principio
ojo que ve la gran belleza . Pero si mira con las legañas del vicio de la luz. ( ...)
sin estar purificado, o si es débil, tiene poca fuerza para ver los También la inteligencia, corriendo un velo sobre los demás ob-
objetos muy brillantes, y no ve nada, aunque se halle ,en presencia jetos y recogiéndose en su intimidad, no ve ya ningún obje~o. Pero
de un objeto que puede S:er visto. Porque es preciso que el ojo se contempla entonces una luz que no es otra cosa, sino que 1e apa-
haga semejante y connatural a su objeto para que pueda. contem- rece súbitamente sola, pura y existente en sí misma.
plarlo. Nunca un ojo verá el sol sin haberse hecho semejante al No. sabe de dónde ha salido esta luz: de fuera o de dentro.
sol, ni una alma verá lo bello sin haberse hecho bella. Por tanto Cuando ha, cesado de verla, dice: «Era interior y sin embargo no
que cada cual se haga primero divino y bello si quiere contemplar lo era.» Y es que no hay que preguntar de dónde viene; no tiene lu-
a Dios y la belleza. gar de origen; no viene para partir después, sino que a veces se
muestra y a veces no se muestra. Por ello no debemos perseguirla,
sino esperar tranquilamente a que aparezca, como el ojo espera la
salida del sol. El astro, elevándose por encima del horizonte, sa-
liendo del océano, ~orno dicen los poetas, se ofrece a la vista para
ser contempfado. Pero ¿de dónde se elevará aquel cuya imagen
116 117
í Plotino
Textos de los grandes filósofos
purificarse para ser lo que era. ( ... ) La f.ealdad para el alma es no solas en su aislamiento, 5U simplicidad y su pureza, a aquel de
ser ni limpia ni pura, igual que para el oro, es estar lleno de tierra: 1'
quien todo depende, hacia el que todo mira, por qu,ien todo es. vive
si se separa esta tierra , queda el oro y es bello cuando está se- y piensa; porque él es la causa de la vida, de: la inteligencia y
parado de las demás cosas y queda solo consigo mismo. Del mismo del ser.
modo, el alma, separada d~ los deseos que tiene por el cuerpo, y Si lo vemos, ¡qué amor y qué deseos s;entiremos queriéndonos
de los que se ocupa demasiado, liberada de las demás pasiones, pu- unir a él! ¡Qué asombro unido a qué placer! Porque el que no lo
rificada de lo que contiene cuando está unida al cuerpo, deja. toda h~l visto todavía puede tender hacia él como hacia un bien; pero
la fealdad que le produce la otra ·naturaleza. · el que lo ha visto, tiene que amarlo por su belleza, estar lleno de
Según un dicho antiguo, la templanza, el valor, toda virtud, y la espanto y de placer, vivi r en un espasmo bienhechor, amarlo con un
i.
mi sma prudencia, son purificaciones. Por ello fos misterios 'dicen amor verdadero lleno de ardientes d eseos, reírse de los demás amo-
con palabras encubiertas que el hombre que desciende al Hades sin res, y despreciar las pretendidas bellezas de a ntes. ( ... ) Todas las
haberse purificado será colocado en un cenagal, porque el impuro demás bellezas son adquiridas, mezcladas, derivadas, v.enidas de
ama los fangales a causa de sus vicios, como se complacen con él. Por tanto, si viésemos a aquel que da la belleza a todas las
" ellos los cerdos, cuyo cuerpo es impuro. ¿Qué será pues la tem- cosas, pero que la da perlltaneciendo el mismo y que no recibe
planza., sino separarse de los placeres del cuerpo y aun huir de nada en él, si permar¡.eciésemos en esta contemplación, ¿de qué
ellos, porque son inmundo~ y no so~ los ~e un ser puro? El valor belleza careceríamos aún? Porque él es la verdadera y prime-
consiste en no temer a la muerte. Ahora bien, la muerte es la se- ra belleza, que hace bellos y amables a los que lo aman.
paración del alma y el cuerpo. Y no temerá esta separación aquel Por tanto se impone al alma un gran y supremo combate en
quei desea estar separado del cuerpo. La grandeza del alma es el que emplee todo su esfuerzo, a fin de no quedarse sin participar
desprecio de las cosas de este mundo. La prUdencia es el pensa- en la mejor de las visiones. El que la alcanza es feliz, disfrutando de
miento que se aparta de las cosas de abajo y conduoe al alma ha-~' •esta visión dichosa . El que no la consigue es verdaderamente des-
cia las cosas de arriba. El alma, una vez puritibida, se hace for- graciado. Porque el que no haya bellos colores o bellos cuerpos es
ma, razón, enteramente incorpórea, espiritual; pertenece entera a tan desgraciado como el que no alcanza el poder, la magistratura o
lo divino donde está el origen de la belleza.. Por tanto el alma, re- la realeza . [Pero es desgraciado el que no halla lo bello] en sí y
ducida a la inteligencia, es mucho más bella. Pero la inteligencia es sólo. Debemos abandonar los reinos y la dominación de la tierra
para el alma una belleza. propia y no extraña, porque el alma está entera, del mar y del cielo, si por este abandono y est•e desprecio
entonces realmente' aislada. Por ello se diee con razón que el bien podemos volvernos hacia él y verlo.
y la belleza del alma consisten en hacerse semejantes a Dios, porque Huyamos pues hacia nuestra bienamada patria, éste es el
de Dios viene lo bello y el destino de los seres. ( ... ) mejor consejo que puede darse. Pero ¿cuál es esta huida y cómo
Hay pues que remontarse hacia el bien que toda alma desea. Si subir? Como Ulises que escapó, según dicen, de la maga Circe y de
alguien lo ha visto, sabe lo que quiero decir y qué bello es. Como Calipso, es decir, según me parece, que no consintió en quedarse
bien, es desea.do, y el deseo tiende hacia él. Pero sólo lo alcanzan a su lado, a pesar de los placeres de 10s ojos y de todas las belleZ.a.s
los que suben hacia arriba, se vuelven hacia él, y se despojan de los sensibles que allí •encontraba. La patria es para nosotros el lugar de
ropajes de los que se han revestido en su descenso; e.Orno !Os que se donde venimos y donde está nuestro padre. ¿Qué son pues este
dirigen a los santuarios de los templos deben purificarse, quitarse viaje y esta huida? No debeÍhos realizarla con nuestros pies, porque
sus antiguos vestidos y entrar sin ellos. Hasta que, habiendo aban- nuestros pies nos llevan de una tierra a otra. Tampoco debemos
donado en esta subida too.o lo que es extraño a Dios, uno vea a preparar un tronco de caballos o un barco, sino que hay que dejar
~- . .?--
114 115
Verneaux, Textos ant. 8*
!C ,
...¿, c6ñ él, ni después de él, puede ser que no tenga existencia en
absoluto.
Es evidente que así la concepción de causa también queda des-
truida. Si la causa, que es relativa, no puede concebirse antes de
su efecto; si para concebirla como . causa de su efecto, hay que
-f ".
concebirla antes que su efecto; y si, por último, no es posible con-
....
cebir una cosa antes que otra, · antes de la que no es posible conce-
birla, ·es im posible concebir la causa.
CAPÍTULO VIII
PLOTINO*
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'" I. LA PURI F ICACIÓN DEL ALMA
Enéadas (selección).
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1, 6, 5-9. Tal vez será útil a nuestra investigación saber qué
es la fealdad y por qué se manifiesta. Consideremos una alma fea,
intemperante e injusta. Está llena de lós mayores deseos y de Ja
mayor inquietud, temerosa por cobardía, envidiosa por mezquindad.
Indudablemente piensa, pero sólo piensa en objetos bajos· y mor-
' ·, tales. Ama los placeres impuros, vive l~ vida de las pasiones corpo-
,.
¡l,
i· ? rales, halla su placer en la f.ealdad . ( .. .) Lleva una vida obscure-
" cida por la mezcla del mal, una vida unida a mucho de muerte.
No ve lo que una alma debe ver. No puede permanecer en SÍ misma,
' ·'
porque sin cesar . se ve llamada hacia lo exterior, lo inferior y lo
j obscuro. ( ... ) Como si alguien, hundido en el fango de un cenega!,
no mostrase ya la belleza que poseía, y como si sólo se viese de él
~1 el fango que lo cubre. La fealdad Je ha llegado por la adición de un
~~. . elemento extraño, y si debe volver a set· bello, le costará lavarse y
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Verneaux, Textos ant. 8
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6) El reto rno a la unidad.- La vida terrestre no es más que una sombra y una apariencia. En esto
consiste el drama de la vida, pues el alma conserva el recuerdo de mundo superior y tiende a
libertarse del cuerpo. Pero esto no es posible sino mediante la purificación.
-En el alma del hombre permanece el recuerdo de su estado anterior y un deseo ardiente de
libertarse de su prisión y de retomar al Uno, que es su primer principio y el Bien por excelencia. La
purificación comienza bajo éste impulso interior latente en la misma alma.
a) M edios para retornar al Uno.- Todos los caminos son buenos con tal que conduzcan al
término a que desea llegar.
• La Música.- Por la cual el hombre debe elevarse de la armonía sensible de los sentidos a la
armonía inteligible, y finalmente al Uno, que es la fuente universáÍ de toda armonía.
• E l Amor.- Por el cual se asciende de la belleza corpórea y sensible a la Belleza inteligible y
espiritual, y finalmente al Uno, que es la fuente de toda belleza.
• La Filosofía o la Dialéctica.-Por ella se va subiendo de las cosas sensibles, transitorias,
contingentes y caducas a las realidades inteligibles y eternas, y finalmente al Uno, que es el
principio de toda unidad.
b) Grados para ascender al Uno.-La ascensión hacia la unidad comprende tres etapas, que
corresponden al compuesto humano.
~ Supresión de la materia.-Lo primero es liberar el alma del cuerpo y de las sensaciones. Es
necesario la liberación de los sentidos y de todas las sensaciones, especialmente el de la
vista y del oído. Y además emanciparse del atractivo de las cosas exteriores, especialmente
del apetito de dominio y de poder. Los medios son el recogimiento y la concentración de sí
mismo, la soledad, el desprendimiento de todo. Hay que cerrar los ojos del cuerpo para ver
el brillo de la belleza inefable. El estado a que llega el hombre después de esta etapa de
purificación es la impasibilidad estoica.
~ Su presión de loa forma discursiva.-Es necesario esforzarse por suprimir todo discurso y
todo raciocinio, hasta llegar a contemplar la verdad, con un solo acto único e inmutable de
intuición. Hay que prescindir de las demostraciones, de las persuasiones e incluso del
mismo lenguaje.
~ Su presión de la form a intelectiva.- Una vez purificada el alma de la form a discursiva
prevalece la forma intelectiva y el acto de la intuición sobre el raciocinio. Con esto no
hemos llegado todavía al término, pues la Inteligencia contempla las Ideas, pero por encima
de las Ideas está el Uno. Para llegar a la intuición del U no es necesario purificar también la
Inteligencia, que está compuesta de unidad y diferencia.
~ Éxt asis y quietismo.- El Uno, que es el objeto de la contemplación, está más allá del
pensamiento. Solamente puede alcanzarse en la intuición, o en el éxtasis, que consiste en un
contacto supra inteligible con el Uno y se alcanza en el momento en que quedan anuladas
todas las diferencias. Para llegar a ese estado es necesario perder la conciencia de sí mismo.
En ese momento no ve ningún objeto, sino simplemente luz pura. El hombre ve sin ver
nada, y entonces es cuando ve todo. Esa visión es un acto suprasensible, suprarracional,
suprainteligible. El hombre que llega a esas alturas ya no sabe que es él.Para llegar al estado
de éxtasis no conviene hacer esfuerzos, sino esperar a que el mismo Uno se manifieste,
preparándon9s a la contemplación como el ojo espera la aparición del sol. .
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a) La superior: el alma intelectiva (Nous), con lo cual el ser humano participa de la Inteligencia y puede
contemplar el mundo inteligible.
b) La racional (Diánoia): corresponde al Alma universal, con la cual puede razonar y apartarse qel cuerpo y
elevarse a la intuición del Alma universal.
c) La sensitiva: es la que une al cuerpo y realiza las funciones sensitivas y vegetativas.
- Todas las almas proceden del Alma universal. Todas son iguales y se hallan en distintos estados :
a) Unas permanecen separadas y viven absortas en la contemplación del Cosmos Noetos (mundo inteligible).
b) Otras flotan entre el cielo y la tierra, son los genios, algunos son buenos y otros malos.
c) Otras cayeron al mundo terrestre por apartarse de la contemplación del mundo inteligible.
5) La materia:
-Corresponde el último grado en la escala de seres. Es la antítesis del Uno, pues la fuente de toda multiplicidad.
-La materia e~ el principio del movimiento, de la limitación y de la imperfe ~ción, y es necesaria porque el universo
consta de contrarios. .
-La materia es esencialmente privación y el principío del mal, porque es lo más alejado de la unidad, y del Uno. Por
lo tanto es privación absoluta de luz.
e) Los grados de perfección de los seres están en razón de su unidad y su simplicidad.-
A mayor unidad responde mayor perfección. El grado supremo de perfección es el Uno, y
el ínfimo la materia, que es multiplicidad.
t) Los seres son tanto más imperfectos cuanto más se alejan de la unidad de su
principio.- La luz se va debilitando tanto más se aleja de su foco, hasta llegar a la
oscuridad.
Plotino
Vida:
-Natural de Lycópolis, en Egipto. Comenzó a interesarse por la filosofía a los veintiocho
años. No habiendo hallado lo que buscaba hasta que un amigo le llevó a la escuela de
Ammonio Sakas.
- Se agregó a la expedición de Gordiano l]Icontra los persas, con el propósito de de conocer
la sabiduría oriental. Plotino escapó de la iuerra, tras breve estancia en Antioquía, llegó a /
Roma donde abrió su escuela.
-Propuso al emperador Galieno fundar una ciudad de filósofos conforme a lo estipulado por
Platón en la "Republica", y que debería llamarse Platonópolis.
Pensamiento filosófico :
1) El Uno: lera hipóstasis.
Atributos d el Uno : Vía negativa.- "Nosotros decimos lo que no es, pero no podemos
decir lo que es".
- El Uno es indivisible, no puede dividirse ni multiplicarse.
- Es perfectísimo y contiene en grado superior todas las perfecciones.
- Es autosuficientes, todo lo tiene y no tiene necesidad de nada.
- Es eterno, no tiene ni pasado ni futuro, ha existido siempre y siempre existirá.
- No es el Bien, es la Bondad misma.
- Es inmóvil, está por encima de todo cambio y mutación.
- Es Acto puro y es auto creador, se da a sí misma el ser, la esencia y la existencia.
- Es libertad pura, pues no está sujeto a ningún otro ser.
- Es infinito, no hay nada que lo pueda limitar, ni nada donde puede quedar recluido.
- Está más allá de todos los conceptos, de las palabras, de todo ser y determinación.
- Es incomprehensible, no se puede abarcar su infinitud y es indefinible:
- Es inefable, pues no hay conceptos ni palabras que lo puedan expresar.
SAN AGUSTÍN
TEXTO 1:
COMENTARIO:
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186 Cristianismo y Fi losofía : San Agustín
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una condición de lo creado, luego antes de la existencia del mundo no existía
el tiempo. Tiempo y mundo son simultáneos.
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tes : en relación a la presciencia divina y como causa deficiente del mal moral.
a) La libertad humana y la presciencia divina : siguiendo a Cicerón, el proble-
ma de la libertad se plantea en términos dialécticos : o el hombre es libre y
Dios no es presciente, o Dios todo lo presabe y el hombre no es libre.
Cicerón se inclina a favor de la libertad humana. San Agustín afirma que
los dos términos del dilema no se excluyen mutuamente. La presciencia
divina y la libertad humana no son dos enunciados contradictorios. La
' conciliación agustiniana se reduce a una interpretación del presaber divino:
Dios, sabiduría infinita, conoce todo lo que ha de suceder, y en consecuen-
cia todo lo que pende de la voluntad libre del hombre. Ahora bien, este
saber no destruye el libre arbitrio, pues Dios conoce el modo de obrar de
cada ser creado, y también cómo obrará el hombre en uso de su libertad.
-«Por consiguiente, en manera alguna nos vemos constreñidos, o, admi-
tida la presciencia de Dios, a suprimir el albedrío de la voluntad, o, admi-
tido el arbitrio de la voluntad, a negar la presciencia de los futuros en
Dios.»
b) La libertad y el problema del mal.
l. Es evidente que en lo creado existe el mal, prueba de ello es la corrup-
tibilidad. Ahora bien, a partir del análisis de lo corruptible infiere que
el mal no es una sustancia, sino un defeto de bien. El mal, la corrupción
precisa de un bien, un ser.
2. Origen del mal: todo ser creado es bueno por su origen, pero defectuo-
so por naturaleza - lo creado o mutable.
3. Clases de males : toda carencia de ser, en. si misma considerada, es un
\: mal metafísico inherente a todo ser creado. El mal físico aparece como
corolario de la diversidad y esencial limitación de los seres contingen-
l !
tes. El mal moral depende únicamente del mal uso de la libertad hu-
mana. El mal uso es interpretado como la alteración del orden natural
de los valores. El mal moral no tiene por causa la voluntad considerada
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San Agustín 185
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TEM A 3
Cristianismo y Filosofía:
San Agustín
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SAN AGUSTIN
l. Relación fe y razón.
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