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2.2.

4 Neoinstitucionalismo económico
El neoinstitucionalimo surgió de la crítica a la rigidez analítica de la economía neoclásica. No se
preocupa tanto por la formalización matemática de los modelos económicos, pero sí por las técnicas
de cuantificación y medición de las variables que importan para el desempeño económico. No
presuponen la armonía y consistencia analítica, por el contrario, enfatiza los conflictos y
contradicciones de la economía. Las instituciones son el marco de referencia bajo el cual se llevan
a cabo las actividades económicas, por tanto éstas son las estructuras que permiten o intentan
resolver los conflictos y contradicciones económicas, operando como los mecanismos de control
social que limitan las acciones maximizadoras de los individuos (North, 2005).

La nueva economía institucional (NEI) surgió en la década de 1970 con la influencia de las obras de
Ronald Coase, Douglass North y de Oliver Williamson. Este enfoque introduce el papel central de
las instituciones como central en la economía neoclásica y propone estudiar su función en la creación
de mercados competitivos (Hodgson, 2003).

Esta concepción (NEI) responde en gran medida a la necesidad de explicar los límites de la teoría
del comportamiento de los actores en la teoría neoclásica, debido a las asimetrías de información y
otras imperfecciones de mercado de otro tipo. Así por ejemplo los mercados de futuros no existen
por problemas de información o bien por falta de profundidad (institucional) o de complejidad.
(Gandlgruber, 2003)

Dentro de los aspectos que la economía institucionalista considera pertinente y que en varios de
ellos se distancia de la economía neoclásica están los siguientes: (Hodgson, 2003)

a. Se presta un grado de atención importante a los factores institucionales y culturales como


elementos que influyen en el comportamiento económico.

b. El análisis tiende a ser interdisciplinario, al reconocer el aporte proveniente del análisis político, la
sociología, la psicología y otras ciencias.

c. No utiliza la categoría de agente racional maximizador de ganancias. Hay un predominio de hábito


y a su vez deja la posibilidad de la innovación caprichosa por parte del agente económico.

d. Más que usar modelos matemáticos, utiliza hechos estilizados y conjeturas teóricas respecto a
mecanismos causales.

e. Emplea insumos empírico históricos y comparaciones respecto de instituciones socioeconómicas.

El Estado y el mercado son parte del tramado que conforma las instituciones en una sociedad. Como
lo indica North (2005), las instituciones junto con la tecnología empleada afectan el comportamiento
del sistema económico de un país, siendo un determinante básico de los costos de transacción,
afectando positiva o negativamente el intercambio y la producción. La teoría neoclásica tradicional
asume que los costos de transacción son cero, debido entre otros supuestos a que se tiene perfecta
información, no sin incertidumbre y se tiene competencia perfecta en los mercados. No obstante,
estos aspectos no operan en la mayoría de los casos, afectando el desempeño económico. Por tanto,
estas limitaciones deben ser consideradas en el diseño de modelos de reforma en el sector eléctrico,
en el caso que nos ocupa (North, 2005).

Recordemos lo que indica el premio Nóbel de Economía 1992 Douglass North:

La teoría neoclásica es sencillamente una herramienta inadecuada para analizar y prescribir políticas
que induzcan el desarrollo. Se preocupa por la operación de los mercados más no de cómo éstos se
desarrollan. ¿Cómo puede prescribir políticas sin entender la manera en que se desarrollan las
economías? Son precisamente los métodos utilizados por los economistas neoclásicos los que han
impuesto el tema y los que han militado en contra de tal desarrollo. (North, 1993: 2)

Relacionado con lo anterior, se tiene el hecho de que las reformas económicas basadas en la teoría
neoclásica han tendido a dejar de lado el contexto histórico, las instituciones y las circunstancias de
cada país, efectuando estudios que tienden a tener una visión ahistórica de la realidad y aplicar
teorías y políticas por igual a cualquier país (North, 2005). Esta situación ha tenido graves problemas
en las últimas décadas para los países en vías de desarrollo ante la aplicación irrestricta de
programas de estabilización y ajuste estructural bajo las normas rígidas que se han concretado en
reformas económicas que en la mayoría de los casos no han tenido el efecto positivo sobre el
bienestar y el desarrollo de esos países que se había pregonado (Stiglitz, 2003).

En general se puede plantear que la competencia perfecta entre agentes anónimos (intercambio
neoclásico) como tal no opera y los tomadores de decisión se ven envueltos en nuevos dilemas que
necesitan una definición clara: los agentes deben incurrir en costos para definir el intercambio y
realizar el contrato. Este costo de usar el mercado, es definible como: (Gandlgruber, 2003)

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