El gres porcelanico es una cerámica de pasta compacta y dura, coloreada, no
porosa. La palabra "gres" significa que la masa cerámica de la baldosa es extremadamente "greificada", es decir, compacta, de ahí su excepcional resistencia. Esta cerámica se obtiene a partir de amasijos de arcillas, arena y otras sustancias naturales. Los amasijos se preparan y se cuecen a temperatura elevada (1000 - 1300 C°). Una de las características más destacadas del gres porcelanico es su elevada resistencia a la abrasión, es decir, la resistencia que la superficie opone a las acciones del movimiento de cuerpos, superficies o materiales en contacto con ella. Las propiedades sobresalientes de los materiales cerámicos obedecen a su composición y estructura, determinadas por los procesos productivos mencionados.
Estas propiedades son:
Dureza y resistencia mecánica
Rigidez Inercia
Características:
Una característica peculiar de las losas en gres porcelanico es su propia
composición. Se emplean solo las materias más puras, tales como minerales, caolín, feldespato, arcilla, que componen el 99% de cada losa, mientras que los colores de origen natural completan su aspecto estético.
La fase de compactación se lleva a cabo sin que se añadan colas o
resinas, sino que un presado mecánico a más de 500 kg/cm² y la cocción en hornos a más de 90 m de longitud, a una temperatura superior a 1 250°, hacen que se obtenga un material homogéneo y compacto.
Utilización
Debido a su extraordinaria resistencia, el gres porcelanico es el material
cerámico más indicado para la pavimentación de zonas con alto tránsito peatonal, como grandes superficies comerciales, centros de trabajo o edificios públicos, pero también ofrece todo su potencial en espacios residenciales, tanto en interior como para exteriores.
Por su resistencia a los cambios de temperatura y sus cualidades estéticas,
ofrece un comportamiento excelente en el recubrimiento de edificios, tanto en el sistema de fachada ventilada como con el de fachada pegada.