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“liberación” sexual?
Reich, W. (1985). La Revolución sexual. Para una estructura de carácter autónoma del hombre.
México D.F.: Obras maestras del pensamiento contemporáneo.
Praxis de liberación sexual que se inserta en el plano general de la lucha por el socialismo
Neurosis actuales: resultado de una directa y actual insatisfacción sexual; a diferencia de las
psiconeurosis que remiten a conflictos infantiles
Capacidad para la descarga total de toda la excitación sexual contenida, por medio de
contracciones involuntarias y placenteras del cuerpo
Coraza: defensa contra la angustia provacada por el estancamiento libidinal y una tensión
muscular peculiar
Higiene sexual
Dominación del capital y el trabajo alienado tienen como contrapartida la represión y la angustia,
la renuncia al goce sexual, la disminución de la aptitud de vivir.
Conflictos típicos de todo individuo (en la época de Reich) La inhibición sexual general, el carácter compulsivo de
las exigencias morales, la incapacidad de imaginar que la satisfacción sexual es compatible con un trabajo de
aceptable rendimiento, la creencia de que la sexualidad de los niños y adolescentes es una aberración patológica,
la imposibilidad de concebir otra forma de sexualidad que la monogamia de por vida, la falta de confianza en las
propias fuerzas y en la propia capacidad de juicio, con el consiguiente anhelo de una figura paternal, omnisciente
y guiadora, etc.
Todo paciente lleva en sí mismo un conflicto entre el instinto y la moral; conflicto indisoluble en las condiciones de
represión sexual neurótica (y sus consecuencias en el plano de lo vegetativo), lo que acentúa la desproporción
entre la necesidad de satisfacción y la capacidad para la satisfacción.
Ante esto, el organismo psíquico se ve obligado a acorazarse (que implica una limitación a la pulsación como
disponibilidad para la vida y de la actividad vital). Este sería el motivo de la soledad de los hombres.
Hombre acorazado (en su pensar y sentir) sometido a la influencia de motivos inconscientes e irracionales. Posee
también tendencias al misticismo, la religiosidad, la dependencia infantil, las creencias supersticiosas.
Recordar que el hombre acorazado está lejos de la autorregulación.
Si falta el compañero/a apropiados/as, la actitud monógama degenera en la búsqueda insaciable de la persona
apropiada.
La primitiva relación se marchita sin remedio cuando una de las personas se afianza a una promesa de felicidad
mayor.
el principio de regulación moral se opone al de autorregulación por la economía sexual.
Paso de la negación de la sexualidad a una afirmación de ésta (considerar implicaciones económicas que esto
implicaría)
La formación del carácter en la pauta autoritaria tiene como punto central no el amor parenteral
sino la familia autoritaria. Su instrumento principal es la supresión de la sexualidad en el infante y
en el adolescente.
Trebisacce, C. (2013) Ambivalencias y disputas a "la revolución sexual", "la liberación de las mujeres"
y el "feminismo" entre la militancia de los años setenta [en línea]. III Jornadas del Centro
Interdisciplinario de Investigaciones en Género, 25, 26 y 27 de septiembre de 2013, La Plata,
Argentina. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.3425/ev.3425.pdf
“Recambio moral sexual” (como se reconceptualizaba la revolución sexual) no proponía verdadera
liberación de la sexualidad sino que únicamente ampliaba el terreno de las gratificaciones sexuales
de un modo controlado. Por ejemplo, los ideales de paridad y complementariedad, que se
fusionaban con un viejo paternalismo, limitaban la autonomía erótica de las mujeres y penalizaban
la homosexualidad.
Halperin, D. (2007). San Foucault: para una hagiografía gay. Buenos Aires: El cuenco de plata.
En la visión de Foucault, los movimientos políticos de liberación sexual han sido cómplices- e
incluso parte-del régimen moderno de la sexualidad; la revolución sexual simplemente ha
reforzado los poderes políticos que proponía derrocar. Pues el efecto no ha sido hacernos libres de
expresar nuestra sexualidad, sino exigirnos expresarla -libremente-.
La liberación sexual tal vez haya liberado nuestra sexualidad, sino que nos ha esclavizado más a
ella. En este sentido, la liberación sexual ha producido un sometimiento más insidioso, o nos
esclaviza a un modo específico de libertad y convierte en algo impensable el ejercicio de otras
libertades. Nos quita la libertad en nombre de la libertad o dicho de otro modo nos quita nuestra
libertad imponiéndonos su propia clase de libertad, exigiéndonos ser “libres”. En este contexto, los
movimientos de liberación nos atan con más fuerza a aquello de lo que tenemos que
emanciparnos.
La revolución sexual hizo dos invenciones importantes: una fue la promiscuidad, la otra fue la
separación entre sexualidad y procreación. Lo que hizo posible la revolución sexual fue el deseo
masculino y femenino de transformar las relaciones de los sexos y entre los sexos.
No obstante, no satisfizo las expectativas de mujeres y hombres, porque se limitó a invertir lo que
ya había. De la represión de la sexualidad se pasó a la promiscuidad.
Revolución sexual y sus ejes, férreo control social sobre el cuerpo femeninos; una serie de
interdicciones y prohibiciones sobre la sexualidad. Aceleró el cuestionamiento del matrimonio y la
familia. Repensar los roles femeninos y las instituciones que estaban a la base de la vida privada de
las sociedades occidentales. Recordar la tardanza del voto. Desigualdad entre sexos. Impulsado
por importantes contradicciones sociales. Avanzar hacia una autonomía sexual femenina. Mayor
apertura a la homosexualidad, masculina y femenina. Aparición de métodos anticonceptivos
femeninos, lo que posibilita una sexualidad abierta al placer de la mujer.