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1.

INTRODUCCIÓN
2. ANTECEDENTES

La temática a investigar tiene un foco a nivel social y cultural, la privatización de


liberta es una situación de basta complejidad y gravedad, las privadas de libertad
se adaptan a un medio hostil lo cual desencadena en un cambio en la personalidad
de las sujetos, por tanto los vínculos que estas mantienen varían ya que la situación
de encarcelamiento y las condiciones que son propias de la privación de la libertad
provocan una serie de reacciones psicológicas.

“En el interior no suele darse un único patrón de comportamiento, sino que, en


función de la situación creada, de la propia personalidad y de las circunstancias que
definen la estancia de un sujeto en la institución, se pueden combinar varias formas
de adaptación a la prisionalización… a un entorno tenso, exigente, emocionalmente
inestable y seriamente neurotizado en todas sus expresiones. El hecho real de
participar de forma continuada en el tiempo de las circunstancias que son propias
al ambiente cerrado, propio de una cárcel, ineludiblemente genera un sinnúmero
de efectos psicológicos”( Echeverri, 2010 pag.158)

La cárcel como institución tiene unos patrones de conducta, un nivel de organización


formal e informal, es decir se ve inmersa en una subcultura carcelaria, se rigen por
costumbres y tradiciones que las personas asumirán, esto como consecuencia trae
la superación de la individualidad.

Falta de control sobre la propia vida el recluso decide en primer lugar cual va a ser
su actitud general respecto a su situación carcelaria: de rebeldía, de protesta, de
queja, de sumisión, de aceptación, de lucha, de superación o de esfuerzo.
(Bermúdez: 360)

La situación de prisión conlleva la imposibilidad cierta de decidir sobre la evolución


de las propias circunstancias personales, familiares y sociales. Como en cualquier
otra situación, siempre existe un margen de decisión, una opción personal que
elegir. Sin embargo, dentro de ésta el abanico de posibilidades que se ofrece al
recluso es mínimo y, en todo caso, está absolutamente limitado por la situación
carcelaria. La absoluta normativización a la que la persona se ve abocada y la total
dependencia externa provoca, en primer término, un cierto abandono respecto a su
capacidad de decisión. La progresiva y creciente adaptación del individuo al medio
le permite ir adoptando elecciones que, aunque aparentemente tienen una mínima
trascendencia sobre su situación global, sí son importantes de cara a su
recuperación personal. ( Echeverri, 2010 pag.163)

Por otro lado, la separación de las madres encarceladas de sus hijos, interrumpe el
vínculo familiar, tan importante para el desarrollo pleno y saludable de los niños.
Diversos estudios han señalado que las hijas e hijos de mujeres reclusas
experimentan una gran cantidad de problemas psicosociales como depresión,
hiperactividad, comportamiento agresivo o dependiente, retraimiento, regresión,
problemas de alimentación, entre otros.

La mayor afectada es la familia, uno de los dramas más grandes y que las
autoridades le dan muy poca importancia es la fractura y disolución de núcleos
familiares ya que los que más sufren son los hijos siendo indirectamente
sentenciados.

Se debe subrayar que los niños pequeños en un régimen de encierro,


especialmente la cárcel, produce un impacto negativo en ellos, no solamente por la
exposición directa a un sistema cerrado, arbitrario e incomprensible, sino también
por lo que implica la separación de los niños de su ambiente familiar, el cual en
muchos casos es compartido no solo con la madre, sino también con otros
hermanos.

El período para dictar sentencia puede ser especialmente estresante para las
familias debido a la incertidumbre en torno al resultado62 –de hecho, las
investigaciones indican que este período es especialmente perjudicial para la salud
de los miembros de la familia.63 El tener una madre o padre que ha sido hallado
culpable y sentenciado puede causar un choque en los niños y hacer que su miedo
a la separación –que hasta entonces habían tratado de negar– se convierta en algo
real. La mayoría de las familias “hasta el último minuto siguen esperando un
milagro”.64

Las investigaciones sugieren que mantener a un niño pequeño (preescolar) en la


cárcel con su madre puede fortalecer el vínculo y evitar algunos impactos negativos
de la separación en madres e hijos. Sin embargo, los niños tendrán que vivir en las
mismas condiciones que sus madres encarceladas, las cuáles, por lo general, son
inadecuadas. Las cárceles de algunos países, entre ellos Camboya e India,136 no
siempre asignan alimentos extras para los niños, lo que implica que las madres o
padres tendrán que compartir su ración de comida (generalmente inadecuada o
inapropiada) con sus hijos.137 Aún más, para las madres con niños en la cárcel
será difícil tomar un descanso de sus responsabilidades maternas y, si no existe la
opción de guardería de niños, tal vez no puedan aprovechar las oportunidades de
educación o trabajo ofrecidas en la cárcel.138 Esto puede afectar sus posibilidades
de reintegrarse exitosamente a la sociedad cuando termine su sentencia, lo que a
su vez repercutirá en sus hijos.

Los hijos que viven en la cárcel con sus progenitores tienen mayor acceso a ellos
que si no vivieran con ellos, sin embargo, sus relaciones con los miembros de la
familia en el exterior, amistades y el mundo de afuera se reducirán en sus vidas. Un
niño que vivió en la cárcel hasta los 2 años y medio “[al principio] tenía miedo a los
hombres porque había vivido con mujeres todo el tiempo … Lloraba si veía los
árboles y el pasto”.148 También puede ser difícil hacer contacto con el otro
progenitor encarcelado: las normas estrictas que separan a los presos de las presas
en las cárceles de la India provocan que aún cuando ambos padres estuvieran
encerrados en el mismo edificio, no podrían verse el uno al otro149 (ni podrán
hacerlo los hijos que viven con uno de ellos). Este tipo de impactos y las condiciones
en que los niños vivirán150 deben revisarse al momento de decidir si el que
permanezca en la cárcel es en el mejor interés del niño o niña.

Oliver Robertson2007

La importancia del vínculo madre-hijo al interior del sistema carcelario tiene una
connotación de gran relevancia para la mujer. Dentro de este contexto, donde la
hostilidad se vive constantemente, mantener una relación de cercanía con sus
hijos/as es un elemento considerado fundamental, que les ayuda a sobrellevar el
encierro.

Cerca del 40% estaba recluida por delitos relacionados con la ley 1008. El mayor
problema que se tiene es el hacinamiento en realidad producto de la retardación de
justicia el 85% de los detenidos se encuentran sin sentencia. En consecuencia, la
retardación de justicia es uno de los problemas estructurales y endémicos que
afecta a los privados de libertad. (Ibíd.:43).

No sólo es el hacinamiento una de las dificultades por las que atraviesan las
penitenciarías sino también la sobrepoblación causando deterioros en las
instalaciones y donde los esfuerzos de los funcionarios no son eficientes.

La sobrepoblación ocasiona que las instalaciones se deterioren y la


administración del establecimiento deviene casi imposible. Los resultados de
los esfuerzos realizados por los funcionarios son insuficientes, debido a que
no ejercen, en la práctica, un control eficaz al interior de las prisiones, claro
ejemplo de ello, es lo sucedido en los luctuosos hechos de Palmasola (Santa
Cruz) y el Abra (Cbba). (Ibíd.: 43).

Los problemas no sólo son para los reos sino se suman a estos los niños y niñas,
hijos de reos que cumplen una condena, estos niños y niñas pueden estar con sus
padres hasta los seis años de edad, pero se evidencia que no es así, existen niños
y niñas mayores a los seis años e incluso hay adolescentes. Además no todos los
niños y adolescentes son hijos de reos sino son algún pariente como ser hermano,
sobrino.

En abril de 2014, el entonces director de Régimen Penitenciario señalaba


que a nivel nacional hay cerca de 1.200 niños y niñas menores de seis años
que viven en los centros penitenciarios con sus padres que cumplen
condena. Esta situación es permitida por la Ley solo para este grupo etáreo,
aunque en los hechos ha dado lugar a que puedan ingresar y convivir,
mayores de seis años e incluso adolescentes. Aunque sólo debieran estar
los hijos o hijas del reo, las investigaciones que ha realizado la Defensoría
del Pueblo, evidencian que en algunos casos pueden estar sobrinos,
hermanos o hijos de sus parejas. (Ibíd.: 25).

A nivel nacional, el 51% de las mujeres privadas de libertad recibe visitas de sus
hijos/as al interior del recinto penitenciario, un 20% contestó que no es visitado por
sus hijos/as pues están lejos y un 29% no contestó porque puede que ya se haya
fracturado la relación (abandono) con éstos/éstas. De acuerdo a los testimonios
recabados, el alejamiento de sus hijos/as constituye “el dolor más grande” para
ellas. Manifestaron que ante la imposibilidad de poder convivir con sus hijos e hijas
en el interior del establecimiento penitenciario debido a falta de espacio, o recursos
económicos limitados para sostenerlos/as dentro o porque los/as hijos/as que no
cumplen con el requisito de la edad legal para permanecer con sus madres tienen
que quedarse al cuidado de sus abuelas, tías u otros familiares, o, en otros casos
se encuentran a cargo de padrinos, madrinas, amigas; reportándose casos de
violencia hacia ellos/as. Gráfico Nº 13 Mujeres que reciben visitas de sus hijas/os
(%) Fuente: Defensoría del Pueblo, Situación de los Derechos de las Mujeres
Privadas de Libertad, 2010. Informe Defensorial Bolivia: Situación de los Derechos
de las Mujeres Privadas de Libertad 62 63 Conforme indica Marcela Lagarde en la
obra citada, por el papel central que tiene la mater - nidad en la definición de las
mujeres, la suspensión de su capacidad de custodia y tutelaje por la privación de
libertad, o el hecho de que en la cárcel deba cuidar de sus hijos/as, hacen que la
vida en prisión sea genéricamente opresiva para las mujeres. El castigo a la madre
es siempre el castigo a los/as hijos/as. Asimismo, en el caso de las mujeres privadas
de libertad, es evidente que mantienen el derecho y la obligación social de tutelar
de algunos de sus hijos/as y, en cambio, son separadas de otros/as, aun cuando su
presencia sea indispensable para su vida, porque dependen vitalmente de ellas para
sobrevivir. Una privada de libertad manifestó “…no puedo darles más cariño, antes
los atendía, me desespera no poder estar con mis hijos afuera y no verlos,
controlarlos”. Indicaron también que el cuidado de los/as hijos/as por parte de los
padres, no es igual que el cuidado que dan ellas “porque ellos no saben ni curar una
tos”. Es decir son las razones inherentes a los roles de género asignados.
3. PROBLEMATIZACIÓN
4. OBJETIVO

4.1.Objetivo General

Identificar las vivencias subjetivas de las madres en condición de privación de


libertad y su relación con sus hijos en el régimen penitenciario San Sebastián
(Mujeres), Cochabamba Bolivia.

4.2.Objetivos Específicos
 Analizar los datos obtenidos desde un método Constructivo – Interpretativo.
 Identificar la dinámica que se lleva entre madre e hijos dentro el régimen
penitenciario.
 Explicar los factores presentes en la relación madre – hijos y como esto
regulan su forma de vida dentro el régimen penitenciario.
5. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
6. MARCO METODOLÓGICO
7. RESULTADOS
BIBLIOGRAFÍA

 ANÓNIMO (2014, 3 de diciembre). Proyectan eliminar el hacinamiento en cárceles de


Cochabamba. La Patria, Cochabamba, p. 1.
 ANTONY, Carmen. (2007).Mujeres invisibles: las cárceles femeninas en América Latina.
Nueva Sociedad. 208. 73 – 85
 BERMÚDEZ, José. Efectos psicológicos del encarcelamiento.
 CAHUAYA, Wilson (s. f.). Las cárceles de Cochabamba. Los Tiempos, Cochabamba, p. 1.
 DEFENSORIA DEL PUEBLO (2012). Situación de los derechos de las mujeres privadas de
libertad. La Paz. Defensoría del Pueblo.
 DFENSORÍA DEL PUEBLO (2014). El ejercicio de los Derechos Humanos en el Estado
Plurinacional de Bolivia. La Paz: Defensoría del Pueblo.
 ECHEVERRI, Jaime A. (2010). La prisionalización, sus efectos psicológicos y su evaluación.
Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia: Pensando
Psicología. 11 .157 – 166
 GÓMEZ, Natalia (2012). Construcción de maternidad en mujeres madres privadas de
libertad en los recintos penitenciarios de Concepción, Chillán y Los Ángeles, región Bío-Bío.
En: Paquetón, Escuela de Psicología Universidad del Bío-Bío, 2012, N° 1, Concepción.
 PALOMAR, Cristina (s.f.). “Malas Madres” la construcción social de la maternidad.
Guadalajara.
 ROBERTSON, Oliver (2007). El impacto que el encarcelamiento de un(a) progenitor(a) tiene
sobre sus hijos. Quaker United Nations Office, Ginebra.
 TEMPLE, Shirley M. (2014). Bienestar psicológico y esperanza en internas de un penal de
Lima. Tesis para optar por el título de Licenciada en Psicología con mención en Psicología
Clínica, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.
ANEXOS

CUADRO 1

RESUMEN DE POBLACIÓN PENITENCIARIA A NIVEL NACIONAL

Departamento Varones Mujeres Total


Chuquisaca 471 47 518
La Paz 2528 393 2921
Cochabamba 2133 316 2449
Oruro 526 72 598
Potosí 497 43 540
Tarija 745 66 811
Santa Cruz 5205 478 5683
Beni 719 52 771
Pando 285 11 296
TOTAL 13109 1478 14.587
Departamento Varones Mujeres Total
FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2014
De acuerdo al informe del Defensoría del Pueblo de 2014 se puede observar que el
departamento de Santa Cruz es el que más reclusas tiene en el país, seguida por
La Paz y Cochabamba, razón por la cual se podría presumir que por el reducido
número carece de importancia para diseñar proyectos de apoyo dirigidos a la mujer
en reclusión la cual al ingresar a las instituciones son prácticamente abandonadas
a su suerte y de la misma forma sus hijos que
Cerca del 40% estaba recluida por delitos relacionados con la ley 1008. El mayor
problema que se tiene es el hacinamiento en realidad producto de la retardación de
justicia el 85% de los detenidos se encuentran sin sentencia. En consecuencia, la
retardación de justicia es uno de los problemas estructurales y endémicos que
afecta a los privados de libertad. (Ibíd.:43).
CUADRO 2

RELACIÓN DE PRIVADOS DE LIBERTAD PREVENTIVOS

Departamento Sentenciados Preventivos Total


Chuquisaca 132 386 518
La Paz 839 2082 2921
Cochabamba 330 2119 2449
Oruro 137 461 598
Potosí 190 350 540
Tarija 198 613 811
Santa Cruz 583 5100 5683
Beni 172 599 771
Pando 66 230 296
TOTAL 2646 11941 14587
18,14% 81,89%

FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2014

Por la publicación de los datos del Defensoría del Pueblo de 2014 se puede
observar que gran parte de los y las internas de las cárceles de nuestro país, se
encontrarían recluidas en las cárceles sin contar con una sentencia y al igual que
en el cuadro anterior continúa siendo el departamento de Santa Cruz seguido por
Cochabamba y La Paz, con mayor internas hecho que contribuye para el
hacinamiento en las cárceles

GRAFICO 3

MUJERES DENTRO EL REGIMEN PENITENCIARIO (%)


FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2010

El porcentaje de mujeres privadas de libertad, al ser mínimo dentro de la población


penitenciaria, es absorbido por la población masculina, por lo que la Ley de
Ejecución Penal y Supervisión y su aplicación no observan ni aplican disposiciones
distintas para las mujeres, como se señaló anteriormente hecho que se manifiesta
como refleja desde el año2010, demostrando que el problema de la falta de atención
no es reciente.

GRAFICO 4

POBLACION FEMENINA SEGÚN ESTALECIMIENTO PENITENCIARIO AL 2011

(%)

FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2010

Se puede observar que la población de internos en el 2010 era mayor en Santa Cruz
con un 30.7% seguido por la de La Paz con 26.4, seguido por Cochabamba con
20.8%.
CUADRO 5

MUJERES PRIVADAS DE LIBERTAD: Nº TOTAL POR DEPARTAMENTO Y


RECINTO AL 2010

FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2010 se observa que el eje principal del país que
comprendido entre Santa Cruz, La Paz y Cochabamba son los que más internas
tiene.

CUADRO 6

MUJERES PRIVADAS DE LIBERTAD: Nº TOTAL POR DEPARTAMENTO Y


RECINTO AL 2012.
FUENTE: Defensoría del Pueblo Mayo 2012

CUADRO 7

Nº DE NNA QUE VIVEN EN EL RECINTO, SEGÚN ESTABLECIMIENTO


PENITENCIARIO

FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2010

El mayor número de niños y niñas se encuentra en las ciudades de La Paz con 77


y Cocha - bamba con 105. A pesar que la disposición de la Ley de Ejecución Penal
y Supervisión (Art. 26) establece que la edad de los niños/as no puede sobrepasar
los seis años, sin embargo, la situación de pobreza, el desamparo de los/as niños/as
y adolescentes y/o por ser mujeres del interior del país determina que en algunos
establecimientos se alberguen incluso hijos/ as en edad de adolescencia. Conforme
determinan los datos alcanzados en los recintos donde hay mujeres, se ha
encontrado a nivel nacional un total de 92 adolescentes que viven con sus madres.

GRÁFICO 8

MUJERES QUE RECIBEN VISITAS DE SUS HIJAS/OS (%)

FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2010

A nivel nacional, el 51% de las mujeres privadas de libertad recibe visitas de sus
hijos/as al interior del recinto penitenciario, un 20% contestó que no es visitado por
sus hijos/as pues están lejos y un 29% no contestó porque puede que ya se haya
fracturado la relación (abandono) con éstos/éstas. De acuerdo a los testimonios
recabados, el alejamiento de sus hijos/as constituye “el dolor más grande” para
ellas. Manifestaron que ante la imposibilidad de poder convivir con sus hijos e hijas
en el interior del establecimiento penitenciario debido a falta de espacio, o recursos
económicos limitados para sostenerlos/as dentro o porque los/as hijos/as que no
cumplen con el requisito de la edad legal para permanecer con sus madres tienen
que quedarse al cuidado de sus abuelas, tías u otros familiares, o, en otros casos
se encuentran a cargo de padrinos, madrinas, amigas; reportándose casos de
violencia hacia ellos/as. Gráfico Nº 13 Mujeres que reciben visitas de sus hijas/os
(%) Fuente: Defensoría del Pueblo, Situación de los Derechos de las Mujeres
Privadas de Libertad, 2010. Informe Defensoría Bolivia: Situación de los Derechos
de las Mujeres Privadas de Libertad 62 63 Conforme indica Marcela Lagarde en la
obra citada, por el papel central que tiene la maternidad en la definición de las
mujeres, la suspensión de su capacidad de custodia y tutelaje por la privación de
libertad, o el hecho de que en la cárcel deba cuidar de sus hijos/as, hacen que la
vida en prisión sea genéricamente opresiva para las mujeres. El castigo a la madre
es siempre el castigo a los/as hijos/as.

CUADRO Nº 9

Nº DE GUARDERÍAS DESTINADAS A NIÑAS Y NIÑOS, SEGÚN


ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO

FUENTE: Defensoría del Pueblo, 2010

Como se observa, del total de recintos, sólo 4 cuentan con guarderías y tiene que
ver con la falta de establecimientos exclusivos para mujeres ya que en los mismos
también hay NN, lo que obliga a las mujeres con hijas/os a reducir aún más sus
espacios para estar con ellos/as, ocasionando también la reducción de espacio para
las/os niñas/os.

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