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La organicidad del actor

Hay también otro tipo de actores, también fuertes en cuanto a la técnica y el estereotipo, pero que no

son ellos mismos, sino que son imitadores de todas las épocas y todos los pueblos. Ellos también

preparan la caracterización y la encarnación según un ritual sumamente convencional. Saben cómo se

<<representa>> cada papel del repertorio universal, por cuanto lo han subordinado a un patrón fijado

de una vez para siempre. Sin esto no podrían interpretar casi trescientos sesenta y cinco papales por año,

cada uno con un solo ensayo, como se practica en algunos teatros de provincia.

>>si hay entre ustedes alguien inclinado a seguir ese peligroso camino del mínimo esfuerzo, que

desconfié de él, ahora que está a tiempo. (Stanislavski, 2009, p.47)

Quizás para algunas personas la organicidad va ligado a acciones representadas por algún ser

vivo ya sea en el teatro o en la misma naturaleza, quizás otros piensen que es la presencia o la

esencia misma del actor, quizás sea la unión de todos estos significados y sinónimos de la palabra

“organicidad”, pero por cuestiones personales considero que la organicidad va más allá de lo que

se ha mencionado anteriormente, por ende considero que la organicidad es un acto de

verosimilitud que tiene el actor con su personaje al ser representado en escena, donde consigue

una relación personal con el espectador rebasando a este como un ser real y creíble en todas sus

acciones, donde pueda conmover con sus acciones, palabras y movimientos la sensibilidad del

espectador con el mas mínimo detalle.

Cabe resaltar que el concepto organicidad ha venido evolucionando durante los últimos siglos,

donde este era asociado según con el concepto “natural”, cuyo concepto “natural” se ha

resignificado con cada generación y nuevos estilos de actuación en dichas épocas. Actualmente el

teatro ha presentado diversas formas de representación y presentación según estas


re-significaciones y movimientos teatrales, obligando a acondicionar a los actores a retomar

nuevas rutas de trabajo y técnicas para la caracterización de personajes, particularmente pienso

que el actor moderno ha caído en un error crítico recurriendo a la repetición de acciones físicas

para una memorización más acertada y precisa en la ejecución de la interpretación de su

personaje, induciendo que este entre en un estado de confort y conformidad por la repetición de

las mismas acciones físicas convirtiéndolas en acciones “mecanizadas” ósea en acciones

deterioradas de presencia y virtuosismos ante los ojos del espectador y esto a su vez genera como

resultado final la falta de credibilidad y virtuosismo del actor.

Según lo mencionado anteriormente el actor moderno ha venido recreando personajes

históricos y menos conocidos por sus propias intuiciones, percepciones y experiencias personales

sobre la visualización de dichos personajes, en el cual este la emplea como la herramienta

principal para lograr una organicidad fluida e inagotable como lo dice Stanislavski (2009):

“Deben saber que este dominio, del cual extraerán ustedes el material, los recursos y la técnica de

la vivencia, es inagotable y no puede ser calculado”(p.21). Con base a lo antepuesto, la intuición

es una gran herramienta de trabajo para moldear y construir el personaje según sea las exigencias

del mismo actor, pero al momento de fijar las acciones físicas del personaje dentro de la escena

estas escasean de virtuosismo por la fijación de cada movimiento, limitando la reacción e

intuición del mismo personaje dentro de la escena o la obra en general, inducido por las varias

repeticiones realizadas dentro de los ensayos generales y personales del actor, quizás lo que se va

a mencionar a continuación sea algo inadecuado o inapropiado al mencionar las formas

convencionales modernas de como encarnar los personajes, puesto que del ensayo y error el actor

puede encontrar, lograr y fijar muchos recursos y acciones físicas en la caracterización de los

personajes, siendo estos los métodos más concurridos actualmente por los estudiantes y actores
modernos, pero si estos solo se limitan a este método de trabajo, el personaje a partir de la

repetición de sus actos se volverá un personaje mecanizado careciente de virtuosismo y a su vez a

un largo plazo carecerá de credibilidad ante los ojos de espectador.

Quizás una solución a estas falencias detectadas personalmente a partir de varias observaciones y

vivencias personales seria que el actor al momento de fijar una ruta de acciones físicas o de

trabajo, pueda variar al momento de ser presentadas, a continuación propongo uno ejercicios

alternos que quizás puedan ayudar y fortalecer la presencia y la credibilidad del personaje ante un

espectador:

Propuesta de ejercicio.

Al entablar la propuesta escénica del personaje ya finalizada, el actor deberá mantener ensayos

continuos y progresivos sobre escenas alternas a la idea original, buscando en estos resultados

que puedan ayudar a caracterizar aún más al personaje al momento de vivenciar y relacionar el

personaje en diferentes circunstancias y lugares, y a su vez este como se relacionaría con otros

personajes. La idea de esta actividad es de lograr que el actor pueda mantener de forma orgánica

la personalidad de personaje de forma fluida y orgánica.

Quizás otra propuesta sea la de desarrollar actividades de improvisación con el personaje en actos

efímeros en lugares públicos y privados, buscando diferentes contextos y circunstancias para una

exploración más detallada y precisa sobre las conductas del personaje, teniendo en cuenta como

este se relacionaría y a su vez como se adaptaría a dichos contextos.

Otra idea un poco más arriesga pero más interesante con el fin de que pueda arrogar más

recursos positivos y caminos alternos, es la de fijar una escena con el personaje del actor en el

cual este en los ensayos interactúe con sus demás compañeros de escena según lo habitual o
fijado, pero este empezaría a comportarse de formas distintas sin perder la encarnación de su

personaje para observar cómo reaccionarían sus demás compañeros al extraño comportamiento

de su compañero, con el fin de que se puedan generar escenas alternativas estimulando la

creatividad y la intuición actoral de cada uno de ellos para que se desenvuelvan fluidamente en

escena improvisadas de forma espontánea y orgánica sin perder sus personajes.

Bibliografía.

Stanislavski. K. (2009). El trabajo del actor sobre sí mismo en el proceso creador de la

encarnación. España, ALBA Editorial.

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