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INTERROGATORIO CIRCULAR

(Flouridas)

El grupo de Milán incluye el interrogatorio circular en la terapia familiar, como un modo de


investigar cambios y diferencias en las relaciones familiares o los síntomas en una familia.
Esta técnica permite:
1. Recoger información para la creación de una hipótesis sistémica.
2. Entregar a la familia, una oportunidad para observarse a sí misma.
3. Mayor visualización de conductas interrelacionales.
4. Promover cambios significativos.

Este tipo de interrogatorio promueve un cambio en el tipo de pensamiento en el terapeuta,


debiendo desligarse de la secuencia lógica lineal y comenzar a PENSAR de manera
circular, es decir: en secuencias cíclicas de interacción, que tiende a confundir si es que
uno se queda en la forma y no en la relación de patrones interrelacionales con creencias
que pueden perpetuar un estilo específico de ellas. Por esto es importante comprender a la
familia desde su relación con su contexto ambiental, histórico, evolutivo e ideológico.

Esta forma de interrogatorio, recoge información de cada uno de los integrantes de la


familia en relación a su opinión y experiencia de:
1. La preocupación actual de la familia.
2. Las secuencias de interacción usualmente relacionadas con el problema
3. Diferencias en sus relaciones a través del tiempo

Esta información permite establecer una hipótesis, líneas de intervención y/o preguntas
adicionales. Estos dos conceptos: hipotetización y circularidad, más la neutralidad son
conceptos fundamentales en la terapia familiar.

Por hipotetización entendemos las explicaciones, y/o supocisiones alternativas, acerca de


la familia, su problema y su contexto relacional.

Alejandra Reyes Salas Taller del terapeuta I (PUC- 2006)


El Hipotetizar permite guiar al terapeuta respecto a las peguntas a utilizar, para conectar
conductas familiares con un significado y desarrollar en los integrantes de la familia,
visiones distintas pero relacionadas a sus creencias, comportamientos y relaciones.
La formulación de hipótesis, se basa en la información obtenida de la familia en las
distintas instancias de intervención (descripciones, información analógica y relacional), en
la experiencia y conocimiento del equipo de terapeutas y en los aspectos que a este equipo
les resalte de esta familia.

Es importante destacar que no existen hipótesis “correctas”, su objetivo no es identificar la


verdad, sino la explicación más útil para ayudar a la familia en un determinado momento, y
para que sea sistémica, debe incluir a cada uno de los miembros de la familia y formular
una suposición que comprenda la relación funcional total.

Para confirmar o desconfirmar una hipótesis es importante preguntar a cada miembro de la


familia, estar atento a sus respuestas, intervenciones e interrupciones. Al desechar una
hipótesis, tratar de diseñar intervenciones basadas en hipótesis confirmadas o aquellas que
resulten más útiles, modificándolas con nueva información. Todo esto se realiza sin
explicitar a la familia esta hipótesis.

Para realizar una adecuada hipótesis, la familia debe percibir al terapeuta como neutral, es
decir, sin formar alianzas o coaliciones permanentes con algún integrante especifico de la
familia, enjuiciando o aceptando incondicionalmente a uno por sobre otro, par esto es
importante realizar preguntas similares a cada miembro de la familia, ocupando tiempos
equivalentes en cada uno de ellos.

Por lo tanto, la entrevista circular es la capacidad del terapeuta para conducir su


investigación en base a la retroalimentación de la familia en respuesta a la información que
este solicita, sobre las relaciones y por lo tanto, sobre las diferencias y cambios en la
familia. Para esto debe destacar las palabras “claves” o frases repetidas que utiliza la
familia al describirse, traduciéndolas en preguntas acerca de las diferencias, revirtiendo las
preguntas al polo opuesto si se observa que la familia parece sensible frente a la temática

Alejandra Reyes Salas Taller del terapeuta I (PUC- 2006)


que abordan, pudiendo utilizar preguntas lineales que faciliten la visualización de un ciclo
completo de conductas o patrones de interacción
Estas técnicas, implican desarrollar en el terapeuta habilidades en las preguntas de tipo
circular que apunten a:
1. Definir el problema, preguntando a cada miembro su percepción de la problemática
actual.
2. Conocer las secuencias de interacción, preguntando a cada uno, qué hace qué, cuando y
a quién en relación al problema, síntoma o hipótesis. Para esto se puede preguntar
acerca de conductas interactivas específicas, sobre diferencias o cambios, observar
acuerdos entre los miembros frente a una secuencia presentada, conocer la explicación
de cada uno sobre el comportamiento del otro.
3. Comparar – clasificar las similitudes y diferencias, buscando patrones. Es importante
preguntar sobre acuerdos entre los miembros de la familia, cambio o diferencias en las
coaliciones a través del tiempo y las explicaciones que cada uno realiza de esto
4. Intervenciones, comenzando con preguntas ofensivas o amenazantes, que incentiven a
los miembros a probar nuevos comportamientos.

Es importante destacar que mientras más rígidas y disfuncional sea una interacción o
síntoma, más indirecta debe ser la intervención, para que sea motivadora de cambio
positivo, donde experimentes alternativas nuevas sin haber sido explicitadas. Para esto se
pueden ocupar reencuadres, connotaciones positivas y/o paradojas.

Cada una de estas cuatro categorías, pueden explorarse en dimensiones temporales: pasado,
presente y futuro hipotético. En cada una de las dimensiones temporales, el terapeuta puede
investigar:
1. Diferencias o cambios dentro de la familia entre relaciones, creencias o
comportamiento de los miembros de la familia o entre su familia y otras familias.
2. Acuerdos o desacuerdos entre los miembros.
3. Explicaciones de porqué las relaciones o interacciones se han dado como son, y los
significados pretendidos o percibidos de ciertas conductas

Alejandra Reyes Salas Taller del terapeuta I (PUC- 2006)

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