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De esta manera, el discurso político del Estado chileno y la organización mapuche han ido
sufriendo una serie de cambios; tanto en las políticas públicas que se fueron llevando a cabo
por los gobiernos, como también en las reivindicaciones y la postura política que adquiría el
Movimiento Político Mapuche. Con lo anterior, la Cuestión Mapuche2 comienza a plantear
su accionar político, frente a un estado que ha mantenido aquellas formas de dominación e
inclusión por la fuerza, al proyecto político de estado chileno.
1
En lengua nativa mapuche o mapuzungun, se hace referencia al wingka, como “el de afuera”, “el que viene
de afuera” o “foráneo”.
2
Marimán José (1992) Cuestión mapuche, descentralización del Estado y autonomía regional. En: Caravelle, n°59, 1992.
Sens et non-sens d'une commémoration: les Amérindiens face au Ve Centenaire. pp. 189-205.
3
Tricot, Tito (2007) Identidad y política en el nuevo movimiento mapuche. Revista Historia Actual, n° 19,
pp. 36.
comunidades, disolviéndolas y reubicándolas en nuevos terrenos llamados “reducciones de
tierra”, muchas de ellas con baja capacidad productiva. A partir de lo anterior, el nuevo trato
hacia los indígenas se enmarca en un nuevo paradigma de desarrollo de estado, el
neoliberalismo. Este modelo, cambia el rol del Estado, el cual llega a profundizar las lógicas
de mercado y de apropiación de los territorios a partir de la apertura de los mercados y la
inversión privada en el país, afectando principalmente a los sectores populares, entre ellos al
pueblo mapuche.
A partir de los años ochenta, el clima social comienza a atisbar un nuevo surgimiento de
protesta social, que se abrirá paso a partir de la denuncia a las violaciones de derechos
humanos. El levantamiento de los sectores populares en las llamadas “jornadas de protesta
nacional”, provocan una nueva forma de organización social, de la cual se harán parte
diversos sectores del país, como: las organizaciones de familiares de detenidos
desaparecidos, estudiantes, trabajadores y el pueblo mapuche, quienes apostarán por
devolver la democracia al país.
Hacia finales de los ochenta, luego de un clima de fuerte movilización social popular, la
sociedad chilena volvía a ejercer aquel papel ciudadano, donde el voto popular en las urnas
logra derrocar al dictador y elegir “su propio camino”, en lo que la historia reciente de Chile
ha querido denominar el “Triunfo del NO” en 1989. El término de régimen dictatorial trae
consigo una serie de gobiernos que asumen la tarea de llevar al país hacia la reconciliación y
progreso. A partir de lo que la historiografía nacional considera como una “democracia de
los acuerdos” o “democracia tutelada”, los gobiernos de la Concertación serán los encargados
de superar el historial de la dictadura militar. No obstante, se hace imposible evidenciar
cambios concretos en los pilares que sustentan al modelo neoliberal, en más, que vemos una
profundización de aquello. Aun así, las violaciones a los derechos humanos, instalan en el
discurso político de la sociedad una nueva mirada hacia la justicia social, la cual comienza a
dar cuenta de un resurgimiento de los sectores populares – ahora en la organización de
movimiento social – que presiona a los gobiernos en pos de demandas sociales. Por tanto, se
instala una nueva conformación política del país, así como también de movimiento mapuche
con una nueva forma de hacer política, la cual madurara a través de demandas emanadas
desde el naciente Movimiento Político Mapuche, lideradas por el Consejo de Todas las
Tierras en 1990.
A partir de esa nueva posición y organización política, se inaugura una nueva instancia de
relaciones entre estado chileno y pueblo mapuche, la cual durante la década de los noventa
evidencia dos vías de hacer política, una de pacto y negociación con la institucionalidad a
partir de demandas concretas del Movimiento Político Mapuche, y aquella forma más radical,
encarnada en la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Mapuche (CAM) en 1999,
donde el enfrentamiento y la violencia política, se hace necesaria para combatir el nuevo
modelo neoliberal que comienza a devastar las comunidades. Si bien, ambas generan una
cultura política basada en la reconstrucción del “Mundo Mapuche” y “País Mapuche”, la
Conformación de la CAM logrará cristalizar sus posiciones en una organización con un
proyecto político, estrategias y tácticas determinadas para la emancipación y liberación total
del Pueblo-Nación Mapuche.
De esta manera, a partir del análisis del proyecto político de la CAM, entrevistas a sus líderes
y el análisis que se han realizado a partir de los procesos políticos que han marcado su
trayectoria. El siguiente ensayo busca delimitar aquellas coyunturas que reforzaron los
sentimientos de unidad y radicalidad en el actuar del movimiento político mapuche, a su vez
que logramos dar cuenta de una continuidad en el proceso que se instala a partir de 1990 –
con el surgimiento del Consejo de Todas las Tierras – y que derivaron en una Nueva Política
Mapuche a lo largo de la historia reciente de Chile. Para esto planteamos como interrogante,
¿cuáles son aquellas coyunturas políticas que contribuyeron a la creación de una fuerza
política mapuche radical – como la CAM –, con la utilización de la violencia política como
vía para la emancipación del estado chileno? y, ¿en qué medida, esta organización ha
contribuido al proceso de reconstrucción del Mundo y País Mapuche?.
Así, hacia comienzos de los años noventa, los territorios que pertenecen al pueblo mapuche,
comienzan una paulatina devastación, a partir de la inversión privada en cultivos forestales
(pino y eucaliptus), el acaparamiento de los recursos hídricos (represas hidroeléctricas y
embalses para uso de las mineras), así como también, el aumento de monocultivos
(salmoneras e industria frutícola) que promueven un uso constante de elementos pesticidas
que dañan el ambiente acuático y la tierra. Por tanto, vemos como el pueblo mapuche hacia
finales del siglo XX, comienza a vivir los estragos que produce el modelo neoliberal en sus
territorios. Este aspecto hace acentuar en el “ser mapuche”, una preocupación por el
bienestar de las comunidades y en especial de la Nuñe Mapu (Madre Tierra), quien ha
albergado y acompañado al pueblo mapuche en su historicidad; ahora está siendo apropiada,
privatizada y devastada por el Estado Chileno quien la ocupa como principal sustento
economico para Chile. Así, Tito Tricot, hace referencia a que:
Por tanto, ambas reconstrucciones, constituyen una relación indisoluble, en la mediad que:
No obstante, a medida que las condiciones del pueblo mapuche no mejoraban, una postura
mucho más radical de organización política, se fraguaba al interior de las comunidades de la
Araucanía. La Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto (CAM), se erige como
una de las nuevas expresiones que adquiere el Movimiento Político Mapuche, en donde el
desarrollo de un proyecto político, otorgará sustento teórico y practico al actuar de las
comunidades mapuche en todo el Wallmapu4. Así, la primera aparición pública de la CAM,
nos la señala Fernando Pairicán, fue “el 1° de diciembre de 1997, cuando en la zona de
Lumaco, tres camiones de la empresa Forestal Arauco fueron interceptados por comuneros
que luego serían conocidos como integrantes de la CAM” (Pairicán y Álvarez, 2011 pp. 72).
Aquella acción, en contra de la propiedad de Forestal Arauco, una de las empresas que se
adjudica gran parte de la explotación forestal para producción de celulosa en Chile,
demuestra aquella nueva postura política de la CAM, en tanto la violencia política se toma
como arma, para hacer frente al avance del capitalismo y la preservación de la cultura
mapuche. En este sentido, hacia 1999 la CAM desarrolla su postura política, a partir de la
acción colectiva que emprenden las comunidades frente al Estado, vale decir
La expresión más acabada de lo anterior, fue lo que denominaron el Control Territorial. Este
consistía en llegar a un predio, derribar las plantas forestales (eucaliptos y pino insigne para
la construcción celulosa) o quemar casas, bodegas y cosechas de algún latifundista. Luego
sembrar papas, tomates, trigo, etc., actividad que denominaron Siembra Productiva. Lo
anterior apuntaría fundamentalmente a realizar los primeros eslabones de la Autonomía
política, que se complementaba con el derecho a la autodefensa del terreno en disputa.
(Pairicán y Álvarez, 2011 pp.73)
4
En lengua mapuzungun: “País Mapuche”
5
En lengua mapuzungun: “Guerrero”
Estrategia y Táctica: la práctica del proyecto político de la CAM
Para la CAM el primer paso es la ocupación de una propiedad, que de acuerdo al derecho y
la legislación dominante es “propiedad privada”. Por lo tanto, con esta acción se pretende
generar un quiebre con toda la institucionalidad estatal opresora. Entendemos que esta
institucionalidad, en las actuales circunstancias sólo defiende los intereses de los poderosos,
como instrumento funcional a la dominación colonial que sufrimos los mapuche hasta los
días de hoy. Así se expresa una lucha efectiva que implica la insubordinación en las
relaciones de poder, dando inicio a una ruptura real y al surgimiento del verdadero
antagonismo que fundamenta el llamado “conflicto Mapuche”. Más allá de un acto de
desobediencia que provoca cambios sustantivos tanto en las relaciones de poder como en la
propia comunidad que ha decidido tal acción, es la forma la que da contenido a una práctica
política de nuevo tipo, generando a su vez nuevas condiciones para la formación y
crecimiento de los militantes Mapuche en la perspectiva de la liberación nacional. (Llaitul,
1999)
Se busca, por tanto, como principal objetivo de la CAM, aquel enfrentamiento político con
las fuerzas productivas (las empresas transnacionales) y las fuerzas represivas del Estado
chileno. La violencia política que desarrolla la CAM, deriva en una constante criminalización
del movimiento mapuche, quienes comienzan a aplicar medidas paliativas para superar el
“Conflicto Mapuche”, que cada día se hacía más álgido. Con todo, hacia el Gobierno de
Ricardo Lagos, se impulsaron una serie de programas de desarrollo asistencial, sin embargo,
aún no se hacía explicita la consideración como pueblo. Aquellas promesas de un
mejoramiento en la calidad de vida de las comunidades, a partir de políticas asistencialistas,
no convencieron a los militantes y comunidades de la CAM, las cuales veían en estas
medidas. una cooptación del Estado Chileno frente a sus demandas por autonomía.
Esto último, trajo como consecuencia un “Nuevo Trato” dado por Lagos a los mapuches”,
el cual fue “el inicio de la configuración de un nuevo contexto sociopolítico”, que durante
comienzos del siglo XXI, “agudizará el enfrentamiento entre las partes en conflicto”
(Pairicán y Álvarez, 2011), llevando a la muerte de militantes de la CAM, como el asesinato
del comunero Alex Lemun a fines del año 2002, momento en el cual, la organización pasa a
la clandestinidad.
Conclusión
De ahí que la postura política del movimiento mapuche, adopte como ejes centrales de
disputa con el estado, la reconstrucción de su Mundo Mapuche y el País Mapuche,
entendiendo que ambas son parte integral de su desarrollo cultural e identitario. Asimismo,
la practica política hace posible generar proyectos que apunten a cambios estructurales en las
condiciones de vida de las comunidades. Aspecto fundamental, si consideramos que la acción
de sabotaje realizada en Lumaco en 1997, instala a la violencia política como la vía para
lograr la emancipación del pueblo mapuche.
Con lo anterior, vemos que las preguntas propuestas al comienzo de este trabajo logran dar
cuenta de aquellas coyunturas históricas, que dan paso a la conformación de un Movimiento
Político Mapuche potente en sus planteamientos. Por otra parte, el rol fundamental que asume
la CAM en esta reconstrucción del Mundo y País mapuche, se torna esencial para comprender
su proyecto político, el cual apunta a generar un nuevo sujeto político mapuche, que contenga
los elementos ancestrales de lucha y la protección del territorio que acoge a su cultura.
A su vez, y como una forma de dar cuenta de este proceso histórico presente en la Historia
Reciente de Chile, se propone como propuesta pedagógica, el análisis de diversas fuentes
documentales, en especial el documento “A 40 años del Golpe Militar en Chile, reflexiones
desde la perspectiva mapuche” escrito por el comunero y líder de la CAM, Héctor Llaitul.
este texto da cuenta de aquellos acontecimientos históricos que son relatados en este ensayo,
además de justificar la violencia política como arma de batalla para la Liberación Nacional
Mapuche. Por otra parte, se hace aún más enriquecedor el análisis, si se contemplan fuentes
de periódicos que relaten las acciones hechas por la CAM, de manera que ampliar la visión
de los estudiantes, a la hora de analizar al Movimiento Político Mapuche (en especial a la
CAM), durante la historia Reciente de Chile.
Bibliografía
Artículos
Tricot, Tito (2007) Identidad y política en el nuevo movimiento mapuche. Revista Historia
Actual, n° 19, pp. 29-50
Tricot, Tito (2009) El nuevo movimiento mapuche: hacia la (re)construcción del mundo
y país mapuche. Polis- Revista de la Universidad Bolivariana, vol, 8, n° 24, pp. 175-196
Fuentes
Llaitul, Héctor (2013) A 40 años del Golpe Militar en Chile, reflexiones desde la
perspectiva mapuche. Análisis de coyuntura septiembre 2013. Revisado el 02 de julio de
2017
(https://www.weftun.org/ANALISIS/40a%C3%B1os_golpemilitar.html)