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REVISTA R

D E VLI A
S TCAE PDAEL L7A5 C
• EP
DAI CLI E7M5 B R E 2001 161

Participación de
los pobres en los
frutos del crecimiento

Mario La Fuente
Consultor,
CEPAL La influencia del crecimiento económico sobre numerosos as-
Mlafuente@eclac.cl
pectos de la economía y de la sociedad constituye un tema
Pedro Sáinz
muy frecuente en el trabajo de los economistas. Especialmente
Ex Director,
División de Estadística en la actualidad, cuando en la mayoría de los países de la re-
y Proyecciones Económicas,
CEPAL
gión están en marcha profundas transformaciones económicas
Psainz@eclac.cl
y sociales y al mismo tiempo se reconoce la existencia de

grandes deficiencias distributivas y de vastos porcentajes de la

población en situación de pobreza, se desea conocer la capaci-

dad del crecimiento económico para afrontar tales problemas.

En este artículo se trata el tema situándolo primero en un con-

texto conceptual y latinoamericano, y examinándolo luego a la

luz de una abundante evidencia estadística. En particular, se

somete a análisis y prueba latinoamericana la afirmación de un

trabajo reciente de que “el crecimiento es bueno para los po-

bres”.

D I C I E MDEL
PARTICIPACION DE LOS POBRES EN LOS FRUTOS BRE 2001
CRECIMIENTO • MARIO LA FUENTE Y PEDRO SAINZ
162 REVISTA DE LA CEPAL 75 • DICIEMBRE 2001

I
Introducción

En este artículo se busca examinar la evolución del remos aquí en la segunda perspectiva, pues la prime-
ingreso de los grupos pobres en América Latina en los ra ha sido extensamente tratada en diversos números
decenios de 1980 y 1990. El análisis de la evolución del Panorama Social de América Latina, que publica
del ingreso de los hogares pobres admite una doble la CEPAL.
perspectiva. La primera es examinar la medida en que Esta segunda perspectiva se ha aplicado recien-
los hogares de más bajos ingresos superan niveles temente al examen de un vasto conjunto de países en
absolutos que constituyen límites para la indigencia y el trabajo de Dollar y Kraay (2000). Aquí pasaremos
la pobreza. La segunda es examinar la participación revista a la situación de América Latina, para ver en
de los hogares de menores ingresos en el ingreso to- qué medida las conclusiones de ese trabajo son apli-
tal de los hogares. En lo fundamental, nos concentra- cables a la región.

II
Crecimiento y pobreza: breve
reflexión conceptual

Parece imprescindible efectuar una breve reflexión sumo diferenciadas y una mayor difusión social de los
conceptual para situar el tema en el contexto más frutos del crecimiento económico.
amplio que le es propio. También se ha destacado en otros documentos la
El estudio econométrico incluido en el trabajo de existencia de grados de libertad en el contexto de una
Dollar y Kraay establece relaciones directas entre cre- determinada modalidad de desarrollo para llevar
cimiento y participación en el ingreso total de los es- adelante distintos tipos de política económica.1 Otro ejem-
tratos pobres, privilegiando así el crecimiento como el plo importante de la posibilidad de afectar la distribución
factor determinante. Más aún, al establecer la relación del ingreso con una misma tasa de crecimiento está dado
para un período extenso de tiempo (más de 20 años) por la magnitud y el destino del gasto social.
puede quedar la impresión de que el efecto examina- Cabe destacar asimismo que en los años ochenta
do presenta una cierta homogeneidad en el tiempo. y noventa se llevaron a cabo en la región latinoameri-
La CEPAL siempre reconoció y destacó la impor- cana intensos procesos de reforma destinados a cam-
tancia del crecimiento económico en el abordaje de los biar las modalidades de desarrollo vigente. Por lo tan-
problemas sociales. En sus trabajos acuñó el término to, analizar los cambios que en la difusión social del
“insuficiencia dinámica” para representar la dificultad crecimiento puedan tener las nuevas modalidades de
o imposibilidad de absorber productivamente la fuer- desarrollo es un tema de la mayor importancia, que por
za de trabajo con tasas bajas de crecimiento. No obs- lo demás ha sido extensamente explorado en diversos
tante, al mismo tiempo destacó también algunos aspec- números del Panorama Social de América Latina. Tal
tos complementarios e imprescindibles para el análi- análisis supone examinar la relación entre crecimien-
sis. Así, por ejemplo, utilizó el término “estilos de to e ingreso de los pobres, separando períodos cuando
desarrollo” para expresar las posibilidades de lograr sea pertinente. De hecho, el trabajo de Dollar y Kraay
tasas similares de crecimiento con transformaciones se inicia con citas de detractores y defensores de la
productivas de distinto cuño. Esto con el propósito de
lograr mayor sustentabilidad en el tiempo, mayor di-
1 Por ejemplo, véase Calcagno y Sáinz (1992).
namismo económico y, sobre todo, estructuras de con-

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nueva modalidad de desarrollo que se está implantan- consideran aceptables dentro de la modalidad de de-
do hoy en un número mayoritario de países latinoame- sarrollo. Así, por ejemplo, las políticas de tipo de cam-
ricanos. Sus detractores atribuyen a la nueva modalidad bio han variado de un país a otro y de un período a
efectos perjudiciales sobre los pobres, y es precisamen- otro, afectando en forma desigual la evolución de los
te un objetivo central del trabajo mencionado demos- precios relativos y particularmente los que afectan el
trar que esto no es así. La variable fundamental elegi- consumo de los grupos de menores ingresos, como los
da para demostrarlo es la proporción del crecimiento alimentos. Además, suelen influir en forma desigual
del ingreso que captan los deciles pobres. sobre la evolución productiva de los sectores y, por
Parece importante, por lo tanto, que antes de exa- ende, sobre el nivel y estructura del empleo y sobre los
minar el tema de la captación de ingreso por los deciles salarios.
pobres, pasemos revista a aspectos que representan Ninguno de estos factores evoluciona linealmente
grados de libertad respecto al crecimiento en una con el ingreso. No obstante, dada una modalidad de
modalidad de desarrollo. Así, por ejemplo, los hoga- desarrollo, no cabe duda de que un crecimiento eco-
res de bajos ingresos, enfrentados a situaciones difíci- nómico más elevado tiene efectos positivos sobre el
les en términos de ingreso, logran en ocasiones aumen- empleo, los ingresos y las posibilidades de expandir el
tar el número de ocupados y generar ingresos adicio- gasto público.
nales a través de la prestación de servicios que no son El examen de la evolución del crecimiento eco-
habituales en situaciones menos críticas. A la vez, el nómico y de algunos de los factores mencionados
gobierno puede tener éxito en cambiar la estructura del durante el decenio de 1990 muestra que en los distin-
gasto público para aumentar la proporción del gasto tos países se establecen relaciones diferentes entre cre-
social y focalizarlo en los sectores más necesitados. cimiento económico y reducción de la pobreza. Para
Hay que tener en cuenta que si bien parte de ese gasto ilustrar las diferencias entre países de esas relaciones,
suele destinarse a educación y salud, con efectos en el en lo que sigue se examinan las cifras para los tres
mediano y largo plazo, una porción significativa de él países de América Latina que exhiben caídas superio-
tiene efectos más inmediatos. Es la que se dedica a res a 10 puntos porcentuales en el número de hogares
aumentos de pensiones y jubilaciones para grupos en situación de pobreza: Brasil, Chile y Panamá (cua-
pobres, a transferencias monetarias de subsistencia y dro 1). Ante todo, llama la atención que los ritmos de
a incrementar el empleo y los salarios de los servido- crecimiento por habitante de estos tres países difieren
res públicos menos calificados. considerablemente (entre 1% y 5%). Si bien es cierto
A la vez, la transformación económica en marcha que la caída de la pobreza en Chile fue más marcada
puede gestar cambios en los precios relativos que in- que en Brasil y Panamá, los montos distan de ser pro-
ciden en la pobreza absoluta. Estos cambios no son porcionales a las tasas de crecimiento. Por otra parte,
independientes de distintos tipos de política que se se observan diferencias apreciables entre las políticas de

CUADRO 1
Brasil, Chile y Panamá: Indicadores de crecimiento y pobreza, 1991-1997

Brasil Chile Panamá

Reducción de pobreza total De 41.4 a 29.9 De 33.3 a 17.8 De 36.2 a 24.2


11% 15% 12%
Reducción de pobreza urbana 10% 16% 13%
Reducción de pobreza rural 19% 11% 10%
Crecimiento anual por habitante 90-99 0.95% 90-98 5.36% 91-99 2.40%
Participación de transferencias en 1990 11.1% 1990 12.4% 1991 12.7%
ingreso de hogares pobres urbanos 1996 15.1% 1996 12.6% 1997 17.5%
Participación de transferencias en 1990 8.6% 1990 12.8% 1991 19.7%
ingreso de hogares pobres rurales 1996 24.8% 1996 15.8% 1997 23.0%
Densidad ocupacional en torno 1990 0.45 1990 0.31 1991 0.30
a la línea de pobreza 1996 0.49 1996 0.34 1997 0.34

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transferencias de los tres países, diferencias que se ex- distintos grupos sociales. En la medida en que la inci-
tienden tanto al medio rural como al urbano. En efecto, dencia de la pobreza en el medio rural y en el urbano
las transferencias aumentaron significativamente en difieran significativamente, y si el medio urbano mues-
Brasil, especialmente en el medio rural; se incre- tra capacidad de absorción productiva, las migraciones
mentaron también en Panamá, y cambiaron poco en tienden a reducir el coeficiente nacional de incidencia
Chile. de la pobreza, a igualdad de otras condiciones de los
Otro factor que tiene un grado relativamente im- coeficientes urbano y rural. Es también cierto que si-
portante de independencia con relación a la tasa de tuaciones extremas de recesión o de crisis política
crecimiento económico es el de los cambios demográ- pueden dar origen a migraciones internacionales. En
ficos y las migraciones. Es probable que dentro de un este último caso la relación entre crecimiento y pobreza
país una misma tasa de crecimiento, con un distinto adquiere características particulares que se acentuarían
origen geográfico, pueda generar distintos tipos de si en el mediano plazo los que emigran comienzan a
migraciones que afectan en forma dispar el ingreso de enviar remesas.

III
Crecimiento económico e ingreso
de los pobres en América Latina
en los decenios de 1980 y 1990

Se ha destacado ya que sobre la pobreza influyen fac- sión en los años ochenta, y, para muchos países, recu-
tores que dependen en distintos grados del crecimien- peración y crecimiento en los noventa. En la mayoría
to económico y que originan diferencias entre los efec- de los países, estas variaciones del ingreso en uno y
tos de una misma tasa de crecimiento económico so- otro decenio se dieron en contextos macroeconómicos,
bre la pobreza, y se ha dicho también que el efecto de institucionales y en definitiva estructurales que fueron
estos factores varía de un país a otro. Examinaremos sustancialmente diferentes. De allí la importancia de
ahora la evidencia empírica disponible en América estudiar ambos períodos por separado. Por lo demás,
Latina sobre la evolución del crecimiento económico hay una diferencia cualitativa entre preguntarse cuán-
y la del ingreso de los hogares pobres y, en particular, to perjudicó a los pobres el decrecimiento económico,
la información sobre el porcentaje del ingreso total de y estudiar la evolución del ingreso de los pobres cuan-
los hogares que captan los hogares pobres. do hay crecimiento positivo.
En este artículo se ha considerado lo sucedido en En el decenio de 1990 la mayoría de los países
los decenios de 1980 y 1990 en un grupo de 17 paí- considerados exhibieron un crecimiento por habitante
ses. Teniendo presente que los porcentajes de pobreza muy reducido. No obstante, se gestaron cambios a ve-
absoluta en la mayoría de estos países, sobre todo los ces apreciables en las situaciones de pobreza, por lo que
de mayor tamaño económico y demográfico, fluctúan parece necesario tener en cuenta otros factores, además
entre el 10% y el 40%, y que en los estudios de distri- del crecimiento económico, para explicar mejor la dis-
bución del ingreso se examina generalmente el ingre- tinta evolución de la pobreza en diferentes países lati-
so del 40% más pobre de la población; se presenta aquí noamericanos.
el porcentaje del ingreso total de los hogares que cap- Los antecedentes sobre la participación en el in-
ta el 10, 20, 30 y 40% de hogares de menores ingre- greso total de los hogares del 10, 20, 30 y 40% de los
sos. Al mismo tiempo, y dado que en su naturaleza y hogares de menores ingresos se presentan en el cua-
evolución la pobreza urbana difiere mucho de la po- dro 2. Para alrededor de la mitad de los 15 países es-
breza rural, ambas se examinan separadamente. tudiados se cuenta con antecedentes sobre los años
En América Latina, la evolución económica de los ochenta y noventa, y para buena parte de ellos existen
decenios de 1980 y de 1990 tuvo signos opuestos: rece- datos sobre la evolución del ingreso rural y urbano. En

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CUADRO 2
América Latina (15 países): Distribución del ingreso
per cápita de los hogares, 1980-1999a
(Porcentajes)

País Año Participación en el Participación en el Participación en el Participación en el


ingreso del 10% ingreso del 20% ingreso del 30% ingreso del 40%
más pobre más pobre más pobre más pobre
Urbano Rural Urbano Rural Urbano Rural Urbano Rural
(Porcentajes)

Argentina 1980 2.71 - 6.60 - 11.39 - 17.23 -


(Gran Buenos Aires) 1990 2.29 - 6.15 - 10.31 - 14.88 -
1999 2.31 - 6.02 - 10.45 - 15.85 -
(Zonas urbanas) 1994 2.19 - 5.17 - - - - -
1999 2.42 - 6.09 - 10.26 - 15.35 -

Boliviab 1989 0.72 - 3.43 - 7.37 - 12.05 -


(17 centros urbanos) 1992 1.52 - 4.51 - 8.53 - 13.29 -
(Urbano) 1997 1.55 0.85 4.64 2.87 8.60 6.02 13.64 9.77
1999 1.64 0.50 5.09 1.69 9.53 3.82 15.22 6.86

Brasil 1979 1.30 1.86 3.91 5.79 7.52 10.76 11.79 16.59
1990 1.14 1.88 3.29 5.16 6.33 9.04 10.27 14.51
1999 1.13 1.52 3.45 4.54 6.58 8.50 10.57 13.74

Chilec 1987 1.57 2.69 4.35 6.86 8.05 11.95 12.60 17.67
1990 1.72 1.75 4.69 4.93 8.64 8.95 13.41 13.80
1998 1.68 2.44 4.63 6.38 8.52 11.17 13.31 16.88

Colombia 1991 2.01 0.98 5.57 3.73 10.33 7.64 15.99 12.25
1999 1.20 0.91 4.00 3.89 7.66 8.20 12.35 13.98

Costa Rica 1981 2.25 2.17 6.71 5.95 12.11 10.71 18.82 17.18
1990 1.60 1.18 5.71 5.17 11.02 10.77 17.82 17.59
1999 1.71 1.32 5.55 4.70 10.32 9.57 16.15 15.78

Ecuador 1990 2.05 - 5.87 - 10.88 - 17.14 -


1999 1.45 - 4.73 - 9.04 - 14.12 -

El Salvador 1995 2.13 1.27 6.20 4.89 11.37 10.32 17.34 16.97
1997 2.13 2.87 6.12 7.06 11.21 12.69 17.81 19.38

Guatemala 1989 1.02 1.20 3.66 4.39 7.39 8.77 12.10 14.41
1998 2.05 2.21 5.45 5.50 9.45 9.85 14.69 15.22

Honduras 1990 1.46 1.42 3.93 4.25 7.38 8.35 12.81 13.13
1999 1.49 1.25 4.50 4.42 8.93 9.03 14.63 14.31

Méxicod 1984 3.15 2.94 7.80 7.80 13.67 13.78 20.11 20.25
1989 2.47 2.71 6.20 7.04 10.96 12.35 16.25 18.68
1998 2.77 3.00 6.74 7.46 11.65 12.46 17.22 17.95

Panamá 1979 1.17 2.82 4.68 6.64 9.52 11.73 15.48 17.85
1991 1.06 1.89 3.86 5.38 8.01 9.67 13.30 14.96
1999 1.57 2.33 4.75 6.02 8.96 10.86 14.19 16.24

Paraguay 1986 2.39 - 6.35 - 11.25 - 17.39 -


(Asunción) 1990 2.59 - 7.05 - 12.48 - 18.94 -
1999 2.92 - 7.03 - 11.93 - 18.64 -

Uruguay 1981 2.72 - 6.78 - 11.87 - 17.68 -


1990 3.49 - 8.18 - 13.82 - 20.11 -
1999 3.60 - 8.73 - 14.81 - 21.59 -

Venezuelae 1981 2.54 3.05 6.97 7.69 13.09 13.67 20.20 20.75
1990 2.00 2.74 5.67 7.10 10.87 13.17 16.77 19.83
1999 1.19 - 4.42 - 8.97 - 14.55 -

Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de encuestas de hogares de los respectivos países.
a Calculado a partir de la distribución por deciles del ingreso per cápita de los hogares.
b La encuesta de 1989 comprende las ocho capitales departamentales y El Alto. Esta encuesta incluye, además, ocho ciudades que representan en
conjunto un 8.2% del total.
c Cálculos basados en las encuestas de caracterización socioeconómica nacional (CASEN) de 1987, 1990, 1994, 1996 y 1998. Estimaciones consis-
tentes con nuevas cifras de la cuenta de ingresos y gastos de los hogares aportadas por el Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN).
d Datos provenientes de las encuestas nacionales de ingresos y gastos de los hogares (ENIG).
e A partir de 1997 el diseño muestral de la encuesta no permite el desglosamiento urbano-rural. Por lo tanto, las cifras corresponden al total nacional.

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lo que sigue se examinarán estos resultados, analizan- noventa los pobres captaban porcentajes del ingreso
do primero el contenido del cuadro y utilizando luego total menores que los de comienzos de los ochenta.
instrumentos econométricos. Para Chile sólo se dispone de antecedentes sobre
Del cuadro se desprende que existe un contras- el decenio de 1990, en el que hubo un estancamiento
te agudo entre el decenio de 1980 y el de 1990 y que de la participación, en un contexto de acelerado creci-
hay diferencias significativas entre el medio rural y el miento del PIB por habitante, con lo que la elasticidad
urbano. En efecto, en todos los países para los que hay fue muy cercana a 1.
antecedentes sobre la evolución de la distribución del Al analizar el medio rural es preciso recordar que
ingreso urbano en los años ochenta (entre 1980 y su ingreso evoluciona en forma menos asociada al
1990), con la sola excepción de Uruguay y de Asun- crecimiento global de la economía que el del medio
ción en el Paraguay, los hogares de las agrupaciones urbano, y también que en el ámbito rural las migracio-
de deciles aquí estudiados, y que –como se indicó– nes internas e internacionales pueden haber tenido efec-
contienen el grueso de la población pobre, perdieron tos diferentes. Para evitar posibles distorsiones, los
participación en el ingreso total de los hogares, en porcentajes de participación que se utilizan se han
muchos casos de manera significativa. En efecto, en calculado con relación al ingreso total de los hogares
muchos casos lo perdido hasta el segundo o tercer del área rural.
decil alcanza o supera el 1% del ingreso total y en De los pocos países que disponen de anteceden-
algunos casos particulares la pérdida hasta el tercer o tes sobre el medio rural en los años ochenta, perdie-
cuarto decil bordea o supera los tres puntos porcen- ron participación Brasil, México, Panamá y Venezue-
tuales. Más aun, en estos países la tendencia se cum- la y mostró estancamiento Costa Rica. Esto pese a que
ple no sólo para el grupo de hogares bajo la línea de el ingreso por habitante del total de los hogares rura-
pobreza, sino que sin excepción para todos los hoga- les no se redujo en Panamá y se estancó en Brasil. Si
res agrupados en el 10, 20, 30 y 40% de los hogares se extiende al análisis más allá de los hogares con in-
con menores ingresos. greso por habitante cercano a la línea de pobreza se
Cabe recordar que América Latina se caracteri- comprueba que la caída afectó en los cuatro primeros
za por su mala distribución del ingreso, de manera que países a todos los deciles, con excepción del primero
lo percibido por estos conjuntos de hogares de bajo en Brasil, cuya participación se estancó. En Costa Rica,
ingreso es sumamente poco. Así, en el sector urbano donde los hogares bajo el tercer decil mantuvieron su
el decil de menores ingresos capta entre un 1% y 2.5% participación, se produjo una caída en la participación
del total de ingresos en la gran mayoría de los países. de aquellos bajo el segundo decil y un incremento en
El 40% de hogares más pobres capta a la vez entre la participación del cuarto.
un 10 y un 20%. Esto pone en un adecuado contexto Las cifras de la distribución del ingreso rural en
lo que significa perder, por ejemplo, tres puntos por- los años noventa muestran que la participación conti-
centuales en un período recesivo, como le ocurrió en nuó cayendo en todos los deciles en Brasil, en la ma-
algunos países al 30 y 40% de hogares de menores in- yoría de los deciles en Costa Rica, se recuperó en los
gresos. También sirve para calibrar si se puede consi- tres primeros deciles en México y en todos los deciles
derar un éxito para los pobres que se mantenga su en Panamá, todo ello con crecimiento del ingreso
participación en el total del ingreso de los hogares. medio de los hogares rurales. Entre los países para los
En el medio urbano, los años noventa trajeron una cuales sólo se dispone de cifras para los años noventa,
recuperación parcial de lo perdido en los ochenta en la participación mejoró significativamente en todos los
Brasil, Guatemala, México y Panamá, en tanto que en deciles en el caso de Chile, Guatemala y Honduras y
Ecuador y Venezuela la situación continuó deteriorán- del segundo al cuarto decil en el caso de Colombia.
dose. En Argentina hubo estancamiento o pequeñas A partir de estas mismas cifras se llevó a cabo un
pérdidas para los hogares bajo el 20% más pobre, pero amplio examen de carácter econométrico que cubrió
una recuperación parcial en el 30 y 40% de menores los decenios de 1980 y 1990 y los medios rural y ur-
ingresos. En Costa Rica empeoró la situación de la bano. En lo fundamental se prepararon dos tipos de
mayoría de los hogares bajo el 40%. De este modo, se regresiones. La primera, estudiando la relación entre
verifica que en estos países hubo una marcada asime- el monto de los ingresos per cápita del 10, 20, 30 y
tría entre las pérdidas de los años ochenta y la recupe- 40% de los hogares de menores ingresos, tanto urba-
ración, cuando la hubo, en los noventa. Esto estaría nos como rurales, y el valor del respectivo ingreso per
mostrando que, en muchos casos, a fines de los años cápita del total de los hogares, valorados ambos en

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todos los países en términos de las respectivas líneas el nivel de ingreso y una mejor o peor distribución del
de pobreza.2 La segunda, examinando la tasa de va- ingreso. El segundo tipo de relaciones (que utiliza ta-
riación anual del ingreso medio per cápita de los ho- sas) es más sólido en términos conceptuales, pues to-
gares ubicados en el 10, 20, 30 y 40% de menores das las observaciones se refieren a ritmos de crecimien-
ingresos, en función de la tasa de crecimiento anual del to en un país y se miden en una dimensión homogé-
ingreso medio por habitante del total de los hogares. nea que no incorpora la diferencia de ingresos entre
Ambas tasas se dedujeron de las observaciones conse- países.
cutivas de cada país. En los dos casos las regresiones Cabe destacar que, a diferencia de lo que hicie-
se estimaron para los medios rural y urbano. ron Dollar y Kraay (2000), aquí no fue necesario esti-
Los casos contemplados son los que se incluyen mar datos a partir de supuestos, por disponerse de ellos
en el cuadro 2, agregando los años intermedios dispo- en los bancos de datos de la CEPAL. Entre las encuestas
nibles. Como es evidente, el número de observaciones de hogares disponibles fue posible seleccionar para 17
es bastante mayor para el primer tipo de relaciones que países aquellas que midieron el ingreso en los años
para el segundo. ochenta y noventa. El ingreso fue editado en todos los
La especificación utilizada para el primer tipo de casos, utilizando información adicional, especialmen-
relación fue del tipo te de cuentas nacionales. Asimismo, fue posible pre-
sentar separadamente los medios rural y urbano y re-
LOG INGi = a + b LOG ING + ε [1] ferir las participaciones de grupos de hogares a los
ingresos totales de los hogares urbanos y rurales co-
TINGi = c + d TING + ε [2] rrespondientes, sin necesidad de referirlos al ingreso
total de la economía.
en que: Las ecuaciones del tipo 1 se estimaron para el
decenio de 1980 y el de 1990, y para ambos en con-
INGi = ingreso per cápita de los hogares i en que i = 10, junto. Por la naturaleza de cada observación, no se sabe
20, 30 y 40%. si el punto correspondiente a esa observación se refie-
ING = ingreso per cápita del total de los hogares. re a un período de crecimiento o de decrecimiento. Al
TINGi = tasa de crecimiento anual del ingreso per cápita separar los años ochenta y noventa se sabe que en los
de los hogares i en que i = 10, 20, 30 y 40%. primeros abundan los períodos de recesión y que pasa
TING = tasa de crecimiento anual del ingreso per lo contrario en los segundos. Dada la menor cantidad
cápita del total de los hogares. de observaciones y el hecho de que al trabajar con tasas
está explícito el crecimiento y decrecimiento en cada
Las ecuaciones [1] y [2] se estiman por separado observación, las regresiones para las ecuaciones del
para los sectores urbano y rural. tipo 2 se hicieron sólo para el conjunto de los dos
Estas relaciones permiten analizar el tema central decenios.
planteado en el trabajo de Dollar y Kraay, a saber, los Los resultados de las regresiones para las
cambios en la participación del ingreso de los pobres ecuaciones de tipo 1 fueron en general buenos o acep-
en el ingreso total de los hogares ante variaciones de tables; para las ecuaciones de tipo 2 fueron de menor
éste. Como es fácil apreciar, el primer tipo de relacio- calidad respecto del medio urbano, y de mala calidad
nes, al poner juntos países y años distintos, debiera respecto del medio rural.
recoger tanto el efecto de las diferencias de ingreso En el cuadro 3 se presentan los valores del coefi-
entre países como el de la evolución en el tiempo den- ciente b, que representa una estimación de la elastici-
tro de un país. Este hecho hace más difícil la interpre- dad del ingreso de los distintos grupos de hogares
tación de los resultados. considerados con respecto al ingreso total, tanto para
En numerosos estudios, y en los de la CEPAL en el decenio de 1980 como para el de 1990. Asimismo,
particular, se ha demostrado reiteradamente que no para poder comparar estos resultados con los de otros
existe ninguna relación sencilla, ni menos lineal, entre estudios en que se incluyen simultáneamente los da-
tos de todos los años disponibles, se incluyeron esti-
maciones para el conjunto de los dos decenios.
2 Los datos de cada año están expresados a precios corrientes, de
Todas las estimaciones de los coeficientes b re-
modo que la participación no está afectada por las líneas de pobre-
za. No obstante, al poner juntos los datos de distintos años las lí-
sultaron estadísticamente significativas a nivel de 1%.
neas de pobreza actúan como deflactores. Cuando se examinan los resultados acerca del medio

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168 REVISTA DE LA CEPAL 75 • DICIEMBRE 2001

CUADRO 3 En todo caso, hay que ser cuidadoso al sacar con-


América Latina (17 países):
Elasticidades-ingreso total
clusiones con estas elasticidades, pues como ya se dijo
del ingreso de los hogares pobresa el combinar cortes temporales y entre países, pueden lle-
(Coeficiente b) var a conclusiones que no sean aplicables a país alguno
en particular. Por lo demás, este resultado no se condice
1980-1989 1990-1999 1980-1999 con el examen por países efectuado previamente.
b t b t b t
Parece más interesante estudiar el segundo tipo
Medio urbano de relaciones, en las cuales —como ya se dijo— no
INGU 10/INGU 1.42 5.03 1.03 10.00 1.10 10.02 está presente el problema de los distintos niveles de in-
INGU 20/INGU 1.27 6.06 0.98 11.31 1.03 12.75
INGU 30/INGU 1.26 7.20 0.96 13.93 1.01 15.37 greso de los países. No obstante, el examen de los re-
INGU 40/INGU 1.21 7.64 0.95 15.31 1.00 16.86 sultados de estas estimaciones presenta problemas
econométricos, pues sólo el coeficiente d (angular) es
Medio rural
INGR 10/INGR 1.36 5.65 1.31 7.49 1.34 8.45
estadísticamente significativo. Dicho coeficiente angu-
INGR 20/INGR 1.21 8.59 1.28 9.38 1.28 10.61 lar pone en evidencia que la relación entre las tasas de
INGR 30/INGR 1.07 6.70 1.18 9.74 1.19 11.30 crecimiento para el medio urbano es siempre significa-
INGR 40/INGR 1.15 9.67 1.17 11.46 1.17 13.16 tivamente menor que 1. Como puede apreciarse en el
a
cuadro 4, los valores para d de las distintas agrupacio-
INGU: ingreso urbano. INGR: ingreso rural.
nes de hogares oscilan entre 0.76 y 0.86. Vale decir,
que la tasa de crecimiento del ingreso de los hogares
urbano para el conjunto de los años ochenta y noventa de menores ingresos es en todos los casos, para los
las elasticidades (que combinan efectos intertemporales decenios de 1980 y 1990 en su conjunto, entre un 15
y entre países) para el 10, 20, 30 y 40% de los hoga- y un 25% menor que la del ingreso total de los hoga-
res de menores ingresos oscilan entre 1.00 y 1.10. Es res urbanos.
de destacar que el valor estimado para el 20% de Este resultado es contrario a lo sostenido por
Dollar y Kraay (2000), y pone en evidencia que en el
menores ingresos (1.03) se aproxima a la elasticidad
medio urbano el crecimiento del ingreso per cápita de
obtenida por Dollar y Kraay (2000).
los deciles de menores ingresos fue significativamente
No obstante, cuando en el caso latinoamericano
menor al logrado por el ingreso per cápita del total de
se examinan separadamente los decenios de 1980 y
los hogares. Este resultado no debiera sorprender a los
1990, se verifica que las elasticidades del período de
analistas de la distribución del ingreso latinoamerica-
decrecimiento del ingreso (años ochenta) oscilan en-
no en los años ochenta y noventa.
tre 1.20 y 1.42, con lo que se puede concluir que el
Para los países que disponen de cifras sobre los
decrecimiento económico, en la medida en que la re-
años ochenta y noventa (Argentina, Brasil, Costa Rica,
gresión incluye tanto las variaciones entre países como
México, Panamá, Uruguay y Venezuela) se han calcu-
aquellas ocurridas dentro de cada país, resultó extre-
lado las tasas anuales de crecimiento del ingreso per
madamente desfavorable para los pobres. Al examinar cápita del total de los hogares urbanos y aquellas del
lo sucedido en los años noventa, las respectivas elas- 10, 20, 30 y 40% de hogares de menores ingresos (cua-
ticidades oscilan entre 0.95 y 1.03, con lo que el cre- dro 5).
cimiento económico mantuvo, en términos generales, Los resultados muestran que en Argentina el ingre-
las participaciones registradas después de la pérdida del so total sufrió un virtual estancamiento y los ingresos
decenio de 1980. de los distintos grupos oscilaron entre -1.5% y -2%. En
Este tratamiento separado de los años ochenta y
noventa permite llegar a una conclusión contraria a la
que se deduce al considerarlos juntos. En efecto, del CUADRO 4
América Latina (17 países): Tasa de creci-
examen de los dos decenios en su conjunto se podría miento del ingreso de los hogares pobres
deducir que el crecimiento es neutral para la partici- urbanos en relación con la tasa de creci-
pación en el ingreso de los grupos pobres. El examen miento del ingreso total, 1980-1999
(Coeficiente d)
por separado, en cambio, confirma lo señalado en los
estudios de la CEPAL, es decir, que existe una marcada TINGU10/TINGU 0.805
asimetría entre los períodos recesivos y de crecimien- TINGU20/TINGU 0.763
to. En los primeros la distribución empeora para los TINGU30/TINGU 0.855
TINGU40/TINGU 0.830
pobres y en los segundos muestra rigidez.

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REVISTA DE LA CEPAL 75 • DICIEMBRE 2001 169

CUADRO 5
América Latina (siete países): Ingreso per cápita de los hogares, 1980-1999
(Tasas de crecimiento en porcentajes)

Total 10% más pobre 20% más pobre 30% más pobre 40% más pobre

Argentina 1980-1999 0.02 -2.04 -1.83 -1.65 -1.50


Brasil 1979-1999 1.27 0.34 0.34 0.45 0.48
Costa Rica 1981-1999 0.88 -0.20 0.10 0.03 0.05
México 1984-1998 1.04 0.06 -0.17 -0.26 -0.35
Panamá 1979-1999 1.87 2.97 2.15 1.84 1.69
Uruguay 1981-1999 0.78 1.29 1.64 1.22 1.19
Venezuela 1981-1999 -2.54 -6.21 -4.88 -4.41 -4.13

Venezuela, donde se produjeron caídas del ingreso to- pos de hogares de menores ingresos el crecimiento fue
tal de -2.5% anual, los grupos tuvieron caídas de -4 a más bajo, salvo en Uruguay y en el 10 y 20% de
-6%. En el caso de Brasil, Costa Rica, México, Pana- menores ingresos de Panamá. Por lo tanto, la eviden-
má y Uruguay, con crecimientos del ingreso total que cia de largo plazo (más de 14 años en los casos exa-
van desde 0.8% anual en Uruguay a 1.9% en Pana- minados) se inscribe perfectamente en los resultados
má, se verifica que prácticamente para todos los gru- de la regresión.

IV
Interpretación de resultados econométricos

El análisis presentado en páginas anteriores permite evolución con rigidez en la distribución del ingreso que
hacer una reflexión en torno al uso de la econometría le podía dar sentido a la hipótesis del coeficiente 1. No
en el examen de este tema. En el documento de Dollar obstante, para varios países que pasaron por crisis en
y Kraay se somete reiterativamente a prueba la hipó- el decenio de 1990 esta hipótesis tampoco parece te-
tesis de que no es posible descartar el valor 1 para la ner mucho sentido. Además, nada indica que ella ten-
elasticidad-ingreso de lo que captan los deciles más ga alguna interpretación sustantiva aplicable al conjun-
pobres y para el valor del coeficiente que relaciona las to de los años ochenta y noventa.
tasas de crecimiento del ingreso de los deciles más po- Si se somete a prueba la hipótesis de un determi-
bres con el ingreso total. Esto supone afirmar que a partir nado valor del coeficiente d, los resultados obtenidos
de los antecedentes contenidos en la muestra con que con base en los datos disponibles llevarían a admitir
se trabaja no es posible descartar con suficiente grado —con un coeficiente de confianza de un 95%— como
de confianza el que el valor 1 sea uno de los posibles valores aceptables (no rechazables), esto es como pro-
en la población a la que está referida la muestra. bable valor “cierto” del parámetro poblacional, a los
Cabe preguntarse qué necesidad tiene un analista comprendidos en los siguientes intervalos para las
latinoamericano que trabaja con los antecedentes con cuatro ecuaciones urbanas que hemos estudiado:
que se ha preparado esta regresión (y donde el sentido
de la población total frente a la muestra no está para Ecuación 10% más pobre 0.40 a 1.22
nada claro) de someter a prueba la hipótesis 1. En efec- Ecuación 20% más pobre 0.51 a 1.01
to, con los antecedentes disponibles no cabe duda de Ecuación 30% más pobre 0.64 a 1.08
que en la gran mayoría de los países latinoamericanos, Ecuación 40% más pobre 0.63 a 1.03
tanto en el decenio de 1980 como en el conjunto de
los decenios de 1980 y 1990, a los deciles pobres les Por lo tanto, un analista que, utilizando así la
fue peor en términos de ingreso que al total de los econometría, quisiera probar que 0.75 es un valor fac-
hogares. Se podría argumentar que en algunos casos tible del parámetro poblacional respectivo, podría acep-
la recuperación de los años noventa se inscribió en una tar la hipótesis en el mismo plano que el valor 1.

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V
Conclusiones

América Latina decreció en términos de PIB por habi- los grupos pobres, con lo que es dudoso que mantener
tante en los años ochenta y creció lentamente en los su participación en el ingreso sea “bueno” para ellos,
noventa. De allí que la pregunta pertinente acerca de salvo que se resignen a esa situación. Por último, se
los ochenta es si el decrecimiento perjudicó el ingreso demuestra que en los decenios de 1980 y 1990, para
de los pobres más, igual, o menos que el ingreso del la mayoría de los países sobre los cuales se dispone
resto de los estratos. En la gran mayoría de los países de información, y que cubren el grueso de la pobla-
los perjudicó más. En los años noventa la leve recu- ción, los ingresos del 10, 20, 30 y 40% de los hogares
peración del crecimiento les permitió a los estratos de menores ingresos del medio urbano crecieron
pobres recuperar sólo una parte de lo perdido, y el país significativamente menos que el ingreso total de los
con mayor crecimiento mostró rigidez en la distribu- hogares. Respecto al conjunto de países para los que
ción, con lo que los estratos pobres mantuvieron su par- hay información, ya sea del decenio de 1980 o del de
ticipación. Se verifica así la asimetría latinoamericana 1990, un estudio econométrico muestra que la relación
entre crisis y auge: concentración del ingreso en la entre las tasas de crecimiento del ingreso de los hoga-
primera y rigidez en el segundo. A la vez, llama la res de los deciles urbanos mencionados y el ingreso
atención el escaso porcentaje del ingreso que captan total de los hogares oscila entre 0.76 y 0.85.

Bibliografía

Calcagno, A., y P. Sáinz (1992): En busca de otra modalidad de Dollar, D., y A. Kraay (2000): Growth is good for the poor, Banco
desarrollo, Revista de la CEPAL, Nº 48, CEPAL, Santiago de Mundial, Washington, D.C., marzo.
Chile, diciembre.

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