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4. Las omisiones del Estado. Especial énfasis en el cumplimiento de nuestra finalidad social
merecen las acciones tendientes a combatir y revertir la histórica ausencia del Estado en tratar
materias relativas a las personas Sordas en particular y con discapacidad en general. Esta ausencia
5. Administración de Justicia accesible, una tarea pendiente. Producto de todo lo antes señalado
los Sordos en Chile sufrimos a diario la violencia invisible de parte de una sociedad que no se
ocupa en hacerse accesible para nuestras capacidades diferentes. Lamentablemente respecto de
la accesibilidad a la administración de Justicia los hechos nos señalan que la situación general
mantiene la tónica de los demás poderes del Estado. En efecto, recurrentemente recibimos
solicitudes de tribunales de familia, penales, laborales o civiles solicitando que les proporcionemos
intérprete en lengua de señas para determinadas actuaciones judiciales. Nosotros mejor que nadie
conocemos cuanto se necesita la asistencia de un intérprete para las personas Sordas que deben
enfrentar un pleito en que sus derechos de familia y patrimoniales están en juego, pero no está en
nosotros el deber legal de proporcionarlos ni las posibilidades económicas de financiarlo, toda vez
que los intérpretes competentes que se dedican a esta función a tiempo completo son muy pocos
y no pueden prestar sus servicios sin recibir una justa remuneración. En consecuencia acusamos la
falta de accesibilidad a los procedimientos judiciales por no contar los Tribunales de Garantía y de
Juicio Oral, el Ministerio Público, la Defensoría Penal Pública, Carabineros, Policía de
Investigaciones y Gendarmería con personal capacitado en lengua de señas y no disponer de
partidas presupuestarias con las que pagar los servicios de intérpretes competentes. La
invisibilidad nos discrimina frente a todas estas instituciones.
6. Nuestra propuesta para el sistema de persecución penal. Todos los hechos referidos
anteriormente en esta presentación, constituyen clara e innegablemente una suerte de
denegación de servicios públicos todas vez que los poderes del Estado al no implementar eficaz e
integralmente ajuste razonables de accesibilidad incurren en la figura señalada en el artículo 2º de
la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad que
tipifica las omisiones o denegación de ajustes razonables como actos de discriminación por
motivos de discapacidad.
Tal como señalé anteriormente, nuestra Carta de Navegación es la Convención que en su artículo
13º se refiere al acceso a la Justicia de la siguiente manera: 1. Los Estados Partes asegurarán que
las personas con discapacidad tengan acceso a la justicia en igualdad de condiciones con las
demás, incluso mediante ajustes de procedimiento y adecuados a la edad, para facilitar el
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desempeño de las funciones efectivas de esas personas como participantes directos e indirectos,
incluida la declaración como testigos, en todos los procedimientos judiciales, con inclusión de la
etapa de investigación y otras etapas preliminares. 2. A fin de asegurar que las personas con
discapacidad tengan acceso efectivo a la justicia, los Estados Partes promoverán la capacitación
adecuada de los que trabajan en la administración de justicia, incluido el personal policial y
penitenciario.
También entendemos vulneradas las garantías del debido proceso, toda vez que el sistema está diseñado
para personas oyentes, no adaptándose en sus procedimientos a las necesidades de comunicación de las
personas Sordas. En este sentido particularmente nos preocupa el acceso al debido proceso en materia
penal mediante la participación de intérprete en lengua de señas para las personas Sordas en las distintas
etapas de la persecución penal, ya sea como víctima, imputado, acusado o testigo; ya sea en la etapa de
investigación ante el Ministerio Público, en audiencias ante el Juez de Garantía para control de detención,
formalización de la acusación, declaración del imputado, etapa de Juicio Oral, aplicación de medidas
cautelares reales y personales y demás asociadas.
Para nosotros, la comunidad de personas Sordas, dicha accesibilidad pasa únicamente por el
compromiso de recursos económicos para la capacitación de personal del Ministerio Público y
de los Tribunales en lengua de señas, contratación de interpretes competentes y contratación de
personas Sordas en puestos de trabajos en esta institución. Sobre el particular hacemos presente
las siguientes normas de la Convención, relativas a las materias en comento:
La Convención en su artículo 4º establece a los Estados partes obligaciones que denomina “obligaciones
generales” y que son las siguientes:
Primera obligación general. Por la Convención y en razón del principio de no discriminación, el Estado
asume la obligación general de “asegurar el pleno ejercicio de todos los derechos y libertades
fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad”.
Para ello el Estado se obliga a adoptar las siguientes medidas: a) hacer efectivos los derechos reconocidos en
la Convención mediante acciones legislativas, administrativas y de otra índole (judicial) que sean pertinentes
para ello; c) incorporar la protección y promoción de los derechos fundamentales de las personas con
discapacidad en todas las políticas y programas del Estado; d) no realizar actos o prácticas contrarias a las
normas de la Convención y vigilar que las instituciones y autoridades públicas actúen en conformidad a la
Convención; f) desarrollar y promover el desarrollo de bienes y servicios que cumplan el estándar de diseño
universal; g) desarrollar y promover el desarrollo de tecnologías de apoyo para las personas con
discapacidad; i) promover la formación de profesionales y personal que trabaja en labores de asistencia a 5
Segunda obligación general. En el número 2 del artículo 4º la Convención se refiere la obligación general del
Estado de comprometer el máximo de sus recursos disponibles para la finalidad de permitir a las personas
con discapacidad el pleno ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales. Este cumplimiento
debe darse de manera progresiva, sin perjuicio de las obligaciones que por el derecho internacional son de
aplicación inmediata, y ante el caso de que los recursos del Estado no sean suficientes, éste debe solicitar la
cooperación internacional.
Tercera obligación general. “Nada de nosotros sin nosotros”. Por la Convención el Estado tiene la
obligación de realizar consultas y colaborar estrecha y activamente con las organizaciones que representan a
las personas con discapacidad en la elaboración y aplicación de legislación y políticas que tiendan a hacer
efectivas las normas de la Convención y demás procesos de toma de decisiones sobre asuntos relativos a las
personas con discapacidad.
Cuarta obligación general. El Estado debe considerar las normas de esta Convención como un mínimum
normativo que en nada afecta cualquiera disposición del derecho nacional o del derecho internacional en la
que se disponga una norma más favorable para las personas con discapacidad.
La CPD se refiere a la toma de conciencia en su artículo 8 tratándola como el deber de los Estados partes de
adoptar medidas de acción positiva que tengan el efecto de promover eficazmente en la conciencia social el
conocimiento y comprensión de la situación de las personas con discapacidad así como la promoción de
una imagen positiva y de valoración respeto de sus necesidades especificas y capacidades diferentes.
En consecuencia los Estados partes asumen la obligación de adoptar medidas tendientes a combatir la
invisibilidad y violencia invisible que históricamente han sufrido las personas con discapacidad mediante la
realización de acciones positivas que fomenten la toma de conciencia por la generalidad de la sociedad
respecto de su situación especial, el respeto a sus derechos y a su dignidad, la apreciación de sus
capacidades diferentes y valoración de los aportes que hacen a la sociedad. También comprende la lucha
contra los estereotipos, prejuicios y prácticas nocivas, incluyendo las acciones y las omisiones que importan
discriminación por motivos de discapacidad.
III. ACCESIBILIDAD.
La CPD en su artículo 3º establece sus principios generales y entre ellos se refiere en su letra a) al principio
de “respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias
decisiones, y la independencia de las personas”; en su letra b) el principio de “no discriminación”; en su letra
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c) el principio de “participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad”; en la letra d) el principio de
“respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la
condición humanas”; en la letra e) el principio de “igualdad de oportunidades”; y en la letra f) el principio de
“accesibilidad”.
Estas medidas a que queda obligado el Estado incluye la identificación y eliminación de obstáculos y barreras
de acceso; dictación de directrices y normas mínimas sobre accesibilidad de instalaciones y servicios;
asegurar que las entidades privadas que proporcionan instalaciones y servicios abiertos al público o de uso
público tengan en cuenta todos los aspectos de su accesibilidad para las personas con discapacidad; ofrecer
formación a todas las personas involucradas en los problemas de accesibilidad a que se enfrentan las
personas con discapacidad; dotar a los edificios y otras instalaciones abiertas al público de señalización en
Braille y en formatos de fácil lectura y comprensión; ofrecer formas de asistencia humana o animal e
intermediarios, tales como intérpretes profesionales de la lengua de señas.
Por la Convención, artículo 27º el Estado reconoce respecto de las personas con discapacidad el “derecho al
trabajo en igualdad de condiciones con las demás”, derecho que a su vez comprende al “derecho a tener la
oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido en un mercado y entorno laboral
abierto, inclusivo y accesible”.
Además el Estado se obliga a adoptar las medidas necesarias para salvaguardar el derecho al trabajo de las
personas con discapacidad, entre otros, adoptando las siguientes medidas: dictación de legislación en la
materia; prohibir la discriminación por motivos de discapacidad en los procesos de selección, contratación,
continuidad en el empleo y promociones o ascensos de cargos; garantizar condiciones de trabajo seguras y
saludables; proteger el acceso a condiciones de trabajo justas y favorables, especialmente la remuneración
por trabajo de igual valor; garantizar el ejercicio de los derechos laborales y sindicales en igualdad de