Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
procesos oxidativos de lípidos, proteínas y ácido desoxirribonu- dativos de lípidos, proteínas e ácido desoxirribonucleico, altera-
cleico, alteraciones en las concentraciones de algunos factores ções nas concentrações de alguns factores pró-oxidantes e antio-
prooxidantes y antioxidantes en el cerebro y en otros tejidos, alte- xidantes no cérebro e em outros tecidos, alterações da função
raciones de la función mitocondrial y del papel del amiloide y su mitocondrial e do papel do amilóide b e a sua proteína precurso-
proteína precursora en los procesos oxidativos en modelos experi- ra nos processos oxidativos em modelos experimentais (culturas
mentales (cultivos de neuronas corticales y animales transgéni- neuronais corticais e animais transgénicos). Conclusões. Existem
cos). Conclusiones. Existen muchos estudios que muestran un au- muitos estudos que mostram um aumento do stress oxidativo no
mento del estrés oxidativo en el cerebro de los pacientes con EA, si cérebro dos doentes com DA, se bem que o seu possível papel nos
bien su posible papel en los procesos patogénicos de la misma es processos patogénicos da mesma é controverso. [REV NEUROL
controvertido. [REV NEUROL 2006; 42: 419-27] 2006; 42: 419-27]
Palabras clave. Enfermedad de Alzheimer. Estrés oxidativo. Muer- Palavras chave. Doença de Alzheimer. Morte neuronal. Radicais
te neuronal. Radicales libres. Sistema nervioso central. livres. Sistema nervoso central. Stress oxidativo.
en ella, las células estrelladas de las capas II y IV son las más comprobado menor expresión del ácido ribonucleico mensajero
vulnerables. La progresión de las lesiones desde esta región al (ARNm) codificador de NMDAR1 en la corteza entorrinal en la
neocórtex guarda relación con el empeoramiento de los sínto- EA, aunque no en la corteza perirrinal, CA1, o subículo, a pesar
mas clínicos [8]. de encontrarse una importante variabilidad en los niveles de
La distribución de husos neurofibrilares y de placas seniles ARNm tanto en el grupo con EA como en el de control [15].
en la formación hipocámpica se relaciona a través de proyeccio- Se ha hallado igualmente una menor afinidad por receptores
nes específicas. La capa II de la corteza entorrinal, origen de la glutamatérgicos AMPA en la región CA1, si bien ésta se ha juz-
vía perforante, exhibe abundancia de husos neurofibrilares, gado aumentada en el hipocampo y la circunvolución dentada,
mientras que las capas moleculares de la circunvolución dentada resultado atribuido al incremento de receptores en las neuronas
y del hipocampo, final de esa vía, muestran numerosas placas restantes o en la glía de esas regiones. Se ha comprobado menor
seniles. Las proyecciones de la formación hipocámpica a la cor- tinción de subunidades GluR1 y GluR2/3 de receptores AMPA
teza entorrinal, núcleo amigdalino y áreas límbicas y neocortica- en la formación hipocámpica de cerebros con EA mediante téc-
les parten del subículo y de CA1, que son zonas regularmente nicas de inmunohistoquímica, en correspondencia con la pérdi-
afectadas por patología neurofibrilar. Todas estas proyecciones da neuronal y la presencia de husos neurofibrilares en esa re-
son glutamatérgicas. Así, la formación hipocámpica en la EA gión [16].
queda aislada de las estructuras que la inervan y que inerva [9]. No se han encontrado cambios significativos en la afinidad
En la EA, las variaciones laminares y regionales en la distri- por el KA en el neocórtex ni en la formación hipocámpica en la
bución de husos neurofibrilares y de placas seniles en el neocór- EA [5,14,17].
tex sugieren que los primeros asientan en neuronas de asociación En casos de EA, la unión de (3H)glutamato a receptores glu-
cortical, y que las segundas se concentran en las zonas de desti- tamatérgicos metabotrópicos se encontró reducida en el subícu-
no de esas proyecciones. La presencia de husos neurofibrilares lo y en CA1 [15]. A pesar de que las alteraciones de estos recep-
en las capas III y V indica que se lesionan neuronas que ligan tores no se han detallado suficientemente en EA, existe eviden-
áreas corticales primarias con secundarias, y viceversa, además cia de que pueden influir en la patogenia de la enfermedad. La
de áreas con el mismo nivel funcional. Este hecho es patente con activación de mGluR1 y de mGlu5 acelera el procesamiento de
respecto al lóbulo occipital y sus proyecciones corticales. APP en proteínas no amiloidogénicas. La excitotoxicidad y la
La distribución regional de placas seniles no es tan específi- apoptosis inducidas por la proteína amiloide β pueden ser inhi-
ca. Aunque pueden señalar la degeneración de vías afectadas bidas por sustancias agonistas de los grupos II y III [5,7].
por patología neurofibrilar, contienen también neuronas de cir- Se han encontrado alteraciones en la hidrólisis de fosfatidi-
cuitos locales y aferencias subcorticales [10]. linositol, en el enzima proteincinasa C, y en el eje receptor me-
tabotrópico de la proteína G-adenilato ciclasa, en fibroblastos y
neuronas en EA. Estas anomalías modifican la respuesta de los
ESTRUCTURAS GLUTAMATÉRGICAS EN LA EA receptores metabotrópicos glutamatérgicos, puesto que interfie-
La concentración cerebral de glutamato en cerebros con EA ha ren probablemente con la regulación celular del metabolismo de
sido generalmente menor que la hallada en controles de edad APP [7].
semejante. La diferencia alcanzó hasta el 60% en las regiones La molécula de D-aspartato es retirada por transportadores
corticales frontal superior, temporal inferior y angular, que de glutamato dependientes de sodio, presentes en neuronas y en
sufren grave afectación en EA; en la corteza occipital, insular, células gliales. Algunos autores han demostrado una reducción
orbitaria y cingular, y en regiones subcorticales como putamen, en la afinidad y transporte glial dependiente de sodio de (3H)D-
globo pálido, tálamo, hipotálamo, núcleos del rafe, núcleo ac- aspartato en corteza frontal, temporal, cingular e hipocámpica
cumbens, núcleo amigdalino y cuerpos mamilares, la diferencia de cerebros con EA, así como en áreas cerebrales menos vulne-
resultó menor [11]. En la capa molecular de la circunvolución rables, como las cortezas occipital y somatomotora [18]. Otras
dentada, la reducción en la concentración de glutamato llegó investigaciones, en cambio, no han encontrado cambios en el
hasta el 80% [12]. transporte neuronal de (3H)L-glutamato en la médula espinal,
La pérdida de neuronas glutamatérgicas en la EA se ha co- corteza motora, sensorial o visual, estriado e hipocampo en ca-
mentado en el apartado anterior. sos de EA. El decremento de afinidad por D-aspartato causa me-
Se admite que en la EA no se dan cambios suficientes en los nor unión de glutamato a los transportadores de los astrocitos
receptores de glutamato como para alterar esa neurotransmisión (EAAT1 y EAAT2) en la EA, si bien quedan por investigar de
[7]. A pesar de ello, se revisarán algunos trabajos que se han ocu- forma precisa posibles cambios en la actividad de los transpor-
pado de esta cuestión. tadores de glutamato neuronales en esta enfermedad [5].
Estudios autorradiográficos de receptores glutamatérgicos,
en los que se han utilizado ligandos marcados con isótopos ra-
diactivos, han ofrecido resultados dispares en la EA. Geddes et RECEPTORES GLUTAMATÉRGICOS
al no encontraron reducción en la densidad de NMDAR en el Y DAÑO EXCITOTÓXICO
hipocampo de pacientes con EA [13], mientras que otros inves- Olney acuñó el término ‘excitotoxicidad’ para expresar la capa-
tigadores hallaron una disminución importante [14]. A pesar de cidad de los aminoácidos excitadores, entre ellos glutamato, de
estas discrepancias, estudios recientes han coincidido en la pér- provocar lesión o muerte neuronal mediante sobreexcitación en
dida de aproximadamente el 40% de la afinidad por NMDAR el curso de la isquemia cerebral o de algunas enfermedades neu-
en la región CA1, lo que equivaldría en magnitud a la despobla- rodegenerativas [5].
ción neuronal; sin embargo, no se ha encontrado baja la densi- La exposición aguda del tejido nervioso a isquemia o trau-
dad de receptores en la capa molecular de la circunvolución den- matismo promueve el fallo de la sodio-potasio adenosín trifos-
tada ni en CA1 [5]. Además, mediante hibridación in situ, se ha fatasa (Na+-K+-ATPasa) de la membrana plasmática, la inver-
sión del funcionamiento de los transportadores de glutamato, y Formas de excitotoxicidad más lentas o débiles que las refe-
el final de la conversión glutamato-glutamina en los astrocitos. ridas, denominadas indirectas, podrían fundamentar la patogé-
Estos fenómenos provocan la efusión de glutamato al medio nesis de enfermedades neurodegenerativas como las de Hun-
extracelular; la activación de receptores ionotrópicos con entra- tington y Parkinson [19,22]. En la EA, la afectación energética
da de sodio, potasio y calcio; la despolarización prolongada de neuronal [19,22,23], exacerbada por la edad [5], la falta de inhi-
la neurona lesionada y las próximas; la liberación del glutamato bición por pérdida de interneuronas gabérgicas [1,21], la hiper-
vesicular; la estimulación de canales de calcio voltajedepen- homocisteinemia [24], y otros factores adicionales, podrían ori-
dientes y NMDAR; el mayor ingreso de calcio en la neurona; y ginar la toxicidad causante de muerte neuronal.
la movilización de sus depósitos celulares. Se acumula glutama- En EA esporádica, se han demostrado alteraciones en el cata-
to fuera de la célula y calcio dentro de ella, con lo que se inicia bolismo de la glucosa, la oxidación de piruvato, en la formación
un proceso tóxico que puede propagarse y perpetuarse [5,19]. de adenosín trifosfato (ATP), acetil-coenzima A y acetilcolina,
La presencia de calcio en la célula resulta necesaria para una que podrían finalmente interferir con el procesamiento normal de
serie de funciones, aunque cantidades excesivas activan enzi- APP [25]. Las medidas de la actividad de los enzimas de la cade-
mas como las fosfolipasas, proteincinasa C, proteasas, protein- na respiratoria en EA, sin embargo, no han resultado uniformes,
fosfatasas, endonucleasas y la sintetasa de óxido nítrico (NO- estando alteradas en unos casos [23], y normales en otros [26].
sintetasa). Los mecanismos causantes de muerte neuronal permanecen,
La activación de la fosfolipasa A2 genera ácido araquidóni- pues, inciertos, ya que se han descrito hallazgos microscópicos
co y factor activador de las plaquetas; el primero favorece las sugestivos tanto de apoptosis, como de necrosis, en esta enfer-
corrientes a través de los NMDAR e inhibe la recaptación de medad. La excitotoxicidad indirecta probablemente ocupa un
glutamato, y el segundo aumenta la liberación de glutamato; lugar destacado entre ellos, aunque puede resultar difícil distin-
todo esto hace que aumente el nivel de calcio en la célula. Asi- guir entre muerte neuronal causada por apoptosis o por necro-
mismo, se producen radicales libres de oxígeno en el metabolis- sis, sobre la base de criterios histológicos únicamente [5].
mo del ácido araquidónico, los cuales promueven de nuevo ese
enzima y ponen en marcha un proceso de retroalimentación po-
sitiva. RELACIÓN ENTRE ESTRUCTURAS
El enzima NO-sintetasa se estimula en las condiciones refe- GLUTAMATÉRGICAS Y HALLAZGOS
ridas. El NO reacciona con otras moléculas (aniones superóxi- PATOLÓGICOS EN LA EA
do, entre otras) y da lugar a compuestos de oxígeno letales para Tal y como se ha expuesto anteriormente, la pérdida de densi-
la célula, como los peroxinitritos. Se ha documentado la presen- dad de NMDAR y receptores AMPA en la formación hipocám-
cia de 8-hidroxi-2’-desoxiguanosina en el ácido desoxirribonu- pica se ha atribuido a despoblación neuronal y se apunta que
cleico (ADN) nuclear y mitocondrial de la corteza cerebral, este déficit dependería únicamente de la intensidad de la carga
dato que refrenda el daño oxidativo en la EA [20]. patológica. No obstante, la existencia de algunos factores mu-
Contrariamente, NO puede ceder electrones a moléculas de dables, como la expresión de receptores glutamatérgicos en
ascorbato o cisteína y, en ese estado (ión nitrosonio), disminuir neuronas y astrocitos, y los cambios en la densidad sináptica o
la actividad de los NMDAR actuando en su lugar redox, y ejer- en la ramificación dendrítica en EA, podrían objetar en parte tal
cer un efecto protector. En la EA, no se ha demostrado reduc- interpretación [5].
ción del contenido de glutatión, ni de la actividad del enzima El metabolismo energético se considera afectado en la EA,
glutatión transferasa en la corteza cerebral, que justifique la pér- aunque no se ha determinado si ello es causa o consecuencia de
dida de neuronas [21]. las alteraciones histológicas. Al mismo tiempo, el deterioro
Además, el calcio excita endonucleasas capaces de fragmen- metabólico debido a la edad complementaría ese déficit, facili-
tar el ADN, condensar la cromatina y dar lugar a rotura nuclear, tando la activación de los receptores de glutamato, la entrada de
proceso conocido como apoptosis. Los radicales libres de oxí- calcio en la célula, el arranque de mecanismos de excitotoxici-
geno pueden contribuir a la fragmentación del ADN [19,22,23]. dad indirecta, y la muerte neuronal. Así, un trastorno ligero y
Estos procesos pueden concluir fácilmente en la digestión prolongado del metabolismo energético neuronal favorecería la
de la neurona, a través de catabolismo proteico, peroxidación de neurotoxicidad por glutamato. La importancia de la activación
lípidos, formación de radicales libres de oxígeno y ataque a los glutamatérgica en la EA se ha demostrado en la práctica clínica,
ácidos nucleicos. ya que el fármaco memantina, antagonista no competitivo de
Se han identificado dos componentes en la toxicidad induci- los NMDAR, se ha mostrado capaz de reducir el deterioro clíni-
da por glutamato. El efecto más precoz, reversible, es el edema co de pacientes con EA moderada o grave [27].
celular, resultante de la acumulación de sodio, cloro y agua, y el La proteína amiloide β, asociada a las placas seniles, ejerce
segundo, más tardío, la degeneración y muerte neuronal causa- efectos desiguales sobre células neuronales in vitro. Añadida en
das por sobrecarga de calcio intracelular, secundaria a la activa- disolución a cultivos de neuronas jóvenes, induce ramificación
ción de receptores ionotrópicos, principalmente NMDAR. neurítica sin toxicidad neuronal; por el contrario, la proteína en
La estimulación excesiva de los receptores AMPA y KA pue- forma agregada puede ocasionar muerte celular en cultivos de
de también producir muerte neuronal, aunque no tan rápidamen- neuronas maduras. La adición de glutamato a cultivos de neuro-
te como la de los NMDAR. Existe evidencia de que la excitoto- nas maduras preincubadas con proteína amiloide β provocó una
xicidad puede causar necrosis neuronal además de apoptosis. In despoblación celular casi completa, mientras que los cultivos
vitro, el componente excitotóxico diferido puede prevenirse con control, sin esa proteína, experimentaron una pérdida celular
antagonistas de los NMDAR, aunque existe controversia sobre mucho menor. Idénticos resultados se obtuvieron al agregar los
la eficacia de esos agentes ante agresiones in vivo como isque- agentes NMDA y KA, en lugar de glutamato [28]. Este aumen-
mia cerebral, hipoglucemia, traumatismo o epilepsia [5,19]. to de toxicidad podría deberse a interferencia con el metabolis-
BIBLIOGRAFÍA
1. Olney JW, Wozniak DF, Farber NB. Excitotoxic neurodegeneration in 9. Hyman BT, Van Hoesen GW, Damasio AR, Barnes CL. Alzheimer’s
Alzheimer’s disease. New hypothesis and new therapeutic strategies. disease: cell-specific pathology isolates the hippocampal formation.
Arch Neurol 1997; 54: 1234-40. Science 1984; 225: 1168-70.
2. Ottersen OP, Storm-Mathisen J. Glutamate. Handbook of chemical 10. Hof PR, Bouras C, Morrison JH. Cortical neuropathology in aging and
neuroanatomy. Vol. 18. Amsterdam: Elsevier; 2002. dementing disorders. In Peters A, Morrison JH, eds. Neurodegenera-
3. Broman J, Hassel B, Rinvik E, Ottersen OP. Biochemistry and anato- tive and age-related changes in structure and function of cerebral cor-
my of transmitter glutamate. In Ottersen OP, Storm-Mathisen J, eds. tex. Cerebral cortex. Vol. 14. New York: Kluver Academic/Plenum Pu-
Glutamate. Handbook of chemical neuroanatomy. Vol. 18. Amsterdam: blishers; 1999. p. 175-311.
Elsevier; 2002. p. 1-44. 11. Sasaki H, Muramoto O, Kanazawa I, Arai H, Kosaka K, Iizuka R.
4. Vickers JC, Huntley GW, Hof PR, Bederson J, DeFelipe J, Morrison Regional distribution of amino acid transmitters in postmortem brains
JH. Inmunocytochemical localization of non-NMDA ionotropic exci- of presenile and senile dementia of Alzheimer type. Ann Neurol 1986;
tatory amino acid receptor subunits in human neocortex. Brain Res 19: 263-9.
1995; 671: 175-80. 12. Hyman BT, Van Hoesen GW, Damasio AR. Alzheimer’s disease: gluta-
5. Geddes JW. Glutamate receptors and excitotoxic mechanisms in mate depletion in the hippocampal perforant pathway zone. Ann Neu-
Alzheimer’s disease. In Peters A, Morrison JH, eds. Neurodegenerative rol 1987; 22: 37-40.
and age-related changes in structure and function of cerebral cortex. 13. Geddes JW, Chang-Chui H, Cooper SM, Lott IT, Cotman CW. Density
Cerebral cortex. Vol. 14. New York: Kluver Academic/Plenum Publi- and distribution of NMDA receptors in the human hippocampus in
shers; 1999. p. 655-79. Alzheimer’s disease. Brain Res 1986; 399: 156-61.
6. Dingledine R, McBain CJ. Glutamate and aspartate. In Siegel GJ, 14. Penney JB, Maragos WF, Greenamyre JT, Debowey DL, Hollings-
Agranoff BW, Albers RW, Fisher SK, Uhler MD, eds. Basic neuro- worth Z, Young AB. Excitatory amino acid binding sites in the hip-
chemistry. Molecular, cellular and medical aspects. Philadelphia: Lip- pocampal region of Alzheimer’s disease and other dementias. J Neurol
pincott, Williams & Wilkins; 1999. p. 315-33. Neurosurg Psychiatry 1990; 53: 314-20.
7. Cowburn RF, Fowler CJ, O’Neill C. Neurotransmitters, signal trans- 15. Ulas J, Cotman CW. NMDAR1 gene expression in Alzheimer’s dis-
duction and second-messengers in Alzheimer’s disease. Acta Neurol ease. Neuroscience 1997; 79: 973-82.
Scand 1996; 93 (Suppl 165): S25-32. 16. Ikonomovic MD, Mizukami K, Davies P, Hamilton R, Sheffield R,
8. Ferrer I. Morfopatología de la enfermedad de Alzheimer. In Alberca R, Armstrong DM. The loss of GluR2(3) immunoreactivity precedes neu-
López-Pousa S, eds. Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Ma- rofibrillary tangle formation in the entorhinal cortex and hippocampus
drid: Médica Panamericana; 2002. p. 179-97. of Alzheimer brains. J Neuropathol Exp Neurol 1997; 56: 1018-27.
17. Dewar D, Chalmers DT, Graham DI, McCulloch J. Glutamate meta- RB, et al. Plasma homocysteine as a risk factor for dementia and Al-
botropic and AMPA binding sites are reduced in Alzheimer’s disease: zheimer’s disease. N Engl J Med 2002; 346: 476-83.
an autoradiographic study of the hippocampus. Brain Res 1991; 553: 25. Hoyer S. Oxidative metabolism deficiencies in brains of patients with
58-64. Alzheimer’s disease. Acta Neurol Scand 1996; 93 (Suppl 165): S18-24.
18. Scott HL, Tannenberg AE, Dodd PR. Variant forms of neuronal gluta- 26. Molina JA, De Bustos F, Jiménez-Jiménez FJ, Benito-León J, Gasalla
mate transporter sites in Alzheimer’s disease cerebral cortex. J Neuro- T, Ortí-Pareja M, et al. Respiratory chain enzyme activities in isolated
chem 1995; 64: 2193-202. mitochondria of lymphocytes from patients with Alzheimer’s disease.
19. Lipton SA, Rosenberg PA. Excitatory amino acids as a final common Neurology 1997; 48: 636-8.
pathway for neurological disorders. N Engl J Med 1994; 330: 613-22. 27. Reisberg B, Doody R, Stöffler A, Schmitt F, Ferris S, Möbius HJ, et al.
20. Mecocci P, MacGarvey U, Beal MF. Oxidative damage to mitochon- Memantine in moderate-to-severe Alzheimer’s disease. N Engl J Med
drial DNA is increased in Alzheimer’s disease. Ann Neurol 1994; 36: 2003; 348: 1333-41.
747-51. 28. Pike CJ, Walencewicz AJ, Glabe CG, Cotman CW. In vitro aging of β-
21. Perry TL, Wee Yong V, Bergeron C, Hansen S, Jones K. Amino acids, amyloid protein causes peptide aggregation and neurotoxicity. Brain Res
glutathione, and glutathione transferase activity in the brains of pa- 1991; 563: 311-4.
tients with Alzheimer’s disease. Ann Neurol 1987; 21: 331-6. 29. Kowall NW, Beal MF. Glutamate, glutaminase and taurine immunore-
22. Albin RL, Greenamyre JT. Alternative excitotoxic hypotheses. Neuro- active neurons develop neurofibrillary tangles in Alzheimer’s disease.
logy 1992, 42: 733-8. Ann Neurol 1991; 29: 162-7.
23. Beal MF. Aging, energy, and oxidative stress in neurodegenerative dis- 30. Masliah E, Alford M, De Teresa R, Mallory M, Hansen L. Deficient
eases. Ann Neurol 1995; 38: 357-66. glutamate transport is associated with neurodegeneration in Alzhei-
24. Seshadri S, Beiser A, Selhub J, Jacques PF, Rosenberg IH, D’Agostino mer’s disease. Ann Neurol 1996; 40: 759-66.