Pensamiento Abstracto: Características, Ejemplos y Ejercicios

El pensamiento abstracto es la capacidad que nos permite reflexionar sobre cosas que no se encuentran presentes en el
momento o en el lugar, así como sobre conceptos y principios generales. El pensamiento abstracto se suele definir por
contraposición al pensamiento concreto, que es menos complejo.

Este tipo de pensamiento nos permite darnos cuenta de las relaciones entre diferentes elementos, además de desarrollar
ideas nuevas, aprender de experiencias pasadas y reflexionar sobre el futuro. El pensamiento abstracto es una de las
últimas capacidades cognitivas que adquirimos los seres humanos.

Según las investigaciones de Piaget sobre las diferentes etapas del desarrollo cognitivo, la capacidad de razonar de manera
abstracta aparece sobre los 12 años de edad. Esta capacidad está relacionada con la lógica y con la capacidad para
resolver problemas; es muy característica en los humanos y nos ha ayudado mucho a evolucionar como especie.

Características principales del pensamiento abstracto

El pensamiento abstracto, siendo una de las capacidades cognitivas más importantes de las personas, ha sido muy
estudiada por la psicología a lo largo de los años. Algunas de sus características más importantes son las siguientes:

– Permite extraer conclusiones observando las relaciones entre elementos.

– Se centra en cosas que no están presentes.
– Permite pensar en profundidad y reflexionar.
– Encuentra múltiples significados para cada situación.
– Permite pensar en ideas abstractas.
– Veamos cada una de ellas.
– Capacidad para extraer conclusiones y observar relaciones
–

Mediante el pensamiento concreto, las personas solo somos capaces de observar lo que tenemos delante y pensar sobre
ello. Esta capacidad, aunque es muy útil, es poco eficaz para desarrollar el aprendizaje, la innovación y la creatividad.

El pensamiento abstracto, por el contrario, nos ayuda enormemente en estas tareas gracias a su eficacia para encontrar
relaciones entre distintas situaciones o elementos.

Esta capacidad de observar las relaciones ocultas entre elementos es la base del pensamiento científico. Gracias a esta
es posible formular hipótesis y extraer conclusiones con base en resultados concretos.

Por lo tanto, el pensamiento abstracto forma la base del razonamiento inductivo, y es de mucha utilidad para el deductivo.

Ejemplo

Gracias al pensamiento abstracto un artista puede elegir los mejores colores para su cuadro, y un músico puede escoger
la mejor nota para terminar una sinfonía.

Foco en elementos que no estén presentes

Antes de desarrollar el pensamiento abstracto, los niños pequeños tienen muchas dificultades para centrarse en algo que
no esté delante de sí.

Esto es así hasta el punto de que los niños muy pequeños no tienen una capacidad llamada permanencia del objeto: creen
que cuando no pueden ver, oír o tocar algo, esto simplemente deja de existir.

Con el pensamiento abstracto las personas podemos no solo reflexionar sobre un elemento concreto que no esté presente,
sino sobre sus categorías, características y cualidades.

Por ello, el pensamiento abstracto es muy útil para desenvolvernos en el día a día. Imagina que solo fuésemos capaces
de pensar en lo que tenemos delante: no entenderíamos lo que significan los semáforos, por qué tenemos que ir a trabajar
todos los días o para qué estamos haciendo dieta.
Por lo tanto, esta capacidad también nos permite planificar, pensar de cara al futuro y ponernos metas y objetivos sobre
los cuales trabajar.

Ejemplo

Al ver un gato negro podríamos ponernos a pensar sobre los distintos tipos de gatos que hay, sobre felinos en general, o
sobre por qué la gente es supersticiosa.

Pensamiento profundo y reflexión

Gracias a la capacidad que otorga el pensamiento abstracto de reflexionar sobre elementos que no están presentes, y
sobre sus características y cualidades, las personas podemos utilizar este pensamiento para reflexionar y aprender mejor
sobre una situación.

Todavía más interesante y compleja es la capacidad que nos otorga para reflexionar sobre nuestros propios pensamientos.
Esto es lo que se conoce como metacognición. Gracias a esta habilidad las personas podemos darnos cuenta de lo que
estamos pensando o sintiendo, y buscar las creencias ocultas que hay detrás de estos pensamientos.

Ejemplos

Si una persona termina una relación de pareja, utilizando el pensamiento concreto tan solo podremos darnos cuenta de
este hecho.

Sin embargo, con el pensamiento abstracto podemos comenzar a buscar las causas de lo que ha pasado, encontrarlas y
decidir aprender sobre la experiencia para no cometer los mismos errores en el futuro.

Por otro lado, un ejemplo de metacognición puede ser el siguiente: si en una determinada situación nos sentimos
incómodos, podemos empezar a indagar en nuestros propios pensamientos para descubrir qué es lo que nos está haciendo
sentir mal. De esta manera estaremos mejor preparados para cambiar lo que sea que nos está afectando.

Encontrar diferentes significados para una situación

El pensamiento concreto nos permite centrarnos en los hechos, sin tratar de buscar un significado oculto o una
interpretación diferente de la primera que se nos ocurra. Sin embargo, el pensamiento abstracto nos permite ir un paso
más allá y buscar nuevos significados para una situación.

Esto es muy útil en entornos sociales, en los que normalmente gran parte de los significados, las intenciones y los
pensamientos de las personas están ocultos o implícitos.

Ejemplo

Si alguien nos dice que le gusta mucho el sushi, ¿nos está diciendo que tiene hambre y quiere ir a un restaurante asiático?
O por el contrario, ¿es tan solo un comentario?

Este tipo de interpretaciones se hacen a partir del contexto, de lo que sabemos de la otra persona y de nuestra experiencia
previa en situaciones similares, y no serían posibles sin la ayuda del pensamiento abstracto.

Pensar en ideas abstractas

La última ventaja que nos otorga el pensamiento abstracto es la capacidad de pensar sobre ideas que no sean concretas.
Gran parte de los conceptos que manejamos en nuestro día a día no son fácilmente medibles u observables.

Gracias al pensamiento abstracto, las personas somos capaces de generar ideas y conceptos que nos ayudan diariamente,
pero que no se encuentran directamente en el mundo real.

Ejemplo

Todos sabemos lo que es una casa, pero, ¿qué es concretamente un país, o una frontera?

Las ideas y conceptos pueden ir de menos a más abstractas. El concepto de frontera es difícilmente medible, pero, ¿qué
pasa con ideas como amor o alegría? ¿En qué están basadas, o cómo se pueden observar directamente?

Ejercicios para desarrollar el pensamiento abstracto

El pensamiento abstracto es una de las capacidades más importantes que los seres humanos podemos desarrollar, y es
una de las que más nos separan de los animales.

Por ello, en las últimas décadas los investigadores y los pedagogos han desarrollado varias técnicas para ayudarnos a
fomentar este tipo de pensamiento.

Sin embargo, no hace falta realizar actividades muy complejas para desarrollar el pensamiento abstracto. En nuestro día
a día podemos encontrar muchas oportunidades para ejercitarlo. Algunas ideas son las siguientes:

Piensa sobre el significado oculto

Cuando estés viendo anuncios en la televisión, en Internet o por la calle, reflexiona sobre el significado oculto que se quiere
transmitir. En muchos casos, por ejemplo, la idea implícita en los anuncios es que comprando un producto tu vida mejorará
y serás más feliz.

Crea sistemas de organización para tus cosas

Por ejemplo, si tienes una estantería llena de libros, puedes elegir entre varios sistemas para ordenarlos: por colores, por
orden alfabético, entre otros.

De esta manera, fomentarás la creación de categorías, una de las partes fundamentales del pensamiento abstracto.

Trata de resolver acertijos

Muchos de los acertijos están pensados para que tengas que encontrar un significado oculto, o pensar en dobles sentidos
y relaciones poco obvias. De esta manera podrás ejercitar el pensamiento abstracto mientras te diviertes.

Busca bromas en Internet y reflexiona sobre por qué son divertidas

Al igual que los acertijos, el humor en general juega con dobles sentidos, insinuaciones sutiles y relaciones entre elementos.

Trata de sacar conclusiones de eventos concretos

Por ejemplo, si estás en un atasco de tráfico, puedes reflexionar sobre las diferentes posibles causas que lo pueden haber
provocado.

Si quieres que este ejercicio sea todavía más útil, prueba hacerlo con situaciones que se dan mucho en tu propia vida. De
esta forma, encontrando las causas ocultas de lo que te sucede, estará en tu mano cambiarlo.

Intenta crear un poema o una canción

Si te gusta escribir, puedes probar escribir una canción o algún poema corto. En general, este tipo de arte se basa en
metáforas, comparaciones poco obvias y en la relación entre varios elementos. Además, este ejercicio también aumentará
tu creatividad.

Lee poesía

También puedes ejercitar tu pensamiento abstracto leyendo poesía o escuchando canciones y tratando de encontrar los
significados ocultos detrás de estas. En lugar de tan solo quedarte en lo literal, trata de entender qué quería decir el autor
con lo que escribió.

Practica con tests de inteligencia

Muchos de los tests de inteligencia modernos están basados en la capacidad de encontrar relaciones entre diferentes
elementos. Por ejemplo, el Raven es el test más utilizado para medir la capacidad cognitiva y consiste en rellenar los
huecos en diferentes secuencias de elementos tras encontrar la pieza que falta.

Lee libros de no ficción

Aunque leer en general es muy beneficioso para nuestra mente, la no ficción te permitirá reflexionar sobre tu propia vida,
aprender habilidades nuevas y fomentar tus capacidades de pensamiento abstracto.

Algunos temas especialmente útiles para desarrollar esta habilidad son la psicología, la filosofía y la ciencia.