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EL OFICIO DEL EMPLEADO JUDICIAL

Los trabajadores tribunalicios se encuentran inmersos en un ambiente laboral


sumamente represivo en el aspecto disciplinario, como consecuencia del “poder” casi
absoluto que algunos jefes de despachos expresan en contra de sus subordinados; si bien
es cierto que los mismos tienen derechos individuales y sociales que deben ser
respetados, toda vez que nuestro ordenamiento jurídico así lo garantiza, no es menos
cierto que los mismos no pueden ser violados ni por los Jefes de Despachos Judiciales
ni por el organismo que ostenta la rectoría de la Administración de Justicia en
Venezuela (Dirección Ejecutiva de la Magistratura).

Reflexionar sobre el oficio del Empleado Judicial es sumamente apasionante e


interesante. Inmerso en este mundo, a veces de arbitrariedades, debe ser un empleado
que sabe cuáles son sus derechos y cuáles son sus deberes para procurar cumplir a
cabalidad con las obligaciones y responsabilidades correspondientes y para exigir el
cumplimiento de un derecho que en un momento determinado se vea conculcado por
parte del representante patronal más inmediato. Es por ello que quienes asumimos la
Dirección del Sindicato, hemos estado constantemente preocupados por cumplir y hacer
cumplir el Estatuto del Personal Judicial vigente.

Los trabajadores tribunalicios, pertenecen al sector público, pero con características


diferenciales un tanto demarcadas, por la naturaleza de la labor que realizan; es decir ser
auxiliares de la administración de justicia venezolana; es así, como en estos tiempos de
reformas, el sector laboral judicial, también está siendo afectado seriamente por la
flexibilización laboral impuesta tanto por el Banco Mundial como por el Fondo
Monetario Internacional, en otras palabras se trata de reducir costos a nivel de
“producción”.

Pero al margen de la discusión ideológica de denominación, existe un contingente de


empleados judiciales, que están siendo desalojados de sus puestos de trabajo, para pasar
a engrosar el ejército de desempleados, que cada día va más en aumento en nuestro país.
Se argumenta para esto la “Reforma Judicial”. Cualquier trabajador tribunalicio honesto
no tendría base para oponerse a la “Reforma Judicial”, lo que ocurre es que el sector de
los trabajadores no ha sido convocado a participar en este proceso, por el contrario ha
sido amedrentado y dominado, al extremo que ha sido reprimido.
En este contexto los trabajadores judiciales tienen bien determinadas sus labores pues
realizan un trabajo altamente calificado o tecnificado para uno de los poderes del
Estado.

En primer término tenemos la labor que desempeña el Secretario del tribunal que
consiste esencialmente en ser el intermediario entre los abogados, los litigantes, la
población y el Tribunal. Aquí, en Venezuela, cuando una persona entabla un juicio,
hace una apelación o presenta un recurso, no se presenta ante alguien que viste una toga;
se dirige al secretario, quien se encarga del trámite legal. Regulada su labor en el
Código de Procedimiento Civil en los Artículos que van desde el 104 hasta el 114,
donde se establece entre otras cosas que coadyuvará junto con el Juez y el Alguacil a
realizar la función jurisdiccional que llevará el libro diario del tribunal, que tendrá bajo
su inmediata custodia el sello del tribunal, que suscribirá junto con el juez diversos
actos, entre otras funciones. Igualmente la Ley Orgánica del Poder Judicial, en el
Artículo 72, señala que son deberes y atribuciones de los Secretarios: 1º Dirigir la
secretaría, concurriendo a ella para atender con actividad y eficacia el servicio del
público y custodiar el sello del tribunal bajo su responsabilidad, 2º Autorizar con su
firma los actos del tribunal, 3º Autorizar las solicitudes que por diligencia hagan las
partes, así como también los testimonios y copias certificadas que deban quedar en el
tribunal, 4º Autorizar los testimonios y copias certificadas que soliciten los interesados,
los cuales sólo expedirán cuando así lo decrete el juez respectivo, 5º Recibir los
documentos y escritos que presenten las partes, anotando al píe la fecha y hora de
presentación y dar cuenta inmediata al juez o presidente del tribunal, 6º Conservar los
Códigos y leyes vigentes para el uso del tribunal, 7º Asistir a las audiencias del tribunal
y autorizar con su firma todos los actos, 8º Llevar con toda claridad y exactitud el Libro
Diario del tribunal, el cual firmarán conjuntamente con el presidente o juez respectivo al
terminar cada audiencia. Los Diarios de los tribunales accidentales serán llevados por
separado, 9º Llevar el Libro Copiador de Sentencias definitivas que dicte el respectivo
tribunal. En las Cortes se llevará separadamente el Libro Copiador de Sentencias
Penales. 10. Llevar con toda puntualidad los libros a los cuales se refiere el Artículo 72
de la LOPJ 15. Recibir y entregar la Secretaría, el archivo, la biblioteca y el mobiliario
del tribunal bajo formal inventario, que se hará por duplicado y firmarán el secretario
entrante y el saliente.

En segundo término tenemos la labor que desempeña el Asistente de Tribunal, es un


empleado técnico que debe estar preparado para dar repuestas oportunas al momento de
planteársele cualquier tipo de situación jurídica, por lo que sin ser abogado está
preparado para responder a este tipo de respuestas. En efecto, los Asistentes de
Tribunal, al igual que los demás empleados de la Administración de Justicia, en muchos
casos son estudiantes de Derecho o Abogados. Son ellos quienes coadyuvan en el
normal desenvolvimiento del tribunal y aunque la ley, no les regula sus funciones como
al Secretario y al Alguacil, sino se regulan en el Estatuto del Personal Judicial, es del
conocimiento público que contribuyen en la actividad jurisdiccional junto con el Juez, el
Secretario y el Alguacil. Son ellos quienes realizan los diversos actos que se encuentran
estipulados en el Código de Procedimiento Civil.

El Alguacil es un empleado altamente calificado que tiene bien definidas sus funciones.
Junto al Juez y al Secretario conforma el Tribunal. Es este funcionario quien realiza las
citaciones y las notificaciones; realiza funciones de policía administrativa dentro de la
sede del Tribunal; es el vigilante del buen orden dentro del mismo además de ejecutar el
contenido del Artículo 73 de la LOPJ y aquellas contenidas en el Código de
Procedimiento Civil. Con las actuaciones de este funcionario la acción, la pretensión y
la demanda empieza a transitar el proceso y se da cumplimiento al artículo 26
constitucional. En efecto, con la entrada en vigencia del Código Orgánico Procesal
Penal (COPP), se creó por mandato de su artículo 539, la institución del
ALGUACILAZGO, en el caso de los Alguaciles del Circuito Judicial Penal. El Servicio
de Alguacilazgo, es una Institución, con atribuciones específicas, en todo lo que
respecta el Proceso Penal Venezolano, se observa que el Alguacilazgo, ya no es visto en
sentido individual, sino como institución que presupone un cuerpo colectivo. En el caso
de los Alguaciles de tribunales unipersonales una de sus tareas más importantes es la de
garantizar la seguridad del Tribunal.

De lo dicho, nace la carrera profesional de ALGUACIL, con características particulares


propias; pues, no se debe olvidar, que en vigencia el Código de Enjuiciamiento
Criminal, la estructura de los tribunales penales, permitía que por cada tribunal existiera
al menos un Alguacil asignado; ahora es totalmente distinto, existe hoy en día un
ALGUACILAZGO, con su estructura interna propia, y bajo la supervisión directa de un
Coordinador o Jefe de Alguacilazgo, y con funciones asignadas como institución (Ver
Artículo 539 COPP).

Como hemos sostenido, los Alguaciles no han sido calificados jurídicamente, en las
leyes, estatutos o reglamentos respectivos, como personal de confianza ni de libre
nombramiento y remoción, por lo que se encuentran totalmente protegidos por la
Cláusula 8 de la vigente Contratación Colectiva de los Empleados del Poder Judicial,
relativa a la ESTABILIDAD Y CARRERA. En sintonía, con lo expuesto, se señala que
los Alguaciles, como empleados de tribunales que son, se encuentran amparados por la
estabilidad consagrada en los artículos 1° y 2° del Estatuto del Personal Judicial vigente.
Por último debemos señalar el oficio del Archivista Judicial. El Archivista Judicial es
un ciudadano común de la sociedad, que ejerciendo funciones dentro de la
Administración de Justicia, tiene la co-responsabilidad de organizar, mantener y
custodiar los fondos documentales de los diferentes tribunales del país. El Archivista
Judicial es un Funcionario Público según las estipulaciones contenidas en el Artículo 74
de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Este Funcionario debe p.oseer conocimientos
generales de organización, así como técnicas básicas de archivo. Generalmente debe
poseer habilidades tales como conocimientos de mecanografía y buena ortografía. El
Archivista Judicial es un empleado que se preocupa por su formación profesional. En
efecto, en los tribunales merideños la mayoría de Archivistas Judiciales o son
estudiantes de Derecho o son profesionales egresados como abogados de las
Universidades públicas de nuestro país.

Por otra parte debemos señalar una nueva figura de empleado judicial, nacida de la
necesidad inherente de los ciudadanos como lo es la celeridad procesal, que es el
Abogado Asistente. A este funcionario, aunque poco definida su función, participa y se
le encomienda ser el relator de las sentencias del tribunal colaborando con el Juez en la
producción de sentencias.

Por último debo referirme necesariamente a la modalidad de contratación en la


Administración de Justicia. Señala la doctrina dominante en Venezuela que la regla es la
de que el contrato de trabajo se considerará celebrado por tiempo indeterminado y la
excepción lo serán los realizados para una obra determinada o por tiempo determinado.
Digo esto porque existe un ingente número de empleados judiciales que están bajo esta
modalidad lo que va en contra de la estabilidad afectando de esta manera el Derecho al
Trabajo como hecho social contenido en nuestra Constitución Nacional. Por lo que
hacemos una vez más el respectivo llamado al patrono a los fines de que abandone esta
práctica neoliberal de contratar por tiempo determinado que afecta en todo caso a la
familia venezolana.

POR FRANCISCO CERMEÑO Z.


Abogado
Secretario de Cultura y Formación del Comité Directivo Nacional del SUONTRAJ

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