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DIOS Y LOS HOMBRES

TEOLOGÍA ,

PERO RáÍoNABLE*

POR EL BARON

MADRID:

1336.
fet EDITOK*

¡Hasta cuando, cerrando los ojos á la razon


y á la filosofía, serán los hombres víctimas de
la ignorancia y de la supersticion'. \Hasta cuan
do, con abandono de la naturaleza y de la ex
periencia, vivirán entregados á la esperanza
y al temor de esos seres , que solo han exis
tido en la imaginacion de los sojuzgadores del
mundo !
Llegado es el tiempo en que la verdad y la
justicia triunfado han del fanático y pernició-
so error; porque la luz, la clara y refulgente
luz de la sabiduría, ahuyentañdo las tinieblas1
de lá supersticiosa ignorancia, es el norte in
variable que ños guia al alcazar de la felici
dad, por medio de la observancia de las leyes
de la naturaleza. Llegado es el dia en que al
sagrado nombre de Libertad , tiemblan sobre sus
vacilantes pasos los tiranos políticos y religosos,
y muy pronto desaparecerán de la faz de la
tierra esos monstruos , que fueron hasta hoy el
instrumento de la opresion de los pueblos. Glo
ria eterna á los que con sus luminosos escritos
han preparado la destruccion del pesado yugo
de la esclavitud- loores sin fin á los que á cos
ta de tantos sacrificios nos han dado la liber
tad.
5

CAPITULO I. *
- . .?
Dios y los hombres* -\c't "'

Los hombres por lo general son ignorantes,


ingratos y codiciosamente celosos del bien age-
110 ; abusan de su superioridad cuando son
fuertes , y son viles y bribones cuando se re
conocen débiles. Las mugeres por lo ordinario,
pacidas con órganos mas finos y menos robus
tos que los de los hombres , son mas artificio
sas y menos bárbaras s esto es tanta verdad,
que entre mil criminales que se lleven al pa
tíbulo , apenas se contarán tres ó cuatro mu
geres. Es verdad que se encuentran algunas
veces robustas heroínas , tan crueles como el
hombre que mas ; pero estos casos son bastan
te raros. El poder no se encuentra en las ma
nos del hombre comunmente , tanto en los
estados como en las familias, sino porque tie
nen estos por su constitucion física el nervio
y brazo mas vigoroso y fuerte , el espíritu mas
firme y el corazon mas duro. De aqui los mo
ralistas de todos los tiempos han concluido
que la especie humana no vale gran cosa , y
en esto no se separaban niucho de la verdad.
Nb es decir con esto que todos los hombres
sean irresistiblemente llevados por su propia
naturaleza i hacer mal , y que lo hagan siem
pre. Si esta fatal opinion fuese verdadera no-
habria ya habitantes sobre la tierra , despues.
6
de tantos tiempos que existen hombres en elfo,
Es una contradiccion en el modo de espre-.
sarse , decir : El género humano se ve preci
sado por su propia naturaleza á destruirse y y>
se perpetua. Yo creo en prueba de esto qué
de loo jovenes que tienen los maridos viejos,
habrá entre ellas por lo menos 90 que deseen
sinceramente la muerte de ellos; fiero apenas
se encontrará una que quiera encargarse de
Envenenar á : aquel por quien con tanto placer
]levaria luto. Los parricidios y fratricidios son
muy poco comunes en todos los paises : ¿; cual es.
pues la estencion y los límites de nuestros cri
minales ? el mayor ó menor grado de violencia;
eu nuestras pasiones , el mayor tí menor po
der con que nos reconocemos para. perpetrar
le , y la mayor ó menor fuerza de nuestra ra
zon. Nosotros padecemos por lo comun la fie
bre intermitente, la fiebre continua con cre
cimientos , las enagenaciones del celebro , y
muy rarísimas veces la rabia; hay sin embar
go gentes que gozan de una perfecta salud.
Nuestra fiebre intermitente produce las guer
ras entre los pneblos : los trasportes del cele
bro ocasionan los homicidios que la cólera y
la venganza nos inducen á cometer en nues
tros conciudadanos , cuando asesinamos á nues
tros próximos parientes , ó les hacemos mas.
infelices y desgraciados que si Ies diésemos la
muerte : cuando fanáticos hipócritas encienden
las hogueras para sostener la supersticion , es
fe rabia «rajen Ies arrastra i tan horrendos crí-
7
meses. No entro aqui en el pormenor de otras
varias enfermedades, es decir, de la inmen
sidad de pequeños crímenes que añigen de con
tinuo á las sociedades. Pero ¿ por que se ha
cen la guerra los hombres desde tantos tiem
pos , y por que cometen este crimen sin el
menor remordimiento ? Se hacen la guerra úni
camente por segar los trigos que otros han
sembrado , y por quitarles sus carneros , sus
bueyes , sus caballos , sus muebles ect. , que
es á lo que se reduce todo , porque este es el
solo principio de todas las riquezas. Es una
ridiculez creer que Romulo haya celebrado
juegos y fiestas en una miserable aldea cerca-,
da de tres peladas montañas , y que haya con
vidado á estos juegos ó fiestas 300 jóvenes de
los pueblos vecinos para robarlas. Lo que es
muy cierto sí, que ¿1 y sus compañeros hicie
ron correrías por el vecindario para robar los
ganados y arados de los sabinos. Cario Magno
hizo la guerra á los sajones por espacio de 30
anos , solo por imponerles un tributo de 500
vacas. Yo no niego que durante las incursio
nes de estos bandidos , Romulo y sus senado
res , Cario Magno y sus doce pares no hayan
violado muchas doncellas, y quizá con placer
y consentimiento de ellas mismas ; pero es
claro que el principal objeto de estas guerras
ha sido siempre el apoderarse de las vacas,
del heno y demas de sus vecinos ; en una pa
labra , el robar. Hoy dia mismo aun vemos un
héroe con dos ó tres duros diarios de sueldo
8
que entra con héroes subalternos que tienen
dos ó tres sueldos de pre á nombre de su au
gusto amo en el pais de otro augusto sobera
no ; comienza por mandar á los pobres labra
dores de aquel distrito que le suministren
bueyes , carneros , trigo , vino , paja , cebada»
leña etc. Diariamente vemos estampado en los
papeles públicos estas palabras : El general tal,
ó el regimiento cual , ha derrotado al príncipe
N. y su ejército : es decir , que han muerto
quinientos ó mil hombres que defendian sus
hogares , ó que eran llevados como inocentes
corderos al matadero para satisfacer la desme
dida ambicion de su tirano. He aqui sin duda
una hazaña digna de eterna memoria. Toda
esto nos hace ver , que en el fondo , cuantas.
guerras se han tenido sobre la tierra desde la
de Troya hasta las de nuestros dias . en todas.
no se ha tratado jamas de otra cosa que de
robar. Esto es tan desgraciadamente cierto , que
entre las naciones antiguas los nombres de la
dron y soldado eran sinónimos. Consúltese
sino el Miles de Plauto : Latrocinatus annos de-
cem , mercedem accipio : he robado diez años,
rocibo mi paga. Ved el antiguo Testamento:
Jephte , hijo de Galaad y de una prostituta,
empeña una porcion de bandidos en su servicio:
Abimelec levanta una cuadrilla de foragidos:
David reúne 400 ladrones perdidos por sus
crímenes etc. Cuando el gefe de estos malan
drines se ha cansado ya de matar y de violar,
reduce a' la esclavitud los desgraciados restos
9
que quedan con vida todavía ; los hace ó sus
esclavos ó sus vasallos , y esto es lo que ha
sucedido á las nueve partes de las diez de los
habitantes que existen sobre el globo. Gense-
rico usurpa el título de rey ; se hace al mo
mento un hombre sagrado , y se hace dueño de
nuestros bienes , de nuestras mugeres, de nues
tras vidas : esto lo adquiere por derecho divi
no , si se le permite que lo haga. Añádanse á
todos estos latrocinios públicos y solemnes los
robos secretos que tienen desoladas á tantas
familias , las calumnias , las ingratitudes , la
insolencia. del fuerte y la superchería del de
bil, y se concluirá del todo que el género hu
mano vive de continuo en la infelicidad y en
el temor, peor aun que la desgracia misma.
He dicho poco hace que los horrores que mar
chan siempre en seguimiento de la guerra se
cometen sin el menor remordimiento : nada es
mas verdadero. Nadie se avergüenza de lo que
hace en compañía de otros : cada uno se en
cuentra animado por el ejemplo de su com
pañero ; y he aqui que ponen su mayor glo
ría en quien matará , destrozará y robará
mas. Un soldado en la toma de Bergopsom
esclama : estoy ya cansado de matar ; voy á
violar , y todos le palmotean. Los remordi
mientos son solo para aquel que no estando
por compañeros se limita á matar y robar en
secreto ; le causan horror sus crímenes hasta
que el hábito de cometerlos le endurece , al
igual de aquellos que se entregan al desorden
10
y al robo bajo la sombra de sus estandartes
nacionales.

CAPITULO II.

Las naciones que se llaman civilizadas por^


que viven en la desgracia , y se componen de
criminales reunidos en ciudades, en vez de serb
io en campo raso ó en las cavernas , no en
contraron mas poderoso antídoto contra la pon-
zona, de que la mayor parte de los corazones
humanos se encuentran devorados , que el re
curso de un Dios remunerador y vengador.
Los magistrados de las primeras sociedades
creyeron á proposito publicar leyes contra el
robo y contra el adulterio; pero mientras ellos
se ocupaban en promulgar sus leyes en las
plazas públicas, en sus casas ó se les robaba,
ó sus mugeres , aprovechándose de su ausen
cia , tomaban ocasion para serles infieles, en.r
tregándose en los brazos de sus queridas,
¿que otro freno pues podia ponerse mas á pro.r
pósito al hombre para contenerle en su codi.*
da , y en las transgresiones secretas é impu.?
nes , que la idea de un Ser eterno que ve to
das nuestras acciones , y que pos juzgará has
ta de nuestros mas secretos pensamientos? Ya
no sé precisamente quien fue el primero que
ensenó á los hombres esta doctrina : si le co
nociera y estuviera seguro que su único fin
fue contener á los hombres en su propia. ley,
y que nunca corrompio esta sabia medicina que
11
les presentó , le erigiría un templo. Hobbes ea
de contrario parecer , y se funda en que este!
apostol de Dios se ha sublevado contra el po
der público pue él llama levitan , proponiendo
á los hombres un Ser superior al levitan y i
la soberanía legislativa : dice pues que si ea
su mano estuviera le haria ahorcar. Yo na
niego que si este apostol se presentase al rey
de Esparía ó al parlamento ingles , y le dijese;
nYo vengo á anunciaros un Dios de quien soy
ministro , y me encarga que os mande apri.r
sionar á voluntad raid , que os quite vues
tros bienes , y hasta que os mate , si ha
ceis la menor cosa que me desplazca. Os ase
sinaré como el santo hombre Aud asesinó 4
Eglon, rey de Moabia ; como el pontífice Joia-
das asesino á Atalie , como Salomon asesinó
4 su hermano Adoniak etc. etc. Confieso que
si un predicador tal se presentase en nuestro
pais , seria el primero que diese mi yoto para
que se le cortase la cabeza. Pero si los ateos
dominasen entre nosotros , como se dice que
sucedió en Londres en tiempos de Carlos II,
y en Roma en los de Sixto IV , Alejandro VI
y Leon X, no tendria el menor inconveniente
en seguir i un hombre honrado que sencilla
mente viniera á decirnos como Platon , Marco
Aurelio ó Epicteto : Aportales , hay un Dios
justo, sed justos. Yo no encuentro razon para
mandar ahorcar i un hombre tan benéfico; y
aunque me pico. de muy tolerante , me incli
naria mas pronto 4 castigar i aquel que en el
.
.12
<Jir nos dijeras no hay Dios, asesinad, robad,
calumniad , engañad , perjurad , todo es igual
y nada debeis temer , con tal que seais ó los
mas fuertes ó los mas diestros de la sociedad:
este sí que seria hombre perjudicial á los de
mas hombres.

CAPITULO III, . .

La necesidad de la adoracion de un Dios


en toda sociedad se aumenta á proporcion que
los ciudadanos necesitan mas ó menos de los
socorros los unos de los otros ; y esta es la
razon por que no ha habido jamas nacion al
guna reunida bajo la autoridad de las leyes
que no haya reconocido una divinidad de tiem
po inmemorial. El Ser supremo no se ha re
velado i aquellos que primero nos dyeron era.
menester amar y temer á un Dios castigador
del crimen y remunerados de la virtud : no.
¿in duda. Dios no hablo í Thaut, primer le
gislador de los egipcios , á Brama de los in
dios , á ürfeo de los traces , á Zoroastres de
los persas etc. ; pero en todas las naciones se.
han encontrado homhres de bastante talento.
y de buena intencion , que sin necesidad de
revelacion ninguna , han ensenado esta util
doctrina ; del mismo modo que ha habido en
tre ellos otros que por solo la fuerza de su.
bien ordenado talento enseñaron los principios
aritméticos , geométricos , y astronómico?. El
uno midiendo sus campos encontro que. el
15
triángulo es la mitad del cuadfado $ y que doi
triángulos teniendo la misma elevacion y base
son iguales : el otro sembrando sus campos ó
pastandolas ganados observa qne el sol y la
luna vuelven poco mas ó menos al punto de
donde habian partido , y que no se separan
de un cierto límite hácia el norte ó al medio
dia : otro tercero , entregado á la vida contem
plativa , reconoce j considera que los hombres,
los animales , los astros y demas que existen
en el universo río pueden ser obra del hom
bre , y. confiesa en todo la mano de un Ser
supremo primer hacedor: un cuarto, en fin,
horrorizado de las continuas injurias y danos
que los hombres se hacen los unos á los otros,
concluye , que si ha habido un Ser criador ,
este ser debe hacer bien á los hombres justos
y buenos , y castigar á los malos ; todas estas
ideas son las mas naturales i cualquiera que
fije su consideracion por algunos instantes en
cuanto le circuye. Asi la misma fuerza de en
tendimiento que nos ha heche inventar las
ciencias naturales , nos hizo inventar tambien
leyes , y nos procuró el conocimiento de un
Dios. Del mismo modo que no hay necesidad
de una revelacion para saber que el sol corres
ponde cada mes á estrellas diferentes ; tampoco
se tiene necesidad de este recurso sobrenatural
para comprender que el hombre no se ha he
cho á sí mismo , y que dependemos de un
Ser supremo quien quiera que sea. Si un
charlatan viene á decirme que hay virtud en
íoS números ; que aquella estrella qtie observó
hace mi destino ¡ ó que el Dios justo que nte
anuncia me manda qüe. le entregue á él la
mayor parte de mis bienes , diré que este es
un bribon que quiere engañarme ; le enviaré
enhoramala , y trataré de conducirme por mí
misino con la poca razon que Dios me ha da.1.
do.
CAPITULO IV.

Cuanto mas antigua es una nación , mas


antigua es tambien su religion. En el dia que
el lisonjear ó detestar á los jesuitas puede re
portar poco perjuicio ó ventaja , en razon de
qüe han sido echados de la mayor parte ó de
todas las naciones de Europa : en el dia que
no es ningun mérito combatir sus opiniones,
tanto las mas razonables como las mas ridícu
las i creo no se atribuirá á espíritu de partido
ni á efecto de temor el decir que tenian razon
Cuando aseguraban que el gobierno chino no»
habia sido jamas ateo. Esto se miró como una
paradoja en casi toda la Europa , y se sostuvo
en Paris , qüe si ellos favorecian el ateismo de
Pequin , era porque se veian perseguidos en la
capital de la Francia. El espíritu de partido
escitó las disputas pedantescas , que hizo sos
tener á los ciudadano* de la Sarbona proposi
ciones en pro y en contra ; pues condenaron á
la vez la asercion de Bayle que sostenia podia
SiihsUtir una sociedad de at.;os, y la de los
jesuitas que probaban que el gobierno de loa
15
chinos rio era ateo , ó que los jesuitas aproba
sen el gobierno ateo de la China. Decian i
Bayle : no és posible que exista en el mundo
un pueblo ateo ; y al misino tiempo decian á
los jesuitas ; la corte de Pequin es atea , y yo*
sotros tambien. Esta locura sacerdotal ba sido
muy exagerada en varios buenos libros : vea
mos aqui pues en qué se fundaban nuestros
doctores occidentales para condenar tan tenaz
mente como ateistas á la respetable nacion del
oriente. La antigua religion china consiste prin
cipalmente en una moral igual á la de Platon^
de Marco Aurelio y demas . sabios filosofos de
la antigüedad. El emperador chino no paga
argumentadores para saber si un infame se
condena ó no cuando muere sin soplarle en la
boca ; si una tercera persona es hecha , ó en
gendrada , ó procedente ; si procede del padre
y del hijo ; si una de estas personas tiene dos
naturalezas y dos voluntades , ó una sola ; sí
la madre es maculada ó inmaculada; en fin,
no conoce ni consubstanciabilidad ni consubs-
tanciacion. Los 40 parlamentos chillos no sa
ben nada de todo esto, luego son ateos. Asi
se argumenta siempre entre los cristianos : Ado
rad á Dios y sed justos : He aqui la suma de
la moral , y la ónica religion de los chinos:
sus libros canónicos , á los que se atribuyere
cerca de 4000 aiíos de antigüedad , mandare
que el emperador, conduciendo por su propia
mano el arado , forme algunos sulcos y ofrez
ca al Ser supremo las espigas , resultado de
Í6 .
éste trabajo. ¿ Ensenareis vosotros tíoSa mejor,
Tomas , Escoto , Buenaventura, Domingo,
Francisco, Lutero, Galvino? Esta religion pues
tan sencilla y pura permance en toda su in
tegridad ha 4000 años , y es probable que
sea mucho mas antigua , porque el emperador
Tohi , á quien los mas modernos compiladores
hacen existir en la época que se dice sucedió
el diluvio , observaba ya esta augusta ceremo
nia de sembrar el trigo j y es muy probable
que se practicase muchos tiempos antes de que
él entrase á reinar ; de lo contrario se le supo-
nia el instituidor de ella. Tohi estaba i la ca
beza de un innumerable pueblo ; esta nacion
pues debia encontrarse reunida mucho antes
que él existiese ; debia tener una religion , por
que no hay ejemplo que haya existido sobre
la tierra sociedad ninguna bajo leyes sin reli
gion ; luego la religion china era muy anterior
á Tohi. Pero lo mas admirable y singular es
que entre los chinos el emperador hace siem
pre las Veces de pontífice y predicador : sus
edictos son todos exhortaciones á la virtud. El
emperador ha sacrificado siempre i Tien Chang-
ti : ningun sacerdote en aquella nacion ha te
nido bastante insolencia para decirle : « mí solo
me corresponde el sacrificar y rogar á Dios
en público : si tocais el incensario ú osais pe
dir á Dios por vos mismo , sois un impío. El
bajo pueblo de la China es supersticioso como.
en todas partes ; en varias ocasiones se han.
1. yantado sectas y adorado dioses ridículos. El
17
gobierno sabio y tolerante les ha dejado siem
pre , con tal que no hayan perturbado el orden
público. Creed lo que quisiereis , pero haced lo
que yo os mando. He aqui la máxima de este
gobierno ateo.

CAPITULO V.

La religion de los bramas en la India es


mas antigua que la de los chinos. Los brama-
nes conservan un libro escrito (llamado Shasta;)
su lengua del Hanscrit , que algunos de ellos
entienden todavía. Ninguno de los bramanes
modernos duda que este libro sagrado para
ellos sea muy anterior al Vedam , tan célebre
en toda la antigüedad ; y que fué aquel la re
gla de los indios por mas de 1500 años, hasta
que llegados á mayor grado de autoridad y po
der los bramanes , compusieron este último
segun el antiguo ; lo que hace decir que tam
bien los bramanes tienen antiguo y nuevo tes
tamento. En el Shasta es donde se habla por
la primera vez entre los hombres de un Ser
supremo que desenvolvio el caos , y que formó
criaturas celestes. Estos medios dioses , ange
le , genios etc. se rebelaron contra su Criador
la mitad , y los restantes permanecieron fieles:
esto dió verosimilmente origen á la fábula
de los griegos sobre los gigantes que com
batieron contra Zens , señor de los dioses. Los
judíos , que no formaron cuerpo de pueblo
sino muchos siglos despues que los indios , no
18
tuvieron la menor nocion de esta teología mís
tica; y en efecto, en el Génesis no se encuen
tra el menor rasgo que haga alusion á tal re
volucion celeste , y no es sino del primer si
glo de nuestra era Vulgar , en que un medio
judio ó medio cristiano , habiendo aprendido
alguna cosa de la religion de los bramanes,
fabricó el escrito que se atribuyó á Enoc , y
alli es donde se dice que en esta rebelion de
ángeb.s malos y buenos estaba á la cabeza
Semexiah , sirviéndole de tenientes generales
Araciel y Chababiel , siendo los ángeles fieles,
Miguel , Rafael , Gabriel y Uriel. A una car
ta de Simon Barjone , apellidado Pedro , prín
cipe de los apóstoles, en que dice: Dios no
ha perdonado d los ángeles que pecaron, sino
que los arrojó al tártaro con los cables del in
fierno. (Eps. 2, cap. 2); y en estas pocas lí
neas atribuidas á Simon Barjone es donde se
encuentra alguna debil idea de la caida de los
ángeles , base principal de la religion cristiana.
Un apostrofe de Isaías al rey de Babilonia,
que él llama parábola , dió nacimiento i la
idea de que Lucifer fué el gefe de los ángeles
malos. Apostrofando este profeta á dicho rey
y á sus exactores , á quienes da el título de
vara de hierro ó baston de los impíos , les
dice , que hasta los cedros y pinos se regocija
ron de su muerte , y que los gigantes les hi
cieron mil cumplimientos cuando entraron en
los infiernos : ¿ como has caido del cielo , di
ce el profeta , tú que parecias la estrella de
19
Venus cuando se levanta por la mañana? Co
mo has caido por tierra , tú que chocabas
tanto á las naciones etc. ? En la traduccion de
esta parábola pareció bien al traductor poner
en lugar de Venus la palabra Lucifer , con
que algunas veces se designaba en latin la
estrella de la mañana , y los comentadores no
dejaron de concluir de aqui que este discurso
era dirigido al diablo ; que el diablo es Luci
fer; que él es quien se rebeló contra Dios,
por lo que está condenado para siempre en el
infierno , y que para tener compañía fué él
quien , bajo el disfraz de una serpiente , se
dujo á Eva á comer de la fruta prohibida ,
para que asi condenado el género humano por
su desobediencia , tuviese quien le hiciese com-
compañía en su mansion horrorosa. ¡ O poder
del equívoco!

CAPITULO VI.

Los indios fueron los primeros que mostra


ron espíritu de invencion : prueba de ello los
juegos del agedrez y tablas reales , como tam
bien las cifras , que todo fué invencion suya;
mas entre sus muchas invenciones tuvieron la
desgracia de mezclar algunas supersticiones,
ya ridiculas , ya abominables. La idea de una
alma distinta del cuerpo , de la inmortalidad
de esta alma , y de la metemsicosis son de su
invencion. Desde que admitieron almas inmor
tales , creyeron que seria una fastidiosa imper
20
tinencia ocupar de continuo al Ser supremo
en criar nuevas almas, á medida que los ani
males de ambos sexos se uniesen , que seria
poner en acecho continuo á Dios para formar
espíritus, al instante que el semen del. cuerpo
macho cayese sobre la matriz de la hembra;
y asi creyeron por mas conforme y natural
que el Ser eterno formó en el momento de la
creacion una porcion determinada de almas , y
que estas pasan sin cesar de unos cuerpos á
otros para animarles , yendo de un ser de ma
yor gerarquía á otro inferior, si han sido ma
los los seres que antes dieron vida ; y por el
contrario de inferior á mayor , si fueron vir
tuosas. Esto es ridículo , es verdad , pero lo
es menos y mas ingenioso que la opinion y
vanos discursos de nuestros teólogos , quienes
sostienen que Dios forma almas á la par que
se forman los cuerpos, y las envian á que se
introduzcan en estos para animarlos cuando el
feto tiene seis semanas. Tienen con todo los
bramas ciertas ctremonias á que viven sujetos
toda su vida , como son el tener los moribun
dos una cola de vaca en los últimos actos de
su existencia , porque creen quedar asi puri
ficados ; y que desde ha mas de 3000 años las
viudas indianas hacen pacto de honor y de re
ligion de quemarse juntamente con el cuerpo
de su difunto marido. Ni la una ni la otra de
egtas prácticas se encuentran en el Cormove-
dam, libro de los ritos de su religion; pues
alli solo se habla de ceremonias fastidiosas , de
21
ideas místicas , y de contemplacion y union á
Dios ; nada se ve que tenga la menor alusion
ni á la cola de vaca que santifica al moribun
do, ni al consejo de la viuda para que se que
me en la hoguera de su esposo. Estas dos cos
tumbres , la una estravagante y la otra horri
ble ; no han tenido seguramente otro origen
que el entusiasmo de un celebro acalorado ; y
otros que le han sucedido , poseidos del mismo
furor , los han encarecido y establecido como
á prácticas religiosas. Una muger que amaba
tiernamente á su marido , al perderle nada es-
traño es que se arrancase los cabellos y se aja
se el rostro en su desesperacion ; otra de mas
vivas pasiones llegaría hasta el estremo de he
rirse por terminar su existencia : y otra ter
cera , poseida enteramente del furor por tan
dolorosa pérdida , formo sin duda el criminal
proyecto de unirse á las cenizas de su cara
prenda, quemándose los dos en una misma
hoguera , y para espiar su crimen de sui
cida , dió en ofrenda á los sacerdotes su dine
ro y sus preseas. Estos á vista de una ganancia
tan lucrativa y tan poco costosa , nada estraíío
es que exhortasen á las demas mugeres á se
guir tan bello ejemplo , y que la repeticion de
actos en lo sucesivo hiciesen como vergonzoso
el no quemarse. Este es siempre el origen de
toda costumbre bárbara : los legisladores por
lo ordinario son gentes demasiado sabias para
mandar cosas que sean absurdas ó contrarias
á la naturaleza : no hacen mas que dar boya
22
á aquellos usos ridículos que estan introduci
dos ya. Mahoma no inventó la circuncision,
estaba establecida ya: Numa nada mandó ni
bárbaro ni impertinente , ni menos dio á los
cretenses leyes ridiculas. Los pueblos entusias
tas , unos mas que otros , desfiguran muchas
veces los preceptos de los primitivos legislado
res : ¡ cuantos ejemplos no tenemos de esto !
Los bramas son de una antigüedad la mas re
mota , y sin embargo son los únicos sacerdo
tes sobre la tierra que conservan á la vez sus
antiguos dogmas y su crédito. Forman la pri
mera tribu de su nacion , que se estiende
de la ribera del Ganges hasta las costas de
Malabar y Goromandel. Cuando nace un hijo
de un brama manda el Cormovedam que se
le diga gravemente : Vive para mandar á los
hombres. Se conservan todavía muchos de sus
antiguos emblemas : á la virtud la representan
montada sobre un dragon que tiene 10 brazos
para ahuyentar á los 10 vicios principales; y
nuestros misioneros papistas , tan torpes para
descifrar los jeroglíficos , la han tomado por
el diablo. El dicho del obispo Warbuton ,
con referencia alas cartas del misionero jesuí
ta Xavier , que decia habia sabido en confian
za de un brama amigo suyo que : entre ellos
no se reconoce mas que un verdadero Dios , y
que sus pagodes no son sino representaciones de
los malos genios ; pero que por un principio de
política se guardan muy bien de comunicar
esta verdad al puebl o, porque conviene tenerle
25
siemrpe en la ignorancia con respecto á la di.
vinidad : es una falsedad de Warbuton , por
haber leido , entendido y referido nial lo di
cho por el jesuita Xavier. En las cartas selec
tas de éste , impresas en Barsovia el aíio 1739^
á las páginas 36 y 37 , que es seguramente
á lo que se refiere , no se infiere ni dice otra
cosa , que entre los bramas se hacia jurar á
los discípulos en las universidades , que no
revelarian jamas ninguno de los misterios que
se les enseñaban : que el principal de estos
misterios era no haber mas que un solo Dios
criador del cielo y tierra á quien era necesa
rio adorar : que sus ídolos eran representacio-
ciones de los malos genios ó demonios : que
entre ellos se celebraba el día de domingo,
en el que de tiempo en tiempo hacian esta
súplica en su lenguage propio : Dios mio , yo
os adoro é imploro vuestros socorros para siem
pre , lo que repetian varias veces en voz baja
para guardar el secreto á que se habian obli
gado por juramento ; y que conservaban cier
tas memorias , como monumentos de su escri
tura santa y leyes del Eterno , escritas en len
guage , desconocido del vulgo, como el latiri
entre nosotros. De esta carta de Xavier se
infiere no lo que dice Warbuton , sino que los
bramanes adoran un Dios supremo, y no son
idólatras ; que su fórmula de rogar es admi
rable ; y que su religion es mas sencilla y
mejor que la que seguia , y les esplicd Xavier
por medio de aquella palabra de Jesucristo :
24
Qui crediderit et bautizatus fuerit salvus erit.
¡Que diferencia de religiones! La del brama
se limita á adorar á Dios : la del apostol con
vertidor exige ademas creer y ser bautizado :
la de aquel es la religion del corazon : la de
este la de ceremonias. Muy ignorante debia
ser nuestro jesuita cuando no sabia que el
bautismo era una de las antiguas prácticas
religiosas de los indios, y que no nos perte
neció á nosotros sino despues de muchos si
glos : ¡ cuando dejaremos de ser bárbaros. La
paz que los ingleses firmaron en 1760 con los
ehiroqueses habitantes de la Carolina nos echa
mas en cara nuestra barbarie. El gefe de ellos
llamado pequeño Carpanter dijo al coronel
Grande, gefe de la escuadra inglesa, estas pa
labras : Los ingleses son mas blancos que no
sotros , pero un solo Dios es nuestro comun pa
dre ; el Todopoderoso ha criado todos los pue
blos y les ama igualmente. Que diferencia en
tre este discurso y el de nuestros docmáticos
bárbaros é impíos , cuando dicen : No hay mas
que un pueblo elegido que pueda agradar á
Dios !
CAPITULO VII.

Los caldeos , segun congeturas , formaban ya


un pueblo poderoso. mas de 1000 anos antes
de la ¿poca en que se fija el diluvio universal,
y cuando Alejandro Magno entro en su pais le
presentaron observaciones astronómicas de 1900
años de antigüedad , cuya época se remonta á
I
25
cerca de 2250 años antes de nuestra era vul
gar, lo que arguye una antigüedad prodigiosa;
pues si á esto se añade que los caldeos no de
bieron á otros que á si mismos el conocimien
to de la ciencia astronómica , que para conse
guir ó dedicarse y hacer progresos en este gé
nero de estudios necesitan los hombres mas de
200a años para inventar un lenguaje y un al
fabeto , un arte de escribir , y para laborear
los metales , se sacará por consecuencia que es
te pueblo debia tener por lo menos una anti
güedad de 4000 años antes que fuese á con
quistarles. Esta antigüedad parecerá escanda
losa á algunos que quizá hasta ahora no se
habrán cuidado de conciliar la divergencia de
cerca de 700 años que se encuentra entre las
épocas en que se fija el diluvio por las biblias
hebraicas , la de los samaritanos y la de los
pretendidos setenta. Que se ocupen mas bien
en conciliar mas de 60 sistemas sobre su cro
nología, y que no se admiraren de la antigüedad
los caldeos. La religion de estos antes que los
persas conquistasen á Babilonia , y que mez
clasen su religion de Zoroastres con la de los
magos de Caldea , fué el sabismo , es decir , la
adoracion de un solo Dios , y la veneracion
por las estrellas miradas por ellos como dioses
subalternos. No creo que haya en esto motiva
para calificar el caldeismo d sabismo como una
idolatría; y en verdad, una estrella no es ni un
ídolo ni una imagen , es un sol como el nues
tro; luego ¿por que no admiran á Dios en es-
26
tas admirables obras , por las que reglamos
nuestras estaciones y nuestros trabajos ? Ade
mas que toda la tierra creia entonces que nues
tros destinos pendian del orden de las constela
ciones. Este error, y la desgracia de que los
magos fuesen astrólogos de profesion , parece
les haga dirigiesen algunas veces sus súplicas á
esos grandes cuerpos luminosos en que se ma
nifiesta con tanta magestad el poder del gran
ser : los astros creo valen mas que S. Roque ,
S. Pancracio y Santa Ursula, cuyos pretendi
dos huesos adoran los católicos romanos de ro
dillas , y otras varias reliquias que el rubor
obliga á omitir.

CAPITULO VIII.

Los persas , que como hemos visto mezcla


ron su religion con la de los caldeos , no fue
ron tan hábiles como estos ; pero sin embargo
adoraban tambien un solo Dios , y reverencia
ban en el fuego el emblema de la divinidad.
Sea que este culto les fuese enseñado por Zer-
dusth , que los griegos con su prurito de cam
biar los nombres asiáticos llamaron luego Zo-
roastres , sea que haya habido muchos Zoroas-
tres ó que no haya habido ninguno , lo cierto
es que los persas fueron los primeros que con
servaron el fuego sagrado ; que admitieron un
lugar de delicias para los justos , y un infierno
para los malos ; un buen principio que llama
ban Dios , y un mal principio que nosotros
27
llamamos el diablo; este mal principio , á quien
ellos llamaban Aviman ó Satan , ni era Dios
ni coeterno con Dios ; en fin existia en con
cepto de ellos , y nada estrado es que admitie
sen este mal principio cuando veian tantos ma
los efectos en el órden de la naturaleza. Los
persas no tuvieron altares ni templos hasta que,
despues de haber conquistado á los babilonios,
unieron su religion á la de estos , así como los
francos no tuvieron tampoco altares ni tem
plos hasta que subyugaron á los galos. Los an
tiguos persas reducian únicamente su culto á
mantener el fuego sagrado en cuevas estravia-
das que llamaban Testas , cuyo culto pasó
despues á otras naciones , y se introdujo al
fin hasta los romanos , quienes tomaron á Tes
ta por una diosa , y se erigieron templos y
crearon sacerdotizas : otra prueba de lo que
producen las equivocaciones. Es constante que
tanto los caldeos como los persas creyeron en
la inmortalidad del alma ; cuando no fuese prue
ba bastante para esto el libro Sadder , que con
tiene la droctrina religiosa de los antiguos per
sas , bastaria solo para convencerse echar una
mirada sobre las ruinas de Persópolis , de que
se nos han hecho diseños tan exactos : se nos
dice allí que sobre los sepulcros se veian unas
cabezas aladas que indicaban tomar su vuelo
hácia el cielo. En fin de cuantas religiones he
mos recorrido hasta aquí , escepto la de los
chinos , todas han admitido la inmortalidad del
alma , y obsérvese que todas subsisten aun :
28
la del gobierno chino existe en toda su inte
gridad : la de los bramanes reina en casi la
India toda , y la de Zoroastres no está desmen -
tida , aunque los que la profesan se encuen
tren dispersos en varios puntos del globo.

CAPITULO IX.

Los fenicios han sido un pueblo posterior á


los de que hemos hablado hasta aquí. Habita
ban estos una costa del Mediterráneo muy esté
ril , lo que les obligó , para poder prosperar y
enriquecerse , hacer el comercio marítimo. Cor
rieron estos comerriantes asiáticos el Africa, y
llegaron hasta venir á España é Inglaterra. Sidon,
Tyr, Biblos y Bdrit se hicieron en breve opu
lentas ciudades á consecuencia de este comer
cio ; pero se infiere de aquí que para que los feni
cios progresasen por este medio en un princi
pio , era de toda necesidad que la Siria , la
Caldea y la Persia fuesen ya estados muy
considerables antes de emprender aquellos la
navegacion ; porque si no hubiesen tenido ve
cinos ricos á quienes vender sus producciones,
¿ á que emprender viages tan azarosos Prue
ba todo esto pues que los fenicios era un pue
blo posterior á los sirios , caldeos y persas.
Sin embargo, cuando Herodoto estuvo en Tyr,
dice que entro en un templo que ha cerca de
300 artos que estaba fabricado : esta antigüe
dad se remonta entre nosotros á cerca de 2800
años antes de la era vulgar , y por consiguien-
29
te el templo de Tyr debia subsistir (segun el
cálculo de la Vulgata ) cerca de 1 800 aííos
antes que el de Salomon. Los fenicios en cali
dad de comerciantes tuvieron que cultivar las
artes y el arte de escribir; y en efecto fueron
los primeros que tuvieron registros y archivos ,
por lo que su pais fué llamado el pais de las
letras. En la historia de Josué ( lib. Jueces,
cap. 1?) se encuentra que en las fronteras de
Fenicia, en el distrito llamado Canaan, única
mente por los judíos, habia una ciudad llama
da ciudad de las letras Cariath Sepher , la
que fué tomada y casi desolada por Otho-
niel. Está probado que los fenicios comunica
ron á los griegos su alfabeto ; y cuando los
judíos vinieron á establecerse muchos tiempos
despues en los confines del territorio de aque
llos , tomaron su alfabeto y su escritura. Uno
de los mas curiosos monumentos de la anti
güedad es sin duda la historia de Sanchoniaton
el fenicio , de cuya obra nos ha conservado
fragmentos muy preciosos el escritor Eusebio.
Es incontestable que Sanchoniaton escribió mu
chos ailos antes que acaeciese la irrupcion de
los hebreos en el pais de Canaan , pues en su
dicha historia no hace mencion ninguna de ta
les hebreos , y es imposible hubiese dejado de
hablar de ellos si en sus tiempos o antes hu
biesen entrado estos á fuego y i sangre , y co
metido tantas crueldades como se cuentan en
paises tan vecinos al suyo. Si hubiese habido
un Moises antes que él , seguramente que no
30
lo hubiese olvidado tampoco , atendido á los
espantosos prodigios que nos cuentan operó en
Egipto : de aqui pues resulta con toda eviden-
que Sanchoniaton fué muy anterior á la época
en que se hace existir á Moises , y que por
consiguiente escribió su cosmogonía mucho an
tes que los judíos tuviesen Génesis; y es cosa
que causa á la verdad admiracion que este
autor tan célebre y antiguo no haya citado
ninguno de los hombres que tanto figuran en
el Génesis ; ni él ni ninguno de los escrito
res contemporaneos suyos , ni los pueblos de
aquella época, hayan conocido los nombres de
Adan, Cain , Abel, Enoc, Matusalem y Noe.
Si Sanchoniaton ó cualquiera de los escritores
sirios, caldeos ó egipcios hubiesen mentado al
guno de estos señores , no hubiera dejado de
prevalecerse de su dicho el historiador Josefo ,
el mas célebre entre los judíos ; pues este mis
mo , en su carta i Appion , le dice : que ha
consultado cuantos autores extrangeros anti
guos y modernos hablan de su nacion , y que
no ha encontrado uno siquiera que hable de
los milagros de Moises , ni que diga la menor
palabra de lo contenido en el Génesis y Exo
do. Si Sanchoniaton ii otro autor de aquellos
tiempos hubiese dicho la mas mínima cosa en
favor de la historia judía , Eusebio que hace
armas de todo en su preparacion evangélica ,
no hubiese dejado de citar este testimonio que
tanta fuerza podia darle. Los fragmentos ele
Sanchoniaton son tanto mas recomendables ,
31
cuanto este célebre autor escribió despues de
haber cousultado á los sacerdotes mas sabios
de su pais , entre otros á Jerombal , sacerdote
de Yahon , en la ciudad de Berit , y que su
cosmogonía fue sacado (segun él propio con
fiesa ) de los libros del rey de Egipto Hiao ,
que vivio 800 anos antes que él , y de cuyo
príncipe hicieron despues los griegos un dios
llamado Mercurio. Algunas almas pobres, que
otros llaman timoratas , se han espantado al
oir libros de una antigüedad tan anterior á su
Génesis , y no han encontrado otra objeccion
que hacer , que tales fracmentos eran de un
libro supuesto : pero desgraciadamente Eusebio
mismo , uno de los escritores mas famosos y
que merece mas fé , se tomó la pena de trans
mitírnoslos hasta nuestros dias en sus escritos,
y destruir así los argumentos que podrían ha
cerse con respecto á esto. Eusébio combatid
los principios de Sanchoniaton , pero se guardó
muy bien de combatir su autenticidad , porque
era demasiado conocida en aquel entonces :
¿ que mayor prueba queremos pues que la con
fesion de un adversario , de un adversario tal
como este ? La religion de los fenicios contenia
varios ritos ridículos , porque los pueblos siem
pre han sido amigos de mogigangas , pero con-
contenia una moral sana , aunque su metafí
sica fuese absurda , porque toda metafísica
lo fué hasta Loke. Admitían en el principio,
como los indios , un caos , que el espíritu se
enamoró de los pricipios confundidos en este
32
caos, se unió á él , y el amor lo desenvolvió' todo,
y de aqui nacieron la tierra , los astros y los
animales. Sacrifie aba este pueblo á los vientos,
y esta supersticion era muy conforme á un
pueblo tan navegador. En lo sucesivo cada ciu
dad de Fenicia tuvo sus dioses y sus ritos par
ticulares. A los fenicios se les hace inventores
del culto de la diosa Venus, y de la fábula de
esta y de Adonis. Adoni ó Adonai era el nom
bre de uno de sus dioses ; y cuando los judios
vinieron muchos tiempos despues á habitar en
su vecindario , llamaron á su dios con los nom
bres fenicios de Jehona , Yaho , Adonai , Sa-
dai etc. Desde Tyr hasta lo interior de la Ara
bia ba sido la cuna de las fábulas , y nada es-
traíio es siendo el pais de las letras.

CAPITULO X.

El poeta francés filosofo , que dijo que el


Egipto es una nacion muy nueva, se funda en
una razon incontestable. El Egipto es un pais
que las aguas del Nilo tenian inundado cinco
meses al año , lo que hacia el terreno fangoso
y por consiguiente impracticable : antes que
estos nacionales pudiesen domar este rio y
abrirle canales , debieron pasar algunos siglos ;
y mientras que esto no se verificó , fué impo
sible levantar edificios sobre un suelo tan fan
goso y tan espuesto que tuviese 20 piés de ele
vacion ; cuando por el contrario , los inmensos
llanos y mansos rios del Asia eran muy u pro-
pósito para fundar ciudades i y por consiguien
te sociedades civilizadas. Arguye todo esto ,
que antes que el Egipto formase un cuerpo de
pueblo , el Asia debia tener mucho antes gran
des naciones reunidas. Sin duda se objetará que
las pirámides de Egipto son monumentos de
antigüedad tan remota que casi es desconocida,
y que Thas dió leyes á los egipcios 800 años
antes que existiese Sanchoniaton , que segun
hemos visto vivió en tiempos anteriores á la
tenida de los judios á Palestina ; y en fin que
los griegos y los romanos han reverenciado
siempre las antigüedades egipcias : lo cual no
probará otra cosa sino que el gobierno de los
egipcios es mucho mas antiguo que los nues
tros ; pero no que deje de ser moderno en com
paracion de los asiáticos. Algunos infelices que
viviesen entre las rocas que rodean el Nilo de-
den ser contados por nada : basta que esten los '
hombres reunidos bajo las leyes y conozcan las
artes , no se entiende que existe una nacion :
el estado de Salvaje es estado de brutos ; pero*
sin meternos en discusion tenebrosa sobre la.
antigüedad de estos pueblos , limitémonos á
nuestro objeto , que es el averiguar si todas
las grandes naciones han reconocido un Dios
Supremo. Es una verdad innegable que la teolo
gía egipciaca se fundaba en esta doctrina : prue
ba de ello el nombre innegable de Yaho que
significaba el eterno ; y el globo que tenian
puesto sobre las puertas de sus templos , que
íepresentaba la ünion del gran Ser , bajo el
3
54
nombre de Kuef. Y sobre todo prueba esta
verdad lo que' nos queda de los misterios de
Isio , cuya forma nos ha conservado Apules :
Las potencias celestes te sirven ; los infiernos te
están sometidos ; el universo todo roza bajo el
poder de tu mano ; con los pies huellas el tár
taro ; los astros responden á tu voz ; á tus ór
denes vuelvan las estaciones , y los elementos te
obedecen. No creo que se dé un modo de es
presar con mas energía la unidad de un Dios
supremo. Nada estraíio es que en su formula
dijesen que le obedecen las potencias celestes,
porque los astros o los genios esparcidos en el
universo eran mirados por ellos como dioses
secundarios superiores á los hombres, pero in
feriores á Dios ; doctrina familiar á todo el
oriente, adoptada en Grecia, y hasta en nues
tra Italia moderna, por lo que hace á la in-
' mortalidad del alma.
Las pirámidas de Egipto lo atestiguan. Los
grandes del Egipto se hacian elevar estas tum
bas tan permanentes y durables , y mandaban
embalsamar sus cuerpos antes de depositarlos
en ellas , á fin de que el espíritu volviese al
cabo de iooo artos, segun otros, 3000, á reu
nirse á este cuerpo que hasta alli habia animado.
Esto prueba que la inmortalidad del alma fué
otro de sus dogmas. Sin embargo tuvo este pue
blo muchas supersticiones , lo que le hizo bas
tante despreciable á los ojos de las demas nacio
nes. Se ve hasta aqui que todos los pueblos, ci
vilizados , tanto grandes como pequeños , han
35
reconocido un Ser supremo de tiempo inmemo
rial.

. CAPITULO XI. v

Herodoto nos dice que los árabes adoraron á


Venus Urania y á Baco. No sabemos de que
parte de la Arabia nos habla , pues es regular
saa de las tres, porque bablándonos de cuando
Alejandro llego á la Arabia feliz , y quiso esta
blecer alli la silla de su imperio, mandó decir
á los pueblos de Yemen y Sanaa que habia
hecho tanto como Baco , y por consiguiente
querra ser adorado como él. De aqui se infiere
que Baco era adorado en la grande Arabia , y
debia serlo tambien en la Petrea y en la De
sierta , porque las provincias pobres , por lo
comun se conforman con los usos y costum
bres de las ricas. Lo que es extraño es que
estos pueblos adorasen á Venus Urania griega :
Venus es palabra latina, y Urania griega, y
los árabes no sabian ni griego ni latino ; pue
blos infinitamente mas modernos que ellos :
pero los árabes se servian de las palabras Aliad
para significar la estrella Venus ; Atarid para
significar á Mercurio &c. ; porque los árabes
adoraban las estrellas, sin embargo que reco
nocian un Dios supremo. Prueba de que era
este el punto cardinal de su dogma religioso ,
que de tiempo inmemorial dividian sus cam
pos en dos partes, la primera para Alah, nom
bre que daban al Dios supremo , y la segunda
56
para las estrellas que estimaban mas. £1 sola
hombre , á quien concedieron estos pueblos los
honores divinos , fué al mismo á quien des
pues los griegos han llamado Baco, cuyos nom
bres. en idioma árabe eran Bac, Urotal ó Mi-
sun. Esta divinidad tiene una semejanza prodi
giosa en sus hechos con el Moises de los he
breos. Este Baco árabe fué nacido como Moises
en Egipto , y criado en Arabia hácia el mon
te Sina que los árabes llaman Nisa : pasó á pié
seco el mar rojo con su ejército cuando fué á
conquistar la India : hizo saltar una fuente de
vino pegando con su tirso sobre una roca : paró
el curso del sol y de la luna: salian de su ca
beza dos rayos de luz : en fin , se le llamaba
tambien Miseilo , como hemos visto , que era
uno de los hombres de Moises , y que quiere
decir salvado de las aguas , porque se suponia
que Baco habia caido en el mar siendo niño.
Todas estas fábulas árabes pasaron é los pri
meros griegos por medio de Orfeo que les con
tó sus aventuras. Son antiquísimas y tal vez
alegóricas. Jamas pueblo ninguno inventó mas
parábolas que los árdbes : escribian de ordina
rio en verso ; y en la plaza de Ocad se cele
braba una feria todos los aiíos, donde se pre
miaba al poeta que recitaba el cuento mas ex
traordinario.
CAPITULO XIL

Se ha hablado tanto de los griegos , que


queda muy poco que decir de ellos : con todo
i.
37
observaremos aqui que adoraron un Dios su
premo , y que reconocieron la inmortalidad
del alma al ejemplo de los asiáticos y egip
cios ; y esto mucho antes que tuviesen histo
rias y que Homero hubiese escrito , pues este
nada inventó respecto á los dioses ; todo lo de
jó ya como estaba : Orfeo mucho antes que él
introdujo su teogonia en la Grecia. Esta teo
gonia comenzaba como la de los fenicios y de
los persas, por un caos ó dios que desenvol
vió los principios de la materia esparcidos en
él , y dió nacimiento al sol , á la luna , á las
estrellas y á la tierra. Este Ser supremo i quien
ellos llamaron Zeus ó Júpiter era el soberano
de todos los dioses. A cada paso se observa
esta teología en los escritos de Homero. Júpi
ter solo es el que tiene derecho de reunir el
consejo de los grandes dioses ; quien solo lan
za el rayo ; quien manda á todos los dioses y
les castiga ó recompensa. Apolo es arrojado
del cielo por su orden ; Juno es suspendida
en los aires con la cadena del oro , aunque no
nos dice este buen hombre donde se clavó el
primer eslabon de esta cadena : Júpiter tam
bien arroja de un puntapie á Vulcano su hijo
sobre la tierra y amenaza á Marte : en fin todo
en los escritos del indigente poeta anuncia un
Dios supremo. Nada se encuentra mas claro
en Homero que la antigua opinion sobre la
inmortalidad del alma ; pero nada se ve en sus
obras tratado con mas obscuridad que la opi
nion sobre la existencia de esta. El alma para
58
los antiguos poetas y filósofos no ere mas que
un cierto no se que" que anima el cuerpo ; una
figura sutil ; un pequeño compuesto de aire
que se asemeja al cuerpo humano ; que se
huye de él á cierto tiempo , sirviéndole hasta
allí como de estuche. Ulises encontro millares
de estas almas en su viage á los infiernos : el bar
quero Aqueronte está continuamente ocupado
en trasportarlas en su barca. Esta teología es
ridicula como todas las demas , convengo en
ello ; pero demuestra que la inmortalidad del
alma era un pequeño capital de la religion de
los antiguos. Sin embargo , esta creencia no
impidió que se levantasen numerosas sectas de
filosofos que se burlaban igualmente de Júpi
ter y de la inmortalidad del alma ; y es digno
de observarse que la secta de Epicuro se mi
raba como una sociedad de ateos , porque en
hechos de religion y moral , aunque admitian
dioses , cseian que estos no podian ni premiar
ni recompensar , siendo unos seres sin poder
ninguno , que es lo mismo que si no fuesen.
Admira el ver que los Epicureos no fuesn ja
mas perseguidos , y que Sócrates fuese conde
nado por el Areópago á beber la cicuta : - es
necesario que haya habido en esto otra razon
que la del fanatismo para que se condenase á
Sócrates. En efecto , asi es : los Epicureos eran
unas gentes muy sociables; y Sócrates por el
contrario era el hombre mas insocial : confesó
él mismo en su defensa que iba de puerta en
puerta por Atenas para probar á las gentes
59
que tocias eran un atajo de tontos ignorantes,
con lo que se hizo tantos enemigos , que con
siguió al fin que todos se complaciesen de su
muerte, aunque despues se arrepintiesen de
ello. El obispo Warbuton , en su obra intitu
lada Divina Legacion de Moises, al tomo 2?
lib. 3? , dice que los filosofos que enseñaron
la inmortalidad del alma no creian en cuanto
decian sobre este particular. Da mil vueltas á
su discurso para probar que todos los que se
llamaban sabios antiguos tenian una doble
doctrina pública y otra secreta ; predicaban en
publico la inmortalidad del alma para conte
ner al pueblo ignorantes, y se burlaban en
secreto con las gentes de talentos de lo que
habian dicho. Esta es una asercion singular
para un obispo : ¿ que necesidad tenian estos
filósofos de decir en voz alta lo que no creian
en secreto , puesto que era permitido decir á
los Epicureos públicamente que todo perecia
con el cuerpo , y que los Pirronistas sostenian
podia dudarse de todo impunemente ? ¿ Que
podia forzar á estos filósofos á mentir por la
mañana para decir luego á la tarde la verdad?
Pícaros mal intencionados podian muy bien
en Grecia como en otras partes interpretar á
su modo las palabras de un sabio y hacerle
formar un proceso ; pero esto no probará ja
mas que haya dos doctrinas diferentes para los
sabios. La doctrina doble de que quiere ha
blar seguramente nuestro Warbuton es la que se
encuentra en los misterios de Isis , de Ceres,
40
de Orfeo, y no entre los filosofos : en los mis
terios de estas tres divinidades se enseñaba la
unidad de un Dios , mientras que en público
se sacrificaban á dioses ridículos : he aqui la
verdad del hecho. En efecto, que se examinen
las instituciones de estos tres diferentes miste
rios , y se Verá que en todos ellos no se trata
mas que de atestiguar la existencia de un Dios
ónico. Esto es precisamente como si hubiese
congregaciones entre los papistas de hombres
sabios , que despues de haber asistido á la mi
sa de Santa Ursula y las once mil Vírgenes,
San Roque y su perro , San Antonio y su co.-
chino , fuesen á abjurar estas ridiculas tonte
rías en una asamblea particular; pero desgra
ciadamente sucede lo contrario , pues los co
frades papistas encarecen aun mucho mas to
das las supersticiones á que se ven precisados.
Sus penitentes blancos , negros y pardos á su
instigacion , se visten de máscara para azotarse
en honor de estos bellos santos , en vez de
adorar á Dios como todo hombre razonable.
Para probar Warbuton que los griegos tenian
dos doctrinas , una para el Areópago y otra
para sus amigos , cita el hecho de César , Ca
ton y Ciceron , cuando en la causa de Catilina
sentaron que la muerte no es un mal, que el
fin de todas las sensaciones, y que no hay vi
da despues de ella ; pero ninguno de estos tres
insignes romanos fué del número de los sabios
griegos ; y ¿ es asi como esplicaban estos su
secreta doctrina en presencia de tres ó cuatro
41
cientos senadores y un inmenso pueblo ? Podia
muy bien haber añadido nuestro obispo lo
que Séneca hacia decir secretamente al coro en
su tragedia de la Troada , representada delante
de todo el pueblo romano reunido :

Post mortem nihil est, ipsaque mors nihil ^


Queris quo jaciant post óbitum loco?
Quo non nata jacent.

Cuando se Je hicieron conocer todos estos


disparates y todas sus inconsecuencias , se en
fado el bueno de Warbuton , y no contestó na
da , ni con discursos científicos , ni con razo
nes de urbanidad : se parece á aquellas mugeres
que se tienen solo al hecho , y que por mas
que se les diga se hacen cada vez mas atrevidas
y mas malas. Nihil est audatius , istis depren-
sis.

CAPITULO XIII.

Seremos tan cortos con los romanos como lo


hemos sido sobre los griegos ; pues la religion
es la misma. Los mismos dioses principales,
el mismo Jdpiter señor de los dioses y de los
hombres , los mismos campos elíseos , el mis
mo tártaro y las mismas apdtesis. Y si bien es
verdad que la secta de Epicuro tuvo gran cré
dito en esta nacion , y que se burlaban públi
camente de los augures , de los taurispius , del
eliseo y del infierno, con todo subsistid este
42
religion en Roma hasta la ruina del imperio.
Es constante , segun las fórmulas de la religion
romana, que reconocian un solo Dios supremo:
á Júpiter únicamente daban el título de opti
mas maximus , y solo en sus manos se veía. el
rayo. Los demas dioses podian compararse á los
santos y á la vírgen que adora en el dia la
moderna Italia. En una palabra , cuanto mas
nos alternaremos en el conocimiento de los an
tiguos pueblos civilizados , mas descubriremos
por todas partes un Dios supremo , como lo he
mos dicho ya. El bueno de Warbuton , cuya
opinion es siempre enemiga de la del comun
de los hombres sensatos , se atreve asegurar en
el prefacio de la cuarta parte de su legacion,
que los romanos hacian poco caso de Júpiter,
cuya asercion apoya en la autoridad de Cice
ron : dice que este orador en su oracion por
Flaco esclamó : no es de la magestad del im
perio reconocer un solo Dios. ¡ Quien lo creye
ra ! ni una sola palabra se encuentra en la citada
oracion , ni en ninguna de las que ha pronun
ciado el orador romano : pertenece entera esta
cita á nuestro obispo , que con este fraude im
pudente ha pretendido engañar á todo el mun
do. Y adviértase que lleva á tal punto la im
postura , que recita las palabras mismas de Ci
ceron : majestatern imperii non descuise ut om-r
nes tantum Dtus colatur. Se imagino sin duda
que nadie se tomaria el trabajo de hojear á
Ciceron y descubrir su impostura; pero se en
gañó en esto como en todo lo demas : ¿ que fe
43
se podrá dar en lo sucesivo á sus cementanos
sobre varios escritores célebres ? Lo que hizo
mas recomendable á este pueblo rey es que du
rante 900 años no ha perseguido jamás á na
die por sus opiniones ; la tolerancia universal
fué su principal regla política. Estos sabios con
quistadores en cuanto sitiaban una ciudad , lo
primero que haciun era rogar á los dioses ado
rados en ella que tuviesen á bien pasar á su
campo , y en cuanto lo tomaban iban á sacri
ficar al templo de los vencidos : así merecieron
mandar á tantas naciones. No degollaron á los
toscanos por reformar el arte de los Aurispices:
nadie murió en Roma por hablar mal de los
pollos sagrados. Los egipcios llenos de menos
precio por sus muchas aupersticiones , tuvieron
en Roma su templo de lsis , y los judios mas
despreciables todavía , tuvieron tambien sus
sinagogas despues de sus sangrientas rebeliones.
El pueblo conquistador era el pueblo tolerante ;
y si luego trataron mal á los cristianos , fué
porque estos nuevos advenizos tuvieron la avi
lantez de declarar públicamente y repetidas
veces que no podían sufrir otro culto que -el
suyo , lo que haremos ver evidentemente cuan
do llegaremos al establecimiento del cristianis
mo. Empecemos pues examinando primero la
religion judía , de la que ha nacido el cristia
nismo y el mahometismo.
44
CAPITULO XIV.

Todas las naciones del mundo , escepto los


chinos , se glorian de una multitud de oráculos
y de prodigios ; pero todo sin escepcion es pro
digio y oráculo en la historia de Judea : se ha
escrito ya tanto sobre esta materia , que queda
muy poco ó nada que descubrir sobre ella y
con todo nosotros aunque no repitirémos sus
continuos milagros , ni los combatiremos, por
que respetamos siempre la madre de nuestra re
ligion , hablaremos de las maravillas judaicas
en cuanto baste para establecer los hechos de
que vamos á tratar; examinaremos pues esa
historia como hacíamos en la de Tlto-Livio ó
la de Herodoto. Trataremos de indagar con so
lo las luces de la razon lo que eran los judíos,
de donde vinieron , cuando se establecieron en
Palestina , cuando tuvieron religion fija y cuan
do escribieron. En fin trataremos de instruir
sin escandalizar á los débiles , si es posible de
cir la verdad sin escandalizar. No se encuea '
tran mas luces entre los escritores antiguos so
bre el pequeño pueblo hebreo , que las que se
encuentran sobre los francos , los irlandeses y
basques. Todos los libros judíos han perecido,
y su lengua ha tenido la misma suerte : esto
nos priva de las luces que hubiera podido dar
nos sobre este particular los autores antiguos de
la Persia , Caldela y Siria ; por lo que nos ve
mos precisados á viajar en un desierto en don
45
de solo habitan animales salvajes. Tratemos sin
embargo de ver si podremos descubrir algunos
rastros de los habitantes que ocuparon antigua
mente estos paises.
Los judíos en su origen no fueron saas que
una orda de vagamundos de la Arabia , en el
desierto que se extiende entre el Egipto y la
Siria ; habiéndose multiplicado esta orda , se
apoderó por asalto de algunos pueblos de las
fronteras de Fenicia. Nada mas verosímil que
esto : la aficion de los judíos á las parábolas y
á lo maravilloso é increible , y su inclinacion
bácia el piílage , nos inducen á creer y mirar
esta nacion como un pueblo muy nuevo y ori
ginario de una de las ordas árabes que en los
primeros tiempos vagaron por aquellos paises.
Hay todavía mas : pretenden los judíos en su
historia que tanto las tribus árabes, como ellos,
descienden de un mismo padre , y que todo*
son hijas de ciertos pastores que vagaron por
aquellas comarcas , á los que llaman ellos
Abram , Lot y Esaü : estas son muy congetu-
ras, pero desgraciadamente no les queda nin
gun monumento que pueda apoyarlas. Si se
examina este hecho con solo los ojos de la
razon , los libros judíos nunca pueden ser con
siderados como prueba bastante para acreditar
esta pretendida descendencia , porque nadie es
testigo hábil en su propia causa. Yo no creeré
á Tito-Livio porque nos diga que Rdmulo fué
hijo del dios Marte , ni tampoco á los primiti
vos historiadores de la Francia que nos refieren
46
su origen de Franco hijo de Hector: del mismo
modo tampoco debo creer á los judíos sobre su
palabra en cuanto á las cosas extraordinarias
que nos dicen respecto á su origen. Hablo aquí
solo segun la fe' humana , y me guardaré muy
bien de tocar á la fe divina. Ya pues que los
> libros judíos no pueden servirnos en este exa
men , busquemos en otra parte alguna débil
luz que pueda servirnos de guia. Mas de un
autor antiguo nos dice que la nacion judía en
un principio no fué sino una tropa de leprosos,
que fueron echados de Egipto por el rey Ama-
sis. Esta asercion adquiere un grado de proba
bilidad con la confesion que los judíos mismos
hacen de que huyeron del Egipto, y que estu
vieron bastante sujetos i la lepra; pero ni lo
dicho por los antiguos escritores ni lo confesa
do por los judíos , lo reconoceremos por prue-
bastante : averigüemos mas. Diodoro de Si
cilia nos dice con referencia á los autores egip
cios que ha consultado , que habiendo tentdo
guerra Amasis , rey de Egipto, con Actisan,
rey de Etiopia , y vencido este último , mandó
cortar la nariz y las orejas á una gran banda
de ladrones que habian infestado el Egipto du
rante la guerra ; y que luego confinó esta tropa
de malhechores al desierto de Sena , donde no
les quedó otro recurso para poder subsistir que
el hacer redes para cazar codornices en que
abundaba aquel pais , lo que les servia el i5ní-*.
co alimento. El pais que estas gentes eligieron"
para morada , es el mismo que despues se lia-
rao en lengua egipcia Nariz-cortada ,. y que los
griegos designaron con el de Rhinocolure. Este
pasage de Diodoro , á que se hace tan poca
atencion , junto á la antigua tradicion de que
los hebreos fueron en un principio una cuadri
lla de leprosos echados del Egipto , parece dar
nos alguna luz mayor sobre el verdadero orf-
gtn de esta nacion. Además ellos mismos con
fiesan haber sido á la vez leprosos y ladrones,
pues dicen que despues de haber robado á los
egipcios se huyeron al mismo desierto que se
conoció' luego bajo el nombre de Rhinocolure.
Especifican que la hermana de Moisés tuvo le
pra; y se convienen con los egipcios sobre el
artículo de las codornices. Humanamente ha
blando pues , y fuera de todo hecho maravillo
so, podemos concluir razonablemente que los
judíos en su orígen no fueron mas que árabes
vagamundos sujetos á padecer la lepra , que al
gunas veces vinieron á los confines de Egipto
á robar , y que luego se retiraron al desierto
de Oloret y de Sinaí , cuando fueron cogidos
y se les corto' las narices y orejas en fuerza de
sus crímines. Aumenta la probabilidad de esta
congetura lo que dicen el egipcio Appion de
Alejandría que escribió una historia de su pais
bajo el reinado de Calígula , y otro autor lla
mado Chencres , natural de Mendes., los cua
les aseguran que fué durante el reinado de Faraon
Amasis cuando fueron desterrados los judoís.
Hemos perdido los escritos de estos autores ;
pero el judío Josefo , que escribió contra Ap
48
pion despues de la muerte de éste * refuta va
rios puntos de su obra , pero en nada se opone
á lo que dice sobre Amisis Flaviano Josefo, que
es el solo judío que pasd á Roma para instruirse,
y que se le considera como hombre muy sabio
de su tiempo, refiere muy seriamente la fábula
de los setenta y de Aristeo , de que Vaudal y
otros autores nos han hecho ver ya la ridicu
lez y absurdidad. Este mismo Josefo nos dicei
que habiendo preguntado el rey de Egipto Pto-
lomeo Filadelfio á los traductores de las obras
judíos , como era posible que unos libros tan
sabios como los de los judíos no hubiesen sido
jamas conocidos por nacion alguna , le respon
dieron que estos libros eran demasiado divinos
para que los profanos osasen citarlos, y que
Dios no podía permitirlo jamas : obsérvase que
esta bella respuesta se daba al tiempo mismo
que se ponian los libros en manos profanas.
Anade este inepto escritor que el profano que
habia sido bastante atrevido para decir una so
la palabra sobre las leyes judías , sobre la mar
cha habia sido castigado por Dios : que el his
toriador Teopongo , solo por haber formado el
designio de decir algo sobre esto en su obra
se volvió loco , y que al cabo de treinta dias
Dios le hizo conocer en sueños que habia sido
castigado de aquel modo , por haber pensado
hablar mal de los judíos en sus escritos , con
cuyo aviso Teopongo pidió perdon , y le vol
vió el juicio : nos cuenta otro tanto de Teodo-
reto , quien habiendo indicado algo sobre los
judíos en una de sus tragedias , incontinenti
cego , y no le volvió la vista hasta que pidió
perdon é hizo penitencia. Si Un hombre qué
pasa por el único historiador judío que ha es
crito con alguna crítica , nos ha dicho tan enor
mes y ridículas estravagancias, ¿que deberemos
pensar de los demas ? Hablo siempre humana
mente : si á ün hombre que jamás hubiese oi-
do hablar ni de los judíos ni de los cristianos,
se le pusiesen en las manos los libros dogmá
ticos de estos para que los leyese , estojr
seguro que no siendo iluminado por la gracia,
y guiado solo por las débiles luces de su razon,
no les daria ningun crédito , y aun se 'burlaria}
de ellos cómo la cosa mas ridícula y estrava-
gante.

CAPITULÓ XV.

En cuanto i la época en que los judíos1


Comenzaron á habitar en ciudades , cuando
escribieron , y cuando tuvieron religion fija y
determinada, no tenemos otro medio para averi
guar esta verdad que consultar sus mismos es
critos , y ver lo que sea más probable de cuanto
dicen. Segun sus milagros, pues, aparece quei
permanecieron bajo tiendas de campaña en uní
desierto por muchos tiempos en numero de
630000 combatientes , qüe entre niños , muge-
res y ancianos debian Componer una poblacion
de cerca de tres millones de almas. La cosa pa
rece algo dura que tantas gentes habitasen bajo*
50
tiendas de campaña; ¿ de donde las habian sa
cado , si en Egipto vivian en casas y huyeron
de este pais precipitadamente al traves de ios
mares? Seguramente que cada uno la llevaria
atadifa á sus espaldas. Pero sea de esto lo que
fuere , lo que hace esta relacion es fortificar
mas la idea de que en un principio no fué esta
nacion sino una orda de árabes errantes que á
cada momento cambiaban de sitio , y que te
nian aversion i permanecer en ciudad alguna ;
prueba de ello lo que hicieron cuando tomaron
á Gerico , que la arrasaron, y no fijaron alli st*
domicilio : hablo aqui en sentido profano , y
con solas las luces de la razon, que guardo.
muy bien de hacer la menor relacion al he
cho de las trompetas , que hicieron caer con
sus ecos los muros de esta ciudad. Segun ellos;
no tuvieron ciudad capital , ni se fijaron en
Jerusalen hasta tiempo de David , que fué cer
ca de 450 años despues de su huida de Egip
to. Dejaremos aquí de examinar su cronología,
en que se contradicen continuamente ; pues í
contar bien , creo que hay mas de*6oo años
entre la época en que existi» Moises y en la
que existió David : nos atenderemos solo á que,
en efecto , han vivido vagamundos en Palesti
na por espacio de algunos siglos , atacando á
sus vecinos unos despues de otros , robando y
arrasándolo todo , no perdonando sexo ni edad,
tan pronto vencedores , tan pronto vencidos , y
muchas veces esclavos. En esta vida vagamun
da , seria continuada de homicidios ; esta al
51
teínativa sangrienta de victorias y de derfr>
tas ; en estos tiempos tan dilatados que arras
traron las cadenas de la esclavitud , ¿corrio es
posible que aprendiesen á escribir ni que tu
viesen una religion fija ? ¿ No es mas natural
y conforme que no comenzasen á formar le
yes y componer historias hasta que principia
ron á tener reyes , y que hasta esta época no
tuviesen mas que una tradicion vaga é incier
ta ? Que se eche una mirada sobre todas laá
naciones de nuestro occidente , y que se vea
si ha habido una sola que haya tenido leyes
ó historias escritas antes de haberse reunido
en ciudades. Qué digo , un solo pueblo no se
encontrará Sobre la tierra que haya tenido ar
chivos antes de estar bien establecido ; ¿ como
los judíos debian haber gozado solos de esta
prerogativa ?

CAPIÍULO XVI,

Para averiguar cual ha sido en un principio


la religion de los judíos, no tenemos mas que
acudir á ellos mismos. De el libro titulado de
Josué encontraremos que este #efe sanguinario,
despues de haberse apoderado de treinta y una
ciudades , y presos los treinta y un gefes de
ellas , que en la Biblia llaman reyes , dijo á
la orda judía que mandaba estas propias pala
bras : elegid en el dia lo que os acomode mas ,
y ved á quien debeis mas bien adorar , ó á los
dioses á quienes han servido vuestros padres en
*
52
Mesopotamia, ó á los dioses de los amárreos
en cuyo pais habitais ; por lo que toca á mí y
á mi familia seguiremos á Adonai ; y el pue
blo respondió : á Dios no place que nosotros
abandonemos ú Adonai, y que sirvamos á otros
dioses. (Libro Josué, cap. 24, v. 15 y 16.)
De este pasage se infiere que los judíos han
adorado á Isis y Osiris en Egipto , y á las
estrellas en Mesopotamia. Josué les pregunta
todavía si quieren adorar á las estrellas , ó i
Isis y á Osiris , ó á Adonai el dios de los fe
nicios , en medio de los cuales se encuentra :
el pueblo responde que quiere adorar á Ado
nai, Dios de los fenicios. Seria tal vez política
el adoptar el Dios de los vencidos para gober
narles mejor. En efecto , esta es la regla que han
seguido los bárbaros que destruyeron el impe
rio romano , los francos que saquearon á los
galos , los turcos que subyugaron á árabes ma»
hometanos, y en fin la de todos los pueblos
que se han llamado conquistadores; ¿será po
sible que una pequeña orda de bárbaros judíos
siguiese tambien tan sabia política?.... otra
prueba que los judíos durante muchos años
no tuvieron religion determinada, se infie
re de lo que Jefte , hijo de Galaad y de una
muger pública, elegido capitan de la orda er
rante , dijo á los moabitas : lo que vuestro Dios
Chamas posee ¿no os es debido de derecho ? Y
lo que el nuestro se ha adquirido por sus victo
rias ¿no debe ser nuestro también? (Moap cap.
2, v. 24.) Es evidente , pues, que los judíos.
53
miraban entonces á Chamos como un verda
dero Dios , y lo es tambien que creian ellos
que tenia cada pueblo su Dios particular. Otra
prueba mas fuerte se saca del primer capítulo
de los Jueces (cap. i , v 19). Adonai se hizo
tenor de las montañas , pero no pudo vencer los
habitantes de los valles , porque estos tenian
carros armados de guardadas. Luego el Dios
de los judíos no era entonces sino un Dios lo
cal , que tenia crédito en las montanas y no
los valles , á egemplo de otros pequeños dioses
del pais que lo tenian en diferentes distritos
con diferencia de algunas millas , como Cha
mos, Moloch , Reinpham , Belphegor , Asta-
rót, Baal-Berith , Baal-Zebut &c. Una cuarta
prueba mas fuerte que todas las otras se saca
de los profetas mismos." Ninguno de ellos cita
ni las leyes del Levítico ni del Deuteronomio;
y muchos de ellos aseguran que los judíos no
adoraron á Adonai en el desierto, ó que ado
raron tambien otros dioses locales. Geremías
dice : el señor Melehom se ha apoderado del
pais de Gaad (cap. 49, v. 1). He aqui pues
á Melehom reconocido Dios por los judíos , y
tan reconocido, que es el mismo Melehom á
quien Salomon sacrificó despues , sin que nin
gun profeta le reprendiese por ello. En otro
parage este mismo profeta hace hablar asi á
Dios : yo no he mandado á vuestros padres
cuando los he sacado de Egipto, ofrecerme ho-
lacaustos y víctimas (cap. 7, v. 22). ¿Hay
eosa mas significante ? ¿ Se puede expresar coa
mayor claridad que los judíos no sacrificaron
jamas al Dios Adonai en el desierto ? Amos va
mucho mas lejos todavía: he aqui lo que hace
decir á Dios : casa de Israel , me habeis ofre
cido hostias y sacrificios en el desierto durante
40 años. Habeis llevado alli el tabernáculo de
vuestro Maloch , la imágen de vuestros ídolos y
la estrella de vuestro Dios (cap. 5, v. 25 y 26).
Se sabe que todos los pueblos de aquellos dis
tritos tenian sus dioses ambulantes, que ponian
pequeños cofres ó arcas en lugar de templos.
Las ciudades y villas vecinas á la Arabia adora
ban las estrellas , y guardaban en un pequeño
cofre una imagen de ellas. La opinion de que
los judios no adoraron á Adonai en el desierto
ha sido muy general , á pesar del Exodo y el
Levítico. San Estévan en su discurso el Sanhe-
drin no duda en decir : vosotros habeis llevado
el tabernáculo de Moloch , y el astro de vuestro
Dios Rempham , que son figuras que habeis
hecho para adorarlas durante 40 arios. ( Act. de
los apost. cap. 7, v. 43.) Se me responderá
tal vez que esta adoracion á Melehom, Moloch,
Rempham &c. eran una prevaricacion; pero
una infidelidad de 40 años y otros varios dio
ses adorados despues , prueban bastante que la
religion judía tardó" mucho á formarse. En fin
la última y quinta prueba de esta verdad es la
aventura de Michas , referida en el libro de
los Jueces (cap. 17). Una judía de la monta
ña de Efraiin , mugerde un Michas, habia per
dido 1100 siglos, que para aquel tiempo era
55
mucho dinero. Esta suma no habia salido de
casa ; uno de sus hijos la habia quitado de
un lugar y ocultado en otra parte: mas el ver
la inquietud de su madre y de toda la fami
lia por la pérdida , volvió el dinero á su pues
to. Habiéndole vuelto á encontrar la judía, pu
so á parto 200 siclos para que sirviesen al sa
crificio de los ídolos que ella llevaba en una
pequeña capilla portatil : un judío de Belam
que era de la tribu de Leví , se ofrecio á ser
vir de sacerdote del pequeño templo idolatra '
por el estipendio de cinco escudos anuales y
dos vestidos , en lo que se convinieron. Algu
nos dias despues , 600 hombres de la tribu de
Dan , que iban al pillage segun costumbre ju
día , y querian saquear la villa de Lais , pasa
ron por cerca la casa de Michas , encontraron
al levita , y le preguntaron si su empresa seria
feliz , á que les dijo que sí ; y entonces le di
jeron que dejasen á sus amos , y viniese á ser
virles á ellos de sacerdote. El capellan de ho
nor de la señora de Michas , ó demasiado dé
bil ó demasiado ambicioso , se dejó ganar ; y
se fué con los nuevos amos á matar y robar
cuando encontrasen en Lais, que despues se
llamo Dan , llevando consigo la capilla y los
dioses de que estaba encargado. En cuanto la
pobre muger supo esta nueva , corrió de tras
de ellos llorando y gritando ; y diciéndole por
qué se lamentaba de aquella manera , respon
dió : me llevais mis dioses , mi sacerdote y todo
lo que tengo , ¿ y me preguntais por que grito ?
58
La Vulgata pone esta respuesta en el marido}
pero bien sea que fuere la muger ó el marida
quien así respondiese , siempre queda probado.
que Michas , su muger , sus hijos , el sacerdo
te de Michas y toda la tribu de Dan eran idó
latras. Lo que llama mas singularmente la aten
cion de todos los que quieren instruirse , es
que estos mismos |udíos que habian saqueado
así la ciudad y país de Dan, que habian roba
do los pequeños dioses de sus hermanos , colo
caron estos mismos dioses en la ciudad de Dan,
y eligieron para que sirviese su templo á un
nieto de Moisés con su familia : al menos así
está escrito en la Vulgata (lib. de los Jueces,
cap. 18 , v. 30). Parece imposible que ni el
nieto ni ninguno de la familia de un hombre
que habia visto á Dios cara á cara , que babia
recorrido sus leyes escritas en tablas de piedra,
y que habia estado autorizado con todo el po
der de este mismo Dios durante 40 años , se
viesen reducidos á servir de capellanes á idóla
tras por un corto estipendio. Si la primera
ley judía hubiese sido el no tener ninguna obra
de escultura , ¿ como era dable que los hijos
de Moisés hubiesen llegado tan pronto á ser
sacerdotes de ídolos? Segun, pues, los libros
judíos mismos , no puede dudarse que su reli
gion fué por muchos tiempos incierta , vaga y
muy poco estable ; tal en fin como debia serlo
entre un pequeño pueblo de bandidos vaga
mundos que vivian únicamente de la rapiña.
CAPITULO XVII.

Cuando no quedaron ya mas que dos tribus


y algunos levitas en la casa de David , Jora-
boan , á la cabeza de las diez tribus restantes,
adoró otros dioses que Roboan , hijo de Salo
mon : lo que prueba cuan poco fija y poco for
mada estaba aun la religion judía. Roboan por
su parte adoró divinidades , de que no habia
oido hablar aun: así ia religion judía, tal como
está mandada en el Pentateuco , fué entera
mente descuidada. Se dice en la historia de los
Reyes (lib. ? , cap. 16,) que Achas , rey da
Jerusalen , tomó los ritos de los sacerdotes de la
ciudad de Damas , é hizo erigir un altar en to
do semejante al de el templo de estos. Durante
el reinado de éste sobre Jerusalen , y mientras
reinaba sobre las otras diez tribus de Israel,
Ozeo , Salmanazar aprisionó á Oseo en Sama
ría , le cargó de cadenas , y arrojando las diez:
tribus (á quienes éste mandaba) del pais , biza
venir para que les reemplazasen babilonios,
chutenses , ematenses etc. : nadie ha oido ha
blar mas ya de estas diez tribus; nadie sabe
lo que se han hecho ; desaparecieron de la tier
ra antes que tuviesen una religion cierta. Mas
no se gozaron mucho tiempo los reyezuelos de
Jerusalen en la destruccion de sus hermanos.
Nabucodonosor llevó cautivo á Babilonia al
rey de Judá Joachim , y á otro llamado Sede
elas ; hizo sacar los ojos á este último , hizo.
morir á sus hijos , quemó á Jerusalen , demo
lió todas sus murallas , y en fin toda la nacion
judía fué llevada esclava á Babilonia. Es ver
dad que estas aventuras están contadas en el
libro de los Paralipdmenes de la manera mas
confusa y contradictoria ; pero si se quisiesen
conciliar las contradicciones que contienen I03
libros judíos , seria menester un volumen mu
cho mas grueso que la Biblia ; bástenos obser
var pues que estas contradicciones hacen una
nueva prueba , que nada fué establecido con
claridad en esta nacion. Queda bastante proba
do á mi parecer , en cuanto los hechos de his
toria lo permiten , que la religion judía no fué,
durante el tiempo errante de esta nacion , y
aun el de sus reyes , mas que un alucinamien-
te confuso y contradictorio de los ritos de sus
vecinos. Tomaron de los fenicios el nombre de
su Dios ; de los persas el drden gerárquico de
los ángeles ; el arca errante de los árabes ; el
bautismo de los indios ; la circuncision de los
egipcios , sus vestimentas su vaca roja , sus
querubines que tienen una cabeza de becerro
y otra de gavilan , y en fin otras cien ce
remonias mas. Su ley , en cualquier tiempo que
haya sido escrita , les prohibia espresamente
toda obra de escultura , y sin embargo sus
templos se han visto por muchos tiempos llenos
ide ellas. Salomon , despues de haber consulta
do al Señor , colocó doce figuras de becerros.
«n medio de su templo , y querubines coa
<c.Uüiro cabezas en el santuario ; toda es con
59
tradictorio , todo incierto entre esta nacion co
mo entre las demas ( naturaleza propia del
hombre ) ; pero el pueblo de Dios ha esce
dido á todos los demas en esta parte. En fia los
judíos estuvieron cambiando siempre de ritos y
de culto hasta tiempo de Esdras y Nehemías ;
pero si cambiaron en esta parte tanto , no su
cedió lo mismo con respeto á sus costumbres,
Veamos en pocas palabras cuales fueron estas,
y despues examinaremos cual fué su religion
á la vuelta de Babilonia.

CAPITULO XVIII.

Para presentar con mas brevedad , certeza


y claridad las costumbres de los judíos , trans
cribiremos aqui lo dicho por milord Boling-
broke en el décimo quinto capítulo de su Exa
men importante, escrito en el año 1736. Es
algo violento , pero se debe convenir en que es
lo mas verídico de cuanto se ha dicho sobre
este particular.
Si de las fábulas judías pasamos á las cos
tumbres de este pueblo , no son estas menos
abominables que absurdas aquellas. Por confe
sion propia resulta ser un pueblo de bandidos
que llevan al desierto cuanto roban en Egip
to. Su gefe Josué pasa el Jordan despues de
haber obrado un milagro semejante al de Moi
ses en el mar Rojo, ¿y para que? para ir á
poner á sangre y i fuego una ciudad que no
conocia , una ciudad de la cual hace su Dios
60
caer las murallas al son de una corneta. Las
fábulas de los griegos' son en esta parte mas
humanas : entre ellos Anfion edifica ciudades
al son de su flauta ; Josué las destruye , y en-
«trega al hierro y á las llamas viejos , mugeres,
niños , y hasta los ganados. ¡ Hay horror mas
insensato y bárbaro! En este destrozo no per
dona á nadie , sino una prostituta que había
hecho traicion á su patria ; ¿ que necesidad
tenia este gefe sanguinario de la perfidia de
aquella desgraciada , si su corneta hacia caer los
muros como la de Astolfo hacia huir á todo
el mundo ? Y obsérvese de pliso que esta mu^
ger , llamada la impúdica Reab , es una de
las abuelas del judío, del cual veremos luego
hacer un Dios , que cuenta ademas entre las
mugeres de que debe nacer á la incestuosa
Thamar , la iinpudente Ruth y la adúltera
Betsabé. Se nos cuenta ademas que este mismo
Josué hizo prender treinta y un reyes del
pais , es decir, treinta y un gefes de los varios
pueblos que habian combatido por defender
sus hogares contra esta tropa de asesinos. Si el
autor de semejante historia hubiese formado
el designio de presentar á los judíos como la
nacion mas execrable, ¿de 'que coloridos mas
vivos y denigrativos hubiera podido valerse ?
No queda pues aqui ; añade la blasfemia al la
trocinio y i la barbarie : tiene la avilantez de
decir que todas estas abominaciones se come
ten en nombre de Dios , por orden espresa
Ae Dios , y como sitado otros tantos sacrifi-
61
dos de sangre humana ofrecidos i Dios. ¿ És
este el pueblo santo ? Ciertamente que los
hurones , los canadienses y los iroqueses han
sido filósofos llenos de filantropía comparados
coa los hijos de Israel ; ¡y es en favor de esos
monstruos , por quienes se hace detener la car
rera del sol y de la luna en medio del dia!
¿ y para que ? para darles tiempo á que conti
núen degollando á los infelices amorreos, des
trozados ya por una lluvia de gruesas piedras
que ha lanzado sobre ellos desde la region mas
elevada de los ayres. ¿ Es esta la' historia del
del pueblo de Dios ? ¿ Y que es lo que se en
cuentra aqui de mas insoportable, el esceso
del horror ó el de la ridiculez ? Pero todavía
seria mas ridículo el detenerse ni un solo mo
mento siquiera en combatir tan detestable alu-
cinamiento de fábulas, que ultrajan á la ve£
al entendimiento, á la virtud, á la naturaleza
y á la divinidad. Si desgraciadamente una sola
de las aventuras referidas en tal historia fuese
verdadera , todas las naciones se hubieran reu
nido para esterminar un pueblo tan abomina
ble y sanguinario : si sey^ falsas , ¿ como men
tir con tapta desvergüenza y poca discrecion?
¿ Que diremos pues de un Jefte que inmola sú
propia hija á un Dios sanguinario ; del ambi
dextro Aod que asesina á Eglon , su rey , á
nombre del Señor ; de la divina Javel que ma
ta al general Cícero,. atravesándole inhumana
mente la cabeza con un grueso • clavo ; y del
travieso Sanson , en favor del cual Dios obra
*k62
tantos milagros? ¡Grosera imitacion de la fá
bula de Hércules ! Ni es menos gracioso el he
cho del levita , que viene con su concubina
sobre su asnillo cargado de paja y de heno á
Gabaa de la tribu de Benjamin. Hete que á
los benjaministas les viene el nefando pensa
miento de cometer con el feo y viejo sacerdote
el pecado que los sodomitas habian querido
cometer con los ángeles. El bueno del levita
tiene la mana de arreglarse con ellos , para
que le dejen , á condicion de entregarles á su
aiuger 6 su querida , de la que gozan toda la
noche , y la infeliz muere al otro dia por la
mañana. El levita divide luego á su concubina
con un cuchillo en doce pedazos , lo que no
es tan facil , y de este hecho nace una guerra
civil. Las once tribus arman cuatrocientos mil
soldados : ¡ gran Dios ! ¿ y en un territorio que
vendria á tener entonces como quince leguas
de longitud , y cinco d seis de latitud ? El gran
turco no ha tenido jamas un ejército tan nu
meroso. Pero en fin sea de esto lo que fuere,
dicen les libros judíos que los israelitas ester
minaron la tribu de Benjamin , matando vie
jos , jóvenes , mugeres y niños segun su lauda
ble costumbre , y solo escaparon 600 mucha
chos. Era preciso que no pereciese esta tribu,
es menester dar 600 jóvenes á estos 600 mu
chachos. ¿ Que hacen los israelitas, van i una
pequeña ciu.lad llamada Jabes , que estaba en
las inmediaciones, la asaltan, matan y destru
yen cuanto encuentran hasta los ganado» , y
63
solo reservan 400 jóvenes para 400 benjami
nes , pero quedan 200 por proveer. Se convie
nen con ellos que cuando irian á bailar á las
puertas de Silo , robarian de esta ciudad las
200 mugeres que faltaban. Vamos , señorea
Abadie , Sherlok , Hovteville y consortes, ba
gan ustedes frases para justificar estas fábulas
de Canibales; prueban que todo esto es un ti
po , una figura que nos anuncia á Jesucristo*
Los judíos tienen al fin nn rey , i pesar del
sacerdote Samuel que bace cuanto puede para
conservar su autoridad usurpada ; y tiene el
atrevimiento de decirles, que él sujetarse i un
rey es renunciar á Dios ; pero ellos sin em-
barge eligen por suerte á un pastor que iba
buscando sus asnillos. En esta época se encon
traban los judíos bajo el yugo de los cananeos,
no habian tenido jamás templo , y su santua
rio se reducía á un cofre que llevaban de una
parte á otra sobre un carro. Los cananeos les
quitan este cofre ; Dios que estaba muy irritado
contra ellos permite este robo , pero luego les
venga dándoles hemorroidas á los vencedores :
tratan estos de apaciguar al Dios vengador vol
viendo el cofre usurpado acompañado de cinco
vasos de oro ; ofrenda muy digna del Dios de
los judíos. Perdona á los cananeos , pero es
preciso que mueran 50070 por haber tenido la
avilantez de haber mirado con curiosidad su
sagrado cofre. En estas bellas circunstancias es
elegido Saul rey de los judíos. Esta pequeña
nacion no tenia ni una espada ni una lanza j
6i
-It>s canáneos y filisteos , bajo cuyo poder arfas-;
traban entonces las cadenas de la esclavitud, no
les permitian aguzar siquiera las rejas de sus
arados ^ tenian que valerse de los trabajadores
de estos para la agricultura ^ y sin embargo se
nos cuenta que el rey Saul tuvo en un princi
pio un ejército de 300© hombres , con los
cuales ganó grandes batallas. Guilliber cuenta
fábulas de esta especie , pero no con tales con
tradicciones. Saul en una de sus batallas recibe
á capitulacion al pretendido rey Agag : al mo
mento se presenta al profeta Samuel , y le dice
de parte del Señor : ¿porque no lo habeis muer
to todo ? Toma el profeta una santa cuchilla,
y hace trozos al infeliz Agag. Si tal accion es
verdad , ¿ que pueblo era este de los judíos ?
I que sacerdotes sus sacerdotes ? Saul reprobado
del Señor por no haber por si mismo degollado
y destrozado á su prisionero Agag , va á com
batir contra los filisteos despues de la muerte
del profeta Samuel. Consulta con una muger
que tiene génio piton sobre el éxito de su
batalla , se sabe que estas mugeres tenian la
facultad de hacer aparecer las sombras de los
muertos ; la pitonesa 4 pues , hace aparecer á
Saul la sombra de Samuel , que sale de la
tierra ; pero esto no tiene referencia sino á la
bella figura del pueblo judío. Volvamos á su
moral. Un famoso tocador de arpa , por quien
el Eterno habia concebido un singular afecto,-
se hace consagrar rey viviendo aun Samuel , se
rebela contra su soberano ^ reune 400 desgra-
ciados , y como dice la Escritura Santa los qtít
tenían en mal estado sus negocios , que estaban
perdidos por deudas , y que tenian un espíritu
malo , se reunieron d él. Este era un hombre
segun el corazon de Dios ; así la primera cosa
que hace es asesinar á Nabal , que se resiste á
pagarle tributo ; casa con diez y ocho mugeres,
sin contar las concubinas ; se huye luego al
pais del rey Achis enemigo de su nacion , don
de es bien recibido , y en recompensa se va
con sus gentes á sáquear , desolar y destruir las
villas y ciudades aliadas de Achis , haciendo
creer luego á este rey que Saqueaba los pue
blos hébreos. Es menester confesar qúe el ma
yor facineroso de nuestros dias no era tan crimi
nal á los ojos de los hombres como el tal Da
vid , si la cosa se mira con abstraccion de todo
lo sagrado. No queda aquí pues , él buen Da
vid usurpa el trono á Isboseth hijo de Saul*
hace asesinar á Mifiboseth hijo de su profeta
Jonatás; entrega á los gaboanitas á dos hijos
de Saul y cinco nietos para que les aniquilen^
y en fin asesina á Urias para cubrir sü adul
terio eoñ Betsabe*, y obsérvese que es está
abominable Betsabé* madre de Salomon , otra
de las abuelas que se cuentan entre los ascen
dientes de Jesucristo. Es menester confesar qué
la historia judía es un tegido de crímenes con
sagrados. Salomon comienza por degollar á sil
hermano Adonías : si Dios concedio á Salomon
el don de la sabiduría, parece qúe no tavd
la misma largueza con el, con los de human
66
dad, justicia, continencia y fe. Se cuenta que
este rey tenia 700 mugeres y 300 concubinas ;
el Cántico de los cánticos que se le atribuye es
el del género de aquellos libros heróticos que
hacen ruborizar á la impudencia misma : allí
solo se habla de tetas , de besos sobre los la
bios , del vientre parecido á un montoncillo de
trigo , de aptitudes voluptuosas , de estremeci-
mienjtps , y en fin acaba por decir : ¿ Que ka-
remos pues de nuestra pequeña hermana ? No-
tiene todavía tetas ; si es una muralla , edifi
quemos sobre ella ; si es una puerta, cerrémosla.
( Dilectus meus misit manum suaoi per fora
men et venter meus intremuit ad tactum ejus.)
Tales son las costumbres del mas sabio de los
judíos , ó á lo menos las costumbres que le'
imputan con mucho respeto los miserables ra
binos , y los teologos cristianos todavía mas
miserables. De todos los reyes de Judá y de
Samaria hay muy pocos que no hayan sido
asesinos ó asesinados , y estos continuos homi
cidios se cometian en las plazas y templos , has
ta que por fin Tito tomó á Jerusalen , y llevó'
á arrastrar las cadenas de la esclavitud en Ro
ma los restos del pequeño pueblo de Dios , ven
diendo cada cabeza judía en el mercado de
aquella capital por el precio de un cerdo , ani
mal menos impuro que ellos : si fuesen tales-
corno sus profetas nos los representan , nadie
puede negar que los judíos mismos no hayan
escrito las execrables abominaciones que hemos
referido hasta aquí: cuando se les presenta
67
bajo este panto de vista , el corazon se estre
mece. ¿ Y son estos los heraldos de la provi
dencia ? ¿ los precursores del reino de Jesus ?

CAPITULO XIX.

Muchos sabios despues de haber comparado


y cotejado todos los textos de la Escritura sa
grada , han creido que los judíos no tuvieron
una teología fija y cierta hasta tiempos de Ne-
mías y de su cautividad en Babilonia. No
quedan en esta época mas que dos tribus y
media de toda la raza judía ; sus libros se ha
bían perdido, y hasta el Pentateuco mismo les
habia sido desconocido por muchos tiempos.
Este hbro no se encontro hasta el reinado de
Josias, 36 años antes de la ruina de Jerusalen
y de su cautividad. En el cuarto libro de los
Reyes (lib. 4 , cap. 22, v. 8 y 2 , Paralip. cap.
34,w. 14) se dice que un gran sacerdote llamado
Helcias encontró este libro del Pentateuco es
tando contando dinero ; y que lo entregó á su
secretario Safan para que de su parte lo llevase
al rey : mas razonable hubiera sido que el bue
no Helcias se hubiese^ tomado el trabajo de lle
var por sí mismo este libro , se trataba nada
menos que de la ley de la nacion , de una
ley escrita por el mismo Dios ; y una cosa así
no se envia por medio de un comisionado , co
mo si fuese un recibo de gastos. Los sabios
han sospechado con mucha razon de este he
cho , que el tal sacerdote Helcias ó Helciah ó
68
Helkia debió haber compilado él mismo este
libro, ó por lo menos haberle adicionado ó cor
regido ; aunque un libro divino no debia ser
jamás ni corregido ni amplificado. El. gran
Newton pensó que este libro habia sido escrito
por Samuel , que da unas pruebas de ello bas
tante especiosas. Luego veremos que algunos
sabios han asegurado y sostenido que el Penta
teuco no pudo ser escrito por Moisés. Pero sea
de esto lo que fuere , casi todos los hombres
versados en los conocimientos de la antigüedad,
convienen que este libro no fué público entre
los judíos hasta tiempos de Esdras , y que la
religion judía no recibió una forma constante
hasta despues de esta época. Dicen que la pa
labra sola de Israel , basta para convencerse
que los judíos no escribieron muchos de sus
libros hasta el tiempo de su cautividad en la
Caldea ó poco despues ; porque la palabra cal
dea es Israel ; pero esta razon nos parece poco
convincente. Los judíos pudieron muy bien
haber aprendido esta palabra de una nacion
tan vecina á la suya. Lo que parece mas con
forme , y de mas peso , es la cantidad prodi
giosa de términos persas que se encuentran en
los escritos judíos. En efecto , casi todos los
nombres que acaban en al ó en el , son ó per-
sianos ó caldeos , como Babel , puerta de Dios ;
Fegor-Bel ó Beel-Fegor , Dios del precipicio ;
Zebuth-Beel ó Beel-Zebuth , Dios de los insec
tos ; Daniel , juicio de Dios ; Gabriel , hombre
de Dios . Jabel , afligido de Dios ; Israel ; vien
69
tre de Dios ; Urrel , fuego de Dios etc. Tanto
los nombres como los diferentes ministerios
d e los ángeles , no puede negarse que son to
mados de la religion de los magos : la palabra
Satan es tomada de los persas : la creacion del
mundo en seis dias tiene una semejanza tan
perfecta con lo que decian los antiguos magos,
que el mundo habia sido hecho en seis ganam-
bars , que casi no deja duda haber tomado los
hebreos una gran parte de sus dogmas de estos
mismos magos , como tomaron en efecto su es-
critura^ de ellos durante su esclavitud en la
Fersia. Jjo que acaba de persuadir á algunos
sabios qne fué Esdras quien corrigió y publicó
todos los libros judíos , es que aparecen todos
escritos de una misma mano , porque el estilo
es idéntico. ¿ Que resultan de estas observacio
nes ? Oscuridad é incertidumbre. Es muy es-
traño que un libro escrito por Dios mismo,
para instruccion del mundo entero , haya per
manecido ignorado por tantos tiempos ; que
Esdras se haya visto obligado á restablecerle,
porque seguramente hasta 36 aííos antes de la
cautividad de las dos tribus subsistentes , pare
ce no habia mas que un solo ejemplar , en fia
que siendo un libro hecho para todas las nacio
nes, haya sido ignorado absolutamente de todas;
y siendo eterna la ley que contiene , Dios mis-
roo parezca haberla tambien olvidado.
70

CAPÍTULO XX.

Sea quien fuere el autor del Pentateuco , á


mas bien cualesquiera que sean los escritores
que le han compilado , 6 en cualquier tiempo
que se haya escrito, y sea cual fuera la épo
ca en que se ha publicado , siempre es eviden
te que el sistema de una vida futura y de 1*
inmortalidad del alma , no se encuentran ni re
motamente indicadas en ninguna parte de este
libro : todas las naciones de quienes los judíos
estaban rodeados , como los caldeos , persas»
egipcios , sirios etc. , admitian un alma inmor
tal , y solo ellos no se han cuidado nunca de
examinar esta cuestion. Se sabe muy bien que
ni en el Levítico, ni en el Deuteronomio , el
legislador á quien se hace hablar alli les ame
naza de ninguna pena, o les señala recompensa
alguna para despues de la muerte. Ha habido
grandes sectas de filosofos desde Pekin hasta
Roma que han negado la inmortalidad del al
ma, pero jamas han sido legisladores: ningun
político, ningún sabio legislador ha tratado ja
mas de hacer entender á sus pueblos que no
hubiese mas penas ni recompensas que en esta
vida. El legislador de los judíos , por el con
trario , ha dicho y repetido de continuo que
Pios no castigará á los hombres sino durante
su vida.. £1 autor de estas leyes , sea quien
fuere , hace decir al mismo Dios : Honrad á
vuestros padres y madres , á fin de que vivais
71
largos años. (Honora patrem tuum et matrem
tuam, ut si longevus super terram.) Esto dice
el Dios de los judíos, mientras que la ley de
los antiguos persas, conservada en el Sadder,
dice : Amad , servid, aliviad á vuestros padres,
á fin de que Dios os haga misericordia en la
otra vida , y que vuestros padres ruegen por
vosotros en el otro mundo. (Sad Puent. 13.) Si
obedeceis, dice en otra parte el legislador judío, .
tendréis lluvia en primavera y otoño , trigo,
aceite , vino , heno para vuestras bestias etc. Si
no guardais todos los preceptos, padecereis sar
na , agallas , fistolas , úlceras en las rodillas,
en las piernas y en las pantorrillas. Se reco
mienda varias veces á los judíos en estas' leyes
entre otras cosas , que maten , arrasen y destru
yen enteramente cuantas naciones les entregue
su Dios, y que no perdonen ni dignidad ni
sexo ni edad; pero por lo que hace á la in
mortalidad del alma, ni siquiera lo menta.
Cuantos filósofos se han conocido que nieguen
la inmortalidad del alma han dado siempre
una razon para creerlo asi, como se puede ver
en el tercer libro de Lucrecio, pero los judíos
no dieron jamas una razon; y si procedieron
asi sus legisladores , fué por ignorancia y grose
ría, no por convencimiento ni opinion. Cuando
nuestros doctores , en los últimos tiempos , se
han puesto á leer con alguna atencion los li
bros judíos, se han horrorizado al ver que en
unos escritos que se atribuyen á un hombre
tan respetable como Moises, no se encontrase
72 .
Ja menor palabra de una vida futura; y para
cubrir. una falta tan ominosa, han dado mil
interpretaciones á estos escritos , y se han atar
reado en buscar en el Pentateuco lo que no
habia. Se han dirigido á Job como si fuese di
quien hubiese escrito parte del Pentateuco;
pero Job no era judío. El autor de la parábola
de Job, incontestablemente era un árabe* que
habitaba hacia los confines de Caldea: la pala
bra misma de Satan , que se hace aparecer alli
sobre la escena juntamente con Dios, basta pa
ra probar que el autor de este libro no era judío.
No se encuentra la voz Satan ni en los libros del
Pentateuco; pi en los de los Jueces : hasta el
segundo libro de los Reyes jamás se ve mentado
el señor Satan. (Cap. 19, v. 4.) Por otra parte
es la cosa mas ridícula el querer interpretar
que del libro de Job se saquen nociones concer
nientes 4 la inmortalidad del alma , . siendo asi
que su autor fué caldeo, y escribió mucha
tiempo antes que los judíos hubiesen escrito su
Génesis. Job agobiado de sus males, de su por.
breza, y todavía mas abrumado de los discur
sos de sus amigos y de su muger dice : Que
espera. su curacion, que su piel le volverá , que
volverá á ver á Dios en su carne , que Dios
será su Redentor , que este Redentor está vivo,
que se levantará un dia del polvo sobre el cual
está echado. (Job. cap. 19, v. 25 y 26.) Es
claro que aqui no se trata mas que de una en
fermedad, de la que él dice cree curará. Es
menester ser imbécil y obstinado. como núes
tros comentadores, para ver en este discurso la
inmortalidad del alma y el advenimiento de
Jesucristo. No quedan aqui pues , llevan la ri
diculez hasta buscar en los pasages de Isaías y
de Ezequiel , que han hablado tanto como Job
el dogma de la inmortalidad del alma. Mas,
han llegado hasta torcer y truncar de la mane
ra mas absurda el discurso que Jacob profiere
en el Génesis , cuando sus hijos , los detesta
bles patriarcas , despues de haber vendido á su
hermano Josef vienen á decirle á su padre que
una bestia feroz le habia devorado ; á esta no$
ticia Jacob exclamó : No me queda ya mas que
morir, se me pondrá entonces en la fosa om mi
hijo. Esta fosa, dicen los Calmets, es el infier
no, luego Jacob creia en el infierno, y por
consiguiente en la inmortalidad del alma. ¡ Ah,
pobres Calmets! ¿con que Jacob queriair al in
fierno, quería ser condenado porque una bestia
feroz se habia comido í su hijo? ¿ No os parece
que seria mas justo y equitativo que fuesen loa
patriarcas hermanos de Josef los condenados, y
no su padre, en caso de que estas gentes hubie
sen creido en un infierno ? Por lo que hace á
mí, mas dignos les considero á ellos de este cas
tigo, que al pobre viejo que ningun crimen
habia cometido. Un autor célebre , y bastante
conocido , se admira de que se vea en el Deu-
teronomio una ley , que se dice emanada de
Dios, tocante á la manera como los judíos de
ben sentarse sobre la silleta (cap. 23, v. 13)» y
que no se vea en todo el Pentateuco ni un*
n
palabra siquiera concerniente al entendimiento
humano y á una vida futura. Tal observacion ha
ce exclamar á este escritor : El Dios de los judíos
tenia mas cuidado de las traseras de estas gen
tes que de su alma. En verdad que si se refle
xiona bien esto, se podrá decir con seguridad
que los judíos no pensaron jamas sino en su
.cuerpo. Nuestro buen Warbuton se esfuerza,
en su divina legacion , en reunir y amontonar
pruebas para defender al autor del Pentateuco,
porque jamas ha hablado de una vida futura
ni haberse cuidado de ello, y de todo su tra
bajo saca una graciosa conclusion , digna sin
duda de un genio tan torpe y embotado como
el suyo. Imprime en gruesos caracteres ; que la
doctrina de una vida futura es muy necesaria
á toda sociedad. Que todas las naciones ilustra
das se han convenido en creer y enseñar esta
doctrina ; pero que por sabia que ella sea , no
puede hacer nunca parte de la ley Mosaica,
porque la ley Mosaica es divina. Esta incon
secuente conclusion ha hecho reir á la Ingla
terra toda , í porfia se le han burlado en todos los
escritos ; pero él impertérrito como siempre , se
ha defendido , segun acostumbraba con inju
rias las mas groseras, porque carecia de razo
nes para ello: es verdad que en aqueste con
fuso hacinamiento de su libro se encuentran co
sas muy preciosas respeto á la antigüedad, pero
no se le puede considerar sino como una cloaca
donde se han echado varias piedras preciosas,
recogidas de entre las ruinas de la antigua
, 75
Gracia. Son ciertamente dignas de todo apre
ció ; pero es lástima el ver el uso que de ellas
quiere hacer Warbuton para edificar su siste
ma antirazonable.

CAPÍTULO XXI.

Los judíos no se han distinguido solo de los


demás pueblos por la ignominia total que han
manifestado respeto á una vida futura , les ca
racteriza todavía mas el ser la única nacion so
bre la tierra , cuyas leyes religiosas han man
dado expresamente sacrificar víctimas humanas*
Solo la horrible supersticion es la que puede
mandar inmolar los hombres á la divinidad : y
esta abominable costumbre es mas natural de
lo que parece cuando el espíritu humano lle
ga á obsecarse y envolverse entre las tinieblas
del error. Díganlo sino los antiguos actos de fe
de los españoles y portugueses , que gracias al
cielo y á algunos dignos ministros no se repi
ten ya. Díganlo los horribles destrozos de la
Irlanda , los de S. Bartelemi en Francia , y en
fin cruzadas de los papas contra los emperado
res , y luego contra los pueblos del Languedoc.
¿Que han sido todas estas efusiones de sangre
sino víctimas humanas, ofrecidas á Dios por
gentes ilusas , insensatas y bárbaras ? Se ha
creido en todos tiempos apaciguar á los dioses
y hacérnoslos propicios por medio de las ofren
das , porque se calma muchas veces la colera
de los hombres haciéndoles presentes , y no-
76
«otros nos hemos siemper imaginado á Dios^co1
mo á un hombre. Hacer presente pues á eifete
Dios la sangre de nuestros enemigos, nada mas
sensible; nosotros les aborrecemos, y por l|o
mismo nos imaginamos que nuestro Dios pro
tector les aborrece tambien. Esta fué la razon
porque el papa Inocencio III creyó practicar
una afcion muy gloriosa , ofreciendo á Jesu
cristo la sangre de los Albigenses. Es tambien
muy natural y sencillo ofrecer á Dios todo
aquello que nosotros estimamos como á mas
precioso ; y lo es todavía mucho m*s que los
sacerdotes nos esciten é inviten á tales sacrifi
cios, atendido á que parten con el cielo todas
las ofrendas , y que quedan la mejor y mas sa
na porcion. El oro , la plata , las joyas precio
sas , han sido los artículos que por lo comun se
han dado en todas ocasiones i los templos ; ¿ y
que mas precioso que nuestros propios hijos,
sobre todo cuando son hermosos ? Se ha lleva
do pues en ocasiones la supersticion y el entu
siasmo hasta el estremo de entregar los propios
hijos á los sacerdotes para que los inmolasen, y
aun pagar los gastos de la ceremonia. Se ha
llevado el furor religioso hasta inmolarse á sí
mismo. Felizmente no se encuentra en todas
las memorias que nos han quedado de la anti
güedad , prueba ninguna que nos muestre se
haya mandado jamas inmolar hombres en cier
tos dias señalados como lo hacen los papistas,
inmolando á su Dios todos los domingos ; no se
encuentra ningun pueblo cuyas leyes manden
inmolar tal dia de la luna una joven , y tal
otro un muchacho , ó bien que cuando se ha
gan mil prisioneros en una batalla se sacrifi
quen cien de ellos á un dios protector. Aquilea
inmola , segun la lliada , doce jovenes troyanos
á los manes de su amigo Patroclo ; pero no po
drá decirse por esto que las leyes de aquellos
paises mandasen tales sacrificios. Los cartagi
neses , los egipcios , los griegos, los romanos
mismos han inmolado hombres ; pero jamas es
tas ceremonias han sido establecidas por nin
guna ley del pais : véase si ni en las doce ta
blas de los romanos , ni en las leyes de Licur
go , ni en las de Solon , se encuentra fragmen
to alguno que diga : mandamos que. en tal ó
cual ocasion se maten santamente jóvenes de uno
y otro sexo con una cuchilla sagrada ; tan exe
crables devociones no parecen establecidas sino
por el uso , y esto aun rarísimas veces. Sin em
bargo en el Pentateuco se ve una ley espresa
en que se manda inmolar hombres ; en que se
ven mandatos espresos de matar á nombre del
Señor. He aqui las leyes comprendidas en este
libro sagrado: i? lo que será ofrecido á Ado-
nai , no podrá rescatarse , será llevado á la
muerte. ( Levit. 27.) En conformidad á esta
horrible ley , degolló Jefte á su propia hija , y
lo hizo porque así lo habia votado. ¡ Como des
pues de un pasage tan claro y positivo, se en
cuentran todavía charlatanes ó emporcadores de
papel , que osen decir que no se trata én este
hecho sino de la virginidad de una desventura
da hija ?
78
2? Adonai dice á Moises : vengad á los hi
jos de Israel de los madianitas : matad todos los
varones hasta los niños de pechos : degollad las
mugeres que han cohabitado ya. Reservad las
doncellas. El botin que el ejército judío recogió
en esta accion fué 672® ovejas , 62© bueyes,
61® asnos y 32© doncellas, de las cuales solo
3 2 tocaron en parte á Adonai , es decir fueron
sacrificadas (Lev. num. cap. 3.)
3? El Deuteroromio dice expresamente (cap.
32, v. 42): empápense mis fechas con su
sangre , mi espada devorará su carne y la san
gre de los moribundos ; se me presentarán sus
cabezas desnudas. Parece que las costumbres
de los judíos eran poco mas ó menos como las
de los pueblos bárbaros, descubiertos poco ha
ce en el norte de la América, llamados algon-
gunies , iroques y hurones , quienes llevaban
en triunfo á sus templos el cráneo y la cabelle
ra de los enemigos que habian muerto.
4? Casi todos los cánticos judíos que no
sotros recitamos en el dia devotamente , se en
cuentran llenos de imprecaciones contra los
pueblos vecinos á esta nacion. No se trata en
ellos sino de matar , de exterminar , de des-
ventrar las madres y hacer migajas contra las
piedras los sesos de los infantes.
5? Adonai pone bajo del anatema al rey
de Aran , príncipe cananeo , y los hebreos le
matan y destruyen su ciudad. ( Núm. 21.)
6? Adonai dice espresante : exterminad to
dos los habitantes de Canaan. Si no quereis ma
79
tar á todos los habitantes , yo haré con vosotros
lo que había resuelto hacer con ellos. ( Num.
cap. 34 , v. 56. ) Esta ley es muy curiosa ; el
autor del Cristianismo sin velo dice : que si se
hubiese formado una masa, y amalgamado bien
las almas de Neron , de Alejandro VI y de su
hijo Borja , no hubieran podido jamas producir
é imaginar cosa mas abominable.
7? Los degollareis á todos , no tendreis
compasion ninguna de ellos. ( Deut. cap. 7 , v.
2.) Esto no es mas que una pequeña parte de
las leyes dadas por boca de Dios mismo. Gor-
don , el ilustre autor de la Impostura Sacerdo
tal , dice : que si los judíos hubiesen conocido
diablos , de que no tuvieron noticia hasta des
pués de su cautividad én Babilonia , no hubie
ran podido imputar á estos seres malignos, ene
migos del género humano , preceptos mas dia
bólicos , y órdenes tan bárbaras , y leyes tan
inhumanas que hacen estremecer al malhechor ,
mas obstinado y feroz : ¿ para que se dieron ?
para hacer á los judíos casi siempre esclavos.
El Dios de los judíos manda de continuo á un
pequeño pueblo que lo destruya y mate todo,
viejos , mugeres , niños , bueyes , carneros : en
consecuencia promete á este pequeño pueblo
que mandará el mundo entero: ¿que sucede? que
casi se ven siempre o esclavos ó dispersos. Abu-
beker , segundo califa , escribe de parte de Dios.
á Yesir : no mates ni viejos ni mugeres ni niños
ni animales , no cortes ni siquiera un árbol : y
Abubeker consigue mandar el Asia toda. ¡ Que
80
de observaciones nacen de estas dos diferentes
políticas !

CAPITULO XXII.

Hay varias pruebas que inducen á creer que


Moisés no ha podido escribir los libros que se
le imputan : y aun hacen dudar si ha existido
6 no este profeta i? Se dice en los libros ju
díos que escribió Moises el Decálogo sobre dos
tablas de piedra. Si hubiera escrito tambien
los cinco volúmenes que se le imputan sobre
piedra, en verdad que hubiera sido una em
presa bastante dificil en un desierto. 2? Se dij
ce tambien que Josué hizo grabar sobre un
altar de piedra sin pulir, pero enjalbeado todo
el Deuteronomio. Este modo de escribir no. es
muy á proposito para trasmitir los escritos á la
posteridad. 3? Moisés no podia decir que se en
contraba á esta parte del Jordan cuando se
hallaba á la otra parte. 4? No podia hablar de
ciudades que no existian aun en su tiempo. 5?
No podia dar reglas para la conducta de los re
yes , cuando ni se pensaba ni tenia idea de re
yes, cuyo gobierno no conocieron los judíos
hasta el tiempo de Samuel. 6? No podia decir,
hablando del rey Og , que se veia todavía su
cama de hierro , puesto que él mismo supone
que este rey fué muerto en su tiempo. 7? Na
podia mandar á su pueblo que pagase un me
dio siclo por cabeza segun la medida del tem
plo (Exodo cap. 30, v. 13 J, porque los ju-
81
díos no tuvieron templo hasta muchos siglos
despnes de muerto Moisés. Pero el gran New
ton , el sabio Clerc , y otros varios autores cé
lebres, han tratado esta materia con tanta es-
tension y buena crítica , que seria una cosa en
teramente superflua y aun vergonzosa el volver
á hablar sobre este estremo. Omitirémos aquí
tambien el presentar una relacion circunstanciada
de los espantosos prodigios de que se hace á
Moisés testigo ocular. Milord Bolingbroke re
prende con estremada severidad á los que atri
buyen á Moisés el Pentateuco , y sobre todo
á los que hacen cantar á este profeta un largo
poema á la edad de ochenta anos , cuando sa-
lia de lo interior del mar Rojo á la cabeza de
tres millones de personas. Dice este célebre au
tor que es menester ser tan imbécil é impu
dente como un Abadie , para atreverse á pre
sentar como á prueba que Moisés fué quien es
cribió los libros que se le imputan, que fué él
mismo quien los leyó i todo el pueblo reuni
do. Esto es precisamente lo que se trata; el que
escribió estos libros 600 o 700 anos despues
que Moisés habia muerto , podia muy bien de
cir que este profeta habia leido por sí mismo
su obra á los tres millones de judíos reunidos
en el desierto. Añade milord que las puerilida
des de Abadie y sus consortes , no podrán sos
tener por mas que hagan el monstruoso edifi
cio que se conmueve ya por todas partes, y
que seguramente se desplomará sobre sus cabe
zas. Una infinidad de escritores célebres, in-
6
* m
dignados al ver tantas imposturas como se con
tienen en la Biblia , las han combatido de con-
. tinuo, y han demostrado que no se encuentra
un solo parage en este libro llamado sagrado,
que no peque ó contra la geografía ó contra la
cronología ó contra todas las leyes de la natu
raleza, contra las de la historia, contra el sen
tido comun , y aun contra el honor y la pro
bidad. Muchos de estos filosofos , arrastrados.
por su celo, han cubierto de oprobios á los que
sostienen todavía tan envegecidos errores : no
nos parece muy bien que se les increpe con
amargas invectivas. Creemos que será mas á
propósito un examen reflexivo sobre la verdad
de estos hechos, y asi juzgamos por nada la»
injurias que los dos partidos vomitan los unos
contra los otros tantos siglos hace.

CAPITULO XXIII.

Entre los ingleses se conoce una secta mucho


mas numerosa que la de los fracmasones, bajo
* el nombre freetehinkers ó franco-pensantes:
entre otros se cuentan por principales gefes á
milord Herbert, los caballeros Raleig y Sedney,
milord Ahaftsburi , el sabio Loke , el gran
Newton que negd tan atrevidamente la divini
dad de Jesucristo, los Colins , los Folands, los
Tiudols , los Trenchards , los Gordons, los
Wolastons , y sobre todo el célebre milord Bo-
lingbroke : muchos de estos sabios han elevado
el espíritu de examen y de crítica hasta dudar
m
i existencia de Moisés ; vamos á* ver con
mparcialidad las razones en que se fundan parí
estas dudas. Si Moisés hubiese sido un perso-
nage tai como Salomon, á quien solo se le atri
buyen libros que no lia escrito, tesoros que no
ha poseido , y un serrallo mucho mas numero
so que el que podia sostener un pequeño rey
de Judea, no habria raí?on ninguna para dudar
que un tal hombre hubiese existido; porque se
puede muy bien no ser el autor del Cántico de
los cánticos , no poseer cinco ó seis millones de
pesos fuertes encerrados en su gaveta , ni tener
700 esposas y 300 queridas, y sin embargo ser
nn rey conocido de todas la naciones : no hay
en esto nada que repugne á la razon. Tampocd
repugne que Salomon sea hijo de ¡ün doble
adulterio , y ni su vida ni su muerte tienen
nada de maravilloso que admire la naturaleza
é induzca á la incredulidad. Pero si todo es ma
ravilla y novela en la vida de un hombre des
de su nacimiento hasta su muerte , son menes
ter entonces pruebas mas claras qüe el dia, tes
tigos contemporáneos , y de circunstancias las
mas revelantes , para hacer creer que en rea
lidad ha existido ün hombre tan estraordinario
como se dice ; no es para esto bastante , que
despues de mil años contando ün sacerdote di
nero encuentre un libro concerniente á este
hombre tan estraordinario como se dice , y que
lo envie por medio de Un emisario á un peque
ro rey. Si en el dia , por egemplo , un obispo
át la Rusia enviese desde lo interior de la Tar
* ' 84
taria á su emperador un libro que le dijese ha.
bia sido compuesto por el scita Abaris, el cual
babia encontrado o' en una sacristía antigua ó
en un cofre viejo , ¿ podria esperar que su mo
narca mirase con pucho. aprecio semejante li
bro ? El autor de él podia muy bien asegurar
que Abaris babia corrido todo el mundo á .ca
ballo sobre una flecha que esta flecha fué precisa
mente la misma que de Apolo se sirvió para ma
tar á los Cíclopes; que Apolo mismo habia escon
dido esta flecha cerca de Moscow, y que los vien
tos le habian hecho presente de ella al tártaro
Abaris , que era gran poeta y hechicero , y que
habia hecho un talisman de los huesos de Pe-
lops. Se puede asegurar con toda certeza que
la corte de Petersburgo haria en el dia una gran
burla de semejantes cuentos ; pero los pueblos
de Casan y de Astracan hace dos d tres siglos
hubieran creido de muy buena fe semejantes
tonterías. Lo mismo sucederia en la corte de
Dinamarca , si se fuesen á contar maravillas del
dios Odin : tanto caso harian del que refiriese
tales cuentos , como se hace de los que las vie
jas nos refieren del encantador Merlin. Moisés
parece encontrarse en el mistfio caso que todos
estos héroes á los ojos de los que no se rinden
á la evidencia. Ningun autor egipcio ni fenicio
de los antiguos tiempos ha dicho una palabra
de este maravilloso profeta. El caldeo Beroce
no le menta siquiera; porque si él hubiese he
cho la mas mínima memoria , los padres de la
iglesia , como hemos observado ya sobre San
85
choniaton , hubieran cacareado este testimonio
auténtico. Flaviano Josefo que trata de hacer
valer á su -Moisés , aunque parece duda de sus
milagros , busca por todas partes algun testigo
que acredite las acciones de este profeta; pero
no puede encontrar ninguno : no se atreve á
decir que Beroce, nacido en tiempos de Alejan
dro , haya referido un solo hecho de los que
se atribuyen á Moisés. Solo encuentra en un
Charemon de Alejandría , que vivió en tiempo
de Augusto , cerca de 1 600 años despues de la .
época en que se hace existir á Moisés : el cual
dice que este profeta fué arrojado de Egipto.
Por fin el insaciable Josefo va á consultar los
escritos de un tal Maneton , egipcio , autor an
tiquísimo que vivió en tiempo de Ptolomeo,
filadelfio , 300 años antes de nuestra era vulgar.
Este Maneton que escribió en griego , porque
ya en aquel entonces los egipcios comenzaban
á abandonar su lengua bárbara , vivió cerca de
300 años antes que Charemont , pero no en
cuentra mejor apoyo en este que en los demas.
Lo único que dice Maneton es que en otros
tiempos hubo un sacerdote de Eliópolis llama
do Usarsiph , que tomó el nombre de Moisés,
y que se huyó con una porcion de leprosos. '
Pudo suceder muy bien que los judíos habla
sen desde tiempos muy remotos á los pueblos
vecinos, y que esta voz vaga llegase sin mas
apoyo hasta los egipcios , y aun griegos y ro
manos. Estrabon , Diodoro y Tácito dicen algo
iobxe este hombre , pero con mucha confusion
86
é^ncertidumbre. Todos estos testigos, pues, na
parecen muy febles. Nada nos admirará que
los judíos nos hayan pintado á su Moisés con
coloridos tan extraordinarios , si atendemos á
que todas las naciones han mostrado siempre
un prurito de tener ppr fundadores legisladores
ilustres : los franceses nos presentan como á su
primitivo fundador á Franco , que hacen hijo
de Hector : los suecos aseguran con toda certe
za que Magog , hijo de Jafet , les dio leyes in
mediatamente despues del diluvio , y á otro
hijo de este mismo Jafet, llamado Tubal, que
Josefo llama Tobal, se le hace el primer legis
lador de la Espaíla. Si vamos á las naciones de
la antigüedad , hallaremos que estas se forjan
orígenes todavía mas extravagantes. Esta pasion
por exceder á sus vecinos en quimeras ha sida
llevada á tal extremo por los pueblos de ta Me-
sopotamia, que se vanagloriaban de haber te
nido por legislador al Pez ó Dannes que salia
dos veces al dia del Eufrates para venirles á
predicar. Moisés podia muy bien ser un legis
lador tan quimérico como este pez. Un hom
bre que cambiaba su vara en serpiente y la
serpiente en vara, la sangre en agua y la agua
. en sangre: que pasa el mar Rojo á pié enjuto
con tres millones de hombres. Un hombre en
fin en cuyos pretendidos escritos se hace ha
blar i un asno, vale á mi entender poco mas
ó menos lo mismo que un pez que predica.
Estas son las razones en que se han fundado
Jos que dudan que Moisés haya existido ; pero.
87
Se les puede contestar una cosa que á mi en
tender tiene mucho peso , y es que los enemi
gos de los judíos jamas han dudado de la exis
tencia de este profeta.

CAPITULO XXIV.

Los judíos tenían una pasion tal por lo ma


ravilloso , que cuando sus vencedores les per
mitieron volver á Jerusalen , compusieron una
nueva historia de la vida de Moisés*; todavía
nías fabulosa que la que ha obtenido siempre
el título de canonica. El sabio Gilvert Gaumin
tradujo un considerable fracmento de esta his
toria , que lo dedico al cardenal Berule. He
aquí las principales aventuras referidas en este
fracmento tan singular como poco conocido.
Ciento y treinta aílos despues del establecimien
to de los judíos en Egipto , ó 600 despues de
la muerte del patriarca Josef , tuvo un sueñp
muy inquietante el rey Faraon : sonó que un
viejo tenia un peso en la mano , que á la una
parte de este peso estaban todos los habitantes
de Egipto , y á la otra solo había un pequeño
infante ; pero este infante hace caer la balanza
á su favor , porque parecia pesar mas que to
dos los egipcios juntos., Al momento despertó
Faraon é hi?o llamar á sus shotims sus sabios,
y les contó el luminoso sueno. Uno de estos sa-
bio%, le dijo : ¡ Oh rey ! ese infante es un ju
dío que hará un dia mucho mal á vuestro reino;
haced matar á cuantos niños se encuentran en
88
la edad infantil entre los judíos y nazcan en lo»
sucesivo , y con esto salvaréis vuestro imperio,
si es posible oponerse á las ordenes del destino.
Agradó el consejo á Faraon , y al momento hi
zo llamar á todas las comadres de su pais , y
las mandó ahogasen cuantos niños varones na
ciesen de las judías. Habia ep Egipto un hom
bre llamado Abraham , hijo de Kealh , marido
de Jocabed : esta Jocabed le dio primero una
hija llamada María , que quiere decir persegui
da , porque los egipcios , descendientes de Cham,
perseguían á los israelitas : luego parió otro hijo
que se llamó Aaron , que quiere decir conde
nado i muerte , porque Faraon habia condena
do á muerte á todos los infantes judíos. Aaron
y María fueron preservados de la persecucion
,por los ángeles del Señor que los criaron y ali
mentaron en los campos , y no los volvieron al
poder de sus padres hasta que fueron ya man-
cebitos. Parió por fin Jocabed un tercer hijo
que se le puso por nombre Moisés ; quien tenia
quince años menos que sus dos otros hermanos.
Este Moisés fué espuesto á las aguas del Nilo
para salvarse de la persecucion de Faraon ; pero
la hija de este príncipe, que se estaba bañando
en las aguas del rio , did con el infante espues
to , le agradó , lo mandó criar y lo adoptó lue
go por hijo , sin embargo que no era casada.
Tres años despues su padre Faraon tomó en
matrimonio una nueva muger ; y para celebrar
las bodas hizo un gran festin , en el que tenia
sentada á su muger á la derecha y á su hija á
89
la izquierda con el pequeño Moisés á su ladOi
El muchacho jugando le tomó la corona al rey,
y se la puso sobre su cabeza : Balaan el mági
co , eunuco del rey, se acordó en este momen
to del sueño de S. M. He ahí , señor, esclamó,
el infante que debe un dia hacer tanto mal
á vuestro imperio , el espíritu del Señor está en
él : lo que acaba de hacer es una prueba ma
nifiesta de. que tiene ya proyectado el designio
formal de destronaros ; es menester hacerle pe
recer al momento: esta idea agradó mucho á
Faraon. Iba á ser llevado ya á la muerte el pe
queño Moisés , cuando Dios envió instantanea
mente á su ángel Gabriel bajo la forma de un
oficial de Faraon. Señor , le dijo éste , ¿ porque
hacer morir á un niño inocente que no tiene
todavía la edad de la discrecion? Si ha quitado
la corona de vuestra cabeza y se la ha puesto
sobre la suya, es porque todavía no tiene juicio
para discernir. Si quereis convenceros de su
inocencia, haced que le presenten un rubí y un
carbon bien encendido ; si prefiere el carbon, es
prueba que es un imbécil, y por consiguiente hay
poco que temer de él ; si por el contrario toma
el rubí , ya da á entender que discierne mas,
entonces podréis hacerle matar. Adhirió el rey
á esta proposicion , y al momento presentaron
un rubí y un carbon encendido , el muchacho
que no era tonto te agarró al momento del ru
bí, perc%el ángel del Señor por salvarle cíin-
bió al momento el rubí en carbon : Moisés se
lo puso en la boca , y se quemó horriblemente
90
la lengua , y quedó tartamudo para toda su vi
da, y hete aquí larazon porque el legislador
de los judíos tenia tanta dificultad en cada pa
labra que tenia que articular. Vivió feliz Moi
sés hasta la edad de quince años muy querido
de Faraon ; pero habiendo un dia ido á que
jársele un hebreo de que un egipcio le habia
"pegado; despues de haberse acostado con su
muger , mandó Moisés al momento que se ma
tase el egipcio. Sabedor Faraon de este hecho
se irritó ea términos que condenó á Moisés á
muerte ; y habiéndose querido llevar á efecto
la sentencia , Dios , que reservaba este insigne
hebreo para grandes empresas , al momento de
descargar el verdugo la cuchilla sobre su cuello,
lo cambió en columna de marmol , y envió al
momento al ángel Miguel para que dentro el
término de tres dias sacase de las fronteras del
reino de Faraon á Moisés. Despues de esto el
joven hebreo se refugió á la corte de Mecano,
rey de Etiopía , que estaba en guerra con los
árabes , quien le hizo á poco general de su ejér
cito. Despues de la muerte de Mecano fué ele
gido Moisés rey , y casó con la viuda de su an
tecesor ; pero avergonzado «Moisés de verse es.r
poso de la que poco antes era soberana , no osó
llegar á ella , y en la cama puso una espada
en medio de los dos. Vivió así por espacio de
cuarenta años sin tocar jamás á la reina , la
qué irritada por la conducta de su nutvo espo
so convocó al fin los estados de su reino , se
quejó ante ellos de que Moisés jamás' habia
91
querido tocarla , y concluyó con pedir que se
le echase de sus dominios , y que se pusiese
sobre el trono al hijo del difunto rey. Arrojado
Moisés de Etiopia vino al pais de Median , ca
sa del sacerdote Jetro. Este sacerdote creyó que
su fortuna estaba hecha con poner á Moisés ea
manos del Faraon de Egipto ; y comenzó á ve
rificar su designio asegurando á su huesped ea
un encierro , donde no se le daba sino pan y
agua. Moisés engordaba sin embargo sensible
mente en su calabozo. Jetro se admiraba de es
to, porque no sabia que su hija Séfora se ha-
bia enamorado locamente del prisionero , y le
llevaba diariamente buenas perdices y codorniz
ees con buen vino ; y así el buen Jetro con
cluyó de lo que habia observado que Dios pro
tegia sensiblemente á Moisés , y desde este
momento abandonó el proyecto de entregarle á
Faraon. Queriendo Jetro casar á su hija mandó
publicar en el pais que la daria por esposa al
que arrancase un árbol de Safir que tenia en
su jardin , sobre el cual estaba gravado el nom
bre de Paho ó Jehova. Los amantes de . Séfora
se presentaron á porfia por ver si podrian lle
varse el premio ofrecido ; pero ninguno de ellos
pudo siquiera hacer inclinar el árbol. Moisés,
que entonces no tenia mas que setenta y siete
anos , arrancó al primer tiron al árbol desig
nado. Casó con Séfora , de la que tuvo un her
moso niño que se llamó Gerson. Paseándose uu
dia Moisés encontró á Dios en medio de un
zarzal , quien le mandó fuese á hacer milagros.
92
i la corte de Faraon : obedeció Moisés al mo
mento sin laanenor réplica, y marchó á aquel
pais llevando consigo á su muger.y á su hijo.
Caminando encontraron un ángel , cuyo nom
bre no se sabe , que mando á Séfora circuncidar
. al pequeño Gerson con una piedra cortante.
Tambien por disposicion de Dios le salió al ca
mino Aaron, quien encontró pormuy mal hecho
que su hermano se hubiese casarlo con una ma-
dianitá ; trató á su muger de puta y á Gerson de
bastardo , y los despachó á su pais. Solos ya
Aaron y Moisés se dirigieron asi al palacio de
Faraon, cuyas puertas estaban guardadas por
dos leones de una magnitud enorme. Balaani,
nno de los mágicos del Rey , al ver venir á los
dos extrangeros, soltó los leones hácia ellos;
pero Moisés les tocó con su vara, y al mo
mento las carnívoras fieras se prosternaron hu
mildemente, y empezaron á lamer los pies de
los dos hermanos. Asombrado el rey al ver
aquello, mandó venir á su presencia á los dos
peregrinos y á todos sus mágicos : aqui princi
piaron los milagros. El autor cuenta las diez
plagas de Egipto poco mas ó menos como se
refieren en el Exodo: y solamente añade que
Moisés cubrió todo el país de piojos á la altu
ra de un codo, y que envió una porcion con
siderable de leones, lobos* , osos, y tigres que
entraban en las casas , aun cuando estuviesen
bien seguras con cerrojos, y se comian todos
los niños. No fueron, segun este autor, los
judíos quienes se huyeron por en medio del
03
mar Rojo, sino Faraon y su egército: que los
judíos persiguieron, y que .Jas aguas se pasarou
á derecha é izquierda para verles combatir; en
cuya jornada quedaron muertos sobre la arena
todos los egipcios , excepto el rey. Viendo en
tonces Faraon que ya no le quedaba ningun
recurso, pidió perdon á Dios, el que envio á
los ángeles Miguel y Gabriel para que le trans
portasen á la ciudad de Nínive, donde reinó"
por espacio de 400 años. Que se compare ahora
pues esta historia con la del Exodo, y que se
le dé la preferencia á aquella que parezca me
jor ; por lo que hace á mí, no me creo bastante
sabio para juzgar sobre este punto : convendré
solamente en que una y otra son del género
maravilloso.

CAPITULO XXV.

Ademas de la vida de Moisés que acabamos


de referir arriba , conocemos dos historias re
lativas á su muerte que tambien son bastante
admirables. En la primera se nos presenta una
larga conversacion de Moisés con Dios , en la
cual le anuncia este último que no le queda ya
mas que tres horas de vida. El ángel malo Sa-
mael asistió á esta conversacion. En cuanto pa
só la primera hora. del término prefijado se pu
so á reir , al 'pensar que pronto iba á apode
rarse del alma de Moisés , y Miguel se echó á
llorar. No te alegres tanto, mala bestia, dijo
este á aquel , que si Moisés va á morir , toda
94
vía tenemos a Josué que le reemplace. Asi qüeí
las tres horas se hubieron pasado mandó á Dios
á Gabriel que se apoderase del alma del mori
bundo. Gabriel se excusó á hacerlo y Miguel
tambien. Viéndose Dios desobedecido por estos
dos ángeles se dirigió i Zinquiel , pero este no
quiso tampoco obedecer : t he de ser yo , dijo,
que he sido en otros tiempos su preceptor ¡,
quien he de matar á mi discípulo ? Enfadado
Dios dijo entonces al mal ángel Samael : y bien
malvado, toma tú pues esa alma. Samael, fue
ra de sí de alegría, tiró de su espada , y se di
rigió hacia Moisés. Al verle venir el moribundo
se levantó como pudo , y con los ojos cente
llantes de cólera , le dijo : ¿ como , bribon , te
atreverás td á matarme? ¿A mí, que siendo
todavía niño , quité la corona á un Faraón , y
me la puse sobre mi cabeza? ¿A mí, que me he
hecho tantos milagros á la edad de ochenta
anos , que he conducido fuera de Egipto 6o
millones de hombres , que he divido las aguas
del mar Rojo ; y que he vencido dos reyes tan
grandes , que en tiempo del diluvio las aguas
no les llegaban á media pierna? Vete enhora
mala, pícaro: quítate al momento de mi pre
sencia. Esta altercacion duró algunos momentos,
mientras tanto Gabriel preparó una silleta para
transportar el alma de Moisés, Miguel un man
to de púrpura, y Zinquiel una sotana. Dios
por fin puso sus dos manos sobre el pecho del
moribundo , y llevó consigo su alma. Es segu
ramente esta historia á la que hace alucion en
95
SU epístola el apostol San Judas , cuando dice
que el arcangel San Miguel disputó el cuerpo
de Moisés al diablo. Como este pasage no se
encuentra sino en el libro donde está escrita es
ta historia , es evidente que Judas lo habia lei
do , y que le miraba como un libro canonico.
La otra historia de la muerte de Moisés es
tambien una conversacion con Dios , no menos
graciosa que la anterior : he aquí en pocas pa
labras este diálogo. — Moisés. Yo os suplico,
Señor , que me permitais entrar en la tierra de
promision , al menos por dos ó tres ailos siquie
ra. rr Dios. No ; mi decreto está ya echado de
que tú no has de entrar en la tierra de promi
sion. — Moisés. Que al menos se me lleve allí
despues de mi muerte. ~ Dios. No ; ni muerto
ni vivo. Moisés. j Ah , buen Dios ! ¡ vos que
sois tan clemente con vuestras criaturas , y que
las perdonais dos ó tres veces , á mi que. no he
cometido mas que un pecado , no me perdo
nais ! — Dios. Tu faltas á la verdad , has come
tido seis pecados ; me acuerdo haber jurado tu
muerte , ó la pérdida de Israel ; es menester
que una de estas dos cosas se cumpla : si tu
quieres vivir ; Israel perecerá. — Moisés. Señor,
eso es demasiado ; vos tomais la cuerda ó bien
de uno 6 de otro cabo : que parezca Moisés an
tes que una sola alma de Israel. Despues de
muchos discursos de esta especie, el eco de la
montaría dixo á Moisés : no tiene ya mas que
cinco horas de vida. Al cabo de estas cinco
horas envió Dios á buscar á Gabriel, Zuin
96
quiel y Samael. Prometio Dios á Moisés que
se le enterraria, y llevó consigo su alma. To
dos estos cuentos no son menos estraordinarios
que la historia contenida en el Pentateuco : el
lector, sino, juzgará de ello.

CAPITULO XXVI.

Entre el dios Baco y Moisés se encuentra


una prodigiosa semejanza en el mismo nombre,
ambos han habitado en un mismo pais , han
obrado los mismos milagros , han escrito sus
leyes sobre piedra, ¿quien de los dos es el
original? ¿quien será la copia? Lo que no ca
be duda es que Baco era conocido de casi to
da la tierra, antes que ninguna nacion, ex
cepto la judía, hubiese tenido jamas la menor
idea de Moisés. Ningun escritor griego ha cita
do en sus obras la menor cosa de cuanto se
atribuye á este judío, hasta el retórico Longi-
nos que vivió en nuestro tercer siglo. Los grie
gos no sabian ni aun siquiera si los judíos te-
nian libros: el historiador Josefo confiesa en su
cuarto capítulo de la respuesta á Apion, que
los judíos no tenian ningun comercio con los
demas pueblos : los países que nosotros habita
mos, dice, están muy lejanos del mar: no nos
aplicamos por esto al comercio ni nos comuni
camos con las demás naciones. Luego añade :
: hay pues nada de que admirarse , de que
nuestra nacion habitando tan lejos del mar , y
afectando no escribir nada, haya sido tan poco
97
conocida de todos ? Otra prueba mas positiva
aun de la mayor antigüedad del héroe de los
griegos que el de los judíos. Los misterios de
Baco eran ya muy célebres en la Grecia, y el Asia
toda los conocia tambien mucho antes que nin
guno de sus pueblos tuviese la menor noticia
de Moisés hebreo. Es muy natural que una
pequeña nacion bárbara y desconocida , imite
las fábulas de una nacion grande , civilizada é
ilustre , y tenemos tantos ejemplos de esto , que
sin mas que esta sencilla refleccion creo per
derán siempre los judíos su pleito. En hechos
de fábulas , como en los de toda invencion,
siempre los pueblos mas antiguos han servido
de modelo. La leyenda dorada está llena de
pasages de las fábulas de la antigua Grecia ba
jo nombres cristianos. Examínese sino este li
bro santo , y se encontrarán todas enteras las
historias de Hipólito y de Edipo : hay un san
to á quien un siervo predice que matará á su
padre , y se acostará con su madre ; la. predic
cion del siervo se cumple al pié de la letra , el
santo hace penitencia , y con esto es acreedor
á que se le coloque en el martirologio. Los hom
bres son tan afectos á las fábulas y á lo maravi
lloso , que cuando no tienen bastante talento
para inventar las copian. No hemos hecho es
tas reflecciones sino para estar prevenidos con
tra el espíritu romancesco de la antigüedad,
espíritu que se ha perpetuado con demasiada
estension.

7
98

CAPITULO XXVII. -

Toda la religion de los judíos estriba sobre


la creacion del primer hombre , la formacion
de la muger , sacada de una costilla de
Adan , la prohibicion espresa de Dios á Adan
y su muger para que no comiesen de la fruta
prohibida , la trasgresion de esta ley divina
por las demas primeras criaturas seducidas y
engañadas por una serpiente que hablaba etc.
etc. Todas estas cosas , segun el viejo Testa
mento, las supo Moisés de boca de Dios mis
mo y las escribió á nombre de Dios , para que
sirviesen de un monumento eterno al género
humano ; ¿ porque , pues , se prohibe entre los
judíos el leer el Génesis antes de los 25 años
de edad ? ¿ Temia por ventura el Sanhedrin que
los lectores se burlasen de los sagrados libros
cuando no tuviesen mas que 18 ó 20 años de
edad? Si la lectura del Génesis escandaliza,
cuanto mas el hombre entrará en edad , mas
se producirá este efecto en su espíritu. Si se
respeta el legislador , ¿ porque prohibir leer su
ley ? Si Dios es el padre de todos los hombres,
¿ porque la creacion de éste y sus primeras ac
ciones escritas por Dios mismo , han sido ig
noradas por tantos tiempos del género huma
no ? 1 Porque Moisés ha sido él solo que ha
merecido el ser instruido sobre estos hechos en
un desierto , al .cabo de 2500 años que el mun
do habia sido criado ? ¿ De donde viene , por
"i
ejemplo , que aun en los tiempos de Augusto, no
se encuentre un solo historiador , un poeta, un
sabio que conozca los nombres de Adan y Eva,
de Abel , de Cain , de Matusalen , de Noé ?
Cada nacion ha tenido su cosmogonía ; pero no
hay una siquiera que se parezca á la de los
judíos; ciertamente ni los indios, scitas, ni los per
sas ni los egipcios, ni los griegos, ni los romanos
han contado sus épocas desde Adan, desde Noé ó
desde Abraham- Es menester confesar que si Var-
ron ó Plinio volviesen al mundo , reirian á
carcajada tendida al ver en nuestros almana
ques y bellos libros de cronología : Abel muer
to año 130, Adán muerto año 930. Diluvio
universal en el año 1656 Noé salió delarca
en el año 1657. e'c- Estas épocas que nosotros
citamos bajando la cabeza , y que sirven de
base para los cálculos astronómicos y hechos
mas marcados de toda la Europa , nadie ha re
faccionado jamás que son ó despreciadas ó ig
noradas del resto del globo. Otra cosa hay mas
notable todavía. Supongamos que Sanchoniaton
haya escrito en la misma época en que se ha
ce vivir á Moisés , aunque yá hemos visto que
fué muy antecesor á éste : ¿ como es que el cé
lebre autor de la cosmogonía de los fenicios,
no ha hablado ni de Adan , ni de Noé , ni del
diluvio universal ? -1 Por que este prodigioso
acontecimiento , que redujo , segun dicen , los
habitantes de la tierra á una sola familia , y
no muy numerosa , ha sido absolutamente ig
norado de toda la antigüedad ? No cabe duda,
100
segun la historia , que ha habido inundaciones,
en que comarcas dilatadas han sido sumergidas
en el mar : 1 el diluvio de Deucalion y el de
Ogiges , son bastante conocidos: Platon dice,
que la isla Adla'ntide fué en otros tiempos su
mergido en el mar. Que esto sean fábules á
verdades importa poco ; nadie ha dudado ja
más que muchos puntos de nuestro globo han
sufrido grandes transformaciones , causadas por
la catástrofe de la naturaleza ; pero un diluvio
universal , tal como se nos refiere en la Biblia,
es físicamente imposible. Ni Teucídides , ni He-
rodoto , ni ningun historiador antiguo han des
honrado jamás su pluma con la relacion de
una tal fábula. Si entre los hombres hubiese
habido algun recuerdo , el mas remoto , de un
acontecimiento tan estraño , ¿ le hubieran pa
sado en silencio Hesiodo y Homero ? ¿ No se
encontraria , por lo menos , en los varios escri
tos de estos dos poetas , algunos pasages alusi
vos , alguna comparacion que se refiriese i este
trastorno universal de la naturaleza ? ¿ No nos
hubieran conservado algunos versos de Orfeo,
donde se encontrasen algunos vestigios de un
hecho tan Insólito? Los judíos, pues, no pue
den haber imaginado su diluvio universal , si
no despues de haber oido hablar de algunos
diluvios particulares. Algunos poetas antiguos
nos han presentado la inundacion ocurrida en
una parte de la Grecia , como una inundacion
universal , consecuencia muy natural de la li
bertad que este género de escritores han tenido
101
siempre de referir los hechos exageradamente,
y aun á veces del todo desfigurados. Ovidio
celebra en su libro encantador de las Metamorfo
sis este diluvio universal de la Grecia. Una aber
tura tal es seguramente hecha para la poesía ;
y aunque para vosotros sea un milagro, para
los griegos y romanos no era sino una fábula.
Ha habido además otros varios diluvios en Gre
cia , y he aquí probablemente el origen de la
fábula del diluvio universal , que los judíos
nos han trasmitido en su Génesis. Nada es-
traño es , porque como estas gentes no tenian
conocimiento del globo , segun nos dice Josefo,
tomaron Ja inundacion de un pequeño distrito
por la inundacion de la tierra toda. Eusebio y
el escribano Jorge nos han conservado algunos
fracmentos de los escritos de un cierto Abideno.
Este Abideno transcribió en sus obras varios
fracmentos de los escritos de Be roce , antiguo
autor caldeo. Beroce refiere , en uno de sus li
bros romancescos , una inundacion ocurrida ba
jo el reinado del caldeo Xissuter, del cual se
ha hecho despues á Xissutrus, que se supone
haber existido en el tiempo mismo en que se
hace vivir i Noé'. Decia allí , pues , Beroce,
que un dios caldeo , del cual se ha hecho des
pues el dios Saturno , apareció un dia á Xis
suter , y le dijo : «el 15 del mes Doeci , el
género humano será destruido por un dilu
vio ; encierra bien todos los escritos dignos de
guardarse en Separa , ciudad del sol , á fin
que la memoria de las cosas no se pierda;
102
que cuando habrá otra vez gente sobre. la tier
ra, serán de mucha necesidad los escritos. Cons
truyete una gran barca, donde te meterás con
tus parientes y amigos : harás introducir tam
bien en ella algunas aves y cuadrúpedos ; y
provisiones para algun tiempo; y cuando se te
pregunte donde quieres ir con tu barca, res
ponderás : hácia los dioses , para rogarles en
favor del género humano. Xissuter no olvidó
el construirse su gran barca de la longitud de
cinco «stados y dos de latitud, es decir, de 250
pies geométricos de ancha y 650 de larga. Este
bajel, que debia bogar sobre el mar Negro,
era muy poco velero ; el diluvio anunciado vi
no en fin en el mismo dia prefijado. Xissuter y
su comitiva ya de antemano se guarecieron en la
barca : algunos dias despues del universal agua
cero soltd Xissuter varias de las aves que tenia
consigo , las qne no encontrando que comer,
porque toda la tierra era una inmensa, laguna se
volvieron á la embarcacion : repitio' la misma
operacion á pocos dias , y las aves se volvieron
tambien , aunque con las patas llenas de barro;
en fin las soltd por tercera vez, y viendo que no
volvían ya , Xissuter y su familia abandonaron
tambien la embarcacion salvadora , que quedó
parada sobre una de las montañas de Armenia,
de donde desapareció , porque los dioses se la
llevaron , segun dice el autor. Est5 es sin du
da el tínico fundamento de la fábula que ha
'*^%f9<rido tanto , que el arca de Noé se habia pa
rado sobre una montana de Armenia , y que
105
todavía se ven alli algunos restos de ella. Al-
ganos lectores pensarán tal vez que la historia
de Noé es una copia de la fábula de Xissuter.
Dirán , insiguiendo en el principio que hemos
sentado arriba-, que si los pequeños y bárbaros
pueblos copian siempre de los grandes y civi
lizados, siendo los caldeos incontestablemente
mucho mas antiguos que los judíos, es proba
ble que este pueblo tan novel haya imitado
á sus vecinos en todo, menos en las ciencias
y bellas artes , en que jamas han podido hacer
progresos; pero nosotros respetamos siempre la
Biblia. Los incrédulos añaden aun que es muy
verosímil que el Ponto-Eugino rompiese en
otro tiempo sus diques é inundase una parte
de la antigua Armenia: que el mar Negro pu
do haber hecho otro tanto en Grecia: que el
Atlántide pudo muy bien haberse tragado una
grande isla : que los judíos quizás oirian hablar
confusamente de estos acontecimientos , y se
los hicieron propios, é inventaron su diluvio y
su Noé. Es incontestable , continúan , que si
hubiese habido un Noé, restaurador y padre
de todo el género humano, segun suponen, era
imposible que su memoria se hubiese perdido :
Noé hubieáe sido la primer palabra que hubie
se pronunciado toda la raza humana. ¿Que se
podria inferir pues de esta fábula judía que,
como hemos* dicho ya , ha sido enteramente
ignorada de todo el globo hasta el tiempo en
que los cristianos empezaron á hacer conocer los
libros judíos traducidos al griego? Los judíos
104
han sido unos plagiarios, tanto en sn teogonfa
como en su ceremonial religioso : ¿ por que no
pueden haberlo sido sobre su diluvio? Franco-
pensantes, contestad vosotros i la autenticidad
del Pentateuco.

CAPITULO XXVIII.

Los judíos, como se acaba de sentar, no han


sido mas que nnos miserables plagiarios de las
varias religiones de los pueblos antiguos.

i? Sanchoniaton que i? Los libros atri-


escribió la cosmogonía buidos á Moisés supo-
fenicia muchos tiempos nen tambien las gene-
antes que los judíos se raciones hasta esta épo-
hubiesen reunido en el ca.
desierto , da á los
hombres diez genera
ciones , hasta el tiem
po del pretendido di
luvio universal.
2? La curiosidad de 2? La curiosidad de
una muger llamada una muger llamada
Pándora es fatal al gé- Eva hace que el géne
ro humano , segun la ro humano sea arroja-
mitología. do del paraiso terrenal.
3? Baco da una ley 3? Moisés da tam-
escrita sobre dos tablas bien sus leyes escritas
de marmol , divide las sobre dos tablas de pie-
olas del mar Rojo á dra, atraviesa el mar
derecha é izquierda Rojo i pié enjuto con
para hacer pasar su todo su ejército , y su
ejército , y suspende la sucesor Josué detiene
carrera del sol y de la el curso del sol y de la
luna. luna.
4? Minerva hace sal 4? Moisés no da á
tar una fuente de acei los judíos en el desier
te , y Baco una de vi to sino una fuente de
no. agua.
5? Pilemon y Bau- 5? Los judíos imitan
sis , en Frigia , dan á esta fábula de la ma
dos dioses la hospitali nera mas obscena é in
dad que una poblacion fame ; dicen que los
de cerca de Tiane les habitantes de la ciudad
niega ; los dioses en de Sodoma quisieron
consecuencia cambian violar á dos ángeles , y
la miserable cabana de Sodoma es cambiada en
Filemon en un templo, un lago.
y el pueblo en un la
go-
6? Los griegos su 6? Los judíos supo
ponen que Agamenon nen que Abraham qui
quiso inmolar su hija so inmolar á su hijo,
Ifigenia , y que los dio y que Adonai envió un
ses enviaron una cier cordero para que lo sa
va para que fuese sa crificase en lugar de
crificada en lugar de Isaac.
su hija.
7? Niobe es cambia 7? Edith , muger de
da en estatua de mar Loth , es cambiada en
mol. estatua de sal.
8? Trabajos de Hér 8? Trabajos de San
cules. son.
106
1 9* Hércules vendido 9? Sanson vendido
y burlado poruña mu- y engañado por una
ger. . muger. . • ..
10. El asno de Si- 10. La burra de Ba
len o habla. laan habla.
11. Hércules arre- 11. Elías sube al cie-
batado á los cielos en lo en una cuadriga.
una cuadriga.
12. Los dioses resu- 12. Eliseo resucita
citan i Pelops. á una nina.

En fin si se quisiese uno tomar la pena de


comparar todos los acontecimientos de la fábu
la y de la antigua historia griega , se admira
ría al ver que no hay una sola página de los
libros judíos , que'no sea un plagio de allí. Y
notese que los bellos versos de Homero se can
taban ya en mas de doscientas ciudades , an
tes que en ninguna de ellas se tuviese la me
nor noticia que existiesen judíos en el mundo.
Lector , examina y juzga : decide entre los que
nosotros llamamos franco-pensantes , y los que
debemos apellidar nopensantes.

CAPITULO XXIX. ... .

Los judíos han tenido como propiedades pe


culiares el ser en todas partes donde han mo
rado corredores , revendedores y usureros :
siempre han manifestado el espíritu de ateso
rar por la frugalidad y el ahorro. Acumular
dinero ha sido el objeto que ha dirigido su
107
conducta en todas edades , hasta tal punto, que
en la novela de su Tobias , libro canónico ó
no canónico , un ángel baja del cielo durante
su cautividad , no para consolar su nacion in
feliz y desgraciada , no para conducirles otra
vez á Jerusalen, que á un ángel del Señor le
hubiera sido muy fácil sin duda, sino para servir
de guia al jóven Tobias que va á una ciudad
de los Medas á pedir un dinero que se le de
be á su padre :

Excudent alii spirantia mollius cera etc.


Tu premere usura populos Judae memento.

Negociaron , pues , incesantemente durante los


6 2 años de su transmigracion , y ganaron mu
cho dinero , como lo han hecho siempre y lo
hacen aun hoy dia mismo para obtener en mu
chos estados, y aun en Roma mismo, el per
miso de tener sus sinagogas; y es de mucha
probabilidad que sacrificasen mucho dinero pa
ra ganar á los comisarios de la tesorería de Ciro,
y aun el canciller del Excequier , á fin de que
se les permitiese reedificar su ciudad con un
pequeño templo, medio de piedra y medio de
madera. Pero cuando volvieron á su Jerusalen
ó su Hershalaim , no fueron alli mas felices.
Vasallos ó mas bien esclavos de los reyes de
Persia, luego de Alejandro, tan pronto estando
bajo el poder de los sirios como de los egipcios,
nunca componian nacion : asi lo interior de su
pequeña y dispersa república, si puede llamar
108
Otile tal, fué administrada por sacerdotes; en
tonces fué cuando se fijó y determinó su secta,
y cuando fueron mas devotos que nunca. Llegó
en esta época á tal punto su judaismo, que
los samaritanos se desdeñaron de pasar por sus
compatriotas : no quisieron tener nada de co
mun con el pueblo judío , ni aun su Dios. ( Lib.
2 , cap. 7.) El historiador Josefo refiere que los
samaritanos escribieron al rey de Siria Antíoco
Epifanes, que su templo no llevaba el nombre
de ningun Dios : que no participaba de ninguna
de las supersticiones judaicas , y que le supli
caban les permitiese dedicar su templo á Júpi
ter. Antíoco Epifanes hizo sacrificar algunos
cerdos en el templo de Jerusalen ; los judíos
sensatos callaron pero los supersticiosos y en
tusiastas , que siempre son el mayor número ,
creyeron este sacrificio una abominable impie
dad. Pensaban que Dios no gustaba de la carne
de cochino , y por lo mismo era menester sa
crificarle becerros ó cabritos , por consiguiente
era un pecado horrible inmolarle un cerdo. Los
Macabeos se aprovecharon de esta ridicula su
persticion del pueblo para revolucionarle. Esta
rebelion que los judíos han celebrado tanto , y
que nuestros predicadores nos proponen tan á
menudo como un modelo de fe , no impidió i
Antíoco Cupaton, hijo de Epifanes, que echa
se el templo abajo : y mandase cortar la cabeza
al gran sacerdote Osías, que era quien fomen
taba la conmocion popular. Los judíos , por
quienes habia obrado Dios tantos milagros 5 los
109
judíos , que segun los oráculos de sus profetas ,
debian mandar á todo el mundo, fueron mas in
felices, se vieron mas humillados bajo los seleuci-
des, que bajo los persas y babilonios. Despues de
una infinidad de revoluciones, muertes, calami
dades y miserias, se levantaron entre ellos ciuda
danos que despojaron á los sacerdotes de su auto
ridad usurpada, tomando ellos el nombre de re
yes: pero estos pretendidos reyes no fueron mas
felices que los pontífices , se degollaban unos á
otros como lo hacian antes de su cautividad en
Babilonia , hasta que Pompeyo , pasando por
alli , hizo poner á uno de estos reyes llamado
Aristdbulo en un calabozo , é hizo morir al
hijo de éste, el reyezuelo Alejandro. Algun
tiempo despues el triunviro Marco- Antonio did
el reino de Judea al árabe idumeo Herodes.
Este ha sido el único rey judío que se puede
considerar como verdaderamente poderoso: él
fué quien hizo edificar un magnífico templo so
bre una grande plataforma junto á la montaña
Moria , para terraplenar un gran precipicio. El
templo de Salomon , tal como nos le pintan ,
edificado sobre la pendiente de un monte , no
podia ser mas que un edificio irregular y bár
baro , en el cual era menester subir y bajar á
cada momento. Herodes, despues de haber re
primido muchas conmociones generales y par
ciales, se hizo soberano absoluto del pueblo ju
dío bajo la proteccion de los romanos.
110

CAPITULO XXX.

El pueblo judío habia vivido en una anar


quía tal , y estaba tan evezado al pillaje y al
fraudulento robo antes del reinado de Herodes,
que trataron de tirano á este príncipe cuando
mandó por una ley muy sabia , que en lo su
cesivo serian vendidos fuera del reino los que
cometiesen algun robo en casas particulares des
pues de haber agujerado paredes. Se quejó este
pueblo bárbaro de que se le quitaba con esto
lo mas precioso de su libertad , y sobre todo
miraban la tal ley como una impiedad mani
fiesta. ¿ Como , decian , se osaria vender un la
dron judío á un estrangero que no profesa su
santa religion ?( Lib. 16 , cap. i.) Este he
cho referido por Josefo caracteriza perfectamen
te el pueblo de Dios. Herodes reinó 35 anos
en Judea con alguna gloria , y fué sin contra
diccion el mas rico y poderoso de todos los re
yes judíos , aunque entren en cuenta David y
Salomon , y apesar del pretendido tesoro que
se le supone á este último. Como la Judea,
bajo su reinado , no se vió ya infestada ni de
las irrupciones estrangeras ni de los inmen
sos latrocinios domésticos , tuvieron los judíos
tiempo de ocupar su espíritu en la controver
sia. Esto es en lo qué por lo comun se ocupan
los pueblos supersticiosos é ignorantes , cuando
no tienen juegos públicos ó espectáculos que
los distraiga ; se entregan entonces á las dispu
ni
tas teológicas ; prueba de ello sino lo ocurrido
durante el reinado de Cárlos primero de*figla-
terra. Los fariseos y los suduceos turbaron el esta
do cuando pudieron. Juan Bautista se presentó
como á profeta , administraba el antiguo bau
tismo judío , y se hacia seguir por el popula
cho. (Lib. 18 , cap. 7.) El historiador Josefa
dice espresamente , que este Bautista era un
hombre de bien que exhortaba al pueblo á la
virtud: pero que Herodes temiendo alguna se
dicion , porque era inmenso el populacho que se
atropaba al rededor de este profeta , le hizo
encerrar en la fortaleza de Machera , como se
dice que hacian encerrar en Francia á los jan
senistas. Obsérvese que Josefo no dice que íuese
luego condenado Juan i morir durante el go
bierno de Herodes el Tetrarca : nadie debia ni
podia estar mas bien instruido en esto que Jo
sefo , autor contemporáneo y muy acreditado
de la raza de los asmoneos , y revestido de un
empleo público. En tiempo de Herodes se dis^
putaba ya sobre el Mesias : era este un liber
tador que los judíos esperaban en todas sus aflic
ciones , y especialmente mientras permanecie
ron bajo el dominio de los reyes de Siria. El
nombre de Mesias ó libertado», lo dieron á va
rios príncipes estrangeros ; creyeron tal á Ju
das Macabeo; anteriormente habian creido á
Cirus y á otros varios .príncipes ser su espera
do Mesias ; en fin muchos tomaron á Herodes
mismo por un Mesias d Cristo , y se levantó
tina secta muy formal bajo el nombre de he-
112
rodianos; pero los que miraban su gobierno
como tiránico , le llamaban ante-Mesias ó ante-
Cristo. Algun tiempo despues de la muerte de
Herodes se presentó en Jerusalen un energú
meno llamado Teudas , que se hacia pasar por
el verdadero Mesías. (Lib. 20, cap. 2.) Dice
Josefo que este hombre entusiasta se hizo se
guir de un numeroso populacho ; y que les
prometia haria volver el Jordan hacia su naci
miento como Josué , pasándole á pié enjuto to
dos los que quisieren ir con él : este loco fué
quitado del medio cortándole la cabeza. Toda
la nacion judía era entusiasta. Los devotos cor
rían por todas partes para hacer prosélitos,
bautizarles y circuncidarles. Habia dos especies
de bautismo , el de prosélito y el de justicia :
los que se convertian al judaismo , y vivian
entre ellos sin pretender formar cuerpo de su
nacion , no eran precisados ni i recibir el bau
tismo ni la circuncision , se contentaban casi
siempre ónicamente con hacerse bautizar : esto
en efecto era menos doloroso que el hacerse
cortar el prepucio; pero los que tenian mas
vocacion, que ellos llamaban prosélitos de jus
ticia , recibían una y otra marca, es decir,
eran bautizados y circuncidados. ( Lib. 20 ; cap.
2. ) Josefo nos cuenta que hubo un reyezuelo
en la provincia de Adiavene , llamado Isartb,
que fué bastante imbécil para abrazar la reli
gion judía. No nos dice que punto del globo
ocupaba esta provincia de Adiavene, pero se
sabe que había un país que se llamaba así en
113
las riberas del Eufrates. Se hizo pues bautizar
y circuncidar Isarth ; pero su madre Elena se
contentó con que la bautizasen con el bautis
mo de justicia , y por consiguiente no se la
cortó nada. En medio de las muchas facciones,
de las estravagantes supersticiones , y del es
píritu de rapiña que siempre dominaron á la
nacion judía , se veian entre ellos , como en
otras partes , hombres virtuosos , como los ha
habido en Roma , y en Grecia aun en los tiem
pos de su mayor disolucion y licencia. Se en
contraban tambien entre los judíos varias so
ciedades , que se asemejaban en cierta manera
á las sectas pitagórica y estoica : eran estas gen
tes amigas del retiro , de la templanza , de rí
gidas costumbres , enemigas de todo placer , y
que gustaban .mucho de la vida contemplativa:
tales eran los esenios y los terapeutas. No es
estraño que bajo el reinado de un príncipe tan
malo como Herodes , y bajo los reyes sus pre
decesores , todavía mas malos que él , se vie
sen hombres tan virtuosos. En Roma hubo
epitectos en tiempos de un Neron. Algunos han
creido que Jesucristo era esenio , pero se han
equivocado : los esenios tenian por principio el
no hablar en público , no llamar la atencion
de las gentes , ni hacerse seguir por el popu
lacho ; eran gentes virtuosas , sí , pero solo pa
ra si mismos , no para los demas ; y todos los
que han escrito la vida de Jesucristo le dan
un carácter enteramente contrario y muy supe
rior á estos.
8 -
CAPITULO XXXI.

No hay sino un fanático ó un picaro tonto


que digan que la historia de Jesus' no debe
examinarse jamas con todas las luces de la ra
zon: ¿ con que ojos deberá juzguarse pues un li
bro cualquiera que sea < j será con los de la lo
cura ? Substituyámonós aqui en el lugar de un
ciudadano de la antigua Roma que se pusieia
á leer la historia de Jesus por la primera vez:
juzguemos sin prevencion y con imparcialidad
sobre este libro , y dejemos á los bárbaros fa
náticos con su pretendida revelacion y luz divi
na. Por ventura tenemos libros hebreos y grie
gos escritos en pro y en contra de Jesus que
son de una antigüedad igual. El Toldos y Jes-
chu y el Toldos Jesu , obras escritas en lengua
hebrea , tratan á Jesus de bastardo , impostor ,
insolente , sedicioso y b^ujo : en los evange
lios griegos le hacen casi- participante de la di
vinidad misma ; y son talentos y tales los pro
digios que alli se rafieren , que parecen á los
ojos débiles de la razon contener mil contra
dicciones á cada página. Un autor ilustre , que
naciá muy poco despues de la muerte de Jesus,
y que si se cree en esta parte á S. Irene ( S.
Irene asegurará que Jesus murió de cincuenta
años de edad, en este caso Flaviano Josefo pu
do muy bien haberle visto y conocido perso
nalmente) debia ser su contemporáneo; en una
palabra Flaviano Josefo , próximo pariente de
115
la muger de Herodes, é hijo de un sacrificador
que sin duda alguna habia conocido á Jesus , no
cae ni en el defecto de aquellos que dicen mil
injurias de este , ni en la opinion de los que le
prodigan tantos elogios y milagros : en ninguno
de estos dos extremos cae. Está averiguado en
el dia , sin embargo, que las cinco ó seis lí
neas que se atribuyen á Josefo sobre Jesus , han
sido intercaladas con un fraude tan torpe como
escandaloso; porque si Josefo hubiese creido en
efecto que Jesus era el Mesías , ¿ no hubiera
escrito cien veces mas sobre él ? Y reconocién
dole como tal , ¿ no hubiese sido uno de sus
sectarios? Justo de Tiberide, otro judío que es
cribió la historia de su pais antes que Josefo ,
guarda un profundo silencio sobre Jesus. Es
Focius quien nos asegura esto. Filon , otro céle
bre autor judío de aquellos tiempos , no menta
jamas el nombre de Jesus. Ningun historiador
romano dice la mas mínima cosa sobre los mu
chos prodigios que se atribuyen á este hombre
singular; y que si fuesen tales como nos .pre
sentan , debian haber llamado la atencion de
la tierra toda. Añadamos á estas varias pruebas
otra que corrobora en gran manera estas verda
des historicas ; y es, que ni Josefo ni Filon en
ninguna parte de sus escritos hacen mencion
de que se esperaba un Mesías. ¿Por ventura se
querrá concluir, de aqui que no ha habido tal
Jesus, asi como se ha arrojado á concluir, por
el Pentateuco mismo , que no ha existido Moi
sés? A míno me parece tan conforme esta con-
116
'clusion; puerto que despues de la muerte de
Jesus se ha escrito tanto en pro y en contra de
él, es claro que 'ha existido. Nada extraño es
que unos Jiombres de alguna distincion y rango
en la sociedad , tales como Filon y Josefo , no
hagan mencion de un miserable aldeano , que
por su entusiasmo profetico ltabia sido condenado
á morir en un patíbulo, y aun que no tuviesen
noticiá de él. Algunos discípulos del célebre
Bolingbroke , mas ingeniosos que instruidos ,
han negado la existencia de un Jesus , porque
dicen ser el colmo de la extravagancia la histo
ria de los tres Magos de la estrella , y de la
degollacion de los inocentes : la contradiccion
de las dos genealogías que sus cronistas Mateo
y Lucas le dan, es sobre todo la razon que ale
gan y sobre que se apoyan estos jóvenes para
persuadirse que no ha vivido tal Jesus; pero la
conclusion que sacan de aqui es muy falsa. El
ingles Hovel se ha hecho á ser en Francia una
genealogía la mas ridicula : algunos irlandeses
han presentado por escrito que este y Jeansir
tenían un demonio familiar que les daba siem
pre los ases cuando jugaban á los naipes. En
fin se han inventado mil y mas cuentos extra
vagantes sobre estos dos sugetos, ¿se concluirá
por esto que realmente no han existido tales
hombres? Que vayan á preguntar pues á los
que han perdido el dinero con ellos , que esos
les responderán de la realidad de su existencia.
¡Que de tonterias y fábulas no se han dicho
sobre el duque de Bukinkam : no es pues me-
117
nos verdad que ha vivido bajo los reinados de
los Jaimes y Carlos. Apolonio de Tiane no ha
resucitado ciertamente á nadie, ni Pita'goras te
nia uno de sus muslos de oro : esto no es ra
zon sin embargo para decir que Apolonio ni
Pitágoras no hau sido seres muy reales: que
han existido en sus diferentes épocas. Nuestro
Jesus puede muy bien no haber sido llevado
realmente por el diablo sobre una montaña :
no haber secado una higuera, porque no en
contro higos en ella en el mes de Marzo, que
todos sabemos no ser esta la estacion de los hi
gos : no haber descendido á los infiernos etc.
etc. etc.; y podremos concluir sin embargo, no
consultando mas que la razon , que en realidad
ha existido la persona respetable de un Jesus.
= ¿ Quien era pues este hombre? el hijo de un
carpintero de una aldea; los dos partidos se
convienen para esto; lo que únicamente dis
putan es sobre el modo como le concibió su
madre. Los enemigos de Jesus dicen que esta
quedó embarazada de el á consecuencia del
trato que tuvo con un tal Panter: sus partida
rios dicen que quedó en cinta de una entrevista
con el Espíritu de Dios. No hay medio entre
estas dos opiniones de los judíos y los cristia
nos. Los judíos hubieran podido sin embargo
abrazar un medio término mas natural y sen
cillo, á saber que su marido, que le habia he
cho otros chiquillos, le hizo tambien este; pero
el espíritu de partido nunca admite término
medio. Resulta no obstante de todo esto que
118
Jesus era un hombre nada visible , y aun muy
poco conocido, hijo de un miserable carpintero;
resulta que habiendose presentado como á pro
feta, como otros muchos , y no habiendo es
crito jamas nada, tendrian los paganos muy po
ca razon para dudar que no sabria escribir , lo
que era muy conforme á su estado y educa
cion. Pero humanamente hablando, un car
pintero. de Nazareth , que se le supone tan ig
norante , ¿ pudo haber formado una secta ?
Ninguna dificultad me parece tener esto, cuan
do todos sabemos que un Fox, zapatero de
una villa de Inglaterra , hombre de ninguna
cultura , fundó la secta de los cuákaros en el
condado de Leicester. Este hombre fanático em
pezó á correr por los campos con trage de cue
ro' ; ef a nn loco de una imaginacion vivísima ,
que hablaba con entusiasmo é imaginaciones
débiles ; habia leido la Biblia , y haciendo apli
caciones á su modo , se hizo seguir por imbéci
les; era. un hombre ignorante á la verdad, pero
sabios le sucedieron. La secta de Fox se formó
y subsiste aun en el dia con mucho honor en
varias naciones de las mas ilustradas del globo
sin embargo que fué silbada y perseguida en
un principio. Los primeros Anabatistas fueron
miserables aldeanos sin instruccion ninguna.
En fui el egemplo de Mahoma es una prueba
mas fuerte todavía. El mismo se da el título de
profeta ignorante; y muchas gentes aun dudan
si sabia escribir. El hecho es que escribía muy
mal , pero se batía muy bien , era un factor , ó
119
si se quiere , mas bien un criado de un nego
ciante de camellos, oficio á la verdad que no
requiere personas muy ilustradas; y no obstan
te vemos que por su travesura se hizo una per
sona de las mas memorables en los anales del
mundo. Pero volvamos i nuestro Jesus , que
nada tiene que ver con Mahoma , y continue
mos las indagaciones que nos hemos propuesto
bacer sobre él.

CAPITULO XXXII. „

Bolingbroke , Toland , Volston , Gordon y


otros varios franco-pensantes han concluido de
lo que se ha escrito en favor de Jesus y en
contra su. persona , que este no era mas que
un entusiasta , que trató de adquirirse un gran
nombre entre el populacho de Galilea. El
Toldos Jeschu dice , que Jesus era seguido de
2000 hombres armados, cuando Judas fué á
prenderle de parte del Sanhedrin, y que se
derramó alguna sangre para verificar su prision:
si el hecho es verdadero , no podemos negar
que Jesus fué tan 'criminal en esta ocasion co
mo Barcokebas que se dice Mesías despues de
él ; y resultará que su conducta correspondia
perfectamente á algunos puntos de su doctrina.
He venido á traer no la paz sino la espada.
( Non veni pacem mittere sed gladium. ) La
opinion vulgar de que Judas era un discípulo
de Cristo es falsa si se atiende al Toldos ; pues
de este escrito se conjetura que este Judas era
' 120
un oficial de Sanhedrin, enviado por él para
disipar los facciosos del partido de Jesus , y
prender á éste; da mas fuerza á esta opinion el
evangelio de Nicodemo recibido por espacio de
cuatro siglos , y citado por Justino , por Ter
tuliano y por Eusebio , en fin reconocido por
auténtico por el emperador Teodosio ; este evan
gelio, pues, empieza por introducir á Judas
entre los principales magistrados de Jerusalen,
que vinieron á acusar á Jesus ante el pretor ro
mano.. Estos magistrados son Jlnnabs , Caifas,
Summas , Dathan , Camaliel , Judas , Levi ,
Alejandro , Neftalim y Karon. Se ve por esta
conformidad entre los amigos y enemigos de
Jesus, que en efecto fué perseguido y preso por
por un tal Judas ; pero no que este Judas fuese
' .su discípulo y vendiese por 30 monedas de
plata i su maestro. Tambien parecen estar de
acuerdo el Toldos y los evangelios sobre el ar
tículo de los milagros ; sin embargo de que el
Toldos dice obraba Jesus estos prodigios en ca
lidad de hechizero, y los evangelios aseguran
que los hacia en calidad de hombre enviado de
Dios. En efecto en aquella edad , y aun antes
y despues , el universo todo creia en los pro
digios. Ningun escritor de aquellos tiempos ha
dejado de ingerir sus hechos estraordinarios y
maravillosos ; y el mas grande prodigio que se
atribuye sin duda á Jesus , es que obrando tan
tos milagros en una provincia sometida al im
perio romano, no oyesen los romanos hablar
jamas ni de ellos ni de su autor. Vamos , á no
121
juzgar, sino por los ojos de la razon , es me
nester dejar á un lado en estas indagaciones
todo milagro y toda divinizacion. Mas lo que
principalmente nos debe llamar la atencion es
examinar históricamente si en efecto Jesus estu
vo i la cabeza de una faccion numerosa , como
nos da á entender el Toldos , 6 si fué solo se
guido de algunos pocos discípulos, segun nos
dice el evangelio. Como no tenemos en nuestro
poder los varios documentos del proceso que se
formo á este memorable judío ante el tribunal
de Pilatos, no podemos pronunciar con funda
mento : con todo , si se quieren pesar las pro
babilidades, aparece por los evangelios mismos,
que en efecto uso Jesus de alguna violencia , y
que fué seguido de varios discípulos entusias
mados é indiscretos. Si creemos á los evangelios,
pues , hallamos alli que apenas es llegado Jesus
á /erusalen : cuando con un látigo maltrata y
echa ignominiosamente del atrio del templo á
los que vendian alli , autorizados por la ley
misma , pichones y otros varios animales para
los sacrificios. Este acto que parece ridículo á
mi lord Bolingbroke , Volston y demas franco-
pensantes, es tan comun y ordinario, como si
un fanático se introdugese á las inmediaciones
de la iglesia de San Pablo , y empezase á lati
gazos con los libreros que venden á la entrada
del templo los diurnos para asistir á los actos
divinos. Lo que parece dificil y ridículo sí es,
que unos vendedores, sostenidos en sus puestos
por el gobierno mismo, se dejasen pegar y
122
echar tan ignominiosamente de sus puestos por
un hombre desconocido ; sin autoridad ninguna,
que acababa de llegar de una aldea á la capital,
á menos que este hombre no tragese consigo
uua numerosa comitiva que sostuviese su irre
gular con lucía. Se nos dice tambien que aho
gó 2000 cerdos. Si esto fuese verdad, sin duda
ninguna debia haber arruinado á varias fami
lias, ó por lo menos á una ó dos, que se hu
bieran presentado ante los tribunales á pedir
justicia, y segun las leyes no hubiera podido
Jesus evitar el castigo que merecia muy bien.
Mas como el evangelio nos dice que Jesus lo
que hizo fué solo enviar el diablo al cuerpo de
estos 2000 cochinos , no tenemos otra obser
vacion que hacer , que lo extraño que nos pa
rece hubiese animales de esta raza en un pais
en donde por ley fundamental de religion es
taba prohibido el uso de sus carnes. A la ver
dad que un hombre, que ni fuese cristiano ni
judío, podria muy razonablemente dudar de to
dos estos cuentos , y decir á nuestra teología :
ce perdonad , si queriendo justificar á Jesus, me
veo precisado á refutar vuestros libros : ¿> los
evangelios le acusan de haber maltrado grose
ramente á unos inocentes marchantes o reven
dedores; de haber ahogado 2000 puercos; de
haber secado una higuera que no le pertenecia
y haber privado á su dueño de ella , porque no
encontró en este arbol frutos cuando no era
tiempo de higos : le acusan ademas de haber
cambiado el agua en vino para los convidados
125
de unas bodas , cuando estaban todos borrachos:
de haberse desaparecido durante la noche para
ir á hablar á Elías y á Moises ; y en fin de
haber sido llevado tres veces por el diablo.
Yo quisiera hacer de Jesus un hombre justo y
sabio , y no podria ver ni lo uno y lo otro , «i
todo lo que vosotros decis de él fuese verdad.
Las aventuras que le atribuis no tienen nin
gun caracter de verdad , porque ni convienen á
Dios ni á los hombres. Permitidme , pues , que
por amor á este mismo Jesus , borre de vues
tros evangelios los extravagantes y ridículos
cuentos que tanto le deshonran : esto no es
'mas que defenderle contra vosotros mismos. Si
es cierto , como decís , y como es muy verosi
mil, que llamase á los fariseos los doctores de
la ley raza de víboras , sepulcros blanqueados ,
bribones interesados, y otros varios dicterios
que los sacerdotes de todos tiempos han mere
cido muchas veces , diré que era esta una te
meridad muy peligrosa y arriesgada , que mas
de una vez ha costado la vida á los indiscretos
verídicos que han tenido la imprudencia de ex
presarse asi. Pero se puede ser muy hombre de
bien , y decir con todo que hay sacerdotes bri
bones. Concluiremos : pues , no consultando si
no la simple razon, concluiremos que no en
contramos ningun documento digno de fe , que
nos persuada merecio Jesus el suplicio en que
se le hizo morir, porque en realidad nada
prueba que fuese un hombre malvado y per
judicial á la sociedad. La época en que se le
124
hizo morir es incierta, y aun casi desconocida ;
los rabinos difieren de los cristianos en cincuenta
artos : S. Irene difiere en veinte años de nues
tra comun opinion ; en fin hay una diferencia
de diez artos sobre esta época entre Lucas y
Mateo; aunque nada extraño es, cuando en las
dos genealogías que estos han escrito sobre Je
sus discordan tambien en tanta manera: ningun
autor ni griego ni romano hablan de Jesus ; to
dos los evangelistas judíos se contradicen sobre
sus hechos y genealogia ; y ni Josefo ni Filon,
como lo hemos visto poco antes , se dignan
nombrarle en sus escritos. No encontramos nin
gun documento entre los romanos que nos di
ga lo hicieron crucificar ; nos vemos precisados,
pues, atendiendo á la fe , á limitarnos á sacar
en último analisis esta conclusion : que hubo
en efecto en Jerusalen un judío de obscuro
nacimiento llamado Jesus, que fué crucificado
por blasfemador en tiempos del emperador Ti
berio , pero sin que pueda saberse á punto fijo
en que arto.

CAPITULO XXXIII.

Es muy probable que Jesus predicase , en


todos los pueblos donde se presentaba , una sa
na moral , puesto que tuvo varios discípulos y
sectarios. Un hombre que se presenta como
profeta , puedo sin embargo decir y hacer co
sas tan extravagantes , que merezca muy bien
que se le encierre : los uiillenarios entre los in
v 125
gleses , los pietisas , los metodistas , los meno-
nistas, los cuakaros en fin, han dicho y echo
enormidades. Los profetas de Francia que han
ido á Inglaterra en los últimos tiempos, se han
ofrecido á resucitar muertos. Los profetas judíos
han sido á los ojos de la razon los mas insen
satos de todos los hombres. Geremías se pone
una albarda sobre las espaldas y una cuerda
al cuello. Ezequiel come los excrementos mez
clados con el pan. (Ezeq. cap. 4.) Oseas pre
tende que Dios por un privilegio especial le
mande unirse á una pública ramera , y luego
á una muger adúltera para tener hijos de ellas.
(Oseas cap. 1.) En verdad que este último ras
go no es muy edificante , y aun me atreveré á
decir que es muy punible. Pero en fin sea de
esto lo que fuere , jamas se ha presentado
hombre ninguno sobre la tierra, que se haya
dicho enviado de Dios, que reuna á otros hom
bres para decirles : <r vivid sin razon y sin ley;
sed adúlteros y sodomistas ; abandonaos á la
embriaguez; robad con mafia cuanto podais;
robad y asesinad en los caminos reales , y no
dejeis de asesinar á los que despojareis, á fin
deque luego no os puedan acusar ¡matad hasta
los niños de pechos como lo acostumbraba Da
vid con los vasallos del reyezuelo Achis ; aso
ciaos á otros ladrones y matadles luego á trai
cion por la espalda, en lugar de partir con ellos
el botin , producto de vuestros robos ; matad
á vuestros padres y madres , y asi les hereda
reis mas pronto etc. etc. Muchos hombres ,
126
muchos judíos , especialmente , han cometido
varios de estos atroces hechos ; pero nadie se ha
atrevido jamas á predicar una tal doctrina en
ningun pais un poco civilizado. Es verdad que
los judíos para escusar y cohonestar sus pri
meros latrocinios han Lnputado á su ' Moises
preceptos los mas atroces : pero al menos adop
taron los diez mandamientos comunes á todos
los pueblos. Prohibieron el robo, el homici
dio , el adulterio , y recomendaron muy parti
cularmente á los hijos el respecto hácia sus pa
dres y madres , como lo han hecho todos los
antiguos legisladores. Nadie puede conseguir
hacerse lugar, ni tener séquito en parte alguna,
sin exhortar á la virtud , Jesus, pues, no pu
do predicar sino una moral sana , porque de
esta no se conocen dos especies : la de Epicteto,
la de Séneca , la de Ciceron , la de Lucrecio ,
la de Platon , la de Epicuro , la de Orfeo , la
de Thaut, la de Zoroastres, la de Brama y la
de Coni'usio ha sido siempre absolutamente la
misma. Muchos de los franco-pensantes nos
responden que Jesus ha derogado demasiado es
ta moral universal. Si se creen los evangelios ,
dicen que se ve que manda expresamente alli ,
es necesario aborrecer á su padre y á su madre:
que no ha venido al mundo para traer la paz,
sino la espada ; es decir , para introducir la di
vision y discordia entre las familias, su preci
sarles á entrar^ es la destruccion de toda so
ciedad y el símbolo de la tirania. No se habla
en estos libros sino de arrojar en los calabozos
127
y prisioneros á los servidores que no han sabido
robar el dinero por medio de la usura , y se
manda mirar como un dependiente de aduanas,
ó publicano , al que no sea de su iglesia. Es
tos filosofos rígidos encuentran en fin los libros
llamados evangelios tantas máximas odiosas,
como corporaciones bajas y ridículas. Permi
tidnos , franco-pensantes , que contestemos i
vuestras atenciones con las observaciones si
guientes. ¿ Estais seguros de que Jesus haya
dicho todo lo que le hacen decir sus apologis
tas ? ¿ Es verosimil , á no juzgar mas que por
el comun sentido, que haya dicho Jesus que
destruiria el templo , y le reedificaria en tres
dias : que haya conversado con Elías y Moises
sobre un nionte ; que haya sido llevado tres vs-
ces por el Knatbull el diablo , la primera vez
al desierto , la segunda sobre la cúpula del
templo , y la tercera sobre una colina , desde
donde se descubrian todos los reinos de la tier
ra , donde argumentó con él y despreció sus
proposiciones ? por otra parte sabemos, ¿que
de sentidos no se dan á las palabras proferidas
por Jesus , que aun suponiendo las haya pro
nunciado , pueden explicarse de cien maneras
diferentes ¿ puesto que todas eran parábolas ó
enigmas ? Es imposible que Jesus haya manda
do mirar como á un oficial de aduana , ó pu
blicano, á cualquiera que no escuchase á
su Iglesia , cuando entonces no había iglesia
aun. Tomemos luego, á vuelta de esto, las
sentencias que se le atribuyen, que son las
128
menos susceptibles de un sentido equívoco ó
ambiguo, y veremos en todas ellas calculado el
amor de Dios y del prógimo; la moral univer
sal. fin cuanto i las acciones y conducta de
Jesus , no podemos juzgar sino segun lo qne se
nos ha referido : sin embargo no se halla una
sola , durante el corto período de su vida , ex
cepto las aventuras de los vendedores en el atrio
del templo , que nos anuncie fuese un hombre
enredador , faccioso y perturbador de la tran
quilidad pública, tal como se le pinta en el
Toldos Jéschut. Es verdad que va á las bodas,
que frecuenta las casas de los exactores y de las
mugeres de mala vida ; pero esto no es conspi
rar contra el estado , ni turbarle en lo mas mí
nimo. No invita á sus discípulos á que le defien
dan cuando la justicia va á prenderle. Volston
dirá lo que querrá , respeto á que el hecho de
Simon Barjone corta la oreja al sargento Ma-
leus, y que Jesus se la vuelve á poner en su
puesto , es uno de los cuentos mas impertinen
tes y ridículos que el fanatismo estúpido ha po
dido imaginar : siempre probará este hecho que
el autor que le escribió , sea quien fuere , mi
raba á Jesus como un hombre pacífico y lleno
de mansedumbres. En una palabra , cuanto mas
atentamente consideremos la conducta de este
memorable judío, tal como se nos la refiere por
los solos ojos de la razon misma nos persuade
que era una entusiasta de buena fe , un buen
hombre , que tuvo la debilidad de querer se
hablase de él en toda la Galilea , y aun en la
129
Jadea ; y un hombre en fin poco afecto i los
sacerdotes de su tiempo. Sus panegiristas le pre
sentan como un justo : sus adversarios no le
imputan otro crimen que haber sublevado y
conducido á actos revoltosos 2000 hombres ;
acusacion que se encuentra solo en un libro
lleno de extravagancias y sandeces. Todo, pues,
nos induce á congeturar, y aun concluir, que
no era un hombre malvado , y por consiguien
te acreedor al suplicio en que se le hace morir.
Los franco.pensantes
> insisten diciendo , que
puesto que el judío Jesus ha sido castigado uui
el suplicio mismo á que eran condenados los la
drones y malhechores , era preciso que fuese
culpable almenos de algun atentado contra la
tranquilidad pública; pero que se considere,
que de gentes de bien han sido condenadas á
morir en el discurso de los tiempos por haber
Hablado mal de los ministros del altar y ha
berles ultrajado. No solo aquellos que han si
do el objeto directo de la rabia sacerdotal han
sido perseguidos por ellos en todo pais ; excepto
en la autigua Roma ; ha habido tambien débi
les magistrados que han prestado su voz y su
autoridad para la venganza de los sacerdotes :
varios egemplos tenemos de esto , y se conti
núan hoy dia aun en varias naciones cultas es
tos homicidios jurídicos. ¡ Que de suplicios y
de asesinatos ! ¿Los cadalsos y las horcas no
han sido erigidas en casi toda la Europa sino
para cualquiera que haya sido acusado por los
sacerdotes? ¡Que! Nos compadeceremos de Juan
150
Hus , de Gerónimo de Praga, del arzobispo
Granmer , de Dubourg , de Servit y otros , ¿ y
no nos compadeceremos de Jesus ? ¿ Por que
compadecerle ? dirán : él ha sido el establecedor
de una serta la mas sanguinaria , y que ha he
cho correr mas sangre sobre la tierra que las
guerras mas mortíferas que han tenido los pue
blos entre sí. No ; me atreveré á avanzar , apo
yado sobre la autoridad de los hombres mas
instruidos y sabios , que Jesus no ha pensado
jamas en fundar semejante secta. £1 cristianis
mo., tal como se nos le presenta desde tiempos
de Constantino , está tan lejos de la doctrina de
Jesus , como de la de Zoroastres y de Brama.
Jesus se ha hecho el pretexto de nuestras doc
trinas fanáticas , de nuestras persecuciones , de
nuestros crímenes religiosos; pero jamas podrá
decirse con razon que ha sido el autor de ellos.
Muchos han mirado á Jesus como á un médico
judío , que charlatanes extrangeros han hecho
el gefe de su farmacia ; y estos charlatanes han
querido hacer creer, habian tomado en casa de
él la ponzoña que han esparcido despues por el
globo. Me lisonjeo que podria demostrar con
facilidad que Jesus no era cristiano , y que al
contrario si existiera en el dia , condenaría con
horror nuestro cristianismo tal como nos le pre
senta la corte romana; cristianismo absurdo y
bárbaro que envilece el alma , y hace morir el
cuerpo de hambre, esperando que un dia uno y
otro sean quemados juntamente durante la eter
nidad ; cristianismo que para enriquecer á los
151
frailes, y otras varias clases de la sociedad mas
perjudiciales que útiles , ha reducido los pue
blos á la mendicidad , y por consiguiente á la
necesidad del crimen ; cristianismo que expone
á los reyes al primer devoto asesino que quiere
inmolarles i la santa iglesia ; cristianismo que
ha despojado á la Europa entera, para amon
tonar en el santuario de una Virven deLoreto,
que dicen venida por los aires de Jerusalen á las
Marcas de Ancona , mas tesoros que los que
bastarian para alimentar á los pobres de veinte
reinos; cristianismo en fin que podia haber ser
vido para consolar la tierra toda, pero que no
ha hecho mas que anegarla en sangre, cubrirla
de asesinatos, y llenarla de ¡numerables desgra
cias de toda especie. ¡Como es dable que Jesus
tal como nos le pintan, haya sido el produc
tor de esta loba devoradora !

CAPITULO XXXIV.

Si tratamos de examinar la religion de Je


sus , y creemos en esto á los evangelios , halla
remos que Jesus nació de un judio y una ju
día ; que fue circuncidado como judío; que fué
bautizado como judío en el Jordan, con el bau
tismo de justicia por el judío Juan , á la ma
nera judía; que iba al templo judío; que si
guió todos los ritos judíos ; que observó el sá
bado y todas las fiestas judías , y en fin que
murió judío : diré aun mas ; todos sus discí
pulos fueron constantemeute judíos. Ninguno de
132
los que entre ellos han escrito evangelios, se ha
atrevido á decir á Jesucristo que aboliese la ley.
de Moises; al contrario, en su misma boca po
nen. Yo no lie venido á disolver la ley , sino á
cumplirla. ( Non veni legem solvere sed adim-
plere. ) En otro parage dice : ¿ no tienan la ley
.y los profetas! (Habent legem et profetas. ) No
solo desafio á todos á que encuentren un solo
pasage en estos libros, donde se haya dicho
que Jesus renunció á la religion en que habia
nacido, sino que les desafio tambien á que
puedan interpretar, corromper uno solo, de
donde pueda inferirse razonablemente que Je
sus quiso establecer un culto nuevo sobre las
ruinas del judaismo. . Léanse las actas de los
apóstoles. Bolingbroke , Colin , Toland y otros
mil dicen que es un libro atestado de mentiras,
milagros ridículos , cuentos ineptos , anacronis
mos y contradicciones, como todos los libros
judíos de aquellos tiempos. Yo les concedo por
un momento todo esto ; pero de aqui mismo sa
caré las razones que voy á objetarles. Si en es
te libro, segun vosotros, se han referido tan
tas falsedades y patrañas , ¿ como el autor de
éstas actas no se ha atrevido jamas i decir que
Jesus haya instituido una religion nueva ?
¿Como no ha tenido bastante atrevimiento ja
mas para sentar que Jesus fuese Dios? Será pre
ciso convenir, pues, que el cristianismo de nues
tros dias es absolutamente contrario ala religion.
de Jesus , y aun que es blasfematorio. Transpor
témonos sino á la liesta de pentecostes, en cu
155
yo dia se hace bajar el Espíritu Santo , sea
quien fuere este señor , con lenguas de fuego;
sobre las cabezas de los apóstoles reunidos en
un desvan. Detengámonos un momento á refle
xionar solamente sobre el discurso que el autor
de las actas hace tener á Pedro, el principal de
entre ellos ; discurso que se le considera como
la primer profesion de la fe de los cristianos,
En un principio cita Pedro al profeta Joel, que
ha dicho : Yo esparciré mi espíritu sobre toda
carne. Pedro concluye de aquí, que en calidad
de buenos judíos, él y sus compañeros han
recibido el Espíritu. Observemos sobre todo cui
dadosamente estas palabras suyas : vosotros sa
beis , como yo , que Jesus de Nazaret era un
hombre que Dios ha hecho célebre por las virtu
des' y por los prodigios que Dios ha obrado por
él. Obsérvese bien el valor de estas palabras ,
un hombre que Dios ha hecho célebre ; he aqui
una confesion la mas auténtica para probar que
Jesus no llevó jamas la impostura hasta supo
nerse partícipe realmente de la divinidad, y que
sus discípulos estuvieron muy lejos de imagi
nar tal blasfemia. —Dios le ha resucitado, sus
pendiendo los tormentos del infierno etc. Es Dios,
pues , quien ha resucitado á un hombre.— Es
e/ite Jesus á quien Dios ha resucitado , y des
pues que ha sido arrebatado y elevado por el
poder de Dios etc. — Obsérvese que en todos es
tos pasages no nos presenta á Jesus sino como
á un buen judío, como á un hombre justo que
Dios ha protegido, que ha dejado morir públi
134
camente en el último suplicio ; pero que ha re
sucitado secretamente. — A este mismo tiempo
Pedro y Juan subian al templo para orar á la
hora nona. He aqui demostrado evidentemente
que los apostoles persistian en la religion judía
como Jesus habia persistido hasta el momento
de su muerte. = Moisés ha dicho á nuestros pa
dres , el Señor Dios vuestro resucitará de entre
vuestros hermanos un profeta como yo: escuchad
le en todo lo que os digere... Cualquiera que no
escuchará á este profeta , será exterminado del
medio del pueblo. Confieso tambien que mas de
treinta textos del antiguo testamento se han fal
sificado en el nuevo para hacerles cuadrar con
lo que se ha dicho en este de Jesus ; pero esta
falsificacion misma es una prueba mas de que
sus discípulos no le miraron nunca sino como á
un profeta judío. Es verdad que llamaban al
gunas veces á Jesus hijo de Dios ; pero es me
nester saber que hijo de Dios significaba hom
bre justo, y hijo de Belial hombre injusto. Los
sabios dicen que los teogonistas cristianos se
han servido de este equívoco para atribuir en
lo sucesivo la divinidad á Jesucristo. Se toma á
la verdad el nombre de hijo de Dios i propo
sito en el evangelio atribuido á Juan. Tambien
se ha dicho que esta expresion fué mirada en
este sentido por el gran sacerdote como una
blasfemia. Cuando el protomartir Estevan ha
bló ai pueblo antes de ser apedreado , les dijo:
¿ Cual es el profeta que vuestros padres no han
perseguido '! Nosotros habeis muerto á todos los
que os han predicho la venida del justo , de
quien habeis sido alevosamente los homicidas.
Estevan no da á Jesus en este discurso mas que
el nombre de justo ; se guarda muy bien de lla
marle Dios. Estevan muriendo no renuncia la
religion judaica : ningun apostol renuncia tam
poco á ella ; únicamente se bautizan á nombre
de Jesus , en lugar de que se bautizaban antes
á nombre de Juan en el bautismo de justicia.
Pablo , el mismo Pablo , que comenzó por ser
un criado de Gamaliel , y acabó por ser su
enemigo; Pablo, que los judíos suponen no
haber reñido con Gamaliel , sino porque este
sacerdote no le habia querido conceder la mano
de su hija ; Pablo , que despues de haber sido
un satélite de Gamaliel , y haber perseguido i
los discípulos de Jesus , se coloca él mismo , de
su propia autoridad , entre el número de los
apóstoles ; Pablo , que era tan entusiasta y ar
rebatado, no mira jamas á Jesucristo sino como
un hombre : está muy lejos de llamarle Dios ,
y no dice en ningun parage de sus escritos que
Jesus haya nunca dejado de estar sometido á la
ley judía. Este mismo Pablo fué siempre judío
tambien: Yo no he pecado (Act. Ap. cap. 35.)
dice este apostol al proconsul Festo , ni contra
la ley judía , ni contra el templo. Va el mismo
Pablo al templo á sacrificar durante siete dias ,
y circuncida á Timoteo, hijo de un pagano y
de una ramera. En su epístola á los romanos
dice : el verdadero judío es el que lo es interior
mente- (cap. 2.) En upa palabra, por cual
136
quiera parte que se busque la religion que pro
fesaba Pablo , bien sea en sus acciones , bien
en sus escritos , aparecerá siempre que fué un
judío ; que se hizo de los partidarios de Jesus
contra los otros judíos. En cuantos pasages de
sus escritos hable este apostol de Jesucristo,
en todos los preconiza siempre como un buen
judío á quien Dios se ha comunicado , ha exal
tado y llevado i su santa gloria. Es verdad
que Pablo coloca á Jesus en el cielo, tan pron
to en una gerarquía superior á los ángeles , tan
pronto en una inferior : pero esto no nos auto
riza sino para decir que el inteligible Pablo se
contradice varias veces. Los primeros discípulos
de Jesus no eran mas que una secta particular
de judíos como la secta de los wiclefistas. Es
preciso que Jesus se hiciese amar mucho de sus
discípulos, cuando vemos que despues de mu
chos años muerto , los que abrazaron su partido
escribieron 54 evangelios , de los que algunos
han sido conservados íntegros , de otros no han
sido conocidos mas que algunos fracmentos , y
otros citados soio por los padres de la iglesia.
Pero ni en estas citaciones , ni en los fracmen
tos , ni en los evangelios conservados íntegros,
ha sido anunciada jamás la persona de Jesus
sino como un justo sobre el cual habia derra
mado Dios su gracia. Solo en el evangelio atri
buido á Juan , evangelio que probablemente es
el último de todos los que se han escrito , y el
que evidentemente ha sido falsificado despues;
solo en el evangelio de Juan , digo , se en-
157
pasages concernientes á la divinidad
esus. Se indica en el primer capítulo de
este libro qus Jesus es el verbo , lo qne ma
nifiesta claramente que este capítulo fué com
puesto en tiempos muy posteriores por un
cristiano platónico : la palabra verbo logos fué
absolutamente desconocida á todos los judíos.
Sin embargo este mismo evangelista Juan hace
decir i Jesus : yo me subo d mi padre , que es
vuestro padre : á mi Dios , que es vuestro Dios.
Este pasage contradice á todos los que pudiesen
hacer mirar á Jesus como un Dios hombre.
Cada evangelio se contradice á sí mismo, y
contradice á los otros , y todos han sido , dicen
falsificados ó corrompidos por los copistas. Se
ha falsificado todavía mas una epístola, atri
buida á este mismo Juan. Se le hace decir que
hay alli tres que testifican en el cielo; el padre^
el verbo y el espíritu santo , y estos tres son uno.
Tres sunt qui testimonium dant in ccelo , pater,
verbum , et spiritus sanctus , et hi tres unum
sunt , et tres sunt qui testimonium dant in
terra ; spiritus et aqua et sangis, et hi tres
unum sunt). Está probado ya hasta la eviden
cia que este pasage se adicionó á la epístola de
Juan en el sexto siglo de nuestra era vulgar.
En otro capítulo hablaremos algo sobre las
enormes falsificaciones que los cristianos no han
tenido el menor empacho de hacer, y que ellos
han llamado fraudes piadosos; aqui solo trata
mos de hacer palpable la verdad de todo lo
que concierne á la persona de Jesus, y de hacer
158
ver claramente que tanto él como sus primeros
discípulos profesaron siempre la religion judía.
Con todo no me parece fuera de propósito decir
aqui, aunque de paso, que es una cosa tan
absurda como abominable , que los cristianos
papistas quemen á los judíos que con sus pa
dres , porque estos infelices sectarios , enviados
á las hogueras , podrán decir , con mucha ra
zon , á sus infernales jueces : monstruos , ¿ no
somos de la misma religion de vuestro Dios ?
¿ no hacemos todo lo que vuestro Dios ha hecho?
¿ por que nos quemais pues ?

CAPITULO XXXV.

Aunque los mayores enemigos de Jesus, ¿po


drán negarle á éste la cualidad muy rara de
hacerse prosélitos y discípulos los mas adictos ?
Esta especie de dominacion sobre los espíri
tus de los demas , no se adquiere sin un ta
lento esquisito y costumbres exentas entera
mente de todo vicio vergonzoso. Es de toda ne
cesidad el hacerse respetable á los ojos de to
dos aquellos á quienes se pretende conducir :
y es imposible hacerse creer de gentes que nos
menosprecian. Concluyamos de aquí , pues,
que cualquiera rosa que se haya escrito sobre
Jesus , ha debido manifestarle siempre como un
hombre lleno de actividad , de dulzura , de
templanza , de cualidades todas propias para
atraer , y mas que todo , de unas costumbres
sin tacha. No tendré yo embarazo en llamarle
139
el Socrates rústico : los dos predican la moral;
los dos se adquieren discípulos y enemigos ; los
los dos dicen injurias á los sacerdotes de sus
tiempos , y los dos son condenados á muerte,
y luego divinizados. Socrates murió como sa
bio : Jesus está pintado por sus discípulos como
temiendo la muerte. No sé yo que escritor de
celebro vacío ha inventado paradoxas tan con
tradictorias , y llevado su delirio hasta decir,
insultando el cristianismo , que Jesus habia
muerto como Dios. ¿ Ha visto él por ventura
morir á los Dioses ? ¿ Los Dioses mueren ? Yo
no creo que el autor de semejantes absurdida
des haya escrito en su vida nada mas ridículo:
con razon el ingenioso inglés M. WaJpole ha
sentado en sus escritos que le despreciaba. No
aparece que Jesus fuese casado , aunque todos
sus discípulos lo fueron , y que entre Jos judíos
se mirase como un especie de oprobio el no
serlo. La mayor parte de los que sedaban por
profetas vivieron sin casarse , bien sea porque
querian separarse en todo del uso comun y or
dinario , o bien porque abrazando una profe
sión que les esponia siempre al odio, á la per
secucion ; á la pobreza , y á la muerte misma,
encontrarian con dificultad una muger que
quisiese hacerse partícipe de su miseria y de
sus riesgos. Ni Juan el bautizador ni Jesus tu
vieron, pues, muger; por lo menos asi se cree:
se entregaron enteramente á la profesion que
habian abrasado; y cuando fueron ajusticiados,
suerte que siguieron la mayor parte de los que
140
se dieron por profetas , no dejaron despues de
sí mas posteridad que discípulos. Los sadu-
ceos fueron formados asi por Sadoc : Hilliel
era el padre de los fariseos. Se pretende que
un tal Judas fué el principal fundador de la
secta esenia del tiempo mismo de los Maca-
beos. Los discípulos de Juan se establecieron
hacia el Eufrates r y en Arabia , donde per
manecen todavía ; y con ellos á quienes se les
llama por corrumpcion los cristianos de San
Juan (cap. 19). Las actas de los apóstoles re
fieren que habiendo encontrado Pablo á mu
chos de estos en Efaso , les preguntó ¿ quien
les habia conferido el Espíritu Santo ? Noso
tros no hemos oido hablar jamas de vuestro
Espíritu Santo, le respondieron. ¿Que bau
tismo h abeis recibido pues ? El de Juan. Pablo
les aseguro entonces que el de J;sus era mejor.
Es muy regular que ellos no estuviesen muy
persuadidos de esto, porque aun en el dia no
consideran á Jesus sino como á un simple dis
cípulo de Juan. Su antigüedad y la diferencia
de creencia entre ellos y los cristianos , estan
bastante marcadas por la fórmula de su bau
tismo : es enteramente judía , y bautizan del
modo siguiente : A nombre del Dios antiguo ,
poderoso , que está delante de la luz , y que sabe
lo que nosotros hacemos. Los discípulos de Jesus
permanecieron en Judea hasta algun tiempo
despues de su muerte; pero habiéndoseles em
pezado á perseguir , se vieron precisados á re
tirarse á varias ciudades del Asia menor y de
141
la Siria , donde se encontraban ya establecidos
otros muchos judíos. Alejandría y Roma misma
se llenaron en esta época de corredores judíos :
y en las mismas ciudades se establecieron tam
bien los discípulos de Pablo , de Pedro y de
Bernabé. Hasta aqui no se descubre todavía
ningun rasgo de una nuera religion. Dos sec
tarios de Jesus se limitaban decir á los demas
judíos : vosotros habeis hecho crucificar á
nuestro maestro que era un hombre de bien ;
Dios le ha resucitado , pedid perdon á Dios.
Somos judíos como vosotros , circuncidados
como vosotros , y fieles observadores de la ley
mosaica ; no comemos ni tocino ni morcilla ni
liebre como vosotros ; pero os miraremos siem
pre cón honor, hasta que confeseis que Jesus
era el verdadero Mesías , y que vivais con no
sotros en confraternidad. El odio fué dividien
do asi poco á poco á los judíos enemigos de
Jesus de sus sectarios , hasta que estos últimos
tomaron en fin el nombre de cristianos para
distinguirse de aquellos. Cristiano significaba
sectario de un Cristo, de un ungido, de un
Mesías. Pero despues este cisma que se habia
levantado entre ellos hizo toda su explosion ,
sin que el imperio romano llegase á presentirlo.
Eran estos hombres gentes de la mas vil plebe,
se habian batido entre sí encarnizadamente
Dr disputas ignoradas del resto de la tierra.
eparados enteramente de los judíos, ¿como
pudieron ya decirse en adelante los cristianos
profesores de la religion de Jesus ? Nada de
142
circuncision , excepto en Jerusalen ; nada de
ceremonias judaicas : desde esta época no ob
servaron ya ninguno de los ritos que Jesus
habia observado , inventaron un culto entera
mente nuevo. Los cristianos de diversas ciu
dades escribieron sus evangelios, que cuidadosa
mente ocultaban á los demas judíos , á los ro
manos y á los griegos : estos libros eran sus
misterios secretos. Pero que misterios ? dicen
los franco-.pensantes. Un monton confuso de
prodigios y contradicciones son los tales libros:
las absurdidades de Mateo no son las mismas
que las de Juan , y las de Juan son diferen
tes de las de Lncas. Cada pequeña sociedad
cristiana tenia su libro mágico que no dejaba
ver mas que á sus iniciados : y entre ellos era
un crimen horrible permitir á un profano leer
sus sagrados escritos: esto es tan cierto, que
por espacio de cuatro siglos ningun autor ni
romano ni griego , entre los paganos , ha ha
blado jamas de evangelios. Prohibia muy ri
gurosamente la secta cristiana á sus iniciados ,
el mostrar á ninguno de los que ellos llamaban
infelices su libro mágico, y ni aun comuni
carles nada de lo que alli se contenia; y con
denaba á largas penitencias á cualquiera de sus
hermanos que cometiese tan impía falta. El
cisma de los donatistas ocurrió en el año 305 ,
á motivo de haber entregado los evangelios á
los oficiales del imperio ciertos obispos , sacer
dotes y diáconos , que se les llamo traditores ,
de donde ha tomado origen la palabra traidor:
143
todos saben que se les quiso castigar por sus
cofrades. Se reunió al efecto el concilio de
Cirthe , en el cual hubo los mas violentos com
bates, hasta el extremo de que un obispo lla
mado Parpanos , acusado de haber asesinado
dos hijos de su hermana , amenazó á los obis
pos sus enemigos que haria con ellos otro
tanto. ( Historia .eclesiástica , lip. 9.) Se ve con
esto que les fué imposible á los emperadores
romanos ahogar y aun abolir en un principio
la secta cristiana, pues no tuvieron la menor
noticia de ella hasta el cabo de tres siglos que
estaba ya establecida.

CAPÍTULO XXXVI.

Nada fué mas fácil á los cristianos , durante


estos tres siglos, que aumentar secretamente
sus evangelios , de los cuales escribieron hasta
el número de 54 ; y aun es extraño que no
hayan escrito mas: pero es menester confesar
que no perdieron el tiempo, pues se ocuparon
de continuo en componer varias fábulas , supo
ner falsas profecías , falsos preceptos , falsas
aventuras, y en fin en falsificar antiguos libros,
y en forjar martirios y milagros. A esto le lla
maban estos fraudes piadosos , y su número
fué prodigioso. Se cuentan entre ellos las cartas
de Pilatos á Tiberio , y de Tiberio á Pilatos ;
cartas de Pablo á Séneca , y de Séneca á
Pablo; una historia de la muger de Pilatos;
cartas de Jesus á un pretendido rey tle Edesa;
144
yo no se qué edicto de Tiberio para poner i
Jesus en el rango de los dioses ; cinco ó seis
apocalipsis semejantes á los delirios de un en
fermo que tiene la calentura en el cerebro ; un
testamento de los doce patriarcas que precedieron
á Jesucristo , y á los doce apóstoles. El testa
mento de Moisés , el de Enoc y de Joseí ; la
ascencion de Moisés al cielo , la de Abraham ,
» de Elda, de Moda, de Elias, dñ, Sofonio etc.
El viage de Pedro , el apocalipsis de Pedro , sus
actas , y en fin otras mil cosas por este estilo.
Se supusieron, sobretodo,' constituciones y de
cretos apostolicos , en los cuales no se omitió
decir que los obispos son superiores en la tierra
á los emperadores. Se llevo la impudencia hasta
suponer versos griegos atribuidos á las Sibilas ,
que por el exceso de la ridiculez son bastante
raros: en fin los cuatro primeros siglos del cris
tianismo no ofrecen otra cosa que una serie
continua de falsarios productores de escritos y
obras zurcidas de mentiras las mas obsurdas y
ridiculas. Lo confesamos con dolor : estas men
tiras son de las que se sirven los sacerdotes cris
tianos para alimentar sus pequeños rebaños. Lo
conocen muy bien : los Abadías y otros varios
escritores , ganados por el arzobispo de Dublin,
engrosado con la substancia de los infelices irlan
deses , tratan todavía de justificar; si es posible,
las sectas cristianas ; pero como nada tienen
que responder á estas acusaciones terribles ,
nada lian respondido jamas. Cuando se veo
precisados á decir alguna cosa por los terribles
145
ataques que se les dan , pasan rápidamente
sobre todas estas falsificaciones criminales de los
primeros siglos, sobre los robos é incursiones
de sus primeros padres, sobre los concilios;
sobre este inmenso monton de mentiras que
sirve de base á su secta , y hacen lo que los
desertores prusianos cuando se les condena á
baquetas , que corren cuanto pueden para
ahorrarse algunos latigazos y llegar pronto al
cabo. Hacen , pues , ellos lo mismo cuando se
trata de todas estas cosas , y se arrojan con
precipitacion luego sobre sus profetas , como
en un desierto cubierto de espinas y malezas.
en el cual creen que no se les puede seguir;
y allí piensan salvarse á favor de estos pilhyos.
Si un patriarca llamado Job ha dicho que Ju
das ataria su asnillo á la villa (Gen. cap. 49,
v. 1 1 ) , al instante se nos dice que Jesus en
tró en Jerusalen sobre un asno , y que aquella
espresion del asnillo de Judas no era mas que
una prediccion del asno de Jesus. Si Isaias dice
que hará un niño á la profetisa su muger , y que
este niño se llamará Maher Sal-al-as.bas ( Isai.
cap. 8 , y. 3. ) Esto quiere decir que María de
Betleem , siendo vírgen , parirá al niño Jesus.
Si el mismo profeta se queja de que no se le
escucha ; él se compara á una raíz en una tier
ra seca y erial ; se dice que no tiene ninguna
reputacion , que es mirado como un leproso
que ha sido maltratado por los inicuos del pue
blo : que es llevado al matadero como una
inocente oveja etc. (Isai. cap. 53.) Todo es
146
aplicable á Jesus. El célebre cura Meslier 'dice
en su testamento : que esplicando así las obras
de los que se llaman Nabis , profetas entre los
judíos , habia encontrado allí claramente pre-
dicba toda la historia de Don Quijote, Obsér
vese que este cura , el mas caritativo y justo
de los hombres , pidio perdon á Dios en el
momento de morir por haber aceptado un em
pleo , en el que se veia precisado á engañar á
sus semejantes : en un grueso testamento ha
significado todos los motivos de su arrepenti
miento , y este es un hecho bien conocido y
justificado ; pero la opinion de un cura picardo
no es prueba bastante para un hombre que mi
ra las cosas con madurez : busquemos de estas,
pues , en otras partes. Las primeras son los
errores y las falsas citas que se encuentran en
los evangelios. San Lucas dice, (Luc. cap. i,
v., 12.) que Cirenius era gobernador de Siria
cuando nació Jesus : esta falsedad es conocida
por todos , porque se sabe qu& el gobernador
de aquella provincia en la época que se cita,
era Huintilio Varo. He aquí , dicen aquí los
franco-pensantes , una mentira la mas grosera
y justificada de cuantas han manchado las his
torias : ella sola bastaria para desacreditar á to
dos los evangelios, y demostrar que estos li-.
bros no fueron escritos sino por falsarios igno
rantes , y muchos tiempos despues del en que
se supone. Esta falsa cita es precisamente , co
mo si un escritor paufletero inglés nos dijese
que la batalla blekccin , que ha señalado la rei-
147 .
na Ana de Inglaterra , se habia dado bajo el
reinado de Jorge primero. Confieso que me
abrumo al considerar mentiras de esta calaña ;
y que el mas desvergonzado , ó el mas imbécil
comentador , el impudente Calmet , no puede
paliarla siquiera. Mateo dice , ( Mat. cap. 2 , v.
14 y 15.) que la huida de Jesus á Egipto ha
bía sido predicha por Oseas ( Ose. cap. 12, v.
1.) y segun Lucas , Jesus no fué jamás á Egip
to. El mismo Mateo dice en otra parte que
Jesus habito en Nazaret para que se cumpliese
la profecia que asegura que seria llamado Na
zareno ; y esta profecia ni nadie la ha visto ni
conoce, Milord Bolingbroke no cesa de decir
en sn obra intitulada Examen importante , que
todos estos libros están llenos de predicciones,
ó enteramente imaginarias interpretadas como
las de Merlin , con una mala fe' tal que indig
na , y con una ridiculez que causa compasion.
Yo no hago mas que referir las palabras de
este célebre escritor : no las adopto: el lector las
pensará, y hará el aprecio que querrá de ellas.
Las narraciones de los' milagros son tambien
la cosa mas estravagante y ridicula ; si se cree
á los franco-pensantes, S. Gerónimo escribe
muy seriamente que un cuervo por espacio de
cuarenta años llevaba todos los días pan ai er
mitaño Pablo, y que habiendo muerto Pablo,
al dia siguiente dos leones vinieron á cavarle
con sus uñas la sepultura. S. Pacomio iba á
hacer sus visitas montado sobre un cocodrilo-
el mas terrible de los milagros es el que se re
148
fiere las artas de los apostoles : se dice allí que
Ananio y Satira su muger , dos prosélitos de
San Pedro , murieron repentinamente el uno
despues del otro , por no haber dado todo su
dinero á los apostoles. Si señor , eran muy cul
pables sin duda en haber ocultado algunos po
cos reales para vivir , y no habérselo confesado
al Sr. S. Pedro : ¡ que milagro , gran Dios , y
que apóstoles ! la mayor parte de los otros mi
lagros son mas graciosos. S. Gregorio el Tau
maturgo , es decir , el operario admirable,
aprende en un principio su catecismo de un
buen viejo , que desciende del cielo. Apenas
tiene hecho su catecismo , cuando le escribe
una carta al diablo ; pone luego su carta sobre
un altar, y es fielmente llevada á su direccion;
el diablo no deja de hacer nada de cuanto el
operario le manda. Los paganos irritados tratan
de apoderarse de su persona y de la de su dis
cípulo ; pero ellos se cambian repentinamente
los dos en a'rboles , y escapan de esta manera
á la persecucion de sus enemigos. La historia
de los mártires es todavía mas maravillosa. El
prefecto de Roma manda asar al diácono Lo
renzo sobre unas parrillas de seis pies de largas.
Santa Potamiene , por no haber querido acos
tarse con el gobernador de Alejandría , es con
denada á ser hervida en caldera de resina hir
viendo ; y cuando la sacan de allí , su cutis
aparece mas fresca y mas blanca que antes:
lo cual solo serviria para inspirar nuevos de
seos al lascivo gobernador. Siete señoritas cris-
149
tianas de la ciudad de Ancire , de las cuales la
mas joven contaba 70 aiios de edad , son con
denadas á ser violadas por todos los jovenes
del pueblo , ó mas bien los jovenes son conde
nados á tenerlas que violar á ellas , que es mas
natural y conforme. Se creerá fácilmente que
los cristianos exageraron el número de sus mar
tirios y de sus milagros j pero , ¿ que escritor
de un partido deja de exagerar todo lo que
puede atraerle la benevolencia pública ? Se
exagera por solo el placer de ser oido ó escu
chado , con mucha mas razon se deberá exa
gerar cuando el entusiasmo y el interés de una
faccion parece autorizar la mentira. Pero los
archivos secretos de los cristianos se perdieron
á principio del cuarto siglo : á lo menos el
papa Gregorio I. lo confiesa asi en su séptima
carta á Eulogo. No se encontraba ya en su
tiempo mas que una muy pequeña parte tle
las actas de los mártires conservadas por En
sebio : todo lo que se ha escrito despues sobre
los antiguos mártires y antiguos milagros , no
pueden ser mas pues que una recoleccion de
fábulas y mentiras ; que se nos muestre un solo
milagro evidentemente probado , y este será el
solo que nosotros creeremos. No hace mucho
tiempo oimos hablar de los cinco ó seiscientos
milagros obrados en nuestros dias en Francia
en favor de los convulsionarios : la lista de ellos
fué entregada al rey de Francia por un magis
trado que {lijo haber sido él mismo testigo
ocular de estos prodigios . ¿ que sucedió ? que
150
el bueno del magistrado quedó como un loco,
como en realidad lo era y se burlaron de sus
pretendidos milagros Paris y toda la Europa.
Para- hacer constar los milagros es menester
obrar de distinto modo de lo que acostumbra
hacer la corte romana cuando canoniza un san
to. Se acostumbra en estos negocios esperar á
que el santo haya muerto por lo menos 100
años ha , despues de lo que , en el momento
que su familia ó la provincia que se interesa
en su apoteosis , tiene prontos cien mil escudos
para acudir á los gastos de la cámara apostólica,
se hacen comparecer testigos que hayan oido
decir 50 años atrás viejas respetables , sabian
de muy buena parte que 50 años antes el san
to en cuestion habia curado á su tia óa su
prima , diciendo la misa por ella , de un terri
ble dolor de cabeza que padecia muchos años
habia. Este no es el modo de poner á cubierto
las obras de Dios. El mejor es sin duda el que
adoptaron los ingleses en el año 1707, cuando
Fatio Duillier y el bueno de Daude fueron á
aquel pais desde las montanas del Delfínado y
de la Cevenes con dos ó trescientos profetas á
nombre del Señor. Los ingleses les preguntaron
con que prodigios querian probar la verdad de
su mision ; y el Espíritu Santo declaro por su
boca , que estaban prontos á resucitar á un
muerto. Aquellos nacionales, mas despreocupa
dos que nosotros , les permitieron elegir el ca
dáver mas fétido que encontraron. La escena
se represento en uiedio de la plaza mayor , á
151
presencia de las comisiones de la reina Ana,
dal regimiento de Guardias , y de un inmenso
pueblo. El resultado , como se sabe , fué poner
á los pret andidos resueitadores á la vergüenza
pública en castigo de su impostura. ¿ Quien
sabe si de aquí á 100 años algun nuevo profe
ta encontrará en sus archivos que el entusiasta
Fatio y el imbécil Daude efectivamente resuci
taron á un muerto ', y que no fueron puestos
en la argolla , sino porque la perversidad de
los incrédulos se niega aun á la evidencia
misma ? Los primeros cristianos sin duda de
bian haber observado en Roma la misma con
ducta que estos dos profetas. Debieron presen
tarse seguramente al senado y decir : Padres
conscriptos , tomad la bondad de darnos un
muerto que resucitar , nosotros estamos seguros
de salir con felicidad en nuestra empresa ; dad
nos aunque no sea mas que una costurera , co
mo la custurera Doreas que restablecia las ro
pas de los fieles , y i la que resucitó S. Pedro:
vednos aquí prontos , mandad. El senado no
debia haber omitido en esta ocasion á los cris
tianos la prueba; el muerto vuelto á la vida
por las súplicas de estos , ó por el agua bendita
con que le hubiesen rociado, hubiera bautizado
sin duda á todo el senado , al emperador , i la
emperatriz , y aun al pueblo romano entero ;
nada mas natural ni sencillo. Nada de esto ha
sucedido : que se nos diga , si se puede , la ra
zon por que. Mas no queda otra dificultad ;
porque la religion cristiana , tan despreciable y
152
ridicula en un principio , segun se nos pinta,
llegó en fin á subyugar en tales términos al
imperio romano con unas fábulas que , segun
Bolingbroke , Colin, Toland , Wolston y otros:
no merecen sino horror y menosprecio. No nos
sorprenderémos de esto si se lee el capítulo si
guiente con ojos filosóficos y de un hombre de
bien que no esté todavía iluminado.

CAPITULO XXXVII.

No hemos hablado hasta aquí sino siguiendo


los débiles principios de la razon ; continuare
mos con esta honesta libertad. El temor y la'
esperanza por un lado , y la maravilla teológica
por otro , han tenido siempre un imperio ab
soluto sobre los espíritus débiles; y de estos
espíritus débiles los hay lo mismo entre las
gentes de alta categoría , que entre los criados
de las posadas. Despues de la muerte de César
se levantó en el imperio romano una opinion
bast ante general de 1 que el mundo iba á aca-
bars e. Las horribles guerras de los triumviros,
sus proscripciones , y el desórden y pillage en
las tres partes de la tierra entonces conocida,
no c ontribuyeron poco á fortificar esta idea
ent r e los crédulos y fanáticos. Los discípulos
de J esus se aprovecharon de esta coyuntura,
que en uno de sus evangelios era predicba cla
ra y positivamente y prefijada su época al fin
de la generacion contemporánea de Jesucristo.
L uc as es el primero que habla de esta tremenda
155
profecía , adoptada y creida con el mayor en
tusiasmo poco despues por todos los cristianos.
Se verán signos en la luna y en las estrellas,
ruidos terribles en el mar y en las olas; los
hombres pasmados de temor esperarán lo que
debe suceder al universo entero. Las virtudes
celestes serán conmovidas , y entonces se verá
aparecer al hijo de Dios sobre una nube con
gran poder y magestad. En verdad os digo
que la generacion presente no acabará sin que
todo esto se vea cumplido. ( Luc. cap. 21.) La
cabeza iluminada de Pablo horroriza mas de
una vez á sus discípulos de Tesaldnica enca
reciéndoles esta terrible profecía. Los que vivi-.
mos , les dice , los que hablamos , seremos tras
portados delante del Señor por en medio de los
aires. Simon Barjone, apellidado Pedro, y á
quien Jesus por un equívoco singular nombro',
dicen , para ser la piedra angular de su iglesia,
nos anuncia en su primera epístola que la fin
del mundo se aproxima , y en. la segunda que
se esperan nuevos cielos y nueva tierra. La pri
mera epístola , atribuida á Juan, asegura que
el mundo está en su última hora. Tadeo
Judas ve al tenor que va á venir con millares
de ángeles para juzgar á los hombres. Como
esta catástrofe no sucedió en la generacion que
se habia anunciado, se remitióla parte i una
ssgunda generacion, y luego á una tercera.
En efecto, una nueva Jerusalen aparece en los
aires durante muchas noches : algunos padres
de la iglesia la vieron distintamente ; pero
154
desaparecia al amanecer el dia, como dicen
huyen los diablos al cantar el gallo. Se remi
tieron pues los nuevos cielos y nueva tierra
para una cuarta generacion; y asi de siglo en
siglo han ido esperando los cristianos la fin
del mundo , que estaba tan próximo segun sus
oráculos. A este temor se unia la lisonjera es
peranza de un reino de los cielos que los evan
gelistas comparan á la mostaza , i las bodas ,
y á plata puesta á ínteres. ¿ cual era este reino?
¿donde estaba? ¿estaba en las nubes donde se
habia visto la Jerusalen del Apocalipsis 1 ¿ es
taba en uno de los siete planetas , ó en una de
las estrellas de primera grandor, ó en la via-
lactea, por en medio de la cual el vicario de
la iglesia peudoanglicana Derham dijo habia
visto el firmamento ? Pablo habia asegurado á
los judíos de Tesalónica que iria con ellos á
este firmamento en cuerpo y alma por en medio
de los aires : pero en tiempo de Pablo y de
Jesus ya reinaba entre ellos otra opinion no
menos seductora , i saber , que el hombre re
sucitaria para entrar en el reino de los cielos.
Pablo tuvo á bien decir á los tesalo'nicos que
sin morir irian derechos al firmamento; mas
estas gentes conocian muy bien que para esto
era preciso pasar el terrible y estrecho paso
comun i todo hombre , y que Pablo moriria
tambien para esto : sin embargo se lisongeaban
siempre con la idea de la resurreccion. Esta es
peranza no se creia que fuese un pensamiento
nuevo; la metempsícosis no era otra cosa que
155
una especie de resurreccion'; y los egipcios ha
cían embalsamar tan cuidadosamente sus cadá
veres con el fin de recibir un dia su alma. En
una palabra, la resurreccion está expresamente
anunciada en la eneida :

Anime quibus altero fato


Corpora debentur lethai ad fluminis undam
Securos latice et longo oblivia putant.

Se disputaba ya en Jeru salen sobre esta re


surreccion en tiempos de Jesusa La cosa no se
disputaba ya en Jerusalen, y no parece muy
factible á los ojos de un sabio que discurre , es
verdad ; pero es muy consolatoria para un ig
norante que espera y que no raciocina. En un
principio se imaginó que las facultades de pen
sar y de sentir que componen la doble natu
raleza del hombre , irian derechas al paraiso,
donde pensarian y sentirian sin órganos: luego
se inventó otro nuevo sistema, á saber: que
los órganos ó miembros componentes del cuer
po humano reducidos á un polvo disperso en
las cuatro partes del mundo, vendrian á tomar
su primitiva forma despues de muchos siglos
y componer el mismo hombre que antes, quien
habiendo pensado y sentido sin cuerpo durante
millones de años en el paraiso, pensaria y sen
tiria otra vez con el cuerpo , del cual no tenia
para esto, á la verdad, necesidad. alguna , pero
siempre le quedaba una cierta aficion. Platon
no era tampoco enemigo de esta resurreccion ;
156
en su república vemos que hace resucitar á
Henes por quince dias. No sabemos á punto
fijo por cuanto tiempo duro' la resurreccion de
Lázaro; pero les será facil cerciorarse sobre este
particular á los que viajen por las partes me
ridionales de la Francia, porque Lázaro, segun
se nos cuenta , fué á Marsella con María Mag
dalena , y los frailes ó curas de aquel pais ten
drán sin duda su fe de mortuorio. Monsieur
Bounet por otra parte , hombre muy estima
ble , en una compilacion de cuentos graciosos
que él intitula Palnigeria , parece estar per
suadido que nuestros cuerpos resucitarán uu dia
sin estómago, y sin partes delanteras y traseras,
pero con fibras intelectuales y excelentes ca
bezas. Yo creo la de Monsieur Bonnet muy
bien organizada , mas sin embargo creo no será
fuera de propósito ponerla juntamente con la
del ingles Ditton : lo que yo puedo aconsejarle
al Sr. Garlos Bonnet es que cuando llegue el
momento de la resurreccion pida sentidos me
jores de los que tiene ahora , y fibras todavía
mas intelectuales que las que le tocaron en la
primera reparticion de los seres. Pero que
Bonnet resucite ó no , milord Bolingbroke que
no ha resucitado todavía, nos probo muy bien
durante su vida cuanto, todas estas quimeras,
trastornan las cabezas idiotas sojuzgadas por
entusiastas. Es muy util sin duda que los
hombres crean en un Dios remunerador y ven
gador: esta idea alienta la probidad, y no cho
ca con el mentido común; pero la resurreccion
157
trastorna á todo hombre que piensa , y todavía
mas al que calcula. Es muy mala política el
querer gobernar á los hombres por medio de
ficciones ; tarde o temprano los ojos se abren,
y entonces se detesta tanto mas el error, cuan
to mas nos sujetaba y amedrentaba. En los
principios el populacho romano se entregaba
ciegamente á los medio-judíos ó medio-cristia
nos , y medio-platónicos, que tenían furor <ie
hacer prosélitos : furor tan halagüeño al amor
propio. Ignorantes, discípulos de ignorantes,
atraían á otros á su partido ; y las mu ge res ,
siempre mas devotas y crédulas, se hacian cris
tianas por la misma debilidad que otras se ha
cen brujas. Esto no bastaba sin duda para que
los senadores romanos, los sucesores de los Sci-
piones , de los Catones de los Meteleos, Cicero
nes y Varrones abrazasen tales cuentos, y se
dejasen deslumhrar por invenciones tan ridicu
las. En efecto no hubo casi ningun senador has
ta tiempo de Teodosio que abrazase una secta tan
quimérica. Const^- tino mismo, cuando la plata
de los cristianos y su imponderable agua lustra!
le hicieron su emperador , y cuando se declaró
abiertamente partidario de estos, se vió preci
sado á dejar i Roma para siempre y á su se
nado que le aborrecia , é irse á establecer ' el
cristianismo en su nueva ciudad de Constanti-
nopla. Hasta aqui no se encuentran motivos
bastante poderosos para que el cristianismo
triunfase de la manera que se ve en la moderna
Roma é Italia : el temor de la fin del mundo,
158,
y la esperanza de una nueva tierra y un nuevo
cielo , con la placentera idea de habitar una
nueva Jerusalen celeste, no eran estímulos ca
paces de atraer mucha gente tal cual ilustrada -
al partido de los cristianos ; alguna fuerza ex
traña sin duda es la que aplicada en un prin
cipio á esta secta naciente, le dio' consistencia,
actividad y aumento. El platonicismo fué esta
fuerza extrangera que vino desde Alejandría á "
sostener y corroborar el cristianismo en Roma.
Pos secretos obispos de Roma en los primeros
siglos no eran mas que medio-judíos muy igno
rantes , que solo sabian atesorar , para ellos
era enteramente desconocida la teología filosó
fica-: en efecto durante los seis primeros siglos
despues de nuestra era vulgar, no se cuenta
ningun padre de la iglesia entre los obispos
romanos. En Alejandría, en aquellos tiempos
centro de las ciencias , fue donde los primeros
cristianos se hicieron teólogos , habladores y
egoístas ; y donde empezaron á ensalzar el orí-
gen de su creencia , en fin s» hicieron platóni
cos en la escuela de Alejandría. Ciertamente
que ningun sugeto de distincion , ningun hom
bre de talento se hubiese hecho de su faccion,
si se hubiesen contentado con decir : Jesus es
nacido de una virgen ; los antecesores de su
padre putativo se remontan hasta David por
dos genealogías enteramente diferentes. fin
cuanto nació en un establo , tres magos ó tres
reyes vinieron á adorarle en su pesebre desde
el oriente.
159
El rey Herodes, que ya se encontraba en el
último período de su vida , no dudó que este
Jesus fuese un rey que un día le destronaria
á él , y para evitar un acontecimiento ta* po
co agradable mandó degollar todos los rulantes
de los pueblos y ciudades vecinas , ' contando
con que Jesus seria envuelto en esta horrible
carnicería. Sus padres , segun los evangelios
que no pueden mentir, permanecieron en Ju-1
dea. Su primer milagro fué el ser llevado por
el diablo á la cima de una montaña , desde
donde sé descubrian todos los reinos de la tier~
ra : el segundo -cambiar el agua en vino en las
bodas de unos aldeanos que estaban ya todos
borrachos : el tercer secar con todo su poder
una higuera que no le pertenecia , porque no
encontró en ella fruto en estacion que no era
la de los higos : el cuarto enviar el diablo al
cuerpo de 2000 cochinos que hizo perecer en
un lago : hecho ocurrido en un pais donde no
se conocia tal casta de animales , sin duda por
que el uso de sus carnes estaba absolutamente
porhibido etc. etc. etc. ¿ y despues que Jesus
hubo hecho todos estos bellos milagros fué envia
do al patíbulo? Ciertamente que si los primeros
cristianos no hubieran dicho mas que esto , no
hubieran atraido jamás nadie á su partido; pe
ro se envolvieron en la doctrina de Platon,
empezaron á espresarse en deslumbrantes so
fismas é incomprensibles discursos , y entonces
algunos medios charlatanes tambien les creye
ron filósofos , y siguieron sus opinione : de
160
aquí ( mpezó su rápido vuelo hasta la altura en
que les vemos en el dia.

* CAPITULO XXXVIII.

Todos los metafísicos y teólogos de la anti


güedad fueron por necesidad charlatanes , que
no podían entenderse los unos á los otros : las
palabras mismas que lo significan lo indican ya
de por sí. Metafísica , superior á la naturaleza
Teología , conocimiento de Dios , ¿ Como cono
cer lo que no es natural? ¿como puede saber
el hombre lo que Dios ha pensado y lo que es?
Era muy preciso pues que los metafísicos no
digan mas que palabras , pues no dicen otra
cosa los físicos, que se atreven á razonar sin
hacer experimentos. La metafísica no fue hasta
tiempos de Locke mas que un vasto campo de
quimeras; Locice no ha sido verdaderamente
util sino porque ha estrechado los límites de
este vasto campo donde tanto se desbarraba. No
ha tenido razon ni se ha hecho entender , sino
porque ha sido el único y primero que se ha
entendido así mismo. El obscuro Platon, dis
creto mas que elocuente , poeta mas que filó
sofo, y sublime porque no se le entendia , se
habia hecho admirar entre los griegos , entre
los romanos , entre los asiáticos y africanos por
sofismas deslumbrantes. Desde que los ptolo-
meos establecieron escuelas de filosofía en Ale
jandría fueron platónicos. Platon en su acos
tumbrado estilo ampollado habia hablado de un
ÍOI
Dios que formó el mundo por su verbo. Tan
pronto este Verbo es un hijo de Dios , tan
pronto la sabiduría de Dios , tan pronto es el
mundo á quien considera como hijo de Dios.
Nada se encuentra á la verdad en Platon de
Espíritu Santo ; pero se ve en sus doctrinas
una especie de Trinidad. Esta Trinidad es , si
se quiere ; el poder , la sabiduría y la bondad;
y sino Dios, el Verbo, y el mundo. Si se
quiere se encontrará esta misma Trinidad en
las bellas palabras de una de sus cartas á su
caprichoso y malvado amigo Dionisio el Tira
no. Las mas bellas cosas tienen en Dios su
causa primera , las segundas en perfeccion tie
nen en él una segunda causa, y es la tercera
causa de las obras del tercer grado. He aquí
otra Trinidad en su Timeo. Es la sustancia
indivisible , la divisible y la tercera que tiene
del mismo y de la otra. Todo esto es muy ma
ravilloso , y si es afecto á Trinidades , obsér
vese que se encuentran de ellas en todas par
tes. En Egipto se ven á Isis , Osiris y Horus ;
en Grecia á Júpiter , Neptuno y Pluton que se
parten el gobierno del universo entre sí, sin
embargo de que Jdpiter permanece siempre el
soberano de los dioses. Brima , Brama y Vis-
nou son la Trinidad de los indios. El número
tres ha sido siempre un número terrible. Ade
más de estas Trinidades tenia Platon su mundo
inteligible. Este mundo era compuesto de ideas
arquetipas , que permanecian siempre en lo in
terior del celebro, y no se veian jamás. Su
162
grande prueba para la opinion de la inmorta
lidad del alma en su diálogo de Fedon y de
Ekecrates , que el viviente viene del muerto ,
y el muerto del viviente : y de aquí concluye
que las almas despues de la muerte van al rei
no de los infiernos. Todo este bello galimatias
valió á Platon el sobrenombre de divino , co
mo llaman los italianos en el dia á su loco pero
gracioso Ariosto , quien es empero mas inteli
gible que Platon. Sin embargo bien sea que
hubiese en Platon en realidad algo de divino, ó
bien algo tanto de este profundo entusiasmo que
se aproxima á la locura, lo cierto es que se le
estudió en las escuelas de Alejandría por mas de
300 años. Mas entiéndase que toda su metafí
sica es anterior á él , pues la pasó en el timeo
de Locres. En efecto el logos se encuentra en
este timeo; y este último timeo lo habia to
mado Locres ya del antiguo Orfeo. En Cle
mente de Alejandría y en Justino se encuentra
el fracmento siguiente de un himno de Orfeo :
Juro por la palabra que procedió del padre , y
que se hizo su consejero cuando crió al mundo.
Esta doctrina llegó al fin á adquirir tanto cré
dito entre los platónicos , que penetró hasta en
los judíos de Alejandría. Filon nacido en esta
ciudad , uno de los mas sabios judíos , y judío
de muy buena fé , . fué un celoso platónico.
En sus opiniones sobre esto iba mucho mas
lejos que su maestro Platon , pues dijo que
Dios se casó con el Verbo , y que el mundo na
ció de este matrimonio. Este llama al Verbo
165
Dios. Los primeros sectarios de Jesus que fue
ron á Alejandría encontraron ya allí pues ju
díos platonicos. Es menester notar que en esta
época habia mas judíos en Egipto , que los
que se supone hubo en tiempos de Faraon
cuando la salida de los israelitas. Tenian tam
bien su muy bello templo en Buhaste , aunque
sus leyes prohibiesen sacrificar en otra parte
que en Jerusalen. Todos estos judios hablaban
griego , que era la lengua vulgar del pais ; y
esta es Ja razon porque los evangelios fueron
escritos en griego. Los judíos griegos eran de
testados de los de Jerusalen , quienes les mal
decian por haber traducido su Biblia á este .
idioma , cuyo sacrilegio expiaban todos los años
por una fiesta lúgubre. No fué pues ya díficil
á los sectarios de Jesus atraerse á su partido á
algunos de sus hermanos de Alejandría y otras
ciudades , á quienes odiaban los judíos de la
Judea ; y se unieron especialmente á aquellos
que habian abrazado la doctrina de Platon.
Este es el gran nudo y la primera base del
desarrollamiento del cristianismo: aquí es don
de empieza realmente esta religion. Se estable
ció' á poco una escuela pdblica de cristianismo
platónico , en cuya cátedra enseño Marcos , no
el que se dice uno de los evangelistas .: á este
Marco sucedió un tal Atenagoro , y.á éste Pau*
thene ; á Pauthene sucedió Clemente , apellida
do el Alejandrino , y á este Clemente , Oríge
nes etc. Entonces fué cuando los cristianos em
pezaron á conocer esta voz Verbo , y fué en-
164
ronces cuando Jesus fué llamado Verbo por
ellos. Toda la vida de Jesus se hizo una ale
goría , y la Biblia judía no fué ya sino otra
alegoría que predecia á este mismo Jesus. Con
el tiempo tuvieron tambien los cristianos su
Trinidad : todo se hizo misterio entre ellos , y
al paso que fueron menos comprendidos, ob
tuvieron mas consideracion. No se habia trata
do todavía entre los cristianos esta terrible
cuestion de tres sustancias distintas que com
ponen un solo Dios , y llamadas el Padre , el
Hijo y el Espíritu Santo. Se fabricó el evan
gelio de Juan , y luego se unid á él un pri
mer capítulo, en el que Jesus fué apellidado
Yerbo y luz de la luz : mas nada se trató allí
de Trinidad , tal como se ha admitido despues,
nada de un Espíritu Santo mirado como áDios.
Este evangelio dice de los que escuchan á Je
sús : aun no habían recibido el espíritu; dice
luego , el espíritu sopla donde quiere ; lo que
no significa otra cosa que el viento ; dice que
Jesus fué turbado de espíritu cuando anunció
que uno de sus dicipulos le venderia ; entregó
el espíritu , lo que quiere decir , que murio' :
habiendo proferido estas palabras , sopló sobre
ellos , y les dijo : recibid el espíritu. A mi me
parece que en esto no se tiene ninguna prueba
de que se envie Dios al cuerpo de algunas per
sonas soplando sobre ellas : sin embargo este
método ú opinion era ya muy antiguo : el al
ma era un soplo , y todos los que se suponian
brujos soplaban y soplan aun en el dia sobre
165
aquellos que quieren hechizar : por este medio
hacian entrar un espíritu maligno en la boca
de aquellos á quienes querian dañar.' Un espí
ritu maligno era un soplo. Los que inventaron
estas pobrezas no tenían ciertamente mucho
espíritu ó talento. Se hubiera podido preever
jamás que se llegaria á hacer un día de esta
palabra soplo , viento , espíritu , un Ser -supre-1-
mo , un Dios , la tercera persona de Dios , pro
cedente del Padre , procedente del Hijo , no
teniendo la paternidad , no siendo ni hecha
ni engendrada ? ¡ Que espantoso non intelligo !
Una de las grandes objecciones contra esta secta
naciente : si vuestro Jesus es el Verbo de Dios,
i como Dios ha permitido que se enclavase i su
Verbo ? sus sectarios contestaron á esta pregun
ta molesta con misterios todavía mas incom
prensibles. Jesus , decian , era Verbo , pero era
al mismo tiempo un segundo Adan : el primer
Adan habia pecado , el segundo pues debía ser
castigado. La ofensa cometida hacia á Dios era
muy grave , porque Adan habia querido ser
sabio , y para conseguirlo habia comido una
manzana. Siendo Dios inñnito estaba irritado
infinitamente ; luego era menester una satisfac
cion infinita. El Verbo en calidad de Dios era
infinito tambien , asi no habia otro que él, que
pudiese satisfacer y aplacar aquella indignacion.
No fué crucificado solamente como á Verbo,
sino como á hombre. Tenia pues dos naturale
zas; y de la union ó conjunto maravilloso de'
estas dos naturalezas, resultaron misterios mas
166
maravilloso» todaría. Esta teología silbllme,
por lo ininteligible admiraba los espíritus, y no
hacia agravio á nadie. Que los medio-judíos
adorasen el Verbo ó no lo adorosen , el mundo
seguia siempre su marcha ordinaria, y nada se
trastornaba por esto. £1 senado romano respe
taba por esto los platónicos , admiraba á los es
toicos , amaba i los epicureos y toleraba los
restos de la religion ysíaca : vendia á los judíos
la libertad de establecer sinagogas en medio de
Roma ; ¿ por que pues perseguir á los cristia
nos , si hace morir las gentes solo por haber
dicho que Jesus es un Verbo ? El gobierno ro
mano era el mas dulce y tolerante de la tierra :
ya hemos indicado en otra parte que á nadie
se castigaba en Roma por haber pensado ni di
cho. . i

' . : CAPÍTULO XXXIX.

No creo avanzar temerariamente una aser


cion con decir que todas las opiniones de los
primeros cristianos han sido tomadas de Platon,
hasta el dogma de la inmortalidad del alma que
los antiguos Judíos no conocieron jamas. El
reino de los cielos , del cual se habla tan á
menudo en el evangelio , se encuentra tam
bien en el Fedon de este antiguo y célebre fi
lósofo griego: he aqui sus propias palabras, con
que sin saberlo ha sido el fundador del cris
tianismo. Otro mundo puro está sobre el cielo
en donde vemos los astros .r la tierra que noso-
167
tros habitamos no es mas que la parte de hu
mores groseros en este mundo etereo etc. ; en
seguida añade : nosotros veremos este reino de
los cielos, esta mansion de los bienaventurados,
si podemos lanzarnos mas allá de nuestro aire
grosero , como los peces pueden ver nuestra tier
ra subiendose á la flor del agua. A continuacion
he aqui como se expresa : en esta tierra tan
perfecto todo es perfecto ; produce su suelo pie
dras preciosas , á las que con mucho no llegan
las nuestras : está cubierto de oro y plata ; 'éste
espéctaculo forma el placer de los bienaventura
dos. Las estaciones alli son siempre templadas:
los órganos , la inteligencia, la salud de sus
habitantes es infinitamente superior á la nues
tra etc. ¿ Quien podrá desconocer en esta des
cripcion la Jerusalen celeste ? La sola diferen
cia que se encuentra entre estos dos escritos es
que en la ciudad celeste de Platon se encuen
tra alguna filosofía , y en la apocalipsis atri
buida á S. Juan no hay ninguna. Obsérvese
sino como se espresa el autor de ella : » Es se-
»mejante, dice, á una piedra de jaspe como
» cristal... El que hablaba conmigo tenia á la
» mano una caña de oro para medir la ciu-
55 dad... La ciudad está edificada en cuadro,
» tan larga como ancha , y encontró que tenia
v> doce mil estados ; su longitud , su latitud y
» su elevacion son iguales... La primera capa
35 de los cimientos de la ciudad era de jaspe , la
33 segunda de zafiro , la tercera de calcedonio,
168
» etc. " El purgatorio de los cristianos , con
particularidad , ha sido visiblemente tomado
del Fedon ; las palabras de Platon sobre esto
son muy notables. Los que no son ni entera
mente criminales , ni absolutamente inocentes,
van hacia el Aqueronte , allí sufren penas pro
porcionadas á sus culpas , hasta que purgados
enteramente de sus pecados vayan á recibir en
tre los bienaventurados la recompensa de sus
buenas acciones. La doctrina de la resurreccion
de la carne es tambien toda platónica ; pues
vemos en el décimo libro de la república , que
este filosofo griego introduce á Heres resucita
do , y contando loque ba pasado en el otro
mundo. Importa poco , á mi entender , que
Platon haya tomado estas opiniones , ó si se
quiere estas fábulas , bien sea de los antiguos
filósofos egipcios , bien del tineo de Locre , ó
bien que sean propias suyas. Lo que es muy
importante considerar , sí , es que eran ideas
muy consolantes para la naturaleza humana ;
y esto es seguramente lo que hizo decir á Cice
ron , que se estimaba mas engañarse con Pla
ton que tener razon con Epicureo. El mal mo
ral y el mal físico se han puesto en posesion
de nuestra corta vida , no cabe duda pues que
seria muy dulce esperar una vida eterna , don
de ningun mal osará acercársenos. Pero ¿ por
que comenzar por el mal para llegar al bien ?
¿Porque no nos ha sido dada desde un princi
pio esta vida eterna y feliz ? ¿ No seria la cosa
mas ridícula y bárbara que un padre edificase
1159
un palacio magnífico para sus hijos , lleno de
todas las delicias imaginables , pero que del
vestíbulo hiciese un horrendo calabozo habitado
por sapos , culebras y demas insectos veneno
sos , y que aprisionase en esta horrible man
sion á sus hijos por espacio de setenta y
ochenta años , paraque luego gustasen con nue
vo placer todas las voluptuosidades de que este
palacio abundaba ; voluptuosidades que casi
no percibirian ya , ó por lo menos no podrian
gustarlas hasta que las serpientes del vestíbulo
hubiesen devorada su piel y sus huesos ? Pero
en fin , sea de esto lo que fuere , es indudable
que toda esta doctrina del reino de los cielos,
del purgatorio y demas , se encontraba espar
cida por la Grecia entera antes que el pueblo
judío tuviese el menor conocimiento de ella.
La ley judía , que los judíos pretenden haber
les sido dada por Dios mismo , y no habla ja
mas ni de la inmortalidad del alma , ni de pe
nas y recompensas despues de la muerte , ni
de la resurreccion de los cuerpos. Es el colmo
de la ridiculez decir que estas ideas se encuen
tran todas virtualmente compredidas en el
Pentateuco; si son divinas , no deven estar
sobreentendidas y deben ser espresadas con
toda claridad. La verdad del hecho es que
no han comenzado á lucir para la mayor par
te de los hebreos y aquellos que se han dicho
mas ilustrados, sino muchos tiempos despues
de Platon, pues Platon es el verdadero fundador
del cristianismo. A mas, si se observa que si
170
la doctrina del Vervo y de la Trinidad no se
encuentra expresamente en ningun autor anti
guo, excepto en este filósofo griego, es menester
absolutamente convenir que él es únicamente
quien ha dado nacimiento á la metafísica cris
tiana. Jesus, que no ha escrito nada, que vi
no al mundo mucho tiempo despues de muer
to Platon y que no pareció sino entre un
pueblo ignorante y bárbaro, no puede ser
el funlalor de una doctrina mas antigua que
él, y que seguramente ni siquiera conocia.
£1 platonicismo, atreváminos á sentarlo co
mo una verdad, es el padre del cristianis
mo, y la religion judia la madre. ¿Hay co
sa mas desnaturalizada, inumana y bárbara
que perseguir, maltratar y destrozar á su paire
y madre? Que se presente pues en el dia un
hombre entre los cristianos papistas, queriendo
seguir en todo la doctrina platonica, y al mo-
mento verá como un pedante teólogo presenta
una querella contra él para hacerle quemar en
medio de una plaza pública si puede, como lo
hizo en otros tiempos un pedante de Noyon
con el pobre Miguel Servet. Qae un español
nuevo cristiano imite á Jesucristo, que se haga
circuncidar como él, que observe el dia del sá
bado , y que coma el cordero Pascual con le
chugas en la luna de marzo , y al momento se
verá afanarse los honrados familiares de la san
ta Inquisicion para hacerle quemar vivo públi
camente. Es una cosa muy digna de obser
varse también que la secta cristiana haya sido
171
ocasion continua de que se derramase la san
gre humana, y que la epicurea, que niega la
Providencia y la inmortalidad del alma, haya
permanecido siempre pacifica, sin causar el
mayor daño é incomodidad á nadie. En efec
to, ni el menor rasgo se ve en toda la his
toria de los epicureos que huela á conmocion,
cuando por el contrario no se cuenta un solo
año quizá en la historia del cristianismo desde
Anastasio y Arrio, hasta Quesnel y el Tellier,
que no haya sido marcado por destierros, pri
siones, robos , asesinatos , conspiraciones ó
combates homicidas. Platon no se imaginaba
seguramente que un dia sus sublimes é inin
teligibles delirios se liarian el pretexto de tan
tas y tales abominaciones. Pero si hasta aqui
se lia pervertido tan horriblemente la filosofía,
el tiempo ha llegado ya de volverla á su pri
mer esplendor y pureza.
i -
CAPITULO XL.

Propiamente hablando, ni los judios ni Je


sus tenian dogma ninguno. Haced lo que está
mandado por la ley; he aqui toda su teología.
Si teneis lepra, mostraos á los sacerdotes: si
vais á la silleta, no dejeis de traer con voso
tros un baston herrado y tapad vuestros excre
mentos: no os movais siquiera el dia del sá
bado si sospechais de vuestra muger, hacedla
beber del agua de los celos : presentar ofrendas
cuantas mas podais : comed en el mes deNisuu
H7Q
un cordero asado, mezclado con lechuga, temen-
do zapatos en los pies, baston en la mano, cin
tura en los riñones y comed de prisa. Estos son
los docmis, estos los discursos teológicos y
observancias á que hemos visto sujeto á Jesus
durante su vida. Nosotros no hacemos nada
de lo que él ha predicado , y él no nos ha
anunciado nada de lo que creemos. Jamas nos
dice en los evangelios : 55 Yo he venido . entre
vosotros í morir para estirpar el pecado origi
nal; mi madre es vírgen : yo soy consubs
tancial á Dios, y somos tres personas en Dios:
tengo por mi parte dos natnralezis y dos vo
luntades, y no soy mis que una sola persona:
no tengo la paternidad, y sin embargo soy la
misma cosa que él Dios padre: soy él y no soy
él: la tercera persona procera un dia del
padre, segun los griegos , y de padre y
del hijo segun los latinos: todo el universo.
nacido es condenado , y mi madre tam
bien: sin embargo mi madre es madre de Dios:
os mando poner por medio de unas palabras
místicas en un pequeño pedazo de pan mi
cuerpo tolo entero, mis cabellos, mis uñas,
mi barba, mi orina, y os mando poner mi
sangre toda en una copa de vino, de minera
que bebiéndose el vino y comiéndose el pan
quede todo anonadado: acordaos que hay siete
virtudes, cuatro cardinales y tres teologales;
que no hay mas que siete pecados capitales,
como no hay sino siete dolores , siete bautis
mos , siete cielos , siete ángeles delante de Dios
175
siete sacramentos que son signos visibles de
cosas invisibles , y siete especies de gracias que
corresponden á los siete brazos del candelero.
Nada de esto nos ha dicho: ¿que digo? jamas
nos ha hecho saber lo que es nuestra alma;
si es una substancia ó facultad encerrada en
cierta parte fija y determinada , o si está espar
cida en todo el cuerpo, si es preexistente al
cuerpo , ó en que tiempo se ha introducido en
él : en fin nos ha dado tan poquísimas nocio
nes sobre este paticular que muchcs de los co
rifeos- del cristianismo han dicho por escrito
que el alma es corporal. Habló Jesus tan poco
sobre dogmas , que cada sociedad cristiana de
las muchas que se levantaron despues de él,
tenia su ciencia particular. Los primeros que
discurrieron se llamaron gnósticos, es decir sa
bios , quienes se dividieron despues en barbe-
lonitas , florienses , febeonitas , zachenses , co'di-
ces, borboritas, ofritas y otras varias peque
ñas sectas. Así la iglesia cristiana no ha exis
tido un solo momento reunida, no lo está bey
dia , ni lo estará jamas : esta pretendida reu
nion es imposible , á menos que los cristianos
no sean bastante sabios para sacrificar los doc-
mas de su invencion á la verdadera moral. Pe
ro que ¿es posible que estos sectarios se hagan
sabios ? Yo lo que puedo asegurar solamente
es que hay muchos entre ellos que lo son , y
que todos los dias se hacen de nuevos , á pe- '
sar de los bárbaros hipocritas que quieren
constantemente poner la teología en lugar de
virtud.
174

CAPITULO XLI.

La discordia fué la cuna de la religion cris


tiana , y probablemente será tambien su tum
ba. Desde que existen cristianos insultan estos
á los judíos sus padres; insultan á los romanos,
bajo cuyo imperio viven , y se insultan ellos
mismos recíprocamente : apenas lian predicado
á su Cristo , cuando se acusan unos á otros de
Antecristos. Mas de 600 contiendas , entre
grandes y pequeñas , han llevado y mantenido
la turbulencia en la iglesia cristiana , mientras
que todas las demas religiones de la tierra han
permanecido en paz ; y lo mas digno de no
tarse es que no ha habido ninguna de estas
querellas ó disputas teológicas que no haya te
nido por base ó una absurdidad ó una false
dad. Véase sino la guerra de lenguas , plumas,
espadas y puñales entre los arrianos y los ata
ñasianos. Se trataba si Jesus era semejante al
criador , ó si se itabia identificado con la cria
tura : una y otra proposicion eran absurdas é
impías. Y ciertamente que en ninguno de los
evangelios se encuentran anunciadas tales espe
cies. Los partidarios de Arrio y los de Anas
tasio se batian encarnizadamente por la sombra
del asno. El emperador Constantino , en quien
los crímenes no habian sofocado enteramente
el discernimiento , comenzó por escribirles que
eran todos un atajo de locos , y que se des
honraban con disputas tan frivolas como im-
175
pertinentes. Esta es la substancia de la carta
que dirigió á los gefes de las dos facciones;
pero á poco la ridiculez se apoderó de
él tambien haciéndole reunir un concilio y
presidir en él con su cabeza coronada. Convo
có pues el concilio de Nicea con la vana espe
ranza de poner de acuerdo á los teologos , y
para saber precisamente si un judio era ó no
Dios : he aquí el esceso de la absurdidad ; he
aquí el colmo del fraude. No me detendré tn
hablar de las intrigas que las dos facciones
emplearon , de las mentiras , de las calumnias
sin número , me limitaré solo á decir algo so
bre los dos bellos milagros que los anastasianos
obraron en este concilio de Nicea. El uno de
ellos es el que se refiere en el apéndice del
concilio (Con. Lab. tom. i? pág. 84), á sa
ber , que encontrándose los padres muy emba
razados para descidir que evangelios , que pia
dosos escritos era menestes adoptar, y cuales
reprobar; de repente formaron el proyecto de
poner sobre el ara del altar confusamente cuan
tos libros de estos pudieran encontrar , é invo
car luego al Espíritu Santo , quien no dejó de
acudir al momento , é hizo caer el suelo todos
los libros malos ; los buenos quedaron sobre el
ara , y desde este instante ya no debió admi
tirse la menor duda sobre la eleccion. El se
gundo lo refieren Nicéforo (lib. 8? cap. 23),
Baronio (tom. 4? ndm. 82) y Aurelio Perdgi-
ro (año 325 ) ; es el caso que dos de los obis
pos llamados Crisanto y Musonio , habiendo
176
muerto Ínterin se tenian las disputas del con
cilio , y no pudiendo por esta causa afirmar la
condenacion de Arrio , resucitaron , firmaron y
volvieron á morir : esto prueba la necesidad de
condenar los hereges. Parecia que debia espe
rarse de este gran concilio una decision formal
sobre la Trinidad ; pero no se ocuparon de es
to : se contentaron solo con decir al fin algunas
palabras sobre el particular en la profesion de
fé del concilio. Despues de haber declarado los
padres que Jesus es engendrado y no hecho ,
y que es consubstancial al padre, declararon que
creian tambien en el soplo que nosotros llama
mos Espíritu Santo , y del cual se ha hecho
despues un tercer Dios. Es menester convenir
con un autor moderno que el Espíritu Santo
fue tratado muy caballerescamente en Nicea.
Pero ¿quien es este Espíritu Santo? En el ca
pítulo 20 de Juan se encuentra que Jesus , re
sucitado secretamente aparecio" á sus discípulos,
sopld sobre ellos , y les dijo : recibid mi santo
soplo ; en el dia este soplo es Dios. El concilio
de Efeso que anatematizó al patriarca de Cons-
tantinopla Nestorio , no es menos curioso que
el primer concilio de Nicea. Despues de haber
declarado á Jesus Dios, no se sabia en que rango
colocar á su madre : Jesus habia usado con
esta un lenguage bastante duro en la boda de
Canaan , pues lo habia dicho : muger , ¿ que
hay entre vos y yol ( ¿ Quid mihi et tibi est
mulier ? ) y en un principio le negó rotunda
mente cambiar el agua en vino por loe mucha
177
clios de la boda : esta afrenta debia ser repara
da. San Cirilo , obispo de Alejandría , resolvió
hacer reconocer á María por madre de Dios.
La empresa pareció en un punto atrevida. Nes-
torio, patriarca de Gonstantinopla , declaró al
tamente en cátedra que era demasiado asemejar
á María á Civeles, que era muy justo darle
algunos honores: pero que elevarla de un golpe
al rango de madre de Dios , era una cosa un
poco dura. Cirilo era un grande hacedor de Ga
limatías : Nestorio tambien : Cirilo era un per
seguidor , Nestorio no lo era menos : Cirilo se
había conciliado muchos enemigos por su genio
turbulento y acre ; Nestorio tenia todavia mas,
y los padres del concilio de Efeso tuvieron la
satisfaccion y placer en el año 431 de deponerlos
á entrambos. Pero si estos dos obispos perdie
ron su pleito , no le susedió lo mismo á la
santa Virgen : al fin fue declarada madre de
Dios , y todo el mundo la palmoteó. Se propu
so luego el admitirla en la Trinidad. Esto parecia
muy justo, siendo madre de Dios, creo que no se
la podia reusar la calidad de diosa : mas como
la trinidad se hubiere hecho por esto una cua
ternidad ; es de presumir que los aritméticos se
opusieron á ello. Se hubiera podido responden
les que puesto que tres hacian uno, harian del
mismo modo cuatro ó que los cuatro harian uno
si les' parecia mas conforme. Estas disputas no
se han terminado aun , duran todavia , y en el
dia hay muchos nestorianos que hacen de cor-
redores de mar y cambio entre los turcos. y
18
i
178
persas , como sucede con los judios entre noso
tros : ¡ bella catástrofe de una religion ! Jesus
no nos habia hablado de sus dos naturalezas y
de sus dos voluntades mas que de la divinidad
de su madre. No nos habia dtjado sospechar
jamas durante su vida que en él hubiese una
sola persona con dos voluntades y dos naturale
zas. Fueron Precisos pues nuevos concilios para
aclarar estos sistemas , lo que no se consiguió
sino despues de las mas grandes agitaciones en
el imperio. Jamas tuvo Jesus imágen ni pintura
alguna en su casa, ámenos que no fuese el re
trato de su madre qne dicen pintd S Lucas. Será
bueno notar aqui de paso que Jesus no tenia
casa ni hogar , que si se hubiese encontrado
tan magnificamente alhajado como nuestros
obispos de Toledo, Sevilla, Valencia etc. no hu
biera conocido mas el culto de las imágenes;
y tambien notaremos que los cristianos duran
te los 300 primeros años no tuvieron ni esta
tuas ni pinturas en los parages donde se reunian.
Sin embargo un segundo concilio de Nicea ha
declarado que era menester adorar las imáge
nes. Todos sabemos cuáles y cuántas han sido
las sangrientas disputas sobre la transubstancia-
cion y sobre otros varios puntos. En fin dicen
los franco-pensantes : tomad el evanglio en una
manp y vuestras docmas en la otra , y ved si en
estos evangelios se encuentran uno solo siquiera
de estos quiméricos principios religiosos; luego
juzgad por vosotros mismos si los cristianos
que acoran á Jesus son de la religion de Jesus:
. i
179
juzgad si la secta cristiana es otra cosa que
una bastarda judia , nacida en Siria, criada en
Egipto , arrojada ignominiosamente con el tiem
po del lugar de su nacimiento y de su cuna, y
dominante hoy dia en la Roma moderna , y
en algunos otros paises del occidente , por el
dinero , el fraude y los verdugos. No lo disi
mulemos, estos son los discursos de los hom
bres mas instruidos de la Europa ; confesemos
delante de Dios y del universo todo que tene
mos necesidad de una reforma universal.

CAPITULO XLII.

Si queremos examinar las costumbres de Jesus


y las de la iglesia , deberemos fijar antes que
debemos entender por costumbres. Por costum
bres yo no entiendo aqui otra cosa que los usos,
la conducta , lá menor ó mayor amabilidad y
dulzura , ó mayor ó menor dureza de genio, la
mas ó menos ambicion ó moderacion , y la mas
ó menos avaricia ó desinteres del sugeto. Nos
basta pues abrir solo los ojos y los oidos para
convencernos que en todas estas cosas ha habido
siempre una diferencia tan grande entre la igle
sia cristiana y Jesus, como la que se encuen
tra entre la tempestad y la calma, entre el fue
go y el agua , entre el sol y las tinieblas. Ha
blemos un momento del papa romano : j no es
evidente que un faquir de la India se asemeja
mas á Jesus que un papa? Jesus fué pobre , iba
á servir al prógiuio de aldea en aldea , llevando
180
una vida errante, caminaba siempre á pie, no
sabia jamas donde se acostaria , y raras veces
donde comería. Esta precisamente es la vida de
un faquir, de un talapoint, de un santon, de
un marabu. El papa de Roma por el contrario
ge encuentra magníficamente alojado en el pala
cio de los emperadores , posee mas de 400© pe
sos fuertes de renta anual cuando sus rentas es-
tan bien administradas. Es humildemente sobe
rano absoluto , es servidor de los servidores y en
calidad de tal ha depuesto reyes y confirma con
su aprobacion la exaltacion al trono de todos
los reyes de la cristiandad ; en ñn tiene todavía
un rey por vasallo para oprobio de los tronos.
Pasemos del papa á los obispos. Todos han tra
tado de imitar en cuanto han podido á su gefe.
Se han abrogado por todas partes los derechos
de regalía : son soberanos. en Alemania , entre
los ingleses varones del reino, y entre nosotros
señores de vasallos. Ningun obispo toma á la
verdad el título de servidor de los servidores;
al contrario , casi todos los obispos papistas se
intitulan obispos por la gracia del servidor de
los servidores ; pero todos tienen aficion i la so
beranía. No se encuentra entre ellos uno si
quiera que no haya querido anonadar la auto
ridad secular y la magistratura. Ellos son quie
nes han ensenado á los papas á destronar reyes,
Los obispos de Francia habian depuesto ya á
Luis, hijo do Cario Magno, mucho tiempo an»
tes que Gregorio VII tuviese bastante insolen
cia para deponer al emperado Enrique IV. Los
181
obispos de España depusieron tambieu á su
rey Enrique IV el impotente : sostuvieaon que
un hombre en el estado en qoe él se hallaba no
era digno de reinar. Es menester confesar que
el nombre de Enrique IV es muy desgraciado
para ocupar tronos, puesto que el Enrique IV
de Francia, si se media por las potencias viri
les , era muy digno de haberse perpetuado so
bre el trono de este pais , y sin embargo vemos
que se les declaró incapaz de él por las tres
cuartas partes de los obispos de sus reinos, por
la Sorbona toda, por los frailes , asi como tam
bien por los papas. Estas execrables mogigan-
gas son en el dia miradas con tanto horror co
mo desprecio por casi todas las naciones ; pero
han sido reverenciadas y respetadas por espacio
de mas de diez siglos , y los cristianos han sido
tratados en todas partes por los obispos como
bestias de carga. Hoy dia aun en nuestro des
graciado pais, y los demas sugetos á la sede
apostólica, los arzobispos se meten despótica
mente hasta en las cocinas de los particulares,
les hacen comer lo que quieren en ciertos dias
del año; hacen todavía mas, suspender á su
arbitrio el cultivo de k tierra. Mandan á los
alimentadores del género humano que no tra- 1
bajen, que no siembren , que no recojan sus
frutos en ciertos dias marcados, y llevan en al
gunas ocasiones la tiranía hasta prohibir- duran
te tres ó cuatro dias seguidos , obedecer i la
providencia y i la naturaleza: condenan algu- r
ñas veces los pueblos á una ociosidad criminal;
182
y esto de su autoridad peculiar, sin que los
infelices pueblos osen quejarse, sin que los ma
gistrados se atrevan á interponer el poder de
las leyes civiles , único poder razonable. Si los
obispos han usurpado en todas partes los dere
chos de los príncipes, no se crea por esto que
los pastores de las iglesias reformadas hayan es
tado menos poseidos de la ambicion y del fu
ror. No hay mas que ver en la historia filosófica
de Olume las sombrias y absurdas atrocidades
de los presbíteros de Escocia ; la sangre se en
ciende y hierve en el peche- al leer tales hechos:
involuntariamente parece sentirse uno arrastra
do á castigar las insolencias de los predeceso
res en aquellos que en el dia manifiestan .estar
animados de Jos mismos principios. Todo mi
nistro de la religion v , no lo dudemos; será újj
puede. tirano del género humano : Jesus no ha
sido mas que. una víctima de este. Ved ahora
pues la semejanza que se encuentra entre Jesus
y la iglesia. Si nos respondiesen lo que yo he
oido decir á muchos de entre ellos , que Jesus
les ha comunicado un derecho que él np se
dignó usar , les repitiré yo aqui lo que he di
cho otras veces , que á nuestros Pilatos del dia
corresponde en este caso hacerles sufrir el su
plicio que su manso maestro no mereció segu
ramente. Los ingleses llevan consigo la mancha
de haber quemado los arríanos;, bajo el rei
nado. de Jaco bo í~¿de que eran culpables es
tos infelices ? Pe no haber atribuido á Jesus el
epiteto.. de consujjstancial , que seguramente él
183
mismo nos había dado. £1 hijo de este mismo
Jacobo I llevó al cadalso la cabeza de su padre;
nuestras infames disputas sobre religion han
sido la principal causa de este parricidio : no
era seguramente mas culpable este príncipe de
tan horrendo crimen que los dos arrianos ajus
ticiados en tiempo de su padre. Todas las an
tiguas sectas, excepto la cristiana, se soportan
las unas á las otras ; soportemos nosotros pues
hasta la de los cristianos ; pero que nos sopor*
ten ellos tambien á nosotros. Que no sean un
monstruo intolerante , porque el primer capí
tulo del evangelio, atribuido á Juan, haya sido
evidentemente compuesto por un cristiano: estar
no es una razon para perseguirnos. Que un sa
cerdote que no es alimentado, vestido y alojado
sino de los diezmos que yo le pago , que no
subsiste sino por el sudor de mi frente y la de
mis conciudadanos , no pretenda hacerse mi
dueño y un dueño desapiadado y malo; yo le;
pago para que me enseñe la moral ; para que
me dé ejemplo de dulzura y mansedumbre, y
no para que se convierta en un tirano mio. To- ;
do sacerdote está en este caso; el papa mismo
no tendria oficiales, guardias, ayudas de cá
mara , y demas cáfila de sirvientes , sino se
los mantuviesen los infelices que cultivan la
tierra , y que son nacidos de una naturaleza
igual á la suya. Son poquísimos en el dia ya los
que no condcen que el poder del papa está óni
camente fundado sobre absurdas preocupacio
nes ; que no abuse pues de esta débil y falsa
Í84
base , y que tiemble si llega i disiparse entera
mente el poco error que queda.

CAPITULO XLIII
t
Es menester tomar á Jesucristo como se nos
le presenta. De sus costumbres no podemos
juzgar sino por la conducta que se le atribuye :
no tenemos ni Clarendons ni Humes que hayan
escrito su vida. Sus evangelistas no le imputan
otra accion de hombre colérico y violento , se
gun hemos visto ya , que la de haber maltra
tado y echado muy fuera de propósito á los
vendedores de animales de sacrificio , que te
nian sus tiendas á la entrada del templo. Es-
cepto esto > podremos sentar por todo lo demas,
que era un hombre muy dulce y pacífico , y
bastante parecido á los cuákaros que no gustan*
de derramar sangre. Véase sino como vuelve á
poner la oreja de Maleo , que el inconstante y
débil Pedro cortó á este aguacil de la patrulla
cuando fueron á prender á su maestro , i quien
á pocas horas negó. No se me diga que esta
aventura es el colmo de la ridiculez , lo sé
tan bien como otro cualquiera ; pero me veo
precisado en esta ocasion á juzgar este negocio
segun los documentos que se producen en el
proceso. Supongamos pues que Jesus haya sido
siempre un hombre honrado , dulce y modesto:
examinemos en pocas palabras como le han
imitado los cristianos , y que bien ha reportado
su religion al género humano. No creo será
185
fuera de propósito hacer aquí un pequeño es-
tracto de los hombres que esta religion ha he
cho perecer , bien sea en las sediciones , bien
en las batallas , bien sobre los cadalsos , bien
en las hogueras , bien por santos asesinatos ó
premeditados ó repentinamente inspirados por
el espíritu. Los cristianos habian escitado ya
algunas turbulencias en Roma , cuando en el
año 251 de nuestra era vulgar, el sacerdo
te Novation disputo lo que nosotros llamamos
la cátedra de Roma ó de S. Pedro , al sacer
dote Cornelio ; porque en aquella época era es
ta ya una plaza importante y que valia ma
chos miles. Por el mismo tiempo precisamente
se disputaron tambien la cátedra de Cartago
Cipriano y otro sacerdote llamado Novat ,
~quien habia muerto á su muger dándole de
"puntapiés en el vientre. ( Hist. ecles. ) Estos
dos cismas ocasionaron muchos homicidios en
Cartago y en Roma. El emperador Decio se
vió precisado á reprimir tales furores con al
gunas justicias que hizo ; y he aquí lo que
se llama la grande , la terrible persecucion de
Decio : pasarémos por alto los que en esta oca
sion fueron al patíbulo por mandato de la ley,
y nos limitaremos solo á los homicidios come
tidos entre los cristianos unos contra otros.
Cuando no contemos sino 200 personas ó muer
tas ó mortalmente heridas en estos primeros
cismas , modelo de otros varios , creo que no
se nos tendrá por exagerados. Pongamos. . 200
Desde que los cristianos pu iieron
186
entregarse libremente á sus santas
venganzas , bajo Constantino , asesi
nan al jóven Candidier (año 313),
hijo del emperador Galerio , con la
esperanza del imperio, y que se le
comparaba á Marcelo : asesinan á
un muchacho de ocho años hijo del
emperador Maximino , y á una hija
del mismo de edad de siete años ; la
emperatriz su madre fué arrastrada
íuera de su palacio con todas sus
doncellas , y' así llegadas por las calles
de Antioquía , hasta que por fin
fueron arrojadas todas en el Oronte.
La emperetriz Valeria , viuda de
Galero , é hija de Diocleciano , fué
asesinada en Tesalonica el año 315,
no tuvo mas sepultura que el mar.
s verdad que algunos escritores no
hacen á los cristianos autores de es
te horrible homicidio , y se le im
putan á Licinio : nada importa ; re
duciremos al número de 200 tam
bien las porsonas que los cristianos
degollaron en esta ocasion. Y es ir
moderado
En el cisma de los donatistas , en
Africa , no se puede contar menos
de 400 personas molidas y asesina
das á mazazos , porque los obispos
no querian que se batiesen con es
padas. Pongamos ... . . .
187
Se sabe de que horrores y guerras .. ;. t
civiles no ha sido el orígen y pre-
testo la sola palabra de consubstan
cial. Los incendios producidos por
estas guerras religiosas abrasaron to
do el imperio ; y en muchas partes
se reencendió luego durante hasta
por espacio de cerca de 400 años en
las provincias devastadas por los go
dos , los bourguiñones y los vánda
los. Cuando no contemos sino 300
mil cristianos degollados por otros'. mx
cristianos , durante estas disputas ó ,<
guerras teológicas , sin contar las fa- '. 1 .
millas errantes y reducidas á la men
dicidad por causa de esto , no creo
se me podrá tachar de exagerador. . 300000
Las disputas de los inconoclastes
é inconolatres no han costado cierta
mente menos de 60 mil vidas. Pon
gamos 60000
No debemos pasar en silencio los
100 mil maniqueos que la empera
triz Teodora . Viuda de Teófilo , hi
zo degollar en el imperio griego el
año de 845. Bien que esta era una
penitencia que su confesor lo habla
mandado , porque hasta aquella épo
ca no se habian colgado , empalado
ó ahogado todavía sino unos 20 mil ,
de ellos. Estas díscolas gentes mere
cian muy bien que se les matase i , . .
188
todos para ensenarles que no hay
sino un buen principio , y nada de
principio malo. El todo de este pia
doso destrozo sube á izo mil por
lo menos.
No contemos sino 20 mil asesina
tos cometidos en las repetidas sedicio
nes escitadas por los sacerdotes , que
se disputaban en todas partes las cá
tedras episcopales. Es menester por
tarse en esta parte con una estrema
discrecion : pongamos ''. .
Se ha supuesto que la horrible
locura de las Santas Cruzadas ha
bia costado la vida á dos millones .
de cristianos , mas yo quiero ser en
esto estimadamente moderado, y
no poner en cuenta mas que la mi
tad 1.
La Cruzada de los religiosos ca
balleros Porte-Glaive , que tan ho
nesta y santamente devastaron todas
las riberas del mar Báltico , debió
costar la muerte í 100 mil personas
por la parte mas corta. Póngase. . . .'
Otro tanto se puede decir de la .
Cruzada contra los pueblos del Lan-
guedoc ; en donde no se vieron por
muchos tiempos sino montones de
ceniza de las hogueras que habian
devorado tantos cadáveres , y osa
mentas de varios muertos que habian
189
sido presa de los lobos de aquellas ¡ .'.
campiñas. . .«-... . . .'.ji. . . . : iqqq&q
Las Cruzadas contra los empera
dores desde Gregorio I en adelante ,
queremos que no hayan sido cau
sa mas que de 50 mil muertes vio- ...../
lentas : y es ir muy moderados. . . . 5°OPQ
. 1 El grande cisma de occidente del . '. ,
XIV siglo , hizo perecer bastantes
gentes : para que se haga justicia á .i .
nuestra moderacion no contamos mas
que 50 mil víctimas de la rabia pa
pal : Rabbia papale , como dicen los , . .¡' ,)
italianos. .' . ».'..., . . , i . . 50000
La devocion con que al fin dees- , ...¡
te gran cisma se hizo quemar piíbli-' ; . „.
camente en la ciudad de Constanza
á los dos sacerdotes Juan Hus y . , . _ , . .
Gerónimo de Praga , han hecho mu- . . . 1« f
cho honor al emperador Sigismundo . .. ,«
y al concilio. Pero yo no sé como ,\ ¡..
esta santa justicia ocasionó la horren- . ' . ¡¡j ,
da guerra de los husitas , en la que ...i
se puede sentar con toda seguridad, , 1 t
que perecieron mas de 150 mil per
sonas 150000
Despues de todas estas grandes
carnicerías, confesamos que los des-. n
trozos de Merindol y de Cabrieras . : . !
son muy poca cosa. No se se trata . ¡ .
en esta santa jornada sino de 22'
grandes villas reducidas á cenizas; ..
190
de 18 mil inocentes degollados ó >- > ,
quemados ; de una porcion conside- -
rabie de niños de teta arrojados vivos
en las llamas ; de jovenes violadas y > -
hechas luego en cuatro cuartos, y de i
viejas , que no eran buenas para na- - .
da , que se les hacia saltar en los
aires con la ayuda de algunos car
tuchos de pólvora que se les ponia
en los dos orificios , y se les pegaba ,
luego fuego. Pero como esta peque- - ..«r-,
na escena se hizo jurídicamente , con .-
todas las formalidades de justicia, y
por gentes de hopolandas, es menes-- .'- >a
ter no omitir acto tan interesante del - - . f
derecho francés. Pongamos. . ... . > .18000
Hemos aquí llegado á la mas san- -
ta y gloriosa época del cristianismo, * '--l >
en la cual gentes vagamundas qui
sieron hacer una reforma á princi
pios del siglo XVIII. Los santos pa- '
pas , los santos obispos y santos cur
ras, negándose i enmendarse, esci»¡ i- ¡-. e
taron dos partidos que marcharon- / .1 ;
sobre cadáveres durante dos siglos* - i'J
enteros, sin conocerse - en todo este- -
- f , largo período mas que algunos cor- '
tos intérvalo de paz. Si el amigo . - > .
- lector quisiese tomarse el trabajo de
juntar todos los asesinatos cometidos
\ desde el reinado del santo papa Leon
X : hasta el del santo papa Ciernen-
191
te IX. : asesinatos bien sean jurídi
cos ; bien no jurídicos cabezas de sa
cerdotes , de seculares, de príncipes
derrivadas por los verdugos; la madera
encarecida en muchas provincias por
la infinidad de hogueras encendidas ;
la sangre derramada desde el uno al
otro estremo de la Europa; los ver
dugos cansados ya de mataren Flan-
des , en Alemania , en Holanda , en
Francia, en Inglaterra misma ; treinta
guerras civiles por la transubstan-
ciacion , la predestinacion , el sobre
pelliz y el agua bendita ; los des
trozos de S. Bartelemi , los de Irlan
da , los de Vandois , los de los Ce-
venses etc. etc. , se encontrarán sin
duda en estas escenas de horror mas
de dos millones de muertes sangrien
tas , con mas de tres millones de fa
milias arruinadas y sumergidas en
una miseria peor quizá que la muer
te misma. Pero como aquí no se
trata sino de muertos , pasaremos
con precipitacion sobre estos recuer
dos horrorosos , y pondremos 2 mi
llones de víctimas solamente 2.000000
No seamos injustos ni imputemos
á la Inquisicion mas crímenes que
los que ha cometido con sobrepelliz
y estola ; no exageremos y reduzca
mos á 200 mil el número de almas
192
que ha enviado el cielo ó al infier
no ... i'¡¿ .'J 2000QQ
Reduzcamos tambien á 5 millones,
los 1 2 millones de hombres que el
obispo Las casas dice haber sido
inmolados á la religion cristiana en
las Américas; y hagámonos sobre to- ..•¡.[
do la reflexion consolante que estas , ...1
gentes no eran hombres , puesto que .
no eran cristianos. Póngase 5.000000
Reduzcamos con la misma econo.ir
mía los 400 mil hombres que pere- 1: 1
cieron en la guerra civil del Japon, . ¡. .'. :.„.i
excitada por los reverendos padres / u.j . ¡
Jesuitas, y no pongamos en cuenta , , .i
sino 300 mil . . .,. . . 300000

Suma total. 9. 468800


, ' ,'. 11 fv\ .; > .' —T7»

El total del cálculo asciende á nueve millo


nes cuatrocientas sesenta y ocho mil ochocien-
tas personas , ó degolladas , ó ahogadas , ó que
madas , ó apuñaladas, ó ahorcadas por el amor
de Dios. Algunos fanáticos medio-sabios me
responderán quizá, que ha habido en los pasa
dos tiempos una espantosa multitud de cristia
nos , que espiraron en los mas horrendos supli
cios bajo los emperadores romanos, antes de
Constantino ; pero yo les responderé con Orí
genes : Que ha habido muy pocas persecuciones^
y estas todavia de largo en larga. (Orígenes
195
como se nos presentan en la leyenda dorada
por D. Reinardo el benedictino , ¿ que proba
rian con esto ? Que siempre habian sido unos
intolerantes y crueles: que habian forzado al
gobierno romano el mas humano de la tierra,
el que habia dado siempre una entera libertad
de culto á los judíos y á los egipcios , á tener
que perseguirles á ellos : que su intolerancia \
no ha servido de otra cosa que de hacer der
ramar su propia sangre , y la de los hombres
sus hermanos , lo que les hace culpables de
todos los homicidios de que se ha cubierto la
tierra por causa de la religion : ¡ ah , cristia
nos , cristianos! ¡vosotros os habeis hecho los
mas infelices y desgraciados de todos los hom
bres , porque habeis sido siempre los mas in
justos é inhumanos ! Quien quiera que tú seas, .
lector mio , si conservas los archivos de tu
familia , consultales , y verás que has tenido
mas de un antepasado inmolado á pretexto de
la religion , o almenos cruelmente perseguido,
ó perseguido; , que todavía es mas funesto. Con
vosotros hablo , ingleses , franceses , alemanes,
holandeses , húngaros , prusianos , suecos y po
lacos ; acordaos que el corazon de vuestros pa
dres ha sido inhumanamente arrancado sobre
un cadalso, á causa de una liturgia y de dos
varas de tela. Y tú, infeliz y miserable irlan
das, lee, lee solamente la declaracion del par
amento de Inglaterra del 25 de Julio del año
•643 , y verás alli que en la conjuracion de Ir
landa perecieron 154 mil protestantes á manos
13
194
de los católicos. Cree , si lo crees por mas con
forme i tu opinion , con el abogado JBrooke,
que no murieron mas que 40 mil hombres sin
defensa, que fueron degollados en el primer
movimiento de esta santa y católica conspira
cion: sea cual fuere tu suposicion en estaparte,
siempre resultará que tú desciendes ó de los
asesinos , ó de los asesinados : elige pues y es
tremécete. Pero tú , prelado de aquellos paises,
regocíjate , la sangre de tantas desgraciadas víc
timas te ha valido cinco mil guineas de renta.
Nuestro cálculo es horroroso , lo confieso , pero
es todavía muy inferior á la verdad de los he
chos. Bien sé que si este cálculo se le presenta
á un príncipe, á un obispo, á un canónigo, ó i
un padre de provincia , mientras que ellos pue
dan cenar con esplendidez acompañados de sus
queridas , ó entretenerse cantando canciones
obscenas, no se dignarán leernos. Los devotos
de Viena-, de Madrid y de Versalles no se to
marán jamas la pena tampoco de examinar si
este cálculo es exacto y justo ó no : y si por
casualidad llegan á sus oidos estas sorprenden
tes verdades , sus confesores les dirán que es
menester reconocer el dedo de Dios en todos es
tos destrozos y carnicerias ; que Dios no podia
hacer nada menos en favor del pequeño nú
mero de los elegidos ; que habiendo muerto
Jesus en el último suplicio, todos los cristianos,
de cualquier secta que sean , deberian morir
del mismo modo. Segun esto es una impiedad
horrible el no matar instantaneamente , despues
195
de haber recibido el bautismo, á todos los que
fuesen cristianos, porque entonces serian eter
namente felices por los méritos da Jesus , y
dejándoles vivir se les expone á ser quemados.
Comprendemos toda la fuerza de estos racioci
nios , pero no conformándonos mucho con sus
opiniones , nos aventuraremos á proponer otro
sistema diferente , sin embargo de la descon
fianza que debemos tener de nuestras propias
laces , y el lector elegirá el que le parezca mas

1 "«.ni.

El célebre ingles Doyen Swift ha dado á luz


un bello escrito , por el cual cree haber proba
do que no era tiempo todavia de abolir la rei-
gion cristiana. Yo soy de su mismo parecer,
es esta un árbol , en verde J , que segun \o¿
unánime de la tierra toda , no ha prod ucido
hasta ahora mas que frutos mortíferos; sin em
bargo mi opinion es que no se le corte, y si
solo que se le ingerte. Consérvese de la moral
de Jesus todo lo que sea conforme á la razon
universal , i la de los grandes filósofos de la
antigüedad , á la de todos los tiempos y paises,
á aquella en fin que debe ser el eterno lazo de
todas las sociedades. Adoremos al Ser supremo
en Jesus , puesto que la cosa está establecida
asi entre nosotros : las cuatro letras que com
ponen su nombre no son ciertamente un crimen;
¿ que importa que rindamos nuestros debidos
196
homenages al Ser eterno por Confusio , por
Marco Aurelio, por Jesus 6 por otro cualquiera,
con tal que seamos siempre justos T La religión
consiste , no lo dudemos en la virtud, y no en
el hacinamiento confuso é impertinente de dog
mas teológicos. La moral viene de Dios , y es
una misma en todas partes : la teología viene
de los hombres , y en todos los paises es dife
rente y ridicula : se ha dicho ya varias veces,
pero creo nunca se inculca bastante esta ver
dad. La impertinencia y la absurdidad jamas
pueden servir de base á una religion. La ado
racion de un Dios castigador y remunerador
une á los hombres entre sí , pero la detesta
ble y sofística teología ergotista los divide. Esta
teología replicona es al mismo tiempo tambien
la mas absurda , ominosa y detestable plaga
que ha afligido jamas la tierra : las naciones
antiguas se contentaban con adorar sus Dioses,
y no argumentaban nunca ; pero nosotros he
mos derramado la sangre de nuestros hemiarios
durante siglos enteros por sofismas tan imperti
nentes como ridiculos. ¡ Ah ! ¿ que importa- á
Dios ni á los hombres que Jesus sea Homou-
sios 6 Homoyousios , que su madre sea Theo-
tocos 6 Jesutocos , y que el espíritu proceda ó
no proceda? ¡ Gran Dios! ¡ era preciso por esto
aborrecerse , perseguirse , degollarse recíproca
mente : era preciso ensangrentarse con tanta
inhumanidad solo por sostener estas incompren
sibles quimeras ! Arro'gense los teólogos de la
sociedad , y el universo todo quedará tranquilo
197
alíñenos en hechos de religion ; admítaseles , dé
seles autoridad , y al instante la tierra se verá
inundada de sangre. ¿No somos ya bastante
desgraciados sin hacer servir de aumento á
nuestras miserias humanas una religion que en
todas ocasiones deberia contribuir solo á ali
viarlas y minorarlas 'i Las horribles calamidades
de que la religion cristiana ha sembrado por
tantos siglos los paises donde han tenido la des
gracia que llegase esta secta , me afligen y me
hacen derramar lágrimas ; pero los horrores in
fernales que su viperina sana ha hecho cometer
en los tres reinos de Inglaterra , Escocia é Ir
landa, en los estados de Francia y Alemania,
desgarran mis entradas : desprecio al corazon de
hielo, que no sienta los mismos transportes que
yo cuando recuerde y considere las turbulen
cias religiosas , que pro iugeron tan espantosas
escenas en la desgraciada época en que se vie
ron nacer á ese fácil y demasiado cobarde rey
Carlos I de Inglaterra , y á ese estrangero Cron-
wel , medio loco, medio héroe, medio fanático,
medio bribon , medio político y medio bárbaro;
en aquella época encendió el cristianismo las
abrasadoras antorchas religiosas que redugeron
á ceniza ciudades enteras , aguzó las cortantes
espadas que cubrieron las campiñas de cadá
veres de inocentes víctimas : el corazon se me
sale del pecho al volver mi vista hácia este tea
tro de horror. Desgraciados y miserables brita-
nos , ¿ cual fué la principal causa de vuestros
198
damente solo por saber si era necesario un so-
"brepelliz <5 una sotana , por un Covenant, por
ceremonias ó ridiculas , ó enteramente inútiles?
Los escoceses venden á los ingieres por dos
cientas mil libras esterlinas i su rey , que habia
ido á buscar entre ellos un asilo; rey condenado
en Roma , porque no habia querido sucumbir á
la supersticion papística: rey proscripto en
Edimburgo, porque no habia querido someter
se al ridículo Covenant escoses ; rey muerto en
Londres sobre un cadalso , porque no era pres
biteriano. Los irlandeses llevaron todovia mas
bjos su furor fanático, cuando poco antes de
esta egecucion abominable , nuestros papistas
asesinaron un número prodigioso de protestan
tes: muchos de entre ellos llegaron basta ali
mentarse con la carne de estas infelices vícti
mas , hasta alumbrarse con el s ebo que extra-
geron de sus destrozados y palpitantes miem
bros. Lo que en todas estas escenas debe notar
se con ojos mas atentos , pero con ojos por mu
cho tiempo anegados en lágrimas, es que en
cuantas ocasiones se han manchado los cristia
nos con estos asesinatos religiosos , ya sea en In
glaterra , Irlanda y Escocia, durante los reina
dos de Carlos I , Carlos II y Jacobo II , en
Francia desde Carlos IX hasta Luis XIII ; en
Alemania , en España , en Holanda , en Flan-
des en tiempo de Carlos V y Felipe II ; en es
tos tiempos, digo, tan funestos y vecinos á no
sotros ; en los destrozos recíprocos cometidos en
los Valles de Saboya y en los Cevenus de Fran-
199
cía ; todos ostos crímenes fueron justificados con
los egemplos de Fineo, de Aod , de Jabel , de
Judil y demas asesinatos en que rebosa por to
das partes la Escritura santa. ¡ Religion cristia
na , he aqui los resultados de tus institucio
nes ! Naciste en un rincon de la Siria , de don
de se te arrojo con ignominia , y has atravesa
do los mares para venir á traernos tu inconcep-
tible rabia á las extremidades del continente *
sin embargo de esto yo me atrevo á proponer
todavía que se te conserve , con tal que te se
corten las uñas con que has destrozado mi pa
tria , y los agudos dientes con que has devorado
á nuestros padres. Repitámoslo otra vez: ado
remos á Dios en Jesus si es menester, si la ig
norancia ha prevalecido en tal manera que de
ba pronunciarse todavía esta palabra judía;
pero que no sea ya en adelante la palabra de
acecho para el robo y el asesinato. ¡Dios de
innumerables mundos! ¡Dios de justicia, de
bondad y de paz, expiemos con la tolerancia
los crímenes que el furor execrable de la intoT
lerancia nos ha hecho cometer! Ven á mis bra
zos, razonable socinien ; ven , querido cuákaro,
buen anabatista, áspero luterano, sombrío pres
biteriano , episcopal indiferente , memnonista.
millenario , metodista , pietista , y tú mismo,
insensato esclavo papista , ven tambien á mi se
no , con tal que no lleves escondido' en tu fal
triquera el fementido puñal para asesinarme;
prosternémonos todos juntos ante el Ser supre
mo , tributemosle las debidas gracias por ha
200
bernos dado carnes , legumbres , y buen pan, y
frutas para alimentarnos , una razon para co
nocerle y un corazon para amarle, y cenemos
reunidos alegremente despues de haberle tri
butado nuestros justos homenages. Que los prín
cipes papistas hagan cuanto quieran y obren
como quieran con respeto al ídolo su papa , de
quien ya son poquísimas las naciones que no
se burlan , que hagan cuantos esfuerzos pue
dan para impedir que la religion no sea peli
grosa en sus estados , que cambien si pueden
esa multitud imensa de curas y frailes , costosas
sanguijuelas de las naciones , en laboriosos ar
tesanos y útiles labradores : que continúen sien
do bastante imbéciles y tontos en pedir per
miso á un sacerdote para poder comer carne en
un dia de viernes; que cambien en hospicios
esas inutiles esquelas de teología; que hagan en
fin todo el bien deque sean capaces en los ne
gocios que estén á su cargo , llenando asi la
primera y mas sagrada de sus obligaciones,
que la mia y la de cuantos convengan con mis
ideas , será inviolabl emente el estar siempre
adictos á una razonable y justa constitucion,
amar á Dios , la verdad y nuestra patria , y di
rigir al Ser supremo, padre del género h umano,
todo suplicas para todos los hombres.

CAPITULO XLV.

Continuamente oimos los clamores de nues


tro eclesiásticos que nos gritan : es menester
201
adorar á Dios en espirita y verdad : si los
hombres son todos sabios no habrá ya culto
público , no se acudirá á oir los sermones , y
nosotros perderémos nuestros beneficios. Tran
quilizaos , amigos mios , tranquilizaos en cuan
to al mayor de vuestros temores ; nuestro
intento no es arrojar fuera de la socie-
ded los sacerdotes , aunque sabemos que en
la Carolina y en la Pensilvania cada padre de
familias puede ser ministro del Todopoderoso
entre las gentes de su casa. Nuestro intento no
solo es conservaros intactos vuestros beneficios,
sino aun aumentar- las rentas de aquellos que
trabajan mas y son menos pagados, Lejos de
intentar abolir el culto público , lo único que
queremos es hacerle mas puro y menos indigno
del Ser supremo. Decidnos, ¿no conoceis lo
indecente que es no cantar á Dios mas que
canciones judías , y cuan vergonzoso no haber
tenido vosotros hasta el dia bastante sindéresis
y talento para componer himnos mas confor
mes al Ser á quien se debe alabar 1 Adoremos
á Dios ; demos gracias á Dios , invoquemos á
Dios al modo que Orfeo , que Pindaro, que
Horacio , que Pope , y no á la manera hebrai
ca , hablando de buena fé. Si en el dia empe
zaseis vosotros á inventar é instruir nuevas ma
neras de celebrar el culto público , ¿ quien se
ria el infeliz que osaria proponer se cantase ese
bárbaro galimatias atribuido al judío David ?
¿ No os avergonzais de decir á Dios : tu gober
narás todas las naciones , que nos someterás con
202
nna vara de hierro , tú las romperás como el
alfarero hace con un vaso ( salmo 2 ) : td rom
perás los dientes de los pecadores ( salmo 3).
La tierra ha temblado. Los cimientos de las
montanas se han conmovido , porque el Señor
se ha apoyado contra los montes, y ha lanza
do sobre ellos el granizo y carbones encendi
dos ( salmo 17). Se ha aloj ado en el sol , y ha
salido de allí como un marido que sale de su
lecho nupcial (salmo 19). Dios hará pedazos sus
dientes en su boca, reducirá á polbo sus muelas ,
convirtiéndolo todo á la nada como agua : por
que ha tenido su arco para abatirles, y serán tra
gados enteramente vivos en su cólera antes de
oir que tus espinos son tan altos como un ci
ruelo (salmo 57). Las naciones vendrán hácia
la tarde hambrientas como perros y td , Señor,
til te burlarás de ellas , y las reducirás á la
nada ( salmo 58 j. La montaña del Señor es
una montaña coagulada , ¿ porque mirais los
montes coagulados ? El Señor ha dicho : yo
echaré á Basan , le arrojaré al mar, á fin de
t que tu pié se tiña de sangre , y que la lengua
de tus perros lama su sangre (salmo 69).
Abre la boca bien grande , yo te la llenaré
( salmo 80 ). El señor referirá en los escritos
de los pueblos y delos príncipes á aquellos que
han estado en Sion ( salmo 86 ). Tu juventud
se renovará como la juventud del águila (sal
mo 109 ) Juzgará en las naciones , las llenará
de ruinas , hará pedazos la cabeza en la tierra
de muchos (.salmo 108 ). Jerusalen que está
205
edificada como una ciudad, cuya participacion
está en el mismo (salmo 121 ). Bienaventura
do el que tomará sus pequeños hijos , y los
hará pedazos contra la piedra (salmo 136).
No podréis dejar de confesarme que la oda de
Horacio Coelo tonantem credidimus jovem , y
la de los juegos seculares , valen algo mas que
este espantoso non intelligo de los antiguos
Ballades ó canciones : considerad , yo os lo su
plico , á quien se atribuye la mayor parte de
esas canciones que con tanta solemnidad re
pites : se atribuyen á un malvado que comien
za por ser uno de los violines del reyezuelo de
Saul , que luego se hace su yerno , que á poco
se subleva contra él, que se pone á la cabeza
de 400 vandidos , que roba , que mata muge-
res , hombres , viejos y hasta los niños de teta,
que pasa su vida entre los asesinatos , en el
adulterio, en el libertinage , y en fin que ase
sina aun por su testamento. Tal es David , tal
es el hombre según el corazon de Dios. El cé
lebre ingles Hume- no tiene la menor dificultad
y empacho en llamarle monstruo ( Hist. pág.
75 ). ¡Gran Dios ! ¿ será posible que no se os
pueda alabar sin repetir las repetidas odas de
un judío tan criminal? Queridos compatriotas
mios , ya que la cosa está asi , cantad lo me
nos que podais. Tambien os encargo que pre
diqueis raras veces , á fin de predicar mejor ;
los sermones demasiado frecuentes casi siempre
sucede que envilece á la vez á la predicacion y
al predicador. Como entre vosotios hay por
204
necesidad en razon del instituto , muchos que
ni tienen el don de la palabra ni el del pen
samiento , es menester que se les persuada se
despojen de ese amor propio qne les domina, y
cesen de despachar esos fast idiosos y malos dis
cursos con que abruman á los cristianos cuan
do van á oirles : mas vale que lean al pueblo
los bellos discursos de Tillotson , de Smaldrige
y de algunos otros varios oradores; sin embar
go que el número de estos esbastanre corto. Es
sin duda una muy bella instruccion el reunir
una vez por mes , ó si se quiere por somana,
para oir un discurso exhortatorio á la virtud;
pero cuidado con que esta oracion moral no sea
jamás una metafísica absurda , mucho menos
una sátira, y todavía menos aun una arenga
sediciosa. Nosotros nunca podemos reprobar el
culto público insiguiendo en nuestros princi
pios; Dios nos preserve de tal pensamiento :
quien nos acusare pues de tal designio será un
impostor. Nosotros queremos un culto , sí , pe
ro puro. Ha dos siglos y medio que se empe
zaron á limpiar los templos en algunas partes,
que parece haberse hecho las cuadras o esta
blos de Augias ; se han quitado ya en muchas
partes las telarañas y los huesos de los muer
tos qne Roma nos habia enviado para infectar
las naciones : acabemos pues una obra tan no
ble y ventajosa. Sí, nosotros queremos una
religion mas sencilla, sabia y augusta: una
religion menos indigna de Dios , y mas hecha
para nosotros: queremos, en una palabra, ser
vir á Dios y á los hombres.
205

AXIOMAS.

Ninguna sociedad puede subsistir sin justi


cia : anunciemos pues un Dios justo.
Si la ley del estado castiga los crimines co
nocidos, anunciemos tambien un Dios que cas
tiga los crímenes desconocidos ú ocultos.
Que un filósofo sea espinosista si qu itre
pero que el ho mbre de estado sea teista.
Vosotros no sabeis seguramente lo que es
Dios , como castigará y como recompensará ;
pero sabeis que debe ser la soberana razon y
la soberana equidad ; esto solo os basta. Nin
gun mortal tiene derecho para contradeciros con
esto , puesto que decis una cosa probable y ne
cesaria al genero humano.
Si desfiguraseis esta probabilidad consolante
y terrible por medio de fábulas absurdas,
seriais criminales y culpables para con la hu
manidad toda
No digais que es menester engañar á los hom
bres á nombre de Dios : este seria un discurso
del diablo, si fuese verdad que hubiesen día
blos.
Cualqniera que os dijere , Dios me ha ha-
hlado , es criminal hácia Dios y hacia los
hombres ; porque Dios , el padre comun de to
do , ¿se hubiera comunicado á uno solo ?
Si Dios hubiera querido dar alguna orden
nueva , la hubiera ¿echo oir á la tierra toda,
como ha dado la luz á todos los ojos : asi pues
206
su ley está en el corazon de todos los seres
racionales, y no en otra parte.
Es el colmo del horror y de la ridiculez
anunciar á Dios como á un pequeño déspota in
sensato y bárbaro , que dicta secretamente nna
ley incomprensible á algunos de sus favoreci
dos , y que degüella al resto de las naciones por
haber ignorado esta ley.
¡ Dios pasearse ! ¡ Dios hablar ! ¡ Dios escri
bir encima de un pequeño monte ! ¡ Dios com
batir t ¡ Dios hacerse hombre ! ; Dios hombre
morir en el último suplicio ! Ideas dignas de
un Punch.
¡Un hombre predecir lo porvenir! Idea dig
na de Nostradamus.
Inventar todas estas cosas , es el extremo de
la picardia ; creerlo , el extremo de la barbari
dad é ignorancia. Poner un Dios poderoso y
justo en lugar de estas sorprendentes farsas, ex
trema sabiduria.
Pero si mi pueblo raciocina se sublevará
contra mi : te engañas ; cuanto menos fanático,
será mas fiel.
Príncipes bárbaros dijeron á sacerdotes tan
barbaros como ellos: engañad y alucinad un
pueblo para que yo esté mejor servido, y lo
pagaré bien.
Los sacerdotes embaucaron al pueblo y des
tronaron los príncipes.
Calcas fuerza á Agamenon á inmolar su hija
para poder tener viento : Gregorio VII hace que
Enrique V se subleve contra el emperador En
207
rique IV su padre á quien hace morir en la mi
seria , y le niega hasta que sea sepultado : Gre
gorio es mucho mas cruel y terrible que Calcas-
j Quereis que vuestra nacion sea poderosa y esté
pacífia? Que la ley del estado mande en la re
ligion.
i Cual es la menos mala de todas las reli
giones ? Aquella en la que se ven menos dog
mas y mas virtud. ¿Cual es la mejor? La mas
sencilla.
Papistas, luteranos, calvinistas, otras tantas
facciones sanguinarias.
Los papistas son esclavos que han combatido
bajo las insignias del papa su tirano : los lute
ranos han combatido por sus principios : los
calvinistas por la libertad popular.
Los jansenistas y molinistas han representado
una farsa en la francia. Los luteranos y los
calvinistas han presentado sangrientas tragedias
en la Inglaterra , la Alemania y la Holanda.
El dogma ha hecho morir sobre los tormen
tos y cadalsos mas de dos mil millones de cris
tianos : la moral no hubiese producido un ara
ñazo siquiera.
El dogma lleva la division y la atrocidad
misma á las provincias, á las ciudades, y auu
ei>tre las familias. ¡ Oh virtud consuélanos !
*

t'

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