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circunstancias de vida de cada una. Algunas, las En un clima de total sinceridad y confianza,
menos, la relacionan con sensaciones agradables y analizamos y reflexionamos sobre los diferentes tipos
placenteras. Otras, la mayoría, con sentimientos de de socialización sexual que hemos recibido mujeres
frustración e insatisfacción o, incluso, vinculada a muy diferentes y diversas, desde las que hemos sido
perversas violencias que experimentaron en algún educadas en modelos muy tradicionales, hasta las que
momento de sus vidas. adoptamos los modelos más modernos y “progres”. En
grupo nos damos la posibilidad de descubrir las
consecuencias que han tenido ciertas ideas en
nuestras vidas y en nuestras formas de pensar y vivir
la sexualidad.
LOS MANDATOS SEXUALES POSMODERNOS PARA LAS 4. NUESTRO MODELO FEMINISTA DE BUEN
MUJERES JÓVENES TRATO E IGUALDAD SEXUAL
sexualidad separada del sentimiento amoroso Como podemos observar, en ninguno de los tres
(cosificación del otro/a) modelos anteriores se cuestiona la sexualidad coital y
falocrática patriarcal, incluso en el modelo
sobrevaloración del pene y de la sexualidad posmoderno “progre, se potencia aún más estas
masculina características, proponiendo el falo como la más alta
cota de la madurez y del placer sexual.
múltiples parejas sexuales
Tampoco se cuestiona la violencia en las relaciones
se valora la trasgresión (pornografía, prostitución, sexuales, y es, nuevamente, en el tercer modelo,
sado-masoquismo, incluso violencia, incesto y supuestamente el más liberador, donde se defiende
pedofilia “consentidos”…) vehementemente un tipo de violencia “consentida, así
como las relaciones de dominio y sumisión, eso sí, en
el placer y el deseo lo justifica todo algunos casos, intercambiables. A veces ejerce uno o
una el dominio, pero en otros momentos el poder lo
todo vale, si hay “consentimiento” ejerce la otra persona que fue sumisa. A estos
intercambios de dominación lo consideran trasgresión
el modelo de dominio y sumisión, incorporándolo del patriarcado y “equilibrio de poderes”. Todo un
también en el lesbianismo y, a veces, con intercambio ejemplo de “buenos tratos”.
de roles de poder
¿Es esta la soñada paridad de derechos con los
lenguaje masculinizado, violento y soez (como varones, planteada por el feminismo desde hace
décadas y reforzada con el surgimiento del igualitarias y respetuosas entre las personas,
revolucionario paradigma de los derechos sexuales y cualquiera que sea su sexo y orientación sexual.
reproductivos de los años 90?
UN MODELO QUE POTENCIE:
Por supuesto que creemos que el placer es algo bueno
y que todas las mujeres tenemos derecho a él, pero El conocimiento, la valoración y la sensualización del
también sabemos por la experiencia, que el placer y el propio cuerpo y el autocuidado.
deseo deben tener sus límites. No puede considerarse
positivo cualquier tipo de trasgresión, no podemos El conocimiento de que “sexualidad no es sólo coito”.
aceptar como liberadoras conductas sexuales que
infringe tanto dolor y sufrimientos a las personas, La aceptación real y en igualdad de condiciones de
como los abusos sexuales infantiles, el incesto, la diferentes opciones sexuales.
venta de los cuerpos y la violencia en la prostitución,
la pornografía, el sado-masoquismo, etc, etc… La información y el ejercicio de los derechos sexuales
y reproductivos.
Por estas razones, en la terapia que llevamos a cabo
en el Espacio de Salud “Entre Nosotras”, se cuestiona La trasmisión de valores, actitudes y
la sexualidad patriarcal mediante el análisis y la comportamientos sexuales que rechacen las relaciones
reflexión personal y colectiva de las consecuencias de de poder, de dominio- sumisión y de cualquier tipo de
la socialización misógina patriarcal que todas y todos violencia
hemos recibido.
El aprendizaje y la práctica de relaciones corporales,
Las mujeres de nuestros talleres, aprenden y sexuales y mentales de “buen trato”, con una misma y
practican pensamientos, sentimientos y conductas de con las otras personas.
buen trato, empezando por el propio cuerpo, así como
en cualquier relación personal y sexual. La reflexión y la práctica de un lenguaje no sexista.
Bibliografía: