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Texto de Fabián Llanca que forma parte del proyecto Fotonovela Chilena
www.fotonovelachilena.cl
!
Como parte de la estrategia de editorial Zig-Zag para recuperar el protagonismo en la
industria nacional de las fotonovelas, sitial que había perdido por la ruptura contractual con
Guido Vallejos, en agosto de 1965 lanzó Foto Apasionada, cuyo logo incluía una directa alusión
a sus contenidos: “Sólo para mayores”.
El día elegido para su circulación fue el martes y la periodicidad, quincenal. Sin
contratiempos esta planificación relativamente fugaz duró hasta marzo de 1967, fecha en que
este ambicioso proyecto editorial comienza a decaer hasta su desaparición.
Los colores púrpura y rojo en las portadas aludían a la pasión que se suponía
desbordaba los contenidos de la revista, aunque la mayor parte de las historias no pasaba de
ser simulacros retorcidos de entuertos sentimentales con finales impredecibles, generalmente
promesas de compromisos y esporádicamente suicidios. Los libretos también incorporaban a la
comedia como alternativa para alivianar los componentes melodramáticos.
En los créditos de las historias aparecieron nombres nuevos, si comparamos con la
nómina de actores, actrices, fotógrafos y técnicos de Cine Amor, haste ese instante único
referente fotonovelesco.
Sin embargo, esta aparente renovación fue sólo parcial pues hay nombres que se
repiten. De partida, Leonardo Perucci convertido en un emblema de la primera etapa de la
industria, con figuraciones estelares en Cine Amor, ejerció de director en las primeras historias
de Foto Apasionada. Sólo en el número 14, el actor integró el elenco que protagonizó “La
viuda de Apablaza”, la adaptación del clásico teatral chileno de Germán Luco Cruchaga que
contó además con el desempeño de Juan Pérez Berrocal, pionero del cine mudo chileno que
tuvo una contundente participación en las fotonovelas como actor y guionista.
Foto Apasionada se caracterizó por transformar las adaptaciones en un sello propio.
Cuentos, novelas, poemas, películas y obras de teatro fueron convertidas en historias
fotonoveladas.
Por ejemplo, el mismo Pérez Berrocal había dirigido, escrito y protagonizado
“Vergüenza”, una película hecha en Antofagasta en 1928 y que por la “crudeza” del argumento
fue calificada “sólo para mayores e impropia para señoritas”1. Casi cuarenta años después, en
enero de 1966, Foto Apasionada presenta “Vergüenza”, con Alfonso Carnot, Tito Mery y Sigrid
Fross en los roles centrales2. En el crédito correspondiente al guión figura el versátil libretista,
asumiendo que su relato de principios del siglo pasado podía ser reinterpretado en los años
sesenta con algunos ajustes temporales y contextuales.
Quince días después, al siguiente número, se ofrece otra adaptación literaria:
“Espectros”, versión libre de la obra del dramaturgo noruego Enrik Ibsen. Dos semanas
1 En www.cinechile.cl.
2 Foto Apasionada n° 11.
después, la tendencia se confirma con la historia "Como la tierra estéril", basada en “Yerma”,
de Federico García Lorca.
En general, se trataba de trabajos que explicitaban su origen en los créditos iniciales,
con lo que lograban convertir a la revista en un vehículo versátil y en una herramienta de
instrucción y educación a distancia. También legitimaban sus propios procesos creativos,
demostrando que los equipos podían enfrentar el desafío de adaptar obras consagradas.
En octubre de 1966 Foto Apasionada registra el número extraordinario con la portada
dedicada a “Cumbres borrascosas”, con Alfonso Canot y Alida Acuña3. En el elenco aparece la
actriz Mireya Véliz, actriz pionera en los primeros teleteatros en vivo, y José Pizarro, quien dos
décadas después se convirtió en la segunda voz del programa televisivo Sábados Gigantes y
adoptó el apelativo de Yeruba. En el crédito correspondiente se explicita que la versión libre
pertenece al guionista Enrique Durán.
La obra “Yerma”, de Federico García Lorca, fue la base de "Como la tierra estéril",
adaptación dirigida por Eduardo Naveda; mientras que la versión original de “Ligados”
pertenece al dramaturgo Eugene O’Neill y es protagonizada por José Guixé, Cecilia Cañas,
Ángelo Rizzarelli, Yolanda Williams4.
En su breve biografía, Foto Apasionada repitió sus equipos de producción, por lo que la
disgregación se registró después del fracaso de la iniciativa. Los créditos técnicos vislumbran
nuevos talentos en los guiones y los registros fotográficos. Entre los libretistas aparecen Adrián
Roca, Ana María Toledo y Blanca de Valdivia; mientras que en las cámaras adquieren
protagonismo Luis Valdés y Julio Bustamante, ambos vinculados a los registros nocturnos de la
vida bohemia capitalina.
Las historias fotonoveladas de esta publicación tuvieron al menos tres directores. Al
mencionado Perucci se agrega Eduardo Naveda, consagrado actor teatral que participó en la
primera etapa de Cine Amor y que probó suerte en ZigZag, alejándose temporalmente de
Guido Vallejos.
El trío de directores se completa con Rodolfo Tosto, quien aparece como uno de los
pilares de esta nueva publicación, que es paralela a los inicios formales de la industria
televisiva chilena, en la que este profesional argentino ocupó un lugar fundamental debido a su
desempeño en el canal de la Universidad de Chile.
El vínculo entre las fotonovelas y la televisión se acentúa a medida que avanza la
década. Por eso hay actores y actrices que transitan de las salas de teatro a las páginas
impresas, pasando por los teleteatros y los primeros programas emitidos por las estaciones
vinculadas institucionalmente a las universidades. Jorge Guerra, posteriormente conocido
como el personaje infantil Pin Pon, laboró cuatro años en el Canal 9 de la Universidad de Chile
antes de debutar en Canal 13 en el espacio sobre un muñeco relleno de algódón parlante5. Ese
mismo año, en noviembre de 1965, Guerra participó en “Pasión prohibida”, historia principal del
número 7 de Foto Apasionada.