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“Año del Dialogo y la Reconciliación Nacional”

Escuela Profesional de Derecho

CURSO:

Procesal Constitucional
PROFESOR

Noriega Albán

TEMA:

El control Constitucional peruano

Estudiante:

Brayan Ramos Mamani

Sullana - 2018

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INTRODUCCIÓN

Perú es un país que se ha caracterizado por la poca duración de sus textos


constitucionales desde los inicios de vida republicana, lo cual se ve reflejado en la
cantidad Constituciones a lo largo de su historia. Son el total once las Constituciones que
han existido a lo largo del devenir político y jurídico en la historia peruana, siendo la de
1993 la que está vigente en la actualidad.

Este número de Constituciones nos hace reflexionar acerca de nuestra propia cultura
constitucional ya que sustituir una carta fundamental por otra supone inestabilidad e
inseguridad. Ciertamente esto se debió, en parte, a que las constituciones políticas de
años atrás sirvieron como marco político en lugar de uno jurídico, considerando más
importante las leyes dadas por el poder legislativo y las normas con rango de ley del
ejecutivo que lo contenido en el propio texto constitucional.

Todo esto cambió a lo largo de los últimos años en donde la Constitución Política pasó de
ser un simple referente “político” a ser una “norma jurídica” en sí misma, esto es, que su
observancia, cumplimiento y respeto es vital para un Estado Constitucional de Derecho.
Es así que lo dispuesto por la Constitución empezó a jugar un rol determinante en el
control político y jurídico de la Nación.

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DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL Y EL CONTROL DE LA
CONSTITUCIONALIDAD EN EL PERÚ

Sistemas-modelo de control de la constitucionalidad

Podemos señalar que existen, a nivel mundial, dos grandes sistema de control
constitucional, entre ellos: el europeo o de Justicia Constitucional concentrada,
generalizado a partir de la constitución austríaca de 1920 y de la obra de Hans Kelsen, en
el que un órgano autónomo especializado y constitucionalmente designado para ello tiene
la potestad de revisar la constitucionalidad de las normas legales y los actos de poder,
estableciendo al respecto, declaraciones generales ERGA OMNES de plenos efectos
derogatorios. El segundo sistema es el americano o de control difuso (también
denominado de la Judicial Review), permite que sea el mismo órgano jurisdiccional
ordinario el que desarrolle la función de control de la constitucionalidad inaplicando una
norma que contraviene la constitución para el caso en concreto, manteniendo la norma en
cuestión en el ordenamiento.

Trata de los mecanismos de revisión de la adecuación de las leyes y de los actos del
Estado o de los particulares a la suprema ley de un país.

Clasificación

Sistema concentrado:

En algunos países es realizado por una Corte Suprema o Tribunal Constitucional que es
el encargado de resolver los planteamientos o recursos de inconstitucionalidad
presentados por los ciudadanos frente a las violaciones a alguna norma legal por parte del
Estado, o de otro particular.

Sistema difuso:

Este sistema establece que el control de constitucionalidad de una norma o de un acto


jurídico puede ser realizado por cualquier tribunal del país. Los jueces inferiores no tienen
minusvalía alguna para este mecanismo respecto de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, tal es el caso de la República Argentina. Sin embargo, será el máximo tribunal
quien resolverá si son apelados los fallos de los Tribunales Inferiores.

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Sistema mixto.

1. Sistema de control difuso en tribunales ordinarios y control concentrado en Corte


Suprema.
2. Como en Brasil. o Sistema de control difuso en tribunales ordinarios y control
concentrado en Tribunal Constitucional.
3. Como en Perú y Colombia. o Sistema de control control concentrado de
constitucionalidad en Tribunal Constitucional (preventivo) y Corte Suprema
(represivo).

EL CONTROL DIFUSO COMO MÉTODO DE CONTROL CONSTITUCIONAL

El Control Constitucional es un mecanismo que consiste en verificar si las leyes


contradicen a la Constitución por el fondo o por la forma. El control de la legalidad tiene la
misma finalidad respecto a las normas de inferior jerarquía. Además, el control de la
constitucionalidad y de la legalidad de las normas jurídicas comprende también la
protección de los derechos fundamentales de la persona consagrados en la Constitución.

Doctrinariamente y en la práctica existen dos sistemas de control de la constitucionalidad


y legalidad de las normas jurídicas, según sea el órgano al cual la Constitución encargue
dicho cometido. Uno de ellos se denomina CONTROL CONCENTRADO porque se crean
órganos constitucionales con la específica finalidad de ejercer el control de la
constitucionalidad de las leyes; y, el otro sistema se llama CONTROL DIFUSO, porque
cualquier operador del derecho, en caso de conflicto entre una norma de superior
jerarquía con otra de inferior jerarquía, debe preferir la primera al resolver un caso
concreto. Por su origen, al primer sistema se le llama austriaco o europeo y al segundo
americano.

EL CONTROL DIFUSO

La esencia del método difuso de control de constitucionalidad radica en la noción de


supremacía constitucionalidad y en su efectiva garantía, en el sentido de que si hay actos
que colinden con la Constitución, ellos son nulos y como tales tienen que ser
considerados por los tribunales, los cuales son, precisamente, los llamados a aplicar las
leyes.

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Naturaleza Incidental:

Esto es, se origina a partir de un proceso existente en el cual se están dilucidando


pretensiones o cuestiones con relevancia jurídica.

Efecto Inter partis:

Esto es, de efecto entre partes, significando ello que los efectos de la aplicación del
control difuso sólo afectará a las partes vinculadas en el proceso. No Erga Omnes.

Control Difuso en Latino América.

Del análisis de los sistemas imperantes en el área de Control de Constitucionalidad,


puede afirmarse que la justicia constitucional desarrollada desde el siglo pasado, es una
de las más completas del mundo contemporáneo.

En la mayoría de los países de América Latina, existe el método difuso de control de


constitucionalidad de las leyes, que como ya se indicó es consecuencia del principio de
supremacía constitucional y de su garantía objetiva, conforme a la cual todos los jueces
tienen el poder-deber - siguiendo el modelo norteamericano- de no aplicar las leyes que
estimen inconstitucionales y que rigen la solución del caso concreto que deben decidir,
con efectos inter partis.

El sistema de control difuso ha sido adoptado en varios países latinoamericanos. El


artículo 133° de la Constitución Mexicana reproduce casi textualmente el artículo VI,
sección 2 de la Constitución Norteamericana. Las Constituciones de otras repúblicas -
Bolivia, Chile Colombia, Uruguay, Venezuela, etc.,- acuerdan, con algunas variantes entre
ellas, atribución a la Corte Suprema para declarar la inconstitucionalidad de las leyes.

Control Difuso en el Perú

En nuestro país existe un sistema mixto de control constitucional desde la Constitución de


1979, donde se sentaron las bases del método difuso de justicia constitucional y, además,
según el modelo español, se creó un tribunal de Garantías Constitucionales dotado de
poderes concentrados de control de la Constitución que la reforma de la Constitución de
1993, ha convertido en Tribunal Constitucional. Este Tribunal Constitucional es, el único
de su tipo, en América Latina, ubicado fuera del Poder Judicial.

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Control concentrado

El texto constitucional peruano establece en su artículo 201 que el Tribunal Constitucional


es el órgano de control de control de la constitución, siendo considerado -en la práctica-
como el máximo intérprete de la misma debido a la intensa labor que viene desarrollando
en la actualidad dirimiendo controversias en las cuales estén en juegos derechos
fundamentales o pronunciándose sobre la constitucionalidad de normas legales de inferior
rango como leyes ordinarias, decretos legislativos, decretos, reglamentos, entre otros.

Es así que su labor se ve precisada en el artículo siguiente donde se contempla que


resuelve en instancia única la acción de inconstitucionalidad, función que nos importa en
el presente caso. Debido a que la acción de inconstitucionalidad implica cuestionar
seriamente la constitucionalidad de una norma legal y su consecuente retiro del
ordenamiento jurídico, la facultad para iniciar la mencionada acción está limitada por la
propia Constitución, es decir, sólo podrán hacerlo los facultados por la Carta misma. El
Tribunal no actúa de oficio a manera de vigilante de la constitucionalidad, sólo actúa
cuando los órganos y sujetos expresamente indicados en el artículo 203 de la
Constitución inician un proceso ante este órgano colegiado.

El Tribunal Constitucional emite una sentencia, la cual no tiene efectos retroactivos, lo


cual supone que los efectos generados por la norma son válidos en el período de tiempo
que estuvo vigente, desde su publicación hasta la sentencia que declara su
inconstitucionalidad. Dicha sentencia es publicada en el Diario Oficial de la nación (en
este caso el diario El Peruano), haciendo que la norma quede sin efecto al día siguiente
de la publicación. La excepción a la irretroactividad de las sentencias del Tribunal
Constitucional es lo referido a la materia tributaria. Según lo dispuesto por el artículo 74
de la Carta fundamental, no surten efectos las normas tributarias dictadas en violación de
lo que establece dicho artículo. De esta manera, de acuerdo al artículo 81 del Código
Procesal Constitucional: “cuando se declare la inconstitucionalidad de normas tributarias
por violación del Artículo 74 de la Constitución, el Tribunal debe determinar de manera
expresa en la sentencia los efectos de su decisión en el tiempo. Asimismo, resuelve lo
pertinente respecto de las situaciones jurídicas producidas mientras estuvo en vigencia”.
Es así que en materia tributaria, de declararse la inconstitucionalidad de una norma, la
retroactividad surge como una posibilidad.

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De acuerdo a lo expresado, podemos concluir que el control concentrado está reconocido
y regulado por la misma Constitución Política del Perú. Adicionalmente, en el año 2004 se
dictó una ley que significó una codificación a las normas destinadas a iniciar procesos
ante el Tribunal Constitucional. La Ley 28237 o Código Procesal Constitucional contiene
todo lo referente al aspecto procesal (competencia, legitimidad, prescripción, etc.) de la
justicia constitucional concentrada en materia de garantías constitucionales, tanto las
referidas a la defensa de los derechos fundamentales como a la defensa del principio de
supremacía constitucional.

Control legislativo

Este tipo de control de la constitucionalidad es distinto a los comentados anteriormente.


Ciertamente, este tipo constituye más un procedimiento o formalismo vinculado a la
dación de normas legales que a un tipo diseñado específicamente para analizar la
constitucionalidad de una norma.

Este procedimiento de control está recogido en los artículos 90 y 91 del Reglamento del
Congreso de la República donde se contemplan procedimientos de control sobre la
legislación delegada (cuando se trata de decretos legislativos) y sobre decretos de
urgencia respectivamente.

Como bien sabemos, los decretos legislativos son una forma distinta de dictarse normas
con rango de ley. Lo característico de esta forma es que el propio Congreso de la
República dicta una ley autoritativa en donde establece un marco de delegación de
facultades para el Poder Ejecutivo. Es con dichas facultades determinadas por ley, que el
Ejecutivo puede dictar normas con fuerza de ley sobre materias que competen
exclusivamente al Congreso de la República. De igual forma, la constitución reconoce en
su artículo 118 inciso 19 que es facultad del Presidente de la República el dictar medidas
extraordinarias, mediante Decretos de Urgencia (los cuales tienen fuerza de ley), en
materia económica y financiera cuando así lo requiera el interés nacional.

Ambas formas de dictar normas están subordinadas a que se dé cuenta al Congreso de la


República para su evaluación. Una vez realizado el informe por parte del Ejecutivo, éste
es evaluado por la Comisión de Constitución y Reglamento, la cual emitirá un dictamen o
un informe al pleno sobre la constitucionalidad de los mencionados decretos, sugiriendo
su derogación o modificación por el Congreso de la República.

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Ciertamente, y a manera de comentario adicional, este tipo de control procedimental no es
del todo efectivo debido -en gran parte- al sistema de gobierno peruano y al parlamento
mismo. Como bien sabemos, son tres los sistemas de gobierno reconocidos en el
Derecho Comparado: el régimen presidencial, el parlamentario y el semipresidencial.
Cada uno de ellos tiene sus especiales características, encuentra su origen y funciona en
determinadas realidades. En el Perú, si bien rige un régimen presidencialista, este esta
marcado de figuras propias de el régimen parlamentarista, llegando a la conclusión que
nuestro régimen es uno presidencial con rasgos de parlamentarismo. A esto debemos
añadir que nuestra la historia peruana enseña que el caudillismo y el militarismo han
marcado profundamente la cultura política peruana. En este sentido, si bien existen
instituciones como los ministros, el voto de confianza, voto de censura, refrendo
ministerial, etc., no es un control determinante al poder presidencial. Un ejemplo sencillo
de esto es el refrendo presidencial ya que la oposición de un ministro no significa que el
presidente vea impedido su actuar pues puede destituir al ministro de turno y sustituirlo
por uno que comparta su visión política

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CONCLUSIÓN

Podemos señalar que en materia de control constitucional el Perú el ordenamiento jurídico


peruano nos ofrece tres formas bien definidas, cada una con sus ventajas y desventajas
pero que, en definitiva, buscan defender la supremacía de la Constitución frente a
posibles normas que contravengan lo dispuesto por ella sea por la forma o por el fondo.

El ordenamiento peruano combina extraordinariamente los dos sistemas más importantes


del mundo occidental contemporáneo. Sumado a esto, se encuentra otra herramienta
jurídica que en el fondo es más un procedimiento regular y obligatorio que un sistema bien
definido. De igual forma cumple una función similar a los sistemas comprendidos en la
Constitución.

En conclusión, podemos afirmar que el sistema de justicia constitucional o de control de la


constitucionalidad es uno de los más perfectos posibles. No obstante, esta afirmación se
circunscribe a nuestra realidad debido a que funciona y es efectivo en nuestra realidad
jurídica.

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