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¿Por qué, doctor, a nuestra hija no le va bien en la c~l·m·la'!

¿Por qué nuestro hijo nos hace la vida imposihh: rnn su


comportamiento violento'! ¿Por qué nuestra hija 1111 l111hla':
()Ctor: ,
¡,Por qué nuestro hijo padece un eczema que re~1sk a trnl11s
los tratamientos?
Anny Cordié escuchó esm, preguntas, y muchas 01111-.,
;, Jor que
cuando. tras su experiencia como médica clínica. se l'1111v11 -
tió en psicoanalista. Allí se encuentra el interrogante dl' los ·--.::e: 11uestro hijo
padres y se. convertirá también en el del niño, que -.:a a
expresar su malestar al analista a [ravés de relatos. d1h11jos,
modelados. El analista está allí para escucharlo y rest1h111 k
t:icne
el sentido de su síntoma a los efectos de que pueda 1ihl t111 Sl'
de él. La autora pone el acento en la implicación lk lo'
padres en el malestar de los hijos y en el papel que lictll'll <Jlll'
0

tJroblemas?
desempeñar en Ja cura. Este libro se dirige a ellos, 1w111
también a todos los profesionales de la infancia y la adoh.•s
ccncia; permite seguir muy de cerca el desarrOllQ de 1111.1
••, nny Cordié
psicoanalista de niños y captar toda su singularidad.

Ncurops1quiatrn y ps1coanalisw. 1\nny Conhé publicó. cntn: otros 11111111, ,


...'
" l
lo.,· retrdStulo.\ 110 C!.tls1e11 . p,\it:o1111ci/i.v.i.\· tJ,. niño.,- t'Oll jractJ.'a• ,.,.e 11/iu ,
.\fale.\IClr 1111 lo.\ '"}''1.-·11tt'.\ Lu edt1cucián u1ue el p.•dcoaná/;,,;,, y l ,,, ,,,,),,
¡>.<icú11co. obras 4uc integran d cawlogo de Ed1cione> Nueva \ ismn

04855
/ •

J>sicologia del ni1io


y el adolescente
COLECCI ÓN AnnyCordié
PSICOWGIA DEL Nli\;0
Y J::L AtlOl.~~SCENH:

Doctor,
¿por qué nuestro hijo
tiene problemas?

Ediciones Nueva Visión


Buenos Aires
Cordié, Anny
Doctor, ¿por qué nuestro hijo tiene problemas? - 11 ed. - Buenos
Aires: Nueva Visión, 2004 .
272 p., 19x13 cm - (Psicologia del niño y el adolescente)
Traducción de Heber Cardoso
l.S.B.N. 950-602-485·5
1. Psicoanahs1s · Niños l. Titulo
CDD 155.4

Título del original en francés: A la 11te1uor1n tf,~ n1i an1ina,


Pourquoi, docteur, notre enfonl o-t-il des problemes? la doctora Mnrie 'l'l1éresr Broussy
© Éditions du Seuil, mars 2004

Venta únicamente en América latina

'Jraducc1ón de Rebcr Cerdoso

Toda reproducción total o parcial de esta obra por


cualquier sistema -incluyendo el fotocopiado-
que no haya sido expresamente autorizada pQr el
editor constituye una infracción a los derechos
del autor y será reprimida con pena.s de hllBta
seis años de prisión (art. 62de la ley 11.723 y art.
172 del Código Penal!.

©2004 por Ediciones Nueva Visión SAIC. Tucumán 3748, (1189) Buenos
Aires, República Argentina. Queda hecho el depósito que marca Ja ley
11.723. lmpreso en la Argentina I Printed in Argentina
INTRODUCCIÓN

Al consignar los casos de cinco jóvenes pacientes, he querido


dar cuenta de lo que es una práctica de psicoanálisis infantil
Anle la necesidad de tratar, en calidad de ncuropsiquiatra,
enfc-rmcdades pertenccicnlcs a la psiquiatría, ejerc1 sobre
todo el psicoanális1s.
Llevé a cabo mi propio psicoanálisis con Fran~oise Dolto
en la década del 60 y luego asislí a sus consultas en el
hospiLal Trous~eau. Mientras tanto seguí las enseñanzas de
J!lcques Lacan, sus seminarios y las presentaciones de en-
fermos que realizaba en Sainte-Annc En especial, tuve l!l
fortuna de realizar sesiones de control con él; pude entonces
apreciar al gran chnico que era. Recul'rdo que, en tanto yo
procuraba llevarlo al campo de las consideraciones teóricas,
él si(•mpre me devolvía a Ja clínica, a escuchar, a estar más
cer·ca de la praxis: sabor escuchar el riesgo de suicidio en un
pacienLe, modular mis intervencionC'S, moderar mis impa·
ciencias y evitar los tratamientos psicoanalíticos demasiado
apresurados. No hay que colocar a un paciente en el diván de
buenas a primeras. Con Lacan aprendí a multiplicar las
entrevistas preliminares para darme el tiempo de plantear
un diagnóstico estructural; la conducta de cura no es la mis-
ma según uno tenga quc> tratar a un paranoico, a un psicótico
o a una histérica.
No me extenderé sobre el aporte teórico de Lacan; él
mismo decía: "Es preciso que les sirva lo que digo• Las

7
observaciones que nos dejó iluminan nucstm práctica; por ·lemento que había qul• de:;truir dl• entrada, sino que repre-
ejemplo, la ubicación <le las categorías de lo Real, de lo scnta?n la uerdad dl'l t11(¡1•tn del 111ro11.w·w11lP, eRn verdad que
Simbólico y de lo 1maginario nos ayuda a comprender la <'I pacicnle podia dedicarse a descubrir, caso en e>] que la cura
estructura del SuJ!'to. el obj<'lo "a" nos p<'rmite abordar vrndria por ar\adidurn
mejor el mccani~mo de las puh•1ones y de muchos otros Al contrario de lo que ocurre en otra~ posicionr' teóricas,
concepto~ que se encuentran al111cados con los descubn- ~I analist:t renuncia •i hacer de l\lacstro; el discurso del
mientos freudianos Por mi parle, trato dr transmitir t: I Maestro rs "el revés d!'I p><icoanñlisi1<'', dcc1a Lal·an· no dt"
saber y la expe1;enci!l que he adquirido en mi prácllcn, cide qué es lo bueno )J(lrU su pllcicnlc, no lo mora liza, no
particula1·menlc a lr:wés de la c•scritura; CH m1 manern de procura normalizarlo. El analista plantea su propio deseo de
saldar la dl'uda que kngo con qui1·ncs tanto me aportaron. manera emgmatica, para así dejar <¡ue pueda :icaecer el
Freud, por supuesto. pero tambi(·n todos lo" demás y, !'n deseo del paciente. De t·sla manera advertimos con claridad
especial, Lucan y F'rnnroise Dollo. que si bien el analista puede ser llamado psicotcrapeuta, no
El ll'clor me cscudrnrá hablnr d<> lerapta, p.,icoterapio, todo~ los J)Ricotc~uprutas ~n ª!'~ l istas Crccordt•nios que todo
pstcoonoli.""· sin que pueda captar en todos los casoR las analista ha rcahzado un análisis ¡x•rsonal ).
diferencias entre estos tres enfoques. Empk•o los términos Renunciar a hacer de ~laestro cs unn posición muy singu-
terapia y psicoterapia en el sentido general de tratamiento lar, es!ª _piedra angular de/a ético psicoanalttica. no juzgar,
"psi"; en <'Íl'ct-0, exisltm numerosas técnicas pHtcoterapeull- no decidir lo c¡ue deh<' .w•r o hacC'r C'I paciente, no aplicarse
cas que s<.' apoyan en lcorias que veces sue len csLar en las dircctnmcnlc ni sinlomu, es dec ir, lo opuesto dt• cualquier
ant1podns las unns de las otras. Si bien t-0das las terapias lerapia activa que implique una emprrsa imagm:u·in sobre
tienen por objetivo ··curar", ayudar al paciente a deshacerse el otro. La dica del analtsta es un sal>cr hacer nocun el alma,
de su i;inloma, los cammos qut' loman para lograrlo son sino con l'I inconsciente
divergentes. En la muyor parte de las lécn icm~ ps1coternpcu- Esta ética 11nplica qu<' la escucha tinalttica si¡:u siendo la
ticas - hipnosis, lerapiaR del compor tamiento, ele.-, el l<'ra· misma en todas las circunslt1nci<1R, tnnlo si el nnnltsta trata
peuta ocu¡>a una posición de "maestro"; parn el paciente. es u niños como a personas que están al final dl• sus vidas. a
d qur .<abe. y la transferencia 11' sirve para conservar el psicóticos o u neurótico•, frente a frente o en grupo, en una
poder sohre el otro. El u mor de trunsforencia a menudo hace mstituc1ón o en su consultorio... con o sm di\'án.
milagros; es una poderosa palanca que se vnlc de la scdut·- En el titulo de estn obra aparee<• la palabra "doctor". n
ción y la sugesti6n b:st11 ma1wru de opernr es habitual y pesar de que el ana list11 no neccsa riamcnlc es m(•dico. La
resulta muy eficaz; t•I sujeto pu«de renunciar fácilmenll' a pregunta ";,Porqué, do("torT', que he <'Scuchado tanta~ veces,
los smlom¡ts para ~alisfacer al lcrapcut.1 y, a su ''eZ. ser puede expltcarsc. En t'Íecto, al tl•ntunar mis estudios d~
querido por él. Esk cfcdo krnp<•utico, donde la palabra medicina, durante algunos años cj1·rc1 la medicina general
desempcna una func1on de pnm!'r orden, cs conocido desde antes ?~ especializarme en neurops1c¡uiatna y emprender
siempre: recorre desde las c¡¡p.icidades de 101:1 sanadores un anulis i•. Muchos de mis pacicnlt•s como m(•d1ca clmica
hasln cl 1•feclo placebo. Me permitiré recordar aquí el asom venían C'ntone('s 11 vmmr para hablnrnlC' de su~ "p1•c¡i1eños"
bro de Freud anw la rap1da desaparición de los s1ntomas o "grandl's ¡¡roulcmas" ,\simismo, desde el comienzo, mis
histérico< y ~u contrariedad ni comprobar que la enferme- colegas, clrnico,;. pedi11lras, dermatólogos. oncologos deposi-
dad se dt•splazaba a otra parte. Lacan prosiguió investigan- taron confianza en nu y me dcrivahan a sus 1>acient<'s
do en ('Sa dirección y sostuvo que el smtomn no era un mnl "dificiles". Pura Lodos 1•1los, scgui siendo la m(•dica que

!l
siempre habían conocido, con la diferencia d<' que ahora CLARA
tenía el tiempo suficiente como para escucharlos y oírlos
formular sus preguntas:"¿Por qué, doctora?" Oc esa singu- ¿POR QUÉ ES MUDA l\fi IDJA?
lar escucha del analista he querido dar cuenta en esta obra.

Veo enlral' a l consul torio a una joven rubia que ll cvll de la


mano a una niña negra. Sin preámbulos, la mujer me dijo:
"Vengo a ''crin porque mi hija no hablaahsolutamentl' nada;
la pedmlra pi1'nM que sería bueno que usted la viera" IAI
releer la h1stor1n, advertí que había escrito "absolument
papa" en vc1. d<' "ahsolu11U'nt pas": iCunosa premon1c1ón11Lo
primero que me viene a la mente es que Clara, la niña negra
de cinco anos, <'Runa niña adoptada y que el problema debía
cst.ar alh Me e<1u1voco. Clara es la hija biológica de In señora
C., y en l'slo radica el problema. Durante el tran!<cur>10 de la
entrev ista ngTcga: "En la escuela le dicen Negra, ¿se da
cuenta?, ¡clln no cR como yo!". En verdad era difici l compren-
der que aquella jo\'Cn rubia, de ojos celestes, pud iel'a ser la
mad re rlc u nn niña tan característicamente negro.
La scñorn C. me cuenta su historia. Conoció a l pad re de
Clara en el lrnnscurso de unas vacac iones en !ns Antillas; se
aman, se casan y ambos desean tener un hijo. (El ~etior C. -el
padre-- yo tienl' una hija que vive en su país.) Nacimiento de
Clara Dcsorrollo normal, la señora C. trabaja, Claro va a la
guarde ria infantil. luego a la maternal: en aquel momento se
encontraba Mbre el final del jardín de infantes. Todo funcio-
na bien, t'Xccpto que Clara es casi muda, sólo habla con su
madre y su abuela; frente a los amigos que frecuenta la
madre permanl'C<' sin abrir la boca, ~no quier.: hablar", dice
la madre ms1slwndo en esa noción de rechazo. En In escuela

10 11
'e expresa poco y el maestro piensa que CMN'c d!' vocabula- En esa primera sesión hace un dibujo trivial (dibujo o" 1),
rio o que no cntil'nde: de todos modos "e~ despierta". agrega. una casa con puerta, ventanas y una chimenea que despide
El s<'ñor y la señora C. se separan cuando Clara tenia tres humo, es decir, una casa habitada a la que se puede entrar
años. El serior G. regr<'~a a su pars aunque lu<'gO volverá a y salir. Junto a ella se ve una niña pequeña del mismo color
Francia y. por lo tanto. la señora C. es quien cna a su hiJa. gris que el techo de la casa. Encima, el sol y una antena de
Si bien no tiene mar·ido. posee una familia, llene vanas televisión. Después Clara se pone a modelar con pasta
hermanas muy cercana!', también ellas con hiJos, tiene una trocitos que luego enrolla para representar caracoles. Pri·
m:tdt·e omnipresente que se ocupa de Clara después de la mero hace •uno grande, amarillo, que es la mamá, otro rOJO,
cscuclu, l1cnc muchos amigos. Clara pasa un mrs de vaca- el papá, uno gris, la abuela paterna, y luego u no blanco, la
cioneR con r l podre en las Antillas. dondt' rc>cncucntra n la hermann mnyor". Pega el gris sobre el rojo "el rojo, chico, está
abue la palcrnn, a ln hermanastra ulgo mayor y 11 numerosos mezclado con el de la cabeza gris, es la abuela [paterna]",
primo~. ~;., mrclio de la familia paterna, Clnru se distiende. aclara. El gl'is que representaba a la abue la paterna se
convt• rsa u más no poder y no tiene ninglin prohlrma de encuentra, pues, pegado con el del papá, rep resentado por el
com ll 11 icnrión. caracol rojo. A continuación hace uno de color· nnruaja, "es
Cunndo veo a Clan• a solas, despul's de que la madre me un bebé rosndo", y luego pega el gris sobre el bebé rosado.
informnra l'n su presencia acerca de su historia, en pocns Dice: •EJ papá caracol rezonga al caracolito, que llora, la
palahras le digo quien soy y para qué está allí, conmigo: "Creí mamá caracol rezonga al caracolito, que llora". No comento
entl'ndC'r que lo que la molesta es no parecC'rse en absoluto estas reali?.ac1ones, todavía es demasiado pronto
a la madre. Quizá sen esa diferencia lo que hac1• que no tenga Clara no muestra reticencia alguna para hablarme. Me
gnnas dC' hablar a la gente que la mira como si no fucrn como !<Orprende un poco la confianza que me dispensa desde el
los dcmüs. Pienso que por esto se sien le bit•n y habla mucho comienzo; temía que tuviéramos dtficultades de contacto, al
cunndo s1• encuentra con Ju familia paterno. en medio de la pensar que su mutismo también se manifcstnrin conmigo,
cunl se parece a todos. Es una lástima que no pu1•da hablar, pero no fue as1 Creo conocer la razón de esa apertura. Cuan·
pues h11blt1ndo con los demás es <¡U<' se puede crecer y do los padres vienen a venne con el pedido "Vengo para que
volvcrst• mus "vivo", o siento que elln ya t•s denrn1<1ado ''v1· mi hijo(o mí hija)se sienta mejor" o"Hagaqueesto le resulte
vn"', pero sr no dice nada. no veo cómo har:\ p<1ra seguir un más llevadero a él (o a ella)", el niño comprende que se trata
Curso l'rcpnrntorio e l nño próximo". de un paso positivo para él, que se plantea el pedido de un
Ei;tc d1Hct11·so puede parecer nlgo simpli sta. pero no huy mejor-estor. Por otra parte, en la entrevi¡¡ta p!'rcibc que el
que olvidar que se trat.n de una niña ele cinco unos. P,¡•nso que, terapeuta se mantiene en la neutralidad, que ni o prueba ni
al co1wNsar ron olio, es inút.il volve r a lns palabras de lu critica el discurso de los padres y que, cada vez que puede,
madre, qut• t•llu escuchó tanto como yo. Pese a q111• In madre pide la opinión del niño. Las cosas no siempre se presentan
no lo r•xprrsa abiertamente. csn silunrión IC' rC'sulla tan tan bien con los ndolescentes que vienen acompaJiados por
dolorosn como u la hija. Me dice, por c>jcmplo: "cuando en la los padres, sobre todo si se encuentran en abiE'rto conflicto
escut'la la trnlan de negra, ella no ,;e defiende. y eso me con ellos. En esos casos, las primeras entrevistas en presen-
molt•sta, me hace mal". Seguramente le causn más daño a la cia de los padres resultan difíciles y se hacen necesarios
mndn«1uc a la hija. pues en C>n e~cuela Clnnt esta muy lejos ciertos recnudos acerca de la confidencialidad de lo que se
de ser la un rea que tiene In piel negra y no creo que lo~ niños dirá en las siguientes.
dt•I J•lrd1n d1· rnfantes la discriminen por eso. Después de ese prrmercontacto le pregunto a Clara si está

12 13
•lll 11ru•·1 olu t·n \'1111'•·• u \·...-mr; nw dic<~qu!• si. Le informo que ,¡,.su contenido. Luego me babia de la vida en In C'sCucla ven
lu 111G\1111u \t'7. 1•n11t111u11n·mos hablando d(' lodo aquello, r.1sa: aprcnd() los nombres de los primos y las pnmas: sus
1:u111 d<1l11•1hh11Josc11 una carpeta y los caracoles ('11 una caja, l•»1pncrones, sus juegos. J\Ie cuenta sus vacariones en el país
''"""'º
)' 1<' n n<'lm ar que todo lo que ella hnce o dice allí se del padre. A tran:s de lo que dice, siento que ¡tll;i se siente
fdrz, ,;e swnte en ,,u casa, es como los demas, negra como el
1·n11vi1·1lt>1•11 1111 ~ccrt'lo entre ella y yo. En g('m•ral, los mo-
1lda<lns F•' d<•struyen al final de cada sesión, luego de padre, la a~uelt1, la hermanastra mayor, los primos. Le
n·111111l11r11 lns mediante un dibujo que m(' p<'rrnitn con~crvar resulta d1fü:1I \'Oln·r. La madre y la abuela me confirman que
su~ ranirtcn~t 1cas en la historia, pero en este caso pc>nsé que lt• llc•va \·ano,; dias readaptarse a la \·idn di• m1u1 · "dcJa de
uq111·llus caracoles de distinto tamnrío y variados colores, h'1blnr r hny quc tomarla con pinzas", dicen nmhas.
agrupados extrañamcnlc. el papá con la abul'ln p:llt'may PI Al comienzo de l tratamiento percibo en C larn un inlcrro-
b<'be• pegado a la abuela, te nían un sign ificado c~enc i o l ul i::nntc sohrc csa exlnwt1gancia <1uc determino qu<' anlc la
que sería bueno volver. nuruda <fo los otros din no pueda se r la hija <l<• su madre. Su
l~n laH ~iguicnlcs sesiones, In SC'ñorn C. me c()nlirma que 1n·~p in nrnr!n" 1,no se nsombra ele haber cngcndrnrl o n una
C laru SC' s rc•nl<' con lenta de venir a vermP. ] In c•stndo pnfor- nma lun diferente ele ella? ¡Los cnracol itm1 s<•rv11·an como
mn ¡wrn ~e encuentra lista pam rennudar la escuela. A pn•t<•xll1 pr1r11 abrir C'I debate sobre la gem•tic;l y la g<'nralo-
menudo ocurn• que las primeras con"ultns provocan Lraslor- g1a! Los curacolcs fabricados en la prinll.'rn st•silin <11() volverá
nos frs11·0, o del comportamiento C'll <'I nil'io o <•11 al~un miem- a tocnr la pasta dt> modelar en lo succs1vo1 curinsnmente
bro de la familia particularmente afectado porc•I s111toma de pa.ren:n Ó\'ulos subre los que viene a ndosars<' un t•s1>crmato-
c<c nuío La scnora C. me habla de su famrha . Til'nc tres zo1de. ral wz la madre le haya mostrado 1ma¡:i·nrs !<obre la
hcrm;111as, tnd:ts ellas con hijos. todas divorciadas o s<'para- co11cl·prui11 y 1•1 nacimiento de los bebé~. de t•sas ((UC' se
das.Su madre< la abuela materna de Clarn ><'' 1~1 pilnr de la encuentran c•n lo;; libros dcstin:idos a los nrnos curio"Os.
fam1l1:1. la matrona que se ocupa de los nielo• y de udminis- ¡,Que' han• ''"' i·arncol gris Cla abuela palt•rnal ¡wgado al
trnr los coníllcto::;. l\le encontraré \'arins V<'ct•s 1·011 dicha caracol rojo 11·1 papál? Hnblamos dt• part•1·1do,;. ¡,Quién se
ah11<'la. pue~toque es elln quien :i menudo ncompalla u Clara parcct• a ''"' uhuda" El papá de Clara, po,. supuPsto. pero
n la sr~1011 ~.ntonces me hnbla de lns hijas, d<' loii nic•los. pC'ro tamb1t;n 1.os llos y ltas de allá. Le rccu!'rdo 11m• su padre no
muy poco de ella misma. Ante mi pregunla· "Y con C lara, es <' I mando dt• lu uhu~la, que es su hiJo. ,,Ralw 1•lla como se
¿cómo mn1·i·hun las cosas?", me respondrrn: "pnra 1111. ante hacen los ni11mi'! Sí. Nabc: "las SC'n1illit:n'" El p:i¡m nucio clt'I
lodo es la hiJu dr .Juliette", Jo que mucs l r o bi<.•1111u ambiva- i•n1·u1• 11t 1·0 el <· 1111¡1 semi lla de la abuela y di• u 1111 Rl'lll i 1la
l<'ncin rml<' Ut¡lll' l lu nifía que h ay que acl'pt:ll' porque', p<.•sc a clC'l mnri do de• c•sa ahuc ia (no olvido r¡ut' 110 bay lwmb rt• <'n la
lodo, es la h 1jn de su hija. familia malN1w. igno ro si lo hay en la fa mil i:1' p1\I t•rnaJ. ¿Vio
Vr1·~ a Claro seis veces en lotal, dC'sd<• marzo hasta junio una foto d1·I p:1p:í d1• su papá. de su abuelo paterno'/ 1.A qu1(•n
del mismo nrio. Su mutismo, bast:ml!' espectacular al co- se parcet· su papa? ¿Se parece más a su padn'. al abuelo
mii•nzo. progr<'sivamentc va desapareci<•ndo. Sin embargo. p3ll•rno de Cl:in1, o a su mama, la abucb dP e·lla'? ){¡•sulla
'e manh1•11c con c1erlas pcr:<onas a las qui' C'lnra no quiere. importanh• pn·ct"<lr bien las cosas para t•vitan•.s;is t·onfusio-
lns nimgas di' la madre. por ejemplo: es su modo de ignorar nes ¡:erwalcígicas, pues Clara tenfa la \'i\· .. nria liintusmülica
a nqucllo,; que la miran de cierta mnnera . d<• st•r _la hija t inn·stu()sa l de su padre y de su ahuda pat<'rnn:
Cl:un conucnzn las sesiones dibujando. Los dibujos son de no ol\'ldt·mo,; que• hahía hecho el caracol-abuela 1wgado a su
factura bastnntc rcpctilwa y hace pocos com!'ntnriM acPrcn padre\' al hch1'.

14 15
Le digo que en esas semillas hay de lodo: color de los ojos, Al comienzo de cada sesión Cloro hace un dibujo sin co-
color de la piel y el cabello, la forma de la nariz y de los dedos mentarlo. Sin embargo, se pueden seguir los progresos de Ja
del pie, lodo eso se mezcla y a menudo hay sorpresas, pues terapia a través de los dibujos, prcsenlodos aquí en orden
hay caracteres que dominan, que desaparecen y que reapa- cronológico.
recen en las generaciones siguientes. Le planteo la pregun- El dibujo n9 1 data de la primera sesión; lo hizo después
ta: "Por ejemplo, Claro, ¿cómo seria el marido que elegirías? de los modelados, como si se lratara de una firma, y luego
¿Con piel negra o blanca?" Le señalo que su madre eligió s iempre escribe su nombre en el dibujo con una letra clara y
y amó a un hombre negro. (La observación no es anodina y aplicada <Clara sólo tiene cinco anos). El cuerpo de la niña
vuelve a cuestionar la perplejidad de lo madre ante el color dibujada es gris, como el lecho de la casa y el sol. La casa se
de la piel de la híJa.) "Sí eliges un marido de piel blanca, encuentra habitada, tiene puerta, ventanas y la chimenea
¿cómo podrían llegar a ser tus hijos? Quizá haya uno negro, arroja humo. La antena colocada en el aire evoca, a mi juicio.
otro café con leche, otro de piel blanca y ojos tan azules como un enlace para comunicaciones lejanas. La senora C. me dijo
los de tu madre: es el misterio de las mezclas". Eso la hizo que Clara a menudo llamaba por teléfono al papá
reír mucho. Agrego que en la medida en que haya más En el dibujo n"2, la ni na tiene: una cabellera representada
mezclas, tanto más hermosos y astutos resultan los niños, como una excrecencia orientada hacia la casa, hacia donde
porque saben cosas que los demás no conocen, y esto porque también dirige la mirada Esa cabl'llcra recogida es como el
aprenden de varios lugares a la vez. Ella, Clara, sabe mucho comienzo de un cordón umb1hcal que la une al grupo pater-
sobre la Vida en lasAnlilles, la lengua que se habla allí, cómo no, y sus cabellos motosos repre:<t'ntan para ella la marca
se cocina. Cuando sepa escribir podrá copiar recetas de allá esencial de su singularidad, a saber, la diferencia con la
para la abuela de Francia línea materna, de cabellos rubios y lacios.

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16 17
En el dibujo n" ;3 la niña mantiene !!iemprc In cnhcllern
dirigida hacia una casa que. de hecho, ya no lo l'S; ,.e trata
más bien de unn forma fálica con la apariencia de un techo
puntiagudo inclinado hacia la niña. Hay que dt•slacar que
ésta presenta un aspecto primitivo. ,·agamcnl<' fetal. Ha
perdido In sonnsa, sólo tiene un ojo, carece de cabello,
excepto esa forma que Je sale de la calwz11 . Lo qu<' rC'~ulta 1
interesantt' ('!<la ni1ia-ílor plantada en la hase de Ju lonc \j
fálica. P1en~o que:! alli existen dos re¡>rc~1·11taciont's de sí I
mi•mrn, una form11 arcaica y el !>urgimiC'nlo de la f'eminci-
dud en la n1ñu-ílor arrimada al ralo palc1 no. fie lrntn rle
inler¡>relacíon<'H cr 1111 ,,¡mo, pues lo t¡ue C'hll'a no comcnlu /
su~ dibujos.
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cnhcztt. Muchas unl1•n11s flotan en el air(', l[I cnsa siempre


• tiene una put'rl:t y v1·ntanas, pero aquí ocupa un luga r
•\ reduddo en re lación con el tamaño dC'I pcrsonnj11.
'
En el d 1b11jo 11' 1 r;, qut' (•ic1ra la cura. Clam nos 1'nlr!'ga tres
reprcscnlaciuncs cll' si misma· a la 1zqt1it'rda, una t•spccic dc>
bebé baslanlt• informe, con cuerpo en forma de• crn7. C?>.11 In
derecha, unu nina con sus dos cuernos y un rostro con
forma de corazcin y. finalmente. en el medio. una ní1ia-n1ña
El drhujo n" 4 fue hecho muy rápidamenlc, l'll Una C'~¡wcie conclu1da, con cnhl'llos cuidadosamcnk pl'mados, lacios
dC' jubilo. La ni na mira anlc s1. sonric y. 3ohn' todo, ahora hacia delante y varias colitas que parten de las orejas (y no
posee una doble cabellera hecha con do~ col ita~ >epa radas. de lo allo del cnineol. A partir de este hecho, su cl1s1·iplínada
dirigidas hucin la derecha y la izquierda; d n•sto de los cabellera adqui<'r<' un poder de ~educción. TiC'nc lo~ ojos muy
cabellos "ºn sostenidos por una hcbilltt 1•11 l'I nwdio de la abiertos, una sonrisa y sobre todo flores a la allurn dt•I sexo.

111
¡1,1rtescuando existe conflicto ysufdmieoto; una dr esas partes
pul'de estar vac1a, sin aberturas ru chimenea, o a veces
11 unca, como si la parte faltantc saliera del marco de la
hoj a .
E~as representaciones son significativas de la cvotu-
1·ion de Clara, no se puede decir con más claridad que se
trata de la rt'conciliación con sus orígenes y la aceptación
de ~u doble pertenencia. Se la ve niña convirtiéndosl' en
mujer, entrando a la casa que ella construyó entre el pa-
dre y la madre; se puede observar que la pucrlt1 de acceso
se encuentra en la parte intermedia, es decir, indepen-
f?, diente de los dos.
Estamos en junio y es la última sesión. Lo señora C. me
)'
11 confirma el cnmbio de comportamiento de Clnrn· "Baja con
el cochecito y lo muñeca, y habla con las compancruR; en la
escuelo, participa müs y comienza a hablar ... Se p1·epara
., parn ir a pallar el verano con el padre". Nos ponemos de

·~
acuerdo para que me dé noticias al regreso y n•pito lo que ya
·-, le había dicho: "l\li puerta está abierta; si algo no funciona,
venga 11 verm<' <'ns<'guida. El pedido puede provenir de Clara
o de cualquil•r otro, la madre, el padre, la abuela, o d<' ta
'
t---, e~cuela, por <'jrmpto•.
1 En lu sesión hablo con Clara del paréntesis que vamos a
; rPalizar, hac<'mos un balance de lo que ocurrió durante los
cuatro meses anteriores, hablamos de cuán lo y ru<in rápida-
<En los dibujos de niñas, las flores situadas en la zona d<'l mente crrci<i durante lodo ese tiempo. Puesto que a hura me
sexo signan el lugar de su femineidad.) En primrr plano se conoce bien, sabe que conmigo los niños trntan d<' cntondcr
encuentra una cnsa totalmente nueva; cst.ó hecha on dos aquello que, cm la cabeza o en el corazón, les haco mu l en un
partE'R, que cita tuvo el cuidado de reunir mt'diante una momento determinado de sus vidas; cuando hnhlnn dc l'llo
especie de construcción intermedia. Eso lo requiero mucho aquí. enlonc<'s eso ya no les impide seguir adelante.
trabajo y aplicación; luego de empicar un bollg-rufo vuelve al Volveré n ver a Clara y a su mndrc dos 111\os y mPrlio
lápiz para ucabar la parte común, sobre ta que ~e abren las después d1• <'"n ultima sesión. De entrada lu relación es lnn
ventam1s y la put'rta. En Ja parte supl'rior de la puerta se dir!'cta como~¡ hubiéramos dejado de vernos el dia anterior
puede notar una especie de techo puntiagudo que se parece Es una observación que bago a menudo: d!'spués de una
al techo de la casa de la derecha y al techo de la torre fálica aut:encia incluso prolongada. el niño o el adulto retoman sus
de uno de los dibujos anteriores. Sin ninguna duda, esas temas en l'l lugnr donde los habían interrumpido. Ya en el
forma~ hacen referencia a la casa del padre. Los niños de comienzo, la señora C. - fiel a sí misma- se queja de Clarn.
padres separado:> por lo general representan su casa en dos Est¡1 n•z me dict': •Ahora nada funciona con ella, nada la

20 21
afecta". Luego me mforma "que tras haber vivido sola duran- Conclusión
te mucho tírmpo. rehizo su vida con P11ul, un hombre más
jov(•n que <•lla ... acaba de enrolarse en el ejército. Clara es
muy hm·na alumna. pero ¡qué carácter que tiene!" Repite: 1::1 re.chazo a hablar hnbna podJdo provocar un bloqueo
"81· cima f/UC nada la afecta, no·"" prroeupa por nada. Sólo mvalrdant-0 al reducir las relaciones y cerrar el acceso al
habla a lo< ni ríos que quiere, sigue negándo~e n hablarles a saber en una ntña de espíritu \'Í\•azy curio;;o, La negali,·a a
mr~ nmigns, pero nos hemos acostumbrado". hablar era una manl'ra de dar la espalda n unn comunidad
Cuando veo a Clara a solas, descubro que tiene sus de la que se creía excluida a partir del hecho de su no-
rnumes pnrn estar con mal genio. Es el regreso de las vaca- •·onfornudad. Si Ne hubiera prolongado, el muli~mo halma
\'irmesJuntoa su papá, momentosiempredificil para ella. En hecho de <•1111 una verdadera excluida o una rebelde con
cuanto a Mu supuesta indiferencia, consistc sobre todo en lodos los riesgos de desórdenes en el corn¡>orlamicnt~ que
l'SO Rign i ficu.
<lonünar sus emociones y ocultar sus scnlimicnt.os (¿acaso e l
mutismo .no era una especie de aislnmiento protector, acti- . Recordó la n'.1'1bivnlencia materna, pero ¡,<¡u6 nino puede
tud re11ct1va contra Jo que ella sentía como una exclusión?). ignorar la nmb1vnlencia de los padres'? La scnoru C. ama 11
Si hubicrn sido rl signo de un repliegue nutisla, no habría su hija, u la que deseó con un hombre al que amó un hombre
cedido con tanta rapidez. Comprendo que Clara sufre por la de color, circunsuincra que seguramente motivó Ju atracción
partida de Paul; eslá enamorada de ese nue"o compañero de que sintió hacía él. Sin embargo. tiene dificultad para acep-
la madn:>. Es una situación normal c>n una nu'la de ocho años, tar el f1s1co y la morfologia de la hija, a la que s111 duda
pero ~e trata de algo que las madres no quieren ver o que 1magmó con su propia imagen; si hubiera tenido un varón
exP<'rrmc>ntan con dolor cuando la hija crc>n· y el compañero tal vez In cucsltón no se habría planteado. La preocup<1ció~
e~ JO\•en. No estamos ante esa situación todavía. pero es por mantener buenas relaciones con el padre y In familia
cierto que yo misma a veces olvido la ed:id dC' Clara cuando paterno confirma el nmor de esa madre y su inquietud por
me encuentro con su inteligencia y su capacidad reflexiva. hacer lodo uqucllo que sea para el bien de la híJa.
Ella me habla de las vacacionC's, de loA amigas, de sus Sr bien el discurso que sostiene Ju señora C acerca de la
ocl1valndcs deportivas. Siempre está preocupadu por la hija. C'stá teñido de ambivalencia, por Jo menos tiene el
cabellera, me dice que va a hacerse lrencitas, mC' pregunta mfrrlo de ser directo, le permite a la nir1n HflbN· 11 r¡ué
q.u(' me parece. ¿Je quedarán bien'! Esa vez no hará dibujo, atenerse acerca de Jos sentimientos maternos, no existe
srno modelados (como durante la primera srRión) que repre- ncgaci~n nlguna, ningún dis imulo de los flfcctoH nC'gativos.
~cntan a una niña sobre un lransallt\ntico ul borde del mar Los danos son mucho más profundos cunndo lu mudrc !o el
y a una ~crie dr pequeños personajes qu<' bailan y juegan en padre) ocullnn su ::igresividad o su rechazo con pa lnhrns
In playa. T.:ngo la impresión de estar frente n una prcndoles- llenas de amor o con comportamientos sobreprolt•ct.orcs; C'n
cente npnrentemente bien dentro de su piel; sin duda es la esos casos sC' puede hablar de "conductas paradójicas" Mu-
madre quien 5e deprime un poco en aquel momento como cho se hu escrito sobre el carácter nocivo y los riesgos dC' <''as
consecuencia de la partida de Paul al sen•íc10 militar. No conductas en las que los dichos o los comportamientos del
volví a ver a C'lara desde aquella "ez. pero por su pediatra adulto desmí~nlen los sentimientos inconscicnll's quP lr«la
sabía que estaba bten. de repr1m1r. Excl'pto que ya se encuentre perturbado, el niito
percibe lo que ocultan esos modos de ser. pues tiene Ja
percc¡>eión de i;u propia ambivalencia, es el "Te adoro y te

23
detesto, bruJa" de Brian (véase el capitulo ;;iguiente), .es la ,·inicra a \'ermC', lo que aceptó de inmediato. As1 v1 llegur a
mezcla de amor-odio que se encuentra en lus produccu~nes una joven muy hermosa, alta, delgada, de piel cobriza, con
imaginarias de los niños en terapia. Clarn r1:sponde medum· rasgos delicados. Clara recordaba haber venido u verme,
te el mutismo a lo que percibe como no-aceptación de su pero sólo consen·aba de aquellas entrc,·istas t>l recuerdo de
apariencia física por parte de la madrc y de l.~ nb.u~la ma· los caracoles de pasta. Sabia que su mutismo era lo que
terna. una forma depo~r en acción i;u exclus1on: No qu1~­ hab1a (lnima<lo a la madre a consultar a un cspt·cioli~la.
ren saber nada conmigo. pues bien. yo tampoco C'stoy aqu1 , Agregó con una especie de orgullo que a partir dC'l año si-
y entonces <'nmudece y se muestra "indifcr<'nle": "nada la guiente. con el mgre~o al CP. siempre hab1a sido una buena
afecta", dice su madre. alumno. LuC'go del bachillerato había seguido un ciclo corto
La situación habria sido traumática s1 Clnrn no hubiera y había trabajado en uno gran empresa, donde era aprecia-
tenido padre, pero Clara tiene un padre, ausente pero m~y da. GrncinR a un acuerdo con el empleador, había podido
prcscnw. aunque sea en la representación de su pro~1a retomar los c~tuclios de derecho. Clara me dio la impresión
imagen, pues ¿qué ve ella en el espejo sino I~ marca genética de sc1· unn joven con la cabeza y el cuerpo muy en orclrn; a l
de pertenencia a la línea paterna? La rcfercnc111 ol pudre cscuchm In, me dt•cía que no me había equivocado con ella
borra todas las ambivalencias mulcrn(ls y la pruelm es cómo Luego leyó con nlcnción mi texto y se emociono mucho con
se plnnta anlc nosotros, el orgullo de su cuerpo, el acceso a los dibujo>:<. No lt'nin nada que corregir, me diJo y ;1gn•gó: "Mi
la f<'minc1dud, el descode agradar y un sólido narl'lsismo. El madrl' esta 1mpaci1mle por leer lo qul' u~l<•d !'scribíó". Le
apego al nuevo compañero de la madre p!'rmitc prever que dije que n:1da In obligaba a mostrárselo, u lo qul• m(' r<'spon·
su Edipo tamb1cn va a jugarse en esa lid. dió: "lite importa mucho; fue gracias a ella que \'ine a \'l'rla
Se podría escribir un epüogo sobre lo ambivalencia mater- a usted".
na ¿Qué le ocurre a esa mujer que eligió y amó a un homb_~c Le propuse que se llevara también su h1slori11. s1 lo de-
de color, deseó un hijo de él, pero que no acepta que ese h1JO seaba; era su hi,toria y le pertencc1a. Se mostró encantada
no se le parezca en nada? En eso con sis le su probkmayso~~e y me lo agradecui mucho.
el mismo no sabemos nada. Esta corla l(•rop1a pcrm1t10
desanudar algunos malentendidos y sc¡,ruram<'nle evitó
muchos contratiempos.

Veinte años d esp ués

Me hobria resultado difícil publicar un caso tan f:\c1I de


identificar sm contar con el acuerdo de la interesada. Des·
pues ele c~cribír el texto anterior. me puse a buscar a Clara.
Con algunas direcciones de Ja familia que habian quedado
en la histona y la ayuda de '.\Iinitcl. pudl' encontrarla. Por
telcfono lc expliqué la razón de mi llamado y I<' propuse que

24 25
' BRIAN
¡,POR QUÉ DESDE E L PRlME H. DÍA
NUESTRO IllJO
NOS HACE LA VJDA lMPOS IB LE?

Brian tiene ocho años. Es un rubiecito de mirada ,·ivaz. En


<>l consultorio, no puede pcnnaneccr sentado entre el padre
y la madre: se lernnla. ''ªde un lado para el otro, da vueltas
a lrededor de m1 escritorio, se coloca a mi lado para mirar lo
que escnbo. Los padres "me lo han traído para una psicote-
rapia"; me alcanzan la carla del pediatra que lo atiPnde
desde el nac1m1enlo y el menMje de un eminente profesor
de psiquiatría que ha aconscJ<tdo ese tratamiento.
¿Por qué Bnan es un nino tan difícil? (,Por qui' nos con-
vierte la vida Pn un inÍll'rno'! LuK <1uejas de los padres son
interminables. Rápidamente don cuenta de lns enfermeda-
des que ha padecido drsde 111 primt•ra infancia, que están
detalladas en la carta del pcd1utru, y sobre todo repasan sus
actua les diÍtcu ltadt>s: "Brinn nunc·u está quict,o, siempre se
está moviendo. Se agarrn unus broncas terribles po r nada,
se revuelca por e l suelo, rom pe los objetos, inju ria a los
padres. J<'astidia al hermano menor, lo mue rdc sa lvajemen-
te. La vida coltdiann es un infierno, hay 4ue negociar cada
actividad, se niegan comer y se a lim!'nLll c111>i excl usivamcn-
te con golosinas. Sobre lodo, duol"mc muy mnl y durante
In noche sus pesad illas y gritos pC' rtu rban el sueño de toda la
familia". Es un fenómeno conocido e l modo en que el insom-
nio de los niños puede 1<uscit11r reacciones agresivas en los
padres; levantarse 4 o 5 vc:>C<'S por noche somete los nen·1os
a ruda prueba y puede dar lugar a netos violcntos. Dentro del
cuad1·0 no hay que olvidar In cnurc::;is(cl pipí en In camaJque

27
nunca ha cesado y de lo que lu madre hablará casi en cada 1r· ella sólo habla des u propia muerte y olvida la del niño, que
sesión. también habría podido morir en aquella ocasión.
El cuadro <'S apocahpt1co y In descripción me recuerda esas Las dificultades para Brian comienzan a los dos meses. El
pcüculas nortcamcricanns en las que m i\os con cara de ángel se pediatra le descubre una escoliosis; 11erá colocado dentro de
revelan como secuaces de S:'ltún a los que hay que exorcizar. un armazón de yeso durante seis meses, toda la noche y
Brian escucha el relato stn experimentar aparentemente parle del día. La madre cuenta que Brian, quien a partir del
emoción alguna: incluso mL' d:l la 1mpre~1ón de que le causa nacimiento tcnfa la costumbre de donmr boca abajo, "no
algtin placer ~le observa con el rabillo del ojo. esperando sin acepta dormir boca arriba". Al tener el cuerpo inmovilizado
eluda una reacción horrorizada en m1. No hago ningún co- dentro del armazón, no puede dormir y llora todas las no-
mentario y propongo que nos volvnmos a ver para encarar un ches. Esa cont<.>nción parece haber desempeñado un papel
eventual tratamiento psicotcrup<'ul1co. mayor en la conlmu1dad de su desarrollo, como un trauma-
Las mismas quejas las escucharé al comienzo ele cada tismo precoz. Hoy se sabe que a partir del momento del
sesión por boca de los padres. sobre todo de Ja madre. que nacimient..o, el recién nacido mantiene actitudes que contra-
parece la más afoctnda. 'fodac; las v<'ces insiste en algtin jo in utero; por ejemplo, •e puede ver en lns ecografías un feto
aspecto del comportamiento de Brian, sobre lodo en su chupándose uno de los dedos, comportamiento que conser-
agresividad, en su inquietud, en ~u empecinamiento en de- vará después del nac1m1ent..o. A los dos meses, Brian ya ha-
cir no a todo, lo que la pone fuera de sí. bía desarroUado costumbres en tomo a las posiciones corpo-
Poco a poco tré conociendo la historia de los padres. rales, que bien podrían asimilarse a los ritos de acunamien-
La señora B. es una hermosa muJcr que tuvo una vida activa to, de una naturaleza similar al contacto o a la succión del
hasta el matrimonio Como periodist.'l, recorrió el mundo y pulgar o del objeto trans1c1onal (el chupete). En el recién
logró éx1w en su carrera A los tremta y cinco años decidió nacido estos comportamientos constituyen el comi<'nzo de la
abandonar el tr:ibtlJO "para t.<'nC'r hijos"; ella y su mando se construcción de la primera imag<'n del cuerpo, que se consi-
radicaron entonces en Fn1ncin. La sci\orn B. tuvo un primer dera como la matriz de lo que llamnmos "seguridad de base".
hijo, Brian,ydos anosde>11pu<'s un scgundo,.John. Padres e hijos Cualquier agresión al cuerpo, cualquier ruptura de esos
deben volver a su pni8 de origl'n a l linaliznr In t.<'rapia de Brian. rituales; cualquier separnción del Otro materno son fuentes
El primer embarazo C'S mnlo, Brinn se presenta de nalgas, de un inexpresable sufrimiento que durant.c mucho tiempo
el pnrto es lurgo, muy doloroso y la madre> tiene una grave fue ignorado. Muchos autores hnn hablado de estos trauma-
hemorragia que esló a punto dt• coslnrlc In vida. Estamos en tismos precoces, de la mortal angustia que producen. El es-
la déc11d11 de 1970. cuando los l'mborazos ricsgosos no eran critor Michel Tournicr a menudo recuerda un traumatismo
atendidos como hoy En una primt'riza de> trcinla y cinco de la infancia que lo marcó profundamente: una ablación de
años cuyo bebé se prt'sentuba de nnlgus se habría justi- las amígdalas practicada sin anestesia, con el cuerpo apri-
ficado una cesór<'ll. :lfol comienzo pura unu madre que habta sionado por manos extrañas y ('I sentimiento de que los
tenido tanta i)u$1ón en C'Rll mnt.cmidad y que habia sacrificado padres lo habían abandonado entregándolo al verdugo. Esa
la cnrrcra para asumirlu en su totultdud. Ella nunca pronun- aflicción, esa angustia de aniquilamiento, con la vivencia de
ciará la palabra ·~acrificio", pero rcsull:l pt'rccptiblc en toda su una muerte inminente, dejan huellas en e l psiquismo. El
actitud. Pirnso qur Brian rs totnlmente consciente de la niño de más edad o el adulto pueden elaborar respuestas
decepción de la madrc y del sufnmicnlo que le infligió. complejas para protegerse; los llamamos "mecanismos de
puesto que u! nnccrestuvo a punto dr matarla. Curiosamen- defensa" y son, por ejemplo, la represión, lo negación, los

28 29
mecanismos de la obse,ión. las elaboraciuncR fantusm:ilicas J'.,, olrn parte, ~cñnl<'mnsquc esa prueba ocurr<' poco tiempo
que conforman la trama del sm~oma. En todos estos procesos tl1•s¡H1é5 dl'i nacimiPntn del ri,·al.
de protección contra la angustia. la cstrudum d_rl lc_nguaJC < omwnza l·ntnnc<'s un periodo de perturbac1om·s somáticas
des<'mpcr\a su función al permitir el acceso a lo sm1bóhco, al rr ,l\"e5. Presenta espasmo de sollozo. Se trata de un poro
sentido. PC'ro el lactante o el mño pcqueno todav1a no cu~n­ r.><1pirntorio cn nwdio dl'l llanto y de los gntos. l'<ln pl-rdida del
lan con la posibilidad de construir ese sistema prowdor; ~olo 11111n1·imi<·nto. "Los ojos d<ldos vuelta y una fa«' d<' hipolonia
tienen a 11u disposición el cuerpo para '"presar el sufnm1en- 1••skntica" l'n Drian hacen temer un<l c-ri><is t•pik;ptica Se
to psíquico. 11• 1lt iphran los <'X•Íllll'l11'>, electroencefalogramas. pruC'has con
Bnan l'Xprcsará su mal-estar con el Cl~<'rpo, afl.'ctado por r .ulio, clc .. <1uc no muestran nada anormal En ese mom!'nto el
numl•rosns putologias. y a travcs de m<llll~estac1oncs motn- l''"liatra p1"Cs<T1lx• un tratamiento sobr!' la base cl(• ncurolépti-
ces: lo~ gritos, los aullidos y. luego dC' dl•Jni· el a11n11zon d_e "•• i l•slc lrnt.amiento será p<'murnentc desde los tres hnsln los
yeso, In ngitación, la gesticulación. los llantos, In 1~1pos1~1h· 1Jd10 núos, t•d:icl en que lo veo). A continuación lfrinn prt'8cntn
docl d<' dormir, unn vigilia activa, pcrnw1w11ll'. ~H posible, 1·p1sodios d1• dolor nhclom innl ngodo que rcquicnm In inle1rnn-
puc><, imngmor el lazo que habr:i dc inHtm1rn1:sc cc~n la 11on y nunl(•ro~o:-: ext\ruc..·ncs. Tampoco estn VC'Z MP C'ncuc..~nLru
madre, las r<'laciones perlurbaclai; por uua <~~pCl'I<' de ida Y 11adaorgánico. ninguna les ión. En la carla que me clfr igr,
vudtu cl1• reacciones violenlai;. ·I 1wdiatm :sNmla la pl'rmanencia de las p<'rl111hat'i1111t•s del
Al pcn·ibir su reticencia. habltuc poco con la n111drc sobrl' ueño. d~ la t•nurf'sis y, más recientemente. dc• "un gron
aquel frncaso de las pri~eras rclacaon~·s mnd.re-lactan.~e 11crv1osi<rno con movimientos incontrolados": 1•nlo11C('s dl'<.'tdC!
signadas por l'I malentendido y el sufnmll'nto dt ambos,- En umcntar la" dosis de neumlépticos y aconS<~a a los padres
la curta que ml' dirige, el ps1qu1atra con~ultado ( Bra~n tiene 1-onsultarcon un psi<¡uiatra, Como coni;ccuencia d1• e·~· const•jo
entonn·s ocho años) lo expresa ('n estos ll•rmmos: La 'or- llll' cn~vntmré con Drian.
pnmdcnll· multiplicidad de síntomas 1'1' i;itúa finalmrn_tc en El padre de Brian trahaja en una compañia afrl'" c•xtran-
dos campos: la 1•xprcsión somática y las mumfostac1oncs ¡cru. A vc•ccs debe ausentarse durante varios <haR, lo que
mnt ricc·s, :;Íc!l1do éstas aclualmcnl•• prcdum1nantcs. Es~_a duplica la angustin d<' Brian. pues en su presencia l'I nirio
asocaocaon sugil•re anomahas rclacinnt1l1•s .ultrtl precoces · "'.11 ce-e más u placado. El señor B. tiene ya 111111 hija de
Dos nnns después del nacimiento dc> Bnan. la s!'nora B. ,-,•mllcinco anos d<' un matrimonio anterior. Mt• hnhlarli
clarti a luz u un segundo varon. John. , , rnudrn de e lla durante el transcurso de> In l!• r·aplA, ruondo
Las munafostaciones cm·aclcrológ1ca" ck llnnn 81.' mu lla· acomp1111a 11 lfríAn 11 laH ~es i oncs.
plican: "pesadillas. rabietas, anoj:arsc a l _Htll' lo, golpcarnc la Du ran to lrn~ prinwras citas me imprei<iona 1:-i im rort.n ncin de
cahczo cnntrn las paredes", anota el pcd111lr11 C:mco .meses las manill'sludonr" motrices de Brian, cspa~mos d<' sollozo,
despUl'K dl'I nacimiento dl' John, los 1n1clr!',; 111scnbcn a l'.risis cpill'ptifonn!'s, g<'sticulaciones viol<'ltl;is cl1ng1rlm1 hacia
Brian <'n el jurcl1n maternal; no hahlu unu sola paluhrn de si mi~moo hacia otro (se tira al piso, se ¡,tolpea la C•1bc•z11. golp<'tl
francés. va que el mglés es la lengua 11ue s(' hablo en su a su hc•nnano, lo m111•nl<'). El insomnio también 1iuedc atribuir-
famifü1. K<'~ulta dificil entender la mco11s<•cucnc1n cle_csos se: a la incapacidad para distenderse y enconlrur c•I su1•110. Esta
padres que no pre,·én el choque, que produc1ra l·n un runo ~a Pxprcsión ck-sordcnada del cuerpo con c:;os gestos "hlx·radorrs"
frágil esa innwr:'ión en un medio hostil. puesto que Bnan :.e me sugien-n la n·spu!'sta a un traumatismo del cuerpo. tal
encontrará totalmente aislado: no l'ntwmh• una gola palo- como pul'de \'l'l'S<' <'n los niños que han ~ufriclo físicamente
una d!' In <¡UI' k· dicen ni t¡¡mpoco él puede haccrs1• <'ntcnder. tratamientos aJ,.'l«'si\•os. por ejemplo como consecucnci:t de

:10 31
actos quirúrgicos pesados. Brian experi~entó una conten- '1ón que más bien pareció tranquilizarlo. El trabajo ps1coa-
ción prolongada a una edad en la .que la imagen. del cuerpo nahtico podia comenzar.
se estructura a través de percepciones cenestésicas y de la
actividad motriz. Aquel traumatismo precoz sin duda co- Desde el primer encuentro, luego de la entreYista con los
existió con una dificultad de comunicación madre-lactante, padres ~n presencia. de Brian, lo veo a solas en la pequeña
ni carecer la madre de ese poder tranquilizador y trasmisor ha~1t.ac16n donde.recibo a los niilos. Hay allí algunos juguetes,
de seguridad que se coORidcra que toda madre aporta al niño animales de ~an~a, un muiloco de trapo, autitos, papel, fibras
a través de los cuidados maternales. de color para d1 buJar, pasta para modelar. Le explico a Brian en
Es ahí donde int.crviene el poder médico. El pediutra, impre- qué consiste esa psicoterapia que los médicos y sus padres
sionado por la agitación del nitio y, sin du~a. por las quejas de rt'Claman para él; le propongo que me haga saber su opinión y
la madre, prescribe neurolépltcos, trata~1ento que proseguirá qu~ me dé su conformidad definitiva después de algunas
durante cinco años. Hoy en dia c.~tos medicamento.~ se reserva!' ,;cs1ones, cuando haya comprendido me1or de qué se trata.
para los adultos; "6lo en los casos de autismo pueden prescn- Me presento ante él. Soy un médico que no receta medi-
birse a niños en dosis muy inferiores a las que tomaba Bnan, camentos, que no da inyecciones ni hace exámenes con
quien no era en absoluto autista ni psicótico. Esta observación mstr~mentos; aquí se ~ura con las palabras. Escucho lo que
dnta de la década de 1970, época en la que la prescripción de los ni nos o los adultos tienen para decir sobre su sufrimiento
psicotrópicos seenconlraba menos afinada que hoy. Los neuro- y,ju~to a ellos, trato de comprender por qué se sienten mal.
léplicos debían dcscmpcilar, para el pediatra, una función Pore1emplo, él, Brian, ¿se siente dichoso o desdichado?, ¿por
calmante, yo di ria de sofocamiento; eran como u~a l¡1pa ~bre qué ocurre todo eso que le pasu?, ¿por qué esa rabia que tiene
la olla, parecida al annazón de yeso que man tenia m~oviliza.do en el cuerpo y en la cabeza? Al igual que él, he escuchado a
el cuerpo del bebé. ¿La ingcstió~ re~lar d~ ?SI'. ps1co~p1co los padres hablar del fastidio que lel! causan sus comporta-
durante todos esos años no modifico el equ1hbno biológico Y mientos, piensan que lo hace a propósito, pero yo creo que es
ps1quico del niño como lo h;1bria hecho la absorción de una más fuerte que él y que él puede tratar de comprender lo que
droga? Ese sometimiento e~ más tomado en. cuenta hoy. por~ue lo lleva a hacer cualquier cosa. Le aclaro bien que todo lo que él
w ha descubierto que el uso prolongado de ciertos neuro.lcpllcos diga o ~aga durante la sesión será un secreto entre él y yo;
put'Cle inducir la adicción. Además, esa clase de tralam1cnlo no s1 él quiere hablar con los padres de ello está en libertad de
está exenta de efectos secundarios. Desde aquella época se han hacerlo, pero yo no diré nada acerca de lo que ocurra aquí
sei'lalado inhibiciones al suci'lo, excitaciones paradójicas Yotros durante el transcurso de la sesión. Por su parte, cuando V('O
trastornos neurológicos. al padre o a la madre antes de recibirlo a ól aquí, puede
Tomé contacto con el pediatra y le propuse detener progre- cs~uchur lo que se habla, ya que se habla de él. Si los padr<'S
sivamente el tratamiento neuroléptico a los efectos de ver quieren hablarme de ellos y de su historia. será necesnrio
con mayor claridad la patologia. Si se producía un agrava- que pidan una cita. Lo que me digan entonces también será
miento. se le avisaría Me puse de acuerdo con la madre, un secreto; ha.y cosas p<'rsonales en las parejas con l;1s que
previniéndola de que los sin lomas. en particular la agresivi- los mnos no llenen que ver. En la sesión no es como en la
dad, podían agravarse durante algún tiempo como conse- vida, aqu1 puede decir todo. S1 resulta dificil hacerlo con
cuencia de ese "destete" y le sugerí que encararn el modo en palabras, puede dibujar o modC'lar con la pasta, contar un
que ella misma requiriera ayuda si era nec~sariu. Tambié~ sue~o o algo que haya visto o leido. Si bien aquí se puede
hablé con Bl'ian de la supresión de los mcd1camcnlos, deci- decir lodo, no todo se puede hncer; está prohibido ntacnr,

32 33
golpearme, lanzarme la pasta de modelar o los autitos a la
cara, por ejemplo, o dañarse a sí mismo, arrojarse al sucio, Rojo
cortar~e con la paleta de mode lar (nunca tuve un solo ni11o
que se haya lastimado con la paleta). Le pregunto sienten·
dió lo que le decía y ~i el!taba de acuerdo; habia comprendido.
/
La cura duró dos años. Veía a Brian cada quince días, o ~ •• '
veces con mayor frecuencia s1 los síntoma~ se agravaban,
pero tenía vacaciones escolares, algunas est.adít1s en su país
de origen y alejamientos de París que justificaban las pau-
sas. Sin embargo, siempre cst.'\bamos en contacto telefónico.
En total. se produjeron unas treinta sesiones.
En lo primera, Brian toma lnpices y paprl, y comienza a
dibujar. Como habh\ notado hasl11 qué punto sus gestos eran ROJO
bruscos, amplios y desordenados, le doy grandes hojas pura
que se cxprese, esas de los listados de computadora, las que
utiliza en la totalidad de su supcrficie. Aquella vez hizo dos Awl
dibujo!\. ~;n uno de ellos (el n'' 1¡dibuja lo que llama un gato
"no como los demás, sino azu l y amarillo"; a continuación le
agregará color rojo. "Quiere atrapar pájaros; siempre lo
consigue, pero cuando no lo consigue se pone a llorar y
entonces va a robar pescados a In pescadcna" En otra hOJa
(dibujo n" 2}, se aplica a hacer una corona que se parece en
algo 11 las que se les entregan n los reyes; omplea muchas
fibras de color para colorear los "diamantes" que la adornan.
"Es una corona con diamantes-dice-, que es muy cara; cada
diamante cuesta mil francos; es la corona de Luis XV; la v1
en el musco con mamá durante los vacacioncM de Pascua".
Prosigue: "Mi hermano es un rcyccito, es el jefe de nuestra
• \ " ' ~Rojo
1 • /
casa.. mi padre es jefe de escuadra [¿o de esca la?]". f I ~ 1 I h 1
Arna11110
Brinn dibuja y habla con mucha concentración y tranqm· lf/ }~// 1i"()I 11 "
lidad. Estoy acostumbrada a ver niños descriptos como ncr·
viosos, inestables, concentrarse en su trabojo durante la '\
1 j ' .:,' ti )l J ~I / I /~'}____ Verde
sesión; de pronto se prestan atención a sí mismos, del mismo
modo que el adulto, que está a su lado, está atento a sus \ .·
dichos. Con mucha rapidez perciben que ese adulto no es
como los demás; no exige nada, no dice "está mal lo que
'
hace!\" o "debes cambiar", no juzga, escucha y, de tanto en

34
t 111110, hut•e algun comentario o formula nlguna pregunta Éste es el desarroUo de la segunda sesión, lo que permitirá
Hnhrc lo qul' acaba de decir o dibujar. Escribe todo en una 1! lectorcaptaren vivo los intcrcamb1oscon el terapeuta En
h11Ja que luego archiva en una carpeta. d trnhnjo analítico se mezclan rcpres(•ntacioncs imagma-
Los dos ¡>rimeros dibujos con las historias que cuentan nas. a menudo cercanas a los relatos dl' sueños, con evoca-
r<•i<ultan 1;ignificat1vos de los conílictos que perturban a non de escenas relacionadas con la realidad cotidiana Es la
Urian; ''agamentc percibo su contenido, que veré desarro- H·gla de Ja "libre asociación", la que el niño a menudo tiene
llarse en el curso de las sesiones. mas facilidad para respetar en el análisis que el adulto. El
Aquel curioso gato es un poco él mismo; desde el nacimien- .onalista escucha, se deja llevar por las imágenes evocadas,
to ha sido considerado como un niño fuera de lo normal, con 111k:rviene para reimpulsar las asociaciones. deJa fiu1r sus
sus extrañas enfermedades, nunca basadas en lesiones propias asociaciones en una especie de "atención flotanlc:-".
corporales reales, sobre todo con un comportamiento agresi- Tengo la costumbre de sentarme del lado. ~el ancho de la
vo, destructivo de sí mismo y de quienes tiene a su alrededor. me~a. mientras el niño <;e halla Sl'ntado a nu 1zqu1erda. sobre
El conflicto neurótico se expresa en el deseo del gato: "Me ..J lado largo; así evito el cara a cara, pues la mirada del
gustaría atrapar pájaros como si fuera un gato normal, pero h•rapl'uta puedo molcRtar al pocient.c Durante la scR1ón
no lo consigo y entonces robo el alimento en la pescadería". <-scribo lo qul' dice y dibujo los objetos que hace en pasta de
Los padres me trasmitirán la desesperación de Brian cuan- --iodelar. Esa 10scripc1ón, esa huella que queda del interram-
do transgrede las prohibiciones, cuando, por eJemplo, se po- 1110 con el terapeuta es un reconocimiento para l'I niñ~ de la
ne particularmente violento, o cuando fracasa en la escuela. importancia de su discurso. Vi a muchoH pcqucnos pac1c:-nles
Llora, grita, dice que nunca lo logrará. Alh se encuentra el interesarse de'<de el comienzo por !oque ro escr1b1a. act>rcar-
sufnmiento del síntoma: "Me gustaría mucho ser como los ;e paro ver la ho;a al final de la sesión, reprocharme, por
demás (el ideal del yo), pero no lo consigo, c.~ más fuerte que •1cmplo, el poco parecido de la reproducción que yo hado con
yo". Más adelante volveremos sobre el significado del sínto- la figura que habían modelado Este pa!lodc la expresión oral
ma y del lugar que ocupa en la economía psíquica del sujeto. ;i la c~critura puede ayudar a un niño con dificultades l'S·
La nvalidad con el hermano es el otro componente mayor colares a abordar el mundo de lo escrito. A veces me ha
de su vivencia; sobre esto volverá a lo largo de toda la ~orprcndido ver a un pequeño paciente sacarme la hoja y
terapia. Surge con toda claridad que John es el hijo querido escnbir desahñadamcnt.e algunas letras entre mis lmcas,
por la madre, el niño perfecto que colma todas sus expecta- garabatear todo el texto o poner una lcy~ada debajo d~ un
tivas. John es hermoso, inteligente, tranquilo, afectuoso, dibujo que reproducía su modelado. Despues de muchos d1?u·
obediente, "querible" en suma, y querido. Esa rivalidad, de JOS y garabatos, expresiones de vioknc1a y muerte, Bnan
extraordinaria víolencia, va a la par con una violencia dibuJará armas y, tranquilamente, escribir~ el nombre deba-
destrucbva hacia el cuerpo de la madre. Los padres no jo de cada una de ellas... ¡haciéndome precisar la ortogrof1a!
ocultan su preferencia personal pues, si bien John es el Ese comportamiento marca para mí un momento clave de la
preferido de la madre, Brian es el hijo preferido del padre. cura: del empll'O mortífero de los arma!I !le Pª"ª n su denomi-
El dibujo del niño rey es significativo. La corona guarne- nación: marca el acceso a lo simbólico
cida de piedras preciosas es la del hermano; sin embargo, se Por supuesto, tal como se cstablecl' desde el comicn7~,
trata de un rey de entre casa, "es el rey de la casa" -dice-, el todos esos escritos, asi como las notas tomada!! l'n presencia
padre rema en otra parle, en lo social, es reconocido "jefe" de los padres quedan en una carpeta reservada que !<(110 le
por sus pares y subordinados, puesto que es "jefe de equipo". pertenece a 61. Años deRpué6 de la curn, muchos de aquellos

36 31
ninos regresan para consull!lr la carpeta; siempre resulta
una experiencia movilizadora para el paciente y para ~I
terapeuta ese momento de recuperación de una expenenc1a
reprimida, del resurgimiento de recuerdos que se creí~
perdidos: "Me habia olvidado. recuerdo ... no me .scptia
bien, ¿que edad tenia?", lo que es una manera de d~cir. Soy
yo y no soy yo", firma del inconsciente, marca del chvaJe del
sujeto. _ .
Brian comienza la segunda sesión con un pcqueno mter- '~I
cambio lúdico; me planteo adivinanzas:•¿Quién tiene un ojo ' \
en un granero y dos 'ojos' en un prado? . ¿le das tu lengua al
1
1 ,
<

gato?. es un buey, ¿quién sube y baja y es rojo? .un.to°!ate~n /t. ,.,.{A ...,.....;,..-+.,,......
un a!;Wnsor" Luego dibuja un hipopótamo (d1buJO n 3) sm
hacer coment.ano~. después un gato con la misma cabeza •
que el de la primera ~esión. A continuación dibuja un nido; \
de hecho <e dina que era más bien la mitad de un huevo de
la que surgen dos cabezas de pñjnro, una de ellas mira ~ la
derecha y la otra a la izquierda Esta vez hace comentan?s·
"Son dos páJeros en un nido, esperan a su madre, unom1ra pasta de modelar y hace un objeto que tiene todo el aspecto
hacia este lado, y el otro hacia el otro lado. Aquí está la de un falo. "Es una escoba mágica•, dice. Luego fabrica un
madre, trae un gusano, lo trae para dárselo a los pajaritos, Jarro. "Es para poner los cigarros de m1 padre". Prosigue:
va a buscar dos. Se lo da al primer pajarito". Le pregunto si "Es la escoba de la bruja... es que no me gusta que me
hay un varón y una nilla pájaros, n lo que me responde: "No, laven el cabello"; grita: "Te amo, no te quiero, bruja", toma
son dos varones, Picolo y Toto, nacieron juntos, son iguales". entonces In escoba modclndu y la aplasto furioso, gritan-
Después dibuja un león: "Es un león que siempre consigue do: "¡Toma!, la bruja me dijo que te aplastara, ya no eres
atrapar a los nntílopcs; esta vez no lo logró y entonces se le la cscobita, eres carne de paté".
ocurrió una idea: vo a otrnpar a unnjirafa, así tiene comida ¿Qué se puede sacar de todo eso?
para dos díus ... Tcd, un norteamericano amigo de mi padre, No se trata aqu1 de descifrar el sentido de la serie de
fue a África, tiene unn hija chiquittl, el la tiene un hermanito, representaciones que Crian propone; sólo se puede intentar
Mnx, que escomo un gatito". Sin duda porque quedé pensan- seguir el hilo de las mismas, o notando por ejemplo los signifi-
do en aquella historiu de gemelos, le dije: "Ellos no son cantes recurrentes. Lncan nos enseñó "que un significante
gemelos". Prosigue: "Mi hermano es un gemelo, len?ría- representa a un sajelo mediante otro significante"; el gato, el
mos los mismos deberes, nos acostamos en la misma pájaro, los gemelos, la bruja aparecerán, dc~nparccerán, re-
habitación. mezclamos los juguetes, nos peleamos. En mi aparecerán en múltiples escenarios que van evolucionando con
clase hay trece nin as, yo me peleo con Arturo ... Somos dos el tiempo, pero donde cada vez se reveln el sujeto. En cada
solamente, cada uno de ml tendrá mucho dinero". "¿De escena asociativa dice algo aceren de su verdad; se descubre allí
qué hablas?" "De John y de mí" "¿Por qué dices "cada uno un elemento del fantasma subyacente.
de mí?" "Nos mezclamos" A continuación Brian toma la En esa sesión, el gato no trata de comer al pájaro, el pájaro

38 39
.vo no cstt\ solo como en la primera sesión; en el nido hay dos.
La madrt' va a alimentar a sus pequcüos. Hny que scñnlar , 1>e· dónde proviene la idea delajirafa?,Hay que buscarla por
que trae un solo gusano para uno solo de los "niños" · l l:ulo del padre, cuyo amigo vuelve de ;\frica, tiene una niña
pájaros; quería buscar dos pero la historia se detiene des- 1 "" 'nr6!1 bebé (un gat.it.oJ. Mi intervención !<Obre los gemelos
pués de la nlimcntnción del primer "niñito". Aparece enton- I•• p1·rm1t1rá desarrollar el tema de la diferencia sexual niños·
ces el tema de los ~emelos, cuyo derrotero se puede segui r en 1111111~ en la escuela, y el «igual" de los geml'los en casa' donde
la cura ha::ita su desapanción, cuando Brian comienza a •.,in10~ dos solamente". En ese momento comienza a ~odelar
rt.'constru1rse y a asumir su 1rnbjetividad. En ese comienzo '/•fin• "Estoy nervioso". Le pregunto qué !lignifica etio para
de la cura cxpresu el deseo de ser "igua l", de "mezcla rse" con d :v me responde: "Es·'º que dice mi madre y así lo ¡¡iento".
el hermano, en suma,descrelotro. Curiosamente emplea la 1>"'PUés d~ esa evocación de la madre, fabrica la escoba de Ja
expresión "cada uno de mí" para expresar ese estado de fusión. 1'm1n que tiene toda la apariencia de un falo alado, al que coloca
No ndverti de inm('diato que para Brinn se trataba de ser el '"1:u1do sobre la mesa, luego hace un jarro para poner los
nmado de Ja madre, e l "niñito" del nido alimen tado por e lla, r1¡:arros del padre y asocia con la bruja-madre (la que Je lava
aquel nido que él rcprescnta como un huevo partido del que l11~cabellos). Esa !lecuencio es sorprendente; en su gran excita-
surgen dos cabeza~ y que él tacha enseguida con una raya nnn expresa su amor y su desamor por la madre: '1'e amo, no
furiosa. Pero Brinn no es ps1cótico, por lo tanto sabe que esa ''''.!mero más, bruJa" ya plasta su atributo fálico para hacer con
identificación es un señuelo, él no es el otro, él no es el niño r•I carne de pató" (puede trntarsc de una rt'miniSC('ncia del
uienamndo. Sus celos son terribles y su envidia despierta mento de Perrnult "El galo con bol/Is").
pulsiont's mortale~. Nos encontramoa en la problemática del En esa serie de secuencias se puede hallar la marca del
onfrentam1eoto 1m11ginario; "o él o yo", uno de los dos debe 111con~c1ente. "El mconsciente esta estructurado como un
dcsapart'cer para que el otro viva. Las sangrien tas peleas l1·ng'.'llJº"· nos dice Lacan, pero es un lenguaje que ti<' ne sus
con el hermano, las agresiones bajo distintas formas prosi· prop1M leyes y está hecho con otra lógica que no es lll de Ja
gucn durnntc largo tiempo. En el fantasma, por ese enton- rnzón; La~. la llama ")alengua" El inconsciente no conoce
ces, suena con ser el otro, el niño quer1do, pero la realidad la contracücc1ón, desdeña la negación. Aqu1 tenemos varios
vuelve a atraparlo: no lo cs. Y si e l otro no estuviera, ¿podría 1·1~m~los de esto: el "te amo" segu ido del "no t.c quiero" ... el
tan sólo tomar su Jugar y lograr el amor de In madre? Es lo k·~n •s1cmpre consi'!'1e" atrapar a los antílopes, pero lam-
menos S<'guro que hay. Es lt1 madre quien en lo sucesivo se inen no lo consigue , entonces~•· le ocurre una idea Esa
colocará (JO primcru línea. .1gres1v1dad, esa violencia destructiva que alcanza a l cuerpo
Tratemos de &'guir el hilo de sus asociaciones. Al comienzo de su hermano y fantasmúticamenlc al cuerpo de la madre
de la sesión había dibujado la cabeza de un gato, que luego on puestas en escena de historias dondt' él es lodos los
ab:lndonó pnra hablar de los pájaros. Ahora hace una cabeza ~rsonajes 8:1.mismo tiempo y desempeña todos los papeles.
de león parecida n la del gato; s implemente le agrega una es In cxprcs1on del fantasma: e l SUJCto ocupa alh todos los
melena. Después de la secuencia de los dos pájaros, el león-gato lugarel!. Acerca do la estructura dcl fantoRma, FrC'ud nos
se dispone a devorar a los antílopes. C-0mo el gato de la última •·sclarece en el artículo "Un niño golpeado" En el caso de
sesión, que no pod1a comer al pájaro y se abalanzaba sobre el Bnan podríamo~ proponer esta fórmula para caracterizar
pescado, el león no consigue comer al antílope y se echa sobre ,;u fant:isma fundamental: "un niño en gue1ra".
In Jirafa. Reencontramos ahí el tema de la impotencia, de la Ve~mos la ~ra~cl'ipción de algunas de las s!'siones que me
frustración. pero ~in duda l.nmbién de lo prohibido. parecieron mas s1g111ficativas yqul' presento en orden crono-
lógico con los dibujos que las acampanan. A tra\·és de ellas
10
41
se pueden seguir los cambios en la problemática psíquica de dnr" los bcbcs monstruos, la mujer, la guerra. ¿Acaso no es él
Brian, mucho antes de que esa evolución fuera perceptible iTII 1110 ese bebé monstruo que estuvo a punto de matar a su
en su comportamienLo. Regularmente se encuentra en ellas 111111h·p'? La guerra en la que se encuentran desde entonces, ¿no
el tema del cnfrentamienLo mortal, modulado de múltiples r 111 ronsccucncia lógica de ese crimen? '
formas. Ante todo estará en la historia de los humbas y los ~unca transmití a Brian estas reflexiones; habrín signi-
árabcs(dibujo n• 4). Unos tienen caballos, los otros, cañones; fü 1110 un gran error, pues aqueUas producciones eran in·
se trata de fuerzas desparejas, como siempre, lo que no rfln~<'1cntes y totalmente inaccesibles al entendimiento: al
impide que se maten Lodos entre sí. A continuación habrá t I'\ • ·larle cualq uicr significado que yo pudiera deducir corría
"un soldndo valiente que vive solo, debe enfrentar a un gran rl r ,..sgo ~o sólo de provocar unn denegación por su parte,
caballero o quien nadie hn podido vencer, pone dinam ita en """' también un bloqueo de lo que puede entenderse como
su casa y hace que todo estaUc por los aires". También aquí """ 'apertura-cierre del inconsciente".
existe un combate desigual, donde no es el más fuerte quien \ «amos el contenido de la séptima sesión. Mientras cucn·
gana, pero donde todo el mundo resulta muerto. 111 11s historias, Brian dibuja (dibujo n• 5l con gran rapidez
En la 11cxta sesión aparece una mujer en medio de la guerra In •1uc podrían entenderse como garabatos; sin cmbargo. alli
entre los ingleses y los árabes. "La come una serpiente; creen ~· •·ncuentran los temas principales de su relato. La relación
que ha muerto, pero sigue viva; es la mujer del jefe, un 1•111 re el dibujo y Ja historia no resulta siempre evidente.
monstruo se la come, pero olla vuelve ... es un monstruo gentil, <'11111cnta: "... orugas-mariposas, las alas extendidas. esto
quieren matar a la serpiente y así estalla la guerrn". Agrega: r 1 '"aba miedo a todo el mundo, la oruga se ha ocultado en
"mi madre siempre está mirundome". Lo vemos dibujar Lemas l 1 niebla". Prosigue: u •.. los hipopótamos tienen un bebé, un
que se repetirán a lo largo de las sesiones: la serpiente devora· t.dié 'de cualquier modo', era un monstruo, incluso las flores

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tcnian tanto miedo que se caían ... Otro niño se volvió todo lllll'ntms tanto escucha a través de los tabiques los estallidos
rojo, muy grande. un patriota norteamericano quiso matar ele la voz o de risas de su hijo y desea conocer el significado.
a ese monstruo. un misil, un avión con 10000 personas a 1'11·mpre me niego a hablar del contenido de las sesiones, ya
bordo, todos muertos ... allá hay un gusano que sale de la 111w, por su parte, el joven paciente tiene la libertad de contar
tiC'rra, todos los que lo tocan se convierten en una gran 111 <1ue quiera; sin embargo, recomiendo a los padres que no se
serpiente, todos le tenían miedo ... un gran caracol, todos le 11111cslren demasiado curiosos y que no lo acosen si él no quiere
tenían miedo, te nin ojos grandes, gruesas antenas con rayos, 1li·r1r nada. Por lo general es incapaz de hacer un relato co-
un avión que ria matarlo, empieza a calentarse, el motor se twrcnte de lo que ha ocurrido, y se limita a decir que dibuja y
incendia, se acabó d misil, el rayo láser se apaga ... el carro modela, lo que decepciona bastanU! a los padres que no ven
n· 1607 explota. cae el jefe". Luego era cuestión de esquele- mmo eso puede curar a su hijo.
tos, a,·ión en llamas, humo, todo esto dicho en medio de una El padre de Brian tenia un discurso cargado de indulgen-
gran excitación que culmina con un "bum" explosivo. Des- nn que contrastaba con el de la madre; reconocía que era
pués se calma. En los dibujos se puede descubrir la oruga y cltíicíl convivir con Brian, pero "¿acaso Jos padres no deben
In mariposa, la cabeza del monstruo, el combate aéreo con el mluptarse a sus hijos?" decía, actitud que se comprende
carro, lodo en medio de una especie de caos apocahptico mejor cuando se conoce su historia Es el mayor de cinco
representado por trazos desordenados. l11JOS varones. De joven tenía "problemas con la ortografia y
Reaparece aqui el tema del mno monstruo, el bebé "de le nerviosismo" C!) Todos los hermanos eran más bien
cualquier modo" que asusta a todo el mundo. Cuando las nlas 1gresivos", el tercero particularmente "explosivo". A él se lo
se abren, cuando salen las antenas, cuando el gusano se consideraba como equilibrado pues-dice-•yo me dominaba
convierte en iwrpiente, en suma, cuando crece, aumenta el mejor". Vivian en el campo, en plenu libertad, con caballos,
tC'rror, hay que matarlo. Todos se aplican a esa tarea· el misil, y practicaban todos los deportes do competencia; él se dedi-
el avión. .. se producen imágenes de pánico. El terror se halla caba al polo, al remo, ni vuelo a vela, a correr. Durante el
por todas partc'4 El monstruo tiene miedo de que el a\'lón lo servicio militar sus habilidades llsicas le valieron la respon-
mate y asu_qta a todos, a las flore!<, a las ranas que lo ven, a sabilidad de formar a los jóvenes reclutas, actividad que le
lo~ que lo tocan: para defenderse de los que quieren matarlo, custaba mucho. Su padre era "un hombre al mismo tiempo
recurre a las antenas que disparan rayos láser. Este relato severo y bueno, que hizo todo por sus hijos". Creo entender
nos da una idea de lo que pueden ser los terrores infantiles, que el tercero dio bastante que hacer a los padres, quioncs
con sus anguAtia11 de devoración, de desintegración, do muer- mostraron indulgencia y comprensión ante él. El sel'lor B.
te. contra las que e l joven sujelo trata de defenderse. sabe que Brian se siente terriblemente celoso de su hermano
Dejemos n Brinn por un momento para ocuparnos de la John, "que es el preferido de la madre" Cla señora B. me dirá
relación que los padres tuvieron conmigo y el impacto que que Brian es el preferido del padre). Cuando el señor B. está
c;;to pudo haber tenido en la evolución de Ja cura. en casa, Brian se muestra mucho más tranquilo; esto me fue
Por lo genrral era la madre quien traía a Brian a la consulta, confirmado varias veces por la madre, quien agrega que
pero t.ambi~n vc1a al padre con bastante frecuencia, pues tra- "incluso la maestra reconoce por su comportamiento cull.ndo
taba de venir toda vez que las ocupaciones se lo pcrm1Líun. Al el padre está ausente de la casa".
acompañado, rl padre se entrevialnba conmigo antes de la Por su parle, la señora B. "ya no aguanta más" a eso niño
8csión, siempre en presencia del niño, y luego aguardaba en que le envenena cada instante de la vida. En cada entrevista
la sala de ci-pcra No vuelvo a verlo hasta el fmal de la sesión. vacia conmigo la lista de los desaguisados de Brian: cóleras,

~-1 45
injurias, pipí en la cama, negativa a alimentarse. insomnios, 1h rnn t·uando la siento desbordada; le sugiero entonces que "los
<'le. Brian escucha esa letanía con atención, con un aspecto cli•1" r¡ue se arreglen l'ntre ellos y que evite intervenir".
más bien feliz. con la mirada que dcscubn l'n cl primer Cuando uno de los padres -el más implicado en los
encuentro, algo así como un "goce desconocido por él mismo~, •tntomns del niño- puede realizar un trabajo personal en
expresión que empleaba Freud en el caso del "hombre de los 111111 situación de conílicto, esto facilita mucho el trabajo
lobos" para designar el goce ligado al fanta~ma inconsciente. trrcpc;utico del niiío o del adolescente. En este caso, la
Cuando decidí suspender los neurolépticos. temí que re- 111.ulrc. por razonci; personales que ignoro, siempre se ha
crudecieron los síntomas de Brian y sobr<' todo un aumento '"'ga<lo. Sin duda inconscientemente ella se apegaba al
de la violencia, lo que habría implicado untt depresión mater- ~11frimiento que le ocasionaba el hijo; tul vez creía que así
na; de hecho, nada de eso se produjo. Le propuse, entonces, l"•.:abu el desamor que experimentaba hacia aquel ni no y el
a esa madre que buscara un terapeuta para ellu. Rechazó la .imor demasiado grande que sent1a por el otro. El hecho de
propuesta; me dijo que hablar conm igo cuando traía a su hijo hablarme do Brian en su presencia introdujo desde el co-
le resultaba suficiente. Me cuidé mucho de interpretar sus ttll<'nzo 111 noción do lerccro en una re lación dua l mortífera.
palabra!!; la escuchaba quejarse y sólo intcrv1111ía para reto- llnan compn,nde que la historia de su madre no <'S le suya.
mar sus d ichos acerca del modo: "Entiendo bien lo que ha Ju t¡ue le permite distanciarse y lomar conc1cnciu de su
sido el sufrimiento, tanto el de él como el suyo ... usted expe- ~rn gul:tridad: al confiarme al hijo, la señora B le hace saber
rimentó las mismas angustias ante In mu<'rtc <'liando el ttue l'lla dt'sca que yo lo haga feliz, le ofrl•cc la lil>crltid. en
nacimiento"' su larga convalecencia con un bebé que muy suma, que si' dl'spegue de ella y que siga su propio camino
pronto cae enfonno ... y, además, esa conknción dentro del klla misma recuperará la serenidad y retomará las activi-
armazón de yeso que le produce un tmumntismo, etc" Le dades profci-ionales al final de la cura).
hablo de Bnan como de un niño muy inteligente qu<'. por esto La fortuna de Brian fue la de tener un pndrl' con el que
mismo, sintió desde muy temprano y con mucha fuerza emo- podía contar y con quien podía identificarse Por otra parte,
ciones y angustias que ella misma también vivía. Le hago la pareJa purccm unida; esa armonía S<'guramcnte fue un
notar que Bnan parece tener las mismos d1spos1c1ones factor positivo para su evolución. Nunca escuché u ninguno
físicas que el padre, quizás demasiado cargado dr energía y de los pudres criticar al otro, pese a que sus respectivas
dinamismo. El deporte le permitió al padre canalizar esa acl1tudt's con respccl-0 a Bnan eran totalmente opuc~tas: la
hipermolricidad; es preciso que Brian cncut'ntrc su propia madre, profundamente herida, el padre, lúcido pero confia-
ma ncrn de evacuar esa violencia in tern n. CRccuordo aquí que do, reconoci<'ndo en el hijo algunos de sus propios rasgos, en
las c:-nícrmedadcs que padeció han tenido unn cxprcsión so- particular esa predisposición para In actividnd muscular
mática y motriz muy marcada: crisis scudocpilépticas, es- que en él fu(' el orig<'n de un interés deportivo que le ocasionó
pasmos, rubias elásticas, etc.} muchn~ salisfaccioncs. Tal vez tambié>n le haga recordar a
Cuando hablo de Brian de manera positiva o <'u ando señalo su tercer ht'rm;1no, del que lanto se habia ocupado.
algo de su constitución física como heredada del padre, en la Brian se C'ncuentra allí cuando escucha todo eso, literal-
que el aspecto muscular resulta predominante, consigo recon- mente bebe las palabras del padre y dejad<' tenl'rese aspecto
ciliar a esa madre consigo misma, atenuar su culpabilidad y desafiante y ('sa sonri~a de satisfacción que adopta cuando
mejorar :;u narcisismo. ¿No habria entonces engendrado a un la madre se queja de él. Veremos en la terapia cómo ese
monstruo"? Tal vez no sea culpa suya si no consigue amar a ese apoyo se revelu fundamental para salir de la rl'lación des-
niño tanto como quisiera No dejo de apoyarme <'n el padre de tructiva con In madre.

46 47
En la sesión Brian continúa poniendo en escena fantas-
mas devoradores. Dibuja. (dibujo nQ 6) "un monstruo que se
come a todos los fantasmas. Le da veneno a Ja princesa que
quería comérselo, la princesa morirá ... No quedan más que Jos
hombres libres".
r
El monstruo devora a los fantasmas y envenena a la
princesa que quiere comer ol monstruo; otra vez, ambos
protagonistas mueren, sólo sobreviven los hombres, "los
hombres libres", dice.
La historia se parece al relato de un sueño, donde el
mconsciente se encuentra regido por el proceso primario; las
imágenes y los significantes se asocian y se reagrupan en
conjuntos a menudo incongruentes, con esa característica de
sinsentido tan conocida. Freud identificó estos mecanismos:
\ \
I
son la condensación, el desplazamiento, la sustitución.
La condensació11 es el agrupamiento de varios pensa-
mientos. Ciertos elementos del sueño, por ejemplo, son
"sobredeterminodos", representan múltiples asociaciones
posibles. En el desplazan11e11to y en la sustitución, un signi- cercano por homofonía, asonancia u otra cercanía descono-
ficante puede ocupar el lugar de otro porque le resulta cida. En Brian, a menudo se encuentra el significante "uo·
ler"• con el sentido de robar, pero t.nmbién referido al hecho
de volar por los aires, como su padre. Jncluso en algún
momento se puede pensar que está empleando los dos
sentidos al mismo licmpo,uoler(robar)el falo a un padre que
\'Uela. Los desplazamientos y las sustituciones son frecuen-
tes en las historias que cucnt.a.
En los relatos de Brian, los roles son intercambiables, el
monstruo que devora puede ser tanto él como la madre, y
el monstruo que devora es tambi6n el monstruo devorado
(desplazamientos y sustituciones). ¿Quiénes son esos fan·
tasmas que se parecen a fetos? ¿Quicln es ese monstruo con
una corona en la cabeza (n• 7), con la que cubre a su hermano
en las primeras sesiones? Es posible preguntarse: ¿quién
devora a quién? Es un festín general donde todos encuen-
tran Ja muerte, excepto los hombres libres
Luego de las imágenes de aniquilamiento mediante armas
destructivas, aquí nos sumergimos en los fantasmas más
•En francos mltr •1gn1fica Ulnlo "robnr" romo •volnr" (N del T .)

41' 49
1·:11 una sl'~ión i;iguiente observo un cambio evidente en los
,, lult«. Yt1 no existe la anarquia y el canibalismo generali-
,,i,., 1·1 a<<'sinnto y la agrei:ividad son dominados -podría
1l~r1rs<' que se ci\'ilizan- y la guerra se convierte en una
• 11·alt'gia y en un arte.
Hnan cuenta "Se enfrentan dosejércitosenemigos(dibu-
Ju ., !ll, los romanos y los napoleones (sic). Los romanos
, 1,111 h(lrtos, llegaron hasta aquí y no saben qué hacer Los
1111p11lcones tienen un castillo, la Bastilla. Toman trozos de
111111k·n1 y fabrican una balsa para navegar el Mississippi,
11~'.11as abajo (dibujo nº l 0), los lleva la corriente, deben subir
11 In gran montaña ... desde lo alto atacan la 13astill a, dispa-
11111 sobrr r l lccho, que se derrumba, la rodean, encuent ran
"" pucn Le, alac¡m. Al entrar hacen saltarel puente y parten
,.,, los barcos, hacen prisioneros, toman a todas las fuerz11s,
l11s cañones. todo "
,\continuación habla de una "serpiente-flecha-azul que va
muy rapido, atraviesa los Estados Unidos en cincuenta
arcaicos de muerte por devoración. Esos fantasmas orales minutos, quiere viaJnr por el mundo". Luego cuenta la s1-
(agresividad oral) son frecuentes en los ni no~. pero rara vez ¡:11iente hi'<lona: "Un oso marrón mataba a todos, ~alta con
se expresan con tanta claridad. Se los encuentra en los
t>uentos, cuando el lobo-abuela come a In p<'Queña caperucita
TOJO, cuando el ogro devora a sus hijas, y en muchos otros.
Ante rsos rrlat.os, los niños experimentan e>slrrmrcimientos
de placer mezclados con algunos reslos de antiguo terror.
SabC'mos también que los niñoschicoscl'C'cn en la concepción
oml, piem;an que la mamá comió la semilla del papá; en los ' '
dibujos 7 y 8, el monstruo tiene visiblem<'ntc 11 un ni no en la
boct• Todo niño que ve a su madre amamantur a un pequeño ~-- \
piensn que éste se la va a comer. San Agustín había analizado i
ya esta escena y hablado de la terrible envidia (uwidia) al
respecto. Quizá Brian haya sido testigo de una escena así, •
sintiendo ganas de matar al intruso. F.~ta!l no son más que _,
asociaciones de la analista. Como los sueños, los significados \
vinculados con esas producciones son multiplcs y casi inagota-
bles. El análisis del "hombre de los lobos" de rreud se desarrolla
por completo en tomo a un solo sueño. el célebre sue11o del árbol
sobre el cual estan los seis o siete lobos blancos que lo miran.

50 51
r111roda. En el dibujo se ven ambos campos separados por un
110, rl pcr.oonaje en la balsa se halla perfectamente dibujado
)' •llllcnta un aspecto de conquistador. Es posible asombrar-
oo ··on la mezcla incongruente de significantes: Napoleón
Junto a los romanos, el indio en el Mississippi sale de la
tl11Hl11ln. Cuando se le pide a un mr\oquecuente una historia
l1hrcmente, sin ninguna ntaduro, excava en las palabras y
••n los recuerdos de las historius que ha escuchado o visto, en
1·1 rine por ejemplo, Jos enlazo entre sí según una ló~rica
1 ~ur¡nda de su imaginario; así rehace otra historia, la suya.
Esa inventiva desparece en parte cuando el niño crece; la
represión ya ha hecho su trabajo. Este tipo de asociaciones
l1hres también existe en los sueños; quien sueña selecciona
de los restos diurnos, o en un pasado a menudo lejano, los
1·lcmentos que constituirnn la trama del sueño. Los signifi-
1t) 1·antes surgidos del inconsciente de quien sueña so asocian
v se reagrupan por homofonía, asonancia, en conjuntos a
Au cola c;special, que puede hacer girar con mucha rapidez y que menudo estrafalarios y tan extraños que el sujeto no los
le permite vol~, a laque podríamos llamar animalito querido". reconoce al despertar y se apresura a reprimirlos.
Dos expresiones empicadas por Brian me llaman Ja aten· En el relato de Brian, el atacante da muestras de inteli-
ción: la primera, "los romanos están hartos". Sen ti en 61 algo así gencia y astucia, construye una balsa, sube a una montaña
como g'.111as de abandonar todas esas historias de peleas, de paro bombardear el techo de In Bastilla, hace saltar un
v1olenca, ganas de alejar el miedo, algo así como un comienzo puente, empica el río. Seguramente Brian vio todo eso en el
de renuncia al síntoma La otra expresión es "toman a todas las cine, pero lo reinventa en una construcción que le es propia,
fuerzas de la Bastilla, loscanoncs, t.odon como si los combatien- circunstancia en la que se adivino una identificación fálica
tes se apropiaran de las fuerzas del ene;rugo· pensé en el deseo que la continuación del relato confirma: el falo volador para
de apropi~rse de la fuerza del padre (robar eÍ falo paterno). Es conquistar el mundo, la cola mágico que permite volar (no
un rey quien habita en el castillo; Brian debió oír hablar de la olvidemos que su padre trabaja en la aviación y recorre el
toma de la Bastilla el 14 de julio, con los significan tes asociados mundo volando).
a ese ncontecimient¿i: r~volución, libcrtad, muerte del rey (¿en Más adelante expondré más en detalle el trabajo del
otra sesión no hab1a dicho que "sólo los hombres quedan en analista en la terapia de niños, pero puedo dar cuenta del modo
libertad" ante lo que parecía ser un peligro que provenfa de las en que intervine en el transcurso de esa sesión. Me sorpren-
~UJCrcs?). La sesión prosigue con la evocación de significantes dió eso frase: "Los romanos están hartos ... no saben qué
fálicos: la flecha azul que vuela, el oso de la cola mágica que hacer• La repetí: "Dices que están hartos. ¿Qué les pasa?
también puede volar, esa cola a la que él llama encantadora- ¿Ya no saben qué hacer para combatir?". También retomé la
mentc su animalito querido. expresión "tomaron todas las fuerzas de la Bastillan Pre-
Ofreceré algunas de mis asociaciones sobre esa sesión guntó: "¿Qué fuerzas? ¿Qué es lo que las hacía fuertes? Pese
.
que me parece interesante. Aquí el ataque no es mortal de
' a todo, ¿son los más malos los que ganaron?" (se sobren ti en-

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de: el rey de la Bastilla no era, pues, el más fuerte; los otros despierta y le dice: 'Tienes que ir a la escuela'. Se encierra,
tomaron sus fuerzas l. El niño no tiene nada para responder \'Uelve a la cama y se duerme de nuevo. Cinco horas después
directamente a mis preguntas; la continuación del relato se despierta ... se lava los dientes, quiere dormir, quiere
demuestra que entendió bien, los romanos se han robado 1ugar, es un chico de ocho años, tiene antena~ que lo impul-
(l'olado) el falo paterno. Esta clase de intervención mía tiene san, quiere ir a los planetas". Luego trabaja en silencio y
el valor de interpretación. cuando dibuja la estrella dice: "No hay nada en los plane-
Después de algunos meses me entero por los padres de que tas ... éramos niños, ya no lo somos".
el comportamiento de Brian mejora. Es muy raro que el niño El chico de ocho años (Brian acaba de cumplir nueve) está
evoque sus sin tomas durante la sesión con el analista; cuan- harto, como los combatientes, no tiene ganas de levantarse,
do no se ve a los padres a menudo es por casualidad que uno de ir a la escuela, en suma, de crecer; quiere dormir, jugar.
se entera de que lodo va bien. Desafortunadamente las antenas lo impulsan; imposible
Pero hay que tener valor para abandonar los síntomas y seguir siendo pequeño. También le gustaría ir a lo!! planetas,
aceptar crecer; esta sesión da testimonio de ello. pero están vac1os, y esa lacerante frase de lamento: •éramos
Brian toma una hoja de formato ordinario y dibuja (dibujo niños, ya no lo somos". No se puede expresar con mayor cla-
n 9 11). Es notorio el cambio en su grafismo: los personajes ndad la frustración, a saber, la privación de algo conocido,
son pequeños, están ubicados con claridad, la casa está muy los placeres vinculados con la infancia, dormir, soñar.jugar.
bien trazada con vigas que sostienen el techo. Cuenta: "Al- Pero más allá de esa frustración, podemos hablar de castra-
guien duerme en la cama. ¡Qué haragán! Su madre lo c1ónsimbólica: los planetas están vacíos, estamos sometidos
a la finitud, a la muerte. La omnipot.cncia 1maginaria es una
engañifa.
Estamos en junio y, !un embargo, ese dibujo parece una
., , ' .
- ::"'" ' (
postal de Navidad, con el ángel que anuncia la buena nueva,
la estrella, el rey mago, el recién nacido. Si es que hay en ello
' '\ alguna renúnisccnciu, Briun ha empleado esos significantes
para inventar una historia personal. El analista tiene que
guardar para si sus propias asociaciones y siempre debe
dejarse sorprender.
No recuerdo haber hecho comentarios al final de la sesión.
Seguramente preguntil a Brian si se sentía triste; compren-
dí -y él también- que ya nunca volverla ntráR: había dado un
paso y el duro oficio ele existir lo había atrnpado. Quizá se
trataba de un nuevo nacimiento pura él, tal como lo sugiere el
niño del pesebre, pero esto pertenecía al orden de las hipótesis.
En las sesiones siguientes vuelven a o parecer las guerras,
pero el espíritu ya no es el mismo. Habla de una guerra de
los galos contra los romanos (dibujo n' 12J, "no se sabe quién
ganará" -escribe- y se pone u dibujar armas, escribiendo
11 debajo los nombres mientras me hace precisar la ortografía.

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Notamos el cambio de registro: las guerras, las armas Un mes antes del final de la terapia, el padre acompaña a
empleadas forman parte de una historia común, por otra Brian y me habla de la próxima mudanza de la familia Me
parte, galos y romanos están en 10.'l libros de historia. Puede confirma que ~u hijo eslá mejor, ya no se orina en la cama,
relatar esa historia y escribirla sin que ello le provoque pasa días enteros sin pelearse con el hermano, ha dejado de
excitación y ganas de matar; la palabra se convierte en tener insomnio, come en el comedor escolar sin problemas,
escritura, ingresamos al orden simbólico con todo el distan- pues la senara B. ha reanudado el trabajo. No siempre abe·
ciamiento que esto implica. Concluye la sesión escribiendo dece a su madre de inmediato, pero sí en una segunda
trozos de frases y cifras {n• 13). instancia. Lo veo sonreír mientras dice eso y dirigir a Brian
( ,1 "1 ,1 ·r l • (.-., f.v'l. \.4 MJ
., br~,1·
.
' •
una mirada cómplice. Brian se encuentra en proceso de re-
educación ortográfica (recuerdo que él mismo mo había
" hablado de sus dificultades en este terreno). Hoce los debe-
res solo y no quiere que lo ayuden. Aquel día 13rian dibujará
durante la sesión "una fortaleza norteamericana {dibujo n•
14) que recibe una bala en un ala, solamente una, lodo
.,. explota, eso le cuesta la vida a muchos hombres, tres pilotos
¡r y once personas". Concluye la sesión con estas palabras:
vQu1ero construir cosas que funcionen, un avión tcleguiado,
un barco a vela, algo que funcione, no un d1buJo"
Aquí retoma una escena con muerte violenta con hombres
1'

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56
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16

que tienen algo que ver con su padre: ¿deseos deque muera?, que tienen que aceptar su ritmo de vigilia y sueño; algunos
¿temor a verlo morir?, ¿deseo identifica torio de construir él niños duermen poco, pero no se sienten mal.
mismo el ObJeto vinculado con su padre, un objeto confiable? La cura de Briao se detiene allí. En una de las últimas
Sm duda se trata de todo eso al mismo tiempo (proceso de sesiones, In madre recuerda de pronto que olvidó decirme
condensación). Viene luego una especie de viraje del orden que Brinn había estado muy enfermo al nacer: una infección
e.~toy harto, basto ya, m.ás me gustarla hacer, es mcJor que de estreptococo!\ o estafilococos -no lo recuerda bien- que
decir, construir un avión que funcione y no un dibujo. Hay requirió prolongados cuidados en e l hospital. ERO informa-
una suerte de renunciamiento a la agresión brula, como si ción confirma el 8entimiento que yo tenla acerca de un
ésta ya no fuera inte resante ni sinliera necesidad in terna de sufrimiento muy precoz en Brian. No sólo In madre había
ella. E l ana lista percibe aquí el inm inente final de la curn. estado a punt.o de morir durante el parto: e l niño también.
Agrego aquí dos dibujos realizados en el transcurso de la Fuera de l traumatismo del parto, había tenido su dosis de
cura que marcan ese enfrentamiento perpetuo de los dos sufrimiento físico y psicológico postnatnl, con tratamientos
campos (dibujos n 9 15 y 16). médicos invasivos, inyecciones, perfusiones y una separa-
A pesar de la progresiva desaparición de los síntomas la ción precoz de una madre que también se encontraba en
madre se sigue quejando y sólo habla de lo que está ~al: cuidados inten~ivos
todavia se hace pis en Ja cama de vez en cuando, algunas
peleas con el hermano, etc. Brian no muestra ante ella esa
oposición sistemática, está más tranquilo, ya no se despierta
de noche pero, según ella, duerme poco. Les digo a los padres

59
De l c o -n acimie nto• madre-hij o 1ru rn estado de shock y muy debilitada, todavía incapacita-
al nacimiento d e un s ujeto "·' ele atender a su hijo, el propio niño es aislado y sometido
11 :1grcsioncs corporales. Resulta casi seguro que a partir de
Para intentar cntrndcr mejor el caso de Brian es preciso 11r¡ucl momento ese recién nacido ya se encontraba en estado
interrogarse acerca de las primeras etapas de su vida y ante 111 sufrimiento físico y psicológico.
todo sobre lo que ocurrió entre él y la madre. ¿Qué elementos Hoy se sabe más hasta quó punto esos primeros instantes
pueden considerarse como los que contribuyeron a hacer de hll'gO del nacimiento resultan un periodo sensible para la
él un niño con problemas? Las enfermedades que se manifes- rrcación del lazo madrc-h1JO En los animales, el proceso de
taron precozmente, las perturbaciones del sueño, su inesta- a¡>ego se produce en esa fase postnatal. Si el cabrito es
bilidad parecen expre:;ar un malestar que se remonta a las M·parado de la madre en el momento del nacimiento por más
pnmeras relaciones madre-lactante. La señora B. habla tic una hora, luego la madre ya no acepta que se lo devuelvan.
muy poco del periodo postnatal; a veces su reticencia parece S1. en cambio, se lo dcJa con la madre cinco minutos a partir
un rechazo categórico. Me da la impresión deque ese silencio tl•·I momento del nacimiento y luego se lo aparta durante
es de la misma naturaleza que el que sigue a grandes trau- una hora, la madre acepta volver a tenerlo y a alimentarlo.
matismos: el sujeto se encuentra imposibilitado de evocar- ;.Existe en los humanos un factor biológico que también
los. Sin embargo, es posible reconstituir en parte las circuns- determina un periodo sensible?
tancias del nacimiento de Brian y del periodo perinatal a En el transcurso de las ultimas décadas nuevos conoci-
partir de las informaciones que me fueron suministradas co mientos acerca de la importancia de ese lazo precoz hao
el curso de los encuentros, cuando el padre o la madre cambiado las condiciones del parto y del manejo de los recién
acompañaban a Brian a las sesiones. nacidos: preparación de las futuras mamás para el parto,
Ya sabemos que el deseo de tener un hijo fue muy intenso presencia del padre, contacto piel a piel del niño con la ma-
en la señora B., luego de un largo periodo de su vida consa- dre, ponerlo a tomar el pecho de inmediato, cte. En los
grado a la actividad profcsionnl y al éxito social (la señora B. servicios donde se atiende a prematuros, los bebés son
tenía treinta y cinco años cuando quedó embarazada por sacados de la incubadora para colocarlos contra el cuerpo de
primera vez). La llegada de ese niño era para ella una la madre o del padre lo más a menudo que sea posible, a los
promesa de felicidad, la maternidad debía colmarla. Pero el efectos de favorecer los intercambios y establecer un lazo
parto se dio en circunstancias dramáticas: su cuerpo es desde los primeros días. Los padres, y el personal también,
desgarrado, vaciado de su sangl'e, en medio del enloqueci- se dirigen al niño, le hablan, lo acarician. Los estudios ha-
miento general, de la muerte inminente. En esas circunstan- bían demostrado que en prematu ros entregados a la familia
cias la acogida del recién nacido pasa a un segundo plano, luego de una larga permanencia en el servicie especializado,
más aún porque el propio niño se enferma y debe ser de donde los padres habían sido excluidos, se encontraba el
hospitalizado -es decir, debe ser separado de su madre- a mayor porcentaje de niños maltratados.
causa de una infección generalizada que contrajo en el No es ocioso volver sobre el modo en que transcurre el
momento del parto. De esto no tuve conocimiento hasta la descubrimiento madre-hijo, al que podemos denominar •co-
última sesión de la cura Mientras la madre aún se cncuen- nacimiento"; esto permítc entender mejor las consecuencias
•Juego de palabras en (ron~l!I Co1111a1&stJ1'Ce signlfica conocimiento; de una distorsión de ese lazo interactivo y el sentido de los
nat..,~once. nacamu!hlO- Lo exprclf.ión co·nn1~sa11ct. empleada por la síntomas que resultan de la misma. Veremos que para Brian
autora. bu._"<n unificar amboe 11gnilicadoo IN. del T.) el sufrimiento y la muerte ya se encontraban presentes en

60 61
ese primer cncucnlro y que su evolución rCijU)ló profunda· 1 ~ 1111 rudn Se creta que el recién nacido era ciego y, cuando las
mente marcada por ambos. 111u1lrrs afirmaban que el niño las miraba lijo desde el
Cuando las madres se animan a hablar, dicen, por ejem· momento dl'I nacimiento, el cuerpo médico consideraba di-
plo: "Necesité ''arios días para darme cuenta de que era su rhuK ob~crvaciones como producto del "cnccguccimiento"
madre; no e,; evidente de entrada" o "no lo vem de ese modo ... 1•1 uduc1do por el amor maternal. Las investigaciones en ese
no me 'enganché' enseguida con él" Un rccic'n nacido no es t11 m1>0 demuestran que existe la visión en el recién nacido,
un ser indiferenciado; llega con un capitnl gen<'lico y ya "u n,1capacidad rudimentaria en el primer dia que se vuelve
tiene un pasado. Su singularidad condicionará, en parte, las , t 1hlc a partir del quinto día". La visión resulta posible,
rc;;pucst.a.~ malcmas, las que por su parte induC'arán otras res- ¡ 1111 , pero In m1ruda es una actividad de relación que s~bre­
puestos del niño, el que a su vez ... ele. Esas idas y vueltas son vu·nc en distintos grados según las madrns y los niños.
difíciles de captar, pues escapan a la conciencia y sólo se '\lh'ttnas madres dicen haber experim_entado un in:ipulso de
aprehenden por sus efectos: los síntomas del niño. Nunca 1unor hacia su ni110 cuando éste las miró con atención sostc-
hay que olvidar que en ese vínculo inleractivo, que "pese a 1rnla, como si, en ese instante, las remnocicra.. También ven
S<'r circu lar no deja de ser asimétrico" (Lacan), el Otro sigue ,. 11 l'Slo Jos sig11os de su vivacidad: ¿no se dice entonces de ese
siendo el que contiene "el fantasma de In Omnipotencia", y '"cién nnrido que es "despierto"? El niño busca, entonces, In
el ni no debe pasar por ese sometimicnlo pura convertirse en 1111rada materna; cuando la encuentra rc>accionn con una
SUJCto él mismo. (Hay que distinguir al "gran Otro" del "otro sonrisa, haciendo mímica, lo que alienla a Jo madre para
pequeno", el próJ1mo, socio imaginario del sujeto.) 1wnsar que se ha establecido la comunicación._Esto es~imula
Al h el n ino se encuentra en su realidad; a menudo se habla t•n ella comportamientos que son verdaderos d1álogo!l:Juegos
de duelo por el "niño imaginario· a propósito de la depresión del "cucú", cosqu11las, discursos en los que ella hace las
po~t part-0, ya que el niño real no necesariamente correspon- preguntas y da las respuestas, et.e. Ciertos in~rcnmbios
de con el que la madre había fantaseado durante el embara- llenen una connotnción pulsional. cuando, por CJCmplo, la
zo <también intervienen muchas otras razonC's para explicar madre sC' prl"Cipita sobre el niño diciéndole, con ese timbre de
dicha depresión). Porque es chillón, porque es dcmasiadope- voz tan particular que las madres adoptan a veces con sus
qucno, apático o vivo, porque es niña cunndo lo que se niños: "¡Te voy a comer!" En esos juegos cuerpo a cuerpo, el
deseaba era un varón, o a la inversa, porque tiene los rasgos placer se oc<'rcn a la an~stia Y. puede dec~rsc que el ni~o
de un miembro de la familia amado o 11bo1"recido, lo cierto es experimenta entonces la d1mens1ón mctafóri~a del lcnguUJe.
que ni comienzo suscita conductas mutcrnuA específicas. La angu8tia vinculada al temor de ladevorac16n se transfor-
Sabemos que mucho antes del nacimientl> ya te-nía su lugar en ma en placer durante la excitación dcljuc~o. De csl~ mani:ra
las fon tasias y expectativas de los progenitores y pu rientes. los juegos asociados a la palabra permiten ese distancia-
Los descubrimientos de estas últimns décadns acerca de miento de Jo real angustian te de la pulsión: "No, no te como,
la extrema precocidad de las capacidades de percepción no es nad<1, no es cierto", y el "¡Te voy a comer!" cambia de
del lnctanlc cambiaron también la captación que teníamos del registro y se convierte en un beso. Esa anguslia oral es
mundo de la infancia. Si. al octavo dm, el 80~f de las madres recurrente en Brian; en determinados momentos de la cura
reconocen por el olor la ropa intenor de su bebé, a los seis \'Ciamos cómo se atenuaba y Juego desaparecía. El objeto
días el bebé se vuelve hacia la ropa impregnada por el olor oral se ha borrado de Jo real, va a metabolizarse en las
de la madre, rechazando las demás. Pero el más importante estructuras fanlasmáticas y a convertirse en objeto causa
signo de reconocimiento entre la madre y el recién nacido es de deseo <lo erótico del beso).

62 63
1111.1 ol"1·rvuuon realizada por Brazelton permite captar 11111 ente el mnlestar en una especie de pasa,¡e r
1111·¡111 hu~tuqué punto la calidad de esos primerosintcrcam· ,,... d1nto.
l1111s r1•sult.a determinante para la evolución del joven sujeto. S1 tomamos la misma secuencia a los cinco meses, el 1.
Un equipo norteamericano que trabajaba con Brazelton 110 -.110 anl1c1pa smo qui' 111/erpreta el comportanucnto d~ 1..
p1d1ó o madres sentados frente a sus bebés instalados en una mndrc: ella llega, él le tiende los bruzog, le ve un rostro un·
sillita que los miraran con rostro impasible durante dos o 11 1hlC' que no reconoce. Luego dC' un momento de pcrph~JI
tres minutos. Veamos lo que relata: "Cuando la madre en· ¡( 11l 1'n el qu<' parece plantearse 1as prcgun as ¡,que. pasa.?" ,
t "
traba, el bebé alzaba la vista hacia ella, la miraba a los ojos • ,., cierto'!", "¿es para rt•írnos?'', estalla de risu, lo que
1
y sonreía. Esa mirada era recibida por un rostro que parecía I' 1 ,, Lea la pregunta"¿lo está~ h_aciendo en se.río?". L~ madre
u.n a máscara. Rápidamente el bebé desviaba la vista y se ,..,.,ne o no. De ese modo se "enJica la capacidad de mterro-
quedaba quieto, con un aspecto de seriedad en el rostro, luego ~·".;"n y juicio que eXJslc a una edad muy precoz. Imagine·
la mirada volvía hacia el rostro de la madre, con las cejas y "''" ahora que la madre este efcct1vl1mcnte preocupada o
los párpados muy a rqueados, mientras brazos y manos l nste ese din, que no tenga ganas dejugar; es seguro que ese
comenzaban a tenderse en eso dirección. De pronto bajaba la ""'º de cmco meses encontrará otros recursos: lomará el
vista y giraba la mirada con rapidez. Terminaba replegándo- d u pete lobJeto trans1c1onnll, se chupara el pulgar_ para
se por completo sobre sí mismo, el cuerpo se abatía y se , , nsolarse. se adormC'Ccrá fantaseando una s1luac1on de
acurrucaba. Dejaba de mirar a la madre y su rostro adoptaba pmxim1d:id 1·cin la madrl', tal vez llorl' pura llamnr su aten·
una expresión desesperada y cerrada". Esas reacciones s e r1ón 1 ele.
observan en los bebés a partir de las dos o tres semanas. En esas dos observaciones nos enfrentamos a rl'lnciones
Si la experiencia se prolonga demasiado, el bebé se vuelve madre-niño que pueden calificarse como "normnlc>1" El niño
y vomita. La misma experiencia en un bebé de cinco meses perturba porque el comportamiento de la rnudr~ cambia,
resulta completamente diferente; después de un minuto y •leja de encontrar en clln al personnJ.l' fam1har 1 ero en el
medio termina por sonreír brevemente, luego estalla en !'aso de Brinn los primeros intel'Camb10R resullt\n murcados
carcajadas, lo que a menudo tiene la consecuencia de que por clificultudcs de una y olra parte. Una separación precoz
le impide a la madre seguir manteniendo el rostro 1mpa· "º le pcrm1!tó al nillo nnudar los primeros lazos que le
si ble. m.eguraran una madre cálida; el recncuen~rocon una madre
Esta observación pone de relieve evidencias que se suelen desconocida luego de un periodo de hosp1taltzac1ón estuvo
olvidar. Vemos, por ejemplo, que desde las tres semanas, el marcado por In angustia de muerte. Con la obHervación de
niño reacciona en espejo y de manera intensa ante las emo· llrazelton constatamos que a los cinco meses, cuando el niño
ciones que percibe en el rostro materno. Lo vemos anticipar ha hecho un buen comwnzo, cuando ya ha adquirido una
una situación: la madre se acerca, él espera que ocurra lo que ..guridod d1• hase, se encuentra en condicione,.; dC' tolerar la
de costumbre, la sonrisa, el somdo de la voz o ser Lomado en :iusencia del Otro, llene a su disposición lo que puede tener
brazos. Si esto no ocurre, percibe un cambio en la actitud un adulto unte la frustrnción: la actividad de pensar, la
materna, se siente frustrado, se repliega, se aísla. Es posible cnpacidnd de sentirn¡. bien consigo nusmo, el rccur~o a lo
imaginar qué se produce cuando en un momento determina- imagin;u-io El niño de cinco meses ya puede simbolizar la
do una madre cae en la depresión mientras continúa ocupán· :mscncia, llene su mundo interior, hn interiorizado el lazo y
dose de su hijo. Señalemos también que si la situación puede fantn,ear la presencia materna gracias, por ejemplo,
persiste, C'l niño se aparta, vomita, su cuerpo expresa direc· n un objeto pcqucfio, un trozo de frazada, la orcJa del osito,

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11111•ltj1111111'I ' " ' il1 •11o1minamos transicionnl. Ei><' objNo es al mrol 11 de un profundo mal-estar. con un scnt1mirnto dt•
1111 11111 l ll 111po 1 xl1·nor al sujeto e "íntf.'rno" a cnu,;11 de su 11!.11 lono l' tn&cguridad. En la época en que transcurna t•sta
11 t· t •ni 11 1011 ps1qmc11. Es e\•ocación del pl'rsonajc del que h1 1un11. la anb'llSLía del lactante separado de ltt madr<' en l'I
ti• 111 ndr 11~ocwdo a un placer del propio cu!'rpo, sucdó11, 111111·1 nto del nncimrento era poco tenida en cuenta: para
• I 1 in11 l 11 r del chupete. contacto. bienestar que garantiza ~' 11 r Ja;: recaidas de mfcccíones era aislado y los cuidados
In ro l'll<'ll<'ntros fantasmáticos del lazo primill\'O. 1.lí•li os on1paban un lugar prioritario. El personal que
L1 modo con que una madre ,;e ocupa de su hi10 transpa- 11.1l>.11aha <'111'$118 Ralas no se encontraba formado, como en
' ""'' ' l.1calidad de ~u \inculo con él. En la prinwra consulta In .1rt11alídad, para c.;tnhlecer con él un lazo de matt-rnidnd
' ' ·' 1-~ posible advertir la naturaleza de ese vinculo por la 111... rcrc11110 y rnntinuo. Al reencontrar a l¡i mudrl' c>ncu1•ntrn
manera en que lo sostiene, en que "e dirige ¡1 d. por C'I modo , 1 1¡11· 1e1. Rc~ordcmos que en los estndos depresivos post
en que hablu al médico del comportamiento y loA progresos pa rlo. el pror10 nilio se vuelvo depresivo si so lnmtmtc Ju
de su h ijo, por lit cmoción que manifiesta en l•I rccu!'rdo de las 111 .idn• c•s ciu1cn se oc·upa de su cuidado; la sc11oru U. v1vin
circunstnncins de su llegada al mundo, etc Jo:n su act ividad h ¡ns de sl1 fiuni lin y no pudo tener a 8u madrr JUIÜO n c ll n
como madr·<' le 1ransmite lo más intimo qu~ cx1str en <'lla, la ¡o;11 11 c¡ul' i<<' ocupara de l n1fio. . .
rcviviHcencia de su propio vínculo con i:;u mndre, la natura- J·:n esa~ pNturhnrioncs relacionales prccoccs, rl nmo solo
lrzn dti su A pu lsiones. de sus deseos. de sus exp1•ctnt 1vas. l ll l ll' n Bu drspo'1ct6n las manifostacioncs cnrponilt•s pnrn
Pura Briun y su madre, los primeros contm'lris fueron un lracc r~•· nír. En Brinn ~on las insomnios, los gritos, la ngita-
mnl cncut•nlro coloc;ido bajo el signo de l;1 m11C'rk. Es ' 11111, las difkultndl's pura alimentan;e. Esas m11111ft•stat'iO·
probable que la presencia de ese ní1io, cuando In ~eñorn B. lo nes rcíuc11an f') fostidio de los padre:<. Son conocidos los
reencuentra tras la convalecencia. haya dcspcrlndo t•n t•lla , luto.~ dt•\·astadorcs dl'I insomnio en los miembros d1' unn
las angustias de muerte vividas en el momento dc·I parlo. f,1m1ha, l11s ¡:1 ito,; lfU<' impiden dmmir a tod1!s, las "ga~n_s d1·
Ese niño e'tuvo a punto de matarlu. En la cura de Brian mn t.u" ni causanh• d1· todas esas molestias. l.os nmos
lu muerte sicmpr<' se halla presente: mu1·rtc dt• la bruja: l!C !pe;11ln~· a nwnudo lo son duran le la noclw pnrn "hac~rlos
muerte de los nitios-fantasmas. muertf.' de todns lus muje- »a liar", maltrato n1~'!1s t•fcctos de\·astadorcs sohn• rl sisl<'·
r('!-<. Si hicn Ju prest'ncia del bebé. al que dc~cuhrc• dt•spuc"s de m .1 m•r\•ioso rt·ntrnl son bien conocidos.
un tit•mpo dC' st•paración, despicrla f'n rila st•nhmit•ntos
hostil!'s, en cambio es bien pos ible que el propio pndrc quiera
n <'<t• ni no qut• estuvo a punto de mu Lar n su mujrr, lo 1111smo
succel1• con 111~ abuelos maternos quicnt•s, por su pnr-te, El lcnb'l!<ljc d!'I c·ucrpo
estuvieron a punto ele perder a la hija He consNvun en In
mcmorill c~ns situaciones dramáticas de nntuño. cuando
lodo se fll'l'Sfn/aba mal y se pcd1a al pudre qu!' (•ligit•rn e>nlrc Plank:imos ):1 pn•¡.¡unta: ¿por qué en Rrinn el cuerpo ><l'gu1rá
la vid ti d1•l n111o y la de la madre. Cuando lo mut•rt1• st• codea c,.;tnndo $i1·111prc t•n (')primer plano de sus "intomas'? Cris1~
ele <''C modo con la vida. el traumatismo sit•mpn• deja _,cudol'ptk-pti1·as, perturbaciones intestin;1k•s. 1•spasmos de
huellu~ . >ollozo. <'lt' )>;u-:1 t·nlcnder esta fijación. hahria que mtc1TO·
A mi juicio estn relación inicial se cncuentm marcada, gar,;c art·rca dt• la mnncra en que el niño pequc1in construye
puc;<- por!') dl'snmor de una madre depn·~Í\'a Por ~u parte, ~u imagt•n <ll'I cm•rpo, cómo llega a habitar •·~" cut•rpo, a
el ntilo, 3foctudo por la internación <'n el ho,p1tnl , ~·· hnlln t•n hacerlo suyo , n c¡Ut>rcrlo y a disfrutar dt• <') Enca1 amos aqui

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In ~, 1 •I 1111 l 1 r"nMI 1ucrtl\11 11111 n,tsta llamada primaria, 11 rnirnte el proceso). Para esa dl'C(Jdificación s1gnificant.e,
t1111 ll 11'1111111 11111o111.11l1011<'1 t•spejo; aun no astamo!I en 11,.111· unir y desunir, d1l'ho de otro modo, debe establecer
I • '" 11 • ,, 1 ¡1 1 11111, 111111 .. n 1111:1 imagen inconsciente del ''''""es y st•parnciones entre los significantes. Este trabaJo
' "
! 1 l 1 1 11 All 111\T"I" eJ •csl..'1d10 del espCJO", habla del
11!1111111111111 p111 parte del mno de su imagen en el espeJo
d1• -.mbolazarnin implica In represion de los errores asocia-
l1\'11s; es el pr<>cio que ~(' dt'be pagar para tener acce~o a la
pu' ?bra Esa~ asociaciones incongruentes que reprime se
1 1 111 111• 11<'110 \' 111~ dieciocho meses-y del l(OZOso reconoci· 1·m·uentrnn rn la res<' l-Vll 1nconscienl<' ni mismo lllttlo que
1111111111 ,¡,, ''"" rnu11{en como la suya. Lacan hace de ese 11 1 ~ pensnm1enlos durante el suc11o !el proc:t's<> prirna!·io
111111111•11! o una dupa esencinl en el desarrollo del sujeto; es d1•"t·ripto por F'reud y n•tomado por l.ncan con t•I lénruno
111 mcnrn•Hlo en que el niño se aprehende en una imagen "/11/engua ·1. Gracias a dicho trabajo de simbolt1ación, el
11111f1r ""' de !!i mismo; hasta ent-0nces sólo tenia una visión AllJl'to accedl' al orden lógico Cla Ley dt·I discurso) y a partir
1111~1111'11lada de su cuerpo, al sólo percibir sus m1cmbrus y su 11,. e~tt' ht•cho ingresa en el proceso s1•1·1111dario.
""'"· yn que su rostro le result<1b¡¡ desconocido. Esta prime- Estas doR operacioncH de enlncc-scparac ion que se re·
ra C•tplación mediante la imagen es e l modelo sobre e l que ll1·r1:a sirnullancamcnH• al objeto y fil frng11a11· se interpe·
todo ser va a construir su yo; desde entonces se ve desd<> el nrtran y son en un todo solidflria.' la 11na con la otra El
lugar l'n que el otro lo v~. El yo siempre está ligado a la r ~o de S1lv1a. del que doy cuenta <>n Un nuio psicótico,
representación, en suma, a todo lo que constituye el narc1sts· 1¡, muestrn q11e, cuando rstas dos opr-rncion!'s fracnsnn,
mo sccu11dario: dicho de otra manera, el amor propio. 'l'odo puede obs1•rvarsc lo qut• sería e l grntlo cero de 111 subjcli·
lo que tiene que ver con las cntegorias del yo ly no del sujeto} \ lCión.
estü ubicado en las 111slanc1as ima¡rinarias Si bien en l'I proc<'st> di' construcc1on dt•I suJcln a menudo
Para l'Xtsltr, para l'ncontrar su lugar y ~u identidad, el ~e· evoca la .•C'parac1011 !In imposible separación dl' In madre
niño d<:bc emprender, desde su llegada al mundo, la búsque· 1· 11 el niño m1lasta. la f:tH<' de separll('ión-indiv1duac1ón en
da de sentido, drb<' encontrar un orden C'n lo que se le !\largarct Mnh lcr, etc.), Ruclc olvidm'!lc demasiado la noción dr
presenla al comienzo como un caos. Para ese trabnJo dl' enlace v su mccanisn10; ahoru bi!'n, h:ihlrtr d!• s1•paración
decod1ficación se \'tlll' de dos opcracionl's que se encuentran es hablar dt• enlace. pues no puede ~cr separado nada que
asociadas y son complement.'lr1a~· el 1m/ac·1· y la separacttin, •in tes no hnva sido enlazado. Las dos nperaciones son conco·
operaciones que conciern<'n tanto a los obJclos <objetos cor- nutantcs. tit'mos visto que, si la i;cparación de la madre Re
porales y objetos de l mundo exterior) como ni le11gua.1e ~;1 rcnlizab::i ~111 problemnR n los cinco nl<'R<'s, se ddiin a quC' e l
enlace• y la separación del objeto son occcsnrios pana In niño ya poscta un sentimiento de identidad y recursos
construcción de la imagen inccmsc1ente del cuerpo. lo "fut'ra .,ubjeti,·os que le pcrmataan dominar l:i ausencia, eslo gra·
del cut·rpo" de Lncan. El enlace y la separación de los ias a los la10~ establecidos con el nmbiente y n su in;:crip-
significantes lahenución significante) y la represión <1uc ción en esa red conslttuidil por mülttplcs cnlnccR 11ue ya ha
la sigue son necesarios para la captación del sentido. Son htR «Stablecido con el mundo.
dos "opl'facioncs de causación del sujeto" lcfr. en Escrito.~. Estos proc!'sos de enlace consii<lcn, para e l n•cil'n nacido,
"Posición del inconsciente"). 1•n constnurse una red asociat1\'a a partir de todos los
Rc('ordaré rápidamente el trabaJO sobre la lengua (aliena· (')ementos que llegan hnsta él; por <>j<>mplo, el placer de la
ción significante) que el niño drbc cumplir para tener ac- ,ucc1ón y de la alimentaciün estara nsoci::ido a la contempla-
ceso ul >entido <cír. Un niño µ1iicót1c:a, donde un al icé dclcn i· rión del rostro de la nu1drl' y a un rntcn·ambio de n11 radas con

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, 111 1'111 1111 101111 ya lt11ismotiempovcsusonrisa.observa mn• 11 veces en la cura analítica, en ciertos momentos
•••N t· lt 11 1~ \ nid1 1 .u \'OZ cuando se clirige a él. Sabemos
f' r 11 /Hl icos privilegiados; el levantamiento de la represión
11•·•, 11 mn1lr• 111 ,,. demiradaausente.dejacnel niño un ""' 11¡wrtura-cierre del inconsciente. Llamamos gozo a esa
1 111! ¡J" 11" Jo ll' reconocimiento del Otro se amplío con ''11111nón pura senalarque es la marca do un acercamiento al
' 1 lt'l. n i 1111·dw que lo rodea: lugares, objetos, p<'rsonas. 1111·1111Hcicntc. (Esa emoción puede emparentarse con la emo·
l 1 1111rnu• 111•1t >tro en el sentido del "gran Otro'', expresión '11111 l!stética.)
11•ll' I' 11!111 por 1.acan para designar lo que permite ul sujeto t ' 111mdo lleva a los labios una cucharada de té donde dejó
111111111nt l.1 1.cy. tanto la ley del lenguaje como la ley del 11hl.1ndarse un trozo de magdalena, Prousl experimenta una
el• '' " A partir d<' esa figura de referencia, el nit\o podrá •••nsación extraña: "1 ... 1en el mismo mi;lante en que el sorbo
1m do·r al registro simbólico e inscribirse en el orden de las 1111·1dado con migas de pastel tocóm1 paladar, me estremecí,
~:· 1wraciones. La madre, su sustituto, el padre también, r1111rcntrado en lo extraordinario que se producía dentro de
11111~· a menudo encornan la figure dC'I gran Otro. 1111 Un delicioso placer me había invadido, aislado, sin la
Al llegar a l mundo, e l peque1io humano es sumergido en 11111·i6n de causa. De pronto ese placc-r me había vue lto
un mundo donde hormiguean los m<'nsajcs; no tendrñ des· 1111hfl.'rentes las vicisitudes de la vida, inofensivos sus desas·
canso en la tarea de asociarlos y seleccionarlos. La voz grave '"' ilusoria su brevedad, del mismo modo que opera el
del padre. por CJemplo, que el niño !'scuchó in utero ( p<>rcep· umnr colmándome de una preciosa esencia; o, tal vez, esa
ción pnYileg¡ada de sonidos graves>, rlipidamentc serü iden- ~«·ncia no estaba en m1· esa esencia era yo".' Intenta
tificada. Comumzn entonces todo un trabajo de dt>Rplaza- •··producir la sensación, hace el vacío en su esptritu; no lo
miento, de sustitución, de separación; se crean cadenas lugra: "experimento resistencia y oigo el rumor de lasdistnn·
nsociativas ni tiempo que otras rcRultan borradaH. Yn no se nns atravesadas".
encuentra la modrc; la ha prrchdo pero tambit<n la ha Esta brusca inmersión en esa Otra parte todos podemos
evocado, reencontrado. La articulación de los objetos susti· nvirla en un determinado momento de In vida o sobre el
lutivos se constituye en series metafóricas y metonunicas: thván, pues no dep<'ndc en nada de la voluntad; de pronto la
leche, biberón, olor. contacto corporal, voz. palabras oídas, .1mnesin desapnrece. cae la resL~tenc1a y ocurre la brusca
zonas erógenas de su cuerpo eYocan la prcsencia-aus1•ncia irrupción de un mundo al mismo licmpoextrario y fam11Lar
de la madre. Pero todas estas inscripciones se pierden en la Lacan habla de "sorpresa", de "latido" prira calificar esa
noche de los tiempos, la represión las borra. En el/ns"' sujeto 11per/11ra.-cierre del inconsciente. Los psicoanu listas no ren<'·
se constituye y .~e desconoce tJI mismo tiempo. En el análisis, ¡.:arün de la fórmula de Proust, "esa '"~•·ru·ia 110 estaba en mt:
purtirá a la búsqueda de esas huellas en los laberintos de su 1•sn esencia ero yo", para expresar que ese mundo perdido
deseo yde sus sinLomns. Proust pasó años a la "Búsqueda" de constituye la propia estructura del suj~t.o Del inconsciente
esas huellas para construir su obra se hu dicho que es "la memoria del olvido"
Proust tiene In facultad que poca gente posee de hacer En la continuación de su relato, Prousl compara la celo·
resurgir recuerdos reprimidos a partir de una percepción s1ón de la serie de asociaciones que surge- n partir del gusto
actual. Un olor, un mido, el gusto de una magdalena sumcr· del t~ y de la magdalena con los papelitos indistintos que los
gida en una laza de i,é despiertan <'n él todo un pas:ido que japoneses ponen en un recipiente de agua y que "apenas se
se ha ido; nacen visiones, nuevas sensaciones y en medio de los sumerge, se estiran, se en roscan, se colorean, se clif'crcn·
una emoción inlC"nsa, hecha de "luz" y de "gozo", se produce
esa reminiscencia. Ese fenómeno se pan:~ce al que obsC'rva- 1 ~1urcel Prou.sL, Del lucln tlr Su.·ann

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t 111n.10c11nV1P111101·11 llores. en casas, en pcrsonajcsconsis- 111• ''" nlgunos dt' los paseos por los alrededores d<' la nudH<I
lo 1111ny11•r1111111·1loles, del mismo modo ocurre entonces con 1lo111le vo era tun feliz cuando era pcqueno, o se hallaban tan
1111111 la• ílnro·~ dt• nuestro jardm y con las d<>I parque de ,.,10 1·1i ese pais imaginario donde. mucho después. yo sona •
•W111111) la• 11111fi·;is de la \'i\'onne. y con la buena gente del 1111 ,1 mamá tan enferma.junto a un higo. en un hosquc donde
¡1111'!1111 ~ 1111M casitas y la iglesia y todo C:ombrny y sus hulna luz toda la noche. país solamente sonado pero casi tan
11ltrd11lt111•M, todo bO que cobra forma y solid<>z ha salido, r••al como el p:11s el~ mi infancia, que entonces ya no era más
t"1111l.1cl \' ¡111dmc·s. de mi taza de té". •tll<' un sueno? No lo sé". La expresión s<• halla menos
Voh • 'PIU> a encontrar aqui la serie asocia ti\•!\ que descri· l111haJad<l aqu1 qu<' <'n A lo .~nntbra de las muchachas rn f7or.
'''" 1·111•11111111 pequeflo: un gusto llama a una voz que evoca p• '" sP dt•spn•ncle de este pasaje un nccnto de verdad que
111111 pn•s1·nc1a. un medio, un bien-estar Co un sul'rimiC'nlo. en •·udvl' a cnconl rarsl'<'n el capítulo "ConYernuc1ón con mamá".
1·1 casod<• Hnan l. Un elemento exterior, un ruido escuchado, Estn "Hu;;queda del tiempo perdido" es "l'l tiempo recupe-
<it·~1>1••1ta otro ruido lejano, "rumor de lns diglancias ntrave· rarlo" de ll\ infancia con toda su maravilla, su mugia y
sadns", die<' l'roust. Ese ruido ya 01do, C8C olor yu percibido N11·111prl.' rsa "luz" que baila los instantes d<• remc•mornc16n;
son "renlcR sin ser actuales": entonces se prnduc<• una "explo· " 1nicntr11~ mc11nn hablaba vo veía e l sol", dice ('11 <'I cnp1tulo
sion de luz". · r 'urwcn•ación con mamá". Esa "luz'' es el amor dr una madre,
A veces In emoción está allí sin que se purcla 1>rec1sar el umor tolal, complicidad, eran "un solo cornzon", "una sola
recuerdo. Muchas veces habla en ~u obra de tres árboles ¡u·rsonn". Dt•sputls d<' la muerte de ;;u padre, s~ va a v1v1r solo
pt•rcibidos en el lransc:urso de un paseo. "M1 l'sp1rilu sentía ron ella durante dos años, solo con Ja "esposa del p;uln•" -<!ice-
que c•ncuhrían algo que no hahía ad\•erl1do"; no consib'UC • cxpn·sión sij.'llilicativa de su relación. Es<' amor magmfica·
re<•ncontr¡1r l'I recuerdo dcs\•anec1do. "Era pn·ciso creer do irmdia ;;ohrP todo lo que lo rodea. lug:m•s, ohjclos.
que provcman de épocas tan lejana" de rm ndu t¡uc el naturaleza . ¿No <•xislira algo de esn madre todo· podt•rosa y
paisajt• t¡Ue los rodl'aba había sido abolido por completo en seductora <·n las mujeres que lo fascinan. como la dm¡u<'sad<'
mi mt•moria y que. como esas páginas que de pront-0 nos t:uermantcs'!
emoc101H1 reencontrar en una obra que.' uno supone no haber No ÍUC' C'l amor de una madre lo que eonorió Bnan. sino mas
leido nunca. sobrenadaban ajenos al olv1clnclo lihro ele mi bien scnllmit•nws host ile!I. Las huellas que dcjnni e~a rl'lación
primero infancia"' en ~u m:nwra dt• cRtnren el mundo i<erón muy d1fC'rt'ntt•s de las
Volvc•mos n cncontral' ese mismo r<' lato en In colección que dcju t•I umor dr una madre a su hiJO quNido
Contra SamteBeuue, donde la factura C!I müH directa; no se
cnc11cnlr11n en í'sic caso la trnnsposición y lns Nust1luciones
de pcrHonajcs que caraderizan lu obru de licc1<ín. Alh vuelve
a conli•snr su fracaso en la mcmorizución de llt¡twllos tres De l cuerpo biológico
,ü·boles .Y ¡1socia a propósito del rl'cucrdo de In madre Al al cuerpo c r ógcno
hahlor ante lodo de los árboles, dice t•slo:" Funtusmus de un
pasado qut'riclo. tan querido que mi coralón lntin hast.a
cstafü1r, mt· tendian los impotentes brazos, como aquellas Hemos querido mostrar que el cuerpo biologico. hcn•<ll'ro del
~ombras t¡uc Eneas encuentra en los 1nficrno~. ;.Los encon- capital gcnc:Lico, no es la "pura realidad." dr un cnl'rpo ma-
terial: sr ahn• al mundo a través de ~us onfic10~. que son
1 ~t.trtcl Pruust , ..\la sümbra d.: la.ti n1utlanc11as: ,...,, flor
Jugarl's dl' mt'diación con el Otro. Desde el pnmcr instante

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do 11 \11111 , l11 M 011111·111• y el cuerpo entl'rO pierden sus In'''"' tao$e en las complejas redes del aparato mental. Existe
r 1111dr11 ~ 11 .. 1i p11 r a n1t:nte orgánicas y fis1ológicn~ para ins- 1 ••·1arnin dr un objeto con otro, pero también de un objeto con
' 111 h 111 1•11llr 11•1l 11•lac1onal. Lacan distingue cuatro partes un H1¡,•1111icante. El niño construye su imagen del cuerpo a partir
d~I n 11 •1•1• rn111u lugares de origen de esa m!'dinción, a los do• '"'n red a,:ociativa eonstitu.ida muy precozmente Hemos
111111 d1•11u11111111 ubJetos "a": son el seno. la mirada, las heces 11l\'11lndo que nuestro cuerpo nos ha sido dado, ¡>('ro que te-
~· 111 \'007. Se podr1an agregar otros: el caudal uretral, la piel, 111•111os que construirlo en lo imaginano y en lo simbólico, que
1I 01111!11, por ejc>mplo. 1l1•l1t·n1os habitarlo, que tenemos que hacerlo nuestro. Se tie~
J<:I propio Lacan dice que su concepción del objeto "a· luvo 11 11 nll"rpo, no se lo es -nos recuerda Lncan-, pues tener un
pur punto dr partida una reflexión acerca d!'I objeto transi- , 111 r po es l<'nl'r una representación, pero es tamb1(jn poder
rionnl de Wmnicotl. 1:11rnr di' o.'I, <'S haber construido un cuerpo libidinal. Es posible
.t::n 1951, Winnicott dio a conocer una comunicación titu- """J.:11H1r el camino que debe recon-cr el sujeto anlcs de que el
lada "Obje tos y fenómenos transicionalcs". Part111 de una , ,·no, ohjl'to nlimt'nticio, se convierta en un objC'lo erótico, nntes
observación banal conocida por todas lrlH madres: la existen- 111· que el objeto de la pulsión oral se metamorfosee 111cnbo de
cia <'n muchos niños de un objeto privilegiado del que no " ' "ciuciom•s y de represiones en objeto causa ele deseo.
pueden pre~cindir. Todos hemos podio ser testigos del dra- Para cuptnr las <'lapas del nacimiento de un ~uj!'to, es
ma, de la anb'llstia y del llanto que puede provocnrla pérdida ¡1n·crno mrnginor lo que vive el niño muy pequeño. Provisto
de \'8e ObJC'to, C'n el momento de dormirse, poreJcmplo. Lo que rlt• una scns1b11idad exacerbada. inteligente, curioso, con
parc>C<' haber concitado el interés de 1..acan en ese tC'xto es la l11dos los ~cntidos despiertos. experimenta pasivamente las
noción de "zona intermedia" entre la madr<' y t•I niño, donde manipulacíon!'s d<' un adulto del que depende.> su vida. Para
se sitúa al mismo tiempo el objeto y la ··ilusi<in". Lacan <'•l' Otro es un objeto soporte de pulsiones y fantasmM, es
entrevé el lugar que puede adoptar tal objeto C'n la teoría del rkrir. un objf'lo de gozo. A partir de esa posición de objeto del
sujeto y completará su alcance con su ronrepc1ón dt>l "gran Otro, C:.I mismo deberá elaborar sus propios objetos y conv<'r-
Otro". En su seminario sobre lo ong11.,lia no d<'ja de subra- t irse en un SUJC'lo entero. Esta experiencia de placer o
yar el caracter "amboceptor" del objeto. El se>no no es la desplacer provenll'nle del Otro lo marcaríi pura s1<'mpre,
madre, tampoco forma parte del cuerpo del nino, pertenece quedara imprt>sa en su cuerpo y en su ser, y durante toda la
a los dos y se convertirá en el objeto en torno a l que sr anuda vida buscartl sus huellas a través de sus expericnci11s cróti-
l'l <•ncucntro entre ambos. El carácter de C'xterioridad del ras y st'nti nwn1!1les. Esa repetición de una vivencia reprimi-
objeto re~ultu fundament.al para comprender lu cvoluci6n, a da es lo que algunos llaman el destino o la /'atolulad. gsas
Rabcr, la mnnera en que "entra en ese campo de rea lización huellas son horradas, reprimidas, pero subNi~tcn en e l in-
del sujeto" (cfr. más adelante el ob1cto mm1d11 <'11 Pnul- consciente y son constituyentes de su división en Sujeto. A
Marwl. A los objetos surgidos del cuerpo nl comienzo 1<igue mc>nudo sr hnhln ele srducción del adullo fre11tr ni niilo (cfr.
una serie de objetos que se asocian y se sustituyrn entre si Freud, Un rcc:uprda i11fa11til de Leonardo do Vim•il:' cómo
para ingresar en las estructuras complejas, tales como la podría ser de otrn manera cuando se mide lu iníluencia del
pulsión, C'l fantasma, el deseo, pero lamb1&n en J,1 organiza- adulto sobre un ~C'r a su merced y In necesidad, por parte de
r1ón ncurcítica; recordemos la función de la oralidad en la este último. de ngradar para existir, pero a \"CCCS también
histt>ria, de la analidad en la neurosis obsesiva.. para ~obrevl\·ir.
E~s objetos serán entonces rápidamente mctabolizados en 1 Sigmund Frt•ud , Un aoutenrr d"t.n(ru1tt de L...:.Onard dt Vine,, Pnrís,
cstructur;1s p~íquicas. Perderán su carácter org,inko para Gallim.ml, 1!127.

74 75
l'nr a llegar a un sujeto, es preciso que el desd1bujam1ento h1rulwrencia. La pintura de Francis Bacon nos deja cnlrcver
clt•I cuerpo real se haya cumplido. Es este lr:1baJO de desdi- lo 11uc puede ser el cuerpo fragmentado del esquizofrénico.
bujamicnlo lo que no se cumple en la p,;icosis y lo que ,\lh nos encontramos frente a los casos !'xtremos de
suh$istt• de manera problemál1ca en casos como el de Brian. Ir ""1s11 constitutivo del sujeto, pero la anguslta existe fuera
Ocurre que un disfuncionamienlo de la rclacion madre-hijo de l.1 psicn<is y ~e convierte en la señal de que "el ser no pudo
impide eH• lrahnjo de apropiación del cuerpo y de separación llo ¡, rula ,;ignificnción". El cuerpo o el mundo que rodea al
del Otro dominador Por ejemplo, cuando l¡¡ relación es pobre ""J•·t(l no pudo cobrar sentido y convertlrse en una rl'alidad
o 111cx1slcnle, o cuando la 'iolcncia del law cl!'sborda las l111111har; la realidad en el sentido en que la ent<>ndcmos es
rnparidadcs ele adaptación del ni1io lnino mullnil;ido, por ""'' espcci<• de In "real domesticado" CLacan) reconstruido
ejemplo>. T:unliién pueden participar otras cnusns de origen poi· rl ps1qu1smo. El caso de Brian ilustra esa folla rn su
div<·r~o ""11uctunic1on: su cuerpo es el lugar de un mlcnHo terror,
¿Qué oc111rc cuando el cuerpo o una dc HU!I purtcs no es urn•do de ser comido, ap lastado. destruido.
tonrndo en cuenta en las estructuras 1muginnrins y s 1mbóli- l>cHafo1tunaclanwnte puede observarse, f'ucrn do los ca-
c11s, cuando hay fullas en la construcción de lo que Lacan ""' de psicosis, on lo que se con,icrtc un ni no en qull'n este
llama el "l"u<•rn de cuerpo"? IDolto halilu de 1mng<'n 111cons- 1>rnceso d1• l•nlnt·C'·Separación no pudo realizarse Cuando no
1·w111<' del cuerpo.J En ese caso no hubo d1•sd1bu;unuento de "\"•le 111nwin11 figura de "gran Otro", cuando el nino es un
lo "real", eso que Lacan definió como "el campo el<• lo que objeto dcscartahle que no Je importa a nadie, entonces no
suhsislc fuC'ra tlc In simbolización". Lu ungu;tm 1•stá siem- puede haber desdibuja.miento del cuerpo-carne, de lo "real"
pre l11tacla al acercamiento a lo "real": ·e~ la firma de la d<• e"' cul'rpo c¡ur no pudo ser tomado por estruclurus s1m-
inmim·nc1a de' lo real", dice. Esa misma C'la~1· dt• angustia es hohcas: la necesidad nunca pasó a l<l demanda y In demanda
la dl'I psicótico; Freud la llamaba "unguBtia del lin del no pudo conv1•rtirse en deseo. Es el caso de los niños ruma-
mundo", otros la llaman angustia de aníquilami1·nto, dt' frag- nos o de esas niñitas chinas, abandonadas <•n t'I momento de
mcntnri1in, dr desintegración. de de~cnca rnacíón, de desmo- su 1wcmurnto y rntregadas al Estado, que pasan por una y
rnnnnm•nl o. Escritores, poetas han inh'lltado d<"cribirla. ulra guardcr1a infantil hasta terminar en "mond!'ros". ni-
A1laud habla "dt• desgarranuento, de pulvenzación cor- 1\os con rrtrr1sos que no interesan a nad1c y no sl' intt•resan
poral", $U cuerpo "ya ha muerto". En él la n•gión anal es por nada. m ~iqnicra por sobrevivir. Retrasados o nut.iRtas.
el lugnr dl•I cuerpo donde subsistl' el imposible rl'al: dice por lo f.ll'll<'ral muC'r('n muy jóvenes. Criados en rcg-1m1entos
<¡l10 "el nno 11icmprc es terror". Esa nnguRtiu también ,.J
a la espera tlP ln muerte, la auscnci(I de inst·r ipcicin en Otro
purdc> sl't" una angustia de despcr~onalizucion, el sujeto no clausuró en e ll os los procesos de subjctivucion; en c,;os casos
se n•ccmo1·1• 11 NI mismo, ya no habita su cuerpo, al que puede se podnu hahlnr de psicosis expcrimcnl(ll 111clucidn.
srnt1r corno un cuerpo máquina !Glcnn Gould conocio esa Sin llt•gar 11 esos abandonos precocC's, una distorsión de
pNturhat'ión hacia los cuarenta y cmco ¡uios. y ~u carrera se las primC'rllS rrlncioncs puede tener cons1•ctwnci:t!I graves
qucliról. Al psicótico le ocurre que ve a un <•xtrm\o en el l'n el desarrollo del niño y marcar todn su rxistl'nr1a. ¡,De qué
espc;o o vr. n su doble, como en el rl•lato de ~lnupassanl El manera los smtomas iban a ponerse en .su lugar y cómo
1-lorlo. l'nra la ni1\a autista. Silvia. cu va histona relnto en podmn l'\'Olucionnr en el caso de Br;;in"!
l/11 1ww ps1<·0/1m. todos los orificios dél cuerpo son lugares
de 1!•1 ror, y C'l IC'nguaje que surge en un ser tan dC'st•st1·uclu-
rado tambii•n rst.ará marcado de'dl• l'I cnmicn7.o por la

'iH 77
Los sín tomas en Brian contaba cuánto In hncfr1 guírír. Esa renuncia al síntoma t•s
dolorn~a; Bnnn nos expresa su sufrimiento cuando nhando-
na los romportumíentos agresivos y destructores: es ncce~n·
Hablando propiamente. los niños no ~e quejan de sus 8tnlO· nocrccery los planetas están ,·acios. Sólo accptn rsn pérdida
mas; ~on su modo de ~cr y. si sufren, esto ocurw sin que cuando ha logrado hacer un trabajo de reconstrucción en
tengun una t•oncicncia muy clara de ello. Por lo g<'neral son ot ra parll',
los pm·ientcs o quienes están más cerca <a vL-ces la l'l'<."t1t•la ) los La naturnll'za del síntoma, esa fuerz;1 que han• actuar al
que resultan molt•stados y piden un tn11;1mH·nto. Bri:m no suj1·tn sin 1¡uc t>l lo sepa, justifica las <.'X presiones c/Íl'o.J•'
expresa sufrin11c>nto alguno. Rólo se queja pnr no ~e>r el que clt'l sujt•to, d11•wtm del sujeto. ese Sujeto al qur Lacan
qu1~icrn ser, ni:¡uanla dificultosamente lt1 11npolt•ncin pnrn d1·11om111a S11.1.-t11 tofi1ado, $ .
rcnltznr suR <kseos, quisiera ;;er amable pt'ro no lo consigue. Volvomos a flrinn. 8n un primer momento sr•n¡il:unoH en
Es también lo que expresan de otro modo los pnricntcs 1·1 una angustia munificsta Olanto. insomnio, t•lc.) que se
adultos. loR que snhen describir su nrnlesl:ll'. ¡,Qui! nos dice 1rnrdc atribuir nl lr;iuma del nacimiento, al aislumic•nto, a l
el ohs<!sivo que se lava las manos decc11;1s d<· vt•t'<'s pu1 di a?: ,ufnn1icnlo fu<1co cunando por la inícccicln v lus mnnio·
"M<' ¡,1Ht aria pnrn r, pe> ro no lo consigo: "" a/1:0 nws /u1'r/t• q11e liras invt1sivns que lt• praclicarcm en el currpo Urir111 ex-
yo·· Es el m1>mo discurso de todos los que son sanrionados presa cnlom~1·s su mnl-cstar mediante unn 1•sp1'Cll' de
por su com1mrtamit·nto des,;ado. juran por todos los dioses pasaje• al neto 1·orpornl a In manera del bebé. qui' rencc10-
que no \'olveran a hacerlo pero indefcctihlnnwnh· n·1ncidi- n.l 111stanl:Í111•anwnte nntc una angustia cxi8tencial. Esa
rán : '"' 111<Í• {m·rlf' l/UC e/los. ¿Qué es eso que resulta m;b '1luación de mah•stnr e inseguridad se a¡:ra\'ara con la
fuerte que su voluntad? con lcnc11)n 1·11 t?I armazón de yeso. Se I<' t1uita o Pst• lnc·
Frl'ud nos 1•11s1'1tó que el síntoma es una formaciün del Lantc lo •tuc pan•cfo ser el fragmento de unn pr11ncra
inl·onscil•nle. d smtoma es un arreglo <¡U<' c•l suj1·lo 1•lahora 11nai::t·n dt•l 1·ut•rpo, la posición fctnl boca abajo l'n <·l lc>cho,
a partir dl'l conflicto entre su problemática i111·011$cienlc y pos1bl1• supl'IVi\'l·ncia de una posición utt•nna , Tamb1t'n se
sus dl'Í<.'nsas, l's la expresión y el rl'grcso de lo rl'primido. En 1.. quila el unirn modo de expresión corporal voluntnrin,
el p!'dófilo n•incid<'nle. por ejemplo, se cnct1t•ntrn In J>Ulsión .rntónnmn la mou·icidnd.
provenwntc de la estructura inconRc1ent<• y 1•1 int<•nto de llay qul' 1111ag11ia1· entonces lo que vive todo lnclnntc. SC'
1·eprcsion: lo ~igu<' el regreso de lo rcpnm1do con t•I p11s11jc a l cncuen t ra 1·11 un <'Stndo de i mpotcncta ahHolutn y total
acto, que i;ii:¡m1 el fracaso de la represión Lncnn hnc1· del dcpcndenna d1•) Otro, quien asegura i;u HupcrvivC'nc ia.
smt.omn In 1111'/li/rwa del sujeto, con lo que qu1c•rc sii.:nificar Esa dcp<!ndencin f!X1stt• lambién en el plano motor: el pcquc-
que el ~1ntomn representa ni sujeto en lo qu<' 1•st1· tu•1w d1• más fto lirnc• n<•<'l'sicl11d dl'I adulto para Rus dl'splnzatn1l'nlos,
vcrdadt•ro y de mas globalizadorC Freud hnhla cl<'Rllbrl'1Íl'lrr- incluso In:; m1nimos. Si bien puede voh-cr la cab1•zn v mover
m11101'm11 drl ~mtoma). Lacan lamb1cn dcc1a . "[)dino el brazos y pi1·111as, en cambio no puede. sm nsis\!'OClll del
sintonu• por el modo en que cada unog1>w d1• <u 111l'1lnsl'Í<'n· adulto, desplazar el cuerpo. Esa incapacidad motriz tic>ne
te. en t;mlo el inconsciente lo determina". El síntoma tiene que ,.,. .. con la falta de maduración de su sistema no:rvio,;o
su m•ccsidod l'n la economía psiquicay hbidinal. encubre en motor. J,;t clt•s1>roporcí<in entre la inmadurrz d<"I :-istt•ma
si mismo un gozo que el sujeto de,;conoce y ul qui• le t'Ul'•ta ncn·ío~n d., r..lat·i<in v l'l desarrollo extn·madanwnte> nvan-
rcnum·uu. Ya en nuestro primer l'ncuentrn ¡x•rdln t•S<' gozo zado de las «;1pacid,;des percepti,·as y sensoriales rc•sult:i
l'n la mirada que Brian dirigía a ~u madrl', t·uando l'lla patento· y nwn•n• rrflexión. La inmo,·1Jizacion dl'I cuerpo y In

í9
pfrd1da d<: l:iR sensaciones cenestésicas rC?forznron <'n Brian nar csm1 pal:ibms; "Si lo digo. entonces será de V!'rdad". dicen.
d ~cn timicnlo de ser un objeto pasivo a merced de Otro llcscubren nsi que la a¡..rresi\·idad fantasmatica no mato
todopod<'roso y p<'ligroso. Esa situación de pasividad forzosa Siemprc lt'ngo el cuidado de hablar con lo" Jóvenes pacicn-
decuplicó en él la angustia ligada a un déficit de estructura- t<'s como hnccn los niño• cuando juegan entre ;11. • D..damo.~
ción de su imagen del cuerpo. Ea efecto. los procesos de <¡lit> yo era el papu (o la mama 1". Siempre empico el condicio-
enlace-sc:-pnración de los que nos hemos ocupado antt•s han nal· "8i est U\'iC'rns en <'I dibujo. ¿dónde te coloca nas'!. ;.quién
sido pcrturbndos u obstaculizados por diferentes razones: te gusta1 ia ser?, si fu!'ras el otro. ;.qué pensarias'!". Es una
hubo <·I trnumn del nacimiento y el aisl<1micnto de los nanera de salir dr lo real, de reubicnr las cosas en el
primeros días, luego la pobreza de los intercambios afoctivos 1ma¡!inano para luego acceder a lo s1mhól1t'o, t'omo pudo
y la aus1•ncin de estimulación con una madre que sufrm de verificarse al final dt• la cura. En esas hislonus, Bru1n yn va
depresión. No existieron entre amboi< esos intt'rcnmbios pomendo c•n formn sus mirdos, sus pulsiont>s; d<•jo <¡u<' los
ludicos que eslunu lan los procesos de simbolización. Pode- relalos se desur·rollt•n mientras obsc!'vo la cvoluc16n Tnm-
mos obsel'vnr, por ejemplo, el modo en qun el pcqur110 1<upel'a bien lo 11w1to n diferenciar los puntos de visto. lns i11te11cio-
las nngusliu~ dt• dcvoración gracias a los juegos compartidos ncs de los personnjes, lo que rompe el goce n•petitivo cll'I
con lu modre, o sus reemplazantes, cuando dl' I "'!'<'como" o fantai;mn fu nclnnwnln l.
"Yo soy el lobo" se pasa a los besos y u los mimos que son Al comienzo. los roles son intercamb1nblcs: el N• tanto <'I
s1ROOS dr amor. El miedo se convierte enlonces <'n gozo y el pcrse1..'t11do 1·omn el prrscguidor Se encuentra al11 lo propio
cu<'rpo u currpo, placcrcomparlido. Todo eso le fultó a Brian. dd fnnlasma, 1•1 sujeto ocupa allt todos los lugares <cfr.
Lacan subraya la importancia del mtercamhio Rimhólico Freud, "Un niño es golpeado"), se lo sicnt1' totalnwnte
m:\s allá drl objrl •"el obJct-0de la frustración" -no~ dice- "es 1mp!tcado t•n la rdaci<in de seducción-agn«ión con su mn-
mrno!4 el objeto que el don, ese don que. si 1'$ aportado como dre, hac<' suya la agresividad pro,•eniente dl'I Olm tomnndo
don, hace dc·svan<'cer al objeto". Ese don e~ el amor de la 1•n su rtll'nta la pulsión morltfcra de la madre; esª"' el 111110
madre. Los objetos corporales no pudil'ron d1·si·am•c·!'rse esp<jo del inconsciente maternal: "Qui<'r<'s que• m1• muera,
entemment<' 1'n el caso de Briao. las ungustias arcaicas quiero q111• ll• m111•r:1"" Otro niño habria podido adoptar muy
subsisten Ccfr las descripciones de Mélanie l<l<'in>. teme ser pronl<> una posición de repliegue aullsta. c•I optó por cl1•frn-
destrmdo. srr comido por el otro, que lodo explote; siempre dersc alnc:111rlo ni OtrO.JuSla devolucion que. ~111 embargo,
eslá all1 el terror ligado al acercamit>11fo d<' fo "ren/" que ahora pockmo~ 11nalizar.
subst.~/1• /iwrn el<' la simbolización.
En la terapia const.ruirá escenarios o pal'l1rdr loR clC'men-
tos que lo ate r rorizan. Se lo ve involucrado en cuerpo y alma
con su mundo de violencia y destrucción. 1lay C'n 61 una llisteriznción d el sín tom a
excitución t¡ue es del orden del gozo mezclado con lo :ingus-
t1a ~~sa put'stn en c'cena que se organiza en rcl;1los fantas-
mahcos es y;1 uno pues la en escena a distancia de la angus- F.n dctl'rminndo momento de la cura ~e perdbc un comienzo
ttu. Esto es posible gracias a la pres!'ncia tranquilizadora del de sepamción. l'I principio de un "de~enganche"; 1·1 n·lato $C
terapeuta'. 1•1 analista está alJi para escuchar y escribir las l'structura. exiskn dos campos bien ctifcr!'nciados, él m:irca
palahras portadoras de ,;oJencia destructiva en tanto luce los límill'~ dl• ambos. Lo~ instrumentos de muerte se ron\·1<'r-
tr;mqualo. incolume. Algunos niño• no se atrev<'n a pronun- ten en ohJClOs corrientes. es po~ible calalo¡:arlos. cscrihir sus

l!O 81
'

nombres. Brinn entra en el orden del mundo, d ordCll !4111 dudn qm• se plantean otras dificultades surgida,;
no se puede ser si mismo y <>l olro, d!'cir una cosa
s1111/1<1/1<·0: dumntc l'St' ¡wriodo, In~ que contribuyeron a \'l.lh·erlo más
y su contrario, lodo puede decirse pero no lodo puede hacer- lr.1211. St! tratu dPI lllb'Teso al jardm de mfantes, donde su
se, existe la prohibición de matar y del lllC<"'tn,y las Lcy<·s del wnornncia di· la ll'ngua lo coloca en una situación de exdu-
lcnguOJl' aurl'n i:ammo al conocímil'nto y a la comunicación. 1nn. ~:s la posición dd pediatra quien. al idcntilicnrsc con los
Podemos phu1teornog Ja cuestión de Ral~r por que lo que p.1drcs de~hordados por el comportomienLO clel nír\o, trata
no l'r;t m:lsquc un mal comienzo en la vida dl' Bnan lu1•go no ''" haccrln callar con un tratamiento que podia cahlicar;;c de
H! arn•glci, l'Omo suele ocurrir a menudo. Al cn·cer. e>I niño ·, halcrn de fut•11a químico", con todas la:< coni;ccu<·ncias
div<•rs1fica su~ comprnmisos afectivos, nc;1 nuevos v1nculos pnlóg<•nas q1ll' hoy si• conocen mejor que rnlonr<'~.
con PI medio que lo rodea, reful'rza sus c;1paridnd!'s de V<'mos pro¡..rr..sivnmentc en Bnan como los smtom:.1" mm-
rcflex1(>n y adquiere un dominio del lcnguajt', lo que le """' d1• {tm11a y pm· cso mismo toman otro sPnt ido. A~1sti~10s
permilc n•parar las huellas de un sufnm1cnto original. 11 grnndescri•is Cl~prctncu larcs, espasmos de sollozo. cstull1dos
Estos son lo~ factores clC' rccupcrnción que 13oris Cyru lm k l'pilcplllom1c••, acddentes somáticos. l<:so~ pcit ur bariont's sr
llama "n•,;ili<'ncin" Pienso que en Bnon ~•· cncucntrnn part•l't'll a n1;u1iÍf'slncioncs histéricas clü~ictl..~. Cl't't:unus a la
vurias razmws pura ese fracaso. h1~kmL d" <'011V!'rsión dc!"Cripln poi' ~'rcud, rn !'llas no ~<'
Anll' todo existieron los azares de lo vicia. 1•11cuPnlra n111r,un:i cr1t1H:l orgánica. ninguna lesmn orgúnica, al
La s<morn B no tuvojunto a ella a "u madre o a 11\lcgran- contmno dt• 111~ "ll·rnimenos psirosom:ilicos·· ( rPSI mmo. por
les d<• SU Íllllllha para apoyarla durnlltl' Jos ffil'S('~ que l' C'mplo. la> afoi:!'iones autoinmunes, la rcdocohtis ht•morrü¡.:i-
siguieron ;11 nncimit'nto de Bi~::in: se cncuntni sola y dl'sam- c:1, l'IC- ll·fr 1·! ca~n d<· Paul-.\larie). Si nos clirrgimos a In><
purada fr<•ntl' a l'Sl' mño difícil. de;:<-n¡x·iom!S de la hi,leria en el adulto. ol>scrvomos que l'I
Cunndu 811nn tiene quince meses. vudvc a qm·rlar <'mua- l>1Rlérirnha<\' lwbl11r 11 sil <W'r¡><J. 51L" manifl'stal'inncs l'!'JX'Clil-
razada;liin duda l'spcra borrar con ese nm•vn nir\o 1:1 doloro- cular<'• mkrpdan al Otro. Ese Otro pucdck:r Dwso la religión
s¡¡ expl'ricncia de su primer embarazo. Biian dl'I"' J>l'ri:iUir en las h111jos o l11s ¡H1H<•ídos de la F:dad M<·din, t•I mt'dico
algo dt• lo qul' ll' C$pera. Suele succ·d<•r qm• lm• hrnnanos neurólogo t·n In:< <•nfonnos de Charcol en la !·folpi•h ii•rc, la
mayores<• veces saben antes qul' l;t m¡odn• <IUl' otro nii\o se r1t·ncia 1111;clic·:i 1·11 los bisté1;cos de hoy con sus nrsis dt' t('(ama.
cncui•nlrn t•n camino; se trato de una ous1'rvuc1cin corricnlC' su-< multipl<·s p1•rlurbnc1ones fisicas que hacen 11parccer a
que l"nuwoiRc Dollo ha .-ubrayado a rncnutlo. l'll'nsu que el '''C'l'S h1111:111ncll'I 1·1rn,1ni10. Por lo general rl Otro !'Sta r<'Jll'<'scn-
narim11·nlo de ese segundo nii10 ÍIJrtni <h•fí111tivanwntc• lo tado por unu lif..'Ul'a dl• Muestro, curn, medi<'º o pnrh•11t1m•
n• lacicin coníl1ctiv:i que Briun nwnlit•nc con !u madn', pues sl"Wtll id<'alizado, junto al que el hiHlcirico sr pn•sc•rlln como
C'll rs1• monwnto toma conciencia rl!' lo c111c• Jp /ii/ln: el amor ol>i1•/11d1•d'"'"'1, t mt anclo dt• man tener es<' desl'O t•n un t•~lado de
de l'Sll nrndrc. Observa de t•1su 1tiene dos m1o"l los cuidados 1n"·•al1~fru.·t.·iun paru quP se in:-;ta1C' y no st"l a~otc• tn:i.., , 'l'o<los los.
qLH' Piia 11' prodiga al recién llegado. Ja lernura que Je rít•ctos di• dmnt:ll i,adiln Rirven pnra ,;oslcn<'•' !'l lazo con csr
m:m i fir:<ta. l.a en \'ldia. los celos son frror1•s. 1Iahn a qunido Otro nI q u1• "' lll'!'<'~:llW si multáncamcn le scclucir y t'(/s/ror: es
estar en cl lugar de aquel mño. quiere cn'<·r que es su conocido hasta qtu~ punto lu~ hi~térico~ pueden ¡xmer l'llJnquc
gc111clo y que habita la misma cásrnra de hul'rn. l'l'ro la el "s1be1" d1·l <>lrn
rC'ahdad lo \'Uel\'e a atrapar. nunca sera l'I hijo qu<'rido; :<u;-; En Bri:m se 1•ncucntra lo esencial de e~a c~tructura
ganas dt• ,.<·r desaparecer al ri,·al lo ~u¡l!'rnn, no deja de neur•ltica.
agrcd1rlo. dt• golpearlo, de mord1•rlo. Bri;in Sl' prl'5Pntu l'nmo el objeto masoquístu clo i<u madre.
La primera vivencia de su cu¡•rpo que sufre de,;de <'i primer rlo por el hecho de que ese síntoma '<'11 somático. En efrclo.
dia adoptará desde enlonct>s un sentido nuevo; el cuerpo c•omo podría una madre pen::;.u que su relación con el mrio se
enfermo >crvirá para i11terptlar a la madre. A través de cncut>ntm en el origeo de la rnfcrmcdad. La represión
los smtomas él le reclama omor y. en su defecto, alt>nción. 1111is1va de su implicación plantea un problema para rl
Los sin tomas le sirwn para consoladar su vínculo con ella; t nt,1micnto psicológico de tocias las ufrcciones somaticu~ de
la acapara, no la suelta, la obliga a dedicarle alenci(}ll en 1.1 mfnnciCl. Analizaremos la posición ele la madre de l'aul·
lodo momento, la tiene c;1s1 a su me rced; despC'rlar~c de ~hmc n propósito del eczema de ~u hijo.
nodw, In negativa a nl i mentu rse, las peligrosaM ugrc~mnes l'roi;iµue Lucan: "La parle tomntla del deseo de la madre
al lll'rmano, las injurias, ele. Se in~tala una relación l'i rcular si no tirnc mediación <la que nonnolmenle resulta asl"gu
v ¡• n l'I la ya no se sahe q uil'n 1•s el perseguidor. el n¡:rl•sor. la rad.i por la función del padre 1 <leja al niño abierto a todos
~·ictima. !.;l trabajodc unali~1s \·a a servir para poner !in a l'sa los asaltos fanlasmático~. Se convlC'rte en 'el objeto' di• 111
n•lac1ón rn l<t que cada uno el<' los dos e ,.¡prisionero del otro. nrndre y no liene otra función que la de re,·elar la verdad d1•
Es preciso plantean;e la cuestión de saber por qui! esa ese objeto".
n•lac1ón ~<'lijó y se mantuvo clur<tntr ai'ios. Brian no dcjaní de situarst• t•nmo ob1r>ta ret•elador c/1• /et
Rl•cordaré aqw algun:1s rcíl<•x1one~ de Lacan t"Dos notas pu/.'1(111 m1wl1/era de la madn!. La mi·tliación Ha func1ún de
sohre !'i niño", en Um1c·(lr'. n" 7¡ acerca del orig¡•n del tercero) ~e rcaliw en su caso a tmv1•s de la inlervcnción de• líl
1111llomu en el nii\o, lcxlo que siempre me parcci<i muy analista, l(\iicn pudo, llegado 1•1 momento, born11·sl• paru
il11n11nndor para ahordor la 1·1H•st16n. d1•jnr el lugnr ni podre, Jugar <ilW 1·se padre no hahia conHl'"
'' l~l smloma en el mno ~e encuentra en s1tuuc1l>n de ¡,•u ido lomar, a raíz de l.i fuc1·ia d1•l vincu lo patógeno madrn
n•sponder a lo qul' hn) dP sintomático en la rsln11·tura hijo, a pesar del amor qul' exp1•rmu:ntaba hacia :su hijo.
fomtltar ... El síntoma. en ¡;l .;e encuentra el hecho ck In
<'xpcríc-ncin analítica;"'' ch-linc 1•n ese contexto como rcpre-
i<cnlnnte de In verdad El Slllloma puede reprc·«~ntar la
verdad de la pareja familiar Es el caso má.-; comph•jo, pero Sep araci ón y r eeonstruccion l'n In cur a
tumbién el más abierto para nuestras intcrvencHmt•s. La
arti1·ulnl'i<in se rcdul'C en mucho cuando el smlom;1 que
vienen predominar prov1c1ll' d<.' In subjetividad de la madre. Dcsd<' C'I romil'nzo de la cuni, a l po1wr !'11 <'Sccna a sus fantm;.
Ac¡t11, funciona dircclanwntc como correlativo ele un funt na- mus, losnlcja. I;;n el relato, al comil'nzo se lo ve por todas part ..s,
11\ll on l'I que el ni110 se hril la interesado". luego poco n poco identifica loH role>' y lnR personas.ya no toll·rn
Cuando Lacun habla <le 1•1·rdad se trata de la V!'rclad del cncontrnrs!' <'n esa confu.~ión imai,'Ín:uia
mmnsm•nte. B1ian cncnm; 1c•I objc·to de la pul~ión y drl fu n la sma Existió ¡•l trnbajo en la sesión, J>NO también ocun-ió el
materno. puls1ón morlilcrn como hemos podido wr. Los hecho de escuchar a la madr<' hahl11r a la nnalisla. habl<ir ele
~11\Lomas de Brian por cierto qui• son una rcs¡mi•stn d1ruta ~u tiUfrim1cnto. del de,;eo de ,.<'r a Brian salir de todo aqu1·llu,
(1 fo 1'rt1blc•111ati<·a i11m11S<'t1'11/1• de la madre. ele su impotencia, elementos que loH ayudan, a una y al otro.
Lac;lll también pon<• l'l aet•nlo en el "smloma sumcil1l·o a dcsprl"ndcrsc de su relación pasional. Cuando él oye a los
Jqur 1da el máximo de garnntias a ese dcsconoc1miento" C'on padres hahlar dr él, el niño ~e ve dl•sdc el lugar donde otroK
1·~11 quiere decimos qul' d drsconocimient.o del impa<'lo del lo ven. A cnntinu:ición, al comentar <'Has manifeslac10nC's en
incnn~cirntc materno sohn· l'l Rintoma del ni no l'slü reforza- la ses1cm, puede criticarl as y uSJ cl1stonciarsc de su posic10n

IH
alienante, advirtiendo que su historio no es en absoluto la de LYDIA
su~ progenitores. Si la sepa.ración pudo realizan-e fue por-
que un padre estuvo allí para recibirlo y sostener su puesta ¿POR QUÉ LYDIA NO CONSIGUE
en marcha. Brian ~uperó el enfrentamiento im aginario con t•:NTENDER EN LA CLASE?
la madre y poco 11 poco foe inscribiéndose en el orden
simbólico: el lenguaje, el escrito, la ley, la castración, progre-
si\•amente van Riendo interiorizados; a partir de entonces
put>de situarse dt>l lado de los hombrt•s libres
Podríamos expresarlo de otra mant'ra· Brian renunció a
poseer a su msdrt'. Se encuentra en camino de resolver su
problemática ed1p1ca Esa salida del Edipo por cierto que
tk•jurá huellas. aunque ignoramos cuá les, yél mismo tampo-
co lo sabn\ nunca; todo quedará borr11do por la reprc8ión.
Suele suced<'r que veamos muchos años después u ni1\os t.ycha tiene nueve anos. Es una morochitn de roslro severo,
que atendimos en una terapia. Siempre resultasorprcndcn- vwnc acompañada por el padre, acerca ~u "illn a la de él y no
Lc constatar los anierdos que han elaborado con esa primC'ra le saca la mirada de cncimn mientras él me habla. El médico
vivencia, cómo «u degeo se encuentra orientado hacia ella, chnaco, c>n concordnncin con el C:\IPP <Centro Médico Psico-
ns1 como sus opciont's de vida Rin que puedan capt.nr el llt'dagó¡,.;co), me la envía parn una ps1colcrupia. De hecho ha
encadenamiento. Son esos recuerdo• reprimidos que el odul- sido nlcndida desde hnce varios ai1os t'n CC'ntros de tipo
1o t•nlrcvé o recon•lruye durante d lrunscurso de su análi- mc'd ico-pcdagóg1co ct>rconos a los lugares donde ha vivido,
i;is. Si es poeta, snbrá sublimarlo• t•n una obra d,· 111'le. pero <?sto no dio gran r<>sultado. Ha hecho muy pocos progre-
Prousl es uno de l'llos. .:os y t<'rmina desesperando tanto a lol:< mactitros que se han
ocupado de ella como a las distintas cncul)tndas de "apoyar-
la- qu<' han trabajado con su caso. Rc>p1te Curso Medio 2 y su
futuro escolar parC'CC comprometido. El ('~!PP re puso <'n
contn<'to con el medico de familia para consultnr su opini!in
Acon~cja una psicoterapia y está de ucu!'rdo con el equipo
qui' mC' la deriva.
El padre me cuenta la trayectoria de Lydin. '"re nía dificu I
tndcs para integrar~<' d!'sde el jardm de infnntes, ya tenia
retra~os en el nivel de grafismos y. ademcis, introdujeron In
informática". Y ah1 el señor L. critica con \'Chemencia los
métodos de aprendizaJ<' <'scolar: "Fui yo quien decidió cam-
binrla de escuela", dice. Esns criticas son desestabilizadoras
parn un niño; en efecto, ¿cómo asumir un nprrndizajc fut•1·-
tcmcnte cuestionado pm·quicnes Licncn ccrcn, el padre pn ro
e l caso. pese a que el padre no tiene ninguna compctcnc1a
para juzgar una enseñanza que ha practicado poco o que no

Sfl R7
lo ha hrcho <'11 nbsoluto? Prosigue: "Lydin yn tenín muchas hm·erlo. Ahorn bien, no se puede obligar a alguic•n a <l!'scar
dilkultadcs encl Curso Elemental l. pero aquel año las dificulta- Por otrn parte. aprender es un acto autó11omo que <'l suj<'IO
des se agra\'aron y tuvo que repetir: aparte de eso es una 1·umple únicamente gracias a operaciones mentales que
niña muy hurna. tranquila. obediente. Sl' dC's;irrolló con implican un razo11amienlo y un ;uicm. Toda traba n esa
normalidad, excepto un período difícil hacia los dos años y libertad de pensamiento engendra el fracaso. Vt'rcmos que
medio. La rnadn· debió ir a trabajar y Lyd1;i no ~oporló la 1·slas trabas pueden ser de muy diversa naturaleza; en
separación; ~e volvió encoprésica y enurélir;i cunndo nunca Lydia pueden notarse varias de ellas.
tintes hahia pasado por esas situaciones~. Ese episodio me El padre me habla deélyde su mujer Ambos tuvieron una
p:m.'rt• rc\'!'lndor: ""ºen él la huella de una cierto frngilidad infancia dolorosa l,os padres del señor L. eran s<'pnrndos y
de In niila. que no pudo hacer ese trabaJO de estructuración nunca se ocuparon de él; una abue la fue quien lo crió. A los
que lodo n11io debe cumplir para salir de unn situación de dieciséis anos nbondonó la escuela, "me h ic<' indt'pc•ndicn-
fusión con e l pe rsonaje que le asegurn In subsistencia. tc". y pa rtió hacia el extranjero. Yn como udullo scgu iró
Quizás rAlo expl iqu e su mula adaptación ul janhn de infan- curi<os nocturnos para "para aprender lo qul' In escuela no le
tes. Pero lo que sobre todo marcará a Lydia es la llegada de l'nscñú" y u~í poder encontrar trabajo. El sc1lor L. rst!Í rn-
hrrmnnns gt'rnclas cuando tiene cinco unos. Son g<'mt'las fcrmo, n mrnudo tiene que estar internado t•n el ho~pilal n
hclcroc1gotas, no se parecen entre si, pero una de ellas se causa de una diabetes mal compensada Trabt1ju t'sportldi-
parecl', rasgo por rasgo. a Lydia. quien man11ic~la muchos camentc y c•n ese momento se encuentro d!'soc11pado.
cclo11 frente a ella. La señora L. es huérfana de madre. Su madre murió al
SuCL·de que la ll<'gada de un hermano ml•nor no suscita nacer <'lla l·:I padn• volvió a casarse y la madrostra no la
reaccion negat1\'a de inmediato; los celo~ y las reacciones aceptó: sera criada por una tía. "Habia Jurado nunca tenPr
agrl'sivas d<' n·chazo se manifiestan mós lardt-. cuando el un hiJO", dijo <'I S<'rlor L. Estos dos seres con pa~ado nbandó-
bcb6 crcct• y ocupa más espacio. En ese momento el hcmrnno nico se encuentran y fundan un hogar "cuando ya no son
mayor 1<<· vt• afectado. se deprime. manifiesta una haja en el jóvent's", prc·císa el ~eñor L. No ban estudiado, <'!<Un l'scasa-
rend11mcnto escolar. perturbaciones somáticas o a¡,'fcsivi- mentc equ1p:1dos para enfrentar la vida y la st•ñora L. vu<'lve
dad . Hago notar que Lydia ingresa en el ('urso Pn•paratorio a estar emhnrozada, ella, que habra causado la mut'rl<' de la
en el monwnto en que las gemelas comienzan u rnvadir el madrC' y cxpc•rimcntaba un rechazo visceral a poner hijoR en
t•spuc10 y n ncnparar a los padres. El 111grC'so 111 Curso e l mundo. ER po8iblc imaginar su dcsa~os1l'go, rirwo allos
Prcparutorio s1J.(nificn un ¡,riro on la vida del 11ino: se encuen- después de• hnbor Lenido una primern hijn, ni enterarse d<'
1ra Pnt<ll1l'C'R c•11 plena crisis edíp1ca, debe H'nuncin r a s u que darían luz gomelns.
pos1c1on de nino pequeño protegido y con la "cgundnd del DespuéR de escuchar a l padre vi a Lydia a HolaH. l lacc un
medio fan11hnr para cOn\'Crlirsc progresivaml·ntc en un se r dibujo(n" 1 ): una rasa, un pctTo. Luego trata de dihujarunn
sornll l·nfrt•ntado a la ley del grupo. con su~ tonductas com- barrera c<'rcn d<' la ca~a; lo intenta vana11 vrcl's, borra,
pct1li\'as. sus relaciones de rivalidad, <'I imperativo del \'uclvc u conwnrnr, finalmente lo logra. Estos fueron i;us
trabaJO y ya no sólo el placer del juego. Es lit edad en la que comentario~ :
ddm ~ollar el vinculo con la madre. quien no s1<'mprc está
lista par;1 despegarse de su hijo. Num<·rosos fracasos escola- Lydia. Quena hac<'r una barrera.
res llenen In miz en fallas durante ese pasa.Je, pues para que A . C.· Una barrera. ¿para qué?
un nmo apr<'ndn es necesario ante lodo qu~ ll•n¡¡:1 l'I de.~1·0 de Lydia: Est;í prohibido golpearse.

Rll 89

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;. I

+• •
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r•
AC.: ¿Quién se golpea?
..i suyo. Entonces me dice que tiene fnH nR en dictado, en
Lydia: Los grandes n los chicos.
A.C.: ¿Conoces ali.runos casos?
con1ugnción y que cuenta con los dedos.
En ese primer contncto obse rvo nl~u110A C'lcmcntos que
Lyúia: Las palmadas de los papás y las mamás cuando uno van a repetirse después. Ante todo cslü csa frase, se~tro·
hace algo que cslá mal, cuando tocamos objetos, cuando ml'nle o1da en boca de los padres: "La cnsn es demasiado
rompemos ílorcros ... la casa es muy pequeña para tres chica para tres ninas", existen castigos corporales por parle
nifü1s ... a los do~ años ellas me embromaban... De noche de los padres, seria necesaria una barr..ra para proteger a
lt>ngo miedo en la cama, incluso si hay luz abajo, tengo miedo los nií10s, existen nnguslias de rapto y mut>rle.
de que se apoderen de mí.
En la segunda sesión el padre vuelve n acompañar a
A.C.: ¿Quién''ª a apoderarse de ti? Lydiu. Acaba de salir del hospital. donde ha oslado mlcma·
/,ydia: Los lad roncR; se apoderan di' los niños para maturlos. dÓ a causa de la diabetes: "Tengo que hacer n>g1mcn por<¡ul'
Luego hura tres caracoles con pasta de modelar, el hcbó, no buslu solamente con la insulina; me paso dando vueltas
la mamá y el papá, "que es grande". Cuenta: "Decíamos que por la casa, Lydia me ayuda a hacer d«' comer, a limpiar la
era de mañana, t'I bebé dormía, la mamá despierta al bcbó casa y la cocina. pues mi mujer encontró trabajo. Desde que
y le dice que ,·an a ir a buscar alíment-0, van al bosque" volv1 del hospital, Lyd1a se me pegn, lratc_i de hacerse la
Quiere mostrarme cómo escribe; le explico que aquí no es la i11t1m'sonte". Ya hab1a notado desde In primera sesión el
clase ni yo soy uno maestra. Tendr~ ocasión de preciH:ir los comportamiento de t,ydia: fija la mirada e~ el padrn con
cosas en el transcurso de las próximas entrevistas, pe ro uspccLo extasiado, se coloca jun to a él y -cosa infrecuente e~
nccpLo que escriba In prime rafrasC' que le viene e n mcnlc(n" ni 1\os que cxperimcn Lan frncasos escoln re~- parece mara v1
21 Borré los nombres de las gemelas y reemplacé por Lydia lladn cuando el padre enumera sus dificultades para en len·

90 91
11 1 1 1 prnpl • l,1•11111111:••'J:.1 "l'npa me explica, me ayuda a pr•queña", "niñita" o "la ¡>('<¡ucr!a". Se percibe en rilo unn
h1111 1 lna d1 11('1 •' • El 111•11or 1,. asiente: todas las tardes ella 111terro¡:nción acerca de Ju dif<'rencia entre los s1'.xos y <'i
11 p1d1 1111 In 11yud1" p<:1 o el pierde la paciencia, pues "de a ••li·r tlC' seducción; el chico lº" hermoso, tit'nl! c11l•·llM
poro MC \'il ol\'ul:indo di' todo".
J;Mc rli.1 Lyd1a me contaní historias, relatos que dt'spacha
l 1r11l,mtcs. la niña es hermosavor fa misma razón. iw ntrncn
1•111 "'' ,:;i por las mismas razom•s, <'Xcepto por una difcrt•nr111 .
•u luno 111onocorde e inl'xpresivo. "Una niñita que pnsea por '/la /i<'IM una falda. Todo eso deJn una impre:<ión de puhtl'la
la ..al ll'. <'ncucntra n un chico que le dice: "ea tu noche le invito "" l:i 1·lahoración, con algunRR obsrrvudoncs mqu1ctanka t•I
n mi criM", "no, mttnana, uqui, después de la !'scuclri". La ,,. ...,,lo puesto en ese deseo d(• utmrr la atención de un chwo
n11\ri le msponde: "'1\•ngo que pedirles permiso u mis padres 111 1yor y ese final que repetlra con algunas variantC's en l'I
no si!'mpre puedo". Vue lve 11 8U casa y le prc¡.,'llnta a I~ 11.in•cur~o de las sesiones: padres caracoles a los que lt!:.
mndre; "¿mañana puedo ir a ver a un chico qu<' me ha 1rcdcn desdichas. Aqu1 construyen una casa todas las
1nv1tado'?" La. madre k· responde que si. la nma llama por 11och1•s míentrasnodan. hay algui!'n que come alo~ caracoles
l<'lt•fono y le dice que mnllrma. Comen, miran la tclc\'isión, \ niños caracoJeg ocultos dctrAs dt• un nrbol mientras ob;<•r..
dcspu{os ''ªa acostar~e Se despierta antes qui' los padres, nin Se tr'.lta en verdad de una 1•sccna primitiva donde los
pr!'para el desayuno para toda la familia, sus padres se 11 nos n11ran a los padres "que nadan sin dom1ir"
desp1rr1nn. t•e todo. dmi ¡rmcias por haber preparudo el desa- l'odr(• cnplar mejor la s1tuac1ón fil miliar cuando vea a la
yuno, lllla se va a la cscu!'ln.. a l comedor, juega <'11 e l patio, 11111drc en la tercera sesión Llega con las gcmel::is, dos pe·
Hut•na c·I t.1mbrc>. La pPquct\n va u ver a l chico, un ch ico quc1111s de cuatro a11os La "11lu de espera y el corredor se
mnyorqueella, que VIMlt' bon ita ropa muy bri l Ion te•y tiene rnnvw rll'n de inmediato C'll sa lm; dt• Juego; corren por Lodas
hermoso cabe llo Tu tnmh1fo C'res hermosa por lo n11smo, 11arlcs, rompC'n los libros de In sula dr !'spera. cnlrnn y sul!.'n
solvo que tienes una falda brillante". A continuación :.Id rnnsultorio. son dos verdaderos lomados; nunca había
Lydia ~ace una serie di' caracoles modelados y curnln una \'1,;to semejante deva~tación. Apt•nas puedo hablar con la
h1stona confusa en la que• c·nliendo que es invierno, hay mndn• parn p<'dirlc que me n·nga a V<'r sin las gemelas. Esas
una casa rota. alguien que• comt' caracoles, trc>s pcqucrios dos n111aR ><e encuentran <·n un estudo de excitarión indes·
que van a ocultarse detrás dr un arbol, padres que todas las níptihll' que me recuerda C'I comportam1cnto de los "niños
nod1es construyen una caHn miC'ntras nadan sin dormir, el h1pt•rnt'tivos", patología que hoy se conoce mejor La madrl'
papñ lcnnina por conNtruir falsos caracoles pura estar pan•,·1· litcralmenle desbordada, con una incapacidad totlll
1rnnquilo /!), para encauzar esa agil:.1c1<m. Existe ullí una ausc•ncia de
Drsde ahora es posible hnct•r algunas observacionrs nce r- hm1tN1 que me hace pensar rn In barrera que recordaba
rn de la forma y el fondo de e~<' re lato. Lydia no ha incorpo- Lydiu C'i primer día; las bofctndas, las palmadas, Jo¡¡ golpes
rndo el tiempo de los verbos, el condicional. por eJ<'mplo, lo son ·ni parecer- los uniros medios que los padres hrin
emplea mal a propósito, como si quisiera imitar el relato de encontrado para calmar la situación. "barrera contra los
lo> cuento;;. A eso se u¡,'l·rga la confu;;ión de las personas, por golpes qu<' los grande~ dan a los pequeños". dcc1a Lydia.
t'J('mplo, "ellos dirá" o "ellos vio". En la historia expr rsa bien Ahora t·nli<'ndo que lodo <'I rspal'io se halla ocupado en 111
la manC'ra que tienC' el(' hacer~t· notar o de hacerse querer. familia por esas gemelas que dC'mandim una constante
Pn•pam el desayuno dr los padres antes de ir a la escuela, vigilancia Lydia, tan hU<'lhl. tan obediente, ya no tiene
mu<'slra a su madr<' qUQ w1 cl11co di' nwyoredacl qu 1ere sa lir lugar. Bnlonces int.enla hnrt'rs<' de uno acercandose ni
con t•lla, todo i>slo m1cntrni.; vnrias veces sr ll amo fl s i misma padn• pnrn crr:i r una especie de espacio privado con él, sobro

!l:l
lodo n1,111du 1·slan Junto' d 1
las J:l'Ult'Jus cstün <'n el j;;.~~ªde ~ ~ mu~lr~ va n tra~ajar 1 ~m 11 1.1. H<' liw u construir una gran casa con camas vcnlacl1•·
~1·1 si•ductorn \'C'scenifica ·1 nantes. EntoncCSJU<'g11 1 1 lu«PS vcrdadcrns. una puerta verdadera, se dunnao,
q111• ella se con~·ip1te en eniºº e una espcc~t· de pareja en la 41 lU\'o el Lrabajo c¡ue e~Luba casi terminado: voy a desean sur
en cocinl'ra ermcra. en alguwn que consueln, 1111 p11t'O La familia ~<'b>'\Jta durmiendo. hacia tres dias que
r t 1h.1 1rab;1jando, todas las mañanas iba a su cnsu para
Aquel dta Lyd1a dibuJa una la . IR• lt• u 11.~ sorpn·sn n la familia. Paseaba hasta el mediodía,
bandauni:1nlla Ypord b . P )a rcpre,l'ntadn por un•
ldibu10 n" ") 'I
ª
y c:f ciclo. P<'ro·esa ~ 10 otra azul qui' n·pr1:•1•nln el mar
p 1 ,ya se encuentra tolalmf.'nte Yana
y11h oa n lrahajar. hahia l1•1 minado el frente y se pn•guntaba
r1w111 huccr la pul'rln. dejó un agujero para cntn1r i,;ra
" · " <' cuenta que una . . , d
vucacionl'~ fuC' .1 la p)ava L \CZd, en v1a¡1• 1· colonia do 111.. d1odía. fue· a comer con t.oda la familia A la mamá caracol
a enea t'O't e< 1· ¡,, rl1111 que hah1u hrd10 un lindo paseo, no quena dt'cirlc que
que lrnn~criho integrmnenl• 1
• '" (_ .J •
d ' lll una 11slorin
de que hnbla con mucha ra ~ cuan ° Lydm se dn cuen ta hulooa l'Slndo trnbuJundo !<;I que come caracoles llc¡.¡a: ';,De
111111·11 es esla casa'?', caminó, no vio a naclic, se ocu ltó dotrús
escribir, hac<' m¡ís lentos 'P• dctz como pn1u que yo pueda
"}' d · u re1a o 1 ,¡,. 1111 tirhol y vio que ern la familia de caracolc8. Le ¡.¡uslahan
,i; e• noche. Ln gen le ha ido a . .
a mm1r In t<>il•visión L sucasn;1 rnmt•1",adormir, lo.< rarncok•!;. mduso si csluban vivoi<: la madre c•rn mus
construtr Ja casa. para e~~;:~acol'.to~
hacer una cusa para a
f" d1Jl'ron 'llny que
...eguro,_., os ntro." no querían
l""'fucñ;t. l•:ra de• noche. la niñita dormm en mc•doo dc los
¡1.1drrs. el papa hab1a ocio a buscar ah mento. encontrü ul c¡ue
< mpru arse El papa. cuando la familia 1 fltn<' carncol<>s. ~c despertó y dijo: '¿Quien entró u m1 cnsll?'.

,. rascó la cahc·zay n•lh•xionó. voo que no haboa nada m:is <'n


In hcladc•ra, entonces fue ni mercado". Sigue otra hrstoria
donde se trata tic: dos caracoles sin padres. un papa adopto
,, lo' dos e hizo una familia, y luego se fue lejos dt"l pueblo.
\parece l'ntonC1·s un "malo" qul' mata a los animalc•s, los
¡wrro>. los caracol!'.< sin familia. incluso ni pcqut'no, el papii
JJ'Ucrc dclank tic• ~u puerta y el perro se pone tristc•.
En PsC' r<.'lato vut'lvl' a <>ncontrarsc el lema d<.' la casa qut•
hay qul' construir C'as1 siempre es el padrl' qutt•n int1•ntn
hac1·rlo sinjamús lo¡:rurlo; nndn funciona, trahnJll p1•ro llt•b1•
parar, In puerta no eslá hecha. Siempre eslu la pn•ncupnción
por const>guir ni1mcn lo y l'I que come cnrnco lcs si1>inpn• csl(i
al lo, nl acecho DcspuNl aparece el "malo". Aquo tcncnws unn
J\ 111.111 llo rel'crencta cv1d1•11tc a la hisloria de los dos pndrcs, los dos
ca1·acoh•s no tienen padres, son adoptados por un pudn•, se
van lcJOS del ptll'hlo, pcm el "malo" los espera y cxll•rmo na a

-
,\1111 toda la fi.umloa. incluidos los animales.
En In maria s1•,;íón. el padre se queja nnlc todo d1·l
comportanucnto d1• Lydia en la escuela. "hace trampas,
' corri¡:e las co1Tc·ccioncs, copió (? 1 las imagcmcs. lo que hace
que c·stc' 'cm rnpilla'" ,\! parecer. Lydia falsificó algunas

95
1mngl'nC's del malcnul pedagógico. lo que trajo como con· qt111·n te lo ofrecí a su madre", "<'llos L•io el hermoso regalo, 1'·1
~N·m·ncia su •ca~ligo·y que fuc-rn apartada del n•s!Al de la clase. 11110" El !"('trato de la mña que el chico ofrece a los pudir.a
El padre agrega que rsluvoenfcrma durante toda la semana de 1h;ta de ser halag11cño. con sus ojos horrorizados y la 1"11:11
prndtas. Se puede ml'dir ;isi el sufriouenlo de la alumna que, 1·.irnt\'ora La cabellera parece más una escoba que <>I pt·mu·
por su fracaso y su rnm1>01·tamíento atípico,!'<' margina liza do d<' una niña.
y l'~ rechazada del gi·upo. Ln otra sesión vimos a Lydia h11cer esfuerzos paru agrn
En l'Sa sesión reu(l~ltl'et' <•l lcma del "chico'" é l clihujorá su d.tr .1 los pndrcs, les lleva el dcsnyuno a la cama, se vul'lw
n•1 rnto( dibujo n" 4 ). PcttRi• q11<' esa imagen que la representa dukt', amable, servicial. Aquí intmdurc un intermcd1nrio. 1•1
lnl vez tuviera algo que ver entonces con las 1mt\gencs d1ico que ofrece a su madre !'I retrato que hizo di' c•lln
robada~ en la !'~cu!'la, sin que fuera posible prC'cisar el 1.int1•nlo de atraer la atención de esa madre hacia l'lln'!
sc•ntido de esa asoc1t1cic'ln . Si la terapia hubil'rn estado .\ Iuncrn de decirle: "lntercsate por m1, fijate, hay un chico ul
comprometida, sabnamn; más. que !!'gusto, ámame, mirnme. estaré al alcance de tu mirada
·un chico que hace el retrato de UJlª chica para dárselo lodo~ lo!! días en tu habitación·
como regalo de Navidad a su madre. El ha amado. imaginó E~c dia Lydia no hablará de los caracoles. sino t¡ui•
l'n su cabeza. hizo el retrato la .Nochebuena. puso l'l n•galo rel~>rdnrá a un hombre que podna ser su padre, "un lnu•n
paro la mamá al pir dc•l 11rhol. Los padres finJ!llln dormir y homb rt• que vive solo en el campo, tiene una pierna quebn1
l'I so durmió en la canai;ln... se despierta .. e llm1 vw el 1la le gustaría encontrar unn casa para descansar". Luc¡:n
hC'rmoso regalo, él elijo: 'Soy yo quien te lo ofrl'c• u su madre'. nwnt n con ¡rran cxciLación lodo lo que va a hacer de comer.
l•:s muy bonilo, vamos a colgarlo en nueslra hab1lociónn. 11nu C$pccic de orgía gaslronómica que se prepara poro (• I
Se nota va la confuM16n en la designación ele lns pcrsona- .nlo. sakhichón, guisant!'S, ~opa con jamón, salchicho", c•k.
J<'l<, nsi coiiio la cont'u~icín de lil•mpos, por CJl•mplo: 'Soy yo "l'omc solo, mira al perro dl'I vecinon
\'<>r(I por última vezaLydin, y a sus padres, en un sciptimo
encuentro. Los padres me dicen que mejora su comporta-
mic•nto frente a las hermanas. En la escuela no hay mut'hos
progresos, sigue viendo n h1 ortofonisla, quien cncucnl rn
1·m· ella "mezcla lodo"
Aquel din Lydia dibuja una nii1a (dibujo n• 5), Aurelio; 11•
hace un roslroalgo menoseMpanloso que el del úllimo rC't.rato
qu<' la representaba, le pintn dC' nzul los ojos, las mcji1111M
rnsadnsy curiosamente insiste l'n una especie de moren roJn
.i la altura del cuello. que pnrrce una herida abierta A
tontinuoción enumera las actividade~ de Aurelia desde que
se levanta hasta que se acuesta. "Se dc"J>ierta. desayuna, ~1·
\'istc. va a la escuela. 'e pone en la fila .. :. De inmedi11to
ro~nuncio a escribir esa es¡>C'ric ele infonne mecánico; Lydii1
• ontinua imperturbable con ln parte descriptiva dr c•sa
Jornada.

96 !17
l"'ndicnt<' de la nsistencia social, tendrían d11icullad parn
•• ..ptar las obligaciones de un tratamiento privado, los
formularios que lendrian que completar, los pagos, nun
"'mlióhcos, que yo les exigia, las entrevistas regulares, a una
...;;;:_

tJ
-
~
luua liJa. Por lo tanto, decidí atenerme a una pcn;pccti,·a
~ c•x¡1loralori(I (1 los cfeclos ele encarar la mejor forma de
1yudar a Lydin)' a su familia. Vi poco a la madrc,que parecía

,., 1t:mnc: formule pocas preguntas al padre, al que sentía
··xlrcmadamcntc frágil y dispuesto a hablarme mdelinida-
"\! 1111 nte ele sus desdichas, tal como debería hacer con los
.b1stentcs socin lc>s. l~n las sesiones con Lydia, evitaba todo
r11t•stionumie11tu, cualquier intervención dcmasindo i nvnsi-

,
,/ ,.a y. sobre lodo, cuo lquier interpretación. Al permanecer lo
= mas neulrn y u In mayor distancia que me fut•ru posible,
Ro,Jllo ""'tuhtt qur la ni1ía se apegara demasiado a m1 y comenzara
_ Rojn nna l1«rnHfi•rcnc1a que habría vuelto problemulicn la Ruilprn-
\ ~ión de las NCsioncs. Cuando un tratamiento se clctienl',
pm·cle tratar~t· dl'l fin del análisis, que el pncicntc y el
Las siele sesiones que acabo de evocar no constituyen un terapeuta encaran y deciden de acuerdo; si esa decisión
tratamienlo; se trata de una observación, de "entre\'Ístas emana "ólo del h'rapeula, el paciente lo vive como un aban-
preliminares· para decirlo de olro modo, tal como loi1 anal is- dono. como una cspccw de "que lo dejan caer" que puede
las llaman a las entrevistas previas a una cura analítica. de~encadenar un duelo imposible con estado dcprcsi\•O y
Desde el primer encuentro comprendi que el cn'o era más surgimicnlo de la idea de suicidio. Los adultos que tienen
complejo de lo que parecía. En particular me molestaban chicos a su cargo, sean terapeutas, psicólogos, ortofonistas,
ciertas formulnc1ones de la demanda: el equipo del CJ\IPP y a veces maestro~ muy cercanos a un alumno con dificultndes,
el médico, por ejemplo, esperaban de mí un "milngro"; ahora a menudo t'vnlua11 mal lo~ peligros ele una ruptura intc1mpcs-
bien, los milagros no exislen. Si bien el psiconnnh~is puede liva de Ju relación, en esos casos, no lomnn en cul'llt :.l la
producir grandes cnmbios en un sujeto, cslo lo coni<igue naturalt'zn ck la trn11Hfcrencia de la que son objoto. (He
median Le un lrabujo de cuestionamicnto de aí mismo largo tratado lurgt1mt·nLe In cuestión de la Lrnnsf'ercnciu en mi
y a menudo doloroso. En este caso había pcrcihido d\' inme- libro Mn/1•.•lar vn ;•/ docente. La educac1ó11 c11/'rr11tn<Ío al
diato que In demanda surgía del enlorno, médico, maestros, psicoatwlms.) En 111s Resiones con Lydia intcrvmc poco, la
reeducndorcs; pero no estaba clara por parle de> los padres ni dejé que se expresara libremente, sin hacer comentarios,
de la niila. El n~pcclo satisfecho que mostraba Lydia cuando mientras ella drcia bastante como para que yo pudiera
el padre hablaba de su fracaso en la escuela me hablaba del formarme una opinión acerca de la naturaleza de sus dilicul-
goce del sil1toma <la actitud de Brian sonrwntc cunnclo la t.'lde:; y llcgaru a encarar un tratamiento. Con clln, y a
madre describía su comportamiento agre~ivo tenia el mismo diferencia de los dem:is casos presentados en este volumen,
significado, según luego se verificó). Además, hab1a entendi- no lcnia prcvislo ningún tratamiento terapéutico.
do bien que los padres, que tcnian un estalu!< de gente de- En el último t•ncucntro puse las cosas en claro con los

98 99
p 11!11•11 l.t•R <hJ'' que pensaba que la reeducación ortofónicu 1rn rticipanles, en particular con los asistentes sociales
110 r1 1111111i1·11·111<•: era nl'ce;;ario que Lydia pudiera habl:ir de 111w s e ocupan de Ja familia .
1 1111, di• In < 111e la preocupaba hasta el extremo de impedirle
11 n..x1unar ,. entender cálculo ytodo lo demás que Je cn~ciin·
h11 11 c·11 l.i '''"·uela. Eso dl'bín hncerse con un psicotl'rnpcutn,
I'' o'fi·n·utemcntc del CMPP Conocía a uno a quien podria l•:I porqué del fracaso escolar
par t 11·1parlc lo que lrnhío podido t:'ntender acerca ck las
cl11irnltadcs de Lydia, de modo que hubiera conlinuidnd en
•·11 ralnmicnlo. Ese trntnmirnto. que podía realizar tcrcn de l 'on Lyclin nos vemos frente a un caso de fracaso escolar
~ u domicilio, le permitiría n In Rcñorn L. contar con ayuda ru hlit-ado comodtftcultades escolort•s por parte de los padres
parn <'I manC'jo de las gcmclM, pues yo pensaba que era \' las numerosas personas que se han ocupado de ella.
posible hacer algo para tratar su agitación e inc~tabilidod, :-losotros, los psicoanalistas, ¿qué mirada planteamos acer-
lo que ah,·iaria a toda In familia También hice mención de ca de la naturaleza de ese fracaso?
la <1sislencia social; ¿en qué punto se encontraban en la Abordan' el problema a partir de Ja pregunta: (mcaso
bú~qu<'dn de alojamiento"> Ofrcc1 ponerme en contacltH'On el l':;colar, ¿de qwé11 es la wlpa 1 • para luego hablar de la
médrco de familia, al que infor·maría acerca de mi~ obs<'rVa· .-ucstión de la debtlidad que se planka a propósito de Lydin.
cionc,i<, pr<'cisándole que debi11 Her el intcrmcdiano priv1 le· Se cncucmlra en situación d!' fracnso escolar el nin o qu<'
¡:indo en esos ilistinlo$ tratomicnLos. no "murd1a" en la escuela, ptlC'H hny que seguir la clmw, no
A I,ydin le hnblé más de• una v<'z sobre la importan,·io <¡uc .Llejnrse del rebano, permanecer d<'nlro di' la norma. Es bi<'n
tenia para ella que sigu1ern una psicoterapia con nl¡..'1.1icn •ab1do que 111 norma varia segun lns sociedades. segun C'I
que yo conocía, lo que vendría a ser como una es¡lt'cic• de •istl'm1t dc• valores compartido por los indi\'1duos de un
continuidad de lo que hobia hecho conmigo. ).Iás dc una \'ez 1:rupo determinado. En nuestras SO('Í<'<lndesel éxito es un rn lor
le habl6 del ~entidode e~n l<'rnpia y de la diferencia que ll'nía de pnmcrorden. y el éxito escolar prefigura. para la mnyoria
ron la reeducación ortofónica. Ella podria hablar de si de la población, el éxito profesional y, más allá, el logro de
mi~ma, dt• lo que le ocasionaba las pesadillas, de la salud del una \'ida con los fantasmas que le l'st:in asociados. el poder,
p:ip:í, d!'l lugarde las gcmclns en su vida, de toda>< esas cosas el dinero, In notoriedad. Dcnt ro dt• <'Hit perspectiva, V<'lllOR
dif'1ciles que le ocupan lo colwza y le impiden reOcx1onar y que el fracnso será abordado desde e l ángulo de lo socia l;
••ntC'ndc•r cülcu lo y grnmútic11. todos los llnálisis harán rcfcrcncin a datos sociul6gicos, pues
Fue lo que hice. Tomé contacto con el médico de f'nmil ia el niño o el udolescente en cuesltón t'A llprehendido como un
pnrn explicarle la situación y In necesidad de asocinr e l alumno, rs decir. como un srr "en s1luución" que vive C'n
lrntamicnto psicoternpculico y el seguimiento de lu fo mi· lugar dado. escuela, colegio, liceo. cohabitando con sus pa-
lía por parle del CMPP. Como conocía a ese profosional, la res. Sus resultados escolares ~on consignados en estadisli·
c:tliclad de sus contactos, lo ali nado de su enfoque psicoló- cas y cncu<'stas sociológicas que permitirán juzgar n lu
gico. lc pnrticipé mis observaciones acerca de la relación :<ociedad o al sistema educativo. En cl juicio que se realiza
p;:tdn•-hija. que me prcocupaból y suponía el ril'sgo de sobre el. el niño siempre será retrotraído a un estatus d<'
n•forz:H su posición di! scudodébil Sabía quc no comunt· alumno, juzgado como bueno o malo según la mirada del
carin brutalmente al equipo esa observación. sino que otro, conforme o no conforme a lns exigencias del grupo. Se
salmu ll'nerlft en cuenta cm su m:rnejo con loR clcmüs trata do 111 perspectiva en In que el niño y el adolescente

100 101
1
r

quedan estrictamente reducidos a su estatus de alumnos. y una especie de engranaje de efecto amplificador. El niño
la olas causas del fracaso serán buscadas en el lado ªsocial", , "fil' el riesgo de quedar prisionero de ese círculo vicioso.
tomando esa p¡1(nbra en una acepción muy amplia, ya que lo 1: i. proceso multifactorial es muy complejo y siempre
social corresponde a todo lo que tiene que ver con el medio. ,.. •ultn difícil de aceptar por quienes prcfic-ren vérselas con
Cuando hay fracaso escolar es preciso buscar un responsa· 111111 causa, con un responsable, cuando no con un culpabk.
blr, cuando no un culpable. Las opiniones suelen proporcio- 1\l 1·cspccto, volveremos al caso de Lydia y veremos cómo, en
nar vat;os. .-!la numerosos factores se agrupan y se asocian para
l,11 culpa es cfo la sociedad. La escuc la de hoy no tiene nada 11grll\'ar el fenómeno.
que ver con la de .Jules Ferry, qui<'n en 1880 instauró la :-.:osotros, los aoalist.as, proponemos una perspectiva dife-
instrucción laica y obligatoria hasta los doce años. Hoy en 1o·nle, que toma en curnta 1:1 dimensión intima, individual,
día el éxito ha ~ido encarado para todos. La presión la 1l1·l alumno, vinculando el fracaso escolar con la historio
~icntcn Jos alumnos, los docentes. los pudres. Ahora bien, el ¡wrso11al del sujeto; la situación escolar puede ser un punto
nivel exi1'{ido para "zafar" se ha venido ubicando cada vez cli• fijación del mal-estnr de ese sujeto. Hablar de sujeto
más arriba y la democratización do la enseñanza no ha s1¡.,'11ifica considerar In dimensión incoriscwn.te de la persona,
traido ese "éxito p:ira todos" tnn esperado. Esa 1dcologín, 'luedandorcferidoel término"persona" a lo que tiene que ver
cercana a la utopm, perdura, los chv11jes sociales se mantie- con la representación, a lo que se deja ver, u la imagen que se
nen, así como la exclusión. o•nl rc-ga de si mismo Un enfoque psiconnalítico es una
Da culpa es de la familia. Las condiciones soc1oculturales n 'lnera de encontrar al niño que se oculta detrás del alumno;
do las familias son la causa en numl'rosos casos de fracaso también podríamos decir que para nosotros se trata d<'
<'Scolar; pobreza económica, pobrezu cultural, carencias cd u· considerar al sujeto que se ocu lta detrás de la persona.
calivas, carenci111~ afectivas: todos los días vemos sua conse- Cuando nosotros, los psicoanalistas. nos encontramos con
cuencias. Par:i (og docentes, Jos trabajadores sociales o los un mño, esto ocurre con frecuencia cuundo todos los cnfo
pohticos se lrala del enfrentamienlo permanente con ese ques que acabamos de recordar han fracusudo: apoyo esco-
<'Slado de COS.'lS. •ar, rehabilitac1oncs, cambios de escu!'la, !'tc. Por lo general
l.,a culpa es del .•istema educ:atiuo. Los factores pedagógi· tenemos frente a nosotros a niños dcprns1vos, desdichados,
cos son los que más a menudo rt'sullan cuesltonados; la con pndresexcedidos, agresivos, que "lo h:m intentado todo"
<'ulpu es de los programas demasiado pesados, demasiado amenazas, medidas coercitivas, casti~os. Tienen a la vista
aburridos, d<" lott m('lodos pcd:igógicos no adaptados u una los resultados de los Lcsts psicológicos que confirman unL1
nueva población eHcolar, a la heterogeneidad de las clases, a inte ligencia normal (C() y el boletín escolar con la aprccin-
su sobrepoblución, a la mala formación de los docentes, etc. ción de los docentes de que "puede obtener mcjores resulta-
Todos ei;tos factores acusados de producir el frucuso esco- dos" Piensan que, por lo tanto, el fracaso sólo puede prov<'-
lar son de naturaleza amb1e11tal y muestran a un sujeto mr de la "mala voluntad" de su hijo, cunndo no de !IU
frente a su inscnpción dentro de lo social. Según el punto de "haraganería" o del "deseo de molestnrlos". Han agotado
vista de que ~t· lrnlc. se cargarán lns tintas sobre "lo sociul", todos los recursos y se vuelven desesperados hacia el psicoa-
"lo pedagógico", "lo familiar" o incluso sobre "lo psicológico". nalista para hallar la causa.
Ahora bien, es un grueso error, pues nunca existe una causa Cuando me envían un nif10 por "fracaso escolar", al con·
1inica para el frnmso rscolar; numerosos factores entran en trario de Jo que ocurre con muchos de m1R colegas, me siento
Juego, inlerlicr<•n, se entrelazan, actúan unos sobre otros en particularmente interesada, pues tengo la impresión de

102 JO:l
1"tar fr<'ntc n un enigma; en esa situación existe algo asi J.Uthn ele infantes. Siempre observamos en poblaciones
como una mudcjn para desovillar y a menudo la im•estiga- nkctada..~ por la r!'ces1ón económica, con desrmpleo y perdi-
ción se vul'lve apa!<ionante. Es preciso explorar todos los 1la de ingresos, a familias desamparadas. La inseguridad y
parámetro$, pues el fracaso escolar es un i;igno. como la el de~ulicnlo de los padres repercuten en el mño bajo la
liebre pul'de 'crlo de la enfermedad. con la d if1•rencia de que forma dc falta de dinamismo, de un dcsintcn•s grneral, de
la fiebre es provocada por un virus u otro agente infeccioso, una especie de apatía limítrofe con la situación depresiva.
mientra:< que el fracaso escolar puede tener causas múlti- La pobreia cultural a menudo se cncuentrn 11socinda con
ple~ y, sob re todo. de naturaleza muy dif!'renlc. En esa red la pobreza matrri11l Las fa mm as que se ven en la obligación
dr rou~a.~ pos1blrs habrá que determinar el fartor dominan- 1k luchnr pura sobrevivir se muestran poco tnclinadas a
te ocup11rsc dr actividades culturales, fuera de los acostumhra-
S!'ru nrc<'sario. pues, explorar el medio socml y le familia; tlos mt•d1os 11ud1ovisualcs. En el caso de Lydiu l'Hto parece
el modo en que se expresan los padres yn da un primer <er asf· conwn, mirnn la televisión, se acucslnn Los pudres
panorama acl'rca de su relación con le lcnguu. ¡,Cómo esos rucron poco tl In escuela y lo sienten; qu isicrnn 4Ul' ~u hija
padrcs a8uml'n el saber? ¿Hay li.bros en la ca~a'? ¿/\qué edad "aprcndiorn" y lo C'sco lar resulta valorizado, coso quC' no
conwnzó n hablar el nhlo? ¿Qué lugar ocupu el niJ)o en el s1L·mpt e ocurre en medios desfavorecidos. Ocsufortunuda-
de8eo de los padres? ¿Como se ha desarrollado? ¿,Fue el mcnlc el podre tiene una actitud ambi\'alcnle'. qu11·rC' qu<' su
jardtn dr infontes? ¿Se adaptó? ¿Hubo Hcpawciones, lrau- hijn "nprcndn", pl'ro hace responsablP dt•I frucu"o u los
mulismo• duranlc los primeros anos? ¡.En qué momento métodos prdagógicos, como si entrara en unu compcu•ncin
coml'nzó n mnnife.starse el repliegue escolar'! ~Cómo se fue 1rri~orit1 con el ml•dio docente. Esto no tiene "'olido 11 partir
pnsundo dl'I rcpli!'gue a un fracaso confirmado?, ele. Son del momento l'n que nos enteramos de que frecuentó poco 1rt
preguntas banales que no suponen el riesgo de prrturbar al escuela y todo lo que aprendió lo hizo en cursos nocl urnos Al
niño o 11 los padres, y cuyas respuestas, con sus manifesta- cambiar o Lydia de escuela. manifiesta un poder y una
ciones emocionales, son ricas en sigmlicac1on('s. autoridad d<• jefe de familia bastante a contramano, porque
esas actitudes sólo pueden perturbar a In ní1'lu en su rl'lnción
con el medio <•scolar
El cl18curBo do Lydia es el espejo de las preocupaciones
El coso do Lydi a familia res: tcnl•r una CRM uerdadera, una cnmn r•erclaclera,
tener pura comer hnsta hartarse. a 11nagcn dt• c•st' hombre
que se prcparn una cantidad increíble de alimrnlu qut' come
Desde Ju primera cita, la cuestión del medio sociul apareció solo, drlank del perro del vecino. El hombre 11icmpr<' rslá
planteada en el caso de Lydia. Se trata de un11 familia en herido o enfermo, perdió una pierna, estn cn luchu conln1 los
riesgo. enfrentada a numerosas dificullndcs. predadorr~. con los comedores de caracoles, con 11~es1nos
Oificultndcs ecm1óm1cas ante todo, con un padre enfermo feroces. La barrl'rn que podria proteger u los niños de los
y sin trabaJO, una madre que busca trabaJO pero no lo i\dultos resulta imposible de construir. Vemos ¡i Lydia devo-
encut·ntra con facilidad. para no hablar de los problrmas de rada por las angustias íamilinres. poniéndole el currpo a los
viviendo . Sin rmbargo. los apoyos no fallan: servicios socia- fantasmas de los padres.
les y PI m!'dio escolar hacen lo máximo parn ayudar a esa A todo esto \'icne A incorporar!"e una relación con la mndre
familia y sostener a Lydia en régimen escolar, C'sto desde el que se pn·1<1rnte como particulanncnte doloro<a , l~'l vemos

10·1 105
1

solicilar por todos los medios el amor de esos padres y, sobre !'1.-nmbio después de un jardín de infantes donde cxpcrimen-
todo, de su madre: siempre servicial, gentil, preparando el lo 1lificultadcs de adaptación y un retraso en el aprendizaje
desayuno, ofrl'ciendo su retrato que colgará en la pared 1!1 í11ico. !::se comienzo de la escolaridad en primaria coincide
del dormitorio de los padres (resulta curioso que l'~e retrato. <'111 una evolución de su relación con las gemelas, que acapa-
rcalizndo por "un chico", la representa con lodoR los dientes rnban cada vez más la atención de los padres. sobre todo de
a la '·istn, como lista para morder). ¿Es necc~nrio buscar en la rnadre, que en esa época no trabajaba. Lydia se siente
rl pa•ado de esa pareja las dificultades que tuvieron para 1•-irticularmcnte celosa de Ja hermanita que ~e le parccl',
llegar a s<'r padres'! Sabemos que ambos carecen de familia, q111siera es lar en su lugar, seguir siendo pequeña, ver que su
que uno y otro ful'ron abandonados por los padres. ¡Cómo madre tambi6n se ocupaba de ella, pero hoy qui' ae<·er, hay
criar bien a los hijos cuando no se tiene nin~in modelo, •1uc reflexionar, hny que tratar de ent.enrlrr; su l'Rflírit.u R<'
mnguna referencia y cuando se ha conocido el abandono (sin 1•11cuentr11 en olra parte, pero sus pensamientos quedan
duda eso comunión de destinos fue lo que loR unió)! Se los f"lros en una realidad cotidiana que se impone dcmARindo.
prcsicnlc como a padres desamparado11 ante sus responsa- Pienso que en ese comienzo de escolaridad es dond<l
bil idades de educadores, no saben cómo cncurnrlos, gritan, 1·ncontramos el e lemento clave de las dificultadrs dC' aprC'n-
golpeun, renuncian. tl1zaje escolar de Lyd.ia. Existen dos periodos en Ju vidu
Porotr;l purte, la madre de la scñoru L. murió mientras Ja donde el sujeto vive de manera aguda una crisis d<' identi-
daba a luz y l'SC acontecimiento ha debido marcarla para dad hacia los seis-ocho años, en el transcurso de los prime-
siempre. l lubt•r matado a la madre: ¿cómo reponer.ie de tal ros años de la primaria. y después. en la adol~sccncia,
traum¡¡lismo?, ;,cómo borrar semeJante culpabilidad? La cuando. ademas, tenga que definir su identidad sexual. l::n
pcrsp<•ctiva de ser madre a su vez despertó angustias de rl primer periodo sale del mundo de la infancia para t'ncon-
muerte y abondono: de ahí ese deseo de nunca tener un hijo. trarse .~olo ante la tarea por cumplir. pue~ compri•11der .\'
¿Qué fantnsmas surgieron cuando el nacimiento de sus tres aprender so11 merom.~mos octii:os, el sujeto d<'bc elaborar .<;u
hijas y qué consecuencias tuvo esto en su relación con ellas? propio saber, mantenerse a la búsqueda del sentido y no
Tt'ner hijo• en ese caso significa revivir In muerte de una repetir sm reflexionar la lección aprendida. Cuando el niño
madr<'. pero tnmbién el abandono de un hijo. Las primeras no tiene esa autonomía necesaria para la reflexión personnl,
relaciones madre-hijo debieron haber quedado profunda- se siente solo, dcRamparado, angustiado, mcapaz de enfren-
mente marcadas por esas circunstancius. Frecuentemente tar la situación, es decir, en principio de fracaso. Devorada
se obs<' rvu que una madre poco cariñosa compensa su recha- por sus prob lemas familiares, Lydia no CHtú liRtl\ para
zo hacia el hijo mediante conductas sobr·cprotccloras que "hacer frl'nte".
crean 11n vmcu lo de dependencia recíproco y frenan al niño Hasta ahora hemos considerado los acontecimientos exte-
en su busqueda de autonomía. Uno p11cdc preguntarse si riores que• hon podido influir en el desarrollo inlclcctuul de
esto no es lo que habrá ocurrido en el caso di' Lydia, quien a Lydia. Los diferentes apoyos que favorecieron n In familin y
los dos mios y medio experimentó un retroceso como conse- a la propia ml'la hon resultado insuficientes: ayuda social
cuencia d~ la ausencia de la madre. para la fo mi ha y, para intentar repararen ella una "función
Dentro de esa configuración familiar, ;.cuál fue el destino deficiente" lenguaje, ortografia. cálculo, se recurrió a nume-
singular de Lydía? Continuamos a Ja busqucda de todos los rosos apoyos. Todo esto no motivó en la niña un auténtic-o
factores que se conjugaron para llevarla al fracaso ei:colar. deseo de aprender; en su lugar se instaló una organización
Cuundo tiene -"<'ÍS años. ingresa al CP, mal preparada por deficitaria para crear un sin loma. E11 este coso d (raro so, 1m

106 LU7
lo11tos(11tm11a, sr «onl'ierte en un modo de ~erquc r11 determi· miento de mnl qut'rido. Es posible determinar el conflicto
nado 111nnw11/o sP /i)a, i-ondensando e11 él toda la problemd· ~nt rc sus deseo~ (quí~it'ra ser alguien de bien: idc>al del yoi
tica incunscit•nle dl'l sujeto. Nosotros, los ps1coa11al1slas, lo y sus pulsioncs {malar a su madre). El mutismo d(' Clara
llam«mn.~ •trae-aso síntoma". representa bien ~u problemática inconsciente: rt•sponde
mediante un silencio despreciativo a lo que dla int¡>rprcta
como un rcchaw del otro. Lydia eligió la "debilidad" pnra
simultáneam<>nt!' ntC'nuar su angustia y elahomr un modo
El fracaso síntoma ele existt'ncia qut• pudiera incluirla.

'l'al como le hemos definido según la observación de Brian, Cómo-'<' 1•slruclw·ó L'L síntoma "fracaso escolor" ch• IJ,vdia
el s1nloma Rigna In división del 5ujeto qur no cs duc1\o de su
voluntad ni de algunos de sus aclos, ya que una fuerza En la in fnncin d<' J,ydiu encontramos numc1·oso1< dcmcnlos
desconocido, que no puede dominar, aclúa en 61. Cuando la que permiten preimgiardificultadcs cscolarcM: mnln adnpl n-
joven anor.:'x1cn decide curarse, suele ~uccdcr que entre en cion en el jnrd1n de mfonles. donde se mtegru mal ul grupo
pánico opcnn~ "engorda" quinientos gramos; <'nlonces vuel- y C'ncucntra dificultades para la rcprcsenlac1on gráfica,
ve o de;nr de nlimcnlarse: algo en ella es mris fw•rte que to- dibu;o. letras, etc Proviene de padres poco <>qu1pados pura
das •us buenas intenciones. "Es más fuerte que yo" dicen la vida y poco preparados para criar niños. ya que c>llos
todos los pacientes al hablar de sus pcrlurbarion<>s. mismos ,·ivu•ron sit uacioncs abandónicas. Al rapndo~ en la
El Fmtomn FC inscribe en el proce~o dl' construcción del angustia de lo rot1d1ano, alojarse, alimcntar~c. encontrar
suJelo. illgo se solid11ica en esa elaboración d1· la identidad y lraba10. l'I sufnm1C'nto los ha encerrado en una sol<>dad sin
el sujeto debe encontrar un acomodamiento entre las ten- cscapatorn1. No tii•nen familia. puesto que han roto toda
dencia~ contradictorias que lo asedian y hacer frC'ntc o una relación con sus nsccndienles y pru;enles. Esa nusc·nri;l dt'
an¡,'U~lin cxi~tenc10l que trata de reprimir Nunca llega a re- vmculn so<·ial y famíhar no le pemlite a la niña t•nc1mtrar
prim1 r lodo~ lo~ C'lcmcntos conflictivos. lo quC' lo lleva a apoyo y rl'fcrcnc1as <'n otro integrante de la fnmilin o <'n
cncontrnr un compromiso que agrupo todas csns Lcndcncias. alg\in miembro de la comunidad de pertcn!'ncia. 8sc aisla-
La est ru¡·tun1 dt•I síntoma debe buscnrsc Pn <'R<' arr<'glo que micnlo fn milinr y rsc C'ncierro refuerzan los ~cntimicnlos rlc
vienen rcpr<'scntar, para el sujet-0, su marcarle 1dl'IJl1dad. soledod. Dicho 11111l111nienlo era lanto nH1s pcrn1!'ioso pnm
Sólo l'S pos1hl!' hoblor de "goce del sínlomn" en la mi>dida en los ninos d<' c>sLn fnmilin en tanto nada podio devolvNlos a
qul' rl i;intoma es una formación del inconsciente; el sujeto In linea succHorin: ningún ascendiente, ningun abue lo, nin-
tiende u (:1, no pucdt! abandonarlo b<\JO pcnn de scparorse de gún par, nndu• qut' fuera portador de esa "rcs11ifmci11" e.le la
unn pnrt<' de s1 mismo. Solamente gracms al proceso de que habla Boris Cyrulnik.
pcrlahoracion puede renunciar a el. Frcud llamaba de ese En esa famdiu huy poco eslimulo intelectual, pocos inler-
modo al trabajo psíquico que se realiza en t•l Lrnnscur~o del cambms v!'rbalC's, poco interés culturnl asi como elC'mentos
análisis. cuando una parte de la represión se afloja y un favorables para el desarrollo de la niña. pero todo esto no
nuevo modo de funcionamiento ocupa su lu¡:ar. constituina una desventaja redhibiloria si no cxistic•ra una
Vemo~ a Brian expresar a través de sus smlomas 1pert u r· madrr sufnl'ndo. Traumatizada por embarazos qut• rt'rha-
haciom·~ p;acosomáticas. violencia. elc.l su angustio y sufri- zaba con todo su ser. se la ,.e poco amante de sus hijns; c,.to

108 109
es perceptible u lrav611 de los relatos de Lydia. E:sla conjun - p<·queaa, quisiera que me qu1s1erun, yo los amo y se lo
ción de circunstnncias cncontraró salida en un comporta- 1lt•muestro; soy como ustede~. dtlbil y sin nada. Es necesario
miento sintomático ::ti 1n~11·cso en primaria: el fracaso esco- •¡uc me ayuden a m1 también". Su nmor pasa por la identi-
lar. Las "dificultades cscolorcs" se convierten en un síntoma licadón: triunfar, udquinr un 1;abcr que ellos no poseen
que cristalizo toda In historia de Lydm, asociando al mismo ·'"ria separarse de ellos, scria lra1c1onarlos. Esa problemá-
tiempo la relación con el medio y su problem:itica incons- t 1cn del fracaso es frecuente en familias en lns que el niño
ciente vinculadtt a su Ed1poo C8t' sin toma se convierte en una tlehe diferenciarse rad1calmcntc del medio familiar o social
"síntesis" de toda su problemática anterior. ¿Cómo fue que mediante la adqu1sic1ón de snber y por su logro: puede llegar
se anudó? ;, prohibirse. por ejemplo, supcn1r 11 un padre inculto, tam-
El ingreso a primaria e!'I el momC'nto en que el niño vive h1cn es posible que no pueda competir con un padre todopo-
intensamente su crisis cd1p1ca, con el imperativo de aleja- deroso. De manero general, la culpabilid11d es fuerte para el
miento y de rl'nuncia a los vinrulos cdipicos Cal respecto, alumno que S<' autoriza a superar el nivel adquirido por los
nosotros, los analistas, hablamos de "cnstración"). El niño padres; se corre el rie~godc llegar a la ruptura con la familia
que hasta ese momento inteh'l'llbaen el Jardín de infantes los o con el medio de orig<'n.
conocimientos de manrra lúdicn, ahora deberá aceptar una Lydia no adoptó ese viraje hacia la emancipación; intenta
disciplina de tnibaju con sus obligaciones. Tendr:i que en- realizar su deseo l'dipico, olvidar a l:i madre y hacer pareja
frentar a sus pares en una relación de competencia y a veces con el podre. Emplea i;u debilidad parn seducirlo. será "su
de rivalidad que a menudo lo desest.nbiliza. Este trabajo de peque1la"Oas otras dos fJ<'l/U<'llas están con la madre), pero
ruptura mediante et qu<' toma distancia con tas imagos también su mujercita: le cocina, arregla la casa, lo cuida
familiares es simultáneo con la construcción de su persona- cuando vuelve del hosp1tnl. Procura hnc<'rsc amar por él; "se
lidad, aparecen nuevas idC'ntilicaciones gracias a las rela- hace la i11ten•M11ie", dice el Ellu buscu i11teresnrlo, incluso
ciones coa los ni1ios de la misma <'dad y descubre nuevos con su nacient.c feminidad (¿el "chico mós grnnde" sena una
modelos de adultos. Una ndnptoción lograda lo conforta en imagen pnlernn'?). Tengo el recuerdo muy vivo de su manejo
su estatus de sujeto sociul. "Ahora <'rC's grande", dicen los con el padre ya desde nucstrn pri mC'r!I entrevista; Lydia
padres cuando el niño ingi·csn en ta "escuela grande". No hay busca su cercanía f1sica. qu iere st•nt:irselc en las rodi ll as,
que estar lun seguro!!; so necesita li<'mpo y C'l apoyo afectuo- deposita sobre él una rni radu l'nnmonida, zalamera y, lo que
so de los padres para asumir la durn conquisw de la autono- resu lta más curioso, pnrccc estar en la gloria cuando é l habla
mía. del fracaso escolar de la n111n l'nrrrr dC'cirlc: "Ves, soy como
Ese trabajo de scparaci6n-construcc16n ncces;:irio para ta tú, lt1 escuelo no es para m1, rracuso en todo, soy una pobre
asunción del saber y el Hur¡,rimicnlo del deseo de aprender no cosita que no entiPndC' nnda, qut• necesita ayuda, eres tú
ocurrió en el cuso d<' l.yd in; demasiadas razones to impidie- quien debe ayudarme, cns<'nomc (¿tómame?)', nos parece-
ron. Hemos S<'ñalado varias dr citas, pero es posible suponer mos, somos mar!{inado~·. Se pone en marchi1 un proceso, su
que en aquel momento unu profunda inseguridad cercana a fracaso se convierte en triunfo, ndquiC'rc un poder de seduc-
la angustio la vinculo con su familia y le impide avanzar. ción ante el padre, su debilidad se convierte en una fuen:a y
Parece dcci ... "No puedo abandonarlos, no puedo alejarme de en un modo de sel': <'S l¡1 carnctt•nst1ca del smloma.
ustedes, dejan a dl' cx1~llr. Las gemelas ya han ocupado mi Esa actitud de pnsividad y de solicitud de ayuda se
lugar y he dejado de existir para mi modre, que se pasa la • Juego de paJ .. hra• en fr~ntt a¡1pr<'1ld• ·fflDI !on•éi\nmol fp,...nd.<·
vida ocupándose de ellas, ¡,qui' me queda? Soy demasiado ntoi!J Ltóm11n1el ltcnt•n un•• pronunc1aclon _.1mtlnr.fN d<"I T.)

llO 111
I'

concreta en el medio escolar: Lydia se convierte en Ja pobre 11.. nt• un sentido que deberá descifrar por sí mismo. ~;sel
nirllta mmusvúlida a la que hay que sacar de su situación de 11. -curso que sostengo frente a los padres y al mno cuando
frac;iso, lo que le confiere un Jug;ir bien definido en el medio pu·n~o que el frncnso es de naturaleza sintomcitica. No hablo
social, una especie de marca de identidad\' un reconocimien- 1u¡ui de los ninos que no "marchan" por razones dcfic1tanas
to que ella no tícnede su madre. Esto la cÓnforta también en n•.1lrs, por ejemplo. ¡l('rturbaciones orgánkas Cdclieiencias
una posición dr "a;;istída" (empleo la expr<'~ión con rcfcren- l!<"nsonales: sordera. mala visión), neuroló~cas !retraso
«ia u la s1luac1ón familiar), identificándose con su medio. rncntalJ, gcnéllcas (trisomía, falla del cromosoma X>. etc.
Esl<' r!.'sulludo C'S el opuesto a lo que dc\x>ria ha\x>r ocurrido, Tampoco t•s cuC'stión de los niños que re1v1ndi.can un
a sab1•r, ayudarla a desprenderse de la cmpn•sa familiar y lr:tcaso progr11mado. Puede tratarse de retrasados dichosos,
1•ncontn1r su propio camino. urgulloi<os de su rctr:iso; lodos conocemos cusos di' "rclrasa-
En l'stt• momento es preciso abrir un parenlcsiR acc1·ca del tlos" gcninlt's que han honrado a la ciencia. Por lo gcnrrnl son
sigmlkado de esas diversas operacionc11 qui.' pu recen haber 11ii\os o adolescentes que se niegan a plegnrsc a loR impcra-
contribu ido a lijiir el síntoma. t "'os escolureR y que se instruyen por otras vías. Se sien l!.'11
111·¡.rullosos y conlindoA en sí mismos por hnbcr demostrado
1¡uc no tenían neccsid<\d de nadie para triunfar
DesdC' mt punto de vista, la relación de Lyd1a con el
Cómo las ayudas inapropiadas padre t•ra prl'ocupante. pues reforzaba en clln_ los fonóme-
pueden contribuir a fijar un síntoma 110' de regrt•s1ón e implicaba el nesgo de inducir una
debilidad irreversible. Por otra parte. me pr<•guntabn
como aquel padre ibn a responder ni amor dC';;bordanle d_e
En lo< "apoyos". por lo general nos encontramos ante un Ja hiJn: ¿i>slar111 en condiciones de expresarle la proh1b1-
enfoque psll·ológico de la persona dif<'renlt• del enfoque nón del ince~lo poniendo una "barrera" a las demandas de
unohtico. Para el psicoanálisis, la dimcnsion d<'l inconsc1en- umor de la hiJa? No me podía olvidar del sentido que J.ydia
te pcrm¡inC'C<' cn primer plano, mientras que la psicologia. le habnt otorgado :-i la palabra "barrera" c>n nuestra primc-
pese 11 quc> conoce la existencia del inconsciente, no lo loma r;1 rnti·evist11· poner un freno a Ja violencia de los ndultoA
l'n cuenta 1•n su praxis. Una consecuencia de In concepción en contra du lo!\ chicos. Aquel pudre ern un hombre débil,
pNicológ1c:-i de la persona consiste en buscar In función enfermo incnpaz de construir su casa y prott•g1•r n los
ck licitn1·in, ubicada mediante tests, para 111tcnlar rl'st;1u- hijos.p,;,. Jo tnnto pensé que sería bueno qut• pusiera a l
r·m'ia. As1 t•s como 1·csulta tratado el lcngunJ<', In lectura, la Lanlo de mi~ obser·vaciones a l médico clínico, a los ef'C'ctos
or·tograftn, el c<Hculo, etc; se trata de soluciones ortopédicas ele gue c' I supervisara la implcmcntaci<\n d<' unn ayuda
para una perturbación compleja de otro mnclo. Cuando un educativa ptll'a aquella familia, con e l propósito de qm• la
nino <'n fracaso escolar encuentra un unahi:;la, a menudo mndrc rl'l'ncontrara su lugar en ella, que lns gemC'lris
eslo ocurre luego del fracaso de múltiples tratamientos. La fueran trat:1d¡1s y que Lydia siguiera uno p111colc•rnpia
pr<'gunta que ~e plantea deja de ser; ¿cuál es t•I déficit en En la última sesión me dijo que estaba cansada de "no
cue.sl1ón en e;; te ca~o de fracaso? ¿Cu<il es la "cnfC'rmC'dad" de entender onda"; era un comienzo de Ja loma de conciC'ncin
este niño: 1•l lt•nguajc. la ortografía? La pregunta pasa a ser: aceren dl' su dificultad. También me enteré a lran;s de los
i.q11i<'t1 t•s él para que le pase eso'! No es m;1lo. no es tonto, no padres "qut• cstaha harta de la rehabilitadora que se r
lo han• a propósito. Presenta un "bloqueo", ¡><'ro todo eso negaba a ir a las consultas. Pien~o que esa dec1rnm t•s <'O

112 113
1
parle el resultado de las entrevistas conmigo. Por lo general • ~lczcln todo". y el padre· "Oc a poco se va olvidando de todo".
la interrupción de los "apoyos" se realiza progresivamente, Tuw la ocasión de comprobar esos dichos.
cuando el procc8o psicoanalítico cst.u bien situado y cuundo Lydia quiso reproducir conmigo el comportamiento que
se ha establecido la trnnsfcrencia: el 111110 comprende en ese l••nía con los adultos encargados de trasmitirle Jos conocí·
momento la diferencia entre los dos modos de enfoque y micntos escolares: "explícame, enséñame, ayúdame". Le
privilegia uno de los dos; la transferencia enlazada con el 1hJl' que no quería explicarle nada, sino que quería que ella
otro se resuelve entonces naturalmente. mt· explicara, ella. la que no comprendía. Entonces escribe
¿Es posible ir mus lejos en la comprensión de los mecanis- nlgunus frases y agrega: "En cálculo, est.:in las unidades, las
mos que llevan al fracaso escolar? Me dediqué a ese trabajo dcc1·nas y las centenas" Huce luego una especie de cuadro en
d<' desciframiento en mis libros Los retrasados no existen: 1·1 que se supone se ubicarán las centena~. ele. (dibujo nº 6).
psicoanáli.sis de 1111ios con fracaso ('.,colar (Buenos Aires, 1-.~ posible observar que el cuadro no corrc>Rponde a ningun
Nueva Visión, 1994) y Malestar en el c/oce11tc. La ed11cació11- proyecto de clasiíicación. Le pregunto por qué co locó esas
,.011fronlada con 1•/ ps1coa11álisis Wu<'llOs Aires, Nuevo Vi- l'ifrns a la izquierda; mt' responde que con ell as se podría
-~ion, 1998). A partir del caso de Lydia, retomaré aquí hacer una suma o una rei;tu, operaciones que aparentemen-
all(unas hipótesi!! desarrolladas en esas obras. !1• aprl'ndió y comprendió Anoto el rcsultndoque ella me da
Las cifras que colocn ul uzar en el cuadro que debía separar
i-, unidades, las decena~ y las centenas no corresponden a
ri.1da. Cuando termina, me mira con us¡><'cto do perro apa·
Inte ligen cia y d e b ilida d leado y me dice: "No es así, ¿no? Me equivoqué". Percibo

Lydia se presento como una ninn débil. ¿Qué dcbC'mos


entender por dcbtli<lo1/'? Es lo que acude a la mente cuando
se tiene delante de uno a una pen;onn que parece no com-
prender lo que resulta evidente para la mayoría de la gente.
El lenguaje popular habla de "estupide:>.", aunque también ,
purde escucharsr tontería, bobcrrn; cuundo los niñoR hablan
• r - -
i.. ., ~
·- .
entre ellos de un alumno en fracaRo no escatiman c~as .. ' J
rxprcsioncs. Las palrtbras nulo, idioln, "opa", han reemp la-
zudo a laexprc¡.;ión "retrasado", que RC ha vuelto obsoleta. En J .:i~--J- ¡
lo que aquí noi< ocupa, no nos enfrentamos con uno determi- l:cl / I
' t I
nada afección de tipo neurológico o psíquu'ilrico, sino con un
bloqueo para Ja~ operaciones inh•lrctualcs e intentamos
J -r ..
hacer surgir el mecanismo responsable <la inhibición que
trat.arcmos mas adelante). En esos sujetos llamados déhilcs - i .
existe una ausencia de comprensión de los datos m{is cv idrn- 1 i
lcs, a veces con incapacidad para realizar operaciones de
memorización muy simples. Oc Lydia, lu rchabilitadoradice: 6 ____. .. _
...

11·1 115
dNra:s de esa confesión una especie de provocación incons- arcntuan•e. Formará parte de esos olvidados que pasan de
ciente: "Pueden l'xplicármelo lodo. pero vean cómo no en- rlasc en clase con rc¡X'l ícíoncs sut.-cS1\'as y salen del ciclo
tiendo nada". Frente a esa pared de incomprensión, pienso e .colar a los dicciscis años sin los conoc1m1entos básicos:
en la exasperación, en el desaliento, cuando no en la rabia y mrluso llegarán a olvidar lo que aprendi<'ron a partir de su
el rechazo que dl'h<'n de experiml•ntar los docentes y lodos rlPsmLer·és por cualquier actividad de lectura. Sin embal'go.
fm; que traton de ayudar. pu'n!!o que no todo cslú perdido para Lydi11 si se reconsidcn1
Con alumnos qur ;e presentan l'Omo Lydia. el rl'Chnzo a la situación desde un ángulo nuevo. tomando en cuenta el
comprender se vudvc 111comprcns1bú: para los adultos; se sabe elemento neurótico dt' su "rechazo" a aprender (encarar una
que el niño no tiene ningún déficit "l:nsorial. fisicoo mental. los ps1cott'rapia) y ampliar el campo de enfoque mediante
tests afirman que• su inteligencia es normal, ¿entonces qué? una rcílcx:ión plur1disriphn11ria: ayuda psicológica y matl'·
Dc·safortunadamcntc los tests no m1d<>n las determinaciones nnl a la familia y atención a las geml'ltlA
111ronscient.es; el inconsciente aún no es ton ido en cuenta entre ¡,Se puede hablar de "debilidad" en el caso de Lydia?
los factores dctcrm innntvs del frac uso eseo lar, sigue estando en ·\l!(unos autores empican la expresión "scudodcbilidacl"
el plocard. Entonccs el udulto tiene la sl'nsación de que el niño p;1n.1 designar a niños c¡uc tienen un comportamiento débil
sc burla de él nc¡:andole su función de trasmisor de saber y .unqu<' no presenten nin¡:una verdadera dl'Ílcicncia mcn·
piensa que existe <'n <'>'C niño un rechazo mT1scienle a aprender. t 11 De hecho, esa l'('udodcb1lidad es por lo general de orden
Cuando ninguna consigna logra funcionar, el adulto St' sit'ntc nruróhco, por lo tanto posiblcmentert·1·rrs1b/r. Veremos que
impotente y le es dificil reconocer lo 1111po..1ble en ~emt•jontc r n d coso de Lyd1a la cuestión queda abierta Pero antes dl'
situación. Ahora hil•n, seria bueno que pudiera id<.'ntificnr en hablar de debilidad, es preciso mtcntar dC'linir qué es la
l'Hos casos los limiLcs dr• su acción, lo qm• le evitaría culpnbili- 111tclrgcncia. Evidcnl<•mente, no podemos dar una definición
zn1·sc y reaccion:ir de manera innpr•opiuda. Pienso que para él cxhnustiva de la 111tcli¡::cnc1a; me limitaré a mostrar cómo
In frustración sena menor si se tratara de un mño afectado por la inteligencia y la debilidad se prcscnlnn en el plano de la
una discapacidad rt'Conocida, como el autismo o un retraso ob~crvación clínica
mental diagno,;ticudo; elllonccs se admitina lo 1mp<1s1b/i .. ~~n
los boletines c:<eol:1rr•s de esos ni1ios inteligentes p<•ro en
situación de fn1caso encontraremos implícito el JU1c10 "pucdc llitrli1<cncia
rendir más'"; p11cd1• pC'ro no quwre. Se trata de la condcnn del
n11io que es mri/o por sus malas notas y su mala vol1111t11d. Los La pl'imcra evidencia en el arte de comprender e!! In
padres dicen ( ¡cu:intus veces lo he escuchado!!: "Lo huce a necesidad de esLnbl<.>cer vmculos: es lo que hace el niño u
propósito... solo pnrn fastidiarno.~". pUl'ltr de los primeros d1as de vida: conecta las informo·
Por más que los mecanismos de la ll'ctura y la c:;crrlura e iones que le llegan de todas partes (Y o abordamos esta
funcionen correctnmenle en Lydia. e:< de temer que Ja ausen- cuestión a propósito del caso de Bnan ) Pero no basta con
cia en ella de la búsqueda del srnlido y el bloquco del establecer vínculos; <'S necesario scpanir, escoger, clasili·
pt•nsam1ento la lll•ven al analfabetismo si no se ponl'n en car los datos, establecer opciones. El n11io identifica las
marcha otros protocolos. En esos nli\os, la lectura ba lbu- analogías, los elementos que se corrcspondrn, los que son
ct•anle puede diHi mular la incomprensión del texto. Lydm no comunes a diversas 1;ilunciones o a v:1nos estructura!< drl
podrá cursar scxlo irrado, las ayudas indi\'idualcs rrsulla· IC'nguaJe. Debe abstrnerlas, conservarlo;; en la mcmorin,
rán insuficienlt'.' y su exclusión del ~rupo no harü más que transponerlas para aprehender el sentido. Luego, cuando

116 117
comience a hablar, podrá, mediante la práctica de ensayo. ··11tm1c1•s al de<:ir co11sc1ente, sostenido por la caderia del
error, perfeccionar su comprensión de la lengua. Las pala· ./i ~mrso.
brns de los niños surgen de e~s errores. A partir del 1 a etimología de la palabra "inteligencia" confirma estas
lenguaje que Je es dado !nace y vive dentro de un "baño de 1<·1lcxioncs sobre el proceso de captación del sentido. La
lenguaje"), deberá construir 8U palabra para poder hacerse 1 1labra "inteligencia" proviene del lalin mtellegcre, de inf('r
entender. Hablar requiere plegarse a un orden, el orden 1· /,·J{ere, que significa "elegir entre"; legere proviene a su vez
.q1mbólico. Esa estructura simbólica se presenta como una il1• la raíz indoeuropea leg (que se encuentra en "leer"), que
cadena cuyo primer modelo es la frase; nos encontra mos " 'gnifica ol mismo tiempo reunir, elegi r, recoger. Tenemos
aquí en lo que Freud llamó "proceso secundario". En el ah1 las dos operaciones necesarias para la comprensión; por
enunciado "Pedro golpea a Pablo" el orden de sucPsión no una part~. establecer vínculos. reunir y, por la otra, cle¡.,'1r,
puede ser invertido. existe un encadenamiento, cada signi- r«cogl'r. Estas resultan operaciones básicas para poder for·
ficante es como el eslabón de una cadena. Esa estruct ura mar un razonamiento y plantear un juicio. El razonamiento
implica un orden lógico, una temporalidad, un •querer t•s un paso lógico que implica rC'SpC'tar las leyes del lenguaje
decir"; ese funcionamiento L1endc al significado, prC'valece \" del di~curso. El buen se11t1do (lo razonable) se opone al sin·
en las operaciones lógicas y en el razonamiento. Hemos visto ·'"11tido del discurso de la locura. Formular un juicio implica
que en el caso de Lydia el desorden de los elementos de la 11uc el sujeto haya hecho una opción entre diversas proposi-
frase es lo que altera su significación. ciones; el término"recoger" es un11 rC1prcsentación poética de
Este trabajo de organización sign ifica nte que pPrmite la l'Sa inijtancia: se recoge unn flor para hacer un ramo, una
palabra (el querer decir) necesita, pues, de opciones Cesas fruta porque está madurn, unn palabra entre otras para
opciones que e l psicótico tiene tanta dificultad para hacer). expresar el pensamiento.
Ahora bien, quien dice opción dice también eltmmación, Si bien el dominio del lenguaje es necesario para las
rechazo: los elementos suprimidos son Uamadosreprmudos. operaciones intelectuales. en cambio no resulta suficiente
No desaparecen por completo; son almacenados en una para que un sujeto dé pruebas de inteligencia. Exi~tl'n
rc,crva <la reserva incon!IC1ente) de la que pueden escapar diversas formas de inteligencta Todos los días frC'cuenta-
por_vías indirectas, por ejemplo el sueño, el lapsus, los actos mos personas que se expresan poco y tienen un vocabulario
folhdos, las conductas repetitivas, cte. ¿Qué encontramos en restringido; pueden ser tanto c1ent1ficos de alto nivel como
C'Rt' gran desván? Asociaciones inoportunas que la polisemia Lrabajodorcs manuales. Estos últimos a menudo derrochan
do la lengua favorece, significantes referi dos a pu lsiones astucia, habil idad y capacidad de invención en sus rcalizu-
peligrosas o a recuerdos traumáticos, una verdaderu cueva cioneH. Si bien tienen escaso vocnhulario, el que poscC'n l<'R
de AH Babá en la que el sujeto se funda y se abastece. Se trata resulta suficiente para dominar la materia, los objetos o las
de un sistema no organizado que no induce un orden ni una situaciones que deben tratar Mirando más de cerca, nos
métrica Freud nunca dcJó de buscar las leyes que rigen ese damos cuenta de que las operaciones requeridas para esa
funcionamiento inconsciente, al que denomina "proceso pri- clase de reflexión son las mismas que entran en juego en las
mario", en el que reinan el desorden y la libertad de asocia· operaciones puramente intC'lt:'ctualcs: opción, aislamiento,
ción. En lo esencial, al estudiar los sueños pudo identificar abstracción, analogía, generalización. Ocurre que ciertos
los mecanismos que caracterizan ese sistema· ubicó la con· SUJCtos analfabetos nos asombran con su saber, con el buen
dcnsación, el desplazamipnto, la sustitución.' El fu11cio11a- sentido del que hacen gala; suele encontrárselos en pohlncio·
mie11lo i11co11sciente, con su l'xpresión enigmático, se 0¡>011c nes de fuertes tradiciones, de estructuras familiares sólidnR,

118 119
cn ltts que Ja cultura e~ predominantemente oral. La trans· huhlar del sujeto. Para comprender, para encontrar una
misión de su saber. que es más bien del orden del saber an licla a una situación o a un problema, debemos apelar a
hac<>r. a menudo comienza muy temprano en un contexto lodos los recursos de nuestro ser, es decir, a los tipos de
valori7.'ldor que alienta su sentimiento de identidad. 11Socmciones que presiden el discurso consciente, pero tam-
i. Cuáles son las condiciones necesarias para q uc un sujeto ""'" debemos movilizar todos los recursos inconscientes; eR
pueda emplear todos los recursos semánticos de la lengua y, In 1¡uc ge llama mtuición. Los investigadores, los sabios que
a partir de allí, dar muestrns de inteligencia? l 11·nen 111tuiciones geniales Cla manzana de Newton, por
El ,qig11ificnn.1e debe ser libre. Para adquirir su capacidad 1·.wmplol, Ron aquellos que Rnbcn cscapar a la lógicu y dar
müxima de utilización, el significante debe libernrs<' de los lthrc curso n su imaginación. Lo específico de los crendorcs,
primeros \"inculos en los que apareció. En mi libro Un niño d" los artistas, de los poetas se encuentra en la capacidad de
ps1colico doy numerosos ejemplos de ese aprendizaJ<' de la 1·ncontrur su inspiración en esa "otra parte" que se <'re1a
lengua que hace el mño antes de hablar. Doy el ejemplo del habitada por las musas.
i<1gnificante t:<?r que aparece en numerosas configur:iciones Nosotros. los analistas, intentnmo~ hacer surgir ese "en
que el niño poco a poco va a 1r identificando.· En un primer otra parte" en nuestros pacientes mediante la libre a.<ocia·
momento debe aislar el sigmficante para construir una frase nón Lacan traducía la etimología de In palabra "intel1gen·
que tenga sentido. Lai> confusiones son frecuentes y el niño r1a"', 11111•r·l11gere, por "saber leer entre lineas", es decir, 011 lo
se upresura a corregirlas; por lo general son debidas a las r¡uC' Rl' dice más allá de las palnbrnR. 8n toda su cnseñtrnzn
homofonías de la lengua (cf'r. lus palabras de los nil'loH). Los nos llevó n distinguir el contenido del enunciado y a ésto de
vínculos erróneos son reprimidos, pero ocurre qul' SC' man· Ju enunciación. La inteligencia CR la capacidad de efectuar
ttl'nen en el inconscicnt!', donde van a aumentar rl stock de con velocidad esa gimnasia complicada que va desde la
In cuverna; por ejemplo. el verde convirtiéndose en el color locali:wc1ón del significante clat•e, el que ilumina el s1gnifi·
fetiche de una niña cuyo padre era ingeniero mvest1gadoren cado en un enunciado. hacia la nfl{'lación que se hacen otros
In industria del ,;drio:· La libertad del significan le implica, ~igmficanles tomados en 10>1 agrupamientos asociall\'OS,
pues, que pueda desprenderse de una asociación drh·rmina- conscientes o inconscientes, para volver de inmediato ni
da para injertarse en olras cadenas del discurso; debe, punto de partida, en un movimiento de espiral. De rilo
entonces, ser mol'ilizablr y po/1t'ale11/e. Veremo~ que, en el resulta un enriquecimiento permanente de los sistemas
cnHo de la debilidad. uno asociación s1gnific:mtc se lija y se consciente e inconsciente.
n'pit<' sin dejar cspucio a um1 escapatoria que abrn el ncccso En Brian encontramos una c>llorcsccncia de crcacion!'s
n olras perspectivas. rmagmarins y la relación ana lítica le permite eirprcaar In
Sin embargo. esa libertad del significante no btisln para hrutnlidad de sus pulsiones asesinas, angustiantes y pcli·
caracterizar la inteligencia; cwrtas personas tienen un co- grosos para él y para el otro. El nnalisla está allí no pnra
nocimiento enciclopédico de la lengua sin por eso parecer fa\'oreccr el pasaje al acto, sino para ayudarlo a elaborar la
inteligl•ntes. En e;; te momento es cuando debemos \'Ol\'er a puesta en e~cena y la puesta cm palabras de sus pubiones.
Le seguirán la construcción de fantasmas y progresi,·nmen-
· Los eJemplo~ ()U~ da la autora 84:•n : tt·r dt· lerre <lombnz), /,• t 4·rrl! ó
hmrr (v;1w para bcbcrl, alta 11•rs Cor hncial, /r t·ert le) wrd••).{N dd T.) te el acceso a las estructuras simbólicas. Vemos ante nuC's·
- C"ontinUa rl eJernplo planlrado rn Jn nota nnterior En PHlt' CilKO In tros ojos c<imo se forma el proceso de represión. al mismo
r~p<'tu·tón del Rlgniftcantc 1·t•1 npnn•cc en verde (Je peri en rrnnc:<'a 1 v C'n tiempo que la ubicación del i>rocrso secundario: aparición
\'id1io f4·~·rrE", en íranct:;J rN . dol 1,.> ' dol discurso lógico, del rnzonnm1cnto, de la escritura, d<' In

120 l:.! 1
integraci~n de la Ley.. Esa evolución se desarrolla junto con t'lt lasotras. Como las cifras no pueden desprenderse de c .<llff
la renuncia~ la posesión de la madre; la prohibición edípica ilos operaciones, la posibilidad de descomponer un númrro
ha sido mter1or1:iada. La cuestión de la inteligencia nunca se para extraer las unidades, las decena.s y las centenas parece
planteó en el caso de Brian, a pesar de su retraso escolar. Rnhrcpasar su entenctimiento. Es posible pregunt&r$e hasla
Cuando salga de sus angustias primitivas, todo estará listo ciue pumo Lydia pudocaptarel sentido de la secue_nc1a de los
para un acceso libre al saber. Piensoqueese niño tendrá una 1111 meros Sin embargo, la noción de contar comienza muy
naturaleza rico y creativa. temprano en el niño: contar con los dedos Clo drscubre a
En Ciar~, el síntoma (mutismo) es una respuesta a un m<'nudo con las canciones infantiles), ubicar las unidades Y
!"ale.ntend1do creado por su apariencia física, sin que ello las decenas gracias a las cifras de su edad, que ~ambian
1mph~nra. una. profunda perturbación de la identidad. Es todos los años y cuya representación él ve mediante el
una nina mtehgente que reflexiona, juzga, se hace pregun- número de vclitns en la torta, comparar esa cifra con tu edad
tas. Bastará con aportar una respuesta a su cuestionamien- dt• los hermanos y hermanas más jóvenes o mny?rcs, com-
to ucc1·ca de.sus ?rígenes y volver a situar a su Edipo para partir (dividir) un paquete de bombones, do boli~as. o u.na
aplacar sus inquietudes. Se pueden identificar en el conte- torta, ole. Las nociones de división y do multiplicnc1ón
nido d? las sesiones los procesos consciente e inconsciente re' u ltnn así integradas antes de que el niño drscubra su
que s? mtcrpenetran de manera armónica. Ella se comunica 1ransposición escrita.
c?nm1go a partir del relato de sus actividades cotidianas (el EsC' fenómC'nodc fijación vuelve a encontrarse en todos los
?1scurso común), rnien~ras me significa su problemática mvelcs: C'I sujeto !<e fija en un significado dado y no puede
ml1ma ( proce~o mconsc1ente) sobre la cuestión de los oríge- entender nada que no sea lo que construyó alguna Vl.'Z.
nes a través de producciones lúdicas: modelado de caracoles Rl'pite sus convicciones sm que el sentido pueda dcspe~un;e
acoplados extrañamente y dibujos que la representan mos- y enriquecerse lu reflexión; eKiste en él una especie de
tran~o la evolución de su imagen del cuerpo y de su acer- obstinación que irrita al inLCrlocutor o al profesor Cuando
cam1en_to a .la sexualidad; allí se reconoce la mfiltración este último dice ni alumno: "Reflexiona, hnz funcionar la
del ~gistro mconsciente en el orden del discurso. Función del cabeza", esto significa: "Apela a otras posibilidades, C'ncarn
anaJ1stn es la de poder entender lo que se dice u ese nivel wer otras vinculaciones". Esta ausencia de movilidad de los
enlrl' lí11eas, oír más allá de las palabras. ' significantes n veces es designada co.n los término.~fn~czwfl.;
gclificución, congelación, coalcscenc1n. La cxprcs1on débil
resulta pobre, repetitiva, plana. Dicha pobrezn afecta. no
Debilidad sólo n lu expresión del discurso, sino también u su contenido.
Esto tiene que ver con la imposibilidad de r~·cur~1r n los
La historia de Lydia nos permite hablar de la debilidad En significant <'~ rcpri mi dos. Renuente a la polisemia de la
el débil In movilidad del significanto se encuentra compro- lengua, el débi 1se opone a lodo lo que sea equivoco: la mclafora.
met1.da Lacan habla de la "toma en masa de la cadena las agudezas de doble sentido le resultan msoportablcs
s1gmficante"; la ausencia de intervalo Cdc separación entre Todo est.D hace de él un paciente dificil, que tiene dificulta-
los ~1gmficantes) y la ausencia de movilidad vuelven al des para someter-Re a la regla de las asociac1onC's libres, ya
s1gmficante no dialcctizable. En Lydia podemos identificar que todo despegue imaginario vuc_lv_e a cuc.st.1?nar u~ c?u1-
~se fcnomeno a propósito de los números. Ella sólo consigue librio construido sobre un saber mm1mo. El nmo 1ntehgcntl.'
Juntar dos cifras en las operaciones de suma y resta, pero no desplegará todos sus recursos asociativos, apelará a los

122 123
11

recuerdos, u los reservas inconscientes para deducir de ellna ' retrasado" implica In mirada despectiva del otro, con el peso
alguna annlogia con la situación actual v abrir todos 101 4)(·1n('sprecío que lt' <>stfl asoc:iado. El niño-alumno s~<'ntc una
po~1bles <el caso de Paul-i\larie será una iliistración de esto), bumillacíón qut' , si ~e repite, 1mphca una perdida de h1
El niño deb1l se encuentra en el mmo,·ilísmo, <'S ndbesivo, se uulocstimn, Ese sentimiento de verguenza puC'dc n.o !'Jttsltr
man~1cne pegado al discurso del maestro, pero también ni , .11 ciertos m!'dios donde el éxito, en \•ez de ser valon7.ado. se
propio mu~slro, no sale de un formalismo que lo tranquiliza, J•alla depreciado; curs:tr estudios su~riorc~ es. entonces
pues ~e llll<>ne u un "no-saber"; se trata de csn "pasión por la , l\'i do como unn traición hacia la comumdad de ong4·n, poco
ignorancia" d<' la que habla Lacan. fo,·0 rcclda desde (') punto de visla social . .
Los niños en situación de fracaso escolar distan de ser ·Entonces porqué decir que los retrasados no t'x1stcn s1 los
t~dos débile~; su CI nonnal tranquiliza acerca de sus capa· ,,,,:·los alumnos 1<iguen existiendo? Quise decir de. esa mane·
c1dades fo¡.,rn1t1vns. Por otra parte, el unulista no necesita '"que Jo que no existe es el retrasado en t~nto n111o 1~rc'llH»
leal ul~'Uno pura formarse una opinión desde la primera rlínblemc11/1' e.~túpido, ya que la palabra retrn~n~o dn n
cnLrev1slu. No se puede hablar de debilidad en esos ninos <'nlcndor um1 estupidez innato, una tara de nnc1m1cn~l. Al
desenvueltos, astutos, que manifiestan dilicultudci; dl! com· hablar de "familias débiles" se da a entender que la 1ntcltgen-
prensión únicamente en el marco escolar(el caso de Thierry, na y la dcbilidnd estarí:m inscriptas en los genes, 1.o que nos
que resumo mns delante, ilustra bien esa poH1ción}. No rt'lrolrac al problC'mn de lo innato y lo adqu1ndo ~sU'J
ocurre lo mismo con Lydia. De entrada percibimos cn ella cuestión m!'n'r<' nlgo de atención. pues cond1c1onn lodos los
cuánto8us d11icultadescognitivas impregnan toda su mane· pasos a los rft>clos de trntnr el problema dl'I frncaso <'~colar.
ra de •<'r; su <'Jtpresión en lenguaje es pobre, su memoria
parece altC'rada, su comportamiento resulta poco ndnptado.
Toman; como ejemplo la última sesión, cuando le pedí que
me hablar.a de ella. Comenzó enlonces con una especie de ;,lnnal o o ad q ui r i d o?
enumeración mecánica de las actividades cotidiunas, a la
man('ra de una letanía en la que ella permunecia comple-
tamente ausente La repetición es la muren por excelencia Se sobe hoy qu<' cwrtns carencias afectivas precoces Yprolo~­
d~ .su discurso, existe fijación en los temas de los que gndas pued<'n dt•jflr huellas indelebles que vnn de la pR1cot1·
v1s1blrml'nle no puede despegarse; comC'r, dormir, una znción al rclrnso mental irreversible. Esos c1.1sos e~lr!'mos
casa i mposib lu de construir, la agresión y In muerte al que se pudieron observaren los niños rumanos de la t pocu de
cabo del cumino, In desdicha, en suma. No pu<'deescnparse Cea8 escu. por <>jcmplo, podían hacer .c.r·ecr en ~n p~·1mcr
d(' esa r!'altdud; entonces prefiere "no saber nndn"· su igno- momento qur se estoba ante una afecc1on cercbr,11 origmal
rancia la protege. inscripta <'n los genes P!'ro no lo era. ya que 11.1 mnyo!·1n de
El propio titulo de m1 libro Los relra.~ado.~ no exi~len: e<os niño!! estnbun sanos al momento de nacer; ~u dcb1lidad
psit·oa1uifüis de núios con fracaso escolar puede dejar pla- profunda ern debida a In ausencia. de human1znc1ón por
neando una duda acerca de la existencia de la debilidad. Si abandono nfcctivo Se trataba, por cu~rto, de una debilidad
bien la palabra "rctrai:ado" se encuentra hoy en desuso, en adqmrida .
cambio los malos alumnos siguen existiendo. L,'\ palabra Ob~C'rvncioncs más cercanas a nosotros mue~tran la pre·
~retrasado" dn cuenta de la carga infamante d!'I fracaso i>ondernncia de lo adquirido en el desar~ollo de la'< en pacida·
Junto con el sufrimiento que de él ~e desprende Scr un des cognitivos del niilo. Se sabe, por ejemplo. que gcmclos

124 l 2fi
homoc1¡¡olos cdados en medios diferentes medio dcsfav0o y 1pu• no teman: Julián nunca cursaría estudios superiores.
r?c1do o medio socio-eco?ómico mas elevado- l<'ndrán capa ¡\l¡::unos años después, por casualidad lo encontré con la
c1dadcs 1ntclcctuales diferentes. N1nos adoptndos en m11< maure: siempre seguía apegado al rock y tocaba en un ~po.
mcntos cercanos al nacimient-0 tienen un desarrollo máa t.11 ~u caso resultaba e\'idente que la ausencia de esttmula-
arm~n1oso que los que pasan los primeros m<'ses. o oños, do c1on intelectual, la pobreza de los intercambios verbales y,
la vida en guarderías infantiles o en m•tituciones de esa 1 tluda. una cierta indiferencia afectiva en el tran~curso de
1 11
clase', sohrC' todo si les han faltado contactos ;1fcctivos perso- r•ns primeros cuatro años eran In causa de su r<.'traso en el
?ahindos. Tuve la ocasión de hacer el sl'guimicnlo de un l1·nguajc, retraso que ya nunca pudo ser colmado por en ter? .
Joven, Juhan, adoptado a los cuatro anos. Hnbin pasado lo• .lulián no era débil propiamente hablando; en 1;1n ~ed10
p_rim!'ro~q nr'los de vida en casa de una nodnzn que lo "esta· 11 wnos exigen(,(' no habría tenido problemas. habr1a sido.un
c1onaba en <'I fondo de la habitación donde vivin, s!'nlado en , 1111 mno del montón, repetidor, con apoyo para sus.cstu~ 1os,
su coclwci~o o en ol corraJito. Desde al11 podin observar lll• ,, 11 cntudo deRdc muy temprano hacia una formación ptofe-
idas Y vcn~dns de 1.a.s personas sin vcrdndl'nuncntc pnrtici· "mnal. En nquella fnmil ia debió experimentar una enor~ne
par de In v1d11 fnm1har. A los cuatro ar'ios, en e l mumenlo de ¡ircsión de los padres y una especie de desinterés progrcswo
Ja adopción, ~odavía no _hablaba. Los p;idrcs adoptivos, pnr parle dC'l padre. profund~entc dece~cionado P.°'. la
c~adr-o:; superiores, lo estimularon mucho parn que apren- .iuscncia de rendimiento del h1Jo. El análisis le perm1t1ó a
diera el lengua1e y luego se preocuparon antc el poco interés .l ulián deshacerse de la culpabilidad ligadu ~la decepción
que el chico prestaba a los estudios. A pesar d<' la presión de , uc 111íltgia a sus padres adoptivos; comprendió que, s1 b1c~
1
los padres, que se turnaban para hacerlo truba1ar, los resul· 1t·ma una deuda con ellos, ellos también lenian otra con el
tad!l~ l'rnn decepcionantes. Su deseo era convcrti11<e en pues. sin él y sin la madre que lo había dado a luz, ellos nunca
poltc1a camint'roy viajaren una gran moto o scrcantante de se habrían convertido en padres. Recuerd? su .profundo
rock . En <'l psicoanálisis siempre dibujaba la misma casa con ali\'iO cuando pudo "darse cuent.a" de esa cndenc1a
un JUrdm, ílores, una moto. pero no dC'rta nnda dt• esas Esta observación es antigua; en aquella época la Dd~ss
ima¡:cnes. Un día le pedí a la madre que me ronlara cómo Dirección l>C'parlamental de Acción Sanitaria Y Social)
hab1a sido la adopción. A menudo iba u vc•rlo a cnsa de la sr preocupaba má~ por las_c?ndiciones mnteri:-ilcs en q~e se
nodriza, antes de la adopción definitiva, y luC'go no se volvió i•ncontraban los n11'los -\'IVlenda de las fom1has, higiene,
a habla~ de aquellos Liempos, porque, como decin C'l la, "era alim<'ntacion que por la calidad de la relación con las
n.eccsuno que 61 ol vida~·a". El lugar que describió cm por nodrizas y del dovcnii· psicológico de. esos. n_u'los. . .
cierto lu cnsa que d1bu1aba Julián. Me dio 1fotal11•8 sobre No se puede descartar una pred1spos1c16n gcnét1c<l en
nquefü1 [arn1lia: uno de los hijos de la nodriza tC'nm u1111 mol.o ciertos niños, sean "ligeramente débiles" o en el polo op~csto
<i_ue ul1!.1~n~11 cuatro ~cces al día, para ir y \•olvcr dC'l trabajo. "intclcctunlnwnt<' precoces"; corrientemente s~ dcnom1?n a
Era un fan.1 d~I rock yse poma a escucharlo apenas llegaba estos ultimos "superdotados". Todav1a no son bien conocidas
(no habu1 auriculares en aquel tiempo, as1 c¡uc Lodos lo las razoncM que llc\•an a estas predisposic1oncs
csc~<'haban ). ~omo consecuencia de e.-c relato materno, Los nuios superdotados tienen un CI supe no~ u lo norm~I.
Juh~n. recobro ~o a poco sus recuerdos sm que esas Para hablar con propiedad. el CI no mide la 1ntchgencia;
rem101sccncms tuneran algún efecto sobre los re~ultados indica la relación de los rendimientos intel~ctuales d.e un
escolares. El análisis de su hijo tu\'O el mfrito de ayudar a los mño en relación con el conjunto de In poblac1on de la misma
padres a hac<.'r el duelo por el hijo ideal que habían esperado edad Si el valor promedio es de 100, un niño que tenga 130

126 127
tiene un adelant-0 de tres ariol! en cuanto a edad mental. En f.o innato y Jo a d quir ido
los niños superdotados se encuentra una cierta discordancia u la luz de las neurociencias
entre vanos rendimientos. lo que a veces implica un deMrro•
llo inarmónico; la maduración afectiva no se corresponde
estrictamente con los rendirmentos intclectu11IC's. Los testR 1fr'l deficiencia mental del nirio puede ser congénila, es
también
• . .
muestran una particularidad interesante·t esos 1lc·cir. puede estar presente desde el momento del nacimacn-
nmos tienen una capacidnd para identificar muy r:ipidu- tu y su origen se sitúa durante la vida intrauterinn. La
mcnte In relación oc~lla entre dos elementos para llegar a 1rnnsmi8ión puede deberse o lc>s genes. por ejemplo, en el
un concepto; Esa rai;irdcz ~ria debida, según los c~pccialiR· raso de In trisomia. En muchas otras circunstancias, la
tas en c1cnc1as cognitivas, al predominio en eRoR suJctos de 1l1·ficicncio mental es trasmitida por los progenitores sin que
un razonamiento inductivo sin loma de conciencia de las los genes ~ean responsables Pueden enumerarse muchos
operaciones; la "solución~ es aportada por un tratamiento r ctores patógenos: las enfermedades metabólicas, las agrc·
analógico de modo intu1ti1·0. c.-n tanto el razonamiento de- ~ionc~ tóxicas (drogas), medicamentosas, virales, por ejem·
du('lii•o es más lento, apelan la conciencia y requ1er<• e:sfuer· plo, la rubéola en la mujer rmharaznda. Las afecciones del
zos superiores.- Varias veces hemos subrayado Ja importan- fl'lo u menudo resultan múltiples. neurológicas y psiquiátri·
cia del tratamiento de enlace (y separación) en <'I desarrollo «'<IS, y a veces están asociadas n malformaciones físicas. l loy
mtclectual del sujeto; también debe subrayarse esa celeri· M' conocen mrjor los daños provocados por el alcoholismo
dad en las operaciones de asociación y selección (cfr. el caso materno; niños de scmblantc inarmónico, retraso psicumo·
de Paul-Marie), así como la apelación que se htace n las 1or, ele ~;n es los últimos casos HO puede hablar de enfc>rmc·
asociac1oncs inconscientes: esto es lo que parece signdicurcl d .1dcs congénitas no genéticas.
tfrm1no mtuitiuo. En Lydia no podemos pronuncillmos acerca de la existen·
Un niño superdotado puede experimentar el no-rcconoci- ria de caracteres hereditarioR; ¿durante el embarazo huho
!"1cnto de su singularidad, lo que paradójicaml'ntc puede carencias alimentarias?. ¿una alcoholemia? Conocemos !IO·
1mphcar u~ fracaso escolar y una mala integración a In clase. l:imente la angustia y el sufrimiento de esa futura madre que
Al contrano. cuando sus capacidades cognitiva11 superíores n·chnznba la existencia de la hija que llevaba en el vientre.
son 1dcnl1ficadas, In familia puede reaccionar sobrcestimu· Ahora bien, sabemos que Jos traumatismos y el mal-estar
lr'indolos. Al sobrecargarlos de información poro hacer de p~icológico de la madre durante el embarazo pueden tener
ellos seres excepcionales, u veces se consiguen eft•cto~ per· rl'pcrwsioncR cm el feto. QuiRiérnmos mostrar, a partir do la
vcr8os, opuestos a los esperados. historia dC' Lydia, la complejidad de los fenómeno!\ que
El caso de Lydia puede esclarecernos acerca dC' In d11icul· aníluycn en el desarrollointrlc•clual del niño. Junto a ella nos
t.ad para identificar y seriar las nociones de lo 11111ato y Jo <'nconlramos en Ja encrucijada de las múltiples iníluc>nc1as
oclqumdo cuando se lrala de <'valuar y tratar las perturba- que han orientado su devenir dC' niña "seudodébil".
ciones del desarrollo rntelcclual.

/,as carc·11C'ias del medio:


apn•ndua¡e y educación

Lydiu vivió C'n un medio donde los intercambios de lenguaje

12R 129
t•ran polu·es; poca comunicación, poca discusión, predominio
~e las _pr~ocupac1one~- materiales. La familia se repliega n• urol11ólogos, dos modos de funcionami<'nto cC'rC'bral, con-
sobre s1 misma y los mnos son poco estimulados intelectual- :lo-rnndo por una parte su anatomía con la localización de
mente-, Agrcgaria que en esos medios desfovort'cidos a fas l 1" ,m·a< y las diferentes funciones y, por la olrn, el modo
~a~c~-~as cultur_aJe_s se asocia a menudo un rnrnportn~iento d" .. =tiv1d:id celular. con la función central de las neuronas
m 1_ ! or conshtmdo por temor y sumisión. En ciertaa \ 5ll">l conexion(lis,
f~1m1has que reciben asistencia social, donde la su perviven· ,\l nan·r heredamos un cerebro que no,; da la posibilidad
c1~ dcp~n~e de la "buena ~~lui;itad" de In asistente social y de 111• funcionar como seres humanos. Es el resultado de la
los ~t'n 1c1os sociales. el mno tiene dificultad para quebrar el •'l"•lución dr In l'specie yse compone de difcrent('s partes con
circulo de '? eterna vuelta a comenzar As1, en Lydi~ el 1 1111·1ones t·spcctlicas: son las áreas cerebrnlC's, por ejemplo,
dcsco.d<> s;1hr de ello habría estado en contr·udicción con ~sn d ,1rt•a dt•I l1•n¡:uaje, de la visión, de Ja audición, cte. Esas
espcc1<> de fatalismo de Jos padres. 1111 .is formnn un moRnico en e l que cada t'lemcnto eslá
L (,~;(Is carencias del medio bastan para cxphcnr el retraso de 1•nl:izado con l o~ dcmas como una inmensa red cub lenda
. ddm?_Su en.so nos permitirá volver a hablar de Jo innato y lo """'Pll<'Slrt por célu las que establecen los enlaces por todo el
,1 q.urrido n la luz de los avances de lns n<>uroci<>11cias· esas ,. ,,,acw m·uronal En la actualidad se conocen mejor las
nocdones cobran .un nuevo sen tido gracias a los dt•scuhri~ien· ln.-al11.11ciones y el funcionamiento de dichas nrens gracias a
~os e los 111.:!-"°°b1ólogos, que muestran laclnra pr't'ponderancia l.1. ima¡:cncs c('rchralcs proporcionadas por el IRM. El
e_ lo adquando sobre lo innato. En f>f<'l"fo, fo au.wnt·Ia de l1111nhrc- nace con un equipamiento genl'liro 1mpuC'sto, pro-
l'S/imulacwn Pf"f."('OZ de¡a al cen!bro en 1111 1•stacfo inmaduro pio de la t·sp1•ci<'. A parttr de ese capital de base, ¿,cómo va a
mmpa:: c/1• c11111p/1r su función de S<'cle cll' la i11t1·ligmcia. ' com·<>rtrrse en un ser único. ya que sab<>mos que en el
. D<'licmo; recordar aquí la dificultad para apartarse de Ja planC'la no C'xist<'n dos seres parecidos. cómo se personaliza?
dicotom ta entre cuerpo biológico y pensamí<•nto Desde siem- , Cómo ('se cerebro inmaduro en el momento del nacimiento
p'.c _el hon_1bre tuvo la tendencia a separar la mute na y eJ ~e vol\'l•ni opt'rativo? Para ello deberá ser "actí\·ado", esti-
esp1.rrtu. ~n su tratado sobre las pasiones del ulma Descar- m u Indo, gracins ;1 los procesos de apr..11diZ<1jc que podemos
~es hnstaurabn una separación categórica <'ntrc cÍ cuerpo .isimilur al proceso educativo.
ec. o~~ ~-~t~na, Y el espí1;tu, "no mal<'riul" Hoy en dí; ¿Qué es Ju educación? "Es la acción d<> criar, de formar a
muchos ~sr s1g~~n cr~yendo en la soln virtud drl verbo, en <1n rur\o, n un .JOVcn" dice e l diccionario J,iltr('. Educarlo
tanto los organ.rc1stas , y en particular loH neurobiólogos signi fico querer hacer de él un ser humnno, un ser libre,
ven ~ti hombre a •m.agcn de una máquina d!' gn1n rC'nd i micn~ rcspon!lnhlr, civi lizado, es darle Ja posibilidnd de multiph-
.~º· Conocc1:"1os mcJor la extraordinaria complejidad de esa <'M lnR expericndas, de acceder a los sahrn•s, en una pala-
maqu1nanu cerebral" gracias a datos rnlnt1vamcntc rccicn- bra, de qul' haga el aprendizaje de la vida. Si ciertos circuitos
l<>s. El h':1111bre '!<'uronal de Jean-Picrre Chung(•aux apareció d<' aprcndizaJC neuronales no son aclivaclos y consolidados
hace \'<'mtc anos, con el éxito que todos conocen, v las t·n el periodo postnatal, la autoconstrucci6n del cerebro
ncul"Oc1cncias nos permiten ahora <'stahlcccr un pÚente qucdar:í como letra muerta. Es el caso de los nir\os Mlva-
l
ent~v los C'nfo4ucs predominantemente psicológicos y Jos de
os llTCductrblcs organicistas. · ·
J<'' qu<' nunca adquirieron el lenguaje; al no poder consti-
tuirse loscircu1tos C'n la pnmera infancia, las árcallcerebra-
f'_arn si'.11pli~care! enf~ue de esa <'Xlraordinaria "maqui- lcs quedan "baldías". como dicen los neurobíólo¡::os. En el
narro cerebral . d1stmgw.remos, según la modalidad de Jos film dr Frnnfois TrufTaut ¡,;¡ mño safraJC v!'mos cómo el
doctor Iturd frnc;1sa rn el intento de hacer hablar a Ga11pard:
130
1;¡ J
era demasiado lllrde, el área del lenguaje se había vuelto 111111·rnrios cerebrales, lo que llo\•a a Alain Prochiantz a
inoperante. Además. el método empicado carecía del míni· d· ·r·r- "'.'lucstros geneR hacen de nosotrot<lromosapiens, p<'1~>
mo de calor afectivo que el niño necesitaba para apropiar~e 11 .,. dan u.na gran libertad en relación con el medio ... El
de las palabras. 111 "'lio modifica la estructura ... Dentro del proceso llevado n
,Julián. al que no se le había reclamado que se expresara mho por los genes. existo una infinidad de posibles. Lo que
hasta los cuatro años, nunca pudo recuperar por entero ese " ¡111steriori se ll ama el destino era impr<'~eci_ble". 1 Estos
tiempo perdido; su lenguaje permaneció pobre y las dificul- cun~xiones se establcc<>n a partir del aprend1zaJC y generan
tades de aprendizaje escolar fueron una consecuencia. l.1· maduración cerebrnl". Adetcnninada edad el niño habrá
Un ciego de nacimiento al que pudieran restablecérseles npr<'ndido a mO\'ersc.11 coordinar sus mo,-imientos. a camí·
los circuitos neuronales no podrá ""er• si el área de la visión 11:lí a hablar. Ya he puesto el acenlo en la impotencia del
no fue estimulada n tiempo; algunos riegos de nacimiento J, 11tnnt.e y su dependencia de la buena voluntad del adulto
llegaron a suicidarse luego de una operación exitosa que les 1¡11c lo cuida; tiene a Ru disposición los cinco .sentido~ Y
devolvía la vista, purs eran incapnccs de descifrar el mundo wal"i11s a la inlini tn capacidad de tratar la mlcru~c1ón
exterior. wnsorial se modela 11u cerebro y ns1 puede construir su
Para entender la función del aprendizaje en lo que puede 11 undo interior v aprehender la realidad que lo rodea: los
ser "la activación" del cerebro es preciso mirar de cerca la n c·nt11icos Unm;n '"epigénesis" a esa uutoconstrucción del
estructura celular de la sustancia cerebral. El cerebro está r<'r<'bro. Al dt>mnslrar la primac1ll de la educación )' dt•l
constituido por miles de millones de células llamadas neu· medio que lo rod<>n (rr11/r al capital gc11ct1co r11 esa autoco11.~­
ronas, formadns por un cuerpo celular y una extensión tr11cc·16n las neuroc1t•11cins han subt·rrt1dn las nociones ele
citoplasmática, el axón, que se prolonga median to ramifica· 1n11al1J y' adquirido. Si bien los n~ños nacen cnsi igu~les, no
e iones. Una neurona estimulada dn origen a un ílujo nervio- lo R1guen siendo durante demasiado tiempo; a parllr de la
so que se propagn hnsta su extremo; allí, un mcn~ajero vida intrauterina y <•I periodo permatal, quedarán marcados
qumuco, el neuromediador, toma la posta para atravcRar el J>•)r el medio. La riqut•za de ,.;vencias en los primero~ año~ es
espacio intercelular lla sinapsis) y alertar a la neurona un capital que el pequeño hace fruct1firnr rn cada m~ta~tc
cercana. Se pensaba que esa conexión era puramente eléc· dt• su vida: cuan lo máR rica y estimulante Rea la expenencm,
trica hasta el dc~cubrimiento de ciertas sustancias quimi· con mayor rapidez ampliará las capacidades _pc~ceptiva~ Y
cas, los neurotransmisores, que han revolucionado la com· t·mocionales, y multiplicará el campo do ~onoc1mientos. ~.sa
prensión del funcionamiento cerobr(ll y han permitido el rupidC'Z en la adquisición es lo especifico de la pnmcra
dcscubrimienlo de sustancias psicotrópicas, los primt'ros infancia. El niño con11truye por si miijmo su casa con los
tratnmientos nctivos contra la enfcrmcdnd mental. Si nace· materiales que est:.'in n su disposición si Jos materiales ~on
mos con un patrimonio genético de unos 200.000 genes. el ricos y variados, tendrá tantas más opciones y la casa .qerá
cerebro posee unos cien mil millones de células. cada una de sólida y agradable pnrn vh'ir en ella S1 ,·1vc en un desu.'rto
las cuales puede establecer diez mil millones de conexiones ·tfcclivo y cultural. la casa estará v::icía y s('ní. frá~I. Cier~o~
con las demas. Jean·Pierre Changeux escribe: "El cerebro padres de niños "precoces" se jactan d~ In ~obreesttmulac1ón
es una maquina formidable, un universo cuyas conexiones que practicaron en ellos p::ira convertll"los en superdotadoR,
parecen más ricas y diversas que nuestra galaxia con sus
mi rindas de estrellas". Dentro del plan genera l proporciona- 1Alrtin Prochiont1_ y .fl»1n-Oid1cr \tinccnl, v~ nnato1ures de lo!"'"·"'''··

do por Jos genes, C(lda uno invent(I entonces sus propios Pnrl", Odile Jacob, 19!Ji'

132 133
1111·111g11111lu~<' personalmente de brindarles una l'nseñanza nwnlo y In e~tructurn cerebral, empresa diííctl pues tanto
11111•nsiva. del mismo modo que en el entrenamiento depor· uno como la otra predomina en sus respectl\'Os posiciones.
t l\·o. Cuando el equilibrio afecti\·o se mantiene y el desafíocM l>olo hasta con leer la correspondencia entre Jean-Pierre
aceptado, el nírio responde a esa expectativa y se convierll• t 'h.mi:cux y su amigo Alain Connes, en i\fatiéf'I' á P""""'"
en un "superdotado", lo que, por otra parte. no asrgura en p,ora ver con QUl' empeño estos dos neurobiólogos intentan
absoluto su íuturo como sujeto. 11•ducir el cerebro a unn maquina: pero no existC' máquina,
El hombre escapa, pues, al determinismo genético por esa 1~1r más perfeccionada que sea. que se autoevalúe, sufra,
capacid11cl d¡• auloprogramarse; las informaciones que rcci· , ~p<·nmcntc placer Sin embargo. ambos no desesperan de
be cnriqucct'n nuevas conexiones, borran otros, construyen ,,111·ontrnr los mrdios para inculcar a la máquina la voluntad
nucvai< n cuda instante. Con el aprendizaje se cNlablcce un .1 .. ¡.:unar y la capacidad de sufrir. Alain Conncs le dice a su
orden ¡,<i·acins a lo que Jean-Pierrc Changeux llama Ja 111111¡¡0: "Si In máquinn sufriera cada vez que hoce algo mal,
"estabilización sináptica": a medida que el cc rcbr<i se forma lmbriamos ganado, puesto que habríamos cnconLrado la
y se desarrolla abandona ciertos circuitos inút1ks en bene· l11nción de t'valuoción". A lo que Jean-Picrrc Clrnngoux
licio d<> conexiones tC'petidas con éxito, cicrlos circuitos 11•sponde: "Eso no será posible s ino después de cierto núme·
privile¡.,-iados se C'Stabilizan. otros dcimpurc.>Cl'n :<in quedar '"ele expericnr1nH". Eim "máquina en interacción rvoluliva
no obstnntc tolnlmente abolidos, puesto que ~e los puede , un el mundo exterior" (título de un capitulo del libro)
r·ecnconlrnr C'n rl sueño. En efecto, los ncurobi1ílogos pien· 11parece como 1•1 surño de un sabio Clocol que qu1l'l'r crear
san qui' rll'rtas conexiones persisten fupra de los controles \•ida negando su misterio y haciendo del hombre un puro
eíPctuados por la pC'rccpción (control sensorial>, asr como por 1obot.
el control ncuromodulador de las neuronas que rigen la Las alt!'racioncs del circuito cableado se encuentran en el
aclivid<td de las zonas cerebrales. En el sueno c•os controles ori¡::en de cie rtos fonómcnos perceptivos que pul'den pa·
no exislt'n'. asociacrones desaparecidas llf.'g:m :\ la superfi- sar por rasgos de locura. El doctor Olivcr SackN, neurólo·
cie, rnmo salidos del olvido. En el sueño el sujeto construye go, ha informado en su libro L'homme qui pn•naít sa
una historia con los elementos hctcróchto• lwchos con imá- ¡í·111111e puur 1111 C'hapeau.' el caso de un hombre cuyos
genrs, palabrns, pl'rcepciones surgidas do una vivencia re· areas visuales Re habían deteriorado, lo que I<.• impedía
ciente oquC' sí' n•montan a las proíundidadPH de la memoria, 1·econoccr los rostros: "Al final de la consulto tomó In
todo esto en un drsordcn aparente. cuyo hilo conrluctor se 1·abeza de su mu.wr, tratando de levantarla pnra ponfrR<'·
puede cnco11lrur cm las asociaciones que se producen en el la sobre su propia cabeza... la mujer lo miró como si
transcurso del aná lisis. estuviera nrostumbrada". Ciertos casos de nngustia (in·
Estos mccnn1smos neurobiológicos sP parcct•n extraña- capacidad de reconocer lo que se percibe del mundo exlc·
mente a los mecanismos descriptos en el 1wc111111•111u del rior) nos rcvl'lan la extrema complejidad de l:is roncx10-
st(/t'lo: l'nlaccs. sep1traciones. proceso primano, proceso se· ncs que permiten :il sujeto reconocer lo que percibe,
cundano, rt•prl's16n. El mecanismo neurológico de In "inhibi· comprendida la perct>pción del propio cuerpo. Un pucientc
rión", descripto por los neurobiólogos. es dt'cir, In supresión hemipléjico :;e quejaba de haber encontrado una mnñnnn
sdcctrvu dt' la memoria, parece corrPspondcr a nuestros
conceptos dl' n·pre~ión e inhibición. Un im·c,;tigador. Jean- : ,Jean·P1trrC"C'hangt>u'< y :\lain Connes••\fah¡.rc ó ¡>ellM~, Pari~. (Jdil~
Paul Tassm, nC'urobiólogo y psicoanalista c•n contado con Jacob, 19~9
pacirntcs. trabnjA pAra establecer el lazo entre el pC'nsa· ª Pan·i1, Scuil

ta 1
en la cama una pierna cortada que no Je pertenecía. Al 11111ndo eR reconstruido dentro del cerebro bajo la dirl'Ct'1<\11
n•chnzarla "ella lo seguía. se le había pcgndo", según decía. di• los sentimientos de la vivencia. Nuestras represt•nt11rn1•
i.Lns alucinacionei;, sean visuales, auditivas, olfativas, no ncs 'º construyen en un baño afectivo surgido de sistcmna
rcsult'in de algún error en la trasmisión neuronal? que no transportan información alguna, sino que se rigen de
modo pasional: amo o no amo". Junto al cerebro cognili,·o,
.-able:ido, existe otro cerebro, hormo11al y humoral. que
Las enwdones modifica sin parar el funcionamiento del primero: •u sede se
.-ncuenlrn en el lupotalamo. Es alli donde se situan los
! Insta u hora nos hemos referido al cerebro cog111t1vo, pero el rnmandos de regulación de nuestras actividndei; corporales
ser humnno no puede ser reducido a una actividad de cono- no conscientes. los latidos de nuestro corazón, nuestro ritmo
c1m1cnto; c11 un ser social y sobre todo, a nuestro juicio, un ser respiro torio. ele. y nuestros sentimientos. Eso concepción
singular con toda su problemática intimn hecho do pensa- dr las t•mocioncs, del deseo y del placer, nsí como la vida de
mientos, deseos, afectos, sueños. Los neurobiólogos han nuestro cucr¡w, sigue siendo, como so ve, organicista a más
querido dc>sc1frar los mecanismos que rigen ese mundo subte- no poder; e l invc!ltigador sigue hablando nquf d<' "111áqui11as
m\nco que nosotros, Jos analistas, llamamos "inconsciente". .:cntimenlulcs... producLoras de nuestros deseos y nuestras
Así, el profosor Antonio Damasio informa en ~u libro L'erreur penus". Agrega; "No estamos lejos de que ~e dign 'Mi hipo-
dr Dr•.wY1r/1•s. La rnison des émolions,• el cnso de un paciente 11ilnmo ~<'halla impregnado de luberina' en vez de un banal
operado en l'lcercbrodurante la década del '70, cuvo "amnesia• -'fe amo'".
dc lns emoc1oncs, que sobrevino como sccu<'la d<' ·la operación, ,Junto al cerebro cableado existe, puci;, lo que .Jc:in-Didicr
le habm perturbado la vida: "La tragedia de aquel hombre \'incent llama el "cerebro borroso". que impregna y modifica
provcnia del hrcho de que no era estúpido, n1 ignorante, pero ~in parar las funciones cognitivas del cc1·cbro cabiendo. Las
que s(• comportaba como si lo fuera; vem el resultado desas· hormonas son los "guardias del cuerpo" quc alertan al
troso de Mus decisiones, pero no podín aprovechar la lección cerebro ante el menor peligro; un cambio humornl ~e pone en
de 11us errores" su facultad de razonar hnhta sido nfoctada acción pora rcsu1blrcer el equilibrio. el de lns constantes
por un dC'fic1t <"n la emoción. El hecho de no manifestar orgámcns, niveles de azúcar, de sal, por ejemplo, pero tam-
ningun sentimiento, ninguna preferencia, de vivir de mane- bién el que existe entre las diferentes ncc!'sidndcs, hambre
ra nl'utra, en la indiferencia, sólo puedo alwrar profunda- y s<lcicdnd, plncrr y aversión, deseo y repulsion. t'lc.
mente el Juicio y luego todo el proceso de ndupltwión. El func1onamicnto de la "maquinaria" hun111nu es de una
LnR rmociones que los autores <"Vocnn nnle todo son la comp lcjidud tal que diez años de estudios médicos no bastan
alegrin. lu tristeza, el mjedo, el disgusto, la cólera, con para dominar un mínimo de saber sobre el cuerpo, sin contar
ci!'rtns variaciones: la euforia, el éxtasi~. la melancolía, el los prngresos l<'cnológicos que hacen aun más difícil In adqui·
de~encanto, l'I pánico, la timidez. Como se ve, ~eria posible sición de cse saber. Para paliru· esa impotencia, la medicina
ampliar la li8la hasta el infinito. Jcan-Didicr Vincent, neu- fragmentara el cuerpo y confüu·á cada parten un espcciali•·
rofisiólogo. escribe en su libro Biologíc dt's p11.<s1011.<.·1 "Lo que ta que. monopolizado por la observación de su obJeto. a vcc1•,.
supe dt'I mundo lo supe en el sufrimiento o en la alegria. Bse oh·ida mirar y escuchar a la pcrsonn que ticrw frrnte a t'I
• ;\nton10 D.1mas10. Lºrrreur dr fhsctJrt•·s. Ln rot1011 des tn1ot1ons.
Ese estallido del saber es tal que di!'Ciplinas tan ccrcanns
P~u-lB, Odih• .lat·ob, 1H95. t'Omo la ncurolog1a, la psiquiatría y el psicoanalis1~ pued1·11
•.r,·.~n -l)1d1rr \'incl"nt, Biologie di>.~ pas$1<UJ'l, Pnr1s, Od1lr .Jac:ob, 199-t ignorarst· totalmente. Pese a haber hecho estudios de n<·U•

1:¡¡; 137
ro!og13 Y p~iqu iatría, asociados en su época dentro de unu Volvamos a hablar de Lydia. Nuestra mcur..1<>11 1•11 lus
m1s~a especialidad, ~a ~cu ropsiquialrin, yo me eduquu 111 1rociencias nos conforta en la aprehensión que tt•1w11w
en ~ontra de la asoc1ac1ón de esas do8 disc iplinas. Ln 111· las dificultades de Lydia. La pobreza semántica e inll•l1·1
razon se ve con clarid11d aquí: es nC'ccsario distinguir lu lual del medio por cierto que fue un primer perjuicio (fult11
que es la praxis y lo que son los saberes. El ejercicio de la cJ, l'stimuJaciónl. pero debió haber sido al.C'nuado en part••
neurolog1a ~s poco compatible con la prücttca psiquiátrica 1...,r los apoyos recibidos desde que comenzó la etapa escolar
o ps1counahtica y a la 1m·crsa; pero tampoco deja de ser F' '>lro factor dl·tcrminantr de la vivencia de Lydia es lo que
cierto qu<' un tabicam1ento demasiado grande de esoM lo neurobiólogos agrupan bajo el nombre de emociones.
saberes resulta perjud1c1nl pura la comprensión de fenó- Nosotros, los an;J listas, vamos a ampliar el HC'nl1do de esa
~1?ºº~ que son comuncA n nmbas. Cunndo se trata de 11alabrn: hablart•mos de afectv.• y del máR determinante
c1e~c1as humnnas", la multiplicidad de faclores en juego , ntre ellos, la ongust.ia.
susc1_~ el problema de la pluridisciplinariedad. Con la 'ii fuéramos neurobiólogos diriamos que un cierto esta-
cond!~16n de que cada cuul se mantenga dentro de su <k <'mocional ha ''enido a contrarrestar en Lydia el desa-
func~on y tt•nga confianza <'n la teorin que la sostiene (e l ·rollo del proceso cognitivo; podríamos hablar de ansic-
anahst.11 _no <'S educador n 1 t•l neurólogo psicolerapouta), dad, miedo, inquietud, pero eso estaría mii~ acá de lo <JU<'
compartir loi; saberes ca un factor dCI <'nriquecimiento Lydia ha exp<'rimcntado. Hablaremos aqu1 el~ la angustia
mutuo. ERcuchar algo dC'I d1Rcurso d<>I otro sin tratar de ' 'us efectos.
copiarlo pernute medir los limites dt'I propio saber y La angustia es un afecro d<' de~placerque a!<OCia un intenso
reformular los propios interrogantl'S. EM instancia a dolor psiquico con fenómenos fis1cos. En su mayor intensi-
'.11enudo S!" mu.estra dificil y desestabilizadora, en tanto rlad, tnl como puede ,·ivirla l'I psicótico, el sujeto expcn-
~1fccta a l narc1s1smo del sujeto que s(' identifica con la mcnta una viv<'nc1a de muerte 11111ti11enle, con fenómenos
imagen que quiere dar de sí mismo a trav(-11 de su función. ~omáticos, mnle~tar corp<>l'll i, s<>l'ocamienLo, pérdida dc-
Algunos doct•1lles, por <'jcmplo, se ni<'gan a cualquie r conciencia. Tnmbién puede vivir fenómeno!\ de desperso-
enfoque ps1cológ1co d<'I fracaso escolar En el caso de las 1ultzación, pierde la conciencia de sí. ya no sabe quién CR
ncuroe1enc1us y del psiconnális1s. no SC' puede mant!"ner l. n pacienl<.' psicótico me dt-cia. mientras sc miraba al
e!~rnamente la discre1_>anc1n entre materia y espiritu, y e~peJO: "Estoy empezando a pt•rderme de vista", esto acom-
dcJar perdurar e_sa VJcJn d1colom1a del almu y el cul•rpo. pañado por el ~!"nt1miento ele UJcnidad y p<.lrdicla de puntos
Al tratar· d? s1mphficar el enfoque, quise mostrar que dl• referencia. Est11 desaparición ele sí mismo t•on un cuerpo
algunos connc·11111entos en nt•urofisiolog1a podian enriqu('cer 1· un pcnsam1rnto que ya no se reconocen como propios
nuestra conct•pc:1ón del sujeto. El predomi1110 de lo adquirido implica una tortura moral inexpresable, cuya unica salida
frente a lo innato, noción a menudo contrO\'ertida, ~e nos posible para el paciente muy a menudo es el suicidio. El
presen_ta <'v1dt'nte aqui grnrias a la comprensión d!" los p~icótico, en su mtcnto por restablecer un cierto orden del
mecamsmos de auloconstrucctón del cerebro en relación con mundo donde él tenga lugar, construye con su delirio una
el ambiento, proceso que lrnlarnos en e l rubro nacimiento 1wo-rcalidad.
del su1eto. Lus ncur~iencins también dC'berian aportarnos La anguslin signn siempre un profundoconíliclopsiquico,
~n nue\'o rsdarcc1m1ent-0 acc1·ca de ciertas patologias toda- l'S una "sci'lal", anuncia un "peligro", dice Frcud "Es la que
' 1a m1ste_nosas, tales como el autismo o los fcnomenos no engaña" dice L;1can, queriendo marcar as1 l:l verdad de su
ps1cosomat1cos. por ejemplo. mensaje. En cf!"cto. la angustia da cuenta de In estructura

1.18 139
del sujeto y de las fnllnH en su estructuración: desborde I•·•- deque el sin toma es absolutnmcntcextcnor a ellos: "No
pulsion¡¡I, conflicto entre yo y superyó, ele. En Brian 111 pu\ vo -dicen-, es una enfrnnedad que he contraído" o "Es
angustia esta vinculada con una noción de lo real como ,..;,1· maldición contra la que lucho", cuundo no -como a
insuperable, con el peligro cont'xo a las pulsioncs homicidas. 1111·nudo lo he cscuchudo en boca de esos pacientes- una
miedo di' matar y de ~er· muerto, de ser comido, de desapa- 111tervención del diablo. Una de mis paci<mtes había practi-
recer. Lyd1a se encucntrn contamrnndn por una angustia r•1do diversos exorcismo~ untrs di' \'('nir a verme. Esto
difusa c¡uc cmnnll de sus pndrcs: miedo ni nbandono, miedo ~1gn dica ignorar que el •ínlomu es la propia marca ~e la
del otro, profundo ~entimicnto de ingcguridad ante el mun- 1hvisíón del su1eto; por un Indo, su naturaleza lógica y
do exterior. "razonable"; por el otro. el mundo de pulsiones y determina-
La angustia es un afocto fundamentnl en el ser humano, rnmes inconscientes tlos procesos primnnos y secundarios).
ligado con nuestra cond1c1ón morlnl . El sujeto elabora medi- <'orno en todo conflicto neurótico. l'Stamos frente al intento
das para mantenerla a distancia, que son otras tantas df' represión y al regreso de lo reprimido, lucha perpetua
maneras de negarla. Cada cual encontrara en sí los medios l'ntre los dos que hace del síntoma un compromiso. pues
apropiados a "u modo de l'Cr. Pucd<'n s<'r pasajes al acto •represión y regreso de lo reprimido son una sola y mrsma
ti picos de lo~ adole:<e<'nl<•s.yn qu\• l'l 11cto l'\'11cu11 el exceso de rosa", dice Lacan Si la asociación del paciente y del terapeu-
angustia l'Xistcncial propio de esa etapa de In vida. Algunos l.l comporlamenlalista permite reforzar los intentos de
sujetos adoptan comportamil•ntos adictivos: la droga, el represión y mantener la ungustia a distancia, <'I con~icto
furor de comprar. 1;1 ciherdepcndencia, nueva patología profundo no se resurlve y entonces el si ni.Alma corre el nesgo
vinculada con el consumismo, la hiperactividad, las condue- de cambiar de forma y el sujeto quedu en estado de sufri-
las de nesgo. cte. 1,as estrategias para d<'fondcrse pueden miento.
orgnnizar~c en s1nlomas en laR l'slrucluras llamadas neuró- Ante la angustia, Lydiu adopta una estrategia de In que
ticas. En la fobia, por t'J(.'mplo, el sujeto concentra en un aún no hemos hablado; se cierra, "no qu1rrc saber nada" de
objeto o en una situución una nngu~ti11 cuya causa profunda lo que la p<'rlurba; ,,e /mtu d1•/ modo de n•presión que
ignora. Parn las maniobras de evitación puede as1 mante- llamaremos "inhibrcrnr1 ".
nerla a distancia, pero pu<'d<' ocurrir que resu lle desborda-
do: la luchas<' torno df.'sigual y la fobin se extiende entonces
a otros objetos o situaciones hasln acaparar progresivamen-
te toda la actividad pi<fr¡uicu del sujeto. No c•sl amos lejos de Inhibición
los TOC <Trastornos Ohscsivo·compu lsivosJ en las que los
ritos de verificación o los netos compulsivos, lavado de
manos, pa labras o actos rcp(•t1tivos, invaden la vida del "Inhibir" significa "detener un movimiento, una función". El
sujeto. En estos últimos cnso!l sc <'ncuentran pulsiones movimiento evoca ni ll1°to; la inhibición corresponde a la
asesinas conlrn las qu¡• e l sujeto se defiende y que trata de detención de un acto. F'rcud cvocu la inhibición a propósito
reprimir. La terapia compor'lnmenlal lralu de apoyar el "yo" de la limitación dr la función nlinu~nlarin (la anorexia), de la
del pacienlc y as1 ayudarlo a luchnr contra sus pulsiones. El función sexual (irnpotl'ncia), y también de otras acciones,
terapeuta comportamenlaltstu establece un contrato con el tales como cammar o trabajor. En todos esos cn~os, si bien la
paciente para apoyarlo en su deseo de hacer desaparecer el naturaleza del conílicto difiere, en cambio permanecen la
síntoma, lo Qll(' dn la imprrsión -ni <'sruchar a esos pacicn- angustia primordml ycl int<>nlo de represión. ~;1 mecanismo

110 141
inhibitorio consiste en detener, parar, interrumpir un movi-
mi<•nto. En el caso que nos ocupa. se tratad<' 111terrump1re/ ¡K·li~rO!<llR qu<' habitan en mi, de m~s des~o~ incestuoso~, de
movi1111,•nto del pensamiento. mis motivaciones mentirosas, de mi sufnm1cnto d<'masiado
E::n la inhibición ú1telectua/ existe d<>tc·ncion del pensa- wr•nd<'. ~;n la inhibición intelectual el "no qu~cro saber
mi<'nlo, detención del desarrollo ele las asociaciones y apabu- mida" se extiende a ese saber particular qu<' .1mphca el
llamil'nto de los mecanismos cognitivos. Todo,- h<'mos padi- m noc1m11•11tn. es "no quiero conocer nnda, no quiero apre11-
dot•xpcrimentaresa dificultad en algún momento de la vida: 1/er nada". . ·¡ · - d
es el agujero negro que se presenta cunndo es preciso En mi libro l<Js retrasados no existen: p.•11·0011a 1s1.~ f'
respond<'r a una pregunta embarazo.:;n. <'S la incomprensión 11 11¡0.~ ('Qn from.•o t•scofor doy ejemplos de drfcrcntes t1p08 de
totnl ante c1e1·t.os enunciados, es el momento de estupor ronílictos como factores de inhibición en nmos en ~racaso
1iguul raíz que "estupidez") que acompoñu a un nconteci- escolar; se puede reconocer allí la.fu':r7:n.de lns pul.s1oncs Y
micnlo trnumático. Muchos recuc-rdan haber expcriml'n ta- del superyó en el comienzo de la mh1b1c1ón. ll(lró ,\hora el
do ese> pánico en el momento de los ex:ímenci;: es In cabeza resumen de algunos casos desarrolladoR en <'Ra obra.
vncía ante In hnj a en blanco o el mulii;mo 11r1t.- l'i examina- A los ocho Mios Floriana no recono~e l~s lclru~ Y. n? sube
dor. contar: s(• cnc:iru enviarla a \!na mstitucrón cRp< cinhzadn.
Poru f'reud In inhibición surge de un conflicto ps1qu1co con Sé• qu<' los padrrs sv niegan a "confesarle" qut• es adoptu~a.
el ello <pulsiones) o con el superyó <nulocasli¡:o). l:.:n Ja temen que su propio pasado la traumatice En cfl'clo, solo
inhibición i11t1•/cctual 1-0marcmos en lo cscncial esos dos di•spu(•s de la muerte ~e ~arios niños in u/ero, o poco después
orígenes; en efecto, existen inhibiciones de otra naturnleza dcl nacimil'nto, se dcc1d1eron a adoptar. El prim<'r drbuJO de
con nwca111smo~ mus complejos. par <'jt•mplo. t·n la patología Floriana rC'prC'senla una pareja a la qu<'el loho I<> ha devor?-
del dudo o 1•n inhibiciones de tipo sexual o alimentario. do los seis hijos. Floriana conoce, pues, en su memoria
E::n su texto lnhib1ción, s1nloma y a11~11stia, Frcud no se inconscient<' la historia de los padres. pero lt' l'sta proh1lndo
can~n de \'incular esas tres nociones, lo qut• no" permite saberla, lo~ padr1•:; bloquean el acceso ~ ese saber Y .esa
entendl'r nwjor las patologías ncurótit'<ts La IWJ{ll~tia es prohibición, que l'llU trata de cumplir m<:d1antc !ª n•prcs1ón,
pr·imilt\'a, signa el profundo mal-estar dt•l SllJ<'lo que lrnta se t•xtit•nclt• :1 los nprt>ndizajes cognitivos. Srn cmbar~o,
de escaparle adoptnndo diversas cstralegins qui• acnbo de Floriann no parece una niña débil; se <'X.P1:<'sn bnsln'.'l" bien
rccol'dnr; esas csLrategias pueden orguniinrst• parn consli- v da mul•slrn~ de inteligencia en las acl1v1dad.c~ ~ot1d1t1nas.
lu ir loH Rintomas de la neurosis. El smfoma rc•s11lla de un J,a inhihición pt•rmanece limitadn a las adq111s1c_iones ~sc~­
com¡>romiso, una especie de arreglo entre los tlivcrsos rom- lai·cs, en p:1rl icul:.tr las cuentas y la leclurn (¡cunosu co111c1-
poncntcs del sujeto que no pudo encontrnr ~u equilibrio dcnci11, nmbos padres son docentes!).
c'lll re lu~ fuerzas que lo componen. El síntoma da cuenta del Dcspues dl• un Lrnbnjo con los padres, qu~ linalml'nlc se
intento dt• represión, de su relativo fracaso y del reb'Teso de decidC'n a contarle> la verdad. Floriuna da hhn• curso c1 su
lo 1vprimido, la 111!11bición inteledua/ <'S uno de esos modos dcseo de npn~ndl'r y recupera el tiempo pl'rd1do <'n u~ 1!1p~o
de r<'presión cuyas consecuencias m<is invalidan les ;;on un de dos ai\os. En este ca~o estamos frente a una proh1b1cion
comporlamicnto scudodébil y luego <'I fracaso t•scolar. Por lo intl'riori?.ada qur surge del superyó: ".No delws ~aber lo que
gl'neral ;e resume el intento de represión con un "no quiero no ignoras", Esta clase de prohibición dl'I snlwr qul' crl.'a la
saber nada", nada de ese sab<'r oc11/t11 que t•s el saber inhibición se encuentra con frecuencia Puede tr~t:u;c de un
inconsc1cnt<'. Es el "no quiero saber nada" de las pulsiones sccn•to de familia , nlgo oculto sobre una .fil1anon , una
conduela clchcti\'a en un miembro de la familia. In rnferme-

143
dad mentol de alguien cercano, una situación incestuosa No hablaremos aquí de la inhibición en la psicosis; es de
cuando, a In prohibición de conocer el sentido de lo que pasa, naturaleza distmta a la de Ja neurosis. la represión no
se agrega la prohibición de decir. funciona de la misma manera y la "forclusión", proceso
A los catorce años. Richard se encuentra en fracaso esco- p~icótico, es un mecanismo que pone en juego la adquisición
lar total luC'go de años de éxitos en los estudio~: la situación del saber y pued<' perturbar profundamente lo~ aprendiza·
>e agrava con conductas prcdelictivas y riesgo de expulsión JCS.
del colegio. De entrada se percibe en él una rebC'lión contra Volvamos al caso de Lydia.
la familia y In f.'scuela, con rechazo de toda autoridad. La Lydia no qui<'rc 1·er nada de lo que pasa alrededor de ~lla:
apancion de las perturbacionf.'s en el mom<'nto en que la las vacaciones en la costa son una playa vacia. ¿Tiene
madre vuclvf.' a casarse permite pensaren una prohlrmfiLica amigas? ¿Proyectos? Nada de eso se transparcnlil, no tiene
edípicu conílictiva. La madre, separada después de muchos ninguna historia para contar, ninguna opinión para dnr, su
años de matrimonio con el padre de Richurd, vuelve a único interés sí! oplica sobre los padres, su vida aparece
casarse con un hombre cuyo éxito socia l contrasta con la como um1 i;el'ie de acciones repetitivas y eslC'reoLipndas,
marginulidud del padre biológico. Richard coleará su con- dormir, comer, mirar la televisión. Lydia no quiere saber
ducta sobre la de aquel padre destituido para huccr pagar a nada de lo que es su vida y de lo que es la vida Adopto una
la madre el hecho de haberlo traicionadoca~ándose -y lo que posición de replírguc e ignorancia: no pensar poru escapar
es peor teniendo un hijo de él-con un hombrr al que él creía a la angust10 de st•r la mal querida de la madr<', de quedar
tan solo un "amigo", suyo y de la madre. Una corta terapia sumergida por la presencia de las hermanas y de ver a los
le permitiní nceptar no ser más el "hombrecito" de su madre padres sufrir la miseria, la enfermedad y In <>xclusi~n. No
y drjar de idrntificarsc con el padre destituido. pensar más. rcnunciaracualquiercuriosidad; ahora bien, la
Thicrry tit'nc quince años y se presenta como apenas dcbil curiosidad es el motor de todo conocimiento, es la base para
y su frac;1so escolar CA un verdadero drama familiar. Esa la adquisición de cualquier saber. La curiosidad dl.'I niño
inhibición. que le da una apariencia de "pose1do", 1·~ de hecho está ligada a la pulsión de vida: adquirir un Mber sobre si
un rccha1.0 u reApondcr a la presión de los padrcA, que mismo y sobre l'I mundo para. hacerse UJ? lugar bn;o, el sol
esperan de él un éxit.o escolar y social que vcndría n r<'parar Ese saber adquirido le permite construir el narcisismo y
las hendas dcsu propia trayectoria. Gente poseedora de una forjar la idcnlidnd.
intdigcncia pragmática que los ha llevado a un bicnuslar Todo Jo que Lienc r!'lnción con el saber estú conectado con
material evidente, ambos abandonaron la escm•la demasia- lo pulsional y ofccln al goce de la vida: ¿no se h::ib la del
do prccozml'ntc y suefian con un hijo que triunfe en los apetito do aprender, de devorar los libros, de esl~r harto_ de
estudios superiores. Thicrry se bloquea ante llSC impl'rativo la escuelo de anorexia escolar, ya que el propio lérmmo
y se niega n satisfacer ese deseo que no <'S el suyo. Se '
"saber" proviene de sapcre, saborear, rcconoccrr"E.n •apren-
identilicaró con lo que es más auténtico en los padres: la der" está "tomar"; ahora bien, tomar, retener, rechazar,
habihd<td manual, una inteligencia práctica; i;cró técnico y manipular son componentes de la pulsión anaL Lo "pulsión
no politécnico. después de experimentar la violencia perse- cpistcmofílica" ( Freud), que no~otros prcfcnmos lla~~r
cutoria de una madre que nunca quiso renunciar a los "deseo de saber" ( Lacan ), surge directamente de la puls1on
sueños de ._rrand<'za t·ía el éxito de su hijo. El análisis le escópica: el dcsl.'o de ver se articula con la curiosic~ac~ sexual,
permitió a Thierry construirse fuera del deseo de los padres curiosidad acl'rca de los orígenes. de la escena pnmillva El
y recobrar la confianza en sí mismo. saber también pul'de hacer las veces de falo imagimmo: el

141 1·15
que "i-abe" posee un podrr sobre el que se mantiene en la Lue¡::o de algunas entrevistas, Lydia me parece tanto más
1gnornnc1a. .. n pdigro. ya que ~u inhih1c1ón rnrre el riesgo no sólo de
Lydia se prohíbe esa curio:;idad para no sufnr. Podriamos 1•\'nlucionar hacia el analfabt•Lismo, sino tambicn por<1ue Rus
c.omparar su pos_ici~n .d~. repliegue con los estados dcpresi· 11mduclas se degradan · el robo de material pedngógico la
~<~sen los que ~a mh1b1c1011 rcsulta masiva y afecta todas las 1•inc tll margen del grupo l"en capilla", dice su padre), lo que
nct1v1dades. Bien S<~bcmoRquc los ganas de aprender, que se 11•fucrzn su nislamienlo. Su mal-estar y soledad 11' hacen
or 1g1n,m en lo puls1onal, o s<'a, en lo que el sujrl.o tiene de l111sca1 C' I amor del padre, un nmor t¡ue se sexual iza a partir
mtls mhmo. son ~nn instnncia personal a más no poder: dt·I hecho de su evolución lir.tein la pub<'rlad. El intento do
suponen una conc1enc1u da s1 mismo y una grnn ltbertad de ., d111·ción es una negación d!'I incesto, un "no quiero salwr
1>ensnm1ento. Nadie purdt• obligar a alguien a drs<•:ir la.q ' ''"' la h1Ja no puede convertirs<• en la mujer del padre" l'or
t'mprcsas de ·s~brealimentac1ón" escolar, como se pud~ ver lo1 g<'n<•ral a esa edad la hija busca seducir al padre, pero
~n los. casos citados - n·habilitaciones, apoyos rscolares lemil'ndo cualquier ncercam1cnto: los padres que amun a
111Lens1vo~. presiones de toda clase-, están condenadas aJ sus hijas saben poner distancia sm dejar de manifcstmlcs
fracaso cuando hay qut' 1•nfrcntnrse con una inh1b1cion de te murn. ¿De qué manera e•c p;tdrc, que no tuvo padr<'~. que
orden neurótico: el mconscit'nte se niega a obedecer Si bien nu s:th1• lo que es un Padre, rrspondera a la• expectalivas de
el deseo de saber ~o purcll' Sl'r 1111p11esto, sin embargo puede Li hijt1'? Esta fue una de las prcguntns que me llevaron u
~<' 1' ltl~<·r~~o mediante un _trabajo de. desciframiento y rc- pedir 11yuda para la familia y una terapia pnra Lydia. l~slo
const1 ucc1ón. Cuando r l suJcto h¡¡ podido visitar d<' nuevo el dclwrín activar en ella e l prucrHO dn RubjeLivación, con lo que
d~Harroll.o de su hi.storia y l1h<'rnrsc de sus.atadurnH uli<'nan- podra desprenderse de la idt•11tificación con las imagoH
tc¡;.' porlra renunciar a su stntoma: a partir de su c~l:ltus de pnrentaks y reencontrar los s1gmficantcs de RU propia
ob11•1<> al.rapado en el deseo del Otro, en ese momento <erá hi~toria Lydia retorna parn HI la mi"ma problemática dt• lo~
conshtutdo como su1eto <¡11<' d"'''" padres, l'n una especie de rl'larión imaginaria l'n rspl•jo;
E~ lo< casos 9ue resumimos antes, vemos a Thit•rry que '1l·ntC' que no tiene dert'cho a Fer diferente: eso seria trair10-
conlmua oponiendo'«' a los padres y decepcionándolos aJ narlo". ahandonarlos y ser abandonada. El análisis Ir per·
negnrsc a,des?mpeñnr_ un.pap<'I c¡ue ellos se ohsttnan en que 1111tini reconstituir lu propia h1sloriu y el propio camino
~um.pl~: (.rac1as al '.1m1lis~i;, su~drá d~I estado depr·rsivo y se Cuando veo a niños que vul'lvrn n desarrollar In misma
mm e1 lira en un chico activo C' 11wcnt1vo. Asumirrí su prnpio h 1 ~tonn de los padres, les d1¡:0 desde el comienzo: "No <'S
d<•sc.o, que presenta la pnrnd!üu ele tcnel' origen en la icknli· posible que seas "igual", ptwslo qut• no ttencs loA mismos
!os
lic:w16n mn signilicantl's domi mu1ws de los padl'l's d ina 111 is- pndr('s c¡ur ellos". El nino siomprc se sorprende, como si
m? <' inteligencia prrigmiitica-, antes que en suR suenos nunca hubiera reparado t•n t•sa <'vidt'ncia; cnlonC<'l'l puedc
on¡:tnados en sus frustrnc1<mcs de niños pobrt's. rom1•nznr a plantearse pn•guntas.
Richard superará el pico d<' celos edípicos al rl'nunciar a 1.yrlia inicia un análisis con una colega psicoanalista drl
sn el pnmcroen el corazón de la madre. Apreciara nll'jor los C).IPP. Dc~pués de In" cntr!'vistn~ conmigo. la sC'ntín lista
\'alor"s q~1e represrnta su padrastro. la cultura, el cxito \'un para l'mprcnder ese trabajo. En In ultima sesión ella formu ·
luga: ~ocral reconoci.do_ Abandonara por complt'Lo los com- laba una preguntu al munifcst¡ir sufrimiento a prnp<isilo di'
Jlot t.1m11mtos prcd~hct1vos, l'l'tomara con brillo los l'studios sus fracasos y de la ausencia d1• n'"ultados pese a locins las
Y adoptara una act~tud protrctorn frente a l padre biológico, nyudm1 qur había recibido lrnsta entonces. TuvC' noticias
apoynndo lo y nlenlandolo prtra que saliera de su "di•prcsion". suya,; durnnto a lgún tiempo u trnvés drl médico de familia

1 Hi t.17
Ypor su terapeuta. Lydia ingresó sin problemas a la re lación PAUL·MAIUE
analítica y desde el principio se expresó mucho. Necesitabn
otra escucha; yo mantuve las espcranzn~ hasta que linnl- PAUL·MARIE Y SU ECZJ,.;MA
mente la v1 aceptnr el crccimi<'nto y mirar el mundo de
frente. Por otra parte, sabia que div!'rsos m<istentes se "El amor J<ilo puede plant<'arse en ese más
ocupaban de esa familia. nlla donde. anlt' todo, rí'nunrin a su objeto".
Lucan ~Libro XI>

Paul-Marie es un chico de ocho años y medio, pequeño,


menudo, de mirada despierta Vic•ne acompañado por la
madre. una mujer de rostro severo y mt•lancólico. Es el
dermatólogo quien me lo envía por un "eczema que se
eterniza y se extiende cada vez mas míl'ntra~ se agolan
todos los recurso~ tcrnpt>ulicos, c•n particular la cortisona,
cuya dosis ya no se puede aunwntnr La sC'nora P. me
describe de manera an~iosa y febril un eczema que le
apareció a los dos anos: h1s mano!I, lns muilC'cas, los pliegues
de los codos, el cuello, sobre todo, y una parte del rostro se
encuentran afectados por un padc<"imi<'nloquc se incremcn·
la en momentos de strcsR (el rl'torno n 1(1 escul'la, un cambio
de costumbre, por ejemplo). Pnul·Mnrie Riguc el relato
mediante signos aprobatorio~; con mucha complnc<'ncía y
una cierta satisfacción upurcnt<• se dc•1wistr parcialmente
para mostranne laR co~lras rojus y lns lesiones que se ha
hecho al rascarse: ~cñala lus mnnch¡1s, nc<'rca su rostro al
mío, se desabotona la camisa parn que pucdn verle el cuello.
La señora P. habla de un comienzo dillc1 I de Pau l-Maric.
Antes de sabcr que estaba embarazada experimenta una
"ciática agudac:on herma de ch><CO". E~ lratl.ldn con medicnmen·
tos e infillracionc;;: die<' que "existía unsicdnd porque se temía
que los medicamentos tuvieran inílul'ncía en l'l bebé''. Tendré
más precisiones sobre las circunstancias de esos comienzos
cuando la vea a solas, l'tn In prc<'Cncia de P,1ul-.\larie.

1~8 149
Al nacer, el niño tiene poco peso, no obstante haber nacido , u un total ele diecisiete sesiones, con una frecuencin ele una
en término; "enseguida tuvo manchas rojas en las mejilla~. por semana, p<lro con num7rosas interrupciones dcbi?as a
costras en la cabez¡¡ .. regurgitaba, tenía diarrea, lloraba v.1c:iciones y u otros impNhmentos. Lns pnmcrM sesiones
mucho. le daban gotas calmantes". Sin embargo, a los trc.• •01 siempre muy reveladoras; ocurrl' que elementos eRen-
meses se mostraba \•1vaz y activo. A los nueve meses, como r 'tics entrnf?ados en ese momento sólo reaparecen mucho
no engorda ha, fue intl'rnadoen el ho~pital durante ocho dia• 11l•spués durante la cur;i.
para 1111 control gcnt•ral; al volver "no reaccionaba, había Al final di.' l'Ra primera entrevista con la madre, v1 a Paul-
retrocedido, se encontraba en unn cspccie de mnrasmo", die<' 1\laric a solas
la mndrl'. La señora P pidió licencia en el trabajo para
ocupan;<' de él y cu;indo volvió ;i trab;ijar -es nrncstra en un Primero sesitfo dJ! Paul-Morie
jardm de infantes-. continuó ocupandosc de él teniéndolo .\1 comienzo dibuja tihurones y un barco Cdibujo n• 1l.
con ella t•n la clase. l'aul-Mari<> se muestra muy adelantado Hcsulta importunte saber que el patronímico de Puul·Marie
para su edad; a los cuatro años y medio ya sabe leer. tl!•nc semejanza con el nombre de un gran pez. Vramos su
La Ncríora P. mp habla de su propia infnncia, de su~ t·omcntario "Tiburones v un barco, los tiburones son inmen·
padres. Me llama la atención el hecho de l!UC cuando la •os, se van a tragar el bn-roo, pueden comer hervidores. cajas
madrc murió-Paul-~lnne tenia l'ntonces dos Mios- padccin de alfileres, atacan a las b;illcnas, a los peces espada, comen
de una ciática que la dejó en cama durante cuutro meses. En a las caballaR, pueden devorarse un impenneablc, un perro
la adolescencia p(ldc•r16 de alergia, ele un resfrío muy partí· lt•rranova. u na caja de f;il>nda vac1u, una botella de ron. Hay
cular; sin duda ese ltlrrcno alérgico vuelve a t•nconlrarsC' en dl'lfines entr!'nados para cazar ltburoncs, los esperan en
Paul-~lnriC'
Ante m1 pregunta ;iccrcade la relación de Paul-~Iarie con
el padre, me dice que ·~on compinches, se divierten hnsla
pelearso. Paul-Maric le da golpes ul padre... sin duda existo
un problemn de ccloi; por ambas p::irles con rci;pccto a mi'',
agrega. Habla del marido como de un $('r i;olitario; C'S
investigador en matematica. pusa mucho tiempo en la C<ts..'l,
si_cmprl' cslá sumergido en los hhros o escuchando música.
"El qucr1n que hubiernmos vivido más tiempo solos, sin
hijos", clirc.
En csC' momento Paul-Manc interviene en la conversa-
ción para precisar sus propios ¡.,'llstos: le gusta leer, le ..
interc~an los ammalC's prehistóricos, los hongos, las picdrns
preciosas, pero no le gustan las peleas (me pregunto enton- ' )
ces por qué esas luchas cuerpo n cuerpo con rl padre).
Expondré aquí cl contenido de las sc~ionC's en ordt•n
cmnolí1gico, extendiéndome mfü; en las siete primeras. que
se mostraron decisivas para la comprensión del caso. ~;J
tratamiento se prolongó aproximndnmcntc durante un 111'10,

t50 151
I'

una lrampa, una caja para tiburones ... tienen instintos antro·
pófagos, cuando alguien les da alimento, doblan el anzuelo".
Paul-Marie nos revela alli una pulsión oral devoradora ,
totalmente su rrealista: ese tiburón se come todo, no importa
qué. Esta oralidad tendrá ocasión de expresarse d urnnto
todo el transcurso de la cura.
·~ ~~· ~l·
A continuación me dice que el domingo estuvo enfermo,
luvo diarrea. y comienza a rascan;c furiosamente.
¿e Ci\t.iíi--
A.C.: ¿Te produce placer rascarte?
P.-M.: S1 yno, no puedo impedirlo, incluso los animales se •.•
ra$can.
A. C.: ¿Conoces a lguno?
P.-M.: Mi hámslor, se rasca, lo cuido con Calciriga (1•11u·
ml'm todos los nwd1mmentosque leda; de hecho son aquellos
que él mismo toma), quiero que viva el máximo de tiempo que
pueda vi\·ir. Los dos hárnster de m1 amigo se pelean. ello~ no
tienl'n eczema.
L
presenta, es investigador De cnlrada me pre?'unta si "esa
Paul-Marie yn nos dijo que el eczema es peligroso, puede enfermedad Je ocurren In gente dotada ... ent1cndn ... Pa.ul-
ucortar la vida; propone una hipótesi~: cunndo uno se pelea Mnrie licne un ai\o y medio de adelanlo"· 1'.'lº capto mu,i.: bwn
no tiene eczema el sentido de la pregunlay le pido que prec1~? lo qu~ entiende
A continuación dibujará "un cnorm<' dirigible (dibujo n" 2) por eso; se pone rojo, advierto que se N1cnte •i:icómodo
con dos bombas que caerán en el L1bano, si es que puede Prosigue: "A Paul-Marie no le gustan los rclac1ones, es
servir para algo". Luego me habla dl' su gusto por las alhajas timorato, se queda en un rincón; lo que.me.moles~ es que no
y l:is cosas de valor; agrega "1\li madre tiene una alianzu de se integre en una cierln. vida c_olect1v~ . M~ sien.to ?lgo
oro". Después dibuja un volcán <el dibujo se perdió) con sorprendida, no habíu temdo esa 1mpres1ó; y, ¿qué significa
diversos crálcre8. Me describe los cráteres arrojando fuc¡:¡o, esa h istoria de superdotados y el eczemn.
lnva; vio el volcán Ln Soufricre en las Guadalupe. Me habla
de sus ocupaciones. de sus amigos. Es un niño dichoso, de AC.: ¿Cómo era usted a la edad de él?
esp1ritu abierto. en quien inicialmenl<' no $e percibe ans1e· Sr p ·Yo era adelantado para m1 edad . tenia los gusto~
dad. Su expresión en cuanto al lengunjc es rica y se nota en comunes de Ja colectividad, una escuclila en la campaña. ~h
él una \'clocidad en las asociaciones de ideas que da la padre trabajaba en el exterior, n_o Jov~ia muc~o, estaba solo
impresión de una muy viva inlcligencia. con mi madre, m1 abuela, era h1JO umco y mimado.
Le pregunto acerca de sus gustos: le gustan sobre lodo lo
Srn1111da enlrevisln. lectura y la música.. .
A.C.: Y del eczcmo, ¿qué piensa?
F:!! l'I padre quien acompaña a Paul-Marie esta vez. Se
153
152
Sr. P:. E1< un signo psicosom:ílico. ¿Está ligado a 111
<'scuela? El tiene una predisposición a la :ilergi;i, como t'll11
(/a madre), yo lcngo cczcmu en la barba (en realidad sólo••'
trata de una írritat'ión producida al aft•1tarse)
Lu('go me habla de las ,·acaciones: "Con Paul-Maric siem
pre so nrma un poco de jaleo".
A.C. Apatle de eso, ¿jucf(nnJuntos, re;ilizan actividades'/
Sr.P; No, no me interesa.
\111.1nlh1
Entonces loma la palabra Paul-Marie parn decir que
Juega con Jcr6mc a los extraterrrstres. El padre continúa,
como 11i hubil"ra entendiclo lo que su hijo querín decir: "Tal
vez seamos do~ excluidos". Antes ele retirarse me d1r¡i, "Me
parece que yo tnmhi<·n tuve problemas do intoxicación con la
leche cuando era pequcfio" i
En l"Re discurso percibo en el padre un sentimiento de
cxclui;icín que él cree reencontrar en el hijo a partir del hecho
de que• uno y otro poseen una inlehg('ncia superior a la
normal. ¿Sena por eso que !IDO bl;inco de las enformcdades?
No habfncntC'ndido Ja pregunta al comienzo de In entrevista. J· . • tndas rn blanco se conviert<·n en amarillnsy rojas,
El también cr!'e rt'conocer en su hijo lo que él m.ismo era :~' f¡~J':cvcr ~na erupción " (muy excitado, Paul-~larac
cuando niño, un pequeño 1<nlvaje, /imora/o, mamado por las p·1·osiguc ckscrihiendo In erupción del volean).
mujeres. Se adivina en el lrasfondoel peljgro mal.crno quC'esta
situacitin induce: las madre;; lrasmikn el eczema y lien<>n leche \ e . -"
~ -
bes• que cuando se ticnc•n
•• (.+'.'!ª .
ronchas
"?
<>n la piel o
que intoxica. Me quedo muy impresionada por el modo de eczc•ma n eso se le llamn una "erupción . .
comunicrición de ese padre con el hijo, qul' pasa únicamente í' -M:Quema. pic3. h3ce ¡;rirlas detrás dl· las orc,as... un
por la confrontación fisica, "las peleas, los puñetazos. la lucha volean e8 peligroso. . .
en la cama", micntra8 que podía c¡;pcrar$e otro cosa de dos A.C.: y t'l ecz<>ma, ¿M peh¡.¡roso? .
seres intelectuulmente superdotados. En la sesión sigu1C'nle, p .¡\f.. Si se tal'ne mucho <'~ pelagroso. hace m:il. hnce
In entrevista con el padre será particularmente rica. ~angrar, no es lindo de ver.
A C ·¡Quién lo ve?
Sesión de Pa11l·Marie p:.ii .'Mi madre. ella lo ve? ella se ocupit mue ho d e eso.
.
PauJ-;\larie dihuja un volean en erupción CdibuJo nº 31. Las A.C.: ·Eso la ocupa mucho. el
oleadas de lava que brotan son amarillns y marrones. Este p .J\1.~l'orquc cl13 me quiere mucho. me pone poma aH, 1a
1•.; su comenlnrio: 01 rozona Chan· una /isla de• todas las pomadas).
"El rojo es el má.~ c;ihcnt.c, el amarillo más todavía ... esas ~.C.: ¿En el fondo ese eczema es \lll asunto enlr<' tu madre
grandes bombus volc:inicas son proyectadas a una velocidad y tú'/
C'Spanlosa, dejan oleadas de luz roja en la noche. las parábo- P.·M ; Raramente de mi padre.
155
154
A C.: A tu madre, ÍUl'ra de tu eczema, ¿qué le interesa? .ulclnnte, <'n las angustias de dC'voración vinculadas con la
P ·M ·Su trobajo de mal'stra . . y, además, le gu~ta cocinar pu ls1ón cscópica. Al despedimos. le pido que piense en mi
y hacer repostería, hace pastel de cerezas, bizcochos y hasta propuesta; volveríamos a hablar la próxima vez y tomaría-
bizcochuelo borracho al ron . mos en cuenta la opinión de la madre.
AC.. Si no tuvieras eczema, ¿crees que ella exlra11aría,
crl'c~ que se aburriría?
P.·M.. No, no lo creo. Si <'~O se va muy de pronto entonces
lC'ndrc crisis de asma, ~ I docLor lo dijo, vale más continuar
con las pom:idas. La scnora P. vuelve a hablarme de la primera infancia dr
l'aul-Mnric: "yo lo miraba mucho, lo contemplaba mucho.
Comentarios ¿sabe?'. En ese momentoad,·icrto que los ojos de Paul-Maric
J::sta Ncsión es importante. entiendo que no es posible prosc- no ¡:;on iguales. Planteo la pregunta: "¿Tiene un OJO d1slln·
~'Uir la terapia si no se establece alguna prohibición a ese to?". La scnora P. me cicphca entonccs que a los seH; anos,
acl'rcamicmto íntimo madre-hijo a través del sintomR Ve· mic•ntrns estaba sentado en In !<illita bajo la atenta miruda
mog a Paul-Marie en un mlcn~o estado de excitación al de ella, lomó el revólver de juguete, Be lo apoyó en un ojo .Y
relatar su "erupción", se rasca, se pone rojo, del mismo color disparó. Tiene una cicatriz en la córnea y sólo cuento con
que In bomba uolcánim, ('ijJll'ra que la mano de la madre cuatro décimos dl' visión en ese ojo. l':sta acción en la quC' <'I
ncudn pani aliviarlo con curicias calmantes; "iMO quiere ni no R<' ciega es imprcsionanl<': la memoria trae el n.•cut•rdo
lunlo'"· dice. Ante aquel <'xccso de gozo en ese cuerpo a de Edipo arrancándose los ojos. ¿Qué sucedió en ese inlcr-
cu<'rpo madre-hijo, yo no debía situarme como el médico- c:lmb10 de miradas entre unn madre y su hijo? Por el
t•oyeur, como el dermatólogo, o como mudo testigo de la momento In pregunta quedu en suspenso.
complicidad de la pareja madre-hijo. Pongo al tanto a la señorn P. dc mis observaciones: <'I
Paul-Maric me había contado que su hámster también l'czema de Paul-Marie la preocupa mós allá de lo raionnble.
lema eczema l! l y que él locuidnba con las mismas pomndas Le propuse a Paul-Marie que se ocupnra personalmente d<'I
que lnsque empicaba para si mismo, cuyos nombrcsy modos tratamiento y que dejara de recurrir a ella para aplicarse los
de empico ~l conocía. Entonces le hice esta propucslu: "¿No pomadas. El está de acuerdo: ¿qué pi1msa ella? AJ principio
crees que ahora podrías pre~cmd1rdc tu mamá para cuidarte'!; la enloquece la idea de las "consecuencias dramálicas" que
el tr11tnmicnlo lo conoces de memoria ya que cu idus ul hámstcr; eso podría tener en la salud de Paul-Marie. ¿Qué pasará si
vislns tus competencias, ¿no podrías "arreglártelas" por li las cosus se agravan, ya que se han agotado lodos los
mismo en vez de dejarle la larca a tu madre?•. Pensaba que recursos terapéuticos? Trato de colmarla rccordándol<' que
para él seria un modo de rC':lpropiarse de su cuerpo. De pcrmuneceré en contacto con el dermatólogo y que asumi-
inmediato estuvo de acuerdo. ¿Creia que la madre se senti· mos en conjunto la responsabilidad de ese cambio de prolo·
ria trist<.' por ya no tener que cuidarlo? ~le re.spondió que colo Este njustc es necesario para que Paul-Marie entienda
creia que ella podria hacer otra cosa, repostería por CJemplo. bien que no se trata de un desinterés ni de una actitud de
Al emplear intuitivamente la e¡cpresión "arreglártelas", me abandono por p:irte de su madre, smo de la toma de posición
dirigín a la oralidad de Ja cosa, oralidad que aparecerá más de un l<'rccro, los médicos para el caso. Le propongo n la
· Pam n•fl'rirse a la aplicación de 1as ¡X>nHidns, la auLora ernplf•ü lu p~11nbra señora P. verla para ayudarla a pasar ese momento difícil.
1'crrlu1~·r, qu0c
i;ignifica unlare1 pan con rnontcca, n1ennclacL..'11 n1i~I. et.e. Finalmcnto consiente.

156 157
Sesio11 d" l'aul-Marie /' .\f.: No mucho!<. Ponen el sexo adentro, lo hacen dos
Aquel día Paul-:\larie dibuja de nue\'o un \'Olc<in (dibujo n• 11·1·e.· .. los espermatozoides son atraídos por <'I óvulo.
-H Como la \'ez anterior. describe la erupción, el cráter, 1119 ,l(' ¿Son felices'! . .
rocas roJas, amarillas. Al lado, coloca una tienda de mmpi11g / '. .\/ No. son pobrei:, eso es una desolación. Piensan
para "la gt·nte que mira; entonces \'CD un segundo \'olcancito inv.1dir In Tierra. instalarse donde haya ríqu<'1.as en abun-
que acaba de• surgir". :\li intervención quiz;i no "ca ajena a 1l.111cin, rllos no lil'nen cosas preciosas. Inventan su• leyes,
esos ncl'rcamicnlo:-;: una nueva miradn, t:I volcán <1uc dft tumen una ley diferente para cada familia, todos olwdccen la
nacimiento 11 un volcán bebé. l1•r 4ur el padr!', el sexo masculino, inventó. es C'I J<'Í<' rl que
Ln ,;csicín prosi¡,•uc con modelado; a Paul-Mane le gust11 111,·1·nla las cosm; preciosas. Los hay qu1C'ncs tienen u~a
ese mC'dio dt• expresión y maneja la pasta para modelar con l11·ndidurn rn e l mcd 10 de la cabeza, por eso no son dPmasta-
una grnn dC'slr<'za. Fabrica el terreno de un pl¡¡ncta y cloi mlclt¡:enlcs. Cuando son viejos les corlan lo cabeza.
Lambi~n los personajes que lo habitan: "Han hahilant.e~ A.C.: ¡,Qui<'n les corta la cabeza?
infC'riorcs u nosotros ... tienen cabezas redondas como cala- P ·M: l~I jefe.
hazns, un bruzo más gordo que <:>I otro, no li<'n('n piernas, se ..\ r:.: ¡,Por q m\? . . . .
despinzan con rnc•dilas. Los jóvenes no li<'lll'n hraws, se valen P. ·M.: A 1011 que dcjnn vn•tr demaswdo l.1cmpo se vuelven
de la hocn p<lra atrapar el alimento y todo lo demás. Los l.,cos, qui!"rrn hacer soltar el planeta, es su v1t·us, la t·ólcra
rec1(•n n¡¡cidos nacC'n sin cabeza. después .' t' va d1•sarrollan- ele su planctil, se llama Eternia.
do"
C'0111e11tar10.,
A . C.: 1'. Hay \•arios sexos? Es posible notar en esas secuencias significantes recurrc:>n-
h's qui• eslruclurnn los fantasmas: Só~o cabe comprob;~r la
nqueza de las fon~acione.s imagman~s; .~ada enunciado
po~ce un suslr;llo inconsciente (enunc1ac1on) que resulta
imposible dcltm1lar; sólo se pueden lomar algunos elemen-
tos, vario• de los cuales cobrarán sentido ni cabo ele• los
:-;es iones.
Estnn ~sos nillos sin cabeza y sin piernos ni com1c11zo,
1mpolcntos y estúpidos (la señora P. nos rcvcluní más
.. adclant<' el 1e mor del padrc, cuando ella cstahn _rml.io m-
' ,, zada, de tcnc•r un niño débil mcnlall. En los dtl.>UJO!l de los
niíios, el brnzo mú;; gordo que el otro a me~1udo rcprcst,nla

.-:~
el sexo masculino. ~:s gente pobre. qu<' vive en lo dc•sol<~
ción, no conocC'n las cosas preciosas; ya snbemos que el
mismo es ese obJclO precioso para la madre'; ;.111 pobreza,
la desolación surgirían, entonces, de no poseer un n_mo?
La ley no es una ley general, dictada por. la comunid~d
sino i111•e11tada por uno solo, el jefe de familia que t:11nb1en
dice cuáll's son l;1s cosa~ preciosas, las que se des1•an . El

11;9
jefe, ese padre todopoderoso que dicta la ley, no tiene
piedad con los viejos, los locos y los idiotas. En cuanto
a la cabeza hendida de ciertos seres, es posible pensar
en el tie>.o femenino. lo que se confirmaría con lo que le
sigue: a causa de esa hendidura "no son demasiado
inteligentes" (!J

Cuarta cntret•ista

Esta entrevista ocurrió un mes después de la tercera,


pues m1entrns tanto transcurrieron lus vacaciones de
Pascuus. La señora P. se muestra preocupada porque su
hijo estuvo "sin atención", aunque Puul-Marie dice que
se siente mejor: "Hay placas que desapurccen y olrn~ que se
producC'ncon el agua". (Advierto que ha dejado de evitar los
baños y lus duchas.) Pero sobre todo es el caráctC'rde Paul·
Mane el que cambia. La señora P se queJU de liU compor·
tam1enlo: "Está muy reivindicatano, conte~tatario, soca·
rrón.. tengo la impresión de tener enfrente a un adoles-
cC'nt<>: m1 marido tolera mejor que sea ruidoso y que se
pase todo el tiempo llevando la contra" Le pregunto cómo ~larie silabea el nombre y especifica las caracteristícas de
se siente ella con el nuevo protocolo, según el cual ya no t>sos hongos).
llene que ocuparse del tratamiento de su hijo. "No muy Lu<'go dibuja un brontosaurio Cdibujo n• 6). "Tiene la cola
bien" dice con lágrimas en los OJOS Preforma hablar a <¡ue va dando vurltas; como seria muy !arga, la he co:todo".
sola~ conmigo sobre el tema. Le pregunto a l'aul-Marie, Prosigue con una especie de conferencia sobre los Dlllmnlcs
que estaba allí, presente. si estaba de acuerdo con esa prehistóricos, grandes carnívoros bípedos, tan altos que
consulta, recordándole la regla de conlidcncinlidad: lo que superaban los siete pisos, pesaban vanns tonclndas, los
vayan decirme su madre sobre sí mismn ingresa al orden hombres u parecieron 120 millones de anos despu6s, cte. Lo
del sccrclo profesional de la misma manera que el conle· interrumpí: "Es como si me dieras un curso; háblame de tu
nido dt> las sesiones con él. La confianza está lo suficien- \'ida o de los sueños que tienes de noche". Se "engancha" con
temente establecida como para que acepte sin problemas. el hámster Lou Loulou, Petitounet, ya no le pone más
Veré a la señora P. uno de los días siguientes. pomada; lu~go v~cila y termin~ P?r hablarme de un suc~o
•que era uno pc~ad11la", va a d1bu1arlo Ce! dibuJO se pcrd10):
Sesión de Paul-Marie "Habia un pulpo gigante en la casa de enfrente; era un
En el dibujo nº 5 tenemos hongos que crecen en el bosque: animal de ocho brazos, ocho tentáculos, dos hileras de
unos sobre la raíz de un árbol, otros en el suelo.en la madera \'cntosas para atrapar las presas y que, además, pueden
del árbol· se trata de una población de bifolomos l?J (Paul- funcionar como pinzas: esos dedos están llenos de veneno, es

160 161
madre. Resulta interesante scfialnr que esos signilicante!I
también entran C'n la composición de su "ideal del yo"; loa
mduye en sus pasiones, la micologiu, la prehistoria.
Los animales prchiHtórico!I, cnorrn<'s, nmables pero im-
presionantes por su lamano (siclc pisos) y peso (varias
1oncladas). son la rcpreticnll1ción que el niño puede tener de
lo,; adultos, cspccÍ<' de gígnnlc~ má1111 mcnoR acogedores. Un
trozo de la cola del bronlosaurio sale de la página, da tantas
vu<'ltas que hay que hnc<'rlc- un corte porque seria demasia-
rlo larga. Es posible pensar en lns \'Ucltas que también se
•lihujnn parn él y en el rort<> quc> C'stá por \'Í\'Ír; corte para la
madre que se despega de su hijo, corte para Pnul-Marie que
rlebc ren uncin r al amor cxd u~i vo dc la madre y a la enferme·
dad que lo vinculaba con ella.
Por otra pnrte, VC' su ccirma como una C'spccic de para si·
t1smo en la piel, a imagen de Jo,; champiiloncs que se
alimentan de las raiC<'l', dcl suc>lo y dc la madera del árbol .

Quinta enlrct'isla
la lint.aque se pil'rdl•cn l.'I mar,C's lo CjUl' produce minúsculas l(J se1lora P 1·11t111• sola
marcaa negras. En el sucilo l'ra t'nonnc, t.enío In cabeza del
ali-O de un edilicio, y cada ojo del tnmaño de un placard". ~:1 encuentro con la srnora P pc-rmitc comprender mejor el
Recordar ese sueno lo pon(• nnsioso, agitado, repite: "Era sentido del sint.oma de Paul-Marit'. Esto no cumbia el desa-
una pesndilla''. rrollo drl anr\li s11<, pero nporln modilicncioncs en el equili·
Del eczemn Paul-Marie d irf1; "¡.;s como loR hongos que lino fomilinr al modificar la poHición de; los protagonistas.
crecen bajo la piel"; no le gustll comer champiñones. Estas tomas de conl'tencia reuctivnn l'I t rubajo de perlabora-
ción. Se llama "pcrlaboración" ol lrnhujo psiqu ico que le
Come11larios permite a l sujeto nrc>pLnr ciertos t•lcmcntos reprimidos y
El sueño del pulpo es signilictllivo a máA no poder de lo que desprenderse dd impcrio de los mccnniNrnos repetitivos.
ocurre entre la madrC' y tll. J.o;sc pulpo gignntl', de ocho De cntrnd::i. la srnoi·n P. mc> dice qui' cnmbió mucho
tc~1láculos, con sus uc11losas y SUR drclos llenos de reneno, lo después que Lu\'O a su hijo; se volvió "müs unsiosa, impresio-
mira desde la altura de l tl'cho de Ja caRn de enfrente, con sus nable, menos rclujndu" Me hnhln inicialmente de su propio
ojos como placareis El peligro eNtó ahí, en cRa mirada y en plldre, al que lldorn; lodavia Riguc ncompañándolos en lns
tocarlo. Más adelante volveremos Robre la importancia de vacacionc~. ya que su madre murió hace ulgunos años: "M1
esos doR elementos c>n la relución madre-hijo. padre es bnstnntc exigente <'n cuanto al afecto, exige mu-
Paul-l\1aric nos revela aqu1 unu ~cric de significantes que cho ... tengo relaciones par!'ciclns con mi hijo, al ocuparme
estn1cturan fantasmas vincu lado,; con su relación con la mucho de él... e/ hedw ele it'nrrlo junio a mr

162 rn:1
Lu ~cllora P. reencuentra con el hijo, entoncc>s, la proximi· niega a anunciarles la noticia del nacimiento a ambas
dad ca~i fiNica que llene con su padre, una demanda de familias. 1.:i madre, l'n vez de rebelarse contra c~u actitud.
presencii1 real junto a ella. la acepta pasivamente, adhiere a ella hasta l'I C'xtremo de
No fu<' focil para ella convertirse en mndrc; hasta las acaparar ni 1ii1io y formar con él una par!'ja fusionada. Su
cercanías de los cuarenta años no tU\'O un hijo. ya que el expresión n·rhal es caraclerística de este tipo dl' 1dcnlífica·
mando no quería: "Sólo quería que me ocupara de nosotros c1ón regresiva: "\'omitar. lamentarse. llorar juntos"
dos ... Cuando se tienen hijos -decía él- si' t·orre d rie.<go de Los mndn•s de niños afectados por cnfl'rm1•d11des p<icoso-
ap<'garsc muclw a ellos. Mi marido es un hombre que, entre máticas a mt•nudo emplean un modo personal confu,;o pilra
la in,·c-stigac1ón. la música y los libros, vive muy bien solo''. lrnblnr dt• 8U hi10: "ocurrió nuestra crisis lit• asma t•su noche"
Sin embargo, la 6eñora P. consiguió decid irlo. pero el emba- o "nos raNc¡1mos has la sangrar", eirpresioncs qui• mezclan su
razo S<' hizo l'Hperar. Ignorando aún que SI' rncontraba prop1n pl'rsoriu con la drl niño Muchas olras mudrcs em-
embarnzadu, le sobreviene una ciática parnlizanlc, que es pican una expresión ce1·cnna, pero, sin l'mhargo, difrrcntc:
trntndn mt>diante infiltraciones y olrn medicación. E l scnor dicen, por cjPmplo. "Me hizo un rcsfno" o "M1• hizo una
P. picnsn entonces que los medicamentos qut• hu ul.rnorbido rabieta", icl1•nlific:mdo asi el lugar de amboN prolngoniAh1s
harún qui• na1.ca un nil1o anormal. Durnnt<' l'l embarazo, el y marcnndo 1•1 lwchu de que ellas perciben 111 enfermedad del
marido no dt•ja de recordar esa posibilidad. llegando hasta ni no como si lt•s estuviera personalmente d1dg1d11 n <'llas, lo
rll'gir un nomhrl' "que le iria muy bien a un n11ío 1d10ta, que muy a m1•11udo rC\'Cla la intención inconsciente del mno.
Arscnc". En la dmica. cuando el parlo, el sl'ñor I' decidió El rechazo del padre a asumir la paternidad conforta u la
que resultaba inutil hacer venir a los suegros o a cualquier madrl'l'n ~u fantasma de haber hecho un nino~ola; disimula
otro mit•mhro de la familia. La sellora P. se quedó. pues, sola, al niño ante In minidu patl'ma. se loescanwt1•a para mirarlo
deprimida. "Lloraba lodo el tiempo -dice- y al volver a la mejor, <Y111tt•111¡1/urlo. acariciarlo. \•olvt•mos a ent·onlra1· en
casa laM cosas no se arreglaron; me ocupaba mucho de Paul· Paul -;\larit• '-'·''' funtu~ma de ocultar-mostrar, asociado a la
:\!nrie. no quena que molestara ni padre, que lo des perlara, angustia cl1! 111 m1 rada mnt¡>rna. penrtrante, 1iv1da. poS("<Í\'ll,
11<1 lwbw qm• hablarle ... trataba de escanw/e(lr"'·lo. nos y t•I pod1•r sobre el cuerpo por parle de una madrl' pulpo con
ibumos a un rmcon del cuarto de estar... l'omilor, llorar, 11os drdos-tcntacu lus 1•1wl'nrnados.
la1111•111<iba111os¡untos. Antes de venir a verla, h•nia ganas de Yo misma, u quien ella ha confiado l'I h1Jo, y 1•! médico
jugar con él, cle disfrutarlo al máximo, quise tenerlo en la dcrmntologo qu<> lo trata le prescribimos 1)11<' rPnun1·iora al
escuela, 1•n m1 clase, sabía qne no tendría mliM que uno ... gocl' pulsional de gu hijo y ele esa munt•rn cnuncmmos la
ahora trato de escanwtearme, es mi turno, ¿cg lo que usted prohibiritin clt'I incrsto. pues esa relación d1• grnn cC'rcn111a
me pidió'!" puede s¡,r considerada como un acercamienlo incci;luoso.
¿Qu<• <'xpericnc1as. qué razones profundas empuJan al Par:i mí, 1·11 lnnlo p~rcunnalista, plantl'ar- Ja prohibición se
se1ior P u negarse con tanta violencia a la paternidad? Lo Justificaba por la necesidad de no pervrrlir In n•lnción
ignoramos. ¿Por qué esa idea obsesiva de nif10 rdwta, los anahtíca , sítu:indome como obscn·adora pasiva y climplice
ni1ios débiles (o súper mteligcotcsl también serian locos, de es<' vmculo. Hahía podído apreciar las cnnlidadcs de
enfermos o marginales? ¿Vivió eso. él, el nÍlio superdotado, aquella madre; t'I amor por el hijo iha mucho más all:i de la
criado por mujeres? satisfacción personal' pcnsc que podía entender esa prc!'-
PnrC'ce haber negado la existencia de su hijo en el momen· cripción. l'aul·:'>laric ~e hallaba complNmm•nle integrado
to dt'I nncimicnto; él lo ignora, no quiere oír bublarde eso, se en ambas hm•as. la materna y la paterna. clondt> ocupaba

161 165
lugares pri\'ilcgiados; Ja familia era numerosa y muy uni~a.
Había quedado muy lejos el tiempo en que era aquella cos1~a padres, y los padres, por su parte, temen perder en algo las
potencialmc•nle débil. pu~s desd~ muy pronto el se hab1a funcioncs paternas al confiar a su hijo a un personaje que
apropiado del rasgo identificatono con In linea l?ªt~rna, la parece "sah<'r más de él que cada uno de ellos" (un "Sujeto al
int<'ligcncia, palabra nunca pronunciada pero significante que se supone Saber", dice Lacanl. Esa sesión ~e sitúa una
mayor en esa familia. As1 babia enconlra~o su lugar en I~ semanita después de la consulta con la señora P.
succsi6n de generaciones de hombres part1culannente bn- Paul-Marie aborda la cuestión de manera original, como
llantes: su bisabuelo. su abuelo, su padre ~iempre. Se pregunta sobre la función de la analista y de la
Hablé lorgamcntccon la señora P. dejándola que expresa- madre
ra su asufnmicnlo, apoyándola en la renuncio aguor~ar para
ella al h•JO querido. Paul-Marie, por su p~rtr, manifestó la P.-M: ¿No se puede ser maestra y ginecologisla al mismo
libcrución de un modo a legre y contestatarll), corn portandose tiempo? (Su madrl' es maestra en el jardín df infantes).
como un udolc8centc que se había vue lto ruidoso y que A.C. : ¿Gi necologista? ¿Qué quieres decir?
siempre ll<•N1lm la <'<>ntra. . • P.·M.:Son esos que tratan de saber si uno tiene eczema, si
Pienso que Paul-Mario pocüa producir en los adultos, as1 uno es ansioso o sentimental. (Piensa, pues, que soy "gin<'t'O·
como cn los compañeros, una cierta perplejidad y comporta- logisla ",algo <'lllre gi11ccologa, los médicos que se ocupan de
mientos inadopt.ados a partir del hecho d<' un dl'sacople las muJfres, .v psicoanalista, los que se ocupan de lo.~ a11s10-
entre su apariencia física de niño pequeño (solo lema ocho sos, de lo.~ se11time11tales .)' también del eczl'ma.)
años y medio en aquel momento) y su discurso, que bien A C. ¿Y tú'? ¿Qué seras?
podía ser C'I de un niño de mayor edad: al parecer aqw P.·M . Vulcanólogo, y también micólogo (1111' tlefrtrca la
comt•nznba una crisis de la adolescencia. palabra p<>r si yo 11oconoda la ortografía), es el estudio de lo•
hongos ... pero también me gustaría estudiar los mignla• y
otros onimnlcs venenosos. Me gustaría fobricar cspcc1os,
Sexta fnlrct•1sla me gustan los pimientos, los chuJ?O y escupo la piel C'ua1~c~o
se tie11e w1 oficio hay que serapastonado;yo 1w te11drc pnsw11
Le pregunto a la señora P. si de tanto en tanto C'I señor P. no por .~er ginecofog1sta. _ .
pod n a ncompnñnr n su hijo a las sesiones. Me 1:csl?on.dc q".'e Se pone n dibujar (el dibujo se perdió, p<>ro es fácil
e l mal'ido no se hallu "motorizado". Nunca con~1gu1ó l1ccnc1a visuali zarlo con los comentarios que hace).
de conducir: "Yo soy su chofer; se casó con unn muje~ con P.-M.: ER la casa de un millonario, el techo es de oro, In
licencio", me dice en un tono mitad amargndo, milnd d iver- antena cstt\ enchapada en oro. A un costado está e l gnn1jc;
tido. encima hay unn copa con rubíes adentro, en la punta de un
largo l.llllo de doce metros, as1 de grandes Cme mw>slra 1•1 pwío).
Se.~io11 de Paul·.Marie Para moslrnrque es la casa de un millonario, a un costado hay
En esa sesión, Paul-Marie comienza a plantearse preguntas cuatro lingolcsde plata, es paranwstror(insi.~lel. De noche, loi1
~acan para que no los roben. Hay sirvientes, gentes a las que
acerca de su relación con la madre y con la p~1coanahsta.
IM'l cuestión de la transferencia siempre aparece en algtin les pagan para que encuentren piedras preciosas; los pasan
momento de la cura de pacientes jóvenes: ni apegarse al por rayos para ver si no han ocultado alguna. .
analista. el niño teme traicionar el amor que siente por los A. C. · ¡Qué curioso! En esas casas no hay puertas ni
ventanas
166
167
P.·M.: <los agrego al dibujo) Hay una mujer, un hombre y llu piel. quc él escupe, los anim:iles venenosos. mígalas y por
dos niños. la madre tiene· una copa de cobre con un diamante qué no pulpos.
dr vcintmue,·e gramos y el padre un zafim. El si1tano está En esa sesión nos dirá con claridad la naturaleza del
lleno de monedas de oro. anillos (en ese momrnto extrae del '" 'lculo que lo une a la modre. El es el objeto prerioso
bolsillo un aniUo que sc pmll' rn el dedo J. Es una csmcrulda; a •olmo l de la madre, un tesoro admirado, que se C<Jnll'm-
va le 10 000 francos. Hay que b'llnrdar el oro,,.¡ no uno se PI.!, que representa la riqUt'7.ll y la folicidad. En su sem inario
vuelve pobre y desdichado; h:1y guc ocultarlo en el r cfrigcra- uhro la transferencia,' Lucan loma ese término, awil111a, ele
clnr, t•n los armarios, en rsrnndiles seguros. aulnrnH griegos como EurípidcR, l foráclito, Home ro (en La
r~n rsC' momento huc" una bola con la pasta el¡• modt•lar y <idism), Platón. To<los ellos hacen referencia a objetoA cuylls
oculta puntas de lápices de color en su interior; st• clc•tirne, <:raclt'rtsUcas se de~tacan ; bnllo, fulgor, belleza Lncan
un 8ilencio. luego: "¡Es ridículo!" Me muestra el anillo que t orna t•I rnlor mágico del objcto<que ya en esa época llnma "el
Sl' puso l'n el dedo. "ful' mi madre quien me lo dio. vale 1500 objeto parcial") y hace de él ·1·1 l'je, el centro. la cla,·e drl dc~l'O
francos; me lo dijo mi madre". humano". \'e. por ejemplo, en la persona de Sócrates ·agal·
A. G.· ¿Crees que haya pagado tan caro un on1llo p'1ra ti? m ala que provocan el amor d<• 1\lcibiadcs". Paul-:1.lnrie es,
¡,Entonces eres tan precioso'! Jllll' 1·i1•rlo. Cl'>e ob1eto al que podríamos denominar "falico"
P ·M.: Ella no tenin ganas de perdenne, por un bd1ii que µarn I ~ mndrc. represC'nta l'•:1 riqueza que se muestra, que
tenia .. $<' t•xh1hc en copas sobre los lecho;; y que se oculto po r miedo
.a¡uc 111 roben. Viene a confluir aquí t•l discu rso mulcrno: ese
A continuación hani un modelado: un corredor entre r ..1·1c•n rrnrido era un lL•soro; "f'ue mi alegría. mi rnzón de
rocas, corta con el r:iyo l1is1•r tt'I cuchillo> pero no C'nrnenlra \' 1vír, me sacó de la dcprc·s1ón", mc dijo la modrc, pl'ro un
nada, no hay oro ... solnnwntc gu11arros. lC><oro quu habia que ocult..1rlc ul padre, que era nccc ... ario
D1•spuésde la ~es1ón, en el momento de dcspcdirno~. Paul· l'scaflwfl'cirselo para gozar plennmrnte de él. Lo~ escondites
~!arte se vuelve hacio la maclrl' y le habla del anillo y de su <ll'h<'n H'r seguros: refrig1·rador. armarios; es preciso des-
valor. Le pregunto a la ~t·ñoni P. <i le gu~Lnn las joyas, a lo confiar de los ladrones, qu~ pu¡•dt'n poner las piedras precio-
que re,<ponde que eR su madr1• quien tiene una joya dl' oro y sas d1·nlro dl'I cuerpo ( h:t.Y qut• h;1ccrlcs radiografía si, ;,imn-
bri ll antes, no ella. Entoncl's mlcn·icne Paul-Mnric para g1·n clt•I hcbc 111 utero? Como ocurre en los cuentos, In n•11rn
decir "Mi pndre, ¡él ni siquil'rn liene una a lianza!". le n•¡.:n l11 un anillo, una t•smnalda que vale unn fortuna, no
se s11hc IHen cuá nto, ¿ l0.000 fruncos?, ¿1.500 francos'! Al
Comenta nos har!'rk la pregunta ''¿E1!'S t an prl'Cioso'?", comprcnd<' dP
A im modo, Paul-M arie me dice q uc comprendió quién era yo: mmcdialu de qué se trata <'I c•s l'I nhJeto precioso. "E ll a sólo
soy la que cuida laH cnfrrnwdndes del alma, cuando uno es h•ndni un hijo: yo". La realidad vuelve a atraparlo, dirinmos
st•11/111wntol 0011.~ioso, como su madre. ¿Sena el l'CZl'tnn una que choca brutalmente contra "la roca de la castración". Ya
l'nf<·rmedad de ese tipo'! Su madre es "maestra" v no cuida h abía ocurndo ese momento de sill'ncio. como de un dc•s pl'r·
n;1da. A él no le apasimwrá ser ginecologista:· así loma tar dificil , cuando. dcspui's de ocultar las puntas d1• lo,;
distnncia conmigo. Por rl contrario, lo que lo apasiona !la lapices cn la pasta de moddar, exclamó "¡Es rid1culo!".
pa labra "pasión" implica un compromiso tota l del sujcLol es Des pu~" de mi intcrprctociiin. rl'hara un modC'lado paru 1r a
lo que se refiere a su prob lmnálicu fantasmñtic11 li ~ada con lmsrnr a l ínlerior de un cuerpo, con e l cuchillo láRcr. los
su síntoma: los volcanrs. los hongos Oa piel), las C1spl'C1nfl y 1
Lai;un, ~·euttncurc. Libro Vll l. IA• 1'rt11r1;/i·rt , l'n rís , L.(_' Sruil , 200 1

IGH
pll'dras preciosas, pero no son más que vulgares guijarro.•
Urian tuvo la misma reacción en un momento clave de su \ C.: Sí. h
nnálisis, cuando exclamó "Los planC'tas están vacíos". /' ·M.: (enlimde diez> No me asombra que haya mue os
El trabajo de renuncia a ocupar ese lugar de ob;eto pulsio· Enseguida va a una historia donde se trata de una orgia
nuJ del Otro ha comenzado; progresivamcntevercmosque se ,¡,. alimentos: "Un gigante que siempre tendría hambre
produce un desplazamiento, surgirá su deseo propio y es en 1/'rr11/-Marie hace salchich6n con la pasta dP modelar, que
el cuerpo del otro( RCxo) donde desdr entonces buscará y verá 1111 /t•s ha cortado.) Después de comer sigue teniendo h_ambrc,
ese objeto de carácter "agálmico•. causa del deseo ro·clama exige trozos de salchichón del hambre que_benc, se
El Ultimo encuentro entre la analista, él y la madre ,.0 me todo sin dejar una sola miga, su estómago tiene una

resulta esclarec!'dor. Tiene en el dedo el anillo que le regaló longitud de seis metros y medio, cuando duerme es pr~c1~
Ja madre; ante m1 pregunta acerca de su gusto por las joyas, que se despierte cudo diez minutos para reclamar comida .
ella hace reforenciu a su propia madre, porque ella les da
poca importancia. Pnul-Marie parece furioso: "¡Mi padre ni C'rmumtarios .
siquiera tiene uno alianza!" Lo que me sonó como "Por qué 1\I comienzo de la S<'Rión me hace algo así c~mo ~n gumo
d111me esta aliunza a mí; harías mejor en dársela a tu rómplice que parecía decir: "Entcn.df·. <'Ra h!stona de las
marido" o "Sena mejor que mi padre tuviera una" piedras preciosas purde llevarme lcJOR . Prosigue enton.c!'s
su camino metafórico pisoteando esas piedras prcc1o~:i,,
mb 1 e~. esmeraldas: al incrustarlas en una alfombra con~r­
Sepl1ma e11ir1'1•1.~ta van su belleza pero uno las pisn. l\fo hace entonces un
cumplido disimulado: "usted es" fuerte, no me asombra que
Ese! padre quien hoy trae al hijo. Vurlvea hablarme un poco muchos niños vcngon a verla . No me conv1;rte ~n unll
de su propia infancia, de su precocidad; ingre~ó al sexto madre amante, sino en una consultora, en unn apas1on~dn
grado antes de los diez años (como sin duda será el caso de por el saber": "los gineco!ogista~ lrata11 de saber", .~e d1Jo:
Paul-MarieJ. Le parece que Paul-ll1arie va e\•olucionando El padre parece más bien satisfecho de que su h110 mue~­
bien: "Se nos opone con más violencia, se lo ve más seguro(!), Lre un carácter má11 firme. Ninguno de los dos mecuenln t·sc
'u entretenimiento consiste en pro\•ocarme; por eJemplo se dio que la señora P se encuentra enferma ni que el ~eñor P.
niega a comer". debió ocuparse de lns tnreas de la cusa y de _cocinar; In
Ya no oigo hablnr del eczema, no V<'O que Pau l-Muric se 11rgntivn a comer se dirige entonces ni pndre, mientras 9uc
ru~que, su roRlro yu no muestra mnnt·has rojas. en su fontasma l'nul-Marie pone en t•s~ena una .~uls1ón
devoradora, como lo había hecho en In pnm<'ra se~1on, con
S1•sió11 ck Paul-Marie los tiburones (hay que recordar que su patronm~1co se
Paul-;1,Iarie entra a la sesión silbando una canción portuguc- asemeja al nombre de un gran pez l. Ese gigante que pide 'l'r
s;1; el padre le rrgaló el disco. Se para, me mira a lo~ ojoi< y alim<>ntado a toda hora, diay noche, se parece bastante a un
me dice: "Eso puede llevar lejos, interesarse por las piedras lactante gritón y tragón.
preciosas". Silencio, luego se pone a dibujar "una alfombrn
con los mismos colores que el volcán, omurillo, rojo. Es de
cuero, bordada con seda preciosa". Encadena: "¿URted liene
muchos niños que vit>nen a verla?"

170
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( k/at'(I <'lllrr·r•ist(I momento delc>rminado pone el cuchillojuntoa la figurita dl'I
obrero y In arrOJll sobre la figurita de la patrona gritando:
El padre acompaña a Paul-~Iaric. De entruda me dice que "Es mio el cuchillo mágico que se yergue", luego In abre de
desde su punto de vi!'ta "todo marchn hi<'n". Pnul-~larie arriba ahnjo y la corta en pedacitos. Llega el dueño pero "ella
as1cnte:"Yaca~1 no tengo eczema .. mi madre llt•ne lumbago, va eRtá murrtu".
prrmarwcc en cama y no puede mover,e, tenia un¡1 nnitis Son las notas que tomé luego de lo sesión: consigné
nlfrgicn y estornudando desencadenó el lumbago ... papá Lcxtunlmrnlc la expresión sobre el cuchillo mágico.
lava lo~ platm,, cocina". ~le entero asi dl' que el padicyc l lujo
·~e ot·upan clr la casa", que rncontrnron una rspl'cie de Comentarws
complicidad en el cumplimento de las tarcns dom(osticas, Por rl padre y el hijo. nos enteramos de que In ser\ora P. se
act>rcarnirnto por lo menos inl'spcrado t•ntre r~r hombre encuentra totalmente inmovilizada. Al contraer In rinitis
algo lunülico y cse niño que se conviC'rtC' !'n campeón de alérgica, In misma enfermedad de In que padecía dura nte la
rt'posl1·1·i:1 Jltlrn prepararle tortas a la madrr c11fc•r1110. ndolcHet-ndn, un estorn udo -esa especie de Rop lido expulsi-
vo brutnl- lc bloquea la región lumbar; vuclvr· o onconlrarse
S1•siá11 rfr 1•,,11/-Mc1rie en cuma y dC'hc nh:mdonar todas las actividades, como ya le
Me habla dt• una fábrica donde "se cortan las roca~ ... no habin ocurrido durante el embarazo y en rl momento de la
buscan oro, sino cohn• para hncercaceroln•, n•lojr•,; el<' pared, mucrtt• dr su madre. Ella se retira, en cierto sentido se
reloJl'S dl• pul~era" Corta la pasta dt• moclt•lnr en trozos escamotea, u han donando la casa al marido y ol hiJO
pequr1ios qur rt·presentan rocas. Como pnrn todas las producciones fantasmálica• de Paul-
.\. C.: ¡,Que pasa en esa fábrica? ~l aric. podr1amos multiplicar las intcrprt'lociones posibles;
Paul-~larie se pone a contanne una historia complicada nos negamos a hncerlo y preferimos alencmo~ a las asocia-
t•ntrc la dueña de la fábrica v los obrrros. Entonces le ciones más evidentes. Ese obrero que roba el cobre para
propongo escenificar el relato: Para hnc1·rlo <'mpleo una cace rol ns e• rl que, ca la realidad, toma el lugar de la madre
lr'cmca Cl'rcana al pisicodrama analítico que p1m·11co con mis en medio dt• lns cacProlas, esto con la compllcidad del padre;
colegas L'n una cliníca psiquiatrica. En <'I ca"u de trntum1cn- ¡situación paradójica la de situarse del lado de los hombres
l.0H indiv1dua lc><. el hecho de estar a so l a~ con 1111 Joven al ocupur el lugar asignado a una mujer! Esa muJer que ya
paciente me obli ga a modificar un poco la ll'cn1c11 aunque no pos<'<' oro ni piedras preciosas, si no una mi na de cobre: de
conHc rv:111do su espiriLu: le propongo ul ni1io 11na¡¡im1t' un todos modos qu iere hncer la ley, es la pntrona, huy que
lihrrto, íabricar fi¡¡ut'itas en pasta y diRlr'ihmr loH puprlcs. dcshnce1·sl' de ella. En la eiqJresión de l fnnLusma, el niño
Ahi Pnu l-Muric me p1dcque sea la ducila y t:• l lrnra de obrcro juega fáci lmente a mnt;ir al otro, u hnccl'lo desnparccer:
Tomo c•nlr1• lo• dedo" la figurita y me d11iJ111111111·0111panC'ro "Estas muc•1·to, yrt no estás muerto", seescuchn o menudo. Se
con un tono lo m:is neutro posible para no introducir un cncut>nlrn nlh lodo el trabajo de la scparoción que se reprc-
efccto dt· rcolidad demasiado grande que pudll'nt 1>erlurbar ~enta. ese corle concierne tant.o a la modrc como a l hijo.
·"º' propias a~oci:mones. Le digo al ohn•ro qut• tengo que Paul-~tnriccstá por"matar" a la madreen el plano simbólico
denunciado u la policía, debe ser castigado puesto qut• ha sustray<'ndo~e a ese lugar de obJelo de gozo que ella le
robado. l'aul-Maríc, el obrero ladrón, se drficnde con \•ehe- asignó. El sabe que la separación hace que sr cnfcnne, sabe
m1·n<'in: ":-lo t'' justo, no e~ más que un poco dt• rohre para que la "ginrrnlogista" la apoya en e~a inslnncm de renuncia.
cacrrolas" <c1mti1111a tratando de 111stificar su lll'iol. En un En cunnlo a él, sabe que la analista y el pndrc le dan luz

172 173
vcrdP para liberarse de <'Sa Lulcln. Yn no quiere ser un objeto Novena entrevista
precioso, mutis por el foro los rubfosy lasesmcraldasyahora
mutis por el foro Ja pntrono de las caccrola11. Al final de la Volveré a ver a Pau l-Muric y a su fumiliu después de las
sesión asistimos a unu t'sce11a do11de M' )1111/an La pufaión vacaciones de vernno, es decir, t rc:< meses después de la
mortífera y lapulsiór1~cx11aL, mula u la dueiu\ atravesándola última sesión. Todos ci;hin b1<'n. "Y11 no existe el eczema, ya
con su falo imaginario. t•He "cuchillo mub'ÍCo que se alza muy no se necesitan las pomada~. el recomienzo de las clases ha
erguido". sido bueno". La señoru P. clira nqucl día <'sta írase por lo
Más adelante volver<' sobre esos significantes maesi.ros menos desacostumbrada en lo padres: "Tenemos miedo de
que jalonan la cura: no reclaman interpretación: el niño que él [Paul-1\luric J e~lé demasiado ad<'lanlado". En efecto,
sabe que son enlPndidos :;in que sea necesario aportar una los padre:; preferirían que rcpiliC'ra, CO!'n que desaconsejan los
puesta a punto. Sabe. por <'jemplo, qu<' hablar de piedras docentes.
preciosas con la analista cambia el cur;;o de las cosas: "eso
puede llevar lejos". Al a11"ed1r a la dueirn no sabe-aunque lo Ses1<in de Paul-Marie
sabe- que penetra el cuerpo de la madre y quP la mala. Pnul-l>larie dibuja una mariposa marrón <dibujo n• 7> con
Prosigue un trabajo subterninC'o dt'I que no se tiene concien- alas multicolores: l1rne cu1dndo de qu<' lo~ color<'s alternen
cia más qu<' a lravc'~ del C<imbio de po~ición subjetiva del de manera que ambas alas sean parecidas. Veamos lo que
paciente. Subsumimos ese rracomodnmll'nlo inconsciente a dijo: "Es una mari¡>0sa, yo la ÍIW«nlé, dC' ht'cho estaba
través de la mO\'llización y de nuevas ufcclnciones de los 1m•entada, los dos lados no ~on iguale,; (a/ co11trariodc /oque
significantes m;ie~lros Cmo,•ílldad quC' falta t•n el débil), parec1a querer dibu.1or), 11 la izquiC'rdn sN·in un macho, a la
significantes que ~e deslizan cn hiHtoria,. di forent.cs en cada derecha, una hcmhru, pero tnmbién podrnl R<'r una maripo·
!'lesión. Lo~ hongoH, por ejemplo, asocwdos <>n una primera
etapa a un peligro de c11Vl'nC'namicnto y u In piel del eczema-
loso, recuperan en dctcrminudo momento rl Rl'ntido corrien-
t.c cuando nos dice inkre~nr·sc en !<U clusificación o en su
recolección en los boHqucs con la primiLn. Parece entonces

..
r•.,
que la aaociacion hongo-enform<•dad-c1woncnnmicnto-ma-
terno cshl reprim ida y que e l tii¡¡nilicnntc "hongo" se libera
de la angustia que le cslú llKOCia<ln y recobm en el discurso
Verde

.,: 6 ... •r:• •~. ~ · .


. .... . ..
•.•· " e..~ - l{n¡n

... .. -....
. -- ...,' ..
la función sign ificante surgidu do In polisemia. El bloqueo
,,,. '
significante es muy importante y patógeno en el psicótico y
en el dcbi l (cfr. Lydiu).
Otro reucomodumicnto f'undamcnlul tiene que ver con el
'·.
·,
·\. . \
\~ ~
;
.
objcto"m1rad;i", que determinó e l síntoma. Seremos testigos •••.
\
~ ··,,I ,,
de su rnversi<in: el SUJelo pusarll de ·.~er 1111radu, ele ser visto, • I
de ser cunlemplado" a "1•1•r" en el otro el objeto de su deseo. A111I
El objeto precioso ya no se 1•11cun1lra 1•11 t'/, o ya no es él; a
partir de e11to11c1·.~ /u vera en el cuerpo c/r/ 11tm 1<exo.

1í4 175
sa macho con las dos alas 1gunlcsouna mariposa hembra con determinado momento Pau l-Marie dijo "ridículas"). Con In
las dos alas igua les, o también una mariposa bastarda, analista, el niño se encuentra en una posición singular: el
mitad uno, mitad lo otro" adulto que tiene frente a s1 no es un cducndor: no le dice haz
A.C.: ¿Puede existir algo asi? esto o aquello, sé de esta o de uquella manera, no le exige
P.-M.: No, serian dos que se acoplarían, por ejemplo nada, no lo juzga. Por otra porte, ella tampoco fom1a parte
cuando están por Jugar o para d1g('nr ... eso da algo sin sexo de la familia ni de los allegndos, por lo tanto no puede haber
determmado. Si uno fuera un feto se podría elegir, pero no chantaje afectivo. Freud re~umió esa posición al hablar de
se puede. Podrm hacer•e. ¡><'ro no se hace. "neutralidad acogedora". El nir\o descubre al cabo de los
Luego me hablará de las vacaciones, cuando vio muchas encuentros a alguien que lo escucha y trata de entender lo
mariposas en el campo. que él dice más allá de lus palabrM, a los efectos de darle la
posibilidad de descubrir por 1>1 mismo t¡mén es, para sí
Coml!nlar1os mismo y para los demás. Frente a esa libertad de palabra, el
Esa secuencia nos muestra con qué libertad un mño puede analista se sumerge entonces en un mundo de Ju infancia
expresar sus fantasías; de•de el comienzo nos advierte que muy alejado de ese paru1so que el odulto conserva en la
eso es inventado: esa mariposa es fruto de su imagim1ción. A memoria, mundo paradójico poblado por Sl'res prehistóricos
partir de las alas de la mariposa se pregunta acerca de su elos que estaban alh mucho antes de nueslrn propia histo-
identidad sexual: lo vemos perplejo y en duda. ¿Quién es? rial, simultancamenle grandes saurios amables y lut.elares
¿De que lado se sitúa; macho o hembra, un poco de ambos, <dibujo n" 6 ) y monMruos cspanlo~os que pueden tragarnos
bastardo? ¿No podria halx:r un ~exo indeterminado al co- de un solo bocado, destruirnos con la mirnda penetranle,
mienzo, desde el acoplamiento? Y el feto, ¡,por qué no podría asfixiarnos con su amor o hacernos desaparecer por indife-
elegir su sexo'/ La sola n•uhdad de todo eso es el acoplamien- rencia. ¿Cómo sobrevivir'/ ¿Como dcfonder~e de esos gigan-
to, pues ante mi pregunta sobrr esas l'Xtrañas mariposas tes? Cada cual tratará de l'ncontrar su propia l'scapatoria:
•¿Puede existir algo asir (deba haber recordado lo que me había uno se hará más crul•I qu<' su pC'rst•guidora <Brian), olro
dicho al comienzo: "la inventé''¡, Paul-Marie responde: "No". Lo renunciará u ser 1ntcligcnlc (Lydial, el tercero dcjarü una
que no es inventado es que huy dos que se han acoplado, por parte de la piel en la empresa (Paul-Mnrie)
ejemplo, para jugar o puro digerir. Se' trnta de curiosas imáge-
nes de escenas primitivas: se hn~-c el umor mientras se pelea o
mienlms se dibricrc {!). 'l'al vez eRto tenga algo <1ue ver con ese Décima entrevista
juego de las peleas en ln cumn con e l padre, con los golpes que
intercambian "puru rcirnos" y que dice> no apreciar. Otro La señora P. me dice que todo marcha bien: "BI estti más
elemento puede intervenir en e11c funtnsma, donde el feto cómodo, todos estamos más cómodos"
podría o no elegir e l s<'xo: su nombre, elegido por los padres, Desde las primeras cnlrevistus puse en guardia a los
es doble, mocho y hembra, Puu l y Murie (11u madre se llama padres contra una interrupción prematura de la terapia; el
Marie-Thérése). Se lo recordaré ni final de la sesión. síntoma que ha desaporccido purde reapnrccer bajo otra
~::; raro que un mno sr confíe tan libremente con un forma si no hay t>volución de la estructura <lcl sujeto. Por
adulto; casi siempre cxistl' un cif.'rto pudor, el temor a lilx:rar otra parte, el dcrmutólogo los habia mformado acerca de
lo que tiene de müs intimo. la verguenzu y el miedo a que se esa posibilidad: el asma podia rcemplaz::ir, por ejemplo. al
burlen de él, pues In• historias qm• anventa son "tontas" (en eczema.

176 177
Ses1ó11 ele Paul-Marze la realidad; olvidó ( reprirníó) los hongos venl'nosos y los que
Ese dia llegu con una escultura de yeso de unos diez centíme· p·1rasitun en su piel !eczema).
tros de altura que fabricó él mismo. Es hueca y tiene lu forma
de un fantasma con agujeros en el lugar de los ojos. En el Comentarios
interior colocó una bombilla eléctrica que enci!!ndc y apaga Puul-:0.larie ilu~lra aquí de manera pasmosa el imperio de la
sucesivamente; la luz brota por los agujeros de las órbitas de mirada materna: el fantasma de la dama blanca C's{os{ores-
los ojos, lo que produce un efecto impresionante (vuelvo a ,.,.n/e y su mirada, al mismo tiempo vacía y cegadora, evoca
pensar <'n su intento de arrancarse los ojos>. Pura la fabrica· las señales luminosas de los faros al borde del mar. Luego las
ción de ese objeto se inspiró en un libro, U11a nocht> t>ll el cosas oscilan, los papeles se invierten, el fantasma <'S él, un
castillo'"º" la clama blanca. Imposible ilustrar mejor lo lant.asma que se pone a correr detrás de las fantusmilas
extrailo de la mirada de esa dama-madre. ~;1 mismo dibuja glotonas, los u trapa y las acomete con el cuchillo mágico. Es
con cuidado e l fanlusmu en yeso (dibujo n" 8>. pues debe su propia mirudn, con sus flashes, la que seducirá u las
temer que yo no lo reproduzca lo suficienkmt•nlo bien. fantnsmi Lus y <'Sil misma mirada será la que rcvclu rá en
Cuenta: "Es un fantasma que corre tras lus fontnsmilas Piias el objeto precioso, promesa de goce sexual gmcias a l
glotonas, lrn; atrapa y las acomete con el cuchillo mágico". cuchi llo mágico.
Agreg:i: "De noche lo miro desde lu cama; (el funtusnlt\I se Volver(• m:\s udelante sobre el papel decisivo que dcscm-
vuelve totulmente fosforescente". peüó la mirada materna en la aparición del eczema La cura
Es!' d1:i volv!'rá :i hablar de hongos. pero esta vez de los de Ju afección di' la piel va a la par con el corte qm• '<' t'SlahlC'ce
que recogió durante el verano en los bo,;ques con la prima, entre la madre y el gracias, en parte, a la renuncia de esa
hermosascC'pas de Bordeaux. mízcalos. Nos encontramos en madre n Vl'r t'n el hijo su objeto pulsional. ohJctO c~cncial·
1 mcnlc e,l,ípico. Luego \'iene el trayecto de la •ep<tración del
objeto "minida~ que se despega del Otro materno y del que el
·mjeto se rea propia: ahora es él quien se encuentra por entero
en esa m1radu que hrot.a de las órbitas, llamado luminoro
hacia el otro, mit•nlrus el cuerpo permanece inform<', con
cxcepc1on de ese bmzo fálico que sale de la cobcrturn del
fantasma. Solrunentc la visión de las fantMmitns puede
hacer ~urgir ni deseo: e l fantasma no muc8Lra nndu excepto
la mirado y c•I fic•xo. Paul-Maric pasn así progresiv11mcnte de
'"ser mirado", con Ju angustia de ser aniquilado por la pose-
sividad de cs;1 mirada, a "mirar", con la promrHH de a lcanzar
al otro y gowr d<' él. Sale de la posición de objeto y <'n un
movimiento de "reversión de la pulsión" se apropia de ese
objeto, la mirada.y hace de él Ja causa des u deseo. Si el sujeto
no es perverso, C'I objeto se borra, se lo reencuentra ''ciado en
los fantasmas, el goce no sigue siendo de orden pulsional,
sino que se inscribe en la problematica fálica a través del
encuentro amoroso.

17R 179
/f111/fr1111a r11lr<'l'Ísla caballo, CRO puede producir alergias". Sigue un relato en el
<¡ur "los alimentos son envenenados. pero la policía rstñ en
La señora I'. me señala que Paul-l\tarie exp<'rimentó una huelga. los bomberos también. entonces no Fe puede verifi-
gran t"Ontrariednd y que esto le hizo salir algunas placas de car nad:.t, ¡ya no se puede comer nada!".
eczema. Al despedimos, el padre me dice que Paul-Mnrie le da
clases sobre hongos; le digo entonces: "¿Todavía no lo ha
Se.wón de Paul-Marie enwnrnndo con la amanita faloide?" Los dos ,;u!'ltan la
Hoy empl<'arri <'I modelado a manera de un dibujo animado, carcajada . "¡Todav1a no!", dice el padre
con obJt•to~ y p<>rsonajes que rápidamente cambian d<> forma En las scs1om•A siguientes, observo una cvolucion d<' l'nul·
y funcion Vio una peltcula en la televisión en lu quc"e l héroe 1\larie a trnvés de su discurso: me habla más de RU vida, de
X.OR combate a los monstruos que quieren atacar". Con los pcrsnna.1M de su historia familiar, ahue lo.i, primos,
gran dcfitrczu buce u n volcán , luego una a monita mal.amos- primas, del lugar de origen de las familias, comenta las
cas; un S<'gundo volci\n, pegado al pnml'ro, Re tranRform nr á noLicittij qul' IN• cm el diario y me cuenta ,;us lcd11rn11. Luego
en gc·nwlos (Kiemprc la miradal;el todo, aplastado y corlado, en un momento dado se detiene, vuelve a tomnr In pasta
se conv1t•rtc <'ll rodajas de salchichón qur él sazona con la de moddar o los llipices y prosigue con •ti• n•l:\lM, dC'l
amanita matamoscas; las rodajas se apilan y luego eso se mismo modo en que un paciente adullo podria ponc·r~c a
con vierte en u na hola. "¡Todo eso a partir de un volcán!"', dice. con lar un Nu<•no Se puede captar aqui Ju co<'Xl't<•ncín df' los
Luego. sobre In bola practicará "hendiduras superpuestas, dos órdt•ncs dd discurso ~I proceso primario y el proceso
las hendiduras también se encuentran en el int<'rior, se "ecundano-, unod<'<'llos impregnado por toda la problemática
pegan y sC' d!'spcgan. sale una p<'qUl'r'la s!'rp1enle". La ínconsc1cntt" d otro sur¡?Ído del lengu:.tjc de comunicncion. que
historia t•s confusa. todos los componentes se mezclan, el apela a la ló¡.,'lca y a l:.t razón. Las sesionl'.s son cada vez más
volctin traga In :.tmnnita que envenena ni but>n hombre que t"Orl:1s; sit•nlt• quf' rl final del psicoanálisis est;i cercano.
comió <'I s;\lch1chón, que ahora se ha convertido en morcill a, Sólo hablaré aqu1 de algunos momentos dave de las
ele. El cuchillo mágico estuvo muy act1vodurant<' t.odascsas ultimas cim·o ~csioncs. Allí se ve cómo las construt·c1ones
trnnsformacioncs. Paul-M:.trie se preocupa mucho en hacer imaginam1N se hacen y se deshacen a partir di! elementos
y deshacer esas hendiduras de donde surge In pequeña recurrcnlrR qut> ya conocemos. Los argumentos N<' c·nriqu()-
serpi<'nlr. Al final palmotea a l cuchill o felic1tú ndolo por sus cen al cabo de los aprendizajes y de las cxpt•rícnc111s de la
acciones. vidtt. Pau l-Maric no tiene bloqueo psicológico <inh1b1ción
intelcctuol), lo que le da grandes posibilidnd<'s creadoras Y
le pcrrnitc nmpl iar su campo de conocimiento:;; In curiosidad
Duodfrmw 1•11/rr1•ista intelectual es lo qu<' mas lo camctcriza. Por ejemplo, los
obJelos consl1lull\"OS de sus pulsiones y fantasmas pueden
Sc.mín cfo Paul-Marie ser retomados, incorporados en cstruclur;u; yoicas, yo, ideal
Rl.'toma los mismos temas. excepto que esa vez <'S <'I carnice- del yo . Al respecto st• podria habl:.trdes11b/1mac11111. proceso
ro quien corla la carne: "Corta los animales en dos, es linda que a menudo demor:.t en producirse duranl!! las cur:.t~ de
la parte de adentro". Este carnicero importa perros: "En nino< Por ejC'mplo, el objeto oral que hemos visto en los
China comrn prrro~. hace bifes con ellos y los cnvcnc•n:.t para fantasmas vinculados con la dcvoración v ron el alimento
que los ladrones se enfermen... a mi no me gusta la carne de envenenado nll'lve a encontrarse actualizado cuando cocino

lkO 181
con el padre o cuando alimenta a la madre con los pasteles
que él mismo hace. Pero no se detiene allt, su perspectiva se
amplia con los conocimientos culinarios, lec recelas, me .'\
habla de ellas durante la sesión. Llegará a esa bonita
reflexión que puede satisfacer a un psico:inalisla: "Leo ..
muchos de ellos [los libros de cocina], sobre todo por las
'..... '
palabra~"
En esas ultimas sesiones, Paul-Mnrie multiplica las pues-
tas en escena de los fantasmas sexuales. Un día fabrica
personajes en posta de modelar," todos ellos con mnlforma-
'
-
• Rnjn
_.....,..., ____ -
-
ciones, porque ban sido desbaratados por una prensa hi-
dráulica". Cortn uno de ellos en dos partes e inserta en el
interior un lúpiz rojo, lo cierra y lo abre de nuevo pare extreer
el lápiz, luego termina por hundir el lápiz en e l lugar del sexo.
-
, ~' A
Comentarios Vt'l'th..· ,,, \\ 1\ \.,
Siempre C'SC cuestiona miento sobr<' C'I SC'xo: ¿el sexo femcni-
n? es una henda?, ¿una malformación? Desput's de abrir el
..
vientre, de poner cl lapiz en el interior y cerrarlo <¿qué hay "Ese ObJelo central ·a", en tanto que está no Rólo i<cpnrado,
d~n.trodC'I cuerpo femenino?, ¿un pene?, ¿un nirio?), hunde el smo elidido, Ricmpre se encuentra en olra parle difer<'nlc de
lap1z l•n el lugar del sexo del personaJe femenino, que modeló aquella en h1 que el deseo lo sosliene pero, sm cmhar¡:o, en
con lns piernas separadas. profunda relación con él. Este carácter dcchsión en ninguna
No intervengo en ese tipo de exploración de los fontasmas otra parle se encuentra más menifiesto que a niwl del ojo,
sexual<'R: p1cn~o que sería una intrusión en la mllm1dod del y por eso el SOMtén más satisfactorio de lo función del deseo,
sujeto, no tengo que llevar el discurso a una rC'al1dad det.cr- el fantasma, estó siempre marcedo por un parentesco con los
minada. Si bien algunas intervenciones, on Ju cscuclno en le modelos visuales".
familia, cst6.n orientadas a aportar informaciones acerca de En una de las ultimas sesiones, Paul-Maric dibuja (dibujo
ln nnatomfo y la fisiología sexuales, no ocunc lo mismo con n'' 9) l!na tela rana mullicolor, con la ara1in c•n el centro de la
el analista, que debe respetar el curso de laR nRociucionesdcl tela. Esl~ fue su comentario: "Volcamos pintura, :iunquc no
joven paciente en búsqueda de su identidad sexual, sobre a prop6s1lo, sobre Ja tela, los colorantes se conv1rlicron en
todo cuando se trata -como en este caRo- do lu expresión escarcha y los colores hacen una decoración. En<' 1medio hay
fanlasmalica. Además. sebemos que esas producciones ima- una aro1\o que no tiene pelos, los ha perdido".
ginarias <'n tomo al objeto "a", oral, anal, e~cópico, serán
borradas, reprimidas; son la piedra fundamental en la A.C.. ¿Por qué?
construcción de un sujeto, el sujeto del mconsc1C'nle. Veamos P.-M .. Porque est.1 mudando. Espero que lo gcntC' pase y
lo que Lncan nos dice en el seminario sobre lA angu.~tia:2 vuelque algunas gotas de colorante para continuar con la tela,
ella lo necesita... utiliza esa aguo con colorantes ¡mra hacer
2
L'lc.nn ...'Yn111u11rf", Libro X. L'angoisl;.f; no public.,do. not.ao; ~nonales. pegamento y ntrnp;ir los insectos que vient:'n y quedan pegados.

11!2 183
Esn historia podria ser una parabola. La urañn está p<>r
mudar, del mismo modo que él cambia dta tras d1a. Necesita
gente que le aporte con qué construir la tela, llegara a hacer
algo hermoso Uo< colores escarchados forman la dn·oración) Rojo
y al mismo tiempo eso le permite alimcntnrsl', ya que al Anunllo 1\1111
·~1/ \
e r
transformar el a1,'Ua en pegamento puede atrnpar insectos, .!

Vemos cómo los colores del \'Olcán se tninsforman en colores


de alfombrn y en colores de la casa de la armia. L:1 construc·
í ..,1 :. @b~t~
.. , "~· .-.t~i¿p
~~
c1on s<• han' gracias a elementos exteriores que la gente lt•
proporciona, aunquesm hacerlo a propüsito, grntuitamentc. \
se podri11 dt'cir. ¿No es ésta una rc¡>rescntuci<in de lo8
cambios humanos? .. _l
En In drc1moscxln sesión (habrá d1cc1s1clcl, Pnu l-MariC'
retoma la hiKLoria del cuchillo y de la bolu que hace en
modC'lado: "~;1 cuchillo hiere profundumcnlc lu bola, que, sin
cmhnr¡¡o, i;c resiste", dice. Luego fabrica lo que <•1 llama un 1ll
"pene hueco", t•spt'cie de cañilo t'n el que hunde t•l cuchillo:
"El pt·m· hm·t·o es atravesado por el cuchillo. cs lan por se desalienta" (!l. Vemos en esas dos secuencius que los
luchar, olrn vez el cuchillo se loma In re\'ancha". l..<• sigue un mnlerialcs empicados en Jos fantasmas Cfanlawwsl son
baile di• Jo:•lla del cuchillo. mientras Paul-;\lane abre y cierra tomados dl• la rt'alidad: lecturas, tele\':isión, cinc, cosas
la boca profiriendo ;ay'. ¡ay! Le pregunto qué- ~ígnífican esos \'l!'tas . El tfrmino"glotón", por ejemplo, tienequt• \'t'rcon las
ayes . ~IC' <"ut•nta una historia de gladiadores <¡ue luchan "t·nzima~ glotonas" que. en esa epoca, formaban parte del
mientras ~ntan ¡ay' ¡ay!, abriendo y cerrando la hoca. "Al discurso 'obre la fabricación de productos de limpieza.
final gana <'I rnch1llo", insisl~ en aclararme s~nalamo:< una vez más el caraclcr bisexual de loH fantas-
Paul-l\laric dibujará a continuactón ldihuJO n" 10) una mas ~cxualcs: Paul-Maric puede situarse aqu1 en todos los
"bola umnrillu con un ojo, que se lrn¡¡u u los fantasmas lugares, como en toda expresión fantasmallcu CJ<'rC'ud decia
gloLonc8 ... Esos fantasmas pueden comer la hola Ri lo dcsin- tic lo!< niños que eran "perversos polimorfos", y en rea lidad
íl:rn; s 1, l'n cambio, es la bola laque 8elo8comc. no l1•11quedan lo somos todos en nuestros fantasmas}. Vemos cómo cvolu·
m1ls que los ojos ... entonces irán a caRa de l Jl'ÍC pnrn conse- ~ 1onu un le nuestra mirada la problemática sexual de un niño
guir olrOR trajl'S de fantasma. .. n proceso de convertirse en adult..o. "El objeto 'u' es aHcxuu-
A .C · En t'Ra historia, ¿quién serios tú'! c\11'' Cen este cu~o. Ja mirada) decía siemprr 1.ncnn; nquí
P ·M Yo sc•ria la bola que se come a los fonta~mns, la bola tenemos la dl'mostración. Se podría pensar que la bola
es de ~l'XO musl'lllino. tragadoru dt' fantasmas es hembra; ahora bien, Paul-Marie
En el primer relato. el acto sexual csló figurndo por el nos dice que esa bola es de sexo masculino, puede desinílarse
cuchillo fülico y la bolu femenina, Juego por el cuchillo y el pene •como una muJer que da a luz o como un pene que va
hueco lc·s po~iblc encontrar esas reprc~cntaciones en nume- perdiendo la erección ). En cuanto a los fantasmas, ~e los
rosos fantnsmns en el adulto >. El acto es cnlilirado como vueh'c a encontrar, con sus ojos enormes ysu capacidad para
lucha. disputa , revancha: "La bola profundam<'nl<' h<'rida no sobrevivir unicamenlc con ojos; ¡bastara con que \'ttyan a

ll!-1 185
buscar olro lrnje de fantasma a casa del jefe! El objeto muy cómodo y parece feliz por reencontrar <'SC luga~ que
mirada se encuentra aquí escindido, totalmente indepen- frecuentó hace algunos años: mira si los cuadros siguen
diente antes de reencontrar su vestimenta en la pulsión, el estando en el mismo sitio, me pregunta dónde estú la habi-
fantasma, el síntoma, el deseo. tación en la que modelaba. Todo eso es un pasado cumplido,
Con su humor habitual, Paul-Marie me dirá en la última aunque presente en algun rincón de su memoria, de ahora en
sesión: "Mi hámstcr necesitaría un psiquiatra, no para de más sólo cuenta su porvenir.
morder lo~ barrotes, me pregunto por qué" Nos reímos
juntos y le respondi: "Ahora te toca averiguarlo a tí".

Volveré n ver a Paul-Marie algunos años después. Estaba El fenómeno psicosomático <FPS)
terminando los estudios secundarios y vino a "hablarme de
su porvenir"; lo acompañaba la madre. Todavía sigue.lamen-
tando que no haya repetido: "Bien le vendría resp1r~r un Todos concuerdan en reconocer la dificultad de accrc11mien-
poco", die<', como si sus capacidades intclecluulcs pudieran to que prrs!'ntnn las enfermedades psicosomátí.ca~. La pre-
cansarlo Sin embargo, se siente orgullosa de que sus estu- gunta que se plantea a propósito de ellas, ¿no cornc1~c con e l
dios hayan sido brillantes; ha ganado concursos y "fue etenio cueRlíonumicnto del ser humano sobre si mismo: e l
recibido por el prefecto y por el Consejo General" Se> queja de hombre está formado por un cuerpo o por un alma?, ¿e>s carne
que no se integra del todo bien con los compañeros de clase. o espíritu·>, ;,psique y/o soma? Por su parte, al cuerpo médico
Siempre esa separación entre él y los jóvenes de su edad. le importa poco esta dicotomia; ha optado por el soma, srn
Esto no part'Ce molestar a Paul-Marie, que llene buenos mayores problemas. Muchos médicos continuan separando
amigos con lo:; que hace música. las enfermedades "verdaderas" de las perturbaciones "fun-
Cuando lo veo a solas, me dice que para él todo marcha cionales", quC' constituyen entre el 50 y el 75"< de la chC'ntela
bien: de tanto en tanto le aparecen algunas placas de eczema de los médicos clrn1cos. Las enfermedades calificadas como
que desaparecen sin tratanúento; ocurre en los momentos de "funcionales" multiplican las consultas, repiten los cxumc-
exñmen<'s, por ejemplo. Vacila acerca de su orientación, pues nes biológicos, radiológicos y de otras especies, cuyos rcsul·
son mucht1s lus cosas que lo apasionan. uva no son los tados demuestran In normalidad: "Usted no tiene rrodrr-rlice
volcancR o los dinosaurios", dice sonriendo, "sino más bien la el médico-, todo está normal, debe de ser nervío~m". Ese
biología"· lo brustará investigar sobre enfermedades o sobre delicado "despido del paciente", vivido como una negación. de
plantas: 'Re veda muy bien "como jefo de laboralorio.. en su enfermedad, agrnva sus trastornos, degrnda la relación
medio de probetns". fü)aJjzó una pasantía en el laboratorio de médíco-pucíentc, e l pacienle busca otro médico que sepa
una <'mpresa; le gustó. Hizo, además, una pasa_nt1~ en la entenderlo y encontrar el origen de la enfermedad, vuelven
redacción de un diario; también le gustaría ser period1st.a. Es a hacerse los mismos estudios, la historia clíni<'a numcnt.u de
como esos niño¡¡ dotados en los que la opción por una carrera espesor hasta el momento en que pueda comenzar otro
result.a tanto más difícil puesto que todas las posibilidades acercamiento a la enfermedad. "Usted debcria consultar a
se abren ante ellos y pueden elegir tan solo una. un psicólogo", dice el médico, quien considera esas manifes-
No hablará de su terapia conmigo ni me pedirá ver su taciones (histéricas, piensa) con cierta condescendencia. El
historia; srn embargo, tengo la impresión -y él también sin conseJO raramente es aceptado, porque ante lodo es percibido
duda- de que nos hubiéramos visto el dia anterior. Se siente como que el médico está rechazándolo.

186 187
Esa clnse de paciente presenta vanadas patologías: dolo- Ln his teria
res de espalda, trastornos digestivos. espasmofilia que se
camufla como una supuesta dC'licit>ncin de calcio, malesta-
res, ciertos estados deprcsl\·os, etc. De hecho, estos trastor- No abordare aqu1 la cuestión de la histeria en general. El
nos surgen de una patolog1a neurótica, In neurosis histérica. "discurso del hislcnco" da cuenta de acuerdos que un sujeto
Freud nos ha proporcionado hermosos descripciones de la trata de encontrar con su dc·sec>; ~<'gi1int siendo el punto de
histeria de ('Olll'~rsion: la tos, la s p:rnilisis dr «us pacientes. partida del descubrimiento del psiconnálisis¡,'T'acias a F1·eud,
que desaparl.'caan cuando rl les rc\'elnba la causa. Las quien supo entender h1 palabra cle sus pncientes. Se podría
manifc;;taciones de la neurosis han evolucionado en función c~tablecer una lnrgn lista de los manifestaciones encontra-
del discurso común sohr<' la t•nformedad, discurso que refle- das: trastornos de la pcr~onulídnd, manaf<'staciones del ca-
ja la C\'Oluc1ón del discurso médico. ¿Quién se atrevería hoy, rácter, insatisfacción, rei\'indicación. trastornos sexuales,
en nuestra cultura occ1dc>ntal, a hact'r esas grandes crisis etc. Aqm sólo nos intcre"ará la <·xpresión corporal de esa
epileptiformc$, al modo de Charcot? Han aparecido otras 11eurosis. a saber. los fenómenos de 1·0111·t>rs1ó11.
patologías en función de lo,; progre"º' de In medicina, donde EJ cuerpo del hi><térico es k•nguaje. hnbh1, es un cuerpo
el saber sobre el cuerpo es cada vez más técnico y des- atrapado en lo imaginario. corresponde u la "puesta en
subjetivizado. Por otrn parte, la concepción de la medicina escena" de un conflicto p~1qu1co y apelan In interpretación.
psicosomática ha evolucionado y ahora se admite que vaya Las "hermosas histéncas" de Freud expresaban mediante la
más allá de los "lrast-0rnos funcionalesº: muchos enfermos parálisis de sus miembros. sus anestesias parci3les, su tos,
psícosomaticos presentan ufoccicmt>s ROmáticas graves. con una problemat1ca ~1mbólicn que ofr<•c1an para el descifra-
enfermedadrR que ant<'!I no se pcnR<tba que pudieran surgir miento del medico neurólogo, en la que Frcud descubría un
de causas al miHmo llcmpu ps1q111rn!I y Mm;\llcn!<. La lista es significado sexual La intcrprctuc16n que (•! planteaba. a
larga; veamos algunas: lu úlcrm gástrica, el hipcrliroidis- menudo hacia desapnn·r~a t•I santomn. Todas esas mumfcs-
mo, lo h1pertt'nsión csenrn1l, t•I asma, la reincidencia de taciones son puestas <'11 rscc11a dl'l c/1•sco y li<'n<'n un signifi-
ciertas clases de cáncer, ele. En eHos casos, los mecanismos cado simbólico inconsciente, ya que el conflicto inconsciente
neuróticos no pueden Hl'r cu!'stionridos en exclusividad, por adopta entonces In fornm de unu ex¡>rcsión corporal. Es en
más que puedan existir; 11pnn•ct•n olrus hipótesis etiológi- esa perspectiva quc se puedo hablar de síntoma en e l sentido
cas. Sobrl' lodo lus irw<•Ktigncionl's en inmunología y el freudürno, es decir, una formación dd inconsciente con
avance de lus nl'urocicncins obren pcrspecLivus interesan- represión y regreso de lo r<'primido n través de la somnLiza-
tes acerca <lcl vínculo psiquc·Homa Rin rmhnrgo, la dicoto- ción-convcrsión.
mía entre tH'uros111 y rnfcrnl<'dnd psicosomática sigue sien- No ocurre lo mismo con el LraAtorno psicosomático, que se
do intcrcsuntc en el plano clinico. con In condición de no ¡>resenta como al'cccaón orgtlnica en estado hrulo, sin vincu-
perder de vistn que c'.t1slC' 111111 m11sla111~ <'11 el orige11 de todos lación aparente con unu orgnn1znción n<'urótica subyacente.
esos tra.~trmws, tonto hrnlc;rre<>s como p.,icosomálicos: los No se la puede vincu lar con In problcmdl1ca del deseo, carece
procesos neuroqu11111cc>s lflll' rigen los 111tercambios entre el de significado metufonco. Es el 1<1g110 de un sufrimiento y de
~istema 11eri1io.,o t·enlral y 1•l fwuwnomienlo dp/ cuerpo son una angustia imposible de cxpreMr Sa se habla de "signo"
siempre los m1snws, la ",,omaliznt·1á1J" siempre toma los es porque las afecciones psaco~omáticas no se mscnbcn en
rn.1snios caniino.'i. una red significante; no entran en la cadena del discurso
como el trastorno hastérk'O. Los pi;icoanalistas prefieren

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hablar defenó1111·110 psicosomático cFPS> antes que de sint1,. clc'<cripción de los trastornos, a los tratamientos realizados,
ma, marcando ª"¡que ese modo de afl'cción corporal pucdl• 11 , que ella piensa que son las causas desencadenantes,
('ncontrarse en diversas estructuras, tanto en la neurosí11 trustrnciones, fracasos sentiment.alcs, separaciones, etc. Será
obsesiva, la fobia, como en la psicosis. En ciertos estados d<' a través de los sueño~ que esa paciente descubrirá lo que
delirio del adulto, n veces se ve altem;u el delirio con una puede ser el imperio de la muerte en su vida. Un sueño
C'nfcrmedad psicosomática. f11nclante hará surgir <'n ella toda una prnblemática incons-
A veces resulta difícil establrcer In clif<'rcncia enlrt> unn ' "'ntc en torno a la muerte. Sueña con unn caja de zapatos,
nfocc1ón psicosomática y una manifestación histérica, ya lo que la llevará a los orígenes de su ex1~lenc1a. Nacida entre
que la frontera entre ambas no siempre es evidente. t:;I FPS rl ~··x to y el séptimo me~ de embarazo, un vecino la lleva al
del niño, por ejemplo, no parece pertenecer a una organiza- 1"•sp1tal en una caja <le zapatos. Los padres viven en un
ción fijada, y una enfermedad psicoiiomática puede desapa- pueblo aislado en la montaña y es el séptimo embarazo de la
recer rápidamente con el análisis, como si se tratara de un madre. Los otros seis n ulos, también prematuros, murieron;
fenómeno histérico. De la misma mnncra, adultos nfcctndos l'llH será la ún ica que <'Scapará. Si a eso se agrega un padre
por graves enfermedades psicosom1Hicas pueden hacer un viol<'nto, fabricante de lapidas, una madre que comparte la
análisis clásico y v<'r cómo desaparecen sus lesiones somáti- vida del marido en el CC'mcnterio,con In preciosa hija siempre
cas, lo que durante mucho tiempo fue puesto en duda. Hoy ya 11 ~u Indo, y muchos otros elementos en los que la fascinación
no se trata de definir la somatización en termino:; de "c:ircn- dr la muerte se encuentro omnipresente, pucdecomprendcr-
c1a ",como hacen ciertos autores-Marty, l\1'Usan, David, por quc el trabajo 11nalil1ro sea doloroso e 1mphque riesgos. En
ejcmpl~. cart'nrm "mental", "pcnsam1<'nto operativo", "aplas- l'SHR zonas donde reina In pulsión de muerte siempre es
tamiento del fontnsma", "matcriol sin valor etiológico", ya posihle una acción que• podría concrelarso por un agrava-
que la terapia S<' conviorte sólo f'n una "acción de ac01npni\a- miento <le la enfcrnwdr.1d El análisis prosiguió y la enfcrmo-
m1cnlo". Si bien e l enfoque de los pncicntcs psicosomalicos dad se estabilizó. Ln sri\oraX. seguramente nunca sabrá por
cambió, sigue siendo cierto que l'I mrdico debe armar!'<' de c¡u(• destruye su tiroides, pero lo asociará en tomo a csu
paciencia, pues sólo después de un tiempo de latencia y mut'rte que la perfora, cuya fascinación y goce abandonará
preparación el paciente puede sahr de In fijación a su CU<'rpo 11 ~us progenitores, para, por su parte, optar por la \•ida
enfermo y permitir~<' finalmente un n•greso a su hislcma y Sea cual fuere In estructura del sujeto en el que aparece un
no atenerse a la historia de su enfrrmcdad. Deja de pensar Fl'S, se trate de neurosis, psicosis o perversión, el fenómeno
que moralmente no por nada se encuentra con u.na cnforme- siempre conservo su misterio y cxlnli\cza. El salto dl' In
<lad que cree provocada por a lgún c•l!'mcnto e>.-terior, hrrcn- psique al soma fue durnnlc mucho tiempo un enigma poro
cia, intoxicación, virus, cte. In medicina: las invc~tigacioncs en inmunología y los avnn-
Para ilustrar l'Stn cuestión citaré rl caso de una paci<'nte ccs de las neuroc1enc1os seguramente dc8correrán alguna
afectada por una enfermedad autoinmune grave, que me parte del velo. Que un eczema rebelde o un asma grave
había sido derÍ\'itda por un especialista. Desde el comienzo pul•da desaparecer en algunas sesiones de análisis parece
me hizo un pedido de análisis en estos términos: "Quirro cosa de magia: es, porotrn parte, la rcílC'xión que hacía Paul-
hacer un anahsi~ para saber por qué destruyo m1 tiroides". ~1nrie. Ciertas curas llamadas milugrosaa perturban a los
En un primer momento, el pedido se nccrca a una demanda i ne 1-écl u los, así como lo a pn rición de estigmas en los místicos.
médica: encontrar una explicación, una razón para su cnfor- El efecto placebo noparl'ce habcrintrigndo más dela medida
medad. Los primeros encuentros estarán dedicados a la al cucrpo médico y, sin t•mbargo, ¿que pensar de la acción de

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un medicamento que no lo es, de una especie de polvos de l·nlre la fuente y el objeto... parece que lo que podemos
perhmplin que pueden igualaren eficacia al mas sofisticado rnnccb1r es una investidura sobre el propio órgano". Esa
de lo• remedios'' Allí está el efecto de la palabra y el efecto de naturaleza narcisista de la afección psi(.'O~omát1ca nos con-
Ja transferencia del médico, del sanador o de Dios. Que un llnna la necesidad de un trabajo preparatorio p<1ra el trata-
paciente alfr¡,'lco a las fresas desarrolle un cd<'mn de Quinc- miento psicoanahtico, a los efectos de obtener una subjetiva-
ke al ver un plato de fresas en la pantalla del televisor nón del sufnmícnto: de lo contrario el sujeto continuará
suscita numerosas preguntas acerca de lo~ trayectos neuro- '1vicndo l:i afcct·ión como una agresión exterior y el órgano
químicos que van desde la mirada hasta );1 piel 1·nfermo como un objeto perseguidor: "No es culpa mía esto
El tratamiento psicoanalítico del adulto afectado por FPS me cayó endma" "Hay que ser más fuerte que In enfcrme-
nos aporta pocos elementos sobre el porqué de la fijación en clad, hay que luchar contra ella, voy a ayudarlo", dicen Jos
el órgano cmfermoyel punto de partida de esa lijución. ~'reud lcrap<'utns comportamentalistas, como si la enfermedad
evocaba unu prcclisposición del órgano enfermo, hablaba de fuern un problema exterior al sujeto.
"espina irrilativa". En los primeros contactos con el pacien-
to. a menudo hny que vérselas con un sujeto totalmente
identificado con su enfermedad o con au órgnno enfermo.
Toda su actividad ps1quica gira en torno a eso, no deja de El FPS en el niño
evocarla en un discurso a menudo tomado del discurso
médico, del que se sirve para hacer unn rt'construcción
ps1coló¡.?ica explicativa de su afección (cfr. Marzo, de Fritz Como todaviu no es un sujeto reulizado. smo un f<C'r en
Zorn, 8obre la reincidencia de su cáncer). Cuando la enfer- devenir. el niño ilustra muy de cerca lo que pm•dc ser In
medad ;;e ha fijado, le sirve de razón para vivir y así sutura aparición de un FPS. E11 plena elaboroc11fa 11naRinaria v
una carencia fundamental, al modo de un objeto de sustitu- s imbol"·a de"' CllO'rpo, en el actual anudamiento ele mer¡Ñ>
ción tal como la droga. En las patologías de adicción, obser- biologico y cul'rpo s1g11ifíett11le, se encu€'11tra <'lt la pro¡na
vamos en cfccto el mismo mecanismo: un objt'to tomado del art1culaci<i11 di' In psique y del soma. En el mno S!' podrá
exterior, alcohol, droga, alimento, que aclu11 como comple- captar en vi YO lo que obstaculiza la mscripción de su cuerpo
nw11tac1ó11 de un sujeto cuya falta no pudo inscribirse en los en lo 1mu¡,'1ntmo y lo simbólico, y lo que deltcne las operacio-
deslilndcros del lenguaje y del cliscurso, lo que también nes de :1Pparnl'iti11 (cl'r. Brian1. Para conslitu1r8c, un suj<'lo
llamttmOM "el orden simbólico". En todos esos casos, el objeto debe hubcr cumplido los procesos do separación, n saber,
en cuc8li6n es un objeto narcisista, ya sea el delirio en la scpamción y represión de los sign11icanles pt1ra uccoder 11 la
psicosis, el propio cuerpo en el FPS o el obJC'tO droga. Esos palabra y i;cparnc1ón y borrado del objclo "a", ese objl'to que
objetos cst:in directamente en cuestión en lo pulsional; no debe ser perdido, eludido, para que el cuerpo se vuelva
apelan al deseo. Cuando evoca el FPS, Lucan. retomando el s1lcnc1oso. Un cuerpo en buena salud no hace hablar de él;
concepto de narcisismo de Freud, escribe en el libro TI:' "La sus órganos internos funcionan sin manifestarse. Cunado el
dtslmción entre' neurosis y FPS est.á JU8tamente marcada cuerpo hace hublar de él, es en el sufrimiento o en el go('e.
porc"a linea dtYisoriaque conslituycel narcisismo .. cuando Cuando <'I proceso de borrado ha sido detemdo. un órgano
~e trata de in\'estiduras autocróticas no podt'mos distinguir puede pcrmancc<'r en suspenso (petrificación, ¡::t'lilicación,
' L..·u·,,n, .'\,Om1noin·, Libro ll. Le Aloi dan:s In tlu:Orrt· dr Fr1·ud rt dans dice Lacan l y convertil">'c en Ja sede de un disfunc1onamiento
lo 11'f'linrqt,, dr In psychanaly:,e, Pruis. Le Scui1. 1978 que purde llt•gar hasla una evolución letal Si hay fijación en

193
ese estadio. el organo afectado será reinlroducido dentro de por FPS muy a menudo representan el órgano enfermo
la economín hbidinal y desempeñará un papel completa- vinculado al cuerpo materno por una especie de cordón
m<'nte especifico para el sujeto en su relación con el mundo umbilical· será Ja cabellera en una niñita afectada por una
y con el otro. alopecia total (pérdida de cabellos y pelos), será el intestino
Ya hcmo~ ''l!<to cómo un recién nac1do, o un nino más en un nino afectado por una enfermedad del colon, etc. Esa
grande. pod1a experimentar en su cuerpo el vacío afectivo manera de circunscribir los linutes de la relación pcnnite
del Otro, a veces hasta renunciando a la vida <cfr. los a;;egurar el goce del Otro y et•itar la angustia de castración.
danos del abandonismo informados por Spitz). Las enferme- Esos ninos por lo general tienen un desarrollo normal,
dades ps1cosomalicas son entonces una re8puestu a In au- excepto, por supuesto, los trastornos fisicos d!>hidos a la
sencia de inscripción del niño en el deseo drl Otro. Las enfermedad. Son niños perfectos de los que se dice:• ¡Ah, si
manifestaciones flsicas de Brian (sin lesiones orgánicas, por no tuviera eso lodo marcharía bien, buen hijo, buen alumno,
lo tanto de naturaleza más bien histérica) eran simultánea- etc.". La mtldre se ha apropiado del órgano, lo conviert<' en
mente una reacción a la ausencia de amor do una madre, asunto suyo, le pertenece: "Hemos perdido nuestros enbc-
pero también queman ser una apelación a su amor llos" decía In madre de la niñita alopécica. No reclamaba una
Si bien lu murcu que le imprime el Otro puede hacerse en terapia para la hija, sino el reembolso del \•Olor de los
el modo nrgativo de la carencia de amor y del drsapego, postizos que iba a comprarle.
tamb16n puede hacerse en el modo del sobrl'ape¡fn, cuando el
ni no se encuentra en el lugar de objeto pul~ional del Otro. El
FPS pw:<Í•'. pul'.•, ser una respuesta a 1m sobreapego del
cuerpo <kl n11i<J p<Jr un demasiad() pleno p11l1;1mial q11erma11a E l p asaje al neto
<kl Otro Cuando la pulsión toma porobjetQ a un ser que aún
no dispone de la palabra, lo marca al rojo vivo. El órgano en
cuestión se• conv11'rt.c en un trozo del cuerpo sufrient~. en un El caso de Paul-J\larie nos permitirá ir más lejos en la
libro d<· carne. en una especie de objeto mterml'diario entre comprensión del FPS. En efecto, en todos lo~ niñoR se en-
madri.> e h1JO, en fuente de un gozo compartido: el caso de cuentran los mismos mecanismos de formación de la enfer-
Paul-Maric es ejemplar de semejante prohlemñl1ca En esa medad, en particular una relación completamente especifica
clase de FPS t•x1sle la preponderancia de una pula1ón, oral, con el personaje que asegura la subsistencia. Las condicio-
anal, cscóp1ca, etc. que toma una parle del cuerpo del nino nes de d<'scncndt>namiento de la enfermedad que se obser-
como ohJ<•to de goce y lo inviste a la manera do un "fetiche", van en el niño ya no so pueden observar en el adulto, pues el
término empleado por Lacan. En ese caso, a dif<'rcncia de la olvido y ln represión han hecho su trabajo; tan sólo el análisis
ps1cos1s, el niño no se halla totalmente tomado por esa puede. a vcceq, tl'ncr acceso. Sin embargo, existe un elemen-
función de puro objeto "a"; el FPS puede representar para él to que dt1 cuenta de la génesis de FPS, tanto en el nino como
una puerta de escape para la relación alienante con el Otro. en el adulto:<'~ el pasaje al acto. E11 el FPS se asiste a una
Escapa al sometimiento total a ese Otro abandonando una especie de C<Jrtoc1rt·ullo entre el afecl.<J y lo somático. Un
parte de si mismo <¿~cría Ja cola del bronlosaurio?) que la afecto. una emoción sumergen al sujeto y se manifiestan
ofrenda a !'se Otro, lo que es una manera de pagar los directamente en el cuerpo; ahora bien, el afecto común a
derechos y escapar a su imperio, y crea asa un nuevo vmculo todos los estados mórbidos se llama angustia. La angustia no
que pasa por la enfermedad. Los dibujos de niños afectados se nombra. se experimenta; el sujeto sufre sin conocer la

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causa de su sufrimiento, intenta entonces alejarla por todos cercano- puede provocar un colapso cardiovascular, por
los medio~ a su disposición, pero esos medios varían de un e;cmplo. Muy a menudo se observa un estado dc:> estupcfac·
sujeto a otro. La organización neurótica es uno de esos cirin antes de que sobrevengan los trastornos somáticos. Por
medios: obJcto fóbico fijador de angustia, ritos obsesivo~ <los eso, dcsdc:> hoce algunos años, en los lugares de catástrofes,
Trastornos Obsesivos Compulsivos -TOC'~J. manifestacio- untdades de apoyo psicológico se ocupan de las p<'n-Onos en
nes histéricas. s1ntomas que signan el conflicto ps1quico o•stado de ongustio para permitirles superar el choque. AJ
generador de angustia. Algunos sujetos no pueden construir verbal izar su vivencia. pueden comenzar el trabajo de elabo-
esas defcn~as neuróticas; existen, para ello, numerosas r:ición psíquica que les permitirá evitor graves afecciones
razones que no desatTollaremos aqu1: un sujeto zafio. sin fisic:is o uno depresión postraurnática.
capacidad de elaboración simbólica. una fnlla en la construc- Entre las circunstancias más frecuentemente evocodas
ción del cuerpo imaginario y simbólico, una inmadurez en el dC'sl'ncndenam1ento de las enfermedades psicosomáti-
psíquica en e l niilo son algunos ejemplos de ello. En esos cas están el i!stds y el duelo.
casos, cuando el sujeto se halla desbordodo por la angus· E l e,q/rés es la rcocción del sujeto a una s1tunción vivida
lia, cuando su sufriaúcnto se coloca más allá de lo sopor- como una ogres1ón insostenible; puede sor brutal, limitada
table, cuando el dolor moral es imposible de vivir, es el en e l tiempo o prolongarse durante meses o años El sufri-
cuerpo el que se expresa, hay un salto directo de lo ps1quico mi('nto psíquico sobrepasa las capacidades de reocción del
a lo Nomático; ese salto puede llamarse "pasaje al acto" en el .<ujeto, su sistema inmunitario se encuentra dc:>sbordado. En
cuerpo. el duelo, el sujeto se enfrenta a la ruptura, al abandono, a la
Por lo general se denoaúna "pasaje al acto" o la realización muerte: muerte de alguien cercano, sepnrnc1on conyugal,
de un octo compulsivo en el tran~cun<o de una fuerte emo- pérdida de su actividad profesional, de su:i referencias
ción experimentada por el sujeto. Puede ser un pasaje al acto culturales. etc. En los dos casos el resultado es el mismo.
en el actuar: contra si mismo, por ejemplo en el intento de En un primer momento pueden sobrc:>ven1r trastornos
suicidio, o contra otro, por ejemplo, en un acto agresivo u revc:>rsibles, tales como fatiga, vértigo, insomnio, migra-
homicida En ese momento hay un fronqueamicnto de la nas, hipc:>rt<•nsión, dolores articulares, trnstornos digesti-
escena; en ese mstantc el su.1eto se borra, existe aphanisis vos, cte. Sólo después de un tiempo de late11cia, algunos
de l sujeto. dice Lacan. El términoaphanist.• es empicado por meses o algunos años, aparecen las afecciones gruves de
.rones para significar la desaparición del deseo sexual. La- un órgano o de un sistema, por ejemplo, aparición do un
con tlmp lw el sentido y expresa con é l la desaparicion clel cáncer, d(' uno enfermedad autoinmune, de una onf'cnnedad
sujeto. ER Mbido que los asesinos muy a menudo resultan cardiovuscu lar.
incapaces de explicar su gesto o de precisar los circunstan- Los neurobiólogos nos ensenan que los circuitos neurona-
cin~: "No l'rn yo ... dejé de saber qué estaba pnsnndo ... ". Si un les más importan Les pora equilibrar los cambios humorales,
sujeto puede atentar contra su propia vida en el transcurso es decir, p11ra la salud física del individuo, l\C situan en el
de un acto impulsivo, puede hacerlo sin soberlo, "cayendo hipotálamo, que 1.'S el lugar de regulación de las ghíndulos
enfermo", como dice el lenguaje popular. ~~sto ocurre cuando endocrinos: la hipófisis, la tiroides, las suprarrl'nales, las
la anguslla de un traumatismo sobreposó las posibilidades glándulas sexuales. Es también el lugar de r.•gulacio11 del
de adaptación del sujeto. Todos hemos podido experimentar .•i-•tema i11mu111lar10. Durante la década de 1990, la ps1co·
momentos as1 en nuestra existencia. Uno catástrofe -aten- neuro-inmunologia nos reveló las relaciones c:>ntre los cho-
tado, temblor de tierra, accidente. muerte brutal de alguien ques afoct1vos y el desencadenamiento de l:is enfermedades

197
autoinmunes; so descubría un eslabón de la cadena que va c¡ue el sujeto ya 110 tiene un cuerpo -ese (11era-del·cuerpo
del sistema nervioso central, sede de In psiquis, al desarre· ronstruado en lo imaginario y en lo simbólico-, sino que es un
glo de las glándulas endocrinas. En su libro El error ck rnerpo que sufre, lotalmcnte identificado consigo mismo y
Desearles, Danrnsao puede decir: "Para que la vida prosiga, con los significantes médicos que lo designan. Antiguamen·
es necesario que esos procesos se mantengan dentro de una te. en ciertos servicios hospitalarios, ocurría que los pacien-
gama conveniente de valores, ya que una desviación dema- te s no eran designados por su nombre o por el número de
siado grande en puntos estratégicos de la red puede llevar a habitación. sino por su patología; se iba a ver "al páncreas",
la enfermedad y n la muerte". u.~1 colon". Se reconoce alh la dificultad del médico para
Las enfcnnedade~ autoinmunes son una autode.~truccíón: personalizar la relación con el cnícrmo y In propensión a no
los inmunólogos nos explican que el organismo se comporta \'eren él sino el órgano cníermo. En el FPS el paciente toma
entonces como un agresor írcntc u sus constituyentes. Esas para si esa visión del médico y la cnformedad se convierte en
enfermedades son frecuentes y su evolución en largos perío- ,;u marca de identidad, como si ('qa designación proveniente
dos d1smmuye de manera considerable a quienes las pade- del otro reflejara su propia mirada sobre sí miqmo.
cen. Su listado es importante; las citadas más a menudo son Se podnan encontrar analogin!I cntrC' el pa~aje al acto que
Jos disfunc1onam1entos do la tiroides, el lupus eritematoso, el sujeto cumple s111 .~aberlo en el FPS y el pasaje al acto
la poliartnt1s reumática, etc. Numerosos investigadores se consciente de las personas qu<' voluntariamente se infieren
ocupan del problema del c.1nccr. St> sabe que todos produci- hendas, cortes, perforucaones, incisiones. Esas heridas auto-
mos células cancerosas permanentemente; el sistema inmu- iníligidas son frecuentes en loR encarcelados, pt>ro también
nitario permite la destrucción de esas células antes de que se se observan en muchos ndolesct•nlt's l'n búsqueda de su
conviertan en un tumor La formación cancerosa se desarro- idl'ntidad. Son, por ejemplo, esas jóvenes que se cortan los
lla cuando el sistema mmumtario es deficiente y cuando su antebrazos con una hOJll de afeitar; tuvt• la ocasión de tratar
actividad se reduce!. a varias en la clínica médico-psicológica. Lajustificacaón que
En el origen de la deficiencia del sistema inmunitario esos adolescentes dan aceren d<' su comporlllmiento me
encontramos todas las situaciones posibles de enformedad sorprendía mucho al comienzo de mi práctico Prácticamen-
psíquica: duelos, abandonos, exclusión profesional, cte. Los te todos los que se inflagcn un dolor rC'forido u la envoltura
norleamcricanos se han ocupndo del estrés proíesional. piel dicen que lo hacen paro ex1st1r: "Está bien que eso hace
Estudiaron una población dC' "dirigentes, hombres y muje· mal, pero pruebn que se e11 bien rN1I, que se está bien vivo",
res de acción"; en ullos, el ri esgo do infarto de miocardio era dicen. Un dolor flsico controlado es preferible que un suíri-
mucho más elevado que el promedio general de la población. micnlo psíquico que no SC' alivia con nada. "Después uno se
El eslrés permanente debido a las condiciones de trabajo se siente mcJor". observan; una vez cumplido el acto, se apla·
encontraba on el origen do un elevado indice de colesterol, can, desaparece In anJl'USlia. La automut.í lación puede tener
factor de los occidentes cardiovasculares. muchos otros significados, castigarse, por ejemplo. Al inserí·
A partir dul momento en que el cuerpo toma el relevo, la birsignos sobre el cuerpo, mediante taluajcs,piercings, etc.,
angustia primordial desnparccc, en tanto se encuentra muy el sujeto quiere decir algo de él, "chapucea con el sentido". un
presente el sufra miento íísico asa como un suírimiento psico· sentido que sigue rcsultúndole personal, pueg, ni contrario
lógico debido a los azares de la enfermedad. El cuerpo de las marcas en el cuerpo pruclicudas durante los ritos
cnícrmo adquiere una prc~encin invasora y ocupa todo el iniciáticos en las sociedades trndicaonales, en nuestras so·
lugar en la economía libidinal del sujeto. Podríamos decir ciedadei1 no esta reforido a las crccncins del grupo (cfr. David

198 199
Le Brcton!. 1 Sin embargo, no s(• puC'de negur que ciertos ítias en la region anal, llamado a la asistencia pública de
fenómenos de moda juegnn en no8otros un papel identifica- urgencia, aullidos de Ju nil\a, pánico en Ju familia. La propia
torio. madre tenía problemas en e>l lrñnsito intestinal y síntomas
Luego de estas cons1dcroc1ones nccrca de la fuente y los de neurosis obsesiva. La terapia fue prolongada. ya que la
mecanismos del FPS <>n gem'ral, volvamos al caso de Paul- madre oponía claros obstáculos a la curu de su hija, que a
~larie, lo que nos pcrm1tinl cuptur mejor las caractensticas ,·eces aparecía como su doble. cuando, por <'JCmplo, decía:
específicas d('l FPS 1•n 1•1 nii\o. "Otra \'CZ he mu.• pasudo ocho dtas sin hacer": yo no sabía si
El niño muy pequeño no tiene In rrn\duración psíquica que hablaba de ella o de su hiJn. En los dibujos, la niña se
Je perm1t1riu p.:11sar lu !lituac1ón. ~;J obJeto transicional y la representaba ligada a ~u madre por el intestino, al modo de
ensoñación que le !''ta asoci:tdo no "ºn suficientes para un cordón umbilical.
tranqwbzar i;u mal-~~ar, 11u<' di' inmediato se traducirá en En la lui1loria de Paul-l\larie podemos seguir las etapas de
signos de sufrimil'nto somatico; lo subrayamos en el caso de la somatización.
Brian. lo volvcmo~ n encontrar <'n Pnul-Murie. Ante todo se En el momento del nacimiento, la madre es depresiva, se
trata de crisis. muy rápidamente asociadas a m:tn1festacio- siente sola y abandonada. sin l'I apoyo del marido, sin la
nes que conocemos bien, lrnstornos en la alimentación con presencia de la familia. Se aisla con el niño, en el silencio: no
anorexia, \'Ómito•. d1arr1•aR, afecciones dl'I aparato respira- hay palabras, solamente la mirad•\ los une. Ambos se sien-
tono, etc. En ese momento todas IAR patologías son posibles ten mal: "\'omitur, llorar, conmigo", dice ella; el niito no
y todavía re\'Prs1blcs. Si la cau«1 dl'I mul-l'star persiste, una engorda. Comienza entonces un cara a cara con ~l. del que
parte del cuerpo puede r<•sultar gravemente afectada y ella dice: "Fue Paul-J\lanc quien me s:tcó de la depresión".
deteriorarse; puede ~er un órgano qu<' poRea una sensibili- Ella deJa el trabaJO para consngrarsc n ~I y entonces no pora
dad cspectficu a p¡irt1r de una predisposición hereditaria. el de mirorlo, de ''111/rmplarlo, siempre quiere tenerlo JUnlo a
campo alérgico d(' Paul-Morie, por ejemplo. En el mño, esa ella (subraya que con su propio padr<' tombi~n tiene necesi-
fijación e:1 unte todo inducida por el personaje del que depende. dad de una presencia rcol>. l!:n este coso no existen las
Hace tiempo :tt.cnd1 u una ninn que me había sido deriva- secuencias presencia-ausencia de la mndrc, que permiten al
da por un ciruj[lno qu<' la hnbía operado varias veces por una niño fantasear el vínculo con elln y construirse a partir de Ja
"oclusión inlc!\tinal". Se nc¡.:ubu a srguir interviniéndola a ausencia. Esa relación duul prosigue hasta los Sl'is años, ya
pesar de la insisLcnc111 de la fnmilia. En el primer encuentro, que ella lo tiene consigo en In cltlso del jurdm de infantes
la madre pronunció d(1)anlc dt• rní e8tus expresiones asom- donde trabaja, hasta el ingreso en CI'. ~~sa presencia re11l del
brosas: "Desde que nació Rnb1a que se negaría a darme su hijo Ja colma; por su pttrtc, P:.iul-Murie parece acomodarse a
caca; estuvo constipndu desde el primer dia de vida. No la mirada omniprP~enlr de In madre. V"mos allt cómo un
había nada que hacer: el lt•rrntimrtro para que hiciera (la nii\o puede representar el lugurde objc~o colmndor paro una
madre se lo ponía en C'I ano], los supositorios, los lavajes". madre y as1 escnpnr, por un tiempo, u la angustia de castra-
Cada crisis de rct.cnc16n do los deposiciones, diagnosticada ción. Sin embargo, a lravés de los sucfio~ nos dice cuán
(¿equivocadamente?) como oclus1on, se dramatizaba hasta inquietante y peligrosa podía ser esa mirada. A los seis años.
el extremo. La dcscripci6n que de ellas hacia la madre sentado en la sillita, con la m1radu liJu cn la madre, se
impresionaba a cuulqu1eru que escuchara el relato: duchas reventará un ojo. SC'is arios, la edad en la que debena
4 David Le Bret.on. IA f>,·n11 ,., In '(raer. Sur J,-.-; bh·ssuris dr MU, Pnris. separarse de ella al entrar ol CP es la edad en la que aparece
1-letailhe, 2003 el eczema. Mediante ese cegarse ¿trata de c~cnpar ni impe-

200 201
rio de la mirnda materna? Ese pasaje al neto nutodestructor La mirada
seró. seguido por otro pasaje al act-0. la aparición del eczema
<;sacrifica al Otro una parte de la piel para salvar el resto,
para no ~cr ab!'IOrbido por entero!>. Paul-l\larie •cguirá su Podría causar asombro que la mirada pueda tener un impac-
camino sin más problemas que esa piel que lo quema. El to tal sobre el cuerpo del otro; Lncnn insiste en su efecto
eczema creará un nuevo 'inculo entre ellos, exento de angus- fascinador, el ra~cinum,• que asocia al "mal de ojo" que porta
tia. Aparece como un gozo compartido, sin culpabilidad de la enfermedad y destruye la vida. Sin embargo. hay miradas
ninguna de las partes. Me había impresionado esa imagen que aplacan, portadoras de compasión y amor La mirnda de
r('Currcntc del fuego, esos volcanes en erupción (en erección) Ja madre de Paul-Marie no debía ser "mula" en ~¡ mismo.;
que Paul-Murie dibujaba en una especie de trance, con una tenía una mirada contemplativa para su lnn prt'cioso bebé.
gran excitación que yo calificaría en su límite como orgásmi- Y, sin embargo, esa mirada fue interpretada por el niño como
ca, cl rostro enrojecido, moviéndose en la silla, rascándose voraz, peligroso, destructora, a imagen del pulpo de ojos
hosto sangrar. En uno de esos dibujos, C>I volcán da a luz un como placards, que fascina a su presa y cuyos tentáculos
volcancito, el mismo fuego los reúno, lo gcn tc mira. están cnrgudos de veneno. Las razones de lu peligrosidod de
~:n este caso la madre no tiene una estructuni perversa, esa mirado se refieren sin duda a su intensidad, a su
como en el cuso de la niña constipada. La prohibición del goce pcrmuncncia y a su exclusividad.
que yo enunciaba al comienzo de la cura pudo ser entendida En efecto, nada distrae a Paul-Maric en ese pnmcr cara
por los dos padres. En la relación con su h1JO, In señora P. a cara, donde !lÓlo los intercambios de miradas y In presencia
parec1a haberse quedado en un malentendido de partida, a real forman el vinculo; en ese momento no existe tcrccro que
saber, el rechazo de la patermdnd del marido; snbcmos que separe, la madre siempre está allí, silenciosa, "fijándolo" con
el vinculo padre-hijo se estableció después. La poscs1v1dad, la mirndt1.
la pasión, podrínmos decir, que ella experimentaba por el Uno puls1ón nunca actúa sola: "No existe ninguna rela-
hijo no eran en ella perversas, ni se encontraban nlrapadas ción de engendramiento de una pulsión parcitil a otra", dice
en una estructura psicótica. Ln señora P era unn madre Lacnn, "esto no Rl' produce mediante un prOC<'~O de madura-
amante; por lo tanto comprendió pronto que "el amor no ción". En esto l<'~l>onde a In teoría sobre loR <'Rtadios de
puede plantearse sino en ese más nllá donde, ante todo, desarrollo que se sucederían en el nino: estadio oral, anal,
rcnuncin a su objeto", tal como nos lo recuerda Lacun. Es lo etc. Vemos 11qu1 que la pulsión escópica so usocia con las
que hizo o/ escamotearse, pero, ni hacer esto, no dejaba el pu Is iones ora l y anal· los temas de devoración son recurren-
lugnr vacío: llnmaba al padre. Asumió su propio Vt\cío depre- tes y la mirudu puede tener· el efecto destructor de In pulsión
Hivo de modo somático, para dejarqucen r lIn se produjera el anal. Después de haher intentado cegarse, escapará o In
trnbajo de l duelo. mirada morl1fcrn de l Otro mat.emo "dándole a ver" y u locar
su recubrimiento piel; ese don los une y los trnnquiliza. La
miradn mnt!'rna deja de ser percibida desde entonces como
pcligro~a. comienza a ser \•alorada, magnifica al niño, hace
de él un objeto precioso. Paul-l\larie se siente inve>tido de un
poder extrnordinario, adquiere un brillo folico, RU cuerpo
1 Lacan, Slntinntr<'. libro Xl, ús Quatre ConccptJ{0'1dn1nt'11tau.-d~la
p.~.rchnnn/.,·sr.PnríA, Le ~uil, 1973.

202 203
ardiente, rojo rubí que deja ver a todo el mundo y que se PATRICK
oculta como un tesoro, es fu<?nle de nqucza y d<? felicidad.
Asistimos a la crotización del uer y del mostrar, cuya trayec- l'ATRJC K NO E RA ESQUIZOFRÉNICO
toria hl.'mos 51.'guido en la cura hasta su inscr1pc1ón en la
problcm:ítica fálica . Adolescenci.o
Ser adolescente
Es un universo diferente
Del de un niño
Se empieza por .alir
Uno se deja llevar por delirio~
De muchos recuerdos
De juventud, por regoc1jarH1•
Con lo que se era antes de partir
De aquella infancia pnra correr
Hacia In adolescencia, que no se Hobo
d6ndc Lcrm1nnra.
As1 es, pequeño. mi ndolcscenc1a
Toda'~ª no ha terminado pero
Espero lo que sigue con impaciencia
No conozco qué hay ni final de ella, su
sentido
Y ahora te corrc,pondc a t1 ver
Y no te duermas como un lirón
Pues aun tienes muchos cosas para ver.
Joséphine Cordi~. trece anos y medio.

Palrick es un muchacho de dieciocho aiios, pero, por lo


Juveni l de su m1pccto, so diría que sólo lirno quince. Cuondo
voy a verlo, hncc cuatro meses que se encuentra inlcrnado en
l¡i clinica D. Ese lugar recibe adolescentes y ndultosjóvcncs
que han cxp<'nmcntado algún agudo episodio psiqui:ítrico o
las patologaas llamadas borderline o neuróticas graves.
En l¡i clínica son atendidos por un equipo diversificado:
ps1quiatrM m~litucionales, médicos chnicos. pcr,;onal de
enfermería, psicólogos, asistentes sociales. etc Por otra
parte, tienen la posibilidad de retomar estudios intl.'rrumpi-
dos por J¡i enfermedad, asistir aJ "departamento de estu-
dios", situado dentro de la institución, donde profesores

201 205
provenientes del liceo coreano atienden un centro de ense· Presenta dificultad para respirar; es como si se fuera a
ñanza. Pueden preparar ('l bachillerato en las clases de ahogar. "Todo eso produce angustias terribles; no tengo
primero y final o tener un seguimiento individual en Jos ganas de hacer nada", dice; pensó en suicidarse. Le han
casos de quienes siguen estudios fuera del establecimiento. indicado medicación, ncu.-olépticos, pero "no le hacen nada".
Patrick fue admitido en In chnica a pedido de un psiquiatra En el liceo se burlaban de él; entonces se negó a ir y ni
de pro\'íncia, como consecuencia de un estado inquietante tiiqu1era salia de su habit.oción.
calificado como "estudo dl'prcsivo atípico". Presenta numero- Luego de describirme detalladamente todos los trastor-
sas mamfcstaciones somáticas, un progresivo desinterés por nos. me habla del hermano; tras las primeras palabras
los estudios y sobre lodo un aislamiento cada \'eZ más comprendo que ese hermano cs autista. Este es el relato que
importante: Patrick ya no qui('re salir de su casa, ya no \'a al me hace: "Tengo un hermano de diez uños con una discapa·
liceo, donde cursa el último grado, pues, según dice, "en la cidad general; no puede caminar, no puedc hablar, emite
clase se burlan de él". 1':ste (')emento es calificado por el sonidos, puede movcn>e, pero es muy inteligente pese a su
psiquiatra como *ideas de persecución que sugieren un discapacidad, su mirnda c!I vi\'RZ, !<e ve que piensa... lo
delirio subyacente" A esto sc agregan ideas de suicidio y quiero mucho. En ca~a. él es el Jefe de familia, es el rey, él
dudas acerca de su identidad sexual; se qu"Jª "de tener lo sabe muy bien, RÍ quiere nlgo, lo con!<igue, hace lo que
pelvis de muJer y m1>j11la!I dc niña". quiere ... Para mis padres y para mi es la persona más
El equipo que lo atiende no formula d111gnósticoal comien· importante: el ano paMdo si no me !<uicidé fue por él... sólo
zo. En la clínica, Pat.-ick l'iempre se qucJa de malestares L°iL'ía para él, no ll'llla 11ingu11 interrs ""In L"ida que no fuera
físicos: dolores de cabeza, insomnios, palpitaciones, a los que el porl'e111r dl' mi lrl'rmano"
se agregan trastomos dC'I comportamiento: se niega a ir al Ese discurso proyecta nueva luz Mbre In situación. No es
comedor (miedo de mostrarse) y se hace l'ervir las comidas raro encontrar comporlam1cntos de esa naturaleza en los
en la habitación; sigue de manera irregular los cursos del padres de ni1ios severamente discnpncitndo!I: la culpa de ser
último grado. Empiezo a verlo a partir dC'I cuarto mes de responsables de semejante desgracia, los deseos de muerte
internación, a razón de una sesión por semana, esto durante mconscicnlC's, In negnción do la grnvednd de la deficiencia
siete meses, es d!'cir, hastn su pnrtida de la clínica al final mental alteran el juicio y falscun el conjunto de las relacio·
del ano ci;colar. nes. El niiio discapacitado se convirrlc en el C'Xclusivocentro
Esas sesiones tienen lugar en <'I "servicio de psicotera- de interés de la fami lia y uno de los padres puede "sacrificar"
pias", inwE,'Tado a la clmica pero relativamente indepen- su vida para ocupar8e por cntcrn d1• ('!,a vccc;s en detrimento
diente del r<'sto del establecimiento. Los psicotcrapeutas de otros hijos. Existe una especie de fijación en el niño-
que lo integran son exlC'rnos y no prescriben medicamentos; objcto, que oculta cualqu ier otro proyecto de vida. El hecho
pese a que trabujan en colaboración con los psiquiatras de que para sobrevivir el ni1\o disrnpacitndo sea totalmente
institucionnl('s y con <'I resto del personal, no ven a los tribu torio del adulto justifica para ellos ese comportamien·
pacientes fuera de las sesiones de psicoterapia. to. La falta de cstructurns para rl'cibir o estos niños no
En un primer momento. Patrick me relata sus "enferme- siempre justifica eso posición de sacrificio adoptada por
dades", los análisis realizados y los tratamientos emprendi- ciertos padres.
dos. Desde hace cinco anos le duele la cabeza, "a veces los Sospechaba que existía en Pntr1ck una identificación
labios. otras veces la mandíbula, parece que la cabeza le va histérica con el hermano. En esa clase de identificación, el
a estallar". Ti1me palpitaciones, <'I corazón está afectado. sujeto experimenta los mismos males que la persona con

206 207
quien mantiene v1 nculos muy fuertes. Al tomar a su cargo dinámica, cálida, alegre; con cllu, él se senlia feliz. "Era el
el síntoma del otro, quiere significar ante sí mismo y ante el parai!<o", decia. Una infancia mimada en un medio acogedor,
medio su apego o su umor. Pulrick tema el aspecto de un llC!no de encuentros, de \·ida. de 11nimnc16n. Ln abuela murió
gran enfermo mental, caminaba con el cuerpo ríg¡do, las de pronto. As1 vino a l'ncontrarsc en cnsn de los pudres, con
piernas ligeramente entreabiertas, los brazos separados del un pequeño hermano autist11 q11P. c.~ l'l rry de la familia.
cuerpo. En vez de los dc~co~ de muerte que dcbia reprimir Durante los cuatro primeros meses de internación en la
frente al hermano, le manifostaba un amor desbordante y clinica fue atendido por un médico que practicaba la terapia
una atención constante; le enseñaba a caminar, a hablar, no ,-1st<!mica. Para ese médico se trataba de "prescribir el
vivía más que para el (también moría a causa de él); de lo ,.íntoma", es aecir, de organizM pura rl pncienlc una puesta
contrario, seria como él. en escena en la que tendría que vivir hasta el extremo el
Comuniqué al médico institucional mi impresión: los sin toma. Ese mHodose msp1nH•n la vivencia del esquizofré-
sin lomas de Patrick surgirían más de una neurosis histérica nico atrapado en una ambivalencia permanente a partir del
que de un estado p~icótico, lo que cambiaría la manera de hecho de la percepción en la palabra de su interlocutor de dos
conducir el tratamiento; el compartió mi punto de vista mensajes contradictorios que constituyen una "doble obliga-
acerca de dicha interpretación. Decidí entonces intervenir. ción". Entre dos proposiciones percibidas como antinómicas,
Le dijeaPatrick lo que pensaba acerca de su deseo de ayudar la opción se \"uelve imposible para él. El primer mensaje es
al hermano: equivocabn el c.11míno; mientras pensaba safrar el contenido en el discurso emitido !discurso manifiesto); el
a su hermano, se perdla él El no era ni el medico, ni el padre otro es un mensaje que podriomos llnmnr subliminal Cdiscur-
ni la madre de ese nino. Lo mCJOr que podía hacer era so latente. incon~cicntel. Un suJNo normnl no escucha ese
ocuparse de s1 mismo y asumir su propio destino. Insistí en segundo mensaje: lo reprime rúpidnm<·ntc. El psicótico escu-
eso; tenía le suerte de t'nconlrarse en un lugar donde esa cha los dos, se apodera de t'I In nngu~tia y se encuentre
instancia de regreso hacia si mi~mo era posible: debía incapnc1tado para responder TodoR los t'jemplos citados
aprovecharla lnic111lmente Patrick Re puso furioso conmigo, ponen el acento en la amb1gtJC'dnd del mcns11Je emitido. La
me trató de "mala mt!dica" porque le quitubu toda esperanza observación prmc:P¡Js de Batcson sigue siendo válida. Se
de "devolver al hermano a lo vida normal". Le respondí que trata de Ja madre de un joven (IRquizofr~nico que viene a ver
comprendia su dcsusosicgc¡, pero qu() contaba con su valor al hijo al hospital. El l'nfermo pt1rcce feliz de verla, la recibe
para mirar a In vcrdnd de frente. Luego de eAe choque, lo con espontaneidad y le pasa el brnzo por encima do los
invité o que me contara sus aueños. De entrada lo apasionó hombros. La madre mnnificHta do inmediato un sentimiento
ese trabajo de descif'rnmiento. Progresivamente toda su ele rechazo. El enfermo aparta <11 brnzo y In madre le progun-
problemuticu fue borrándose, su uspccto cambió, su trabajo ta: "¿No me quierr$ más'?". El enfermo se pone rojo: entonces
escolar se norma 1izó.obtuvo e 1 bnchi lle ruto a fin de año. Pero elle awega: "Mi querido, no dc:>bcria~ molestarte y asustarte
antes de hablar de los sueno~ y de la lui que aportaron sobre con tanta facilidad por tus scnlim 1enlos"'. El enfermo la
el caso, debo volver al dcsurrollo de su historia, antes y abandona de inmediato y, poco dcsput>s, ~e pone nervioso y
después del ingreso a In chnica. agrede a un enfermero.
Hasta los lrecl' unos, Pnlrick no vivió con los padres, En ese ejemplo resulta ev1dent<' que In madre manifiesta
quienes. por sus obligac1oncs profesionales, no pod1an ocu- algo ostensiblemente su molcstiu ante el contacto físico con
parse de el. Fue criado por la abuela, que tenía un hotel el hijo mediante la actitud de nlcjor~c cuando él la abraza,
restaurante muy conocido l'n la región. Era una persona actilud que. como buc:n conocedor del inconsciente. el hijo

208 209
percibe de inmediato y a la que responde en c11pcjo retirando Cuando ese ml-dico abandonó la clímca, l'I sucesor aconse-
el brazo. El movimiento de rechazo es percibido por la madre jo a Patrick que \•iniera a verme. Consignaré aqui dos sueños
como si proviniera del hijo, ya que sin duda su propio sucesivos que tuvo tres meses después del comienzo de la
reLroc:cso hubia sido inconsciente. al permanecer reprimido. cura.
Ella le adjudicará la responsabilidad de la ambi,·alencia que
preside la relación entre ambos, "od1oonamoramiento"(como Primer ~uc1io
dice Lncan 1. quien excluye tanto el acercamienLo <peligroso "Estaba cm el rC'staurante de mi abuela, tema di<'ciocho
para la madre) como la distancia. pues el "Querido, no años, como ahora . De noche, senti de golpe que me ahogaba:
deberias molestarte y asustarte con tanta íarihdad por tus cscup1 un líquido p11rccido a la cola; si nocon~c¡,ruia <'Acupirlo
scnlim1entos" se aplica también a ella misma La llb'Tesión me iba ;1 morir o a volverme loco, a perder la conciencia.
al enfl'rmero no <'S más que un desplaznmiC'nto; el! a su Llamaba a mis padrl"s; l'ecogí ese liquido en un panuc>lo: eso
madre a quien el paciente habría querido matar. me hncía mucho mal".
~~Al.e Upo de ncLitud no basta para decir que estamos ante
un niño esquizofrénico; si así fuera, muchos n iños lo serían. S1wu11do .rnf'lio
lA't ambwall'r11·ia es estructural eri el psicótico, quit'n siempre "Mi hC'rmo1Hl tnmbién estaba en la clmica D. Yo lo cnrgaba
se encuentra en lucha directa con el inconsciente, pues en él por el corredor; estaba en el mismo piso que yo. Me ocupaba
la represión sigue siendo problemática, lo que hacía decir a de él toda laJomndo; de noche lo llevaba a casn. La mnnC'ra de
Lacan quc el psicótico era un "mártir del inconsciente". Los cargarlo cru la misma de mi madre: hacia dC'lante. con las
sistem1cos p<'nsaban que al ordenarle al esquizofrénico que piernas colgando a un lado, como si me perlcm•rn•ra tt>da1·1a
adoptara una sola proposición se le permit1ria salir de su al cucrptJ clt' mt madre".
ambi,·nlrncin.
Al percibir la ambivalencia de Patr1ck y de su familia, Al1:u1101; ª'oc1at·w11es que s1gu1ero11 al relat11
aquel médico sistémico les propuso una especie de libreto "Algo quedo en mi cuerpo... es preciso monro volverse loco.
para actuar entre ellos cuando se cnconlraban durante los Aparl.'C('n lodos mis problemas, es duro, SC' p<'gaa In pic•I, una
fines de semana. Todos ellos, los padres, el hermanito y vez que hun salido las cosas marchan mejor, hay que dar a
Patr1ck dcbion sentarse alrededor de una mesa, darse la luz a mi lwrm(lfw ... En casa de la abuela todavia no cstoba
mano y luego cada uno debía "hablar acerca do lo que no 1ni bt.'rmano".
lellla ganas de decir a los otros". Pattick pcnsabn que sobre No rs posiblt• <'Xprcsar mejor esa especie de paraRiLismo
Lodo dcbian decirse que se amaban. ¿Qué habl'ía tenido por purtc de un niúo que es un muerto vivo (sólo :ius ojos
gttnas de decir él? ¿Que amaba a sus padres? ¡,Que los odiaba tienen vivacidad 1; el tfrmino "incorporación" c111..-c•spo11dc-
por haberlo excluido? ¿Que odiaba y amaba a l hermano? ria mejor a ese srntímicnto de estar habitado por olro. En el
¿Qué revclucioncs esperaba de los padrcs'1 ¿Que ellos le suc>ño, el (•mplco dPI posesivo "como si me p<'rlcncciera
manifestaran su satisfacción por tener un hijo mayor inte- todavin al cuC'rpo de 1111 madre" establece una palmada <'n el
ligente y pleno de \'ida? La presión era demasiado fuerte. los lenguaje que resulta reveladora. El trabaJO de la cura consis-
sentimientos resultaban imposibles de expresar; la expe- tirá en scparudo del niño (y de la madre). como s1 fuera un
riencia se reveló como catastrófica. "No \'Ciamos el propósito parto. Deh<'ni convertirse en si mismo. liberándose de las
de esa terapia", dijo Patrick, quien se refugió aun más en el idcnlilicacioncs morhfcras de esa familia .
mutismo y en el aislamienlo.

210 211
Come11torioi; de entoncC"s conocerá l:i soledad. la responsabi lídad, el
Al comienzo de In adolescencia -tiene l'nlonces lrece compromiso sexual Es un momento bisagra, cuando aún
años-. Palrick es golpeado por In muerte brulal de quien nada está jugado, cuando las cosas puedt'n desviarse en un
lo crió\' lo ornó. Parece que nadie pensó que las enferme- .;entido o !'n el otro: el sujeto puede sahr fortaleC"1do d<' esa
dades surgidas en aquel momento -anguslins. dificulta- prueba o dcbilitndo para siempre. Es la época de la eclosión
de!< para respirar. dolores de cabez:i- podían s~r cau,.adas de las neurosis y psicosis (en Patrick. el diagnóstico de
por esa pérdida. Anle la muerte de uno de los mtegrantes ps1cos1s fue enc:irado en una primera etapa). Se lrala de una
en una familia, el trabajo de duelo hah1lualmente se lleva especie de muda que se produce: el jo\•en es enfrentado a
a cabo a través del acercamiento y los intercambios entre los situaciones paradcíjicos que administra poco n poco, con idas
miembros del grupo: evocación de la vida de la persona y vuellas, allcrnando los periodos de tranquilidad con fases
dcsupan•cida, del pasado en común, etc. En este caso, parece de desborde· pasajes al acto, asunción de riesgos, sumisión
- segun los dichos de Patrick- que en aque l momento los escolar, ele. ~~n efecto, progresivamente dcbc cumplir con el
padres cst11bnn muy preocup11dos por los problemns de trabajo de sc>pnrnción y de "desenganche" con los perAonnjcs
sucesión, por la vcnla del hotel, del restaurante, t•t~ cd1p1cos, emprCijll dificil, pues se encucntrn pcrlurbado por
Ese drnmn. ocurrido al comienzo de la adolt>sccncan, tras- los imperativos contradictorios que estos úllimoR expresan:
lomara <'I proceso de maduración deljovt>n, pues el ndoles- "Sepárate de nosotros, hazte independiente, pero no dejes de
c<'nte vive un p<'riodo de mucha fragilidad durante el cual los sC'r nuestro niño y de parecerte a nosotros.. Debes combiar,
elementos d<'I medio que lo rodean re\'lSlen una 1mportanc1a pero seguir siendo el mismo para nosotros. debes desmar-
mavor Se •ah<- hasta que punto los padres estan involucra- carte de nosotros sin decepcionamos". Los padrC'S deman-
dos° y !'n qué medida sus reacciones tienen impacto ~n el dan y temen al mismo tiempo la autonom1z:ición, sienten
devenir de la cri~is, ,.a sea en el sentido de un agTavam1<•nto que el h1JO se les escapa.ya no tienen poder sobre él y temen
o de una 11<>luC"ión.' Ahora bien. aquí los padrt's parecen el cambio que le exigen. Acechan la inquietud y luego el
cxtrariamt'ntt' auscmes. enfrentam1ent.o, el conflicto puede extedonzar~<' de mrincra
notoria: rcbt'luin, oposición, desafío. Veremos que Palrick no
pudo cnlrar en esa fase de revolución y resolución edipic11:
quedó de cslc Indo de la misma.
La c f'is iR de la a d olescen cia El adolesccnlo vive por sí mismo en la ambivnlcncia,
quie1·c s inrnlll\ncamcnlc partir y quedarse, partir sin rom-
per, no n•nuncior brutulmente a la seguridad del refugio
La adolesc!'nc1a es un período duran le el cual e l sujeto opera famil iar, no comprometerse cm nuevos amores y perder el de
una profunda mutnción. Abandona el mundo de lo infancia los padres Quis1<'rn ribandonar la infoncia y acceder al
para enfrenlnr la edad adulta; es un nmmcnlo de perpleji- mundo adullo, pero todos saben que todavia deberá esperar
dad e incertidumbre. pues debe cumphr swutllant'anienle antes de ingresar a él: la duración de los estudios, las
un trabajo de dut'lo y de renacimiento. ya que el momento de condiciones t•conómicns lo mantienen en una dC'pcndencia
ruptura !'S también el de la reorganización de la identidad. más o menos bien aceptada. En nuestras sociedades la
El sujeto \'i\'e inlensamente la angustia de separación. debe adolescencia se prolonga.
renunciar a todo lo que puede tener de seguro <'I mundo de Paralelamente busca en el exterior del circulo familiar
la infancia p:ira ingresar a la edad de hombre. y a p:irtir nuevo!' modelos con los que podrá identificarse, profesores.

212 213
educador<'!'. amigo~ de los padr<'s. En su írnnja et.aria <'n· 1d..ntificc111dose Mn el d1'M'O de la madre, cálculo inconscien-
cucnlra modelos con los que identificarse: moclo.s de vestir· 1 t'. subrny~moslo: scni como ella, se ocupará del niño, va a
se, gustos musicales, <•te. experiencias que Patnck no pudo .. alvarlo. a "volverlo normul" (!). Entoncc>s le habla, le cuenta
vivir. . b. b. 1• lustorias: "t:l es inteli¡:l'nte, su mirada es vivaz-. piensa. De
Durante ese mismo tiempo e:r:pa1menló cam tos_ 10 og1· 1 ·C modo su madre verá qué dev0<:1ón le profc>sa, cuánto
cos en su cuerpo; a menudo se enfurece por Vt\'lrlos de una. el lambi6n, a ese niño. En rst• papd, Patrick no
manera pasiva <¿cómo integrar .P~iqui~amentr ese nuevo ,.,·oluciona, n·tr·ocedc, pese a que los resultados escolares
cuerpo?). A veces sil•nlc perplcJ idad, mcluHO desamparo, 1guen siendo sntisfaclol'ios durante> lnrgo licmpo. Esa acti-
ante unn imagen de si mismo en la que no ~e reconoce. tud lo alcjt1 de los jóvc>nes de su edad. Cuando c•slo~ salen
Palrick "<' preocupnhn porque vetan en el suyo !1n cuer!'° Juntos. se crtt7~n con Patrick. quien pasea a su hermano de
fememno, "una pelvis de mu1er. me11llas de mnn . El dcsa· ocho o diez aúos en un rochccito. Se nen: "Su bul'lan de m1~,
rrollo de la pubertad, con la excitación sexual que p~ducc, piensa. ¿E,. dr ~l de quien serien o d<• c><u insólita pareja? Se
obliga al sujeto a dclorminarse Hrxualmcntl'. l.a puls1on se 1•11trcgn a fondo en csn tarea: es triunfar o morir Si no
encuentra allí: ¿qul> puede hacer con ella? . 1nunfa. sc suicidará. Stn duda, en t•I fondo, Palríck duda:
El drama ,.h-ido por Palrick al comienzo de la adole5ccncm ,.de~animado o con una actitud de profundo recha7.o frente a
~rturhar:i los proct»•Os de maduración pr?ptos de ~s~ p(•r10· · se niño qui' IC' "come" In vida? Entonces se deprime, hace
do de la vida. El lrahaJO de autonom1zac10n y suhjcttv.acwn c•l vacío d1•nlro de él, HI' "umergc en csu regreHión hasta el
que dtn tras día curnplt• el suJcto pasa por la muerte s1mhó· <'Xlrcmo de parecerse t1I hermano.
lica de las imagos parentales. En este caso<'" la muerte real L:i internación le p<'rmitió salir de !'se encndl'namiento
lo que t·nn1entra el suJcto: pierde a su ahucia. pcrson<lJe mórbido. Después de alf.(unas sesiones, yo ya no creía en
clave de su exisl<!nctn. pero también del mundo que rcprt'- una patologta ps1cót1ca: algunos indit'tOs hacían p<>nsaren una
~entabn Sin embar¡:o, Patnck no es un hut•1fano¡ ltl'1~e nrurosis. En ~u caso no se notaba ninguna patologia que
padres, pt1ro están IPjos, tienen po<'ª p1:esencm en su v1da.,hs proviniera de la primcrn infancia: terrores, nnguRtias, fo.
posihl<' imaginar que al cab11 del tiempo h¡1lma podido hifls, como o menudo es l'i caso en lm• p~icosis. Putrick había
acercar~c a ellos. en ocnsión. por t•jt•mplo. di' su oncn_tucwn tPnido una primera infancia fcli?. y distendida; su~ trastor-
escolar o profcs1onal tcl alejamwnto_ tal vct. hoya s.1d~ un nos databan a partir de la muerte d<' In a hu!' la y del regreso
factor para evitar t·onllictos). !,a s1tuac1on que_ vl\·10 <•s 111 medio familiar
1'8clicalmt>nlcdifcrcntc. En el monwnto de la desnp~nc1on de• la Despul's rle algunos mcsos de tc•rnpia y de un trabajo ch.'
abuela siente ltr1ll :111gustia mortal y un s('nturucnto tic inlerprelnción de los i;ul'noi< que lo upasionaba, l'ntrick fue
extrema soledad, y prccisamt•nk t>ntonces se rc•1ntcgrn n unn mejorando. St•guía con rcgul:iridacl sus cursos lin:iles, fisi·
familia en la que descubre que ya no tiene lugar: un 111110 c:imenk habi:i cambiado, caminaba con actit ucl relajada.
sevcramc·nte discapacitado es d ohjcto de_ todas la~ atencto· había crecido. Liberado de esa alienación idcntilicatoria, se
nes, !ns miradas de los padres solo se d1n¡,:c•11 a el, ~o que pr1·m itc dar libre curso 111 deseo dl' vivir: al respecto, recor·
rel'ucrza su sentimicmto de abandono. Incluso las enferme· clnba P] clinumismo de lrt abuela. Hm·c su pequerin crisis de
dadcs que expresan su sufnm1t•nto !1º. los preocup;111 ."'~ adolescen«in dentro de !;1 clínica. al parecer. sobre tocio, para
mavor medida. ¿Qui' hacer parn eXlsttr ante sus OJO~ e probar la tolrrancia de los cuidadof(·s-pndres: pru;¡1r la noche
ing;.esar de nuevo l'n el círculo famtltar'?. . . con una chica en la cama, lo que está prohibido en la clínica,
lnicialmcnle rn·c•rñ conseguir una salida a esa s1lut1c·1on volver borracho w111 noche. cte. Cuu nclo le pregunté si no

214 215
temia ser expulsado. me respondió: "No lo creo; aquí me I NDESTRUCTIBILIDAD DEL VÍNCULO
quieren mucho, están conmigo". Había comprendido q11c NIÑOS-PADRES
contaban con t.cnerlo allí basta el fin del atio rscolar: los FR ENTE AL ANALISTA CASTRADOR
profesores y el personal que lo atendía ~e sentían demasiado
ícliccs con i1u cambio y con el éx;to que conseguía en los
estudios. Salió de la clínica luego de obtent'r el bachillerato
y volvió u \'Crme al comienzo del siguiente año de estudios
para decirme que no vol\'eria a poner los píe~ en csn "maldita
clinica". ! labia rescn·ado turno para consultas con un a na -
lista de 11u ciudad, con el propósito de conllnuar el trabajo
comenzado conmigo, y se había inscripto en la fucultad.
Esa observación nos confirma en la idea de que durante la
adolescencia "lo peor nunca es algo seguro". Hay que tener El papel del analista es el de permitir al paciente ni1io o
en cuC'nla queon un adolescente los síntomas son C'minentc- adulto-dci;cubdr en qué el vínculo con los pudrcR lo llevó a
mente lábiles, que pueden variar según los momentos y las unn dc>spost•sión de si mjsmo. El analtstn, motor de ese
circunstancias: del pasaje al acto a la dt•presión, de la trabajo de separación, puede ser calificado como "castrador"
rebelión a una actitud pasiva. El hecho de que sean clamo- en la medido en r¡ue IJeva al sujeto a renunciar a ciertas
rosos y espectaculares no siempre es un signo de gravedad, representaciones imaginarias vinculadas con 111 filiac16n,
cosa que deberían saber padres y docentes. purn acceder al C'Sl."ltus de sujeto libfl' Ese recorrido e" el
Los "psi" debcrian cuidarse de plantear un diagnóstico m1;;mo para el adulto y para el niño en análisis, inclu.'IO si los
definitivo: ciertos comportamientos inquietante~ desapare- modo.~ de l''Pn·sión y las conductas de la cura difieren. Unos y
cerán sin dejar rastros. como en el caso d(' Palrick. También otros de><eubrirún en qué ese "odiocnrunoramicnto" que los
lo contrario: es posible obscn•ar una eclosión psicót1cn en un \inculn con los personajes edípicos puede eng('ndrar una
joven sin historia r¡ue a menudo se prescntn como una copia s1tu11c1ón patógena que alienu sus existencias.
conforme ni modelo parental. El n1110 NI l'l adulto. ¿Qué nos dicen los adultos cuando se
tienden en l'l diván? Después de enumerar los dificultades
actuales, los sintomas y los sufrimientos, se vue lven a la
mfancin; e::i allí donde van a buscar la fuente de su mal-estar
y el sentido dC' sus vidas. Entonces, completamente rehecho,
todo vuelve u la superficie: la madre. el pudre, el sUCb'TO, los
hermanos y hermanas. la vida alrededor dC' ellos con el peso
de la tradición y los prcJuicios. Su vida presenlc pasa enton-
ces a i<c¡,'Undo plano. a menudo en ese momento los smt.omas
se borran, sC' sumergen en los recuerdos, pues c•s alh donde
ir-.in a encontrar su verdad: son eso, están hechos de todas
esas cosas vívidas que creían olvidadas. Todo vuelve a surgir
con una violencia inaudita. el amor de una madre, la ausen-
cia de un padre. los celos por un hermano menor Años de

216 217
nnalisis no agotarán l'I redescubrinuento de esos vincu· ~n el vínculo parcnt¡il. íDe qué está hccli<> ese nucleo duro,
los. Crc1an haber vi\•ido otra cosa: "Tuve una infancia 111drs/r11cliblc, que rc~ts/I' <1 to<los loN cambios?
fc>li7.", decían en la primera entrevista. Creían haber ~n primer término encararemos lo que subyace en el
salido del sonwlimi<>nto de las imngos parentales: "No clC'~C'o di' hijos, difcrl'nciríndolo del deseo de maternidad y del
cometeré con mis hijos los errnr('s que mis padres come· de p¡1Lcrnidad, para luC'go dedicarnos o In manera en que el
lit>ron con nosotros" y, sin saberlo, repiten los mismos nino interpreta esos deseos y trata de dnrlcs respuesta
comportamientos. Oci<dc el comienzo dr los tiempos !ns mujeres hacen los
Desde el conuenzo de los tiempo,, cada epoca ha creado nirlos de la misma mnnera. El nnculo es físico, camnl. y no
reglas de vida social, promulgando leyes para hacerlas res· ¡rnc·de ser discutido: la acogida que la madre resen·a al hijo
prtar. La evolución de las costumbres se ha prcc1p1tado ·1mor. rechazo. muerte a veces- e.• otra cu<'stión. El r('cicn
desde hace algunas décndas. y las rt•gl:is sociales han sido nacido es ese "objeto 'a' que aparece en el cumpo de lo renl",
trai<Lornadas. No hablaré aqu1 de lus nuevas formas de trozo ele cuerpo ni rniHrno tiempo tan ccrcnno y tan cxtrmíu-
fami lia, que Élisnbrth Houdinescotumliz<l b1enensu lihroLa rnrntr di fe rente. El nir10 es para la madre un objeto narcisis·
/nm1lle en dés(Jrdre. 1 La relación hombre-mujer ha cambia- tu dt•posit.ario de i;us deseos, de su!< pulsioncs, portador de
do: al acceder n In nnticoncepcicin, las mujeres han visto múltiples representncioncs consc1cnteti y de Loda una pro·
modilicar:;c su estatus. El dorrumo de la fecundidad ha ol1·m;itica inconsciente que hace \'olv('r n surgir. Durantt• el
desordenado los fantasmas de dommaciiín de los homhrc•g y emh;1r:120, pued<' rt'pn•><•ntnr parn el1¡¡ un cuerpo extrano,
a las mujeres lus ha llevado a replantear la cuestion de su una 1•spccíc de partisito molesto qui' sr nlimenla a sus
deseo: deseo de tcnN hijos y deseo sexu n1. La prolongacion de cxpcnsas. Puede ser uno de <'SOS mnos concebidos en mccl10
la vida y la cvolucion de las coslumbn•H han hecho evo lucio· d1•l odio, fruto de unlt vrnlac1ón o do un inccslo, al que cll n
nnr la naturakzu de In pareja y han creado nuevas fonnas de quisiera suprim ir d1•h1do a que su cx1slcnc1a es un pcrmu·
parentesco -fami li as monop:ircnluit'N, homoparcnlaleN, fo. nent<' 1·ccordator10 del lrnumalismo original. Cuando <'slu·
milins vueltas a recomponer. gencrndns artificialml'ntc, d1ab;1 medicina exp1•rimcnlé el primcr choc¡uC' en mi carrcni
etc.- en las que <•1 nulo tiene un lugar que aún queda por cunndo <'n la snla dt• partos v1 a una joven parturicmta
dl'linir. En medio de lodos estos grandes cambios lamhit•n la nc¡:arse a mirar al niño que acahabn dr dar:. luz; volvía la
función paterna ha rrsult.ado cue~t1011acl11; se ha htiblado de calwrn v lo rechnznba cuando la obsl<'lra mtcnlaba p01wrlo
"nuevos padres", ><in que aún se haya podido delcrm11rnr la en sus brazos. Conmocionada, abandm1t' In sala y ya en el
naturaleza de ('Sil l'volución. Los progresos de la medicina corr!'dor experim ente un profundo molestar.
tnmbién htm dad<> más longevidad o los niilos, qufrm•s hace Para el ni1'to. el Ncntimiento de pcrl<'rwncin biológico n lu
poco más de un siS(lo gólo teman entre un 30 y un 40'.< de macl1t• no puede ~cr ne¡:ado ni borrndo; prrmanecc en <•I
posibilidades de ~obre\'Ívir luego drl nncimicnto centro de su repre~c>nt:1ción de identidad Con la historia de
lx'l familia. su papel. su C\'Oluc1ón. el lugar del niño, la Clara vimos cuanto podían resultar pcrlurh:idas madre e
relación padres-hijos son problemas sociales que ctnologos, hijn por la ausencin de un indicador que sancionara su
sociólogos y p~1cólogos se aplican a drscifrar y sobre IM que t•1111·11/ri d<' sangre. La húsqucda de la madre biológica puede
nos instruyen en innumerables publicaciones. ocupar toda la '•ida e.lo ciertos nii\os nnc1dos como NN. En lo
Más allá de Lodos rstos cambios soc ial es, quisiera abordar actua lidad conocemos muchos testimonios de esta circunq.
aqu1 lo que hay dt' permanente. de rtrrno, de fundllmcnlnl l:rncia La función pritcrna, por su parle. no se encuentra tan
1 EH~~lbeth Houdin<'"'C'O. La familh• en <11• ...ordrt: Pans. favard, :!002 ancludu en lo biológico; surge ante todo del orden simb<:ilico,

218 2 l!l
lo que explica la variabilidnd del pap<'I paterno en función de Aun si escaparn a la filiación bioló¡,'lcn, el niño no dejaría de
las épo< "'y de lns eslrucLuras sociales. Los análisis genéti· inscribirse en el deseo de quiC'ncs dicen i;cr el padre y la madre.
cosque procurnn establecer la pntcrnidnd han hecho evolu· La etnóloga Fran~oiso l léritier ha dado num<'rosos ejemplos de
cionar en la actualidad In noción d<' p:ilernidad. puesto qu<' sociedades donde los padres biológicos dan sus hijos a dos
el padre bioló~co puede ser 1dC'nlificudo con cerlczn, mien- miembros de la fam1hn 1t1os. has) que son designados como
tras que hasta entonces el padre era nquel del que la madre padre y madre. Reconocer como propio al hijo supone la
decía: "Ese hombre es el p;1<lre <le mi hijo". ,·oluntad de un compromi:-;o y de una toma de responsabilidad.
¿Por qué .-i• quieren hat'f'r h11os? Pocos podrían responder El nino es n:wnll(1do, ocupa su lugnr en t•I seno del giupo
a esa prcgunl<l, aun ruando el dC':;<'O de tener hijos, para familiar. se in,-crilx> en l:i sucesión dl' generaciones y forma
muchas parejas en nucstrus rocirdades occidrntales. sea un parte de la comunidad En rl deseo de criar a un mño siempre
dese-0 firme y la conct'pción una decisión madurada. Fuera es posible reencontrar la noción de deuda. Conoci una época en
de las buenas razones conocid:is, por ejemplo, tener un hijo la que cierto,; padres cuya ''ida no swmprc resultaba fácil
del hombre o de la mujer :i In que se :ima como prenda de ese decian que ponrr hijos en el mundo si¡,'llificaba un de/>(>r. Lo que
amor, l:i mayona de las mollvac1oncs surgen de una proble- <'.• taba en juego en eros tic·mpDI' n-0 cm d placer; los ruñas
mática mconscicnl<'. Eriste 1'11 todo S('r humano una deuda dcbian 1T<'Ot10N'r los 1>acnfic10s que cxigia ,;u rducación. lo que
de vida por pagar, y transmitir la uda, a -~u t·ez, es una no dejaba de reforzar la culpa vinculada ron la deuda.
manero de saldar 1'11 parir (>.•a druda Aunque lo nil'gllrn.10< padrl's dest•an, pul''<, tener hijos que
Dar vida es cngcn<lnir un nuevo ser, pero la procrcació~ ;;ples parezcan. Grande n•sulta entonces la tentación de querer
no se reduce al encuentro de un óvulo con un espcrmalozo1· modelarlos a su 1magrn o a imagen dt• sus sueños o ambiciones.
de, ya que ambos pueden ser t.omados dr desconocidos . .Más Bajo elAnrn•11 Rt'>1111w, cn muchas familias, el destino de cada
allá de la creación de un cuerpo vivo, está la lrünsmisión de uno estaba sellado de antemano: el primogcnito heredaba el
un nombre, una hcrcncin, ideas, creencias, todo eso de lo que patrimonio. los menores inj..'TC!<tiban n los órdenes religiosas o
estamos hechos·• "p:ism la posta", se suele decir. ;,Acaso no es al ejércit.-0. Ese desN> de• dirigir la v1du del huo pasa por la
?
la propia vida lo l¡Uc que>rt'mos vrr pC'rpctuarse. educación: "Dd>es . ser esto o aquello, 110 d1•fw11 ... comportarte
Transmitir la vida C8 dur un palmo de muices a la muerte, asr. A partir de esos impt'mtlvos !'e construye el super:vó, esa
es crear un ser que nos 11ohrcvivini, qut' proviene de nosotros y instancia morol que puede volverse pcri;l'<:ul-Oria cuando en-
que 8C parecen nosotros. Qucrl~mos que se nos parezca lo más gendra una culpa insuprrahlc. t•;I n11io debe aprender a domi-
posible. Apenas cst.ñ con nosolros, 1.JuscnmoR encontrar lo igual, nar sus pulsimws. o canuliiurlus: parn <'SO sirve In educación.
lo parecido <'n la apariencia flsica inicinl, los ojos de la madre, Lo que al principio sr pr-e,.cntn como esencialmente pulsional
la nariz del padre y, por Nupuc.~to. el "nir<' de familia". Es progresivamenlc vaoricntando!<r hncin rl r<'gistrosimbólico: la
reconocible ese fnnlnsmo de procreación de lo mismo en las violcncin primitiva s1• horr<1 u mt'dida que e l sajelo inlegra
reacciones pasionales que su~c1lan las investigaciones sobre la Ley. La educación está :dh pnrn permitir que el niño
clones, los coment¡11·1os que oscilan entre In fascinación y la reprima sus instintos y acepte las rrglns éticas.
repulsión. Se ve allí alguna trun!lgresión temible de nueslm_s Son conocidos los mélodos pedagógicos aplicados durante
orígenes sexuado:;., pero qurdamo!< fascmados nnle esa pos1?1- largo licmpo en los marco~ l'scolnr o familiar: humillaciones,
lidad de sobre\'Í\'trnos en un ser qu<' seria nuestra copia; golpes. encierro. castigos corpornlcs, rte., todo ello cargado
si¡,iifica olvidar que un sujeto siempre' es único por s~ hIBt~ria de buenas intenciones "Es para tu bien", se le dice al niño,
en lodos los caso~ sin~lar, qur se construye en lo simbólico. mientras el adulto da curso libre a su• pu Is iones de imperio

220 221
y dominio sobre el más d6bil. Alice Miller en su libro C'est modos de hablar. sus gustos, sus comportamientos les resul-
pour lo1t bten2 describe lo que llama la pedagogía negra, esa tan insoportables. Es preciso que vuelva al redil, que vuelva
educación en la que el castigo del escolar o del hijo propio a ser el niño dócil que era anll'S.
implica prácticas •ádicas El analista ca.•trodor. El anal isla r<>prC'senta al tercero
La educación impartida por los padres tiene de particular que va a romper el circulo patógeno de la relación dual. El
que se encuentra mtimament<' ligada con afectos extrema- niño en análisis poco a poco sale d<>I sometimiento al deseo
damente fuertes. S!' realiza sin choqu<'s cuando reina un del Otro, por lo general de la mudre, uunque a veces también
clima de afecto, de tolerancia y de respeto mutuo. En esos del padre o de la pareja. Hemos visto al Joven que se analiza
casos las reglas de vida no son 1mp11eslas mediante la asombrarse al escuchar a los pndrc.q hnblar de su trayectoria
intimidación, smo interiorizadas a parllr de vínculos identi- de vidaydcscubnr hasta qué punto «e encontraba implicncloly
fica torios con los adultos tut<>lares. La educación puede entrampado) en una historio que no era In suya. Al cabo del
adoptar una forma cruel cuando In rl'lacíón con el niño libera tiempo puede, así. reapropiarse de su propia historia. Esa
en los padl"('s pul•iones sádicas, con predominio psicológico separación que el analista sosticn<' til'nc d \'alor de una
o físico. Puede S<'r el chantaje del amor: en ese caso el miedo a castracion. pues le penmtc al sujeto ~11ir de sus representacio-
perder el amor del padre y ite>r nbnndonAdo mmn la moral del nes imaginarias \'inculndas con In filinc1ón: fascinación, "odio-
niño. Experimenta esa crueldad psíquica sin f<'ner co11cie11cia. enamornmiento", identificnc1oncs masivas, por ejemplo. La
de rilo. porque todavía no tirne la capacidad de (-Omprcnder y intervención del analista rcintroduct' In l<>y, a saber, el senti-
juzgar un comport.am1cnto, J)<'rO también porque tiene nece- do, la sucesión gencrac1onal, la necesidad de ser sí mismo y
sidad de conservar a sus pnd res, sean quienes fueren, ya que de no creer ser el otro. El analista p<>rm1tc al analizando
identifica el nbt1ndono con la muerte. La violencia física, a la entrar al proceso simbólico como puede hacerlo la función
que se denomina maltrato, so ejerce mediante castigos cor- paterna (el Nombrc-dcl-Padrel, cuyo representante, el pa-
porales, cuyos rclnt.os pucdí'n l<><'rRc en las crónicas diarias. dre real, puede, en el mejor di' loR casos, rncncontrar en ese
¿Qué u1enr1t a ped1rll! los padres ol a11alisla di! su.s hijos? momento un lugar que se creía vncio As1, <'1 padre de Brian
Esperan de nogolros quC' pongamos fin al sufrimiento del niño: se manifestó con mucha cficnc111 f'n e l tran~curso de la cura.
debemos curar el eczema, el U8mU, el insomnio. Pero muy a Cuando los padres forman parle dol aná lisis del hijo, son
menudo e l síntoma 11c cnrn<>ntrn rn otra pnrt.c, es el comporta- llevados a reconsiderar la noLuralt'za de la relación que
mfonto lo que molesta: quieren que deje doorinars<' en la cama, mantienen con SUR propios padres y n descubrí r que repiten
de tener est!lllirlos de C'ólcrn, <lo morder u la hcrmnna, de no esa vivencia en el método ele cducnción que implementan con
interesarse en la escuela. Se sienten impotcnws y nos piden su propio hijo. ~~sto sign ifica r<•conoccr su porte de respon-
que pongamos fin a esos eHpccics de desviaciones para que el sabi lidad en la .sinlomnlologfu de l hijo, y ese descubrimiento
niño fi11almenll' les ¡ch! s<rlts{accionesl Por supu<>slo, prcfcri- les resultn desestubi lizador CicrlaH pntologins graves ele la
nnn que cxislicrn un mcdicumcnto eficaz que arreglara las infancia -e l autismo, por ejemplo- suponen una fuerte
cosas sin que ellos tuvieran que plantearse preguntas, pero han implicación de los padres y un gron sufrimiento. En esos
entendido que <>se mrdicamcnlo no existe. ca~os. y en otros menos scvC'ros, se d<>ben encarar medidas
Cuando el niño se convierte en adolescente, se quejan de de ayuda parn los padres y la fam ilrn, o los efectos de evitar
que no responde o sus expectativas: ya no lo reconocen; sus la depresión y la ruptura de cirrtos lazos familiares.
1 Alice ~11llrr. C"r:.t fH>llr ton ho·11 Rac·1111.-.d, In t•it>h·n~da11! l'Cdt1cat1on Del nulo a los padre.~. Despuéi; dt' intentar el señalamien-
de frnfa111, Parí•, Aubier-Monta1jllle, 1984 to de los curnct<>rcs fundumcntules del parcntl·~co, \'eamos

222 223
de qué modos se consbLuycn en C'I ni1\o los fenómenos de Deuda y c ulpa b ili dad
dependencia de sus progenitores. No hacemos referencia
aquí a personas o a calC'gorius pulológicas, sino a lo que
puede constdcran;c como caractcriRlicas um\'crsal<'s. Hemos record¡¡do I¡¡ deuda a propósito dC' la paternidad
Todo ser humano sólo puC'de pcns(1rse a partir de sus mostrando que hacer hijos era una manera de saldar en
ongcncs; haber nacido de .•us progenitores: a ello~ le!! debe parte esa deuda; tihora bien, eRa dC'uda es inextinguible.
estar alh y nada puede su~tmcrlo a e~a ev1denr1a Por más que Encuentra su ongen en nuestra condición de humanos total-
a veces puedan ocunircircunstancirt:< tales como padres adop- mente impotentes en el momento del nacimiento, situación
tivos o reemplazos parentales, nada puede borrar la realidad que mantenemos durante largos años. Hemos analizado en
biológica y nadie escapa a c"a realidad. Negarla seria anular esta obra los complejos pmee.os del nacin11ento del su1eto a
esa parle de s1 mismo sur¡rida de- nuestro patrimonio genético, propósito del caso de Brian. subrayando la marca indeleble
responsable de nuestra apariencia fisica, de nuestra constitu· que dejan las pnmcra.~ rx¡l<'ncncias de interrelación. con el
ción, de los msgo.« de nuestro ro:;t ro. Scgtin la creencia popular, sesgo "a vida o muerte" de ese apego, pues sin los cuidados y
el parecido 1Is1co con los padres a menudo está a!loeiado a un >'in el amor del adulto que reconoció al ni no como suyo, éste
part.-cido psicológico, como si nut•stra identidad psíquica estu- moriría. Ese lazo mde"tructible se ata en torno de las
viera inscripta en nuc.,lros genes. Ahorn bien, !<abemos hoy que conduelas de crianza asociadas a los dcmiis modos de comuni-
no hay nada de eso, quc csosc.1ruclt·rcs surgen de lo adquirido, cación. Siempre me hu impresionado la importancia del papel
del medio que nos rodea, de la educacié>n, y no de lo i111wto. de las nodrizas en numrro.-as ÓJ>eras y piezas teatrales. Fiel
Hemos examinado largamente In cuestión a propósito del caso hasta la muerte, la nodriza siempre l'St.á allí, lo más cerca
de Lydia. Dare el ejemplo de unujoven cuyo padre se encontra- posible de aquel (odeaqudla>alquC' ha ahmentadocon su leche
ba encarcelado por un llS<!~inalo. Ella tcm1a halicr heredado y que sigue siendo ou niño< a). E!< Enonu, la nodriza de Fedra,3
una prt.-d.ispo~ición ul a.-e,,inulo; hnblabil d<' hc>rcnciadesangre es la nodriza de Julicta,• que no dCJfl de hacer referencias a la
y agregaba: "Soy su hija, soy ~u mitad" Curiosa expresión que infancia de Julieta y 11 la fclicidud de aquel tiempo, es
podía significar"soy 1:1 mitad de su Aangre", pero lambién "soy Euriclca,6 la nodriza de UlisC'R, 111 primC'ra en reconocerlo
su milad", como se d!l'C "mi mitad" al hablar de la propia mujer cuando Penelope todavia no quit•rc creer en su rrgreso. Es la
en el lenguaje popular Cuando un comportamiento parental se nodriza de Orestes' quien, nnl<' lo noticia lfalsa) de su
repite en un descendiente, C'Slo ocurre a menudo por un muerte, proclama su anior en estos términos: "¡Orestcs,
mecanismo de rc>pctición idenlificat.orio, pues 1w existe el gen Orestes! !l;l tormenLo de mi corazón, el n ino que recibí cuando
del comportamiC"nto. Lu n•llcxión de aquclltl joven evocaba salía del vientre de la modrc pt1ra darle e l olimenlo. Esos
para mi una respuesta de Frunwist• Dolto o un niño que se llantos nocturnos que hay qul' saber onlcndcr...".
quejabn de no conocer nl ¡indrc: "Solnmcntc tú lo conoces Debemos la cxisti.-nci11 como t«)res vivos a nuestros progeni-
porque es una pm·tc dc lt m111mo". Ese a lujo dt' Dolto me había tores, pero más allá somosd1•udon~)! ele ellos por haber hecho de
part'cido diseutible pu""· si bien podu1 ayudar ul niño sugirién- nosotros seres hu111a1w.~;sc lrata de una "deuda simbólica de la
dole un fonlai;madl' idcnlid<HI, ;,qué pensar de un "conocimien- que es 1·esponsablc el sujetot-omo suJeto de la palabra", escribió
to" del padre que se redujcrn ni nx:<moc1miento de la herencia
Rac1nc, Frcfro.
genética·? ¿Qué huccr con e"e subcr de orden biológico si no está t Sh:tkl·~pc:lre, Rnn1eo _\' Julleta
asociado por un lazo simbóht'O u ese pudre? • Homero. /.-0 Ocf1~
• Es.llu1Jo, /..a Oretttiada. la~ COf.•/Orat,

224 225
Lacan. Nos han introducido a Ja Ley. ley del lenguaJe y ley do como una fuente de peligro, contra el cual son dirigidas
moral, con las prohibiciones fundamentales del homicidio y sus tendencias sádicas". Esa agresividad primaria implica,
el incesto. Nos enseñaron el dommio de nuestros instintos y el pues, el temor a las medidas de represalia CMélanie Klcin
r!'S!l<'lO a las reglas sociales que hemos hecho nuestras para habla de la ley del talión). Lacnn reconocía el fulgor de los
fonnar en nosotros esa instancia que llamamos superyó. descubrimientos de Mélanie Klem, a la que calificaba do
Frcud decía que el superyó era al heredero del complejo de "tnpera genial", pero, si bien tom() en cuenta sus obscrvac10-
Edipo. Cuando el nill.o pequeno vivió la rivalidad con el nPs, no dejó de llevar adelante su investigación sobre los
padre, interioriza la prohibición acerca de la madre, Jo que orígenes del sujeto y, gracias a la teorla del signilicantc y In
entonce8 se convierte en el modelo de toda proh1bic1ón. El formulación de las categorías de lo Heal, de lo Simbólico y de
superyó puede mostrarse severo y cruel, lo que hace decir a lo Imaginurio, hizo avan7.ar nul'stms conocimientos en c~c
Lacan que es obsceno y feroz; numerosas patologias que son campo. El mundo de Mélamc Klcin sigue siendo una repre-
obra suya nos lo confirman. Si el superyó se encuentra sentación imaginaria que ninguna tercera instancia vienen
asociado a la autoridad parental, y sobre todo paterna, se empujar hacia lo simbólico; con ella. el pene omnipresente no
sublima en concumc1a moral, c,.a ley moral que Kant identi- se com'lcrte nunca en falo
ficaba como instancia suprema del comportamiento huma- En ílrinn tocamos con las manos lo que pueden ser esns
no. Pero Freud ya pensaba en un origen más antiguo del arcaic!ls pulsioncs de destrucción, con la angustia y la
superyó, cuando afirmaba l'n Malestar en la civil1zació11:7 cu lpabilidad que les están asociadas. P:irn captar el origcn
"La severidad original de l superyó no presenta -o al menos de esa situación, es preciso dirigirse a los primeros csboios de
así- la severidad que experimenta o que se espera por pnrte individualización, cuyas etapas hemos descripto en nuestro
del objeto, sino que expresa la agresividad del propio nii\o comentario. Hemos visto que el niño se construye a partir de
frente n aquel"; en este cuso el término ~objeto" es lomado una red de vínculos lCJ1dos con In madre y con el medio que
aqu1 en el sentido de "persona", por lo general la madre. Jo rodl'a ·sensaciones, percepciones, afectos, intercambios
Mélnn1e Klcin fue la primera en comprender que ese de lenguaje-, todo eso al mismo tiempo que se produce el
superyó se encontraba en acción desde los primeros meses de procc•o de separación: separación del cuerpo de la mndre,
\•1du, en relación con las pulsiones agresivas del niño. En La del mundo exterior y separación di' los significantes que vim
Psycha11alyse des e11/011ts• escribe lo siguiente: "En mi nrlf- a asocinrs<' de nuevo para producir sentido. Algunos de l'sos
culo titulado 'Los estadios primarios del conflicto cd1pico' procesos nunca acaban y su dcsnrrollo pennanecc i ~'Tlorado;
(1928) describí una etapa precoz del desarrollo, que C'Slá sólo puede sorprendérsclos u trav6s de las formaciones del
dominado por tendencias agrcsivns del niño frente a l cuerpo inco1rnc1cnte, síntomas, suci\os, ele.
de la madre, al que dcsC'a nntc todo robar y destruir su Unn ctnpa importante de su idc11tificacion - palabrn em-
contenido". A continuación describe la angustia del 01110: "La pleada aquí en el sentido de busqueda de la identidad- es
angustia que siente el niño ante sus propias puls1ones franqueada por el niño en el momrnto del estadio del cspe,10'
destruCti\·as actúa, a m1JwCio, dc dos maneras. Ante todo csn descubre su propio rostro en el espejo, aunque "el pnmcr
angustia le inspira cl miedo de ser él mismo exterminado por cspeJO para él es el rostro de la madre", decía Winmcott. De
sus propias pulsioncs destructivas... luego, hace convergir alh en adelante se ve desde el lu¡¡-ar del otro, en lo que da a
todos los temores del niño sobre el objeto exterior. considcra- t•er, en su estar en el mundo; C'R la mntnz del narcisismo,
Frcud. /.talar ...e dan.s lü c•u 1 1il~<Jf ion, París, PUF. l 9í 1 dicho ele otro modo, del amor propio, y esa visión pr<'ludin
,. ~lul .1n1<~ l(lf'i n. La Psycho1r<1h·sf' <lrn t~nj"ants, Paría, PU1'', J959 todas !ns idcntilícacioncs imuginlll'ias.

226 227
Esos procesos complejos pueden ser impedidos o perturba· La culpab1/idad sirmpr<' se rncucntra vinculada con 111
dos, el acceso a lo simbólico puede ser vallado: niño dejado a idea de falta, con el sentimiento de ser culpable, se hagn 111
su propia cuenta. oisludo. mal querido, abandonado. En ese que se hiciere; el msti~o y In reparación son medios par,1
coso, el trabajo de recupC'rnc1ón imaginaria y simbólica del evacuarla en parte. L::is rozones de ese sentimiento de
cuerpo no se pone en acción y lodo inlcnlo de separación culpabilidad muy a menudo pcrmaneccn totalmente deseo·
choca con una realidad onguslianle. Los fantasmas de agre· nocidas, pues son de nnturnleza inconsciente. Intentaremos
sión contra ese Otro del que el niiio busca liberarse se cstabh.'Cer su ongcn para entender su sentido.
vuelven contra él y as1 vive el terror de ser destruido. En Hemos insistido en el hecho el<' quc el ,-inculo era concomi-
Brian. el "le malo, me mntns"<'rn una r<'vívíscencín de angus- tante con la i:cparación en el desarrollo del sujeto; en efecto,
tias de destrucción primitivas, donde la agresión concernía el niño se estructura a purlir de nnculos afectivos y signifi-
tanto al cuerpo de In modrl' como al suyo, ya que el corte entre cantes, al mismo tiempo que se libera de esos vínculos: esa
ambos resultaba problemático. Esas angustias arcaicas no libernción pasa por la N'prt!siti11 . Dl•b<' salir de la identifica-
verbalizables pudieron, en él, l'xprcsnrsc bajo forma de ción primaria con el Otro para convertirse a sí mismo en un
fantasmas en el transcur~o de la cura. Lacan describe esas sujct.o aparte, entero. ¡x•ro la mayono de los materiales con
imágenes con la exprrsión currpo {ro¡!menlado: "imágenes los que i:e construye se mantendrán en el inconsciente
de ca~tración. de impotrncia precoz. de desmembramiento, de ~ amnesia infantil>. Sin embargo, se r<'<mcucntro su huella en
dislocnción, de despanzurrami<·nlo, d<' dC'vorocíón, de esta· ese apego visceral del ni non los padrcs,pur.s e.< posible decir
llido del cuerpo"• Volvemos n encontrarlas, con el mismo q11c padres e hijos <'om¡mrle11 1•11 ¡:mn medida el mismo
carácter tan terrible, en los nnáhsis d<' niiíos psicóticos. En i11co11sc1cn/e .
mi libro U1u.>11{<111tpsyl'iwt1q11e recuerdo el caso de Sih,a, una Para construirse comoolru, rs prC'cil'O, pucs, matar al Otro.
niña autista prcsn de ese tipo ele ang\lstias; Silvia sólo llegó Lacan habló de ascM 110/0 tic la Cosa, haciendo rcfcrencin más
a rcconocc>rse en !'I CSJX'JO o los cinco años. bien a la madre; la mw·rtrd<•l ¡mdrr,exprcsión mtroducida por
Es frecuente on a n11íos pequenos que expresan deseos de Frcud, se oncnlnba a alacllr In auloridnd y el poder paterno.
muerte frente> a uno de los pndr<>s, sin que esto resulte Cuando esos drscos dC' muC'rlc llcg110 n In conciencia, el superyó
inquietante. ~'ui testigo de unn cscona que me divirtió los reprime, pues sil•mprc l'xislc l'n d lrnsfondo el peligro de
mucho. Una nino d<> lr<>s nnos y medio a In que la madre la represalia y de la invt'rsión pulsional. Queda el senli-
acababa do rczongur rue 11 refugiarse ni corredor, cerró la micnt.o de culpubil1dud: nil cll'lx:~ malorlos pues morirías tú
puerta do la cocina, donde <'Stoho la madre, y se pliso a dar mismo al perder C'I sor que l<'s debes (o unu parte de li, "hecha
golpes con los pies en el sucio mientras decía· "Quiero que te dl' tus padres inlroyccludos", dirfu Mclanie Klcin). Esa culpn·
mueras''. Esa rencción mcpnrcciócomplclnmcnlcsana; la niña bilidnd sigue siendo indcslrucLihlc, P<'l'O nd1>pta formas más
manifiesta su autonomía, no quiere obedecer n la madre, aceptables cuando el superyó i;e hnct• conciencia moral.
sabe que pued<' desear su muerto con la cabeza, con pala- Esa cu lpabilidod originnr in ligada ni mal, a la falta, a la
bras, sin que eso vnya 1•11 serio, loma In precaución de cerrar deuda, es retomada en los mitos y en In religión. Freud
la puerta parn que la madre no la oign: sin dudn no quiere elabora el milo del asc~inato del padre y de la horda prim1-
entristecerla o hacer~e rezongar de nuevo. A los tres años y tfra.'" L¡¡ religión crislinnn hnbln del pecado original que
medio, reconoce In parte el<' la realidad y la de Jo imaginario heredamos al nacer. El superyó csló representado por un
y se inscribe perfectamente en lo simbólico. Dios custodio ele la Ley, u quien le debemos lodo y que
• Lal·an. f;1:r11.~."' L'1lC"'~1\·1lt~t"n psyrhnnalyr.c", Pnris, LeScuil. 1966_ 1 Freud. Totcm tl 10bou. ,\fol.5t_' 1·1 lc• .\lonolhf1smt'

2211 22!l
amenaza con el castigo eterno a quien la transgreda. No• nnte un contliclo psíquico con intento de represión y retorno
deJa la pos1b1hdad de redimirnos (la redención de Jos peca- de lo reprimido. ~~n ese caso el conflicto concierne al yo y
dos) mediante nuestro sufrimiento. nuestro sacrificio, com· t.a mb1en al superyó, que mantiene a distancia las pulsiones
pre_nd1dos los sacnfic1os en dinero. puesto que practicar In .1¡:1esivas donde reinan los deseos de muerte. La lucha
candad absuelve al pecador. contra t>l rctorno de lo reprimido es feroz; se hace mediante
El librodeJean Hatzfold Unesaison de machl'lt~s" aport.;1 n lualcs, ritos conjuratorios. comport.amientoR qu<' ~~ ohser·
una 1·1?1lex1on acerca del lugar del superyó en la bannlizacion l'an en los ncurolicos obsesivos y en lo que hoy ~o llaman los
del mnl. Uno queda estupefacto ante el s1multnneo poder y TOC'. El anuhsis de esos pacientes ev1denci:i pulsioncs
fra~hdod de <'se superyó. Su interiorización puede ser homic1du:; de las que tienen una conciencia muy v:iga; esas
frágil, en muchos ca_sos ~I miedo al gcndurmc reaulta más pu lsion!'s son más explicitas en ciertas fobius don ele c•l !'<11JC'lfl
poderoso que la conc1enc1a moral. El superyó pu!'d<' volnr en Leme pasar a la acción, por ejemplo, el miedo de hncer el mal
peduzo8 cuando c~tá l'llcarnado por Otro qu11 dct!'nt.a el o dl' mnlar a l hijo, el miedo de haber puesto veneno \"'n los
poder. E~a 1.nslanc1n superyoica puede sor Dios o unu perso- alimento~ mientras prepara la comida, ele.
na rea l, el ~ 11hrer, un gu rú, algún gobcrnanll'. ~;n su om ni- ~;1 ~eonl1m1cnt.ode cu lpabilidad es un af1.'Cto. es un sufrimic•n-
potencia, pued<' subverli_r la ley universal d<> fo pro/11bici6n to q uc pul•dc onc'lltar tocia una vida; el sujeto se s 1C'nte obligado,
de matnr Y dP l incesto e imponer otra, pcri•erlufn. en la que por c>jemplo. a r1'parar una falta imaginaria o nlguna fa ltn
!u proh1b1n6n dC' malar se com·ierlc en el dcr1·¡·/io n mntnr e comcl1da por a1¡,'1in nntccel'or: son los hijos de l'Crdugos, que
mcluso <'n el cfrberdC' matnr. Al sujeto se lo descar¡::a de toda pasaran toda la \'ida al servicio de ca usas humamtarins, !'on los
rcsponsab1hd11d y la culpabilidad dcsapan·rc•; e~ l'I Otro dc><rendienl<'s ti!' los condenados a muerte, quienes no d1•scan·
quien 1mpo_ne la ley y por algo esta alli. Tenc·mos C'nlonc<>• la ,;aran en hucc·r rcl'isnr el proceso de un bisabuelo. Al¡:unns
~structurn imaginaria primitiva con el enfrcntamit•nto dual: conductas palologicas del niño están asociadas a la c.-ulpab1h-

~y.;vo é'I; uno de los dos debe de~aparcccr para (!Ul' el otro dad: inhibición con fracaso escolar. desinwn;s, est.ado dcprcsi-
VI\'.ª.. BI a~!'sinato se hanaliza hasta el exlr!'mo de que el 1·0, el nino H<' siente culpable pero no sabe d1'c1r d<' qu(I, RC
proJmlo ya no <'s un scme1antc: es apC'nus un nn 11 nnl una casliga u ~¡ mismo infligiéndose un sufrimil'nlll psíquico o
cosa qu<' hay 4uc suprimir. E l relato dr los nscsino~ del cnfermedadt•s El profesional debe bu!iear l'I <'lrm!'nlo de
genocidio ele ~~uandu nos deja estupefactos. Ese libro dcspla- culpabilidud 1¡uc u nl!'nudo pcrnumeoo ocullo e incomprensible
za. n~!'slra 1•1s1on _de lo humano. Sería buono creer q1w los ¡¡ ÍUC'rza de• plH't'CCr lan irracional (no olvidl'mos sus profundos
cnm11.mles son psicópatas peligrosos o cnfrn1ws nwntnles orígcnc8 rcpiimidos).
que ?•egan la mu('rto y la realidad del otro; pero son gente A nwnudo he observado, por ejemplo, el in\e>nHo 11uf1;.
comun y cslo nos lleva de una prc¡,'Unla u otra. miento ligado con la culpabilidad en e l niño en momentos de
E11 la rlwica ps~coa11alilicu, ¿cómo 1dcnl1/imr <'I senti· la separnC'Íón de Jos pndres; se pone enfermo como ltll<'rién-
1111e11lo de cul¡mbtlulad? ¿Con qué su1/omns cstl'i a.~ocindo? dolos rcconcihnr, espera volver a verlos juntos. Resulta
Puede formar parle de Ju organización de la ncuroqis l:inlo mutd decirle qur no es su culpa, que no tiene nadu que ver,
en el ad~lto como <'n el niño. En Ja observación 1naugurnl de que es una cuestión de la pareja: lu culpa igual sigue
Freud, El lum1br1• delas ralas, "representa rl cll'ml'ntoclave estando. Cuando el niño es pequeño. la ausencia de uno de
de la neuro,.;1s obsesiva. Como en toda neurosis, nos vemos los padres pucd(' tenC'r un efecto de¡:eslruclurunte, asociado
:; J.ean Jla.L1íe1d. l:114' "lJisan de mnrh~l/t•s, P;1ri~. Le.- S<'uil, :?003 con un sufrimi<>nto 1..;vido como 1dcntíficación con el padre
Jo rcud, C 11u¡ J•.:cJ•thnna/.l:>1~.<i, Pan)~:. PL"F. 195.J . abandonado. o con una madre depresiva, por ejemplo, m1cn·

230 231
lras que el niño más grande se siente r1•1>pon.~able de la mus de un:1 violación. Centraré mis preocupaciones esen-
scparución. Se pueden encontrar numerosos razones para cialmente en el inceslo padre-hija
es lo, conscientes e inconscientes. El ruño siempre tiene algo Al colocar de entrada la condena en el padre y ;il hacer del
para rcprochar8c; los padres están allí para recordárselo. mño cxclu~ivnmcnte una ,;clima en la r!:'lnción verdugo-
Siempre l'S culpable de no estar a la altura de tus esperanza~ \·1cllma, se niega la implicación afectiva del niño en una
que "e han dcpogilado en él, nunca da lot.ales satisfacciones: relación que se ha desp1~tado. Cuando nadie le hn l'xplicado
éstos Mn los n•prochcs habituales largamente expresados. Ja prohibición del inceslo, In realización incesluosn repre-
Exisle otra culpabilidad, más ignorada. m;\s solapada: la senta para la niña una especie de pasaje al arlo de Rus
vmculudn t·un el conflicto edípico. Todo nino dcseu incons- propios fantasmas edtpicos: ser amada por el padre y ocupar
cienlem<'nle c>l alejamiento de uno de los pudres para que- el Jugar de la madre. Se olvida que los niños licncn pulsiones
dursCJ con d otro. A Lydia le habría gustado que la madre sexuales muy fuertes. que cxpcrimentun dcs<'OS, placer y
dcsnpnrc·cwra, 1>nra ocupar su lugar junto a l pudre. Cuando orgasmM; el adullo prefiere no recordarlo. freud se quC'jnba
CJslo sucede en la realidad, el niño se siento responsable ni de no ser· entendido cuando descubría In scxua lidud infantil
prnsor quc SUR deseos fueron cumplidos. Vul•lve a cncon- y hacia del nillo un pcn•erso polimorfo. Hoy en día la nega-
lrursc el mismo razonamiento en ciertas practicas mágicas: ción no es lnn radien!, pero el tema de la inoccncm del niño
desear con fuerza la muerte de un enemigo. con ayuda de perdura y la victimología imperante refuerza esn po~1ción. La
alg\in umulelo, puede hacerlo morir. libertad de t'Ostumbrcs favorece la expresión de In iw.•xualidad
Ex1sle otro elemenlo que interviene para rrforzar la cul- en los ml'<l1o.; masivos de comunicación; es us1 como jóvenes de
pabilidad <'l nír\o no puede soportar el sufrimiento de uno de diecisiete or\os adoptan actitudes seductoras en cuunlo a la
los padres; se identifica con él y loma a su cargo t•l sufrimien- vestimenta y a lo g<'stual de chicas de mayor edad , La desnudez
to, lc><JUl• lo Jlc,·an\ a rechazar al otro. Ciertos niño>< se niegan en el man.'O familiar es t-osacorriente. Le corresponde ul adulto
incluso a aceptar el derecho de visita y <'SC odio lmuy a dcfimr y rcspcl.11r las reglas que preservan lo intimidad de cada
menudo inducido por el olrol refuerza i;u culpabilidad. uno; l<'s corresponde a los padres-sobre todo al padre- poner
!lay t;1mbién olra culpabilidad cuya raíz es compleja de barrcrui> y mnrcnr limites al acercamiento cuando la hija
distinto forma: es la del niño víctima de incesto, dC' maltrato crece, Jim1tur los mimos demasiado caluroHos, lo~ juegos
o que tiene un padre deS\oiado. coq>orales (si bien la mayoría de los nitios se vuelven púdi-
El i11c('slo Por más que el discurso de los "psi" y de la cos, olros conlintinn reclamando esos signos de lcrnurn). En
sociedad cn ¡.:cneral trata de desculpab1lizar n los niños las curas de ni nos que han tenido experienciaN incestuosas,
victimas de un padre incestuoso, insistiendo on t\U estatus de he observado reacciones que me han soi·prcndido; no tienen
t•lc:timo, los nin os en cuestión no dejan de scntll'se culpables. valor estndisl1co, pero son significativos de la vivencia de los
lle scnnlndo que era raro que un nir\o dcnuncíarn las niño• rn •Pm<'jnnl.c situación.
acciones de su padre; mueslra mayor mclmnción o hacerlo La mavonu de los ni!las dice: "Cuando hace csoyn no es mi
papá" y dc~cnhcn un personaje doble: un padre amante,
0

cuando se lraln de un extraño a la familia, un educador, un


docente. por <'jcmplo. Abordaré aqw sólo los ubusos sexuales afecluo~o. con el cual la 'ida transcurre bien y. por otra
sin ,·iolt•ncia. si es que puede decin;e que no hay "iolencia en parle. un hombrcquejuega con sus cuerpos, "algo que no está
scmeJanlc aclo. Quiero decir que no me rC'foriré a la agresión bien", dicen. lM'l dicotomía que aplican al otro In viven ellas
~exunl hajo In amenaza con un arma, con el 8cnl1miento de mismas· continúan con su ,.¡da de niñas pcqucn;1s comunes,
angusti;1 d!' muerte inminente que cxpcrimc•ntan los vícti- pese a que existen en ellas cosas sucia~. pro/11hula.<, di' la.,

233
que sabr<' lodo rw hay que hablar, qui' la.~ arerjfuM2m1. Esa diendo la ley de la prohibición había fracasado en el desem·
cosa, y el secrc>to que la rodea. terminan por ocupar todos sus peño de su papel. La conciencia de la transgresión puede no
pensamientos y afectan su comportamiento: pu<'dcn apare· apnrcc<'r sino mucho tiempo despues. cuando la niña se
cer un mal-<'slar, fenómenos psicosomáticos, inhibición con com·ierta en una joven o en una mujer. AJ dejar que 111 niña
b~ja del nmdimicnto escolar y a veces una debilidad progre- expresara lo que habia vi,;do. se voh·ia posible analizar con
siva. La mñ~. se \'ueh·c estúpida. pues se prohibe /l('llsar y ella el s<'nhmi<·nto de culpabilidad. A lra,·és de dibujos, de los
d!'ctr: t~~b1!'n •e prohibe comprender lo c¡111' p¡isa; esa sueños, reencontraba de manera metafórica sus dl'sl'o.< de
proh1b1c1on de saber que se impone puede cxtcnd<'~c a todos niña, i;us <'X()('('lativas frente a un padre y sus dc,;cos cchpicos:
los sabl'r!'s, incltudo el saber escolar Fran~o1sc Dolto nos le explicaba quc"cra normal que en determinado momento una
señalaba que ante ciertas formas de deb1lidnd con mutismo niña qu1siem l'<IN;tr1<c ~'On el padre y el niño con In madre; todo
siempre eR necesario pensar en un incesto. esto pcrmi le crecer cuando ~e comprende que eso no ci; posible".
Otra olJ.scrvación me sorprendió mucho en lo~ primeros Correspond<' ni pudre poner de manifiesto e,;a linNt infrnn-
casos dí' mccsto que atendí. hace ya algunas décadns, Pn la qucablc entre rl fantnsrna y la realidad, p<•ro negar el dc8eO
consu lta psiquilitrica mJimtil: era la complicidad de lus ma- i11con1<ci<•nte do la niña puede desposeerla de unn p:irlc> dí' sí
dres. Una de- ellas me dijo de entrada: "No <'Sloy preocupada, misma y blo<¡ucnr 8u sexualidad futura. No abordo nqu1 casos
porque tO<.lo esto queda en la familia". Esa situación de incesto en los que <'I nin o huyn sido v1olentado, donde traumntismos
padre-hija puc>dc prolongarse hasta la adofoscencia y ndoptar ps1quicos y fisicos hayan deJado huellas duraderas. Un film
otra renlidad cuando desaparece la madre. En familias con de 1998, l"t•s/<'11," del dan<!s Thomas Vinterbcrg mostrnbn a
poca educación <>m común ver que la hija mayort.omabn <'l lugar una familia punta na cuyo padre, un hombre considerado y
de la ma~re c.nd kchoconyugal y que éstadcnunciam al padre rei<pctado, violaha a sus hi;os(la revelación de esa infamia se
ante la ;ustma cuando una de las hcmtana~ mimare:< la realizaba en el lranHcurso de una comida familíarl. Todo
reemph11.aba Daniélc Sallenave escribió un libro muv mtere- quedaba dicho nlh: la incredulidad. la negación, la nl'galiva
sante, Vtol.' en el c¡uc hace hablar a una de C'Sas· madres a saber, la mancru en que ese traumatismo hnbin ci<'struido
~ómplices que se niega a hacer recaer la falta en c.'l marido la vidn de cada uno dl' los hijos; ese film estremecedor
mccstuo~o Hc~rimi.na a las hijas que lo denuncinron luego abord:iha los tnbu('H con una veracidad raramente mogtrada.
de años de rclac1onc;; incestuosas, pues "ellas son lns culpables de Padr~s ,·1·i111111nfr.~. ( 'unndo la falta de los padres se siluu
que la frm1il it1sC'd('struycra".Agregoque luden uncia del pudre, en lo social un padre criminal, por ejemplo-, C'l nino 8C
lo que corlo porcomplclolos puentes con lo fami lia. rc>su lta una siente cu l pnhlo como l'i él mismo hubiera cometido la fu lln.
prueba lt•miblc para el niño, cargada de consC'c·ucncms. ¿Cómo exp licar c8u culpabilidad si él no se rncucntru en
Al comicmzo de mi práctica psiquiátrica, c:irC'cü1 el<' l>llnlos abRoluto vinculado con el neto delictivo?
de rpferenc1a cuando emprendía el tratamiento dr nil1os En ese caso CH nrcesario distinguir entre la t't'rjf111•11za v la
abusados que me l'ran derivados por algúnjuez; en esa epoca ('IJfpCJbrlidad . •\lucho se ha hablado de la culpabilidad· del
no se conoc111 lJien este tipo de sufrimiento. T<'nia In sensa- pueblo nlcm:in después de Ja guerra, pero tambien de la
ción de 4ue habia que respetar Ja dicotomia de la imagen culpalJihdad y d<• la vcrguenza de los hijos de los responsables
patern.~; l'l padre d11bía seguir siendo un padre Le significa- na7is. Ln vC'r¡:tu•nz¡i es un sentimiento de mdignidad, de
ba al nmo la folla de aquel padre y le explicaba que lrnnsgre- desprecio, hncv int<'rvenir la mirada del otro, que si¡,'Uc estando

"Dani~I~ Sallcna""· V1ol, Pans. G3llimard, col. Fnho, 1997.


1
• Thom,1a \·ant•·rl»<'rg. f'f.·s1,·11, 1998

234
prcscntc inclu'lO cuando lodos los demás ignoran los hechos; C'fl rongcrvar <'n 11i. El t•stadio del espejo mar ca el rno1111•11t111 •I
c,;e cnw emana del superyó. La hija de un criminal decía: "No que el niño se identifica, en la totalidad del cu1·11"'· rn11 ~u
lo sal.x-n y, sin embargo, tengo la impresión de que lo llevo imagen Mtis adl'lanle el sujeto se aleja de las id1·nt ifir111 10•
escntoen la frente". Existe el tcmoraque<'I hcchosedC!;CUbm, nes con los ideales parentales. para buscar fut•111 111• lu
lo qu<' pone al sujeto en situación de ser despreciado. Se pue<l" fomilia nuevos modelos con los que idcntificar<e. /\1 h.1lic1
tener v<'rgul'nza de algún defecto de la propia persona, uru1 reprimido en wan parte la herencia patemn, el sujo·lo ~··
desgracia corporal, por ejemplo, pero tambicn del oprobio que ~iente hhre . El nillo, que se ha convertido en adolcsccnl<' y
rec:ic sobre la sucesión, la estrella amanlla durante la guerr;a, luego en adulto, se identificará entonces con un ra~go li111m
la fulla de un antecesor. en otra época, i;cr bnstartlo f Freud), que L<1can retoma con la expresión rasgo unarw; w
¡Por <¡111! un 1wio puede sentirse culpnblt' .v 1w11t1r vergucnz11 encucmlra ulli una 1clenllficación simbólico cercana ni idc·al
por un crimt'll cometido por el padrr~ La hiju del hombr!' del yo. Tomara para s1 un rasgo de los progenitores; pucdl'
encnrcclt1do por asesinato que decía ser "Ru mitad" tenla t'l ~er la opción por un trabajo -será panadero, como papá, o
mismo di~curso que el niño víctima de incesto: el hombre qut• profesor, como mamá-, puede ser un rasgo de caráct.cr o una
habío mauido no era su padre, su aulénlico padre ora otro del pasión: Mozurl, el jazz, el bricolaje ...
que sólo cons<'rvaba recuerdos de lemum y afecto. AJ quo habm El 11i1io maltratado. El apego del niño maltratado a sus
matado no lo conocía; cuando iba a v1s1tnrlo 11 lo cárcel, no se padres nos pcrmitl' entender mejor la naturaleza alienante
atrcvia o hablarle de su acto (lo no-dicho aqu1 t.amb16n), como de ese vinculo cuando alcanza la pulsión slichca Por lo
s1 no quis1t•ra saber nada a los efectos de prc."Cn•ar una buena general el ni1io maltratado no quiere ser ~eparado de los
imagen de él. Hcchazaba la ambivalencia, pues ella misma padres qui' lo maltratan; ese rechazo siempre nos asombro
IA:'mia disociarse (¿no expresaba su temor por haber heredado v a veces nM rt·hela. La pulsión sadomasoquist..'I cs la que
de él genes qur la predispusieran al a.<esmato'?I. "Se lleva el ~arca con m:wor fuerza el destino pulsionnl del niño e
horror en nuestros genes", decia el hijo de un t.orturador nazi. induce con ma):Or detennmación sus fantasmas y su deseo.
f,a 1dent1jicncicin. Ese apego a Otro que ha nudo en La violencia ejercida sobre el cuerpo y el dolor inílígido son
de11gTacin plantea la cuestión de los mecanismos identifica- signos rcconoc1hles del gozo del Olro. El niño maltratado es
lorios. El término "identificación" se toma aqu1 en el sentido aquel quc tiene un lugar en lo más profundo de la intimidad
en que <' I ~ujcto se constituye al tomar de l otro característi- del padre que lo maltrata; la actitud de reprobacilin escan-
cas que hacr suyas. De la misma manern que distinguimos daliznda de la opi naón publica, e l horror que engendran la les
una cu lpabi lidad primaria, arcaica, asocmda con laM pulsio- situncioncN, hacen olvid11r que el vínculo entre la víctima y
nes destructivas, y una culpabilidad ml\s tard ía, cdípica, su verdugo a mt•nudo resulta más fuerte que lodos los
como expresión del superyó, igualmente debemos distinguir vínculos de umor y ternura. En la década de 1980, luego del
varios grados en la identificación, segun la edad del mno y su encarc<'lnmi<'nlo de 111 madre y después de haber seguido
estadio de evolución (el concepto es compleJO pues engloba una terapia hast:mtc prolongada, un adolescente pedía
lodos los elementos de la construcción del sujeto>. Desde volver a vi\•1f con la que le había hecho experimentar malos
muy pequeno. el niño se construye esencialmente con refe- tratos durnntr a1ios, en particular el encierro en un placard.
rencia al cue11>0 materno; se habla entonces de ulc11t1[ica· Esa actitud fue ínte1·pret.ada como "La perdonó". Esa inter-
cum 1>rimar1a, proceso a ''eces descrito con las expresiones pretación me parece carente de sentido: me interesé en la
introy1·c..-i1i11 <opuesto a proyección, según Mélame Klcin) o vida de aquella muJer y descubrí que lo que tenia de más
incorporonti11. con referencia a la oralidad: ingerir. devorar, cercano era aquel ninota los demás hijos no los moltrat.nba>:

236 237
el adole,¡ccnte cslaba destinado a reproducir su propto DE LA PRÁCTICA ANALÍTICA
destino, el de una niña sin padre, golpeada y rechazada por
una madre a la que adoraba.
El n1nu maltratado. cuyo cuerpo se encuentra lleno de
c1catnccs, raramente denunciara su situación, incluso s1
está en edad de hacerlo, pues esas marca~ serán un signo
de );1 pertenencia y del gozo que se ligan a esa marcacion.
y el dolor refuerza el vinculo que lo une a quien lo
maltrata. Si se separa de golpe a esos niúos de su medio,
se corre.> el riesgo de producir perturbaciones graves, tales
como lu despersonalización o un desencadenamiento psi-
cótico. Hace a lgunos años hice la experiencia en un serv i-
cio de psiquiatría infantil, donde el mód ico quC' trabajaba ¿El ps icoaná lis is de niños
11 111 nnl<'!1 que yo enviaba todos esos ni110H a familias d ifiere del ps icoaná lis is de adultos'!
adoplivas. cslo sin preparación, sin apoyo psicológico. El
resultado ern catastrófico: los niños se volvwn autistas,
regresivos, incontinentes y encoprétacos. Ln pérdida del A veces me preguntan: "¿Es solamente analista de niilos o
ml'dio d<' origen y del padre que los maltratnba llevaba a l también atiende a adultos?"
dcsd1buJamiento del yo. La pregunta sorprende, pues psicoanalista se es, psicoa·
En nuestra clínica somos llevados sin descanso a re•'isar nalista se sigue siendo, sea quien fuere la persona que se
la n:1turalc1a del vinculo del niño con los padres, su natura- tiene enfrente, sean cuales fueren las circunstancias del
leza, su fuerza, su poder alienante. Nueslm identidad, lo que encuentro, en el consultorio o en una institución, y sean
somos, eq el resultado de una herencia tanto más fundamen- cuales fueren las técnicas que se adopten: el dibuJO, el juego
tal cuanto que no es desconocida: "Tenemos una hC'rencia, con el nii\o, In discusión con el adolescente, la intervención
pero no lt'ncmos tcgtamento", escribia el pocto Rcné Ch ar. El en un grupo, el psicodrama. etc.
misterio de nuestra identidad yace en lo mfiq profundo de
unn caverna secreta que la amnesia infantil y la represión
ht1n corrodo; el psicoanalista intenta descubrir In C'ntrada, ¿Qué signi{tra "ser psicoanalista"?
pero ·según escribe Lacan- "es una cmtrnda a la c1ue no se
llcgu nunca; Rólo en el momenlo en que s~ la cit•rrn... el único Nuestro asunto es e l inconsciente; debemos escuchar a
modo para que se entreabra es que llamen desde ndentro". 15 nuestros pacientes para saber qu6 buscan decirnos más allá
de las palabras y devolverles un saber acerca de C'llos
mismos que mnntienen en absoluta ignorancia. "Estnmo~
para coni;cguir que sepan todo lo que no sabían pero sabién-
dolo: !!so es el incon!lciente", decía Lacan. No tenemos que
decirles lo que está bien o lo que es bueno para ellos ni lo
que deberían hacer o lo que deberían ser; ellos tienen que
"Lacan, E~r11 .... •Position de 1'1nconscienl·. Par1s. IA> Sc-u1I. 1966. buscar su t•erdad poniendo a trabajar el inconRl'iC'ntc. El

238 239
ana11~ta renuncia n hacer de maestro y esn renuncia es 1.1 Especificidad del psicoanálisis de niños
piedrn angular de su ética: no JU?-gar, no impo~er nadn 1(
renunciar al goce de la Lransfer<"nc1a. ~slamos ~lit co~o lodo Porque en algún momento de la vida nos encontramos on
lo opuesto a la hipnosis y a cunlqmer tenipia activa qu1i lo situación de ocupam06 de los niños, propios o ajenos, existe la
implique un imperio imaginario Robre el otro. Solamente el tendencia a pensar que resulta fácil hablarles y ayudarlo~
análisis propone llfl ·"'ber hal'rr con el 1nn111sc1cnte. cuando se ven en dillcultades. Fran~oise Dolto decía: "Quienes
quieren convertirse en psicoanalisl<ls de niños a menudo creen
que es más fácil queocuporscdeadultos. Es mucho más dificil".
¿La práctica analitica puede aprenderse l'll los libras 1 Cuando se acercaba el final de mi análisis, me diJO:
"Pienso que ahora usted podrá venir a mi consultorio de
¿Se put>dc aprender a dii;cemircn el discurso del que se analíz.a Trousseau". Entend1 que esa invitación era una manera
ese s1•ntido oculto que se escabulle a medida que uno se le dedecinncqueeldiván había terminado para mi, pero también
acerca'? Se puede lmll<'r leído todo Frcud, Lodo L~can y~ much?s que había llevado lo suficientemente lejos mi análisis como
otro~. pero no por eso uno se convi~rle en ps1co~mahsta. Sm para encarar la atención de niños en la terapia: asistir a sus
embargo, elt-orpus t.córicoes ne<.-csano para ndqumr puntos.de consultas era una manera de proseguir mi formnción clínica.
referencia que apuntalen nuestra práctica; en mi~comentanos
de ca.'lOR, he reeurndo ampliamente a ese saber. .
l'arn llamarse psicoanalista nnte todo es nccesano h.ab~r ;Qué di(i.cultades se encuentran frente a un 11i110?
estado en el divan, y eso puede llevar años. Pero un onl'lh.s1s
personal no bnsta '. también es necesaria una formación Lo pulsianal. El carácter pulsional del niflo, asociado a su
teórica. El futuro analista muy a menudo asiste a cursos debilidad, despierta en el adulto afectos reprimidos vincula-
univer~itarios; por otra parte, deberá formar ~arte ~e numc· dos con su propia infancia. Las reacciones son a menudo de
rosos grupos que aseguran la formación en ps1co~nal~s1s. En naturaleza moralizadora, por ejemplo, las ganas de hacerlo
esas e~cuelas frecuenta grupos do lraba,¡o: RCmmanos, en· razonar, de adoptar una actitud pedagógica, pero a veces
cuentros temático,., presentaciones chmcas, l!lc. Desput's de también ganas de hacerlo callar. Hemos podido observar la
varios nños de analisis y trabajo en el ¡:?rupo, el .futuro violencia de las pulsiones de muerte en Brian, hemos visto a
analista .~e autortlará, de acul'rdo con las instancias del Lydia lista para ir a la cama de su padre y hemos asistido al
grupo, a lomar pacientes en análisis. Entonces d.ebcnl dar nacimiento de las puls1oncs sexualc11 algo desordenadas de
cuenta de su práctica clínica ti un anahsL¡1 expenmenlado: Paul·Marie, situaciones que pueden desarmar a un terapeu-
a esos encuentros se los llamo supen-isioncs o controles. ta que no tenga muy en claro sus propias pulsiones. También
Así, mediante el trabajo en el seno de ~u escuela -inler- puede adoptar una actitud directriz, en identificncióncon 101
venc1ones, publicaciones, controles-, Jos fenómenos de trans- padres que le reclaman que "eso se termine", que su hijo
ferencia vinculudos con la relación pacicnte-ana11stt~ son vuelva al redil, que se normalice y que lo acusan de incompc·
progresivamente desplazados hacia el grupo de LraboJO: ~e tenciacuando la cura S(' hace esperar. Resulta grande enton-
la transferencio hacia el analista se pasa a lo lransfcrcnc1a ces la tentación de querer supnm1r el síntoma a toda costa.
hacia el análisis. Por su participación en una im·estigacuin incluida la intimidación. Los reproches de los padres son
colectivo, el futuro analista participa en In avanzada del perturbadores para el Joven analista, quien en ese enfrenta·
psicoanálisis. miento puede revivir algún conflicto edipico mal resuelto.

240 241
Los padres. Otm carnclcristicn del psicoanálisis de niños esencial con la presencia física de los pndrei> en In vida del niño
cs precisamente el hecho de que no se puede excluir a los que se unabza. Es a ellos n qu1rncs el niño reencuentra en la
padres. Eladullocn análisis ha tomndodistanciacon los suyos, i:ala de espera, es su mirada, es su interrogación la que deberá
pese a que ocupnn ln pnmcm filu en sus fnntusmas, la repre· enfrentar al sahr de la scsion. ~;llos se sienten despo!<e1dos de
sión ha hecho su lrnh(ljo y l'I NUJeto hn reconstruido sus su autoridad pntcma y c•s(I frustrac1ún es perceptible en sus
recuerdos de infancia con su p:irte de idenliz:ición. de pesa· comentarios. Ante su des~'Onlianza. el niríocontinuará pcnsan·
<lumbre o de odio. A par! ir del'~ª reconstrucción. re\-isará su do que son ellos. c11 t•erc/oc/, quienes poseen todo el sab<>r y todo
historia y arreglará cuc:>nlas con C'lla. el pockr tia trnnsferencia no ~e pondrá (•n marcha l.
En la décadn de 1980 era de buen tono, en c11'rtos c1rculos ¿Cómo instaurar una silllnción nnnhticn tal que el niño
psicoanahticos. dcfl'nclrr la "pui"<'za" del an:ilisis frente a técni- pueda cl;Capar u ese aprisionamiento en lo real, pu<'da salir
cas psicokrnpéuticas considenida.~ dudosns: el niño -decían de ese encierro donde lo atrapan <>I fnnlnsma y el deseo del
aquellos puristas- era un mlxi/ SllJ<'io de anali.~1s, en conse- Otro? Solo no puede y !'I amor de transfl•rencia es poca cosa
cuencia de lo cual un an:.ilisi:; de niños dcbín desnrmllar.<ecomo frente a lo que se juC)!a en la realidad, tanto mas que esa
un analisisdeadullo"· sin ninguna inkrvención exte1ior; ni los parte se encuentra fal•c·ada desde l'I ~'Omic·nzo: ¿In demanda
padres ni el medio que lo rodeaba debínn ser consultndos. de análisis no proviene del Otro, padres, instituciones. socie-
Fnm~ise Dallo rt'COrdnha al respt-cto u l'sos nii\os que le eran dad? Además. esa cit'111011da ti menudo es antinómica del
llevados después de prolongadnscurn- nnal1t icns; dre1an haber de.-eo que la sostiene. pues el nino, al t'ncamar el objeto. está
estado con una "damn muy gl•ntil qul' ll's daba un curro" o con en si Luación de restituir a cada uno lo que se obst ma en no ver
un "señor que era su compañt•ro y compnrlfa con ellos los en él; dicho de otra m;inc111, l'i ni no se convierte l'n t•l espejo
juegos". sm qui' su evolución cambiara (•n nnda. En cslosc-asos, del 111const'ic>nl1• de lo.~ padr~s. El pl'clido de los padres de
el niúo no pu<'<lc decirle la t•1niad a ese extraño a qu iC'n debería J.,ydia era: "Debes triunfar t•n la escuela". mientras que el
confiarle esas cosas mt1mosquc lccondt•m<•n n flyasu familia. deseo inconscicnl<' d!' ambo~ era <im• ln nu\n fuera como ellos,
El contacto pcrmonccccn el tono dl' lo conwrsnci(¡n y la charla, que se mantu\'iern en un sufnmwnto compaitido. Se Vt' ah1 el
sin que el sujeto entre realmente t•n una relación una lítica. Esa mecanismo que rige, de una gc1wrnd<m a otra, la repetición de
forma de rc•iRtencia $C entiende: en efecto, cuando el niño destinos 1dcnlicos. Lo mndrC' d<• i'uul-1\lurk no le pedía que
queda a/rapada en rl tn1t:imicntosi11 el conscntimicnlode los creciera, que dicro pruebas de mnclur<'Z. sino que mas bien
padres. se induce en él una ccmducln de negación del podre y la negaba esa cvcntuu lidud ("No crc•zcns dcmaHiado rüpido, 1·epile
madi-e, y se corre el ril·~gn dt• llcgn r u un el iv1\jc que lo coreen a ría el año, necesito lu preHcnciu Junto n 1111 cl1•I miNmo modo que
de una parte de s1 mismo con los Lrnstomos de identidad que necesito la de mi pudrc"I, dc>m:rncluH nnlinomil"al< que aquí
cslo implica. también dejan cnlr!'vcr c•I lugur de l dcsC'o inconscicnlo.
Me rebele conlra esa prlklicn, que generaba numerosos Mover las curtas, rcnunctt11· 11l s1nlonrn, si¡,'llificajugar con la
fracasos, en particular una interrupción brutal dt> la cura por vida, Ju muerte, el gort', los del SUJCl<> y los del Otro.
parte de los padres. l labm escrito una comunicncíón que La ruptura drl <'qwl1brw /"amrliar Otro consecuencia de
comenzaba así,"¿&> pucdt> nt>g(lr In t'v1dcncin'? Un anáJisis de apartar a los padres significa c>I ri<>sgo de perturbación del
niños rw es un unálisis de udulto. Para que un niño pueda equilibrio fanuliar. En di•cto, cunnclo el JOVen sujeto en
convertirse en un mlx1l ><UJcl11 deancilisiH. es preciso que se den análisis sale de su posición di! objeto :\lrnpndo t'n las estruc-
ciertas cond1e1ont>s, pues ('I niño no viene i:olo al nntilisis". La turas imaginarías de cadu uno ele los miembros de la familia,
e;;pecificidnd del ps1coan:\lisis dt' ni11os til'nc qu<' ver en lo todos resultan cuestionados. otro niño 'l' dl'scompcnsa y

242
viene a adoptar el lugar del sujeto enfermo, los padres se guido~ con los padres bajo la forma de entrevistas desarrolla·
separan, etc Esas modificaciones familiares pueden sobre- das segtin técnicas apropiadas para cada caso. 1\lgunos
venír aun cuando el terapeuta se entreviste regularmente rccibiun ni paciente y n su familia en pr<'sencia de todo el
con los pndres durante la terapia; de ah1 la necesidad que equipo de profesionales y a continuación realizaban un
existe a veces de encarar desde muy temprano una terapia trabajo de rcflc:xión sobre el contenido de lo conver.iado y la
familiar para evitar ese tipo de pasa1c al acl-0. orient.ición tl'rapéutica por encarar. Otros practicaban una
A menudo he tenido la ocasión de prever la depresión de técnica más cercana a las terapias familiaa•s de ínspírnción
una madre ¡1l final de un análisis, cuando el est;ido de su hijo >islémica, con grabación de las sesiones. observación de los
mejoraba notoriamente. Con frecuencia el propio niño es co-lernpcutns dct.rás del vidrio que no pcmiil1(1 verlos, cU:., a
consciente del peligro y se niega a cambiar su comporta- fin de dcttirmmar luego los afectos cruzado!! de todos los
miento patológico para proteger a la que "i;ólo vive para él". miembros de In familia. A veces ocurría que el lugar d<'I
PauJ-Marie habría podido temer esa situnción p11ra suma- pacicnle oficial, encamado por el paciente q uc corrcspond ía, se
dre si d m<'dio hubiera sido diferente y si el refinamiento vc>ía despinzado por otro miembro de la fumilin, con lo que lodo
psicológico y las cualidades del corazón de esa madre no el grupo IUmiliar resultaba modificado. Dcspu~s de puesto en
hubieran prrvalecidoen aquel momento. Recuerdo a un ni1io marcha este tmbaJo con las familias, el joven que planteaba
que fracasaba en la escuela quien, al final de lo terapia, una demanda de análisis personal se comprometin de mancrn
continuaba equivocándose con los problemas y olvidando las más reflexiva y se dejaban de producir las intcrrupc1om•g
regla.~ de gramática. Un día me asombró: "No entiendo cómo mtcmpcst1vus dt•I tratamiento que se obRCrvuban antes. El
todavía sigues cometiendo esos errores", le dije. Me respon- mntC'nal de la cura se enriquecía con el contenido de las
dió que era necesario que su madre continuara ocupandose cntrcvi,tas familiares\'. al asociar los dichos de lo' miembros
de ól con lo~ deberes, lo que sobreentendía· "No voy a dt• la familia, <'I paciC'n"tc podía hacer un uul•'nlico trabajo dl•
abandonarla así; si no, ¿qué sería de ella?". distanc1amit•nlo y comemar a hablar1•11su1wmbn•.
Dett,11ci<in de la cura. Cuando los padrrs son npartados del And/1,,;,, i11term111able. Ocurre que, a pesar de la~ reticcn·
proceso psicotcrapéutico, pueden rápidamente poner fin a la cias más o meno,; expresadas y las resistrncias desarrolla·
cura o retirar ni hijo de la institución donde se <'ncontraba: das al comienzo, el tratamiento st' pone en marcha y prosi-
es algo frecuente antes de que se plantee In <'UCstión del gue. ~;8lo pu<•dt' desembocnr entonces en un análisis ínter
tratamicnlo de los padres. Yo misma tuve la ocURión de minablC': no pusn nada, el síntoma sigue estando allí, el niilo
observar loR cambios en el desarrollo de la cura de adolescen- no sulc de unu rl'pclición estéril. Cuando los trastornos no
tes psicóticos cuando los padres se encontraban implicados molcHlan dcmt1siado al medio que lo rodeo, esas entrevistas
en el trutamiento del hijo. En la clínica donde cron tratados, regulares con el "psi" alivian a los padres, los dcsculpabihzan
duront.e mucho tiempo se creyó que era necesario Reparar lo h:1stn el momento en que uno de los protagonistas "si'
más posible a esos jóvenes de la familia pora así permitirles quicbru": los padres se sienten superados por la duración d!'l
hacer con más facilidad el trabajo de uutonom1zac16n y tratamiento y por su ineficacia; el niño ya tu•nc ~uficicnte, c·l
reconstrucción propio de la adolescencia y de' ese tipo de t1·ra¡x•utn ¡;e aburre. uno u otro decide interrumpir los g11slos.
patologia. En los tratamientos psicoterapéuticos muy a ES<Js1tuación de fracaso también se produce cuando el tcrapt.•11 ·
menudo interrumpían las sesiones Juego de algunas sema- ta que pretende pn•s tar oído:; no sabe esmc/ior lo que prc..:urn
nas o meses. Las cosas cambiaron cuando la mayona de los decirle su joven paciente. '.\lá.« adelante abordarcmo:1 t-sla
psiquiatras institucionales mantuvieron contacto!! más se- cu!'stión 11ut• t irne que ver can la formación d!'l ll·rnpt•uta

244
Mod a lida des d e h ·atami e nto según la e dad
que tend rá para oxpresarse, et.e. En la hnbilación donde recíbo
hay lápices, papel, objetos hel.eróditos en c:ijas, tapns. potccí
El r,·1fr11 ll(l('ÍlltJ. Cuando tuve qu<' O(·upannc de rec1cn tos, un muñeco belx> de consislt'ncia blanda. a u titos, entre ellos
nacidos. estos se cncontrnb:m en brazos de la madre· el un camión de bomberos, una ambulanci;1, un patrullero poli-
inlcrc<.11nbio se pl11nlcaba s1multáncamcntc con la mad~e y cial. nnimales de granja y nn1males salvajes con muchas
el h<.'lw, ni que m<> dmg1a por su nomhr<'. Por lo iwneral mi barreras (muchos de los cuales me son b11·lados poi' más qu<'
mtcn·t•nción cons"t1a en comentar el discurso malcrno y <'n lodo !<CA colocado <·n sus cajas antes del final de Ja seosíónl. Esos
i<u.brnyar las rca<'c1ones físicas del nino -llantos, adormcci- animales pe~iten elaborar numeroso;< ill'l?l.Jmentos. <'n parti-
m1cnlo- en reloc1ón con ln6 actitudes emocionales de ln cular lustonas de peleas entre los clanes; la colocación y
madrC' ~· rl conten ido de su re· lato. F ran1·oisc Dol Lo HC dirigía m pt ul'll dr las bal're rnsque sr-parnn a los r nc>migosdrsc>mpeñn
directamente a loN pequcllos, lo que provocaba la sonrisa 1':~ papel muy importante. Tnmbién hay hiNlorias de dcsapari-
de lag...ntc Ahora liicn. recientcse~tudios del CN'HS1 ponen de c1on:. una leona qu<> ha perdido n su belx', por ejemplo. Elju<>go
relieve In comprensión precoz del lenguaje en <'I rcci<•n consiste en ocultarlo y volver a encontrarlo. Se alternan los
nacido c•n rclac1ó11 con sus t'xpcriencias aud itivas mu.tero. A pape.les: yo puC'do l'C'r la mamá león qu<' busca ni pequeño
los tre~ días rc;conoce silabas cercanuN, lo que el adulto no man.1fcstundo s u a ngustia o el bebé león, que tiene miedo de
s1empn: sal>ee><·ud1ar: hace 1>erf<'Clamc•nte la diforrnciación senbl"S(' >-010 en In jungla. He sellalado que muchos niños $('
entre In lengua materna y lns dcmas, y ~e mueslr¡1 particu- sienten muy excitados con ese Juego, COrrt'n por la habitación
lar~<'11l<' scns1bh• n la prosod ia de la h•ng-ua, "ind iferente a buscando un escondrijo seguro para el b<•hé desapan•cido; a
la colcn1 y a la neutra lidad, c<ilca su ritmo cardiaco en e l tono menud? lo encuentran en m is rodi llas, dcb1rjo de la mcHa. Aquí
triste o alegre, mo~tranclo prC'fcrencia por este tilt1mo". se ve b1C'n, como lo he puesto en evidencia en los rrlatos de
;o.; u nea lu,·e la ows1ón de tratar a rnc1én nacidos separa- curas, q.ue ~I propio Juego, asociado ;1 las palabras que
dos dc :<u madr!', como lo hacen lo" psicolerapeulas y el p~onunc10, tiene volor de 111l1'rpretació11; nquí todo puede ser
personal que tra baja en lns gua rdc ríM. Ca roli nc lfüacheff dicho sobre la nngu~tia de seplll'ación, 111 solcdnd la solida-
ha d:1dn cu!'nlA muy l~ien dt• ~u trabajo con esos nmos cm su ridad , ¡pues se encuentran muc has coso~ en la ju'ngla!
hbro,\ ('(lf'¡Jset o cris. Eire p~ydwnalysl<' al'ec les tout-petit~.' E! modelado y el dibujo son los modo" de expresión más
El,.,,¡,, P''q111·1ín. Cuando estoy con un ni no pequt•i\o, busco h~b1tualmente empicados El niño puedr hablar o callar;:e
ante lodo qué modo de expr<•sión va a privi lcgi:ir: a lgunos ~1enlms CJ?Cuta su trabajo; por mi parle, guardo Nilcncio y
hahlnn con facilidad, otro~ p¡•rmanec!'n mudos, otros cslán d 1b1;1Jo las d1fer cn lt'S etapas de su mnd<' lndo o de Ru dibujo,
aterrorizados y se aferran a la madre: en ese caso realizo las vac1l.acwnes., lachnduras. ele. Cuando tcnnina, le pido que
primt•ras scsiont·- l'n prcsenc1u de la ma1lre. De todos modos, asocie. prro s1 no consigue hoc<-rlo lo ayudo un poco: "(.Qué es
h.ay q~c hablarle, no se puede dejar a un niño pequeño en eso? ¿A qué se parece? Es extraño; se diría que es un animal,
stlcncm, ul menos ul comienzo del ln1lamicnLo· hay q ul' p~_:o 1.al V\'Z sea una pe rsona, ¡,es lu maestra?" Es raro que el
explir:u quién es uno. para qué viene c'I los distintos modos nmo no sr l'che a rC'f1y se buril': "No enlil'ndes nada, no te da!!
1
cuel'!ta de qué es. "Ante algunos niños qu<' se encu<>ntran en
En la EHE.....'8 Jo:, •1lc de:. 11.autc Elude ,, Sc-ien¡,:e. Soc1nles), Lt mu~1smo, que se mcgan a todo ni comienzo. cübuJO, modela-
Mond<'. 12 dr novieml1n de 2003.
'C ':H·olirn' Elial'h<-•fl.1\ rorp:J. t•t r1 rr1" J:.,'trt• psrt·hnnali•si<' n111•c les Lout
do,Jurgos, me pongo yo mismo n modelar uno formo bastante
pelif, Pari,, Odile .Jacob. 1993 · · grosera, luego olr a y le propongo q ue les dé una idc•n tidad·
"Se dirí11 que es una mamá, un papá, un muchacho u otro
246
217
miembro de la fnmilia".Entonces puedo utilizar las palabras Thomas l'rA un chico muy inteligente y creativo, me sorpren-
que la madre ha pronunciado en la entrevista quC' precedió día con sus invenciones, no tenía más que seguirlo. Doy un
a nuestro encuentro. Tomo al mismo tiempo la figura del ejemplo de c"e juego: es de noche, los pndrcs duerml'n en su
muchacho y le hago fonnularcomentarios sobre las palabras dormitorio, un chico llama desde el suyo: ":0.fomá, tengo sed"
malemn~. No rc~ulta dificil imaginar qué pasa por su cabeza (yo hago de los padres).
en ese momento:•¿Por qué dijo e~o? No quiero ser malo, no Lo madrt' (al padre): ,Otra vez ese niño faRtidiando!;
lo hago u propósito, es a mí al que castigan sit·mpre, a mi ;nunca sl· puede e"Lartranquilo con él' !Ella se let•anta, leda
hcm1ana no le dicen nada. no es justo, etc.". Por lo general el de beber y t•uefre a acostarse.)
nino se siente subyugado si esto cae con justeza y loma la El rhit:o . ¡l\1amri, ven' ¡Estoy enfermo' ¡No puedo respirar!
palabra cntoncl'S. Le propongo que juguemos juntos, alter· Lo madre <al padre!: Ve tú. Estoy cnnRadn. 'l'l•ngo sueño.
nando los pupelcs. Esa técnica se encucnlru ccrcnna al PPI El padre. S:ibes bien que 61 quiere que seus lú quien se
CPsicodrama Psicoanalítico Individual) que practicaba e n ocupe de 61.
una clínica pura adolescentes. Al adaptar dicha técnica a l La madrl' vue lve, cuida ni niño, le promete g robnrle el
nillo en el cara a cara se evitan los silencios, una agitación casete de dibujos animados que le ha reclamndo pnra ver
estéril y a veces un discurso tumbién estéril del analista. dumntc IM scitioncs con el aerosol y vuelve 11 ucoi;tnrse. El
Nunca le h<' pedido a un niño que se tienda en el diván; por ruño lluma de nuevo <los niños adoran rt•pctir lo que les
lo gcncrul se duermen. La situación no es 111 mismo cuando interesa)
Re tmta de sesiones de relajación, donde interviene una El pm/r~ llt-ga y se enoja: Ya tengo suficiente. ¿No l•nticn-
técnica cspccíficn de trabajo sobre el cuerpo. dl's que nos envenenas la vida? ¿Qué vns u decir cu,mdo le
Recuc·rdo n un niño de cuatro años y ml·dio, Thomas, hayas c¡¡sodo si tu hijo te impide todas las noches hacerle
llevado al hospital por un asma que rc:<istia todas las mimos a tu mujer? ¡Déjanos en paz y duém1etc!
terapéuticas clnsicas de la época. Era el mayor de un conjun· DespuéM de ese tipo de escena, Thomas estallnbn de risa
lo de tres varones con edades muy rercanas. F:l padre hasta rl extremo de quedar doblado en el sucio; esas crisis de
ocupaba una pos1c1ón social muy destacada y se preocupaba, risn podfon ¡¡rovocnren él un comienzo de la crisis asm:H1ca.
a pesar de todas sus responsabilidades, por lomnrsc el Poma en C!'Ccnn su;, celos edípicos, la rivnlidnd frente a los
twmpo pnra ncompañar al hijo n las sesiones. Sólo había hemu111os mcnorC'S, las an&'UStias de sofocamiento, que l'<'prc·
visto a la mndre una vez, al comienzo del tral11miento; sentaba mC'dinnlc bl()(¡ues de pasta parn modclt1r que lo scpul-
estaba muy ocupnda con los tres htjosy el nmncjo de Ju casa. 1.ab:in. masma mejoró progresivamente y no flllló "nuncn más"
Thomas la acaparaba mucho: tenía que uplicursc m<'dica- a lo cscu<'la (!11' !Wnlfa orgulloso al anunci(lrmclo).
ción en nerosol durante el día y a veces ele noche, tenia El padre. qut• oía los esta llidos de risa drl hijo a tr:w6s del
mucha prcst•nciu en la casa, pues fa ltaba con frecuencia a la tabiqu<' quC' •l'para la sala de espera del ambiente donde
escul'la, y sus grandes crisis requcnnn unn hospilnlizac1ón recibo" los niños, un día me preguntó al dcspcdm;c qué le
de urgencia Al comienzo del tratamiento, Thomas manifcs· decm a su hijo ¡¡ara que se divirtiera tanto. Ll' r<·spond1 que
taba una c~pccic de rabia al manipular la pustt1 de modelar; eran sus propias hi~torins las que lo hacían reir Ln cura
aplnstnha, corta ha sus modelados en pcc¡ue!los tro7.os nucn· rclativaml'ntc r:ipida del asma preocupó n la madre. quien
tras rc·7.0ngnha y pronunciaba palabrns mcomprcns1bles. no cntcndia qué habia hecho yo o que ll' habia clidw a·"' hijo
Un d1a le propuse jugar con títeres <sabía que le gustaba). parn conseguir C'sc resultado. Comprendí que Thomns ali·
Fabricamos una familia, con un padre, una mndrc>, hiJOS. mentaba esa desconfianza al repetirle que lo que pasaba

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con mogo cm un secreto y que ella no lo sabrm nunca. Era una se Duruntc es<' relato, el interesado regula1mcnk pc•rmam·w
muj<'r inl<'ligC'ntc, abogada, que tenninó por pensaren alguna en silencio. SI' nioga a responder a las prcguntns o rcchazn con
pnícloca mú¡.,'1cu de mi parle. Afortunadamente pude encon- ,;olencin In:< argumcntacione;; de los padl't's. De><pu~s de e·~
trarme con din y pu-<im<>R las cosas en su punto; incluso le primer contncto lo veo a solas y le explico las reglas de la
a<.'OnS<•jc~ ln lC'clurn de algunos libros de psicoamihsis. entr!',;sta: ante t.odo el secreto médico y. p:irn P\·1tar mnlenlt•n·
Con ese caso lu\'c otra sorpresa. Un día, al encontrarnos. dídos. pr<.-c1so que cuando los padres deban habl:innc de él, lo
formulé al padre la pregunta ritual: ·¡.Y? ¿Cómo ~e encuen- harán C'n su prc!'l'ncia o él será puest.o ni tanto de suR que.1as;
tra en este momento?• pensando en Ja evolución dc laR crisis ron condiciones que se han de rei:;pet:1r si se quiere C\~lar una
de asma de Thomas. Me miró como si se sintiera interpe- ruplum brusc:-a d<'I compromiso. También e:< pn·fcrible qu~ t•l
lado, dl' pronto crei haber cometido un lapsus y me qu~~é lernpcula sr prohíba todo comentario y o {twt1or1 to_do Jt11c1n
perp leja y oigo molesta. Después de un mom<'~~o, me d1Jo: sobre la rciv i11dicarión del joven frente a los pudres: m aproha·
"l\fr va muy bien ahora; he dejado de wncr cr1s1s de asma ción, ni crítico. Esa reivindicación 1.'Slú cm-g¡¡dn di' nmbi¡.'lw·
desde que usted se ocupa do 'l'homas". Nuncn tnC' hobia dicho dad: se quejan de que los padres se niegan u dia logar con cllm1,
que cno m•mtil.oco y nunca más volvió a hablar del l('ma. ~e dr que 111 "imu11icnc1ó11 (la gran palabm eii i<0ltndnJ resulta
dije que habia hecho su propio análisis :il hnhlar de su h1Jo imposible. pl'rO al mismo tiempo les resultun dcm11><111do cuoio-
y al escuchar sus risas a través del tabique . sos, mtru11ivos, no respetan su intimidml. Su drmanda e.,
los ntlo/esn•11/es. Es frecuente escuch:ir qur rl trntam1en- pan1dóJ1ca· escuchen me. interésense por rru, pero no me p1do11
to de adolescentes presenta algunas d11icultudc8; hablaría nado, no se ocupen de mi vida privnda.
müi:; hi1•n di• e~¡x•ci/iádades: los adoleSC<'nt<>s no resultan más Después de ('S(' primer contacto. los adolescentes vit•nrn
inabordabJ(•s que algunos otros pacientes, con la condición solos e la consulta. Respeto la ambivnlenci:l de su demanda·
de que· H' n•sp<•lcn ciertas regla.~. . dicen que> no ('stñn enfermos y eso es cierto en la mayoría el~
Con ellos knemo,; la ocasión de acondicionar nul'~tra los casos. Esliín t'n cri~is y quisieran salir de ella solo~ ~1
técnica, di· ílrxihilizarsus reglas a los efectos de no aparecer fuera posibll' o si es un adulto quien los nyuda q':1c srn lo más
de 1•ntradn cm una posición rígida y supcryoica que los discreto po"ihl<• (como se ve, la transferenc1:i lwne mochh-
llcwona a que nos asimilaran a instancias p;orentalcs y dadcs !'spccdic:is en esos casos). A menudo lrs pi:opongo
molcstuna In put•sla en marcha de la tran~fon•n1·ia. En un atenderlos u pt•dido, sin una frecuencrn prccst:ibll•c1cl11, con
prim~r momr11to, C'I adolescente. sobre todo"' e l medio le ha la ohlignción de :wisru· con tantos días de :lll~itipndón Y
ro rzado lu mano para llegar a la co11s11lta, es rl'nucnle, no abonur unn pequeña 1n11tede la consulln con el drncm di• cpll'
qu icrc mornl ni consejos, no ha venido 1w1·11 h_:iblal' del disponen p11rn R\IR gastos. Recib1 en mi con•u ltol'io n nnochn~
pasado sono del futuro y, sobre todo, no quccre d avan. <Por adolcsccnl<'>! en dificultades, sin tener contacto ulguno con
otra parte. no es cuestión de ofrecérse lo de cntrad11.l los pudr·c•. Muy :i menudo venían por con"cJO de i·omp;11wrn3
En In con~ulla privada, el adolescente por lo gcncml v1cnc que yo habia tenido la ocasión de atender; llc:gaba_n ron un
acompanado por los padres. En el pnmer cont<1cto, log recibo cheque de sus padres. que se sentían dem~s1t1do lt·lot·1•s 1lc•
junto.,, n1•g;lndome a hacer comentarios cu:indo los padres me que el hijo '(' decidiera por fin a i•er a alg1wm.
llaman por tdt'fono dt'spués de la se•ión. Habitu;1lmente la• ;Qué consiglll'll en esas entretislas~ Pienso qu~ li<'nt'n 1111
quejas pro\'1<'ncn de ellos: su hijo. que era tan gentil, ha rnlor de reaH'!.'llro y desculpabilizador. Al t•nunc1ar ll119
1~1mhiado, ~icmpre lleva la contra. es agrc:sivo. se C'ncu!'nlra en proyecto•, sus deseos, a un adulto en po~ición di• Suj(')o 'I"''
fracn•o l'<t·obr, o•n los caros extremos quien• fug:trst• o suicidar- se ~uponc sal~. el ndolesccnte se confort:i en su d1•11·d10 rol

:i.;o
cambio, se permite tener ot.rns perspectivas idcntificatorias yo formarse hasta ese momento sin demasiados desgarramien ·
que no sean Jas dict.ados por In familtn o por E'I medio social. Los. El niño, enmarcado y protegido en el seno de la familia,~''
La culpabilidad vinculodn con la problemálica familiar pliega a las reglas de conduela que su medio le ha inculcado, su
puede ser verbal izada, lo que permite vivirlo con más sere- memoria es buena ysu díscu1110, que a menudo es una imitación
nidad. En efecto, se siente atrapado cn su nmhivalencia, a del discurso que lo rodea, puede engañar En la adolescencia, el
menudo agravada por la actitud de lo~ padres: debe renun- sujeto debe "hablar en su nombre" !Lncan), afirmarse en su
ciar a sus ataduras cdipicas, pero ese di"t.nnciamiento hace identidad, real izar opciones y nsumir rc'lponsabihdades: todas
Llorar a los padres ("¿Entonces no nos quirres másTI; si esas modificaciones de identidad, en vez de desembocar en la
renuncia a esa renuncia, resurge In culpabilidad edipica. A realizac1on de si mismo, se derrumban y dejan al descubierto
esa edad, en efecto. resulta insostcniblc permanecer dema- el vac10. Es preciso intentar dc~cubrir la falla antes de que se
siado cerca física y afocti,·amente de los padres. En los casos produzca la cat.1strofe: es el pa¡><'I del terapeuta de niños. En mí
de parejas separadtis, 8C ve a adoh•scentes que hacen crisis libro.Los !"(!/rosados 11oexiste11, a través de dos casos muestro la
extremadamente :<everas cuando se encuentran en posición dificultad de plantear el diagn&~tico de psicosis en el niño.
de ser los ''011ficl•·n/es del padre con C'I que viven. el padre El manejo de la cura del psicótico difiere de la del neuró-
para la hija, la madre para el hijo; el miedo al acercamiento tico, de lo que nos hemos ocupado en este libro; la transferen-
mccstuoso los paraliw. Ese malt·star puE'de perturbar sus cia no es la misma, la represión no tiene el mismo sentido
primeras expcriencias amo1·o~as o sexuales. <según Lacan, se trata de otro proceso, lo {orc:lus1ó11 ). El
Esas enlret•islas tambit'11 ti1•111•11 una dimr11.~ión analítica, psicótico tiene u11111ronscie11tc a twlo abll'rlo. Por lo tanto el
incluso aunque no lo parezca Entonces el adolescente vive. objetivo no consistirá en abrir una vía de acceso a la caverna,
esencialmente l•n el futuro inm!'dinto, n través de sus sueños sino más bien restaurar su !lrqu1tectura.
y ensonaciones el vinculo entre su condición actual y la
primera infancia SP ve !'ntonces a adolescentes que emer-
gen de sus preocupaciones aclual()s los padrcs, el colegio,
los comp111ieros, etc · apnR1onnrs<' por rsn inmersión en lo "Ser analis ta"
imaginario, lo que aporta otra d1mc11s1ón a su búgqueda de
identidad (lo hemos visto con Pntnckl. Toman conciencia
de la continuidad entre e l posado y l'I presente, se dan Resulta b!lnal escuchar que el mrdicnmcnt.o del psicot.era-
cuenta de que la r('brh6n no ll(•vn n In ruptura nbsolutn con peuta es é l mismo. ~;1 onnlista sabe que su herramienta de
los padrcR y con el pusado, que el quiebre no es definitivo y trabajo es su propio inconsciente; por lo tanto trabajará
que detrás de las mod1ficncionei1de id!'ntidad hay un sujeto que sobre si mismo durunlc arios para estar a lo allu ra de su
perdura !el sujrlo del inconscicmtl'l. tarea: análisis personal, numcroi;os intercambios con el
El aclolesc"Cnlc psmilitv. Con la psico~is no:; encontramos en grupo, supervisiones, enseñanza dispensada por maestros o
otra dimensión Los mt"c11111smos de In construcción del sujeto colegas mayores. A pesar de esa profunda formación, el
se hnn entumecido, C'l ncccso a lo simbólim ha sido cerrado en analisln puede rcaccional' de manera ínadaptoda al discur-
parte, el sujeto lucha contra una nngustin d<' d<'scst ructuración so y sobre todo a la t.ron~fcrencia de su paciente: se habla
permanente. Esu falla (•Hlruclurnl puede pa~ar inadvertida entonces de contratron.~feri•ncia del unalista. "Ningún psi-
durante largos años y r<'velarsc i;olo en la udolcscenc1a, ya que coanalista va más leJOS de lo que sus propios complejos y
entonces las identilicacioncs 1mn¡.,'1narins le hnn permitido al re!'istencias internas se lo permiten", escribía Freud. Lacan

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reivindica el derecho n In conlr(llransforcncin, a la que derivados por un examrn mt•dico preventivo. Debo entonces
describe como "los sentimientos cxpC'rimcnlndos por el ana- hacer un dingnóslico y cncurar el lratmnicnto que mejor se
lista duran le el nnálisis y que están determinados en cada adaple. Ahora bien. el ti(•mpo de In obgervación, también
momeo lo por sus rclncionN1 con C'I nnnliindo" y agrega: "el llamado de ~r1lrev1slas ¡Jrt'l1111111or1's, u menudo pemulc
annlist.a no se uticnc u la apulin estoica".• Cada analista. arreglar el problema; a veces basta con una escucha benévo-
cada terapeutn tiene su personnlidad. su mnnera de ser y su la p:ua que los conílictos se nplnquen. No obstante, para
manera de trabajar; si bien l'stti obligado a compartir con sus mí la escudrn sigue siendo siempre una escucha analitica.
cole¡::as un mismo corpu.~ teórico, en cambio su prácltca le es Vemos asi que la regla 1•s llcxihll' y que la praxis queda
personal. Del mismo modo qut' t'I pacit'ntt' por lo ¡:eneral ve ,;ujetn n la aprC'óación de cndn uno ... dentro de ciertos
a varios analistas untes de hacer su opción, también el limites. pues es preciso no Ol\'ldllr que el analista no puede
analista puede no aceptar n un pnc-1C'nte ante el que no hacer cualquier cosa. Al contrario del docente, que debe
experimenta ninguna empalia. lile ocurnó rechazar la de- admimstrar solo su clase sin rendir cuentas a sus pares (lo
manda de algún perverso o di' unn persona en la que hace con sus supenorC's, n partir dr In famosa "inspección"¡,
sospechaba una estructura paranoica. También me negué a por su parte el analista trab;iJa con loscoll•gas en reuniones,
tomaren an:ilisis a~randes autistas.ni pt•nsnrque un medio grupos de lrnhajo, S<'síom•s de' control. Además. el analista
estruclunulo sena nuis eficaz que un tratamiento anaht1co. de niños raramente se cncut•ntra solo frcntt' al paciente;
Me ha ~stado la practica drl psicoanálisis en niños. Sus debe m:ineJnrsr rnn los padres, y tambicn con otros partici-
capacidade~ par;1 "salir" son unu fuente dt' satisfacción para pantes, los docentes, por ejemplo, t•uando el niño prC'senta
el an:ilista: ¿por que ocultar t•I placer qu~ se experimenta al chficultades csc-olrires, a vt'ces con prdagogos. En esos casos
"curar'"? Por otra parte, el nmo nos mantiem• despit'rtos, no dcbera respetar cil'rlus n·glas t¡ue In mayor parte de las
deja de asomhrarnoi; y solicita nurstro mrnginario y nues- veces surgen dC' la t•tica A menudo he insistido en la
tras capnc1dndt•s neador,1s, lo qUl'. para 111 1. hace agradable necesidad de mantener !'11 sN-rcto C'I contenido de las sesio-
el trnbn.10. nes. Si Rurgicra algo gn1ve, es nt•ccsario d1sc·utir con el niño
Algunos purdrn asomhrnr¡;I' por la irrt'gulnridad de las y contar con RU nvnl por:i dnrlo n ronor!'r notro~. Por otra
entrev istas con m1~ pac1cnks, us1 como por la brevedad de pal'lc, sur lc suce>dcr que lo proponga él mismo, cuando le
las curas; lambi<'n &se c•s mi modo de lrnbaj11r. ~;n mi propio rcsulla dificil decirlo; enloncrs c•l nnnlistn se convierte en su
análisis no habría podido plegarme ni ritmo tradicional de portavoz. 8irmpre le <'Hpccilico los tcrminos quCJ voy a
las cinco sesionrs sl'mnnnlc•s; nl'ortunnd::uncntr mi annlist:i cmp lNtr, a los l'fcctos de evitar mnlC'nlC.'ndidos. He observa-
no me las impu~o. De l mismo modo, no me hnbria gustado do que en las inslit.ucmncH o en In cscucl11, losdichos del niño
recibir a mis pnci¡•n l!'S, udulLos o 11i11os, a un ritmo lan y los comentarios HObtc h istorins dt• familia rirculal>an con
intenso. Siempre tuve ill $Cn~ncion de que el tiempo entre focilidod. Cuando todo cslo vut'lve a oídos del niño, lo siente
dos sesiones dcbl! 8Cr productivo; le permite' ni sujeto hacer como una lruicion y pierde lt1 confianza en el adulto. Se corre
un trabajo personal dr clul>or:1c1(m · ese corte es como una el riesgo entonces de \'(•rlo umurnllarse en el silencio.
experiencia dc libt>rtnd 'l'odo l'~lo es un punto de vista Suele suceder que 1111 dot'('nt<' pidn hnblnr conmigo; acepto
estrictamente personal. des pues de hnbérselo informado al nii'lo y a los padres. No es
Olros tambic.'n poclnan dl•cir qm• mi pr:icltra surge más de necesario dar detalles IX'l'sonalcs ni interlocutor; basta con
In psicolernpia que drl nnálisi;;. l\lucho>< dt' mis caso,; me son recordar el sentido de In terapia .v rl intercis de trabaJareacln
J Lucan. s..~,,,,,,,,,,.., hhru \.'111, , ... (fUll!ti/r·rt, Pnrii\, 1-A? Scuil, 2001. uno en lo suyo, pt>ro siempre en contacto. El pgícotcrapcutn
no es un pedagogo y el docente no tiene que interpretar el de la madrees ante todo la terapia de la madre, mientras que
malestar psíquico de su alumno. A menudo el "psi" aprende los padres de un adolescente serán orientados de entrada e
mucho del comportamiento de su joven paciente en clase y el un sitio especializado, a los efectos de respetar e l deseo de
docente sabe que puede contar con el terapculn si las cosas autonomía de su hijo o h1JU
empeoran. Gracias a estos mt.crcambios con su maestro, un
niño psicótico pudo ser mantenido en el ciclo normal varios
años seguidos; el acceso a una computadora que le estaba casi
reservada para el momento de sus acce!;OS de pánico le permiüa Ser un "'bue n " padre
evacuar la tensión. También tuve la ocasión de participar en
reuruones de acompañantA:s en el scrv1c10 hospitalario, donde
uno de mis jóvenes pacientes se hallaba en tratamiento, en ~o existen "buenos" podres, del mismo modo que no existen
oncología o en medicina general habitualment.c. Por lo general hombres totalmente buenos o totalmente malos. Los buenos
el niño se siente foliz al l'alx-r que estamos todos reunidos para padres son ante todo los que se .•aben y se llaman padres, y
discutir su futuro. que asumen la re~ponsabiliclad Winnicott propuso el con-
La intervención de los padres en el análisis de su hijo es una cepto de "madre suficientemente buena", pero esa entidad
disposición l.cllllda por mucho.q analistas, como puede serlo da rienda suelta a todas lM figuras imaginarias y a todas las
para los docentes que rec1lx-n padres. Ya recordé la importan- interpretaciones. En los ca"ús informados en esta obra.
cia de esa implicación, con la condición de que se mantenga a hemos podido ver que, para desarrollarse. el niño necesita al
distancia y sea doJTUnada; no delx- volverse invasora: el analis- mismo tiempo vínculos ~ólidos con e>I medio cercano y liber-
ta es el analista del niño, no el de los padres. tad para liberarse de C$OR vínculos. Hemos insistido en la
Tuve en análisis a un niño que a los cuatro años no importancia de los primcro:i lazos, los que dan al niño muy
hablaba, p<?ro entend1a todo. Su madre no se cansaba de pequeño esasrgur1dad de fiase sin la cual su desarrollo corre
quejarse de él y yo tenía dificultades para detener su verbo- el riesgo de volverse caótico. Son los cuidados maternales los
rragia. Al cabo de un moml'nto, el nil\o se colocó debajo de mi que permi ten el establecimiento de esos primeros vínculos
escritorio. me tironeó la falda y trató do tomarme la mano sobre los que vendrán a mJc•rtnrsc todos los signos de recono-
para llevarme a la hnbitación donde mant.enía las sesiones cimiento y pertl'nrncia: inscr1pc1tín de l niño en Ja línea
con los niños: era hora do que dejara de- ocuparme de su sucesoria y en una comunidad, npcrtura al mundo y al
madre. Fue una buena lección para mí. descubrimiento del s<>nlido. Cuondo esos primeros vínculos
Cuando los padres sufren mucho, CN buenoorícntarlos hacia han sido fucrtcsycslructun1ntcs, si los padres desaporecen,
una consulta especializada; pueden hablar con un médico otros pcrsonnjes podrán hncrr e l relevo: el niño crecerá, no
clínico, quien les ht<rá la derivación Existen lugares donde sin sufrimiento, pero con unn confi11nza en sí mismo y un
reunirse, tales como casus especiales, grupos de padrcs(padres sólido narcisismo q uc le pcrm itirón l'nfren tar 1ns pruebas de
de anoréxicos, muy eficaces), asociaciones de padres de niños la vida; podrá amarse a sí mi~mo tnl como ha sido amado. Si
autistas, ele. En las instituciones tipo CMP (Centros Médico- pierde a los padres, sufnrü, pero en el duelo podrá idealizar-
Pcdagógicos l, los padres pueden ser ayudados al tiempo que el los y mantenerlos presentes en sí toda la vida.
hijo sigue un tratamiento; fue el caso de Lydia. Boris Cyrulmk da numerosos CJemplos de lo que él llama
La relación de los padres con el terapeuta del hijo varía resi/1encia. "proceso qul' permite retomar un tipo de desarro-
según la edad del nir\o. La lernpm de un lactante en brazos llo a pesar del traumatismo y <'n c1rcunstnncias adversas",

256 257
e~cribe.' El in5tinl0 vital es fuerte en <'I ser humano, y una do habla del Nombre-del-Padre no ~e trata del padre en si en
mano tendida pucd<> permitir el rebote despuesde la pru<'ba. sus diferentes acepcioni>s, sino del Nombre-del-padre, a
con la condición de 4uc los comienzo~ de la vida hayan sido saber, una función, un operadors1mbolico. Luego hablara de
felices. Da el eJcmplo de Marilyn Monro<', "nacida fuero dC' lm~ Nombres-del-pndr(' para significar que esa función de
In ley" y cuya mudrc "afectada ¡>or una mclancolia (JU<' 11pcn1dor simbólico puede ser cumplida por otras instanci(l!I;
colmaba el mundo, no Luvo la fuerza de ofrecerle bruzos toma como ejemplo la función de la escritura en Joyce.
qu<' le trasmiticr:lll s"guridad". Todos loR que, seduc1clo!\ por El Nombre-del-Pudre representa la función misma de
su encanto. intentaron sacarla de su "no-vida" fracasaron. ltt separación. el propio principio del cort<> que pres1d<' In
Cuando el nino lTl'CC, debe arrc¡:lúr~clas ron los impera- división del sujeto. ~~I padre simbólico e~ quien cumple esa
tivoR paternos y no dejarse encerrur en idcnt11icnciones función de separación, puesto que <'~ <'l depositaria y <'I
alienantes. En todo~ los casos que hemos presentado, se ha n•prrs1'11tante de lo Ley, pero no detenta la Ley <encarnar la
visto cuánto la l'ducación que los padres dan a sus hiJ<>s es ley lo convertiría en un amo todopoderoso). La función
una huella al mismo fü'rnpo del contenido de sus 1mlsiones pntc11111 está allí pnrn instaurar al tercero en una relación con
reprimidas y de su 1dcnl del yo. A mcnudu deben supernr In l'i Otro que, sin esto, pcrmnncccria en el modo imaginario,
decepción de no l<'n<'r el "hiJO ideul" con el que habían con sus efectos dr fascinación y enfrentamiento. Esa scparu-
soñado.y su amor cleb<> ser más fuerh· que d dc~cncanto de ciún permite Ja mkriorización de ltt Ll'y, Ley que es la
verlo rechazar el rammo que le hubian trazado. misma para todos, 111d11ida la madn'. con sus prohibiciones
Hablard<' pnclr~.• un plica que el nino tt'nga un padre y una fundamcntalesdel homicidio y el incesto Cuando esa Ley ha
madre. ¿Qué ocu1 re cuando no hay padre o cuando l'l pildre siclo interiorizada, cuando el sujeto In ha hecho suya, yn no
no asume su fuucion'! lle insistido <·n <'I poder pató¡.:cno de t11•nc que ser representada por el padre: el padre esta bien
una madre cuando no o pela a un tcrccrn en la relación con su n111t1rlo.
hijo. Ese lugar 1•s ocupado gcncrahnt'nle por el pa1ln: o e l ¡ IJr qué ley se tm In! Pueden d istingu i rsc dos vertiente:< en
compañero de 1<1 m:1drc Ese papel dt• Lcrccro. tradic1onnl- cl<a ley: la ley del discurso y la ley del deseo. La ley drl
mentc rei<ervado al padre, puede ~cr dc~cmpeñado por otro d1s1·11rso permite rl nrcl'i<O a losimholico, l's decir. al lengunj<>
personaje.A ,·cccs.·s un ri>prescnlanlt• ele la Ley, un juez de y a la palabra. Implica el trabajo de asociación y de represión
ml•nores, por l'Jl'lllplo, un educador o cualquier otra lij.(urn ~ignificante que hc>mos recordado n propósito de Brion. con
que tenga autoridad Nosotros, lo>< unnlistas, ocupamo~ ese la constitución ele dos órdenes de lenguaje: el proceso primn-
lu¡,:nr de tercero Rrparaclor (y castrador). rto (regido por lni. leyes dl'l inconsciente) y el proceso sccu11-
Para caplur llll'Jllr lo que es el ¡mpel de padre rctomnré dul'io (cadena del diHcurso). La ley del deseo hace reforencin
aquí lo que <''ll"ilJC de la enscúanza de Lacan ~ol>re el n la prohibición del incesto y n su corrclnto, el complejo ele
No111bre·del-Pa1ln· Existen muchos malentendido• al rl'S· Edipo Con la rc~olución ed1pica, el SUJelo supera la relacilin
pecto; sólo tomttré lo que comprend1 di' una enseñanza que dual ron la madre ~~stc acceso al orden simbólico rcquicn•
me ha permitido uhirarme en la clínica ese tercer térmmo cuya función consiste en ser el garnntr
Lacan distmgut• cliv!'r~as ligurns paternas: el pndn• n•al de ese orden: es d papel de la función paterna.
-<>I que está :.1h1, de curne y hueso-; el¡1C11ln• imaginario-padre
compañero, poro Loml>ién padre idc11lizndo-y ñnalmcnlc el
¡¡ne/re simbólico, qu<' C'S calilicado como padre muerto. Cuan-
, lioris Cyrulnik, J.e· n1urniun! de$ fn1iton1e .. , Pnris. Od.lleJacob, :lOO:J ,

:.!5H
¿Cómo apreciar en nuestra práctica que piensan que es a las madres a quienes les corresponde
la validez di· la función paterna? ocuparse de los niños. No se atreven a quebrar el vínculo
pasional qul' une a la madre con el niño. He observado que
Nunca se enfatizará lo suficiente que una madre sola, sin a vecC's esta situación les conviene: al estar muy ocu poda con
referencia de un tercero en la relación con su hijo~<' expone su ret.oño, la mujer se torna menos exigente con ellos. Al
a muchos sinllabores: cuando el hijo la colma y ella no desea permitirle al niño tomar distancia con su madre, el analista
nada más, cuando su palabra tiene fuerza d~ ley, el niño ya deja un vac10 en la relación que le permite al padre retomar
no tiene ningún espacio de libertad para construirse ¿Cómo un lugar qu<' no se ntrevía a reivindicar. El podre de Brinn
se presenta esto en la realidad? formahn con su mujer una pareja armoniosa, era un padre
Una mndrc puede criar sola a su hijo cuando el padre ha que amaba al hijo, pero no intervenía en la re>lación madre-
muerlO, por ejemplo en la guerra. Antiguamentr. la fotogra· hijo. Fu<' ('( nnúlisis del hijo lo que le abrió los ojos y le
fía del padre> colgaba encima del Jecho conyugal y e l hijo no permitió cn~ontrar otro lugar en la relación con él.
podía olvidar esa figura de héroe; en ese caso ol padre En lns familias que han vucllo a recomponerse se observa
dcsempclinba n más no poder su función simbólico. En la una curioM rcparlo de los papeles materno y paterno. Con
actualidad encontramos familias de estructuras muy di ver· mayor frecuencia, e l padre bioló¡,'1co sigue siendo el prrsona·
sas. 'l'omnré como ej<'mplo una pareja de homosexuales en la JC de rclcrcnciay <'I padrastro desempci\a un pnpcl de jefe de
que una de las integrantes tiene un hijo por inseminación fam1hn, n veces con una orientación educativa pnra s!'cun·
artificial de un donante desconocido o de un donante hom<>- dar a :<U compañera. En ltmlo nuevo compancro de la madre,
sexual, que podrá convertirse en el padrino del niño. En puede s('r objeto de celos edipico,; y tener c¡ut' ~aportar la
algunos paises, la pareja homosexual put'de tener un niño agresividad d!' sus hijastros. La nueva compañera del padre
con una madre port.adora o criar hijos engendrados en un también puede entrar en rivalidad con las hiJnstras ..Un niño
matrimonio de alguno de los dos. En todo:! eso.1 casos resulta recién nacido o menudo funciona como cnlretcnimicnto y se
ei;encínl que t•I deseo de tener un hijo emane de los dos convierte en un factor de aplacamiento de las tensiones tras
parlc11a1rC's, al menos en un primer momento, ya que luego un pnmc>rp!'nodo dificil. La tenencia compnrtidn, cuando es
los papcdes S<'rÁn compartidos en el seno de la porejn Lo más aceptada por todns las partes, puede permitir ni nilio ubicar-
1mportant.c es que el niño sea deseado, acog1d1>, 1t111ado y se y manejar mejor sus conílictos, en particular los que
educado, y que los padres se llame11 padres y se comporten conciernen a las relaciones entre los nilios de diferentes
como tales. También conviene que e l ni11o sepa a qui! atl'ner· padres. g( 1ic>mpo de separación con uno de los padres
se. Si una madre se encuentra en verdad sola, es bueno que cuando vive tln la casa del otro se convicrle cnt.onccs en
se refiera a un tercero para criar a su hijo, un padrino, un tiempo pnrn respirar y poner las cosas en su lugar.
miembro de la f'umilia. El hijo debe saber que> no C'S su objeto Lns crisis de la adolcscencio se juegan en varios niveles y
umco y que <'lla tiene otros intereses y otros amores en la la~ manifcslucíones se diversifican según las personas que
vida. Es bien conocido el amor exclusivo de eso~ niños criados el ndolc:<cC'nLe busca alcanzar: padre, madre, pndrn,tro,
por una madre sola; de ahi la importancia de tl'n<'r un amplio madraslra. Esos casos raramente requieren un tratamiento
abanico de rrlaciones sociales en ese t.ipo de familia. individual; In l<'rnpia familiar es más recomendable. El
Est.án también lo~ casos -más numerosos- en los que el terapeuta recibe o toda la familia y a través del di~curso de
padre está, pero no inten;ene en la educación del niño. A unos y otros intenta ubicar las distorsiones re>lncion:1lcs y
menudos<' tratn de padres cariñosos, pero desent.endidos, permite que coda uno encuentre su lugar. La terapia fami·

260 261
liar se inspira sobre todo rn los estudios sobre la comunica· t1C'nden a desdramatiznr In situación; también ayudnn H
ci1J11 de la escuela de Palo Alto, California. cuyos autorcs-Paul restaurar el narcisismo dC'I joven sujeto, a menudo muy
Watzlawick, entre otros, quienes ~e inspiraron en l'I trabajo golpC'ado por los reproches de lo~ padres. También mc ()(·url'\•
de Gregory Bateson- descubrieron el fenómeno d!' la doble que tenga que explicar a los padres ciertos mccani~mo~
0/1/igación o doble t•ínculo «louble bindl y pusieron en psicológicos, por ejemplo, In naturaleza involunt.ariu d1•I
cvídoncia la naturaleza de las mteracciones en los sistemas sin toma. Se ve a padres excedidos, desestabiHzadoR, agr<'~•
de comumcación entre vario~ individuos. Puede tratnrnc de vos unte la anorexia de :<u hija, ante un pipí en la cnma qu(•
dos participan tes, pero lumbién de reacciones t'irrnlares se prolonga en el tiempo, anto un fracasoescolai·qut' rl'•111tt•
entre varios participant!'s (dentro de la familia, por cjcm- a todas las ayudas pcda¡rógicns. En esos casos es bueno
plol, donde diferentes rcgi:;tros <'nlran en juego, el verbal, el aprlar a su inteligencia y u su comprensión.
gestual, el emocional. Por el contrario, resulta utópico pensar que los conseJo~
;llay que dar con.wjos a lo.~ padres? Todos aquellos que puedan modificar profundamente la relación con los hijos.
mtervíenen en casos de niños y de su familia lo hacl•n Los Sin <'mbnrgo, los padre~ pueden ser convencidos del buen
padres son exigentes, no:i toman por testigos, buscan hacer· fundamento de esosco1ts<')<>s rd11cat11·os e intentar mod11irar
nos drcir que tienen razon t•n ser como son, esperan que uno su llClltud, pero esto puedl• inducir comportamientos fal:<os.
apruebe su comportamiento, pues aman a sus hiJoS y actúan que no engañan al nino. Es po~ible ver a padres coo r1•mor·
por e l bien de ellos. A vecf:'s r~ nl'cesario recordarles a lgunos dimicntos que se ponen a dl'st•mpcñar el papel de buenos
principios educativos que parecen ignorar, por ejemplo, pudrt'!I, por ejemplo, una mudre con síntoma de rl'th11zo
consejos de firmeza a qui<'ncs los dejan. hacer d1• todo. El purde ponerseaclamarsu amor por los hijos, un padre puede•
n.i1'o-rcy es una víclimw un castigo merecido, explic1tndo, dejar de maltratar a su hijo durnnte algún tiempo. ~;sto'
sin cnst1gocorporal. prote¡¡C'contra una culpab1hdad C'stéril: cambios de actitud sumen al nino en la perplejidad y el
el niño finalmente ha pngndo su falta, está en paz. rran~oise malestar
Dolto a menudo subraya cuánto puede resultar ¡><'rlurbado El analista debe cu1darsr dr cualquier descalificación dt•I
un niño cuando una falta grave es silenciada, no verbnhza- niño o de los padres. Cuando unos u otros manifiestan su
da, no reconocida. Citaba el caso de un niño que hnb1n dC'judo dC'~nmor u odio, el analista no drbe hacer ningún comenta-
de hablar y se había vuc>lto autista después de un accidente rio. I<:I menor signo de aprobación o de desaprobacil\n Rrna
en cljuegoquc tuvo la con~C'cucnciade matar u la ht'rmunita interprC'tndo como la formulnr1ón de una opinión por pnrl(•
rnl•nor; había dejado d<' querer vivir. Ciertas cosas no dicht1s de un t.crccro y a partir de eso hecho adoptaría (' I v11lnr d1•
pueden tener ese mismo cfccto traumático: la mut1rtc de vNclncl. Si un niño o un adolcscC'nlt' me dice: "r.ilis pudres 'ºn
algún pariente que se I<.> oculta ni niño, la falta grave d<' nlguno mulos", es necesario pregtmLnrlC' las razones que tic1w para
de sus mnyores, todos esos secretos de familia qut' obseden dN'irC'so, qué piensa del porqué de esa actitud, y luc¡to dr u11
los esp1 ritus. trabajo de reflexión será posible decirle: "Son tus pudn:s, nn
Con frecuencia vemos a padrcs desamparados frente a Jo~ cambiarás y con ellos debes manejarte". AlgunoR funno·
comp<>namientos del hijo que ellos interpretan de munera narios, consejeros conyugales. consc1eros pedagógicos u ot mi,
pcyorativa. Se sorprenden ante un vocabulario que no en- prnsando que actúan bi1m. toman partido en los confli1·lo
tienden y que creen más agresivo de lo que en realidad es <los apoyando a uno de los protagonistas, por ejemplo ul 111110
docente¡¡ pueden experimentar el mismo sentimiento). Los frcntt• a los padres, al mando o a lu mujer en los co11fl1rln•
consejos con mucha frccuonciu surgen del sentido eo111ún y conyugales, lo que no hace mñs que envenenar la situ11non

2Ci2
El niño no soporta, por ejemplo, que se descalifique a su imparciales. No se creen lcrapeutaR, ni tienen la pretensión
madre, sea cual fuere, para <lpoyarlo a él. Es lo que pasa de serlo; sin embargo, cumplen un papel de guías para los
cuando los que intervienen, al identificarse con b11encs niños, a qwenes ayudan a nfrontar los accidentes de la vida:
padres, piensan reparar el mal inferido al niño. son actores de la reRilumcia.
Hasta hoy en día la calificación de ps1cotcrapeuta no se
encuentra codificada. Cualquiera puede llamarse psicotera-
peuta y poner una chapa en In puerta sin que sea molestado
Psicoanális is y ps icoter a pias por nadie. Asa. las prácticaA m:iR extravagantes se han
multiplicado, alguna~ de ellas apoyadas en creencias al
menos dudosas; no hablaré de los daños psicológicos que
No volveré sobre la leoria y la pnictica analíticas, asuntos pueden derivarse de cMta situación. En algún momento
que he tratado a lo largo de e!\ta obra Los lectores habrán atendí a personas que. trns un fin de semana de terapia de
notado que los "por que. doctor· no están seguidos de "por- grupo financiada por el empl<'ador, se encontraban en un
que". La causalidad dl·s11p11recc, se d<'svancce a medida que estado psicológico inquichinlc; algunas interpretaciones
uno se acerca, no hay causa inteligible y objetiva en la salvajes. agresiones verbales mal controladas pueden tener
formación del síntoma. Dir<'ctamc·nte no he ahordado ese un efecto descstructurante en persona~ frágiles. Me pregun-
resorte de la cura que es la 111terpretación. No es una taba entonces qué formación pod1an tener los responsables
explicación, no revela un s1g11ifírodo del smtoma, está allí de esas terapia" de grupo.
para abrir camino al .~entido, para levantar la represión y Existen personas de buena voluntad que dicen ser conse-
hacer surgir un sentido nu<'vo; p<'rmite entonces al sujeto jero.~ de una categoraa de personas en dificultades: colegia-
salir de una repetición mortifcra Thomas, ol niño asmático, les, parejas, cte. Por mus que estén obligadas a darcucnla de
al desemp<>ñar todos los papeles fnmílmrcs reencontró su su práctica a cierlui; mstnncias de 11u organización, no
lugar como el mayor y pudo renunciar a poseer a la madre siempre tienen la formación necesaria para ufronlarconllic-
por el ata.iodo la enfermedad. los difíciles, que rápidnmenlcdebcrian derivara un especia-
La mayoria de las ps1cotcrapms se apoyan en una concep- lista. Tuve la confirmuc1ón de esto por haber recibido en mi
ción de la persona surgida de los conceptos de la psicologín. consultorio a pacientcA perturbados por la intervención de
El acento r<>cae e n IM funciones de l.voy e l análisis lleva en estas personas. Por lo general He trata de gente benévola
lo esencial a los comportnmit'ntos. Un significndo surgido de Cde bcne, "bien'', y 1101<>, "quiero.,). ~~sa b111'na uoluntad con
la psicología ellmarcu a l sujeto restituyéndole la pertenen- frecuencia está asociada a la ideu de don y de amor. Esas
cia a una categona psicológica definida. El síntoma se pone palabras ocultan múltiples motivnciones más o menos cons-
en primPr plano y su dci<aparición es e l objetivo primero del cicnl!'sy má.~ o menos confl'~ohhw pu Is iones de dominación,
tratamiento; lu Lransfcrcncia t's uno podt'rosa pnlanca para necesidad de amor para sí mismo, de reconocimiento, cte. A
la desaparición ele esle ultimo. menudo he seña lado que loda actitud compnsiva, y a fortiori
Los psicoterapeutas. Los h<ly de todas clases. Hay quienes de piedad, era muy mal vivido por e l niño, quien ve en ella
son psicotcrapeutas sm saberlo. Son esos adultos benévolos. una suerte de desprecio hoc1u su personn. En los relatos de
con quienes los ni nos se conf1an ·abuelos, profc;;ores, lío, tía. casos que he hecho. el lector pudo darse cuenta de que el
No se encuentran implicado~ al m1~mo titulo que los padres respeto al ni no excluye cualquier sentimiento de conmisera-
en el mal-estar del niño y a parlar de ese hecho son más ción; desde el comienzo olorg¡¡ ni niño una dignidad y lo

2&1 265
reconoce como amo de su destino, lo que no impide hacerle lidad y Brian algun litigio con las mujeres. Actuahncnt1• 1•s
snlx>r que ~e reconoce su sufrimiento. enorme la presión por parte de los padres en el reclamo d1•
~le rcforiré ahora a los psicotcrapeuta~ que dicen perte- una terapia corta, eficaz, en la que ellos sean observadores v
necer a una escuela. que propon<'n unn t1·onzac1ón. una no actorC's, con prescripción medicarncnt-Osa si fuera posibh;
or11anizamÍTI y una enseñanza propias. Actunlmcnle las Con frl'CUC'ncia se debe recurrir a una terapia de apow
psicoterapias müs praclicadas son las tenipias ,.o}(nitfro· para ca~os que no requieren un tratamiento pesado. En~~"
comportamc11tales y la hipno.<is. Como todo~ las ps1cotcra- tipo de c•nfoquc, el terapeuta es alguien que demu,·.,/m
pins. su primer objetivo consiste en suprimir el smtoma y en autoridad: sube lo que está bien para <'l niño, lo tranquiliza,
fortificar C'I yo. Esas técnicas necesitan de la intervención le sirv<' de apuntal:imiento y de referencia. S1 tiene uno
activa del tcrapcula, lo que contrasta con la neutralidad del escuch11 cal1du, atenta, el niño retoma confianza en s1 m1"mn
analista. Ln transferencia sirve entonc<.>s parn manlener un y a m<'nudo esto es suJicienLe para salir de una criHlll
ciC'rto poder de sugestión sobre el paciente a los efectos de pasajera Podna decir que yo misma practicaba terupios di·
logn1r ln cura. ~;n las terapias comportnml'ntales, el tera- apoyo en (•icrlos casos: no es necesario escarbar demasiado
pC'ulu lilvorccc la torna de conciencia dl'l paciente y sm;cita lejos cuando se enfrentan dificultades pn8ujcrus provenien-
una motivución al cambio; elabora con él unn cstrat()gia para tes de conflictos actuales fácilmente solucionables con ulgu
VC'ncer t'I s1ntoma, prescribe tareas parn cumplir y puede nas puestos a punto.
hacer rC'dactar un carnet de terapia donde se anotan Jos Lap;;1«0/Jedogogm es también un método interesante qu•·
progresos. le permite a un docente que haya adqumdo competencia~ t•n
l loy <'n d1a la hipnosis no es lo que l'rn C'n tiempos de ps1cologíu o en psicoanálisis alcanzar. a través de la tra•mi·
C'h:ircot; má$ bien se habla de una hipno-sedación. pues el ><ión de un saber, las capas inconscienl<'~ del sujdo. Alh
paciente, confortablemente instalado, pC'rmanC'ce en un es- tamb1(>n el saber funciona como mediador y permite llegar ni
tado dC' distensión cercano al sueño. El tcrup<•uta le habla en punto justo sm una intrusión brutal. Esl' método es mu\'
tono monocorde, tranquilizador, repetitivo, que produce un emplNido en las instituciones que reciben a nino>< en ¡,'Tañ
l'Íl:'cto idcntificatorio; el paciente wmu entonces por su dificultad; se da a conocer más en paises que no pueden
cuenta las prilabras del terapeuta en una especie de autosu- da rae l'I luJo de tratar a los niños en terapia individual.
gestión También se trata aqu1 de una lcrnpiu corta que la., dl'mcis ps11:oterapías llamadas "analftims". Existen
puede dar buenos resultados en las adicciones, Ja fobia y en n11m!'rosas técnicas psicoterapéuticas inspirados en el psi
los cnsos de dolor, ya que ciertas intervenciones <1uirurgicas counn lisis. Recordaré solamente el a1uílisisj1111g11ic1110 .•Jung
puedt•n hacerse con hipnosis. Los mecnnismo111wurofisioló- orn un discípulo disidcnt.c de Frcud que sólo rl'conoria 1111
gicos qul' participan en este tipo de efecto todavía no son bien inconsciente colectivo; ca lificaba a su mótodo como ps1mlo
conocidos gla a11aht1w, E:l etnopsicoan<ilisis es una lC'rapia trnn~cul
Si l:i familia de Brian hubiera consultado n su médico hoy, tural que torna en cuenta los orígenes culturales qu<• <·I
sin duda éste habría prescripto Ritalinc para calmar la paciente ha rec1bidojunt-0 a los micmhros de su comunidud ,
agitación y habria aconsejado una terapia comportamental. La calidad del psicotcrapcuta depende de varios facto11:ll:
Con dos compr1m1dos diarios segurament<' S<' habría calma- del punto dondP el sujeto se encuentre en ~u bu~qunlu
do, In madre ~e habria sentido aliviada, pero pienso que su pcrso11al !ps1coanahsis o psicoterapia), de su <·ursus ¡,.,,,.,,.0
relocicin, en lo más profundo de ellos mismos, no habría y finalmente de la calidad de :su cncuadn· rn l'I ~rupu •1111·
cambiado; sin duda la madre habría consl'rvndo la culpabi- frecuC'nta. Sí no se dan esas condiciones, se cnconlrnrn «11 la

266
misma situación que cualquier adulto frenlc a un niño o a un P ALABRAS F I NALES
adolescente sobre quien tiene responsabtlidad, cualquiera
sea el titulo, padre. docente, etc. La relación adulto·mno
siempre implica una diferencia de generación, lo que confor·
La a l adulto en unn nctitud de dominación. La posición de
autoridad del adulLo frente al joven puede entonces de11cm·
bocnr en el ejercicio del poder (son conocidos los abusos do
poder en los sistemas educativos l. No puede haber neutrah·
dad en esa relación, en tanto desp1cru1 y re,•cla en el adulto
toda su problematica consciente e inconsciente: sus ideales,
sus fantasmas, su relación con la autoridad y el poder
hl'rcdado de sus relaciones edíp1cns; rnvive con el nino el
regreso de todo lo rC'primido infantil. Si no ha hecho un
trabajo de c"clnrccimiento sobre s1 mismo, se quedar« con Los psicoanalistas son curiosos; los niños también lo 8on.
sus o priori y rC'petira sin saberlo las experiencias vividas; Como sólo les pedimos una cosa -mtcrrsnrsc en ellos mis·
es lo que ocurre con los terapeutas mal formados. mos-, por lo general no se hacen rogar para ingresar a ese
Tu,·e la ocasión de recibir en control a personas que juego de escondidas con <'!le misterioso hut'sped que, en ellos,
hablan terudo otra profesión antes dC' reconvertirse a la lo!limpulsa a actuara la mversadc lo que deseaban; quisiera
ptiicologia. Era evidente que, a pesar de su buena voluntad, st•q¡entil, ser educado, ser buen .'tlumno, pero algo en mí me
11u escucha segu1u siendo más la del pcdngogo o el educ(tdor lo impide. Nos cuentan historias hasta pura dormir de pie,
que habían sido ant.cs. Me sorprendía t•l hecho de quo el sin subcr que son palmos de su propia historia lo que nos
material producido en sesión porlos ni nos a los que at<'ndínn cntregnn. Estamos allt para descifr:ire•<," mensajes y levan·
-dibujos, modelados- fuera extremadamente repetiti\'O. wr cn algo el \'Clo sobre la obra que se rrpresenta. a los
Comprendí que esOSJÓVenes terapeutas "·"·uchobo11 como ~e efectos de que !'P coO\·icrtan en su" vcrdaderos autores.
lo habían recomendado, pero no c11/ell(/fan Jo que dcc1a el Con nosotros pierden las costumbres que habían adquiri·
milo; entonces éste repetía siempre las mismas historias sin do: muchacho sucio, mril alumno. mentiroso, haragán; ahora
que pasara nada. El tfrmino "escucha" es muy empicado en son otros, existen de otro modo. Les cstalln la nlcgría cuando
lo actualidad; los podres deben escuchnr a los hijo8, los dl.'scubren la libe1t:id de convertirse <'11 lo que son: uno se
pohticos a sus udministrados, pero ¿entienden lo que quie· ponu a aprender a contar, el otro, absorbido por sus "mil·
rcn expresar mus allá de la simple enunciación? ~ntrc nía•", descubre la vidu n su lado, otro deja de hablar de las
escuchar y entender ex1sle la misma diferencia que enlrr ver crisis de asma que le hacían pasar nochr.• <'n vela en la cama
y mirar; la ''is1ón cs una función del ojo y la mirada sena el dl• la madre.
espejo del almo. A veces creen que somos brujos o brnjas y cuando In cura
llego hablan de rn1lagro. Cuando el grnn eczema dcsupun·
ció, Paul·Marie creyó que yo había cmpll'ado algún prort'd1·
miento mágico. Lo tranquilicé conliñndolc que el mago t-ra
el· 61 tenía In varita mágica, pero no lo !l[lbía.
Esos niños no dCJUn de asombrarno!I, de sorprcndrruo~.

261i 26'1
detipiertan en nosotros lo que nos queda de In infancia, nos ÍNDICE
dc\•ul'l\•C'n C'so C$encial que hemos encubicrlo a fuerza de
tanto mentir.
Cuando nos abandonan les decimos: "¡Buen camino!".
Tarnb1cn dC'hcríamos darles las gracias por Lodo lo que nos
han ensenado.

lntroducciún ....................................................................... 7

¿Por qué e>< muda mi hija? ............................................... 11


Conclusion .................................................................... 23
\'cinte a1íos de><put'i; ............................................... 24

¿Por qui· desdt• <·l pnmer día


nucslro hiJO nos ha<.'c la vida imposible? ........................ 27
D1•I co·nac1mícnlo madre-hijo
al nacimi<'nlo de un sujct.o ................ .................. 60
El lcn¡;ullJC' clC'I cut'rpo ........................................ ...... 67
Del cuerpo lnológko ni cuerpo crógeno ....................... 73
Los smtomnq en Brian .............................................. 78
ll1t<lt•riwci6n de l sinloma ........................................... 81
81'parncion y 1·cconstrucción en lu cura ...................... 85

;,Por q11t• l.ydi:i no consigue


!'nlcnd!'r t•n In clase? ...................................................... 87
J~I porque.' dl'l fracaso escolar .................................. 101
~;1 Cll!<O c((' Lydia ...................... ······· ....................... 104
El fracaso síntoma ......................... .. ..... .. ......... 108
Cómo la>< ayudas maprnpiadas
purdcn contnbuir a fijar un sintoma ....................... 112
1nlcligcncia y debilidad .................... ....................... 1 U
¿lnnalo o adquirido? .................................................. 12;,

~70 ~71
Lo innato y lo adquirido
a la luz de las neurociencias ...................................... 129
Inhibición .................................................................... 141

Paul-Marie y su eczema ................................................. 149


El fenómeno psicosomático (FPS) ............................. 187
La histeria .................................................................. 189
El FPS en el niDo ....................................................... 193
El pasaje al acto ......................................................... 195
La mirada ................................................................... 203

Patrick no era esquizofrénico ........................................ 205


La crisis de la adolescencia ....................................... 212

Indestructibilidad del vínculo niños-padres


frente al analista ............................................................ 217
Deuda y culpabilidad ................................................. 225

De la práctica ana lítica .................................................. 239


¿El psicoanálisis de niños
difiere del psicoanálisis de adultos? ......................... 239
Modalidades de tratamiento según la edad ............. 246
"Ser analista" ............................................................. 253
Ser un "buen" padre ................................................... 257
Psicoanálisis y psicoterapias ..................................... 264

Palabras finales .............................................................. 269

Esta ed1e1or1 oe 1 500 eJenlplares


se termmo de 1n1pun\lí en Octubre oe 2004
en impresiones Sud Amé nea na
Anares F~rreyra 3767169 Buenos Aire$

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