Sunteți pe pagina 1din 8

JURISPRUDENCIA

Roj: SAP AB 945/2016 - ECLI: ES:APAB:2016:945


Id Cendoj: 02003370022016100481
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Albacete
Sección: 2
Fecha: 01/12/2016
Nº de Recurso: 915/2016
Nº de Resolución: 527/2016
Procedimiento: PENAL - APELACION PROCEDIMIENTO ABREVIADO
Ponente: MARIA OTILIA MARTINEZ PALACIOS
Tipo de Resolución: Sentencia

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2
ALBACETE
SENTENCIA: 00527/2016
+ AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2 de ALBACETE
-
Domicilio: C/ SAN AGUSTIN Nº 1 ALBACETE
Telf: 967596539 967596538 Fax: 967596588
Equipo/usuario: 01
Modelo: SE0200
N.I.G.: 02003 51 2 2015 0002117
ROLLO: RP APELACION PROCTO. ABREVIADO 0000915 /2016
Juzgado procedencia: JDO. DE LO PENAL N. 3 de ALBACETE
Procedimiento de origen: JUICIO RAPIDO 0000528 /2015
RECURRENTE: Alejandro
Procurador/a: MARIA DOLORES BLANCO MUÑOZ
Abogado/a:
RECURRIDO/A: Sandra
Procurador/a: MARIA JOSE COLLADO JIMENEZ
Abogado/a:
SENTENCIA Nº 527/16
NOMBRE DE S. M. EL REY
Ilmos. Sres.
Presidente:
D. ANTONIO NEBOT DE LA CONCHA
Magistrados:
D. JUAN MANUEL SÁNCHEZ PURIFICACIÓN
Dª. MARÍA OTILIA MARTÍNEZ PALACIOS

1
JURISPRUDENCIA

En ALBACETE, a uno de Diciembre de dos mil dieciséis.


VISTOS ante esta Audiencia Provincial en grado de apelación los autos J.R. nº 528/15 seguidos ante el
Juzgado de lo Penal nº 3 de Albacete, sobre MALTRATO FAMILIAR, AMENAZAS, siendo apelante en esta
instancia Alejandro , representado por el/a Procurador/a D/ª. Mª DOLORES BLANCO MUÑOZ, y defendido
por el/a Letrado/a D/ª JOSÉ LUIS GUIRADO PÉREZ; siendo parte apelada Sandra , representado por
la Procurador/a D./ª Mª JOSÉ COLLADO JIMÉNEZ, y defendido por el/a Letrado/a D/ª. CARMEN GARCÍA
PÉREZ; con intervención del Ministerio Fiscal, y Ponente la Ilma. Sra. Magistrada Dª. MARÍA OTILIA MARTÍNEZ
PALACIOS.

ANTECEDENTES DE HECHO
ACEPTANDO en lo necesario los antecedentes de la Sentencia apelada y,
PRIMERO.- Por el citado Juzgado se dictó la referida Sentencia, cuya parte dispositiva dice así: FALLO:
"CONDENO a Alejandro como autor de un delito de maltrato en el ámbito familiar del art. 153.1 y 3 del Cp ,
concurriendo la agravante de reincidencia del art. 22.8 del Cp , a la pena de 1 año de prisión, inhabilitación
especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante la condena, privación del derecho a la tenencia
y porte de armas por tiempo de 3 años (con perdida de vigencia art. 47 del Cp ) y prohibición de aproximarse
a la víctima, Sandra a una distancia inferior a 300 metros, a su domicilio o lugar de trabajo o comunicar con
ella por cualquier medio durante tres años, y como autor de un delito de amenazas del art. 171.4 del Cp , sin
circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de 7 meses de prisión inhabilitación
especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante la condena, privación del derecho a la tenencia
y porte de armas por tiempo de dos años y prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 300
metros, a su domicilio o lugar de trabajo o comunicar con ella por cualquier medio durante dos años y costas.
En el orden civil que indemnice a Sandra en 270 euros por lesiones, con los intereses del art. 576 de la LEC ."
SEGUNDO.- Por la representación procesal del imputado se interpuso Recurso de Apelación contra la anterior
Sentencia esgrimiendo , en síntesis, y como primer motivo error en la valoración de la prueba por cuanto
la denunciante tiene una clara enemistad hacia el acusado y un deseo de enriquecimiento pecuniario , y
también entiende que es obvia la falta de credibilidad de los testigos que deponen en el plenario amigos de la
denunciante, siendo uno familia y el otro ha mantenido una relación afectiva, que le privan de imparcialidad y
que llegan, incluso a contradecir el relato d la denunciante.
Como siguiente motivo se alega infracción de ley por aplicación indebida del artículo 153,1 y 3 del C.P .
por cuanto los hechos acaecidos no fueron sino una pelea entre ellos, estando ambos bebidos y con
acometimiento mutuo, y no le priva de esta naturaleza el hecho de que no fuera al médico por los mordiscos y
arañazos recibidos. El recurrente sólo le dio un empujón para quitársela de encima, mientras ella le insultaba
y mordía, no hay discriminación de género de género en este episodio, no procediendo la aplicación de esta
normativa.
En el siguiente motivo se alega infracción de ley por aplicación indebida del artículo 153,1 y 3, y del artículo
171,4 del C.P . Penalidad excesiva. Así, en cuanto al delito de maltrato, entiende que debe aplicarse, en caso
de condena , la pena de trabajos en beneficio de la comunidad, debiendo aplicar el punto cuarto en atención a
la menor gravedad y, en relación al delito de amenazas considera de aplicación el numeral 6 del artículo 171
del C.P . pudiendo imponer la pena inferior en grado.
Como siguiente motivo se alega que debía aplicarse la atenuante de confesión del hecho , la atenuante de
embriaguez, la de obcecación en atención a los argumentos que expone y damos por reproducidos.
Finalmente también alega la aplicación del punto cuarto del artículo 153 del C.P . de menor entidad en atención
a las circunstancias concurrentes y personales del autor, sin que la mera reincidencia , con una pareja anterior
sea suficiente para imponer pena de prisión y , desde luego, no en su tope máximo, pudiendo imponerse la
pena de trabajos en beneficio de la comunidad.
Del recurso se dio traslado al Mº Fiscal al que se opone.
De dicho recurso también se dio traslado a la acusación particular, oponiéndose al mismo.
TERCERO.- Tramitado el presente recurso de apelación, con arreglo a derecho, se celebró votación y fallo del
mismo, el día 1 de Diciembre de 2016.
Se aceptan los antecedentes así como los HECHOS PROBADOS que la Sentencia apelada declara y que son
los siguientes:

2
JURISPRUDENCIA

H E C H O S P R O B A D O S.-
UNICO .- Sobre las 23:00 horas del día 30 de noviembre de 2015, el acusado Alejandro , mayor de edad y
ejecutoriamente condenado por sentencia firme de 18/12/2013 por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Albacete ,
como autor de un delito de maltrato de género, entre otras a la pena de 3 años de prohibición comunicación y
aproximación a la víctima, cuando se hallaba con su pareja sentimental Sandra , en el domicilio de ésta, sito
en la CALLE000 nº NUM000 de Ontur, mantuvo una discusión con ella, que se inició en el domicilio, en el
curso de la cual, actuando con ánimo de menoscabar su integridad física, le dio un empujón, haciéndole caer
al suelo y una vez en el suelo le propinó patadas y puñetazos.
Una vez que Sandra salió a la calle, el acusado se dirigió de nuevo a ella, golpeándole en el costado, cayendo
la señora al suelo, al tiempo que el acusado, con ánimo de amedrentarla le dijo " puta, zorra, te voy a rajar,
como me denuncies de mato".
Como consecuencia de la agresión Sandra sufrió erosión en el codo derecho y dolor en la espalda, cuya
curación no requirió tratamiento médico posterior a la primera asistencia, invirtiendo en curar 8 días, 1 de los
cuales estuvo impedida para sus ocupaciones habituales.

FUNDAMENTOS JURIDICOS
PRIMERO.- Se esgrime, como primer motivo del recurso, error en la valoración de la prueba, por lo que, con
carácter previo, debemos hacer una breve referencia sobre la misma, su valoración e íntima conexión con el
derecho a la presunción de inocencia.
El art. 24 de la Constitución Española consagra el principio de inocencia, que es una presunción " iuris tantum",
que puede quedar desvirtuada con una mínima, pero suficiente, actividad probatoria, producida con todas las
garantías procesales, que pueda entenderse de cargo, y de la que quepa deducir la culpabilidad del encausado.
Esto es, se configura la presunción de inocencia como una verdad interina de inculpabilidad.
La Sentencia 131/1997 recoge una reiterada doctrina constitucional, que exige que la condena penal impuesta
se funde en distintos actos de prueba, obtenidos con estricto respeto de los Derechos Fundamentales
y practicados en Juicio Oral, bajo la vigencia de los principios de igualdad, contradicción, inmediación y
publicidad, y que la actividad probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal o Juzgado la evidencia de
la existencia, no sólo de un hecho punible, sino también de la responsabilidad penal que en él tuvo el acusado,
pues la inocencia ha de entenderse en el sentido de no autoría, no producción del daño o no participación en
él ( Sentencias del Tribunal Constitucional 150/1989 , 139/1991 y 76/1993 entre otras).
Ahora bien , debe recordarse que es pacífica la Jurisprudencia en el sentido de que, cuando la cuestión
debatida por la vía del recurso de apelación, es la valoración de la prueba llevada a cabo por el Juzgador de la
instancia, en uso de la facultad que le confieren los artículos 741 y 973 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ,y
sobre la base de la actividad desarrollada en el juicio oral, la observancia de los principios de inmediación,
contradicción y oralidad a que esa actividad se somete, conducen a que, por regla general, deba reconocerse
singular autoridad a la apreciación de las pruebas hecha por el juez en cuya presencia se practicaron, siendo
este juzgador y no el de alzada, quien goza de la privilegiada exclusiva facultad de intervenir en la práctica
de las pruebas ( inmediación ) y de valorar correctamente su resultado. Por ello, para que el Tribunal de la
segunda instancia pueda variar los hechos declarados en la primera, se precisa que, por quien se recurra, se
acredite que así procede por concurrir algunos de los siguientes casos:
-Inexactitud o manifiesto error en la apreciación de la prueba, llegando a conclusiones ilógicas , arbitraria o
contrarias a las normas de la sana crítica.
-Que el relato fáctico sea oscuro, impreciso, dubitativo, ininteligible, incompleto, incongruente o contradictorio
en sí mismo.
-Cuando haya sido desvirtuado por probanzas practicadas en segunda instancia.
-O cuando de llegue a un resultado distinto tras el exámen de las pruebas.
SEGUNDO .- Examinada la prueba y el visionado del juicio, la Sala considera que no existe error en su valoración ,
llegando a las mismas conclusiones que la juez a quo.
En efecto , en el presente supuesto no sólo contamos como prueba incriminatoria con la declaración de
la víctima, sino también la de los testigos que han depuesto en el acto del juicio oral, así como el propio
reconocimiento que de parte de los hechos hace el denunciado.

3
JURISPRUDENCIA

En relación a la declaración de la víctima, aunque fuese única prueba incriminatoria, es jurisprudencia reiterada,
la que entiende que la declaración de la víctima puede constituir prueba suficiente para enervar la presunción
de inocencia, siempre que cumpla determinados presupuestos , que recoge entre otras muchas, la Sentencia
del T.S. de fecha 8 de Abril de 2014 , sentencias de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de fecha de 13 de
febrero , 22 de abril , 1 , 9 y 20 de octubre y 27 de diciembre de 1999 , y que son:
1º) La ausencia de incredibilidad subjetiva, derivada de las relaciones entre acusador y acusado que pudieran
conducir a la deducción de la existencia de un móvil de resentimiento, enemistad, venganza u otro interés de
cualquier índole que prive a la declaración de aptitud necesaria para generar certidumbre.
2º) Verosimilitud, es decir constatación de la concurrencia de corroboraciones periféricas de carácter objetivo
que avalen lo que constituye una declaración de parte, en cuanto que la víctima puede personarse como parte
acusadora particular o perjudicada civilmente en el procedimiento.
3º) Persistencia en la incriminación, ésta debe ser prolongada en el tiempo, plural, sin ambigüedades ni
contradicciones, pues constituyendo la única prueba enfrentada a la negativa del acusado, que proclama
su inocencia, prácticamente la única posibilidad de evitar la indefensión de éste es permitirle que cuestione
eficazmente dicha declaración, poniendo de relieve aquellas contradicciones que señalen su inveracidad.
TERCERO .- Aplicada la anterior jurisprudencia al caso que nos ocupa la Sala considera, a diferencia de lo que
entiende el recurrente , que los mismos concurren el este supuesto:
En efecto, en cuanto a la ausencia de incredibilidad subjetiva derivada de la relación imputado -víctima,
debemos decir que por el solo hecho de haber mantenido ambos una relación afectiva, no le priva per sé de
credibilidad , pues lo contrario supondría dejar impunes todos los delitos que ocurren en la intimidad familiar,
y que precisamente por ello, la mayor parte de las veces no hay testigos u otras pruebas para acreditarlos. Por
tanto, habrá que atender a otros parámetros y valorarla junto con el resto de hechos o indicios acreditados
que respalden la veracidad del testimonio, esto es, habrá que examinar si en la misma realmente existe un
sentimiento espurio , un ánimo de venganza o un resentimiento que le priven de la objetividad necesaria para
dictar una condena, que siempre debe estar basada sobre bases objetivas y firmes.
Pues bien, en este caso no se aprecia, ni han resultado probados la existencia de estos ánimos o sentimientos
en la víctima. Se dice en el recurso que es obvia la enemistad y un deseo de enriquecimiento pecuniario
derivado de unas lesiones presuntamente causadas por el denunciado, sin embargo , no se ha probado esa
enemistad y ,sobre todo , que la misma fuese la causa de la interposición de la denuncia; al igual que tampoco
podemos considerar probado que por el hecho de no renunciar a la indemnización de las lesiones causadas,
la denuncia esté motivada por ello, porque , amén de ser una indemnización poco relevante económicamente
hablando, no es lógico causarse unas lesiones para recibir una indemnización de muy poca cuantía.
Respecto de la verosimilitud del testimonio, el mismo resulta creíble, es coherente, y esta corroborado con el
reconocimiento que el denunciado hace de parte de los hechos ya que admite que "se pelearon, que un empujón
y todo pero que él no le ha roto nada... le dio un empujón dentro y otro fuera porque ella le pagaba también".
Igualmente resulta corroborado con el hecho objetivo de la existencia de las lesiones según constan en los
informes médicos obrantes en autos donde rezan lesiones compatibles con el mecanismo causal descrito
por la denunciante, en tanto que presenta erosión a nivel de codo derecho y dolor a nivel de espalda, lesiones
perfectamente atribuibles a los golpes que dice asestados y a las caídas al suelo, y a los que no obstan que no
se aprecien más lesiones o que finalmente la fractura de las costillas no se hayan atribuido a estos hechos,
sin que el médico forense haya descartado que dichas fracturas costales se produjeran en la agresión física
sufrida el día 1-12-15.
Pero es más, existen dos testimonios, de cuya objetividad no hay razones para dudar, a diferencia de lo que
entiende el recurrente, ya que por el hecho de ser primo, uno de ellos, o haber mantenido relaciones esporádicas
hace muchísimo tiempo, dice Gines literalmente, suponga que estén faltando a la verdad en sus testimonios,
testimonios, que son coincidentes entre sí y también con lo que dice la denunciante, prueba de que se ajustan a
lo realmente acontecido, y en sentido la Sala , tras el visionado del juicio no advierte las contradiciones aludidas
por el recurrente, sino que , en lo esencial coinciden .
Así , Sandra dice "que tuvieron una discusión y pelea, que le dio patadas y empujones , que no fueron dos
empujones sino varios, que le golpeaba y le decía que cómo lo denunciara la iba a matar, que le dio una paliza,
que le dio golpes en la espalda, que no le dejaba levantarse que le daba patadas y golpes." Dice también "que
le pegó en su casa , y por todo el pueblo", y lo aclara posteriormente diciendo "que fue en su domicilio , en casa
de Gines , y al salir por la calle le empujó también y le siguió pegando, que lo pudo ver Isaac porque vive al
lado , que pasó en su domicilio, por la calle y en casa de Gines también le pegó". También dice "que le insultó
y amenazó que le decía que si lo denunciaba la iba a matar."

4
JURISPRUDENCIA

En este sentido Gines afirma "que presenció los hechos , que él le pegó patadas y puñetazos , que él estaba
en su casa, que primero llegó ella, después llegó él, empezaron a discutir y empezó a pegarle puñetazos y
después en la calle y le dijo que como le denunciara le mataba".
Isaac dice "que oyó gritos en la calle y se asomó y estaba Alejandro que le decía que era una puta y una tal,
Gines salió con ella del brazo, y él le dijo que como lo denunciara lo iba a matar, que siguieron hacia abajo, que
Gines le decía que la dejara , que no le pegara más que no lo iba a denunciar, y en una de esas Alejandro se
giró por delante de Gines y le dio un rodillazo en el costado, que cayó al suelo y ella como pudo arrastrándose
se fue hasta un portal y se puso a pedir auxilio, ¡socorro que me matan! y él le decía que no le iba a ayudar
nadie que era una puta , una guarra , una zorra que como denunciara la iba a matar ,y siguieron calle abajo igual
diciéndole que era una puta , que como lo denunciara la iba a matar, que él llamó a la policía" . A preguntas
del letrado de la defensa dice " Que le dio el rodillazo en un costado y señala cuál , que ella cayó al suelo y
Gines le ayudó a levantarse , que él oyó los gritos, lo vio desde la puerta y le dijo a su madre que avisara a la
guardia civil porque la estaban matando".
Por consiguiente los dos coinciden en esa agresión física, con distintos matices dependiendo del momento
en el que cada testigo presenció la agresión que tuvo lugar en varios sitios, y que corroboran perfectamente
lo manifestado por la denunciante, sin que les sea exigible , como dice el T.S. una reproducción milimétrica
e idéntica en todo lo acontecido, por cuanto, en lo importante , y en lo que determina los tipos penales existe
coincidencia , existieron golpes, un rodillazo en el costado , que cayó al suelo, al igual que coinciden en las
amenazas vertidas ,esto es, que en varias ocasiones le dijo " si me denuncias te mato".
Por último , en lo que se refiere al requisito de la persistencia en la incriminación , en el sentido de que la
misma debe ser clara, contundente , sin contradicciones ni ambigüedades, debemos decir que la denunciante
ha mantenido la misma versión de los hechos en lo esencial, relatando desde el primer momento la agresión
consistente en patadas y puñetazos , agresión que tuvo lugar en varios sitios , y también relata la agresión
ocurrida cuanto Gines estaba presente y lo que presenció Isaac , reproduciendo las mismas palabras tanto
en fase de instrucción como en el acto del juicio oral, expresiones que refieren igualmente los testigos.
Por consiguiente, la Sala considera que la declaración de la víctima, junto con el resto de pruebas examinadas
constituyen prueba suficiente para tener por probados los hechos tanto en lo que se refiere al delito de malos
tratos como de amenazas, habiéndose desvirtuado la presunción de inocencia, sin que exista error en su
valoración por parte de la juzgadora, quién es , además, quién goza del privilegio de la mediación y debe ser
respetado, debiendo, en consecuencia, desestimar este motivo del recurso interpuesto.
CUARTO .- En el siguiente motivo se alega infracción de ley por indebida aplicación del artículo 153.1 del C.P . al
entender que el hecho enjuiciado no expone que hayan tenido lugar como manifestación de la discriminación ,
la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, como exige la ley
1/2004, sino que se trató de una pelea, como también reconoce la denunciante, con mutuo acometimiento,
sin que el hecho de que el denunciado no fuera al médico le priva de tal naturaleza.
Sin embargo, para nada ha resultado probada una agresión mutua donde ambos se agredieron. El denunciado
dice que la denunciante le mordió, le empujó y él se defendió , pero esta alegación está huérfana de todo
elemento que la acredite. En efecto, ni dichas lesiones están objetivadas, ni los testigos presenciaron que
la denunciante agrediera al denunciado , sino todo lo contrario, y sin que la denunciada haya reconocido
que así fuera, ya que sólo afirmó que se defendía de los insultos ya que cuando él le decía " hija de puta",
ella le contestaba que "hijo de puta tu".Por tanto, ningún valor más allá del exculpatorio podemos dar a esta
afirmación .
Sentado lo anterior y no tratándose de una agresión mutua de ambos, debemos traer a colación lo que la
jurisprudencia establece al respecto de la acreditación de ese ánimo o intención de dominación y poder del
hombre sobre la mujer.
Esto es, el hecho de violencia de género existe en tanto en cuanto se cumplen los presupuestos de los sujetos
pasivos y la relación que tienen con el autor, lo que de darse la existencia de las lesiones o amenazas, ya de
por sí conlleva que exista el delito de violencia de género, salvo supuestos muy concretos en los que se haya
probado por la defensa otro ánimo o intención.
En efecto, en esta línea, la STS de fecha 24 de noviembre de 2009 abrió en su momento un interesante debate
en la doctrina y jurisprudencia sobre la violencia de género que no puede ser pasado por alto en atención a
las especiales consecuencias que lleva consigo tener que analizar si en el acto delictivo del sujeto varón hacia
la mujer existe un componente machista o de dominación; circunstancia o elemento que no se había exigido
hasta la fecha.
Esta sentencia señaló que:

5
JURISPRUDENCIA

"Si, como hemos establecido líneas atrás, la aplicación del art. 153 requiere no sólo la existencia de una
lesión leve a la mujer por parte del compañero masculino, sino también que esta acción se produzca en el
seno de una relación de sumisión, dominación y sometimiento a la mujer por parte del hombre, esto es, de
una discriminación de todo punto inadmisible, habrá de ser el Tribunal sentenciador el que, a la vista de las
pruebas practicadas a su presencia, oyendo con inmediación y contradicción a denunciante y denunciado y
los testimonios de otros posibles testigos, el que establezca el contexto en el que tuvieron lugar los hechos,
analizando los componentes sociológicos y caracterológicos concurrentes a fin de establecer, mediante la
valoración razonada de los elementos probatorios si el hecho imputado es manifestación de la discriminación,
desigualdad y relaciones de poder del hombre sobre la mujer, u obedece a otros motivos o impulsos diferentes.
Así lo ha entendido el Tribunal sentenciador excluyendo argumentadamente que la agresión mutua de marido
y mujer se hayan producido en un ámbito de "violencia machista" en una conclusión valorativa ciertamente
racional y razonada que esta Sala de casación carece de motivos para invalidarla."
Más recientemente el TC se ha pronunciado en sentencia de fecha 22 de julio de 2010 aprovechando el
reiterado planteamiento de cuestiones de inconstitucionalidad planteadas por distintos juzgados en torno a
la diferencia de trato penológico de los tipos penales de violencia de género.
Lo que señala el TC es una expresión de lo que constituye la violencia de género al enlazarlo a los
pronunciamientos teóricos que siempre se han destacado desde hace tiempos para exigir que existiera una
legislación específica y propia en esta materia al tratarse de una actividad delictiva muy distinta a la normal
que consta en el resto de tipos penales entre personas que no tienen una relación entre ellos asimilable a la
que se da en las relaciones reflejadas en los arts. 153 , 171 y 172 CP , describiendo la situación objetivable, que
no subjetiva, que existe en estos casos y que justifican las circunstancias excepcionales contempladas en la
Ley orgánica 1/2004 , pero sin que entendamos que ello quiera decir,- y esto es lo importante- que sea preciso
"probar" por las acusaciones que en la acción del sujeto pasivo existió un "animus" propio y específico, sino
que, en todo caso, el acusado será el que pueda probar que tal ánimo no existió en supuestos muy concretos,
como el antes referido de un conflicto producido entre ex parejas de hace tiempo, o hechos de coacciones por
motivos económicos motivado por la ruptura de la pareja, etc.
Es decir, que no es que se exija la prueba del elemento intencional, sino que el acusado puede probar que
hubo una intención distinta, o que los hechos y las circunstancias lo son al margen de un tratamiento de
género, o de la desigualad. Esto se ha dado en casos, como por ejemplo, en los que el objeto del problema
tenía una raíz económica, como unas coacciones por cambiar la cerradura de un local de negocio detrás de lo
cual demostraba que existía un problema económico, en cuyo caso se puede considerar como falta, u otros
en los que claramente se comprueba que no existen unas connotaciones de género, sino exclusivamente
económicas. Ahora bien, esta intención es difícil que puedan darse en supuestos de agresión o amenazas,
ya que por mucho que se quieran alegar cuestiones al margen de las propias de pareja, estos casos deben
castigarse como delito por concurrir los elementos exigidos en el tipo.
Pero, más recientemente , de nuevo, el TS, en sentencia de fecha 30 de septiembre de 2010 , vuelve a tratar
esta controvertida cuestión en contra de aquellas Audiencias que están exigiendo la prueba de la intención
del comportamiento machista o de dominación, lo que conlleva que se derive la tipificación del hecho a falta,
en lugar de delito, cuando, en realidad, lo que se desprende de la STC de fecha 22 de julio de 2010 es que
el acusado podría probar la ausencia de componentes de diferencia de género, y que el hecho se produce
al margen de situaciones de desigualdad o machismo , lo que entra dentro de la afirmación que permite
probar que el acto no es de género, sino que tiene otros componentes diferenciales, como los económicos
que permitirían derivar el hecho a falta.
Sin embargo, no puede pretenderse que el objeto de prueba sea distinto, y que a la inversa de lo que interpreta
la STC de 22-7-10 si no se prueba ese elemento intencional el hecho pasaría a falta.
Por ello, en la STS de 30 de septiembre de 2010 se comienza por afirmar que:
" En apoyo de la objeción relativa al art. 153 C. penal se afirma que la conducta correspondiente careció de
connotaciones machistas y no estuvo animada por la voluntad de sojuzgar a la pareja o mantener sobre ella
una situación de dominación, sino que estuvo relacionada con cuestiones económicas.
Pero la Audiencia ha discurrido muy bien sobre este aspecto, al poner de relieve que ese precepto depara
protección a la mujer frente a las agresiones sufridas en el marco de una relación de pareja, y ambos extremos,
el de la convivencia en ese concepto y el de la violencia del que ahora recurre sobre su conviviente están
perfectamente acreditados, incluso por el propio reconocimiento del mismo. Y siendo así, a efectos legales,
es por completo indiferente que la motivación hubiera sido económica o de otro tipo, cuando lo cierto es
que el acusado hizo uso de la fuerza física para imponer una conducta contra su voluntad a la perjudicada,
relacionada con él como consta.

6
JURISPRUDENCIA

En fin, en este apartado, el recurrente reprocha a la sala que no haya hecho aplicación del subtipo atenuado
del último párrafo del precepto, pero lo cierto es que no aparece acreditado dato alguno, relativo a las
circunstancias personales del autor o concurrentes en la realización del hecho, que pudiera dar plausibilidad
a esa opción."
Con esta sentencia el TS viene a fijar claramente los términos del debate al señalar que "Ese precepto depara
protección a la mujer frente a las agresiones sufridas en el marco de una relación de pareja, y ambos extremos,
el de la convivencia en ese concepto y el de la violencia del que ahora recurre sobre su conviviente están
perfectamente acreditados, incluso por el propio reconocimiento del mismo. Y siendo así, a efectos legales,
es por completo indiferente que la motivación hubiera sido económica o de otro tipo, cuando lo cierto es
que el acusado hizo uso de la fuerza física para imponer una conducta contra su voluntad a la perjudicada,
relacionada con él como consta."
Es absolutamente clara y meridiana la interpretación que lleva a cabo la STS de 30-9-10 para cerrar el tema a
lo que son los elementos contemplados en los arts. 153 , 171 y 172 CP , pero que nunca exigen la prueba en
el delito del acto de dominación o machismo y, lo que es más importante, que esa prueba de este elemento la
aporte la fiscalía o la acusación particular. En ningún caso se exige esta prueba por las acusaciones, que solo
deben probar los elementos relativos a la relación de pareja y los constitutivos del delito que han cometido,
bien referido a la agresión, amenaza o coacción, pero nunca probar que en este acto hubo, tras el mismo, una
intención específica recogida en el art. 1 L.O. 1/2004 .
Por ello, tras esta contundente sentencia se vuelve a la línea que siempre ha presidido la interpretación de los
tipos penales de género de exigir la prueba de estos elementos excluyendo los del art. 1 L.O. 1/2004 , como
también parece desprenderse de la STC de 22-7-10 antes analizada.
Por ello el ánimo está ínsito en la conducta y no es preciso que la acusación pruebe un ánimo machista sino
un "elemento circunstancial" construido a partir de la constatación de los datos objetivos externos obrantes
en el factum de la sentencia que evidenciaban, por sí solos, la situación de dominación o subyugación exigida.
Por tanto, en sentido muy parecido a como lo hizo posteriormente el Tribunal Supremo en su auto de 31 de
julio de 2013 y sentencia TS de diciembre de 2014 ya reseñada.
Pues bien, acreditados los elementos de los tipos penales , esa manifestación de poder , de discriminación o
desigualdad del hombre sobre la mujer se infiere de los mismos, y sin que el acusado haya probado ninguna
otra intención , o que sus acciones fueran en el curso de una agresión mutua o en su defensa, por lo que
tampoco se precisa que en el relato fáctico de la sentencia se haga constar dicho ánimo , al inferirse de los
elementos de los tipos penales y del resto de circunstancias.
Por todo lo expuesto, este motivo del recurso debe ser desestimado.
QUINTO .- En el siguiente motivo se esgrime la infracción de ley por aplicación indebida de los tipos penales
objeto de la condena y penalidad excesiva.
Pues bien, igual suerte desestimatoria debe sufrir este motivo, y ello porque en lo que se refiere al delito de
maltrato , es de aplicación el nº 3 porque los hechos ocurren , al menos en parte, en el domicilio de la víctima,
y no consideramos de aplicación el nº 4 porque ni las circunstancias personales del autor, ni las concurrentes
en la realización del hecho , lo aconsejan.
Así , en cuanto a las personales del autor, es reincidente, y en cuanto a las concurrentes en la realización del
hecho, no lo hacen liviano , sino todo lo contrario , ya que fue agredida con patadas , puñetazos, no sólo en su
casa , sino también en el domicilio de un amigo, en la calle , cesando cuanto llegaron los agentes de la guardia
civil, por consiguiente , no procede la aplicación de este tipo atenuado, pensado para supuestos de mucha
menos gravedad como sería una única agresión sin resultado lesivo, pero no para el caso que nos ocupa.
Razones por las que también consideramos que es procedente la pena de prisión.
En cuanto al delito de amenazas, debemos decir lo mismo, ya que se trata de la conminación de un mal grave,
la amenaza de muerte, y no sólo una vez , sino varias veces, incluso en presencia de terceros, afirmando la
denunciante "que tuvo que ir de urgencias, pero que estuvo aguantando un mes porque tenía mucho miedo
hasta de salir de su casa porque si te amenazan de muerte..." Además dichas amenazas estaban precedidas
de una agresión, lo que le da visos de que pueda llegar a materializarlas.
SEXTO .- En el siguiente motivo alega el recurrente infracción del artículo 21 del C.P . por cuanto no se han
aplicado varias atenuantes.

7
JURISPRUDENCIA

Así, dice que se le debe aplicar la atenuante que contempla el nº4, esto es, el haber procedido el culpable ,
antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra él, a confesar la infracción a las autoridades.
Y entiende que es de aplicación , al menos por analogía ya que reconoció haberle dado dos empujones.
Pues bien , dicha atenuante no puede ser aplicada ni aun por analogía, ya que no concurren sus presupuestos,
por cuanto el denunciado sólo en fase de instrucción, por tanto, ya iniciado el procedimiento, y tras decir que no
le había agredido , reconoció haberle empujado porque lo dejó encerrado en casa, afirmando también haberle
empujado en dos ocasiones pero porque ella le había llamado hijo de puta, negando haberle amenazado. Lo
que no supone una confesión de los hechos, sino que en todo momento está justificando los empujones ante
unos hechos previos de ella, encerrarle o llamarle según él "hijo de puta". Ello no es una confesión, ni mucho
menos de vital importancia para que el tribunal formara su convicción, que ha precisado de otras pruebas para
la condena, por lo que tampoco debe aplicarse por analogía.
Así la sentencia del Tribunal Supremo de 29 de Octubre de 2009 dice que debe aplicarse como analógica si la
confesión, aun extemporánea, facilite de forma singular el desenlace de la investigación ya iniciada.
Tampoco procede la atenuante de embriaguez porque ninguna prueba existe en relación a que su actuar fuera
debido a una grave adicción al alcohol o que su capacidad intelecto volitiva estuviese afectada por el alcohol.
En este sentido, ni los testigos han afirmado que estuviese ebrio, ni los agentes de policía, quienes afirman
que no presentaba síntomas, ni la denunciante, quién dice en el acto del juicio oral, que no es cierto que fueran
muy bebidos, que él se había bebido un cartón de vino por la mañana pero lo vomitó, por lo que la atenuante
alegada está ayuna de toda prueba, procediendo , por tanto , su desestimación.
En cuanto a la atenuante también invocada de obcecación o arrebato, tampoco puede ser estimada, ya que
nada se prueba al respecto más allá de limitarse a decir que la propia víctima dice que solo cuanto bebe el
acusado es susceptible de episodios como el que se enjuicia, por lo que debe ser desestimada de plano ante
la total falta de pruebas.
Finalmente vuelve a repetirse el tipo atenuado previsto en el artículo 153.4 del C.P . que ya ha sido examinado
y desestimado, y en cuanto a la agravante de reincidencia, la juzgadora ha considerado, y la Sala respeta su
criterio que , en atención a los hechos y a la circunstancia agravante que concurre debe imponerse la pena
de prisión y no de trabajos en beneficio de la comunidad, precisamente por la gravedad de los hechos y por
dicha reincidencia.
SÉPTIMO .- De lo que antecede resulta que el recurso debe ser desestimado, con imposición de costas al
recurrente, en virtud del Acuerdo no jurisdiccional de esta Audiencia de fecha 25 de Mayo de 2010.
VISTOS los preceptos legales citados y demás normas de general y pertinente aplicación.

FALLO
Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de apelación interpuesto por la representación de
Alejandro , contra la Sentencia de fecha 6 de Junio de 2016, dictada por el Juzgado de lo Penal nº 3 de
Albacete en los autos J.R. nº 528/15, que en consecuencia CONFIRMAMOS íntegramente dicha resolución,
con imposición al apelante de las costas de esta alzada.
Contra la presente resolución no cabe interponer recurso ordinario alguno.
Expídase la correspondiente certificación con remisión de los autos originales al Juzgado de procedencia.
Así por esta nuestra Sentencia, de la que se unirá certificación al Rollo de su razón, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos.

S-ar putea să vă placă și