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Estados fisiológicos y libertad emocional

Del libro Introducción a la PNL (O`connor -Seymour)

Cuando las personas están física y emocionalmente decaídas, decimos, a


menudo, que «están con la depre». De la misma forma, reconocemos que
para poder enfrentarnos a un reto, debemos «tener la mente al cien por cien».
Todo depende, pues, del estado de nuestra mente; pero ¿qué es el estado de
la mente? De forma sencilla diremos que son todos los pensamientos,
emociones y fisiología que expresamos en un momento
determinado; las imágenes mentales, sonidos, sentimientos y todos los
gestos, posturas y ritmo respiratorio.

El cuerpo y la mente están totalmente intercomunicados, por lo que los


pensamientos influyen inmediatamente en la fisiología, y viceversa. El estado
de nuestra mente cambia continuamente, y es ésta una de las pocas cosas de
las que podemos estar seguros. Cuando cambia de estado, todo el mundo
cambia también. (O así lo parece.)

Normalmente, somos más conscientes de nuestro estado emocional que de


la fisiología, posturas, gestos y ritmo respiratorio. De hecho, se considera que
las emociones se escapan, a menudo, del control consciente; son la pequeña
parte visible del iceberg.

No podemos ver toda la fisiología y el proceso mental que se esconde bajo las
emociones y las apoya. Intentar influir en las emociones sin cambiar el estado
están fútil como intentar hacer desaparecer un iceberg quitándole la punta:
saldrá más a la superficie, a menos que invierta una cantidad desorbitada de
energía para mantenerlo sumergido, y esto es lo que muchas veces hacemos
con ayuda de las drogas o con nuestra fuerza de voluntad.
Para nosotros, la mente guía y el cuerpo sigue obediente, por lo que
emociones habituales pueden estar impresas en el rostro y gestos de una
persona, porque la persona no se da cuenta de cómo las emociones modelan
su fisiología Intente realizar la prueba siguiente. Tómese un momento para
pensar en una experiencia agradable, un momento en el que se sintiera
especialmente bien. Cuando haya pensado en una, piense que está de nuevo
experimentándola. Pase un minuto o dos re-experimentándola de la forma
más completa
posible.

Mientras está disfrutando de ese momento agradable, mire a su alrededor,


observe lo que ve y lo que oye mientras está rememorando esa experiencia.
Observe lo que siente. Cuando esté listo, vuelva al presente.
Observe el impacto que esto tiene en su estado presente, en especial en su
respiración y postura. Las experiencias pasadas no han desaparecido para
siempre, pueden ayudarle a sentirse bien en el presente. Aunque las imágenes
y sonidos del pasado hayan desaparecido, cuando las recreamos
mentalmente, el sentimiento real es todavía tan real y tangible como
entonces. Así que sin tener en cuenta lo que sintiera antes de leer este
párrafo, se ha puesto usted en un estado con más recursos.
Ahora, para contrastar, piense en una experiencia pasada incómoda. Cuando
le haya aparecido una, piense que la está experimentando de nuevo.
De nuevo en aquella situación, ¿qué es lo que ve? ¿Qué oye?
Observe cómo se siente.
No esté mucho tiempo con esa experiencia, vuelva al presente y observe el
efecto que ha tenido en usted. Dese cuenta de cómo se siente después de esta
experiencia comparado con cómo se sentía después de la experiencia
anterior. Observe también su postura y ritmo respiratorio.
Ahora cambie su estado emocional. Haga un poco de actividad física, mueva
su cuerpo y cambie su atención de aquella memoria a algo totalmente
distinto. Mire por la ventana, salte, corra hasta el otro extremo de su casa o
tóquese las puntas de los pies. Preste atención a las sensaciones físicas al
moverse y a lo que siente aquí y ahora.
En la terminología de la PNL esto se conoce como cambio de estado o ruptura
del estado, y es útil realizarlo siempre que se dé cuenta de que se siente
negativo o falto de recursos.
Cuando tenga recuerdos incómodos que le lleven a estados sin recursos, todo
su cuerpo recoge estos estados negativos y los mantiene como patrones del
tono muscular, postura y respiración. Estas memorias almacenadas
físicamente pueden contaminar sus experiencias futuras durante algunos
minutos o durante horas. Todos sabemos lo que es «levantarse con el pie
izquierdo».
Las personas que sufren de depresión han controlado inconscientemente la
capacidad de mantenerse en un estado falto de recursos por largos períodos
de tiempo.
Otros han logrado controlar la capacidad para cambiar sus estados
emocionales a voluntad, creándose una libertad emocional que transforma la
calidad de sus vidas. Estas personas experimentan en su totalidad los altibajos
de la vida, pero aprenden, siguen y no se detienen innecesariamente en el
dolor emocional.
A medida que avanzamos en nuestras vidas, nos movemos por diferentes
estados emocionales, a veces de manera rápida, a veces de manera más
gradual. Por ejemplo, puede que se sienta un poco bajo de ánimo y que un
amigo le llame con buenas noticias: su ánimo se enciende; o puede que sea
un día de sol radiante y al abrir el correo se encuentra de forma inesperada
con una enorme factura. Las nubes de la mente pueden tapar el sol.
Podemos influir en nuestros estados, y no simplemente reaccionar frente a lo
que pasa a nuestro alrededor, en los últimos minutos usted se ha sentido bien,
luego incómodo, después... como quiera que se sienta ahora. Y nada ha
pasado en realidad en el mundo exterior. Lo ha hecho todo usted.

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