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¿Cómo opera el código lingüístico en el sistema escolar y qué consecuencias tiene en los

estudiantes?

Torres Bello, Alexie

Pedagogía en Historia y Geografía

21 de septiembre del 2018

La correlación entre el proceso de selección estudiantil y los códigos lingüísticos es


innegable, son un complemento que dentro del sistema escolar genera una serie de
consecuencias en los alumnos. Esto entendido desde la perspectiva de Bernstein (2001),
quién reflexiona a partir de la sociología de la educación. En este contexto, el código
lingüístico opera como un mecanismo selectivo dentro del sistema escolar a través de la
correcta asimilación que se tiene del código elaborado, condicionando el porvenir social y
laboral de los estudiantes.
La finalidad del sistema escolar es reproducir y mantener el orden social a través de
diferentes mecanismos impulsados por la escuela, como pruebas escritas, test orales,
exposiciones, entre otros. Es aquí donde los docentes consideran más relevante la aceptación
del código elaborado de la clase dominante que el aprendizaje alcanzado por los estudiantes
en el proceso. Con respecto a esto, Bernstein (2001) menciona que los estudiantes de clase
media obtienen una considerable ventaja en comparación a los de clase obrera, dado que el
entorno cultural en el que se desarrollan brinda mayores oportunidades en el proceso de
construcción de un código lingüístico acorde al reproducido por la institución formal. Lo que
se refleja en los resultados obtenidos en las respectivas evaluaciones impulsadas por el
sistema.
De acuerdo a lo anterior, el lenguaje es un actor fundamental en la reproducción social, este
se encuentra determinado por factores externos como el sexo, el entorno y la familia.
Mientras mayor es la asimilación del lenguaje formal por parte del sujeto, este cobra mayor
relevancia para la sociedad y su reproducción. En este sentido, Bourdieu y Passeron (1970)
señalan que la mortalidad escolar se incrementa a medida que el lenguaje formal se encuentra
más lejano de los individuos. Ante esto, existe un ente que tiene notable ventaja gracias a las
influencias que recibe del entorno social, pero también existe otro que se ve perjudicado, y
que por lo general es quién se resiste a utilizar las normas lingüísticas impuestas por la
escuela.
En virtud de ello, el código elaborado o lenguaje formal, como lo considera Paul Willis
(1998), es rechazado sustancialmente por la cultura contraescolar, dado que representa el
lenguaje proveniente de una autoridad. Con respecto a esto, la educación dentro de la escuela
comienza a tomar un rol de intercambio justo, donde el traspaso de conocimiento se da con
aquellos estudiantes obedientes que aceptan el código impuesto por los profesores,
provocando un distanciamiento con el grupo de estudiantes resistentes y llevando a cabo el
primer acontecimiento de selección dentro del sistema. Esto llevado a la contingencia
nacional, se puede evidenciar en el promedio PSU que dos liceos de la Región de Ñuble
obtuvieron el presente año, gracias a procedimientos de selección que uno de ellos posee al
momento de entrar al establecimiento. En primer lugar, un curso científico-humanista del
Liceo Bicentenario de San Nicolás, obtuvo en la reciente prueba 567 puntos en promedio, en
cuanto al Liceo Polivalente Republica del Paraguay de Trehuaco, obtuvo en un mismo curso
científico-humanista, un puntaje de 461 puntos. El proceso de selección existente para entrar
al primer liceo, mide la correcta asimilación que los estudiantes tienen del código elaborado,
a través de una serie de pruebas que miden tanto sus habilidades cognitivas como de
comunicación con sus pares, adquiriendo cada año, por lo general, altas tasas de estudiantes
provenientes de ciudades con una cultura escolar ya trabajada. En cuanto al segundo liceo,
este acepta a cualquier tipo de estudiante, sin ninguna prueba de selección, teniendo en gran
medida colegiales provenientes de zonas rurales con déficit de cultura escolar, y por ende,
con un código restringido predominante. Los resultados obtenidos por ambos en la última
prueba de selección universitaria, reflejan la correcta asimilación del código elaborado que
los alumnos de los liceos desarrollan respectivamente, reafirmando nuestra hipótesis de que
éste actúa como un mecanismo selectivo, lo que determina, como menciona Paul Willis, las
aspiraciones y el futuro de los educandos.
Pese a lo señalado, tanto el código elaborado como el restringido, contradiciendo a su
progenitor Bernstein, son patrones que se desarrollan bajo cualquier contexto y estatus social,
en otras palabras, no son códigos específicos de ciertas clases y tampoco representan un
mismo mensaje. Sin embargo, a pesar de que existen diferencias sustanciales en la variedad
de códigos, el sistema escolar es el encargado de reproducir un mismo patrón, donde el
lenguaje formal comparte un mismo lineamiento en todos los establecimientos educacionales
y una misma función en el proceso de selección.

Rechazar el código elaborado impartido por las instituciones escolares termina condicionando
el futuro laboral de los estudiantes y por consiguiente su posición en el estatus social.
Ejemplificado en nuestro país, las instituciones municipales son las más desaventajadas dado
a que la mayor parte de los estudiantes provienen de comunidades obreras con un
predominante código restringido. La problemática se puede reflejar en el porcentaje de
fracaso al momento de ingresar a la universidad el año 2014, donde los colegios municipales,
en comparación a los particulares pagados, lideran los mayores índices en este ámbito,
obteniendo de 103.606 estudiantes inscritos 79.104 rechazados, es decir un 76,6%, situación
opuesta a la ocurrida en los colegios particulares, donde de 26.655 inscritos 6.545 fueron los
rechazados, siendo el porcentaje de tan solo un 24,5%. Lo que viene a demostrar que la
aceptación del código elaborado, entendido este como uno de los factores más influyentes,
termina condicionando el futuro en mayor cifra de estudiantes pertenecientes a clases con
menos oportunidades.

En conclusión, el sistema escolar es un organismo que selecciona y reproduce las


desigualdades sociales a través de la correcta asimilación que los estudiantes tienen de el
código elaborado. Este proceso se lleva a cabo a través de diferentes mecanismos utilizados
tanto por los profesores y las instituciones escolares, donde la utilización de lenguaje formal
sirve de criterio al momento de evaluar y seleccionar. Las limitaciones en este tema radican
en que el sistema no considera como factor relevante la posición social y la desigualdad de
oportunidades que los sujetos enfrentan en el desarrollo de su educación, lo que termina
condicionando el futuro de aquellos estudiantes que poseen un código lingüístico restringido.
Las proyecciones en este ámbito, se basan en la creación de un sistema que no seleccione a
los estudiantes, sino que sea inclusivo y posibilitador de progreso, para que de esta manera
los horizontes se abran más allá de lo que el entorno social ofrece respectivamente.

Referencias bibliográficas

Bernstein, B. (2001). La estructura del discurso pedagógico, IV edición. Madrid, España:


Morata.

Bourdieu, P., Passeron, J. (1981). La reproducción: elementos para una teoría del sistema de
enseñanza. Barcelona, España: Laia.

Willis, P. (1988). Aprendiendo a trabajar: cómo los chicos de clase obrera consiguen
trabajos de clase obrera. Madrid, España: AKAL.
Departamento de evaluación, medición y registro educacional (2018). Estadísticas de
resultados PSU. Santiago, Chile.

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