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I. OBJETIVO GENERAL:
del Propietario. Analizar y comparar las tres zonas en estudio, e indicar los
multifamiliares.
El concreto está formado por: cemento, áridos, agua y aditivos. Estos componentes
dependiendo de su propia composición y en combinación con agentes externos pueden
interactuar de manera que se produzcan figuraciones en el concreto que pueden causar
la corrosión de armaduras por la penetración de agentes que deterioran las armaduras.
Numerosos agentes externos también pueden producir patologías en el concreto.
Erosiones La erosión del concreto, que es uno de los deterioros más frecuentes, se
manifiesta por la pérdida de una capa superficial de configuración, espesor y extensión
variables. Las acciones más comunes que pueden causarla son: Por abrasión mecánica
Desgaste superficial de pisos, losas y pavimentos de concreto en zonas
expuestas a tráfico intenso de vehículos o equipo y/o en áreas de maniobras y
trabajo pesado. El desgaste puede manifestarse desigual en una misma
estructura, según cambios en la calidad del concreto y en la intensidad de uso. Por
abrasión hidráulica Desgaste generalizado en la superficie de concreto de estructuras
que prestan servicio en contacto con flujo de agua que arrastra sólidos. Pueden
manifestarse zonas en que el desgaste es mayor por el efecto de los grandes fragmentos
arrastrados por el agua (como sucede en el fondo de los túneles) o por deficiencias en
la calidad del concreto en lugares específicos.
Casos Frecuentes
De
Patología del
Concreto
Cada día se conocen más los problemas de durabilidad que presentan el concreto en
determinados entornos, se sabe más cerca de cómo trabajan las estructuras, se presta
más atención a la ejecución , disponiendo en obras técnicos mejor formados, al control
de calidad que se extiende al proyecto, materiales, ejecución, instalaciones, etc., se
toman más precauciones para no provocar acciones que lleven a las estructuras a
estados limites, etc., puede decirse que hoy día no existe justificación para hacer una
obra de mala calidad o mal construida y, sin embargo, la realidad demuestra que siguen
haciéndose.
Un hormigón denso con una baja relación w/c proporciona algún grado de protección
contra el ataque por ácidos. Ciertos materiales puzolánicos, y los vapores de sílice en
particular, aumentan la resistencia del hormigón a los ácidos (Sellevold y Nilson 1987).
Sin embargo, en todos los casos el tiempo de exposición a los ácidos se debería
minimizar tanto como sea posible y se debería evitar la inmersión. Independientemente
de su composición, ningún hormigón de cemento hidráulico puede soportar durante
mucho tiempo un agua fuertemente ácida (pH menor o igual que 3). En estos casos se
debería utilizar un sistema de barrera protectora o tratamiento adecuado. ACI 515.1R
contiene recomendaciones sobre barreras protectoras para proteger al hormigón contra
diferentes compuestos químicos
Las bases son compuestos químicos que desprenden iones hidróxido en solución en
agua. Ejemplo de bases son, el hidróxido de sodio o soda cáustica y el hidróxido de
amonio o amoniaco. Si estos hidróxidos penetran en el concreto y se encuentran en una
zona determinada se produce daño físico por cristalización y expansión a partir de la
reacción entre el hidróxido y el bióxido de carbono, proveniente del aire.
El ataque por sulfatos es el ataque más perjudicial de los diferentes ataques que pueden
desarrollar los aniones que componen las sales. Los sulfatos centran su ataque en el
cemento creando unos componentes fuertemente expansivos que provocan la
destrucción del hormigón. El mecanismo de actuación es el siguiente: los iones sulfato
reaccionan con el aluminato tricálcico (C₃A) del cemento en presencia de agua dando
sulfoaluminato tricálcico, más comúnmente conocido por etringita, y en menor medida
yeso. La etringita presenta la particularidad que su volumen es un 250% superior al
aluminato origen, dando lugar a una fuerte expansión que disgrega el hormigón por la
mencionada destrucción del cemento que deja suelto el árido.
Esto provoca una fisuración irregular que permite el acceso de los sulfatos y de ataques
posteriores. La degradación del hormigón comienza en la superficie con un cambio de
coloración seguido de la aparición de fisuras entrecruzadas cuyo espesor aumenta a la
vez que el hormigón superficial sufre una de laminación con curvado de las capas más
externas debido a las tensiones que producen la expansión de los productos producidos.
La corrosión del acero de refuerzo existente dentro del concreto se origina por la
presencia exclusiva de oxígeno y humedad en las proximidades de las barras, pero la
existencia de cloruros libres en el medio que las rodea es un desencadenante del
proceso.
El ion cloruro puede también penetrar posteriormente en el interior del concreto por
difusión desde el exterior, en cuyo caso el riesgo de corrosión se incrementa
grandemente.
Los cloruros ligados son los que están íntimamente asociados al cemento hidratado y no
son solubles en agua, por lo que no causan corrosión; por lo tanto, los límites en las
especificaciones deben aplicarse al contenido de cloruros libres en lugar de al contenido
total o soluble en ácido. No obstante, con los datos de las actuales investigaciones no es
posible calcular con precisión su proporción en relación con el contenido total de
cloruros, ya que varía con los cambios en el contenido de cloruros totales, aunque,
considerando que el cloruro libre es soluble en agua, se lo puede extraer y así
determinar su proporción.
En la actualidad las obras civiles están expuestas a diversos ataques físicos, químicos,
entre otros, por ende se debe tener en cuenta los conceptos de cada ataque de diversos
agentes a las obras.
Las acciones físicas se refieren a los cambios volumétricos que experimenta el concreto,
tanto fresco como endurecido, como consecuencia de cambios de humedad, y/o de
temperatura. También hacen referencia a las variaciones que el concreto puede tener
en su masa y que afectan el peso unitario, la porosidad, y la permeabilidad. El concreto
es muy resistente a la compresión pero su capacidad de soportar esfuerzos de tracción
es relativamente débil; y por ello, los movimientos que él experimenta y que se
manifiestan mediante deformaciones, pueden desarrollar micro fisuras, fisuras y grietas
a través de las cuales penetran las sales para atacar el concreto y el acero de refuerzo.
Grandes esfuerzos y roturas pueden ser prevenidos o minimizados mediante el control
de las variables que afectan los cambios de volumen; y la comprensión de la naturaleza
de esos cambios, es útil para el análisis y prevención de planos de falla y agrietamientos.
de los 900C, experimenta una coloración blanca o amarilla clara. Desde luego, el grado
de calcinación afecta la microestructura del concreto porque se produce des
carbonatación y aumento de la porosidad abierta por el microfisuramiento; y, por lo
tanto, también se puede originar microfisuramiento: y por lo tanto verse afectada su
resistencia mecánica.
Como manifestaciones de daño que tienen relación con los cambios que experimenta la
masa endurecida, se encuentran los cambios en el peso unitario (disminución); los
cambios en la porosidad (aumento); y los cambios en la permeabilidad (aumento).
Usualmente estos cambios suelen darse por acciones mecánicas o por reacciones
químicas. Las acciones mecánicas contemplan aspectos como: los impactos y la
abrasión, que pueden microfisurar y/o desgastar la integridad del concreto. Las
reacciones químicas pueden ser reacciones que: desintegren la pasta de cemento (como
el ataque por ácidos); solubilizan la pasta (como la carbonatación): o causan expansiones
(como las reacciones álcali-agregado, el ataque de sulfatos y la hinchazón del acero de
refuerzo por corrosión).
Los agentes biológicos que pueden actuar sobre el concreto generando un deterioro de
orden químico, son diferentes tipos de microorganismos: bacterias, hongos y líquenes,
estos últimos en cuanto forman colonias de tamaño microscópico. El desarreglo que
generan es superficial y sólo se produce en concretos carbonatados, húmedos, cuya
superficie se encuentra sucia o ha acumulado materia orgánica que sustente su
crecimiento El ataque no es directo sino por la acción química del metabolismo. Los
microorganismos no pueden existir dentro del concreto, por constituir un ambiente
hostil, no sólo carente de nutrientes orgánicos sino con un valor de PH alto que impide
su vida. Se ha comprobado también deterioros en los concretos en obras marítimos y
en zonas costeras, especialmente en climas cálidos por la acción de moluscos marinos
que llegan a perforar el material con una acción combinada química y mecánica
ofrecen cámaras para que el agua entre y entonces alivíese la presión hidráulica
generada.
El anhídrido sulfuroso, producido por la combustión del petróleo o carbón tiene poco o
ningún efecto sobre el concreto. En combinación con el agua forman ácido sulfuroso el
cual reaccionan gradualmente con el oxígeno del aire para formar ácido sulfúrico.
Ambos ácidos corroen el concreto.
d) FACTORES INTERNOS
Entre los factores internos debemos considerar las reacciones del agregado y el cemento
independientemente y la reacción cemento agregado,
o brillo metálico, d E- color ligero. Se oxida fácilmente con liberación de ácido sulfúrico
y formación de óxidos e hidróxidos de hierro. La pirratina es la menos común y puede
encontrarse en rocas ígneas y metamórficas. El mecanismo de degradación podría ser el
siguiente La pirrotita inestable se óxido primero:
El ácido sulfúrico reacciona con el CaCo, si está presente en el agregado, para formar
yeso, resultando la expansión del agregado:
El Ácido sulfúrico reacciona también con los productos de hidratación del cemento:
Mientras que la reacción anterior, en si misma Puede producir expansión, el yeso así
formado Puede reaccionar con los productos de hidratación del cemento y causar
mayor deteriora. Las partículas que generan mayor expansión se encuentran en
diámetros comprendidos entre5 y 10 mm. Una prueba rápida, para evaluar la capacidad
expansiva del agregado, consiste en colocar una muestra en una solución saturada de
cal. En e 1 caso de que aparezca un precipitado de color verde azulado, de forma
gelatinosa, se puede considerar los agregados como potencialmente expansivos. Es de
advertir, que el color indicado cambia luego de algunos minutos de exposición en la
atmósfera,, a un color pardo.
Para que un concreto sea resistente al desgaste debe tener una relación agua/cemento
baja, un mínimo contenido de agua y un curado adecuado. La resistencia del agregado
grueso debe ser compatible con la de la matriz ligante. Un método usado normalmente
para evaluar la dureza de un agregado consiste en determinar la resistencia al desgaste
en la máquina de los ángeles (normas NTC 93 y 98). El porcentaje de pérdida de dicho
ensayo no debe ser mayor de 40%.
La resistencia del concreto a la abrasión puede determinarse por varios métodos, cada
uno de los cuales intenta simular una forma de abrasión basada en la práctica. En todas
las pruebas, la pérdida de masa de la muestra se emplea como medida de la abrasión.
En la prueba de abrasión de las bolas de acero, se aplica una carga a una cabeza rotatoria
que está separada de la muestra mediante bolas de acero. Durante la prueba se hace
circular agua con el fin de remover el material que se ha desprendido por desgaste.
Las pruebas con rueda desbastadora y con bolas de acero sirven para estimar la
resistencia del concreto sometido a tráfico intenso; en cambio, la tendencia a la erosión
por sólidos en agua corriente se determina mediante la prueba del chorro de
perdigones. Se lanzan 2000 piezas de acero quebrado para perdigones (de 850 µm de
tamaño) bajo aire a presión de 6,3 kg/cm2, por una boquilla de 6,3 mm, contra la
muestra de concreto a una distancia de 102 mm.
Los ataques en el concreto por acciones accidentales se dan en casos como al usar por
error agua no potable (con restos o materiales orgánicos), salinizada, etc.
La agresividad del ambiente marino se debe fundamentalmente a las sales que lleva
disuelta el agua de mar: cloruro sódico, cloruro magnésico, sulfato magnésico, sulfato
cálcico, cloruro potásico, sulfato potásico y bicarbonato cálcico.
Los iones cloruros inhiben o atenúan en cierta medida la acción de los sulfatos, ya que
dan lugar a un cloroaluminato de calcio hidratado que no es expansivo, o al menos no
tanto como la ettringita. Pero en el caso de que el clínker contenga gran cantidad de
aluminato tricálcio y el grado de saturación sea elevado, los cloruros existentes en el
agua de mar no pueden evitar la formación de la estringita, con sus consecuencias.
Otros:
4. Formación de fisuras:
• Fisuración en mapa.