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Tras la Edad de Oro de la Bacteriología, inaugurada por las grandes figuras de Pasteur y
Koch, la Microbiología quedó durante cierto tiempo como una disciplina descriptiva y
aplicada, estrechamente imbricada con la Medicina, y con un desarrollo paralelo al de
la Química, que le aportaría varios avances metodológicos fundamentales. Sin embargo,
una corriente, en principio minoritaria, dedicada a los estudios básicos centrados con
ciertas bacterias del suelo poseedoras de capacidades metabólicas especiales,
incluyendo el descubrimiento de las que afectan a la nutrición de las plantas, logró hacer
ver la ubicuidad ecológica y la extrema diversidad fisiológica de los microorganismos. De
esta forma, se establecía una cabeza de puente entre la Microbiología y otras ciencias
biológicas, que llegó a su momento decisivo cuando se comprobó la unidad química de
todo el mundo vivo, y se demostró, con material y técnicas microbiológicas que la
molécula de la herencia era el ADN. Con ello se asiste a un íntimo y fértil intercambio
entre la Microbiología, la Genética y la Bioquímica, que se plasma en el nacimiento de
la Biología Molecular, base del espectacular auge de la Biología desde mediados de este
siglo.
Así pues, la sencilla definición con la que se abrió este apartado, escondía todo un
cúmulo de contenidos y objetos de indagación, todos emanados de una peculiar manera
de aproximarse a la porción de realidad que la Microbiología tiene encomendada. En las
próximas páginas ampliaremos y concretaremos el concepto al que hemos hecho rápida
referencia. Realizaremos un recorrido por su el desarrollo de la Microbiología a lo largo
de su historia, que nos permitirá una visión concreta de algunos de sus característicos
modos de abordar su objeto de estudio; finalmente, estaremos en disposición de definir
este último, desglosado como objeto material y formal.
Tercer periodo, de cultivo de microorganismos, que llega hasta finales del siglo XIX,
donde las figuras de Pasteur y Koch encabezan el logro de cristalizar a la Microbiología
como ciencia experimental bien asentada.
Cuarto periodo (desde principios del siglo XX hasta nuestros días), en el que los
microorganismos se estudian en toda su complejidad fisiológica, bioquímica, genética,
ecológica, etc., y que supone un extraordinario crecimiento de la Microbiología, el
surgimiento de disciplinas microbiológicas especializadas (Virología, Inmunología, etc),
y la estrecha imbricación de las ciencias microbiológicas en el marco general de las
Ciencias Biológicas. A continuación se realiza un breve recorrido histórico de la disciplina
microbiológica, desglosando los períodos 3º y 4º en varios apartados temáticos.
El objeto de estudio de una ciencia se puede desglosar en dos apartados: objeto material
y objeto formal.
Si bien el descubrimiento efectivo de seres vivos no visibles a simple vista debió aguardar
hasta el último tercio del siglo XVII, sus actividades son conocidas por la humanidad
desde muy antiguo, tanto las beneficiosas, representadas por las fermentaciones
implicadas en la producción de bebidas alcohólicas, pan y productos lácteos, como las
perjudiciales, en forma de enfermedades infecciosas.
Ya en el siglo XIV, con la invención de las primeras lentes para corregir la visión, surgió
una cierta curiosidad sobre su capacidad de aumentar el tamaño aparente de los
objetos. En el siglo XVI surgieron algunas ideas sobre aspectos de la física óptica de las
lentes de aumento, pero no encontraron una aplicación inmediata. Se dice que Galileo
hizo algunas observaciones "microscópicas" invirtiendo su telescopio a partir de lentes
montadas en un tubo, pero en cualquier caso está claro que no tuvieron ninguna
repercusión.
La primera referencia segura sobre el microscopio (1621) se debe a Constantijn Huygens,
quien relata que el inglés Cornelis Drebbel tenía en su taller un instrumento
magnificador, que recibió el nombre de microscopium en l625, en la Accademia dei
Lincei, de Roma.
El auge de la microbiología desde finales del siglo XIX se plasmó, entre otras cosas, en el
aislamiento de gran variedad de cepas silvestres de microorganismos, lo que suministró
un enorme volumen de nuevo material biológico sobre el que trabajar, aplicándose una
serie de enfoques que eran ya habituales en las ciencias naturales más antiguas; así,
había que crear un marco taxonómico (con sus normas de nomenclatura) para
encuadrar a los organismos recién descubiertos, era factible desarrollar trabajos sobre
morfología y fisiología comparadas, sobre variabilidad y herencia, evolución, ecología,
etc. De este modo la joven Microbiología fue objeto, en pocos años, de la utilización, a
un ritmo acelerado, de los métodos taxonómicos y experimentales que habían ido
surgiendo y madurando desde el siglo XVIII en los ámbitos de la "Historia Natural"
clásica.
Aunque nos referiremos en otro apartado (véase cap. 2) a los avances de Taxonomía
Microbiana, vale la pena reseñar aquí los esfuerzos tempranos para lograr un
clasificación bacteriana por parte de Cohn (1875) y Migula (1894), que sustentaban su
concepto de especie predominantemente sobre caracteres morfológicos. Pero hacia
1900 era evidente la arbitrariedad e insuficiencia de este tipo de clasificaciones, de
modo que los intentos posteriores hicieron uso de caracteres bioquímicos (Orma
Jensen, 1909), o de una mezcla de rasgos morfológicos, bioquímicos, patogénicos y de
tinción (Buchanan, 1915). El sistema de taxonomía bacteriana adquirió un nuevo
impulso a partir de la 1ª edición del "Bergey's Manual of Determinative Bacteriology"
(1923), y de las propuestas de Kluyver y van Niel ("Prospects for a natural system of
classification of bacteria", 1936). En cuanto a la nomenclatura, no fue hasta 1958 en que
cuajó un Código Internacional de Nomenclatura Bacteriológica, aunque ya se venía
aplicando desde hacía tiempo el procedimiento tipológico para los microorganismos,
con criterios similares a los de la Zoología y la Botánica.
Las estrategias diseñadas por Beadle y Tatum fueron aplicadas por Luria y Delbrück
(1943) a cultivos bacterianos, investigando la aparición de mutaciones espontáneas
resitentes a fagos o estreptomicina. La conexión de estos experimentos con las
observaciones previas de Griffith (1928) sobre la transformación del neumococo, llevó
a Avery y colaboradores (1944) a demostrar que el "principio transformante" portador
de la información genética es el ADN. En 1949 Erwin Chargaff demuestra
bioquímicamente la transmisión genética mediante ADN en Escherichia coli , y en 1952
Alfred Hershey y Martha Chase, en experimentos con componentes marcados de fagos,
ponen un elegante colofón a la confirmación de la función del ADN, con lo que se
derribaba el antiguo y asentado "paradigma de las proteínas" que hasta mediados de
siglo intentaba explicar la base de la herencia. De esta forma, la Microbiología
experimental se sitúa en pleno centro del nacimiento de la Genética molecular, de la
mano de los avances paralelos en Bioquímica (análisis por rayos X de la estructura del
ADN debido a Maurice Wilkins y Rosalind Franklin, modelo de Watson y Crick de la doble
hélice del ADN, etc.), dando origen esta confluencia a lo que se ha llamado la "edad de
oro" de la Biología Molecular.
6. LOS MICROORGANISMO.
Antonie van Leeuwenhoek (1632–1723) fue uno de los primeros en observar los
microorganismos, utilizando microscopios de diseño propio. Robert Hooke, un
contemporáneo de Leeuwenhoek, también utilizó microscopios para observar la vida
microbiana; en su libro de 1665, Micrographia describió esas observaciones y acuñó el
término de célula.
En 1876, Robert Koch (1843–1910) estableció que los microorganismos pueden causar
enfermedades. Encontró que la sangre del ganado que estaba infectado
con ántrax siempre tenía un gran número de Bacillus anthracis.
Koch descubrió que podía transmitir el ántrax de un animal a otro, tomando una
pequeña muestra de sangre del animal infectado e inyectándola en uno sano, que hacía
que el animal enfermase. También descubrió que podía hacer crecer la bacteria en un
caldo nutriente, luego lo inyectaba en un animal sano, y causaba la enfermedad.
Basándose en estos experimentos, ideó los criterios para establecer una relación causal
entre un microorganismo y una enfermedad, ahora conocidos como los postulados de
Koch. Aunque estos postulados no pueden aplicarse en todos los casos, conservan su
importancia histórica en el desarrollo del pensamiento científico y todavía se utilizan
hoy.
8. TIPOS DE MICROBIOS
8.1. Virus
Los virus son sistemas biológicos que presentan incluso tamaños ultramicroscópicos (los
más pequeños y los de tamaños medianos solo se pueden observar
mediante microscopio electrónico), los cuales pueden causar infecciones y solo se
reproducen en células huésped. Los virus fuera de células huésped están en forma
inactiva. Los virus constan de una cubierta protectora proteica o cápside que rodea el
material genético. Su forma puede ser espiral, esférica o como células pequeñas, de
tamaño entre 10 y 300 nm. Al tener un tamaño menor que las bacterias, pueden
pasar filtros que permiten la retención de las mismas.
Al contrario que las bacterias y los protozoos parásitos, los virus contienen un solo tipo
de ácido nucleico (ARN o ADN). No se pueden reproducir por sí solos, sino que necesitan
de la maquinaria metabólica de la célula huésped para asegurar que su información
genética pasa a la siguiente generación.
Al contrario que las bacterias, los virus no están presentes en el ser humano de manera
natural (excepto como un elemento viral endógeno). Cuando las personas quedan
afectadas por un virus, estos generalmente se eliminan del cuerpo humano mediante
secreciones.
En las últimas décadas se han empezado a utilizar virus en medicina, por ejemplo para
la debilitación de bacterias, la creación de antitoxinas, la utilización para librerías
genómicas, como vectores en terapia génica, para la destrucción de células tumorales.
Las bacterias y las arqueas son microorganismos procariontes de forma esférica (cocos),
de bastón recto (bacilos) o curvado (vibrios), o espirales (espirilos). Pueden existir como
organismos individuales, formando cadenas, pares, tétradas, masas irregulares, etc. Las
bacterias son una de las formas de vida más abundantes en la tierra. Tienen una longitud
entre 0,4 y 14 μm. Consecuentemente solo se pueden ver mediante microscopio. Las
bacterias se reproducen mediante la multiplicación del ADN, y división en dos células
independientes; en circunstancias normales este proceso dura entre 30 y 60 minutos.
Cuando las condiciones del medio son desfavorables, cuando cambia la temperatura o
disminuye la cantidad de los nutrientes, determinadas bacterias
forman endosporas como mecanismo de defensa, caracterizadas por presentar una
capa protectora resistente al calor, a la desecación, a la radiación y a la trituración
mecánica y que protege la bacteria de manera muy eficiente. De esta manera, pueden
soportar temperaturas elevadas, periodos de sequía, heladas, etc. Cuando las
condiciones del medio mejoran, se desarrolla una nueva bacteria que continúa el
crecimiento y la multiplicación.
Las bacterias tienen un papel funcional ecológico específico. Por ejemplo, algunas
realizan la degradación de la materia orgánica, otras integran su metabolismo con el de
los seres humanos.
Si bien algunas bacterias son patógenas (causantes de diversas enfermedades), una gran
parte de ellas son inocuas o incluso buenas para la salud.
8.3. Algas Cianoficeas
Se denomina eucariotas a todas las células que tienen su material hereditario (su
información genética) encerrado dentro de una doble membrana, la envoltura nuclear,
que delimita un núcleo celular.
Hay tres tipos de microorganismos eucariotas, los protozoos (heterótrofos y sin pared
celular), las algas microscópicas (autótrofos y con pared celular de celulosa) y los hongos
microscópicos (heterótrofos y con pared celular de quitina).
8.5. Protistas
8.6. Hongos
El reino Fungi incluye una variedad de especies macroscópicas que en absoluto encajan
en la definición de microorganismo, pero también forma microscópicas, como
las levaduras, que son campo de estudio de la microbiología. Además, numerosos
hongos producen enfermedades infecciosas en animales y plantas y tienen un gran
interés sanitario y agropecuario.
8.7. Microorganismos patógenos
Los jóvenes, personas mayores y enfermos de otras patologías son los menos resistentes
a las enfermedades y por lo tanto son más. Cuando una persona es infectada, los
patógenos se multiplican en él, y esto supone un riesgo de infección o enfermedad. Las
personas que enferman pueden contagiar y extender la enfermedad mediante las
secreciones y mediante contacto directo de alguna manera con la mucosa del infectado.
9. ORÍGENES Y EVOLUCIÓN.
Durante el siglo XIX la atención de muchos naturalistas se había dirigido hacia las
diversas formas de animales y plantas que vivían como parásitos de otros organismos.
Este interés se redobló tras la publicación de los libros de Darwin, estudiándose las
numerosas adaptaciones evolutivas que los distintos parásitos habían adquirido en su
peculiar estilo de vida. Sin embargo, la adjudicación de propiedades de parásitos a los
microorganismos vino del campo médico y veterinario, al revalorizarse las ideas sobre
el origen germinal de las enfermedades infecciosas.
En 1835 Agostino Bassi (1773-1856) demostró que cierta enfermedad del gusano de
seda (mal di segno), que había hecho su aparición en Lombardía, se debía a un hongo
(Botrytis bassiana). Cuatro años más tarde J.L. Schönlein descubrió la asociación de un
hongo con una enfermedad humana de la piel. En 1840 Henle, de la escuela fisiológica
de Johannes Müller, planteó la teoría de que las enfermedades infecciosas están
causadas por seres vivos invisibles, pero de nuevo la confirmación de estas ideas tuvo
que esperar a que la intervención de Pasteur demostrara la existencia de
microorganismos específicos responsables de enfermedades.
Hacia mediados del siglo XIX otra enfermedad infecciosa (pebrina) comenzó a
diseminarse por los criaderos de gusano de seda de toda Europa, alcanzando finalmente
a China y Japón. A instancias de su maestro Jean Baptiste Dumas, Pasteur aceptó el reto
de viajar a la Provenza para investigar esta enfermedad que estaba dejando en la ruina
a los industriales sederos, a pesar de que nunca hasta entonces se había enfrentado con
un problema de patología. Pasteur llega finalmente, en 1869, a identificar al protozoo
Nosema bombycis como el responsable de la epidemia, y por medio de una serie de
medidas de control, ésta comienza a remitir de modo espectacular.
Este tipo de estrategias para demostrar el origen bacteriano de una enfermedad fue
llevado a una ulterior perfección en 1882, con la publicación de "Die Äthiologie der
Tuberkulose", donde se comunica por primera vez la aplicación de los criterios que
Henle había postulado en 1840. Estos criterios, que hoy van asociados al nombre de
Koch, son los siguientes:
El cuerpo humano es bastante fascinante. Día tras día trabaja de forma incansable:
digiere los alimentos, bombea sangre y oxígeno, envía las señales procedentes del
cerebro y de los nervios y hace muchas cosas más.
Pero hay un grupo de diminutos invasores que puede hacer que nuestros cuerpos
enfermen; estos invasores reciben el nombre de "gérmenes".
Hay niños que creen que los gérmenes son bichitos, piojos u otros animalillos
asquerosos. En realidad, los gérmenes son unos organismos diminutos, o seres vivos,
que pueden provocar enfermedades. Los gérmenes son tan diminutos y difíciles de
detectar que se pueden introducir dentro de nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta.
De hecho, los gérmenes son tan pequeños que se debe utilizar un microscopio para
poderlos ver. Cuando se introducen en nuestro organismo, no sabemos que los tenemos
hasta que presentamos síntomas que indican que nos han atacado.
Casi todos los gérmenes en el mundo son inofensivos para los humanos. Algunos tipos
de bacterias incluso nos hacen bien, como aquéllas que están en el intestino y nos
ayudan a digerir la comida. Pero vale la pena saber sobre los gérmenes y cómo se
propagan en tu casa - sobre todo porque con unos cuantos pasos de higiene podemos
evitar su propagación.
Virus
Hongos
Protozoos
Bacterias
Las bacterias son diminutas criaturas unicelulares que obtienen sus nutrientes del
entorno para sobrevivir. En algunos casos ese entorno es el organismo de un ser
humano. Las bacterias se pueden reproducir fuera del cuerpo o en su interior. Algunas
de las infecciones que provocan las bacterias son el dolor de garganta, las infecciones
de oído, las caries y las neumonías.
Pero no todas las bacterias son malas. Algunas son buenas para el organismo y nos
ayudan a usar los nutrientes de los alimentos que ingerimos y a generar productos de
desecho
12.1 Virus
Los virus necesitan estar dentro de células vivas para crecer y reproducirse. La mayoría
de virus no pueden sobrevivir durante mucho tiempo si no se encuentran en el interior
de un ser vivo. Los virus pueden causar la varicela, el sarampión, la gripe y muchas otras
enfermedades
12.2 Hongos
Los hongos son organismos multicelulares similares a las plantas, pero no pueden
producir su propio alimento, sino que se nutren de plantas, personas y animales. Viven
en lugares húmedos y cálidos y la mayoría de ellos no son peligrosos para las personas
sanas
12.3 Protozoos
Para combatir estos gérmenes, nuestro cuerpo lo hace de dos formas; mediante la
respuesta inmunitaria natural, o la respuesta inmunitaria adquirida o específica.
14. PASTEURIZACIÓN
14.1 Origen
Pero constantemente éstos eran afectados por las contaminaciones que deterioraban
el producto, causando grandes daños a la economía francesa.
Así que, a través de sus investigaciones, Pasteur descubrió que la transformación del
azúcar en el alcohol, que era hasta entonces, considerada fruto de una simple
combinación química, era por la acción de los microorganismos vivos que ayudan a la
fermentación.
Llenar un recipiente especial (un frasco de cuello de cisne) con agua, azúcar y levadura
de cerveza. Primero, el recipiente fue llevado al fuego y luego lo dejaron abierto para
permitir la entrada del aire atmosférico. Entonces, todo fue calcinado y el recipiente
sellado fue puesto en un horno a 30°C. Después de esas operaciones, el líquido
permaneció establemente estéril.
Para demostrar, entonces, que los gérmenes están presentes en la atmósfera, Pasteur
perfeccionó una segunda experiencia. Filtró el aire atmosférico con una bola de algodón
poniendo en un tubo conectado a un dispositivo de succión. Usando un microscopio, el
verificó que en la bola de algodón contuvo los “corpúsculos cuya forma y estructura era
muy similar de aquellos organismos”. Él puso la bola de algodón dentro de un recipiente
especial (sin dejar ingresar el aire) conteniendo el líquido estéril. El resultado fue
encontrado con la detección de los microbios y multiplicándose
15. TEORÍA DE LOS GÉRMENES
Para demostrarlo, expuso caldos hervidos en matraces provistos de un filtro que evitaba
el paso de partículas de polvo hasta el caldo de cultivo, simultáneamente expuso otros
matraces que carecían de ese filtro, pero que poseían un cuello muy alargado y curvado
que dificultaba el paso del aire, y por ello de las partículas de polvo, hasta el caldo de
cultivo.
Al cabo de un tiempo observó que nada crecía en los caldos demostrando así que los
organismos vivos que aparecían en los matraces sin filtro o sin cuellos largos provenían
del exterior, probablemente del polvo o en forma de esporas.
Descubrió que los gusanos de seda sanos enfermaban cuando anidaban en el lecho de
los gusanos enfermos. En este estudio Pasteur descubrió que el entorno afectaba
directamente al contagio y que la propagación de la enfermedad se podía controlar
mediante la esterilización.
Sus estudios con la levadura habían demostrado que los microbios podían estar
suspendidos en el aire y observó que estos dos estudios se podían aplicar directamente
a la transmisión de la enfermedad en seres humanos. Habló sobre este tema en la
Academia de Medicina de París y, a pesar de que sus ideas radicales solamente fueron
aceptadas por unos cuantos médicos, sus recomendaciones se tradujeron en la
introducción de técnicas quirúrgicas estériles.
Las bacterias y hongos pueden habitar en cualquier lugar cálido y húmedo de tu casa.
Pero los virus son diferentes. Con un tamaño aproximado de una centésima parte de
una bacteria, los virus necesitan estar dentro de un organismo hospedero para
multiplicarse. Es a través de este proceso que provocan las enfermedades.
Los gérmenes se pueden propagar por toda la casa en las manos de las personas, casi
siempre al tocar a personas infectadas o superficies contaminadas. Los gérmenes
también pueden viajar en el aire en diminutas partículas de polvo o en las gotas de agua
que salen de nuestra boca y nariz cuando tosemos, estornudamos o hablamos.
Hay varias formas en que los gérmenes pueden entrar en nuestro cuerpo:
16. CONCLUSIÓN
Como conclusión puedo decir que estamos rodeados de gérmenes, pero ya que nuestro
cuerpo es muy sabio, tenemos métodos para contrarrestarlos.
Por otro lado, resaltar que gracias a Pasteur, sabemos que los gérmenes vienen del
exterior de nuestro cuerpo y que el crecimiento de los microorganismos no es debido a
la generación espontánea.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.monografias.com/trabajos14/microbiol-historia/microbiología
https://selecciones.com.mx/que-son-los-germenes
http://www.mundobebe.com/contenido/-Que-son-los-germenes--2504
Los gérmenes, por Claudia Vizcaíno.