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LA HISTORIA CLÍNICA
Dr. Carlos Alberto Seguín
I Anamnesis
II Examen físico
III Exámenes de laboratorio
IV Procedimientos complementarios
V Evolución
VI Terminación
LA ANAMNESIS PSICOSOMÁTICA
La principal preocupación al obtener una “buena” anamnesis era
la de coleccionar datos sobre síntomas o enfermedades, olvidándose
completamente del hombre que los presentaba. La de la medicina
actual es la de conocer la historia del paciente como un ser humano,
como un individuo que tiene una biografía en la cual se encuentran,
en medio de otros datos tanto o más importantes, los síntomas y las
enfermedades.
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exposición a tóxicos o microbios. Recordemos siempre que el enfermo
es humano al que debemos comprender y tratar como tal y adoptaremos
con ello la actitud justa ante el interrogatorio.
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preguntón impersonal, sino a un amigo, cederá a la necesidad
experimentada por todo ser humano de “franquearse” y dará salida a
la presión que sus preocupaciones han estado manteniendo. Nos dirá,
muchas veces en medio de lágrimas, su “secreto” y, al hacerlo, si
encuentra en su interlocutor la actitud justa, se sentirá
enormemente tranquilizado “como si se hubiera quitado un peso de
encima”. Sentimientos de culpa, tendencias agresivas contenidas,
temores sobrevalorados, al ser expuestos y “vividos” frente a un
observador humano y comprensivo, perderá su fuerza y el paciente se
sentirá realmente liberado. Es la conocida “catarsis” de tan
decisivo afecto favorable. Si se produce, basta muchas veces para
que un ser que viniera a vernos deprimido y angustiado, abandone la
entrevista “cambiado” por la descarga de presiones emocionales hasta
entonces contenidas. La sensación de tranquilidad que ello produce
actúa sobre la “totalidad” el enfermo-hombre produciendo incluso
cambios en el equilibrio neurovegetativo que, al traducirse en
regulaciones metabólicas y endocrinas, realiza un verdadero milagro
de mejoría psicosomática.
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Los temas básicos alrededor de los que girará nuestro
interrogatorio serán:
1. ENFERMEDAD ACTUAL
2. HISTORIA FAMILIAR
3. HISTORIA PERSONAL
4. NIÑEZ
5. EDUCACIÓN
6. TRABAJO
7. CAMBIOS DE RESIDENCIA
8. ENFERMEDADES Y ACCIDENTES
9. VIDA SEXUAL
10. HÁBITOS E INTERESES
11. ACTITUD PARA CON LA FAMILIA
12. ACTITUD FRENTE A LA ENFERMEDAD
13. SUEÑOS
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ello es fácil si se sabe manejar el interrogatorio. Contribuye al
buen éxito; una actitud benevolente y comprensiva aún frente las
confesiones más graves, una firme insistencia cuando es necesario,
una explicación amistosa en el momento justo. Explicación necesaria
frente a enfermos que desde el primer momento se muestran
desconfiados, acostumbrados aclarar la situación al comienzo: “Voy a
hacerle muchas preguntas, algunas de las cuales le parecerán no
tener relación con su enfermedad. Todas ellas son necesarias y Ud.
debe contestarlas. ¿Estamos de acuerdo?. De esa manera se elimina,
muchas veces, de una vez por todas, los obstáculos. Cuando notamos
resistencias al hablar de ciertos temas, insistimos: “Discúlpeme que
le haga estas preguntas pero son indispensables”. A lo que sigue
una somera explicación de cómo las “preocupaciones” influyen sobre
la salud.
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sino cuando se salga del tema y, entonces, discreta y benévolamente,
obsérvese que la secuencia propuesta es la natural en una
conversación; nos permite pasar de un tema a otro y facilita la
obtención de datos “difíciles”.
I. ENFERMEDAD ACTUAL
a) ¿Qué le pasa?
El paciente comienza entonces a enumerar sus síntomas.
Precisemos:
g) ¿Cómo siguió?
Debe tratar de obtenerse los datos posibles, con fechas,
sobre tratamientos, mejorías, tratando de precisar, en el caso de
que estas últimas hubieran ocurrido, las condiciones en las que
cada una se presentó. Ello permite muchas veces establecer
interesantes paralelismos entre factores exteriores y enfermedad.
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dos columnas; colocamos en la de la derecha los factores
importantes de la vida del paciente y en la de la izquierda la
evolución de la enfermedad. Ello es interesante en casos de
afecciones que evoluciona por poussés, que puede estar ligadas a
factores ambientales (asma, fiebre del heno, paludismo, úlceras
gastroduodenales, órgano-neurosis, etc.)
b) ¿Vive su padre?
Si la respuesta es afirmativa ¿Cuántos años tiene? ¿Es sano?
¿Qué enfermedades ha tenido? ¿En qué trabaja? ¿Qué carácter
tiene? ¿Bebe mucho?
c) ¿Vive su madre?
Iguales preguntas.
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f) ¿Ha habido enfermos nerviosos en su familia?
¿Tíos, primos, etc.? ¿Personas “raras”? Hay una gran
tendencia a negar esos antecedentes. Si existen, tratar de
conoce detalles.
h) ¿Por qué?
Consignar detalles de las causas para la separación, el
tiempo, etc., así como las personas con las que el paciente
vivió, investigando acerca de ellas con la misma forma que acerca
de los familiares.
III. NIÑEZ
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Tímido, agresivo, retraído, juguetón, obediente, rebelde,
caprichoso, etc.
b) Datos de la evolución
¿Embarazo y parto normales? ¿Alimentación al pecho?
¿Artificial? ¿Por qué? Fecha del destete y reacción a él. En
relación a esto debe suscitarse también una conversación que los
informe sobre gustos y costumbres particulares, especialmente en
cuanto a la alimentación. ¿Peculiaridades y preferencias?
¿Rechazo de alimentos? Reacción de la familia.
d) Síntomas neuróticos
Para averiguarlos debe usarse cierta técnica. Las preguntas
corrientes provocarían negativas o respuestas vagas. He aquí lo
que aconsejamos: ¿Hasta qué edad se orinó en la cama? Alrededor
de este tema averiguar la manera cómo el control de la
eliminación fue obtenido.
¿Hasta qué edad se chupó el dedo? ¿Se comió las uñas? ¿Ha
tenido pataletas? ¿Con qué motivo? ¿Masturbación infantil?
¿Fantasías sexuales? ¿Otras particularidades?
IV. EDUCACIÓN
V. TRABAJO
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Sígase la biografía del enfermo averiguando, en una secuencia
natural, las actividades seguidas al abandonar los estudios.
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interrogatorio es importante. Aconsejamos el siguiente, que la
experiencia nos ha demostrado válido.
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no es claramente la justa: una benevolente comprensión amistosa y
segura. Si hay inseguridad, falsa vergüenza, curiosidad malsana,
“picardía”, interés extra-médico, ello bloquea inmediatamente al
paciente, que lo percibe a través de todas las caretas que se quiera
usar para disimularlo. Aquí, como siempre, el ser médico, es decir,
el estar guiado por un auténtico cariño a nuestros semejantes y un
sincero deseo de ayudarlos; el hacerlo en una forma madura y noble,
es la mejor llave para penetrar en lo más íntimo de su vida.
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superficial de las psicoterapias que puede hacerse inclusive,
durante la entrevista anamnésica.
Debemos tratar de averiguar cómo comenzó el paciente a
masturbarse, frecuencia de las prácticas, fantasías que la
acompañaban y tiempo de continuación. No preguntamos nunca:
¿Hasta cuándo se masturbó, sino:
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j) ¿Cual ha sido su primer amor? ¿Por que se enamoró? ¿Cuanto
tiempo duró ese episodio? ¿Hasta dónde llegaron en sus
relaciones? ¿Por que y cómo terminaron? Reconstrúyase en lo
posible este episodio, que es siempre importante.
k) ¿Otros amores?
Iguales preguntas, que nos darán una idea clara de la
manera cómo el enfermo encara este aspecto de su vida, así como
los traumatismos emocionales que pudiera haber ocurrido y la
reacción a ellos.
l) Matrimonio
En el curso de este interrogatorio se llega, si el
enfermo es casado, a tocar el tema de su matrimonio. Es
interesante averiguar en este caso, con más detención que en
los demás, los detalles del proceso. ¿Cómo conoció a la mujer
que fue su esposa? ¿Por que le gustó? ¿Cuanto tiempo la
enamoró? Y una pregunta fundamental:
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B. Las dificultades de esta parte del interrogatorio frente a las
mujeres no son mayores si él es bien conducido. Generalmente,
para "romper el hielo", comenzaremos con una pregunta leve:
Si la enferma es soltera:
f) ¿Tiene Ud. enamorado ahora?
Se repite el interrogatorio ya explicado. Si es casada se
investiga, como en el caso de enfermos hombres, las
características del proceso hasta el casamiento, repitiendo
la pregunta:
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y p del interrogatorio masculino. En el caso de infelicidad
matrimonial, que las mujeres confiesan más fácilmente que los
hombres, puede preguntarse:
e) ¿Fuma mucho?
Número de cigarrillos por día.
f) ¿Otras drogas?
Café, té, drogas heroicas (difícilmente confesadas)
h) ¿Concepciones filosóficas?
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No se trata de buscar erudición, sino de saber los
principios a los que el paciente ajusta su conducta, sea o no
consciente de que ellos constituyan su filosofía.
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b) ¿Cómo cree Ud. que podría curarse?
Ello nos permite completar las informaciones ya obtenidas
y nos descubre mucho de la actitud del enfermo.
XII. SUEÑOS
c) ¿Sueña Ud.?
Muchas veces la respuesta es negativa. Hay una
resistencia inconsciente a recordar sueños ante el médico.
Insistamos. ¿Nunca? Generalmente, de esa manera, obtenemos
datos. Algo que ocurre muy a menudo es que el paciente nos
responde. "Sueño, doctor, pero no recuerdo que" insistamos
también: ¿no recuerda algún sueño? ¿Ninguno? Cuénteme
cualquiera. Es muy raro el caso en el que no hemos podido
obtener un relato y, cuanto más trabajo nos ha costado, más
interesante el sueño obtenido.
Con esto hemos terminado el interrogatorio, que, si ha
sido bien conducido, nos dará una idea clara de la
personalidad en sus relaciones con el ambiente y nos
permitirá encarar, con las otras partes de la historia
clínica, el diagnóstico, el pronóstico y la terapéutica en
función del hombre como tal.
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