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La Capilla de la UNSa: una revisión histórica de los vínculos entre Iglesia, Universidad y el golpe

militar del 76'.

El presente trabajo de investigación se propone revisar a partir de diversos documentos existentes


las razones por las que la Universidad Nacional de Salta cuenta en la actualidad con un Capilla de
la Iglesia Católica dentro del campus además de indagar a partir de este hecho sobre los vínculos
existentes entre la Iglesia, la Universidad y los procesos políticos de los últimos años.

Para llevar adelante la presente investigación de un modo ordenado presentaré la información en


tres momentos centrales: desde 1978 a 1983 analizaré las diferentes acciones que llevan a la
creación de la Capilla, del 1983 a 1986 los primeros momentos de tensión entre el movimiento
estudiantil y la iglesia y por último los hechos actuales que demuestran la alianza entre el poder
político y pastoral.

Para lograr desarrollar este trabajo fue necesario realizar una intenso trabajo recurriendo a
archivos, por un lado de las resoluciones del Consejo Superior que dan cuenta de la creación de la
Capilla y por otro de los diarios de la época que reflejan el accionar conjunto de Iglesia,
Universidad y Estado. Desde ya por la propia metodología a partir de piezas documentales es
probable que este informe no agote en su totalidad la complejidad del tema, pero pretendo que
sirva de punto de partida para quienes deseen por otros medios llevar a fondo la investigación.

Desnaturalizando las estructuras.

Como estudiantes de la UNSa hemos pasado miles de veces delante de la capilla sin preguntarnos
porque esta ahí, con su caprichosa arquitectura, y seguramente muy pocas veces nos hemos
acercado a ver que actividades se realizan. Pero desde la Antropología siempre existe la imperiosa
necesidad de preguntárselo todo, de volver a mirar aquellas cuestiones que nadie ve, siempre
buscándole la quinta pata al gato. Desde hace algunos años además, para la disciplina se ha vuelto
recurrente la pregunta por el espacio, por la forma en la que se lo utiliza, se lo habita y se lo
recorre. Es por ello que la presencia de la capilla es sin lugar a dudas un claro signo del poder de la
iglesia ejercido dentro de la universidad.

Como primer dato debo señalar que antes de la existencia misma de la Capilla dentro de la UNSa,
existió un servicio denominado Capellanía que tenia por objetivo brindar a los jóvenes estudiantes
el acompañamiento espiritual en su formación profesional. La creación de ese espacio se dispone
en la resolución del consejo superior Nº 522/78 del 8 de noviembre de 1978. En la misma el rector
Hugo Roberto Ibarra, durante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla, establece los motivos
para la creación de esta institución dentro del ámbito universitario utilizando el siguiente texto:

“Considerando que la ley universitaria vigente, en su artículo 2º dispone que las


autoridades de las Universidades arbitrarán las medidas tendientes a cumplir
efectivamente con la finalidad de preservar, incrementar y transferir cultura y en
particular, asegurar la formación y capacitación integral de profesionales y técnicos;
Que la cultura desde estar armonizada con la perfección integral de la persona, el bien de
la comunidad y de la sociedad entera, por lo cual es preciso cultivar el espíritu de tal
manera que se promueva la capacidad de admiración, de intuición, de contemplación y de
formarse un juicio personal;

Que la Universidad no puede sustraerse a la obligación de posibilitar la plena vigencia de


los valores espirituales y sociales de la moral cristiana, de la tradición y de la dignidad del
ser argentino;

Que el culto reconocido como oficial por la Constitución Nacional es el católico, apostólico,
romano;

POR ELLO y en uso de las atribuciones que le confiere el artículo 3º de la Ley nº 21.276, EL
RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA RESUELVE: Crear, dependiente del
Rectorado y con asiento en el Complejo Universitario General José de San Martín, la
Capellanía de la universidad Nacional de Salta.”

Luego en su artículo N° 2 se establece que el pago de los honorarios del Capellán será equivalente
al de un docente con cargo adjunto y dedicación semi-exclusiva. Una de las condiciones para la
designación del Capellán es que este cuente con la aprobación de Arzobispado de la Provincia.

Sin dudas a la luz de nuestra concepción actual de la cultura es imposible permitir que utilizándose
este concepto se proponga crear una institución eclesiástica dentro de la universidad, así como
que se pretenda decir que la moral y las buenas costumbres forman parte de la vida cultural de
una comunidad educativa. Así mismo nos resulta impensado que la Universidad se ponga como
obligación el cultivar los valores cristianos y el ser argentino. Pero en el año 1978 y bajo el
gobierno de facto más terrible de la historia argentina, disposiciones como estas, tendientes a
exacerbar el nacionalismo y la fe católica no son para nada extraño. De hecho en aquellos mismos
años la UNSa dispone dar a su predio el nombre de "Campo Universitario Gral. José de San Martín"
en honor al héroe militar. Asimismo se dispuso la creación por concurso del logo, lema e himno
que identifican a la casa de altos estudios.

En el año 1982 se conmemora el 10° aniversario de la creación de la UNSa, lo que da lugar a


celebraciones de las que participarán los rectores de la Universidad Nacional de Tucuman y Jujuy,
los doctores Carlos Landa y Salvador Cosentini, respectivamente. En aquel momento el rector de la
UNSa, el Dr. Carlos Augusto Gonzalez del Pino, dispone por resolución del consejo superior N°
209/82 del día 6 de mayo de 1982 definir un grilla de actividades austeras dado que el país se
encontraba conmocionado por la Guerra de Malvinas. Las dos actividades planeadas son el
tradicional acto de colación que en esta oportunidad se realizaría en el Cine Teatro Opera además
de la realización de una misa en la Catedral que será oficiada por el Monseñor Carlos Mariano
Perez. Asistieron a dicho evento además de los rectores mencionados, el rector de la Universidad
Católica de Salta, el sub-secretario de Educación de la Nación Ing. Ricardo de la Torre y el
vicepresidente del CRUN (Comision de rectores universitarios) Humberto Ricomo.

Además en aquella oportunidad el Rector Gonzalez del Pino brinda una entrevista al diario El
Tribuno en la que menciona los logros que la Universidad ha tenido en sus primeros diez años de
vida. Entre los laudos mencionados hace referencia al compromiso que la institución ha tenido con
el conflicto de Malvinas, por ejemplo a través del dictado de una conferencia por el entonces
gobernador de facto Roberto Augusto Ulloa.

Este nefasto personaje vuelve a aparecer junto al rector cuando en ese mismo año pero los días 14
y 15 de agosto se realizará en nuestra provincia el X Encuentro Nacional y I Encuentro Regional de
Profesionales Católicos organizado por la Acción Católica Universitaria, evento que contara con el
auspicio oficial de la UNSa a través de resolución del consejo superior N° 385/82 firmada
nuevamente por Gonzalez del Pino. Del acto de apertura de este evento participaran el
Gobernador capitán de navío Roberto Augusto Ulloa, el monseñor Carlos Mariano Perez, el obispo
de San Juan monseñor Ítalo Distéfano, el presidente de la rama de profesionales de la Acción
Católica (PAC) y su asesor nacional el sacerdote Domingo Basso, quien inauguró el evento con una
invocación religiosa.

Durante este mismo evento toma notoriedad el Presbítero Julio Raúl Mendez, capellán de la UNSa
y "director espiritual de la Universidad Católica de Salta" (sic), quien disertará en la Escuela Técnica
N° 2 sobre "¿Qué es ser universitario?". Este peculiar evento culminará con otra misa en la
catedral, pero tendrá a su interior la participación de diversos organismos católicos, como
Palestra, además de contar con la presencia del Ministro de Educación de la Nación el Lic.
Cayetano Licciardo quién expondría sobre la " Responsabilidad del profesional católico" tras haber
participado de una reunión con el ministro de gobierno, educación y justicia Dr. Jorge Oscar
Folloni.

Podemos ver hasta aquí toda una serie de acciones, vínculos y estrechas amistades entre los
funcionarios del último gobierno de facto, la más alta jerarquía de la iglesia y los rectores de
ambas universidades de la provincia. Es presumible que mas allá de lo que ha quedado
documentado existieran fuertes lazos entre todos los personajes mencionado. Esto quizás sirva
para explicar esta idea frecuentemente difundida de que incluso actualmente la distribución de las
carreras entre la UNSa y la Católica responde a un acuerdo para que la institución religiosa
conserve el control de la formación de ciertos profesionales cuyo desempeño es influyente en el
sentido común de la sociedad, como por ejemplo los abogados, escribanos y hasta hace poco
tiempo atrás los periodistas.

Podemos ver en todos estos hechos como se han urdido las diferentes tramas de la religión, la
política y la vida universitaria. No es casual que al año siguiente de este gran encuentro se
concrete una de las intromisiones mas notables de la Iglesia sobre la UNSa: la inauguración de la
Capilla "Maria sedes sarpientiae" o "María Madre de Sabiduría".

Esta Capilla es inaugurada en el año 1983 el día 15 de agosto (el día en que se entronizan
tradicionalmente las imágenes del señor y la virgen del milagro) en un acto del que participa el
rector de la UNSa Gustavo Enrique Wierna, el vicerrector Oscar Oñativia y el rector de la
Universidad Católica de Salta Ennio Pontussi, además estuvieron presenten el secretario de cultura
y educación de la provincia Rafael Vicente Moreno, el intendente de la ciudad Nestor Salvador
Quintana y representantes de guarnición Ejército Salta y la División Naval NOA, según consigna el
diario Tribuno del 18 de agosto de 1983. La ceremonia contó con la bendición del edificio de
manos del propio Monseñor Carlos Mariano Perez.

Así, en un clima de tensiones políticas, con la legitimidad del gobierno militar resquebrajándose
ante la derrota en Malvinas y un escenario de creciente crisis económica la iglesia logra
materializar su existencia dentro de la UNSa, logra poner en pie un edificio que de aquí en más
estará recordando a todos los estudiantes en que manos ha estado, está y permanecerá el poder.
Con los años pasaran las generaciones de graduados y se perderá ante la vista de los recién
llegados este lazo que une a la universidad con la iglesia y con el mas duro y brutal ataque a la
democracia y la vida política de la Argentina. Además de su independencia, la UNSa habrá perdido
a 25 compañerxs desaparecidos y a la mítica aula 1 donde se originaban las primeras experiencias
de organización estudiantil y que fue víctima de un atentado.

¿Divorcio entre la UNSa y la Iglesia?

Para el año 1986 la UNSa ya había retornado a un ritmo de vida mucho mas similar al que
conocemos en la actualidad. Existía un consejo superior funcionando con relativa normalidad y
representación estudiantil en el co-gobierno universitario. El país estaba retornando a la vida
democrática y en todas las universidades se estaba fortaleciendo un sentimiento anticlerical.
Aquellas universidades en las que aún quedaban vestigios de la influencia de la iglesia fueron
rompiendo lazos y la mayoría de las capellanías desaparecieron del ámbito educativo. Emilio
Fermín Mignone lo ilustra en su libro "Iglesia y dictadura" en donde menciona que la iglesia para
estos años debió revisar la forma en la que llevaría adelante su misión evangélica sin contar con
curas rentados por el propio estado en forma directa, lo que da lugar a nuevas e inventivas formas
de financiarse sin perder los lugares a los que habían accedido tras años de vínculos con el poder
político.

Es así como tras perder la posibilidad de continuar adelante con las capellanías, la iglesia empieza
a pensar en otras formas de mantener el accionar católico en los lugares de estudio, hospitales y
servicio penitenciario. Así surgirá la Pastoral Social de la Iglesia, con sus distintas ramificaciones en
las diversas áreas donde se desarrolla.

En Salta, fue el año 1986 un momento clave para estas disputas. Por pedido de un consejero
estudiantil que eleva un proyecto al consejo superior se produce un debate que dará lugar a la
resolución N° 393/86 que establece dejar sin efecto la anterior resolución 522/78 que creaba la
Capellanía de la UNSa. Ante esto se deja también cesante al capellán que hasta la fecha se había
desempeñado en sus funciones con un salario pagado de las arcas de la universidad.
Sin embargo vemos que aún dejándose sin efecto la capellanía no se reviso o discutió la existencia
de la capilla, que en una jugada magistral de los curas permanece incólume hasta hoy. Es que en
términos formales se trata de dos instituciones diferentes, la capellanía es un servicio dentro de la
estructura de la universidad en tanto que la capilla es un edificio de la Iglesia Católica que tiene
funciones dentro de la universidad. Así, aún dejándose sin efecto la capellanía, la capilla persiste
allí, usando el predio universitario sin abonar servicios y sin poder explicarse aún con que fondos
se construyo o sostiene al día de hoy.

Vale decir que para la época la Iglesia se encontraba disputando una de las primeras batallas
contra el laicismo estatal, se discutía por aquellos años la ley de divorcio vincular que finalmente
se conseguiría refrendar en el año 1987. Ante esta batalla en la que la sociedad reclamaba para si
derechos que hasta aquí solo le correspondían a Dios, perder influencia en el ámbito universitario
habría sido leído como una derrota, por lo que se volvía necesario sostener la labor de la iglesia
aun sin la capellanía ni el capellán.

¿Cómo? No lo sé. Pero desde aquel entonces la capilla sostuvo su actividad y sus puertas abiertas
bajo el patrocinio de la Pastoral Universitaria, cuyas oficinas centrales están ubicadas en nada mas
y nada menos que la Universidad Católica de Salta.

Superados los primeros años de la democracia, la iglesia se adaptará camaleónicamente a convivir


en un mundo donde la democracia es un valor incuestionable y las demandas sociales crecen día a
día, y será allí donde concentrará su acción, como contención de la bronca y administración de la
miseria. La Pastoral Social ira tendiendo aquí y allá sus tentáculos y convirtiéndose en el órgano
fundamental para mantener tensionado el campo social, brindando su saber experto para desviar
la mirada y refugiarse en lo espiritual cuando se precisa lucha y organización de clase.

La pastoral social y sus vínculos actuales con la universidad.

En la actualidad tanto la capilla de la UNSa como la de la católica funcionan conjuntamente como


parte de la Pastoral Universitaria, que a su vez forma parte de la Pastoral Social de la Iglesia. La
Pastoral tiene la misión de brindar a los fieles espacios para desarrollar su credo, así como
acompañarlos en todos los ámbitos en donde se desarrollen sus actividades. En alguna medida son
los ojos, oídos y voz de Dios en donde sea que estén sus fieles. Si te internan para tratarte una
pulmonía, habrá una capilla para que ores y un cura para velar por tus intereses. Como sucede con
la capilla ubicada en el Hospital del Milagro. Si te revelas contra el sistema y te llevan preso,
tendrás el siempre vigilante aliento de Dios en la capilla que se ubica dentro del penal de Villa Las
Rosas. Bueno, si éstas con la incertidumbre de como te va a ir en el parcial de contabilidad II tenes
la capilla de la UNSa para rogar por tu atormentada alma.

De esta manera a través de la pastoral de la salud, la pastoral universitaria y la pastoral


penitenciaria la Iglesia católica reafirma su alcance. Por algo nos dicen que Dios esta en todos
lados al mismo tiempo, no es el espíritu santo.... Es la enorme estructura de la que dispone la
Iglesia para mantener controlada la población, vendiéndole porciones de la salvación si es que tal
cosa existe.

Cuando entras a la pagina del Arzobispado de Salta podes ver como la Pastoral organiza y difunde
eventos tales como talleres y charlas que versan sobre la ideología de genero y como librarse del
mal, los derechos de las vidas por nacer y la bendición de contar con una iglesia comprometida
con lo social, bancandole los trapos a los gobiernos y administrando la miseria para que el sistema
no colapse y se revolucione.

Desde el retorno de la democracia la Iglesia Católica se ha reconfigurado de modo tal que


acompaño todos los procesos políticos. El menemismo, la alianza, la crisis del 2001, Duhalde y la
década ganada del kirchnerismo tiene como signo común haber sido entrañables amigos de la
Iglesia. Fotos de los políticos rindiéndole pleitesía a su santidad de turno hay miles. Incluso los
dirigentes sociales como Grabois y otros del campo popular hincaron sus rodillas ante el poder
pastoral. Ni que hablar de los gremialistas de cuclillas rezándole rosarios a la virgen para que cese
el hambre. Desde los primeros a los últimos todos quienes han ejercido el poder político en la
Argentina han juntado sus manos en oración para lograr el visto bueno de la Iglesia.

La UNSa no esta excenta de estos procesos. Una universidad que se presenta como co-gobernada,
publica y reivindica los valores de la reforma universitaria del 17 tiene entre sus principales
edificios una capilla, construida con fondos que no se aclaran en ningún documento y sostenida en
común con la universidad católica que reproduce todos los mandatos de la institución que ha
intervenido para privar de derechos a las mujeres, a la disidencia sexual y la clase trabajadora.
La habilidad más apreciable de las ciencias sociales y en especial de la antropología es poder
revelar esas tensiones profundas que se tornan mas evidentes ante los escenarios de conflicto. La
lucha de millones de mujeres por el derecho al aborto puso sobre el tablero la estrategia de la
iglesia, el enorme poder con que se maneja y la forma en que se puede torcer los destinos de una
nación con solo un guiño del sumo pontífice. Y en particular en la UNSa se produjo un hecho
aberrante y violatorio de todo el sistema de gobierno universitario: luego de que el consejo
superior se pronunciara en acompañamiento del proyecto de ley de interrupción legal del
embarazo, los aliados de la iglesia movieron todas sus piezas para lograr que tal pronunciamiento
se revea y se deje sin efecto. La movida fue llevada adelante por todos esos profesionales católicos
a los que la iglesia tan vehementemente congrega. Tal es así, que si consultan la web de la pastoral
verán los documentos producidos en los encuentros nacionales de docente católicos.

Y de fondo el problema no es que seas un docente y/o un profesional católico, el problema es que
pienses que tu credo personal tiene que intervenir de modo alguno en la practica laboral por la
que el estado te paga un salario. Porque quizás aun deba aclararse, pero cuando se habla de la
separación entre iglesia y estado no se trata de la abolición de los credos, sino de que tu credo no
tome partida en la forma en que haces tu trabajo, en los contenidos que dictas en un clase o en la
forma en que tratas a quienes dependen de tu profesionalismo.

Este último segmento de la investigación no agota ni remotamente la complejidad de las


relaciones que la iglesia y la universidad sostienen. Son muchas, incontables y bastante
disimuladas. Sin embargo hay un hecho material y palpable que ocupa varios metros cuadrados de
una universidad pública: la capilla. ¿Cómo se creo? ¿Quién pago por ella? ¿Quiénes la
administran? ¿Con que fondos? ¿Para qué? ¿Cambiaría en algo que los estudiantes asistan a otra
capilla para elevar sus plegarias? ¿Qué influencia tiene este vínculo en la forma en que se dictan
las materias? Estas y otras preguntas serán material de trabajo para futuras investigaciones, que
en particular opino deberían ser llevadas adelante por una comisión de investigación conformada
por estudiantes, docentes y demás agentes de la propia universidad.

Resulta urgente, importante e impostergable que todxs hagamos esta tarea de revisar los
espacios, las prácticas, las formas invisibles de dominación que atraviesan nuestros cuerpos para
ver de que manera organizarnos de cara a una extensa batalla que debe darse, la de la separación
de la iglesia, el estado y todos los ámbitos públicos de acción política. Permitir que se nos pase por
alto algo tan obvio como los vínculos de un edificio con las formas mas violentas de opresión de
nuestra sociedad es desconocer la memoria de aquellos que han dado y dan sus vidas por formas
mejores de habitar el espacio y de transitar el tiempo. Por la memoria de quienes no están y la
historia por escribirse de quienes van a venir después de nosotrxs debemos levantar el pañuelo
naranja en alto y dar la dura pelea de decirle a la iglesia "no cuentes conmigo".

Marce Butierrez

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