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EL BCB PRESENTA EL LIBRO “HISTORIA MONETARIA DE BOLIVIA”

En el Auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB) se presentará el libro “Historia

Monetaria de Bolivia” que resume el conocimiento monetario del país desde la

época de la Pre-Colonia hasta 2013.

El acto, que está contemplado para el día jueves 11 de febrero de 2015, a horas

18:30, contará con la presencia del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia,

Evo Morales Ayma, autoridades económicas, diplomáticos, investigadores,

funcionarios públicos, organizaciones sociales, universidades, colegios y público

en general.

Para elaborar los documentos históricos de cada una de las etapas delimitadas

previamente por la institución, el BCB invitó a seis investigadores reconocidos por

su trayectoria: Gustavo Rodriguez, Carmen Loza, Clara Lopez, Esther Aillón,

Oscar Zegada y Gabriel Loza.

Los documentos resultantes de la investigación fueron analizados por servidores

públicos del BCB, así como por otros historiadores y economistas que

contribuyeron con sus comentarios: Alexis Perez, Amilkar Acebey, Anna Guiteras,

José Peres-Cajías, Juan Jauregui, María Luisa Soux, Mary Money, Pablo Quisbert

y Raúl Reyes.

El resultado del proyecto se presenta mediante la publicación de dos tomos de

“Historia Monetaria de Bolivia”, el primero de los cuales abarca desde la PreColonia

hasta 1875 y el segundo de 1875 a 2013.

Adicionalmente Gabriel Loza Tellería, con base en los documentos de

investigación, elaboró un resumen de la historia monetaria del país, en el que se

incluye una sección de análisis económico y monetario de cada periodo,

incorporando cuadros, gráficos e imágenes que permiten complementar el

contenido para una mejor comprensión; trabajo titulado “Breve Reseña de la

Historia Monetaria de Bolivia”.

El primer tomo describe la historia, en tiempos prehispánicos, donde se usaba

como moneda mercancía la chaquira (conchas de mar), el mullu, el ají y la coca.


Durante la colonia se implanta el sistema monetario mercantilista español en los

territorios americanos, donde se implementa la encomienda, la mita minera y el

sistema tributario. En este periodo se describe la fundación de la primera y

segunda Casa de la Moneda en Potosí y sus relaciones con la extracción de

mineral, la acuñación y la circulación monetaria. Finalmente en este mismo tomo

se describe el proceso de acuñación de moneda e impresión de los primeros

billetes en la Bolivia de 1825 a 1875.

El segundo tomo presenta el desempeño económico y monetario desde 1875, que

se caracteriza por la creación de varios bancos que se dedicaban al rescate de

minerales en un entorno de economía capitalista. Desde 1900 se describe la

inserción de nuevas empresas mineras basadas en la producción capitalista, hasta

llegar al proceso de la fundación del Banco Central de Bolivia en 1928. Luego se

explica el modelo económico nacionalista revolucionario de la década de 1950,

posteriormente, en las siguientes décadas se prioriza la banca privada, el modelo

de capitalismo de Estado y posteriormente, en la década de los 80 el sistema de

crédito privado y el período inflacionario más fuerte de la historia. Seguidamente

se detalla en 1985 la Nueva Política Económica (NPE) con los impactos del

D.S.21060. Finalmente se muestra el modelo económico neoliberal, la crisis de

2005. Este tomo concluye con el nuevo modelo aplicado desde el 2006 que marca

un hito muy importante en la historia monetaria de Bolivia.

Con la publicación de los libros se contribuye a la investigación académica y se

convertirá en un referente para futuras investigaciones de la historia económica

del país.

Banco Central de Bolivia (2015).

Historia Monetaria de Bolivia.

Tomo I: Pre-colonia a 1875

La Paz: Banco Central de Bolivia, 266 p.

ISBN 978-99974-50-40-1
Fabricio D. Gonzalez Quint Aranibar1

1 Estudiante de la Carrera de Historia.

Correo electrónico: fabri.gqa@gmail.com

Recientemente, el Banco Central de

Bolivia ha propiciado la publicación

de la obra Historia Monetaria de Bolivia

escrita por varios historiadores

y conformada por dos tomos. En el

primero, las autoras Carmen Beatriz

Loza, Clara López Beltrán y Esther

Aillón Soria hacen un análisis histórico

del uso de la moneda en el actual

territorio de Bolivia desde la época

prehispánica hasta los primeros 50

años de la República. En el segundo

tomo, por su parte, se analiza el

manejo económico y monetario de

Bolivia desde 1875 hasta 2013, examinando

la creación de varios bancos,

el periodo económico neoliberal

y la crisis de 2005, entre otras cosas.

El primer tomo se divide en cinco

capítulos que estudian el tema en la

larga duración. El primer capítulo,

escrito por Carmen Beatriz Loza,

está exclusivamente dedicado a la

época prehispánica. La autora se

centra en la llamada “pre-moneda”

y el sistema que llama “premonetal”.


Los mindaláes –mercaderes

que comerciaban bienes exóticos

de tierras bajas– y los kallawayas

formaron una red comercial con las

tierras bajas y estaban en contacto

con los mercados que los españoles

identificaron como tiángueces –término

náhuatl– mucho antes de la

época inka y que posteriormente

fueron anexados por los inkas. En

estas redes mercantiles existió la

llamada “moneda-mercancía” que

generalmente era un producto de

difícil acceso y que servía para consumo

ceremonial o económico: ahí

hallamos a la hoja de coca. En ese

sentido, el mullu o espondilo –y un

tipo de molusco– era más apreciado

que el oro y la plata por sus caracolas

–o chakiras– y por ser consideradas

“hijas del mar” (p. 33). Esta

“moneda-mercancía” fue todavía

utilizada como medio de pago hasta

el siglo XVI.

El capítulo 2, redactado por Clara

López Beltrán, analiza los siglos

XVI y XVII en el territorio de la

Audiencia de Charcas en cuanto al

ámbito monetario. Comienza explicando


la locura de los españoles por

los metales –oro y plata sobre todo–

al llegar a nuestro continente. Asimismo,

se analiza la relación entre

encomenderos y tributos indígenas:

estos fueron regulados durante la

gestión del virrey del Perú, La Gasca,

en la década de 1550 y posteriormente,

el virrey Toledo instruyó

que se efectuasen los pagos en especies

y en monedas para introducir

el sistema monetario en el Perú.

A ello contribuyó también la instauración

de la mita potosina pues con

la misma se inició el pago de salario

en moneda para mitayos y mingas

también llamados trabajadores libres.

Además, ya era patente la importancia

del distrito de Potosí en el

virreinato del Perú con dos grandes

centros mineros: Porco, explotado

desde 1536, y el Cerro Rico, desde

1545. En los primeros años, no se

requería de mucha tecnología para

explotar el mineral de plata pero

en la década de 1570 tuvo que introducirse

el método del amalgama

con mercurio o azogue: así se llegó

al punto más alto de producción en


1592 con 200.000 marcos de plata

(p. 61). De esa forma, Potosí se convirtió

en un gran mercado mundial

de consumo. Este tema es ampliamente

ilustrado en el capítulo.

El capítulo 3, también escrito por

López Beltrán, se centra en la primera

Casa de la Moneda de Potosí

desde su creación hasta su desaparición

en 1773. Por los problemas de

escasez de moneda, se ordenó en

1565 la apertura de la Casa de Moneda

de Lima; al no ser suficiente

su producción y al existir un enorme

crecimiento del sector minero,

también se instaló otra Casa de la

Moneda en el corazón mismo de

la minería, es decir en Potosí. Las

monedas acuñadas en esta casa tuvieron

dos etapas interrumpidas por

la falsificación de plata y que son

ampliamente desarrolladas en el

capítulo: entre 1575 y 1652 y entre

1652 y 1773. Se examina también el

tipo de monedas acuñadas en estas

épocas, el contrabando de plata, la

merma en la mano de obra debido

a la mita toledana, el malestar de

mestizos e indígenas que se tradujeron


en levantamientos importantes,

la crisis minera potosina del

siglo XVIII y el cambio de la Casa

de la Moneda en 1773 por una más

grande y amplia que cierra el ciclo

de transición entre la política imperial

de los Habsburgo y la centralista

borbónica (p. 112).

El cuarto capítulo elaborado por

Esther Aillón Soria empieza con la

crisis minera de 1680 a 1750 y llega

hasta las guerras independentistas

que desligan a nuestro territorio del

dominio español. Hubo una destacable

recuperación minera hacia fines

del siglo XVIII que se expresó

en el hecho que la plata potosina

representaba 40% de la plata del Virreinato

del Perú en 1770 y 80% de

las exportaciones del Virreinato del

Río de La Plata (creado en 1776)

en 1780 (p. 120). En estos años,

otros centros mineros como Oruro,

La Paz y Carangas también fueron

importantes. Además, se creó en

1747 el Banco de Rescate de Potosí

que subvencionaba el azogue, recuperaba

el mineral de los k´ajchas

o “ladrones de plata” y entregaba


las pastas a la Casa de la Moneda.

La nueva Casa de Moneda de Potosí

amonedaba entonces una mayor

cantidad de monedas de plata.

Todos estos eventos son ampliamente

referidos en este capítulo

que muestra también cómo la producción

argentífera se vio terriblemente

afectada por las guerras de

independencia en estas regiones.

Con la independencia se terminó

la subvención al azogue; el número

de propietarios mineros disminuyó

debido a la guerra; se abolió la mita

y muchas minas fueron abandonadas

e inundadas. Existió, asimismo,

una confusión en cuanto a las amonedaciones

de 1808 a 1816: en efecto,

entre 1810 y 1815, los ejércitos

argentinos revolucionarios tomaron

Potosí y mandaron a acuñar monedas

de “las provincias unidas del

Río de La Plata” mientras que los

realistas tenían órdenes de mandar

a acuñar monedas con el busto del

rey hasta que en 1816 los realistas

retomaron Potosí y acuñaron solamente

monedas de Fernando VII

(“Ferdin VII”). También, y vale la


pena mencionarlo, en este capítulo

se estudia los tres tipos de monedas

acuñadas en este periodo: las ma-

cuquinas de 1574 a 1773 (método

arcaico), las columnarias de 1767 a

1772 (redondas con la imagen de

dos mundos entre columnas y con

cordoncillo) y las de Busto de 1772

a 1825 (redondas con la imagen del

rey y con cordoncillo).

Finalmente, en el último capítulo

que igualmente fue escrito por

la doctora Aillón, el texto se concentra

en los primeros cincuenta

años de la República de Bolivia.

Se analiza aquí el desorden fiscal

y monetario heredado por la guerra

de independencia que llevó a

los gobiernos bolivianos a imprimir

billetes de crédito público y

a acuñar monedas de baja ley o las

denominadas “febles”. Aunque la

idea de Simón Bolívar y de Antonio

José de Sucre era continuar

emitiendo monedas con la misma

ley que en la colonia, el mismo

Sucre se dio cuenta que era necesario

acuñar monedas de baja ley

y, por ende, Andrés de Santa Cruz


emitió una enorme cantidad de

monedas febles a partir de 1829.

Aunque José María Achá intentó

poner fin a esta moneda feble en

1863 con la implementación del

sistema decimal francés contra la

base octal que se utilizaba desde

la colonia, fue Agustín Morales en

1873 que eliminó completamente

la emisión de monedas febles. Hilarión

Daza (1877) la devaluó para

que saliera de circulación. Todo

esto está muy bien analizado en

este capítulo. También se examina

a detalle el problema de proteccionismo

y librecambismo durante

el siglo XIX –librecambismo

que provoca el auge minero de

plata desde la ley de libre exportación

de pastas de plata de 1872

hasta finales de siglo–, el problema

del azogue –resuelto con las

vetas de California–, el problema

de la escasez de mano de obra, la

acuñación de cuatro denominaciones

(los Pesos, los Soles, los Pesos

Melgarejo y los Bolivianos) y la

historiografía boliviana que aborda

estos temas (con autores como


Mitre, Platt, Benavides, Dalence,

Santiváñez, entre otros).

Este libro se convierte en un texto

vital para escribir acerca del tema

de la moneda boliviana, aportando

no solo datos de la acuñación de las

monedas en la ceca potosina o sobre

sus ensayadores –como lo hace

minuciosamente el libro de Glenn

Murray (2016) Guía de las cantidades

acuñadas Cecas de Potosí y Lima– sino

contextualizando todos los momentos

importantes en este tema nacional,

aportando datos económicos,

políticos y sociales, no solamente

numismáticos. Aunque Cunietti-Ferrando

(2014), en su libro La

Casa de Moneda de Potosí durante las

Guerras de la Independencia también

hace un análisis parecido, solamente

se concentra en el rol de Potosí

en las Guerras de Independencia

argentinas. Asimismo, en sus otras

obras –como en su famoso libro

Historia de la Real Casa de Moneda

de Potosí durante la dominación hispánica.

1573-1652 (1995), ese mismo

autor solamente escribe acerca del

rol de Potosí durante la colonia y solamente


de su país: Argentina. Por

ello, fue importante analizar no solo

la historia de la moneda potosina en

la colonia sino igualmente en la República

Boliviana, por lo que este

texto resulta ser un gran aporte.

Quizá, y esa es mi opinión personal,

hubiera sido interesante enfocarse

no solamente en la minería argentífera

sino también en la minería

aurífera igualmente importante en

esta época y que se aborda muy

poco o casi nada. Asimismo, considero

importante mencionar la Casa

de Moneda de La Paz que, si bien

funcionó muy poco (1853-1859),

también acuñó monedas y no se

dice prácticamente nada de ella

pues el libro se centra en la Casa

de Moneda potosina; por ejemplo,

no se dice cuáles fueron las causas

por las que cerró o cuántos tipos

de moneda se amonedaron ahí. Sin

embargo, y como ya lo dijimos, esta

obra constituye un enorme aporte a

la historiografía boliviana.

Teoría monetaria de Bolivia


Introducción
El propósito del presente trabajo dar a conocer la importancia que tiene el dinero no
solo en nuestro país sino en el ámbito mundial. Fácilmente será comprendido por el lector,
ya que nos habla de un medio de su contenido cambio que utilizamos muy frecuentemente.
Tanto por los países desarrollados como los subdesarrollados. A pesar de no haber tocado
otros temas que comprenden la rama de la economía este problema es base de su estudio,
puesto que diversos problemas económicos van tomados de la mano con el tema en sí.
La teoría monetaria analiza el papel del dinero en el sistema macroeconómico en los
términos de la demanda para el dinero, la fuente de dinero, y la tendencia natural del
sistema económico de ajustar a un punto que balancee la fuente y la demanda para el
dinero, un punto que se llame equilibrio monetario. Un sector del sistema macroeconómico
se concibe como el sector monetario, y el sector monetario tiene una tendencia natural a
converger al equilibrio monetario.
También tratáremos la inflación y su componente como un fenómeno al que se puede
atribuir a un exceso de la fuente de dinero concerniente a la demanda. Exceso de la fuente
de dinero causa el valor del dinero a la gota, que se manifiesta como precios altos más
elevados, haciendo cada unidad del dinero comprar menos. Un desplome de la bolsa se
puede atribuir a exceso de una demanda para la fuente en relación con del dinero, haciendo
a accionistas vender la acción para levantar el dinero. Teóricamente, el sistema
macroeconómico converge al equilibrio y una condición necesaria para el equilibrio
macroeconómico es equilibrio monetario
Antecedentes históricos de la teoría monetaria
Existe un fenómeno que desde hace mucho tiempo y de manera muy peculiar ha
atraído la atención de los filósofos sociales y de los economistas prácticos; se trata del
hecho de que ciertas mercancías (que en las civilizaciones desarrolladas adoptaron la forma
de piezas acuñadas de oro y plata, junto con documentos que, con posterioridad,
representaron a esas monedas) se convirtieron en medios de cambio universalmente
aceptables. Es evidente, aun para la inteligencia más común, que la mercancía debe ser
entregada por su propietario a cambio de otra que le será de mayor utilidad. Pero el hecho
de que cada hombre económico, en cualquier país, acepte cambiar sus bienes por pequeños
discos metálicos aparentemente carentes de utilidad como tales, o por documentos que los
representen, es un procedimiento tan opuesto al curso normal de los acontecimientos que no
puede parecernos sorprendente que hasta un pensador tan distinguido como Savigny lo
encuentre claramente "misterioso".
No debe suponerse que la forma de la moneda, o del documento empleado como moneda
corriente, constituye el enigma de este fenómeno. Podemos alejarnos de estas formas y
retrotraernos a las primeras etapas del desarrollo económico, o en realidad a lo que todavía
prevalece en algunos países, en los que encontramos que los metales preciosos sin forma de
moneda aún sirven como medio de cambio, al igual que ciertos productos tales como
ganado, pieles, té, barras de sal, conchas de ciprea, etc.; a pesar de ello seguimos
enfrentándonos al fenómeno, aun nos resta explicar por qué el hombre económico acepta
cierto tipo de mercancía, aun cuando no la necesite, o aunque la necesidad que tenga de ella
ya haya sido satisfecha, a cambio de todos los bienes que ha puesto en el mercado, mientras
que, cualesquiera que sean sus necesidades, en primer lugar consulta con respecto a los
Productos que intenta adquirir durante sus transacciones.
Y a partir de esto se sucede, desde los primeros ensayos acerca de los fenómenos sociales
hasta nuestra época, una ininterrumpida cadena de disquisiciones con respecto a
la naturaleza y cualidades específicas del dinero en su relación con todo lo que constituye
el comercio. Filósofos, juristas e historiadores, al igual que economistas, e incluso
naturalistas y matemáticos.
Teoría monetaria

La teoría monetaria, es una subsana importante de la macroeconomía, propone


explicar la relación entre la acción de dinero y el sistema macroeconómico.
La macroeconomía es la parte de economía referida a la economía en su totalidad, en
comparación con industrias o sectores individuales. Fluctuaciones en la economía en su
totalidad, es decir, en salida agregada, fluctuaciones de la causa en el índice de desempleo,
tipos de interés, y precios medios.
Historia monetaria de Bolivia por el bcb
Presentación del libro Historia Monetaria de Bolivia El evento con que comenzó el
año 2016, fue resumido por un periódico local – Página Siete – de la siguiente manera: “El
Banco Central de Bolivia, BCB, presentó anoche [11 de febrero de 2016] el libro Historia
Monetaria de Bolivia, que resume el conocimiento monetario del país desde la época de la
pre Colonia hasta 2013. Para la elaboración de los dos tomos, el instituto emisor invitó a
seis investigadores reconocidos por su trayectoria: Carmen Loza, Clara López, Esther
Ayllon, Gustavo Rodriguez, Oscar Zegada y Gabriel Loza. Este último, con base en los
documentos de investigación, elaboró un resumen de la historia monetaria del país titulado
Breve Reseña de la Historia Monetaria de Bolivia. Los documentos resultantes de la
investigación fueron analizados por servidores públicos del BCB, otros historiadores y
economistas que contribuyeron con sus comentarios. El primer tomo describe la historia en
tiempos prehispánicos cuando se usaba como moneda mercancía la chaquira (conchas de
mar), el mullu, el ají y también la coca. Durante la Colonia se implanta el sistema
monetario mercantilista español en los territorios americanos, donde se aplican la
encomienda, la mita minera y el sistema tributario. El segundo tomo presenta el desempeño
económico y monetario desde 1875, que se caracteriza por la creación de varios bancos que
se dedicaban al rescate de minerales en un entorno de economía capitalista. Explica –
[además] – la Nueva Política Económica de 1985 con los impactos del decreto 21060, el
modelo económico neoliberal y la crisis de 2005. Este tomo concluye con un análisis [de la
política económica de Bolivia] desde 2006 [hasta 2013].” Para mayor entendimiento de los
lectores, se debe señalar que el Agosto de 1985, luego de que el país superó una
hiperinflación que duró de 1982 a 1985 – con cotas superiores al 14.000 %, el gobierno de
Victor Paz Estenssoro, lanzó el Decreto Supremo 21060, bautizado como la “Nueva
Política Económica”. La justificación de Paz Estenssoro – en su cuarto período presidencial
– para el lanzamiento de estas drásticas medidas fue “Bolivia se nos muere”. Asimismo,
vaticinó que el 21060 duraría 20 años, hecho que se cumplió rigurosamente. En la mayor
parte de los libros de Macroeconomía, se estudia tanto la hiperinflación como la forma en
que Bolivia la derrotó. El 2005 marca el final del período neoliberal debido al – así llamado
– Proceso de Capitalización, que consistió en la venta de las empresas estratégicas del
Estado, a inversionistas extranjeros. Este proceso ocasionó – en muchos casos – fuertes
subidas de precios y tuvo su punto culminante en Octubre de 2003 con la llamada “Guerra
del Gas…….

La inflación se la mide por un aumento de los precios, especialmente los de la


canasta familiar, o el precio de los bienes de consumo con base en el IPC de 1990.

En la década de los 80 Bolivia sufrió la inflación más alta de Latinoamérica; en 1984 llegó a tener
una hiperinflación de 2.177; en 1985 8.170, estas cifras destruyeron la estructura productiva del
país, así como la economía en general. La citada hiperinflación se la controló con el Decreto
Supremo 21060. Dichos aspectos, como economista, uno puede asegurar que no llegará al país en
esta oportunidad. En Bolivia tenemos más de 10 años con una inflación de un dígito. En la
actualidad se tiene un exceso de liquidez por el crecimiento de la base monetaria que se ha
incrementado de 7.800 millones de bolivianos a 10.800 millones de bolivianos.
La inflación para el presente año puede ser de un dígito, pero si no se la controla podría llegar a
dos. Es importante que se tomen las medidas adecuadas para este caso, como: La emisión de
bonos del Tesoro con el objeto de recuperar dinero del circulante para desarrollar proyectos de
infraestructura y otros; también se deberá tener una posición adecuada frente al dólar. Todo este
tema conllevaría a subir las tasas de interés tanto pasivas como activas (ahorro y préstamo). “Las
expectativas de inflación en lo que va del presente año (enero-julio), tiene un promedio de 6.99%
de inflación. Las variables que se están afectando a la inflación, son las producidas por El Niño y
otros factores de demanda”. También se tiene la inflación importada por la subida de precios en
los países vecinos.

La crisis de los años 80 y el proceso inflacionario que comenzó en la citada década, significó para la
mayoría de los países del tercer mundo un estancamiento en sus economías.. Para Bolivia, esta
crisis fue más severa que para otros países de la región, debido a su carácter de país de menor
desarrollo relativo, con una estructura productiva muy poco diversificada como para presentar
alternativas viables en el corto plazo. En lo que se refiere a la evolución del PIB, es importante
destacar el decremento del mismo en el periodo 81-86, que fue de -3%. La agricultura decreció -
1,8%, la industria en -2,7%, la manufactura en -9%. La situación en el período 1981 – 1984 se vio
empeorada por los problemas económicos acontecidos en el mundo industrializado y también por
la inoperancia del Gobierno de la UDO, incapaz de manejar sus propias instituciones y menos aún
de comandar una política económica del país.

La cotización del dólar con relación a la moneda nacional en la década del 80, con valor al fin de
cada período, fue la siguiente: 1980 $bs 24,53; 1981 $bs24,53; 1982 $bs 196,29; 1983 $bs 500,75;
1984 $bs 8.584,00; 1985 $bs 1.692.000.00; 1986 $bs 1.923.000.00; 1987 Bs 2,21.

En la década del 80 la inflación en Bolivia fue la siguiente: 1980 47,24; 1981 25,12; 1982 296,55;
1983 328,49; 1984 2.177,23; 1985 8.170,52; 1986 65,96; 1987 10,5; 1988 21,51; 1989 16,56. Toda
la citada inflación destrozó la economía del país y los ahorros de los bolivianos. Esta combinación
de defectos en la década del 80 llevó a la política económica a continuar durante 1989 con una
política de ajuste y estabilización.

La medida cambiaria que se utilizó fue de un sistema de subasta de divisas, administrado por el
Banco Central, misma que continúa actualmente. Se estableció la libertad de cambio y se
eliminaron las restricciones sobre el uso de monedas extranjeras para transacciones internas
desde 1985. Mediante estas medidas se pudo eliminar el mercado negro de divisas. También se
liberalizó la comercialización de divisas de bancos, casas de cambio o personas individuales.

La economía boliviana actualmente está fuerte, con una balanza comercial favorable, con una
reserva monetaria muy importante que superan los 4.000 millones de dólares con un PIB del
orden de crecimiento del 5% y sin déficit fiscal, cosa que no acontecía hace más de 30 años. El
ahorro del ciudadano en el sistema bancario por más de 3.000 millones de dólares y otros
indicadores positivos con una economía fuerte es más fácil de enfrentar a un brote inflacionario.

El tema de la valorización del peso boliviano se lo debe tomar con mucha calma y análisis. EL
Estado tiene mucha deuda en pesos bolivianos y el Tesoro puede verse afectado. La citada deuda
es en bolivianos indexados a la inflación en UFVs. También las pensiones de los jubilados están
indexadas a la inflación. La valorización del peso favorece el tema de importación y se castiga a los
exportadores, porque hay un rezago cambiario aproximadamente de 140 millones de dólares
dentro de los 4.000 millones de dó0lares que se exportan. También el sector productivo nacional
se afecta por las importaciones baratas que compiten con los productos nacionales.

El precio del pan de cada día se complica por la subida del precio, y la subvención a la harina
podría salir de contrabando hacia Perú. Controlar los precios del Indice de Precios al Consumidor y
el nivel de precios, no basta para controlar la inflación.

Ahora, la bolivianización del peso es un tema muy importante y positivo, ya que aproximadamente
se tiene la masa monetaria en el país de un 73% en dólares y 27% en bolivianos, la bolivianización
del peso solo podrá ser real si se tiene una tasa de inflación baja como señalaba el anterior
Presidente del Banco Central.

Bolivia ha tenido una muy mala experiencia con la inflación en la década del 80 y se espera que el
gobierno con una economía fortalecida como está: con un crecicmiento del producto interno
bruto; una balanza comercial favorable; reservas monetarias adecuadas; una economía fortalecida
y sin déficit fiscal, pueda enfrentarse a este tema de una forma adecuada para que no sufran las
clases desposeídas a quienes les afecta una inflación alta en los productos de consumo.

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