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Sistema arterial
El sistema arterial consiste en las arterias grandes, arterias medianas y arteriolas. Las
arterias son vasos de paredes gruesas con abundantes fibras elásticas. La elasticidad
de estos vasos les permite estirarse durante la sístole cardíaca, cuando el corazón se
contrae y la sangre se eyecta hacia la circulación, y recuperarse durante la diástole,
cuando el corazón se relaja. Las arteriolas, formadas sobre todo por músculo liso,
sirven como vasos de resistencia para el sistema circulatorio. Actúan como válvulas de
control por las que se libera la sangre conforme se desplaza hacia los capilares.
Los cambios en la actividad de las fibras simpáticas que inervan estos vasos hacen que
se constriñan o relajen según se requiera para mantener la presión arterial.
Sistema venoso
El sistema venoso es un sistema de baja presión que regresa la sangre al corazón. Las
vénulas reúnen la sangre de los capilares y las venas transportan la sangre de nuevo al
corazón derecho. La sangre de las venas sistémicas fluye hacia la aurícula derecha, por
lo tanto, la presión auricular derecha se conoce como presión venosa central. La
presión auricular derecha está regulada por la capacidad del ventrículo derecho para
bombear sangre hacia la circulación pulmonar y por la tendencia de la sangre a fluir
desde las venas periféricas a la aurícula derecha. La presión auricular derecha normal
es cercana a 0 mm Hg, que es igual a la presión atmosférica.
Las venas y vénulas son vasos de paredes delgadas, distensibles y colapsables. Las
venas son capaces de dilatarse y almacenar grandes cantidades de sangre, que luego
pueden volcarse a la circulación cuando sea necesario. Aunque las venas tienen
paredes delgadas, tienen músculo. Esto les permite contraerse o dilatarse para aceptar
diversas cantidades de sangre. Las venas están inervadas por el sistema nervioso
simpático. Cuando se pierde sangre de la circulación, las venas se constriñen como
forma para mantener el volumen intravascular. Las válvulas en las venas de las
extremidades previenen el flujo retrógrado. Así, con la ayuda de los músculos
esqueléticos que rodean y comprimen en forma intermitente a las venas de la pierna a
manera de ordeña, la sangre se desplaza hacia el corazón. Esta acción de bombeo se
conoce como bomba venosa o muscular. Facilita el flujo sanguíneo de retorno a una
baja presión hasta el corazón en contra de la gravedad. Las venas abdominales y
torácicas no tienen válvulas, por lo que la presión en la cavidad abdominal y torácica
influye mucho en el flujo sanguíneo de estas venas. Como el sistema venoso es de baja
presión. El flujo sanguíneo debe oponerse a los efectos de la gravedad. En una persona
de pie, el peso de la sangre en la columna vascular produce un aumento de 1 mm Hg
en la presión por cada 13,6 mm de distancia por debajo del nivel del corazón. De no
ser por las válvulas en las venas y la acción de los músculos esqueléticos, la presión
venosa en los pies sería cercana a +90 mm Hg en el adulto que está de pie. La
gravedad no tiene efecto en la presión venosa de una persona acostada porque la
sangre de las venas está al nivel del corazón.
ESTRUCTURA DE LA PAREDVASCULAR
Los elementos que constituyen la pared vascular son las células y la matriz
extracelular. Las células representan el 20% del peso seco de la pared. Las más
importantes son las células endoteliales (CE), con una vida media de 30 años, y las del
MLV. La matriz comprende 4 grupos de macromoléculas: elastina, colágeno,
proteoglucanos (de los cuales el dermatán sulfato representa el 60-80%) y las
glucoproteínas estructurales (fibronectina, laminina).
El endotelio es una película de una sola capa de células, que recubre la superficie
luminal de los vasos sanguíneos. Tapiza todos los vasos del organismo y es la
estructura más importante para la comunicación entre el flujo sanguíneo y la pared
vascular. El endotelio intacto es una de las condiciones más importantes para evitar la
trombosis arterial, la aterosclerosis y la vasoconstricción que se presenta en los
síndromes isquémicos agudos. Es probable que la mayoría de las enfermedades
cardiovasculares refleje una disfunción endotelial.
Hoy debemos pensar que el endotelio no es una simple capa o barrera interna,
interpuesta entre el flujo sanguíneo y la pared vascular, sino como un verdadero
órgano que sería la glándula endocrina más grande de nuestra economía. Cubre una
superficie de 400 m2, tiene un peso similar al del hígado (1.500 g) y contiene 1,2
billones de células.
El endotelio es un órgano regulador, un sensor, un transductor, que además de sus
obvias funciones de barrera y transporte, afecta su entorno a través de una serie de
mediadores biológicamente activos, que regulan el tono vascular, la interacción con
células (plaquetas, monocitos, otros leucocitos), la coagulación y el crecimiento del
músculo liso vascular (MLV). Este regulador adapta el flujo sanguíneo a las necesidades
metabólicas locales.
El principal mediador de la función endotelial normal es el óxido nítrico (NO), conocido
también como factor de relajación derivado del endotelio (EDRF).
Desde el punto de vista fisiológico, los tipos celulares más importantes son la célula
endotelial (CE) y la célula de MLV. La CE está orientada en la dirección del flujo
sanguíneo, sea paralela al eje mayor del vaso, y tiene forma longitudinal.
3. Malformaciones Congenitas
3.1 Aneurisma congénito o en fresa
3.2 Fistula arteriovenosa
3.3 Displasia fibromuscular