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Sería egoísta
dedicarles
algo tan
pequeño
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ÍNDICE
Resumen…………………………………………………………… ……………..4
Introducción……………………..………………………………………………....5
1. Cuestiones generales………………………………………….……..8
2. Estafa en general………………………………………………….…..9
2.1 Bien jurídico protegido…………………………………………..11
2.2 Estafas triangulares……………………………………………..11
2.3 La estafa procesal……………………………………………….12
1. El engaño……………………………………………………………..16
1.1 Sobre la persona a la cual se dirige el engaño………………18
1.2 Engaño típico y principio de bilateralidad de la audiencia…..19
1.3 Juez como objeto del engaño…………………………………..22
1.3.1 Juez como instrumento del autor mediato………………23
1.4 Existencia de hechos no controvertidos………………………24
2. El error…………………………………………………………………25
3. Disposición patrimonial………………………………………………26
3.1 Sentencia como acto dispositivo válido………………………..28
4. El perjuicio…………………………………………………………….30
4.1 Distintas concepciones de patrimonio…………………….…...30
4.2 Realización del perjuicio………………………………………...31
4.3 Perjuicio y consumación………………………....………….…..32
Conclusión…………………………………………………………………….…..34
Bibliografía…………………………………………………………………….…..37
3
Resumen
Palabras claves
4
INTRODUCCIÓN
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Ejemplos en Etcheberry, Alfredo (1987): El derecho penal en la jurisprudencia. Sentencias 1875-1966
(Santiago, Editorial Jurídica de Chile). p. 22.
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tipo especial que castigue la estafa procesal, es necesario recurrir a los tipos
genéricos que enuncia la ley. En este sentido, la aceptación de la estafa
procesal reposa en el cumplimiento de ésta, en relación a lo que exige la
estafa común.
6
destacar que en este trabajo solo nos avocaremos a describir la relación que
surge con este ilícito a raíz de la relación entre particulares y dejaremos de
lado los posibles delitos incurridos contra la administración, aunque no
descartando la existencia de posibles concursos penales entre éstos y la
estafa.
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CAPÍTULO I SOBRE LA ESTAFA
1 CONSIDERACIONES GENERALES
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Art. 640. Cualquier persona con artificio o engaño, induzca a error, procurando para sí o para otros un
enriquecimiento injusto por parte de los daños de los demás, será castigado con pena de prisión de
seis meses a tres años y multa que van desde 51 euros a 1.032 euros. (La traducción es personal).
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pueden castigarse como estafa, para sanar su defecto. Lo malo es que tales
cláusulas se encuentran confrontadas por principios orientadores del
Derecho Penal moderno. En este sentido, Rodríguez Devesa señala que “el
casuísmo es tolerable únicamente dentro de ciertos límites y digno, desde
luego, de repudio cuando no conduce, como en la estafa y otros engaños, a
ninguna parte, porque el legislador se ve obligado a completar con fórmulas
(como la de otros engaños…) tan bajas que rebasan incluso las fronteras de
la analogía prohibida” (1960) llegando a la conclusión de que “el casuísmo
puede defenderse por razones de seguridad jurídica. Pero debe
abandonarse cuando estas razones no existan” (1960).
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Antes de las reforma del año 1983
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Art 250: 1. El delito de estafa será castigado con las penas de prisión de uno a seis años y multa de
seis a doce meses, cuando:
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cambió el primitivo modelo casuístico), aunque termina con una especie de
resabio, al definir la estafa procesal y finalizar enunciando que se castigaran
también cuando emplearen otro fraude procesal análogo.
2 ESTAFA EN GENERAL
7°. Se cometa estafa procesal. Incurren en la misma los que, en un procedimiento judicial de cualquier
clase, manipularen las pruebas en que pretendieran fundar sus alegaciones o emplearen otro fraude
procesal análogo, provocando error en el Juez o Tribunal y llevándole a dictar una resolución que
perjudique los intereses económicos de la otra parte o de un tercero.
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igualmente debe conservar el carácter autolesivo de este delito, es por ello
que debe existir un tipo de relación especial entre disponente y perjudicado,
un tipo de relación tan especial, que permita decir que dispuso sobre el
patrimonio como si hubiese sido mismo dueño el disponente, para así,
conservar la característica ya enunciada.
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patrimonio ajeno, siendo aún más acotados los casos en que tal disposición
está castigada por el ordenamiento jurídico. Es por ello que entre disponente
y perjudicado debe existir un tipo de relación especial aceptada a nivel legal,
para poder hablar de que dispuso como si lo hubiese hecho la persona que
ve afectado su patrimonio, y así conservar el carácter autolesivo propio en
esta clase de delitos.
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surgida del principio de contradicción de las partes en el proceso. Además,
debemos agregar como un caso de estafa procesal propia, la que se da en
los casos de colusión entre las partes de una causa, para erigir en engaño al
juez, y mediante la sentencia que éste dicte, perjudicar a un tercero extraño
al procedimiento. Lo remarcable de este último caso, es la forma en que se
desvirtúan algunas de las críticas más potentes para la aceptación del delito
en comento, ya que el juez no tiene ningún medio idóneo para verificar la
veracidad se las aseveraciones enunciadas, como lo sería el principio de
contradicción entre las partes, ya que éste, como lo mencionamos, carece de
los medios para conocer sobre toda la verdad del mundo, en contraposición
a las afirmaciones mendaces que surgen a partir de la colusión de las partes.
A su vez, se dice que el juez no puede ser sujeto de engaño, pero aquí, por
los motivos ya señalados, es imposible para él saber sobre la falsedad en
que está inmiscuido, abortando la teoría en la que el juez no puede ser
engañado.
5
Art. 468. Incurrirá en las penas del artículo anterior el que defraudare a otro usando de nombre
fingido, atribuyéndose poder, influencia o crédito supuestos, aparentando bienes, crédito, comisión,
empresa o negociación imaginarios, o valiéndose de cualquier otro engaño semejante.
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tercero, despliegan una comedia procesal movidos por el afán de
lucro: se atribuyen un crédito supuesto; aparentan la existencia del
crédito que viene a ser el valor de la pretensión demandada –
correlativamente el débito supuesto del demandado- y, en todo caso,
demandar lo que no existe es un engaño semejante al descrito”
(1997).
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del propio epígrafe 8 del título IX del libro II del Código (“Estafas y otro
engaños”) y de ciertos artículos contenidos en el mismo rótulo. A partir de lo
anterior, también podemos deducir el elemento error, como contrapartida de
la conducta del agente, envuelto en la equivocidad de la palabra engaño en
nuestro idioma. Finalmente, es posible derivar el perjuicio por la ubicación
sistémica entre los delitos contra la propiedad, la determinación de la pena
conforme al perjuicio, mencionada en el artículo 467 o la referencia que hace
a su vez el 473 de nuestro texto legal. Por lo señalado, es perfectamente
posible mantener la validez del esquema doctrinal con lo señalado por el
Código (Hernández, 2003).
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CAPÍTULO II ELEMENTOS DE LA ESTAFA PROCESAL
1 EL ENGAÑO
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precisa o no contenidos dentro de los límites del 468, incluidos dentro de la
tipicidad del artículo 473.
Tanto como en los artículos 468 y 473, es exigible un cierto nivel de falsedad,
que va más allá de un simple dicho erróneo o equivocado, se requiere cierta
apariencia de verdad.
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Ahora, una simple mentira, igualmente puede considerarse como un
engaño calificado, pero requiere algo más que una afirmación al viento. Hay
que agregar que la idoneidad de la conducta queda determinada por la
valoración social que se le determina, en base al medio en que se encuentra
inmersa y a las circunstancias concretas en que se realice. Es decir,
debemos tomar en cuenta a la persona que es víctima, el tiempo en que se
desarrolla y el lugar específico en que se lleva a cabo, siendo lo anterior, lo
que la hace suficiente para defraudar y le otorga una especie de calificante al
engaño.
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erróneamente a otra persona, especialmente, a una persona letrada como
resulta en el caso de un juez.
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voluntariedad de la asociación sindical 6. Lo que radica en solo cierto grupo
de personas, las afiliadas, es el carácter obligatorio y vinculante del escrito7.
Este principio no puede ser llevado tan lejos como para caer en un
absurdo jurídico, ya que su fin primordial es proteger la libertad en las
aseveraciones de las partes, para lograr así una solución justa y acorde a
derecho. Pero, termina en algunos casos transformándose no solo en algo
injusto para el otro litigante, sino también, aceptar tan ampliamente esto,
puede llegar a convertirse en una puerta de entrada para legalizar
situaciones irregulares, que no dicen relación con la verdad sustantiva, solo
por la pericia, habilidad o credibilidad de los argumentos y de quienes los
esgrimen.
6
Artículo 19. La Constitución asegura a todas las personas:
N° 19 El derecho de sindicalizarse en los casos y formas que señale la ley. La afiliación sindical
siempre será voluntaria.
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Entre otras normas del Código de Ética sobre el tema podemos destacar:
Artículo 2º. Cuidado de las instituciones. Las actuaciones del abogado deben promover, y en caso
alguno afectar, la confianza y el respeto por la profesión, la correcta y eficaz administración de justicia,
y la vigencia del estado de derecho.
Artículo 5º. Honradez. El abogado debe obrar con honradez, integridad y buena fe y no ha de
aconsejarle a su cliente actos fraudulentos.
Artículo 95. Lealtad en la litigación. El abogado litigará de manera leal, velando por que su
comportamiento no afecte o ponga en peligro la imparcialidad del juzgador, ni vulnere las garantías
procesales y el respeto debido a la contraparte.
En razón de este deber, está prohibido al abogado:
e) presentar pruebas a sabiendas de que son falsas u obtenidas de manera ilícita;
f) instruir a testigos, peritos o al cliente para que declaren falsamente. Lo expresado no obsta a que
pueda entrevistarlos respecto de hechos relativos a una causa en que intervenga, o que recomiende al
cliente guardar silencio en audiencias de prueba o en la etapa de investigación cuando así lo autorizan
las normas legales aplicables;
Artículo 96. Respeto a las reglas de procedimiento. El abogado observará de buena fe las reglas
procesales establecidas por la ley o por la convención entre las partes y no realizará actuaciones
dirigidas a impedir que la contraparte ejerza debidamente sus derechos.
En especial, está prohibido al abogado:
a) aconsejar o ejecutar maniobras que constituyan un fraude procesal, como presentar documentos en
que se haga aparecer como cumplida una actuación judicial que en verdad no se ha realizado;
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Es menester señalar que el legislador contempló la posibilidad de que
se den estas situaciones y otorgó un remedio adecuado a esta enfermedad.
Se estimó procedente la existencia de un recurso en delimitados casos, en
los cuales, el máximo tribunal del país podrá rever una sentencia firme.
Dentro de las situaciones que contempla este recurso, el recurso de revisión,
podemos mencionar hipótesis que tienen cabida directa al tema en cuestión,
debido a que es posible interponer este recurso en los casos en que la
sentencia se ha basado en documentos falsos, o se ha basado en las
declaraciones de testigos condenados por falso testimonio8. Aceptar
expresamente este recurso deriva en la aceptación formal de que este
principio puede fallar, y las decisiones judiciales ser erróneas por una actitud
activa engañadora de una parte.
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Artículo 96. Respeto a las reglas de procedimiento. El abogado observará de buena fe las reglas
procesales establecidas por la ley o por la convención entre las partes y no realizará actuaciones
dirigidas a impedir que la contraparte ejerza debidamente sus derechos.
En especial, está prohibido al abogado:
a) aconsejar o ejecutar maniobras que constituyan un fraude procesal, como presentar documentos en
que se haga aparecer como cumplida una actuación judicial que en verdad no se ha realizado;
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de casos. La primera variante es aquella donde el juez adopta una decisión
en virtud de una demanda unilateral realizada por una parte, pero sobre la
base de un examen, aunque sea sumario, sobre la verdad de los hechos
aducidos. Un ejemplo concreto de esto, se da en los casos de otorgamientos
de medidas cautelares. Tales afirmaciones aducidas constituyen engaño
típico, debido a que al no estar presente la contraparte, no puede ésta alegar
la existencia o falta del derecho que posee el demandante, exigiendo una
mayor altura ética por parte de este último. La segunda arista en relación a
las decisiones motivadas de forma unilateral es más confusa que la anterior,
puesto que la detección del engaño se suaviza por la misma ley. En estas
situaciones se adopta una decisión en virtud de una solicitud de carácter
unilateral, pero tal, está confiada al arbitrio judicial sin que se exija una
demostración sobre la autenticidad de las alegaciones formuladas (Cerezo,
1966). Nuestro Código de Procedimiento Civil reconoce situaciones con este
carácter, por ejemplo, en los artículos 1929 (en su inciso segundo, donde
menciona la posibilidad de que el apelante pida al Tribunal que dicte orden
de no innovar) y 19610 (en su primer inciso, donde la parte agraviada por la
no concesión del recurso en ambos efectos, puede solicitar al Tribunal de
alzada que los conceda). De esta manera se torna cuestionable la posibilidad
de existencia de un engaño, y es en este lugar donde debemos distinguir
entre dos posibles situaciones. En la primera el juez examina la verosimilitud
del contenido de la solicitud y en la segunda solamente examina cuestiones
externas. Será engaño a nivel típico la primera situación mencionada, ya que
el juez es engañado y debido a esto, cae en error (Cerezo, 1966).
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Art. 192 (215). Cuando la apelación proceda sólo en el efecto devolutivo, seguirá el tribunal inferior
conociendo de la causa hasta su terminación, inclusa la ejecución de la sentencia definitiva.
No obstante, el tribunal de alzada a petición del apelante y mediante resolución fundada, podrá dictar
orden de no innovar. La orden de no innovar suspende los efectos de la resolución recurrida o paraliza
su cumplimiento, según sea el caso. El tribunal podrá restringir estos efectos por resolución fundada.
Los fundamentos de las resoluciones que se dicten de conformidad a este inciso no constituyen causal
de inhabilidad…
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Art. 196 (219). Si el tribunal inferior otorga apelación en el efecto devolutivo, debiendo concederla
también en el suspensivo, la parte agraviada, dentro del plazo que establece el artículo 200, podrá
pedir al superior que desde luego declare admitida la apelación en ambos efectos; sin perjuicio de que
pueda solicitarse igual declaración, por vía de reposición, del tribunal que concedió el recurso…
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representa al ordenamiento jurídico, encarnado en su función, como un
sistema de carácter inexpugnable contra las conductas ejercidas por los
particulares, que buscan una resolución injusta y beneficiosa, mediante el
uso de una situación judicial. El juez y el sistema jurídico deben simbolizar la
justicia actuando de manera material y no formal, es por ello que a ambos les
corresponde defender al particular en lo que en derecho le corresponda, y en
caso de que exista un error, debe existir una protección al ataque infringido,
en cuanto exista un perjuicio patrimonial.
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La peculiaridad que ostenta la estafa procesal, es que el autor mediato
utiliza como un instrumento a juez investido de la manera correspondiente,
actuando con desconocimiento evidente (no intencional) del caso, producto
del ardid desplegado por la parte embustera. El dominio del hecho se obtiene
fruto del engaño y del error que se produce en la persona del juez (un caso
de dominio en virtud de error), que obra sin dolo.
Para que el juez sea engañado de manera típica, es necesario que los
hechos que se discutan en el proceso sean de carácter controversial,
descartando que los hechos que no lo son, puedan ser punibles. Diferente es
la situación en casos donde solamente existe la declaración aislada de una
parte, por ejemplo, cuando la otra parte se encuentra en rebeldía. En países
donde se encuentra explícito el deber a la verdad, como en Alemania, se
considera que pueden apreciarse de tales acciones, conductas típicas. Si
bien, en Chile no existe ningún deber de este tipo más allá de lo ético, debe
admitirse la existencia del engaño cuando el juez no hubiese dispuesto del
patrimonio de manera perjudicial, ya sea para la otra parte o para un tercero,
sin mediar un artificio, inclusive menos elaborado (igualmente subsumible a
nivel de estafa de acuerdo a los parámetros establecidos en el artículo 473
de nuestro Código), ya que la conducta defraudatoria se realiza con ánimo
de lucro propuesto. A todas luces, la simulación de un proceso deviene un
una intención positiva de engañar y cumple con los supuestos de calificación
de un engaño.
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2 EL ERROR
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En casos en que el nivel del engaño lo hace gozar de una
verosimilitud palpable, capaz de destrozar los medios establecidos por la ley
para el conocimiento de la verdad, no podemos hablar de la existencia de
negligencia por parte del juez. La elaboración que complementa la petición
de la parte infame, le da una consistencia imposible de derribar, excluyendo
de toda culpa al juzgador y atribuyendo ésta al generador del ardid, sin
romper el curso causal por la conducta ociosa por parte del juez,
verificándose el error en virtud del engaño típico.
3 DISPOSICIÓN PATRIMONIAL
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La teoría de la facultad requiere que el acto dispositivo se encuentre
justificado por una legitimación de carácter jurídico, en relación al patrimonio
inmiscuido, el titular del mismo y el disponente (no dueño) de éste. Para
considerar que una disposición tiene forma típica, es necesario que la
legitimación de la cual goza, se realice mediante un poder otorgado por el
dueño del patrimonio, por una competencia emanada de la ley, o también es
posible mediante un acto de autoridad. Esta hipótesis prevalece en países
como España e Italia, siendo en Alemania minoritaria. En cambio, la teoría
del campo exige que el disponente tenga una estrecha (Hernández, 2010) o
cercana relación fáctica, ubicándose éste en el campo del titular del
patrimonio, en palabras de Hernández “que pertenezca al mismo círculo de
poder del que proviene la cosa. Esto se da cuando tiene la custodia –
exclusiva o compartida- de la cosa o bien cuando, aun sin tener su custodia,
se encuentra en una posición de vigilancia o protección de la misma” (2010).
Además, desde el plano subjetivo, se agrega el requisito de que la persona
que disponga, crea que lo hace en interés y de acuerdo con la voluntad del
titular del patrimonio.
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Lo anterior puede convertir una estafa triangular en una estafa común,
tomando en consideración que el disponente vendría siendo el perjudicado,
ya que las reglas de la agencia oficiosa obligan al resarcimiento de los actos
perjudiciales al titular del patrimonio. En caso de actuar una figura como la
mencionada, el engañado debería responder por los daños causados al
patrimonio del dueño, no disminuyendo éste su patrimonio, porque los
perjuicios ocasionados deben ser resarcidos por el disponente que actúa
como agente oficioso, siendo el que sí resulta finalmente perjudicado.
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persona. Para el primero basta con la sola renuncia a un derecho, mientras
que para el segundo tal renuncia debe ser aprovechada por otro para traer
algún beneficio (Oliva, 1974). De lo que se trata aquí, es de un hecho
material que lleva al perjuicio, sin tomar el término disposición en el sentido
de negocio jurídico.
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sino la fuerza coactiva que le imprime la ley, no interesa “la forma del acto,
sino su contenido y eficacia” (Oliva, 1974).
4 EL PERJUICIO
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persona” (Politoff, Matus, Ramírez, 2005). Esta noción recoge la necesidad
de protección de objetos patrimoniales que, no siendo derechos subjetivos,
poseen una valoración económica, lo que trae otro tipo de consecuencias, ya
que al ser determinante el importe monetario, cualquier objeto puede ser
susceptible de estafa, pudiendo entrar en contradicción con el ordenamiento
jurídico. Desde este punto de vista, siguiendo la línea del autor citado en este
tema, se consideraría estafa el engaño del ladrón que birla a su compinche
parte del botín conseguido en un hurto.
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que el carácter litigioso del objeto incide negativamente en la valoración
económica del patrimonio de su titular” (Hernández, 2010), cuestión que
Grisolía (siguiendo a Cerezo Mir) no toma en consideración al señalar que
“La estafa (y el perjuicio) se consuman con la sentencia ejecutoriada. La
sentencia injusta firme representa ya el perjuicio patrimonial” (1997), errando
sobre la correcta aplicación del concepto mixto de patrimonio o teniendo una
mirada más restrictiva del mismo. En la vida económica moderna, la
atribución de valor a una cosa no solo se deriva de su valor inmediato, sino
también en los gravámenes que ésta posee, influenciándolo de manera
negativa en este caso. El castigo punitivo a la conducta no procede de una
puesta en peligro para el patrimonio inmiscuido, sino de una disminución
evidente de éste mediante la sola dictación de la sentencia indebida.
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transformación es la que plasma el ánimo de lucro y, por tanto, el momento
consumativo de la estafa procesal, ya que es el momento en que el sujeto
obtiene el lucro deseado con su conducta.
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Conclusión
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suficiente y completo a los bienes jurídicos que se encuentran aquejados por
conductas delictuales.
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El ánimo de lucro se ve oficializado en el perjuicio, comprobado en la
disminución patrimonial provocada a una parte y el consiguiente
enriquecimiento generado a la otra que, como anteriormente dijimos, lo
encontramos en la sentencia errada.
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BIBLIOGRAFÍA
- Cerezo Mir, José (1966): “La estafa procesal”, en: Anuario de Derecho
Penal y Ciencias Penales. p.179 y ss.
37
- Jakobs, Günther (2008): La privación de un derecho como delito
patrimonial (Traducc. Nuria Pastor Muñoz [En línea]: Indret [fecha de
consulta: 20 diciembre de 2011]. Disponible aquí:
http://www.indret.com/code/getPdf.php?id=1171&pdf=580.pdf
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