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REGULACIÓN DEL CRECIMIENTO Vía del mono fosfato de GLUCOPROTEÍNAS E INTEGRINAS DE Depósito de la matriz
CELULAR NORMAL adenosina cíclico ADHESIÓN extracelutar
Ciclo celular y potencial de proliferación Vía del JA K-STAT PROTEÍNAS DE LA MATRIZ CELULAR REMODELACIÓN TISULAR
Fenómenos moleculares crecimiento PROTEOGLUCANOS E HIALURANANOS
Factores de transcripción Curación de las heridas
celular
Receptores de la superficie celular CICLO CELULAR Y REGULACIÓN Curación por primera Intención
Receptores con actividad intrínseca DE LA MULTIPLICACIÓN CELULAR Resumen sobre el crecimiento y la (heridas con bordes aproximados)
cinasa diferenciación Celular Curación por segunda intención
Receptores sin actividad catalítica Ciclinas y cinasas dependientes de LA REPARACIÓN POR TEJIDO (heridas con Bordes separados)
intrínseca las ciclinas CONJUNTIVO (FIBROSIS) RESISTENCIA DE LAS HERIDAS
Receptores ligados a las proteínas G Puntos de control ANGIOGÉNESIS Factores locales y generales que
Sistemas de la transmisión de señales INHIBICIÓN DEL CRECIMIENTO Factores de crecimiento y receptores influyen en la curación de las
Vía de las proteínas cinasas activada Factores del crecimiento Las proteínas de la matriz extracelular heridas
por mitógenos Matriz extracelular e interacciones como reguladoras de la angiogénesis Aspectos anormales de la
célula-matriz reparación de las heridas
Vía de la fosfoinosítido-3 cinasa COLÁGENO FIBROSIS (FIBROPLASIA) Visión general a la reacción
Vía del inositol-lípidos Elastina, fibrilina y fibras Elásticas Inflamatoria-Reparadora
Para sobrevivir es esencial que el organismo sea capaz de sustituir las células lesionadas o muertas y de reparar los tejidos
donde ha tenido su asiento la inflamación. Distintos agentes nocivos, al tiempo que producen estragos, ponen en marcha
diversos fenómenos que sirven no sólo para reducir los daños, sino también para que las células lesionadas supervivientes
se multipliquen lo suficiente para reemplazar a las células muertas. Hemos visto, por ejemplo, que al iniciarse la apoptosis,
la células que contienen DNA dañado (que puede ser potencialmente nocivo para el organismo) son destruidas. Además,
los estímulos nocivos activan a los genes que intervienen en la multiplicación celular.
La reparación de los tejidos comprende dos procesos distintos: 1) la regeneración, o sustitución de las células lesionadas
por otras de la misma clase, a veces sin que queden huellas residuales de la lesión anterior, y 2) la sustitución por tejido
conjuntivo, llamada fibroplasia o fibrosis, que deja una cicatriz permanente. En la mayoría de los casos, estos dos procesos
contribuyen a la reparación. Además, tanto la regeneración como la fibroplasia dependen básicamente de los mismos
mecanismos que intervienen en la migración, proliferación, y diferenciación celular, así como de las interacciones célula
matriz. Estas últimas son especialmente importantes. Para que la regeneración del tejido epitelial de la piel y las vísceras
sea ordenada es necesario que exista membrana basal (BM, del inglés basement membrane). Esta matriz extracelular
(ECM, del inglés extracellular matrix) especializada funciona como una trama o andamiaje extracelular que ayuda a lograr
una reconstrucción exacta de las estructuras preexistentes. Gracias a la integridad de la BM se obtiene la especificidad y la
polaridad celular, además de influir en la migración y el crecimiento celular.
En los tejidos del adulto, la masa de una población celular está determinada por la velocidad con que se producen la proli-
feración, la diferenciación y la muerte celular por apoptosis. En la Figura 4-1 se representan gráficamente estas relaciones y
se aprecia que todo aumento del número de células puede deberse a incremento de la proliferación o a disminución de la
muerte celular. La influencia de la diferenciación depende de las circunstancias en que se produce la misma. Por ejemplo, la
progenie de las células precursoras de la médula ósea puede dividirse varias veces, pero finalmente acaba por
diferenciarse y no puede seguir multiplicándose. En ciertos tejidos del adulto se produce una multiplicación de las células
diferenciadas: por ejemplo, después de una hepatectomía parcial, los hepatocitos siguen dividiéndose hasta que
desaparecen las señales que estimulan esa división (Capítulo 2). La apoptosis se produce por la acción de diversos
estímulos fisiológicos y patológicos y está regulada por una serie de genes (Capítulo 1).
En este capítulo, se revisarán primero los principales mecanismos que intervienen en la regulación del crecimiento celular,
entre ellos las importantes interacciones que ocurren entre las células y la ECM. Luego se expondrá detalladamente el
proceso de la fibroplasia (la sustitución de las células lesionadas por tejido conjuntivo). Finalmente, se describirá la curación
de las heridas, considerándola como un ejemplo clínico importante de regeneración y fibroplasia.
Figura 4.1 Mecanismos que regulan las poblaciones celulares. El número de células puede variar si aumenta o disminuye la
tasa de mortalidad celular (apoptosis) o si cambian las tasas de proliferación o diferenciación celular. (Modificado de
McCarthy NJ, et al: Apoptosis in the development of the immune system: growth factors clonal selection and bcl-2. Cancer
Metastasis Rev 11:157. 1991)
Figura 4-2
Población celular y fases del cielo celular. Las células lábiles que se dividen constantemente, siguen el ciclo celular desde
una mitosis a la siguiente, Las células permanentes que no se multiplican han abandonado el ciclo celular y están
destinadas a morir sin nuevas divisiones. Las células quiescentes estables en fase G0 no pasan al ciclo celular ni se
destruyen, pero son capaces de reincorporarse ad ciclo celular si un estímulo adecuado actúa sobre ellas. .
Figura 4-4 Imagen simplificada de los principales tipos de receptores de la superficie celular y de las principales vías de
transmisión de las señales (véase el texto). Los fenómenos de señalización procedentes de la tirosina cinasa y de los siete
receptores transmembrana se describen con más detalle en las Figuras 4-5 y 4-6.
Figura 4-6 Vía de señalización inositol-lípido (IP3). La unión de un ligando a un receptor transmembrana de siete tramos
activa a la proteína G, que a su vez activa o la fosfolipasa C. Seguidamente, esta enzima desdobla el fosfatidilinositol 4,5-
bisfosfato (PIP2) formando trifosfato de 1.4,5-inositol (IP3) y 1 diacilglicerol (DAG). El DAG activa a la proteína cinasa C, y
ésta fosforiliza a una serie de proteinas que modifican las funciones celulares. El IP3 se extiende por el citoplasma y reaccio-
na con los canales de la membrana en el retículo endoplásmico produciendo la liberación de iones calcio y las respuestas
celulares,
Receptor de siete tramos Hormona Proteína cinasa C
Respuesta celular
FACTORES DE TRANSCRIPCIÓN
Los sistemas de transmisión de señales que acaban de describirse trasladan la información al núcleo, donde la regulación
de la expresión de los genes experimenta ciertos cambios. Esa regulación se efectúa con frecuencia a nivel de la
transcripción de los genes que está controlada por factores reguladores conocidos como factores de transcripción y cuyo
papel es esencial para controlar el crecimiento celular. Los factores de transcripción presentan una estructura nodular
formada por ciertos tipos de «dominios» o regiones, entre los que se encuentran las porciones destinadas a unirse al DNA y
las encargadas de regular la transcripción (región reguladora). La región de unión al DNA permite que el factor se fije espe-
cíficamente a unos motivos o secuencias breves del DNA gracias a distintos mecanismos moleculares (p. ej. el homeodo-
minio, el dedo de cinc). La región reguladora permite que la proteína aumente la transcripción (dominio de activación) o la
disminuya (dominio de represión). Los factores de transcripción son fosforilizados por unas cinasas específicas proximales,
y esa fosforilización puede modificar la localización subcelular del factor de transcripción o SU afinidad por el DNA, lo que, a
su vez, altera la expresión de los genes. Entre los factores de transcripción que regulan la proliferación celular se
encuentran varios protooncogenes, cuyas mutaciones pueden estar asociadas a tumores (c-myc), y varias clases de genes
de supresión tumoral (o antioncogenes), como el p53 y el gen del retinoblastoma (Capítulo 8). Los factores de transcripción
también intervienen en la regulación del propio ciclo celular.
Ciclina
CDK Inhibidores de la cinasa dependientes de ciclinas p21, p27. p57 B p16, p15, p18, p19
Figura 4-7 Dibujo esquemático del papel de las ciclinas, de las cinasas dependientes de las ciclinas y de los inhibidores que
regulan el ciclo celular. A. En el ejemplo representado se muestra la regulación de la actividad de la cinasa CDK 1 por la
ciclina B. Al unirse la ciclina B recién sintetizada a la cinasa de CDK 1, que permanece inactiva al comenzar la fase G0, se
forma un complejo que puede activarse por fostorilización. Seguidamente, este complejo cinasa activa tosforiliza varias
proteínas importantes que regulan el paso de la tase G2, a la fase M. Después de la mitosis, la ciclina B se separa del com-
plejo y es degradada, dejando libre a la cinasa de CDK 1 activa, que puede reintegrarse a la fase G2, del ciclo siguiente.
(Modificado del Dr, Anindya Dutta. Brigham and Women's Hospital. Boston. MA.)
B. Regulación de las cinasas dependientes de la ciclina citando a algunos de los inhibidores. (Modificado de Elledge S.l:
Cell cycle checkpoints: preventing an identity crisis. Science 274:1664. 1996.1
PUNTOS DE CONTROL
Los puntos de control representan un segundo modelo de regulación del ciclo celular y proporcionan un mecanismo de
vigilancia, que asegura el cumplimiento de los pasos esenciales para conseguir una ordenación correcta y para que los fe-
nómenos importantes se lleven a cabo con toda fidelidad. Los puntos de control permiten detectar la existencia de
problemas en la replicación del DNA, reparación del DNA y separación de los cromosomas. Cuando los puntos de control
se activan, por ejemplo por un DNA dañado o con replicación insuficiente, surgen señales que detienen la maquinaria del
ciclo celular. Al retrasar el ciclo celular, los puntos de control dan tiempo para que se produzca una reparación y para que
disminuyan las posibilidades de una mutación. Los sistemas de control consiguen detener el ciclo celular, bien estimulando
las vías inhibidoras, o bien inhibiendo las vías activadoras (Fig. 4-7B). Por ejemplo, el gen de supresión tumoral más
conocido, el p53, se activa cuando el DNA se lesiona e inhibe el ciclo celular y aumentando la expresión de un inhibidor de
las CDK, el p21. Se desprende de ello que la pérdida de puntos de control puede provocar inestabilidad del genoma, como
se observa en ciertos procesos cancerosos hereditarios y en las primeras etapas evolutivas de la transformación de las
células normal es en células cancerosas (Capítulo 8).
Factores de crecimiento
Después de repasar los fenómenos moleculares del crecimiento celular, ya podemos pasar a describir los factores de
crecimiento específicos de tipo polipeptídico. Algunos de ellos actúan sobre diferentes clases de células, mientras que otros
son bastante específicos de algunas de ellas. Los factores del crecimiento poseen también efectos sobre la locomoción,
contractilidad y diferenciación celular (efectos que pueden ser tan importantes para reparar y curar las heridas como los que
estimulan el crecimiento). En la Tabla 4-1 se enumeran los factores de crecimiento más importantes. Aquí revisaremos
únicamente los que tienen muchos puntos de acción y que parecen intervenir en procesos patológicos de carácter general.
En otras secciones de este texto se citan los factores de crecimiento que ejercen acciones más específicas.
1. EGF/TGF-α. El EGF se descubrió al principio por su capacidad para producir erupción precoz de los dientes y
apertura de los párpados en los ratones recién nacidos. El EGF se une a un receptor (c-erb B 1) que posee activi-
dad tirosina cinasa, apareciendo entonces los fenómenos de transmisión de la señal descritos anteriormente. El
EGF produce la mitosis de diversas células epiteliales y fibroblastos in nitro, así como la multiplicación de las célu-
las hepáticas in viro. Se encuentra repartido por muchas secreciones y líquidos tisulares, como el sudor, saliva,
orina y el contenido intestinal. El TGF-a se obtuvo por vez primera de las células transformadas por el virus del
sarcoma y se creyó que participaba en la transformación de las células normales en células cancerosas. El TGF-α
posee muchas zonas homólogas con el EGF, se tija al receptor del EGF y produce la mayoría de los efectos
biológicos del EGF.
2. PDGF. El PDGF es un grupo de varios dímeros muy afines de 30 kD, formados por dos cadenas llamadas A y 8.
Se secreta en tres isoformas (AA, AB y BB) que poseen actividad biológica. Las isoformas del PDGF ejercen sus
efectos uniéndose a dos receptores de la superficie celular, llamados α y β, que tienen especificidades distintas
para los ligandos. El PDGF se acumula en los gránulos a de las plaquetas y se libera cuando se activan las
plaquetas. También pueden producirlo diversas células, como los macrófagos activados, células endoteliales y las
fibras musculares lisas, además de muchas células tumorales. El PDGF produce la migración y proliferación de
los fibroblastos, de las fibras musculares lisas y los monocitos. y posee también otras propiedades
proinflamatorias. Los animales transgénicos con déficit de las cadenas A o B del PDGF albergan células
conjuntivas cuya migración y proliferación son defectuosas, indicando que el PDGF tiene un papel especial en
estos procesos.
3. FGF. Los factores del crecimiento mejor caracterizados de esta familia son el FGF ácido (FGFa o FGF-1) y el
FGF básico (FGFb o FGF-2). El FGF-1 y el FGF-2 tienen alrededor de 18 kD y se forman en diversas células. El
FGF liberado puede asociarse al heparán sulfato en la ECM, que sirve de reservorio de los factores de
crecimiento que controlan la proliferación celular. El FGF es reconocido por una familia de receptores de la
superficie celular que poseen actividad intrínseca tirosina cinasa después de la activación inducida por el ligando.
Al FGF se le atribuyen muchas funciones, tales como:
Formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis): el FGFb es capaz sobre todo de poner en marcha
todos los pasos necesarios para la formación de neovasos tanto in vivo como in Vitro, como se verá.
Reparación de las heridas: el FGF participa en la migración de los macrófagos, fibroblastos y células
endoteliales en los tejidos lesionados, y en la migración del epitelio para formar nueva epidermis (Capítulo
3).
Desarrollo: el FGF influye en el desarrollo del músculo esquelético y en la maduración del pulmón. Por
ejemplo, el FGF-6 y su receptor favorecen la proliferación de los mioblastos e inhiben la diferenciación de
los miocitos, creando así una reserva de miocitos con capacidad proliferativa. Se cree también que el
FGFb sirve, durante la embriogénesis, para transformar el mesodermo en angioblastos.
Hematopoyesis: al FGF se le atribuyen dos funciones en la hematopoyesis: la formación de líneas
específicas de células sanguíneas y el desarrollo del estroma de la médula ósea.
4. Factor del crecimiento del endotelio vascular (VEGF, del inglés vascular endothelial growth factor). El VEGF. lla-
mado también factor de permeabilidad vascular, es una familia formada por el llamado VEGF: el VEGF-B, el
VEGF-C y el factor del crecimiento placentario (PIGF, del inglés placental growth factor), que favorecen la forma-
ción de los vasos sanguíneos en las primeras etapas del desarrollo (vasculogénesis) y cuyo papel es esencial en
el crecimiento de los neovasos (angiogénesis). Los miembros de la familia VEGF tienen funciones distintas. El
VEGF estimula la angiogénesis en el cáncer, los procesos inflamatorios crónicos y la curación de las heridas, y se
estudia más adelante en este capítulo. El VEGF-C favorece una proliferación específica del endotelio de los
linfáticos y la hiperplasia de los vasos linfáticos.
5. TGF-β y factores de crecimiento afines. El TGF-β pertenece a una familia de polipéplidos homólogos que consta
de las tres isoformas principales del TGF-β (TGF-β1, TGF-β-2, y TGF-β-3) y de factores con funciones tan amplias
como las proteínas de la morfogénesis ósea, las activinas, inhibinas y la sustancia inhibidora de los conductos de
Müller. El TGF-β-1 es el más difundido entre los mamíferos. Es una proteína honodimérica de 25 kD
aproximadamente, que se forma en diversas clases de células, como las plaquetas, células endoteliales, linfocitos
y macrófagos. Los TGF-β naturales son sintetizados en forma de proteínas precursoras, y su proteólisis da lugar
al factor de crecimiento y a otro componente latente. Una vez secretado, tiene que activarse para que el dímero
con actividad biológica se libere de las porciones latentes de la molécula. El TGF-β funciona como un factor tanto
inhibidor como estimulador. El TGF-β es inhibidos del crecimiento de la mayoría de las células epiteliales
mantenidas en cultivo. Sus efectos sobre los fibroblastos y las fibras musculares lisas dependen de la
Colágeno
El colágeno es la proteína más abundante del reino animal, y forma el armazón extracelular de todos los organismos plu-
ricelulares. Sin colágeno, un ser humano quedaría reducido a un montón de células unidas por unas pocas neuronas. Los
colágenos están formados por una triple espiral de cadenas α de tres polipéptidos, que tienen una secuencia repetida de
glu-x-y, Unas 30 cadenas a forman al menos 14 clases distintas de colágeno (Tabla 4-2). Los tipos I, II y III son los
colágenos intersticiales o fibrilares, que son los más abundantes. Los tipos IV, V y VI son formas no fibrilares (o amorfas) y
se encuentran en el tejido intersticial y en las BM.
En la Figura 4-8 se ofrecen los principales pasos de la síntesis del colágeno. Las cadenas a se sintetizan en los rjbosomas y
seguidamente sufren varias modificaciones enzimáticas, como la hidroxilación de los residuos de prolina y lisina, for-
mándose colágeno con su contenido característicamente elevado en hidroxiprolina (alrededor del 10 %). Para la hidroxila-
ción del propéptido del colágeno se necesita vitamina C, un requisito que explica la insuficiente curación de las heridas que
se observa en la carencia de vitamina C (escorbuto) (Capítulo 10). Después de estas modificaciones, las cadenas de
COLÁGENO
Figura 4.9 La molécula de fibronectina (A) consta de un dímero cuyas porciones permanecen unidos por puentes disulfuro
(S-S). Obsérvense las distintas regiones unidas a matriz extracelular y a la región de unión a la célula que contiene una
secuencia de arginina-glicina-ácido aspártico (RGD). La molécula de laminina (B) en forma de cruz abarca el espesor de la
membrana basal y presenta regiones para unirse a la matriz extracelular (BCM) y a la célula.
Matriz extracelular
Proteoglucanos y hialuronanos
Los proteoglucanos y hialuronanos son el tercer componente de la ECM. Los proteoglucanos están formados por una
proteína central unida a uno o más polisacáridos llamado,glucosaaminoglucanos. Estos últimos son largos polímero,
compuestos por ciertos disacáridos repetidos donde, tino de ellos o ambos, contienen un residuo de sulfato. Los proteo-
glucanos destacan por su gran diversidad, Una ECM pueda estar formada por varias clases distintas de proteínas centrales,
cada una de las cuales contiene distintos glucosanainoglucanos. Los proteoglucanos se designan de acuerdo con la es-
tructura del principal disacúrido que se repite. Entre los más frecuentes están: el heparán sulfato, el condroitín sulfato y el
dermatán sulfato. Cumplen diversas funciones relacionadas con la regulación de la estructura y la permeabilidad del tejido
conjuntivo.
Los proteoglucanos también pueden formar parte de las proteínas de la membrana, y ser moduladores, por tanto, del
crecimiento y la diferenciación celular. Por ejemplo, en la familia de los sindecanes, la proteína central cruza la membrana
citoplásmica, tiene una breve región citosólica y una larga región externa a la que se une un pequeño número de cadenas
de heparán sulfato. En la ECM, el sindecán se une al colágeno, la fibronectina y la tromboespondina. y puede modular la
actividad de los factores del crecimiento. Así, cuando el FGF se une en el sindecán a las cadenas de heparán sulfato, se
facilita la unión del FGF a su receptor (Fig. 4-11). El sindecán se une al citoesqueleto de actina y se ha comprobado que
mantiene la morfología laminar de los epitelios. El hialuronano se encuentra en la ECM de muchas células. Es una enorme
molécula formada por numerosas repeticiones, desde un extremo al otro, de un disacárido sencillo. El hialuronano funciona
como un ligando de las proteínas centrales, tales como la proteína de unión al cartílago, el agrecano, y el versicano, y
muchas veces sirve de eje o estructura central para los grandes complejos de proteoglucanos 5'. Se adhiere también a los
receptores de la superficie que regulan la proliferación y migración celular, copio el CD44. El hialuronano fija gran cantidad
de agua, formando un gel viscoso hidratado que proporciona al tejido conjuntivo una gran turgencia y capacidad para resistir
a las fuerzas de compresión. Por su capacidad de fijar agua y de servir como un ligando, este notable componente de la
ECM confiere resistencia elástica y propiedades lubricantes a muchas variedades del tejido conjuntivo, especialmente a las
que se encuentran en el cartílago articular. También existe hialuronano en la matriz de las células que están en migración y
Figura 4-11 El sindecán es un proteoglucano de la superficie celular. Su proteína central abarca a la membrana cituplásmica
y tiene tres cadenas de heparán sulfato y dos cadenas, de condroitín sulfato (no representada). Los proteoglucanos pueden
modular la actividad del factor de crecimiento fibroblástico (FGF). El FGF libre se une difícilmente a su receptor. La unión del
FGF a las cadenas del heparán sulfato, al igual que las del sindecán favorece la unión del FGF a su receptor. La unión del
FGF al heparán sulfato en la ECM protege al FUE y rutina un reservorio del factor de crecimiento. (Modificado de Lodish H,
et al (eds): Molecular Cell Biologr. 3rd ed. New York. WIi Freeman, 1995. p 1133. 7 1995 hy Sciemihe Anmdcan Rooks.
Utilizado con autorización de WH Freeman and Company.)
Angiogénesis
Los vasos sanguíneos se forman gracias a dos procesos: la vasculogénesis, en la que los precursores de las células endoteliales,
llamados angioblastos, forman la primitiva red vascular durante el desarrollo embrionario, y la angiogenesis o neovascularización, en
la que los vasos preformados generan brotes o retoños capaces de formar nuevos vasos. Como la angiogénesis es un proceso
importante y esencial para la inflamación crónica y la fibrosis, para el crecimiento tumoral y para la formación de una circulación
colateral, se han realizado muchos trabajos dirigidos a descubrir los mecanismos que regulan la formación de los nuevos vasos
sanguíneos. Actualmente, se están ensayando tratamientos proangiogénicos (para aumentar los vasos cuando es necesario) y
antiangiogénicos (para inhibir la angiogénesis anormal).
Para que se desarrollen neovasos capilares durante la angicgénesis es necesario atravesar tina serie de etapas:
La degradación proteolítica de la BM del vaso progenitor, para que pueda formarse un retoño capilar y la consecutiva
migración celular.
Migración de las células endoteliales hacia el estímulo angiogénico.
Proliferación de las células endoteliales. inmediatamente por detrás del borde de avance de las células que migran.
Maduración de las células endoteliales, que incluye también a la inhibición del crecimiento y la remodelación en forma de tubos
capilares.
Reclutamiento de las células periendoteliales (incluidos los pericitos de los pequeños capilares y las fibras musculares lisas de
los vasos más gruesos) que han de servir de sostén a los tubos endoteliales, además de proporcionar una función celular
accesoria al vaso.
Todos estos pasos son regulados por las interacciones entre los factores de crecimiento, las células vasculares y la ECM.
Factores de crecimiento y sus receptores. Aunque hay muchos factores de crecimiento que poseen poder angiogénico, la
Figura 4-13 A. Tejido de granulación donde aparecen numerosos vasos sanguíneos, edema y una ECM laxa que contiene alguna
que otra célula inflamatoria. Es una preparación con colorarte tricrómico que tiñe al colágeno de color azul: en ella puede verse una
cantidad mínima de colágeno maduro. B. Tinción tricrómica de una cicatriz bien desarrollada con abundante colágeno denso donde
sólo existen algunos conductos vasculares dispersos.
Angioblastos
Hematopoyesis Inducción
↓
Vasculogénesis
VEGF - VEGF-R2 (proliferación)
VEGF - VEGF-R1 (formación de conductos)
↓
Vasos bien desarrollados
Ang1 - Tie2
↓
Angiogénesis
VEGF - VEGF-R1/2
Ang2 -3 Tie2 (señal inhibidora)
↓
Maduración
y remodelación
Ang2 - Tie2 (señal inhibidora) PDGF -5 PDGF-R TGFR -s TGFI3-R
Figura 4-15 Regulación de la morfogénesis vascular por acción de las tirosina cinasas de los receptores y sus ligandos. La
formación de vasos sanguíneos durante el desarrollo, o vasculogénesis, requiere la interacción del VEGF y del VE GF-122 para
inducir la proliferación de las células endoteliales. La unión del VEGF al VEGF-R 1 estimula la formación de conductos capilares. En
los vasos bien desarrollados, la unión de la .Ang 1 al Tie 2, permite el reclutamiento y asociación persistente de células
periendoteliales de sostén (p. ej. pericitos, libras nnasculares lisas) que consolidan al vaso recién formado. En los sitios donde se
produce angiogénesis y remodelación vascular, la Ang2 emite una señal negativa que vuelve más laxas a las estructuras vasculares
al disminuir el contacto ele las células endoteliales con la matriz y las células tic sostén. Esto favorece el acceso de los inductores (e
inhihidores) de la angiogénesis. Otros factores de crecimiento, como el derivado de las plaquetas (PDGF) y el factor transformador
de crecimiento β (TGF-β), y sus correspondientes receptores (PDGF-R y FGF-βR), también son importantes para un desarrollo y
remodelación vascular correctos. (Modificarlo de Risau W: Mechanisms of angiogenesis. Nature 3){(:671. 1997: y Hanahan D:
Signaling vascular morphogenesis and maintenance. Science 277:48. 1997.)
Proteínas Miembros (le la familia: VEGF, VEGF-B. VEGF-C. PIGF Glucoproteína dimérica con muchas isoformas Las mutaciones dirigidas en el
VEGF han causado vasculogénesis y angiogénesis defectuosas
Producción A niveles bajos, se expresa en varios tejidos del adulto, y a niveles mayores en pocos sitios como los podocitos glomerulares y los
miocitos cardíacos
Agentes Hipoxia
inductores 'FGF-β, PDGF, TGF-α
Receptores VEGF-RI
VEGF-R2
Circunscrito a las células endoteliales
Fibrosis (fibroplasia)
La fibrosis o fibroplasia se produce dentro del armazón del tejido de granulación de los neovasos y da lugar al depósito de la
ECM que se forma inicialmente en el sitio de la reparación. En la fibrosis intervienen dos procesos: 1) emigración y proli-
feración de los fibroblastos en el sitio de la lesión y 2) depósito de ECM por esas células.
Remodelación tisular
Para que el tejido de granulación sea sustituido por una cicatriz, es necesario que se produzcan cambios en la composi-
ción de la ECM. Algunos factores del crecimiento que estimulan la síntesis de colágeno y otras moléculas del tejido con-
juntivo modulan también la síntesis y activación de las metaloproteinasas, las enzimas que sirven para degradar estos
componentes de la ECM. El resultado final de los procesos de síntesis y degradación es la remodelación del armazón o
trama del tejido conjuntivo, una característica importante tanto de la inflamación crónica como de la reparación de las
heridas.
La degradación del colágeno y de unas proteínas de la ECM se consigue gracias a una familia de metaloproteinasas de la
matriz cuya actividad depende de los iones de cinc (Fig. 4-16). (Éstas deben distinguirse de la elastasa de los neutrófilos,
de la catepsina G, las cininas, plasmina y otras enzimas proteolíticas importantes anteriormente citadas y que pueden
degradar también a los componentes de la ECM, pero que son pioteinasas de serina, y no metaloenzimas). Las
metaloproteínas son: colagenasas intersticiales, que descomponen a los colágenos fibrilares de los tipos I, II y III: gelati-
nasas (o colagenasas de tipo IV), que degradan al colágeno amorfo y la fibronectina; estromalisina, que actúan sobre di-
versos componentes de la ECM, como los proteoglucanos, la laminina, fibronectina y los colágenos amorfos; y el grupo de
las metaloproteinasas de la ntatri= tundas a la membrana (MBMM, del inglés membrane-boun matrix metalloprotreinases),
que son proteasas asociadas a la superficie celular. Estas enzimas las producen distintas clases de células (fibroblastos.
macrófagos, neutrófilos, células sinoviales y algunas células epiteliales), y su secreción es inducida por ciertos estímulos,
como los factores de crecimiento (PDGF, FGF), las eitoeinas (IL-1, TNF-α), la fagocitosis y los estrés físicos. Además, son
inhibidas por el TGF-β y los esteroides. Las colagenasas descomponen al colágeno en condiciones normales, cortando la
triple espiral en dos fragmentos desiguales que después, quedan expuestos a la digestión por otras proteasas. Esto es
Figura 4-16 Regulación del metaloproteinas de la matriz. Los cuatro mecanismos que se citan son: I) regulación de la símtesis por diversos factores
de crecimiento o citocinas, 2) inhibición de la síntesis por los corticosteroides o por el TGF-β, 3) regulación de la activación de los precursores
secretados pero inactivos, y 4) bloqueo de las enzimas por inhibidores titulares específicos de la metaloproteinasas (TIMP). (Modiflcado de Matrisian
LM: Metalloproieinases and their inhibidors in matriz remodeling. Trenes Gener 6:122, 1990.con autorizaciún de Elsevier Science.I
A las 24 horas, aparecen neutrófilos en los bordes de la incisión que se dirigen hacia el coágulo de fibrina. Los rebordes
epidérmicos seccionados se engruesan al multiplicase las células básales, y al cabo de 24 a 48 horas, los espolones de
células epiteliales de los bordes migran y proliferan en los bordes dérmicos de la incisión, depositando los elementos
integrantes de la BM conforme se desplazan. Finalmente, se fusionan en la línea media, por debajo de la costra superficial,
produciéndose así una capa epitelial continua pero delgada.
Al tercer día, los neutrófilos han sido sustituidos en gran parte por macrófagos. El tejido de granulación invade progre-
sivamente el espacio vacío creado por la incisión. Los bordes de la misiva contienen ya fibras colágenas, pero al principio
esas fibras están dispuestas verticalmente y no mantienen unidos los bordes de la herida. Las células epiteliales siguen
proliferando y engrosando la capa que cubre a la epidermis.
Al quinto día, el espacio de la incisión está repleto de tejido de granulación y la neovascularización es máxima. La fibrillas
de colágeno se vuelven más abundantes y comienzan a soldarse los bordes de la incisión. La epidermis recupera su
espesor normal y al diferenciarse las células epiteliales, se obtiene una arquitectura epidérmica bien desarrollada con una
superficie queratinizada.
En la segunda semana, se deposita colágeno continuamente y hay proliferación de fibroblastos. El infiltrado leucocitario, el
edema y la riqueza vascular han desaparecido en gran parte. En este momento, comienza a palidecer la herida, un largo
proceso que se produce gracias a la creciente acumulación de colágeno en la cicatriz de la incisión y que se acompaña de
la desaparición progresiva de los conductos vasculares.
Al final del primer mes, la cicatriz está formada por un tejido conjuntivo celular sin infiltrado inflamatorio, y cubierto ahora
por una epidermis íntegra (Fig. 4-17). Los anejos de la dermis que se destruyeron en la línea de incisión se pierden
definitivamente. A partir de ese momento, aumenta la resistencia elástica de la herida, pero pueden necesitarse meses pa-
ra que la zona herida consiga su resistencia máxima. Aunque la mayoría de las lesiones cutáneas curan completamente, el
resultado final puede que no sea perfecto desde el punto de vista funcional. Los anejos epidérmicos no se regeneran y en
la malla de colágeno mecánicamente eficiente, situada en la zona dérmica no lesionada, persiste una cicatriz densa de teji-
do conjuntivo.
Que una herida cure por primera o por segunda intención depende ele la naturaleza de la herida, y, no del propio proceso
de la curación.
Figura 4-18 Fases sucesivas de la curación ele las heridas. (Modificado de Clark RA: in Goldsmith LA (ed): Physiology. Biochemistry and Molecular
Biology of the Skin. 2nd ed.. Vol 1. New York, Oxford University Press, 1991.1) 577.)
Figura 4-19 Queloide. (De Murphy GF, Hcrzherv, A.I: Atlas of Dei matopalhology. Philadelphia, WB Saunders, 1996.p219.)
La retracción del tamaño de una herida es una parte importante del proceso de la curación normal. Cuando este proceso
se exagera, hablamos de contractura, que acaba produciendo deformidades de la herida y los tejidos circundantes. Las
contracturas tienden a aparecer especialmente en las palmas de las manos, plantas de los pies y cara anterior del tórax.
Generalmente se observan después de sufrir quemaduras graves y pueden llegar a comprometer el movimiento de las
articulaciones.
Los mecanismos que subyacen a la fibroplasia durante la reparación de las heridas (proliferación celular, interacciones
célula-célula y célula-matriz, y depósito de ECM) se parecen a los que ocurren en la fibrosis inflamatoria crónica de algu-
nas enfermedades, como la artritis reumatoide, la fibrosis pulmonar y la cirrosis hepática. Sin embargo, y a diferencia de la
ordenada curación ele las heridas, en los casos de enfermedad persisten los estímulos que pusieron en marcha la
fibroplasia o se desarrollan reacciones inmunitarias y autoinmunitarias. En esas reacciones, las interacciones linfocito-
Figura 4-20 Vías que sigue la reparación de los tejidos después de una lesión inflamatoria aguda.
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