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PERCEPCIÓN DE LA RELACIÓN DEL HIJO CON SUS

PADRES Y VÍNCULOS DE AMISTAD CON LOS PARES EN


NIÑOS Y PREADOLESCENTES

PERCEPTION OF PARENT-CHILD RELATIONSHIPS AND


PEER FRIENDSHIP RELATIONSHIPS IN CHILDREN AND
PREADOLESCENTS

Lucas Marcelo Rodriguez∗, José Eduardo Moreno**

Resumen
La familia es el primer y más importante agente socializador en la infancia debido a que
durante este período los niños aprenden habilidades sociales, actitudes y otras capacidades
necesarias para adaptarse al contexto en el que viven. El propósito de este trabajo es
establecer la relación entre los estilos de crianza de los hijos y las relaciones de amistad entre
pares en la infancia y la preadolescencia. Este estudio comprendió a 841 estudiantes de 8 a 13
años. Los instrumentos utilizados fueron: la versión argentina (Minzi, Sacchi y Moreno) del
Children Report of Parental Behavior (CRPBI) de Schaeffer y la versión argentina (Moreno)
de la Friendship Quality Scale de Bukowksi. Los resultados indicaron que los padres que
actúan con firmeza, pero con amor y aceptación (afecto), en lugar de poder o control estricto y
patológico, facilitan los vínculos de amistad de sus hijos con los compañeros. Se analizaron
las variables de los padres para la madre y el padre separado. En la niñez se observa una
aceptación paterna y materna más baja y un mayor control patológico que en la
preadolescencia. Los varones obtuvieron un promedio menor de aceptación paterna y materna
que las mujeres.

PALABRAS CLAVE: estilos parentales, amistad, pares, niñez, preadolescencia.

Abstract
The family is the first and most important childhood socializing agent because during this
period children learn social skills, attitudes and other capabilities necessary for adapting
themselves to the context in which they are living. The purpose of this paper is to establish the
relationship between parenting styles and peer friendship relationships in childhood and
preadolescence. In the study, 841 students from 8 to 13 years old were involved. The
instruments used were: the Argentine Scale of Children’s Perception of relationships with
Parents for children and young adolescents (Minzi, Sacchi y Moreno), spanish version of
Schaeffer Children Report of Parental Behavior (CRPBI), and the Spanish versión of the
Friendship Quality Scale (Bukowksi).Results indicated that parents who are firm, but they
discipline with love and acceptance (affection), rather than power or strict and pathological
control, facilitate ties of friendship with peers. We analyzed the parental variables for mother
and father separately. In childhood a lower mother and father acceptance and a greater
pathological control is observed than in preadolescence. Boys obtained a lower mother and
father acceptance average than girls.


Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental
(CIIPME – CONICET) Pontificia Universidad Católica Argentina. Sede Paraná. Buenos Aires 239,
Paraná, Provincia de Entre Ríos, Argentina. lucasmarcelorodriguez@gmail.comTeléfono (54) (343)
4072051
**
Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores, Integración y Desarrollo Social de la
Pontificia Universidad Católica Argentina. Sede Paraná. Buenos Aires 239, Paraná, Provincia de
Entre Ríos, Argentina. jemoreno1@yahoo.comTeléfono (54) (11) 47571292

1
KEY WORDS: parenting styles, friendship, peers, childhood, preadolescence

2
Introducción

La familia sigue siendo el principal grupo de transmisión de los valores y


normas sociales. El apego materno y la aceptación paterna facilitan la adaptación y la
competencia social, como también la autonomía personal. La socialización en la
infancia se produce mediante las prácticas de crianza, entendidas como la manera en
que los padres (y en general la estructura familiar) orientan el desarrollo del niño y le
transmiten un conjunto de valores y normas que facilitan su incorporación al grupo
social (Cuervo, 2010).
La relación padre-hijos es considerada como uno de los determinantes más
importantes del desarrollo de la personalidad (Ausubel, Balthazar, Rosenthal,
Blackman, Schpoont y Werkowitz, 1954). Más recientemente, se ha establecido que la
interacción con los pares juega un papel multicausal indispensable en el proceso de
socialización (Johnson, 1980). La importancia de la relación con los pares en la niñez y
la adolescencia como fuente de apoyo social, es planteada por numerosos
investigadores, que se ocuparon de estudiar esta vinculación y su alineamiento o
contraposición con distintos aspectos sociales, afectivos, culturales.
Más precisamente estudios en preadolescentes y adolescentes han evidenciado
que mayor apoyo de padre y madre se relaciona con mayor autoestima social en los
hijos (Musito, Martínez y Murgui, 2006). Por su parte estudios en niños han mostrado
que interacciones parentales positivas se asocian a mayor desempeño social por parte de
los hijos (Isaza Valencia y Henao López, 2012).
Las investigaciones en psicología desde sus comienzos, como por ejemplo en G.
Mead (1934) y J. Piaget (1932), destacan el papel vital que los grupos de pares tienen en
el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños. En la actualidad una vasta
literatura científica señala que estas experiencias hacen una contribución significativa
junto con la familia y la escuela al ajuste psicosocial, adquiriendo habilidades
cognitivas, comportamentales y sociales mediante experiencias directas y vicarias con
los pares (Reijntjes, Stegge, y Meerum, 2006; Resett, Rodriguez y Moreno, 2013).
Las prácticas de crianza son entendidas como los patrones de comportamiento de
los adultos que se enfocan en satisfacer las necesidades de supervivencia y desarrollo de
los infantes y adolescentes; estos patrones adoptados por padres, abuelos y otros
cuidadores influyen en el estado de salud, nutrición y desarrollo físico y psicológico de
los niños (Pichardo, Justicia y Fernández, 2009). El control parental es una de las
prácticas de crianza con más efectos positivos en la competencia social de los hijos. Por
el contrario, otras prácticas de crianza, como la utilización del castigo físico o la
expresión de afecto negativo, se relacionan con conductas socialmente inadaptadas.
Washington y Dunham (2011) argumentan cómo las prácticas de crianza en
edades tempranas están fuertemente relacionadas con el resultado psicosocial y
comportamental en los niños y adolescentes.
En investigaciones realizadas por Richaud de Minzi (1998, 2002) con niños de 8
a 12 años, surge que el uso de la disciplina coercitiva para controlarlos y volverlos
sumisos favorece la tendencia al aislamiento social. De acuerdo a Lautrey (1980), si
bien los padres restrictivos pueden verse como buenos capacitadores para el
compromiso con la vida social, los padres que garantizan autonomía a los niños les
permiten aprender con libertad por medio de mayor grado de interacción con otros
niños, con otros adultos y con el medio físico. Cuando se restringen las interacciones y
los conflictos interpersonales por medio de reglas estrictas para prevenir que ocurran
problemas, se priva al niño de oportunidades para practicar las habilidades de
compromiso y resolución de conflictos en las relaciones interpersonales. La restricción

3
excesiva puede llevar al resentimiento, que afecta el acercamiento de los niños a los
otros en general. Sin embargo, algún control es necesario para promover las relaciones
con otros niños (Allès-Jardel, Fourdrinier, Roux y Schneider, 2002). La autonomía
completa con insuficiente monitoreo de las actividades del niño se ha asociado con la
conducta antisocial (Dishion, 1990). El estilo “laissez faire” o permisivo pone pocas
restricciones a la autonomía del niño y provoca la falta de rutina y consistencia que el
mismo necesita (Lautrey, 1980).En general, se ha encontrado que la aceptación de los
padres favorece la competencia social de los niños y adolescentes y los protege de
experimentar sentimientos de soledad y depresión (Richaud de Minzi, 2002; Carlo,
Mestre, Samper, Tur y Armenta, 2011; Hernández Caldentey y Buelga, 2013).
Después de un período inicial de la niñez escolar (6 y 7 años), el niño a partir de
los 8 años puede centrar en mayor medida su atención en el desarrollo cognoscitivo, en
los juegos sociales y en la actividad grupal entre pares. A partir de ese momento el
enlentecimiento de su crecimiento atenúa el impacto afectivo que acompaña siempre a
los cambios y a las crisis vitales.
A los 10 años el niño alcanza un cierto grado de autonomía y de
autodeterminación posibilitada por una mayor distancia afectiva respecto de los padres,
alcanza lo que suele denominarse madurez infantil. El niño de 6 a 8 años forma grupos
efímeros con objetivos del momento; ahora los grupos infantiles van ganando en
consistencia y estabilidad, como así también en homogeneidad.
Posteriormente, en la preadolescencia se incrementa la identificación con el
grupo de pares. Los preadolescentes comienzan a desligarse de sus padres para
experimentar una mayor sensación de pertenencia a un grupo. A partir de esta edad las
personas externas a la familia van a tener mayor influencia en la formación de la
personalidad del individuo. Los sentimientos de amistad producen una gran
satisfacción, una mayor estima personal y amplían el campo de actuación social,
provocando seguridad en uno mismo. Por otra parte, la separación de los padres trae
consigo conflictos entre el preadolescente y las figuras de autoridad. Por todo esto en
este estudio se optó en que la muestra comprenda estas tres edades: niños de 8 a 9 años,
niños de 10 y 11 años y preadolescentes (12 y 13 años), y así poder evaluar las
relaciones entre la percepción del vínculo con los padres y con los pares en distintos
momentos de la niñez, antes del comienzo de la adolescencia.
Teniendo en cuenta los tipos de control que pueden percibir los hijos de sus
padres, así como la aceptación parental y la autonomía que estos dispensen, cabría
preguntarse cuál es la relación de estas variables con los vínculos sociales de los hijos
con sus pares, en diferentes edades de la niñez y la preadolescencia.
El propósito de esta investigación es estudiar la relación del vínculo con ambos
padres (en cuanto al tipo de control que percibe el hijo, ya sea aceptado, estricto o
patológico, así como la autonomía y aceptación) sobre la conducta social, en particular
en la calidad de la amistad y el grado de compañerismo, en la niñez escolar y la
preadolescencia.

Metodología

Participantes
La muestra es no probabilística, de carácter intencional. La muestra resultante
comprendió a 396 varones (47,09%) y 445 mujeres (52,91%), es decir un total de 841
alumnos. Esta muestra abarcó a tres submuestras según la edad: niños de 8 y 9 años (n=
311, 36,98%), niños de 10 y 11 años (n= 372, 44,23%) y preadolescentes de 12 a 13
años (n= 158, 18,79%).

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Las tomas tuvieron lugar en escuelas primarias y secundarias de la ciudad de
Buenos Aires, de la provincia de Buenos Aires y de la ciudad de Paraná, Argentina.
Instrumentos
Los instrumentos administrados en esta investigación fueron:
1 - Para estudiar el estilo parental (padre y madre) se utilizó la Escala Argentina
de Percepción de la Relación con los padres para niños de 8 a 12 años (Richaud de
Minzi, 2002; Richaud de Minzi, Sacchi y Moreno, 1999), versión argentina del
Children Report of Parental Behavior (CRPBI) de Schaeffer (1962) que evalúa cinco
dimensiones: 1- Aceptación, 2- Control normal, 3- Control estricto, 4- Control
patológico y 5- Autonomía extrema y disciplina laxa. Esta escala comprende un
cuestionario para evaluar la percepción del niño acerca de su padre y otro de su madre.
A continuación se define cada una de las dimensiones:
• Aceptación: se refiere a la aceptación del niño, centrado en el niño, su individuación
e implicación positiva. Comprende ítems como “Mi papá me dice que me quiere
mucho”.
• Control normal: expresa un control sobre los hijos, con ítems como “Mi papá está
pendiente de lo que yo hago en la escuela y en el tiempo libre”.
• Control estricto: expresa un control más severo pero no patológico o de
manipulación. Comprende ítems como “Mi papá hace que yo cumpla lo que me
manda”.
• Control patológico: abarca un control hostil y mediante la culpa, instalando ansiedad
persistente y alejamiento de la relación. Comprende ítems como “Mi papá decide
con qué amigos puedo juntarme”.
• Autonomía extrema y disciplina laxa: manifiesta escaso control por parte de los
padres, con ítems como “Mi papá me deja hacer lo que quiera”.
Cada cuestionario consta de 32 ítems con un formato de respuesta tipo Lickert,
con tres opciones de respuesta, puntuables de 1 a 3. El análisis factorial exploratorio
(N=1423), indicó cinco tipos de relaciones, tanto con el padre como con la madre y se
obtuvieron los siguientes coeficientes de confiabilidad (consistencia interna): 1)
Aceptación (α=.88), 2) Control normal (α=.71), 3) Control estricto (α=.74), 4) Control
patológico (α= .81) y 5) Autonomía extrema y disciplina laxa (α= .62).
2- Para evaluar la amistad y el compañerismo se tradujo y adaptó la Friendship
Quality Scale (Bukowski, Hoza y Boivin, 1994). La escala de amistad original
comprende las subescalas de: compañerismo, conflicto, ayuda, protección, confianza,
capacidad de superar problemas, afecto mutuo e intimidad. Mediante estudios
factoriales (Moreno, 2005) se confeccionó una escala unidimensional de amistad y
compañerismo de 8 ítems (alfa de Cronbach= .76) que comprendió a ítems de las
subescalas originales de: vínculos de ayuda, de protección, confianza, afecto mutuo y
compañerismo (por ejemplo: “Si me olvido la comida o si necesito algo de dinero él/ella
me lo presta”, “Si yo tengo un problema en la escuela o en casa puedo hablar con mi
amigo/a acerca de ello”, “Si otros chicos estuvieran molestándome, mi amigo/a me
defendería”, “Cuando me va bien, él /ella se siente feliz por mí” o “Los fines de semana
y a la salida del colegio vamos a la casa de alguno de los dos”).
Procedimientos para la recolección de datos
Se solicitó la autorización a los directivos escolares para realizar la
administración de los instrumentos dentro de las escuelas, en los horarios habituales de
clase. La aplicación de los cuestionarios se realizó grupalmente en las aulas de las
escuelas.Asimismo, se requirió el consentimiento informado de los padres o tutores de
cada niño para realizar el estudio. La participación de los niños fue voluntaria,
asegurándose la confidencialidad de la información obtenida. Previamente a la

5
aplicación de los cuestionarios se explicó a los sujetos los objetivos del estudio,
solicitando una respuesta sincera y anónima.
Procedimientos para el análisis de datos
Los datos recogidos fueron procesados mediante el Statistical Package for the
Social Sciences (SPSS). Se realizó un análisis univariado de varianza (ANOVA) para
determinar las posibles diferencias en calidad de la amistad y compañerismo en función
del sexo y la edad de los niños y preadolescentes. También se realizaron análisis
multivariados de variancia (MANOVA) con el fin de determinar las posibles diferencias
en las dimensiones de la escala de estilos parentales, tanto de la percepción del padre
como de la madre, evaluando de modo conjunto el efecto de los factores sexo y edad.
Finalmente, se realizó un análisis de regresión múltiple por pasos sucesivos para
determinar cuáles de las dimensiones de la escala de estilos parentales tienen valor
predictivo sobre la calidad de la amistad y el grado de compañerismo.

Resultados

En la tabla 1 se pueden observar los resultados del análisis univariado de


varianza (Anova) que se realizó para comparar los puntajes obtenidos en la escala de la
Calidad de la Amistad y Compañerismo según el sexo y las edades agrupadas (8 a 9
años, 10 a 11 años y 12 a 13 años).Según las edades agrupadas resultó un F (2, 840) =
26,97 y p=.0001, es decir que existen diferencias significativas. Los tres contrastes
fueron significativos (p= .001), obteniéndose mayores puntajes a mayor edad: 8 a 9 años
(M= 2,33), 10 a 11 años (M= 2,46) y 12 a 13 años (M= 2,58).

INTRODUCIR TABLA 1

Según sexo existen también diferencias significativas, F (1, 840)= 41,38 p=


.0001. Las mujeres (M= 2,51) perciben una mayor calidad de la amistad y
compañerismo por parte de sus pares que los varones (M= 2,36). Es decir que las
mujeres puntúan más alto en compañerismo en relación a la amistad.
En cuanto a la interacción entre edad agrupada y sexo no se observan diferencias
significativas (F= 2,29 y p= .10).
Se realizaron análisis multivariados de varianza (Manova) para evaluar las
diferencias de medias de las dimensiones de la escala de estilos parentales (padre y
madre), tanto según edades agrupadas como según sexo (tablas 2 y 3). Cabe señalar que
la muestra se redujo para esta prueba a 727 alumnos, dado que se eliminaron 111
sujetos ya que contestaron a un solo cuestionario, ya sea el paterno o el materno, por no
vivir con ambos padres o no considerar que alguno de ellos aunque no conviva con él
tuvo significación en su crianza.

INTRODUCIR TABLA 2

Se encontraron diferencias significativas según edad, tanto para percepción del


padre (F Hotelling (19, 1432)= 9.48 y p= .0001 eta2= .06) como para la percepción de la madre
(F Hotelling (10, 1432)= 6.91 y p= .0001 eta2= .05).
En la tabla 2 se observa en los F univariados que, respecto de la percepción del
padre, las diferencias son significativas únicamente en las dimensiones: control estricto,
control patológico y aceptación. Los contrastes significativos fueron: 1- entre
aceptación del padre en niños de 8 y 9 (M= 2,5) y de 10 y 11 años (M=2,67) (p= .001);
2- entre aceptación del padre en niños de 8 y 9 (M= 2,5) y de 12 y 13 años (M=2,63)

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(p= .003); 3 - entre control patológico por parte del padre en niños de 8 y 9 (M= 1,78) y
de 10 y 11 años (M=1,63) (p= .0001); 4 - entre control patológico por parte del padre en
niños de 8 y 9 (M= 1,78) y de 12 y 13 años (M=1,58) (p= .0001) y 5- entre control
estricto por parte del padre en niños de 8 y 9 (M= 2,51) y de 10 y 11 años (M=2,63) (p=
.01). Es decir que: 1- a mayor edad en la niñez, en particular con la madurez infantil se
observa una mayor aceptación y grado de control estricto y 2- un menor control
patológico por parte del padre.
En la tabla 2 también se puede observar en los F univariados que respecto de la
percepción de la madre las diferencias son significativas únicamente en las
dimensiones: control patológico, aceptación y autonomía extrema. Los contrastes
significativos fueron: 1- entre aceptación de la madre en niños de 8 y 9 (M= 2.7) y de 10
y 11 años (M=2.78) (p= .002); 2- entre aceptación de la madre en niños de 8 y 9 (M=
2.7) y de 12 y 13 años (M=2,81) (p= .0001); 3 - entre control patológico por parte de la
madre en niños de 8 y 9 (M= 1.9) y de 10 y 11 años (M=1.74) (p= .0001); 4 - entre
control patológico por parte de la madre en niños de 8 y 9 (M= 1.9) y de 12 y 13 años
(M=1.66) (p= .0001) y 5- entre autonomía extrema y disciplina laxa por parte de la
madre en niños de 8 y 9 (M= 1.76) y de 10 y 11 años (M=1.83) (p= .01).
Es decir que: 1- a mayor edad en la niñez se observa una mayor aceptación y
grado de autonomía y 2- un menor control patológico por parte de la madre.
Finalmente, cabe señalar que no se observan diferencias significativas en cuanto
a la interacción entre edad agrupada y sexo en la percepción del padre (F= 1.61 y p=
.10), como también con la percepción de la madre (F= 1.04 y p= .40).
Se encontraron diferencias significativas según sexo, ver tabla 3, tanto para
percepción del padre (F Hotelling (5, 702)= 11.95 y p= .0001 eta2= .08) como para la
percepción de la madre (F Hotelling (5, 717)= 10.97 y p= .0001 eta2= .07).
En la tabla 3 se observa en los F univariados que respecto de la percepción del
padre las diferencias son significativas únicamente en las dimensiones: control normal
(p=.02), control patológico (p=.0001) y aceptación (p=.01).Los varones obtuvieron
mayores medias en control normal y control patológico del padre (M= 2,26 y M=1,79)
que las mujeres (M=2,16 y M=1,57). Por el contrario, los varones obtuvieron una menor
media en aceptación del padre (M= 2,57) que las mujeres (M=2,62).

INTRODUCIR TABLA 3

En la tabla 3 también se puede observar en los F univariados que respecto de la


percepción de la madre las diferencias son significativas en todas las dimensiones. Los
varones obtuvieron mayores medias en control normal (M=2.44), control estricto
(M=2.75), control patológico de la madre (M=1.79) y autonomía extrema (M=1.84) que
las mujeres (M=2.37; M=2.67; M=1.68 y M=1.78). Por el contrario, los varones
obtuvieron una menor media en aceptación de la madre (M=2.73) que las mujeres
(M=2.77).
En cuanto a la influencia de la percepción parental sobre la percepción de los
pares (calidad de la amistad y compañerismo), se realizaron análisis de regresión
múltiple de pasos sucesivos según los puntajes de la percepción de padre y de madre
(Tabla 4).

INTRODUCIR TABLA 4

Las variables Aceptación Padre y Madre, Control Padre y Madre, Autonomía


Extrema Madre y Control Patológico Padre y Madre son los mejores predictores de la

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variable dependiente Calidad de la Amistad y compañerismo con los pares. A mayor
aceptación de ambos padres mayor calidad de la amistad e inversamente a mayor
control patológico menor calidad de la amistad. En menor medida son predictores el
control paterno y materno como también la autonomía extrema materna. En ambas
variables a mayor puntuación mayor calidad de la amistad.
Resumiendo, el análisis de regresión múltiple nos muestra que: 1- a una mayor
percepción de ser aceptado y querido por el padre y la madre, como también de ser
normalmente controlado, se puede predecir un mejor vínculo con los compañeros y
amigos; 2- a una mayor percepción de ser patológicamente controlado por el padre y la
madre, los niños perciben tener un peor vínculo con sus compañeros y amigos; 3 – el
control estricto, parece no tener influencia sobre la percepción del vínculo con los pares;
y 4- una mayor autonomía extrema y disciplina laxa por parte de la madre facilita un
mejor compañerismo.

Discusión

Las relaciones positivas con ambos padres son importantes en la vida de los
niños, pero las relaciones con las madres merecen atención específica porque los niños
generalmente informan relaciones más estrechas con las madres. Por otra parte, las
relaciones de los niños con los padres y las madres pueden tener diferentes impactos en
los niños debido a que sus estilos de crianza son diferentes. Por ejemplo, las madres
tienen habilidades de crianza y supervisión superiores, más positivas que los padres
(Gryczkowski, Jordan, y Mercer, 2010; Levin y Currie, 2010). Similares estudios en
adolescentes han informado mayores puntuaciones en relación a la madre en estilos de
crianza, como mayor control, amor y autonomía (Íñiguez Fuentes, 2016). En este
estudio tanto los varones como las mujeres de todas las edades obtuvieron mayores
medias en aceptación materna que en aceptación paterna, lo que confirmaría lo señalado
por estos autores.
En relación a la empatía y el cuidado parental, se ha observado que cuando la
disciplina que ejercen las madres sobre sus hijos se caracteriza por el amor y el control
normal, aumenta la disposición de la empatía en los hijos. Así también el control hostil
(o patológico) tanto de la madre como del padre ejercen una disminución en la
disposición de la empatía en los hijos (Mestre, Pérez – Delgado, García Samper y Martí
– Vilar, 1997). En el presente estudio se observó que a mayor control patológico peor
vínculo de compañerismo y amistad. Dichos vínculos entre pares están estrechamente
vinculados con la empatía, por lo que se podría pensar la vinculación de los hallazgos
del presente estudio con los autores anteriormente mencionados.
En este estudio se observó que la percepción de control patológico por parte de
ambos padres disminuye durante el avance de la edad en la niñez, pero no se
encontraron variaciones en cuanto al control normal. Probablemente esto se debería a
que los padres cuanto menor edad tienen sus hijos, deben recurrir a ser menos
persuasivos y más impositivos, dada la menor comprensión de los mismos. Dichos
hallazgos están en la línea de investigaciones sobre adolescencia que han mostrado que
a mayor edad menor percepción de control y hostilidad por parte de los padres,
aumentando la autonomía y la permisividad (Íñiguez Fuentes, 2016).
El presente trabajo tiene una relevancia aplicada debido a que los hallazgos
confirman empíricamente la necesidad de mejorar los vínculos paterno-filiales para una
mejor interacción social por parte de los hijos. Es así que el mismo reviste relevancia
para el trabajo con las familias y a nivel educativo en el ámbito escolar.

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Futuras investigaciones deberían evaluar mayores correlaciones entre los estilos
parentales y el clima familiar emocional como predictores de las relaciones de amistad y
compañerismo en el proceso de socialización de niños y adolescentes fuera del núcleo
familiar.

Conclusiones

Las conclusiones más relevantes de este estudio son:


1- Respecto de las dimensiones de la escala de percepción de estilos
parentales, los varones obtuvieron mayores puntajes en control normal y control
patológico del padre que las mujeres. Por el contrario, los varones obtuvieron una
menor media en aceptación del padre que las mujeres.
2- En la escala de percepción materna los varones obtuvieron mayores medias
en control normal, control estricto, control patológico de la madre y autonomía extrema
que las mujeres. Por el contrario, los varones obtuvieron una menor media en
aceptación de la madre que las mujeres.
3- A mayor edad en la niñez, en particular con la madurez infantil se observa
una mayor aceptación y grado de control estricto y un menor control patológico por
parte del padre.
4- A mayor edad en la niñez se observa una mayor aceptación y grado de
autonomía y un menor control patológico por parte de la madre.
5- Las mujeres perciben tener un mejor vínculo de amistad y compañerismo
con sus pares que los varones.
6- La percepción de la amistad y el compañerismo con los pares se incrementa
con la edad, es decir desde la niñez escolar inicial a la preadolescencia.
7- La influencia de los estilos paternos y maternos, respecto de los vínculos
con los pares, parece ser similar.

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11
TABLA 1. Medias y desvíos de Calidad de la Amistad según sexo y edades agrupadas. Anova de
diferencia de medias

Según EDAD
Media Desvío n F p eta potencia
agrupada

8 – 9 AÑOS 2.33 0.38 311 26.97 .000 .061 1.000


10 – 11 AÑOS 2.46 0.35 372
12 – 13 AÑOS 2.58 0.32 158

Según SEXO Media Desvío n F p eta potencia

Varón 2.36 0.37 396 41.38 .000 .047 1.000

Mujer 2.51 0.35 445

Total 2.43 0.37 841

12
TABLA 2 Manova. Diferencias de medias y desvíos de las dimensiones de estilos parentales según
edades agrupadas

8 y 9 años 10 y 11 años 12 y 13 años

Percepción del Padre F p

M DS M DS M DS

Control normal 2.16 0.54 2.24 0.46 2.23 0.47 2.18 .11

Control estricto 2.51 0.51 2.63 0.37 2.60 0.43 5.77 .003**

Control patológico 1.78 0.47 1.63 0.42 1.58 0.38 13.27 .000**

Aceptación 2.50 0.44 2.67 0.31 2.63 0.34 15.26 .000**

Autonomía extrema 1.82 0.51 1.84 0.51 1.89 0.48 0.85 .43

Percepción de la Madre

Control normal 2.42 0.41 2.38 0.40 2.42 0.38 0.51 .60

Control estricto 2.73 0.35 2.70 0.34 2.71 0.31 0.46 .63

Control patológico 1.90 0.42 1.74 0.41 1.66 0.38 19.50 .000**

Aceptación 2.70 0.29 2.78 0.26 2.81 0.23 10.52 .000**

Autonomía extrema 1.76 0.43 1.83 0.45 1.87 0.43 3.12 .04*

N=727 * p≤ .05 ** p≤ .01

13
TABLA 3 Manova. Diferencias de medias y desvíos de las dimensiones de estilos parentales según sexo

varones mujeres

Percepción del Padre F p

M DS M DS

Control normal 2.26 0.50 2.16 0.48 5.76 .02*

Control estricto 2.60 0.45 2.57 0.44 0.33 .57

Control patológico 1.79 0.44 1.57 0.41 41.75 .000**

Aceptación 2.57 0.40 2.62 0.35 6.00 .01**

Autonomía extrema 1.86 0.50 1.83 0.50 0.51 .47

Percepción de la Madre

Control normal 2.44 0.38 2.37 0.41 5.83 .02*

Control estricto 2.75 0.31 2.67 0.36 11.48 .001**

Control patológico 1.89 0.42 1.69 0.39 39.74 .000**

Aceptación 2.73 0.28 2.77 0.26 4.86 .03*

Autonomía extrema 1.84 0.44 1.78 0.44 3.65 .05*

N=727 * p≤ .05 ** p≤ .01

14
TABLA 4 Análisis de regresión múltiple por pasos sucesivos de las dimensiones de estilos parentales
sobre la escala de amistad

Incremento
Percepción de la Madre Beta R2 F p
R2

Aceptación .291 .125 .125 96.41 .000

Control patológico -.205 .138 .012 53.64 .002

Control normal .178 .159 .021 42.27 .000

Autonomía extrema .075 .164 .006 33.06 .03

Percepción del Padre

Aceptación .242 .077 .077 50.80 .000

Control patológico -.250 .105 .027 35.31 .000

Control normal .171 .121 .016 27.69 .000

N=727

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