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El genio babilonio que se adelantó a

Pitágoras 1.000 años y creó las tablas


de trigonometría más precisas del
mundo

En todo triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma


de los cuadrados de los catetos.... ¿te acuerdas o preferiste olvidarlo?

¿Qué me dices de los senos y cosenos; tangentes y cotangentes; secantes y


cosecantes?
¿Qué dirías si te contaran que al menos 1.000 años antes de que el matemático
griego Pitágoras (569-475 a.C.) se pusiera a pensar en triángulos y de que su
compatriota Hiparco de Nicea (190-120 a.C.) se inventara la trigonometría los
babilonios sabían hacer lo mismo pero de una manera menos complicada y más
precisa que la que heredamos de los griegos y seguimos usando hoy?

Pues precisamente eso fue lo que revelaron Daniel Mansfield y Norman


Wildberger, de la Escuela de Matemáticas y Estadística de la Facultad de Ciencias
de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia.

Lo descubrieron estudiando una tableta de arcilla rota de la antigua ciudad


sumeria de Larsa que fue escrita en cuneiforme entre los años 1822-1762 a.C. y
es conocida como Plimpton 322.
Fue descubierta a principios del siglo XX por Edgar Banks, el arqueólogo,
académico, diplomático y comerciante de antigüedades que sirvió de inspiración
para el personaje ficticio Indiana Jones.

La misteriosa Plimpton 322

"Plimpton 322 ha venido desconcertando a los matemáticos por más de 70 años,


desde que nos dimos cuenta de que contiene un patrón especial de números
llamados terna pitagórica", dice Mansfield.

"El gran misterio, hasta ahora, giraba en torno a su propósito: por qué los antiguos
escribas llevaron a cabo la compleja tarea de generar y de clasificar los números
en la tableta".

"Nuestra investigación revela que Plimpton 322 describe las formas de triángulos
rectángulos utilizando una nueva clase de trigonometría. Es un trabajo matemático
fascinante que demuestra una genialidad indudable", señala el matemático.

"La tableta no sólo contiene la tabla trigonométrica más antigua del mundo.También
es la única tabla trigonométrica completamente exacta, debido a que la
aproximación babilónica a la aritmética y a la geometría era muy diferente".

Y quizás lo más excitante es que esos conocimientos de Babilonia podrían mejorar


y simplificar aspectos en campos como la topografía y la infografía, además de
hacerle la vida más fácil a los bachilleres.

Menos complicada, más exacta


Para poder afirmar que algo es mejor que lo que nos dejaron los griegos, que
hemos estado usando durante siglos, hay que fundamentarlo, así que empecemos
valiéndonos de una imagen que los autores del estudio usaron en su artículo en la
revista The Conversation.
La conceptualización del triángulo rectángulo de los griegos, a la izquierda, y de los babilonios, a la
derecha

La conceptualización del triángulo rectángulo de los babilonios era distinta a la de


los griegos.
La trigonometría, nos enseñaron en la escuela, es una rama importante de las
matemáticas dedicada al estudio de la relación entre los lados y ángulos deun
triángulo rectángulo y una circunferencia.

El problema es que al mezclar triángulos con círculos es que cuando se calcula la


razón de los lados, todo se complica y las cantidades tienen que ser aproximadas.

Los babilonios, en contraste, no usaban ángulos ni aproximaciones en su


trigonometría.
Para ellos, explica Manfield, un triángulo rectángulo era la mitad de un rectángulo.

Y tenían otra ventaja.


Un sofisticado sistema numérico

¿60 mejor que 10 o 2?

El sistema de los babilonios era sexagésimo, en base 60, como el que usamos
para medir el tiempo.

Ese sistema es mejor para hacer cálculos exactos.


"Si divides una hora en 3, el resultado es exactamente 20 minutos", ilustra Manfield.
"Si divides un dólar en tres, el resultado es 33 centavos, y te sobra uno".

El sistema sexagésimo permite hacer muchas más divisiones exactas que el


decimal.

Una hora, por ejemplo, puede ser dividida exactamente en 30, 20, 15, 12, 10, 6, 5,
4, 3, 2 y 1 minutos.

Un dólar sólo podemos dividirlo exactamente en 50, 25, 20, 10, 2 y 1 centavos.
¿Y si lo adoptamos?

Daniel Mansfield con la tableta babilonia Plimpton 322 que está en la Biblioteca de Libros y
Manuscritos Raros de la Universidad de Columbia en Nueva York.

Es curioso que nuestra tendencia parece ir en la dirección contraria: cuando


llegaron las computadoras, escogimos un sistema simple: el binario.

Con sólo el 1 y el 0 hemos logrado hazañas que hace unas décadas eran ciencia
ficción.

Sin embargo, la simplificación tiene precio. Cuando se trata de proyectos que


requieren muchas medidas y cálculos, y el sistema te obliga a usar números
irracionales, sacrificas la exactitud.
"Si las computadoras pudieran ser programadas para trabajar en base 60, serían más
precisas y menos costosas", señala Mansfield.

En computación se gasta mucha energía calculando números inexactos y cuando


se hacen aproximaciones, se cometen más errores.

Además, los estudiantes quizás entenderían más fácilmente el método de


medición geométrica de los babilonios.
¿Sin senos y cosenos?

Sin números irracionales, sin ángulos, sin senos, cosenos, tangentes ni


aproximaciones, la trigonometría babilonia era más precisa.

Sin embargo, quedó en el olvido.

Quizás fue porque la trigonometría griega es más apropiada para los cálculos
astronómicos, señalan Manfield y Wildberger, pero aclaran que la razón por la cual
no se siguió usando sigue siendo un misterio y está lejos de ser el único.
"Apenas estamos empezando a entender esta antigua civilización, que seguramente
tiene muchos otros secretos por descubrir".

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Historia Mathematica Enlace


https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0315086017300691

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