El Proyecto

conjunto
La Cátedra de las Américas (CA) es un

Cátedra de las Américas

Por su parte, la Secretaría General de la foro de análisis y discusión de temas
OEA organiza las conferencias y se relacionados con el quehacer democrático
compromete a difundirlas por todos los hemisférico, que nació en septiembre del
medios a su disposición en el ámbito 2004 como una iniciativa de la
hemisférico, incluyendo las transmisiones Representación Permanente del Perú ante
vía satélite. Todas las transmisiones de la la Organización de los Estados
Cátedra son a través de la Red Edusal y Americanos (OEA), entonces a cargo del
llegan a treinta y cuatro países, con una Dr. Alberto Borea Odría, conjuntamente
audiencia de un mínimo de cuarenta con la Universidad de San Martín de
millones de personas. Además, los Porres del Perú (USMP). El Consejo
programas son íntegramente Permanente de la OEA, en reunión
transmitidos por la Voz de América realizada el 29 de septiembre de 2004,
(VOA). aprobó esta iniciativa.

Las Conferencias también se difunden en El propósito fundamental de la CA es

la Página Web institucional de la OEA y promover el debate político - académico
en el Portal Educativo de las Américas. (no partidario) en la región, mediante
Las exposiciones de las conferencias son conferencias sobre el fortalecimiento de
editadas y publicadas en Lima a través de la democracia, la promoción y protección
DVD, folletos y un Suplemento Especial de los derechos humanos, el desarrollo
que son distribuidas en los principales social y la lucha contra la pobreza y la
medios de comunicación del país. seguridad internacional.

En programas radiales también se A través de un Acuerdo de Cooperación

UNA LECCIÓN DE DEMOCRACIA

difunden las conferencias de la Cátedra y entre la OEA y la USMP se formalizó la
un compendio de las mismas se incluirá creación de la CA. La firma de este
en la publicación anual de la Secretaría Acuerdo se realizó el 15 de diciembre del
General. De igual forma se hará en la 2004, en la Ciudad de Washington D.C.,
Revista Américas, que edita sede de la OEA, entre el Secretario
bimensualmente la OEA, y en el Boletín General Interino de la OEA, Embajador

Cátedra
Mensual electrónico Americas Luigi Einaudi y el Rector de la
Newsletter. Universidad de San Martín de Porres,
Ing. José Antonio Chang Escobedo.
El seis de diciembre de 2005 se renovó el Asistieron a la ceremonia los
Acuerdo de Cooperación entre la USMP representantes de todas las misiones

de las
y la OEA para la realización, durante el diplomáticas acreditadas en el organismo
año 2006, de otras doce conferencias, de interamericano.
las cuales dos se realizarán en Lima. La
renovación del convenio se suscribió en la La USMP participa con una contribución

Américas
sede de la OEA en la ciudad de financiera y durante el año 2005 se
Washington y firmaron el documento el realizaron diez conferencias, nueve en
Rector de la USMP Ing. José Antonio Washington y una en Lima, en virtud de
Chang Escobedo y el Secretario General lo que establece el convenio. La
de la OEA, Dr. José Miguel Insulza. conferencia en Lima se llevó a cabo el 15
de julio del 2005 en la que el Secretario
General de la OEA, José Miguel Insulza,

UNA LECCIÓN DE DEMOCRACIA fue el expositor principal.

Cátedra de
las Américas
UNA LECCION DE DEMOCRACIA
© Fondo Editorial Cátedra Perú

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca

Nacional del Perú Nº 2006-1795
Cátedra de
las Américas
UNA LECCION DE DEMOCRACIA
Presentación

A
menudo nos preguntan por qué la Universidad de San Martín de Porres -una
entidad educativa privada de un país todavía en vía de desarrollo como el Perú-
auspicia un proyecto como la Cátedra de las Américas de la Organización de
los Estados Americanos.
Las razones son muy claras: Estamos iniciando un nuevo milenio y una nue-
va era, la llamada Era del Conocimiento, en la cual un mundo globalizado tiene la posibili-
dad de compartir y procesar información, traspasando las antiguas fronteras de los Estados
- Nación, para convertirla en conocimiento al servicio del ser humano en cualquier rincón del
planeta.
El rol de las universidades, en este contexto, es generar y transmitir el conocimiento uni-
versal, dándole valor y permitiendo que con su uso y difusión las organizaciones sociales y los
ciudadanos mejoren su competitividad y su calidad de vida.
De hecho, en esta nueva etapa de la humanidad sólo hay tres caminos posibles: rebelarse
radicalmente contra la Aldea Global, al estilo de quienes se opusieron infructuosamente a la
Revolución Industrial; adaptarse mansamente a las condiciones cambiantes del entorno glo-
balizado, corriendo el riesgo de perder la propia identidad; o influir y liderar el cambio.
Coincidiendo con este análisis de la realidad contemporánea, el enunciado de la Misión de
la Universidad de San Martín de Porres es diáfano. Dice: “Nos dedicamos a la formación de
profesionales competitivos con sólidos valores humanísticos, éticos y morales. Contribuimos
a la promoción, desarrollo y difusión de la ciencia, la tecnología y la cultura. Proyectamos
nuestra acción a la comunidad, propiciando la construcción de una sociedad moderna, justa
y equitativa”.
En consecuencia, en el Perú la Universidad de San Martín de Porres se ha consolidado
como una entidad académica, científica y cultural, donde se vive un ambiente de cambio y
sana competencia; pero sobre todo, con un uso cada vez más intensivo de las modernas tecno-
logías creadas por el hombre en la senda de construir un nuevo mundo con nuevos paradig-
mas, liderada por profesionales con una adecuada preparación multidisciplinaria, asentada
sobre sólidos valores éticos y morales, y afirmada en el convencimiento de su rol protagónico
en la construcción de un futuro exitoso.
Para compartir más allá de las fronteras nacionales esta visión institucional, así como el
avance en la investigación de los miembros de su claustro, la USMP ha desarrollado una am-
plia estrategia internacional que incluye la vinculación con una larga lista de universidades y
centros de investigación del exterior así como la suscripción de convenios que permitan a sus
estudiantes y profesores convalidar sus conocimientos y títulos en diferentes países.
Dentro de este esquema de trabajo es que, en diciembre de 2004, se tomó la decisión de aco-
ger la iniciativa del entonces representante del Perú ante la Organización de Estados America-
nos, Dr. Alberto Borea Odría, para incorporar a nuestra Universidad en el proyecto de la Cátedra
de las Américas, cuyo balance del primer año ofrecemos en este volumen compilatorio.
 Esta Cátedra tiene un eje temático fundamental: la reflexión hemisférica doctrinal y política
sobre cuestiones comunes a los treinta y cuatro países miembros de la Organización, tales
como la preservación y ampliación de la democracia, la defensa de los derechos humanos, el
desarrollo económico y social y los retos para la seguridad regional, entre otros.
Esta agenda coincide plenamente con la filosofía de la Universidad de San Martín de Po-
rres que siempre ha postulado ideales integracionistas interamericanos.
Coincide también con el esfuerzo académico de contribuir a encontrar fórmulas prácticas
y verdaderamente viables para mejorar el sistema democrático, cuya evolución internacional
nos indica que, siendo una forma de gobierno esencialmente buena, todavía es imperfecta.
Sobre esta materia el primer expositor de la Cátedra de las Américas, el ex presidente nor-
teamericano James Carter, dio una lección magistral cuando, entre otras cosas fundamentales,
recordó: “Para la conservación de la democracia es necesario que los dirigentes no guberna-
mentales ayuden a proveer respuestas apropiadas cuando la democracia se vea amenazada”.
Entre tanto, y como se apreciará en la edición de las siguientes páginas, precisamente el
debate democrático ya ha cobrado vuelo de la mejor manera y con el concurso de persona-
lidades del mayor nivel de nuestro hemisferio, a lo largo de las primeras diez conferencias
y los respectivos paneles de análisis realizados tanto en la sede institucional de la OEA en
Washington, D.C. así como en nuestro campus de Lima.
Atentos siempre a la urgencia que la Universidad tenga una proyección social amplia den-
tro del Perú y en el exterior, el pensamiento rector de quienes han ocupado el podio de esta
singular Cátedra ha sido llevado, mes a mes, a una audiencia de casi cuarenta millones de
ciudadanos en todas las Américas a través de la radio, la televisión y la prensa escrita.
El haber hecho realidad la Cátedra de las Américas, y que este proyecto de difusión de la
ideas en nuestro hemisferio continúe, se debe en gran parte a ciertas personas que deben me-
recer el reconocimiento especial del hemisferio: a la tenacidad de Alberto Borea, que permitió
que el proyecto fuera una realidad, al entonces secretario general (i) de la OEA Luigi Einaudi,
que acompañó en forma decidida los pasos iniciales la Cátedra de las Américas, al Dr. José
Miguel Insulza, actual Secretario General de la OEA, que le ha dado su respaldo y garantía de
continuidad al proyecto, y finalmente a Irene Klinger y su equipo, quienes vienen poniendo lo
mejor de si en que este Cátedra sea exitosa mes a mes.
Nuestro compromiso, sin embargo, no queda allí. La USMP ha renovado el Acuerdo de
Patrocinio de la Cátedra de las Américas por un año más. De modo que esperamos seguir
contribuyendo a que el continente americano participe del liderazgo democrático en estos
tiempos de globalización.

Ing. José Antonio Chang Escobedo

Rector de la USMP
Lima, marzo de 2006
Prólogo

E
n septiembre de 2004, el Consejo Permanente de la Organización de
los Estados Americanos, en respuesta a una iniciativa del entonces
representante del Perú ante la OEA, embajador Alberto Borea Odría,
creó la Cátedra de las Américas mediante la resolución 870, con el
objeto de enriquecer el debate hemisférico sobre los principales te-
mas de la agenda interamericana. Esta iniciativa, que consiste en conferencias men-
suales donde célebres personalidades comparten sus conocimientos y experiencias
con el público en general, ha resultado ser uno de los programas de difusión más
innovadores y exitosos de la Organización en los últimos años.
En el mundo de hoy las ideas que no se difunden de manera masiva probable-
mente no tienen la trascendencia que muchas de ellas deberían tener. Debido a los
escasos recursos de nuestros países y a lo difícil de la comunicación, la comparecen-
cia de personajes de talla mundial en las provincias o distritos de nuestras naciones
se vuelve complicada, y a veces hasta inaccesible. Ello hace que nuestros jóvenes
y nuestra ciudadanía sientan lejanas las preocupaciones y el quehacer de nuestros
líderes.
El éxito de esta iniciativa radica en que, haciendo uso de las más avanzadas
tecnologías de la información, la Cátedra de las Américas incorpora al diálogo hemis-
férico a millones de personas que desde cada uno de los rincones de nuestros países
siguen las exposiciones de los conferencistas en el idioma en el cual nos comunica-
mos (gracias a la traducción simultánea al inglés, español, francés y portugués), ya
sea en vivo o en diferido, a través de la televisión, radio o internet. La señal es libre y
puede ser tomada por cualquier estación, en el entendido que está en el interés y en
el mandato de la OEA que todos los habitantes de América puedan beneficiarse de
este flujo de pensamiento.
La circulación de ideas y experiencias que promueven una integración he-
misférica en torno a valores compartidos hace que este espacio creado por la Cátedra
sea muy valioso. La adopción de principios fundamentales sobre la democracia y
gobernabilidad ha sido expresada en la Carta Democrática Interamericana adoptada
por los cuerpos políticos de la OEA en el año 2001. Asimismo, en ese documento
hemos fijado muchas de las metas que nuestros países deben alcanzar para satisfacer
las necesidades básicas de nuestros pueblos, tanto desde el punto de vista material
como intelectual. Las Cátedras tienen el propósito de dialogar sobre formas de en-
frentar los problemas que sufre el hemisferio e identificar alternativas para resolver-
los. Los temas que se tratan en el marco de esta serie incluyen el fortalecimiento de la
democracia, la promoción y protección de los derechos humanos, el desarrollo social,
la lucha contra la pobreza y la seguridad hemisférica. Asimismo, para seguir con el
curso de reflexión de los temas planteados en las Cátedras mensuales hemos instado
a varias instituciones académicas y de la sociedad civil a que elaboren programas
de debate nacional en los Estados miembros.
Consciente de la necesidad básica y el derecho inherente de nuestros ciudada-
nos al acceso al conocimiento a través de la comunicación, la Universidad de San
Martín de Porres, con el firme liderazgo e inagotable dinamismo de su rector, el in-
geniero José Antonio Chang Escobedo, se unió a los esfuerzos de la OEA para lograr
este emprendimiento visionario. Es por ello que le estoy muy agradecido al rector
Chang y a todos sus colegas en la Universidad, ya que sin su apoyo esta iniciativa
no se hubiera hecho realidad. La Universidad de San Martín de Porres se puso en
la vanguardia de esta tarea que trasciende las aulas y que convierte a América en
un gran salón pensante.
En 2005 contamos con prestigiosos oradores entre los que se encuentran el
ex presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter; Enrique Iglesias, ex presidente
del Banco Interamericano de Desarrollo; Philippe Kirsch, presidente de la Corte In-
ternacional Penal; John Taylor, ex secretario adjunto del Tesoro para Asuntos Inter-
nacionales; Derek Walcott, Premio Nóbel de Literatura; Alejandro Miró Quesada,
presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa; José Miguel Insulza, secretario
general de la OEA; Felipe González ex Presidente de Gobierno de España; George
Alleyne, director emérito de la Organización Panamericana de la Salud; y Cheng
Siwei, vicepresidente del Congreso Nacional de la República Popular China.
En el primer trimestre de 2006 tenemos previsto contar con la presencia
de un notable elenco de expositores, incluyendo al ex presidente de Brasil, Fer-
nando Henrique Cardoso, el magistrado español Baltasar Garzón, y el reconocido
economista Jeffrey Sachs, entre muchos otros. Cada uno de estos expositores está
contribuyendo con sus propuestas a construir una América más próspera, más libre
y más justa para nuestras futuras generaciones. Nos sentimos orgullosos de formar
parte de esta iniciativa junto a la Universidad de San Martín de Porres y los países
de las Américas, y esperamos seguir enriqueciéndonos con esta nueva herramienta
de dialogo hemisférico por muchos años más.

José Miguel Insulza

Secretario General
Organización de los Estados Americanos
Origen del Proyecto

L
a Cátedra de las Américas es uno de los proyectos de extensión
más importantes de la OEA y permite que en todos los lugares del
hemisferio se escuche la voz y el pensamiento de personas nota-
bles en su especialidad que, de otro modo, serían de casi imposible
acceso para una inmensa pléyade de personas con inquietud por
extender sus horizontes culturales: autores de los que han oído hablar, pensado-
res de los que alguna vez leyeron algo, estadistas de quienes se sabe han condu-
cido con sabiduría a sus pueblos.
La Cátedra tiene su origen en continuar con su proceso de relegitimación y
reposicionamiento de cara a los ciudadanos del hemisferio. Mucho se avanzó en
materia de Derechos Humanos frente a los cuales los dictadores por lo menos
se vieron en problemas para pasar las agresiones que cometían de las que antes
nadie se atrevía a hablar o se tomaban como cosas normales de la política o temas
internos de Estado en los que no había razón para inmiscuirse.
El inicio se dio en una reunión habida con los embajadores del grupo ALA-
DI, llevada a cabo en la residencia del representante del Perú. Allí propuse a
mis colegas que, con el poder de convocatoria de la OEA, que todavía existe,
y con las maravillas del avance tecnológico, podríamos hacer que el continente
escuchara nuevas ideas que redundaran en beneficio de la colectividad y nos
pusieran a tono con las corrientes mundiales. Hubo entusiasmo en algunos, espe-
cialmente de Esteban Tomic, representante de Chile, quien de inmediato reforzó
la idea. Como es natural, en otros se instaló el escepticismo de ver plasmada una
tarea que no obstante catalogarse como buena rompía el molde de lo tradicional.
¿Sería posible llevarse a cabo? ¿No habían fracasado antes otras ideas también
buenas?
Insistimos con Esteban Tomic en que valía la pena hacer el esfuerzo. Me puse
al frente del mismo. No importaría si fracasaba. El primer argumento en contra
era el de si gente de valía acudiría a la convocatoria. Pensé que nadie de un ni-
vel tan alto se resistiría a brindar su concurso a un auditorio tan vasto. Tuvimos
razón. Todos los convocados o fueron o están por ir en la fecha en que se fije. El
siguiente problema fue el costo de una conferencia de un personaje de ese nivel.
Pensé que en esas circunstancias era casi como una filantropía y que, aunque la
OEA sólo podría dar una remuneración muy pequeña, varios de ellos, incluso, no
aceptarían la cifra, o que se podía combinar con las instituciones que tienen su
sede en Washington y con las que estas personas tienen constantes vínculos, que
nos podrían ayudar a llevarlos a esa ciudad. Así fue. Por otra parte, los propios
países del continente y de fuera de él se sentirían muy honrados en que uno de
sus connacionales asistiera a esta tribuna. Siempre hay un dejo de representación

14
aunque no se encuentre la persona en el ejercicio del poder público. También las
embajadas de los países de América y de otros continentes que tienen embajado-
res acreditados apoyaron la iniciativa. En realidad, la gran mayoría de los confe-
rencistas han aceptado asistir de manera graciosa asistir a la Cátedra.
El tema era cómo se hacía para financiar los demás gastos, los correspondientes
a los traductores, porque era esencial al proyecto que se transmitiera en directo en
todos los idiomas, así como otros gastos administrativos esenciales. Nuevamente
nos pusimos en marcha. Luego de diversos intentos, donde siempre el tiempo era
nuestro enemigo, se concretó el apoyo decidido de la Universidad San Martín de
Porres, a través del doctor David Cunza, antiguo amigo mío. Su rector, el ingeniero
José Antonio Chang Escobedo, entendió rápidamente la importancia del mismo
y los beneficios que para la Universidad tendría la promoción por toda América
de esta iniciativa. Se cumplió con todos los requisitos legales y, el 25 de enero el
presidente Jimmy Carter, Premio Nóbel de la Paz, dio inicio a la Cátedra de las
Américas.
Hoy la Universidad continúa auspiciando este esfuerzo y sigue en un proceso
de relación fructífera con el mundo internacional. La OEA, por su parte, puede
mostrar al mundo su convocatoria y difundir pensamiento de calidad y pluralidad.
Cumple así con una nueva e importante tarea. En este esfuerzo tanto el secretario
general(i), Luigi Einaudi, como la doctora Irene Klinger, jugaron un rol importan-
te, especialmente esta última, que con su liderazgo arrasó todos los “peros” que se
ponen a las nuevas iniciativas. En resumen, la conjunción de esfuerzos, el apoyo
decidido de los embajadores del hemisferio, el criterio de no convertir a la Cátedra
en una tribuna para que hablen las autoridades políticas que están en el poder,
ha permitido la existencia de esta nueva ventana que pueden ver, a través de los
canales del hemisferio y gracias al apoyo de La Voz de América de los Estados
Unidos y del satélite mexicano, más de cincuenta millones de personas en nuestro
hemisferio.

Alberto Borea Odría

Lima, marzo de 2006

15
 Un esfuerzo singular

E
s muy satisfactorio que la Cátedra de las Américas sea
una iniciativa peruana. Que sea un proyecto presentado
por su delegación ante la OEA y que sea hecha posible
y concretada gracias al apoyo de la Universidad de San
Martín de Porres.
Con esto, el Perú cumple un rol destacado en la generación y el de-
bate de ideas trascendentales. Y sigue así el rol destacado que, desde
mi perspectiva, ha cumplido durante los siglos XIX y XX.
Enfatizo la importancia de este proceso y la existencia de la Cátedra
de las Américas, porque efectivamente los hechos de la vida suelen ser,
a veces, muy duros. Pero no se pueden interpretar correctamente los
acontecimientos, no se puede verdaderamente valorizar lo que pasa,
sin reflexiones académicas, sin contrastar las ideas. El reto, es además,
grande en el mundo actual porque vivimos embestidos por presiones
globales, y cuando esas presiones surgen de otras culturas muy dife-
rentes a la nuestra,
Necesitamos ideas, necesitamos saber interpretar las cosas. Por eso
es honroso que a través de la Cátedra de las Américas el Perú esté pro-
tagonizando un esfuerzo en la OEA, en nuestro hemisferio.
Eso nos ayudará a interpretar y mejor entender los problemas de un
mundo profundamente complejo que no podemos dejar que se con-
vierta en ajeno.

Luigi Einaudi
Secretario General Interino de la OEA
Washington, 13 de mayo de 2005

16
Condecoración de la USMP impuesta
por su recutor José Antonio Chang a
Luigi Einaudi.

17
La OEA hoy

L
a Organización de los Estados Americanos (OEA) reúne a los países del hemis-
ferio occidental para fortalecer la cooperación mutua y defender los intereses
comunes. Es el principal foro de la región para el diálogo multilateral y la ac-
ción concertada.
La misión de la OEA se basa en su inequívoco compromiso con la demo-
cracia como lo afirma la Carta Democrática Interamericana: “Los pueblos de América tienen
derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”. Sobre
esta premisa, la OEA trabaja para promover la buena gobernabilidad, fortalecer los derechos
humanos, fomentar la paz y la seguridad, expandir el comercio y abordar los complejos pro-
blemas causados por la pobreza, las drogas y la corrupción. Por medio de las decisiones de sus
organismos políticos y los programas ejecutados por la Secretaría General, la OEA promueve
la colaboración y el entendimiento entre los países americanos.
Los Estados miembros de la OEA han intensificado su cooperación mutua desde el final
de la Guerra Fría, asumiendo nuevos e importantes desafíos. En 1994 los treinta y cuatro
presidentes y primeros ministros democráticamente electos del hemisferio se reunieron en
Miami para celebrar la Primera Cumbre de las Américas, en la que establecieron amplios
objetivos de desarrollo político, económico y social. Desde entonces, los líderes de la región
continúan reuniéndose de manera periódica para examinar intereses y prioridades comunes.
Por medio del proceso de Cumbres de las Américas, han confiado a la OEA un creciente
número de responsabilidades para ayudar a promover la visión compartida de sus países.

18
 La USMP

N
uestra Universidad debe su nombre al patrón de la Orden Dominica, el santo
peruano fray Martín de Porres.
La Orden de Predicadores, conocida también como Orden Dominica, fue
fundada por Santo Domingo de Guzmán, alcanzando su confirmación oficial
el año 1216 por mandato del Papa Honorio III.
Tres siglos después, en el año 1535 –luego de la fundación de Lima- los dominicos se esta-
blecieron en el Perú en el convento de Santo Domingo.
Bajo el mandato moral de “Id por el mundo y enseñad a todas las naciones” se originaron
en ese claustro la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1551) y, luego la Universidad
que hoy representamos, con la distancia conceptual y funcional de los tiempos históricos que
corresponden a cada una de ellas.
No obstante, para determinar propiamente el punto de partida de la actual Casa de Estu-
dios Superiores debemos remontarnos al Instituto Pro Deo, dedicado a la Filosofía y la Teolo-
gía, fundado por el sacerdote dominico Vicente Sánchez Valer.
Ese organismo, luego de convertirse en el Instituto Peruano de Estudios Filosófico Sociales,
alcanzó el rango de Universidad el 17 de mayo de 1962 con el nombre de Universidad de San
Martín de Porres.
Actualmente la USMP cuenta con infraestructura y equipamientos propios del siglo XXI, y
tiene dos sedes: en Lima, la ciudad capital de la república, y en la norteña ciudad de Chiclayo,
capital del departamento de Lambayeque.
Habiéndose convertido en la Universidad más grande del país, hoy nuestras aulas alber-
gan a diecinueve carreras profesionales en nueve facultades, y atienden a más de treinta mil
estudiantes. El personal docente bordea los tres mil profesores especializados en las distintas
áreas del conocimiento, de los cuales trescientos setenta y cuatro son docentes ordinarios. El
personal administrativo, a su vez, lo componen seiscientos noventa y seis personas. De modo
que se trata de un enorme equipo comprometido con el saber y la cultura.
La USMP canaliza su misión a través de tres funciones: la investigación científica, la do-
cencia y el servicio a la sociedad. Ello conduce a la formación de académicos y profesionales
del más alto nivel, capaces de responder a las exigencias de una sociedad cambiante.

19
Introducción

H
ace un año, el 25 de enero de 2005, La Cátedra es además una experiencia intere-
el Salón de las Américas de la Orga- sante de alianza estratégica entre una Universidad
nización de los Estados Americanos visionaria y un organismo internacional. Los Esta-
(OEA) se vistió de fiesta para recibir al dos Miembros de la OEA y el dedicado entusiasmo
ex presidente Jimmy Carter de los Estados Unidos, del ingeniero José Antonio Chang Escobedo rector
quien se refirió a “Las Promesas y los Peligros de la de la Universidad de San Martín de Porres de Lima,
Democracia”. Allí se produjo, con la participación Perú, son los verdaderos artífices de este programa,
de más de seiscientas personas de Washington DC que continúa desarrollándose gracias a su apoyo en-
interesadas en las Américas, el lanzamiento de lo tusiasta.
que hoy es conocido en el hemisferio como la ini- La OEA, al patrocinar estos eventos, ha dado un
ciativa de la “Cátedra de las Américas”. A la fecha, paso adelante en el fortalecimiento de la democra-
la OEA ha promovido un fructífero y participativo cia hemisférica por medio del intercambio vigoroso
debate sobre los grandes asuntos de la agenda he- de ideas, de la promoción de la tolerancia y del de-
misférica, por medio de diez Cátedras impartidas bate activo. Con ello se ha sembrado una semilla
por connotadas personalidades del mundo y trans- importante para contribuir al rico proceso de fortale-
mitidas en vivo al continente vía televisión, radio e cimiento de la democracia en las Américas.
internet. Gracias a una amplia cobertura y difusión
en los medios de comunicación, hemos logrado que
millones de habitantes de las Américas tengan ac- Irene Klinger
ceso por primera vez a disertaciones magistrales de Directora del Departamento de Relaciones Exter-
expositores de primer nivel, dispuestos a compartir nas de la OEA y coordinadora de la Cátedra de las
sus experiencias e ideas sobre los temas que más in- Américas.
quietan a los ciudadanos del Hemisferio. En nume-
rosos países las exposiciones han sido seguidas por
amplios debates, ofreciendo una oportunidad única
a vastos sectores de la población de ser partícipes di-
rectos en discusiones que usualmente estaban limi-
tadas sólo a un grupo pequeño de personas en unas
pocas capitales. En este mundo de la globalización
que vivimos, el estar conectado y al corriente de los
grandes acontecimientos y líneas modernas de pen-
samiento es imprescindible para fortalecer la demo-
cracia y asegurar un desarrollo sostenible. Hoy en
día, la ciudadanía reclama no sólo poder escuchar
sino también participar en los debates de nuestro
tiempo. Las cátedras han llevado a los hogares de
las Américas discusiones sobre el desarrollo social,
la lucha contra la pobreza, la promoción y la protec-
ción de los derechos humanos, las preocupaciones
sobre la seguridad y la diversidad cultural.

20
Irene Klinger, coordinadora de la
Cátedra de las Américas.

21
 JIMMY CARTER ,
I
conferencia
EX PRESIDENTE DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.
“LAS PROMESAS Y PELIGROS
DE LA DEMOCRACIA”.
Washington, DC - 25 de enero de 2005
P
or mucho tiempo he estado interesa-
do en esta organización. Hace treinta
años, como gobernador del Estado de
Georgia, invité a la Asamblea General
de la OEA a reunirse en Atlanta en
la primera reunión en los Estados Unidos fuera de
Washington. Más tarde, como presidente, asistí y me
dirigí a la concurrencia en todas las asambleas gene-
rales celebradas en Washington.
En aquel entonces me di cuenta que la mayor
parte del hemisferio estaba gobernado por regímenes
militares o dictaduras personales. Las audiencias en
el Senado que se habían realizado en Washington
indicaban y confirmaban que Estados Unidos parti-
cipaba en la desestabilización del gobierno de Salva-
dor Allende en Chile, y se estaba realizando la gue-
rra sucia en Argentina. Decidí dejar de apoyar a los
dictadores y hacer de la protección de los derechos
humanos la piedra angular de la política exterior de
los Estados Unidos, no solamente en el hemisferio
sino en todas las naciones.
Cada embajador de Estados Unidos en el mundo
fue instruido por mi mismo de ser un representante
permanente para reforzar los derechos humanos y
ofrecer refugio a aquellos perseguidos por sus pro-
pios gobiernos.
Más tarde, cuando firmamos los tratados del Ca-
nal de Panamá, en esta misma sala magna en 1977,
muchos de los líderes militares no electos compar-
tían el estrado. Algunos Estados claves del Caribe
estaban ausentes, ya que no eran parte del sistema
interamericano. Luego, en 1979, en Ecuador co-
menzó la tendencia de retornar a gobiernos civiles.
La Convención Interamericana sobre Derechos Hu-
manos muy pronto entró en vigencia y nuestro he-
misferio desarrolló una de las normas más robustas
en derechos humanos en todo el mundo.
Estos compromisos con los derechos humanos
trajeron inmensos progresos a América Latina y
el Caribe. Los ciudadanos empezaron a participar
en todos los aspectos de gobierno, más mujeres se
postulaban como candidatas a cargos políticos, y se-
24
rían nombradas a altos cargos. Los grupos indígenas
formaban movimientos sociales y partidos políticos,
organizaciones cívicas reclamaban transparencia y
rendición de cuentas de sus propios gobiernos. Hoy
la libertad de expresión florece y hay una prensa in-
dependiente y vibrante, los defensores del pueblo u
obusman y defensores de los derechos humanos están
activos y muchos países están aprobando y aplicando
legislaciones para garantizar que los ciudadanos ten-
gan acceso a la información.
El Caribe de habla inglesa ha sostenido demo-
cracias vibrantes, un Chile democrático quita las
prebendas militares del tiempo de la Constitución
de Pinochet, y las FFAA reconocen su responsabi-
lidad institucional por las torturas y desapariciones
de la década de los 70. En América Central se han
terminado las dictaduras civiles y la democracia so-
brevivió. El gobierno de Guatemala ofreció disculpas
públicas por el asesinato de Myrna Mack, y un sal-
vadoreño responsable por el asesinato del arzobispo
Oscar Arnulfo Romero fue procesado y condenado el
año pasado, aun cuando fue en ausencia.
Los venezolanos han evitado la violencia civil al
mismo tiempo que sufren una profunda división po-
lítica en los últimos tres años. México desarrolló una
institución electoral que se ha vuelto la envidia del
mundo entero. La democracia argentina sufrió la cri-
sis financiera más profunda desde la depresión de los
años 20, y su economía ahora se está recuperando.
Hace cuatro años Canadá y Perú ocuparon pues-
tos de avanzada en desarrollar un nuevo compromiso,
más explícito hacia la democracia en el hemisferio, y
el día aciago del 11 de setiembre del 2001 se firmó la
Carta Democrática Interamericana.
Me siento orgulloso de haber sido testigo de estas
muestras del valor, de la perseverancia y efectividad
del pueblo del hemisferio. Pero también estoy pre-
ocupado, me inquieta que estos altos ideales repre-
sentados en la Carta Democrática no estén siendo
seguidos, me preocupa que la pobreza y la desigual-
dad continúen sin amainar. Y también me preocupa
que nosotros, en esta sala, representando gobiernos
y en algunos casos sociedades privilegiadas no esta-
mos demostrando la voluntad política de apuntalar
las democracias frágiles, proteger y defender nuestro
sistema de derechos humanos y atacar los problemas
que crean la desesperación.
Desde nuestra época en la Casa Blanca mi esposa
Rosalyn y yo nos esforzamos por promover la paz,
la libertad, la salud y los derechos humanos, espe-
cialmente en este hemisferio y en África. Nuestro
personal tan dedicado en el Centro Carter ha traba-
jado en cincuenta y cuatro elecciones, la última en
Palestina hace dos días, para asegurar que sean ho-
nestas y competitivas. Los desórdenes civiles se han
vuelto cada vez más raros en el hemisferio y todos
los países, a excepción de Cuba, han tenido por lo
menos una elección largamente competitiva a nivel
nacional.
Sin embargo, la diminuta Guyana, donde nosotros
en el Centro Carter hemos ya participado durante
doce años, se mantiene presa de tensión racial y de
estancamiento político. El concepto de gobernabi-
lidad que existe aquí y en otros países debe existir
también en Guyana y debe mantenerse. En Haití,
donde hemos vigilado la primera elección libre de
su historia, y en donde el mundo ha contribuido con
cientos de millones de dólares en ayuda, no ha podi-
do escaparse de la tragedia de la violencia y de la po-
breza extrema. En Nicaragua tuve el privilegio de ser
testigo de las dotes de estadista de Daniel Ortega que
transfirió el poder a Violeta Chamorro en medio de la
noche. Sin embargo, este país sigue todavía atrapa-
do en un callejón sin salida y le sigue solamente en
pobreza a Haití.
A través de los programas del PNUD y el Baróme-
tro Latino se revela la miseria y muchos ciudadanos
están descontentos con la ejecución de estos gobier-
nos electos. Es que todavía creen en la promesa de
los principios de la democracia, pero no creen que
sus gobiernos estén cumpliendo las promesas en las
mejoras en los niveles de vida, libertad de conduc-
ción y acceso equitativo a la justicia. Nosotros corre-
mos un riesgo muy real de que este descontento con
la actuación de los gobiernos electos vaya a transfor-
marse en desilusión con la democracia misma.
¿Cómo podemos proteger los adelantos que he-
mos obtenido y evitar la conclusión peligrosa de que
la democracia, tal vez después de todo, no vale la
pena?
El mayor desafío de nuestra época es la brecha
creciente entre los ricos y los pobres, tanto dentro de
los países como entre los ricos del norte y los pobres
del sur. Constatamos como el 45 %, o sea doscientos
veinticinco millones de personas en América Latina
y el Caribe, viven bajo el nivel de la pobreza, y el
coeficiente matemático que mide la desigualdad de
ingresos revela que América Latina tiene la distribu-
ción más desigual en el mundo, que cualquier región
del mundo. Esta brecha de ingresos sigue aumen-
tando y ha seguido siendo así en los últimos quince
años.
Cuando la gente vive en una pobreza dolorosa
no tiene ninguna esperanza para mejorar la vida
de sus hijos si no reciben los derechos y beneficios
de la ciudadanía, y a la larga van a hacer conocer
sus reclamos y tal vez lo hagan de manera radical
y destructiva. Los gobiernos y los privilegiados de
cada país deben de tomar la decisión y demostrar
la voluntad de incluir a todos los ciudadanos en los
beneficios de la sociedad.
Las elecciones democráticas han mejorado, pero
también hemos sido testigos de una tendencia peli-
grosa: que los partidos en el poder nombran a parien-
tes como autoridades electorales o son partidarias y
con prejuicios; que los gobiernos hacen mal uso de
los recursos estatales para las campañas y que los
resultados de las elecciones no son confiables para
la población. Incluso acá, en mi propio país, se dice
que todos tenemos que hacer un seguimiento justo
preelectoral para reglamentar las finanzas de la cam-
paña, de cuidar que todos los ciudadanos que ca-
lifican estén registrados y tengan la oportunidad de
votar, y que el voto se cuente de manera honesta.
Pero la democracia es mucho más que las elec-
ciones: son gobiernos que rindan cuentas, es el final
25
de la impunidad para los poderosos, es darles a los
poderes judiciales independencia de las presiones
políticas, de manera que puedan impartir justicia
con imparcialidad. Es proteger los derechos de las
minorías, incluyendo a aquellos que no votan por el
partido de la mayoría, es proteger a los vulnerables,
tales como aquellos afectados por el VIH, los niños
de la calle, aquellos que sufren enfermedades men-
tales, las mujeres abusadas por violencia doméstica,
los migrantes y los pueblos indígenas.
Los gobiernos de este hemisferio han llevado a
cabo inmensos esfuerzos de reforma económica en
las últimas dos décadas, pero estos esfuerzos todavía
no han traído la reducción necesaria de la pobreza y
la desigualdad. Demasiados gobiernos todavía con-
fían en impuestos represivos a las ventas, porque las
clases privilegiadas pueden manipular a los gobier-
nos y evitar pagar impuestos sobre sus ingresos o sus
patrimonios.
Los gastos militares se han reducido de manera
significativa pero todavía se aconseja que se reduz-
can más, ahora que las regiones democráticas y la
mayor parte de los asuntos fronterizos han sido re-
sueltos; la salud y la educación son muchos más im-
portantes que sistemas caros de armamentos.
El acceso a la tierra, los pequeños préstamos y
el fácil acceso a licencias para pequeñas empre-
sas puede canalizar el dinamismo en potencia de
la economía de cada nación. Brasil ha iniciado un
programa de hambre cero para combatir la pobreza.
Venezuela está utilizando sus ingresos de petróleo
para proveer educación a los adultos, alfabetización,
salud, servicio dental directamente dirigidos hacia
los pobres. Estos y otros programas sociales creati-
vos deberían estudiarse para ver cómo pueden ser
aplicados en otras áreas.
Cuando los líderes políticos adoptan las decisio-
nes correctas para satisfacer las necesidades de los
ciudadanos, el ciudadano también tiene una respon-
sabilidad: cumplir con la reglas establecidas por el
proceso político. Pero las ilusiones sobre los nuevos
gobiernos duran poco y algunas veces la gente se
26
frustra y trata de derrocar a un gobierno que no lo
satisface, por la violencia o por medios inconstitu-
cionales, como ha sucedido recientemente en el he-
misferio, muchas veces. Los líderes electos también
merecen una oportunidad para tomar las decisiones
duras o ser descartados en las urnas.
Los medios de comunicación juegan un papel
muy importante en la sociedad libre, la libertad de
prensa es gravitante en el hemisferio y debe ser man-
tenida así. Las leyes de desacato, el acoso a los pe-
riodistas tienen que eliminarse. Los medios también
tienen la responsabilidad de investigar con cuidado
y corroborar sus artículos antes de publicarlos.
Algunos de nosotros en las naciones más ricas
tenemos también obligaciones adicionales. Debe-
mos reconocer que vivimos en un hemisferio cada
día mas estrechamente ligado, con posibilidades
mutuas. El comercio y el turismo, por ejemplo, de
los Estados Unidos y Canadá están cada vez más co-
nectados con toda América Latina y El Caribe como
subrregiones de este hemisferio y están forjando es-
trechos lazos económicos.
Ahora estamos conectados con el flagelo del deli-
to, que es una calle de dos vías. La demanda de dro-
gas en Estados Unidos atiza la producción de drogas
en nuestros vecinos socavando la capacidad de las
instituciones democráticas de respetar el estado de
derecho de nuestros países vecinos, y la fácil dispo-
nibilidad de pequeños brazos en los Estados Unidos
ha convertido el crimen en un serio problema para
los gobiernos en el Caribe y Centro América.
Globalmente, en cierta forma, no me gusta de-
cir esto, los norteamericanos en mi país proveen
tan sólo quince centavos por cada cien dólares de
ingreso nacional en ayuda oficial para el desarrollo,
como participación de nuestra economía estamos en
los últimos en la lista entre los países industrializa-
dos. La cuenta del milenio recientemente anunciada
está diseñada para proveer ayuda adicional para los
gobiernos que busquen transparencia y rendición
de cuentas, pero en este hemisferio solamente tres
países, Bolivia, Honduras y Nicaragua, están siendo
considerados para recibir esta ayuda.
Los Estados Unidos tiene otro papel importan-
te para jugar también: entregar un ejemplo en la
protección de libertades democráticas en el país y
dando un apoyo inequívoco a la democracia y a los
derechos humanos en todas parte del mundo.
Los organismos internacionales de asistencia
financiera también tienen un importante papel, y
ser más flexibles y responsables ante las presiones
políticas y limitaciones sociales a la hora de decidir
los condicionamientos, involucrando a los ciudada-
nos locales y a sus Gobiernos en el desarrollo del
consenso para lograr estrategias de la reducción de
pobreza y ayudando al hemisferio a cumplir con los
mandatos adoptados por nuestros presidentes en las
cumbres periódicas, en las Cumbres de las Améri-
cas.
Por último, hago un llamado a todos los gobiernos
del hemisferio a hacer de la Carta Democrática algo
más que unas simples hojas de papel vacío: un do-
cumento vivo. La Carta nos compromete a ayudarnos
los unos a los otros cada vez que nuestras institucio-
nes democráticas se vean amenazadas La Carta pue-
de ser un instrumento de castigo disponiendo san-
ciones cuando se presenta un serio desafío al orden
democrático. Pero también es un instrumento para
proporcionar asistencia técnica y de aliento moral o
persuasión para prevenir una erosión democrática
desde el comienzo del proceso.
Fortalezcamos la Carta y no tengamos miedo en
utilizarla: En este momento la Carta es débil porque
es vaga en la definición de las condiciones que cons-
tituyen una violación de la misma. Cito: “alteración
e interrupción anticonstitucional del orden democrá-
tico”, como lo anota su articulo 19. La Carta tam-
bién exige el consentimiento del gobierno afectado
incluso para evaluar una amenaza a la democracia.
Si el gobierno mismo está amenazando las condi-
ciones mínimas de la democracia el hemisferio no
está preparado para actuar, ya que esto ciertamente
no constituiría una invitación por parte del gobierno
afectado.
Algunas simples acciones ayudarían a remediar
este problema y permitirle a los gobiernos del hemis-
ferio a actuar cuando sea necesario.
En primer lugar, una clara definición de lo que se
quiere decir con “alteración e interrupción anticons-
titucional del orden democrático”. Esas condiciones
deben incluir entre otros, en mi opinión, cuando
haya ocurrido la violación de la integridad de las
instituciones centrales y controles constitucionales
internos que permitan la separación de los poderes.
En segundo lugar, las celebraciones de elecciones
que no cumplan con normas internacionales míni-
mas. Estas normas están siendo definidas muy clara-
mente entre todos nosotros, incluyendo en el Centro
Carter donde participamos como observadores.
Tercero: Hay que estar atentos cuando no se estén
realizando elecciones periódicas o no se respeten los
resultados de una elección. En cuarto lugar, cuando
hayan violaciones sistemáticas de libertades básicas,
incluyendo la libertad de expresión, de asociación o
respeto a los derechos de las minorías. Quinto: cuan-
do ocurra una interrupción anticonstitucional del
mandato oficial de cualquier elegido por el pueblo.
Sexto: la remoción o interferencia arbitraria o
ilegal en el nombramiento o deliberación de los
miembros de las ramas judiciales o de los cuerpos
electorales. Sétimo: interferencia por parte de ofi-
ciales no electos, tales como oficiales militares en la
jurisdicción de los oficiales electos.
Finalmente el octavo: el uso sistemático del car-
go público para silenciar, hostigar o interrumpir las
actividades normales y legales de los miembros de
la oposición política, de la prensa o de la sociedad
civil.
Todo esto constituyen amenazas a la democra-
cia y con ciertas modificaciones después de que
se ha debatido, se ha llegado a la definición de lo
que se quiere decir por interferencia dentro de la
democracia y esto se tiene que aclarar muy de-
tenidamente. Debemos también regular y tener
una serie de respuestas automáticas para supe-
rar la inercia y la parálisis de la voluntad política
27
que resulta de normas inciertas, y la necesidad
de lograr un consenso con respecto a cada una de
las presuntas violaciones.
Cuando una amenaza democrática está identifi-
cada los presuntos trasgresores van a poder explicar
sus acciones ante el Consejo Permanente y ahí se
haría una plena evaluación. Después se podría elegir
respuestas posibles las cuales pueden escogerse de
una posibilidad distinta de opciones donde participe
no solamente la OEA, sino también existan incen-
tivos y desincentivos de parte de las instituciones
multilaterales del sector privado.
También existe un papel importante para los di-
rigentes no gubernamentales. Nosotros en el Centro
Carter hemos convocado un grupo de ex mandata-
rios del hemisferio, y de primeros ministros, para
ayudar a dar mayor visibilidad al Centro Carter para
hacer participar más a la OEA y ayudar a proveer
respuestas apropiadas cuando se vea amenazada la
democracia.
Después de casi veinte años en el Centro Carter,
hemos tenido un consejo de ex mandatarios de las
Américas, presidentes y primeros ministros que han
sido democráticamente elegidos y que han decidi-
do trabajar con nosotros en todo el hemisferio para
ayudar a las elecciones, sobre abuso de los derechos
humanos. Hemos tenido treinta y dos miembros, que
han contribuido muy resueltamente ayudándonos en
nuestro trabajo. Pero en todo caso esto es algo que lo
consideramos cuando es necesario.
28
Quiero concluir mis comentarios felicitando
a la OEA que ha logrado muchísimo progreso
desde mi administarción hace treinta años como
promotor de la libertad de la democracia y de los
derechos humanos.
La OEA es una de las organizaciones regiona-
les de más prestancia en el mundo. Este hemisferio
adoptó la primera convención contra la corrupción
en el planeta y ha elaborado mecanismos de eva-
luaciones bilaterales para las drogas; la OEA ha
trabajado y investigado el establecimiento de la paz;
proporcionando becas para los estudiantes y otros
asuntos muy importantes para toda la población de
las Américas. Además de que es un ejemplo de la
adopción de que nuestra mejor esperanza en este
mundo es que los estados soberanos puedan trabajar
juntos en paz y armonía.
La OEA está atravesando una difícil transición en
este momento pero va a surgir como una organiza-
ción mucho más fuerte. Un nuevo secretario general
será elegido más adelante este año. Y unas impor-
tantes discusiones van a celebrarse durante la próxi-
ma asamblea general en La Florida, y en la próxima
Cumbre de las Américas a celebrarse en Argentina.
Nos necesitamos los unos a los otros. Trabajemos
todos juntos para convertir a nuestro hemisferio en
el rayo de la esperanza de la dignidad humana y la
cooperación en el siglo XXI.
El debate
PANEL DE LA PRIMERA CONFERENCIA
“LAS PROMESAS Y PELIGROS
DE LA DEMOCRACIA”.
Washington DC - 25 de enero de 2005
Muy buenas tardes. Mi nombre es Irene Klinger. Soy
la Directora de Comunicaciones y Relaciones Externas
de la Organización de los Estados Americanos y coordi-
nadora del Programa de la Cátedra de las Américas. Es
para nosotros un placer estar esta tarde con los embaja-
dores aquí presentes para hacer un seguimiento a lo que
fue la presentación del presidente Jimmy Carter, de los
Estados Unidos, y entrar a un debate sobre los temas tra-
tados por el señor Carter y la posibilidad de que el panel
y la audiencia hagan comentarios o preguntas respecto a
lo que escuchamos en la sesión anterior.
Tenemos con nosotros al embajador Salvador Rodez-
no Fuentes, representante permanente de Honduras; all
embajador John Maisto, representante permanente de los
Estados Unidos; al embajador Rodolfo Gil, representante
permanente de Argentina. Está con nosotros asimismo el
embajador Dennis Antoine, representante permanente de
Grenada, y el ingeniero José Antonio Chang Escobedo,
rector de la Universidad de San Martín de Porres, de
Lima, Perú, la Universidad que ha hecho posible esta se-
rie de cátedras de las Américas con su generosa contribu-
ción. La idea de este panel es que tengamos una primera
exposición de cada uno de los embajadores que represen-
tan los distintos grupos regionales que forman parte de la
Organización de los Estados Americanos, y que después
tengamos un diálogo con la audiencia así como preguntas
de la prensa sobre los temas que nos convocan hoy día.
Tiene usted la palabra al embajador Rodezno.
Embajador Salvador Rodezno Fuentes
Quiero agradecer a todos los que han estado en los
arreglos para que este evento tenga lugar el día de hoy.
Hemos tenido esta tarde una excelente, brillante, presen-
29
tación del ex presidente Carter, donde él nos ha recorda-
do los desafíos a los que nos enfrentamos, y ha expuesto
una serie de recomendaciones que representan para la
Organización todo un reto por sí mismos.
Uno de los aspectos principales que más me llamó la
atención de su presentación es la perspectiva que él tiene
sobre la necesidad de definir dentro del seno de la OEA
algunos puntos dentro de la Carta Democrática que no
quedaban claros, o tal vez ampliar un poco más la con-
ceptualización de algunos puntos de la Carta Democrá-
tica. Por otro lado, algunos puntos que a mi manera de
pensar son tremendamente importantes no los tocó por
razones de tiempo, o por otras razones, pero hay aspectos
como el fortalecimiento de la democracia, aspectos como
el fomento del diálogo, dentro del cual la OEA está ha-
ciendo un gran trabajo. Creo yo que es un punto en que
la OEA está asignando mayores recursos tanto humanos
como financieros.
Otros aspectos que a mi manera no fueron tocados es
el rol de los partidos políticos en el fortalecimiento de la
democracia, en la práctica de la democracia. La necesi-
dad de que la práctica democrática permeé, llegue hasta
los estamentos de los partidos políticos, y es allí donde yo
veo que hay una preocupación en el hemisferio en torno a
las debilidades que están presentando los partidos políti-
cos en el rol de la práctica democrática.
Hay otro aspecto que se tocó, y que siguió el embaja-
dor de Haití, en función a las grandes crisis que se desa-
rrollan en su país y también el rol que la Organización
tiene. Yo creo que hay una gran expresión, un gran cono-
cimiento del presidente Carter sobre la situación general
de nuestro hemisferio, y conocimiento de los casos parti-
culares y de las razones históricas de las crisis en que nos
debatimos. Esta es mi reacción inicial.
Moderadora
Tiene ahora la palabra el embajador John Maisto, re-
presentante permanente de los Estados Unidos.
Embajador John Maisto
Se nos dio la oportunidad hoy de escuchar la expo-
sición del ex presidente de los EEUU, quien tiene una
30
gran experiencia en el hemisferio, y describe con gracia y
crudeza lo que él llama la promesa y el peligro de la de-
mocracia. Todos compartimos la promesa, sabemos cuál
es la promesa. Pero el mensaje del presidente Carter hoy
fue sobre los peligros que nuestros sistemas democráticos
están encontrando, y hay varias citas de sus comentarios
que creo que realmente hacen notar lo que debemos ha-
cer para que nuestras democracias mejoren, crezcan y
se hagan más fuertes. Cito al presidente Carter: “Me pre-
ocupa que nosotros en el grupo, representando gobiernos,
y en algunos casos sociedades privilegiadas, no estemos
demostrando la voluntad política para mostrar nuestra
fuerza en democracia, para proteger y defender nuestros
sistemas humanos y atacar los problemas y desespera-
ción de los desposeidos”. El continuó diciendo que los
gobiernos y los privilegiados en cada país deben tomar
la decisión y demostrar la voluntad de incluir a todos los
ciudadanos en los beneficios de las sociedades. Noté con
qué frecuencia aparece el uso de la palabra “voluntad”.
El conflicto del que hablaba el presidente es la voluntad
política. El siguió hablando –y creo que ello ameritaba
atención- en el contexto de la Carta Interamericana, ha-
bló sobre la Carta requiriendo el consentimiento de los
gobiernos afectados, aún para evaluar una amenaza a la
democracia. Si el gobierno mismo está amenazando las
condiciones mínimas de democracia, el hemisferio no
está preparado para actuar. Este experimentado profesio-
nal político ha puesto el dedo en lo que está mal, en opi-
nión de mi gobierno, en nuestro sistema como existe hoy.
Aquí está la Carta, y el presidente Carter elogia la Carta.
Esta es una buena Carta, aunque es debatible y necesita
más definición, pero todos sabemos cuando la democra-
cia está amenazada, hasta podemos enumerar los países
en el hemisferio donde las instituciones democráticas es-
tán bajo presión y bajo asedio. El presidente Carter, en
la última parte de su sección de preguntas y respuestas,
anotó muy claramente lo que se necesita atender sobre la
definición de democracia en peligro. Así que ha sido muy
claro entonces. Hay un desafío para esta organización,
la organización en la cual tenemos que estar convenci-
dos sobre la promesa de la democracia. Todos sabemos
cuál es la promesa de la democracia. Lo que tenemos
que hacer es aceptar el hecho de que debemos tratar con
los peligros para la democracia. Y el presidente Carter
apuntó una forma, una forma política. No añadiré que,
como americano, la prescripción del presidente Carter es
algo que trasciende, que trasciende diferencias políticas
en los EE.UU, porque si ustedes leen con cuidado lo que
el presidente de los EE.UU. dijo en su inauguración, y lo
que la Secretaria de Estado designada dijo en sus audien-
cias ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado,
ustedes encontrarán, y citaré también, en español, lo que
la Secretaria de Estado designada dijo: “Puesto que so-
mos un hemisferio que ha firmado una Carta Democrática
vamos a tener que dedicarnos a asegurar que aquellos que
firmaron esa Carta la respeten”. Esto es, todos nuestros
gobiernos. Y ella siguió diciendo: “Espero poder pasar
un tiempo con la OEA para asegurar la agenda para es-
timular el desarrollo democrático. De que con seguridad
los líderes nos gobiernen democráticamente”. Tenemos el
desafío, y estamos agradecidos que el presidente Carter
nos mostrara el camino hoy.
Moderadora
Tiene la palabra el embajador Rodolfo Gil, represen-
tante permanente de Argentina.
Embajador Rodolfo Gil
La democracia está amenazada en el continente. Creo
que lo que decimos es una verdad obvia. Nos lo reflejan
las opiniones que podríamos tener en este recinto. Nos lo
reflejan instrumentos más ajustados, más técnicos. El La-
tinobarómetro se dedica a hacer un seguimiento porme-
norizado de qué es lo que piensan nuestras sociedades en
sus distintos estratos acerca de la salud de la democracia
y la proyección de esta salud o enfermedad de nuestra
democracia. Y lo sabemos los que de alguna u otra ma-
nera tenemos un contacto cercano con la sociedad en sus
distintos peldaños. Esta enfermedad de la democracia la
palpamos mucho más cuanto más bajamos en la escala
social. ¿Y por qué la democracia está en crisis? ¿Por qué
la democracia está amenazada? ¿Por qué los presidentes
terminan su luna de miel demasiado rápido con su socie-
dad? Presidentes de seis años de mandato, cuatro años,
cinco años, al año y medio, dos años, comienzan a ser re-
pudiados por su sociedad. Nunca, nunca en la historia de
nuestros países, de la independencia a hoy en día, hemos
gozado de tal uniformidad en el continente acerca de va-
lores establecidos, acerca de lo que tiene que ser la liber-
tad, de lo que tiene que ser la posibilidad de los ciudada-
nos de expresarse organizadamente a través de partidos
políticos como herramientas inexcusables e ineludibles
dentro del sistema democrático. Nunca estuvimos más
de acuerdo con las libertades básicas, de expresión, de
prensa, de manifestación. Jamás hubo menor cantidad de
discriminación en razón de sexo, religión, color de la piel.
Pero cada día nuestras sociedades están más divididas
que nunca en nuestra historia. Jamás hemos tenido socie-
das tan polarizadas como hoy en día. Sociedades donde
los ricos son tan ricos, sociedades donde los pobres son
tan pobres. Donde nosotros vamos a los barrios elegantes
en nuestras patrias y encontramos basureros iguales al
Los Angeles, al los de París. Pero no es por la cantidad,
ni por el tipo de alimentación que se consume. Es por
las marcas. Es por las marcas. ¿Qué ha pasado entonces
en estos veinticinco años en los cuales hemos recupera-
do la uniformidad democrática? Que la mayor parte de
nuestras dirigencias han sido incapaces de distribuir los
frutos necesarios de la democracia. Porque la democracia
tenemos dos maneras de entenderla. Para ponerlo muy
brutalmente, muy grosso modo, fue un esquema jurídico
formal donde hoy en día los aparatos partidarios llevan
a votar a los ciudadanos por determinados candidatos.
Cambiamos chapas, zapatillas o colchones por un voto.
O la democracia es un ideal de justicia, un ideal de liber-
tad y fundamentalmente un ideal de mayor igualdad entre
nuestros hermanos. O tenemos una sociedad simplemen-
te de consumidores donde cada uno se manifiesta y vale
por lo que tiene en el bolsillo o en el banco. O tenemos
una sociedad de ciudadanos donde todos gozan de un
piso mínimo e igualitario de derechos desde el momento
en que nacieron. Ahora, ¿Es que nuestros dirigentes son
tan incapaces, son tan tontos? En todas partes vemos que
hay crisis. Todos los países del área de América Latina
han tenido en el pasado inmediato, o tienen hoy en día,
crisis severas de gobernabilidad. Yo creo que seríamos
31
demasiado inocentes, o demasiado facilistas, si decimos
“fulano de tal no ha servido, fulano de tal es incapaz”, no.
Creo que tenemos como seres racionales, bien comidos,
bien bebidos y bien educados, tenemos la obligación con
nuestros hermanos más débiles de tratar de ensayar ex-
plicaciones más profundas. Y si bien nuestros sistemas
políticos hoy distribuyen márgenes de libertad descono-
cidos en nuestra historia de la manera uniforme como se
han dado, repito, también tenemos que pensar que tene-
mos que distribuir otros tipos de bienes y que, a partir de
la democracia, concomitantemente con la democracia, y
muchas veces antes de que llegase la democracia a nues-
tros países, se estaban generando modelos que iban a
traer las acechanzas de las cuales estamos hablando hoy
en día a la democracia.
Si nosotros diésemos una mirada retrospectiva a los
últimos treinta años de nuestro continente podríamos de-
cir que se hizo como una suerte de fraccionamiento de los
tiempos. Los primeros tiempos iban a ser para la solidez
del sistema institucional. No solamente democracia, sino
instituciones fuertes, con justicia decente, con legislatu-
ras eficientes. Después vendrían los tiempos, y una vez
teniendo el esquema institucional potente, iban a venir los
tiempos en que iban a llegar las inversiones, iba a venir
el empleo, iba a venir el desarrollo, iba a haber la riqueza
que se iban a repartir, no de manera igualitaria, pero de
manera más equitativa entre nuestros ciudadanos. Y final-
mente, iba a venir el tiempo del progreso social y tratar
de replicar en nuestros países lo que es el centro de toda
la agenda: tener una buena vida para sí y para sus hijos.
Hoy en día, a casi treinta años de la primera oleada de
restauraciones democráticas en la región, estamos pelean-
do porque la democracia y sus instituciones sobrevivan de
la mejor manera posible, que no es una buena manera ni
es la óptima tampoco. Estamos mucho más atrás en lo que
ha sido el progreso social de nuestros pueblos. Creo que
esto tiene que ser una llamada de atención muy fuerte para
nosotros. Quizá tengamos que dar una vuelta de campana y
ser muy conscientes, sobre todo los que más oportunidades
tenemos, de que si no damos un giro copernicano en este
esquema de pensar al hombre-ciudadano escindido del
hombre-productor o el hombre-consumidor, mal nos va a
32
ir. La democracia es un sistema de la libertad, y no hay
libertad real cuando las inmensas mayorías de nuestros
pueblos arrancan de hambres distintas, sedes distintas,
enfermedades distintas y educaciones distintas.
Moderadora
Quisiera ahora darle la palabra al embajador Dennis
Antoine, representante permanente de Grenada.
Embajador Dennis Antoine
También he tenido ocasión de escuchar antes al ex
presidente Carter. El fue cándido en sus puntos de vista
y en las promesas y peligros de la democracia. ¿Qué pro-
mete la democracia? Esta es una pregunta que es tratada
cándidamente mientras listamos los desafíos que este he-
misferio aún enfrenta cuando se refiere a la pobreza, al
45% del hemisferio bajo la línea de pobreza.
Reflexioné cuando el presidente estaba hablando, cuan-
do dijo que si todas las medidas resultan cortas, necesitamos
ver qué regla estamos usando. Hablemos sobre Haití, el
cual es siempre un tema, y el tema al que nos referimos en
Haití es la democracia. ¿Con qué medidas estamos teniendo
indicadores de democracia? Hablamos sobre transferencia
de gobierno, hablamos sobre corrupción, hablamos sobre
temas éticos. En esta medida, no estamos hablando sobre
dónde está la medida, dónde si hay pasividad o si aquellos
en el poder mantendrán el poder y riquezas que eran para
el pueblo. Pero hablemos sobre cómo creamos normas para
la democracia. ¿Son éstas nacionales o locales? ¿O son lo
para ser prestadas, o limpiadas o adaptarlas en otras juris-
dicciones? Creo que los instrumentos de democracia deben
tener algunas consideraciones confiables con las necesi-
dades nacionales. Las instituciones de democracia deben
tener algún prestigio y alguna capacidad, así que debemos
hablar sobre democracia de la cultura, no algo que pueda
ser adaptado o enviado a uno. Tiene que ser con respecto
a la forma de vida y creando oportunidades para el pueblo.
Pienso que la diversidad en democracia, que fue menciona-
da por el presidente, es muy interesante, significando que
tenemos diferencias en democracia, ya sea una creación, o
un facilitamiento adecuado de esa receta. ¿Qué significa
esto? Tenemos que pensar en ello. Además, debemos pen-
sar en las relaciones entre política y democracia. Ello debe
ser examinado en contexto con la calidad del tratamiento de
los defensores de la democracia. En nuestra sociedad no
hay respeto por aquellos que promueven democracia, por
tanto cómo podríamos afirmar tener democracia.
Tenemos que examinar las normas, vamos a reconocer
que un mismo modelo no es adecuado para todos en el
contacto de dónde está el desarrollo en cada lugar. Debi-
do a que los países desarrollados trabajan a un nivel muy
parecido que los países subdesarrollados, sin embargo,
me gustaría promover que midamos la democracia por
cuánta pobreza, qué tanto desarrollo económico, qué tal
es la situación de desempleo, cuál es la capacidad de de-
sarrollo empresarial, el desarrollo en finanzas, cuál es la
capacidad de crecimiento de la pequeña y mediana em-
presa, así que estoy hablando acerca de cómo medimos la
democracia en el contexto del desarrollo de un país y un
proceso enfocado en el pueblo.
Moderadora
Quisiera ahora cederle la palabra al rector de la Uni-
versidad San Martín de Porres de Lima, Perú, el ingeniero
José Chang. El señor Chang y la Universidad San Martín de
Porres han sido quienes han hecho posible con su generosa
contribución las Cátedras de las Américas que iniciamos
el día de hoy con la presentación del expresidente Jimmy
Carter. Ingeniero Chang, tiene usted la palabra.
Ingeniero José Antonio Chang
En primer lugar quiero expresar mi satisfacción de
poder contribuir con un hecho trascendental que permite
acercar a la OEA al ciudadano común y corriente de este
hemisferio. Por eso es que tal vez mi perspectiva y co-
mentarios tengan más que ver con el interés de cómo esta
conferencia llega a la gran cantidad de ciudadanos que
muchas veces no tienen la oportunidad de escuchar estos
pensamientos, estas tendencias del pensamiento demo-
crático, y el día de hoy este comentario tal vez tenga que
ver más con la opinión del ciudadano de a pie que con
los distinguidos criterios de los que me han antecedido
en la palabra. En ese sentido yo creo que el expresidente
Jimmy Carter ha hecho una descripción sumamente inte-
resante, provenida precisamente de quien ha significado
para el hemisferio la personalidad más importante en el
fortalecimiento de los procesos democráticos en América
Latina. Desde esa perspectiva no hemos escuchado so-
lamente los beneficios o una apología de la democracia
como sistema, sino los múltiples peligros y preocupacio-
nes que el expresidente Carter ha señalado. Dentro de
ellos, las manifestaciones tal vez más importantes sean
su preocupación porque la Carta Democrática no haya
sido seguida estrictamente, vamos a decirlo, o no haya
podido ser mantenida en todos sus aspectos. Si a pesar de
que hay un sistema democrático creciente en el hemis-
ferio, la pobreza se ha incrementado, esto quiere decir,
el sistema democrático no ha podido ayudar a disminuir
los estándares de pobreza. El manifiesto descontento
con los gobernantes elegidos por procesos democráticos
bajo este sistema, por el no cumplimiento de promesas o
precisamente porque si bien han logrado hacer, como el
expresidente Carter lo decía, reformas económicas muy
importantes, o con mucho esfuerzo precisamente de los
más pobres o los más necesitados, ésta haya logrado es-
tándares macroeconómicos aceptados internacionalmen-
te por el mundo desarrollado, pero que en el ciudadano
corriente no ha tenido ningún beneficio. Es decir, las
economías de los países gobernados democráticamen-
te logran alcanzar estándares interesantes y aceptados,
pero las economías de los ciudadanos no tiene ese mismo
efecto. En el Perú, por decirlo, que no es ajeno a esta
problemática, la economía macroeconómica de nuestro
país hoy refleja algunos de los indicadores más eficientes
del hemisferio, pero nuestros ciudadanos, los peruanos
en general, no sienten estos efectos. El reto pues, creo,
muy bien señalado por el expresidente Carter es que la
democracia no sea solamente un proceso electoral o las
elecciones en sí, con todo lo que ello implica por supuesto
de beneficio, sino que también permita que se desarrolle
un sistema que haga que esta economía macroeconómica,
que estos esfuerzos macroeconómicos alcancen a los ciu-
dadanos, porque si esto no ocurre, vamos a tener que su-
frir todavía la existencia de gérmenes que pueden afectar
la continuidad democrática. Y muchos países de nuestro
continente lo han sufrido. La subversión, el autoritarismo,
33
la violencia, podrían volver a surgir en la región si es que
la democracia como sistema no permite o no hace posible
que la economía de los más necesitados mejore, que la
pobreza disminuya, que se llegue precisamente a mejorar
esta situación.
Por un lado creo que esto es uno de los aportes más
importantes en la conferencia del expresidente Carter. Otro
tema que particularmente a la Universidad, a la institución
que yo represento, ha llamado muy positivamente la aten-
ción es el tema de la educación. Yo creo que si hay una
forma hay de ayudar a que el sistema democrático pueda
consolidarse en el hemisferio, es a través de la educación.
Desde la educación inicial hasta la educación superior,
creemos que estos valores deben ser inculcados no sola-
mente a través de la responsabilidad del gobierno, del Es-
tado, del gobierno de turno, sino como una responsabilidad
de toda la sociedad civil. Todas las instituciones que cree-
mos en el sistema democrático, más aún las universidades,
o los centros educativos tenemos la obligación de ayudar a
construir los valores y principios sobre los cuales la juven-
tud debe desarrollar su convicción democrática. Por eso
desde nuestra institución nuestro compromiso pasa por
ofrecer una educación de calidad con compromiso social,
con proyección a la comunidad, y como una forma de con-
tribuir al desarrollo económico y social de nuestros pue-
blos. Yo creo que esto logrará de alguna manera contribuir
a aminorar esa brecha que existe señalada por el expresi-
dente Carter de la pobreza no solamente económica, sino
cultural y educativa. El tener profesionales en nuestros
países con valores democráticos y de respeto al estado de
derecho garantiza que no se vuelvan a repetir aventuras
violentistas que pretendan interrumpir los procesos de-
mocráticos en nuestro hemisferio que, obviamente, como
consecuencia traen más pobreza y corrupción. Por eso yo
creo con mucha convicción que el expresidente Carter ha
señalado un principio básico: La democracia es mucho
más que las elecciones.
Moderadora
Creo que hemos escuchado una variada visión de
nuestros embajadores y del rector sobre los peligros y las
promesas de la democracia, y quisiéramos ahora abrir a
34
un diálogo con la audiencia que tenemos aquí hoy día en
el Salón de las Américas para preguntas, comentarios so-
bre los temas tratados tanto por el presidente Carter como
por los embajadores y el rector aquí presentes.
Sí por favor.
Pregunta
Mi nombre es Julio Durán. Este foro que lo vemos
iniciando hoy me imagino que tiene que tener un efecto
positivo en el concierto de la región de América Latina.
Hace poco hemos escrito un artículo que se refería a la De-
mocracia con Justicia. Nosotros estamos tratando en nues-
tros países de América Latina de practicar una democracia
empezando porque simplemente buscamos unas eleccio-
nes, un partido, otro partido, llegar al poder pero con un
principio básico: llegar a enriquecerse. Los gobernantes se
enriquecen y el pueblo, si hacemos un análisis de lo que
ha pasado con la democracia en muchos años, el pueblo
sigue lo mismo. Hay más pobreza, la gente no se educa, y
la gente emigra a otros lugares, porque no hay fuentes de
trabajo. Lo cual quiere decir que la democracia en nuestra
América Latina no está funcionando. Yo pienso que esta
organización tiene que tener un principio de controlar
cómo se involucran y cómo se forman y cómo se aplican las
democracias en los países de América Latina. Hablaremos
solamente de nuestro hemisferio, eso es lo que creo que la
gente que está acá más le concierne. Pero empezando con
que los gobernantes, vuelvo al tema, suben al gobierno con
el solo propósito de enriquecerse. De ahí que si analizamos
varios presidentes de América Latina, muchos han salido
antes de terminar sus períodos y salido con las cajas llenas
de millones de dólares, y sería interesante como alguna vez
lo hemos dicho, que esta organización trate de controlar y
vea las cuentas de bancos que tienen los gobernantes en
el exterior.
Moderadora
Voy a escoger tres preguntas primero y después vamos a
dar la oportunidad a los panelistas para que respondan. Creo
que el embajador Alberto Borea había pedido la palabra. Por
favor, si se pueden identificar cuando hablen. Por favor, em-
bajador Borea.

Embajador Alberto Borea
Yo estoy al igual que todos muy contento por la expo-
sición desafiante del presidente Carter en algunos temas
en los cuales efectivamente ha puesto el dedo en la lla-
ga, incluso respecto a la conducta o a lo que él entiende
son los puntos todavía que faltan desarrollar en su propio
país.
El tema por ejemplo del apoyo no solamente de los
países que más tienen sino de los ciudadanos que más
tienen y los países que poco tienen. Es un tema funda-
mental, es decir, el compromiso de los mejor situados
con la democracia. A mí me gustaría conocer un poco la
posibilidad o la opinión de los panelistas con relación es-
pecíficamente a esta propuesta concreta que ha hecho el
presidente Carter respecto a esta necesidad por ejemplo
de mejorar en los Estados Unidos y en otros países ricos
de quince centavos por cada cien dólares para avanzar
hacia el desarrollo de ésta como de las otras regiones. Yo
coincido con el embajador Gil en lo señalado de que he-
mos separado progreso y que ahora tenemos que avanzar
hacia otro objetivo, tenemos que ir hacia otro objetivo,
consolidar lo que ya ganamos, pero avanzar también so-
bre el otro objetivo, me gustaría conocer cuál es el pacto
inmediato que propondría el embajador Gil al respecto.
Y ya que estamos en un programa o en un momento en
que de alguna manera hay debate, hay que romper el cír-
culo vicioso por cierto, porque si bien es verdad que no
siempre los demócratas se han comportado con altura, di-
gamos quienes han sido los gobernantes dictatoriales que
han azotado nuestras naciones se han comportado con
realmente una maldad impresionante habiéndose enri-
quecido de una forma absolutamente grosera en nuestros
países como pasó con Fujimori en el Perú y como pasó
con todos los dictadores que asolaron nuestra región. Yo
le haría esta pregunta en concreto tanto al embajador
Maisto como al embajador Gil.
Moderadora
Muchas gracias por sus sugerencias que serán seria-
mente consideradas. Pienso que fueron muy constructi-
vas. Sugiero que escuchemos las impresiones de los pa-
nelistas y luego tratemos de aprovechar el tiempo para ir
con otra serie de preguntas.Tiene la palabra el embajador
Rodolfo Gil.
Embajador Rodolfo Gil
Yo me voy a permitir con toda humildad tener una pe-
queña discrepancia con el presidente Carter. Nuestros paí-
ses de América Latina, y creo que no me voy a equivocar,
no necesitamos aumentar los porcentajes de asistencia que
nos dan los países ricos. Simplemente necesitamos que nos
permitan comerciar en condiciones de justicia. No somos
una banda de menesterosos que andamos llevando el plati-
to ni la gorra pasándola por el mundo. Lo único que exigi-
mos es que haya reglas justas, reglas igualitarias, y que no
se pregone un sermón y se cumpla y se lleve adelante otro.
Con relación a lo que me preguntaba el embajador Borea,
voy a ser muy sintético porque acá no vamos a descubrir el
hilo negro, eso ya está inventado. Creo que hay tareas que
son de la comunidad internacional, y creo que hay tareas
que son de nuestras sociedades domésticas. La comunidad
internacional, y no me estoy refiriendo a los estados sino
a la comunidad internacional en general, en lo público y
en lo privado, debe ser sensible a un alivio importante de
las cargas de las deudas públicas y privadas que tienen
nuestros países. Aquí no se puede matar a los deudores,
sino los acreedores no van a cobrar jamás. A los muertos
no se les saca un centavo. El segundo es el acceso a condi-
ciones de préstamos internacionales acaso razonables para
reforzar nuestras infraestructuras, tener mejores puertos,
mejores caminos, mejores vías transitables, mejores sa-
lidas para nuestros productos en este idílico mundo que
planteamos donde haya reglas justas para el comercio. Y
nosotros también tenemos nuestras obligaciones que son
menores: construir instituciones fuertes, países que estén
libres del flagelo de la corrupción, judicaturas confiables,
parlamentos leales y fieles a los mandatos de los represen-
tados, partidos políticos y políticos que piensen que van a
servir a la sociedad y no a ser servidos ni a servirse. En-
tonces creo que hay un conjunto de tareas y un conjunto
de obligaciones para los de adentro y para los de afuera.
Pero creo, que en lo que fundamentalmente tenemos que
insistir y conseguir es justicia en el comercio.
35

Moderadora
Embajador John Maisto, por favor.
Embajador John Maisto
Por un rato voy a hablar un poquito en español para ex-
presar mi acuerdo con lo que acaba de decir mi gran amigo
el embajador argentino en cuanto a la necesidad de tener
justicia y reglas claras en el tema del comercio internacio-
nal. Completamente de acuerdo. Ha captado la posición de
mi país en todas las negociaciones comerciales que existen
en el mundo. Nuestro objetivo de este gobierno, y de los
Estados Unidos en general, es precisamente tener todo en
la mesa para negociar. No se puede negociar con una parte
del mundo y dejar de negociar temas de agricultura, hable-
mos claro, con el mundo entero. Todos tenemos nuestras
obligaciones, estas se hacen más difíciles o más comercia-
les. Acaba de expresar muy bien el embajador Gil lo que
llamamos nosotros el compromiso de la reunión de Monte-
rrey en 2002, de las obligaciones de los países que están
en vía de desarrollo, que tienen que precisamente hacer
toda la lista de cosas que acaba de decir el embajador Gil
y la obligación de los países desarrollados es responder a
estos países que dan, precisamente, estos pasos. Lo que
me lleva a lo que es la base para el programa del milenio
del cual el presidente Carter habló, algo que ha lanzado el
presidente Bush, que empezó con los países más pobres
pero no termina con los países más pobres. Hay tres en el
hemisferio con los cuales ha empezado que son Nicara-
gua, Honduras y Bolivia. Pero hay otros que están siendo
evaluados para ir más allá para cubrirlos todos sobre estas
mismas bases. En cuanto a lo que debe hacer esta organi-
zación con los gobiernos corruptos, y con los gobernantes
corruptos, es un reto. Los países miembros tenemos que
decidir cómo queremos atacar esto. Tenemos un convenio,
tenemos un instrumento para aplicar el convenio, pero
francamente no tiene dientes. Nosotros queremos que el
gobierno tenga dientes para hablar claro sobre la corrup-
ción en este hemisferio, para identificar a los corruptos.
Por parte de mi país, hacemos una política que salió antes
de la última reunión de Monterrey: no dar albergue a los
oficiales corruptos, a los que corrompen y a sus bienes. Y
36
estamos siguiendo en esto, estamos trabajando mucho en
eso. En cuanto a la ayuda, quiero discrepar con el señor
Carter, aunque lo respeto mucho, en cuanto a su uso de ci-
fras hoy. El habló de la ayuda oficial bilateral. Yo creo que
no tomó en cuenta otras dos fuentes que para los norteame-
ricanos, para los estadounidenses, son muy importantes:
los fondos que van a las instituciones multilaterales como
los bancos, banco interamericano, banco mundial, fondo
monetario internacional. Pero algo que hemos visto en las
tragedias de los tsunamis: ¿ustedes se dieron cuenta de la
cantidad de dinero que salió de los bolsillos de ciudadanos
comunes y corrientes que no fueron producto de nuestro
gobierno para ser aplicados? Esto aplica a todo. Hay más
dinero que se va por entidades privadas al exterior para
ayudar a gente que va por canales oficiales. Eso es una
idiosincracia del pueblo de mi país, pero termino esta parte
diciendo lo siguiente: el país que da más ayuda a América
Latina y el Caribe hoy en día en es los Estados Unidos:
doce mil millones de dólares el año pasado. Esta cantidad
se va incrementando. Finalmente había un punto que tenía
que ver con si la democracia es, yo creo que la pregunta
es: Si la democracia es exportable, o si se puede, bueno,
si “one size fits all” se aplica. Bueno, tengo que confesar
que yo como muchos de mis conciudadanos somos muy
Jeffersonianos en este asunto. La gente puede ser pobre,
pero entiende cuando algo es autoritario y cuando no lo
es. Esto ha sido la lección de nuestra historia, y seguimos
pensando muy fielmente, y si quieren ver comparaciones,
bueno, un ejemplo es el discurso de inauguración del pre-
sidente Bush la semana pasada; compárenlo con discur-
sos de inauguración de otros presidentes de los Estados
Unidos: presidente Kennedy, presidente Wilson, etc. Hay
una creencia por parte de los EEUU en la democracia, y
punto.
Moderadora
Tenemos cinco minutos más de transmisión. Quisiera
pedirle al embajador Rodezno si tiene algún comentario,
y después a los demás colegas.
Embajador Salvador Rodezno Fuentes
Hay unos puntos que se pueden rescatar rápidamente
de la presentación, y también van con lo que algunas de
las personas que han hablado esta tarde han preguntado:
si es que la señalización de algunos aspectos positivos
que hay en nuestro hemisferio también, así como hay de-
safíos, también tenemos puntos a favor en el hemisferio.
Y uno de los puntos que señaló es el campo de los dere-
chos humanos, por ejemplo, habló del sistema interame-
ricano de derechos humanos como un sistema bastante
respetado e internacional. Habló de otras áreas que son
evidentes en nuestro hemisferio, como la generación de
políticas de inclusión para generar los consensos y las
decisiones en los países. Yo veo que ahí es donde, nueva-
mente yo insisto, me preocupa un poco, porque sé como
representante qué significa para nosotros en nuestros tra-
bajos, en nuestros diarios debates en la OEA. Así que
la preocupación expresada sobre cómo llevar este debate
hacia otros lugares con otros representantes, la inclusión
de representantes de la sociedad civil, son temas que es-
tán siendo tomados en cuenta por el coordinador, el em-
bajador Borea del Perú, en ese constante debate y diálogo
que tenemos con los grupos subregionales también ya le
hemos planteado esas posibilidades, así que yo veo que
en una próxima oportunidad va a ser posible.
Moderadora
Tenemos sólo un minuto y medio para terminar la
transmisión. Hay una pregunta de la representante de
Venezuela, si puede ser muy cortita de modo de darle
también la oportunidad a los colegas a mi izquierda de
hacer sus comentarios finales. Adelante por favor.
Embajadora de Venezuela
Agradecemos esta oportunidad y lamentamos el poco
tiempo, pero quisiéramos señalar que en términos gene-
rales, pretender exportar modelos únicos es lo que atenta
contra la democracia. Efectivamente, aquí atrás alguien
hacía una observación bien importante: Pretender ex-
portar la democracia al mundo, el pensamiento único, es
atentar contra la democracia misma. En este momento,
en América Latina y mi país, efectivamente, hacemos un
seguimiento efectivo, nuestra constitución es sumamente
amplia y nosotros aplicamos una democracia participati-
va y no pretendemos aceptar la democracia corporativa,
que es la que se quiere imponer en el mundo a base de
unos supuestos; y el otro punto que queremos señalar es
que el listado que observa muy bien el embajador de Ar-
gentina también deben ser observados por los países con
economías fuertes, porque no sé por qué razón tenemos la
debilidad de suponer que los problemas de transparen-
cia en la gestión de los gobernantes cuando le mienten
al pueblo, y en base a mentiras son capaces de modificar
decisiones importantes, como lo que ha ocurrido en los
últimos tiempos, provocar guerras. La corrupción no es
un problema único de América Latina, yo creo que es un
problema de todos los países que son parte de este hemis-
ferio. Es decir, el enfoque yo creo que debemos revisar-
lo, y laCarta Democrática, que es una resolución, es una
convención, no es una constitución, pero fue aprobada
por los países del hemisferio, tenemos que hacerle segui-
miento, y en la oportunidad de aplicarla en Venezuela,
un país se negó a aplicarla porque asumió que no hubo
un golpe de estado en Venezuela. No tengo que repetir
qué país fue. Igual en Haití. Para Venezuela el presidente
Aristide fue socavado su gobierno, fue secuestrado, y no
se aplicó la Carta Democrática. Entonces seamos hones-
tos y supongamos que somos una organización de países
libres con igualdad jurídica. Tenemos muchas cosas que
decir, que comentar, y nos parece bien interesante que
así comience esta cátedra de las Américas. No en un país
único, a pesar que desde 1848 una de las características
fundamentales de este hemisferio son las continuas in-
tervenciones en nuestros propios gobiernos, y pareciera,
por lo que se ha escuchado en los últimos días, que esa
coincidencia, que esa tendencia va a fortalecerse, pues,
hablemos de democracia de manera honesta, de manera
transparente, que yo creo que nos hace falta.
Moderadora
Me gustaría ofrecer la palabra al embajador Dennis
Antoine, y luego al rector Chang.
Embajador Dennis Antoine
Sólo deseo decir brevemente que la cultura im-
pacta en la naturaleza de la democracia en nuestros
37
estados. Adicionalmente, si consideramos el costo de
una comunidad de democracia, también está la cues-
tión de compartir responsabilidades. La democracia
tiene un costo. La democracia tiene un costo. ¿Quién
debe pagar por el costo de la democracia en todo el
hemisferio? ¿Cuál es el ambiente en el cual debemos
cultivar una naturaleza de democracia? Hablamos so-
bre voluntad democrática, pero con esto deben venir
recursos, valores, apoyo, conocimiento, enseñanza, así
que ese es el costo. ¿Quién debe hacerlo? Recuerden
que vamos de países tercermundistas en desarrollo a
países desarrollados. La base de recursos del tercer
mundo y países en desarrollo no es suficiente para
ser puesta en esta conservación de la democracia. Sin
embargo, el Caribe ha sido consistente. El Caribe, si
la democracia pudiera traer riquezas, sería más rico
que muchos otros lugares en el mundo. Tuvimos de-
mocracia primero. Estamos tratando ahora de ver si
podemos conseguir los recursos para mantenerla, lo
importante es cómo uno mantiene la democracia, y el
costo es la amenaza. La falta de recursos es la ame-
naza. Así que espero que, según reflexionamos en este
proceso en el cual estamos, el tema de cómo está la
democracia, o qué es democracia, donde quiera que
sea, es cómo la conocemos, cómo la sentimos, es cómo
somos capaces de nutrir y traer equidad para sacar al
pueblo del lado pobre e incluirlo en el lado próspero,
ésa es la promesa que la democracia debe mantener
para que la gente quiera apegarse a ella, pues la demo-
cracia tiene tantas promesas incumplidas que es una
amenaza a su supervivencia. Eso es lo que tenemos
que mirar. Así que aprecio la provocativa exposición
del presidente Carter, pero tenemos que reconocer que
somos guardianes, somos guardianes de la democracia
en esta organización, y las actividades de cooperación
que tenemos deben ser financiadas. Observen la natu-
raleza de los proyectos en esta organización. Tenemos
que ser muy cándidos, y la voluntad sóla no es recurso
38
suficiente.
Moderadora
El rector Chang tiene la palabra, por favor.
Ingeniero José Antonio Chang
Yo quisiera terminar esta reflexión con una frase muy
recurrida que es que con todas sus imperfecciones el sis-
tema democrático es el mejor sistema, y hoy día hemos
tenido una buena lección, debido a quien representa tal
vez uno de los estándares académicos más altos de demo-
cracia. Como concepto y como una definición, ha hecho
una crítica en el mismo sistema, con preocupaciones, con
críticas al mismo. Y en ese sentido el presidente Carter
creo que manifiesta su necesidad de perfeccionar el sis-
tema incluyendo o fortificando algunos de los temas como
la garantía de elecciones periódicas, la no violación de
libertades básicas, la interrupción de los períodos; pero
creo que tal vez lo más importante ha sido ese tema de
manifestar la necesidad de que los estándares de pobreza
sean vencidos a través del sistema democrático mismo
. Creo que esta reflexión final permite garantizar que el
sistema democrático a través de la OEA, de la sociedad
civil, va a permanecer en una alerta para poder analizar
y mejorar sus estándares. Esto creo que a nuestra uni-
versidad, a la sociedad civil, ayudará a que motive no
solamente a docentes sino a estudiantes a que el estudio
de la democracia como sistema perfectible se realice más
profundamente.
Moderadora
Quisiera desde este Salón de las Américas de la
OEA agradecer a los panelistas, a todos ustedes que
participaron en este diálogo, y a todos aquellos que nos
escuchan de los distintos lugares de las Américas y que
van a seguir siendo parte de este diálogo de las Cátedras
Américas. Muchísimas gracias.
Asistentes al panel de debate sobre
la conferencia de Jimmy Carter.

39
 ENRIQUE V. IGLESIAS,
PRESIDENTE DEL BANCO INTE-
II
conferencia
RAMERICANO DE DESARROLLO Y
DEL DIRECTORIO DE LA
CORPORACIÓN INTERAMERICA-
NA DE INVERSIONES.
“DE LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA
A UNA COOPERACIÓN PLENA”
Washington, DC - 8 de febrero de 2005
Q
uiero comenzar por agradecer a esta
Casa por su invitación a participar
en esta conferencia, que tanto me
honra, y además felicitarla por la
iniciativa de su convocación. Cuan-
do el embajador Alberto Borea me participó oportu-
namente sobre este evento y el propósito de proyec-
tarlo a América Latina a través de los nuevos medios
de comunicación, me pareció una muy buena idea y
con mucho gusto acepté tomar parte en él, en el afán
de tratar de contribuir al debate de temas de interés
para la región.
Como presidente del BID es especialmente gra-
to para mí estar en la OEA. Siempre lo he dicho y
ustedes lo saben. Formamos parte de la familia de
esta organización: fuimos concebidos y nacimos bajo
su auspicio. Acostumbro recordar la historia, a ve-
ces poco conocida, de la gestación de la institución,
particularmente el que la conferencia del año 1888-
1889 inició el largo camino de creación de la OEA y
el Banco. En aquella conferencia, convocada por el
gobierno de los Estados Unidos, a pedido del Con-
greso, hubo tres iniciativas destinadas a fomentar la
cooperación regional: la creación de un mercado co-
mún, una moneda común y un banco.
De manera que junto con el nacimiento de la
OEA surgió la idea del Banco. Pero en su gestación
se recorrió un largo camino, que finalmente condujo
a la firma de la Carta de la OEA en 1948 y a la fun-
dación del Banco en 1959. Así, en cuanto al Banco,
trascurrieron casi 70 años en que los proyectos para
su formación fueron y vinieron, hasta que finalmente
el encuentro del presidente Eisenhower de los Esta-
dos Unidos con el presidente Kubitschek de Brasil
dio lugar a su creación.
Hoy para mí, es motivo de especial satisfacción
poder compartir con ustedes algunas reflexiones que
fluyen de mi experiencia y condición de presidente
del Banco.
El título de esta conferencia, “Las Américas: De la
integración económica a una cooperación plena” me
lleva a una primera pregunta: ¿de qué integración es-
42
tamos hablando? ¿de la integración regional de Amé-
rica Latina y el Caribe, o de la integración hemisféri-
ca? Pienso que se trata de esta segunda opción, desde
que estamos en la OEA. Me parece que la aclaración
es necesaria, porque en la historia de nuestra región la
cooperación fluye por varios canales. Uno es el regio-
nal en sentido estricto, es decir, América Latina y el
Caribe. Otro es el canal hemisférico, que dio lugar a
lo que podría llamarse “hemisferismo”, si nos permiti-
mos cierta libertad de lenguaje. Y, por último, tenemos
la cooperación mundial, o internacional, a través de
los foros mundiales.
En los tres ámbitos América Latina y el Caribe
es un ejemplo de acciones muy importantes, a veces
poco evaluadas y valoradas. La región ha realiza-
do acciones destacadas y sistemáticas en el campo
de la integración regional. Asimismo, a lo largo de
muchos años la región ha avanzado en materia de
cooperación hemisférica y ha hecho además una
creciente contribución en los foros internacionales.
El regionalismo de América Latina nació con Si-
món Bolívar. El Congreso de Panamá, convocado por
Bolívar en 1826, fue en el fondo la primera llamada
a la cooperación hemisférica, para construir juntos
el futuro común de estos países. Y debemos decir,
con toda honestidad, que si miramos la historia de
los doscientos años pasados, a pesar de algunos do-
lorosos conflictos, esta región ocupa en la lucha por
la paz un lugar importante. Y eso es algo que debe-
mos reconocer; o sea una región cuyos años de paz
son muchísimos más que los de conflicto. El espíritu
de cooperación e integración ha prevalecido, permi-
tiéndonos construir mecanismos de cooperación de
la mayor trascendencia.
En los años cincuenta nace el regionalismo eco-
nómico en pleno. La CEPAL, en aquella época
dirigida por Prebisch, incorpora el regionalismo al
modelo económico de sustitución de importaciones.
Y lo hace con mucha visión, porque en 1952 ger-
mina la semilla de la integración económica centro-
americana, antes que la integración formal europea.
Aquel regionalismo tuvo como punto de apoyo un
documento publicado por Prebisch en 1959, donde
explicaba cómo las economías en compartimientos
estancos limitaban el desarrollo, y cómo había que
pasar a una etapa de mercados ampliados. Él veía
en aquel momento, como también lo veía Europa,
que era necesario ampliar los mercados nacionales.
Así nació el concepto de regionalismo cerrado, de
logros limitados en la experiencia de sustitución de
importaciones de aquel momento, aunque fue una
fase importante que permitió conocernos mejor.
El comercio intraregional era muy limitado, al-
rededor del 5% de las exportaciones, pero permitió
poner en marcha una integración creciente. Y algo
muy importante, permitió conocernos, no solamen-
te entre los distintos agentes económicos públicos,
sino también entre los privados. Comenzaron enton-
ces los primeros grandes contactos de las empresas.
Yo recuerdo aquellos momentos tan esperanzados
de 1959, cuando surge la ALALC en Montevideo.
Pero ese regionalismo permitió hacer avances muy
importantes, como fueron la creación de los ban-
cos regionales; la formación del Grupo Andino, del
Mercado Común Centroamericano y los esfuerzos
de integración en el Caribe. De alguna manera, el
regionalismo inspirado en esa experiencia histórica
hizo una contribución importante al desarrollo eco-
nómico de la época.
En los años noventa, luego de la fuerte crisis eco-
nómica de la deuda, empieza el proceso de reformas
en América Latina, junto al término de la Guerra
Fría. Uno pensaría que el regionalismo pasaría a un
segundo plano, pero ocurrió lo contrario. El regiona-
lismo asumió un vigor realmente inesperado. Vino
incorporado en el nuevo concepto del desarrollo eco-
nómico y de las políticas económicas. El regionalis-
mo de los años noventa es producto de la visión de
una economía estabilizada, enmarcada por las reglas
del mercado y una apertura al mundo, que expande
los mercados regionales al tiempo que se abre al res-
to del mundo.
Es interesante ver el aporte hecho por ese regio-
nalismo. Desde 1957 hasta la fecha se ha registrado
más de ciento sesenta y dos convenios en el GATT,
ahora la OMC, de los cuales ciento treinta y ocho se
aprobaron después de 1990, lo que ilustra el vigor
creciente que adquirió el regionalismo en nuestra re-
gión. Y además de estos acuerdos, a partir de 1990
se suscribieron más de treinta acuerdos subregiona-
les entre grupos de países, como el reciente acuerdo
entre el MERCOSUR y la Comunidad Andina, que
marca esa dinámica continua y la exploración de
nuevas iniciativas. Pero en el regionalismo abierto
se incorporaron otros elementos, por ejemplo, las
cooperaciones específicas en el ámbito de la infraes-
tructura, que quizás sea una de las experiencias más
interesantes. Señalo los casos de la Iniciativa para la
Integración de la Infraestructura Regional Sudame-
ricana (IIRSA) y el Plan Puebla-Panamá (PPP), rela-
tivo a la iniciativa de México con América Central.
Hoy estamos hablando de otros temas importan-
tes, como son la coordinación macroeconómica; la
reforma tributaria; el concepto de la cooperación en
el marco de este regionalismo abierto; y quizá el paso
más significativo lo da el momento en que América
Latina y el Caribe comienza a mirar al norte. Creo
que uno de los grandes saltos cualitativos que da ese
regionalismo ha sido el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLC), de México con Estados
Unidos y Canadá; el acuerdo de Chile con los Es-
tados Unidos; el acuerdo de México y Chile con la
Unión Europea; la reciente aprobación del Tratado
de Libre Comercio de América Central con los Esta-
dos Unidos (TLCAC), y las negociaciones en marcha
con respecto a los países andinos y sobre el Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA). Este regio-
nalismo comienza a abordar otras fuerzas externas a
la región, como son las relaciones con Asia.
El llamado “hemisferismo”, que nace al calor de
la Unión Panamericana, ha dado muestras de ser
uno de los ejemplos de cooperación más amplios
que hay entre países en desarrollo y aún entre paí-
ses desarrollados. Pocas instituciones tienen el cam-
po de acción ganado por la OEA a lo largo de los
años, que va desde la cooperación económica a la
43
cooperación social; desde la cooperación política a la
cooperación en el área de los derechos humanos y a
la cooperación militar. Se ha incorporado elementos
realmente muy avanzados de la cooperación inter-
nacional, como las cláusulas democráticas o la Carta
Democrática. Es así como esta visión hemisférica
ha venido ganando terreno en una amplia gama de
aspectos. Recuerdo momentos culminantes de esta
trayectoria, como el de la Alianza para el Progreso,
por ejemplo, en la que trabajé. Recuerdo la Iniciati-
va para las Américas propuesta por el Gobierno de
Estados Unidos en junio de 1990. Rememoro el año
1994 con la convocatoria de la reunión Cumbre de
las Américas. Es decir, cuando se mira en perspecti-
va, cabe reconocer que estamos en presencia de un
“hemisferismo” de gran dinamismo. El último paso
importante fertilizado por las Cumbres, ha sido la
creación de este movimiento hacia el ALCA, que es
una iniciativa en marcha, y que sin duda será vigori-
zada gracias a las consultas entre los presidentes.
Y la tercera gran vertiente de la cooperación de
América Latina y el Caribe es la mundial, con la
conferencia de la Habana, de la cual partió el GATT
y en la que nuestra región tuvo un papel muy rele-
vante, que sostuvo durante toda la vida del GATT.
América Latina fue activa en ese club, que en esa
época fue más que nada un club de los países in-
dustrializados. Asimismo, en 1986 América Latina y
el Caribe acrecientan su presencia internacional en
el debate de los temas comerciales, con oportunidad
del lanzamiento de la Ronda Uruguay, que culminó
a principios de los noventa. Ella ofreció a esta región
la oportunidad histórica para asumir un papel des-
tacado en la organización de las reglas del comercio
mundial, que ahora lo ha reiterado en las negociacio-
nes de Doha, como se puso en evidencia en Cancún.
Y esta presencia de América Latina y el Caribe se
proyecta también en las iniciativas de cooperación
con la Unión Europea, con Asia y con la cooperación
entre países en desarrollo que ha impulsado el Pre-
sidente Lula de Brasil. En síntesis, hay una proyec-
ción internacional que también debemos reconocer
44
y que forma parte de esa trilogía con que la región se
ha proyectado en los ámbitos comercial y de coope-
ración internacional.
¿Cuáles son algunas de las conclusiones princi-
pales de este rápido examen? Lo primero es reco-
nocer que es de interés de la región el profundizar
en los tres caminos señalados. Desde luego debemos
profundizar la integración regional y la cooperación
recíproca entre los países de América Latina y el Ca-
ribe. Debemos profundizar las reglas hemisféricas y
extra regionales, y nos importa, por supuesto, que el
mundo ponga en marcha un nuevo orden comercial,
regido por un acuerdo internacional en el marco de
la OMC. Y debemos apreciar que hay relaciones
entre ambas, porque el éxito en la coordinación en
el ámbito de los países de la región podría servir de
base para contribuir al avance de las negociaciones
del ALCA y también en los acuerdos negociados en
la ronda de Doha, consiguiendo además la supera-
ción de obstáculos importantes en la consecución de
los objetivos del ALCA.
A mi juicio, el reconocer esas interacciones nos
permite ver con mayor claridad que para la región
es bueno actuar en todos los campos, en todas las di-
recciones, profundizando su interacción. Acuerdos
que originalmente tenían un perfil eminentemente
comercial, en la praxis están mostrando que su nego-
ciación abre expectativas y nuevas líneas de coope-
ración que no conocíamos hace veinte o treinta años.
En esto hemos encontrado que surgen a lo menos
tres modalidades de cooperación. Aquella que evo-
luciona después de haberse alcanzado un acuerdo
comercial, cuando comienzan a aparecer formas de
cooperación novedosas; una segunda modalidad que
emerge cuando junto con una cooperación comercial
hay otras líneas de trabajo entre los países, por ejem-
plo el caso de los acuerdos con la Unión Europea, o
los del ALCA, y la tercera es la cooperación que se
desarrolla sin la presencia de acuerdos comerciales.
A mi modo de ver, lo importante de este proceso
de cooperación es que estos acuerdos comerciales
se constituyen en un punto de apoyo, y a veces de
partida, de la cooperación en temas económicos am-
pliados; en políticas macroeconómicas; en políticas
sociales; en las condiciones de trabajo; o en relación
al medio ambiente, la cultura y la cooperación polí-
tica. CARICOM es un muy buen ejemplo de esto,
donde la cooperación trasciende lo comercial, exten-
diéndose a campos como los que acabo de mencio-
nar. Otro ejemplo destacado es la Unión Europea.
La Europa de hoy, que parte con acuerdos co-
merciales, es una Europa tremendamente rica en
formas de cooperación, especialmente una que me
parece realmente importante: la cohesión social, los
acuerdos de Lisboa. Es decir, el punto de partida co-
mercial ha derivado apoyos a la consecución de otros
objetivos: entre ellos, económicos, políticos, sociales,
culturales. Considero importante que tengamos esto
como tema central, que las negociaciones de comer-
cio sean el punto de partida hacia una “cooperación
ampliada”, que es como yo preferiría llamarla, en la
que podamos trabajar en los años futuros. “Plena”
como en el título de la conferencia es un adjetivo tal
vez demasiado ambicioso, porque parecería implicar
que la cooperación plena culmina en la gran integra-
ción política que hoy por hoy no está en la agenda de
la región, ni del hemisferio.
Cuando digo que esos son los instrumentos de
la cooperación, me pregunto cuáles son los grandes
retos que enfrenta hoy América Latina y el Caribe
y qué pedirle a las nuevas formas de cooperación
como apoyo a los programas de desarrollo econó-
mico. He identificado cuatro áreas que me parecen
muy importantes, vistas sobre todo desde el ángulo
del Banco y de nuestro contacto permanente con los
gobiernos..
El primer aspecto corresponde al avance de la
globalización, un hecho muy discutido, al cual la
región se enfrenta en los ámbitos comercial y finan-
ciero; en materia de inversión, hoy dirigida a secto-
res altamente competitivos y de la globalización de
la empresa. Este es un concepto que me impresiona
mucho por su dinámica y por la transformación que
promueve y que constituye un enorme desafío para
la región. La globalización, como proceso, que abre
grandes oportunidades, pero que plantea también
inmensos riesgos que es bueno reconocer desde la
partida.
El segundo frente que me parece importante des-
tacar es el gran cambio que está teniendo la geogra-
fía económica del mundo. En esto cabe destacar la
mayor gravitación asiática, y especialmente el fenó-
meno chino, que hoy se constituye para nosotros en
un referente por las experiencias que han tenido, por
la oportunidad que nos abre de aumentar las expor-
taciones de materias primas, y por el desafío que nos
presenta como un formidable competidor. Hemos di-
cho que el fenómeno chino e indio es algo así como
haberle colocado al mundo un segundo piso en lo
económico, y este segundo piso es un desafío muy
grande. Es un desafío y a la vez un referente, porque
hay que entender lo que ha pasado en esa región, el
que China e India hayan terminado en veinte años
con las hambrunas. América Latina, que tiene el
problema de la pobreza, debe mirar con mucho inte-
rés esa experiencia.
Ese cambio geoeconómico nos ofrece también
una gran oportunidad. China se ha convertido en
uno de los grandes mercados para la exportación de
materias primas y de productos básicos. Este tema
es muy importante, porque a la América Latina se
le está abriendo una oportunidad histórica, de reva-
lorización de sus materias primas como reflejo de la
enorme expansión en tan pocos años del mercado
de consumidores. Esa oportunidad proyecta a la vez
una competencia formidable en todos los frentes.
El tercer tema es el relativo al avance tecnológico,
incluyendo las nuevas tecnologías de la información.
Este es un aspecto que me preocupa mucho. Améri-
ca Latina y el Caribe adolece de una grave debilidad
estructural en materia tecnológica, y está quedándo-
se peligrosamente atrás en esta materia. Por eso el
Banco está estableciendo un fondo para el desarrollo
y la innovación tecnológica, que nos ha provisto el
Gobierno de Corea. Junto con ello hemos organizado
un Departamento encargado de este tema, en que la
45
educación superior y la tecnología son considerados
conjuntamente como temas relacionados. La región
debe hacer un esfuerzo consciente frente a este
enorme desafío, asignando un fuerte apoyo político
al mejoramiento de la calidad de sus recursos huma-
nos y de su capacidad de investigación e innovación
tecnológica. Y me temo que si no hacemos bien esta
tarea, vamos a estar en el último vagón del tren de la
historia, y esto sería muy grave para esta región, que
tanto puede hacer en ese campo.
Todo esto nos lleva al cuarto tema importante,
cual es el de la competitividad, que viene unido a
todo lo anterior. Nuestra región tiene ante sí un pro-
blema muy serio de crecimiento; tiene que mirar al
mundo y para ello debe reconocer que la competiti-
vidad es vital. En el mundo de hoy el que no compite
no sobrevive. América Latina y el Caribe no puede
seguir dependiendo sólo de la exportación de mate-
rias primas, porque eso nos da producción y divisas,
pero no empleo. Hay que reconocer que en la región
se ha hecho avances importantes para mejorar la ca-
lidad de las exportaciones. La renovación agrícola,
por ejemplo, ha sido realmente de la mayor trascen-
dencia, pero este es un tema de competitividad y de
un gran desafío.
Veamos qué apoyo a estos nuevos elementos que
son parte de la realidad regional podríamos pedirle a
la cooperación en todas sus vertientes.
Bueno, primero tenemos que pedir a esa coope-
ración ampliada el apoyo a los esfuerzos de compe-
titividad, y ahí los temas de la infraestructura, del
comercio y de la integración se constituyen en ele-
mentos importantes. Las Cumbres lo han señalado
con mucha claridad. Sólo con relación a la infraes-
tructura, la región requiere invertir 70.000 millones
de dólares por año en energía, transportes, comu-
nicaciones y agua. Es un reto formidable que debe
resolverse con urgencia.
En segundo lugar, existe la necesidad de montar
mecanismos de cooperación intensiva en educación
superior e innovación tecnológica.
Me preocupa, asimismo, el desarrollo de los mer-
46
cados de capital, para disminuir una de las vulne-
rabilidades mayores de la región frente a las crisis
financieras externas, como las de los últimos años.
El bajo ahorro y las limitaciones de los mercados de
capital en América Latina son dos problemas cuya
solución hay que priorizar. Ello es fundamental para
proteger a la región frente a los vaivenes de la globa-
lización financiera y reforzar la capacidad de ahorro
interno y su asignación eficiente a la inversión.
Una cuarta vía de cooperación es el apoyo al de-
sarrollo político. La OEA está haciendo en ese cam-
po una enorme contribución. Es muy importante que
esta organización continúe desarrollando estas tareas
con la mayor prioridad.
Y mencionaría además el tema de la cooperación
frente a los desastres naturales. La experiencia nos
muestra que es un tipo de cooperación que debe
abordarse con mayor intensidad que como se ha he-
cho hasta ahora. Reconozco muy bien los esfuerzos
que se realizan cuando hay un desastre. Se moviliza
tanto la cooperación regional como la mundial, pero
este es un problema que se ha vuelto demasiado fre-
cuente y pesado para muchos países en el Caribe,
Centroamérica y el Grupo Andino. Es por ello que
estos esfuerzos también deben formar parte de una
agenda priorizada de la cooperación ampliada.
¿Cómo hacerlo? ¿Cómo potenciar esa cooperación
ampliada?¿Cómo hacer viables estos objetivos?
Yo insistiría en la tesis central que he planteado
a ustedes. Considero que los acuerdos de comercio
ofrecen un punto de apoyo importante para esa coope-
ración ampliada. Esto lo han demostrado las experien-
cias comparadas que tenemos, siendo la de Europa
quizá la más ilustrativa. Los acuerdos comerciales son
el vehículo que permite ampliar la cooperación, y es-
tablecer mecanismos de disciplina. Hemos visto como
esos acuerdos de comercio, debidamente negociados,
generan oportunidades para ampliar esa cooperación
en ámbitos cada vez mayores. En el Banco estamos
convencidos de que es posible y muy conveniente re-
lacionar sistemáticamente el comportamiento de este
tema con otros ámbitos de política.
 Una segunda respuesta al cómo, es que esta co-
operación ampliada comprometa una agenda domés-
tica efectiva para enfrentar los problemas sociales de
la región, el problema de la pobreza, la desigual dis-
tribución del ingreso, y la exclusión y el desempleo.
Es por ello que la cooperación internacional, para
ser efectiva, presupone una agenda doméstica que
asigne prioridad a estos temas. Dicho de otro modo,
será muy difícil que la cooperación ampliada fructi-
fique en medio de la postergación social como la que
sufre América Latina y el Caribe.
Es importante reconocer, una vez más, que la
pobreza es esencialmente un problema doméstico,
que la cooperación internacional puede ayudar a
resolver. Pero es claro que ella debería estar acom-
pañada de políticas que eliminen el proteccionismo
en los países industrializados, especialmente el de
la producción agrícola, y que abran los mercados a
las exportaciones latinoamericanas, eliminando así
una carga que soportan principalmente los sectores
más pobres de nuestros países. Pero no olvidemos
que la agenda de la pobreza involucra políticas fun-
damentalmente nacionales. Ese es el primer tema de
la agenda doméstica.
El segundo es abrirse al mundo con acuerdos de
integración en todos los frentes posibles. Ello impli-
ca prepararse para negociar bien. Hay que ayudar a
los países a mejorar su capacidad de negociación y
también, en medida muy importante, a hacer refor-
mas estructurales para expandir su apertura comer-
cial en general. A nuestros amigos centroamericanos
les aconsejamos prepararse bien para ampliar su
apertura externa y hacer ya los ajustes estructurales
necesarios. Los programas de cooperación del Banco
están dando gran prioridad a los ajustes estructura-
les para la apertura externa. Si no lo hacemos, pode-
mos sufrir enormes frustraciones. No olvidemos que
la apertura es una calle de dos vías, en que debemos
equilibrar el costo de las mayores importaciones con
los beneficios de nuevas y más exportaciones. Si no
negociamos bien es probable que nos quedemos so-
lamente con los costos de la apertura y no recibamos
ninguno de sus beneficios.
Hay que entender que los ajustes estructurales
son muy importantes. Nosotros estamos tomando
este tema muy en serio. Estamos avanzando una ex-
periencia pionera en Costa Rica. Desde hace un año
y medio venimos trabajando con el país para poner
en marcha una cooperación de gran escala que con-
tribuya a preparar el país en sus políticas de apertu-
ra externa. Esa segunda respuesta es, entonces, la
agenda doméstica, en lo social y en la preparación
para la apertura.
Una tercera respuesta al cómo, es trabajar seria-
mente en el tema de la solidaridad. Solidaridad entre
aquellos países que pueden más con aquellos que
pueden menos, entre todos los países de las Amé-
ricas. Esto significa que debemos reconocer gran-
des asimetrías entre los países, como las que hubo
en Europa, en los países de Mediterráneo. Y hubo
conciencia de ese aspecto y compromisos solida-
rios de todos para con todos. Yo creo que este es un
tema que hay que colocar en el centro de nuestras
preocupaciones. Se ha colocado ya en el caso del
MERCOSUR, donde las asimetrías han sido pues-
tas en discusión. Pero si vamos a emprender esta
gran aventura de llevar adelante a los países por la
senda del progreso económico y la justicia social, a
partir de una creciente apertura e integración, debe-
mos entender que ello es de interés de todos. Y, por
tanto, la solidaridad debe ser un punto de reflexión
para todos.
Esto se puede ayudar a lograr, ciertamente, a tra-
vés de los préstamos nuestros y del Banco Mundial.
Pero hay que ir un poco más allá. Los fondos de
cooperación deben participar en el debate de cómo
hacer efectiva la solidaridad, que incluye una parte
financiera, pero que debe tener otros componentes
adicionales, sobre todo en el proceso de negociación
de los acuerdos de libre comercio.
La cuarta respuesta al cómo, es la cooperación
incremental. Tengo a veces la preocupación de que,
llevados por el entusiasmo de los distintos frentes
de cooperación, nos fijamos variados y múltiples
47
objetivos que después carecemos de la capacidad
necesaria para ponerlos en marcha. Y creo que es
importante que en la formulación de prioridades tra-
bajemos fundamentalmente en el terreno de lo po-
sible y no solamente en el de lo deseable. Digo esto
porque a veces caemos en frustraciones y angustias,
que son malos para el propio proceso. Una vez que
el logro de pocos objetivos se va consolidando, pode-
mos entonces avanzar con mayor ambición.
El último punto del cómo, consiste en fortalecer
las instituciones regionales. Ocurre muchas veces
que encargamos mandatos a las instituciones sin do-
tarlas de los recursos necesarios, por lo que es muy
difícil cumplir los mandatos y muy fácil frustrarnos.
Es muy importante entender que estas organizacio-
nes operan dentro de ciertos límites, por lo que las
cosas deben ponerse en el terreno de lo razonable y
lo posible. Esa es quizá la mejor forma de fortalecer
la capacidad de acción de estas organizaciones.
Estamos en un momento especial, de una Améri-
ca Latina en bonanza, no sabemos por cuanto tiempo,
pero sí tenemos un optimismo cauto alimentado por
el inicio de la reactivación económica en la región y
por un marco de comercio y financiero internacional
favorable. Debemos aprovechar este momento para
reflexionar. Quizá el mayor capital que tenemos en
48
América Latina consiste en las experiencias, buenas
y malas, que hemos ganado.
Y creo que eso da lugar a ciertos puntos de
consenso, sobre los cuales la controversia ha sido
superada por los hechos. Uno es ciertamente la es-
tabilidad de los balances macroeconómicos. Sim-
plemente, no se debe jugar con la macroeconomía.
Otro es la necesidad de tener un mercado eficiente
y también un Estado eficiente. Ambas condiciones
van de la mano. Un mercado eficiente es el me-
jor mecanismo de asignación de recursos, pero se
necesita un Estado también eficiente para regular
el mercado, compensar a los sectores postergados
y habilitar a todos para participar en el proceso
de cambio. Otro punto de consenso es la apertu-
ra económica. Estamos convencidos, como lo está
el mundo entero, inclusive el ex mundo socialis-
ta, China e India, de que el progreso pasa por la
apertura selectiva e inteligente. Y nosotros hemos
avanzado en ese proceso de apertura por la vía de
los tres principales canales señalados.
Si logramos asentar esa apertura, ella será una
fuente muy importante de oportunidades, que debe-
mos aprovechar con pragmatismo para salir adelan-
te. La cooperación ampliada encierra gran parte de
la sinergia necesaria.
El debate
PANEL DE LA SEGUNDA CONFERENCIA
“DE LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA A UNA
COOPERACIÓN PLENA”
Washington DC - 8 de febrero de 2005
Palabras de Irene Klinger, Directora del Departamento de
Comunicaciones y Relaciones Externas de la OEA y Coordina-
dora de la Cátedra de las Américas
Muy buenas tardes a nuestra audiencia del Salón de las Américas
de la Organización de Estados Americanos y a todos nuestros oyentes
en los distintos lugares de nuestra América. Yo soy Irene Klinger, Direc-
tora de Relaciones Externas y Comunicaciones de la Organización de
Estados Americanos, y coordinadora de la Cádra de las Américas.
Tenemos hoy día aquí con nosotros a tres panelistas muy
importantes en nuestra región que comentarán sobre la cáte-
dra del Presidente del Banco Interamericano don Enrique
Iglesias, quien se refirió al tema de la integración económica
a la cooperación ampliada. Muchos de ustedes escucharon esa
cátedra el día de hoy, donde don Enrique Iglesias se refirió a
la cooperación, haciendo una relación sobre la cooperación en
sus distintas etapas, hablando de la cooperación subregional,
regional y hemisférica y la cooperación global. También él se
refirió a la cooperación comercial y cómo esa pasaba de una
cooperación comercial a una cooperación ampliada, incluyen-
do aspectos económicos, políticos, sociales y culturales. El tam-
bién hizo referencia a los desafíos de esa cooperación, hablando
sobre lo que implica el avance de la globalización, el cambio
en la geografía económica, la debilidad tecnológica de nuestros
países, temas de competitividad, e hizo también referencia al
tema de los desastres naturales, siendo éstos grandes desafíos
en este esfuerzo de integración. También él se refirió a lo que
debiera ser la agenda de cooperación ampliada. Habló sobre
la importancia de la educación superior y sobre la innovación
tecnológica, sobre el desarrollo de los mercados de capitales,
sobre el apoyo al desarrollo político y sobre la cooperación en
desastres naturales. Se refirió a cómo hacerlo, cómo enfrentar
esta agenda de cooperación ampliada, y en este sentido habló
de una agenda de comercio, de una agenda doméstica, de la so-
49
lidaridad, del fortalecimiento institucional, y de la importancia
de tener una cooperación que sea de carácter incremental.
Tenemos aquí entonces ahora a Inés Bustillos, directora de
la Oficina de la CEPAL en Washington D.C., la Comisión Eco-
nómica para América Latina y el Caribe. Nos acompaña tam-
bién el señor Richard Webb, presidente del Instituto de Inves-
tigacion Económica de la Universidad de San Martín de Porres.
Asi mismo presento al señor José Manual Salazar, director de la
Oficina de Comercio, Crecimiento y Competitividad de la OEA.
Tiene la palabra la señora Bustillo.
Inés Bustillo
Para mí es un placer estar con ustedes esta tarde. Gracias a
la OEA por esta oportunidad, gracias a la doctora Klinger por la
amable invitación. Obviamente es un gran honor el estar en este
panel, haber sido invitada a comentar lo que fue la cátedra tan
brillante del presidente del BID Enrique Iglesias sobre temas
tan importantes como la cooperación, como la integración eco-
nómica. Básicamente la charla nos brindó realmente una visión
tan global sobre las posibilidades de la integración y la coopera-
ción, así como de las realidades de la cooperación y de la inte-
gración. Y quiero retomar algunos puntos del doctor Iglesias. El
doctor Iglesias habló de la integración comercial, del comercio,
de la integración económica. Un pensamiento y una realidad
que para la CEPAL ha sido tremendamente importante, él se re-
firió ya a los años cincuenta cómo la idea de la integración eco-
nómica de América Latina había sido una idea que la CEPAL
estuvo trabajando desde sus inicios y acordando activamente a
los gobiernos, gobiernos de Centro América por ejemplo, en la
búsqueda de la integración. Una integración que no es un fin
en sí mismo, pues la integración no lo es. La integración es un
instrumento importante de lo que tiene que ser una agenda de
desarrollo. Mencionó el doctor Iglesias el concepto de regiona-
lismo. El utilizó la palabra regionalismo cerrado, pues talvez por
allá en los años 50 y 60 buscamos una integración mirando ha-
cia adentro talvez de la dinámica del mundo de aquel entonces
eran las políticas macroeconómicas de aquel entonces.
Hoy en día estamos hablando de un regionalismo abierto.
A principios de los años 90 la CEPAL empezó a utilizar este
concepto. Regionalismo abierto es una mezcla de instrumen-
tos de apertura, es una liberalización unilateral y un conjunto
de negociaciones subregionales, regionales, bilaterales, y una
50
activa participación en el ámbito multilateral. Este regionalis-
mo abierto no busca encerrarse en sí mismo, busca una mayor
penetración de los mercados internacionales, busca una mejor
inserción internacional de la región.
Ha habido grandes progresos desde que los países de nues-
tra región incursionaron en este regionalismo abierto a finales
de los años 80, y podemos buscar resultados con cifras econó-
micas. Por ejemplo, entre 1990 y el 2003, las exportaciones
de América Latina crecieron a un promedio anual del 10.9%
el más alto de la historia. Ha habido una diversificación de las
exportaciones, ha habido atracción de inversión extranjera di-
recta, ha habido muchos logros también en otros ámbitos, no
solamente los comerciales, han visto la estabilidad macroeco-
nómica. Por ejemplo, se refirió el doctor Iglesias a que las hipe-
rinflaciones parecen ser ya cosa del pasado.
Pero al mismo tiempo de esta mejor inserción, de esta bús-
queda de mayor penetración a nivel mundial y regional, también
ha puesto de manifiesto tremendas vulnerabilidades. Primero,
una vulnerabilidad económica, macroeconómica. Podemos ver
las grandes fluctuaciones de producto y del crecimiento de la
región en los años 90 relacionados con los flujos de capitales ha-
cia la región. Cuando miramos el Caribe y otros países también
podemos ver la gran vulnerabilidad geográfica a los desastres
naturales, y luego la gran vulnerabilidad social, la pobreza.
Nuestras cifras muestran al 2004 un 42.9% de pobreza. La
tremenda resistencia a la baja por ejemplo de la distribución del
ingreso y el empleo. Tal vez cuando miramos el empleo, puede
ser uno de los talones de Aquiles de todo este proceso de mo-
dernización que se ha dado en la época de los años 90. El em-
pleo en la región no es el suficiente, no generamos suficientes
empleos. Los que generamos no son de buena calidad. Según
datos de la OIT, siete de cada diez empleos está en el sector
informal, y vemos la gran vulnerabilidad de nuestra población.
Pero parte de la respuesta está en el sector externo, es mejor
integrarnos dentro de nosotros subregionalmente, hemisférica-
mente y también hacia el mundo.
Pero eso solamente es un instrumento, eso abre puertas, y
eso tiene que estar acompañado de toda una agenda domésti-
ca e internacional donde la cooperación puede jugar un papel
central. El doctor Iglesias mencionó que la agenda comercial
puede ser un elemento clave, el punto de apoyo de la coopera-
ción ampliada. Efectivamente, y están habiendo experiencias
al respecto, por ejemplo, dentro del ALC que iniciaron los paí-
ses de Centro América con los EEUU hubo un elemento, una
mezcla de cooperación. En el ALCA la negociación de la zona
de libre comercio hemisférica hay un programa de cooperación
hemisférica. Hay ideas que hay que aprovechar. Sin embar-
go, la cooperación necesita obviamente de recursos, de ahí la
importancia de los recursos que mencionó el doctor Iglesias, e
iniciativas nuevas que necesitan recursos. Que cuando mira-
mos por ejemplo la experiencia europea, vemos la riqueza de
la cooperación dentro de la Unión Europea. Obviamente es un
proyecto muy distinto a los proyectos que tenemos en la región,
pero si algo es claro es que el financiamiento en abundancia,
juntamente obviamente con una agenda doméstica de políticas
adecuadas es fundamental para apoyar la convergencia entre
los países menos desarrollados y más desarrollados, Y también
la cooperación es fundamental dentro de la agenda doméstica
porque va a haber perdedores, y hay perdedores y ganadores.
La solidaridad, tanto doméstica como internacional, son ele-
mentos fundamentales que destacó el doctor Iglesias.
Moderadora
Tenemos ahora con nosotros al señor Richard Webb.
Richard Webb
Agradezco el honor de esta invitación. Agradezco a la OEA
y la oportunidad de comentar las ideas siempre tan interesantes
de Enrique Iglesias sobre el tema de integración y cooperación.
Para situarnos creo que sugeriría una primera reflexión. Muchas
veces cuando nos sentamos a conversar sobre la integración, y
también sobre la cooperación en un foro como éste, tenemos
en la cabeza una idea de que de lo que estamos hablando son
iniciativas, actos de autoridades, pueden ser políticas, diplomá-
ticas, que pueden decidir actos hacia la integración o decidir
no tomar estos actos, o pueden decidir actos o formas de coope-
ración o no, pero, yo creo que si vamos a hablar de este tema y
pensar sobre el futuro de estos temas hoy, tenemos que hacerlo
en el contexto de lo que está pasando en el mundo ahora. Para
mí ese contexto es abrumador. Para mí, estamos viviendo lo que
yo llamaría una integración de facto, no es por decisión oficial
de nadie, se está dando en todo el mundo una verdadera ola de
integración a todo nivel, y más que nada, esto se está dando por
iniciativas o por funcionamientos de entidades privadas de ne-
gocios, o también privadas de cooperación y de solidaridad. Es
una ola enorme, y a tal punto que yo hablaría de una verdadera
invasión que estamos sufriendo, si se puede editar esa palabra,
no es la palabra apropiada sufrir, estamos experimentando diría
en cada uno de nuestros países una verdadera invasión del resto
del mundo, que está entrando a nuestros países en muchas for-
mas. Una parte de eso es el comercial y el económico, pero tiene
que ver también con cultura, con cómo manejamos la justicia en
nuestros países. Y esto, yo diría como primera hipótesis, que es
el resultado de una reducción tremenda de las distancias en el
mundo, tanto físicas, geográficas, como las distancias para las
comunicaciones, de la multiplicación del uso de unos cuantos
idiomas, que hablamos de una forma que nunca antes hablá-
bamos. Hace tres años estuve en una conferencia en Europa, en
Viena, una conferencia que se llamaba “Este-Oeste”. Estaban
presentes todos los países de Europa, y algunos del resto del
mundo. Toda la conferencia, que duró tres días, se llevó a cabo
en inglés. Ahí estaban representados quizás cincuenta países.
Todo fue la forma en que intelectualmente se integró ese grupo
de gente, y esto se está dando en muchos foros, en muchas
formas. Los mismos negocios en nuestros países tienen que es-
tar acreditados por estándares y entidades del extranjero. Para
nuestra educación, también ahora más y más se adapta, se acre-
dita a estándares y verificaciones externas y claro, todos vivimos
ahora más y más con una misma cultura en el mundo. Este es
el contexto para hablar de iniciativas entre países de la región,
que pueden ser comerciales o pueden ser en otros aspectos
de nuestra vida. Creo que este concepto puede ser que en un
sentido debilita el regionalismo en cuanto a la integración. Por
qué estamos simultáneamente integrándonos a todo el mundo,
y podría decirse que cada aspecto de integración ya tiene menos
sentido pensarlo o tomarlo solamente a nivel de la región. Pero
de otro lado, es posible que también es algo que va a reforzar
el regionalismo. Y por esta razón, o por lo menos, la necesidad
de iniciativas regionales de integración. Dentro de cada uno de
nuestros países nosotros tenemos estados, que están ahí para
proveer bienes, servicios que podríamos llamar públicos, que
no los provee el mercado. Empezando con la seguridad, la jus-
ticia, pero también el cuidado del medio ambiente, elementos
sociales básicos como la salud, la educación, etc. Para eso están
nuestros Estados. Y parte de todo eso es defendernos y manejar
nuestras sociedades ante el resto del mundo. Yo creo que ahora
51
tenemos que hacer lo mismo a un nivel regional. Tenemos que
abordar temas de bienes públicos regionales, como son, para
empezar, la democracia, el orden democrático de la región ya
es preocupación de todos nosotros, de cada uno de nuestros paí-
ses, y ya es probablemente el ítem número 1 en la agenda de
la OEA. Pero más allá de esto, hay bienes públicos, como por
ejemplo la necesidad de infraestructura común, el hecho de que
compartimos idioma y mucha cultura y mucha historia se presta
a que trabajemos esto juntos, etc.
El medio ambiente regional es también un problema que
tiene que ser abordado a un nivel internacional dentro de la re-
gión. Entonces, esta misma ola mundial integracionista quizás
nos va a empujar, a obligar a reforzar nuestras iniciativas de in-
tegración y de cooperación a nivel regional.
Moderadora
Muchas gracias don Richard Webb, presidente del Instituto
de Investigación Económica de la Universidad San Martín de
Porres. Ahora quisiera ofrecer la palabra al señor José Manuel
Salazar.
José Manuel Salazar
Realmente esta tarde tuvimos una muy jugosa presentación
de una de las personas que más sabe, y no sólo porque sabe,
sino porque ha vivido y ha sido uno de los arquitectos de la in-
tegración latinoamericana y americana en varias capacidades,
incluyendo sus diez años en la CEPAL. Y ahora también en
creo que ha estado más tiempo en el BID. Es un impresionante
repaso, histórico y conceptual, el que ha hecho don Enrique, y
también nos ha señalado los principales retos y desafíos.
Yo quisiera hacer comentarios iniciales y luego podríamos
ampliarlos en tres puntos. Uno, lo que nos dijo él de cuánto ha
avanzado la integración, sobre todo en la etapa reciente, diga-
mos, para reflexionar sobre la etapa de las Cumbres, la etapa
del regionalismo abierto. Una pregunta que la tocó tal vez no
directamente pero que está en la mente de todos, y ciertamente
en el debate público, es si el avance hacia el libre comercio y la
integración, o la globalización, que hay definiciones similares,
ha ayudado a generar prosperidad, crecimiento económico y
empleo, tal como se lo propuso el proceso de Cumbres, como se
lo propusieron los presidentes y jefes de estado. Esta es algo que
se preguntan los pueblos, que está en las encuestas, en varias
52
dimensiones. Y finalmente algunos desafíos que nos mencionó
el doctor Iglesias.
Respecto a cuánto ha avanzado la integración, yo creo que
la respuesta es muy clara, y aunque no se han concluido las
negociaciones del ALCA en enero de 2005, como fue el ob-
jetivo, ciertamente la integración económica en las Américas,
particularmente en la etapa del regionalismo abierto, ha aumen-
tado de manera impresionante. Y esta conclusión nos llega muy
corta por donde la mire, una la puede medir con base en lo que
podríamos llamar la apertura estructural de las economías. Por
ejemplo, cuánto pesan las exportaciones más las exportaciones
sobre el TIR, o en el aumento de los flujos de comercio e inver-
sión, o por incremento en los flujos de trabajadores y remesas.
Por cualquiera de éstos y otros indicadores, claramente en tér-
minos estructurales y reales, se constata que ha aumentado la
integración. También uno puede medirla por el nivel de ciertas
variables de política. El nivel de los aranceles, cuántos TLCs,
en número y calidad, han negociado los países, qué tan amplias,
profundas o armonizadas son las deudas comerciales que vin-
culan ahora a los países, y también de aquí se concluye que es
un hemisferio mucho más vinculado por reglas comunes, aun-
que en este campo queda muchísimo por hacer.
De manera que eso es parte de este proceso de globalización.
La segunda pregunta y comentario es: si este proceso, que
claramente se ha profundizado, ha ayudado a generar prosperi-
dad y crecimiento y a reducir pobreza, como se lo han propuesto
los países. Yo creo que la respuesta a esta pregunta es también
positiva, pero es una respuesta más elaborada, y menos obvia.
Y es menos obvia porque cuando uno da el diagnóstico de, por
así decirlo, la salud de una economía, siempre hay una combi-
nación de síntomas, como en los seres humanos, y es muy difícil
decir si el paciente está totalmente sano, sobre todo cuando uno
llega a cierta edad, siempre hay cosas que duelen, o que fallan.
Pero a veces se confunden entonces las causas que provocan
esos síntomas y resultados.
Como sabemos, luego de una década de reformas econó-
micas, el desempeño económico general de América Latina y
el Caribe, en términos de las variables que importan empleo,
crecimiento, producción, pobreza, desigualdad, no ha sido todo
lo bueno que se esperaba. Es más, en varios países algunas de
estas realidades económicas se han deteriorado. De ahí la pre-
gunta: ¿se debe eso a la apertura comercial, a la integración, a
la globalización, como piensan algunos? Desde luego, creo que
no, y que, esto es muy importante enfatizarlo, numerosos estu-
dios muestran que esto no es así, que debería evitarse lo que
podría llamarse la falacia de la falsa atribución, que consiste en
culpar a la integración económica por resultados económicos y
sociales que por sí sola de todos modos la integración no puede
generar.
Aún si uno piensa en críticos fuertes de las reformas del
Consenso de Washington, como Joseph Siglich, como Danny
Rodrick, ellos no concluyen que las reformas deben ser abando-
nadas o revertidas, sino que debe tenerse una agenda más am-
plia, una cooperación ampliada precisamente y a nivel interno
también ajustes en prioridades. Si uno ve la economía moderna,
el crecimiento nos enseña que hay cuatro conjuntos de factores.
Creo que algunos de ustedes me han escuchado decir esto. Para
decirlo más gráficamente, como cuatro locomotoras, digamos,
para impulsar el crecimiento y la prosperidad, una es la acu-
mulación de capital físico y humano, el recurso humano es muy
importante. Segundo, la productividad, que depende a su vez
de la educación, de las destrezas y las tecnologías, y de cómo
se combinan. Tercero, la integración económica de los grandes
mercados, del comercio, y Cuarto, la calidad de las instituciones
y la buena gobernabilidad. Y en este último factor es muy inte-
resante que haya estudios recientes que han establecido muy
claramente la relación causal directa de buena gobernabilidad
y calidad de las instituciones a mejor desempeño económico, a
mayor crecimiento. De manera que es muy importante ver este
tema de la gobernabilidad como parte de la estrategia de creci-
miento, de creación de empleo y de desarrollo de los países.
Pero el punto que quiero destacar aquí es que, para un creci-
miento económico dinámico y sostenido, esas cuatro locomoto-
ras deben jalar en la misma dirección, y reforzarse mutuamente.
Es decir, si dos o tres de esos factores, de esas locomotoras, no
están empujando en la dirección correcta, la locomotora de la
integración económica, del comercio por sí misma, no puede
lograr un buen desempeño económico. Y ahí es donde a veces
se confunden las cosas. Lo mismo puede decirse de los otros
factores, y es por esa interdependencia de factores es que pue-
de darse el caso que aunque se haya avanzado en la apertura
económica en algunos países, y la integración, la economía no
crezca todo lo que se esperaba, el empleo no repunte, o la po-
breza no se reduzca, porque los otros factores no están jalando
en la misma dirección, o peor, están jalando en direcciones
opuestas.
Este es el comentario sobre esa pregunta importante del im-
pacto y la ayuda de la integración. Ahora, ¿qué nos sugieren
estas conclusiones o esta visión sobre las prioridades de acción
en la siguiente etapa de integración, sobre todo de cooperación
ampliada? Creo que esto es nada más que reiterar algunos
de los puntos que nos dijo el doctor Iglesias. Primero, que el
libre comercio es importante, pero no es suficiente. Segundo,
que los países deben trabajar en su agenda interna de compe-
titividad y de políticas sociales para acompañar a la transición
al libre comercio. Creo que hay un mensaje muy claro ahí del
dcotor Iglesias en la importancia de las políticas y del trabajo
y los consensos internos de los países. Y tercero, que un tema
fundamental en la nueva etapa de integración y cooperación
ampliada en el sistema interamericano entonces es cómo for-
talecer la cooperación multiárea en temas claves de esa agenda
de desarrollo, como el clima de inversión, la infraestructura la
mencionó varias veces, la educación, la tecnología, la competi-
tividad, el ajuste durante la transición, la calidad institucional,
y la gobernabilidad.
Tres retos, para concluir, que creo que en materia de co-
operación ampliada mencionó el dcotor Iglesias: Uno, si los
flujos de financiamiento y ayuda que actualmente sostienen
el sistema interamericano son suficientes, o qué ajustes se
requerirían en los programas de crédito del BID, la opera-
tivización de los mandatos de las Cumbres, los programas de
financiamiento, incluyendo los bancos regionales de desarro-
llo, para estar a la altura de los retos de la integración hemisfé-
rica. Como dije, hay comentarios que podríamos profundizar.
Un segundo reto se refiere a la arquitectura de la integración
que estamos generando en el hemisferio, la integración ha
avanzado mucho por la vía de los TLCs, de los tratados de
comercio bilaterales. No hay duda que para los países indivi-
dualmente considerados hay ganancias en esa estrategia, pero
desde el punto de vista colectivo y sistémico de las Américas,
también hay costos y desventajas, y hay varias razones por las
que completar un acuerdo ALCA debería ser de interés para
los países, aunque ya hayan negociado acuerdos bilaterales.
También espero que nos pregunte alguien sobre por qué el
ALCA es importante aunque ya se hayan negociados tantos
TLCs, porque creo que la respuesta allí nos llevará a discutir
53
ciertos temas muy importantes. Y el tercer desafío, que creo
que no se ha mencionado, y tampoco lo escuché, por lo menos
de esta forma, en la charla del dcotor Iglesias, pero que estoy
seguro él tiene puntos de vista bien claros sobre esto, es que
desde la perspectiva amplia reducir las brechas de ingresos
y promover la competencia económica, si al final de cuentas
es el criterio que se va a utilizar para juzgar el éxito de la in-
tegración hemisférica, es el tema de las migraciones y de la
movilidad laboral. Este crecimiento explosivo de las remesas
y sus impactos positivos en los países receptores es un gran
indicador de los impactos igualadores del ingreso que puede
tener la movilidad laboral, sobre todo de trabajadores de bajas
calificaciones. Varios estudios han estimado las ganancias
de esa movilidad, y han concluido que en algunos casos pue-
den exceder a las de la libre disposición de los bienes y los
servicios. Este tema por supuesto es sumamente sensible y
controversial, pero es uno que puede recibir mayor atención
no tanto talvez en los TLCs o en el ALCA, que ven esto desde
una perspectiva mucho más angosta, pero sí en el contexto
amplio del diálogo político, del diálogo de la Cumbre de las
Américas.
Moderadora
Queremos ahora abrir este foro para un diálogo con todos
ustedes aquí y en el futuro con la audiencia en las Américas en
nuestro hemisferio en su conjunto a medida que vayamos per-
feccionando nuestros sistemas tecnológicos y podamos hacer
que todos puedan participar desde los distintos ámbitos de las
Américas. Pero mientras tanto, representantes del continente
están aquí hoy en el Salón de las Américas de la OEA y qui-
siéramos ofrecerles la posibilidad de hacer comentarios tanto
sobre la ponencia del doctor Iglesias como de nuestros pane-
listas que han enriquecido y complementado esta ponencia del
día de hoy.
Por favor, el embajador de Panamá.
Embajador de Panamá:
Gracias. Advierto que voy a ser bien desacertado en mi pre-
gunta, y eso por dos motivos. Primero, porque tengo años que no
trabajo o que no asisto a una charla o a un martes de carnaval,
que es lo único que los panameños solemos tomarnos muy en
serio. Y en segundo lugar, porque estamos como en familia, es-
54
tamos como en pequeño comité. Nos hemos quedado los que de
verdad estamos interesados en estos asuntos. Yo creo que Inés
Bustillos lo sabe, porque cuando me he reunido con ella la apa-
bullo con cantidad de preguntas, estadísticas sobre todo. Hace
muchos años que yo vengo meditando sobre el tema este que a
Webb le preocupa tanto, y a Salazar, y a Inés Bustillos, y a todos
los que estamos aquí: la integración, y sobre todo ahora que es-
tamos viviendo el fenómeno de la integración. Pero mi pregunta
es sencillamente ésta: Si tanto queremos integrarnos, ¿nos están
ayudando tantos grupos o grupúsculos que nosotros mismos for-
mamos en nuestra América? ¿Nos ayuda a la integración que
exista Mercosur, Grupo de los 3, el NAFTA, por una parte, los
ALCAs, los TLCs que por una parte van entre Centro América
y Estados Unidos, por otra entre países sudamericanos, por otra
Panamá anda solito haciendo un TLC con los Estados Unidos?
¿Nos ayuda que nosotros estemos subdivididos generalmente
en temas económicos, porque en temas políticos estamos en la
OEA bastante unidos. Así es que, justo en los temas económi-
cos, donde más deberíamos ser solidarios, o bien integrados o
integrables, es donde más grupos existen. La pregunta es ésta:
¿La existencia de estos distintos grupos: Grupo de Río, Merco-
sur, etc., ayuda a esta integración? ¿O más bien la entorpece, la
obstaculiza, la disminuye?
Moderadora
Muchas gracias embajador Aristides Goyo. Quisiera darle
la palabra a los panelistas para un breve intercambio. Adelante,
José Manuel Salazar.
José Manuel Salazar
Creo que ésa es una de las preguntas fundamentales que los
negociadores comerciales y de las autoridades de los gobiernos,
se están haciendo, y a ello me refería como la arquitectura del
hemisferio que se está construyendo. Yo diría que, tal vez en
lo que usted mencionó, de si estamos divididos en temas eco-
nómicos, simplemente para hacer una distinción, creo que hay
un consenso bastante amplio sobre las tareas que hay que hacer
en el sentido general de las tareas de las reformas económicas.
Después de mucho debate sobre el consenso de Washington,
que ahora es más amplio, son prioridades que asumen diferen-
tes formas en cada país, pero dentro de una línea de un con-
senso general, tal vez más difícil es la pregunta del cómo hacer
esas cosas, o cómo construir la decisión política para hacerlas,
en caso de temas más políticos. Pero en cuanto a la arquitectu-
ra comercial justamente ha habido mucha preocupación por
la proliferación, y esa proliferación no es única del hemisferio.
Europa ha tenido una cantidad de acuerdos bilaterales y pe-
queños con países en su órbita, y Asia se ha sumado a esta ola
de acuerdos bilaterales con algunos países latinoamericanos y
entre ellos mismos.
Lo que sucede en parte es que, y muchos economistas lo han
advertido, que el Banco Mundial generalmente va mucho en
esta dirección, que hay que poner todo el énfasis en el camino
y la avenida multilateral y que debería ahí estar concentrado. Y
hay mucho de bueno en ese argumento, la pregunta es si única-
mente allí o también hacer los acuerdos subregionales grandes
o los acuerdos bilaterales más pequeños. Lo que sucede es que
hay ventajas y desventajas en los tres caminos, y por eso el doc-
tor Enrique Iglesias nos decía que una estrategia de múltiples
vías es la mejor, porque el problema es que en teoría es mucho
lo que se puede lograr en las rondas multilaterales, sin embar-
go es mucho más lento. La ronda Uruguay duró ocho años, de
manera que si los países sólo fueran por esa vía, tendrían que
esperar mucho tiempo para lograr beneficios que, en algunos
casos, para el país particular no son tan grandes como el que
puede lograr en un acuerdo que puede negociar en un año o en
unos meses con una economía tan grande como la de EEUU.
Entonces, si se le abre la posibilidad a ese país o grupo de paí-
ses de negociar con los Estados Unidos, entonces sensacional,
si en el cálculo de costos y beneficios para esos países es bueno,
entonces hagámoslo. Pero hay riesgos técnicos, y ahí es donde
vienen los temas que, precisamente por esos riesgos y esos cos-
tos que aunque haya toda esta proliferación en el hemisferio, yo
creo que si es muy importante enfatizar que tiene sentido, tiene
beneficio, se debe continuar con el proceso ALCA por tres o
cuatro razones. Una es que con el ALCA se obtienen beneficios
del comercio Sur-Sur que no necesariamente se obtienen con
los acuerdos bilaterales o los acuerdos Norte-Sur. Ahí hay be-
neficios adicionales. También hay un tema de acumulación de
reglas de origen para exportar a Estados Unidos, en el CATPA,
se pueden acumular reglas de origen entre los países centro-
americanos, lo mismo con el acuerdo EEUU-Comunidad Andi-
na, pero sólo será posible acumular origen entre todos cuando el
acuerdo sea genérico y la negociación sea completa. El segundo
grupo de beneficios es que a causa del tamaño del mercado
MERCOSUR, el ALCA puede también generar beneficios para
los países de América Latina y el Caribe en términos de mayor
acceso a otros mercados, y concretamente a Estados Unidos y
Canadá, más allá de lo que posiblemente sea posible obtener en
TLCs que no incluyan a Mercosur, simplemente porque ahí hay
una propuesta comercial más importante. También hay benefi-
cios en términos de las instituciones, y ahí le dejo a Inés Bustillo
para que comente el tema institucional en términos financieros.
Posiblemente no pueda haber una proliferación de fondos, de
ayuda, tanto como se podría negociar una ayuda, un financia-
miento a niveles hemisféricos. Y finalmente, vinculaciones con
la visión política hemisférica pues el ALCA es abarcador, parti-
cipan todos, mientras que lo otro es más fragmentado.
Moderadora
Quizás Inés Bustillo quisiera hacer algún comentario.
Inés Bustillo
Un comentario breve a las preguntas siempre tan cruciales
del embajador de Panamá. Es una gran preocupación de los
economistas y de los no economistas a nivel multilateral está
toda la discusión de lo multilateral versus lo bilateral, y como
dice José Manuel Salazar, es un debate que todavía continúa
cada vez con mayor fuerza dado el incremento de los acuerdos
bilaterales. Bien, ¿de qué manera estos acuerdos bilaterales y
los acuerdos preferenciales contribuyen o no contribuyen a una
liberalización multilateral que están impidiendo la liberaliza-
ción multilateral? ¿sí o no? Este es un debate en que hay opinio-
nes muy fuertes al respecto, y no existe una conclusión, es decir,
hay muchos economistas que dicen que esta consecución de
bilaterales obviamente trae ganancias para los países, pero trae
desviaciones importantes del comercio, trae altos costos admi-
nistrativos, manejo de reglas de origen, etc. Ahora bien, la políti-
ca de regionalismo abierto busca profundizar lo subregional y lo
regional. A nivel subregional se puede avanzar en ciertos temas
que no están presentes en la agenda comercial, digamos, son
temas relacionados con la movilidad de mano de obra, temas de
coordinación de políticas macroeconómicas, temas importantes
que pueden ser un componente fundamental de la agenda su-
bregional. Pero definitivamente la pregunta del embajador es
clave, es decir, ¿estamos mejor con un acuerdo tal vez regional?,
55
¿hay más ventajas para la región como un todo? Por otra parte
están las instituciones. Tenemos instituciones muy ricas, sabe-
mos que la pregunta no está por el lado económico, la respuesta
no va por el lado estrictamente económico, porque ahí hay por
un lado y por el otro lado. Tal vez la pregunta vaya más por el
ámbito político. Dado que estamos en necesidad de institucio-
nes, dado que estamos en necesidad de acuerdos subregionales,
etc., ¿Tenemos la voluntad política de crear algo más? Y esa es
una pregunta que está en el aire. Aparentemente sí existe la
voluntad, pero ¿cómo se está materializando? Imagino que en
los próximos años veremos la respuesta.
Moderadora
Muchas gracias Inés Bustillo. El doctor Richard Webb tiene
la palabra.
Richard Webb
Su pregunta es excelente, embajador. Mi opinión es que la
integración que se ha venido dando, mirando al pasado, ha sido
más bien a pesar, y no gracias a esos grupos, esos arreglos, esas
fórmulas que hemos venido ensayando. De hecho se ha dado un
enorme integración, pero no tanto en el rubro de lo que se iden-
tifica con la integración. Se tiende a pensar, a identificar la inte-
gración con el comercio de bienes. Pero hay una integración en
muchos otros aspectos de la vida social y económica de nuestros
países que se ha venido dando, donde no han habido iniciativas,
grupos trabajándolos, no han habido proyectos o iniciativas o
acuerdos. La educación por ejemplo, la salud. Hay un enorme
intercambio, movimiento de gente de país a país por razones de
salud, para atenderse. Esto es una exportación de un país a otro.
El turismo también. Y obviamente el movimiento de la gente
misma para trabajar. Asesorías financieras, una serie de formas
de integración económica y social que se vienen dando, y preci-
samente se vienen dando donde no ha habido nadie oficial em-
pujándolo. Y la otra gran área que sí es de bienes, pero no está
en nuestras estadísticas, es el enorme comercio de fronteras.
En las fronteras nos acercamos, hay más y más gente viviendo
cerca, la geografía facilita, y esto no está registrado. Y eso no es
sólo bienes, sino la gente misma cruza, para ir al colegio, al otro
lado y cosas del estilo. Eso también es algo que se está dando
libremente. Eso no quiere decir que estas instituciones, o ini-
ciativas o grupitos, no sean importantes para adelante. No sé, es
56
más difícil decirlo. Ciertamente todo el proceso de integración
de Europa sí pasó por muchos grupos, muchas iniciativas par-
ciales. Y se fue construyendo uno encima del otro.
Moderadora
Muchas gracias doctor Webb. Creo que este punto sin duda
lo destacó también el doctor Iglesias sobre si acaso la coope-
ración subregional regional hemisférica y la global realmente
van complementándose entre ellas, o si se suplementan. Es un
tema, sin duda, sobre el que nuestros colegas en el panel han
hecho una contribución importante a ese pensamiento y proba-
blemente vamos a seguir dándole vueltas hasta que lleguemos
realmente a la integración hemisférica o global total, como decía
don Enrique, que no existe, pues sólo podemos hablar de la am-
pliada por el momento. ¿Alguna otra pregunta? Sí por favor, si
se puede presentar, decirnos su nombre y de dónde es.
Luis Felipe Ruiz
Mi nombre es Luis Felipe Ruiz. Soy de Colombia. Quisiera
preguntar lo siguiente: Todos esos procesos de integración lle-
van a muchos retos y quizás los problemas que llevan a esta
integración, uno de los más importantes es la poca seguridad
jurídica que tienen los inversionistas y que dificulta la integra-
ción. Hay problemas como la doble tributación, no tener de una
forma armoniosa las normas tributarias en la región quizá sea
uno de los mayores problemas. Y además quisiera saber la opi-
nión de ustedes sobre la implementación en la región de Trade
Promotion Authority como lo tienen en Estados Unidos, que
este marco jurídico americano pueda ser aplicado en los distin-
tos países para que cada uno de estos países no tenga un poder
de negociación tan amplio, sino que se sujete a unos parámetros
que los congresos de sus respectivos países les den.
Moderadora
Quisiera tomar una pregunta más y después dar la opción a
los panelistas de responder. Si hay alguna otra por el momento,
y si no, ofrezco la palabra aquí a los panelistas primero. ¿Quién
quiere comenzar? Sí, José Manuel Salazar, por favor.
José Manuel Salazar
En el tema de la seguridad jurídica, aunque es algo que tie-
ne una definición muy amplia y hay muchos elementos que son
como elementos fundamentales, es decir la inversión, los dere-
chos de propiedad, el estado de derecho, que son fundamentales
en las encuestas de las empresas multinacionales, de los inver-
sionistas, el índice de confianza de la inversión extranjera direc-
ta por ejemplo, parece como algo fundamental. Mucho es tarea
interna, sin embargo, precisamente una de las dimensiones, de
los beneficios, de una lista de beneficios que tiene un tratado de
libre comercio es dar seguridad jurídica para los inversionistas
locales y extranjeros, por varias vías, o sea, se da acceso a los
mercados, porque hay definiciones recíprocas de acceso, en vez
de mucho de lo que se tiene ahora que son esquemas unilatera-
les de preferencias, que pueden ser unilateralmente removidos
ya sea por Europa o por EEUU. Hay seguridad jurídica por
el lado del capítulo de inversiones, en la medida que hay una
serie de reglas sobre el tema también de las inversiones o de
las expropiaciones, o las disputas inversionista-estado, etc., y
hay seguridad jurídica porque hay un capítulo para la solución
de controversias. Más otras dimensiones. Si hay un capítulo de
compras del sector público, también hay seguridad jurídica por
ahí. De manera que, yo pienso que es importante ver la función
de los TLCs en traer mayor seguridad jurídica en algunas de
estas cosas. Lo de tributación no necesariamente, eso general-
mente está más bajo la órbita de los ministros de hacienda, y
prácticamente no se negocia el tema tributario, salvo algunas
excepciones, pero como paquete completo dentro de un TLC.
En cuanto a la pregunta del Trade Promotion Authority, esa es
una idea que yo he escuchado, respecto de que si un meca-
nismo como el que existe acá en los EEUU, es un mecanismo,
bueno, si tiene ventajas y desventajas en los países latinoame-
ricanos. Yo creo que es una discusión abierta. De hecho, los
congresos y el entendido en muchos países latinoamericanos es
que una vez que un TLC se presenta a un congreso, no es la idea
que los diputados o miembros del congreso empiecen a cam-
biar lo negociado, porque como sabemos esta negociación fue
un proceso largo, tortuoso y delicado, y posee unos equilibrios
que, si alguien toca algo, habría que empezar a renegociar todo.
Así, aunque no haya una ley que lo diga tal cual, como sí la hay
en Estados Unidos, ése es el entendido. Porque de otra manera
no funciona. Una posible desventaja de eso es precisamente si
se fijaran parámetros, porque, ¿qué pasaría si los parámetros
que define un país latinoamericano para la negociación de al-
guna manera cierran el campo de maniobra de lo que se pueda
lograr en la negociación? Y eso se aplica para todos los países.
Entonces, creo que es algo que valdría la pena conversar con
mayor detalle. Podría ser peligroso para el tribunal o habría que
ver el tema de qué tipo de parámetros se negocien, y si se ponen
parámetros muy estrictos eso podría evitar que los negociadores
tengan éxito en negociar con otros socios.
Moderadora
Pregunto si hay algún otro comentario sobre el tema de la
seguridad jurídica para los inversionistas. La señora Inés Bus-
tillo por favor.
Inés Bustillo
No directamente el tema de la seguridad jurídica, pero sim-
plemente que está relacionado con lo que es la característica
de los nuevos acuerdos, de los acuerdos modernos que se están
firmando hoy en día, que los países están firmando hoy en día.
Anteriormente los acuerdos comerciales eran acuerdos estricta-
mente de comercio: bajar aranceles, penetración de mercados.
Hoy en día estos acuerdos, llamados acuerdos modernos, invo-
lucran la negociación de una serie de disciplinas que inciden
directamente en la gestión, o pueden incidir directamente en
la gestión, de política doméstica, y ahí hay todo un debate muy
interesante porque los países negocian con el fin de atraer in-
versión, de dar seguridad jurídica, etc., pero negocian toda una
serie de disciplinas que si bien a largo plazo obviamente son
conducentes al desarrollo, el cuestionamiento es a veces en el
momento digamos de corto plazo si los países en vías de desa-
rrollo están preparados para asumir esas disciplinas. Es todo
parte de un debate muy interesante que se ha venido dando.
Moderadora
Uno de los temas subrayados por el presidente Iglesias en su
ponencia de hoy tenía que ver con el tema de los desafíos. Al-
gunos han sido aquí relevados por ustedes y por los panelistas.
El se refirió al cambio de la geografía económica, el fenómeno
chino, cómo eso ofrecía una oportunidad y tenía que ver con el
desafío. Yo no sé si ustedes tienen algún comentario que ha-
cer sobre cómo se encara este tema, y sobre todo como estamos
planteando hoy día como tema fundamental en el hemisferio
el asunto de la generación de empleo y de la reducción de la
pobreza. Quizás alguien pudiera hacer algún comentario sobre
cómo este tema podría ser abordado en la región. Tiene la pala-
57
bra Inés Bustillo.
Inés Bustillo
Justamente el fenómeno chino, el fenómeno Asia, es algo
que ha tenido mucha presencia en la región en los últimos años.
En el 2003, por ejemplo, las exportaciones de la región hacia
China aumentaron más de un 70%. En algunos países produc-
tores de materias primas, etc., ha representado una oportuni-
dad brutal en los años pasados y explica gran parte del éxito
en materia de exportación. Para otros países, la presencia de
China, cada vez más creciente, implica retos importantes desde
el punto de vista del empleo nacional, el empleo doméstico, así
como la competencia china en nuevos mercados. Obviamente
es un fenómeno que está ahí, está creciendo, y tal vez si algo nos
hace reflexionar, y sobre todo esta agenda paralela que tenemos,
el tema por ejemplo que mencionó el doctor Iglesias de los reza-
gos tecnológicos de la región, es un tema de primera prioridad.
Cuando miramos por ejemplo la experiencia de la región en
los pasados diez años, vemos que sí ha habido ciertos sectores,
ciertos grandes conglomerados mayormente multinacionales
que han sido tremendamente exitosos, disminuyendo la brecha
de productividad y tecnológica, pero el mayor porcentaje de los
sectores de pequeña y mediana empresa, por ejemplo, muchos
sectores productivos han quedado muy rezagados y ha habido
una mayor heterogeneidad estructural. El tema de la tecnolo-
gía, de la innovación, y de los recursos necesarios, además de
las políticas, los recursos necesarios destinados a apoyar eso
es crucial. Y no solamente es un tema del sector privado. La
CEPAL ha hecho propuestas sobre la necesidad de estrategias
de apoyo a los sectores productivos en economías abiertas. Es-
trategias de desarrollo productivo implican una nueva relación
entre gobiernos y sector privado, implica políticas muy activas
de desarrollo productivo, implica intervención en los mercados,
pero una intervención para que los mercados funcionen mejor
y subsanar aquellas áreas en donde los mercados no pueden
tener resultados.
Moderadora
Tiene la palabra José Manuel Salazar.
José Manuel Salazar.
Totalmente de acuerdo con lo que ha mencionado Inés Bus-
58
tillo. Creo que el doctor Iglesias planteó una perspectiva inte-
resante. Fíjense, dijo él, que es un referente, una oportunidad,
un desafío. El desafío obviamente es por la fuerza competitiva
de China, que es una máquina productora de manufacturas y
está para quedarse, y cada vez más. Obviamente ese es un reto
competitivo para los países de América Latina y el Caribe. Pero
la oportunidad es que también es un gran mercado, es un país
muy importante. Hay países que están beneficiándose muchí-
simo con el enorme crecimiento de los negocios con China por
la vía de la venta de materias primas, por la vía de la venta de
alimentos. Países de Sudamérica - Argentina, Brasil- cuya tasa
de crecimiento de las exportaciones hace una gran diferencia el
impacto de China. Y también las inversiones que está haciendo
China en muchos países. De manera que hay que ver ese pa-
quete. Pero creo que lo que enfatizó Inés Bustillo es totalmente
adecuado: América Latina tiene que ver bien sus políticas de
competitividad, sus políticas de transformación productiva, eso
que la CEPAL ha venido desde hace mucho tiempo diciendo.
Tal vez los economistas se han enfocado principalmente en lo
macroeconómico. Ese es un tema reciente y que está siendo
tratado: cuál es la estrategia inteligente, las intervenciones mi-
croeconómicas, de diseño institucional, que realmente apoye
a las PYMES, que desarrollen la innovación tecnológica, la
alianza con las universidades, el tema de las habilidades de la
mano de obra, mejores tácticas internacionales. Y eso es preci-
samente parte de lo que tratamos en esta oficina de Comercio
Crecimiento y Competitividad, pretendiendo avanzar y enten-
der mejor, colaborar y hacer proyectos con los países, y trabajar
con esas instituciones que también han venido laborando en
estos temas.
Moderadora
Creo que hay una pregunta para don Richard Webb: el tema
del desafío de la debilidad tecnológica en nuestra región. Don Ri-
chard viene de una universidad de las Américas. ¿Cómo ve el rol
de la educación superior para superar este tema de la debilidad
tecnológica y poder competir en estos mercados internacionales y
en este mundo global?
Richard Webb
Ciertamente ya se ve un efecto positivo que viene de la ma-
yor comunicación, de la cooperación entre universidades y de
la competencia que también está ahí. Y todo esto ya está creo
yo trayendo buenas influencias. En el Perú, nuestra universidad
en general diría que es bastante débil. Tenemos algunas univer-
sidades fuertes, y destacamos en algunas áreas, pero en general
hay mucha mediocridad todavía. Y se está empezando a sentir
el efecto de esta mayor competencia. Yo he visto universidades
provinciales que están entrando en relaciones directas con uni-
versidades. En un caso, por ejemplo en México, se ha ingresado
en la enseñanza virtual, de intercambio de profesores, y ese tipo
de convenios. Ahora, a otro nivel, en el tema tecnológico me
gustaría mencionar que nuestro centro de investigación de la
Universidad San Martín de Porres, uno de los temas de investi-
gación es justamente la forma en que la teoría y la problemática
económica se están acercando a la teoría y la problemática de
negocios. No estamos alejándonos de temas anteriores de ma-
croeconomía, y éste es uno de los temas de investigación que
tenemos en la universidad ahora, incluso en un acuerdo con la
CAF, que ha pedido propuestas de estrategia en esa área. En-
tonces, me parece que aquí hay ese tipo de respuesta al reto que
se está empezando a dar.
Muchas gracias señor Richard Webb, muchas gracias a Inés
Bustillo y a José Manuel Salazar, y a nuestra audiencia que hoy
día en las Américas ha estado con nosotros. Muchas gracias a
todos ustedes.
Asistentes al panel de debate sobre la
conferencia de Enrique Iglesias.
59
 PHILIPPE KIRSCH,
III
conferencia
PRESIDENTE DE LA CORTE
PENAL INTERNACIONAL.
“LA CORTE PENAL INTERNACIO-
NAL Y LA APLICACIÓN DE LA
JUSTICIA INTERNACIONAL”
Washington, DC - 31 de marzo de 2005
L
a OEA tiene una historia de apoyo a
la Corte Penal Internacional y la bús-
queda de la justicia internacional.
Como usted, señor Cáceres, lo ha di-
cho hace unos minutos, fue un estado
miembro de la OEA, Trinidad y Tobago, a través
del ex presidente Alson Robinson, que en 1989
propuso la creación de una Corte Penal Interna-
cional. Esta propuesta que sucedió en el momen-
to en que se revitalizaba el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas al final de la Guerra Fría,
abrió el camino para la serie de eventos que cul-
minaron el establecimiento histórico de una corte
penal internacional permanente con jurisdicción
sobre los delitos más graves que haya conocido la
humanidad que, como usted dijo señor Cáceres,
son el genocidio, los delitos de lesa humanidad y
los crímenes de guerra.
Desde entonces los estados miembros de la
OEA han participado de manera integral en todo
los aspecto de la creación del CPI. Ellos ayu-
daron a moldear el estatuto del CPI en la confe-
rencia de Roma, y a formular los instrumentos
subsidiario de la Corte en la comisión prepara-
toria que siguió la conferencia de Roma. Hoy en
día, los estados miembros de la OEA están bien
representados en la Corte. Esto incluye 5 jueces,
incluyéndome a mi mismo. El segundo vicepre-
sidente proviene de los estados miembros de la
OEA y el fiscal también viene de las Américas.
A medida que la Corte se ha vuelto una reali-
dad el apoyo de los estados miembros de la OEA
y de la sociedad civil en las Américas, es ahora
más crítico que nunca para el éxito de esta ins-
titución esencial. Es dentro de este contexto que
deseo recalcar el día el papel que juega la Cor-
te Penal Internacional al servicio de la justicia
internacional. Me concentraré en los siguientes
tres aspectos:
En primer lugar, la necesidad de tener una
Corte Penal Internacional.
En segundo lugar, las características que po-
62
see a esta Corte para cumplir con este papel.
Y en tercer lugar, la parte que juegan los es-
tados y las organizaciones intergubernamentales
para garantizar el éxito de la Corte.
Sobre la necesidad de tener una Corte Penal
Internacional, la CPI puede ser vista como una
respuesta a las atrocidades ocurridas durante el
siglo XX.
Como dice el preámbulo del estatuto de la
Corte, durante el siglo pasado, millones de niños,
mujeres y hombres fueron víctimas de atrocida-
des inimaginables que sacudieron profundamen-
te la conciencia de la humanidad. La protección
de los individuos de violaciones a sus derechos
humanos y del derecho humanitario, requiere
mecanismos adecuados para cumplir con la ley.
Durante décadas el derecho humanitario inter-
nacional careció de los mecanismos suficientes
como para hacer responsables directamente a los
individuos por los delitos internacionales más
graves.
El castigo por estas infracciones graves de las
convenciones de Ginebra o de violaciones a la
convención sobre el genocidio o el derecho cons-
titudinario de los crímenes de guerra y los crí-
menes de esta humanidad han dependido princi-
palmente en las cortes nacionales. El problema,
como todos sabemos, es que ocasionalmente los
tribunales nacionales no siempre estuvieron dis-
puestos y eran capaces de actuar. La violencia
sistemática generalizada muy a menudo interfería
con su buena disposición o capacidad de buscar
la justicia de tal manera que los fracasos de las
cortes nacionales en estos contextos protegieron
a los autores de atrocidades detrás de una barre-
ra de impunidad. Para demoler la barrera de la
impunidad es necesario hacer cumplir la justicia
internacional cuando los sistemas nacionales no
están dispuestos o no son capaces de actuar.
Las cortes internacionales y los tribunales fue-
ron creados con una base adecuada para com-
pensar las fallas de las cortes nacionales frente
a estas atrocidades. Los tribunales pertinentes
fueron creados primero en Nuremberg y Tokio,
después de la Segunda Guerra Mundial, y más
recientemente en repuesta a los eventos ocurri-
dos en Ruanda y la antigua Yugoslavia.
Estos tribunales demostraron que la justicia
internacional era una posibilidad táctica pero
poseían y todavía poseen limitaciones. Unos po-
cos estados participaron en su creación. Los tri-
bunales de Nuremberg y Tokio fueron estableci-
dos por las potencias aliadas victoriosas después
de la Segunda Guerra Mundial, y los tribunales
de Ruanda y Yugoslavia se crearon por parte del
Consejo de Seguridad. Luego los tribunales ad
hoc están limitados a lugares geográficos espe-
cíficos. La jurisdicción se ejerce solamente en
aquellos delitos dentro de un plazo determinado
y normalmente son delitos que se han cometido
en el pasado antes de su creación, por lo tanto la
creación significó grandes costos y largas demo-
ras y su creación dependía de la voluntad política
de la comunidad internacional. Como resultado
su capacidad de castigar a los actores de delitos
internacionales y de disuadir la comisión futura
de tales delitos en cierta manera, había sido im-
pedida.
Los estados decidieron que se necesitaba una
corte penal internacional para hacer cumplir ple-
namente la justicia internacional y en 1998 la
Asamblea General de las Naciones Unidas con-
vocó a la conferencia de Roma para satisfacer
esta necesidad esencial y creó la Corte Interna-
cional Penal.
Los estados estaban especialmente preocu-
pados con garantizar la legitimidad de la corte
misma. A diferencia de los tribunales ad hoc, la
corte penal internacional fue creada por tratado,
permitiéndole a todos los estados participar en su
creación.
En la propia conferencia que creó la Corte en
1998, ciento sesenta y tres estados asistieron. Al
crear el estatuto los estados buscaron un amplio
acuerdo que fue en gran parte obtenido. Ciento
veinte estados votaron para adoptar el estatuto de
Roma. Este enfoque de universalidad también se
aplicó a los instrumentos subsidiarios:
En primer lugar la jurisdicción. La corte tiene
de jurisdicción sobre aquellos individuos que co-
meten los crímenes más serios y que preocupan a
la comunidad internacional en su totalidad como
son el genocidio, los delitos contra la humanidad
y los delitos de guerra. El estatuto define a los
crímenes en detalle. Estas definiciones de los
delitos provienen de tratados internacionales in-
cluyendo la convención sobre el genocidio y las
convenciones de Ginebra. Las definiciones tam-
bién provienen del derecho internacional consti-
tudinario y la jurisprudencia de los tribunales de
la antigua Yugoslavia y Ruanda.
La Corte también ejerce jurisdicción sobre el
delito de agresión, pero solamente una vez que los
estados partes del estatuto se pongan de acuerdo
sobre la definición y las condiciones para el ejer-
cicio de la jurisdicción de la corte.
La jurisdicción temporal de la corte es pros-
pectiva. La Corte tiene jurisdicción sobre los
delitos cometidos después de la entrada en vi-
gencia de su estatuto el primero de julio del año
2002. La Corte Penal Internacional es perma-
nente, está abierta a juzgar a los autores de los
serios crímenes cometidos después del primero
de julio del 2002. La Corte no tiene jurisdicción
universal, su jurisdicción está limitada a las si-
tuaciones en donde un delito a sido cometido en
el territorio de un estado que es parte de la corte
o la situación en donde el acusado es un nacio-
nal del estado parte. Se contempla aquí las dos
causales reconocidas universalmente en cuanto
a la jurisdicción internacional en materia penal:
nacionalidad del acusado y el territorio donde se
ha cometido el delito. Además, el Consejo de Se-
guridad de las Naciones Unidas en ejercicio de
sus poderes, de acuerdo al capítulo 7 de la Carta,
puede referir la situación ante la corte indepen-
63
diente de la nacionalidad o del acusado o de la
ubicación del delito. Esto elimina la necesidad
de que el Consejo establezca tribunales ad hoc
con las limitaciones que mencioné antes.
Esto se lo que es relativo a la jurisdicción. La
Corte también tiene muchas características que
la distinguen de las cortes nacionales, debido
a su índole internacional, pero la característica
central de la Corte es su independencia, su im-
parcialidad y la conducción justa de los proce-
dimientos que son universales a cualquier Corte
que esté dedicada a hacer cumplir la ley. No voy
a hacer aquí la revisión de las muchas salvaguar-
das detalladas que tiene la Corte, pero si quisiera
identificar algunos elementos clave.
Como primer asunto a tratar, la independencia,
la imparcialidad de la Corte está protegida por sus
jueces y funcionarios. Los jueces y funcionarios de la
Corte son actores independientes. Los jueces tienen
que ser de una moralidad intachable, imparcialidad,
integridad y competencia. Varias disposiciones del
Estatuto de Roma y del código de procedimiento y
prueba, protegen la independencia de la Corte, a
sus jueces y al fiscal, incluyendo la capacidad de la
asamblea de los estados parte que es el organismo
que supervisa a la Corte desde el punto de vista ad-
ministrativo y para poder remover jueces o fiscales
que no cumplan con sus deberes o que no satisfagan
los requerimientos que se les exige.
Al nivel de lo que se refiere a la conducción
de un juicio, la garantía de un juicio justo y los
derechos del acusado tienen una importancia vi-
tal para la Corte Penal Internacional, el estatuto
requiere que la ley sea interpretada y aplicada de
conformidad con los derechos humanos interna-
cionalmente reconocido. Además de esto el esta-
tuto incorpora directamente los derechos funda-
mentales del acusado los cuales están protegidos
en el convenio internacional de derechos civiles
y políticos y en la convención americana.
Al acusado se le otorgan los siguientes dere-
chos, entre otros:
64
El derecho a que se le presuma inocente y que
sea probado culpable más allá de duda alguna.
El derecho a que se le informe en forma opor-
tuna y en detalle respecto a la naturaleza, el cau-
sal y contenido de las acusaciones en un idioma
que comprenda y hable perfectamente bien.
El derecho a que se le proporcione un abogado
cuando los intereses de la justicia lo requieran.
El derecho a no ser obligado a dar testimonio
a confesar culpa.
Y el derecho a mantener silencio sin que di-
cho silencio sea considerado en la determinación
de culpa o inocencia.
También quisiera mencionar que hay nume-
rosas salvaguardias en el estatuto que aseguran
además que los enjuiciamientos políticamente
motivados no se lleven a cabo. Hay una cámara
establecida antes de un juicio que es un ejem-
plo de una importante innovación en ese senti-
do. Antes de iniciarse una investigación por su
propia iniciativa el fiscal debe obtener en primer
lugar autorización de la cámara establecida antes
del juicio, esto asegura que la investigación cum-
pla con las normas legales estrictas establecidas
en los estatutos. Estos incluyen la obligación del
fiscal de considerar si existe una causa razonable
para creer que se ha cometido un crimen dentro
de la jurisdicción de la Corte y de si el caso es
admisible o no.
La cámara antes del juicio también celebra
una audiencia para confirmar las acusaciones he-
chas contra el acusado, para determinar si exis-
te suficiente causal y suficientes pruebas como
proceder y llevar el caso a juicio. Si la cámara
antes del juicio queda plenamente satisfecha en-
tonces esta cámara establecida antes del juicio
será responsable por la conducción continua de
los procesos judiciales. Debo agregar a esto que
un estado que impugne la decisión o la jurisdic-
ción de la corte por causal de que esté llevando
a cabo procesos judiciales en su propio territorio
como debe hacer, obviamente tiene el derecho a
participar en esos procesos.
Ahora quisiera hablar sobre la relación que
existe con los otros actores. La Corte es parte de
un sistema y trabaja conjuntamente con los es-
tados, con las organizaciones intergubernamen-
tales y organismos gubernamentales para lograr
la justicia internacional, el apoyo y los esfuerzos
de los estados son centrales para el éxito de la
Corte. Bajo el principio de la complementariedad
que es la piedra angular del estatuto de Roma
la responsabilidad primordial de investigar y de
procesar los crímenes radica en los estados y esto
se aplica a los crímenes mayores y menores tam-
bién, de hecho en la circunstancia ordinaria de
un sistema nacional que funcione debidamente
la corte no ejercerá su jurisdicción, la corte penal
tiene la obligación en dichos casos de delegarle
la obligación a que se lleve esto a cabo en los
tribunales nacionales. La Corte solamente actua-
ra cuando los estados no estén dispuestos o sean
incapaces de investigar o de procesar un caso,
ya sea el que un estado no este dispuesto o que
sea incapaz de investigar o procesar es un asunto
relativo a la ley que debe ser decidido por la corte
de conformidad con normas legales estrictas, el
derecho a los estados de impugnar la amecibi-
lidad de un caso como mencioné, consta en las
salvaguardias del estatuto.
Debido a que la Corte Penal Internacional so-
lamente se enfoca en los crímenes más graves,
incluso cuando si ejerce su jurisdicción, los es-
tados, y es otra forma de cooperación, necesitan
también actuar para investigar y procesar delitos
menores.
Y cuando la Corte Penal investiga o procesa
un caso depende extensamente de la coopera-
ción con otros estados en todas las etapas de
los procesos judiciales. Por ejemplo los esta-
dos pueden ayudar a la Corte facilitando con
las investigaciones deteniendo a los sospecho-
sos, proporcionando pruebas, protegiendo a las
victimas y a los testigos, y haciendo cumplir las
condenas de los sentenciados y así como brin-
dando asistencia similar.
Este es un papel que deben jugar los estados
en apoyo del trabajo de la corte, pero las orga-
nizaciones internacionales también son parte de
este sistema. Entre las organizaciones interna-
cionales la relación de la corte con las Naciones
Unidas es de particular importancia. Existe aho-
ra un acuerdo de relación entre la Corte Penal
y las Naciones Unidas. Este acuerdo reafirma la
independencia de la corte y rige la cooperación
entre ambas instituciones.
Las organizaciones regionales tales como la
OEA también son críticas para mantener e incre-
mentar el apoyo a la Corte en diferentes regiones
y en particular en asegurarse de que la Corte de
hecho sea bien comprendida de que cualquier
concepción errónea sea evitada y obviamente
esto es una razón por la cual acogemos con bene-
plácito la celebración de eventos tan importantes
como este de hoy día.
Y por último las organizaciones no guberna-
mentales juegan un papel muy importante en
brindar el apoyo a la Corte. Las ONG han sido
críticas en los esfuerzos de ratificación por par-
te de los estados, han ayudado los estados a for-
mular diferentes leyes que dan cumplimiento al
estatuto de la corte, y además siguen siempre re-
cordando a la comunidad internacional sobre la
importancia de la Corte.
Ahora yo quisiera concluir dando una panorá-
mica general de la situación actual de la Corte.
La Corte está ahora entrando en su fase judicial.
El fiscal, desde el primero de julio del 2002 hasta
el momento actual, ha recibido mas de mil tres-
cientos comunicaciones de parte de individuos
y organizaciones que contienen alegatos de crí-
menes que en la opinión de los autores de esas
comunicaciones deberían ser abordados por la
Corte. De hecho el fiscal ha determinado que la
gran mayoría de estas comunicaciones caen fuera
de la jurisdicción de la Corte. La Corte no puede
65
ni tratará situaciones que no caigan directamen-
te dentro de su jurisdicción. El fiscal también ha
recibido casos que se le han remitido de parte de
tres países.
En enero de este año el fiscal anunció el caso
más reciente que se le remitió de la República
Central Africana, y actualmente él está realizan-
do un análisis de conformidad con el estatuto
para determinar si corresponde iniciar una in-
vestigación o no.
Las investigaciones están ya en curso desde el
año pasado en respuesta a otras dos remisiones
de caso de parte de Uganda y de la República
Democrática del Congo. Como consecuencia de
esto en julio del año pasado la presidencia cons-
tituyó tres cámaras establecidas antes del juicio.
Estas tres situaciones ya han sido asignadas a
esas cámaras.
Los primeros procesos judiciales antes del
juicio ya han comenzado. Se convocó una confe-
rencia de condición jurídica el mes pasado para
discutir con el fiscal y sus representantes asuntos
relativos a la investigación en la República De-
mocrática del Congo.
El fundamento para la aplicación efectiva de
la justicia internacional ya ha sido establecida
por medio de la Corte Penal Internacional. Los
efectos de este suceso histórico ya se están sin-
tiendo a través del mundo entero. En su reciente
informe sobre el estado de derecho y la justicia
de transición en las sociedades de conflicto y
post conflicto, el Secretario General de las Na-
66
ciones Unidas observó que la Corte Penal Inter-
nacional ya está teniendo un importante impacto
haciéndoles saber a los violadores de los dere-
chos de que no van a tener impunidad y esto va a
servir de catalizador para decisiones nacionales
en contra de los crímenes más graves. Reciente-
mente el panel sobre amenazas, desafíos y cam-
bios del Secretario General de la ONU anotó en
su informe que la Corte constituye un mecanismo
legal crucial para hacer frente a los desafíos de
la prevención de conflictos que cobran miles de
vidas y que impiden el desarrollo nacional.
El panel pasó a recalcar que en el área de los
mecanismos legales no ha habido suceso más im-
portante que el estatuto de Roma que crea la Cor-
te Penal Internacional. El panel hizo un llamado
a todos los estados miembros de la ONU para que
ratifique el estatuto de Roma.
Le tomó a la comunidad internacional más
de medio siglo, desde el tribunal de Nuremberg,
para llegar a establecer una Corte Penal perma-
nente. El establecimiento de la Corte constituye
de por si un gran logro pero aún quedan muchos
obstáculos que persisten entre la Corte y la apli-
cación efectiva de la justicia internacional. La
Corte puede ser, y lo será, un gran éxito, pero so-
lamente será un éxito en tanto establezca su pro-
pia credibilidad como en la conducción de pro-
cesos judiciales, pero también a través del apoyo
activo y continuo de los estados. Y aquí me dirijo
yo específicamente a los estados miembros de la
Organización de losEstados Americanos.
El debate
PANEL DE LA TERCERA CONFERENCIA
“LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Y LA APLICA-
CIÓN DE LA JUSTICIA INTERNACIONAL”
Washington DC - 31 de marzo de 2005
Es un placer darles la bienvenida a nuestros medios
locales al Salón de las Américas de la OEA, así como
a nuestros televidentes y escuchas en toda América
que nos están acompañando por radio, televisión y la
internet. Hemos preparado un programa muy interesan-
te en esta ocasión como continuación de nuestra serie
mensual de conferencias sobre las Américas. Soy Ire-
ne Klinger, Directora de Comunicaciones y Relaciones
Externas de la Organización de Estados Americanos, y
Coordinadora de la serie de Cátedras sobre las Amé-
ricas. Estaré moderando la sesión y proveyendo una
perspectiva adicional a lo que ya hemos escuchado por
el señor Philippe Kirsch, presidente de la Corte Penal
Internacional, quien trató el tema de la Corte y el cum-
plimiento de las sentencias internacionales.
Para empezar presentaré a nuestros panelistas. El
señor David Rivkin, que es miembro de la Subcomisión
de Promoción y Derechos Humanos de Naciones Uni-
das, y socio de Baker & Hostetler, LLP, especializado
en derecho litigante y regulatorio con énfasis particular
en temas constitucionales y de política pública. Antes
de integrarse al sector privado, el señor Rivkin sirvió
en varios cargos de política social en las administra-
ciones de Ronald Reagan y George Bush. Ms. Diane
F. Orentlicher es profesora de derecho internacional en
el Washington College of Law de American University.
Dentro de sus áreas de experiencia están el derecho in-
67
ternacional, el tribunal penal internacional y la justicia
constitucional. Ella es experta independiente de las
Naciones Unidas en el combate contra la impunidad.
Edl señor Michael Matheson es miembro de la Comi-
sión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas y
profesor visitante de Derecho en la George Washington
University Law School. Ha ayudado en muchos casos
ante tribunales internacionales incluyendo la Corte Pe-
nal Internacional, y trabajó por más de veintiocho años
en el Departamento de Estado de Estados Unidos, don-
de lideró los esfuerzos para crear el tribunal penal in-
ternacional para Yugoslavia y Ruanda, y la Comisión de
las Naciones Unidas para Reclamos por la Guerra del
Golfo. El señor Clare Roberts es presidente de la Comi-
sión Interamericana de Derechos Humanos y ciudadano
de Antigua y Barbuda. El señor Roberts está actualmen-
te dedicado a reforzar el sistema regional de derechos
humanos y trabajando hacia la ratificación universal
del tratado regional de derechos humanos. Le pediré a
cada uno de nuestros panelistas una breve introducción
y luego de las presentaciones daremos la palabra a pre-
guntas y respuestas de la audiencia. Les prometemos a
nuestra audiencia en las Américas que en el futuro ellos
también podrán hacer preguntas.
Señor David Rivkin, tiene usted la palabra.
David Rivkin
Estoy personalmente animado por sus comentarios sobre
lo que entiendo como participación en el sistema de justicia
internacional. Él nos dio una perspectiva diferente acerca de
lo que son dos problemas continentales, al menos desde la pers-
pectiva americana, del SJI. El primer problema del SJI es que
está organizado probablemente en conflicto con la constitución
de Estados Unidos, por lo tanto, a pesar de lo respetable de las
políticas del SJI, los Estados Unidos no puede unirse a éste. Un
segundo problema más genérico, es que el SJI como está orga-
nizado y articulado sus metas en el sistema legal existente, im-
pide la capacidad de los estados cumplidores de la ley para usar
la fuerza. Con todo el debido respeto al señor Kirsch, encuentro
que su comentario con respecto a las formas de reinterpretar
la constitución, o quizás enmendar la constitución de los Esta-
dos Unidos, yo le diría que dada la naturaleza, la estructura de
68
nuestra constitución, la perspectiva de que pueda ser cambiada
para adaptarse al SJI es bastante remota. La jurisdicción de las
ofensas causaría problemas de extradición, están fuera de la ju-
risdicción de las cortes federales americanas, la capacidad de
investigar, juzgar y castigar americanos cuando sus ofensas tie-
nen lugar totalmente fuera de los Estados Unidos, las cortes de
Estados Unidos consistentemente establecen que la Constitu-
ción prohíbe investir a con poder sobre ciudadanos de Estados
Unidos a ninguna corte que no esté organizada apropiadamente
bajo la Constitución de los Estados Unidos Y desde luego la CPI
no podría garantizar a los ciudadanos americanos la protección
de la Carta de Derechos ni jurados, ni el derecho a confrontar
testigos, al menos con estas partes. Los soldados americanos no
tendrían protección. De nuevo nuestras cortes no reconocerían
su evidencia, no hay garantía contra doble juzgamiento, la suge-
rencia de que la participación en la corte no violaría la Consti-
tución porque la CPI no una corte de Estados Unidos es en mi
opinión poco atrayente y es precisamente porque la CPI no es
una corte en los Estados Unidos, que éste no puede participar
en ésta. Del mismo modo, también voy a tratar con el argumento
de la participación de EEUU en cosas como extradición, porque
la jurisdicción de la CPI es mucho mayor para estos crímenes,
estos tienen que ser crímenes que no ocurran en suelo de Esta-
dos Unidos. Como parece que Estados Unidos no pueden cons-
titucionalmente participar en la CPI, el resto de mis comentarios
serán de naturaleza solamente de un tercero interesado. Ahora,
les presentaría una declaración del sistema internacional que
declara que la soberanía de los estados es una palabra sucia en
el mundo de hoy. Soberanía forzada es tremendamente represi-
va para la democracia. Sin soberanía la democracia no puede
existir. Nuestras normas legales internacionales hoy respetan las
normas contra genocidio, su aplicación ha sido forzada estado
por estado. La CPI rompería esta soberanía de formas comple-
tamente nuevas y únicas. Funcionarios de la CPI, sin importar
sus buenas intenciones, tendrían el poder de cuestionar las de-
cisiones de los gobiernos democráticamente constituidos. Los
arrestos ante la CPI serían iniciados no por gobiernos estatales
sino por fiscales acusadores independientes, quienes interpre-
tarían la ley internacional y forzarían esta interpretación sobre
los ciudadanos individuales de estados soberanos. Ciertamente
no estoy sugiriendo que los funcionarios de la CPI actuarían de
modo inapropiado, pero la naturaleza de cualquier institución es
protegerse a sí misma. Ahora, lo que la mayoría de gente pien-
sa sobre la CPI es que quieren perseguir horribles crímenes de
guerra, y criminales, y entiendo el problema con la cultura de
la impunidad. La CPI puede perseguir, y creo que perseguirá,
un conjunto más amplio de crímenes, incluyendo cosas como
daños contra el medio ambiente. Ahora, ¿quién entre nosotros
cree que Brasil, por ejemplo, y Bélgica, comparten el mismo
punto de vista de lo que constituye un daño al medio ambiente
internacional? ¿No serían las prácticas en países con recursos
de selva mal vistas por países en Europa que ya han agotado
todos sus recursos y estos países serían impedidos de construir
una presa que proveería agua a sus empobrecidos ciudadanos?
Éstas son decisiones nacionales únicas que deben ser tomadas
por estados nacionales soberanos. La noción de un organismo
judicial internacional que podría monitorear y tomar decisiones
debe ser preocupante para muchos de nosotros. Los proponen-
tes de la CPI a veces minimizan este aspecto de su poder, pero
traen el principio de complementariedad, y abogan por la ex-
tensión de la jurisdicción de la corte a ofensas que los estados
son incapaces o no están dispuestos a perseguir. ¿Quién va a
decidir eso si no es la CPI misma? La CPI misma determinará
en cualquier caso dado si los estados son incapaces o no están
dispuestos a perseguir. Pienso que esta decisión es totalmente
discrecional. Ahora, hay otras objeciones que me vienen a la ca-
beza, pero la CPI no me obligaría a mí, a la mayoría de los ame-
ricanos, y a esta administración a tomar una posición particular-
mente dura, si la CPI estuviera contenta con dejarnos a nosotros
tomar nuestra decisión de unirnos. Desafortunadamente damas
y caballeros, éste no es el caso. De hecho en en una decisión sin
precedentes y que algunos llaman temible, la CPI anuncia su
poder para extraditar a su jurisdicción a nacionales de estados
no miembros por sus acciones en los estados que buscan acu-
saciones frente a la CPI. Nunca antes, en historia moderna, un
estado o grupo de estados u organización internacional adoptó
una doctrina que busca imponerse sobre otro estado que no lo
desea. La última vez que esto fue intentado fue en el siglo XIX
por potencias europeas operando bajo las algo desacreditadas
teorías sobre imperialismo imponiéndose sobre China.
Lo que voy a decir es que, aunque muchos de ustedes pue-
den tener poca simpatía por naciones como Estados Unidos que
rehúsan unirse a un esfuerzo probablemente tan noble como
es el hacer cumplir la justicia internacional. Pero si lo piensan
largo y tendido, el rehusar la jurisdicción de un organismo in-
ternacional sobre los Estados Unidos que rehúsa ser molestado
por nuestras instituciones es consistente con el buen gobierno
internacional. No quiero mencionar algunos casos horribles
pero podría dar algunos ejemplos. Por lo tanto las intenciones
de la CPI y su búsqueda de jurisdicción sobre estados no miem-
bros ha complicado mucho, innecesariamente complicado en
mi opinión, la búsqueda de traer a la justicia a los responsables
de genocidio.
Moderadora
La señora Diane Orentichler tiene la palabra.
Diane F. Orentichler
Es un placer y un honor participar en este programa tan dis-
tinguido, y es un gusto especial para mí estar aquí porque en mi
trabajo en derechos humanos en general y en particular el es-
fuerzo de Naciones Unidas en el combate contra la impunidad
he tenido en muchas ocasiones la oportunidad de apreciar el
liderazgo de la comisión interamericana de derechos humanos
en combatir la impunidad. He tenido el gusto de estar en des-
acuerdo con David Rivkin en muchas oportunidades, y dedico
mucho de mi tiempo a refutar sus afirmaciones. Me gustaría
rescatar algunos aspectos más positivos de la carta de la CPI.
Primero que nada, no es cierto que la CPI ejerza jurisdicción so-
bre estados no consentidores. Está sólo tiene jurisdicción sobre
situaciones donde el Consejo de Seguridad refiere la situación
a la corte sobre situaciones en las que en un estado se cometie-
ron crímenes, o crímenes cometidos internacionalmente y aún
entonces, la Corte sólo tiene jurisdicción cuando ningún estado
ha iniciado una investigación independiente sobre el crimen.
Es también muy preocupante escuchar que los Estados Uni-
dos violarían su Constitución si decidieran entregar a alguien
como parte de un tratado a una corte con numerosos estánda-
res de derechos humanos y de debido proceso en un tiempo
en que desafortunadamente su propio gobierno está ejerciendo
su derecho a tomar medidas extraordinarias para detener gen-
te de todo el mundo en países que no tienen la protección del
debido proceso, pero, quisiera decir que estamos ahora en un
punto único en el debate sobre la corte penal internacional. La
Corte ha estado operando ya por tres años y en ese tiempo ha
repetidamente absuelto dudas acerca de cómo operará, lejos de
69
extender su jurisdicción sobre naciones no dispuestas, el fiscal
desechó sumariamente la quejas que se presentaron contra na-
ciones como Israel, lo cual muestra que la corte no se extenderá
a perseguir ciudadanos israelíes. El fiscal ha sido extremada-
mente consciente y los jueces no vienen de estados renegados
sino de nuestros aliados democráticos, y ha operado en forma
extremadamente cauta. Lo que está pasando con la Corte ahora
no hace encabezados, pero pienso personalmente que la gente
estará orgullosa de saber que la política que se está siguiendo
activamente con gobiernos, incluyendo gobiernos que han pre-
sentado casos a la Corte, es reforzar los sistemas nacionales. Al
fiscal reconoce que aún en situaciones donde es apropiado que
la Corte solicite ejercer jurisdicción, ésta solamente puede acu-
sar a un puñado de los perpetradores principales. Entonces, la
Corte ha reconocido en forma muy explícita que no tendrá éxito
en su misión a menos que se asocie con los gobiernos naciona-
les, y las sociedades civiles nacionales, para perseguir a aque-
llos que cometen atrocidades pero no necesariamente escapan
al alcance de la Corte.
Un último punto que me gustaría hacer es que una de las co-
sas en que la corte está trabajando es con la comisión indepen-
diente de expertos de las Naciones Unidas contra la impunidad,
la corte de hecho ha tenido un impacto extraordinario en reforzar
procesos domésticos. Mencionaré brevemente que la corte es
un catalizador para registros nacionales, algunos gobiernos han
aprobado leyes para permitir a sus propias cortes ejercer juris-
dicción sobre crímenes internacionales. Y estos cambios en las
leyes nacionales, junto con el proceso de una forma viable y co-
rrecta para perseguir atrocidades ha dado nuevas energías a los
sistemas nacionales. Ha dado nuevas armas legales doméstica-
mente. Es un error ver a la Corte como debilitando los sistemas
nacionales, en realidad, los ha estado reforzando.
Moderadora
Tiene la palabra el señor Michael Matheson.
Michael Matheson
Quisiera enfocarme en algunos de los comentarios sobre
las relaciones entre los Estados Unidos, por un lado, y la Corte
internacional y sus partidarios por el otro. Por un lado puedo en-
tender bien y apreciar el deseo del gobierno de Estados Unidos
para efectuar sus propias investigaciones y si es necesario juzgar
70
al personal militar civil americano quizás acusado de cometer
crímenes internacionales. Creo que en la práctica probable-
mente será muy poco frecuente que la corte penal internacional
tenga ciudadanos americanos ante ella, y también entiendo
que haya algunos cuestionamientos acerca de la aplicación del
principio de complementariedad, lo cual podría causar algu-
nas preocupaciones por parte del gobierno de Estados Unidos.
También encuentro que es el caso que es muy improbable, al
menos actualmente, que los Estados Unidos vaya a ratificar el
borrador de la Corte o inicie extradiciones desde presiones en
los Estados Unidos a la corte. No estoy de acuerdo con los ar-
gumentos constitucionales que el señor Rivkin acaba de hacer,
pero es cierto que estas cosas requerirán acción por parte del
Congreso, y es probable desde un punto de vista práctico que
esto no va a ocurrir en el futuro próximo. Quizá en algún mo-
mento futuro en que la corte esté establecida y tenga un historial
de acción responsable y acción efectiva, quizá las decisiones
pueda ser reconocidas entonces, pero no por el momento. Por
otro lado, me parece que a pesar de todo eso, sería malo para los
Estados Unidos el adoptar una política de hostilidad abierta o
no cooperación con la Corte. Al menos, en caso donde no haya
prisioneros de Estados Unidos involucrados. Me parece que
los Estados Unidos y la Corte tienen fuertes intereses comu-
nes para una relación cooperativa en lugar de antagonista. En
el punto de vista de la Corte Internacional, hay varias razones
por las cuales esta sede beneficiaría grandemente teniendo una
relación de cooperación con los Estados Unidos, incluyendo el
hecho de que el Consejo de Seguridad sólo favorecerá a la corte
si los Estados Unidos están preparados para soportar o respal-
dar sus acciones. Primero que nada, como ya logran escuchado,
hay límites definitivos en el alcance, la jurisdicción de la cor-
te. En particular el hecho de que la Corte sólo puede ejercer
jurisdicción sobre crímenes donde los crímenes han sido co-
metidos en el territorio o por un nacional de un país signatario
de la corte. Sin embargo el Consejo de Seguridad puede obviar
éstas limitaciones actuando refiriendo casos a la corte la cual de
otro modo no tendría jurisdicción. En segundo lugar, el Consejo
de Seguridad puede imponer obligaciones sobre estados que no
son parte del estatuto de la Corte para cooperar con la corte en
varias formas, incluyendo proveer evidencia y extraditar indi-
viduos acusados de crímenes. Esto podría ser importante para
la corte. Hemos visto esto en el caso de Sudán ahora. En tercer
lugar, en el caso de actividades ilegales los Estados Unidos han
provisto asistencia a la Corte a través de sus tribunales, inclu-
yendo suministrar inteligencia, personal, servicios, y finanzas.
Y probablemente la corte se beneficiaría con la asistencia que
los Estados Unidos están preparados para dar. En cuarto lugar,
la corte puede proveer con tribunales internacionales ad-hoc
para Yugoslavia y Ruanda. Los Estados Unidos y otros esta-
dos importantes podrían estar preparados para aplicar presión
económica y política sobre estados no cooperativos. Y puede
ser esto importante en algunos casos en el futuro de la Corte
Internacional también.
Con respecto al gobierno de los Estados Unidos, también
pienso que los Estados Unidos tienen algunas razones impor-
tantes por lo que preferiría tener una relación cooperativa en
vez de antagonista con la Corte. Primero que nada, puede haber
casos también en los que Estados Unidos quiera tener persecu-
ción internacional por crímenes, y donde la única alternativa
práctica sería la CPI. En caso donde las autoridades nacionales
no pueden o no están dispuestas a perseguir, donde el Consejo
de Seguridad no estaría dispuesto a crear tribunales ad hoc adi-
cionales, tenemos un caso así en este momento en el contexto
de Sudán. Ciertamente me parece que los Estados Unidos debe
tener una relación cooperativa con la corte para mejor prote-
ger sus propios intereses nacionales en los procedimientos de
la corte, esto con respecto al posible juzgamiento de personal
americano. También me parece que una relación cooperativa
en lugar de antagonista, sería mejor los intereses de Estados
Unidos con respecto a su relación con aliados clave, con res-
pecto a la cooperación con la Naciones Unidas, especialmente
en operaciones de mantenimiento de la paz. ¿Que quiero decir
con una relación cooperativa entre las dos partes? Desde el
punto de vista de los Estados Unidos me parece que Estados
Unidos debería estar preparado en casos apropiados para sus-
tentar las referencias del Consejo de Seguridad en categorías de
crímenes, situaciones, para acusaciones, aún cuando la corte
no tenga jurisdicción. Me parece que este tipo de referencia por
el Consejo de Seguridad es de hecho consistente con la política
de Estados Unidos con respecto a los tribunales ad-hoc, que
fueron creados por acción del Consejo de Seguridad, y que de
otro modo no tendrían jurisdicción en absoluto. Y debo añadir
en ambos casos esta jurisdicción fue añadida a pesar del hecho
de que algunos de los estados involucrados no consintieron en
la aplicación de la jurisdicción. También me parece que los Es-
tados Unidos no deberían intentar criminalizar a otros estados
que deseen acogerse a la jurisdicción de la Corte. Me parece
que los Estados Unidos no deberían sacrificar relaciones im-
portantes con otros países, incluyendo relaciones de asistencia
militar, ni deberían sacrificar operaciones de mantenimiento de
la paz que sean consistentes con los Estados Unidos sólo para
expresar su desacuerdo con la Corte. Desde el punto de vista de
la Corte internacional y sus partidarios. Creo que una relación
cooperativa requeriría que la Corte de la debida consideración a
los intereses de los Estados Unidos en el panorama, particular-
mente con respecto a posible acusación de personal americano.
Me parece que los partidarios de la Corte deberían estar abier-
tos en casos apropiados, a la adopción de medios alternativos de
acusación cuando ello parezca ser la alternativa más práctica.
Puede ser la aceptación de un tribunal superior, puede ser con-
ceder jurisdicción adicional a tribunales ad hoc.
Pienso que el actual caso de Sudán es un muy buen ejem-
plo de una situación en la cual la decisión de una acusación
internacional debe ser hecha en base a cuál solución será más
eficiente para dar acusaciones efectivas. Supongo que tomar la
decisión en base a los puntos de vista políticos propios con res-
pecto a la corte sería altamente ilógico y antagonista. Entiendo
por los reportes de prensa de hoy que los Estados Unidos no va
a poner objeciones a la referencia por el Consejo de Seguridad
de la citación sudanesa a la Corte Internacional. O el consejo
puede haber creado un tribunal especial para este propósito,
quizás ubicado en África, quizá tratando de obtener recursos
del actual tribunal ad-hoc en Ruanda. No se cual de estas so-
luciones será la más efectiva. Lo que sí sé es que decisión debe
ser tomada con base en que producirá las acusaciones más
efectivas y no por algunas defensas ideológicas y políticas que
tiene la Corte.
Moderadora
Tiene la palabra el señor Clare Roberts, de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos.
Clare Roberts
La Comisión, que es parte de la familia de la OEA, está
muy complacida y da la bienvenida al presidente de la Cor-
te Internacional y a los otros distinguidos miembros de éste
71
panel a la Organización de Estados Americanos. Y para la
oportunidad de dar unos breves comentarios sobre la CPI y el
cumplimiento del sistema internacional de justicia. Desde la
perspectiva del sistema interamericano de derechos humanos,
intentaré iluminar aún más la discusión. Permítame empezar
haciendo notar que la comisión y la CPI son organismos de tra-
tado con responsabilidades similares y sin embargo distintas.
Lo más importante, mientras que la comisión está encargada
de determinar responsabilidades por violaciones de derechos
en la convención interamericana de derechos humanos, y otros
instrumentos de derechos humanos, la CPI ha demandado
determinar la responsabilidad criminal individual para los crí-
menes más serios de interés internacional según se describen
en el tratado de Roma. Sin embargo, esto no significa que las
funciones de ambas instituciones estén relacionadas. En forma
resumida, la CPI y la comisión se ocupan del trabajo de perse-
guir atrocidades bajo la ley internacional. A este respecto, al-
gunos crímenes cae sobre la jurisdicción de la CPI, tales como
crímenes contra la humanidad, y crímenes de guerra, también
incluidos bajo la naturaleza de violaciones serias a los derechos
humanos, que caen dentro de la competencia de la comisión,
tales como tortura y desaparición forzada. La competencia de
ambos organismos es complementaria a las jurisdicciones na-
cionales. En defensa de la comisión y de la CPI, éstas actúan
sólo cuando las autoridades nacionales no pueden o no están
dispuestas a perseguir violaciones a los derechos humanos. En
esta forma, ambos organismos sirven para estimular la protec-
ción efectiva de los derechos humanos a nivel doméstico. De
hecho las necesidades subsidiarias de la comisión y el princi-
pio de complementariedad, personificados en la jurisdicción,
declara la obligación principal de proteger y asegurar el respeto
a los derechos humanos. Además, quizás más importante, tanto
la comisión como la CPI comparten el objetivo principal de la
erradicación total de las violaciones a los derechos humanos
a través de la acusación y castigo a aquellos responsables. En
esta conexión, la comisión interamericana y la corte internacio-
nal han establecido la obligación de terceras partes en respetar
los derechos establecidos en la convención interamericana de
derechos humanos, incluyendo la obligación de investigar y
castigar violaciones a los derechos humanos. Como la corte in-
teramericana observa en su sentencia en el último declara que
“El estado tiene una obligación legal de tomar los pasos razona-
72
bles necesarios para prevención de violaciones de los derechos
humanos y para usar los medios a su disposición para realizar
una seria investigación de violaciones que se cometan en su ju-
risdicción para identificar a los responsables, imponer el castigo
apropiado y garantizar compensación a la víctima”. El requeri-
miento de investigar violaciones a los derechos humanos y el
castigar a aquellos responsables han sido ambos reconocidos
como un componente de medidas adecuadas de operaciones en
casos individuales dentro del sistema interamericano.
En este contexto, el trabajo de la CPI al ejercer jurisdicción
sobre personas por crímenes de interés internacional puede
ser vistos como reforzando muchos de los objetivos básicos
del sistema interamericano de derechos humanos. La dispo-
nibilidad del SJI como un foro alternativo para lograr justicia
para graves violaciones de los derechos humanos nos obliga a
cumplir más rigurosamente el deber de investigar, perseguir, y
castigar a aquellos dentro de nuestras jurisdicciones que sean
responsables por tales violaciones. Más aún, para los estados
que no estén dispuestos o no pueden ejecutar esta función, la
ley internacional ahora ofrece una alternativa global contra la
impunidad de los violadores derechos humanos, lograr justicia
para las víctimas, y evitar futuras violaciones. En ese sentido, el
reforzamiento de la justicia internacional a través de la corte in-
ternacional constituye una nueva e importante vía para alcanzar
los objetivos del sistema interamericano de derechos humanos.
Principalmente por estas razones, la comisión presta su voz a
aquellos que apoyan el establecimiento de una operación efecti-
va de la Corte Penal Internacional. En este sentido, la comisión
hace un llamado a aquellos estados que aún no la han ratificado,
a ratificar el estatuto de la corte penal internacional. Esto consti-
tuye un componente de la gran meta de la comisión para alcan-
zar la universalidad en el sistema interamericano de derechos
humanos. Les pido a todos los estados el ratificar la convención
interamericana y otros instrumentos relacionados y a aceptar la
jurisdicción de la corte interamericana. La comisión observa la
total eficiencia integridad y efectividad de la protección dada
a los habitantes del hemisferio por el sistema interamericano
de derechos humanos y pide primero y principalmente la total
participación de todos los estados miembros. Además, la inte-
rrelación entre el sistema interamericano de derechos humanos
y la corte penal internacional puede ser vistos como yendo más
allá de compartir intereses y asegurar responsabilidades para
violaciones graves de los derechos humanos. Para asuntos más
prácticos de procedimiento y sustancia, los claros roles de las
dos instituciones deben ser siempre tenidos en mente, uno pue-
de ver que la comisión y la CPI pueden sustentarse cada una
en el trabajo y la experiencia de la otra. Esto se extiende desde
los procesos y la disponibilidad de remedios a nivel nacional,
medidas para protección de testigos, temas de sustancia como
definir los elementos de violaciones a los derechos humanos, los
que también constituyen crímenes dentro de la jurisdicción de
la CPI, y determinar remedios y reparaciones apropiados. Estas
posibilidades han sido muy brillantes en nuestra experiencia
con los tribunales penales ad hoc internacionales establecidos
desde inicios de los 90s.
Por ejemplo, al concluir una de sus sentencias, acerca de lo
que constituye violación de los usos y costumbres de la guerra,
el tribunal penal internacional en la ex-Yugoslavia se apoyó en
un hallazgo de la comisión de lo que constituye tortura formal
según la convención interamericana de derechos humanos.
Por su parte, la comisión interamericana en su reporte de 2002
sobre el terrorismo y derechos humanos, se apoyó en las opi-
niones de los estudiosos del tribunal yugoslavo con respecto a
que reglas excepcionales de procedimiento puede aplicarse al
investigar y juzgar crímenes relacionados con terrorismo. Esta
experiencia es buena para una rica y constructiva relación entre
el trabajo de la comisión y el de la CPI. Estoy ansioso por tra-
bajar con el presidente Kirsch y los otros miembros de la corte
penal internacional.
Para finalizar, quiero enfatizar que el establecimiento de or-
ganismos como la comisión y la CPI, aunque importantes, sólo
van a medio camino para lograr la protección internacional de
los derechos a los que todos tenemos derecho. Los gobiernos
deben seguir apoyando el trabajo proveyéndolos con los recur-
sos necesarios para cumplir efectivamente su mandato, parti-
cipando completamente en los procedimientos, y cumpliendo
e implementando las decisiones. Sólo entonces el verdadero
potencial de las instituciones como vías efectivas de justicia
internacional será realizado.
Moderadora
Ahora seleccionaremos las primeras tres preguntas. ¿A
quien le gustaría empezar? Por favor preséntense cuando inter-
vengan.
Cristina Cerna
Mi pregunta es con respecto a la discreción acusatoria. El
presidente Kirsch dice que unas mil trescientas comunicacio-
nes han sido rechazadas cuando han sido presentadas al fiscal.
Y creo que el profesor dijo que todas las comunicaciones invo-
lucrando Estados Unidos e Israel han sido similarmente recha-
zadas. Pienso, presidente Kirsch, que la gran mayoría han sido
rechazadas porque no caen dentro de la jurisdicción de la CPI.
Parece que algunas que sí caen dentro de la jurisdicción fueron
rechazadas, y me pregunto si las referencias por el Consejo de
Seguridad bajo el Capítulo 7 de situaciones ante la CPI requiere
una investigación por el fiscal o cuál es la obligación del fiscal
cuando ocurren dichas situaciones.
Moderadora
Efectuaremos una segunda pregunta. La representante de
Venezuela por favor.
Representante de Venezuela
Quisiera hacer tres preguntas muy rápidas. En todo caso
un poco en referencia a las preguntas que acabamos de escu-
char. Estamos ahora en un proceso de reforma de las Naciones
Unidas. Sabemos de la importancia o del gran poder que tiene
el Consejo de Seguridad. Entre otras cosas, por la capacidad de
veto que tienen los estados miembros, los miembros permanen-
tes del Consejo de Seguridad. ¿No cree el doctor Matheson que
esta reforma de Naciones Unidas debería contemplar alguna
norma que desde cierto contrapeso al Consejo de Seguridad en
relación a la asamblea, tomando en consideración el poder que
tiene cada estado miembro del consejo de seguridad, y si una de
esas normas para establecer un contrapeso y un balance sería
adoptar una norma que haga vinculante la necesidad de que
los estados miembros del Consejo de Seguridad se hagan parte
del estatuto de Roma? Si estamos hablando de la reforma de
las Naciones Unidas que es el organismo por excelencia, obli-
gado a ocuparse de la paz y la seguridad en el mundo, pues
creo que hay que ir hacia normas realmente progresivas que
establezcan un balance de poder. Y la otra pregunta que voy
a ser muy rápidamente, cifra posible tener alguna información
sobre la sentencias que ha estado dictando el tribunal de Ruan-
da sobre aquellas personas que de alguna manera estimularon
73
el odio racial y la matanza de los tutsi, siendo que la sentencias
que fueron dadas en su oportunidad fueron dadas para personas
vinculadas a medios de comunicación, y si esta sentencia crea
una jurisprudencia en el marco de los derechos de información
y a la libertad de expresión.
Moderadora
Tiene usted la palabra
Pregunta
Mi nombre es Esteban. Me gustaría preguntar si piensan
ustedes que hay esperanza para la definición antes de la fecha
límite de 2007, y si es así, cuál sería el enlace con su ejecución
también.
Moderadora
Ahora le damos la oportunidad de responder al señor David
Rivkin.
David Rivkin
Creo que deberíamos tener un serio debate filosófico acerca
de la extensión en la cual la CPI puede contribuir a una paz que
también queremos alcanzar. Voy a ser claro y honesto: no sé
cómo se supone que ello funcione. Y con respecto a la primera
pregunta, desearía que ese fuera el caso, que sea la única forma
en que terminen los casos. También está la cuestión del fiscal
de la CPI. Hasta ahora está la forma principalmente responsa-
ble en que está manejando las quejas de Israel. Desearía que
ese fuera el caso. La única forma que va a ir ante la CPI es si
uno comete ofensas en el territorio de un país que es parte de
la jurisdicción internacional de la CPI, y ese no es el caso. Lo
que ahora va a suceder es que uno puede ser un nacional de
un tercer país, puede cometer algo como un crimen de guerra,
y si alguna vez pone el pie en el territorio de otro estado, ese
estado, si es parte de la CPI, va a detenerlo argumentando crí-
menes de guerra. Y eso damas y caballeros, es algo totalmente
sin precedentes en asociación de jurisdicción en la ley interna-
cional. Y lo que es interesante para mí de la CPI, aunque no
muestra acusaciones contra oficiales americanos, y realmente
apreciamos su restricción, ello no fue hecho como cuestión de
declaración de principios, sino que se inclinó a hacerlo para
obtener una ICC ratificada por Estados Unidos, y fue una cues-
74
tión de discreción. Y una cosa, si son serios acerca de enten-
der nuestra posición política, la forma en que enfocamos esta
cuestión, ustedes entenderán que la discreción en actividades
basadas en si los individuos son responsables o no, no es una
base de largo plazo para sentirse cómodos. Se supone que haya
barreras institucionales a abuses del poder. Mientras no haya
barreras institucionales el marco no va a servir.El señor Jeffer-
son dice que deberíamos estar tranquilizados por ello, no esta-
mos tranquilizados por ello. Y un punto de seguimiento que he
tenido muchos deseos de resaltar, con el debido respecto a mis
colegas, nosotros tenemos la constitución escrita más antigua
del mundo. No es una cuestión de un tratado de extradición.
La estructura de la constitución de Estados Unidos es tremen-
damente incompatible con la proposición de que alguien puede
ser acusado en una corte extranjera por acciones cometidas en
suelo americano. Eso no es sobre extradición. Tenemos muchas
organizaciones progresistas que discuten contra la forma en que
los Estados Unidos están tratando a combatientes enemigos en
parte porque éstos no están recibiendo todas las garantías. No es
algo con lo que estemos cómodos, puedo asegurarles, y lamento
decirlo, en los próximos años los Estados Unidos no podrán par-
ticipar como parte de la CPI. No es una cuestión de un tratado
de extradición. No se puede perseguir ciudadanos americanos
por crímenes cometidos aquí en una corte extranjera.
Moderadora
¿Alguien quiere hacer algún comentario?
Respuesta
Primero quisiera responder la pregunta que creo que fue
dirigida a mí por la representante de Venezuela, que creo que
fue acerca de la cuestión si debe haber reformas en el sistema
de las Naciones Unidas para asegurar una distribución más ba-
lanceada del poder, particularmente con respecto al Consejo de
Seguridad. No estoy seguro exactamente a qué reformas se es-
taba ella refiriendo, pero supongo que se relaciona a la cuestión
que estamos discutiendo aquí. La cuestión es si el Consejo de
Seguridad actúa con respecto a la Corte, por ejemplo enviando
casos a ésta, los que de otro modo no estarían en su jurisdicción,
¿sobre el apropiado balance de poder entre los miembros per-
manentes y los otros miembros? Supongo que sólo debería co-
mentar sobre la constitución, puesto que no hay tiempo suficien-
te para un debate detallado. Primero que nada, Estados Unidos
nunca ha sido resultante a perseguir individuos que hayan co-
metido actos en el extranjero que tengan un serio impacto sobre
los Estados Unidos, por crímenes bajo la jurisdicción criminal
de Estados Unidos, como pasó con el señor Noriega. El hecho
es que hay circunstancias en las cuales nosotros consideramos
que es apropiado. Con respecto a la cuestión de extraditar un
ciudadano americano a un tribunal extranjero que no está si-
guiendo todos los procedimientos de la constitución de Estados
Unidos, las cortes americanas siempre han estado dispuestas
a aprobar extradiciones de personas a países extranjeros, aún
cuando haya habido diferencias en los procedimientos crimi-
nales, incluyendo no recibir un juicio por jurado. El caso de
los tribunales para Ruanda y Yugoslavia, los Estados Unidos
apoyaron la posibilidad de acusaciones aún de ciudadanos de
Estados Unidos Cuando los ciudadanos de Estados Unidos
estaban sujetos a su jurisdicción. Y el congreso de Estados
Unidos aprobó leyes permitiendo la extradición de personas de
los Estados Unidos, incluyendo ciudadanos americanos, a estos
tribunales, aún cuando no se les ofreció un juicio por jurado. La
cuestión me parece es si la CPI tiene procedimientos que ofre-
cen razonablemente un balance fundamental. No soy experto
en los procedimientos precisos, pero creo que hay importantes
cuestiones en estos tribunales. El gobierno de Estados Unidos
y los cortes de Estados Unidos no encuentran apropiadas. Pien-
so que muchas razones por las cuales el gobierno de Estados
Unidos podría tener preocupaciones legítimas acerca del juzga-
miento de ciudadanos americanos en algún otro organismo que
podría afectar a las fuerzas armadas y personal civil america-
nos. No pienso que la constitución...
David Rivkin pide una interrupción
Un par de segundos. No creo que éste sea un debate sobre
ley constitucional, pero con todo respeto hay una afirmación
que está errada. En ningún caso de la historia americana hemos
extraditado jamás a nadie al extranjero por crímenes cometidos
en este país. Si un ciudadano americano comete un crimen en
México y regresa, será extraditado, tenemos políticas de extra-
dición muy liberales no como algunos de nuestros amigos que
por ejemplo no extraditan a una persona debido a la pena de
muerte, pero no por los crímenes cometidos en este país. Y hay
mucha jurisprudencia que sustenta esto, en todos los casos su-
giere que usted no puede juzgar a gente en una corte que no
sea de los Estados Unidos por ofensas cometidas dentro de este
país.
Moderadora
Quizás la señoraDiane Orentlicher quisiera añadir algunos
comentarios.
Diane Orentlicher
Sí, quiero responder a una de las preguntas que vinieron
antes. Creo que es sobre la decisión de la cámara judicial del
tribunal de Ruanda sobre el caso de los medios. Si entiendo su
pregunta correctamente, ustedes preguntaban si ese juicio pre-
sentaba alguna amenaza potencial a la libertad de prensa. Este
caso involucraba la condena de gente que tuvo un rol central en
esconder el genocidio, y fueron muy justamente condenados por
ello. Pero tengo algunas preocupaciones acerca del alcance del
estándar legal que fue adoptado por la cámara. Pienso que es
bastante posible condenar apropiadamente estas gentes en un
estándar más estrecho que no presente una amenaza potencial
a la libertad de prensa.
También quiero brevemente responder al señor David Riv-
kin con respecto al ejercicio de la discreción. Estoy en desacuer-
do con lo que dice acerca de que el fiscal ejerció discreción. El
estaba gobernado por los límites en el estatuto, y estos límites
son bastante considerables, el desechó estos casos porque es-
taba patentemente claro que la corte no tiene jurisdicción sobre
los Estados Unidos hasta que la circunstancias lo indicaran.
En la medida que el fiscal ha ejercido discreción en una forma
muy cauta, pienso que su papel apropiado es ser una red de
seguridad bajo países donde se cometen grandes cantidades de
crímenes atroces y no haya duda de que los estados en cuestión
están sujetos a la jurisdicción de la corte y no pueden efectuar
los juicios ellos mismos.
Entiendo el argumento del señor Rivkin con respecto a de
que algún día puede haber un fiscal sin control que acuse a la
gente por la falta de restricciones adecuadas, y de hecho no es
una base fundamentalmente sólida para operaciones continua-
das. Pienso que habría hay consecuencias muy claras si no se
pudiera confiar que la corte opere dentro de reglas.
David Rivkin
75
 ¿Soy la única persona en este panel que interpreta mal el
estatuto y el diálogo con la oficina del fiscal con respecto a la
proposición de que esta Corte ha buscado jurisdicción sobre
ciudadanos americanos por ofensas que surgen de su conducta
que tiene lugar enteramente dentro de territorio de los Estados
Unidos? ¿Qué dicha Corte ha mantenido desde el primer día
que rehúsa aceptar la decisión de los Estados Unidos? ¿Qué les
parecería a cualquiera de ustedes que una institución en la for-
ma más arrogante comete este acto de imperialismo sin ninguna
base en la ley internacional? ¿Cómo se supone que cooperemos
con peligros como esos? Si soy el único dígame por qué estoy
equivocado, pero creo que eso es lo que la Corte busca.
Moderadora
Permítanme seleccionar unas cuantas preguntas más
Pregunta
Me gustaría que respondan a lo que se ha dicho apuntando
que de acuerdo al argumento del señor Rivkin, si Adolfh Hitler
no hubiera matado con sus propias manos a ninguna persona
y sólo cometiese crímenes dentro de Alemania, entonces no
habría podido ser juzgado en una corte así. En segundo lugar,
me gustaría preguntar: ¿entiendo que hay un mecanismo por el
cual el Consejo de Seguridad puede bloquear en ciertos casos
una investigación o una acusación? ¿Es esto cierto? Si alguien
en el panel podría explicar eso, ¿y no sería eso otra salvaguarda
contra el escenario de persecuciones maliciosas que algunos
temen?
Moderadora
Una última pregunta por favor
Pregunta
Vengo de la escuela de leyes de la Washington University.
Me pregunto desde una perspectiva no legal, sé que la mayo-
ría ustedes son abogados, pero desde una perspectiva no legal,
desde una perspectiva de política, desde una perspectiva pro-
gramática, ¿está alguno de ustedes sugiriendo que es posible
tener una política entre los Estados Unidos no sea una parte,
pero pueda colaborar con la Corte?
Moderadora
Por favor al responder sean breves.
76
David Rivkin
De hecho es un colaborador con la Corte... especialmen-
te con las seguridades de que los ciudadanos de Estados
Unidos no serán sujetos a jurisdicción de la Corte. Ustedes
tienen que elegir considerar cuál es el impacto de cooperar
con una institución cuya proposición filosófica es ciertamen-
te algo con lo que estamos en desacuerdo. Cualquiera sea
su opinión sobre la política americana, no imponemos a los
suecos una acusación criminal en su país. La noción de que
de algún modo es sensato que la corte reclamar jurisdicción
sobre oficiales americanos es para mí, por ponerlo muy le-
vemente, no muy atrayente. Muy brevemente, otro punto: la
mayoría de gente que toma en serio la posición americana
cree que la mejor proposición es el juzgamiento nacional. Lo
segundo mejor serían los tribunales mixtos. Y lo tercer me-
jor los tribunales regionales. Y la cuarta y última opción: la
persecución global. En África hubo una oportunidad perfec-
tamente razonable para un tribunal regional, un tribunal que
ha sido formado, su jurisdicción tiene un montón de africa-
nos involucrados, que han sufrido persecución y genocidio,
pero ello no fue suficientemente bueno. Tenemos que hacer
el CPI. Y si ven los acusadores, son todos blancos. Ningún
alto acusador o juez es un africano. Esto no tiene sentido,
pero es política.
Moderadora
Tiene la palabra la señora Diana Orentlicher
Diana Orentlicher
Seré muy breve. Primero quiero decir que estoy muy sor-
prendida de que digan que no hay miembros africanos en el
CPI. En segundo lugar, estaría feliz de prestarte mi copia del es-
tatuto para que veas que no es el texto equivocado, es esencial-
mente un último recurso cuando no hay otra opción disponible.
Con respecto a su pregunta, sobre el procedimiento que permite
al Consejo de Seguridad diferir un procedimiento o investiga-
ción cuando el Consejo de Seguridad piensa que la actuación
de la corte podría amenazar la paz.
Michael Matheson
Obviamente no quiero ingresar en las discusiones sobre la
constitución de Estados Unidos, pero pienso que es importante
que aceptemos la justicia internacional. Es importante para asegu-
rar que no haya impunidad, especialmente para crímenes contra
la humanidad. Todos los estados deben apoyar el avance hacia la
justicia internacional. Estamos estableciendo estándares interna-
cionales, los cuales, permítanme cometer una herejía, superan a las
constituciones nacionales. Pienso que en alguna etapa tenemos que
aceptar eso y todos los estados deben aceptar a la justicia interna-
cional.
Moderadora
Permítanme agradecer a todos ustedes por estar aquí y
a nuestros panelistas por este enriquecedor debate. Estoy
segura que en América hemos generado discusiones sobre
el tema de hoy. Muchas gracias.

Asistentes al panel de debate sobre la

conferencia de Philippe Kirsch.

77
 DEREK WALCOTT,
IV
conferencia
PREMIO NOBEL DE
LITERATURA.
“UNA AMÉRICA INTEGRADA:
UNA PERSPECTIVA
DEL CARIBE”
Washington, DC - 12 de abril de 2005
O
bviously, it is quite an honor to be here
with you today. When I was invited
here, I felt the typical torment of ha-
ving to express myself in prose. I’m
not a logical thinker; I’m not a good
thinker. I am lucky to be a poet, in the sense that as a
poet, I can start a sentence wanting to say one thing;
and by the time I’ve ended it, I’ve contradicted my-
self.
But this is something that Gould Whitman, the
great American poet, says: if I contradict myself
very well, well I contradict myself. To make a con-
tradiction in front of an audience such as this one,
with ambassadors and other distinguished people is
terrifying; on the other hand, it isn’t terrifying because
evidently we’re all human beings, which means that
the responsibility of a diplomat, of an ambassador, is
the conscience and I thought, if I’m going to do some-
thing like this, perhaps I shouldn’t choose a piece of
prose in which I might say predictable things such
as the great future that awaits us all - there are only
two versions of this, right? -, and do something in bet-
ween the two.
So what I’m going to do here, perhaps to put all of
you in this position, is to recite you a poem, but I’m
going to try to do it because XX century poets don’t
often feel encouraged to say much about any subject,
especially in verse; and yet what we have to see in
the world around us, has to do with the conscience,
it has to do with responsibility, and it has to do with
what we inflict upon ourselves, in the sense that at
times we’re unwilling to accept the horrors that occu-
rred in the XX century. It would seem that they are
constantly self perpetuating in the XXI century and
this institution where I am today is concerned about
these horrors, some unimaginable, others which are
repeated.
It is not my duty to do nothing, but what a poet
always does in a society. A poet once wrote that all
that poets can do is simply warn…warn; so I’m not
here to be a prophet. However, in another society, in
a place of honor such as this one, it would have been
80
natural for a poet to speak to the ambassadors, sena-
tors, and politicians of another type of civilization. In
our civilization, this voice is silent. It can be found in
literary magazines or in a conference now and then.
Therefore, what I’m going to read you is something
very casual; and I don’t want this to turn into a lite-
rary magazine, but I’m going to talk about something
that I thought would be interesting to read to you on
this occasion.
This is about a man, about whom I know little;
he’s a fictional character. I’m not a novelist; I don’t
really know who my character is. I also write plays,
but in this sense, I don’t know what it is about or
about whom I am speaking. I’m not very certain of
his biography; all I know is that this seems to be good
for UNESCO, a large institution. It seems that he
was someone from the academic world, a professor at
some university, perhaps a university of little prestige
in England that is quite fond of the Jacobian poets
that followed Shakespeare; and in some way this
person enters into an agreement with a third world
country. He isn’t dishonest, but what he does is crea-
te an uprising in the country where he is working;
and I would say that for me, this poem especially was
a very exciting challenge because it is a model of so-
mething that could be by Graham Green or John Le
Carré, one of those exciting political plays. But in
reality, it is written in verse and for me, this was a
challenge.
The person at the center of this story is someone
who is afflicted by the desire to do good, but he is res-
tricted by the circumstances, by the conflicts due to
certain realities. So apparently he makes a deal with
a Third World country, something that has to do with
tractors or I don’t know what. I’m here as if I were lis-
tening to what he says, although I’m creating him; so
I try to remove myself a bit from the situation. I’m not
participating directly in it, not forming it nor trying
to listen inadvertently; but the heart of all this, when
I wrote it and when I continue writing, I notice that
this had to do with something immense as a subject;
and this subject had something to do with the horror
of the XX century, the holocaust, the fact that the XX
century was a time of hunger and disease and of all
these cheerful things that we mention every day in
the office.
The fact is that the man I was speaking about was
a common man. He wasn’t a hero. He wasn’t a great
intellectual. And in the epigraph that I took from the
Book of Revelation, what I found there caused me
great pain. Just saying it now causes me pain be-
cause the last verse says: See that this harms neither
the oil nor the wine. It is very painful; that is, do not
destroy the oil or the wine. This warning is a warning
for everyone, but especially, and we hope, for those
who assume power, those who are to assume power
at this time. See that neither the oil nor the wine is
damaged.
I took the title from a work of Thomas Nash from
the year of the Plague in London. It tells of an un-
fortunate traveler. My title is The Fortunate Traveler,
and when I look around, I see the names of many
countries, and some of them are going through this,
and the role of the antihero in this poem is someone
who is able to travel and pass through all these coun-
tries, who can go to meetings in these countries, who
can go to round tables, to discussions, to interviews,
to make statements, but who is fortunate enough that
he can always leave these suffering countries. So,
someone can visit a place where there is hunger as
an ambassador, as a delegate, and he has a return tic-
ket; and that return ticket makes him fortunate. He
has to see suffering, but he doesn’t have to stay. That
is what we have to do. We have to share what we see,
this suffering we see, in these immense disasters that
affect us, but that don’t affect us personally. Disas-
ters, some disasters are too big to comprehend. So
sometimes a digit can make a difference in our own
suffering; and that is why all these XX century orga-
nizations are based on compassion, not on the eco-
nomy. They are not based on how much money will
be obtained, but on which country will contribute to
the welfare of the rest of the world; and my character
in this poem is trying to do this, but he makes a tragic
error. He tries to make a deal with another country
on something else that has to do with tractors. I don’t
know what the deal is, but he is to be assassinated by
the enemy of the country with each he has made the
deal; and that is normal. As I said, the quote is in
the Book of Revelations; and when I wrote the poem,
it was dedicated to Susan Sontag, who passed away
recently.
I heard a voice in the middle of the jungle that
said: a measure of wheat for a cent and three measu-
res of barley for a cent, and I see that is doesn’t affect
neither the oil nor the vine. So this a sort of mono-
logue that possibly this person I’m writing about, it
was in winter, with the towers frozen, the snowflakes
falling, a compact man across the channel, on a pa-
tio with a flower in his lapel, waiting for the assassin
and a rectangular coffin with measured shapes in the
grass where I wrote the word: Mercy. I sat on a cold
bench, among skeletons; two men with black skin
were across the river. They spoke over the dark river,
which grew and contained the harvest of the winter
streets. We can count on you. To find the tractors?
I asked. I gave you my word. My country is asking
why they are doing this, sir. Silence followed. I know
you are going to betray us. You can’t hide smoke
here…so at the start, this is the deal he made, a dark
transaction that he thinks will benefit the country,
but will turn around and betray him.
A window in Haiti, I remember that pane of glass
in the window with the hand of a child...it said thank
you, sir, merci monsieur, merci monsieur. Hunger is
the cross of statistics, and the desert is a mouth that
moves and in the middle of this land of 10 million
backs that move, there are 750,000 skeletons and
counting. All these issues of figures are numbers,
whether disaster or hunger, massacres. It’s some-
thing we are used to in the newspapers; we shrug
our shoulders. The more they occur, the more we
become used to disasters. So now we measure di-
sasters numerically, for example: only 50,000 died
in Pakistan, we say. This is the type of statement
we are used to, maybe because of the access of the
81
press, not because we are heartless, but because we
are used to this figure. These figures become part of
our daily breakfast.
We meet in Bristol to conclude the agreement.
Here the towers look like the lances of tribes, the
call of church bells, the shrouds near its heart, now
nobody will see the jet that appears for a cloud of
flowers. One travels in first class, he is lucky...like a
backward telescope that sees the pain of individuals
and also if this is condensed to zero and later the clo-
uds. He returned to London from a mission and in a
black taxi from Heathrow to my apartment. They are
like cockroaches that enter the black holes of power,
that move among the columns hailing taxicabs...cer-
tainly we are optimists and we are the first to escape
when everything disappears, returning to Geneva,
to Washington, to London. Under the airplanes I
heard, and I read this again, at this time the figure is
disappearing as if it were a mask and then the tele-
phone rings, saying: We’ll pay you in Bristol. We’re
falling on the pillow, in a snowstorm, we see the
tiger’s tongue…I’m thinking of malnutrition becau-
se he’s going to arrive in a country where the people
are dying of hunger. For a time, they are dying of
hunger, but the agony of hunger can be seen; this
can help us to understand the responsibility better. I
was practicing the feeling of hunger and that wasn’t
charity. I found my piety desperately searching the
horizons of the story, from the communes to sacred
lakes, with water wheels and the brilliancy of all this
and common ingenuity. I visited Africa bathed in
a light that, where I saw the first wheat and barley
fields and in these ceremonies and in the great IPAC,
I saw the Sahara, my charity fertilized this heritage.
Everything felt like the latter XVII century, I thoug-
ht about the anxiety of the Jacobians, the salmígera
torches, and she arrives...and I saw the soul of my
duchess and saw the children eating green meat with
the ferocity of rats…I returned to Bristol and the floa-
ting pieces and the patron saint and I thought, who
cares how many million die of hunger, here the souls
will rise and shine, we leave the sunset of the estuary
82
and here in England they are in a circle, the birds
still fly away and Mercy has it in its magnetic field
and seeing the glaucoma at the time I arrive to En-
gland. England will be the one next to the sea…it is
so fortunate to be able to see the world, undoubtedly
I have seen the world through portholes and it clouds
my vision, seeing this road and this sea, kneeling on
the hot sand, knees on white lilies in some hidden
place, in some part of the Caribbean.
Now I have arrived to the place where the ghosts
live. I’m not afraid of ghosts, but of real people. The
blessing of the islands and a snail on a leaf, the souls
in the pipes of organs pass a blue lake and this arrives
at the concrete church as the harmony of the morning
and smoking chimneys can be heard. Black faces
covered with dew, dew on the plum trees, through
the teeth and the white skulls and at some point the
summer wrinkles through the river within the heart
of the darkness.
The heart of the darkness is not Africa. The heart
of the darkness is a core of fire, the very center of the
Holocaust. The heart of the darkness is something
that has to do with asepsis, with the chimneys, and
nickel instruments that sound.
In the last letter, I received these verses: Think of
a God who doesn’t lose sleep, where the trees break
down and sob, so there is indifference. This is the
darkest hour, a lamp is brought, I close the curtains,
I sit on the rail, I look at the stars waiting for din-
ner, nothing is as awake as my mind, and the wheels
where Christ is, the fire dies and the rushes wash
their hands of the pulp and there is a haze of flies
that come from the swamp because this famous sta-
tement of Nieztche is that God is dead. Since God
is dead and these are not his children, then we have
a sanctuary of lamps and it is in the heart of the dar-
kness of this world that watch is kept over his body.
The lamp is beside the bed, the majority of the tribes
of this world don’t need this declaration that God is
dead to continue..., keep the news of this blissful ig-
norance, the hungry of this world will go to the tree of
life, as they go to seek justice ...but they are alerted
about that and they become compassionate, their pa-
ragraphs like the windows of a train, where the world
shows this and it is seen through the eyes of children.
We turn to read. Rimbaud knew it. He says that this
Roman fire is still protected. They didn’t know that
we care less about a human face than the conflicts of
Alexandria and that the dark silhouette passes with
a blinding light until we pay our debt.
This is an ordinary secret; this comes in long stri-
des. From the vacated beach, the fishermen have
closed their eyes and the palm trees shake. I have
already found my sanctuary, the night. There were
two men in the town who asked me why I had come
and the one in the center tells him that we must hurry
and they will be back; and in the clouds there is no
charity. The ant will eat Russia and the sharp teeth
will mercilessly eat the desolation of the harvest as
if it were a bowl and there will be no charity. Yet
through the thin stems of the cicada, the leather, the
leather hull.
Today at lunch we had a conversation. During the
course of the conversation, the man on my right as-
ked me about believing in optimism. What we were
talking about was very interesting, not as consolation,
but as a response to what we had read. There was
this dream that was described by a young woman
and she said that she had had this vision of all the
birds in the world in the sky. She didn’t know what it
meant. Generally, I don’t take dreams seriously, but I
took interest in this on and it is called: The season of
phantasmagoric peace, and I think that this descri-
bes all the suffering described in the foregoing poem,
but this epiphany, this absolution, occurs because at
the end of time, there is no reconciliation and hea-
ling. All the nations of birds, all together in the air
and with the shadows of this world, a multitude of
dialects that cross and the tall pines cast shadows on
the hills and even on the streets, the shadow of the
plant on a city window and the birds that warble, un-
til there are no more seasons, only this passageway of
phantasmagoric light with its shadow so narrow and
man will not be able to look up to see what it is that
the geese follow, and in these silver chords, emitting
peaceful sounds, covering this world like a vine or
like a trembling mother covers the trembling eyes of
her son trying to sleep. This is what will be seen in
a yellow October, without knowing what change has
caused this to have a yellow light all around or some-
thing immense and silent that covers the cities, the
fields where the birds are.
This is something of the seasons, loves; it belongs
to the seasons, something brighter than the piety that
opens windows and holes. It lifts the nets of the si-
lent voices where everything betrays the sun that shi-
nes, and this season lasted a moment like the poem
between the darkness and the light, between war and
peace, and now this has lasted a long time...Thank
you very much!
Nota.- Los editores han preferido recoger la in-
tervención del escritor Derek Walcott en su original
en inglés, debido a la especial calidad literaria de su
texto que no llegaría a reflejar cabalmente una tra-
ducción al español.
83
El debate
PANEL DE LA CUARTA CONFERENCIA
“UNA AMÉRICA INTEGRADA: LA VISIÓN DEL CARIBE”
Washington DC - 12 de abril de 2005
Embajador Alberto Borea
Muy buenas tardes. En esta oportunidad nosotros tenemos un
invitado muy especial, es un invitado muy de nuestra América. Te-
nemos con nosotros al Premio Nóbel de Literatura Derek Walcott.
Derek Wallcott
Obviamente es para mi un grandísimo honor estar aquí con
ustedes el día de hoy.
Presentador
Nuestro poeta estaba preocupado de que no nos dejó tiem-
po, y en esencia sus palabras trascienden el tiempo para todos
nosotros. Como les dije, me gustaría dar la bienvenida al rector
de la Universidad San Martín de Porres de Lima, ingeniero José
84
Antonio Chang, que ha hecho posible la Cátedra de las Amé-
ricas. Creo que hay algunas preguntas, porque pienso que te-
nemos que tratar con un extraordinario conjunto de ideas. Aún
la piedad tiene su campo magnético. Hay imágenes y espacios
que son extraordinarios en todo lo que dicho. Me pregunto si
alguien quiere aceptar el desafío. El ministro de El Salvador,
embajador Meléndez.
Embajador Meléndez
Señor Walcott, maestro. Estamos sin palabras ante un hom-
bre de palabras. Ante un hombre que está en libertad bajo
palabra. En este lugar fantasmagórico que ahora lo recibe en
un momento que califico de cumbre en una escena cumbre.
¿Porqué? Porque las alegorías surrealistas que hemos pasado
en función de nuestro propio quehacer, usted logra transformar
ese realismo político que nosotros pensamos, que vivimos, se
transforma en un momento de realismo mágico. Eso es lo que
realmente trasciende. La cultura, en tiempos de integración,
es evidentemente la Cenicienta. Y su poesía, al interpretar, al
superar, al reinventar la realidad, nos hace entenderla un poco
más. Me alegra que usted no se haya limitado, y como hombre
de letras es imposible limitarlo, a un tema, sino que nos haya to-
cado ésta esencia con su palabra y con su verbo, su lenguaje, su
identidad, sus raíces, la integración que nos permite construir
comunes denominadores con sujetos creadores. Una obra es
más grande que su creador, y lo hemos personificado en usted
esta tarde. Más temprano y más tarde usted nos ha dicho, se ha
referido a esa contradicción en la que el poeta perfectamente
puede incurrir en sus versos, y nos ha dicho que el poeta tiene
un rol, la función de precaver. Es usted un hombre poderoso.
Usted está ungido de el poder de la palabra. Y le agradecemos
el sagrado ejercicio de la libertad creadora y el ejercicio de la
palabra. Graccias.
Derek Walcott
Yo no disfruto la autoridad que mi estatura confiere. Yo pre-
fiero estar escuchando. Por otro lado, hay un punto acerca de
de la responsabilidad. Que es experimentado hasta el momento
en que me hablan, es la responsabilidad por la poesía. Una in-
mensa responsabilidad y un enorme privilegio el ser escuchado.
Así que la experiencia de esta tarde es fenomenal, confirma mi
llamado y confirma mi vida. Para mí es el estar aquí, no porque
es un honor tan distinguido como lo es, sino por el deber de mi
llamado.
Presentador
El embajador de Panamá.
Embajador de Panamá
Muchas gracias distinguido conferenciante señor Walcott.
Hace muchos años yo me vengo preguntando, o diciendo mí
mismo, cuán diferentes somos los mundos del Caribe y de Amé-
rica Latina. ¿Qué consejos, que observaciones, que comentario
podría usted hacernos para tratar de aproximar estos dos mun-
dos en el plano de la literatura? Ya en el plano de la política y de
las relaciones diplomáticas lo estamos haciendo en esta organi-
zación de la OEA, pero en el plano cultural, es muy poco lo que
conocemos en América Latina de la literatura, de la cultura que
se produce en la comunidad del Caribe. Y creo que viceversa
también. Poco es lo que ustedes conocen de lo que se produce
en América Latina. ¿Qué consejos podría darnos al respecto?
Derek Walcott
Quizá está ya en proceso, y ha estado en proceso por un tiem-
po. A lo largo de las Américas se trata de hacer. Creo que lo que
se necesita, obviamente, una traducción, desde el nivel más ordi-
nario al nivel más visionario, para el acceso que la traducción pro-
vee, que todas las otras cosas en las manifestaciones artísticas, es-
pecialmente globalmente, que deben ser dichas, o musicalmente,
es posible tener un par de lugares centrales, ya sea un teatro o un
sitio similar, donde tengamos acceso a la literatura hispanoame-
ricana y a la literatura franco americana también. Así que la cosa
que ustedes tienen por delante en su trabajo es el problema de
los desafíos multilingües que existen. Siento una gran proximidad
con García Márquez, porque siento que él es muy caribeño. No
leo español, pero siento algo en él que es tan caribeño, que está
ahí, y él mismo lo dice. Cuando pienso en esas clases de inter-
cambios, cuando veo esas mentalidades extenderse, es una gran
cosa para la unificación de nuestro carácter, de nuestra área. Así
que, cada vez que podemos alcanzar eso, pienso que la influencia
cultural de las cosas es aún mucho más importante que la visión
económica que tenemos aquí. Eso es lo que tiene que ser enfati-
zado. Empezamos en el piso. Ambos estamos en el fondo, así que
no podemos sino ir hacia arriba. Un hombre en una conferencia
a la que estaba asistiendo me dijo que era una cosa buena venir
de una sociedad pobre. Pienso que desde el punto de vista eco-
nómico no es una buena idea. Pero lo que estaba diciendo era
que si todo lo que tienes para defenderte es tu imaginación y tu
espíritu, eres virtuoso, y eso es bueno. Si se te da todo, entonces te
puedes corromper. Corrupto en el sentido del tener todo, del reci-
bir todo. Lo que estoy diciendo es que las pobrezas que tenemos
en esta parte del mundo, algunas veces pueden ser transformadas
en positivas usando el material orgánico que tenemos, en lugar de
pensar en el tecnológico.
Presentador
Silvia Merega, ministra de Argentina.
Silvia Merega
Muchas gracias señor por sus expresiones poéticas, que a mi
criterio tienen un profundo contenido político. En ese sentido, y
en esta misma línea de análisis, quisiera preguntarle qué lugar
tienen en sus reflexiones filosóficas los siguientes conceptos:
optimismo y esperanza.
85

Derek Walcott
Hay dos partes. Yo soy de la parte del optimismo, de la par-
te de esperanza, y eso es bueno. Sabe usted, ponerme a mí a
responder preguntas de esa naturaleza va a significar que voy a
responder con preguntas, o mis respuestas van a ser tan cuadra-
das, tan cliché, que me temo que la decepcionen. Creo que la
pregunta, una simple pregunta, es: ¿Es la gente buena? Mi res-
puesta es: la gente es buena. La gente es buena unos con otros.
La gente se tienen unos a otros. ¿Las naciones se tienen unas a
otras? Sí se tienen. Si eso es simplemente optimismo o realidad,
no es lo importante. Pienso que en términos de tener una idea
optimista acerca de algo, no podría ser otra cosa, porque nunca
puede haber algo así como un poema de desesperación. Hasta
el poema de un suicida tiene que ser bueno. De otro modo no es
un buen poema. Y la persona que comete suicidio justo después
de hacer un poema, es alguien que acaba de tratar de hacer
algo de belleza antes de cometer suicidio. Parece una contra-
dicción, el hacer de la desesperación del tema de una poesía.
Es una tontería, pero es cierta. Pienso que mi respuesta es, que
doy por sentado que los instintos de todos son altruistas. ¿Qué
colinas, qué luchas están separando al hombre de sus instintos
para ayudar a sus hermanos? En otras palabras, las religiones
hacen cosas desastrosas. Si la religión dice mi Dios se llama X
y el tuyo se llama Y, por lo tanto tenemos que matarnos el uno
al otro, eso es el mayor absurdo. Obviamente. La división que
ocurre, ocurre artificialmente, no es una división distintiva. Al-
guien no nace un nazi, es hecho un nazi. Las condiciones hacen
que ocurran estas cosas. Y he hablado con gente que quieren
una esposa extra en algunos países. Pero mi argumento sobre
el instinto básico del hombre, sin importar lo que otros autores
dicen sobre el hombre siendo el lobo del hombre, eso es cierto.
Pero en general, la actitud del hombre hacia el hombre no es
esa. Pienso que siempre va a ser una de altruismo, y esto tiene
que ser desarrollado en el mundo.
Presentador
La señora Mary Ann Tamayo de Bolivia
Mary Ann Tamayo
Al señor Walcott trataré de hablarle en inglés. Gracias por
su brillante presentación. Pienso que en la tradición de Robert
86
Frost y otros grandes escritores americanos, usted nos ha dado
una gran conferencia acerca de lo que es tratar con la conciencia
y las responsabilidades, como usted mismo dijo. Estoy particular-
mente impresionada también porque lo que nos presentó usted
es el carácter del valor universal. Pienso es lo que su personaje
principal nos trae es un premio, no sólo para nuestro hemisferio,
sino también es de un gran contenido universal. Sin embargo,
también tengo realmente curiosidad para preguntarle qué quiso
decir cuando su personaje dice “no lastime ni al aceite ni al vino”.
Si pudiese usted ampliar eso para nosotros, gracias.
Derek Walcott
La cita que mencioné es de las Revelaciones. Las Revela-
ciones, especialmente en la versión King James, es un libro que
ofrece tremenda ternura y dolor. Creo que lo que me parece que
está diciendo el versículo es “no hagas nada que dañe lo que es
natural y protector”. El aceite y el vino, en la cultura del Medio
Oriente, eran cruciales para la supervivencia. Y no corromper-
lo, no dañarlo, no usarlo, no usarlo de más, no usarlo de menos,
es para evitar que esa clase de mal caiga sobre una rica cosecha
o un rico cultivo. Y que la cosecha no debe de ser abrumado-
ramente rica, debe ser buena y estable, y eso es bueno para la
condición de la tribu, de la nación, o del individuo.
Pregunta
¿Su inspiración es alimentada por su necesidad de ex-
presar su arte, o es alimentada por su necesidad de influir y
cambiar el mundo?
Derek Walcott
Si tuviera dicha condición, diseñaría un uniforme. No hago
eso, sólo escribo poemas. Ha habido gente que he escrito poemas
que están en uniformes. Quiero responder a su pregunta seria-
mente. Tengo mucha suerte de conocer mi vocación desde que
era capaz de articular algo, a los seis o siete años. Tuve una madre
que me estimuló y protegió y me empujó en la dirección correcta.
No tuve un sentido de llamado, excepto por saber lo que quería
hacer. Ser un poeta. Luego, cuando empecé a atender cierta repu-
tación, y cuando empecé a ser encargado con la responsabilidad
de dar la cara por su gente o esa clase de cosas, entonces sí, llega
una etapa en que uno tiene que enfrentar la responsabilidad como
escritor. Y dado que tengo que responder una pregunta sobre
identidad como ésta, yo soy, enfática e incambiablemente, prime-
ro que nada, una ilusión, lo que sea que esto signifique, luego una
persona caribeña, y luego, no sé, un ser humano quizá.
Presentador
Pienso que se nos ha acabado el tiempo. Hay algo muy
difícil acerca de la visión del viajero afortunado quien no
tiene que soportar lo que ve. Por otro lado, usted nos ha
dado un regalo, en las palabras de alguien más que voy a
recoger, y volver a citar, porque tiene que ver con usted y
con el regalo que nos ha dado esta tarde. Usted habló acer-
ca de la ferocidad de la gentileza. Y en una forma básica,
usted nos ha dicho: sean humanos, recuerden sus raíces, y
manténganlas simples y fieles a lo que es natural. Muchas
gracias por eso.
Asistentes al panel de debate sobre
la conferencia de Derek Walcott.
87
 JOHN B. TAYLOR,
EX SUB SECRETARIO DE LA
V
conferencia
TESORERÍA PARA ASUNTOS
INTERNACIONALES.
“LATINOAMÉRICA: DE LA CRISIS
ECONÓMICA AL CRECIMIENTO
ECONÓMICO’
Washington, DC - 17 de mayo de 2005
H
oy quisiera hablar de algunas de
las buenas noticias económicas
que han estado surgiendo de La-
tinoamérica. Quiero discutir sobre
las razones de estas buenas noti-
cias, y de cómo los Estados Unidos pueden trabajar
con personas en la región para sostenerlo, y por ende
convertir esto en sustanciales reducciones de la po-
breza.
Recientemente volví al sector privado después
de trabajar cuatro años como sub secretario de la
Tesorería para Asuntos Internacionales durante el
Gobierno de Bush. Esto me dio tiempo de reflexionar
un poco, y quizás poder proporcionar una perspec-
tiva más académica hoy día. Trabajé estrechamente
con muchos funcionarios económicos en la región.
Tengo buenos recuerdos de viajes a Latinoamérica y
el Caribe, incluyendo los de la hospitalidad universal
de la gente y de muchas y duraderas amistades. Ten-
go planeado visitar la región nuevamente la próxima
semana, mi primer viaje fuera de los Estados Unidos
en mi nuevo rol en el sector privado.
Reestableciendo la estabilidad económica y au-
mentando el crecimiento económico
Recuerdo mi primer día de trabajo como Sub Se-
cretario hace cuatro años, a principios del 2001. Las
noticias económicas en Latinoamérica no eran tan
buenas en aquél entonces. Los líderes en la Argen-
tina luchaban para contener una crisis financiera en
curso que iba en aumento. Los altos niveles de deuda
generaban crecientes preocupaciones de mercado.
Méjico estaba sintiendo el peso de la recesión en los
Estados Unidos. Estas dificultades se presentaron
tras las crisis que agobiaron los años noventa, así que
eran una razón seria de preocupación. Naturalmen-
te, estuve en estrecho contacto con los ministros de
finanzas y los gobernadores de los bancos centrales
de la región.
Al dejar el cargo y pasar al sector privado, me com-
place decir que las cosas son mucho más diferentes
ahora. No hay crisis financieras en la región. Los
márgenes entre las tasas de interés han disminuido
90
notablemente. Los flujos de capital han subido. Hay
crecimiento en la inversión, incluyendo la inversión
directa extranjera que se aumentó en $16 mil mi-
llones el año pasado. También me complace decir
que hay menos contagio. Luego del incumplimiento
argentino a finales del 2001, no observamos una re-
petición del contagio que afectó la economía global a
raíz de las crisis en Asia y Rusia en los noventa.
Y el crecimiento económico ha repuntado vigo-
rosamente. El PBI real para la región en su totalidad
creció en aproximadamente 6 por ciento en el 2004
– la tasa más rápida en un cuarto de siglo. Esto se
ha traducido en millones de nuevos puestos de tra-
bajo y mayores ingresos para los trabajadores y sus
familias.
¿Cómo se explica este vuelco? Lo primero y más
importante, las políticas económicas son mejores,
especialmente la política macroeconómica. Por po-
lítica macroeconómica me refiero a la política fiscal
y a la política monetaria.
Con respecto de la política fiscal, los fuertes líde-
res políticos y económicos han disminuido los déficit
y han reducida la deuda. Muchos también han redu-
cido las deudas denominadas en moneda extranjera
y las deudas relacionadas con el canje, dos fuentes
de inestabilidad.
Hemos visto una revolución virtual en la política
monetaria en la región. A principios de los noventa,
la inflación regional estaba en los tres dígitos. Las
políticas monetarias hoy en día están más enfocadas
en la estabilidad de los precios, y la inflación es sólo
una centésima parte de lo que era entonces. Me ha
complacido ver esto de primera mano durante mis
visitas a los bancos centrales en Santiago, Buenos
Aires, Brasilia, Lima, y la Ciudad de Méjico. Me
impresionaron las habilidades técnicas del personal
en el uso de las modernas técnicas de política mo-
netaria.
Estas buenas políticas económicas han puesto a
Latinoamérica en situación de aprovechar las opor-
tunidades de un fuerte crecimiento global – lidera-
do por la recuperación económica de los Estados
Unidos, en sí, el resultado de las buenas políticas
fiscales y monetarias. El rápido crecimiento de la
exportación que hemos observado en la región no
es solamente debido a los altos precios de los pro-
ductos: los volúmenes de exportación alcanzaron un
sólido 11 % el año pasado.
En suma, mejores políticas – definidas e imple-
mentadas por líderes en toda la región – han sido la
clave para reestablecer la estabilidad económica y
aumentar el crecimiento económico.
¿Y qué hay del papel de los Estados Unidos?
Creo que los Estados Unidos han jugado un papel
muy importante en reforzar estas políticas y en ayu-
dar a los países a mejorar. Por ejemplo los Estados
Unidos apoyaron fuertemente el sólido programa
económico en Brasil aprobado por los más importan-
tes candidatos presidenciales en las elecciones del
2002 y apoyado por un programa del Fondo Mone-
tario Internacional. Esto le dio al Presidente Lula y a
su equipo económico la oportunidad de llevar a cabo
una sólida estrategia económica. Como resultado de
ello, el año pasado, Brasil logró el más fuerte resulta-
do de crecimiento en una década.
Cuando el Uruguay experimentó un pánico en
los depósitos asociado con la crisis en el vecino país
de la Argentina, los Estados Unidos trabajaron para
coordinar un paquete de asistencia y proporcionar
un préstamo de enlace a corto plazo del Fondo de
Estabilización de Intercambio de la Tesorería de los
EEUU. Me enorgullece decir que el gobierno del
Uruguay me concedió una medalla por nuestro tra-
bajo en ese entonces.
También respaldamos la asistencia multilateral a
Colombia para el apoyo de un programa fiscal sóli-
do para contrarrestar la turbulencia financiera en el
2002, incluso a través de importantes reformas fis-
cales. En Bolivia, apoyamos políticas que ayudaron
al gobierno a lograr reducciones significativas del
déficit fiscal y dirigimos los esfuerzos para recaudar
fondos durante el reciente periodo de incertidumbre
política. También dirigimos los esfuerzos para recau-
dar fondos en Haití y ahora estamos esforzándonos
para que este paquete de ayuda funcione. Trabaja-
mos estrechamente con el FMI y con nuestros ami-
gos de la República Dominicana para ayudarlos a
encontrar una salida a su crisis financiera.
En todos estos ejemplos, se usó la ayuda inter-
nacional y de los EEUU para apoyar las buenas
políticas económicas. Por esta razón, la asistencia
ayudó a los gobiernos a restablecer rápidamente la
estabilidad económica y generar un retorno a un só-
lido Estos son claros ejemplos del compromiso de
los EEUU con Latinoamérica
Ahora permítanme hablar sobre el reto que acom-
paña a estas buenas nuevas. Muchos analistas eco-
nómicos esperan que la expansión de Latinoamérica
continúe este año y el próximo, pero predicen una
disminución en el crecimiento del 4 por ciento. Pue-
den pensar que esto es comprensible dado el alto
crecimiento del año anterior. Pero los analistas no
hacen el mismo tipo de proyección de crecimiento
lento para otros mercados emergentes, especialmen-
te en Asia. Así que Latinoamérica y el Caribe pue-
den mejorar y deben orientarse a sostener las altas
tasas de crecimiento del 2004. Uno o dos años de
alto crecimiento son un verdadero logro, pero se ne-
cesitan muchos más años de alto crecimiento para
reducir los índices de pobreza que están polarizando
a las sociedades.
Veo dos grandes retos para la sostenibilidad del
crecimiento: Primero, “sellar” la política de ma-
croeconomía recientemente lograda, y segundo, in-
clinarse más hacia las reformas microeconómicas.
¿Cómo se puede “sellar” mejor una macro polí-
tica? En el área de la política fiscal, promulgando
leyes que amplíen la base fiscal, fortalezcan la ad-
ministración fiscal, bajen las tasas marginales de
impuestos, y reduzcan la asignación de ingresos
para lograr mejores asignaciones para gastos. Los
regímenes de responsabilidad fiscal también son
útiles. Ayudan a disciplinar el planeamiento pre-
supuestario y su ejecución a nivel sub-nacional en
donde el gasto deficitario ha debilitado los esfuerzos
de una consolidación fiscal. El ejemplo más claro
91
aquí es la Argentina, donde la excesiva solicitud de
préstamos provinciales en los noventa y el rescate de
las provincias por el gobierno federal contribuyeron
significativamente al incumplimiento final del país
en el 2001.
En el área de la política monetaria, los países pue-
den reforzar aún más los soportes institucionales de
una buena política incrementando la autonomía del
banco central para proporcionar mayor credibilidad
a sus mandatos de estabilidad de precios – como
lo han hecho los países de Méjico, Chile y Perú.
Creo que los gestores de políticas monetarias en-
frentarán retos para alcanzar estas metas en la
estabilidad de los precios a medida que continúe
la expansión y surjan inevitablemente presiones
de precios.
Pero es a la política microeconómica a la que
se le debe de dar mucho más prioridad de la
que tiene, y esto no es fácil. La clave verdade-
ra para sostener un crecimiento más alto es un
crecimiento mayor en la productividad, lo que
conlleva a salarios más altos y a reducciones de
la pobreza. El crecimiento de la productividad en
Latinoamérica ha sido demasiado lento, especial-
mente cuando se le compara con el crecimiento
en la productividad en Asia. Como lo señala el
BID en su estudio “El Negocio de Crecer”, el
crecimiento en productividad de Latinoamérica
obtuvo un promedio de sólo 0.7 por ciento del
PBI en los noventa, comparado al 2.7 por ciento
en Asia Oriental, una amplia diferencia en por-
centaje de dos puntos.
Las razones para este bajo crecimiento de la
productividad son claras. Primero, hay una baja
integración comercial con el resto del mundo.
El comercio total fue de sólo 45 % del PBI de
la región comparado con el casi 80 % en Asia
Oriental.
Además hay falta de flexibilidad en los mer-
cados laborales y de productos, débiles dere-
chos de propiedad y sistemas judiciales, y falta
de acceso al crédito en especial para las pe-
92
queñas empresas. Como resultado de estas dis-
torsiones, un desproporcionado alto porcentaje
de la economía de la región opera en el sector
informal. Según la encuesta “Haciendo nego-
cios” del Banco Mundial, el sector informal es
responsable del 42 % de la renta bruta interna
de la región, comparado con el 24 % en Asia
Oriental. Esto es altamente ineficiente, ya que
se crean menos empresas, y es menos probable
que las compañías que ya existen se expandan,
contraten más personal y se conviertan en mo-
tores de crecimiento. Los recursos se desper-
dician al evadir reglamentos sobrecargados, y
las bases impositivas son sobre concentradas
y estrechas. De acuerdo con indicadores del
Banco Mundial, en promedio lleva setenta días
para empezar un negocio en Latinoamérica; es
el tiempo más largo de cualquier región en el
mundo.
Sabemos cual es la agenda que se debe buscar
para tratar los impedimentos del crecimiento de
una productividad más alta. Mercados para pro-
ductos, mano de obra, y capital deben ser abiertos
y competitivos. Los gobiernos y el sector privado
deben invertir en proyectos de alto retorno para
construir infraestructuras y ampliar el acceso a la
educación. Los derechos de propiedad deben ser
protegidos. Y las personas deben ser protegidas
de la corrupción. La experiencia en esta región y
en otras partes demuestra que, cuando estos ele-
mentos están en su lugar, los empresarios invier-
ten y crean puestos de trabajo.
¿Cuál debe ser el papel de los Estados Unidos
en este esfuerzo para sostener un crecimiento más
alto en la región? Así como los Estados Unidos y
los países de la región trabajaron juntos para re-
establecer la estabilidad económica durante los
últimos años, igualmente deben trabajar juntos
para ayudar a convertir la recuperación económi-
ca actual en un alto crecimiento sostenible.
Los tratados de comercio internacionales pue-
den jugar un papel importante. Los tratados de
libre comercio (TLC) que se han suscrito, o es-
tán en vías de suscribirse, cubrirán el 90 % de
el comercio de los EEUU con la región. Estos
incluyen el TLC entre los EEUU y Chile, el TLC
entre la República Dominicana y Centroamérica,
así como el TLC con Panamá y la Región Andina
que están en negociaciones. Todos los países en
el hemisferio deben trabajar juntos para lograr
una Zona de Libre Comercio de las Américas.
La reducción de barreras comerciales den-
tro de los países es importante también, y aún
aquí, trabajar con los Estados Unidos puede ser
útil. En la Cumbre Especial de las Américas del
2004, los líderes de la región lanzaron nuevas ini-
ciativas para triplicar el préstamo bancario a las
pequeñas empresas, reducir significativamente
el tiempo y costo de iniciar un nuevo negocio, y
reducir por la mitad el costo de las transferencias
de remesas, que son una fuente de financiación
para la educación y las pequeñas empresas. Aho-
ra deberán asegurarse de que estas ambiciosas
metas se logren.
Habrá una oportunidad para lograrlo en la
Cumbre de las Américas del 2005 en noviembre
en la Argentina. Además, los Estados Unidos y
los países de la región deberán trabajar para lan-
zar nuevas iniciativas para aumentar los puestos
de trabajo a través del crecimiento económico.
También deberán seguir trabajando intensamen-
te con el Banco Mundial y el BID para demos-
trar resultados mesurables, e insistir en controles
más enérgicos para rastrear donde va el dinero,
para que la ayuda vaya a mejorar las vidas de las
personas.
En asociación con países individuales, los Es-
tados Unidos puede proponer ideas para incre-
mentar el crecimiento de la productividad. Por
ejemplo, el Grupo EEUU – Brasil para el Cre-
cimiento ha ayudado a moldear la legislación
presentada en el Congreso Brasileño que ayuda
a incrementar la productividad y los puestos de
trabajo en las pequeñas empresas brasileras re-
duciendo los impuestos y hacer más eficientes
los reglamentos laborales y de jubilación. Más
recientemente, los Estados Unidos, Méjico y el
Canadá lanzaron la Asociación para la Seguridad
y la Prosperidad, que mejorará la movilización
legítima de gentes y carga a través de las fronte-
ras y mejorará la productividad a través de una
cooperación reguladora.
A través de la Cuenta del Reto del Milenio
(CRM) los Estados Unidos pueden trabajar para
ayudar a los países más pobres a incrementar su
crecimiento productivo. Esta iniciativa del presi-
dente Bush está dirigida a los países que propo-
nen políticas a favor del crecimiento, incluyendo
un reglamento justo, inversión en las personas, y
la promoción de la libertad económica. Me com-
place que tres países en Latinoamérica – Bolivia,
Honduras y Nicaragua – tengan la oportunidad
de beneficiarse de la ayuda CRM este año al ha-
ber desarrollado propuestas para usar esta asis-
tencia.
Creo que los Estados Unidos y los países en la
región deben profundizar y ampliar todos estos
tipos de compromisos. Por ejemplo, el Brasil y
los Estados Unidos podrían abrir su muy exito-
so Grupo para el Crecimiento a otros países que
quisieran continuar con estas políticas a favor del
crecimiento. Hay realmente una amplia agenda
a favor del crecimiento para que un grupo más
amplio ayude a implementarla.
Estoy orgulloso de haber tenido la oportunidad
de trabajar con nuestros amigos en Latinoaméri-
ca y el Caribe durante los últimos cuatro años.
Juntos, hemos pasado de difíciles crisis económi-
cas a un sólido crecimiento económico, y ahora
debemos sostener ese sólido crecimiento. Se que
el Gobierno de Bush tiene su atención puesta en
la región, y fortalecerá los éxitos que he discuti-
do hoy. Aquellos de nosotros en el sector privado
los alentaremos a seguir y estaremos ocupados
en nuestras propias actividades de aumento de
producción.
93
El debate
PANEL DE LA QUINTA CONFERENCIA
“AMERICA LATINA: DE LA CRISIS AL
CRECIMIENTO ECONÓMICO”
Washington DC, 17 de mayo de 2005
Desde el Salón de las Américas de la Organización de Esta-
dos Americanos les saluda Irene Klinger, Directora de Comuni-
caciones y Relaciones externas de la OEA y Coordinadora de la
Cátedra de las Américas. Es para mí un honor tener este panel
que comentará la presentación del ex subsecretario del Tesoro
del los EEUU, John Taylor, quien se refirió a “Latinoamérica:
de la crisis al crecimiento económico”. Lo que haremos ahora
es discutir los planteamientos del señor Taylor. Primeramente
quiero presentar a Eduardo Lora, economista colombiano. El
señor Lora es asesor principal del departamento de investiga-
ción del BID, ha trabajado extensivamente en estudios sobre
reforma estructural y desigualdad en el ingreso, el desarrollo
94
económico y en políticas sociales. Es ex alumno distinguido
del London School of Economics. Tenemos asimismo al señor
Peter Hakim quien es científico político, analista conocido en
los Estados Unidos, líder de opinión, presidente del Diálogo
Interamericano y figura prestigiosa en temas del Hemisferio.
Ustedes por cierto conocen el Diálogo Interamericano, uno de
los centros más destacados sobre análisis político y cambios de
opinión en temas del hemisferio occidental.
Quisiera darle la palabra primeramente a don Eduardo Lora
para que haga su presentación, y luego a Peter Hakim. Poste-
riormente entraremos en la ronda de preguntas. También tene-
mos el honor de tener aquí con nosotros al subsecretario John
Taylor. Tiene usted la palabra señor Lora.
Eduardo Lora
Para mí es un honor estar en este panel motivado por la inte-
resantísima presentación de John Taylor, a quien admiro y respe-
to muchísimo. Yo quisiera esencialmente referirme a los retos de
mantener la estabilidad, a los cuales se refirió el señor Taylor en
su presentación. Porque creo que para la historia América Latina
ese ha sido el reto más importante: cómo mantener la estabilidad,
cómo evitar que en los momentos de buenos tiempos, que en los
momentos de auge, no se siembre la semilla de la próxima crisis,
como nos suele ocurrir en América Latina. Las crisis son recurren-
tes en América Latina que es la región más inestable del mundo. Es
donde, por país, hay más crisis financieras en el mundo. De tal ma-
nera que hay algo importante que preguntarse sobre por qué ocurre
eso en América Latina, y qué habría que hacer. Con esto no quiero
desconocer el énfasis que le dio el señor Taylor a las reformas micro,
que creo que en el mediano y en el largo plazo siguen siendo fun-
damentales para mantener y acelerar el crecimiento. Y si el tiempo
me lo permite, o si tenemos una segunda ronda de discusión, podré
referirme a algunas de las prioridades en reforma micro que creo
que tiene América Latina. Pero de momento en estos minutos que
tengo preferiría concentrarme en los retos de la estabilidad. Creo
que el primer reto a la estabilidad, como lo mencionó el señor Ta-
ylor, es la sostenibilidad fiscal. Y ese reto no ha desaparecido, aun-
que él correctamente señaló que los déficits fiscales en América
Latina son ahora mucho más pequeños que lo que eran hace unos
años. En realidad en América Latina la mayoría de los países siguen
teniendo niveles de deuda pública muy altos. Los niveles de deuda
pública son muy altos desde varios puntos de vista. Son muy altos
primero que todo porque la región es muy inestable, lo cual significa
que los ingresos fiscales son muy inestables. Lo cual significa que
de repente el sector público puede encontrarse con obligaciones
fiscales muy grandes derivadas de las crisis, como le ha ocurrido
por ejemplo en República Dominicana, en Uruguay o en Argentina.
El gobierno tiene que hacerse cargo de las deudas malas de algu-
nos de los bancos que entran en problemas para poder mantener
funcionando el sistema financiero, y eso eleva exponencialmente su
deuda pública.
Como la región es muy inestable, también la región tiene pro-
blemas de tipos de cambio que se mueven abruptamente, espe-
cialmente cuando no se los ha dejado mover a través del tiempo.
Y cuando el tipo de cambio se mueve abruptamente y el gobierno
está endeudado en dólares, pues eso lo que quiere decir sencilla-
mente es que el valor de esa deuda que tiene el gobierno se multi-
plica. Podemos pensar en prácticamente todos los países latinoa-
mericanos a partir de la crisis rusa y la crisis asiática del 97 y del
98, cuando hubo muy fuertes devaluaciones que aumentaron las
deudas públicas. Podemos pensar aún más dramáticamente en el
caso de Argentina, cuando tuvo que abandonar la convertibilidad
y el tipo de cambio pasó abruptamente de 1 a 3, o podemos pen-
sar en Uruguay, también, que con motivo de la crisis de Argentina
entró también en su propia crisis y tuvo que tener una tremenda
devaluación. Todos estos casos de devaluaciones hicieron que las
deudas públicas aumentaran en forma brutal. Y pusieron de pre-
sente lo que estoy tratando de señalar: que los países latinoameri-
canos admiten niveles muy bajitos de deuda pública porque están
sometidos a grandes fluctuaciones, por lo tanto tienen que tener
un gran espacio para acomodar estas fluctuaciones. Y por último,
el otro factor que hace que las deudas públicas en América Latina
tengan que mantenerse muy bajas si es que las queremos soste-
ner es que los países latinoamericanos tienen capacidades tribu-
tarias muy modestas. Los recaudos tributarios en América Latina
en promedio son tan sólo el 13 % del PIB. En los países desarro-
llados, son el 30% del PIB. Lo cual quiere decir que la capacidad
que tienen los gobiernos de pagar las deudas es muy limitada,
aparte de que, debido a las dificultades de los sistemas políticos
latinoamericanos, debido a las dificultades de la administración
tributaria latinoamericana, por el estado de desarrollo que tene-
mos y por la gran informalidad que hay en nuestras economías,
es muy difícil subir los impuestos de la noche a la mañana, no
podemos esperar que ocurra. Ni política ni social ni económica
ni administrativamente. Por lo tanto, cuando viene una crisis, hay
enormes dificultades para que el gobierno pueda responder. Todo
esto da la conclusión de que por consiguiente es muy importante
que los niveles de deuda pública se mantengan muy bajos y que
los actuales son muy altos. La implicación de eso es de sentido
común entonces, y la implicación de eso es que todavía tenemos
niveles de deuda pública excesivas pues en estos momentos de
buenos tiempos es la única oportunidad que tenemos de reducir
los niveles de deuda pública. De producir superávits fiscales si es
posible, como los tienen algunos países, mejorar los perfiles de la
deuda y prepararnos para los malos tiempos. Eso es lo que habría
que hacer en los momentos de buenos tiempos. Desafortunada-
mente esa no ha sido la tradición en América Latina. La tradición
en América Latina es que cuando aparecen recursos tributarios,
cuando el gobierno se puede endeudar, cuando parece que las
deudas en dólares se están abaratando, los sistemas políticos
llevan a ocupar completamente ese espacio lo más rápidamente
posible y gastar ese dinero lo más rápidamente posible. Y esto,
como lo dije, siembra la semilla de nuestra próxima crisis. De tal
95
manera que éste es un tema absolutamente fundamental que te-
nemos que enfrentar en estos momentos, buenos tiempos, y eso
implica, aparte de tratar de controlar el gasto público, de fortalecer
los sistemas tributarios, implica también la adopción de algunas
reglas fiscales como las mencionó de pasada el señor Taylor, tema
del cual él sabe muchísimo. Es muy importante que los países tra-
ten de ponerse de acuerdo en una regla para que la situación fiscal
sea sostenible en el largo plazo, y esto implica inventarse algún
mecanismo como lo han hecho ya muchos países: Brasil, Chile,
Perú, etc., de tratar de hacer un gran pacto de todas las partes del
estado, de todos los partidos, para que más allá del gobierno que
esté en el momento en el país, haya unas reglas básicas que to-
dos decidimos aceptar sobre hasta dónde nos podemos endeudar.
Hasta dónde puedo aumentar el gasto público en tiempos buenos,
y hasta dónde debemos aumentar la tributación. Yo creo que estos
pactos son esenciales, pero estos pactos sólo funcionan cuando el
público y el sistema político tiene una claridad de cuál es el rol
que cumplen. Esto no es un diseño técnico, esto no es algo que
puedan inventarse los economistas y ponerlo en funcionamiento,
no. La práctica dice: mire, esto funciona cuando los sistemas polí-
ticos y el público entienden para qué sirve esto y lo hacen. Y esa
discusión creo que en muchos países todavía está por verse. En
muchos países que han puesto reglas fiscales, pero las reglas fis-
cales han servido muy poco si no tienen el soporte político, porque
el público no entiende o los sistemas políticos no están diseñados
para soportar todavía la disciplina que implica tener unas reglas
fiscales. No sé si tengo unos minutos aún. Si los tengo me gustaría
discutir el otro tema que creo que es donde pueden hacerse cosas
para evitar que los buenos tiempos sean el origen de la próxima
crisis. Si es en el sector financiero, así como hay riesgos que te-
nemos que evitar en el frente fiscal, hay riesgos que tenemos que
evitar en el frente financiero.
En América Latina también ocurre que cuando los tiempos
son buenos, todo parece fácil en el sector financiero. El crédi-
to crece en abundancia, como de hecho ya está creciendo en
América Latina en prácticamente todos los países después de
varios años de fuerte contracción del crédito. Ya está creciendo
el crédito en América Latina, las deudas empiezan a volverse
a pagar, como los tipos de cambio están cayendo parece que
endeudarse en dólares es fácil, que vale la pena, la regulación
financiera se relaja porque no parece que haya ningún proble-
ma, y esto, como ocurre en el frente fiscal, siembra la semilla de
96
nuestra próxima crisis. ¿Qué hay que hacer ante esto? Cosas
muy parecidas a lo que hay que hacer en materia fiscal, por
lo cual América Latina ha aprendido mucho, crisis tras crisis.
Primero que todo, corresponde a las autoridades monetarias y
a las autoridades de regulación del sector financiero tratar de
contener los auges crediticios. Sistemas crediticios que crecen
20 o 30% por año no son sanos. No son sanos porque uno no
puede esperar que el sector financiero pueda discernir cuáles
son riesgos buenos y cuáles son riesgos malos a esa velocidad.
El sector financiero tiene que crecer por supuesto, y las eco-
nomías latinoamericanas tienen profundidades financieras muy
modestas, pero tienen que ir adaptándose gradualmente a una
mayor profundidad. No pueden esperar solucionar sus proble-
mas financieros de la noche a la mañana, y cuando intentan
hacerlo, usualmente están escondiendo gravísimos riesgos. Por
otro lado, la regulación financiera tiene que desalentar muy
fuertemente la dolarización del sistema financiero. Dolarización
que tiende a ocurrir en forma muy natural en los países que han
pasado por crisis inflacionarias, países donde la gente no confía
en su propia moneda, donde hubo problemas de inflación muy
fuerte en el pasado. Donde hubo fuertes devaluaciones, etc., en
el pasado, la gente trata de protegerse de tener recursos en su
propia moneda y quiere tenerlos en dólares. Si eso parece como
si fuera una buena solución cuando todo anda bien y cuando
hay abundancia de divisas y todo está creciendo, pero ésa es
una fuente enorme de riesgos por razones parecidas a las que
expliqué cuando hablé de los temas fiscales. Y es que cuan-
do aparece la devaluación, los sistemas que están dolarizados
se dan cuenta que sus pasivos son mucho más grandes de lo
que parecían. Eso les borra capital, además si los bancos han
prestado en dólares se dan cuenta que sus clientes no les pue-
den pagar, porque ellos no reciben dólares, o que muchos de
ellos están generando ingresos en pesos, y por lo tanto hay una
quiebra generalizada en el sector financiero. De tal manera que,
desestimular la dolarización o tratar de echar atrás los procesos
de dolarización parcial que ya vive América Latina es muy im-
portante. También muy importante quiero subrayar la palabra
parcial. Yo no estoy pensando en este momento ni estoy criti-
cando para nada a los países que tienen dolarización, como son
Panamá o Ecuador o El Salvador. Eso es una cosa diferente,
porque ahí no hay el riesgo de los descalces. Todo el mundo
está operando en dólares, por lo tanto ese riesgo no existe. Estoy
hablando de lo que ocurre en la mayoría de nuestros países, que
unas operaciones tienen lugar en pesos o en la moneda que sea,
y otras tienen lugar en dólares, y hay riesgos cambiaros ocultos
que muchas veces no se están viendo. Eso hay varios problemas
digamos, problemas de dolarización en varios de los países cen-
troamericanos, en Perú muy fuertes, en Bolivia, etc. Los países
que no han tenido estos problemas de dolarización han podido
resistir mucho mejor las inestabilidades y tener una situación de
manejo del cambio y las situaciones internacionales mucho más
fluido y menos problemático que los países con dolarización.
Con esto termino entonces estos dos grandes temas que creo
que era muy importante subrayarlos, y a los cuales se ha referi-
do el señor Taylor: que es muy importante mantener la sosteni-
bilidad y que es necesario hacerlo tanto en el frente fiscal como
en el frente financiero.
Moderadora
Creo que lo dicho ha reflejado algo que aquí en la OEA es lo
cotidiano: qué hacer de nuestros treinta y cuatro estados miem-
bros lo que se refleja en esta discusión sobre la interdependen-
cia entre el desarrollo económico, el desarrollo social y político.
Esto fue algo que quedó fijado también en la Carta Democrática
Interamericana, y en la cumbre extraordinaria en Monterrey.
Nuevamente vemos aquí cómo el desafío que planteara John
Taylor sobre el mantener los avances en la política macroeco-
nómica y no exponer reformas microeconómicas no se da en el
vacío, se da en un contexto social y político.
Pregunta
Una pregunta para el Señor Lora y una para el señor Hakim.
Cuando hablamos de TLCs, ALCAs, integración entre América
Latina y EEUU, ciertamente hay una preocupación no sólo por
lo que pasa en la economía de nuestros países sino por lo que
pasa en las otras economías. EE UU tiene un déficit fiscal muy
importante. Yo quisiera preguntarle al señor Lora qué recomen-
daciones le daría él a la Reserva Federal de los EEUU, y en
todo caso al presidente Bush, para el mejor manejo de su econo-
mía. Y al señor Hakim: hemos escuchado permanentemente las
ventajas de este acercamiento con los EEUU y América Latina
y los TLCs con EEUU. Sin embargo, existe una alternativa que
bien podría ser desarrollada: estrechar una relación con China,
una economía que viene creciendo en los últimos 20 años al
9%, empieza a tener excedente de capitales, empieza a ser un
mercado importante. La pregunta que le haría a Peter Hakim
es: ¿Por qué América del Sur en particular debiera buscar es-
trechar su relación con EEUU versus (y digo versus para que no
me conteste “hacer las dos cosas”) hacerlo con China? Que me
convenza por qué estrechar los vínculos con EEUU es mejor
alternativa para América del Sur que estrecharlos con China.
Moderador
Tiene la palabra el señor Hakim.
Peter Hakim
Permítame decir primero que me parece que América Lati-
na estaría mejor si firma tratados comerciales con tantos países
como pueda.
Moderadora
La palabra la tiene el señor Lora.
Eduardo Lora
Me han hecho una pregunta que la debería responder el señor
Taylor, sobre qué debe hacer EEUU frente a sus problemas de des-
equilibrio fiscal y externo. Yo creo que la Reserva Federal debe de
hacer lo que está haciendo que es subir la tasa de interés. La tasa
de interés en EEUU va a seguir subiendo, por un buen tiempo, y yo
creo que lo único prudente que hay que hacer es subirla gradual-
mente como se ha estado haciendo. Y tiene que subir porque en
EEUU no se ahorra. Las familias norteamericanas tienen una de las
más bajas tasas de ahorro del mundo: 0.5% es su tasa de ahorro, de
tal manera que hay un enorme faltante de recursos de ahorro y por
lo tanto hay un gran déficit externo. También hay gran déficit fiscal
que se ha venido ampliando en los últimos años por motivos que
todo el mundo conoce, tanto políticos como que han tenido que ver
con gastos de seguridad, etc., y que habrá que enfrentar y yo por lo
tanto diría que es inevitable que el gobierno de EEUU tome medi-
das para reducir su déficit fiscal. La combinación de estos altísimos
déficits fiscal y externo pueden ser un factor de inestabilidad mun-
dial. No lo sabemos, no lo sabemos porque el hecho de que EEUU
sea la economía que tiene la moneda mundial por excelencia le da
un espacio muy especial que no tienen otros países. De hecho lo
que ha hecho EEUU es financiarse eternamente y financiar su dé-
ficit fiscal la gran capacidad que tiene de que otros utilicen su mo-
97
neda para otras cosas, especialmente los países asiáticos, que han
constituido unas enormes reservas internacionales en dólares que
ha permitido que EEUU mantenga sin problema, ninguno hasta
ahora, su déficit fiscal y déficit externo. Y no sabemos muy bien por
qué no podemos comparar a EEUU con una pequeña economía
para saber si esto va a llevar a una distorsión de crisis o no, podría
ocurrir, podría que no. Una cosa que sí debería tener claro EEUU
es que EEUU no debería esperar que sea China quien le resuelva
los problemas. Es decir, la pretensión de que una depreciación del
yuan vaya a resolver los problemas porque reduciría el superávit
externo que tiene China con EEUU realmente es una pretensión
completamente insensata. Eso no resolvería los problemas, creo yo
que no solamente es improbable, sino que incluso podría ser fuente
de otros problemas. Una opción que a mí me gusta mucho y que
ha sido propuesta en algunos medios para ayudar a resolver los
problemas externos y fiscales que tiene Estados Unidos, pero más
para ayudar a solucionar otros problemas, sería el aumento de las
muy bajas tasas de impuestos a la gasolina y a los combustibles en
general en EEUU. Esa sería una excelente medida que ayudaría a
reducir el déficit fiscal, ayudaría a reducir el déficit externo, mejora-
ría en muchos sentidos los balances económicos entre Este y Oeste
y, lo más importante de todo en el largo plazo, ayudaría a aliviar el
problema ambiental al cual EEUU contribuye en forma negativa.
Moderadora
El embajador Durán de Canadá quería hacer una pregunta
Embajador Durán
El señor Taylor y el doctor Lora se refirieron a varios de
los factores que repercuten en el crecimiento económico y en
la productividad, pero no mencionaron, o no se enfocaron, en
algunos de los factores por los que se conoce mucho y es la dis-
tribución de ingresos fiscales. Peter Hakim lo mencionó y es
algo que manifiestan aquí los economistas.
Eduardo Lora
Dado que Peter Hakim habló como economista, ahora voy a
tener que hablar yo como analista político. Porque las conexiones
realmente entre la distribución del ingreso y el crecimiento son
demasiado circunstanciales, complejas, condicionales, para que
uno pueda decir algo general. Yo creo que decir en general que la
distribución del ingreso es buena o mala para el crecimiento son
98
dos variables que están conectadas de una manera tan compleja
que no hay mucho que decir. Dígame de qué país está hablando,
en qué condiciones, déjeme enunciar más cosas, porque si no, no le
voy a poder decir cuál es la relación entre distribución del ingreso y
crecimiento. Y si quiere un ejemplo muy claro de esto pues pueden
ser los ejemplos recientes de Chile y China. Chile es un país que
todos conocemos por su éxito en crecimiento, sin embargo en este
momento es uno de los países de mayor concentración del ingreso
en América Latina. O sea América Latina, estamos hablando del
continente de las desigualdades. Chile es uno de los países de ma-
yor desigualdad en América Latina, y esa desigualdad ha aumen-
tado tremendamente. ¿Ha sido un problema para el crecimiento?
No, yo no creo que haya sido un problema para el crecimiento. ¿Es
eso bueno? No, por supuesto que no estoy diciendo que sea bueno.
Claro que no es bueno, y los chilenos son cada vez más conscientes
de que ése es un reto enorme que tienen, que tienen que resolver
aún cuando ellos han logrado tener un gran crecimiento y una muy
rápida reducción de la pobreza. Nosotros solemos identificar des-
igualdad con pobreza. No, esas cosas tampoco van necesariamente
juntas. Y permítanme precisamente que me refiera ahora a China.
China pasó de tener una desigualdad del ingreso típica de país co-
munista a tener unas desigualdades que ahora es semejante a la de
los países más igualitarios de América Latina, lo que quiere decir
muy desigual. En América Latina todos los países son muy desigua-
les. China ya podría clasificar como país latinoamericano. ¿Ha sido
eso un problema para su crecimiento? No, yo diría que no. Yo diría
que en el caso de China, no el de Chile, sino el de China, claramente
el aumento de la desigualdad ha sido un resultado del crecimiento.
Y además un resultado necesario del crecimiento. Es difícil pensar
que China podría haber crecido de otra manera, sin tener aumentos
de la desigualdad, sencillamente porque era homogéneamente muy
pobre. Y es mucho más fácil empezar a generar focos de crecimien-
to, focos de riqueza, y focos de aumento de productividad que luego
arrastren a todo el mundo, que tratar con la pretensión que de hecho
tuvo siempre el comunismo de que iba gradualmente a mejorar el
ingreso de todos en general sin desigualdad. Entonces, la relación
pues es mucho menos mecánica de lo que los politólogos a veces
nos hacen creer a los economistas. Ahora, el problema es político.
El problema de la reducción de la desigualdad es un problema po-
lítico, un problema precisamente que la distribución de los poderes
políticos está sesgada de una manera que dificulta el tomar las me-
didas que uno tendría que tomar para reducir la desigualdad. Por
ejemplo, los sistemas tributarios, es muy difícil diseñarlos de una
manera distinta dada la distribución que hay del poder político. Por
ejemplo, las desigualdades entre el campo y la ciudad hacen que las
políticas se concentren muy fuertemente en ayudar a las ciudades
y en concentrar el gasto público en las ciudades y hacer muy poco
por el campo que es donde se quedan los pobres y es donde hay los
problemas más severos, porque la organización política en el campo
es más difícil porque representar los intereses de los campesinos no
lo hace nadie, porque eso rinde muy pocos beneficios políticos y en
cambio sí rinden beneficios políticos las grandes ciudades. Aparte
por supuesto de la relación entre la conformación de los sistemas
políticos y las estructuras ya producidas más complejas que tienen
los países. Sobre eso podríamos abordar en muchos otros temas.
Aparte además del hecho de que en América Latina la
existencia de la desigualdad se ha utilizado como excusa para
medidas populistas que, con la excusa de que van a corregir la
desigualdad, han frenado el crecimiento y han tenido efectos muy
adversos también sobre la pobreza .Un tema muy latinoamerica-
no, que utilizan muy bien los políticos latinoamericanos, que es
proteger a las clases medias o a las clases medias altas con el
cuento de la desigualdad, y en realidad, dejar sin recursos a los
pobres. Ejemplo de eso, los sistemas tributarios latinoamericanos.
Los sistemas tributarios latinoamericanos pretendiendo ser redis-
tributivos empiezan a gravar a las personas que están en el 10%
superior del ingreso si mucho, y dejan de gravar a todos los demás
porque tienen que ser redistributivos. Ese es un ejemplo entre
muchos otros. También están los ejemplos de los subsidios, que
son un enorme desperdicio de recursos y que se mantienen con
los argumentos del progreso o de la equidad, como por ejemplo,
enormes subsidios a las tarifas de transporte público, o a las tarifas
de la energía, o enormes subsidios a los combustibles, que no se
mueven porque producen una enorme sensibilidad social, es cier-
to, pero que en realidad benefician sobre todo a las clases medias
y a las clases altas. De tal manera que, yo creo que el problema de
la desigualdad es un problema muy grave, y es un problema que
básicamente atraviesan los sistemas políticos, y que por supuesto
hay que enfrentarlo desde los sistemas políticos.
Moderadora
Tiene la palabra el señor John Taylor
John Taylor
Primero, los economistas tienen un modo de ver lo que pasó
en el pasado y poder explicarlo con mucha precisión. Cierta-
mente Chile tiene gran ingreso y desigualdad pero creció rápi-
do, es prueba de que los países pueden crecer rápido a pesar de
la desigualdad. Usted querrá observar esto en un amplio rango
de países, no tomar un período específico de diez a doce años,
y cuál país deberíamos usar. Si observan estos países y estas
barreras de tiempo, se ve muy claro que la desigualdad es una
verdadera barrera al crecimiento. Quiero decir, eso es lo que
las estadísticas sugieren. Ahora, si miramos hacia atrás, puede
que no encuentren esto. La teoría puede no ser muy buena en
explicar el por qué esto ocurre, puede funcionar para el sistema
político, pero ciertamente no cambiará al ver de un país a otro.
Uno tiene que mirar una gran variedad de países, y si miran a
estos países que han estado creciendo rápidamente en Asia, a
estos países que han estado creciendo rápidamente en Europa
Oriental, tienen distribuciones de ingreso mucho mejores. Aho-
ra, ustedes pueden decir eso también, la explicación no es ésa,
es correcto, no lo es. pero depende de ustedes los economistas
el encontrar la teoría. Todo lo que nosotros podemos hacer es
trabajar investigando y luego alcanzar conclusiones.
Moderadora
Tiene la palabra el embajador Alberto Borea.
Embajador Alberto Borea
Deseo hacerle una pregunta al señor Taylor que dejó flo-
tando el presidente Carter cuando estuvo aquí en la primera
cátedra, que fue una suerte de interpelación a la política eco-
nómica americana respecto a la distancia entre el 0.15% con
que estaban concurriendo con relación a la contribución que los
países desarrollados habían admitido para alcanzar las metas
del milenio, y el 0.7% que es, digamos, la meta que se propu-
sieron alcanzar. Me gustaría oír su opinión sobre cómo puede ir
avanzando eso en todo caso.
John Taylor
A veces es útil medir el impacto de sistemas extranjeros
observando las partes del PBI, que es lo que acostumbraba uti-
lizarse. Mi experiencia es que una forma mucho más productiva
de ver la ayuda externa es el impacto en la gente de a pie, su
efectividad en reducir la pobreza, si le parece. Y de hecho, esa
99
forma de mirarlo, en mi experiencia es la mejor forma para con-
seguir más ayuda, porque si en una democracia la gente consi-
dera el impacto de sus dólares de impuestos como positivo en
términos de ayudar a los pobres, ayudar a la gente a estar mejor
en otros países, entonces estarán más interesados en proveer
más ayuda. Lo que pienso que es más útil que mencionar 0.15
o 0.7 o cero-punto-algo, es revisar los proyectos en la región, el
mostrar cómo el BID es efectivo aquí, o USAID, o quien quiera
que sea. Mostrar estos impactos, si están de verdad haciendo
una diferencia. Quizá eso es lo que realmente necesitamos ha-
cer. En tantos casos donde sistemas adicionales aparecerán si
podemos convencer a la gente que están realmente haciendo
una diferencia. Esa es mi respuesta a su pregunta.
Moderadora
¿Tenemos otras preguntas? Quizá en el tema de generación
de empleo voy a desafiar a los panelistas aquí. Tenemos sólo cinco
minutos. Una de las preocupaciones más grandes en las Améri-
cas de hoy es la generación de empleo y tiene que ver también
con la reducción de la desigualdad y la construcción de una de-
mocracia más estable. ¿Hay sugerencias de algunos de nuestros
politólogos, analistas o economistas sobre cuáles son las medidas
correctas para generar esas mejoras tan necesarias?
Peter Hakim
Bueno, yo creo que nadie estaría en desacuerdo conmigo si digo
que la forma de generar empleo es el crecimiento. Por supuesto, ése
es el factor fundamental, y nos traería de regreso a todos los temas
que hemos venido discutiendo y al énfasis que hizo el señor Ta-
ylor en la necesidad de tener no cuatro sino seis por ciento o más
de crecimiento. Pero, si uno va a los temas más específicos de la
legislación laboral, yo creo que sin duda esa es una de las asigna-
turas pendientes que tiene América Latina. Esencialmente porque
América Latina tiene unos regímenes laborales que en gran medida
fueron copiados de los regímenes europeos, que fueron muy ambi-
ciosos en tratar de establecer unos mecanismos de protección y es-
tabilidad laboral que ya puestos a andar en la práctica en países en
desarrollo, en países limitados, en países muy informales, en países
donde todavía no había los suficientes niveles de capital, etc., resul-
taron muy inadecuados. Resultaron muy inadecuados porque esen-
cialmente protegieron a los que están en las mejores condiciones,
que eran los empleados de las grandes firmas, o de las firmas más
100
o menos formales, pero dejaron desprotegidos a todos los demás.
Y con el paso del tiempo, no solamente eso, sino que dificultaron
la creación de más empleos en los sectores más formales. Con lo
cual, yo no quiero decir, no quiero caer en la simpleza de decir que
la informalidad es resultado de los códigos laborales, no. La infor-
malidad es resultado de básicamente somos países en desarrollo,
y de todas las otras condiciones que mencioné asociadas a eso al
principio. Si cambiáramos completamente los códigos laborales no
resolveríamos el problema de la informalidad, también esos está
completamente claro. Y tampoco estoy abogando para que haya
sistemas laborales que le quiten toda protección al trabajador, no.
Justamente ahí es donde tenemos el problema. Justamente
ahí es donde tiene el problema América Latina, es en tratar de
inventarse unos nuevos sistemas laborales, que no dificulten
la creación de empleo, que le ofrezcan protección a quien más
necesita protección, pero que le permitan también a quien no
quiere tener esa protección no tener que tenerla. Y no el sistema
de paquetes completos que hay ahora en que uno o toma todas
las formas de protección y es formal, o no toma ninguna y es
informal, y por lo tanto tampoco tiene un contrato establecido,
etc. Nosotros nos fuimos a un sistema que al final crea una gran
dualidad, por lo tanto, al final sólo le sirve a la gente de ingresos
muy altos que puede darse el lujo de comprar todas las formas
de protección y estar en una buena empresa, pero no le sirve a
los demás ni le sirve a las empresas que sean pequeñas o de
baja productividad. Entonces, aquí no hay recetas. Aquí no se
sabe qué es lo que hay que hacer. A diferencia de las políti-
cas monetarias de las que hablamos antes, o de las políticas de
estabilidad financiera, etc., donde uno más o menos sabe que
existen unas cosas aprendidas y sabe que eso es una buena ruta
para resolver los problemas, desafortunadamente en legislación
laboral no lo sabemos. Hay que reconocerlo, y posiblemente la
solución será la solución que encuentre las sociedades para tra-
tar de resolver sus problemas viendo cómo se inventan nuevos
mecanismos que sean más adecuados para las condiciones de
los países latinoamericanos. Nosotros hicimos una mala cosa
copiando regímenes que no eran adecuados para nuestras
condiciones, pueden ser adecuados para EEUU o para Euro-
pa, ya que ni siquiera EEUU tiene mecanismos de protección
tan complejos ni tan exigentes como los nuestros, solamente
los países europeos. Y tendríamos que pensar en mecanismos
que le permitan al trabajador tener más opciones para escoger
sus formas de seguridad social, que le permitan portar, llevarse
con él los beneficios cuando quiere cambiar de empleo, que le
den protección de desempleo de una forma razonable y sin una
carga fiscal, porque nuestros fiscos no permiten tener unos se-
guros de desempleo, etc. Entonces, ahí hay un gran reto, y ése
es un gran reto que tienen que resolver los sistemas políticos,
que tienen que resolver los sistemas sociales de los países. Ese
reto no lo vamos a resolver los economistas, porque no hay una
forma ideal, los economistas podemos tratar de vender formas
ideales de muchas cosas. En esto no lo hay, y ese es un reto que
entidades como ésta, como la OEA, podrían muchísimo ayudar
a ventilar, porque tiene la credibilidad, tiene la legitimidad, y
puede contribuir a una discusión política de un tema que es tan
difícil como esto, donde la solución como dijo no está dicha ni
puede haber soluciones extremas.
Moderadora
Bien, quisiera nuevamente agradecer a nuestro ponente
principal el señor John Taylor, a nuestros panelistas del día de
hoy, Eduardo Lora y Peter Hakim, a los oyentes en el Salón de
las Américas y a todos aquellos que nos escuchan a lo largo
y ancho de nuestro hemisferio. También quisiera agradecer a
VOA Televisión, C-SPAN, Hispanic International Television
Network, CNN y todos los canales nacionales e internacionales
de radio y televisión que difunden la Cátedra de las Américas.
Por último, muchas felicidades a la Universidad San Martín de
Porres por la celebración de su cuadragésimo tercer aniversario.
Muchas gracias.
Asistentes al panel de debate sobre
la conferencia de John Taylor
101
 ALEJANDRO MIRÓ QUESADA C.,
PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD
VI
conferencia
INTERAMERICANA DE PRENSA (SIP).
“LA PRENSA ESCRITA
Y EL BUEN GOBIERNO EN
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE”
Washington, DC - 28 de junio de 2005

LA PRENSA ESCRITA
ESTÁ AQUÍ PARA QUEDARSE
S
ucedió durante una reunión del IPI
en Ginebra a principios de los 60: Un
joven ‘yupi’, flamante presidente de
la NBC, se paró en silencio delante
de la más selecta audiencia de di-
rectores de diarios del planeta. Alargó el brazo y
apuntando insolentemente a la desconcertada au-
diencia recorrió la sala de lado a lado. Luego, sin
dejar de apuntar a los periodistas, rompió el si-
lencio y con todo desparpajo sentenció: “Because
all of you are going to dissappear” (porque todos
ustedes van a desaparecer).
Mi padre, a la sazón director de “El Comercio”,
recuerda aún el desconcierto y hasta indignación de
la mayor parte de los presentes. Fue uno de los pane-
listas, Hubert Beuve-Mery, director de “Le Monde”,
quien, sabiamente, rebatió su tesis. Le señaló que
su profecía dejaba de lado que cada medio cuenta
con su propio espacio: “la radio informa, la televisión
muestra y la prensa explica”.
Ha transcurrido casi medio siglo y la vigencia de
la prensa escrita, especialmente como medio de re-
ferencia, evidentemente no ha desaparecido ni creo
que desaparezca en algún futuro previsible. Y es que
la perennidad del texto escrito le da una solidez al
mensaje superior al de cualquier otro medio.
Tampoco ha decaído su importancia como gran
orientador de la ciudadanía y autoridades en la con-
secución del buen gobierno, responsabilidad que
hoy comparte con otros medios de comunicación.
Eso sí --nadie puede negarlo—la prensa escrita
es un sector que requiere atención constante para
continuar en la brega.
Paradigmas
En ese permanente reto para mantener su pre-
sencia, muchos paradigmas del negocio periodístico
están siendo revisados; por ejemplo el del precio de
104
tapa, que tiende a bajar (se suele aplicar la reducción
del precio en las suscripciones) o hasta desaparecer
(en el caso de los diarios gratuitos).
Y es que debemos enfrentar la realidad: las nue-
vas generaciones asumen que el informarse es una
práctica que se satisface de manera gratuita.
La televisión
No podemos tampoco dejar de considerar que
la televisión ha ido mejorando cada vez más sus
programas informativos. Incluso ha incursionado, y
con éxito, en el campo del análisis y la investigación
periodística, cotos tradicionales de la prensa escrita.
Sin embargo, tiende a banalizarse para convocar au-
diencias masivas.
Internet
Pero si bien la prensa escrita ha podido aguantar
a pie firme la embestida de la televisión con toda su
magia a cuestas, creo que son los diarios electrónicos
los que más pueden llegar a afectar su lectoría en el
futuro. Y es que, aparte de su inmediatez y globaliza-
ción, también ofrecen la perennidad del texto escri-
to. Como dato: en el 2004 la lectoría de sitios web en
el mundo se incrementó en 32%, según la WAN.
Es previsible, en todo caso, que, en su continuo
avance, Internet llegue a tener –si es que no lo tiene
ya-- la predominancia de la información puntual. ¿Sin
embargo, hay acaso mejor manera de informarse que
cuando se está cómodamente instalado en un buen sofá
con su periódico en la mano? ¿O hay mejor manera de
leer artículos de fondo, ya sea para entretenerse o cultu-
rizarse, que no sea a través de un periódico impreso?
En concreto, en Internet el lector va hacia la
noticia; en la prensa escrita, la noticia va hacia el
lector. Podemos entonces concluir que cada uno
ofrece una forma distinta de satisfacer el deseo de
estar informados.
Claro, lo negativo es que, con cada nuevo medio
que se inventa, la prensa escrita ve paulatinamente
mermado su tradicional ámbito de dominio. Lo po-
sitivo es que la prensa escrita continúa encontrando
sus espacios propios.
La credibilidad
Sin embargo, se da en la prensa escrita una pér-
dida de presencia aún más crítica que la ocasionada
por la radio, la televisión o Internet: la pérdida de
credibilidad. De acuerdo con el Pew Research Cen-
ter, la credibilidad de los diarios en Estados Unidos
ha decrecido 13 puntos porcentuales entre 1998 y el
2004. Y en América Latina puede ser aún mayor.
Lo más preocupante del tema es que la pérdida
de credibilidad en la prensa es un problema que
provendría, en muchos casos, de ella misma. Así las
cosas la solución deberá venir de dentro.
La prensa escrita seria, aquella que tiene como
misión orientar e informar y no propalar el escándalo
o el chisme tiene, por ejemplo, en los diarios popu-
lares informales un pérfido demoledor de su credi-
bilidad. Y es que las eventuales malas prácticas de
estos diarios informales trasuntan a toda la sociedad
que tiende, desapercibidamente, a englobar a toda la
prensa cuando la juzga.
No digo con esto que no deba existir una prensa
popular que atienda a un mercado que busca ese
tipo de producto, pero siempre y cuando no se ale-
je de los valores periodísticos. Por eso diferencio la
prensa popular formal, la que cumple con los están-
dares éticos, de la informal que no lo hace.
Durante una presentación de Arthur Sulzberger,
publisher de “The New York Times”, hace unas se-
manas en Seúl, refería que lo que más le impactó del
caso Jayson Blair, ex periodista del NYT, fue que,
cuando le preguntó a la familia afectada por qué no
denunciaron el hecho al diario cuando leyeron la
información fabricada por Blair, le contestaron que
era porque entendían que “esa era la forma como la
prensa informaba”. Y si eso se piensa de “The New
York Times”, ¡qué no se pensará de los demás!
Venta de ejemplares
¿Y, dentro de este complejo marco, cómo va la
circulación de los diarios en el mundo?
La encuesta de la World Association of Newspa-
pers (WAN), presentada en mayo último en Seúl, se-
ñala que en el 2004 la venta de diarios en el mundo
se incrementó en 2,1%. Los títulos publicados au-
mentaron en 4,6% durante los últimos cinco años.
Sin embargo, el resultado global debe ser analiza-
do con más detenimiento. Y es que la subida de las
cifras está, más que nada, generada por mercados
en expansión como, por ejemplo, China que creció
26,5% en los últimos cinco años; o la India que du-
rante el 2004 subió un 14% o Mongolia que lo hizo
en un 31%.
En Estados Unidos, durante el año pasado, la
venta de diarios matutinos se mantuvo, según la
WAN, prácticamente estable: -0,09%. Mantiene un
incremento de 0,25% en los últimos cinco años.
En América Latina, donde los datos deben de
asumirse solo como referenciales, pues en pocos
países hay sistemas de verificación, la tendencia de
la venta de ejemplares durante el 2004 habría sido a
la alza. No se ofrecieron cifras para el Caribe.
Para concluir, unas anécdotas proporcionadas
por la WAN: En Guinea Ecuatorial no hay impren-
tas tradicionales, los periódicos se fotocopian. En la
India se publican diarios en dieciocho idiomas dis-
tintos, algunos son hasta trilingües. En Mozambique
los diarios tienen solo cuatro páginas, incluyendo la
publicidad. ¿Por qué? Se distribuyen por fax.
La publicidad
En el campo de la publicidad en diarios, la WAN
mostró cifras esperanzadoras. Un aumento del 5,3%
en el 2004, el mayor en los últimos cinco años. En
Estados Unidos el incremento fue de 3,93%.
Tenemos entonces, como conclusión de esta pri-
mera parte de mi presentación, que el joven ’yupi’
presidente de la NBC no tenía razón. Los periódicos
podrán haber visto reducidos sus espacios propios,
se enfrentarán a cada vez más competidores, pero,
se los puedo asegurar, nos seguiremos defendiendo
como leones para mantener nuestra presencia. Por
ello, los periódicos continúan aquí y están para que-
darse... por lo menos por un muy buen tiempo más.
105

ACCIONES PARA MANTENER SU PRESENCIA
¿Qué deben, entonces, hacer los diarios de refe-
rencia para mantener su presencia? ¿Cómo servir a
la comunidad adecuadamente y continuar siendo
negocio? ¿Cómo mantener incólume su misión de
propugnar el buen gobierno?
Mantener una continua mejora del periódico.
Debemos de partir de la base de que los medios
que compiten con la prensa escrita tienen cualidades
específicas que los periódicos no pueden ofrecer: no
pueden alcanzar la inmediatez de la radio o mostrar
en vivo las imágenes del hecho noticioso. La prensa
escrita no suele ser tampoco gratuita, como Internet,
ni ofrecer todo un mundo, literalmente hablando, de
información. Sin embargo, tiene a su favor la perdu-
rabilidad del texto escrito y su más que centenaria
tradición de servicio a la comunidad y preocupación
por el buen gobierno. ¿Qué hacer entonces?
Aunque es indiscutible que los diarios han mejo-
rado sustancialmente --y de ahí que hayan manteni-
do su presencia--, creo que puede hacerse aún más
en esa dirección. Y es que, mientras, por un lado,
los canales de televisión y la radio han ido gastando
cada vez más en mejorar su calidad periodística, los
medios de prensa buscan, por lo general, lo contra-
rio: reducir los costos de sus salas de redacción.
En concreto: creo que solo mediante la mejora de
la calidad podrá la prensa escrita compensar sus li-
mitaciones frente a otros medios. Después de todo la
información es su ‘core business’.
En cuanto al formato –otro de los grandes temas
del momento-- se ha demostrado que, en términos
generales, los diarios compactos ofrecen una lectura
más amigable y tienen mayor acogida especialmente
entre los jóvenes y mujeres. Durante el 2004 com-
pactaron su formato 56 diarios en el mundo, casi el
doble de los que lo hicieron el año anterior.
Generar sinergia con los medios electrónicos.
Un viejo refrán dice: “Si no puedes con el ene-
migo, únete a él”. Acorde con ello, los periódicos
deberán recuperar en su edición electrónica a los
106
lectores que, eventualmente, puedan ir perdiendo
en la edición impresa.
Por ejemplo, el diario impreso debe usar la siner-
gia para ofrecer en el diario electrónico textos com-
plementarios a sus informaciones mientras que en
el servicio de celulares pueden irlos actualizando
minuto a minuto. Por su parte los blogs deberán ser
uno de los más grandes aliados para acercarnos a los
lectores.
3) Defender los principios democráticos
Entramos ahora a temas un tanto más políticos.
Menos llamativa pero igual o más crítica resulta la
necesidad de los medios de apoyar decididamente el
mantenimiento de los principios democráticos.
Esto, que en países desarrollados suena elemen-
tal, no lo es tanto en la prensa escrita de los países en
desarrollo. La desesperación para solucionar los pro-
blemas ciudadanos, muchos de ellos primarios, lleva
a las masas populares a priorizar el “cortoplacismo”
y los atajos democráticos y, en ese desvarío, arrastra
muchas veces a sus medios.
Un ejemplo que tengo cercano se dio con el auto-
golpe de Fujimori en 1992. Tuvo un apoyo de alrede-
dor de 80% de la población incluyendo a gran parte
de los medios. Algunos años después recién se hizo
patente que, con el autogolpe, se inició la autocracia
en el Perú —pues a raíz de él Vladimiro Montesinos
y los militares afianzaron su poder—.
Las necesidades primarias en países de Lati-
noamérica facilitan también la labor de políticos
demagogos y líderes sindicales especialmente de
izquierda. Bajo el disfraz de lemas estridentes, que
pretenden escandalizar, muchos líderes les venden
a sus seguidores mensajes antidemocráticos de fácil
consumo.
Frente a este facilismo político, defender la insti-
tucionalidad democrática no es siempre fácil ni po-
pular para los medios de comunicación.
Por ejemplo en “El Comercio” de Lima —y dis-
culpen que mencione ejemplos propios— hemos
asumido la difícil tarea de apoyar la continuidad
democrática y que el presidente Alejandro Toledo
complete sus cinco años de período de gobierno.
Sucede que Toledo cuenta con sólo un 10% de
aceptación popular. Si esto se complementa con el
mal ejemplo de las constantes defenestraciones de
mandatarios en Ecuador y Bolivia —vecinos nues-
tros— se comprenderá que la misión de mantener al
presidente Toledo ha sido complicada.
Y es que no siempre entienden los ciudadanos
que, cuando un medio de comunicación actúa para
defender principios, su actitud no implica que esté
tomando posición editorial a favor del gobierno. Lo
que está haciendo, como en este caso, es defender
editorialmente la gobernabilidad en el país por en-
cima de las consideraciones partidistas; lo hace para
mantener la estabilidad democrática y económica
del país, no para apoyar al gobierno de turno.
En otras palabras, en apoyo del buen gobierno y
el consecuente mejor nivel de vida, los medios de
comunicación deben asumir líneas editoriales que
orienten a los ciudadanos a mantener los principios
democráticos y no al facilismo de acomodarse a las
circunstancias. A la corta o a la larga la democracia
reportará los beneficios que todos ansiamos.
Apoyar al buen gobierno y la consecuente cali-
dad de vida del ciudadano.
Los periódicos solemos estar tan compenetrados
con la cobertura del cotidiano quehacer político y
económico, que no siempre le damos la debida prio-
ridad a algo que es fundamental para nuestros lecto-
res: apoyar al mejoramiento de su nivel de vida.
Entiendo esa misión desde dos niveles. La prime-
ra es básica y los periódicos suelen atenderla. Por
ejemplo, brindarle al lector información que le de-
pare alegrías y satisfacciones (dónde ir a divertirse el
fin de semana o a dónde viajar en vacaciones).
El segundo nivel es más complejo. Se centra, por
un lado, en la necesidad de apoyar a las autoridades
en el logro de un buen gobierno que eleve el nivel
de vida de los ciudadanos. Por el otro lado, la prensa
debe orientar a los ciudadanos en su labor de exigir
efectividad al gobierno.
Una vez más, no debe confundirse este concepto
con el de apoyar políticamente al gobierno de turno.
Nada de eso. Se trata de orientar editorialmente a las
autoridades con ideas, aportes de terceros o críticas
para que puedan servir mejor a su comunidad. Por
ejemplo, promover en sus páginas un esclarecedor
y plural debate sobre una futura ley; o criticar, con
fundamentos y nuevos aportes, los errores en la con-
ducción económica del país o, claro está, analizar
la proyección de las relaciones exteriores del país y
aplaudirla o criticarla.
Denunciar hechos corruptos
En muchos casos la misión de defender la de-
mocracia o el buen gobierno nos lleva a la necesi-
dad de criticar acciones negativas o denunciar las
delictivas.
En América Latina, y algo también en el Caribe,
esta misión fiscalizadora de la prensa escrita se torna
prioritaria para la sociedad, pues a falta de institu-
ciones sólidas, es la prensa escrita la que, en muchos
casos, debe reemplazarlas.
Sin embargo, el periodismo de investigación es
complejo. Debe contar, por un lado, con un alto gra-
do de rigor y, por el otro, no arrogarse la calidad de
juez. Debe estar también dispuesto, por un lado, a
enfrentar valientemente a poderes de todo tipo: po-
líticos, económicos y hasta mafiosos, y por el otro, a
reconocer errores y rectificarse adecuadamente.
Practicar el periodismo pro activo
Así como la prensa escrita debe denunciar irre-
gularidades, debe también practicar un periodismo
pro activo. Ese periodismo que busca solucionar los
problemas y no crearlos, aquel que, en concreto, pro-
cura el mejor nivel de vida de sus ciudadanos.
El periodismo pro activo debe ser transparente y
justo, basado en una estructura ética sólida que con-
temple elementos como:
Pluralidad: ese abrir las páginas del medio a todas
las posiciones y tendencias sobre el punto en debate
es a veces difícil de manejar, puesto que suele haber
lectores que se desconciertan ante la publicación de
107
puntos de vista distintos a la línea tradicional de su
medio.
Veracidad: tema complejo pues parte del he-
cho de que la verdad es subjetiva –suele haber ‘mi
verdad’ y la de mi contrincante-. Por ello, lo que la
doctrina periodística suele exigir es que se publique
solo lo que el periodista tiene la convicción de que
es cierto. La convicción termina siendo entonces el
eje del tema.
Por su parte, la convicción se basa en la intros-
pección del periodista, quien deberá sustentarla en
sus propios principios éticos.
Para mí, por más complejo, subjetivo y polémico
que sea el tema, es uno de los cimientos del perio-
dismo pro activo.
Equidad: guardar la mesura en la crítica y en el
aplauso. Pasa también por el respeto al derecho de
rectificación: la obligación de aclarar cuando alguna
información publicada contenga error. Y también de
la réplica, tema más complejo pues no se trata ya de
hechos inexactos sino de rectificar una opinión pu-
blicada por el diario. Por ello, legalmente suele no
existir la obligación de publicar réplicas.
Sin embargo, al amparo del principio de equidad,
el editor puede voluntariamente contemplar la pu-
blicación de la réplica si, a su juicio, esto aportará
a que el lector tenga un mejor discernimiento sobre
el tema.
Independencia: el medio de comunicación debe
ser ajeno a todo otro interés que no sea el de sus lec-
tores. Así planteada, la independencia implica tener
la obligación de no dejarse influir por los distintos
poderes: ya sean políticos, económicos, religiosos,
mafiosos, etc.
Por ello suelo sustentar que la prensa debe tam-
bién entenderse como un poder. Y es que de lo con-
trario nunca podría enfrentar a otro. Ahora bien, debe
entenderse el concepto de poder en el buen sentido
de la palabra. Como el poder que tiene, por ejemplo,
un juez probo para sentenciar con justicia.
El concepto de independencia incluye también el
ser independiente de sí mismo. Es decir, antes de
108
escribir, el periodista debe de dejar de lado las pa-
siones, los afectos y simpatías, los odios y, claro está,
los intereses personales.
Esta estructura ética sólida se complementa con
la aplicación de la regla de oro de Jack Fuller: “Trata
a tu entrevistado de la misma manera que quisieras
que te traten a ti”.
Importancia de mantener los principios éticos.
Tengo ya cuarenta años en la profesión y cada año
me convenzo más de la importancia de los valores
periodísticos para lograr la fortaleza de los medios.
Esta es también una prioritaria preocupación de la
SIP.
Y es que los principios éticos son el cimiento so-
bre el que se construye toda la teoría de la libertad
de prensa.
Veamos, la libertad de prensa se sustenta, entre
otros principios, en que el periodista se autorregula
y que es su audiencia quien lo controla. Así, las nor-
mas éticas regulan al diario y, cuando no las cumple,
su audiencia lo castiga alejándose de él.
Claro, muchos dirán: “Bueno, eso no funciona tan
así”. A ellos les pido que recuerden lo que sucedió en
el Perú: los videos de Vladimiro Montesinos hicieron
públicos los momentos en que diferentes dueños de
medios recibían rumas de dinero a cambio de ven-
derse al gobierno. La sanción pública fue inmediata.
Los canales de televisión implicados prácticamente
quebraron, pues se alejó la audiencia y con ella la
publicidad. El otrora segundo diario de Lima bajó
sus ventas a menos de diez mil ejemplares. Hoy, casi
toda la prensa financiada por Montesinos ha cerrado.
En concreto: con sus más y sus menos, el sistema sí
funciona.
Como vemos, el cumplimiento de los valores pe-
riodísticos no es solo una obligación ética para los
medios, es parte de los requisitos para lograr su só-
lido y perdurable éxito financiero. La ética genera
credibilidad y esta atrae a lectores, los que a su vez
incrementan la venta de ejemplares y ello permite
captar publicidad lo que produce rentabilidad, que
permite contar con buenos periodistas, que a su vez,
generan credibilidad y así se da el ciclo virtuoso del
buen periodismos.
Pero, para la prensa escrita, el cumplimiento de
los principios éticos resulta una carga aún más pe-
sada que para los demás medios. Creo que la co-
munidad le otorga a los periódicos, especialmente a
los de referencia, un nivel de responsabilidad social
mayor que a los otros medios. Les exige más rigor,
más calidad.
Quizá la razón se encuentre en que, la prensa es-
crita es asumida como exclusivamente informativa
mientras que la televisión se concibe más como me-
dio de entretenimiento que de información.
Otra consideración importante es que la respon-
sabilidad de lo que queda escrito es evidentemente
mayor que la de lo efímero –como la imagen y el
sonido-.
Por ello, la prensa escrita es más severamente vi-
gilada por los ciudadanos. Una prueba de ello es la
cantidad de cartas que llegan a los medios escritos
en las que se critica su actuación.
Conferencia hemisférica
Sustentado en este tipo de reflexiones es que du-
rante mi gestión como presidente de la SIP he apo-
yado la preparación de una Conferencia Hemisférica
sobre valores periodísticos por realizarse el próximo
año. Su gestor es Jack Fuller, ex presidente de la SIP
y de la Tribune Publishing Company en Chicago.
Partimos del hecho de que es esencial enmarcar
los criterios que los periódicos deban tener presen-
tes para servir adecuadamente a la comunidad y
propugnar el buen gobierno.
Creemos que ha llegado el momento de consi-
derar el contar con un documento tipo Credo que
nos oriente hacia las exigencias deontológicas que
demanda la calidad de los diarios en el siglo XXI.
Máxime si vemos en el incremento de calidad una
de las principales herramientas para ganar presen-
cia frente a los medios electrónicos.
Nos impele también --como decíamos al princi-
pio de esta presentación-- el ser conscientes de que
el problema de credibilidad debe ser abordado por
la propia prensa.
¿Los temas por plantearse en la Conferencia He-
misférica aún no están fijados, pero desde ya hay
muchos sobre el tapete. Por ejemplo:
Los periodistas pueden llegar a ejercer un poder
inmenso, que debe estar aparejado con la responsa-
bilidad de usarlo sabiamente. Igualmente, el perio-
dista que denuncia una acción corrupta debe tener
la autoridad moral para sustentarla.
En cuanto a las empresas es fundamental, por
ejemplo, que exista una política interna que garanti-
ce una real autonomía a los directores de los diarios
y sus salas de redacción. Y es que los medios deben
de ser editorialmente independientes incluso de los
intereses empresariales de sus propios grupos.
Parto del principio de que el director se debe a
sus lectores mientras que el gerente general atiende
los intereses de los accionistas. En todo caso el apor-
te del director a favor de la gestión comercial es el de
proporcionar buenos y suficientes lectores.
Ahora bien, el director deberá ejercer esa autono-
mía dentro del marco de los principios rectores que
el diario tenga instituidos –ya sea a través de libros
de estilo, estatutos editoriales, etc.–. Deberá también
ajustarse a los procedimientos administrativos gene-
rales para toda la empresa y cumplir las obligaciones
y metas afines a su cargo.
De no ser así, el directorio, que nombró al direc-
tor, puede evidentemente destituirlo.
Concentraciones y monopolios
Hace unas semanas, en Santiago de Chile, duran-
te un foro legislativo de la SIP, un miembro del Parla-
mento se alarmaba con la tendencia hacia la concen-
tración de medios. Le respondimos que, primero, la
SIP está en contra de los monopolios; segundo, que
la consolidación se da globalmente en las más diver-
sas ramas de la economía: la banca, los supermerca-
dos, las cervezas. Y, tercero, que más importante que
legislar sobre la concentración de medios es, como
109
decíamos antes, que los diarios sean editorialmente
autónomos.
De practicarse la autonomía, los medios del mis-
mo grupo no actuarán de manera concertada, por lo
que cada uno mantendrá su propio punto de vista.
Es decir, no se perderá el pluralismo informativo que
es lo que la sociedad requiere.
Ahora bien, no es fácil otorgar autonomía, pero
hay también una razón económica para hacerlo. Y es
que la autonomía editorial aboga, como ningún otro
factor, a favor de la rentabilidad de las empresas. Ya
lo hemos dicho: la independencia editorial es funda-
mental para lograr la credibilidad, y esta es, a su vez,
la llave del éxito comercial.
Periodismo fin y periodismo medio
La reflexión anterior tiene mucho que ver con los
motivos para crear un medio, tema que desarrolla la
teoría del periodismo fin y el periodismo medio.
La teoría señala que hay dos motivos para crear
un medio de comunicaciones: la primera, el perio-
dismo fin, es la tradicional: se crea el periódico con
el fin de servir a la comunidad. Busca también, claro
está, generar utilidades, las que a su vez, permiten
que el medio, libre de tensiones financieras, actúe
con independencia.
La segunda motivación para fundar un diario se
vincula con el periodismo medio: se crea el diario
como medio para servir intereses de los inversionis-
tas. En otras palabras, la rentabilidad no será segu-
ramente fiduciaria. Podrá ser, por ejemplo: mayor
poder político o congregar más fieles en su iglesia,
generar más rentabilidad en las otras empresas del
mismo grupo o, en el caso de las mafias, presionar a
quienes los tratan de desaparecer.
110
Sin embargo, estos medios de comunicación no
son necesariamente ilegítimos, éticamente hablan-
do. Y es que un diario puede defender, con toda ho-
nestidad, doctrinas religiosas o ideologías políticas.
Pero sí constituye una agresión a los principios de
un periodismo legítimo cuando se le ocultan al lec-
tor las verdaderas intenciones de la publicación.
Temas como estos serán posiblemente debatidos
en la reunión hemisférica. No se buscará crear un
código de conducta o de ética --con los cuales la SIP
no comulga, pues no comparte ninguna imposición
sobre los medios y sus periodistas ni siquiera la de
la misma SIP--. Sin embargo sí se buscará expresar
un conjunto de aspiraciones que podrán servir de
inspiración para todos los periódicos y periodistas
del hemisferio.
Señores:
La SIP es reconocida en el hemisferio por su lu-
cha por defender la libertad de prensa, que tiene que
ver especialmente con el derecho de los ciudadanos
a recibir información y de la prensa a proporcionar-
la. Hoy he querido mostrar esta otra cara, aquella
que mira hacia adentro, y que tiene que ver con los
deberes de los periodistas y sus medios.
A la vez que agradezco la invitación a este
joven pero ya prestigiado forum, hago votos, se-
ñores embajadores, para que cada uno de uste-
des, en sus respectivos países, apoye la labor que
hace la SIP en pro de la libertad de prensa en el
continente, aquella libertad que cobija a todas las
demás libertades.
El debate
PANEL DE LA SEXTA CONFERENCIA
“PERIODISMO Y GOBERNABILIDAD EN AMÉRICA
LATINA Y EL CARIBE”
Washington DC - 28 de junio de 2005
Moderador
Muy buenas tardes. Soy Eduado Bertoni y es un ho-
nor para mí como relator especial para la libertad de
expresión en la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, moderar este panel que tiene como princi-
pal función en la tarde de hoy comentar los importan-
tes puntos que trató el señor Alejandro Miró Quesada
Cisneros, presidente de la Sociedad Interamericana de
Prensa.
Como muchos de ustedes conocen, para la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos la libertad de ex-
presión es uno de los temas importantes, así que ya desde
hace varios años se constituyó la relatoría para la libertad
de expresión, que bueno es aclarar que engloba y es algo
más que la libertad de prensa que es el tema puntual que
nos está tocando en la tarde de hoy. Sin embargo, a nadie
se le escapa la importancia que tiene la prensa en la con-
solidación de la democracia puesto que esto es de lo que
ha hablado el presidente de la Sociedad Interamericana
de Prensa hoy, y que este distinguido panel va a debatir
por supuesto con los comentarios de preguntas de todos
ustedes.
Nos acompañan esta tarde prestigiosos periodistas y
académicos. El señor Paulo Sotero es corresponsal del
diario el Estado de São Paulo. Tiene una amplia trayec-
toria en el periodismo, pues se ha desempeñado como
periodista de la revista “Veja”, “Histoé”, “Gaceta Mer-
111
cantil”, y en el “Diario O Estado”. Tiene asimismo una
trayectoria académica importante, pues posee un MB
en periodismo y relaciones públicas por la American
University. También ha sido premiado por la escuela de
periodismo de Columbia con el María Moors. Seguirá
después de su presentación otro distinguido periodista,
Jack Fuller. Fue presidente de la Sociedad Interame-
ricana de Prensa y tiene una amplísima trayectoria en el
periodismo. Ex presidente de la compañía Tribune Pu-
blishing, empezó en esta empresa desde los cargos más
sencillos, como el de mensajero, y llegó ocupar los más
importantes dentro de la sección de periodismo y de la
propia compañía. Ganó en el año 1986 el premio Pulitzer,
y también fue en el “Chicago Tribune” director y editor y
principal ejecutivo del mencionado diario. Tenemos a si
mismo al señor Hugo Guerra Arteaga quien estudió de-
recho y ciencias políticas en la Universidad Católica del
Perú y periodismo en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos. Efectuó también estudios de post grado. Ac-
tualmente el señor Guerra es profesor en la maestría de
la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de San
Martín de Porres. También se desempeñó en la Sociedad
Interamericana de Prensa, fue sub director del diario “El
Comercio” de Lima y hoy es asesor legal del Consejo de
la Prensa Peruana. El señor Peter Eisner es vice director
de asuntos internacionales del “Washington Post”. Tiene
una amplia trayectoria como periodista y corresponsal
de distintos medios, inclusive en la Associated Press, en
distintos países de América Latina. Ha sido galardona-
do por uno de los premios de la SIP en el año 1999 por
sus reportes sobre el tráfico de drogas. Recientemente ha
publicado, entre otros libros, uno de no ficción que rela-
ta historias de grupos de resistentes durante la Segunda
Guerra Mundial que, en territorios ocupados por los na-
zis, salvaron a paracaidistas.
Tiene la palabra el señor Paulo Sotero.
Paulo Sotero
Me gustaría empezar comentando algo que encuentro
muy importante en la presentación del señor Miró Que-
sada. El aspecto de la importancia de la autorregulación
en el periodismo. Y particularmente de las idea que uno
112
no debería tener que tener un diploma particular, un en-
trenamiento particular, para ejercer lo que nosotros lla-
mamos periodismo. Este no es una profesión, esto es un
oficio, esto es una función. Cualquier ciudadano debería
poder ser periodista. No reclamamos una reserva de mer-
cado en lo que hacemos. En mi país, infortunadamente,
al final de la dictadura militar, en un acuerdo de conve-
niencia entre el sindicato de periodistas y los militares,
adoptamos una ley que requiere que, para convertirse en
periodista, uno debe ir a la escuela de periodismo. No
tengo nada contra las escuelas de periodismo, yo en rea-
lidad enseño periodismo. Estoy absolutamente contra el
requerimiento de que usted tiene que ir a la escuela de
periodismo. De hecho sabemos que perdemos mucho por
este requerimiento, nuestras escuelas han sido intelec-
tualmente empobrecidas debido a ello. Nuestras seccio-
nes de ciencias no tienen científicos, porque tenemos que
tener periodistas allí, cuando para escribir sobre biología
es mejor que sepa de qué está escribiendo, y debe haber
estudiado eso. Ser un periodista es una condición. Ser
periodista es un tipo de condición con el que uno nace.
Puede ser desarrollado, pero algunos nosotros hacemos
con eso, se sabe, alguna gente lo compara con una en-
fermedad, a usted tiene que gustarle, es un talento par-
ticular que alguna gente tiene. Pero nuestra experiencia
Brasil es una clara indicación de que uno no debe tener
una regulación en esta profesión de esa manera. O de
ninguna otra manera en realidad, porque ésta no es una
profesión, es un oficio.
En segundo lugar, siempre encuentro muy interesante
cuando escucho todos los consejos y leo obras sobre pe-
riodismo, sobre las funciones del periodismo en educar,
en orientar, en todo eso. Encuentro todo eso presuntuoso,
he estado en el periodismo por treinta y siete años, yo no
oriento a nada, no educo a una sola persona en la tierra.
Yo informo. Esa es mi única obligación, esa es mi única
responsabilidad. Yo obviamente opero desde el supues-
to de que tengo que vivir en una sociedad democrática.
Pienso que el periodismo no funciona sin eso, en una so-
ciedad libre, al que realidad en Brasil tenemos una tradi-
ción muy orgullosa del periodismo luchando contra una
brutal dictadura militar y luchando para derribar, para
terminar ese régimen. Tenemos mártires en periodismo
en Brasil, particularmente uno, Vladimir Herzog, quien
fue torturado hasta morir en 1975 en Sao Paulo, y fue
en realidad la noticia de su muerte lo que precipitó la
presión que llevó a los militares a empezar a volver a sus
cuarteles. Tenemos una tradición, somos agresivos, tene-
mos una prensa decentemente desarrollada, desarrollada
particularmente en Sao Paulo y Río. No tanto en el in-
terior del país. En el interior del país de periodismo en
Brasil aún está sujeto a amenazas, de tiempo en tiempo
tengo que ir aquí al memorial en el foro de la libertad en
Washington, donde tenemos un memorial para los perio-
distas que murieron en la línea del deber, y en los últi-
mos tres años ha habido diez periodistas brasileños cuyos
hombres han sido añadido allí, porque fueron muertos en
el proceso, porque era periodistas. Ahora, todas las teo-
rías sobre el deber de la prensa, lo que deberíamos ha-
cer, lo que no deberíamos hacer, todos los aspectos éticos
en Brasil, han sido muy simplificados, particularmente
ahora en este momento en que vivimos. Por razones que
no tienen nada que ver con nada que el reportero hizo.
No es el resultado de ningún periodismo investigador por
parte de ninguno de ellos, estamos envueltos en Brasil
en importantes escándalos de corrupción. Según los ciu-
dadanos, y estoy consciente de que yo también soy un
ciudadano primero, está preocupado por las acusaciones,
tengo nada respecto por el presidente, no sólo porque él
fue debida y libremente elegido por el pueblo de Brasil,
sino porque el presidente representa el cambio en Brasil.
Pero el hecho es la prensa en Brasil tiene ahora la des-
agradable tarea de investigar. No somos los principales
investigadores, tenemos instituciones del gobierno, en el
congreso, ejecutivo, la policía federal, el fiscal, que está
investigando todas las acusaciones de la prensa. Es im-
portante que aclaremos las cosas, y, ustedes saben, las
consecuencias de la historia. Hay gente que pregunta
¿eso no es difícil, no es vergonzoso para su país? Yo digo
para nada. No conozco un solo país en la tierra que esté
por encima de esa clase de cosas ni que enfrente este tipo
de acusaciones. Yo personalmente he visto ciudadanos
que creen que no podemos enfrentar esto, que no pode-
mos producir buen periodismo, y que no podemos seguir
adelante. Yo realidad creo que las instituciones demo-
cráticas brasileñas pueden ganar en el proceso, pero ése
no es el objetivo principal del periodismo, y quiero dejar
eso muy en claro. Mi objetivo principal como periodista
es, en la mejor mi capacidad, informar a la gente. Hay
otras instituciones en la sociedad que son responsables,
que tienen la responsabilidad de educar, orientar, y hacer
todo eso. Finalmente, una cosa muy importante. El perio-
dismo en Brasil actualmente enfrenta la amenaza para la
cual estamos preparados, hemos enfrentado esta clase de
cosa antes. Tuvimos que impugnar al presidente de Bra-
sil hace unos años, y eso fue una experiencia dolorosa.
Pero tomamos esta clara noción sobre con quién estamos
tratando. Desafortunadamente, desde el mismo inicio del
actual gobierno en Brasil, hubo un esfuerzo, hubo una
propuesta, para crear en Brasil algo llamado un comité
federal para periodismo, para orientar y disciplinar a la
prensa. Nos tomó una tarde, le tomó a la prensa una tar-
de, destruir la idea. No habrá comité asesor federal para
nada en Brasil relacionado con el periodismo, en lo que
concierne a los profesionales del periodismo en Brasil,
porque no permitiremos que ello ocurra.
Moderador
Muchas gracias señor Paulo Sotero. En verdad quiero
confesar que cuando asumí ser moderador de este dis-
tinguido panel sabía que me enfrentaba al hecho de que
como relator para la libertad de expresión iba a tener que
ejercer la censura para que los panelistas pudieron se-
guir hablando. Les pido desde ya disculpas por limitarlos
en el tiempo, pero el señor Sotero hablaba recién que su
actividad, de sus funciones de informador. Señor Jack
Fuller, usted ha sido citado antes sobre su libro relacio-
nado con valores periodísticos. El señor Alejandro Miró
Quesada ha hablado de sus actividades en promoción de
estos valores periodísticos. ¿Cómo es esto de la obliga-
ción de informar con valores periodísticos?
Jack Fuller
Yo estoy de acuerdo completamente con lo que el señor
Alejandro Miró Quesada dijo en su discurso. Para hacer
apropiadamente el trabajo del periodismo, para hacer el
113
trabajo de informar apropiadamente al público, uno tiene
que pensar desde el inicio qué clase de estándares y valo-
res usted usa al hacer ese trabajo. Y eso es importante no
sólo debido a la credibilidad, sino porque permite a usted
y a sus colegas periodistas saber lo que están haciendo, y
cuáles son sus expectativas.
Lo que estábamos haciendo en la Sociedad Interame-
ricana de Prensa es prepararnos para una conferencia
hemisférica acerca de estándares periodísticos y princi-
pios éticos. No ha sido hecho antes, quiero decir que es
importante, es muy difícil, es para algunos de nosotros
los periodistas peligroso de hacer. Todos y cada uno de
estos puntos son importantes, por la razón que hemos vis-
to, saber lo que está tratando de lograr antes de poder
lograrlo. El pensar cuál es el propósito del periodismo,
qué tipo de estándares y prácticas debe uno tener para
lograr ese propósito, es una parte central del trabajo de
ser periodistas.
Es difícil dar una articulación de nuestros propósitos
y nuestros valores y estándares éticos, aún dentro de una
sola organización. Y la razón es la misma razón por la
cual es difícil dar dichos valores éticos y morales en for-
ma simple en cualquier otra parte de la vida. Las situa-
ciones que uno encuentra son enormemente variadas, las
simples declaraciones de valor con frecuencia no pueden
tratar con las complejidades del mundo en el cual éstas
supuestamente se deben aplicar. Mucho más difícil es
tratar de articular algunos de nuestros valores a través de
un hemisferio entero. Un hemisferio con diferentes cul-
turas, con países con historias muy diferentes, sistemas
legales diferentes, diferentes sistemas políticos, diferen-
tes etapas de sus vidas y expectativas tremendamente
diferentes por parte de los lectores, por parte del público
acerca de lo que deben ser los periodistas.
La razón para que este procedimiento sea algo peligro-
so de conversar y de al menos concluir nuestra conver-
sación con algo por escrito y articulado, es que la gente
teme que los gobiernos tomen lo que sea que digamos,
nuestros estándares, y los conviertan en estándares de ley
civil, estándares de ley penal, y los usan contra nosotros.
Empezamos con la proposición de que la regulación de la
prensa debe ser hecha por la prensa, no por el gobierno,
114
pero la teoría está allí. Hemos hallado en muchos casos
que cualquier cosa que decimos acerca de cómo debemos
comportarnos repentinamente se convierte en un están-
dar obligatorio para los jueces de uno u otro país.
Así que mirando la historia de la Sociedad Interame-
ricana de Prensa, notamos que hace algún tiempo hubo
los inicios de una discusión similar dentro de la SIP, y en
ese tiempo el periodismo, uno de los países en Latino-
américa, hizo una declaración de principios y valores y
de hecho el gobierno rápidamente la convirtió en ley y la
utilizó para reprimir a la prensa, así que no está exento de
problemas y peligros. Lo más importante de todo esto, es
que la conversación que ocurra entre periodistas y otros
debe ser sustancial y seria y muy profunda.
Moderadora
Me parece importante ahora escuchar la experiencia
de quien, además de haber trabajado como periodista,
es también profesor de postgrado en una facultad de co-
municaciones y en el marco de la convocatoria sobre el
periodismo y gobernabilidad democrática. Cómo estos
valores de los que habla el señor Fuller -importancia del
periodismo, el poder informar, la importancia de trans-
mitirlo a los que ya no son periodistas todavía sino que
están estudiando periodismo -sin perjuicio de que por
supuesto comparto las manifestaciones del señor Paulo
Sotero sobre la obligatoriedad de tener una licencia para
ejercer periodismo, obligatoriedad que ya fue negada en
nuestro sistema interamericano por la Corte. Señor Hugo
Guerra Arteaga, ¿cómo se puede trabajar en las salas de
redacción?
Hugo Guerra Arteaga
En realidad, voy a ir a ese punto. Pero al ir estructu-
rando los comentarios a la ponencia del señor Miró Que-
sada, he ido recogiendo los aportes de los otros miembros
del panel y lo he meditado en dos partes: Tres que me
parecen alentadores, y alrededor de cinco que me siguen
preocupando, a propósito de la presentación estupenda
del señor Miró Quesada. El punto alentador es que me
alegra que el presidente de la Sociedad Interamericana
de Prensa haya venido hoy día a hacer algo diferente a lo
habitual, es decir, a tratar de los deberes i no solamente
acerca de los derechos de la prensa.
Yo creo que es importante hacer, si se quiere, una con-
fesión de parte tras haber estado veintisiete años vincula-
do al ejercicio periodístico. Los periodistas, tenemos que
decirlo puntualmente, no son, ni deben autoconsiderarse,
como una casta, como seres especiales dentro de la so-
ciedad. Desgraciadamente, en muchos países de América
Latina, en particular los periodistas se consideran into-
cables. Mientras ese criterio, esa mala autopercepción,
viciosa y deforme, persista, tendremos graves problemas.
Dentro de lo mismo, tenemos que decir, que los periodis-
tas son ciudadanos no sólo en condiciones de igualdad,
sino que también tienen deberes sociales que no siempre
asumen. Y esa es parte de la crisis de la prensa, y es parte
de la crisis de la gobernabilidad democrática en nuestros
países. En la medida en que se use el ejercicio del pe-
riodismo con fines estrictamente comerciales, o incluso
partidarios, se terminará reformando el derecho básico
de la información de los ciudadanos. Y además, parte
de la crisis está el hecho de que muchos periodistas se
convierten en brokers de intereses políticos. Se conside-
ran los mediadores de la polémica, el debate social, del
debate ideológico, del debate de las ideas que debe ser
totalmente transparente. Esto con la independencia que
cada quien pueda tener de su postura editorial definida.
Pero cuando se esconde bajo una aparente objetividad,
y se manipula el interés político a través de información
sesgada, es grave. La segunda parte que me parece alen-
tadora de la presentación del señor Miró Quesada, es que
se haya abordado la relación con los políticos. Habitual-
mente la sociedad reconoce de inmediato que existe un
poder político. Pero cuando a los propios periodistas se les
dice que tienen poder, los periodistas, muchos timoratos,
suelen decir “no, yo no tengo poder”. Y es mentira. Los
periodistas, los medios de comunicación, son un poder
en sí mismos. Tienen un enorme poder. Efectivamente,
lo necesitan para contrarrestar la influencia de políticos,
de empresas, de ciertos segmentos, incluso la influencia
de la corrupción. Pero ¿qué hay del ejercicio honesto de
ese poder de los periodistas para construir una sociedad
mejor? Quienes hemos pasado por una sala de redacción
sabemos que nada de lo que es bueno es buena noticia.
El escándalo vende. Pero, hasta qué punto realmente nos
comprometemos, o se comprometen los periodistas en el
ejercicio, a contribuir a un mundo, a una sociedad mejor,
y a dar una visión no solamente negativa de lo que pasa,
incluso en la política, sino elementalmente equilibrada.
El tercer punto que parece alentador es que una vez
más -y esto está dentro del rol clásico, y en buena hora
que así sea, de la SIP- se aborde la preocupación por la
libertad. Definitivamente en nuestro continente no so-
lamente se reconoce la libertad de los textos, sino que
la conciencia creciente de los ciudadanos de defenderla.
Pero, grandes segmentos políticos siempre están ame-
nazando, incluso denominados democráticos, con leyes,
con medidas, que restrinjan la libertad de periodistas,
que restrinjan la libertad de medios de comunicación. No
olvidemos que todos los años siguen muriendo más perio-
distas que generales en las guerras militares.
En cuanto a los temas que me parecen preocupan-
tes más allá de la presentación. Efectivamente, hay una
crisis en el enfoque formativo de los periodistas a nivel
universitario. Yo estoy totalmente de acuerdo con que no
sea exigible un título para el ejercicio de la prensa. Me
ha parecido muy simpática la discusión del señor Sotero
cuando habla, por ejemplo, de los científicos. Pero, y ade-
más, como ya ha sido dicho, en la Corte Interamericana
ya hubo una resolución que no permite la exigencia de
un título para el ejercicio. Sin embargo, ya que es una
tendencia general en nuestro continente desde Canadá
y los Estados Unidos hasta Chile de que existan facul-
tades precisas de la comunicación, quiero compartir con
ustedes la preocupación que hemos advertido también
dentro de la Universidad de San Martín de Porres con
respecto a que la formación que ahora se da en promedio
es no solamente pobre, sino que es deplorable. La ma-
yor parte de escuelas de comunicación y universidades
arrojan al final de cinco años a un grupo más de técnicos
y operadores de equipos que de científicos de la comuni-
cación o de verdaderos profesionales. Se preocupan más
de la formación de la forma que tiene el contenido de la
formación profesional de los futuros comunicadores. Los
cursos de humanidades por ejemplo, casi no existen. Los
115
cursos de economía, de derecho, para darle al periodista
que va a informar sobre la realidad, casi no existen. Y
por supuesto, casi es inexistente también la reflexión y la
formación de un nivel crítico. De modo que alguna vez lo
he dicho en mis columnas de prensa, muchos periodistas,
con licenciatura o sin licenciatura, no son más que monos
con metralleta.
La segunda preocupación es la crisis y la ausencia de
compromiso con la sociedad de parte de los medios de co-
municación, por supuesto, no de todos. Hoy está de moda
en el mundo entero la famosa responsabilidad social de
las empresas. Pero, ¿qué compromiso social exhiben los
medios de comunicación? ¿Dónde está su declaración
ante la crisis de las instituciones políticas, religiosas,
militares, judiciales en nuestros países? Los periodistas,
los medios de comunicación, se han convertido en jueces
sociales. No estaban llamados a ser eso, pero ejercen este
tipo de magistratura, o de judicatura social, a través de
la vindicta pública. A cualquier magistrado sin embargo,
de una carrera judicial, se le exige compromiso, transpa-
rencia, un juramento y su exhibición de principios. ¿Qué
se le exige a un periodista? ¿Qué se le exige a un medio
de comunicación para meterse nada menos que en nues-
tra vida cotidiana, debajo de la puerta, o al simple toque
de un botón en un televisor o una radio? Cuando hice la
maestría en comunicaciones en Alemania, me llamó mu-
cho la atención que todos los medios tienen un estatuto,
libremente asumido, no por imposición estatal, un estatu-
to que permite que los periodistas sepan hacia dónde va
el medio y también que permiten que el público lo sepa.
Y por último, quiero decir que me sigue preocupando,
la crisis de los políticos. Porque si la prensa hoy está dis-
torsionada, es porque también la así llamada clase política
es cómplice del sensacionalismo, del escándalo cotidiano,
y es cómplice en el socavar las bases de la democracia.
Moderador
Gracias señor Hugo Guerra. Para terminar, Peter Eis-
ner. Una de las cuestiones que señalaba el señor Guerra
es que en algunos sitios los periodistas se consideran in-
tocables. Como decía en su presentación, usted ha tenido
experiencia no sólo en el “Washington Post” sino tam-
116
bién como corresponsal en varios países en las Américas.
¿Qué reflexiones podemos hacer sobre esto?, sobre todo
apuntando al ejercicio de la libertad de prensa para la
gobernabilidad y la democracia.
Peter Eisner
Creo que puedo responder en el curso de algunos co-
mentarios a lo que se ha escrito, que trata directamente
con la pregunta de ser intocable y de ser responsable por
daños de varios tipos, físicos y de otro modo. Quiero ex-
plicar esto en términos de haber sido un corresponsal en
Latinoamérica, quien con frecuencia es humillado por la
valentía de los reporteros locales en estos países, quienes
permanecen en sus escritorios a pesar de las amenazas,
con frecuencia amenazas físicas, y a veces vi gente reti-
rando los escombros después de un ataque con bombas
y trabajar en su siguiente historia. Cuando eso ocurre,
quisiera poder traer a mis colegas de los Estados Uni-
dos conmigo para ser testigos del valor de los periodis-
tas en situaciones de peligro. Cuando somos testigos de
este valor alrededor del mundo, debe ser practicado fre-
cuentemente, sin importar adónde vayamos. Cuando las
amenazas son de muerte inminente, la demanda es aún
fuerte. Los periodistas deben resistir las demandas de
autocensura y rechazarlas, las presiones de juicios absur-
dos y caros, debemos continuar nuestro trabajo frente a
campañas políticas que atacan el mensaje y al mensajero,
cuando intentan manipular la realidad. Valor y responsa-
bilidad también son requeridos cuando las amenazas son
arregladas. En los medios tenemos una llamada especí-
fica. Algunos lectores iluminados en este país hace más
de doscientos años reconocieron la verdad básica de que
el pueblo necesita representantes que puedan monitorear
las decisiones hechas por sus líderes, aún se son elegidos
democráticamente. Se espera que los periodistas respon-
dan a los ciudadanos. La respondan esta pregunta por
ellos. ¿Está el gobierno actuando en el interés público? y
esa es una responsabilidad básica que tenemos. Cuando
los periodistas son censurados, encarcelados, o muertos,
el sistema se descompone. Jacobo Timmerman en Argen-
tina hace más de veinte años desafío y criticó al gobierno
local. Por sus denuncias fue encarcelado porque los líde-
res de Argentina temían a la verdad. Guillermo Cano de
“El Espectador”, de Colombia, fue asesinado por narco-
traficantes hace veinte años. Los narcotraficantes temían
a Cano y a su periódico porque no podían ser controlados.
La verdad es peligrosa. Los líderes políticos, ya sea autó-
cratas o demócratas o republicanos, raramente disfrutan
la presión de una prensa sin limitaciones. Con la tecnolo-
gía moderna ellos encontraron nuevas e innovadoras for-
mas de desviar la verdadera información. Ellos trataron
de torcer las noticias, y emplear algo que se conoce como
manipulación mediática, en este país, manipular las no-
ticias. A veces también es llamado hot-wiring, los gobier-
nos pueden utilizar nacionalismo o inspirar patriotismo
o pueden agitar al público contra los medios de prensa
libres. Pero el periodismo debe enfrentarse a los podero-
sos sin importar las consecuencias. Nuestra responsabi-
lidad es ser no partidarios y justos, en las palabras de mi
mentor en periodismo, “tienes que decir la verdad y luego
agacharte”. De acuerdo con el comité para la protección
de periodistas, cincuenta y seis periodistas fueron muer-
tos en el año 2004 en todo el mundo. Al menos veintitrés
más han sido muertos este año. Éstas no son muertes de-
bido a errores o debido a ideología, los reporteros fueron
muertos porque estaban haciendo su trabajo. Diciéndo-
le al mundo lo que veían, a veces no se podían agachar.
Nuestro trabajo reconoce la habilidad innata que comete-
rá errores. El diario grande promedio en los Estados Uni-
dos publica al menos 100.000 palabras al día, el tama-
ño de un libro mediano. Cometemos errores, y debemos
corregirlos tan pronto como nos damos cuenta de ellos.
Y si cometemos errores en nuestras misiones, tenemos
que revisar y cubrir de nuevo toda la historia. Nuestro
trabajo cambia todos los días. Cuando reportamos desde
un frente de guerra nuestro trabajo no es representar nin-
guna democracia o ningún gobierno. Nuestro trabajo es
presentar una visión de realidad tal como es en nombre al
pueblo. Así que estoy de acuerdo con lo que Pablo dijo,
lo cual siempre será difícil. Mi generación de editores y
reporteros fue inspirada por los jóvenes reporteros en los
setentas en este país, quienes se atrevieron a reportar so-
bre los crímenes de un presidente y sus hombres. Ellos
usaron fuentes anónimas, recibieron el notable apoyo de
sus publicistas y editores, y trabajaron esforzadamente en
la historia. Al final, el presidente renunció por primera
vez en la historia de Estados Unidos, no debido a ellos,
sino por haber mentido y por haber quebrado la confianza
del público. Necesitamos héroes como estos reporteros,
junto con editores y publicistas que defiendan sus prin-
cipios. La democracia con frecuencia depende de lo que
nosotros hacemos.
Moderador
Creo que estas intervenciones que siguieron a la pre-
sentación del presidente de la Sociedad Interamericana
de Prensa deben haber inspirado unas preguntas o co-
mentarios, así que voy a abrir la posibilidad tanto a los
señores representantes que están aquí de los gobiernos
ante la Organización de Estados Americanos, así como al
público que está presente. Lo que propongo hacer es una
serie de dos, dados que son varios los panelistas, tres pre-
guntas y después que los panelistas contesten. Por favor
el señor de Panamá.
Señor de Panamá
Nosotros hemos tenido la oportunidad de tener algu-
nas experiencias sobre esta materia, quisiéramos tener la
oportunidad de compartirlas con ustedes. En primer lugar,
veo que se habló aquí sobre la función del periodismo, en
el cual se plantea que es más bien como una especie de
actividad, una función, y no se considera exactamente una
profesión. Este es un planteamiento que consideramos una
posición personal. Nosotros, los tres países nos indica que
hay periodismo que se encuentran en las dos esferas, en
el sentido de que hay periodismo que se considera una
actividad por cuanto que son personas que no viven del
periodismo, pero que practican la actividad de informar,
y hay otros que viven de ello, y por eso quizá lo considera
una profesión, y en algunos países inclusive se agremian
las personas que viven de esta actividad y tratar inclusive
de establecer normas para evitar que otras personas que no
tienen esto como una actividad participen. En mi país tuve
yo la oportunidad de notar que en el año 77 la población
estaba siendo informada evidentemente por los periodis-
tas, pero que no estaba este periodismo contribuyendo a la
formación de la población, y se necesitaba utilizar los me-
117
dios para ir formando a las personas, de tal manera que las
licencias estaban establecidas exclusivamente para lo que
iba a la universidad a estudiar periodismo. Pero cuando yo
tuve la oportunidad de entrar una explicación de la necesi-
dad que surgía, de que la población fuera formándose una
idea de cómo funcionaba la economía que tenía una gran
injerencia en la vida de ellos, ellos comprendieron que en-
señarle economía a la gente a través de los medios era una
actividad positiva, que contribuya al mejoramiento de la
población, se me dio a mí una licencia, por primera vez se
dió a una persona que no era periodista, pero que había ido
universidad, la oportunidad de que escribiera sobre asun-
tos económicos días y empezó por primera vez a escribirse
una página de economía y finanzas que describía yo todos
los días. Este es un ejemplo en los debemos pues, que el
periodismo se sale de ser exclusivamente una profesión a
convertirse en una actividad, porque en realidad yo lo hacía
por el interés que tenía yo, de que la gente conociera eco-
nomía pero no era asalariado. Y eso se lo presentó nomás
como un ejemplo y así en otras disciplinas, se empezó a
permitir que médicos escribieran sobre medicina, y distin-
tos profesionales escribiera sobre esta materia, porque el
planteamiento que yo había hecho en ese momento es que
para informar o para hablar de un tema, para expresarse
de un tema, lo primero que había que haber era el conoci-
miento del tema, los periodistas nos habían dado de medi-
cina, la decencia, ni nada de economía. Entonces el desa-
fío del esquema tradicional del periodista describía de todo
y prácticamente de muchas estas cosas no sabía mucho.
Este es un ejemplo que le quiero presentar a ustedes en
este momento sobre este tema, también quiero aprovechar
un segundo para hablar sobre lo que se plantea como acti-
vidad exclusiva del periodista que es informar. ¿Cuándo la
actividad periodística es información y cuando es enseñan-
za? Porque hay enseñanza también, y así encontramos que
en mi país le llamamos la educación formal a la que brinda
el estado a través de las instituciones educativas, educa-
ción informal que es de que brinda el que escribe hoy que
explica algo en un medio. Entonces, tenemos dos tipos de
periodismo, el periodismo que pudiéramos llamar narrati-
vo y el explicativo. Son dos tipos de periodismo entonces,
pero cada uno de ellos se hace necesario en una sociedad
118
civilizada. Ambos cumplen una función, parecían activi-
dades iguales porque ambos se expresan, usan el lenguaje
como medio de expresión para llevar el mensaje. Pero son
digamos orientación en diferentes, porque quizá la idea de
periodista nuestro maestro, pero la idea del que escribe un
tema específico sí es enseñar. Y para concluir, solo que-
ría mencionar la necesidad que existe de que la persona
que informa tenga conocimiento, porque ellos en muchas
ocasiones moldean la conducta de la población, y es un
hecho real de que los medios influyen en la conducta de
las personas. Pero por otro lado también queríamos decir
solamente para terminar, que en el aspecto de la necesidad
o digamos la exclusividad que tiene el periodista que va a
la universidad, de que sea él exclusivamente el que tenga
la oportunidad de dirigirse a la población, podemos decir
que no necesariamente el que va la universidad es mejor
periodista, porque se ha comprobado que las universida-
des no dan talento. Dan conocimientos básicos nada más.
Moderador
Muchas gracias. Voy a pedir dos preguntas y les ro-
garé que sean breves. El señor embajador de Brasil, por
favor.
Embajador de Brasil
Mi pregunta es bastante corta: una opinión sobre un
tema bastante actual que es la confidencialidad de las
fuentes de información.
Moderador
Les pediría que se identifiquen, gracias.
Pregunta
Se ha dicho últimamente que los medios de comunica-
ción social han retomado el rol, o han ocupado las instancias,
que la institucionalidad democrática ha dejado en América
Latina, o ha abandonado en América Latina. Yo quisiera sa-
ber, quisiera oír algunos comentarios acerca de hasta cuándo
eso es saludable, y hasta qué punto, cuál sería el límite sin
comprometer la ética y los valores periodísticos.
Moderador
 La siguiente pregunta por favor.
Federico Cuadra
Mi nombre es Federico Cuadra de Nicaragua. Mi pre-
gunta es con respecto a algo que el señor Sotero dijo. Per-
sonalmente les agradezco por compartir sus experiencias.
Entendiendo el principio de la libertad de información,
¿cómo se sienten ustedes al estar en un panel apoyado
por la República Popular China? ¿Como que le hacen un
mal servicio a la prensa o creen que es compatible con el
propósito de la serie de conferencias de hoy?
Moderador
Voy a darle finalmente la palabra al embajador Dennis
Antoine, de Grenada.
Embajador Dennis Antoine
Sólo para hacer una pregunta en un punto. El estado
de los medios hoy es tan confuso desde mi perspectiva
que si viéramos una verdad, y pudiéramos verla en todos
los medios masivos, de diferente color y diferentes favor.
La pregunta es ¿cómo los medios mismos tratan con el
hecho de que la verdad es la verdad y no hay tantos di-
ferentes matices de significado de la verdad? Así que,
nosotros, como consumidores del mercado de la informa-
ción, no sabemos qué creer. ¿Cómo puede ustedes tener
este derecho a informar pero no pueden estar seguros de
cuál de las versiones que ustedes están viendo es la ver-
dad? Es confuso, ¿cómo tratan con ello?
Moderador
Voy a dar la palabra a los panelistas en el mismo orden
en el que expusieron para que expresen sus comentarios
sobre las preguntas que se hicieron.
Paul Sotero
Me gustaría empezar diciendo que si me di cuenta que
el panel es copatrocinado por China, no tengo problema
con ello, creo en lo que creo, y si voy a China y me piden
hablar sobre libertad de prensa, hablaré sobre libertad de
prensa como la veo. No quiero predicar a los chinos, no
quiero que los chinos me prediquen a mí, ellos eligen sus
sistemas, yo elijo el mío. En mi país, lo que hacemos, lo
hacemos en democracia. Es confuso, es complicado, pero
así es como nos gusta, no lo cambiaremos por nada en
este mundo. Lo segundo es acerca de lo que el embajador
preguntó sobre confidencialidad de fuentes. Hay un caso
en este momento en Washington, donde dos colegas están
viendo la posibilidad de ir a prisión por proteger la con-
fidencialidad de sus fuentes. Estamos en solidaridad con
ellos. Yo entrevisté a Jared Miller recientemente. Hay ob-
viamente preocupación porque alguien en la Casa Blanca
pueda haber cometido un crimen al revelar la identidad de
un agente del servicio secreto de la CIA, públicamente,
dos periodistas pueden terminar en la cárcel. Así que aún
en las democracias desarrolladas hay problemas con la li-
bertad de prensa. Finalmente acerca de la educación, el
papel del periodismo no cambiará de proveer información
y educar. Entiendo que la prensa puede tener, y de hecho
tiene. este papel educativo. Cuando yo escribo para una
historia, no estoy preocupado por ello. Estoy preocupado
por conseguir los hechos, en la mejor de mi capacidad,
considerando lo que hay en juego. Quizá sujeto a algunas
figuras, no ser perfecto, no sé todos los hechos, sé aquello
que puedo conseguir de acuerdo con criterios que he de-
sarrollado. En la mañana, algo que mis hijos vean el perió-
dico. Cuando ellos leen el periódico ellos están recibiendo
algo de educación en forma de lectura, en información. En
ese sentido creo que el periodismo puede cumplir este rol,
pero no es mi interés cuando hago las cosas. Y finalmente,
acerca de la verdad, ¿la verdad de quién? ¿Los hechos de
quién? Si usted puede decirme por ejemplo lo que estamos
enfrentando en mi país ahora, si puede decirme usted cuál
es la verdad, me gustaría entrevistarlo a usted inmediata-
mente. La forma en que hacemos esto es que atribuimos
la información. Damos fuentes. De acuerdo con esto, de
acuerdo con este funcionario, hacemos la investigación y
damos fuentes a la investigación para que el lector pueda
tener una idea, para que el lector sea capaz de reconstruir.
Eso es buen periodismo. Cuando usted escribe una buena
historia, el lector debe ser capaz de distinguir como hici-
mos eso. Cómo llegamos a esa conclusión. No es la verdad,
es una versión de ésta, una parte de vista, y con suerte to-
dos los que trabajen en esa dirección sean, en ese esfuerzo,
119
darán un conteo mucho más completo de los hechos.
Moderador
Tiene la palabra el señor Jack Fuller
Jack Fuller
Con respecto a la pregunta sobre la verdad, la presión
de la democracia es que las voces serán numerosas, y con
frecuencia en conflicto. En teoría uno puede tener con el
tiempo confianza en que la gente tomará decisiones sa-
bias con respecto a qué creer y qué no, si se les presenta
un amplio conjunto de puntos de vista. No debemos tener
miedo, de hecho, la creciente complejidad del ambiente
de los medios hoy, donde más gente tiene la posibilidad
de hablar y ser escuchada en gran escala, es confuso,
preocupante y ciertamente amenazante para los medios
existentes parte del tiempo, pero de hecho, es algo en que
la teoría democrática debe aplicarse.
Moderador
Tiene la palabra el señor Hugo Guerra Arteaga
Hugo Guerra Arteaga
Solamente sobre dos preguntas. Con respecto del
comportamiento de jueces sociales. La prensa nunca de-
biera ser un juez social. Los periodistas debieran limi-
tarse estrictamente a informar. Y, ya que la realidad ha
desbordado los medios, y si se convierten en esta suerte
de jueces sociales, deben exhibir sus principios, deben
decir a quién representan, por qué están en la empresa
periodística, y al mismo tiempo deslindar entre lo que es
la información objetiva de lo que es el comentario edito-
rial. Y finalmente, respecto de la verdad. No hablo de la
prensa sensacionalista, o como decimos en el Perú, de
la prensa basura, porque sé lo que quiere. Pero respecto
120
a la prensa seria, yo pienso que sí se esfuerza, sí actúa
con convicción en la búsqueda que la de la objetividad
y la verdad, y cuando se equivoca rectifica. En cambio,
es común que en nuestros países los gobiernos participen
en una cultura del secretismo, que manipulen la informa-
ción, que exigen agendas públicas según su interés. En
todo caso, hacer periodismo en búsqueda de la verdad es
hacer el borrador de la historia.
Peter Eisner
Sí. Acerca de la pregunta de la verdad, la verdad es un mo-
saico, no hay duda de eso, estoy de acuerdo con mi colega, es
una cuestión de obtener cada posible punto de vista, cada po-
sible punto de observación. Nuestra propia experiencia en el
campo de batalla observando los conflictos, y reportando eso,
entrevistando tanta gente como se pueda entrevistar y luego
identificar a tantos de ellos como pudiste entrevistar. A veces
entrevistar gente dentro de el gobierno que provee informa-
ción que de otro modo no podría, e identificándolos lo mejor
que se pueda pero a veces no nombrándolos. Y al final, poner
tantas versiones diferentes, más que más o menos es moverse
al infinito, y se convierte en una verdad imperfecta.
Moderador
Muchísimas gracias, ya estamos en tiempo y conclu-
yendo. Permítanme sumarme a los agradecimientos que
realizaron tanto el Secretario General de la Organización
de los Estados Americanos, el Secretario General Adjun-
to, el Presidente del Consejo Permanente y la Comisión
de Asuntos Jurídicos y Políticos, al presidente de la
Sociedad Interamericana de Prensa por su conferencia
como a los distinguidos panelistas que hemos tenido hoy.
Muchas gracias a todos por haber asistido a esta nueva
sesión de la Cátedra de las Américas.
 Asistentes al panel de debate sobre la
conferencia de Alejandro Miró Quesada C.

121
 JOSÉ MIGUEL INSULZA,
SECRETARIO GENERAL DE LA
VII
conferencia
ORGANIZACION DE
LOS ESTADOS AMERICANOS.
“PRESENTE, FUTURO Y
PERSPECTIVAS DEL SISTEMA
INTERAMERICANO”
Lima - 15 de julio de 2005
E
l tema que hoy nos convoca es el tema
del que, precisamente, he tenido que
hacerme cargo desde hace algo de
menos de dos meses. Es el presente,
futuro y las perspectivas del Sistema
Interamericano. Creo además muy apropiado que
este tema nos sirva para la primera Cátedra de las
Américas que se realiza fuera de la sede de la OEA
en Washington, y realizarla en esta ciudad de Lima.
Como he tenido la oportunidad de decirlo, vivimos
un periodo algo distinto en el Sistema Interamerica-
no desde la suscripción en el año 2001 de la Carta
Democrática Interamericana, en cuya gestación este
país tuvo un papel fundamental. Y también, como
se ha dicho, fue el embajador del Perú en la OEA,
quien empujó desde su rol de presidente del Conse-
jo Permanente, la entrada en funcionamiento real de
esta Cátedra, que ha sido tan vista ya en nuestra re-
gión. Por lo tanto es solo de justicia que esta Cátedra
se haga aquí en Lima, y además en la Universidad
de San Martín de Porres que ha sido tan fundamen-
tal en apoyar la Cátedra.
Cuando hablamos de Sistema Interamericano
creo que es necesario primero describir de qué es-
tamos hablando, porque desde un punto de vista
formal parece un sistema casi perfecto, casi dise-
ñado en una tabla de arquitecto. Tiene una Cumbre
de Presidentes, que se reúne cada tres años y que
dicta políticas para muchos organismos, el principal
de los cuales, desde el punto de vista político, es la
Organización de los Estados Americanos, que tiene
una Asamblea General en la que los cancilleres se
reúnen todos los años. También tiene un Consejo
Permanente formado por embajadores de los treinta
y cuatro países miembros y realiza un conjunto de
reuniones de ministros a lo largo del año. Tiene el
Sistema un banco, el Banco Interamericano de De-
sarrollo, algunas organizaciones sectoriales fuertes
e importantes como la Organización Panamericana
de la Salud, el Instituto Interamericano de Ciencias
Agrícolas, además de otras instituciones que no
siendo propiamente parte del Sistema Interameri-
124
cano sino parte de las Naciones Unidas como es el
caso de la Comisión Económica para América Lati-
na, organismos autónomos como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, que le dedican a
América una atención muy especial.
A esto deberíamos agregar, naturalmente, si del
Sistema hablamos, la existencia de un conjunto de
organismos que llamaríamos regionales o subregio-
nales si se prefiere, como es el caso del MERCO-
SUR, CARICOM, Comunidad Centro Americana,
Comunidad Andina de Naciones, la Comunidad
Sudamericana de Naciones, etc.
El problema, entonces, del Sistema Interameri-
cano no es institucional. Si hablamos de la Cumbre
Iberoamericana ya casi quisiera simplificarlo un
poco más. El Grupo de Río, la Cumbre Interame-
ricana, siempre hay un conjunto de organismos que
en su totalidad se plantean distintas perspectivas
para resolver los problemas de la región.
Sin embargo, muchas veces esta institucionali-
dad es percibida como una promesa. Por una parte,
cuántas veces un ciudadano de nuestros países que
siente que le han faltado o que ha tenido problemas
o que ha sido tratado de manera injusta, dice voy a ir
a la OEA, me refiero a la Comisión de Derechos Hu-
manos. O cuántas veces en nuestros países, también
cuando ha habido un problema se dice que Nacio-
nes Unidas tal vez vaya a intervenir. Eso es cierto.
Por otra parte, existe una cierta apreciación de dis-
tancia y los organismos están tan lejos y el problema
es cómo acercarlos, cómo vincularlos más a la gente,
cómo hacer que sean más funcionales y atiendan
mejor los problemas de nuestros ciudadanos.
Si miramos la Organización de Estados Ameri-
canos, tampoco parece estar su principal problema,
desde el punto de vista de los temas que la organiza-
ción está llamada a cubrir. Son la democracia y los
derechos humanos, la paz y la seguridad y el desa-
rrollo, una trilogía casi completa de los asuntos que
deberíamos atender en torno a los mandatos que los
presidentes de la Asamblea General de todos estos
organismos entregan.
 Ahora, por lo tanto, cuando se habla de la rele-
vancia o no del Sistema Interamericano no estamos
hablando de una cosa que pueda ser criticada en lo
formal, sino que estamos hablando más bien de la ne-
cesidad de que este conjunto atienda efectivamente
de manera prioritaria los problemas de la región. En
eso consiste el problema de la relevancia de la OEA
y del Sistema. Y para decir de qué manera puede
eso ocurrir es muy importante atender a la condición
de la región hoy día y porque desde la condición de
la región hoy día es de donde surge precisamente
esta idea de que podemos enfrentar también, desde
el punto de vista de los organismos internacionales,
una crisis o una cierta incapacidad de respuesta.
No voy a ir tan lejos hacia atrás en la historia.
Solamente para decir que después de la década de
los ochenta, la llamada década perdida de América
Latina, surgieron en conjunto con un florecimiento
muy importante de la democracia en la región una
cantidad de programas de reformas, de propuestas,
de modernización económica que acompañando a la
revitalización política que la democracia trajo consi-
go, parecía prometer una nueva década o un fin de
siglo mucho más positivo, mucho más valioso para
nuestra región.
Sin embargo, alguna de estas reformas no trajeron
las consecuencias o los beneficios que se pensaban.
Ciertamente hubo un mejoramiento en la reducción
de la inflación, un equilibrio de las cuentas fiscales,
menos crisis económicas violentas en los países,
pero en definitiva a lo que llegamos al terminar esa
década fue una nueva crisis que inició este milenio
con un crecimiento débil, de grandes problemas al
empleo y de una persistente, dolorosa, amarga po-
breza y desigualdad, como lo dijo en alguna ocasión,
refiriéndose a su país, pero se extiende este concepto
a toda América Latina, el presidente Fernando Hen-
rique Cardozo, América Latina no es el continente
más pobre, pero es el continente más injusto.
Por cierto, cuando la promesa del comienzo de
los años 90 había sido tan grande, marcado por el
retorno de la democracia, que felizmente perdura en
la mayoría de nuestros países, la decepción fue tam-
bién grande. Las encuestas del año 2000, los gran-
des estudios sobre estos temas en el año 2000 nos
mostraban, por ejemplo, un crecimiento fuerte de
la inseguridad. Los temas eran generales, no solo el
aumento de la delincuencia, que es un problema en
muchas de nuestras ciudades, sino de la inseguridad
del empleo, la inseguridad económica, la pérdida de
fe en el futuro.
Los ciudadanos, lo reportaba un estudio de la
Universidad de Chicago, en el año 2000, pensaban
que el futuro de sus hijos era menos promisorio que
el de ellos mismos, cosa que no había ocurrido antes
en nuestra región. Creció también con eso la descon-
fianza y la desconfianza ciertamente afectó las demo-
cracias. La última encuesta de Latin Barometro nos
muestra que la gente piensa que la democracia no
resuelve sus problemas y nos muestra, más preocu-
pante aún, que mucha gente estaría dispuesta a cam-
biar algunos grados de democracia a cambio de un
mejoramiento en su situación. Siguen pensando que
la democracia es la mejor forma de gobierno, pero
muchos de ellos no creen que lo que ellos viven sea
realmente una democracia, o muchos simplemente
no le asignan ninguna relevancia ni capacidad para
resolver los problemas reales que ellos enfrentan.
Ciertamente, entonces la situación de nuestra re-
gión no se ve o no ha sido todo lo buena que se espe-
raba al inicio de los 90. Si bien ha habido cierto re-
punte el año pasado en las economías del continente
y también que se prolonga ese repunte, en gran me-
dida este año, lo más recientes análisis muestran que
hay debilidades importantes, cuellos de botella en la
recuperación económica de la región, que hace que
no enfrentemos años tan promisorios.
Entre estos cuellos de botella la inestabilidad
política es claramente una ventaja muy grande que
América Latina entrega con respecto a otras regiones.
Un reciente estudio de la CEPAL sobre los objetivos
del milenio nos muestra un conjunto de países que
no los están cumpliendo relativamente y otros que
no los están cumpliendo y otros mas aún que están
125
retrocediendo respecto del logro de sus objetivos,
es decir están más lejos de lograr los objetivos del
milenio de lo que estaban cuando los presidentes fir-
maron la Declaración del Milenio en el año 2000. Y
esos países son precisamente los que han sufrido la
crisis política. Seis de ellos están entre los siete que
han sufrido la crisis política más grave en lo que ha
corrido en la década presente. Es decir son aquellos
países en los cuales de una u otra manera, por una u
otra razón los gobiernos no han terminado su manda-
to. Han sido cambiados, como se dice ahora, usando
los mecanismos institucionales, y el restante si bien
no es uno de los países más pobres del hemisferio,
es aquel en el cual los porcentajes de pobreza ha au-
mentado más en los últimos años.
La relación, entonces, entre inestabilidad política,
crisis económica, pobreza, desigualdad y en definiti-
va gobernabilidad democrática es una relación muy
visible y muy cierta en nuestro hemisferio. Y por eso
es tan importante que la Cumbre de Jefes de Estado
de Mar del Plata de noviembre de este año vaya a re-
ferirse precisamente a estos temas: empleo, pobreza
y gobernabilidad democrática. El problema es que
desde esa Cumbre salgan conclusiones útiles, salgan
propuestas útiles, para entrar a estos temas que están
en el corazón de América Latina.
Algunos comentarios sobre esto. Que quiero decir
cuando hablo de gobernabilidad democrática, quie-
ro decir dos cosas: Primero, que hay que ser exigen-
tes en materia de buen gobierno. Es decir nosotros
tenemos en América Latina hace mucho tiempo ya
Estados. No estamos en el periodo de creación del
Estado Nacional, pero si tenemos una situación en
que muchos Estados y muchos Gobiernos que dejan
mucho que desear en cuanto a la entrega a los ciuda-
danos de los beneficios del crecimiento económico
y del desarrollo y de la democracia, en términos de
eficacia, en términos de justicia y de transparencia.
Las crisis de hoy ya no son crisis ideológicas, son
los ciudadanos que se revelan contra las políticas
cuando sienten que la democracia no les entrega
los beneficio que le promete porque en definitiva
126
la política en su esencia no tiene solamente que ver
con ideales nobles, sino que tiene que ver con fines
benéficos para la gente, con el logro de objetivos
benéficos. Para eso están hechos los políticos para
resolver los problemas de la gente, no para crearle
problemas a la gente. Y nosotros en América Latina,
ciertamente, tenemos muchos que no cumplen con
esa premisa y eso provoca una crisis de confianza y
de incredulidad que está minando las democracias
de manera muy sustantiva. Pero al mismo tiempo
hay que tener mucho cuidado con aceptar de bue-
nas a primeras esta rebelión o esta rebeldía como la
forma más adecuada de participación ciudadana. Lo
digo así porque hay quienes dicen que existe la de-
mocracia representativa de los políticos y la demo-
cracia participativa que ejerce el ciudadano en las
calles.
Eso no es democracia participativa, eso es rebe-
lión y conspira contra un segundo tema de la gober-
nabilidad tan importante como el primero y es, a pe-
sar de ser de perogrullo, que los gobiernos tienen que
gobernar. Nosotros tenemos que crear condiciones
para que los Gobiernos puedan gobernar. Nuestros
países para progresar deben ser gobernados, es algo
de lo que no se puede abdicar, debe existir en nues-
tros países junto con las garantías democráticas a las
cuales todos los ciudadanos tienen derecho y que es
preciso proporcionarle. Debe existir capacidad de
entregar eficazmente, de manera transparente bene-
ficios para la gente en términos de crecimiento, de
empleo, de seguridad, etc., cosa que solamente un
gobierno que gobierna puede cumplir.
Hay un problema que es la desconfianza y la vola-
tibilidad y el protagonismo que vive la opinión públi-
ca o sociedad civil. En un hemisferio como el nuestro
lo que se quiere es estabilidad política para crecer y
generar empleo, y si aceptamos que a los vaivenes
simples de la popularidad o de la impopularidad se
cambia los gobiernos, estamos dando demasiadas
ventajas. Entonces, por una parte tenemos que reco-
nocer que elevar la gobernabilidad a la calidad de la
política pública es el principal desafío del Sistema.
Pero que se trata de alcanzar un equilibrio adecua-
do entre estabilidad y buen gobierno, se trata de los
gobiernos que hoy son elegidos democráticamente,
no basta con autocriticarse, autoflagelarse. Que gran
progreso es que en nuestra región tengamos sola-
mente gobiernos elegidos democráticamente, es un
gran progreso respecto de dos décadas atrás, pero
se trata que estos gobiernos, gobiernen también de-
mocráticamente respetando los derechos de la gente
y entregando beneficios a la gente, a la ciudadanía,
en términos de crecimiento de empleo y de políticas
públicas adecuadas.
Este fue el gran tema de la Asamblea General de
la OEA recientemente realizada en Fort Lauderdale.
El cómo verificar, por una parte, que la democracia
sea estable y por otro lado que la democracia fun-
cione. Y esto es un tema delicado en un continente
que ciertamente ha sabido de subversiones pero que
también ha sabido de intervenciones y donde no es
fácil por lo tanto, establecer como se habló un poco
ligeramente de la necesidad de monitorear o super-
visar la democracia, como evocando con eso los peo-
res temores de algunos que piensan que finalmente
quien va a monitorear y a supervisar es solamente el
que tiene poder para hacerlo. Y estamos plantean-
do otra forma de intervención, al mismo tiempo el
Sistema Interamericano tiene que preocuparse de
que efectivamente los gobiernos cumplan con el
doble requisito de ser elegidos democráticamente y
gobernar para la gente y al mismo tiempo tienen que
preocuparse de la estabilidad.
Ahora nosotros tenemos la gran ventaja a la cual
me refería al comienzo, que este documento suscrito
en Lima en el año 2001, la Carta Democrática Inte-
ramericana, documento muy mencionado y a veces
poco conocido, porque cuando la gente lo menciona
y cuando se discute y se conversa sobre él, parece
que solo tuviera cuatro artículos no más. Cuatro ar-
tículos que dicen que se hace en caso de crisis, se
llama al consejo, se actúa, se suspende al país, etc.
Mucha gente habla de la Carta Democrática Intera-
mericana como si constara solamente de los artículos
17, 18, 19 y 20 algunos se lo saben de memoria. Pero
se olvidan que la Carta Democrática nos entrega una
definición más que adecuada de lo que este hemisfe-
rio entiende como democracia y a partir de un punto
muy central y consiste en reconocer la democracia
como un derecho de los pueblos de América que los
gobiernos tienen la obligación de promover y defen-
der y vincular la democracia con el desarrollo social,
político y económico.
Y luego nos dice que es lo que cada país tiene
que hacer para traer democracia y nos habla de se-
paración de poderes, nos habla de derechos huma-
nos, nos habla de justicia y de Poder Judicial, nos
habla de sistema electoral, de partidos políticos y de
transparencia, de participación de la sociedad civil,
pero también nos habla de educación y de salud y
por lo tanto cuando uno habla de que hay que ve-
rificar la democracia esta hablando de cosas muy
concretas, no existe la posibilidad en torno a la Carta
Democrática Interamericana que cada uno defina la
democracia como le parezca y no si está definida.
Entonces no quisiera que la OEA monitoree la
democracia en general, que cada uno vaya con su
paquete de lo que está pasando en el país y algún
tribunal por ahí, o alguna corte celestial le diga que
su democracia es buena o es mala y que tiene una
buena calificación. Sino mas bien que la OEA sea
capaz de verificar o examinar o el sistema interame-
ricano de verificar o examinar cómo funcionan las
instituciones de la democracia.
Tenemos una Comisión de Derechos Humanos
de gran calidad, tenemos un centro de justicia de
las Américas, que trabaja con todos los sistemas
judiciales de la región, tenemos una capacidad de
supervisión electoral que es conocida. Tenemos
un programa sobre partidos políticos, tenemos una
convención interamericana sobre transparencia que
todos hemos firmado y nos comprometido a respetar,
tenemos una serie de mecanismos de participación.
Nosotros podemos evaluar cotidianamente, anual-
mente, cada cierto tiempo como funciona la demo-
cracia en nuestra región, no la democracia en abs-
127
tracto, la democracia en concreto cómo se cumple
o no con la Carta Democrática Interamericana para
qué, para intervenir, no. No para intervenir. Para me-
jorar, para aconsejar, para facilitar, para anticipar.
Así se evitan algunas crisis. Se pueden evitar
algunas crisis si algún mecanismo de este tipo hu-
biera existido cuando en el Ecuador se licenció a
toda la Corte Suprema en diciembre del año pasado.
Nosotros pudiéramos haber ido ante ese gobierno y
decirles que hay un problema gravísimo de separa-
ción de poderes, que se están metiendo en un lío de
institucionalidad que necesariamente va a traer con-
secuencias. Todos advertimos lo que pasaba, pero
finalmente no hubo respuestas, y se produjo la crisis
mucho más costosa que se produjo hace algunos me-
ses atrás.
Entonces primero tenemos que anticipar para
prevenir crisis y segundo podemos trabajar con los
gobiernos no de manera ni represiva ni intervensio-
nista para decir desgraciadamente todos los estudios
internacionales que se han hecho en materia de
transparencia están dándole mala imagen. Y esto
de la transparencia no es ningún misterio. Las he-
rramientas para la lucha contra la corrupción son
muy conocidas. Todas tienen nombre y apellido, se
trata de declaraciones de bienes de los funcionarios
públicos, del sistema de conservación pública trans-
parente, de sistema de adquisiciones públicas trans-
parente, del sistema del financiamiento de la política
que registren los límites al gasto, las transparencia de
las donaciones y la existencia de los financiamientos
públicos.
Se trata de leyes que persigan el enriquecimien-
to ilícito y del enriquecimiento inexplicable. No son
cosas que se tengan que inventar, basta con ir a al-
gunos organismos internacionales que ya tiene en
marcha códigos de conducta que aseguran la trans-
parencia y que se podrían aplicar perfectamente en
la medida en que los organismos internacionales y
128
los gobiernos estén permanentemente presionando
para que eso se aplique. Podemos entonces llevar a
nuestro sistema interamericano y en este caso a la
OEA a convertirse no en algo que le gusta mucho a
nuestros amigos en el norte, en el “wacth dog” de la
democracia, el perro guardián de la democracia, no.
El consejero de la democracia, el asesor de la demo-
cracia, el facilitador de la democracia, el asesor de
los gobiernos de manera que podamos ir cumplien-
do mejor con nuestras tareas y con nuestra actividad
y podamos por lo tanto facilitarle o hacer a nuestra
gente mucho más cercana al sistema democrático de
lo que es.
Hay otras áreas en las cuales el mismo acerca-
miento es posible. Nosotros hablamos de los Estados
Americanos y de los sistemas de seguridad, pero la
seguridad por lo general las referimos a las amena-
zas terroristas, a las amenazas subversivas, y no a
la vida cotidiana de la gente. En la vida cotidiana
de la gente los temas del delito, del crimen, del mal
funcionamiento de los cuerpos policiales en nuestro
continente, en muchos de nuestros países tienen más
relevancia para los ciudadanos, de la misma manera
que los desastres naturales tienen mucho mas rele-
vancia para los habitantes del Caribe que algunas
cosas de las que estamos viendo aquí. Pero en esas
cosas también se deben involucrar y también en el
desarrollo institucional. Se trata entonces de cambiar
la perspectiva de la gente y cambiar el perfil de la
gente que seguimos para involucrarnos mucho más
en lo que las personas necesitan de nuestra región.
Quiero concluir diciendo que no creo en las inter-
venciones, nunca las intervenciones ni la presión ni
la imposición han traído a nuestro hemisferio resul-
tados benéficos. Creo en la razón y en el consenso y
creo que con el apoyo de todos los gobiernos, de los
países que son los dueños del sistema podemos ha-
cer de la OEA un instrumento eficiente más cercano
y más útil para todos nuestros ciudadanos.
El debate
PANEL DE LA SéPTIMA CONFERENCIA
“PASADO, PRESENTE Y PERSPECTIVAS DEL
SISTEMA INTERAMERICANO”
Lima - 15 de julio de 2005
Tres panelistas de reconocida trayectoria hicieron un análi-
sis y expresaron sus ideas sobre lo expuesto por el doctor José
Miguel Insulza. Ellos fueron el señor Michael Shifter, director
del Interamerican Dialogue, el embajador José Antonio García
Belaunde, director de la Maestría en Relaciones Internacionales
del Instituto de Gobierno de la USMP y el doctor Rafael Ron-
cagliolo, director del Programa Perú de Internacional IDEA.
Actuó como moderadora la señora Irene Klinger, directora del
Departamento de Comunicaciones y Relaciones Externas de la
OEA y coordinadora de la Cátedra de las Américas.
José Antonio García Belaunde
Cuando el Secretario General de la OEA efectuaba su bri-
llante y reflexiva intervención, yo me imaginaba que a él, recién
llegado a la Organización, se le presenta un dilema y es el dile-
ma de qué voy a hacer. Porque una organización como la OEA,
que no difiere de muchas otras, tiene una agenda que como di-
cen los diplomáticos, es una lista de lavandería, y claro con una
agenda de una lista de lavandería, si se quiere hacer todo al final
no se hace nada. Y me parece que al Secretario General de la
OEA, cuando nos ha hablado de ciertas cosas muy puntuales,
en alguna medida siento que nos ha dicho que él también tiene
su propia agenda. Creo que eso es importante, que es una agen-
da que prioriza temas, que no es una agenda en donde él va a
asumir cada una de las iniciativas y son treinta y cuatro países
con demasiada imaginación para tener iniciativas.
Luego, vemos que en esta agenda debe tener pocos temas
priorizados y los tiene muy claros. Un tema se refiere a la go-
bernabilidad, otro tema es la lucha contra las drogas, otro es el
desarrollo económico de nuestros países. La gobernabilidad y
la democracia. Siento que en este tema hay mucho que hacer
y sin embargo da la impresión por las últimas reacciones de
la OEA que se está perdiendo un poco el impulso. ¿Con esto
que quiero decir? En el año 80, por ejemplo, tres de los cinco
países andinos salían de dictaduras. Entonces empezaron a
hablar de democracia en el sistema andino de integración. Y
en Riobamba establecieron una Carta Democrática, y eso fue
evolucionando hasta que finalmente, en el año 2000 tuvieron su
cláusula democrática.
Tengo la impresión de que estos afanes por vincular integra-
ción, vincular la cooperación internacional al tema democráti-
129
co, responde muy íntimamente a las circunstancias. Salimos de
una crisis. El Perú impulsó la Carta Interamericana. Si claro es
verdad, salíamos de Alberto Fujimori, pero quería tener un blin-
daje frente a la posibilidad de otro autoritarismo plebiscitario.
Pero resulta que han pasado cuatro años y lo que vemos,
mas bien, es otro tipo de manifestaciones. Golpes de Estado no
tenemos ni se avizoran, y lo que tenemos es una realidad de
masas saliendo a las calles, que son peligrosas porque eso con-
duce a reacciones de gobiernos autoritarios plebiscitarios, que
pasan por encima de cualquier institucionalidad, y se entienden
directamente con el pueblo, y eso lo hemos visto desde la época
de Napoleón III, o sea que no hay nada nuevo.
Frente a esto no sabemos como reaccionar. Y la verdad
es que no se supo reaccionar con Ecuador, cuando hubo una
flagrante violación del presidente Gutiérrez al destituir la Cor-
te Suprema, y vimos caer a Mesa sin que nadie hiciera nada,
porque el pobre señor Mesa, que es un hombre brillante con
grandes condiciones para tener el liderazgo que requería Bo-
livia, se nos fue cayendo a vista y paciencia de todos sin que
nadie pudiera hacer nada.
Y ahí no hubo golpe, simplemente una dinámica política
que lo trajo abajo. Entonces hay esa nueva realidad frente a la
cual no tenemos nosotros, aparentemente, instrumentos con qué
actuar. Pero también hay otra realidad que son las crisis que
se están provocando por este fenómeno que explicaba bien el
Secretario General, de buenos resultados macroeconómicos,
buena estabilidad y pésimos resultados microsociales, para usar
una frase que la va a tener que usar Rafael Roncagliolo porque
me la estoy robando de un trabajo de él.
Es decir, una deficiencia entre estas estabilidades macroeco-
nómicas y estas inestabilidades microsociales. Me preguntaba
por qué Francia dijo no al referéndum sobre la Constitución de
Europa. Hay muchas razones, la baja popularidad de Chirac, la
burocracia de Bruselas, la xenofobia, el temor a perder puestos
de trabajo, entre otras cosas.
Hasta que me encontré con un muy interesante artícu-
lo de un profesor americano de Harvard, que fue escrito dos
años antes del famoso NO. Decía que hay un triángulo que no
funciona, que es la profundización en la integración, es decir
la globalización profunda, la democracia y la prevalencia del
Estado Nación. Si tenemos mucha integración, si nos pega-
mos a la ortodoxia liberal, nos integramos al mundo en todos
130
sus términos, entonces o perdemos Estado Nación o perdemos
democracia. ¿Y qué hicieron los franceses en este intento de
profundizar su integración?. Dijeron NO, acá yo me preservo
mi Estado Nación.
Y me pregunto si nosotros en este ejercicio lo que estamos
haciendo es un intento fallido de profundizar nuestra integra-
ción frente a la cual, por llamarlo de alguna forma, responde la
democracia y por la vías menos ortodoxas y lógicas que quisié-
ramos y menos institucionales se defiende la democracia y se
dice NO. Acá lo que importa es lo que quiere, espera y desea
la gente. Y este camino de integración no es lo que nosotros
deseamos ni aspiramos porque no está satisfaciendo nuestras
demandas.
Entonces, quisiera pensar que es ahí también donde se de-
biera hacer un trabajo, de imaginar que estas globalizaciones,
si estos intentos de integración no podemos hacerlos más flexi-
bles, adaptarlos más a estas realidades y no tratar de imponer-
los dentro de una ortodoxia muy rígida. Porque finalmente esta
ortodoxia de estos últimos años nos ha dado mayor pobreza y
mayor desigualdad, y quizá parte de la tarea que pueda tener
a futuro la OEA, es eso ver como encara este problema de la
gobernabilidad unido a los temas de la cohesión social y de la
desigualdad. Y quizá, José Miguel Insulza, nos pueda contar
algo, porque si debo decirlo con una sana envidia, que él ha
pertenecido hasta hace poco a un Gobierno que ha logrado en
veinte años hacer una reducción muy sustantiva de la pobreza
en su país. Mientras todos en la región andamos con una pobre-
za que va por encima del 50 %, Chile la ha logrado abatirla en
los años de la democracia hasta en un orden del 20 % .
Entonces una experiencia así pueda ser parte de esa coope-
ración que necesitamos tener y que el Secretario General de la
OEA puede impulsar.
Michael Shifter
Es un gran honor y un gusto poder estar en Lima para
comentar y compartir algunas ideas. En este momento es un
cliché, pero creo que a veces los clichés son ciertos. Estamos
en un momento histórico, muy decisivo en tres áreas: primero,
la situación en América Latina, si vamos a avanzar en la de-
mocracia o se va a retroceder; segundo, en la evaluación entre
Estados Unidos y América Latina, si la distancia o la brecha va
a aumentar o se va a reducir; y tercero, la situación de la Orga-
nización de Estados Americanos, si va a seguir haciendo lo que
ha hecho en estos años, que ha sido un trabajo útil y valioso o
si va a realizar su potencial, para tener un papel más enérgico y
mucho más vital, fortaleciendo la democracia y protegiendo los
derechos humanos en América Latina.
Creo que esas son las interrogantes que enfrentamos hoy. Y
donde uno mira, no importa el tema, es más urgente que nunca
que haya cooperación entre los países. En el tema del comercio
eso es evidente, pero en el tema de democracia y los derechos
humanos también me parece fundamental. Lo que se ha visto es
que las expectativas que muchos de nosotros tuvimos, incluyen-
do el Diálogo Interamericano de Washington hace quince años,
de un progresivo avance, consolidación la democracia, de los
partidos políticos coherentes, de un estado de derecho fuerte,
no han sido del todo positivos. Entonces hay una brecha entre
expectativas y resultados.
Felizmente la OEA tiene los instrumentos, tiene el marco
para responder de manera más eficaz y adecuada a esas de-
ficiencias democráticas. Los marcos están ahí, y en la misma
carta de la OEA del 48. En una resolución a mi juicio histórica
que vale la pena mencionar hoy, en Santiago de Chile en junio
de 1991, en la Asamblea General de la OEA, en la Resolución
1080. por primera vez en la historia de la OEA se dijo, si hay un
problema, una interrupción, una ruptura en un país, ese es un
tema de preocupación de todos, de toda la comunidad hemisfé-
rica. Y luego se reafirmó el 11 de septiembre del 2001, aquí en
Lima, con la aprobación de la Carta Democrática.
Los instrumentos están ahí. La pregunta es si existe la vo-
luntad. Se ha mencionado el caso de Ecuador y creo que los
instrumentos para actuar estaban ahí. La Carta Democrática
es clara respecto a la separación de poderes. Lo que no hubo
fue voluntad para actuar, para responder. No es una cuestión de
mejorar los artículos y trabajar jurídicamente. Es un asunto de
trabajar políticamente los Gobiernos. Eso es lo que hace falta.
Entonces, tenemos que estar claros: los instrumentos están ahí,
la necesidad también es clara. La voluntad es lo que hace falta.
Hay obstáculos para avanzar y uno de esos obstáculos es
la desconfianza que sigue siendo un problema importante en
el hemisferio. Desconfianza entre los países de América Lati-
na y también desconfianza entre Estados Unidos y el resto del
hemisferio. Estados Unidos es un actor importante en el con-
tinente americano y en la OEA, y a mi juicio en los últimos
tres o cuatro años las agendas de Washington y las capitales
latinoamericanas están más distantes. Esto a mi juicio impide
una cooperación más eficaz entre los gobiernos. Y aceptan la
capacidad de la OEA para cumplir su misión tan importante,
tan fundamental.
Por fortuna, a pesar de esos problemas, tenemos suerte de
tener un liderazgo nuevo en la OEA con el Secretario General
José Miguel Insulza. Y no solamente el doctor Insulza es capaz
de dar un buen discurso como el que acabamos de escuchar,
sino, lo más importante es que es una persona dedicada a nego-
ciar con la clase política, llegar a acuerdos, lo que hace falta en
la región. Hay muchas situaciones concretas donde uno mire en
América Latina. Creo que tenemos los instrumentos, existen los
problemas que son evidentes y crecientes en varios países del
hemisferio, y tenemos un nuevo liderazgo.
Entonces estamos enfrentando las interrogantes centrales: si
vamos a aprovechar esta oportunidad o la vamos a desperdiciar.
Si Estados Unidos, que tiene la tendencia en algunas áreas de
funcionar de manera unilateral, va a tratar de resolver los pro-
blemas de este hemisferio a través de mecanismos unilaterales
o si mas bien va a tratar de acercarse y dedicar más esfuerzos
y recursos a la OEA. No porque es generoso sino porque Es-
tados Unidos quiere resolver los problemas muy graves que
enfrentan los países. Y si Estados Unidos y los otros países son
inteligentes y son capaces de anticipar los problemas que van
a ser más costosos en el largo plazo van a estar muy cerca al
Secretario General José Miguel Insulza. Y no tratar de actuar
frente a Bolivia o a Ecuador, o lo que sea la situación en Vene-
zuela, y a Colombia de manera unilateral, sino trabajar a través
de la OEA. ¿Por qué? Porque hay muchas más probabilidades
de tener éxito.
Así que creo que estamos enfrentando una encrucijada en
muchos ámbitos al mismo tiempo y felizmente tenemos un Se-
cretario General con el talento y capacidad que nos permitirá
dar el salto que es importante. Esto fue evidente en los años 90,
después de la Asamblea General de Santiago de Chile. Yo vivía
en Washington y me pareció que la OEA si jugó un papel im-
portante enfrentando muchos problemas. Pero después se debi-
litó, se complicó América Latina, se complicó Estados Unidos y
la misma institución afrontó problemas muy serios.
Creo que estamos en un momento nuevamente, como en el
91 en Santiago de Chile, para ver si se puede dar un salto signi-
131
ficativo. Creo que existe la necesidade, existen los instrumentos
de la OEA y existe el nuevo liderazgo.
Rafael Roncagliolo
Es grato comentar esta conferencia tan rica y llena de po-
sibilidades y alimentadora de los optimismos. Creo también
que es positivo tener este nuevo liderazgo en la OEA porque a
los conceptos tan precisos que han sido vertidos se agrega una
trayectoria de compromiso con la democracia que se refleja en
su biografía, que me parece que es una garantía inicial para
quienes pensamos que la OEA tiene un servicio que rendir
en esta materia.
Lo primero que quiero comentar es que, como decía el
Secretario General al comienzo de su presentación, nosotros
tenemos ahora una jungla de instituciones y una comunidad
internacional francamente frondosa. Sin uno piensa en la can-
tidad de cumbres y reuniones de cancilleres. Nosotros los pe-
ruanos participamos en la Comunidad Andina, en el Grupo de
Río, ahora en la Comunidad Sudamericana, en la Comunidad
Iberoamericana, en el Sistema Interamericano, en las Naciones
Unidas y en la APEP.
Tenemos parlamentarios nacionales, andinos, latinoameri-
canos, y se han reunido los presidentes de los congresos sud-
americanos para ver cómo se van a elegir los parlamentarios
sudamericanos.
Creo que en esta fronda no hay que atribuir todas las fun-
ciones de la comunidad internacional a un organismo tan im-
portante como la OEA. Pero si como se ha dicho, la importan-
cia de la OEA reside en que es un foro político, en el cual nos
encontramos los países latinoamericanos y caribeños con los
Estados Unidos, y desde hace unos pocos años con Canadá.
Esa es la especificidad y creo que la necesidad de este foro sirva
para fortalecer el multilateralismo en vez de las acciones uni-
laterales. Eso sólo hace que el organismo tenga una tremenda
importancia para nosotros, no porque sea el único, sino porque
cumple esta función específica que, en términos del equilibrio
de fuerzas en la región, resulta de particular importancia.
Lo segundo que quisiera decir es que me parece muy impor-
tante que en esta agenda del Secretario General, él haya privi-
legiado los temas de la democracia y los derechos humanos, los
haya puesto en el primer lugar de la lista. Porque creo precisa-
mente que la OEA no tendría que dispersarse en un cúmulo de
132
actividades y repetir todas las líneas de acción de las Naciones
Unidas y cumplir con cada uno de los puntos de la lista de la-
vandería sino que tiene una tarea específica primordial, funda-
mental, que es esta de la democracia y los derechos humanos.
Creo en realidad que la Globalización no tiene un consenso
sino tres consensos. Cuando pensamos en la globalización gene-
ralmente lo hacemos en la economía de mercado, pero ese es uno
de los consensos de la globalización; el otro consenso fuerte es la
defensa de los derechos humanos y que haya pasado a ser parte
de la jurisdicción internacional y no sólo materia de la soberanía
de cada Estado. Y el tercero es el consenso sobre la democracia
como forma de gobierno. De manera que entre estos tres consen-
sos, como forma legítima de gobierno, me parece importante como
lo ha dicho el Secretario General que el énfasis sobre los derechos
humanos es lo que está a la orden del día en la región.
Esto no ha sido así en el caso de la OEA. No hay que olvidar
que en los primeros años de la OEA, aunque sus textos funda-
cionales dijeran otra cosa, uno no puede encontrar credenciales
democráticas en esos primeros años. Sabemos que la OEA se
remonta a los años 1898, pero la creación de la actual estructura
es posterior a la Segunda Guerra Mundial, igual que las Naciones
Unidas, en el año 48. Seis años después se produce el golpe en
Guatemala y empiezan una serie de golpes respecto de los cuales
la OEA realmente no hizo nada en defensa de la democracia. De
manera que estábamos ante una organización que se puede reco-
nocer que tenía declaraciones, pero una historia democrática des-
de sus inicios, no. Creo que el cambio en el carácter de la OEA
se produce entre 90 y el 92, particularmente con la Resolución
1080 de Santiago de Chile, y con el Protocolo de Washington en
el 92. Quizá con la creación de la Unidad por la Promoción de la
Democracia como antecedente en el 90. Entonces la OEA en la
década pasada lo que ha hecho es empezar a convertirse en un
club democrático, que no lo era antes, y creo que lo que nos esta
anunciando como su perspectiva el Secretario General es fortale-
cer este compromiso de la OEA con la democracia. Y eso me pa-
rece sumamente importante, no sólo porque los peruanos hemos
tenido una participación en este documento con el que se cierra
la década. La década empieza con la Resolución 1080 y termina
con la Carta Democrática Interamericana, un día aciago para los
Estados Unidos. Detrás de esta conversión no solo está el fin de la
Guerra Fría, sino que esta el hecho de que a partir de 1977 noso-
tros empezamos la tercera oleada de democratización. El proceso
empezó en Ecuador y en República Dominicana, donde apare-
cen los primeros regímenes que se democratizan. Arrancamos un
periodo de más de veinticinco años que no tiene precedentes en
la historia de la región, donde se generaliza la forma de gobiernos
democráticos, la alternancia de gobiernos y esto se refleja en esta
evolución de las instituciones como la OEA.
De manera que el tema es: ¿cuál es la prioridad del método
de la prioridad democrática hoy en día? Me parece que las elec-
ciones libres, limpias, es una cosa conquistada, que hay que
preservar. Pero en general en nuestros países hay elecciones
libres y es una conquista que hay que mantener.
Pero creo que el tema sustancial tiene que ver con algo
que ha dicho el Secretario General al recordar que la propia
carta se vincula con los temas de la pobreza y desigualdad. El
artículo 11 dice escuetamente: “la democracia y el desarrollo
económico y social son interdependientes y se refuerzan mutua-
mente”. Esto también forma parte de la Carta y no solamente en
las Asambleas General ni en las reuniones de emergencia del
Consejo Permanente.
Bueno, ahí está el problema. Es que empezamos hace vein-
ticinco años con un periodo histórico en el cual hemos aplicado
todas las recetas y todas las reformas económicas que había que
aplicar, y el resultado de hoy día es no sólo el desencanto con la
democracia que registran las encuestas sino que, salvo países que
son excepción, no tenemos un éxito extraordinario en materia de
la lucha contra la pobreza. Seguimos siendo la región más des-
igual del planeta, somos una región cada día más desigual. Ese es
un problema de la democracia, no es una agenda aparte, sino que
tiene que ver con la calidad de la democracia y seguramente que
Asistentes al panel
de debate sobre la
conferencia de José
Miguel Insulza.
los problemas de gobernabilidad se podrán afrontar en la medi-
da de la eficiencia en que lo haga el Secretario General de los
gobiernos democráticos y se logre que la gente no sólo crea en la
democracia sino que esté satisfecha con la democracia.
Hay un libro de Jose Lum, sociólogo argentino , “Democracia,
gobierno del pueblo o gobierno de los políticos”. Lo menciono
porque hemos avanzado mucho en tener esta consagración del
mecanismo de selección de gobernantes que es lo mínimo de la
democracia, tenemos una elección adecuada de políticos, pero
no basta con eso para que haya democracia. Necesitamos que la
gente efectivamente vea los resultados de la democracia, y que
por la tanto haya una forma de participación real de la gente en el
Gobierno, porque democracia no es solo elegir políticos para que
gobiernen, es crear los mecanismos para que los pueblos a través
de sus representantes puedan efectivamente gobernar y puedan
efectivamente ser servidos por los gobiernos.
Me parece que esta perspectiva que el secretario general plan-
tea, y que resulta tan adecuada y tan convincente por lo menos
desde mi punto de vista, también hay que fortalecer otros factores
de la comunidad internacional. Tradicionalmente los estados han
sido los actores de la comunidad internacional, es decir los go-
biernos, y en los últimos años han tenido más peso las empresas
y en particular las corporaciones. Hay un papel muy importante
que debe cumplir la sociedad civil y los partidos políticos. No hay
democracia sin partidos y tampoco democracia sin sociedad civil.
El papel de fortalecimiento de la democracia requiere que noso-
tros le sigamos poniendo cada día más atención a tener mejores
partidos y a tener una sociedad civil más densa y participativa.
133
134
 FELIPE GONZALEz,
VIII
conferencia
EX PRESIDENTE DEL
GOBIERNO ESPAÑOL.
“LOS DESAFIOS DE AMERICA
LATINA Y EL CARIBE”
Washington DC - 13 de setiembre de 2005
D
ebo aclarar una cosa: yo no
hago conferencias, me aburren
mucho y las que yo hago me
aburren mucho más, así que re-
nuncié a hacer conferencias o
lo que llamamos en nuestra cultura lecciones
magistrales.
Estoy vinculado a América Latina desde
hace treinta años. La mitad de ese periodo he
sido presidente del Gobierno, pero ya llevo
nueve años fuera de la presidencia y algunas
veces cuanto anécdotas que hacen ver lo que
quiero decir. Había hecho más horas de en-
trevistas en televisión en América Latina que
en España, entre Venezuela y México, cuando
había ganado la presidencia del gobierno por
mayoría absoluta, por tanto tuve menos minu-
tos de televisión para llegar a la presidencia del
gobierno que la televisión que había hecho en-
tre Venezuela y México hasta el año 1982.
Soy de lo que creen en España, y no so-
mos muchos, que sólo se comprende a España
cuando se conoce a América Latina. A muchos
le sorprende esto. No hay otra manera de ver
España. Como dirían mis paisanos con la gri-
lla que tenemos, que no nos entendemos muy
bien, que qué es eso de España con las autono-
mías, vale si España existe o no existe, que si
es o no una nación. Solo viéndola desde Amé-
rica Latina se entiende lo qué es España. Por
tanto compartimos algo que es muy serio, que
es un problema de identidad. Yo le agradezco
señor presidente sus amables palabras, que no
sé si merezco, mas bien tiendo a pensar que
no. Cuando hablo de mi preocupación por el
Medio Oriente, que es cierta y por los proble-
mas del mundo, me acuerdo de que desde hace
años insisto en que la crisis energética va a ser
de oferta. Incidentes como el conflicto de Irak,
como las tensiones en Nigeria o incluso las ten-
siones en algunos momentos en Venezuela, etc.,
no afectan al problema de fondo. Por primera
136
vez en la historia de la humanidad, la historia
contemporánea de la humanidad, me parece
evidente que no va a haber capacidad de oferta
para atender a la creciente demanda si la eco-
nomía mundial, y ojalá no sea así, marcha con
tasas de crecimiento como la que estamos vien-
do. Cuando hablo de la economía mundial na-
turalmente hablo fundamentalmente de China,
que sí que ha crecido.
Por tanto, no va a haber energía suficiente
para satisfacer la demanda y una crisis ener-
gética con los dos temas que me preocupa en
materia de oferta, no solo produce tensión de
precios, produce problemas de desarrollo, pro-
blemas de integración regional y sobre todo
produce tensión internacional y conflictos. Y
no se está viendo así. Ahora ya sé que aprieta
el barril de petróleo con sesenta, setenta dóla-
res, que tiene sus ventajas e inconvenientes.
Pero ya no va a volver al pasado. Es más: no
va a haber capacidad de respuesta, desde el
punto de vista energético, al crecimiento de la
demanda salvo que, y ojalá no ocurra, haya un
crack mundial.
Así que me preocupo, sí. Visité no hace
muchos meses Irán, el país de los persas, y he
estado recientemente en la Universidad de Tel
Avid. Mis paisanos dicen menos mal que sólo
es Medio Oriente porque si fuera entero no se
podría vivir. Con la cantidad de líos que sólo
Medio Oriente tiene, imagínense como sería
si que fuera entero. Y yo establecí relaciones
diplomáticas con el Estado de Israel. En tres
meses vamos a cumplir veinte años. No había
relaciones diplomáticas, era más bien compli-
cado, en la segunda crisis del petróleo, cuando
el petróleo se puso digamos a unos precios cuyo
equivalente al dólar de hoy sería de ochenta-
dólares por barril. Por favor no lo olviden por-
que todavía no hemos llegado. Ese era el precio
equivalente en valor constante de la moneda de
los años 1982, 1983. Y efectivamente establecí
relaciones diplomáticas con Israel, pero créan-
me, porque yo no tengo mucha pasión del poder
en el sentido del poder por el poder. Para mí
nunca ha sido un fin, ha sido un instrumento.
Por tanto, cuando me pude liberar del poder,
hasta yo estaba harto de mí mismo. Llevaba 14
años de presidente del gobierno, decidí que
nunca más volvería. Pero más que el estable-
cimiento de relaciones diplomáticas con Israel,
¿saben lo que me produjo una cierta emoción?
Algo que no tenía más que un valor simbólico,
pero los símbolos tienen importancia, y es que
en 1992 derogué el decreto de exclusión de los
judíos que habían hecho los Reyes Católicos
quinientos años antes. Era un decreto de la ex-
clusión de los judíos de España y me permití el
lujo de derogar ese decreto, que obviamente ya
no servía para nada, pero ¿qué placer verdad?
Quinientos años después, tal como si fuera
la Iglesia Católica, reconocí públicamente el
error. También lo hace la iglesia ¿no? El pur si
muove. Pues bien, no perderé más tiempo en
eso. Les dije no voy a hacer una conferencia.
Les voy a servir un menú para que podamos
hablar de los problemas que me preocupan y
me preocupan en serio.
No veo a América Latina desde Europa, veo
a América Latina desde América Latina. Me
puedo equivocar, pero la veo desde América
Latina. Hace poco tiempo, Belisario Betancurt,
en una reunión de unos cuantos amigos y diri-
gentes me dijo: “¿Por qué no sugieres que te
nombren representante de la Unión Europea en
América Latina?”. Le dije: “no existe el pues-
to, pero nunca lo aceptaría” “¿Por qué?” -me
respondió sorprendido. “Aceptaría que Améri-
ca Latina me propusiera que sea representante
de América Latina ante la Unión Europea. Pero
no al revés” “¿Por qué?, -me replicó Belisa-
rio. “Entre otras cosas porque sería la primera
vez que vería que América Latina se pone de
acuerdo en algo proactivamente y no solo para
defenderse de una agresión”. Por tanto eso es
para que conozcan cuál es mi aproximación
que tiene cierta trascendencia, y para que me
puedan interpretar. Como soy analfabeto fun-
cional doblemente tengo que hablar en caste-
llano, no sé inglés, primer analfabetismo fun-
cional; y segundo mi cerebro sigue funcionando
analógicamente no digitalmente. Así que para
adaptarme a la revolución tecnológica traduzco
de la analogía a lo digital, pero tengo que tra-
ducir y aún así me siguen preocupando temas
que son básicos.
El debate en América Latina en los últimos
veinte años han sido las reformas económicas. Se
han hecho muchas. No siempre brillantes ni bien
acabadas, pero muchas reformas económicas. Y
el producto bruto ha crecido poco más que la po-
blación, por tanto el producto bruto por habitante
prácticamente no ha crecido en veinticinco años.
Estoy hablando de la región. No estoy hablando de
algunas de las excepciones que existen en todas
partes. La diferencia con hace veinticinco años es
el éxito que hemos obtenido y que está peor repar-
tido el producto bruto que hace veinticinco años.
Y coincide con la época de mayor esperanza de-
mocrática de América Latina, porque la democra-
cia hoy es una regla, no una excepción, aunque
siempre hay naturalmente excepciones. Antonio
Machado decía que no hay regla sin excepción,
por tanto la excepción confirma la regla. Pero si
la lógica la lleváramos a su extremo, decía él, una
regla muy confirmada sería todavía más regla. Por
tanto si estuviera llena de excepciones sería la
regla más fuerte, más confirmada. Pero no hagan
caso de eso: son las tradiciones de la lógica.
Ahora vivimos en la única región emergente
del mundo con sistemas democráticos genera-
lizados y con un cierto fracaso de los desafíos
del desarrollo a pesar de las sucesivas gene-
raciones de reformas económicas que se han
producido. Y deberíamos preguntarnos una y
otra vez: porqué compartimos los mismos de-
137
monios, españoles y latinoamericanos históri-
cos me refiero, ¿qué está pasando?, ¿por qué
pasa esto? Porque yo no puedo dejar de recor-
dar que cuando llegué al gobierno -aunque hay
un truco en lo que le voy a decir porque los
dólares de los que le hablo en aquella época no
valen lo mismo que los dólares de hoy- mi país
tenía cuatro mil quinientos dólares de producto
per cápita y hoy tiene veintidos mil, veintitres
mil, veinticuatro mil, y están mejor distribui-
dos que cuando era de cuatro mil quinientos
dólares per cápita.
Cuando yo salí del gobierno teníamos 15,000
per capita, no quiero ni siquiera sentirme orgu-
lloso de las cifras sino de la capacidad que en
España se produjo de autoidentificarse como
gente que podía hacer las cosas, que veían que
habían hecho los alemanes o los franceses, y
nosotros no habíamos hecho nunca. ¿Y dónde
estaba la diferencia, incluso hoy mismo dónde
está diferencia? En que no teníamos confianza
en que fuéramos capaces de hacerlo. ¿Dónde
está la diferencia? Ahora les aseguró que no
descubrimos petróleo, que más bien se convier-
te en una maldición en los últimos setenta años
para quien lo descubre, porque no se traduce
petróleo en desarrollo socio-.económico prác-
ticamente nunca, salvo que se sea noruego, en
ninguno de los modelos, ni árabes ni africanos
ni latinoamericanos; no descubrimos petróleo
ni nada. Solo descubrimos que podíamos ha-
cerlo y el país cambió. Esto me parece que es
la esencia de la cosa.
Entonces ahora oigo con preocupación el
debate sobre la democracia en América Lati-
na. Me dicen que la democracia ha fracasado.
Mucha de la gente de mi tribu ideológica de
izquierda dice: la democracia está fracasando.
No, no, no. La democracia no es una ideología.
La democracia no garantiza, al menos a corto
plazo, el buen gobierno. Garantiza que pode-
mos echar al gobierno que no nos gusta. Que no
138
es poca cosa. Que es lo que no garantiza nunca
la dictadura, lo haga bien o lo haga mal, tiene
una tendencia casi irrefrenable a hacerlo mal
y a perdurar. No nos la podemos quitar de en-
cima. Por tanto la democracia garantiza a pla-
zos el buen gobierno, porque tememos que nos
echen. Esa es la virtualidad de la democracia.
No es una ideología. He luchado siempre por la
democracia. José Miguel Insulza decía que ha-
bía sido siempre moderado, si tenía el defecto
de ser moderado, incluso cuando era joven y la
ventaja de que como de joven era moderado de
viejo puedo seguir siendo moderado. Pero claro
cuando de joven se es muy revolucionario de
viejo a lo mejor uno se pasa al otro lado, y a mí
no me pasó eso.
La democracia no es una ideología. ¿Por
qué insisto en esto? Porque en América Latina
hay que conseguir que la democracia sea más
democracia, es decir sea más eficiente, más
transparente, más capaz de responder a las ne-
cesidades de los ciudadanos y que haya más
democracia y más desarrollo, las dos cosas. Y
en los últimos años cuando salí del gobierno me
preguntaban por mi experiencia de gobierno.
Por qué España salió de tanto y pasó a tanto,
y por qué se ha modernizado. Y es verdad que
la gente mayor, que tiene la desventaja de ser
mayor pero la ventaja de haber visto a España
hace treinta años, miran a España ahora y solo
físicamente comprenden que hay algo que ha
cambiado radical y profundamente.
Y además de eso como me ven cara de rojo,
o soy del Partido Socialista, aunque mas bien
de rosado -no hay que exagerar-, como me ven
cara de izquierda y dicen: ¿por qué no nos ha-
bla usted de crecimiento económico y equidad
social? Y eso en Chile me pasa con frecuencia
¿verdad? Los empresarios chilenos son eficien-
tes pero muy ideológicos que están de acuerdo
con lo que hace el gobierno de Ricardo Lagos
pero siguen votando a la derecha y dicen: por
fin. Yo hago política institucional no le digo a
la izquierda lo quiere oír y a la derecha lo que
quiere oír. Digo a todo el mundo lo que pienso y
con eso medio que la voy librando, porque si no
asumo muchos riesgos, incluso para hablar en
México siendo extranjero y “gachupín”, imagí-
nense lo peligroso que es. Pero como le digo a
todo el mundo igual me invitan a hablar segun-
do tema democracia y desarrollo, crecimiento
económico y equidad y las cifras son como las
que les he dicho hace veinticinco años, el PIB
per cápita no crece más que medio punto o un
punto, pero está peor redistribuido, por lo tanto
hay gente que la está pasando muy mal. Este
no es el peor continente, como dicen algunos,
es el más desigual y se confunden con el más
pobre lo que no es cierto, África de verdad es la
pobreza sin esperanza, es desigual, se redistri-
buye mal no la riqueza que dice la gente de iz-
quierda, el ingreso que produce el crecimiento.
Por tanto cuando me invitan a eso les digo yo no
quiero hablar de crecimiento económico y de
equidad social, quiero hablar de crecimiento
económico y redistribución del ingreso.
Porque si me plantean el crecimiento econó-
mico como un problema técnico y la redistribu-
ción del ingreso como un problema moral me
están tendiendo una trampa. Y de equidad les
decía a los empresarios chilenos seguramen-
te hablará con más autoridad moral que yo el
Papa, por tanto de la equidad voy a dejar que
hable el Papa y yo voy a hablar de redistribu-
ción del ingreso. Y de verdad que estoy preocu-
pado porque después de una época de cierto
fundamentalismo neoliberal podemos entrar en
una época de populismo demagógico frente al
fundamentalismo neoliberal. Y son las dos co-
sas igual de perversas. En la política económica
hay que ser pragmático. Claro, es un pecado en
el mundo latino hablar de pragmatismo, parece
una renuncia a las ideas y si recuperáramos la
Grecia clásica vería que pragmático es aquel
que tiene ideas que es capaz de transformar en
realidades. No aquel que tiene ideas que nunca
se van a transformar en realidades, que es per-
manentemente utópico y por tanto que nunca
va a transformar la realidad de su país.
Y a veces digo, pues, sin ser tan pragmático,
a pesar de los choques que tenemos con Estados
Unidos, como Estados Unidos en política econó-
mica. Es verdad: Estados Unidos es pragmático
en política económica e ideológico para los de-
más. Por tanto cuando necesitan déficit hacen dé-
ficit, no hay que exagerar pero lo hacen. Algunas
veces podemos pasarnos. Y cuando pueden hacer
caja y superávit hacen superávit. Hacen política
económica pragmática y además tienen al mago
detrás haciendo ese pragma como Gresspan, que
desgraciadamente se jubilan. Y nosotros hacemos
política económica ideológica y hay que salir de
eso cuanto antes para intentar encontrar los ca-
minos del desarrollo. No faltan ideas, créanme.
Cada vez que reflexiono sobre la necesidad de
desarrollo en América Latina y veo el déficit de
infraestructura básica para el desarrollo descubro
que cada proyecto que creo que hay que hacer ya
lo había encontrado la CEPAL hace veinticinco
años, está en los papeles del BID, está en los pa-
peles del Banco Mundial, están en los papeles de
América Latina. El problema es que nadie lo llevó
de las musas al teatro. Nadie los transformó en
proyectos operativos y viables. Bueno, nadie es
una exageración, como toda presentación de este
tipo. Podemos matizar mucho. Por tanto necesita-
mos democracia más eficiencia, necesitamos su-
perar esa bobada de la democracia como ideología
porque yo he sido moderado y demócrata toda la
vida porque no me gustaba la dictadura. Por eso
nunca fui comunista, porque no me gustaba nada
de Franco ni lo que me ofrecían alternativamen-
te. Por tanto tenía convicciones democráticas, en
serio. Ahora veo a muchos de los conversos que
hacen de la democracia una ideología y una arma
rosadita, cuando no es más que un instrumento de
139
gobernabilidad y de convivencia, perfectible. Y es
perfectible y no la queremos perfeccionar. Vean,
desde el río Grande hasta la Patagonia multitud
de gobiernos en América Latina tienen presiden-
tes que ganan las elecciones legítimamente por
mayoría absoluta y nunca tienen más del 20%
de la representación parlamentaria. Hay un des-
ajuste. El año pasado en República Dominicana
vi al presidente Lionel Fernández ganar clara-
mente las elecciones al presidente Hipólito, que
son amigos míos, pero cuando llega al Gobierno
y tiene que pasar una reforma por el parlamento,
como u acuerdo con el FMI, se encuentra con
que en el Senado hay un senador suyo de treinta y
tres de su formación, veintinueve del partido que
acaba de perder las elecciones, que es el PRD, y
dos de otras tribus.
Yo me planteó cómo es posible garantizar una
reforma fiscal en esas condiciones en un tiempo
limitado hasta que venga las nuevas elecciones
parlamentarias. Por tanto, tenemos problemas
de funcionalidad democrática. Repito, me pre-
ocupa pensar y ver que cuando hay fallos en el
funcionamiento de la política, la gente instruida
dice que el sistema presidencial no sirve, que
hay que ir a un sistema parlamentario. No, no,
no puede no servir el presidente de turno. Pero
el presidencialismo y el parlamentarismo son
dos formas de articulación de la democracia,
que pueden ser igualmente las dos satisfacto-
rias o insatisfactorias.
Tenemos muchos problemas de gobernabi-
lidad. Hemos estado distraídos de la crisis de
los ochenta con las reformas económicas y no
con el funcionamiento de las instituciones. En
Ecuador el ex presidente Gutiérrez, que es el
cuarto presidente saliente en los últimos diez
años, llega a la presidencia con seis diputados
de cien en el Parlamento y los diez que le pres-
ta Pachacuti. Y por muy presidencial que sea
el sistema si tiene una representación parla-
mentaria tan disminuida, y de una u otra ma-
140
nera ya se buscará la salida, por tanto tenemos
una crisis de la institucionalidad democrática
y quizás tengamos que despejar algunas de las
telarañas de nuestras cabezas. Tanto tiempo de
autoritarismo, yo lo he vivido en mi país, yo he
vivido todavía más, ya soy mayor, de la mitad
de mi vida con un dictador encima, que sin dic-
taduras. Por tanto lo comprendo, pero seguimos
confundiendo ejercicio de autoridad con auto-
ritarismo y se degrada la seguridad, la física y
la jurídica, porque no nos atrevemos a ejercer
la autoridad y a reformar el sistema para que
la división de poderes, de verdad, sea eficien-
te garantizando la seguridad. Y no hay libertad
sin seguridad. No es cierto que uno se sienta
libre si no se siente seguro. Si no puede estar
seguro en la calle, si no tiene seguridad jurídi-
ca, y esas reformas son previas, coincidentes o
acompañantes a cualquier política económica
exitosa. No se puede tener una buena defini-
ción de política económica si no hay una buena
institucionalidad democrática. Olvídense, no
va a haber desarrollo sostenible en el tiempo.
Y en término de desarrollo, antes les decía
lo que me preocupa y que me pidan que hable
de equidad social. La lucha contra la pobreza
es un problema moral. Claro que si. Pero tam-
bién es un problema económico. En América
Latina no habrá un desarrollo, una relevancia y
un desarrollo económico notable, mientras per-
dure el nivel de pobreza que existe. Mi amigo
Slim diría a los empresarios: es que la pobreza
no es negocio. Si usted quiere hacer de Amé-
rica Latina un continente relevante no puede
tener a gente, a tantísimos millones de gente
sin acceso al mercado o marginalmente en el
mercado. Y dentro de lo que les decía antes
de la política pragmática estoy cansado de ver
que se dice siempre: primero hay que acumu-
lar ahorro y capital en época de crecimiento
y después cuando el ahorro, la capitalización
haya sido suficiente, ya se empezará a repar-
tir, incluso por derrame, ya la mesa se llenó
y ya irán cayendo los excedentes para que la
gente vaya saliendo de la pobreza. Pero antes
de que llegue ese momento, de las épocas de
crecimiento viene una crisis. Por tanto, prime-
ro se evita redistribuir el ingreso porque toda-
vía hay que acumular capital, y cuando llega
la crisis, se dice: pero es que en crisis no se
puede redistribuir. Así que llevamos veinticin-
co años con redistribución negativa del ingreso.
Insisto en la redistribución del ingreso porque
la gente de izquierda habla de la redistribución
de la riqueza. ¿Saben cuál es la característica
fundamental de la izquierda?: Se preocupan de
redistribuir la riqueza, algunos para ellos, pero
en fin, digamos cuando es de buena fe, pero no
se preocupan de cómo se crea la riqueza. Y la
gente conservadora de derecha se preocupa de
crear riqueza pero nunca encuentra el momen-
to de empezar a redistribuir una parte del exce-
dente o del ingreso.
Yo pienso que es una tragedia para el desarrollo
porque hay que crecer y redistribuir. Y les digo una
cosa tal como están. El panorama de la globaliza-
ción, no vamos a poder redistribuir directamente
vía salarios aunque deberíamos de invertir para
generar empleo, pero la presión, la competencia
sur-sur no nos va a permitir que los salarios crez-
can como redistribución directa del ingreso lo sufi-
cientemente como para ir equilibrando la renta, por
tanto las políticas, con mayúsculas, no la politique-
ría, tiene que redistribuir ingresos desde el Estado,
mejorando lo que puede mejorar un Estado eficien-
te, la salud básica, la educación con igualdad de
oportunidades, al acceso a servicios públicos de los
que pueda prestar el Estado y sus mecanismos de
redistribución del ingreso indirectos, que no pre-
siona sobre la competitividad de las empresas y de
la economía e indispensable para liberar los recur-
sos de las personas que tienen un empleo y pueden
acceder al mercado. No hay mucho que descubrir,
es elemental. Decía a unos amigos, de broma pero
en serio, que es como dicen los andaluces que las
cosas más serias hay que decirlas en broma y las
tonterías hay que decirlas con solemnidad porque
sino se notan que son tonterías. Por tanto sigamos
con un poco de humor. Granchi el revolucionario
italiano, un hombre que decía que era comunista,
decía que él era optimista de la voluntad y pesimis-
ta de la inteligencia. Por tanto él veía la voluntad
de los revolucionarios comunistas y le parecía que
eso era el motor que cambiaba la historia, pero la
inteligencia le decía que eso no iba a funcionar. Y
ahora estamos con el desafío contrario: la inteligen-
cia nos permite ver y conocer que América Latina
tiene respuestas políticas y económicas para el de-
sarrollo en las manos y cuando uno piensa en la vo-
luntad duda de que tengamos voluntad para hacer
lo necesario, para que las cosas pasen. Voluntad de
acuerdos nacionales, de unir esfuerzos, de no ideo-
logizar lo que no hay que ideologizar, de crear áreas
de fortalecimiento del consenso, de hacer política
para la gente, de no seguir diciendo: esto que se
dice tanto en la política, eso que están haciendo no
te conviene. En lugar de decir esto le conviene a la
gente o no. Porque lo que le convenga al político o
no le convenga es banal, es como el médico que le
dicen: esto que le estás proponiendo al enfermo no
te conviene a ti como médico. Mejor dime si le con-
viene o no al enfermo, que es mi función. No si me
conviene o no a mí. Por tanto, un poco la exaspera-
ción que produce la situación es que es posible.
Empecé con la energía y voy a acabar con la
energía. América Latina necesita desarrollar la
infraestructura que son auténticos cuellos de bo-
tella para su crecimiento sostenible, pero las in-
fraestructuras de comunicaciones, de telecomu-
nicaciones que ahí va con la competencia entre
los privados, de energía y de agua. Si América
Latina no hace eso además de una educación
para competir en la sociedad digital, en la socie-
dad del conocimiento, en la globalización, como
quieran, no va a tener oportunidades. Pero si no
hace el desarrollo de la infraestructura básica,
141
esas que están en proyecto en la CEPAL desde
hace treinta años y se siguen sin hacer no va a
haber desarrollo. Y el problema de la energía que
decía antes, esta es una región privilegiada ener-
géticamente. Cuando vemos que el desastre del
“Katrina”, como desastre natural, produce una
merma del 10% del suministro tanto en cabece-
ras, en origen, como en refino y eso produce una
alteración económica monumental y pensamos
en la cantidad de energía que tiene este conti-
nente, de las no renovables y de las renovables,
aunque se estudien o se analicen menos.
La energía en este continente como en todas
partes, pero hablo de este continente, es una
variable estratégica fundamental para el desa-
rrollo. Es una variable estratégica fundamental
para la integración regional. Se desespera uno
pensar que no hay comunicación energética
entre los países que tiene energía de sobra y
no la están explotando o la están explotando
deficientemente y los países que pueden desa-
rrollarse pero no tienen energía o la tienen a
costes insoportables. Por tanto es una variable
estratégica fundamental para la integración re-
gional, fundamental. Si no se pierde tiempo en
las inversiones innecesarias para extraer o de-
sarrollar los recursos energéticos y es una va-
riable estratégica fundamental para la relevan-
cia internacional, es decir para la paz. América
Latina no es una amenaza, luego es menos rele-
vante en el nuevo mundo que vivimos. Y proba-
blemente su relevancia debería venir de que no
es una amenaza, pero si sabe qué hacer con su
propia fuerza, con sus propios recursos.
Hay una interrogante, que dirijo fundamen-
talmente a la gente que tiene un pensamiento
más próximo al mío, es decir que pertenece a
mi tribu, a la izquierda. El ahorro público en el
horizonte previsible, es decir, el Estado no ten-
drá capacidad para desarrollar si cumpliera con
su función, además de que funcionara la justicia
y la seguridad, de educación básica y de salud
142
básica, no tendrá capacidad económica para de-
sarrollar las infraestructuras que necesita Amé-
rica Latina. Luego tendrá que acudir al ahorro
disponible donde esté y ese ahorro disponible es
privado y la función del Estado será y seguirá
siendo siempre reguladora, por tanto tendrá que
ser atractivo para el ahorro privado, con un mar-
co regulador que haga viable los proyectos de
inversión en infraestructura. Resignarse a que
no le llegue energía a la gente porque lo tiene
que hacer el Estado, resignarse a que no tenga
agua potable porque ideológicamente eso lo tie-
ne que hacer el Estado, es un error dramático.
Es una pura ideologización que niega la capaci-
dad transformadora de este continente, de esta
región. Me estoy extendiendo en demasía, pero
créanme, ahora que nos reúne Bill Clinton en
Nueva York, los desafíos de la globalización, etc.
y que yo focalizo la atención, especialmente en
América Latina, digo cuál sería el diagnóstico
en dos palabras: no más democracia en el senti-
do de más democratitis, no, no. Más democracia
en el sentido de una democracia más eficiente,
más transparente, más volcada al servicio de los
ciudadanos y no al servicio de los dirigentes.
Si no se hacen las reformas democráticas que
América Latina necesita sean cuales sean las re-
formas económicas serán virtuales pero no rea-
les, serán para libros de textos y no serán para
aplicarlas en cada uno de los países de la región.
Y se necesita más desarrollo. No hay en los paí-
ses del sudeste asiático, que están explotando
en términos de desarrollo, más condiciones para
el desarrollo que en América Latina, hay menos.
China tiene que comprar la mayor parte de la
energía que necesita afuera, y por cierto lo está
haciendo. Y lo está haciendo a veinticinco y
treinta años de plazo y no sólo no se lo podemos
reprochar, es una bendición que resuelva, al me-
nos, el problema de la cuarta parte de la huma-
nidad. Y dentro de diez años, como hace quince
años veíamos a japoneses haciendo fotos por to-
dos los rincones del mundo, dentro de diez años
empezaremos a ver chinos. Y la única diferencia
es que son muchos más, así que habrán millones
de tíos con esas maquinitas saliendo por decenas
de miles de cada ascensor de los hoteles y serán
grandes consumidores de un mercado global, no
solo del mercado interno, por tanto a mi no me
asusta ese fenómeno, al contrario bienvenido
sea, pero si lo pueden hacer ellos, qué razón hay
para que América Latina no lo haga. Si parten de
una posición más baja, que razón hay para que
América Latina no arranque, no se desarrolle y
no sostenga el desarrollo. Las políticas tienen
que estar orientadas a favorecer la inversión y el
empleo. Una cosa es decirlo y otra cosa es hacer
después una reforma fiscal que contradice las
necesidades de inversión y de empleo.
Los políticos tenemos que saber que la refor-
ma fiscal tiene que tener dos objetivos: primero
las prioridades nacionales, segundo la recau-
dación. Si el objetivo es primero recaudatorio
y después lo demás podemos incurrir en con-
tradicciones terribles que paren la capacidad
inversora y la generación de empleo, como pri-
mer objetivo. Y segundo objetivo, infraestruc-
tura física, infraestructura humana, podríamos
decir. Capital físico y capital humano. Para el
capital físico, el Estado no tiene dinero y no lo
va a tener. América Latina lo necesita. Luego
sumemos capital privado con esfuerzo político
con marco regulador razonable y dejamos que
la inversión produzca el desarrollo de la infra-
estructura si no, no van a llegar y atender a la
principal variable estratégica, antes hablaba de
la energía la principal variable estratégica para
el desarrollo, que son los seres humanos, son
los hombres y las mujeres de América Latina.
Cuando veo que en Ecuador el 25% de la po-
blación, y justamente dentro del tramo de edad
de menos de treinta y cinco años, sale del país
en cuatro años y medio, me parece no sólo que
es un éxodo bíblico sino que es un problema de
hemorragia de capital humano, difícilmente re-
cuperable. Yo trasladando ese éxodo bíblico a
mi país, pensaría y diría y lo he dicho: es como
si entre el año 2000 y el año 2005, ocho millo-
nes y medio de españoles y españolas de menos
de treinta y cinco años se hubieran ido de mi
país. Por tanto el capital humano, la variable
estratégica fundamental, los hombres y las mu-
jeres son los que tienen que tener las primeras
y especial atención de los políticos, porque de
eso sí que depende a medio y a largo plazo el
desarrollo sostenible de América Latina.
Pues, ¿cuál es la conclusión? Algunos di-
rían que es pesimista y otros que es optimista.
Yo soy un optimista escarmentado, pero sigo
siendo optimista. Tengo el escarmiento de pen-
sar que algunas veces lo vemos, pero no tene-
mos la voluntad de hacerlo, y compruebo con
mucha frecuencia que hay mucha más gente
que ve lo que estoy diciendo como lo veo yo,
tienen la oportunidad de hacerlo y no lo hacen,
y me gustaría por lo menos ayudar a conven-
cer a los que tienen la responsabilidad que lo
hagan, que está en sus manos hacerlo y entre
todos podríamos hacerlo.
143
El debate
PANEL DE LA OCTAVA CONFERENCIA
“LOS DESAFÍOS DE AMERICA LATINA Y EL CARI-
BE”
Washington DC - 13 de septiembre de 2005
Muy buenas tardes a todos. Desde el Salón de las Américas
de la Organización de Estados Americanos les habla Irene Klin-
ger, coordinadora de la Cátedra de las Américas. El día de hoy
hemos convocado a un panel de expertos para comentar sobre los
temas tratados por el presidente Felipe Gonzáles. El señor Mark
Schneider es vicepresidente del International Crisis Group y su
presidente de la oficina de Washington. El señor Mark Schnei-
der fue director del cuerpo de paz y administrador adjunto para
América Latina del USAID. Fue asimismo Secretario Adjunto
de Estado para Derechos Humanos durante la administración
del presidente Carter, Director de Análisis de Calificación Estra-
tégica en la Organización Panamericana de la Salud y asistente
legislativo y asesor de política exterior del senador Ted Kennedy.
144
Es graduado por la Universidad de Berkeley, California, y tie-
ne un máster en ciencias políticas. Recibió el título honorario
de doctor en derecho de la American University, Washington
College of Law, ha sido distinguido con la medalla Bernardo
O’Higgins de derechos humanos entregada por el gobierno de
Chile en la categoría de Gran Cruz. El señor Hernán Garrido
Lecca se desempeña como director de la cátedra de economía
internacional del Instituto de Gobernabilidad de la Universidad
San Martín de Porres de Lima. Es economista de la Universidad
del Pacífico y obtuvo su doctorado en administración de empre-
sas en la Universidad de Sevilla. Posee un master en ciencias
políticas y gestión pública en el MIT y un master en administra-
ción pública de Harvard Univertity. Cuenta con una destacada
carrera profesional tanto en el sector privado como público don-
de se desempeñó como director ejecutivo del Consejo Nacional
de la Deuda Externa y como asesor económico del Ministerio
de la Presidencia durante el gobierno del presidente Alan Gar-
cía. Es analista y columnista en diferentes medios de comuni-
cación y ha publicado varios libros. La señora Nancy Sucker
Boswell es directora de Transparencia Internacional, directora
del capítulo de Estados Unidos. La señora Boswell trabaja con
funcionarios del gobierno y de representantes del sector legal,
corporativo, contable, y otros sectores en temas de responsabili-
dad, financiamiento y buen gobierno. Asimismo practicó leyes
en Steptoe & Johnson en Washington, D.C, y ha sido directora
para enlace congresal de la Asociación Americana de Mujeres
Universitarias. El señor Richard Fletcher es asesor principal
del departamento de Desarrollo Efectivo y Planificación Es-
trétegica del Banco Interamericano de Desarrollo, trabajó en
el servicio diplomático de Jamaica, fue asistente principal se
asuntos económicos del Primer Minstro, presidente ejecutivo
del Instituto del Azúcar de Jamaica, economista por la Univer-
sidad West Indies y master en economía por la Universidad de
Oxford. Es asimismo Rhodes Scholar.
El señor Hernan Garido Lecca tiene la palabra.
Hernán Garrido Lecca
Agradezco la invitación al Secretario General José Miguel
Insulza, y traigo para él y para el presidente Felipe González
el saludo del rector de la Universidad de San Martín de Porres,
ingeniero José Antonio Chang. Me cabe la responsabilidad
además de ser el único latinoamericano en este panel que ha-
bla acerca de América Latina. Eso es quizá una paradoja. El
presidente González dijo que sólo se comprendería España si
la miramos desde América Latina. Yo creo firmemente que
sólo comprenderemos la forma de salir de la encrucijada de
América Latina cuando entendamos lo que pasó en España.
Quiero partir por confesar, quitarme el académico, y confesarle
al presidente González que yo soy de la tribu también. Y de la
tribu que además por moderado me costó diez años estar fuera
del partido en que hoy vuelvo a militar. Y no puedo dejar de
llevar las reflexiones del presidente González a lo que siente
el ciudadano peruano y latinoamericano en la vida cotidiana
de ofrecimientos espectaculares de la economía: 4, 6, 7%, y
acumulación de reservas internacionales netas, y crecimiento
de las exportaciones, como en el caso de Perú en 40% este
año. Y sin embargo, al costado de esta realidad virtual como
yo llamaría la economía del Perú, se sigue encontrando la rea-
lidad concreta de la economía de los peruanos. La realidad de
la vida cotidiana. Cuando se analiza éste crecimiento ve que
en realidad la ficción de 4-5% está en que son crecimiento
promedio producto de crecimientos hasta de dos dígitos a veces
de sectores como la minería, las comunicaciones, los sectores
de infraestructura, y crecimientos marginales en aquellos como
agricultura, construcción, pequeña y mediana empresa, que son
los que generan empleos. En síntesis, crecemos en la economía
del Perú, la economía de América latina, pero no hay mejoras
en la economía de los peruanos porque los sectores que crecen
no son los que generan empleo. Y la preocupación y la pregunta
es cómo en el contexto internacional actual podemos romper
esta camisa de fuerza que nos imponen los condicionamientos
de fuera. China lo mencionó en como una bendición pero sin
embargo China manda hoy con materias primas y la presencia
de América Latina nos recuerda la presencia de Inglaterra en
un momento, EE.UU., y quizá luego el bloque soviético deman-
dando materias primas de América Latina en una economía de
casi enclave. Tenemos indicios de que con China se repite, y
el otro becerro de oro, por llamarlo de alguna manera, son los
TLCs con Estados Unidos, en los cuales se promete una pa-
nacea y que sin embargo, con todos beneficios que esto puede
tener, está recibiendo cuestionamientos precisamente porque
producen éste crecimiento basado en el sector primario expor-
tador. Intuyo, yo quisiera saber si comparte el presidente Gon-
zález esa impresión, que buena parte de la respuesta está en
la integración de América Latina. Él habló de la necesidad de
construir una clase media y nuestras clases medias separadas
son pequeñas pero quizá el agregado de estas clases medias
podría ser una respuesta, y la puerta que nos permita romper
esta inercia de crecimiento sin distribución del ingreso, como
el bien ha señalado. Y quizás la pregunta final es en torno a
estas reflexiones ¿cómo hacer que el futuro no sea lo que es en
América Latina?
Moderadora
Tiene la palabra la señora Nancy Zucker Boswell.
Nancy Zuckerç
Gracias doctora Klinger. Y gracias al secretario general por
invitarme a este importante evento. Como mi colega dijo antes,
es muy difícil responder en esta tan estimulante discusión. Él
desarrolló muchos aspectos interesantes por lo que me gustaría
concentrarme en sólo uno o dos asuntos de interés. Déjenme
empezar diciendo que como jefa del capítulo de los Estados
Unidos de Transparencia Internacional creo que tengo la opor-
145
tunidad de decir que reconozco que tenemos desafíos en los Es-
tados Unidos también. De hecho, cuando me comunico con mis
colegas de noventa capítulos en países en todo el mundo lo que
encuentro es que tenemos mucho en común en muchos de los
asuntos que nos esforzamos por solucionar. Nuestra experiencia
colectiva demuestra, como dijo el presidente González, que los
recursos que tenemos para el futuro son bastante limitados. Y
por lo tanto tenemos que asegurarnos que haya responsabilidad,
transparencia e integridad, lo que es verdaderamente esencial.
Es verdad que estamos hablando acerca de los sectores público
o privado. Esto no es un esfuerzo de corto plazo sino que requiere
atención constante acerca de los grandes compromisos públicos.
Como se mencionó, estos problemas no son nuevos, han estado
en las agendas desde 1994 en la reunión de las Américas. Esta
fue una notable reunión. Había un gran optimismo, pensábamos
que la solución estaba a la vuelta de la esquina, que después
de décadas de regímenes autoritarios la democracia estaba ba-
rriendo en todo el hemisferio. La declaración y planeación de
1994 es tan vibrante hoy como lo era en ese entonces. Fueron
notables por la franca y directa evaluación de los desafíos que
enfrentaba el hemisferio. Como dijo el presidente, sabemos
cuáles son los desafíos y sabemos lo que necesita hacerse. Los
desafíos no han cambiado y los remedios presentes en ese do-
cumento, y elaborados en cumbres subsecuentes, son todavía
relevantes y necesarios. En 1994 hubo un reconocimiento de
que la democracia requería más que elecciones libres. Reque-
ría un aumento en participación pública, y transparencia en la
información. Requería que los presidentes dieran mayor capa-
cidad de respuesta del gobierno hacia los ciudadanos. También
hubo un reconocimiento de que se necesitaba un ataque frontal
para reducir la corrupción. Y aunque éstos problemas no tienen
la dimensión de ayer, no representaría a mis colegas de Transpa-
rencia Internacional alrededor del mundo sino tratara estos pro-
blemas. Los líderes mismos reconocieron que la corrupción de-
bilitaba el desarrollo económico, y que la creciente participación
del público en transparencia era esencial, tanto para reforzar la
democracia como para reducir la corrupción. Diez años después
de la cumbre de Miami estamos aún esforzándonos. Aquí hay
un reporte NDP de la democracia en Latinoamérica que anota
que, aunque la región ha hecho grandes progresos en términos
de elecciones, las perturbaciones políticas indican que hay gran
insatisfacción. Los problemas que fueron mencionados, falta
146
de crecimiento económico, disparidad en el ingreso, sistemas
legales inefectivos, corrupción continuada, están debilitando la
confianza no solo en las instituciones públicas, sino en la demo-
cracia misma. Como resultado, algunos han cambiado a alter-
nativas que prometen mayor participación, mayor crecimiento
económico, que aquellos que han estado en regímenes previos.
No están cumpliendo con estas promesas y por ello la gente se
ha desilusionado con la democracia. Pero yo estaría de acuerdo
con los ponentes en que el fallo no está en la democracia sino
lo difícil que es arreglar las instituciones democráticas que nos
protejan a todos.
Algunos sugieren que hay demasiada concentración en la
lucha contra la corrupción. Como otros mencionaron antes, yo
creo que necesita se mencione cuando estamos hablando de los
desafíos que enfrenta el hemisferio, y cuando estamos hablan-
do de la mayor disparidad entre nosotros en el futuro. Algunos
dicen que ello podría desviar la atención de otros asuntos más
urgentes, tales como proveer servicios básicos, educación, y sa-
lud e infraestructura. Pero aquellos que trabajan en desarrollo
reconocen que un impedimento fundamental para todas estas
cosas es exactamente el desvío de recursos hacia la corrupción.
La lucha contra la corrupción no sólo debe ser vista como una
prioridad, debe ser una prioridad.ç
Para aquellos que trabajamos en este problema, es adecua-
do decir que, con pocas excepciones, la realidad no ha mejo-
rado, sino que antes no estaba tanto en la atención pública. Y
me gustaría demostrar que la convención interamericana contra
la corrupción, algo que nuestros líderes llamaron en la cumbre
de 1994, tomó apenas dos años para concluir este importan-
te hito. Nuestro hemisferio fue el primero en haber convenido
un común acuerdo regional para combatir la corrupción. Pero
años después de entrar en vigencia había poca evidencia de
su implementación. Transparencia Internacional trabajó con la
Interamerican Bar Association y la American University para
crear niveles de seguimiento a este mecanismo. Y tuve el pri-
vilegio de trabajar con muchos países representados aquí hoy
para hacer de éste un proceso viable y efectivo para alcanzar
los resultados que deseamos. Pero no alcanzamos la efectividad
demandada por los pueblos de nuestros países. Este mecanis-
mo hasta ahora ha realizado sólo unos cuantos países y unas
cuantas provisiones en la convención después de casi diez años
desde que la convención fue terminada. Y aún cuando los ex-
pertos han hecho un trabajo muy notable, dando recomendacio-
nes de acción, no hay garantías de que estas recomendaciones
serán hechas públicas ni de que los gobiernos reportarán los
progresos alcanzados en eficiencia.
Quizás más perturbador es que las prioridades encontradas
hacen difícil que los gobiernos sigan enfocados en este impor-
tante problema, y el lento progreso ha reducido el impulso. Es
por esto que TI está pidiendo que todos los gobiernos reporten
en la próxima Cumbre de las Américas acerca de su progreso
en cumplir con la convención. Creemos que esta es una opor-
tunidad para que los gobiernos demuestren lo que han logra-
do y reconstruyan la confianza de sus ciudadanos. Daría una
oportunidad para que todos trabajemos y avancemos juntos. No
podemos trabajar en estos problemas sin ser optimistas, así que
concluiré diciendo que estoy de acuerdo con el presidente en
que sabemos lo que está mal, sabemos lo que necesita hacerse,
y juntos podemos hacerlo.
Moderadora
Tiene la palabra el señor Richard Fletcher.
Richard Fletcher
Estoy honrado de estar invitado a este panel. Mi antiguo
mentor político, el ex primer ministro de Jamaica Michael Man-
ley, quien también es de la tribu de la izquierda, me habló acer-
ca del presidente González y lo impresionado que estaba con su
capacidad estratégica den el desarrollo político y económico en
España. Su admiración era inmensa, y habiendo escuchado a
Felipe González esta tarde, puedo entender porqué. Voy hablar
sobre el Caribe. Ciertamente es una parte muy pequeña de La-
tinoamérica, y la población caribeña es de unas veinte naciones
independientes. Nuestra población es poco menos de cuarenta
millones de personas, la mayoría de las cuales están concentra-
das en las naciones isleñas de Cuba, Haití, y República Domi-
nicana. Pero el Caribe tiene un lugar muy especial, privilegiado
en América Latina. Hablando claro, el Caribe es el paraíso. No
solamente crean en mi palabra. Vengan, y no querrán regresar.
Podrán constatar van más cruceros al Caribe que hacia todo el
resto del mundo combinado. Y paraíso no es sólo por la ubica-
ción geográfica, el clima, las playas, el mar, es también la gente.
Un notablemente diverso, talentoso, creativo, y enérgico pueblo.
Tenemos reputación en arte. Haití por ejemplo, tiene una de las
más notables y distinguidas escuelas de pintura en todo el mun-
do. Trinidad es famosa por su calipso; Jamaica por su reggae,
Nuestros atletas son renombrados. La combinación de habili-
dad atlética y creatividad produce algunos resultados bizarros,
como algunos de nuestros atletas tropicales jamaiquinos com-
pitiendo en deportes nórdicos extremos como bobsleigh en las
Olimpiadas de invierno. Y les fue muy bien. Ellos descubrieron
que podían hacerlo, y así que lo hicieron. ¿Cómo este paraíso
puede enfrentar los desafíos de la globalización en el siglo XXI?
La imagen es altamente variable. Tenemos uno de los países en
desarrollo más ricos en las Bahamas, y uno de los más pobres en
Haití. En términos generales, nuestros indicadores de desarro-
llo humano son muy altos, tenemos algunos de los puntajes más
altos en los reportes de desarrollo humano en indicadores para
países en desarrollo. Y la mayoría de otros países del Caribe
también lo hacen muy bien. Y aún así, la imagen está mezclada.
Todos los resultados que se pueden tener en indicadores huma-
nos y en indicadores sociales, hay cosas que preocupan tales
como la llegada del VIH y otras enfermedades. Es la impresión
general que el Caribe no lo está haciendo tan bien en el lado
económico como en el lado social. Felipe González mencionó
el doble desafío de crear riqueza y redistribuir ingresos. Pare-
ce que lo estamos haciendo mejor en la parte de redistribución
que en la parte de creación de riqueza. Falta algo en nuestra
actuación para crear riqueza. No podemos compararnos con la
sobresaliente actuación de Singapur o Taiwán. Pero aún dentro
del Caribe, lo estamos haciendo mejor que Jamaica, y Jamaica
tiene muchos más recursos. Parece que no hemos aprendido la
lección de esperar para acumular riquezas. Antes de venir aquí
consulté los foros económicos internacionales, los índices de
competitividad global. Eso fue muy revelador. En Latinoaméri-
ca sólo hay un país que tiene un puntaje muy bueno en ese ín-
dice, Chile. Chile está en el número 22 en la lista del índice de
competitividad global. Nosotros estamos en 23, casi el mismo
puntaje. Se puede decir que Chile es la España de Latinoaméri-
ca, o quizá España es el Chile de Europa, no estoy seguro. Dos
países caribeños del área inglesa del Caribe están reflejados en
ese índice. Trinidad, que se sitúa en el 51, y Jamaica en el 66
de 120. República Dominicana está aún más abajo. ¿Por qué es
esto? Que estos países privilegiados, paraísos de Latinoamérica
en el Caribe, no pueden hacer bien estas cosas tan simples que
necesitan ser hechas. Recuerdo que hace unos años, alguien
147
de Finlandia me explicó como en veinticinco años Finlandia
era un país que sólo producía competitivamente dos productos:
madera y papel higiénico. Ahora es el principal productor de
teléfonos celulares en el mundo, muy competitivos. Jamaica
también es excelente en teléfonos celulares. Tenemos un uso
de celulares per cápita mayor que el de los Estados Unidos de
América, pero no los producimos. Ni siquiera un componente.
Así que en el Caribe necesitamos dirigir nuestro gran talento
creativo, nuestra energía, lejos de ser gente que se adapta muy
rápidamente a los patrones de consumo globalizados hacia con-
vertirnos en gente que también entienda lo que se necesita para
convertirse fabricantes de productos competitivos en el mundo
globalizado. En las palabras de Felipe Gonzáles, necesitamos
descubrir que podemos hacerlo.
Palabras del Presidente Felipe González y de las dele-
gaciones
Ahora tenemos unos treinta minutos para intercambiar
ideas, para hacer preguntas, en particular al presidente Felipe
González quien nos sigue acompañando esta tarde, y a los pa-
nelistas de la mesa. Adelante el embajador del Ecuador, por
favor.
Embajador del Ecuador
Deseo agradecer muy cordialmente la exposición de señor
presidente Felipe González, cuya trayectoria y personalidad son
muy conocidas en mi país. Como él ha hecho referencia a dos
situaciones que ha vivido y sigue viviendo mi país, quisiera ha-
cer algunas precisiones muy breves desde luego. Él ha hecho
mención a la falta de estabilidad democrática en Ecuador en
los últimos años. Estamos tratando de mejorar. Y el fenómeno
de la migración, que no tiene un origen político, sino que obe-
dece a razones económicas, las mismas razones económicas
que los españoles sufrieron en los años 50 al venir hacia tie-
rras americanas, en búsqueda de mejores recursos y mejores
oportunidades. Obviamente el Ecuador, los ecuatorianos, han
tenido un desangre de cerca de un millón de personas, de una
población de trece. No puede ser detenida ni con muros ni con
visas de doble o triple seguridad. La única manera de retener
a los ecuatorianos en el país es creando fuentes de riqueza y
haciendo realidad lo que el presidente González reclamaba: la
distribución de un ingreso justo. El presidente dominicano esta
148
mañana hacía referencia a que todos los países de la región es-
tamos bendecidos por la democracia. Pero que la democracia
está sufriendo en la base, no en la forma tradicional de golpes de
estado militares, sino porque la fuerza popular, la fuerza de los
pueblos, ha salido a las calles. Como alguien decía, los pueblos
latinoamericanos, y especialmente el pueblo ecuatoriano, ya no
quiere vivir en el subsuelo, quiere compartir el hogar nacional
con las élites políticas económicas y sociales que han dominado
la situación del país durante estos siglos. Pero en el fondo, el
problema es que para distribuir los ingresos los estados tienen
que tenerlos. Y los ingresos para países como el Ecuador, que
tienen inclusive petróleo, no llegan en cantidad suficiente. No
llegan porque tenemos un problema grave: el de la deuda exter-
na. Nuestra deuda externa actual es de 13 mil millones de dóla-
res. Hemos pagado tres veces esa cantidad y seguimos debien-
do 13 mil millones de dólares. Cada ecuatoriano que nace tiene
una deuda de 1000 dólares, entonces hay algo que ser en este
aspecto. Otra cuestión también es que se debe reclamar justicia
en el trato internacional. Respecto del petróleo ecuatoriano, de
cada cien barriles que produce el Ecuador, ochenta van a las
empresas de toda nacionalidad que están en el país, y veinte
van al Estado ecuatoriano. El diferencial cambiario ahora que
el petróleo está calculado en veinte dólares, veintidós dólares
antes de impuestos, se está vendiendo a sesenta dólares. Como
el petróleo ecuatoriano tiene una mayor cantidad de azufre, tie-
ne una diferencia, y esa diferencia, hasta hace un mes, era de
diecisiete dólares. Cuando hubo un ministro de economía que
no estuvo ligado a ninguna de las empresas ni clases económi-
cas, súbitamente esos diecisiete dólares se convirtieron en diez,
lo que significa que siete dólares iban a parar a las manos de
alguien que hasta ahora no ha sido identificado.
Moderadora
Embajador, le ruego que fuera concluyendo porque tenemos
una lista...
Embajador del Ecuador
Para concluir: le pediría su opinión al presidente González
acerca de cómo, en su criterio, influencia la deuda externa en la
situación que está viviendo nuestro país. ¿Que podría hacerse
al respecto?
Moderadora
Muchas gracias. Quisiera pedirles que, con el objeto de dar
la posibilidad de participación, sean breves en sus preguntas.
Si están de acuerdo los panelistas tomaríamos dos preguntas
más y después damos la palabra para responder. La embajado-
ra Tamayo de Bolivia, por favor
Embajadora de Bolivia
Gracias presidente González por su presentación. Usted
nos ha hablado de la necesidad de lograr grandes acuerdos
nacionales para poder salir adelante. Yo quisiera preguntarle
algunos de sus comentarios sobre la experiencia en España con
las autonomías.
Moderadora
Había una pregunta atrás por favor y si puede identificar-
se.
Jorge L. Zelaya
Mi nombre es Jorge Luis Zelaya Coronado, soy guatemal-
teco, y que dejado en esta casa muchos años de mi vida. La
pregunta es muy concreta: se nos habló de una especie de
respuestas inéditas que aparecen planteadas oportunamente
por la Cepal y que son respuestas a preguntas que en este mo-
mento se están haciendo las estadísticas de América Latina. Yo
recuerdo hace muchos años cuando tuvimos aquí a don Raúl
Prebisch, después entró una especie de escepticismo en cuanto
a los planteamientos de la Cepal. ¿Que nos aconsejaría el pre-
sidente González para reencauzar estos planteamientos y para
que los gobiernos de nuestro continente empiecen a interesarse
en esos proyectos que fueron planteados dentro de una filosofía
que parece quererse olvidar?
Moderadora
Al presidente González quizá le doy la oportunidad ahora
para una primera reacción y después podamos tomar otras pre-
guntas.
Felipe González
Intentaré ser sintético pero también quisiera responder
algunas afirmaciones de los panelistas por si no quedó clara
alguna cosa. Yo he hablado del problema de la desigualdad en
América Latina. Doy por supuesto que todos compartimos que
es un problema moral. Por tanto, no insisto en la calificación
moral de la desigualdad, ni siquiera en el potencial de rebeldía
y de desestabilización que una desigualdad de esa naturaleza
tiene. Lo que trato de hacer comprender es que un sistema que
funciona con esos índices desigualdad es económicamente in-
eficiente. Eso es lo que preocupa. Me irrita pensar que no va-
mos a hacer las cosas para evitar males mayores, no vamos a
hacer las cosas por razones morales, porque sepa usted que, el
debate moral es siempre el mismo. ¿Quien va decir que se pre-
ocupa menos de la pobreza que otro? Todo el mundo se preocu-
pa de la pobreza. Entonces yo no quiero entrar a esa parte de la
discusión. Les digo, el problema de la desigualdad en América
Latina, además de la inmoralidad, de los riesgos para el sistema,
etc., es un problema de ineficiencia en el funcionamiento del
modelo económico.
Por tanto, si no puedo apelar a un espíritu solidario humani-
tario, me gustaría apelar al egoísmo inteligente. Tanto la gente
que sea muy egoísta pero inteligente tienen que saber que la
lucha contra la desigualdad, la redistribución del ingreso, la
democracia incluyente, no sólo le va a evitar disgusto de explo-
siones incontroladas, le va a dar más satisfacción moral, va a
hacer un mejor negocio. Es muy duro decirlo así, pero egoísmo
inteligente, sino hay por lo menos comprensión de que el mo-
delo es así. En términos de producto bruto, lo que se roban los
corruptos no es significativo, por mucho que roben, y algunos
roban mucho. El problema es cuánto distorsiona el funciona-
miento del sistema que haya un funcionario o un político que
se corrompa, traicionando los objetivos de su función. Por lo
tanto la corrupción no sólo tiene una dimensión repulsiva de
quedarse con el dinero público, de nuevo lo planteo, es doloroso
que lo diga así, pero es además en el 99% de los casos, profun-
damente ineficiente para resolver los problemas del país. ¿Por
qué digo en el 99% de los casos? Porque he conocido casos
de corrupción, incluso sistémica, en países que han conseguido
el desarrollo, como Japón, y son conocidos, históricamente son
conocidos.
Tercera consideración, la emergencia de China. China le
está pegando sobre todo duro a países como los países europeos.
Nos engañan. China, con China no se puede competir en costes
por unidad de producto. Pero además, para colmo, los chinos
están incorporando rápidamente tecnología. Para los países
149
emergentes, el principal problema no es que el incremento de
la demanda mundial de materias primas aumente el valor de las
materias primas. Es casi una bendición también, mientras más
valoradas materias primas, una cierta oportunidad de mejorar
el ingreso nacional y transformar lo que en desarrollo existe. No
sólo para el petróleo, existe para el cobre, existe para otras mu-
chas materias primas. ¿Saben ustedes que los finlandeses en el
año 89, cuando se cae el muro de Berlín, pierden la mitad de
su producto bruto en dos años? Cuando se hunde la Unión So-
viética, Finlandia pierde la mitad de su producto bruto. O sea,
se empobrece, reduce su riqueza a la mitad. cuando estuve en
Pekín hace veinte años, con Deng Xiaoping que me contó lo
que iba a pasar en China, y lo que me sorprende es que sólo
se equivocó en que ha pasado mucho más de lo que me con-
tó, es decir, se ha equivocado en cantidad, no en la orientación
del proceso. Cuando llegué a Pekín hace cuatro años había
cuarenta mil finlandeses, cuarenta mil finlandeses de un país
que son cuatro o cinco millones de habitantes. Había también
ciento cuarenta españoles, paisanos míos. Pero cuarenta mil
finlandeses. ¿Y que vendían los finlandeses? o ¿que vendían
los españoles? Los españoles algunas cosas razonables, pero
fundamentalmente vendíamos chupa-chups (los caramelos con
palito), o transporte, lo que sea. Los finlandeses vendían tecno-
logía de alta calidad, teléfonos móviles por doquier, software por
doquier, era impresionante el despliegue de esos cuarenta mil
finlandeses. Han perdido la mitad de su producto bruto, por la
caída del muro de Berlín y el hundimiento de la Unión Soviéti-
ca, pero han transformado su economía para lo que China es un
mercado inagotable y no un problema ni un dolor de cabeza. Por
tanto, China va a golpear el Sur-Sur y, sobre todo, al Norte.
En Europa estamos en una dulce decadencia. En una pér-
dida progresiva de relevancia, pero sin ninguna conciencia de
que estamos perdiendo relevancia y que nos estamos cayendo.
Se habla de sostenimiento del modelo, del estado de bienestar,
pero nadie se pregunta cómo se pagan. Porque yo defiendo el
modelo, yo soy socialdemócrata. Defiendo el modelo, pero el
modelo no se sostiene porque uno haga un discurso de soste-
ner el modelo. Se sostiene si se puede pagar. Y se puede pagar,
si recuperamos productividad por hora de trabajo. Se lo estoy
diciendo con una precisión que es hasta molesta. No produc-
tividad por persona ocupada siquiera. Si el europeo medio de-
cide trabajar veinticinco horas a la semana, pues bendito sea el
150
que pueda trabajar es veinticinco horas a la semana. Pero cada
hora de trabajo tiene que ser competitiva en la globalización, y
por tanto percibirá un ingreso en función de esa capacidad de
competir globalmente. Si no, ¿cómo vamos a sostener la redistri-
bución de la sociedad de bienestar? Yo no cuestiono el modelo,
si está muy bien para el propio funcionamiento del mercado,
siempre que se tenga en cuenta que uno no sostiene el estado
del bienestar con discursos. Se sostiene con eficiencia, y la efi-
ciencia en una economía globalizada es productividad por hora
de trabajo. Y el matiz tiene que ver con que en Estados Unidos
trabajan cuarenta y ocho horas a la semana. Si usted no quiere
trabajar cuarenta y ocho horas a la semana, sino treinta y seis,
o veinticinco, está bien. Lo que no puede pretender es trabajar
treinta y seis y ganar como si trabajara setenta con una produc-
tividad de la mitad de cuarenta y ocho. No puede pretender eso.
Simplemente porque no es sostenible. Y como no es sostenible,
no sólo no satisfará sus necesidades sino tampoco las del siste-
ma. Por tanto, China es un problema y una oportunidad. Y ojalá,
en lugar de haber una sola China, hubiera cuatro regiones como
China, haciendo lo que está haciendo China. Con sus defectos,
pero la India va para allá, por primera vez, y está ocupando un
espacio extraordinariamente importante. Felicitémonos y pon-
gámonos las pilas. Las materias primas nos van a convertir ex-
portadores de materias primas a través. Si es a buen precio, es
una buena manera de empezarlo.
El problema de las materias primas, el problema del petró-
leo, de la energía, del 80% privado al 20% público, embajador,
para entrar en otras cuestiones que se me plantean. Veamos. Del
control de la energía en América Latina sólo una cosa podemos
constatar entre todos: la materia prima energética de América
Latina no ha servido para el desarrollo de los pueblos latinoa-
mericanos. No digo que no se hayan enriquecido algunos, cómo
no, se conoce. Tampoco ha ocurrido en Oriente Medio, tampoco
ha ocurrido en África, por lo tanto aquí tenemos un problema. Y
no es público o privado embajador. Le diré hablando de Ecua-
dor algo que no me he explicado bien. Hay seiscientos mil ecua-
torianos en España, la primera comunidad extranjera. Por cierto
bienvenidos. Entre otras cosas porque dejábamos de pretender
niños, ahora tenemos más niños. Nuestra demografía estaba ca-
yendo, y está aumentando gracias a la inmigración, y porque
trabajan en los que los españoles nuevos ricos ya no quieren
trabajar. Es decir, lo que nos pasaba a nosotros hace cuarenta
o treinta años. Por primera vez en la historia, cuando llegué al
gobierno tuve la fortuna de contemplar que el flujo de los que
salían a emigrar era menos que el flujo de los que volvían. Y
después no salía nadie, y los que entraban eran inmigrantes.
Bueno, nosotros hemos seguido siendo un país de inmigrantes.
Pero embajador, las cifras no me cuadran. Si a España se
han venido seiscientos mil, desde el año 2000 hasta hoy, y en
Estados Unidos se ha ido el doble que en España, digo para un
país de doce millones de habitantes, lo que acabo de constatar
con las autoridades es que han salido más de dos millones y
medio. En cinco años. Por tanto, lo mezclaré con la pregunta
anterior para darle algún sentido. Hay un problema de inclusión
democrática en los sistemas, incluso para los indígenas. He tra-
tado de observar, y sobre todo para los indígenas, excluidos por
la colonia, y excluidos por el criollaje que sustituye a la colonia
en la rebelión por la independencia de América Latina pero
por favor, les ruego que me tiendan, para que no haya errores.
Tenemos un problema de inclusión indigenista y tenemos un
problema de indigentes indigenistas. O sea, la condición de in-
dígena, cuando se suma a la de indigentes, es explosiva. Porque
el indígena aymara, en su propio medio, sabiendo sobrevivir,
sufre menos que el indígena aymara en la periferia de La Paz,
y harto de esperar una respuesta, no como indígena, sino como
indigente además de indígena, una respuesta a sus ansias de
trabajar pide responder a las necesidades de su familia.
Y lo último que he observado en Ecuador, me perdona
siempre la impertinencia, que es ser de adentro, por lo menos
considéreme de adentro, no saco pecho de lata imperial, no soy
un arrogante ejecutivo de Wall Street, pues me gusta conocer
América Latina, en Ecuador la última crisis no ha sido de los
indígenas. Ha sido de la clase media ecuatoriana que desde la
crisis financiera del 99 y del 2000 ha sufrido espantosamente.
Ni siquiera es la responsabilidad de unos o de otros. Y alguien
que sigue siendo socialdemócrata les va a decir que si fuera
presidente de un país de América Latina analizaría el problema
de la empresa pública y de las privadas, fuera la que fuera, en
recientes términos: tengo el 20% de producción de petróleo, y
el 80%, para desgracia para el país, lo tienen unas empresas
privadas, que seguramente habrá españolas también, y algunas
veces los ejecutivos españoles llegan como eso, como ejecutivos
de Wall Street, pero hablando castellano golpeado, y en Amé-
rica Latina los prefieren Wall Street traduciendo de inglés a es-
pañol como pueden, que la arrogancia es así es lo que sea, pero
embajador, hagamos un esfuerzo en cuanto a España. El 20%
de la producción petrolera de Ecuador en manos del Estado,
¿qué rendimiento le da al Estado? Si hiciéramos el ejercicio en
México, diríamos, el ciento por ciento de la producción petrole-
ra de México, ¿qué rendimiento le da al Estado? Y podría hacer
una aproximación, con eso y con otras empresas públicas. A
lo mejor se lleva una sorpresa, de que el 20% controlado por
el estado rinde menos ingresos, en porcentaje me refiero, que
los otros 20% de las empresas privadas que pagan impuestos.
Yo no digo que se van a llevar una sorpresa embajador, le digo
que es así, desgraciadamente para todos. Le dijo que es así.
Ahora, ¿Es que se están comportando bien las empresas pú-
blicas, las empresas privadas, están explotando los países? No,
no estoy diciendo eso. Imaginemos que las empresas privadas
lo están haciendo muy mal. Lo único que le doy es la seguridad
de que las públicas lo están haciendo peor para el país en ese
sector. Y lo digo como socialdemócrata. ¿Por qué? Porque las
empresas públicas se convierten en las cuevas de Alí Babá en
el reparto de prebendas. Cuando me tengo que sacar un giro
del gobierno de no se cuántos pero tengo un compromiso con
algún partido para pactar, ¿cuál empresa pública le doy? ¿Cual
es el grado de eficiencia en el funcionamiento? No estallaron
en un caso, sino muchos casos. En Bolivia se dice: “el gas tie-
ne que ser de los bolivianos y que lo exploten los bolivianos”.
Perfecto, que lo hagan, ningún inconveniente. Yo no estoy en
favor de un modelo privatista respecto de un modelo estatal en
explotación de recursos. No estoy a favor. Estoy a favor de un
modelo eficiente que beneficie a los ciudadanos, sea público
o sea privado. Y lo que puede ocurrir en Bolivia, me da dolor
decirlo, es que el gas siga allí abajo, no haya recursos públicos
ni ahorro público para extraerlo ni explotarlo, y la gente siga
viviendo arriba con pobreza y miseria. ¿Si tiene que hacerlo
bien para extraerlo y distribuirlo? Desde luego. Algunas me
está señalando que como siempre soy un pesado, no soy capaz
de disciplinarme. Por tanto, con la emigración y con la empresa
pública, la emigración no sólo han salido por razones económi-
cas, las razones económicas son la consecuencia de una gestión
pública que provocó un desastre en el sistema financiero que le
costó veintitrés puntos de producto bruto al país desde el año 98
al año 2000 y que llegó inexorablemente a la dolarización. La
descentralización, querido embajador, se lo podré decir en dos
151
palabras: con la preocupación que tengo por mi propio país que
lo estimó bastante bien, y empezamos a expropiarlo. Espero que
no me tomes mal las palabras, algunos creen que descentralizar
es centrifugar el poder. Y descentralizar es darle eficiencia aún
poder próximo a los ciudadanos, manteniendo los elementos de
cohesión nacional. Si descentralizan en Bolivia o en mi país,
centrifugando poder, y debilitando los elementos de cohesión
nacional, toda Bolivia se arrepentirá. Aquí hay una magia de
la descentralización, estamos hablando de un país general. El
reparto de poder, la descentralización, cuanto poder tiene uno
y otro, no suma cero. No se neutraliza. Si se hace bien, es más
fuerte la parte y el todo, y si se hace mal, a pesar de la que las
partes aprietan mucho para llevarse más poder, se debilitan las
partes y se debilita la nación entera. Y esto me preocupa, y debo
decirle que en eso, sino tuviéramos experiencia, los que tienen
por lo menos mi edad en España, tendrían que matarnos. Po-
demos ser tontos, torpes, pero experiencia de ello tenemos una
barbaridad, y se lo estoy contando, y ahora, desglosando. No
cometan el error de centrifugar el poder, descentralicen y repar-
tan eficientemente, manteniendo la cohesión nacional y la soli-
daridad de todos los bolivianos, no un reparto como si fuera un
cordero o una herencia mal avenida. Y finalmente Guatemala.
Los análisis eran buenos, los instrumentos para llevar adelante
los proyectos eran equivocados. Eran el fruto del calentamiento
ideológico de los 60 si de los 70, y todo se refería al estado, o
casi todo. Y cuando vino la crisis de la deuda, se acabó la fies-
ta. Entonces, seguimos teniendo buenas ideas y pocos recursos
públicos. Algunos dicen, pues que haya más recursos públicos,
¿cómo? Para ser eficientes.
Yo he cometido muchos errores, como todos. Es preferible
cometerlos pero pequeñitos, y cuando uno mete la pata, como
no puede dejar de meter la pata, el principio básico es sacarla
rápido. Y no empeñarse en dejarla adentro. Que es la tentación
de todo el mundo. “¿Que metí la pata en esto?, pues manténgala
allí”. No, no, ¡sáquela rápido! Yo metí la pata en muchas cosas.
(aplausos) miren, de buena fe, y por absoluto voluntarismo, la
metí en las elecciones. Por fortuna no me cobraron los ciudada-
nos, que decir que no le creyeron, prometiendo que iba a crear
ochocientos mil puestos de trabajo en plena crisis. Como si yo
tuviera una varita mágica para crear empleos que no fueran en
la pura burocracia lo que era peor, aumentando los funciona-
rios. Y cuando terminé el primer mandato habíamos perdido
152
ochocientos mil empleos. No habíamos creado ochocientos mil,
habíamos perdido ochocientos mil. Y dije nunca más haré un
programa electoral prometiendo no se cuántos empleos creados,
porque si yo no soy empleador, los empleadores son otros. Por
tanto ¿de dónde voy a crear yo el empleo? Crearé las condicio-
nes para que haya empleo, bueno, el resultado es, y esa parte la
tenía clara, el resultado es que cuando no prometí nada creamos
un millón doscientos mil empleos en el siguiente período.
Entonces, embajador, había buenas ideas, no bien instru-
mentadas. Sigue habiendo buenas ideas, créame, que pueden
aterrizar y se pueden instrumentar. Nuestros países tienen aho-
rro, no público, si no lo van a tener privado, y parte del ahorro de
nuestros países se va a fuera, entre otras cosas, para bendición
de la deuda de Estados Unidos, porque como están más tran-
quilos estando fuera, tenemos bonos del tesoro a interés cero,
y algunos le dicen “nuestros países a diferencia de Asia es que
no tienen ahorro” y hombre, no hay ahorro público porque no se
pueden cobrar más impuestos ni tener más presión fiscal. No
hay ahorro de la familia porque la gente no gana dinero ni tiene
trabajo. Hay ahorro de las empresas, y cuando les va bien, como
no haya ahorro en el país, los empresarios agarran la mitad del
ahorro y lo colocan a buen recaudo en este país que para eso
siempre será seguro aunque la rentabilidad sea bajita. Y ese
círculo vicioso hay que romperlo. ¿Como hay que romperlo?
Primero, hablándolo. Y segundo, apelando a la inteligencia,
aunque sea egoísta, de todos los actores para hacer pactos na-
cionales que nos permita. el desarrollo.
Moderadora
Muchísimas gracias presidente Felipe González por ha-
bernos iluminado esta tarde con su sabiduría y experiencia.
También nuestro reconocimiento a los panelistas de hoy por sus
contribuciones que nos han ayudado a comprender los desafíos
que tenemos en América Latina y el Caribe. Y a ustedes, nues-
tra audiencia en el Salón de las Américas de la Organización de
Estados Americanos. Nuestro agradecimiento a todos aquellos
que nos escucharon en el hemisferio.
Asistentes al panel de debate sobre
la conferencia de Felipe Gonzalez.

153
 SIR GEORGE A. O. ALLEYNE,
IX
conferencia
DIRECTOR EMÉRITO
DE LA ORGANIZACIÓN
PANAMERICANA DE LA SALUD.
“SALUD PARA EL DESARROLLO
DE LAS AMÉRICAS”
Washington DC - 11 de octubre de 2005
A
nte todo permítanme agradecer
por esta oportunidad de partici-
par en esta serie de conferencias.
Me siento verdaderamente hon-
rado, siguiendo a personalidades
tan distinguidas que se han dirigido a ustedes
en este foro. Creo que estas conferencias deben
estar relacionadas con el trabajo y los mandatos
de la Organización de los Estados Americanos
(OEA) y por lo tanto trataré de considerar la sa-
lud del pueblo americano dentro del contexto,
que me parece que debe considerar una OEA
moderna. He considerado el discurso de inau-
guración del Secretario General como punto de
partida dando una idea clara de su visión para
la organización y la misión que debe abrazar.
Se refirió a los desafíos que enfrentaba el he-
misferio en las siguientes formas y lo cito: con-
solidando nuestras democracias y fortaleciendo
el buen gobierno democrático, protegiendo los
derechos humanos, avanzando el consenso del
desarrollo integral como algo que no es simple-
mente un crecimiento económico. Debo tam-
bién tomar en cuenta los principios de la inclu-
sión y equidad y una política de seguridad muy
tridimensional que pueda considerar eficaz-
mente los problemas principales de seguridad
que afectan a los pueblos de este hemisferio.
Continuando con el concepto del desarrollo
integral señaló, y una vez más lo cito, el progre-
so en este campo no es sustentable, y no lo es si
no hay una diseminación justa de los derechos
sociales, de educación de alta calidad y salud.
En breve las condiciones sociales y materia-
les para nuestros ciudadanos son indispensa-
bles para lograr estas esperanzas. Así que mi
presentación, hoy será demostrar el papel que
desempeña la salud en el logro de las expec-
tativas de nuestros pueblos y aquellos campos
que son verdadero desarrollo humano, o como
diría el Secretario General, desarrollo integral
genuino.
156
El concepto de lo que es este desarrollo y el
papel de la salud es lo que más me ha fascina-
do desde hace 25 años, y me han afectado los
pensamientos de personas como Arthurs Nuers
que habla del verdadero papel de la salud. Este
papel está cada día más y más controlado, y es
que hay razón para sentirnos satisfechos, aun-
que cuando no totalmente, pues aún hay serios
problemas que debemos considerar. Y el más
importante de todos es las enfermedades no
transmisibles crónicas como la diabetes y la
hipertensión que van en aumento en las Améri-
cas. Este año 2005 se calcula que en el mundo
un treinta millones quinientos mil personas
morirán de estas enfermedades, y el 80% de
esas muertes ocurrirán en los países de media-
nos y bajos ingresos.
Debemos enfrentar el flagelo del VIH Sida,
los problemas de las enfermedades mentales y
los serios problemas de las lesiones como re-
sultado de la violencia. Tras mucho de esto te-
nemos la persistencia de la obesidad en nuestra
población, que se ve tanto en el mundo desarro-
llado como el mundo en desarrollo. En algunos
de los países del Caribe de donde tengo datos
hay casi un 60% de mujeres y 40% de hombres
que tienen sobrepeso y son obesos. Nuestra
región ha tenido suerte comparada con otras,
puesto que el VIH Sida no ha hecho el daño
que hemos visto en áreas como el sur de Sahara
africano. En muchos de los países del Cari-
be y de Centro América tenemos tasas de no
más del 2%. La buena noticia es que algunos
de los países como Haití, por ejemplo, la tasa
de inflexión va en descenso y en países como
Bahamas y Barbados se les ha visto como buen
ejemplo de cómo resolver esta epidemia. Pero
estos datos se refieren a los promedios de las
Américas pero esconden uno de los serios pro-
blemas que tenemos que enfrentar cual es el
desarrollo integral, el desarrollo humano al que
se refiere el Secretario como una expectativa
de todo el hemisferio. Este desarrollo no se va
a lograr si hay grandes diferencias y enormes
inequidades entre los países y dentro de ellos;
y si examinamos las diferentes regiones de las
Américas tendríamos que reconocer que las ta-
sas de mortalidad infantil son cuatro veces más
altas en la región andina que en Norteamérica
y 50% más que en el Caribe.
Esta desigualdad se ve aún más sorpren-
dentemente cuando observamos a los países
individualmente y los comparamos con los que
están mejor. Las tasas de mortalidad infantil
son 10 veces más altas en Haití que en Canadá,
y la mortalidad materna 50 veces más alta. Al
menos yo a esto lo he llamado uno de los es-
cándalos de nuestros tiempos, que una madre
en Haití tiene 50 veces más probabilidades de
morir con la función natural de dar a luz que su
hermana de Canadá.
Vemos las mismas diferencias en la mayoría
de los indicadores de la salud de la población
cuando examinamos la situación en los grupos
de países. A menudo son las áreas rurales las
más afectadas. El gran determinante de esto es
la pobreza. Los países más pobres tienen indi-
cadores peores que los ricos y los pobres dentro
de un país tienen indicadores peores que los
ricos en el mismo país. Mis colegas del turismo
me dicen que ya no se puede hablar de los ricos
sino que debemos hablar de esos países como
los que tienen una mejor demografía.
Pero la realidad es que la encuesta mues-
tra esta mala situación de salud y no es algo
nuevo y que el vínculo entre estos no es nuevo
tampoco. Lo que si es importante para nosotros
es si la salud contribuye a la riqueza y al cre-
cimiento económico de un país. La cuestión de
los mecanismos y las pruebas del vínculo entre
la salud y la riqueza es clara. Robert Foguel
nos ha demostrado que del 30% al 50% del
crecimiento económico de Europa durante el
siglo XIX se debió a una mejora en la salud y la
nutrición y hay varios hallazgos en otros países.
También tenemos la situación de las Américas
que muestra que la situación de la salud en los
países se refleja en su desempeño económico
después de este periodo de deuda. Y hay situa-
ciones, como en Guatemala, que demuestran
que la ingesta nutritiva de los niños depende
de la capacidad adquisitiva de la familia. La
macroeconomía y la salud nos da indicaciones
de que las tasas de mortalidad infantil en los
países era inversamente proporcional con el
crecimiento económico, y sabemos también,
según Giemenson, que un aumento de expec-
tativas de vida de un año está vinculado con un
4% de aumento en el PIB por persona.
Los mecanismos por medio de los cuales
la salud contribuye al desarrollo son muchos
pero quizás las personas más saludables pue-
den producir más y los datos de los diferentes
países como Brasil, por ejemplo, demuestran
que la altura es buen indicador de salud y
buena nutrición y está correlacionado con su
capacidad adquisitiva y los salarios. Las per-
sonas más altas ganan más que los más bajitos.
Esencialmente la salud aumenta la calidad y
cantidad del capital humano, y la salud detie-
ne la depreciación de esa capacidad. Cuando
las poblaciones son más saludables y viven
más guardan más, y los ahorros acumulados
evidentemente dan crecimiento económico.
En nuestra región tenemos un ejemplo clásico
del efecto de la mala salud en la economía. El
Canal de Panamá nunca se hubiera construido
de no haber sido por el control de la malaria y
la fiebre amarilla. Sobre todo por buenas me-
didas de salud pública y los estudios clásicos
de Paraguay hace terinta años indican que el
efecto negativo de la malaria causó un proble-
ma en la economía, el efecto de la salud y la
enfermedad puede ser catastrófico y en algunos
países hemos visto muchas personas que caen
en la trampa de la pobreza de la que no pueden
157
escapar por el gasto incurrido en el tratamiento
de las enfermedades. El hecho es que yo creo
que las pruebas nos indican claramente que la
salud de una población contribuye a su capaci-
dad de crecer económicamente.
La salud no es el único determinante en el
crecimiento económico pero si es importante y
evidentemente complementa las otras determi-
nantes. Hay gran volatilidad en el desempeño
económico de las economías de América Latina
y del Caribe en los últimas cuatro décadas atri-
buibles a muchos factores tales como progre-
sos tecnológicos y cambios en la productividad
total. La situación de la salud de la población
no es tan volátil y el efecto sobre la economía
probablemente puede ser durante periodos
más largos, pero lo que yo quiero subrayar cla-
ramente es que ya no es necesario justificar
las inversiones en la salud simplemente por la
función del bienestar, como ya he dicho antes
por su valor constitutivo, sino porque también
puede por su propia cuenta contribuir a la ri-
queza y a otros aspectos del desarrollo humano.
Pero para lograr la salud y la riqueza tenemos
que considerar un punto muy importante. Sí,
es verdad, que los pobres son menos saluda-
bles y los países más ricos tienen mejores in-
dicadores de salud, pero es clarísimo que no
tenemos que esperar hasta que todos sean ricos
para mejorar la salud, y que podemos lograr
avances importantes en la salud sin el aumento
correspondiente en el ingreso. Hay decisiones
que hasta los países pobres pueden tomar y hay
intervenciones que pueden utilizar para mejo-
rar la salud de sus poblaciones, y estoy seguro
de que Tills Gieminson se referirá más a esto.
Por ejemplo los países no tienen que esperar
para ser ricos para aumentar impuestos sobre el
tabaco y prohibir el tabaquismo eliminando esa
carga de la enfermedad y el cáncer pulmonar.
La educación es otra cosa importante para el
desarrollo humano, como bien dijo el Secretario
158
General, a medida que más y más personas ten-
gan más conocimiento y dependan menos del
trabajo físico mayor es la necesidad de educar
a la fuerza laboral, y la salud es indispensa-
ble. Y les doy un par de ejemplos relacionados
entre la salud y la educación. Los líderes no
pueden aprender si su capacidad cognocitiva
está afectada por la mala salud, que impide su
desarrollo cerebral. La buena salud además au-
menta el rendimiento en la educación. Cuanto
mayor es la calidad de vida mayor es el rendi-
miento en la inversión educativa.
A la OEA a menudo se la ha llamado organi-
zación política aplicada al mantenimiento de la
seguridad y la democracia. El mantenimiento
de las libertades es esencial para el desarrollo y
ocupan gran parte de su tiempo y energía. Pero
acaso la salud afecta estas cosas. Hace muchos
años traté de convencer a un primer ministro
del Brasil de que la salud era importante para
la seguridad nacional y que los cancilleres de-
berían ser defensores de la salud. No tuve éxito.
Pero hace tres años la Organización Panameri-
cana de la Salud contribuyó a la conferencia
hemisférica de seguridad y describió el papel
que desempeñaba la salud y nuestros concep-
tos han sido reforzados por los resultados del
informe del Secretario General sobre seguridad
humana que indicaba claramente la importan-
cia de la salud en la seguridad humana.
Todos aquí estoy seguro que estarían de
acuerdo en que la idea de seguridad que consi-
dera solo la protección de algunos de los espa-
cios territoriales es limitada y que la seguridad
de la persona es de crítica importancia. La se-
guridad no puede ser considerada solamente en
los casos de conflictos armados. Tiene que ser
vista también como parte de los ingredientes del
desarrollo humano al que se refirió el Secretario
General. En este sentido la declaración de Brit-
chtown, en la trigésima segunda Asamblea de
la OEA, dice: “La seguridad en el hemisferio
incluye el aspecto político, económico, social,
la salud y el medio ambiente”. Y vimos en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
que en el 2001 declaró que el VIH Sida era
un problema para la seguridad del mundo. La
salud afecta en muchas formas. Pueden haber
valores comunes y es un espacio donde las per-
sonas pueden tener diferencia radical en otros
campos pero en esto tienen y pueden estar de
acuerdo. Es uno de los pocos campos donde no
hay ninguna diferencia humana esencial.
Uno de los momentos brillantes de la OPS
fue cuando promovió el concepto de la salud
como un puente para la paz en el Istmo y Cen-
tro América de los años 80, en una época en
la zona estaba llena de conflictos. Creemos que
el entendimiento entre los países sobre el tema
de la salud y la situación de la población ayu-
dó mucho a crear ese medio ambiente que per-
mitió otro tipo de negociaciones. Y aquí debo
darle crédito a mi predecesor, el brasileño que
fue el genio que creó y promovió este concepto
en esos difíciles momentos y lo cito: “Creemos
que la salud va más allá que las divisiones po-
líticas, creemos que no solamente puede sino
muchas veces ha logrado ser un factor clave en
la promoción del diálogo, el fomentar la soli-
daridad y contribuir a la paz entre los pueblos
y entre las naciones”. Estoy muy complacido
al ver que ese concepto esta siendo propues-
to y promovido en otras partes del mundo, aun
cuando a la OPS no se le da la autoría por el
contrario la mala salud y la desigualdad de sa-
lud que a menudo vemos son grandes casos
de inquietud social y problemas internos. La
idea de la injusticia que constatamos cuando
hay marcadas diferencias en la situación de
salud, con diferencias en el acceso al beneficio
de la salud, puede ser una causa importante de
inestabilidad social. La enfermedad y su socio
la pobreza fomentan la desconfianza y pueden
destruir el capital social que es esencial para la
estabilidad humana. Yo creo que es casi impo-
sible que la gente enferma o la gente solo tiene
manifestaciones de enfermedad o que sufre la
muerte prematura en sus niños, pueda partici-
par en un proceso democrático formal. Yo a ve-
ces me he preguntado: ¿cómo funciona la zona
rural de Haití con esa carga de enfermedad que
resulta de los problemas que tienen de todas
partes? ¿cómo pueden ellos preocuparse por lo
que nosotros llamamos democracia? A veces
me pregunto si le prestamos tanta atención a
establecer la democracia como a evitar que las
madres mueran en el nacimiento o que los ni-
ños mueran de mala nutrición. Y me pregunto
¿por qué no?
La reciente inquietud le ha puesto otra cara a
la relación entre las enfermedades y la seguridad
porque las agentes infecciosos que se pueden uti-
lizar en un ataque de bioterrorismo son tales que
el efecto bien podría llegar a ser regional o global
no limitándose a un sólo país. La interconexión
como característica de este nuevo orden mundial
significa que los vectores podrían propagarse a
todos los países simultáneamente con un efecto
consecuente en la seguridad humana mundial.
La experiencia del Sarch y la situación con la in-
fluenza aviar nos indican claramente el efecto que
puede tener la salud sobre la seguridad social y
económica de un país. Acaso la OEA podría des-
empeñar algún papel en lograr este desarrollo in-
tegral humano o simplemente hablar de los desa-
fíos colocándose sólo como organización política
y preocuparse exclusivamente de los aspectos po-
líticos de los problemas del hemisferio. Recuerdo
un viejo dicho que podría modificarse diciendo:
no sabe de política quien sólo sabe de política.
Yo no estoy recomendando que tenga la capaci-
dad técnica en todos los aspectos del desarrollo
humano pero me entusiasma escuchar hablar al
secretario general de la necesidad de fortalecer
al sistema interamericano. Hay instituciones en
el sistema que pueden ser movilizadas en forma
159
coordinada para abordar todos estos problemas.
Por experiencia sé que la región en gran parte
funciona muy independientemente pero creo que
hay una serie de elementos comunes de interés
para el desarrollo de la región y podría abordarse
de forma más coordinada para asegurar que los
problemas se aborden en forma conjunta. Hubo
una época en que logré convencer al Banco Inte-
ramericano de Desarrollo y al Banco Mundial se
unieran con la OPS para desarrollar una agenda
común para la salud de la región. Quizás le agre-
garía valor al trabajo de todas las instituciones
y todas considerarían el problema del desarrollo
de un país y no solamente el aspecto político, en
lo que tienen gran experiencia, sino que tam-
bién considerarían a las agencias de salud, a las
agencias financieras y las agrícolas. Todas ellas
han ayudado a reducir la pobreza rural y quizás
a otras que ya no conozco bien. Yo no soy tan
arrogante como para sugerir que todos los pro-
blemas de un país se van a resolver resolvien-
do el problema de salud de los ciudadanos, pero
el sector de salud es esencial. Lo que es crítico
es que la salud es un elemento que desempeña
un papel fundamental en todos los aspectos del
desarrollo integral humano a nivel nacional, y
que la cooperación intersectorial que sabemos es
160
fundamental para el progreso debe basarse en la
idea de que todos los sectores son importantes
y que ninguno es más o menos importante. Es a
base de esta teoría que yo abiertamente expre-
so mi entusiasmo por la propuesta del Secretario
General de movilizar y tratar de lograr coordina-
ciones entre todos los recursos y capacidades del
sistema interamericano.
Señor presidente. A veces yo y mis colegas
en el espacio de la salud hemos sido acusados
de entrar en campos para los que no estamos
preparados y en los que no tenemos compe-
tencia como la política y la democracia. Qui-
zás debería decir, como ya dije antes: no sabe
de salud quien solamente sabe de salud. Pero
agregaría en repuesta a esta crítica lo que dijo
Giusivitis en su famoso discurso sobre la de-
mocracia. Pericles dijo: “los hombres aceptan
la responsabilidad tanto para sus propios asun-
tos como para los del Estado, y aún cuando los
hombres son activos en diferentes campos no
les falta entendimiento en cuanto a lo que inte-
resa al Estado”. Vemos al hombre que se niega
a tomar parte en estas, no solamente como que
no interfiere sino como un inútil. Y estoy se-
guro, señor presidente, que eso es algo que
ninguno de nosotros quisiera ser.
El debate
PANEL DE LA NOVENA CONFERENCIA
“LA SALUD EN LAS AMERICAS”
Washington DC - 11 de octubre de 2005
Moderadora
Para comentar la presentación el doctor George Alleyne
tenemos hoy el honor de presentar a ustedes un distinguido pa-
nel. Se encuentra con nosotros la señora Carissa Etienne que
es la directora asistente de la Organización Panamericana de
la Salud. Ella supervisa el programa de la Organización para
prevención y control de enfermedades, salud familiar y comu-
nitaria, desarrollo sostenible y salud ambiental, tecnología y en-
trega de servicios de salud, género y etnicidad. Ha preparado
programa para dar cooperación técnica a sus estados miembros.
Nos acompaña también el doctor Alfredo Solari que es M. D. y
doctor en salud pública, asesor principal de salud en el Banco
Interamericano de Desarrollo. Ha sido ministro de salud en dos
ocasiones, consultor en el USAID y el BID, graduado por la
Universidad del Uruguay, diploma de la Escuela de Higiene de
la University of Toronto, master en ciencia de la administración
y post grado en economía de la salud. Está también con nosotros
el señor Jameson quien es un profesor de educación y salud
pública en la Universidad de California, en Los Angeles, fellow
del Fogarty International Center y el U.S. National Institute of
Health, y profesor de la King University School of Management
y en la University of Queensland’s School of Population Heal-
th. Antes de unirse a la UCLA el doctor Jameson pasó muchos
años en el Banco Mundial. Sus logros están en el área de la
teoría económica, salud pública y educación. El doctor Jameson
estudió en Stanford y en Harvard. En 1994 fue elegido para
membresía en el instituto de medicina de la U. S. National Aca-
demy of Sciences.
Doctora Carissa Etienne tiene usted la palabra.
Carissa Etienne
Sir George Alleyne ha dado en forma muy capaz y elocuente
161
el concepto general de salud y desarrollo. No intentaré volver a
hacerlo, pero ciertamente trataré algunos asuntos dentro de un
contexto organizacional, y dentro de este contexto de la Organi-
zación Panamericana de la Salud. Esta administración de la O.
P. S. está siguiendo los pasos de Sir George Alleyne, y por ello
no es inusual que muchas de nuestras políticas y orientaciones
programáticas sean similares. Nuestra organización sigue estu-
diando esta particular relación entre salud y desarrollo. La se-
cretaría lo promueve y ciertamente nosotros abogamos por ello.
Nosotros como agencia especializada hemos reconocido que
un aspecto fundamental de nuestro rol es influir en la agenda
de política a niveles nacional, regional y global. Este concepto
de salud y desarrollo constituye un principio guía importante
para el trabajo de nuestra organización. Nosotros hemos reco-
nocido que la pobreza y desigualdad influencian en la salud, y
particularmente la desigualdad. La desigualdad que se refiere a
desigualdades socioeconómicas, el bajo nivel de ingreso y par-
ticularmente la magnitud de la desigualdad de ingreso. Que es
la injusta distribución de la riqueza lo que determina la salud
de la población. Cuando hablamos de los determinantes ma-
cro de la salud, estoy seguro que los otros panelistas están de
acuerdo con esto, ciertamente vemos que estos determinantes
macro trabajan juntos para afectar la salud de la población, pero
también la salud individual. Y aquí es donde consideramos
factores como gobierno, educación, empleo, vivienda, pobreza,
violencia, sociedad, exclusión social. Nosotros en la organiza-
ción panamericana de la salud creemos que la exclusión social
y desigualdad de salud son amenazas a la salud global de la
población. Y está claro que son problemas sociales, políticos, y
desarrollo. La salud es vista cada vez más como un prerrequisito
para buen gobierno, estabilidad social, y desarrollo sostenible.
Y así nosotros también como una organización estamos para
asegurar la inclusión social. La membresía en la organización
panamericana de la salud demuestra que nosotros pensamos
que la voluntad para tratar cualquier desigualdad a nivel regio-
nal. Esto es, asignar una mayor proporción del presupuesto de
la organización a los países con mayores necesidades. Nuestra
organización, conocedora de la múltiple dimensión de la ayuda
y la necesidad de asegurar acción intersectorial para ayuda, va-
mos a asegurar esto a todos los niveles de la organización. Tanto
a los niveles más altos como a los niveles de la implementación
de programas técnicos. Seguimos trabajando a nivel nacional,
162
regional y global. Sostuvimos la única reunión de ministros de
salud y medio ambiente en esta región, aseguramos la reunión
de los ministros de salud y agricultura y las secretarías técni-
cas, hemos empezado una iniciativa trabajando con la OEA
para trabajar con los ministros a nivel educativo, efectuamos el
comité sobre salud de la mujer y desarrollo, tratamos con los
ministros responsables de asuntos de mujeres donde tratamos
asuntos de género.
Ciertamente este nivel de colaboración intersectorial e inter-
programática también se refleja en el trabajo de la organización,
según se solicitó en 2003, estamos adoptando cada vez más
esta modalidad según buscamos entregar cooperación técnica
para nuestros miembros. También este nivel de cooperación y
colaboración también se ve en el trabajo de la organización en
construir solidaridad, planeamiento conjunto, y acción. Estamos
cada vez más involucrados en el enfoque subregional, apoyando
los procesos subregionales de integración, y de hecho esto está
representado en nuestra política presupuestal original y cierta-
mente en nuestra política para el período 1906-1907. Así que
ahora me voy a referir a la población y la situación demográfica
de población en envejecimiento. Y esto es mucho más en el Ca-
ribe. El Caribe está envejeciendo más rápido que cualquiera de
las subregiones en esta región. y también, concomitante con la
transición demográfica, vemos esta transición epidemiológica.
En la región de las Américas estamos viendo polarización epi-
demiológica y no tanto como transición. Esto es, estamos viendo
por un lado la creciente prevalencia de enfermedades crónicas
no comunicables, pero al mismo tiempo, estamos viendo persis-
tentes altos niveles de enfermedades comunicables. Así que las
Américas están tratando con este nuevo brote de enfermedades
tanto comunicables como no comunicables.
En la cooperación técnica hemos visto tres agendas. Una, la
agenda no terminada, para proteger el logros que hemos teni-
do y enfrentar nuevos desafíos. En este contexto hemos puesto
énfasis en la agenda principal, la cual para nosotros constituye
la mayoría de objetivos de desarrollo del milenio, y nosotros
hemos preparado y conceptualizado una llamada a la acción,
añadiendo la planificación e implementación de todos nuestros
programas técnicos que se enfocan en los países clave. Estos
son determinados por el análisis situacional según las metas de
desarrollo del milenio. Y al hacerlo así, ponemos nuestro énfasis
en países con las mayores necesidades.
 En términos de nuestro proceso nacional de desarrollo de
salud, según lleva a salud para todos, nosotros trabajamos con
la premisa de que la salud es un derecho humano fundamental
y hemos determinado tres pilares para conseguir este desarrolla
nacional de salud. Uno de ellos es la promoción de salud, la
cual se enfoca no sólo la educación, sino también en aspectos
de gobierno en la promoción de salud, sistemas de salud. Estos
programas principalmente tratan con las desigualdades y se
aseguran que el nivel registrado de atención esté accesible y en
disponible, dependiendo de las necesidades, y toda la cuestión
de la protección social. La dimensión de la inclusión social es
un trabajo fundamental en el desarrollo de salud.
Quiero decir algo sobre la influenza pandémica, no sólo
porque está dentro del tópico, sino porque también pienso que
es importante para la región, y ciertamente tiene el potencial
de importantes perturbaciones económicas y sociales, así como
repercusiones directas que pueden tener en el desarrollo. Nos
concentramos en la vigilancia, en el desarrollo de una red, den-
tro del contexto de tratar con las regulaciones internacionales
de salud, estamos involucrados en el desarrollo de un plan total
de preparación contra la influenza, dentro de un enfoque inter-
programático, y también trabajando con países para desarrollar
sus planes nacionales intersectoriales de manejo de influenza
pandémica. Y ciertamente nos estamos concentrando en la pla-
neación para la pandemia también, el planeamiento pre-pan-
démico y la acción pre-pandémica que deben ser efectuados,
ciertamente para planificación para la pandemia utilizando el
escenario del caso peor. Y el escenario del caso peor es que no
tenemos suficientes vacunas y no tenemos existencia suficien-
tes de antivirales.
Moderadora
El doctor Alfredo Solari tiene la palabra.
Alfredo Solari
Tengo el privilegio y la responsabilidad de comentar la
presentación del doctor Sir George Alleyne, por quien tengo
un aprecio muy personal. Quiero destacar tres puntos de la
presentación del doctor Alleyne que creo que son importantes.
El primero es que la situación de salud en las Américas está
cambiando gracias al éxito de los países. La disminución de la
mortalidad infantil, la disminución de la mortalidad materna,
la disminución de la desnutrición, todo eso hace que haya me-
jores condiciones de salud, pero al mismo tiempo plantea nue-
vos desafíos, nuevos problemas. Entonces, conjuntamente con
la existencia de problemas de salud sexual y reproductiva, de
enfermedades infecciosas, aún de problemas de desnutrición,
sobre todo en algunos países y en algunas comunidades étnicas,
aparecen nuevos temas. Los problemas de las enfermedades
crónicas no transmisibles, los problemas de la salud mental,
los problemas de las lesiones por accidentes, por violencia, los
problemas derivados de factores de riesgo. El factor de riesgo es
el que individualmente más contribuye al deterioro de la salud
en las Américas. El informe de la Organización Mundial de la
Salud año 2002 afirma que es el alcohol. Uno se explica que
así sea porque el uso abusivo del alcohol se relaciona con acci-
dentes, con violencia ciudadana, con violencia doméstica, con
accidentes de tránsito, con accidentes laborales, con falta de
productividad. Entonces creo que cuando pensamos en la salud
tenemos que pensar en un espectro muy amplio de problemas
que a su vez va cambiando como consecuencia de nuestros pro-
pios éxitos.
Dentro de este esquema que el doctor Alleyne planteó muy
bien, creo que hay que destacar no solamente lo que la sociedad
puede hacer por cada uno de nosotros como individuos, sino lo
que cada uno de nosotros como ciudadanos podemos hacer para
cuidar nuestra propia salud. Y ese no es un juego antinómico,
sino que es un juego de sinergia, debe ser un juego sinérgico. La
sociedad crea ambientes saludables y con nuestras conductas
favorecemos la creación de estos ambientes. Entonces, hay todo
un tema de medios de comunicación, de mensajes, de factores
de convivencia, de normas de convivencia, donde pasan a ser
muy importantes las políticas públicas, pasan a ser tan impor-
tantes como la prestación de servicios de salud.
El tema de la disertación del doctor Alleyne era la contri-
bución de salud al desarrollo, que fue muy ilustrativa. Él tocó
un tema que desde mi punto de vista es un tema central. Y es
el de las condiciones en las que se produce el crecimiento y el
desarrollo de la niñez entre los cero y los tres años. Es más, yo
diría comenzando desde antes, comenzando desde la gestación,
o desde antes de la gestación. Porque el resultado de la gesta-
ción muchas veces está bastante condicionado por los factores
que la preceden. Si es una gestación deseada, la madre es de
edad suficiente, si se ha logrado formar un hogar que es capaz
163
de desarrollar con éxito la crianza de un niño, etcétera. Pero
entre esos 0 y 3 años se juega el futuro de la salud, el futuro de
la educación, el futuro de la inserción social, el futuro del éxito
laboral, el futuro de los comportamientos responsables de ese
ser humano. Y, en los países de las Américas, donde las más
altas tasas de fertilidad y natalidad se dan en los hogares de
menores ingresos, es donde las condiciones para el crecimiento
físico y el desarrollo cognitivo, emocional, social y mental de
esos nuevos seres humanos se ven en las peores condiciones.
Entonces, ¿cuál es la repercusión de esa falla de la salud? Por-
que así como hemos tenido muchos éxitos, también tenemos
que reconocer nuestras limitaciones. Los servicios de salud, las
políticas de salud, los sistemas de salud de América Latina no
le han prestado al desarrollo psicosocial y cognitivo de los niños
la atención que deberíamos haberle prestado. Y el fracaso se
ven muy rápidamente, se ven en el primer año de escuela pri-
maria, cuando los niños provenientes de los hogares de bajos
ingresos no pueden mantener el sistema, la velocidad, el ritmo
de aprendizaje, repiten ese primer año, repiten un segundo año,
y desercionan es de la primaria para volver a repetir el siglo de
pobreza de sus familias de las cuales provienen. Entonces, los
servicios de salud y las políticas de salud tenemos que prestar
muchísima más atención, no solamente el crecimiento físico en
cuanto a calorías, en cuanto a micronutrientes, sino también el
desarrollo psicosocial, emocional, y cognitivo. ¿Y qué ámbitos
se produce éste desarrollo? Se produce en el ámbito de familias
que todos sabemos, por estudios que hemos visto, que tienen
enormes dificultades pontón familias monoparentales, familias
sujetas a todo tipo de estrés, del desempleo, de la violencia, de
la inseguridad, de la falta de ingresos, entonces tenemos que
conformar para mejorar el desarrollo psicosocial y emocional de
esos niños entre seres tres años, tenemos que conformar progra-
mas intersectoriales que son un enorme desafío.
Realmente para un ministro de salud la preocupación no es
que el ministro de educación no lo apoye, la preocupación es
que no lo interpelen y que la opinión pública no lo juzgue por
una falla de salud. Pero en realidad, su responsabilidad más
importante está en este trabajo intersectorial con educación, con
bienestar social, con otras instancias de gobierno y de la socie-
dad civil, para poder mejorar las condiciones de crecimiento
desarrollo de la niñez temprana. Hay soluciones, las hay. De no
muy alto costo, también las hay. Pero de esa forma va a ser la
164
única en la cual los países de América no nos sigamos rezagan-
do en el logro de la educación con respecto a los países de Asia
con quienes competimos. Hace treinta años teníamos un año de
desventaja en educación, hoy tenemos cuatro. Y vamos a tener
más todavía si no corregimos ese aspecto donde como bien dijo
el doctor Allayne, niños desnutridos, niños no desarrollados, no
pueden adquirir la educación necesaria para poder competir,
para poder contribuir adecuadamente la sociedad y promover
el desarrollo.
Desde el punto de vista del Banco Interamericano de De-
sarrollo tenemos tres visiones estratégicas con respecto a salud.
La primera es que por la situación epidemiológica que se va
desarrollando el continente, es necesario que prestemos muchí-
sima más atención a las políticas públicas que afectan la salud
de la población, aún cuando no sean propias del sector salud.
Los impuestos a las cajetillas de cigarrillos, los horarios de venta
de alcohol a menores, las normas que regulan el funcionamiento
del sistema de tránsito, todos esos son políticas públicas que
afectan la situación de salud. En segundo lugar, no podemos
tener un continente que se desarrolle en el cual haya segmen-
tos de la población que no tienen acceso servicios básicos, por
ejemplo, para tener un parto atendido por una persona especia-
lizada, para tener una gestación controlada por una persona con
conocimientos, como es el caso de hogares pobres en muchos
de nuestros países. De manera que esta segunda línea estraté-
gica es la extensión de esos servicios de tal manera que lleguen
a poblaciones, a todas las poblaciones de nuestro continente,
particularmente a aquel segmento de la población que aún no
ha tenido acceso pontón nuestra tercera línea estratégica: tra-
tar de conformar un sistema de servicios de salud que sea más
equitativo, pero sobretodo más eficiente. La región gasta en su
conjunto 7 1/2 de su producto bruto regional en la producción
y entrega de servicios de salud. Servicios que son inequitativos,
y que aún así generan un esfuerzo muy importante porque más
de la tercera parte de lo que se gasta en salud es hecho directa-
mente del bolsillo a la hora de consumir los servicios, gasto que
es enormemente regresivo, porque lo tiene que hacer la persona
enferma en el momento de mayor necesidad cuando deja de
generar su ingreso. Entonces queremos trabajar por sistema de
salud más eficientes, menos segmentados, menos diferenciados
institucionalmente, que den mejor respuesta a las necesidades
de los usuarios. Que se encuentren con un paciente más empo-
derado, con más conocimiento de su situación de salud, de los
factores que le afectan, y de los servicios que podrían ayudarle
a recuperarla. Creo que con ese panorama que nos ha brindado
el doctor Alleyne no solamente estamos celebrando mejoras en
la salud de los últimos veinte años, sino que vamos a estar tra-
bajando por muchas más mejoras en la salud, con repercusión
sobre el desarrollo de nuestros países, en los próximos diez a
quince años.
Moderadora
Es un placer ahora invitar al doctor Bing Jameson.
Bing Jameson
Lo que me gustaría hacer es expandir acerca de una de los
dimensiones que el doctor Alleyne cubrió: el punto central sobre
la contribución de las inversiones en salud como instrumento de
crecimiento económico, y luego, quisiera tocar algunos dilemas
que emergen de pensar en esto, e ir más allá para ver la proba-
ble solución de algunos de éstos, que sugieren que la naturaleza
de las contribuciones para ayudar al crecimiento económico
están ahora siendo vistas por la mayoría de las profesiones eco-
nómicas que tratan con los problemas del crecimiento.
Hay probablemente una grave subestimación de los be-
neficios económicos totales de la inversión en salud. Así que,
primero, permítanme hablarles acerca de algunos de los funda-
mentos históricos involucrados en comprender la relación entre
la mejor salud de la población y los niveles de ingreso nacional
y la tasa de crecimiento económico nacional. Aunque han habi-
do documentos iniciales, adelantados a la mayoría economistas
modernos e hicieron algunas de las primeras observaciones so-
bre los potenciales efectos de la salud para ayudar al crecimien-
to. Parte del trabajo inicial en el país fue hecho con el banco
mundial había un pequeño equipo de algunas de las principales
instituciones de desarrollo que habían jugado, junto con los aca-
démicos, un papel importante en aumentar el entendimiento.
Algunos de estos trabajos iniciales apuntaron a efectos po-
tencialmente muy fuertes que les mostraré lo mejor que pue-
da. Poblaciones saludables llevaban a economías que crecían
más rápido. Desde los ochentas hasta el presente se ha visto un
constante crecimiento en el interés académico, a varios nive-
les, sobre la relación entre objetivos nacionales de salud y otros
indicadores, cómo la salud de los individuos está relacionada
a otros indicadores para entender cómo operan estos mecanis-
mos. Probablemente la mayor conexión de salud y economía
se vio hace unos meses en Barcelona. El tema era la salud y
el desarrollo económico. Está probablemente quince o vein-
te años detrás del estudio comparable sobre la relación entre
educación y crecimiento económico. Parece que la penetración
del entendimiento de la relación entre educación y crecimien-
to económico parece completa en el pensamiento de los ma-
croeconomistas que se ocupan de política gubernamental. Aún
no estamos allí con la salud, pero creo que nos acercamos. El
trabajo ha avanzado en los últimos quince años. El reporte del
Banco Mundial 1993 presionó este tema un poco más, el BID
hace siete años instituyó algunos estudios influyentes e impor-
tantes acerca de la salud a nivel que nos han impulsado en la
misma dirección. Naturalmente, menciono el trabajo de la OMS
sobre condiciones macroeconómicas y salud de hace unos tres
años por Jeffrey Sachs, el cual reflexionaba en forma intere-
sante sobre el movimiento en las instituciones de salud en la
dirección correcta. Hoy, gran parte de este interesante trabajo
institucional hecho acerca de salud y desarrollo macroeconómi-
co, parece ser efectuado por el FMI. Algunas de sus unidades
han hecho un trabajo extraordinariamente interesante sobre
vigilancia macroeconómica y sobre la relación entre inversio-
nes en el sector público y los resultados en salud. El FMI, en
mi opinión, entre las principales instituciones está hoy, lo cual
es sorprendente, casi liderando estos temas. Yo creo que estos
primeras bases muestran tres principales mensajes académicos
que son altamente importantes para la política pública. El pri-
mero es que probablemente entre 10% y 30% del crecimiento
económico en promedio en países de ingreso medio y bajo en
el último cuarto de siglo, entre 10% y 30% de esto puede ser
atribuido a la salud mejorada de la población de estos países.
Los resultados varían de país en país, hay muchas condiciones,
pero es una fracción muy importante del crecimiento económi-
co. Gran parte de este crecimiento económico puede probable-
mente ser explicado por inversiones, pero es un gran pedazo
del crecimiento económico según los estándares históricos. Así
que tenemos pruebas sobre el valor instrumental de una mejor
salud.
Eso es realmente sólo de importancia académica, lo cual
puede entenderse. La cuestión es algo es que la política pública
pueda hacer en forma esquemática, permisible, e institucional-
165
mente, manejable para cambiar el ritmo de mejora de la salud
pública. Y pienso que hay gran evidencia que concluye que
no hay duda de que hay inversiones serias y específicas en el
sector salud, y algunas fuera del sector salud, inversiones espe-
cíficas de bajo costo, que pueden llevar a ratios de cambio en la
salud de la población que son mucho más avanzados que lo que
ocurre naturalmente. Y uno de estos cambios que ha cambiado
es la tasa de mortalidad para menores de 5. En promedio en el
mundo en el último cuarto de siglo la mortalidad en menores
de 5 ha caído en 2 a 3% al año. Pero en algunos países ha sido
de 5-6-7%, y en otros países 0. Algunos de estos países en
que ha sido 5-6-7% no han identificado tasas de mortalidad en
cada década. Algunos de estos países tienen un ingreso muy
bajo. Algunos de estos países estaban en 0 o 1%, países de alto
ingreso. Ha habido países han experimentado incrementos en
sus tasas de mortalidad en los últimos años. Así que, la política
pública y las inversiones públicas de verdad pueden cambiar la
cara de las mejoras de salud. Hay muchas desviaciones en tér-
minos de bienestar económico. Hubo cifras bastante agudas en
un documento publicado por el actual economista jefe del Ban-
co Mundial, Francois Bourguignon. Así que la política pública y
las inversiones públicas de hecho pueden hacer una diferencia.
Un punto es que hay evidencia de que la ayuda en el desarrollo
de la salud puede acelerar el proceso de mejora.
Moderadora
Quisiera saber si hay alguna pregunta.
Pregunta
Soy la representante de Trinidad y Tobago. Me gustaría
primero expresar mi profunda satisfacción al doctor George
Alleyne y a todo el panel por sus explicaciones sobre salud y
desarrollo. Un área que fue mencionada en algún punto esta
tarde fue el envejecimiento de la población. Y esta pregunta es
hecha al doctor Alleyne y al panel: ¿hay algo sobre los desafíos
que serán enfrentados por los países del hemisferio cuando la
población alcance esa edad y sus problemas asociados? ¿Cómo
enfrentar los desafíos, en particular aquellos que también inhi-
ben el desarrollo?
George Alleyne
Primero que nada tenemos que decir que el envejecer no
166
es un problema. Todos vamos a envejecer. La edad no es un
problema. Nuestro enfoque ha sido que uno debe asegurar un
envejecimiento saludable. Lo que son considerados problemas
normales de los ancianos convirtiéndose en prácticas normales
de los servicios de salud. Acostumbramos hablar de la regu-
larización de la vida. Primero haces así, luego haces así, y el
corazón no hace asá. Algo que tienen los doctores que van a
empezar a atender niños es que tienen que tener el enfoque
correcto hacia el desarrollo del niño. Así que, uno es un aspec-
to preventivo. Armar el mecanismo para que los ancianos una
parte extraordinaria de los recursos. En segundo lugar uno debe
evitar lo que llamamos la desigualdad intergeneracional, los jó-
venes pensando que los viejos son una carga. Hacer las cosas de
modo que la inversión que mantiene a los ancianos saludables
tenga enormes retornos para la economía de la población. No
hay que considerar al envejecimiento como un proceso anor-
mal e innecesario. Le damos la bienvenida. Se pueden poner en
práctica mecanismos que busquen una ancianidad saludable.
Moderadora
¿Quizá alguien desea hacer un comentario aquí? Tiene la
palabra la señora Carissa Etienne.
Carissa Etienne
Ciertamente en términos del envejecimiento de nuestra po-
blación y los desafíos que los países enfrentan tenemos un pro-
grama sobre envejecimiento, que se concentra en un envejeci-
miento saludable. Pero también aprovechamos el escenario de
que los sistemas sociales en América aún no están soportando
y asegurando que los ancianos tengan vidas saludables y posi-
tivas. Sobre la pregunta del aumento en el ratio de dependencia
dentro de sociedades que no han planeado el financiamiento
del sustento de los ancianos, y aquí también reportamos sobre
el sistema de seguridad social, y el hecho de lo que usted emitió
hace años ya no tiene valor mismo económico. También vemos
que los ancianos evitan ciertos desafíos de salud en términos
de nutrición, en términos de enfermedades, y cómo aseguramos
que los servicios de salud estén orientados a la salud de los an-
cianos en términos de asegurar su bienestar y calidad de vida,
sino también términos de acceso a los servicios que necesitarán
para tratar con algunas de estas condiciones particulares y evi-
tarlas.

Moderadora
¿Alguna otra pregunta en audiencia? Si no la hay, quisiera
darle unos minutos a cada uno de los panelistas, incluyendo al
doctor Aleynne si él quisiera, para agregar, complementar algu-
nos de sus comentarios anteriores.
Doctor Alleyne, ¿quiere usted empezar?
George Alleyne
Déjenme decirles que quién me dio las estadísticas para
esta presentación fue mi buen amigo el embajador Williams.
Alfredo Solari
Fue por temor que no trate el tema del envejecimiento.
Tomaría esta oportunidad para hablar de ello. La mayoría de
ustedes saben bien que en Uruguay las personas mayores de
65 años ahora alcanzan casi a ser el 15%. Lo que es interesante
acerca de los gastos de salud en Uruguay es que confirman otros
hallazgos. Que los gastos grandes en servicios de salud en los
ancianos están en los meses previos a la muerte. No es que el
gasto de salud sea muy alto todo el tiempo, sino que hay un muy
claro pico de gastos en las semanas o días finales antes de la
muerte. Por lo tanto la ancianidad no es por sí misma una carga
tan grande para la sociedad, siempre que el país haya tenido
políticas saludables. Y las políticas saludables para los ancia-
nos incluyen no sólo las políticas físicas sino también las es-
tructuras de apoyo social. Bibliotecas, familias que son unidas,
vecindarios que son seguros. Es un comité que tenía que hacer
porque no hay que tener la idea de que el envejecimiento es una
maldición, cuando de hecho es una bendición.
El otro comentario general y quiero hacer es que la salud de
las Américas estará cada vez más en las manos de sus ciudada-
nos. La información y la naturaleza de nuestros problemas dice
que hay mucha salud que ganar con las contribuciones que se
hacen al crecimiento, teniendo una ciudadanía más informada
que es capaz de cuidar de los suyos en esa interrelación entre
el individuo, la familia, la comunidad, y el estado. Y, aunque el
Estado es de hecho importante en esto, dado que sólo un estado
exitoso puede vacunar a toda una población en las proporcio-
nes indicadas, evitar factores de riesgo no saludables, toma una
combinación de esfuerzos por parte de la familia y el individuo
por un lado, y la comunidad y el estado por el otro. Y eso tiene
una enorme contribución a el desarrollo social y el crecimiento
económico.
Moderadora
La señora Carissa Etienne tiene la palabra.
Carissa Etienne
Ciertamente, el enfoque principal de la organización está
en la igualdad y el panamericanismo, y por ello, la cooperación
técnica refleja estos valores y creemos que tenemos una res-
ponsabilidad de exponer desigualdades donde las encontremos.
Trabajamos a nivel regional pero también con países para hal-
lar soluciones a las desigualdades y disparidades geográficas y
regionales descritas, pero también a aquellas disparidades que
están dentro de la agenda de la etnicidad. Reconocemos que
estos temas, como organización, necesitamos enfocarnos en los
objetivos de desarrollo de mediano plazo para asegurar que las
personas que servimos en la región desde las Américas tengan
una mejor salud y puedan contribuir con su propio bienestar in-
dividual y calidad de vida, pero también ayudarles a contribuir
al desarrollo económico de sus países, y al hacerlo así reconoce-
mos, particularmente para los países caribeños, que los ancia-
nos no son mencionados como un objetivo de desarrollo, pero
eso constituye una muy importante área con la que tenemos que
tratar, y reconocemos que en estos tiempos necesitamos hacerlo
en total acuerdo con otros sectores y ciertamente con nuestras
políticas de desarrollo.
Moderadora
El señor Bing Jameson, ¿algunas palabras finales?
Bing Jameson
No hemos hablado esta tarde sobre finanzas de salud, sobre
la estructura del financiamiento de salud. Uno de los factores
que determinan las consecuencias macroeconómicas totales de
la salud y de los sistemas de salud. Me gustaría señalar una elec-
ción fundamental que los países de mediano ingreso enfrentan
en el financiamiento de salud. Es si proceder por el camino que
lleva al financiamiento público universal o el camino que lleva
a financiamiento público combinado con seguro voluntario, y
que deja a importantes partes de la población sin seguro. No
hay mucha evidencia sobre las consecuencias económicas y
167
de salud de estas dos opciones, pero pienso que la evidencia
está cada vez más clara, desde el punto de vista económico, en
términos de empleo, en términos de minimizar la tasa de creci-
miento de los costos de salud, además de por razones de salud,
que la elección del financiamiento público universal es en mu-
chos casos la elección económica sensata.
Moderadora
Muchas gracias. Quiero finalmente agradecer al doctor
George Alleyne, a nuestros distinguidos panelistas por haber-
168
nos acompañado el día de hoy. También quisiera agradecer a
la Universidad San Martín de Porres, representada aquí por
el decano al gobierno de la República Popular China por su
continuo apoyo a la Cátedra de las Américas. Asimismo a VOA
televisión, EDUSAT y HIPN, quiénes difunden la Cátedra de
las Américas a lo largo y ancho de nuestro continente. Agrade-
cemos a aquellos que nos acompañaron hoy día en el Salón de
las Américas de la Organización de Estados Americanos, y a
nuestra audiencia en el hemisferio occidental.
Asistentes al panel de debate sobre
la conferencia de George Alleyne.

169
 Cheng Siwei,
Vicepresidente del
X
conferencia
Comité Permanente de
la Asamblea Popular
Nacional de China.
“China, América Latina y
el Caribe:
un futuro promisorio”
wASHINGTON, dc - 6 de
diciembre DE 2005.
M
e da mucho gusto dirigirme a uste-
des en el día de hoy bajo tres res-
ponsabilidades. La primera es la
oficial, como vicepresidente del
Comité Permanente del Congreso
Nacional de la República Popular China; la segunda,
y esta no es oficial, como presidente de la Asociación
de Amistad entre China y América Latina, y la tercera
que es académica, o sea, especialista en economía.
Estoy deseoso de conversar con ustedes sobre las
perspectivas de las relaciones entre China y América
Latina, y también acerca de las medidas para una ma-
yor cooperación entre las dos partes.
Así que el título de mi conferencia es: “China y
América Latina y el Caribe, un futuro promisorio”, y
consta de cuatro partes. La primera es la siguiente:
Un cimiento sólido para la cooperación polí-
tica
El Gobierno de la China siempre le ha dado gran
importancia a sus relaciones con los países de Améri-
ca Latina. Esto se evidencia en los intercambios perso-
nales frecuentes que se realiza entre las dos partes. Los
dirigentes estatales de la China han visitado América
Latina en muchas ocasiones. Un buen ejemplo de esto
es la visita del presidente de China a Argentina, Bra-
sil, Chile y Cuba, en noviembre del año 2004. En ene-
ro del 2005 el vicepresidente de China visitó México,
Perú, Venezuela, Trinidad y Tobago y Jamaica. Más
recientemente muchos jefes de Estado y de gobierno
de la América Latina y el Caribe también han venido
a China para visitarnos. Yo mismo he participado en
diversos eventos celebrados con presidentes que vi-
nieron de América Latina y el Caribe para visitarnos
incluyendo países como México, Brasil, Chile, Vene-
zuela, Ecuador, Uruguay y Colombia.
El Congreso de la China Popular ha mantenido
contactos muy estrechos con muchos parlamentos de
América Latina y del Caribe. China ahora es observa-
dora en la OEA y en el Parlatino, y tiene relaciones con
el Grupo de Río, la Comunidad Andina, CARICOM
y MERCOSUR. El fundamento para la cooperación
172
política entre China y América Latina y el Caribe
consta de tres elementos: el primero es que ambos
pertenecemos al mundo en desarrollo y tenemos
posiciones y puntos de vista idénticos o similares
en muchos temas. Segundo: ambos tenemos una
historia de lucha por la independencia, hemos vis-
to en muchos países de América Latina monumen-
tos a sus héroes que han caído en esa lucha por la
independencia. En tercer lugar, tanto China como
América Latina y el Caribe comparten las aspira-
ciones de mantener la paz y el desarrollo, así como
también promover el desarrollo común.
Dados estos elementos seleccionados la China y
América Latina y el Caribe pueden desarrollar aún
más la cooperación política en muchos aspectos.
En este momento China tiene relaciones diplomá-
ticas con el 95% de América Latina y el Caribe.
En lo referente a superficie, a población y fuerza
económica la China ha establecido asociaciones
estratégicas con el Brasil, México, Argentina, y
también ha establecido asociaciones estratégicas
para el desarrollo común con Venezuela. Y ha de-
sarrollado activamente la cooperación con otros
países.
En este momento la China busca una relación
de apoyo político y confianza mutua con los países
de América Latina y el Caribe, y de esta manera
las partes pueden fortalecer mejor las comunica-
ciones, la coordinación y la cooperación con temas
importantes que tienen que ver con la paz mundial
y con el desarrollo, la democratización de las rela-
ciones internacionales y la protección de los dere-
chos legítimos y los intereses de los países en vías
de desarrollo. La China es el país más grande en
el mundo en desarrollo y miembro permanente del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Su
desarrollo pacífico en los últimos años ha atraído la
atención mundial y sigue aumentando su papel en
tanto a nivel político como económico.
Espero que los dirigentes de los países de
América Latina y el Caribe que todavía no hayan
establecido relaciones diplomáticas con la China
puedan ver con claridad que la tendencia general
del mundo y de la cooperación de desarrollo con la
China se basa en el reconocido principio universal
de una China.
Gran potencial para la cooperación eco-
nómica.
Después de más de veinte años de reforma econó-
mica y de desarrollo económico China paulatinamen-
te ha aumentado su fortaleza nacional y mejorado el
nivel de la vida del pueblo, lo que es un éxito y es
reconocido por todos ya que la reforma y la apertura
se inauguró en 1978. A lo largo de un prolongado
periodo la economía de la China ha estado creciendo
a una tasa anual de más de 9%. En el 2004 el PBI de
la China llegó a un billón seiscientos cincuenta mil
millones, el número sexto. Su volumen de comercio
exterior, incluyendo importaciones y exportaciones,
llegó a un total de un billón ciento cincuenta mil
millones de dólares, siendo el tercero en el mundo.
Esto atrajo sesenta mil seiscientos millones de dóla-
res en inversión extranjera directa y en sus reservas
de divisas registró seiscientos nueve mil millones de
dólares siendo el segundo en el mundo.
Por un lado la fortaleza económica agregada de la
China hace posible llevar a cabo vuelos espaciales
tripulados, una tarea difícil que cumplir aún para
muchos países desarrollados. Por otra parte la China
debe trabajar aún mucho y desarrollarse más ya que
su PBI per cápita es solamente de mil doscientos no-
venta dólares estadounidenses, más bajo que aquel
de muchos países de América Latina y del Caribe
dado que la China tiene mil trescientos millones de
habitantes, por lo tanto diría yo que cualquier núme-
ro que se multiplique por esta cifra es un número in-
menso, pero si se divide entonces en muy pequeño.
La América Latina y el Caribe presentan inmen-
so potencial para el desarrollo y tienen también una
gran superficie, numerosa población, tierra fértil y
recursos abundantes, a pesar de los reveses econó-
micos del pasado muchos países de América Lati-
na y el Caribe han tenido una recuperación en los
últimos dos años. En el año 2004 la economía de
América Latina y el Caribe aumentó en un 5,5 %,
el crecimiento más rápido de los últimos 20 años.
De acuerdo con informe de investigación emitido
por la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe del 3 de agosto de este año, se espera que
la economía de América Latina crezca más o menos
alrededor de 4,3% o 4% este y el año entrante.
Naturalmente los países de América Latina y el
Caribe también experimentan problemas tales como
una base económica frágil, una estructura económica
irracional, una sobre dependencia del comercio ex-
terior, una gran carga de la deuda externa y una gran
población de pobres. Todo lo que tiene que ser con-
siderado y solucionado seriamente, Recientemente
el volumen comercial entre la China y los países de
América Latina y el Caribe han estado creciendo
a una tasa anual de 38% llegando a cuarenta mil
millones de dólares para fines del 2004, incluyen-
do veintiunmil millones en las importaciones de la
China y 18,200 millones de dólares estadounidense
en exportaciones. La China se ha vuelto el tercer so-
cio comercial de América Latina aún cuando el co-
mercio sólo representa 3,5 % del comercio exterior
total de la China. Por el momento tiene perspectivas
brillantes y muy probable que llegue a la marca de
cien mil millones de dólares estadounidense para el
año 2010 siempre que las partes actúen de manera
enérgica.
La China ahora alienta a las empresas chinas a
invertir y desarrollar negocios en el extranjero bajo
la estrategia de ir a nivel global. Las estadísticas pre-
liminares muestran que para fines del año 2004 la
China ha invertido un total de cerca de trescientos
proyectos en América Latina y el Caribe, ha firma-
do contratos comerciales por un valor de cuatro mil
quinientos veinte millones de dólares estadouniden-
ses y logrado un intercambio de tres mil doscientos
diez millones. Tengo la sensación de que muchos
gobiernos de América Latina y el Caribe y de las co-
munidades empresariales desean compartir y tener
lazos económicos y comerciales con la China, para
173
eso tenemos que continuar con las discusiones sobre
la manera de poder formar estos lazos. Es nuestro
interés ser pragmáticos, innovadores, de manera de
poder empezar una nueva fase en la asistencia mu-
tua y la cooperación entre China y América Latina y
el Caribe.
En ese sentido tengo las siguientes recomenda-
ciones que ofrecer:
En primer lugar, seguir captando el potencial al
mismo tiempo que mantenemos un crecimiento co-
mercial estable y llevar a un punto óptimo la mezcla
de productos de comercio. Intensificar la coope-
ración en las tecnologías de alto nivel y las nuevas
tecnologías y también a las industrias de alto valor
agregado, dar peso a la cooperación tecnológica en
una cooperación económica más amplia de manera
de poder lograr la diversificación de los productos
comerciales y llegar a un equilibrio dinámico y posi-
tivo en el comercio.
En segundo lugar, ampliar la inversión recíproca
y esforzarse para convertirse en el destino principal
el uno del otro en el comercio y en un futuro no muy
lejano. Con este fin debe hacerse esfuerzos para su-
perar las barreras como la distancia geográfica y la
diferencia en historia cultural y debemos aumentar
los intercambios recíprocos en el entendimiento
más profundizado entre ambos lados para facilitar
la participación creciente de la China en proyectos
grandes de inversión en América Latina y en el Ca-
ribe. La China abriga la esperanza de convertirse en
un integrante formal del Bando Interamericano de
Desarrollo.
En tercer lugar: el refuerzo de las comunicaciones
recíprocas y el planteamiento de las discrepancias
comerciales de un modo positivo sobre la base de
igualdad y de consultas. Es importante que las con-
troversias se planteen y se traten a través de distintos
cauces inclusive lo político, lo económico y lo diplo-
mático y en planos múltiples como el de gobierno de
la empresa y de los intermediarios de conformidad
con los reglamento de la Organización Mundial del
Comercio y del derecho pertinente de modo a evitar
174
afectar los intereses más amplios del comercio y de
la cooperación que existe entre ambas partes.
Cuarto: efectuar cooperación transregional enér-
gica. La integración regional para mi es una nueva
expresión de la mundialización económica y estas
dos tendencias se refuerzan recíprocamente. Di un
discurso en PCCC en septiembre último sobre esta
materia. La China firmó hace pocos días un Acuerdo
de Libre Comercio con Chile y estamos discutien-
do preliminarmente asuntos muy parecidos con el
MERCOSUR.
Quinto, el realce de la experiencia compartida y
de aprovechar las fortalezas de los otros para el de-
sarrollo común, ambos encaramos las serias pruebas
de las diferencia serias de los que se refiere a las ri-
quezas, a la degradación del medio ambiente y otros
problemas compartidos. China y América Latina
deben comparar constantemente sus experiencias a
través de más intercambios con el fin de promover
un desarrollo económico sostenible.
Más aportaciones para la cooperación cul-
tural
Los intercambios en materia de cultura, ciencia
y tecnología a mi parecer son indispensables puesto
que mayor conocimiento es lo que puede obtener-
se de este modo acerca de los valores del uno y del
otro, de su historia, de sus tradiciones y de su historia
cultural que hará más firme la base del intercambio
político, económico y de la cooperación. La China es
un país preñado de historia y cultura y cada vez mas
se está enriqueciendo culturalmente y en estos años
también en lo social y en lo económico. La América
Latina y el Caribe también hacen gala de todo un
acerbo de cultura ancestral tal como lo da a entender
las culturas Aztecas, Inca y Maya, además los pue-
blos de la América Latina y del Caribe nacen con un
corazón gozoso y apasionado y han sacado a luz esas
culturas, numerosos obras maestras en lo que se re-
fiere a la literatura, pintura, música y al baile. Abri-
go la esperanza de que nuestros dos lados puedan
mantener un contacto muy estrecho en lo cultural
para que así aprendamos el uno del otro y a través de
intercambios muy multicolores y enjundiosos contri-
buyamos a la acción recíproca y al desarrollo de las
civilizaciones china y latinoamericana y caribeña así
como que nos conduzca esa experiencia a mayor en-
tendimiento recíproco y más amistad entre la China
y los pueblos de la América Latina y el Caribe.
Los intercambios académicos son importantes
también, nos han de ayudar mientras aprendemos
los unos de los otros y vamos a cooperar más cuando
hagamos intercambios académicos en lo que se re-
fiere a la información de la tecnología, ingeniería bio-
lógica, agricultura, minería y otros ámbitos. Aguardo
también con interés tener las oportunidades de que
los economistas de la China y de América Latina
se sienten para comparar experiencias. Tras varios
decenios de desarrollo la China finalmente ha des-
cubierto que el sendero del socialismo con caracte-
rísticas chinas es nuestro sendero y ahora estamos
mejorando y construyendo nuestra economía de
mercado socialista, un sistema que aumenta la efi-
cacia por el lado del mercado y asegura igualdad a
través del sendero del socialismo.
Estoy convencido que todo país debe buscar su
modelo de desarrollo y su sendero que mejor se
adapte a sus condiciones tradicionales. Este modelo
o sendero nunca será hecho a medidas en el sentido
de que nunca será impuesto por algunos especialis-
tas internacionales o de otros países o de organiza-
ciones internacionales. Los puntos de vista de los
especialistas si hay que escucharlos y también hay
que tenerlos presentes cuando sean necesarios pero
solamente después de que se ha tenido en cuenta
las condiciones nacionales. Yo soy del parecer de
que todos los países grandes o pequeños tienen su
historia de éxito y sus lecciones de los fracasos en el
curso de su desarrollo económico que son pasto para
pensamiento para nosotros; estoy convencido de la
veracidad de los libros del señor Hernando de Soto
y me gusta mucho leer esos libros, sus teorías son
muy sui generis, y también valoro profundamente los
esfuerzos hechos por el gobierno chileno de reformar
sus sistema de seguridad social.
El papel potencial para los intercambios no
gubernamentales
Los intercambios no gubernamentales son únicos
y diferentes de los intercambios gubernamentales.
Como no son gubernamentales tales intercambios
son más flexibles y tiene un acceso a una gama más
amplia. En este aspecto la Asociación de la Amis-
tad China y América Latina y el Caribe ha hecho
buen trabajo porque ha establecido lazos de inter-
cambios y de cooperación con veinticinco países y
treinta organizaciones amigas y ha convocado tres
asambleas de estas organizaciones de amistad que
existen entre la China y América Latina y el Caribe.
La segunda asamblea se efectuó en Bogotá Colom-
bia a la que asistí con una delegación empresarial.
Ese viaje fue un empuje para nuestros intercambios
y nuestro comercio económicos. La tercera asamblea
de organizaciones de amistad con la China acaba de
efectuarse en la Argentina en noviembre y atrajo a
más participantes en forma de organizaciones y de
personas más que nunca antes.
Para resumir a pesar que la China y América
Latina están ubicadas lejos una de la otra y con los
intercambios variados y con la cooperación lograre-
mos hacer avanzar muchos ámbitos y yo como un
esperanzado prudente estoy plenamente seguro del
futuro de nuestra cooperación. Quisiera trabajar con
todos ustedes para construir un puente de amistad,
seamos pontífices entre la China América Latina y el
Caribe y sus pueblos y desempeñemos nuestro papel
para realzar la cooperación y el desarrollo común de
ambas partes.
175
El debate
PANEL DE LA DÉCIMA CONFERENCIA
“CHINA , AMERICA LATINA Y EL CARIBE: UN
FUTURO PROMISORIO”
Washington DC - 6 de diciembre de 2005
Desde el Salón de las Américas de la Organización de Esta-
dos Americanos les saluda Irene Klinger, directora de Relacio-
nes Externas de Comunicaciones de la OEA y coordinadora de
la Cátedra de las Américas. Hemos escuchado la disertación
sobre las relaciones y la colaboración entre América Latina, el
Caribe y República Popular China. Tenemos con nosotros hoy
día a los panelistas expertos en el tema que podrán compartir
con nosotros sus ideas sobre esta colaboración. Primeramente,
quisiera presentar a ustedes al señor Brian Bachner, especialis-
ta sobre China en la Biblioteca del Congreso. Es director asis-
tente del directorado de investigación legal para ley internacio-
176
nal extranjera y comparativa en la biblioteca legal del Congreso.
Él es responsable de efectuar análisis legales de investigación
multidisciplinarios en respuesta a consultas de ley comparativa
internacional extranjera por parte del Congreso de Estados Uni-
dos, agencias ejecutivas, Corte Suprema, cortes federales y para
todas las jurisdicciones dentro de Asia Pacífico, Medio Oriente
y África. Antes de su nombramiento en la Biblioteca del Con-
greso el doctor Bachner sirvió como profesor asociado en la City
University of Hong Hong de 1990 a 2005. El doctor Bachner se
convirtió en el primer americano en obtener un PhD en leyes de
una universidad de China continental cuando recibió su docto-
rado de la Universidad Wuhan una de las tres más importantes
de China en 2003. Él habla chino mandarín y español. Tenemos
asimismo al señor Alex Foxley, quien trabaja en la embajada de
Chile en Estados Unidos en calidad de consejero económico y
encargados de comercio. Es responsable de la implementación
de asuntos relativos al comercio entre Chile y los Estados Uni-
dos en el acuerdo de libre comercio entre los dos países, y está
dedicado a promover el comercio y la inversión entre ambas
naciones. Él ha sido asesor de la embajada desde el año 2001,
y trabajó en los acuerdos del Tratado de Libre Comercio desde
donde se enfocó en aspectos que tienen que ver con el comercio
de servicios. Ha estado involucrado en el análisis de importan-
tes desarrollos políticos en Washington, que podrían tener un
impacto en el acuerdo de libre comercio, así como en el diseño y
la implementación de la estrategia de comunicaciones de la em-
bajada de Chile. Antes de trabajar con la embajada de Chile en
los Estados Unidos, el señor Foxley fue un colega nuestro en la
Organización de Estados Americanos, pues fue asesor princi-
pal del Secretario General y se dedicó a temas de democracia y
de empleo. Ha sido también muy activo en apoyar al Secretario
General en negociaciones y preparación de lo que fue la Cum-
bre de las Américas en el año 1998 en Santiago de Chile. Desde
el año 93 al 96, el señor Foxley representó al gobierno de Chile
en el directorio del Banco Mundial. Tiene gran experiencia en
el área política, donde ha trabajado en tres campañas políticas
con resultados exitosos en el plebiscito en Chile en el año 88, en
el año 89, y en la campaña presidencial del año 2000. El señor
Foxley ha publicado artículos sobre temas de política, economía
política en Chile y en los Estados Unidos. Es un científico polí-
tico, que tiene un Bachelor’s degree de la Universidad de Notre
Dame y un master de Georgetown University.
Tiene la palabra el señor Alex Foxley.
Alex Foxley
Muy buenas tardes a todos, muchas gracias por estar esta
tarde en esta sala de las Américas, quiero agradecer a la OEA y
a Irene en particular por esta invitación, hemos tenido la ocasión
de escuchar una gran presentación, un conjunto sin duda muy
interesante con respecto de las interesantes relaciones entre
Chile, China y América Latina. Uno debe concentrarse clara-
mente en este tema desde una perspectiva de Chile, y para ello
simplemente poner un contexto inicial respecto a las relaciones
políticas entre China y Chile, comenzando por sostener que la
política oficial de Chile ha sido apoyar la política de una China
unificada. Fuimos el primer país sudamericano en establecer
relaciones con China después de la revolución del 49, y partici-
pamos activamente, fuimos uno de los primeros a reconocer el
carácter de economía de mercado de China, apoyando además
su ingreso a la OMC. En términos de intercambio comercial o
de la relación comercial entre Chile y China, para dar un con-
texto dentro del cual ocurre el acuerdo de libre comercio al cual
el señor Cheng hizo mención hace algunos minutos, les cuento
que el año 2004 las exportaciones de Chile a China alcanzaron
3.300 millones de dólares aproximadamente, lo que representó
un crecimiento de aproximadamente 78% respecto del año an-
terior. Por su parte, las importaciones de Chile desde China para
el mismo año alcanzaron alrededor de 1.900 millones de dóla-
res, cifra que representa un 41% de crecimiento de relación al
2003. China se ha constituido hoy en el segundo socio comer-
cial de Chile, y es el tercer destino de nuestras exportaciones.
Acumulando un 10% del total. Ahora este es un perfil de expor-
taciones bastante desbalanceado, 80% de nuestras exportacio-
nes al mercado chino son minería, y fundamentalmente cobre
dentro de ello, y en segundo lugar del sector industrial, como
una predominancia muy fuerte de alimentos y celulosa que al-
canzan a 19%. Ése es el marco comercial en el cual se inserta
el recientemente firmado acuerdo de libre comercio bilateral.
Pero este mismo, y es importante aclarar esto, es simplemente
un paso más en una tendencia que la política comercial de Chi-
le ha perseguido o adoptado desde 1990. Desde entonces he-
mos negociado acuerdos de complementariedad económica
dentro del marco ALADI con la mayoría de países del hemisfe-
rio, a partir de 1997 hemos negociado acuerdos de libre comer-
cio, incluyendo bienes, servicios e inversión, con Canadá, con
México, con Centroamérica, con la Unión Europea, Estados
Unidos, Corea del Sur, la asociación de libre comercio de Euro-
pa, todos estos acuerdos que ya están plenamente vigentes y
posteriormente un acuerdo denominado P4, con Nueva Zelan-
da, Singapur y Brunei, que está siguiendo un poco lo que men-
cionaba el señor Chang, abierto a otros miembros de APEC para
su incorporación, y en las últimas semanas la firma del acuerdo
bilateral con China y la conclusión de las negociaciones de un
acuerdo de alcance parcial con la India. Adicionalmente, quiero
destacar en relación a las palabras que recién pronunció el vice-
presidente, hay importantes coincidencias que rescato de su
discurso entre Chile y China, que se desprenden de las mismas.
Ambos países hemos desarrollado un profundo proceso de re-
formas económicas. Compartimos los dos una condición respec-
to de la importancia de promover implementación de políticas
públicas y reformas en un proceso gradual y sostenido. Ambas
naciones han experimentado un período sostenido también de
177
crecimiento económico fuerte, aunque claramente en Chile las
tasas no han sido del nivel de las experimentadas por la Repú-
blica Popular China, en el caso de China en los últimos quince
años el promedio anual ha sido aproximadamente 6%. Pero co-
incidimos también que el gran dinamismo de este crecimiento
económico ha sido guiado por el sector exportador. Este es en-
tonces el contexto en cual se plasma el acuerdo libre comercio.
Ahora porque un acuerdo de libre comercio con China. , El as-
censo pacífico de China en su dimensión económica ha genera-
do una cantidad enorme de editoriales, discusiones entre go-
biernos, foros académicos. Desde Chile los argumentos son
bastante sencillos y están en muchos de los datos que todos
manejan. China es hoy en día la séptima economía mundial, ha
tenido un crecimiento sostenido y una demanda sostenida por
commodities en un mercado de 1300 millones de habitantes.
Consolida los esfuerzos que Chile ha efectuado por ampliar
nuestra red de socios comerciales en la región del Asia Pacífico,
mencionaba el TLC con Corea y recientemente con el P4, esta-
bleciendose esta región como un eje de crecimiento económico
mundial en las últimas décadas. Permite situar Chile como un
puente entre Asia y el cono sur de América Latina. China al
mismo tiempo mantiene aún aranceles relativamente altos para
ciertos productos de interés de Chile, particularmente el sector
agrícola, forestal, y pesquero, y hay escalonamientos arancela-
rios para ciertos productos agroindustriales que también son de
nuestro interés minimizar. Por último estos acuerdos mejoran el
acceso, permiten eliminar barreras no arancelarias, aumenta la
transparencia en la relación comercial, y generan una mayor
certidumbre jurídica para los negocios que facilita la actividad
de nuestras empresas. Este es el primer acuerdo comercial que
China firma con un país latinoamericano, y el más comprensivo
en cuanto a sus contenidos. Las negociaciones con China co-
menzaron el año 2005 en enero, y concluyeron después de cinco
rondas hace unas semanas atrás en Busán en el marco de la
reunión de líderes de APEC 2005. No quiero entrar demasiado
en los detalles del contenido del mismo, pero le voy a contar que
en términos de acceso a mercado, el acuerdo consolida una
desgravación inmediata de 92% de las exportaciones de Chile a
China, y un 50% de las exportaciones chinas a Chile. Establece
un período de desgravación arancelaria de 1, 5 y 10 años para
los bienes de Chile a China, y de 1,2, 5 y 10 años para aquellos
de China a Chile. Excluye un número muy reducido de produc-
178
tos de ambos países, y beneficia fuertemente y de carácter inme-
diato a las principales exportaciones de Chile a esa nación asiá-
tica. En términos de reglas de origen, se establece un
procedimiento claro, certificación a cargo de entidades guber-
namentales, establece una salvaguardia bilateral para proteger
eventuales aumentos de exportaciones de la otra parte, en mate-
rias sanitarias y fitosanitarias y de barreras técnicas al comercio,
refuerza los mecanismos de la OMC, y además establece meca-
nismo de consulta bilateral para resolver eventuales problemas,
define un mecanismos expedito para solución de controversias,
y por último en un tema que el señor Cheng enfatizó mucho
dentro de su presentación, es un acuerdo que hace un enorme
énfasis en los aspectos de cooperación bilateral. Hay contenidos
en términos de cooperación económica, de investigación, de
ciencia y tecnología, de educación, cooperación para apoyar el
desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, el tema de
propiedad intelectual, el tema promoción de inversiones, en el
área minera y en el área industrial. Ésta es un área que estamos
examinando con mucho detalle y con gran entusiasmo porque
creemos que va a permitir, en la línea de lo que decía el vicepre-
sidente, ayudar al economía chilena a dar un salto y aumentar el
componente de valor agregado e innovación tecnológica en un
perfil exportador si aún se mantiene con un componente muy
fuerte en el sector de recursos naturales. Ahora, quiero terminar
con algunas palabras de cautela, al mismo tiempo. Estos acuer-
dos de libre comercio o los procesos de liberalización comercial
en general, no son una panacea. Es crucial que este ejercicio
vaya estrechamente ligado a políticas económicas estables, y
sólidas, a procesos de modernización del estado y fortalecimien-
to de las instituciones democráticas, y a un agresivo y perma-
nente esfuerzo por implementar políticas sociales eficaces que
reduzcan la pobreza, mejoren las condiciones de vida de la gen-
te, y generen mayores oportunidades. Hemos pasado quince
años persiguiendo esos objetivos en Chile, hemos logrado im-
portantes avances, pero las tareas son sin duda muy importan-
tes, muy grandes por delante. Los desafíos de la estrategia de
desarrollo económico chileno para las próximas décadas parten
de la constatación que el proceso de globalización o de integra-
ción de los mercados no espera ni se detiene. Debemos persistir
en nuestros esfuerzos por mantenernos en el centro de ese pro-
ceso. Sin temores. De esa forma, lograremos maximizar sus
oportunidades y prepararnos para enfrentar, ojalá exitosamente,
los costos y desafíos que se presentan. En este sentido, el acuer-
do de libre comercio con China es un instrumento más, para
lograr dicho objetivo y esperamos que se proyecte también como
un puente que estreche las relaciones entre China y Chile así
como las relaciones entre Asia, América Latina y el Caribe.
Muchas gracias.
Moderadora
Muchas gracias señor Foxley por compartir la experiencia
del gobierno de Chile en la negociación de este acuerdo de libre
comercio. Tiene la palabra el señor Bachner.
Brian Bachner
Es ciertamente muy interesante estar aquí y participar
en este distinguido panel así como haber escuchado el muy
interesante discurso del señor Cheng. Mis comentarios no ne-
cesariamente representan los puntos de vista de la Biblioteca
del Congreso. Encontré el discurso del señor Cheng fascinante,
muy positivo, muy optimista. Me gustaría compartir hoy con us-
tedes algunas de mis experiencias personales de China y quizá
algunas de las investigaciones que he estado haciendo para
explorar un poco más acerca el potencial, para explorar más
el desarrollo potencial de los lazos entre China y Latinoamé-
rica y el Caribe. Literalmente empecé en 1989 en Beijing, y
recientemente me fui en agosto de este año. En mi experiencia
de quince años como investigador legal y académico he podido
observar momentos que creo únicos no sólo en la historia China
sino también en las experiencias Este-Oeste. He podido obser-
var en China un cambio económico y diplomático que pienso
que anuncia problemas futuros con respecto a la globalización.
Económicamente, desde 1989 hasta 2005, China cambió dra-
máticamente, casi radicalmente, de una economía centralizada
, de una economía basada en planificar asuntos, de una econo-
mía que estaba muy dirigida, a una economía mucho más libe-
ralizada, donde las fuerzas del mercado eran capaces de dirigir
cómo debía seguir el desarrollo económico. Diplomáticamente
pudimos ver a China salir de un de país más aislado, naciona-
lista, orientador regionalmente a un país mucho más internacio-
nal, a un país con una visión de promover sus propios intereses
nacionales en el extranjero en lugar de estrictamente interesarse
en sus propios asuntos domésticos. Eso fue un gran cambio. Y
digo eso para ilustrar que éste discurso es muy emblemático del
cambio. Y vale la pena mencionar que el cambio no debe ser
subestimado. En mi visión personal el cambio en los últimos
quince a veinte años en China ciertamente ha sido dramático.
Aquí hoy escuchamos hablar acerca de un acuerdo de libre co-
mercio entre Chile y China. China ha entrado en Latinoamérica.
Ha hecho acuerdos con respecto a la explotación de recursos
naturales. China ha tomado un rol activo, a veces con el soporte
de la experiencia que Hong Kong con respecto a el desarrollo
de infraestructura. China está adoptando un enfoque práctico
formal para su responsabilidad diplomática, para su desarrollo
económico. Este cambio es ciertamente dramático. Luego me
gustaría comentar un poco, si me permiten, acerca de la investi-
gación que he estado haciendo. Como mencioné, mi Ph
D en Wunsan involucraba un tema muy interesante que creo
que tiene ciertos lazos con Latinoamérica así como con el Cari-
be. Sin embargo, antes de hablar de eso, me gustaría mencionar
que gran parte del análisis que hemos visto con respecto al papel
de China en Latinoamérica y el Caribe ha estado enfatizando di-
ferencias, ha estado enfatizando potencialidades de amenazas.
No hemos visto muchas cosas en común que puedan ser traídas,
y espero que en los próximos minutos, hablando un poco acerca
de la investigación en que estoy involucrado podamos dar una
perspectiva diferente sobre la relación que involucra China y
Latinoamérica. Mi investigación particular ha tratado en gene-
ral con problemas relacionados a la participación de China en
la Organización Mundial de Comercio, así como las reformas
legales y económicas de China. En particular en lo que me
concentrado es la cuestión de la comercialización, básicamente
la comercialización de productos farmacéuticos en China. Un
problema particular ha sido que un considerable interés en mi
investigación ha sido cómo comercializar medicina tradicio-
nal China. Es un problema que no ha recibido mucho interés,
pero ciertamente demanda mucho más interés. Las relaciones
entre el desarrollo del conocimiento tradicional en China y el
desarrollo del conocimiento tradicional en Latinoamérica y el
Caribe son considerables. Uno de los intereses fundamentales
involucra que China y Latinoamérica son países en desarrollo,
y ambos son almacenes de conocimiento tradicional así como
de recursos naturales. Hay un considerable potencial no explo-
tado para avanzar la biotecnología de salud con el uso de co-
nocimiento tradicional. Ambos conocimientos tradicionales de
China y Latinoamérica y el Caribe son normalmente recursos
179
indígenas. Esos recursos indígenas están ahora demandando
más protección. ¿Cómo las reglas existentes en la Organiza-
ción Mundial de Comercio pueden promover el desarrollo de
farmacéuticos que vengan de estos conocimientos tradicionales
mientras que al mismo tiempo protejan los intereses, la cultura
de esos grupos indígenas? Esto son temas que creo que son muy
importantes, es por ello que creo que China puede aprender de
Latinoamérica así como del Caribe. Los países latinoamericanos
y del Caribe ya han tomado este problema muy en serio y han
desarrollado legislación que puede al mismo tiempo adelantar
y modernizar la propiedad intelectual y respetar problemas am-
bientales. China está en un nivel muy temprano en sus etapas
de desarrollo en temas relacionados a la comercialización de
ciertos conocimientos tradicionales, ciertas medicinas tradicio-
nales. Estoy seguro que hay mucho que puede ser aprendido
por China de las experiencias en Latinoamérica.
Moderadora
Nos gustaría ahora abrir la sesión para preguntas.
Pregunta
Soy de la empresa Bushner & Hamilton. Mi pregunta es
para el señor Foxley, pero quiero agradecer a los dos caballeros
por las presentaciones muy interesantes. Señor Foxley, quiero
aprovechar su experiencia como negociador en Chile. Declaró
la perspectiva desde Chile desde el Tratado de Libre Comercio.
Es algo que en Chile ya ocupa un buen papel clave con sus
puertas en el Pacífico. Mi pregunta es también a los países como
Perú y Ecuador que ocupan posiciones claves con puertos en
el Pacífico. Mi pregunta es si la lógica del comercio entre Chi-
le y China está anticipado que también funcionará para Perú
y para Ecuador. Y si se puede prever una competencia entre
Perú, Ecuador y Chile para este nuevo comercio entre Latino-
américa y China.
Alex Fowley
Una muy buena pregunta. Yo creo que no hay riesgo de una
competencia que no sea mayor a la competencia natural que
será el intercambio de bienes y servicios en los mercados glo-
bales del día. Creo que la dinámica de la relación económica
entre China y América Latina y el Caribe, o incluso entre Asia
y América Latina y el Caribe, son de una magnitud tal que por
180
ponerlo en términos muy simples, hay espacio para todos, hay
espacio para un win-win, su resultado de suma positiva, como
decía muy bien el vicepresidente. Los países de la costa pacífica
estamos asociados en el marco de APEC, hemos tenido con-
versaciones hemos avanzado temas importantes para facilitar el
intercambio comercial y las oportunidades de negocios de los
países. Chile, junto a tres otros miembros de APEC, han dado
un paso más allá adelantándose a los objetivos de la declaración
de Bogor, y es un acuerdo que está abierto a otros miembros de
la APEC. Creemos que esto es una oportunidad en la cual en
la medida en que cada uno vaya haciendo las cosas apropiadas
dentro de sus propias políticas públicas para estar preparados
para competir en un mundo globalizado, en una situación que
ofrece resultados positivos para todos, y estaremos más que
felices de que las relaciones entre Perú, Ecuador y China se
vuelvan más fuertes y dinámicas.
Moderadora
Hay una pregunta a mi izquierda por favor.
Pregunta
Esta pregunta es para el señor Foxley es sobre el Tratado
de Libre Comercio Chile- China. Chile es el primer país lati-
noamericano con el que China ha firmado un Tratado de Li-
bre Comercio, y otros recursos naturales están en Chile. Le
preguntó qué ven ustedes acerca de las otras implicaciones
en la perspectiva China. Más específicamente, Latinoamérica
tiene muchos recursos naturales, pero también Chile es una
economía muy abierta y esta muy bien integrada con el resto
de la economía latinoamericana. Desde la perspectiva China,
¿cuáles cree usted que son las ventajas de entrar en el mercado
latinoamericano vía Chile?
Alex Foxley
Pues yo creo que el acuerdo bilateral entre China y Chile
obedece a objetivos muy específicos de ambas naciones, de in-
terés concreto en términos comerciales y de inversiones direc-
tas de China en Chile y en alguna medida, en algún momento
de Chile en China. Ya hay sectores productivos chilenos que
están preparándose para acercarse al mercado chino y apren-
der a competir en ese mercado. Pero también hay objetivos y
logros de segundo orden o complementarios, pues a lo que nos
referíamos un poco con la posibilidad de establecer un puente
terrestre Pacífico. Para China sin duda que el tamaño de la eco-
nomía chilena no es algo que genere un interés muy importante.
Quince millones de habitantes no va a transformar ni sustentar
el crecimiento económico chino en el próximo inmediato futu-
ro, pero se presenta una oportunidad para aprovechar la red de
acuerdos comerciales que Chile ya logrado con países de la re-
gión y, como indicaba la pregunta anterior, aprovechar la infra-
estructura chilena como un espacio de ingreso y de aproxima-
ción a otros mercados en América del Sur y, fundamentalmente,
en los mercados argentinos y brasileño. Esto sin duda que en
el momento en que se comenzó la negociación y la discusión
era un aspecto que para nosotros también era muy interesante,
porque eso debiera traducirse en un aumento de la inversión,
tanto de los requisitos de inversión chilenos propiamente tal,
para maximizar estos beneficios, así como acortar y estrechar
las relaciones comerciales que tenemos con nuestros vecinos
de la región.
Moderadora
¿Hay alguna otra pregunta o comentario?
Pregunta
¿Por qué cree el señor Foxley que China decidió entrar en
su primer acuerdo de libre comercio en Latinoamérica con Chi-
le? Cuáles cree que fueron los factores que llevaron a esto? ¿qué
ventajas obtuvo China? ¿qué estaban buscando?
Alex Foxley
La pregunta es muy interesante, pero mi respuesta sólo
puede ser altamente especulativa y a título personal. Quisiera
pensar que uno de los temas que era atractivo para China es que
hay alguna coincidencia respecto de ciertos objetivos en política
comercial internacional. Hemos trabajado juntos en la OMC,
somos ambos miembros del G20, hemos trabajado juntos en las
negociaciones de la ronda, Chile ha acumulado una cierta expe-
riencia en política de comercio internacional que puede haber
sido algo de interés para los negociadores chinos, y creo que un
elemento que probablemente tuvo algo que ver también es una
razón que nos dieron los negociadores de la república de Corea
cuando iniciamos negocios con ellos, y es que somos un país
chico. El cual, en el fondo, es un excelente ejercicio de inicio
en un proceso que ellos perciben de mediano aliento. Países
que no tienen como correo China, no tenían una experiencia
muy amplia en negociaciones comerciales bilaterales, era fácil
negociar con una economía pequeña que estaba involucrado en
ese ambiente y que al mismo tiempo representa amenaza muy
menor para los propios intereses comerciales domésticos.
Moderadora
Hay otra pregunta por favor.
Pregunta
Mi nombre es Ralph Watkins. Tengo una pregunta para el
señor Bachner, usted tiene una perspectiva única habiendo ob-
servado el desarrollo de China por algún tiempo. Muchas com-
pañías están invirtiendo en China con la idea de querer sembrar
en el mercado chino. Pero para desarrollar este mercado tienen
que exportar primero y ganar la capacidad de acceder a ese
mercado después. ¿Cree usted que éste es un escenario realista
para compañías no chinas que desean activamente acceder al
mercado chino? ¿o cree que habrá compañías chinas vendien-
do en el mercado chino?
Brian Bachner
Creo que esa es una pregunta muy interesante y oportuna.
Mi reflexión personal en China es de interés en lo que se ha
estado desarrollando en los últimos diez o quince años. Creo
que el consumidor chino ha estado muy interesado en acceder
a marcas internacionales, quiere comprar artículos con sabor
internacional. Mi experiencia personal es que va haber una
gran cantidad de consumo. Pero parece que en los últimos años
la calidad de los productos chinos está aumentando, están de-
sarrollando el valor añadido. El no tener que añadir los costos
de transporte, en términos de exportar hacia China, ha hecho a
estos productos cada vez más atractivos. Así que, si entiendo
su pregunta, ha habido una creciente, una mayor competencia
entre productos extranjeros y productos locales en China, y los
productos locales están en realidad ganando cada vez más cre-
dibilidad y participación de mercado.
Moderadora
Hay una pregunta allá adelante.
181
Pregunta
Soy Alex Ketch, antiguamente de la OEA. A veces es im-
portante lo que no se dice, y no se ha mencionado el daño que
pueda causar China al medio ambiente al aumentar su desa-
rrollo. Quiero preguntarle en el contexto de su comparación de
farmacéuticos y medicinas en el nuevo mundo, y medicinas
tradicionales chinas, sino son más o menos aplastados por la
forma en que los chinos han elegido desarrollar y la falta de tra-
tamiento especial a sus propias minorías a ser incluida, y los
pueblos indígenas de las Américas y la diversidad biológica de
la cual dependen esas medicinas.
Brian Bachner
Creo que es una pregunta muy urgente. La cuestión de la
protección de culturas tradicionales en la comercialización de
sus productos culturales es muy seria y no ha sido realmente
tratada en China. Productos farmacéuticos en China son, creo
que en China, la preocupación principal. La preocupación es
llevar el producto a la gente para que esta se beneficie, una
orientación de ayuda así como una orientación de mercado
hacia estos productos. Ahora que significa con respecto a la
protección de las tecnologías tradicionales, medicinas tradicio-
nales, cuando son comercializados, y tomando su pregunta, hay
una preocupación por los recursos ambientales. Pienso que los
últimos quince años este problema se ha estado haciendo cada
vez más importante. La respuesta es no, no ha habido interés
por la diversidad biológica que en realidad crea estas medici-
nas, y es por ello que creo que, y también agradezco la oportu-
nidad para hacer esta pregunta, aquí es particularmente donde
yo pienso que China puede aprender mucho el experiencia la-
tinoamericana. En particular, Costa Rica tiene una maravillosa,
legislación que protege los recursos biológicos así como respeta
los temas culturales. De hecho ahí he hecho algunas recomen-
daciones. Yo creo que los chinos deberían pensar en ello. Es
un tema que es muy nuevo. La medicina tradicional china ha
estado en China por cinco mil años, y ha sobrevivido esos cinco
mil años sin leyes modernas. Mi preocupación es que salgan
leyes modernas sin dar consideración a los temas ambientales,
pasando por alto los temas ambientales, los temas culturales,
dando origen a problemas futuros. Así que mi consejo, mi espe-
ranza, es que China se tome un tiempo, que digan esperen un
momento, demos un paso atrás y veamos qué estamos haciendo
182
con esto.
Moderadora
Quizás una pregunta a ambos panelistas. Justamente hablan-
do del intercambio de experiencias yo creo que sin duda ambos
mundos pueden aprender del uno y del otro. Hablábamos antes
de la importancia del intercambio económico, cultural, político.
El modelo de desarrollo que tiene China en este momento, y
esto es una pregunta para ustedes. ¿No tendrá riesgos de cre-
cimiento acelerado similares a algunos riesgos que ha tomado
Latinoamérica en términos de su propio modelo de crecimiento,
que aceleró un porcentaje muy importante de pobreza y des-
igualdad? Mi pregunta es: ¿cómo ven ustedes eso en China en
este momento como parte del proceso de desarrollo chino, y si
China puede aprender algunas lecciones, o a lo mejor nosotros
de la experiencia que China no debiera comenzar?
Brian Bachner
Gracias por esa pregunta. Ciertamente creo que hay mucho
que China podría aprender de la experiencia Latinoamericana.
una cosa en particular que me interesa que está relacionada
a la última pregunta, es la velocidad con la cual el desarrollo
económico es empujado. Creo que el desarrollo económico,
el crecimiento económico, aunque importante, si evita temas
fundamentales de protección ambiental es una preocupación
importante. De nuevo, creo que hay ejemplos en Latinoamérica
donde se ha dado un paso atrás, ha reconocido la importancia
de los temas relacionados con problemas ambientales, identifi-
cado esos problemas ambientales, quizá protegido su recursos,
con leyes nacionales y tiene la voluntad, particularmente con
respecto a las industrias farmacéuticas, tratar de desacelerar
el desarrollo para hacerlo sostenible. Permitirse reconocer la
importancia no sólo del fabricante global de productos, sino
también reconocer que hay impactos de este proceso comer-
cial en las culturas locales, en los recursos ambientales, que
una compañía que viene del extranjero puede no reconocer.
Y ciertamente es en el interés de China reconocer aquello que
podemos aprender de Latinoamérica, para asegurar que cada
desarrollo es sostenible.
Moderadora
Había una pregunta de la audiencia por favor.

Susana Estrada
Soy Susana Estrada del Departamento de Comercio. Esta
pregunta es para el señor Foxley. Sabemos que China es un país
muy grande y Chile, como se mencionó, es un país muy peque-
ño. : ¿Chile está teniendo algún tipo de estrategia para poder
enfrentar a este país tan grande y que la economía de Chile no
sea perjudicada?
Alex Foxley
Sin duda ha sido un tema que se ha discutido mucho antes y
durante las negociaciones. En Chile existe un consenso bastante
amplio respecto del tipo de política comercial que se ha seguido
los últimos años, y de las negociaciones comerciales que he-
mos experimentado hasta ahora. Yo creo que al mismo tiempo
que reconocer que la negociación con China fue la que generó,
quizás también caen dentro nuestras negociaciones con Nueva
Zelandia, pero mayor preocupación relativa dentro de ciertos
sectores de la economía. Esto refleja básicamente lo que sido
la discusión en un convivió internacional en relación a China.
La forma que se ha tratado de resolver el tema es estableciendo
mecanismos muy claros dentro del acuerdo que van a permitir
a los sectores que se sienten potencialmente ponderados o afec-
tados a tener plazos más largos para adaptarse a las condiciones
de competencia igual, o en algunos casos muy específicos, de-
jarlos completamente excluidos de la preferencias arancelarias.
Por otro lado, la composición de comercio y de las exportaciones
de cada uno es lo suficientemente diversa y distinta uno de otra
como para pensar que hay mayores áreas de complementaridad
que de competencia directa. Y lo tercero es que al que reali-
zar un esfuerzo muy consciente hemos sostenido para apoyar
aquellas empresas que ven en el mercado China experiencia,
potencial concreto para crecer, de modo que los beneficios del
acuerdo se vean rápidamente traducidos a nivel de política do-
méstica, y de esa forma aumenten y profundicen la percepción
amplia y generalizada que Chile de que los acuerdos de libre
comercio tienden a mejorar las condiciones de estabilidad de
los chilenos.
Moderadora
Hay una pregunta final de la sala por favor
Pregunta
Para ambos panelistas. El tema de la pobreza en China y en
Latinoamérica. Y el desarrollo económico conocido de ambas
regiones de los últimos cinco años. China ha demostrado no sólo
crecimiento en productividad en muchas áreas sino muchos de
su productos son de alta calidad y alto valor agregado. Hay dife-
rencias en los modelos económicos de ambas regiones. El tema
de la pobreza, como vieron el desarrollo económico, y el impacto
del desarrollo económico, para China en salarios. El salario por
hora es hoy de unos cincuenta centavos. Tenemos la presencia
histórica de Japón y Corea al inicio de su desarrollo económico
y ahora vemos los altos salarios comparativos. ¿Que ven ustedes
en cuanto a nivel de salarios en China en comparación con el
contexto latinoamericano
Brian Bachner
Para responder su pregunta creo que volveré a mi pensa-
miento de desarrollo sostenible. He observado a China en los
últimos quince años en sus interacciones internacionales y sus
políticas domésticas, y ellos enfatizan que la reducción de la
pobreza es su trabajo número uno. Y mi preocupación es que
esto es a costa de muchos otros temas importantes. Los temas
ambientales por ejemplo. China ha estado reluctante en estas
etapas iniciales a invertir en protección ambiental porque eso
quitaría recursos valiosos del desarrollo económico para sacar a
la gente de la pobreza. En realidad creo que esto está empezan-
do a cambiar, a nivel internacional China ha tenido mucho éxito
en persuadir a la comunidad internacional que inviertan fondos
internacionales para corregir ése balance. En otras palabras
proveyendo dineros que China no podría necesariamente per-
mitirse. Obviamente es un tema muy difícil para tratar con él, es
un tema importante en las mentes de los líderes chinos. China
es un país de mil trescientos millones de personas Mucha gente
del área rural. Esta gente no está actualmente ganando mucho
dinero, ellos tienen la atención de los líderes en Beijing. Beijing
tiene que responder. De nuevo, hay que encontrar el balance
correcto, de estimular el desarrollo económico a la vez que se
respetan los problemas ambientales. Problemas de asistencia
pública. Problemas de derechos humanos. Es una ruta muy
desafiante, pero China la seguirá, según mi experiencia ellos
están decididos y lograrán esta meta desde su perspectiva y de
acuerdo con sus estándares.
183

Alex Foxley
Comparto plenamente lo que dice el señor Bachner.
Creo que es sin duda un tema extremadamente complejo
en general, es la discusión que hoy en día está situada en
la mitad del debate sobre globalización, sobre aceleración
de los procesos de interés en comercial a nivel hemisféri-
co, y global, ¿cómo combinamos y cómo logramos que la
conexión entre mayor liberalización comercial, mayor cre-
cimiento económico, tenga una traducción más inmediata
en estándares de vida, en reducción de pobreza? En Chile
y sin querer aparecer enfatizando demasiado, pero hemos
logrado establecer un modelo de desarrollo que nos ha
permitido crecer sostenidamente durante quince años, y al
mismo tiempo reducir la pobreza a la mitad. Ese crecimien-
to ha estado sustentado fundamentalmente en una apertura
comercial, pero no es lo único, adicionalmente a eso, los
gobiernos desde el 90 adelante han perseguido una serie de
otras políticas públicas, económicas y sociales, que tienden
y buscan paliar aquellos elementos de la globalización, de
la integración de los mercados, que sí producen o tienen la
capacidad de producir. Creo que lo que ocurre hoy en China
es caminar en un ejercicio similar pero en una dimensión
muchísimo más grande, simplemente por la colocación de
tamaño. China necesita seguir creciendo a tasas muy altas
porque han visto directamente que la mejor forma de paliar
la pobreza es con crecimiento económico. Pero al mismo
tiempo, la liberalización y la integración economía tienen
que llevar medidas complementarias que permita que este
proceso sea integrado o integrador de la nación toda, y se ha
visto ya, o sea, lo que ocurre en la costa este y sur de China,
en donde ha habido las concentraciones de desarrollo eco-
nómico más fuertes y acelerados, ha habido un aumento los
salarios, ha habido un aumento en los ingresos per cápita, y
poco a poco el perfil económico de esa región se ha estado
trasladando hacia el interior. Por lo tanto, hay un proceso,
pero un proceso en el pie por las dimensiones del caso, las
autoridades China necesita llevarlo a cabo con un grado de
cuidado, de mantener los equilibrios internos, que no se
puede perder de vista.
Moderadora
184
Hay otra pregunta.
Pregunta
Una pregunta más para el señor Alex Foxley. El
discurso del señor Cheng fue muy interesante. El señor
Cheng es un economista, y asesora al secretario del co-
mité del PCC, el cual es un comité muy importante en
China. En China hay obviamente unas reformas econó-
micas muy complicadas, así que cuando algo le llama la
atención, qué es lo que hay en Chile a lo que necesita
prestarle atención. Hay una oración en su discurso, y es-
pero no poner a nadie en un compromiso, En la página 5
él dijo: “en el medio de ninguna parte, también aprecio
mucho los esfuerzos hechos por el gobierno chileno para
reformar el sistema de seguridad social”, lo cual sugiere
que eso es algo que él está observando para reformar su
propia seguridad social. ¿Podría usted darnos, desde la
perspectiva chilena, qué es lo que podría él estar obser-
vando?
Alex Foxley
No, no tengo la capacidad de estar en la mente del
vicepresidente. Creo que el señor Bachner está mejor
que yo al haber pasado quince años en China, está muy
al tanto de la importancia que el gobierno chino le ha
dado al tema de la ancianidad y del envejecimiento de
la población, y esto tiene consecuencias sociales extre-
madamente importantes. Un país con esa población, un
tema de envejecimiento abrupto de la población implica
o puede llegar a implicar un impacto enorme en las cuen-
tas fiscales, es una situación que vemos en una serie de
lugares del mundo. Chile ha implementado una serie de
reformas para tratar de resolver los temas de jubilación
y retiro digno. Parte de ello implica una administración
privada de fondos de pensiones que ha tenido una se-
rie de beneficios, pero también ha tenido una serie de
problemas. El gobierno ha estado en un esfuerzo cons-
tante para tratar de que los temas positivos del modelo
se mantengan pero al mismo tiempo reducir el costo por
los errores que se han cometido durante el trayecto. Me
imagino que al estar en la situación de aprender a o mirar
otras experiencias, el caso de Chile puede alimentar la
discusión interna, pero, obviamente con las diferencias y ción entre China y América Latina y el Caribe. Agradecemos
precauciones que implica. también la audiencia tanto del Salón de las Américas como a lo
largo y ancho del hemisferio.
Moderadora
Bueno muchas gracias a los panelistas de hoy. Han dado
excelentes contribuciones a esta discusión sobre la colabora-

Asistentes al panel de debate sobre

la conferencia de Cheng Siwei.

185
Biografias
Jimmy Carter
James Earl Carter Jr, nació el primero de octubre
de 1924 en una plantación de maníes en Plains,
Georgia. Se graduó por la Academia Naval de
Annapolis en 1924, y luego de siete años de
servicio como oficial naval volvió a Plains. En
1962 ingresó al mundo de la política, y ocho años
después fue elegido gobernador de su Estado
natal, Georgia. Llamó la atención por su eficiencia
en oficina, énfasis en la ecología y disminución
de las barreras raciales. En 1974 anunció su
candidatura a la presidencia representando al
partido demócrata, y luego de dos años de campaña
derrotó a Gerald Ford. Al final de su administración
Carter había logrado aumentar el empleo y
disminuir el déficit en el presupuesto nacional.
Luego de dejar la presidencia en 1980 siguió con la
labor de promover los derechos humanos y buscar
soluciones pacíficas a los conflictos internacionales,
labor que lo llevaría a ganar el premio Nobel de la
Paz el 11 de octubre de 2002.
Enrique V. Iglesias
Nació en Asturias, España, y se naturalizó en
Uruguay. Graduado en Economía y Administración
de Empresas por la Universidad de la República
de Uruguay en 1953. Fue profesor de Desarrollo
Económico y director del Instituto de Economía en
la misma universidad. Ha publicado varios artículos
sobre el tema. Ejerció como presidente del Banco
Central de Uruguay de 1966 a 1968, secretario
ejecutivo de CEPAL de 1972 a 1985, secretario
general de la Conferencia de Naciones Unidas
sobre Fuentes de Energía Nuevas y Renovables
celebrada en Nairobi, Kenia, en 1981, y ministro
de Relaciones Exteriores de Uruguay entre 1985 y
1988. En marzo de 1988 fue elegido presidente del
BID, cargo que volvería a ocupar en 1993, 1998
y 2003, finalizando el 2005. Durante su mandato
empezó a operar la Corporación Interamericana de
Inversiones y se aprobaron la séptima y la octava
Reposiciones Generales de Recursos, con lo cual
creció fuertemente el capital del banco.
Philippe Kirsch
Ha sido presidente de Corte Penal Internacional
y juez de su rama de Apelación desde marzo de
2003. Desde que se unió al gobierno canadiense
en 1972 ha sido asignado como embajador en Perú
y Suecia, y dos veces a Nueva York a la misión
canadiense permanente de las Naciones Unidas.
Posee un master en derecho por la Universidad de
Montreal, es miembro del Québec Bar desde 1970
y se ha especializado en derecho internacional.
Fue asesor legal del departamento de Asuntos
Extranjeros de Canadá y ha representado a su
país en varias disputas legales. Participó en varios
cuerpos legales a nivel mundial y presidió el sexto
Comité de la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1982. También ha presidido un
considerable número de tratados e instrumentos en
otros campos, tales como la supresión del terrorismo
y la protección de trabajadores de la ONU. Es
considerable su aporte en artículos sobre derecho
internacional, las Naciones Unidas y la Corte Penal
Internacional.
Derek Walcott
Nació en 1930 en el pueblo de Castries, Santa
Lucía. Estudió en la Universidad West Indies,
187
Jamaica, y en el Saint Mary’s Collage, y se mudó a
Trinidad en 1953. Ahí trabajó como crítico de arte
y teatro. A los dieciocho años publicó su primer
poemario, “In a green night”, que precedería a
“Another Life” (1973), “The Star-Apple Kingdom”
(1979), “Collected Poems”, 1948-1984 (1986),
“The Arkansas Testament” (1987), y “Omeros”
(1990). A los veinticinco años fundó el Taller de
Teatro de Trinidad, que puso en escena varias de
sus obras, entre las que se encuentran “Dream
on Monkey Mountain” (1970), “Ti-Jean and His
Brothers” (1958), “The Last Carnival”, y “The
Odyssey: A Stage Version” (1993), “Un viajero por
elección”. Reparte en la actualidad su tiempo entre
su hogar en Trinidad y Boston, donde dicta un curso
de literatura en la Boston University. En 1992 ganó
el premio Nobel por su gran visión multicultural,
histórica y luminosa en la poesía.
John B. Taylor
Natural de Yonkers, Nueva York, nació el año 1946.
En 1968 se graduó por la Universidad de Princeton
y en 1973 obtuvo un doctorado en economía de
la Universidad de Standford. Es mundialmente
reconocido por su autoridad en asuntos financieros y
monetarios internacionales y su aporte a la enseñanza
de tales temas lo cual le ha merecido premios como
el Hoagland Prize y el Rhodes Prize. Ha servido
durante cuatro años como subsecretario de Tesorería
de Asuntos internacionales. Dirigió el desarrollo e
implementación de políticas en las áreas financieras,
comercio internacional, inversión extranjera,
desarrollo económico, deuda internacional y la
participación de EEUU en el FMI, BM, BID y otras
instituciones. Coordinó asimismo la política de
mercado financiero del G7 y presidió al grupo de
trabajo de macroeconomía internacional del OECD.
188
Alejandro Miró Quesada Cisneros
Nació el 24 de septiembre de 1944. Sus
estudios universitarios de Letras los realizó en la
Universidad Católica del Perú en 1963, y los de
Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos en 1968. Es
periodista y abogado. En 1965 ingresó como editor
del suplemento deportivo al diario “El Comercio”
de Lima, y en 1972 fundó Productora Documenta.
Durante la incautación del diario “El Comercio”
por la dictadura militar se dedicó a producir cine
y televisión. En 1980, devueltos los diarios a
sus propietarios, regresa a “El Comercio” como
asistente de la dirección. En 1987 es nombrado
subdirector y en 1999 asume el cargo de director.
Desde 1986 es miembro de la junta directiva de la
SIP, y vicepresidente para el Perú para el Comité
para la Libertad de Prensa. Desde el 2004 es
presidente de la Comisión de Chapultepec. En la
actualidad es miembro del Comité Ejecutivo y del
Consejo de Honor de la Junta Directiva del Consejo
de la Prensa Peruana.
José Miguel Insulza
Nació el 2 de julio de 1943. Abogado de formación,
licenciado en derecho por la Universidad de
Chile, hizo estudios de postgrado en la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales y la
maestría en Ciencias Políticas en la Universidad
de Michigan, Teoría Política en la Universidad
de Chile y de Ciencia Política en la Universidad
Católica de Chile, hasta 1973. Sirvió como asesor
político del Ministerio de Relaciones Exteriores
y director de la Academia Diplomática de su
país. Tras el golpe de Estado que llevó al poder
al general Augusto Pinochet, estuvo exiliado por
quince años en Roma y México, donde ejerció
como investigador y luego director del Instituto
de Estudios de EEUU, y como docente en la
Universidad Autónoma de México. Al volver a
Chile Insulza ocupó el cargo de canciller y ministro
durante varios regímenes. El 2 de mayo del 2005
fue nombrado Secretario General de la OEA, cargo
que ocupará durante cinco años.
Felipe González Márquez
Nació en Sevilla el 5 de marzo de 1942. Licenciado
en Derecho y abogado laboralista. Ingresó en las
Juventudes Socialistas en 1962. Secretario general
del Partido Socialista Obrero Español desde
octubre de 1974 a junio de 1997. Número uno en la
candidatura al Congreso de los Diputados por Madrid
en las Elecciones Generales de junio de 1977.
Elegido presidente del Gobierno por el Congreso
de los Diputados el primero de diciembre de 1982,
cargo que ocupó hasta mayo de 1996. Vicepresidente
de la Internacional Socialista desde 1978 hasta
noviembre de 1999. Preside la fundación Progreso
Global desde 1997. Reconocido en varias ocasiones
por su labor, entre otros premios se le ha otorgado el
Collar de la Orden de Isabel la Católica, es doctor
Honoris Causa por la Universidad Católica de
Lovaina, la Universidad de Toulouse y la Universidad
de Tel Aviv. Le fueron conferidos también la Gran
Cruz de Oro al Mérito por la república de Austria y el
premio Carlos V por la Academia Europea de Yuste.
Sir George Alleyne
Nativo de Barbados, Sir George Alleyne alcanzó
el cargo de director de la Oficina Sanitaria
Panamericana, oficina regional de la Organización
Mundial de la Salud, el primero de febrero de
1995, completando un segundo término el 31
de enero del 2003. En febrero del mismo año fue
nombrado por Koffi Annan, secretario general de las
Naciones Unidas, encargado oficial del SIDA/VIH
en el Caribe. En octubre del 2003 fue nombrado
Canciller de la Universidad de las Indias de Oeste.
En la actualidad mantiene un profesorado adjunto
en la escuela Bloomberg de Salud Pública de la
Universidad John Hopkins. Ha recibido varios
premios en reconocimiento de su trabajo, incluyendo
prestigiosas distinciones de varios países de América
y, en el 2001, la Orden de la Comunidad del Caribe.
Cheng Siwei
Nació en Beijing, Xiangxiang, provincia de Hunan,
en 1935. Actual vicepresidente del Congreso
Nacional de la República Popular China. A los
quince años participó en la Liga de la Nueva
Juventud Democrática de China. Regresó al
continente principal desde Hong Pong en 1951.
Estudió en la Universidad del Sur de China, Ciudad
de Hangzhou, y el Instituto de Ingeniería del Sur
de China. Se graduó por el Instituto de Ingeniería
Química del Este de China en 1956. Miembro
del Séptimo Comité Nacional de la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino. Miembro
del Comité Permanente del Comité Nacional del
Octavo CCPPC. Vicepresidente electo del Comité
Permanente de la Novena APN en marzo de 1998.
Dedicado por mucho tiempo a la investigación
sobre el desarrollo y uso de recursos bóricos y del
sistema del desarrollo de recursos fosfóricos. Le fue
concedido el Premio Nacional del Progreso Científico
y Tecnológico y el Premio del Progreso Científico y
Tecnológico del Ministerio de Industria Química.
189
Indice
Presentación 10

Prólogo 12

Orígenes del Proyecto 14

Un Esfuerzo Singular 16

La OEA Hoy 18

La Universidad de San Martín de Porres 19

Introducción 20

Conferencia de Jimmy Carter 22

Conferencia de Enrique Iglesias 40

Conferencia de Philippe Kirsch 60

Conferencia de Derek Walcott 78

Conferencia de John Taylor 88

Conferencia de Alejandro Miró Quesada C. 102

Conferencia de José Miguel Insulza 122

Conferencia de Felipe González 134

Conferencia de George Alleyne 154

Conferencia de Cheng Siwei 170

Biograf ías de los Conferencistas 187

Índice 191

Equipo Editorial 193

191
 Equipo Editorial
Consejo Editorial
Raúl Bao García
Daniel Valera Loza

Editores
David Cunza Delgado
Hugo Guerra Arteaga
Luis Enrique Tord

Redactor - Coordinador
Oscar Monzón Suárez

Coordinador General
Juan Luis Tord

Diseño y Diagramación
César Mauricio Ramírez
Eduardo Cardoza San Miguel

Pre Prensa
Eduardo Cardoza San Miguel

Impresión
Studio Creativo

Derechos Reservados al Fondo Editorial

– Cátedra Perú –
Universidad de San Martín de Porres.

Registro de Indecopi

ISBN

Prohibida la reproducción de este libro

por algún medio total o parcialmente sin
permiso del editor.

Impreso en Perú
Lima, 2006.

193
197
 El Proyecto
conjunto
La Cátedra de las Américas (CA) es un

Cátedra de las Américas

Por su parte, la Secretaría General de la foro de análisis y discusión de temas
OEA organiza las conferencias y se relacionados con el quehacer democrático
compromete a difundirlas por todos los hemisférico, que nació en septiembre del
medios a su disposición en el ámbito 2004 como una iniciativa de la
hemisférico, incluyendo las transmisiones Representación Permanente del Perú ante
vía satélite. Todas las transmisiones de la la Organización de los Estados
Cátedra son a través de la Red Edusal y Americanos (OEA), entonces a cargo del
llegan a treinta y cuatro países, con una Dr. Alberto Borea Odría, conjuntamente
audiencia de un mínimo de cuarenta con la Universidad de San Martín de
millones de personas. Además, los Porres del Perú (USMP). El Consejo
programas son íntegramente Permanente de la OEA, en reunión
transmitidos por la Voz de América realizada el 29 de septiembre de 2004,
(VOA). aprobó esta iniciativa.

Las Conferencias también se difunden en El propósito fundamental de la CA es

la Página Web institucional de la OEA y promover el debate político - académico
en el Portal Educativo de las Américas. (no partidario) en la región, mediante
Las exposiciones de las conferencias son conferencias sobre el fortalecimiento de
editadas y publicadas en Lima a través de la democracia, la promoción y protección
DVD, folletos y un Suplemento Especial de los derechos humanos, el desarrollo
que son distribuidas en los principales social y la lucha contra la pobreza y la
medios de comunicación del país. seguridad internacional.

En programas radiales también se A través de un Acuerdo de Cooperación

UNA LECCIÓN DE DEMOCRACIA

difunden las conferencias de la Cátedra y entre la OEA y la USMP se formalizó la
un compendio de las mismas se incluirá creación de la CA. La firma de este
en la publicación anual de la Secretaría Acuerdo se realizó el 15 de diciembre del
General. De igual forma se hará en la 2004, en la Ciudad de Washington D.C.,
Revista Américas, que edita sede de la OEA, entre el Secretario
bimensualmente la OEA, y en el Boletín General Interino de la OEA, Embajador

Cátedra
Mensual electrónico Americas Luigi Einaudi y el Rector de la
Newsletter. Universidad de San Martín de Porres,
Ing. José Antonio Chang Escobedo.
El seis de diciembre de 2005 se renovó el Asistieron a la ceremonia los
Acuerdo de Cooperación entre la USMP representantes de todas las misiones

de las
y la OEA para la realización, durante el diplomáticas acreditadas en el organismo
año 2006, de otras doce conferencias, de interamericano.
las cuales dos se realizarán en Lima. La
renovación del convenio se suscribió en la La USMP participa con una contribución

Américas
sede de la OEA en la ciudad de financiera y durante el año 2005 se
Washington y firmaron el documento el realizaron diez conferencias, nueve en
Rector de la USMP Ing. José Antonio Washington y una en Lima, en virtud de
Chang Escobedo y el Secretario General lo que establece el convenio. La
de la OEA, Dr. José Miguel Insulza. conferencia en Lima se llevó a cabo el 15
de julio del 2005 en la que el Secretario
General de la OEA, José Miguel Insulza,

UNA LECCIÓN DE DEMOCRACIA fue el expositor principal.