Sunteți pe pagina 1din 7

COLOMBIA, UN SINÓNIMO DE FELICIDAD

STEPHANY CHAPARRO JEREZ


WILFRAN MORENO APONTE
LESLY QUINTANA RUIZ

10°1

INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA AGROPECUARIA ALFREDO


NÓBEL
SANTA ROSA DEL SUR (BOL)
16/10/2018
COLOMBIA, UN SINÓNIMO DE FELICIDAD

STEPHANY CHAPARRO JEREZ


WILFRAN MORENO APONTE
LESLY QUINTANA RUIZ

PSICOLÓGO NEFTALÍ

10°1

INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA AGROPECUARIA ALFREDO


NÓBEL
SANTA ROSA DEL SUR (BOL)
16/10/2018
La felicidad, ¿Hay alguna definición para este estado humano? , desde que el ser
humano pisa la faz de la Tierra ha tratado de algún modo u otro encontrar la dicha.
Y de eso hace ya 400.000 años. Dicen los científicos que si no, no hubiéramos
podido sobrevivir. Que si la mayoría de los individuos de la especie no se hubieran
sentido satisfechos o no hubieran tratado de conseguirlo, se habría autodestruido,
habrían perdido interés por la procreación y, probablemente, se habrían
extinguido. Tratar de ser feliz es un mecanismo evolutivo impreso en nuestros
genes, desde aquellos inmemoriales y alejados tiempos hemos buscado la
felicidad, pero hay un gran problema de opiniones en este mundo evolucionado,
en este mundo donde la tecnología y la ciencia ha cambiado nuestra forma de
vivir, hasta destruir nuestros aspectos morales y éticos de la vida, y es
precisamente donde será lo que abarcaremos en este gran escrito hecho con
estupendas manos de personas que apenas están conociendo aquel estado
humano llamado felicidad, como lo dice el célebre escritor y con orgullo de la
Colombia caribe, enriquecida con las aguas saladas que se estampan en los
muros medievales de la ciudad amurallada, de la hermosa ciudad madre de la
sierra nevada y del magnífico cabo de la Vela. La felicidad esta en ser libres
corriendo con nuestra alma desorientada por las sabanas de Bogotá, ser felices en
caminar con pasos de colombianidad por las calles empedradas de Villa de Leyva,
en comer con gigantes deseos una deliciosa bandeja Paisa, un ajiaco
santandereano, un original mute de queso y sobre todo testamentar en nuestras
mentes que esos platos típicos de nuestras tierras y ancestros no son nada
inferiores a una grasosa hamburguesa de McDonald’s, a unas pastas italianas, o a
un sushi japonés.
Desde que la sangre de nuestros antepasados fue derramada por bárbaros
españoles y mezclada con la sal de nuestras costas hasta nuestros días, las
costumbres han sufrido un cambio total, Colombia es una mezcla de todo lo bello,
extravagante y genuino, una sopa de sabores, un mar y caños teñidos
mágicamente por miles de colores, un pedazo de papel difuminado, somos miles
de colores mezclados, todos únicos, diferentes, sin iguales, cada región es algo
irremplazable y que nos hace Colombia, dicen que somos vagos, relajados y
despreocupados, un país de gente con mentalidad de pobres, pero qué explica
que de nuestro país, ese que se cree un país lleno de violencia y crueldad salgan
los mejores premios nobel, los mejores cantantes, promesas de creatividad,
cerebros llenos de imaginación, escritores que revientan el papel con sus letras,
bandas llenas con hermosas melodías, qué explica que sea un país lleno de
talento, gente echada para adelante, que en cualquier circunstancia sea benéfica
o no, siempre están dispuestas a apoyarse mutuamente. La cultura es la principal
característica de un país, moldea gustos, apariencia y la visión de lo bello o lo
inestético, puede vestirnos con nuestros trajes típicos, mover nuestro cuerpo con
las melodías hechas cultura, llenar nuestro estomago con los deliciosos y ya casi
olvidados platos típicos. Ser feliz ahora quizás lo distingamos con lo primero que
se nos viene a la mente y es vivir en otro país, tener dinero, comer cosas
diferentes que son “moda” en este gravitante siglo XXI, pero estamos tan
equivocados en esta definición, cegados por unos estereotipos que nosotros
mismos los generamos, los construimos con empezar a despreciar la cultura de
nuestro país, creemos que la cultura es algo “viejo y ajado”, pero en realidad si
nos posicionáramos y observáramos que estamos cambiando oro por cobre, que
no somos felices si no nos deleitamos con platos típicos de diferentes países, que
un buen plato amazónico, caribeño, andino o lleno de los santanderes ya no son
deliciosos y no nos alegran, que bailar un gran joropo, lleno de alegría por ver el
llano en plena caída del sol, de bailar un magnifico bambuco por las calles
coloniales de nuestra capital, que bailar la jota con una negra, negra pura, oriunda
del pacífico, llena de Buenaventura en sus ojos, Tumaco en sus brazos y Cali en
su sonrisa no es felicidad, que tocar las divinas teclas casi hechas oro de un
acordeón ya no es lo mismo que tocar las de una guitarra eléctrica, que sentir
como la melodía no solo entra por los oídos sino por el corazón valduparense, que
bañarnos en las ricas fuentes del magdalena, las aguas del rio de los siete
colores, el hermoso Atrato, del Orinoco que nos deja en las nubes con su hermoso
chispotear sobre las piedras sudamericanas puestas en nuestra tierra indígena,
ahora solo nos hace feliz sumergir nuestros cuerpos en las costas de Miami,
donde creemos que son más hermosas que las Cartageneras.
No cambiemos lo original y genuino de las estrambóticas tierras de nuestro país
por algo tan vano, estético y vacío, nada lleno de sabor y alegría, porque somos
un país extraordinario, porque nuestra música es sabor, nuestras costas son fiesta
y el sol escondiéndose en el agua salada de nuestras mares es el mejor
sentimiento, llena cada parte de nosotros, porque Colombia es salsa, bambuco y
jota, sabor y alegría en cada esquina, en cada respiro, en cada baile, en cada
sonrisa zamba, mestiza o afro descendiente, porque sin importar las diferencias
étnicas, sociales y culturales somos Colombia, somos país, somos nación, somos
futuro en 3 colores, progreso, felicidad con lo que tenemos, ser felices no es
material, ser feliz es ser uno mismo en el mismo lugar de nacimiento y crianza.
Abramos las puertas de nuestra felicidad escondida, abrámosle la puerta a
Colombia.

S-ar putea să vă placă și