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TEORÍAS ÉTICAS

QUE ES LA ÉTICA
La ética es la reflexión sobre cómo debemos actuar: qué acciones son correctas y cuáles
no, qué criterios debemos seguir cuando tomamos decisiones, qué objetivos vale la pena
perseguir a lo largo de nuestra vida…
La pregunta sobre cómo actuar es inevitable: tanto si dedicamos mucho tiempo a pensar
sobre ella como si no lo hacemos, con nuestra forma de vivir estamos dándole una
respuesta. La persona tiene margen de libertad para decidir y, cuando lo hace, escoge
la respuesta que, por un motivo u otro, considera la mejor.

Ética. Parte de la filosofía que


determina la rectitud y el sentido
del comportamiento humano, Esto tiene que ver con la cuestión de la libertad, que es el
según unos principios asunto del que se ocupa propiamente la ética. Libertad es
normativos de los cuales se poder decir “sí” o “no”; lo hago o no lo hago, digan lo que
derivan unos deberes y unas digan mis jefes o los demás; esto me conviene y lo quiero,
obligaciones. aquello no me conviene y por tanto no lo quiero. Libertad
es decidir, pero también, no lo olvides, darte cuenta de
que estás decidiendo. Lo más opuesto a dejarse llevar,
Ama y haz lo que quieras; si como podrás comprender. Y para no dejarte llevar no
callas, callarás con amor; si tienes más remedio que intentar pensar al menos dos
gritas, gritarás con amor; si veces lo que vas a hacer; sí, dos veces, lo siento, aunque
corriges, corregirás con amor; si te duela la cabeza… La primera vez que piensas el motivo
perdonas, perdonarás con amor. de tu acción, la respuesta a la pregunta: “¿por qué hago
Como esté dentro de ti la raíz del esto?” es del tipo de las que hemos estudiado
amor, ninguna cosa sino el bien últimamente: lo hago porque me lo mandad, porque es
podrá salir de tal raíz. costumbre hacerlo, porque me da la gana. Pero si lo
piensas por segunda vez, la cosa ya varía. Esto lo hago
SAN AGUSTÍN DE HIPONA porque me lo mandan, pero… ¿por qué obedezco lo que
me mandan? ¿Acaso no puede ser algo “malo” –es decir,
no conveniente para mí- por mucho que me lo manden, o
La elección es posible en un “bueno” y conveniente, aunque nadie me lo ordene?
sentido, pero no es posible no
elegir. Puedo siempre elegir, pero FERNANDO SAVATER. Ética para Amador
tengo que saber que, si no elijo,
también elijo.
J.P. SARTRE. El Todos, cuando favorecen a otros, se favorecen a sí
existencialismo es un mismos; y no me refiero al hecho de que el socorrido
humanismo querrá socorrer y el defendido proteger, o que el buen
ejemplo retorna, describiendo un círculo, hacia el que lo
da, sino a que el valor de toda virtud radica en ella
Actúa de forma tal que trates a misma,
la ya que no se practica en orden al premio; la recompensa
humanidad, ya en tu persona o de la acción virtuosa es haberla realizado.
en
la de otro, siempre como un fin y SÉNECA. Cartas a Lucilio
no sólo como un medio
I. KANT. Fundamentación de
la metafísica de las
costumbres
LA ÉTICA DE SÓCRATES

Sócrates (470-399 a.C.) no escribió ninguna otra. Conocemos sus ideas principalmente a
través de las obras de su discípulo Platón. Fue uno de los personajes más importantes de
su época y su fama ha perdurado a lo largo de los siglos. En los diálogos que mantenía con
sus contemporáneos, y que fueron recogidos por Platón, aparecen con insistencia grandes
temas como la superioridad del vivir bien, el simple vivir, la valoración de la virtud o el rechazo
de la injusticia, todos ellos, temas morales.

Sócrates se alza contra las actitudes relativistas de sus coetáneos, los sofistas. Éstos
defendían el carácter convencional de las normas políticas y, como consecuencia, de las
normas morales. Esto significa que determinados valores morales: lo justo, lo bueno, lo
valioso… no son absolutos e inmutables, sino que son relativos, que cambian de un pueblo
a otro o, incluso, de un grupo a otro dentro de una sociedad.

Para construir una ciencia moral, Sócrates empieza desde abajo. Cree que, si podemos
definir términos morales, como el bien, la justicia… podremos, a partir de ahí, crear una
ciencia moral que no sea relativista, que sea universal y necesaria. Así, definiendo cada uno
de esos conceptos, como el bien, la justicia… que son abstractos y universales, sabremos
en qué consiste ser una persona piadosa, leal, justa… o, al contrario. Con ello se desarrolla
un tipo de moral intelectual, ya que sólo podremos ser virtuosos si somos capaces de saber
en qué consiste la virtud. A esto se le denomina Intelectualismo moral. Para Sócrates, como
para su discípulo Platón, virtud y saber son una misma cosa. Por lo tanto, no hay personas
malas, sólo hay personas ignorantes. Quien sepa lo que es bueno no puede sino actuar de
acuerdo a ello: el mal no es más que la falta de saber, la manifestación de nuestra ignorancia

Para Sócrates, bondad, conocimiento y felicidad se enlazan estrechamente. Intelectualismo


moral, Contemporáneo de los sofistas, Sócrates fue uno de los personajes más curiosos de
su época y su fama ha perdurado a lo largo de los siglos. Platón, discípulo suyo, le rindió
homenaje en su obra, haciéndolo aparecer como interlocutor principal en gran parte de sus
diálogos.

Sócrates se opone al relativismo y escepticismo de sus contemporáneos los sofistas, y


considera que es necesario llegar a establecer una moral no relativista, válida para todos. El
método para llegar a conocer qué es lo bueno o lo justo es el diálogo, o arte mayéutica, que
es el arte de ayudar sacar a la luz la verdad mediante preguntas dirigidas hábilmente
(Sócrates era un "artista" en hacer decir a los demás lo que él quería, de ahí que por esa
faceta suya algo manipuladora, algunos de sus contemporáneos lo tomaran por un sofista,
también artistas en ese mismo campo: la retórica y la erística)

Además de la mayéutica, Sócrates es conocido por su defensa del intelectualismo moral.


Según esta posición el SABER = VIRTUD, o lo que es lo mismo: El obrar mal o injustamente
es fruto de la ignorancia: nadie obra mal a sabiendas. Cuando hacemos algo que no es muy
ortodoxo lo hacemos porque creemos que ese es nuestro bien, aunque estemos
equivocados. Así, para obrar bien basta saber qué es el bien. El mal es la falta de saber, es
ignorancia. Si esto es así, el criminal no es malo, es un ignorante y antes que encarcelarlo,
debería ser educado.
ÉTICA DE NIETZSCHE
Friedrich Nietzsche es un filósofo alemán de la segunda mitad del siglo XIX, que pretendió
romper con la tradición occidental e inaugurar una nueva manera de ver el mundo, la
sociedad y los seres humanos. Pretendió un cambio radical y una inversión de los valores
predominantes.

Según su pensamiento, todos los ideales, principios, normas y valores de nuestra civilización
carecen de consistencia y son absolutamente vanos y vacíos, es decir, son “nada” (nihil
en latín significa “nada”, de ahí nihilismo). En este sentido, manifiesta que Dios ha muerto;
pues en nuestra tradición, ¿qué era Dios, sino la síntesis de todos los valores: ¿la suprema
realidad, la suprema bondad, la suprema belleza, el ser absolutamente justo, sabio…?

Y puesto que Dios ha muerto y han desaparecido todos los valores, nos hemos quedado
sin brújula, es decir, ni la justicia, ni la moral, ni el bien ni el mal, ni el acierto ni el error tienen
sentido. Ni nada ni nadie pueden mostrarnos ya nuestros derechos ni nuestros deberes.

Ante esta situación, ¿qué cabe hacer? La respuesta de Nietzsche es clara: aceptar
plenamente el nihilismo; reconocer que la vida del ser humano carece de sentido y admitir
jovialmente nuestro destino trágico, es decir, la muerte.

En esta situación, Nietzsche nos propone una nueva ética, una ética absolutamente formal
(es decir, absolutamente carente de contenidos), según la cual, no podemos contar con
principios, valores, ni normas morales, sino que todo depende de los deseos, totalmente
libres, de los seres humanos. Si en otra época las personas se guiaban por principios, hoy,
señala Nietzsche, es nuestro gusto el que decide.

Y según él, podemos decidir bien o decidir mal, pero ahora el criterio moral no lo marcan las
normas, ni los principios ni los valores, sino nuestras propias decisiones. Decidimos bien
cuando lo hacemos de acuerdo con nuestros propios criterios, sentimientos e instintos, y
decidimos mal cuando nos dejamos llevar por los principios y valores de la moral social, de
los usos y costumbres vigentes, cuando nos dejamos llevar por lo que él llama la “moral de
rebaño”.

Nietzsche critica a la vez a Sócrates y a Jesucristo. No cree en absoluto en las virtudes


ensalzadas por la filosofía clásica ni por el cristianismo. Frente al amor al prójimo, a la
resignación y a la caridad, propugna una moral que legitime el amor a uno mismo, a la
rebeldía y a la voluntad de dominio.

Es decir, frente a una moral de esclavos que potencia las cualidades más serviles y pasivas
del hombre (humildad, pobreza, castidad, mansedumbre…), reivindica una moral de
señores de donde surge un superhombre que es creativo, original, lleno de energía y vigor.

TEXTOS

Contra la debilidad: “¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva en el hombre el sentimiento de


poder, la voluntad de poder, el poder mismo. ¿Qué es lo malo? Todo aquello cuyas raíces
residen en la debilidad… ¡Que los débiles y fracasados perezcan!, primer principio de nuestro
amor a los hombres. Y que se les ayuda a morir”. NIETZSCHE. Genealogía de la moral.
LA ÉTICA DE KANT

Inmanuel Kant vive en el siglo de la Ilustración y, como buen ilustrado, piensa que “la razón
humana ha alcanzado la mayoría de edad” y debe convertirse en la única instancia legitimadora
de la validez y la verdad. Todo debe ser sometido a este tribunal supremo de la razón. Kant
revolucionó tanto la teoría científica como la ética. Kant es el padre de las éticas formales.

Según Kant, todas las morales anteriores tienen unos contenidos que guían la acción de las
personas: si quieres ser virtuoso, debes ser sabio; debes evitar el dolor; debes buscar el
placer… Todas esas frases contienen unos juicios morales que se formulan de forma
imperativa. Pero Kant distingue dos grandes clases de imperativos éticos:

Los imperativos hipotéticos suponen una


condición. En el primer ejemplo, la
manera de vivir es la condición previa de
- Si vives conforme a la naturaleza,
nuestra posterior felicidad. En el segundo,
serás feliz
IMPERATIVO se considera que dar amor es necesario
- El amor que obtienes es igual al
HIPOTÉTICO para poder recibir amor. Estos
amor que das.
imperativos nos indican claramente la
- Sólo triunfarás si trabajas mucho
opción que debemos elegir para llegar
al fin que deseamos: ser felices, recibir
amor, tener éxito
Los imperativos categóricos no dan opción
- Debes respetar la naturaleza para escoger, se imponen, obligan sin
IMPERATIVO
- Ama a todas las personas más. Son imperativos rigurosos y
CATEGÓRICO
- Esfuérzate absolutos, sin condiciones.

El objetivo de Kant es que la ética se base en un imperativo categórico; es decir, que se


parta de alguna orden incondicional. Por ejemplo, si ayudo en casa para que mis padres me
dejen salir por la noche, eso no es una decisión ni una actuación moral. Lo sería si ayudo
porque lo considero mi deber, es decir, porque creo que es mi obligación.

Podemos obrar contra el deber y obrar. En el primer caso, es evidente, nuestro obrar es
moralmente malo. Pero en el segundo caso, aunque aparentemente siempre será moralmente
bueno, para Kant se convierte en un obrar moralmente malo cuando lo hacemos persiguiendo
motivos personales.

Por ejemplo, si robamos, nuestra acción será contra el deber y, por tanto, moralmente mala;
pero si respetamos escrupulosamente las propiedades ajenas, habrá que interrogarse por qué
motivo lo hacemos. Podría ser que lo hacemos porque nos lo prohíben nuestras creencias
religiosas, o porque nos guste presumir de ser honrados o por miedo al castigo… En ninguno
de esos tres casos, Kant considera que se está obrando moralmente bien. Únicamente será
moral cuando la razón que nos impide robar sea, simplemente, porque no debemos intentar
robar (sin ningún otro tipo de añadido ni motivación). Se trata de ser fieles a la norma suprema
de la ética kantiana: el deber por el deber.

Sin embargo, Kant no desea dar ningún contenido concreto a esa obligación, nada que pueda
ser apetecido por unos y rechazado por otros. Por ello, defiende que la ética parta de un deber
que sea universal, es decir, que sirva para todos y que nunca dependa de unas condiciones
concretas para su cumplimiento, como sucede en los imperativos hipotéticos.
Kant elige el siguiente imperativo categórico: Haz en toda circunstancia lo que debas hacer.
Y este imperativo categórico lo enuncia de distintas maneras:

- Como un PRINCIPIO UNIVERSAL: Obra de tal manera que la máxima de tu conciencia


pueda valer siempre como ley universal.
- Como RESPETO A LA PERSONA HUMANA: Obra de tal manera que trates a los
demás siempre como un fin, jamás como un medio.
- Como PRINCIPIO DE AUTONOMÍA: Obra de tal manera que tu voluntad sea autónoma
y el único principio de las leyes morales y deberes.

Todo esto significa que, para Kant, la actuación moral, el comportamiento humano se somete
al deber, a la auto-obligación, que se impone el sujeto. Nosotros hacemos las normas y
nosotros debemos obedecerlas. Somos, por ello, autónomos, porque las normas morales no
dependen de ningún principio externo (un dios, un grupo social, un código…), sino de la
racionalidad y la voluntad del propio sujeto.

Resumiendo, la ética de Kant es categórica, autónoma y formal. Es una moral del deber:
toda acción moral debe ser conforme al deber y debe hacerse por el deber, sin esperar una
recompensa externa.

Evidentemente, se trata de una moral de difícil cumplimiento, ya que exige cierta madurez del
sujeto y una gran fuerza de voluntad. Por supuesto, una de las condiciones necesarias para
poder ser sujeto moral es la libertad. Sin libertad no podría ejercerse la voluntad ni realizarse
el deber.
“AÑO DEL DIALOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

INGENIERÍA CIVIL

CURSO: ETICA PROFESIONAL EN INGENIERIA

DOCENTE: CARMEN BEATRIZ SOTO BOGADO

ALUMNO: PACHECO ARMAS DEIVI ROGER

SEMESTRE: VIII

CÓDIGO: 2015189643

TURNO: NOCHE

HUANCAYO - PERÚ

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