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PARIDAD Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES EN

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

- Deafíos a la vocación participativa de las mujeres a nivel local -

María Arboleda1

En memoria de Néstor Vega J., por su


reciprocidad incansable con la lucha y el pensamiento
de las mujeres autoridades locales por su derechos.
Quito, octubre de 2018.

I. Introducción

América Latina, según señala la Unión Interparlamentaria, es la región del mundo


que en los últimos años ha liderado la participación de mujeres a nivel nacional “en
los tres poderes del Estado”, (UIP: 2017, citada por Sangiorgio2). Un desempeño como
éste ha exigido no solo una acción destacada de las mujeres como actoras sociales y
políticas a lo largo de muchas décadas, sino además procesos con los que ellas han
logrado desmontar obstáculos y generar un sentido común y una ética de la
participación ligada a la paridad, en especial entre las organizaciones sociales y
políticas, que considere inaceptable la exclusión de las mujeres y valore las
potencialidades democráticas de la superación de la desigualdad en la participación
política de las mujeres.

Estos avances registrados por la UIP se materializan en dos hechos importantes: la


materialización legal del derecho a la paridad, adoptada ya por siete países del
continente a partir de 1998, y en el progresivo incremento de la presencia de mujeres
en asambleas parlamentarias como en el acceso a cargos de dirección o gestión de
estos poderes.

Esta dinámica in crescendo, sin embargo, no se replica en los ámbitos locales, donde el
accceso de mujeres a los poderes municipales llevó el testigo tanto en los años 80s
como en los 90s, pero a partir del nuevo milenio se encuentra detenida. Un promedio
de alcaldesas que no logra llegar al 15% y uno de concejalas que se acerca, pero nunca
llega, al 30%, son las principales decepciones de la lucha por la paridad en este
ámbito.

En ambos escenarios, nacional y local, el balance deja saldos en contra acerca de la


participación de colectivos de mujeres sobre los que recaen las mayores exclusiones y
discriminaciones, como las mujeres en situación de pobreza, las trabajadoras, las
indígenas, las mujeres rurales, las personas de la diversidad sexogenérica, las
migrantes, entre otras. Por lo demás, existen sensibles diferencias en los logros
obtenidos por unos países frente a otros.

                                                                                                               
1
Ecuatoriana,  feminista,  investigadora,  socióloga.  Es  consultora  del  Centro  de  Capacitación  de  ONU  y  
docente  universitaria.
2
Lucía  Sangiorgio,  La  brecha  política  de  género  en  América  Latina  (17/03/2015).  En:  
http://www.politicargentina.com/notas/201503/5087-­‐la-­‐brecha-­‐politica-­‐de-­‐genero-­‐en-­‐america-­‐
latina.html
Con este escenario, en 2013, la XXIX Asamblea General del Parlamento
Latinoamericano (PARLATINO) aprobó la Norma Marco para consolidar la
Democracia Paritaria, la cual se dotó de cinco líneas estratégicas para acercar “la
Democracia Paritaria y la igualdad de resultados en América Latina y el Caribe”3.
Estas son:

• Paridad representativa como meta y medida definitiva.


• Responsabilidad de los poderes públicos con la igualdad de género de
resultado.
• Fortalecimiento de los liderazgos de mujeres.
• Compromiso de los partidos políticos con la igualdad sustantiva y la paridad.
• Combatir estereotipos y la discriminación, en Medios y TICS, el acoso y la
violencia política.

El presente artículo para revista a los resultados en torno a la paridad y la


participación política de las mujeres en algunos de los órganos de poder nacionales y
locales, compara los diferentes resultados en estos dos ámbitos y como parte de
algunas recomendaciones para afrontar los desafíos de la participación política de las
mujeres a nivel local, se revisan tres herramientas internacionales que pueden
aportar a esta meta.

2. Periodización de la presencia política de las mujeres en América Latina y El Caribe.

La participación política de las mujeres de América Latina y El Caribe muestra tres


grandes fases en los últimos 40 años (a partir de 1980). Estas son:

1. Década de los años 80: Inicio de la incursión de mujeres en la política como un


proceso sostenido. Aunque en décadas anteriores se registró la presencia de
mujeres en la vida política en los diversos países del continente, en los años 80s se
produce el paso desde la exclusión casi total de mujeres en el ámbito público, a
una participación femenina de muy pequeños porcentajes, o a la incorporación
cuasi marginal o estelar de mujeres a los espacios de poder, hacia dinámicas
incrementales que se mantienen hasta la actualidad.
2. Década de los años 90: Se caracteriza por la introducción de estrategias desde las
organizaciones de mujeres, dirigidas a disminuir el déficit femenino en los espacios
de poder bajo la forma de las cuotas electorales y la paridad.
3. Década de los años 2000 a 2018: Aparecimiento de un movimiento creciente de
mujeres por la paridad que obtiene importantes logros.

Aunque una mirada de fase larga permite establecer este movimiento incremental
que va desde la casi nula participación de mujeres en la política en los años 80, hacia
la obtención de porcentajes paritarios en la segunda década del presente milenio, esta
periodización no implica la existencia de un proceso homogéneo ni de líneas rectas,
puesto que en estos 40 años se ha asistido a momentos de detención o incluso de
reversión del incremento de mujeres en las esferas políticas. Tampoco supone la
existencia de fases con fronteras precisas, puesto que en muchos casos, las fases
señaladas con propósito más bien analítico, se sobreponen unas a otras y, mientras
unos países se encuentran en una fase, otros países aún no han abandonado la fase
anterior.
                                                                                                               
3
ONU  Mujeres  y  PARLATINO  (s.f.).  Norma  Marco  para  consolidar  la  Democracia  Paritaria.      

  2  
La periodización realizada provoca una pregunta central: ¿cómo ha sido posible
mover el escenario de una manera tan significativa, desde situaciones caracterizadas
por la exclusión hacia escenarios que establecen como posible la participación política
de las mujeres en igualdad, es decir en paridad? Existen factores de contexto y de
estrategia política que pueden explicar lo sucedido.

En el primer caso, es necesario resaltar la oportunidad que presentaron los llamados


“procesos de democratización en América Latina”, sostenidos en los años 80 en las
luchas contra las dictaduras militares, por cuanto permitieron visibilizar – en medio
de grandes tensiones y conflictos con otros actores-- la participación social y política
de las mujeres y potenciar la constitución progresiva de ellas como actoras políticas,
sociales y feministas, cuestionadoras de la exclusión de las mujeres en los ámbitos de
poder y de la vida pública, que fueron abriendo un campo discursivo para el cambio
de las condiciones de reproducción del poder político, caracterizado en América
Latina y El Caribe por ser altamente patriarcal. Postulamos la existencia de un
proceso de democratización abierto, conflictivo, en América Latina, donde la
participación y la paridad de las mujeres crecen como un valor agregado que debe
contribuir a la construcción de democracias basadas en los derechos y en la justicia.

En el segundo caso, nos referimos a la constructación de una estrategia política para


asegurar un mayor acceso de mujeres a los órganos de poder, mediante cuotas
electorales concebidas como mecanismos de reparación en un marco, muy difundido
a la fecha, de igualdad de oportunidades que permitiría modificar las brechas que
afectaban los derechos de las mujeres en la participación electoral.
3. Las “cuotas electorales” para las mujeres: camino y resultados

En 1991, Argentina fue el primer país en aprobar una Ley de “cupo femenino” que
obligó a incluir un 30% de mujeres en las listas de candidatos a la Legislatura.

América Latina, señalan Archenti y Tula (2014), “es la región del mundo donde más
países adoptaron este dispositivo.” Entre 1991 y 2015, según Beatriz Llanos y Marta
Martínez (2016), 15 países adoptaron normas legales sobre cuotas en torno al 20% y
40%. En orden de año de adopción de la norma, estos países, según Archenti y Tula
(2014: 48), son: Argentina (1991), México (1996), Paraguay (1996), Bolivia (1997), Brasil
(1997), Costa Rica (1997), Ecuador (1997), Panamá (1997), Perú (1997), República
Dominicana (1997), Venezuela (1998), Colombia (2000), Honduras (2000), Uruguay
(2009) y El Salvador (2013).4

Tras la Conferencia Mundial de la Mujer de la ONU (Beijing) y la aprobación de su


Plataforma de Acción, en 1995, la tendencia cobró fuerza en nuestra región. En efecto,
según Llanos y Del Aguila (2008: 254), ocho países tomaron la medida en los dos años
siguientes: Ecuador, Bolivia, Perú, Brasil, Panamá, República Dominicana, Costa Rica
y Paraguay. Hasta fines de la década de los 90, las cuotas se convirtieron en el
mecanismo más valorado por su impacto en el incremento de mujeres en órganos de
poder mediante sufragios. Es innegable, lo señalan diversos estudios, que aunque las
modalidades de cuotas adoptadas por los diversos países fueron heterogéneas, su
eficiencia creció cuando poseyeron carácter obligatorio o vinculante.

                                                                                                               
4
Archenti  y  Tula  (2014:  48).

  3  
Al acercarnos al milenio, la participación política de las latinoamericanas había
crecido al punto de colocar a nuestra región, según Mala Htun, “debajo de Europa, a
la par de Asia y delante de África, la Región del Pacífico, y el Medio Oriente.” La
representación
Ecuador femenina en
en realidad constitucionalizó cámaras
la paridad bajasyse
en 2008, había
lo hizo conincrementado “de un puesto
un “carácter excepcional” nueveque pores el único
caso ciento
en que dese promedio en 1990,
concibe la paridad a un
como “un15medio
por ciento
para la en el 2002.” En
transformación del2002,
sistemalospatriarcal
porcentajes
a través de la
regionales de participación política femenina ya se acercaban al promedio mundial
representación de las mujeres”. (Goyes, 2013:82, citada por Llanos & Martínez, 2016:25). En la siguiente tabla se puede
pues
ver los 19que
países países latinoamericanos
han adoptardo normativas de contaban con
cuotas y de promedios
paridad, delque
recordando 15% para las también
actualmente cámaras Honduras y
bajas (14 %, promedio en el mundo)
Panamá, aunque no constan así en este cuadro, poseen
y del 12 % en las cámaras
regulaciones sobre paridad:
altas (el mismo
promedio en los Senados del mundo)5, según datos de la Unión Interparlamentaria.6

                   cuantitativo
El impacto                                      en
         los
         parlamentos
                                  de la Región ha sido visible, aunque diverso, se han conseguido, por ejemplo,
5
efectos  Según   en lasla  agendas Unión  Interparlamentaria   públicas, tanto por(UIP,   2015,  21-­‐22).  de
la incorporación   nuevos temas de género, como por la visibilidad de la
6
presencia Htun,   deMmujeres ala.:  s.f. en la política. No obstante, la efectividad de estas leyes ha encontrado algunas barreras en su
aplicación. A partir de 1996, los movimientos de mujeres empezaron a posicionar y demandar la paridad, para una
representación 50-50 de mujeres y hombres en la participación política. Actualmente, 7 países cuentan con normativas
 
de paridad: Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Honduras y Panamá. 4  
Para el 2012, ocho países de América Latina habían alcanzado el 30% o más de
participación de mujeres en los parlamentos: Argentina, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
Granada, Guyana, México y Nicaragua. El mismo año, los parlamentos de algunos
países ya poseían “la representación más alta de mujeres en el mundo: Cuba (48.9%),
Nicaragua (42,4%), Ecuador (41,6%), México (37,4%), Argentina (36.6% en la Cámara
Baja y 38.9% en el Senado)”.7

En algunos países, las cifras evolucionaron al alza en los siguientes 3 años. Mientras,
Bolivia alcanzaba la paridad, Ecuador, llegaba a un porcentaje de mujeres
asambleístas o legisladoras del 43. 07 %. En México, la revisión de las disposiciones
sobre la paridad de género a nivel federal (nacional) y estatal, con normas estrictas de
aplicación sobre titulares y suplentes y la asignación en puestos con oportunidad de
ser electas, permitió que el país cuente actualmente con el 42,4% de legisladoras
(OIG, CEPAL, 2016).

4. La Paridad: revisando la representación patriarcal en América Latina

No todo fue impacto de las cuotas. La tesis de la paridad empezó su carrera normativa
a fines de los años 90. En 1998, Ecuador fue el primer país en adoptar
constitucionalmente una norma de paridad, que se ratificó en su nueva Constitución
de 2008. Este mismo año, 2008, Bolivia adoptó la paridad. En 2009 lo hizo Costa
Rica. Nicaragua, Honduras y Panamá en 2012 y México en 2014.

Fuente: Infografía de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.

En general, a partir del año 2000, las normas de paridad han tenido una notable
incidencia en el alza de los porcentajes de parlamentarias nacionales electas en los
países que cuentan con ellas. Esto ha diferenciado el escenario actual. El siguiente
gráfico de Llanos y Martínez (2016)8, permite mirar las complejidades existentes en las

                                                                                                               
7
Aguirrezabal  (2014,  38).
8  Beatriz  Llanos  y  Marta  Martínez,  edit.  (2016).  La  democracia  paritaria  en  América  Latina:  los  casos  de  
México  y  Nicaragua.  CIM  OEA,  IDEA  Internacional,  Tribunal  Electoral  del  Poder  Judicial  de  la  Federación  
(México).

  5  
electoral. La mayoría de éstos, registran porcentajes superiores al 40%: Bolivia
(53,2%), Ecuador (41,6%), México (42,4%) y Nicaragua (41,3%). Entre ellos, se
destaca Bolivia, el país con la proporción más alta de mujeres parlamentarias en
la región, y uno de los dos únicos países del mundo que supera la meta del 50%
(IPU, 2016). de
trayectorias Enparticipación
el ranking mundial de mujeres
de mujeres parlamentarias
en los parlamentos que elaboraenlatres
latinoamericanos
cortes
IPU, decenales:
a junio 1995,Bolivia,
de 2016, 2015 y 2015.
Ecuador, México y Nicaragua están entre los trece
primeros países del mundo con más mujeres parlamentarias.
Participación mujeres en instancias legislativas de la región: 1995, 2005 y 2015

Gráfico 1. Promedio de mujeres en Cámaras Bajas, países de América Latina, alrededor


de 1995, 2005 y 2015 (en porcentaje)
60

53.1
50

41.6 42.4 41.3


40
35.8
33.3 32.1
30 26.5
27.8
25.8
20 19.9 20.8
18.3 1995
15.8 15 16.2
13.9 14.4
2005
10 9.9
2015

0 Fuente:
Llanos y
Martínez: 2016

Fuente: Elaboración propia con datos de la Unión Inter-Parlamentaria (consultada en julio de 2016). Para el
caso peruano, datos extraídos de www.congreso.gob.pe

EnUna primera
el año 2015 evidencia
se observaque resalta, es el progresivo
que persisten incremento
importantes de los
desafíos en porcentajes
más de la de
participación política de mujeres en los órganos legislativos nacionales, puesto que la
mitad deencuentra
vara se los paísescada de vez
la región,
más altalos cuales
entre 1995,registran
año de laporcentajes de mujeres
primera comparación, 2005,
electas menores al 30%: Brasil (9,9%); Guatemala (13,9%);
década de la segunda comparación y 2015, cuando se realiza la tercera comparación. Venezuela
(14,4%); Paraguay (15%); Chile (15,8%); Uruguay (16,2%); Panamá (18,3%);
La segunda
Colombia conclusión
(19,9%); consiste,
República justamente,(20,8%);
Dominicana en evidenciar las marcadas
y Honduras diferencias
(25,8%). De
que existen entre países, relievando la importancia de procesos nacionalmente
1995 a 2015,
definidos en los
la países
evoluciónen los
de que menos ha aumentado
la participación política deel las
número de mujeres
mujeres. Dos casos
parlamentarias son Guatemala
sensibles son Guatemala, y Brasil.
país cuyos Asimismo,
indicadores de en el último prácticamente
legisladoras decenio (2005- no se
2015)
muevendosenpaíses han comparados,
los 20 años registrado retrocesos respecto
y Brasil, donde luegoaldenúmero de mujeres
un pequeño incremento
entre 1995 y 2005, los indicadores
electas: Costa Rica y Venezuela. prácticamente se inmovilizan.

En tercer lugar, se evidencia lo que diversas analistas conceptualizaron como la


generación de un “techo” en ciertos países. En efecto, Argentina ha oscilado entre el
28 y el 36 por ciento de acceso de mujeres, en las dos décadas analizadas. Se puede
apreciar también que, en el año 2015, se producen los cambios más significativos en
porcentajes de mujeres que acceden al poder legislativo gracias a la adopción y
aplicación de normas de paridad.
Capítulo 1 • La paridad en América Latina: Se hace camino al andar 31
A nivel de sitios cumbre de poder, la presencia de mujeres jefas de estado también
creció en la región y se reconoce el influjo del movimiento por la paridad en este
fenómeno. Estos hechos harán que, para 2016, según la Unión Interparlamentaria UIP
(2017), América Latina liderase la participación de mujeres “en los tres poderes del

  6  
Estado, donde cerca de un cuarto de los cargos son ocupados por mujeres” (UIP: 2017,
citada por Sangiorgio9). La evolución de las cifras es clara:
• En 2012, ocho países del continente (Argentina, Costa Rica, Cuba, Ecuador,
Granada, Guyana, México y Nicaragua), poseían el 30% o más de mujeres
legisladoras.
• En 2015 el porcentaje regional promedio de legisladoras se había incrementado al
28.3 %, seis puntos por encima del promedio mundial, situado en 22.1%.
• Para el año 2017, algunos países de nuestra región poseían la más alta participación
en el mundo de mujeres legisladoras: Bolivia (53,8%), Nicaragua (42,4%), Ecuador
(41,6%), México (42,4%), Panamá (41,3%).
• Bolivia, Cuba, México, Ecuador y Nicaragua se encontraban entre los 13 países con
mayor representación de mujeres en las instituciones legislativas del mundo.
• Bolivia es el primer país del mundo en poseer más de 50% de mujeres en la
Asamblea del Estado Plurinacional: este país cuenta con el 53.8% de mujeres
asambleístas. (Llanos y Martínez, 2016).
Otro “indicador de su éxito, considerado como un cambio cualitativo de gran
importancia, ha sido la incorporación de nuevas temáticas vinculadas a los derechos
de las mujeres en las agendas parlamentaria y pública.”10

SPECTOS Figura 1: Promedios regionales de mujeres en los parlamentos, 1995 y 2016

ESTACADOS Situación en julio de 1995 y enero de 2016, ambas cámaras combinadas. Clasificacion
de las regiones en orden decreciente de su evolución en puntos porcentuales.

mplementación de 1995
11,3
cuotas logra que se elijan 22,6 2016
Promedio mundial: +11,3
más mujeres.
12,7
Los sistemas electorales Américas: +14,5 27,2
volvieron a demostrar su
nfluencia. Las mujeres 9,8
ocuparon el 25,8% de los Africa Subsahariana: +13,4 23,2
escaños asignados por
epresentación proporcional, 4,3
Estados árabes: +13,2 17,5
en comparación con
el 22,3% de los que Europa: +12,2 13,2
ueron elegidos mediante Países nórdicos incluidos 25,4
sistemas de mayoría
absoluta o asignados 6,3
Pacífico: +9,5 15,8
por nombramiento.
Hoy en día, las mujeres 13,2
epresentan al menos un Asia: +5,6 18,8
30% de la composición
otal del parlamento en más Los porcentajes no tienen en cuenta la situación de parlamentos para los cuales no había datos disponibles.
de un cuarto de todas las Fuente: UIP, 2016.
cámaras parlamentarias
46 cámaras únicas o bajas y A lo largo de los veinte últimos años, dos factores han cambiado drásticamente en el
21 cámaras altas). Los datos sobre
grupo mujeres
30%+. parlamentarias
En primer también
lugar, el abanico de paísesse pueden
cuya cámaraver enoelbaja
única siguiente
cuenta gráfico
con más delde
del Observatorio 30% de mujeres
Igualdad de es considerablemente
Género más diverso. En 2005, el grupo
(OIG) de CEPAL.
En el otro extremo de
estaba compuesto predominantemente por los países nórdicos, pero hoy en día
a escala se observa un
movimiento más pausado. encontramos países del Africa Subsahariana, América Latina, Europa, los Estados
Como en 2014, las mujeres Arabes y Asia. Tras las elecciones de 2015, el grupo pasó a estar compuesto también
aún representan menos por su primera cámara única o baja del Caribe. En segundo lugar, el porcentaje
del 10% de la composición                              de
         mujeres
                           parlamentarias
                                            es mucho más alto. Hace veinte años, los parlamentos
otal del parlamento en 38 9 rondaban la marca del 30% y solo uno alcanzó la del 40%. Hoy en día, 14 de las 46
cámaras únicas o bajas. ElLucía  Sangiorgio,   La  brecha  política  de  género  en  América  Latina  (17/03/2015).  En:  
cámaras únicas o bajas se encuentran por encima del 40%, incluido Rwanda, donde
número de estas cámaras http://www.politicargentina.com/notas/201503/5087-­‐la-­‐brecha-­‐politica-­‐de-­‐genero-­‐en-­‐america-­‐
más del 60% de los parlamentarios son mujeres.
sin presencia de mujereslatina.html
aumentó de cinco a siete10en Archenti   Cabe y  Tula   destacar 2008;  Kque ook  el 2006;   número Norris  
deycámaras
 Lovenduski  
en que 1993,  
lascitadas  
mujeres en  ocupan
Archenti  menos
y  Tula  2del
014.
10%
2015. En 13 cámaras altas,
de los escaños apenas ha cambiado. Este grupo sigue estando dominado por los
as mujeres representan
menos del 10%, incluido países del Pacífico y unos pocos Estados Arabes, que aún no han instaurado cuotas.
una en la que no hay   Una vez más, se observa una ligera diferencia entre las cámaras altas (17,1%) y las 7  
ninguna mujer*. cámaras bajas o únicas (19,0%): la representación de las mujeres en las cámaras altas
muestra una probabilidad ligeramente menor de caer por debajo del 10%. Queda
stas cifras incluyen los resultados ámbito para seguir investigando los factores que se esconden tras esta discrepancia
arciales de las elecciones en Haití. entre cámaras.
Porcentaje de mujeres en parlamentos nacionales

Fuente: OIG- CEPAL

Sin embargo, como hemos dicho en la Introducción, los avances registrados ha sido
acompañados por detenciones o incluso reversiones de tendencias incrementales en
la participación política de las mujeres en algunos países. Llanos y Martínez señalan
que para el 2015, “más de la mitad de los países de la región registran porcentajes de
mujeres electas menores al 30%.” Estos países son:

- Brasil (9,9%);
- Guatemala (13,9%);
- Venezuela (14,4%);
- Paraguay (15%);
- Chile (15,8%);
- Uruguay (16,2%);
- Panamá (18,3%);
- Colombia (19,9%);
- República Dominicana (20,8%); y
- Honduras (25,8%).

En el decenio 2005-2015, según Llanos y Martínez (2016), dos países registraron


retrocesos respecto al número de mujeres electas: Costa Rica y Venezuela.

5. La participación política de las mujeres a nivel local

Las cuotas aportaron a la inclusión de mujeres, cuando poseyeron carácter


obligatorio o vinculante. Esto se aprecia en la siguiente tabla elaborada por el PNUD
para las eleciones de concejalas en América Latina, al 2012:

  8  
medidas: los primeros tienen, en promedio, casi un tercio de mujeres (31%), mientras que los segundos
solo un 20% (tabla 3). A su vez, la presencia femenina más baja en la región se da, precisamente, en
países sin cuotas electorales por sexo, como Uruguay (16%), Panamá (11%), Guatemala (8%) y Colombia
(16%).

Tabla 3: Promedio de concejalas (en %), según tipo de acción afirmativa para 2012
Países con cuotas 31%
Países sin cuotas 20%
Países sin cuotas electorales ni partidarias (excluye El Salvador) 19%
Fuente: elaboración propia, 2012. Fuente: Cuánto hemos avanzado. PNUD, 2012
¿CUÁNTO HEMOS AVANZADO? UN ANÁLISIS DE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA 44
DE LAS MUJERES EN LOS GOBIERNOS SUBNACIONALES
El porcentaje de participación política de mujeres a nivel local, gracias al impacto de EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

las 6cuotas, en 15 años, se duplicó: “(…) entre 1998 y 2012, la presencia femenina se
duplicó,
Estos pasando
Más comicios
allá fueron
de los de un
importantes
desafíos 14 a un
porque
pendientes, 25%.
por primera
hay Según
buenasvez el agráfico
se sometió
noticias: entre votación (inserto
1998 y popular
2012, lacargos abajo, nota
anteriormente
presencia senuestra),
designados
femenina en la
evolución
forma directa
duplicó, enpor el
pasando número
el Poder
de 14 a unyde
unEjecutivo mujeres
elevó
25%. elSegún
número
el deha sido
regidurías
gráfico 1, ladepaulatina,
963 a 1.149
evolución sin2010).
en(Aquino,
el número hitos ni sobresaltos
de mujeres ha sido pero
paulatina, 11
constante.” sin hitos ni sobresaltos pero constante.

Grafico:
Gráfico 1: Porcentaje promedio de concejalas de América Latina y el Caribe, 1998/2012
Porcentaje promedio de concejalas de América Latina y El Caribe, 1998/ 2012
30

25.1
25 23.9 24
22.1
21.4 21 21.3
20.6 20.4
20 19.3 19.8
17.7 17.9

15 13.7 14

10

0
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Fuente: elaboración propia. Para una cronología por países, véase el anexo de cuadros y tablas adicionales.
Fuente: Cuánto hemos avanzado. PNUD, 2012:44

Sin embargo, la aplicación


De todas maneras, de la normativa
se carece de información de cuotas
que pudiera ofrecer a quiénes
un perfil de nivel sonlocal, ha sido bastante
las concejalas
heterogénea en América
que resultan electas. Latina,es lallegando
Un aspecto relevante a niveles
identidad étnico-racial de las de
mujeresgran complejidad
que acceden a en
cargos electivos subnacionales. Pero no hay información sistemáticamente recolectada que pueda dar
Argentina, donde la competencia del “diseño electoral”, está desconcentrado a las
un panorama general de la región. Algunos países tienen, de manera puntual, algunos datos, como por
provincias y municipios, lo que vuelve muy diversa su cartografía electoral. Estos
ejemplo Perú, al contar con cuotas raciales. En las últimas elecciones, celebradas en 2010, resultaron
entramados dan lugar
electas 33 personas a fenómenos
representantes de ineficiencia
de comunidades de las
nativas para cargos cuotas,
locales, los que
de las cuales un 30%se muestran
en lasontabla preparada
mujeres (Ministerio por
de laelMujer
PNUD y de(2012), comparando
Desarrollo Social, 2011). la norma y los
Paralelamente, resultados, a
algunas
nivelinvestigaciones
local, en elespecíficas
continente:
han logrado compilar información para algunos países. En Bolivia, según el
estudio de Albó y Quispe (2004),10 la participación política indígena es importante en los cargos
municipales (alcaldesas/alcaldes y concejalas/concejales), y la presencia femenina entre cargos
ocupados por quienes se sienten integrantes de un pueblo indígena u originario ascendería a un 36% del

10
Citado en Román Arnéz (2008).

                                                                                                               
11
PNUD  (2012).  ¿Cuánto  hemos  avanzado?.

  9  
brecha refleja las dificultades que las mujeres enfrentan en las estructuras político-partidarias
subnacionales para ser emplazadas en las listas y/o ser electas, incluso bajo las condiciones favorables
promovidas por las medidas de equidad.

Tabla 4: Comparación entre la presencia normada de mujeres y la presencia efectiva en concejos


municipales, 2012
Porcentaje
Porcentaje de
establecido de Brecha entre el porcentaje normado y
País concejalas
mujeres en la el de concejalas electas (2012)
(2012)
última elección
Bolivia 50 43 7
Brasil 30 13 17
Costa Rica 50 48 2
Ecuador 50 28 22
Honduras 30 23 7
Paraguay 30 22 8
Perú 30 27 3
República Dominicana 33 33 0
Fuente: elaboración propia. No hay datos de concejalas para Argentina. Respecto de México, si bien tuvo un 37,5%
de regidoras en 2012, no contamos con información precisa de aplicación de las cuotas municipales para la última
elección (además, las cuotas municipales varían según el Estado).
Fuente: Cuánto hemos avanzado. PNUD, 2012

6. Las alcaldesas
Recapitulando, lasen América
medidas Latinafacilitan —si bien, no necesariamente aseguran— una mayor
de equidad
presencia de mujeres en los órganos deliberativos municipales. Pero a fin de comprender el pleno
El funcionamiento
incremento de mujeres
de estas electas
medidas, a alcaldías
especialmente encuotas
de las nuestra región
de género, es ha seguido
necesario un ritmo
considerar los
lento. La mayoría
sistemas electorales. de países posee porcentajes de alcaldesas por debajo del 20%
mientras el promedio regional llega solamente al 13,4%. Uruguay, uno de los únicos
seisLospaíses
sistemasdeelectorales
la región con tasas
nacionales superioresson
y subnacionales al disímiles
20%, logró
dentropasar
de un de la completa
mismo país, una
ausencia
diferenciadetrascendental
mujeres en el ejecutivo
muchas localUn
veces obviada. enmismo
2005, país
al 21,4%
puede en
tener2015, gracias
sistemas a una
electorales
reforma descentralizadora. (Ver cuadro de OIG/CEPAL).

Porcentaje de mujeres alcaldesas electas

Fuente: OIG- CEPAL. https://oig.cepal.org/es/indicadores/poder-local-porcentaje-mujeres-alcaldesas-


12
electas
                                                                                                               
12  Las  tablas  del  Observatorio  de  Igualdad  de  Género  OIG  de  la  CEPAL,  incluyen  datos  de  América  Latina,  
El  Caribe  y  La  Península  Ibérica  (pueden  incluir  hasta  36  países).

  10  
Una excepción la constituye Nicaragua, país que estableció una norma de paridad en
2012 para las elecciones municipales, con la cual pasó de contar con apenas un 8.6%
de mujeres alcaldesas en 2008, a la paridad (50.3%) en 2016. En la actualidad existen
setenta y dos alcaldesas, sesenta y dos vicealcaldesas y dos mil ochocientas setenta y
siete concejalas, que corresponden al 50% del total de concejalías. Además, con las
normas de alternancia, “las alcaldesas tienen como vice alcalde a un hombre y los
alcaldes hombres, tienen como vice alcalde a una mujer.” 13

Nicaragua:  Alcaldes  y  vice  alcaldes  según  sexo,  por  períodos  de  gobierno:  
1997-­‐2000;  2001-­‐2004;  2005-­‐2008;  2009-­‐2012;  y  2013-­‐2016.  
Períodos   Alcaldes   Vicealcaldes  
Hombres   Mujeres   Hombres   Mujeres  
1997-­‐2000   136  (93.8%)   9  (6.2%)   122  (84.1%)   23  (15.9%)  
2001-­‐2004   138  (91.4%)   13  (8.6%)   117  (77.5%)   34  (22.5%)  
2005-­‐2008   138  (90.2%)   15  (9.8%)   131  (85.6%)   22  (14.4%)  
2009-­‐  2012   129  (84.9%)   23  (15.1%)   62  (40.8%)   90  (59.2%)  
2013-­‐2016   76  (50%)   77  (50%)   77  (50%)   76  (50%)  
Fuente:  Periódico  digital  La  Lucha  Sigue.    
Ver:  http://www.laluchasigue.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2560:boletin-­‐nicaragua-­‐
triunfa-­‐no-­‐87&catid=67:documentos&Itemid=193

7. Las concejalas, edilas y regidoras municipales electas

En América Latina, entre los 25 países con información disponible, Bolivia tiene la
mayor tasa de participación femenina en concejalías: pasó del 13,4% de concejalas en
2005, al 51.1% en 2016. Es un efecto de la ley de paridad aprobada en 2009 y
perfeccionada en 2010.

Como promedio en el continente, las mujeres ocupan el 28,8% de los cargos de


concejalas, regidoras o edilas, un crecimiento de 6,5 puntos porcentuales en los
últimos 10 años. A la fecha, 10 países alcanzaron porcentajes de concejalas por encima
del 30%: Ecuador, Chile, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Cuba, México,
Suriname, Dominica, Costa Rica y Bolivia. Mientras, cuatro países (Brasil, Guatemala,
Panamá y Antigua & Barbados), cuentan con resultados por debajo del 15% (OIG,
CEPAL, 2017).

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

13  Fuente: Periódico digital La Lucha Sigue.


http://www.laluchasigue.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2560:boletin-
nicaragua-triunfa-no-87&catid=67:documentos&Itemid=193

  11  
Porcentaje de mujeres concejalas electas

Fuente: OIG- CEPAL


https://oig.cepal.org/es/indicadores/poder-local-porcentaje-mujeres-concejalas-electas

En 2015, México introdujo la paridad para las listas de candidatos a las elecciones
federales y legislativas estaduales. En Venezuela, en cambio, se aplicó por primera
vez una ley sobre paridad de género que obligaba a posiciones intercaladas para
hombres y mujeres en las listas al Parlamento. Pero, debido a que la ley entró en
vigor después de que varios partidos realizaran sus primarias internas, la norma no se
cumplió integralmente. En Guyana, donde la Ley de Representación Popular cuenta
con una cuota del 30% para las mujeres, los partidos pueden asignar los escaños
parlamentarios tras las elecciones, sin necesidad de respetar la cuota.

Así, puede apreciarse que al año 2015, la elección de mujeres a cargos locales mostró
un escenario complejo y fragmentado por países: en algunos, los avances se
mantuvieron muy lentos como en Guatemala; en otros hubo incrementos y luego
retrocesos, como en Brasil o Costa Rica.

En casos excepcionales como el de Nicaragua, las mujeres alcanzaron niveles de


participación que las colocan en pie de igualdad con los hombres y sitúan al país
entre los 4 primeros del mundo en referencia al logro de paridad. Este mismo año, la
IPU advirtió sobre “otros retrocesos en las Américas en países en los que la
legislación sobre cuotas no se ejecutó plenamente o las sanciones no se llevaron a la
práctica.”14

                                                                                                               
14  IPU  (2016).  Las  mujeres  en  el  parlamento  en  2015.  Perspectiva  anual.  Ginebra,  Suiza.  Pg.  4  
Consultado  en  http://www.ipu.org/pdf/publications/WIP2015-­‐s.pdf    

  12  
8. Revisión de procesos en Bolivia y Ecuador

El proceso de Bolivia en busca de paridad en las esferas nacionales y locales es


paradigmático y en gran medida ha sido sostenido con gran persistencia por las
organizaciones indígenas y populares de mujeres. Veamos una síntesis del mismo.

Bolivia

Paridad en las esferas nacional y local: 21 años de incidencia de las mujeres

El incremento de mujeres en la esfera pública nacional y local de Bolivia es


paradigmático pues el país ha logrado la paridad en las esferas nacional y local. El
proceso empezó cuando el Código Electoral dispuso, en 1997, una cuota del 30% para
las mujeres en las direcciones partidarias, la cuota y la alternabilidad en las
candidaturas nacionales y en las listas de candidaturas locales una franja de
aseguramiento en los tres primeros lugares que tenían posibilidades de ganar.

La segunda medida fue la ratificación, en 1999, de la Convención sobre los Derechos


Políticos de las Mujeres por lo que el nuevo Código Electoral, estableció (Art. 12) el
principio de alternabilidad en los primeros tres puestos en la lista de candidatos/as a
concejales. Con estas medidas, en las elecciones municipales de 1999, se logró “un
incremento altamente significativo en la participación política de las mujeres en los
gobiernos locales / municipales, según datos oficiales (de esa época) la participación de
las mujeres electas se incrementó en un 73%, las mujeres tomaron las presidencias de
los Consejos Municipales, con la excepción de 20 (…) de un total de 314 municipios que
en ese momento existían en el país.”15

Actualmente, el parlamente de Bolivia posee el 53.2% de legisladoras y sus concejos


municipales el 51.1 % de mujeres. El perfeccionamiento de las normativas de paridad a
pedido de las organizaciones de mujeres, permitió establecer que en todas las listas
impares, el encabezado sea obligatoriamente femenino, lo que mejoró sustancialmente
las oportunidades de las mujeres.

En Ecuador, por otro lado, no han ocurrido los avances esperados en la obtención de
la paridad a nivel local, a diferencia de lo que ocurre en los ámbitos nacionales.
Veamos los principales problemas detectados.

Ecuador: la brecha nacional / local en el camino hacia la paridad

Ecuador fue el primer país en introducir la paridad en su Constitución, en 1998, en


una coyuntura especial, tras casi dos décadas de movilización y activismo a favor de
los derechos de las mujeres. Esta primera norma constitucional de paridad fue
asociada a un muy bien pensado diseño que estableció una ruta progresiva de cuotas
                                                                                                               
15
Machicao, Ximena (s.f.).

  13  
incrementales, que partió de una cuota del 30%, se incrementó en 5% con cada nuevo
sufragio y para el año 2007, llegó al 50% obligatorio para las listas de mujeres. La
primera aplicación de la paridad coincidió con otra coyuntura especial de
movilización social: las elecciones a Asamblea Constituyente realizadas en 2008, lo
que hizo posible que la norma se concretase como una realidad y la propia
normativa de paridad sea perfeccionada en el proceso constituyente

En los años 2000 y 2004, gracias a las cuota incrementales, Ecuador logró un salto
en el porcentaje de concejalas respecto de 1998, pasando del 8 % al 30 % en cada
elección. Así, el país alcanzó el más alto porcentaje de mujeres concejalas que haya
tenido jamás. Sin embargo, el porcentaje de concejalas electas cayó al 25.7 % en 2014,
las últimas elecciones locales que ha tenido el país, pese a aplicarse las normas de
paridad. Al mismo tiempo, entre 1998 y 2015 se produjo un incremento de mujeres en
el legislativo nacional, que pasaron del 22 % en 1998 al 43 % en el 2015.

De este modo, se generó una brecha entre hombres y mujeres electos a nivel local,
que alcanzó 17 puntos de diferencia con las elecciones locales de 2014 (Arboleda,
2014)16.

Gráfico : Ecuador: Autoridades locales electas por dignidad y sexo – 2014

92,8% 91,3%
100,0%
75,1% 74,9%
66,1%
75,0%

50,0% 33,9%
24,9% 25,1%
25,0% 7,2% 8,7%

0,0%
ALCALDES

CONCEJALES

CONCEJALES

VOCALES JUNTAS
VICEPREFECTO

PARROQUIALES
URBANOS

PREFECTO Y
RURALES

% HOMBRES % MUJERES

Fuente: Arboleda, María (2014). Elaboración: P. Jaramillo.

Como se aprecia, la misma norma de paridad no asegura resultados similares si es


aplicada en las arenas electorales nacionales o en las locales. Este fenómeno obedece
a una combinación de factores sociales, culturales, políticos e incluso de diseño del
sistema electoral, es decir, extrajurídicos, que atentan contra la paridad. Algunos de
estos factores son: la preeminencia de listas impares, el encabezamiento masculino
en las listas, la forma de listas (abiertas) y el tamaño de las circunscripciones
electorales.
Para Archenti y Tula, los déficits de paridad en el país se deben además a tres
factores: el primero, a la alta fragmentación del sistema ecuatoriano de partidos, “en
general … poco favorable para el acceso de las mujeres en los sistemas
plurinominales grandes”; el segundo, a la existencia de circunscripciones de pequeño
                                                                                                               
16  Por  lo  demás,  en  estas  elecciones  locales  (2014)  apenas  se  obtuvo  un  7.2%  de  alcaldesas  (municipios)  

y  un  8.7%  de  prefectas  (provincias),  lo  que  equivale  a  un  mínimo  incremento  en  el  primer  caso  y  a  una  
disminución  en  el  segundo.    

  14  
tamaño; y el tercero, al uso de listas abiertas que “anulan los principios de
alternabilidad y secuencialidad” asociados a la paridad.

Es decir, los elementos inherentes a los sistemas electorales no son neutrales


respecto del género. Por ello, Archenti y Tula (2013), afirman que “si bien las leyes de
paridad permiten superar muchas dificultades que presentan las leyes de cuotas,
también se enfrentan a barreras semejantes, en particular las que imponen los
sistemas electorales.”

Otro factor que podría sugerirse, a partir de algunos estudios realizados a procesos
africanos, sería tomar en consideración si el “eje dominante” en las dinámicas
sociales, es de carácter local o nacional. En Ecuador, mientras en los años 90s, uno de
los más importantes ejes de cambio estuvo asociado a lo local y a la descentralización
del Estado, a partir del año 2000, la centralidad de la movilización estuvo organizada
en torno a agendas que otorgaron preeminencia a los procesos nacionales de cambio.

Fuente: Arboleda, María: 2017/ 2018.

9. Instrumentos internacionales recientes que promueven la paridad

En 2015, los países del mundo adoptaron la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible,
una herramienta que propone 17 objetivos para el desarrollo sostenible (los ODS) y
169 metas que buscan erradicar la pobreza, combatir las desigualdades y promover la
prosperidad, al tiempo que protegen el medio ambiente, hasta el 2030. Esta agenda
incluye un objetivo para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
(ODS 5) y metas con sensibilidad de género en todos los demás objetivos. El ODS 5
busca aplicar cambios profundos a nivel jurídico y legislativo para garantizar los
derechos, el liderazgo de las mujeres y la paridad en todo el mundo, con el lema Un
Mundo 50-50 para el 2030.

Para apoyar el seguimiento a los logros sobre la igualdad de género en el desarrollo


sostenible de aquí a 2030, la Oficina Regional de ONU Mujeres para las Américas y El
Caribe elaboró un paquete de indicadores para monitorear la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres en la región.

La Nueva Agenda Urbana (NAU), aprobada por Naciones Unidas en 2016, reconoce a
las ciudades como una combinación viva de la historia, las civilizaciones, la
diversidad humana y la cultura y a la urbanización como una fuerza movilizadora y
de innovación, pese a lo cual millones de personas sobreviven en las ciudades en
condiciones de precariedad, falta de vivienda y servicios adecuados, pobreza
multidimensional, degradación ambiental y exclusión de la toma de decisiones. Entre
ellas, un inmenso contingente de mujeres.

La Agenda promueve ciudades y asentamientos humanos que busquen la igualdad


entre los géneros y la autonomía de las mujeres y niñas, asegurar su participación
plena y su liderazgo en todos los niveles de toma de decisiones, garantizarles trabajo
decente e igualdad de remuneración por el mismo trabajo o por un trabajo de igual

  15  
valor, trabajar en la prevención y eliminación de todas las formas de discriminación,
violencia y acoso contra las mujeres y niñas en los espacios privados y públicos.

La NAU establece vínculos con los ODS. En relación con el ODS-5, dispone:
• Asegurar la igualdad de derechos y oportunidades y poner fin a todas las
formas de discriminación y violencia contra las mujeres y niñas en las
ciudades, en las esferas pública y privada, incluyendo la trata sexual y otros
tipos de explotación. !
• Promover iniciativas de desarrollo de capacidades para potenciar las
habilidades de las mujeres y las niñas para su participación efectiva en la toma
de decisiones urbana y territorial. !
• Reconocer y valorar el cuidado no remunerado y el trabajo doméstico a través
de la prestación de servicios públicos, infraestructura, políticas de protección
social y la promoción de la responsabilidad compartida dentro del hogar y la
familia. !

Por su parte, el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino), emitió una


Norma Marco para consolidar la Democracia Paritaria que revisaremos con mayor
detalle a continuación.

10. La Norma Marco para consolidar la Democracia Paritaria

La Norma Marco busca promover la paridad entre mujeres y hombres, no solamente


en la política, sino además impulsando prácticas de corresponsabilidad en todos los
ámbitos de vida. La Norma Marco cuenta con cinco líneas estratégicas para acercar
“la Democracia Paritaria y la igualdad de resultados en América Latina y el Caribe”17.
Estas son:

• Paridad representativa como meta y medida definitiva.


• Responsabilidad de los poderes públicos con la igualdad de género de
resultado.
• Fortalecimiento de los liderazgos de mujeres.
• Compromiso de los partidos políticos con la igualdad sustantiva y la paridad.
• Combatir estereotipos y la discriminación, en Medios y TICS, el acoso y la
violencia política.

En su Exposición de Motivos, el documento sintetiza un diagnóstico en el que


expresa no solo el balance de avances sino también una valoración cualitativa de las
principales barreras estructurales de género que afectan la posibilidad de instaurar
democracias paritarias, sus relaciones con el conjunto del sistema social y el modelo
de Estado que se requiere para lograrlo. En las líneas de avance hacia la paridad en la
región, señala:

“(…) cada día más mujeres latinoamericanas y caribeñas ocupan espacios de poder y
participan en la toma de decisiones políticas. A enero de 2015, en América Latina y
Caribe, cinco mujeres dirigen sus respectivos países en Argentina, Brasil, Chile,
Jamaica y Trinidad y Tobado. La región cuenta también con el mayor porcentaje de
mujeres ministras, con un 22.9% frente al 16.75% a nivel mundial (…) en el legislativo,
                                                                                                               
17
ONU  Mujeres  y  PARLATINO  (s.f.).  Norma  Marco  para  consolidar  la  Democracia  Paritaria.      

  16  
la región de las Américas cuenta con cinco mujeres que presiden las asambleas
legislativas y supera el ranking mundial de mujeres parlamentarias en 4 puntos, con
un 26.3% en comparación con la media mundial de 22%.”
PARLATINO, Norma Marco sobre la Democracia Paritaria (2014).

Para el Parlatino, tres factores explican estos avances:


1. “Los movimientos feministas y las redes de mujeres políticas han sumado fuerzas
para influir en sus parlamentos y gobiernos mediante la formación de ‘bancadas o
mesas’ de mujeres parlamentarias, redes de mujeres autoridades municipales y
otros movimientos de mujeres políticas que, superando barreras partidistas e
ideológicas, han apostado por alcanzar consensos y hacer de la agenda de género
una causa común, contribuyendo a concienciar a la opinión pública.
2. Los marcos normativos e institucionales han sido motores para la aceleración de
políticas públicas que promueven los derechos de las mujeres y la igualdad de
género, con un fuerte compromiso regional plasmado en la ratificación de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer (CEDAW) y en el impulso de los Consensos de las Conferencias Regionales
de la Mujer.
3. La inclusión de acciones afirmativas -sobre todo mediante la adopción de cuotas
de género en las legislaciones de diversos países- y en los últimos años la apuesta
por medidas que conduzcan a la paridad (50-50).” !

PARLATINO, Norma Marco sobre la Democracia Paritaria (2014).

La Norma Marco también reseña los problemas y las barreras que existen para el
logro de la paridad efectiva. Afirman: “los avances no son homogéneos; existen
grandes disparidades entre países, entre grupos (en particular, las mujeres indígenas
y afro-descendientes, las mujeres rurales y las mujeres con algún tipo de
discapacidad), así como entre los niveles de gobernanza, con una presencia de
mujeres muy desigual y aún deficitaria en el nivel sub-nacional y local.” Señalan
como “preocupante” que solo Bolivia se haya dotado de una legislación integral para
prevenir y erradicar el acoso y la violencia política, “cada día más preocupante en la
región.”

Los factores estructurales han sido colocados en el centro de las barreras que coartan
el acceso de las mujeres a los espacios de poder.

Persisten en la región factores estructurales que todavía impiden o limitan el pleno


ejercicio de los derechos políticos de las mujeres. Ello se refleja en las actitudes
culturales basadas en modelos patriarcales, estereotipos sexistas y roles tradicionales
de hombres y mujeres, en el deficitario empoderamiento político y económico de las
mujeres o en los dramáticos datos sobre violencia de género.

PARLATINO, Norma Marco sobre la Democracia Paritaria (2014).

Enfrentar estos desafíos, según la Norma Marco, es una responsabilidad central de


los Estados, pues “están jurídicamente exhortados, por sus propios mandatos
constitucionales y por los distintos instrumentos internacionales, a respetar, proteger
y promover los derechos de las mujeres”, auspiciando mecanismos de construcción
de democracias paritarias en sus países.

  17  
Para la Norma Marco, la paridad en la representación reformula la concepción del
poder político concibiéndolo como un espacio que debe ser compartido entre
hombres y mujeres como premisa de la condición humana universal, y que se
justifica en una presencia demográfica equilibrada, 50% de mujeres y 50% de
hombres y, por ello, se la entiende como 50/50. La paridad, señalan, “constituye causa
y efecto de la igualdad de género, la cual legitima el orden social y político de la
Democracia Paritaria. De tal forma que la diferencia sexual tiene la misma
importancia que las diferencias territoriales y las diferencias ideológicas o de
asociaciones políticas.”18

11. Democracia paritaria: el arte de llevar la paridad a todas las esferas de vida

La democracia paritaria es un concepto concebido con la Declaración de Atenas (1992),


referido a los ámbitos políticos y al poder. Pero, ¿ cómo entender la democracia
paritaria en términos de la Norma Marco, que reflejan la agenda de las mujeres
latinoamericanas? Según el documento Norma marco, la Democracia Paritaria refiere
a un “modelo de democracia en el que la igualdad sustantiva y la paridad entre
hombres y mujeres son ejes vertebradores” para el “establecimiento de un nuevo
contrato social y forma de organización de la sociedad por el cual se erradique toda
exclusión estructural, en particular, hacia las mujeres y las niñas. Un nuevo
equilibrio social entre hombres y mujeres en el que ambos contraigan
responsabilidades compartidas en todas las esferas de la vida pública y privada.”

La democracia paritaria se concibe también como la construcción de relaciones


equitativas de género para igual goce y disfrute de derechos de todos los colectivos de
la diversidad: indígenas, afro-descendientes, LGTBI, discapacidad, status
socioeconómico, etc. La noción de democracia paritaria presupone la paridad no solo
en el Estado y sus instituciones, no solo en los organismos colegiados públicos y
ciudadanos, sino también busca teñir de paridad todas las esferas de la vida pública y
privada. Propone, por tanto, una forma renovada de sociabilidad, un contrato social
entre pares.

12. Desafíos de la participación política de las mujeres a nivel local

Hay mucho trabajo por hacer en América Latina para mover los escenarios locales
hacia la paridad política, construyendo el telón de fondo de este nuevo contrato
social entre pares en todas las esferas de vida.

Una de esas tareas tiene que ver con perfeccionar el funcionamiento de los sistemas
electorales. Al menos seis características de los sistemas electorales inciden en la
eficacia de las normas sobre cuotas y paridad19:

• La posición de las mujeres en las listas electorales. Nos referimos a las


disposiciones que garantizan la alternancia y secuencialidad de las mujeres
respecto de los hombres en listas conocidas como “cremallera”.
                                                                                                               
18  PARLATINO, Norma Marco sobre la Democracia Paritaria (2014).  

19
Arboleda,  María,  2014.

  18  
• La existencia de sanciones por incumplimiento. Nos referimos a sanciones
como la no inscripción de una lista, cuando las organizaciones políticas
incumplan las normas de cuotas.
• La forma de las listas. Las listas impares conspiran contra la paridad ya que es
usual que sean encabezadas por hombres y con ello las mujeres quedan en
desventaja.. Se debe promover que las listas impares sean encabezadas
siempre por mujeres, como una medida de reparación e igualdad de
oportunidades.
• El encabezado masculino de listas. Las listas suelen tener un encabezamiento
de hombres. El encabezado masculino en listas pares, aunque arroja un
número igual de candidatos y candidatas, genera menores oportunidades de
visibilización y obtención de recursos de competencia electoral (por ejemplo,
ser convocado/ a entrevistas en los medios, etc.) y resultados desfavorables
para las mujeres.
• Las modalidades de listas (abiertas, cerradas no bloqueadas y cerradas
bloqueadas). Las listas abiertas, con las que el elector puede escoger entre
listas, favorecen a las figuras mejor posicionadas en la arena mediática,
generalmente hombres. Las listas cerradas y desbloqueadas, también
favorecen a candidatos con mayor posicionamiento mediático o mejores
oportunidades para hacer campaña electoral, puesto que el elector puede
escoger y asignar un orden a su voto. Las listas cerradas y bloqueadas,
promueven el voto en plancha y si la lista ha sido confeccionada con un
mandato de alternancia y secuencialidad, suele favorecer la elección de mayor
número de mujeres.
• Poner fin al uso de mujeres como relleno o por estereotipos sexistas.
• Finalmente, incide la forma de voto para dignidades y éstas pueden ser
uninominales (muchas veces en binomio), o plurinominales (para órganos
colegiados). Las formas de voto uninominales como las de presidente de la
República, alcaldes, etc., impiden la aplicación de las cuotas o de la paridad.
No así las plurinominales o de órganos colegiados (concejos municipales y
asambleas legislativas), lo que explica el mejor desempeño de las cuotas en
estos casos.

Otra esfera donde es imprescindible trabajar a favor de la paridad, la constituyen las


organizaciones políticas. Señalamos tres ámbitos posibles de intervención:

• en los procedimientos de selección de candidaturas;


• en las estructuras partidarias de decisión y representación; y
• en los presupuestos y programas de capacitación de las y los afiliados.

Promover la participación política de las mujeres en paridad como parte de la ética


democrática local, requiere también la recuperación o el fortalecimiento de las redes
de mujeres autoridades locales nacionales y regionales. Como parte de todo ello, se
necesario mantener una actividad permanente de análisis y conocimiento de la
situación de las mujeres que participan en el gobierno de sus localidades.
12. Bibliografía

- Arboleda et al, (2012). Levantado El Velo: Estudio Sobre Acoso y Violencia


Política en contra de las Mujeres Autoridades Públicas Electas A Nivel Local
En Ecuador, pdf.

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- Archenti, Nélida, Tula, María Inés (2014). Cambios normativos y equidad de
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- Astelarra, Judith, Recuperar la voz: el silencio de la ciudadanía, en “Fin de
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- https://trainingcentre.unwomen.org/mod/glossary/view.php?id=150&mode=le
tter&hook=P&sortkey=&sortorder=asc
- http://www.asamblea.gob.sv/eparlamento/indice-legislativo/buscador-de-
documentos-legislativos/reformase-el-art.-37-de-la-ley-de-partidos-politicos
- http://www.acobol.org.bo/obser/index.php?option=com_content&view=article
&id=44)
- http://www.redalyc.org/pdf/308/30830414003.pdf
- ¿Qué significa Paridad Política? https://ateneaesparidad.com/que-significa-
paridad-politica/ Consultado el 1 de Agosto de 2018
 
 
 
 
 
 
 

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