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pedimos la asistencia de Nuestra Madre del cielo, la Virgen María, y de nuestros ángeles custodios,

para que nos ayuden en esta Hora Santa que realizamos en tiempo de Adviento. El mundo trata de
distraernos, de llevarnos por caminos contrarios a los de Dios; el mundo busca hacernos creer que
Adviento y Navidad son tiempos de distracción, de diversión, de compras, de olvido de Dios. El
mundo quiere hacernos creer que la Navidad es sucumbir a la glotonería y a la diversión sin freno.
Ofrecemos esta Hora Santa en reparación por quienes caerán en los engaños del mundo, y le pedimos
a la Virgen el verdadero espíritu de Adviento, espíritu de oración, de penitencia, de obras de
misericordia, de espera alegre del Mesías que vendrá para Navidad escondido en la naturaleza de un
Niño recién nacido.

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Tú eres el Dueño y el Señor de la historia y vienes a nosotros
no en el esplendor de tu majestad y poder, sino en la humildad de nuestra naturaleza, desvalido como
un Niño recién nacido. Acepta la humilde ofrenda de nuestros pobres corazones, como si fueran otras
tantas grutas de Belén para que, por intercesión de María Santísima, te dignes a nacer en ellos, para
que seas la alegría y el gozo de nuestras vidas, en el tiempo y en la eternidad. Amén.

Sacerdote: Estamos reunidos en esta Hora Santa para profundizar en el misterio de la Encarnación y
para aumentar en nuestros corazones el anhelo del retorno de Nuestro Señor, para centrarnos en la
oración, y llegar a decir con la esperanza viva, basada en la fe en la Palabra de Dios: “¡Ven, Señor
Jesús!”.

Pidamos la asistencia de Nuestra Madre del cielo, la Virgen María, para que nos ayude en esta Hora
para que tengamos el verdadero espíritu de Adviento, espíritu de oración, de penitencia, de obras de
misericordia, de espera alegre del Mesías que vendrá para Navidad escondido en la naturaleza de un
Niño recién nacido.

Guía: Adviento, tiempo de espera de lo eterno. Tiempo de espera del Señor. Tiempo de silencio para
percibir su presencia. La presencia de Dios entre nosotros. ¿Cuándo llegará al fin el prometido de
Dios? ¿Cuándo llegará el día en que nuestra espera será satisfecha?

Todos: Es el Señor a quien esperamos serena y gozosamente. Señor, ¡no tardes más! ¡Ven, Señor
Jesús! Tenemos necesidad de Tu presencia. Nuestro corazón se viste de fiesta sabiendo que vienes
ya. Que la humanidad entera ocupe su sitio para la fiesta. Llegará la hora, estaremos de fiesta. No
habrá últimos ni primeros. Todos seremos hermanos. Todos seremos hijos e hijas del Rey. Ven Señor,
date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás. Abramos la puerta, preparemos el
corazón. Para que, cuando Él venga, nos encuentre de pie, preparados para recibirle. ¡Ven, Señor
Jesús!

Guía: Se cumplieron los tiempos. La Virgen concibió al Hijo de la Promesa. En Nazaret, en Galilea,
Dios visitó a su pueblo. Llega el Salvador al mundo. Somos el pueblo que le busca. Se cumple la
promesa hecha en otro tiempo a nuestros padres. Aguardamos la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo. La venida de nuestro Salvador.

Todos: ¡Ven, Señor Jesús! Sacia a los hambrientos. ¡Ven, Señor Jesús! Da luz a los ciegos. ¡Ven,
Señor Jesús! Levanta a los decaídos. ¡Ven, Señor Jesús! Fortalece a los débiles. ¡Ven, Señor Jesús!
Defiende a los débiles. ¡Ven, Señor Jesús! Transforma nuestros corazones. ¡Ven, Señor Jesús!
Cúranos y santifícanos. ¡Ven, Señor Jesús! Alegra nuestros corazones. ¡Ven, Señor Jesús! Líbranos
del pecado. ¡Ven, Señor Jesús! Consuélanos y Libéranos. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Sálvanos!

Oh sabiduría salida de la boca de Dios, Palabra hecha carne como nosotros. ¡Ven! Oh raíz de Jesé,
hijo de David. ¡Ven! Oh llave de David, puerta abierta a Dios. ¡Ven! Oh esplendor del Padre,
resplandor de su rostro, ¡Ven! Oh Rey del Universo, piedra angular de la Iglesia, ¡Ven! Oh Emmanuel,
Dios con nosotros, Dios en nosotros. ¡Ven! Proclamamos Tu nombre: “Maravilloso-Consejero, Dios
Fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la Paz”. ¡Ven!

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos! (3).

*Silencio de 3 minutos…Canto…Breve silencio.

Guía: Sabiendo que Jesús viene, que ya está cerca, debemos de ir delante de la gente que nos rodea,
iluminándola con la antorcha de estos momentos de Adoración Eucarística, alegrándonos con los que
queremos preparar la llegada del Salvador.

Todos: debemos ser luz del mundo; nos lo dice Jesús a quien esperamos para que venga a iluminar
nuestras vidas. Se dice que si no puedes ser estrella, seas al menos una pequeña y sencilla vela
encendida que alumbre el corazón: ¡pero hay que ser luz! El que ama a los demás y el que ama de
verdad, puede preparar el camino del Señor iluminando el corazón de quienes le rodean, invitándolos
a vivir en esperanza la alegre espera del Señor.

Guía: Señor Jesús que vienes a salvarnos y nos llamas a preparar el camino de tu llegada: ¿Qué quieres
que vea con mis ojos?, ¿qué quieres que hable con mi lengua?, ¿qué quieres que haga con mis manos?,
¿qué quieres que piense con mi cabeza?, ¿qué quieres que ame con mi corazón?, ¿en qué quieres que
emplee mi tiempo, mi dinero y mis facultades?, ¿cómo cumplo Tus Mandamientos?, ¿cómo comparto
la vivencia de este Adviento a los que me rodean?

Todos: Señor Jesús que vienes a salvarnos: Te adoro como a mi Dios. Te obedezco como a mi Señor.
Te amo como a mi Padre. Te temo como a mi juez. Te pido como a mi Dador. Te doy gracias como
a mi bienhechor. ¡Ven pronto Señor!

Oh, Señor Jesús que ya vienes a nuestro encuentro: Cuando yo dude, aconséjame. Cuando caiga en
el error, desengáñame. Si me pierdo, encuéntrame. Si caigo, levántame. Si me desanimo, aliéntame.
Cuando yo te llame, escúchame. Cuando te ofenda, perdóname. Cuando yo te deje, búscame. Cuando
yo te olvide, recuérdame. Cuando te pida, dame. Cuando te pueda servir, anímame. El día en que
muera, llévame contigo, Oh, Señor Jesús.

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos! (3).

*Silencio de 3 minutos…Canto… Breve silencio.

Jesús Eucaristía, cuando está cerca el día de la Navidad, venimos a adorarte, así como lo hicieron los
pastorcitos y los Reyes Magos cuando Tú naciste en Belén. Te queremos pedir, es que envíes desde
el cielo Tu Luz y Tu Amor para todos los hombres, para que todos Te conozcan y Te amen aquí en
la tierra, y después para siempre, en la eternidad.

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos!

Jaculatoria: Jesús Eucaristía, Niño Dios, Dios que naciste como Niño en Belén, ven a nacer en
nuestros corazones, para que los ángeles Te canten y nosotros también.
Guía: La Tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor
que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que están en las tinieblas del egoísmo, del
dolor y del pecado. Te damos gracias, Señor, por enviarnos a tu Hijo a salvarnos y te pedimos ayuda
para preparar nuestro corazón a la venida de Cristo.

Todos: Esperábamos la gloria deslumbrante del Señor y tú nos mandaste un tierno niño, en el silencio
de la noche. Esperábamos un guerrero y tú nos has enviado un príncipe de la paz. Esperábamos al
Dios fuerte y omnipotente, y tú nos has dado un manso cordero. Teníamos mucho miedo y tú nos has
dado el amor, la paz y la vida. Esperábamos recibir mucho de ti y tú has superado nuestra capacidad
y deseo, tú mismo te nos has dado, todo entero y para siempre.

Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos
regalarle a otros el amor que Tú nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu
abundante misericordia y que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y
glorificándote.

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos! (3).

*Silencio de 3 minutos…Canto… Breve silencio.

Guía: Pidamos a la Virgen María, a ella que fue enriquecida por Dios con dones a la medida de su
misión de ser Madre del Hijo de Dios, que nos acompañe y que anime nuestra esperanza en este
tiempo de espera del Salvador.

Todos: María, madre del Adviento, en tu regazo nos ponemos, para que nos cobijes con tu amor, nos
sostengas con tu mirada y nos animes con tu canto. Ayúdanos para que seamos santos en el servicio
apostólico, y que la alegría y la caridad sean nuestros distintivos en el servicio.

Guía: Pidamos que nazca otra vez Jesús en nuestras vidas y en las vidas de personas conocidas.

Todos: Que nazca Jesús en el corazón de todos los Obispo, sacerdotes y seminaristas.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los novios y esposos.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los consagrados.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los laicos.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los misioneros.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los catequistas.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los miembros de movimientos y grupos de Iglesia.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los niños.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los jóvenes.
Que nazca Jesús en el corazón de todas las madres y de todos los padres.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los ancianos, enfermos, desahuciados y encarcelados.
Que nazca Jesús en el corazón de aquellos que están confundidos, desanimados y desilusionados.
Que nazca Jesús en el corazón de todos los que trabajan quejándose siempre.
Que nazca Jesús en todos los que perseveran en su fe.

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos! (3).

*Silencio de 3 minutos…Canto…Breve silencio.


Guía: Texto Bíblico: Evangelio según San Mateo 1, 18-24

*Silencio para repasar personalmente el texto.

Guía: Despertemos, llega Cristo. ¡Ven señor!


Todos: Acudamos a su encuentro. ¡Ven señor!

Guía: La Iglesia espera tu venida. ¡Ven Señor!


Todos: Y llena de alegría canta ¡Ven Señor!

Guía: Palabra eterna y creadora ¡Ven Señor!


Todos: A renovar todas las cosas ¡Ven Señor!

Guía: Imagen de la luz eterna ¡Ven Señor!


Todos: A iluminar nuestras tinieblas ¡Ven Señor!

Guía: Pastor y rey de nuestro pueblo ¡Ven Señor!


Todos: A responder a nuestras ansias ¡Ven Señor!

Todos: Haz que abandone la alforja que hasta ahora he llevado, haz que rechace el vestido que traje
hasta aquí, haz que me quede desnudo ante tu presencia, haz que abandone mi vieja razón de vivir.
Dame valor en la lucha que tengo conmigo, y haz que comprenda que sólo un rival tengo yo: ese rival
es el odio que llevo en mi adentro, y cuando me venza a mí mismo, seré ya de Dios. Vamos despierta,
el tiempo llegó de unirnos por siempre siguiendo al Señor. Vamos despierta, el tiempo llegó. Él vale
la pena, es el salvador. ¡Ven Señor Jesús!

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos! (3).

*Silencio de 3 minutos…Canto…Breve silencio.

*Reflexión personal:

Cuando me dieron la noticia del “Sí” de la Virgen para la Encarnación de Jesús me impresioné mucho
y constaté que estaba muy enfermo, y me llevó a la Clínica de Dios.

- Cuando ella me tomó la presión, vi que estaba bajo de ternura.


- Al medirme la temperatura, el termómetro registró 40 grados de egoísmo.
- Hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba varios by-pass de amor porque mis
venas estaban bloqueadas de soledad y no abastecían mi corazón vacío.
- Pasé a ortopedia, ya que no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque
me habría fracturado un brazo y una pierna al tropezar con mi vanidad.
- También me encontró miopía: ya no podía ver más allá de las cosas negativas de mi prójimo.
- Cuando me quejé de sordera, la Virgen me diagnosticó que había dejado de escuchar la voz del
Padre y su Palabra, y por no oír no hacía su Voluntad.

Por esto Dios me ha dado hoy una consulta gratuita y, gracias a su gran misericordia, prometo que al
salir de esta clínica tomaré solamente los medicamentos naturales que me recetó a través de Su
verdad:
- Al levantarme, tomaré un vaso de agradecimiento.
- Al llegar al trabajo, una cucharada de paz.
- Cada hora, un comprimido de paciencia y una copa de humildad.
- Al llegar a casa, voy a tener diariamente una inyección de amor.
- Al irme a acostar, dos cápsulas de conciencia tranquila.

Gracias, Señor, gracias Virgen María, por hacer de mí una mejor persona cada día.

…y tú, ¿te dejas hacer el diagnóstico por tu hermano para saber qué más te falta?... ¡Deja que Jesús
nazca nuevamente en tu vida!

Jaculatoria: Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven, no tardes tanto! ¡Ven a iluminar
nuestras almas! ¡Ven, que te esperamos! (3).

*Silencio de 3 minutos…Canto…Breve silencio.

Tú bajaste de un lugar más alto que las estrellas, a una pobre cueva de Belén; nosotros Te ofrecemos,
para que vengas a nacer, un lugar más pobre que la cueva de Belén, y ese lugar es nuestro corazón.

Ven, Jesús, Niño de Belén, a nacer a nuestro corazón; ven, querido Niño Dios, en la fría noche del
mundo sin Dios, y nosotros Te prometemos que Te daremos calor con el amor del corazón.

Cuando naciste en Belén, era de noche y hacía frío, mucho frío, porque nadie Te quería recibir; hoy
en el mundo también hay mucha oscuridad, y también hace mucho frío, porque los hombres tampoco
te quieren recibir. Ven, Niño Jesús, porque aunque haya muchos que no te quieren, nosotros sí Te
queremos, y por eso te pedimos que elijas nuestros corazones para que vengas a nacer. Te
alumbraremos con la luz de nuestra fe, y te daremos calor con el amor de nuestro pobre corazón.

-A cada intención respondemos: “Jesús, Niño de Belén, escúchanos”.

-Por los que sufren violencia


-Por los que tienen hambre
-Por los que están enfermos
-Por los que están solos
-Por los que están en peligro de ser abortados
-Por los niños más pobres de todos,
-Por aquellos que no te conocen
-Por nuestros familiares, hermanos y amigos

Ya nos vamos, querido Jesús Eucaristía, pero antes de salir, dejamos a Tus pies nuestros corazones,
porque Tú dijiste que donde estuviera nuestro tesoro, ahí estuviera nuestro corazón, y como Tú eres
nuestro único tesoro, y nuestro tesoro más grande, dejamos nuestro corazón a los pies de Tu altar.

Te pedimos nuevamente, antes de retirarnos, que en esta Navidad nazcas en las almas de todos los
hombres de todo el mundo, y que a todos ilumines con Tu luz y con Tu Amor. Jesús Eucaristía, Niño
de Belén, haz que nos alegremos con Tu Presencia y con Tu compañía.

1 Querido Jesús Niño, te rogamos por todos aquellos que en estas Navidades estarán interesados
solamente en comer y en festejar mundanamente, pero se olvidarán de Ti en la Eucaristía. Te pedimos
por todos aquellos que en la Noche en que recordamos tu Nacimiento se olvidarán que la Fiesta
principal es la Santa Misa de Nochebuena, y se irán a festejar una fiesta que nada tiene de cristiana.

2 Querido Dios Hijo, que vienes a nosotros en Navidad como un Niño, para que no tengamos miedo
de acercarnos a ti, porque nadie tiene miedo de acercarse a un niño, te suplicamos por los que están
extraviados en la oscuridad del mundo, aturdidos por la música estruendosa e indecente que resuena
en sus oídos, y no les deja darse cuenta que Tú en el pesebre eres la luz del mundo, y que la música
más hermosa que pueden escuchar es tu Palabra, que da la vida eterna.

3 Querido Dios, que tienes corazón de Niño, te pedimos por todos aquellos que, en vez de preparar
sus corazones por la oración, la penitencia, el ayuno, la mortificación y las obras buenas,
convirtiéndolos en nuevos Pesebres de carne, para que Tú nazcas en ellos, convierten en cambio sus
tristes corazones en cuevas oscuras y malolientes, llenas de pasiones desordenadas, y frías porque no
hay amor ni a Dios ni al prójimo, y así, en vez de recibirte a Ti, para que nazcas en ellos, hacen de
sus corazones guaridas de lobos y serpientes.

4 Querido Jesús, a quien María Santísima entregó como Pan de vida eterna en Belén, hoy venimos a
implorar tu misericordia por todos los ateos, por todos los que no creen en Dios, para que abran los
ojos del alma y te descubran en la Creación, en la noche tapizada de estrellas, en el corazón de las
almas puras y sencillas.

5 Corazón amado de Jesús Niño, ven pronto a los corazones de tus hijos, que se han dejado extraviar
por las tinieblas del mundo, han cubierto de barro sus corazones y se han alejado de tu Misericordia
y andan extraviados y confundidos, pensando que Navidad es para comer y celebrar sin acordarse de
Ti. Llámalos, con tu sonrisa de Niño en Belén, y con la fuerza de tu Sangre derramada en la Cruz,
para que vuelvan pronto al redil y transformados por tu gracia en hombres nuevos, te alaben y
glorifiquen en el Pesebre y en la Eucaristía y te adoren en el tiempo y en la eternidad en los Cielos.

Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, heme aquí postrado ante vuestra Divina Presencia para
adoraros, alabaros y glorificaros porque sois el Emmanuel, Dios con nosotros, que viniste como Niño
en Belén, y te quedas oculto bajo el velo sacramental en la Eucaristía.

Sagrado Corazón del Niño Jesús, ante quien los pastores se postraron para adoraros en Belén, heme
aquí postrado ante vuestra Divina Presencia para adoraros y consagraros todo mi ser para que toda
mi vida sea un himno de adoración a vuestra Real Majestad.

Sagrado Corazón del Niño Jesús, heme aquí postrado ante vuestra Divina Presencia para consagraros
mi corazón, corazón que es transverberado por la lanza encendida de vuestro Santo Amor.

Sagrado Corazón el Niño Jesús, heme aquí postrado ante vuestra Divina Presencia para consagraros
mis sentidos; ojos que os han de ver en la Hostia Santa, oídos que han de escuchar vuestros susurros
de Amor, olfato que ha de extasiarse con el olor de vuestro exquisito perfume, boca que ha de abrirse
a la alabanza, gusto que ha de saborear vuestro Sagrado Cuerpo en el Manjar de Ángeles y tacto que
ha de palpar porque vuestro Sagrado Corazón palpita de Amor en vuestro Santo Tabernáculo. Amén.

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