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Cuad. Soco Esp. Cien. For.

10: 79-84(2000) «La selvicultura del pino carrasco»

LOS ESCOLÍTIDOS (COLEOPTERA, SCOLYTIDAE)


DEL PINO CARRASCO (Pinus halepensis Miller) EN
LA PROVINCIA DE ALBACETE. MEDIOS DE CON-
TROL

J. Á. Monreal Montoya & Á. Serrano Chacón

E. T. S. 1. Agrónomos. 1.T. Forestal. ALBACETE

RESUMEN las masas adultas naturales más resistentes a


las sequías, la aparición de estos insectos
En el presente trabajo se han localizado, en
como plaga está más relacionada con venda-
la provincia de Albacete, ciertas masas de
vales y nevadas en las sierras altas, con tron-
pino carrasco que han sufrido ataques de
chamientos de ramas y de troncos, material
importancia en los últimos años por parte de
éste que es muy apetecido por dichos insec-
escolítidos. Se han identificado las distintas tos para su instalación y multiplicación.
especies encontradas y se proponen algunas
medidas de control, necesarias para que no En lo que se refiere a nuestras masas de
aumenten los daños en la provincia. pino carrasco, a raíz de la fuerte sequía sufri-
da en los últimos años empezaron a aparecer
Palabras clave: Pinus halepensis, escolíti- rodales de pinos afectados por el ataque de los
dos, medios de control, Albacete.
perforadores, que aprovechando la debilidad
de los pinares ocasionaron daños importantes.
1. INTRODUCCIÓN
Los escolítidos, en la mayoría de los casos, 2. METODOLOGÍA
son parásitos secundarios incapaces de pene-
Las zonas visitadas han sido en total cua-
trar en los troncos de árboles vigorosos. Pero
tro, pertenecientes a los términos municipa-
cuando existe un debilitamiento en la masa
les de El Bonillo, Villa de Ves, Almansa y
forestal, por causa del ataque de insectos
Hellín, realizando varias salidas a cada una
defoliadores, malas condiciones edáficas,
de ellas durante los años 96 y 97.
daños por hongos, falta de aclareos, podas
exageradas, o por factores climáticos, ésta se La localización de los focos se llevó a cabo
convierte en una presa fácil para el ataque de siguiendo las indicaciones de los técnicos del
estos perforadores (RoMANYK, 1961). Servicio de Montes y de la guardería de mon-
tes.
En España son las sequías las que más inci-
den en el debilitamiento y degradación de las Una vez dentro de la masa buscamos tres
repoblaciones y dan lugar a la posterior apa- tipos de muestras para localizar los focos.
ritión masiva de los perforadores, si no se Primero aquellos árboles secos que están
toman las adecuadas medidas de combate. En todavía en pie, en los que se pueden observar

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los orificios de salida de los escolítidos. En En cuanto a la abundancia de insectos, ésta


segundo lugar, pies con muestras de debilita- se refleja en los gráficos que figuran a conti-
miento y parte de sus copas secas. Y por últi- nuación' donde los resultados se exponen por
mo, como había en nuestras salidas, restos de separado para 1996 y 1997.
cortas perforadas por los escolítidos.
Aunque el número de individuos recolecta-
A continuación procedemos a su corta en dos e identificados de Tomicus piniperda no
trozos más pequeños para hacer más fácil su ha sido importante, esto se puede deber a que
transporte hasta el laboratorio de Plagas y los muestreos se realizaron tarde, y la mayor
Enfermedades de la E.T.S.LA. de Albacete parte ya había abandonado los árboles.
donde serán conservadas para proseguir con
La distribución de las especies identifica-
su estudio e identificación.
das es la siguiente:
Pityogenes calcaratus: Almansa, Villa de
3. ESPECIES IDENTIFICADAS Y Ves y Hellín.
LOCALIZACIÓN Orthotomicus erosus: Almansa, Villa de
Las especies identificadas han sido las Ves, Hellín y El Bonillo.
siguientes: Tomicus piniperda, Pityogenes Crypturgus mediterraneus: Almansa, Villa
calcaratus, Orthotomicus erosus y de Ves y Hellín.
Crypturgus mediterraneus. De estas cuatro
Tomicus piniperda: Almansa y Villa de
especies, el Pityogenes calcaratus no había
Ves.
sido citado con anterioridad en nuestra pro-
vincia. Solo uno de ellos pertenece a la sub- Las zonas más afectadas corresponden a
familia Hylesininae, el T piniperda, y en Almansa, donde hubo que eliminar un núme-
concreto dentro de la tribu Hylastini. El resto ro elevado de árboles atacados, y Villa de
de los escolítidos son de la subfamilia Ves, en las que aparecen las cuatro especies
Scolytinae. Dentro de esta subfamilia hay identificadas, y la menos afectada la zona de
especies de dos tribus, que son la tribu Ipini El Bonillo, en la que sólo detectamos la pre-
y la tribu Crypturgini. A la primera pertene- sencia de Orthotomicus erosus.
cen las especies P calcara tus y o. erosus,
mientras que en la segunda está la que falta
por citar, C. mediterraneus. 4. IMPORTANCIA Y DAÑOS DE LAS
DISTINTAS ESPECIES
Para completar el catálogo de escolítidos
del pino carrasco en la provincia de Albacete La mayoría de nuestros barrenillos atacan a
habría que incluir además las especies citadas árboles debilitados, en los que la presión
en la bibliografia, y que son las siguientes: osmótica de la savia ha disminuido (CHARA-
Hylastes linearis, Hylurgus ligniperda, y RAS, 1978). Lo mismo ocurre en el caso de
Pityogenes bidentatus (GIL & PAJARES, 1986). árboles recién apeados, que aunque están per-
fectamente sanos sirven de pasto para la ali-
La localización de los focos visitados se da mentación de estos insectos.
en coordenadas UTM sobre las correspon-
dientes hojas de los planos militares de esca-
la 1:50.000. Para las cuatro zonas de estudio 4.1. Tomicus piniperda L.
las coordenadas de los recuadros de 100 ha
que comprende el área visitada son: Es la especie de mayor importancia econó-
mica de las encontradas. Su daño tiene dos
El Bonillo (Hoja n° 22-31): 30SWJ3710. fases, una sobre el tronco y otra sobre las guías
Villa de Ves (Hoja nO 26-30): 30SYJ5036. terminales y las plmtas de las ramillas laterales.
Almansa (Hoja nO 27-31): 30SXJ6201 y Su presencia es muy aparente, ya que los
30SXJ7408. brotes que han sido excavados por los adultos
Hellín (Hoja n° 25-34): 30SXH0753. en su interior para lograr la madurez sexual,

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O
P. calcaratus O. erosus C. medítcrraneus T. piniperda

Gráfico 1. Número de escolítidos recolectados en Gráfico 1. Número de escolítidos recolectados en


1996 1997

se rompen con facilidad y caen al suelo. El Son parásitos secundarios que atacan a árbo-
ataque del insecto se hace por rodales, encon- les debilitados por otros insectos, cuando sus
trándose con frecuencia numerosos pies con ramas están desprendidas o sobre los restos
la copa totalmente llena de ramillas rojizas y de las cortas (GIL & PAJARES, 1986).
otras aún verdes encorvadas con el insecto en
su interior.
4.3. Orthotomicus erosus Woll.
Aunque los ataques de los individuos
inmaduros se produce sobre árboles sanos, Los daños ocasionados por Orthotomicus
los adultos son incapaces de penetrar en los erosus están localizados más frecuentemente
troncos de los árboles vigorosos para realizar en las ramas que en el tronco, y si 10 ataca, 10
la puesta, por 10 que dificilmente su ataque hace en la parte alta (M. DE AGRICULTURA,
supondrá la muerte de pinos instalados en 1965). Se trata de un hospedante habitual en
zonas acordes con sus características selvíco- la Península Ibérica de las especies del géne-
las. Sus mayores daños los causan en jóvenes ro Pinus, aunque también puede serlo ocasio-
repoblados o masas adultas que se encuen- nalmente con las especies del género Abies. Si
tran en situaciones adversas que disminuyen bien se trata de un parásito secundario, inca-
su vigor y posibilitan el aumento de las paz de atacar árboles sanos, puede resultar
poblaciones del insecto al facilitarle nuevo dañino por su capacidad de transmitir el azu-
material apropiado para su localización. El lado de la madera a los fustes recién cortados.
ataque es más intenso en los linderos del bos-
que o en la vecindad de los claros, o sea, en
sitios de más luminosidad (MOLINA, 1964). 4.4. Crypturgus mediterraneus Eichh.
Un aspecto importante en la biología de Se trata también de un parásito secundario,
este escolítido 10 constituye su asociación que se instala sobre plantas debilitadas o
con los hongos causantes del azulado de la muertas del género Pinus habitualmente,
madera, particularmente con numerosas aunque también y de forma ocasional sobre
especies de Ceratocystis (GIL & PAJARES, especies del género Abies. Se suele alimentar
1986). tanto en los troncos como en las ramas.

4.2. Pityogenes calcaratus Eichh. 5. CONTROL NATURAL DE LAS


POBLACIONES
Los daños ocasionados por la especie
Pityogenes calcaratus afectan únicamente a Los factores como el clima, la salud y vigor
ramas y ramillas de las especies del género de los árboles hospedantes y diversos fenó-
Pinus, hospedante habitual en la península. menos naturales poseen un indudable efecto

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de control a 10 largo del tiempo sobre las 6.1. Seguimiento de las poblaciones
poblaciones de los insectos. Sin embargo, los
factores bióticos actúan de forma más sutil, Los daños ocasionados por los escolítidos
pero con significativos efectos a la hora de normalmente afectan a árboles individuales o
reducir y controlar estas poblaciones. Estos a pequeños grupos distribuidos de forma
factores incluyen: insectos parásitos y preda- irregular entre la masa. Debería llevarse a
dores, ácaros y nemátodos parásitos, aves y cabo en el monte el seguimiento de las pobla-
otros vertebrados insectívoros y diversas ciones de insectos para tratar de localizar las
enfermedades. infestaciones en sus primeros estadios, esti-
mar su potencial destructivo y poder deducir
- Muchas familias de Himenópteros pose- la necesidad o no de un control más directo.
en representantes que parasitan escolíti- Además nos proporcionarán una valiosa
dos: Braconidae, Ichneumonidae y información acerca de los métodos directos
Pteromalidae, son las más importantes de control más aconsejables y contribuirán a
(GIL & PAJARES, 1986). incrementar nuestros conocimientos sobre la
biología de estos insectos.
- Dentro de los predadores de escolítidos
los Dípteros y los Hemípteros poseen El seguimiento de las poblaciones nos indi-
algunos representantes. Pero sin duda son cará si representan condiciones endémicas y,
los Coleópteros los que poseen una mayor en este último caso, si la población se
fauna de especies predadoras. Varias fami- encuentra aumentando o decreciendo.
lias han sido señaladas como tales; siendo Cuando los factores naturales de control, cli-
las más importantes Tenebrionidae, matología, meteorología, predadores, parási-
Colydidae y Cleridae, (ASTIASO & LEYVA, tos, etc., mantienen a las poblaciones de
1970), de las dos primeras hemos encon- escolítidos en niveles más o menos constan-
trado ejemplares en las muestras de labo- tes, prevalecerán las condiciones endémicas,
ratorio. pero si los daños producidos exceden los
- También la acción de los pájaros insectí- límites normales, nos encontramos ante
voros es particularmente notable durante situaciones epidémicas.
el transcurso de las plagas. Se ha señalado En la inspección y seguimiento de los esco-
que los picamaderos llegan a destruir hasta lítidos habrá que abordar dos cuestiones fun-
el 75% de la población de escolítidos en damentales:
determinadas áreas. Su actividad además
acelera la desecación de la corteza y pro- • Primeramente, la detección y localiza-
duce una mortandad tan elevada como el ción de los posibles focos epidémicos o
número de los individuos que devoran. En del nuevo establecimiento de especies
el caso de Tomicus se sabe que los depre- foráneas y de cambios producidos en sus
dadores más importantes son los pájaros. distribuciones.
• En segundo lugar, una evaluación que
trate de determinar la extensión e intensi-
6. MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y CON- dad de la plaga, su dirección, los daños oca-
TROL sionados y los presumibles, y la necesidad
y efectividad de las diversas medidas de
Los escolítidos juegan un importante papel control. Estas evaluaciones pueden lograrse
en el mantenimiento de la salud y vigor de los por medición directa del número y vigor de
árboles, eliminando a aquellos viejos y enfer- las poblaciones de los escolítidos o indirec-
mos y acelerando el reciclaje del material tamente mediante la estimación de la mor-
muerto. A pesar de la función natural que rea- talidad de los árboles y de otros daños cau-
lizan en el bosque, su enfrentamiento con los sados por ellos (GIL & PAJARES 1986).
intereses humanos los transforma en elemen-
tos perniciosos, sobre todo cuando llegan a La medición del daño ha sido muy utiliza-
alcanzar niveles epidémicos. da como indicador de la necesidad de control

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debido a su facilidad, pero actualmente se de los árboles sueltos o en grupos, atacados


considera más fiable la evolución del nivel de por los insectos.
la población. También son estimadas otras
circunstancias que contribuyen a instaurar las Si se aplican todas estas medidas no hay
epidemias, como son las sequías, abatimien- razón para que un mente presente daños de
tos causados por el viento, abundancia de res- escolítidos (ROMANYK, 199.4).
tos de cortas, madera cortada sin extraer, etc.
Las inspecciones pueden realizarse además 6.3. Medidas curativas
por vía aérea. En general, requieren menos
tiempo, esfuerzo y son menos costosas. La eliminación de los árboles infestados
Puede llevarse a cabo visualmente o median- antes de que la nueva generación pueda
te el empleo de la fotografía, con la utiliza- emerger. Este trabajo es fundamental y tiene
ción de varios tipos de película y filtros espe- que realizarse con una gran meticulosidad.
ciales que acentúan las características de los Hay que "peinar" toda la superficie afectada
árboles muertos o deteriorados, basados en la y eliminar no solamente los focos, sino tam-
emisión de radiaciones infrarrojas de los bién todos los árboles sueltos afectados.
vegetales. Además la fotografía aérea propor- Suele resultar bastante costoso y requiere un
ciona un registro permanente que permite ser conocimiento exacto de la ecología del insec-
reexaminado posteriormente. Estas inspec- to. Este material puede ser evacuado de la
ciones por aire deberán ser completadas con masa o bien ser quemado allí mismo toman-
otras terrestres realizadas en aquellos lugares do precauciones para evitar los incendios.
de topografía muy accidentada o donde se
sospeche la existencia de epidemias en esta- El descortezamiento de los troncos afec-
do embrionario. Actualmente por medio de la tados que deja expuestas las larvas a la dese-
Teledetección se puede comprobar la evolu- cación y a la acción de los organismos preda-
ción del estado sanitario de las masas foresta- dores. En los lugares más cálidos pueden api-
les. larse los troncos infestados de tal forma que
reciban el máximo de radiación solar. Se sabe
que en aquellas zonas donde la temperatura
6.2. Medidas preventivas del aire supera los 24- 260 C, la temperatura
subcortical sobrepasa los 4~-5l o C, resultan-
1. Evitar las cortas en los meses que coin- do letal para las larvas de los escolítidos.
ciden con la época de reproducción del insec-
to dañador o próximos a ésta. La utilización de árboles cebo es un
método muy socorrido y eficaz. Consiste en
2. Después de las cortas de cualquier índo- disponer en diversos lugares de la masa, pre-
le, destruir las leñas. Salvo, si se tiene la ferentemente en zonas abiertas y soleadas de
absoluta seguridad de que las poblaciones de orientación N-S (M. DE AGRICULTURA, 1965),
insectos perforadores son tan bajas que no grupos de árboles recién cortados, troncos y
podrán originar ningún problema, o si los ramas, que resultan atractivos para la instala-
despoj os procedentes de las cortas van a
ción de los insectos en ellos. Una vez coloni-
secarse antes de la reproducción de los esco- zados (esto es bien fácil de comprobar por los
lítidos, o cuando las leñas tengan diámetros taladros que hacen en la corteza), y antes de
inferiores a 4 cm. que se logre el completo desarrollo de la
3. Los troncos procedentes de las cortas generación, serán retirados y destruidos
deben ser descortezados y quemadas las cor- (Tabla 1).
tezas si han sido atacados por los perforado-
Para las otras tres especies de escolítidos
res.
no sería necesaria la colocación de árboles
4. Eliminación de los árboles tronchados o cebo dado que generalmente actúan detrás
arrancados por el viento descortezando los del Tomicus, por 10 que controlando a éste se
troncos y destruyendo las leñas. Eliminación evitaría el ataque de los demás.

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Tabla 1. Fechas aproximadas de eliminación defocos afectados y de empleo de cebos


(De ROMANYK, modificada)

Insecto Eliminación de Empleo de Materiales a emplear Localización


dañador los focos afectados los cebos para los cebos de los focos Observaciones

Tomicus Desde mediados de Febrero y Ramas o troncos Sitios de fácil Retirada y quema
piniperda Abril hasta Junio Marzo desramados, con acceso y no de los cebos o
cierto grosor de corteza. expuestos tratamiento con
En grupos de 5 a 10 totalmente piretroides antes
unidades al sol de Mayo

La lucha química mediante la aplicación lítidos de las coníferas en la Península


de insecticidas no se debe emplear en los Ibérica. Edita: Instituto Nacional de
montes más que en situaciones extremas, es Investigaciones Agrarias, 194pp.
decir, cuando la amenaza es verdaderamente
ICONA, 1992. Plagas de insectos en las masas
grave y no se puede remediar con otros méto-
forestales españolas. Edita MAPA, 269 pp
dos más baratos y menos nocivos para la bio-
cenosis del monte (ROMANYK, 1994). MINISTERIO DE AGRICULTURA, DIRECCIÓN
GENERAL DE MONTES, CAZA y PESCA FLU-
VIAL, 1965. Principales insectos que atacan
8. BIBLIOGRAFÍA a las resinosas en España. Separata de la
publicación del Servicio de Plagas Forestales,
ASTIASO, J. F. &. LEYVA, E., 1970. Contribución
pp. 103-111.
al conocimiento de la biología y métodos de
combate de Blastophagus sp y Pissodes nota- MOLINA, P., 1964. Sobre ataques del barreni-
tus F. Bol. Servo Plagas, año XII, (nO 26), pp. llo Blastophagus piniperda L. Bol. Servo
203-211. Plagas, año VII, (n° 13), pp. 55-60.
CHARARAS. C., 1978. La presión osmótica de ROMANYK, N., 1994. Acciones preventivas
las especies forestales y sus relaciones con frente a plagas forestales. Jornadas sobre
los insectos xilófagos. En: Ecología Forestal. protección de los bosques. Cuenca.
El bosque, clima, suelo, árboles, fauna.
ROMANYK, N., 1961. Sobre los escolítidos de
Ediciones Mundi Prensa, pp. 207-308.
interés forestal en España. Bol. Servo Plagas,
GIL, L. A. & PAJARES, J. A., 1986. Los esco- año IV, (nO 7), pp. 47-54.

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