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Los Cuatro Acuerdos

Samuel Cardona Ochoa

Grado Noveno

Profesora: Daniela Calle Cardona

Colegio Guillermo Taborda Restrepo

2018
Seguridad: la seguridad, en términos generales, se define como el estado de
bienestar que percibe y disfruta el ser humano, realza la propiedad de algo
donde no se registran peligros, daños ni riesgos, aunque el término puede
referirse a distintas cosas según el contexto. Es considerado un estado mental
que produce, en personas y animales, un particular sentimiento de que se está
fuera o alejado de todo peligro ante cualquier circunstancia. La seguridad,
aparte de ser un sentimiento, es también una necesidad, que se ha ido
desarrollando a través de los siglos como instinto de supervivencia.

Veracidad: la veracidad es un valor moral positivo que busca la verdad


objetiva. Una persona que es veraz se le atribuyen la capacidad de decir
siempre la verdad, ser sincero, honesto, franco y de tener buena fe. Por tanto,
es lo opuesto a la mentira, a la hipocresía o a la falsedad.

Amabilidad: es una cualidad que se refiere al acto o el comportamiento en el


cual nos mostramos corteses, complacientes y afectuosos hacia los demás. La
amabilidad es un valor social que se funda en el respeto, el afecto y
benevolencia en nuestra forma de relacionarnos con el otro. La amabilidad es
esencial para la convivencia en sociedad. Diariamente, en nuestra vida,
estamos obligados a interactuar con distintos tipos de personas, y la armonía
de nuestro entorno social en gran medida viene determinada por el nivel de
amabilidad sobre el cual hayamos fundado esas relaciones. La amabilidad se
refleja en nuestros actos cotidianos. El hecho de que la verdadera amabilidad
es aquella que nace de manera espontánea, natural y sin ningún tipo de interés
o de intención de conseguir algo. Existen palabras básicas con que podemos
manifestar nuestro sentimiento de amabilidad hacia los otros, como por favor,
gracias, o lo siento o discúlpame. La amabilidad puede definirse como un
comportamiento o acto que resulta caritativo, solidario o afectuoso con
otras personas. Por eso engloba diversas actitudes, como la simpatía, la
generosidad, la compasión y el altruismo. Con respecto a la amabilidad, la
Biblia dice “Más bien, sean amables y compasivos unos con otros, y
perdónense unos a los otros, así como Dios también los perdonó a ustedes en
Cristo” (Efesios, 4: 32).
Respeto: El respeto es un valor moral, que tiene gran importancia en el ser
humano, ya que gracias a éste podemos establecer relaciones y comunidades
basadas en el respeto mutuo, a comprender al otro, a valorar sus intereses y
necesidades. Respetar no significa estar de acuerdo en todos los ámbitos con
otra persona, sino que se trata de no discriminar ni ofender a esa persona por
su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando dichas decisiones no
causen ningún daño, ni afecten o irrespeten a los demás. Respetar también es
ser tolerante con quien no piensa igual que tú, con quien no comparte tus
mismos gustos o intereses, con quien es diferente o ha decidido diferenciarse.
El respeto a la diversidad de ideas, opiniones y maneras de ser es un valor
supremo en las sociedades modernas que aspiran a ser justas y a garantizar
una sana convivencia.
Aplicación a la vida diaria: Si queremos estructurar una convivencia sana,
con pilares firmes en la comunidad, debemos tener muy presentes estos 4
acuerdos, ya que, una simple relación debe fundamentarse en el respeto
mutuo, y de allí debe existir amabilidad hacia el prójimo, luego, la confianza
de la relación debe fomentarse con la veracidad, hasta tal punto que genere un
sentimiento de seguridad en las dos personas de esta relación. Y este simple
modelo va desde una relación hasta una comunidad entera, en la cual se
necesita que todos sus integrantes actúen de una manera adecuada y acorde
con el contexto. Imaginemos vivir en una comunidad en la cual no te sientas
seguro, la acción lógica para resolver esto es salir de allí, porque nadie puede
vivir con incertidumbre constante y soportando un riesgo evidente, que puede
amenazar directamente tu integridad física y la de las personas que te rodean.
Una relación careciente de respeto ya sea por parte de una o de las dos
personas que la componen, tarde o temprano se desplomará, ya que no habría
límites y las acciones o las palabras, en cierto punto, serían desmedidas y
descontroladas. Por otro lado, una persona mentirosa, falsa o hipócrita, y con
poca amabilidad, tiende a ser rechazada por parte de las demás personas por su
actitud poco cordial, y comportamientos no acordes en el contexto de una
comunidad, lo que hace imposible que esta persona establezca relaciones
sólidas y duraderas.
Para vivir (o sobrevivir) en una sociedad, es necesario establecer límites y
normas básicas para la convivencia, y aplicarlos diariamente de manera
natural, ya que estos valores y capacidades deben ser inculcados por los
familiares desde la infancia.

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