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¿Por qué es tan bajo el

desempleo rural en Colombia?


Con un desempleo de 4,3%, casi la mitad del nacional, las zonas
rurales muestran un mercado laboral muy distinto al del resto del
país. ¿Cuál es la explicación?

Uno de los tantos conceptos que utilizan los economistas


para explicar el mundo es el de “pleno empleo”; es decir,
aquella situación en donde todos los individuos de un país
que están en condiciones de trabajar y quieren hacerlo,
efectivamente están trabajando. Esto no implica que no
haya desempleados, sino que están en sus ‘justas
proporciones’ (bien sea porque no quieren trabajar o
porque están en proceso de búsqueda de un puesto).

Este concepto, que es más teórico que práctico, se estaría


dando en Colombia, uno de los países que paradójicamente
es de los más afectados en el mundo por el flagelo de la
desocupación. Esa es la visión, al menos, del centro de
estudios Anif, para el cual la reducción de la tasa de
desempleo rural, que cerró 2017 en 4,3%, casi la mitad del
8,5% nacional, es prueba de un pleno empleo en el campo.

Desde 2010, cuando el desempleo rural alcanzó 8,60%, este


indicador ha venido bajando y hoy está en mínimos
históricos.

El director del Dane, Mauricio Perfetti, opina que a partir de


los datos del mercado laboral que mide su entidad, se
puede determinar que hay un comportamiento positivo en
las zonas rurales con tasas de participación y ocupación
altas y estables y tasas de desempleo bajas en niveles
nunca antes observados, alrededor de 4%, “tasa, que
podría considerarse como una aproximación a la
denominada tasa natural de desempleo” y agrega que en
las zonas rurales también se presentan niveles de
ocupación históricamente altos con un crecimiento en
2017 de 1,7% respecto a 2016.

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de 2018

Otra es la idea de Juan Carlos Guataquí, investigador de


temas laborales de la Universidad del Rosario y ex
subdirector del Dane, quien dice que es muy sesgado
analizar el mercado laboral rural de la misma forma en que
se analiza el urbano, pues los estándares de medición no
son iguales y, aunque la tasa de desempleo del campo sea
menor, el problema de estas zonas del país (que aportan
20% de la población total en edad de trabajar) es que
sufren de una alta informalidad. En otras palabras, están
empleados, pero tienen puestos de muy mala calidad y sin
seguridad social, lo que implica que una baja desocupación
no es tan buena como implicaría el famoso concepto del
pleno empleo.

Las causas

Para Perfetti, el menor desempleo en el campo es


principalmente consecuencia de la mejor dinámica de
ocupación de los pobladores rurales. El año pasado, 4,9
millones de personas de estas regiones del país tenían
empleo, lo que implica el dato más alto desde que hay
cifras comparables (2001). Respecto a 2016 se registraron
82.000 personas adicionales ocupadas en los centros
poblados y rural disperso.

Destaca el comportamiento del sector agropecuario,


forestal y pesquero que lideró el crecimiento de la
economía en 2017, cuyo PIB creció 4,9% en el año frente a
un total de tan solo 1,8%.
En Anif comparten la teoría de que el repunte del agro es
una de las razones para un mejor mercado laboral rural,
pero también lo atribuyen al auge del narcotráfico, al
triplicarse las áreas con cultivos ilícitos durante 2014-2017.

Foto: Mauricio Perfetti, director del Dane / Juan Carlos


Guataquí, investigador de temas laborales de la
Universidad del Rosario / Sergio Clavijo, presidente de Anif.

“Probablemente se trata de una mezcla de ambos factores,


pues los crecimientos satisfactorios del agro son en buena
medida atribuibles a la superación del fenómeno climático
de El Niño en 2016 y no tanto a su modernización (este
sector continúa aguardando los distritos de riego y las vías
secundarias-terciarias del posconflicto). Además, es bien
sabido que la tasa de participación laboral (personas
buscando empleo) en la zona agrícola es baja, por cuenta
del “pancoger” y/o por su elevada participación en la
ilegalidad de los cultivos ilícitos, cuyos trabajadores no
aparecen como personal buscando”, señala un comentario
económico de Anif dedicado a este tema.

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empresas por hacer contratos indefinidos

Guataquí en este frente considera que es poco riguroso


estadísticamente culpar a los cultivos ilícitos del menor
desempleo rural, pues si fuera así los departamentos con
mayor número de ocupados serían Putumayo o Nariño. Su
hipótesis es que el impacto del proceso de paz permitió
que se diera una demanda por empleos rurales, que antes
estaba represada.

Insiste en que las categorías laborales urbanas no aplican


en lo rural y que, por ejemplo, el cuenta propia de las
ciudades no es igual al del campo y que el asalariado
podría equipararse con el jornalero, clasificación que, en
efecto, ha venido creciendo. Al cierre de 2017, 81% de los
ocupados del país eran obreros, empleados particulares o
trabajadores por cuenta propia, solo 3% eran jornaleros.

Perfetti también aclara que a partir de los datos de las


encuestas del Dane, no es posible determinar si hay
relaciones con los cultivos ilícitos e insiste que la clave ha
estado en el buen desempeño del sector agrícola.

Por otro lado, en Anif no solo reiteran su concepto de pleno


empleo rural, sino que además piensan que su efecto
positivo sobre las cuentas totales del mercado laboral se
está agotando, pues ven difícil reducir el desempleo del
campo por debajo de 4%.

Varios expertos han señalado que el desempleo no se ha


disparado en el país en medio de una desaceleración
económica gracias al buen desempeño registrado en el
mercado laboral rural.

En Anif precisan que para que haya más empleo en el


campo se requiere promover la investigación y los
proyectos asociativos para producción a gran escala; así
como optimizar la distribución de la tierra mediante la
flexibilización de las Unidades Agrícolas Familiares.

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industrial en el mundo

A esto se suman los efectos de la Ley de Tierras, hoy en


trámite en el Congreso, y la aplicación de las Zidres y de
otras medidas para reactivar el agro. Algunos consideran
que, a medida que se afiance el posconflicto, será más
probable generar empleo rural de calidad, una necesidad
urgente para los 10,9 millones de colombianos que viven
allí.
Jornal mínimo integral

En el Congreso actualmente cursa un proyecto de Ley (123


de 2017) que busca flexibilizar el mercado laboral rural
mediante la creación de un piso de protección social de
ingreso mínimo para los trabajadores de estas zonas del
país. La idea es que ellos no coticen a la seguridad atados
al referente del salario mínimo, sino usando un jornal diario
integral rural. Dicho jornal cobijaría a todo trabajador
agropecuario cuyo ingreso promedio mensual no supere
60% del valor de un salario mínimo. Para ello tendrían que
afiliarse al programa Beps y al régimen subsidiado en
salud.

Desde que se disparó la migración de Venezuela hacia


Colombia, el Gobierno ha enviado el mensaje de que está
preparado para atender una eventual llegada masiva de
extranjeros. Sin embargo, la realidad ha demostrado que se ha
quedado corto.

Básicamente los esfuerzos de Migración Colombia han sido


tres: los contabilizó, los caracterizó y los está regularizando
con el trámite de permisos especiales de permanencia que
aplican para personas que llegaron legalmente pero se les
venció el permiso para seguir en el país y con la emisión de
Tarjetas de Movilidad Fronteriza que permite controlar el
movimiento de los que cruzan la frontera para hacer mercado y
vuelven a salir.

En eso el programa ha sido exitoso.


Por ejemplo, ya se sabe que hay 580 mil venezolanos que
tienen permiso de moverse en la frontera con una tarjeta que
los identificó, y que al menos la mitad llegan a comprar
víveres y abastecerse, que otro 17 por ciento dice que viene a
visitar familiares, que 14 por ciento llega a buscar trabajo, y
que el restante viene de turismo o por compromisos laborales.

Hay otros 350 mil que han entrado a Colombia con intenciones
de quedarse. De esos, alrededor de 150 mil llegaron con
pasaporte pero se les venció el permiso de la estadía. Ciento
cuarenta mil lo hicieron irregularmente -a través de trochas-, y
60 mil entraron legalmente pero aún no han regresado y tienen
vigente el plazo.

Para regularizarles la situación, especialmente a los 150 mil


que entraron legalmente pero que ahora están ilegales,
Migración creó el Permiso Especial de Permanencia, que les
permite extender su estadía hasta por dos años y tener los
mismos derechos de un colombiano durante ese tiempo, es
decir, pueden trabajar, cotizar para seguridad social, y tener
acceso completo al sistema de salud.

Y aunque tenerlos contados es la razón para que en las


fronteras haya un parte de tranquilidad, como el que envió el
director de Migración Colombia, Cristian Kruger, en el debate
del Sí y No de La Silla en alianza con la Universidad
Javeriana, y para que con medidas como facilitar albergues y
comida, o transporte, en el caso de los que llegan a Colombia
solo para pasar a Perú, Ecuador o Chile, la situación sea
controlable; cualquier variación puede detonar una crisis.
Para monitorearla en varios puntos fronterizos se han instalado
puestos de mando unificados con la participación de delegados
de Presidencia, la Cancillería, Migración, la Unidad de Gestión
del Riesgo,los gobiernos locales y la Policía, que en el caso de
Norte de Santander se reúnen dos veces al día para reportar el
comportamiento de la frontera.

“Tenemos preparados planes de contingencia para que en caso


de que se presente el peor escenario tengamos cómo
responder”, le dijo a La Silla Juan Carlos Restrepo de
Presidencia.

Sin embargo, Restrepo no le dio detalles a La Silla de cómo


operaría ese plan, cuántos recursos estarían disponibles y cómo
se articularía eso con las ciudades y municipios que ya están
siendo afectados por la nueva población.

Aún así, las acciones han sido insuficientes. Tanto, que en


Cúcuta, en Norte de Santander, que es una de las puertas de
entrada para esta migración, la sensación es que el problema se
está desbordando porque más allá de lo que ha hecho
Migración Colombia no hay una política de Estado transversal
para atender el problema.

Empleo
Objetivo:
Fortalecer al sector TIC como un generador de empleo.

Retos:
Empleo industria TIC
 Talento TI: Tenemos el reto de conectar y enamorar a las nuevas generaciones
con las ingenierías y carreras afines.
 Talento TI: En el corto plazo necesitamos desarrollar competencias en los
profesionales TI existentes.
 Fortalecimiento de la industria TI: Crecimiento de la industria con TI con focos
de especialización y capacidad exportadora.
 Fortalecimiento de la industria TI: Proyectar nuestra industria TI
internacionalmente, consolidando altos estándares de calidad
 Emprendimiento TIC: Transformar la estructura productiva del país con las TIC.
Empleo y productividad demás sectores

 TIC Y AGRO: El Censo Agropecuario nos muestra una realidad donde las TIC
juegan un papel esencial.
 AGRO: Incrementar la calidad de vida de los campesinos y la productividad del
campo a través del uso y apropiación de las TIC.
 Mypimes Digitales: Consolidar la adopción de las TIC en las Mipymes del país,
como un medio para el aumento de su productividad y competitividad.
 Teletrabajo: Alcanzar una masa crítica de teletrabajadores en el país, para:
o Incrementar la productividad de las entidades públicas y privadas.

o Promover la generación de empleo, la innovación y la calidad de vida.

 Nueva Política de Ciencia, Tecnología e Innovación y Desarrollo Productivo:


Convertir a Colombia en el 3er país más innovador de Latam en 2025.

Educación
Objetivo:
Contribuir con las TIC a la transformación de la educación.

Retos:
 Computares para educar: Garantizar el acceso y apropiación de las TIC por parte
de los estudiantes y los maestros de Colombia.
 Inclusión social y digital: Consolidar una estrategia nacional de inclusión
social y digital para todos los colombianos.

Gobierno digital
Objetivo:
Tener el gobierno más eficiente y transparente gracias a las TIC.
Retos:
Gobierno en Línea: Prestar los mejores servicios y trámites en línea al ciudadano.

Ciudad Región
Objetivo:
Consolidar los ecosistemas digitales regionales para transformar la vida de nuestras
ciudades y territorios.

Retos:
 Conectando a la gente: Incentivar la inversión de la industria y la oferta de
conectividad al usuario final.
 Ciudades i: Impulsar la consolidación de una Ciudad Inteligente que promueva el
mejoramiento de la calidad de vida gracias al uso de las TIC.
 Especialización Regional Inteligente: Consolidar nuestros clústers regionales
TIC apalancando las vocaciones productivas regionales.
 Hub de tecnología: Implementar un hub de tecnología que será el referente a
nivel regional (Alianza Pacífico y Latinoamérica).
 Calidad de servicios: Profundizar en la definición de condiciones de calidad para
los servicios de Internet fijos y móviles.
 Calidad de servicios: Apoyar a la industria en eliminación de barreras para
despliegue de infraestructura (Circular PGN).
 Coordinación Oferta Regional: Pasar de tener 253 secretarias TIC o similares en
municipios a más de 400 en todo el país.

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