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¿Problemas de Aprendizaje… o lesión cerebral?

Qué hacer por su niño con lesión cerebral, disléxico, hiperactivo, con problemas de
aprendizaje, retraso en el lenguaje, con síndrome de déficit de atención, retraso en el
desarrollo, socialmente frustrado y muy, muy brillante.

Mi hijo ha recibido todo tipo de etiquetas, desde “hiperactivo” y “con problemas de


aprendizaje” hasta “por encima del promedio pero incapaz de leer”. Todo esto es muy
confuso. Él es un niño maravilloso pero si tiene problemas reales. ¿Qué significa todo
esto?

Los niños con lesión cerebral reciben literalmente cientos de etiquetas que describen
sus síntomas pero que no identifican la causa de los problemas que están teniendo.
Cuando se les prescribe un tratamiento terapia, éste va enfocado también a los
síntomas, y por ello el problema no es resuelto. Todos estos son síntomas de la lesión
cerebral. Cuando un buen cerebro tiene una lesión leve o moderada, el resultado
pueden ser problemas de aprendizaje que van de moderados a severos. Estos son
problemas neurológicos que sólo pueden resolverse con un buen programa de
tratamiento neurológico que esté dirigido al cerebro en sí. Un diagnóstico apropiado
para un niño así sería “con lesión cerebral”, en lugar de una etiqueta que describa uno
de sus múltiples síntomas.

Nunca nadie me ha dicho que mi niño tenga lesión cerebral. Le hemos hecho un
montón de pruebas y todo sale normal en los estudios cerebrales, perfiles genéticos,
etc. ¿Cuándo y cómo es que ocurre la lesión cerebral?

No importa dónde comience el camino que eventualmente conducirá a una lesión


cerebral, el resultado final más común es la disminución de la oxigenación al cerebro.
Esto puede ocurrir debido a una variedad de eventos traumáticos durante el
embarazo, el nacimiento, o a través de enfermedades o lesiones durante la infancia.
Las historias del desarrollo de niños con problemas de aprendizaje muestran desde
bebés que fueron prematuros o postmaturos, con partos largos y difíciles, hasta niños
que tuvieron fiebres altas o caídas durante la infancia.
Algunas veces la causa de la lesión es dolorosamente obvia, y en otras ocasiones
(especialmente cuando ocurre en útero) puede ser más difícil de descubrir. Las
tomografías cerebrales son muy buenas para descubrir tumores o quistes u otras
anormalidades, pero no dan la imagen completa del cerebro y de la manera como está
funcionando. Existen muchos niños con lesión cerebral que tienen tomografías
cerebrales que se ven relativamente normales.

El término “lesión cerebral”, ¿no se refiere más bien a niños que tienen retraso mental
o problemas de discapacidad física? ¿Qué tiene eso que ver con mi niño, activo y
brillante, que sólo tiene problemas en la escuela?

La lesión cerebral tiene grados, en todos los seres humanos. Un niño que tiene lesión
cerebral severa puede tener problemas significativos tanto intelectuales como físicos.
De hecho, un niño que tiene una lesión moderada podrá tener también problemas de
coordinación y de aprendizaje, pero a una escala mucho menor. Este niño podría verse
completamente normal y tan capaz como el niño de al lado, pero él no puede
desempeñarse tan bien en la vida aunque esté intentando con todas sus fuerzas
mantenerse a la par de sus compañeros.

Tanto el niño con lesión cerebral severa como el niño con lesión cerebral leve tienen
de hecho una lesión cerebral, pero ninguno de los dos está en una situación de
desesperanza. Ambos pueden ser ayudados, pero necesitan un programa neurológico
efectivo para tratar al cerebro.

El desarrollo cerebral puede ser hecho más lento o incluso puede ser detenido por la
lesión cerebral, pero también puede acelerarse con estimulación, a un grado tal que
permita al niño ponerse al día con los otros niños de su edad. Todos nosotros estamos
en un espectro de funcionamiento cerebral, comenzando con el bebé que apenas se
está desarrollando, avanzando hasta el adulto maduro que aún experimenta
crecimiento y desarrollo cerebral hasta su muerte. Todos avanzamos en este camino
del desarrollo neurológico a diferentes ritmos y velocidades, dependiendo de que
tanta o tan poca estimulación recibamos. También es posible que retrocedamos en
este espectro en cualquier punto, si nuestro cerebro recibe una lesión por trauma o
enfermedad.
¿Cómo es posible que mi hijo sea tan brillante en tantas maneras pero no sea capaz de
leer? No tiene sentido…

La lectura no es una materia académica, sino una función neurológica. La habilidad


para leer es única a los seres humanos. Es una de las habilidades más sofisticadas del
cerebro humano. Sólo el cerebro humano es capaz de decodificar los símbolos visuales
llamados palabras y tomar su significado. También podemos descifrar exactamente de
la misma manera a través del canal auditivo. Ya sea que escuchemos o veamos una
palabra, ambas habilidades son una función del cerebro. Para que podamos ser
capaces de escuchar una palabra y decodificarla, es necesario que podamos escuchar
la palabra adecuadamente. Para que podamos ver y leer una palabra es necesario que
podamos verla adecuadamente.

Cuando un niño tiene dificultad para leer, puede ser debido a que tiene problemas
visuales. En la mayoría de los casos, estos son problemas de convergencia. Para poder
ser capaces de leer, es necesario poder converger la visión al punto cercano de
manera consistente. (El punto cercano se define como la distancia que hay desde el
brazo de uno mismo extendido al frente, hasta la punta de nuestra nariz. Cualquier
cosa que esté más allá de la distancia del brazo extendido, se considera punto lejano).
El niño con problemas de lectura no esta usando sus dos ojos juntos a la perfección al
punto cercano.

Este problema no existe en el ojo en sí mismo, sino en la habilidad del cerebro para
tomar dos visiones diferentes del mundo -una del ojo izquierdo, y la otra del ojo
derecho- y unirlas perfectamente en una sola imagen. Cuando el cerebro no está
lesionado, puede poner la imagen del ojo derecho perfectamente superpuesta a la
imagen del ojo izquierdo, y el resultado es convergencia perfecta y percepción de la
profundidad.

Cuando el cerebro está lesionado puede no ser capaz de hacer esto, o lo podrá hacer
de manera inconsistente, y esto crea un caos visual. Las palabras en la página
aparecen como “dobles”, desaparecen, o se ven borrosas. Bajo estas difíciles
circunstancias, el niño con problemas de lectura puede tener dificultado para hacer
sentido de la página impresa. Estos problemas reducen tremendamente la velocidad
con la que puede leer y ello, en consecuencia, reduce su comprensión de manera
importante.

Para sus maestros y padres, él se comporta como si fuera lento y falto de inteligencia,
cuando en realidad el es, muy probablemente, tan listo como cualquier chico de la
clase, y algunas veces, considerablemente más listo. El simplemente tiene problemas
visuales como resultado de una lesión cerebral, y estos problemas visuales necesitan
ser tratados. Una vez que él haya tenido el programa neurológico que necesita, el será
capaz de ver las palabras justo como los demás en el salón de clases las ven, y el podrá
leer igual de bien.

Si mi hijo tiene problemas visuales como resultado de una lesión cerebral y esos
problemas le están ocasionando que él sea un lector muy pobre, ¿Necesita llevar
lentes o gafas?

Los problemas de convergencia se originan en el cerebro, no el ojo, así es que este


problema no puede ser corregido con gafas. Cuando se prescriben lentes para niños
que tienen problemas de convergencia, lo único que se logra es empeorar el problema.

Los ojos de mi hijo están severamente cruzados. ¿Le ayudaría tener una cirugía
correctiva?

Con frecuencia se ha recomendado cirugía a niños que tienen estrabismo severo (ojos
que se cruzan o que divergen) Cuando se lleva a cabo una cirugía para corregir el
estrabismo, los músculos de los ojos se cortan para poder jalar a un ojo que diverge o
empujar a un ojo que se mete. Este tratamiento, puramente sintomático, parece
funcionar por un tiempo corto, pero con frecuencia, tras sólo seis meses o un año, los
ojos regresan al lugar donde estaban antes de la cirugía. Esto es simplemente porque
el problema no está en los músculos. Los músculos del ojo son completamente
normales.
El problema está en el cerebro, que controla a esos músculos. Hemos visto a niños que
han tenido esta misma cirugía hasta media docena de veces o más, con la esperanza de
que el tasajeo continuo de los músculos del ojo corregirá el problema. Cuando el
problema existe en el cerebro, simplemente no es posible hacerlo a un lado para
resolver la situación. Los intentos repetidos de hacerlo resultarán en fracaso y pueden
hacer que un problema complicado sea aún peor.

¿Existe algún otro tipo de problemas visuales que pueden causar problemas de
aprendizaje o de lectura?

Si. Aunque los problemas de convergencia son los más comunes, también vemos niños
que tienen problemas de lateralidad. Estos problemas pueden afectar la lectura, la
competencia auditiva, la movilidad, el lenguaje y la habilidad manual, especialmente la
escritura. Los niños deberían desarrollar la “dominancia hemisférica” para cuando
tienen seis años de edad, lo que es lo mismo que decir que para este entonces el niño
debería ser claramente diestro o zurdo.

La mano dominante es el signo más obvio de la lateralidad de un niño. Para poder


lograr una organización neurológica completa, un niño debe tener dominancia
hemisférica completa en todas las áreas de función. Esto significa que el niño no sólo
debe de usar la misma mano consistentemente, sino que esta mano deberá coincidir
con el mismo lado de su ojo, oído y pierna dominantes. Si un niño es diestro, su ojo
derecho debe también dominar sobre el izquierdo, y no sólo al punto lejano, sino, y
más importantemente, al punto cercano.

Por ejemplo, si un niño es diestro (con mano, oído y pierna dominantes en el lado
derecho del cuerpo) pero está usando su ojo izquierdo como dominante, en lugar del
derecho, puede tener problemas cuando empiece a leer y a escribir. Puede ser que
escriba las palabras al revés, de manera que “sol” se vea como “los”, para él. Cuando él
quiere escribir “d”, escribe “b”, sin importar cuántas veces se le corrija. El continuará
cometiendo errores porque la “b” para él se ve como “d” y viceversa. Aún las personas
más pacientes y amorosas que estén intentado ayudar a este niño sin quererlo le
estarán causando gran frustración porque ellos erróneamente creen que el niño no
conoce la diferente entre “sol” y “los”, o “b” y “d”.
El niño no tiene un problema intelectual -él tiene un problema visual muy real y
complicado. Un niño con problemas de lateralidad extremos de hecho va a dibujar y a
escribir completamente al revés. Los niños con problemas de lateralidad tienen gran
dificultad para deletrear. Con frecuencia escriben las palabras sin vocales. Estas
palabras son muy difíciles de leer, no sólo para los padres y los maestros sino para los
mismos niños, que no tienen idea de qué escribieron el día anterior porque no pueden
descifrar esas extrañas palabras que ni ellos entienden. Cuando escriben, voltean sus
carpetas de manera que los tres aros y el margen están del lado equivocado. Con
frecuencia, dejan un margen muy amplio, de la mitad de la hoja, en la parte izquierda
del papel.

Tal niño necesita un programa neurológico que lo ayude a establecer cuál es el lado
que debería dominar (este es un facto que se determina genéticamente). Una vez que
se determina el lado correcto, un programa de organización neurológica le ayudará a
lograr la lateralidad en todas las áreas. Cuando esto suceda, él será capaz de leer,
escribir y aprender tan fácil como cualquier otra persona.

¿Cómo puedo ayudarle a mi hija a elegir un lado dominante? ¿Cómo sé si ella debería
ser diestra o zurda? ¿Tiene alguna importancia?

Ochenta y cinco por ciento de nosotros somos diestros, y el restante quince pro ciento
somos zurdos. La predisposición genética para un lado o el otro viene de nuestros
padres. Algunos niños muestras una preferencia temprana por uno de los lados, y
continúan con esta preferencia durante la infancia. Otros cambian de un lado al otro
en los primeros años. Lo mejor es observar cuidadosamente, sin interferir con el
proceso y sin intentar imponer un lado sobre el otro. Pueden ocurrir problemas
cuando un niño que estaba destinado tener dominancia de un lado, sea forzado o
animado a usar el lado contrario. Esto les sucede mucho más frecuentemente a niños
que son naturalmente zurdos. Algunos padres o maestros obligan al niño a usar la
mano derecha en la creencia errónea de que esto hará que si vida sea “más sencilla”
para ellos. Pero esto creará un problema de lateralidad donde no habría existido si se
le hubiera permitido al niño usar su mano izquierda.
Cuando nuestro hijo era pequeño lo pusimos en una andadera y él aprendió a caminar
muy pronto. Casi no puedo recordar si se arrastró sobre su estómago o si gateó sobre
manos y rodillas en algún momento. El ya estaba caminando y casi corriendo para su
primer cumpleaños. Al principio, yo pensaba que esto era algo bueno, pero ahora ya
no estoy tan segura.

Esas etapas tempranas del gateo y el arrastre son absolutamente esenciales para un
buen crecimiento neurológico en cada niño. No sólo estas etapas proveen el
fundamento para la coordinación física y el balance en los años venideros, sino que
promueven el desarrollo de la convergencia, la cual resulta en la percepción de la
profundidad. Los niños que experimentaron falta de oxígeno en el útero puede ser
que no tengan la suficiente oportunidad para arrastrarse y gatear, o puede ser que no
usen esa oportunidad eficientemente. Puede ser que pasen su infancia rodando en
lugar de arrastrar o gatear. Esto sucede porque no tienen la coordinación para realizar
estas actividades, más sofisticadas. más tarde, cuando evaluamos a estos niños, siendo
niños de ocho o diez años, con problemas de lectura o de aprendizaje, nos
encontramos con que mientras que pueden caminar y correr, no pueden gatear o
arrastrar adecuadamente. Increíblemente, algunos de estos niños no saben siquiera
cómo arrastrar.

Si la falta o ausencia de gateo y arrastre en la infancia de mi hijo explica sus problemas


de aprendizaje, ¿qué podemos hacer ahora?

Gatear y arrastrar. Afortunadamente el cerebro está construido de manera tal que es


posible regresar a las etapas vitales de desarrollo y completarlas ahora. En los últimos
cincuenta años, miles de niños en edad escolar han vuelto a gatear y arrastrar.
Equipados con rodilleras y la determinación de mejorar, han completado millas de
gateo y arrastre. Al hacerlo, han mejorado su convergencia visual y su lateralidad. Su
lectura mejora dramáticamente, y también su escritura. Su coordinación, balance,
habla y función manual cambian significativamente también.

Mi esposo y yo hemos considerado darle medicamentos a mi hijo para ayudarlo con


sus problemas de aprendizaje y de conducta en la escuela. Esto sería lo último que
quisiéramos hacer. ¿Existe alguna manera de evitarlo?
No existe una droga que pueda tratar un problema de aprendizaje. Los
tranquilizantes, anfetaminas y drogas psiquiátricas son completamente inapropiadas
para los niños con lesión cerebral. Estas drogas pueden tener un efecto muy negativo
en el sistema nervioso central. Los niños con problemas de aprendizaje necesitan un
buen programa neurológico para resolver sus problemas, no medicamentos.

Un buen programa de tratamiento neurológico incluye la oportunidad de usar las


etapas de desarrollo perdidas o incompletas, una dieta excelente, libre de azúcares
refinados y preservadores químicos, un monitoreo cuidadoso del balance de líquidos,
técnicas que incrementarán el aporte de oxígeno al cerebro, y un programa intelectual
que proporcione programas estimulantes de lectura, escritura, matemáticas y
conocimientos general.

Mi hijo es hiperactivo. Recientemente fue diagnosticado con Síndrome de Déficit de


Atención. ¿Qué significa esto?

La hiperactividad es, de hecho, una etapa normal en el desarrollo temprano de un


niño. Todos los niños entre los dos y los tres años de edad son naturalmente
“hiperactivos”. Sin embargo, cuando ese mismo nivel de actividad se ve en un niño de
seis, diez o quince años, se ve bastante anormal, por supuesto. La etiqueta “Síndrome
de Déficit de Atención” (TDA, o TDAH) es una nueva etiqueta para el niño hiperactivo,
en este momento. Estos términos simplemente describen uno de los síntomas de un
niño con lesión cerebral.

Trágicamente, muchos de estos niños reciben anfetaminas que suprimen la función


cerebral. El niño, por supuesto, se tranquiliza cuando es medicado, pero el precio a
pagar el alto. La hiperactividad del niño debería ser la llamada de atención hacia un
programa para atender el problema neurológico, en lugar de simplemente drogar al
niño y esperar que el problema desaparezca. Es mucho más simple ya amble tratar el
problema real lo más pronto posible, en lugar de esperar a que este niño avance por
los tristes y degradantes caminos de la educación especial, o apenas sobrevivir en el
fondo de su clase por años. Cuando esto sucede, el niño tiene dos problemas que debe
enfrentar: su problema neurológico, y el problema de ser tratado, durante años, como
si fuera flojo, loco o estúpido.

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Parálisis Cerebral

Padres alrededor del mundo han ayudado a sus niños con parálisis cerebral a moverse
en el camino hacia el bienestar. Usando los programas desarrollados por Los
Institutos, los niños diagnosticados con parálisis cerebral han sido capaces de mejorar
sus funciones y, en algunos casos, desempeñarse al nivel de su edad o por arriba de
ella.

El término más usado para describir a los niños con problemas de movilidad es
“parálisis cerebral”. Pero la “Parálisis cerebral” es un diagnóstico sintomático. Los
niños que son etiquetados con el término “parálisis cerebral” tienen una lesión
cerebral, predominantemente en las áreas subcorticales del cerebro.

Un diagnóstico apropiado describe en qué parte del cerebro está en la lesión, el grado
de la misma, y su extensión en el cerebro. Para ser exitosos, se debe de tratar al
cerebro, que es donde existe la lesión.

Las áreas subcorticales forman la región media del cerebro, o el cerebro medio
funcional. Esta región incluye estructuras tales como los ganglios basales, el tálamo, el
cerebelo, y el área tradicionalmente llamada “cerebro medio” la cual, anatómicamente,
es la parte superior del tallo cerebral, sobre la protuberancia anular.

Los Institutos ofrecen un programa integral que se enfoca en el crecimiento y


desarrollo neurológico. Nuestro objetivo es el logro intelectual, físico, fisiológico y
social hacia la excelencia, para cada niño.
Los Institutos presentan cursos para padres donde ellos pueden aprender cómo
proveer exitosamente un ambiente enriquecido y con oportunidades de desarrollo en
casa para que sus niños progresen.

Los padres también pueden traer a sus niños a Los Institutos. Después de recabar una
historia detallada, se hace una cuidadosa y extensa evaluación, se llega a un
diagnóstico y se diseña un programa de tratamiento en casa para cada niño.

Cuando los padres regresan a casa para llevar a cabo el programa, el staff de Los
Institutos les dan el apoyo que necesitan para realizarlo hasta su siguiente visita a Los
Institutos.

El primer paso para los padres que quieren ayudar a su hijo con parálisis cerebral es
leer el libro “Qué hacer por su niño con lesión cerebral”.

El segundo paso es asistir al curso “Qué hacer por su niño con lesión cerebral”. Los
padres graduados del curso no sólo estarán capacitados para llevar a cabo un
programa de tratamiento para sus hijos en casa, sino que además podrán solicitar, si
así lo desean, una cita para que su hijo sea evaluado y programado en el campus de
Los Institutos, ya sea en Philadelphia, Italia o Japón.

Autismo

tramper2 / 123RF Stock Photo

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Padres alrededor del mundo han ayudado a sus hijos diagnosticados con autismo a
ponerse en el camino al bienestar. Usando los programas desarrollados por Los
Institutos, los niños diagnosticados con autismo han sido capaces de mejorar
significativamente su habilidad para aprender, comunicarse, resolver problemas y, en
algunos casos, desempeñarse al nivel de su edad o incluso por encima de ella.
“Autismo” , “autista” o “Trastornos del espectro autista (TEA)” son palabras que
describen a los niños que presentan una amplia variedad de síntomas, incluyendo
problemas con la comunicación y la interacción social.

Los niños que presentan estos síntomas usualmente tienen problemas en las áreas
corticales del cerebro y el cerebro medio.

“Autismo” es una etiqueta, no un diagnóstico. Un diagnótico adecuado describe en qué


parte del cerebro existe el problema, el grado del problema, y la extensión del
problema en el cerebro.

El utilizar etiquetas sintomáticas en lugar de un diagnóstico adecuado con frecuencia


lleva a intentar tratar los síntomas. Para ser exitoso, el tratamiento debe estar dirigido
al cerebro, que es donde la lesión efectivamente existe. A veces la atención gira sobre
“¿Qué es el Autismo?” y “¿Cómo se produce el Autismo?” En los Institutos, nosotros
nos enfocamos en qué hacer ante el autismo, o cómo ayudar al niño con este tiepo de
lesión cerebral. Es necesario tratar al cerebro, donde realmente está el problema, para
ser exitosos.

Los Institutos presentan cursos para padres donde ellos pueden aprender cómo
proprocionar enriquecimiento y oportunidad en casa, exitosamente, para ayudar a su
hijo a progresar.

Los Padres también pueden traer a sus hijos a Los Institutos. Después de que se
realiza una historia detallada y se completa una cuidadosa evaluación, se hace un
diagnóstico y se crea un programa de tratamiento en casa diseñado para cada niño.

Cuando los padres regresan a sus hogares a llevar a cabo el programa, el personal de
Los Institutos les da el apoyo que ellos necesitan para realizarlo hasta su siguiente
visita a Los Institutos.

platicamos sobre el trabajo de Los Institutos enseñando a los padres cómo pueden
hacer un programa de tratamiento intensivo en casa, orientados hacia la recuperación
de niños con lesión cerebral. Hablamos también de los diagnósticos que consideramos
en realidad etiquetas para una misma condición, con diferentes variantes: Autismo,
Parálisis Cerebral, Síndrome de Down, TDA, entre otros.

Qué hacer por su niño con lesión

Revela sus técnicas salvavidas y las herramientas de medición, con el fin de mejorar la
movilidad, el lenguaje, la competencia manual, la visión, la audición, el desarrollo
táctil, que incluye métodos de patrones y motivación. Además, presenta el programa
individualizado de Los Institutos, en el cual los padres y el amor son los ingredientes
vitales. Todo esto para que el niño con lesión cerebral pueda vivir un día con sus
semejantes y no en reclusión.

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