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EL CAMBIO DE LOS NOMBRES Y APELLIDOS.

El nombre es inmutable, sin embargo en diferentes cuerpos normativos de diferentes países,


existe la posibilidad de que una persona cambie su nombre, cuando estos tengan un significado
ridículo o que el nombre haya sido públicamente deshonrado por los padres o por otros, o
incluso si se aduce error del oficial público al elaborar el registro.

 La legislación Argentina, por ejemplo, se pronuncia de manera afirmativa ante esta


posibilidad admitiendo el cambio de nombre por diversas razones, necesarias a la
persona que lo lleva.
 En la legislación chilena, se produce por vía principal cuando el nombre cambia en razón
de una sentencia judicial, y, por vía consecuencial; cuando cambian los antecedentes
que la ley considera para establecer el nombre de las personas.

En el caso de nuestra legislación La Ley en su artículo 78, permiten que todas las personas desde
los 18 años de edad, por sus propios derechos y por una sola vez, podrá cambiar sus propios
nombres, alterar, suprimir cuando coste con a más de uno o aumentar, sin más que su voluntad
ante la autoridad competente.

En la misma ley en su artículo 79 da la posibilidad del cambio de apellidos por posesión notaria,
el caso de que la persona que esté en uso de apellidos que no sean los que constan en su partida
de nacimiento podrá cambiarlos por una sola vez previo a la comprobación de la posesión
notoria e ininterrumpida por más de 10 años o durante toda su vida en el caso de personas que
no hubiesen cumplido diez años.

En el artículo 80 de la ley establece que en caso de error manifiesto que necesiten de prueba
para su corrección se resolverá mediante resolución administrativa, los errores desprenda de la
simple lectura o de los antecedentes de la inscripción, aunque se refieran a datos esenciales de
ella, podrá solicitarse la reforma respectiva a la máxima autoridad.

Comentario:

Si bien es cierto la ley nos otorga la facultad de poder cambiar ya sea los nombres o apellidos
por medio de un acto administrativo realizado por nuestra propia voluntad, esto no implica que
va alterar nuestros derechos ni obligaciones personales ni patrimoniales.

Conclusión:

El derecho la identidad personal establecido en el Art. 66, numeral 28, que incluye tener un
nombre y un apellido debidamente registrados, se caracteriza por ser inalienable e inmutable,
considerado como un derecho y un deber de todas las personas el disponer de un nombre, sin
embargo existen diversas legislaciones, entre ellas nuestra legislación que nos permite el cambio
de nombre por circunstancias establecidas en la ley, por una sola vez.
La posesión notoria del estado civil se probará por un conjunto
de testimonios fidedignos, que la establezcan de un modo irrefragable; particularmente en el
caso de no explicarse y probarse satisfactoriamente la falta de la respectiva partida, o la
pérdida o extravío del libro o registro en que debiera hallarse.

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