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La existencia del campo magnético de la tierra es conocida desde hace mucho tiempo por sus
aplicaciones a la navegación mediante el uso de la brújula. El campo magnético terrestre es de
carácter vectorial y su proyección horizontal señala, sólo de manera aproximada, al polo norte
geográfico (polo sur magnético). Para estudiar las componentes de la intensidad del campo
magnético terrestre se toma como sistema de referencia, en un punto de la superficie de la
Tierra, un sistema geográfico (el norte es el norte geográfico). La componente horizontal de la
intensidad del campo magnético señala al norte magnético y tiene una desviación relativa con
respecto al norte geográfico.
El valor de la intensidad del campo magnético terrestre, puede ser fácilmente conocido con
instrumentos del laboratorio, en el que se logra hallar ciertos datos, que luego son aplicados a
los conceptos teóricos, originando la determinación muy aproximada del campo en cuestión y
que explica muchos de los fenómenos físicos y astrofísicos a los que hemos estado estudiando.
El campo magnético en un punto dado del espacio, está definido en términos de la magnitud de
la fuerza que se ejerce sobre un objeto de prueba apropiado; dicho objeto de prueba es una
partícula cargada que se mueve con velocidad v, la cual no puede ser alterada por el campo
magnético, puesto que este solo puede afectar su dirección. El campo magnético se describe por
la formula F = qv X B.
En la práctica, es frecuente utilizar la unidad del sistema cgs para el campo magnético, llamada
gauss (G), la cual está relacionada con el tesla a través de la conversión:
Así como un imán tiene un polo norte y un polo sur, y se dice coloquialmente que tiende a
buscar el polo norte y a buscar el punto sur; la tierra también tiene polos, a los cuales los imanes
utilizados en brújulas tienden a apuntar, con su polo norte, hacia el polo norte geográfico (polo
sur magnético). Este campo magnético terrestre es más intenso cerca a los polos que cerca al
ecuador, además no es uniforme.
Si se suspende una brújula tenderá a girar tanto en el plano vertical como en el plano horizontal,
y estará horizontal con respecto a la superficie de la tierra sólo cerca del ecuador; de manera
análoga estará vertical con respecto a la superficie terrestre tanto cerca del polo norte magnético
(polo norte de la brújula hacia afuera de la tierra), como cerca del polo sur magnético (polo
norte hacia adentro). El punto del polo norte magnético difiere de la posición del punto del polo
sur geográfico en algunos miles de kilómetros, de manera similar, el punto del polo sur
magnético está separado una magnitud similar del punto del polo norte geográfico; así es sólo
aproximadamente correcto decir que una brújula apunta al norte. La diferencia entre el norte
geográfico y el norte que indica la brújula (polo sur magnético) varía de punto a punto sobre la
tierra, y esa diferencia es conocida como declinación magnética.
Aun cuando el patrón del campo magnético terrestre es similar al que tendría una barra de imán
en el interior de la tierra, no se puede entender como que la fuente del campo magnético
terrestre es una gran masa de material magnetizado permanentemente. La tierra tiene grandes
depósitos de hierro en las profundidades de su superficie, pero las altas temperaturas en el
núcleo terrestre hacen suponer que el hierro no retiene ninguna magnetización permanente. De
hecho la fuente verdadera del campo magnético, son las corrientes convectivas de carga en el
núcleo de la tierra, así como la rapidez de rotación de la tierra. Mediante investigaciones se ha
logrado establecer que el campo magnético terrestre ha invertido su dirección en varias
ocasiones durante el último millón de años, lo cual podría estar a punto de ocurrir nuevamente
en los próximos meses según los estudios.
Materiales magnéticos
Materiales ferromagnéticos
Los materiales pueden ser clasificados por su respuesta a los campos magnéticos aplicados
externamente, como diamagnéticos, paramagnéticos, o ferromagnéticos. Estas respuestas magnéticas
difieren en gran medida en intensidad. El diamagnetismo, es la propiedad de todos los materiales de
oponerse al campo magnético aplicado, pero es muy débil, el paramagnetismo cuando está presente,
es más fuerte que el diamagnetismo y produce magnetización en la dirección del campo aplicado, y
proporcional al campo aplicado. Los efectos ferromagnéticos son muy grandes, produciendo
magnetizaciones a veces, de órdenes de magnitud mayor que el campo aplicado.
Dominios ferromagnéticos
Los materiales ferromagnéticos macroscópicos están compuestos de un gran número de pequeñas
regiones o dominios magnéticos, la dirección de imanación en cada uno de estos dominios no es la
misma provocando una imanación macroscópica nula.
Histéresis
Un bloque de una sustancia ferromagnética se divide en dominios magnéticos, cada uno de ellos
imanados espontáneamente a lo largo de direcciones diferentes. Cuando se aplica un campo lo
suficientemente intenso, alcanza la imanación de saturación (Ms).
Si en este punto se reduce el campo aplicado, la imanación macroscópica se reduce, pero en general
no regresa por el camino original. Este comportamiento irreversible de la imanación se denomina
histéresis. La imanación disminuye pero no alcanza un valor nulo quedando con una imanación (Mr)
llamada imanación remanente. El valor del campo necesario para anular la imanación remanente es
el campo coercitivo intrínseco. Realizando la variación de H en el sentido inverso se obtiene el ciclo
de histéresis del material y el área encerrada dentro del ciclo es la energía disipada en forma de calor
en el proceso cíclico de imantación. El valor del campo coercitivo condiciona el rango de
aplicaciones tecnológicas del material:
Los materiales magnéticos blandos son fácilmente imanables y desimanables presentando curvas de
histéresis de apariencia estrecha con bajos campos coercitivos y alta saturación.
Estos materiales experimentan cambios en sus propiedades físicas ante la presencia o aplicación
de un campo eléctrico o magnético. Entre estos materiales se encuentran los fluidos
“inteligentes”. Estos fluidos presentan la capacidad de cambiar su viscosidad aparente en
presencia de un estímulo externo. Se dividen en dos categorías dependiendo de la naturaleza del
estímulo al que responden mediante un cambio en sus propiedades reológicas.
Paramagnetismo
Los materiales paramagnéticos se caracterizan por átomos con un momento magnético neto, que
tienden a alinearse paralelo a un campo aplicado. Las características esenciales del
paramagnetismo son: