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Directores

Javier Pradera / Fernando Savater DE RAZÓN PRÁCTICA Noviembre 2000


Precio 900 Pta. 5,41 € N.º 107

JOSÉ IGNACIO WERT


Internet y España: reflexiones impertinentes

ENRIQUE GIL CALVO


Crítica de la transición

GIOVANNI
SARTORI
Multiculturalismo
contra pluralismo

M. RICO LARA JUAN J. SOLOZÁBAL


El proceso de Besteiro Derechos históricos y Constitución

IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA
Noviembre 2000

FRANCISCO CALVO SERRALLER


Debate sobre la crítica de arte
DE RAZÓN PRÁCTICA
Dirección
JAVIER PRADERA Y FERNANDO SAVATER
S U M A R I O NÚMERO 107 NOVIEMBRE 2000
Edita
PROMOTORA GENERAL DE REVISTAS, SA
Presidente
JESÚS DE POLANCO
Consejero delegado

4
JUAN LUIS CEBRIÁN
Director general
IGNACIO QUINTANA GIOVANNI SARTORI MULTICULTURALISMO CONTRA PLURALISMO
Coordinación editorial
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Maquetación
ANTONIO OTIÑANO

ENRIQUE GIL CALVO 9 CRÍTICA DE LA TRANSICIÓN

JOSÉ LUIS SÁEZ LOZANO 18 ECONOMÍA Y DEMOCRACIA EN ESPAÑA

JOSÉ IGNACIO WERT 26 EL MUNDO DE INTERNET Y ESPAÑA

JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL 36 DERECHOS HISTÓRICOS,


CONSTITUCIÓN Y SOBERANÍA

Ilustraciones
FERNANDO MASTRETTA (Barcelona, 1961).
Licenciado en Bellas Artes por la Universi-
dad de Bilbao, ha participado en numero-
F. SEVILLANO CALERO 41 EL PESO DEL PASADO
sas exposiciones individuales y colectivas
con una obra que evoca el expresionismo
abstracto. Sus composiciones, equilibra-
das y luminosas, están cargadas de pasión
Debate sobre la crítica de arte
Ignacio Sánchez-Cuenca 46 La jerga del arte, el arte de la jerga
y dramatismo e interpretadas con plena
libertad, como queda reflejado en la fuer-
za del gesto y la armonía de colores. Debate sobre la crítica de arte
Francisco Calvo Serraller 51 Sobre el tópico de la jerga del arte

Semblanza
Manuel Rico Lara 55 Proceso, prisión y
muerte de Julián Besteiro

Ensayo
Julio Seoane Pinilla 60 La ciudadanía como
educación sentimental

Besteiro
Filosofía de la Historia
Manuel Arranz 65 La pasión por las ideas
Caricaturas
LOREDANO

Correo electrónico: claves@progresa.es


Internet: www.progresa.es/claves
Economía
Jesús Mota 68 Para entender la competencia

Correspondencia: PROGRESA.
Literatura
70
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Ciencias Sociales
Mª Antonia García de León 74 Vidas radicales

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Casa de citas
Mauricio Bach 81 George Bernard Shaw
MULTICULTURALISMO
CONTRA PLURALISMO
GIOVANNI SARTORI

P
luralismo y multiculturalismo no son es tolerante, no es agresivo, no es belicoso. formación marxista, que quizá en su sub-
en sí mismas nociones antitéticas, no- Pero, aunque sea de manera pacífica, com- consciente sustituyen la lucha de clases an-
ciones enemigas. Si el multiculturalis- bate la desintegración. ticapitalista, que han perdido, por una lu-
mo se entiende como una situación de he- El que el pluralismo no se reconozca cha cultural anti-establishment que les vuel-
cho, como una expresión que simplemente en una diversificación creciente está confir- ve a galvanizar. Y como en Estados Unidos
registra la existencia de una multiplicidad mado en los hechos por el pluralismo de es más difícil ignorar el pluralismo que en
de culturas (con una multiplicidad de sig- partidos. Un partido único es “malo”; pero la tradición marxista europea, resulta así
nificados a precisar), en tal caso un multi- dos partidos ya son “buenos”, y tanto la que los marxistas americanos llegan a un
culturalismo no plantea problemas a una teoría como la praxis del multipartidismo multiculturalismo que niega el pluralismo
concepción pluralista del mundo. En ese condenan la fragmentación de partidos y en todos los terrenos: tanto por su intole-
caso el multiculturalismo es sólo una de las recomiendan sistemas que no sobrepasen rancia, como porque rechaza el reconoci-
posibles configuraciones históricas del plu- los cinco o seis partidos. Porque en el plu- miento recíproco, y porque hace prevalecer
ralismo. Pero si el multiculturalismo, en ralismo de partidos se deben equilibrar dos la separación sobre la integración.
cambio, se considera como un valor, y un exigencias distintas, la representatividad y Si este multiculturalismo hubiese exis-
valor prioritario, entonces el discurso cam- la gobernabilidad; y si multiplicar los par- tido en los siglos en los que se estaba for-
bia y surge el problema. Porque en este ca- tidos aumenta su capacidad de representar mando la “nación americana”, The First
so pluralismo y multiculturalismo de pron- las diversidades de los electorados, su mul- New Nation (Lipset, 1963) no hubiera na-
to entran en rumbo de colisión. tiplicación va en menoscabo de la goberna- cido nunca, y Estados Unidos sería hoy
Mientras tanto, nadie ha dicho que bilidad, de la eficiencia de los Gobiernos. con toda probabilidad una sociedad de ti-
más multiculturalismo equivalga a más Y por tanto el pluralismo se reconoce en po balcánico. E pluribus unum (de muchos
pluralismo. Si una determinada sociedad una diversidad contenida. Y la misma lógi- uno) resume el proceder del pluralismo. E
es culturalmente heterogénea, el pluralis- ca se aplica, mutatis mutandis, a la sociedad pluribus disiunctio (de muchos el desmem-
mo la incorpora como tal. Pero si una so- pluralista, que también debe compensar y bramiento) puede o podría compendiar,
ciedad no lo es, el pluralismo no se siente equilibrar multiplicidad con cohesión, im- en cambio, los frutos del multiculturalis-
obligado a multicuturizarla. El pluralismo pulsos desgarradores con mantenimiento mo. La presentación que de él hacen sus
aprecia la diversidad y la considera fecun- del conjunto. autores es sin duda muy atractiva. El mul-
da. Pero no supone que la diversidad tenga ticulturalismo refleja –se nos dice– “un de-
que multiplicarse, y tampoco sostiene, por Dos versiones del multiculturalismo seo extendido de autenticidad y de recono-
cierto, que el mejor de los mundos posi- Del multiculturalismo, pues, se pueden cimiento que atraviesa la subjetividad mo-
bles sea un mundo diversificado en una di- dar dos versiones. La diseñada más arriba derna” (Champetier, 1998, pág. 7). Dicho
versificación eternamente creciente. El plu- es, en resumidas cuentas, la de un multi- así, suena bien. Pero las buenas intenciones
ralismo nace en el mismo parto con la to- culturalismo que está sometido a los crite- no bastan, y de buenas intenciones mal
lerancia, y la tolerancia no ensalza tanto al rios del pluralismo. Pero hoy la versión do- realizadas está empedrado el infierno.
otro y a la alteridad: los acepta. Lo que minante del multiculturalismo es una ver- Arthur Schlesinger observaba al inicio
equivale a decir que el pluralismo defien- sión antipluralista. En efecto, sus orígenes de los años noventa que “América se ve ca-
de, pero también frena la diversidad. Co- intelectuales son marxistas. Antes de llegar da vez más como compuesta de grupos que
mo escribe Zanfarino: “El pluralismo im- a Estados Unidos y de americanizarse, el están más o menos arraigados en sus carac-
plica por definición distinciones y separa- multiculturalismo arranca de neomarxistas teres étnicos” (1992, pág. 16). A lo que se
ciones, pero no es abandono pasivo y la ingleses, a su vez fuertemente influencia- ha opuesto que, mientras esta tesis es cierta
heterogeneidad ni renuncia a tendencias dos por Foucault; y se afirma en los colle- en el debate cultural, “en realidad no ha pe-
comunitarias” (1985, pág. 175). Y por ges, en las universidades, con la introduc- netrado… en las actitudes, preocupaciones
consiguiente el pluralismo asegura ese gra- ción de “estudios culturales” cuyo enfoque e interacciones de las personas de la calle”
do de asimilación que es necesario para se centra en la hegemonía y en la “domina- (Smelser y Alexander, 1995, pág. 5). Y es
crear integración. Para el pluralismo la ho- ción” de una cultura sobre otras. También verdad. Sin embargo, esta contra-deduc-
mogeneización es un mal y la asimilación en América, pues, los teóricos del multi- ción muestra una sorprendente miopía.
es un bien. Además, el pluralismo, como culturalismo son intelectuales de amplia Siempre existe un desfase temporal entre lo

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que ocurre en las élites y su transvase a las que no son solidarios entre sí y que se re- mente porque el prefijo “multi” del multi-
masas. Por tanto es extraño que a Smelser y conocen uno a otro el derecho a perseguir culturalismo no sólo dice que las culturas
a Alexander se les escape cómo una polari- “diversos” fines y estilos de vida. Hoy pre- son muchas, sino también supone que son
zación que se apodera primero de la Uni- domina, pues, un multiculturalismo que, variadas, de distinto tipo. En el cesto de los
versidad, después de los medios de comuni- aunque sigue estando anclado en la etnia, multiculturalistas, “cultura” puede ser una
cación, después de la escuela media, acaba sin embargo, es de cuño “cultural”. Y por identidad lingüística (por ejemplo, la len-
inevitablemente por penetrar, algunos de- ello debemos partir, en nuestro análisis, de gua que nos constituye como nación), una
cenios después, en toda la sociedad. Es ex- lo que se debe entender por cultura en el identidad religiosa, una identidad étnica y,
traño también porque a Smelser y a Ale- multiculturalismo. para las feministas, una identidad sexual
xander no se les escapa en cambio que el sin más, además de “tradición cultural” en
multiculturalismo es reciente. Como ellos Cultura, etnia y el otro los significados habituales de este término
mismos señalan, tanto en la crisis de 1929- ¿En qué sentido el multiculturalismo signi- (por ejemplo, la tradición hebraica, la tra-
1930 (la gran depresión), como en la revo- fica cultura y culturas? Empecemos por dición occidental, la tradición islámica, o
lución estudiantil de los años sesenta, como precisar lo que no es la cultura de los mul- bien las costumbres de unos determinados
en el transcurso de toda la masiva inmigra- ticulturalistas. No es, se comprende, la pueblos). Este condensadísimo elenco nos
ción entre 1880 y los años veinte, en todas “cultura culta”, la cultura en la acepción hace comprender enseguida lo heterogénea
esas coyunturas “la existencia y la legitimi- docta de la palabra. Tampoco es cultura en que es la cesta, y también cómo puede in-
dad de una cultura nacional dominante y el significado antropológico del término, ducir a engaño. Bajo la expresión “cultura”
‘hegemónica’ se daba por supuesta por to- según el cual, todo ser humano vive en el no todo es cultura. Y debe quedar claro
das las parte. La cultura americana no se ámbito de una cultura, dado que es un que una diversidad cultural no es una di-
discutía” (1994, pág. 41). animal parlante (loquax) y, por tanto, “ani- versidad étnica: son dos cosas distintas.
Hay que señalar también que, cuando mal simbólico” (Cassier, 1948), caracteri- Pero el aspecto más singular de nues-
Schlesinger denunciaba una caída en el tri- zado por vivir en mundos simbólicos. Ni tro agregado está en el combinar juntos et-
balismo, la palabra clave era roots, raíces, y tampoco es cultura como conjunto de mo- nia y feminismo. Se reivindica una identi-
por tanto que el eslogan seguía siendo el delos de comportamiento, es decir, en un dad, por regla general, si está amenazada; y
de redescubrir sus propios orígenes. Pero sentido behaviorista. Y, por último, tam- suele estar amenazada porque se refiere a
hoy el cesto se ha ampliado, y la bandera poco es cultura en la acepción en la que los una minoría que se considera oprimida
del multiculturalismo (en especial cuando politólogos hablan de “cultura política” por una mayoría. En Estados Unidos los
está empuñada por las feministas) se hace, (véase Almond, 1970, págs. 35-37, 45-47, blancos son también una etnia; pero al ser
precisamente, multicultural. Al mismo y passim). mayoría no tienen motivo para reivindicar
tiempo que Schlesinger, Iris Marion Young Estas exclusiones todavía no son sufi- una “identidad blanca”. Pero también las
(1990) propugnaba ya el ideal de un siste- cientes. Pero tampoco es fácil restringir mujeres son en todas partes una mayoría
ma de grupos “aislados” y con igual poder, más –conceptualmente hablando– precisa- (respecto a los hombres); y sin embargo se

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MULTICULTURALISMO CONTRA PLURALISMO

declaran oprimidas. ¿Con qué título? Étni- tanto “multiculturalismo” es hoy una pala- y los conceptos de acompañamiento son
co no, porque las feministas son en prime- bra portadora de una ideología, de un pro- autenticidad, identidad y diferencia (bien
rísimo lugar blancas (aunque arrastren a yecto ideológico. entendido, con significados que no son los
mujeres negras). ¿Cultural? No está claro del pluralismo). La tesis es “que nuestra
en qué sentido. La cultura de las mujeres La política del reconocimiento identidad en parte está formada por el re-
americanas es en casi todos los sentidos del ¿Era multicultural la Unión Soviética? Hoy conocimiento, por el frustrado reconoci-
término la misma que la de los hombres. todos dirían que sí. Pero bajo Stalin nadie miento, y con frecuencia por el desconoci-
Así pues, su motivo de lamento y de rei- se percataba de ello, y si Stalin se hubiera miento de los otros”, y, por tanto, que la
vindicación es el estar “discriminadas”, es- dado cuenta del multiculturalismo lo ha- demanda de reconocimiento que surge de
pecialmente en los trabajos. Pero esto no es bría aniquilado rápidamente. Porque en la los grupos minoritarios o “subalternos” se
un título reivindicativo de “identidad”, y sociedad cerrada el multiculturalismo no hace urgente por la conexión entre “reco-
en todo caso es distinto de todos los otros. nace o nace muerto. Puede existir en estado nocimiento e identidad”. Hasta ahora, to-
Porque está claro que la identidad del ser latente, pero por eso mismo permanece co- do bien. Pero la conclusión afirma que “el
mujer no es la identidad (verdaderamente mo una realidad escondida y no visible. El no-reconocimiento o el desconocimiento
amenazada) del ser indio-americano. En multiculturalismo presupone, para que se puede infligir daño [harm], puede ser una
todo caso, el tema es que la fuerza del mul- dé, una sociedad abierta que cree en el va- forma de opresión que nos aprisiona en
ticulturalismo se funda sobre una extraña lor del pluralismo. Pero este presupuesto es una falsa, torcida y reducida manera de
alianza y sobre extraños compañeros de ca- desconocido por los actuales partidarios del ser” (Taylor, 1994, pág. 25).
ma: una alianza que potencialmente trans- multiculturalismo2. Para ellos es como si el Y aquí ya no todo está bien. Porque
forma a fuerzas minoritarias en una fuerza pluralismo no hubiera existido nunca. El aquí se exagera a lo grande. La opresión in-
mayoritaria. que se refiere a él lo cita inadecuadamente, ducida por el frustrado reconocimiento es
¿Por qué decir, entonces, multicultura- confundiéndolo con “pluralidad”. Y en el un poco como la “violencia estructural” de
lismo? La verdad es que cultura es una pa- multiculturalismo culto –de alta cultura– Galtung: una violencia que existe siempre,
labra que suena bien, mientras que cam- de sus filósofos, el pluralismo desaparece dado que las estructuras están siempre ahí,
biarla por raza y decir “multirracismo” so- incluso como término. En el libro que es y que por tanto nos “violenta” incluso sin
naría mal. El multiculturalismo también es, modelo autorizado en esta materia más que actos de violencia, e incluso sin violentado-
especialmente en sus más empedernidos se- ningún otro –el volumen colectivo Multi- res. Del mismo modo, si el frustrado reco-
guidores, racista. Pero no comete el error de culturalism (Guttmann, 1994)– no faltan nocimiento es opresión, entonces la opre-
reconocerse como tal. Por otra parte, en vez las referencias eruditas, pero, por ejemplo, sión que nos priva de la libertad, y nos me-
de decir multirracial podríamos decir mul- la tolerancia se cita sólo una vez (en la in- te en la cárcel sin proceso o nos pierde en
tiétnico. ¿Cuál es la diferencia? troducción) y la palabra pluralismo ni si- un campo de concentración, ¿qué es? ¿Son
Son dos palabras, porque la primera quiera aparece, no se le cae de la pluma a la misma cosa? No, no son lo mismo y ni
viene del griego y la segunda es moderna. ninguno de los autores. La omisión es ver- siquiera son distintas formas de un mismo
Por tanto, los dos términos podrían ser si- daderamente sorprendente. Charles Taylor, concepto. Y el que lo sostiene hace tram-
nónimos, pero en la evolución lingüística la “estrella” del libro, se explaya sobre Rous- pas en el juego “estirando” y forzando más
el concepto de etnia ha llegado a ser más seau y Kant (que en mi opinión tocan el te- allá de lo permitido el sentido de la palabra
amplio que el de raza; una identidad étnica ma casi por los pelos), pero se refiere sólo opresión. Porque el tema del reconoci-
no sólo es racial, sino también una identi- de pasada a Hegel (que precisamente es el miento permite, sí, afirmar que el desco-
dad basada en características lingüísticas, autor por excelencia sobre el Anerkennung, nocimiento produce frustración, depresión
de costumbres y de tradiciones culturales. sobre el tema del reconocimiento)3. Y es, e infidelidad; pero verdaderamente eso no
En cambio, una identidad racial es en pri- insisto, majestuosamente silencioso sobre el nos autoriza a afirmar que estemos oprimi-
mera instancia una (más estricta) identidad pluralismo y sobre toda la literatura que he dos. Opresión, en el sentido serio y preciso
biológica que se basa, para empezar, en el recordado en la primera parte de este libro. del término, es privación de libertad. Y la
color de la piel. Por otra parte, raza es tam- Y como no puedo sospechar que Taylor no depresión no es opresión.
bién un concepto antropológico que so- sepa nada de pluralismo, sólo puedo sospe- Hay, además, en el argumentar de Tay-
brepasa, como tal, el de etnia. Por tanto, char que lo ignora porque le molesta. Y no lor, un salto demasiado fácil y desenvuelto
hoy por hoy, la distinción es sobre todo és- cabe duda de que le incomoda. Porque el entre individuo y grupo, entre persona in-
ta: que el predicado “étnico” se usa en sen- caballo del pluralismo ciertamente no con- dividual y colectividad. Si yo como indivi-
tido neutral, mientras que “raza” y racial duce –ya se ha visto– a donde Taylor y los duo me siento frustrado, si mi trabajo no se
suelen ser calificaciones descalificantes para liberals “comunitarios” quieren llegar. reconoce, si no triunfo, después no resulta
uso y consumo polémico1. En cualquier caso –en los procesos de fácil entender cómo este argumento se pue-
Es obvio que el multiculturalismo co- intenciones siempre se puede uno equivo- de trasladar a una colectividad; es decir, en
mo existencia en el mundo de una enorme car– en el argumento de Taylor el concep- qué medida vale a escala supraindividual. Y
multiplicidad de lenguas, culturas y etnias to fundamental es el de “reconocimiento”, viceversa, así como no está claro hasta qué
(del orden de las cinco mil) es un hecho en punto, y por cuánto tiempo, un individuo
sí tan obvio y tan sabido que no necesita se sienta menos frustrado y menospreciado
un término ad hoc para identificarlo. Por 2 Entre las excepciones he recordado (supra I, 5) la si la comunidad con la que se identifica es
de Wohlin. Otra excepción es Michael Walzer, que en estimada o llega a ser más estimada. A un
varios escritos recurre al pluralismo (instrumentalizán- muerto de hambre blanco, en un mundo
dolo demasiado, por otra parte, a los fines de su pensa- de blancos, ¿qué le importa el reconoci-
1 Para tener un panorama de conjunto sobre la et- miento). Pero, repito, se trata de excepciones.
nicidad, cfr. Glazer y Moynihan (1975); y, más en de- 3 En Fenomenología del Espíritu. Véase Kojève miento del hecho de ser blanco? O bien
talle, el razonado examen de Petrosino (1991). (1948). pongamos que yo sea un actor fracasado.

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GIOVANNI SARTORI

¿El saber que mi profesión es apreciada aca- remisión al futuro? Supongamos que Be- (o exaltada) base filosófica. Además, los ob-
so me haría menos fracasado y menos infe- llow hubiera dicho (una invención vale tan- jetivos son distintos, muy distintos.
liz? Lo dudo bastante. to como otra) que cuando los zulúes pro- El tratamiento preferencial se concibe
Pero vayamos al meollo de la cuestión. duzcan un Confucio o produzcan un Ka- como una política correctora y de compen-
Según Taylor, la política del reconocimien- masutra, entonces los leeré. En tal caso la sación capaz de crear, o recrear, “iguales
to exige que todas las culturas no sólo me- acusación de etnocentrismo se cae por su oportunidades”, o sea, iguales posiciones de
rezcan “respeto” (como en el pluralismo), propio peso y el juego del decir y desdecir partida para todos. Por tanto, el objetivo de
sino un “mismo respeto”. Pero ¿porqué el de Taylor aparece con toda evidencia. la affirmative action es borrar las diferencias
respeto tiene que ser igual? La respuesta es: El tema de la “política del reconoci- que perjudican para después restablecer la
porque todas las culturas tienen igual va- miento” de Taylor está muy bien enfocado difference blindness (la ceguera de las dife-
lor. Aunque no lo parezca, esto es un salto –en el volumen que examinamos– por Mi- rencias) de la ley igual para todos. Así pues,
acrobático. E inaceptable. chael Walzer, que lo ubica entre dos tipos el objetivo sigue siendo el “ciudadano indi-
A Saul Bellow se le atribuye (probable- de liberalismo: “el liberalismo 1, que se ferenciado”. Por el contrario, las diferencias
mente sin razón) esta frase: “Cuando los identifica fuertemente con los derechos in- que interesan a la política del reconoci-
zulúes produzcan un Tolstói lo leeremos”. dividuales y, por ello, con un estado rigu- miento no son diferencias consideradas in-
¡Santo cielo! Para el griterío multiculturalis- rosamente neutral: … [y] un liberalismo 2, justas, y por tanto a eliminar. Son diferen-
ta esto es una “arrogancia blanca”, insensi- que admite un Estado comprometido en cias injustamente desconocidas, y por tanto
bilidad hacia los valores de la cultura zulú, hacer sobrevivir a una particular nación… a valorar y consolidar. El objetivo aquí es
y violación del principio de la igualdad hu- y un conjunto (limitado) de naciones, cul- precisamente establecer el “ciudadano dife-
mana. Pero no, “humana” precisamente no. turas y religiones, con tal que los derechos renciado” y un Estado difference sensitive,
La igualdad que se invoca aquí no es entre fundamentales de los ciudadanos de distin- sensible a las diferencias, que separa y man-
seres humanos, sino entre yo (como pintor) ta afiliación… estén todos protegidos” (loc. tiene separados a sus ciudadanos. Por tanto,
y Van Gogh, o bien entre yo (como poeta) cit., pág. 99)4. Taylor, observa Walzer, opta el que favorece los tratamientos preferen-
y Shakespeare. Y yo de entrada la declaro por el liberalismo 2; pero, siempre para ciales no tiene porque favorecer la política
ridícula. Atribuir a todas las culturas “igual Walzer, el liberalismo 2 es una opción que del reconocimiento. Al contrario.
valor” equivale a adoptar un relativismo ab- permite volver a optar por el liberalismo 1. Por otra parte, las dos cosas se aseme-
soluto que destruye la noción misma del Por tanto, ¿Estado neutral y color-blind jan en sus mecanismos de actuación y, por
valor. Si todo vale, nada vale: el valor pierde (indiferente a los colores), o bien Estado tanto, en un efecto-defecto inmediato y a
todo valor. Cualquier cosa vale, para cada sensible a los colores, y por tanto que valora corto plazo. Porque en ambos casos se in-
uno de nosotros, porque su contraria “no la diversidad y por eso es intervencionista? terviene con una discriminación. En el ca-
vale”. Y, si no es así, entonces no estamos Walzer sugiere, ya lo he dicho, que cuando so de la affirmative action se trata de una
hablando de valores. Sobre este tema Taylor el liberalismo 2 no convence, o produce de- discriminación al revés (así la llaman, de
se mueve con cuidado. Admite que aquí se sastres, se debe volver al cauce del liberalis- hecho, sus críticos) que discrimina para
plantea un problema serio (pág. 43). Pero, mo 1. Yo estaría de acuerdo si en el mundo borrar discriminaciones. En el caso de la
en su tortuoso corretear alrededor de este real se produjeran estas acrobacias, como política del reconocimiento no se discrimi-
problema, su intención es evadirlo. Sí, la en el mundo filosófico. Mas no es así. Pero na para contradiscriminar (y por tanto bo-
presunción del idéntico valor no es unpro- sobre todo no estoy de acuerdo porque rrar), sino que, en cambio, se discrimina
blematic, no deja de plantear problemas; a Walzer se le escapa cuál es el problema para diferenciar. Incluso así, el hecho sigue
entre otras cosas, porque toda cultura “pue- subyacente, y es que en el paso del liberalis- siendo que en ambos casos se activa una
de estar sujeta a fases de decadencia” (pág. mo 1 al liberalismo 2 se pasa de un sistema reacción en cadena perversa: o que los dis-
66). Taylor rechaza también la tesis extre- que controla y limita la arbitrariedad del criminados soliciten para ellos las mismas
ma de Foucault o Derrida de que “todos los poder a un sistema que la restablece en su ventajas concedidas a los otros, o que las
juicios de valor se fundan en último análisis modalidad más devastadora. identidades favorecidas por la discrimina-
en criterios impuestos por estructuras de ción demanden para sí cada vez más privi-
poder” (pág. 70). Lamenta del mismo mo- Reconocimiento, acción afirmativa legios en perjuicio de las identidades no fa-
do que “la demanda perentoria de juicios y diferencias vorecidas. En aquel caso, la identidad que
de valor favorables [omnifavorables] sea ho- ¿La política del reconocimiento es algo más resulta atacada y reducida acaba por resen-
mogeneizante” (pág. 71). Pero después, so- que una nueva etiqueta para la affirmative tir su propio desconocimiento y hasta reac-
bre la frase atribuida a Bellow, concluye action, la acción afirmativa americana, que ciona reafirmando su superioridad.
que “revela la profundidad del etnocentris- es una política de “trato preferencial”? Sí y Si de hecho estas backlashes, estas retro-
mo. En primer lugar, se postula implícita- no; pero sobre todo no. La política del re- acciones perversas, se mantienen a niveles
mente que la excelencia debe tener aspectos conocimiento no sólo tiene mayor alcance tolerables es porque la eficacia de la acción
que nos son familiares: los zulúes deberían que el tratamiento preferencial, sino que afirmativa ha sido modesta y porque la polí-
producir un Tolstói. Segundo, se presupo- también está dotada de una más exaltante tica del reconocimiento es hasta hoy más de
ne que esa contribución suya está aún por palabra que de hechos. Pero en la medida
llegar” (ibíd.). ¡Ay de mí!, los dos argumen- en que las discriminaciones triunfan, en la
tos son a la vez ficticios. Está claro que 4 Debe quedar claro que el significado americano misma medida encienden la mecha de una
Tolstói está citado como un ejemplo. Y co- de liberalismo es “sectario” (Sartori, 1987, págs. 368 y creciente conflictividad social. Las discrimi-
mo el propio Taylor había observado antes 369) y que los liberals americanos en cuestión se ocupan naciones crean desfavorecidos que protestan
–en su hipócrita escapismo– que toda cul- de un “liberalismo moral” (con frecuencia exclusivamen- y demandan contrafavores, o bien favoreci-
te basado en el principio de la igualdad) completamente
tura puede estar en decadencia, entonces, separado de la problemática del Estado liberal-constitu- dos no aceptados y rechazados sin más por
¿dónde está la ofensa etnocéntrica de una cional. Vuelvo sobre este tema más adelante, II, 8. su comunidad. Al final se llega, por ambas

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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MULTICULTURALISMO CONTRA PLURALISMO

razones, a la guerra de todos contra todos. ferencias son opiniones que están en nues- BIBLIOGRAFÍA
¿A favor de qué? ¿En beneficio de quién? tra mente, y que de vez en cuando se perci-
ALMOND, G. A.: Political Development: Essays in
Desvío la pregunta a quien corresponda. ben como “diferencias importantes” porque Heuristic Theory. Little Brown, Boston, 1970.
Queda por explicar –dando un paso así se nos dice y nos lo meten en la cabeza.
atrás– cómo, de golpe, la diferencia se con- No es verdad, por tanto, que sea “la ne- CASSIRER, E.: Saggio Sull’uomo. Longanesi, Milán,
1948.
vierte en un problema, mejor dicho en el gación del respeto la que crea a la larga un
problema de los problemas. Al final cada in- refuerzo de la identidad de las categorías CHAMPETIER, C.: ‘Multiculturalismo: La Forza delle
dividuo es y siempre ha sido distinto de discriminadas” (Gianni, 1997, pág. 512). Differenze’, en Trasgressioni, núm. 25, enero-abril,
cualquier otro en todo (belleza, tamaño, sa- Ésta es la tesis de Taylor; pero es una tesis 1998.
lud, talentos, intereses, etcétera). Y eso tam- que invierte la consecutio de los aconteci- GIANNI, M.: ‘Cittadinanza Differenziata e Integra-
bién es verdad para los agregados. La pre- mientos. Porque no puede haber negocia- zione Multiculturale’, en Revista Italiana di Scienza
gunta, pues, es: ¿porqué una diferencia llega ción de respeto si antes no existe in mente Politica, núm. 3, 1997.
a ser importante –se percibe como impor- una entidad que respetar como tal, es decir, GLAZER, N., y MOYNIHAN, D. P. (eds.): Ethnicty:
tante– y otras no? En efecto, está claro que privada de respeto como entidad6. Y el he- Theory and Experience. Harvard University Press,
si somos distintos en todo, no es ni posible cho es que las entidades que hoy demandan Cambridge, 1975.
ni concebible atribuir importancia a todas respeto no existían, no eran conscientes de
GUTMANN, A. (ed.): Multiculturalism: Examining
las diferencias. Ahora pregunto, ¿porqué al ellas mismas, hace 50 años. Por tanto, la se- the Politics of Recognition. Princeton University
reconocer sólo algunas diferencias escogemos cuencia histórica y lógicamente correcta es Press, Princeton, 1994.
precisamente las que escogemos? que primero se inventa o en todo caso se
Volvamos, para poner un ejemplo, al “hace visible” una entidad, para después KOJEVE, A.: La Dialettica e l’idea della morte in He-
gel. Einaudi, Turín, 1948. [Trad. española: La dia-
caso de la affirmative action en Estados declararla pisoteada y así, por último, desen- léctica de lo real y la idea de la muerte en Hegel. La
Unidos. Aquí el tratamiento preferente se cadenar las reivindicaciones colectivas de Pléyade, Buenos Aires, 1984].
aplica, oficialmente, a los negros, mexica- los desconocidos que antes no sabían que
nos, puertorriqueños, indios (nativos), fili- PETROSINO, D.: Stati, Nazioni, Etnie. Angeli, Milán,
lo eran. En los años sesenta escribía yo que
1991.
pinos, chinos, japoneses. ¿Por qué a ellos y no es la clase la que produce el partido de
sólo a ellos? ¿Es porque su diferencia cuen- clase, sino que es el partido el que produce SARTORI, G.: From the Sociology of Politics to Politi-
ta, mientras las diferencias, qué sé yo, de la clase (Sartori, 1969, págs. 80-87). A mi cal Sociology, en Lipset, 1969.
–– The Theory of Democracy Revisited. Chatham
los armenios, cubanos, polacos, irlandeses, entender lo mismo cabe decir –hechos los
House, Chatham. [Trad. castellana: Teoría de la de-
italianos no cuentan? La explicación es que debidos reajustes– del multiculturalismo: mocracia. Alianza Universidad, Madrid, 1988].
se debe privilegiar a quien ha estado más son los multiculturalistas los que fabrican –– ‘Totalitarianism, Model Mania and Learning
discriminado. Esta explicación tiene su ló- (hacen visibles y relevantes) las culturas que from Error’, en Journal of Theoretical Politics, núm.
gica, aunque la selección que se deriva de después gestionan con fines de separación o 1, 1993.
ella no sea tan lógica. Está bien. Pero con de rebelión. SCHLESINGER, A.: The Disuniting of America: Reflec-
el tiempo sucede que el principio de las Todo lo anterior nos hace entender tions on a Multicultural Society. Norton, Nueva
discriminaciones compensadoras se ha am- también cómo el juego planteado por el York, 1992.
pliado –de hecho– a las mujeres, a los ho- multiculturalismo contiene consecuencias
SMELER, N. J., y ALEXANDER, J. C. (eds.): Diversity
moxesuales y hasta a los enfermos de sida mucho más importantes para la suerte de la and its Discontents: Cultural Conflict and Common
(privilegiados, por ejemplo, sobre los en- comunidad pluralista que el de la acción Ground in Contemporary American Society. Prince-
fermos de cáncer). ¿Por qué? ¿Cuál es, lle- afirmativa. Aunque ambos incurren en reac- ton University Press, Princeton, 1999.
gados a este punto, la lógica que establece ciones de rechazo, la diferencia está –repito–
TAYLOR, C.: ‘The Politics of Recognition’, en Gut-
cuáles son “las diferencias importantes”? A en que la llamada política del reconoci- mann, págs. 25-73, 1994
mí me parece que en este punto el porqué miento no se limita a “reconocer”; en reali-
lógico deja paso a esta explicación práctica: dad fabrica y multiplica las diferencias me- WALZER, M.: Che cosa significa essere americani.
Marsilio, Venecia, 1992.
que las diferencias que cuentan son cada tiéndonoslas en la cabeza. A lo que hay que
–– Sulla tolleranza. Laterza, Roma-Bari, 1998.
vez más las diferencias puestas en evidencia añadir que la política del reconocimiento
por el que sabe hacer ruido y se sabe movi- no sólo transforma en reales unas identida- WOHLIN, S.: ‘Democracy, Difference, and Re-Cog-
lizar para favorecer o dañar intereses eco- des potenciales, sino que se dedica también nition’, en Political Theory, núm. 3, 1993.
nómicos o intereses electorales. El tema es, a aislarlas como en un gueto y a encerrarlas YOUNG, M. I.: Justice and the Politics of Difference,
entonces, que ahora ya es casi imposible en sí mismas. Dejemos a un lado si, y de Princeton University Press, Princeton, 1990.
encontrar –en este laberinto de diferencias qué manera, este encierro favorece a los en-
ZANFARINO, A.: Pensiero politico e coscienza storica.
“reconocidas”– un criterio objetivo y cohe- cerrados. El problema es que de esta manera Edizioni Scientifiche Italiane, Nápoles, 1985.
rente que las determine. Y las discrimina- se arruina la comunidad pluralista. n
ciones que no se legitiman por un criterio
Traducción: Miguel Ángel Ruiz de Azúa
objetivo se convierten en discriminaciones
ofensivas y discutidas5. [Este texto pertenece a la segunda parte del libro
Estas consideraciones nos hacen redes- Sociedad integrada, sociedad desmembrada, que pu-
cubrir la ya conocida verdad de que las di- blicará Taurus en marzo de 2000].

5 Para una valoración crítica de la affirmative ac- 6 Se comprende que a todo individuo le ocurre, o Giovanni Sartori es catedrático de la Universidad de
tion a la luz de la igualdad, cfr. Sartori (1987), págs. puede ocurrirle, que no se sienta respetado. Pero, preci- Columbia. Autor de Homo videns y La sociedad tele-
350-352, y Sartori (1993), págs. 187 y 188. samente, uti singulus. dirigida.

8 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
CRÍTICA DE LA TRANSICIÓN
ENRIQUE GIL CALVO

E
l que se cumplan 25 años del inicio 1982; Held, 1991). Es verdad que hasta Por eso es tan importante la memoria
de la Transición a la democracia pa- 1987 se mantuvo la guerra sucia contra de la Guerra Civil para el desarrollo de
rece una excusa bastante buena para ETA, pues prosiguió el terrorismo de Esta- nuestra democracia. Pero no tanto por su
ofrecer un balance crítico de su ejecuto- do que ejecutaban el Batallón Vasco Espa- efecto para evitar que se reproduzca
ria, atendiendo no tanto a su génesis cau- ñol (BVE) primero y los Grupos Antite- (Aguilar Fernández, 1996; Reig Tapia,
sal ni tampoco a su posterior evolución rroristas de Liberación (GAL) por último 2000) como porque proporciona la mate-
en el tiempo, de 1975 a 1982, sino sobre (Miralles y Arques, 1989; Gil Calvo, ria prima para el debate democrático, que
todo a los resultados efectivos de su defini- 1996). Y que todavía hoy en el País Vasco son los cleavages o divisorias políticas
tiva consolidación, acerca de los cuales ya los terroristas siguen violando los dere- (Lipset y Rokkan, 1992): las líneas maes-
poseemos una experiencia acumulada de chos civiles de sus ciudadanos. Pero he- tras del conflicto antagónico. Por eso, la
tres lustros cuando menos. En efecto, la chas estas salvedades, lo cierto es que para pista del enfrentamiento civil no se refiere
bibliografía sobre el proceso de desarrollo el resto de España puede afirmarse que su sólo al origen de la democracia, sino tam-
de la Transición misma es ingente (Soto, proceso de civilización ha sido coronado bién a su resultado efectivo, pues al decir
1999), pero no lo es tanto la destinada a con éxito. de Hirschman (1989 y 1996), la demo-
evaluar la calidad de la democracia efecti- Este reconocimiento de los derechos cracia debe basarse en el antagonismo co-
va que se ha venido institucionalizando civiles no surgió como una graciosa con- mo fuente de alternancia y pluralismo
(Colomer, 1998). Es lo que aquí se inten- cesión otorgada por el poder, lo que ha- (Meldolesi, 1997: 308-30). Y éste es tam-
tará, exponiendo una interpretación per- bría condicionado su validez, sino como bién el planteamiento de Chantal Mouffe
sonal. resultado del enfrentamiento entre dos (1999), que hace del conflicto antagónico
bandos (la clase política franquista y la el motor del proceso democrático. Ahora
1. Derechos civiles y políticos oposición antifranquista), pugnando am- bien, para ello hace falta que el enfrenta-
Pero antes de entrar en el detalle del aná- bos por adquirir el monopolio de la legi- miento no sea violento sino cívico, lo que
lisis, conviene adelantar un juicio sintéti- timidad ante la opinión nacional e inter- exige no sólo reconocer por igual los in-
co. A la luz de sus presentes resultados, nacional, pero sin que ninguno de los dos violables derechos civiles de los antagonis-
aquella Transición a la democracia ¿fue pudiese imponerse al otro por la fuerza, tas (condición necesaria) sino, además,
un éxito o un fracaso? Mi postura no es lo que aconsejó a ambas partes renunciar pactar unas reglas de juego aceptadas por
original en esto, pues me sumo a la mayo- a la violencia pactando nuevas reglas de todos y capaces de arbitrar la competición
ría de intérpretes que coinciden en suscri- confrontación civil. Así se logró superar la por el poder: ésta es la condición suficien-
bir un neto juicio aprobatorio. A pesar de propensión española al guerracivilismo re- te, al decir de Linz (1990). Pues bien, en
todas las críticas que luego formularé, la convirtiéndola en aceptación de la demo- esto consiste el segundo rasgo decisivo al
Transición me parece un éxito histórico. cracia, entendida ésta, en términos de la que antes me referí para convertir en un
Y cifro este éxito en dos rasgos decisivos, escuela de realismo político, como conti- éxito a la Transición: el de pactar por
que son el reconocimiento tanto de los nuación de la guerra civil por medios in- consenso unas reglas de juego que arbitra-
derechos civiles como de los políticos. cruentos (Mouffe, 1999). Esta imposibili- sen con limpieza la lucha por el poder.
El primer factor es que por fin se ins- dad de vencer en abierta guerra civil, lo También aquí el ejemplo pionero fue el
tituyó en España, si exceptuamos el País que obliga a pactar reglas incruentas de parlamentarismo inglés, que precisamente
Vasco, la civilización del enfrentamiento competición por el poder, es la matriz inventó la ética deportiva del juego limpio
político (Elías, 1987): es decir, su desmili- histórica de la que surgió la primera de- (Elías, 1992).
tarización, entendiendo por tal la definiti- mocracia moderna: el parlamentarismo Pero para lo que ahora me interesa, lo
va renuncia a la violencia como recurso británico (Elías, 1992). Y ésta es también, decisivo fue que la Transición, al consen-
válido a esgrimir en la lucha por el poder. según Dankwart Rustow (1979), la ma- suar unas reglas de juego iguales para to-
Lo cual supone nada menos que el reco- triz de la que han surgido las transiciones dos, estaba reconociendo los derechos po-
nocimiento por parte del Estado español, a la democracia contemporáneas. Esto líticos de los españoles, con un retraso de
con dos siglos de retraso, de los inviola- permite aplicar el modelo genético de Rus- cien años sobre el calendario británico.
bles derechos civiles de sus ciudadanos (T. tow al caso español, como hizo Cotarelo Esto completaba por fin en España el de-
H. Marshall, 1998; C. B. Macpherson, (1992) en su análisis de la Transición. sarrollo de la ciudadanía, pues si los dere-

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
9
CRÍTICA DE LA TRANSICIÓN

chos sociales fueron primero reconocidos dice que la Transición fue otorgada desde cien años sí fue una pseudo democracia
por la II República y luego desnaturaliza- arriba en tanto que tutelada por la clase otorgada desde arriba y amañada por aba-
dos por el franquismo, que los otorgó al política del poder dictatorial. Y por otra jo, estando de antemano pactado tanto el
precio de renunciar al ejercicio de los de- parte se sostiene que la Transición estuvo reglamento como el resultado del juego,
rechos civiles y políticos, éstos sólo serían amañada por abajo en tanto que sus arre- que los electores no podían decidir ni
reconocidos por la Transición, aunque glos se negociaron bajo cuerda a espaldas modificar. Pero esta nueva restauración
fuese tardíamente. Se coronaba así un de- de la ciudadanía. Pues bien, ambos argu- suarista sólo pactó los reglamentos proce-
sarrollo histórico cuyo proceso evolutivo mentos pueden rebatirse. Como veremos, dimentales (como enseguida veremos),
fue contradictorio en tanto que inverso al una parte de las nuevas reglas de juego dejando abiertos tanto los resultados elec-
lógico: en lugar de comenzar por los ci- fueron otorgadas, en efecto, desde arriba, torales como el reparto del poder. Hubo,
mientos civiles, seguir por las paredes polí- pero sólo pudieron aplicarse gracias al ex- pues, arreglo, pero también limpieza (o
ticas y concluir con las cubiertas sociales, plícito consentimiento de la oposición fair play), pues lo único que se arregló
como en el modelo inglés (Marshall, antifranquista, que las asumió primero y fueron las reglas con que jugar, y no los
1998), aquí se hizo al revés, pues se em- las refrendó después. Y por lo demás, la resultados de un juego que es duro pero lo
pezó por el techo social (que sólo se acaba- oposición siempre mantuvo, desde el pri- bastante limpio y abierto.
ría de universalizar tras la huelga general mer momento, el poder de veto, ya que Y frente a esta evidencia, la única ob-
de 1988) cuando aún no había paredes monopolizaba el reconocimiento exterior jeción que cabe oponer es la naturaleza
políticas ni cimientos civiles. Más tarde vol- (prestado por los organismos internacio- quizá contraproducente del pacto del olvi-
veré sobre esto, pues desnaturaliza en nales y europeos) del que dependía como do que trocó la amnistía de la oposición
buena medida nuestra cultura política. conditio sine qua non la legitimidad ex por la amnesia de los crímenes franquis-
post de la Transición. Así que las fuerzas tas. Pero es preciso reconocer el carácter
2. Enmiendas a la totalidad de ambos bandos estaban empatadas, al jánico y bifronte de un pacto así, cuyo
En todo caso, lo esencial fue que se pro- monopolizar sus respectivos poderes fácti- juicio histórico resulta ambivalente. En
dujo un consenso entre los antagonistas cos: la clase política del franquismo salien- parte fue conveniente y acertado porque
que permitió establecer un marco de dere- te monopolizaba el poder legal y coerciti- permitió parar el reloj y poner el marca-
chos políticos o reglas de juego aceptadas vo, mientras que la oposición antifran- dor a cero, antes de iniciar la competición
por todos los competidores en la lucha quista monopolizaba el poder legítimo y política con las nuevas reglas de juego. Pe-
por el poder (con la excepción también cultural (o mediático) otorgado por el re- ro en parte también fue perverso porque
del País Vasco, como en el caso de los de- conocimiento exterior. Pues bien, ambos sentó el precedente de la impunidad de
rechos civiles). Por eso muchos observado- bandos aceptaron ceder y compartir su los gobernantes, incentivando las poste-
res han creído reconocer en el Consenso el monopolio con el otro bando: la clase riores extralimitaciones del poder (guerra
principal factor explicativo del éxito de la franquista accedió a que los antifranquis- sucia del BVE y los GAL, corrupción po-
Transición (o de su fracaso, como ense- tas pudiesen conquistar todo el poder por lítica, etcétera). ¿Cuál de ambos lados de
guida veremos). Ahora bien, este consen- medios legales (como en efecto sucedió) la balanza pesa más? Ahora es muy fácil
so debe entenderse en sentido sólo instru- y, a cambio, la oposición accedió a que las pontificar para hacerse el moralista, sobre
mental o accesorio, no sustantivo. Fue un reformas legales fuesen aceptadas como todo tras la experiencia chilena que abrió
consenso accidental pero utilitario porque legítimas por todos los observadores in- el juez Garzón al solicitar la extradición
permitió instituir un procedimiento co- ternacionales. Hubo, pues, consentimien- para procesar a Pinochet. Pero hay que
mún para competir por el poder. Pero no to mutuo y, como ha señalado Hunting- darse cuenta de que, de entonces acá, el
fue un consenso sustancial porque no al- ton (1994), en el balance final pesó más contexto internacional ha experimentado
teró las bases (los cleavages) del enfrenta- la influencia del contexto exterior que la un vuelco, tras el fin de la guerra fría: los
miento civil y del conflicto político, que correlación de fuerzas entre los diversos GAL resultaban posibles cuando aún sub-
siguen siendo la sustancia, el motor y la actores en pugna por el control del esce- sistía el telón de acero, y por eso desapa-
materia prima del debate democrático. Y nario doméstico. recieron en cuanto Gorbachov proclamó
este punto es particularmente importante Respecto a la otra enmienda a la tota- el deshielo. Lo cual hace difícil juzgar
porque la piedra de toque del éxito de la lidad, que descalifica la Transición por aquello desde las coordenadas actuales, y
Transición reside precisamente en que el basarse en interesados consensos clandes- parece más sensato convalidar el pacto del
consenso no fuese completo sino limita- tinos, es verdad que, en efecto, casi todo olvido.
do, al estar reducido a las reglas formales el proceso pudo parecer una sucia compo-
de juego, pero no al resultado mismo del nenda y un corrupto pasteleo. De ahí el 3. Rendimiento institucional
juego. Lo esencial fue que el consenso de famoso desencanto, los posteriores escán- Una vez formulado el juicio positivo glo-
la Transición se limitó a pactar el procedi- dalos y el actual descrédito de la democra- bal y rechazadas las enmiendas a la totali-
miento para competir sin que eso afectase cia, con explícito rechazo de los ciudada- dad, ¿qué clase de análisis crítico cabe ha-
al reparto mismo del poder, que siguió nos a sus representantes políticos. Pero en cer sobre la Transición efectivamente ins-
abierto al cambiante albur del proceso este tráfico de manos sucias, lo esencial no tituida, a la luz del juego político
electoral y político. fue la ética de los tratantes (todos ellos ta- actualmente existente? El procedimiento
Esto permite rebatir las enmiendas a húres del Mississippi) sino el contenido evaluador que seguiré es analizar no tanto
la totalidad que se han formulado contra de los tratos. Y aquí hay que volver a in- los reglamentos como los resultados del
la Transición a la democracia, denuncián- sistir en que lo que se pactó fue el regla- juego: una vez instituidas unas determi-
dola por espuria y por falaz. En efecto, las mento, no el resultado del juego, que si- nadas reglas procedimentales, ¿qué clase
peores acusaciones fiscalizadoras son de guió abierto a la libre voluntad de cada de juego político lograron dar de sí? Esta
dos tipos (Morán, 1991). Por un lado, se elector. La Restauración canovista de hace metodología atiende no a los grandes

10 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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ENRIQUE GIL CALVO

estableciéndose una competición no coo-


perativa entre todas las comunidades au-
tónomas para ver quién obtiene más
transferencias a cambio de menores apor-
taciones, dándose así lugar a un federalis-
mo bilateral competitivo sin que todavía
existan instituciones de coordinación
multilateral (Aja, 1999). Pero como tam-
bién señala Colomer (1996: 702), este
sistema autonómico es en la práctica la
principal fuente de pluralismo político y
de división del poder que existe en un sis-
tema tan mayoritario como es el español,
actuando, por tanto, como un contrapeso
capaz de reequilibrar la concentración del
poder político y de servir de bisagra que
pueda arbitrar las tensas relaciones bipar-
tidistas de confrontación bipolar.
El balance que el mismo Colomer ex-
trae del rendimiento institucional obser-
vado resulta ambivalente pues, para él,
“hay unas relaciones paradójicas entre la transición
[inicial] y la democracia [resultante]. Puede com-
prenderse así la unidad de las dos caras de la políti-
ca española en el último cuarto del siglo XX. Por un
lado, una transición que, por el predominio de la
negociación y el pacto y la escasez de violencia, es
contemplada como ejemplar. Por otro lado, una
democracia que, como resultado de las mismas
precauciones contra la inestabilidad y la misma
principios (ética weberiana de las convic- (o nacionalistas periféricos) y penaliza a propensión al pasteleo por arriba que inspiraron la
ciones) sino a sus resultados prácticos los partidos minoritarios con base de re- transición, restringe el número de actores relevan-
(ética de las consecuencias), y en esto se presentación a escala estatal. tes y aleja a los ciudadanos de los lugares de deci-
sión. Lo que en una fase fue fecundo y modélico
parece a los modelos minimalistas de con- Las reglas pactadas por abajo están
para un cambio continuado y sin confrontación,
solidación democrática (Linz, 1990), que contenidas en la Constitución de 1978 y, en la otra produce exclusiones y desinterés. Las vir-
no juzgan las transiciones por su adecua- para lo que aquí importa, definen dos ras- tudes de la transición se han convertido en vicios
ción a los ideales filosóficos sino por la gos decisivos. Ante todo crean un sistema de la democracia” (Colomer, 1998: 180-1).
aplicación efectiva de las reglas de juego. político rayano en el presidencialismo por-
Lo cual exige describir antes cuál es el re- que, una vez obtenida su investidura en la 4. El ciclo democrático español
glamento institucional que se aplica para Cámara baja del órgano parlamentario, el Luego volveré sobre esta cuestión esencial,
poder analizar después los distintos rendi- jefe del poder ejecutivo puede hurtarse en pues la exclusión ciudadana parece la peor
mientos a que da lugar. Y para ello partiré buena medida al control del legislativo, crítica que cabe hacer a la Transición. Pero
del análisis institucional propuesto por dada la moción de censura constructiva. antes de entrar en la cultura política ins-
Josep María Colomer (1998: 171-81), Y después crean un sistema de partidos de taurada, hay que fijarse en otro resultado
cuyas líneas maestras me limitaré a repro- naturaleza oligárquica y excluyente, con derivado del diseño institucional, como es
ducir aquí. financiación sólo pública a cargo del Esta- el posible establecimiento de un ciclo po-
El diseño reglamentario instituido do (pero sin penalizar su oculta financia- lítico de alternancia en el poder. Para ello
por la Transición puede resumirse en tres ción privada) y listas electorales cerradas y conviene partir de una observación del
clases distintas de reglas de juego: otorga- bloqueadas, que convierten a los repre- propio Colomer, que afirma:
das, pactadas y emergentes o imprevistas. sentantes en independientes de sus electo-
“El régimen democrático surgido de la transi-
Las reglas otorgadas desde arriba son las res y sólo responsables ante la cúpula de ción de los años setenta ha oscilado entre fuertes
preconstitucionales, dictadas antes de las sus partidos. tendencias mayoritarias y de concentración del po-
primeras elecciones libres pero después Por último, las reglas emergentes o no der –especialmente desarrolladas en el periodo de
refrendadas por la mayoría absoluta socia- previstas por nadie son las surgidas como mayoría absoluta del PSOE en 1982-1993– y otros
lista. Estas reglas son esenciales porque una consecuencia no querida o un subpro- elementos de pluralismo y división del poder –bá-
definen un sistema electoral mixto, que ac- ducto colateral del propio proceso políti- sicamente, la descentralización territorial” (Colo-
túa en sus dos tercios como sistema mayo- co de la Transición, y consisten en el siste- mer, 1996: 702).
ritario (o de Westminster) y en el tercio ma autonómico de descentralización ad-
restante como sistema proporcional, estan- ministrativa y distribución territorial del A lo que puede añadirse que semejante
do diseñado para poder obtener mayorías poder. Este sistema autonómico, autoriza- oscilación ha dado después un vuelco
absolutas de escaños a partir del 30% de do por el Título VIII de la Constitución, pendular adicional, cayendo de nuevo en
votos populares. Lo cual prima el biparti- ha surgido como un proceso abierto de otro periodo de mayoría absoluta, esta vez
dismo, favorece a los partidos territoriales desarrollo automático sin final previsible, del PP, a partir del año 2000.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
11
CRÍTICA DE LA TRANSICIÓN

Pues bien, tales oscilaciones pendula- CiU, y se accede de nuevo al modelo ma- darse por irreversiblemente consolidada?
res parecen dibujar un desarrollo cíclico yoritario, abriéndose un inédito ciclo de De creer a Linz, en esto se dan dos postu-
de doble alternancia, según sea la orienta- imprevisible duración. ras contrapuestas. Por un lado, la restrin-
ción ideológica ganadora de las elecciones ¿Cómo interpretar estas oscilaciones gida o minimalista, en la que el propio
(derecha o izquierda) y según sea el mode- pendulares entre poder absoluto y coali- Linz se sitúa, que identifica la consolida-
lo de democracia (Lijphart, 1991) que se ciones consociativas, cruzadas o dobladas ción con el común respeto a las mismas
imponga: la mayoritaria o de Westmins- por la oscilación pendular entre izquierda reglas de juego: se trata de que, para to-
ter, y la pluralista (mayoría relativa de coa- y derecha? Se trata, probablemente, de un dos los actores políticamente relevantes,
lición) o consociativa. Así se forma una voto reactivo de protesta retrospectiva por “la democracia debe ser considerada co-
onda larga sinusoidal, análoga a los ciclos los pasados abusos de poder, en exigencia mo el único casino de la ciudad” (Linz,
de Kondratieff en economía (Mandel, de accountability vertical como veremos 1990: 29). No hace falta ningún otro
1986), compuestos por dos crestas inver- después. Cuando una mayoría absoluta consenso institucional o ideológico, pues
sas (A y B) separadas por fases (T) de dura demasiado y se extralimita, los elec- basta con un consenso exclusivamente
transición. Cada cresta supone un máxi- tores la castigan convirtiéndola en mayo- procedimental, reducido a la limpieza del
mo de mayoría absoluta opuesta: de iz- ría relativa, lo que exige coaliciones con- juego electoral. En todo lo demás sobra el
quierda en la cresta A, de derecha en la sociativas. Pero éstas tienden al pasteleo consenso, y los diversos actores pueden (y
cresta B. Y las fases de transición T, de por abajo, y los electores se autoexcluyen quizá deben, en orden al necesario plura-
una cresta a la siguiente, presentan mayo- del sistema, hastiados del arreglo conso- lismo) disentir tanto en sus objetivos co-
rías relativas consociativas, sea cual fuere ciativo. Esto favorece al primer partido de mo en sus intereses. Desde esta perspecti-
el signo ideológico de su coalición plura- la oposición, que más pronto o más tarde va, la democracia española está plena-
lista. Este ciclo electoral presenta hasta retorna al poder: sea de golpe con mayo- mente consolidada, exceptuando al País
hoy la siguiente periodización. ría absoluta, como el PSOE en 1982, o Vasco.
El inicio del sistema se abre en 1977 sea a través de la estación intermedia de la Pero queda el otro punto de vista,
con una fase T de transición que dura alternancia pluralista, como el PP en que a este requisito de consenso procedi-
hasta 1982, consistente en una implícita 1996. Pero en este caso los electores, har- mental le sobreañade otros consensos adi-
coalición consociativa de centro derecha tos de los chantajes consociativos nacio- cionales en materia de legitimidad y cultu-
pluralista formada por la mayoría relativa nalistas, han acabado por concederle en el ra política. Esta otra perspectiva considera
de UCD y las minorías nacionalistas peri- 2000 al PP su actual mayoría absoluta. el respeto a las reglas de juego como una
féricas. Luego, en 1982 aparece un im- Los modelos de ciclo político (Scre- condición necesaria pero no suficiente,
portante punto de inflexión (turning panti, 1985; Schlesinger, 1988; Hirsch- pues además del reduccionismo electoral
point) pues se produce la doble alternan- man, 1986; Moscoso y Babiano, 1992; se requiere un cierto nivel de instituciona-
cia: de derecha a izquierda y de mayoría Brand, 1992; Huntington, 1994; Tarrow, lización democrática. Pero ¿qué clase de
pluralista a mayoría absoluta. A partir de 1997) suelen ser especulativos, por lo que institucionalización?: ¿sólo la anglosajona
ahí, desde 1982 hasta 1993, se mantiene resultan muy discutidos. Pero aquí no se y europeo-occidental de cultura cívica, tal
un ciclo estable (cresta A) de mayoría ab- trata de buscar leyes causales sino de in- como la definieron Almond y Verba
soluta de centro izquierda. En 1993 se terpretar los cambios cíclicos ocurridos. (1970)? Aquí es donde los autores diver-
produce otro turning point, esta vez de al- Como en todo péndulo, ha de haber un gen, pues la variedad de modelos institu-
ternancia simple: sigue el dominio del motor que actúa como fuerza de gravedad: cionales aportada por la evidencia empíri-
centro izquierda, pero su mayoría absolu- es la exigencia electoral de responsabilida- ca resulta ingente, por lo que parece muy
ta se convierte en relativa, exigiéndose des retrospectivas o accountability vertical difícil generalizar proponiendo un umbral
una coalición implícita con CiU. Sin em- (O’Donnell, 1998). Y ha de haber tam- común. Además, la democracia es una ex-
bargo, la subsiguiente inflexión de 1996 bién algún desequilibrio inicial que reali- periencia en curso, abierta y cambiante,
completa la doble alternancia: cambia de mente la oscilación pendular. En el ciclo que se rehace a sí misma estando siempre
signo el Gobierno al pasar de izquierda a español este papel lo ejercen las dos prin- en vías de re-institucionalización. De ahí
derecha, aunque lo haga sólo con mayoría cipales líneas de conflicto (cleavages) que que ahora, más que hablar de consolida-
relativa. Por eso el periodo que va de tensan el antagonismo básico del sistema: ción acabada o definitiva, se prefiera recu-
1996 a 2000 pertenece a la misma fase T el eje ideológico derecha-izquierda, here- rrir a tipologías comparativas, que buscan
de transición que se abrió en 1993, ac- dado de la Guerra Civil, y el eje territorial modelizar la calidad de las democracias
tuando CiU en ambas secuencias como centro-periferia (que opone a españolistas concretas (Collier y Levitsky, 1998).
árbitro y bisagra de la misma coalición contra nacionalistas), heredado de con- En esta línea, me propongo aplicar al
pluralista formada con el cambiante Go- frontaciones muy anteriores a la última caso español el modelo de Guillermo
bierno central: primero con el PSOE, Guerra Civil. Y cabe imaginar que ambas O’Donnell, quizá el más notorio analista
después con el PP. Por último, en el año fuerzas seguirán actuando en el futuro, de los procesos de democratización
2000, tenemos la última vuelta de tuerca, determinando próximas oscilaciones (y (O’Donnell y Schmitter, 1988), que tipi-
hasta la fecha, iniciándose un ciclo inver- dobles alternancias) del ciclo político es- fica las democracias en función de cómo
so (cresta B) de mayoría absoluta de cen- pañol. esté institucionalizada la accountability
tro derecha. Hay continuidad ideológica (O’Donnell, 1996). Este autor comienza
con la fase T anterior, pues se mantiene el 5. El nivel de calidad democrática por aceptar las siete reglas minimalistas de
centro derecha en el poder. Pero hay dis- Para la agenda académica, al análisis de la democracia o poliarquía propuestas por
continuidad en el modelo de democracia, una transición le debe seguir el de su con- Robert Dahl (1992): 1. Autoridades pú-
pues se renuncia al modelo pluralista y solidación. ¿Cuáles son los requisitos nece- blicas electas. 2. Elecciones libres y lim-
consociativo, de coalición implícita con sarios para que una democracia pueda pias. 3. Sufragio universal. 4. Derecho a

12 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
ENRIQUE GIL CALVO

Número de
escaños:
primer partido Mayoría absoluta izquierda
izquierdas
202
200

190
184
180
175
170

160 Mayoría relativa izquierda 159


150

Años 1977 1979 1982 1986 1989 1993 1996 2000


150
156
160 Mayoría relativa derecha
166 168
170

180
183
190

200 Fase “T” Fase “A” Fase “T” Fase “B”

Número de
escaños: Mayoría absoluta derecha
primer partido
derechas

competir por los cargos públicos. 5. Li- to de la accountability horizontal. De un gobernantes y paternalismo arbitrario.
bertad de expresión. 6. Información alter- lado tenemos, como tipo ideal (encarna-
nativa, y 7. Libertad de asociación. Pero do por las democracias anglosajonas y 6. Déficit de ‘accountability’
observa que todas ellas se refieren sólo a nórdicas), la plena consolidación demo- ¿Cómo cabría situar en este marco a la
las instituciones electorales, dejando fuera crática, que ha de exhibir los tres requisi- democracia española institucionalizada
a las demás instituciones políticas ajenas a tos siguientes, que se añadirían a los siete por la Transición? Hasta ahora hemos vis-
las elecciones. Por eso propone recurrir al de Dahl: 1. Universalismo (imperio de la to su rendimiento electoral: en términos de
concepto de accountability, para incluir legalidad, seguridad jurídica e igualdad O’Donnell, la institucionalización de su
dentro de su análisis a todas las institucio- ante la ley de gobernantes y gobernados); accountability vertical, a la que antes me
nes políticas, tengan o no relación directa 2. estricta separación entre lo público y lo referí como el motor del ciclo electoral es-
con las elecciones. privado; y 3. accountability horizontal pañol. Pero queda por ver el rendimiento
Y por accountability (responsabilidad) (O’Donnell, 1996). político restante, dilucidando qué clase de
entiende O’Donnell no tanto la rendición Pero frente a este tipo ideal aparece el accountability horizontal se ha institucio-
activa de cuentas por parte del poder si- otro modelo opuesto, encarnado por las nalizado tras la Transición, a juzgar por el
no, al revés, la activa petición de cuentas democracias latinoamericanas o medite- funcionamiento efectivo de la democracia
que la ciudadanía le formula al poder. Por rráneas, al que O’Donnell (1997) llama española. Una vez consolidada ésta en tér-
eso distingue dos formas de accountabi- democracia delegativa. Aquí se da tam- minos minimalistas, a juzgar por lo abier-
lity: la vertical, ejercida discontinuamente bién, por definición, la accountability ver- to e imprevisible de sus resultados electo-
en cada comicio electoral, por la que cada tical, con sus siete requisitos de la demo- rales, queda por saber cuál es su nivel de
ciudadano individual juzga retrospectiva- cracia electoral. Pero respecto a los demás calidad, a juzgar por sus resultados insti-
mente la ejecutoria del poder saliente; y la criterios institucionales, tenemos un cua- tucionales en materia de accountability
horizontal, ejercida constantemente sin dro inversamente opuesto al modelo des- horizontal. Pues bien, a partir de los dis-
solución de continuidad, por la que los crito de consolidación plena. Frente al tintos testimonios que enseguida citaré,
ciudadanos, a través de las instituciones universalismo, particularismo: arbitrarie- parece claro que la democracia española
en las que participan, controlan cotidia- dad, favoritismo, discrecionalidad, in- ha de ser clasificada como una democracia
namente la ejecutoria de los poderes pú- cumplimiento de la legalidad y una gran delegativa, según la tipología de O’Don-
blicos, pidiéndoles cuentas si se extralimi- brecha entre el aparente respeto ritual por nell (1997). Expresado en términos de
tan (O’Donnell, 1998). las reglas formales y su cínica vulneración Colomer, la española debe ser calificada
Pues bien, a partir de aquí, O’Don- informal. Frente a la separación entre lo como una democracia de baja calidad:
nell tipifica dos modelos contrapuestos de público y lo privado, colusión: clientelis-
“El amplio margen de maniobra de los líderes,
institucionalización democrática. En los mo, patrimonialización del poder, co- la debilidad de las organizaciones intermedias entre
dos modelos se dan con variantes las siete rrupción política, connivencia de intere- el Estado y la sociedad, la pasividad de la ciudada-
reglas de accountability vertical propuestas ses espurios. Y frente a la accountability nía –heredadas de la transición–, configuran una
por Dahl. Pero en cambio, ambos mode- horizontal, caudillismo plebiscitario: po- democracia de baja calidad” (Colomer, 1998: 177).
los difieren y se oponen por su tratamien- pulismo demagógico, impunidad de los Para ilustrar este juicio tan sumario,

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
13
CRÍTICA DE LA TRANSICIÓN

nada mejor que retornar a los ya señala- democrático, sin embargo se muestran que sólo se otorgaban al precio de la re-
dos tres requisitos de O’Donnell (1996): muy reticentes con sus instituciones, los nuncia a ejercer los derechos civiles y polí-
universalismo, separación público/priva- partidos y la clase política, como forma ticos. Y esto habituó a las poblaciones so-
do y accountability horizontal. A estos tres de justificar sus ínfimos índices de parti- bornadas al régimen alimenticio del come
criterios de calidad institucional pueden cipación (Morán y Benedicto, 1995). y calla, induciendo su posterior preferen-
añadirse otros tres requisitos adicionales, Tanto es así que, respecto a la tipología de cia por una democracia protectora: pero
propuestos por Pérez-Díaz (1996: 20-1): Almond y Verba (1970), la cultura políti- protectora no de los derechos civiles, co-
opinión pública plural e independiente del ca de los españoles debiera ser clasificada mo la democracia liberal, sino de los de-
poder, mercados libres y autorregulados y no como cívica participante, según corres- rechos sociales otorgados por la pseudo de-
primacía de la sociedad civil. Y, por últi- ponde a las democracias plenamente con- mocracia desarrollista (Macpherson,
mo, cabe añadir el criterio clásico de Al- solidadas, sino como una cultura de súb- 1982). Así es como la ciudadanía de las
mond y Verba (1970): una cultura cívica ditos, afín a los regímenes paternalistas democracias recientes como la española se
bien informada y participante. Pues bien, autoritarios. Lo cual resulta confirmado mantiene adiestrada en la práctica del ci-
en el caso español, ninguno de estos crite- por la opinión que sostienen los españoles nismo político, lo que le permite benefi-
rios de calidad democrática se cumple a acerca de su responsabilidad personal, de ciarse de la protección pública sin com-
nivel suficiente. No queda espacio para la que dimiten en buena medida al creer- prometerse a participar, tolerando los
profundizar en cada uno, pero basta re- se con derecho a la protectora tutela del abusos de poder y delegando su propia
cordar los múltiples escándalos de corrup- Estado (Morán y Benedicto, 1995: 131- responsabilidad personal.
ción política habidos hasta la fecha (Pé- 4). Pero no conviene acabar así, quedán-
rez-Díaz, 1996; Laporta y Álvarez, 1997; ¿Cómo interpretar estos desalentado- donos con esta moraleja tan escéptica co-
Nieto, 1997) para evidenciar que en la res resultados institucionales? Según indi- mo fatalista, pues el determinismo del pa-
España democrática sigue predominando ca O’Donnell (1996), todo balance es sado histórico se puede corregir o incluso
el particularismo discrecional y arbitrario una cuestión de grado, ya que la suya es anular. Quiero decir que no estamos con-
sobre el universalista imperio de la ley una tipología bipolar donde cada país ha denados a reproducir intacta la misma
igual para todos los ciudadanos; que sigue de situarse entre ambos extremos opues- cultura incivil heredada, pues podemos
habiendo colusión entre los poderes públi- tos. También en los países anglosajones o aprender de nuestra propia experiencia,
cos y los intereses privados; y que no exis- protestantes hay incumplimientos infor- contribuyendo a reconstruirla y a rein-
te accountability horizontal apreciable, males y clandestinos de la legalidad. Y ventarla de formas nuevas y creativas. Al
pues la ciudadanía viene consintiendo también en los países católicos o latinos fin y al cabo, ésta es la concepción morfo-
con amplio margen de tolerancia las ex- se pueden apreciar rasgos de civismo, lim- genética que de las transiciones a la demo-
tralimitaciones de sus gobernantes. pieza pública y respeto por la legalidad. cracia propuso Dankwart Rustow (1970),
Respecto a los criterios adicionales de Por tanto, en el caso de España se trata con quien inicié esta reflexión. Es me-
Pérez-Díaz, también parece evidente que del clásico dilema de la botella medio va- diante la práctica, el aprendizaje y la habi-
la intervención del poder político en los cía y medio llena, lo que también depen- tuación como los ciudadanos van adqui-
medios de comunicación se mantiene in- de del color del cristal con que se mire riendo la competencia cívica y las habilida-
tacta, si es que no se incrementa, convir- nuestra realidad. La democracia española des necesarias para participar activamente
tiendo a los órganos de prensa en instru- ¿está ya suficientemente consolidada o es en una plena democracia. Y aquí cabe ser
mentos tribales y sectarios que sólo bus- delegativa, está incompleta y sigue todavía optimistas. En efecto, la forma en que la
can promover escándalos sensacionalistas pendiente de consolidar? Aquí cabe du- sociedad española ha resuelto satisfacto-
al servicio de su colonización partidista dar, y también practicar esa doble moral riamente episodios como los de Filesa y
(Arroyo Martínez, 1996; Martínez Soler, tan española que permite suponer que los GAL nos demuestra que se ha exigido
1998). En cuanto a los mercados, a pesar ambas versiones son ciertas. Es esta mis- cuentas a los gobernantes que abusaron
de la teórica privatización del antiguo sec- ma ambivalencia moral, la que para Orte- de su poder (accountability horizontal), lo
tor público, sin embargo continúan so- ga explicaba la abismal distancia que se- que significa, en comparación con el pa-
metidos a la intervención arbitraria del para la España oficial de la España real sado, que se ha logrado aprender de la
poder gubernamental, por lo que su fun- (Fusi, 2000: 247). ¿Y cómo no pensar, propia experiencia colectiva. Por eso
cionamiento sigue siendo servil en busca dado este cinismo de nuestra cultura pú- acierta Pérez-Díaz al señalar que aquellos
de protección, lo que les obliga a estar po- blica, que la democracia española ya está escándalos pusieron España a prueba, y
litizados (Mota, 1998). Y por lo que hace oficialmente consolidada, pero extraofi- que los españoles supieron superar con
a la sociedad civil, el tejido asociativo es- cialmente pendiente de consolidar? éxito dicha prueba (Pérez-Díaz, 1996:
pañol continúa siendo organizativamente Si todo resulta tan dudoso es porque 112-33).
débil, participativamente raquítico, com- se mantiene intacta una evidente conti- Concluiré, pues, con una esperanza
pletamente dependiente de las subvencio- nuidad histórica, que con su inercia sigue optimista, o por lo menos, posibilista. El
nes ajenas y clientelarmente cautivo de los afectando a la presente realidad española. futuro no está escrito sino que sigue
poderes públicos (Subirats, 1999). Por lo El mismo O’Donnell atribuye la demo- abierto, por lo que habrá que irlo cons-
tanto, como admite el propio Pérez-Díaz cracia delegativa no tanto a las peculiari- truyendo cada día. De ahí que nunca
(1996: 47-65), la primacía de la sociedad dades de la cultura latina como a la he- pueda darse ninguna democratización por
civil en España sigue siendo una ficción. rencia del autoritarismo, que rigió duran- plenamente consolidada y concluida. Por
Y esto se corresponde perfectamente con te la mayor parte del siglo XX a las el contrario, por definición, toda demo-
el tipo de cultura política todavía hoy in- sociedades latinas. Lo peculiar del totali- cracia está inconclusa, y son los electores
teriorizada por los españoles, que si bien tarismo moderno es que buscó legitimarse (accountability vertical) y los ciudadanos
prestan un completo acuerdo al régimen mediante la concesión de derechos sociales (accountability horizontal) quienes van

14 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
ENRIQUE GIL CALVO

incluyendo cambios y excluyendo herencias Barcelona, 1992. MOTA, Jesús: La gran expropiación. Las privatiza-
casi cada día. De ahí que pueda decirse, ciones y el nacimiento de una clase empresarial al ser-
ELIAS, Norbert: El proceso de la civilización. FCE, vicio del PP. Temas de Hoy, Madrid, 1998.
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Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
15
ECONOMÍA Y
DEMOCRACIA EN ESPAÑA
JOSÉ LUIS SÁEZ LOZANO

“Los más efectivos a la hora de gobernar son quienes bre el institucionalismo político. Así pues, democrático en las economías industrializa-
menos ruido hacen”. este artículo ha de interpretarse como una das. En esta revisión del panorama científi-
John Selden
reflexión sobre el proceso de modernización co que precedió a la síntesis neoclásica no
en España, tras el restablecimiento del régi- podemos obviar el carácter pionero del tra-
Introducción men de libertades públicas en 1976. bajo de Lipset, que evidenciaba la relación
Desde que en 1959 Lipset publicara su ger- causal entre desarrollo socioeconómico y
minal y polémica tesis sobre la relación entre Economía y democracia: democracia2. En los albores de la década de
desarrollo económico y democracia, han ido en pro de la modernización los sesenta, Schumpeter expuso de forma
apareciendo diferentes estudios1 que eviden- En los albores del siglo XXI no se pone en du- clarividente lo que ya había avanzado An-
cian que no estamos ante una cuestión mar- da que el ámbito económico y el dominio tony Downs 10 años antes:
ginal e irrelevante dentro del panorama in- político son dos elementos del sistema demo- “Los Gobiernos son conscientes cuando aplican
vestigador de la economía política. En Espa- crático que interactúan entre sí, a través de políticas que desestabilizan el orden social”.
ña no existe ningún estudio en donde se diferentes mecanismos e instrumentos. Des-
analice la interrelación entre el ámbito eco- de mediados de la década de los cincuenta, Siguiendo esta revisión cronológica de
nómico y el dominio político tras el restable- los investigadores vienen planteando que los los antecedentes de dicho programa de in-
cimiento del régimen de libertades públicas; Gobiernos democráticos utilizan algunos ins- vestigación, habría que reseñar la aportación
de ahí que sea muy oportuno hacer esta pri- trumentos de política económica con fines de Black (1958), quien publicó el primer
mera aproximación empírica, ya que nos va electorales y/o partidistas; pero esta línea de artículo desde el ámbito científico de la Pu-
a permitir dar respuesta a muchos interro- trabajo no alcanzó su máximo apogeo hasta blic Choice, en donde se analizaba la toma
gantes que actualmente se plantean en la vi- que se publicaron los primeros trabajos de de decisiones racionales en grupos y colecti-
da pública, social y política de nuestro país. Public Choice, cuya hipótesis fundamental es vos. A partir de ahí, éste ha sido el ámbito
Ello exige que comencemos revisando que “el Estado no es neutral en su acción de científico que más ha aportado al acervo li-
los fundamentos básicos (antecedentes, gobierno”, tal y como defendía la síntesis ne- terario de la interrelación entre economía y
planteamientos teóricos, evidencia empíri- oclásica, que dominó el pensamiento econó- política en los sistemas democráticos. Sería
ca…) de lo que se llegó a denominar “teoría mico desde mediados de los cincuenta hasta injusto olvidar el trabajo de Arrow, al que
de la modernización”. A continuación anali- los años setenta. La desmitificación del políti- siguió la “teoría económica de la democra-
zaremos la estabilidad política y el sufrimien- co como alguien que es inmune a cualquier cia”, de Downs; el “cálculo del consenso”,
to económico generado por los distintos Go- preferencia ideológica o interés político la de Buchanan y Tullock; y la “teoría de las
biernos de la transición y de la democracia plasmó muy bien Buchanan: coaliciones”, de Riker.
en España. A la luz de todo lo anterior po- “El romanticismo se ha ido, quizá para nunca volver.
Al margen de la Public Choice han ido
dremos reflexionar sobre cómo han interac- Se ha perdido el paraíso socialista. Los políticos y los apareciendo distintos trabajos en donde se
tuado ambos dominios en estos 24 años de burócratas son personas comunes, bastante parecidas investigaba la interacción entre el ámbito
convivencia en libertad. a nosotros, y la política es considerada como un jue- económico y el dominio político. En primer
go, en el que muchos jugadores, con objetivos bastan-
No puedo finalizar esta introducción lugar destacaría la aportación primordial de
te dispares, interrelacionan de tal manera que se gene-
sin resaltar que este análisis no puede, ni de- ra una serie de resultados que pueden no ser coheren- Hirschman (1996), quien planteó que la in-
be, interpretarse como una reflexión retóri- tes ni eficientes bajo ningún criterio”. teracción entre ambos elementos es intermi-
ca, en la línea de las nuevas tesis liberales. tente: a periodos de acoplamiento les suce-
Tampoco pretendemos evidenciar, desde la Con anterioridad aparecieron algunas den fases atípicas, y viceversa. Otra cuestión
praxis, que la razón económica prevalece so- aportaciones relevantes que resaltan las in- es la dirección causal de esta relación y cómo
terferencias entre el dominio político y el se manifiesta la sincronía/diacronía de la
ámbito económico. En los años treinta, Ka-
1 Vid. A. Alesina y D. Rodrik: Distributive politics lecki mantuvo una posición crítica respecto
2 Vid. ib. El corolario que se extraía del trabajo de
and economic growth. 1994; G. Bertola: Factor shares, sa- al papel estabilizador de los Gobiernos. A fi-
ving properasities, and endogenous growth. 1993; R. Pero- nales de los años cincuenta aparecieron los Lipset era el siguiente: el progreso económico conduce
ti: Income distribution, politics, and growth. 1992; y T. irremediablemente al restablecimiento del régimen de li-
Persson y G. Tabellini: Is inequallity harmful for growth? trabajos de Downs, que alteraban la visión bertades públicas, allá donde impera la dictadura; y las
Theory and evidence. 1991. que se tenía hasta el momento del sistema democracias más estables son las más desarrolladas.

18 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107n


misma. Según Hirschman, la España de los económico en estos últimos 24 años de normalidad de los que hablaban Ake y San-
años sesenta y principios de los setenta era convivencia en libertad destacan de manera ders, respectivamente. Mientras que el pri-
un claro ejemplo, en donde a una fase atípi- especial algunos elementos del dominio po- mero propuso un índice estático para medir
ca (dictadura) que se caracterizó por el desa- lítico: restablecimiento del orden constitu- el grado de inestabilidad política, la pro-
rrollismo, le habría de suceder un periodo de cional, legalización de los partidos, asocia- puesta de Sanders era dinámica, ya que
acoplamiento que culminaría con la restau- ciones y sindicatos, descentralización auto- planteaba medir cómo los eventos que de-
ración de un régimen de libertades públicas. nómica, celebración de elecciones generales, terminan la inestabilidad política en un mo-
Hay otro grupo de trabajos más deductivos, regionales y locales, etcétera. mento desvían al sistema de la línea de ten-
en donde examina cuantitativamente cuál es Castles (1974) decía que la estabilidad dencia de estabilidad (normalidad) observa-
el impacto de la democracia en el crecimien- política viene definida por la probabilidad da hasta el periodo inmediatamente
to económico3. Por último, no podemos ol- que otorgan los ciudadanos a un periodo anterior.
vidar las aportaciones científicas que tratan placentero y duradero sin eventos, o al me- A partir de la formulación de la teoría
también, desde una perspectiva eminente- nos cuando no es necesario esperar mucho partidista del ciclo económico de Hibbs
mente empírica, la relación entre distribu- tiempo para consagrar el orden establecido. (1977) han ido apareciendo estudios en los
ción de la renta, instituciones democráticas y Duff y McCamant (1968) precisaron que la que se introducía el nivel de estabilidad po-
crecimiento económico4. estabilidad se manifiesta cuando hay ausen- lítica como un factor explicativo del ciclo
A modo de conclusión, podemos rese- cia de acontecimientos que suscitan el inte- económico. En este sentido, Roubini y
ñar que los estudios más recientes se centran rés general y, además, ello no altera el orden Sachs (1988) enfatizaron la influencia nega-
en el análisis de la interacción entre econo- normal del sistema. tiva que ejercen los gobiernos de coalición
mía y democracia a través de nexos de Una vez definido el concepto de “esta- inestables en los objetivos de la política eco-
unión como la opinión pública y las institu- bilidad”, surgió la necesidad de aproximarse nómica: los gobiernos de coalición con dos
ciones. En estos trabajos se defiende que la a lo que se entiende por “inestabilidad polí- o tres partidos son los que más dificultades
política económica influye en la opinión tica”, que Ake (1974) definió como la regu- tienen para aplicar una política económica
pública (electores, lobbies, grupos financie- laridad de aquellos cambios que evidencian de ajuste cuando ésta se hace necesaria.
ros, sindicatos...); pero no es menos cierto un desafío o reto respecto al orden normal- En mi opinión, el índice de estabilidad
que algunas instituciones democráticas reac- mente establecido5. En ese sentido, Sanders política de Alesina (1989) puede conside-
cionan tras conocer la opinión pública. (1981) asimiló la idea de estabilidad política rarse como el más exhaustivo de cuantos in-
a la de normalidad en el ámbito institucio- dicadores se han propuesto para reflejar la
España: nal; de ahí que apuntase que un sistema po- situación institucional de un país, ya que in-
más ciclos que años de democracia. lítico no es estable cuando los distintos ele- cluye un número importante de factores
Hoy nadie cuestiona que entre los factores mentos que configuran el orden se alteran que sintetizan muy bien la situación del en-
que han determinado la evolución del ciclo de tal forma que no pueden alcanzar sus ob- torno político. No obstante, es un índice di-
jetivos e incumplen así sus compromisos señado ad hoc para aproximarse a la interac-
institucionales. ción entre el ámbito político y el dominio
3 Vid. R. Barro: Democracy and growth, págs. 1-27.
Otra cuestión es aproximarse cuantitati- económico en países desarrollados, mientras
1996; A. Przeworski y F. Limongi: Political regimes and
economic growth, págs. 51-69. 1993; y L. Sirowy y A. In-
vamente a los conceptos de regularidad y que los restantes índices de estabilidad polí-
keles: The effects of democracy on economic growth and ine- tica y gubernativa citados anteriormente no
quality: A review, págs. 126-157. 1990. se diseñaron desde esa perspectiva.
4 Vid. A. Alesina y R. Perotti: The political economy
5 Entre estos desafíos encontramos los votos de A diferencia de estos indicadores de es-
of growth: A critical survey of the recent literature, págs.
351-371. 1994; y R. Perotti: Income distribution and in- censura, rechazo de los Presupuestos Generales del Esta- tabilidad política, los índices de desarrollo
vestment, págs. 827-835. 1994. do o cualquier otra propuesta que realice el Gobierno. político de Cutright (1963) y Olsen (1968)

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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ECONOMÍA Y DEMOCRACIA EN ESPAÑA

se plantearon con el fin de medir la estabili- no de Calvo Sotelo; segunda crisis de Go- mer Gobierno constitucional: se inició tras
dad democrática. La propuesta de Cutright bierno de Calvo Sotelo; última crisis de las elecciones legislativas celebradas el 1 de
es más bien un indicador de representativi- Gobierno de Calvo Sotelo; primera crisis marzo de 1979. Uno de los retos priorita-
dad que mide el nivel de pluralidad política; de Gobierno de Felipe González; inicio de rios de este Ejecutivo era alcanzar un mayor
por el contrario, Olsen elaboró un índice de la segunda legislatura de Gobierno de Felipe equilibrio social, con el fin de fortalecer y
desarrollo político a partir del indicador de González; segunda moción de censura de la revitalizar el Estado de derecho; en segundo
representatividad política de Cugright y democracia; reajuste ministerial de 1988; término, se planteó desarrollar la Constitu-
otras variables que reflejan la modernización huelga general de 1988; inicio de la tercera ción; tercero, impulsar el Estado de las au-
democrática de un país. legislatura de Gobierno de Felipe González; tonomías, con el fin de alcanzar un mayor
Con el paso del tiempo, se ha desviado salida de Manuel Chaves del Gobierno; di- equilibrio; cuarto, afianzar e intensificar la
la atención hacia otra cuestión colateral: la misión de Alfonso Guerra; salida de García acción encaminada a mejorar la seguridad
estabilidad gubernativa. En mi opinión, a Valverde del Gobierno por el escándalo de ciudadana, al mismo tiempo que se profun-
la hora de investigar la interacción entre Renfe; comienzo de la cuarta legislatura dizaba en la lucha antiterrorista; en quinto
economía y democracia, también es necesa- de Felipe González con minoría parlamenta- lugar, mejorar la política exterior de España,
rio analizar la estabilidad/inestabilidad de ria; salida de Corcuera del Gobierno y co- ya que éste era el único camino para inte-
los Gobiernos6. En esta línea, Grilli, Mas- rrupción en su máximo apogeo; dimisión de grarnos internacionalmente en la CEE, la
ciandaro y Tabellini (1991) identificaron la Asunción tras la fuga de Roldán; dimisión OTAN, etcétera; y, por último, este primer
estabilidad política con la duración de un del vicepresidente Serra por el escándalo del Gobierno constitucional estaba obligado a
Gobierno, es decir, el número de periodos CESID; comienzo de un nuevo ciclo con el delimitar el papel de las Fuerzas Armadas,
de tiempo que transcurren entre un Ejecuti- PP en el Gobierno; primera remodelación como factor de disuasión y respaldo de la
vo y otro. En ese sentido, decimos que la es- realizada por Aznar, antes del XIII Congreso acción internacional y de defensa del orden
tabilidad es menor cuanto más débil es un del PP; a finales de abril de 1999, Loyola de constitucional. Este segundo ciclo de estabi-
Gobierno; y viceversa, afirmamos que hay Palacio deja el Gobierno para ser la candida- lidad política culminó con el ajuste ministe-
una mayor estabilidad política cuanto más ta del PP en las elecciones europeas del 13 rial del 2 de mayo de 1980, tres semanas
fuerte es un Ejecutivo. de junio, y, por último, Pimentel presenta su antes de que el grupo parlamentario socia-
Tras revisar los diferentes índices de es- dimisión el 19 de febrero de 2000, al sentir- lista presentase la primera moción de censu-
tabilidad política propuestos, nos plantea- se responsable político del caso Aycart. ra de la democracia.
mos elaborar un indicador dinámico que
nos permitiese valorar el entorno político e 1. La legislatura de la transición democráti- 3. Una vez rechazada la moción de censura
institucional en España, tras el restableci- ca coincidió temporalmente con el primer comenzó el tercer ciclo de estabilidad políti-
miento del régimen de libertades públicas. Gobierno de Adolfo Suárez. Este periodo ca, que sería muy efímero, ya que el 8 de
Ello nos llevó a incluir cuatro componentes se distinguió por la estabilidad política, si se septiembre de este año Adolfo Suárez nom-
políticos en dicho índice: la estabilidad gu- exceptúa el mes de febrero de 1978, en el bró su último gabinete tras someterse a una
bernativa, las remodelaciones y ceses de Go- que se materializó la primera crisis ministe- cuestión de confianza. El objetivo último de
bierno, la duración de los ejecutivos y las rial de la transición: abandonó la vicepresi- esta estrategia política instrumentada por
crisis políticas7. dencia segunda de Economía Enrique Adolfo Suárez era infundir mayor credibili-
Si analizamos la evolución del índice de Fuentes Quintana, que fue sustituido por dad y confianza a la tramitación parlamen-
estabilidad política durante la transición y la Fernando Abril Martorell. El principal reto taria de sus propuestas, consiguiendo así un
democracia, constatamos que ha sido muy de este Gobierno era ganar tiempo político8 mayor consenso dentro de su propio grupo
dispar, ya que a periodos de una gran estabi- hasta que se aprobara la Constitución el 6 parlamentario.
lidad les han sucedido fases de inestabilidad. de diciembre de 1978, dado que era funda-
A partir del análisis de los periodos de máxi- mental para consolidar el régimen de liber- 4. El último Ejecutivo de la etapa de Adolfo
ma y mínima estabilidad, identificamos 27 tades públicas en España. En esas coordena- Suárez, de tendencia algo más socialdemó-
ciclos políticos tras el restablecimiento del das hay que interpretar la mayoría de las crata y liberal, no evitó que la estabilidad
régimen de libertades públicas: transición a medidas aprobadas en este periodo de tran- política entrase en una fase crítica, que cul-
la democracia; primer gobierno constitucio- sición (los pactos de La Moncloa, por ejem- minaría en enero de 1981 con la mayor cri-
nal; primera moción de censura de la demo- plo), ya que la legitimidad de todo régimen sis de la transición y la democracia.
cracia; último gabinete de Suárez; intentona democrático viene determinada tanto por la
golpista; primera remodelación del Gobier- eficacia del Gobierno para diagnosticar y 5. En este mes, tras suspenderse el Congre-
corregir los verdaderos problemas que sufre so Nacional de UCD, que iba a celebrarse
un país como por la efectividad de las medi- en Palma de Mallorca, Suárez presentó su
6 Vid. K. Dowding y R. Kimber: op. cit., 1983; S. das aplicadas para alcanzar los objetivos dimisión como presidente del Gobierno.
Ersson y J. Lane: Political stability in European democra- planteados. Este quinto ciclo se prolongó durante el
cies, págs. 245-264. 1983; A. Lijphart: Measures of cabi-
net durability. A conceptual and empirical evaluation, mes de febrero como consecuencia de la in-
págs. 265-279. 1984; y T. Sanders y V. Herman: The 2. Hay un segundo ciclo de estabilidad po- tentona golpista del 23 de febrero de 1981,
stability and survival of governments in western democra- lítica, que coincidió en el tiempo con el pri- alcanzándose en este periodo el mayor nivel
cies, págs. 346-377. 1977. En todos estos trabajos se defi-
ne de forma general el concepto de estabilidad/inestabili-
de inestabilidad.
dad política, y se analiza su interacción con factores eco-
nómicos, políticos y sociales. 6. Tras recibir la confianza de 186 parla-
7 Vid. J. L. Sáez Lozano: Economía y política en de- 8 Vid. E. Fuentes Quintana: ‘De los pactos de La mentarios, el Gobierno de Leopoldo Calvo
mocracia. Pirámide, 1999. En este libro se analizan los Moncloa a la Constitución (julio 1977-diciembre
cuatro elementos del índice de estabilidad política en la 1978)’. Incluido en J. L. García Delgado: Economía es- Sotelo tomó posesión el 26 de febrero de
democracia española. pañola de la transición y la democracia, págs. 23-34. 1990. 1981. Éste era un Ejecutivo con menos mi-

20 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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JOSÉ LUIS SÁEZ LOZANO

nistros, y se distinguió por practicar una po- contra el Ejecutivo socialista, que comenzó ello facilitó el inicio del decimotercer ciclo
lítica continuista, en sintonía con el último a debatirse el 26 de marzo de 1987. La vo- de estabilidad política, que alcanzó su punto
Gobierno de Adolfo Suárez; sin embargo, tación tuvo lugar el 30 de marzo y tan sólo más álgido en noviembre de 1989.
este sexto ciclo también fue muy efímero, fue apoyada por los diputados de AP, a los
ya que en agosto Calvo Sotelo introdujo al- que se agregó el de Unió Valenciana. 14. Las elecciones generales del 29 de octu-
gunos cambios en el Ejecutivo. bre de 1989 depararon al PSOE una pérdi-
11. A diferencia de lo sucedido en 1980, da de escaños11. Comienza así el decimo-
7. Si el sexto ciclo de la transición y la de- cuando Felipe González presentó la primera cuarto ciclo, que coincidió en el tiempo con
mocracia fue breve, el séptimo duró menos, moción de censura de la democracia, el lí- la tercera legislatura socialista. En cualquier
ya que en diciembre de 1981 el último pre- der popular encontró una gran hostilidad caso, no podemos obviar que fue el periodo
sidente de Gobierno de la UCD volvió a re- en los portavoces de los restantes grupos de de progreso político más breve de la transi-
modelar su equipo: creó dos vicepresiden- la oposición, que criticaron el carácter opor- ción y la democracia, ya que en abril se pro-
cias, que recayeron en Martín Villa y Juan tunista de esta iniciativa política. dujo un reajuste ministerial debido a la sali-
Antonio García Díez. da de Manuel Chaves, que sería el candida-
12. Todo ello facilitó que el grupo socialista to socialista a la Presidencia de la Junta de
8. Después de las elecciones autonómicas pudiese mantener una actitud pasiva y se Andalucía en las elecciones autonómicas del
andaluzas, Calvo Sotelo modificó de nuevo iniciase así el decimosegundo ciclo, que 23 de junio de 1990.
su Gobierno, con el fin de preparar los co- se vio truncado por el reajuste ministerial de
micios que se atisbaban en el horizonte elec- julio de 1988, el más amplio de la etapa 15. Desde sus inicios, se vislumbraba que
toral de los próximos meses. Este octavo ci- de González. El objetivo del ex presidente esta legislatura iba a ser muy convulsiva,
clo fue algo más largo que los dos anterio- del Gobierno era combatir la imagen de pues comenzó con la anulación de las elec-
res, pero ello no evitó que el país siguiese cansancio y desgaste de los ejecutivos socia- ciones generales en las circunscripciones de
inmerso en una fase de inestabilidad políti- listas9 dando entrada a ministros a los que a Melilla, Murcia y Pontevedra. El ambiente
ca. Tan sólo unas elecciones generales anti- priori se les suponía un mayor carisma, al político estaba dominado por la inestabili-
cipadas podían poner punto y final a esta si- mismo tiempo que éstos contribuían a sa- dad: Felipe González se sometió en 1990 a
tuación. near la vida pública, salpicada por los pri- una cuestión de confianza (una vez resueltos
meros casos de corrupción10. Se vislumbra- los recursos electorales); UGT ratificaba su
9. Los comicios del 28 de octubre de 1982 ba ya en el horizonte electoral los comicios independencia frente al PSOE; comenzaron
facilitaron la alternancia partidista en el Go- generales del 29 de octubre de 1989. a escucharse algunas voces críticas desde el
bierno de la nación. El PSOE obtuvo 202 interior del partido del Gobierno.
diputados y pudo formar un grupo parla- 13. Este ciclo tan sólo duró cinco meses, ya
mentario mayoritario, que le otorgaba a Fe- que la huelga del 14 de diciembre de 1988 16. Surgió el primer gran escándalo políti-
lipe González un gran respaldo. Todo ello frenó el ascenso del índice de estabilidad co, que provocó la dimisión de Alfonso
explica por qué el índice de estabilidad polí- política. La crisis interna del Gobierno, a la Guerra como vicepresidente del Gobierno,
tica continuó la senda de crecimiento inicia- que no era ajeno el PSOE, estuvo impulsa- etcétera. Todo ello puso fin al decimosexto
da en los últimos meses de Gobierno de da por otros elementos que, conjuntamente ciclo de la transición y la democracia.
Calvo Sotelo. Este noveno ciclo habría du- con la huelga, sumieron al país en una si-
rado más si no se hubiera convocado la tuación de inestabilidad política. La opi- 17. Otro gran escándalo de corrupción iba
huelga general del 20 de junio de 1985 y nión pública culpaba a Felipe González de a cerrar el decimoséptimo ciclo: el ministro
Felipe González no hubiese afrontado su la inoperatividad de algunos servicios públi- de Sanidad, Julián García Valverde, que
primera crisis de Gobierno: dimitió Miguel cos y del fuerte incremento de la presión fis- ocupaba esta cartera desde la última remo-
Boyer como ministro de Economía y Ha- cal; se publicaban las primeras noticias sobre delación, efectuada el 11 de marzo de 1991,
cienda y fue destituido Fernando Morán el GAL y la guerra sucia auspiciada por el hubo de abandonar su cargo, ya que cuan-
como máximo responsable de Asuntos Ex- Estado; había malas relaciones con los prin- do era presidente de esta empresa pública
teriores. Las pretensiones del primero y la cipales agentes sociales, etcétera. El 21 de influyó en la recalificación de unos terrenos
actitud díscola del segundo ante el cambio diciembre de 1988, Felipe González tuvo situados en el municipio de Alcobendas.
de actitud sobre la permanencia de España que comparecer en el Congreso de los
en la OTAN fueron los argumentos que ex- Diputados, tras el éxito de la movilización 18. Cinco meses después, la enfermedad de
plicaron esta remodelación ministerial reali- social promovida por los principales sindi- Francisco Fernández Ordóñez obligó al pre-
zada en julio de 1985. catos del país. Allí mostró una actitud más sidente a realizar un reajuste ministerial en
receptiva: se comprometió a consensuar con junio de 1992, pasando Javier Solana a ocu-
10. El noveno ciclo culminó con la celebra- la oposición la Ley de Huelga, aseguró que par esta cartera, mientras que Alfredo Pérez
ción de elecciones generales en junio de aceleraría la puesta en funcionamiento del Rubalcaba fue nombrado ministro de Edu-
1986. Tras estos comicios, Felipe González Consejo Económico y Social, etcétera. Todo cación. Finalizó así una fase breve de pro-
nombró su segundo Ejecutivo, iniciándose greso político, aunque en este caso, a dife-
así una fase de estabilidad política, que se rencia de lo sucedido en el ciclo anterior, no
vio truncada por la segunda moción de cen- 9 Vid. J. Montabes: ‘El Gobierno’. Incluido en M. estuvo motivada por un escándalo de co-
sura que se presentó tras el restablecimiento Alcántara y A. Martínez: Política y Gobierno en España, rrupción.
del régimen de libertades públicas. Antonio pág. 182. 1997.
10 Los nombramientos de José Luis Corcuera y En-
Hernández Mancha, como presidente de
rique Múgica como ministros de Interior y Justicia, res-
AP, aprovechó la crisis que se vivía en el in- pectivamente, fueron los cambios más relevantes del se- 11 El PSOE obtuvo 175 diputados, es decir, el

terior del Gobierno y presentó una moción gundo Gobierno de Felipe González. 50% de los escaños.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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21
ECONOMÍA Y DEMOCRACIA EN ESPAÑA

19. Aunque el índice de estabilidad inició económica del país. El ambiente político es- consistía en sumar las tasas de paro e infla-
una nueva fase ascendente a partir de julio taba muy contaminado por la aparición ción: cuanto mayor era el valor del citado
de 1992, los problemas de gobernabilidad continuada de escándalos públicos y casos indicador, peor valoración merecía la políti-
siguieron acumulándose: no se cumplían to- de corrupción, y por la crisis interna que se ca económica articulada por el Gobierno; y
das las proyecciones del Plan de Convergen- vivía en el PSOE; por el contrario, la coyun- viceversa, cuanto menor era este ratio, me-
cia Económica; surgió la polémica en torno tura económica remontaba la fase de crisis, jor calificación suscitaban las medidas eco-
a la ley Corcuera y sus problemas de inconsti- pero la opinión pública no lo percibía así, nómicas aplicadas por el Ejecutivo. Uno de
tucionalidad; la crisis económica dominaba dado que esto no se reflejaba de forma direc- los grandes inconvenientes del índice de mi-
el país, etcétera. Todo ello condujo a Felipe ta e inmediata en algunas de las variables seria de Okun es que no fijaba un punto de
González a anticipar las elecciones generales macroeconómicas que afectan al ciudadano referencia para iniciar el análisis; ello dificul-
al 6 de junio de 1993, cerrándose así el deci- (control de la inflación, rebaja de los tipos de ta la valoración de los efectos de la política
monoveno ciclo de estabilidad política de la interés, disminución del desempleo, etcéte- económica articulada por el Gobierno de
transición y la democracia. ra). Este malestar de los españoles también ese periodo, al mismo tiempo que estorba la
se proyectó sobre la percepción que éstos te- asignación de los resultados económicos (al
20. Los resultados de los comicios generales nían de la situación global del país13. Ejecutivo actual o al anterior).
obligaron al PSOE a gobernar mediante Todas estas vicisitudes fueron supera-
pactos concretos con CiU, ya que era la pri- 24. Aunque parezca paradójico, el final de das, en parte, por la reformulación que hizo
mera vez que no disponía de mayoría abso- este ciclo de estabilidad política no vino Barro (1996) del índice de miseria. Este
luta desde que alcanzó el poder en 1982. En marcado por ningún escándalo político en profesor de Harvard partía de un concepto
principio, esto le restaba estabilidad política el que estuviese implicado un miembro del más amplio, que se aproximaba al de sufri-
al Ejecutivo de Felipe González, pues los Gobierno; la remodelación del Ejecutivo se miento económico, ya que nos permite
nacionalistas podían retirarle su apoyo en debió a la salida de Javier Solana del Go- comparar la variación que han experimenta-
cualquier momento, obligándole a anticipar bierno para ser nombrado secretario general do la inflación, el paro, la actividad econó-
de nuevo los comicios. No obstante, el pri- de la OTAN. mica y los tipos de interés a largo plazo bajo
mer elemento distorsionador del equilibrio el mandato de un Gobierno con respecto al
político fue la declaración de inconstitucio- 25. Este último gabinete de Felipe Gonzá- valor medio de las citadas macrovariables en
nalidad de algunos apartados de la Ley de lez permaneció en su cargo cinco meses, ya el último año de la legislatura anterior. La
Seguridad Ciudadana12. Todo ello dio lugar que el PSOE perdió las elecciones generales propuesta de Barro también presentaba al-
a un reajuste ministerial, en el cual el minis- del 3 de marzo de 1996 y el PP consiguió gunos inconvenientes reseñables: desde un
tro Corcuera fue sustituido por Antoni formar un Gobierno minoritario, firmando punto de vista teórico, era difícil mantener
Asunción. un pacto de legislatura con CiU, PNV y el supuesto de que la tasa de variación del
Coalición Canaria. Comenzaba así el vigesi- índice de miseria correspondía a la política
21. Si este ciclo fue breve, el siguiente fue moquinto ciclo de la transición y la demo- económica articulada por el Gobierno en el
muy similar, ya que el nuevo ministro del cracia, que se ha distinguido por ser el de poder; y desde una perspectiva estrictamen-
Interior presentó su dimisión tras la fuga de más larga duración tras el restablecimiento te cuantitativa, no trabajaba con los valores
Roldán a un paradero desconocido. Cuatro del régimen de libertades públicas. subyacentes14, de ahí que aumentase la pro-
días después abandonaba el Ministerio de babilidad de error a la hora de valorar la po-
Agricultura Vicente Albero, como conse- 26/27. Los ejecutivos presididos por Aznar lítica económica aplicada por un Gobierno,
cuencia del escándalo público que suscita- en su primera legislatura evidenciaron una ya que podemos estar fundamentando
ron sus irregularidades con el fisco. El presi- actitud política que gozó de gran credibilidad nuestro juicio sobre datos que no reflejan la
dente González cerró esta crisis integrando entre los agentes económicos y sociales, y ello realidad.
las responsabilidades de Justicia e Interior, ha favorecido el avance económico y el pro- Dadas las dificultades que presenta el
que cedió al ministro Belloch. greso político. No obstante, las dos remode- cálculo del índice de miseria, proponemos
laciones de Gobierno que realizó José María un índice de sufrimiento económico de la
22. A partir de este momento, la estabilidad Aznar en los primeros meses de 1999 perju- transición y la democracia. Para ello, calcu-
política inició una fase de felicidad relativa y dicaron su índice de estabilidad; además, es- lamos la tasa de inflación subyacente intera-
breve, ya que seguían aflorando multitud de tos cambios ministeriales respondieron a mo- nual, el nivel de paro mensual, el crecimien-
casos de corrupción que contaminaban la tivaciones de índole partidista y electoral. to interanual del PIB, el saldo presupuesta-
atmósfera de la vida pública; uno de los más rio en términos de PIB mensual y los tipos
reseñables fue el del CESID, que obligó a El vía crucis de la economía española de interés oficial15 bajo el mandato de cada
dimitir al vicepresidente Narcís Serra y al El “índice de sufrimiento económico” es un Gobierno16.
ministro de Defensa Julián García Vargas. indicador que nos permite calificar la ges- Si analizamos el índice de sufrimiento
De este modo, concluyó el vigesimosegun- tión macroeconómica de un Gobierno en de los distintos Gobiernos de la transición y
do ciclo de la transición y la democracia. términos relativos, a partir del análisis de las
variables objetivo seleccionadas. Okun
14 El valor subyacente de una variable económica es
23. A finales de 1995, los sondeos de opi- (1970), consejero económico del ex presi-
aquel que resulta de eliminar de la serie originaria las os-
nión revelaban la mala percepción que te- dente norteamericano Johnson, propuso un cilaciones estacionales e irregulares.
nían los españoles de la situación política y “índice de miseria económica simple”, que 15 En nuestro caso, hemos seleccionado como tipo

de interés oficial medio a corto plazo el de la subasta de-


cenal que realizaba el Banco de España.
16 Vid. J. L. Sáez Lozano: Economía y política...
12 Conocida como la ley Corcuera, por el apellido 13 Vid. J. L. Sáez Lozano: España 1998: Credibili- 1999. En este libro se define un índice de sufrimiento
del ministro del Interior que la diseñó. dad, progreso y crecimiento, págs. 103-214. 1998. económico ad hoc para el caso español.

22 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107n


JOSÉ LUIS SÁEZ LOZANO

Índice de sufrimiento económico en la transición y la democracia. ñola de ese cautiverio que supusieron los
años de la transición y el periodo posterior
Periodo Mandato Índice Calificación de consolidación democrática. No obstante,
de Gobierno (*) sufrimiento de los mandatos toda redención tiene un coste, que en este
económico (%) caso se concretó en la herencia económica
que legó al Ejecutivo de José María Aznar:
Julio 1976 mayor tasa de paro y un déficit presupuesta-
a febrero 1981 Adolfo Suárez –41,59 Castigo rio bastante más elevado que el recibido.
Al margen de las consideraciones ante-
Marzo 1981 riores, si tuviésemos que valorar el periodo
a noviembre 1982 Leopoldo Calvo Sotelo –18,70 Calvario de Gobierno socialista, deberíamos resaltar
como rasgo más sobresaliente que el índice
Diciembre 1982 de sufrimiento se tornó positivo, teniendo
a abril 1996 Felipe González 2,25 Redención como referencia el periodo de mandato de
Calvo Sotelo. Efectivamente, el índice al-
Mayo 1996 canzó la cota del 2,2519, debido sobre todo
a febrero 2000 José María Aznar 17,36 Esperanza al mayor control de los precios, ya que la ta-
sa de inflación (interanual) media del man-
(*) El 7 de julio de 1976 tomó posesión el primer Gobierno de Adolfo Suárez. Las primeras elecciones generales dato de Felipe González fue un 7,57% infe-
se celebraron el 15 de junio de 1977. rior, si se compara con la de su predecesor
Fuente: Elaboración propia. en el cargo. Algo similar sucedió con los ti-
pos de interés a corto plazo, puesto que los
tipos medios de la subasta decenal se situa-
la democracia, apreciaremos las cuatro eta- miento del PIB no hubiese neutralizado ron 4,44 puntos porcentuales por debajo, si
pas del vía crucis de la economía española: parte del castigo generado por la inflación, se toma como referencia el periodo de Go-
el castigo de Suárez, el calvario de Calvo Sote- los tipos de interés a corto plazo y el desem- bierno de Calvo Sotelo. A diferencia de éste,
lo, la redención de González y la esperanza de pleo: la economía española creció a una tasa Felipe González logró que la tasa de creci-
Aznar. (interanual) media del 0,64%. miento (interanual) media de la actividad
económica del país fuese un 3,38% supe-
1. Efectivamente, la etapa de Adolfo Suárez 2. Durante la etapa de Leopoldo Calvo So- rior. La redención económica de la etapa de
fue la peor, si nos atenemos a la clasificación telo, la economía española se liberó del casti- González habría sido más intensa si el dife-
realizada a partir del índice de sufrimien- go al que fue sometida en el periodo ante- rencial en déficit presupuestario y desem-
to17, ya que éste empeoró un 41,59% con rior, para pasar por un calvario. Si compara- pleo no hubiese alcanzado las cotas del
respecto al Ejecutivo que le precedió. Si in- mos este mandato con el de Adolfo Suárez, 8,49% y 4,65%, respectivamente.
vestigamos los factores que contribuyeron a observaremos que el índice de sufrimiento
castigar la economía española durante el pe- económico se situó en el 18,70%18, debido 4. La primera legislatura de José María Az-
riodo que transcurrió entre 1977 y 1981, sobre todo al mejor comportamiento de los nar ha sido la mejor, si nos atenemos a crite-
comprobaremos que el diferencial en la tasa precios en términos relativos: la tasa de infla- rios estrictamente económicos. El índice de
de inflación fue el elemento más determi- ción media anual bajo el mandato de Calvo sufrimiento alcanzó la cota histórica del
nante, ya que los precios crecieron a una ta- Sotelo fue un 3,78% inferior, si se compara 17,36%, como consecuencia de la nueva
sa (interanual) media del 18,7% bajo el con la del periodo de Gobierno de Suárez. política económica que se ha aplicado du-
mandato del ex presidente Suárez. En se- El índice de sufrimiento económico ba- rante los últimos cuatro años20. Los prime-
gundo término, encontramos el fuerte im- jo el mandato de Calvo Sotelo habría sido ros Gobiernos del PP han evidenciando una
pacto que ejerció el incremento de los tipos inferior si el déficit presupuestario en térmi- mayor disciplina presupuestaria; profundi-
de interés a corto plazo, pues no hay que ol- nos de PIB no hubiese aumentado a una ta- zaron en el proceso de liberalización de al-
vidar que el 15,17% de la variación que re- sa (interanual) media del 12,49%; si el de- gunos sectores muy representativos, intensi-
gistró el índice de sufrimiento económico sempleo y los tipos de interés a corto plazo ficaron el control de la inflación, fomenta-
estuvo causado por el incremento que expe- no hubieran crecido a un ritmo (interanual) ron las exportaciones, etcétera.
rimentaron los tipos medios de la subasta medio del 6,71% y el 2,33%, respectiva- La actitud política de los populares ha
decenal. mente; y si la tasa de actividad económica gozado hasta el momento de una gran cre-
El incrementó que registró el desem- del país no hubiese registrado una desacele- dibilidad entre los agentes económicos y so-
pleo bajo el mandato de Adolfo Suárez, en ración (interanual) media del 0,95% con ciales, y ello ha contribuido a un avance
relación con el periodo de Gobierno ante- respecto al periodo de Gobierno de Adolfo económico sin precedentes en nuestra más
rior, fue el tercer factor que más castigó a la Suárez. reciente historia democrática. Los tipos de
economía española, ya que la tasa de paro interés a corto plazo han descendido a una
creció a un ritmo (interanual) medio del 3. Si bien es cierto que el ciclo económico tasa media de 8,49 puntos porcentuales,
8,74%. No obstante, hemos de reseñar que registró cambios a lo largo del periodo de la tasa de inflación se desaceleró a un ritmo
el sufrimiento económico del mandato de Gobierno socialista, no podemos obviar que interanual medio del 4,64% y el saldo pre-
Suárez habría sido aun mayor si el creci- Felipe González rescató a la economía espa-

19 Véase cuadro 1.
17 Véase cuadro 1. 18 Véase cuadro 1. 20 Véase cuadro 1.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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23
ECONOMÍA Y DEMOCRACIA EN ESPAÑA

supuestario en términos de PIB mejoró un proyecta hacia el próximo milenio en forma HIRSCHMAN, A.: Tendencias autosubversivas. Ensayos.
3,84%, con respecto a la etapa de Gobierno de democracia consolidada y madura, en Fondo de Cultura Económica, 1996.
socialista. No obstante, el progreso econó- donde “el futuro, lejos de estar decidido, es HURWITZ, L.: ‘Contemporary approaches to political
mico habría sido mayor si la acción de go- siempre reino de la libertad”22. n stability’, Comparative Politics, vol. 5, 1973.
bierno hubiese favorecido una mayor reduc-
[Proyecto de la Comisión Interministerial Científico LIJPHART, A.: ‘Measures of cabinet durability. A con-
ción del desempleo y tasas de crecimiento ceptual and empirical evaluation’, Comparative Politi-
económico más elevadas. y Tecnológica (CICYT) PB 98-1304]
cal Studies, vol. 17, 1984.

Conclusión: LINZ, J. J., y STEPHAN, A.: Problems of democratic


transition and consolidation. Baltimore, The Johns
el modelo español de transición. BIBLIOGRAFÍA Hopkins University Press, 1996.
A la luz de lo relatado anteriormente, con-
AKE, C.: ‘Modernization and political instability: A LINZ, J. J., y otros: Informe sociológico sobre el cambio
cluimos que en estos 24 años de transición theorical exploration’, World Politics, vol. 26, 1974. político en España 1975-1981. Euroamérica, 1981.
y democracia el ámbito económico y el do-
minio político han interaccionado entre sí AKE, C.: ‘A definition of political stability’. Compara- MAURO, P.: ‘Corruption and growth’, The Quarterly
tive Politics, vol. 7, 1975.
de tal modo que la situación económica no Journal of Economics, vol. 23, 1995.
ha sido inmune a lo que acontecía en el ALESINA, A. y PEROTTI, R.: ‘The political economy of MONTABES, J.: ‘ El Gobierno’. Incluido en ALCÁNTA-
sistema político. Bajo el mandato de la growth: A critical survey of the recent literature’. Eu- RA, M., y MARTÍNEZ, A.: Política y Gobierno en Espa-
UCD apreciamos una situación atípica (en ropean Economic Review, vol. 39, 1994. ña. Tirant lo Blanch, 1997.
términos de Hirschman), con unos niveles ARROW, K. J.: Social choice and individual values. Yale O’DONNELL, G.; SCHMITTER, P. C., y WHITEHEAD,
de estabilidad política bajos y unos índi- University Press. L.: Transiciones desde un gobierno autoritario. Paidós,
ces de sufrimiento económico muy eleva- 1986.
BARRO, R.: ‘Democracy and growth’. Journal of Eco-
dos. Con los socialistas en el poder, se en- nomic Growth, vol. 1, 1996.
tró en una fase de acoplamiento: la estabi- OKUN, A. M.: The political economy of prosperity.
BARRO, R. J.: ‘Getting id right’, Massachussetts Institu- Norton, New York, 1970.
lidad política mejoró y, por extensión, Es-
te of Technology, 1996.
paña experimentó un progreso económico. OLSEN, M. E.: ‘Multivariate analysis of national poli-
En cualquier caso, no podemos olvidar BUCHANAN, J. M.: Property as a Guarantor of Liberty. tical development’, American Sociological Review, vol.
que el mayor avance se ha gestado en la Celeste Ediciones, 1993. 35, 1968.
primera legislatura de Gobierno del PP, — El análisis de la política. Instituto de Estudios Polí- PEROTTI, R.: ‘Income distribution and investment’,
ticos, 1984.
donde la sincronía entre el dominio políti- European Economic Review, vol. 38, 1994.
co y el ámbito económico ha alcanzado co- BUCHANAN, J. M.: y TULLOCK, G.: The calculus of PRZEWORSKI, A.: El capitalismo y el mercado. Cam-
tas históricas. consent: logical foundations of constitutional democracy. bridge University Press, 1991.
Independientemente de los juicios de University Michigan Press, Ann Arbor, 1962.
opinión que pueda suscitar la interacción PRZEWORSKI, A., y LIMONGI, F.: ‘Political regimes
CASTLES, F. G.: Political stability. Comparative govern- and economic growth’, Journal Economic Perspectives,
entre el ámbito económico y el dominio ment and politics. Block 1, Unit 2. Milton Keynes: vol. 7, 1993.
político a lo largo de estos 24 años, sí pode- Open University Press, 1974.
mos proclamar que la transición a la demo- RIKER, W. H.: The theory of political coalitions. Yale
CUTRIGHT, P.: ‘National political development: Mea- University Press, 1962.
cracia que comenzó en 1976, cuando los es- surement and analysis’, American Sociological Review,
pañoles votaron mayoritariamente la refor- vol. 28, 1963. ROUBINI, N., y SACHS, J.: ‘Political and economic de-
ma política, constituye un ejemplo terminants of budget deficits in the industrial demo-
DOWDING, K., y KIMBER, R.: ‘The meaning and use cracies’, European Economic Review, 33, 1988.
paradigmático para otros países que inicia- of political stability’. European Journal of Political Rese-
ron ese mismo proceso con posterioridad. arch, vol. 11, 1983. SÁEZ LOZANO, J. L.: España 1998:Credibilidad, pro-
Hay quienes hablan de “modelo español de greso y crecimiento económico. Estudios Políticos, núm.
DOWNS, A.: An economic theory of democracy. Harper
Transición”21 (con mayúscula), en el que las 100, 1998.
and Row, NY, 1957. — Economía y política en democracia. Pirámide, 1999.
negociaciones y los pactos prevalecieron,
desterrando de la escena política y social es- DUFF, F. D., y MCCAMANT, J. F.: ‘Measuring social SANDERS, D.: Patterns of political instability. London
pañola los actos de confrontación y otros and political requirements for system stability in La- McMillan, 1981.
tin American’. American Political Science Review, vol.
hechos y acontecimientos luctuosos de
62, 1968. SANDERS, T., y HERMAN, V.: ‘The stability and survi-
nuestro pasado más reciente. val of governments in western democracies’, Acta Po-
Podemos concluir afirmando que en ERSSON, S., y LANE, J.: ‘Political stability in European lítica, vol. 12, 1977.
1976 comenzó a escribirse uno de los pasa- democracies’, European Journal of Political Research,
vol. 11, 1983. SIROWY, L., y INKELES, A.: ‘The effects of democracy
jes más relevantes de la historia española del
on economic growth and inequality: A review’, Stu-
siglo XX, que continúa en el presente y se FUENTES QUINTANA, E.: ‘De los pactos de La Mon- dies in Comparative International Development, vol.
cloa a la Constitución (julio 1977-diciembre 1978)’, 25, 1990.
1990. Incluido en GARCÍA DELGADO, J. L. (edit.):
21
Economía española de la transición y la democracia. SUÁREZ GONZÁLEZ, A.: ‘La transición política’. In-
Vid. J. J. Linz y otros: Informe sociológico sobre el
CIS-Siglo XXI. cluido en la colección Historia de la transición. Diario
cambio político en España 1975-1981. 1981; G. O’Don-
nell, P. C. Schmitter y L. Whitehead: Transiciones desde 16, 1983.
GRILLI, V.; MASCIANDARO, D., y TABELLINI, G.: ‘Po-
un gobierno autoritario. 1986; A. Przeworski: El capitalis-
litical and monetary institutions and public financial
mo y el mercado. 1991; J. J. Linz y A. Stephan: Problems
policies in the industrial countries’, Economic Policy,
of democratic transition and consolidation. 1996, entre
otros autores que hacen referencia al modelo español de 13, 1991.
transición política hacia la democracia. José Luis Sáez Lozano es profesor titular en la Uni-
22 A. Suárez González: ‘La transición política’. In- HIBBS, D.: ‘Political parties and macroeconomic po- versidad de Granada. Autor de Economía y política en
cluido en la colección Historia de la transición. 1983. licy’. American Economic Review, 7, 1977. democracia.

24 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
EL MUNDO INTERNET Y ESPAÑA Reflexiones impertinentes

JOSÉ IGNACIO WERT

Introducción argumento al ridículo. Incluso en ese entor- punto el alcance real del fenómeno es/va a
En este artículo me propongo abordar una no, incomparable en su desarrollo tecnoló- ser de la magnitud que se da implícitamen-
reflexión moderadamente impertinente (es- gico y ritmo de adopción de Internet con te por descontada; y también es, como un
pero que más en un sentido coloquial, de cualquier otro que quisiéramos proponer, tema no menor, el ritmo al que se van a
provocación traviesa, que en el etimológico tal afirmación no sólo no se ha cumplido producir las transformaciones que se predi-
de reflexión inapropiada o fuera de lugar) llegado su plazo, sino que está tan lejos de can, así como las declinaciones (nacionales,
acerca de la significación económica, social cumplirse que haría temerario cualquier in- culturales, sectoriales) de ese desarrollo.
y cultural que tienen y pueden llegar a te- tento de revisar la fecha. De hecho, la pro- Ello implica, a mi juicio, prestar algu-
ner aquí las nuevas tecnologías de informa- porción de uso (medida en tiempo) es hoy na atención mayor de la que actualmente
ción y comunicación (ICT, en el acrónimo de más de 20 a 1 a favor de la televisión. se presta a aspectos tales como la disponi-
inglés al uso), y especialmente dentro de En el primer trimestre de este año 2000, el bilidad receptora de las poblaciones objeti-
ellas, la fundamental, es decir, Internet. Mi americano promedio vio la televisión a lo vo de un número importante de las inicia-
punto de vista, el de un profesional de la largo de más de 110 horas al mes y dedicó tivas empresariales que surgen sin un co-
investigación de opinión y mercados, lleva menos de 5 a navegar por la Red. Ni que nocimiento preciso de quiénes (y, sobre
a conclusiones un tanto a contrapelo de lo decir tiene que si salimos de ese entorno, todo, cuántos y con qué intensidad) son sus
que hoy es el discurso dominante sobre la donde más del 50%2 de los individuos tie- potenciales destinatarios. ¿Qué está pasan-
cuestión, conclusiones que entiendo están nen acceso a la Red, una proporción casi do hasta ahora? Habría que distinguir dos
mejor apoyadas por los datos de que dis- cinco veces superior a la que observamos en aspectos diferentes. Uno, el de las iniciati-
ponemos acerca de cómo se está compor- España, la comparación es aún más desfa- vas empresariales genuinamente nuevas,
tando la gente ante este fenómeno que las vorable. Se trata de ver en lo que está pa- los famosos start-ups, y otro, las incursio-
lucubraciones de buena parte de los exper- sando los signos que nos autorizan a con- nes de las empresas establecidas en el do-
tos en esta cuestión, quienes sobredimen- textualizar de modo más realista la verdade- minio de Internet y la nueva economía.
sionan sus efectos (por lo menos, los efec- ra importancia de un fenómeno al que la Ambos aspectos se interrelacionan de ma-
tos a corto plazo) y, sobre todo, se preocu- exageración puede llevar a la ruina. nera muy obvia cuando la forma de pene-
pan poco por los matices. trar las empresas tradicionales en los nue-
Porque la lectura de los libros sagrados El mundo Internet y sus claves vos territorios es a través de la compra de
del nuevo paradigma revela que entre las Las reflexiones al uso sobre Internet y la uno o varios de esos start-ups.
promesas implícitas o explícitas de los gurus nueva economía subrayan esencialmente Detengámonos, por un instante, en
en la materia y las realidades hay un trecho la potencia y la capacidad de penetrar de un los rationales diversos que se aplican por
que sería insensato desconocer. Bastará un fenómeno que, a diferencia de desarrollos parte de los nuevos protagonistas de la eco-
ejemplo. El libro de divulgación más cono- tecnológicos que han marcado épocas ante- nomía a la hora de crear y valorar lo crea-
cido sobre esta cuestión, el de Nicholas riores, no requiere de un soporte industrial do. Al final, en esa dinámica se condensan
Negroponte, anunciaba cinco años atrás pesado para su implementación y presenta las claves de futuro de este nuevo paradig-
que “en el año 2000 habrá más perso- prima facie costes de acceso muy limitados. ma. Por lo general, cuando se trata de un
nas que dedicarán su tiempo libre a Inter- Evidentemente, se trata de dos notas que start-up, el mecanismo es relativamente
net que a lo que hoy llamamos cadenas de están en la naturaleza del fenómeno estu- simple. Alguien tiene una idea, general-
televisión”1. Imaginemos que el director del diado, pero que, al enunciarse con un al- mente consistente en la manera de tras-
Media Lab del Instituto de Tecnología de cance muy general, pueden ensombrecer plantar al nuevo entorno algo que ya se ha-
Massachusetts (MIT) se estaba refiriendo a más de lo que aclaran la realidad sobre la cía por otro procedimiento en la economía
la gente de Estados Unidos para no llevar el que se proyectan. La duda es hasta qué tradicional, y, con esa idea, dedica el 80%
de sus recursos (obtenidos casi siempre a
través de capital riesgo) a crear la visibili-
2 La fuente estándar más usual, Nielsen Ratings, dad específica necesaria. La mayoría de los
1 Negroponte, Nicholas: Being Digital. Alfred A. atribuye una penetración del 52% (cit. por Business planes de negocio de estos start-ups respon-
Knopf, Nueva York, 1995 (hay edición castellana, El Wire, 17 de agosto de 2000); otras fuentes, como la en-
mundo digital, pág. 216. Ediciones B, Barcelona, 1995, cuesta de Taylor Nelson Sofres Interactive que se cita den a un mismo patrón: presentan costes
a la que se refieren las citas). más adelante, llegan a cotas del 58%. de establecimiento y operativos corrientes

26 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
Acceso y uso de Internet en España 1996-2000 (% de la población de 14 años en adelante)

40

30

20

10

0
1ª 2ª 3ª 1ª 2ª 3ª 1ª 2ª 3ª 1ª 2ª 3ª 1ª 2ª
1996 1996 1996 1997 1997 1997 1998 1998 1998 1999 1999 1999 2000 2000

Usan ordenador Tienen acceso a Internet


Usaron Internet el mes anterior Usaron Internet ayer

Fuente: EGM-AIMC.

muy reducidos y, en cambio, plantean la mayor parte de las veces. “Los sueños cación) está cambiando y, sobre todo, va a
grandes inversiones publicitarias, casi todas venden bien” ha sido la máxima a que se cambiar de forma radical la forma y el con-
a través de los medios convencionales. Pa- ha acudido en Wall Street para explicar tenido de los intercambios materiales y
réntesis paradójico: no sabemos si maña- ciertas compras o ciertas ofertas públicas simbólicos a escala global, es decir, el co-
na Internet matará a la estrella de la tele iniciales (IPO) de estas iniciativas; tras la mercio y la comunicación entre las gentes
(o de los periódicos); lo que sabemos es corrección del Nasdaq desde unos meses de todo el planeta. De no ser así, vana sería
que, de momento, la está engordando3. atrás (y lo que te rondaré), alguno podría la nueva fe. Pero adoptar una hipótesis de
El segundo modus operandi es el de las añadir “… pero, a veces, se convierten en esa naturaleza, que tiene el perfume equí-
grandes empresas de la economía tradicio- pesadillas”4. voco de las generalizaciones, nos obliga a
nal. La máxima es simple: “To make’em Como suponemos que el Homo oeco- entrar en los detalles; sin ellos o estamos en
believe” (hacer que crean), conseguir que nomicus no ha cambiado de la noche a la el truismo (es evidente que Internet es un
el mercado las vea como activamente im- mañana, hay que preguntarse si esa apa- cambio importante y multifacético…) o en la
plicadas en el nuevo paradigma y migrando rente locura reposa en una visión de la que aventura (… pero ¿quién ha dicho que mol-
el negocio tradicional a la nueva economía. se pueda ver el rationale, o bien estamos deará uniformemente todo el futuro?).
Las tácticas para obtener ese “e-crédito” ante una versión hipertecno de la tulipa-
que valoran los analistas de los grandes in- manía en Holanda a principios del siglo Los hechos y las ficciones
versores son varias: desde quitarles la cor- XVII, que narró magistralmente Galbraith5 ¿Cuáles son los hechos relevantes a través
bata a ejecutivos de los que hasta ahora hace unos años. Optemos por lo primero. de los cuales nos podamos aproximar al ge-
pensábamos que dormían con ella puesta a Sin duda la hipótesis subyacente no puede noma de los efectos de Internet y la nueva
comprar start-ups e integrarlas en los hol- ser otra que la de que la nueva economía (a economía? Es altamente discutible y en su
ding empresariales pagando múltiplos in- través de su herramienta portadora, Inter- determinación pueden encontrarse algunas
sospechados e insospechables de su resulta- net, y de todo el resto de instrumentos de claves de los equívocos al uso. En general,
do de explotación, a despecho de su signo las tecnologías de información y comuni- lo que vemos es que se pone un énfasis in-
discriminado en cualquier dato que sugiere
un crecimiento exponencial de las herra-
3 El primer ejecutivo del conglomerado WPP, sir
4 Richard L. Brandt, un especialista en economía
mientas o de los recursos. No es que ese
Martin Sorrell, comentaba, en la presentación de los es-
pléndidos resultados de su grupo en el primer semestre de Internet, ha analizado recientemente la crisis de los énfasis no sea comprensible; es que es sólo
de 2000, que “la industria publicitaria ha gozado de su valores tecnológicos, interpretándola como un cambio una cara de un fenómeno que es más mul-
periodo más lucrativo desde los ochenta gracias a un in- de ciclo y de mentalidad inversora. A partir de ahora, tifacético. Junto a ello, es preciso ver otras
menso crecimiento de la publicidad vinculada al co- sostiene, deja de valer todo y puede que haya un regre-
mercio electrónico de las dot.com y los negocios tradi- so a una demand driven economy también en este cam-
cosas.
cionales (…) que suponen el 15% de toda la inver- po. Cfr. ‘After the Bubble’, Upside Today, 5 de sep- Vayamos a lo más obvio (Internet) y lo
sión”. También añadía que sus agencias “no tomarían tiembre de 2000, en http://www.upside.com. más cercano (España). Nadie discute que
participaciones societarias en lugar de honorarios” en 5 Galbraith, John Kenneth: A Short History of Fi-
Internet está creciendo aquí mucho y muy
estas empresas. Es evidente que hay toda una lectura de nancial Euphoria. Houghton & Mufflin Co., Nueva
la nueva realidad en esa estrategia. Cfr. The Indepen- York, 1990 (hay edición castellana, Breve historia de la deprisa. Lo que es discutible es para qué, a
dent, pág. 14, 15 de agosto de 2000. euforia financiera. Ariel, Barcelona, 1991). costa de qué y con qué limites. Desde

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
27
EL MUNDO INTERNET Y ESPAÑA

1996, cuando el fenómeno estaba aún muy


en sus albores, contamos en España con
una fuente sistemática muy robusta desde
el punto de vista estadístico, el Estudio Ge-
neral de Medios (EGM)6, con una muestra
de 14.000 entrevistas en cada una de las
tres oleadas que realiza cada año. A través
de éste llegamos a conocer la evolución de
algunos parámetros básicos de la introduc-
ción de esta tecnología y su uso entre la po-
blación adulta. Las principales dimensiones
se resumen en el gráfico adjunto.
Hay varios aspectos distintos a consi-
derar de la información que en el gráfico se
condensa. Si no nos dejamos arrastrar por
la fascinación del discurso de lo exponencial,
que la forma de las curvas desmienten con
contundencia, encontraremos en esa infor-
mación argumentos que dan razón desde
luego de la potencia, pero también de las
limitaciones de este fenómeno.
Comencemos por un aspecto que tal
vez es menos condicionante a medio plazo
que otros, el uso del ordenador. Es ver-
dad que en cinco años el uso del ordenador
ha aumentado un 59% en términos de pe-
netración, pero, aun así, la condición hoy
por hoy sine qua non para entrar en el
mundo Internet, usar el ordenador, no la
cumplen ni siquiera un tercio de los espa- (usan ordenador menos del 20% de las nómeno está significando. El falso vértigo
ñoles de más de 14 años. El uso del ordena- mujeres y casi el 30% de los hombres, aun- de lo aparentemente exponencial nos puede
dor está fuertemente segmentado por la que esta diferencia se atenúa considerable- jugar alguna mala pasada si no lo sabemos
edad: si en la población adulta (14 años en mente en las cohortes más jóvenes)8. conjugar con otros aspectos de los datos.
adelante) los menores de 35 años represen- En conjunto, nos encontramos, por Porque, en efecto, lo primero que vemos es
tan un 38%, entre los usuarios de ordena- tanto, con una práctica condicionante (el que el crecimiento del acceso a Internet en
dor vienen a representar el 66% de los mis- uso del ordenador) de la que no podemos los últimos cinco años es desde luego muy
mos; aún es más extrema la comparación (¿aún?) predicar el grado de universalidad superior al del uso de ordenadores: se ha
en el segmento más joven: los menores de que caracteriza a recursos de comunicación multiplicado casi por 10, mientras que el
25 años son el 19% del universo investiga- clave (como el teléfono o el receptor de primero crecía un 60%. Pero, evidente-
do y el 36% de los usuarios de ordenador7. TV), lo que plantea la cuestión de si es un mente, ese dato es equívoco si no se pone
Pero no perdamos de vista que ni siquiera asunto de tiempo o hay un techo de equi- en relación con la implicación de la signifi-
entre estos más jóvenes la tasa de usuarios pamiento, que mantendrá al ordenador cación de los respectivos puntos de partida
supera el 50%: se queda en el 44%; lo que como un recurso socialmente selectivo. No y con la propia historia tecnológica y social
nos indica que la llamada computer illite- estoy seguro de la respuesta. Me inclino a de este recurso, que en 1996, salvo en Es-
racy no depende exclusivamente de la edad, pensar que si se trata más bien de lo pri- tados Unidos, representaba bien poco. Di-
sino que también covaría fuertemente con mero (cuestión de tiempo) hablamos de cho de otra manera, sin negar que pasar en
otras variables como la capacidad económi- un tiempo bastante largo; y que, en todo estos cinco años del 1,4% de la población
ca (usan ordenador más del 44% de los in- caso, es seguro que todavía quedará un nú- con acceso al 13,4% de la misma es un
dividuos de clase social alta y media alta cleo residual de tecnófobos anticomputador cambio muy sensible, no debe tampoco
frente a menos del 10% de los que se ads- de mayor significación relativa que la que negarse que el punto en el que nos encon-
criben a las media baja y baja); y también hoy tienen, por ejemplo, los antitelevisión, tramos nos remite a un fenómeno todavía
hay una fractura por género apreciable que son menos del 1% de los hogares. muy minoritario en relación al conjunto
La segunda dimensión a considerar es de la sociedad.
la que atañe ya específicamente a la dispo- Pero disponer no es necesariamente
6 Estudio General de Medios, una investigación nibilidad y al uso de Internet por parte usar. Y, en efecto, vemos que en el tránsito
realizada por la AIMC (Asociación para la Investiga- de la gente, aspectos en los que el proceso de desde la disponibilidad del recurso a su
ción de Medios de Comunicación), entidad sin fin de
lucro que agrupa a los medios y al sector publicitario.
incorporación de usuarios a las distintas fa- utilización al nivel mínimo en que se pue-
7 Juan Luis Cebrián cuenta cómo en ABB, la co- cetas que se consideran (acceso, uso y uso de hablar de tal (haberse conectado al me-
nocida multinacional sueca, un alto ejecutivo distinguía habitual) nos dice mucho de lo que el fe- nos una vez en el último mes) hay algunas
dos clases de empleados por sus características genera- pérdidas. Y aunque también aquí hay una
cionales, los bc (before computer, en riesgo de obsoles-
cencia) y los ac (after computer). Cfr. La Red. Punto de evolución en el sentido de que cada vez
Lectura, Barcelona, 2000. 8 EGM, 2ª ola, 2000. más quienes pueden acceder a Internet lo

28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
JOSÉ IGNACIO WERT

Si atendemos a las otras dos variables


Características sociodemográficas de los usuarios
de Internet comparadas con las de la población general
que se consideran, el género y la clase so-
cial, su reflejo diferenciador es, comparati-
Población adulta total Usuarios de Internet vamente, más pálido que el de la edad,
Sexo aunque no sea desdeñable. Frente a cierto
Hombre 49 62 voluntarismo bienintencionado, hoy estos
Mujer 51 38 datos nos hablan más de un instrumen-
Edad to reproductor (¿magnificador incluso?) de
14-19 9 13 desigualdades que de una herramienta
20-24 9 18 de compensación social, pero no quisiera
25-34 19 37 detenerme ahora en esta importante cues-
35-44 17 17 tión sobre la que volveré más adelante.
45-54 14 10 En todo lo visto, que podríamos resu-
55-64 12 3 mir diciendo que hoy en España Internet
65 + 20 1 no pasa de ser un interesante fenómeno mi-
Clase social noritario desde el punto de vista de su con-
Alta 7 24 sideración como herramienta social, no hay
Media alta 15 28 por mi parte voluntad de negar en redondo
Media 42 38 el presupuesto inexcusable del punto de vis-
Media baja 25 9 ta hoy predominante acerca de un porvenir
Baja 11 2 de Internet como recurso de acceso univer-
Fuente: EGM-AIMC. 2ª ola de 2000. sal. Sin entrar en las amenazas endógenas
que enfrenta la Red de redes, lo que pongo
utilizan (en 1996 sólo la mitad de quienes mativa es el peso relativo de los mayores de de manifiesto es que la presunta universali-
declaraban poder acceder lo habían utiliza- 65 años: 20% de los adultos españoles, 1% dad del acceso no es un dato sino como mu-
do en el último mes), sigue existiendo una de los usuarios de Internet. Este dato, por cho una hipótesis sujeta a una tasa de incerti-
merma apreciable: los usuarios del último sí solo, dice mucho, máxime si se pone en dumbre no despreciable. Pero este aspecto
mes representan un 84% del total de la po- relación con las tendencias demográficas no es el esencial en el argumento que quiero
blación con acceso, es decir, para un 16% de nuestro país y la aún muy acusada debi- desarrollar. A efectos dialécticos, podría in-
es un recurso inutilizado. Mucho más rele- lidad relativa de la penetración de Internet, cluso admitir que el acceso a Internet se ge-
vante a nuestros efectos es la proporción no ya en el extremo superior de la pirámi- neralizará socialmente en España en un pla-
que representan los que pudiéramos llamar de de edad, sino en los que le siguen hasta zo de tiempo relativamente breve o bien
usuarios habituales (los que se han conec- las cohortes de 35 a 44 años, en que el uso que las resistencias al acceso serán irrelevan-
tado la víspera) sobre el total de la po- de Internet se equilibra con la penetración tes, si no estadísticamente, sí cualitativa-
blación con acceso. Son el 39% de la pobla- media en el conjunto de la población. mente en lo que se refiere a las gentes insta-
ción usuaria potencial, sin duda una pro- Se podrá argumentar sensatamente ladas en el centro de la formación social
porción elevada, relativamente mayor que que esa desposesión de los mayores, como (desde luego no en sus periferias excluidas o
la que al inicio del periodo estudiado se todo lo que tiene que ver con la edad, la excluibles). Aún concediendo ese handicap a
conectaba a diario, pero muy lejana de las cura el tiempo (lo cual es una verdad a me- los profetas, creo que queda mucha tela por
tasas de habitualidad de otros recursos de dias) y, aún más importante, la atenúa el cortar. Es lo que se refiere a los usos econó-
comunicación masiva, singularmente, mecanismo habitual de adopción de inno- micos, culturales y sociales de Internet.
la televisión (89% de contacto diario de la vaciones (en la clasificación habitual de in-
población receptora potencial); y, por otro novadores, madrugadores, pelotón y rezaga- Usar Internet. Los ‘qués’ y los ‘por qués’
lado, no debemos perder de vista lo que dos, siempre la gente de más edad nutre so- La fe apodíctica en el paradigma Internet
significa, sociológicamente hablando, el bre todo el último grupo y el penúltimo), no requiere sólo la creencia en su extensión
5,2% de españoles con acceso diario a In- con lo que la barrera de la edad se irá ha- universal sino que reclama con fuerza no
ternet: estamos hablando de una fracción ciendo más liviana hasta desaparecer en la menor una creencia en la universalidad de
poblacional muy pequeña para dar por práctica. Un tercer argumento, en la línea su uso en aspectos centrales de la vida coti-
descontada una adopción universal del re- tan cara a Negroponte del desarrollo de las diana de la gente común y, muy básica-
curso en un espacio temporal próximo. interfaces de usuario9, pretendería que, se- mente, en la actividad comercial y en su
¿Cómo son los usuarios de Internet gún gane en facilidad de acceso/uso, Inter- entretenimiento, o más ampliamente, con-
desde el punto de vista sociodemográfico? net se despojará del miedo tecnológico que tacto social. Aquí, es preciso hilar discursos
Desde luego, bastante diferentes del con- aparta del mismo a quienes, libres de él, de presente con discursos de futuro de for-
junto de la población, como no podría es- tendrían los recursos y la disponibilidad ma bastante sutil. A la vista de las limita-
perarse de otra forma dada la condición ex- para usarlo. Es posible. Pero, por el mo- ciones tecnológicas y de penetración de
tremadamente selectiva de este consumo. mento, no es algo que deba darse por des- que hoy adolece Internet, ni los usos pre-
El sentido e intensidad de esas diferencias contado como, de forma implícita, están sentes prefiguran necesariamente la tipolo-
aparece resumido en el cuadro adjunto. haciendo la mayor parte de los decision gía de utilizaciones futuras, ni tampoco es
De forma aún más acusada que la que makers económicos y culturales. obligado suponer que la mera disponibili-
observábamos cuando hablábamos del uso dad de la tecnología de uso conllevará ex
genérico del ordenador, vemos aquí la im- opere operato la adopción de la misma por
pronta de la edad, cuya expresión más lla- 9 Negroponte, Nicholas: op. cit., págs. 111 y sigs. parte de sus usuarios potenciales. Pero no

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
29
EL MUNDO INTERNET Y ESPAÑA

puede obviarse la centralidad de esta cues-


tión, de cuya resolución (en sentido exten-
sivo o más limitativo) dependerá en última
instancia el lugar que ocupe el nuevo para-
digma en la sociedad del mañana.
Y quiero comenzar por circunscribir el
campo de mi argumento. Lo que me inte-
resa es el lugar de Internet en la vida de la
gente, no su lugar en la vida de las empre-
sas, de las universidades o de los centros de
investigación. Internet ya ha cambiado el
paradigma en una multiplicidad de ámbi-
tos de comunicación, de negociación, de
comercio entre empresas, instituciones, or-
ganismos de investigación, colectivos de
profesionales… Discutir el valor de cambio
cualitativo del modo de trabajar que Inter-
net aporta a la mayoría de los entornos pro-
fesionales (incluido el de quien esto escribe)
es darse cabezazos contra la evidencia. En
ese sentido, la nueva economía no es una
promesa sino una realidad sólida10. En to-
do el ámbito de las relaciones interempresa-
riales (business to business), las relaciones in-
terinstitucionales y las relaciones académi-
cas, la centralidad de este recurso de
comunicación y negociación (procurement)
es completamente indiscutible. La prueba
está en las estadísticas de comercio electró-
nico: donde en realidad está implantándose radores muy elevado pero que presenta un que accede desde otros lugares (que pueden
con fuerza es en el ámbito de las relaciones sesgo de autoselección probablemente muy ser centros públicos, cibercafés, domicilios
entre empresas, mucho más que en el tráfi- fuerte hacia los usuarios más intensivos de de otras personas, etcétera) o no contesta.
co de éstas hacia los particulares. la Red. De hecho, mientras en los datos La suma de lugares de acceso (se trata de
Pero si nos centramos una vez más en del EGM observamos que sólo un 39% de respuestas no excluyentes), excluidos los
los particulares, ganaremos comprensión la población con acceso había accedido que no contestan, da una media de 1,2 lu-
del fenómeno observando a partir de lo efectivamente la víspera, entre los que res- gares por individuo, lo que indica que la
que hacen (en relación con lo que pueden ponden la encuesta a internautas, el 77% gran mayoría de los internautas españoles
hacer) qué es Internet para ellos. Dispone- había accedido el día anterior. acceden desde un solo lugar. Eso apunta a
mos de dos tipos de fuentes a este respecto. En todo caso, la encuesta del EGM12 un recurso menos holístico de lo que su na-
Una, la que venimos utilizando como refe- nos dice que, aunque es el lugar de acceso turaleza parecería teóricamente reclamar.
rencia principal, el EGM, a través de la que más crece relativamente, sólo el 53% Hoy por hoy, para la gran mayoría de sus
cual podemos ver algunos aspectos bastan- de los que tienen acceso a Internet acceden usuarios españoles Internet ocupa un lugar
te elementales del uso de Internet que rea- desde su casa, mientras que el 41% lo hace preciso (es un recurso de trabajo, o es un re-
lizan los internautas aleatoriamente selec- desde el centro de trabajo (la proporción curso de ocio, o es un recurso de estudio) y
cionados entre la población adulta. Es una sobre el total de los que tienen acceso es li- no es un recurso que acompañe al sujeto en
fuente de mucha confiabilidad estadística geramente decreciente, lo que es un tanto sus diferentes facetas (sociales, de ocio, la-
pero que dedica relativamente poco detalle paradójico y hasta inquietante13), un 18% borales…). Pero, lógicamente, no tenemos
a esta cuestión. La otra fuente de referen- accede desde el centro de estudio (y, a su por qué pensar que esta situación no puede
cia, también fruto del encomiable trabajo vez, también proporcionalmente flexiona a evolucionar a medida que el equipamiento
de la misma asociación que lleva a cabo el la baja este lugar de acceso) y hay un 9% y la conectividad se generalicen y abaraten.
EGM, la Asociación para la Investigación De hecho, en este caso, la compara-
de Medios de Comunicación (AIMC), es ción de estos datos representativos del co-
la encuesta a internautas, cuya última entre- 12
lectivo general de usuarios con la fuente
EGM, 2ª ola, 2000.
ga, la tercera, se realizó a finales de 1999 13 Es evidente que, aunque decrezca el peso relati- que, en hipótesis, nos da cuenta del com-
entre más de 35.000 navegantes11. Eviden- vo del acceso desde el centro de trabajo, como aumenta portamiento de los internautas más inten-
temente se trata de un número de colabo- mucho la base de gente con acceso los que acceden des- sivos resulta sumamente ilustrativa. Entre
de el trabajo representan más en números absolutos. Sin
embargo, lo lógico sería esperar que ese acceso desde el
estos últimos14, el número medio de luga-
trabajo creciera mucho más deprisa. Elevados a univer- res de acceso por individuo es significativa-
so, los que dicen acceder desde el trabajo equivalen a mente mayor, asciende a 1,7 lugares, y las
10 Cfr. Cebrián, Juan Luis: op. cit., pág. 75. cerca de 1.900.000 personas, lo que representa menos
11 Navegantes en la Red. Tercera encuesta AIMC a del 13% de la población ocupada española, y sugiere
usuarios de Internet, enero de 2000; disponible en mayor lentitud en la incorporación efectiva de esta tec-
http://www.aimc.es. nología al entorno laboral de la deseable o la esperable. 14 Navegantes…, op. cit., pág. 13.

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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JOSÉ IGNACIO WERT

diferencias se concentran sobre todo en la La rica información que sobre estos hacer nada; y hasta un 22% que manifies-
capacidad de acceso desde el hogar, que internautas intensivos nos ofrece la encuesta tan haber reducido el tiempo de sueño.
entre estos internautas se eleva a más del de la AIMC nos permite incluso adentrar- Vista con el detalle que es posible la
78%, mientras que en el acceso desde el nos en el campo de las utilidades subjetivas, información básica sobre el uso de Inter-
trabajo (54%) y desde el centro de estudio los para qués del uso de Internet. En una net, nos queda dentro de esta cuestión
(25%) el perfil es más similar al de la otra pregunta destinada a elucidar la motiva- aproximarnos a aspecto tan esencial como
muestra. En esta encuesta se especifica ción principal del acceso, aparece un equi- el uso del comercio electrónico. En el caso
también lo que es el acceso desde recursos librio casi total entre quienes mencionan de la muestra representativa, la informa-
colectivos (bibliotecas y cibercafés), que as- como principales los motivos de trabajo ción es muy limitada y, por así decirlo, pu-
ciende al 7% de los casos. (43%) y quienes se refieren a los motivos ramente negativa: no se individualiza la
La información sobre lo que hacen personales (44%), mientras que un 12% se compra por Internet como uno de los usos
dentro de la Red los internautas españoles refiere a motivos de índole académica17. contemplados y, por tanto, lo que pode-
no es demasiado detallada en el caso de la También disponemos en esta encues- mos deducir es que, agrupada dentro de
muestra del EGM, aunque sí lo es la que ta de una pregunta referida a los prome- los otros usos, la teórica proporción máxima
corresponde a la encuesta en la Red de la dios de conexión semanal. Se trata de una de usuarios siempre sería inferior al 27%, y
AIMC. En el caso de la muestra más repre- pregunta con intervalos, algunos muy am- es razonable imaginar (dado que entre esos
sentativa, lo que sabemos es que hay una plios, lo que hace un tanto conjetural el otros usos se incluyen la participación en
gran desproporción en el uso de los servi- ejercicio de convertirlos en una media de chats y otros a los que podemos atribuir hi-
cios distintos que se encuentran en ella. tiempo de conexión. En principio, vemos potéticamente cierta frecuencia) que muy
Así, hay dos servicios de utilización prácti- que algo más de un tercio se distribuyen en inferior a ese máximo teórico21.
camente universal, el acceso a la www los primeros intervalos, de usuarios que po- Pero, en cambio, en la encuesta a in-
(86% entre los que accedieron el último dríamos llamar de baja y media intensidad ternautas intensivos disponemos de infor-
mes) y el correo electrónico (81% en esa (algo más del 1%, menos de 15 minutos a mación con bastante detalle acerca del uso
misma población); en cambio, la transfe- la semana; un 7%, de 15 minutos a una del comercio electrónico. Por ella, sabemos
rencia de ficheros (37%) así como cuales- hora; un 29%, entre 1 y 4 horas a la sema- que dos tercios de los entrevistados no han
quiera otros usos, en los que se incluye el na), un 36%, con intensidad de 4 a 10 ho- comprado nunca a través de Internet y que
comercio electrónico (27%), son mucho ras/semana sería de alta intensidad, y, por entre el tercio de gente que declara haber
más minoritarios15. último, los super intensivos serían quienes comprado, el 70% no ha hecho más de
La comparación de estas utilidades em- declaran de 10 a 30 horas/semana (20%) y tres actos de compra en el último año. Di-
píricas de la Red para el conjunto de sus más de 30 horas (7%). Una media aproxi- cho de otra forma, apenas el 10% de los
usuarios españoles con la que se deriva de mativa18 del tiempo de conexión semanal usuarios de Internet más intensivos han
la encuesta a internautas en la Red brinda arrojaría como resultado 613 minutos a la comprado a través de la Red más de tres
de nuevo interesantes pistas analíticas. Por- semana u 88 minutos al día19. Pese a lo ru- veces en un año22. No se escapa la impor-
que, en efecto, el catálogo de utilidades re- dimentario del cálculo, lo que no ofrece tancia de este dato, sobre el que volvere-
almente usadas por los internautas más in- dudas es que entre estos usuarios Internet mos más adelante.
tensivos parece notablemente más ancho, tiene un peso en el presupuesto temporal A su vez, los compradores (un tercio
así como la frecuencia de recurso a las mis- (time budget) difícil de diluir entre las alter- del total) describen en media un total de
mas (dato de cuyo detalle no disponemos nativas, sobre todo en lo que no sean usos dos tipos de productos adquiridos entre los
en la encuesta del EGM) resulta bastante vinculados al desempeño laboral o profe- que la primacía clara la ostentan libros y
intensa. En efecto, el uso de la www es en- sional. En efecto, hay un 54% de estos revistas (24%), software, hardware y perifé-
tre los internautas intensivos del 97%, y, usuarios que dicen haber reducido el tiem- ricos (28%), música (14%), viajes (9%), y
sobre todo, se trata de un uso frecuente po dedicado a ver la televisión20; un 50% vídeos o DVD (6%). Es decir, claramente
(89% al menos varias veces a la semana). que dicen que ahora están menos tiempo sin predominan las compras relacionadas con
Lo mismo sucede con el correo electrónico la propia informática, el entretenimiento y
(96% de utilización, 87% de uso varias ve- el ocio. Por contra, es muy reducido el im-
ces a la semana). Con todo, las diferencias 17 Sin embargo, aquí es precisa una seria cautela
pacto sobre las compras por Internet de los
de mayor entidad se aprecian en los recur- interpretativa. Si atendemos al origen de los entrevista-
rubros de gasto más determinantes como
sos a los que el conjunto de los internautas dos en esta encuesta determinado a partir del site en el son la alimentación (2% del total de com-
accede menos. Así, los intensivos usan la que la han localizado para responderla, observamos un pras mencionadas) o la ropa (4%).
transferencia de ficheros con frecuencia ca- nítido predominio de las páginas web de los medios de
comunicación, junto con algunos portales verticales y
si doble a la del conjunto de internautas buscadores generalistas. Esto podría sugerir que, además
(65%, incluyendo usuarios habituales y es- del sesgo subjetivo de autoselección, habría quizá un ses- los correspondientes a los ocho primeros meses de 2000,
porádicos), y también observamos tasas de go favorable a usuarios más lúdicos o, en otros términos, vemos una diferencia apreciable respecto a los datos de
una menor probabilidad de contacto de usuarios funcio- 1999 (209 minutos en 1999, 207 minutos en 2000).
uso apreciables de otros recursos (que en nales más puros. Navegantes…, op. cit., págs. 8 y 34. Fuente: Taylor Nelson Sofres Audiencia de Medios.
esta encuesta se detallan más). Especial- 18 Calculada a partir del valor medio de cada ran- 21 Una encuesta multinacional, cuyos detalles me-

mente, la entrada en chats, que declaran go, excepto el estrato superior al que se imputarían 40 todológicos no he podido conseguir, pero que registra
horas/semana. un porcentaje de población con acceso prácticamente
como práctica habitual (al menos varias ve- 19 Navegantes…, op. cit., pág. 27. igual al del EGM, apunta una incidencia del comercio
ces al mes) el 35% de estos internautas16. 20 Sin embargo, no se aprecia una huella distribu- electrónico del 14,5% de la población con acceso, equi-
tiva de esta pauta en los grandes agregados de consumo valente al 1,8% de la población adulta total. Se trata de
de televisión. El tiempo dedicado a ver la televisión por la encuesta de Proactive realizada en los 15 países de la
individuo/día en promedio anual se mantiene con una UE y referenciada en http://www.aui.es/estadi/interna-
15 EGM, 2ª ola, 2000. oscilación mínima en los últimos años en torno a los cional/internacional.htm.
16 Navegantes..., op. cit., págs. 20 y sigs. 210 minutos. Ni siquiera en los datos más recientes, 22 Navegantes…, op. cit., pág. 58.

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31
EL MUNDO INTERNET Y ESPAÑA

Como consecuencia, resulta que el perfilarse un núcleo de intensivistas que es- observamos que nuestra situación relativa es
gasto total en compras a través de Internet, tarían prefigurando un modo de relación débil.
medido entre estos usuarios intensivos a más acorde con la lógica del propio recur- Si nos referimos al acceso efectivo a In-
través de una pregunta por intervalos que so. Sin embargo, un elemento común que ternet, también lo es. De acuerdo con un
hemos reconvertido23 para obtener una observamos en unos y otros es el muy limi- muy reciente estudio comparativo en 27 paí-
media aproximada de gasto anual, se situa- tado impacto que dentro de esos usos tiene ses realizado por Taylor Nelson Sofres Inte-
ría en 39.000 pesetas/año dentro de la po- el comercio electrónico, que sólo utilizan ractive28 con la misma metodología y cues-
blación internauta que efectivamente com- (y de forma muy limitada tanto en tipolo- tionario en todos ellos, la posición española
pra24, que suponen menos de 14.000 pese- gía de compras como en importe de las muestra un retraso en el acceso muy signifi-
tas/año para el universo investigado de mismas) una pequeña proporción de los cativo respecto a Estados Unidos y la mayor
internautas intensivos. Hablamos, por tan- internautas. Esta verificación tiene una im- parte de la UE. Así, el 18% de personas que
to, de cifras de entidad económica, si no portancia difícil de soslayar a la hora de han usado personalmente Internet en el úl-
marginal, sí al menos muy poco relevante. preguntarse por los desarrollos futuros. timo mes que en ese estudio registra España
Cuestión distinta es la utilización de se ha de comparar con el 58% en Estados
Internet como recurso informativo orienta- El futuro Unidos, el 56% de Noruega, el 54% de Di-
do a una decisión de compra. En este senti- También en este asunto que nos ocupa, co- namarca, el 46% de Holanda, el 28% de
do, la mitad de los internautas intensivos di- mo decía (creo) Mark Twain, “prediction Alemania, el 27% del Reino Unido, el 26%
ce haber tomado decisiones de compra en is risky business… especially about the fu- de Francia, el 17% de Italia o el 10% de
base a informaciones recabadas en la Red, ture” (la predicción es un asunto arriesga- Portugal. Del total de 27 países (además
decisiones que, en general, reproducen el do… sobre todo cuando se refiere al futu- de Estados Unidos y la mayor parte de Eu-
mismo patrón temático que las compras ro). De forma que, antes que aventurarme ropa, los países más importantes de la re-
efectivas, salvo para lo que se refiere al pro- a dar respuestas, más bien lo que quisiera gión Asia-Pacífico), España ocupa la posi-
pio entorno informático (hardware, softwa- es plantear justamente unas preguntas des- ción número 16, junto a Turquía e Italia y
re y periféricos), cuyo impacto relativo es tinadas a acotar el territorio de la predic- por detrás de Malasia y la República Checa.
algo mayor (33%). La misma irrelevancia ción. El habernos fijado (sobre todo en el En términos de la actividad de comer-
que los rubros de gran consumo tienen en análisis de la información empírica) apenas cio electrónico (proporción de la población
las ventas a través de Internet se observa en el fenómeno Internet y en su condicio- adulta que ha tenido alguna experiencia),
en el uso de Internet como recurso de in- nante básico, el uso de ordenadores, supo- España aparece también en la posición 15
formación orientado a la compra25. Parece- ne en cierta medida una restricción del de los 27 países, con una incidencia de
ría que no sólo se trata de los límites (quizá campo de observación pertinente que sin compradores on line sólo ligeramente supe-
provisionales) de Internet como recurso duda tiene que ser más amplio. No menor rior al 1% (equivalente, por tanto, a alrede-
transaccional pleno, sino también que hay restricción es la de haber concentrado sus- dor de 400.000 individuos). Podríamos
una selección previa de categorías en las tancialmente nuestra mirada en España. pensar que se trata de una posición lógica
que Internet se considera en el doble ámbi- Ahora se trata de abrir el campo. Por un en función de parámetros económicos, cul-
to de la información y la transacción. lado, contemplar el sentido de estos datos turales y sociales conocidos. Sustancialmen-
Como resumen de esta amplia disec- en relación con los que disponemos acerca te, es así. Pero si queremos ver la cuestión
ción acerca de lo que empíricamente nos de otras facetas de la estructura social y el en un marco de uso de tecnologías más
es dado hoy saber acerca de los usos de In- comportamiento de la población española amplio, no tardaremos en descubrir que
ternet, podríamos decir que el internauta en áreas relacionadas. Por otro lado, ver si hay algo de específico en el retraso relativo
español tipo hace más bien un uso limitado los datos que tenemos acerca de otros entor- de la posición española. Pensemos en áreas
y casi monofacético de esta herramienta, nos geográfica y culturalmente distintos relacionadas en algún sentido como son las
bien como recurso en el trabajo, bien co- arrojan alguna luz (tanto diagnóstica como telecomunicaciones móviles, o los VCR, o
mo recurso en el ocio, bien como recurso predictiva) sobre el sentido de la situación los segundos y terceros televisores en el ho-
en el estudio. Acceden a Internet desde un española y su previsible dinámica. Es evi- gar. Se trata de tecnologías que podríamos
solo lugar y contemplan un número limi- dente que, bajo cualquier punto de vista, llamar 100% amistosas, para indicar que no
tado de herramientas del recurso. Sin em- España está en el sur de la revolución de que requieren conocimientos tecnológicos espe-
bargo, los más intensivos tienden a una venimos tratando. Si comparamos la pene- cíficos para su manejo29. En ellas, la posi-
utilización más holística: acceden desde tración del ordenador doméstico que apare- ción relativa de España está alineada con la
más sitios y utilizan más recursos, mante- ce en España (en torno al 29% de los hoga-
niéndose más tiempo conectados. En lo res)26 con la que ostentan países como Ho-
que al conjunto se refiere, los datos están landa (62%), Alemania (48%), el Reino 28 The Taylor Nelson Sofres Interactive Global e-
lejos de sugerir un lugar central de Internet Unido (42%) o, en el área de la Europa más Commerce Report, julio de 2000, disponible en
en la vida de los usuarios, aunque sí puede meridional, Francia (33%) o Italia (33%)27, http://worldwide.tnsofres.com/ger/. Se trata de una en-
cuesta realizada sobre la población adulta de 27 países
(con una muestra total de casi 32.000 entrevistas). Para
España, la definición del universo es idéntica a la que
23 Asignando el valor medio del tramo en todos utiliza el EGM, aunque la recogida de información es
ellos, excepto el superior, más de 100.000 pesetas/año, 26 EGM, 2ª ola, 2000. Sin embargo, una investi- telefónica y no cara a cara. Lo cierto es que el paráme-
en el que hemos imputado 200.000 pesetas. Navegan- gación de Demoscopia, realizada a través de una en- tro de uso de Internet en el último mes aparece signifi-
tes…, op. cit., pág. 60. cuesta de similar diseño metodológico en mayo de cativamente por encima del que se deduce del EGM,
24 Una encuesta de Demoscopia sobre población 2000, arrojaba una incidencia algo mayor, concreta- en el 18% (frente al 11,3% del EGM).
general de 14 años en adelante realizada en mayo de mente del 34,5%. 29 Quizá con la excepción de las llamadas funciones
2000 revela una media algo inferior, en torno a las 27 Estimaciones de IDC, y de los departamentos avanzadas tanto en telefonía móvil como en VCR, que,
25.000 pesetas. de IT de las compañías del grupo Taylor Nelson So- por otra parte, sabemos empíricamente que usan una
25 Navegantes…, op. cit., pág. 57. fres de los países mencionados. proporción mínima de los poseedores de estos aparatos.

32 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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JOSÉ IGNACIO WERT

infinitamente menos estudiado, obtendre-


mos algunas pistas adicionales. Según una
reciente encuesta de Demoscopia32, entre
quienes no acceden a Internet (casi
un 90% de la población entrevistada), un
11% considera Internet como poco intere-
sante y un 40% lo encuentra nada inte-
resante. Por el contrario, hay un 9% que lo
considera muy interesante y un 21% lo en-
cuentra bastante interesante. Es decir, que
en la población que aún no ha adoptado
Internet el equilibrio se decanta claramen-
te hacia posiciones de recelo o desinterés
mucho más que hacia las contrarias. Va de
suyo, además, que las fracturas sociodemo-
gráficas de estas actitudes siguen el patrón
conocido: entre los mayores de 65 años, el
78% declara poco o ningún interés por In-
ternet; quizá más significativo incluso sea
que esa actitud desinteresada se eleva hasta
el 61% entre quienes tienen entre 45 y 65
años. Por supuesto que esa indiferencia
puede tener no poco de reacción psicológi-
ca defensiva frente a un mundo que se
considere más que desconocido, incognos-
cible. Pero, a su vez, esas predisposiciones
negativas reforzarán los frenos de adopción
connaturales a las personas de más edad,
menos recursos formativos, etcétera.
de los países del núcleo duro de la UE, paí- cidida puede dar la vuelta a la situación. Desde este punto de vista, hoy los da-
ses que gozan de una renta disponible per También parece oportuno plantearse hasta tos no alimentan necesariamente el opti-
cápita mayor que la nuestra y en los que, qué punto estamos no sólo ante una cues- mismo en torno a los efectos de esta tecno-
por otra parte, la introducción de la tecno- tión determinada por ese condicionante de logía sobre la redistribución del capital sim-
logía en cuestión fue en España posterior a destreza tecnológica o median también bólico entre los have y los have not de
la de la mayor parte de nuestros vecinos. factores culturales de otra naturaleza. Visto nuestra sociedad, sino más bien lo contra-
Incluso, si tenemos en cuenta otro aspecto en perspectiva comparativa, el retraso rela- rio33. La hondura de esta posible brecha y
que podríamos considerar también muy tivo de equipamiento informático en los los efectos sociales de la misma no me pare-
emparentado temáticamente, la penetra- hogares españoles tendría menos entidad cen un tema menor, aunque el debate no
ción de la televisión de pago, la situación es- que las fracturas sociodemográficas que debe establecerse en términos simplistas si-
pañola es de las más avanzadas de Europa, constatamos respecto al uso personal de la no considerando, junto al condicionante
con más de un 20% de los hogares suscri- informática. Dicho en términos más lla- tecnológico, también otras facetas cultura-
tos a alguna de sus distintas modalidades30. nos: probablemente dentro de pocos años les, a las que ahora me referiré, y sin partir
Nos lleva de la mano esta constatación la presencia de ordenadores personales en de excesivos apriorismos dirigistas. Porque
a preguntarnos si la barrera de entrada que los hogares (excepto en aquellos en que só- me parece que la conjetura sobre el porve-
supone la debilidad de formación tecnoló- lo vivan personas de edad) habrá alcanzado nir de esta tecnología carece, sobre todo, de
gica de que, en conjunto, adolece la pobla- una tasa europea, pero es dudoso que los referencias culturales, o bien éstas ocupan
ción española31 es un condicionante es- manejen las personas de más edad que se un lugar muy adjetivo en el modelo34. En
tructural relativamente inamovible en el hayan socializado al margen de la cultura efecto, parte de la doctrina de la nueva eco-
corto plazo, o bien una acción política de- de los ordenadores. Salvo, claro está, que el nomía está a menudo basada implícitamen-
desarrollo de las interfaces de usuario y/o te en el presupuesto de que los consumido-
de la convergencia produzcan un efecto de res irán incorporándose de forma homogé-
30 En septiembre de 2000, los 984.000 hogares eliminación de la barrera tecnológica y el
suscritos a Canal+ analógico, los 920.000 suscritos a ordenador resulte tan amistoso como la te-
Canal Satélite Digital y los 525.000 suscritos a Vía Di-
gital, despreciando las posibles duplicaciones, suponen levisión (o sea, básicamente, la propia tele- 32 Realizada sobre una muestra representativa de

un 20,6% del total de hogares españoles. Aparte el efec- visión). Pero aquí, entre las promesas de la población de 15 años en adelante, con 2.000 entre-
to minorador de la deduplicación, habría que añadir los amistad y las realidades amistosas, suele vistas, en mayo de 2000.
suscriptores de los entrants más recientes en este abiga- 33 Cfr. el reciente trabajo de Joaquín Estefanía,

rrado escenario, como la nueva plataforma de televisión


también existir cierto trecho. Quienes tienen tendrán más, en CLAVES DE RAZÓN
digital terrestre (Quiero TV) y los operadores de cable. Si abandonamos por un momento los PRÁCTICA, núm. 105, septiembre de 2000, págs. 14-19.
31 Cfr. las interesantes reflexiones al respecto del 34 Hay excepciones, pero algunos discursos –el
datos de información sobre comporta-
presidente de SEDISI, Josep Mª Vilà, ‘Las tecnologías mientos que venimos sustancialmente ana- mejor ejemplo, Giovanni Sartori, Homo videns. La so-
de la información en España: una oportunidad y un re- ciedad teledirigida. Taurus, Madrid, 1998– que estable-
to’, en Nueva Revista, núm. 70, págs. 30 y sigs., julio- lizando para introducir alguna referencia a cen esa importancia lo hacen desde un prejuicio cultu-
agosto de 2000. las actitudes sobre estas tecnologías, campo ralista que desemboca en pura tecnofobia.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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33
EL MUNDO INTERNET Y ESPAÑA

nea al conjunto de propuestas de la vida on buscarán desesperadamente la diferencia, Esa veta de reflexión nos lleva a plantear
line, a medida que se las vayan proponien- la individualización. Es verdad que el share críticamente la relación existente entre las
do y se lo puedan permitir. Este axioma no de la televisión generalista convencional se posibilidades tecnológicas y la disponibili-
enunciado abarca los más variados campos ha reducido drásticamente en Estados dad de la gente a demandarlas masivamen-
del comportamiento, la relación social, el Unidos en los últimos años, a medida que te. Ni siquiera en un entorno como el de
ocio y, sobre todo, el consumo. Cada uno crecían las ofertas más temáticas y especia- Estados Unidos, con un desarrollo mayor
de esos apartados, en cambio, evoca un lizadas en el paisaje audiovisual. En Espa- y más temprano en la línea de la demasifi-
campo de actitudes y comportamientos en ña, a su vez, como antes señalaba, las fór- cación tecnológica de los media, puede de-
el que los condicionantes culturales tienen mulas de televisión digital que permiten cirse que se haya producido una ruptura
su mot à dire. Lo han tenido siempre y lo ensanchar la libertad de elección de conte- total con las pautas de relación tradicional
van a seguir teniendo; si cabe mayor, en la nidos de sus suscriptores por un múltiplo con la televisión. En las palabras de dos es-
medida en que la tensión de la propia tec- de cuatro a cinco en términos de núme- pecialistas:
nología libera también potentes fuerzas de ro de canales respecto a los que sólo tienen
“… es fácil perder perspectiva frente a las atra-
expresión de identidad, como se está ya po- acceso a los canales analógicos han conoci- yentes posibilidades tecnológicas, pero el nuevo en-
niendo de manifiesto. do, en sus pocos años de existencia, un éxi- torno televisivo no implica necesariamente la
Pero vayamos al centro de la cuestión, to muy notable en términos de captación muerte de la TV tal como la conocemos… las con-
que, a mi juicio, no es otro que el margen de abonados. Pero, incluso entre esos abo- clusiones de este estudio apuntan a que la televi-
de variabilidad que no sólo el desarrollo nados, el consumo de esos canales adicio- sión interactiva tendrá tanto mayores posibilidades
de éxito cuanto más tenga en cuenta los patrones de
y/o la cultura tecnológica prevalentes en nales viene a representar sólo alrededor del comportamiento actuales así como las motivaciones
cada entorno introducen sino, sobre todo, 30% de su consumo total de televisión35. y gratificaciones que ya satisface este medio de tan
lo que se relaciona con los estilos de vida, Evidentemente, interpretar esa pauta en tremendo éxito”38.
las pautas de sociabilidad y los modelos de términos motivacionales, sin un estudio es-
capitalización social que en cada área exis- pecífico, no deja de ser un ejercicio conje- Si eso es así en un paisaje audiovisual
ten. Estas fuentes de diferencia se descono- tural. Pero no me parece una propuesta in- en que la network television, la televisión
cen o se minusvaloran a la hora de antici- terpretativa descabellada la de que la per- generalista convencional, ha perdido una
par el efecto de la oferta o la receptividad sistencia de un consumo mucho más sección significativa de su parte de merca-
de la demanda a las propuestas que se le elevado de televisión generalista entre quie- do, qué decir de un país como España en
formulan desde el nuevo entorno tecnoló- nes tienen acceso a una oferta mucho más el que aún la televisión abierta convencio-
gico. En el caso de España (lo que, en bue- multiforme y, desde el estándar culturalis- nal de alcance nacional o regional supone
na medida, podría también predicarse de ta, de mayor calidad obedece al papel de la más del 93% del consumo total de televi-
otras culturas de la Europa del sur), a mi televisión generalista como lubricante so- sión39. Pues bien, en este entorno cabe por
juicio uno de los factores que deberían cial, proveedor de lugares de encuentro lo menos plantearse algún punto de inte-
conjugarse es el lugar que ocupa en la cul- conversacional con los compañeros, los rrogación acerca de la generalizada sustitu-
tura y el imaginario colectivo la interac- amigos, etcétera36. En una cultura que va- ción de los medios masivos por los que,
ción primaria no mediada, el contacto cara lora el contacto primario, los medios se desde hace ya más de un cuarto de siglo, se
a cara con una variedad de otros, ya sean ponen al servicio de ese contacto; y eso de- han denominado medios a medida o medios
amigos, compañeros, familiares extensos, saconseja una dieta mediática demasiado a la carta40 en función sólo de su disponi-
proveedores de bienes o servicios. Una cul- exclusiva: ¿de qué íbamos a hablar enton- bilidad tecnológica. Digamos, como míni-
tura que valora ese tipo de contacto en- ces a la hora del café? mo, que la enseñanza contenida en el pa-
cuentra más inconvenientes que ventajas En medio de esta vorágine, que parece trón empírico de consumo es la de que en el
en un proceso que las nuevas tecnologías llevarse por delante el saber acumulado repertorio funcional subjetivo de los medios
provocan: si amplían las oportunidades de acerca de qué busca la gente en su contacto no son despreciables, ni mucho menos,
contacto mediante la deslocalización de las con los medios, no está de más volver a los aquellas funciones de religación social que
relaciones, no es menos cierto que esa for- clásicos y tratar de relacionar lo que años son, por definición, incompatibles con con-
ma de contacto dista de ser socialmente sa- de parsimoniosa investigación acerca de sumos mediáticos muy personalizados. Se
tisfactoria para quienes gustan de relacio- para qué usa la gente los media han llegado me ocurre, por ejemplo, que este tipo de
nes interpersonales más plenas. Si, como a revelar con las consecuencias que las nue- motivaciones no son ajenas a la explicación
en el chiste que cuenta Negroponte, un vas oportunidades de comunicación abren de éxitos como el de Gran Hermano: se tra-
perro le dice a otro que “lo bueno de Inter- en el terreno de los usos y gratificaciones37. ta de un éxito que se retroalimenta de su
net es que nadie sabe que eres un perro”, propia capacidad de proveer esos lugares de
no se ve tan claro lo bueno cuando no eres encuentro social de que antes hablaba.
un perro. 35 La media de consumo de plataformas digitales Apliquemos este cuadro a Internet. Si
Vayamos al campo del entretenimien- entre sus abonados se sitúa en 55 minutos/día en rela- la perspectiva es la de la Red como un me-
ción a un consumo de total televisión de 210 minutos.
to y la conducta social que no persigue un Datos de Taylor Nelson Sofres Audiencia de Medios, dio, su virtud principal (frente al sistema
objetivo económico directo. Buena parte correspondientes a los meses de junio y julio de 2000. establecido) es, sin duda, el poder persona-
36 Cfr. Lee, Barbara, y Lee, Robert S.: ‘How and
del rationale de quienes sostienen que los lizador (lo que a uno le interesa), junto a la
Why People Watch TV: Implications for the Future of
medios a medida (dentro de los que el Interactive Television’, en Journal of Advertising Rese-
vehículo básico es Internet) desplazarán a arch, vol. 35, núm. 6, diciembre de 1995, págs. 9 y
38
los medios masivos que actualmente ocu- sigs. Lee, Barbara, y Lee, Robert S.: op. cit., pág. 17.
37 Cfr. McQuail, Denis: ‘With the Benefit of 39 Media enero-agosto de 2000, datos de Taylor
pan el lugar central del escenario mediático
Hindsight: Reflections on Uses and Gratifications Re- Nelson Sofres Audiencia de Medios.
y, especialmente, al más central de todos search’, Critical Studies in Mass Communications, 40 Cfr. D’Arcy, Jean: ‘Un nouveau medium’,
ellos, la televisión, es que los consumidores núm. 1, 1984. Communications, núm. 4, pág. 18, 1974.

34 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107n


JOSÉ IGNACIO WERT

posibilidad de interacción, de networking yores, personas con menos educación for-


más específica (con quien a uno le intere- mal, personas con menores recursos eco-
sa). Tienen razón los autores del Cluetrain nómicos. En este sentido, veo claramente
Manifesto al sostener que “Internet está fa- un campo de acción en políticas activas
cilitando conversaciones entre seres huma- que faciliten la incorporación a la sociedad
nos que simplemente no eran posibles en del conocimiento de quienes tienen algún
la era de los mass media” 41. Sin embargo, tipo de handicap de acceso. Se trata de ac-
es un entorno de interacción cuyo atracti- tuar en un doble frente: de solidaridad ha-
vo está muy determinado culturalmente, cia el interior de la sociedad española pero
que no atrae a todos por igual. Internet también de superación de una nada remo-
puede ser (o parecer) enriquecedor del ca- ta desventaja competitiva del país si nuestro
pital social a muchos y en cambio para stock de personas tecnológicamente capaci-
otros puede ser (o parecer) un empobreci- tadas cae por debajo de un umbral de ne-
miento del mismo, una experiencia de net- cesidad cada vez más alto.
working menos satisfactoria que la que ac- Pero incluso si ese retraso tecnológico
tualmente disfruta. se pudiera recuperar, quedaría por deter-
Tendemos a pensar que hay un estilo minar el impacto específico de los factores
de vida universal (o, al menos, un estilo de culturales no sólo sobre la disponibilidad a
vida occidental) dotado de cierta homoge- incorporarse a lo que Javier Echeverría ha
neidad, basado en que, aparentemente, en llamado el Tercer entorno42, sino también
todas partes se trabaja, se descansa o se ve cia vemos que la necesidad de depositar sobre la predisposición a hacer más o me-
la televisión en un número similar de ho- confianza en alguien con quien se interac- nos cosas a través de él. Especialmente,
ras. Y las diferencias son, sin embargo, túa cara a cara ocupa un lugar determinan- creo que los frenos culturales son relevan-
enormes. Dichas diferencias están ancladas te en aquélla. Pensemos también en las di- tes a la hora de pensar en el desarrollo del
en patrones culturales profundos que ferencias en los estilos de compra. Es verdad comercio electrónico dirigido a particula-
muestran una notable persistencia. No son que las grandes superficies han ganado en res (Business to Consumer, B2C). Quizá en
éstos el momento ni el lugar de examinar España, como allá donde se han ido im- esta cuestión no se ha prestado la atención
sus raíces, pero sí que debemos detenernos plantando, una cuota significativa en detri- suficiente a lo glocal, es decir, al hecho cada
en las consecuencias, en la forma en que mento del llamado comercio tradicional. Pe- vez más evidente de que las tendencias glo-
las tendencias homogenizadoras se ven fre- ro, en definitiva, aunque sin duda la com- bales se articulan y modulan específica-
nadas por los elementos idiosincráticos de pra en las grandes superficies implica una mente en función de factores locales. En
las culturas locales. relación menos personalizada que la típica esa dinámica de glocalización de la refle-
Los españoles –como otras culturas la- del comercio tradicional, no se acaba de xión acerca de Internet espero que esta
tinas– somos, colectivamente hablando, perder del todo el contacto cara a cara, co- aportación sirva no sólo como impertinen-
gentes que damos mucha importancia a los mo sucede en la compra por teléfono o en te provocación, sino como estímulo del
contactos cara a cara en una variedad de re- la compra por catálogo postal, formas de ajuste fino en el diseño y la implementa-
des sociales de muy distinto tipo. Si exami- compra que –a diferencia de lo que sucede ción de un futuro con el que estamos to-
namos a la luz de este rasgo cultural una se- en Estados Unidos, en el Reino Unido o en dos comprometidos. n
rie de comportamientos sociales y nos in- los países noreuropeos– apenas tienen im-
troducimos en la base actitudinal que los portancia entre nosotros.
soporta (lo que la gente hace y por qué dice ¿Cómo afecta todo esto al futuro de
que lo hace), encontraremos esto como una Internet en nuestro país? Creo que es una
constante. Pensemos, por ejemplo, en el pregunta importante que debemos formu-
comportamiento respecto a los intermedia- larnos con más elementos a la vista que los
rios financieros. Evidentemente, no se trata que se suelen tener en cuenta. Mi punto
de un comportamiento homogéneo en los de vista es que hay que prestar atención es-
distintos segmentos de edad, clase social o pecial a dos factores: la cultura tecnológica
género. Pero, por encima de las diferencias, y el estilo de relación social. Respecto a lo
lo que advertimos es que, en un entorno en primero, entiendo que los datos evidencian
que existen alternativas a la ventanilla aten- la presencia de un déficit relativo que, du-
dida por un empleado, mucha gente sigue rante años, permanecerá como una barrera
prefiriendo ese contacto tradicional a las de entrada al nuevo entorno y, sobre todo,
posibilidades de resolver las cuestiones con como una barrera de efecto socialmente
un intermediario sólo tecnológico (el cajero perverso: mantendrá más reducidas las po-
automático) o sólo telefónico. Y si indaga- sibilidades de disfrutar de esos recursos de
mos en la base actitudinal de esa preferen- las categorías sociales a quienes tal vez más
valor añadido les aportarían: personas ma-

41 Levine, Rick; Locke, Christopher; Searls, Doc,

y Weinberger, David: The Cluetrain Manifesto. The 42 Los señores del aire: Telépolis o el Tercer entorno,

End of Business As Usual. Perseus Publishing, Nueva Destino, Barcelona, 1999; y Un mundo virtual, DeBol-
York, 2000. sillo, Barcelona, 2000. José Ignacio Wert es presidente de Demoscopia.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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35
DERECHOS HISTÓRICOS,
CONSTITUCIÓN Y SOBERANÍA
JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL

Para José Miguel de Azada Se trata de una cláusula que tuvo en el como habilitadora de la autorruptura
momento de su incorporación constitu- constitucional que permitiese una recupe-
1. El reconocimiento cional, y conserva todavía, una notable re- ración por encima y más allá de la Consti-
constitucional de la foralidad sonancia política. Esta dimensión no nos tución de unos derechos históricos nacio-
Fijar el significado constitucional de los importa aquí, pero no debe ignorarse: el nales de soberanía originaria imprescripti-
derechos históricos o del régimen foral nacionalismo vasco no consideró a través bles5.
presenta algunas dificultades, sobre todo de la redacción final de la Disposición La indeterminación constitucional y
si se aspira a hacerlo desde unos estánda- Adicional Primera satisfechas sus preten- el riesgo político que por otro lado acecha
res mínimos de claridad y actualidad. siones de reconocimiento de una sobera- al intérprete de modo casi inevitable exi-
Ocurre en efecto que la Disposición Adi- nía originaria, de modo que sus parlamen- gen de nuestra parte un esfuerzo para no
cional Primera1 de la Constitución, don- tarios se abstuvieron en la votación final caer en los peligros del romanticismo po-
de se acogen los derechos históricos, es de la Constitución, recomendando a sus lítico, de modo que evitemos a estas altu-
una cláusula algo magra, con indepen- seguidores la misma postura en el referén- ras de los tiempos soluciones que tratan
dencia de su posible clarificación doctri- dum constitucional. El Partido Naciona- de encontrar fórmulas de integración en
nal y de su desarrollo infraconstitucional. lista Vasco (PNV) asumió después, como épocas y lugares inapropiados, por muy
En dicho precepto se procede a reconocer es sabido, una explicación sobre la vincu- brillante que pueda ser su formulación y
el régimen foral (ictu oculi, esto es lo que lación del País Vasco con la Constitución, rica la erudición con que se adornen. Pro-
querrá significar el amparo y respeto a la vez inaceptable desde un punto de vis- pugnemos entonces una interpretación
que la Constitución confiere), un régimen ta político, en la medida en que incremen- clara, lo que quiere decir a la vez inteligi-
o sistema preexistente, por tanto, un con- taba las dificultades de integración del País ble y actual, además de congruente con
junto unitario, pero de base plural dada Vasco en el Estado español, y al tiempo las categorías de entendimiento de nues-
su titularidad por los territorios históri- jurídicamente endeble, pues el alto núme- tro sistema constitucional.
cos, cuya actualización habrá de llevarse a ro de abstenciones en dicho referéndum En este sentido es de desear que la
cabo en el marco de la Constitución y el no podía hacer ignorar que también en el comprensión de la foralidad evite dos ras-
Estatuto de autonomía. Hay entonces, País Vasco los votos afirmativos superaron gos que han caracterizado a la literatura
con independencia de lo que luego se di- a los negativos, sin que proceda deducir tradicional primera del foralismo. Nos re-
ga, además de ese deseo de incorporar al- de la abstención una intención de rechazo, ferimos a la idealización del régimen polí-
go ya existente, una voluntad del consti- ya que jurídicamente quien se abstiene vo- tico vasco como parte de un paraíso que
tuyente de encuadre de dicho régimen luntariamente más bien acepta la decisión se añora, pero que en realidad no se tuvo
para el futuro en el orden constitucional, de la mayoría3. De otro lado, como se sa- nunca, y la oscuridad en que inevitable-
integrado al menos por la Constitución y be, en el momento actual hay quien pa- mente incurrían los exégetas del particu-
los estatutos de autonomía2. trocina la utilización precisamente de esta larismo, de modo que los fueros no se
cláusula, completada también por la Dis- identificaban con un catálogo de compe-
posición Adicional del Estatuto vasco4, tencias o un status reconocido a las pro-
1 La Constitución ampara y respeta los derechos vincias, sino con una situación abierta e
históricos de los territorios forales. La actualización incierta cuya concreción y constancia no
general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su se buscaba en realidad.
caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos competencias de la comunidad con raigambre foral
de Autonomía. una condición especial, que las hace resistentes al al- Conviene hacer cautelarmente una
2 Aquí no nos vamos a ocupar de una cuestión cance general de lo básico en el derecho del Estado. observación más: nuestro comentario se
básica en el régimen de los derechos históricos, que es 3 Juan José Solozábal: ‘Fuerismo e independen-
referirá especialmente al régimen foral de
su relación con el Estatuto de autonomía. Ellos son, tismo: las dos almas del nacionalismo vasco’, Cuader-
históricamente, el precedente y, hoy, el contenido nos de Alzate, 16. Madrid, 1977.
los territorios vascos, lo que no puede lle-
obligado y mínimo de la autonomía. Así, los territo- 4 La aceptación del régimen de autonomía que se var a olvidar la condición foral de la co-
rios históricos son un componente esencial de la orga- establece en el presente Estatuto no implica renuncia
nización de la comunidad autónoma, con sus normas del Pueblo vasco a los derechos que como tal le hubie-
institucionales y su capacidad cuasi legislativa, con su ran podido corresponder en virtud de su historia, que
poder fiscal, con una garantía de su posición política podrán ser actualizados de acuerdo con lo que esta- 5 M. Herrero de Miñón: Derechos históricos y
asegurada por la comisión arbitral, denotando a las blezca el ordenamiento jurídico. Constitución. Madrid, 1998.

36 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
tencia praeter o extra constitucional. En
realidad esta condición extramuros del
sistema foral no dejaba de constatar una
cierta incompatibilidad por su parte, con
independencia de los rasgos instituciona-
les o competenciales en que consistiese,
con los del constitucionalismo. El régi-
men foral, de un lado, suponía una ex-
cepcionalidad en los derechos y deberes
de los ciudadanos, sobre todo en relación
con las cargas tributarias y militares, que
podían adquirir tintes de privilegio y que,
por tanto, resistían difícilmente las exi-
gencias del principio de igualdad. Además
los fueros reposaban en una legitimidad
de tipo tradicional opuesta a la justifica-
ción revolucionaria del poder, entendien-
munidad navarra, en la que, con la cober- miento, entonces, no estipulado pero sí do la articulación del País Vasco a través
tura precisamente de la Disposición Adi- compatible con la Constitución, y por de una concepción pactista que se ade-
cional Primera, se lleva a cabo la reactua- tanto plenamente legítimo. cuaba mal a la atribución constitucional
lización de su régimen foral (Ley Orgáni- de la soberanía al pueblo español y la
ca de Reintegración y Amejoramiento del Constitucionalismo foral y foralismo consti- conferencia al monarca de un limitado
Régimen Foral de Navarra, LORAFNA), tucional. Hace un instante nos referíamos papel, como órgano constitucional en su-
según el procedimiento pactado para los al modo en que tiene lugar el reconoci- ma, en la organización estatal, cesando así
“arreglos” o modificaciones de los fueros. miento de la foralidad, y lo hacíamos con- de ser el obligado –y a la vez el garante–
En este caso la identificación total en- siderando a la vez su sistematicidad, algo del pacto político entre el País Vasco y Es-
tre autonomía y foralidad se ha visto faci- equívoca, y su dinamismo, pues la recep- paña del imaginario tradicionalista6.
litada, en primer lugar, por la condición ción que se lleva a cabo en la Disposición Esta incompatibilidad de fondo entre
uniprovincial de Navarra, que es a los Adicional Primera se refiere a una institu- fuerismo y liberalismo explica la dificultad
efectos constitucionales un territorio his- ción conformable históricamente, sí, pero de encontrar un arreglo foral para el País
tórico, así como por el hecho de no ha- por ello modificable o adaptable en el fu- Vasco en el sistema constitucional español
berse producido interrupción alguna en el turo. Dejando para más adelante la pro- del siglo XIX, situación cuya comprensión
disfrute de su régimen privativo jurídico fundización de estos rasgos, habría que se- cabal requiere, no obstante, de dos preci-
desde la Ley de 1841, de modo que la re- ñalar que, además de la modalidad o el có- siones que modulan el significado político
ferencia foral en el caso navarro remite a mo de la recepción, es destacable el propio del problema. De un lado, que estamos
una situación jurídico pública efectiva de hecho de que la misma se produzca, de hablando de un constitucionalismo flexi-
la provincia. La consideración de Navarra manera que la constitucionalización de los ble, que supone una cierta devaluación del
como territorio histórico y la práctica real fueros, no sólo es importante para éstos, reconocimiento formal constitucional,
del autogobierno en la provincia foral sino para la propia Constitución. Significa pues la Constitución es modificable des-
aconsejaron el acceso al régimen de auto- ello que, además o antes de un foralismo pués de todo a través de la vía ordinaria de
nomía según el sistema tradicional de constitucional, hay un constitucionalismo
modificación del fuero, esto es, acuerdo foral.
entre el Gobierno y la Diputación foral Es, en efecto, la Constitución de
6 Véanse en el volumen colectivo Jornadas de es-
que después sancionan las Cortes, y no 1978 la primera que se refiere a los fue-
tudio sobre actualización de los derechos históricos vascos
por las vías expresamente previstas en la ros, que hasta este momento en nuestra (Bilbao, 1986) diversas contribuciones en tal sentido,
Constitución. Se trataba de un procedi- historia política habían tenido una exis- como las de J. P. Fusi, B. Clavero o J. Corcuera.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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37
DERECHOS HISTÓRICOS, CONSTITUCIÓN Y SOBERANÍA

la ley. Ello, además de conllevar un rebaja- La constitucionalización del régimen Constitución, ilustra otra característica de
miento de la importancia de la ignorancia foral supone también elevar el rango for- nuestra Constitución, a saber, su pluralis-
constitucional de los fueros en el orden mal del mismo, pasando de ser un siste- mo. Por ello en el Estado autonómico la
formal, hizo posible, bien que equivocada- ma institucional fáctico o consuetudina- recepción foral supone un límite a la ho-
mente, una consideración materialmente rio, contrapuesto o paralelo al orden mogeneidad o, lo que es lo mismo, las exi-
constitucional de la ley que los reconocía constitucional, a una pieza incorporada y, gencias expansivas del principio de igual-
(la famosa Ley confirmatoria de 1839, por tanto, como veremos, con la protec- dad en el plano institucional. Como es
posterior a la primera guerra civil carlista) ción que corresponde a la Norma Funda- bien sabido, el Estado constitucional es
dado su supuesto carácter pactado y res- mental. La incorporación del sistema tra- antes de nada una comunidad basada en
trictivo, por lo menos en el País Vasco7. dicional de autogobierno vasco a la Cons- la igualdad, donde la diferencia, –nos mo-
Por otra parte, las buenas relaciones de los titución (dejando aparte las consecuencias vamos en el terreno de los derechos indivi-
moderados –fueristas– vascos en Madrid legitimatorias para ésta, cuestión si se duales o de la configuración institucio-
consiguieron atemperar la aplicación de quiere de nulo relieve jurídico, pero de nal–, no puede traspasar ciertos límites.
las medidas centralistas de Madrid (aun- evidente trascendencia política, dadas las Así, la integración política que lleva a cabo
que ello se lograse todavía de modo más dificultades de integración del País Vasco el Estado moderno no tolera ni la desi-
claro en Navarra que en el País Vasco). Así durante la época constitucional) pone de gualdad jurídica entre los ciudadanos ni la
incluso, después de la “poda foral” de relieve dos importantes rasgos de nuestra persistencia de particularismos significati-
1876, el sistema foral adquiere dos de sus Constitución. Me refiero a su sensibilidad vos territoriales que condicionen o media-
rasgos más identificadores, como son el o apertura historicista, que no es frecuen- ticen la percepción del vínculo exclusivo
concierto económico y el predominio de te, pues en el constitucionalismo se suele con la organización política general.
las diputaciones forales, las cuales asumen confundir lo que es irrenunciable en el La cuestión obviamente es entender
funciones de coordinación y control so- concepto de Constitución (esto es, su correctamente las exigencias de la igual-
bresalientes respecto de las que ostentan condición de decisión soberana sobre la dad en el Estado autonómico, que no
en el régimen local español común8. organización del Estado y, por tanto, base equivalen a las vigentes en un Estado,
La constitucionalización del sistema fo- de validez de todo el orden jurídico polí- también constitucional, pero centralista.
ral, llevada a cabo en unos términos en sí tico) con la atribución a la Norma Funda- De modo que en el plano institucional el
mismos problemáticos, altera la propia base mental de la creación o instauración del alcance del principio de igualdad ha de
de la foralidad; ya no juega exclusivamente orden político, que en realidad, salvo atemperarse con el pluralismo como valor
la voluntad del pueblo vasco de mantener cuando coincide la actuación del poder constitucional; y asimismo con el recono-
un sistema político propio, sino además y constituyente con el origen del Estado, cimiento expreso en el nivel institucional
sobre todo, la del pueblo español, que es el preexiste a la propia Constitución. que se hace del foralismo. Así, de la exis-
único sujeto constituyente y que ahora sí, El caso es que no es muy frecuente la tencia del principio de igualdad surgirán
en virtud de una decisión expresa, asume el inclusión de elementos diacrónicos en las límites o condicionamientos a tener en
régimen foral. Por supuesto que esa asun- constituciones, pues los movimientos cuenta en el funcionamiento de los órga-
ción no puede hacer olvidar el carácter ne- constituyentes suponen siempre una rup- nos o instituciones forales, pero nunca la
cesariamente integrado del orden constitu- tura con el pasado y, por tanto, una vo- exigencia de su supresión o la imposición
cional, que no consiente, como más tarde luntad de establecer un orden nuevo (ade- en la actuación de los mismos de restric-
hemos de ver, contradicción o incompatibi- más de duradero), y en ese sentido las ciones que les lleven a la inoperancia,
lidad entre sus diversos elementos y la pro- constituciones son poco generosas con la conviertiéndoles en figuras hueras y sin
pia Constitución, de modo que le quepa al historia. Cierto que toda Constitución capacidad verdadera alguna.
régimen foral, en el primer momento de la utiliza conceptos o categorías tomadas de La incorporación foral constitucional
validez, otra fundamentación que la Cons- un universo espiritual, de una cultura jurí- puede verse, evidentemente, desde la
titución ni, después, en el momento poste- dica en suma, que no crea, aunque sí pue- perspectiva de los fueros, del propio siste-
rior del funcionamiento, puedan tampoco de modificar o adaptar; pero en el consti- ma foral, siendo pertinente, entonces, ha-
las instituciones forales asumir funciones o tucionalismo la continuidad institucional blar, al lado del constitucionalismo foral,
ejercer competencias que constitucional- es, políticamente, peligrosa, y por ello tie- de un foralismo constitucional. Así, la
mente no les correspondan. ne lugar mucho más raramente. Así, con primera cuestión es resaltar que lo que su-
el alcance que luego veremos, la Constitu- pone desde los propios fueros la recepción
ción acepta un legado histórico, el régi- constitucional es la protección constitu-
7 “Esta ley fue considerada por el país como un
men foral, en cuanto sistema tradicional cional de los mismos, de modo que, en el
nuevo pacto con la nación española, pacto que sancio- de autogobierno del pueblo vasco. Eviden- futuro, la vulneración foral, fuese cual
naba y conformaba, una vez más, el otorgado al unirse temente no es pequeña la consecuencia de fuese su autor, es también una lesión
a la Corona de Castilla; una ley que establecía las con- esta incorporación, pues la Constitución, constitucional, cuya apreciación y reme-
diciones y modo de ser de estas provincias, para en
adelante dentro del organismo nacional” según tópico como sabemos, pasa a ser la base de vali- dio corresponde, como en el caso de cual-
de la literatura fuerista, como se lee en Angulo y Hor- dez de tal sistema, al que impone límites, quier otra infracción de este carácter, al
maza: La abolición de los fueros e instituciones vasconga- principiales e institucionales; pero, anoté- Tribunal Constitucional.
das, pág. 88. Bilbao, 1886. Las relaciones entre Cons-
titución y régimen foral en exclusivos términos jurídi-
moslo, la Constitución no es ni el origen
cos en J. A. Santamaría: ‘ Las leyes de 25 de octubre ni la justificación del mismo. 2. Términos y límites constitucionales
de 1839 y 16 de agosto de 1841: un análisis jurídico y El constitucionalismo foral, si se ad- de la recepción foral
constitucional’, en S. Martín Retortillo (director): De- mite esta expresión que contempla la re- Pero, como es obvio, la dimensión exacta
recho Público Foral de Navarra. Madrid, 1992.
8 Tomás Ramón Fernández: Los derechos históri- cepción foral desde el plano del sujeto de la recepción foral no se capta confor-
cos de los territorios forales. Madrid, 1985. agente que la lleva a cabo, esto es, la mándonos con esta visión general de la

38 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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JUAN JOSÉ SOLOZÁBAL

misma. Se trata entonces de atender los De otro lado la dimensión conserva- gitimidad del régimen foral, supone su
términos en los que dicha recepción se rea- dora de la garantía institucional que esta- necesaria adaptación a los principios y ar-
liza y a las posibilidades que al régimen fo- mos considerando, con la matización que ticulación institucional (esto es, en esen-
ral abre para el futuro su aceptación cons- acabamos de introducir, se subraya por la cia, democracia y autonomía) que la
titucional. En ese sentido el alcance de la ubicación y el tipo de norma en que tiene Constitución incorpora.
recepción constitucional depende, como lugar la recepción de la foralidad, que se Tampoco puede admitirse que en el
sabemos, del significado a dar a la cláusula produce en una disposición adicional, a la desarrollo de su actividad las instituciones
de protección foral, pero también a los que si bien obviamente corresponde un forales se atribuyan competencias o de-
mismos límites de congruencia que el régi- innegable carácter normativo, acompaña sempeñen funciones que corresponden a
men foral, como cualquier otro elemento una evidente especialidad. Estructural- otros órganos o poderes del Estado, pues
de la Constitución, no puede obviar. mente la Disposición Adicional Primera es la Constitución cumple con su tarea de
El constituyente incorpora a la Cons- una cláusula definitoria no calificatoria establecer el orden político atribuyendo
titución una institución unitaria, como se cuyo principalismo invita a relacionar la en exclusiva, esto es reservando en térmi-
desprende del término empleado para su foralidad con las decisiones fundamentales nos jurídicos, determinadas actuaciones a
descripción global, esto es régimen foral, del sistema constitucional, esto es su régi- distintos órganos e instituciones, de mo-
pero de base plural, dada la titularidad de men, como son el valor del pluralismo y la do que la función constitutiva de la Nor-
los territorios históricos de los derechos organización territorial autonómica10. ma Fundamental se incumpliría si la inte-
que lo integran. Objeto de la protección gración de la actuación de las institucio-
constitucional es entonces una institución9 Las exigencias constitucionales al régimen nes políticas no se hiciese sobre pautas de
o, mejor, un régimen jurídico público, pues foral. La incorporación constitucional de previsión y orden que impiden la invasión
evidentemente la foralidad rebasa el plano los fueros –dejando por el momento la competencial.
organizativo trascendiendo en consecuencia determinación precisa tanto de su conte- La incorporación constitucional exige
a la posición jurídica de los ciudadanos in- nido como de su titularidad efectiva– im- entonces la adecuación en su configura-
tegrados en el círculo de su actuación. plica para los mismos limitaciones y exi- ción y en su funcionamiento del sistema
Anotemos que la institución no es de- gencias inevitables. Y ello ya en el primer foral a la Constitución, adaptándolo al
finida, sino sólo mencionada, de modo momento de su reconocimiento, pues la marco de ésta e imponiendo su encaje.
que su determinación se verificará extra- Constitución no puede consentir su auto- Jurídicamente, sobre todo, ello quiere de-
constitucionalmente, pues de la norma rruptura aceptando un elemento –en este cir que la base del régimen foral sólo pue-
constitucional no se desprenderán sino lí- caso una institución– incompatible con de ser la de la propia Constitución. No
mites o garantías, pero no su configura- su estructura o configuración básicas; o hay tras la Constitución ninguna posibili-
ción que corresponderá hacer, al menos después en su funcionamiento de modo dad de fundamentación fuera de ella,
preferentemente, al legislador. Insistimos que, como decíamos anteriormente, los pues el carácter normativo de la Constitu-
en destacar la peculiaridad de la garantía órganos forales asumiesen funciones o ción impide en el orden jurídico-político
de la Disposición Adicional Primera que ejerciesen competencias anticonstitucio- otra referencia de validez exterior o inde-
asume una institución existente, cierta- nales, esto es, contrarias a los propios su- pendiente de la misma. Esto es así por ra-
mente, de modo que no se trata de ins- puestos constitucionales, o inconstitucio- zones de tipo lógico, pero también de na-
taurar el sistema foral, sino de reintegrar- nales, que no respetasen el orden estable- turaleza política. Es, primero, la referen-
lo o preservarlo. Ello se deduce primera- cido en la Constitución. cia a la Constitución, en cuanto base del
mente del silencio del constituyente sobre Observemos que la Constitución orden jurídico-político, lo que nos permi-
la organización o equipamiento compe- puede incorporar elementos o figuras que te hablar de un Estado, plural pero único,
tencial que incluya la foralidad; y en se- provengan de una situación jurídica ante- de modo que podamos orientarnos ante
gundo término resulta también de las ex- rior, pero confiriéndoles entonces un co- una realidad institucional, en otro caso
presiones que se utilizan en la recepción metido funcional distinto o procediendo caótica; y asimismo unificar diversas, que
de la foralidad: la Constitución “ampara y a una nueva configuración de los mismos, no contradictorias, manifestaciones de
respeta” los derechos históricos, dice la ahora plenamente constitucional. Es lo voluntad política. La Constitución es en-
Disposición Adicional Primera, esto es que ocurre con la sanción regia de la ley, tonces una exigencia lógica para asegurar
una actuación en relación con algo que como manifestación de la posición cons- la capacidad funcional de la forma políti-
preexiste a la propia Constitución; pero titucional del Monarca, que en nuestro ca o para entenderla con un mínimo de
de una institución cuyo dinamismo asu- sistema no supone, como acontecía en la coherencia. Pero, en segundo lugar, la
me el propio constituyente, pues prevé su Monarquía constitucional, verdadera par- verdad es que lo que permite cumplir a la
actualización, que no obstante no impo- ticipación del Rey en el ejercicio de la po- Constitución esa función constitutiva y
ne, de manera que en este caso concreto testad legislativa. Pues bien, a nuestro jui- unificadora del orden político, estable-
se rebaja el carácter consolidatorio que cio, no cabría en nuestro ordenamiento ciendo una determinada organización (la
habitualmente tiene la técnica de la ga- jurídico público una configuración prae- cree o no) y asignándole sus competen-
rantía institucional. terconstitucional de la foralidad que nega- cias, es precisamente su procedencia, esto
mos a los institutos de la Corona. Por ello es, su condición de producto de la volun-
la incorporación constitucional de la fora- tad del pueblo que, al darse la Constitu-
9 Según la Sentencia del Tribunal Constitucional lidad, además de una renovación de la le- ción, ejerce su soberanía o capacidad pro-
76/1988. Exposición y génesis de la formulación de pia e indeterminable de decidir sobre su
esta figura, en S. Muñoz Machado: ‘La Disposición vida política. Por eso en el plano jurídico
Adicional Primera de la Constitución’, en S. Martín
Retortillo director): Derecho Público Foral de Navarra. 10 M. Herrero de Miñón: ‘Estructura y función no cabe más que un centro de imputa-
Madrid, 1992. de los derechos históricos’, en op. cit., págs. 97 y sigs. ción del orden constitucional, esto es, una

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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39
DERECHOS HISTÓRICOS, CONSTITUCIÓN Y SOBERANÍA

sola voluntad constituyente originaria e do federal la pluralidad se da en el mo-


incondicionada, por tanto una única so- mento político, pero no en el jurídico en
beranía. No hay entonces derechos origi- el que, como en todo verdadero Estado,
narios, si por éstos se entiende derechos no cabe sino la unidad del constituyente.
impuestos a la Constitución y con un Ello se proclama con toda claridad en el
fundamento de validez extraconstitucio- Preámbulo de la Constitución de Estados
nal, muestra por ello de una soberanía Unidos a través de esta conocida fórmula:
propia11. “We the people of the United States do
El entendimiento del Estado como ordain and stablish the present constitu-
orden remite necesariamente, entonces, a tion”. Nuestra Constitución referirá la so-
una única voluntad constituyente, con in- beranía a un sujeto también único: el
dependencia de la forma política de que pueblo español –no los pueblos de Espa-
estemos hablando. Pensemos que ello ña o del Estado español–, que es entonces
ocurre también en el Estado federal, don- el sólo depositario del poder constituyen-
de el pacto asociativo entre las entidades te, en cuanto expresión por excelencia de
miembros es un supuesto político de la las atribuciones del máximo nivel
aparición del pueblo de la federación, que político12. Aceptar una base de soberanía misma, sobre su existencia, esto es, a fa-
es el único sujeto constituyente y titular plural, reconociendo derechos originarios vor o no de su persistencia, y sobre su
de la soberanía, de modo que en el Esta- a algún sujeto que no fuera el pueblo es- configuración, manteniendo o no su es-
pañol, nos colocaría ante una forma polí- tructura tradicional, pero no se procede a
tica no estatal sino para o posestatal, como su creación o instauración ex novo. Es
11 El que no quepa otra residencia de la idea una confederación que no es verdadera- más, dada la técnica utilizada en la Cons-
“fuerte”, diríamos, de soberanía no puede significar mente un Estado sino una unión interna- titución, según su intérprete más autori-
que nos olvidemos de otras manifestaciones, si se quie-
re ordinarias e incluso cuasi extraordinarias, de la sobe- cional de Estados y cuyo estatuto institu- zado14, la decisión del constituyente se li-
ranía que corresponden a las comunidades autónomas cional, por no hablar de su misma viabili- mita, sin mengua de su discrecionalidad
en cuanto titulares de potestades públicas y de faculta- dad, es bien pobre13. soberana, a confirmar o consolidar una
des cuasi constituyentes en relación con la elaboración
y, sobre todo, reforma de sus propios estatutos.
Pero la comprensión correcta de la di- institución ya existente, llevándose a cabo
En este orden de cosas es importante entender mensión constitucional de la foralidad nos el reconocimiento constitucional a través
correctamente el alcance jurídico, esto es, verificar su obliga, después de haber excluido su fun- de una expresión explícita de respeto y
interpretación correcta, de la Disposición Adicional damentación en voluntad soberana ajena a amparo.
del Estatuto de Autonomía del País Vasco, en donde
se establece que la aceptación del régimen de autono- la de la propia Constitución, a realizar al- La imposibilidad de entender con cri-
mía no implica renuncia del pueblo vasco a sus dere- gunas apreciaciones complementarias, terios de soberanía la aceptación constitu-
chos históricos, cuya actualización habrá de realizarse pues el régimen foral no tiene, como ya cional de la foralidad remite a una pers-
de acuerdo con el ordenamiento jurídico. Esta cláusu-
la alberga a la vez una declaración meramente política, hemos dicho, su origen en la Constitu- pectiva exclusivamente jurídica. Desde un
cuya obviedad es manifiesta, según la cual el pueblo ción, sino sólo su base y su límite. Quiere punto de vista político, finalmente, dicho
vasco tiene los derechos que le correspondan, y un ello decir que la Constitución no crea, só- reconocimiento tiene la máxima impor-
contenido plenamente jurídico, en cuya virtud se im-
pone la obligación de respeto o atenimiento de cara a
lo reconoce, el régimen foral, renovando tancia en la medida en que refuerza la le-
concretizar esos derechos, a los topes y procedimien- su base de validez, obligándole, a cambio gitimidad de la Constitución en el País
tos del ordenamiento jurídico. Obviamente, como ca- de otras ventajas relativas a su mejor fun- Vasco en justa correspondencia a la am-
be esperar de una norma, lo que importa es su conte- damentación y protección constituciona- pliación para el régimen foral, como ya
nido jurídico o vinculante, no su dimensión política.
Tras el Estatuto de Guernica, hecho posible por les, a su encaje, primero, y actuación, des- sabemos, de su base política, esto es la vo-
la Constitución, el pueblo vasco no es un ente moral pués, dentro del marco de la Constitu- luntad ya no sólo del pueblo vasco, sino
o político, sino un sujeto constituido en comunidad ción. del pueblo español, rango jurídico, pues se
autónoma y cuyos derechos se ejercen a través de los
órganos de ésta –Gobierno, Parlamento, cuerpo elec- De manera que frente a lo que ocurre trata de un régimen reconocido en la
toral–. Quiere ello decir que el pueblo vasco no tiene en otros supuestos, en los que se mues- Norma Fundamental del Estado, y supe-
otros derechos que los reconocidos en el orden jurídi- tra en plenitud la función creadora o real- rior garantía, ya que como institución
co positivo, en el ordenamiento, pues en un orden po-
sitivo no hay derechos fuera del derecho. Fuera del
mente constitutiva de la Constitución, la constitucional goza de la protección dis-
derecho lo que se tiene es derecho a tener derechos, decisión del constituyente en relación con ponible para la Constitución, notoria-
esto es, pretensiones, insisto, no derechos. La Disposi- la foralidad no tiene una dimensión fun- mente la asegurada por el Tribunal Cons-
ción Adicional reconoce, como no puede ser menos, dante: se decide soberanamente sobre la titucional. n
el derecho a tener derechos, entendiendo por tales de-
terminadas pretensiones con fundamento histórico, a
saber, los derechos históricos en la medida en que no
se encuentren incluidos en el régimen foral o la auto-
nomía. Pero esas pretensiones, puesto que estamos en pondría de hecho una reforma constitucional, realiza-
un orden jurídico efectivo, sólo se pueden ejercer si ble, según el Tribunal Constitucional, exclusivamente
han pasado como derechos al sistema positivo, en vir- por los cauces del título X, esto es, “a través de los
tud de su actualización, realizable únicamente “de procedimientos y con las garantías allí establecidas y
acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídi- mediante la modificación expresa de su propio texto”
co”, esto es, por el procedimiento y a través de la (Declaración del TC, de 1 de julio de 1992).
actuación constitucional de los órganos correspon- 12 Sobre todo ello, mi trabajo ‘La soberanía en el

dientes. No estamos entonces ante una cláusula de Estado autonómico’, en Fundamentos. Oviedo, 1998.
autorruptura. Ello implicaría una interpretación frau- 13 M. Aragón: ‘El modelo territorial del Estado Juan José Solozábal es catedrático de Derecho
dulenta del orden constitucional, que obviamente in- en España y sus problemas actuales’, Cuestiones consti- Constitucional en la Universidad Autónoma de Ma-
tegra más que procedimientos, también, por tanto, tucionales, núm. 1. México, 1999. drid. Autor de Las bases constitucionales del Estado au-
principios, entre ellos el de coherencia lógica, y su- 14 STC 66/1988. tonómico.

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EL PESO DEL PASADO
FRANCISCO SEVILLANO CALERO

1. Memoria y olvido: introducción a un que aquel silencio, que pudo ayudar en la los fascismos europeos alentados por la caí-
debate reciente transición política, resulta insatisfactorio pa- da del comunismo en los países del Este2.
La imagen de la historia está unida a la ra avanzar en los problemas actuales de la de- En medio de la rehabilitación del concep-
construcción de la identidad de una comu- mocracia, que además de ser los propios de to politológico de totalitarismo formulado
nidad en correspondencia con los intereses, las democracias occidentales, también tie- en plena guerra fría durante los años cin-
los problemas y los temores de cada mo- nen su propia historia: después de 25 años cuenta, tales planteamientos críticos, pero
mento. Así sucede con la vigencia que la fe- de los estertores de la dictadura franquista muy poco académicos en muchos casos,
cha de 1936 tiene en la historia reciente de con la muerte de su general en noviembre de no sólo condenan los llamados regímenes
España. No obstante el afán conciliador 1975, ¿qué significó aquel episodio históri- de socialismo real, marcados “a sangre y
por superar las fracturas entre vencedores y co del franquismo en la historia reciente de fuego” por la violencia y el terror, sino que
vencidos (que se mueve en los últimos años España?, ¿cómo influyó la larga vigencia y la en último término han procedido a un
entre el oportunismo de lo políticamente salida de aquella dictadura en la transición es- “ajuste de cuentas” con la memoria colec-
correcto y el deseo de ruptura con las im- pañola? Para contestar a estas preguntas, hay tiva que sustentó los proyectos constitu-
plicaciones en el pasado), lo cierto es que el que comenzar advirtiendo contra una parte yentes y políticos y la identidad nacional
recuerdo de la guerra civil, inseparable de de los discursos públicos y las imágenes co- durante la posguerra en distintos países a
las responsabilidades en la dictadura fran- lectivas que circulan preñados de tópicos so- partir del mito de la resistencia y el antifas-
quista, todavía forma parte de la memoria bre el pacto político que favoreció la transi- cismo3. La polémica sobre la dictadura
individual de muchos españoles, suscitando ción a la democracia. Pero en particular es franquista no ha tardado en verse envuelta
temores y polémicas cuando se agita en ex- necesario prevenir contra el reciente empeño de nuevo en el debate general sobre el to-
ceso fuera de la comunidad académica. de ciertos divulgadores que, metidos a his-
Distintos acontecimientos como la acci- toriadores, esgrimen su posesión de la ver-
dentada visita a España de viejos brigadis- dad sobre Franco y las bondades de su dic- 2 Un notable ejemplo de la polémica originada

tas en 1996, las diferencias parlamentarias tadura no sólo contra la amenaza del comu- por esta corriente es la publicación (primero en Francia
que se produjeron en torno a la proposición nismo, sino en aras del desarrollo, que e inmediatamente traducida en diversos países) de la
obra colectiva, encabezada por Stéphane Courtois, El li-
no de ley del Congreso de los Diputados acabaría favoreciendo la propia transición bro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión,
sobre los términos de la condena del golpe democrática1. editada en Barcelona por la Editorial Planeta y Espasa,
de Estado de julio de 1936 o la postura Estas posturas emergen del trasfondo en 1998. También aquí se suscitó el debate en las pági-
nas de los principales diarios nacionales, como El País,
oficial del episcopado español de no reco- de los recientes enfoques revisionistas de además de alentarse opiniones académicas diversas, so-
nocer la implicación de la Iglesia católica en bre todo en torno a la historia de la extinta Unión So-
la dictadura (esgrimiendo, eso sí, sus muer- viética y el comunismo. Es necesario recordar el ilustre
antecedente que había significado poco antes el libro de
tos) muestran que ni el arrepentimiento ni 1 La reciente polémica sobre Franco y el franquis- François Furet, El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la
la reconciliación articularon verdadera- mo tuvo un episodio destacado en la prensa italiana a idea comunista en el siglo XX, aparecido en Francia en
mente la memoria colectiva y la identidad mediados de 1998 con motivo del intento “revisionis- 1995 (traducción al castellano en FCE, México, 1995).
ta” protagonizado por Sergio Romano (antiguo emba- 3 Este debate ha afectado a países como Francia,
nacional durante la transición en España.
jador, devenido en historiador no profesional y colabo- Alemania o Italia. En el caso de Alemania, las ideas del
El proceso de cambio político no se funda- rador periodístico), cuyos argumentos tuvieron eco en historiador Ernst Nolte volvieron a desatar la “discusión
mentó en el conocimiento oficial de las res- las opiniones manifestadas por Indro Montanelli. La de los historiadores” alemanes a finales de los años
ponsabilidades y en la asunción moral de querella aparece en las diversas intervenciones recogidas ochenta en torno a la relectura del pasado nacional y,
en un libro testimonial de dos voluntarios italianos que más concretamente, el nacionalsocialismo, una polé-
las culpas. En su lugar, la memoria colecti- combatieron en la guerra civil en España: Nino Isaia, mica que también se ha producido con ocasión del re-
va se ha sustentado en el olvido, que signi- que luchó a favor de la causa republicana, y Edgardo ciente galardón concedido a E. Nolte. Entre sus últimas
fica sobre todo un deseo de superar el pa- Sogno, que apoyó al bando sublevado. Véase Due fron- obras, hay que citar La guerra civil europea, 1917-1945.
ti: la grande polemica sulla guerra di Spagna, con gli in- Nacionalsocialismo y bolchevismo, FCE, México, 1994
sado entonando que bien vale dejar atrás el terventi di Mario Pirani et al. e la replica di Sergio Ro- (ed. or. en alemán de 1987) y Después del comunismo.
pasado en aras de ganar el futuro. La socie- mano, Liberal libri, Florencia, 1998, obra que ha sido Aportaciones a la interpretación de la historia del siglo
dad finge olvidar, aceptando voluntaria- traducida al español como La guerra civil: ¿dos o tres Es- XX, Ariel, Barcelona, 1995 (ed. or. en alemán de 1991).

mente el silencio. pañas?, Ediciones Áltera, Barcelona, 1999. Entre los úl- Más recientemente ha aparecido un nuevo alegato de es-
timos títulos editados que comparten estas posturas re- te historiador con motivo de su defensa de la figura de
No obstante el deseo loable de supera- visionistas, hay que citar José M.ª Carrascal, Franco: 25 Heidegger: Heidegger. Política e historia en su vida y
ción de un pasado traumático, lo cierto es años después, Espasa-Calpe, Madrid, 1999. pensamiento, Tecnos, Madrid, 1998. En Italia, cabe

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41
EL PESO DEL PASADO

talitarismo y el fascismo, como ya sucedió Tras el estallido de la guerra, sobresalió se informaba, era paralela e incluso con-
a mediados de los años sesenta. Este revi- inmediatamente la mayor capacidad de pe- traria a los intereses falangistas entre la ju-
sionismo ha provocado la lógica contesta- netración social y control del adoctrina- ventud y las mujeres, consiguiendo impor-
ción de quienes, en mayor o menor grado, miento de carácter tradicional y religioso tantes resultados sobre todo en las zonas
comparten una visión radical de la dictadu- tutelado por la Iglesia católica en la zona re- rurales7.
ra y de la solución política tras la muerte de belde. Así se señalaba, por ejemplo, desde el El estallido de la guerra en Europa ha-
Franco, denunciando cómo la amnistía que Gobierno Civil de Granada en 1938, reco- bía producido, mientras tanto, una intensa
supuso la transición implicó la amnesia res- nociendo las autoridades rebeldes que, en politización de los grupos más conciencia-
pecto del franquismo4. Un incipiente de- “el sentimiento de disciplina generalizado dos de la sociedad española, abriéndose un
bate que ha situado el problema de la cola- en todas las clases”, también influía “la exal- largo periodo de expectación sobre el futu-
boración y las responsabilidades de los es- tación de los principios religiosos, que aho- ro del nuevo Estado franquista, que se pro-
pañoles con la dictadura franquista en el ra se sienten más profundamente”. En este longó hasta 1947. No obstante, la mayoría
centro de una discusión que trasciende mismo informe sobre la situación política de la población mostró un esporádico in-
el problema de la naturaleza de la dictadu- interior en Granada se comentaba: terés por las circunstancias políticas inter-
ra para afectar al peso de su memoria en la nas e internacionales, deseando tan sólo la
“Como es sabido, en esta materia religiosa era la
transición política. indiferencia juntamente con la ignorancia una de no injerencia en la guerra por la extrema
sus lacras; hoy, aun cuando no creamos que se haya dureza de las condiciones de vida en el país.
2. Entre la acomodación cotidiana vuelto plenamente al sentimiento católico de los Una vez superados los momentos de máxi-
y el malestar: las actitudes políticas tiempos esplendorosos de España, sí que hay que ma tensión para la supervivencia de la dic-
recoger un retorno a los principios de la Iglesia. Cier-
de los españoles en la posguerra tadura en los meses que siguieron al final de
to que muchos practican queriendo hacer de este
Las actitudes de la mayoría de los españo- modo patente su adhesión; que en otros hay más la guerra mundial, el ambiente público era
les bajo la dictadura franquista fueron com- que nada un sentimiento supersticioso y que gran de aparente tranquilidad, señalándose en
plejas tras la aparente apatía y acomoda- parte sigue sumida en la anterior ignorancia, porque los informes confidenciales de FET y de
ción para sobrevivir. Una actitud colectiva, en este respecto de la enseñanza religiosa poco se las JONS que ello obedecía esencialmente
viene haciendo; pero es cierto que la influencia de la
no hay que olvidar, que se entremezcló con religión se deja sentir en el orden moral contenien-
a la debilidad de la oposición clandestina en
el apoyo y la colaboración de muchos in- do, dentro de lo posible, la relajación de costumbres el interior, la constante vigilancia policial y
dividuos. La desarticulación y la desmovi- que toda guerra lleva consigo”6. la sensación de firmeza del régimen ante las
lización de la sociedad civil a través del te- presiones exteriores. En medio de la mayo-
rror hizo que la persona permaneciera rele- Algún tiempo después de acabada la ritaria actitud de apatía política e indife-
gada al ámbito de su vida privada y a la guerra civil, se informaba desde la Jefatura rencia, sólo era manifiesto el creciente ma-
exclusiva percepción de la realidad más in- Provincial de FET y de las JONS de Bar- lestar social como consecuencia de las pre-
mediata. La mayor parte de la “gente co- celona a finales de 1940 que si la hostilidad carias condiciones de vida por el escaso
mún” vivía así en un estado de ambigüedad hacia el régimen franquista no llegaba a ex- poder adquisitivo de los salarios, los pro-
cotidiana, en el que el rechazo, la resigna- teriorizarse era debido al peso de la victoria blemas de abastecimientos y la realidad del
ción y la aceptación pasiva de la dictadura por las armas y a la vasta represión desata- mercado negro, la falta de combustible, las
se mezclaban en una misma persona a par- da. Ante esta situación, se señalaba que pa- restricciones eléctricas o los problemas de
tir de la “percepción” de su situación y de la ra el sometimiento y la posterior atracción vivienda, además de las duras condiciones
presión a la que se veía sometida, sin olvi- de las “masas” se requería una mayor pre- laborales, descontento que era mayor en
dar que el comportamiento de muchos es- sencia de fuerzas de orden público y de mi- las zonas urbanas e industrializadas que
pañoles estuvo influido por la prolonga- licias del partido, una elevación y mejora en las poblaciones rurales.
ción de la cultura política de preguerra y del nivel de vida, una intensa campaña pro-
por el recuerdo de sus vivencias durante la pagandística y el encuadramiento de los 3. Cambio generacional
guerra civil5. “productores”. Una organización como Ac- y cultura política bajo el franquismo
ción Católica era considerada la única fuer- Al tiempo que el malestar social aumenta-
za con significación política que, al margen ba entre la acomodación cotidiana de la
destacar las controvertidas opiniones del desaparecido del partido único, ejercía una importante mayoría de la población, comenzaron a
historiador Renzo De Felice; véase su obra Rojo y negro,
Ariel, Barcelona, 1996 (ed. or. en italiano de 1994) y la
labor propagandística. Su actividad, según manifestarse los primeros síntomas del fra-
respuesta de Nicola Tranfaglia, Un passato scomodo. caso de la socialización política de la ju-
Fascismo e potsfascismo, Laterza, Roma-Bari, 1996. ventud. Las contradicciones y limitaciones
4 En este sentido, véase Nicolás Sartorius y Javier
del adoctrinamiento político bajo la dicta-
Alfaya, La memoria insumisa, Espasa-Calpe, Madrid, tre las recientes aportaciones, hay que citar I. Saz y A.
1999, así como las opiniones sobre este libro de Javier Gómez Roda (eds.), El franquismo en Valencia. Formas dura fueron evidentes en la inmediata pos-
Pradera, La dictadura de Franco. Amnesia y recuerdo, en de vida y actitudes sociales en la posguerra, Ediciones guerra. El proceso de fascistización del nue-
CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. 100 (marzo de Episteme, Valencia, 1999. Sobre las formas de control vo Estado franquista fue más intenso en los
2000), págs. 52-61, y los comentarios a este último ar- y supervivencia cotidiana en el caso de Lérida a partir del
tículo hechos por Vicenç Navarro, La dictadura de estudio de las fuentes documentales judiciales, véase resortes del poder orientados hacia la ma-
Franco, en CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. 103 (ju- Conxita Mir, Vivir es sobrevivir. Justicia, orden y mar- nipulación de las masas (como la propa-
nio de 2000), págs. 80-82, quien explícitamente ha re- ginación en la Cataluña rural de posguerra, Milenio, ganda y la política laboral y social), en con-
chazo el olvido de lo que fue la dictadura en su artícu- Lleida, 2000. Acerca de la esencia represiva de la dicta-
lo de opinión titulado ‘Reconciliación sí, olvido no’, El dura franquista, véanse los planteamientos expuestos
País (12-1-2000). en Michael Richards, Un tiempo de silencio. La guerra ci-
5 Como exposición general sobre la opinión po- vil y la cultura de la represión en la España de Franco,
pular y la emergencia de una cultura política bajo la lar- 1936-1945, Crítica, Barcelona, 1999. 7 AGA, Sección de Presidencia, Secretaría General

ga vigencia de la dictadura, véase Francisco Sevillano 6 Archivo General de la Administración, Sección del Movimiento, Delegación Nacional de Provincias,
Calero, Ecos de papel. La opinión de los españoles en la de Interior, Ministerio de la Gobernación, caja 2.790, caja 31, Informe político de Barcelona de la Delegación Na-
época de Franco, Biblioteca Nueva, Madrid, 2000. En- Memoria del Gobierno Civil de Granada, 1938. cional de Información e Investigación, noviembre de 1940.

42 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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FRANCISCO SEVILLANO CALERO

creto a través de los aparatos de la Admi- bres y la moral y en el adoctrinamiento de sobre el ambiente político entre los uni-
nistración controlados directamente por el la sociedad española a través de la política versitarios españoles realizada entre los me-
sector falangista del partido único: el Mi- cultural y educativa, coincidiendo con la ses de febrero y junio de 19499. Según los
nisterio de la Gobernación (de Interior a lo invocación de un espacio cultural e infor- resultados globales, la mayoría de los uni-
largo de 1938), y el Ministerio de Trabajo mativo católico frente a la mera subordi- versitarios mostraba un escaso y esporádico
y los sindicatos. Estos organismos estatales nación de la Iglesia a los intereses del Esta- interés por las cuestiones políticas, a ex-
eran los que, siguiendo primordialmente do franquista8. cepción de una minoría formada por los di-
el ejemplo italiano, debían servir de van- En medio del creciente fracaso adoc- rigentes falangistas del SEU y algunos es-
guardia en la construcción de un Estado to- trinador en los ideales y comportamientos tudiantes que simpatizaban con otras ten-
talitario. Sin embargo, el modelo estatal del régimen, una parte de los estudiantes dencias políticas. En este sentido, se
defendido por el sector falangista entró en universitarios, junto al sector más concien- apuntaba en el balance final del Servicio de
abierta contradicción, fracasando final- ciado de los trabajadores, destacó en la mo- Auscultación:
mente, con el inmovilismo y los intereses vilización contra la dictadura. Si al final de
“Hay que lo tienen [interés por la política], y
meramente reaccionarios de una parte de la guerra mundial la apatía también era ge- son sumamente activos; otros sólo se interesan cuan-
los militares del entorno del propio Franco neral entre los estudiantes universitarios, do las circunstancias les obligan a reaccionar. Un
y de los sectores más conservadores e inte- el acceso a la Universidad de nuevas gene- grupo final concede principal importancia a las acti-
gristas de la dictadura. raciones hizo que, además de la contesta- vidades deportivas o se dedican a frivolidades, en el
Desde el comienzo de la instauración ción de grupos monárquicos y católicos, se mejor de los casos, intrascendentes. Entre los del se-
gundo grupo, políticos esporádicos, y que constitu-
del nuevo Estado, la contradicción y las ten- manifestaran los primeros síntomas de frus-
yen la mayoría, podemos filiar a todos los que por al-
siones caracterizaron así la fascistización tración entre una parte de los estudiantes guna razón disienten de la actual política guberna-
del aparato ideológico y propagandístico, falangistas adoctrinados en los principios de mental y han enfriado sus entusiasmos de la
pues la cultura y la enseñanza (uno de los la revolución nacional-sindicalista, que postguerra”.
resortes del poder más fascistizados tras la adoptaron una actitud inconformista fren-
conquista del Estado por los fascismos eu- te a la realidad impuesta desde el poder. Del mismo modo, el delegado del SEU
ropeos) quedaron en manos de los tradi- Pero ello no se tradujo inmediatamente en en la Facultad de Filosofía y Letras de Ma-
cionalistas y los católicos, con una pene- un rechazo abierto. Así lo ponían de mani- drid señalaba en su informe:
tración marginal de Falange. La evidente fiesto los resultados de una auscultación
“Aun siendo de distinto criterio político, aun vi-
desmovilización de la sociedad, que se ob- viendo apartados de la vida activa del SEU, la in-
tuvo mediante el empleo de los mecanis- mensa mayoría de los universitarios de Filosofía y Le-
8 Esta interpretación sobre el modelo de socializa-
mos tradicionales de control social a través
del orden público, coincidió con el mayor ción bajo el franquismo aparece expuesta en Francisco
Sevillano Calero, Propaganda y medios de comunicación
alcance de los medios socializadores de la en el franquismo (1936-1951), Publicaciones de la Uni- 9 AGA, SP, SGM, DNP, caja 240, Cuestionarios y
Iglesia católica en el control de las costum- versidad de Alicante, Alicante, 1998. resúmenes sobre el ambiente político entre los universitarios.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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43
EL PESO DEL PASADO

tras piensa que el punto de partida ineludible son las


teorías de José Antonio, expuestas en sus discursos
Edad
generalmente bien conocidos. No pensemos por es-
to que todos son falangistas en un sentido oficial. Total 18/24 25/34 35/44 45/54 55/64 65 y más
Muchos creen que la fuerza de la Falange se ha per-
dido en otros organismos burocráticos, donde son Como un periodo
imprescindibles los timbres móviles y las instancias. positivo para España 11 8 5 9 10 16 20
Se ha perdido en una CNS anquilosada que está
muy lejos de poseer un auténtico espíritu revolucio- Como un periodo
nario. Tal es su pensamiento. Por ello viven aparta- negativo para España 34 35 40 40 31 27 29
dos y sólo cuando las circunstancias se agravan y es
necesaria la acción directa y contundente de un mo-
mento determinado se movilizan”.
Como una etapa que
“Por otro lado los que no han perdido la fe si- tuvo cosas buenas y malas 49 52 50 46 56 51 42
guen trabajando, pese a todo. Aún éstos, necesitarán
pronto de la acción, de la consigna clara y directa, de
la continuidad política de la doctrina del Fundador”. aprendizaje político informal y latente, con- bajo la dictadura y las experiencias vitales
solidándose esta transformación de la cul- vinculadas al relevo generacional. Es posi-
Aparte de los falangistas, existían otros tura política con el rápido desarrollo de la ble señalar que, de cara al hecho político de
pequeños grupos, tales como tradicionalis- sociedad civil desde la década de los sesen- la transición después de noviembre de
tas, monárquicos, miembros de organiza- ta. Este proceso de aprendizaje político co- 1975, la paulatina asimilación de nuevos
ciones confesionales católicas (principal- menzó a gestarse a partir de las consecuen- valores liberales y democráticos, cuando no
mente del Opus Dei), nacionalistas vascos cias contradictorias entre la juventud de la claramente radicales, tuvo tanta o más im-
y unos pocos individuos calificados como actividad socializadora, cuando no acabó portancia para las nuevas generaciones de
“marxistas”. Como se señalaba en los in- siendo el resultado de la creciente resisten- españoles que los efectos socializadores del
formes, no se trataba de minorías políticas cia al sistema y al propio discurso oficial a recuerdo de la guerra civil, como induda-
claras que tuvieran un cuerpo doctrinal pre- partir de la conciencia de la realidad y los blemente sí sucedió con sus mayores que
ciso, especificándose que la excepción eran nuevos problemas de una sociedad cam- vivieron el enfrentamiento10. En este sen-
los grupos inspirados en la democracia cris- biante, como muestran las nuevas formas tido, la recreación de la guerra civil no ge-
tiana. Estas minorías llevaban a cabo acti- organizativas, de negociación y de crecien- neró una única memoria colectiva que con-
vidades al margen del SEU, sobre todo de te movilización contra la dictadura. dicionara por igual las actitudes y los com-
carácter propagandístico y proselitista, es- El agudo malestar social acabó coinci- portamientos de moderación y consenso
pecialmente los monárquicos y los miem- diendo con la aparición de una conciencia de los protagonistas de las transición. Hay
bros del Opus Dei. Este panorama consti- política diferente, como sucedió en las mo- que observar asimismo que si la memoria
tuye uno de los mejores indicadores para vilizaciones ocurridas entre 1956 y 1958. histórica de la guerra civil acabó teniendo
valorar de forma adecuada el alcance de la Además del relevo generacional que carac- un peso específico en el aprendizaje políti-
socialización en los valores del franquismo, terizó las protestas obreras de estos años, la co de las élites que protagonizaron el pro-
destacando las contradicciones y el rápido ruptura se manifestó abiertamente en los ceso político de la transición, fue en parte
fracaso de la labor llevada a cabo por las or- sucesos estudiantiles ocurridos en febrero porque estas élites acabaron cediendo al
ganizaciones juveniles y estudiantiles fa- de 1956, destacando desde entonces la mo- pacto al verse envueltas en un “equilibrio de
langistas frente a la mayor capacidad inicial vilización de una parte de los estudiantes imposibilidades” en el momento de impo-
de adoctrinamiento del ambiente religioso universitarios en contra de la dictadura. ner sus planteamientos políticos11.
y conservador que caracterizó la educación Lentamente, iba aumentando el rechazo al
de muchos jóvenes. sistema social y político imperantes, aflo- 4. La transición democrática y la memoria
Paulatinamente se asiste así a la trans- rando nuevos valores reformistas y liberales. del franquismo: a modo de conclusión
formación de la conciencia política de una Pero la paulatina asimilación de nuevos va- Junto a otras cuestiones, la consideración
parte de los españoles. El carácter en apa- lores políticos tras la consumación de la de la cultura política permite desbordar la
riencia anodino de los años cincuenta en ruptura generacional a finales de la década acción de las élites políticas en la transi-
España, que contrasta con la velocidad y la de los cincuenta se produjo en un ambien- ción, evidenciando la importancia de los
profundidad de los cambios en la década de te general que continuaba caracterizándose valores y deseos de la sociedad civil12. Así,
los sensenta, no debe ocultar que aquellos por la apatía. Esta actitud no fue sólo con- es a partir del aprendizaje político de nue-
años constituyeron una encrucijada decisi- secuencia de la acomodación a la dictadu- vos valores en la última etapa de la dicta-
va. La conciencia política de la mayoría de ra, sino también de la atenuación del ma-
la población se había caracterizado por unas lestar social por el rápido crecimiento eco-
experiencias marcadas por la prolongación nómico de los años sesenta, que provocó un 10 Sobre la memoria colectiva y el recuerdo de la

en el tiempo de la cultura política de pre- relativo grado de satisfacción en la vida en guerra civil, véase Pilar Aguilar Fernández, Memoria y
olvido de la Guerra Civil española, Alianza Editorial,
guerra, el recuerdo individual de las viven- la mayor parte de los españoles. Entre la in- Madrid, 1996.
cias durante el enfrentamiento civil, y el diferencia de la mayoría y la creciente desi- 11 La aplicación del enfoque “racional” de la polí-

temor y la desmovilización social por la re- lusión de unos pocos se fue produciendo así tica al caso de la transición en España puede verse en Jo-
sep M. Colomer, La transición a la democracia: el modelo
presión generalizada, reaccionando cada un cambio de la cultura política de una español, Anagrama, Barcelona, 1998.
persona ante la sórdida realidad cotidiana. parte de la sociedad. 12 Este planteamiento ha adquirido un notable

En primer lugar, el cambio fue consecuen- Para comprender este cambio, hay que predicamento en distintos ámbitos de las ciencias so-
cia de la ruptura generacional que se pro- insistir en factores culturales como el men- ciales y en la historiografía en los últimos años. Entre los
estudios, cabe destacar L. Desfor Edles, Symbol and Ri-
dujo en determinados sectores de la juven- cionado proceso de aprendizaje político en tual in the New Spain: The Transition to Democracy af-
tud como consecuencia de un proceso de relación con el alcance de la socialización ter Franco, Cambridge University Press, Londres-Nue-

44 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107n


FRANCISCO SEVILLANO CALERO

que, más allá de este acuerdo genérico, una


parte importante todavía manifestaba un
juicio favorable sobre determinados perfiles
particulares de este personaje después de
que hubieran transcurrido 20 años de su
muerte: un 48% de los consultados mos-
traba su conformidad con la afirmación de
que fue un gobernante que garantizó la
paz, siendo para un 30% el salvador de Es-
paña frente al comunismo; mientras, un
28% de los entrevistados opinaba que fue el
hombre que impulsó y modernizó la eco-
nomía española, concluyendo un 26% que
ha sido uno de los mejores gobernantes
que ha tenido España en este siglo.
Aún así, la persistencia del “mito del
Caudillo” no ha resistido el inexorable pa-
so del tiempo. La asunción de la dictadura
como una etapa más en la historia de Es-
paña ha enfriado las viejas pasiones, que
sólo persisten en el rechazo de quienes vi-
vieron la dictadura desde la ruptura gene-
racional y la resistencia a partir de los años
sesenta o en la minoritaria aceptación de
quienes la recuerdan desde la nostalgia del
viejo compromiso personal y la satisfacción
vital. Ante la pregunta de cómo pasará a la
historia el régimen de Franco, formulada en
la mencionada encuesta realizada por el
dura como la cultura política democrática nalista, el déficit de cultura cívica en am- CIS a finales de 1995, las respuestas se dis-
pudo extenderse rápidamente entre los es- plios sectores sociales, la debilidad de la vi- tribuían del siguiente modo:
pañoles, ayudada también por los deseos da asociativa y la escasa densidad del espa- La memoria individual de quienes vi-
generales de salvaguardar el nivel de desa- cio público. Unas deficiencias compartidas vieron bajo la dictadura franquista convive
rrollo alcanzado desde los años sesenta, lo ciertamente con otras sociedades occiden- así con la articulación de la memoria co-
que no significa que desde la dictadura tales, pero que asimismo guardan relación lectiva de los más jóvenes, que aceptan la
franquista se establecieran las bases de la de- con la persistencia de algunas imágenes de “normalización” del franquismo como una
mocracia. la dictadura franquista en la memoria in- etapa más en la historia de España. Es aquí
Pero la idealidad del marco de convi- dividual de muchos españoles, que media- donde cualquier “querella” de los historia-
vencia democrático no es motivo eximente tizan sus conductas sociales y, en particular, dores por moldear la historia oficial ad-
para preguntarse acerca de cómo la salida una actitud acomodaticia. quiere todo su significado en medio de la
de la dictadura condicionó las formas, los Si la memoria traumática de la guerra falta de una política de la memoria, que
límites y la calidad de la democracia espa- civil aún sacudía la conciencia de muchos sobre todo permita trasvasar determinados
ñola. Hay que precisar al respecto que la españoles hace unos pocos años (un 42% símbolos y rituales de una etapa, la demo-
larga vigencia del franquismo legó una so- de entrevistados en una encuesta de fina- cracia, a la esencia misma de la identidad
ciedad civil con carencias13. Éstas se han les de 1995 opinaba que no se habían olvi- nacional en aras de la convivencia y la li-
sustanciado en una amplia pasividad polí- dado las divisiones y rencores que creó la bertad. n
tica (que apenas se rompió en los momen- guerra en la sociedad española), era más
tos más intensos de la transición), la per- intensa la conciencia de que todavía se no-
sistencia de una acusada mentalidad pater- ta la huella profunda que ha dejado Franco
en la historia reciente de España (así opi-
naba un 65% de los encuestados en el mis-
va York, 1998, y Peter McDonough, Samuel H. Barnes mo sondeo)14. La figura de Franco ha pa-
y Antonio López Pina, The Cultural Dynamics of De- sado a la historia como la de un dictador
mocratization in Spain, Cornell University Press, Itha-
ca, NY, Londres, 1998. Véanse las sugerentes reflexio- para la gran mayoría de los españoles (un
nes de Manuel Pérez Ledesma, ‘Memoria de la guerra, 88% de entrevistados así lo opinaba según
olvido del franquismo’, en Letra Internacional, núm. el mencionado estudio). Pero lo cierto es
67 (verano de 2000), págs. 34-39.
13 La tesis del empuje de la sociedad civil en el pro-

ceso de transición fue expuesta por Víctor Pérez Díaz,


La primacía de la sociedad civil, Alianza Editorial, Ma-
drid, 1993. Cfr. la hipótesis anterior con las aportacio- 14 Estos datos proceden del estudio 2201 del CIS,

nes publicadas en Joan Subirats (ed.), ¿Existe sociedad ci- de diciembre de 1995, estudio publicado parcialmente Francisco Sevillano Calero es profesor titular de
vil en España? Responsabilidades colectivas y valores pú- en Datos e opinión. Boletín del Centro de Investigaciones Historia Contemporánea. Autor de Ecos de papel.
blicos, Fundación Encuentro, Madrid, 1999. Sociológicas, 3, febrero de 1996. La opinión de los españoles en la época de Franco.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
45
DEBATE SOBRE LA CRÍTICA DE ARTE

LA JERGA DEL ARTE,


EL ARTE DE LA JERGA
IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA

E
stas páginas son un ade- ción se apoderara de los cola- nada del mundo me atrevería a tenciosidad y la oscuridad. Nu-
lanto del capítulo sobre la boradores del proyecto, hasta repetir la insolencia de Antonio merosas muestras de estos dos
jerga del arte que hace al- que el ejemplo proporcionado Muñoz Molina cuando hace ya vicios aparecen en estas páginas.
gún tiempo me encargó el por el físico Alan Sokal insufló algunos años tuvo el insensato Por supuesto, no es casual que
Consejo Editor de la Enciclo- nuevas energías a todo el equi- atrevimiento de preguntarse si pretenciosidad y oscuridad va-
pedia del Saber Espurio. Este po. Sokal, mediante una broma los gestos, garabatos, manchas y yan juntos: cuando se combi-
Consejo Editor, del que formo admirablemente urdida, consi- demás creaciones de Joseph nan, suelen proporcionar la co-
parte desde sus orígenes, ha guió engañar a los editores de la Beuys merecían la admiración artada ideal para dar el pego sin
considerado que, ante el peligro revista Social Text con un artícu- que los entendidos en estas cues- llegar a decir nada inteligible.
de que se prolonguen indefini- lo lleno de tonterías en el que tiones le profesaban. El inevita- Una de las formas que adquiere
damente los trabajos de bús- de forma muy sutil se ridiculi- ble Francisco Calvo Serraller, en la pretenciosidad, muy extendi-
queda y clasificación de mate- zaba definitivamente a los estu- un artículo titulado Esa humana da por lo demás en los estudios
riales, era conveniente ir difun- dios culturales sobre ciencia. ilusión..., terciaba así en la polé- culturales y la filosofía posmo-
diendo, aunque fuese de forma Quedó demostrado que los pos- mica: “Y es que a nadie que real- derna, es el uso tramposo e ig-
muy fragmentaria y accidenta- modernos escribían sobre cien- mente le interesa el arte le preo- norante de alusiones a las cien-
da, algunas de las muestras más cia sin tener la más remota idea cupa que le tomen el pelo. cias naturales2. Parece que la
llamativas de saber espurio, en acerca del tema. El Consejo de- ¿Beuys? ¿Warhol? ¿Tàpies? ¿Im- obra adquiere una cierta pro-
parte con la esperanza de ani- cidió comisionarme para pasar postores que nos engañan? Estas fundidad y transcendencia si de
mar a las personas interesadas una estancia en New York Uni- cosas le preocupan a los fiscales alguna manera se liga a descu-
en el proyecto de la Enciclope- versity durante los años 1996- de la opinión pública, pero no a brimientos científicos, sobre to-
dia a que nos hagan llegar sus 1997, la universidad donde tra- los amantes del arte, esa huma- do a aquéllos que resultan más
propias aportaciones. De he- baja Sokal, con el fin de cono- na ilusión que refleja la vida y sorprendentes o contraintuiti-
cho, confiamos en que el pro- cer a fondo los detalles de la ayuda a vivir”. [El País, 28 junio vos3. En el culto suplemento
ceso se agilice pronto con la broma y su posterior polémica. de 1994]. Como el Consejo ‘Babelia’ del diario El País, del
creación de una página web en Fruto de aquellas investigacio- Editor de la Enciclopedia del Sa-
la que se dé a conocer el plan nes fue un breve artículo que ber Espurio no quiere oficiar de
2 No puedo dejar de mencionar aquí
de la obra y se pueda hacer pú- publicó CLAVES (El caso Sokal y fiscal de la opinión pública ante
blico el fondo de materiales la charlatanería académica, CLA- su entusiasmo por artistas her- la extraordinaria reseña del físico Antonio
Fernández-Rañada, ‘Del caos posmoder-
acumulado hasta el momento1. VES DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. méticos como Beuys, no se nos no’ (Revista de Libros, 40, abril 2000)
La Enciclopedia pretende re- 74, 1997) y en el que ya se ha- pasa por la cabeza preguntarnos sobre el libro de Antonio Escohotado,
coger todas las manifestaciones cía alguna referencia a la Enci- si deben tomarse en serio las Caos y Orden, en la que se señalan las
múltiples meteduras de pata de Escoho-
de la charlatanería y del fraude clopedia, que desde entonces ha obras de los artistas. Y como tado cuando habla sobre ciencia, así como
intelectual. Evidentemente, una progresado de forma muy nota- además tampoco queremos de- las referencias científicas que, no siendo
aspiración tan desmedida nun- ble. teriorar las vidas de aquéllos que incorrectas, resultan enteramente arbitra-
rias.
ca podrá ser satisfecha. La mag- Me propongo a continuación han encontrado el equilibrio 3 La historia del arte del siglo XX está
nitud de la empresa hizo que recorrer el campo de la crítica y gracias a obras tan sensacionales plagada de alusiones idiotas a las ciencias
durante un tiempo la frustra- la teoría del arte, a la búsqueda como la colocación de una caja naturales. Se ha hecho un uso especial-
de sandeces y sinsentidos como de detergente dentro de un mu- mente pernicioso de la teoría de la relati-
vidad, sobre todo durante el primer cuar-
los que florecen en los estudios seo, nos olvidaremos de las pro- to de siglo, cuando los artistas ‘alucinaron’
culturales posmodernos. Es im- pias obras para centrarnos en lo con los misterios de la ‘cuarta dimensión’.
1 Los volúmenes más avanzados son Entre los muchos ejemplos que pueden
portante aclarar desde el primer que se escribe y teoriza sobre
los correspondientes a estudios feministas ofrecerse sobre tonterías pseudocientífi-
norteamericanos, jerga en las ciencias so- momento que no albergo inten- ellas. Con ello esperamos pro- cas en el discurso artístico, uno particu-
ciales, manuales de auto-ayuda, doctrina ción alguna de poner en cues- tegernos del rayo cultural que larmente bochornoso puede encontrarse
jurídica española, ‘ciencias’ de la infor- tión el objeto de estas críticas, es fulmina a quien plantea la posi- en C. Tomkins, Duchamp, págs.492 y
mación, libros de management para eje- sigs. Anagrama, Barcelona 1999, donde
cutivos, y psicoanálisis. Además, está a
decir, el arte mismo, sino tan só- bilidad de una impostura gene- las tonterías se producen a un doble nivel,
punto de concluirse el análisis sobre el lo lo que sobre él se escribe. Dis- ralizada en el arte de nuestra el de los propios textos de Duchamp re-
abuso de citas bibliográficas en la ciencia cutir abiertamente las obras ar- época. producidos y el de los desgraciados co-
política y pronto se podrá disponer, en tísticas es mucho más peligroso Dos son los principales vicios mentarios de su biógrafo. También pue-
forma de separata, de la Albiaquiana, don- de encontrarse información valiosa sobre
de se recogen los fragmentos más absur- que sacar a relucir la miseria de de la inmensa mayoría de los la cuarta dimensión y el arte en Octavio
dos de la obra de Gabriel Albiac. la crítica y teoría del arte. Por textos que hablan de arte, la pre- Paz, La Apariencia Desnuda. La obra de

46 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107n


que he podido entresacar nu- cho antes de concluir que la ga a la hora de describir un cua- lución del artista neoyorquino, la ten-
merosas ilustraciones, constan obra que le presentan no tiene dro. Un ejemplo bastante más tación de una ocupación integral del
estos comentarios sobre la expo- ningún valor artístico. conseguido procede de la noticia espacio”. [‘Babelia’, pág. 19, en El País,
18 de marzo de 2000].
sición Spazio x Tempo del artista En efecto, hay poderosas ra- que sobre una exposición daba
italiano Marco Bagnoli: zones para considerar la posibili- un crítico, Fernando Huici, en
dad de una tácita colusión de in- Babelia. La exposición en cues- Me imagino que el lector ha-
“Habiendo asumido el aconteci-
miento como sujeto y la luz como ins- tereses entre el artista y el crítico, tión giraba en torno a unas es- brá pasado por la misma sensa-
trumento de relieve y observación, el de modo que los comentarios de culturas construidas por una ar- ción de desconcierto que tuve
artista, siguiendo también las ecuacio- este último creen una muralla de tista argentina que recuerdan al- yo mismo cuando leí por pri-
nes de Maxwell, trata de especificar, incomprensión entre el especta- go así como jaulas de pájaros. mera vez este tipo de textos. No
antes que su contenido icónico, su po-
sición, trazando cuatro coordenadas dor y el creador. El artista dejaría El comentario del crítico que es ya que no se entienda una pa-
(tres de espacio y una de tiempo) y de hacer al crítico para que el es- me interesa destacar es éste: labra de lo que dice, es que ni si-
definir la propagación o la reflexión pectador no tenga demasiadas quiera se atisba qué puede que-
de la luz mediante conos con los vérti- “La plenitud que obtiene ahora, en
posibilidades de formarse una el marco de esta nueva exposición, el
rer decir el crítico, a dónde pre-
ces tangentes en el acontecimiento, de-
finidos como conos del pasado y del
opinión mínimamente fresca y desarrollo de aquella invención germi- tende llegar con esta cacofonía
futuro”. [‘Babelia’, pág. 6, en El País, espontánea sobre lo que con- nal [parece que se refiere a la jaula, incontrolada. ¿Deben entender-
12 febrero de 2000]. templa. Hace poco tuve la mala ISC], plantea finalmente su juego en se literalmente sus palabras, o
suerte de que me regalaran un el filo de una continua ambivalencia, funcionan solamente como un
¿Qué diablos quiere sugerir cuadro realmente horripilante de donde lo moldeado por las tramas fili- abracadabra que desvele a los
el crítico con su referencia ex- un pintor manchego. En el li- formes parece remitir, de modo indis- iniciados los fundamentos del
tinto, a la armazón que edifica el po-
temporánea a las ecuaciones de brito sobre el pintor que acom- misterio estético?
tencial de cada forma como a la reclu-
Maxwell? ¿A quién se cree que pañaba al cuadro figuraba este sión que a la postre le impone, a guisa En cualquier caso, parece
puede engañar con semejante texto imperecedero: de un destino genético, el perfil donde que Peter Halley se había he-
mamarrachada? ¿Qué significa se tensa su definitiva identidad”. [‘Ba- cho merecedor de semejantes
“La consistencia matérica, la densi-
eso de que unos vértices sean dad pródiga, granulada y casi imper-
belia’, pág. 18, en El País, 26 de junio comentarios. En una grandilo-
“tangentes en el acontecimien- de 1999]. cuente declaración anunciaba:
meable que alcanza no sólo los ocres,
to”? Y aunque lo fueran, ¿qué verdes y amarillos de la tierra, los grises, “Hoy la limitación foucoltiana
tienen que ver esos conos con la los blancos, rojos, de pueblos y ciuda- Este mismo autor, y en el es reemplazada por la disuasión
propagación de la luz? Por últi- des, sino también los azules y malvas de mismo suplemento de periódi- baudrilliardiana”4. Hay que de-
mo, ¿cómo se las arreglan los co- cielos y colinas, otorgan a estas visiones co, nos dejaba más reciente- cir que, desde el inicio de las
su auténtica procedencia desvelada: una
nos para representar a la vez el mente otra muestra de su inusi- vanguardias, conforme men-
parte evidente del mundo exterior tras-
pasado y el futuro? Me imagino cendido por la motivación de una con-
tada habilidad para distorsionar guaba la capacidad de los artis-
que el autor de estas palabras no ciencia individual mucho más próxima la experiencia de contemplar un tas para emocionar con sus
tendría respuesta para ninguna a la naturaleza de aquél, que al propio cuadro. Refiriéndose a la expo- obras, su deriva metafísica e in-
de las anteriores preguntas. De conocimiento de ésta”. sición del artista Peter Halley, telectual se ha ido haciendo ca-
hecho, tales palabras parecen comentaba que: da vez más pronunciada. De ahí
destinadas, más que nada, a de- Pongámonos en la piel del in- la profusión de referencias y
“Su pintura plantea, mediante ban-
sarmar el sentido crítico del po- cauto comprador. El estado de das y campos de color estridente, de alusiones a los filósofos, de
bre espectador, quien, después sopor, confusión y alelamiento granulosa factura sintética y resonancias Wittgenstein y los neopositivis-
de haberse enterado que andan resultante de la lectura de este fosforescentes, un tipo muy caracterís- tas a los postestructuralistas
por medio las ecuaciones de fragmento le impedirá acercarse tico de estructuras de articulación or- franceses, sin dejarse práctica-
Maxwell, se lo pensará muy mu- hasta la galería de arte y recla- togonal que se muestra como segmen- mente a nadie en el camino,
tada por el límite objetual del cuadro y
mar su dinero o el canje por al- que, virtualmente, parece expandirse
aunque tal vez sean los Foucault
guna otra pintura menos “trans- más allá de él. De ahí que, dentro de y los Baudrillard los favoritos,
Marcel Duchamp, Alianza, Madrid 1998
cendida” por la conciencia indi- esa ambivalente lectura irónica de la
[1973]. De las muchas cosas arbitrarias vidual del pintor. herencia constructiva que Halley deri-
que dice el autor en este libro, y a las que Dentro de lo que cabe, el tex- va hacia una suerte de sintaxis metafó-
luego me referiré, creo que ésta supera a rica asociada a la férrea maraña de in- 4 Sus palabras se reproducen en el ca-
to anterior es una ilustración
todas las demás: “Poincaré y Duchamp terconexiones lineales que define su tálogo de la Caixa, El arte y su doble. Una
pertenecían a la misma tradición, tal vez bastante zafia de lo que puede concepción de un mundo globalizado, perspectiva de Nueva York, pág. 35. Ma-
sin saberlo” (pág. 142). llegar a dar de sí el uso de la jer- estuviera también, en la lógica de evo- drid, 1987.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
47
LA JERGA DEL ARTE, EL ARTE DE LA JERGA

sin duda por su oscuridad y pe- tista y el profeta, en este caso de los mi obra plantea la cuestión de si resucitado en este siglo se habría
dantería. cuadros espejeantes, es que toda esta cabe hacer un arte análogo a la vuelto de inmediato al más allá
universalidad no pretende llevar a un
Antes advertí que me iba a organización actual de la pro- tras descubrir los parentescos
individuo a la propia celebración. No
limitar a analizar lo que sobre importan el artista individuo ni la au- ducción, tecnológica y econó- que le atribuyen), sin esclarecer
arte se escribe y no el arte en sí toglorificación porque el espejo lo que micamente”5. Ahí queda resuel- en absoluto el sentido del cua-
mismo. Al reproducir las pala- da, lo toma. En el espejo estamos todos. to el enigma de los ladrillos. dro, que se convierte en poco
bras de Halley no me he des- Y eso es la cosa nueva”. [‘Babelia’, En el fondo, la estrategia re- más que una excusa para la exhi-
viado de ese propósito, pues, pág.4, en El País, 12 febrero de 2000]. tórica de Andre es la misma que bición de dudosos talentos. Véa-
evidentemente, cae dentro de No se sabe qué admirar más utilizan los críticos una y otra se si no este otro fragmento:
los intereses de la Enciclopedia de estas ‘declaraciones’, si su des- vez para transformar obras apa-
“El Gran Vidrio es la pintura del
las bobadas que los artistas suel- carado narcisismo, su ampulosi- rentemente absurdas o despro- desnudamiento de una novia. El strip-
tan a menudo sobre su propia dad, o su incoherencia. ¿Quiere vistas de cualquier interés en ob- tease es un espectáculo, una ceremonia,
obra. Cuando dejan de hacer el artista que nos sintamos con- jetos llenos de alusiones y suge- un fenómeno fisiológico y psicológico,
arte y comienzan a divagar so- movidos por su descubrimien- rencias. Los críticos en ocasiones una operación mecánica, un proceso
bre sus creaciones, se arriesgan a to de que ‘está condenado a la parecen competir por descubrir físico-químico, una experiencia eróti-
ca y espiritual, todo junto y todo regi-
que la Enciclopedia oriente sus universalidad’? ¿O pretende que los significados más extravagan-
do por la meta-ironía. Music hall, igle-
antenas receptoras hacia ellos. nos lancemos a los libros de tes en las obras analizadas. El va- sia, cuarto de muchacha solitaria, labo-
Los artistas, qué duda cabe, son ciencia, filosofía y fenomenolo- lor de la interpretación descansa ratorio, fábrica de gases y explosivos,
gentes exquisitas y refinadas, gía a la búsqueda de ‘la proble- sobre el grado de implausibili- claro de bosque al pie de una cascada,
por lo que no me extrañaría que mática de la trascendencia’? ¿Y dad o arbitrariedad que alcanza. teatro espiritual… El Gran Vidrio es la
se sintieran ofendidos por el ce- para qué su aclaración de que él A veces incluso puede sacarse la pintura de una física ‘recreativa’ y de
una metafísica que se balancea, como el
lo con el que exigimos la sensa- no es un profeta? ¿Qué tiene to- impresión de que el crítico in-
Ahorcado hembra, entre el erotismo y
tez y la claridad desde la Enci- do esto que ver con sus cuadros tenta no tanto elucidar el enigma la ironía. Figuración de una realidad
clopedia. Su sensibilidad es tan ‘espejeantes’? de la obra como emular su con- posible pero que es, por pertenecer a
extrema que recientemente, an- Los artistas se han acostum- dición. ¿No son aún más oscuras una dimensión distinta a la nuestra,
te el ascenso electoral de Jörg brado a hablar y hablar sobre sí las interpretaciones de Octavio esencialmente invisible. También y so-
Haider en los comicios de Aus- mismos, sobre su vida y sobre Paz de las obras de Duchamp bre todo: representación estática del
movimiento. Lo que vemos es un mo-
tria, la Asociación de Artistas su obra, aunque sea sin dema- que esas mismas obras? ¿No se
mento de un proceso, cuando la Novia
Plásticos Austriacos declaró so- siado sentido. Carl Andre, un convierten tales obras en una ex- alcanza su ‘florecimiento’, consecuencia
lemnemente que “un sistema escultor que se hizo célebre en cusa para el lucimiento del críti- de su desnudamiento y antecedente de
autoritario y reaccionario de pe- los años setenta, cuando la Tate co? En su premiosa lectura de El su orgasmo” (págs. 64 y 65).
queños burgueses no es compa- Gallery de Londres decidió com- Gran Vidrio, Paz se hace eco de
tible con el arte” (El País, 11 fe- prar su obra Equivalent VIII (un las supersticiones de los artistas Cómo el cuadro consiga ser
brero 2000, pág. 2). Sin embar- montón de ladrillos dispuestos sobre la cuarta dimensión, a las tantas cosas a la vez lo dejo a la
go, parece que el arte sí es en forma de rectángulo), en una que ya me he referido en la no- consideración del lector. Más
compatible con la logorrea des- misma entrevista con el crítico ta 3. En lugar de tratar de lim- allá de la indeterminación y va-
vergonzada de sus creadores y marxista Peter Fuller hacía de- piar la obra de semejantes deli- guedad que impregnan el texto
de los que, mejor o peor, viven claraciones radicalmente in- rios, mostrando que se trata so- anterior, tal vez lo que más ex-
parasitariamente de ellos. Recu- compatibles. Primero afirmaba lamente de excrecencias que traña es la arbitrariedad en la se-
rriendo de nuevo al siempre que no se puede aclarar el senti- deben ser extirpadas para resti- lección de imágenes y concep-
inagotable Babelia, me gustaría do de los ladrillos porque son tuir al cuadro en su justo valor, tos. ¿Cómo puede la “meta-iro-
reproducir un fragmento de la como un poema y los poemas Paz considera que “Duchamp nía” constituirse en el principio
entrevista realizada a Michelan- no se pueden parafrasear si de pone ciertas nociones populares ordenador de la física, la mecá-
gelo Pistoletto, uno de los fun- verdad son tales. En todo caso, de la física moderna –cuarta di- nica, lo espiritual, lo erótico y
dadores del Arte Pobre (o Arte añadía, queda una forma de res- mensión y geometrías no eucli- no sé cuántas cosas más? ¿Qué
Povera, como dicen los cursis) y ponder sobre los ladrillos: con- deas– al servicio de una metafí- queda entre el erotismo y la iro-
luego famoso por cuadros don- tando toda la historia de su vida. sica de origen neoplatónico. nía? ¿Por qué “erotismo” e “iro-
de el lienzo es sustituido por un Por suerte, un poco más adelan- También para Plotino y para sus nía” y no “drama” y “materiali-
espejo: te, nos ahorra esa historia y la seguidores de los siglos XV y XVI, dad” o cualquier otra pareja de
sustituye por esta profunda dis- el Uno y sus emanaciones las términos igualmente sugerentes?
“Mis cuadros son unos iconos muy
especiales, porque en ellos toda la pro- quisición sobre sus ladrillos que Ideas, eran formas libres y que ¿En qué sentido constituye una
blemática de la trascendencia se vuelve hace un momento consideraba escapaban a las medidas de los novedad, o simplemente un da-
observable desde el punto de vista fe- irrealizable: “Mi trabajo refleja sentidos”6. El crítico cede así a la to informativo, el que El Gran
nomenológico, científico o filosófico. las condiciones de la producción tentación de aparentar ser más Vidrio, como casi todos los de-
Los cuadros espejeantes hablan de es- industrial; no incluye ningún ti- profundo todavía que el artista más cuadros, sea la representa-
tructuras espirituales porque lo tienen
todo allí dentro. Cuando empecé a in-
po de manufactura. Mis objetos (y que Plotino, quien si hubiera ción estática del movimiento?
troducir el movimiento en el cuadro, a los hace la máquina. (…) ¿Es Casi para cada palabra de este
darle una fluidez sin fin, me di cuenta posible hacer arte, una rama de texto podría formularse una pre-
5 La entrevista a Andre está incluida
de que estaba condenado a la universa- la actividad productiva, sin que gunta de este estilo.
lidad. No podía decir que no me había la mano intervenga en la pro- en Peter Fuller, Beyond the Crisis in Art Los ejemplos sacados de Oc-
dado cuenta, era responsable, conduc- (Londres: Writers and Readers, 1980).
ducción de los materiales con 6 Octavio Paz, Apariencia Desnuda, tavio Paz vienen a ilustrar una
tor. Pero la gran diferencia entre el ar-
los que fabrica ese arte? Quizá págs. 55 y 56. de las formas en las que la críti-

48 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA

ca y la teoría del arte se deslizan frente a la del artista, se ve obli- puede emplear en el juego para de transmutación”7. Y todo esto
hacia la oscuridad. Se trata, bre- gado a hacer gala de su mayor obtener un placer narcisista o para hablar de lo que tal vez sea
vemente, de hacer arte median- profundidad intelectual. Habla bien para procurarse el afecto de la mayor gamberrada de la his-
te la interpretación de obras ar- desde complejas perspectivas fi- los demás (heces como regalo), toria del arte.
tísticas. Se hace poesía a costa losóficas que le permiten envol- para asegurar su propia inde- Jeff Koons, un ‘artista’ tam-
de cuadros, de esculturas, de ver las obras de arte en una inex- pendencia (heces como propie- bién conocido por sus excesos
piezas musicales, de novelas, o pugnable teoría cargada de sig- dad) o para agredir a alguien de todo tipo, tiene una obra
incluso de otras poesías. El crí- nificaciones que van mucho más (heces como arma)”. Por otro titulada Nueva Hoover Quadra-
tico o el teórico consideran vul- allá del propio arte. lado, tampoco desentonará al- flex, Nueva Hoover Converti-
gar o degradante limitarse a pro- Cojamos el ejemplo de uno guna referencia cultiparlante a ble, Nueva Hoover Dimensión 900,
porcionar las claves interpretati- de los mayores provocadores del la alquimia: “en leyendas y Nueva Hoover Dimensión 1000.
vas de las obras. Ese papel de siglo, Piero Manzoni, conocido, cuentos aparece la sorprendente Algunos lectores habrán adivi-
intermediario, de traductor, no entre otras cosas, por enlatar sus relación de las heces y el oro, re- nado que la obra guarda alguna
les satisface y en consecuencia propios excrementos y vender lación que también surge en la relación con los aspiradores. Se
transforman su actividad en una las latas según la cotización del alquimia, pues la nigredo y la ob- trata, efectivamente, de una gran
manifestación más de arte. Lo oro en el momento de la tran- tención del aurum philosophi- caja de plástico transparente con
mismo les sucede, por cierto, a sacción. Las tentaciones metafí- cum son los extremos de la obra dos alturas. En la parte baja se
los propios artistas cuando deci- sicas del crítico a la hora de en- han guardado dos aspiradores, y
den explicar sus creaciones, frentarse con esta ‘obra’ son evi- en la parte alta se han guarda-
puesto que les cuesta mucho de- dentes para cualquiera que este 7 Estos dos textos de Germano Ce- do… otros dos aspiradores, to-
jar de hacer “arte” al hablar de sí familiarizado con el mundo del lant y Juan Eduardo Cirlot, respectiva-
mente, se reproducen en el libro de Fran-
mismos. Las consecuencias de arte. Por un lado, siempre se cisco Javier San Martín, Piero Manzoni,
esta vanidad son suficientemen- quedará bien recurriendo a la pág. 79 (Nerea, Madrid, 1998). San Mar- ha de concretarse no sólo frente a las cris-
te claras, espero, tras los ejem- peculiar jerga freudiana (el psi- tín no se queda a la zaga de los críticos a talizaciones estilísticas y las efusiones psi-
los que cita. Refiriéndose a los huevos du- cologistas. En la práctica, Manzoni re-
plos vistos hasta el momento. coanálisis tal vez sea el más es- ros con huella digital de Manzoni so- suelve todo esto con el recurso a una ló-
La otra forma en que los es- purio de los saberes espurios). breimpresa, dice que “su dimensión de gica basada en la economía de las
critos sobre arte consiguen per- Las latas son un síntoma de un ceremonia es linealmente eucarística” deducciones. No se trata exactamente de
der el rumbo es muy parecida a estado regresivo-anal en el que el (pág. 76); y a propósito de los cuadros un proceso reductivo, sino de una matriz
monocromos de Manzoni explica que “el de partida que elimina la complejidad y
la anterior: el teórico, de nuevo niño-artista entiende las heces problema abordado por Manzoni es el de conduce la fabricación del objeto artístico
incapaz de asumir su condición como una creación suya “que la autonomía del arte; una autonomía que a una lógica funcional” (págs. 48 y 49).

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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49
LA JERGA DEL ARTE, EL ARTE DE LA JERGA

aquí. Desgraciadamente, estos los catálogos, la pedantería e


dos de la marca Hoover. Koons te respecto, definitivo. A la hora ejemplos no son excepcionales, ininteligibilidad de los críticos,
comenta sobre su obra: de hacer balance de los desarro- no representan casos extremos la pretenciosidad de los teóri-
llos artísticos durante los seten- dentro del campo artístico, aun- cos… han configurado un ex-
“Elijo las aspiradoras porque son
máquinas que si se utilizan es para re-
ta, explica que: que, claro está, no todo lo que traño saber espurio en el que no
coger la suciedad, lo cual es justamen- se escribe sobre arte sea tan im- hay obstáculos a la deshones-
“Se ha experimentado un desplaza-
te lo opuesto a la situación absoluta- miento de la subjetividad a la objetivi-
penetrable o arbitrario. Con to- tidad intelectual, sin duda el
mente prístina en la que yo las coloco dad, como puede apreciarse en el arte do, el hecho de que coexistan más grave vicio en el que pue-
[¿acaso no es la misma situación en la ‘procesual’, arte de comportamiento, escritos razonables con otros en de incurrir todo aquel que toma
que se encuentran en cualquier tienda body art fenomenológico y, aún más, ci- los que ni siquiera se respeta el la decisión de escribir o contar
donde se vendan? ISC]. Es una máqui- nésico, es decir, en la conceptual per- principio más básico de inteli- algo. n
na que respira, y yo la elijo por su se- formance y, en general, en el arte con-
xualidad, porque creo que la aspirado-
gibilidad pone de manifiesto
ceptual. Incluso algunos, como el ‘con-
ra tiene sexo masculino y femenino a la que la deshonestidad intelectual
ceptualismo lingüístico’, se adscriben a
vez… Son máquinas chupadoras, tie- ideologías neopositivistas muy en la lí- se ha ido adueñando de impor-
nen grandes agujeros en ciertas zonas, nea del convencionalismo lingüístico. tantes parcelas del mundo ar-
pero también tienen diferentes acceso- Pero aun teniendo en cuenta estos es- tístico. Se ha pervertido el len-
rios que son fálicos. Pero para mí tienen tancamientos neopositivistas (que en el guaje y las ideas en beneficio de
una sexualidad neutra, y eso es muy plano artístico traducen un formalis- una jerga donde se valora ante
importante”. mo que paradójicamente no posee for- todo la apariencia de ser pro-
ma), las propuestas unidimensionales
fundo, sugerente y rebuscado,
sintácticas se están superando por la se-
Después de esta colosal ne- miótica, auxiliada por las ciencias in- aun a costa de decir algo con
cedad uno podría creer que na- terdisciplinarias de la percepción, del sentido.
die se tomará en serio a este in- comportamiento, antropológicas, etcé- No es de extrañar que los ar-
dividuo. Sin embargo, fíjense en tera. Y en los casos más lúcidos, la au- tistas hayan perdido el contacto
el comentario que sucede a este torreflexión supera la tautología, apro- con la realidad. Casi todo lo que
texto: vecha las metodologías, pero no se es- rodea su mundo es falso. Justa-
tanca en ellas, analiza las propias
mente porque andan entre ti-
“En la obra de Koons es posible dis- condiciones históricas en su sentido es-
cernir el lenguaje dualista del sujeto/ob- pecífico y general, consciente de que nieblas lingüísticas y metafísi-
jeto modificado (o reemplazado) por las alternativas no pueden resolverse ex- cas, han perdido incluso la ca-
una economía del signo basada en un clusivamente en el terreno de la propia pacidad de sorprender e irritar.
sistema físico de sustitutos. Aunque de- actividad y en la unidimensionalidad Buena parte del público ya ni
rivadas de las mismas premisas de la de alguno de sus niveles, sino en la dia- siquiera se molesta con sus arbi-
crítica de la conciencia social mediante léctica histórica más amplia”9.
la re-fotografía, la teoría y la práctica de la
trariedades; más bien, sienten
simulación y sus aplicaciones a los pro- Lo más intrigante resulta lo pura indiferencia. La incomu-
cesos de creación artística, son más po- de que la autoreflexión consiga nicación que se ha creado entre
tencialmente perturbadoras, y a la vez superar la tautología. Pero este artistas y espectadores tiene mu-
más estrechamente ligadas a la tradi- texto es demasiado denso como cho que ver con el creciente au-
ción de la vanguardia americana, que al
para que podamos entrar en de- tismo del arte, cada vez más de-
uso de una imaginería recuperada a tra-
vés del contra-sistema de la representa- talles. Me figuro que su lectura pendiente para su comprensión
ción fotográfica”8. habrá dejado a la mayoría de los del conocimiento exhaustivo de
lectores sin aliento. Es muy la obra de artistas anteriores y
Aquí se mezclan promiscua- posible que los primeros frag- de las múltiples corrientes que
mente venerables problemas fi- mentos de jerga fueran hasta di- recorren la sucesión de las van-
losóficos, de teoría del conoci- vertidos, pero conforme se va guardias. Esta incapacidad del
miento (el sujeto/objeto), con acumulando toda esta basura li- artista para salir al exterior y co-
vagas expresiones marxistas pa- teraria la sensación puede ser municarse directamente con el
sadas por el tamiz del estructu- más bien la de hastío o la de in- público sin necesidad de conti-
ralismo francés (la economía del dignación. Por descontado, la nuas mediaciones por parte de
signo)… para dar cuenta de los lista de ejemplos no se acaba críticos y teóricos que sitúen su
caprichos de un ególatra como creación en el contexto adecua-
Koons. do ha provocado, inevitable-
En España no faltan consu- 9 Simón Marchán Fiz, Del arte obje- mente, un enorme distancia-
mados especialistas en esta jeri- tual al arte de concepto. Epílogo sobre la miento entre arte y público.
sensibilidad ‘posmoderna’, pág. 155, Akal,
gonza de lejano origen filosófi- Madrid, 1986. Más recientemente, co- Más allá de la lógica interna que
co. Creo que el siguiente texto mentaba así la “estética de lo efímero” en ha producido el progresivo ago-
de Simón Marchán Fiz es, a es- un seminario sobre arte contemporáneo: tamiento del arte, creo que en
“Lo efímero es, sin embargo, de las pocas
resistencias que soporta el torbellino de la
esta triste historia ha sido deter-
velocidad que arrastra a la ontología de minante el lenguaje que ha ro-
8 Dan Cameron, ‘El arte y su doble’, la permanencia. Los inmateriales de la re- deado a la producción de obras
pág. 25, texto escrito para el catálogo El producibilidad telemática propiciaron la artísticas. Las declaraciones ab-
Arte y su doble. Una perspectiva de Nueva transición de la descomposición moderna
York, al que ya me he referido en la no- a la fractalización y la dislocación de la surdas de los creadores, los tex- Ignacio Sánchez-Cuenca es profe-
ta 4. obra como permanente circulatio”. tos ridículos de la mayoría de sor de Ciencia Política.

50 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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DEBATE SOBRE LA CRÍTICA DE ARTE

SOBRE EL TÓPICO DE
LA JERGA DEL ARTE
FRANCISCO CALVO SERRALLER

1. Ideas tópicas que cabe plantearse “la posibili- mar trabajo”1. Pero, para que nidades los que, en esta Babel,
Lo que voy a escribir a conti- dad de una impostura generali- nada falte, también aparece la se llevan la palma? Por el con-
nuación está inspirado por la zada en el arte de nuestra épo- voz de “CRÍTICO. Siempre trario, sin exonerarlos de esta
lectura del artículo La jerga del ca”. eminente. Se supone que cono- responsabilidad de esconder su
arte, el arte de la jerga, de Igna- De esta manera, lo que ini- ce todo, sabe todo, leyó todo, ignorancia en una terminología
cio Sánchez-Cuenca, pero no cialmente parecía un divertido vio todo. Cuando no le guste, oscura, creo que, en todo caso,
tiene una intención polémica, varapalo contra unos desafortu- llámele Aristarco o eunuco”2. son los más vilipendiados preci-
al menos en el sentido de “re- nados escritores actuales sobre Bien; concebido el Diccionario samente porque, dentro de la
plicar” a lo que en él se afirma, arte, a través de unas pocas citas como una divertida execración abstrusa comunidad científica
sino, en todo caso, por el con- aisladas, se transforma en una de todos los lugares comunes actual, resultan ser los únicos a
trario, a lo que en él se obvia, amplia y devastadora impugna- que pronunciaba el burgués del los que todavía se les entiende
elude o silencia, y que, desde ción de todo lo que se refiere al XIX sobre cualquier cosa, inclui- o el ciudadano común aspira a
mi punto de vista, constituye, arte de nuestra época. Aunque, da las del arte y la crítica, las ci- entender. Imaginemos, por un
sin embargo, algo indispensa- de entrada, resulte difícil con- tas anteriores no sólo son un ín- momento, que un filólogo o
ble para la cuestión planteada. cebir racionalmente por qué ha- dice de esa añeja tendencia de un lingüista competentes exa-
¿Cuál es esta cuestión? Aunque brían de conspirar los artistas y nuestra época a considerar todo minaran la terminología y el ri-
Sánchez-Cuenca repite varias los críticos de nuestra época pa- lo relacionado con el mundo ar- gor conceptual de lo que publi-
veces que el objeto de su de- ra engañar al buen público, de tístico, en principio, como una can hoy las más acreditadas re-
nuncia es la miseria de la crítica mirada fresca y espontánea, farsa, sino de la tendencia pe- vistas académicas de cualquiera
y de la teoría del arte actuales, rompiendo encima con ello una riodística a opinar incluso de lo de las ciencias experimentales.
su objetivo es, en realidad, mu- tradición honesta de siglos, ten- que no ha despertado jamás el No creo que el resultado fuera
cho más amplio, porque, junto go que reconocer que lo que menor interés. Junto al Diccio- más alentador que examinar lo
a una pequeña selección de citas afirma Sánchez-Cuenca no sólo nario, Flaubert dejó inacabada escrito por el más necio y len-
heteróclitas de críticos y artistas, no es original, sino que incide otra obra, Bouvard y Pécuchet, guaraz posmoderno, salvo en el
se sugiere que existe un colu- en una postura repetida desde que puede ser considerada co- hecho de que la obviedad de
sión de intereses entre ambos, comienzos del siglo XIX, cuando mo un diccionario viviente, turno quedaría impune por la
que no sólo impide la espontá- se comprendió que, en lo suce- pues sus protagonistas son dos simple razón de que hoy la ma-
nea visión del espectador, sino sivo, el canon clasicista se hacía probos oficinistas, que, agracia- yoría social cree a pies juntillas
que cuestiona el valor artístico históricamente inviable. dos por un premio de lotería, cualquier metáfora, incluso la
de lo que ahora se le ofrece. Por En una de las obras en las dedican el resto de sus vidas al más burda o infantil, si se enun-
otra parte, aunque no de una que más trabajó durante toda proyecto enciclopédico de estu- cia con la autoridad de estas
forma tan tajante, Sánchez- su vida ese fanático del trabajo diar todas las materias, con el ciencias consagradas. Me parece,
Cuenca parece dar a entender que fue Flaubert, su Diccionario previsible, y muy cómico, re- por tanto, imprescindible, si se
que esta conspiración de los lo- de ideas tópicas, obra inacabada sultado de acabar sabiendo nada quiere profundizar en el debate
gorreicos escritores sobre arte, e inacabable, se recogen los tér- de casi todo. sobre lo que es o no absurdo en
críticos, teóricos y artistas, em- minos “arte” y “artistas”, de la ¿Habría sido posible esta pa- las jergas académicas actuales,
pezó con el inicio de las van- siguiente forma: “ARTE. Lleva rodia de Flaubert fuera de nues- comprender que el mal no está
guardias y a causa de la dificul- al hospital. ¿Para qué sirve, si tra época? ¿No vivimos inmer- particularizado en una materia,
tad que éstas padecieron para puede ser reemplazado por la sos en una multiplicación de sea cual sea el presente prestigio
producir emociones; pero si al- mecánica, que hace las cosas lenguajes especializados, cuya social que tenga y la carga de
guien duda acerca de cuándo se mejor y más rápido?”; “ARTIS- jerga académica roza, en la ma- autoconfianza que prodigue a su
ha de situar históricamente este TAS. Todos farsantes. Alabar su yor parte de los casos, el esote- practicante.
inicio, las citas impugnadoras a desinterés (antiguo). Asombrar- rismo más ridículo? Ahora bien,
Duchamp (1887-1968); Piero se de que vistan como todo el ¿son los especialistas en huma- 2. Signos obvios
Manzoni (1933-1963) y Andy mundo (antiguo). Ganan sumas y significados recónditos
Warhol (1928-1987) nos hacen increíbles pero las dilapidan. Tratando sobre la jerga del arte,
pensar que Sánchez-Cuenca ex- Con frecuencia son invitados a o, para ser más exactos, de la
1 Gustave Flaubert: Bouvard y Pécu-
tiende el peligro a prácticamen- cenar. Una mujer artista no dificultad que conllevaba pro-
chet (trad. J. C. Silvi), pág. 312 . Barcelo-
te todo lo realizado por el arte puede ser más que una golfa. na, 1978. gresar en el conocimiento del
de vanguardia del siglo XX, ya Lo que hacen no se puede lla- 2 Íbidem, pág. 319. arte, y, hay que suponer, tras-

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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51
SOBRE EL TÓPICO DE LA JERGA DEL ARTE

mitírselo a los demás, Ortega y ellas. En concreto: un crítico de tre los autores que escribieron A comienzos del capítulo III de
Gasset hizo una brillante dis- pintura, por ejemplo, no co- sobre arte en este alargado pe- Laocoonte o sobre las fronteras de
tinción entre el lenguaje mate- menta palabras con palabras, si- riodo del clasicismo hubo de to- la poesía y la pintura, publicado
mático y el de la pintura. Tengo no usa éstas para tratar de lo do: filósofos, literatos, historia- por Lessing el año 1766, se pue-
que aclarar, eso sí, que lo hacía que no está hecho con ellas. Pe- dores y naturalmente artistas, de leer lo siguiente:
a propósito de la, a su juicio, ro ¿no es acaso eso lo que hace pero, independientemente de
“Pero, como ya hemos observado, en
enorme dificultad de compren- un escritor cuando ha de tradu- que fueran o no buenos escrito- los últimos tiempos, el arte ha adquiri-
der a Velázquez y no a Mon- cir con palabras un paisaje na- res, nunca necesitaron plante- do dominios incomparablemente más
drian. Pues bien, según Ortega, tural, una cara, un carácter o arse cuidar su estilo literario al vastos. El campo donde ejerce su imi-
en la matemática, el signo era cualquier cosa? ¡Exacto! Luego comentar temas artísticos. Eran tación se ha extendido a la Naturaleza
recóndito y el significado, sin un crítico de artes visuales, ade- doctrinarios y su medio literario visible, y de ésta lo bello es solamente
una pequeña parte. La verdad y la ex-
embargo, obvio; mientras en la más de ser entendido en su ma- de expresión era el tratado. Y lo
presión, se dice, son la ley suprema del
pintura, ocurría al revés: que el teria, necesita escribir bien. ¿Por que cuentan los tratados de ar- arte; y del mismo modo como la Na-
signo era obvio, y el significado, qué entonces los críticos de ar- te a partir del renacimiento eran turaleza está sacrificando continua-
recóndito. O sea: que reconocer te contemporáneos no lo hacen? los principios doctrinales del mente la belleza en aras de designios
que en una pintura hay un ca- ¿Será porque son todos unos in- clasicismo, una concepción del más altos, asimismo el artista debe su-
ballo, artísticamente, no signi- capaces o porque el arte mismo arte basada en el intemporal bordinar esta belleza a un plan general,
sin buscarla más allá de lo que le per-
fica nada, y, aún más, que ni los de nuestra época es efectiva- principio de que éste existe co-
miten la verdad y la expresión. En una
más increíbles y adecuados pro- mente todo él una farsa? mo plasmación de la belleza. Si- palabra: la verdad y la expresión trans-
gresos artísticos que se pudie- En el epígrafe titulado “¿Pa- guiendo esta herencia clásica, forman la fealdad natural en belleza
ran realizar en la comprensión ra qué sirve la crítica?”, publi- los tratados de arte posteriores artística”4.
cabal de lo más recóndito en cado como introducción al Sa- insistían en que sin una imita-
una obra maestra pictórica ago- lón de 1846, Charles Baudelaire ción selectiva, fondo y forma, Cuando se publicó el libro
taría toda su capacidad de sig- afirmó no sólo que la crítica de de la realidad en pos de la be- de Lessing, Goya tenía 20 años
nificación. En suma: el lengua- arte debía ser “amena y poéti- lleza, no había arte. Esto se tra- y no tardaría mucho en demos-
je artístico no es unívoco. ca”, sino que “para ser justa, es dujo, en términos prácticos, en trar que, en efecto, ninguna be-
Ahora bien, usar, para expre- decir, para tener su razón de ser, la aplicación de un canon for- lleza pondría cortapisas a su
sarse, un lenguaje multívoco o la crítica ha de ser parcial, apa- mal, el del orden matemático, y búsqueda de la verdad y la ex-
polisémico, o, si se quiere, dar sionada y política”3. Me parece un canon moral, de contenido, presión. Quizá fuera el más
rienda suelta a la subjetividad, oportuno intercalar esta célebre el de narrar una historia ejem- grande, pero, en todo caso, no
¿es una patente de corso para lo definición de Baudelaire sobre plar. Quien repase los tratados fue el único artista del siglo
absurdo o arbitrario? En cual- la crítica de arte, pero no para de arte clasicistas sólo se encon- XVIII en practicar un arte eman-
quier caso, lo que hará enten- ilustrar esa exigencia anterior trará, por tanto, la exposición cipado del canon de la belleza,
derse o encontrarse a un artista y que decíamos obligaba a los crí- de estos principios doctrinales ya fuera a través de cualquiera
a su hipotético interlocutor no ticos a escribir bien, sino para y las sucesivas fórmulas para de los conceptos alternativos de
será nunca la espontánea facul- indicar la revolucionaria nove- mejor llevarlos a la práctica. lo sublime y lo pintoresco, o,
tad de ambos, sino, inevitable- dad que comporta esta exigen- La exposición doctrinal de enseguida, sin ellos, en aras de
mente, una compleja urdimbre cia. Pero ¿qué estoy sugiriendo? un canon exige cierta claridad un uso de un nuevo fundamen-
de mediaciones culturales que ¿Que antes de Baudelaire o de argumental, didáctica, pero no to que todo lo permite: el de la
les son comunes. En este senti- nuestra época quienes escribían suele dar pie al lucimiento lite- libertad. A fines del XVIII, Schi-
do, para una supuesta comuni- sobre arte no compartían esta rario del autor. Pero no se trata ller definió como lo caracterís-
dad primitiva aislada de, por misma necesidad, o, aún peor, sólo de que una concepción tico de lo estético y del arte “un
ejemplo, bosquimanos, un lien- que escribían mal? dogmática del arte permita po- dar la libertad a través de la li-
zo de Velázquez o de Picasso tie- cas licencias literarias, sino que, bertad”5; es decir: que, en el fu-
ne un necesariamente mismo 3. Doctrinarios del arte además, para qué buscarlas sin turo, en principio y por princi-
valor extrartístico equivalente: Los primeros escritos sobre arte ser el arte y la escritura sobre pio, el arte podía ser cualquier
el de un impermeable. datan de la antigua Grecia y, arte un asunto público. Signifi- cosa y de cualquier manera.
Pero ¿qué tiene todo eso que desde entonces, hay aproxima- cativamente, el arte se convierte Únase a esta indiscriminación,
ver con el arte contemporáneo, damente unos veintitrés siglos en un asunto público durante la relativización de todos los va-
y, aún menos, con la jerga ac- de literatura artística en Occi- el siglo XVIII, justo en el mo- lores de la emergente sociedad
tual que, de consuno, practican dente antes de arribar a nuestra mento en que, simultáneamen- secularizada, que sólo vive so-
hoy los escritores sobre arte, se- época, cuyo surgimiento, en te, se produce la guerra de libe- metida a un régimen temporal
an críticos y/o artistas? Hasta términos artísticos, práctica y ración contra la belleza, que de cambios o modas, y proyéc-
aquí, todo lo que he dicho vale teoría, hay que situar en la se- pone en crisis definitiva el clasi- tese esta revolucionaria situa-
por igual para cualquier forma gunda mitad del siglo XVIII, el cismo, y, al hacerlo, el arte se ción artística en lo que va a ser,
de expresión artística, pero ya momento en que el clasicismo convierte en un tema polémi- tras la caída del Antiguo Régi-
es hora de hacer alguna distin- entró en su definitiva crisis. En- co, anticanónico, crítico. ¿Hace
ción entre la literatura y las que falta añadir que también fue
4
no se expresan mediante pala- precisamente entonces cuando G. Lessing: Laocoonte (trad. E. Bar-
bras, sobre todo, a la hora de aparecieron los primeros críti- jau), pág. 57. Madrid, 1977.
3 Ch. Baudelaire: Salones y otros escri- 5 J. C. F. von Schiller: Cartas sobre la
pensar en las dificultades que tos sobre arte (trad. C. Santos), pág. 102. cos de arte? educación estética del hombre (trad. D. Ne-
comporta relacionarnos con Madrid, 1996. 4. La libertad contra la belleza gro), pág. 33. Madrid, 1969.

52 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
men, el escenario público hege- modas, de cambios. bienes con la institucionaliza-
mónico: el mercado; pues bien, ción del Nuevo Régimen, la Re-
en estas circunstancias, las nues- 5. Avatares de la naturalidad volución Industrial y el frenéti- DE RAZÓN PRÁCTICA
tras, ¿cómo orientarse en rela- Con las paredes y el techo fo- co desarrollo del capitalismo,
ción con un arte que no puede rrados de cuadros, mientras que pero no creo que sea posible
tener ya ningún límite apriorís- en el pasillo central se alineaban impugnarlos sin más dolor que

www.progresa.es/claves
tico y con el que todo el mundo las esculturas, una multitud se el que han causado o que nos
se puede relacionar, sea cual sea apretujaba en el salón con el causan, aunque no sepamos to-
su formación y disposición? O propósito fundamental de di- davía hasta dónde, bueno o ma-
sea: que el arte puede ser cual- vertirse. Semejante espectáculo lo, nos pueden llevar. El arte
quier cosa y, además, es sólo era el ideal para el entonces tam- moderno no es una excepción.
materia polémica de opinión. bién naciente periodismo, cuyos ¿Estamos, así pues, desarma-
Uno de los primeros críticos practicantes, llamados “cazado- dos? ¿Todo entonces vale en
de arte, Diderot, explicaba a res de novedades”, fueron los nuestra época “problemática y

claves@progresa.es
Grimm la forma con que se en- primeros críticos de arte. Tho- febril”, como enuncia melancó-
frentaba con las obras exhibidas mas Crow ha estudiado el ori- licamente el famoso tango? Un
en el salón: gen social de estos primeros “es- filósofo ilustrado, Kant, bastan-
pecialistas” –intelectuales pobres te críptico y en absoluto ameno,
“He aquí, amigo mío, las ideas que
me han asaltado ante los cuadros ex-
de provincias que vendían su abrió, sin embargo, una vía pa-
puestos en el Salón. Las reproduzco al pluma para estos menesteres o ra enfrentarnos de manera no
azar, sin preocuparme ni por su orden para el mejor pagado del libe- dogmática con un arte que ya se
ni por su forma. Las hay falsas y las lo–, los cuales supieron siempre enunciaba anticanónico, cam-
hay verdaderas”6. que no escribían para artistas, biante y, por tanto, imprevisi-
sino para el público, con lo que ble. Aludió a una forma de juz-
Semejante declaración de tuvieron enseguida claro a quién gar cuya no desmostrabilidad
aleatoriedad, relativismo y de- tenían que interpretar y cómo. científica no impedía, sin em-
sorden podría ser tomada como De vez en cuando, no obstante, bargo, su valor universal, siendo
la explicación defensiva de un se entrometía en la labor un eru- su único abrevadero la expe-
cínico o un incompetente, aun- dito o un sabio ilustrado, como riencia, el único lugar en el que,
que, en realidad, era la descrip- Diderot, cuya inteligencia con- por lo demás, se podían encon-
ción de una salón y de lo que sistió en comprender, por su trar un creador y un contem-
cabía hacer en él a un crítico de parte, los límites que aportaba plador, ambos imprescindibles.
arte. Las exposiciones públicas esa forma de relación con la rea- No creo que se deba calificar es-
de arte, llamadas salones por ce- lidad y, claro, con la realidad ar- te encuentro sólo como colu-
lebrarse en el Salón Carré del tística, típicamente moderna, sión de intereses, pero, según y
Louvre, se iniciaron a comien- que llamamos “actualidad”. A cómo, tampoco me parece un
zos del siglo XVIII en París, cons- través de la descripción del caos disparate.
tituyendo su novedad principal, del Salón, la explicación defen- Pero ¿hasta qué punto la ex-
respecto al modelo académico siva de Diderot nos advertía de periencia artística vulnera los
tradicional, el que estaban que, en lo sucesivo, cualquier derechos de la opinión pública
abiertas a todo el mundo y, so- juicio sobre la actualidad artísti- a manifestarse libremente y a
bre todo, que exhibían obras ca debía tener en cuenta estas decir lo que quiera y como le
periódicamente, por una estric- peculiares limitaciones, que im- venga en gana? Desde luego, lo
ta razón temporal. El éxito que pedían cualquier calificación ab- que se ha dicho y escrito sobre
obtuvieron de inmediato no só- soluta; o sea: que no sólo se tra- el arte de nuestra época no pue-
lo provocó que la secuencia taba de la desaparición del ca- de sustanciarse, ni por asomo,
temporal se acortase pronto, ce- non, cuestión estética, sino de en lo formulado por quienes,
lebrándose cada año, sino que un problema práctico, el revolu- de alguna manera, llamamos es-
aumentase el número de artis- cionario uso social que se hacía pecialistas en la materia, con ex-
tas, que ahora no veían supedi- del arte. periencia en ella, sean teóricos,
tada su carrera al fiel acata- Quien haga un rápido repaso críticos, historiadores o artistas.
miento de las reglas impuestas mental sobre lo acaecido en el Tampoco ha sido demostrado,
correo electrónico
dirección internet

por la academia. A través de arte desde entonces puede que- histórica o sociológicamente,
ellas, entramos en el régimen dar atrapado por la zozobra, pe- que éstos hayan ejercido una in-
artístico de exhibición pública y ro, antes de pontificar sobre lo fluencia determinante en el gus-
de renovación periódica, o, si se que le parecen los productos to social. Antes, por el contra-
quiere, en un arte de carácter creados bajo este régimen, no rio, Arnold J. Mayer, en La per-
democrático y moderno, de debe olvidar que, en todo caso, sistencia del Antiguo Régimen,
gran parte de lo ocurrido pro- aportó una información docu-
cede de la democratización y mental concluyente de cómo la
6 D. Diderot: Salones de arte (ed. de modernización del arte. Segu- sociedad europea del XIX se re-
R. Pla), pág. 207. Buenos Aires, 1943. ramente no todo fueron para- sistió ferozmente a la moderni-

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
SOBRE EL TÓPICO DE LA JERGA DEL ARTE

zación de los valores culturales rá más difícil acreditar el valor te en relación con las vanguar- relacionarlos con lo que los crí-
y, en especial, los artísticos de incontestable de los productos dias plásticas de los siglos XIX y ticos de arte opinen y, sobre to-
vanguardia, aunque aceptasen artísticos, y no sólo porque nos XX, nos encontramos que, hasta do, si encima no se les entiende
sin rechistar todos los demás falte criterio, sino porque, ¡ay!, aproximadamente la segunda porque escriben fatal? n
“bienes” del progreso científi- no vemos todo lo que hay, por- mitad del siglo XX, ha sido
co-técnico. A los impresionis- que juzgamos sobre la parte que abrumadoramente hostil, entre
tas, por ejemplo, nadie les ri- se nos ofrece. Esta limitación, otras cosas porque la mayor par-
diculizó por su forma de pin- que da un sentido crítico a la fra- te del público lo era. Lo que ha
tar, sino por la introducción se de que “el tiempo también pin- ocurrido en la segunda mitad
nada poética de locomotoras en ta” o a esa otra de que “el tiempo del siglo XX tiene que ver con
un paisaje. es el mejor crítico”, no significa, un fenómeno que se ha califica-
sin embargo, que no podamos do como institucionalización de
6. El gran tinglado del arte juzgar bien lo que nos presenta el la vanguardia, que corre parejo
y los críticos presente, pero, claro, no por na- a su mercantilización, pero esto
A estas alturas, el lector quizá da innato, fresco o espontáneo, significa que ahora también con
se esté ya preguntando si, acaso, sino según nuestra experiencia, ella se hace negocio. Estamos,
yo, emulando al cínico Dide- cuyas fatigas tienen sus compen- pues, ante un gran tinglado, el
rot, me dejo llevar por una ex- saciones. espectacular tinglado del arte
plicación defensiva para justifi- Desde que se creó el género y actual. Pues bien, nadie que co-
car que, sean cuales sean las la profesión de la crítica de arte, nozca algo sobre el tema puede
causas, el arte de nuestra época ha habido ciertamente muy po- creer que un crítico de arte, es-
podría ser, en efecto, una farsa, cos críticos que hayan merecido criba como escriba, tiene la me-
producto de una colusión entre ser recordados, bien por la cla- nor relevancia en este espec-
artistas y críticos, que encima rividencia de sus juicios, bien tacular tinglado, gestionado por
no saben escribir o, aún peor, por la calidad literaria de sus es- políticos y empresarios del co-
convierten el lenguaje en una critos, y, sobre todo, como, en mercio y la comunicación. Se-
jerga para disimular su respecti- realidad, exige esta práctica, por gún los historiadores sociales de
vo vacío. En cuanto al arte de ambas cosas a la vez. Si ahora se la crítica de arte, el punto álgi-
vanguardia de los siglos XIX y me interroga sobre sus nom- do de la influencia de estos pro-
XX, mi experiencia personal no bres, la lista sería corta. Tan cor- fesionales hay que situarlo en el
me permite apreciar una distin- ta que no me importa recordar- último tercio del XIX, cuando
ción entre la calidad de lo que los aquí al albur de una memo- no sólo el único canal de exhi-
hacían los artistas del Antiguo ria inmediata. Desde mi punto bición pública era todavía el sa-
Régimen y los del Nuevo, los de vista, son los casos de Dide- lón oficial y el mercado de van-
cuales, por otra parte, no han rot, Baudelaire, Feneon, Apo- guardia era prácticamente ine-
dejado de dialogar entre sí a tra- llinaire, Hazlitt, Ruskin, Pater, xistente, sino que no había otro
vés del tiempo. ¿Fue mejor Leo- Fry, Read, Berger, Rosenberg o medio de información al res-
nardo que Goya? ¿Rembrandt Greenberg. Ninguno de ellos pecto que la palabra escrita. Di-
que Picasso? ¿Poussin que Cé- vivió sólo de la crítica de arte, cho en términos brutalmente
zanne? ¿Zurbarán que Gris?… como se habrá percatado ense- directos: hacia 1860, o estabas
No es un tema que interese a guida el lector. La crítica de ar- en París y visitabas lo que se ex-
un amante del arte estas com- te es una actividad que todavía hibía en el salón oficial y en el
paraciones jerárquicas, pero, hoy se hace “a tiempo parcial”, de los rechazados, después na-
anónimos o autorizados, todos lo cual tiene sus inconvenien- turalmente de haberte leído to-
los artistas han tenido y siguen tes, pero también sus ventajas. do lo que publicaban los dia-
teniendo algo en común, ade- En cualquier caso, la escasez rios al respecto, fuera crítica de
más de nutrirse por igual de las histórica de excelentes críticos arte o simple cotilleo, o no te
aleatorias y cambiantes condi- de arte, al margen de las difi- enterabas de nada. Pero ¿quién
ciones culturales en que históri- cultades que comporta el ejerci- necesita hoy leer lo que escribe
camente vivieron: son ilusionis- cio de esta actividad, algunas de un crítico de arte, de cine, de
tas que manipulan las aparien- las cuales he evocado en este ar- teatro o de lo que sea, siempre y
cias para producir el peculiar tículo de pasada, no es mayor cuando ese “sea” forme parte de
efecto de, como diría Aristóte- que la de los escritores en cual- un gran tinglado espectacular?
les, lo verosímil. Si no lo logran, quier materia. Si alguien todavía lo cree, una
no hay colusión posible que ha- Pero, si se quiere atacar el simple encuesta social al respec-
ga perdurable la farsa, pero no problema desde la perspectiva to le sacaría rápidamente del
porque sea farsa, sino porque de la colusión de intereses es- error.
será mala. purios entre artistas y críticos, En definitiva: de los graves
Es evidente, por todo lo que no hay datos históricos que la problemas que acucian en la ac-
Francisco Calvo Serraller es catedrá-
antes se ha sugerido trabajosa- corroboren. Si, por ejemplo, to- tualidad al arte o a lo que se tico de Historia del Arte. Autor de
mente, que, según nos aproxi- mamos como referencia el com- presenta como tal, ¿hay alguien Imágenes de lo insignificante, Las meni-
memos a la actualidad, resulta- portamiento de la crítica de ar- que, en serio, realmente pueda nas de Velázquez y La novela del artista.

54 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
SEMBLANZA

PROCESO, PRISIÓN Y MUERTE


DE JULIÁN BESTEIRO
MANUEL RICO LARA

E
n 1870, España busca rey y recta de Francisco Giner de los lectuales españoles. Sus estudios Besteiro tomó una marcada
ofrece la corona a Amadeo Ríos (“fue mi padre espiritual”, en dicho país, el seguimiento de postura pacifista ante el conflic-
de Saboya. Isabel II, en el dice el propio Besteiro) y, a través Kant y el propósito de restable- to marroquí, que tanta sangre
destierro, abdica en su hijo Al- de él, de los principios filosóficos cer la unidad entre teoría y prác- joven costara de aquellos humil-
fonso. Nace en Madrid Julián del krausismo, que tendían a tica han sido analizados con des soldados enviados a las
Besteiro Fernández. Época de re- conciliar las posiciones dialécticas profundidad por el profesor montañas rifeñas sin conciencia
voluciones burguesas, inicio de en el seno de una síntesis supe- Emilio Lamo de Espinosa (Filo- clara de su misión y que eran
adhesión del movimiento obrero rior, de manera que esa especie sofía y política en Julián Besteiro, los sacrificados guardianes del
a la Primera Internacional, fun- de organicismo diera respuesta a Edicusa, 1973), a cuya funda- último bastión colonial. Pacifis-
dada en Londres por Carlos la compleja diversidad ideológica mental e imprescindible obra mo, pues, que también el PSOE
Marx, y llegada de su yerno Paul resultando, más bien, “una filo- nos remitimos. mantendría respecto a la guerra
Lafargue, con el propósito de sofía de principios, no de abs- El camino hacia el socialis- que, en 1914, enfrentó a los paí-
compensar la influencia dejada tracciones” en apreciación de mo será, a partir de su regreso, ses aliados y a los imperios ger-
en nuestro país por Giuseppe Fa- Adolfo Posada, o lo que es lo prontamente recorrido. Invita- mánicos, concibiendo el con-
nelli, portavoz de las ideas anar- mismo, un “estilo de vida” (Mo- do a dar una conferencia en la flicto como una lucha propicia-
quistas de Bakunin, que habían rillas: El krausismo español, Fondo Casa del Pueblo de Madrid, es da por el capitalismo, a pesar de
prendido con fuerza entre los de Cultura Económica, 1956). Y procesado por la jurisdicción lo cual no resultaba indiferente
trabajadores no integrados aún así, Besteiro tratará de armoni- militar y encarcelado. En con- para la clase trabajadora la vic-
en organizaciones de clase. Era el zar el positivismo y su metodo- tacto con socialistas eminentes toria de uno u otro contendien-
Madrid descrito por Galdós y la logía experimental con posicio- (Anguiano, Saborit…), ingresa te. Pablo Iglesias, el primer so-
literatura costumbrista, en que nes más trascendentalistas. en el Partido Socialista, que fun- cialista elegido diputado, se alza
comercios de enormes anaque- Concluidos en 1890 sus es- dara el linotipista Pablo Iglesias contra la guerra, clamando por-
les almacenaban mercancías ve- tudios universitarios, marchó a Posse, ingreso que se produce ya que los pueblos resuelvan sus di-
nidas de ultramar. Años que pre- Francia para seguir un curso en ganada la cátedra de Lógica ferencias “por procedimientos
cedieron al estallido de la guerra la Sorbona, y a su vuelta gana las Fundamental en la Facultad de pacíficos”.
con Estados Unidos, que nos oposiciones a cátedra de Psico- Filosofía y Letras en la Universi- La carestía de la vida, con la
privaría del resto de nuestro mal- logía, Lógica y Filosofía Moral dad Central. Un año después subida de precios provocada por
trecho imperio. Aguadores, mo- de Instituto, siendo destinado a contrae matrimonio con Dolo- la guerra, llevó al XII Congreso
distillas, impresores, serenos y al- la ciudad de Orense, y, al poco res Cebrián, a quien conoció de la UGT (1916) a pronun-
bañiles constituían un amplio tiempo, le vemos ejerciendo la durante su estancia en Toledo, y ciarse, entre otros importantes
sector social, en una ciudad en la docencia en Toledo: “Enseñaba que era catedrática de Ciencias puntos, sobre la conveniencia de
que no se había iniciado la apa- en los centros, en los casinos, en Físicas y Naturales en su Escue- organizar en toda la nación un
rición de una burguesía indus- la plaza pública”, afirma con pa- la Normal, y también pensiona- paro general de protesta. Trasla-
triosa que hiciera frente al pre- sión Carmen de Burgos. Fue, da por la Junta de Ampliación dadas sus conclusiones al Go-
dominio que tenía en la Corte el además, concejal de su Ayunta- de Estudios, lo que le permitió bierno, éste adoptó una pasivi-
funcionario –sujeto a los vaive- miento por Unión Republica- trasladarse a París, Londres y dad y mutismo que propiciaron
nes del cambio ministerial de na, partido capitaneado por Sal- Bélgica. Volveremos a encon- ulteriores contactos con la CNT.
turno– y el pequeño rentista… merón. Se integró después en el trarnos con ella, líneas más ade- Todo ello, envuelto en el am-
Partido Radical de Lerroux, lante, y a descubrir, así, la enor- biente que supuso el triunfo,
Tiempo de aprendizaje confesando que en aquella épo- me dimensión humana de esta meses después, de la Revolución
Los padres de Besteiro, comer- ca “era anarquista”, como lo mujer, que, por otro lado, re- rusa y el manifiesto suscrito por
ciantes acomodados, tuvieron eran muchos jóvenes rebeldes presentaba de forma tan meri- ambas organizaciones sindicales.
una visión acertada en cuanto a ante tanta injusticia y desola- toria los esfuerzos de las prime- Se perfilaba también un cambio
su educación, que confiaron a la ción. Viaja a Alemania en 1909, ras universitarias que rompían de régimen político, exacerbado
Institución Libre de Enseñanza, becado por la Junta de Amplia- con prejuicios y resistencias, an- por la creación de las Juntas Mi-
donde coincidió con los herma- ción de Estudios, que tan im- clados tradicionalmente en una litares de Defensa y la convoca-
nos Machado y con quien des- portante labor cultural realizó sociedad tan machista como la toria en Barcelona de la Asam-
pués había de ser destacado pro- en quienes, beneficiarios de su de aquellos tiempos. Ella amó a blea de Parlamentarios. La huel-
fesor criminalista, Bernaldo de generosa ayuda, habían de inte- Besteiro con profunda admira- ga de ferroviarios se une a este
Quirós. Recibió la influencia di- grar la vanguardia de los inte- ción y respeto. tenso panorama y, en definiti-

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
55
PROCESO, PRISIÓN Y MUERTE DE JULIÁN BESTEIRO

va, es el propio Besteiro quien te encarcelamiento sufrido tras de tal tesis a condicionamientos su formación intelectual y a la
reclama la constitución de un la huelga general, su citada so- posteriores. El propio Besteiro verificación de los progresos del
Gobierno provisional capaz de brina recuerda que sorprende, al fundamentaba esa opinión en el fabianismo británico, sostenido
resolver los apremiantes proble- leer las cartas enviadas por Bes- hecho –válido sólo para enton- por Ramsay Macdonald, que tu-
mas del país, y convoca a la teiro a su mujer, Dolores Ce- ces– de que “las organizaciones vo ocasión de estudiar en un
huelga general (“instrumento brián, “el trato que los prisione- obreras no estaban maduras pa- viaje a Inglaterra –también pro-
decisivo de emancipación”, se- ros reciben en el penal de Car- ra afrontar todas las responsabi- piciado por la Junta de Amplia-
gún Jean Jaurés), dando ins- tagena”, que resulta de gran lidades del poder ni siquiera pa- ción de Estudios– en 1923, pre-
trucciones para su ulterior de- liberalidad, debido, sin duda, a ra plantear el problema de la cisamente después de haber sido
sarrollo. Tuvo ésta lugar los días la actitud del director de la pri- participación en el Gobierno”; e elegido diputado, en cuya con-
13 a 18 de agosto de 1917. Pa- sión y del funcionario Joaquín incluso fue cuestionada esa afir- dición cesó tras el golpe militar
ra Lamo de Espinosa, el movi- Machado, hermano de los exi- mación, en el momento de emi- protagonizado, ese mismo año,
miento revolucionario de 1917 mios poetas; conducta com- tirse, por sectores socialistas fa- por el general Primo de Rivera.
significó el comienzo directo del prensible, ya que ambos peni- vorables al acceso al poder polí- Y no sin discusiones internas,
fin de la Monarquía, y también tenciaristas habían recibido una tico, lo que se tradujo –llegada Largo Caballero había accedido
“la pérdida definitiva de las fuer- moderna formación profesional. la Segunda República– en un a la condición de consejero de
zas políticas que podían haber En España, y concretamente en eficaz protagonismo. El desarro- Estado, en representación de los
potenciado una revolución bur- el ámbito penitenciario, la Insti- llo del capitalismo –obra de la trabajadores.
guesa”, preludiando “la inter- tución Libre de Enseñanza aco- burguesía– puede aceptar, in- Pues bien, volviendo al refor-
vención militar en asuntos in- gió, a través de su fundador Gi- cluso, la realidad de un Gobier- mismo de Besteiro y su tesis de
ternos con carácter acentuada- ner de los Ríos, el ideario krau- no socialista, con el peligro de intervención democrática en los
mente conservador”. sista sostenido por Röder, que se que éste –como sucedió en la organismos de la sociedad, no
centra “más en el hombre que Alemania de Weimar– reprima puede dejarse a un lado su for-
Detención en el delito”, haciendo de la pre- movimientos revolucionarios mación krausista, que hace com-
Detenido Besteiro junto con los vención y de la enmienda su como el espartaquista (Karl patible con el “socialismo para la
demás miembros del comité de principal objetivo, como ha afir- Liebknecht y Rosa Luxemburg). democracia”, como lo ha defini-
huelga y muchos otros, se les so- mado Juan Terradillos en su tra- Las inhibiciones ante la ac- do Elías Díaz (Filosofía social del
mete a consejo de guerra (pare- bajo incluido en la obra colecti- ción revolucionaria del Partido krausismo español, Edicusa, 1973),
ce que en la vida del líder socia- va La Institución Libre de Ense- Socialdemócrata alemán han si- y el paralelo rechazo a una posible
lista es una constante el enjui- ñanza: su influencia en la cultura do resaltadas por G. D. H. Co- participación en responsabilida-
ciamiento por la jurisdicción española” (Ronda, 1998). le (Historia del pensamiento so- des de gobierno le enfrenta, de
castrense) y ante el tribunal de- Años en los que Besteiro ven- cialista. Fondo de Cultura Eco- nuevo, con Largo Caballero, en
nuncia que la huelga, por lo pre- ció la tensión entre el carácter nómica, 1964). la cuestión referente a formar
matura e impuesta desde el po- utópico del intelectual y el rea- Su reconocimiento de la im- parte de la Asamblea Nacional
der, no ha sido la realmente de- lismo del político, como ha re- portancia de la Revolución rusa (seudo-Parlamento) instituida
seada, si bien no había otra cordado Ignacio Sotelo (revista es patente, así como su justifica- por Primo de Rivera. La dicta-
opción, pues, en definitiva, el Leviatán, 1978). Así critica a ción (dado el estado de descom- dura, finalmente, suscribe su ac-
conflicto social hubiera estalla- Ortega y Gasset, a su elitismo y posición del país, debido al ré- ta de defunción el 30 de enero de
do. Condenado el 4 de octubre descompromiso. Continúan, sin gimen zarista), pero la dictadu- 1930, fecha en que el marqués
a reclusión perpetua e inhabili- embargo, los acontecimientos ra de los soviéticos no debía ser de Estella toma el tren que le
tación absoluta, y restablecidas en la vida de Besteiro: el enfren- seguida de forma mimética si- conduce a París, donde ha de co-
días después las garantías cons- tamiento con el tema de la posi- no que la revolución ha de ajus- nocer los sinsabores del exilio, re-
titucionales, es puesto en liber- ble participación ministerial de tarse y responder a las peculiari- cogido en un modesto hotel, en
tad, junto con Anguiano, Sabo- Pablo Iglesias en un hipotético dades de cada país. Propugna, el que fallece poco tiempo des-
rit y Largo Caballero, quienes al Gobierno provisional le hace to- en consecuencia, la permanen- pués. Con el Gobierno Beren-
ser elegidos diputados abando- mar posiciones a Besteiro con- cia en la Segunda Internacional. guer persiste Besteiro en su ya
nan el penal de Cartagena, apro- trarias a dicha colaboración en la Como quiera que la Federación definida actitud de no aceptación
bándose por el Congreso la co- medida en que “la democracia de Juventudes Socialistas deci- por las organizaciones obreras de
rrespondiente amnistía. capitalista está junto a la bur- dió, contrariamente, su adhesión responsabilidades derivadas del
En un libro de sumo interés y guesía” (Tuñón de Lara), pensa- a la Tercera Internacional, ello poder, sino de apoyo a la bur-
de obligada consulta y referen- miento que sostuvo durante to- la conducirá, en 1920, a trans- guesía para el establecimiento y
cia, Cartas desde la prisión, de da su trayectoria política. Desde formarse en el Partido Comu- desarrollo de un sistema demo-
Julián Besteiro, con introduc- el extrarradio del Gobierno, el nista de España. El PSOE re- crático que, claramente, se perfi-
ción, selección y notas de Car- Partido Socialista y la organiza- chazó, por tanto, las famosas laba en forma republicana.
men de Zulueta, se contemplan ción obrera, en opinión de Bes- Veintiuna condiciones que se pro- Socialismo que “confía el
dos periodos, que abarcan, el teiro, podían ejercer “una in- ponían para el ingreso en la cita- cambio a la evolución”, tal como
primero, los años 1917-1918 y, fluencia decisiva”. Naturalmen- da organización. lo percibe José Luis López Aran-
el segundo, los que transcurren te, este criterio no puede dejar Es importante constatar que guren (El marxismo como moral,
entre 1939 (detención en los só- de circunscribirse a aquel con- Besteiro se consideró siempre a Alianza, 1968). La mirada re-
tanos del Ministerio de Hacien- creto momento histórico y al sí mismo revolucionario, preci- trospectiva de Besteiro le llevó a
da) y 1940 (muerte en Carmo- precario desarrollo del partido, samente, por su talante refor- reflexionar sobre los ensayos uto-
na). Respecto al correspondien- lo que no supone una traslación mista, pragmático, que debía a pistas de Louis Blanc (los Talleres

56 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
MANUEL RICO LARA

mo propugna una “democracia Besteiro no se integra en la


industrial”, mostrándose respe- diáspora de gobernantes que
tuoso con las regiones y nacio- abandonan Madrid y rechaza,
nalidades. De ahí que su mode- incluso, la Embajada de Buenos
rantismo y retraimiento ante la Aires, que le es ofrecida. Decide,
participación en el Ejecutivo le en aquellas dramáticas circuns-
situaran fuera del liderazgo del tancias, permanecer al lado de
partido. sus electores, es decir, del sufrido
pueblo de Madrid. “Me queda-
República y guerra civil ré”, afirma, “con los que no pue-
Elegido presidente de las Cor- den salvarse”. Y así lo hizo, “so-
tes Constituyentes de la Repú- lo, viejo, enfermo...”, como ha
blica (1931), pronuncia su pri- recordado Emiliano Aguado.
mer discurso de pie, arropado Decano de la Facultad de Filo-
por el respeto de todos los dipu- sofía y Letras, miembro del Co-
tados, ejerciendo su cargo con mité de Reforma, Reconstruc-
absoluta decisión (que sorpren- ción y Saneamiento de Madrid,
de a algún correligionario) y se perfila su pesimismo ante el
neutralidad, elogiada por parla- curso de la contienda bélica, lo
mentarios de otras formaciones que le llevó a un duro enfrenta-
políticas. Los acontecimientos miento con el jefe del Gobierno,
se precipitan: Largo Caballero doctor Negrín.
(partidario de la toma del poder Invitado por el coronel Casa-
e incluso del centralismo de- do a integrarse en el Consejo
mocrático a la manera que lo Nacional de Defensa (con el ex-
concibiera Lenin) lanza la orden clusivo propósito de negociar
de insurrección (en octubre de una paz honrosa), acepta con la
1934, vencedora la coalición condición de no presidirlo. El 5
de la derecha), y el movimiento de marzo de 1939, desde los só-
es brutalmente reprimido… De tanos del Ministerio de Hacien-
nuevo aflora el moderantismo y da, Julián Besteiro lee, por la ra-
sensatez de Besteiro, en su vía dio, un manifiesto, en el que de-
al socialismo… y toma cuerpo posita la residual legitimidad
la polémica entre él y Araquis- republicana en el Ejército, se
táin, que dirige la revista Levia- opone a la política de aplaza-
tán. El 28 de abril de 1935 Bes- miento de Negrín (lo que, sin
teiro ingresa en la Academia de embargo, pudo no resultar acer-
Ciencias Morales y Políticas y tado, dado el estallido inminen-
pronuncia, en solemne sesión te de la guerra internacional) y
presidida por Niceto Alcalá Za- alude al valor moral de los que
mora, jefe del Estado, su discur- han perdido la contienda, “pero
so Marxismo y antimarxismo, con honradez y dignamente, sin
que ha sido considerado su negar su fe anonadados por la
“obra cumbre” (Alberto Míguez: desgracia”. La oposición al co-
El pensamiento filosófico de Ju- munismo se plantea, de hecho,
lián Besteiro, Taurus, 1971). De en términos de lucha que asoló
esta forma, Besteiro se va reple- las calles de la heroica villa de
gando sobre sí mismo y, después Madrid. Triunfan los casadistas
del estallido de la rebelión mili- y comienzan las negociaciones
tar contra la República, se cir- para la entrega de la ciudad.
cunscribe a su tarea de concejal Besteiro permanece, como se ha
Julián Besteiro del Ayuntamiento madrileño, dicho, junto a ese pueblo sin
salvo una misión –que acepta– igual, “tan grande en el sacrifi-
de propuesta de armisticio con cio”. Detención, traslado a la
Nacionales) durante la monar- el largo camino de discrepancias, los rebeldes a través del Gobier- prisión de Porlier, y después a
quía de Luis Felipe y a la decep- entre las que estaba su oposición no inglés. Aprovechó, para ello, la del Cisne. El juicio se inicia…
ción tras la revolución burguesa a la progresiva radicalización del la representación personal que
de 1848. Coherente con su plan- partido. Insiste, en resumen, en le confiere el presidente Azaña Proceso al vencido
teamiento, Besteiro dimite de sus la necesaria espera para la ocu- para asistir a los actos de coro- A través de las páginas, fuente
cargos de presidente del Partido pación democrática del poder, nación de Jorge VI. Intento que inapreciable de valor testimo-
Socialista y de la Unión General sin perjuicio de la participación fracasó por la tenaz oposición nial, que nos ha legado Ignacio
de Trabajadores, cancelándose así en cámaras y municipios, así co- del general Franco. de Arenillas de Chaves, marqués

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
57
PROCESO, PRISIÓN Y MUERTE DE JULIÁN BESTEIRO

de Gracia Real, que fue su joven la citada plataforma electoral… Estado, sin ninguna concomi-
defensor de oficio ante la corte Se le reprocha el que se reinte- tancia con el Gobierno y que su
militar (El proceso de Besteiro, grara “siquiera fuera nominal- misión de paz acreditaba que no
Edit. Revista de Occidente, mente a su cargo de concejal del estaba comprometido en los
1976), conocemos el desarrollo Ayuntamiento de Madrid”. El partidos políticos de las fuerzas
del juicio sumarísimo. En una lector bien intencionado no de la zona republicana; y, al es-
sesión que, “realmente histórica, puede salir de su asombro cuan- timar probada su voluntariedad
apenas tuvo resonancia nacio- do se recoge como dato incul- de no adhesión, concluye afir-
nal”, como bien dice aquél, las patorio en el relato fáctico de la mando que los hechos no son
palabras de Besteiro “constitu- sentencia el hecho de que “acep- encuadrables en los artículos
yen su última lección de lógica y tó la representación de la Espa- 237, 2º, y 238 del Código cas-
ciudadanía”. Y es que, ante es- ña republicana en las fiestas trense…
píritus sensibles como el del le- de coronación de S. M. el rey de El auditor militar se opone a
trado defensor, no podía menos Inglaterra al propio tiempo que tal recurso, aludiendo a la res-
que dejar esa impronta de res- se le confiaba oficialmente la ponsabilidad de los dirigentes
peto y admiración quien, como misión que desempeñó de pro- en todo proceso revolucionario,
su defendido, fue un eminente curar, por mediación de las po- a sus “prédicas” que predispo-
político, preclaro intelectual y tencias extranjeras, obtener la nían a los autores materiales de
hombre honesto. Un honesto terminación del Estado Nacio- los crímenes “contra toda idea
socialista. nal y la consolidación del régi- moral y cristiana, contra todo
El 8 de julio de 1939 se cele- men marxista”, imputándosele concepto de amor al prójimo”; y
bra el consejo de guerra de ofi- también haber desempeñado el aún no suponiendo al procesa-
ciales generales, seguido por cargo de presidente de la Junta demuestra que desempeñó im- do, debido a su personalidad,
procedimiento sumarísimo or- de Reconstrucción y Sanea- portantes cometidos y misiones capaz de estar conforme con los
dinario número 13.449/39, con- miento de Madrid… que le fueron confiadas por di- resultados que se desencadena-
tra el procesado Julián Besteiro Admite el fallo que, siendo cho Gobierno” (se refiere al de la ron, éste no podía limitarse “a
Fernández, de 68 años de edad, miembro, el más calificado, del República, que califica, como cruzarse de brazos”, sino que
por el supuesto delito de adhe- Consejo Nacional de Defensa, era usual, de “rojo”), permitien- quedaba obligado a “una actua-
sión a la rebelión militar. (No se propuso negociar “una paz do así que se utilizara su signifi- ción más en armonía con su fa-
olvidemos que quienes se alza- honrosa” para “los grupos polí- cada personalidad política “para ma”. Por ello, y conforme soli-
ron contra el régimen republi- ticos y fuerzas militares derro- avalar y prestigiar nacional e in- citaba, el general encargado del
cano, legalmente constituido, tadas”, reconociendo que “no ternacionalmente la actuación despacho de Justicia aprueba la
juzgaron a los que permanecie- abandonó Madrid como habían rebelde y criminal de la política sentencia, que adquiere así fir-
ron fieles al mismo por el delito hecho los más destacados jefes marxista”… meza y ejecutoriedad.
de adhesión a la rebelión, lo que políticos y dirigentes”. Ésos son Sin embargo, la resolución Durante el curso de la vista
no deja de ser una sorprendente los hechos por los que se enjui- que glosamos reconoce, en uno –y esto es importante– el fiscal,
e incalificable paradoja jurídi- cia a Besteiro. De tal manera de sus “considerados”, que la ac- auditor de brigada, alude al pro-
ca…). Pues bien, la sentencia que, si aquí nos detuviéramos, tuación del procesado en el seno cesado como hombre de “con-
del citado tribunal militar da cualquier ciudadano con sentido del Consejo Nacional de De- cepciones honestas, de senti-
por probados, entre otros extre- de la mesura pensará que la sen- fensa “tuvo por finalidad liqui- mientos honrados en su vida
mos, que el procesado “formado tencia merecía un fallo absolu- dar la guerra, ya por ellos total- particular, en su régimen priva-
siempre políticamente en las fi- torio… y no fue así, como bien mente perdida, evitando más do”, que asiste “con su elegancia
las del Partido Socialista y so- se sabe, sino que Besteiro resultó graves males, como hubiera ocu- británica” a Londres para nego-
cietariamente en la sindical condenado a reclusión perpetua, rrido si esa liquidación se efec- ciar un armisticio. Se extiende
UGT”, de cuyas organizaciones sustituida por 30 años de reclu- tuara sin siquiera una apariencia el fiscal sobre la democracia, que
ostentó la presidencia, ha defen- sión mayor, accesorias de inter- de Gobierno en el bando rojo califica de revolucionaria, para
dido su programa y postulados dicción civil durante la condena que evitara un estado de anar- rechazar también el jurado, la
“de esencia fundamentalmente e inhabilitación absoluta… quía con sus criminales conse- pretendida igualdad y haciendo,
revolucionaria, tanto en sus Lo que nos conduce, necesa- cuencias”, actuación que “ate- en cambio, un elogio de “las
principios doctrinales como en riamente, a exponer los argu- núa su responsabilidad en esta concepciones luminosas de la
sus realidades prácticas” y “ha mentos jurídicos en que tal de- causa y que es de tomar en con- Edad Media”, de la filosofía es-
ostentado de modo continuado cisión se fundamentó para cali- sideración como circunstancia colástica, del Concilio de Tren-
la representación parlamentaria” ficar los anteriores hechos como de tal naturaleza a los efectos de to y de la Contrarreforma, así
(incluso en las elecciones de fe- integrantes del delito de rebe- imponer la pena en su extensión como del teórico Balmes, la-
brero de 1936), siendo candi- lión militar. En efecto, los juz- justa”… mentando que de la actuación
dato del “llamado Frente Popu- gadores estiman que la conduc- Contra dicha sentencia inter- política de Julián Besteiro no se
lar”… A pesar de que Besteiro ta del procesado constituye “una puso recurso su letrado defen- deducen “más que grandes ma-
no tuvo responsabilidades de indiscutible colaboración al mo- sor, alegando entre otras consi- les para el país” y para él mismo,
gobierno, se le imputan las vimiento revolucionario”, ya deraciones que la representación “víctima de sus propios errores”,
“concepciones anarquizantes” y que “no sólo nunca expresó pú- que ostentaba Besteiro en las vuelve a elogiar a Balmes, re-
“resoluciones antiespañolas, an- blicamente la condenación de fiestas de coronación de Jorge procha a quien fue su profesor
tirreligiosas y antijurídicas” de los mismos, sino que la realidad VI era la personal del Jefe del de Lógica que admita la dicta-

58 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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MANUEL RICO LARA

dura del proletariado, accesible De la huelga del 17 dice que cipio, consistió en el traslado a tos de Dolores, que deja correr
por métodos democráticos, y, en “era inevitable y había que en- San Isidoro de Dueñas, conven- libremente sus lágrimas.
cambio, rechace la dictadura de cauzarla bien”… a lo que él con- to de cartujos, donde se encuen- Es el día 27 de septiembre de
Hitler, ganada en las urnas… tribuyó. tra bien, dado su carácter austero 1940. En la cárcel de Carmona:
La tesis acusatoria reside en Respecto a su entrevista con y amante de la naturaleza. se recogen y guardan los objetos
identificar el enjuiciamiento de Negrín, admite que le tuvo por personales, sus papeles y una Bi-
Julián Besteiro con el propio agente de los comunistas (y así Carmona blia abierta por el libro de Job.
de la “revolución”, y así repasa los se lo expresó). Se mantiene en En efecto, el 30 de agosto llega a Por las calles de Carmona –si-
acontecimientos del régimen re- sus puntos de vista, es decir, Carmona. El régimen a que se lencio y palacios con escudos de
publicano, incluso el deseo de en su trayectoria, puesto que “mi ve sometido es duro y desconsi- piedra– le acompañan 10 o 12
salvarlo que animó a Besteiro; y vida política la tengo detrás de derado. Paralelamente, Besteiro personas hasta el depósito… Se
vuelve a recordar su porte “ele- mí”… y “delante no espero na- –como tantos otros– se vio so- niega –crueldad postrera– el
gante, dentro de sus trajes de da”. Palabras que sirven para metido a la Ley de Responsabi- traslado a Madrid del cadáver
etiqueta”, y con su figura de per- medir la talla moral de Besteiro, lidades Políticas, y, en carta a su de Besteiro, que recibe el testi-
fil “británico que destruye su incapaz de sortear el peligro que mujer de 26 de febrero de 1940, monio de dolor de algunos visi-
clasicismo madrileño”… En de- sobre él se cierne a cambio de alude a ello así como a la rela- tantes que “tal vez arriesgaban
finitiva, le imputa omisión y si- concesiones últimas, que recha- ción de bienes (una casa en la mucho en ello”, testimonia la
lencio ante la política frentepo- za su dignidad, porque ha sido calle Grijalba, número 26, de ti- apenada esposa.
pulista y sus consecuentes efec- leal para con el partido en el po familiar, perteneciente a una Su pensamiento, la ideología
tos. Califica a Besteiro de “figura cual ha militado desde el año Cooperativa de Casas Económi- de Julián Besteiro, el gradualis-
decadente española” y, a pesar de 1912. Su intervención alcanza cas, gravada con una hipoteca… mo con que concibe todo pro-
la honradez y caballerosidad de su dramatismo: “El juicio que se una modesta cuenta corriente ceso de transformación, el res-
vida, que resalta, termina soli- formule acerca de mí, eso no me indistinta en el Banco Hispanoa- peto humano y liberalidad que
citando en atención “a la di- compete. A mí me compete mericano a nombre de él y de su preside su vida, la concepción
mensión” pública del procesa- la responsabilidad interna, y la esposa, que “no fue incrementa- del socialismo como armoniza-
do, la imposición de la pena de aplicación de la ley es otra co- da desde el principio de la gue- ción y reconciliación de la lu-
muerte… sa”… Durante el proceso –y rra” y cuya mitad se encuentra cha de clases por lo que meto-
La defensa, que, por supues- consiguiente permanencia de bloqueada). dológicamente llama “impreg-
to, no comparte la ideología so- Besteiro en las cárceles de Porlier Las notas que escribió su mu- nación”, la talla intelectual que
cialista de Besteiro, se mostró en y el Cisne– nos transmite su es- jer –Dolores Cebrián–, y que alcanza y la carencia de ambi-
todo momento identificada con tado de ánimo y la concurrencia han sido incluidas por Carmen ción personal, su fe, en definiti-
su dimensión humana; y, sin de- a su habitación de personas tam- de Zulueta en su obra ya men- va, en el triunfo del socialismo a
jar de hacer elogios al pensa- bién detenidas, entre los que fi- cionada, son expresivas del do- través de un proceso continua-
miento tradicionalista, se centra guran militares, jueces y magis- lor y del triste peregrinaje de do, hicieron de él un ejemplo
enseguida en la cuestión para la trados. Por cierto, tranquiliza a aquélla a la ciudad de Carmona. de convivencia en un país que
que ha sido convocada. Afirma su mujer respecto al nombra- Es el día a día de una agonía, co- tanto necesitaba de generosidad
ante el tribunal que se va a juz- miento de defensor, a quien mo afirma la obra reciente de Ja- y tolerancia.
gar a un hombre a través de prudentemente llama señor vier Quiñones, Años triunfales “Socialista moderado” es el
unos hechos. A un hombre que Amable, y que no es otro, como (‘Proceso y muerte de Julián Bes- calificativo que hace Stanley G.
trató de evitar la revolución y sabemos, que Arenillas de Cha- teiro’), edit. Alba, 1998. Discre- Payne (La revolución y la guerra
que permanece en Madrid. Lle- ves, e intuye que el proceso ten- pancias con el médico que asiste civil española).
vando una misión de paz a Lon- drá una dimensión política; de a don Julián, solicitud de otros “Ejemplar fue su vida”, co-
dres y con ello un acto de servi- ahí que considere innecesarias facultativos, búsqueda y elabora- mo ha recordado Andrés Saborit
cio a España. Se enfrenta a Ne- “defensas de tipo jurídico”, no ción penosa de alimentos, visitas (El pensamiento político de Ju-
grín en Barcelona; y, ante la obstante lo cual, se siente afec- –tantas veces infructuosas– al di- lián Besteiro). Seminarios y Edi-
situación que padece Madrid, tado por el posible perjuicio que rector de la prisión, cumpleaños ciones, 1974.
accede a formar parte de la Jun- cause a su esposa y familia… En de Besteiro sin la presencia de Y al fin se fue, enseñando el
ta, que hará una entrega pacífi- efecto, Dolores Cebrián fue ella… Decaimiento paulatino del camino… ligero de equipaje,
ca de la capital al Ejército del reintegrada a su cátedra en la enfermo y órdenes desde Madrid como dijo Antonio Machado,
general Franco. Permanece al la- Normal de Madrid, pero nunca de que no vea al preso, ni siquie- como los hijos de la mar… n
do de sus electores. Solicita su se le permitió volver al servicio ra en la tradicional fiesta de
absolución. activo. Recaba, para su entrega Nuestra Señora de la Merced.
Al concedérsele la palabra, al abogado, la carta de presenta- El día 26 de septiembre Do-
Julián Besteiro, “dado lo avan- ción de Azaña al rey Jorge, con lores Cebrián es avisada con ur-
zado de la hora y la fatiga de to- motivo de la asistencia a las ce- gencia; Besteiro se encuentra ro-
dos”, lo hace en estilo conciso. remonias de coronación. deado de algunos sacerdotes vas-
Dando las gracias al fiscal por El 9 de julio, un día después cos compañeros de infortunios.
haber reconocido su honradez de la vista del juicio, se siente pe- Hinchazón del rostro, parálisis
privada, afirma: “Yo no me con- simista, contra su habitual estado del lado izquierdo, algunas frases
tento con ser en mi vida privada de ánimo. Conocida la senten- pronunciadas en alemán… El
honrado. Yo estoy seguro de ha- cia, le preocupaba su ulterior des- estado es de suma gravedad. Ya
berlo sido en mi vida pública”. tino penitenciario que, en prin- no responde a los requerimien- Manuel Rico Lara es magistrado.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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59
ENSAYO

LA CIUDADANÍA COMO
EDUCACIÓN SENTIMENTAL
JULIO SEOANE PINILLA

¿Integrar el mal en Los sistemas filosóficos, re- única que a todos nos sirviera y ta bien. Y tal incomodidad no
nuestras vidas? chazando contradicciones, fala- sirviera para todo tiempo y tem- viene, como gustan decir quie-
Por algún motivo nada extraño, cias y malentendidos, deseaban porada. Uniforme que, sin te- nes lo confeccionan, de que
la filosofía, junto con otras artes rechazar cualquier lugar de in- ner en cuenta caprichos coyun- siempre prefiramos mal a bien,
humanas, ha dedicado sus ma- justicia, cualquier sitio donde turales, daría equitativo arropo a de que con preferencia nos in-
yores atenciones a erradicar el no fuera posible que cada indi- todos los hombres y mujeres clinemos hacia nuestros propios
mal. Su intención ha sido siem- viduo comprendiera y asintiera a que quisieran ir vestidos (y sea intereses o de que nos sea más
pre dar un no al mal en las socie- las normas que le legislaban –si dicho aquí que la hoja de parra cómodo seguir la fácil senda del
dades humanas, proponiendo un es que hubiera alguna–; al cabo, siempre se ha considerado co- mal que el arduo camino del
mundo justo; y puesto que a to- rechazar el engaño es proponer mo el primer atributo de huma- bien; por el contrario, el motivo
das luces resulta evidente que el que todos debemos conocer por nidad). Pero nunca nos hemos de nuestro poco afecto por el
comportamiento social de los nosotros mismos la verdad, y sentido cómodos con este traje y bien que los teóricos nos han
hombres no puede quedar muy ésa, y no otra, es la piedra clave desde siempre hemos pedido entregado es que con él se nos
desgajado del particular, también para construir la libertad, la atenciones particulares, posibili- está dando un traje demasiado
ha afirmado bien claro su no al igualdad, la tolerancia y, en fin, dad de introducir adornos per- abrigado para días de calor o ex-
vicio, proponiendo un compor- toda la justicia que nuestro sonales, ensanchar las solapas, cesivamente ligero para los de
tamiento virtuoso. De tal modo, mundo ha soñado siempre. Pero entallar, y quién sabe cuántas di- invierno. Al final, el mal, tanto
no creo que fuera chocante decir loables intenciones se van al ferencias más que hasta se ha lle- como el bien, resulta constituti-
que justicia y virtud han condu- traste cuando se toman tan en gado a destrozar los trajes aje- vo precioso de nuestra vida y,
cido nuestra vida filosófica, polí- serio que no son capaces de mi- nos para que el propio resaltara. por ello, aceptarle como “mal
tica y moral, si bien con diferen- rar más allá de sí. De este modo, El deseo por hacer entrar en necesario” no creo que trajera
tes maneras y percepciones. Lo rechazando contradicciones, en- nuestras vidas a la justicia y a la mayores inconvenientes que el
cual no parece poco razonable. gaños y saltos deductivos en un virtud es loable, pero si esta ves- tratar de orillarle como mal
Este esfuerzo se ha realizado mundo donde equívoco y me- timenta se suele mostrar tan in- siempre indeseable.
de varias maneras, pero desde la dias palabras parecen el modo cómoda, ¿por qué no dar tam-
proposición de una tabla de lo común de comportarnos, los sis- bién un puesto al mal? Se me Razón y sinrazón
prohibido y lo permitido a la temas filosóficos siempre que- dirá, con razón, que el mal es lo en la discusión pública
más moderna preocupación por dan cojos, pues nos entregan co- que por definición nadie desea. Rechazar las teorías que señalan
implicar a cada quien en lo que mo reflejo en el cual reconocer- Pero aun así, parece que nos las el buen camino tachándolas de
ha de ser asentido y obedecido, nos a un individuo ideal poco arreglamos para vivir con él y poco propias para ser camino
siempre ha existido un deseo por apto para vivir nuestras vidas. que nos es muy difícil no traer- transitable es, en buena medi-
mantenerse limpio de contradic- Siendo loable intención la de le nunca de la mano. De hecho, da, plegarnos a lo que hay (a los
ciones, de saltos deductivos y de oponerse a toda injusticia, es nuestras morales (y como tales caminos que pensamos que pue-
prejuicios implícitos, en defini- abstracción fatal creer que un entenderé a todas las normas, de haber sin preocuparnos por si
tiva, de lugares donde el mal hombre o mujer cualquiera pue- imágenes y convencimientos existen otras sendas que de me-
epistemológico, lógico y moral da estar en todo momento libre que cotidianamente sirven de jor manera conduzcan a nues-
pudiera tomar su puesto y recla- de cometer injusticias siquiera guía a nuestras acciones) se las tros objetivos). Cuando tal se
mar para sí parte de la vida de los pequeñitas, más fatal es creer apañan para aceptar contradic- dice, muchos son los puntos de
hombres. Por eso ha sido con- que además deba ser ajeno a es- ción y opacidad al tiempo que rechazo. Para empezar, el prime-
natural a este esfuerzo el buscar tos pecados y, por último, pien- se establecen en torno a la cohe- ro y más clásico diría que esta-
el fundamento sobre el que se so si acaso ese hombre ideal nos rencia y la transparencia; coti- mos a merced de poderes exter-
establece la distinción entre el conviniera. De hecho, sin vicios, dianamente somos capaces de nos. Los mercados, las estructu-
bien y el mal: ese fundamento las virtudes tradicionalmente se saltar las normas sin por ello te- ras de poder, el lenguaje, alienan
es la última palabra que da valor. han mostrado tan frías que po- ner muchos momentos de mala y nos compelen a actuar en de-
También parece razonable este cos han encontrado contento en conciencia (o los tenemos sin trimento de nuestra propia dig-
camino, pues es poder señalar la su estricta observancia (a excep- dejar por ello de haber hecho nidad; de tal modo, como es evi-
diferencia entre bien y mal en ción, claro está, de los héroes li- “mal”); sin contar con que las dente a cualquiera que tenga
cualquier tiempo y lugar, y sin terarios y los santos). No podía excepciones a la regla es común ojos, perpetúan el mal y, lo que
tener en cuenta componendas ni ser menos cuando su afán ha si- que funden regla. No nos es có- es peor, cuando lo admitimos
preferencias. do confeccionar un traje de talla modo el traje que siempre sien- nos hacen cómplices del mismo,

60 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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cegándonos ante él y haciendo lamos el comportamiento moral entre otras cosas, los dice en otro ningún esfuerzo (pues, se pien-
que nuestro bienestar dependa del hombre sin importarnos que idioma, en el idioma del salir sa, en cuanto el esfuerzo sea
del mal de muchos. no sea una interpretación reali- adelante en la vida día a día) y enorme, el capricho cambiará su
Otra segunda línea de recha- zada en plena libertad, con total que, sin tener que renunciar a la objetivo por otro más sencillo
zo considera que en un mundo información y conocimiento ni concordia universal, no son po- “aunque sea peor”).
tal no cabe la crítica, lo cual es el de manera auténticamente autó- cos (ni especialmente afectos al En cuanto a (A), habría que
peor mal imaginable, pues sig- noma (¿sabe alguien qué sea ese mal) quienes engañan en sus ne- decir que los deseos de un mun-
nifica la conformidad explícita tipo de libertad plena, de cono- gocios cotidianos por llevar algo do bueno son más bien apuestas
con lo que hay (y lo que hay cimiento transparente o de autó- de esa concordia a su propia casa. por el mundo que deseamos, y
suele ser malo). Por lo mismo, y noma autonomía?)1. Y calificarles de engañados, de en este sentido poco tienen que
en tercer lugar, si no hay crítica En último término, si los con- poco solidarios o de arrojados al ver con caprichos variables co-
ni bien seguro, ante los malos ceptos e imágenes que nos sirven mal a su pesar, no me parece la mo veletas. Son adscripciones
no cabe otra objeción que la pu- de referencia a la hora de cons- mejor forma de comenzar a ha- infundadas, pero su falta de fun-
ra fuerza; pero como los malos truir nuestra vida no pueden vi- blar con ellos. damentación es una falta de
suelen ser más poderosos (entre virse en un mundo tan reacio a Ante la segunda objeción, fundamentación epistemológi-
otras cosas por eso son malos), ellos como el nuestro, ¡menudo aquella de que sin bien definido ca. En modo alguno nos suele
nosotros, los buenos, siempre avío nos hacen! Si para vivir en li- no nos queda sino aceptar el mal faltar algún fundamento moti-
perderemos, o, si vencemos, lo bertad es preciso vivir en la liber- radical, me viene a la cabeza una vacional; de hecho, son apuestas
haremos tan sólo en tanto nos tad en la que los filósofos piensan conferencia de Javier Muguerza en las cuales las más de las veces
hayamos convertido nosotros y poco valor absoluto tiene la cuyo título era La ética a la in- va nuestra propia vida, van los
mismos en poderosos y, gene- continua implementación de pe- temperie. Se razonaba allí que diferentes cursos que hemos da-
ralmente, en más malos que los queños espacios de libertades, no hoy ya no creemos en funda- do a la configuración de nuestra
malos (con lo cual el mal se per- se le ve mucho futuro a tales ide- mentaciones filosóficas, bien identidad y a lo que exigimos
petúa también). ales. Ni mucho ni poco, ningún porque nuestra asunción de au- de los demás, y todo ello impli-
A la primera objeción quiero futuro. Se me dirá que precisa- tonomía ha hecho cierto el et- ca que tienen una fuerte moti-
decir que hoy queda algo fuera mente manteniendo ideales, uto- nocentrismo moral (cuando no vación y una clara argumenta-
de lugar pensar –al modo en co- pías, lugares donde la imagina- el individualismo), bien porque ción que las soporta.
mo se hacía hace algunos años– ción habita mejores mundos, es después de mucho buscar toda- Y en lo que respecta a (B),
que como estamos alienados y como se pueden conseguir esas vía no hemos llegado a seguro habría que añadir que no por
no somos libres sino para con- pequeñas implementaciones en puerto y eso nos hace sospechar, carecer de firmes fundamentos
sumir, hemos de rechazar nues- la vida cotidiana; asentiré a ello con bastante razón, que detrás nos negamos a mantener y de-
tro mundo, volver a la autorre- siempre que quien mantenga su de todo lo que se dice funda- fender posturas; no por no po-
flexión y cobrar verdadera auto- idolatría por esos ideales, utopías mentación no hay otra cosa que der dar fundamentos de lo que
nomía, esto es, la autonomía y espacios de imaginación sepa nuestro deseo de dar con una decimos nos vamos a negar a se-
donde no caben ni injusticia ni que han de ser llevados a la prác- política y un mundo que nos pa- guir diciéndolo. Ni vamos a de-
vicio. Cierto que contamos con tica todos los días, que tal prácti- rece más deseable. No sé si tergi- sistir de luchar por ello. Nada
lo que contamos, que disenti- ca los modifica en mucho (pues, versé en mucho la idea de más infundado que las adscrip-
mos en pequeños espacios y que J. Muguerza, pero entonces me ciones sentimentales; y bien sa-
nuestra libertad de actuación ca- quedó la impresión de que hoy bemos que el nacionalismo o el
mina muy mediatizada, pero, en 1 Si es innegable que existen tramas de es menester admitir que la de- amor son capaces de guiar la vi-
todo caso, nadie hoy se vería co- poder que nos conducen las más de las ve- fensa de un mundo bueno, al fi- da de los hombres, de apostarse
ces sin nosotros saberlo, es cierto también
mo una marioneta de poderes que como fuere nos configuramos dentro nal, siempre se establece en críticamente contra quien les
ocultos que le anulan. O, si así de esas redes, y que incluso nuestra iden- nuestro deseo de tal mundo. Sin niegue y de dar razones hasta el
se viera, es cierto que siempre tidad toma muchas de sus imágenes de los que ello signifique que un mun- punto de construir una historia
“poderes que la constriñen”. A mostrar
nos comprendemos interpretan- esto dedicó M. Foucault sus últimos años,
do bueno sea mero deseo que o una biografía.
do tal coacción de una manera u los que acompañaron sus dos últimos vo- (A) por depender del capricho lo Entonces, ¿dónde queda la ra-
otra, interpretándola según nues- lúmenes de la Historia de la sexualidad. mismo lo afirmamos hoy como zón?, ¿dónde la aspiración ilus-
tra propia identidad, nuestros Para un mayor detalle sobre el tema re- lo negamos mañana; y (B) que trada de poder dar cuenta de
mito a mi artículo ‘La configuración del
personales intereses. Y es en esa hombre’, en Revista de Filosofía, vol. V, al carecer de base firme no pue- nuestros conflictos sin el recurso
interpretación donde hoy seña- núm. 8, págs. 357-373, 1992. da justificarse ninguna lucha, a la fuerza?, ¿dónde aquel campo

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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61
LA CIUDADANÍA COMO EDUCACIÓN SENTIMENTAL

en el cual todos podían discutir, como un lugar de acuerdo ra- que nuestra opción por entrar la propuesta totalmente parcial
acordar y contentarse para siem- cional, no nos queda entender la en ellas con ideas cuyo último del mundo que creemos más
pre con la discusión y el acuer- relación social sino como un lu- fundamento es nuestra apuesta propio.
do? La contestación a la tercera gar de conflicto y acuerdo, de por las mismas y, por último, se Lo cual no quiere decir que
objeción que antes señalé es cier- ganar y perder sin que los que parecen más a una negociación no demos razones, las damos y
tamente complicada. Para em- ganen lo hagan por ser más jus- partida, translúcida y muy inte- muchas, pero éstas se unen a
pezar creo que no estaría de más tos ni los que pierdan se resig- resada que a un debate de santos una profusión de imágenes y
que olvidáramos la posibilidad nen a perder. Un lugar de con- racionales, desinteresados, trans- más bien valen como argumen-
de un espacio público neutral en senso, de coordinación nunca parentes y siempre justos. taciones retóricas, como seduc-
el cual se pueden tomar decisio- estable ni siempre adecuada: eso Sin lugar de pública y racio- ciones que intentan convencer
nes más o menos racionales, más es el espacio público. El espacio nal discusión, sin un espacio al adversario y demostrarle que
o menos justas. Como ya se ha público neutral del teórico ha común donde todo quede fun- el mundo que proponemos es
mostrado en muchos lugares, es de ser reemplazado por la admi- damentado y argumentado de más hermoso, más adecuado a la
absurdo pensar que entramos en sión de que hay lugares donde manera clara y distinta –sin en- humanidad, más beneficioso pa-
la discusión pública como si fué- aceptamos ciertos discursos y gaños, justamente–, no nos que- ra todos… ¡Claro que cabe el
ramos hombres racionales sin in- maneras de hablar: no somos da sino decir que hemos de op- diálogo!, en eso estriba la hu-
tereses ni deseos ningunos; y eso idénticos cuando actuamos co- tar por un establecimiento so- manidad que hemos conseguido
no sólo porque tal modo de dis- mo trabajadores que cuando lo cial y vital sin más razón que la tras toda nuestra historia; ¡claro
cusión no nos sea muy propio, hacemos como jefes de nuestros de que nos pertenece, que es el que cabe el convencimiento, la
sino porque el introducirse en subordinados; tampoco cuando nuestro, que en él nos encon- negociación, la educación para
un espacio público es introdu- pedimos escuelas, espacios de tramos y somos capaces, con él, una ciudadanía democrática!:
cirse en su gramática, en sus es- ocio o medidas económicas. Y de dar a nuestra realidad los sig- ésas son todas las imágenes que
tructuras de selección y de ex- no lo somos porque las imáge- nificados que nos parecen más hemos asimilado históricamente
clusión, de relevancia, de aceptar nes sociales por las que optamos, aceptables. Nuestra apuesta por como componedoras de la hu-
como buenos o pertinentes unos las de libertad, tolerancia, igual- la democracia es eso: una apues- manidad por la que hemos op-
discursos y no otros. Esto últi- dad, justicia social, por ejemplo, ta por una ciudadanía que hoy, tado (cuando somos democrá-
mo, los estudios feministas y las quedan actualizadas de muy di- al cabo de una historia bastante ticos, pues todavía hay quien
actuales discusiones sobre el ferentes maneras según los dife- larga y enrevesada, considera- opta por otras imágenes; son to-
multiculturalismo lo han puesto rentes intereses que en cada mo- mos que es la única humana4. Y dos aquellos que consideramos
bien claro2. Pensar que existe un mento tengamos. Por ello, y pa- sin mayor fundamento que el inhumanos: nazis, skinheads, ra-
espacio público neutral es ahon- ra extremar lo dicho, no es que no entender los idiomas que se cistas…); pero al final siempre
dar la marginación de quienes no pueda haber un espacio pú- estructuran en otras gramáticas. hay un golpe de fuerza, un decir
desearían entrar en ese espacio blico neutral y racional; es que En nuestros conflictos cotidia- a quien no le guste que se
público con intereses, aspiracio- además nos encontramos en nos “aceptamos” (muy entre co- aguante, pero esto es lo bueno y
nes y motivaciones distintos a los tantos espacios públicos llenos millas, pero la palabra es “acep- justo –o esto es lo constitu-
establecidos. No es lo mismo de intereses y sin una razón úl- tamos”) un ordenamiento jurí- cional.
discutir normativas, legislacio- tima que el afán del teórico dico que tomamos como el más
nes y acuerdos que promuevan el de reducir el mundo a un siste- apropiado –o a partir del que La ciudadanía como
bienestar social siendo un fino ma organizado o comprensible podemos pedir su propia anula- identidad social y personal
caballero excelentemente educa- siempre con la misma regla, es ción y sustitución por otro–. En Aunque eso bueno y justo –o
do que siendo una mujer gitana, tan ridículo como pueril3. No nuestros conflictos más globa- eso constitucional– muy posi-
pongo por caso; como tampoco quiero seguir por ahora con el les, donde se dirimen estrategias blemente venga con algún mal
puede ser considerado neutral el tema: quede dicho tan sólo que básicas, donde decimos, por bajo el brazo5, lo importante es
espacio público que habitual- el lugar de la razón en el mundo ejemplo, que en tal o cual lugar que resultan imágenes que ge-
mente tomamos como el espacio no puede estar jamás en una dis- no existe democracia, que en es- neran sentimientos –de ciuda-
de la política y del pensamiento cusión pública que a todos ta o aquella situación estamos danía–, los cuales vinculan al in-
(un espacio urbano, dado a las acuerde; por el contrario, las dis- anulados por la sociedad de con- dividuo particular con los con-
clases profesionales, muy fun- cusiones públicas no son uni- sumo y no decidimos sino lo ceptos e imágenes de nuestra
cionarizado). versales, se fragmentan y atien- que los mercados han decidido democracia en una doble refe-
Olvidando el espacio público den sólo a unos pocos (¡más qui- ya de antemano, que nuestro rencia. Le dan los mecanismos
sieran las mujeres haber estado país está a todas luces subyuga-
en ciertas discusiones universales do y le es precisa la autodeter-
2 Sería absurdo dar aquí una relación
que legislaban también para minación; en esas situaciones, 5 Contextualista: aquel para quien la

de libros acerca del tema. Desde mediados ellas!), no tienen a su base más digo, no cabe otra actuación que verdad es mero consenso. Yerra en que de
de los ochenta la industria editorial ha tal modo ni siquiera cabría lenguaje –el
encontrado un filón en esta materia y lo significado mismo de cada palabra sería
ha sabido explotar. Valgan a título de negociable–; yerra también al pensar que
ejemplo las llamadas de atención de N. 3 N. Luhmann tiene aquí mucha ra- 4 Hasta aquí el lector avisado ya se todos los modelos universalistas son pla-
Fraser (Justice Interruptus. Routledge, zón. Lo que queda por mostrar es si los habrá dado cuenta del parecido de lo di- tónicos, que no tienen en cuenta la reali-
Nueva York, 1997), I. M. Young (Justice sistemas en los que nos componemos son cho con lo que ya predicó R. Rorty (Cfr. dad en la que se apoyan: los universalis-
and the Politics of Difference. Princeton organizados (y sobre todo queda por ver R. Rorty: Objetividad, relativismo y ver- mos modernos son mucho más finos que
University Press, 1990) o Ch. Mouffe qué pueda ser la “organización”). Cfr. N. dad; Paidós, Barcelona, 1996, especial- todo esto. Bien pudiera venir este co-
(The Return of the Political. Verso, Lon- Luhmann: Sociedad y sistema. Paidós, Bar- mente la parte tercera). Quizá este autor mentario a la cabeza de cualquier lector.
dres, 1993). celona, 1990. se vería defraudado con lo que sigue. Déjeme tan sólo avisarle que no se debe

62 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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JULIO SEOANE PINILLA

con los cuales puede constituir- quiebra según las esferas de ac- to de partida desde el cual va- cusar a esos discursos políticos
se en sociedad y, al tiempo, las tuación diversas y difícilmente mos a discutir en un idioma si- que pretenden respuestas no re-
imágenes en las que puede re- conmensurables en que nuestra milar, con unas palabras seme- flexivas, que desean excitar pa-
conocerse. Llamo a esto ciuda- vida cotidiana se ve inmersa (y jantes y con un universo de re- siones o emociones no educa-
danía. cada quien que mire en sí lo fá- ferencia parejo. Un punto de das, no civilizadas. El oficio del
Entendida de tal modo, la cil que resulta ser igualitario en partida optado, asentido, con- moralista, del filósofo, del pe-
ciudadanía una doble relación ciertas esferas de nuestra vida y sensuado, dígase como se pre- riodista o del sociólogo es el de
en la que se nos dan imágenes no en otras. Pues bien, en todas fiera, pero, en todo caso, sentido esclarecerlos e iluminarlos con
de constitución de la identidad esas diferencias se va estable- como propio. A ese marco de buenas razones, y excelentes
y marcos en los que se configu- ciendo y construyendo mi iden- discusión que, al tiempo, se ha- –virtuosos– sentimientos. Nada
ra una comunidad. En el enten- tidad igualitaria y la igualdad de ce patente con la misma discu- más ilustrado, sea dicho de paso.
dido de que marcos e imágenes mi democracia). sión se le llama ciudadanía; y es-
no funcionan autónomamente, La ciudadanía sería esta con- to es lo que en verdad merece la La democracia
sino que se constituyen en el junción entre aquello que tiene pena proteger y promover a fin como educación sentimental
mismo proceso. Las cuotas de que ver con los intereses contin- de proveer para la democracia Hablar de sentimientos mora-
participación femenina, por po- gentes de cada momento y las hoy6. les, edificar la ciudadanía como
ner un ejemplo, no son un ca- imágenes de lo que creemos jus- Mucho ganaríamos si nues- un lugar donde retornemos al
mino a la igualdad, son toda la to –y que incluso justificamos tra argumentación política to- placer de sentir emociones, es el
igualdad que cabe esperar; y, por referencia a algún tipo de mara tintes sentimentales. Lo primer paso. El segundo es ha-
además, no creo equivocarme si fundamentación más o menos cual no es decir que deba ad- blar de la educación que debería
digo que alguna parte del reco- asumida, a una historia, a un re- quirir elementos irracionales. promover esos sentimientos.
nocimiento de una mujer de sí lato sobre la dignidad humana, Nuestro miedo, comprensible, Porque tomar nuestros concep-
misma bien puede venir del mo- sobre la libertad, etcétera–. es al mensaje político que se lan- tos democráticos modernos co-
do en cómo se configura entre la Conjunción que re-crea nuestra za de una manera falaz o enga- mo sentimientos morales signi-
interpretación de esas cuotas, las identidad y re-crea también las ñosa o de una manera que in- fica que proveemos para nuestro
instituciones que tales cuotas vinculaciones sociales (pues nos tenta sortear la reflexión; supo- mundo con cuentos, con rela-
construyen, el rechazo que pue- construimos con los mismos re- nemos, y con cierta razón, que tos, con historias que nos hacen
de sentir por favorecerse de ellas, latos con los que se nos enseña a en el momento en que introdu- llorar, reír, que nos mueven en
etcétera. En este caso la “Igual- participar en nuestra realidad cimos el corazón en la argu- definitiva. Los sentimientos re-
dad” es el conjunto de relatos social) en un verdadero proceso mentación política siempre ca- claman una educación senti-
que me cuentan la igualdad jun- de identidad individual y social. ben respuestas que no admiten mental que nos presente esos
to con las distintas especificacio- Algo ha de quedar claro: réplica y cuyas consecuencias conceptos con los que hemos
nes de ésta, en las cuales com- nuestros conceptos democráti- son poco deseables. De hecho construido nuestro mundo (la
pongo mi autobiografía. Al cos modernos no son meras for- reconstruimos las más grandes libertad, la igualdad, la toleran-
tiempo, y puesto que preciso de malidades que han de ser inter- desgracias de la humanidad pre- cia, etcétera) como ideas que se
esas especificaciones para confi- pretadas en una comunidad, si- cisamente en ese tipo de res- especifican de determinadas ma-
gurarme, doy cuerpo a un siste- no que, a modo de sentimientos puestas del corazón. Mas, por neras y que tales maneras son
ma social igualitario. No es que de ciudadanía, sirven de refe- un lado, cabe sospechar si tales amables (que merecen ser ama-
en el sistema de cuotas se espe- rencia significativa para la cons- respuestas realmente son de la das). Ciertamente no serán his-
cifique el concepto democrático trucción de los individuos. Hay cabeza más que del corazón (o, a torias siempre coherentes, nun-
de la “Igualdad”; es que sólo el derechos inviolables porque par- veces, sean simplemente del es- ca serán enteramente racionales;
relato controvertido y “emocio- timos de ellos, porque nos sir- tómago) y, por otro lado, en úl- el mito, la fantasía, la retórica y
nante” de cómo siento tal igual- ven como marco dentro del que timo término tal peligro siempre la seducción serán sus bazas fun-
dad es lo que compone la igual- interpretar nuestra vida; esa in- ha de ser asumido. Tenemos una damentales. Con esas bazas
dad en un determinado sistema violabilidad no indica nada, tan democracia, no la palabra divina nuestra ciudadanía democrática
democrático. Y digo controver- sólo señala que nuestros dere- en el mundo, y, por tanto, la ha- jugará un juego totalmente di-
tido porque como imagen de chos, nuestras imágenes y con- cemos poco a poco, entre justi- ferente al que la filosofía ha gus-
construcción de la identidad ceptos democráticos son el pun- cias e injusticias, entre expecta- tado jugar (tan transparente és-
tivas y frustraciones. Sin embar- te, tan claro y evidente, tan jus-
go, a estas alturas de la historia to en todos sus términos, que
tener tampoco una imagen idealizada del me parece”. Como intentaré mostrar en los sentimientos disponibles son nadie jamás ha visto un partido
“contextualista”. Éste no cree que la ver- lo que sigue, de lo que se trata es de tras- tales que siempre podemos re- de semejante liga).
dad sea puro consenso (al igual que hoy ladar la preocupación teórica desde ese Es curioso lo poco sensible
nadie con pretensiones fundamentadoras inicio genético, desde esa creación del
cree que exista algo así como una ads- mundo con la primera palabra, a un es- que desde la filosofía se es al
cripción lógica a principios neutrales), si- tudio de cómo desde esos principios de- 6 Aquí es donde tiene valor hablar de problema de la enseñanza moral
no que, más bien, la verdad aparece como sarrollamos una moral. Por lo que se re- los conceptos democráticos modernos. (al problema de la falta de ense-
una suerte de coherencia capaz de esta- fiere a la verdad como coherencia más Porque no sólo son los fundamentos de
blecer argumentaciones y vidas. El acuer- que como consenso, es tremendamente una sociedad libre, igual y más justa, sino
ñanza moral de nuestros niños y
do no es mero consenso, porque genera ya revelador el artículo de G. Pask titulado porque lo son en tanto sus ciudadanos los de la ausencia de una ciudadanía
nuevos dominios de saber. Aunque, eso sí, ‘Correspondence, Consensus, Coheren- toman también para dar cuenta de sí. Y vi- verdaderamente impregnante en
sin dejar de ser acuerdo. Por eso a la ho- ce and the Rape of Democracy’ (incluido ceversa: los toman porque con ellos edifi- nosotros adultos). Es cierto que
ra de discutir primeros principios siempre en G. van de Viejver [ed.], New Perspec- can una comunidad en la que se recono-
llegamos a una última inconmensurabili- tives in Cybernetics, Kluwer Publisher, cen en cada rincón. Por esta razón sienten existe una preocupación, pero
dad, un principio de “así es porque así Dordrecht, 1992). una inclinación sentimental hacia ellos. es más bien apagada, no se afec-

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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63
LA CIUDADANÍA COMO EDUCACIÓN SENTIMENTAL

ta en mucho y deja a las artes mucho que le desagrade al filó- con ese ideal podamos llegar a que han dejado su vida en torno
aplicadas de la Pedagogía y la sofo que intenta elaborar trata- un mundo mejor. Pero siempre a las historias que se contaban
Política la responsabilidad últi- dos donde la claridad de la ra- es un mundo ensoñado o recor- con los conceptos que la razón
ma de estos problemas7. Si los zón pone en evidencia todo in- dado cuyo sueño y recuerdo só- pensaba8.
adultos no tienen una respon- tento de engaño interesado e lo se puede contar en relatos Tomar nuestros conceptos
sabilidad cívica, parece decir el injusticia, lo cierto es que nunca morales, en cuentos “ficticios”. democráticos modernos como
filósofo, es porque no les hemos nos identificamos con las leyes La seriedad teórica nos obliga a sentimientos morales significa
enseñado bien a ser ciudadanos que su privilegiada razón pueda callarnos esos cariños escondi- que proveemos para nuestro
modélicos; una buena educa- legitimar y sí con historias que a dos, pero son ellos los que nos mundo con cuentos, con rela-
ción que profundizara en los ele- simple vista pueden parecer irra- mantienen en la brecha luchan- tos, con historias que nos hacen
mentos que la filosofía pone en cionales. El niño sabe que matar do por el establecimiento cada llorar, reír, que nos mueven en
claro, a buen seguro solventaría a un compañero es un delito, vez más radical de nuestra de- definitiva. Ciertamente, no se-
todos nuestros problemas. Y pero hasta tanto no le contemos mocracia. Y hasta tanto no com- rán historias siempre coheren-
cuando la realidad diverge de es- la historia de Caín y Abel, junto prendamos nuestros ideales de- tes, nunca serán enteramente ra-
ta prédica eso no es nunca un con la del gusanillo de la con- mocráticos como sentimientos cionales, el mito, la fantasía, la
contraejemplo, por el contrario, ciencia y alguna más, dudo mu- –sentimientos morales si quere- retórica y la seducción serán sus
es muestra de la recalcitrancia cho que llegue a sentir una sin- mos– nos será difícil promover bazas fundamentales. Con esas
de los humanos a caminar por la cera aversión hacia la muerte de adhesiones sinceras a los mis- bazas nuestra ciudadanía demo-
cómoda senda del fácil y gusto- un compañero cuando todo su mos. Podremos enseñar la mejor crática jugará un juego total-
so mal desdeñando siempre el odio hacia él le lleva a desearle Constitución, podremos todos mente diferente al que la filoso-
pino y arduo bien. Mientras, mal (máxime si ha visto mil y creer que sin Libertad, sin Tole- fía ha gustado jugar (tan trans-
nuestros hijos no tienen muy una películas donde el héroe ma- rancia, sin Justicia social, sin to- parente éste, tan claro y evidente,
claro cuándo matar a un com- ta y se place matando). dos los conceptos con los que tan justo en todos sus términos,
pañero está mal y cuándo es un Se me dirá que precisamente componemos nuestra democra- que nadie jamás ha visto un par-
comportamiento similar al de lo que ha significado nuestra cia, no puede haber vida digna tido de semejante liga). Pero con
los Power Rangers. Algo similar modernidad ha sido el destierro de ser vivida, pero en tanto no todo, quizá no nos estaría de
ocurre con el político. de esas imágenes, el educar por seamos capaces de sentir esas sa- más, cuando pensamos sobre la
Mi idea es que por mucho medio de la palabra clara y no bidurías, de hacerlas partes inte- organización e implantación del
que en el colegio se enseñe la recurriendo a historias ficticias; a grantes de nuestro corazón, de ideario democrático, cuando dis-
Constitución (marco e imagen ello debo contestar que nuestra nuestra vida sentimental, de cutimos sobre la ciudadanía mo-
real de toda nuestra discusión modernidad no es un factum afectarnos realmente cuando un derna, el recapacitar de qué ma-
pública), por mucho que trate- irrefutable, que algún equívoco suceso intolerante, por ejemplo, nera ese ideario y esa ciudadanía
mos de inculcar ciudadanía de- ha cometido (entre ellos esos hi- ocurra cerca de nosotros, hasta puede ser enseñado a nuestros
mocrática a un niño de 10 años, jos no deseados del nazismo, la que eso no suceda, digo, sere- hijos: ¿con una clase de Consti-
a éste le faltarán siempre imáge- explotación de los países del Ter- mos los mejores hombres de- tución?, ¿o vamos a seguir nece-
nes de referencia que le sean cer- cer Mundo, la ya inevitable des- mocráticos que cuando alguna sitando los antiguos cuentos y
canas. Es absurdo pensar que trucción del medio…); y que si dificultad nos acontezca, todos fábulas morales? Y, si esto últi-
una perfecta educación moral es cierto que en esas historias nuestros convencimientos serán mo, ¿qué razón hay para olvidar
pasa por hacer aprender una se- que estoy insinuando cabe el frágiles. La razón da argumen- ese aprendizaje social cuando
rie de artículos constitucionales mal, el engaño, la injusticia o la tos, muestra caminos, pero, ex- nos hacemos mayores?, ¿es que
o una serie de dogmas de fe de- falsedad pura y simple, no lo es cepto los santos, pocos han ya no necesitamos historias? Tris-
mocrática; el niño los puede menos que así es como actua- muerto por sus ideas. Por el te sería que así sucediera, y una
aprender, los puede memorizar, mos. No me cabe duda: en contrario, muchos han sido los democracia triste no hay quien la
incluso puede actuar conforme a nuestro comportamiento coti- defienda de corazón. n
ellos, pero no los vivirá, no los diano partimos antes de esos re-
8 Creo que se habrá imaginado, pero
sentirá nunca cercanos hasta latos donde cabe el mal, la irre-
quede aquí el aviso de que los cuentos
tanto no sea capaz de oírlos en flexión y la injusticia pura que morales no son los cuentos infantiles. O
historias cercanas, en relatos que de nuestro convencimiento ra- mejor, son los cuentos con los que apren-
apliquen esos artículos y esos cional. Y eso no tiene por qué demos a socializarnos más los modos en
dogmas al momento en que con ser algo rechazable. Es cierto que que de hecho especificamos nuestra si-
tuación social. Como vimos en el ejemplo
otro niño ha de pelearse, cola- en esos relatos caben cuales- anterior acerca del modo en que se desa-
borar, quererle u odiarle. Por quiera de las ideas que no esta- rrollaba la igualdad de la mujer por medio
mos dispuestos a promover, pe- de cuotas, la implementación de una le-
galidad que se establece como consecu-
ro también lo es que desde ellos ción de un derecho constituye ya una de
7 Quizá en los últimos años –¿fruto salen adscripciones a nuestra las adquisiciones que integramos a lo que
inevitable de la desmoralización de nues- misma democracia, que si toda- consideramos “esencia de la humanidad”
tras sociedades liberales?– la cuestión de la y que contamos en la narración de una
educación moral ha sido tratada con ma-
vía hoy se mantiene en pie es historia que se recolecta en nuestro pre-
yor ardor. Al respecto quiero señalar co- porque cabe el cariño a un ideal sente. Nuestros derechos, al cabo, siempre
mo una muestra de la ideal confluencia nada abstracto que se cuenta en comienzan su proposición en un relato
entre educación moral y provisión para el recuerdo de quienes perdie- (justificado de mejor o peor forma, pero
nuestras democracias el libro de F. Barce- más reflexivo que racional y que se esta-
na: El oficio de la ciudadanía, Paidós, Bar- ron muchos años por él, o en el blece como el referente en el cual educa- Julio Seoane Pinilla es profesor en la
celona, 1997. relato de quienes esperan que mos social e individualmente). Universidad de Alcalá.

64 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

LA PASIÓN POR LAS IDEAS Una lectura de Isaiah Berlin

MANUEL ARRANZ

Isaiah Berlin la Revolución Francesa y la Re- ¿Pero por qué el romanticis- cesario, y lo que se admira en él
Las raíces del romanticismo volución Rusa). mo significó un cambio tan pro- es precisamente esa perseveran-
Edición de Henry Hardy Un movimiento es impor- fundo, tan radical, en la vida de cia, ese celo, independiente-
Taurus, Madrid, 2000
tante en la medida en que pro- los hombres y en su pensamien- mente de la bondad de su causa.
“Aquella antigua proposición que dice voca cambios sustanciales. Una to? Veamos la tesis de Berlin al Y en cuanto al movimiento
que la virtud es conocimiento”. nueva forma de ver el arte por respecto. Antiguamente, es de- romántico, a la revolución ro-
I. Berlin ejemplo, un cambio en las cos- cir, antes de que se produjera el mántica, Berlin encuentra que su
tumbres, en la moral, en la con- cambio, y los cambios siempre propia indefinición, o lo que es
sideración social del trabajo o son difíciles de datar y su dura- lo mismo la multiplicidad de de-

E
l libro Las raíces del ro- del ocio, pongamos por caso, no ción difícil de establecer, así que finiciones contradictorias, pero
manticismo recoge una son ni deben ser considerados utilizaremos como referencia no contrarias puesto que no se
transcripción de las confe- cambios sustanciales. Los cam- las fechas 1760-1830, que son las excluyen aunque se contradigan,
rencias A. W. Mellon que sobre bios sustanciales son cambios en que Berlin considera más apro- que examina prolijamente en la
ese tema pronunció Isaiah Berlin el pensamiento, en la forma de ximadas para datar la revolución primera conferencia del ciclo, En
en la National Gallery of Art de pensar. El hombre del siglo XX romántica, antiguamente los busca de una definición, es su
Washington durante los meses no piensa del mismo modo que hombres se reconocían unos a mejor definición. Elegante ma-
de marzo y abril de 1965. No el del XVIII, como tampoco otros, unos grupos a otros, por nera, hay que reconocer, de zan-
es, por tanto, el libro sobre el ro- piensa sobre las mismas cosas. compartir ideas, por compartir jar el problema de la definición
manticismo que Berlin pensaba Para Berlin, ese cambio deter- creencias, por compartir valo- y pasar, en la segunda conferen-
escribir, y para el que había reu- minante, que afecta natural- res, con los que se sentían iden- cia, a la definición del problema,
nido una ingente cantidad de mente a esos otros cambios me- tificados, y consideraban las es decir, a un análisis de la si-
notas como nos cuenta Henry nores de que hemos hablado, se ideas, las creencias y los valores tuación y de los factores y con-
Hardy, editor y albacea de Berlin llamó romanticismo y se produ- contrarios a los suyos, o senci- fluencia de factores que provo-
que ha ordenado meticulosa- jo en las postrimerías del siglo llamente diferentes a los suyos, caron lo que él llama “la gran
mente sus obras. Y como “cada XVIII y primera mitad del XIX. como errores y equivocaciones. transformación de la conciencia
cosa es lo que es, y no otra cosa”, En la historia de la civiliza- Errores que produjeron enfren- de Occidente”. Independiente-
según la cita de Buller con la que ción se dan lo que podríamos tamientos sangrientos. El cam- mente del sistema de creencias o
el escrupuloso editor ha tenido el denominar, siguiendo a Berlin, bio se produce, y es natural- de valores del que hemos habla-
buen juicio de encabezar el pre- modelos de pensamiento. Esto mente un cambio de valores, do, y que orienta o dirige, y en
facio a este libro, así es como de- evidentemente tiene tanto de cuando los hombres dejan de última instancia explica el com-
be leerse y no achacarle vicios o simplificación como de generali- sentirse identificados en una co- portamiento del hombre, éste se
virtudes propios y característicos zación, pero sirve para ilustrar munidad y conceden más valor rige por un pequeño número
del género, si es que la conferen- determinadas concepciones del a los ideales que a las ideas. “La de ideas motrices e indudables
cia puede considerarse un géne- mundo arraigadas en un puñado gente admiraba la franqueza, que se complementan entre sí
ro. Pero sobre todo, debe leerse. de ideas inmutables. Cuando es- la sinceridad, la pureza del alma, y que no pueden ser cuestiona-
Por lo demás Berlin dejó cla- tas ideas son socavadas, o senci- la habilidad y disponibilidad por das, pues si lo fueran todo lo de-
ro ya desde las primeras líneas llamente se muestran inoperan- dedicarse a un ideal, sin impor- más, valores y creencias, se ven-
cuál era el propósito que le ani- tes, es decir, se han visto supera- tar cuál fuera éste” (Ibídem, pág. dría indefectiblemente al traste.
maba. No era definir el roman- das por los acontecimientos, el 28). Aparecen entonces, en el Berlin reduce a tres estas ideas o
ticismo, sino más bien hablar de modelo de pensamiento se de- seno de una misma sociedad, in- principios indubitables.
un radical cambio de valores rrumba o, más frecuentemente, cluso en un mismo individuo, El primero es que toda pre-
que tuvo lugar aproximadamen- se amolda a los nuevos tiempos. valores irreconciliables. La ver- gunta debe poder responderse
te hacia la mitad del siglo XVIII y Es decir, el hombre hace y se dad se vuelve difícil de recono- por alguien y en algún tiempo.
dio como resultado, entre otras comporta como si creyese en co- cer, y muchas veces se muestra El segundo principio es que to-
muchas cosas, lo que ha venido sas que ya no cree. De forma que más incompatible con otra ver- do es cognoscible, que todo se
en llamarse movimiento román- los modelos nos liberan del error dad que con el error. En este puede aprender y, en conse-
tico. Para Berlin la revolución para luego encadenarnos a él. La contexto surge el héroe román- cuencia, enseñar. Y el tercer
romántica era equiparable a las diferencia, y el triste consuelo, tico, que es aquel que persevera principio es que las respuestas
grandes revoluciones de Occi- es que este al que nos encadena- en el error, sin importarle perder deben ser compatibles. Es decir,
dente (la revolución industrial, mos es nuestro error, y aquél no. la vida en el empeño si fuera ne- si son incompatibles, una es ver-

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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65
LA PASIÓN POR LAS IDEAS

dadera y otra falsa. Como puede


verse estos principios siguen es-
tando en vigor, al menos en de-
terminados ámbitos o esferas en
los que se desenvuelve, es decir,
se relaciona el hombre. Pero en
otros, no menos fundamentales,
estos principios han dejado de-
finitivamente de tener vigencia.
La tradición racionalista y la tra-
dición irracionalista son incom-
patibles pero coexisten. Es más,
probablemente se complemen-
ten. Pero volviendo a las pre-
guntas y a las respuestas, cuyo
modelo en el siglo XVIII eran las
matemáticas y la física, pronto
resultó evidente que los proce-
dimientos deductivo e inducti-
vo, que tan sorprendentes resul-
tados daban en aquéllas, produ-
cían en cambio en las esferas que
verdaderamente preocupaban a
los hombres, la ética, la moral, o
la política, resultados contradic-
torios y en ocasiones absurdos.
En estas esferas las preguntas
son en cambio elementales: ¿có-
mo debe vivirse?, ¿qué es lo co- Isaiah Berlin
rrecto?, ¿es preferible un siste-
ma político a otro?, ¿es la obe-
diencia un deber siempre y en momento en la verdad, uno de no vienen al caso), no ha conse- ma, por la pompa y la ceremo-
cualquier circunstancia?, ¿se de- los pilares de la lógica raciona- guido lo que sus vecinos, cultu- nia, y se daba una tremenda im-
ben respetar por igual todas las lista, comprenderemos las con- ral, política o socialmente, y se portancia a la relación personal
opiniones?, ¿debe respetarse secuencias que en el pensamien- siente en inferioridad y humi- del alma humana doliente indi-
siempre a la mayoría? Preguntas to, y consiguientemente en la llado por su esplendor, su pro- vidual con su creador” (Ibídem,
que preocupaban al hombre pe- vida del hombre, tuvo la idea greso o su bienestar, suele reac- pág. 61). Por la misma razón
ro que hoy, a lo que parece, han romántica de que no había nin- cionar de dos formas. O bien que cuando aquello que tenía-
dejado de preocuparle, y no pre- guna razón para que las cosas tratando de imitarles, de ser su mos en más estima y que tantos
cisamente porque haya encon- fueran como eran, ni que todo reflejo, aunque sea pálido, espe- sudores y sinsabores nos había
trado las respuestas. Ni siquiera lo que era tenía por que serlo rando ser admitido un día en el costado conseguir, ya se trate de
porque las haya sustituido por necesariamente. Así, desde el club de los poderosos; o bien, fama, dinero o poder, lo perde-
otras. Hoy el hombre no se ha- momento en que dejamos de lo que suele ser más frecuente y mos o nos es arrebatado, sole-
ce ya esa clase de preguntas. pensar que las cosas son inevita- curiosamente produce, o al me- mos consolarnos diciéndonos
Hay una idea de perfección bles, dejamos de resignarnos a nos ha producido, mejores re- que en realidad nada de aquello
que subyace en la concepción los acontecimientos. sultados, enquistándose en sí valía la pena, nada era realmen-
del mundo del hombre de la Berlin no ignora evidente- mismo, ensalzando sus defectos, te importante, y había dejado
Ilustración. El mundo, viene a mente la importancia de las fi- hasta llegar a convertirlos en vir- de interesarnos hacía ya tiempo,
decirnos, no es evidentemente guras señeras del romanticismo tudes. Esto fue lo que hizo Ale- “Ésta es una fórmula muy fre-
perfecto pero tiende a la perfec- inglés o francés (difícilmente mania en el siglo XVIII. Un pue- cuente de la retirada del espí-
ción, es decir, si erradicamos lo podría encontrarse románticos blo claramente retrasado con ritu hacia lo profundo” (Ibídem,
que lo corrompe, el error, la más convencidos que Byron, respecto a sus vecinos franceses, pág. 62).
crueldad, el crimen, la intole- Lamartine o Víctor Hugo), pero holandeses o ingleses, que des- La mayoría de los movimien-
rancia. La idea de perfección es- el romanticismo como movi- precia públicamente lo que ad- tos contraculturales y antiinte-
tá íntimamente ligada a la idea miento de reacción contra la mira en privado. lectuales se originan de este mo-
de armonía; se complementan Ilustración, es un fenómeno tí- No otra cosa fue el movi- do. Se critica lo que no se posee
por decirlo así. Para los filósofos pica e indiscutiblemente ale- miento pietista en Alemania. La y se ensalza lo que se posee, y se
de la Ilustración, y no sólo para mán. Veamos la argumentación raíz del romanticismo, como lo olvida que a un valor no se pue-
los filósofos, el universo era un de Berlin. Cuando un pueblo o califica Berlin, el pietismo po- de oponer un contravalor, sino
todo racional donde cada parte un país no está a la altura de sus nía el “énfasis en la vida espiri- otro valor distinto. Así, cuando
era necesaria y condición de las vecinos (por razones que evi- tual, en el desprecio por el no se posee nada, se trata de ha-
otras partes. Si pensamos por un dentemente importan pero que aprendizaje, por el ritual y la for- cernos creer que lo mejor es no

66 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


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MANUEL ARRANZ

poseer nada con el argumento tiempo y un lugar, representa vínculo tan estrecho entre teoría una nueva actitud frente a la vi-
–falaz donde los haya– de que probablemente un ideal de be- política y teoría estética. Del da” (Ibídem, págs. 186 y 187).
quien nada posee nada puede lleza, o de justicia, o de bondad, mismo modo que lo que expre- El romanticismo supuso no
perder. Así pues, no les fue muy etcétera, incompatible necesa- sa, generalmente sentimientos, tanto una revolución de los va-
difícil a los alemanes de enton- riamente con los ideales expre- pero de los sentimientos se pue- lores, en el sentido histórico de
ces encontrar una diosa que po- sados por otras obras pertene- den extraer ideas, la música, la cambiar unos valores por otros,
der oponer a la poderosa Razón cientes a otras culturas, y en pintura o la literatura románti- como un ataque violento e in-
de los franceses. Si la Razón ha- consecuencia las famosas pre- ca, no puede ser expresado de discriminado a todos los valo-
bía hecho progresos en las cien- guntas del racionalismo de có- otro modo. Claro que esto es res. De este modo consiguió al-
cias como nunca en la historia mo debemos vivir, qué debemos una perogrullada, ya que puede go que tal vez no se había pro-
de la civilización, la Pasión se creer, etcétera, carecen de sen- decirse con la misma propiedad puesto: cambiar nuestra forma
emplearía en el terreno en que la tido. de cualquier otro movimiento o de valorar, de ver el mundo. n
Razón había, si no fracasado, El problema de la libertad es- revolución artística de la histo-
obtenido escasos frutos: el arte. tá íntimamente ligado al pro- ria. Pero la perogrullada deja de
El nexo que une al arte con el blema de la elección. El hom- serlo cuando tratamos de expli-
amor no es difícil de establecer. bre puede elegir porque tiene li- car esas obras. Vemos que en la
Algunos poetas románticos y vi- bertad para hacerlo o, lo que es mayoría de los casos podemos
sionarios llegaron incluso a lo mismo, tiene libertad porque hacerlo, entendemos su compo-
identificar arte y amor, como en puede elegir. Si no tuviera liber- sición, su estructura, incluso su
el caso de William Blake con el tad o capacidad de elección tam- intención nos parece clara, res-
que nos ilustra Berlin esta teoría. poco tendría responsabilidad, ni ponden a una idea, de perfec-
La otra figura que no tardará por supuesto mérito alguno; ción o de imperfección, a un ca-
mucho en aparecer en este esce- pues, cuando sólo hay una op- non. Hasta de un movimiento
nario es la figura del genio. ción, ¿qué mérito hay en seguir- aparentemente tan inclasificable
Pero el arte, el amor o el ge- la? Cuando sólo hay un cami- y revulsivo como fue el surrea-
nio apenas nos dicen nada hoy no, ¿qué mérito hay en tomarlo? lismo puede hablarse de un ca-
día, no nos mueven a la acción. Éste y no otro ha sido el campo non estético. Nada de esto suce-
Son figuras de una obra que se abonado del determinismo his- de en cambio con el romanti-
representó en el pasado, figuras tórico que tanta tinta, y en oca- cismo. Por eso es tan difícil
por las que sin duda seguimos siones algo más que tinta, ha he- hablar de la calidad, y no diga-
sintiendo simpatía y condescen- cho correr desde entonces. De mos ya de la perfección, de las
dencia, pero con las que nos re- hecho sigue siendo uno de los obras románticas. No toleran ser
sultaría difícil identificarnos; problemas, o cuestiones si se juzgadas ya que se han erigido
aunque lo que importa es lo que prefiere, recurrentes de la filo- ellas mismas en jueces. “El ro-
anima esas figuras, qué ideas, sofía. Las determinaciones, las manticismo socavó la noción de
qué conceptos o qué preceptos circunstancias, las condiciones, que existen criterios objetivos
siguen vigentes y cuáles no, y sirven muchas veces de justifi- relativos a cuestiones de valor,
por qué. Por lo que respecta al cación a hechos inexplicables, o de política, de moral, de estéti-
arte y a la filosofía, como a cual- bien explican hechos injustifi- ca” (Ibídem, pág. 185). Y por la
quier otra manifestación del es- cables. La negación pura y sim- misma razón refutaban la idea
píritu, la idea que emergió, o tal ple del determinismo y la afir- de progreso, o al menos una
vez sería más exacto decir que mación de la voluntad, de la in- idea de progreso, pues si pensa-
arraigó, y cuya formulación de- dependencia, es la base de la mos, como pensaban ellos, que
bemos a Herder, es que una filosofía moral kantiana, nos di- hay valores que se han perdido
obra está indisolublemente liga- ce Berlin, y una de las más sóli- irremisiblemente, que el hom-
da a un autor, un tiempo, una das raíces, a su pesar, del roman- bre lejos de humanizarse se ha
época, e incluso una geografía, y ticismo. deshumanizado, o que el ideal
no puede comprenderse cabal- Pero el repudio del determi- de justicia está tan lejos de reali-
mente sin tener todo ello en nismo se avenía mal con la doc- zarse como lo ha estado siem-
consideración. Un lugar común trina de Herder de que no había pre, o tal vez más, difícilmente
hoy día, nos concede Berlin; pe- verdades universales. Aunque los podremos defender la idea de
ro algo debe quedar de la idea románticos estaban lejos de pre- progreso sostenido tan cara a los
racionalista de belleza cuando la ocuparse por las contradiccio- ilustrados de todas las épocas.
mayoría de nosotros seguimos nes de su doctrina. La voluntad “Esta división entre el espa-
admirando a Homero, ponga- y el inconsciente se convierten cio donde es posible acceder a
mos por caso, sin demasiadas así en los dos imperativos del una verdad objetiva –las mate-
nociones de la Grecia homéri- romanticismo, cuya presencia o máticas, la física y ciertas regio-
ca. Y quien dice a Homero dice ausencia va a determinar tanto nes dominadas por el sentido co-
a Dante, Miguel Ángel, Vivaldi, su doctrina estética como su mún– y el espacio en donde la
Bach, etcétera. En cualquier ca- doctrina política, derivada de la verdad objetiva se halla compro-
so, deberemos concluir que, si anterior, pues nunca antes y metida –la ética, la estética y de- Manuel Arranz es traductor. Autor de
una obra está vinculada a un nunca después se ha dado un más– es novedosa y ha delineado Con las palabras.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
67
ECONOMÍA

PARA ENTENDER LA COMPETENCIA


JESÚS MOTA

Miguel Á. Fernández Ordóñez mercado eléctrico español y los para acabar con el maniqueísmo tica económica.
La competencia enjuagues para donar graciosa- de los liberales de salón; los que, Hay otras explicaciones más
Alianza Editorial, Madrid, 2000
mente 1,3 billones de pesetas a por ejemplo, entienden que criti- próximas para convencer a los
las compañías eléctricas a cargo car al poder es igual a criticar al ciudadanos de los beneficios de

L
a competencia está de mo- de los contribuyentes–, pocas Estado, como si el único poder la competencia. El más utilizado
da”, asegura Miguel Ángel dudas hay de que la elección edi- que actúa en la sociedad sea el es la relación que suele existir
Fernández Ordóñez en la torial para que explique las con- público y no sea evidente ya que entre competencia y precios; a
primera frase de su libro titulado secuencias entre la competencia existen otros tan poderosos o más mayor número de empresas
escuetamente La competencia. y los monopolios es muy acer- que él. competitivas, los precios suelen
Efectivamente, está de moda. En tada. El pausado recorrido por los ser más bajos. El consumidor se
los últimos cuatro años el Go- La competencia es un libro di- problemas que afectan a la com- beneficia, pues, de la transpa-
bierno de Aznar ha activado el dáctico. Ordóñez escoge un to- petencia desmitifica también rencia del mercado. El problema
recurso retórico de la competen- no de explicación sencilla; la di- la concepción que se tiene de la –menor, si se quiere, pero real–
cia como uno de sus instrumen- sertación es paciente; la tensión, competencia como un remedio es que no siempre la competen-
tos de convicción política de las baja, sin ánimo de confrontación universal y poderoso para curar cia equivale a productos más ba-
excelencias de su gestión; y, en política ni de polémica. La voca- los males de la economía, cual- ratos. A veces los monopolios
Europa, el agotamiento de los ción explícita está próxima a la de quiera que sea su intensidad o garantizan precios más bajos,
instrumentos clásicos de política un texto introductorio. Con esta condición. En la concepción con- simplemente porque en merca-
económica, junto a la presión cre- entonación, el autor va desmon- tinental o europea, la competen- dos controlados o inelásticos (es
ciente de las fusiones de los gran- tando de forma aparentemente cia es un instrumento más para decir, aquellos en los que la de-
des grupos empresariales, ha obli- ligera, algunas imposturas sobre la mejorar el funcionamiento de los manda no reacciona al precio)
gado a afinar las políticas de cos- competencia demasiado extendi- mercados; a diferencia por cierto son la mejor defensa para impe-
tes con intervenciones cada vez das. Por ejemplo, la falacia que de la concepción estadounidense, dir la entrada de competidores.
más complejas de los Gobiernos identifica liberalización y compe- que considera la competencia co- Pero este tipo de situaciones son
en defensa de los mercados. Fer- tencia, o la que hace lo propio mo un fin en sí misma. Pero la excepcionales, histórica o secto-
nández Ordóñez acumula un cu- con privatización y competencia. precisión que el autor introduce a rialmente; en general, es correc-
rrículo sobreabundante –ex se- Incluso algunas tretas conceptua- continuación sirve para marcar ta la identificación de compe-
cretario de Estado de Economía y les que son virulentamente polí- distancias de nuevo respecto a tencia con precios más bajos.
de Comercio, ex presidente del ticas, como la interpretación de quienes identifican sociedad y Tampoco se eluden otras cues-
Tribunal de Defensa de la Com- los liberales de derecha –todos los mercado: “Incluso si se consigue tiones difíciles de exponer a los
petencia y de la Comisión del Sis- institutos de estudios económi- tener unos mercados suficiente- ciudadanos. De hecho, es al tra-
tema Eléctrico Nacional–, que le cos que dependen de organiza- mente flexibles, son necesarias tarlas cuando F. O. consigue ma-
capacita más que de sobra para ciones empresariales y que difun- muchas más cosas para que se yor claridad expositiva. Admite
conocer de cerca qué se esconde den ideología con intensa gene- produzca un crecimiento equili- que “históricamente los episodios
tras ese genérico de moda, para rosidad– que culpan por sistema brado. La educación, la salud y de plena competencia son muy
alertar sobre las supercherías po- al Estado de cualquier restricción una red de asistencia que garanti- escasos” y que “la tendencia na-
líticas al uso que pretenden ma- de la competencia. Para Fernán- ce una cierta cohesión social son tural ha sido el intervencionis-
nipularla y debatir los problemas dez Ordóñez, no es el Estado el algunos de los muchos factores mo”. Es prácticamente la misma
que plantea su aplicación, que no principal enemigo de la compe- para que haya crecimiento y para reflexión que cabe hacer sobre
son pocos. Como Ordóñez, ade- tencia, sino tan sólo el agente que cuya consecución la intervención la democracia. Tampoco, como
más, ha demostrado fehaciente- a veces –en España con cierta fre- estatal es sustancial”. Dicho de en democracia, en materia de
mente que es un teórico capaci- cuencia– es capturado por los gru- otro modo, incluso aunque la competencia hay valores absolu-
tado para defender desde un car- pos monopolistas y activa, a peti- competencia sea buena en sí mis- tos; Ordóñez reconoce que es un
go político sus obsesiones sobre ción o por presión de los grupos ma, no es el fin último de la polí- concepto borroso, difícil de apre-
la transparencia del mercado de económicos interesados en man- tica económica, sino un instru- hender. Es posible definir tentati-
forma tenaz y contundente –así tener sus privilegios, las normas mento para dotar de transparen- vamente la competencia como la
lo prueban sus enfrentamientos legales que favorecen a las empre- cia y flexibilidad a los mercados, situación de un mercado en el
con los Gobiernos del PSOE y sas capturadoras. La precisión pu- con el fin de que éstos propor- que ninguna empresa o grupo de
del PP a cuenta de las piezas em- do parecer obvia en otros tiem- cionen un crecimiento equilibrado. empresas puede imponer los pre-
presariales imprescindibles en el pos, pero hoy resulta pertinente Éste sí es el objetivo de toda polí- cios. Pero incluso una formula-

68 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
cometido el Gobierno del PP sis- el grado de libertad de un merca-
temática y, quizá, voluntaria- do, salvo que el ciudadano o con-
mente, o las detalladas recomen- sumidor se conforme con las de-
daciones que se hacen al regula- claraciones de principios que se
dor para que, en el caso de que contienen en las liberalizaciones
sea necesario regular la compe- formales y legales.
tencia desde el poder público Porque la historia de la com-
–como las tarifas eléctricas, sin ir petencia en España durante el úl-
Miguel Á. Fernández Ordóñez más lejos–, esta regulación se timo quinquenio es en gran par-
aproxime al funcionamiento real te el relato de las maniobras eje-
del mercado. Algo que es impo- cutadas por el Gobierno para
ción tan sencilla se convierte, en la política española de defensa de sible en la práctica, porque el au- anular la independencia formal y
la práctica, en un semillero de la competencia. El substrato ide- tor advierte que “a medida que real de los órganos reguladores
problemas. Para medir el gra- ológico que ofrece F. O., cuyo avanzamos en el tiempo, el regu- que administraciones interiores
do de competencia –o falta de horizonte estratégico es conectar lador se equivoca más”. intentaron erigir, aunque no
ella– de un mercado es necesario la idea de competencia con la iz- Al tratamiento didáctico cabe siempre con fines seráficos. La
decidir el grado de poder que tie- quierda, ya se ha mencionado: la atribuir probablemente el hecho Comisión Nacional del Sistema
nen una o varias empresas para política de competencia es una de que La competencia rehúya el Eléctrico, pensada inicialmente
imponer sus decisiones. Ese gra- más de las que deben activarse análisis político comprometido como un organismo indepen-
do de poder sólo puede deducir- para reforzar el mercado; el mer- de la competencia en España, o, diente encargado de regular el
se de tasaciones complejas: gra- cado es un elemento más en la al menos, ponga muy poco énfa- mercado eléctrico e incluso de de-
do de concentración (es decir, búsqueda del crecimiento equili- sis en él. Es verdad que el texto cidir las tarifas eléctricas anuales,
porcentaje del mercado que tie- brado; y el Estado no es por de- ofrece un utilísimo catálogo de fue degradada por el equipo polí-
nen las empresas examinadas), finición el enemigo intervencio- restricciones a la competencia que tico de Josep Piqué a la categoría
determinación del mercado rele- nista que se complace en destruir se perpetran en España y que se de organismo consultivo, sin re-
vante en cada caso (extensión de el libre juego del mercado, sino puntúa el grado de competencia cursos ni facultades decisorias, y
los productos o servicios afecta- las empresas que quieren acre- visible en los sectores liberalizados posteriormente diluida en una
dos; no es lo mismo, por ejemplo, centar sus beneficios aumentan- o privatizados, pero la calificación Comisión Nacional de la Energía
relacionar la posición de una em- do las barreras de sus competi- parece algo indulgente; la sensa- también consultiva e inocua; la
presa con el mercado de bebidas dores. “La defensa de la compe- ción es que la liberalización en Comisión de Telecomunicacio-
gaseosas o con el mercado de to- tencia”, dice Fernández Ordóñez, España es mayor que en Europa nes, encargada formalmente de la
das las bebidas), grado de susti- “no tiene como objetivo impe- y menor que en Estados Unidos y regulación de un mercado tan de-
tuibilidad (capacidad que tiene el dir que las empresas sean gran- Gran Bretaña y a esa impresión licado como el telefónico, ni de-
consumidor de elegir otro pro- des, sino que sean poderosas”. cabe oponer algunos reparos. So- cide ni analiza nada y es legenda-
ducto con las mismas condicio- Los instrumentos de esta política bre todo porque, como se des- rio su silencio sobre las licencias
nes y de forma inmediata) o pro- de competencia y flexibilidad de prende del análisis del propio Fer- de telefonía retenidas por las
babilidad de entrada de nuevos los mercados son la liberalización nández Ordóñez en una de sus grandes compañías de telecomu-
competidores en ese mercado. La de los mercados sometidos al po- interpretaciones más acertadas so- nicación…; y el Tribunal de De-
suma de estos factores, entre der de una o varias empresas, las bre la política de competencia, fensa de la Competencia, que de-
otros, dará la respuesta a su pre- privatizaciones y la defensa de la “en España no es sólo el Gobier- bería ser el nudo gestor de la
gunta de si en un mercado existe competencia, entendida como el no quien toma la decisión final competencia en España, es una
un grado de competencia razo- conjunto de leyes y actuaciones [sobre si hay competencia o no en institución pobremente dotada,
nable o, por el contrario, existe que persiguen a los agentes eco- un mercado], sino que incluso es reducida a funciones vicarias res-
poder de mercado de una o varias nómicos que imponen obstácu- el que decide si un órgano inde- pecto a la Secretaría de Estado de
compañías. los a sus competidores. Esta co- pendiente –el Tribunal de De- Economía, como describe con
Pero lo que realmente impor- lumna vertebral tiene muchos fensa de la Competencia– haga exactitud F. O. en el párrafo cita-
ta en el libro es su hilo conduc- matices; por ejemplo, que nunca un informe sobre las concentra- do. Política de tierra quemada, se
tor, es decir, una definición con- se debe privatizar antes e liberali- ciones que se producen”; y la de- llama esa figura. n
tinua, unas veces subterránea y zar el mercado en el que opera la fensa de la competencia es un ele-
otras evidente, de lo que debe ser empresa privatizada, error que ha mento decisivo para determinar Jesús Mota es periodista.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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69
LITERATURA

AUSENCIAS DE DULCINEA
BLAS MATAMORO

“Por lo menos quiero, Sancho, y Adrados (Sociedad, amor y poesía igualdad aunque parte de un serlo, de otra manera se corría el
porque es menester ansí, quiero, digo, en la Grecia antigua, 1995). vínculo desigual– y sirve de ba- peligro de un retorno al caos
que me veas en cueros, y hacer una Mucho ha llovido desde en- samento a la Ciudad. Pero no primigenio), pero no era sujeto,
o dos docenas de locuras, que las haré
en menos de media hora”.
tonces hasta, por ejemplo, la escapa al peripatético que hay salvo cuando debía recibir una
ejemplar fórmula de Maurice algo de excesivo y singular en pena, el adulterio en primer lu-
Quijote, I, XXV.
Blanchot en L’écriture du désas- tal relación, pues sólo se tiene gar.
tre: la amistad es la relación que un amigo, al menos uno por Esta alquimia de la identidad

E
s sugestiva la insistente el otro establece con el uno, tal vez. Este matiz de singularidad se parece, obviamente, al amor.
aparición, en ciertos mitos que da lugar a la aparición, en se zafa de lo básico social antes Es un amor sin unión carnal,
fuertes del barroco, de pa- éste, de la voz de un desconoci- apuntado y desliza cierta zona basado en el modelo de la fra-
rejas masculinas: Don Juan y do que le responde. La amistad de la amistad hacia la estricta ternidad guerrera y caballeresca,
Catalinón (o Sganarelle o Lepo- nos lanza más allá de nosotros privanza, asocial si se prefiere. la unión de unos varones que
rello), Hamlet y Horacio, Faus- mismos al señalar cuánto de Tales reflexiones sobre la deciden matar o morir juntos,
to y Mefistófeles, Andrenio y otro hay en mí y cuánto mío amistad tienen, además, un ca- que es una manera varonil de
Critilo, Don Quijote y Sancho. hay en el otro, a partir de ese rácter monosexual: amigos sólo compartir la vida. Fraternidad
Fuera de ellas, la referencia fe- tercero que Blanchot identifica pueden serlo los varones. Hasta noble que prolonga su arcaica
menina es obligada, pero se tra- como un desconocido. Hace si- muy entrado el siglo XVIII, por elevación aun en tiempos de
ta de una mujer que resulta ex- glos Montaigne (Ensayos, I, 28) obra de feministas y directoras igualdad plebeya. Los amigos se
cluida (Ofelia), o se disuelve en lo graficó con suficiencia: amaba de salones eruditos, no se pensó encaminan a la hazaña que ha
el género femenino (las chicas a La Boétie porque “c’était moi en la amistad como vínculo en- de quedar en la memoria públi-
del Tenorio), o es una presencia et c’était lui”. Eso (ce) era yo y tre mujeres, algo tan corriente a ca. Por el contrario, las amigas,
ideal e intangible (Dulcinea). eso era él. Montaigne invocaba a partir del romanticismo (apa- tiernas y confidentes, buscan el
Es, pero no está. Enseguida me Cicerón (De la amistad), que in- sionadas amistades de madame escenario privado para su rela-
concentraré en los personajes vocaba a Aristóteles (Ética nico- de Staehl, George Sand, Flora ción, destinada al olvido.
cervantinos, tras un breve rodeo maquea, VIII y IX), como la Tristán, etcétera). Aún más: si En ese ejercicio de revelación
teórico, no sin antes observar el Bruyère y La Rochefoucault, coe- algún varón sentía estima amis- del otro en cada uno, a veces la
punto de la anatomía donde se táneos de Cervantes, invocaron a tosa por una mujer, la veía co- otredad, aunque no pase por el
unen el quijote (parte de la ar- Teofrasto (Los caracteres). mo a otro varón. Así, Miguel cuerpo, es también sexuada y los
madura que cubre el muslo) y la Quiero recalcar la insistencia Ángel a Vittoria Colonna o Vol- amigos descubren sus ingre-
panza: las ingles. del tema, es decir, su carácter taire a madame du Chatelet. Pe- dientes femeninos. Hay docu-
Desde luego, estamos ante mítico. En cierto sentido, no sa- ro, en general, y fuera de estas mentos epistolares del fenóme-
unas variadas parejas de amigos, bemos de la cosa más que los selectas alturas, la amistad entre no: Mirabeau y Chamfort, Gué-
una situación (que no institu- griegos, aunque abundemos en personas de distinto sexo era de- rin y Barbey d’Aurevilly. La
ción: la diferencia cuenta mu- sinonimias. Retengo, especial- saconsejable. No sólo para se- tercería mujeril puede realizarse
cho) clásica en el pensamiento mente, la reflexión aristotélica, ñoritas serias, sino hasta para el en una persona de carne y hue-
occidental. Si invocamos a los basada en la definición que Ho- marido respecto a su mujer o, so (de carne, ante todo) y dar
inevitables griegos, hallamos en mero da en la Ilíada: amigos son si la hubiera, su amante. lugar al triángulo: Diderot,
su haber filológico la cercanía “dos que marchan juntos”. Son Hay en la tradición (por me- Grimm y Sophie Vollant. En
del amor con el deseo, el querer, dos, no más que una pareja, jor decir: rutina) filosófica algu- cualquier caso, sabemos, siquie-
la confusión del sujeto con el portadora de la naturaleza moral nas razones para restringir la ra desde Platón, que el amor es
objeto amado, en una fuerza que el filósofo le adjudica: ser la amistad al mundo viril. Sujetos un reclamo de perfección hecho
cósmica que se codea con la em- virtud más necesaria para la vi- eran los varones y aspiración a la desde la imperfección y la nece-
briaguez y la locura (eros), la da. Semejantes o complementa- plenitud sólo podían tenerla sidad. Somos partes de algo que
proximidad del amor y la amis- rios, nadie querría vivir sin ami- unos animales completos como el amor convierte, al menos fan-
tad (filía), la identificación de gos. Sin placer ni utilidad me- ellos (nosotros, si cabe). La mu- tásticamente, en una totalidad.
lo que luego hemos seguido lla- diantes, los amigos se quieren jer era un ser incompleto, que En este sentido, especialmente
mando amor (agápe) y la her- por el bien mutuo y van, a su sólo se rellenaba aceptando la desde la Ilustración, la amistad
mandad del amor con el mero través, hacia el Bien supremo. plenitud varonil en forma de pa- es considerada como una mues-
aprecio (stérgo). Debo estas pre- La amistad es, por ello, siempre dre, esposo o hijo. La mujer clá- tra de la simpatía universal, ese
cisiones a Francisco Rodríguez justa –es decir, que tiende a la sica podía ser sujetada (debía sentimiento que nos lleva a aso-

70 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
bernador de una ínsula si acep-
ta asociarse como escudero. Don
Quijote le descubre su secreto
deseo: no trabajar, vivir aventu-
ras y ser coronado en una isla.
Inmediatamente, Sancho aban-
dona a su familia y sigue al hi-
dalgo, sin apenas saber quién es.
El truco de Cervantes consis-
te, en este orden, en hacer que el
lector tampoco sepa nunca
quién es ese Don Quijote de
apellido incierto (Quijano, Qui-
jada, Quesada) y cuya historia se
oculta bajo un borrón, salvo en
cuanto a su parentesco con la so-
brina, que lleva su mismo apelli-
do y suponemos hija de un her-
mano. La Mancha de su gentili-
cio, aparte de su significado
obviamente geográfico, ha sido
examinada por Maurice Molho
como sugestión de diferencia,
pues en el siglo XVII eso signifi-
caba la palabra mancha. ¿De qué
estaba manchado Don Quijote?
¿En qué consistía su diferencia?
¿Cómo asociarla con el escamo-
Don Quijote teo de datos genéticos que plan-
y Sancho Panza tea la novela? Américo Castro di-
rá con rapidez que se trata de un
cristiano nuevo, alguien que de-
ciarnos con semejantes desco- de conducta, la institución de jote, cabría formularla como la be ocultar sus ancestros judíos,
nocidos, la sociedad. los vínculos en el marco global historia de la quijotización de frente a las constantes protestas
Con todo, según ya apunté, de la convivencia. Afecto indefi- Sancho. En los términos ante- de cristiano viejo que hace San-
la amistad personal es siempre nible, con algo de clandestini- riores: la seducción amorosa que cho. Pero es posible que el curso
una relación entre sujetos sin- dad tolerada y de placer sin vi- Don Quijote ejerce sobre San- del relato insinúe, sin pasar de
gulares y tiene algo de asocial, gilancia, evoca la libre elección cho y que suscita en éste la apa- la insinuación, ya que estamos
una porción de privacidad que que le da base y prolonga las es- rición de la voz del otro, una en el barroco, otras diferencias.
la sociabilidad general no puede cenas fuertes de la adolescencia, voz quijotesca que Sancho igno- Don Quijote habla con Dul-
absorber ni resumir. Los amigos que reclaman un paisaje de no- raba como propia pero que aca- cinea en soliloquio, asumiendo
están más acá y más allá de la so- madismo, no doméstico: el ca- ba reconociendo al escucharla. las dos voces, pero su verdadero
ciedad. No son compañeros de mino (cfr. Anne Vincent-Buf- La primera maniobra seduc- coloquio amoroso es con San-
asociación, club, sindicato, lo- fault: L’exercice de l’amitié, tora de Don Quijote es la pro- cho (II, II).
gia, orden caballeresca, etcétera. 1995). mesa, elemento seductor por ex-
“Cuando la cabeza duele, todos los
No son cónyuges, parientes car- Vayamos o volvamos a Cer- celencia. ¿Con qué seduce Don
miembros duelen; y así, siendo yo tu
nales ni prometidos. Les une un vantes, a esa relación de amor Juan sino con promesas de ma- amo y señor, soy tu cabeza y tú mi par-
sentimiento que, por resultar sin sexo aunque sexuada, entre trimonio que significan el as- te, pues eres mi criado; y por esta razón,
absolutamente singular, escapa Don Quijote y Sancho. Si cabe censo social de la seducida? el mal que a mí me toca o tocare, a ti te
a las clasificaciones, los códigos una enésima reducción del Qui- Aquél promete a Sancho ser go- ha de doler, y a mí el tuyo”.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
71
AUSENCIAS DE DULCINEA

Estamos ante la identifica- na, o sea que ve objetivamente, tante episodio de Dorotea (I,
ción de la amistad como esa en el episodio de las tres labra- XXX). Sancho, como siempre,
unidad alquímica en que cada doras montadas en borricas (II, oliendo a chamusquina, le pro-
quien es el otro y juntos con- X), la escena que antes mintió pone casarse con la bella prince-
forman un tercero, el ce que uti- cuando Don Quijote le enco- sa, lo que encoleriza al caballero,
liza Montaigne. mendó entregar una carta a su que lo insulta de arriba abajo
Datos corporales de este acer- amada. Y hasta se deja azotar y concluye: “Ella pelea en mí y
camiento hay muy pocos pero para desencantarla, como recor- vence en mí, y yo vivo y respiro
expresivos, como cuando el hi- dé antes. Se ha incorporado a la en ella, y tengo vida y ser”. Es
dalgo propone desnudarse ante fantasía quijotesca, a esa verdad como si dijera: “Soy Dulcinea,
Sancho (I, XXV), escena recor- imperceptible del mundo que es ¿cómo me voy a casar con otra
dada en el epígrafe y propuesta la aventura, y no puede vivir sin mujer?”. Es posible que estemos,
que el escudero rechaza con ho- ella. Como buen enamorado, no al fin en la mancha, en la dife-
rror. Mucho después, en la cor- es capaz de existir sin el ser que rencia apuntada por Molho.
te de los duques, cuando Sancho ama y del que recibe la verdade- Del otro lado, Sancho sí pa-
acepta ser azotado para desen- ra vida. Así en el momento en rece tener una identidad sexual
cantar a Dulcinea (II, XXXV), que Don Quijote propone normalizada, aunque quizá des-
el amo se lo agradece con repe- abandonarlo (II, VII): cubra su propia mancha al caer
tidos besos. Todo ello completa seducido por el vecino. Sancho
“Cuando Sancho oyó la firme re-
la actividad seductora de Don solución de su amo se le anubló el cie-
se ha casado y tenido varios hi-
Quijote. En el texto dispone- lo y se le cayeron las alas del corazón, jos. Su mujer, Teresa o Juana
mos de algunos detalles sobre su porque tenía creído que su señor no se que se llame, es un ser inmedia-
cuerpo, pero, en cambio, nada iría sin él por todos los haberes del to y ambivalente, un sujeto real
sabemos de cómo era Sancho, mundo…”. que él no idealiza como a Don
víctima de los tópicos forjados Quijote. Una mujer que no cree
por los ilustradores. Sólo pode- En la pareja, Don Quijote en ascensos sociales milagrosos,
mos imaginarlo, con las carnes desempeña la parte seductora y que nunca será reina ni madre
atormentadas para colaborar femenina. Hasta es posible ca- de princesas, como cree Sancho.
con el imposible hallazgo de la no trocaría mis esperanzas por el mejor racterizarlo sexualmente como (Vid. I, V, el diálogo entre los
amada quijotesca. título de España” (I, XVI). “… no hay tal. En efecto, ¿qué identidad se- esposos). A Don Quijote le con-
En cambio, sí cabe observar el cosa más gustosa en el mundo que ser xual tiene este solterón al que fiesa que preferiría no haberse
un hombre honrado, escudero de un
proceso de enamoramiento del no se le conoce compañía de casado. Su Teresa
caballero andante buscador de aventu-
labrador, después del flechazo ras (…) … es linda cosa esperar los su-
mujer y que está enamorado
“no es muy mala (…) pero no es muy
primero que le lleva a seguir al cesos atravesando montes, escudriñan- de una dama que no ha visto ni
buena, a lo menos, no tan buena como
vecino. Al principio, se ve como do selvas, pisando peñas, visitando cas- verá nunca? Cuando se le apro- yo quisiera (…) … ella también dice
un mentecato que acompaña tillos…” (I, LII). xima una fémina, invoca a Dul- mal de mí cuando se le antoja, espe-
a un loco, es decir, que se perci- cinea como la autoridad que le cialmente cuando está celosa; que en-
be con los ojos del buen sentido Desde luego, la mirada exte- mantiene casto, que le prohíbe tonces, súfrala el mesmo Satanás” (II,
que encarnan el cura, el bachi- rior a la pareja de amigos, vista holgar con otras (I, XVI), como XXII).
ller, el barbero, el ama y la sobri- la quijotización de Sancho (II, en el episodio de la venta, junto
na. Pero luego va asumiendo el II), advierte que Sancho ha en- a la cachonda asturiana Mari- De este cruzamiento, tan ba-
punto de vista del supuesto ca- loquecido igual que Don Qui- tornes. Su masoquismo, la bús- rroco, de identidades, donde lo
ballero andante, deja de traducir jote, pues las locuras del caba- queda del castigo físico cons- femenino aparece como doblez
a prosa inmediata la ambiciosa llero serían inviables sin las ne- tante, es asimismo un rasgo tó- imaginaria de lo masculino,
mirada visionaria del amo y cedades del escudero. A lo que picamente femenino. Hasta en Dulcinea es el perno, la clave de
comparte su novelesca percep- Sancho replica, encantado: su amor a la doncella ideal es la relación entre los dos amigos.
ción de las cosas, hasta acabar víctima del desdén, mal de amo- Dulcinea es una mujer inasible,
“Yo, señor Sansón, no pienso gran-
creyendo todo lo que le dice y, al jear fama de valiente, sino del mejor y res no correspondidos, objeto de de la que hablan constantemen-
final, siendo él mismo un Qui- más leal escudero que jamás sirvió a ca- la crueldad de Dulcinea, como te dos varones, reconociéndose
jote que trata de impedir la ballero andante; y si mi señor Don lo dice en la carta que, significa- en ella, de modo que el vínculo
muerte del otro, agonizante San- Quijote, obligado de mis muchos y tivamente, firma como Caballe- afecta una forma triangular. Los
buenos servicios, quisiere darme alguna
cho, víctima de la cordura. Un ínsula de las muchas que su merced di-
ro de la Triste Figura (I, XXV). dos personajes se aman en ella,
par de veces se lo intentará ex- ce que se ha de topar por ahí, recibiré Tal una mujer, se promete “tuyo en ese enésimo ce de Montaigne,
plicar a su mujer, que quizá se mucha merced en ello…” (II, IV). hasta la muerte”. Cervantes, sin ahora investido de un carácter
llame Juana o Teresa, detalle que duda, parodiza el modelo del sacro: lo inalcanzable. Lo inal-
poco parece importar al marido: La prueba máxima de esa amor cortés, donde la amada es, canzable del mundo y de cada
idealización del otro inmediato, a menudo, caracterizada como quien.
“Don Quijote de la Mancha (…) es
que es propia del enamorado, es masculina: midons, señor mío.
caballero aventurero, y de los mejores y “– Tú me harás desesperar, Sancho
más fuertes que de luengos tiempos acá
que Sancho acaba creyendo en Don Quijote ama a Dulcinea –dijo Don Quijote–. Ven acá, hereje:
se han visto en el mundo (…) si mi se- la existencia de Dulcinea, vícti- y, por lo mismo, se identifica ¿no te he dicho mil veces que en todos
ñor Don Quijote sana de esta herida o ma de un encantamiento que la con ella. Es Dulcinea. Así se lo los días de mi vida no he visto a la sin
caída y yo no quedo contrecho della, convierte en una zafia campesi- explica a Sancho, en el impor- par Dulcinea, ni jamás atravesé los um-

72 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
siempre en el camino, itineran-
do. El camino, escenario del jol-
gorio adolescente, donde lo de-
seable es real, mundo de la aven-
tura y la hidalguía, del juego y el
ocio, mundo sin productividad,
sin trabajo, sin acción útil, pro-
mesa incesante del placer sin
obligación legal.
El Quijote, más allá de la his-
toria puntual de esta amistad
amorosa que se cumple en el
cuento superpuesto a la percep-
ción de lo inmediato, es una res-
puesta barroca a la proposición
brales de su palacio, y que sólo estoy
radical de la modernidad rena-
enamorado de oídas y de la gran fama
que tiene de hermosa y discreta? centista: desencantar el mundo,
– Ahora lo oigo –respondió San- librarlo de supersticiones y le-
cho–; y digo que pues vuesa merced no yendas góticas, profanizarlo qui-
la ha visto, ni yo tampoco. tándole espacios sacrales, inac-
– Eso no puede ser –replicó Don cesibles al hombre.
Quijote– que por lo menos, ya me has El mundo es engañoso y los
dicho tú que la viste ahechando trigo,
dos amigos intercambian pro-
cuando me trujiste la respuesta de la
carta que la envié contigo.
posiciones de desengaños. Al
– No se atenga a eso, señor –res- principio, Sancho intenta de-
pondió Sancho–; porque le hago saber sengañar a Don Quijote: “No
que también fue de oídas la vista y la son gigantes, son molinos de
respuesta que le truje; porque así sé yo viento”. Don Quijote, por su
quién es la señora Dulcinea como dar parte, también intenta desenga-
un puño en el cielo” (II, IX). ñar a Sancho y acaba consi-
guiéndolo: “Son gigantes hechi-
Tan intermedia es la presen- zados, que parecen molinos de
cia/ausencia de Dulcinea que, al viento”. Cuando Don Quijote
corporizarla, tiene rasgos mascu- se “sanchiza” al final de la nove-
linos. Sancho la imagina oliendo la, admitiendo que nunca de-
a hombre, a su propio olor de sencantará a Dulcinea, se muere,
hombre trasudado (I, XXXI). en tanto Sancho, “quijotizado”,
Lo mismo cuando el episodio sobrevive porque quiere seguir
de las tres aldeanas: la supuesta la narración yendo a un mundo
hechizada Dulcinea cabalga a de pastores arcádicos, donde
horcajadas, como un varón (II, Dulcinea, encantada, acecha tras
X). En la mojiganga de los du- una mata.
ques, Dulcinea es un paje vesti- Un mundo sin hechizos es
do de mujer (II, XXXV). un mundo indeseable, pues el
De tal guisa, la novela admite deseo siempre quiere la imposi-
ser la historia de una búsqueda ble totalidad mítica, la Edad de
imposible: la identidad andrógi- Oro, el castillo de Dulcinea. Un
na, quizás originaria y mítica, de mundo sin objetos deseables es
ambos personajes, movidos por un mundo muerto, y así Don
el ansia de plenitud que es el Quijote, al recuperar la razón y
amor. En términos de parodia ser meramente Alonso Quijano
tragicómica, el viejo y renovado el Bueno, se muere. En términos
principio platónico, el amor del bachiller Carrasco, se vive
como totalidad perdida y la sub- en la locura y se muere en la cor-
jetividad como imperfección in- dura. Porque “los enamorados
consolable que mueve incesan- jamás ajustan las cuentas de sus
temente al deseo. Don Quijote y deseos” (II, LXXI). n
Sancho nunca conviven en un
lugar fijo, no llegan jamás al Lu-
gar (no lo es la ínsula de San- Blas Matamoro es escritor. Autor de
cho, objeto de desengaño y apa- Saber y literatura, Lecturas americanas y
rente meta del escudero). Están Por el camino de Proust.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
73
CIENCIAS SOCIALES

VIDAS RADICALES
Datos biográficos de élites femeninas ‘mass mediáticas’

MARÍA ANTONIA GARCÍA DE LEÓN

C
ómo fue la infancia de un berales, las mujeres se han tendido a (positivo y negativo) que ponen tradicional, según los esquemas
colectivo de mujeres que igualar a los hombres según estrictas lí- de manifiesto las condiciones de de la sociedad patriarca, es decir,
han llegado a la cúspide neas de clase: las de cada clase se han enorme dificultad para realizar un padre ausente del ámbito de
igualado a sus hermanos. El resultado
de su carrera como mujeres pro- ha sido que al tiempo que crecía la
una carrera profesional de éxito lo privado, que delega en la mu-
fesionales en el periodismo? Esta igualdad de las mujeres con los hom- para la generalidad de las muje- jer todo lo que concierne a este
característica del colectivo es bres, aumentaba la desigualdad entre res, las cuales estadísticamente, ámbito (incluida la educación
fundamental, al igual que es fun- las mujeres. A las hijas de los obreros y se supone, estarán situadas en de los hijos), que contempla con
damental confrontarla con el los artesanos les fue casi completamen- situaciones intermedias, a lo lar- indolencia o indiferencia los es-
te imposible llegar a profesionales”2.
contexto sociohistórico en que go de un continuum y no en los tudios de sus hijas puesto que
se produjo1, en general, bajo el extremos. asume el matrimonio como pro-
contexto de la España franquis- En dicho contexto, la canti- Analizaremos en los epígrafes fesión de las mismas, las entre-
ta, reinando toda una carga de dad de privilegio necesario para siguientes las dos situaciones po- vistadas que hemos etiquetado
fuerte conservadurismo sobre el alcanzar el logro profesional por lares que hemos etiquetado ar- como “las herederas” han tenido
papel de la mujer, destinada a parte de la población femenina quetípicamente como “herede- padres liberales, atentos a que
ser esposa y madre, o lo que es es un excelente indicador, a sen- ras” y “rebeldes”. Contemplan- realizasen estudios universita-
igual, mantenerse alejada de la su contrario, de la fortaleza de la do el tema desde esta perspectiva, rios, activos respecto a sus ca-
esfera laboral. De ahí, la etique- discriminación de las mujeres en el tema de las élites femeninas no rreras profesionales, etcétera.
ta de “vidas radicales” que he- general y subraya un gran privi- es un tema elitista (valga la re- Han sido socializadas por vía
mos adoptado para enfatizar el legio social, en muchos casos, dundancia deliberada), sino que masculina, tomando de ellos un
giro copernicano que las muje- de estas altas profesionales del alcanza una vertiente general: in- gran aliento para sus biografías
res hemos tenido que dar para periodismo. directamente nos habla de la dis- profesionales. Por vía masculi-
romper con unos roles femeni- Ahora bien, el escenario so- criminación general de las muje- na llegan a hacer una socializa-
nos impuestos y legitimados co- cial es sumamente complejo, y res y nos pone en evidencia los ción con un horizonte más am-
mo una naturaleza y un destino. pueden darse a la vez fenómenos difíciles escollos que tiene que plio, el representado por el
Los estudios de movilidad so- de sobreselección social, el ca- superar la modificación de la si- mundo masculino y profesional
cioprofesional ponen de mani- so de estas mujeres supreprivile- tuación. Es, por tanto, un im- del padre. Éste es un aspecto
fiesto que la incorporación de la giadas, como veremos, y proce- portante tema de los llamados que juzgamos de suma impor-
mujer al mundo profesional se sos de infraselección, donde los de cambio social. tancia. Y tal vez sea una de las
ha llevado, en nuestro país, de la actores sociales derrochan tal fuentes del origen de su escasa
siguiente manera: caudal de energía humana que Las herederas conciencia feminista, como ve-
llegan a suplir la falta de privile- Las historias de vida de estas mu- remos adelante, al no haber
“Ha conllevado una fuerte estratifi-
cación de las mujeres según niveles de gios, como analizaremos más jeres reflejan los siguientes inputs prácticamente sufrido la discri-
clase. Muchas se han incorporado al adelante3. De este modo, podría muy diferenciales con los datos minación en el ámbito familiar.
trabajo, pero no todas a los mismos tra- decirse paradójicamente que so- de sus coetáneas en el contexto Observemos estos aspectos en
bajos. Sobre todo en las profesiones li- breselección social e infraselec- español, además de dar por sen- sus propios testimonios:
ción social son las dos caras de la tado un origen social elevado y
“Mi padre era un hombre muy
misma moneda, es decir, situa- un ambiente cultural y profesio- atractivo, muy vital, no vivía con noso-
1 Haremos aquí uso esencialmente de
ciones colocadas en los extremos nal notable en la familia4. tros [vivía en el extranjero], pero se
los materiales de las entrevistas que reco- ocupaba mucho de mandarnos libros,
gen las trayectorias vitales de mujeres en- Los superpadres. Frente al padre de llamarnos, de preocuparse de temas
tre los 40 a los 55 años de edad, aproxi- 2 Dos estudios sobre movilidad profe- que no tenían nada que ver con lo que
madamente. En este caso se tratan de 12 sional en España según la Encuesta Socio- normalmente se preocupaban los pa-
entrevistas hechas a la élite del periodismo demográfica. Carabaña, J.: Ed. Argenta- dres. ¿No? Se preocupaba de que te
español. No obstante, nuestra experiencia ría,Madrid, 2000. 4 El siguiente caso cumple modélica-
gustara la pintura, se preocupaba de
investigadora en diversos colectivos en 3 Desde el ensayo histórico, pero mez- mente con nuestra etiqueta “las herede- que escucharas música, se preocupaba
España y otros países nos evidencia que se clado con una perspectiva clínica, son in- ras”: Consuelo Reina, la primera y única de cosas así, bastante… Muy atracti-
producen muchas concomitancias y hay teresantes las disquisiciones de G. Mara- mujer directora de un periódico en Espa-
vas para un jovencito, una jovencita.
fenómenos extrapolables entre unos co- ñón sobre el instinto de superación. Ten- ña (diario Las provincias) es heredera de
lectivos y otros. Para más datos sobre la sión de realización absolutamente una empresa periodística familiar. Otros Muy atractivo. Como padre la verdad
élite mass mediática, ver García de Cortá- presente en este colectivo de mujeres que datos en relación a la reproducción so- que sí” (E. 2.1, mujer, 48 años).
zar, M. y García de León, Mª A.: et. al., nos ocupa. Vid. su ensayo sobre El Con- cial: casada con el director de Canal
Hombres y mujeres en el periodismo español. de-Duque de Olivares. La pasión de man- Nouo. Programa Testigo Directo: “Mujer
CIS, Madrid, 2000. dar. Espasa, Madrid, 1998. y poder”, enero de 1997. Como puede advertirse en es-

74 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107


n
familiar citada:
“Yo supongo que de mi abuelo, que
a mi abuelo materno le gustaba mucho,
[el periodismo] y le gustaba mucho es-
cribir, y le gustaban mucho todas las
artes, y entonces le interesaba mucho
todo eso y, además, escribía. Y supongo
que sí, que tiene que venir de ahí claro”
(E. 2.7, mujer, 39 años).

Mención especial requiere la


figura de la madre, pues aunque
Emilia Pardo Bazán muchas de ellas no tienen el per-
fil de madres profesionales, sí
que han tenido alguna experien-
tos relevantes testimonios bio- Pardo Bazán, caso de hija única, cía brillar aún más. En este sen- cia laboral o artística o han estu-
gráficos, ellas mismas son cons- la cual declaró frecuentemente, tido son muy destacables: una diado y vuelto al trabajo una vez
cientes de que no es frecuente con gran consciencia histórica, educación liberal, vanguardista criados los hijos o son personajes
un modelo de padre como el su- que en caso de haber tenido un para nuestro país, donde las cla- singulares. Vivenciadas, además,
yo y aportan su experiencia vital hermano, su educación y, en ge- ses altas estaban adscritas a cole- de esta forma por sus hijas.
de esa diferencia, contrastada neral, su destino, hubieran sido gios privados religiosos, rancios Además, de la evidencia de
con otras mujeres de su época muy otros. o, por así decirlo, con una ense- una riqueza cultural y singulari-
y/o profesión. De este modo, ñanza del Antiguo Régimen. dad familiar muy por encima de
podemos afirmar que las “here- Más allá del origen social: la singu- Son muy destacables también la la media, deseamos volver a su-
deras” han tenido padres femi- laridad familiar. Acabamos de siguiente enumeración de datos: brayar el fértil suelo psíquico en
nistas (o sea, en pro de la eman- singularizar la figura del padre un gran cosmopolitismo, un el que se han socializado mu-
cipación de la mujer) o, al me- en estas biografías femeninas; fuerte conocimiento de lenguas chas de estas mujeres, con fami-
nos, no machistas. Asimismo, es ahora bien, junto a ella (que es extranjeras, notables estancias en lias muy unidas y con gran capi-
de destacar que, en muchos ca- de una importancia capital) apa- otros países, vinculación fami- tal afectivo, aspecto relevante,
sos, sus familias componen una recen toda una serie de datos liar con el extranjero, etcétera. como ya indicamos anterior-
especie de matriarcado, o lo que que no son determinantes pero En suma, el componente de “lo mente y, sin embargo, quasi in-
es igual, padres que no tienen sí configuran un universo fami- extranjero”, por así llamarlo, en visible para el tratamiento so-
hijos varones, o bien, que ellas liar, cuyos sumandos son im- sus biografías (el cual se puede ciológico típico.
son las primogénitas o las “ca- portantes peldaños para la ca- traducir por avance y moderni- Observemos las siguientes
detes” (hijas pequeñas), posicio- rrera de éxito que estas mujeres dad) es grande y se agranda aún palabras de una entrevistada que
nes muy significativas en la han obtenido en un universo de más por contraste con la época. se reconoce como muy equili-
constelación de hermanos/as co- poder masculino. A lo cual hay En la cosmogonía familiar, brada, haber nacido sana, haber
mo ha sido puesto de manifies- que sumar que iniciaron su ca- también se alzan figuras que las recibido cariño en la infancia y
to por diversas investigaciones5. rrera en la atrasada sociedad es- entrevistadas subrayan formando que el “carácter” es lo que más
Dichas estructuras de fratrías pañola de las postrimerías fran- parte de su imaginario biográfi- cuenta en el trabajo profesional:
y/o sorodidades son enorme- quistas, aún más atrasada en as- co, vr. gr.: la figura del abuelo:
“Yo no tengo altibajos, o sea, no
mente influyentes en la biografía pectos de promoción de las tengo eso que te dicen un día estás up y
“Mi abuelo materno era abogado y,
personal. Archiconocido es el mujeres. Ahora bien, estas cir- además, por hobby se dedicó muchos otro down. Depende mucho de ti, de
ejemplo de la escritora Emilia cunstancias, que en general eran años a hacer crítica de teatro para Abc” pequeña, yo creo también. [¿Tus pa-
una rémora, han podido con- (E. 2.7, mujer, 39 años). dres se querían?]. Sí, se adoran toda-
vertirse en un marco sobrevalo- vía, se llevan muy bien” (E. 2.2, mujer,
50 años).
5
rador de sus singularidades que, Preguntada por su gusto por
Vid., por ejemplo, el trabajo de M.
de Saint Martin: L’espace de la noblesse. por contraste con una situación el periodismo, de dónde cree
Ed. Metailie, París, 1993. de carencia generalizada, las ha- que le viene, confirma la figura En el mismo plano, de haber

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
75
VIDAS RADICALES

ca, la que logra el éxito. a trabajo” de los padres. Que se peldaños a la contra que han de-
contado con un sostén afectivo trate de trabajo manual, trabajo bido subir, su éxito debería ser
fuerte, responde otra entrevista- Las rebeldes profesional, o cualquier otro ti- evaluado como mayor y más
da a la siguiente pregunta: En parangón con el colectivo de po de concreción laboral, a estos meritorio. Igualmente, reflexio-
“las herederas” que acabamos de efectos es irrelevante. La clave nando en estrictos términos de
“[¿Me podrías decir algunas perso-
nas que te han influido en ésta…? O analizar, para este otro caso, po- es que se han socializado desde equidad social, habría que pre-
sea, ¿algunas imágenes o modelos de dríamos decir que éstas son mu- la más tierna infancia como se- guntarse: ¿cuántas mujeres han
personas, o gente que te haya podido jeres doblemente desheredadas. res que trabajarán remunerada- fracasado, cuántas se han queda-
ayudar a lo largo de tu carrera? ¿O gen- Por un lado, porque por su ori- mente. Y, en general, fuera del do en el camino, en este contex-
te significativa, que tenga que ver con gen social no tenían, ni mucho ámbito familiar. Ello se convier- to sociohistórico que les fue tan
tu carrera profesional? Pueden ser tam-
bién tus padres. ¿Entre tu padre y tu
menos, garantizada la posibili- te en imperativo categórico re- adverso?
madre, quién te ha podido apoyar más dad de realizar estudios univer- forzador por un profundo senti-
en tu carrera?]. Mi madre, mi madre. sitarios ni poseían un horizonte do del “deber ser así” que here- Una identidad fragmentada (o los
Mi madre porque tiene el componente profesional: no tenían “heren- dan del super ego paterno. De frutos de la socialización femenina).
éste de madre de la Pantoja, de mi hija cia”. Por otro lado, aparte de es- tal manera que la dedicación Aunque en clave de humor, pa-
sale en la tele, mi hija es la más simpá-
ta deficiencia de clase, el com- masculina al trabajo, en la vida rece un ejemplo paradigmático
tica, la más guapa y la mejor profesio-
nal. Y quieras o no eso siempre lo sa- ponente cultural e ideológico adulta, es un hecho incuestio- del fenómeno social que enun-
bes” (E. 2.8, mujer, 31 años). era adverso a su desarrollo como nable que tiene casi la rotundi- ciamos en el título (una identi-
mujeres profesionales. En con- dad de una ley física. dad fragmentada) la siguiente
Más allá del origen social alto creto, el componente machista Por el contrario, las mujeres autodefinición de una alta pro-
(advertimos que la componente de la figura paterna y el modelo profesionales que nos ocupan se fesionalidad del periodismo:
clase social se queda como una tradicional de “madre-sus labo- han visto obligadas a un proceso
“Yo, mi vida es mitad maruja y mi-
categoría estrecha para explicar res” fueron los modelos prota- de individuación a la contra. tad periodista”8 (E. 2.5, mujer, 54 años).
estas biografías) se registran toda gonistas en su universo infantil, Convertirse en personas a través
una serie de singularidades que frente a los cuales fueron reacti- de una ruptura con los modelos En el mismo sentido, de en-
componen lo que se llama en vas, por decirlo en términos psi- familiares que en modo alguno fatizar esa dualidad trabajo-fa-
Ciencias Sociales un “estilo de conalíticos. preveían el trabajo profesional y milia, van las declaraciones de
vida”. De lo contrario, si fuera De estas mujeres podríamos remunerado para ellas sino el de esta entrevistada:
un efecto mecánico de clase, por afirmar que son “rebeldes con “amas de casa”. Son “las trans-
“Desde luego, a pesar de que mu-
así llamarlo, todas la hijas “here- causa” como argumentaremos, gresoras” que, además, para cul- chas mujeres con las que he trabajado
darían”, utilizando nuestra me- o mejor dicho, ellas mismas ar- minar dicho proceso se han vis- son madres, madres de niños peque-
táfora. Es decir, todas las hijas gumentan con sus testimonios to obligadas a escapar de casa, no ños, que tienen que ir corriendo a casa
de la clase media alta serían mu- en los epígrafes siguientes. sencillamente a madurar y tener porque tienen que ir a buscarlos al co-
jeres profesionales. Ello no ha si- una lógica independencia eco- legio, porque se desdoblan, cosas que
yo conozco muy bien porque yo tam-
do así para las mujeres españolas Un proceso de individualización a nómica, sino a escapar7.
bién he pasado por ello ¿no? Y yo soy
de su edad y/o hasta tiempos la contra. ¿Reproducción o rup- Por conocido que sea este de las que me encanta mi profesión y
muy recientes, dado que la in- tura? Ésta es una pregunta clave contraste entre socializaciones he hecho horas como nadie, pero mi
corporación masiva al mundo la- que hacer a los materiales bio- masculinas y femeninas, nunca corazoncito y mi cabeza está con mis
boral de las mujeres españolas se gráficos. En este aspecto, como sobra insistir en ello. aquilatarlo hijos (…). Yo confío no llegar a los 60
ha producido en las dos últimas en tantos otros, las diferencias una vez más, ya que es la clave [para la jubilación]. Pues no, yo creo
que antes me… yo creo que antes por-
décadas, siendo aún grande el por género son sustanciales; por explicativa del tono, la colora-
que a la vez he mantenido… Yo soy, es-
contingente de mujeres “amas de ende, el trabajo de interpreta- ción, con el que transcurre la vi- toy casada, tengo dos hijos, y a mí mi
casa”. A ello hay que sumarle el ción de datos que debe hacer to- da profesional adulta de hom- familia me importa una barbaridad”
hecho de que nuestras entrevis- do investigador no puede omitir bres y mujeres. Más aún en el (E. 2.11, mujer, 48 años).
tadas no son meramente profe- este aspecto. periodo de transición que con-
sionales sino directivas y/o altas Pues bien, podríamos res- lleva un proceso de aculturación, Hay una diferencia funda-
profesionales. ponder a la pregunta inicial que como el que estamos viviendo, mental de género que persiste
Observando sus datos biográ- nos hicimos, de este modo: los con la consiguiente redefinición
ficos podría decirse, por un la- hombres son “reproductivos” de la identidad femenina (hoy
do, que su trayectoria profesional fundamentalmente, en términos por hoy, mejor en plural, identi- 8 Continua la entrevistada: “Mi op-
es la “crónica de un éxito anun- sociales, mientras que las muje- dades femeninas). Finalmente, ción vital era el trabajo y la familia y, a lo
ciado” (sobreabundancia de me- res son “transgresoras”6. Esta- aquilatar dicha diferencia cons- mejor pues yo en este momento, yo físi-
dios). Por otro, que su caso es mos hablando en términos de tituye un aspecto de estricta camente estoy mucho más gastada que
otras mujeres que a lo mejor se cuidaban
quasi un milagro (por excepción: reproducción social; y, en este equidad social: las mujeres han más porque tenían más tiempo para de-
pioneras y contexto histórico) co- sentido, los hombres reprodu- debido realizar un gasto de ener- dicarse a eso. Todo tiene su precio (…).
mo lo es, valga el ejemplo fílmi- cen el modelo de “hombre igual gía humana mucho mayor, han Estamos condenadas. Las de nuestra ge-
neración, yo por lo menos me he sentido
co, llegar al resultado final de una debido pagar costes diferencia- condenada (…) Sí, no he querido renun-
obra maestra de cine. No basta la les considerables, de tal manera ciar a tener mi vida profesional que valo-
suma de buenos elementos (cá- que si se contabilizasen todos los ro exactamente igual que la familia, pero
6 Nos estamos haciendo eco del títu- eso venía condicionado por las realidades
mara, actores, dirección, etcéte-
lo e investigación de E. Barrio: Historia de sociales que yo creo que de verdad que lo
ra). Es la milagrosa combinación las transgresoras. Ed. Icaria, Barcelona, de Ortega de ‘uno es uno y sus circuns-
final, más su oportunidad artísti- 1996. 7 Ibídem. tancias’, es tan cierto, tan cierto”.

76 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107 n


incluso en sociedades muy avan- tradicional de ama de casa, etcé-
zadas y con larga trayectoria de tera. Las más diversas gradacio-
las mujeres en la vida profesio- nes sobre un continuum que dis-
nal. Esta diferencia muestra esta curre entre los polos: trabajo re-
doble faz: a) el peso distinto, o munerado y trabajo doméstico
la valoración que la familia tiene no remunerado; o dicho de otro
para hombres y mujeres en la vi- modo, mundo profesional pú-
da cotidiana. Decimos en la vida blico y mundo familiar privado.
cotidiana, porque es ahí donde Los matices y gradaciones
se prueba, en las prácticas con- son considerables. De este mo-
cretas. En términos generales y do, las altas profesionales que
abstractos, hombres y mujeres analizamos están plenamente in-
pueden coincidir en acordarle mersas en el mundo profesional
una gran importancia. Pero, en pero viven mental y afectiva-
el día a día, todo parece indicar mente la dualidad trabajo-fami-
que los hombres la omiten, la lia, en general, no tanto en la
destierran de su existencia, práctica. En todo caso, pocas
mientras que para las mujeres es mujeres se han integrado, hoy
impensable omitirla tanto como por hoy, a todos los niveles, in-
preocupación como en dedica- cluidos los emocionales, en el
ción práctica. b) El enfoque vital modelo de existencia unidirec-
unidireccional de los hombres cional masculino, sobre el eje
hacia el trabajo. exclusivo y excluyente de cual-
Éstos son los frutos caracte- quier otra actividad que no sea
rísticos y divergentes de la so- la profesional10.
cialización masculina y de la so- Desde una perspectiva histó-
cialización femenina que hemos rica, podríamos afirmar que si-
analizado en los epígrafes pre- glos de modelaje sobre la identi-
cedentes; frutos que siguen fiel- dad femenina han dado sus fru-
mente los códigos de la división tos (Oakley, A.: 1974) (Varela,
sexual de una sociedad patriar- J.: 1997) (García de León, Mª
cal9. A.: 1998). Al igual que los cam-
De este modo, la identidad bios sociales actuales y la acción
femenina es hoy una “identidad deliberada de las medidas polí-
fragmentada” (García de León: ticas y de los movimientos so-
1994), una “identidad cuartea- ciales que cuestiona dicho mo-
da” (Gil Calvo: 1991), es decir, delaje, están produciendo iden-
una identidad que, frente al mo- tidades femeninas diversas. Han
nolitismo laboral masculino, fragmentado la monolítica iden-
puede manifestar distintos gra- tidad femenina dominante en
dos de incorporación al modelo centurias de “sus labores”.
profesional, que es masculino En este apasionante siglo ve-
por excelencia. De este modo, nidero, veremos decaer los arque-
podríamos encontrar mujeres tipos dominantes de la mascu-
que llevan “existencias masculi- linidad y de la femineidad, y ve-
nas” (por así decirlo) mujeres in- remos surgir identidades que
mersas en la más profunda dua- aúnen estos dos rasgos: nuevas y
lidad “trabajo-casa”, otras enca- diversas. n
jadas en la identidad femenina

9 Para este aspecto, véase, por ejem-

plo, el interesante trabajo de Cristina Bru-


llet: ‘Roles e identidades de género: una
construcción social’, en Mª A. García de
León, M. García de Cortázar y F. Ortega:
Sociología de las mujeres españolas. Ed.
Complutense, Madrid, 1996.
10 Sobre las altas profesionales, véase la

reciente investigación, Gendering Elites


(Economic and Political Leadership in 27
Industrialised Societies), coord., Mino
Vianello and Gwen Moore. MacMillan
Press, Londres, 2000 (incluye datos de María Antonia García de León es
España). profesora de Sociología.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
77
MEDIOS DE COMUNICACIÓN

LA PRENSA DEL VACÍO


CÉSAR ROJAS RÍOS

“Sucede lo mismo con los periódicos: rebro y nada de ideas (pero fa- cos comunes. La razón es senci- ción está cada vez más divertida.
imitan y siguen a la televisión, mosas, polémicas o divertidas) lla: no olvido que fue Immanuel No tengo ninguna esperanza
aligerándose de contenidos serios, y marginar a los que sí tienen Kant quien fundamentó el im- de que la televisión pueda apor-
exagerando y voceando sucesos
emotivos, aumentando el ‘color’
algo de cerebro y un poco de perativo categórico (y no algunos tar ni un solo grano de arena a la
o confeccionando noticias breves, ideas (pero aburridos o libres- transeúntes a través de los son- cultura del saber. Nada relevan-
como en los telediarios. Al final de cos). El resultado en ambos ca- deos de opinión) y Arturo Scho- te intelectualmente nos traerá.
este camino se llega a USA Today, sos: obesidad informativa y bu- penhauer la cuádruple raíz de la Por tanto, perdamos la ingenui-
el más vacío de los noticiarios de limia reflexiva. razón suficiente (y no algún fun- dad de pedírselo. Gocemos con
información del mundo”.
Aquí planteo una idea desca- cionario a través de alguna en- lo que nos da en abundancia:
Giovanni Sartori bellada para estos tiempos de va- trevista periodística), para dar entretenimiento y espectáculo.
cío. ¿Por qué no rescatar a los dos ejemplos. Y sobrevolemos con moderación

H
oy estamos de regreso al periódicos para los lectores de toda Pero hacer esto es ir contra- por su persistente levedad para
tiempo de las cavernas. la vida (o cuando menos no des- corriente, saltar la moda que im- evitar “divertirnos hasta la muer-
Y, en nuestro caso, estarí- cuidarlos de la manera como se pera en las salas de redacción. E te”1. Pero levantar las manos an-
an hechas de pantallas de televi- lo está haciendo) y no para una ir contracorriente y estar fuera te la televisión no significa re-
sión y papel periódico. Lo pri- supuesta masa que no correrá de moda tiene un solo proble- signarse a que la prensa también
mero parece casi irremediable; nunca detrás de la prensa con la ma: el no resultar simpático; caiga en las manos de la frivoli-
lo segundo sería catastrófico. devoción que lo hace de la tele- más bien, sumamente antipáti- dad. ¿Y por qué no? Porque a
Que las masas se hayan conver- visión? ¿Podremos dar a cada co. Y dejar caer la guillotina so- nivel de los medios masivos la
tido en un engranaje más de la quién lo suyo y a cada cosa su bre nuestro cuello, bajo el pre- prensa es el último reducto de
máquina de reír en la que a su lugar? La tarea es difícil; inten- texto de que lo dicho “no es lo la inteligencia.
vez se convirtió la televisión es tarla puede significar impedir usual”, “lo corriente”, “lo acos- La única herramienta que
un triste espectáculo, pero que que las perversiones de la pren- tumbrado”, lo periodísticamen- nos permite captar el significado
las élites pensantes tengan que sa se conviertan en un vicio in- te “correcto”. Pero uno tiene que de los acontecimientos, la única
contentarse con periódicos que curable. hacer lo que tiene que hacer y capaz de ayudarnos para hacer
cada vez más se van encarrilando decir lo que su conciencia le legible (mediante conceptos e
como el furgón de cola de la te- Primer pecado manda. Por eso las gaviotas mi- ideas) la cada vez más compleja
levisión es para alzar el grito al Puestas así las cosas, nadie me gran en el invierno: es lo que y acelerada realidad contempo-
cielo. negará que la crítica a la prensa corresponde. ránea. No tener la inteligencia
¿En qué consiste este descen- actual es hoy más urgente que de nuestro lado es dramático,
so paulatino de los periódicos? nunca. Aunque es bien conocida La ilustración a la zaga porque de aquello que no com-
En primer lugar, en una emer- la incapacidad y desidia que tie- Los periodistas de ayer eran prendemos nos apartamos. Y
gente, pero vigorosa, tendencia nen los medios para pensar acer- conscientes de que se dirigían a con individuos caminando ca-
que tiende a endiosar la noticia y ca del sentido de su propia acti- una minoría. Nunca se sobre- da uno por su propia vereda no
a sus hermanos gemelos (la en- vidad. La rutina les atrapa y aca- saltaron al saber que sus lectores se puede construir la gran ave-
trevista y el reportaje), y a mar- ba por cegarles. Para adentrarme eran un grupo algo más nume- nida democrática.
ginar ciertos géneros (ensayos y en estos berenjenales cometeré roso que los escritores –la clase
artículos) que se nutren y nu- algunos pecados mortales, así ya ilustrada siempre fue minorita- Píldoras y anticonceptivos
tren el análisis y la interpreta- considerados en el mundo del ria–. Pero esto no sucede más Las noticias se convirtieron fi-
ción de los hechos. En segundo periodismo. con los periodistas de hoy: ellos nalmente en píldoras de fácil y
lugar, y como consecuencia de Llevaré adelante una refle- desean que los periódicos, al rápida digestión, pero debida-
lo anterior, en su marcado an- xión crítica sin pensar en el “lec- igual que la televisión, capturen mente protegidas por una fina
tiintelectualismo. ¿Qué significa? tor medio” –obsesión de los pe- el amor y el fervor de las multi- capa plástica impermeable a la
El informar de hechos impor- riodistas–; recurriré a citas de tudes. Las grandes audiencias les reflexión. De esta manera, “al es-
tantes y cada vez con mayor intelectuales de peso, no por su hacen perder el sueño y la cor-
fuerza de los más llamativos, sin exceso de grasa, sino por su ex- dura; de todo, esto último es lo
1 Véase el sugerente y crítico libro de
el contrapeso del análisis y la in- ceso de profundidad, inteligen- peor. No saben que las multitu-
terpretación; en dar extensa co- cia y cordura, y me olvidaré des ven televisión y que no pien- Neil Postman Divertirse hasta morir. El
discurso público en la era del ‘show busi-
bertura a personas con poco ce- adrede del “dijo”, “señaló” y san cambiar la diversión por la ness’. Ediciones de la Tempestad, Barce-
“agregó” de ciudadanos o políti- información –así, la informa- lona, 1991.

78 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 107n


tado fluido de imágenes corres- mínima expresión. Dos criterios to, de uso y conocimiento de mos llegado –en palabras de
ponde el estado coagulado de la sustentan: uno, el reconoci- una minoría. De esta manera, Giovanni Sartori– a presenciar
pensamiento”2. No puede extra- miento de lo escaso del tiempo la primera diferencia anotada los funerales de la razón y la ins-
ñarnos entonces que tengamos del hombre moderno; y otro, el entre estas dos frases establece tauración del “pospensamiento”
información pero que no enten- adelgazar la información hasta un grado de correlación entre el con bombos y platillos mediáti-
damos nada. Es decir, tenemos convertirla en un esqueleto de grado de complejidad de una cos. El “hombre bestia”, bien co-
todos los peces en el estanque cuatro vértebras: quién, cuán- palabra y el volumen de sus mido y bebido en los jardines
noticioso, pero sin las redes re- do, dónde y cómo (el porqué usuarios: más compleja una fra- floridos de la televisión, la radio
flexivas para atraparlos. Y, por siempre queda en el tintero). se, menos usuarios tiene. La se- y la prensa, se habría multipli-
supuesto, dejando de lado aque- Así, la información alimenta gunda diferencia radica en que cado hasta formar “crecientes
lla información que nos hace pa- una socialización basada en el A y B son enunciados distintos; ejércitos de nulos mentales”6.
sar el tiempo y así nos permite “chismorreo” y no en una toma el primero es descriptivo, mien- Tendríamos delante nuestro
perderlo irremediablemente. de conciencia de la realidad ba- tras el segundo es analítico y ex- bobos que se emocionan hasta la
Hoy la carrera entre los pe- sada en su comprensión. Así juz- plicativo. La tercera diferencia lágrima, que están informados
riódicos consiste en decir, y de- gamos, perdonamos y olvida- estriba en el alcance de las frases: hasta el forro, que opinan por
cir lo más posible y de la mane- mos. Partimos, muchas veces, la B tiene más profundidad (es- los codos7, pero incapaces de
ra más llamativa. Lo de menos de la parte más alta del tobo- tablece relaciones causales) y es comprender las causas de su
es si vamos comprendiendo pro- gán de la indignación para ir ba- más general (permite compren- emoción, de armar un rompe-
gresivamente a nuestra sociedad, jando paulatinamente y termi- der varios fenómenos) que la A. cabezas coherente con la infor-
con tal de que nos hayamos en- nar al ras del olvido. Así una y ¿Para qué hemos realizado es- mación que reciben y de susten-
terado de algo. Pero enterarse de otra vez. Nos deslizamos por la te prolegómeno? Para dejar bien tar las opiniones que expresan.
algo no es haber cogido entero el capa informativa, pero nunca lo- en claro lo que se pierde cuando En síntesis: cuerpos sin mente
cuerpo de la realidad; sólo la su- gramos penetrar en la carne y en los periodistas dejan de lado un paseando una “sonrisa de satis-
perficie, el rabito de lo visible. los huesos de la realidad. De ahí lenguaje analítico y abstracto a facción idiota”8 ante la mirada
Lo que queda oculto siempre que no exista una relación infor- favor de la “claridad y la senci-
son las raíces profundas (causas mación-acción. ¿Quién cambia llez” periodísticas. Sencillamen-
y articulaciones) de los hechos3. o qué cambia con la informa- te, la capacidad de raciocinio, en la que el trofeo más estimado es la lá-
Pero, además, la prensa pre- ción de un telediario? porque todo queda reducido a grima”. ‘Mediología y comunicación: La
República de los sentimientos, una nueva
tende convertir la realidad en Si la verdad nos hace libres un lenguaje descriptivo, cuando epistemología’, en Cuadernos de Informa-
pequeñas píldoras; es decir, el es porque elegimos con conoci- no a una exposición (caliente) ción y Comunicación, núm. 1, Madrid,
reducir los acontecimientos a su miento de causa; mientras la de los hechos4. Pero ¿y si la gen- España, 1995.
6 Véase Giovanni Sartori: Homo vi-
simple información nos hace te sólo lee el nivel A y pasa de dens. La sociedad teledirigida. Taurus, Ma-
manipulables, porque sin cono- largo ante el nivel B? Entonces, drid, 1998.
2 Enrique Valiente: ‘El intelectual y 7 También debemos sacar de en me-
cimiento de causa son otros los esa gente está irremediablemen-
los medios de comunicación’, en Fernan- dio está “cultura opinativa” que está asfi-
do Savater. Ediciones de Cultura Hispá-
que deciden por uno. te perdida para la cultura del xiando a la razón y levantando muros de
nica, Madrid, 1993. saber y entró de lleno en la in- entendimiento racional entre las perso-
3 Y a esto se suma lo que plantea En-
Escaleras y pasos a nivel cultura de la información, el es- nas. Fernando Savater nos sacude para
rique Valiente: “El mundo no se ve ya Uno de los motivos que explica pectáculo y la emoción5. Habría- evitar tratar a las opiniones como la “ex-
más en forma directa. A fuerza de preferir presión irrebatible de la personalidad del
la copia al original, lo hemos perdido. La la superficialidad de la prensa sujeto”, posibilitando más bien que sean
máscara se ha pegado a la piel (…) uno parte de trastocar lo confuso con argumentadas, discutidas y rebatidas ra-
siente a la pantalla erigida en única ora- lo complejo. Partamos del si- cionalmente (sobre el punto y del mis-
dora frente a la tumba de lo real” [Enrique 4 Los periodistas no deben olvidar que mo autor, ver: El valor de educar, pág.
Valiente, op. cit.]. Es por esto que Walter guiente ejemplo: A “El presi- el lenguaje periodístico es el más bajo en 136. Ariel, Barcelona, 1997; y Despierta y
Lippmann, ya en la década de los veinte, dente está resentido con la opo- la escala estética del lenguaje: de la redac- lee, pág. 128. Alfaguara, Madrid, 1998).
planteaba crear una “industria del conoci- sición”; y B “La cohesión social ción periodística para arriba está la litera- Esto solidificaría un “realismo a la carta,
miento” que permitiría a los ciudadanos tura, la poesía y la filosofía; para abajo, la en el que cada uno ve lo que quiere e in-
actuar contando con un cuadro confiable
impide el suicidio”. Ambas fra- redacción escolar. terpreta la realidad de forma particular,
del mundo, evitando anteponer “lo trivial ses claras, porque utilizan tér- 5 Como señala Javier del Rey Morató: acomodándola a sus planes y preferen-
curioso contra lo importante y aburrido”. minos inequívocos, pero no “(…) el universo es un festival de la afec- cias” (Enrique Rojas: Un hombre ‘light’.
Walter Lippmann: ‘Periódicos’, en Doris igualmente sencillas: la segunda tividad, una olimpiada de sentimientos, Una vida sin valores, pág. 40. Ediciones
Graber (comp.), El poder de los medios en un hipermercado de asuntos dramatiza- Temas de Hoy, Madrid, 1992).
la política. Grupo Editor Latinoamerica- frase utiliza un término comple- dos, una auténtica feria de emociones, en 8 Véase Octavio Paz: Itinerario, págs.
no, Argentina, 1984. jo (“cohesión social”) y, por tan- la que el pensamiento no es convocado, y 123 y 124. Seix Barral, Barcelona, 1994.

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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79
LA PRENSA DEL VACÍO

complacida de los medios masi- distas sea “divertir a cualquier


vos. Y todo ¿por qué? Pues por- precio”11, para que los propieta-
que los periódicos, de hecho, es- rios puedan vender divirtiendo.
tán con las pilas puestas para No es de extrañar que los perió-
convertirse en una cama redon- dicos, al buscar lo común, rápi-
da de sensaciones y no en una damente se encuentren en los
biblioteca de razones. La diver- brazos de lo vulgar y lo ordina-
sión y la superficialidad están de rio. Y de esta manera nos en-
su lado. contramos caminando alegre-
mente hacia la cárcel de la estu-
¿En qué cultura vivimos? pidez, donde se encuentran
En una cultura brutal y, por en- encerradas personas que leen ca-
de, de brutos, pero simpáticos. si nada, que dicen casi nada, na-
Otra de las causas de esta situa- da interesadas en casi nada.
ción es la tendencia irrefrenable
a adecuar toda oferta mediática ¿Y qué con la manipulación?
(o cultural) al baremo del ciu- Este lector contemporáneo, que
dadano “medio”, del televidente sabe cómo son las cosas, pero no
“medio”, del lector “medio”. En por qué las cosas son como son,
realidad, se trata de una coarta- saturado de información, pero
da disfrazada, porque, en reali- que tiene anestesiado el racioci-
dad, el lector “medio” permite nio –pues, como dice Savater, de
trucar al lector “alto” por el lec- tanto tratarle como un idiota
tor “bajo” debido a su peso esta- han terminado por convertirle Giovanni Sartori
dístico (el lector medio entre en uno al cuadrado–, ¿es una
10% y 90% es 50%, y este 50% persona que se puede hacer con
está dentro del 90%); y también ella lo que se quiera? No necesa- inalienable, de un yo que se pue- dosar de toda la culpa a los me-
se trata de una “mimesis a la ba- riamente. La pérdida y el peli- de revocar”13, sino ante las ma- dios masivos; no lo sería pedirles
ja”9, donde el tipo de género pe- gro son de otro tipo: no poder sas videntes de Sartori: pobres que reconozcan su parte de cul-
riodístico y el nivel de redacción hacer con ella lo que se quiera, de mente y de espíritu, como las pa y la enmienden. Empezando
se tienden a adaptar a la altura sino lo que ella quiere, es decir, anteriores, pero que ya no están por bajar el caudal de la infor-
del más tonto o “haciendo dis- las necedades que desea quien dispersas, sino reunidas, y de es- mación para hacerla digerible y
minuir a los alfabetizados a los no ve más allá de sus narices. te modo pueden “hacer masa y útil; evitando que el periodista,
niveles de los analfabetos”10. Estar a merced de una masa adquirir fuerza”. En pocas pala- escudado en la “sencillez”, deje
Esto induciría a abandonar el obcecada de prejuicios, estereo- bras: el hacer prevalecer su que- de lado lo profundo por com-
nivel B para anegarse en el nivel tipos, fobias, y que sólo podrán rer a tontas y a locas, porque so- plejo y ataque al intelectual pre-
A. Lo que significa una regre- ser removidos por otros prejui- cial y políticamente cuenta. gonero de lo importante. La
sión cognitiva y la pérdida de cios, estereotipos, fobias igual de ¿Ahora se ve la criatura que idea es que le ayude, no que le
un continente mental. Un da- silvestres, es una situación ame- estamos formando? La prensa anule14.
ño irreparable, pero explicable. nazadora12. El problema no es necesita reencauzar el camino El horizonte sería hasta atrac-
Los periódicos han empezado a que estamos ante la rebelión de antes de que se desbanden in- tivo si sólo se anula al intelec-
marcar el ritmo al compás del las masas de Ortega: “Un tipo contenibles los “hombres bes- tual pero se tonifica a la razón;
mercado: más sencillo y atracti- de hombre hecho deprisa, mon- tia”. También la educación nos ahora, si el ocaso de uno anuncia
vo, más audiencia, más publici- tado nada más que sobre unas está fallando, y entonces, todo el crepúsculo del otro, significa
dad, más ganancias (para los cuantas y pobres abstracciones falla. que las cosas van de mal en peor.
propietarios), mejores sueldos (…) carece de un ‘dentro’, de Y no irán mejor si son pocos los
(para los periodistas). Ésta es la una intimidad suya, inexorable e Último giro a la tuerca bienpensantes apertrechados en
línea blanca por donde corren ¿Estamos (mayoritariamente) sus libros y razones, y mucho
todos los medios. Y marca la preparados para afrontar el más los malpensantes sumidos
brecha entre el éxito y el fracaso. 11 Pierre Bordieu plantea ésta y otras
mundo complejo y acelerado en periódicos y canales de televi-
De ahí que, en “un mundo cosas sobre el “mundo” periodístico en: que viene? La respuesta es no. sión que producen comida cha-
dominado por el miedo a ser Sobre la televisión, pág. 127. Anagrama, ¿El culpable? Atrevido sería en- tarra para la mente. Los prime-
aburrido”, el afán de los perio- Barcelona, 1996. ros poco podrán hacer, porque
12 No olvidemos tampoco que los pe-

riodistas encumbran o fulminan con una cuando los segundos son in-
velocidad que da vértigo. La superficiali- mensa mayoría sucede que esta-
dad de sus lealtades les hace veleidosos 13 Véase José Ortega y Gasset: La re-
9 El término lo utilizó Rafael Sánchez
mos en el país de los ciegos, y en
en sus “amores”, todos convertidos en belión de las masas. Alianza, Madrid,
Ferlosio en un artículo titulado ‘Nadie amores fugaces y del momento. Por esto 1984.
ese reino no es el tuerto el rey, si-
puede con la bicha I y II’, El País, 24-2- decapitan en horas a personajes que divi- 14 ¿No sería de gran utilidad –por no otro ciego. n
1993. Pensé, entonces, que no iba a utili- nizaron durante años. El pasar de estar ejemplo– agregar en artículos “difíciles”
zarlo, pero, como la historia parece ir pa- en la cresta de la ola a encontrarse en el un listado de términos complejos, para
ra atrás, lo pasado está resultando ser ac- ojo del huracán, como realizar el tránsito evitar de esta manera eliminar las palabras
tual. de héroe a villano, puede ser meteórico o difíciles, pero necesarias, enriqueciendo César Rojas Ríos es sociólogo y pe-
10 Giovanni Sartori, op. cit., pág. 142. instantáneo. así el vocabulario de las personas? riodista.

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CASA DE CITAS

GEORGE BERNARD SHAW


En opinión de su contemporáneo Arthur Conan Doyle, miento socialista de gran influencia entre los intelectuales
Bernard Shaw era un “desgalichado irlandés, con su cara ingleses, y en 1889 publicó unos Ensayos fabianos. Tentó la
verdosa, barba roja y expresión sarcástica (…) Era simple- suerte como narrador, sin ningún éxito: escribió cinco nove-
mente ese espíritu de contradicción que hace a un hombre las que no encontraron editor. Su talento se desarrollaría en
deleitarse en oponerse a cualquier cosa que defiendan los plenitud en el campo del teatro desde que en 1892 escribió
demás. Es anticonstructivo por naturaleza y sólo se encuen- su primera obra, Las casas del viudo. A esta pieza le seguirían
tra a gusto en perpetua oposición (…) Hiciéramos lo que casi una cincuentena de títulos, entre los que destacan La
hiciéramos, siempre le teníamos en el bando contrario (…) profesión de la señora Warren (1894), César y Cleopatra
A veces expresaba sus opiniones con cierta –por no decir (1899), Hombre y superhombre (1903), La otra isla de John
con absoluta– brutalidad”. Bull (1904), La comandante Bárbara (1905), Androcles y el
George Bernard Shaw (1856-1950) nació en Dublín, en león (1913), Pigmalión (1914), Santa Juana (1923) y El ca-
una familia de clase media con un padre alcohólico que se rro de las manzanas (1929). Escribió también abundantes
arruinó y una madre profesora de canto que le transmitió su artículos y ensayos literarios, musicales y políticos; dio con-
amor por la música y que abandonó el hogar cuando Shaw ferencias y terció en cuanta polémica se abría en Gran Breta-
era todavía un niño. A los 20 años el escritor se reunió con ña, ganándose una merecida fama de hombre progresista,
su madre y sus hermanas en Londres y allí se abrió camino lúcido y sin pelos en la lengua, de maestro del sarcasmo y la
en el mundo del periodismo como crítico musical y poste- ironía ácida. En 1925 fue galardonado con el Premio Nobel.
riormente teatral. Se afilió a la Fabian Society, un movi- Selección y traducción de Mauricio Bach

n No hagas a los demás lo que te gustaría nEl dolor más intolerable se produce al significativo que el hecho de que una
que te hicieran a ti. Sus gustos pueden ser prolongar el más gozoso de los placeres. persona ebria sea más feliz que una
diferentes. sobria. La felicidad que proporciona la
n Una vida dedicada a cometer errores no credulidad es una felicidad barata y
n La vida pone a todos los hombres al sólo es más honorable sino también más peligrosa, y de ningún modo una
mismo nivel. La muerte revela quiénes útil que una vida dedicada a no hacer nada. necesidad de la vida.
son los eminentes.
nMientras tenga un deseo, tengo una razón n Los movimientos revolucionarios atraen
n Cuando un hombre quiere matar a para vivir. La satisfacción es mortífera. tanto a aquellos que no son
un tigre, a eso le llama deporte; cuando suficientemente buenos para las
un tigre quiere matarle a él, a eso lo n Las modas, después de todo, no son instituciones establecidas como a los que
llama ferocidad. La distinción entre sino epidemias inducidas. son demasiado buenos para ellas.
crimen y justicia no es muy diferente.
n Haz uso de tu salud, incluso hasta el nLa vida de los seres humanos es
n La democracia sustituye el punto de agotarla. Para eso sirve. Gasta demasiado corta para tomársela en serio.
nombramiento mediante una minoría de todo lo que tienes antes de morir, y no te
corruptos por la elección mediante una sobrevivas a ti mismo. n Son las criaturas más elevadas las que
mayoría de incompetentes. tardan más en madurar, y son las más
n Si no puedes tener aquello en lo que indefensas durante su inmadurez.
n El hombre razonable se adapta al mundo, crees, debes creer en lo que tienes.
mientras que el hombre poco razonable n Utilizamos un espejo para
insiste en intentar que sea el mundo el que n Lo malo de los curas y papas es que en contemplarnos el rostro. Y las obras de
se adapte a él. Por ello todo progreso lugar de ser apóstoles y santos, no son arte para contemplarnos el alma.
depende de los hombres poco razonables. más que charlatanes que dicen “Sé” en
lugar de “Estoy aprendiendo”, y exhortan n Crear la vida es una tarea larga, dura y
nTanto quien asesina a un rey como a la credulidad y la inercia del mismo dolorosa; en cambio, resulta rápido y fácil
quien muere por él: ambos son idólatras. modo que los sabios exhortan al robar la vida que otros han creado.
escepticismo y la osadía.
n El salvaje adora a ídolos de madera y n En la actualidad la civilización es una
piedra; el hombre civilizado a ídolos de n El hecho de que un creyente sea más impostura: somos una multitud de
carne y hueso. feliz que un escéptico no resulta más salvajes a quienes se nos impone un

Nº 107 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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GEORGE BERNARD SHAW

código de reglas provisionales mediante el éxito en este mundo es la que se pone en n Vamos a las urnas más para votar contra
temor a castigos si las quebramos. pie y busca las circunstancias que desea y, algo que a favor de algo.
si no las encuentra, las crea.
n Lo que nos hace sabios no son los n El servicio militar obligatorio es la más
recuerdos de nuestro pasado, sino las n Todas las grandes verdades empiezan completa forma de esclavitud conocida
responsabilidades de nuestro futuro. siendo blasfemias. por la humanidad civilizada.

n Los cuerpos desnudos ya no nos nQuien nunca ha tenido esperanzas no se n Con la excepción del sistema de
escandalizan, pero el horror de contemplar puede desesperar. partidos como forma de gobierno, no
una mente desnuda sigue siendo más de lo conozco otro negocio en el que a un
que somos capaces de soportar. n Cuando un hombre tiene algo que decir hombre se le envía a hacer un trabajo
en este mundo, lo difícil no es conseguir y a otro a impedir que el primero lo lleve
n No tenemos más derecho a disfrutar de que lo diga, sino impedirle que lo diga a cabo.
la felicidad sin producirla que a disfrutar demasiado a menudo.
de la riqueza sin producirla. n Un país que está siempre preparándose
n Las novedades de una generación no son para la guerra es como un hipocondriaco
nNo sabe nada y cree saberlo todo. más que las modas resucitadas de la que se pasa la vida dictando su
Apunta claramente hacia una carrera generación anterior a la que la ha precedido. testamento: una ocupación lúgubre que le
política. impide hacer ninguna otra cosa.
n El martirio es la única manera de que
nLa mayor de nuestras infamias y el peor un hombre se haga famoso sin poseer nPor lo general se admite que incluso las
de nuestros crímenes es la pobreza. ningún talento. personas más nobles tienen sus
debilidades; lo que se acepta menos es
n No puedes tener la capacidad de hacer n Hay un momento en la vida que se que también los granujas tienen su honor.
el bien sin al mismo tiempo tener la de denomina la edad de la desilusión: hace
hacer el mal. Incluso la leche de la madre referencia a la edad a la que un hombre n ¿Acaso el patriotismo no consiste
alimenta a asesinos al igual que a héroes. descubre que sus generosos y honestos principalmente en recubrir a tu país con
impulsos son incompatibles con el éxito una ficticia capa de encalado y al enemigo
n Dejadme que os diga que hay una gran en los negocios; que las instituciones que con una ficticia capa de brea?
sabiduría en la simplicidad de una bestia ha venerado son una farsa, y que sus
y, en ocasiones, una gran necedad en la únicas opciones son unirse a una n El éxito me produce pavor. Triunfar
sabiduría de los eruditos. conspiración o irse a pique. significa haber terminado la misión de
uno en la tierra; como la araña macho,
n Un plan político que no puede llevarse n Don Quijote, Brand y Peer Gynt son, los que es asesinada por la hembra en el
a cabo más que con el concurso de tres, hombres de acción que tratan de momento en que ha culminado su
soldados no resultará estable. llevar a cabo sus ideales. Sus castillos en el cortejo. Me gusta permanecer en un
aire son más hermosos que los de ladrillo y estado de perpetuo crecimiento, con una
n Una nación conquistada es como un argamasa, pero no se puede vivir en ellos. meta delante, no detrás.
hombre con cáncer: no puede pensar en
otra cosa. n Mark Twain y yo estamos en gran
medida en la misma situación. Debemos [Las citas están sacadas de las obras teatrales Cesar
nMi manera de bromear es decir la verdad. decir las cosas de tal manera que la gente, and Cleopatra, Mrs Warren’s Profession, John Bull’s
Other Island, Man and Superman, The Doctor’s
Es el chiste más divertido del mundo. que de otro modo nos ahorcaría, crea que Dilemma, Androcles and the Lion, Pygmalion, Back
estamos bromeando. to Methuselah, Saint Joan, Major Barbara,
nEl mundo no será un lugar tranquilo Candida, O’Flaherthy, Annajanska y Three Plays for
hasta que se consiga borrar de la mente nLa norma del artista deber ser la de Puritans, de diversos ensayos y de su
de la raza humana la noción de Cromwell: “No lo que quieren, sino lo correspondencia con la actriz Ellen Terry].
patriotismo. que es bueno para ellos”.

n Si hubiera veinte maneras de decir la nEs el sentimiento lo que lleva a un


verdad y sólo una de mentir, el Gobierno hombre a pensar, y no el pensamiento lo
daría con ella. Decir mentiras forma parte que le lleva a sentir.
de la naturaleza de los Gobiernos.
n El patriotismo consiste
nParece imposible extirpar de la mente fundamentalmente en tener la convicción
de un inglés la idea de que el vicio es de que un país en particular es el mejor
gozoso y que abstenerse de él es una del mundo porque uno nació en él.
privación.
n Todas las autobiografías son mentira. Y
n La gente siempre culpa a las no me refiero a mentiras inconscientes o Mauricio Bach es crítico literario y traductor.
circunstancias por lo que es. Yo no creo involuntarias; hablo de mentiras Autor de La caída de Jonathan Edax, una selección
en las circunstancias. La gente que tiene deliberadas. de textos breves de Cyril Connolly.

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