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Convenir con respecto a las naturalezas de los filósofos, que siempre aman aquel estudio que les

hace patente la realidad siempre existente y que no deambula sometida a la generación y a la


corrupción(485b)
La veracidad y la no admisión voluntaria de la falsedad, el odio a ésta y la inclinación a la
verdad(485c).
es necesario que el que ama verdaderamente aprender aspire desde muy temprano a la verdad
íntegra(485d).
Y en aquel en que han fluido los deseos hacia el conocimiento, y hacia todo lo de esa índole, éstos
conciernen al placer del alma misma y por sí misma y abandonan los placeres corporales, si es que
ha de ser filósofo verdaderamente y no de modo artificial(485e).

discernir la naturaleza del filósofo de la del que no lo es (486a)


Porque la mezquindad comprendida como cualidad de quien carece de nobleza de espíritu, es, sin
duda, lo más opuesto a un alma que haya de suspirar siempre por la totalidad íntegra de lo divino
y lo humano (486a).
Y aquel espíritu al que corresponde la contemplación sublime del tiempo todo y de toda la realidad,
¿piensas que puede creer que la vida humana es gran cosa? Y acaso semejante hombre considerará
que la muerte es algo temible? Entonces, a una naturaleza cobarde y servil no le corresponde tornar
parte, según parece, en una verdadera filosofía(486b).
no debemos admitir el alma olvidadiza entre las debidamente filosóficas, sino que hemos de buscar
una dotada de buena memoria(486d)
En resumen: Has de censurar entonces a una ocupación que no se puede practicar como es debido
si no se está por naturaleza dotado de memoria, facilidad para aprender, grandeza de espíritu y de
gracia y no se es amigo y congénere de la verdad, de la justicia, de la valentía y de la moderación
(487a).

Refutación de Adimanto a Socrates : los hechos se ve que cuantos se abocan a la filosofía, no


adhiriéndose simplemente a ella con miras a estar educados completamente y abandonándola
siendo aún jóvenes, sino prosiguiendo en su ejercicio largo tiempo, en su mayoría se convierten en
individuos extraños, por no decir depravados, y los que parecen más tolerables, no obstante, por
obra de esta ocupación que tú elogias, se vuelven inútiles para los Estados(487d)
Sócrates responde que aquellos que opinan sobre los filósofos de ese modo dicen la verdad pues
los Estados castigan a los hombres más razonables (488a). Para justificar esa contestación,
ejemplifica con la imagen de un barco en donde el capitán es algo sordo, corto de vista y de pocos
conocimientos náuticos. Mientras tanto los marineros se encuentran en disputa sobre el gobierno
de la nave(488b). Los marineros a su vez no tienen el conocimiento de la navegación, declarando
además que no es necesario la enseñanza de tal arte, ya que es algo que no puede enseñarse, hasta
el punto de aniquilar a quienes sostengan lo contrario(488c). No obstante los marineros ignorana
que para la navegación es preciso conocer las estación del año el cielo y demás(488d). En una nave
tal qué otra cosa dirá del verdadero piloto sino que es un “observador de las cosas que están en lo
alto”, “charlatán” e “inútil (488e).Posteriormente Sócrates compara a los marineros inútiles y
charlatanes con los políticos de su actualidad (489c).Ahora bien las mayores calumnias y ataques
hacia la filosofía provienen de aquellos que dicen ocuparse de ella(488d), es decir, de aquellos
que son imitadores de la naturaleza filosófica (491a).Estos imitadores de la filosofía existen porque
hay almas bien dotadas que tropiezan con una mala educación(491e).Esta educación impartida por
los sofistas enseñan tanto a los jóvenes como adultos a su antojo, ya sea en los tribunales, en los
teatros y campamentos o en cualquier otra reunión pública (492b-c).
Esta población de jóvenes y adultos se deja persuadir de los sofistas hasta el punto de afirmar lo
mismo que ellos y ocupándose de lo mismo y siendo de su misma índole (492c).En este sentido
los sofistas quienes de forma privada lucran con la educación, no enseñan otra cosa que las
convicciones que la multitud se forja cuando se congrega, y a lo cual los sofistas denominan
'sabiduría’(493a).Por su parte la muchedumbre no acepta que existe por ejemplo lo Bello en sí,
sino que son arrastrados por la multiplicidad de las cosas bellas, lo cual se concluye que la multitud
no puede ser filosofa y por consiguiente es forzoso que los que filosofan sean criticados por ella.
(494a).De este modo, si un alma que tiene las características para ser filosofo no tiene un terreno
adecuado para cultivarse, serán arruinados dejando a la filosofía, como una huérfana sin parientes.
La filosofía es asaltada por gente indigna que la deshonra y le formula reproches(495c)

Cuál de las organizaciones políticas actuales dirías que es adecuada para la filosofía (497a)

Como debe de educarse un filósofo (498b)

Cuando son niños y adolescentes, ha de administrárseles una educación y una filosofía propias de
la niñez y de la adolescencia. Al crecer en edad, cuando el alma comienza a alcanzar la madurez,
hay que intensificar los ejercicios que corresponden a ésta; y, cuando cede la fuerza corporal
(quedan excluidos de las tareas políticas y militares), se dejan libremente y no ocuparse de otra
cosa que de la filosofía, a no ser de forma accesoria, si es que han de vivir dichosamente y, tras
morir, han de coronar allá la vida que han vivido con un adecuado destino(498c).

Ningún Estado es perfecto sin los filósofos


Ningún Estado, ninguna constitución política, ni siquiera un hombre, pueden alguna vez llegar a
ser perfectos, hasta que por algún golpe de suerte o inspiración divina sean obligados los filósofos
encargarse del Estado, y el Estado obligado a obedecerles(499c).Para Sócrates la ejecución de la
perfección de un Estado de tal índole no es imposible sino difícil hasta el punto que la
muchedumbre cambiara de percepción acerca de la filosofía (500a). ¿Y se podrá discutir alegando
que no puede darse el caso de que nazcan hijos de reyes o de gobernantes que sean filósofos por
naturaleza—Pues bien, sería suficiente que hubiera uno solo que contara con un Estado que lo
obedeciese, para que se llevara a la realidad todo lo que actualmente resulta increíble (502a).
Así entre otros objetos de estudio que obtiene el filósofo, existe el estudio supremo y es la Idea del
Bien, partir de la cual las cosas justas y todas las demás se vuelven útiles y valiosas, buenas y
bellas(505a).El guardian del Estado debe por tanto de obtener el conocimiento de la Idea del Bien
para así discernir que cosas son bellas y justas en el Estado (506a).Adimanto le pide a Socrates que
explique en que consiste la Idea del Bien, empero solo puede emitir una opinión análoga sobre que
es tal Idea empleando la alegoría del sol y la luz. Cuando el sol brilla sobre los objetos se ven
nítidamente, como si estos mismos ojos tuvieran la claridad, Del mismo modo piensa así lo que
corresponde al i alma: cuando fija su mirada en objetos sobre los cuales brilla la verdad y lo que
es, intelige, conoce y parece tener inteligencia; pero cuando se vuelve hacia lo sumergido en la
oscuridad, que nace y perece, entonces opina y percibe débilmente con opiniones que la hacen ir
de aquí para allá, y da la impresión de no tener inteligencia. Entonces, lo que aporta la verdad a las
cosas cognoscibles y otorga al que conoce el poder de conocer, puedes decir que es la Idea del
Bien.(508e) a las cosas cognoscibles les viene del Bien no sólo el ser conocidas, sino también de
él les llega el existir y la esencia, aunque el Bien no sea esencia, sino algo que se eleva más allá de
la esencia en cuanto a dignidad y a potencia(509b).
las especies, la visible y la inteligible
Toma ahora una línea dividida en dos parles desiguales; divide nuevamente cada sección según la
misma proporción, la del género de lo que se ve y otra la del que se intelíge, y tendrás distinta
oscuridad y claridad relativas; así tenemos, primeramente, en el género de lo que se ve, una sección
de imágenes. Llamo 'imágenes' en primer lugar a las sombras, luego a los reflejos en el agua y en
todas las cosas que, por su constitución, son densas, lisas y brillantes, y a todo lo de esa
índole(510a). Hay que dividir también la sección de lo inteligible.
Poner solo ;Eikaisia pistis dianonia nous
ahora aplica a las cuatro secciones estas cuatro afecciones que se generan en el alma; inteligencia,
a la suprema; pensamiento discursivo, a la segunda; a la tercera asigna la creencia ya t la cuarta la
conjetura; y ordénalas proporcionadamente, considerando que cuanto más participen de la verdad
tanto más participan de la claridad. (511e)

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