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JURISPRUDENCIA

Roj: STSJ AND 4632/2018 - ECLI: ES:TSJAND:2018:4632


Id Cendoj: 41091340012018101853
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Social
Sede: Sevilla
Sección: 1
Fecha: 07/06/2018
Nº de Recurso: 2205/2017
Nº de Resolución: 1809/2018
Procedimiento: Social
Ponente: MARIA ELENA DIAZ ALONSO
Tipo de Resolución: Sentencia

Recurso nº 2205/17 (A) Sentencia nº1809/18


TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ANDALUCÍA
SALA DE LO SOCIAL
SEVILLA
ILTMOS. SRES.:
DOÑA MARIA ELENA DIAZ ALONSO.
DOÑA MARÍA BEGOÑA GARCIA ALVAREZ
DON JOSE JOAQUIN PEREZ BENEYTO ABAD
En Sevilla, a siete de junio de dos mil dieciocho.
La Sala de lo Social de Sevilla del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, compuesta por los Iltmos. Sres.
Magistrados citados al margen,
EN NOMBRE DEL REY , ha dictado la siguiente
SENTENCIA NÚMERO 1809/2018
En el recurso de suplicación interpuesto por D. Camilo , contra la sentencia del Juzgado de lo Social nº 3
de Sevilla, en sus autos núm.1022/15, ha sido Ponente la Iltma. Srª. Magistrada Doña MARIA ELENA DIAZ
ALONSO.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Según consta en autos, se presentó demanda por D. Camilo contra Telefónica de España SAU,
con la intervención del Ministerio Fiscal sobre Despido, se celebró el juicio y se dictó sentencia el día 26 de
enero de 2017 por el referido Juzgado, con desestimación de la demanda.
SEGUNDO.- En la citada sentencia y como hechos probados se declararon los siguientes:
1º.- Don Camilo , con DNI NUM000 , prestaba servicios para la empresa TELEFÓNICA DE ESPAÑA S.A.U.
desde el día 12 de diciembre de 1986 en virtud de contrato de trabajo indefinido a tiempo completo.
2º.- El actor es arquitecto técnico con categoría de técnico medio y estaba adscrito a la Jefatura de Inmobiliario
de la Zona Sur.
3º.- El actor formaba parte como técnico de la Unidad de Inmobiliario II, responsable del control, gestión y
supervisión de la obra inmobiliaria de la empresa en la zona de Sevilla y Huelva, al frente de la cual estaba el
Sr. Íñigo . El otro técnico de la unidad era el Sr. Piedad

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4º.- El salario diario a efectos indemnizatorios asciende a 173,72 €. (certificado como documento número uno
del ramo de la empresa y hojas de salario del último año como documental número dos al 16 del ramo de la
empresa y número dos del ramo del trabajador)
5º.- A raíz de una denuncia anónima de irregularidades en la gestión y control de obras de la empresa en la
zona de Sevilla y Huelva con fecha el día 28 de abril de 2015 la empresa desplaza un equipo de auditoría a
Sevilla y luego a primeros de mayo a Huelva a fin de comprobar las obras y su documentación in situ.
Mediante correo electrónico fechado el 4 de mayo de 2015 se participó al Jefe de la Unidad el inicio de
la auditoría. En el correo se indica que no había ningún problema en que asistieran los técnicos (correo
electrónico como documental número 41 del ramo de prueba de la empresa)
El día 6 de mayo el jefe de la unidad remitió un correo identificando a los técnicos responsables de las obras
a identificar entre los que estaba el actor. El día 7 de mayo el equipo de auditoría requirió información relativa
a las obras inspeccionadas por correo electrónico, remitiéndose copia al demandante. Del mismo modo el
25 de mayo de 2015 se requirió nuevamente información pendiente relativa a las obras correo que también
fue remitido al demandante y lo mismo sucede con el correo de 5 de junio de 2015 en el que se remite a la
auditoría a la información y que también recibió el demandante (correos electrónicos acompañados como
prueba documental 41 a 46 del ramo de la empresa).
El equipo de auditoría detectó falta de documentación obligatoria, defectos graves de ejecución no
documentados como reparos habiéndose abonado el bonus de buena calidad y facturación de obra no
ejecutada. Todo lo cual se reflejó en un informe de auditoria fechado el día 24 de julio de 2015. El informe
consta a los f. 72 al 117, dándose por reproducido.
6º.- El día 27 de julio de 2015 la empresa entregó al trabajador un pliego de cargos.
En el mismo la dirección de la empresa manifestaba que había tenido conocimiento a través de denuncias
de terceros de su participación en actividades irregulares en la gestión y control de los trabajos realizados
por las empresas colaboradoras ISS y ELECNOR poniendo de manifiesto una sobrevaloración en las obras de
clima y energía por lo que la dirección de la empresa inició una exhaustiva investigación de los hechos que
ha concluido en un informe de auditoría e inspección de fecha 24 de julio de 2015 en el que se ha constatado
la existencia de indicios razonables de sobrefacturaciones, irregularidades en la gestión en la ejecución de
los contratos, especialmente en excesos de medición de partidas instaladas, desmontajes facturados no
realizados o elementos facturados y no instalados en la certificación de partidas genéricas de obra civil sin
detalle alguno. La obras en cuestión son cuatro en total, dos en la Palma del Condado y dos en Lepe.
En el pliego de cargos se indica que el actor como técnico de la Unidad de Inmobiliario II era responsable de la
falta de supervisión de la ejecución de las obras así como del incumplimiento de los procedimientos internos
y normativas específicas aplicables existiendo incumplimientos que dificultan el control y supervisión de las
obras de inmobiliarias concretamente serían los siguientes:
- Falta de documentación básica en las obras de la provincia de Huelva, igualmente falta gran cantidad de
documentación preceptiva para la tramitación y pago de las obras de inmobiliario certificaciones firmadas por
todas las partes, aprobaciones expresas de las certificaciones y hojas de grado de cumplimiento.
- Ausencia de proyectos realizados por una ingeniería externa lo que provoca una falta de control al no existir
una segregación de funciones adecuada.
- Los documentos MENFIS no están elaborados con las funcionalidades de la aplicación y criterios que posee
para una correcta trazabilidad. Esta aplicación dispone de una funcionalidad para la creación y registro de
las diferentes fases (presupuesto, certificaciones parciales, liquidación final) en un único documento para así
comparar las tareas proyectadas inicialmente con las certificadas y con las liquidadas finalmente, por lo tanto,
con lo instalado. Sin embargo, en las obras analizadas se han hecho documentos independientes para cada
fase dificultando la comparación de partidas entre fases.
- Hay capítulos de Menfis cumplimentados de manera genérica sin incluir partidas concretas. No se cumplen
los criterios de diseño ya que se incluyen en las liquidaciones subcapítulos de obra civil sin un desglose de
tareas que lo justifique.
- No hay planos ni esquemas eléctricos de las instalaciones realizadas habiéndose solicitado estos planos y
esquemas no se ha facilitado documento alguno, lo que impide la comprobación precisa de las mediciones
realizadas.
Se ha constatado que en connivencia con el Jefe de Inmobiliario Sur el Señor Íñigo y con otro de los técnicos
de la misma unidad el señor Piedad ha participado en actuaciones irregulares en la gestión y registro de

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la documentación técnica que ha motivado la duplicidad en pagos de la compañía y la emisión de facturas


indebidas por trabajos no realizados con el consiguiente perjuicio económico.
De las obras analizadas se ha verificado que:
- No se cumple el procedimiento relativo a obras de inmobiliario en las actuaciones analizadas, así, no se
gestionan los Menfis debidamente, falta la mayor parte de la documentación preceptiva para el desarrollo
aceptación y pago de las obras y no se hace uso de una ingeniería externa. Esto impide una trazabilidad y
control de la obra, sus presupuestos y plazos. Se ha solicitado a los responsables toda la documentación pero
no se ha portado en su totalidad y alguna documentación ha sido preparada con motivo de las investigaciones
realizadas y no de manera previa al cierre y pago de la obra.
- Se ha detectado una sobrevaloración de 51.697,30 € en las dos obras revisadas la Palma del Condado y Lepe.
La facturación se materializa principalmente en excesos de medición de partidas instaladas desmontajes
facturados no realizados o elementos facturados instalados. Existen en la certificación partidas genéricas de
obra civil sin detalle alguno.
- Concurren importantes defectos de instalación y terminación en las obras analizadas. Pese a ello, y a que
no se han cumplido los plazos estipulados en ninguna de las dos obras, se ha abonado en ambos casos el
10% variable relativo a la calidad. De hecho en la práctica totalidad de las obras de la zona se abona el 10%
de variable relativo a la calidad.
- Se da la circunstancia que después de las visitas in situ a las obras por parte de Usted se han preparado y
enviado nuevas liquidaciones de obras. Pese a coincidir los importes globales han desaparecido las partidas
en las que se habían detectado incidencias, sustituyéndolas por otras no comprobables como horas de grúa,
mano de obra, etc. En cualquier caso tal y como se reflejan las actas firmadas, hojas de liquidación y fechas,
la aprobación de la obra y validación de las facturas se han realizado con las liquidaciones anteriores.
- Respecto de la obra que figura como modificación de acometida en La Palma del Condado, según
manifestaron en la visita que realizaron los mismos responsables de auditoría inspección, esa obra finalmente
no se realizó, empleándose el dinero previsto para la misma en otras diferentes en Sevilla (liquidación de
Menfis). La obra está facturada como si se hubiera realizado en La Palma del Condado y con fecha 20 de abril
de 2015 se solicitó una ampliación de presupuesto aparentemente para la misma obra en la que se alega,
como motivo, la modificación del punto de enganche de la acometida. El 5 de junio de 2015, el jefe de la unidad
señor Íñigo , tras haber reclamado la autorización del desvío presupuestario, vuelve a cambiar de versión
manifestando que esa cantidad era para alumbrado de emergencia de la misma central.
La empresa concluye que esta actuación constituye un claro incumplimiento de los deberes de buena fe y
diligencia debida así como una dejación de las labores y funciones que actualmente realizan la empresa así
como la falta del más mínimo exigible control de la normativa y procedimientos internos para la ejecución y
seguimiento del programa de obras territorial que han provocado serios perjuicios para los intereses imagen
de la empresa con daños económicos asociados.
Los hechos descritos son constitutivos de falta laboral de carácter muy grave de conformidad con lo previsto
en el artículo 212 apartado J de las faltas muy graves de nuestra normativa laboral vigente en relación con el
artículo 54.2 letra d) del Estatuto de los Trabajadores por cuanto suponen una clara transgresión de la buena
fe contractual y un abuso de confianza en el desempeño del trabajo teniendo en cuenta el puesto que ocupa
dentro de la organización.
(pliego de cargos como documento nº 17 del ramo de la empresa)
7º) El pliego de cargos fue notificado al sindicato al que se encontraba afiliado el trabajador, que era CGT.
Tanto el trabajador como su sindicato hicieron un pliego de descargos.
En el pliego de descargos del trabajador, fechado el 30 de julio de 2015, manifestaba que de las cuatro
obras auditadas sólo había intervenido en el apartado de obra civil en dos de ellas, se mostraba dispuesto a
clarificar cualquier duda que pudiera existir e indicaba que no había tenido conocimiento de irregularidad en el
desempeño de su trabajo. Señalaba que parte de las argumentaciones que se plantean en el pliego en el pliego
de cargos no estaban dentro de sus funciones o competencias, como es el caso de nombrar una ingeniería
externa para la redacción de proyectos.
En relación con la aplicación Menfis indicaba que la conocía y manejaba desde que se emplea en el Telefónica
considerándose un experto en dicha aplicación. La funcionalidad que describe no se emplea habitualmente
ya que las empresas que trabajan con ellos tienen dificultades en su utilización. De todas formas el programa
tiene acciones que permiten el control y las comparativas de las certificaciones sin usar esta funcionalidad
de manera muy sencilla y fácil.

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Las decisiones sobre el tema de las facturaciones de las obras no son de su competencia ni ha intervenido
en las mismas ni tampoco ha tenido connivencia con el jefe de la unidad ni con el coordinador ni con ningún
técnico. Siempre he desarrollado mi trabajo siguiendo los procedimientos que la compañía establece y las
indicaciones de mi coordinador y/o jefe.
La desviación presupuestaria que indican el pliego de cargos es materialmente imposible.
No tenía ninguna intervención en la obra de modificación de acometida en La Palma del Condado.
Las obras llevan terminadas cierto tiempo, algunas de ellas más de un año y medio, y su mantenimiento
responsable de la unidad correspondiente.
He intentando colaborar siempre durante la celebración de la auditoría a fin de aclarar todas las cuestiones
que surgieron sobre la misma, facilitando toda la información solicitada por los auditores y que disponía ha
sido enviada por mí con la máxima urgencia a mi jefe y siempre con copia a mi coordinador. El control y la
responsabilidad de la remisión de dicha formación a los auditores era exclusivamente de mi jefe como así se
lo expuso a los mismos a comienzo de la auditoría. Dispongo de todos los correos electrónicos adjuntando
toda la información que me fue solicitada en su día. Cualquier error de procedimiento en que haya podido
haber incurrido lo sería de manera absolutamente involuntaria. En ningún momento he actuado de mala fe y
mucho menos perjudicando los intereses de Telefónica, todo lo contrario siempre he compartido los objetivos
y colaborado en la defensa de sus intereses. Terminaba el pliego exponiendo algunas de sus colaboraciones
con los objetivos de la empresa.
(pliego de descargos del trabajador como documento número 20 del ramo de la empresa)
8º) También se notificó el pliego de cargos al comité de empresa. El comité de empresa presentó pliego de
descargos . El trabajador presentó a su vez una ampliación del pliego de descargos (documento número 25
del ramo de prueba de la empresa por reproducido) y se dio traslado de la propuesta de sanción al comité
intercentros que efectuó la contestación (documento número 26 y 27 del ramo de prueba de la empresa)
9º) La empresa, con fecha 18 de septiembre de 2015, entregó al trabajador carta de despido fechada el 16
de septiembre y con fecha de efectos del día siguiente hábil a la recepción de la carta. En la carta se recoge
íntegramente el contenido del pliego de cargos de fecha 27 de julio de 2015. Además se indica que no habían
quedado desvirtuados los hechos imputados en el pliego de cargos y que suponían una clara transgresión de
la buena fe contractual y un abuso de confianza en el desempeño de su trabajo.
Se dice en la carta que no había aportado ni en su momento cuando le fue requerido ni con posterioridad
justificación suficiente de las irregularidades a las que se refiere el pliego llegando a facilitar incluso
documentos contradictorios al incluir distintas valoraciones de una misma partida. También dice la carta que
resulta incuestionable su intervención en el proceso de facturación de las obras y se dice "como conoce, con la
firma del acta de aceptación de la obra, se informa y certifica que lo instalado se corresponde a lo proyectado
y facturado y que la obra se encuentra en perfectas condiciones de calidad y de documentación técnica. Basta
con fijarse en las certificaciones, donde se han firmado importes de obra sin desglose de unidades de obra,
lo que ha provocado el pago de cantidades sin saber a qué trabajos corresponden (partida genérica de obra
civil y otras en la obra de La Palma del Condado por valor de 8061 €).
De igual manera, en las obras relacionadas en el pliego de cargos, ha resultado evidente que existen
sobrefacturaciones, irregularidades en la ejecución de los contratos especialmente en excesos de medición
de partidas instaladas, desmontajes facturados no realizados, o elementos facturados y no instalados en la
certificación de partidas genéricas sin detalle alguno, beneficiándose de la existencia de estas irregularidades.
En concreto, excesos considerables en mediciones de líneas frigoríficas, cobros de gestión de residuos sin
aportar los certificados preceptivos, certificaciones de cuadro eléctrico de calidad y valor muy superior al
realmente instalado así como graves defectos de calidad con desagüe sin conectar un hueco realizado sin
tapar ni rematar."
La empresa concluye la carta manifestando que había acordado imponerle la sanción de despido por ser
constitutivos los hechos narrados en la misma de falta laboral de carácter muy grave por una clara transgresión
de la buena fe contractual y un abuso de confianza en el desempeño del trabajo de las funciones por cuanto
su conducta va en contra a las reglas de lealtad probidad y mutua confianza incumpliéndose por tanto, los
deberes de actuación conforme la buena fe y a la mutua fidelidad o confianza entre la empresa y el trabajador.
(Carta de despido a los folios 15 al 18 de las actuaciones, por reproducido)
10º) La carta de despido va firmada por la directora de relaciones laborales y coordinación territorial de la
empresa, llamada Francisca apoderada de la empresa (documento número 37 del ramo de prueba de la
empresa).

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JURISPRUDENCIA

11º) La carta de despido fue notificada al comité intercentros, al comité de empresa y el sindicato CGT
(documental número 17 a 37 del ramo de prueba de la empresa)
12º) El trabajador de conformidad con lo dispuesto en el convenio colectivo presentó recurso de súplica ante
el Consejo de Administración de Telefónica (documental número 34 del ramo de prueba de la empresa)
13º) El actor era encargado de la gestión, control y supervisión de las siguientes obras en las provincias
de Sevilla y Huelva: Lepe I-01630858, Lepe I- 01630745; La Palma del Condado I- 01601408 y La Palma del
Condado I- 015 578 306.
14º) Lepe I-01630858, Lepe I- 01630745
Se trata de una única obra realizada por el procedimiento normal y por tanto con un presupuesto superior a
18.000 € cuya ejecución correspondió a la contrata ELECNOR.
Su objeto era sustituir la instalación de climatización existente por otro de mayor potencia que diera servicio a
la antigua sala de conmutación donde se instalarían los equipos nuevos. el primer expediente NUM001 recoge
el presupuesto asignado a suministro de las máquinas de refrigeración mientras que el resto de obras está
contemplado en el expediente número NUM002 . En estas obras existe un déficit de documentación respecto
los requerimientos exigidos por el pliego de condiciones y el documento de procedimiento abreviado de
gestión de obras inmobiliarias de Telefónica y la existente es incoherente dificultando así la trazabilidad. esta
documentación sería informe/mensaje donde se solicita la necesidad de ejecutar una obra, acta de replanteo,
documentación inicial de la obra (definición básica de la obra y planos); acta de aceptación de encargo
comunicación de inicio de obra (documentación final de la obra) memoria descriptiva planos, protocolos de
pruebas y puesta en marcha de las instalaciones, manuales de instrucciones y funcionamiento, certificados
de ensayos y características de materiales) y hoja de coeficiente de grado de cumplimiento.
Existen además incoherencias entre presupuestos y liquidaciones volcadas en el sistema falta de coherencia
entre las fechas de la documentación y el proceso de ejecución y liquidación de las obras y falta de justificación
de partidas ejecutadas de nueva aparición y mediciones y precios que variaron respecto al presupuesto de
origen.
Las obras no están correctamente ejecutadas compartidas de difícil justificación existiendo un desfase
presupuestario entre las mediciones reales y las certificadas y una partida con un aumento significativo de
precio no justificado concretamente la partida de máquina de expansión directa impulsión por falso suelo con
una discrepancia de 8.171,22 €.
15º) La Palma del Condado I- 01601408.
Se trata de una obra que se proyecta petición de una empresa para instalar nuevos equipos y llevar a cabo una
serie de mejoras en la sala que los va albergar dado el mal estado de conservación de la misma.
Examinada la documentación volcada en el repositorio no consta documentación inicial de la obra (definición
básica de la obra, planos, mediciones), carta de comunicación de encargo, acta de aceptación de encargo,
comunicado de inicio de obra, comunicación final de obra, documentación final de la obra (memoria
descriptiva, planos de obras ejecutadas, protocolos, manuales de instrucciones y funcionamiento, certificados
de ensayos y características de materiales, certificados y documentación relativos a la gestión de residuos
relacionados con la obra ejecutada), borrado del certificado final de obra y hoja de coeficiente de grado de
cumplimiento.
Existe una discrepancia entre las mediciones de nueve partidas que ascienden a 13.768,88 € lo que supone una
desviación de un 22% respecto al presupuesto total y no se llevó a cabo el correcto reciclaje de las máquinas
antiguas de aire acondicionado
16º) La Palma del Condado I- 015 578 306.
La obra proyectada implicaba la instalación de un nuevo transformador y una nueva acometida en un edificio
con una valoración de 3500 € menos el ahorro por la baja de las adjudicaciones..
En relación esta obra existen documentos incoherentes y falta documentación anexa relativa a cambios o
modificación de las partidas. La obra proyectada nunca fue ejecutada.
17º) La empresa dispone de procedimientos internos relativos a las condiciones para la ejecución de obras y
gestión de las mismas así como para la verificación de la obra ejecutada con carácter previo a su facturación
(documental 38, 39 y 40 del ramo de prueba de la empresa).

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JURISPRUDENCIA

18º) Además del despido del actor la empresa despidió a otros dos trabajadores concretamente al Jefe de la
Unidad, el señor Íñigo y al técnico, el señor Piedad , quienes impugnaron sus despidos ( documental 62 a
65 del ramo de prueba de la empresa).
20º) Tanto al actor como otro de los compañeros que fue despedido estaban afiliados al sindicato CGT lo cual
era conocido por la empresa en el caso del actor dado que le descontaban en las nóminas la cuota sindical
(documental número dos del ramo de prueba del actor).
21º) El actor presentó papeleta de conciliación el día 2 de octubre de 2015 celebrándose el acto sin avenencia
el día 20 de octubre. El día 22 de octubre de 2015 presentó demanda de despido
TERCERO.- Contra dicha sentencia se interpuso recurso de suplicación por D. Camilo , que fue impugnado
por la parte contraria.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El presente recurso de suplicación lo interpone el actor, al amparo del artículo 193 b ) y c) de
la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social , contra la sentencia de instancia que desestimó su demanda
y declaró la procedencia del despido disciplinario acordado por la empresa "Telefónica España S.A.U." el
18 de septiembre de 2.015, por transgresión de la buena fe contractual, al haberse prevalido de su puesto
como técnico medio adscrito a la jefatura inmobiliaria de la Zona Sur, para incumplir los procedimientos
internos relativos a la documentación de las obras -falta documentación que debería haberse volcado en el
repositorio-, hacer sobrevaloraciones de obra por excesos de medición, trabajos de desmontajes facturados
y no realizados, elementos de obra facturados y no instalados-, desviaciones de facturación -se factura una
obra cuando debería realizarse otra-, importantes defectos de instalación y terminación de obras concluidas
fuera de plazo que recibieron el visto bueno del actor motivando el abono de un 10% de variable por calidad.
Como motivo previo de recurso solicita la aportación de una sentencia del Juzgado de lo Social n.º 3 de Sevilla
de 2 de diciembre de 2.016 , que no figura unida al recurso por lo que no cabe pronunciamiento alguno relativo
a su admisión, y que en todo caso no procedería por no constar la firmeza de la sentencia, como igual ocurre
con la sentencia aportada por "Telefónica España S.A.U." del Juzgado de lo Social n.º 6 de Sevilla, que aunque
obra unida al recurso no es firme.
En el recurso solicita, por la vía del apartado b) del artículo 193 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social ,
dos revisiones fácticas, la primera referida al hecho probado 2º para que se le adicione un nuevo párrafo en
el que se declare que "No ha existido connivencia alguna entre el trabajador despedido, el Jefe Inmobiliario
Sur Sr. Íñigo y otro técnico de la misma Unidad Sr. Piedad para provocar quebranto alguno a la empresa",
revisión que no puede prosperar por tratar de incorporar al relato fáctico un hecho negativo fundado en la
falta de prueba de la citada "connivencia", que es una alegación inhábil a efectos revisores, sobre todo en un
caso como el presente en el que no se declara la procedencia del despido por la connivencia del actor con
otros trabajadores en la realización de actos irregulares, sino por no cumplir sus funciones de controlar las
obras realizadas para la empresa por contratas y subcontratas, lo que ocasiona la pérdida de la confianza
depositada en el actor por la empresa.
La siguiente revisión trata de modificar la redacción del hecho probado 3º de la sentencia para que se delimiten
las funciones que le correspondía realizar, tratando de remitir la competencia de los hechos que se le imputan
a una Dirección Facultativa que debería contratar "Telefónica España S.A.U.", revisión que no podemos aceptar
ya que se justifica en la Ley 381999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación y el Decreto 148/1969
de 13 de febrero, por el que se regulan las denominaciones de los graduados de Escuelas Técnicas y las
especialidades a cursar en las Escuelas de Arquitectura e Ingeniería Técnica, que por su condición de normas
jurídicas carecen de efectos revisores sin perjuicio de su aplicación, y en el pliego de condiciones particulares
de ejecución de obra inmobiliaria de Telefónica, que por su carácter general es un documento del que no
podemos extraer sin necesidad de conjeturas el reparto de funciones que trata de incluir en el relato fáctico,
sobre todo en un supuesto como el presente en el que las irregularidades que se le imputan se produjeron en
obras que carecían de la dirección facultativa a la que pretende remitir su responsabilidad, siendo el recurrente
el encargado de las labores de supervisión y control de las obras.
La sentencia del Tribunal Supremo de 16 de junio de 2.015 (JUR 2015/18074 ), citando las de 16 de septiembre
de 2014 , 14 de mayo de 2013 (rco 285/2011 ), y 5 de junio de 2011 (rco 158/2010 ) , en relación con la revisión
de hechos regulada en la Ley de Procedimiento Laboral, que con doctrina aplicable al caso al no haberse
modificado esta regulación en la actual Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, declara que: "el proceso
laboral está concebido como un proceso de instancia única -que no grado-, lo que significa que la valoración de la
prueba se atribuye en toda su amplitud - artículo 97.2 Ley de Procedimiento Laboral - únicamente al juzgador de

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JURISPRUDENCIA

instancia ...por ser quien ha tenido plena inmediación en su práctica y la revisión de sus conclusiones únicamente
puede ser realizada cuando un posible error aparezca de manera evidente y sin lugar a dudas de documentos
idóneos para ese fin que obren en autos, por lo que se rechaza que el Tribunal pueda realizar un nueva valoración
de la prueba, como si el presente recurso no fuera el extraordinario de casación sino el ordinario de apelación
(recientes, sentencias del Tribunal Supremo de 11 de noviembre de 2.009 -rco 38/08 - ; 13 de julio de 2.010 -rco
17/09 -; y 21 de octubre de 2.010 -rco 198/09 ). Y como consecuencia de ello se rechaza la existencia de error,
si ello implica negar las facultades de valoración que corresponden primordialmente al Tribunal de instancia,
siempre que las mismas se hayan ejercido conforme a las reglas de la sana crítica, pues lo contrario comportaría
la sustitución del criterio objetivo de aquél por el subjetivo de las partes (entre tantas otras, sentencias del
Tribunal Supremo de 11/ de noviembre de 2.009 - rco 38/08 -; y 26 de enero de 2.010 -rco 96/09 -)", así como
que "la revisión de hechos probados exige los siguientes requisitos: 1º.- Que se indiquen qué hechos han de
adicionarse, rectificarse o suprimirse, sin que en ningún caso bajo esta delimitación conceptual fáctica puedan
incluirse normas de derecho o su exégesis. 2º.- Que se citen concretamente la prueba documental que, por sí
sola, demuestre la equivocación del juzgador, de una manera manifiesta, evidente y clara. 3º.- Que se precisen
los términos en que deben quedar redactados los hechos probados y su influencia en la variación del signo
del pronunciamiento; y 4º.- Que tal variación tenga trascendencia para modificar el fallo de instancia (entre
las últimas, sentencias del Tribunal Supremo de 17 de Enero de 2.011 -rco 75/10 -; 18 de enero de 2.011 -rco
98/09 -; y 20 de enero de 2.011 -rco 93/10 -). E insistiendo en la segunda de las exigencias se mantiene que
los documentos sobre los que el recurrente se apoye para justificar la pretendida revisión fáctica deben tener
una eficacia radicalmente excluyente, contundente e incuestionable, de tal forma que el error denunciado emane
por sí mismo de los elementos probatorios invocados, de forma clara, directa y patente, y en todo caso sin
necesidad de argumentos, deducciones, conjeturas o interpretaciones valorativas, hasta el punto de afirmarse
que la certidumbre del error está reñida con la existencia de una situación dubitativa (así, sentencias del Tribunal
Supremo de 22 de mayo de 2.006 -rco 79/05 -; y 20 de junio de 2.006 -rco 189/04 -)". ".
En aplicación de esta doctrina no citándose documentos que justifiquen la modificación del relato fáctico, que
gocen de las notas de fehaciencia, veracidad e idoneidad necesarias para justificar la revisión de la sentencia,
no procede sino desestimar estos motivos de recurso y dejar inalterada la declaración de hechos probados
que contiene la misma.
SEGUNDO.- En relación con el examen del Derecho aplicado en la sentencia se denuncia en el recurso, por la
vía del apartado c) del artículo 193 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social , la infracción del artículo
212.j) de la Normativa Laboral de Telefónica y del artículo 54.2 d) del Estatuto de los Trabajadores .
En primer lugar se alega la falta de connivencia del actor con los otros dos trabajadores despedidos para
cometer la defraudación a la empresa, motivo de recurso que no puede prosperar ya que como dijimos en la
sentencia no se declara procedente el despido por la existencia de una trama defraudadora compuesta por
los tres trabajadores, sino porque "el actor, por el puesto que ocupaba y sus funciones, debía de velar porque
las obras de inmobiliario de la empresa en las Zonas de Sevilla y Huelva se ejecutaran adecuadamente por las
contratas y subcontratas, cumpliéndose las exigencias de control y gestión que derivan de los procedimientos
internos de la compañía a fin de verificar la correcta trazabilidad de las mismas siendo esencial para ello que la
documentación generada estuviera adecuadamente volcada en el correspondiente repositorio. Si precisamente
la persona encargada de esa gestión y control no cumple con sus obligaciones detectándose además graves
irregularidades en las obras en cuestión y no meras desviaciones o simple errores en mediciones o facturaciones,
la compañía pierde legítimamente la confianza en un empleado llamado a velar por los intereses de la misma
en la ejecución de dichas obras", es decir, se valora exclusivamente la conducta del actor para declarar la
procedencia de la sanción de despido, lo que nos conduce a la desestimación de este motivo de recurso.
TERCERO.- En el siguiente motivo, denuncia la infracción de los artículos 54 y 55 del Estatuto de los
Trabajadores en relación con el artículo 24 de la Constitución Española , alegando que la carta de despido es
inconcreta y produce indefensión, en cuanto no individualiza el comportamiento del actor.
Es doctrina jurisprudencial reiterada que la finalidad de la carta de despido, que la misma proporcione
al trabajador un conocimiento suficiente y fehaciente de las causas que justifican la decisión extintiva
empresarial, indicando los hechos que la motivan, de forma que el actor puede articular una defensa eficaz
frente a la causa alegada por la empresa en caso de ser esta improcedente.
El artículo 55.1 del Estatuto de los Trabajadores establece que «el despido deberá ser notificado por escrito al
trabajador, haciendo figurar los hechos que lo motivan y la fecha en que tendrá efectos» , esta exigencia ha sido
reiteradamente interpretada por el Tribunal Supremo, entre otras, en la sentencia de 12 de marzo de 2.013 (RJ
2013\4140), citando las del Pleno de la Sala de 28 de abril de 1997 (RJ 1997, 3584), reiterada por otras muchas
posteriores -entre ellas, las de 18 de enero de 2000 (RJ 2000, 1059) y 30 de septiembre de 2010 (RJ 2010, 7795),
en la que se declara que la exigencia del artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores : "ha sido reiteradamente

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JURISPRUDENCIA

interpretada por la Sala en el sentido que sintetiza la sentencia de 3 octubre 1988 (RJ 1988, 7507), a tenor de
la cual «aunque no se impone una pormenorizada descripción de aquéllos -los incumplimientos que motivan
el despido-, sí exige que la comunicación escrita proporcione al trabajador un conocimiento claro, suficiente
e inequívoco de los hechos que se le imputan para que, comprendiendo sin dudas racionales el alcance de
aquéllos, pueda impugnar la decisión empresarial y preparar los medios de prueba que juzgue convenientes
para su defensa ".
En el presente caso los hechos que se imputan al trabajador no sólo están especificados en la carta de despido,
sino también en el pliego de cargos, siendo la carta una mera transcripción de dichos cargos, requiriendo la
empresa al actor durante la tramitación del expediente disciplinario la documentación referida a las obras en
las que se cometieron las irregularidades, que están situadas en La Palma del Condado y Lepe, figurando tras el
examen de la documentación obrante en el expediente disciplinario, que después de sus visitas a las obras "se
han preparado y enviado nuevas liquidaciones de obras" en las que hacía desaparecer partidas comprobables
por partidas de difícil control como "horas de grúa" o "mano de obra", por lo que el actor que es el que elabora
las certificaciones y mediciones de obra, tiene perfecto conocimiento de los hechos que se le imputan, que
se refieren a dos obras realizadas en La Palma del Condado y Lepe, y que además constituyen una falta
continuada, ya que su comportamiento irregular se mantuvo hasta que se realizó la auditoría de tales obras.
Además si el actor necesitaba para elaborar su demanda la auditoria realizada por la empresa, podría haber
dispuesto de ella previamente a la presentación de la demanda por la vía del artículo 77 de la Ley Reguladora
de la Jurisdicción Social que regula la exhibición previa de documentos, dentro de los actos preparatorios y
diligencias preliminares al proceso, por lo que debemos desestimar este motivo de recurso.
CUARTO.- Seguidamente denuncia en el recurso la infracción del artículo 60.2 del Estatuto de los
Trabajadores , en concordancia con el artículo 54.2 c) del mismo texto legal y el artículo 211 de la Normativa
Laboral de Renfe, alegando la prescripción de la responsabilidad dimanante de la comisión de la falta.
Para valorar si la falta ha prescrito o no, debemos determinar el día en el que se cometió la infracción, aplicando
la doctrina general que establece que ese día se corresponde con el que los órganos de la empresa con
facultades disciplinarias tengan conocimiento de los hechos, no sólo en el caso de empleados de banca y
cargos directivos como pretende el actor, sino de todos aquellos trabajadores que tienen como actividad
principal la de supervisar y controlar las actuaciones de otros trabajadores o contratas como en este caso, ya
que en este supuesto al estar afectados los técnicos directores de las obras y el jefe de la unidad, es difícil
que la empresa conociera la comisión de las irregularidades por las que se sanciona al actor.
La sentencia del Tribunal Supremo de 11 octubre 2005 (RJ 2005\8007), en relación con la prescripción de las
faltas declara citando las de 25 de julio del 2002 (RJ 2002, 9526) (Rec. 3931/2001), 27 de noviembre del 2001
(Rec 260/2001), 31 de enero del 2001 (RJ 2001, 2136) (Rec. 148/2000), 18 de diciembre del 2000 (RJ 2001,
821) (Rec. 2324/99), 14 de febrero de 1997 (RJ 1997, 1348) (Rec. 1422/06), 22 de mayo de 1996 (RJ 1996,
4607) (Rec. 2379/1995), 26 de diciembre de 1995 (RJ 1995, 9845) (Rec. 1854/95), 29 de septiembre de 1995
(RJ 1995, 6925) (Rec. 808/95, 15 de abril de 1994 (RJ 1994, 3243) (Rec. 878/93), 3 de noviembre de 1993
(RJ 1993, 8536) (Rec. 2276/91), 24 de septiembre de 1992 (RJ 1992, 6809) (Rec. 2415/91) y 26 de mayo de
1992 (RJ 1992, 3608) (Rec. 1615/91), que : "1).- En los supuestos de despidos por transgresión de la buena fe
contractual o abuso de confianza, «la fecha en que se inicia el plazo de prescripción establecido en el artículo 60.2
del Estatuto de los Trabajadores no es aquella en que la empresa tiene un conocimiento superficial, genérico o
indiciario de las faltas cometidas, sino que, cuando la naturaleza de los hechos lo requiera, ésta se debe fijar en el
día en que la empresa tenga un conocimiento cabal, pleno y exacto de los mismos» ( sentencias de 25 de julio del
2002 , 27 de noviembre y 31 de enero del 2001 , 18 de diciembre del 2000 , 22 de mayo de 1996 , 26 de diciembre
de 1995 , 15 de abril de 1994 , 3 de noviembre de 1993 , y 24 de septiembre y 26 de mayo de 1992 ); 2).- Se ha de
entender que ese conocimiento cabal y exacto lo tiene o adquiere la empresa, cuando el mismo llega a un órgano
de la misma dotado de facultades sancionadoras o inspectoras ( sentencias de 25 de julio del 2002 , 31 de enero
del 2001 , 26 de diciembre de 1995 y 24 de noviembre de 1989 ); 3).- En los supuestos en los actos transgresores
de la buena fe contractual se cometen por el trabajador de modo fraudulento o con ocultación, eludiendo los
posibles controles del empresario, debe tenerse en cuenta que tal ocultación «no requiere ineludiblemente actos
positivos, basta para que no empiece a computarse la prescripción, que el cargo que desempeña el infractor
obligue a la vigilancia y denuncia de la falta cometida,pues en este supuesto, el estar de modo continuo gozando
de una confianza especial de la empresa, que sirve para la ocultación de la propia falta, es una falta continua
de lealtad que impide mientras perdura que se inicie el computo de la prescripción » ( sentencias de 25 de julio
del 2002 y 29 de septiembre de 1995 )."
En el mismo sentido la sentencia del Tribunal Supremo de 15 julio 2003 (RJ 2004\5410), declara que: "En el
caso de las faltas ocultadas por el trabajador que se prevale de su condición para impedir que el empleador
tenga conocimiento de las mismas se ha considerado, bajo el mismo criterio anterior, que el plazo de los seis

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JURISPRUDENCIA

meses no puede comenzar a computar sino desde que cesó aquella actividad de ocultación del empleado pues
esta conducta en sí misma constituye una falta de deslealtad y un fraude que impide que la prescripción pueda
comenzar, razón por la cual «el término de seis meses ha de contarse desde que se dan las circunstancias
precisas para que la transgresión sea conocida» - sentencia del Tribunal Supremo 25 de junio de 1990 ( RJ 1990,
5514)-, más en concreto «desde que cesó la ocultación» - sentencia del Tribunal Supremo de 27 de enero 1990
(RJ 1990, 224), Auto Tribunal Supremo de 15 de julio de 1997 (RJ 1997, 5702) (Rec.- 73/1997 )-, aunque también
se ha dicho que en estos casos computará la prescripción a partir de los seis meses desde que la empresa tuvo
conocimiento de la falta cometida y ocultada - sentencia del Tribunal Supremo de 25 de abril de 1991 (RJ 1991,
5230) (Rec.- 500/90 ), 3 de noviembre de1993 (RJ 1993, 8536) (Rec.- 2276/91 ), 29-9-1995 (RJ 1995, 6925) (Rec.-
808/95 ), Auto Tribunal Supremo de 12 de junio de 2002 (RJ 2002, 7803) (Rec.- 2274/01 )-, siempre partiendo de
la base de una ocultación mantenida eludiendo los posibles controles del empresario."
Lo que ha hecho la jurisprudencia en estos casos excepcionales referidos a las faltas continuadas y a las
faltas ocultadas no es modificar la regla legal de cómputo, como no puede hacer en atención al principio
constitucional de legalidad ( artículo 117.1 Constitución Española ), sino aplicar las previsiones legales a tal
tipo de faltas para entender que en estos casos el día en que fueron cometidas es aquel en el que se cometió
la última o en que cesó la deslealtad en que se traducía la ocultación.
En este caso es claro que la empresa no tuvo conocimiento de la comisión de la falta hasta que no concluyó
la auditoria que encargó y que finalizó el 24 de julio de 2.015, por lo que entregado al actor el pliego de cargos
el 27 de julio de 2.015 y comunicada la sanción de despido el 18 de septiembre de 2.015, no han transcurrido
los 60 días que establece el artículo 60.2 del Estatuto de los Trabajadores .
La siguiente cuestión ha dilucidar es si el incumplimiento de los plazos previstos para la tramitación del
expediente disciplinario da lugar a la prescripción de la falta, en aplicación del artículo 211 de la Normativa
Laboral de Telefónica, norma que dispone que "La tramitación del expediente disciplinario interrumpirá la
prescripción de la falta o faltas objeto del mismo siempre que no rebase el plazo de quince días hábiles contados
desde la fecha en que el inculpado haya presentado sus descargos o desde la finalización, en su caso, de los
cinco días concedidos al efecto, si no los hubiere formulado.".
En este caso el actor presentó su pliego de descargos el 30 de julio de 2.015, siendo ampliado el día 9 de
septiembre de 2.015, por lo que al notificarle la sanción del día 18 de septiembre no habían transcurrido con
exceso los 15 días hábiles que menciona la normativa lo que nos conduce a la desestimación de este motivo
de recurso.
QUINTO.- Seguidamente se denuncia la infracción del artículo 212 j) en relación con el artículo 214 de la
Normativa Laboral de Telefónica.
La Sala no puede apreciar la existencia de la infracción normativa denunciada, al calificar el artículo 212 j)
como falta muy grave "... todos los supuestos previstos legalmente como causas justificativas del despido.",
disponiendo el artículo 214 que "La sanción de despido se aplicará únicamente en los casos de reincidencia o
reiteración en faltas muy graves y en la primera comisión de las faltas consistentes en robos, hurtos, estafas,
apropiaciones indebidas y retenciones ilícitas o defraudación de fondos de la Compañía, así como en las demás
faltas previstas en la Ley como causas justificativas del despido disciplinario." , pretendiendo hacer valer que
para la imposición de la sanción de despido era necesario la reiteración en la comisión de faltas muy graves.
La sentencia del Tribunal Supremo de 29 de Enero del 2013 (RJ 2013, 1961), en relación con la interpretación
de los convenios colectivos declara que: "... en materia de interpretación de cláusulas de convenios y acuerdos
colectivos, en cuyo esclarecimiento se combinan las reglas de interpretación de las normas con las de la
interpretación de los contratos, debe atribuirse un amplio margen de apreciación a los órganos jurisdiccionales
de instancia, ante los que se ha desarrollado la actividad probatoria relativa a la voluntad de las partes y
a los hechos concomitantes, de manera que la referida hermenéutica esfacultad privativa de los Tribunales
de Instancia, cuyo criterio, como más objetivo, ha de prevalecer sobre el del recurrente, salvo que aquella
interpretación no sea racional ni lógica o ponga de manifiesto la notoria infracción de alguna de las normas que
regulan la exégesis contractual» ( sentencias del Tribunal Supremo de 27/05/86 (RJ 1986 , 2827) , 17/07/12
(RJ 2012, 9970) -rco 203/11 -; y 17/12/12 -rco 8/12 -); o, más sucintamente, cuando no supere un «juicio de
razonabilidad» ( sentencias del Tribunal Supremo -recientes- 17/07/12 (RJ 2012, 9602) -rco 36/11 -; 20/07/12
(RJ 2012, 8977) - rco 196/11 -; y 16/11/12 -rco 208/11 -)".
Como ha declarado reiteradamente el Tribunal Supremo entre otras en la sentencia de 13 de marzo de 2.007
(RJ 2007/2388), para interpretar los convenios colectivos hemos de tener en cuenta dos precisiones "La
primera es que el carácter mixto del Convenio -norma de origen convencional/contrato con eficacia normativa-
determina que en su interpretación haya de atenderse tanto a las reglas que se refieren a las normas jurídicas
[ artículos 3 y 4 Código Civil ] como a aquellas otras que disciplinan la relativa a los contratos [ artículos 1.281

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JURISPRUDENCIA

a 1.289 Código Civil ] ( sentencias del Tribunal Supremo de 13 de junio de 2.000 [RJ 2000, 5114] -rec. 3839/99
-; 16 de octubre de 2.001 [RJ 2002, 2459] -rec. 33/01 -; 10 de junio de 2.003 [RJ 2003, 3828] -rec. 76/02 -; 23 de
mayo de 2.006 [RJ 2006, 4473] -rec. 8/05 ; 08 de julio de 2.006 -rec. 294/05 -; y 08 de noviembre de 2.006 [RJ
2006, 8266] -rec. 135/05 -)...Y la segunda puntualización es relativa a la primacía que en principio ha de darse a
la interpretación llevada a cabo en la instancia ( sentencias del Tribunal Supremo de 23 de mayo de 2.06 - cas.
8/05 -; 13 de julio de 2.006 - rec. 294/05 -; y 08/11/06 - rec. 135/05 -),....
En esta línea hemos destacado con reiteración ( sentencias del Tribunal Supremo de 23 de mayo de 2.006 [RJ
2006, 4473] -cas. 8/05 -; 13 de julio de 2.006 (sic) [RJ 2006 , 6536] -rec. 294/05 -; 31 de enero de 2.007 [RJ 2007 ,
1024] -rec. 4713/05 -; y 31 de enero de 2.007 [ RJ 2007 , 1495] -rec. 5481/05 -) que el primer canon hermenéutico
en la exégesis de la norma es «el sentido propio de sus palabras» [ artículo 3.1 Código Civil ] y en la de los
contratos el «sentido literal de sus cláusulas» [ artículo 1.281 Código Civil ] de forma que las palabras e intención
de los contratantes constituyen «la principal norma hermenéutica» ( sentencia del Tribunal Supremo 1 de julio
de 1.994 [RJ 1994, 6323] -rec. 3394/93 -). Por ello, cuando los términos de un contrato son claros y terminantes,
no dejando lugar a dudas sobre la intención de los contratantes, debe estarse al sentido literal de sus cláusulas,
sin necesidad de acudir a ninguna otra regla de interpretación ( sentencia del Tribunal Supremo de 20 de marzo
de 1.990 [RJ 1990, 2192] -infracción de Ley-). En este mismo sentido, la Sala Primera insiste en que las normas
o reglas interpretativas contenidas en los artículos 1.281 a 1.289 Código Civil , constituyen un conjunto
subordinado y complementario entre sí, teniendo rango preferencial y prioritario la correspondiente al primer
párrafo del artículo 1.281, de tal manera que si la claridad de los términos de un contrato no deja duda sobre
la intención de las partes, no cabe la posibilidad de que entren en juego las restantes reglas contenidas en los
artículos siguientes, que vienen a funcionar con el carácter de subordinadas respecto de la que preconiza la
interpretación literal ( sentencias del Tribunal Supremo -Sala Primera- 29 de marzo de 1.994 [RJ 1994, 2304] -
rec. 1329/93 -; 10 de febrero de 1.997 [RJ 1997, 665] -rec. 650/93 -; 10 de junio de 1.998 [RJ 1998, 3714] -rec.
1063/94 -; 5 de octubre de 2.002 [RJ 2002, 9264] -rec. 674/97 -; y 30 de septiembre de 2.003 [RJ 2003, 6849] -
rec. 4128/97 -);".
Conforme a esta doctrina el convenio colectivo, naturaleza de la que disfruta la Normativa Laboral de
Telefónica, debe interpretarse en su conjunto, relacionando unas normas con otras, teniendo en cuenta en
primer lugar el tenor literal de sus palabras, y sólo cuando estas son oscuras los antecedentes históricos y la
voluntad de las partes negociadoras del convenio que justificaron la redacción de la norma convencional.
Aplicando esta doctrina la Sala no puede aceptar la argumentación que se mantiene en el recurso, ya que el
artículo 214 de la Normativa Laboral de Telefónica exige reincidencia de todas las faltas calificadas como
muy graves en el artículo 211 para justificar el despido con dos excepciones, la primera cuando se trate de
"robos, hurtos, estafas, apropiaciones indebidas y retenciones ilícitas o defraudación de fondos de la Compañía"
y la segunda cuando se cometan " las demás faltas previstas en la Ley como causas justificativas del despido
disciplinario.", ya que si no se excluyera esta causa de la exigencia de reincidencia o reiteración en la comisión
de la falta no sería necesaria su mención expresa, pues estaría incluida en el primer párrafo del precepto.
La empresa sanciona al actor por la comisión de una falta de transgresión de la buena fe contractual y abuso
de confianza prevista en el artículo 54.2 d) del Estatuto de los Trabajadores , infracción que no está regulada
como causa específica en el catálogo de faltas muy graves contenido en el artículo 212 de la Normativa Laboral
de Telefónica, por lo que es una falta que justifica el despido sin necesidad de reiteración, lo que nos conduce
a la desestimación de este motivo de recurso.
SEXTO.- Por último se denuncia la infracción del artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores , pretendiendo
la aplicación al actor de la doctrina gradualista y la imposición de una sanción menor que no supusiera la
extinción de la relación laboral.
La transgresión de la buena fe contractual se fundamenta en el hecho de que el trabajador ha de cumplir
con las obligaciones inherentes a su puesto de trabajo de conformidad a las reglas de la buena fe, artículos
5 a ) y 20. 2 del Estatuto de los Trabajadores , constituyendo la transgresión una actuación contraria a los
especiales deberes de conducta que deben presidir la ejecución del contrato, siendo la buena fe consustancial
al contrato de trabajo generando derechos y obligaciones recíprocos, que se traducen en una exigencia de
comportamiento ético acorde a una serie de valores como la lealtad, honorabilidad, probidad y confianza, que
limitan o condicionan el cumplimiento del contrato de trabajo.
La esencia del incumplimiento no está en la causación de un daño, sino en la vulneración de los anteriores
valores, por lo que a pesar de la inexistencia de perjuicio alguno a la empresa -elemento que se debe considerar
y ponderar en orden a la calificación de la gravedad de la conducta- no se enerva la transgresión, para cuya
calificación también deben valorarse las condiciones personales y profesionales del trabajador y la confianza
depositada en el mismo, no siendo tampoco necesario la concurrencia de dolo en la conducta, entendido como

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JURISPRUDENCIA

conciencia y voluntad en la realización de la conducta infractora, pues basta que los hechos se produzcan
de manera culposa, si la culpa es grave e inexcusable, para estimar cometida la infracción ( sentencias del
Tribunal Supremo de 18 de mayo de 1.987 , 30 de octubre de 1.989 , 14 de febrero de 1.990 y 26 de febrero
de 1.991 ).
La transgresión de la buena fe contractual se entiende cometida aunque no se acredite la existencia de un
lucro personal, ni haber causado daños a la empresa y con independencia de la mayor o menor cuantía de
lo defraudado, pues basta para ello el quebrantamiento de los deberes de fidelidad y lealtad implícitos en
toda relación laboral, pues los daños y perjuicios causados son uno de los elementos a tener en cuenta para
valorar la gravedad de la falta, pero no el único, pudiendo ponderarse otros como la situación objetiva del
riesgo creada, la concurrencia de abuso de confianza , o el efecto pernicioso para la organización productiva
( sentencias de 26 de mayo de 1.986 y 26 de enero de 1.987 ). La esencia del incumplimiento no está en el
daño causado, sino en el quebranto de la buena fe depositada y de la lealtad debida, al configurarse la falta por
la ausencia de valores éticos y no queda enervada por la inexistencia de perjuicios. ( sentencias de Tribunal
Supremo de 8 de febrero de 1.991 y 9 de diciembre de 1.986 ).
Por otra parte el abuso de confianza se conceptúa como una "modalidad cualificada de la transgresión de dicha
buena fe contractual, de un mal uso o uso desviado por parte del trabajador, de las facultades que se le confiaron,
con lesión o riesgo para los intereses de la empresa" , debiendo estarse para la valoración de la conducta que
la empresa considera contraria a este deber, a la entidad del cargo de la persona que cometió la falta y sus
circunstancias personales ( sentencia del Tribunal Supremo de 20 octubre 1983 ), sin que en la materia de
pérdida de confianza pueda establecerse graduación alguna ( sentencia de 29 de noviembre de 1.985 y 16 de
julio de 1.982 ), pues la deslealtad consiste en la eliminación voluntaria de los valores éticos que deben inspirar
al trabajador en el cumplimiento de los deberes básicos que el nexo laboral le impone ( sentencias de 24 y 25
de febrero y 26 de septiembre de 1.984 ), pero también en abusar de la confianza recibida de la empresa, en
razón del cargo desempeñado, rebasando los límites de éste, en provecho propio o de un tercero que no sea
acreedor directo de las prestaciones empresariales ( sentencia de 25 de febrero de 1.984 ).
En definitiva, la relación laboral, exige una confianza entre las partes que se quiebra por la realización de
conductas que producen un quebranto de la confianza en el trabajador que deberá valorar, como en este caso
en el que el actor tiene encomendadas funciones de supervisión de obras con la finalidad de que los pagos de
la empresa se ajusten a las obras realizadas, y prevaliéndose del puesto de trabajo produce a la empresa un
perjuicio ya que realiza sobrevaloraciones que son abonadas por la empresa, sin introducir la documentación
necesaria en el programa informático para evitar su control, desviando fondos a otras obras y defraudando la
confianza que la empresa tiene en él depositada entre otros factores por su antigüedad en el desempeño de su
puesto de trabajo, lo que supone una clara transgresión de la buena fe contractual y de los deberes de fidelidad
y honorabilidad hacia la empresa y nos conduce a la desestimación del recurso de suplicación interpuesto y
a la confirmación de la sentencia de instancia.

FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por D. Camilo contra la
sentencia dictada el día 26 de Enero de 2.017, en el Juzgado de lo Social nº 3 de Sevilla , en el procedimiento
seguido por la demanda interpuesta en impugnación de despido y tutela de los derechos fundamentales
a instancias de D. Camilo contra la empresa "TELEFÓNICA DE ESPAÑA S.A.U.", habiendo sido parte el
MINISTERIO FISCAL y confirmamos la sentencia impugnada en todos sus pronunciamientos.
Notifíquese esta sentencia a las partes y al Excmo. Sr. Fiscal de este Tribunal, advirtiéndose que, contra ella,
cabe recurso de Casación para la Unificación de Doctrina, que podrá ser preparado por cualquiera de las
partes o el Ministerio Fiscal dentro de los DIEZ DÍAS hábiles siguientes a la notificación de la misma, mediante
escrito dirigido a esta Sala, firmado por abogado -caso de no constar previamente, el abogado firmante deberá
acreditar la representación de la parte-, con tantas copias como partes recurridas, expresando el propósito
de la parte de formalizar el recurso; y en el mismo deberá designarse un domicilio en la sede de la Sala de lo
Social del Tribunal Supremo a efectos de notificaciones, con todos los datos necesarios para su práctica y
con los efectos del apartado 2 del artículo 53 Ley reguladora de la Jurisdicción Social .
En tal escrito de preparación del recurso deberá constar: a) exposición de "cada uno de los extremos del
núcleo de la contradicción, determinando el sentido y alcance de la divergencia existente entre las resoluciones
comparadas, en atención a la identidad de la situación, a la igualdad sustancial de hechos, fundamentos y
pretensiones y a la diferencia de pronunciamientos";
b) "referencia detallada y precisa a los datos identificativos de la sentencia o sentencias que la parte pretenda
utilizar para fundamentar cada uno de los puntos de contradicción";

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JURISPRUDENCIA

c) que las "sentencias invocadas como doctrina de contradicción deberán haber ganado firmeza a la fecha
de finalización del plazo de interposición del recurso", advirtiéndose, respecto a las sentencias invocadas, que
"Las sentencias que no hayan sido objeto de expresa mención en el escrito de preparación no podrán ser
posteriormente invocadas en el escrito de interposición".
Una vez firme la sentencia por el transcurso del plazo sin interponerse el recurso, devuélvanse los autos al
Juzgado de lo Social de procedencia con certificación de la misma, diligencia de su firmeza y, en su caso,
certificación o testimonio de la posterior resolución que recaiga, dejándose otra certificación en el rollo a
archivar por esta Sala.
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

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