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Lo anterior son la ideas que maneja para entra a centralizar la tesis que maneja Prada
sobre la personalidad, radica en teorizar sobre la estructura interna de los seres humanos es
decir, la organización psicológica de nuestro interior. Siguiendo a Sigmund Freud y Mier
Maza, comenzando con este último sobre la organización narcisista (que en esencia es amor
por el propio cuerpo). Freud sistematiza la estructura de la personalidad, la cual divide el
aparto psíquico en Ello (aparato anímico-nivel inconsciente, instinto-pasional, busca del
placer que fuera de control se convierte en un tirano), Yo-ego (función de controlar, racional-
reflexivo) y Superyo (criterio que la persona hace suyos, normas y prohibiciones).
Ahora bien, la personalidad humana está formada por una estructura básica (el Ello es
inmoral, Yo se esfuerza por ser moral y Superyo puede llegar a ser hipermoral), una persona
madura-normal, psicológicamente hablando es el que mantiene un YO fuerte, mantiene el
equilibrio entre el ello-superyo, y no permite que se desvié a derecha o izquierda. Una
persona con un Superyo fuerte es una personalidad rígida y superestructurada, amiga de la
ley, del orden, del deber.
Ser sumiso a las aspiraciones del Ello, entonces se presentará como una falsa instancia
de control.
Ponerse de parte de los instintos de muerte en contra de los instintos de vida, y termine
siendo víctima de aquellos.
Ser asfixiada por su propia creación, el Superyo, y convertirse en un Yo rígido.
La dinámica anterior se puede describir en la experiencia de vida del apóstol Pablo, (Ro
7:14-8:5) donde se muestra con un conflicto entre el Ello el Yo y el supero yo, como esa
parte interna de los malos deseos1, pero también esa deseo interno de hacer lo correcto, es
decir el yo que es el controlador, el que hace el equilibrio, y esta el Superyo la ley aprendida
como norma de conducta. Esta realidad lo podemos ver en otros personajes históricos en la
biblia y además se puede ver en enseñanza antropológica y de hamartiologia.
Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es
correcto, pero no puedo. Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero
igual lo hago. Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el
pecado que vive en mí.
He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo
evitar hacer lo que está mal. Amo la ley de Dios con todo mi corazón, pero hay otro poder dentro de mí que
está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí. ¡Soy un pobre
desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?2
¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la
muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad
quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.3 Como
dice él la solución está en la persona de Jesucristo y como lo hace;
El Espíritu Santo nos controla y nos da vida, y nos ha librado del pecado y de la muerte. 3 Dios ha hecho
lo que la ley de Moisés no era capaz de hacer, ni podría haber hecho, porque nadie puede controlar sus deseos
1 Sociedades Bíblicas Unidas. (2002; 2003). Traducción en lenguaje actual; Biblia Traducción en lenguaje actual (Ro 7.14). Sociedade Bíblica do Brasil.
2 Nueva Traducción Viviente. (2009). (Ro 7.18–24). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc.
3 Nueva Traducción Viviente. (2009). (Ro 7.24–25). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc.
de hacer lo malo. Dios envió a su propio Hijo, y lo envió tan débil como nosotros, los pecadores. Lo envió para
que muriera por nuestros pecados. Así, por medio de él, Dios destruyó al pecado. 4 Lo hizo para que ya no
vivamos de acuerdo con nuestros malos deseos, sino conforme a todos los justos mandamientos de la ley, con
la ayuda del Espíritu Santo. 4 “Para que habite cristo por la fe en vuestros corazones y E-Santo
nos controla (el Yo)” por qué la ley del Espíritu da vida. Es un encuentro personal con Jesús
que me da el equilibrio y poder para conducir le vida.
4
Sociedades Bíblicas Unidas. (2002; 2003). Traducción en lenguaje actual; Biblia Traducción en lenguaje actual (Ro 8.2–4). Sociedade
Bíblica do Brasil.