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OPOSICIÓN A LA PRISIÓN PREVENTIVA

Sr. Fiscal de Instrucción:

Facundo Pérez Lloveras, por la participación acordada en autos


“ACUÑA LÓPEZ, Ángelo y otros p.ss.aa. Comercialización de Estupefacientes
Agravada, etc.”, SAC Nº 7001338, en defensa de González Martín Rodrigo,
respetuosamente comparezco y digo:

I. OBJETO

En carácter de defensor del encartado González, concurro en el


término de ley previsto, ante el Sr. Fiscal de Instrucción, a los efectos de plantear
oposición como lo autoriza el Art. 338 del C.P.P. en relación a la resolución de fecha
19/10/2018, a través de la cual se dispuso la medida de coerción privativa de libertad, por
considerarlo probable autor penalmente responsable del delito “Comercialización de
estupefacientes agravada (art. 5 inc. “c” primer supuesto y 11 inc. “c” de la ley 23.737).

II. EXPRESA AGRAVIOS

II.A. Falta de mérito para el dictado de la prisión preventiva: A criterio


de esta Defensa, el representante del Ministerio Púbico Fiscal ha limitado el análisis sobre
el caudal probatorio solamente a los elementos que aparecen en perjuicio a la parte
imputada, a la par de haber omitido exponer en su decisión, el detalle de las
circunstancias que resultan en peligro para la investigación, soslayando efectuar una
evaluación integral del material que obra en autos, comprometiendo asimismo la
responsabilidad internacional de la República Argentina a la luz de las convenciones que
nuestro Estado se ha obligado a respetar.

II.B. Calificación legal: Esta defensa se agravia por cuanto la


calificación legal que propone el Sr. Titular del Ministerio Publico es incorrecta. Ello por
cuanto:

A) Ausencia de indicación de la calidad de participación que se le


atribuye al prevenido en el delito de comercialización de estupefacientes.

B) Errónea aplicación de la modalidad agravada prevista en el


articulo 11 inc. “c”, de la ley 23.737.
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III. FUNDAMENTACIÓN

III. A. Falta de mérito para el dictado de la prisión preventiva:

III.A.1. Argumentos vertidos por el Ministerio Público para el


dictado de la prisión preventiva.

A los fines de dar sustento a su posición respecto a la necesidad de


la imposición de la medida de coerción personal del prevenido González, el Sr. Fiscal de
Instrucción expuso los siguientes argumentos:

a- “Amerita mencionar como primer indicio de peligrosidad


procesal que no existen dudas respecto a la gravedad de los delitos atribuidos a los
encartados… pues la Comercialización de estupefacientes agravada por la intervención
de tres o mas personas organizadas para cometerlo… tiene conminada una pena en
abstracto de seis años de mínimo a un máximo de veinte años de prisión… “

b- “Así de acurdo a la las pruebas recolectadas en autos y como


segundo indicio de peligrosidad procesal, no se puede dejar de mencionar que los
imputados de marras son personas sagaces en cuanto a la forma en que manejaban su
“negocio”, demostrando “astucia” y creatividad” para tratar de despistar a los
investigadores y ocultar así sus actividades ilícitas, mas si tenemos en cuenta que
desarrollaban su actividad en distintas localidades de la provincia, siendo una de sus
modalidades de venta “delivery”, previo contacto telefónico con sus clientes, modalidad
que otorga suma complejidad a la investigación policial siguiendo con este análisis y por
tratarse de una organización con distribución de roles y una inteligencia previa que les
permitió llevar adelante su designio criminal con total impunidad, aparece como factible
la posibilidad concreta de que cualquiera de los imputados en libertad pueda poner en
riesgo al proceso con el fina de mejorar su situación procesal, a de los demás
coimputados o tomando recaudos necesarios a los fines de entorpecer la investigación,
máxime si se tiene en cuenta que ya han tenido acceso a las presentes actuaciones.
Todo ello sumado al grado de impunidad con el que se manejaban, permite considerar
que esa cualidad puedan utilizarla los encartados en libertad en detrimento de la presente
investigación y así obstruir el accionar de la justicia”.

c- Continúa refiriendo el Sr. Fiscal: “El tercer indicio de


peligrosidad procesal, es la adicción a las drogas que dicen padecer los imputados…
Así Martín Rodrigo GONZÁLEZ declaró que: es adicto alas drogas tanto a la marihuana

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como a la cocaína, desde los 35 años de edad, teniendo un consumo de
aproximadamente entre 3 a 5 gramos de cocaína por semana y de entre 15 y 20 gramos
de marihuana por semana.

d- “se releva un trascendente cuarto indicio de peligrosidad


procesal cual es que muchos de los imputados de autos no cuentan con un domicilio
fijo… Martin Rodrigo GONZÁLEZ manifestó que desde hace 6 años vivía en el domicilio
ubicado en Sargento Cabral nº 25 del Barrio Belgrano de la ciudad de Alma Fuerte,
vivienda que es de propiedad de su progenitora… Ello sumado a que si bien caso todos
ellos poseen un oficio aprendido… Martín Rodrigo GONZÁLEZ se desempeña como
taxista… Todas esta circunstancias no son demostrativas de estabilidad laboral por
cuanto no se los puede vincular con un grupo cierto o permanente de trabajo al cual
aferrarse, de manera mas o menos cierta, durante su estadía en libertad. En conclusión,
la incertidumbre de los imputados en cuanto a su residencia y su actividad laboral, torna
absolutamente necesario asegurar su presencia mediante la continuidad de su
encarcelamiento preventivo.

e- “Por último se advierte como séptimo indicio de peligrosidad


procesal que si bien se acompañaron la mayoría de los resultados de las aperturas
llevadas acabo en los teléfonos secuestrados en poder de los imputados, lo cierto es que
de las mismas puede surgir la necesidad de recibir testimonios de personas allegadas o
del entorno en que se mueven los imputados. Siendo así, los mismos en libertad pueden
influir en estos testigos con el único propósito de mejorar su situación procesal,
entorpeciendo con su accionar la investigación”

III.2. Postura crítica de la Defensa.

Esta defensa no comparte los argumentos vertidos por el Sr. Fiscal


de Instrucción a los fines de dar por acreditada la existencia del peligro procesal que
esgrime, entendiendo que la valuación probatoria realizada por éste es arbitraria pues no
se deriva de modo lógico del caudal probatorio recogido en autos, siendo en definitiva su
razonamiento producto de su intima convicción.

A los fines de dar sustento a la afirmación realizada presentemente


realizaremos el siguiente análisis:

a. Respecto al punto “segundo indicio de peligrosidad procesal”


referido por el SFI, (Punto III.1.b.) respecto a que refirió que “que los imputados de marras

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son personas sagaces en cuanto a la forma en que manejaban su “negocio”,
demostrando “astucia” y creatividad” para tratar de despistar a los investigadores y ocultar
así sus actividades ilícitas, mas si tenemos en cuenta que desarrollaban su actividad en
distintas localidades de la provincia, siendo una de sus modalidades de venta “delivery”,
previo contacto telefónico con sus clientes, modalidad que otorga suma complejidad a la
investigación policial siguiendo con este análisis y por tratarse de una organización con
distribución de roles y una inteligencia previa que les permitió llevar adelante su designio
criminal con total impunidad, aparece como factible la posibilidad concreta de que
cualquiera de los imputados en libertad pueda poner en riesgo al proceso con el fina de
mejorar su situación procesal, a de los demás coimputados o tomando recaudos
necesarios a los fines de entorpecer la investigación, máxime si se tiene en cuenta que
ya han tenido acceso a las presentes actuaciones. Todo ello sumado al grado de
impunidad con el que se manejaban, permite considerar que esa cualidad puedan
utilizarla los encartados en libertad en detrimento de la presente investigación y así
obstruir el accionar de la justicia”.

Pero es el caso que esta defensa entiende que el Titular del


Ministerio Público realiza una valoración generalizada de todos los detenidos en autos,
omitiendo refiere respecto al prevenido GONZÁLEZ, en que modo el accionar que se le
atribuye en el hecho intimado puede ser indicador del peligro procesal que se alude.

Claro está que el modo de actuar descripto por la instrucción de ser


indicativo de la sagacidad, astucia y creatividad que se alude, pero ello solo lo será de
algunos sujetos del grupo al que se aludo. Consecuentemente se deriva que dichos
adjetivos no podrá necesariamente predicarse de todos los imputados, sino solo de
alguno de ellos, como ser los que idearon el plan, o los que organizaron la metodología
de trabajo, los vendedores, pero jamás podrá predicarse lo referido por el SFI respecto
de mi asistido GONZÁLEZ, pues a el se le endilga haber asistido ocasionalmente a quien
en definitiva realizaba las ventas del material estupefaciente, quien en definitiva era el
que actuaba con la sagacidad, astucia y creatividad que refirió el Sr. Fiscal a todos los
imputados. Por consiguiente, esta defensa entiende que este punto argumentativo
referido por el SFI como “segundo indicio de peligrosidad procesal”, no es de
aplicación al prevenido GONZÁLEZ.

b. Seguidamente, el Sr. Fiscal de Instrucción desarrolla el “tercer


indicio de peligrosidad procesal (argumento del punto III.1.c.), y a los fines de justificar
el dictado de la medida de coerción entendió que “la adicción a las drogas que dicen

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padecer los imputados”, es un serio indicador de riesgo procesal. Respecto a este
particular señaló que “Martín Rodrigo GONZÁLEZ declaró que: es adicto a las drogas
tanto a la marihuana como a la cocaína, desde los 35 años de edad, teniendo un consumo
de aproximadamente entre 3 a 5 gramos de cocaína por semana y de entre 15 y 20
gramos de marihuana por semana.”

Tal argumento es una mera afirmación dogmática carente de


elementos de convicción que la sustente, y por ende producto de la intima convicción de
quien la afirma. Esto es así, pues el Titular del Ministerio Público solo se limita a referir la
circunstancia fáctica de “que González es adicto alas drogas”, pero no explica de qué
manera la adicción del prevenido podría implicar un riesgo para los fines del proceso, en
el supuesto de que el prevenido GONZÁLEZ recupere su estado de libertad.

Contrariamente a lo sostenido por el Sr. Fiscal, esta defensa entiende


que tal condición de adicción a las drogas que padece GONZÁLEZ no debe ser valorada
en perjuicio de mi representado, y mucho menos a los fines de mantenerlo encerrado
preventivamente, pues, mas allá de que por si solo ello no implique tal riesgo, se estaría
valorando una enfermedad del mismo a los fines de evitar supuestos efectos no deseados
para el proceso, lo cual debería ser encausado únicamente por medio de una “medida de
seguridad” (V.G.: Internación), y no por medio de una “medida de coerción” como aquí se
pretende.

Es necesario destacar que el ordenamiento procesal otorga


facultades al Sr. Fiscal para poder regular la libertad de aquellos que están sometidos a
proceso, y en tal sentido lo faculta a imponer ciertas reglas de conducta para mantener
su situación de libertad, como es, entre otras, la imposición de un tratamiento para
superar las adicciones, o la de comparecer cada cierto tiempo a la sede judicial donde se
encuentre radicada la causa, etc.

Por último, es necesario destacar que, de considerase como válido


el argumento del Sr. Fiscal de Instrucción, nos llevaría al absurdo de elaborar una nueva
categoría de ciudadanos procesados que de modo automático no pueden recuperar la
libertad durante la sustanciación de una causa penal, a saber “Las personas adictas a
las drogas”, lo cual se encuentra vedada por las reglas rituales y constitucionales que
operan en nuestro sistema jurídico.

c. Como “cuarto indicio de peligrosidad procesal”, el Sr. Fiscal


de instrucción destaca que “muchos de los imputados de autos no cuentan con un
domicilio fijo… Martin Rodrigo GONZÁLEZ manifestó que desde hace 6 años vivía en el
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domicilio ubicado en Sargento Cabral nº 25 del Barrio Belgrano de la ciudad de Alma
Fuerte, vivienda que es de propiedad de su progenitora…”

Respecto a este particular, esta defensa entiende que el Sr. Fiscal


incurre en una flagrante contradicción pues, en primer lugar afirma que “Muchos de los
imputados (entre ellos el prevenido GONZALES), no cuentan con un domicilio fijo…”,
para después afirmar los contrario al transcribir lo declarado por el propio GONZÁLEZ,
en cuanto declaró que “…desde hace 6 años vivía en el domicilio ubicado en Sargento
Cabral nº 25 del Barrio Belgrano de la ciudad de Alma Fuerte, vivienda que es de
propiedad de su progenitora…”.

Como se puede observar a simple vista, es falsa la afirmación que


refiere que GONZÁLEZ no posea domicilio fijo, pues el prevenido desde hace mas de 6
años se domicilia en calle Sargento Cabral nº 25 del Barrio Belgrano de la ciudad de Alma
Fuerte, vivienda que es de propiedad de su progenitora…”.

Por lo expuesto supra, esta defensa entiende que se deberá valorar


como un contra-indicio de riesgo procesal la circunstancia de que el Prevenido
GONZÁLEZ posee domicilio fijo desde hace mas de 6 años, lo cual por cierto es
altamente trascendente para el otorgamiento de la libertad durante el proceso.

Seguidamente el Titular del Ministerio Público, continua


desarrollando este denominado “cuarto indicio de peligrosidad procesal”, lo referido
al trabajo que desarrolla el prevenido, y en tal sentido destaca que “sumado a que si bien
caso todos ellos poseen un oficio aprendido… Martín Rodrigo GONZÁLEZ se
desempeña como taxista… Todas esta circunstancias no son demostrativas de
estabilidad laboral por cuanto no se los puede vincular con un grupo cierto o permanente
de trabajo al cual aferrarse, de manera mas o menos cierta, durante su estadía en
libertad. En conclusión, la incertidumbre de los imputados en cuanto a su residencia y su
actividad laboral, torna absolutamente necesario asegurar su presencia mediante la
continuidad de su encarcelamiento preventivo.

Nuevamente el Sr. Fiscal realiza una afirmación arbitraria pues


refiere que la profesión de taxista” no es demostrativa de estabilidad laboral.

Lo afirmado supra se refiere por cuanto las reglas de la experiencia


nos demuestran que los Taxistas son trabajadores que para llevar a cabo su actividad
necesitan de una habilitación especial, lo cual a su vez es indicador de una ostensible
estabilidad laboral. A su vez no menos importante es la circunstancia que el Prevenido

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es conductor del Taxi cuya licenciataria es su progenitora, la cual obtuvo esa chapa de
taxi para que la trabaje el prevenido GONZÁLEZ, lo cual, a su vez, da mayor certidumbre
de la estabilidad laboral del prevenido.

e. “Por último se advierte como séptimo indicio de peligrosidad


procesal que si bien se acompañaron la mayoría de los resultados de las aperturas
llevadas acabo en los teléfonos secuestrados en poder de los imputados, lo cierto es que
de las mismas puede surgir la necesidad de recibir testimonios de personas allegadas o
del entorno en que se mueven los imputados. Siendo así, los mismos en libertad pueden
influir en estos testigos con el único propósito de mejorar su situación procesal,
entorpeciendo con su accionar la investigación”

Respecto a este punto esta defensa advierte que tal circunstancia


por si no configura un indicador de posible entorpecimiento por parte del prevenido.

Ello es así, por cuanto, en el caso del prevenido GONZÁLEZ, las


constancias que surgen de los registros de su teléfono celular, por una parte, no son
abundantes, y por la otra, la mayoría de ellas son comunicaciones con personas que ya
depusieron en las presentes actuaciones (entre ellas los imputados), por lo que sería
prácticamente imposible que el prevenido pueda entorpecer la investigación de recuperar
su libertad en el presente proceso.

Para el supuesto de que V.E. entienda que aun resta prueba por
diligenciar y que de recuperar GONZÁLEZ su libertad pudiera interferir en la obtención
de dicha prueba, esta defensa considera que V.E. deberá determinar un periodo de
tiempo para que el Sr. Fiscal de instrucción diligencie el material probatorio al que hace
referencia en el aludido “séptimo indicio de peligrosidad procesal”, para que de ese
modo, luego de quedar asegurada la prueba en el presente proceso, se revoque la
medida de coerción al prevenido GONZÁLEZ, a los fines de que éste recupere su libertad.

Circunstancias personales del imputado: Resta analizar por ultimo


los contra-indicios de peligro procesal que surgen de este caso particular:

En este sentido se puede observar que GONZÁLEZ es una persona


joven, con arraigo familiar, por cuanto vive con su madre mayor de edad. Que as su vez
posee un trabajo estable, que deriva de un emprendimiento familiar, por cuanto maneja
un taxi del cual su madre es la titular tanto de la licencia como del vehículo que se
encuentra afectado a la prestación de taxi.

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Por otro lado, no parece que, por su condición de conductor de taxi,
pueda soportar el alto costo económico que importa mantenerse prófugo, lejos de la
localidad donde reside y tiene sus afectos. Al contrario, es razonable presumir que todo
ello ha de pesar en su ánimo en orden a que prefiera someterse a proceso (como lo ha
demostrado al entregarse sin resistencia - ni siquiera opuso reparos al actuar policial al
momento de su detención-), y acudir al juicio, en lugar de poner en riesgo su actual
situación familiar intentando la fuga.

Así, todas estas circunstancias, analizadas integralmente y de


manera conjunta, impiden sostener que existan en la causa indicios vehementes de
peligro procesal, como lo exigen la reglamentación procesal vigente.

En lo que concierne al riesgo de que el prevenido entorpezca la


investigación, queda claro que no resta prueba pertinente ni útil por diligenciar, pues ya
han declarado los testigos que han tenido oportunidad de ampliar sus testimonios, y se
han practicado todas las medidas de investigación correspondiente.

III.B. Calificación legal:

Como se anticipó ut supra, somos de la opinión que el Titular del


Ministerio Publico Fiscal ha realizado una incorrecta calificación legal, por cuanto ha
Atribuido al Prevenido GONZÁLEZ el delito de “Comercialización de estupefacientes
agravada (art. 5 inc. “c” primer supuesto y 11 inc. “c” de la ley 23.737).

Seguidamente esta defensa analizará este agravio dividiéndolo en


dos partes a saber:

III.B. a) Ausencia de indicación de la calidad de participe que se le


atribuye al prevenido en el delito de Comercialización de estupefacientes

En primer lugar, esta defensa observa que al memento de atribuir al


prevenido GONZÁLEZ el delito de Comercialización de estupefacientes (articulo 5, inc.
c, primer supuesto), el Sr. Fiscal de Instrucción omite referir cual es la calidad de la
participación desplegada por el prevenido.

En este sentido, esta defensa entiende que mas allá de no haberse


indicado que tipo de participación desplegó GONZÁLEZ en el delito que comercialización
que se le enrostra, se puede observar claramente GONZÁLEZ no tuvo parte alguna en el

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dominio del hecho, y por lo tanto no se le puede endilgar la calidad de coautor de este, pues
su conducta se circunscribe en la simple colaboración en el actuar de otro.

Lo expresado ut supra se sustenta en que la conducta desplegada por


el prevenido GONZÁLEZ fue la de colaborar con el prevenido “MANSILLA” llevándolo por
la ciudad de Rio Tercero y sus alrededores.

Tal afirmación surge de la propia pieza acusatoria en cuanto refiere


que “… así mismo, la entrega del estupefaciente a la pareja LÓPEZ- ACUÑA era efectuada
por José Antonio MANSILLA, persona que se trasladaba desde la ciudad de Córdoba hasta
la localidad de Almafuerte, lugar donde contaba con la colaboración de Martin Rodrigo
GONZÁLEZ. O en su defecto de Víctor Hugo MÁRQUEZ para que los mismos, utilizando
sus vehículos marca FORD MONDEO… y RENAULT 9, … respectivamente, lo trasladaran
a efectuar el reparto, tanto a la pareja LÓPEZ-ACUÑA como a otros compradores de la
zona, a quienes (MANSILLA) les vendía estupefacientes para la venta y/o para su propio
consumo”.

Como se puede observar, es la plataforma fáctica la que le endilga a


GONZÁLEZ una colaboración secundaria o accesoria a la desplegada por el prevenido
MANSILLA, quien era el que llevaba el material estupefaciente desde Córdoba hasta
Almadearte, y una vez en dicha ciudad se valía de distintos vehículos para realizar las
entregas de las sustancias mencionadas.

En este sentido, respecto de la participación de GONZÁLEZ, podemos


referir que el despliegue meramente físico de llevarlo a MANSILLA en su taxi a los lugares
que éste le indicaba configura un accionar fungible, pues dicha actividad pudo haberla
efectuado cualquier otra persona, y por ello es un aporte no indispensable, por lo que debe
considerarse a la participación de este imputado en un plano secundario.

A su vez la accesoriedad de la participación de GONZÁLEZ surge de


las propias constancias de autos, pues es el propio MANSILLA quien le otorgar un rol
secundario a la colaboración de GONZÁLEZ, por cuanto MANSILLA asignaba la misma
actividad al prevenido Víctor Hugo MÁRQUEZ, quien también colaboraba con MANSILLA
llevando a éste por la ciudad Rio tercero y sus alrededores, según se le requiriera,
quedando demostrado así que tanto GONZÁLEZ como MÁRQUEZ realizaron un aporte
no es esencial en el hecho de comercialización que realizaba MANSILLA.

Es por lo expuesto, que esta defensa entiende que la


participación del prevenido debe ser considerada como participe no necesario en el delito

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de “Comercialización de estupefacientes agravada (art. 5 inc. “c” primer supuesto de la
ley 23.737 y art. 46 del CP.)

III.B. b) Errónea aplicación de la modalidad agravada


prevista en el articulo 11 inc. “c” de la ley 23.737.

Por otra parte, esta defensa se agravia por la errónea aplicación


de la agravante impuesta al accionar del prevenido GONZÁLEZ prevista por el 11 inc. “c”
de la ley 23.737.

La queja referida se sustenta en los siguientes argumentos de


hecho y derecho a saber.

III.B.b.1.) En primer término, se destaca que el prevenido


GONZÁLEZ en todo momento ha interactuado con el prevenido MANSILLA, quien era el
que eventualmente lo llamaba para realizar viajes en la zona (ello alternativamente con
otras personas).
En este sentido se puede afirmar que GONZÁLEZ tuvo como
finalidad el rol de llevar al prevenido MANSILLA cuando éste lo contactaba, a los lugares
que éste le indicare y por ello se destaca que es probable que el prevenido no hubiera
tenido otra función y fuera ajeno al resto de la maniobra. Es decir que el actuar en forma
organizada y con el concurso de al menos tres personas no integra el dolo subjetivo con el
que GONZÁLEZ intervino.

Por su parte cabe mencionar que la agravante del artículo 11


inciso c) de la ley de estupefacientes, no se deriva de un cálculo matemático acerca del
número de intervinientes en el delito, sino que se debe evaluar el elemento subjetivo de los
implicados en cuanto al concierto de una actuación organizada. Es decir, tiene que haber
una mínima organización entre ellos.

Así las cosas, surge de lo actuado que dicho concierto de


voluntades no se encontraba presente en el animo del prevenido GONZÁLEZ, y por lo
tanto no se cumple el tipo subjetivo de la agravante.

Es decir que no puede hablarse de que en autos surja la


existencia de un plan común con división de roles o funciones, o de una coordinación o
actuación concertada entre GONZÁLEZ y el resto de los imputados.

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La lectura que aporta la construcción indiciaria devenida en
pruebas de la causa, no posibilita esa idea sino más bien el de una actuación individual de
GONZÁLEZ con el prevenido MANSILLA, sin tributar a una supuesta empresa:

Si bien de la investigación y del producido de las escuchas


telefónicas documentadas en autos puede concluirse que más de tres personas han
participado del delito, pudiendo entreverse una cierta distribución de roles entre los distintos
imputados, no podrá entenderse que los mismos concurrieran a cometer el delito en “forma
organizada” con el prevenido GONZÁLEZ, tal como exige la norma.

b. Por otro costado, y tal cual fuera desarrollado en el punto


“III.B.a.”, esta defensa entiende que el prevenido GONZÁLES ha realizado una
colaboración no necesaria en delito de Comercialización de estupefacientes.

Respecto de este particular, en primer termino corresponde


definir qué tipo de intervención se requiere para poder atribuir a un sujeto la agravante
contenida en el articulo 11, inciso “c”, de la ley 23.737.

En este sentido esta defensa entiende que no puede


computarse esta agravante a los participes secundarios.

En sustento de esa tesitura, la doctrina ha dicho que “La


exigencia de una intervención organizada impide la aplicación de la agravante a quienes
solamente han desplegado una actividad accesoria o secundaria, sin haber efectuado un
aporte trascendente o relevante en la estructura o en la división de roles del plan delictivo
diagramado por otras personas, pero si para los que actúen en forma organizada en calidad
de autores o participes” primarios (LEMOS ARIAS, Roberto A., Código Penal y Normas
Complementarias. Directores Eugenio Zaffaroni y David Baigun, T XIV–A, Edit.
Hammurabi).

Si bien la ley no parece acotar su alcance sólo a la coautoría, sí


exige que cada uno de los intervinientes -organización mediante- cuente con la posibilidad
cierta de dominar «su» parte del hecho, con lo que la intervención del cómplice o partícipe
secundario carece de relevancia frente a tal exigencia.

En este sentido se entiende que debe existir para la


configuración del agravante bajo examen una contribución esencial o trascendental al
hecho por parte de los sujetos intervinientes, resultando abarcados en esa norma sólo
aquellos que revisten la calidad de autor, coautor o partícipe necesario.
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Por lo expuesto esta defensa solicita se modifique la calificación
legal atribuida al hecho de Comercialización de estupefacientes agravada en calidad de
participe secundario (en su formulación básica), en calidad de participe secundario (art. 5
inc. “c” primer supuesto de la ley 23.737 y art. 46 del CP.).

De modo subsidiario y para el supuesto de que V.E. no


comparta como correcta la calificación propuesta supra, se solicita la modificación de la
calificación legal por la de Comercialización de estupefacientes agravada en calidad de
participe secundario (art. 5 inc. “c” primer supuesto, y art. 11, inc. “c” de la ley 23.737, en
calidad de participe secundario, art. 46 del CP.)

Que luego del cambio de calificación legal, esta defensa


solicita proceda a otorgar la libertad al prevenido GONZÁLEZ por cuanto la pena
conminada en abstracto para las calificaciones que se propugnan haría procedente, para
el caso de una eventual condena, la ejecución condicional de la misma, lo que a su vez
implicaría la disminución del riesgo procesal que se esgrimió para el dictado de la
coerción personal de aquí se cuestiona.

IV. PETITUM

Por las razones y fundamentos expuestos, esta defensa solicita a


V. E.:

1- Tenga por presentado en tiempo y forma la oposición al decreto


de prisión preventiva;

2- Revoque el decreto de Prisión Preventiva por los motivos


invocados, y en consecuencia otorgue la libertad al prevenido GONZÁLEZ.

Provea de conformidad y

SERÁ JUSTICIA.

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