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Julio César Melon Pirro

Nicolás Quiroga
(editores)

El peronismo bonaerense:
partido y prácticas políticas,
1946-1955

Ediciones Suárez
© 2006, Ediciones Suárez
Roca 4091. Mar del Plata. Argentina

Queda hecho el depósito que indica la ley 11.723


ISBN-10: 987-1314-01-9
ISBN-13: 978-687-1314-01-0

Impreso en la Argentina

Reservados todos los derechos. El contenido de esta publicación no puede ser


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de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sin el permiso previo del
autor.
Índice

Introducción
Julio César Melon Pirro - Nicolás Quiroga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Formación y crisis de una elite dirigente en el peronismo bonaeren-


se, 1946-1951
Oscar H. Aelo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Socialismo y peronismo en la Provincia de Buenos Aires: discurso y


práctica legislativa durante el gobierno de Mercante, 1948-1952
María Liliana Da Orden. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

El proceso formativo y la consolidación del peronismo en Bahía


Blanca (1945-1952)
José Marcilese.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

El Partido Peronista en Mar del Plata: articulación horizontal y


articulación vertical, 1945-1955
Nicolás Quiroga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil. (1946-


1955)
Valeria Bruschi - Paola Gallo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
FORJA en la conformación del Peronismo
Delia María García. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción a la unidad
en los orígenes del Partido Peronista en Avellaneda, 1945-1948
Martín O. Castro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185

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Introducción

Julio César Melon Pirro


Nicolás Quiroga

Julio César Melon Pirro dirige el grupo de investigación “Movimientos


sociales y sistemas políticos en la Argentina moderna”. Nicolás Quiroga
pertenece a dicho grupo. J gimsam@gmail.com
Melon - Quiroga – Introducción

desde distintos centros de producción académica 2 . La propuesta apunta,

E
sta compilación ha sido concebida con el propósito de presentar parte pues, a seguir empujando esa frontera y hacerlo además en un ámbito tan
de lo realizado por el equipo al que pertenecemos en los últimos dos significativo com o el de la Provincia de Buenos Aires.
años.
“Peronism o” y “bonaerense” remiten, vale recordarlo, a importancia
El grupo de investigación “Movimientos sociales y sistemas políticos sustantiva en la política nacional. Es conocida la gravitación que ha tenido y
en la Argentina moderna” se constituyó a comienzos de 1992 en la tiene la provincia de Buenos Aires en la vida política argentina desde los
Universidad Nacional de Mar del Plata con el objetivo de realizar un análisis primeros intentos de conformación del Estado. Constituída en objeto de
sistemático de la historia política argentina desde la sanción de la ley Sáenz disputas por parte de las élites de los distintos sectores políticos que aspiraban
Peña. Los primeros años de trabajo implicaron el desarrollo de sucesivos a gravitar en el poder nacional una vez que éste se había consolidado, los
proyectos que se concentraron sobre el período comprendido entre 1912 y gobiernos centrales buscaron desde entonces ejercer su control sobre un
1943 y que, bajo la dirección de Fernando Devoto, alcanzaron importantes distrito decisivo para la conquista y el mantenimiento del poder. Recordemos
resultados. A partir del año 2002 sus miembros orientaron la mayor parte de que cuando Yrigoyen accedió a la Presidencia decretó inmediatamente la
las investigaciones al estudio del peronismo. De modo consecuente con sus intervención de la provincia con el fin de quebrar un baluarte conservador
antecedentes, el grupo organizó encuentros académicos que le permitieron que, en los años de restricción dem ocrática de la década del treinta,
confrontar los resultados de su investigación referenciándolos en la crítica de constituyó una base de apoyo a la vez que un desafío a los gobiernos de la
destacados estudiosos del país y del extranjero, m ientras que sus miembros Concordancia. M ucho después sería el ascendente Coronel Perón, al ubicar
com enzaron a publicar algunos avances en revistas especializadas. Pronto se a un hombre cercano como Bramuglia en el cargo de Interventor Nacional
fue haciendo evidente la conveniencia de reunir los trabajos más emparenta- de la provincia, quien reconociera dicha importancia, aún antes de que los
dos de la especialidad en un volumen que diera cuenta del tema desde una sucesos de octubre del ‘45 terminaran de subrayar el peso social y político del
perspectiva más abarcativa y, a la vez, internamente diferenciada. Es por eso distrito a través de la movilización de vastos sectores de los distritos que
que junto a algunos de nuestros trabajos han sido seleccionados otros que, conformaban el Gran Buenos Aires. Durante los primeros años, el gobierno
en íntima relación temática, participaron de un diálogo fecundo en atención central reconoció al gobernador bonaerense Domingo M ercante, como el
a la necesidad de generar conocimiento nuevo sobre el período del llamado “más fiel colaborador” de Perón. La posterior expulsión de M ercante del seno
peronismo clásico en la provincia de Buenos Aires. partidario y el enjuiciam iento de buena parte de su equipo gobernante
El peronismo bonaerense… es el cuarto libro de una serie de ediciones volvieron a poner en evidencia los intereses que el control del espacio de
institucionales del mismo grupo de investigación, y, en esta oportunidad, ha poder bonaerense ponía en juego. Los años de endurecimiento del peronis-
sido casi totalmente financiado con fondos de un subsidio otorgado por la mo en el poder, por fin, tuvieron una expresión memorable en la administra-
Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.1 ción del gobernador Aloé y habrían implicado no sólo la recuperación de la
injerencia del poder central sobre la Provincia, sino cambios sustantivos en
La propuesta no sólo intenta dar a conocer parte de la producción
la dirigencia y en la organización partidaria en una m edida que repercutió
académica de este equipo en un formato de com unicación accesible, sino
sobre el peronismo en su conjunto y, a la vez, sobre la vida política nacional.
aportar a un debate cada vez más insistente en torno a perspectivas de
análisis alrededor del primer peronismo. En efecto, en las últimas décadas
una variedad de estudios relacionados con el tema que nos ocupa ha surgido
2
Com o ejem plos pueden citarse aquí los núm eros dedicados al peronism o de las revistas
Entrepasados (núm ero 22, principios de 2002, dossier “Nuevos enfoques sobre peronism o”);
la com pilación de los artículos sobre el tem a publicados por la revista Estudios Interdisciplinarios
de Am érica Latina y El Caribe (REIN, Ranaan y SITM AN , Rosalie (com ps.): El prim er peronism o.
De regreso a los com ienzos. Editorial Lum iere, Buenos Aires, 2005); El núm ero dedicado de la
revista Prohistoria (núm ero m onográfico 9, “La trayectoria de la cultura política peronista, 1943-
2003”, 2006); y las distintas jornadas sobre pero nism o organizadas en los últim os años en
universidades com o la U TD T, la U N M dP y la U niversidad Nacional 3 de febrero. Por otro lado,
1
Título del proyecto: La Provincia de Buenos Aires en el prim er peronism o: E stado, política y distintas reediciones, nuevos trabajos, y tesis publicadas en form ato libro com pletan un
adm inistración (1946-55). PICT 02 Subsidio 12.615. panoram a que escapa a los lím ites de la producción académ ica.

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El peronismo bonaerense Melon - Quiroga – Introducción

Este es el contexto sobre el que proponemos proyectar aquellos puede ser pensado con esas características: sobre las expresiones clásicas
interrogantes o nuevas respuestas a interrogantes “clásicos” implícitos en las (W alter Little), acerca del partido peronista (esto es, que nunca fue un
transformaciones conceptuales y metodológicas del trabajo historiográfico. “verdadero” partido político), los recientes trabajos plantean cuestionarios
Entre todas ellas nos gustaría subrayar cinco aproximaciones temáticas: a) el ligados a distintas form ulaciones provenientes de la teoría política (Angelo
estudio sobre las políticas estatales, sobre las dirigencias del estado y sus Panebianco especialmente), remarcando los aspectos organizacionales para
relaciones con otras dirigencias, y sobre las racionalidades burocráticas y sus cortar las preceptivas con las que se abordaron los mismos procesos históricos
relaciones con el espacio político y social3 ; b) el estudio sobre las variedades en el pasado. No es la definición de partido político, parecieran decir estos
regionales del peronismo, a partir de caracterizaciones menos impresionistas, nuevos acercamientos, sino la palabra “verdadero” en el dictum de Little lo
y éstas más contextualizadas en procesos mejor conocidos 4 ; c) las pesquisas que debe refutarse: sea cual fuese la “cara” del partido político a analizar, la
sobre la propaganda peronista, a partir de distintos medios de comunicación función del mismo a subrayar, las proposiciones finalistas deben desalojarse.
y distintas agencias estatales, paraestatales o partidarias 5 ; d) las investigacio- En cierta medida tanto los debates más actuales en algunas áreas sensibles de
nes sobre el partido político peronista, y las que tratan sobre las élites la teoría política al estudio del partido político como, por otro lado y en otro
partidarias del período 6 ; y e) los estudios sobre género y sobre familia. 7 Todas sentido, la larga trayectoria posterior del partido peronista y sus ya varias
estas áreas de investigación pretenden ampliar el territorio temático y/o el “mutaciones”, animan la viabilidad de miradas m enos ideologizadas para el
conceptual y, se lo propongan o no, en ese mismo movimiento, discuten tratamiento de la evolución de la vida partidaria en el peronismo.8
posicionam ientos o zócalos de proposiciones canónicas. El desplazamiento de las claves de lectura no se ha llevado consigo
El aspecto que nos interesa en este volumen, el desarrollo partidario buena parte de otras discusiones sustanciales para entender al peronismo.
y sus implicancias para las prácticas políticas del peronismo en su conjunto, Tanto si nos referimos a clientelismo cuanto si tratamos sobre faccionalismo,
el debate continúa intenso y notoriamente diversificado, aunque, claro está,
rem ite cada vez menos al lenguaje de las pasiones que ocasionalmente
3
Entre otros: B ER R O TARÁN , Patricia: Del plan a la planificación. El estado durante la época permeaba el trabajo de los historiadores. Por otro lado, a medida que
peronista, Editorial Im ago M undi, Buenos Aires, 2003; BERRO TARÁN , Patricia; JÁU REGU I,
Aníbal y RO U GIER, M arcelo. Sueños de bienestar en la Nueva Argentina. Estado y políticas públicas conocemos más sobre las actividades de los niveles celulares partidarios, la
durante el peronism o 1946-1955, Editorial Im ago M undi, Buenos Aires, 2004; GIRBAL- relación entre la dinámica partidaria y los conflictos sociales plantea un
BLACH A, Noem í: M itos, paradojas y realidades en la Argentina peronista (1 946-1955).
U niversidad N acional de Q uilm es, 2004; BALLEN T, Anahí: Las huellas de la política. Vivienda, panorama más abigarrado y complejo. Todo esto contribuye a abonar una
Ciudad y peronism o en Buenos Aires, 1943-1955, U niversidad Nacional de Q uilm es, 2005; percepción sobre el fenómeno peronista que, a fuerza de relevar diversos
PH ILP, M arta. En nom bre de Córdoba. Sabattinistas y peronistas: estrategia s políticas en la
construcción del estado. Ferreira Editor, Córdoba, 1998; ABO Y, Rosa: Viviendas para el pueblo. escenarios “locales”, anima a reconsiderar cuestionarios más generales y a
Espacio urbano y sociabilidad en el barrio Los Perales, 1946-1955, FCE, Buenos Aires, 2005. abandonar presupuestos políticos carentes de suficiente verificación empírica.
4
M ACO R, D arío y TCACH , César: La invención del peronism o en el interior del país, U niversidad En los estudios de historia política, y en particular en las investigacio-
N acio nal del Litoral, Santa Fe, 2003; KIND GARD , Adriana: Alianzas y enfrentam ientos en los
orígenes del peronism o jujeño: estructura de poder; partidos políticos, Jujuy, 2001; M ACKIN N O N, nes sobre partidos políticos, lo local ha tenido distintas tradiciones. Una
M oira: Los años form ativos del partido Peronista (1946-1950), Buenos Aires:Instituto Di Tella-Siglo definición de lo local como posición, como expresión relacional de actores
XXI, 2 00 2; PAN ELLA, Claudio (com p.): El gobierno de Dom ingo A. M ercante en Buenos Aires
(1946-1952). U n caso de peronism o provincial, La Plata, 2005. sociales y ambientes, nos predispone a remarcar y suspender dos ideas
5
generales en torno a aquella. Por un lado, la que tiende a homologar lo local
CAN E-CARRASCO , Jam es: Shattering the Ink M irror: State, Ideology and the Transform ation of
the Press in Peronist Argentina, 1943-1951, Tesis de doctorado, U niversity of California, Berkeley, con la instancia, donde no aparecería sino como la forma espacio temporal
2000; GEN É, M arcela: U n m undo feliz. Im ágenes de los trabajadores durante el prim er peronism o. en la que se desarrollan los conflictos por el poder o por el control de la
FC E, Buenos Aires, 2005; LO BATO , M irta (ed.): Cuando las m ujeres reinaban. Belleza, virtud y
poder en la Argentina del siglo XX, Biblos, Buenos Aires, 2005. incertidumbre. La localización del conflicto es entonces la consigna para
6
pensar a lo local como escenario de fuerzas en tensión, y no como parte
M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos…; GARCÍA SEBASTIAN I, M arcela: Los anti-
peronistas en la Argentina peronista. Radicales y socialistas en la política argentina entre 1943 y integrante de un cuerpo, con determinadas funciones específicas; o bien
1951, Editorial Prom eteo, Buenos Aires, 2005; SPINELLI, M aría Stela: Los vencedores vencidos.
El antiperonism o y la «revolución libertadora». Biblos, Buenos Aires, 2005.
7 8
Entre otros, RAM ACIO TTI, Karina y VALO BRA, Adriana (com ps.): Generando al peronism o. Por ejem plo LEVITSKY, Steven: La transform ación del justicialism o. Del partido sindical al partido
Estudios de cultura, política y género (1946-1955), Proyecto Editorial, Buenos Aires, 2004. clientelista, 1983-1999, Siglo XXI-Editora Iberoam ericana, Buenos Aires, 2005.

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El peronismo bonaerense Melon - Quiroga – Introducción

como sustancia, como plano con características determinadas, a veces partidarias nacionales y más altas del orden provincial buscaron reducir el
asociadas a valoraciones implícitas (donde, por ejemplo, lo “bajo” es bueno margen de incertidumbre en el interior del partido, el disenso se derrama
y lo “alto” no). Pero por otro lado existe la habilitación de concebir lo local sobre las inanes actividades de la vida social (reuniones, agasajos, publicacio-
como un modo, como una forma que pretende escapar de la singularidad y nes “culturales”, etc.). Tanto en una u otra circunstancia y expresión, la
multiplicarse. A través de dicho modo o form a se busca ordenar el espacio participación política operó bajo el runrún del conflicto, aún cuando los
imaginario de la totalidad, considerando la expansión del poder celular, de resultados de la fricción política en muchos casos lograran consolidar las
donde lo pequeño reverbera en análisis de otra escala pero también pretende instituciones.
o puede mutar radicalmente, abandonar el territorio de la provincianía, Otros trabajos se articulan con la temática de la constitución y
traspasar la frontera del pago, universalizarse. Y ese deslizamiento paradójico características del peronismo bonaerense desde lugares de elaboración
es lo que hace de lo local relacional: no relacional con tesis finalistas, con específicos. El texto de García pasa a integrar la escasa literatura académ ica
aporías sobre la organización societal o la representación política, sino con la existente sobre el grupo FORJA y nos presenta otra mirada sobre el ámbito
sustancia y la forma del conflicto. ¿Habrá que insistir aquí sobre el horizonte local marplatense en lo que respecta a la formación del partido político, dado
inacabado de la lucha política? La noción de conflicto no describe un suceso, que FORJA M ar del Plata tuvo especial protagonismo en su organización. El
una coyuntura temporalmente delimitada, sino el modo en que son pensadas trabajo de María Liliana Da Orden, por su parte, indaga en torno a las
coyunturas de distinta naturaleza. estrategias del único diputado socialista en el país. Las prácticas del por
El juego incesante entre dinámicas partidarias en ám bitos locales y entonces diputado provincial Teodoro Bronzini nos permiten acercarnos a los
prácticas políticas puede rastrearse en los textos que presentamos en este variados registros de participación en el parlamento y a las formas de
libro. Oscar Aelo lo hace a través de una perspectiva anclada en la provincia, interacción en uno de los ámbitos regios del partido político. Da Orden
donde lo local presenta una modalidad en la que las agencias partidarias estudia la actividad política de un “francotirador” y su política de alianzas y
nacionales (Consejo Superior) son “accesibles”. Para Aelo, siguiendo a perfiles del enemigo político, en una línea que impulsó fuertemente Marcela
M ackinnon, el partido provincial consolidó su posición –a través de García Sebastiani, y que se relaciona con una temática abordada en nuestros
m ecanismos no analizados previamente– en el concierto de peronismos tres libros precedentes y con otros avances más recientes.
provinciales. Los trabajos de M arcilese, Castro, Bruschi y Gallo y Quiroga,
articulados en torno a peronismos en ámbitos municipales, no sólo nos
describen las especificidades de los desarrollos partidarios en Bahía Blanca,
Avellaneda, Tandil y Mar del Plata, sino que, conjuntamente, arrojan luz
sobre las relaciones entre los poderes centrales y las agencias locales en el
partido. No sólo resulta, entonces, destacable la heterogeneidad inscripta en
f
un escenario de conflictos por organizar un partido político y a la vez
imponer una serie de demandas de orden grupal, sino también las interferen-
cias provocadas por el juego de articulaciones políticas en los diseños
partidarios que el peronism o provincial ensayó.
Una mirada menos condescendiente con sede en la com paración
entre la gobernación de M ercante y la de Aloé en la provincia tiende a ubicar
estos textos respondiendo a cuestionarios menos personalistas: cómo
circularon las demandas locales en espacios abiertos o cerrados durante el
peronismo clásico en la provincia de Buenos Aires. Cuando los mecanismos
representativos de elección de autoridades partidarias lo permitieron, las
expresiones locales de participación política “salieron” a saturar la grilla a
través del reclamo y la adhesión; cuando las órdenes desde las agencias

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Formación y crisis de una elite dirigente en el peronismo
bonaerense, 1946-1951

Oscar H. Aelo

El autor pertenece al grupo de investigación “M ovimientos sociales y sistemas


políticos en la Argentina moderna”. Departamento de Historia, Facultad de
Humanidades, UNM dP. J ohaelo@mdp.edu.ar
Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...
Introducción
En este trabajo se observará el proceso de formación y consolidación
de la elite dirigente peronista en la provincia de Buenos Aires entre 1947 y
1950, ofreciéndose algunas conjeturas sobre su virtual eclipse en 1951. El
argumento que aquí se desarrolla sostiene la efectiva constitución de un

D
esde su particular óptica, el general Perón afirmaba en 1946 que “el
cuerpo de dirigentes políticos intermedios, quienes al ocupar los más
com andante político puede hoy dirigirse directam ente a las masas,
importantes cargos públicos y partidarios parecen haber demostrado
eliminando a los intermediarios”. Los analistas posteriores del
capacidades o habilidades suficientes para representar a los afiliados
fenómeno “populista” parecen haber avalado la idea del lazo directo que
peronistas en la escena política. A su vez, la información relevada nos
uniría a las clases populares con el líder carismático; 1 así, los estudios sobre
permitirá sugerir una hipótesis alternativa acerca de la configuración real del
el principal ejemplo de movimiento populista en Latinoamérica han indagado
Partido Peronista, que no avala la idea corriente de “maquinaria burocrática”
consistentemente las características sociales y las actitudes predominantes en
sin vida interna.
la clase obrera –núcleo esencial de los sectores populares– en los orígenes del
peronism o, debatiendo en torno a la “manipulación” de la elite nacional, la El enfoque que preside este trabajo, centrado en el análisis de un
participación organizativa de los cuadros sindicales o la “espontaneidad” de “caso” provincial, pretende evadir dos preconceptos simétricamente erróneos
la movilización popular. 2 que suelen encontrarse en estudios similares: la suposición que lo “local” es
autosuficiente y sólo se explica a sí mismo, o la creencia que el caso
Este marco general ha dejado poco espacio para observar un
m eramente “refleja” procesos cuya explicación reside en otro nivel. Por el
componente esencial de toda organización política: un segmento de
contrario, aquí se intenta considerar al espacio provincial bonaerense como
dirigentes interm edios, capaces tanto de promover los apoyos populares a la
un “territorio de producción de lo político”,4 cuyos acontecimientos fueron
cúpula dirigente como de gobernar distintas áreas del Estado. Sin embargo,
parte inescindible del proceso político “nacional” y por lo mismo contribuye-
actores políticos de esta naturaleza se tornan inmediatamente evidentes
ron a delinear sus características más relevantes.
cuando se observa la conformación política del peronismo en ámbitos
político-administrativos acotados, como los constituidos por los estados
provinciales; los trabajos que desde esta perspectiva se han hecho presentes 1. Los orígenes de una elite dirigente
en la última década han mostrado eficazmente que los nexos organizativos
de aquel movimiento político no se agotaban en la relación entre Perón y las
masas. 3 En las elecciones generales de 1946, los partidos que sostuvieron la
candidatura presidencial de Juan Perón entraron a la liza formando una
coalición de hecho. Las fuerzas principales que, aunque de reciente
form ación, tuvieron presencia prácticamente en todo el territorio nacional,
1
Según R. R ein, parece que los estudiosos “han m ordido el anzuelo de la retórica populista fueron el Partido Laborista y la Unión Cívica Radical (Junta Renovadora); sin
sobre el lazo directo e inm ediato q ue aparentem ente existía entre el líder carism ático y las em bargo, el frente peronista fue integrado por otras fuerzas, cuyo diverso
m asas”. REIN, Raanan: Peronism o, populism o y política. Argentina 1943-1955, Editorial de
Belgrano, Buenos Aires, 1998, p. 14. grado de inserción parece haber dependido de las particularidades de la
2
política en los distritos provinciales 5 . En la provincia de Buenos Aires, además
Pueden verse: G ERM AN I, Gino: “Clases populares y dem ocracia representativa en Am érica
Latina”, Desarrollo Económ ico, vol. II, N úm . 2, 1962, pp. 23-43. M U RM IS, M iguel y de los partidos nombrados, fueron partícipes de la coalición peronista la
PO RTAN TIERO , Juan Carlos: Estudios sobre los orígenes del peronism o, Siglo XXI, Buenos Aires, Alianza Libertadora Nacionalista y un denominado Partido Independiente.
1972. TO RRE, Juan C arlos: La vieja guardia sindical y Perón. Sobre los orígenes del peronism o,
Sudam ericana, Buenos Aires, 1990. Tam bién JAM ES, D aniel: “17 y 18 de octubre: el peronism o, Todos ellos respaldaban los mism os candidatos a la presidencia y vicepresi-
la protesta de m asas y la clase obrera argentina”, Desarrollo Económ ico, vol. 27, núm . 107, 1987,
pp. 445-461.
3
Los trabajos m ás im portantes se han concentrado sobre las provincias de Córdoba y Santa Fe. 4
Esta idea es de M ACO R, D arío e IGLESIAS, Eduardo: El peronism o antes..., p. 12.
Pueden verse: TCACH , César: Sabattinism o y peronism o. Partidos políticos en C órdoba, 1 94 3-
5
1955, Sudam ericana, Buenos Aires, 1991. M ACO R, D arío e IG LESIAS, Eduardo: El peronism o Puede verse un listado de las distintas agrupaciones políticas que form aron tanto la coalición
antes del peronism o. M em oria e historia en los orígenes del peronism o santafesino, Centro de “peronista” com o su opositora “U nión D em ocrática”, y los candidatos que sostuvieron en cada
Publicaciones, U niversidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1997. provincia, en LU N A, Félix: El 45, Sudam ericana, Buenos Aires, 1971, pp. 491-503.

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El peronismo bonaerense Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...

dencia (Perón y J. Hortensio Quijano), y también la fórmula a la gobernación Legislatura provincial entre 1918 y 1943. El num eroso conjunto (363
(Domingo M ercante y Juan M achado). Para los niveles legislativos de cargos individuos) constituye una muestra más que representativa de aquellos
en disputa –nacionales y provinciales–, presentaban listas de candidatos “dirigentes de las secciones electorales” que, según se estima, habrían
propias (con la excepción del P. Laborista y el P. Independiente, que abandonado su partido para incorporarse al peronismo. Sin embargo, el
presentaron listas conjuntas) formadas por 28 postulantes a la Cámara de cotejo sistemático de sus nombres con los de los candidatos peronistas
Diputados de la Nación, y 126 a la Legislatura provincial. (laboristas/independientes, radicales renovadores o aliancistas) a la Legislatu-
La escasa organicidad con que las fuerzas peronistas conformaron ra provincial en 1946 ofrece un resultado significativamente negativo:
originariam ente sus cuadros dirigentes ha conducido a los analistas a ninguno de estos 359 candidatos peronistas hubo de representar previamente
sospechar la fuerte inclusión entre ellos de elementos provenientes del al Partido Conservador. 9 A su vez, el análisis de los 84 candidatos peronistas
conservadurismo. Así, Roberto Azaretto asegura que “en la provincia de al Congreso Nacional muestra la m isma pauta, con m ínimos m atices 10 . De
Buenos Aires... toda la dirigencia [conservadora] de segunda línea engrosará este modo, la injerencia de los caudillos conservadores en la formación
al peronism o”; 6 y, más enfáticamente, Ignacio Llorente ha propuesto la originaria de la dirigencia peronista en la provincia de Buenos Aires no
existencia de una “alianza conservadora-laborista” en la provincia, afirmando alcanzó el grado de importancia que habitualmente se le asigna 11 .
que “en las zonas periféricas el laborismo se armó sobre la base del viejo En rigor, otros orígenes políticos tuvieron un peso superior en la
Partido Conservador”. 7 De acuerdo a estas opiniones, la impronta conserva- configuración inicial de los cuadros dirigentes peronistas; muy particularmen-
dora habría resultado decisiva en la configuración del peronismo bonaerense, te, los hombres que provenían del radicalism o, cuyo principal –aunque no
al incorporar un nutrido elenco de dirigentes partidarios –los sempiternos único– cauce de integración fue la Junta Renovadora. 12 Entre sus propulsores
“caudillos” conservadores– en las filas peronistas. pueden hallarse algunos avezados cuadros radicales, en su mayoría apartados
Un interrogante elemental sería determinar quiénes fueron tales de las filas de la UCR desde comienzos de la década de 1930; 13 sin embargo,
caudillos. Para ello, conviene establecer cuáles eran sus ámbitos de actuación una notable proporción de sus dirigentes eran personas sin antecedentes
política. El conocido dirigente conservador bonaerense Emilio Hardoy señala públicos de mínima relevancia. Lo mismo cabe anotar para los integrantes de
las pautas de la organización interna del partido: otra agrupación de origen radical y fuertemente enfrentada a la conducción

los caudillos mantenían el Partido Conservador y juntaban 9


Las listas a la Legislatura p rovincial se conform aban con 84 candidatos a diputados y 42 a
los votos para una élite intelectual que residía en Buenos senadores. Laboristas y renovadores presentaron listas com pletas; la ALN no presentó listas de
candidatos en todas las secciones; por ello sus candidatos sum aron 107, en lugar de 126.
Aires, desde donde dirigía la agrupación y acaparaba las
10
El único dirigente conservador que form ó parte de la lista laborista/independiente al Congreso
bancas en el Congreso, dejando los cargos en la Legislatura N acional fue el m uy conocido José Em ilio Visca. Se ha afirm ado reiterad am ente que otros 5
provincial para los dirigentes de las secciones electorales. 8 dirigentes “independientes” que form aron parte de la lista conjunta con el laborism o en este
nivel eran tam bién “conservadores”: se trata de H éctor Cám pora, H éctor Sustaita Seeber, Carlos
de Iturraspe, M ario Sorgentini y Guillerm o Klix. Q ue sepam os, nadie ha dem ostrado
taxativam ente tal filiación. Asim ism o, Cám pora fue candidato (en la m ism a elección de 1946)
Con el propósito de obtener una imagen menos impresionista de a diputado provincial por la Junta Renovadora, ocupando el segundo lugar en la boleta de la
aquel estamento de dirigentes conservadores, hemos registrado los nombres segunda sección electoral detrás del veterano dirigente radical Alm erindo D i Bernardo, quien,
al parecer, ignoraba que Cám pora tuviera esos antecedentes políticos...
de todas las personas que representaron al Partido Conservador en la
11
H em os expuesto in extenso los datos que avalan este argum ento en nuestro artículo
“¿Continuidad o ruptura? La clase política bonaerense en los orígenes del peronism o”, Anuario
del IEH S, N úm . 17, Tandil, 2002, pp. 347-369.
6 12
AZARETTO , Roberto: H istoria de las Fuerzas Conservadoras, CEAL, Buenos Aires, 1983, p. 119. Tam bién en el laborism o se integraro n personas provenientes de la U CR, al punto que el
vicegobernador electo (Juan B. M achado) era un veterano radical “yrigoyenista”.
7
LLO REN TE, Ignacio: “Alianzas políticas en el surgim iento del peronism o: el caso de la
13
provincia de Buenos Aires”, Desarrollo Económ ico, vol. 17, núm . 65, abril-junio 1977, pp. 84-85. A título de ejem plo, pueden m encio narse a Eugenio Saint Beat, Cayetano N astasia o D avid
Giacobone, de activa participación en la U CR en la década de 1920. Al igual que en otros casos
8
H ARD O Y, Em ilio: Qué son los conservadores en la Argentina, Sudam ericana, B uenos Aires, registrados por nosotros, la nula actividad po lítica de la m ayoría de estas personas en los años
1983, p. 17 (las cursivas son m ías). treinta no parece congruente con el supuesto origen “alvearista” del radicalism o renovador.

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El peronismo bonaerense Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...

“alvearista” –FORJA– cuyo importante aporte en diversos niveles de la de los comisionados designados en el año 1945 fueron candidatos por las
administración provincial de Mercante 14 , constituye una prueba más de la fuerzas peronistas en las elecciones de 1946, 1948 y 1950. 17
inserción en el peronismo de hom bres sin antecedentes de práctica La constitución originaria del peronismo bonaerense no comprueba
gubernamental, pero con indudables vocaciones políticas acaso frustradas por la incorporación de dirigentes conservadores en puestos relevantes en
largos años de fraudes y violencias. cantidad o calidad suficientes como para permitir afirmar la influencia de
No parece infundado que la activación de estas vocaciones hallara tales personas en la adopción de tintes ideológicos o prácticas políticas
en la emergencia de un liderazgo “nacional y popular” el cauce apropiado denegadoras de la democracia, o en algún otro sentido. La extendida
para canalizarlas. Sin embargo, no exageraremos la “espontaneidad” de los presencia de hombres provenientes del radicalismo, en especial por la vía de
nuevos dirigentes. Permítaseme una breve digresión. Una pauta tradicional la Junta Renovadora com o de la ex Forja, sugiere una obvia correlación en ese
de la política bonaerense al ser intervenida la provincia –o al cambiar de signo sentido, tomando en cuenta el rechazo de ambas hacia el viejo Partido
el gobierno provincial– era reemplazar a los intendentes municipales por un Conservador. Sin embargo, la nota distintiva del peronism o en la provincia
“comisionado” designado desde La Plata; la finalidad político-electoral de fue la emergencia de una nueva “camada” de dirigentes, sin ningún –o con
tales designaciones era obvia. Cuando, con posterioridad a la Revolución de muy escasos– antecedentes políticos previos. El análisis del proceso de
Junio de 1943, com enzó a gestarse la posibilidad de un nuevo proyecto conformación de la dirigencia peronista provincial muestra com o su aspecto
político encabezado por el coronel Perón, su piedra de toque fue la más notable un drástico recambio de personal, que claramente indica la
designación de Juan A. Bramuglia como Interventor Federal en la provincia incorporación de “gente nueva” en las estructuras de dirección político-
de Buenos Aires. Las acciones del interventor se enfilaron a obtener el partidarias. En este sentido, la observación de los antecedentes del “grupo
concurso de dirigentes radicales disidentes con la conducción nacional o parlamentario” del peronismo provincial, tras la elección de 1946, constituye
provincial del partido, 15 y a la vez, dotar de “cuadros” políticos de m enor una dem ostración palmaria: de los 70 legisladores electos (51 laboristas y 19
nivel al emergente proyecto. En este punto, Bramuglia (y sus sucesores en la renovadores) apenas uno de cada agrupación contaba con experiencia en los
intervención provincial) utilizaron convenientemente el recurso tradicional: cuerpos colegiados. 18
la designación de “comisionados municipales” resultó el instrumento idóneo
con el cual potenciar la actividad política de los dirigentes incorporados al
2. La consolidación de una dirigencia política: internas y candidatos
“peronismo”.16 En definitiva, la utilización de este cargo como “canal” de
partidarios, 1947-1948
reclutamiento de dirigentes adquirió una inusitada relevancia: más del 20%

La victoria de las coligadas fuerzas peronistas en 1946 no facilitó en


principio el apaciguam iento de sus fricciones, sino que pareció am plificarlas.
Antes aún de finalizar el recuento de votos en la provincia, Perón hacía un
llamado a la unidad de las fuerzas que habían colaborado en su victoria: “la
14
Arturo Jauretche fue Presidente del Banco Provincia, en tanto que los M inisterios de H acienda
y Educación estuvieron a cargo de los ex-forjistas M iguel López Francés y Julio César Avanza, por
causa de la revolución necesita que se unan todos los que han colaborado en
citar sólo a personas con cargos im portantes.
15
Así fueron m inistros de su gabinete los conocidos dirigentes radicales Ram ón del Río (firm ante
17
de la fam osa “declaración de Avellaneda”) y Ricardo Riguera, entre otros. U n estudio sobre la Fueron 279 los com isionados designados entre el 12 de enero de 1945 (fecha en que
actuación de Bram uglia en la pro vincia: REIN , Raanan: “Preparando el cam ino para el Bram uglia asum e com o Interventor provincial) y el 31 de enero de 1946. En la elección de
peronism o: Juan A. Bram uglia com o Interventor Federal en la Provincia de Buenos Aires”, 1946, quienes fueron candidatos se insertaron predom inantem ente en las filas de la Junta
Revista Europea de Estudios Latinoam ericanos y del Caribe; núm . 67, D ec. 1999, Am sterdam , pp. Renovadora. U n ejem plo em blem ático lo provee Rom án Subiza: com isionado en San N icolás,
35-55. candidato a diputado nacional por la U CR (JR) y, a posteriori, M inistro de Asuntos Políticos en
el gabinete de Perón.
16
Esa acción no fue ignorada por los partidos opositores: “Para cum plir el plan de propaganda
18
electoral a cargo de los com isionados m unicipales, los presupuestos respectivos se han elevado Se trata de José M aría Palm eiro, laborista, quien había actuado en el Congreso N acional entre
en form a desproporcionada. Se ha organizado, así, una m áquina electoral de singular eficacia 1932 y 1936 representando al Partido Socialista; y de Pedro Agotegaray (renovador), legislador
para el candidato que contaba con el apoyo oficial”. N ota del apoderado del Partido D em ócrata provincial por la U C R entre 1926 y 1930. A ellos habría que agregar al nom brado M achado,
N acional (José Verzura) a la Junta Escrutadora N acional, en La N ación, 4/3/1946. diputado provincial por la U CR en el período 1918-1921.

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El peronismo bonaerense Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...

esta magnífica obra”. 19 Pocos días después, en un documento firmado un agudo sentido del pragm atismo político: en este sentido, cabe preguntarse
conjuntamente por Teisaire y Leloir, entre otros dirigentes, se afirmaba: si era realista que los partidos formadores de la coalición peronista se
mantuvieran separados, y acaso enfrentados, en el ám bito legislativo
provincial23 . Teniendo en cuenta esta dificultad, entonces, la mayoría de los
concitamos al pueblo a propiciar la unidad radical-laborista,
legisladores provinciales peronistas unificó las representaciones del laborismo
en una conjunción partidaria, que con una sola doctrina se
y del radicalism o renovador, constituyendo “bloques peronistas”, tanto en
dedique, para bien de la Patria, a estructurar el partido de
Senadores como en Diputados; 24 al mismo tiempo, los bloques legislativos
gobierno con cuyo decidido apoyo pueda cumplir la
pasaron a ser el principal componente dirigente del novel Partido Único de
definitiva emancipación políticosocial y económica de la
la Revolución 25 . Es posible que en buena m edida esto haya sido consecuencia
Nación Argentina. 20
de la “santificación” otorgada a los legisladores electos (como “representantes
del pueblo”) en la orden de Perón; 26 pero, también, nos parece que el trabajo
El m arco de disputas entre las fuerzas peronistas, y acaso al interior en com ún en las cámaras provinciales fue un ámbito propicio para que
de cada una de ellas, intentó ser resuelto por el presidente electo con su personas que apenas se conocían (o no se conocían) pudieran evaluar sus
famosa proclama del 23 de mayo, donde el coronel Perón, como “jefe capacidades recíprocas y comenzar a discernir, entre ellos, a quiénes
supremo del movimiento”, declaraba caducas las autoridades partidarias y las mostraban las mejores aptitudes para la ímproba tarea que tenían por
conminaba a la formación del Partido Único de la Revolución. Según el más delante: constituir un partido.
conspicuo de los defensores del Partido Laborista, ella “produjo un efecto de Desde luego, no finalizaron allí los conflictos. Como ha mostrado
profundo desagrado y de lógica indignación en todos los hombres de Moira Mackinnon, la búsqueda de una dirección orgánica en el peronismo
responsabilidad del laborismo y en la masa partidaria” 21 . De acuerdo a esta estuvo plagada de alianzas y enfrentamientos de diversas características entre
interpretación de los hechos, a partir de entonces sólo habría “defecciones”
y acuerdos espurios entre “m alos partidarios” y los hombres del radicalismo
renovador. Sin embargo, no fue esta la única forma en que los protagonistas 23
D ebe recordarse aquí que, en las Cám aras bonaerenses, el radicalism o tradicional era la
observaron los acontecimientos. prim era m inoría –en tanto los legisladores peronistas no se unificasen–. Si ello podría provocar
problem as a la adm inistración provincial estaría por verse; lo urgente, sin em bargo, era la
Constituida la Junta Nacional del Partido Único, hacia mediados de elección de senadores nacionales (tarea que correspondía a los legisladores): no parecía
junio fue designada la Junta Ejecutiva Provincial; a su frente se encontraba im posible que el radicalism o hiciera valer su relativa m ayoría num érica si laboristas y
ren ovad ores seguían separados. Aunque se había acordado apoyar a un candidato de cad a
Roberto Cursack, presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, 22 partido para los cargos en cuestión, el problem a era que los laboristas pretendían llevar al Senado
quien condujo las negociaciones -finalmente frustradas- con los dirigentes de la N ación al ex interventor federal en la provincia, Arturo Sáinz Kelly, a quien los renovadores
se negaban rotundam ente a votar. En breve, se conoció la “orden” de Perón. Ella apuró la
laboristas para la unificación partidaria. Al mismo tiempo, los representantes definición laborista, que se avino a cam biar de candidato. La Asam blea Legislativa, finalm ente
de los partidos form adores de la coalición peronista en las cámaras de la reunida el 21 de junio, eligió com o senadores al D r. Alfredo Busquet, por la Junta Renovadora,
y al m ayor (r.) Alfredo Arrieta, por el laborism o. Véase Cám ara de D iputados de la Provincia de
provincia comenzaron a propiciar la formación de bloques únicos, con el B uenos Aires: Diario de Sesiones (en adelante, D SCD PBA), Taller de Im presiones O ficiales, La
mismo propósito de encuadramiento en el nuevo partido, y, también, bajo Plata, 1946, Tom o I, pp. 562-568.
24
El bloque peronista del Senado provincial tuvo estas autoridades: Saúl Pardo (presidente), José
F. W erner (vicepresidente), Aurelio Rita (secretario) y Edm und o V am pa (tesorero). En
D iputados fueron: José Palm eiro (presidente), Jorge Sim ini (vicepresidente), D aniel Ferrer
19
La N ación, 05/04/1946. Burgueño y Eduardo Firpo (secretarios). Tanto Pardo (m ayor del Ejército) com o el ya citado
Palm eiro pertenecieron al laborism o.
20
La N ación, 08/04/1946.
25
La Junta Provincial del Partido Ú nico estableció juntas seccionales para la organización
21
GAY, Luis: El Partido Laborista en la Argentina, Biblos, Buenos Aires, 1999, p. 115. partidaria, que estuvieron a cargo de los legisladores electos de cada sección. Véase CU RSACK,
R oberto Enrique: Ideario social y político del Partido Ú nico de la Revolución N acional. Su
22
La Junta Ejecutiva de la P B A estaba constituida por el nom brado com o presidente, H éctor organización en la Provincia de Buenos Aires, Buenos Aires, 1947, pp. 35 y siguientes.
Cám pora com o vice, César Bressa y Adolfo O rosco com o secretarios, Alfredo Busquet com o
26
tesorero, Guillerm o Lasciar com o protesorero y M anuel Torres, secretario de actas. En su proclam a, el presidente electo ordenaba: “[...] Com o Jefe, encargo en la fecha a los
Representaban a los distintos segm entos del m ovim iento peronista: C ursack y Lasciar, laboristas; cam aradas legisladores...la organización de todas las fuerzas peronistas com o Partido Ú nico de
Busquet y Bressa, renovadores; Cám pora, independiente; O rosco y Torres, sindicalistas. la Revolución N acional”. Citado en TO RRE, Juan C.: La vieja guardia sindical..., p. 227.

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El peronismo bonaerense Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...

sus dirigentes, al punto que el prácticamente nonato Partido Único avanzó concurrencia fue imponente: en total participaron más de cien mil
sin rumbo y culminó en un abierto fracaso. La reconstitución partidaria, entre personas.31
fines de 1946 y principios de 1947, ahora como Partido Peronista, intentaría En ese verdadero “test”, las personas que actuaban entonces como
desde su máximo organismo –el Consejo Superior– dotar al nuevo partido dirigentes políticos del peronismo debieron validar –o revalidar, según el
de una mecánica orgánica, trabajando para ello en lo que sería su principal caso– su condición ante la masa afiliada. Para una evaluación en conjunto de
objetivo: la convocatoria a un Congreso Constituyente partidario, con este proceso de recomposición dirigencial se partirá de establecer los
delegados electos por los afiliados peronistas.27 En el arduo proceso de antecedentes previos de aquellos dirigentes que se postulaban a la Presidencia
organización unificada del Partido Peronista se destacan entonces, por su de los Consejos Directivos Locales. Hemos contabilizado la presencia de 230
importancia intrínseca, las elecciones internas llevadas a cabo el 21 de individuos que presentaron su candidatura; de ellos, localizamos los orígenes
setiem bre de 1947, caracterizadas en el espacio bonaerense por una inm ensa políticos de 110 candidatos. De estas personas, 83 fueron electos o
movilización partidaria, cuyos componentes pluralistas y participativos candidatos a legislador en 1946 (43 por el laborismo, 38 por la Junta
probablemente no tuvieron parangón con lo sucedido en el conjunto de las Renovadora y 2 por la Alianza Libertadora Nacionalista), 19 actuaron como
provincias argentinas.28 comisionados municipales y 2 como electores presidenciales. Adicionalmen-
En la elección interna, los afiliados peronistas debían elegir a los te, determinamos que otros 3 individuos provenían de FORJA, 1 del Partido
delegados al Congreso Constituyente del partido (que se realizó el 1º de Independiente y 2 de una fracción disidente de la UCR. 32 En la organización
diciembre de 1947), cuyo núm ero era igual al de los electores presidencia- del Partido Peronista, como todo debería hacer suponer, eran los hombres
les 29 ; en el caso bonaerense, se trató de 88 delegados. Pero simultáneamente, provenientes del laborismo y de la Junta Renovadora quienes principalmente
el formato organizativo de la elección en Buenos Aires presentó una radical componían sus cuadros intermedios. La mayoritaria presencia de laboristas
novedad, que avanzaba hacia una estructura representativa de la conducción indica evidentemente que los dirigentes de ese partido decidieron razonada-
partidaria. En efecto, los peronistas bonaerenses elegían también las mente incorporarse al Peronista. Por otra parte, la heterogeneidad política de
autoridades de 120 Consejos Directivos locales, es decir que en cada uno de las personas que se integraron al peronismo es visible, pero no tan importan-
los municipios en que se dividía administrativamente la provincia emergería te como habitualmente se supone; la inform ación recopilada sugiere la
una conducción política electa por los afiliados 30 . Las situaciones locales no menguada contribución de aliancistas, radicales disidentes y simpatizantes
fueron hom ogéneas; así, los electores debieron optar por concurrir a votar conservadores, aunque subestima la participación de forjistas. Asimismo, los
una lista única, o bien a elegir entre varios candidatos. De todos modos, la dirigentes reclutados desde la administración política provincial –los
comisionados– mostraron ser un elemento importante en la configuración
de la dirigencia peronista.
De este modo, hacia finales de 1947 el peronismo bonaerense
mostraba una primigenia pauta organizativa, consistente en estructurar
27
M ACKIN N O N , M oira: “Sobre los orígenes del Partido Peronista. N otas introductorias”. En:
AN SALD I, W aldo et.al.: Representaciones inconclusas. Las clases, los actores y los discursos de la
m em oria, 1912-1946, Biblos, Buenos Aires, 1995, pp. 223-253. 31
Con los incom pletos datos electorales que sum inistra La N ación, 23-24 /9/47 hem os
28
El diario platense El Argentino observó: “El com entario que unánim em ente ha podido com putado 109.000 votantes. Según el diario La Capital, de M ar del Plata (3/10/47), los
recogerse [...] es que pocas veces se ha registrado en la Provincia y, sin duda, cabe hacer m ism os ascendieron a 147.000.
extensivo el concepto al resto del país, un clim a de entusiasm o tan vivo y fervoroso en com icios 32
que se relacionan exclusivam ente con el funcionam iento de una agrupación política”; Las fuentes consultadas han sido las siguientes: La Nación, 23 y 24/09/1947, y El Argentino
21/9/1947. 22 y 23/09/1947 (participantes en la interna peronista); LU N A, Félix: El 45..., (candidatos a
diputados nacionales); La Nación, 15/02/1946 (candidatos a legislad ores p rovinciales);
29
La elección interna peronista se desarrolló en la Capital Federal y en todas las provincias, M inisterio del Interior, Las Fuerzas Arm adas restituyen el im perio de la soberanía popular, Buenos
excepto Corrientes y San Juan. Véase D em ocracia, 22/09/1947. Aires, 1946, Tom o II (diputados nacionales electos y electores presidenciales); D SCD PBA, 1918-
1946, y Senado de la Provincia de Buenos Aires. Diario de Sesiones (en adelante, SEN PB A), Taller
30
La provincia contaba en la época con 112 m unicipios; el de La Plata estaba dividido en 9 de Im presiones O ficiales, La Plata, 1918-1946 (legisladores provinciales); Registro Oficial de la
secciones, cada una de las cuales elegía su propio Consejo local; los 111 restantes elegían uno Provincia de la Provincia de Buenos Aires, Taller de Im presiones O ficiales, La Plata, 1945, 1946 y
cada uno. 1947 (com isionados m unicipales, funcionarios provinciales).

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El peronismo bonaerense Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...

conducciones políticas representativas en el escalón siguiente al de los puntilloso intento por conservar el equilibrio entre las principales fuerzas
organismos de base (las denominadas “unidades básicas”). El paso sucesivo formadoras de la coalición peronista originaria: de once personas de las que
debería consistir en la elección de una dirección provincial, en tanto la Carta se cuenta con datos de su pertenencia partidaria previa, 6 eran laboristas y 5
Orgánica del Partido Peronista, sancionada en el Congreso antes menciona- de la UCR (JR).
do, así lo establecía. En lo inmediato este paso no se dio, y la conducción La convención partidaria provincial eligió también los candidatos
provincial del partido quedó en manos de un “interventor” designado por el peronistas a la Legislatura provincial. 34 Sobre un total de 63 candidatos, 28
Consejo Superior: el diputado nacional por Capital Federal Bernardino de ellos (esto es, el 44%) participaron en la interna del partido, entre los
Garaguso. Sin embargo, una de las facetas esenciales en la vida de todo cuales, a su vez, 6 venían actuando como legisladores, en tanto que otros 7
partido –la designación de sus candidatos a cargos públicos– fue realizada por habían sido candidatos al cuerpo en 1946; de las personas que no participa-
los peronistas a través de los canales de su todavía em brionaria estructura ron en la interna, 4 eran legisladores provinciales, 8 habían sido candidatos
orgánica. Así, los electos delegados bonaerenses al Congreso Constituyente en 1946, 7 más tenían actuación previa como comisionados municipales, y
del Partido Peronista se reunieron el 25 de enero de 1948 en La Plata, con 1 era hasta entonces director del Banco Provincia; de 15 individuos no
la finalidad de confeccionar las listas de postulantes partidarios para las tenemos referencias. Igual que en el caso de los candidatos al cargo de
elecciones generales, programadas para el mes de marzo. De este modo, una diputado nacional, parece evidente que la participación, o mejor, la victoria,
convención de dirigentes partidarios eligió a aquellos dirigentes que en la interna partidaria aparece como la indicación o el dato relevante a tener
representarían al Partido en las elecciones generales. Desde luego, los motivos en cuenta a la hora de confeccionar una lista de candidatos, a tal punto que
por los cuales algunas personas obtuvieron su postulación, en detrimento de cinco legisladores laboristas fueron derrotados en la interna, y no consiguie-
otras, no podemos conocerlos. 33 Con todo, intentaremos observar si existió ron ser candidatos en las elecciones generales.
alguna lógica interna, analizando las nóminas de candidatos peronistas.
De acuerdo a los resultados de la elección del 14 de marzo de 1948,
Dirijamos la atención, en primer lugar, a la lista de diputados al Congreso
el peronismo consiguió 41 de las 63 bancas en disputa. Un análisis detenido
Nacional, formada por 16 postulantes.
de estos legisladores electos permitirá, suponemos, apreciar la fuerte
La primera comprobación debe señalar lo siguiente: 11 de los racionalidad política que presidió la articulación de los cuadros dirigentes
candidatos participaron en las previas elecciones internas del partido, peronistas de la provincia de Buenos Aires. En la ocasión, resultaron electos
habiendo logrado todos (salvo uno) la presidencia del Consejo Directivo local 13 senadores y 28 diputados provinciales por ese partido. La “ruptura” en el
en sus respectivos municipios. Cabe indicar además que, entre estos 11 personal político fue una de las características que el peronismo emergente
postulantes, cuatro renuevan sus mandatos (esto es, habían sido elegidos trajo consigo; el ascenso a los principales cargos públicos de personas sin
diputados nacionales en 1946), mientras que 3 ascienden de legisladores experiencia en las funciones gubernativas fue la nota predom inante en 1946.
provinciales a diputados nacionales. Por añadidura, otros 2 integrantes de la Por contraste, lo acontecido tras las elecciones que estamos analizando podría
lista, aunque no participaron en la interna partidaria, poseían antecedentes interpretarse como una suerte de “continuidad en la ruptura”: de los 41
suficientes: 1 asciende de diputado provincial a diputado nacional, en tanto legisladores electos en 1948, entonces, se aprecia que 10 de ellos acreditan
el restante había sido candidato a aquel cargo en 1946 y venía desempeñán- experiencia en el cargo, renovando de este modo su mandato (seis provenían
dose como secretario del Senado provincial. De este modo, la mayoría de los del laborismo y cuatro de la Junta Renovadora); por su parte, 7 habían sido
postulantes al Congreso Nacional pareció mostrar que las candidaturas a candidatos a la legislatura en 1946 (5 por la JR, 2 laboristas), en tanto 7
cargos importantes dentro del peronismo se basaban en las capacidades o registraban actuación como comisionados municipales. Si a estas personas
habilidades que las personas tenían para actuar como dirigentes. Adicional- se adicionan otros 10 dirigentes que provienen directamente de la interna
mente, se puede señalar que las candidaturas en este nivel indican un partidaria, parece suficientemente claro que la renovación del cuerpo
parlamentario provincial, en lo que al peronismo concierne, tuvo una

33
Com o señaló M . D uverger, estos m otivos se debaten en la “cocina” de los partidos, donde
sólo ingresan sus dirigentes, quienes, adem ás, nunca han sido proclives a expresarlos
34
públicam ente. Véase D U VERGER, M aurice: Os partidos políticos, Zahar, Rio de Janeiro, 1970. Adicionalm ente, aprobó tam bién las nóm inas de candidatos a intendentes y concejales.

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mínima dosis de aleatoriedad. Se trata de personas que, o bien muestran una Tal como ocurriera en la primera elección interna, los peronistas
cierta pericia en actividades gubernativas (en este caso, quienes venían renovaban 120 Consejos Directivos locales. Las carencias en la información
actuando com o legisladores o comisionados municipales), o bien exhiben suministrada por la prensa de la época nos impiden afirmar con precisión en
una continuada actividad militante, ciertamente desde 1946 en adelante.35 cuáles de ellos hubo listas únicas, y en cuáles no. Pero una vía aproximada,
Es posible extraer una conclusión provisoria de lo analizado hasta para evaluar si se trató de elecciones “competitivas”, consiste en observar en
aquí; el primer intento de construir una organización partidaria representati- cuántos distritos la presidencia del Consejo Directivo cam bió de manos.
va, plenamente logrado en el nivel municipal, fue acompañado por criterios Hemos determinado la conducción emergente de 113 situaciones locales 39 ;
(implícitos) de selección de candidatos a cargos públicos provinciales y en 63 de ellas la elección recayó en una persona distinta de quien la
nacionales que privilegiaban bien la validación otorgada por la masa afiliada, ostentaba en 1947. Por su parte, en 50 distritos la presidencia partidaria
bien la adquisición de experiencia gubernam ental. Ambas situaciones parecen perm aneció inmodificada. ¿Indicaría este último hecho que la “democracia
m ostrar la gradual conform ación de una elite dirigente en el peronismo interna” era una mera fachada? Dicho en otros términos, podría preguntarse
bonaerense. si, para una parte más o menos variable de los dirigentes peronistas, la
elección interna habríase mostrado como el escenario propicio para la
retención de prácticas políticas “tradicionales”: la de los “hom bres fuertes”
3. La cristalización de un “equipo dirigente”: legisladores y cargos en sus respectivos distritos, quienes, merced a los favores y pequeñas
partidarios, 1949-1950. habilidades de las habitualmente denominadas relaciones clientelares,
sustentan su base local de poder político, verdadera plataforma para
aspiraciones superiores. Desde luego, esta fue una posibilidad muy real, y
Diversos autores han sugerido que las elecciones internas de 1947
caben pocas dudas que en diversos lugares así aconteció. En particular,
fueron las únicas efectivizadas por el Partido Peronista 36 . Sin embargo, el caso
algunos dirigentes peronistas parecen haber desarrollado una singular
bonaerense no se ajusta a esa pauta, tal como veremos a continuación. Hacia
habilidad para articular listas únicas, y presidir de ese modo el Consejo local
finales de 1949, la intervención partidaria convocó a elecciones internas en
en las dos elecciones internas 4 0 . Con todo, no fue esa la situación más
todos los distritos de la provincia, en los cuales los miembros del partido
común; la competencia entre dirigentes por obtener la conducción partidaria
elegirían conducciones locales y delegados al Congreso Provincial. Los
parecen revelarla, tanto los 63 Consejos locales que m odificaron su
comicios se realizaron el 18 de diciembre, en todos los municipios -con
presidencia, como el hecho de que, de aquellos 50 que hem os visto
excepción de uno.37 Nuevamente, los peronistas tuvieron la oportunidad de
permanecieron en las mismas manos, al m enos en 12 de ellos hubo más de
optar, dependiendo de la situación local, entre votar por una lista única o
una lista compitiendo.41
elegir entre varias. Nuevamente, también, la participación popular resultó
impactante: alrededor de doscientos mil afiliados concurrieron, según Pero interesa destacar otros aspectos de estas elecciones internas
estimaciones de los observadores.38 dentro del peronism o, además del obvio: su existencia. Por un lado, podría
reflexionarse acerca de lo que en ellas podían hallar las “m asas” peronistas:

39
N o hem os podido localizar los resultados de tres distritos (Las H eras, San N icolás y San
35
Las nóm inas de candidatos y legisladores electos, tanto a la Legislatura cuanto al C ongreso Vicente); en dos distritos las elecciones fueron im pugn ad as (Gral. Pueyrredón y Q uilm es); un
N acional, pueden consultarse en nuestro artículo: “Elites políticas en la provincia de Buenos distrito estaba sin definición (Cnel. Rosales). A ellos debe sum arse M orón, por las razones
Aires. Peronistas y radicales en las elecciones de 1948”, Estudios Interdisciplinarios de Am érica expuestas. La inform ación fue recogida en El D ía, 1 7 al 19/12/1949; El Argentino, 20 al
Latina y el Caribe, vol. 13, núm . 2, julio-dic. 2002, pp. 89-114. 23/12/1949; La N ación, 21 y 22/12/1949.
36 40
Entre otros, LITTLE, W alter: “Party and State in Peronist Argentina, 1945-1955”, H ispanic Los casos ejem plares serían H éctor Cám pora (S. Andrés de Giles), Alfredo Arrieta (Junín), Julio
Am erican H istorical Review, vol. 53, núm . 4, novem ber 1973, pp. 644-662. Lescano Gorordo (S. Antonio de Areco), José Ladaga Rosito (Chacabuco), Jorge Sim ini (Trenque
Lauquen) y José Luis Passerini (Carlos Casares). Llam ativam ente los cuatro últim os provenían
37
La elección se suspendió en M orón, ante el “estado de efervescencia” que m ostraron los de la U CR.
partidarios de las dos listas que allí se enfrentaban. Véase El D ía, 17/12/1949.
41
En este caso se cuentan: V. López, C. Areco, Lobos, Chascom ús, Gral. Paz, M onte, Rauch, B.
38
El D ía, 19/12/1949. Blanca, y las secciones 2ª, 7ª, 8ª y 9ª de La Plata.

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El peronismo bonaerense Aelo - Formación y crisis de una elite dirigente...

dirigentes y militantes expresando sus puntos de vista, su defensa de una hallamos referencias.43 En esta relación nos limitamos a mostrar el anteceden-
acción de gobierno “revolucionaria” en las calles y plazas de toda la provincia, te más cercano al momento da la elección interna, dado que, como ya podría
galvanizando –probablemente– un definido sentido de identidad con el presuponerse, entre los distintos cargos existen superposiciones. En definitiva,
partido o movimiento en el poder. A su manera, los observadores destacaban lo que aparece con claridad es que aquellas personas que conducían los
la notable m ovilización que las elecciones internas en el peronismo destinos del peronismo a nivel local estaban m ostrando, a su vez, aptitudes
acarreaban: o habilidades para representar al peronismo en elecciones generales. 44 Con
todo, no parece desdeñable considerar que, si bien se torna notoria la
persistencia de un conjunto de personas en obtener varios cargos, las puertas
Una «interna» es ahora tan movida y brava como una de
del partido no parecen haber estado cerradas para los nuevos militantes. En
candidatos a una representación comunal o legislativa. El
este sentido, que el 16% de los presidentes 45 no registraran antecedentes
mism o despliegue de fuerzas, el mism o alzar de tribunas, la
públicos parece estar indicando que la activa militancia en la vida interna de
misma pasión. En este terreno debemos declarar que nunca
la agrupación podía ser convalidada por la afiliación partidaria, elevando al
la democracia ha sido, en una «interna», más abierta y de
individuo al rango de dirigente.
juego público que hoy. 42
Renovadas las conducciones locales, y electos los delegados, el
Congreso Provincial del peronismo se realizó el 30 de diciembre de 1949.
Por añadidura, cabría abrir un paréntesis en torno a las nociones del 112 congresistas, provenientes de casi todos los distritos aprobaron tanto la
“verticalismo”, señalando que la notable participación popular en las tareas plataform a que el peronism o defendería en las próximas elecciones de marzo
internas del Partido Peronista no fueron el resultado de alguna sugerencia de 1950 como los candidatos a la Legislatura provincial. Sin embargo, la
venida desde las alturas del poder: ni el Consejo Superior partidario, ni Perón resolución más importante adoptada en la oportunidad consistió en la
mismo, tuvieron injerencia en las tareas del comicio, lo cual conduce a elección de una dirección orgánica en el peronismo bonaerense. De este
observar la acción de los dirigentes intermedios del peronismo, organizando, modo, en el principal distrito electoral de la Argentina, la conducción política
persuadiendo, convocando a las bases de cada distrito para que participen de del peronismo ya no estaría a cargo de interventores designados por el
la vida interna del partido. Consejo Superior, sino por un conjunto de dirigentes electos por el cuerpo
Avanzando en este sentido, destaquemos otro aspecto emergente de orgánico del Partido. Las personas designadas para tal responsabilidad
la interna peronista. Trátese de dirigentes embarcados en una, en ocasiones demuestran, acaso decisivamente, lo que reiteradamente hemos afirmado:
feroz, competencia, o trátese de los campeones de la lista única, ambas la efectiva consolidación de un elenco político en el peronism o provincial,
situaciones exhortan a considerar su corolario relevante: la constitución en formado por hombres que podían exhibir una activa participación político-
el peronismo bonaerense de una elite dirigente. Detengám onos, en primera partidaria: la constitución del Consejo Peronista Provincial revela que, a juicio
instancia, en las personas que fueron electas com o presidentes de los de aquellas personas, la performance en las internas partidarias y la actuación
Consejos Directivos locales, y observemos cuáles eran sus antecedentes en cargos legislativos provinciales o nacionales eran elementos decisivos a la
políticos: 30 estaban actuando como legisladores provinciales, 29 como
intendentes y 9 com o legisladores nacionales; de los dirigentes sin cargo
público en la ocasión, 14 habían actuado como comisionados y 7 fueron 43
Las fuentes em pleadas fueron: El Argentino, 20-23/12/19 49, El D ía 19/12/1949, La N ación
candidatos a la Legislatura, en tanto que otros 6 sólo registran actividad 21-22/12/1949 (interna peronista). D SC D PB A, 1946-1948 y SEN PB A, 1946-1948 (legisladores
provinciales). La N ación, 16/3/1948 (intendentes). Las Fuerzas Arm adas..., (diputados nacionales
partidaria –como Presidentes del Consejo Local–; de 18 personas no
1946). La Nación, 04/03/1948 (diputados nacionales). La N ación, 15/02/1946 y 13/03/1948
(candidatos a la Legislatura). Registro O ficial..., 1945-1948 (com isionados m unicipales). La
N ación, 23 y 24/09/1947, El Argentino, 22 y 23/09/1947 (interna peronista 1947).
44
U na pauta enteram ente sim ilar se encuentra entre las 1 19 personas que resultaron electas
com o delegados al Congreso Provincial partidario. La nóm ina se encuentra en El D ía,
28/12/1949.
42 45
La Capital, 10/12/1949. Y el 24% de los delegados electos.

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hora de elegir sus conducciones. 46 Obsérvese la nómina de sus integrantes partido político que en pocos años de la iniciación de la
(entre paréntesis, el cargo público que la persona tenía, y a continuación el revolución [...] va logrando así, en forma metódica y
distrito en que ejercía la presidencia del Consejo Directivo local): responsable, un equipo dirigente identificado con el ideal de
la revolución.48

Consejo Peronista Provincial, 1949


Este “equipo dirigente” estaba mayoritaria –pero no totalmente–
form ado por dirigentes cercanos al gobernador M ercante 49 , lo cual,
Presidente: Mario Goizueta (Diputado provincial, La Plata, 1ª).
ciertamente, no es de extrañar, en tanto este hombre parecía estar en la
Secretario General: Mauricio Scatamacchia (Senador Nacional, San Isidro). “línea directa” de sucesión al presidente Perón (era, en palabras de Eva, “el
Secretario de Actas: Raúl Pedrera (Diputado provincial, 4 de Junio). corazón de Perón”) y mostraba una popularidad que sólo se em pañaba ante
la del general presidente.
Tesorero: Oscar Bidegain (Diputado Nacional, Azul).
Como se señaló más arriba, en este Congreso se aprobaron las
Vocales: Héctor Cámpora (Diputado Nacional, S. A. Giles); Eduardo
candidaturas que el peronismo presentaría en las próximas elecciones
Carvajal (Senador provincial, Juárez); Jorge Simini (Diputado provincial,
provinciales. Si se rememora que, en las previas elecciones de 1948, el 44%
Trenque Lauquen); Rafael Pascual Robles (Senador provincial, 25 de
de los candidatos había participado en la interna partidaria de 1947, ahora
M ayo –delegado–); Rodolfo Arce (Diputado provincial, Necochea); José
los dirigentes encargados de confeccionar la lista consideraron como criterio
Passerini (Senador provincial, Carlos Casares); Carlos Seeber (Diputado
crucial esa circunstancia: de los 63 candidatos que el Congreso aprobó, 48
Nacional, Vicente López); Roberto Cursack (Diputado nacional, Lobería);
de ellos habían participado en la interna de 1949. En otros térm inos, para
Eduardo Forteza (Diputado nacional, Bahía Blanca); Federico Cepparro
1950 el 76% de los candidatos peronistas podían presentar, como respaldo,
(Diputado provincial, Lomas de Zamora); Gilberto Manzano (s/cargo
la revalidación de su condición de dirigentes por la afiliación partidaria.
público, Avellaneda) 47 .
El 12 de m arzo de 1950 se realizaron elecciones para el ejecutivo
provincial, 50 y de renovación de la Legislatura provincial y de los Concejos
La conformación del Consejo Peronista en la provincia de Buenos Deliberantes; todos los cargos tendrían una duración de dos años, dado que
Aires significó, en opinión de sus protagonistas, el colofón de un intrincado en las siguientes elecciones generales (previstas en principio para 1952), se
proceso de organización partidaria iniciado en 1946, donde la acción renovarían la totalidad de los cargos públicos, en base a las nuevas disposicio-
desplegada por sus integrantes en la realización de elecciones internas, nes de la Constitución Nacional de 1949, y las leyes electorales que las
congresos o asambleas partidarias y consolidación de direcciones distritales reglamentarían.51 Tras los comicios generales, fueron electos 38 legisladores
coadyuvó a perfilar los lineamientos de una nueva y transform adora fuerza por esa fuerza; precisem os sus antecedentes: 13 de ellos renovaron su
política,

Y hoy puede exhibir la provincia de Buenos Aires, ante la 48


El D ía, 31/12/1949 (palabras del interventor saliente Bernardino Garaguso).
consideración de propios y extraños, este cuadro de un
49
Goizueta era, sin duda, la “m ano derecha” de M ercante. Pero ni Cám pora ni Sim ini, por
ejem plo, eran “m ercantistas”, si este térm ino significaba algo.
46 50
Lo cual indicaría que tam bién en el peronism o, fuerza tan “espontánea” e “inorgánica”, tenía Los candidatos peronistas fueron el m ism o M ercante, acom pañado por José Passerini. Estas
lugar la “ley de bronce de la oligarquía” señalada por M ICH ELS, Robert: Los partidos políticos. postulaciones m ostraban, quizá sim bólicam ente, el equilibrio entre las fuerzas originarias del
U n estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la dem ocracia m oderna, Am orrortu, Buenos peronism o: laborista el candidato a gobernador, radical renovador el vicegobernador.
Aires, 1969, 2 vols.
51
N o se efectuaron, com o hubiera correspondido, elecciones de diputados nacionales, en virtud
47
El D ía, 31/12/1949 (Consejo peronista). La N ación 21-22/12/1949, El Argentino 20- que la D isposición Transitoria 6ª de la Constitución de 1949 prorrogó los m andatos –de quienes
23/12/1949 (elección interna); D SCD PBA, 1946, 1948 (legisladores provinciales, senador culm inaban en 1950– hasta 1952. Véase La Constitución Nacional de 1949, Rodolfo Alonso
nacional); LU N A, Félix: El 45... y La N ación 04/03/1948 (diputados nacionales). Editor, Buenos Aires, 1974, p. 73.

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mandato,52 3 fueron candidatos en 1948, 53 1 en 1946, 54 5 habían sido electos Pero cabría preguntarse: ¿fue el “caso” bonaerense una anomalía en
intendentes en 1948, 55 3 registraban un paso como comisionados municipa- la estructura interna del peronismo? ¿Se trató solamente de una excepción?
les, 56 y 8 provenían de la interna partidaria 57 (de 5 personas no tenemos En el Congreso del Partido Peronista realizado en diciembre de 1949, el señor
datos). Hemos simplificado al grado máximo el currículum de los legisladores Garaguso, refiriéndose a las recientes elecciones internas, señaló que:
peronistas electos, evitando la reiteración de cargos. En el conjunto, nos
parece una suposición razonable que aquellas personas sobre las que no
este hecho es auspicioso, porque lógicamente es el paso
tenemos datos hubieran sido integrantes de las listas victoriosas en la interna
inicial en toda la República, para que todos los distritos
peronista, en sus respectivos distritos.
electorales elijan sus propias autoridades por el voto directo
En los años que transcurren entre 1947 y 1950 el peronismo de sus afiliados, y así paulatinamente, esperemos los
bonaerense conformó, entonces, un real y muy exitoso partido político “de peronistas, que se irá perfeccionando la organización
m asas”, participativo y representativo, al mismo tiempo que un “equipo partidaria, se irán seleccionando a los hombres que merez-
dirigente” de envergadura provincial en cuyo núcleo se encontraban las can el honor de ser dirigentes de su partido, y de poder
personas que lo representaban en los cuerpos colegiados. En franco contraste representarlo en los cuerpos colegiados nacionales, provin-
con las interpretaciones del “verticalismo”, las dos elecciones consecutivas ciales y m unicipales. 58
para elegir la conducción partidaria en cada uno de los 112 distritos de la
provincia indican la intensa actividad de militantes, dirigentes y candidatos
a dirigentes en las labores internas de la agrupación. Con todo, no deseamos La posibilidad que los peronistas hubieran intentado, o al menos
extremar las posibilidades “democráticas”: ciertamente, los peronistas “de planteado como alternativa, “perfeccionar” la organización partidaria no suele
base” no pudieron elegir directamente su conducción política en la provincia. ser siquiera pensada, en tanto el preconcepto general (subyacente en diversas
Los motivos pueden ser varios, pero es evidente que en la complicada tarea interpretaciones) tiende a observar la acción política del peronismo en su
de dotar al peronismo de una dirección orgánica, sus dirigentes priorizaron primera época, como una tentativa por imponer crecientemente un “plan”
elecciones de tipo indirecto, tanto en lo relativo a la gestión partidaria, como autoritario o totalitario previamente diseñado. Pero si intentamos observar
para elegir candidatos a las elecciones generales. De alguna manera, esto las acciones políticas de aquellos tiempos no como la plasmación inevitable
parece haber imposibilitado (estuviera o no en las intenciones de aquellas de un modelo político existente en una mentalidad militar deseosa de
personas) la conformación de “corrientes” internas extendidas por todo el regimentar a la ciudadanía, sino como un conjunto de alternativas y
territorio provincial. Ello, sin embargo, no invalida la comprobación principal: posibilidades que los actores –por acción u omisión– contribuyeron a perfilar,
no puede seguir pensándose al Partido Peronista como una maquinaria las respuestas no pueden ser categóricas. En este sentido, la argumentación
burocrática o, peor aún, com o una agencia estatal, sino como una verdadera del interventor bonaerense citada previam ente no parece haber sido mera
organización política autónoma con respecto al Estado. retórica partidaria. Pocos meses después, en mayo de 1950, el peronismo de
Córdoba realizó elecciones internas, cuyas formas organizativas guardan
sem ejanza con las bonaerenses: las autoridades distritales (departamentales,
52
Pedro Agotegaray, H éctor Bosco, Pablo Ferrari, Cándido G arcía, Rufino H erce, José Ladaga sería el término apropiado en aquella provincia) del Partido Peronista
Rosito, Justo M ouzo, M igu el N atiello, Francisco Parera, H ipólito Pugliese, Pedro Rivas, Jorge
Sim ini y Angel Siri. Sólo M ouzo y Parera no participaron de la interna. cordobés fueron electas por sus afiliados, aunque no alcanzaron a formar su
53
propia dirección política provincial, que quedó en manos del interventor
D arío Alessandro, Eduardo Cuilci y Alberto D avid. (Cuilci no participó en la interna).
partidario.59 Pese a esta limitación, el acontecimiento parece indicar que,
54
Pedro Poracchia, quien provenía de la ALN . efectivamente, lo ocurrido en Buenos Aires podría haber sido “el paso inicial”
55
Felipe Iannone, Juan B. M arenzi, M iguel N avarro, Felipe Rotelli y G aliano Zazzali M onteverde.
Todos tom aron parte en la interna.
56
Jorge Falcone, Fernando O ttavis y Luis Paccusse, quienes participaron en la interna.
58
El D ía, 31/12/1949.
57
H éctor Altube, Eugenio Alvarez Santos, José Cam pano, Cesáreo Lozano, Arm ando Santaniello,
59
César Póffer, Francisco Q uindim il y M iguel Rubio. Véase TCACH , César: Sabattinism o y peronism o..., pp. 163-164.

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en un camino tendiente a construir un partido representativo a escala meses antes. Hacia mediados de m ayo de 1951, el Consejo Superior dispuso
nacional. el reemplazo de la totalidad de los interventores partidarios que estaban en
funciones. Quienes dejaban el cargo eran dirigentes –sino de prestigio, al
menos con cierta envergadura propia– que ocupaban al mismo tiempo una
4. Un brusco anticlímax
banca en el Congreso de la Nación; en contraposición, quienes pasaban a
conducir los destinos partidarios provinciales eran individuos “ignotos”,
El 11 de noviem bre de 1951 se realizaron elecciones generales para aunque esto debe entenderse en el sentido de que no habían representado
renovar los cargos públicos en todos los niveles de la administración política hasta allí al peronismo en los cuerpos colegiados. 63
argentina. En un clima de creciente violencia, precedido por el conato de Apenas un mes después, el 14 de junio, el Consejo Superior informó
“golpe” de finales de setiem bre y la declaración del “estado de guerra en un breve comunicado que habían caducado los mandatos del Congreso
interno”, la cam paña electoral se desarrolló en condiciones decididamente y del Consejo Directivo Provincial del peronismo bonaerense, al considerar
anormales, con fuertes limitaciones en la actividad proselitista de los partidos que
opositores.60 En adición, las modificaciones en la legislación política
permitían avizorar una fuerte tendencia hacia la “unanimidad”: la “ley de
partidos políticos”, cuyo propósito explícito era impedir cualquier tipo de Del estudio de las directivas generales para el cumplimiento
“coalición” (pensada, probablemente, para evitar una de los partidos del plan político, surge la necesidad de que exista un criterio
opositores), y la ley que establecía el régimen electoral nacional, en la que, uniforme en todo el territorio de la República. Como
junto a disposiciones de carácter m odernizador (como la elección directa del consecuencia de ello, todos y cada uno de los distritos
presidente y de los senadores) se hizo presente un sistema de elección deben ajustar la orientación y procedimientos generales de
uninominal por circunscripciones para los diputados nacionales; sistema que toda actividad a una sola dirección.64
pretendía reducir, hasta su práctica eliminación, la representación en el
Congreso de las fuerzas opositoras. 61 Este cambio de tendencia se vio, en el Aunque se aprobaba todo lo actuado por los dirigentes del
escenario bonaerense, rápidamente convalidado durante 1951; la sanción de peronismo provincial, a quienes se daban "las gracias por los servicios
una ley de partidos políticos, inusual copia de la ley nacional, y la abrupta prestados”, la remoción de los m iembros del Consejo Directivo provincial no
modificación del sistema electoral que abandonaba el tradicional (con más puede interpretarse sino como una imposición del m áximo organismo de
de 80 años de vigencia) de representación proporcional, por otro (bastante conducción partidaria. 65 Los declarados objetivos de “uniformar” la actividad
complicado, por cierto) de mayoría y minoría, cuya tendencia era limitar la pública del partido parecen haber sido los principales parámetros con los
representación opositora en la Legislatura provincial.62 cuales el interventor designado se abocó a cumplir lo que entendía era su
Pero el aum ento en la rigidez del sistema político no parecía afectar
tan sólo a los partidos rivales. Los ominosos signos de un correlativo
endurecimiento al interior del Partido Peronista habían comenzado unos

60 63
Puede verse LU N A, Félix: Perón y su tiem po. II. La com unidad organizada 1950-1952. Buenos Es evidente que los interventores designados eran conocidos por quienes los designan.
Aires: Sudam ericana, 1985. Ignoram os sus posibles antecedentes (quizá com o funcionarios del Estado), pero es indudable
61
que no habían sido candidatos del peronism o a cargos públicos electivos. Los nom bres de estas
El texto de la Ley 13.645 (de partidos políticos), puede verse en Anales de Legislación personas, en El D ía, 12/05/1951.
Argentina, La Ley, Buenos Aires, 1950, Tom o IX-A, pp. 344-345. El de la Ley 14.032 (régim en
64
electoral nacional), en Anales..., 1952, Tom o XI-A, pp. 106-123. El D ía, 15/06/1951.
62 65
Se trata de las leyes provinciales núm . 5.644 (partidos políticos) y núm . 5.656 (ley electoral), La prensa peronista sugirió que tal resolución surgió de una “reunión” entre el C SP P y el
am bas en: Provincia de Buenos Aires: Leyes prom ulgadas. Años 1946-1953, Taller de Im presiones Consejo D irectivo provincial. Aún en el caso que ella hubiera ocurrido, es difícil pensar que la
O ficiales, La Plata, 1954, pp. 6-7 y pp. 24-39, respectivam ente. caducidad de los m andatos fue tom ada de com ún acuerdo. Véase D em ocracia, 15/06/1951.

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misión en el cargo. 6 6 Com o una consecuencia lógica de esta tendencia, las favorables a las clases propietarias.68 No obstante, nada de ello parece
autoridades partidarias electas en los 120 Consejos Directivos locales indicado para explicar el giro “verticalista” en la conducción del Partido
presentaron sus renuncias, y esos cargos fueron cubiertos por “delegados Peronista. Sobre esta cuestión, Georg Eickhoff ha planteado que el simbólico
interventores”, designados por el responsable del Partido a nivel provincial. “renunciamiento de Evita” cerró un ciclo histórico iniciado el 17 de Octubre:
El efecto final de las sucesivas caducidades de las direcciones el de la movilización del pueblo peronista. En su opinión, ese programado
partidarias electas por los afiliados fue la designación de los candidatos acontecimiento tenía una finalidad precisa al interior del partido: se trataba
peronistas a los cargos públicos por el Consejo Superior. A la m anera de las de disciplinar las discordias intestinas entre los dirigentes peronistas al
“fumatas” papales, durante el mes de octubre el alto organismo fue mom ento de confeccionar las listas de candidatos. “El ejem plo de Evita
nombrando a todos los aspirantes peronistas: gobernador y vice, diputados estaba destinado a facilitar muchos pequeños renunciam ientos en todo el
y senadores nacionales, legisladores provinciales, tal vez intendentes y país”. 69 Si ella había declinado el alto cargo de la vicepresidencia, todos los
concejales. La posibilidad de que el ascenso de arribistas a cargos públicos dirigentes menores deberían aceptar los candidatos designados “desde
hubiera sido avalada por el Consejo Superior parece dem ostrarla la arriba”, deponiendo sus intereses personales.
integración de la Legislatura bonaerense com o consecuencia del resultado Parecen caber pocas dudas que los efectos del “renunciamiento” de
electoral: accedieron a ese cuerpo 89 legisladores peronistas de los cuales sólo Eva Perón al interior del partido funcionaron directamente en el sentido de
14 habían actuado previamente en el cuerpo, siendo elegidos entre 1946 y disciplinar y acallar las voces discordantes que pudieran emerger entre los
1950; 4 habían participado en las internas partidarias (2 en 1947, 2 en dirigentes peronistas. Pero no se ha reparado, quizás, en que si para tal efecto
1949), y 2 personas más fungieron como comisionados municipales. Pero 69 fue necesario semejante acto, lo fue porque todavía en 1951 el Partido
individuos (esto es, el 77%) no registraban antecedentes políticos de Peronista no era esa fuerza monolítica que sólo se movía a la voz de mando
notoriedad. La distancia entre esta situación y aquellas vistas para las del líder. Adicionalmente, la sola necesidad de “disciplinar” cuerpos
elecciones generales de 1948 y 1950 es sideral.67 dirigentes quizá no demasiado afectos a la disciplina no resulta suficiente para
Con todos estos elementos actuando, el autoritarismo de la explicar el repentino cambio de rum bo. En este sentido, una posibilidad
–sugerida– concepción peronista del ejercicio del poder político hizo su rauda complementaria sería que la tendencia verticalista descendente del Consejo
entrada en escena durante 1951, afectando no sólo a los opositores sino a sus Superior –y tal vez, del propio Perón– intentaba evitar la consolidación de
propios partidarios. ¿Dónde pueden hallarse las razones de este drástico elencos dirigentes con peso propio, capaces de discernir, si no en acto, en el
cambio de dirección? En la literatura sobre el tema predominan las hipótesis mediano plazo, cursos de acción no necesariamente concordantes con las
que vinculan el acrecentamiento de la rigidez en el sistema político con la orientaciones de la cúpula nacional.70
terminación de los años de bonanza de la inmediata posguerra, o bien con Una observación detenida de los acontecimientos en la provincia de
una fase recesiva de la economía argentina perceptible sobre todo en el Buenos Aires permitiría proponer una hipótesis alternativa: que el “ocaso” del
bienio 1950-1952, o incluso con políticas económicas del régimen más equipo dirigente, organizador y consolidador del Partido Peronista, haya sido

68
Por ejem plo, H ALPERIN D O N GH I, Tulio: Argentina en el callejón, Ariel, Buenos Aires, 1995.
W ALD M AN N , Peter: El peronism o 1943-1955, H yspam érica, Buenos Aires, 1986. S. Baily ha
sintetizado expresivam ente la últim a opción: “Perón abandona a la nación de los trabajadores”;
BAILY, Sam uel: M ovim iento obrero, nacionalism o y política en la Argentina, H yspam érica, Buenos
Aires, 1985, p. 145.
66
Así, el interventor en la provincia de Buenos Aires, D r. Eduardo Scandone, fijó norm as para
69
que los con sejos de distrito organizaran actos públicos; exigiendo previa autorización, EICKH O FF, Georg: “El 17 de O ctubre al revés: la desm ovilización del pueblo peronista por
consideraba que “los actos deberán ajustarse a uniform idad que tienda a hacer de los m ism os m edio del renunciam iento de Eva Perón”, Desarrollo Económ ico, vol. 36, N úm . 142, julio-
verdaderas tribunas doctrinarias”. La Capital, 27/06/1951. setiem bre 1996, p. 656.
67 70
Corresponde precisar que 14 de estos legisladores electos eran m ujeres, quienes obviam ente D e alguna m anera, esto fue entrevisto por Perón: “no som os partidarios de que los hom bres
no podían tener antecedentes públicos. D e todos m odos, y aun restándolas a ellas, el 62% de se en qu isten en sus puestos, porque querem os que las fuerzas nuevas, jóvenes, que vienen d e
los hom bres electos ingresaban por prim era vez al escenario provincial. Las nóm inas, en abajo, que han de sucedernos a nosotros, sean los hom bres que se están haciendo a las arm as
D SCD PBA (1952), Tom o I, pp. 4-7; y SEN PBA (1952), Tom o I, pp. 3-4. de la lucha política y a las arm as del gobierno”. La N ación, 04/10/1951.

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provocado por un doble m ovimiento. Por un lado, “desde arriba”, el abrupto dirección era designado por el nivel superior, desde el máximo organismo
desplazamiento –todavía no dilucidado– del coronel M ercante, quien en su hasta la última unidad básica. 74 Las elecciones internas se olvidaban, y en su
“caída” habría arrastrado a un conjunto de dirigentes que, fuera cierto o no, lugar sólo quedaban el “encuadramiento” y la difusión y cumplimiento de
se pensaban integrantes del “círculo íntimo” del gobernador. 71 Pero a esta las “directivas”. Es muy probable que esta nueva historia –que aún queda por
imposición desde las alturas se hubo de sumar un movim iento “desde investigar– con su secuela de burocratismo, adoctrinamiento y rigidez haya
abajo”: una reconfiguración de la dirigencia política donde, junto a los impresionado a tal punto a los contemporáneos, que la historia previa de
nuevos hombres y mujeres que ascienden a los principales cargos públicos, movilización y participación haya quedado opacada.
se integran personas de larga trayectoria pero relegadas a niveles menores de En cualquier caso, los desarrollos previos a este opaco final existieron
la actividad política, o imposibilitadas de elevarse en su “carrera” hacia realmente; y ha sido el propósito principal de este trabajo mostrarlos. El
puestos de mayor relevancia.72 En una palabra: una elite rival de aquella que proceso de emergencia, formación, consolidación y declive de la elite
ahora colapsaba, quienes habrían impulsado, o simplemente se habrían dirigente del peronismo bonaerense parece, en definitiva, una parábola del
beneficiado, de los lineam ientos más autoritarios del Consejo Superior para peronismo en su totalidad: de la movilización al “quietismo”, de la eferves-
pasar a comandar, bajo los austeros preceptos de la “lealtad”, los destinos cencia a la rutinización, de la incorporación de dirigentes capaces a la
partidarios. 73 exaltación de los obsecuentes, del intento de constituir un partido representa-
La historia del Partido Peronista y de su elite dirigente en la provincia tivo al aparato monolítico. Quedan por descubrir las razones –y en ello quizá
de Buenos Aires parece tener, en el crucial año de la reelección de Perón, un estriba la permanente atracción del peronismo para los historiadores– de tal
“nuevo comienzo”. Las características verticalistas de la organización sinuosa trayectoria.
partidaria se hicieron presentes de hecho en 1951 y serían sancionadas
formalmente al año siguiente, con las Directivas del Consejo Superior que
alteraban drásticamente el organigrama de la autoridad interna: cada nivel de

f
71
El hijo de M ercante asegura que el apartam iento de su padre fue ocasionado por una “orden”
de Eva Perón, vinculada a su reelección com o gobernador. Véase M ERCAN TE, D om ingo A.:
M ercante: El corazón de Perón, de la Flor, Buenos Aires, 1995. O tro autor señaló que la caída de
M ercante estuvo relacionada con su accionar en la Asam blea Constituyente, al sancionar el
controvertido Artículo 40 contra los deseos de Perón. Véase M ARTÍNEZ, Pedro Santos: La nueva
Argentina, 1946-1955, Astrea, Buenos Aires, 1979, Tom o 1. En un libro reciente, M oira
M ackinnon m uestra la quizá excesiva acum ulación de poder al interior del Partido Peronista por
parte de M ercante, en particular, y del peronism o bonaerense en general. Pensam os que esta
perspectiva abre posibilidades explicativas del desplazam iento del gobernador m ás adecuadas que
las enem istades personales. Véase M A C KINN O N , M oira: Los años form ativos del Partido Pero-
nista, Siglo XXI/Instituto D i Tella, Buenos Aires, 2002.
72
Así, por ejem plo, en la reconstituída dirigencia se encuentran legisladores provinciales
“enquistados” en sus cargos desde 1946 (com o A ngel Siri, José Ladaga Rosito o Jorge Sim ini),
al lado de dirigentes desplazados hacia 1947-48, com o Enrique Pizzorno, junto a políticos de
actuación local (com o José Stupiello -concejal en 1948-, o Rolando Bereilh –m ilitante de origen
forjista–). A su vez, otros hom bres que sin duda han participado en el peronism o desde la
prim era hora, ascendieron de la m ano del interventor partidario : son los casos de José Griolli,
Clodom iro Bellelli, Arturo de Elías o N orberto Lisazo –entre otros–, quienes fueron designados
“delegados interventores” en los Consejos D irectivos locales en 1951.
73
En todos los partidos parece haber dirigentes que avizoran los cam bios de tendencia con cierta
anticipación. Los peronistas no se quedaban atrás: en los días previos a la caducidad del Consejo
74
D irectivo Provincial, el Consejo Superior fue visitado por distintos contingentes de dirigentes N o hem os hallado las D irectivas G enerales del C onsejo Superior que sancionan estas reform as;
partidarios de varias secciones electorales con el propósito de “testim oniar” su lealtad a Perón, pero el texto denom inado U nidades Básicas (Directivas com plem entarias del Consejo Superior).
su esposa y el alto organism o partidario, “puenteando” -si se puede decir así- toda referencia a Buenos Aires, diciem bre 1952, las presuponen. Provee adem ás el nuevo esquem a organizativo
la dirección provincial. Véase La Capital, 03/06/1951. del Partido Peronista, que sería sancionado com o nueva carta orgánica recién en 1954.

«41» «42»
Socialismo y peronismo en la Provincia de Buenos Aires:
discurso y práctica legislativa durante el gobierno de M ercante,
1948-1952

María Liliana Da Orden

Pertenece al grupo de investigación “M ovimientos sociales y sistemas


políticos en la Argentina moderna”. Departamento de Historia, Facultad de
Humanidades, UNM dP. J mldaor@mdp.edu.ar
Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

habían tenido su época de gloria en los años veinte.4 Pese a la declinación

L
a llegada del peronismo al poder con las elecciones de febrero de 1946 sufrida en los treinta y cuarenta en el plano local en virtud del fraude que
marcó una situación verdaderamente traumática para el Partido imperaba en la provincia, ese pasado y la militancia redoblada habían hecho
Socialista en la Argentina. Por primera vez en más de tres décadas el posible el incremento de votos frente a la última elección y el mantenimiento
socialismo no se vería representado en ninguno de los cuerpos colegiados de posiciones que llevó a la renovación del mandato –aunque no al aumento
que integraban el gobierno. Ello sin duda influyó en el discurso agudamente de representación– en 1951. 5 De este modo, quien había sido tres veces
crítico que caracterizó al partido desde el com ienzo mismo de la nueva Intendente de la ciudad turística durante el tercer decenio del siglo, varias
gestión, al punto que su actuación se ha considerado clave en la configura- veces Diputado provincial y también Convencional Constituyente durante la
ción de los tópicos que alimentaron el antiperonismo durante y con reforma de 1934, pasó a ocupar una banca en la Cám ara Baja bonaerense
posterioridad a la caída del régimen. 1 Más allá de algunas discrepancias durante buena parte del período peronista (1948-1954). Fuera de los
internas, lo cierto es que para la línea mayoritaria del Comité Ejecutivo del espacios de poder local, fue ésta la única representación que el Partido
Partido representada, entre otros, por Américo Ghioldi, la figura más activa Socialista logró en cuerpos colegiados de gobierno durante el mismo período.
en tal sentido, el gobierno no hacía más que continuar la tendencia nazi- De ahí que nos parezca interesante, en más de un aspecto, considerar las
fascista de la revolución del 43. Aunque es cierto que el cierre de La características de dicha actuación. El análisis del discurso y las prácticas de
Vanguardia –1947– o la prisión de dirigentes a m edida que avanzaba la este Diputado no sólo perm itirá visualizar en qué medida trasladó a la
peronización daban pie a tal posición, la crítica monolítica e intransigente se Cámara la posición del partido que representaba, así como considerar las
inició todavía antes de que Perón asumiera la Presidencia. El hecho de que relaciones que mantuvo con los dirigentes políticos de distinta extracción
constituyeran parte de la oposición que había sido “m asacrada” en el ‘46, 2 durante la gestión del gobernador Mercante, sino que también hará algún
o en otros términos, se vieran totalmente privados del acceso a la cuota de aporte al conocimiento de las modalidades de funcionam iento de una de las
poder que hasta el momento habían obtenido, sin duda acentuó el tono ramas del poder legislativo provincial durante la época peronista.
ideológico y “sectario” de su actuación partidaria. 3
Si bien es cierto que la actuación política del ámbito parlamentario
Ahora bien, los esfuerzos por recuperar el terreno perdido en la esfera aparece mediada por las norm as constitucionales y reglamentarias que la
electoral sólo lograron dar frutos en la Provincia de Buenos Aires, cuando, en rigen, también lo es que puede considerarse como una de las cajas de
las elecciones de 1948, Teodoro Bronzini se consagró Diputado por la quinta resonancia del clima de una época, como ha demostrado Halperin Donghi
sección electoral. En realidad, los votos que le habían valido el triunfo con una mirada renovada sobre el período. 6 De hecho, el acto de violencia
provenían básicamente de la ciudad de M ar del Plata donde los socialistas en que derivó el tratam iento de algunos casos de corrupción en la Cám ara
de Senadores en los años treinta constituye tal vez el ejemplo más extremo.
Por lo demás el presidencialismo que caracterizaba desde un principio a la
1
ALTAM IR A N O , Juan Carlos: Bajo el signo de las m asas, 1943-1973, Buenos Aires, Planeta, Constitución de 1853, fue acentuándose con la práctica de gobierno al punto
2002; GARCÍA SEBASTIAN I, M arcela: Los antiperonistas en la Argentina peronista. Radicales y
socialistas en la política argentina entre 1943 y 1951, Buenos Aires, Prom eteo, 2005; “El Partido
Socialista en la Argentina peronista: oposición y crisis de representación política (1946-1951)”
en Estudios Interdisciplinarios de Am érica Latina y el Caribe, vol. 13, núm . 12, jul.-dic., 2002; y
4
“The other side of Peronist Argentina: radicals and socialists in the political opposition to Perón D A O RD EN , M aría Liliana. "¿Prácticas tradicionales en un partido m oderno? Socialism o y
(1946-1955)” en Journal of Latin Am erican Studies, 2003, v. 35, núm . 2. En su tesis de poder local, M ar del Plata 1916-1930" en D EV O TO , Fernando y FERRARI, M arcela (com ps.)
D octorado Spinelli traza una la tipología de los partidos antiperonistas que incluye a los La construcción de las dem ocracias rioplatenses: proyectos institucionales y prácticas políticas,
radicalizados, optim istas y tolerantes, señalando que entre los prim eros se hallaban los socialistas 1900-1930, Edit. Biblos -U niversidad Nacional de M ar del Plata, Buenos Aires, 1994, pp. 229-
desde el m om ento de la llegada de Perón al poder. SPINELLI, M aría Estela: Los vencedores venci- 246.
dos. El antiperonism o y la “Revolución Libertadora, 1955-1958, Buenos Aires, Biblos, 2005.
5
El Partido Socialista había obtenido 8.757 votos en la 5ª Sección electoral, el 9,9% de ese sector
2
LU N A, Félix Perón y su tiem po. I La Argentina era una fiesta 1946-1949. B uenos Aires, del distrito provincial, cifra que llegó a 13715 sufragios en las elecciones de 1951 –6,4% de la
Sudam ericana, 1984, pp. 259-264. m ism a sección–. El aum ento de votos en un 57% se debía en parte a la incorporación de las
m ujeres al padrón, aunque no guardaba relación con el total de votantes –que en dicha sección
3
D esde la perspectiva organizacional que propone Panebianco, ese sería una de las se elevó en un 142% con respecto a 1948–. Provincia de Buenos Aires. Diario de Sesiones de la
consecuencias de la pérdida de representación parlam entaria en el caso de partidos com o el Cám ara de Diputados (D SCD ), 1948-49 T. 1 y D SCD , 1951-52 T. 1.
Socialista. PAN EBIAN CO , Ángelo: M odelos de partido. Organización y poder en los partidos
6
políticos. M adrid, Alianza, 1995, pp. 406-408. H ALPERÍN D O N GH I, Tulio: La República Im posible. Buenos Aires, Ariel, 2004.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

de llegar a establecerse un verdadero bloqueo del juego político partidario empresas extranjeras como la “California”–, el ámbito de la provincia de
durante la primera presidencia de Yrigoyen –esto sin tener en cuenta la Buenos Aires habría dado lugar a una actuación diferente, habida cuenta de
clausura del Congreso que determinara en su m omento Figueroa Alcorta–. la distancia que supuso la gestión de Mercante frente al gobierno nacional.10
Aunque queda mucho por conocer acerca de la actuación del Congreso A pesar de la mayoría oficialista que también en este ámbito regía en la
Nacional, lo cierto es que las críticas de los contem poráneos –seguramente Cámara Baja ¿cómo se desempeñó el Diputado del partido opositor que más
no ajenas a los intereses de la oposición de la que se tratara–, habían reciamente atacó al peronismo desde fuera de los órganos de gobierno? Que
apuntado el progresivo deterioro y la parálisis en que había ido cayendo la en principio se viera imposibilitado de conform ar un bloque no le habría
actividad parlamentaria desde la apertura electoral de 1912. Un deterioro que dejado margen más que para una actuación radicalmente opositora, sin
iba de la mano del desprestigio que adquiriera la dirigencia política por esos embargo ¿hasta qué punto la práctica concreta y la relación con los pares de
años y que sin duda se acentuó durante los gobiernos de la Concordancia. 7 otras extracciones, en especial del oficialismo, el perm itió dar cuenta de la
En el caso de las presidencias peronistas, se ha analizado la distancia aludida o, antes bien, ratificó la posición de la cúpula socialista?
renovación social que supuso su composición en el primer año de funciona- En principio, como él mismo señalara, Bronzini se inició “sin éxito”
miento, com o también, con menor detalle, la importante labor del Congreso en la Cámara de Diputados. Con motivo de la designación de las comisiones
Nacional que habría caracterizado los primeros años de gestión a diferencia perm anentes, el socialista planteó su disconform idad por integrar tan sólo
de la unanimidad que posteriormente se impuso desde el Poder Ejecutivo a una –la Comisión de Legislación del Trabajo– de las trece que la componían.
través de los Diputados adictos. 8 Com o era de esperar, desde la perspectiva En la base de su planteo se hallaba una noción de la democracia sustentada
de los dirigentes socialistas que se vieron privados de ocupar tan siquiera una no sólo en el núm ero –de los 84 Diputados, 53 eran peronistas y 30
banca, los matices y diferenciaciones fueron desde un principio inexistentes. radicales–, sino también en el derecho de todas las minorías a tener
Así, desde el m omento mismo de la apertura de las sesiones, la actuación de representación. Una visión pluralista acorde con el principio de proporcionali-
los Diputados y Senadores peronistas estuvo signada por el “incondicionalis- dad que su partido apoyaba y con la que obviamente discrepaban tanto los
mo” y la “ignorancia”. 9 oficialistas como, con otros argumentos, el resto de la oposición. Por lo
Ahora bien, sin entrar en una cuestión que aún m erecería indagarse demás, la defensa de tal distribución por parte de los peronistas no sólo hacía
–durante el segundo período de gobierno los diputados peronistas parecieron referencia al derecho de la mayoría a ejercer el gobierno sino también al de
no mantener la total conformidad con el ejecutivo que se les atribuye a juzgar la única minoría cuantitativamente significativa a controlarlo. No obstante,
por la renuencia a aceptar m edidas que implicaban el ingreso al país de que además de dos radicales, uno de los representantes peronistas “a título
personal” apoyara la postulación de Bronzini para la Com isión de Presupues-
to parecía adelantar el signo no del todo negativo de la futura relación con
7
Para el caso de la prim era presidencia de Yrigoyen, uno de los prim eros trabajos específicos sus pares.11
sobre la ram a legislativa en relación con el poder ejecutivo fue realizado p or M U ST A PIC, Ana
M aría: "Conflictos institucionales durante el prim er gobierno radical, 1916-1923" en Desarrollo La tensión surgió, sin embargo, cuando el debate derivó en planteos
Económ ico, Vol. 24, 1984, núm . 101, pp. 85-108. Para períodos posteriores referencias al tem a políticos más estrechos en el punto en que el socialista, manteniendo la
desde el ángulo del partido Radical en PERSELLO , Victoria: El partido Radical. Gobierno y
oposición, 1916-19 43, B s. As., Siglo XXI eds. Argentina, 2004 y, en un sentido m ás global, el legitimidad de sus votos, cuestionó veladamente la de los peronistas. La
estudio prelim inar que Tulio H ALPERÍN D O N GH I realiza en La República Im posible... ya citado, discusión que siguió a tales manifestaciones remató en el discurso del
entre otros. Puntualm ente la actuación de los diputados y senadores socialistas en los años
treinta en: PALACIO S, Alfredo: Petróleo, m onopolios y latifundio. Buenos Aires, Kraft, 19 57;
REPETTO , N icolás: M i paso por la política. Buenos Aires, Santiago Rueda, 1979, vol. 2.
8 10
LU N A, Félix Perón… T. 1, pp. 287-319. Tam bién CIRIA, Alberto: Política y cultura popular: la Las prácticas políticas y la conform ación del partido peronista en la provincia de Buenos Aires
Argentina peronista. B uenos Aires, Ed. de la Flor, 1983; RO M ERO , Luis Alberto: Breve H istoria constituyen indicios de tal diferenciación según dem uestran para distintos ám bitos de poder las
C ontem poránea de la Argentina. Buenos Aires FCE, 1994, p. 157. D esde una perspectiva investigaciones de O scar Aelo, y N icolás Q uiroga incluidas en esta com pilación. En análogo
sociológica el clásico análisis de CAN TÓ N , D arío: El parlam ento argentino en épocas de cam bio. sentido las apreciaciones de LU N A, Félix: Perón y su tiem po.II. La com unidad organizada 1950-
Buenos Aires, Ed. del Instituto, 1966. 1952. Buenos Aires, Sudam ericana, 1985, p. 319.
9 11
La Vanguardia, 8 de octubre de 1946; G H IO LD I, A. “D os fechas” [1946] cits. en GH IO LD I, El diputado peronista era Saúl O . Ratti. D SCD , 1948-49, T. 1, pp. 159-60. En el período
Am érico. H istoria crítica de la revolución del 43. Program a constructivo para el m añana. Buenos iniciado en 1951 la m ayoría oficialista se m antuvo –52 de los 84 diputados– y se incorporó a
Aires, 1950, pp. 84-85. la oposición un D iputado conservador –Ibáñez Bustos– por la cuarta sección electoral.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

Diputado Orsi, de anterior militancia forjista, que señalando la trayectoria del prestigio” debidos. Las disposiciones vigentes desde 1938, seguramente
Partido Socialista imputó a “las conocidas “hormiguitas prácticas” de la retomadas de otras anteriores, fueron apenas reformadas en 1949. Aludían
política Argentina” el haber tomado “posesión de cuarenta y dos bancas que a valores y form as de representación del poder que tendían a resguardar la
así, de yapa, les entregaba el justismo para satisfacer su apetencia, en el racionalidad en el debate, mediatizando todo tipo de actuación que podía
Congreso Nacional y algunas bancas en este Recinto”, para concluir “hemos afectar la convivencia –además del cuidado del lenguaje utilizado, los
de señalar siempre el pecado original de los diputados socialistas después de diputados por ejemplo no podían hacer referencias personales y debían
1930”. El representante peronista había tocado quizá el punto más delicado dirigirse bien al Presidente, bien al conjunto de la Cám ara–. 15 Se fijaba así
de la actuación de ese partido en el período precedente, una posición que le todo un ritual que, más allá de la distancia entre norm as y prácticas, tendía
había costado más de una crítica interna y dos escisiones. 12 Finalmente, el a favorecer la deliberación aunque no podía ocultar las debilidades de un
peronista dejó sentada su admiración y respeto por la trayectoria del diputado poder que a lo largo del tiempo se había visto cada vez más limitado por los
en cuestión al paso que, en forma harto irónica, hacía notar entre sus avances del ejecutivo.
argumentos que “sabemos que se necesita mucha hidalguía y mucha Las prácticas de los diputados, entonces, además de la presentación
hombría de bien para sostener en estos m omentos el pensamiento de un de proyectos de ley y su tratamiento, suponían otras de distinto tipo entre las
partido caduco.” 13 Semejantes expresiones no hacían más que acentuar la que se destacaba el pedido de informes al Poder Ejecutivo y el tratam iento
violencia de un debate que se cerró sin hacer lugar a la respuesta de Bronzini. del presupuesto anual presentado por éste. 16 A ello se agregaban mociones
Las derivaciones políticas de la discusión no eran ajenas al clima de enfrenta- de diversa índole que evidenciaban las posibilidades de expresión y contralor
miento vigente fuera del recinto y parecían dar cuenta del tono que que podía ejercer la oposición frente a la mayoría oficialista o bien, en la
caracterizaría la relación con el oficialismo y las dificultades que tendría el media que se distanciaban, de ésta con respecto a alguno de los dem ás
diputado socialista para su desempeño. poderes. En todos los casos, como señalam os, el procedimiento a seguir
Ahora bien, antes de avanzar con el tem a nos detendremos implicaba el uso de la palabra que puede seguirse a través de lo que en el
brevemente en las características y modalidad de funcionamiento de la Diario de Sesiones se designa como discusión.17
Cám ara. 14 Com o señalaba tanto la Constitución provincial de 1934, en ese Teniendo en cuenta el antecedente que signara su primera
entonces vigente, com o la reformada en 1949, además de la función intervención, ¿hasta qué punto el Diputado socialista pudo desarrollar esta
legislativa que compartía con la Cámara de Senadores, cabía a esta rama del labor en la Cámara? Una primera aproximación pone en evidencia no sólo
poder el control del ejecutivo y, en ciertos casos, también del judicial. Como la intensa actividad que caracterizaba a éste, como a otros parlamentarios de
indican los constitucionalistas, lo que unifica estas funciones es la delibera-
ción, al punto que se ha designado al legislativo com o el poder deliberante
por naturaleza. De ahí que la reglamentación interna contemplara en detalle
15
todas las norm as que regirían las prácticas discursivas. De hecho, cerca de la Esta caracterización se ha hecho sobre la b ase del Reglam ento aprobado por la Cám ara de
D iputados de la Provincia de Buenos Aires en 1949 y las aclaraciones del m iem bro inform ante
mitad de los dos centenares de artículos de su reglamento estaban referidos y los diputad os p articipantes en el debate sobre los cam bios realizados con respecto al
al uso de la palabra, al orden que debía seguirse y a los tiempos y formalida- Reglam ento de 1938, vigente hasta entonces. D SCD , 1949-50, T. I, pp. 314-329.
des que debían emplear los diputados para resguardar “el decoro y el 16
M ax W eber había señalado que eran éstas las principales atribuciones de los parlam entos
“pasivos” –lim itados a la posibilidad del veto-, ya que no participaban en la elección del
gobierno, com o era el caso argentino. H acia 1918, el sociólogo alem án daba cuenta de la crisis
en que habían entrado los parlam entos europeos y aún el norteam ericano –de naturaleza
12
Entre otros, referencias al tem a puede hallarse en: SAN GU INETI, H oracio: Los socialistas diferente– a raíz del desafío que había supuesto la em ergencia de la dem ocracia de m asas. La
independientes. Buenos Aires, CEAL, 1987, vol. 2; TO RTTI, M aría Cristina: Estrategia del Partido relación problem ática entre parlam ento y dem ocracia m asiva q ue señala este autor constituye
Socialista. Reform ism o político y reform ism o sindical. Buenos Aires, CEAL, 1989. un punto ciertam ente sugerente para el caso que nos ocupa. W EBER, M ax Econom ía y Sociedad.
Esbozo de sociología com prensiva. M éxico, F.C.E., 1984 [1922] pp. 1095-1117.
13
D SCD , 1948-49, T.1, pp.163-164.
17
Es claro que, adem ás de las actividades propias de las com isiones, buena parte del desarrollo
14
U n análisis detallado de este tem a fue realizado por O scar A ELO en “El peronism o en la de las sesiones plenarias había sido previam ente discutido y acordado, bien en el seno de cada
Legislatura de Buenos Aires. Prácticas y concepciones políticas, 1946-1950” ponencia presentada bloque, bien entre los distintos bloques. D e este m odo, los D iarios de Sesiones perm iten tan
en las V Jornadas de Investigadores del Departam ento de H istoria, U N M D P, M ar del Plata, sólo inferir los distintos posicionam ientos, a la m anera de una puesta en escena donde en buena
septiem bre de 2004. m edida se desem peñaban roles previam ente asignados.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

la misma orientación,18 sino también, creemos, el espacio abierto a una pedidos de subsidios–, y que incluía no sólo a los peronistas sino también,
oposición que carecía de la fuerza del número. aunque en m enor medida, a los radicales. 20
Aunque lo anterior nada nos dice acerca del tenor de las intervencio-
Cuadro 1. Discusiones en las que intervienen el diputado socialista y los nes de Bronzini, desde el punto de vista formal esta tendencia se ve ratificada
presidentes de bloque en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos por la extensión que ocupan sus discursos en el Diario de Sesiones. Entre
Aires (número).19 otras m enciones, así se lo deja ver el Ministro de Hacienda durante la
discusión de un presupuesto cuando desliza

P. Socialista Pte. bloque Pte. bloque radical Aprovecho para decir al señor Diputado Bronzini que él,
Período
T. Bronzini peronista J. Simini L. Vera (‘48) /O. Alende (‘51)
que tiene una vieja experiencia parlamentaria, […] conoce
1948-49 125 135 143 y […] ha sufrido incluso las trapisondas de gobiernos que,
1951-52 33 63 47 de ninguna m anera, lo hubieran escuchado, como lo
Nota: Las diferencias entre uno y otro lapso se deben, entre otros motivos, a las hem os escuchado nosotros dos horas… 21
sesiones de prórroga realizadas entre fines de 1948 y principos de 1949.
Fuente: DSCD, 1948-49 T. 6 y DSCD, 1951-52 T. 2.
A juzgar por estos indicios, la acción opositora del socialismo no
pareció tener mayores obstáculos para su desem peño en el recinto, sobre
Con la cautela que merece un análisis de este tipo, el cuadro 1 todo si consideramos los mecanismos reglamentarios de que podían hacer
muestra que al menos desde el punto de vista cuantitativo las discusiones en uso tanto los diputados peronistas como el Presidente –obviamente del
las que intervino el diputado socialista en los años que consideramos pueden mismo partido– para interrumpir o cerrar el debate.22 Así, si el reconocimien-
asimilarse a las de un verdadero jefe de bloque. En efecto, si se lo compara to de los partidos opositores –en este caso a través de la participación en las
con los presidentes de los dos bloques que com ponían la Cám ara, el número deliberaciones– constituye una de las condiciones para el funcionamiento del
de sus intervenciones no se distanciaba demasiado, sobre todo si tenemos en sistema democrático, esa era al menos formalmente la realidad que se
cuenta que las del único diputado por el Partido Demócrata que llegó al presentaba en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires en el
recinto en 1951 representaban m enos de la mitad de las de su par socialista. período considerado. Al menos de esta manera circunscripta, se propone aquí
Semejante presencia resulta más llamativa todavía si consideram os que el una distancia con respecto al discurso que la cúpula del socialismo mantenía
40% de los diputados se había mantenido en silencio o había tenido entre
una y cinco intervenciones de esa índole a lo largo de las sesiones de 1948,
20
Ejem plo elocuente de lo que señalam os lo constituyen los diputados Cayetano N astasia (PP)
situación que alcanzaba a más de la mitad de los miembros –56%– en 1951. y H éctor Finochietto (U C R ), am bos electos en 1948 y reelectos para el período siguiente. Su
Una actuación deliberativa por cierto limitada que tan sólo se veía atenuada desem peño en los años considerados se redujo a la instancia de las votaciones o, en el últim o
caso, a la suscripción de algunos de los proyectos de ley presentados por su bloque. D SCD ,
en unos pocos casos por la presentación de proyectos de ley –generalmente 1948-49 T. 6 y 1951-52, T. 2. Situación que revela hasta qué punto antes que la capacidad para
el ejercicio de la función, los com prom isos que involucraban a am bos partidos hacían del acceso
a la Cám ara una suerte de botín dentro de la carrera política –los incentivos selectivos d e toda
organización de este tipo que m enciona Panebianco–.
21
D SC D , 1949-50, T. 2, p 2665. Tam bién la polém ica respuesta del diputado peronista Proia
ante una queja por la prolongación de un debate que a juicio de Bronzini no m erecía la hora y
m edia que había insum ido: “N o se si el sr. D iputado se olvida que en m uchas oportunidades,
debates sin im portancia fueron prom ovidos por él y extendidos a un plazo m ucho m ayor, por
18
U n análisis de la actuación parlam entaria de los socialistas en el ám bito nacional hasta 1930 su absoluta m ediación,[...]”. D SCD , 1951-52, T. 2, p. 995.
puede verse en W ALTER, Richard: The Socialist Party of Argentina (1890-1930), Austin,
22
U niversity of Texas Press, 1977. Tal vez no sea dem asiado ocio so recordar que el Presidente de la Cám ara de D iputados era
elegido entre los diputados del bloque m ayoritario y sus atribuciones le perm itían, entre otros
19
Para este análisis tom am os el prim er año de cada período en que Bronzini actuó en la Cám ara aspectos, orientar el debate o cerrarlo si la discusión derivaba por canales no favorables para el
-1948 y 1951-, que corresponden a etapas bien diferentes del gobierno de M ercante. oficialism o.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

en el plano nacional. Por lo demás, a través del uso de la palabra Bronzini frente a una dimensión clave de la política peronista, en ninguno de los casos
afirmaba la presencia de su partido y con ello de una identidad que, al carecer se trataba de propuestas que debieran involucrar a ambas cám aras como era
de otra vía de expresión análoga, corría serios riesgos de desaparecer del el caso de los proyectos de ley. 24 La debilidad de su representación hacía más
espectro político partidario. De hecho, la prensa socialista, no dejaba de efectiva la adopción de una estrategia que pusiera en evidencia las restriccio-
reivindicar la oposición ejemplar que representaba frente al régimen.23 nes a éste y otros derechos a través de los planteos que se hacían los bloques
Ahora bien, ¿cuál era el contenido de estas actuaciones? En principio mayoritarios. Así por ejemplo, la posición del socialismo es deslizada cuando
debem os tener en cuenta que se trata de dos períodos legislativos bastante el peronista Mouzo mociona para que la Cámara destaque la actuación social
diferentes. Si a pesar de la crisis económica que se avizoraba, todavía en 1948 y cultural de la CGT. Frente a la propuesta señala Bronzini,
el gobierno de Mercante no había visto seriamente afectadas sus posibilida-
des de gestión, muy otras serían las circunstancias en 1951. La proximidad en nuestra patria el movimiento de nuestros trabajadores
de las elecciones, sumada a la peronización del poder, había derivado en una no es libre. No hay, evidentemente, libertad sindical…
creciente polarización política. En el caso de la provincia, esta situación [respondiendo al diputado oficialista subraya] No es una
atravesaba incluso al partido oficialista a través del cuestionamiento de la leyenda, ni tampoco es leyenda la falta de libertad de prensa
figura del propio gobernador y de su entorno, lo cual agregaba otro elem ento en los términos que quiere la Constitución, ni la falta de
de tensión a la vida política bonaerense. Estas circunstancias afectaron el libertad radiotelefónica, en la forma que también lo quiere
desem peño de Bronzini y la relación con el resto de sus pares. la Constitución...25
Teniendo en cuenta el contexto cambiante y los tópicos en que
insistía el Partido Socialista para invalidar al peronismo, nos detendremos en
Las intervenciones que siguieron provocaron el llamado al orden del
los aspectos referidos al ejercicio de las libertades individuales, tan caras a un
Presidente, quien a pesar del contenido de su discurso devolvió la palabra al
partido que asum ía como propia la más pura tradición liberal del país, y al
diputado socialista, solicitando que no se lo interrum piera. Un comporta-
funcionam iento del sistema de poderes a través de la figura de la interpela-
miento, que al m enos en la forma, mantenía en el seno de la Legislatura
ción a los ministros. Relacionada con ésta, también abordaremos la discusión
libertades que su partido veía suprimidas en otros ámbitos.
en torno a la aprobación del presupuesto. Mecanismos éstos que ponían en
evidencia las posibilidades de control que tenía la rama legislativa y el poder El mismo procedimiento le permitía a Bronzini insistir en argumen-
mismo del que disponía. tos como los indicados y traer a colación otros ejem plos. Así, a una minuta
del radical Tomero por la prisión de un sindicalista se sumó la detención de
Curiosamente las primeras, esto es las libertades individuales, no
un vendedor de periódicos acusado de distribuir La Vanguardia. El hecho, que
fueron objeto de las iniciativas de este diputado más que en tres ocasiones en
sin duda atentaba contra las libertades individuales, de modo indirecto
los años que consideramos. Se trataba de cuestiones referidas a la libertad de
también arrojaba luz sobre el carácter que había asumido la oposición del
trabajo y agremiación: una minuta de comunicación con relación a la Ley de
partido. En efecto, si es cierto que dicha detención, así como el cierre del
Residencia que también formaba parte de la agenda de la oposición en el
principal órgano socialista por la Municipalidad de Buenos Aires afectaban
Congreso Nacional, un proyecto de resolución para la creación de una
el clima de convivencia democrática, también lo es que con el reconocimien-
comisión que investigara, entre otros temas, la clausura de la Casa del Pueblo
to de que “como los sres. Diputados saben, [la publicación] aparece
en Mar del Plata, la actuación de la Secretaría de Trabajo y Previsión, así
com o la situación de la CGT y, por último, un proyecto del mismo tenor para
que se procurara la libertad de obreros detenidos. Aunque traducían los
argumentos del partido que asumía la representación de la clase trabajadora
24
Las m inutas de com unicación, posteriorm ente asim iladas a los proyectos de declaración, se
referían a m anifestaciones y/o actuaciones que sólo afectaban a la Cám ara de D iputados, los
proyectos de resolución eran disposiciones im perativas del m ism o carácter. D SCD 1948-49, T.
1, p 261 y T2 p. 745; D SCD 1951-52, T. 2 pp. 858 y 869-71.
23
Ante el cierre de La Vanguardia en 1947, esa función la cum plió prim ero El Socialista y m ás
25
adelante la publicación periódica N uevas Bases. D SCD , 1948-49, T. 2 pp. 1422-23.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

clandestinamente” 26 , se ponía en evidencia una permisividad que relativiza contabilidad y al monto preciso de la deuda con el mencionado banco,
el carácter totalitario que a esta altura de los hechos le adjudicaban las fueron muy puntuales y precisas,
autoridades partidarias al gobierno. Por la repercusión que podían tener fuera
del recinto, tales declaraciones parecen más bien destinadas a subrayar el
se trata [aseguraba] de poner a los sres. Diputados desde el
lugar de mártir ideológico que se adjudicaba el partido frente al régimen,
comienzo de las tareas de la Honorable Cámara, en condi-
único que –a juzgar por la estrategia seguida–, los resultados electorales le
ciones de actuar con eficacia en todo lo relacionado con la
habrían permitido asumir, pese a las voces en contrario que se alzaban en el
Administración [...] no tenemos [...] otro propósito que el
interior de la más alta dirigencia. 27
poner al desnudo todas las interioridades de la Administra-
Tales hechos, sin embargo, no parecían estar en el centro de las ción.
preocupaciones del legislador socialista. Como era de esperar por su
trayectoria, el mayor interés se centraba en la afirmación de la Legislatura
frente a la administración provincial y, de modo inseparable, en el control y Entre otros aspectos, el tema planteado buscaba fortalecer a la
balance de los distintos poderes. Aspectos que además interesaban al Legislatura –se cuestionó por ejemplo la ilegalidad incurrida con la
funcionamiento democrático, no sólo en relación con los poderes de la autorización de gastos por simple Acuerdo de Ministros, un tema que, como
provincia, sino también con aquellos con los que se hallaba en relación verem os, sería recurrente–. Esto no obstante, al igual que en el caso de las
directa -hacia “abajo” con los municipios y hacia “arriba” con el Gobierno libertades individuales, la argumentación fue utilizada por Bronzini para
Nacional-.28 Adem ás de la tradicional postura socialista y de la actualidad elevar sus críticas a la instancia de poder más elevada,
cobrada en un presente donde se daba por sentado el peligro en que se
encontraba el funcionamiento del sistema republicano y federal, en la solidez
hoy, la administración pública, recurre al impuesto sin
de sus argumentaciones puede verse claramente la experiencia de Bronzini
medida –la provincial y la nacional–... ¡tiene la comerciali-
en los asuntos de gobierno municipal y provincial.
zación de las cosechas y el monopolio del comercio de
Con respecto al primer punto, el control del Poder Ejecutivo y la exportación e importación! ¿por qué va a recurrir con
administración, destacan los pedidos de informes, una figura que aparece en preferencia a los em préstitos, si tiene, los miles de millones
el texto constitucional y ante la que el socialismo se manifiesta especialmente de pesos por esas vías, que los gobiernos anteriores no
activo. En dos oportunidades durante las sesiones de 1948 los Ministros tenían, y los que ingresan a las cajas de jubilación?
concurrieron al recinto –ninguno lo hizo a lo largo de 1951–. La primera de
ellas correspondió al Ministro de Hacienda, Miguel López Francés, ante la
solicitud que hiciera Bronzini a poco de ocupar su banca. Las cuestiones que M ás allá de la problemática apuntada, en el juego político el diálogo
motivaban su presencia estaban referidas a la deuda provincial y al papel que directo y extenso con el ministro le confirió al diputado socialista un
desempeñaba en tal sentido el Banco Provincia, recientemente estatizado por protagonismo que incom odó a los radicales, al fin y al cabo uno de sus
el gobierno bonaerense. Las interpelaciones del diputado referidas a la tradicionales adversarios. En efecto, a su término el jefe de ese bloque,
Diputado Vera, se vió en la necesidad de dejar sentado que las cuestiones
planteadas habían sido repetidas en los últimos dos años por la oposición sin
encontrar la respuesta que en ese mom ento brindaba el ministro. No sin
26
ironía indicaba, “Y de paso, le respondo también al sr. Diputado Bronzini
La m inuta era del diputado radical Esteban Tom ero. D SCD , 1948-49, T. 4 pp. 3406 y ss.
para que vea que él, con toda su buena voluntad, con toda su capacidad y
27
Al respecto Julio V. González, integrante del Com ité Ejecutivo, había presentado en 1950 una eficiencia, no ha sido un precursor, ni un Cristóbal Colón en el Recinto
alternativa estratégica frente al peronism o que fue contrarrestada por Am érico Ghioldi con una
tradicional defensa de la dem ocrática liberal. GARCÍA SEBASTIAN I, M . “El Partido Socialista… “;
LU N A, Félix: Perón… T. II, pp. 130-132.
28
Los seis proyectos de ley q ue presentara en 1948 y 1951 estaban referidos directa o
indirectam ente a los m unicipios o a la descentralización del poder.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

(Risas).” 29 Y es que, más allá de algunos acercamientos, la actitud del de una legislatura provincial que podía haber visto negativamente afectado
socialista –que en cada una de sus intervenciones buscaba diferenciarse el carácter de sus deliberaciones habida cuenta de la menor repercusión
subrayando la mesura y serenidad que caracterizaba su discurso–, no dejó de pública que tenían sus debates. ¿Era ésta una de las dimensiones que
despertar análogas críticas que reflejaban los enfrentamientos de un pasado diferenciaba a Mercante, más interesado que Perón en legitimar su gobierno
no lejano que en algunos casos había tenido los mismos protagonistas. a través de las vías tradicionales de la democracia liberal? Por lo demás, ¿hasta
Independientemente del clima y del presente político renovado en el que qué punto el diagnóstico de la cúpula socialista había podido revisar un
vertía sus consideraciones, el perfil racionalista y no pocas veces puritano discurso que se hallaba m ediatizado por la polarización nazism o-democracia
adoptado por la dirigencia que integraba Bronzini –de “pastor evangelista” que lo había movilizado, junto con otros sectores, desde mediados de los
fue tildado por uno de los integrantes del oficialismo–, le había valido años treinta? Lo cierto es que la marginación a que había sido arrojado por
cuestionamientos análogos desde sus prim eras intervenciones en la lucha el resultado de las elecciones, y la presencia de una dirigencia renovada
política y la actividad legislativa. La posición en buena medida sectaria que incluso en términos generacionales, debieron afectar la percepción que esta
asumió el partido en el nuevo contexto sin duda contribuyó a acentuar dicha dirigencia tenía del gobierno nacional y de otras instancias de poder, al punto
tendencia. de impedirle tan siquiera considerar aquellos lineamientos que podían tener
Con todo, este legislador no dejó de lado ninguna ocasión para hacer algún punto en común con su programa. 31
sentir su voz en el recinto. El tratamiento del presupuesto de Obras Públicas Esto no obstante, a través de un tratamiento exhaustivo de las
fue el tema que dio origen al segundo pedido de informes al Ejecutivo, esta cuestiones económico-financieras en el ámbito de la cámara bonaerense,
vez por iniciativa del sector radical. El ministro de la cartera, Héctor Bronzini dedicó toda su atención al control de la gestión de Mercante. La
M ercante, fue quien acudió a la Cámara a solicitud del diputado Alende, discusión del presupuesto para el año 1950 constituye un buen ejemplo.32
miembro de la comisión que trataba el tem a por la minoría. Siguiendo la El proyecto en parte registraba un salto cualitativo con respecto a los
mism a línea, el representante socialista, no perdió oportunidad de intervenir anteriores tanto por la cuantía del mism o com o por el aumento de la
ejerciendo una crítica que apuntaba a la improvisación con que se habían burocracia administrativa, de ahí que contara con la presencia de los seis
trazado los planes de obras públicas. Y ello no sólo por la falta de oportuni- ministros que componían el Gabinete. Una muestra evidente del interés del
dad que la carencia de mano de obra y de materiales evidenciaba, sino Ejecutivo, no ya en una aprobación que la mayoría oficialista aseguraba –46
también por la falta de personal capacitado para implementarlos. Al de los 67 diputados presentes pertenecían a ese sector, m ás de los dos tercios
preguntar si la administración tenía técnicos suficientes para desarrollar los requeridos para la aprobación del presupuesto–, sino en una defensa que ya
planes, el diputado señalaba quizá una de las mayores debilidades de un a esta altura tal vez se viera necesitada de más de un respaldo político. En
estado provincial que, como el nacional, se había expandido en forma muy efecto, además de la búsqueda de consenso, por ese entonces comenzaban
acelerada.30 M ás allá de argumentaciones que m erecerían un tratam iento a hacerse patentes las fisuras que atravesaban al peronismo provincial habida
específico en orden al análisis de la gestión de gobierno, como en la anterior cuenta de las tensiones que afectaban la relación del gobierno con el
oportunidad Bronzini no dejó de subrayar el “vuelo de la discusión y la altura Ejecutivo Nacional.
y eficiencia con que respondió el Ministro”, así como el tono de una Para la oposición, pocas eran las posibilidades efectivas de ejercer
deliberación que había hecho “honor a la Cámara”. presión desde esa llave maestra que suponía el presupuesto para una gestión
Tales intervenciones suponen entonces una lectura bien diferente de que hacía de la inversión pública y el gasto social una de sus principales
la que el Com ité Ejecutivo del partido hacía de la actuación del Congreso banderas. Políticamente, sin embargo, no dejaba de ser redituable propiciar
Nacional, acusado por su “chatura” desde el comienzo de las sesiones. El
contraste no deja de llamar la atención por cuanto, en este caso, se trataba
31
La nacionalización de los ferrocarriles, por citar tal vez uno de lo s ejem plos m enos ríspidos,
había sido defendida en los años treinta por el Senador Alfredo Palacios sobre la base de estudios
realizados por el Ingeniero Em ilio D ickm ann. PALACIO S, Alfredo: Petróleo, m onopolios …
29
D SCD , 1948-49, T. 1, pp. 358, 367, 368 y 371.
32
O tro ejem plo significativo fue la participación en la discusión del reglam ento del Banco
30
D SCD , 1948-49, T. 4, pp. 1098-1117. Provincia y en todos los tem as vinculados con la entidad. D SCD , 1948-49, T. 5 pp. 2210-1299.

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un debate que exponía públicamente las fallas del gobierno a la vez que Su inform ación ampliamente detallada, le perm ite señalar la incongruencia
ofrecía una tribuna -hacia adentro y hacia fuera de los partidos políticos- existente entre los datos financieros del Banco Provincia y los del Ministerio
donde los dirigentes podían destacarse. El diputado socialista utilizó como de Hacienda, así como la carencia de inventarios y memorias en distintas
pocos la oportunidad que brindaba el debate, tanto en la discusión en reparticiones. La falta de tiem po para el análisis de la propuesta que señala
general como en el tratamiento en particular. En principio, fue el único que una y otra vez, junto con la mencionada falta de información, eran otros
deliberó con todos los ministros presentes en la cám ara inm ediatam ente aspectos de una crítica que subrayaba la pugna existente entre la administra-
después que los representantes por la mayoría y la minoría de la comisión ción –en este caso la Contaduría General– y la cámara. 34
específica hubieran planteado sus argumentos. Por lo demás la extensión de Sin entrar en el detalle de la exposición, la actuación de este
su exposición también establecía una diferencia. Sólo en el tratamiento del diputado se singularizaba por la minuciosa documentación en que basaba su
proyecto en general su discurso ocupa cerca de 1.700 líneas en el Diario de discurso, de ahí podemos presumir el interés de los radicales en prorrogarlo.
Sesiones, frente a las 526 del peronista Govetto que habló por la mayoría de De hecho, aunque coincidentes en el fondo de las críticas, por los diferentes
la Comisión de Presupuesto y las 1.300 con que el radical Vera hizo lo propio tópicos que abordan –el socialista se detiene en los aspectos económico-
por la disidencia. Su parlamento, que excedía largamente el tiempo financieros mencionados mientras que los radicales se ocupan con preferen-
reglam entario, mereció así las cuatro prórrogas que le fueron concedidas a cia del personal adm inistrativo y los subsidios otorgados– podría conjeturarse
pedido de uno de los diputados radicales –Romáriz Elizalde– al que se sumó que existía entre ambos sectores cierto acuerdo previo en los puntos a
también el de uno de los peronistas –Aranguren–, ambos con destacada considerar. Por lo dem ás dicha actuación no fue obstaculizada por el
actuación en el debate. oficialismo, antes bien mereció el apoyo del M inistro de Hacienda que en la
Luego de más de ocho horas de discusión –la sesión culminó a las atención que le brindaba –la primera de las prórrogas fue concedida a pedido
dos de la madrugada–, como el propio López Francés sintetiza, de este funcionario– reconocía en Bronzini a un opositor que debía ser
escuchado. ¿Canalizaba de este m odo el gobierno de Mercante las críticas a
su gobierno? Si los radicales en esta instancia, veían en el socialista un “socio”
La verdad es que se han hecho muy pocas referencias al
en la oposición ¿podría decirse que la figura de este diputado actuaba como
tema del Presupuesto, que es lo que debemos analizar, y las
una suerte de pivote sobre el que se apoyaba el oficialismo –que buscaba
pocas coinciden siempre en dos puntos fundamentales: el
legitimarse– y también el radicalismo que así reforzaba su argumentación?
Poder Ejecutivo crea cargos y el Poder Ejecutivo aumenta
La insistencia de Bronzini por intervenir en todas y cada una de las cuestio-
los gastos. Es la experiencia tradicional por parte de la
nes, su diligencia en inform arse, el trabajo constante que lo caracterizaba, lo
oposición y por parte del Poder Ejecutivo, que debe contes-
mostraban con una personalidad a tener en cuenta por todos lo sectores,
tar a esas objeciones. Unos y otros somos cancheros [sic]
sobre todo cuando su actuación y la de su partido, no representaban una
en esas dos preocupaciones fundam entales. 33
verdadera competencia en la puja por el poder.
Como ya indicáramos en la estrategia opositora del socialista, la
Aunque se trataba de cuestiones no m enores para un Estado que referencia al gobierno de la Nación era ineludible aunque ello implicara,
crecía aceleradamente, con ello se aludía al trasfondo político que a la postre como en el caso del presupuesto que nos ocupa, un reconocimiento a la
animaba el debate. En ese contexto, Bronzini se muestra especialmente
atento a la legalidad y la forma. De ahí que el eje de su argumentación se
centrara en los Acuerdos de Ministros y los decretos a que daban lugar, 34
El Poder Ejecutivo había hecho aprobar una ley por la que se restringía la inform ación que
procedimientos que a su entender falseaban –incrementándolos– los gastos podía brindar la adm inistración a los diputados y senadores, ley que había sido objeto de
rep etidas críticas por parte del diputado socialista. Y es que, a diferencia de épocas anteriores,
aprobados por la Legislatura, una atribución que le competía exclusivamente. para obtener los datos que necesitaban en su trabajo los legislado res debían dirigirse a los
m inistros, con las lim itaciones q ue ello suponía. Aunque este no parece ajustarse al caso –o al
m enos habría que indagarlo-, quizá no sea inadecuado considerar que m ediante las lim itaciones
a la publicidad adm inistrativa los estados racionales y burocratizados, com o señalara W eber,
buscan concentrar su poder frente a cualquier control im puesto desde fuera, incluidos los
33
D SCD , 1949-50, T 4 p. 2.677. parlam entos. W EBER, M .: Econom ía… , pp. 1095-1103.

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gestión provincial. De ahí que con la mención al encuentro de Ministros de Y es que, como mencionam os, la intolerancia creciente no sólo
Hacienda realizado en 1948, el elogio al desempeño de López Francés en impactaba en las relaciones entre la oposición y el oficialismo, sino que traía
realidad busca subrayar el “despilfarro del dinero público aplicado en la a primer plano el aislamiento en que se encontraba M ercante. De este modo,
construcción de obras que no sean necesariamente de interés general” que si el fallido atentado contra el Presidente y su esposa en 1948 concitó el
menciona el m inistro, así como su “protesta por la afirmación que acaba de repudio de todos los sectores, el de 1951, denunciado en el mes de junio
hacer el señor Presidente de la República” acerca de las riquezas de una –tiempo antes de que se descubriera la conspiración de M enéndez–, ya no
provincia que podía realizar préstamos a la Nación. A juicio de Bronzini presentó posibilidad de acuerdo.37 Los diputados opositores, incluido
“Estas palabras […] honran al señor M inistro de Hacienda como así también Bronzini, descartaron la veracidad de un hecho que concebían generado
a todo el pueblo de la provincia de Buenos Aires” y obviamente refuerzan la desde el Gobierno Nacional gracias al control ejercido sobre los medios de
posición del Socialismo. comunicación. La distancia de las autoridades provinciales es subrayada por
Por el mayor sesgo político que suponía, el tratamiento de la el socialista,
compatibilidad de ciertos em pleos con el desempeño de cargos municipales
-una situación en la que se encontraban los trabajadores de las empresas Yo tengo la opinión, [...], de que todo esto responde a un
estatizadas que ingresaban a los cuerpos deliberativos-, había merecido una plan y que es precisamente dentro de este plan [...] que
crítica más acusada. Aquí al cuestionam iento de la política económ ica se está muriendo la República. ¿Qué es, ya señor Presidente,
sumaba la del entero régimen establecido, de la provincia de Buenos Aires, uno de cuyos poderes
constituye la Honorable Legislatura? Yo tengo la seguridad
el capitalismo de Estado, [...], para desgracia nuestra se está más completa de que, este Estado, que es el primer Estado
cumpliendo también en nuestro país... lo que se está argentino, está bajo el imperio de la intervención federal. 8 3
haciendo no es socialización sino simplemente oficializa-
ción, significa en alguna medida, la destrucción de la Las interrupciones del oficialism o, avaladas por el Presidente
República, hasta la abolición de la autonomía provincial, cerrando el debate, muestran un grado de conflictividad que volverá a surgir
como ya se ha producido, [...], y desde luego la supresión durante el tratamiento de la Ley de los Partidos Políticos, en la misma sesión.
de las autonom ías municipales. 35 Dado que la misma, así como la reforma del sistema electoral que iba a ser
tratada a corto plazo, desempeñaba un papel central en orden al funciona-
Aún con alegatos que buscaban defender a los municipios frente al miento del sistema, el contexto en el que fue tratada llevó la discusión al
poder provincial, un debate cuya legitimidad difícilmente pueda ser puesta plano m ás inmediato de la política a pesar de los esfuerzos realizados por el
en duda habida cuenta de los antecedentes de este diputado,36 se trataba de miembro informante por la mayoría, Diputado Parera, que realizó en ambos
hacer del Gobierno Nacional el blanco de todas las críticas. Com o en el caso casos una rigurosa y pormenorizada fundamentación jurídica. Las implican-
anterior, con ello se ponía de manifiesto la distancia que lo separaba de la cias de las reformas para la oposición –-entre otros aspectos, los tres años que
administración provincial, también avasallada por aquél. Una distinción que como mínimo debía esperar un partido para su reconocimiento impedían la
se hará por demás evidente durante las sesiones de 1951. formación de nuevas coaliciones para la próxima elección–, condujeron el
debate a la instancia que m encionamos. En este caso, las consideraciones del
diputado socialista no carecen de interés,

35 37
D SCD 1948-49, T. 1, pp. 833. Ante la votación de repudio prop uesta por la bancada peronista, a su turno, los radicales, el
diputado socialista y el conservador se retiraron del recinto dejando que el oficialism o aprobara
36
D A O RD EN , M aría Liliana: “Los socialistas en el poder. H igienism o, consum o y cultura la declaración con su propia m ayoría.
popular: continuidad y cam bio en las Intendencias de M ar del Plata, 1920-1929" en Anuario del
38
IH ES, núm . 6, Tandil, pp. 267-282. D SCD , 1951-52, T. 1 p. 430.

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“El sr. Diputado Parera le hizo a la causa de la democracia de superar estados políticos que gravitan de modo definitivo
el favor de valorizar al partido político [...] el partido sobre el territorio Nacional [y más adelante agrega] los
político es fundamental, [...], pero la tragedia para los mismos peronistas [...] van a ser desplazados en el plano
partidos y para la democracia Argentina, es que están político, de acuerdo con la opinión del Presidente de la
confrontados en oposición fundamental, y enfrentados, por República, porque ustedes van a terminar [...] como fuerzas
eso m ismo en térm inos antagónicos [y más adelante de gravitación, como ha terminado el señor Gobernador de
agrega] Creo que si algo hay que rectificar en los conceptos la Provincia. 42
políticos argentinos, aparte de otras consideraciones, es la
incapacidad argentina para la convivencia institucional y
No cabe duda, entonces que el dirigente socialista estaba en
política. Somos en ese sentido un pueblo atrasado.” 39
condiciones de apreciar las diferencias existentes en el interior del peronismo.
Diferencias que hicieron eclosión hacia 1951 pero que podrían rastrearse
El diagnóstico habría de cobrar en el futuro cada vez más visos de desde antes en la cámara. Como señalara con argumentos análogos a los que
realidad, aunque el Partido Socialista, con repercusiones no menores, no lo iba a utilizar tres años más tarde, con motivo del fallido atentado de 1948
visualizara como un problema propio,40 excepción hecha de aquellos que Bronzini ya indicaba,
presentaron disidencias internas, finalmente rechazadas o derivadas en la
expulsión.41
Yo advierto, sr. Presidente, una diferencia de tono y de
Por otra parte, resulta clara para Bronzini la situación no del todo matices. Yo acredito a la provincia de Buenos Aires una
cómoda que atravesaba el peronismo. Entre otros aspectos el papel asignado ventaja y una superioridad sobre la esfera nacional de la
a los partidos femeninos –eximidos de los tres años que la nueva ley imponía República. [...] Es aquí en la provincia de Buenos Aires
para el reconocim iento de los restantes y en los que con razón el peronismo donde se advierte un dominio m ayor de la situación y
centraba esperanzas de triunfo–, daba cuenta de los intentos por salvar la donde los hom bres representativos han demostrado su
situación. Pero tal vez lo más relevante de su discurso, que tam bién en este capacidad también mayor de comprensión y de serenidad.
caso coincide con el radical, es la insistencia en la difícil situación en que se Yo llamo a los sres. Diputados y [...] a todos los hombres
hallaba el peronism o provincial, públicos y políticos de la Provincia, para que aunemos
voluntades y esfuerzos para que aquí, en el primer Estado
Quizá el Sr. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires argentino, se dé el altísim o ejemplo que necesita nuestro
piense con nosotros aunque, desgraciadamente, el primer país, para estimular las buenas acciones y para conducir a la
magistrado [...] no está en estos momentos en condiciones serenidad de los espíritus. 43

Una apreciación que, hasta donde sabemos, no se tradujo en


39
D SCD , pp. 467-468. acciones que a su vez diferenciaran a las autoridades del socialismo bonaeren-
40
H abría que tener en cuenta aquí que en esos m om entos entre los políticos que m antenían se de los máximos dirigentes partidarios.
conversaciones con oficiales del Ejército com o Lonardi y M enéndez para procurar la caída del
gobierno, se hallaba Am érico Ghioldi, m ostrando un com portam iento que se distanciaba por Por otra parte, aun cuando finalmente oficialismo nunca se dividió
cierto de la lín ea histórica del Partido. PO TASH , Robert: El Ejército y la política en la Argentina en las votaciones, diversos indicios permitían observar los matices existentes
1945-1962. De Perón a Frondizi. Buenos Aires, Sudam ericana, 1981, pp. 179-183.
41
en su interior. Si en 1948, ello se vio en la abstención de uno de los
Com o indicam os, en 1950 Ju lio V. González había planteado en el congreso del PS. la
necesidad de un profundo giro que im plicaba el alejam iento de las críticas básicam ente políticas
que se le h acían al peronism o. Enrique D ickm ann por su parte, aceptó un acercam iento al
42
régim en al entrevistarse con Perón a com ienzos de 1952, hecho que finalm ente le valió la D SCD , 1951-52, T. 1, p. 469 y 483.
expulsión del partido con la sola oposición de Alfredo Palacios. En una situación análoga se iba
43
a ver D ardo Cúneo, otro antiguo dirigente socialista. D SCD 1948-49, T. 4, pp. 2.311.

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diputados peronistas cuando se votó el tratamiento sobre tablas propuesto existente en el interior del peronismo bonaerense frente al avance de las
por el socialista sobre la detención de un obrero, por razones distintas máximas autoridades del partido en el orden nacional.48
también fue evidente durante el debate en torno al reglamento del Banco El análisis del discurso político y de las prácticas que caracterizaron
Provincia. 44 la relación de Bronzini con los diputados peronistas y también con los
Vemos así que, además de la estrategia política que para una radicales –históricamente aliados no “naturales”–, muestran un clima político
representación unipersonal podía suponer un discurso de abierta oposición que si bien tendía a la polarización se mostraba bastante menos simplificado,
al Gobierno Nacional, no puede descartarse que a poco de iniciado en su autoritario y violento, que el que pretendía poner en evidencia el Partido
banca el dirigente socialista hubiera reconocido diferencias que las máximas Socialista. Com o el propio diputado opositor reconoce, el diálogo, no exento
autoridades de su partido no se mostraron proclives a tener en cuenta. Con de hum or, entre los contrarios podía actuar como “válvula de escape”
el tiempo, la convivencia en las comisiones, los encuentros previos a las durante los debates. De hecho, la práctica parlamentaria, el trato personal
sesiones plenarias de la Cámara y aún estas m ismas, así como las reuniones que suponía, generaba vínculos que si bien no se traducían directamente en
a las que fue convocado por los ministros junto con otros diputados, habrían las decisiones de la Cámara –una situación que por lo demás no era nueva
sin duda generado un tipo de relación que le permitieron a este diputado para los diputados de ese partido–, mostraban cierto acercamiento entre los
aludir a la falta de unanimidad entre los miembros del oficialismo,45 y men- opositores. 49
cionar incluso cierta afinidad de éstos con su postura.46 Para un Partido que, como el Socialista, había quedado por primera
Es así que durante la votación de la cuestión de privilegio planteada vez electoralmente excluido de los ám bitos en los que participara durante
por Bronzini frente a declaraciones de Simini que instaban a su bloque a no más de tres décadas, el único espacio de poder colegiado al que tenía acceso
concurrir a la Cámara hasta que la fórmula presidencial fuera aceptada por antes que como un “lugar” de gobierno, debía verse como un foro donde
el Presidente y su esposa, la posición contraria triunfó por apenas un voto, difundir sus ideas. Es claro que por el perfil del político marplatense,
dado el retiro de once de los diputados peronistas, 47 una situación que ya acostumbrado a desarrollar sus ideas en la prensa partidaria que dirigía desde
había tenido antecedentes en ese año y que ponía de manifiesto la dura lucha su ciudad al ám bito regional, fogueado en la lucha política local y provincial,
resulta difícil medir hasta qué punto se trataba tan sólo de una estrategia
partidaria. De todos m odos Bronzini aprovechó muy bien todas las ocasiones
que su banca le brindaba para evitar que la identidad de su partido se
desdibujara en el espectro político bonaerense y aún fuera de éste.
44
El incidente se produjo entre Bronzini y el diputado peronista N elbone. Los oficialistas Sim ini,
López y M artínez m anifestaron su desaprobación y solicitaron la elim inación de las expresiones
Ahora bien, desde este ángulo, el ejercicio de la vida parlamentaria
agraviantes para el socialista del D iario de Sesiones. D SCD , 1948-49, T. 4, pp. 2245-2249. Sobre muestra también una convivencia partidaria, que si bien no carecía de
la abstención del D iputado peronista Saúl Ratti, D SCD , 1948-49, T. 5, p. 3.405.
tensiones, no ponía en cuestión la vigencia de una cultura política que estaba
45
En una de las discusiones sobre el aum ento de presupuesto de la Cám ara de Senadores, ante
una alusión de Bronzini el presidente del bloque p eronista pide las iniciales del diputado
disidente. D SCD , 1950-51 T. 1 pp. 231 y ss.
46 48
D urante el tratam iento del aum ento de cargos de m aestros propuesto por el Poder Ejecutivo, Los casos aludidos se referían a propuestas realizadas por el D iputado Jorge Sim ini, jefe del
una llam ada de atención del presidente del bloque lo llevó a declarar, “Yo se que el sr. D iputado bloque. La prim era proponía el tratam iento sobre tablas del m encionado atentado fallido, que
[se trataba de Bertrán con quien m antenía un diálogo] opina lo m ism o que yo (Risas) Pero no recibió la aprobación por “m ás de dos tercio s de votos”, aunque se hallaban en el recinto sólo
siem pre tiene el valor de confesarlo, porque tiene a su lado al censor m áxim o del sector de la los peronistas, q ue, obviam ente, en la declaración final votaron por unanim idad –no se indica
m ayoría, el sr. D iputado Sim ini.” D SCD , 1950-51,T 1., p. 535. O tras m anifestaciones sobre la el núm ero de los presentes–. En otra de las ocasiones -una m oción sobre tablas para rep udiar
relación de Bronzini con los diputados peronistas y los m iem bros del Gabinete pueden verse en la acción antiargentina en el exterior por parte de “exiliados voluntarios”– la votación, en este
D SCD , 1949-50, T. 4 p. 2645-47. caso nom inal, pone en evidencia el retiro de cuatro diputados. D SCD 1951-52, T. 1, p. 437 y
533.
47
Seguram ente con la intención de poner en evidencia el hecho, el diputado radical Tom ás Ide
49
pidió que se inform ara el resultado de la votación: 26 por la afirm ativa –a favor de la m oción de Pueden verse al respecto los com entarios de López, un diputad o peronista que
Bronzini– y 27 por la negativa, un total de 53 votos –el Presidente no votaba salvo en caso de perm anentem ente interrum pía al socialista, al referirse a una actuación en com isión en la cual
em pate–. Los diputados presentes en la sesión eran 65 com o se deduce de la lista publicada en am bos habían participado. D SCD , 1948-49 T. 4, p. 2.249. Tam bién las reuniones convocadas
el D iario de Sesiones, de los cuales 25 eran radicales y uno socialista, lo que confirm a el retiro por los m iem bros del Gabinete con diputados de distinta extracción. D SCD , 1949-50, T. 4 p.
de los peronistas al que nos referim os. D SCD 1951-52 T. 2, p. 1.065 y 1.071-75. 2.650.

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El peronismo bonaerense Da Orden – Socialismo y peronismo en la provincia de...

lejos de cuestionar el funcionamiento del sistema democrático, al m enos de la cúpula socialista. No obstante, como en otros momentos de la
durante la gestión de M ercante. Esto se traducía en las múltiples intervencio- trayectoria de este partido y probablemente por sus características organizati-
nes del diputado socialista, los pedidos de informes a los ministros del Poder vas, esa línea no fue la que se impuso aun en un dirigente que, como
Ejecutivo, la aplicación de normas reglamentarias que, si en ocasiones fueron Bronzini, había podido experimentar durante el gobierno de M ercante una
utilizadas para acallar su posición, tuvieron una implementación laxa gracias realidad por cierto diferente.50
al acuerdo con el oficialismo. Com o es propio de todo cuerpo colegiado, para
el dirigente socialista pronto debió hacerse visible la heterogénea composi-
ción de los bloques. Como indican algunas pistas, esto fue claro en el caso
del peronismo y la gestión de M ercante, que Bronzini destacaba frente al
Gobierno Nacional. Más allá del recurso político que esto implicara, cabe
preguntar cuales fueron las razones que im pidieron un reconocimiento
f
análogo por parte de la dirigencia socialista que introdujera al menos una
brecha en su discurso monolítico.
Se percibe así cierta “dualidad” –a la que no era ajena el diputado
provincial– entre la práctica desarrollada en la legislatura bonaerense y la
acción del Partido Socialista en el ámbito nacional, donde no cabía la menor
duda acerca del signo de un régimen al que se asimilaba con el “totalitarismo
criollo” que imperaba desde junio de 1943. De ahí que a la acción parlamen-
taria propiamente dicha, donde Bronzini realizaba contribuciones que más
allá de su eficacia perm itían que la confrontación dejara lugar al reconoci-
miento y el intercambio, se superpusiera tenazmente el discurso acérrim a-
mente opositor al Gobierno Nacional.
¿Hasta qué punto esta postura limitó las posibilidades de maniobra
del socialismo frente al peronism o, al menos en el ámbito provincial?
Aunque los límites de este trabajo no pueden más que dejar planteado este
interrogante, lo cierto es que la participación en la banca de la diputación
provincial dio un cauce de expresión al socialismo que pudo haber matizado
así la crítica virulenta que venía desarrollando en otros ámbitos. Claro que el
apasionamiento que caracterizaba a la política Argentina a la vuelta de los
años cincuenta, según la alusión del propio Bronzini, había ganado hacía
tiempo al Partido Socialista a pesar de la pretendida racionalidad de su
discurso.
La falta de representación parlamentaria debió incidir, entre otros
aspectos, en una posición tan duramente enfrentada con el peronismo. Y es
que, desde el punto de vista organizativo, ello implicaba la oclusión de
mecanismos de distribución del poder y por lo tanto de beneficios esenciales
al interior de la vida partidaria, a la vez que una fuerte limitación para la 50
N o sin am argura el hijo de Enrique D ickm ann recordaba el frustrado viaje que hiciera a M ar
convivencia y el diálogo con otros dirigentes políticos. A la luz de la actuación del Plata con el intento de lograr el apoyo de Bronzini a la actuación de su padre frente al
que acabam os de analizar, esta posibilidad hubiera, tal vez diversificado su pero nism o. Entrevista a Em ilio D ickm ann, Proyecto H istoria O ral, Instituto D i Tella. Por lo
dem ás, en 1956 el dirigente socialista, junto con otros políticos, form ó parte de la Junta
discurso y permitido llevar a un terreno más realista las pretensiones políticas Consultiva Provincial de la Intervención que designara el gobierno de la Revolución Libertadora.

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El proceso formativo y la consolidación del peronismo en
Bahía Blanca (1945-1952)

José Marcilese

El presente trabajo se realizó gracias a una beca de posgrado tipo II otorgada


por el CONICET, en el m arco del PGI dependiente de la Secretaria General
de Ciencia y Tecnología de la UNS, La cuestión de la cultura política desde
Bahía Blanca en el siglo XX: actores sociales, representaciones e identidades, bajo
la dirección de la Dra. Mabel Cernadas de Bulnes.
Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

dirigentes marcaran indudablemente las prácticas políticas futuras de la

E
n la última década, las investigaciones referidas a la génesis y consolida- agrupación. Por otra parte, esta primera aproximación nos permitirá
ción del peronismo en los ámbitos provinciales y regionales se han establecer algunas consideración iniciales acerca de si la irrupción del nuevo
multiplicado, iniciando un proceso de renovación en los estudios sobre movimiento produjo una renovación en la clase política local o simplemente
el tema. Esta nuevas aproximaciones historiográficas han abordado la fue una mera vía de continuidad para dirigentes de líneas partidarias
cuestión a través de claves interpretativas diferentes. Procurando formas de tradicionales. Cronológicamente en este trabajo consideramos la evolución
explicar y entender al peronismo en ambientes que, a mediados de la década del peronismo bahiense solo hasta 1952, debido a que la renovación del
de 1940, no respondían a un modelo urbana e industrial, como el que había gobierno provincial ocurrida ese año generó una coyuntura política diferente
servido de base a las investigaciones iniciales 1 . que alteró profundamente el panorama político local e inició una etapa
El propósito del presente trabajo es estudiar el proceso formativo del diferenciada que, entendemos, merece ser abordada en manera específica.
peronismo bahiense y su posterior consolidación como fuerza dominante, así Desde el punto de vista del análisis organizacional del peronismo
com o también la dinám ica interna que se genera en torno al movimiento bahiense, concordam os con una de las propuestas teóricas de Angelo
durante la etapa 1945-1952. Con ese objetivo realizaremos inicialmente una Panebianco, por la cual "para analizar la organización de un partido, es
breve reconstrucción del marco socio económico y del ambiente político preciso investigar antes que nada su estructura de poder. Es decir, cómo se
existente en Bahía Blanca al promediar la década de 1940. Luego nos halla distribuido el poder en la organización, cómo se reproduce y cómo y
acercaremos al funcionamiento del la agrupación a partir del estudio de sus con qué consecuencias se modifican las relaciones de poder" 4 . A partir de
facciones2 internas y de las relaciones que entre éstas se establecen. Asimismo esta premisa, intentaremos analizar los procesos que rodearon a la formación
reflexionaremos sobre su dinámica como fuerza partidaria y los vínculos que del movimiento en el ámbito de Bahía Blanca.
se construyen con los niveles superiores del partido, así como también con
el movimiento obrero local.
El contexto socioeconóm ico de Bahía Blanca al promediar la década del
Consideramos que en el ámbito bahiense es posible distinguir en el
‘40
proceso de génesis del peronismo la continuidad de actores políticos
tradicionales, tanto del conservadorismo como del radicalismo, como la
aparición de nuevas figuras, vinculadas esencialmente a los cuadros de Buena parte de los estudios tradicionales acerca del surgimiento y
conducción sindicales. Estos no responden a la clasificación de "vieja guardia consolidación del peronism o, abordan el tema a partir del temprano vínculo
sindical" 3 , sino que por el contrario se componen de dirigentes gremiales que se constituyó entre Juan Perón y los sectores obreros, luego de que el
surgidos durante la gestión de Juan Perón al frente de la Secretaría de Trabajo primero iniciara su gestión al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión.
y Previsión. Si bien presentan enfoques y claves interpretativas diversas, en su conjunto
Pensamos que es necesario analizar el proceso de captación de estas aproxim aciones consideran que el triunfo electoral alcanzado por el
políticos practicado por el peronismo, debido a que las características de estos militar en los com icios presidenciales del 24 de febrero de 1946, fue
consecuencia del apoyo electoral brindado por los sectores trabajadores,
favorecidos por las leyes y beneficios sociales establecidos a partir de 1944.
1
Acerca de la evolución de la historiografía sobre peronism o recom endam os consultar M ACO R, Estas aproximaciones fueron construidas a partir del contexto socio-
D arío y TC A C H , César (eds.): La invención del peronism o en el interior del país, U N L, Santa Fe, económico de la Capital Federal y su cinturón industrial inmediato,
2003, pp. 5-31.
caracterizado por la presencia de un importante número de trabajadores
2
"Factions have interests that push them to w ork together for the good of the party, but at the
sam e tim e they have interests in distinuishing them selves for electoral purposes".
fabriles em pleados en las industrias que allí se constituyeron durante la
M O RGEN STERN , Scott: "O rganized factions and disorganized parties. Electoral incentives in
U ruguay", Party Politics, Londres, vol. 7, núm . 2, 2001, p. 235.
3
Esta idea aparece en TO RRE, Juan Carlos: La vieja guardia sindical y Perón, Editorial
4
Sudam ericana, Buenos Aires, 1990. El autor caracteriza con esa denom in ación a la dirigencia PAN EBIAN CO , Angelo: M odelos de partidos. Organización y poder en los partidos p olíticos,
sindical previa a 1943. Alianza, M adrid, 1993, p. 61.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

década previa. Pero la pregunta que surge es ¿qué vigencia tienen estas M ientras que, en los distritos del primer cinturón urbano de Buenos Aires,
perspectivas de análisis en ámbitos urbanos del interior del país?, muchos de el número de obreros industriales creció significativamente, como podemos
los cuales presentaban realidades propias, pero unidas por un componente apreciar en el siguiente cuadro.
común: la limitada industrialización. Es por ello que consideramos necesario
analizar el perfil económ ico y social de Bahía Blanca, con el fin de poder
Cuadro 1: Cantidad de obreros industriales, 1935 y 1947
determinar si es factible aplicar allí los razonamientos que explican los
orígenes del peronismo en las zonas industrializadas o si por el contrario es Partido censo de 1935 censo de 1946 Variación
preciso generar nuevas aproximaciones interpretativas que contemplen las
singularidades propias de este medio. Con este objetivo, reconstruiremos el Avellaneda 36.237 71.593 97%
panorama socioeconómico de la ciudad en la década previa a la aparición del Quilmes 7.787 24.279 311%
peronismo, temática sobre la cual sólo hemos encontrado investigaciones
parciales e inconexas. Lomas de Zamora 6.079 10.738 76%

La realidad del sudoeste bonaerense al promediar el siglo XX no era San Martín 3.457 22.463 649%
ajena al “m odelo agroexportador” que regía la economía argentina de la Bahía Blanca 5.281 6.881 30%
época. La particular situación geográfica de su asentamiento, a la que se
6
sumó el impulso de las corrientes inmigratorias y la extensión de las Fuente: censos industriales de 1935 y 1946.
actividades primarias, especialmente la ganadería –que constituyó la base de
la economía regional–, hicieron que la población experimentase un rápido Teniendo en cuenta la cantidad de individuos abocados a labores
crecimiento, alcanzando los 122059 habitantes según el censo de 1947. Por exclusivamente industriales en relación al total de la población bahiense,
estas condiciones se perfiló y llegó a ocupar el lugar de cabecera de una vasta podemos sostener que la ciudad presentaba un índice m uy inferior al de los
zona de influencia, a la que proveía de servicios comerciales, financieros y núcleos urbanos del Gran Buenos Aires 7 , como consecuencia de un exiguo
logísticos. En tanto que por los diversos puertos bahienses fluía hacía los incremento cuantitativo de los grupos de obreros industriales en el período
mercados internacionales la producción de un amplio hinterland, que 1935-1946.
abarcaba el sudoeste bonaerense y los territorios de La Pampa, Río Negro y
En realidad, el perfil económico de Bahía Blanca al promediar el siglo
Neuquén 5 .
XX era el de una ciudad proveedora de bienes y servicios para una amplio
Sin embargo, esta intensa actividad comercial unida al proceso de hinterland agrícolo-ganadero. Este perfil de ciudad mercantil se percibe
sustitución de importaciones acaecido en la Argentina luego de la crisis claramente en el censo comercial realizado en 1954, en el cual Bahía Blanca
económica de 1929, no impulsó la generación de una industria local que detentaba por el caudal de ventas y en especial por el número de empleados
proveyese a la amplia zona de influencia inmediata. Indudablem ente la y obreros ocupados un lugar de relevancia en el marco provincial. La
cercanía de Buenos Aires, a la que estaba unida por un eficiente y rápido proporción entre las población total de la ciudad y el núm ero de personas
sistema ferroviario, afectó la competitividad y por ende las posibilidades de em pleadas indica que la actividad comercial brindaba empleo a un número
expansión de las empresas locales. D e esta forma, si comparamos las cifras
presentes en los censos industriales de 1935 y 1946, se puede observar que
la ciudad de Bahía Blanca se dio un incremento muy limitado de la mano de 6
Censo Industrial de 1935, M inisterio de H acienda, Buenos Aires, 1938. Censo Industrial de
obra em pleada en el sector industrial, en especial si consideramos el aumento 1946, M inisterio de Asuntos Técnicos, Buenos Aires, 1952.
demográfico proporcional que sufrió la ciudad en ese lapso de diez años. 7
En los principales m unicipios bonaerenses se daban los siguientes porcentajes de obreros
industriales (entre paréntesis aparece consignada la cantidad de habitantes): La Plata (302.073
hab.) 9,2% ; Avellaneda (273.839 hab.) 26,14% ; General San M artín (269.514 hab.) 8,4% ;
Cuatro de Junio (244.473 hab.) 9,2% ; Vicente López (149.958 hab.) 9,9% ; Lom as de Zam ora
5
D e los diversos puertos existentes el de Ingeniero W hite, aledaño a la ciudad, era la principal (127.880 hab.) 8,3% ; G eneral Pueyrredón (123.811 hab.) 5,2% ; Q uilm es (123.132 hab.)
vía de salida de las m aterias prim as producidas en la región y transportadas a través de los 18,2% ; Bahía Blanca (122.059 hab.) 5,6% ; M orón (110.344 hab.) 12,1% . Los valores
diversos ram ales ferroviarios. corresponden al cruce de datos del Censo Industrial de 1946 y del Censo de población de 1947.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

mayor de trabajadores que los establecimientos industriales, como podemos obrero en la etapa formativa del peronismo local, pero sí para situarlo en
apreciar en el siguiente cuadro: torno a la acciones emprendidas por los sindicatos relacionados con el
comercio y el complejo ferroportuario.

Cuadro 2: Número de establecimientos comerciales y personal empleado en 1954. Esta reorientación de la perspectiva de abordaje al estudio de los
orígenes del peronism o en un contexto local, puede complementarse con la
Cantidad de personal propuesta construida por Darío M acor sobre un entorno similar al bahiense,
Partido Nº de establecimientos
Empleados Obreros el santafesino, cuando recomienda orientar el ángulo de la investigación
Avellaneda 8.292 4.386 6.184 hacia "...una dimensión específicamente política" y no ya económico social.10
Gral. Pueyrredón 5.979 5.533 2.201 De esta conjunción, resulta un enfoque que si bien no pierde de vista el rol
Bahía Blanca 3.389 4.567 2.691 de los sindicatos no industriales, considera el papel ejercido por actores y
La Plata 8.599 4.521 2.244 partidos tradicionales en la génesis y consolidación del peronism o de Bahía
Gral. San Martín 8.292 1.698 1.028 Blanca. Para ello consideramos necesario reconstruir el panorama político
Tres Arroyos 1.387 1.505 290 local de la década precedente a la llegada de Perón a la presidencia, com o
Lomas de Zamora 4.121 1.488 567 una instancia de reflexión que nos permita luego comprender el rol que
Vicente López 4.662 1.407 793 tuvieron las tradiciones, prácticas y agrupaciones políticas preexistentes en el
Lanús 7.913 1.374 1.136 nuevo movimiento.
Tandil 1.510 1.311 525
Fuente: Censo de Comercio 1954.8 El marco político bahiense en la década previa a la aparición del
peronismo

Las consideraciones acerca del perfil de ciudad obtenidas por


intermedio de las estadísticas pertenecientes a diferentes censos, pueden ser La producción historiográfica dedicada a analizar la vida política
corroborados por medio de los editoriales y crónicas aparecidas en la prensa bahiense precedente al surgimiento del peronismo es fragmentaria e
local, que en su mayoría presentaban una reflexión común: el de considerar incompleta, por lo que consideramos necesario realizar algunas observaciones
el desarrollo industrial bahiense como un proyecto latente, dado la posición sobre dicho período. La cuidad de Bahía Blanca se había caracterizado por ser
estratégica de la ciudad y los recursos disponibles en la zona circundante, que "un centro urbano que desde fines del siglo anterior (S. XIX) era un baluarte
se concretaría en un futuro cercano. 9 del radicalismo" 11 . Esta fuerza era la que predom inó electoralmente a lo largo
Creemos que esta aproximación al perfil productivo y económico de de la década de 1920, secundada por el conservadorismo y en menor grado
la ciudad resulta necesaria, debido a que posibilitará obtener una mirada por el Partido Socialista. En lo que respecta a su dinámica interna, el Partido
sobre los sectores asalariados, que conformaron el sector que principalmente Radical bahiense fue una fuerza política propensa a la confrontación interna,
apoyó el ascenso político de Juan Perón. Entendemos que la ausencia de un tanto por razones programáticas como de ambiciones personales. Estas
proceso industrializador similar al experimentado en el cinturón industrial de discrepancias internas no siempre se solucionaban, sino que como ocurrió en
Buenos Aires, no es razón suficiente para subestimar el papel del movimiento

10
M ACO R, D arío: El peronism o antes del peronism o, U N L, Santa Fe, 1997, pp. 48-49. En este
8
Censo de Com ercio 1954. Buenos Aires, D irección N acional de Estadísticas y Censos, 1959. punto M acor retom a las consideraciones realizadas en TCACH . César: Sabatinism o y Peronism o.
Partidos políticos en Córdoba 1943-1955, Editorial Sudam ericana, Buenos Aires, 1991, pp. 81-82.
9
Sobre el tem a de la industria de Bahía Blanca ver: “La industria en el Partido de Bahía
11
Blanca”La Nueva Provincia, 21 de octubre de 1945, p.2; “Las posibilidades industriales de Bahía Sobre el radicalism o bahiense CERN AD AS D E BU LN ES, M abel N ., “Evolución política”;
Blanca”,El Atlántico, 13 de m ayo de 1944; “Bahía B lanca: futuro em porio industrial” El Atlántico, “Educación y cultura regional” y “Política e instituciones”, en Félix W einberg (D ir) H istoria del
suplem ento D ía de la Industria, 2 de septiem bre de 1944. “A pesar de su gran progreso sudoeste bonaerense, Plus U ltra, Buenos Aires, 1988, pp. 99 a 149 y 275 a 296. CERN AD AS D E
industrial Bahía Blanca espera aún su propia industria, la que determ in a su producción”, El BU LN ES, M abel N ., “El radicalism o en la vida política bahiense” en Plenario. C ien años del
Atlántico, suplem ento especial, 1 de enero de 1945. com ité radical de Bahía Blanca, núm . 1, Bahía Blanca, diciem bre de 1993, pp. 27 a 35.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

1928 permitieron que un dirigente conservador ocupara la intendencia época. 13 Los miembros de esta agrupación alcanzarían luego un lugar
municipal, al triunfar sobre un radicalismo dividido en cuatro facciones preponderante en la estructura del peronismo bonaerense, llegando a ocupar
irreconciliables. puestos clave durante la gestión de Dom ingo M ercante 14 .
El período iniciado por el golpe m ilitar de 1930 afectó notablem ente A pesar de la apertura de la filial forjista el grueso de la dirigencia
al radicalismo local, aunque no terminó con su inclinación al enfrentamiento radical se mantuvo dentro de la estructura tradicional del partido y reconocía
interno. A pesar de esta tendencia la UCR obtuvo un amplio triunfo en los como figura preponderante al doctor Ramón del Río. Este dirigente, de
comicios provinciales del 5 de abril de 1931, los cuales fueron anulados en orientación yrigoyenista, recibía el apoyo de los sectores populares del
octubre del mism o año, iniciándose así una proscripción política que duraría radicalismo bahiense, merced a lo cual en las elecciones internas de enero de
tres años. En ese lapso llegó a ocupar el ejecutivo municipal un dirigente 1946 se impuso por aproximadamente 1.400 votos contra poco más de 400
socialista, Agustín de Arrieta, quien recibió el aporte de gran parte del de la facción unionista.
electorado radical, imposibilitado de votar a sus propios candidatos. Este Podemos concluir afirmando que el panorama político local en la
triunfo nos revela, a pesar del apoyo extrapartidario recibido, la existencia de etapa previa a la conformación del peronismo, se caracterizaba por un claro
un Partido Socialista organizado y electoralm ente sólido al promediar la predominio del la UCR, y dentro de dicha fuerza predominaban los sectores
década de 1930. encolumnados tras los ideales del radicalismo renovador y en menor medida
El radicalismo se reincorporó a la lucha electoral en noviembre de la tendencia forjista.
1935 obteniendo un nuevo triunfo, al alcanzar en el orden municipal 6.983
sufragios contra 4.715 del Partido D emócrata Nacional y 4.618 del
El movimiento obrero de Bahía Blanca frente al peronismo
socialismo. El acto electoral “se desarrollo con normalidad sin denuncias de
ningún tipo ni escenas de violencia” 12 y demostró con que el caudal de
votantes del radicalismo aun permanecía intacto. Poco después la llegada de Durante la década anterior al inicio de la carrera política de Juan
Roberto Ortiz a la presidencia pareció culminar con las prácticas fraudulentas Perón, el movimiento obrero bahiense, sobre cuyo accionar no existe
imperantes, en especial durante las elecciones legislativas del 3 de marzo de ninguna investigación sistemática, había sido víctima de persecuciones y
1940 donde la UCR nuevamente obtuvo un amplio triunfo sobre los partidos arbitrariedades por parte de las autoridades gubernamentales, lo que dificultó
Demócrata Nacional y Socialista, alcanzando los 10.940 votos contra 5.836 su desem peño. En los años previos al surgimiento del peronismo las
y 1.390 respectivamente. Estas cifras corroboran una vez m ás la tendencia principales entidades gremiales presentes en Bahía Blanca eran las que
política dominante en Bahía Blanca, que triunfaba con autoridad cuando se agrupaban a los empleados de comercio, cuya constitución data de 1901, y
respetaban los principios de la Ley Sáenz Peña. las de los obreros ferroviarios, cuyo origen se remontaba según las diferentes
Posteriormente, a mediados del año 1943, se constituyó la filial local seccionales locales a la década de 1920 15 . Estas eran las únicas asociaciones
de FORJA a partir de la iniciativa de un grupo de jóvenes profesionales que de trabajadores que contaban con sedes propias, las cuales en ocasiones
habían tomado contacto con Gabriel del Mazo y Arturo Jauretche durante su oficiaban de lugar de reunión para otros gremios. Al igual que en otros
paso por la Universidad Nacional de La Plata. Luego de su graduación puntos del país la dirección gremial de los sindicatos bahienses estaba
retornaron a la ciudad, establecieron un local de reuniones y comenzaron a
publicar a nivel local un periódico con proyección provincial, en donde se 13
El periódico se tituló FO RJA y presentó el subtítulo N úcleo Bahía Blanca “patria, pan y poder
reunían artículos referidos a la coyuntura política, social y económ ica de la al pueblo”. Se publicaron siete núm eros entre el 9 de julio de 1943 y febrero de 1945.
14
Sobre este tem a ver M ARCILESE, José: “Rupturas y Continuidades en torno a la conform ación
de la dirigencia peronista bahiense: el caso de FO RJA”, Actas del V Encuentro Nacional de historia
Oral "Investigación, M etodología y Prácticas” (edición digital) Instituto H istórico de la Ciudad de
Buenos Aires, Buenos Aires, 2001.
15
En Bahía Blanca el principal grem io ferroviario era la Unión Ferroviaria, la cual se organizaba
12
CERN AD AS D E BU LNES, M abel N .: “Participación y autonom ía en la vida política”, en Cien en tres seccionales principales, Ingeniero W hite, B ahía Blanca Sud y N oroeste. La Fraternidad
Años del Periodism o, Bahía Blanca, La Nueva Provincia, 1998. p. 33. por su parte estaba presente en M aldonado e Ing. W hite.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

mayoritariamente en manos de sindicalistas, algunos de ellos de extracción Sociedad de Obreros y Empleados Servicios Eléctricos y Gas (15 de agosto),
socialista, y en menor medida de comunistas. Estos últimos tenían un fuerte Sindicato Obrero Mosaísta y Anexo (25 de agosto), la Sociedad de Cigarreros
arraigo en los sindicatos de trabajadores metalúrgicos y de la construcción, M inoristas y Afines (21 de agosto), el Sindicato de Estibadores (16 de
aunque en elecciones generales su caudal electoral era limitado. septiem bre), el Grem io de Obreros de la Construcción (existía previam ente
En esa coyuntura se dio la creación de la subdelegación local de la y se reorganizó el 17 de septiem bre), el Sindicato de Obreros M olineros y
Secretaria de Trabajo y Previsión el 17 de abril de 1944, iniciándose de esa Anexos (19 de septiembre), el Sindicato Unión de Obreros Textiles (3 de
manera un contacto más directo y fluido entre los trabajadores locales y la octubre). Al año siguiente se constituyó el Sindicato de Em pleados Municipa-
institución regida a nivel nacional por el Coronel Perón. La posición de dicha les (13 de agosto), que reunía a más de 600 trabajadores pertenecientes a la
repartición respecto de la actividad sindical favoreció la conformación de administración local. De esta manera, se sindicalizaron un importante
nuevos entes gremiales, al mismo tiempo que colaboró con la tarea de las número de trabajadores bahienses que anteriormente no estaban organizados
entidades existentes, mediante su labor de arbitraje en la resolución de y se conform ó un grupo de dirigentes obreros, carentes de una experiencia
conflictos laborales o en la gestión de las personerías gremiales exigidas por gremial previa.
el gobierno. Los sindicatos favorecidos por esta labor durante el primer año Entre las nuevas entidades gremiales en Bahía Blanca se destacó por
de funcionam iento de la filial bahiense fueron numerosos, entre mayo y su labor la Sociedad de Obreros y Em pleados Servicios Eléctricos y Gas de
octubre de 1944 los sindicatos de gráficos, panaderos, molineros, mosaístas, Bahía Blanca, constituida el 15 de agosto de 1944 "de conformidad a
sastres y de la construcción obtuvieron con la intervención directa del sugerencias del Secretario de Trabajo y Previsión coronel Juan Domingo
delegado local de Trabajo y Previsión, la redacción de nuevos pliegos que Perón y con el objeto de dejar constituido un gremio que nos cobije", tal
mejoraban sus condiciones laborales. En tanto que, en 1945, fueron com o se expresaba en su acta constitutiva 18 . Si bien este grem io era por su
beneficiados los grem ios de estibadores y de mozos y em pleados de hoteles. masa de afiliados uno de los m enos numerosos de la ciudad, desde un primer
Esta evolución del gremialismo bahiense, de cuyo seno saldrán luego mom ento apoyó decididamente el proyecto político de Perón. Entre sus
buena parte de la dirigencia peronista local, está directamente ligada con la conductores se destacó Eduardo Julio Forteza, un dirigente que luego será
gestión de Perón al frente a la Secretaria de Trabajo y Previsión, desde donde fundamental en la gestación y consolidación del peronism o bahiense. Su
se impulsó la formación de nuevos sindicatos y la agremiación de los sectores experiencia política previa se relacionaba, según el testimonio de diversos
trabajadores. Es de destacar que en esta etapa el estado “ por primer vez entrevistados consultados, con el conservadorismo, donde había ocupado un
estimuló y convocó la participación de los trabajadores a través de sus papel secundario dentro de la estructura partidaria 19 .
dirigentes sindicales en la elaboración de legislación laboral y social” 16 . Esta La primera dem ostración significativa de apoyo centrada en la figura
afinidad de la dirigencia sindical con la obra em prendida por Perón se del coronel Juan Perón y de su labor al frente de la Secretaría de Trabajo y
relaciona con lo que Juan Carlos Torre denominó como una “ identificación Previsión realizada en Bahía Blanca, tuvo lugar el 21 de julio de 1945 en el
política directa” con la figura del militar, quien rescató a los sectores obreros principal estadio deportivo de la ciudad. El evento fue organizado por la
de la marginalidad política en que se encontraban 17 . Sociedad de Obreros y Em pleados Servicios Eléctricos y Gas de Bahía Blanca
La política favorable a los sectores obreros impulsada por Perón y contó con la participación de diferentes entidades obreras locales. El objeto
desde el gobierno repercutió en Bahía Blanca de diferentes m aneras, tanto en del mismo fue apoyar a la tarea realizada desde la repartición oficial y al
la colaboración con los gremios existentes como así también en la formación mismo tiempo repudiar la solicitada publicada por las "fuerzas vivas" en
de nuevas entidades sindicales. En 1944 se formaron la Asociación del algunos diarios locales en oposición a dicha gestión. El acto contó como
personal de Establecimientos Sanitarios de Bahía Blanca (6 de julio), la orador central a Eduardo Forteza, aunque también participaron otros

18
Bodas de Oro, 1944 -15 de agosto- 1994, Bahía Blanca, Sindicato de Luz y Fuerza, 1994, pp.6-
16
PO N T, Elena Susana: Partido Laborista: Estado y sindicatos, Buenos Aires, CEAL, 1984, p. 33. 10.
17 19
TO RRE, Juan Carlos: “Interpretando (una vez m ás) los orígenes del peronism o”, en Desarrollo Archivo de la M em oria-U N S (AM U N S), entrevista núm . 141 a Lindor Burgos, concejal
Económ ico, v.28, núm . 112 (enero-m arzo 1989), pp. 525-548. peronista durante la etapa 1954-1955.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

dirigentes locales, uno de los cuales sostuvo lo siguiente respecto de las Empleados de Comercio, pese a que su presidente Emilio Sevillano se había
intenciones del sindicalismo bahiense manifestado meses antes en términos elogiosos acerca de la labor realizada
por la Subsecretaría de Trabajo y Previsión, en especial con motivo de la
promulgación el 3 de diciembre de 1944 de la Ley de Jubilaciones para los
por eso aspiramos a organizarnos sólidamente, obtener
mercantiles 23 .
nuestra personería legal para poder proclamar con el
imperio de la ley las conquistas obtenidas y a obtener por A pesar de que en el plano discursivo ninguno de los disertantes que
medio de la legislación obrera; he aquí com pañeras y intervinieron en el acto planteó la posible candidatura presidencial del
com pañeros nuestro anhelo; he aquí porque venim os a Secretario de Trabajo y Previsión, esta opción fue considerada ya que "al
testimoniar nuestra adhesión al Cnel. Perón...20 nom brar los oradores al coronel Perón, muchos de los asistentes victoreaban
su nombre como futuro presidente" 24 . Estas observaciones unidas a las que
afirmaban el alto nivel de asistencia y entusiasmo del evento, realizadas por
Estos conceptos se reiteraron en las consideraciones vertidas por los un vespertino de clara tendencia radical como es el caso de Democracia,
restantes oradores, en primer término la aceptación de las directivas denotaron el nivel de organización alcanzado en la concreción de la reunión
emanadas desde la Secretaria que planteaban que era preciso tramitar la por quienes meses después conform arían el núcleo del Partido Laborista
personería jurídica para que un gremio fuese aceptado como legal según lo local. Esto nos perm ite suponer que la candidatura de Perón era una
dispuesto por el decreto 23.852 de asociaciones profesionales. En segundo alternativa considerada en Bahía Blanca a comienzos de 1945, donde ya
término, el reconocimiento de las m ejoras obtenidas y a obtener en el futuro, contaba con un alto apoyo en los sectores obreros, aunque como propuesta
para lo cual era necesario apoyar la labor realizada por Perón desde el no estuviese presente en el discurso de sus dirigentes sindicales.
gobierno.
Este apoyo también se m anifestaba a través de la adhesión que
En el acto de adhesión intervinieron trece entidades gremiales recibía su gestión al frente de la Subsecretaría de Trabajo y Previsión, por
bahienses, algunas de ellas recientem ente fundadas y otras con cierta parte de actores gremiales y medios de prensa locales como el diario La
antigüedad en el medio local. Sin embargo no estaban presentes algunos Gaceta que impulsaban fervientemente el reconocimiento de su labor. Estos
sindicatos fundamentales como "...la Asociación de Empleados de Comercio hechos nos perm iten suponer que el proceso form ativo del movimiento
y las seccionales de la Unión Ferroviaria y la Fraternidad, que son los peronista bahiense, a través de adhesiones al desempeño del Coronel Perón
organismos obreros más viejos, fuertes y representativos de nuestra ciudad" 21 y al reconocimiento de sus aptitudes, se remonta a los primeros meses de
y que numéricam ente eran los más significativos. 22 1945 y, por lo tanto, para las jornadas del 17 y el 18 de octubre presentaba
Esto muestra la heterogeneidad de posiciones existente dentro del ya cierta madurez. Pero no por ello podem os dejar de otorgarle a la
movimiento obrero local, pero no respecto de la gestión de Perón al frente manifestación ocurrida en Bahía Blanca durante el día 18, un lugar central
de la Secretaria de Trabajo y Previsión, considerada por la mayoría de los para el movimiento en el orden local, en especial si consideramos el papel de
grem ios com o positiva, sino acerca de sus aspiraciones políticas personales. esos eventos en la formación de su imaginario político-partidario.
Un ejemplo de ello, lo constituye la ausencia de dirigentes de gremio de La mayoría de los principales dirigentes gremiales que estaban
vinculados al proyecto político de Perón se encontraban en Buenos Aires,
20
ciudad a la que habían sido convocados previamente -lo cual afianza las
La Gaceta, 22 de julio de 1945, p. 4.
dudas respecto a la espontaneidad que tuvo la movilización ocurrida en la
21
N uevos Tiem pos, 6 de abril de 1946, p. 2. Capital Federal.
22
Si bien en Censo Com ercial de 1954 indicaba un total de 7.000 em pleados, el núm ero de
adherentes a la Asociación de Em pleados de Com ercio era de 3.000 trabajadores según afirm a
La N ueva Provincia en su nota una editorial del 1 de diciem bre de 1945. En tanto que la cifra de
23
ferroviarios afiliados según afirm aba La Nueva Provincia en su nota del 1 de m ayo de 1939, entre Ver La Gaceta, 21 de m arzo de 1945, p. 2.
la U nión Ferroviaria y La Fraternidad rondaba los 4000 asociados, de los cuales solo unos 800
24
correspondían a la segunda agrupación según lo relatado por Roberto Sgalla, dirigente socialista “Realizose en el salón de los deportes, esta m añana, el acto en adhesión al gobierno y en
y de La Fraternidad, AM U N S, entrevista núm . 34. repudio al m anifiesto de las fuerzas vivas”, Dem ocracia, 22 de julio de 1945, p. 1.

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En el ámbito local el hecho recibió una fuerte cobertura por parte de La formación del Partido Laborista en Bahía Blanca
los medios gráficos, entre las cuales podemos destacar las expresiones vertidas
por el m atutino pro peronista La Gaceta, que publicó entre sus editoriales la
La fundación del Partido Laborista en el orden nacional y la elección
siguiente consideraciones:
de una mesa directiva provisional tuvo lugar el 24 de octubre de 1945, en
tanto que el 11 de noviem bre se conformó al com ité directivo y se redactó
El hombre que desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, se la carta orgánica y la plataforma electoral. La esencia de la agrupación era
ha impuesto a la consideración y el reconocimiento de sus netamente sindical lo que se reflejaba con claridad en la integración de su
conciudadanos, poniendo bases sólidas e inconm ovibles a cúpula directiva, encabezada por el telefónico Luis Gay y el sindicalista de la
una obra que ya no podrá ser destruida, constituye para el carne Cipriano Reyes.
pueblo laborioso la seguridad de que esa tarea que va en En Bahía Blanca una reunión de gremios locales formó una junta
busca del ideal de una vida mejor y más digna, continuará local provisoria el 20 de noviembre. Su primera acción fue abrir el registro de
siempre adelante, afirmándose en conquistas hermosas y afiliados a partir del 3 de diciembre, a cuyo efecto inauguró el prim er local
definitivas en los seis años de un gobierno constitucional partidario en la zona céntrica de la ciudad. Su propaganda se canalizó a través
del Coronel Perón 25 . de las páginas del matutino La Gaceta, que redobló el apoyo a la candidatura
de Perón luego de las m ovilizaciones m asivas de octubre. Bajo los lemas “Por
A juzgar por estas consideraciones la llegada de Perón a la presiden- una nueva Conciencia Argentina. Por los hom bres que hacen la Grandeza
cia era, para un sector de la prensa local, la vía imprescindible para consolidar Nacional. Por un poco de felicidad para los trabajadores. Perón será
y acrecentar los logros alcanzados en materia social. De esta forma el Presidente de la República” 26 , el laborismo local inició su campaña política.
proyecto presidencial del Coronel Perón por primero vez dejaba de ser una En el orden local la relación del laborismo con los sectores obreros
mera insinuación, para comenzar a convertirse en un proyecto concreto en locales originó una fuerte crisis interna dentro de los principales sindicatos:
el discurso de algunos dirigentes gremiales bahienses. los gremios ferroviarios y la Asociación de Empleados de Comercio. En el
En Bahía Blanca la huelga se evidenció en el paro y movilización de caso de los primeros su adhesión a la figura de Perón fue dispar, mientras el
los sindicatos de servicios públicos, especialmente a los obreros de las asociación de maquinistas La Fraternidad fuertem ente ligado al socialismo se
compañías de electricidad, gas y teléfonos y se inició poco después del mantuvo contrario a Perón, la Unión Ferroviaria se alineó tras la propuesta
mediodía del 18 de octubre. Luego se adhirieron al paro general los del peronismo. En Bahía Blanca este último gremio estaba dividido en
empleados municipales y los trabajadores ferroviarios pertenecientes a la numerosas seccionales, las cuales paulatinamente se inclinaron por la nueva
Seccional Bahía Blanca Noroeste, formada mayormente por empleados fuerza. En primer término lo hizo la seccional más numerosa, Noroeste, sede
pertenecientes a los talleres. de los talleres de mantenimiento y reparaciones que reunían a más de 2000
trabajadores. En tanto que la adhesión de las seccional Sud fue menos
La jornada de huelga fue acompañado de una movilización que
decidida en un primer momento, al estar compuestas m ayormente por
recorrió las calles céntricas de la ciudad portando carteles alusivos a la figura
personal administrativo y jerárquico. Similar reacción tuvo la seccional Ing.
de Perón y a su obra al frente de la Subsecretaría de Trabajo y Previsión.
W hite cuyo personal estaba abocado sustancialmente a las tareas de a bordo
Hacia fines del mes de octubre la candidatura del militar era un hecho. Este
en los trenes, sobre los cuales tenía una importante influencia los fraternales.
apoyo sindical se canalizaría en los siguientes m eses a través del por entonces
recientemente creado Partido Laborista. En el caso de La Fraternidad esta mantuvo desde el primer mom ento
una postura hostil respecto del peronismo, posiblemente debido a la mayor
inserción del socialism o en sus filas. Esta posición no afectó sensiblem ente

25
“Perón candidato presidencial de los trabajadores del país”, La Gaceta, 11 de octubre de 1945,
26
p. 3. La Gaceta, 4 de diciem bre de 1945, p. 1.

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al resultado de los com icios ya que los fraternales conform aban un gremio dentro de las normas constitucionales y sin prestarse a las concepciones
numéricamente lim itado debido a que comprendía solo al personal de demagógicas de quienes hacen su falsa política sobre la buena fe de la masa
conducción. Es por ello que en Ingeniero White, residencia de numerosos trabajadora”, según rezaba su proclama fundacional 28 . Su núcleo lo
maquinistas, el caudal de votos socialistas fue superior al del resto de la componían los sindicatos de la construcción y de metalúrgicos, de ascendien-
ciudad. te comunista y enfrentados con la política obrera de Perón 29 .
En la Asociación de Em pleados de Comercio la situación fue Por otro lado, La Confederación Sindical Obrera (CSO) nucleaba
diferente, al ser este un gremio centralizado en una única comisión directiva. fundamentalmente a los gremios instituidos durante la gestión de Perón al
El acercamiento de Perón fue un proceso lento por el cual el militar intento frente de la Secretaria de Trabajo y Previsión, conducidos por dirigentes sin
atraer a los mercantiles empleando como nexo a la figura de Borlenghi y experiencia previa en asuntos sindicales. A diferencia de lo que ocurría con
otorgándole numerosos beneficios sociales y jubilatorios. La filial local de los los trabajadores que lideraban las comisiones en los gremios de servicios
empleados de comercio era conducida al promediar 1945 por una comisión (empleados de comercio, ferroviarios, etc), los dirigentes reunidos en la CSO
de tendencia socialista que incluía algunos dirigentes comunistas. Esta en su mayoría no poseían antecedentes gremiales y su única práctica en la
orientación fue el origen del enfrenamiento de la filial Bahía Blanca de materia se había desarrollado bajo el clima propicio vigente desde 1944. Esto
Empleados de Comercio con las autoridades de la Confederación que explica el hecho que estos sindicatos hayan sido las protagonistas de todos
conducida por Borlenghi había manifestado en el acto de la CGT del 12 de los actos de reconocimiento y apoyo tributados en honor del militar y su
julio de 1945 su apoyo a Perón. Simultáneamente se inició en el seno del tarea en pro de los sectores trabajadores. Sin embargo en su estatuto la CSO
mismo grem io una confrontación entre quienes consideraban imperativo defendía su independencia de cualquier fuerza partidaria, respetando la
apoyar a Perón y los grupos que si bien aceptaban como positiva la labor de tradición apolítica del sindicalismo tradicional30 . La entidad fue encabezada
la Secretaria de Trabajo y Previsión, rechazaban la actividad proselitista. Este por Agustín M iguel del Sindicato de M unicipales, que tam bién era candidato
proceso se extendió hasta enero de 1946, momento en el cual la línea a diputado provincial por el Partido Laborista, y por Américo De Luca de la
peronista logró cambiar m ediante una asamblea de delegados, la decisión de Sociedad de Cigarreros Minoristas y Afines.
la Comisión Directiva de la Asociación de Empleados de Comercio local de Sobre la base de los 16 gremios reunidos en la CSO se constituyó el
expulsar a Borlenghi de la Confederación. A partir de ese momento el 1 de abril de 1946 la filial local de la CGT, siendo su primer secretario
principal gremio de la ciudad se inclinó definitivam ente hacía el nuevo Américo De Luca. De esta form a se establecía en la ciudad una dependencia
movimiento, en detrimento de la postura esgrimida por dirigentes socialistas de la entidad obrera nacional. Las autoridades centrales de la confederación
o comunistas, que se alejaron de la entidad. dispusieron que se realizara una asamblea para elegir el resto de la comisión
De esta manera para comienzos de 1946 las principales agrupaciones local de la CGT. El acto tuvo lugar los primeros días del mes de junio de ese
sindicales locales, ferroviarios y mercantiles, estaban siendo rápidamente mismo año y participaron representantes de casi la totalidad de los gremios
cooptadas por el peronismo. En tanto que los restantes grem ios, menos bahienses.
numerosos y organizados, muchos de ellos fundados durante la gestión de Pese a las disímiles posiciones esgrimidas respecto de la figura de
Perón al frente de la Secretaria de Trabajo y Previsión, se habían constituido Perón, los grupos obreros mayoritariamente apoyaron su candidatura. El
en dos agrupaciones sindicales enfrentadas.27 Por un lado en la Unión Obrera nexo existente entre los sectores trabajadores bahienses y el Partido Laborista
Local (UOL), que enrolaba los sindicatos “libres e independientes dispuestos se puso de manifiesto en la distribución espacial de sus votantes. Esta
a luchar por la reivindicaciones propias de la clase proletaria, encuadrados

28
27
El Atlántico, 19 de febrero de 1946.
"Ni de una ni de otra entidad, form an parte la Asociación de Em pleados de C om ercio y las
29
seccionales de la U nión Ferroviaria y La Fraternidad que son los organism os obreros m ás viejos, La U nión O brera Local estaba form ada por 9 sindicatos: Construcción, M etalúrgicos, M ozos,
fuertes y representativos de nuestra ciudad" Nuevos Tiem pos, 6 de m arzo de 1946, p.2 Tanto los Cám ara Sindical de Cocineros Pastelero, Carne y subproductos, Carpinteros, Salineros de N .
em pleados de com ercio com o los g rem ios ferroviarios se m antuvieron al m argen de estas Levalle, Sociedad de Artes Gráficas.
entidades y su accionar estaba directam ente ligado a una conducción centralizada en Buenos
30
Aires. N uevos Tiem pos, 6 de m arzo de 1946, p. 2. El Atlántico, 26 de febrero de 1946.

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agrupación se impuso en casi la totalidad de las mesas, incluso en la zona a) por la incorporación de dirigentes experimentados o bien de
céntrica de la ciudad, pero alcanzó una proporción mayor en las barriadas del elementos jóvenes pero intelectualmente preparados a los cuadros
conurbano que presentaban los niveles más altos de población asalariada. En de conducción del peronismo.
poblaciones lindantes con el casco urbano tal como Villa Rosas o Cuatreros b) el ingreso de algunos de sus dirigentes más populares al nuevo
(actualmente General Cerri) el laborismo alcanzó sus m ejores resultados. En movimiento, que conjuntamente con los efectos de las políticas
la primera, con un elevado número de habitantes relacionadas con el trabajo sociales desarrolladas por Perón desde la Secretaria de Trabajo y
portuario y ferroviario, llegó al 65-70% de los votos. En el segundo lugar, Previsión, colaboraron en la captación, por parte del nuevo movi-
sede de la principal fábrica textil y del Frigorífico Sansinena, los resultados miento, de votantes de extracción radical.
fueron aún más favorables, ya que obtuvo aproximadamente el 80% de los
sufragios. En otros vecindarios relacionados con la actividad fabril como es
el caso del Barrio Noroeste, Villa M itre y el Barrio San Martín la proporción El proceso de acercamiento de parte de la dirigencia radical bahiense
de votos laboristas rondó el 60%, mientras que el núcleo ferroviario del al peronismo se inició luego del golpe militar de junio de 1943. Esta
M aldonado superó esa proporción. contribución tuvo lugar durante la intervención de Atilio Bramuglia en la
provincia de Buenos Aires 31 , que tuvo a Ramón Del Río como ministro de
La situación en el puerto de Ingeniero White poblado por numerosos
gobierno, quien solicitó la colaboración de los forjistas José Aralda, Miguel
obreros portuarios y ferroviarios también fue favorable para el Partido
López Francés, junto a Roberto Volpe y Justo M ouzo, en puesto provinciales
Laborista, aunque en este caso los socialistas y comunistas, fuerzas que
de cierta jerarquía. Esta actuación en la esfera provincial fue sumam ente
tradicionalmente habían representado a los sectores trabajadores, mejoraron
breve y terminó con el alejamiento del Ministro, que incluso llegó a ocupar
su actuación. Pero igualmente la agrupación presidida a nivel nacional por
el cargo de interventor provincial por espacio de unas sem anas. La m isma se
Luis Gay duplicó a los sufragios de ambas fuerzas, lo cual ejemplifica el grado
caracterizó por brindarles a un grupo de jóvenes dirigentes la oportunidad de
de inserción alcanzado en los obreros whitenses, en su mayoría estibadores
participar políticamente luego de años de fraudes y prácticas políticas
o ferroviarios.
corruptas.
La incorporación de militantes de la UCR como funcionarios del
La conformación de la dirigencia política peronista bahiense, continui- régimen revolucionario tuvo en el m edio local una recepción dispar. El
dades y rupturas con las tradiciones políticas preexistentes. socialismo desde su diario Nuevos Tiempos los fustigó asiduamente calificán-
dolos como colaboracionistas de un gobierno que consideraban directam ente
Con el fin de concretar una exploración ordenada de las alternativas como fascista, o bien como radicales peronizados. 32 Cuantitativamente, un
y singularidades que rodearon al proceso form ativo del peronism o local, importante número de dirigentes radicales optaron por incorporarse a la
evaluamos en primer término las particularidades del movimiento obrero en nueva agrupación, como lo evidencia el hecho que cinco de los diez
la ciudad y su relación con la formación del Laborismo bahiense, para ahora candidatos a concejales en primer térm ino de la UCR en los comicios de abril
adentrarnos en los aportes provenientes de los partidos tradicionales. de 1942, se incorporaron al peronismo en diversas funciones.

El peronismo, entendido como un movimiento sociopolítico En lo que respecta al Partido Demócrata Nacional, este contribuyó
com plejo y no solo como un partido político, presentó una naturaleza al peronismo con m iem bros de los niveles inferiores de su estructura
heterogénea en la conformación de sus cuadros políticos, en donde
convergieron dirigentes de un amplio espectro ideológico. En el caso
bahiense, fue la UCR la agrupación que proveyó la mayor cantidad de 31
La in tervención de Atilio B ram uglia en la Provincia de buenos Aires se extendió entre 1 2 d e
dirigentes, cuya participación fue esencial para la consolidación local del enero y el 19 de septiem bre de 1945. Sobre este proceso recom endam os la lectura de REIN ,
Raanan: "Preparando el cam ino para el peronism o. Juan A. Bram uglia com o interventor Federal
nuevo movimiento, por dos aspectos principales: de la Provincia de Buenos Aires", European Review of Latin Am erican and Caribbean Studies, núm .
67, decem ber 1999.
32
N uevos Tiem pos, 14 de septiem bre de 1945 y 1 de enero de 1946.

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partidaria, fundamentalmente referentes o "punteros" lo que favoreció el inestabilidad institucional en el gobierno comunal y la confrontación de
proceso de consolidación del peronism o en numerosos barrios de Bahía algunas facciones locales con las autoridades partidarias de la ciudad y la
Blanca. La relevancia de este aporte no es menor ya que pudo implicar el provincia.
traslado de una serie de prácticas políticas hacia el movimiento que se estaba Como mencionamos previamente la heterogénea conformación de
consolidando, conjuntamente con el conocimiento de la dinámica electoral los cuadros de conducción del peronism o local, en lo que respecta a sus
de cada barriada. Este proceso no se percibe con claridad en la prensa ni el orígenes y posiciones políticas, era un escollo para una unión exenta de
los escasos registros partidarios, pero sí se puede apreciar a través de los com plicaciones y explica la aparición de importantes diferencias internas.
testimonio orales de vecinos, sim patizantes y dirigentes, que coinciden en Durante la etapa evaluada los enfrentamientos internos presentaron
afirmar que varios de los referentes que el peronismo presentó en los motivaciones diversas: razones de tipo ideológico (laborismo-radicalismo
suburbios locales habían colaborado previamente con el conservadorismo 33 . renovador), de autoridad (autoridades provinciales vs. locales), de orden
En lo que al socialismo respecta, el aporte fue menor y se compuso sólo de personal (conflictos internos dentro del radicalismo renovador y el laboris-
algunos sindicalistas de segundo orden. m o) y de clase (enfrentamientos entre líderes sindicales y profesionales
universitarios). Esta diversidad y multiplicidad de conflictos propició una
El peronismo bahiense entre la cohesión y la ruptura coyuntura adversa para un proceso de unificación ordenado y rápido 35 .

La coalición de fuerzas políticas que se aglutinaron alrededor de la Las diversas agrupaciones frente a los comicios internos
figura de Perón, no mantuvieron esta cohesión luego del triunfo del 24 de
febrero. Rápidamente el frente de agrupaciones que apoyaron su candidatura, Las autoridades partidarias provinciales decidieron convocar a
conformado en las postrimerías de 1945, comenzó a desmoronarse a medida elecciones internas para el 21 de septiembre de 1947, la importancia del
que lo intereses y voluntades, tanto personales como faccionales, comenza- llam ado residía en que por primera vez el peronismo afrontaría un proceso
ban a primar sobre los fines políticos comunes. En realidad una vez cumplido democrático interno, donde las diversas facciones internas medirían fuerzas.
el objetivo que los convocó en torno a un fin común, la llegada de Perón a En Bahía Blanca se conformaron cuatro agrupaciones:
la primera magistratura, era poco probable que ese conglomerado heterogé-
neo de dirigentes políticos y sindicalistas –de extracción radical, conservadora
y socialista– pudiera m antenerse unidos. El nuevo mandatario advirtió esta Agrupación Peronistas Plan Quinquenal de trabajadores manuales e
situación y dispuso la unificación a nivel nacional, de todas las fuerzas que intelectuales: estaba encabezada por el dirigente radical de la línea
apoyaron su candidatura en un único frente: el Partido Único de la renovadora Roberto Volpe, sus candidatos provenían de la UCR
Revolución 34 . Junta Renovadora, incluía algunos referentes sindicales.
Esta medida careció de la efectividad necesaria y en el período que Agrupación Revolucionaria Peronista: en sus filas se nucleaban los
se extiende entre mediados de 1946 y el 21 de septiembre de 1947 el representantes del forjismo conjuntamente con sectores sindicales
peronismo bahiense sufrió un profundo proceso de atomización, que tuvo representados por la Agrupación de Empleados de Comercio
com o componentes las varias líneas internas enfrentadas, una fuerte Peronistas y el Sindicato de obreros de la carne. Contaba con el
apoyo del legislador laborista Juan Fernández y de los cuadros de
origen forjista vinculados al gobierno provincial de Domingo
33
Sobre este tem a recom endam os la consulta de los testim onios de vecinos bahienses, recogidos M ercante, entre los cuales se destacaba M iguel López Francés.
por el Archivo de la M em oria-U N S durante el año 20 04 , qu e ponen en evidencia el pasaje de
"punteros" conservadores a las filas del peronism o. Al respecto aconsejam os tam bién la
entrevista AM U N S N ° 141 a Lindor Burgos, concejal peronista durante la etapa 1954-1955.
34
Esta decisión fue com unicada a la población m ediante un proclam a radial el 23 de m ayo de
35
1946, luego de tres m eses de continuos y desgastantes enfrentam ientos entre laboristas y Sobre este tem a recom endam os consultar M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos del
radicales renovadores, que se profundizarían luego del pedido de unificación. Partido Peronista, Buenos Aires, Siglo Veintiuno de Argentina Editores, Buenos Aires, 2002.

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Centro Cívico Peronista “24 de Febrero”: su principal referente era el local por sobre el caudal de votos alcanzado por las agrupaciones políticas de
senador provincial de origen laborista y sindicalista de la electricidad raigam bre radical, tanto forjistas como renovadoras.
Eduardo Forteza y entre sus candidatos se encontraban numerosos
sindicalistas de las empresas de servicios como el grem io de Luz y
Los comicios municipales como consolidación del peronismo local.
Fuerza o de Aguas Corrientes y de sindicato de petroleros.
Ateneo Obrero Peronista: Esta agrupación estaba compuesta exclusi-
vamente por dirigentes obreros, su referente a nivel legislativo era el A pesar que los comicios internos establecieron qué sector del
diputado provincial por la UCR Junta Renovadora Justo M ouzo. Su peronismo detentaría la conducción partidaria en los diversos municipios
principal referente local era el sindicalista metalúrgico José Panciroli, bonarenses, no determ inaron quiénes serían los candidatos a ocupar la
quien ocupaba el secretariado local de la CGT. intendencia y las bancas del Concejo Deliberante, así como tampoco las
bancas legislativas nacionales y provinciales que debían renovarse a fines de
1948.
Luego de terminado el período de afiliación en junio de 1947,
Lógicamente, la facción vencedora detentaría un grado de injerencia
iniciaron una intensa actividad proselitista. La mism a consistió en la
mayor al momento de conformar las listas de candidatos, ya que en la interna
realización de actos públicos y la apertura de numeroso locales partidarios en
también se elegían delegados a la convención partidaria provincial que en
la totalidad de los barrios de la ciudad. El proceso electoral y los com icios se
sucesivas reuniones determinaría las candidaturas, aunque seguramente en
realizaron con la mayor normalidad, sin producirse enfrentamientos ni actos
la decisión final influía la opinión del gobernador y de la Junta Partidaria
de violencia. Los candidatos encabezaban los actos en las diversas barriadas
Provincial, ya que dentro de la reglamentación partidaria no se contemplaba
de la ciudad, donde eran homenajeados por sus adherentes, quienes
la elección directa de los candidatos por parte de los afiliados 36 . Finalmente
mediante la organización de estos agasajos reafirmaban su lealtad y
fue elegido Julio C. Avanza como candidato a senador provincial, Eduardo
compromiso político.
Forteza como aspirante a diputado nacional y por último Rafael Laplaza
En el día previo a la elección retiró sus candidatos la lista del Ateneo como postulante a intendente municipal, quedando la conform ación de la
Obrero Peronista, lo que favoreció las posibilidades de la línea interna lista de concejales en manos de la Junta Organizadora local, que la elevo
encabezada por el senador Eduardo Forteza, al ser ella la que presentaba un luego para su aprobación a la Convención Provincial que se efectuó el 25 de
perfil similar a la lista retirada, es decir un alto porcentaje de candidatos de enero de 1948.
origen obrero. Si bien las agrupaciones encabezada por Avanza y Volpe
Las candidaturas de Forteza y Avanza pueden justificarse por el hecho
contaban con dirigentes sindicales estos no llegaban ni por su núm ero ni por
que ambos eran las figuras centrales de las dos facciones principales, pero no
su grado de responsabilidad en sus respectivos gremios, a la representación
ocurre lo mismo con la determinación por parte del gobierno provincial de
dirigida por Forteza. Este último se veía favorecido por su origen trabajador,
que Rafael Laplaza fuese el candidato a ocupar la intendencia. Este joven
lo que mejoraba sus posibilidades frente al electorado peronista que tenía
abogado de origen radical, que había ocupado previamente el cargo de
una fuerte presencia en las clases trabajadoras.
com isionado y secretario del municipio, no era una figura importante dentro
Finalmente el resultado de los comicios dejó al Centro Cívico del peronismo bahiense y las razones de su elección pueden aclararse por
Peronista “24 de febrero” com o agrupación vencedora. Esta lista se impuso intermedio de una nota editorial de La Nueva Provincia:
ampliamente sobre las restantes alcanzando 2.181 votos sobre los 1.425
obtenidos por la fracción de la Agrupación Revolucionaria Peronista (Julio
César Avanza) y 194 de la Agrupación Peronistas Plan Quinquenal de
trabajadores manuales e intelectuales (Roberto Volpe). La diferencia
alcanzada por la lista vencedora reafirma lo expuesto previamente y pone de 36
Respecto de la dinám ica del peronism o bonaerense recom endam os la lectura del texto de
m anifiesto el peso electoral de los grupos sindicales dentro del peronismo O scar AELO en este volum en, y AELO , O scar, y Q U IRO GA, N icolás: "M odelos en conflicto.
Estatutos y prácticas partidarias en el peronism o bonaerense, 1947-1955, ponencia presentada
en las III Jornadas N acionales Espacio, M em oria e Identidad, U N R, septiem bre de 2004.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

en el deseo de las altas autoridades de encabezar las listas representativo del sector donde se realizaba el evento, independientem ente
municipales más que con figuras efectistas desde el punto de de la facción partidaria a la cual pertenecieran, lo que muestra el grado de
vista de su condición esencialmente obrera, con ciudadanos cohesión y cooperación alcanzado frente a la inm inencia de los com icios.
que, aunque no de amplia militancia partidaria, estuviesen En ambas instancias electorales, la elección se realizó en form a
identificados con la revolución y constituyesen, sobre todo, una desdoblada, el peronismo obtuvo un claro triunfo, como podem os apreciar
garantía de capacidad técnica para la función administrativa 37 . en el siguiente cuadro que incluye los resultados de las elecciones presiden-
ciales de 1946.
Estas consideraciones vertidas por el más tradicional de los matutinos
locales expone la voluntad del gobernador bonaerense por encontrar figuras Cuadro 3: Resultados electorales de 1946, 1947 y 1948.
respetadas y con antecedentes en la función pública, como candidatos para
Elección Elección Elección
asumir las primeras magistraturas municipales. La combinación de reconoci-
Partido político 24/02/46 07/03/48 14/03/48
miento social con experiencia era necesaria para el alto mandatario provincial
debido a que m ejoraría el futuro electoral de los candidatos 38 . El peronismo (presidencial) (legislativas) (Legislativas)
contaba, al menos en Bahía Blanca, con escasos candidatos que reunieran Partido Peronista 10.629 10.783 10.460
estos atributos y los que reunían estas características provenían en su mayoría UCR 5.788 4.519 3.973
Alianza Nacionalista 168 - -
del forjismo, fracción opositora a la línea de Forteza, la cual aglutinaba
Partido Socialista 1.353 968 1.646
principalmente a los sectores de extracción sindical.
Partido Demócrata 779 558 1.091
La conform ación de la nómina de candidatos a concejales se realizó Partido Comunista 710 529 475
en Bahía Blanca y dentro de las lista los gremialistas locales obtuvieron un En blanco o impugnados Sin datos 287 332
lugar preponderante.39 El origen sindical de la mayoría de los candidatos Porcentaje de asistencia 77% 59% Sin datos
revela cómo incluso la línea de Avanza, de origen radical forjista, optó al
Fuente: Elaboración propia en base a resultados definitivos de las elecciones de 1946,
momento de nombrar sus candidatos por aquellos que representaran a
1947 y 1948.
estructuras sindicales. Esto pone de manifiesto la inserción que los represen-
tantes obreros habían logrado para entonces en la totalidad de las líneas
internas del peronism o bahiense. Los resultados alcanzados por el Partido Peronista reafirmaron su
La labor proselitista se inició el 16 de febrero con un acto en la condición de fuerza hegem ónica, al alcanzar cifras similares a las obtenidas
localidad portuaria de Ingeniero White, que sólo fue el comienzo de una dos años antes. Sin embargo en lo comicios legislativos se produjo un
sucesión de eventos sim ilares en los diversos barrios de la ciudad. En ellos importante descenso en el porcentaje de ciudadanos que asistieron a sufragar
hablaban los diferentes candidatos conjuntamente con algún dirigente en relación al total de los padrones, con una disminución del 77 al 59%. Por
su parte, el peronismo mantuvo los valores alcanzados en las elecciones
anteriores y si bien su predominio se percibió en todas los sectores de la
37
La Nueva Provincia, 3 de m arzo de 1948, p. 2.
ciudad, se acentuó en las barriadas alejadas de la zona céntrica. En el orden
38
local el peronismo obtuvo un amplia mayoría en la composición del Concejo
Respecto de las causas de la elección de Rafael Laplaza, un dirigente sostuvo: “Si pero Laplaza
no tenía m ilitancia, Laplaza lo designaron com o una persona destacada com o fue Bergé Vila por Deliberante con un total de 11 concejales frente a 5 del radicalismo y a 2 del
ejem plo, gente de.... propia en la ciudad, y bueno en el peronism o quisim os llevar una persona socialismo.
conocida, pero nunca actuó políticam ente...”, AM U N S, entrevista realizada a José Aralda,
concejal e intendente bahiense por el peronism o entre 1949 y 1950. Sin embargo este claro predominio electoral no se reflejó en un
39
Por la línea del Centro 24 de febrero (Forteza) fueron designados entre otros los sindicalistas proceso de consolidación interna del peronism o bahiense, el cual siguió
Andrés Flores, Juan M ontagnini, Adolfo Ferrari y los dirigentes de extracción conservadora Juan funcionando como una fuerza sumamente dividida y enfrentada. Esa realidad
Ipucha e Ism ael Bevilaqua. En tanto que por la Agrupación Revolucionaria Peronista (Avanza)
se candidatearon los sindicalistas D ám aso Larraburu, Aquiles Franco, A ngel M arcos y Roberto si bien no se condecía con el discurso peronista del momento que sostenía
M accarini en las prim eras posiciones.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

la disciplina partidaria com o un principio rector para el movimiento, se puso se presentaron por separado. Esto afectó sus posibilidades y atomizó su
de manifiesto en diversas situaciones, tales com o el funcionamiento de la capital electoral, favoreciendo así la continuidad del diputado Forteza al
bancada peronista en el Concejo Deliberante y la organización de actos de frente del Partido Peronista local.
hom enaje a los legisladores locales. El protagonismo adquirido por este legislador se mantuvo debido a
que no se realizaron nuevo comicios internos, que pudiesen alterar el orden
El Partido Peronista en Bahía Blanca y su conflictivo proceso de de fuerzas local alcanzado en 1949. Inicialmente siguió como autoridad
constitución partidaria elegida legalmente y luego cuando el partido es nuevamente
intervenido fue designado por las autoridades provinciales como interventor
local. La situación no varió hasta fines de 1954 cuando comenzaron los
La falta de cohesión siguió siendo el hilo conductor que atravesaba movimientos políticos para determinar las candidaturas para los comicios
al movimiento luego de el triunfo en los comicios locales. Poco tiempo municipales del año entrante. En ese momento las autoridades provinciales
después de su llegada a la intendencia, Rafael Laplaza se vio obligado a desestimaron las candidaturas impulsadas por Eduardo Forteza y designaron
renunciar por discrepancias con el cuerpo de concejales y fue sustituido por a Santiago Berge Vila, un militante peronista que provenía del radicalismo
el primer edil, José Aralda. Esta situación no culm inó con la conflictividad renovador, como candidato a intendente. Tal designación provocó la
dentro del peronismo, sino que por el contrario inició una nuevo proceso de renuncia de Forteza al cargo de interventor local del Partido Peronista y su
reordenamiento de fuerzas que finalizó con las internas de 1949. sustitución por otro dirigente de extracción radical, Italo Avale 40 .
A pesar que existía una Junta Partidaria local legítimam ente
conformada luego de los comicios de septiembre de 1947, ésta no lograba
Consideraciones finales
el acatamiento de las diferentes facciones. En ese contexto el interventor
provincial del Partido dispuso un llamado a elecciones internas para el 18 de
diciembre de 1949, iniciándose así una nueva carrera electoral por alcanzar El predom inio electoral que mantuvo en ambas elecciones internas
la conducción partidaria del peronismo bahiense, que estaba en manos del la facción liderada por Forteza frente a los grupos de extracción forjista
diputado nacional Eduardo Forteza. ligados a la gestión M ercante, pone de m anifiesto no solo un mejor manejo
En aquella oportunidad se conform aron cinco líneas internas, dos preelectoral por parte del vencedor sino también la existencia de una cierta
más que las que participaron en el comicio del 21 de septiembre de 1947, lo independencia por parte de cada distrito partidario de intereses e imposicio-
que indica que lejos de atenuarse las divergencias intestinas el peronismo nes provenientes del Consejo Partidario Provincial o incluso del propio
bahiense, estas se acentuaron. Sin embargo, pese a los cambios experimenta- gobernador 41 . De otra manera, difícilmente un sector que tenía como
dos en el interior de las facciones enfrentadas, nuevamente se impuso por un referentes directos a dos de los ministros del gabinete provincial, hubiera
amplio margen la lista que se había ganado las internas de 1947. El resultado podido ser derrotada en los com icios internos correspondientes a su distrito
de los com icios dio com o ganadora a la lista azul, que llevaba como de origen.
presidente del partido a Eduardo Forteza, que obtuvo 2143 votos sobre 1.199 En la determ inación de las candidaturas correspondientes a Bahía
de la lista roja (Alvarez Santos), 867 de la blanca (Larraburu-Aralda), 376 de Blanca, la Junta Partidaria Provincial también respetó, en 1949, los resultados
la amarilla (Fernández) y 262 de la verde (Gianotti). En esta ocasión el de la interna. Fue así que como candidatos a diputados provinciales fueron
número de afiliados que concurrió a votar superó ampliamente al de 1947, elegidos Idelfonso Galíndez (por la facción de Forteza) y Eugenio Álvarez
aunque la lista triunfadora mantuvo los valores alcanzados dos años antes. De Santos (por el núcleo de origen forjista). En el caso de la determinación de
esta manera, Forteza mantuvo su caudal de votos en tanto que las dem ás
listas se repartieron el resto de los sufragios. También en preciso destacar que
tres de las listas que se presentaron en esta ocasión(B, D y E) estaban 40
Este proceso fue paralelo con la llegada del dirigentes de extracción radical Alejandro Leloir
encabezadas por dirigentes de la desaparecida Agrupación Revolucionaria a la conducción del Consejo Superior del Partido Peronista.
Peronista, form ada por radicales renovadores y forjistas, que en esta instancia 41
En relación a este tem a ver el artículo de O scar AELO en este volum en.

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El peronismo bonaerense Marcilese – El proceso formativo y la consolidación...

las candidaturas locales, intendente y concejales, la opinión que primó fue la proyección local o regional con las autoridades partidarias provinciales era
del diputado Forteza, quien determinó entre su entorno quien ocuparía esos fundamental para el desarrollo de sus carreras políticas, tam bién lo era la
cargos. Nuevamente aquí se aprecia que pese a que no había una elección construcción de una estructura que le respondiera en su zona o localidad de
directa de los candidatos, sino que ésta se realizaba en el seno de la influencia. Esta oficiaba como un elemento legitimador de la autoridad del
convención partidaria, se respetaban los resultados de las internas al dirimirse dirigente en cuestión y le permitía afrontar los procesos electorales internos,
las candidaturas. De ese modo, los candidatos peronistas para el nuevo al m ismo tiempo que limitaba la aparición de posibles competidores entre las
concejo provenían únicamente del sector fortecista. segundas líneas de la dirigencia partidaria. La factibilidad de consolidar una
Posteriormente al ser intervenida la conducción del Partido Peronista red local de militantes y simpatizantes estaba directamente relacionada con
bonaerense, en junio de 1951, fue elegido com o delegado para Bahía Blanca el acceso de los dirigentes a otorgar incentivos de diversos tipos y para ello el
el propio Forteza. Para ese entonces la posición del gobernador Mercante control sobre la estructura local del partido se mostraba como la vía más
comenzaba a debilitarse y su relación y la del conjunto de funcionarios que eficiente, por sobre los contactos con otros niveles partidarios superiores.
lo acompañaron en su gestión, con la conducción provincial y nacional del
Partido Peronista, se deterioró rápidamente. Esta nueva coyuntura se hizo
evidente, a partir de mediados de 1951, cuando fueron apartados del
Consejo Superior del Partido Mario Goizueta y Bernardino Garaguso, figuras
f
íntimamente ligadas al mandatario bonaerense.42
Finalmente, la ruptura se afianzó a partir de la asunción del mayor
Carlos Aloé como gobernador de Buenos Aires, luego de lo cual un
importante número de funcionarios ligados al mercantismo fueron expulsados
del Partido Peronista, conjuntamente con el ex primer mandatario bonaeren-
se. 43 Este hecho selló el destino de la facción del peronismo bahiense liderada
por los ex ministros Miguel López Francés y Julio C. Avanza, a quienes se
inició sendos procesos judiciales que los llevarían luego a la cárcel. Los
restantes miembros de extracción forjista local que se vincularon a la
administración provincial, no fueron perseguidos, pero quedaron relegados
de la actuación política. Esta situación afianzó la posición del diputado
Eduardo Forteza, quien a partir de ese momento se erigió como el principal
referente del peronismo bahiense.
Por último, los distintos resultados que se desprenden de este
estudio, permiten sostener que a pesar que la relación de los dirigentes de

42
La situación se hizo m ás com pleja aun cuando en agosto de ese año un grupo de legisladores
peronistas, liderados por el presidente de la Cám ara Baja diputado Jorge Sim ini, se negaron a
concurrir a las sesiones hasta tanto no fuera proclam ada la fórm ula Perón - Eva Perón, para poco
tiem po después renunciar a sus bancas Esta situación fue advertida solo por el diario La N ación,
m ediante una crónica publicada el 1 de septiem bre de 1951, donde se inform ó de la renuncia
de 27 legisladores, entre senadores y diputados, que adujeron "falta de garantías para ejercer con
tranquilidad sus funciones. El vocero de este grupo, por entonces presidente de la cám ara de
diputados, Jorge Sim ini, sería uno de los pocos legisladores provinciales que renovaría su banca
en los com icios de noviem bre de 1951.
43
Esta ruptura si bien ha sido sostenida en varios trabajos no ha sido abordada aun en form a
específica.

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El Partido Peronista en Mar del Plata:
articulación horizontal y articulación vertical, 1945-1955

Nicolás Quiroga

Este trabajo ha sido publicado en el Boletín del Instituto de Historia Argentina


y Americana "Dr. Emilio Ravignani", número 26, 2º semestre de 2004, pp. 75-
110. J nfquirog@mdp.edu.ar
Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...
Introducción
La sincronía entre los procesos históricos de escala provincial y
nacional y los de escala local no excluye un enfoque que se detenga en los
problemas propios del espacio comunal, a los que se debió enfrentar el
Partido Peronista. Nuestra acercamiento, por lo tanto, supone que en el

E
l presente artículo tiene como objetivo presentar algunas conclusiones
marco del peronismo provincial, el análisis del desarrollo del PP marplatense
alcanzadas en torno al análisis de la evolución del Partido Peronista (PP)
nos permite reflexionar sobre las tensiones estructurales de la organización
en Mar del Plata, entre 1945 y 1955. La premisa que lo guía sostiene
partidaria, en especial aquellas que son resultados de los intentos por
que el tratamiento del problem a debe tomar distancia de una óptica que
consolidar y unificar a la institución (con centro en las agencias supralocales),
suponga la excepcionalidad del peronismo marplatense, y de otra que
y las prácticas políticas locales que pugnaron por imponer tanto dem andas
proponga la ejemplariedad del caso.1 La propuesta es, entonces, la de
sociales, cuanto posiciones estratégicas de los referentes políticos del lugar.
establecer los diferentes momentos en la organización del PP local (PP
Esta dialéctica del poder fue también el motor de las transformaciones del
masculino, específicamente 2 ), haciendo hincapié en sus aspectos configura-
Partido Peronista provincial, en tanto debió sostenerla en favor de la
cionales 3 .
movilización y debió restringirla en beneficio de la “unidad” partidaria. 4
En un intento por trascender los límites impuestos desde aproxima-
ciones, por lo demás pertinentes, que tienden a considerar la dinámica local
1
O tras investigaciones sobre peronism o en el ám bito bonaerense son: LLO R EN TE, Ignacio : de los partidos políticos a partir de análisis electorales para evaluar grados de
"Alianzas políticas en el surgim iento del peronism o: el caso de la provincia de B uenos Aires" en
Desarrollo Económ ico, vol. 17, núm . 65, abril-junio 1977; AELO , O scar: “Elites políticas en la
correspondencia entre distritos administrativos concéntricos o bien establecer
provincia de Buenos Aires: peronistas y radicales en las elecciones de 1948”, Estudios correlaciones con variables sociológicas, 5 nos interesa especialmente
Interdisciplinarios de Am érica Latina y el Caribe, vol. 13, núm . 2, julio-diciem bre 2002; del m ism o
autor: “Form ación y crisis de una elite dirigente en el peronism o bonaerense, 1946-1951 ”,
establecer que para el estudio de los partidos políticos en comunidades locales
ponencia presentada en VII Jornadas de H istoria Política..., y “¿Continuidad o ruptura? La clase hemos tomado como marco de referencia dos conceptos relacionados como
política bonaerense en los orígenes del peronism o”, ponencia presentada en las VI jornadas de
historia política, M ar del Plata, 2000; M ARCILESE, José: “El m ovim iento obrero en los orígenes
son articulación horizontal y articulación vertical. 6 Para Grabowska y Szawiel,
del peronism o bahiense”, ponencia presentada en las II Jornadas Interdisciplinarias del Sudoeste las actividades de las agencias locales implican dos tipos de tensión: una
Bonaerense, Bahía Blanca, 2003; del m ism o autor “Conflictos, prácticas políticas y organización
partidaria en el peronism o de Bahía Blanca (1949-1950)”, ponencia presentada en el Duodécim o
horizontal, que refiere a la adaptación del partido a la com unidad, y otra
Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina, La Plata, 2003; PAN ELLA, Claudio: “O rigen vertical, que señala la interacción de la sub-unidad con la totalidad de las
y desarrollo del Partido Justicialista de La Plata” en KLAPPEN BACH , Fernando: Reseña histórica instituciones partidarias, en especial con aquellas más inmediatas en la
del Partido Justicialista de La Plata, 1945-1955, La Plata, 1996, pp. 12-199; GAYO L, Sandra;
M ELO N , Julio César. y RO IG, M .: "Peronism o en Tandil: ¿Perpetuación conservadora, estructura burocrática del partido madre (mother party). También Hans Geser
desprendim iento radical o génesis sindical? 1943-1948" en Anuario del IEH S, núm . 3, Tandil, ha insistido en la pertinencia de un enfoque que remarque la bifrontalidad
1988. U na puesta en conjunto de tales trabajos es m ateria pendiente; en su lugar hem os
preferido referir a cada uno de ellos cuando consideram os que existe un problem a en com ún.
2
D ebido a ciertos lím ites en m ateria de fuentes no hem os podido dedicarle atención a dos tem as
sustanciales com o son el Partido Peronista Fem enino, y un análisis robu sto de la extracción
social de los referentes del PP local. La docum entación consultada es absolutam ente superficial
respecto al prim ero de estos puntos, y apenas m ás am plia en cuanto a ind icacio nes so bre el 4
M ovilización y “unidad” no son nociones contrapuestas. Con el prim er térm ino pretendem os
segundo. rem arcar las actividades de distinto tenor que cim entan la vida partidaria; con el segundo, la
3
necesaria articulación de tales actividades, en beneficio de la institución por encim a de los
Las fuentes relevadas fueron: D iario La Capital (LC), junio de 1945-octubre de 1955, D iario intereses sectoriales y particulares.
El Trabajo, 1946, 1948, 1950, 1951 (m eses electorales), D iario La N ación, 1946, 1948, 1950,
1951, 1954 (m eses preelecto rales, resultados electorales definitivos e inform ación sobre las 5
D os ejem plos paradigm áticos en esa línea: CRO TTY, W illiam : “Party Efforts and Its Im pact on
convenciones y congresos para elección de candidatos); Periódico El Puerto, 1945-1950; Libros the Vote” en The A m erican Political Science Review, vol. 65, núm . 2, 1971, pp. 439-450;
de recortes del D iario La Prensa, 1945-1951, Archivo “Roberto Barilli”; Boletín M unicipal, 1946- FREN D REIS, John P., GIBSO N , Jam es, y VERTZ, Laura: “The Electoral Relevance of Local Party
1956 (12 por año, incluye actas del Concejo D eliberante); Diario de Sesiones del Concejo O rganizations” en The Am erican Political Science Review, vol. 84, núm . 1, 1990, pp. 225-235.
Deliberante, 1949-1950; Actas del Centro Laborista Pro-U nidad, 1946-1947; Acta de Constitución M ás cercano al tem a que nos ocupa: LLO REN TE, I.: “Alianzas políticas en el surgim iento del
de la U nidad Básica de Rivadavia 3048, 1949; Diario de sesiones de la Cám ara de D iputados de peronism o...”
la Provincia de Buenos Aires, 1949-1951, La Plata: Taller de Im presiones O ficiales; V ario s
6
ejem plares de periódicos Tesón, El Progreso, La Gaceta, Patria, 17 de O ctubre; Revista M alvinas; GRABO W SKA, M iroslawa y SZAW IEL, Tadeusz: “Introduction” en Political Parties in Local
LO M BARD O , Jorge R.: Cuadernos M unicipales: El clim a político, 1948-1955, M ar del Plata, Com m unities, Varsovia: Institute of Political Studies, 2000. (O riginal en polaco. Agradezco a la
edición del autor, 1999; adem ás de entrevistas orales. autora que nos haya facilitado una versión resum ida en inglés.)

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

de los partidos locales 7 , en tanto sub-unidades del partido nacional y actores Para Heser, las relaciones am bivalentes entre las secciones locales y
políticos comunales. Para dicho investigador, esas dos líneas de abordaje la organización partidaria en la que se inscriben se fundan en los roles
trazan un m apa teórico que ha estado quebrado, escindido, en las últimas conflictivos asignados a las primeras: por un lado, concebidas por el partido
décadas, debido a que la línea vertical es genuinamente parte de la teoría nacional como agencias ejecutivas (executive agencies), y tratadas como
política, mientras que la horizontal ha sido indagada por la sociología. En un unidades administrativas subordinadas, las agencias locales poseen las
intento por reconstruir un espacio ampliado de análisis, Heser arriesga funciones de implementar los program as partidarios y sostener las actividades
algunas propiedades del partido local hacia uno y otro eje de coordenadas; de cam paña para las elecciones supralocales. En este rol, dominado por
las que merecen exponerse aquí de manera suscinta, a modo de marco relaciones “de arriba hacia abajo”, las agencias locales no reflejan las
general. necesidades comunales sino las estrategias del partido madre para “m ostrar-
Con respecto a las funciones de las sub-unidades en la organización se” en la localidad y hacerse de recursos para movilizar y persuadir. Por otro
partidaria nacional, Heser hace hincapié en: a) en tanto “semillero”, permiten lado, las secciones locales funcionan en tanto agencias de articulación
generar una considerable reserva de experimentados adherentes, potenciales (articulative agencies), ocupadas en dar voz e influencia a los adherentes y
candidatos a ocupar puestos partidarios o públicos; b) forman parte esencial clientelas del partido local en instancias más altas. Este rol, a diferencia del
de mecanismos de adoctrinamiento o “aprendizaje colectivo” (collective primero, está dominado por relaciones “de abajo hacia arriba”, y permite un
learning), y son, además, un canal óptimo de información “hacia arriba” en grado de autonomía a partir del cual no sólo se expresan en las sub-unidades
especial en partidos altamente centralizados, lo cual puede permitir a los las demandas locales, sino también se procuran programas y recursos
adherentes locales un tipo particular de negociación (informal) para articular propios.
sus demandas frente a personal de más alto nivel decisorio; c) son un ámbito Desde el punto de vista de los partidos locales en tanto actores de los
regio para la promoción de incentivos colectivos y socialización; d) sobre ellas sistemas políticos com unales, el autor sostiene a) una fuerte analogía entre
el partido nacional delega una considerable cantidad de tareas no financiadas la dinám ica de las sub-unidades y las asociaciones voluntarias, y b) que así
y realizadas por activistas voluntarios; e) aún cuando su incidencia en la como los partidos nacionales no escapan a las condiciones socio-políticas del
elaboración de las plataform as partidarias es mínima, maxim izan la país como un todo, las agencias locales “reflejan” las estructuras comunales
penetración social e influencia del partido nacional, adaptando los programas en su configuración. Lamentablemente sólo se detiene en dos variables
a las sutiles condiciones sociales y a la cultura política del ám bito local; y f) básicas de este “reflejo”: tam año de la población y estratificación social.
al proveer acceso y oportunidades menos restrictivamente que los niveles Influenciado por los estudios electorales de los sesenta y setenta para Estados
superiores del partido, canalizan un espectro m ás am plio de grupos sociales, Unidos, su aproximación al flanco sociológico de su propuesta para el estudio
heterogéneos en cuanto a su origen social, nivel de educación, género y edad. de los partidos locales es restrictiva. (Com o puede observarse en nuestro
Consecuentemente las demandas y orientaciones ideológicas son también resumen, una serie de elementos que el autor considera partes del análisis
diversas. Para el autor este último punto si bien introduce nuevas diferencia- propio de la teoría política, están también ligados a cuestiones sociológicas.)
ciones y conflictos de lealtades en el interior de la organización nacional, Sin embargo, nos parece que la hipótesis de la hom ologación entre la
permitiría reducir el nivel de conflictividad al emplazar nuevas arenas de dinámica de las asociaciones voluntarias y la de los partidos locales, contiene,
resolución en el espacio local. en germ en, una perspectiva capaz de dar cuenta de la interacción entre un
diverso espectro de tensiones que soporta el espacio comunal.

7
La categoría se refiere exclusivam ente a aquellas instituciones que son sub-unidades de partidos
políticos nacionales (aún si su organización puede ser hom ologable con las de las asociaciones
voluntarias), pero el autor subraya la am bigüedad del térm ino haciendo m ención tam bién a su
relación con el espacio, en tanto dichas instituciones aún en los casos donde sus hinterlands no
coinciden con los lím ites adm inistrativos del m unicipio tienen asignado un determ inado cam po
de op eraciones por “proxim idad espacial”. GESER, H ans: “The Local Party as an O bject of
Interdisciplinary Com parative Study: Som e Steps Tow ard a Theoretical Integration” en SAIZ,
M artin y GESER, H ans: Local Parties in O rganizational and Political Perspective, W estview , Boulder,
Co., 1999.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

Partido Peronista debe considerar el carácter articulador del estado con los niveles celulares de
la sociedad. La persistencia de estos espacios en algunos departamentos de
Córdoba hacia 1953 lo llevan a distinguir entre zonas altamente politizadas
Recientes aproximaciones al estudio del Partido Peronista nos
y zonas de baja intensidad (interior de la provincia), y a suponer que la
permiten definir con mayor precisión los problemas que revisaremos 8 .
autonomía de las unidades básicas estaba ligada a “la naturaleza de los grupos
Curiosamente, un análisis de escala local como el que nos proponemos aquí,
sociales que se aspiraba a incluir”. 10 Como veremos más adelante, es posible
debe mucho al desbroce que tales investigaciones realizaron en torno a la
aceptar la hipótesis del autor sobre la relación entre la autonomía relativa de
organización partidaria del peronismo entre 1946-1955. La ausencia de un
las básicas y el origen social de sus integrantes pero sólo cuando la organiza-
verdadero partido político –argumento sostenido por Little–, o la inexistencia
ción formal de tales instituciones haya estado estrecham ente ligada al
absoluta del mismo –maldición de Luna–, son proposiciones que necesaria-
territorio (afiliación por dom icilio), y no a afinidades ideológicas (libre
mente debieron reevaluarse para que un aporte de escala local obtenga visos
afiliación). Debem os sin embargo considerar ya mismo esa incipiente
de legitimidad.
definición que liga unidades básicas y pluralismo: para Tcach, algunas básicas
Nuestra propuesta se inscribe, entonces, en los intersticios de un pueden ser pensadas como “mini ciudades” –en el que instituciones como
entramado conceptual en formación. La historicidad del Partido Peronista, bibliotecas, dispensarios, escuelas, farmacias, salas de entretenimientos, entre
su evolución, institucionalización, rutinización, etc. 9 , pueden abordarse desde otras, estaban contenidas y promovidas. En las consideraciones de Tcach, aún
el espacio local precisamente porque algunas de las investigaciones citadas si esas modalidades libérrimas en el interior de un partido “centralizado y
han concebido para la escala micro un campo de diferenciación cualitativa, verticalista” obedecieron a tácticas electorales territoriales, la articulación con
una “ventana” al proceso de construcción del PP con características el espacio social de las básicas modificaba su articulación vertical con los
específicas. ¿Obedece, este hiato de lo local, a las fallas de un proceso de niveles superiores de organización partidaria: en los últimos años del período
organización burocrática, interrum pido en 1955, o a su naturaleza “democrá- peronista, siempre según Tcach, las unidades básicas “dejan de tener una
tica” original? El espesor de la pregunta ha sido entrevisto por algunos función m eramente coyuntural o secundaria. Autonom ía funcional y
investigadores –aún cuando ofrezcan diferentes respuestas–, a la hora de dependencia estructural con respecto al Estado eran, en definitiva, funciones
analizar el rol de las unidades básicas en su doble carácter articulador. Tcach, de la “integración sim bólica” de los trabajadores y sectores populares,
por ejem plo, sostiene que la explicación de algunos “espacios de libertad y prerrequisito para la expansión del peronismo en la sociedad y el Estado”.
pluralismo en el marco de un partido fuertemente centralizado y verticalista” Sólo que las causas de estos procesos están relacionadas con variables
sociológicas tales como urbano/rural, capital/interior. 11
8
A lgunos de los trabajos consultados son: LITTLE, W alter: “Party and State in Peronist
M acKinnon, por su parte, avanza sobre el mismo punto:
Argentina, 1945-1955”. Hispanic Am erican H istorical Review, vol. 53, núm . 4, noviem bre de
1973, pp. 644-662; CIRIA, Alberto: Política y cultura popular: la Argentina peronista, 1946-155,
Buenos Aires: Ediciones de la Flor, 1983; LEVITSKY, Steven: “An «O rganised D isorganisation»: Así, sus dirigentes se van alejando de las bases [hacia
Inform al O rganisation and the Persistence of Local Party Structures in Argentine Peronism ” en
Journal of Latin Am erican Studies, núm . 33, 2001, pp. 29-65; LU N A, Félix: Perón y su tiem po, 1950], perdiendo la expresividad que tenían, volviéndose
Buenos Aires: Sudam ericana, 1984, 3 tom os; M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos del solamente un órgano de gestión de poder. De todos
Partido Peronista (1946-1950), Buenos Aires:Instituto D i Tella-Siglo XXI, 2002; TCACH , César:
Sabattinism o y Peronism o. Partidos políticos en Córdoba, 1943-1955, Buenos Aires:Sudam ericana, modos, cuanto más se baja desde la cúpula, el partido
1991; PRO L, M ercedes: “Peronism o y prácticas políticas. Sur de Santa Fe, 1945” en Estudios
Sociales, núm . 21, 2do sem estre 2001, pp. 107-127; y de la m ism a autora: “Peronism o,
dirigencias, participación y m ovilización política. Sur de Santa Fe 1945-1948”, m im eo, 2000.
9
H em os reparado en el enfoque organizacional de Angelo Panebianco para pensar estas 10
TCACH , C.: Sabattinism o y peronism o..., p. 205.
cuestiones (M odelos de partido. Organización y poder en los partidos políticos, M adrid:Alianza,
11
1990). H ay que tener en cuenta, sin em bargo, para el concepto de institucionalización la Así, el estudio del partido político vuelve sobre algunos debates clásicos sobre peronism o (G .
pertinente propuesta de S. Levitsky, acerca de diferenciar “infusión de valores” y “rutinización” Germ ani). Puede observarse este m ism o desplazam iento en algunos planteos de LLO RENTE,
(de com portam ientos). En su artículo, el autor considera al PP com o relativam ente infundido Ignacio : "Alianzas políticas...” (en especial en la definición tácita de “m ovilización”); y en la
de valores e inform alm ente rutinizado. Ver “Institutionalization and Peronism . The Concept, the com pulsa de dos artículos de LITTLE: “Party and State...” y “Electoral Aspects of Peronism ,
Case and the Case for U npacking the Con cept” en Party Politics, vol. 4, núm . 1, 1998, pp. 77- 1946-1954” en Journal of Interam erican Studies and W orld Affairs, vol. 15, núm . 3, 1973, pp.
92. 267-284.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

retiene mayores grados de expresividad, sigue siendo un resistencia notable en los lugares de trabajo. 15 Por otro lado, debió actuar en
partido popular. Visto en perspectiva, es posible afirmar una ciudad que a pesar de estar modificándose velozmente persistía en el
que, de allí en más, será en los niveles locales, tanto de la imaginario político provincial como un centro vacacional aristocrático. 16 En
organización partidaria como de los organismos sindicales, efecto, desde m ediados de los años treinta M ar del Plata modificó no sólo su
donde quedará arraigada y seguirá vigente la movilización orientación turística (al constituirse como un centro vacacional al que podían
peronista 12 aspirar los sectores populares), sino también su estructura productiva. En lo
que hace al mercado de trabajo, esos cambios fueron notables y diversos
barrios fueron surgiendo, por ese entonces, con un marcado perfil obrero (en
Si, tal como sostiene M ackinnon, las instancias locales “preservan”
su mayoría migrantes de la provincia de Buenos Aires), entre los que se
la expresividad del m ovim iento, no podemos sino preguntarnos ¿cómo
destacó la zona del puerto (barrio Las Avenidas). Sin embargo, la villa turística
sucede?, ¿de qué m anera dichos ám bitos son capaces de funcionar tanto para
era objeto de atención por parte de los diarios nacionales casi exclusivam ente
los grupos prom otores de cierta “expresividad” de raíz local, como para
a raíz de sus instituciones más visibles (mercado inmobiliario y casino, por
aquellos que encarnan tendencias centralizantes? Creemos que no puede
ejemplo).17 La imagen de una ciudad rica en recursos (vinculados a los rubros
concebirse en términos de “nichos” esos espacios: una fractura entre el nivel
turismo e impuestos) podía desprenderse de sus aristas más excluyentes (la
local y los niveles supralocales significaría, en efecto, la “hibernación” del
villa de la élite porteña, las notas sociales del verano, frecuentes en algunos
“polo democrático”, luego de sucesivas derrotas en las coaliciones dominan-
diarios nacionales) sólo en la percepción de los políticos locales, los que
tes; cuando, de acuerdo a lo que plantearemos más abajo, desde 1951 en
efectivamente podían advertir el carácter populoso de la ciudad, y sus
adelante, es posible suponer la máxima articulación entre los distintos niveles
nacientes contradicciones sociales. Por otro lado, la intención de los locales
partidarios.
de poner a M ar del Plata a la cabeza de la 5 ta sección electoral debido a que
duplicaba el número de votantes de distritos com o Tandil o Necochea, no se
El Partido Peronista marplatense 13 condecía con la distribución de esos votos: la transformación, anunciada
insistentemente por los referentes del PP local, de un mojón “gorila” de la
provincia a un nuevo bastión peronista en la soñada “comunidad organizada”
El PP local tuvo dos marcas de origen: por un lado, surgir com o fue rotundamente desmentida por la vigencia del partido Socialista local 1 8 .
nueva fuerza política en un ám bito en el que el Partido Socialista, hasta 1951,
sostuvo un m ínim o de poder de convocatoria, 14 y en el que el anarquismo
y en menor medida el comunismo, hasta fines de 1947, ofreció una 15
PASTO RIZA, Elisa: Los trabajadores de M ar del Plata en vísperas del peronism o, Buenos Aires:
CEAL, 1993.
16
Para una visión de conjunto del desarrollo urbano de la ciu dad en este período, ver
PASTO RIZA, E. y D A O RD EN , M aría Liliana: “La form ación de una ciudad m oderna. Grupos
sociales y ám bitos culturales” en A.A.V.V.: M ar del Plata, una historia urbana, Buenos Aires:
12
M ACKIN N O N , Los años form ativos..., pp. 190-191. Fundación Banco de Boston, 1991, pp. 165-207, y PASTO RIZA, Los trabajadores...
13 17
U sam os el térm ino “Partido Peronista” para hacer referencia a las distintas denom inaciones En la 12º sesión ordinaria de la Cám ara de D iputados de la provincia, del 3 de Agosto de 1949,
partidarias que tuvo el peronism o; aún cuando el nom bre date de enero de 1947. Por otro lado, puede seguirse la dificultad de la com isión designada para evaluar la pertinencia de un subsidio
utilizam os “M ar del Plata” y “partido G eneral Pueyrredón” com o sinónim os, aunque para M ar del Plata (terna integrada por T. Bronzini, D . M ac Corm ick y M . M artínez), la que
ciertam ente no lo sean. Finalm ente, “distrito” hace referencia a cada una de las 112 unidades em peñándose en rem arcar los problem as estructurales que afectaban a la población estable, se
en las que estuvo dividida adm inistrativam ente la provincia. Las llam adas secciones electorales enfrentaba a una retahíla de brom as y lugares com unes de otros diputados acerca del casino, las
fueron ocho (la sección “Capital” correspondía al distrito La Plata, m ientras que el resto contenía playas, etc. Diario de Sesiones de la Cám ara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, 1949-
varios distritos y fueron num eradas del 1 al 7). Para la ley electoral (5109) y sus m odificaciones 1950, La Plata: Taller de Im presiones O ficiales.
(5173, 5175 esta últim a establecía el voto directo para intendente–) véase Registro Oficial de la
18
Provincia de Buenos Aires, La Plata: Taller de Im presiones O ficiales, 1946-1947. D e los doce m unicipios en los que triunfó la U CR en 1948 (com icios m unicip ales), 5
pertenecían a la 5ta sección; y de 9 m unicipios en los que el peronism o obtuvo m enos del 45%
14
En especial en las elecciones m unicipales y de diputados provinciales. En 1948 la cam paña del de los votos, 7 pertenecían a la m ism a. El problem a electoral de dicha sección continuó en 1950:
PS local le perm itió al socialism o provincial tener a su único diputado (T. Bronzini). En 1951 7 de 13, 1 de 1, respectivam ente. Según Palabra Peronista, de las elecciones de 1951 surgieron
obtuvo aproxim adam ente un 20% de los votos en la elección para diputado provincial, y un 9 com unas radicales (5 pertenecían a la 5ta sección). En 1954 fueron 8 las com unas radicales
25% para intendente. (continúa...)

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

Ambiguo en su naturaleza, ese hecho exponía tanto los méritos de la miembros y, de este modo, «se carga» de valores” 21 ; por lo que no debe
militancia peronista, como su imprecisa consolidación como fuerza entreverse en nuestras consideraciones ninguna de las variantes teleológicas
mayoritaria. que soporta dicho concepto.
El PP local, aún considerando los problemas remarcados, tuvo una
importancia definitiva en tres aspectos ligados a la política marplatense: a) Competencia electoral y relaciones con el am biente
enraizamiento en la sociedad civil, especialmente a partir de su inserción en
el espacio público y sus gestiones de gobierno; b) durante el período 1947-
1950, fuerte influencia en la estabilidad del sistema político en general, y del La competencia electoral del PP local ha tenido características
movim iento peronista en particular; y c) decisiva legitimidad electoral, uniformes a lo largo de los tres períodos señalados. Virtualmente estructura-
venciendo en todas las elecciones entre 1948 y 1954. Con todo, el PP local do por un tiempo de campañas electorales (febrero de 1946, marzo de 1947
puede ser considerado “periférico” en la dinámica partidaria provincial, fallida, septiembre de 1947 internas, marzo de 1948, diciembre de 1948
puesto que su personal político en muy pocos casos logró obtener candidatu- constituyentes, diciembre de 1949 internas, marzo de 1950 elecciones
ras m ás allá los límites del distrito. Mientras los dirigentes locales se municipales anuladas en el distrito, noviembre de 1951 y abril de 1954), el
empeñaron en remarcar la elocuente estadística de los cambios urbanos y los peronismo desarrolló una continua actividad proselitista, desde todas sus
guarismos electorales, la dirigencia provincial pareció hacer caso omiso a sus instituciones intra o extrapartidarias: sindicalismo, gobierno, dirección local,
reclamos, y operar con otros criterios: a) una percepción tradicional de Mar unidades básicas, ateneos, juntas vecinales, etc. Excepto en los comicios
del Plata y b) una evaluación, certera, sobre la (in)estabilidad del PP local, en celebrados en 1946, el PP triunfó en todas las elecciones en las que participó;
lo que respecta a las fricciones entre las distintas líneas internas. mientras que en las internas realizadas (1947, 1949) se presentaron cinco y
tres listas respectivamente.
Para analizar dicha inestabilidad –argumento esgrimido en diferentes
oportunidades por el Consejo Provincial del PP, fundado menos en la La presencia permanente del partido en todas las arenas políticas de
“conflictividad interna” del movimiento peronista que en la tensión irresuelta la localidad modificó, en pocos años, no sólo las prácticas de los partidos
entre las líneas partidarias– debemos enfocar en detalle la organización del opositores (tanto las internas como las orientadas al electorado 22 ), sino
partido. Tres son los períodos en los que podem os dividir su evolución: a) también los horizontes de la cultura política, hasta el momento modelada
1945-1947, b) 1948-1950, c) 1951-1955. 19 Dichos períodos fueron por los partidos tradicionales y el sindicalismo prescindente. El peronismo
concebidos teniendo presente aspectos relevantes de la organización como alteró el ritmo de la aldea, promoviendo un programa en el que voto y un
son: 1) competencia electoral, 2) relaciones con el ambiente, 3) estructura espacio institucional politizado articulaban demandas de distinta naturaleza
organizacional, y 4) relaciones con los niveles superiores.20 Rem arcam os, y escala con un proyecto político de carácter nacional. Por primera vez las
además, que la utilización de un térm ino como “evolución” hace referencia prácticas políticas –el voto entre ellas– ofrecían la posibilidad de traducir
al proceso de institucionalización de una organización determinada, por el diferentes reclamos a un lenguaje que –previamente monopolizado por un
que “se convierte ella misma en un «fin» para un amplio sector de sus sistema político excluyente– adquiría una vitalidad no prevista por la
oposición. En efecto, las tensiones que emergen de la lectura de la prensa
local no hacen sino condensar la “torsión” que, paulatinamente, las

18
(...continuacion)
21
(4 de la 5ta sección). Las “eternas” com unas radicales, entonces, durante el período fueron: PAN EBIAN CO , Angelo: M odelos de partido..., pp. 115-116.
Coronel D orrego, Ayacucho y Rauch (las últim as dos de la 5ta sección). Palabra Peronista, 22
11/06/1954. Ciertos indicios de m odificaciones en las pautas de reclutam iento del partido Socialista fueron
señalados por GARCÍA SEBASTIAN I, M arcela: “El Partido Socialista en la Argentina peronista:
19
Se trata, por supuesto, de una distinción operativa que intenta reconocer algunas oposición y crisis de representación política (1946-1951)” en Estudios Interdisciplinarios de
características predom inantes en cada una de las etapas organizativas. Am érica Latina y el Caribe, vol. 13, núm . 2, julio-diciem bre 2002. Tanto la UCR com o el PS,
frente a la explosión de unidades básicas y “conferencias” en todos los barrios de la ciudad,
20
Los puntos 1 y 2 se detienen en la denom inada articulación horizontal (partido-sociedad), y replicaron organizando actividades e inaugurando algunos com ités por distintas zonas (en
los últim os dos en la articulación vertical (nivel local-niveles supralocales del partido). tiem pos de cam paña).

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

expresiones heterogéneas del peronismo local le imprimen al andamiaje “aceitando” los canales de información y ejecución entre los poderes
“cívico”y “republicano” del sistema democrático. En este sentido, las provinciales y nacionales y los de la localidad. Algunos de estos hombres no
relaciones del PP local con su ambiente presentan a un partido influyente, residían en la ciudad 25 , lo cual sum ado al carácter de su investidura, en tanto
policlasista, y con personal político también diverso en cuanto a su origen agentes del gobierno provincial, los exponía inmediatamente a una debilidad
social. Su fuerte relación con el estado –J. J. Pereda, primer intendente política: al elegir a sus aliados para mantener o encausar a la com una dentro
peronista de Mar del Plata, alcanzó el tercer puesto en la interna de 1947, y de los planes del gobierno provincial, definían también como adversarios a
luego de casi dos años de gestión, venció en las internas de 1949– revela, grupos que adherían fervientemente a los principios revolucionarios del ’43
además, que de su estabilidad (en los dos primeros períodos) dependió la del y, más tarde, en la mayoría de los casos, a Perón.
sistema político en su conjunto –las internas de 1949 fueron impugnadas, la Tanto los comisionados como los delegados locales de la DLSTP,
comuna intervenida a principios de 1950, y las elecciones de ese mismo año hacia 1946, ocuparán un lugar central en la organización del peronismo.
suspendidas para cargos municipales–. Luego de 1951, los cam bios en su Verticalmente porque las relaciones de los comisionados con las gestiones de
organización (que más adelante detallamos) rediseñaron sus funciones Bram uglia y Mercante fueron consistentes 26 , y horizontalmente porque los
específicas y renovaron su plantel político, m odificando el rol protagónico recursos burocráticos, legales y económicos de los que dispusieron, extendían
que mantuvo por más de cuatro años. sus áreas de control partidario, y a la inversa: los grupos del partido
La complejidad de las variaciones que el peronismo imprimió sobre intentarán, a partir del 24 de febrero de 1946, “intervenir” sobre las distintas
algunas de las instituciones –poniendo en entredicho su naturaleza– recorre gestiones de gobierno municipal, haciendo las veces de contralores del poder
toda la década estudiada. Esa suerte de “obligatoriedad” en la toma de provincial y del “espíritu” del gobierno peronista a nivel nacional. Desde las
posición política desafió los límites legaliformes que, durante décadas, las elecciones nacionales y provinciales de 1946, hasta las elecciones municipales
“fuerzas vivas” de la ciudad se habían empeñado en consensuar. Algunas de de 1948, pasando por el “test” de principios de 1947, las especulaciones
tales instituciones deben mencionarse aquí, aunque de manera sucinta. sobre la suerte de los poderes locales fueron, para el peronismo, fuente de
suma atención. La transición de gobiernos interventores a gobiernos surgidos
a través del voto popular fue haciéndose más y más problemática a medida
Comisionados
que la organización del peronismo también dejaba entrever sus conflictos a
nivel local. En marzo de 1947, en una entrevista concedida a un diario
Los cambios que sobrevinieron en algunas áreas clave de la marplatense, J. B. Machado –a la sazón, vicegobernador de la provincia– no
estructura socio-económica de la ciudad (expansión turística, construcción, pudo desatar la ligadura entre el naciente “problema de la dirigencia”
migraciones internas, industria pesquera, entre los más importantes) no peronista y la concurrencia a elecciones municipales, denunciada por la
tuvieron correlato en su organización política: desde principios de 1940 una oposición como causa de la suspensión de los com icios previam ente
seguidilla de interventores (“comisionados municipales”) gobernará la ciudad dispuestos para fines de ese mes.27 La creciente complejidad coyuntural
hasta las elecciones para intendente y concejales en 1948. Pero a partir de convirtió a los comisionados en “embragues” de una normalización compleja
1943, 23 luego del golpe de Estado, los interventores –junto con los funciona-
rios a cargo de la Delegación Local de la Secretaría de Trabajo y Previsión
Social (DLSTP) 24 – pasarán a jugar un rol importante en la transición política, 25
Aún si “está vigente la ley 2727 del 17 de octubre de 1900 que estatuye que para ser
com isionado se requiere residencia en el partido o lugar...”. “Texto del despacho de la C. de
Legislación con sugerencias para la reform a de la ley orgánica de las m unicipalidades” en Diario
de Sesiones del Concejo Deliberante. Apéndice, M ar del Plata, agosto de 1949. (Redactado por
O scar G arcía D urán.)
23
D esde junio de 1943 hasta abril de 1948 se sucedieron 15 com isionados. La m ayoría de ellos
26
perm aneció en el cargo por breves períodos. Teodolindo Linares perduró catorce m eses, diez Ver AELO , O .: “Elites políticas en la provincia de Buenos Aires...”.
C ornelio Viera, y siete José M aría C arbusiero. Juan B . M achado gobernó desde noviem bre d e
27
1945 hasta febrero de 1946. D ice el periodista que entrevistó a M achado: “Com o dato ilustrativo nos cita, a nuestro
requerim iento, el caso de M ar del Plata. Allí había dentro m ism o del peronism o cuatro
24
H asta m ediados de 1945 en las fuentes consultadas figura com o Subsecretaría de Trabajo y fracciones distintas. Si las elecciones se hubieran realizado, fatalm ente ese distrito hubiera sido
Previsión. A partir de allí, com o D elegación Local de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. derrotado por los socialistas”, D iario El Progreso, M ar del Plata, 9 de M arzo de 1947.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

(partido y estado). 28 Por otro lado, su participación en el juego de las alianzas pasaba a integrar la CGT local; 3 2 m ientras que la UOL, habiendo perdido
políticas no dependía necesariamente de la permanencia en el cargo: algunos parte de sus afiliados debido a la decisión tomada en julio de 1946 de resistir
de estos hombres formarán parte de una extensa cartera de personal político, los descuentos para la jubilación, pasaba a la clandestinidad en diciembre de
a la que las agencias partidarias supralocales recurrirán cada vez que los 1947, a causa de la clausura de la Casa del Pueblo, sede de sus sindicatos.
problemas en el interior del PP m arplatense revoquen la legitimidad de las Ante la dificultosa inserción de los grupos peronistas en los ámbitos donde
formas de selección de candidatos vigente. operaban organizaciones obreras opositoras, las gestiones de actores
Los comisionados litigaron en otros dos frentes: la cuestión gremial extrasindicales tuvieron particular importancia. 33
y los requerimientos de la oposición al “continuismo”. Desde principios de El segundo problem a que afectó a los interventores, más impreciso
1946 la Federación Gremial Laborista (FGL) 29 comenzó a ejercer presión a en sus formulaciones, puede leerse en la prensa diaria. Es posible pensar que
nivel de los lugares de trabajo para quebrar la hegemonía de las diferentes los cuestionamientos que giraban en torno a las “necesidades de la ciudad”
dirigencias (en especial, la de los sindicatos de la anarquista Unión Obrera fueron consolidándose como argumentos de fuerza entre quienes no
Local [UOL]). Las organizaciones obreras opositoras a la federación laborista, apoyaron las distintas intervenciones. La retórica que insistió en remarcar la
quienes ya mantenían negociaciones con la DLSTP, se vieron ante una dimensión local de las gestiones, argumentando el “deber ser” administrativo
disyuntiva definitiva, aún cuando a nivel de la fábrica poseyeran un fuerte antes que político de los comisionados, fue una de las pocas herramientas
control: advertidas del éxito de las demandas de la FGL para que la con las que contó la oposición política al régimen militar y a los gobiernos
delegación local de la Secretaría de Trabajo intercediera en su favor,30 y para nacional y provincial peronistas. Un marcado localismo principista, que se
que desde el poder político se limitara el accionar de las organizaciones articuló correctamente con los argumentos constitucionalistas y “cívicos” con
obreras anarquistas, tanto la UOL como el comunista Sindicato Obrero de los que dicha oposición acabó definiéndose, durante la campaña electoral
la Construcción (SOC), intentarán conformar un frente común, a la par de para las elecciones generales del 24 de febrero de 1946, entre los simpatizan-
denunciar el avance de la central laborista ante las autoridades locales, tes de la Unión Democrática.34
provinciales y nacionales (reuniones y memoriales a Machado, a Mercante,
a la DLSTP). 31 Ninguna de esos intentos dio resultados satisfactorios. Acorde
con el viraje estratégico del PC a nivel nacional, en octubre de 1947, el SOC

32
En el m ism o m es, el Partido Laborista disidente local (C . Reyes) apoyó los reclam os de la
U O L; LC, 14/10/1947. En la asam blea del SO C en la que se votó el ingreso a la CG T tuvieron
una participación destacada algunos elem entos provenientes del forjism o. La hipótesis del viraje
del PC a nivel nacional –sugerida por Pastoriza– debe ser atendida junta a otra que subraye las
estrategias “oportunistas” de algunos dirigentes locales. Los m ovim ientos posteriores del SO C,
28
H ipótesis ya sugerida en GAYO L, S.; M ELO N , J. y RO IG, M .: "Peronism o en Tandil...”. Sobre ya en la CGT, parecen confirm ar una escisión del grupo com unista, co n H éctor D e Los Reyes
el caso Tandil puede consultarse el artículo de LIO N ETTI, Lucía: “La apropiación del espacio a la cabeza, quien finalm ente fue expulsado del PC. Con respecto a esta últim a hipótesis, ver
sim bólico: el caso de los rituales públicos peronistas en Tandil (1946-1955)” en BIAN CH I, GAYO L, S.; M ELO N , J. y RO IG, M .: "Peronism o en Tandil...”.
Susana y SPINELLI, M aría Estela: Actores, ideas y proyectos políticos en la Argentina 33
contem poránea, Tandil:IEH S, 1997, pp. 179-213, aunque su enfoque considera exclusivam ente U n ejem plo sobresaliente de ello fue la doble intervenció n de Benito Agulleiro, quien se
com o actor político al estado peronista, y no al partido; y D ICÓ SIM O , D aniel: “El sindicalism o desem peño com o com isionado e interventor de la D SLTP a principios de 1947. La valencia de
en los prim eros gobiernos peronistas. Burocratización y representación en la seccional Tandil de este operador político fue destacada por el diario La Capital, al indicar que Agulleiro fue
la Unión O brera M etalúrgica, 1946-1955” en Anuario IEH S, núm . 8, Tandil, 1993. secretario ayudante de M ercante en el M inisterio de G uerra, y lo siguió al D epartam ento
N acional de Trabajo. Tam bién lo hizo ocupando la secretaría de la intervención de la U nión
29
La FGL funcionó en la sede de la Federación del Partido Laborista local. En M arzo de 1946 Ferroviaria. Luego de ser Secretario de la D irección General de Acción Social D irecta de la
abrió el registro de inscripciones y unos días después eligió representantes. S ecretaría de Trabajo, y Secretario de la U nión O breros M unicipales, fue D irector G en eral d e
D elegaciones Regionales de la Secretaría de Trabajo y Previsión; LC, 09/03/1947.
30
En un acto de la FGL se reclam a la renuncia d el delegado de la D LSTP, LC, 20/01/1946. El
34
socialism o desde las páginas de El Trabajo dirá que los “laburistas” piden esa renuncia porque Esto puede percibirse aún m ás en el periódico El Puerto, debido a la recurrencia de tem as
la D LSTP “no les sirve com o oficina de propaganda”; El Trabajo, 22/01/1946. específicam ente ligados a la zona de com petencia del m ism o. Leída desde la hipótesis que
sugerim os en el cuerpo de este trabajo, no resulta tan notable la “distancia” entre las editoriales
31
U na aproxim ación m ás detallada a los conflictos grem iales del período puede leerse en en tiem pos de elecciones (febrero de 1946) de su director, José Lanzilotta, cargadas de “civism o”
PASTO RIZA, E.: “M ilitancia sindical y m em oria. Trabajadores de la construcción y proyectos y un no tan velado apoyo a la U nión D em ocrática, y las notas que refieren a la realidad local.
grem iales com unistas en los inicios del peronism o. M ar del Plata 1936-1948”, ponencia Para el tem a del discurso de “prescindencia” en Tandil, durante el m ism o período, ver GAYO L,
presentada en VII Jornadas de H istoria Política.... S.; M ELO N , J. y RO IG, M .: "Peronism o en Tandil...”.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

Juntas vecinales Con un amplio espectro de fines y estrategias, las asociaciones –y


aquí nos referimos no sólo a las barriales– van a continuar sus actividades de
forma consistente más allá del período que nos ocupa. De alguna manera,
A partir del período en el que M achado fue com isionado, la prensa
esta persistencia en el escenario político de formas de participación política
local comienza a publicar con frecuencia noticias acerca de asociaciones
y sociabilidad no tradicionales, surgidas en la ciudad en la década del ‘20, nos
vecinales y comisiones con propósitos específicos (juntas, agrupaciones,
indica que la com plejidad de este tipo de instituciones, contenedoras tanto
sociedades de fom ento). Estos grupos se consolidarán en los siguientes años,
de requisitorias inmediatas com o de representaciones identitarias de diversa
pasando de form as poco institucionalizadas, a organizaciones con injerencia
índole (barriales, de clase social, de profesión, partidarias, etc.) no deben
más allá de los fundamentos específicos que les dieron origen: a principios
pensarse como alternativas a un escenario de fuerte presencia estatal y con
de 1947, algunas de ellas conformarán la Unión Vecinal, con intenciones de
prácticas electorales vigentes: al menos en la ciudad de Mar del Plata su
participar en la elección prevista para M arzo de ese año.35 Su participación en
coexistencia está verificada.39 Esta coexistencia, además, dista mucho de
la vida política obliga al interventor de turno, hacia septiembre de 1947,
subsumir a las agrupaciones al control de los partidos políticos. En algunos
m ientras el gobierno bonaerense (M ercante-Machado) proponía la
casos las formas que dichas agrupaciones adoptaron para alcanzar sus
organización de juntas vecinales consultivas en los 112 distritos de la
objetivos las pone en diálogo con partidos y gobierno (por ejemplo,
provincia, a insistir en los límites legaliformes de sus actividades.36 Algunas
solicitando subsidios o exenciones impositivas al Concejo Deliberante), pero
de esas agrupaciones servirán como “trampolín” para determinados hombres
en otras las enfrenta: durante 1948, el propio Concejo Deliberante discutirá
del Partido Peronista 37 , y en general, podríam os suponerlas un elem ento
el otorgamiento de personería jurídica a tres agrupaciones, con la presión de
dinámico en la política local durante el período del que nos ocupamos en
“la barra” compuesta de los integrantes de aquellas. El diario La Capital, por
este trabajo. El comisionado Morgante, por ejemplo, mantuvo un sólido
su parte, aplaudirá la intención del Concejo de negar la legitimidad a las
vínculo con ellas. Ante las críticas provenientes especialmente de grupos
agrupaciones, dada su “proliferación”. A inicios de la década de 1950, con el
peronistas (en plena cam paña para las elecciones internas de 1947), la Junta
tinte de un lustro de peronismo local y con un nuevo período de interven-
Consultiva de Vecinos publicó su apoyo (“voto unánime”) en favor del citado
ción comunal, el fomentismo tenía ya sus propios congresos. 40 En los
interventor.38
comunicados de algunas de tales instituciones podemos entrever la distancia
que media entre las juntas vecinales de los años ‘20 y las del período
peronista:
35
LC, 21/01/1947. Supuestam ente, La U nión Vecinal pretendía llevar com o candidato a
intendente a un ex-com isionado (Cornelio Viera).
36
En la colum na “Cocktail del día” del día 28/08/1947, el cronista del diario La Capital (Agustín
38
Rodríguez, conservador y dos veces com isionado m unicipal interino, 1942 y 1943) sugiere que (...continuacion)
la idea de las Juntas Consultivas corresponde a M achado, quien hizo de M ar del Plata la “perla Fom ento Barrio San José y Cooperadora Escuela núm . 19. En dicha Junta hubo, al m enos, tres
del ensayo de las Juntas”. integrantes con participación reconocida en la interna peronista: Santiago Cotado, Joaquín Ruiz
y Lorenzo Viti. Los dos prim eros serán concejales de la línea de J. J. Pereda. Boletín M unicipal,
37
En clave de denuncia expone esta idea la solicitada de la Cooperativa Popular de Panificación núm . 116. Las instituciones m encionadas no son las únicas relevadas.
Lim itada (conform ada para producir un pan m ás barato), acusando a su ex-presidente Juan
39
Sim ón (un reconocido dirigente peronista en el período) de “recostarse en la cooperativa para Para el caso de Tolosa ver JUM AR, Fernando: Tolosa: asociaciones vecinales, lugares de m em oria
fines políticos”, LC, 01/07/1947. y generaciones, 1871-1995, La Plata, U niversidad Nacional de La Plata, 1997. Para revisar la tesis
fuerte del asociacionism o com o “nidos de dem ocracia” consultar los artículos de RO M ERO , Luis
38
La Junta Consultiva de Vecinos precisam ente, la institución asesora de los com isionados Alberto y G U TIÉ R R EZ, Leandro: Sectores populares, cultura y política, Buenos Aires, 1995. U na
prom ovida desde la gobernación M ercante-M achado ya funcionaba en M ar del Plata. D urante propuesta que revisa las relaciones entre el estado peronista y el fom entism o en otra clave –a
la intervención M organte (junio-octubre de 1947) estaba integrada por hom bres de las partir del concepto de “sociedad política” sostenido por P. Chatterjee– en ACH A, O m ar: “La
siguientes instituciones: Sociedad d e Fom ento del Barrio Nueva Pom peya, Asociación de form ación de una sociedad política durante el prim er peronism o”, ponencia presentada en X
Fom ento del Puerto de M ar del Plata, Sociedad de Fom ento del Pueblo Peralta Ram os – Sector Jornadas Interescuelas y Departam entos de H istoria.
O este, Com isión Vecinal Pro-D esagües Pluviales, Asociación Argentina Agrícola Cultural
40
“D om ingo Faustino Sarm iento”, Junta Vecinal Villa Prim era, U nión Propietarios H oteles, U nión El denom inado “Acuerdo Intervecinal” surgió a m ediados de 1950. Su constitución fue
Ferroviaria, Sociedad de Fom ento Barrio San Juan, Asociación de Fom ento La Perla, Asociación festejada por el diario La Capital, y sus posteriores intervenciones atendidas por el conjunto de
de Fom ento San José N orte, Sociedad de Fom ento Barrio D on Bosco, D iario La Capital. Centro las fuerzas peronistas (el Acuerdo Intervecinal adhirió a la candidatura de Perón e insistió en el
de Alm aceneros M inoristas y Anexos, Sociedad de Fom ento Punta M ogotes, Asociación de diálogo con todos los niveles gubernam entales, haciendo hincapié en las cuestiones ligadas a la
(continúa...) vivienda obrera). En diciem bre de 1950 celebró su 2º congreso; LC, 13/12/1950.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

Su lucha lejos de ser política está encauzada por el logro de de candidatos a concejales y a consejeros escolares propuesta allí, pero lo
la casita propia y el mejoramiento integral de su zona de hace contra de la candidatura de Pereda). Por el contrario, su victoria en las
influencia y que si lleva el nombre del excelentísimo señor elecciones internas de 1949 no se basó en la debilidad de su línea interna,
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, es por propia sino en sus ya afianzadas operaciones a nivel de estado y partido. El bienio
determinación y porque son hom bres de trabajo que con su 1949-1950 fue momento clave en la conformación de un campo de acción
propio esfuerzo realizan el sueño de la casita propia, dando política en el que las trayectorias partidarias y las victorias en elecciones
vida a nuevos y florecientes barrios m arplatenses y porque municipales se condensaron en un núcleo de dirigentes; y nos permite
quieren honrar al hombre que día a día pone el hombro, al hipotetizar sobre el diseño de un cursus honorum, ciertamente más informal
presidente de la República general Juan Perón y a su señora que formal, que capitaliza la escala local, horizontal y verticalmente. 43 En Mar
esposa Doña María Eva Duarte de Perón.41 del Plata esto devino en una crisis institucional, esto es, en la intervención al
partido y a la municipalidad; pero aún con este resultado, la articulación
partido-estado no perdió gravedad.
Gobierno municipal (Poder Ejecutivo) y Concejos Deliberantes
La candidatura de O legario O lázar –quien se desempeñaba como
gerente de la sucursal local del Banco Hipotecario Nacional– fue anunciada
Ya señalamos la importancia que tuvo el gobierno municipal –en por el interventor del PP local, con poco más de un mes de anticipación con
especial el período 1948-1950, en el que Pereda se desempeño como respecto a los comicios de noviembre de 1951. La designación del Consejo
intendente– en la evolución del PP local: el ejemplo de la trayectoria política Superior del Partido Peronista (CSPP) de los candidatos a intendente y
de Pereda no es sino una de sus manifestaciones más visibles. Pues, si bien concejales vio la luz en un momento en el que por m edio de la prensa no
el empleo público y los subsidios a personas o instituciones habían formado podemos advertir la existencia de fricciones internas. En efecto, los dirigentes
parte de los recursos explotados por los comisionados como incentivos peronistas se esforzaron por publicar colectivamente dichos sobre la
materiales de la acción política, fue a partir de las gestiones de los intendentes “unidad”, o en avalar decisiones que el interventor local comunicaba a los
electos que prácticas partidarias y políticas municipales definieron una diarios, mientras que en la coordinación de los actos de campaña la CGT fue
relación con efectos que impactaron directamente sobre la estabilidad del el actor preponderante. Los roles que las reparticiones supralocales imponían
sistema político. En el transcurso de la década fueron elegidos tres intenden- al PP local, en aras de la “unidad” partidaria, esto es, adoctrinamiento y
tes peronistas: el mencionado Pereda (1948), Olegario Olázar (1951) y José cam pañas electorales, fueron reforzados por el contexto de los dos últimos
M . Cavallo (1954); sus posiciones con respecto al partido, de alguna manera, años (algunos puntos del mismo: intervención comunal, suspensión de los
nos indican los cambios en la articulación vertical. Así, mientras la candidatu- comicios de 1950, campaña de reelección, enfermedad de Evita, publicación
ra de J. J. Pereda (renovador) es el resultado de un acuerdo entre los grupos de La razón de mi vida, Segundo Plan Quinquenal). De este modo, la
fuertes del PP local, a los efectos de dejar atrás la victoria de Carlos Aronna 42 aparición en escena de hombres nuevos puede pensarse en consonancia con
en las internas de 1947; y como tal, fue duramente cuestionada por otros transformaciones partidarias de más largo aliento, en especial las que
implicados como la CGT y un sector disidente del forjismo (el delegado al paulatinamente van modificando la relación partido–estado, en favor de éste
Congreso Constituyente, Rolando Bereilh, vota a favor de la lista incompleta

41
Com unicado de Prensa de la entidad vecinal “Barrio O brero D om ingo A. M ercante”
anunciando el cam bio de nom bre y com isión directiva (anteriorm ente se denom inaba “Villa
Victoria”). Su zona de influencia estaba delim itada por la Av. Juan B. Justo y calles 154 y 160;
LC , 25 /09 /19 49 (cita literal). El tinte oficialista de la cita, sin em bargo, puede ser considerado
43
un síntom a de una “politización” de las estrategias institucionales, antes que una “peronización” Ver AELO , O .: “Elites políticas en la provincia de Buenos Aires...” H ay que subrayar que en
de tales instituciones. m arzo de 1947, en pleno período del PU RN , algunas líneas internas anunciaron candidatos a
cargos partidarios y a cargos públicos, y en ningún caso se superponían. Una vez desplazada la
42
D irigente renovador, director de la Caja M unicipal de Previsión Social de la Capital Federal opción por elecciones internas de candidatos a cargos públicos, la “vía m unicipal” no excluyó
desde Julio de 1946. A nivel provincial sus referentes inm ediatos fueron Arturo Sáinz Kelly y estrategias de lucha por posiciones en espacios supralocales, pero sólo inform alm ente se m antuvo
Enrique Coronas. vigente.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

último: la ya permanente intervención partidaria, 44 las nuevas canteras de Por último, la candidatura de J. Cavallo, anunciada desde el Consejo
candidatos (personal de estado, no sólo para el cargo de intendente sino Superior del PP, se enmarcó en un contexto claramente centralizado, en el
también como evangelizadores y críticos: promoción del Segundo Plan cual las actividades de las unidades básicas no alcanzan a registrarse en los
Quinquenal y divulgación del libro de Eva Perón), y los cambios a nivel diarios locales.47 Cavallo, que de acuerdo al diario La Capital mereció “la
provincial tanto en el partido como en el estado.45 confianza y la simpatía de los círculos sindicales a los que se halla estrecha-
A diferencia del período de J. J. Pereda, durante la intendencia de O. mente vinculado”, se desempeño como abogado del ministerio de Trabajo
Olázar el Concejo Deliberante (CD) no representó un problema para la y Previsión, luego como secretario de los Tribunales de Trabajo en Mar del
“unidad” partidaria o para la articulación con los distintos actores de la Plata, y finalmente fue juez de la misma zona. 48 El hecho de que haya tenido
sociedad civil. Mientras que en el primer período, los concejales peronistas que “presentarse” al PP local, tal como lo señala el diario La Capital, nos
se vieron atenazados por dos frentes de pugnas: una oposición numéricamen- indica el escaso grado de injerencia de la rama m asculina del PP tanto en lo
te potenciada (7 concejales peronistas contra 6 socialistas y 1 radical), y una que respecta a la “cara” electoral del partido, cuanto a la representatividad de
interna entre “capellistas” (4) y “peredistas” (3), 46 en el segundo período una los sectores sociales ligados a ella 49 .
mayoría absoluta (8 peronistas contra 3 socialistas y 1 radical) –fruto de la
reforma de la ley electoral provincial–, y una máxima estabilidad de las Organización partidaria
tensiones internas, permitió a los ediles peronistas presentar un discurso
monolítico y de ánimo excluyente. Sin embargo, los problemas económicos
limitaron notoriamente el impulso voluntarista con el que los concejales Creemos que existen elementos suficientes para pensar que, en
pretendieron diseñar una comuna peronista, y lo que es más importante a los buena medida, la exitosa articulación horizontal del PP local obedeció tanto
fines de este artículo, no hubo ya posibilidad de obtener fuertes ventajas de a las características de su estructura organizativa como a las formas concretas
las funciones de concejal, que repercutieran sobre la organización del partido. que adoptaron sus prácticas políticas. Estas dos cuestiones, vinculadas con la
En efecto, las fricciones entre los miem bros del bloque durante el primero articulación vertical, deben ser expuestas aquí necesariam ente de manera
período, si bien "condujeron" a la intervención de 1950, también permitie- resumida pero sistemática.
ron hacer de esta arena un enclave articulador de distintos grupos políticos. Durante el período 1945-1947 (que comienza con una miríada de
A diferencia del segundo período, el frente dividido del peronismo supo grupos partidarios de la candidatura de Perón a la presidencia de la Nación,
disputar la explotación de distintos recursos estatales, y de ese modo dialogar y que finaliza con los primeros candidatos a intendente y concejales, y una
con los diferentes grupos locales en disputa. La monolítica im agen que se primera Junta de Organización del PP local, elegida por voto directo de los
desprende de la segunda bancada peronista, aún si logró imponer muchos
de sus objetivos, fue socavada por el avance de las políticas centralizantes a
nivel partidario, sobre las que volveremos más adelante. 47
U n aspecto sobre el que no nos detenem os aquí, pero de singular im portancia. La articulación
del PP y el espacio público fue contundente. Curiosam ente, durante los prim eros años, cuando
la prensa independiente local m antenía sus sim patías con la U nión D em ocrática, los distintos
grupos autoorganizados del peronism o abarrotaron las redacciones de los diarios de
com unicado s, gacetillas, telegram as, etc., contribuyendo a m odificar el tem ario de la agenda
política; m ientras que en los últim os años del régim en, con todos los diarios independientes
44
Incurrim os aquí en un anacronism o. N os parece válido considerar que, a partir de m ediados alineados, la barrera entre la actividad y la publicidad nuevam ente se im puso para las iniciativas
de los años ’50, ya hubo indicios de una intervención perm anente (de m ayor o m enor grado) no reguladas por las direcciones de la ram a m asculina o la CGT en el PP.
en la estructura del PP, desde las agencias centrales, aún si para los actores im plicados, persistiera
48
la posibilidad de próxim as elecciones internas. LC, 27/02/1954. El ám bito judicial es una esfera olvidada en los estudios sobre el partido
político y sus relaciones con el estado. Algunos cargos clave (interventor, secretario político)
45
Ver AELO , O .: “Form ación y crisis de una elite dirigente...” fueron ocupados con el personal ligado a la adm inistración de justicia. Aún así, no sugerim os
aquí que dichas relaciones, si fueron im portantes, opaquen el claro avance de la CGT, en
46
Francisco Capelli –im portante m iem bro de FO RJA– en noviem bre de 1948 será designado detrim ento del ala “política” (ram a m asculina) del m ovim iento peronista en esos años.
subsecretario de previsión del m inisterio de H acienda. Fue tam bién asesor de la Policía Federal
49
(durante la gestión M arsillach) y funcionario del Banco Central (Leloir). M antuvo una estrecha Puede un considerarse un síntom a tem prano de los intentos por organizar al PP local
am istad con M iguel López Francés. Fue expulsado del PP en 1953 (junto con J. J. Pereda y resaltando su carácter adm inistrativo las “vacaciones” que la intervención partidaria fijó para la
Carlos Aronna, entre otros). institución a fines de 1952 (un m es); LC, 30/12/1952.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

afiliados), la estructura del partido en ciernes tiene dos características que buscarla en la base de la organización partidaria, en los llamados “centros
sobresalientes: un impulso mayúsculo y espontáneo de grupos políticos de cívicos”, más tarde unidades básicas. Antes del PURN, durante, e incluso
diferente naturaleza (Partido Laborista, FORJA, UCR(JR), ALN, independien- luego de pasar a llamarse Partido Peronista, las normas para la creación de los
tes, grupos de obreros, etc.), y distintas baterías de directivas provenientes, centros cívicos consolidaron el pulso que “desde abajo” le imponía al partido
en principio, de la efímera Junta Ejecutiva Nacional del PURN (mayo de su carácter heterogéneo y dinámico. (En la Carta Orgánica, aprobada a fines
1946-enero de 1947), y luego del Consejo Superior del Partido Peronista. de 1947, las condiciones fueron apenas más estrictas, pero la distancia entre
Dos de los puntos más problemáticos emergieron tempranam ente: la la norma y la práctica nos obliga a poner entre paréntesis la importancia del
aprobación de los niveles partidarios superiores, y el control de la afiliación estatuto.) Así, frente a una segunda instancia de empadronamiento, a pocos
(“inscripción partidaria”) 50 . Algunos grupos provenientes de la UCR(JR) meses de las internas de septiembre de 1947, los centros cívicos conservaban
intentaron, aún después de la creación del PURN, m antener un cierto grado gran parte de su autonomía: surgidos por iniciativa de vecinos o por la de las
de autonom ía, aunque ésta sólo haya sido nominal; pero en lo que respecta distintas líneas internas, cada uno de ellos llevaba su propio padrón (que en
al Partido Laborista, los sectores que lo integraron (forjistas, renovadores, y determinadas ocasiones el PP provincial reclamaba para la confección del
los grupos de obreros agrupados en lo que más tarde se denominó padrón general) y decidía su propia estrategia política. La relación entre las
Federación Gremial Laborista) aprobaron rápidamente las sucesivas sub-unidades y las afinidades ideológicas de sus afiliados fue, por entonces,
modificaciones en la estructura del PP. La lucha por encabezar dichos estrecha. Las denuncias de fraude, efectuadas por los perdedores de la interna
cambios, sin embargo, exponía la diversidad de intereses que impregnaban de 1947, se apoyaron principalmente en este punto: La Capital sostuvo que
la arena política. Los comisionados m unicipales, los delegados locales de la el número de afiliados superaba los 5.000 hombres, mientras que los
Secretaría de Trabajo y Previsión e incluso las juntas vecinales, por otro lado, votantes sumaron aproximadamente 2.900. La legitimidad de las autoridades
com enzaron a participar de las batallas internas. Com o ya mencionamos, del partido local fue, como resultado, endeble y largamente negociada.
cada uno de los grupos en vías de consolidación reclamaba su derecho a Sobrevino la primera intervención del partido local, y junto con ella, las
intervenir en las políticas estatales, aún cuando las elecciones municipales no declaraciones de “unidad” por parte de la mayoría de sus dirigentes más
se hubieran realizado. Pero más allá de los com bates por “conquistar” la reconocidos. Este es el comienzo de los “movimientos brownianos” que año
jefatura del Partido Laborista (entre los forjistas-en-el-Partido-Laborista y tras año sacudieron la estabilidad del PP local. Por un lado, un partido
laboristas), las de los distintos grupos surgidos de la interna de la UCR(JR), ganador, multitudinario, dinámico, integrado por “mil y una” unidades
y más tarde las de los forjistas entre sí, las luchas por coordinar la inscripción básicas 52 , con amplios márgenes de negociación y con diversas líneas internas
al PURN con vistas a una próxima elección en marzo de 1947 en la que se consolidadas. Y por el otro, una sub-unidad local conminada por las oficinas
elegirían candidatos y autoridades del partido local presentaban con mayor centrales a concretar una estructura verticalmente sólida. El Consejo
nitidez el doble rostro de los problemas de la “unidad” del peronismo, en Provincial del partido probó diferentes procedimientos para lograrla, entre los
tanto revelaban la existencia de posiciones disímiles y encontradas, que que se destaca la apelación a instituciones “externas” a las desarrolladas por
parecían alejar cada vez más el m om ento en el que el PP ofreciera una los militantes locales (designación de interventores, inscriptores, apoderados,
constitución monolítica ante la sociedad civil, a la vez que hacían evidente el etc., reclutados entre los ex-com isionados municipales, diputados y
carácter abierto, pleno de oportunidades, de las estructuras nacientes 51 . La funcionarios públicos provinciales u operadores con trato directo con estos
causa de esta ambigüedad productiva de “problemas/ oportunidades” hay últimos). De esta fricción entre la necesidad de articular un partido en pleno
proceso de conformación y las múltiples expresiones particularistas, y del
reconocimiento de los actores de la validez de ambas perspectivas, los efectos
50
U no de los indicadores m ás im portantes a la hora de evaluar las dificultades organizativas del
PP en los espacios locales es el núm ero de veces que el CSPP o el Consejo Provincial convocaron
a los afiliados a reinscribirse o reem padronarse. D esde 1946 hasta 1955 fueron siete: 1946
(PURN ), 1947 (internas), 1949 (internas), enero de 1951 (¿probables internas?), 1953, 1954
52
y 1955 (convocatoria trunca debido al golpe de estado). “M il y un centros” es el núm ero que le enrostra el entonces diputado provincial A. M ignone
a un ex-com isionado m unicipal nom brado integrante de la Junta Inscriptora Local por la Junta
51
U n detalle porm enorizado de las pugnas partidarias durante el prim er período en GARCÍA, Ejecutiva del PU RN provincial (presidente Roberto Cursack), contraponiendo la legitim idad de
D elia: “El forjism o en la conform ación del m ovim iento peronista. El caso de M ar del Plata”, orden local (que M ignone argum enta poseer) a la supralocal. LC , 02/01/1947. Sobre el núm ero
ponencia presentada en VII Jornadas de H istoria Política... de los centros cívicos registrados en la prensa local ver m apa 1.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

más duraderos serán dos: por un lado, la permanencia de este tipo particular presentaba una política mucho más prolija en cuanto a directivas, en especial
de organización (unidades básicas con autonom ía en lo que hace a su en materia de afiliación abierta por tercera vez para las internas de 1949, y
conformación, elección directa de autoridades locales e indirecta de con respecto a las autorizaciones de unidades básicas y agrupaciones (a estas
candidatos 53 ), con sus implicancias (interferencias entre las autoridades últimas no se les permitió utilizar el término “peronista” en su denomina-
locales electas y los candidatos, cuando no pertenecieron a la misma línea ción). La intervención partidaria controló el m ovimiento local y comenzó a
interna); y por el otro, la existencia de canales alternativos de legitimidad, en promover un rol específico para las unidades básicas: el de adoctrinar y
especial para aquellos referentes políticos vinculados a dirigentes provinciales divulgar la fe peronista; pero no intervino en su organización de modo
y/o nacionales. Las consecuencias de esto último, aunque no deriven en un directo. En los intersticios de la norma, los diferentes actores negociaron
escenario en el que la conformación de un equipo dirigente quedara anulada, tanto entre asociaciones (juntas vecinales, ateneos, etc.) y unidades básicas,
impactaron negativamente en el delineamiento de un prototípico cursus como entre distintas unidades básicas (ver m apa 2). De ese m odo, el período
honorum, capaz de limitar y coordinar los distintos intereses grupales y previo a las internas de 1949 fue intenso en alianzas, elecciones internas en
personales. El resultado de la interna de 1947 presentó todos estos obstácu- unidades básicas, posicionamientos públicos y pugnas entre los dos grupos
los: resultó ganador de las m ismas Carlos F. M . Aronna, pero el candidato a principales que se enfrentaban a diario: capellistas y peredistas. Aunque la
intendente fue Juan José Pereda, mientras que los candidatos a concejales se interna local fue impugnada por las dos listas perdedoras, es posible
repartieron entre el grupo de Pereda y el de Francisco Capelli. Los vínculos considerar a esta coyuntura como el m om ento más importante en la
que Capelli mantuvo con parte del equipo de gobierno provincial tuvieron, articulación de legitimidades. Así, el elenco político surgido de tres elecciones
en ese momento y en las internas de 1949, un peso considerable. De allí en (1946, marzo de 1948 y diciembre de 1948), elegido por vía indirecta, poseía
más, hasta la intervención de la comuna en 1950, ni la dirección del partido, también un poder distrital suficiente para que, de form a general, en la
ni el primer gobierno peronista en la ciudad de Mar del Plata tuvieron la provincia de Buenos Aires, la selección de candidatos no minara el espacio
legitimidad y el consenso necesarios para constituirse en únicos representan- partidario local 54 . De todas maneras, esta consideración apunta a subrayar la
tes de los niveles superiores del peronismo. conflictividad en un momento que pensamos de transición, antes que una
El período siguiente (1948-1950) fue una coyuntura clave en la supuesta autonomía absoluta de los espacios locales: el caso marplatense, en
transform ación de la estructura organizativa y, consecuentemente, en la el que las fricciones entre las distintas líneas internas derivó en la suspensión
articulación entre el nivel local y los supralocales del partido. El triunfo en las de los comicios municipales, no parece ser sino una de las posibles alternati-
elecciones municipales de 1948 permitió que el peronismo controlara una vas para sostener una “unidad” bajo un diseño partidario que avalaba tanto
de las canteras más importantes en materia de recursos, y como ya lo la legitimidad con base local como la propia de los órganos supralocales de
anticipáramos, la “cara” de gobierno del partido se consolidó rápidamente decisión. La convención partidaria provincial, que en 1949 eligió a Mario
como un espacio transformador de la dinámica interna aún si las posiciones Goizueta como presidente, tuvo a su cargo la selección de candidatos, y al
de fuerza en el CD estuvieron más equilibradas que lo que la voluntad menos en los dos casos que conocemos con detalle (M ar del Plata y Bahía
ejecutiva del peronismo requería. Por otro lado, al multiplicarse las relaciones Blanca), la misma estrategia de las líneas más fuertes en cada una de estas
con la sociedad, el número de actores de la arena política también fue en localidades (“Peredismo” y “Fortecismo”, respectivamente), que consistió en
aumento. Las unidades básicas, las agrupaciones políticas y gremiales imponer sus hombres en todas las candidaturas a concejal, tuvo resultados
peronistas, la Junta de Intervención, las redes personales, las agrupaciones opuestos 55 .
femeninas y las juntas vecinales fueron actores que, tanto si se lo propusieran Durante el tercer período (1951-1955) la organización cambió
como si no, contribuyeron a cristalizar un polo local con diversas funciones rotundamente. La explicación de este giro en la política interna continúa en
e intereses en pugna. Por su parte, el Consejo Provincial del partido discusión. Sin duda, procesos concurrentes en el sistema de partidos y en la

54
AELO , O .: “Elites políticas en la provincia de Buenos Aires...”; y “Form ación y crisis de una
53
Las listas de candidatos para las elecciones m unicipales surgieron de congresos partidarios en elite dirigente...”.
enero de 1948 y en enero de 1950; m ientras que para las elecciones de 1951 y 1 954 fueron
55
anunciadas por el CSPP (octubre de 1951 y febrero de 1954). Ver M ARCILESE, J.: “Conflictos, prácticas políticas...”

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

organización interna del Partido Peronista deben ser mencionados aquí para potencia, parte de la serie de años impares de elecciones internas), reveló su
poder relacionar el foco local y los macroniveles de actividad política. En carácter sistemático. Tal como lo expresó A. Teisaire en 1953, la provincia de
primer lugar, la reforma constitucional, la serie ininterrumpida de victorias Buenos Aires era una de las pocas en las que los afiliados al partido no habían
electorales, las modificaciones a las leyes electorales nacional y provincial elegido autoridades de forma directa. De acuerdo a La Capital59 , Teisaire dio
(abandonando la representación proporcional; lo que en la escena comunal a conocer cifras de afiliados e instituciones del partido e informó sobre los
significó que en 1951 los Concejos Deliberantes pasaran a ser dominios del pormenores de la coyuntura: de los 4.398.526 de electores del padrón
partido ganador), y un clima de época signado por una alta polarización entre nacional, 2.247.536 eran afiliados al peronismo (800.350 en la provincia de
peronistas y opositores, sin duda alteraron las funciones del partido político. Buenos Aires). A los efectos de adoctrinar a ese número de afiliados se
Es probable que el encuadramiento reclamado insistentemente por los conformaron 4.208 organismos, integrados por 158.066 dirigentes, “surgidos
poderes centrales del Partido Peronista se haya transformado en una meta del voto directo de los afiliados” 60 . El total de unidades básicas en todo el país
inmediata a principios de 1950, en función de las fricciones con la oposición era de 3.168 (402 en Córdoba, 394 en Santa Fe, 271 en Capital Federal, y
pero también en relación con la lógica estatal, que en la provincia de Buenos 465 en Buenos Aires aunque estas no estaban designadas por elecciones
Aires, había derivado en intervenciones, incluso en casos que, como el de internas). Asimism o, 768 Ateneos Peronistas conform aban la red de la
M ar del Plata, desalojaba gobiernos peronistas. La “unidad” partidaria puede Escuela Superior Peronista en todo el territorio nacional. La noticia hacía
haberse convertido, de ese modo, en un imperativo capaz de justificar el referencia, además, a un aspecto vinculado a la afiliación: se consideraban los
trastrocamiento de las reglas de juego internas. Y aunque éstas no pueden antecedentes políticos de cada afiliado a partir de abril de 1947. Este dato es
explicarse exclusivamente por las trasform aciones del sistema de partidos, la doblemente importante: por un lado, reclamaba la fecha de fundación del
“retirada” de septiembre de 1955 (retorno a la representación proporcional, Partido Peronista tres m eses después de su nominación, y excluía un período
elecciones internas para autoridades y candidatos, levantamiento de algunas en el que, en el caso de la provincia de Buenos Aires, incluyó candidaturas a
sanciones disciplinarias y reempadronam iento 56 ) bien puede ser otro proceso cargos partidarios y públicos, aunque sobre el final ambas instancias
a considerar, junto con el de 1950-1951, a la hora de evaluar la incidencia de electorales se cancelaron. Pero, por otro lado, el recurso a los currícula de los
acontecimientos externos al partido. Otras hipótesis tienden a explicar esto afiliados era funcional al tipo de organización que comenzó a plasmarse en
o bien por cambios en la coalición dominante del partido 57 , o bien para el ese período: al ser interrogado por la posibilidad de que los afiliados eligiera
caso de la provincia de Buenos Aires, por el recambio de personal político a en forma directa a los candidatos a cargos públicos, Teisaire respondió:
partir de la “caída” de Dom ingo M ercante 58 .
Las modificaciones más importantes que impactaron en el PP local No es prudente la elección directa, siendo más eficaz la
fueron dos: por un lado el proceso de selección de candidatos prescindía de selección de propuestas de los organism os partidarios.
convenciones o congresos en los que las listas fueran convalidadas (esto Hasta el propio afiliado puede proponerse, como ha
sucedió en 1951 y más nítidamente en 1954). En 1951 esto significó un ocurrido muchas veces. Luego, se ve si realmente existen
revés a la organización local que mantenía sus elementos dinámicos (ver antecedentes como para justificar la designación. La
mapa 3). Sin embargo, años más tarde, lo que para los contemporáneos bien depuración es método muy bueno.61
pudo haber sido interpretado como medidas transitorias (1951 fue, en

59
LC, 18/11/1953, y Dem ocracia, 18/11/1953.
56
M edidas anunciadas por Alejandro Leloir los prim eros días de septiem bre de 1955. Con
60
respecto al últim o reem padronam iento del período, las consignas sostenían que a partir del 5 Teisaire da por sentado en la nota que sólo en pocas provincias no se realizaron elecciones
de septiem bre, y por 30 días, los afiliados debían concurrir a su unidad básica respectiva y internas (Santa Cruz, Tierra del Fuego previstas para el 29 de diciem bre, y Buenos Aires). En
reinscribirse –debía tom arse nota de su antigüedad com o afiliado. La reform a de la Carta 1953, La Capital inform ó sobre la segunda ronda de elecciones internas en Capital Federal
Orgánica quedó supeditada a esta prim er paso. LC, 03/09/1955. (divida en 29 circunscripciones), en la que se eligieron 5 secretarios para cada una de las 265
unidades básicas del distrito (adm inistrativo, organización, inform ación, disciplina y finanzas).
57
M ACKINN O N , M .: Los años form ativos del Partido Peronista..., Capítulo VI. En la prim era ronda (25 de noviem bre) se habrían elegido 8 secretarios; LC, 07/12/1953.
58 61
AELO , O .: “Form ación y crisis de una elite dirigente...” LC, 18/11/1953.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

No podem os afirmar cuáles fueron los mecanismos del “método”, del territorio local64 . El intento de reorganización, a costa de “licuar” el poder
pero Teisaire sostuvo que, para elegir el candidato a diputado por la sección de m ovilización y la multiplicidad de actividades propias de las básicas hasta
electoral, “cada consejo elevará una terna, que luego será analizada en última ese momento 65 , logró disminuir la incertidum bre en materia de empadrona-
instancia por el Consejo Superior” 62 . U na hipótesis provisoria debería mientos, dado que la afiliación debía realizarse de acuerdo al domicilio del
considerar esta última cita, de la máxima figura partidaria hacia 1953, con interesado/a. El “éxito” de esta medida puede leerse en los permanentes
una importancia relativa en lo que respecta a candidaturas de orden avisos públicos de las distintas unidades básicas sobre la llegada de partidas
provincial o nacional –debido a que el conocimiento de las carreras políticas de libretas de afiliación (carnet que comenzó, por entonces, a tener la
de los potenciales candidatos es mucho más “visible” para los contemporá- importancia que la leyenda negra del peronismo le atribuye). Por otro lado,
neos que para nosotros–, pero con una importancia sustancialmente mayor tanto la estructura de las comisiones directivas de las básicas y el Consejo
para las candidaturas de nivel local, sobre las que sí podrían tener incidencia Local, cuanto las funciones asignadas a dichas instituciones acentuaron la
los legajos personales. Finalmente, asumiendo que la nueva organización del distancia entre este período y los previos. A partir de 1953 dejan de existir las
nivel local hizo posible la relación entre las unidades básicas y un territorio comisiones directivas piramidales (presidente, vicepresidente, secretario,
delimitado, es posible sugerir como segunda hipótesis, una que suponga un tesorero, vocales), dando paso a un consejo de secretarías (administrativa,
mayor grado de eficacia en la estructura partidaria para con su ambiente. En organización, disciplina, información y finanzas), las que actuaban de forma
este sentido, las funciones de control (“cuidar” las conquistas peronistas 63 ) paralela: las reuniones eras convocadas por una secretaría del Consejo Local,
y proselitismo sobre la sociedad civil son más precisas y reguladas. a las que debían concurrir sólo aquellos con la misma función en las
En la provincia tanto el Consejo Provincial como los consejos locales unidades básicas. Asimismo, las actividades a las que se abocaron las nuevas
estaban intervenidos (incluso algunas unidades básicas). Si ésa fuese la única autoridades fueron casi exclusivamente dos: adoctrinamiento y “vigilancia”.
particularidad del período, la dinámica del PP local no se habría modificado: Desde 1952 en adelante, el lugar privilegiado en la prensa que el PP local
M ar del Plata tuvo, entre 1947 y 1955, solamente una Junta de Organización supo ocupar con comunicados, solicitadas, advertencias, e innumerables
elegida por los afiliados (1947), y su desem peño fue breve y poco efectivo. actos, pasó a enumerar una prolongada agenda de conferencias sobre temas
Los cambios, sin embargo, al diseñar un nuevo mapa de unidades básicas como el segundo plan quinquenal o comentarios al libro de Evita. Y la
para cada distrito bonaerense, alteraban la ecuación entre “problemas/ militancia se limitó, brevemente, a conformar las llamadas “brigadas
oportunidades”, corroían el espacio hasta ese mom ento posicionalmente peronistas” contra el agio (las integraban los hombres asignados a los
flexible de las básicas. En el caso marplatense eso significó la desaparición de consejos de las unidades básicas, y se constituyeron como una suerte de
todas las básicas existentes, y la inauguración de 12 oficiales que se distri- informantes de la policía económica). En su mayoría, el elenco político de
buían toda la ciudad (ver mapa 4). Ya no sólo no era posible fundar nuevas este período son hombres “nuevos”, sin participación “visible” en los
básicas, sino que, además, las sub-unidades perdían su potencial de períodos previos.
reclutamiento por afinidades, y pasaban a administrar una porción delimitada En 1954, nuevas directivas fortalecieron la organización planificada
el año anterior: en lugar de 12 básicas, el distrito pasó a tener sólo 4, ya para

62
O tra referencia en LC, 08/02/1954.
63
Los discursos de cam paña de los distintos candidatos peronistas a intendente indican en
alguna m edida el carácter excluyente de las prácticas políticas hacia fines del período investigado.
U n ejem plo de esto fueron las expresiones de José Antonio Cavallo, intendente electo en las
64
elecciones de 1954, no advertidas en nuestro relevam iento para el escenario de 1948 o 1950: LC , 31/05/1953, entre otras referencias.
“H e pensado que antes de constituirm e en intendente de General Pueyrredón, tengo una labor
65
previa que realizar. [...] M e convertiré, si m e perm iten la figura, en un auténtico apóstol del H ay que señalar que algunas de las unidades básicas designadas no poseyeron sede física sino
peronism o [...] y sostener a todo viento, y en cualquier cita, aquella verdad tan herm osa de hasta unos pocos m eses antes de las elecciones de 1954. Para ese entonces algunas de estas
nuestro jefe, que ha dicho que «para un peronista nada hay m ejor que otro peronista»”; LC, básicas sólo pudieron inscribirse com o “locales” dependientes de unidades básicas autorizadas,
04/03/1954. debido a los cam bios organizativos.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

entonces trazadas sobre el m apa de los circuitos electorales (ver mapa 5). La M ercante), y explotando cada coyuntura (consideradas todas decisivas) a
ciudad y los barrios, finalmente, se difuminaron 66 . partir del escaso “control de la incertidumbre” 68 que las agencias supralocales
pudieron ejercer, en especial durante el primer lustro del período que nos
ocupa. Utilizamos la ecuación “problemas/oportunidades” para remarcar que
Conclusión
dichos actores consideraban necesarias tanto la “unidad” del partido, como
la viabilidad de sus demandas específicas. Y debido a ello –y no a su
En uno de sus artículos, S. Levitsky subraya el carácter informal del naturaleza “autónoma” o, desde otra perspectiva, “inexperta”– acataron las
Partido Peronista: directivas superiores, toda vez que intentaban resolver los conflictos internos.
El denom inado problema de la “democracia interna” 69 debe ser contemplado
desde esta perspectiva: las herramientas que el sistema político tradicional
Rather then employ Panebianco's distinction between brindaba para la organización interna no fueron sino parte del bagaje
'mass-bureaucratic' and 'electoral-professional' parties, procedimental del PP, y como tales también estuvieron sujetas a revisión por
then, it is perhaps more accurate to describe the PJ as an parte de los grupos que se desenvolvieron fundamentalmente en el espacio
informal mass party. It is a mass party in that it maintains local70 .
a powerful base-level infrastructure, extensive linkages to
El enfoque que sostenem os en este artículo tiene como prem isa
working and lower class society, and a large membership
fundamental no extrapolar los resultados de la investigación, ni presuponer
and activist base. It is inform al in that Peronist sub-units
uniformidad allí donde una serie de investigaciones previas ha entrevisto una
organise themselves, lack a standard organisational structu-
alta diversidad regional. Sin embargo, debido a que no existe amplia difusión
re, and are generally not integrated into (or subject to the
de estudios sobre los partidos a nivel local, la especificidad de la perspectiva
discipline of) the party's central bureaucracy.67
aún debe ser discutida. Así, creemos que la periodización ensayada contem-
pla no sólo los cam bios en el diseño del Partido Peronista nacional y
Hemos intentado hacer hincapié, precisamente, en los espacios de provincial, a partir de las modificaciones impuestas al espacio local, sino
informalidad institucional como resultado de la interacción entre los diversos
actores locales vinculados al peronism o (partidaria o extrapartidamente), y
en ese sentido acordamos con lo expuesto por Levistky. Sin embargo, hay 68
La idea es de Panebianco. M acKinnon ha realizado un excelente estud io del período 1946-
que señalar que, para algunos actores en general y para los grupos intraparti- 1950, concibiendo una tensión entre el “polo carism ático” y el “polo dem ocrático” en el PP. Sin
darios en particular, la falta de integración o de sujeción disciplinaria a la em bargo, en la escala local, el problem a de la “unidad” y los derivados de las form as de selección
de candidatos son centrales, y com o tales no encajan en ninguno de esos polos: los trascienden.
burocracia central del partido, fueron efectos del juego político antes que Aún si en efecto, luego de 1950, el centralism o del PP resulta evidente, las m odalidades
posiciones ideológicas que guiaron su intervención en la arena política. En su institucionales “dem ocráticas” no dejaron d e ser evaluadas por los actores. La pasividad del
últim o período, contrastante con la vitalidad del prim ero, debe analizarse m enos com o resultado
mayoría, las líneas internas partidarias (más o menos definidas) y los de su inexistencia, y m ás com o efecto del rol que el PP bonaerense concibió para el espacio local,
dirigentes políticos al trazar sus estrategias personales, concibieron su relación y las características que pretendió –y en gran m edida logró— im ponerle.

con el partido y con el ambiente bajo el tinglado carismático (Perón, Evita, 69


D icha noción presupone que los m ism os procedim ientos de sistem as políticos dem ocráticos
pueden ser una versión m icro, igual de finalista, aplicable a la organización partidaria (aún si el
relevam iento em pírico no indica dicha correlación). En su lugar, hem os preferido utilizar el
térm ino “selección de candidatos”. Ver RAH AT, Gideon y H AZAN , Reuven Y.: “Candidate
Selection M ethods. An Analytical Fram ew ork” en Party Politics, vol. 7, núm . 3, 2001, pp. 297-
66
LC, 02/10/1954. U na hipótesis a considerar podría sugerirnos vías inform ales de participación 322.
política, desplazam ien to s en los ám bitos de interacción. Sin em bargo, a través de las fuentes
70
periodísticas consultadas no podem os evaluarla. N o nos es posible rastrear las distintas líneas U n ejem plo de lo que sugerim os puede leerse en las m últiples fracturas del forjism o, previas
partidarias, sin em bargo, no podem os afirm ar que hacia fines del período ya no existieran a las internas de 1947. Sus procedim ientos de selección de candidatos fueron m ucho m ás
diferencias internas: gracias al m ism o com unicado que dio a conocer los cam bios organizativos “dem ocráticos” (así lo sostuvieron, apoyados en una tradición previa al peronism o) que el resto
a los que hacem os referencia, nos enteram os que las básicas 11 y 12 estaban intervenidas… de los otros grupos: dos delegados por centro cívico para una asam blea donde se elegían los
cand idatos por voto nom inal; sin em bargo, ninguna de las líneas a partir de allí disidentes
67
LEVITS KY , S.: “An «O rganised D isorganisation»...” El artículo está centrado en el período consideró legítim a la elección de los “hom bres de Capelli”. (El argum ento del “peronista de la
posterior a 1955, pero hace una breve referencia al decenio del que nos ocupam os. prim era hora” sirvió, de todos m odos, tanto a los que perm anecieron com o a los cism áticos.)

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

también la autonomía y funcionalidad relativa del peronismo marplatense, M apas 1, 2, 3, 4, y 5: Representación no escalar de la distribución de las
y sus márgenes borrosos en cuanto a la diversidad de actores que intervinie- unidades básicas en M ar del Plata. 1946, 1949, 1951, 1953 y 1954. 71
ron en su configuración. El proceso de centralización y la “debilidad” del PP
local, desde nuestro punto de vista, obedece menos a características
M apa 1
ahistóricas del Partido Peronista, que a variaciones temporales en el espacio
provincial de las tensiones entre la integración vertical y la integración
horizontal, truncadas en su desarrollo histórico por el golpe militar de 1955.

Referencias: “A” = calle Los Andes; “B” = calle Luro; “C”= Calle Juan B.
Justo; x = Unidad Básica.

71
La zona grisada en los m apas define, de form a aproxim ada, la m ancha urbana (territorio de
la ciudad ocupado). Se incluyen en estos gráficos aquellas sedes con dom icilio y aquellas que
hacen referencia a un barrio de la ciudad en su nom bre. Cuando dos o m ás sedes rem iten a un
m ism o barrio y ninguna posee dom icilio hem os preferido sólo incluir una de ellas. Por otro lado,
no incluim os los denom inados “locales” debido a que aquellos de los que tenem os datos sólo
tienen vigencia en tiem pos electorales, y tal vez fueron dom icilios particulares de consulta. Las
dificultades para obtener inm uebles propios o alquilarlos discute seriam ente la inauguración de
decenas de locales al unísono –anunciada por algunas de las líneas internas. Lam entablem ente,
la opción por su exclusión no considera que algunos de dichos locales (los m enos) tuvieron
com o referentes principales a reconocidos dirigentes.

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El peronismo bonaerense Quiroga – El partido peronista en Mar del Plata...

M apas 2 y 3 M apas 4 y 5

Referencias: “A” = calle Los Andes; “B” = calle Luro; “C”= Calle Juan B. Referencias: “A” = calle Los Andes; “B” = calle Luro; “C”= Calle Juan B.
Justo; x = Unidad Básica; o = Agrupación, Peña o Secretaría. Justo; 1, 2, 3, 4.. etc.: = áreas asignadas a cada unidad básica.

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Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil
(1946-1955)

Valeria Bruschi
Paola Gallo

Valeria Bruschi y Paola Gallo son miembros del Programa "Actores e Ideas
en la Argentina contemporánea", IEHS-UNCPBA.
Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...
Introducción
En el mismo, los autores plantean la excepcionalidad de los orígenes
del peronism o en Tandil. La mism a radicaría en un claro predominio
‘renovador’ que, asentado en la figura de un caudillo radical, le aseguró al
naciente peronism o los primeros éxitos en las contiendas electorales. En lo

M
ucho se ha escrito acerca del hiato que significó el peronism o en la
que ellos distinguen como una primera etapa (1946-1949), se habrían
historia política nacional, respecto de las prácticas y los actores que
acuñado las características esenciales de la nueva opción política: de la mano
hicieron irrupción en la escena pública y de las características que
de “caudillos” renovadores se habrían puesto en práctica habituales
asumiría este fenómeno.
m odalidades de acumulación de capital social y electoral. Esta etapa –que
Si el tema de los orígenes del peronismo ha dado lugar a una vasta culminaría con la desaparición de esta figura, en 1948, y la crisis de sucesión
historiografía, de un tiempo reciente a esta parte ha ocupado un lugar que la misma habría causado dentro de su grupo–, fue sucedida por una
creciente el análisis de su organización en tanto partido político 1 . segunda, caracterizada por el ascenso del sector “laborista”; ascenso que
Desde las aproximaciones tradicionales, el partido peronista suele ser habría contado con el apoyo del “ahora consolidado y unificado movimiento
visto en términos de agencia burocrática destacando el papel del mismo en obrero”, dando lugar así, a la estabilidad organizativa del partido y al mayor
tanto instrum ento de cooptación sujeto a las directivas de un liderazgo protagonismo de actores recientemente incorporados a la escena política.
indiscutido como sería el del Gral. Perón. Tales visiones suelen preguntarse Partiendo de las sugerencias que plantea el mencionado trabajo, y
sobre la posibilidad de hablar de la existencia de un partido político peronista. a la luz de las nuevas perspectivas de análisis, nos proponemos am pliar la
Los estudios de Aelo y Quiroga discuten la pertinencia de generalizar mirada acerca de los orígenes del peronismo en Tandil tratando de responder
esta versión a la experiencia de la provincia de Buenos Aires en general, y de a los siguientes interrogantes: ¿en qué medida puede hablarse de la
los distritos que la componen en particular 2 . Los análisis de estos autores excepcionalidad de los orígenes del peronismo en Tandil?; y en relación con
demostrarían la existencia, en tanto partido, del peronismo bonaerense y nos esto, ¿de que forma se vincula esta ‘excepcionalidad’ con la conformación y
remiten a las peculiaridades de los casos locales a efectos de dilucidar el organización del Partido Peronista local? Nos centraremos, así, en el análisis
cuándo y el cómo de la construcción de esta organización política. Así, de las características que asumen estos procesos, el rol desempeñado en ellos
Quiroga destaca, para el caso de M ar del Plata, la conformación de un por la UCR-JR y el movimiento obrero y en las prácticas políticas que a las
partido político peronista con cierto grado de autonomía respecto del que habrían dado lugar. De todas maneras, y más allá de las especificidades,
supuesto modelo nacional. estos procesos no pueden aislarse de los fenómenos que se desarrollaban en
Este trabajo pretende indagar sobre el surgimiento del partido los planos provincial y nacional, planos en los cuales también se procuraba
peronista en la ciudad de Tandil y su conformación entre los años 1946 y organizar, en tanto partido político al movimiento encabezado por el Gral.
1955. Toma como punto de partida el estudio realizado por Julio Melon, Perón. Para lo cual es menester indagar respecto de la articulación entre las
Sandra Gayol y M abel Roig –“Peronismo en Tandil: ¿perpetuación conserva- distintas instancias organizativas.
dora, desprendimiento radical o génesis sindical? 1943-1948” –, recuperando Guía este trabajo la hipótesis de que en la construcción y consolida-
sus interrogantes y haciéndolos extensivos a todo el primer peronismo 3 . ción del partido peronista tandilense no habrían desem peñado un papel
obstaculizador las tensiones producidas por la desaparición de su primer
referente, el caudillo renovador Juan Adolfo Figueroa. Por el contrario, la
1
temprana desaparición de esta figura habría dado lugar a un proceso de
Ver en ese aspecto: LU N A, Félix: Perón y su tiem po, Sud am ericana, Buenos Aires, 1984;
M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos del partido Peronista (1946-1950), Instituto Di Tella - acercamientos, negociaciones y complementariedades entre las diferentes
Siglo XXI, 2002; TCACH , César: Sabattinism o y Peronism o. Partidos políticos en Córdoba, 1943- líneas internas. Proceso que, creemos, contribuyó fuertemente a la
1955, Sudam ericana, Buenos Aires, 1991.
consolidación del partido como opción electoral en el plano local.
2
Ver los trabajos de O scar AELO y N icolás Q U IRO GA en este libro.
En un proceso terciado por diversas dificultades y tensiones que
3
M ELO N , Julio C.; GAYO L, Sandra V. y RO IG, M abel N .: “Peronism o en Tandil: ¿perpetuación nunca dejaron de manifestarse, éstas recién llevarían a un punto de inflexión
conservadora, desprendim iento radical o génesis sindical? 1943-1948”, Anuario IEH S, N úm . 3,
Tandil, 1988.

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El peronismo bonaerense Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...

hacia el año 1951; momento en el cual los acontecimientos a nivel provincial encontraban nucleados en la Unión Obrera Local, que, de preponderancia
y nacional se dejaron sentir de form a ineludible en el ám bito local. comunista y sindicalista, habría optado por una cautelosa oposición frente al
naciente peronismo, al menos claramente definida hasta fines de 1947,
m om ento a partir del cual es posible ver los inicios de un proceso de
Los orígenes del peronismo y la conformación del partido peronista en
acercamiento e integración.6
Tandil
Si bien los estudios primigenios respecto del peronism o señalan la
abrumadora preeminencia del laborismo en tanto condensador del
Hacia mediados de la década de 1940 la ciudad de Tandil experi- electorado, en contraposición al muy deslucido papel que habrían jugado las
mentaba una fase de crecimiento poblacional y urbanización, producto de la otras fuerzas que contribuyeron a su ascenso y consolidación, en los orígenes
intensificación del proceso de industrialización y de la llegada de migrantes del peronismo en Tandil esa relación se invertía, manifestándose una clara
tanto de su zona rural como de ciudades y pueblos aledaños al partido. Este supremacía del aporte del radicalismo renovador representado en los
aumento poblacional no sólo significó el incremento porcentual de los liderazgos de Juan A. Figueroa y Gustavo Villaverde en desmedro de la
sectores trabajadores sino también el de las clases medias, reflejado en un vertiente laborista local.
auge de la actividad comercial4 .
Si bien la conformación de las distintas listas nos permite identificar
En este contexto, el peronismo se constituyó en una ciudad que no la diversidad de las posiciones y las candidaturas en pugna y discernir las
parecía tener espacio para él. Este reducido espacio era consecuencia de la diferentes alternativas en la búsqueda por consolidar las respectivas
marcada oposición que durante los primeros años ejercerían los partidos posiciones en los sucesivos comicios –generales e internos– dista de
tradicionales, la prensa y el m ovimiento obrero. Los partidos tradicionales no permitirnos argüir generalizaciones respecto del posicionam iento político
dem orarían en definir al movimiento político encabezado por el general sostenido por estos hombres y/o grupos antes de 1943. La pronta definición
Perón como una versión autóctona del fascismo europeo, visión compartida en tanto “laboristas” o “renovadores” no es contradictoria per se con que los
por la prensa local. Prensa que se consideraba a sí misma como portavoz de “nuevos” referentes peronistas tuvieran una previa participación política, ya
la clase media, y sería opositora al peronismo hasta el golpe de Estado de fuera en el campo del radicalismo como del conservadurismo.
septiembre de 1955 5 . M ientras tanto, gran parte de los gremios locales se
En este aspecto, es evidente la necesidad de contar con un mayor
número de análisis locales y/o regionales acerca de los orígenes del peronis-
4
mo –bien se podrían indagar las bases sociales y políticas del Laborismo en
Ver al respecto los siguientes trabajos. AM AD ASI, Enrique: Estructura y dinám ica de la
población, evolu ción económ ica y em pleo en el partido de Tandil, Colección Estudios Regionales, las ciudades del interior de la Provincia de Buenos Aires–, ya que nos
Tandil, U N CPB A, 1981. D ICO SIM O , D aniel: “Liderazgo sindical y condiciones de trabajo en permitiría am pliar la mirada y ponderar la “excepcionalidad” del caso
la industria m etalúrgica argentina durante la ‘Revolución Libertadora’ en BIAN CH I, Susana y
SPIN ELLI, Estela (com p.) Actores, ideas y proyectos políticos en la Argentina contem poránea, Tandil, tandilense. Al menos esto es lo que parece elucidarse de los estudios
IEH S, 1997, pp. 99-121. M O N D RAGO N , Silvina: Una discusión en torno a la m odernidad. preliminares realizados al respecto en el Partido de San Carlos de Bolívar
Diarios y lectores de Tandil en los años ’60, Tesis de Licenciatura, FCH , U N CPBA, julio de 2003.
5
Para el período que nos ocupa, el cam po periodístico de la ciudad encontraba sus principales
exponentes en los siguientes m edios: los diarios N ueva Era y El Eco de Tandil y el Sem anario La
5
Revista. El vespertino N ueva Era –fundado en 1908 por José Antonio Cabral, dirigente distin- (...continuacion)
guido del radicalism o local y m asón reconocido–, si bien había nacido com o diario faccioso, para otro tipo: aquel que tiende a asegurar la dependencia y la obediencia a través de una perm anente
la década del cuarenta había incorporado intelectuales extrapartidarios, entre ellos representantes sanción m oral sobre la vida de la com unidad, y sobre los m ínim os actos de sus m iem bros. Esta
reconocidos de la izquierda intelectual del m om ento. El m atutino El Eco de Tandil, fundado en breve reseña de los m edios periodísticos de la época no puede obviar la presencia de la prensa
1882, hacia los años cuarenta era dirigido por Juan M anuel Calvo, tam bién de extracción radical. peronista, representada en las páginas de Tribuna (m edio sobre el cual no se han podido
Aunque colocado m ás a la izquierda en el espectro político que N ueva Era, el Eco de Tandil era encontrar ejem plares para poder realizar estudios sobre el m ism o).
continuador de la tradición periodística inaugurada por el prim ero. Am bos m edios se definían
6
a sí m ism os com o defensores y form adores en los valores dem ocráticos. La Revista, voz del En este sentido, creem os que sería necesario revisar la idea de que el m ovim iento obrero local
catolicism o local –fundada en 1923– era dirigida por el cura párroco Luis J. Actis, desde 1943. m antuvo una fuerte oposición al peronism o hasta 1949. Idea que es planteada en trabajos com o
Según Ricardo Passolini, puede señalarse la existencia de un ‘pedagogism o social’ en esta prensa. los de LIO N ETTI, Lucía: “La apropiación del espacio sim bólico: los rituales públicos peronistas
Pedagogism o que, para el caso de los dos prim eros m edios, estaba sustentado en la noción de en Tandil (1946-1955)” en B IAN CH I, Susana y SPINELLI, Estela (com p.) Actores, ideas y
‘educar al soberano’, m ientras que para el últim o, estaríam os hablando de un pedagogism o de proyectos políticos..., pp. 179-214 y M ELO N , Julio; GAYO L, Sandra y RO IG, M abel: Peronism o
(continúa...) en Tandil..., p. 328.

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El peronismo bonaerense Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...

(pcia. de Buenos Aires). Los mismos revelan que el núcleo primigenio del La prensa local permite hacernos un panorama de las tensiones que
peronismo en dicha localidad, estaba constituido por desprendimientos de trasvasaban al peronismo tandilense. En las elecciones internas de 1947 9 ,
la UCR y del conservadurismo local, quienes ya habían desempeñando cargos destinadas a elegir las auoridades partidarias locales y los delegados al
públicos com o representantes de sus respectivas agrupaciones políticas. 7 Congreso del partido, se presentaron tres listas de candidatos: la primera
Pareciera ser que en este caso, el laborismo tampoco cumplió un papel encabezada por el ya mencionado Figueroa, y otras dos listas que muestran
preponderante en la constitución del peronismo. en su división los efectos de la disolución de las fuerzas políticas que habían
Ahora bien, que el caso tandilense no constituyera la ‘única llevado al triunfo de Perón en las elecciones presidenciales de 1946. Una de
excepción’ –en relación a que el núcleo motorizador no era laborista– no ellas avalada por quien habría sido el primer representante del laborismo en
supone negar las características distintivas del origen del peronismo en Tandil –el abogado Enrique Pizzorno– que llevaba como candidato a
Tandil. Durante los primeros años, el peronismo giró en torno al estilo intendente a Agustín Juan Sívori y la otra –autodefinida como laborista– que
personalista y fuertemente clientelista de Juan A. Figueroa. Figura central de postulaba para el cargo principal a Catalino Luque.
la tradicional sociedad tandilense 8 , su militancia en el partido radical no le En este contexto se delinean m ás claramente las grandes vertientes
habría impedido mantener contactos personales con Perón, incluso antes de que nutrirán el peronismo local: por un lado, el autodenominado sector
que éste asum iera la presidencia. Una vez convocadas las elecciones renovador10 , triunfante en las m encionadas elecciones; y por el otro, el sector
presidenciales de 1946, Figueroa se convirtió en el referente local del pizzornista, que tenía a su referente máximo ocupando una banca en la
peronismo al asegurarle al mismo sus bases sociales de sustentación. legislatura provincial desde 1946.
Situación de hegemonía convalidada con su designación como Comisionado La gestión de Figueroa como Comisionado Municipal duró casi un
en agosto de ese mism o año. año, debido a que problemas de salud lo obligaron a renunciar, sucediéndole
Al frente de la com isionatura, Figueroa inició una gestión que una serie de hombres de su confianza 11 hasta la asunción el 1º de mayo de
mostraba en la administración de algunos sectores municipales su especial 1948 del primer intendente peronista de Tandil, el Dr. Proto Torres Ordoñez,
acento personalista, tal es el caso del Corralón M unicipal que, en manos de cuya candidatura habría sido proclamada tras el fallecimiento del caudillo y
Gustavo Villaverde –su segundo y mano derecha– cobró relevancia como refrendada en las elecciones del 14 de marzo del mismo año 1 2 . D e este
ejemplo del tipo de estructura de poder y de relaciones que entablaba con modo, el éxito del estilo personalista de Figueroa quedó reflejado, no solo en
sus adherentes; y también el de la jefatura de la subdelegación de la los resultados que arrojaron las elecciones (tanto internas como generales),
Secretaría de Trabajo y Previsión, a cargo de Edmundo Carbone, tercero en sino también en la resolución del conflicto al que habría dado lugar –dentro
la línea de sucesión. La continuidad entre el manejo de la estructura de poder de su misma línea– el ‘vacío’ de poder generado tras su muerte.
municipal y la jefatura de las delegaciones nacionales y provinciales La crisis por la que atraviesa el ‘partido’, tras la enfermedad y
evidencian que la instrumentalización del aparato estatal comunal en manos posterior muerte de Figueroa manifiesta, por una parte, la importancia de los
del figueroísm o fue uno de los elementos centrales que coadyuvarían a la
consolidación del partido peronista.
9
Acerca de las características de estas elecciones en particular, y de las m ecanism os de
particip ació n en general puede verse: AELO , O scar H . y Q U IRO GA, N icolás: “M odelos en
conflicto. Estatutos y prácticas partidarias en el peronism o bonaerense, 1947-1955”, III Jornadas
N acionales Espacio, M em oria e Identidad, U N R, septiem bre de 2004
10
N ueva Era, 19 de septiem bre de 1947, p.2. Referencias a dicha caracterización tam bién han
sido relevadas por PEREZ, D aniel en “Los hom bres de Perón en Tandil”, Tiem pos Tandilenses,
año VIII, N °100, p. 6.
11
Q uienes continuaro n al frente de la M unicipalidad fueron sucesivam ente Juan López
7
Ver BRU SC H I, Valeria y GALLO , Paola: “Los orígenes del peronism o en Bolívar (1943-1948), Aranguren –designado por el gobierno provincial durante el período de elecciones internas-,
I Encuentro de Tesistas FCH , U N CPBA, Tandil, 1998. Lauro Viana –quien se habría desem peñado com o secretario de la com una- y Luis Collino, del
que carecem os de referencias respecto de su inserción en el cam po de la política.
8
N ieto del Cnel. Benito M achado, Juan Adolfo Figueroa se radicó en Tandil después de concluir
12
sus estudios secundarios en Buenos Aires, ciudad en la que había nacido en 1896. PEREZ, D aniel, “Los hom bres de Perón en Tandil...”, p. 6.

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El peronismo bonaerense Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...

vínculos personales en el peronismo primigenio y, por otra, la labilidad de los El triunfo de Villaverde–Serrano en los comicios internos, termina
acuerdos entre los distintos sectores del mism o. provocando la renuncia del intendente 16 . El enfrentamiento entre los
La desaparición del caudillo provocó un cism a dentro de su línea. A adherentes al intendente y quienes respondían a Villaverde, tuvo su punto
la hora de establecer quien sería su sucesor en la Com isionatura, la disputa más álgido a mediados de 1949, cuando Torres Ordoñez plantea la necesidad
entre Carbone y Villaverde se resolvió con el interinato de este último al de crear nuevas tasas para solventar los crecientes gastos del municipio. Ante
frente de la misma. El desplazamiento de Carbone y los fuertes contactos del esta iniciativa, los concejales de su propio partido no solo se oponen al
ahora también diputado provincial Gustavo Villaverde 13 con el gobierno de proyecto, sino que se reúnen con distintas organizaciones sociales cuestio-
la provincia 14 , se vieron reflejados en la designación del ya mencionado nando la legitimidad del intendente y desautorizándolo públicamente.
Torres Ordoñez (prim ero en la lista de concejales por la lista ‘renovadora’) Los detalles que llevaron a tal renuncia muestran la manera en que
como candidato a intendente. Villaverde fue consolidando su posición dentro de la estructura partidaria.
Sin embargo, las diferencias dentro de esta línea no culminaron. En Esto es, no solo hay que tener en cuenta aquí su cargo de diputado provincial
las elecciones internas (para cargos partidarios) de 1949 15 el sector figueroísta y sus contactos con M ercante, sino también el claro dominio que ejercía
se presenta por separado, ya que mientras una de las listas es encabezada por sobre las instancias estatales locales. 17
el intendente Proto Torres Ordoñez, una segunda lista estará representada Si el resultado de las elecciones muestra el am plio triunfo de Gustavo
por la dupla Villaverde-Serrano; este último era dirigente de la Unión Villaverde, también permite inducir la posición del sector pizzornista dentro
Ferroviaria y había integrado la lista triunfante en los anteriores comicios del peronism o.
internos del partido peronista, siendo electo en 1948 como concejal en Según el análisis ya citado de Melon, Gayol y Roig, la renuncia de
primer término ocupando la presidencia del Concejo Deliberante. Los Torres Ordoñez –y su reemplazo por Silverio Serrano– puede ser interpretada
resultados que arrojaron estas elecciones pueden verse en el siguiente cuadro: como la crisis terminal del figueroísmo dentro del partido y, por lo tanto, una
variación de fuerzas en su seno. Esto es, el ascenso del gremialismo, ascenso
Cuadro 1: Resultados de la elección interna de 1949 que vinculan a la gradual cooptación del mismo por parte del pizzornismo.
Sin embargo, la idea de una crisis terminal del figueroísmo debe ser
Lista Votos
relativizada, si se tiene presente la aplastante derrota de la lista pizzornista en
Azul (Gustavo Villaverde) 993 las elecciones internas de fines de 1949 –tal como lo reflejan los datos
Blanca (Torres Ordoñez) 333 publicados más arriba– D icha situación de debilidad era asumida por el
Rosa (Pizzorno) 241 propio Enrique Pizzorno, quien días después de publicadas las dos listas
Fuente: Datos publicados en Nueva Era del 19 de diciembre de 1949. ‘figueroístas’ en la prensa, realiza una citación a los afiliados, a su unidad,
para tratar la posición a asumir en las próximas elecciones 18 .
Respecto de este punto, cabe también preguntarse por la relación
establecida por los autores entre crisis del figueroísmo, ascenso del grem ialis-
mo dentro del partido y su cooptación por el pizzornismo.

13 16
N acido en Tandil a fines del siglo XIX, Villaverde m ilitó en el radicalism o y, al igual que Com o dato llam ativo y señal de lo extrem o de los vínculos personales estrechados al interior
Figueroa, se escindió con la Junta Renovadora convirtiéndose –junto con este últim o- en uno del peronism o, en el diario N ueva Era del 22 de diciem bre de 1949 se publica la noticia de que
de los prim eros influyentes dirigentes del incipiente peronism o. En 1946 alcanza la banca de Villaverde y Torres O rdoñez se habrían retado a duelo.
diputado provincial, ejerciéndola hasta 1950. PEREZ, D aniel, “Los hom bres del peronism o...”,
17
p. 6. U na análisis provocador acerca del dinam ism o partidario, de la trascendencia de las m últiples
relaciones, tanto verticales com o horizontales, y de la im portancia del control del aparato
14
N ueva Era; 16 de octubre de 1947; p. 3. m unicpal en el proceso de conform ación y consolidación del partido peronista puede verse en
el artículo de Q U IRO GA, N icolás en este libro.
15
D estacadas en la prensa local por el alto grado de m ovilización y participación de afiliados.
18
N ueva Era, 19 de diciem bre de 1949, p. 3. N ueva Era; 15 de diciem bre de 1949; p. 3.

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El peronismo bonaerense Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...

El análisis de las fuentes evidencia una clara y tem prana relación conservadurismo, J. D. Buzón. Pizzorno construye su itinerario a partir de las
entre los distintos referentes del ‘figueroísm o’ y el movimiento obrero local. fuertes relaciones establecidas a nivel provincial23 . En 1946 es electo diputado
Pensemos en la relación entre Villaverde y Serrano con los obreros municipa- provincial hasta 1948 –ocupando la vicepresidencia de la Cámara– siendo
les y ferroviarios y en el hecho de que la subdelegación local de la Secretaría posteriormente electo senador provincial en 1952; cargo que detentó hasta
de Trabajo y Previsión (STyP) estuvo, desde el principio, bajo la dirección de el golpe de 1955.
funcionarios y em pleados municipales. Si bien es cierto que la STyP no tuvo Aunque su irrupción en la escena partidaria local podría ser
demasiada trascendencia, no puede negarse la importancia de sus funciones entendida en térm inos de un antagonism o con el grupo proveniente de la
en tanto mediadora en los conflictos y cooptadora de adherentes dentro del UCR-JR, a lo largo del período no encontram os evidencias de una postura
sector trabajador 19 . claram ente enfrentada al figueroísmo 2 4 . Por el contrario, nos inclinamos a
Son también significativas las continuas referencias al hecho de que sostener que dicha relación se sustentó en la continua negociación y
los gremios acudían a la intervención y mediación del diputado Villaverde, complementariedad de funciones y tareas en pos de asegurar el predominio
quien, junto con M ercante, habrían desempeñado un papel fundamental en del partido en el ám bito local.
la conformación de la delegación local de la C.G.T. En noviembre de 1947 Si bien es cierto que el peronismo contó con un elemento funda-
delegados de la Unión Obrera Local (UOL) se reúnen con M ercante 2 0 . En mental de acumulación y movilización, como era la adm inistración del
1948, en el acto del 1º de mayo organizado por dicha entidad hicieron uso aparato de estado m unicipal25 , el pizzornismo habría permitido una
de la palabra, por primera vez, delegados de la C.G.T. y cerró el acto el estabilidad ratificada en la organización y proliferación de unidades básicas
concejal Silverio Serrano A mediados de ese año, la prensa anuncia la y el desarrollo de nuevos ámbitos de sociabilidad política tales como los
posibilidad de que una delegación de la C.G.T. se instale en Tandil. centros fem eninos, culturales y estudiantiles 26 a través de los cuales intentó
Paralelamente, la UOL publica solicitadas agradeciendo las mediaciones de ampliar las bases del peronism o local.
Serrano y Villaverde en sus gestiones ante el gobierno provincial. 21 En sep-
Em pero, no debemos olvidar que Pizzorno nunca detentó, a lo largo
tiembre se constituye en Tandil la regional de la C.G.T., previa disolución de
del período analizado, cargo electivo alguno en el plano local. Su trayectoria
la UOL.22
política se construye más bien en el plano provincial, y es a partir del ejercicio
Aún así es innegable el ascenso del pizzornismo dentro del partido;
lo que no resulta tan evidente es cuándo se produce dicho ascenso y cuáles
son sus bases de sustentación.

1951- 1955: el afianzam iento del pizzornism o


23
Este hincapié en su trayectoria política provincial no supone desconocer los fuertes vínculos
Nacido en Tandil y radicado definitivamente en la ciudad hacia 1938 establecidos por Pizzorno en el ám bito urbano y rural en los inicios de su carrera política a nivel
local, lo cual es destacado en la entrevista realizada a su hijo, Enrique Pizzorno, 24 de junio de
tras cursar sus estudios de abogacía en Europa, Enrique Pizzorno se presenta 2004.
en la escena política como el referente local del Laborismo, no obstante sus 24
M ás allá de la confrontación en las elecciones internas, las diferencias entre am bas líneas no
vínculos profesionales con el líder local y diputado provincial por el alcanzaron el grado de dram atism o que, por ejem plo, hem os observado al interior de la línea
figueroísta; m áxim e si consideram os que cuestiones com o éstas no podrían haber pasado
desapercibidas para una prensa claram ente opositora.
25
19
Lo planteado en este sentido, queda de m anifiesto no solo en la prensa local del período, sino Tal com o lo deja ver el estudio de Lucía Lionetti sobre los 1° de m ayo y los 17 de octubre, el
tam bién en la entrevista realizada a D aniel Pérez, 26 de agosto de 2005. Estado m unicipal habría tenido una ardua tarea en la reconstrucción y construcción de sentidos
y en la ocupación sim bólica del espacio público, logrando volverse hegem ónico recién hacia
20
N ueva Era, 20 de noviem bre de 1947; p. 3. 1949.
21 26
N ueva Era, 12 de junio de 1948; p. 2. Com o parte de estas nuevas estrategias, se sum a la dirección del diario Tribuna por parte de
Pizzorno, diario que se constituyó en el portavoz del partido. Cabe destacar que ha sido
22
N ueva Era, 15 de septiem bre de 1948; p. 3. im posible rastrear ejem plares de dicha publicación.

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El peronismo bonaerense Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...

de los sucesivos cargos, que se constituye como referente del peronismo La estabilidad y consolidación del partido peronista sería refrendada
tandilense 27 . por los resultados obtenidos en las sucesivas elecciones locales y la participa-
La caída del gobernador Mercante –y el ascenso de V. Aloé– así ción de representantes locales en las listas a legisladores provinciales. 29
como la intervención del Partido Peronista en la provincia de Buenos Aires
en junio de 1951 es sucedida por su designación como “delegado interven- Cuadro 2: Elecciones Municipales en Tandil, 1948-1954.
tor” del partido local; expresando no sólo un cambio en la relación de fuerzas
dentro del partido sino tam bién en la misma dinámica partidaria, la cual se 1948 1950 1951 1954
tornaría más dependiente de las órdenes provinciales, aunque éstas, claro Partido Sufrg. % Sufrg. % Sufrg. % Sufrg. %
está, no pudieron ser ajenas a los posicionamientos y reposicionamientos
Peronista 5.230 54,9 5.966 58 14.753 61 17.776 62,5
locales: esto es, al desplazamiento de Villaverde y su grupo.
UCR 2.118 22 2.718 26 8.601 35,5 9.242 32,5
Ahora bien, aunque el pizzornismo supuso el surgimiento de nuevos Demócrata 1.775 19 1.118 11 532 2,1 1.045 3,6
ám bitos de participación que coadyuvaron a la consolidación y el crecimiento Comunista 213 2,2 254 2 136 0,5 360 1,2
del partido, no parece razonable realizar una afirmación semejante respecto Socialista 190 1,9 245 2,3 177 0,7 ---- -----
del surgimiento de una nueva elite dirigente. Del análisis de los nombres que
TOTALES 9.526 100 10.301 100 24.199 100 28.673 100
integraron la lista del peronismo para la contienda electoral de 1951, surge
que el 50% de los candidatos ya habían detentado cargos electorales. Bastan Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos sucesivas ediciones del diario
com o ejem plos los casos de: Anacleto Ijurco, quien habría iniciado su carrera Nueva Era.
en las filas del laborismo, pasando luego por la línea figueroísta de Torres
O rdoñez, y, tras desem peñarse com o secretario de la CGT local, asumiría
Los continuos triunfos electorales se vieron acom pañados y
como diputado provincial, luego de las mencionadas elecciones, en
sostenidos por una lograda y estable relación entre partido, gremios y Estado.
representación del pizzornismo. Mariano Bordón, quien provenía de las filas
El peronismo en Tandil supo ocupar y hegemonizar espacios antes vedados,
figueroístas, y había detentado cargos partidarios en 1948. Esteban Gutiérrez,
disputándolos a viejos y tradicionales actores, como la Iglesia católica 30 ,
quien había participado en las internas de 1948 acompañando a P. Torres
constituyéndose, así, en un actor de ineludible referencia a pesar de su breve
Ordoñez. Buenaventura Rafael Álvarez, quien provenía de las filas del
trayectoria.
pizzornism o al igual que Juan Domingo Ferragini y Alfredo Sierra, y Demetrio
Ernesto Quiñones, quien se inicia en las filas figueroístas para pasar a integrar
la lista del laborismo en las elecciones internas de 1947. Muchos de estos Conclusiones
nombres volverían a aparecer como candidatos a concejales por el peronismo
para las elecciones de 1954 28 .
Nos propusimos aquí realizar un análisis de los orígenes del
Como reflejan estos datos, la permanencia y continuidad de peronismo y del partido peronista en Tandil. Sin ánimo de detenernos en
determinados actores, es una evidencia de que la estabilidad del partido viejas controversias, intentaremos plantear algunas conclusiones que surgen
encuentra uno de sus fundamentos en la posibilidad no sólo de ocupar del mism o, de tal manera que perm itan complejizar y ampliar las tesis
distintas posiciones en las instancias de gobierno sino tambien en la propuestas por otros autores.
capacidad de “adaptarse” al juego de los diferentes lineam ientos internos.

27
El rol de m ediador de las tensiones internas es destacado en la entrevista realizada a su hijo
29
–Enrique Pizzorno–, quien adem ás recuerda que su padre no residía en la ciudad, debido a las D esde 1946, hasta 1955, Tandil contó siem pre con legisladores a nivel provincial, tanto en
obligaciones que tenía en la provincia. Entrevista realizada a Enrique Pizzorno, 24 de junio de la Cám ara de D iputados, com o en la Cám ara de Senadores.
2004.
30
BRU SCH I, Valeria y GALLO , Paola: “La Iglesia sale a la calle. La com petencia por la ocupación
28
N ueva Era, 24 de noviem bre de 1954, p.1. sim bólica del espacio público”, Iglesia, Estado y sociedad civil..., pp. 172-195.

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El peronismo bonaerense Bruschi - Gallo – Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil...

En primer lugar señalar que las características que asumen los a informantes, que den cuenta de las características de esta experiencia.
orígenes del peronismo en Tandil habrían signado en gran medida el proceso Aunque las inferencias indirectas nos hablan del compromiso y la participa-
de conformación y consolidación del partido. Esto es, un partido que se ción tanto de hom bres como de m ujeres, estas no nos alcanzan para evaluar
constituye sobre la base la utilización de las herramientas del Estado, visible su magnitud.
en el hecho de que las m ismas personas detentaban simultáneamente cargos Una última cuestión se refiere al hecho de que, aunque pongamos
públicos y partidarios. Segundo, que en este proceso habría sido fundamental el acento en la dinámica partidaria local, no dejam os de reconocer que esta
la estabilidad en el dominio del partido, del grupo figueroísta. Tercero, que formaba parte de una realidad más amplia que en gran medida la atravesaba
este dominio no habría supuesto una aguda confrontación entre las distintas y condicionaba. No solamente en lo que se refiere a las relaciones del partido
líneas originarias, sino más bien un continuado proceso de negociación y con las instancias estatales, sino también a la relación con los otros partidos
complementación de las mismas, lo cual permitió que la existencia de políticos u esferas de representación social.
conflictos no fuera en detrimento del crecimiento del partido. Cuarto,
destacábamos aquí el surgimiento de nuevas ámbitos de sociabilización y
movilización, haciendo referencia al hecho de que esto no habría supuesto
la emergencia de una nueva elite política. Por el contrario, se hace patente la
consolidación de aquellos referentes que, habiendo tenido la mayoría de ellos
f
experiencia política previa, se vuelven tales una vez que adhieren a los
postulados de J. D. Perón.
Y finalmente, que en este proceso habría jugado un papel importante
las instancias partidarias provincial y nacional. La presencia de estas instancias
es revelada por su intervención en tanto árbitros o definidores de las
tensiones generadas dentro del partido. Asimismo eran ellas quienes definían
qué significaba el Partido Peronista y quiénes eran sus intérpretes. En este
sentido puede inferirse que a lo largo de su desarrollo y consolidación, el
partido peronista tandilense distó de ser marginal con respecto al ámbito
provincial. De ello constituyen claras señales, no solo el hecho de que Tandil
contó con representación legislativa a lo largo de todo el período analizado,
sino también la constante presencia de funcionarios provinciales en la ciudad
y la realización del Primer Congreso Educativo Provincial, realizado en febrero
de 1950 31 .
Dos cuestiones antes de finalizar este artículo. Si el hincapié se ha
hecho en los referentes partidarios locales, no significa esto que desconozca-
mos ni la existencia ni la importancia de la movilización de sus bases sociales,
y las tensiones a las que estas podían dar lugar 32 . Si no nos hemos referido a
ellas es debido a las dificultades para acceder, tanto a fuentes escritas como

31
La Revista, N º 1.606, 3 de m arzo de 1950, p. 3.
32
Una dem ostración de la capacidad organizativa de las ‘bases’ puede verse en la tem prana
conform ación de los Centro Fem eninos, de los cuales encontram os referencias en la prensa local
en el m es de abril de 1947. Así com o el recuerdo de antiguos m ilitantes y opositores de la
m ultiplicación de las U nidades Básicas en los distintos barrios de la ciudad.

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FORJA en la conformación del Peronismo

Delia María García

La autora pertenece al grupo de investigación “M ovimientos sociales y


sistemas políticos en la Argentina moderna”. Departamento de Historia,
Facultad de Humanidades, UNM dP.
García – FORJA en la conformación del Peronismo

Precisamente este trabajo se propone abordar, desde el territorio


Entre nosotros flotaba una ilusión, algo así como un ansia acotado de un estudio de caso en la provincia de Buenos Aires –el Municipio
de justicia y pensábamos que FORJA nos ayudaría a de General Pueyrredón, con Mar del Plata como ciudad cabecera–, el análisis
alcanzarla… pero fue con el peronismo… 1 de la acción política desarrollada por una de estas fuerzas partidarias
consideradas menores: la agrupación forjista de M ar del Plata, cuya
participación resultaría protagónica durante las instancias inaugurales de la
Introducción
constitución del peronismo local. Estudio de caso que cobra justificación por
la singularidad histórica que provee un contexto local con propiedades
l movimiento social y político decantado a partir de los sucesos del 17 diferenciales que recrean la trama y la operatividad política del escenario

E de octubre de 1945 –y que confluyera en la constitución del peronis-


mo– implicó un agitado y vertiginoso proceso de aglutinamiento de
fuerzas que reivindicaban orígenes diversos. La condensación de estas fuerzas
nacional y en el cual el forjismo se perfila con matices propios. Caracteriza-
ción ésta que –como veremos– también aporta elementos peculiares en la
medida que se aparta de la imagen hom ogénea que, sobre FORJA, han
heterogéneas en torno al liderazgo de Perón promovió la formación de consagrado los ensayos políticos de diverso signo y las escasas producciones
nuevas entidades partidarias tendientes a representar los objetivos e intereses historiográficas que han abordado el tema.
sustentados por el movimiento de masas, en el contexto crucial de una Según una interpretación generalizada, la Fuerza de Orientación
intensa polarización social exacerbada por las expectativas que despertaba la Radical de la Joven Argentina es definida como una corriente interna
inminencia de las elecciones presidenciales convocadas por el gobierno de escindida de la U.C.R., de carácter doctrinario, constituida por intelectuales
facto surgido del golpe del ‘43. Así, al calor de los acontecimientos de –en su m ayoría, jóvenes universitarios y profesionales de clase media-
octubre, se constituyeron de manera rápida, aunque no menos ardua, dos tributarios del pensamiento yrigoyenista, de los principios de la Reforma
organizaciones políticas que, en el tránsito hacia las urnas, habrían de fungir Universitaria de 1918 y de las ideas de la Alianza Popular Revolucionaria
como canales principales de aglutinamiento de las fuerzas plurales que Americana. Sin embargo, esta representación vinculada con una intelectuali-
precipitaban en el peronismo en formación: el Partido Laborista y la Junta dad combativa –que, seguramente, trasluce la realidad de FORJA en algunos
Renovadora de la U.C.R. Al mismo tiempo, algunos sectores independientes contextos urbanos de centralidad política– no alcanza a reflejar los matices
y otros provenientes de agrupaciones de disímil matriz ideológica, como diferenciales de heterogeneidad social, cultural y de origen político que
FORJA (corriente escindida de la U.C.R.) y la Alianza Libertadora Nacionalis- contiene el forjismo marplatense, en el escenario periférico de una ciudad del
ta (de cuño conservador), también aportaban matices diferenciales al proceso
al sumarse con su respaldo político al triunfo electoral del 24 de febrero de
1946. Participación ésta que, en el m arco de los estudios generales sobre el
2
tema, ha sido calibrada como de importancia secundaria; aunque algunos (...continuacion)
Aires, 1971; CIRIA, Alberto: Partidos y poder en la Argentina m oderna. (1930-1946), Ediciones
autores, en el caso particular de FORJA, hacen especial referencia a la de la Flor, Buenos Aires, 1975; AELO , O scar: “Elites políticas en la provincia de B uenos Aires.
incorporación de sus intelectuales más reconocidos a los elencos del gobierno Peronistas y radicales en las elecciones de 1948” en Estudios Internacionales de Am érica Latina y
El Caribe, V ol. 13, núm . 2 julio-diciem bre de 2002. Trabajos específicos sobre FO RJA, véase
peronista, en el ámbito nacional como en los provinciales. 2 SCEN N A, M iguel: FORJA. U na aventura argentina.(de Yrigoyen a Perón), Ed. de Belgrano, Buenos
Aires, 1983; BU CH RU CKER, Cristian: N acionalism o y peronism o, Sudam ericana, Buenos Aires,
1987. O tros autores aportan visiones globales en las que se hacen m anifiestos los lazos entre
historia y política, com o en el caso de la producción sesentista: H ERN AN D EZ ARREG U I, Juan
1
Entrevista a N icanor García, ex m ilitante forjista m arplatense, M ar del Plata, 24/08/2000. J.:La form ación de la conciencia nacional, Plus U ltra, Buenos Aires, 1960; PU IGG RO S, Rodolfo,
H istoria crítica de los partidos políticos, Ed. Argum entos, Buenos Aires, 1960; RAM O S, Jorge
2
Véase LITTLE, W alter, “Partido y Estado en la Argentina peronista, 1945-1955” en H ispanic Abelardo, Revolución y contrarrevolución en la Argentina, Plus U ltra, Buenos Aires, 1965. Algunos
H istorical Review, V ol 53 , núm . 4. Traducción: O scar Aelo (Grupo de Investigación trabajos biográficos están centrados en las figuras em blem áticas de FO RJA: GALASSO , N orberto:
“M ovim ientos sociales y sistem as políticos en la Argentina m oderna. U N M dP); LLO R E N T E , Vida de Scalabrini Ortiz, M ar D ulce, B uenos Aires, 197 0 y Jauretche. Biografía de un argentino,
Ignacio: “Alianzas políticas en el surgim iento del peronism o: el caso de la provincia de Buenos H om o Sapiens, Buenos Aires, 1997; CH AVEZ, Ferm ín, Jauretche. U na vida al servicio de la
Aires” en Desarrollo Económ ico núm . 65, V 17, Buenos Aires, abril-junio de 1977; TCACH , revolución nacional, Grupo editor, Buenos Aires, 1965; O RSI, René, Jauretche y Scalabrini Ortiz,
César, Sabattinism o y peronism o. Partidos políticos en Córdoba (1943-1955), Sudam ericana, Peña Lillo, Buenos Aires, 1985. En otra línea de investigació n, véase: M ARCILESE, José:
Buenos Aires, 1991; LU N A, Félix: El 45. Crónica de una año decisivo. Sudam ericana, Buenos “Rupturas y continuidades en la conform ación de la dirigencia bahiense: el caso FO RJA” V
(continúa...) Encuentro N acional de H istoria O ral. U BA: agosto de 2001. Buenos Aires.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

interior bonaerense que presenta una concentración demográfica que la elecciones internas del Partido Peronista, –convocadas en la provincia de
ubica entre los principales centros poblados de la provincia y que, sin haber Buenos Aires para el 21 de setiembre de 1947– con m iras a la unificación y
experimentado aun la impronta modernizadora de la industrialización viene organización de la conducción local y la elección de las autoridades
desarrollando, desde mediados de la década del treinta, un intenso proceso partidarias y de representantes ante el Congreso Constituyente del Partido
de transformaciones estructurales dinamizadas por la actividad turística.3 Peronista provincial. Elecciones internas que, por otra parte, representaban
Tam bién el itinerario político de la agrupación marplatense resulta el primer escarceo en las urnas entre las aun no consolidadas fuerzas de las
diverso con respecto a la entidad nacional en cuanto a la cohesión y corrientes internas locales; anticipatorias, además, de los desafíos sucesivos
orientación del accionar colectivo, luego de los sucesos de octubre de 1945. que se presentarían en marzo de 1948, cuando se dirimirían nuevos espacios
En efecto, mientras en Buenos Aires, en diciembre de 1945, una asamblea de poder: las elecciones de diputados nacionales, legisladores provinciales y
metropolitana decidía –sin consultar a las filiales del interior– la disolución autoridades municipales. La división y dispersión de la red forjista –prelusión
de FORJA (ante el éxodo de sus principales dirigentes hacia otras agrupacio- y, al mismo tiem po, corolario de la derrota en estos comicios internos–
nes políticas) y dejaba en libertad de acción a los afiliados por considerar que aparece como la consumación de una crisis identitaria colectiva precipitada
los fines y objetivos para los cuales había sido creada ya se hallaban por la manifiesta contradicción que se planteaba entre los fines sustentados
cumplidos por la definición de un m ovimiento popular “en condiciones en la ideología organizativa del F.T.M .I y los procedimientos y decisiones
políticas y sociales que son la expresión colectiva de una voluntad nacional políticas concretas de un sector de sus dirigentes. Desenlace en el que
de realización”, 4 en M ar del Plata, el grupo forjista se mantenía unido y también gravitan las expectativas individuales vinculadas con la posibilidad
orientaba la acción –sin deserciones– hacia la creación del Partido Laborista de acceder a una carrera política, en una coyuntura en la que el envite se da,
local. Luego, se integraría al intento fallido del Partido Único de la Revolu- precisamente, en el seno de una fuerza partidaria en formación.
ción Nacional con la coordinación de centros barriales peronistas nucleados
en la Biblioteca “Mariano M oreno” para, finalmente, constituirse como una El surgimiento del forjismo en M ar del Plata
corriente interna –el Frente de Trabajadores Manuales e Intelectuales
(F.T.M .I.)– del recién creado Partido Peronista.
FORJA, había surgido en Buenos Aires, el 29 de junio de 1935, en
Teniendo en cuenta tal singularidad, en este trabajo nos propone-
el marco de la crisis que, en el seno de la Unión Cívica Radical, enfrentaba
mos reconstruir la trama de los acontecimientos y tensiones que acompaña-
a los sectores intransigentes, de tradición yrigoyenista, con los alvearistas, que
ron la trayectoria del grupo forjista hasta llegar a iluminar la puesta en crisis
detentaban la conducción del partido, en una coyuntura política dominada
de su identidad colectiva, en el momento preciso en que se iniciaba una
por el sistema restrictivo y fraudulento que habían instaurado las fuerzas
etapa preliminar para el acceso al poder local.5 Esto es, la instancia de
coaligadas en el gobierno de la Concordancia, luego del golpe cívico-militar
del 6 de setiembre de 1930 y del breve gobierno del general Uriburu.6
3
El Censo Escolar de 1943 la ubica entre los cuatro principales centros urbanos de la provincia El levantamiento de la abstención radical, m edida impulsada en la
de Buenos Aires: Avellaneda (190.500 hab.), Lanús (184.000 hab.), La Plata (156.000 hab.),
M ar del Plata (78.000 hab.). Los datos del Censo Nacional de 1947 precisan que en el partido
Convención Nacional de 1935 por la cúpula alvearista con miras a reinsertar
de General Pueyrredón, sobre un total de 123.911 habitantes, 114.719 están radicados en el
casco urbano . IR IGO IN , M aría: “La población, los habitantes y la tram a urbana (1890-1940)
en AAVV: M ar del Plata. U na historia urbana, Fundación Banco de Boston Buenos Aires, 1991.
4 5
Acta de disolución de FO RJA. Asam blea General del 15 de diciem bre de 1945, en Buenos (...continuacion)
Aires. provenientes de las filas del socialism o, del radicalism o unionista, de la Junta Renovadora (
U .C.R.), del Partido Laborista y de la U nión O brera Local. Ver GARCIA, D elia M .: “FO RJA en
5
D ebido a la insuficiencia y fragm entación de las fuentes docum entales existentes sobre la filial M ar del Plata: una trayectoria. Bases sociales, discursos y prácticas (1940-1945)”. Tesina de
FO RJA/M ar del Plata, se privilegió la utilización de fuentes orales. A partir de los testim onios de Licenciatura en H istoria, Facultad de H um anidades, U N M dP, 2004.
15 ex m iem bros de la agrupación m arplatense, se logró reconstruir un corpus de 107 individuos
6
adherentes (de los cuales 30 eran dirigentes interm edios). La inform ación obtenida fue Sobre la crisis del radicalism o, luego del derrocam iento de Irigoyen, véase, H A LPER IN
confrontada con otras evidencias: fuentes periodísticas locales y nacionales de la época, D O N GH I, Tulio: La República im posible (1930-1945), Ariel, Buenos Aires, 2004, pp. 103-122;
fotografías, publicaciones, volantes y testim onios de otros actores políticos de la época PERSELLO , Virginia: El Partido Radical. Gobierno y oposición 1916-1943, Siglo XXI, Buenos
(continúa...) Aires, 2004, pp. 176-183.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

a la U.C.R. en la arena electoral, luego de su exclusión debido a los activismo político en las diversas comarcas provinciales y, particularmente, en
procedimientos viciados del oficialismo que habían culminado con la localidades del interior bonaerense: Lincoln, Avellaneda, Rojas, Balcarce, 25
anulación del triunfo del radicalismo en la provincia de Buenos Aires en las de M ayo, Mercedes, Chivilcoy y Bahía Blanca.
elecciones de abril de 1931, había exacerbado el clima de resistencia que El surgimiento del forjismo en Mar del Plata, a inicios de la década
reinaba en las filas intransigentes provocando la reacción de los grupos más del 40, se encuadra en los términos de una reforma estatutaria sancionada
radicalizados quienes, ante lo que juzgaban una claudicación de las dirigen- en Buenos Aires, en la Asamblea Extraordinaria del 12 de septiembre de
cias, deciden constituirse en una agrupación contestaria que se autoproclama 1940, que respondía al objetivo estratégico de difundir las ideas e impulsar
legítima continuadora del legado doctrinario de Hipólito Yrigoyen.7 el reclutamiento juvenil y popular, a partir de la creación de agrupaciones de
El grupo forjista reivindica la existencia de un cauce histórico abierto distrito (que operarían a modo de filiales) coordinadas, en cada lugar, por un
por el radicalismo –momentáneamente cegado por las desviaciones delegado reconocido por la Junta N acional de FORJA. 10 El nuevo estatuto
partidarias– que debería restaurarse a través de un trabajo de desarrollo de la establecía como únicos requisitos de ingreso, la ciudadanía argentina y una
conciencia ciudadana, especialmente en la juventud; cauce que –en el marco edad mínima de 16 años, y dejaba sin efecto la afiliación previa al radicalis-
prospectivo de las representaciones elaboradas– debería cuajar y cobrar mo, condición vigente desde su fundación. En la agrupación central, tal
expresión en un multitudinario m ovimiento nacional y popular. 8 Con estas medida había acelerado, en el marco de la primera crisis interna, el alejamien-
convicciones, definiendo la estrategia abstencionista y embarcada en lo que to de reconocidos dirigentes como Luis Dellepiane y Gabriel del Mazo,
considera una batalla ideológica destinada a vigorizar la lucha interna del quienes deciden perm anecer dentro del ám bito partidario de la U.C.R.,
radicalismo, FORJA inicia una tarea de esclarecimiento ciudadano centrada mientras Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz continúan en la agrupación
en el estudio de la realidad nacional,9 apelando a un estilo directo de comu- contestaria e inauguran una etapa centrada en la captación e integración de
nicación (oratoria callejera, conferencias, volantes, publicaciones) y de los sectores populares.
captación de adherentes a través de un discurso combativo y movilizador. El El escenario político municipal, que enmarca la gestación del
eje de su ideario asienta en la denuncia de una situación de colonialism o forjismo en Mar del Plata, está dominado por las fuerzas conservadoras
económico, político y cultural imperante en el país, que queda condensada (nucleadas en el P.D.N.), cuyas prácticas electorales fraudulentas –aún
en la consigna que preside el manifiesto de fundación: “Somos una Argentina después de la intervención federal en la provincia de Buenos Aires dispuesta
Colonial: queremos ser una Argentina Libre”. por el presidente Ortiz, durante el gobierno de Manuel Fresco– afirman la
Las ideas forjistas alcanzan una rápida propagación entre los jóvenes, continuidad del clima político restrictivo y falto de legitimidad iniciado en la
en su mayoría estudiantes provincianos afincados en Buenos Aires y La Plata. década anterior, a partir del golpe militar del 6 de setiem bre de 1930. La
Precisamente, a partir de la tarea proselitista desarrollada por ellos en los exclusión y la coacción política ejercidas por los gobiernos conservadores
lugares de origen, comienzan a multiplicarse los nucleamientos forjistas que, constituían el reverso de una gestión comunal orientada sin cortapisa a
aunque constituidos por exiguas bases militantes, desarrollan un intenso impulsar el progreso material de Mar del Plata, como ciudad turística.11
La oposición local está liderada por el Partido Socialista, entidad
7
política de fuerte arraigo en la ciudad y representativa de los grupos sociales
Acta de fundación de FO RJA, 29 de junio de 1935. en Buenos Aires.
8
M anifiesto “Vocación revolucionaria del radicalism o”, distribuido com o volante en la
Convención m etropolitana y en la Convención N acional de 1935, reproducido en Cuadernos de
FO RJA, 1939. núm . 10-12; Argentinidad, publicación de las O rganizaciones Juveniles de FO RJA.
Año I, núm . 1, Buenos Aires, octubre de 1938.
9
Los Cuadernos de FO RJA, editados en B uenos Aires entre los años 1936 y 1942, condensan el
10
trabajo de investigación desarrollado por algunos de sus intelectuales –Raúl Scalabrini O rtiz, Estatuto N acional de FO RJA, 12 de septiem bre de 1940. Caps. 3º, 5º, 6º y 7º.
Gabriel del M azo, Luis D ellepiane, Jorge del Río, Am able Gutiérrez D iez- sobre tem as que
11
juzgaban decisivos para el interés nacional: “Política británica en el Río de la Plata”, “Petróleo Véase PASTO RIZA, Elisa: “M ar del Plata en los años 30: entre la regresión política y el
e im perialism o”, “El escándalo de la electricidad y la investigación de la Cám ara de D iputados”, progresism o social” en Los cam inos de la dem ocracia. Biblos, Buenos Aires, 1998; y Alvarez,
“La coordinación de transportes”, “Conducta argentina ante la crisis de E uropa”, “H istoria del Adriana. y Reynoso, D aniel. Política económ ica en M ar del Plata 1946-1996 Visión desde la vida
prim er em préstito argentino”, entre otros. institucional de la U CIP. U CIP. M ar del Plata. 1999.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

intermedios que habían gobernado el municipio entre 1920 y 1929. 12 En esta La Plata, había accedido a la presidencia de la Federación Universitaria
coyuntura, el socialismo se abroquela en un duro discurso de defensa de la Argentina.
autonomía municipal, de objeción al fraude y al m anejo discrecional de las De este modo, la agrupación marplatense inaugura una intensa
finanzas públicas, a la par que procura afianzar su perfil identitario de partido actividad proselitista que, en el lapso de cinco años, le permitiría consolidar
moderno, alejado de las prácticas clientelares y personalistas, vigentes entre una organización política informal alimentada por redes personales. La
los radicales y conservadores. El radicalism o, la segunda fuerza política que extensa red conectiva –construida sobre vínculos de parentesco, amistad o
compone la oposición, se debate, al igual que la U.C.R. nacional, en una conocimiento– presenta una localización espacial que se dilata desde el
prolongada crisis interna –cuyos orígenes se remontan a la década del 20– en centro hacia la periferia de una ciudad que vive un acelerado proceso de
la que distintas facciones se disputan el control del aparato partidario. 13 El transformación dem ográfica, económica, socio-ocupacional y urbanística.
clima divisionista se hace manifiesto –en el período que nos ocupa– en la Desde sus inicios, el grupo forjista impulsa una organización autónoma en
pervivencia de dos corrientes internas en confrontación: Lista Blanca los nucleamientos de los distintos barrios (Don Bosco, Mataderos, Cincuen-
(unionistas) y Lista Azul (intransigentes). Casi al mism o tiem po en que se tenario, Las Avenidas, Nueva Pompeya, Villa Primera y Puerto) que
constituía el nucleamiento forjista en M ar del Plata, la línea unionista- promueve la horizontalidad de vínculos entre militantes y adherentes para la
alvearista reafirmaba una vez más el control del comité local, en el marco de coordinación de acciones colectivas y crea las condiciones para el libre
unas cuestionadas elecciones internas que atizaban las discordias y los ejercicio del liderazgo en el ámbito barrial. Los enlaces vecinales y gremiales
enfrentamientos entre los dos bandos radicales. 14 son piezas claves en esta agrupación que, aunque no posee un número
Sin embargo, la filial marplatense de FORJA, surgida cinco años más extenso de adherentes y simpatizantes en relación con otras fuerzas
tarde que en el ámbito nacional, no remitía sus orígenes –como hemos partidarias de la ciudad, cuenta con un bagaje organizativo y con miembros
expuesto precedentemente– a esta crisis interna que atraviesa la U.C.R. local fuertemente cohesionados alrededor de experiencias militantes centradas en
ni tampoco sus militantes y adherentes provienen mayoritariamente de las el adoctrinamiento político. El núcleo céntrico, donde funciona la Biblioteca
filas del radicalism o. La Junta N acional de FORJA, de acuerdo con la reforma “Mariano Moreno” –sede formal de toda la red–, oficia de espacio integrador
estatutaria aprobada, designó como delegado del distrito de General de los militantes que actúan en distintas zonas y, desde allí, punto de
Pueyrredón a Francisco José Capelli, un joven abogado marplatense de conexión directa con FORJA nacional, también fluyen la información y los
filiación radical que había militado como estudiante en el núcleo forjista de contenidos ideológicos y normativos que, bajo la forma de periódicos, libros,
la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata, bajo la égida intelectual revistas y volantes, encuentran rápida difusión a través de los canales de
de Gabriel del M azo,15 y que luego de liderar la Federación Universitaria.de comunicación recíproca que operan entre el centro y los barrios.
Los sujetos sociales que nutren la red del forjismo local –marplaten-
ses y migrantes oriundos de zonas rurales y localidades urbanas del interior
bonaerense– provienen mayoritariamente de ese universo en eclosión que
12
Sobre el socialism o m arplatense, véase D A O RD EN , M . Liliana ”Los socialistas en el poder. constituyen los barrios y pertenecen a los denominados sectores populares.16
H igienism o, consum o y cultura popular: continuidad y cam bio en las intendencias de M ar del
Plata.1920-1929.”en Anuario del IEH S, 1991, VI, Tandil; ”¿Prácticas tradicionales en un partido La juventud es el rasgo compartido por la generalidad de los adherentes: a
m oderno? Socialism o y poder local.M ar del Plata 1916-1929” en D EVO TO , Fernando y inicios de la década del ‘40, gran parte de ellos transita una franja etaria que
FERRARI, M . (com p.) La construcción de las dem ocracias rioplatenses. Biblos, Buenos Aires, 1994.
oscila entre los 16 y los 25 años, mientras que los dirigentes se ubican entre
13
Ver PASTO RIZA, Elisa y RO D RIGU EZ, Rodolfo:”U n radicalism o perdedor. Las bases sociales
de la UCR en el M unicipio de General Pueyrredón, en la década de 1920” en La construcción
de… . pp. 247-268.
14 16
La Capital, (en adelante L.C.), M ar del Plata, m ayo- julio, 1940. La categoría “sectores populares” se utiliza con la acepción dada por Luis Alberto Rom ero para
el segundo período de constitución de la identidad de los sectores populares, cuya m aduración
15
Acerca de la tarea de difusión ideológica realizada por G.del M azo sobre la Reform a y génesis ubica en la etapa de entreguerras, en el m arco de las sociedades barriales. Com puestos
U niversitaria del 18 com o instrum ento de em ancipación nacional y de acercam iento entre por “gentes de oficios y condiciones diferentes –obreros, profesionales, pequeños com erciantes,
intelectuales y obreros, véase la m ención de H AYA de la TO RRE, Víctor: ”En el X aniversario de docentes– conform ando una sociedad en la que eran visibles las m arcas de la m ovilidad social”.
la Reform a” en Revista de Filosofía, septiem bre-noviem bre de 1928, pp. 129-130.y SCEN N A, GU TIERREZ, Leandro y RO M ERO , Luis A: Sectores Populares, Cultura y Política. Ed.
M iguel: FORJA. U na aventura… pp. 123-124. Sudam ericana. Bs. As. 1995.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

los 18 y 25 años. Es probable que esta característica (común a otros formación de una conciencia nacional y animar un m ovimiento popular,
nucleamientos del país ya que, desde su creación, FORJA había elegido a la impulsa a sus miembros a hacer de cada uno de ellos “una forja” que agrupe
juventud como destinataria de la interpelación y prédica ciudadanas) haya a su alrededor el mayor número de adherentes y simpatizantes en los ámbitos
contribuido, en función de las necesidades psicosociales propias de los de interacción cotidiana: la fam ilia, el barrio, el club, el trabajo o el colegio
individuos jóvenes, 17 a afianzar la fortaleza y densidad de estas redes secundario.20
personales, así com o a resaltar el valor de la militancia com o un instrumento
puesto al servicio de una convicción ideológica que, según su pensamiento,
Un nuevo escenario político
podría permitirles transformar la realidad social y política.
El perfil ocupacional de los miem bros del núcleo marplatense
responde al estrato de trabajadores urbanos semicalificados y no calificados La revolución del 4 de junio de 1943, que derrocó al gobierno
(albañiles, medio oficiales albañiles, peones, operarios de la usina, pescado- conservador de Ramón Castillo, dio lugar a un nuevo escenario político que
res, quinteros, mozos, ordenanzas, empleados municipales y del casino, suscitó –aunque por corto tiempo– esperanzas en torno a la regeneración de
transportistas); y de oficios calificados (imprentero, mecánico, sastre, las prácticas políticas y el retorno definitivo a la vigencia de comicios libres.
zapatero, letrista). Poseen un nivel de instrucción primaria, a menudo El radicalismo aguarda expectante las señales anunciadoras de ese cambio ya
incompleto. A este arco de pertenencia social variada en que se inserta la que, en libre competencia electoral, podría resultar favorecido dado el
trama conectiva de FORJA/ M ar del Plata, se suman, además, en el núcleo carácter de principal fuerza política del país, tal como había quedado probado
céntrico –como es de esperarse en una configuración urbana– algunos con el triunfo que había consolidado su predom inio en el Congreso durante
profesionales, pequeños comerciantes, periodistas y estudiantes. Tanto los la breve etapa de depuración electoral emprendida por el presidente Ortiz.
adherentes como los dirigentes barriales no tienen filiación partidaria previa, En M ar del Plata, el golpe militar motiva distintas reacciones.
aunque abundan aquellos que manifiestan una fuerte identificación con la M ientras los socialistas lo consideran plausible 21 , los unionistas del comité de
figura de Hipólito Yrigoyen o que pertenecen a familias que simpatizan con la U.C.R. mantienen un cauteloso silencio; por su parte, los intransigentes
las ideas socialistas o anarquistas, sin excluir a algunos de origen anarcosindi- (conectados a nivel provincial con los “revisionistas” liderados por Alejandro
calista. Leloir, Salvador Cetrá y Ricardo Balbín) aprovechan para impulsar la urgente
Para estos jóvenes, el radicalismo de FORJA es una construcción reconstrucción del partido sobre bases y procedimientos democráticos y con
ideológica elaborada en el adoctrinamiento militante a partir de prácticas una orientación consecuente con los principios de Alem e Yrigoyen. 22 Los
grupales de lectura, análisis y discusión de los problemas de la realidad forjistas, en cam bio, sostienen públicamente una posición “no exenta de
argentina y articulada en un campo simbólico, cuyas ideas–imágenes 18
designan una identidad política cifrada en una visión negativa del pasado (la
“década infame”), en una postura antiimperialista y en la vigencia del ideario
yrigoyenista, encarnado en una aspiración movimientista de emancipación 20
“Instrucciones para la O ctava Cam paña para la Em ancipación N acional”, Junta N acional de
nacional, soberanía popular y justicia social. 19 El explícito objetivo de FO RJA, 1942.
proselitismo político perseguido por la agrupación para fomentar la 21
El diario local El Trabajo, de orientación socialista, presenta la noticia en estos térm inos:
“Triunfó el m ovim iento revolucionario. El m ism o sería de carácter dem ocrático y destinado a
restituir la legalidad en el país”. En el editorial del día 4 de junio, enum era críticam ente las “fallas
cívicas y m orales” en que había incurrido el gobierno depuesto afirm ando que “(… ) sólo es
17
GRINBERG, León,: Identidad e ideología, Ed. Cargiem an, Buenos Aires,1971. posible dejar establecido que el gobierno de la N ación ha sido avocado a una crisis de la que es
el principal responsable”. Por su parte, la Federación Socialista Bonaerense hace público un
18
Acerca de las representaciones com o una apuesta (enjeu) de las luchas que oponen a los m anifiesto en el que expresa que “(… ) los socialistas de la provincia prestarán su apoyo a la
in dividuos y a los grupos, en los com bates individuales y colectivos que se libran en el cam p o Intervención N acional (… ) para desm ontar la m áquina del fraude y la ileg alidad (… ) y para el
político y sim bólico, ver: BO U RD IEU , Pierre:”Espacio social y génesis de las clases” en Sociología estudio de las concesiones de los servicios públicos provinciales y m unicipales (… ) confiando en
y cultura, M éxico, Grijalbo, 1990. que, en breve plazo, se autorice el ejercicio pleno de los derechos constitucionales”. E.T., 4 de
junio de 1943; L.C. 30 de junio de 1943.
19
Sobre el pensam iento yrigoyenista y la influencia del krausism o, véase RO IG, Arturo: Los
22
krausistas argentinos, Cajica, Puebla, 1969. L.C. 12/06/1943.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

esperanzas”, tal como lo ha declarado la Junta Nacional de FORJA, en de Diarios, Revistas y Anexos, Obreros y Empleados de la Usina Eléctrica,
Buenos Aires. 23 Sociedad de Empleados del Casino, Sociedad de Empleados y Oficiales
La apelación a la juventud de la patria, formulada por el general Peluqueros, Obreros de Bebidas y Anexos (Rama Vitivinícola)y un sector de
Pedro Ramírez, constituyó la piedra de toque para los militantes forjistas que, Obreros M unicipales y de ferroviarios.
seguidamente, iniciarán una estrategia para trascender las fronteras de la De este modo, al influjo de la nueva coyuntura, la red forjista va
sociabilidad barrial y darse a conocer a la opinión pública como entidad cambiando su configuración. Los apoyos entrantes provienen ahora,
política, a través de la divulgación de sus ideas en la prensa local. Al mayoritariamente, del mundo del trabajo y el vínculo interpersonal es
promediar el año 1943, el semanario “Señales Argentinas” –que, hasta construido alrededor de cuestiones laborales concretas. La orientación del
entonces, sólo había alcanzado el carácter de publicación mural de reducidos grupo local encuentra un importante referente en Rolando Bereilh 26 , director
alcances– comienza a salir a la calle con regularidad alimentando, con su de Señales Argentinas, cuando Francisco Capelli –su anclaje principal– debe
estilo mordaz y provocativo, la polémica con los partidos políticos tradiciona- ausentarse frecuentem ente para cumplir funciones en el ám bito de la
les de la ciudad. El local de redacción se convierte en ámbito habitual de agrupación nacional; primero, como director del semanario La Víspera,
reunión de militantes y simpatizantes con miras a la organización de nuevos editado por la Junta Nacional de FO RJA, y luego, como Secretario General
e incipientes gremios en el contexto de una ciudad que, al compás del de la mism a, en el período 1944-1945. Estas conexiones políticas con la
desarrollo económ ico, va renovando su tram a social y diversificando su fuente de poder central continúan ampliándose al incorporarse forjistas de
estructura ocupacional. su amistad –M iguel López Francés y José Aralda, de Bahía Blanca– a la
Las primeras organizaciones gremiales marplatenses habían surgido gestión de Atilio Bramuglia como Interventor de la provincia de Buenos
a comienzos del siglo bajo el influjo de activistas provenientes de diferentes Aires. Esta situación, aunque refuerza el posicionam iento de la filial
corrientes ideológicas, a menudo, antagónicas en cuanto a la forma de marplatense a través de la ubicación de su figura central dentro de la entidad
abordar el conflicto obrero-patronal. Hacia 1940, continuaba esta división nacional, favorece, en el plano local, la emergencia de un liderazgo alternati-
que debilitaba al movimiento obrero organizado: un conjunto de gremios vo –el de Rolando Bereilh–, cuyo énfasis está puesto en la órbita laboral y
autónomos de tendencia anarquista, socialista y sindicalista se había nucleado que, además, tiene un fuerte predicamento en el ámbito de los núcleos
en la Unión Obrera Local, mientras el importante Sindicato de la Construc- barriales debido a la activa labor de los enlaces que lo acompañan.
ción, afiliado a la Federación Obrera Nacional de la Construcción y liderado Si bien las nuevas condiciones de funcionamiento del grupo
por comunistas, estaba adherido a la C.G.T. nacional.24 dirigente, proclives a la afirmación de este liderazgo alternativo, constituyen
Al margen de estas alternativas, la agrupación, a través de “Señales una importante fuente de tensiones internas debido al peso individual de
Argentinas” y de la tarea militante en los lugares de trabajo, prioriza la algunas personalidades, no lo son menos la heterogeneidad social de sus
formación de cuadros gremiales, el asesoramiento legal y la canalización de miembros y los matices ideológicos que van surgiendo y, sobre todo, el
los reclam os de los trabajadores hacia la creación de nuevos sindicatos, a énfasis puesto en determinadas posturas por el rumbo a seguir, a la hora de
diferencia de otros nucleamientos del país que sólo desplegaban una acción definir el curso de la acción política.
de difusión ideológica y de captación de adherentes en las organizaciones Una de estas tensiones se originaba en las expectativas y vaivenes
gremiales ya existentes. 25 En consecuencia, participan activamente en la –nunca explicitados abiertamente– de la cúpula dirigente de FORJA-Buenos
organización de gremios como: Obreros y Empleados del Golf, Vendedores Aires acerca de un eventual retorno a la U.C.R. para incorporarse, junto con
la intransigencia, a la lucha interna e intentar defenestrar a la conducción

23
L.C. 10/06/1943.
24
Véase, PASTO RIZA, Elisa: Los trabajadores de M ar del Plata en vísperas del peronism o, Buenos
26
Aires, C.E.A.L., 1993. Rolando Bereilh es periodista (autodidacta), oriundo de C oronel Vidal (Pcia. de Buenos Aires),
proviene de una fam ilia num erosa de escasos recursos. Sin m ilitancia previa, se incorpora a
25
Ver, JAU RETCH E, Arturo: FORJA y la década infam e, Docum entos, Peña Lillo ed., Buenos Aires, FO RJA/M ar del Plata identificado con las ideas yrigoyenistas. Entrevista a Ana Bereilh (herm ana),
1976, p. 13. M ar del Plata, m ayo 2003.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

alvearista.27 Desde su separación de la U.C.R., FORJA había aspirado a movimientista que fincaba sus valores en el campo de lo nacional y popular
constituirse en la fuerza partidaria de sustitución de aquélla; sin embargo, su y trascendía los lindes partidarios.
dirigencia, al cabo de algunos años de activismo ideológico con proyección A contrapelo de tales circunstancias, los nuevos lineamientos
nacional, parecía haber constatado la brecha insuperable que se cernía frente comienzan a difundirse en Mar del Plata a través de volantes y del semanario
a su acción política concreta y que había llevado a su dirigente más pertinaz nacional La Víspera. El material proselitista insiste sobre tres cuestiones: a) la
y combativo a reconocer: “(…) no hemos llegado a lo social. La gente nos reivindicación del origen radical de FORJA y su identificación con el
comprende y apoya, pero no nos sigue”.28 El reconocimiento de tales límites “verdadero” radicalismo; b) la defensa de los principios de la revolución del
implicó, en la coyuntura abierta por la revolución de junio, la puesta en 4 de junio, como actualización de los postulados sustentados por Hipólito
marcha de una estrategia que, sin renunciar a sus propias metas y sin Yrigoyen; y c) la renovada exigencia de satisfacer las necesidades del pueblo
desestimar ninguno de los ámbitos posibles de acción (el retorno a la U.C.R. resumidas en la consigna “Patria, Pan y Poder al Pueblo”. 30 Esta última
o su continuidad como agrupación independiente; sin excluir la promoción premisa, sostenida por FORJA desde 1935, se había reavivado a partir del
de cuadros técnico-profesionales forjistas para su inserción en los elencos del discurso del coronel Perón, al asumir el cargo de secretario de Trabajo y
gobierno m ilitar) les permitiera ser reconocidos como actores políticos de Previsión, en diciembre de 1943.31
valía frente a los muchos detractores existentes en la propia U.C.R. y en la
Los militantes forjistas pronto constatan sus limitaciones para captar
mayoría de las otras fuerzas políticas. Finalmente, durante 1944 y principios
voluntades y conexiones entre los allegados al radicalism o local, ya que ni
de 1945, la estrategia de FORJA cuajó en una postura intercesora –entre
aun los escasos miembros que acreditan la afiliación registran participación
algunos miembros del gobierno militar y notorias figuras de la intransigencia
ni trayectoria en la vida partidaria de la U.C.R., siempre agitada por las
radical– que quedó acuñada en una fórmula de batalla: “Hay que radicalizar
disputas entre la “Lista Blanca” y la “Lista Azul”. Ahora bien, en este contexto
la revolución y revolucionar al radicalismo”. 29
signado por condiciones que difieren de aquellas en que habían desarrollado
Esta postura de la entidad nacional comienza a gestar en el el adoctrinamiento y la movilización iniciales ¿cómo instrumentar la acción
nucleamiento marplatense reticencias y tensiones soterradas ya que, si bien grupal para el logro de los fines políticos? La “muchachada” forjista ve en la
el universo ideológico al que adscribía había sido reivindicado como continuidad de “Señales Argentinas” una ventana abierta a la oportunidad.
tributario del pensamiento y la tradición yrigoyenistas, su conformación no Los enlaces barriales y gremiales nucleados en torno a Bereilh, que desde el
era el resultado de una escisión del radicalismo local sino de un reclutamien- periódico habían estampado un neto rasgo obrerista y de contenido social a
to juvenil –de heterogéneo origen político y, mayoritariamente, sin filiación la militancia, receptivos al envite político –aunque sin experiencia previa–
partidaria– que hacía hincapié en un proselitismo centrado en una visión ponen énfasis en el tercero de los lineamientos tácticos de FORJA, con una
crítica del sistema tradicional de partidos políticos y en una concepción percepción ajustada de los reales problemas en juego.32
El año 1945 marca nuevos ejes de tensión para el forjismo de Mar
del Plata. El primero de ellos se manifiesta cuando el gobierno de facto lanza,
27
Las conclusiones de la Concentración Forjista Provincial, realizada en M ar del Plata, en con el decreto ley del Estatuto Orgánico de los Partidos Políticos, la primera
noviem bre de 1943 - publicadas en un estilo herm ético-perm iten avizorar una estrategia de
posicionam iento, en una escena política m ediata, en la lucha intrapartidaria por el control de
la U CR nacional. Periódico FORJA Bahía Blanca, enero de 1944.
28
D iscurso de A. Jauretche en el aniversario de la fundación de FO RJA, 29/06/1942. 30
Volantes editados por el núcleo FO RJA /M ar del Plata. Años 1944 y 1945.
29 31
El sem anario nacional forjista La Víspera analiza los alcances de la consigna: “Radicalizar la Perón anuncia que “(… ) se inicia la Era de la Justicia Social en la Argentina”.
revolución no significa entregar el radicalism o a la revolución, ni tam poco a la inversa. Significa
32
luchar porq ue la revolución, que tiene en sus m anos en este m om ento, la responsabilidad del En el m arco de una teoría sociológica de la acción, Bourdieu señala un aspecto del carácter de
gobierno, lo ejercite conform e a la única doctrina política de la nacionalidad, necesidad m ás la inversión en cualquier cam po social que podem os relacionar con estos com portam ientos: “Los
urgente aún, porque m ientras no se opere el proceso de revolución del radicalism o, estará agentes bien adaptados [en este caso, al juego político] están poseídos por el juego y sin duda
vacante la función histórica de éste, en razón de cuyos principios perm anentes sólo puede tanto m ás cuanto m ejor lo dom inan (...) com o los buenos jugadores de tenis, uno se encuentra
hablarse de intransigencia”. L.V. 03/02/1944. Pág. 1. Véase G ARCÍA, D elia M aría: “La Víspera. situado no donde está la pelota sino donde va a caer; uno se coloca e invierte no donde está el
El últim o proyecto político de FO RJA”, II Sim posio sobre Culturas Políticas y Políticas Culturales beneficio sino donde estará”. BO U RD IEU , Pierre: Razones Prácticas. Anagram a, Barcelona. pp.
en la Argentina del siglo XX y VIII Jornadas de H istoria Política, Tandil, 28 y 29 de abril de 2005. 141-144.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

señal de retorno a la normalización institucional, con miras a la apertura del las dos corrientes rivales de la U.C.R. local. 35 No obstante el escaso predica-
proceso electoral. La Junta Nacional de FORJA, en esa instancia, redobla la mento en las filas radicales, Capelli publica una solicitada haciendo conocer
apuesta a favor de su incorporación a la lucha interna de la U.C.R.. En una la decisión de la Junta Nacional, según la cual “FORJA, que nunca se separó
nota enviada a los nucleamientos del interior comunica que: de la U.C.R., y sí sólo de sus luchas internas (...) ha decidido intervenir en la
reconstrucción de la U.C.R. en coincidencia con todos los ciudadanos que se
mantienen fieles a la doctrina y a la conducta que señaló Yrigoyen”. 36
ha resuelto intervenir directamente en la lucha interna de la
U.C.R., por lo que invita a todos sus adherentes y simpati- M ás tarde, cuando en la caldeada escena nacional, arrecian los
zantes a inscribirse en los Registros que oportunam ente hostigam ientos contra el gobierno militar por su postura de neutralidad ante
serán habilitados para la afiliación política (...) [haciendo] el conflicto bélico y por las medidas de corte social impulsadas por Perón, los
un llam ado a la juventud para que inicie una acción intensa partidos socialista, comunista y demócrata progresista, junto con el sector
destinada evitar el retorno de quienes traicionaron a la unionista de la U.C.R. comienzan a concretar los primeros pasos hacia una
Unión Cívica Radical y al Pueblo”. 33 “Coordinación Democrática” y a calibrar el apoyo al radical José Tamborini,
virtual candidato aliancista ante las elecciones en ciernes. Desde una postura
opuesta, los forjistas metropolitanos avizoran, junto con los intransigentes,
Francisco Capelli vuelve a M ar del Plata e inicia conversaciones con una esperanza dentro del campo radical, en la figura de Amadeo Sabattini.
hombres de la intransigencia radical y con otros jóvenes dirigentes que, como En esta coyuntura política, Francisco Capelli, en M ar del Plata, se apresura a
Carlos Aronna, pertenecían al unionismo y que en esta hora comienzan a hacer público un telegrama enviado a Sabattini, con motivo de sus declara-
m anifestar disidencias con la conducción local. Sin embargo, los mutuos ciones contra la “Coordinación Democrática” y el discurso del embajador
recelos y una concepción diferente de las prácticas políticas coartan la norteamericano Spruille Braden. El texto es el siguiente:
posibilidad de orquestar una estrategia conjunta para retar con éxito al sector
unionista, conducido por Mario Giordano Etchegoyen. Así, mientras los
forjistas enfatizaban un trabajo proselitista personal, directo, “cara a cara,” Al D r. Sabattini: su palabra precisa, en el preciso instante,
para la m ovilización de las bases, los radicales se apegan a los mecanismos ha tenido la virtud de ordenar el caos al que se pretende
tradicionales (punteros partidarios en las comarcas barriales y puja interna en conducir al radicalismo definiendo el sentido argentino de
el ámbito del comité). Por otra parte, los intransigentes marplatenses seguían la intransigencia. El acento nacional de sus declaraciones
manteniendo asiduas conexiones con los dirigentes del Movimiento restablece, en el seno de la U.C.R., la unidad de Patria y
Revisionista Nacional que habían iniciado una política de acercamiento y Democracia frente a todo lo contingente oficial u opositor
colaboración con el nuevo interventor de la provincia de Buenos Aires y que que intente divorciarlos. Por fin un eco yrigoyeneano se ha
–en opinión de la prensa local– respondía a una “pretendida transacción oído en la confusión. Por todos los correligionarios de una
político-electoral”. 34 larga lucha. Francisco Capelli.37

Ante el anunciado retorno a la norm alidad institucional, la dirigencia


del comité radical convoca –en medio de un marasmo de críticas– a una
asamblea de afiliados para “propender a la unidad partidaria”. Capelli, quien
también participa en ella, acompañado por unos pocos forjistas radicales, ve
superada su posición por la tradicional polarización de fuerzas nucleadas en 35
L.C. 23/08/1945. Adalberto Castro, m ilitante “unionista” de la U .C .R. local al evocar la
asam blea señala: “(...) m i crítica a los forjistas no estaba centrad a ni en los principios ni en las
ideas antiim perialistas y dem ocráticas que yo tam bién com partía, sino en la intención de
pretender utilizar el partido, la estructura de la U .C.R. ante las elecciones q ue ya nos parecían
inm inentes”. Entrevista a Adalberto Castro, ex concejal de la U .C.R., M ar del Plata. 20/09/2001.
33 36
N ota de la Junta N acional de FO RJA, fechada en m ayo de 1945, en Buenos Aires. L.C. 04/09/1945.
34 37
L.C. 20/01/1945. L.C. 09/09/1945.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

La m aniobra de hacer público el apoyo a Sabattini –en un gesto ejemplo, dirigentes de prim era línea del núcleo de La Plata –como Miguel
político ajeno al comportamiento cauteloso de Capelli– conlleva, sin duda, López Francés, René Orsi, Ángel Castellanos, Francisco Suares Iscua y Adolfo
el intento de captar la adhesión del numeroso grupo de radicales que reclama Ramos– habían colaborado desde la acción política, durante las jornadas del
enérgicamente la remoción de las autoridades del comité local y la 17 y 18 de octubre, con los gremialistas de la Comisión Intersindical de La
reorganización partidaria. La “muchachada” forjista, cuyos miem bros se Plata y Berisso. 40 Una vez creado el Partido Laborista, se incorporan a él.
muestran cada vez más identificados con las reformas sociales motorizadas Idénticas solicitaciones provienen de los sectores nacionalistas y del
desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, no acompaña este “guiño” radicalismo renovador que, luego del pronunciamiento popular, también
político, del mismo m odo que antes había desoído la invitación formulada inician una etapa de aglutinamiento de fuerzas en torno a nuevas entidades
por la Junta Nacional para afiliarse a la U.C.R. partidarias. Finalmente, las contradicciones y las deserciones precipitan la
Los acontecimientos del 17 de octubre de 1945 encuentran a Capelli autodisolución de FORJA, que resuelve –en el marco de una Asamblea
en Buenos Aires cum pliendo sus funciones de Secretario General. El mismo General, en la que están ausentes los delegados del interior– dejar en libertad
día 17, junto con Jauretche, publican una declaración en nombre de la Junta de acción a sus afiliados.
Nacional, fijando su posición ante los sucesos. En ella expresan el “decidido En Mar del Plata, la red forjista no da muestras de haber alterado la
apoyo a las masas trabajadoras que organizan la defensa de las conquistas interacción habitual. Los enlaces en los barrios y las conexiones desarrolladas
sociales”, a la vez que reiteran la condena al Comité Nacional que se atribuye en los lugares de trabajo y desde “Señales Argentinas” –parientes, am igos,
la representación de la U.C.R., e instan a las “figuras representativas del vecinos y compañeros de tareas– continúan sus contactos con pareja
radicalismo yrigoyenista” a asumir la conducción partidaria para que ella frecuencia e intensidad, movilizados ahora en una abierta adhesión a Perón.
exprese el pensamiento revolucionario de Yrigoyen “en el que encuentran En ausencia de Capelli, Bereilh se ha consolidado como anclaje de la red y,
solución integral las inquietudes actuales del pueblo argentino sintetizadas con él, se han alineado algunos activistas barriales y gremiales –Juan
en: Patria, Pan y Poder al Pueblo”. 38 La postura adoptada, si bien saluda el Garivoto, Carlos Alonso, Jorge Vedoya, Miguel Guerrero, Adrián Líbano,
advenimiento de la causa popular, comporta contradicciones. La táctica Luciano Corsi– quienes, en una acción política conjunta con otros militantes
sugerida por la Junta Nacional debería dirimirse en el seno del propio forjistas, deciden el nuevo rumbo a seguir que culmina –sin deserciones– con
radicalism o, ya que –señalan– a él corresponde el liderazgo de la fuerza la fundación del Partido Laborista (P.L.) de Mar del Plata. La inm ediata
masiva que representa lo nacional y popular. Sin embargo, ese ideario, creación de otros centros laboristas desata una abierta com petencia entre
sostenido por la brega forjista, se está concretando con la emergencia del ellos para arrogarse el carácter de sede central. La cuestión queda zanjada a
coronel Perón, como líder popular. De este modo, en la agrupación central, partir de la formación de la Federación Local Laborista, integrada por
la identidad colectiva de FORJA parece colapsar bajo el peso contradictorio delegados de los diferentes “centros cívicos” –algunos, de procedencia
de las lealtades que aún la ligan con la U.C.R. y de las desconfianzas que se forjista; otros, de origen sindicalista– y cuyo Secretario General pasa a ser
ciernen sobre el nuevo liderazgo personalista. 39 Adem ás, el escenario político Rolando Bereilh.
reciente abre el libre juego de los incentivos individuales que comienzan a La posterior incorporación de Capelli al P. L. de Mar del Plata
actuar como fuerzas centrífugas dentro de los cuadros forjistas. Así, por renueva las tensiones internas en la red de militantes forjistas –ahora,
laboristas–, al desencadenar un conflicto entre la Federación Local Laborista
y el centro laborista (ex núcleo forjista) responsable de aquella afiliación. El
38
JAU RETCH E, Arturo: A. FORJA y... pp. 175-176.. incidente da pie a Bereilh para enfrentar a Capelli y disputarle abiertam ente
39
Sobre este punto, M . A. Scenna cita el testim onio de Roque R. Aragón, dirigente de FO RJA- el liderazgo de la activa red de apoyos construida durante la etapa de
Buenos Aires: “Esos tiem pos fueron m uy difíciles para nosotros. Se veía venir una revolución militancia forjista y, de paso, aventar cualquier posible maniobra dirigida a
popular que expresaba nuestros reclam os y se insinuaban en ella desviaciones que herían
nuestros principios intransigentes”. Jauretche, por su parte, refiere que, con Capelli, había controlar la incipiente estructura organizativa del P.L. Si bien en el cruce de
realizado incontables viajes a Villa M aría, para convencer a Sabattini de liderar el m ovim iento
popular antes del 17 de octubre. R eitera que el 11 de octubre fue de nuevo a visitarlo, con
Capelli, a su casa de Buenos Aires –ya desplazado Perón del gobierno m ilitar– para que tom ara
40
el poder; pero que Sabattini se negó. (Entrevista a A. Jauretche y a R, R. Aragón en: SCEN N A, Véase, O RSI, Reneé: Jauretche y Scalabrini Ortiz, Buenos Aires, Peña Lillo ed., 1985, pp. 144-
M iguel: FORJA. U na aventura… pp. 356, 382 y 387. 145.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

argumentos que acom paña al incidente –recogido por la prensa local– 41 se mentor del grupo. Aunque en esto podríamos ver el valor moral con que
pone de manifiesto una táctica para impedir el ingreso de Capelli al están investidos ciertos vínculos, no es menos cierto que la continuidad –o
laborismo –motivada sin duda, por factores personales y de rivalidad por el la ruptura– de la red, en este caso, está fuertemente condicionada por los
poder– se advierte que tam bién subyacen enfrentadas las dos visiones vaivenes de un escenario político imprevisible.
ideológicas que nutren a las principales corrientes del laborismo en M ientras tanto, en el ámbito de la U.C.R. local se encrespan los
formación. Una, de origen sindical, heterogénea en su filiación ideológica, ánimos alrededor de un cuestionado proceso de depuración y reorganización
pero que se expresa en una común retórica de clase arraigada en experiencias interna que, debido a los métodos em pleados por la facción que detenta el
de lucha gremial llevada a cabo en las organizaciones obreras tradicionales de control del com ité –tacha de padrones e impedimentos arbitrarios para
la ciudad;42 la otra, heterogénea en su composición social y origen político, obstaculizar la incorporación de afiliados pertenecientes al grupo oponente–
aunque identificada con el pensamiento yrigoyenista, y que comparte una exacerba las desinteligencias y los enfrentamientos con la conducción
trayectoria de militancia movimientista que enfatiza la soberanía nacional y partidaria. Esta situación precipita el alejam iento de diversos grupos y genera
popular y la justicia social. La tensión entre ambas visiones no es un rasgo –particularmente, entre los más jóvenes– un clima proclive a la formación de
exclusivo del naciente laborismo local; también lo es de la propia corriente una nueva agrupación política que pasaría a integrar la coalición peronista.
constituida por los forjistas, en la que gravita un m arcado perfil trabajador. Al igual que en el orden nacional, cuya Junta Renovadora (U.C.R) es liderada
En efecto, -com o analizaremos más adelante- ella se verá sacudida por el peso por miembros disidentes que proceden del alvearismo, en M ar del Plata, la
de ciertas ambigüedades y contradicciones abonadas desde el terreno nueva fuerza política es presidida por dirigentes que vienen de las filas
ideológico y desde la práctica política que, finalmente, terminarán por poner unionistas como Carlos Aronna y Alfredo Biondelli quienes, descontentos
en crisis la identidad colectiva que les confiere cohesión como grupo con las autoridades partidarias y ante un escenario político abierto a nuevas
militante. No obstante, en la coyuntura, am bos grupos –forjistas y sindicalis- oportunidades para la empresa electoral, dan inicio a una tarea de aglutina-
tas– procuran equilibrar los desencuentros esenciales y confluir en unidad en miento de apoyos diversos y, a través de la creación de una serie de comités
una alianza estratégica para dar, desde el laborismo, el respaldo a la empresa denominados Alem-Yrigoyen-Perón, que rivalizan con los laboristas en
electoral liderada por Perón. levantar tribuna en el centro y los barrios, así como en localidades vecinas de
Superado el conflicto y m odificadas las relaciones de poder dentro la 5º Sección Electoral. Por lo demás, existe en la ciudad otro grupo de apoyo
de la red forjista, desde una discreta segunda línea, Capelli se esfuerza por al peronismo: la Alianza Libertadora Nacionalista, cuya incorporación reviste
evitar la división del grupo, al tiempo que impulsa la formación de centros un carácter inorgánico y su aporte resulta numéricamente secundario.
laboristas en los antiguos dominios de FORJA. Alrededor de Bereilh –ahora El arco opositor a la alianza peronista, aglutinado en la “Unión
en funciones claves de organización, prensa y propaganda, dentro de la Dem ocrática”, está compuesto por el radicalismo (Comité Nacional), el
Federación Laborista– se mueven los militantes más jóvenes quienes, más allá Partido Socialista, comunistas y demócratas progresistas.
del compromiso ideológico con la propuesta social peronista, tienen fuertes
El resultado de las elecciones del 24 de febrero de 1946 en la ciudad
expectativas individuales depositadas en la carrera política. Sin embargo, este
señala el triunfo de la Unión Democrática sobre el P.L. – U.C.R. (J. R.) por
acercamiento no significa –todavía– la ruptura con Capelli. En ellos, como en
la diferencia de 996 votos. 43 No obstante, el P.L. obtiene una victoria relativa
otros forjistas que manifiestan disidencias, parecería obrar aún la norm ativi-
pues suma mayor cantidad de votos que las otras fuerzas partidarias en
dad del vínculo prim ario que los había integrado al grupo de adscripción
aquellos cargos electivos en que los integrantes de las alianzas concurren en
ideológica; es decir, el lazo reconocido hacia determinadas personas de la red:
forma separada; es decir: gobernador, diputados nacionales y senadores y
parientes, amigos, vecinos o el propio Capelli, dada su condición de antiguo
diputados provinciales. Sin embargo, este resultado no permite presagiar el

41
L.C. 03/01/1946.
42 43
Sobre el rol de las experim entadas conducciones sindicales en la constitución del laborism o Resultado de las elecciones presidenciales del 24/02/1946 en el distrito de G eneral
en el plano nacional, véase, entre otros, TO RRE, Juan C arlos: La vieja guardia sindical y Perón, Pueyrredón: U. D em ocrática, 10.105 votos; P.L.-U CR(JR), 9.109. PASTO RIZA, Elisa Los trabaja-
Sudam ericana, Buenos Aires, 1990. dores de M ar del Plata en vísperas del peronism o, CEAL, Buenos Aires, 1993, p. 75.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

proceso vertiginoso de disgregación que afectaría, luego de las elecciones, a autorizar los comicios internos como medio para frenar la anarquía reinante;
la incipiente fuerza partidaria. así como la conducta vacilante del comisionado municipal ante las presiones
Luego de las elecciones, al mismo tiempo que en los espacios de las distintas facciones laboristas para acceder a cargos y em pleos adminis-
nacional y provincial se desencadena una puja por la cobertura de bancas trativos de la M unicipalidad. 45 El estrepitoso enfrentamiento culmina con la
legislativas y cargos de gobierno entre las fuerzas que constituyen la coalición expulsión de Bereilh y la salida de los forjistas del seno de la Federación
peronista, en la ciudad, se asiste a la proliferación de múltiples conflictos. No Laborista. 46
sólo entre los dos grupos partidarios sino también entre las diversas facciones Este hecho resulta determinante para la recomposición interna de las
del laborismo local (ex radicales, ex conservadores y “reyistas”), que intentan relaciones de poder en la red forjista y para la alternancia del liderazgo en un
el copamiento del poder municipal mediante nom bram ientos en la nuevo contexto político.
administración pública comunal. Situación anárquica a la que tampoco son
ajenos los propios comisionados, allegados a las antiguas redes de poder del
El Frente de Trabajadores M anuales e Intelectuales (F.T.M .I.)
P.D.N local o a las del vicegobernador electo, Juan B. Machado, radical
yrigoyenista, con un pasado de lealtades fluctuantes que lo ligan al antiperso-
nalismo, y con una trayectoria de arraigo en la ciudad. 44 Finalmente, la pugna Ante la lucha desatada en la coalición peronista entre el P. L. y la
por los espacios de poder m unicipal se traslada al seno de la Federación U.C.R. (J. R.), Perón declara, en marzo de 1946, la caducidad de las
Laborista, que se convierte en botín de guerra de las distintas facciones de la autoridades partidarias de ambas agrupaciones y da lugar a la creación del
alianza laborista local. Partido Único de la Revolución N acional (P.U.R.N.), en un intento por
El grupo forjista, sin conexiones anteriores con el poder local y sin unificar las heterogéneas fuerzas políticas en un solo partido. Esto constituye
poseer el respaldo de ninguna entidad partidaria central, ante el anárquico y el umbral de un nuevo tiempo político.
acelerado proceso que se precipita, luego del triunfo electoral, con la Bajo las recientes condiciones, la red de forjistas marplatenses cambia
multiplicación de los centros laboristas y la consiguiente incorporación de sus su configuración interna y su dinámica en pos de alcanzar la meta política
delegados a la Federación Laborista, optan por exigir –como una manera de perseguida. Sus miem bros desactivan transitoriam ente las rivalidades y
legitimar la presencia en este espacio de poder político– la validación de los conflictos y priorizan las relaciones de negociación y de cooperación cerrando
dirigentes, a través de la libre elección de las comisiones directivas de cada filas alrededor de Capelli, quien en esta etapa reúne los recursos organizativos
uno de los centros que tienen representación en la F.L. Esta postura y el ascendiente necesario para liderar la acción colectiva. El ascenso político
comporta una divisoria de aguas: sindicalistas y forjistas se enzarzarán en una de Capelli deviene de su conexión con los ex miembros de FORJA Nacional,
confrontación sin retorno. quienes han pasado a integrar los cuadros técnicos y políticos del nuevo
Frente al proceso de deflagración interna que afecta al laborismo, el gobierno de la provincia de Buenos Aires.47 Una designación oficial
grupo forjista ventila en su periódico “Tesón” las pugnas internas y señala las
causas que, en su opinión, extreman la división y ponen en crisis la legitimi-
dad de la conducción partidaria: la falta de representatividad de la dirigencia 45
Los com icios de 1946 no incluyeron la elección de autoridades m unicipales. En consecuencia,
los m unicipios de la provincia de Buenos Aires continuaron intervenidos por Com isionados,
laborista local y la negativa del Comité Directivo Provincial del P.L. a nom brados ahora por las autoridades provinciales entrantes. La norm alización de los poderes
locales llegaría recién con la elección m unicipal del 14 de m arzo de 1948. Sobre la gravitación
de los com isionados m unicipales en la conform ación de los cuadros políticos locales, véase,
AELO , O scar: “Elites políticas… ”
44
Juan Bautista M achado había ejercido la presidencia del com ité de la U .C.R. local en 1914; 46
Tesón 04/06/1946.
luego ocupó una banca en la legislatura provincial representando al distrito. Posteriorm ente,
47
desem peñó funciones públicas en M endoza, Entre Ríos y Santa Fe. En noviem bre de 1945, fue D urante la gestión del Coronel M ercante en la provincia de Buenos Aires se form ó un
nom brado Com isionado M unicipal de General Pueyrredón por el gobierno de facto, cargo que gabinete forjista: Julio César Avanza, m inistro de Educación, M iguel López Francés de H acienda
desem peñó hasta febrero de 1946, en vísperas de las elecciones. Lo sucedió en la com isionatura, y Econom ía; Eugenio Álvarez Santos, subsecretario de Econom ía, Guillerm o Piñero,
el D r. José M aría Carbusiero, quien había sido Asesor Letrado de la M unicipal durante la gestión subsecretario de H acienda; José Cafasso, subsecretario de Cultura; Alejandro Greca, presidente
de M achado. El Puerto, 24 de noviem bre de 1945 y 9 de febrero de 1946; L.C. 23 de noviem bre del Consejo de Educación y Julio Tavella, director de Turism o; Arturo Jauretche se desem peñó
de 1945. (continúa...)

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

contribuye a reforzar esta centralidad como referente político: es nombrado originaria se mantendrá unida, sin deserciones. Sin embargo, cuando llegue
delegado del gobierno nacional para participar en la 29º Conferencia el mom ento de concretar determinados incentivos selectivos 50 y se intente
Internacional del Trabajo en Montreal, Canadá.48 De este modo, bajo el alterar el equilibrio existente entre los actores (expresados en la organización
influjo de un contexto político cambiante, se actualiza –una vez más– una y que confieren sentido al rótulo partidario), la agrupación alcanzará una
dinámica interna que asegura la continuidad de la red, aunque con una cúspide de tensión, premonitoria de la ruptura.
configuración diversa en su punto de anclaje. Contrariamente, las dem ás corrientes internas del peronismo local
Al tiempo que desde el gobierno nacional se intenta avanzar hacia se irán constituyendo a lo largo de un alborotado proceso caracterizado por
la unificación, cada una de las fuerzas que había conformado la coalición una continua fluencia de apoyos de origen diverso, acompañada simultánea-
electoral peronista procura ganar influencia con estrategias de reagrupamien- mente por resonantes escisiones y desgranam ientos. La ex Junta Renovadora
to y de galvanización de su identidad originaria. En esta instancia, el grupo presidida por el Dr. Carlos Aronna, sufrirá, en el primer momento, la
forjista (devenido laborista) ingresa al P.U.R.N., agitando una retórica de deserción de notorios ex punteros radicales. Luego, la agrupación –que
impugnación a la “vieja política” y, siguiendo las tempranas directivas de la pasará a llamarse “Bloque Unión Revolucionaria”– se beneficiará con un
Junta Ejecutiva Nacional, ubica en un lugar de preeminencia al sector aglutinamiento de fuerzas proveniente de la intransigencia radical, del
grem ial. Se constituye así, com o corriente interna partidaria bajo el nombre laborismo (de extracción gremial y de procedencia política diversa) y,
de “Frente de Trabajadores Manuales e Intelectuales”. 49 Sin embargo, la raíz finalmente de la Alianza Libertadora Nacionalista, nacida del viejo tronco
del forjismo yrigoyenista aún perm anece como un fuerte componente conservador y liderada por el escribano Ordoner R. Redi.51
identitario del grupo. La consigna que ahora los aglutina en esta etapa Hacia diciembre de 1946, se conforma una tercera agrupación
conserva aún innegables reminiscencias de su pasado militante: “Patria, Paz interna, liderada por el Dr. Juan José Pereda (reconocido médico marplaten-
y Poder al Pueblo”.Es que, en esta etapa, en la cual la agrupación em prenderá se), que nuclea –en una primera fase– los centros denominados “Unión
una estrategia de dominio sobre un –todavía no definido– entorno partida- Radical Laborista”. Los mismos están constituidos por desprendimientos de
rio, necesita reforzar entre sus adherentes el vínculo ideológico y asegurar la la Federación Gremial Laborista (de extracción sindical pero de origen
movilización; para ello, apela a la fuerza cohesiva de una com unidad de político heterogéneo, aunque con preeminencia de elem entos radicales y
valores ligados a su pasado forjista. En esta fase organizativa, la red personal conservadores) y de la Federación Local Laborista. Además, aglutina los
centros “Unión Radical Yrigoyenista” (desgranam ientos de la ex Junta
Reguladora). Finalmente, cuando el precandidato marplatense recibió el
47
(...continuacion)
com o presidente del Banco de la Pcia. de Buenos Aires. Posteriorm ente Francisco Capelli se
desem peñaría com o subsecretario de Previsión. El Ingeniero José M anuel M artínez, tam bién
m arplatense, ocu pó el cargo de D irector de Catastro provincial. Entrevista al Ingeniero U lises
García O ste, Subsecretario de Asuntos Agrarios en el gobierno de Atilio M ercante, M ar del Plata.
23 de m arzo de 2002.
50
La participación en las agrupaciones políticas com o “asociaciones voluntarias” ha sido
48
El D r. Capelli participa com o m iem bro de la Com isión de Aplicación de C onven ios y estudiada desde la perspectiva de la llam ada “teoría de los incentivos”, es decir, de los beneficios
Resoluciones laborales. L.C. 17/10/1946. o de las prom esas de futuros beneficios por parte de los líderes. U na prim era versión de ella
(Peter Lange) enfatiza que los incentivos que toda organización debe asegurar, son, sobre todo,
49
El artículo 4º del Com unicado de la Junta Ejecutiva N acional, del 9 de julio de 1946 decía colectivos (identidad, solidaridad e ideología). O tra versión (D . Gaxie) afirm a que los incentivos
“(...) D entro de la organización partidaria [del P.U .R.N .] tendrá preem inencia la expresión de toda organización son, por el contrario, selectivos y que se distribuyen sólo a algunos
grem ial de sus afiliados, por encim a de las m odalidades que, de perpetuarse, viciarían su ser con partícipes y de form a desigual: status, poder y beneficios m ateriales. A. Panebianco sostiene que
las ya dem asiado conocidas tareas de la vieja política. Los trabajadores m anuales e intelectuales las organizaciones partidarias son, a un tiem po, “burocracias” y “asociaciones voluntarias”; por
de la N ación Argentina son y serán los auténticos dirigentes y realizadores del ideario peronista”. ello se distribuyen tanto incentivos colectivos com o selectivos. El peso de am bos tipos puede
Citado por M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos del Partido Peronista, Siglo XXI, Argentina, llegar a variar de una organización a otra. Ver PAN EBIAN CO , Angelo: M odelos de Partido,
2002, p. 46. El rótulo del FTM I reedita una de las denom inaciones que identifica al aprism o Alianza, M adrid, 1995.
peruano (véase: M ELLÁ, Julio: “La lucha revolucionaria contra el im perialism o” en El m arxism o
51
en Am érica Latina. Antología, C. núm . 58, Centro Editor de Am érica Latina) El proyecto político L.C. 12/04/1947 y L.C. 25/08/19 47. “La A lianza Libertadora N acionalista, en M ar del Plata,
del APRA estaba basado en una alianza entre los intelectuales –particularm ente los universitarios contaba con un nutrido encuadram iento de universitarios y m ilitantes identificados con esa línea
de clase m edia– y la “naciente y aun no organizada clase proletaria”. Véase, H AYA de la Torre: de pensam iento q ue privilegiaba a la N ación y a la soberanía nacional com o categorías
“En el X aniversario… ” pp. 131-132; El antiim perialism o y el APRA, Ed . Ercilla, Santiago de fundam entales. Provenían del conservadorism o histórico”. Colaboración escrita del ex dirigente
Chile,1936, pp. 29 y 65. forjista Juan Garivoto (3 páginas). N oviem bre de 1999.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

apoyo ostensible del vicegobernador J. B. Machado, 52 se neutralizan las Ya constituido, en el plano nacional, el Consejo Superior del Partido
turbulencias ocasionadas por las maniobras y los juegos de poder entre las Peronista, y teniendo en vista la instancia electoral que se avecina para marzo
facciones de esta corriente interna, y se inicia una etapa de consolidación en de 1948 (elección de diputados nacionales, legisladores provinciales y, sobre
torno a los denominados centros o comités “Lista Blanca” y los identificados todo, elecciones municipales), resulta de importancia capital para las
como “Principios, Patria y Unión” del Partido Peronista. 53 dirigencias surgidas en esta etapa form ativa, la validación de su representativi-
Otras dos corrientes se irán perfilando en la tumultuosa escena dad a través de los comicios internos. En M ar del Plata, todas las corrientes
partidaria de un peronismo en proceso de formación: la “Junta Prounidad del del peronismo en formación se lanzan a la conquista del terreno partidario.
Peronismo”, encabezada por el diputado Luis Mignone (P. L.), y el “Frente El FTM I es la primera agrupación del peronismo local que fija su
Popular Peronista”, de Eduardo Oscar Macchi. Am bas agrupaciones están, posición tratando de tomar distancia, tempranamente, de las otras líneas
en mayor medida, conformadas por profesionales, pequeños comerciantes internas, ante un panorama partidario convulsionado por la heterogeneidad
y algunos empleados que podrían caracterizarse como “independientes”, de las fuerzas aglutinadas, cuya coincidencia ideológica parecería limitarse a
incorporados a las filas peronistas después del 24 de febrero.54 la com ún adhesión al liderazgo de Perón, como eje de un m ovimiento
El F.T.M .I. tiene su base de sustentación en los centros barriales. El nacional y popular. El discurso inaugural del.F.T.M .I. –sostenido luego a lo
contorno suburbano que había nutrido los reductos del forjism o y del largo de la campaña por las elecciones internas– demarca un campo de lucha
laborismo se dilata territorialmente e incorpora, ahora, otros nucleamientos con fuerzas antinóm icas, situado en el interior del propio Partido Peronista.
ubicados en las zonas periféricas de la ciudad; en tanto, la Biblioteca Por un lado, “el pueblo peronista”, que encarna una verdadera fuerza moral
“Mariano Moreno” continúa fungiendo com o ámbito de coordinación y al ser “depositario y custodio de los valores conquistados: justicia social,
encuentro de las organizaciones adheridas al F.T.M .I. En este contexto, y con soberanía económica y política”. Y por el otro, “los enemigos, los profesiona-
una dinámica militante centrada en el ámbito del barrio, trabajadores, les de la política, los oportunistas, los que estaban al acecho y treparon a
estudiantes, pequeños comerciantes, am as de casa y algunas docentes última hora para arrendar bienes que no les pertenecen”. 56 En el fragoroso
conforman las nuevas agrupaciones, precursoras de las unidades básicas. En discurso frentista se hace manifiesta una cuestión que ya comienza a desvelar
ellas, hombres y mujeres –a menudo compartiendo el mismo local de a la dirigencia de esta etapa aluvial: la legitimación de derechos a partir de la
reunión– se inician en el ejercicio de dar contenido social, en el marco del acreditación de un origen peronista “de la primera hora” o “de la primera
barrio, a su participación política. De este m odo, algunos centros se hornada”. Sobre este punto, los ex forjistas remontan su peronism o a la
convierten en espacios de sociabilidad en los que se desarrollan, además de postura sostenida el 4 de junio de 1943, “cuando cayó el régimen que fue
las tareas partidarias, actividades vinculadas con la transmisión de nociones vergüenza política, ruina económica y traición a la Patria”. El 24 de febrero
escolares y saberes prácticos a los adultos y niños del vecindario: clases de de 1946 vendría a concretar el triunfo de una revolución de profundo sentido
costura, bordado, danzas nativas o alfabetización, a cargo de maestras y de regenerador. De este modo:
vecinos. 55
Asistimos a un nuevo despertar político con hombres
nuevos, hombres jóvenes que no permitirán jamás que esas
generaciones caducas que engañaron al pueblo y delinquie-
52
El D r. Pereda es invitado a dar una conferencia en la em isora L.S. 11, sobre el “Plan Trienal” ron al Estado, vuelvan a apoderarse otra vez de la República.
y concurre acom pañado por el vicegobernador J.B. M achado. L.C. 19/04/1947.
El pueblo deberá decidir en los próximos comicios internos
53
L.C. 02/04/1947; L.C. 19/04/1947; L.C. 09/05/1947; L.C. 04/08/1947. si quiere que la dirección del Partido Peronista de M ar del
54
Esta inform ación fue relevada en la prensa local: L.C.: m arzo a junio de 1947. Algunos de los Plata esté en manos de contrarrevolucionarios, profesionales
candidatos que podem os caracterizar com o “independientes”, en m uchos casos, han tenido de la política, arteramente metidos en nuestro seno, o si de
vinculaciones con el P.D .N .
55
Sobre las actividades desarrolladas por los Centros Peronistas del Barrio D on Bosco,
Cincuentenario, Puerto, Las Avenidas y Nueva Pom peya, véase, núm eros varios L.C.
56
noviem bre1946 – abril 1947. L.C. 10/02/1947.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

lo contrario, prefieren a su frente a obreros, profesionales, más efervescente y anarquizado. La negativa del Frente –embarcado en una
empleados, con honradez probada y adhesión manifiesta a estrategia ofensiva dirigida a conquistar el territorio electoral– suscita en los
la causa que hoy moviliza al pueblo entero.57 otros contendientes reacciones igualmente hostiles que presagian una
polarización de las fuerzas.

El eje de la discusión –tal como es definido por el F.T.M.I.– no se La piedra de toque –anticipatoria de la derrota electoral para el
encuadra en un planteo de ideología identitaria; tampoco en la diferencia de F.T.M .I.– sin embargo, parte de sus propias filas, en ocasión de la Asamblea
proyectos políticos y sociales. Se trata de razones remontadas desde el terreno para la postulación de precandidatos, realizada el 25 de julio. Ante la
ético. De este modo, los dirigentes de la agrupación –en nombre del maniobra de cooptación de un sector dirigente en favor del grupo de
“adecentamiento” político y de la tem prana adhesión al proyecto social profesionales, se produce el retiro del Centro Peronista Don Bosco, junto con
peronista– se arrogan el derecho de representación para ejercer los cargos la Agrupación Fem enina y las Vanguardias Juveniles. Luego, la escisión se
electivos y partidarios del P. Peronista, en el plano local. Además, el carácter extendería a sectores de los centros “Las Avenidas”, “Juan Atilio Bramuglia”
de “hombres nuevos” en la arena política, es esgrimido como un signo de y “General Guido”. El comunicado de desvinculación de estos centros
incorruptibilidad y de respeto ciudadano. Ante el variopinto perfil de los barriales del F.T.M .I. expresa:
miembros de las otras corrientes, los ex forjistas se atrincheran detrás de un
discurso moralizador y –posponiendo viejas rencillas internas– exhiben una Los móviles que les indujeron a tomar resolución fueron
militancia común alejada de las contiendas y amañamientos de la política de que (...) se propusieron a dedo precandidatos que, en su
comité y caracterizan a sus gremialistas (en contraste con los sindicalistas del casi totalidad no representan en absoluto a las fuerzas
laborismo local enrolados en las otras líneas) como dirigentes nuevos, trabajadoras, objeto principal de la obra de la revolución y
insertos en los centros barriales y surgidos de las comisiones internas (en para la cual han dado y darán hasta la última gota de sangre
gremios ya consolidados) como delegados de las obras del Casino, Chapad- cuando las circunstancias lo requieran. Esa masa que desea
malal, Canteras o la Usina, o bien, de los sindicatos recién formados. verse representada por auténticos hombres que saben de
Nuevamente, se nuclean en pos de una meta política desplegando su sus preocupaciones y de sus necesidades.59
experiencia y organización. Realizan, en los centros barriales y a través de la
radio local, un ciclo de conferencias para la difusión del Plan Quinquenal a
cargo de dirigentes obreros y profesionales; publican en la prensa extensos R. Bereilh –quien, junto con otros ex forjistas de Señales Argentinas,
artículos de carácter político–doctrinario y levantan tribuna en las zonas más se encontraba entre los afectados por la cooptación– promueve, desde el
apartadas de la ciudad, donde también realizan exhibiciones callejeras de cine sector de Aronna, la formación de un frente común contra el F.T.M .I., bajo
dirigidas a la “divulgación revolucionaria para estimular la cultura del pueblo la consigna: “La única disyuntiva: Peronismo o Secta”. 60 Carlos Aronna se
en el orden político y social”. 58 aviene a la propuesta frentista de Bereilh y pasa a presidir la “Conjunción
Peronista”, a la que también ingresa el centro “Pro Unidad” (de origen
conservador, ex A. L. Nacionalista) encabezado por el escribano O. Redi.61
División de la red forjista y derrota del F.T.M.I.
La radio, la prensa local y la tribuna callejera son los ámbitos
públicos en los que los ex forjistas –de una y otra facción– ventilan con
Al promediar el mes de julio, ante la proxim idad de las elecciones parejo encarnizamiento las cuestiones personales y los reclam os por los
internas del 21 de septiembre, las corrientes en pugna –con excepción del
F.T.M .I.– inician tratativas de unificación, en un clima partidario cada vez
59
L.C. 29/07/1947.
57 60
D iscurso de Capelli en el acto de inauguración de la cam paña. L.C. 10/02/1947. L.C. 31/07/1947.
58 61
L.C. núm eros varios entre los m eses de febrero y julio de 1947. L.C. 01/09/1947.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

cargos y las candidaturas. 62 Mientras el F.T.M .I., afirma que “el Partido y Eduardo Villar ocuparán los cargos de concejales, en el primero y tercer
Peronista debe organizarse con inflexibles criterios de honradez, conducta y lugar, respectivamente. Los miembros del grupo liderado por R. Bereilh,
capacidad, porque es la única forma en que puedan cum plirse los ideales accederán a los cargos electivos por el P.P., recién, con el triunfo electoral del
revolucionarios”, la “Conjunción Peronista” señala que “aquél que pretende 11 de noviembre de 1951: Rolando Bereilh y Luciano Corsi, como diputado
seleccionar olvida que carece de autoridad para hacerlo”. Por otra parte, y senador provinciales respectivamente; Juan Garivoto y Eduardo Vedoya
agravan aún más el ambiente político local, las versiones contradictorias que como concejales del distrito de General Pueyrredón.
circulan sobre la existencia de apoyos oficiales –provenientes de distintos
sectores del gobierno provincial y municipal– destinados a favorecer a uno
Reflexiones finales
u otro de los candidatos postulados. 63
Así, en este clima caldeado, en medio de llamados a la cordura y a
deponer ambiciones y egoísmos personales y de reiteradas afirmaciones de La crisis interna del F.T.M .I., que culminó con la derrota y la
la condición de “revolucionarios sin m ácula” y de “peronistas de la primera dispersión definitiva de la red forjista originaria, abarcó dos cuestiones
hora” –por parte de todos los sectores–, se realizan las elecciones internas del centrales que se imbricaban mutuam ente. Una, relacionada con la identidad
P.P. en M ar del Plata. Com icios en los que el F.T.M.I. es derrotado por la colectiva, giraba en torno a la representación política de los trabajadores y el
“Conjunción Peronista”, encabezada por el Dr. Carlos Aronna. lugar de preeminencia que les correspondía desde los fines sostenidos por la
agrupación. La otra, vinculada con los incentivos selectivos que configuraban
El revés electoral sólo rubricó el proceso de deflagración interna de
la vía del ascenso individual para los miembros del grupo dirigente, puso de
la agrupación, iniciado con aquella asamblea del 25 de julio para la
manifiesto la gravitación de esos créditos a la hora de su distribución en el
postulación de precandidaturas partidarias. La fractura y contracción de la red
interior de la organización; sobre todo, por tratarse de una instancia electoral
forjista no se agota con la salida del grupo rebelde. Otros militantes, ligados
en la que, debido a la inestabilidad e incertidumbre de los apoyos internos
por solidaridades personales y lealtades organizativas, perm anecerán en la
logrados por cada una de las agrupaciones rivales –débilmente aglutinadas–,
agrupación sólo hasta la derrota electoral. 64 Otro segmento de la red forjista,
existía, para determinados miembros que contaban con la propensión, el
constituido por militantes que mantienen fuertes vínculos de lealtad hacia el
capital militante y las capacidades necesarias para apostar en el juego político,
antiguo mentor del grupo continuará a su lado.65 Ellos participarán,
la posibilidad de obtener en alguna de ellas, incentivos equiparables a los
posteriormente, en un proyecto político conjunto que los colocará en el
negados por el F.T.M.I. 66 En efecto, en el suelo magm ático de una fuerza
Concejo Deliberante, acompañando al Dr. Juan José Pereda, como Intenden-
política en formación –com o era el naciente movimiento peronista– el acceso
te de Gral. Pueyrredón, durante la primera gestión del peronismo en el
a una carrera política significaba, para los dirigentes de cualquier extracción
ámbito municipal, a raíz de las elecciones de marzo de 1948. Arnaldo Bollo
social, una posibilidad abierta al envite. La reconversión era factible ya que
se vivía el momento formativo –con una estructura interna de oportunida-
des–, y con ella, también se tornaba posible actualizar las expectativas
62
Solicitadas en: L.C. 31/07/1947; 06/08/1947; 07/08/1947 y 08/08/1947. latentes de movilidad y de prestigio social, a través de la política como
63
L.C. “Com entarios de Política Local” en núm eros varios de septiem bre de 1947 y Solicitada
profesión. En consecuencia, ambas cuestiones –la identidad colectiva y la
de Capelli al Com isionado M unicipal H ernani M organte 19/09/1947. satisfacción de los incentivos individuales– se implicaron recíprocam ente
64
Luego del retiro de las agrupaciones, en la asam blea de julio de 1947, la lista de precandidatos durante el proceso de crisis, desembocando en una doble frustración y
fue confeccionada nuevam ente. La lista final presentada llevó, sobre dieciocho cargos, tres provocando la deflagración del FTM I.
profesionales. Algunos m ilitantes del sector grem ial, renunciaron de antem ano a conform ar la
segunda lista; acom pañaron al F.T.M .I. hasta su derrota electoral, y luego se retiraron.
65
Panebianco afirm a que el sentim iento de deferencia hacia los jefes de una organización política
66
(observado por M ichels) se explica porque ciertos líderes representan el signo visible d e la Rolando Bereilh obtiene la representación com o D elegado al Congreso General Constituyente
identidad organizativa. D esde el punto de vista sociológico, en cam bio, podría ser explicado en del Partido Peronista de la Pcia. de Bs. As. Juan Parra (del Centro D on Bosco), Juan José
función del valor m oral con que son investidos ciertos vínculos, en este caso, por el respeto con Carnevali (del Centro Neuquén) y Rafael M archetti (del Centro Juan Atilio Bram uglia) son
que se connota la relación m entor-discípulo. D e hecho, uno de los entrevistados, al referirse a incorporados a la nóm ina de precandidatos partidarios por la “Conjunción Peronista”, presidida
la ruptura de su relación con Capelli, expresó: “Fue la últim a lección del m aestro”. por Aronna.

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El peronismo bonaerense García – FORJA en la conformación del Peronismo

En el primer caso, la agrupación había sostenido en sus fines una generaciones universitarias –predominantemente de clase media– el rol de
ideología eminentemente trabajadora –afín con los sectores populares que porta voces rectores del movimiento de liberación nacional, los cuales para
convocaba– en la que obreros y profesionales adherían al F.T.M .I., en un librar con éxito esa lucha, deberían conformar una alianza con la “naciente
mismo pie de igualdad a los efectos de la participación y de la representación clase proletaria”. En consecuencia, en el marco organizativo del FTM I, la
en los cargos partidarios y electivos. Ahora bien, llegado el momento de decisión tomada por un sector del forjismo de promover a determinados
conformar la nómina de precandidatos, la maniobra de cooptación por parte hom bres, pertenecientes al grupo de profesionales, en detrimento de la otra
de un sector del forjismo condujo a la sobrerrepresentación de los profesiona- fuerza constitutiva –los trabajadores manuales– podría inscribirse en el
les en desmedro de los trabajadores, en abierta contradicción con las metas contexto de una concepción teórica que, al trasmutarse en práctica política,
ideológicas de la agrupación. Esto puso en crisis la identidad colectiva; los da muestras de un manifiesto escepticismo hacia la propia capacidad de
lazos de solidaridad se debilitaron y se produjo el alejam iento de quienes se representación de quienes se declaraban protagonistas de un fenómeno de
consideraban, por derecho propio, protagonistas de un proceso revoluciona- movilización social y política.
rio. Algunas de las entidades barriales –y las bases que las sustentaban–
identificadas con un discurso y una organización que privilegiaban la
igualdad, la solidaridad y el cambio político para lograr el bienestar general,
ante tales procedimientos, expresarán su rechazo en las urnas. Paralelamente, f
la cooptación desencadenó la salida de los m ilitantes de base más compro-
metidos y activos, dado que la medida adoptada coartaba la satisfacción
inmediata de sus expectativas individuales cifradas en la carrera política.
El carácter laxo del sistema organizativo del FTM I, la fuerte
heterogeneidad social y de procedencia política de sus adherentes junto con
la pervivencia de dos fracciones internas –que, desde la nueva coyuntura que
se había abierto con la revolución de 1943, habían comenzado a rivalizar por
el liderazgo sin llegar a la ruptura– configuraron condiciones de inestabilidad
interna, zonas de incertidum bre organizativa, a las que la competencia
electoral exacerbó al profundizar diferencias ideológicas, de clase y de estilo
político. Todos estos aspectos, sin duda, constituyeron variables de fuerte
incidencia como para que Capelli, la figura de mayor centralidad política,
decidiera que la vía del ascenso (para algunos enlaces gremiales y barriales),
configuraría un riesgo potencial para el propio liderazgo y para la promoción
de sus hombres de confianza, específicamente, el grupo de profesionales que
lo acompañaba.Sin embargo, aun reconociendo la fuerte incidencia de estos
factores coyunturales no podemos dejar de considerar la gravitación de otro
aspecto congruente con el pasado político de estos militantes. Esto es, los
componentes ideológicos amalgamados (las representaciones mentales
construidas acerca del mundo social, la manera de pensar procesos, de
evaluarlos o de valorarlos) en una experiencia y una cultura política
compartida por quienes, como el mismo Capelli, habían sido enrolados en
el forjismo, en el ámbito universitario platense. La formación política común
de este grupo abrevaba en el reformismo del 18 y en los postulados del
APRA, cuyos mentores adjudicaban a los intelectuales de las jóvenes

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Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción a la
unidad en los orígenes del Partido Peronista en Avellaneda,
1945-1948

Martín O. Castro

El autor es miem bro del grupo de investigación “M ovimientos sociales y


sistemas políticos en la Argentina moderna”.
Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

facciones que respondían a lógicas diversas, pero también la participación


asta hace unos pocos años el Partido Peronista había recibido una

H
activa en el período constitutivo del “peronismo” a nivel local de actores que
escasa atención en la literatura especializada sobre peronismo. Los fundamentaban esa participación en su “notabilidad” y su pertenencia a
pocos estudios sobre el tema interpretaban al Partido Peronista, o instituciones de relevancia local con raíces en el período pre-peronista. Por
bien como un partido “inexistente” frente al liderazgo carismático y otra parte, la particular historia política de Avellaneda de la primera década
autoritario de Perón o bien como una agencia o brazo de la burocracia estatal del siglo XX (predominio de partidos y facciones “conservadoras” que
subordinado a las necesidades del régimen y que asumía previsiblem ente sobreviven a los cam bios introducidos a nivel nacional y provincial, y se
características monolíticas y verticalistas. Por el contrario, trabajos recientes constituyen en buena medida en torno a un fuerte liderazgo de carácter
se han ocupado de revitalizar los estudios sobre las estructuras partidarias personal, el de Alberto Barceló) constituye un marco de referencia a nivel
peronistas enfatizando las dimensiones internas del conflicto y los debates local que parece teñir parte de las estrategias de los actores políticos del
generados durante el encuadramiento de los diversos grupos peronistas en nuevo período y se concretiza en la presencia de ciertas continuidades a nivel
un partido político unificado. 1 Es nuestra intención continuar en esta senda de los actores y prácticas políticas que parecen traducir el entramado
interpretativa indagando en torno al proceso de constitución del Partido construido entre la clase política local y la sociedad civil de Avellaneda.
Peronista en Avellaneda, los conflictos de intereses entre los diversos grupos
En este artículo se indaga en torno a los orígenes del partido
peronistas y la tensión que se percibe entre la ocupación de espacios dentro
‘peronista’ en Avellaneda desde una perspectiva que prioriza el análisis de los
de la naciente coalición peronista por los grupos locales y las presiones desde
actores que participaron del proceso de constitución de las estructuras
el centro a favor de una unificación de las fuerzas peronistas. La discusión
partidarias peronistas a partir de un estudio de la formación, interacción y
sobre el período formativo del Partido Peronista en Avellaneda y de su
conflicto de los diversos grupos internos en el período que va de las jornadas
impacto en la inclusión de nuevos actores sociales en el sistema político local
de octubre de 1945 a las elecciones internas de 1948. Hemos creído válido,
y nacional podría considerarse a primera vista como una problem ática sobre
en esta primera aproximación al período formativo del peronismo local,
la cual sería posible arribar, quizás desaprensivamente, a conclusiones rápidas
explorar lo que interpretamos com o las etapas distintivas de este proceso
y, aparentemente, plausibles. U n proceso signado por la participación de
definidas teniendo en cuenta la participación del peronism o en el escenario
sectores am plios de la clase obrera en la conformación del partido peronista
electoral y el impacto de acontecimientos internos y externos sobre el
a nivel local (evidente capacidad de movilización callejera, creciente
proceso de institucionalización partidaria: una primera etapa entre la
influencia “peronista” en los conflictos sindicales) podría llevarnos rápida-
movilización obrera de octubre de 1945 y la campaña electoral para las
mente a interpretar la institucionalización de las estructuras partidarias y el
elecciones presidenciales de 1946; una segunda etapa marcada por la
control del aparato estatal local (a nivel de la burocracia estatal pero también
formación del Partido Único de la Revolución Nacional y las elecciones
en el control peronista de las autoridades m unicipales, intendencia y mayoría
internas de 1947, y, finalmente, una tercera etapa dominada por el proceso
en el concejo deliberante) como signos evidentes de la irrupción de cambios
de selección de los candidatos peronistas a las elecciones municipales de
profundos y disruptivos en la política local. La participación de representantes
marzo de 1948 y la intervención del partido en el nivel local. Se intenta, por
obreros en el cuerpo legislativo municipal electo en 1948 contribuiría, por
otra parte, ponderar los márgenes de autonomía con los cuales contaron los
otra parte, a reforzar esta conclusión. Sin embargo, el proceso político que se
actores políticos involucrados en las luchas internas partidarias a nivel local
abre hacia finales de 1945 y tiene una primera conclusión a nivel del sistema
en este período en su relación con instancias provinciales o nacionales de
político municipal en la constitución de los poderes ejecutivo y legislativo
toma de decisión, e indagar en torno a la articulación existente entre la
locales en 1948, y a nivel partidario en el triunfo en las elecciones internas de
naciente elite partidaria y el universo asociativo de la sociedad local. Es
una lista única en 1949, refleja la presencia de nuevos actores políticos y una
importante señalar aquí que la atención prestada a la constitución de los
activa vida partidaria representada por la formación de un universo de
liderazgos personales y al estudio de las trayectorias de los políticos locales
tradicionales o de participación reciente en la arena política, busca reconstruir
la inserción de esos políticos locales en redes y configuraciones de carácter
1
M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos del Partido Peronista (1946-1950), B uenos Aires, recíproco a partir de las cuales aquellos reclutaban apoyo para cuestionar o
Instituto D i Tella-Siglo XXI, 2002.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

desafiar a los grupos rivales en un contexto marcado por intentos desde el Perón. 4 En efecto, el distrito de Avellaneda se había definido tradicionalmente
centro de reducción a la unidad partidaria y de estímulos centrífugos por ser un centro suburbano, separado de la capital federal por el Riachuelo
expresados en la pluralidad de actores que asumían una identidad “peronis- y esencialmente industrial. La radicación de saladeros, depósitos de lanas y
ta”. 2 Por otra parte, y dado que, con la excepción de algunas referencias a la cueros, graserías, y, posteriormente, frigoríficos junto con el establecimiento
participación de sectores obreros en las jornadas de octubre de 1945, los de una extendida estructura portuaria en el último tercio del siglo XIX habían
estudios sobre los orígenes del peronismo y las etapas formativas del partido dejado su fuerte impronta en el desarrollo de los asentamientos urbanos al
peronista han prestado escasa atención a las características propias del sur del Riachuelo, conocidos primero como Barracas al Sur y, desde 1904,
proceso en Avellaneda, este artículo intentará cubrir tal análisis incompleto como Avellaneda. En las primeras décadas del siglo XX el funcionamiento de
recurriendo por momentos a un enfoque narrativo (sin renunciar a una cuatro frigoríficos y la radicación de establecimientos industriales (estableci-
perspectiva analítica) con la intención de ocuparse de aquellos acontecimien- mientos textiles, barracas, curtiembres) que no respetaban un corpus
tos que permanecen poco conocidos. Finalmente, para el estudio de las determinado de reglamentaciones que regularan la ocupación urbana,
tensiones, conflictos y construcción del consenso en el interior de la naciente dejaron su huella en una traza caracterizada por la fragmentación del ejido
estructura partidaria hem os recurrido principalmente al análisis de la prensa urbano y el levantamiento de barrios y villas que seguían los criterios de la
local, especialmente a partir del relevamiento de dos diarios locales influyen- especulación inmobiliaria. 5 El proceso de expansión industrial se reflejaba, de
tes en la política de Avellaneda, La Opinión y La Libertad, ambos originados acuerdo con el Padrón Municipal de 1947, en la radicación de 1309
en la década del diez del siglo pasado y con adscripciones partidarias establecimientos industriales, entre ellos 4 frigoríficos, 2 molinos harineros,
conocidas para los actores políticos locales. En este sentido, com o quedará industrias metalúrgicas, industrias químicas y 105 curtiembres. Hacia 1940
sugerido en las páginas siguientes, se considera a la prensa no sólo como una la población del partido de Avellaneda había experimentado un marcado
fuente o registro de los conflictos facciosos y de la constitución de las crecimiento, pasando de los 78.637 habitantes de 1927, a 372.882 en 1931
configuraciones internas partidarias del período formativo del peronismo en y a aproximadamente 400.000 en 1940. 6 El crecimiento poblacional de la
Avellaneda, sino tam bién como actores políticos que contribuyeron de zona (Avellaneda, Lanús, etc.) se inserta en el contexto más amplio de la
alguna manera a dar forma a los sucesos por aquella registrados.3 inmigración rural m asiva hacia los suburbios del área metropolitana
provocada por el crecimiento industrial y la instalación de nuevas industrias
en la zona. Específicamente en Avellaneda, sobre un total de 518.000
La protesta de m asas, lucha por el poder local y las elecciones presiden-
habitantes en 1947, más de 173.000 habían nacido fuera de la ciudad o la
ciales en Avellaneda.
provincia de Buenos Aires.7 La expansión industrial y el escaso control estatal
sobre las formas que asumía la extensión de la traza urbana colocaron a los
Se ha señalado la participación de los obreros de Avellaneda en la
movilización de masas del 17 y 18 de octubre de 1945 cuando columnas de
manifestantes provenientes de frigoríficos e industrias metalúrgicas de la zona 4
JA M ES, D aniel: “17 y 18 de O ctubre de 1945: El peronism o, la protesta de m asas y la clase
se dirigieron al centro de la Capital Federal para reclamar por la liberación de obrera argentina”, en TO RRE, Juan Carlos (com p..), El 17 de O ctubre de 1945. Buenos Aires,
Ariel, 1995.
5
Sobre el papel de los rem atadores de tierra (com o los herm anos Fiorito ) en la venta de lotes
en zonas inundables, véase Entrevista a Esteban H abiague, Proyecto de H istoria O ral, Instituto
Torcuato D i Tella (en adelante PHO -ITDT), pp. 19-20.
2 6
Sobre el im pacto o influencia de las acciones de personajes situados en puntos estratégicos de Véase FERN ÁN D EZ LARRAÍN, Federico: H istoria del Partido de Avellaneda. Reseña y análisis,
la estructura social y política y su vinculación con otros actores y m arco estratégico en el que 1580-1981, Avellaneda, La Ciudad, 1986. p. 165; FO LIN O , N orberto: Barceló, Ruggierito y el
actúan y se sitúan véase el prefacio de Charles Tilly a B LO K, Anton: The M afia of a Sicilian populism o oligárquico, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1983, p. 26.
Village, 1860-1960. Illinois, W aveland Press, 1988, y GU ERRA, François-Xavier, “El renacer de
7
la historia política: razones y propuestas.” en GALLEGO , José Andrés (ed.), N ew H istory, N ouvelle JAM ES, D aniel: Resistencia e integración. El peronism o y la clase trabajadora argentina 1946-
histoire. H acia una nueva historia. M adrid, Actas, 1993, p. 244. 1976, Buenos Aires, Sudam ericana, 1990, p. 21. A unq ue no aclarado en el texto de Jam es en
estas cifras parece incluirse a Lanús que había conform ado un nuevo partido (4 de Junio) en
3
Véase D ARN TO N , Robert: “Introduction” en D ARN TO N , Robert y RO CH E, D aniel (eds.): 1944. Véase tam bién GERM AN I, Gino: Política y sociedad en una época en transición, Buenos
Revolution in the Print: The Press in France, 1775-1800. Berkeley, California, 1989, p. XIII. Aires, Piados, 1962.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

trabajadores urbanos frente a los problemas sociales característicos de una la población.10 A comienzos de los años veinte, Barceló se había constituido
rápida urbanización. Dos testimonios de actores locales sirven al propósito en la cabeza de la escisión conservadora (el denom inado Partido Provincial
de describir rápidamente las condiciones de vida de las villas y barrios y sus formado en 1923) que competiría exitosamente contra el Partido Conserva-
necesidades “edilicias”. En junio de 1943, la sociedad de fomento de un dor y los radicales en la sección tercera (especialmente en Avellaneda y
barrio “netamente obrero” como Crucecita Este incluía en el listado de Lomas de Zamora). En efecto, durante los años veinte el caudillo conservador
acciones consideradas prioritarias por la asociación el ensanchamiento de de Avellaneda se encontraba entre aquellos jefes locales que, gozando de un
arroyos, los servicios de aguas corrientes, el levantamiento de las vías férreas, fuerte arraigo local, preferían construir una relación relativam ente armoniosa
la apertura y pavim entación de calles y la condonación de deudas a los con los gobiernos provinciales radicales y conservar así el predominio en el
vecinos. Un mes más tarde, los Centros Socialistas de Avellaneda entregaban ámbito local. 11 De manera directa o indirecta, Barceló controló las riendas del
un ‘memorial’ al comisionado en el cual abordaban los problemas que según gobierno municipal entre 1922 y 1943. Significativam ente, en la primera
aquellos debían ser atendidos por las nuevas autoridades municipales, entre mitad de la década del treinta, el caudillo local se encontró entre aquellos
los cuales se destacaban la mejora de la asistencia social, la inspección a los diputados nacionales conservadores que com binaron la participación en
establecimientos industriales, las obras de saneamiento urbano y aguas cargos legislativos nacionales con las tareas más pedestres del gobierno
corrientes y la “transitabilidad” de las calles. 8 Significativamente, en lo que municipal o la presidencia de los comités de distrito. Cercano a Marcelo
podía entenderse como una rápida descripción de los mecanismos que Sánchez Sorondo y a los sectores de tendencia autoritaria, en 1940 procuró
sustentaban a las administraciones conservadoras de las décadas anteriores, sin éxito hacerse de la gobernación de Buenos Aires en elecciones que habían
los centros socialistas tam bién instaban a las autoridades surgidas del seguido “....el dilema de hierro” de toda la década del treinta: “o fraude o
movimiento militar de junio de 1943 a terminar con la “...práctica nefasta del peludismo”. 12 Aunque ciertamente no todos hubieran coincidido con
favoritismo o del « acomodo», que tanto imperio tomó en las reparticiones Esteban Habiague, periodista e inspector de policía estrechamente conectado
públicas y en las mentes de vecinos ingenuos o equivocados”.9 con el caudillo local, cuando afirmó que “el crecimiento de Avellaneda se
En efecto, a excepción de un breve período entre 1917 y 1922 en el debe todo a los Barceló”, la declinación física y posterior desaparición del jefe
cual radicales –gracias a la intervención provincial de 1917– y socialistas local en noviembre de 1946 daría lugar a especulaciones sobre la suerte
–gracias a los votos de los concejales conservadores– gobernaron Avellaneda, política del municipio tan estrechamente ligada al liderazgo barcelonista en
los conservadores controlaron los resortes de la administración municipal la primera mitad del siglo.13
durante los prim eros cuarenta años del siglo. Pero no es sólo el control
conservador lo que definió a la política local hasta 1943 sino el dominio
ejercido por los hermanos Barceló, en especial Alberto, sobre el aparato
estatal municipal y las características específicas asumidas por aquél las que 10
Véase FO LIN O , N orberto: Barceló, Ruggierito y el populism o oligárquico; D I TELLA, Torcuato:
dieron forma en Avellaneda a lo que algunos han definido com o una variante Perón and the U nions: The Early Years, Londres, U niversity of London- Institute of Latin Am erican
Studies, 2002, p. 23; D I TELLA, Torcuato: Perón y los sindicatos. El inicio de una relación conflic-
del “populismo oligárquico” o “conservadurismo popular”. Éste habría tiva, Buenos Aires, Ariel, 2003, p. 102. U n trabajo reciente discute los alcances del fraude y el
consistido en un conjunto de prácticas diversas tales como los intercambios clientelism o político en el predom inio barcelonista y argum enta q ue el liderazgo de Barceló
tam bién se basó en prácticas políticas m ás “m odernas” y en la adopción del “...discurso
desiguales recíprocos propios de las relaciones patrón-cliente, el fraude, la dem agógico propio de las dem ocracias m asivas”. Véase FERN ÁN D EZ IRU STA , Pablo: “La Ley
violencia política y la represión policial a fin de cooptar a sectores amplios de Sáenz Peña en un bastión conservador. Avellaneda, 1912-1917.”, ponencia presentada en las
Xª Jornadas Interescuelas de H istoria, Rosario, 20 al 23 de setiem bre de 2005.
11
Véase BÉJAR, M aría D olores: El régim en fraudulento. La política en la provincia de Buenos Aires,
1930-1943, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, p. 41.
12
Carta de G onzález Escarrá a R odolfo M oreno, 31/12/1939 citada en BÉJAR, M aría D olores:
El régim en fraudulento… , p. 179. Sobre la cam paña electoral de Barceló de “tono decididam ente
populista” de 1940 y la posterior intervención federal a la provincia, véase W ALTER, Richard J.:
8
La Libertad (en adelante LL), 12/06/1943; véase tam bién El Día (en adelante ED), 29/01/1946 La Provincia de Buenos Aires en la política argentina 1912-1943, Buenos Aires, Em ecé, pp. 225
y La O pinión (en adelante LO), 06/02/1946. y ss.
9 13
LL, 27/07/1943. Entrevista a Esteban H abiague, PHO -ITDT, pp. 13.

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Cuarenta o m ás años de hegemonía conservadora había dejado sus Demócrata Nacional durante la campaña política para las elecciones
huellas no sólo de prácticas clientelares y negociados turbios, sino también presidenciales de febrero de 1946. La llegada de nuevos propietarios tampoco
en la forma en que diversos actores sociales se articulaban con el aparato fue inconveniente para continuar con una línea editorial similar expresada,
estatal municipal. Y en este sentido, los políticos conservadores asum ían por ejemplo, en el apoyo continuo a la acción de los Círculos Católicos de
también los trajes propios de cierta notabilidad local a través de su participa- Obreros y en la coincidencia con la forma en que éstos entendían los
ción en las asociaciones locales, como se daba, por ejemplo, en los casos de conflictos gremiales, en especial el rechazo al uso de la huelga como método
Alberto Barceló (“benefactor” de la Sociedad Popular de Educación y socio sistemático (considerado un “recurso violento”) por parte de los sindicatos.
del Avellaneda Automóvil Club) o de Héctor de Kémmeter, director del De manera significativa, sin embargo, y de manera similar a La Libertad,
hospital Fiorito durante veinte años, presidente de la Sociedad de Fom ento am bos periódicos iniciarían un paulatino viraje hacia posiciones claram ente
de Villa Kém meter, del Rotary Club y del Club Regatas de Avellaneda. 14 Las peronistas hacia finales de la década del cuarenta.17 Sin embargo, todavía a
vinculaciones entre partidos políticos y asociaciones locales, especialmente comienzos de 1946, La Opinión, en un intento por posicionarse por encima
asociaciones étnicas y de fomento, no se agotaban en los notables conserva- de los conflictos que tensionaban a la sociedad local, expresaba su desaliento
dores y, tanto comisionados como concejales peronistas e intendentes no tanto frente a lo que consideraba la fractura de la “relativa armonía” que
dejarán de prestar atención a organizaciones locales y juntas vecinales. Pero existía entre empresarios y obreros provocada por los constantes conflictos
también se perciben estrechos vínculos entre periodismo y política, y en este gremiales introducidos por “elementos peronistas”, como frente a la
sentido, los dos diarios considerados más importantes de Avellaneda (La oposición de los radicales de la provincia de Buenos Aires por permitir el
Opinión y La Libertad, ambos fundados en 1915) estaban estrecham ente ingreso del Partido D em ócrata Nacional en la Unión Democrática y que
relacionados con sectores conservadores el primero y con radicales el agitaban las aguas del escenario político de Avellaneda. 18 Queda claro a lo
segundo.15 La Opinión había sido fundada por José A. Siciliano, corresponsal largo de los números publicados entre octubre y marzo de 1946, que en el
de La Nación en Avellaneda, m iembro de la Sociedad Popular de Educación periódico se reflejan las tensiones que cruzaban a los elementos conservado-
y candidato a elector de presidente y vicepresidente en 1946 por el Partido res en esta encrucijada política. Así, m ientras cubría el proceso de reorganiza-
Demócrata de la tercera sección electoral. Los Siciliano, que habían ción de las fuerzas conservadoras a nivel local, no dejaba de señalar sus
combinado política y periodismo por espacio de tres décadas, constituían una temores frente al futuro desempeño electoral conservador en las elecciones
“…familia muy estimada en las esferas sociales…” de Lomas de Zamora y presidenciales y sugería que el capital político real de los antiguos dueños de
Avellaneda y cercana a Barceló. F. Luis Siciliano, herm ano de José había la situación política local reaparecería en las futuras elecciones municipales
fundado el diario La Unión de Lomas de Zamora. 16 A comienzos de 1946 el en toda su dimensión: “cabe señalar, en lo tocante al problema conservador
periódico cambió de manos y los hermanos Arturi asumieron la dirección del local, que Avellaneda constituyó por muchísimos años un baluarte de don
diario, pese a lo cual La Opinión mantendría su cercanía con el Partido Alberto Barceló. Las circunstancias en que el partido se presenta a la elección
del 24, no le resultan favorables, pero ese hecho carece de importancia
estrictamente local”. 19
14
H . de Kém m eter había sido concejal conservador en 1923, delegado del partido ante el El ejercicio dialéctico infructuoso que las editoriales de La Opinión
Com ité Central de la provincia y diputado provincial. José Garófalo, del sindicato del vidrio, en
representación de la asociación de fom ento de Villa Kém m eter, dio uno de los discursos durante intentan acometer no hace más que poner en evidencia la conformación de
el funeral de de Kém m eter. Véase LO, 27/08/1945. Sobre B arceló, véase Anuario La Opinión una nueva realidad electoral en Avellaneda expresada en el predominio
1946, p. 19.
político de los núcleos “peronistas” y en la llamativa debacle electoral de las
15
La Libertad, se p resentaba en sus orígenes (1915) com o “diario oficial de la U CR de
Avellaneda”. V éase tam bién Entrevista a H abiague, PHO - ITDT, p. 61. La lista de las
publicaciones periódicas de Avellaneda a m ediados de la década de 1940 es relativam ente
extensa: El Pueblo, Riachuelo, Tribuna Popular, La voz del Com ercio, Nueva Época, Revista Rom a. 17
LO, 01/01/1946. Sobre la línea editorial de La O pinión en los años treinta véase D i Tella, Perón
Véase Anuario La Opinión 1946, p. 16. y los sindicatos, pp. 104-105.
16
Anuario La Opinión 1946, p. 5. F. L. Siciliano, concejal conservador, había sido presidente del 18
LO, 08/01/1946.
concejo deliberante de Lom as de Zam ora y diputado provincial entre 1936 y 1940. Pedro J.
19
M olinari, po lítico conservador y candidato a legislador provincial en 1946 era uno de los LO, 16/02/1946. Sim ilar argum ento puede verse en la editorial del 28 de m arzo de 1946
principales periodistas de La O pinión. Véase LO, 16/02/1946. publicada con posterioridad a las elecciones.

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fuerzas conservadoras tradicionales. Como sugerente anticipo del resultado aplicar sanciones en las provincias. 24 Aunque no es objetivo de este trabajo
electoral, la frenética campaña electoral de 1945 y 1946 estuvo dominada reconstruir la participación de los sindicatos y de aquellos dirigentes que
por los intentos de estructuración de los núcleos “peronistas” (principalmen- devendrían partícipes del laborismo en los acontecimientos de octubre de
te laboristas y radicales renovadores), los conflictos gremiales que también 1945, sí es importante señalar aquí que, el laborismo –pese a contar con
jugarían un rol relevante a nivel nacional y el éxito evidente de los núcleos dirigentes sindicales de influencia dentro de los núcleos “peronistas” (Vicente
obreros al momento de ganar la calle. En agosto de 1945, en el medio de la Garófalo, Ángel Yampolsky, Eduardo H. Olmos)– 25 no logró superar las lu-
ofensiva de la oposición contra el gobierno surgido del movimiento militar chas internas por el predominio en el distrito y construir una relación
de junio de 1943, el Comité de Unidad Sindical de la provincia encabezado privilegiada o de exclusividad con los sindicatos que le permitiera controlar
por los obreros del vidrio resolvió organizar un acto en la plaza Alsina de el proceso de unificación de las fuerzas peronistas. Por otra parte, dos
Avellaneda en apoyo a la continuidad de la política social del gobierno dirigentes obreros de la zona pertenecientes al sindicato del Vidrio, Manuel
militar.20 Pedrera y Vicente Garófalo –posteriormente designado comisionado
La plaza fue nuevamente el escenario de una concentración obrera municipal de Avellaneda– se encontraban entre los miembros del primer
el 18 de octubre (organizada por el Comité Sindical y el Sindicato de los cuerpo directivo del Partido Laborista a nivel nacional. 26 En este sentido, pue-
obreros del Vidrio), pero esta vez para celebrar la libertad del coronel Perón de decirse que los núcleos laboristas de Avellaneda no consiguieron articular
y la designación de M ercante como secretario de Trabajo y Previsión.21 Dos estructuras políticas duraderas que trasladaran la movilización obrera
días antes las calles de Avellaneda habían sido testigos de la movilización de constatada al nivel de las fábricas y en las calles a organizaciones de base que
núcleos de obreros de frigoríficos, metalúrgicas y fábricas textiles que habían plasmaran esa capacidad de movilización en un control o predom inio sobre
abandonado sus lugares de trabajo y se habían dirigido hacia Valentín Alsina, la incipiente coalición de fuerzas peronistas. Por otra parte, y aunque nos
siendo dispersados al intentar ingresar a la capital federal. 22 Por otra parte, de ocuparemos de ello con más detalle más adelante, es importante señalar aquí
acuerdo con La Libertad, los frigoríficos y los grandes establecimientos fabriles que el laborismo de Avellaneda pese a constituirse en la principal fuerza de
se habían destacado por ser los principales focos de la movilización obrera de la coalición ‘peronista’ en las elecciones presidenciales de febrero de 1946 no
los días 16 y 17 de octubre en Avellaneda. 23 Nuevamente en febrero de conseguiría superar su conflictividad interna y traducir esa superioridad
1946, aunque desautorizados por las entidades obreras, obreros de empresas electoral en una competencia exitosa contra los candidatos del radicalism o
metalúrgicas (Siam Di Tella y Tamet) y del frigorífico La Negra estuvieron a renovador en las elecciones internas peronistas de 1947.
la cabeza de los trabajadores que decidieron ir a la huelga para protestar
contra la decisión de la Corte Suprema que declaraba inconstitucionales las
atribuciones de las delegaciones regionales de la Secretaría de Trabajo para
24
La O pinión, con cierto grado de m alicia com entaba que: “… la interrupción de las faenas del
día alcanzó a gran núm ero de establecim ientos… El resultado fue una notoria afluencia de
pasajeros en la línea 22 que conduce a Q uilm es, pues los obreros repentinam ente desocupados
aprovecharon el descanso fortuito para pasar un día en las playas.”, LO, 07/02/1946; ED,
07/02/1946.
25
20
El acto contó con el apoyo de los sindicatos de petroleros, personal de la fábrica de fósforos, Angel Yam polsky, participa com o representante grem ial por el sindicato de “La N egra” en la
m etalúrgicos, obreros de la Lanera Argentina y de los frigoríficos La N egra y La Blanca. Asistieron huelga de los frigoríficos de m arzo de 1946. Es electo diputado nacional y preside la Junta Pro
a la dem ostración Perón, el interventor federal Bram uglia y D om ingo M ercante. LL, 12/08/1946. U nidad del Peronism o. Eduardo H . O lm os, “destacado vecino de Isla M aciel”, pertenece al
Sindicato de Industrias Q uím icas y Afines y es electo diputado provincial en 1946. Véase Anuario
21
Adem ás de los dirigentes obreros, estuvieron presentes representantes de los radicales La Opinión 1948, p. 25 y Anuario La Opinión 1946.
renovadores: Salvador Cetrá, Alejandro Leloir, Alfredo Busquet, Arturo Favaloro, Antonio V. 26
Bianculli, Cesar H . Bressa. Véase LL, 19/10/1945. Véase TO RRE, Juan Carlos: La vieja guardia sindical y Perón. Sobre los orígenes del peronism o,
Bueno s Aires, Sudam ericana, 1990, p. 153. En junio de 1943 Vicente Garófalo, de larga
22
La Federación O brera de la C arne, el Sindicato de O breros m etalúrgicos y el Partido trayectoria grem ial y representante de la Federación B onaerense de Trabajadores, entregaría en
C om unista de Avellaneda denunciaron la presencia de “bandas arm adas” y “elem ento s nom bre de la Federación un m em orial al Interventor Federal de la Provincia, General Arm ando
nazifascistas y pistoleros” que obligaban a los obreros a dejar los lugares de trabajo. Véase LL, Verdaguer en el cual se prom etía el apoyo de toda la clase obrera a aquellos actos de la
17/10/1945. intervención que se dirigieran a contrarrestar la “especulación”, buscar el “abaratam iento de la
vida”, superar la “crisis agraria” y la “deso cu pación de los trabajadores agrícolas”. Véase LL,
23
LL, 18/10/1945. 23/06/1943.

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En Avellaneda dos fueron las fuerzas que asumieron roles relevantes profesionales y repudiadas por los dirigentes laboristas desde el recientemente
en el proceso de formación del Partido Peronista: el laborismo y los radicales fundado Partido Laborista. A comienzos de diciembre de 1945 delegados de
renovadores. 27 Aún cuando las elecciones de febrero de 1946 demostrarían 87 de los 112 distritos municipales adheridos a la Junta Reorganizadora del
que la capacidad de movilización electoral de los radicales renovadores se radicalismo encabezada en la provincia por Leloir, Cetrá y Reales se reunieron
encontraba por debajo de lo que el Partido Laborista local podía aportar a la en Avellaneda para considerar “la reorganización partidaria, designar
coalición “peronista”, aquellos sin em bargo se organizaron con rapidez y, a autoridades, darse una carta orgánica y…plataforma electoral”.32 La fracción
pesar de que en sus inicios su proceso organizativo estuvo dominado por de Durruty, que afirmaba contar con el apoyo de 18 comités en Avellaneda
conflictos internos, superados éstos surgiría con nitidez el liderazgo de y de la Junta Reorganizadora de Quilmes no pudo participar en el cónclave
Antonio V. Bianculli, quien más adelante en el tiempo haría gala de una al no contar con las credenciales necesarias. Impedido de tomar parte en la
flexibilidad suficiente para lograr apoyos entre los trabajadores organizados.28 asamblea del radicalismo renovador, el sector de Durruty, que afirmaba
En julio de 1945, aún antes de que se constituyera la Unión Cívica Radical buscar obstaculizar “el retorno de la oligarquía” y “el resurgimiento de
Junta Renovadora (UCRJR), un grupo de dirigentes provenientes de la UCR prácticas repudiadas”, convocará sus propias elecciones internas en un
de Avellaneda habían decidido fundar las bibliotecas “Hipólito Yrigoyen”, intento por construir un camino alternativo en el proceso de formación de
que constituirían posteriormente el núcleo duro de apoyo a las aspiraciones la coalición peronista.33 Dentro del pequeño mundo del radicalismo
de Bianculli. 29 Dos fracciones se disputaron el control de la UCRJR reciente- renovador, el sector de Bianculli logró afianzar su posición reflejada ésta en
mente fundada en Avellaneda: la denominada UCR “Hipólito Yrigoyen” la nominación de varios de sus principales dirigentes para cargos electivos
presidida por Bianculli (que mantenía lazos estrechos con la dirigencia provinciales y nacionales.34 Por otra parte, las estrategias de los núcleos
provincial y nacional del novel partido) 30 y el “Movimiento Radical Yrigoye- radicales reflejaban el interés de las distintas fracciones por controlar el
nista y Revolucionario” organizado en noviembre de 1945 y que respondía ejecutivo comunal, especialmente ante las promesas de elecciones municipa-
a las directivas de Miguel Angel Durruty.31 les, como lo demuestra la temprana candidatura de Durruty a la intendencia
El proceso interno de organización en Avellaneda resultó un lanzada inmediatamente después de las elecciones de febrero.35
compendio de las prácticas políticas tradicionales atribuidas a los políticos Tanto La Opinión como La Libertad, aunque con evidentes matices
y desde posiciones diferentes, apoyaron la campaña de la Unión Democrática
sin por ello desatender la buena relación siempre buscada con las autoridades
27
Gustavo Vignardel, quien había desem peñado funciones de com isionado m unicipal en
Avellaneda, encabezaba a los núcleos “independientes” en Avellaneda y fue candidato a senador
provincial por el Partido Independiente de la Tercera Sección electoral. Véase LL, 24/01/1946
32
y ED, 24/02/1946. LL, 03/12/1945. Entre los delegados titulares elegidos por la fracción de Bianculli se
encontraban Antonio Víctor Bianculli, José F. W erner, César H . Bressa; D ante Em anuel, Ferm o
28
Arturo Favaloro, com isionado m unicipal que contaba con el apoyo del sector de Antonio V. Rudelli, Juan Arrupe, M iguel Rodríguez Vieira. Entre los convencionales provinciales Bianculli,
Bianculli, designaría a Victor J. Bianculli secretario durante su breve período com o com isionado W erner, Cosm e Gjivoge, Cesar H . Bressa; y com o convencional seccional D ante Em anuel. La
m unicipal. Véase LL, 3-2-1946. José Bianculli, del com ité Pelagio Luna, fallecido en 1943, fue lista com pleta de los candidatos en LL, 05/01/1946.
hom enajeado por la U CR-Com ité N acional en 1945. Véase LO 1945. En diciem bre de 1945 la
33
U CRJR de Avellaneda creó una oficina de inform aciones grem iales con el objetivo de registrar LL, 12/12/1945.
“todo el m ovim iento grem ial de la provincia y de la capital federal”. LL, 12/12/1945. 34
Am bas fracciones volverían a enfrentarse en las elecciones internas peronistas de 1947. La
29
Entre éstos se encontraban Antonio V. Bianculli; José F. W erner; D ante Em anuel; Cesar H . convención de la U CRJR de la 3ra. Sección electoral eligió en 1946 a José F. W erner candidato
Bressa, José R. Biescas; Arturo C. Favaloro. Véase LO, 28/07/1945 La U CRJR a nivel nacional se a senador provincial; Cesar Bressa, candidato a diputado provincial y Antonio V. Bianculli,
conform ó en noviem bre de 1945, véase LU N A, Félix: El 45. Crónicas de un año decisivo, Buenos candidato a diputado nacional. Véase LL, 12/01/1946 y LO, 12/01/1946. Cesar H . Bressa sería
Aires, H yspam érica, 1984, pp. 412 y ss. electo diputado provincial y en 1947 sería designado m iem bro de la delegación argentina al
Congreso Internacional del Trabajo en Ginebra y secretario de la junta ejecutiva organizadora
30
El 24 de noviem bre los principales dirigentes de la U CRJR (Alejandro Leloir, Salvador Cetrá, del Partido Peronista en la provincia de Buenos Aires. En 1948 sería nom brado m iem bro del
Alberto H . Reales) estuvieron presentes en un acto organizado en Avellaneda por la línea de directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Véase Anuario La Opinión 1947 y Anuario
Bianculli en una clara dem ostración de apoyo a esta fracción. Veáse LL, 24/11/1945. La Opinión 1948, pp. 5 y 71.
31 35
D urruty reivindicaba su pasado en la U C R de Avellaneda y el haberse form ado “a la vera de LL, 12/03/1946. En m ayo de 1946 el m inistro de Gobierno bonaerense, Lucas Álvarez
la figura patriarcal del extinto D r. M anuel Beguiristain… ” quien fuera intendente entre 1918 y R od ríguez prom etería reform as a la ley de elecciones m unicipales y la elección directa de
1919. Véase LL, 03/12/1945. intendentes. Véase ED, 19/05/1946.

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locales expresada en constantes informes positivos sobre las gestiones de los a las elecciones de febrero de 1946. En este sentido, la designación en enero
comisionados municipales. Esta posición de los periódicos locales frente a la de 1946 de Arturo O. Favaloro como comisionado m unicipal en reemplazo
lucha comicial convierte en dificultosa la tarea de reconstruir los comienzos del ingeniero Alejandro A. Barberis 37 aparece como un intento de parte de
del Partido Laborista en Avellaneda. Sin embargo, es posible seguir las sectores del radicalismo renovador identificados con Bianculli por controlar
estrategias de (al menos) sectores del laborismo local a partir de un análisis las riendas del gobierno municipal. Favaloro, quien ejercía su profesión de
de los conflictos generados en el proceso de selección de los comisionados médico en la zona de Piñeyro y formaba parte de la Junta Ejecutiva de la UCR
municipales. En este sentido, en la nominación de los com isionados de Avellaneda presidida por Bianculli, form ó un gabinete municipal que, sin
municipales es posible percibir los conflictos producidos en la coalición dejar lugar a las sorpresas, se constituyó principalmente en base a dirigentes
peronista entre los sectores de m ayor peso que la constituían (laboristas y provenientes de la fracción de Bianculli. 38 Con todo, las bases del gobierno
radicales renovadores) dada la relevancia asignada por estos actores al control de Favaloro se demostraron endebles, debilidad de nacimiento que se
del ejecutivo comunal y de las riendas de la administración municipal a fin encontraba estrechamente relacionada con los conflictos internos de la
de adquirir posiciones de influencia en el proceso de institucionalización coalición ‘peronista’. El laborismo local, que había procurado infructuosa-
partidaria y teniendo en cuenta unas eventuales elecciones locales. Cierta- mente instalar a alguno de sus dirigentes en el ejecutivo municipal, volvió a
mente la importancia asignada al control del aparato municipal no se agotó la carga en febrero forzando la renuncia de Favaloro y apoyando el nombra-
en el período previo a las elecciones presidenciales y, con posterioridad a miento de Vicente Garófalo, en medio de la campaña política para las
éstas, se entrelazaría con las tensiones generadas por el proceso de reducción elecciones presidenciales. 39 El apoyo del Partido Laborista a G arófalo se
a la unidad partidaria y por los conflictos internos del laborismo local manifestó claramente a mediados de febrero de 1946 cuando una comisión
provocados por la disolución del partido, situación que no dejaría de ser de agasajos organizó en Villa Industriales una comida de homenaje a Pedrera
señalada y criticada por la UCR Comité Nacional.36 y a Garófalo a la que también asistió el presidente del Partido Laborista, Luis
Entre el golpe militar de 1943 y las elecciones m unicipales de 1948 F. Gay.40 Significativam ente, Garófalo en su discurso de asunción recuperó
se sucedieron en el cargo un número de 14 comisionados municipales. Los las líneas básicas de diferenciación y conflicto entre dirigentes gremiales y
continuos cam bios de com isionados agregaron otro elemento de incertidum- políticos que caracterizaban las fracturas de la coalición peronista, revalorizan-
bre e inestabilidad política a un escenario caracterizado por los conflictos do su “…larga militancia gremial” en contraposición a las tradicionales
internos de las fracciones “peronistas”. Entre octubre de 1945 y las elecciones “torturas políticas” y rechazando el apoyo de los políticos profesionales: “A
internas del partido de finales de 1947 se constata una paulatina institucio- mi no me interesa el apoyo de los políticos; me interesa fundam entalmente
nalización de estas fracciones, un intento de penetración territorial de cada el apoyo del pueblo, que será al fin quien por mi interm edio gobernará la
una de las diversas agrupaciones expresada en la inauguración de comités o
centros barriales, agasajos a políticos o notables barriales e inauguración de
redes de bibliotecas “peronistas”. Por otra parte, como ya hemos sugerido se
perciben intentos de radicales renovadores y de laboristas por hacerse del 37
Barberis se especializaba en obras de ingeniería civil, ocupación profesional que lo había
control del aparato del estado municipal. Concretam ente, se intenta puesto en contacto con el interventor federal Juan A. Bram uglia y con el ex M inistro del Interior
H ortensio Q uijano durante las obras de reconstrucción de San Juan. Véase LO, 08/11/1945.
influenciar las designaciones de los com isionados y, una vez en el cargo, se
38
recurre a las modestas herramientas simbólicas y de patronazgo que brindan D arío Eduardo D rago fue designado Secretario de Gobierno y H acienda; Víctor José Bianculli,
secretario privado, y D ante Em anuel, subsecretario de asistencia pública. Véase LL, 28/07/1945;
el rol de comisionado a fin de introducir, consolidar o fortalecer carreras LL, 10/01/1946, y LL, 22/01/1946 . Favaloro había iniciado su carrera m édica en el H ospital
políticas individuales. A estas características responden los conflictos Fio rito. En la asunción de Favaloro estuvieron presentes varios de los principales dirigentes d e
la U CRJR, entre ellos Busquet, Leloir y Cetrá, adem ás de los dirigentes locales Bianculli, W erner
generados en torno a las designaciones de comisionados en los meses previos y Bressa.
39
Sobre la participación de los dirigentes m ás im portantes del laborism o local (Angel Yanpolski,
Eduardo H . O lm os y José Palm eiro) en las conferencias políticas organizadas en distintas zonas
de Avellaneda durante la cam paña electoral, véase LO, 19/02/1946.
36
Sobre el rol de los com isionados com o “em bragues” de una norm alización com pleja que
40
incluía al partido y estado, y su participación en la form ación de alianzas políticas locales véase LL, 18/02/1946. Tam bién estuvo presente el dirigente laborista y com isionado de 4 de Junio,
el artículo de N icolás Q uiroga en esta publicación. Enrique Casanova.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

comuna”. 41 En este sentido, evitó apelar a los “políticos” a la hora de fom entos, que parecieron m antener vasos comunicantes con un “peronis-
completar los nombramientos de su gabinete, recurriendo en cambio a mo” que buscaba desde un comienzo la articulación con el espacio social.
funcionarios de carrera municipal, nombramientos que por otra parte le Las Juntas consultivas de vecinos y las sociedades de fom ento
acercaban el apoyo del sindicato de m unicipales recientemente creado. Los mantendrían contactos constantes con los comisionados, en buena medida
periódicos locales no dejaron de observar la elección de estos “…viejos y con las intenciones previsibles de lograr mejoras para los barrios y la inclusión
acreditados funcionarios de la municipalidad…” en la formación del gobierno de obras de infraestructura básica necesaria en los planes de obra pública,
encabezado por el dirigente gremial del vidrio. 4 2 G arófalo, por otra parte, pero tam bién a fin de canalizar apoyo político en beneficio de políticos
invertiría buena parte de sus esfuerzos dirigidos a la búsqueda de bases de locales por medio de la organización de “hom enajes” o “agasajos”. 46 Por otra
sustentación para su gobierno en lograr una relación fluida con las asociacio- parte, si las conexiones de buena parte de los nuevos elencos políticos locales
nes de fomento y las denominadas sociedades interm edias. Así, por ejemplo surgidos con posterioridad a octubre de 1945 con los trabajadores organiza-
en febrero de 1946 llevaría adelante febriles giras que incluían reuniones con dos son indiscutibles (y prueba de ello, como veremos, es la conformación
representantes de asociaciones de fomento, entre ellas las de Dock Sud, del núcleo de concejales peronistas en 1948), es también cierto que al menos
Unión Propietarios de Dock Sud, Crucecita Este o las visitas a la costa de parte de la dirigencia peronista podía preciarse de formar parte de cierta
Sarandí.43 notabilidad local y de su participación en la dirección de asociaciones de
Esta estrategia no se revelaba en sí misma como novedosa y otros fomento, de su inclusión en las comisiones de festejos patronales o de
com isionados municipales anteriores ya habían recurrido a esta herram ienta encabezar asociaciones étnicas. 47 Así, por ejemplo, en octubre de 1946 el
de búsqueda de consenso local en la cual confluían tanto criterios de gestión gabinete del comisionado municipal Anibal Villaflor se basaba en el aporte
administrativa y como de construcción de entramados de redes de apoyo brindado por dos socios de una antigua institución local (Cesar Vicini,
político.44 De estas giras de los comisionados municipales, sin embargo, no secretario de Asistencia Pública, y Luis Roasenda, secretario de Obras Públicas
se implicaba necesariamente que la relación entre los gobiernos surgidos del e Industria, miembros ambos de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos
movimiento militar de 1943 y las sociedades intermedias o de la sociedad Roma fundada en 1888), institución que por otra parte era presidida por
civil hubiera sido siempre fluido como lo demostraba la resolución del Tercer Genaro Aversa, un industrial de la zona electo concejal peronista en 1948.48
Congreso de Sociedades de Avellaneda que resolvía a comienzos de ese Vinculaciones entre políticos de la coalición peronista y asociaciones
mismo febrero discontinuar el diálogo con las autoridades locales y locales también era posible encontrarlas entre los radicales renovadores. Por
provinciales dado la falta de concretización del programa de infraestructura
municipal demandado por los dirigentes asociativos. 45 Con todo, pareció
existir, especialmente con posterioridad a las elecciones presidenciales de
1946, una activa comunicación entre comisionados municipales (después
intendentes), las juntas de vecinos, el gobierno provincial y las sociedades de

46
Véase, por ejem plo, la reunión del gobernador M ercante con directivos de asociaciones de
fom ento y la concretización de la expropiación de terrenos para ser destinados a plazas, calles
41
LL, 03/02/1946. y obras públicas. LL, 18/12/1947.
47
42
Véase Anuario La Opinión 1945. Francisco del Sar, secretario del grem io de m unicipales, es Véase, por ejem plo, las dem ostraciones a G arófalo en W ilde Este, W ilde O este y Sarandí, en
nom brado Secretario de Gobierno y H acienda cuando asum e Garófalo. Véase LO, 03/02/1946. LL, 24/06/1946. La com isión de festejos patronales de 1947 estaría encabezada por José D .
Aphalo, quien luego sería designado candidato del peronism o a la intendencia m unicipal. Véase
43
LO, 21/02/1946. LL, 01/09/1947.
48
44
Véase, por ejem plo, el proyecto del com isionado Antonio J. Llach de repartir subvenciones a Véase Anuario La Opinión 1946, p. 125. Roasenda era adem ás presidente de la So cied ad de
las “entidades locales, con personería jurídica” fundam entado en una recaudación m unicipal que Bom beros Voluntarios de Avellaneda, Anuario La Opinión 1947. Genaro Aversa era un pequeño
había acusado un apreciable superávit. LL, 03/07/1945 y La U nión, revista de la asociación de o m ediano industrial propietario de dos fábricas instaladas en Villa M arconi. M iem bro y
fom ento de Crucecita Este, M arzo y Abril 1950, núm eros 216 y 217. delegado del Rotary Club local, sería designado en 1948 secretario del bloque peronista d el
Concejo D eliberante. Véase Anuario La Opinión 1946, p. 129, Anuario La Opinión 1947, y
45
LO, 05/02/1946. Anuario La Opinión 1948 p. 15.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

caso, José F. Werner, quien sería electo senador provincial en 1946, había azorado por el resultado electoral y la debacle del PDN vacilaba en dar una
asumido la presidencia del Rotary Club local en julio de 1943.49 explicación plausible del triunfo de la coalición peronista.51 La reconstrucción
En este período previo a las elecciones presidenciales, los ejes del del rol jugado por conservadores locales en el triunfo electoral del ‘peronis-
conflicto que oponen a renovadores y laboristas pasan por el control del mo’ en Avellaneda queda fuera de los márgenes de este estudio. Sin
aparato municipal (la selección de los comisionados) considerado un embargo, es importante señalar que los años formativos del peronismo de
componente crucial de cualquier estrategia que contemplara una posición de Avellaneda coinciden con la crisis del Partido Demócrata Nacional local y,
predominio en el interior de la coalición peronista y la construcción de una especialmente, con la enferm edad de su tradicional caudillo Alberto Barceló
carrera política exitosa a nivel local. Como base de organización partidaria, las (muere en noviembre de 1946) que traba la reorganización del partido,
dos facciones radicales (que responden a Durruty y Bianculli) apelaron a la situación que parece exacerbar la lucha interna y provocar cruces de
penetración territorial en el distrito en base a la fundación de comités y acusaciones entre las facciones conservadoras de colaboracionismo y traspaso
bibliotecas, en tanto que los dirigentes laboristas parecieron contar con el de clientelas electorales hacia el “peronismo”. 52 En efecto, en febrero de 1948
poder de movilización y de control de la calle canalizado por los sindicatos y nuevamente en vísperas electorales, el conservadorismo de Avellaneda
(sindicato del vidrio, frigoríficos, municipales, metalúrgicos) y con la sufrió una nueva crisis provocada por acusaciones cruzadas entre diversas
formación de una red de centros laboristas. Existe en la retórica laborista una facciones de colaboracionism o con el peronism o que devino en la renuncia
resistencia a las prácticas políticas de los “políticos profesionales”, aún de Nicanor Salas Chaves a la presidencia del partido a nivel local: “Cuando
cuando, como analizaremos, en el período posterior la contraposición entre Barceló cayó enfermo en plena reorganización partidaria [argumentaría Salas
laboristas y radicales renovadores no parezca evolucionar hacia un conflicto Chaves en respuesta a las acusaciones], igual que ahora, en vísperas de
permanente entre sindicalistas y políticos, y esto com o consecuencia en parte elecciones, nuestros adversarios hicieron correr la especie que estaba
de la formación parcialmente exitosa de un entramando organizativo ‘acomodado’ con Perón, lo que, como es lógico, le restó un enorme
generado a partir de bibliotecas “peronistas” dirigidas por radicales renovado- contingente de votos entre el electorado netamente conservador, y fue una
res y organizaciones sindicales. De todas maneras, y más allá de cómo las de las causas principales del derrumbe de la situación local…”.53 Com o
diferencias entre las agrupaciones peronistas se concretaban en el entramado analizaremos más abajo, la cercanía del candidato peronista a la intendencia,
organizativo, las elecciones nacionales del 24 de febrero de 1946 significaron José D. Aphalo, a ámbitos de la sociabilidad conservadora contribuiría a
el final de una campaña electoral con niveles de conflictividad y violencia alimentar aún m ás este juego de suspicacias y rumores preelectorales.
política importantes y, en Avellaneda, la demostración del mayor caudal
electoral del Partido Laborista local frente a la UCRJR dentro de la coalición
peronista: en la elección para diputados nacionales, el Partido Laborista se
impuso por 17.868 votos contra 7.017 de la UCR (Comité Nacional) y 5.888
de la UCRJR. 50 La Opinión, vocero de los intereses conservadores locales,
50
(...continuacion)
Ediciones CEPES, 1972, pp. 37-56.
49 51
LL, 02/07/1943. E l D r. José F. W erner había form ado parte de la com isión fundadora del Los conservadores recibieron el exiguo apoyo de 1.176 votantes. LL, 26/03/1946.
H ospital Fiorito. Véase LL, 15/08/1943.
52
Sobre la participación de jefes políticos locales conservadores en los orígenes del peronism o
50
Los resultados finales de Avellaneda para la elección presidencial y de gobernador fueron: véase dos visiones opuestas (una, asignando un rol im portante a aquellos; la segund a,
Perón-Q uijano 35.340; Tam borini-M osca 14.811; M ercante-M achado (Laborista y U .C.R.J.R.) m inim izándolo o negándolo) en LLO REN TE, Ignacio: “Alianzas políticas en el surgim iento del
34.907; Prat-Larralde (U .C.R.), 13.332. LL, 26/03/1946. En Avellaneda votó el 85% del padrón, peronism o: el caso de la provincia de B uenos Aires”, en M O RA Y ARAU JO , M anuel e
un total de 52.096 votantes. LO, 25/02/1946 Los 2.381 votos conseguidos por el Partido LLO REN TE, Ignacio (com ps.): El voto peronista. Ensayos de sociología electoral argentina, Buenos
Com unista en la elección de diputados nacionales parecen sugerir la declinante influencia de los Aires, Sudam erican a, 1980; AELO , O scar: “Elites políticas en la provincia de Buenos Aires:
com unistas entre los trabajadores de los frigoríficos. Sobre José Peter, figura carism ática del peronistas y radicales en las elecciones de 1948”, en Estudios Interdisciplinarios de Am érica Latina
sindicalism o com unista en Avellaneda, la Federación O brera de la Industria de la Carne y el Caribe, vol. 13, m úm . 2, Julio-D iciem bre 2002.
(F.O .I.C.) y la declinación de la influencia de aquel en el grem io de la carne frente a la
53
com petencia peronista véase las Crónicas Proletarias de PETER, José, D I TELLA, Torcuato: Perón LL, 04/02/1948. Sobre los proyectos de algunos sectores conservadores de “colaborar” con el
y los sindicatos, pp. 327-344, y PU IGGRÓ S, Rodolfo: El peronism o: sus causas. Buenos Aires, peronism o en las elecciones de 1948 véase “Tendencia al Colaboracionism o existe en el Partido
(continúa...) D em ócrata” en LL, 04/01/1948.

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Entre los conflictos internos del laborismo local y los intentos de reafirmación de la propia identidad partidaria. Por otra parte, como veremos
institucionalización partidaria. más adelante, los intentos de unificación de las fracciones ‘peronistas’
significativamente no depararían en el mediano plazo la conformación de
ningún liderazgo duradero a nivel local, a juzgar por las consecuencias de las
En la primera sección presentamos algunos de los aspectos básicos
elecciones internas de 1947, la posterior intervención del Partido Peronista
de la vida política de Avellaneda (las continuidades y rupturas representadas
local y la entronización de nuevas autoridades partidarias en 1949 (lista única
por la herencia conservadora y la participación de los trabajadores organiza-
mediante) originada fuera del escenario local y que cerraría el proceso de
dos en la política partidaria) así como las características asumidas por la
reducción a la unidad.56
coalición peronista entre las jornadas de octubre y las elecciones presidencia-
les de 1946. De ésta surge la naturaleza creciente de los conflictos que se Entre los meses que van de las elecciones presidenciales al comunica-
generan entre laboristas y radicales renovadores en torno a la organización de do de Perón de mayo las distintas fracciones “peronistas” de Avellaneda
la embrionaria coalición peronista superpuestos con los intentos por juegan a capitalizar el triunfo electoral y a consolidar sus propias posiciones.
controlar el ejecutivo comunal. Los nuevos tiempos políticos que se abren a Los radicales renovadores presentan como símbolo de su capital político las
partir del triunfo de la coalición peronista en 1946 inciden profundamente ganancias representadas por el “block irigoyenista” de la tercera sección
sobre el entramado político peronista inclinándolo peligrosamente hacia la electoral en la legislatura provincial, en tanto que los laboristas reafirman su
disolución a partir de los conflictos desatados. El riesgo cierto de desbande carácter mayoritario dentro de la coalición peronista basados en los
de las fuerzas peronistas lleva a Perón el 23 de mayo de 1946 a advertir sobre resultados del 24 de febrero, además de contar con dos dirigentes al frente
los peligros de la anarquía, las ambiciones y los conflictos internos y a buscar de las comunas de Lanús y Avellaneda. Por otra parte, se percibe en los
la unificación de las fracciones peronistas con la formación del Partido Único radicales renovadores una intención de ampliar su participación en el
de la Revolución Nacional (en adelante PURN). 54 La orden de Perón de dar “mercado electoral” peronista, propósito sugerido por los proyectos de
forma a un nuevo partido es obedecida sin mayores resistencias por los capacitación de cuadros concretados en el “Laboratorio Social”, institución
radicales renovadores, pero encuentra obstáculos de mayor magnitud entre que buscaba ocuparse de la problemática social y de las conexiones con los
los laboristas quienes sólo a mediados de junio consentirían la disolución del trabajadores organizados.57 Los radicales renovadores buscan, además,
Partido Laborista y su fusión con las otras fracciones peronistas. Sin embargo, instalar las candidaturas para la intendencia m unicipal y lanzan la reorganiza-
la mayor oposición a este proyecto de unificación provendría de los sectores ción de las respectivas fracciones. 58 El laborismo en control de las riendas de
laboristas de la provincia de Buenos Aires encabezados por Cipriano Reyes la administración comunal hasta agosto de 1946, va a sufrir las consecuencias
quienes en el congreso provincial de julio de 1946 decidirían separarse de la
coalición peronista.
56
En este sentido, no existe en Avellaneda dirigentes que puedan conform ar lid erazgo s
En Avellaneda los intentos de reducción a la unidad del “peronismo” personalistas perdurables com o se dan en otras com unas bonaerenses. Véase, por ejem plo el
se vieron particularmente afectados por la oposición de influyentes sectores caso de Tandil “Génesis y consolidación del Partido Peronista en Tandil (1946-1955)” en esta
publicación. Véase tam bién M ELO N , Julio C.; G AYO L, Sandra, y RO IG, M abel: “Peronism o en
laboristas que resistían la incorporación al PURN. En efecto, si bien tensiones Tandil: ¿perpetuación conservadora, desprendim iento rad ical o génesis sindical? 1943-1948”,
internas cruzaron las otras fracciones peronistas, 55 estas fracciones no- en Anuario IEH S, núm . 3, Tandil, 1988.
laboristas aceptarían la disolución de sus estructuras y la unificación con las 57
Entre sus m iem bros se encontraba Cosm e Gjivoje, obrero y representante d e la Federación
otras fuerzas peronistas aún cuando en períodos de confusión de los O brera M arítim a que integraría la delegació n argentina en la Confederación Internacional del
Trabajo en Ginebra en 1949. Las m esa directiva del “Laboratorio Social”Cesar estaba constituida
proyectos unificadores aquellas revirtieran hacia intentos acotados de por Cesar Bressa, presidente; D ante Em anuel, vicepresidente; Cosm e Gjivoje, secretario, y José
F. W erner, tesorero. Véase LL, 3/4/1946. Sobre Gjivoje véase A nuario La Opinión 1949, p. 71.
La “U niversidad O brera” propiciada por el com isionado m unicipal G arófalo aparece com o la
contra-propuesta laborista a esa iniciativa. Véase LL, 14/05/1946.
54 58
M ackinnon, Los años form ativos, pp. 39-50. En D ock Sud, la U CRJR de B ianculli prom ueve su candidatura a la intendencia en un acto en
el que asisten “...representantes de la Industria y el Com ercio, propietarios, periodistas,
55
En los Centros Cívicos “Coronel Perón” se decidió la expulsión de un grupo de afiliados y em pleados y obreros...”. LL, 06/05/1946. El sector de D urruty encara la reorganización con la
m iem bros de la com isión, véase LL, 30/04/1946. Los radicales renovadores continuaron form ación de una Junta Provisoria del Partido Radical Yrigoyenista Revolucionario de Avellaneda,
divididos en dos grupos: las facciones encabezadas por Bianculli y D urruty. LL, 25/05/1946. LL, 25/05/1946.

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de sus conflictos internos. Antes de eso, sin embargo, Garófalo, comisionado coalición peronista, algunos intentan encontrar una salida al conflicto
municipal, intentará consolidar su posición incrementando los vínculos con reconociendo el lugar del radicalismo renovador en el triunfo electoral: “...no
los empleados municipales e intensificando las relaciones con las asociaciones podem os desconocer por ello el valioso aporte que importó el caudal político
de fomento y sociedades barriales a través de constantes giras asumiendo los de otras fuerzas peronistas… ”. 6 2 El Comité Central del Partido Laborista de
ropajes de un político de acción, en afectada contraposición a los políticos Avellaneda, aún cuando reafirma su identificación con Perón y M ercante, se
tradicionales denostados en la retórica de las fracciones laboristas locales. Este mantiene, sin embargo, en su oposición intransigente cercana a la representa-
dirigente sindical asume rápidamente una exposición pública que lo da por Cipriano Reyes e impugna las “condiciones” en base a las cuales se
contraponía en este aspecto a algunos com isionados de tono gris anteriores, “estructuraría el nuevo partido”. Eusebio Rodríguez, por ejemplo, en una
y sus decisiones políticas y presupuestarias como comisionado (por ejemplo, reunión en la que se considera la posición del laborismo de Avellaneda –y a
aumento de sueldo a empleados municipales y reintegro de aquellos la que asiste Reyes–, rechaza una “unidad forzada” que desconoce “...el
exonerados del municipio) sugieren intenciones de construir una base de prestigio y la conducta de los hom bres del laborismo”. 63
sustento amplia, extender su permanencia en el cargo y lograr la legitimación Las divisiones internas se manifiestan, por otra parte, en la ausencia
del electorado en unas eventuales elecciones posteriores. En este sentido, de una representación de los centros laboristas de Avellaneda en el Congreso
Garófalo y la dirigencia local del laborismo intenta consolidar posiciones Provincial convocado por el laborismo encabezado por Reyes a finales de
recurriendo a la capacidad de movilización de los sindicatos y a las vinculacio- julio, 64 lo cual no impide una declaración del Comité Central en el cual
nes políticas a nivel provincial y nacional, convergiendo ambas estrategias en reconoce las “diferencias internas” y expresa su acuerdo con las resoluciones
ocasiones como en el acto de homenaje organizado por el Partido Laborista adoptadas. 65 Esta oposición a la incorporación a la estructura organizativa del
de Avellaneda a Farell y al interventor federal Sainz Kelly en abril de 1946.59 nuevo partido lleva a algunos dirigentes (com o el diputado provincial
Poco después de la proclama de Perón del 23 de mayo la UCRJR de Eduardo H. Olmos) a intentar una reorganización del laborismo de
Avellaneda (liderada por Bianculli), el grupo de los radicales renovadores de Avellaneda por fuera del Comité Central. 66 Las divisiones internas del PL de
Durruty y los Centros Cívicos “Coronel Perón” apoyaron el proceso de Avellaneda en relación a la actitud a seguir con respecto al Partido Único
unificación partidaria y adhirieron al PURN. 60 El camino de las distintas claramente inciden sobre la estabilidad del gobierno municipal el cual, pocos
fracciones laboristas hacia la aceptación de las formas que asumía el proceso días después del Congreso Provincial del laborismo, acosado por los rumores
de unificación estaría plagado en cambio de conflictos y obstáculos. Algunas deberá salir a negar la renuncia de Garófalo. 6 7 En efecto, éste no logra
fracciones como la de Angel Yanspolsky, dirigente gremial de la carne y compatibilizar su posición de comisionado municipal (carente de una
diputado nacional, aceptarían inmediatamente la incorporación del Partido legitimidad proveniente de las urnas y dependiente por lo tanto de las
Laborista al PURN, rechazarían la posición más radical del sector liderado por decisiones del ejecutivo provincial) con el rechazo del laborismo local por
Reyes y alertarían a los “descamisados” sobre la existencia de “...hombres que avenirse a formar parte del PURN y con su participación en el PL a nivel
surgieron de nuestras filas, fueron exaltados a las directivas partidarias y hoy nacional. Así, por ejemplo, pide a los dirigentes laboristas “serenidad” en la
con cantos de sirena pretenden disfrazar sus ambición desmedida…”. 61 Si toma de decisiones relacionadas con el proceso de unificación, al tiempo que
bien todas las fracciones coinciden en la importancia de que sea reconocida reconoce la importancia de “sostener” los principios del laborismo, reafirma
en la estructura del Partido Único el carácter mayoritario del laborismo en la
62
LL, 13/07/1946.
59
O rganizado conjuntam ente por el com ité central del Partido Laborista (encabezado por sus 63
LL, 03/07/1946.
autoridades: Antonio Calveiro, presidente; H elios M utti, secretario y Eusebio Rodríguez,
tesorero, y el diputado provincial Eduardo H . O m os) y el Com ité de Unidad Sindical 64
LL, 23/07/1946.
(representado por Antonio Calviño), el acto no contó con ninguna representación de los
65
radicales renovadores. LL, 24/07/1946 y Anuario La Opinión 1946, p. 85. La declaración es firm ada por el presidente Calveiro, secretarios generales Eusebio Rodríguez
y H elios M utti y el secretario de la organización Ferm ín J. M oa. LL, 26/07/1946.
60
LL, 07/06/1946. La Junta Renovadora de Avellaneda fue disuelta a m ediados de junio. Véase
66
LL, 18/06/1946. O lm os no ingresa al bloque parlam entario que responde a Reyes. Véase LL, 02/08/1946.
61 67
LL, 02/06/1946. LL, 29/05/1946.

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su pertenencia al laborismo y se manifiesta a favor de la unidad de las fuerzas Peronista). Una de las principales batallas que tuvieron lugar, tendientes a la
peronistas “bajo la bandera del laborismo” que fue “el partido que obtuvo el formación de la organización, son las primeras elecciones internas que se
mayor caudal de votos”.68 Estas contradicciones profundizan la debilidad de realizaron el 21 de setiembre de 1947.
origen del gobierno municipal y contribuyen a la caída de un gobierno que Como ya hemos señalado arriba, el laborismo de Avellaneda pese a
no había podido asegurar la unificación de las fracciones ‘peronistas’ de conformar la principal fuerza de la coalición ‘peronista’ a juzgar por las
Avellaneda. 69 elecciones presidenciales de febrero de 1946 no logró evitar que la conflictivi-
Los sectores renovadores, por el contrario, aprueban la constitución dad interna influyera negativamente sobre sus posibilidades de triunfo en las
de una Junta Provisoria Pro Unidad y favorecen decididamente la unidad del elecciones internas de 1947 en las que únicamente los candidatos del
“peronismo” local y la formación del Partido Único.70 Este proceso parece radicalismo renovador presentaron listas. En este sentido, aún cuando un
finalmente encaminarse con la adhesión de sectores importantes de la número apreciable de fracciones y alianzas de distintos sectores del PP
coalición “peronista” triunfante en febrero de 1946 (sectores del laborismo, conform aron listas consensuadas con el fin de presentarse a las internas, sólo
la UCRJR y Centros Cívicos) a la constitución del PURN y a las directivas dos listas (aquellas encabezadas por los dirigentes radicales renovadores
generadas por la Junta Ejecutiva del partido,71 aunque no dejaron de Bianculli y Durruty) concretaron este objetivo. En este período pre-electoral
generarse conflictos que atravesaron en ese momento a conglomerados de se confirma las dificultades de los laboristas por superar los conflictos que se
alianzas coyunturales de centros laboristas y comités que afirmaban desatan en su seno, pero también tiene lugar un proceso de formación de
constituirse en comisiones pro unidad.72 El escenario local, sin embargo, alianzas entre dirigentes laboristas, radicales renovadores o independientes
parece por entonces despejado para la unificación de las diversas fracciones que buscan consensuar listas alternativas a las encabezadas por Bianculli y
“peronistas” y la aceptación de los cambios estructurales a nivel de la cúpula Durruty. Significativamente “la ex fracción laborista incorporada al Partido
del partido de enero de 1947 (creación del Consejo Superior y cambio de Laborista” (tal la forma en que la describe La Libertad) da a conocer en agosto
nombre del partido que, ahora sí, pasa a llamarse oficialmente Partido una lista de pre-candidatos encabezada por Vicente Garófalo aunque se ve en
la necesidad de publicar un comunicado en el que desmiente versiones que
señalaban un posible acercamiento a otros grupos, rechazando cualquier
68
posibilidad de acuerdo con “políticos gastados”. 73 La miríada de fracciones
LL, 02/08/1946.
y grupos que se forman no necesariamente respetan la divisoria entre
69
Con la caída en desgracia de Garófalo, las vinculaciones entre éste y los obreros m unicipales laboristas y renovadores. En las aproximadamente seis semanas del periodo
no logran concretarse en una anunciada huelga general en apoyo a la “revolución social”
supuestam ente encarnada en la gestión del com isionado m unicipal. LL, 23/08/1946. Garófalo pre-electoral seis distintos sectores del peronismo de Avellaneda manifiestan
se reintegra a su trabajo en la fábrica de vidrios Papini H erm anos de Piñeyro. LL, 06 /09/1946. la intención de presentarse a las internas: las fracciones de Bianculli y
70
A finales de agosto se organiza un agasajo al diputado provincial Bressa, al que asiste la plana Durruty; la ex fracción laborista de Garófalo; la Agrupación para la
m ayor de la U CRJR local, los diputados nacionales Vicente Laciar y H éctor J. C ám pora, Divulgación de la Doctrina Peronista (una amplia alianza formada por “ex
senado res provinciales y Arturo Jauretche, adem ás de “gran cantidad de diputados
propugnadores de la form ación del Partido Ú nico en la provincia de Buenos Aires”. LL, laboristas, ex radicales de la Junta Renovadora, ex Centros Cívicos, ex
29/08/1946. independientes y gremialistas) que apoya una lista encabezada por Cesar H.
71
Angel Yam polsky, C esar H . Bressa, E. H . O lm os, José Palm eiro, m ayor Ernesto Villagrán, Bressa; la Unión Peronista de Avellaneda cuyo presidente es Alfredo F.
Gustavo Vignardel, Cosm e Gjivoje, Arturo C. Favaloro, Ram ón Viesca, están entre los firm antes M ercuri y se encuentra conformada por “representantes de los centros
de esta declaración. La lista com pleta en LL, 19/09/1946. El Partido Laborista de Avellaneda da
a conocer un com unicado en noviem bre de 1946 rechazando las resoluciones de “las Junta peronistas creados con anterioridad al 24 de febrero de 1946” y, finalmente,
N acional y Provincial del General Perón” por antiorgánicas, aunque “reafirm ando su am plia la Junta local de em ergencia del PP, liderada por José Palm eiro, Ernesto
solidaridad con el gobierno surgido de los com icios de febrero...”. LL, 28/11/1946. Sin em bargo,
los principales dirigentes del PL ingresan en el nuevo partido. Incluso H elios M utti, secretario
del PL, liderará los “Subcentros Peronistas” que en 1948 apoyarán la gestión del interventor del
Partido Peronista, O scar Ayestarán. Véase Anuario La Opinión 1948.
72
Ver, por ejem plo, la com isión liderada por A. Tum ilasci. LL, 04/12/1946. El 6 de diciem bre
la Junta Ejecutiva del PU R de la Provincia de Buenos Aires com unica a Antonio V. Bianculli,
M iguel A. D urruty, Gustavo Vignardell y Ernesto Villagrán su designación com o m iem bros
73
inscriptos en Avellaneda. LL, 06/12/1946. LL, 09/08/1947.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

Villagrán y el diputado provincial Eduardo H. Olmos. 74 Sin embargo, la en marzo de 1948.77 Sin embargo, la convención provincial del Partido
mayoría de las listas no se presenta a los com icios am parada en el argumento Peronista, pese a contar con el mismo Bianculli como representante de
de que los padrones partidarios no se han depurado, luego de fracasar en su Avellaneda en el cónclave, consagró una lista de candidatos para las
intento por conseguir una postergación de las elecciones de parte de la Junta elecciones municipales que ciertamente no contemplaba los intereses de la
Provincial del PP. Dentro de la fluidez de este escenario electoral, la fracción fracción que había superado exitosamente la prueba de las elecciones
de Bianculli (adem ás de su establecida red de bibliotecas peronistas “Hipólito internas. En efecto, la convención eligió como candidato a intendente
Yrigoyen”) logrará articular acuerdos con sectores grem iales, especialmente municipal a José D. Aphalo, quien se estaba desempeñando en la presidencia
con los obreros de la carne. En este sentido, más allá de la adhesión de del Mercado General de Haciendas y Bolsa de Ganado de Avellaneda desde
núcleos peronistas barriales, la lista de Bianculli recibe el apoyo de obreros de agosto de 1947 y cuya presencia había crecido asociada a la figura del
los frigoríficos Anglo, Ciabasa y La Castellana y de la Agrupación Peronista de comisionado m unicipal Eduardo Sturla.78 El ingeniero Aphalo pertenecía, de
los obreros de barracas de lana del M ercado Central de frutos. Significativa- acuerdo al diario La Libertad, a “…una familia de honda raigambre...” en
mente, ésta última manifiesta la imposibilidad de presentar una lista propia Avellaneda, y su madre se encontraba “…vinculada a caracterizadas familias
por “falta de tiempo” decidiendo apoyar a Bianculli por ser la figura “más de Avellaneda y de la capital federal”. 79 Esta caracterización de la prensa local
representativa de las aspiraciones de los obreros”. 75 Esta estrategia sum ada a y su cercanía a ám bitos de la sociabilidad ‘conservadora’ (significativam ente
la penetración territorial de las bibliotecas y centros en el distrito de Aphalo estuvo presente en el entierro de Barceló rodeado de viejos dirigentes
Avellaneda contribuyen a dar forma al triunfo electoral en unas elecciones conservadores) sum ados a una posición relevante en la sociedad local
internas que terminan asumiendo la forma de una confrontación entre (presidente de la influyente comisión de fiestas patronales de Avellaneda) lo
dirigentes del radicalismo renovador.76 colocaba a Aphalo en una posición favorable para atraer a sectores del
electorado que habían respondido en el pasado a las prácticas políticas de
Barceló.80
El proceso de selección de los candidatos peronistas, las elecciones
municipales y la intervención del PP. La elección de los candidatos realizada por la convención significó el
ingreso del Partido Peronista de Avellaneda en un nuevo período tumultuoso
y un paso atrás en el proceso de estructuración partidaria, dado que lejos de
La definición de las autoridades partidarias peronistas no significó, facilitar la unificación de los diversos grupos puso al partido al borde de la
sin embargo, la sanción del liderazgo de Bianculli o de su estrategia de alianza división. Por otra parte, si bien las elecciones internas parecieron consagrar
entre las bibliotecas peronistas y sectores de los obreros de la carne. Con el éxito de una fórmula que combinaba la competencia de los políticos
Bianculli electo presidente de la Junta de Organización del Partido Peronista, profesionales provenientes de la UCRJR (que contaban con experiencia en
esta fracción peronista interpretó que contaba con el camino despejado para cómo afrontar las relaciones político-organizativas) con sectores de los
imponer su candidatura para las elecciones de intendente que tendrían lugar

77
Los subcentros del PP de Avellaneda, agrupaciones grem iales y bibliotecas peronistas habían
proclam ado la candidatura de Bianculli al m enos una sem ana antes de la decisión de la
74
Véase LL, 13/08/1947; LL, 09/08/1947; LL, 26/08/1947. José Palm eiro era el director, Convención. Véase LL, 19/01/1948.
propietario y fundador de la publicación “Riachuelo” (fundada en 1928). Será elegido diputado
78
provincial en 1948 y presidente del bloque peronista de la cám ara. Véase Anuario La Opinión Abogado, Sturla integraría la lista de candidatos a diputados provinciales por la tercera sección
1949. Ernesto Villagrán, m ayor retirado, provenía de los Centros Cívicos “Coronel Perón”. Véase electoral. H abía com enzado su carrera dentro de los gobiernos de la revolución de junio com o
LL, 06/12/1946. D irector General del M inisterio de Gobierno de la Provincia. LL, 26/01/1948; Anuario La Opinión
1947, p. 11.
75
LL, 01/09/1947; 18/09/1947. Bianculli tam bién recibe el apoyo de una A grupación O brera
79
de D ock Sud. Véase LL, 06/09/1947. LL, 04/01/1948; LL, 13/06/1946.
76 80
5.424 afiliados peronistas votaron por Bianculli, contra los 1.304 que apoyaron la lista de LL, 15/11/1946. La única participación de Aphalo en la adm inistración com unal había sido,
D urruty. Véase LL, 23/09/1947. Las fracciones que no participaron, sin em bargo, fiscalizaron el con todo, su puesto com o jefe del departam ento de obras públicas durante el m andato del
desarrollo de los com icios centralizados en el Teatro Rom a. D irigentes de la lista de Bianculli radical M anuel Beguiristain entre 1918 y 1919. Véase LL, 04/0 1/1 948; LL, 19/03/1948. D e
denunciaron intentos de las listas rivales por im pedir que los votantes accedieran al lugar de acuerdo con Folino, José Aphalo era “… de ascendencia conservadora y socio del club exclusivo
votación. LL, 22/09/1947. ‘Pueblo U nido’. Véase FO LIN O , N orberto: Barceló, Ruggierito…, p. 98.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

trabajadores organizados (que acercaban a los políticos radicales renovadores alianzas con otros distritos y el PP oficial (el interventor Garaguso, el
al liderazgo y a la organización popular), 81 la forma de selección de los gobernador Mercante y el mismo Perón) se involucraron en una vorágine de
candidatos empujó a núcleos partidarios al borde de la escisión y exacerbó los negociaciones contrarreloj para impedir la fractura y el debilitamiento del
conflictos internos. peronism o frente a las inminentes elecciones.
En este sentido, no parece haber aquí objeciones más profundas a, Diversos actores se vieron activamente envueltos en la crisis
por ejemplo, artículos de la Carta orgánica provincial aprobada referidos a la institucional del PP: el diario La Libertad, ya decididamente mimetizado con
existencia de un polo organizativo carismático encarnado en la figura de el peronismo, saludó la decisión de la convención y de Mercante de “...elevar
M ercante, 82 sino más bien una competencia abierta por el tema de las la puntería en la selección de los hom bres que deberán actuar en los 112
candidaturas y una confrontación a la decisión de la convención por nom inar municipios...”;85 delegaciones obreras de Avellaneda se movilizaron, visitaron
candidatos que, se argumenta, no figuran en los padrones partidarios a Bianculli y anunciaron una serie de paros progresivos para protestar contra
locales. 83 En efecto, Antonio V. Bianculli presenta su renuncia a la presidencia la decisión de la convención; el peronismo disidente encabezado por
del PP local argumentando que el proceso de selección de candidaturas Bianculli amenazó con concurrir a los comicios con listas propias, y,
constituye. finalmente, el interventor del PP provincial dictó la intervención de la Junta
local del PP de Avellaneda.86 A finales de enero se reunieron en Avellaneda
delegados de núcleos peronistas disidentes de distintos distritos de la
una burla sangrienta para todo el peronismo de Avellaneda
provincia y acordaron constituir una nueva agrupación política, analizando
que pensaba que los candidatos que el partido sostendría en
la posibilidad de presentar listas alternativas en las elecciones nacionales,
los próximos comicios del 7 de marzo serían ciudadanos
provinciales y municipales por fuera del PP. No decididos a quemar todavía
surgidos de sus propias filas y con actuación conocida como
las naves afirmaron su “...completa y total solidaridad con el líder del partido,
verdaderos sostenedores de los postulados de la Revolución
el General Perón...” y argumentaron que “...su disidencia doctrinaria es
del 4 de junio.84
puramente local, con la orientación política impresa al partido, de suerte que
su responsabilidad queda a cubierto de las acusaciones que la crítica
A partir de ese momento las acciones se precipitaron, los rebeldes malevolente pudiera ensayarla”. 87 Las fracciones peronistas provinciales y
reunidos en torno a Bianculli iniciaron un rápido proceso de construcción de locales se dividieron. Dirigentes peronistas distritales no se resolvieron a dejar
la estructura partidaria peronista y pasar a la disidencia y negaron su
participación en cualquier proyecto divisionista.88 Ciertamente un núcleo de
81
dirigentes locales encuadrados en las “Bibliotecas peronistas Hipólito
Sobre los divesos tipos de “expertise” y el control d e las áreas de incertidum bre que definen
a los com ponentes de la prim era coalición peronista véase el tratam iento que hace M ackinnon Yrigoyen” apoyó la rebelión de Bianculli, en tanto que otros, derrotados en
en Los años form ativos…, pp. 78-80, siguiento el aparato conceptual de Angelo Panebianco - las internas de setiembre de 1947, intentaron recuperar el terreno perdido y
M odelos de Partido. Organización y Poder en los Partidos Políticos, M adrid, Alianza U niversidad,
1993-. manifestaron su coincidencia con la intervención al PP local y su decisión de
82
Com o sí parece ser el caso de algunos delegados “autonom istas” presentes en la convención,
véase M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos…, pp. 106-107.
83
La convención provincial del PP conform ada por 86 congresales presididos por el interventor
del partido, Bernardino Garaguso, consagró la siguiente lista de candidatos para las elecciones
m unicipales de Avellaneda: candidato a intendente, Ingeniero José D . Aphalo; candidatos a 85
LL, 28/01/1948.
concejales, Ingeniero Ferm o Julio Rudelli, Félix Raúl Páez, D r. Antonio José Tum ilasci, M iguel
86
D elgado, M anuel A. Bó, M anuel Torres, Rodolfo Agustín Lira, Enrique Fernández, O scar Ayestarán es nom brado interventor del PP de Avellan eda, LL, 28/01/1948; LL,
H erm enegildo To rralba, Genaro Aversa, Valentín Sánchez, Cayetano A. Basta, Juan D ’Am ico, 05/02/1948.
Leopoldo Rafael Castelli, Julio O scar Barberis, M arcos José Sim oniti, José Agapito Filipini y
87
Em ilio A rena; candidatos a consejeros escolares, D r. Roberto U garte, Jerónim o Santiago LL, 31/01/1948.
Villam aestre y Francisco Alcaide, titulares; Alonso José Pérez, Luciano H ernáiz y Alfredo Valentín,
88
suplentes. LL, 26/01/1948. Tal es el caso del diputado provincial Alberto R. López Claros y de los dirigentes Pascual
Santoro –del partido de San Vicente– y José S. Piscerno y Arm ando U nanué –del partido de 25
84
LL, 27/01/1948. de m ayo–. Véase La N ación, 28/01/1948; La Razón, 28/01/1948 y LL, 30/01/1948.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

votar las listas “íntegras” consagradas por la convención.89 Otros dirigentes los gremios de la carne.94 Por otra parte, la lista de los concejales peronistas
locales influyentes (entre ellos los diputados provinciales José Palmeiro y eventualmente electos en marzo de 1948 muestra un importante número de
Eduardo Olmos, el mayor Villagrán, Antonio Tumilasci y Vicente Garófalo) sindicalistas que forman parte de ella y la elección de al m enos un dirigente
apoyaron la gestión del interventor, resolvieron la unificación de las fuerzas cercano al núcleo de Bianculli. En efecto, sería sólo poco antes de las
peronistas y ratificaron ritualmente su solidaridad con Perón y Mercante. 9 0 elecciones y después de haberse entrevistado con el mismo Perón en dos
Las divisiones también se dieron a nivel de los sindicatos: alrededor de 300 ocasiones a fin de destrabar la situación de conflicto en Avellaneda, que
obreros de la carne de los frigoríficos Anglo, La Negra, La Blanca, W ilson y Bianculli aceptaría apoyar la lista de concejales definida por el Partido
C.I.A.B.A.S.A. publicaron un manifiesto en apoyo al “auténtico líder del Peronista.95 Como datos significativos de la lista de los concejales peronistas
peronismo en Avellaneda don Antonio V. Bianculli”. 9 1 El resto de los electos el 14 de marzo de 1948 se destacan con claridad la inclusión del
principales sindicatos, sin embargo, se alineó con la decisión de la conven- doctor Dante Emanuel –quien había sido apoderado de la lista de Bianculli
ción provincial y apoyó a los candidatos proclamados por ésta. 92 en las internas peronistas, presidente de la comisión de propaganda pro
Estos posicionam ientos estratégicos de dirigentes políticos y candidatura Bianculli y candidato a secretario general en la lista de Bianculli
sindicales constituyeron el telón de fondo sobre el cual se proyectaron las de 1947– 96 así como la elección de al menos cinco sindicalistas entre los
intensas negociaciones tendientes a impedir la fractura del partido. El diario candidatos peronistas que llegan al Concejo Deliberante.97 En el medio de
La Libertad, que asum ío una posición intransigente y apoyó en principio las toda estas febriles negociaciones que dan como resultado la lista proclamada
listas confeccionadas por la convención dado que éstas buscan “...solucionar, el 19 de febrero en el Teatro Roma, se suceden la apertura de subcentros
de la mejor manera posible, el problema de la unidad partidaria del peronistas como parte de la campaña electoral para las elecciones municipa-
peronismo local...”, al tiempo que rechazaba los “actos de indisciplina
partidaria”, sugerentemente llama la atención sobre la necesidad de revisar
“lo actuado para evitar divisiones que pueden demorar la estructuración
misma del partido peronista local y restarle probabilidades de éxito en las
próximas luchas comiciales de marzo”. 93 Significativamente, dirigentes de la
carne son tentados con un lugar en la lista de concejales de Avellaneda en lo
que pareciera adivinarse la intención de debilitar la relación de Bianculli con
94
D am ián López y Ángel Villa, del frigorífico Anglo, declinan la oferta. Véase LL, 30/01/1948.
95
En una entrevista publicada el día de las elecciones el interventor del PP da a conocer el apoyo
de Bianculli al partido y argum enta que el “asunto de Bianculli” se ha solucionado con la entrega
de padrones y 10.000 boletas solicitadas por el dirigente peronista. Véase LL, 14/03/1948.
96
89
Véase LL, 05/02/1948 sobre el apoyo de la fracción de D urruty, y LL, 04/02/1948, sobre la Véase Anuario La Opinión 1947; LL, 08/08/1947 y LL, 22/08/1947.
posición de Arturo C. Favaloro y Cosm e Gjivoge de apoyo a las listas de candidatos elegidas por 97
los convencionales provinciales. Ingresaron al Concejo D eliberante 6 concejales de la U CR. N o consiguieron bancas el Partido
D em ócrata, el Partido Socialista y el Partido Com unista. A continuación se detalla la lista de los
90
LL, 31/01/1948; LL, 13/02/1948. concejales peronistas electos y se adjunta la pertenencia a sindicatos o fracciones de aquellos
sobre los cuales hem os podido reunir inform ación:
91
LL, 10/02/1948. El 23 de enero de 1948 se había constituido la U nidad Básica Grem ial de la Félix Raúl Páez, Presidente del Concejo D eliberante, dirigente grem ial de la industria ferroviaria.
Industria Frigorífica con representantes de La Blanca, La Negra, Ciabasa. Véase LL, 23/01/1948. Agustín Giovanelli, Presidente del Bloque Peronista, dirigente grem ial de la industria de la lana.
Genaro Aversa, Secretario del Bloque y Vicepresidente 2 d o. , industrial. H erm enegildo Torralba,
92
La lista extensa de los dirigentes grem iales que apoya a la convención, entre los cuales se Vicepresidente 1 ro .. Escribano J. M . M uttoni, Secretario del cuerpo. Valentín Sánchez. Enríque
encuentran un diputado provincial (O lm os), futuros concejales y el secretario general de la CG T Fernández. D r. Antonio Tum ilasci, ex “independiente”, apoyó la lista de Cesar Bressa en las
de Avellaneda, Pablo Roca, es la siguiente: Eduardo H . O lm os, del Sindicato del personal de internas de 1947. D r. D ante Em anuel, Subsecretario de Asistencia Pública en 1945, apoderado
Industrias Q uím icas y Afines; José Longo, de la Asociación O brera Textil; Juan Rosad o, d e lo s d e la lista de B ianculli en 1947. B enito C osta, Asesor grem ial del sindicato de curtid ores d e
ferroviarios; Pablo Rocca, del Sindicato de la Industria M aderera; Benito Costa y Felipe Lorrido, Avellaneda. José A. Filippini, dirigente grem ial de la industria quím ica, apoya a Palm eiro-O lm os-
d el Sin dicato de C urtidores; Juan I. C aro, del Sindicato U nión O breros Panaderos (adherid o a Villagrán en las interrnas peronistas. M anuel Torres. José Antonio Longo, dirigente del grem io
la CGT); Agustín G iovanelli, de la federació n lanera Argentina y Juan Balm a, del Sindicato del textil.
Personal de industrias quím icas y afines. Véase LL, 01/02/1948. Fuentes: LL, 24/10/1945; LL, 05/01/1946; LL, 04/12/1946; LL, 14/09/1947; LL, 08/08/1947;
LL, 22/08/1947, LL, 1-9-1948; Anuario La O pinión 1947, Anuario La Opinión 1948, pp. 19-20;
93
LL, 02/02/1948. Anuario La Opinión 1949.

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El peronismo bonaerense Castro – Dispersión laborista, cohesión ‘renovadora’ y reducción...

les que culminaría en un abrumador triunfo peronista. 98 La forma en que el la naciente coalición peronista en Avellaneda. 100 Esto es, Manzano, que
conflicto se resuelve, las negociaciones contrarreloj para impedir la fractura cuenta con el decisivo apoyo del gobernador M ercante, logra forzar la
del partido y la existencia del riesgo mismo de división del partido inmediata- unificación de las díscolas fracciones peronistas locales a partir de la
mente después de haber experimentado sus primeras elecciones internas, imposición de una “Lista de Unidad” que triunfa en las elecciones internas
hablan de una fluidez estructural y de una multiplicidad de demandas que “…si un solo voto en contra…”, sin “…rivales y sin oposición, ya que no hay
encuentran dificultad en ser canalizadas a través de las estructuras partidarias fracciones internas que hayan decretado abstenciones o manifestaciones
nacientes. La participación de Perón en este conflicto parece confirmar la disconformes…”.101 Ciertamente un panorama que difícilmente podía ser
interpretación que Mackinnon propone de su intervención en el proceso de previsto a partir de un pasado reciente caracterizado por la fluidez y la
estructuración de la organización partidaria en esta etapa, esto es, el poder conflictividad interna de los diversos núcleos peronistas.
carismático no se expresa en una estructura determinada y la intervención
directa de Perón se reserva para las situaciones límites en las que es necesario
Consideraciones finales
disuadir o apaciguar a un sector.99
Si bien supera los márgenes temporales de este trabajo, es importan-
te finalizar este artículo señalando la forma –si se quiere contradictoria con En este trabajo hemos intentado analizar el proceso de constitución
la vitalidad que las fracciones peronistas habían demostrado en el período del Partido Peronista en Avellaneda, haciendo hincapié en los conflictos
1945-1948– que el proceso de unificación de los núcleos peronistas asume internos entre los distintos grupos peronistas y su grado de autonomía en
luego de casi dos años de intervención del partido. En efecto la característica relación a las presiones generadas desde el centro a favor de la unificación de
fragmentación de las fuerzas peronistas en Avellaneda sería sólo superada en las fuerzas peronistas. Se ha señalado no solo los elementos de ruptura en
las elecciones internas de diciembre de 1949, en las cuales Gilberto Lucas relación con el sistema de partidos existente con anterioridad a la revolución
M anzano, “…sin ser un vecino de Avellaneda…” y luego de haber desempe- de junio de 1943, sino también la presencia de elementos de continuidad
ñado el cargo de interventor del partido, sería electo presidente del Consejo sugeridos en la conformación de los elencos dirigentes en los años formativos
del Distrito de Avellaneda del PP en la más contradictoria de las formas si se de la coalición peronista. En este sentido, se ha sugerido la importancia de la
revisa, como lo hemos intentado hacer en este artículo, los años iniciales de participación activa de nuevos actores locales en el período constitutivo del
peronismo y la presencia de actores participantes en el universo de las
fracciones peronistas que respetaban criterios de notabilidad claramente
emparentados con las prácticas políticas del período conservador. Analizados
estos actores como parte de redes locales y de configuraciones de carácter
recíproco a partir de las cuales se respondía a los intentos de conformar
98 estrategias tendientes a la construcción del consenso o a la búsqueda de
Veáse, por ejem plo, LL, 10/03/1948. En las elecciones m unicipales los resultados fueron los
siguientes: posicionam iento dentro de la organización, hem os señalado las distintas
Partido votos herram ientas con las cuales contaban los actores a la hora de construir o
consolidar estructuras organizativas (por dentro o por fuera de la estructura
Partido Peronista 27.966
U CR 12.915
Socialistas 1.836
Com unistas 1.757 1 00
En las elecciones internas del partido peronista del 18 de diciem bre de 1949 resultan electos
D em ócratas 947 m iem bros del Consejo el diputado provincial E. H . O lm os, vicepresidente; Benito Costa,
secretario; diputado provincial D r. Eduardo B. Sturla, tesorero; com o vocales, José Longo, Aníbal
Fu ente: LL, 15/03/1948. Los diputados peronistas electos por la tercera sección electoral son: Villaflor, Juan José González, Ángel O scar Pacheco, Juan José Caro, Alfredo Casissa, Rom án D íaz,
José M . Palm eiro, M anuel Raúl Pedrera, Federico Capparro, Eduardo B. Sturla, Cesar E. senador provincial D r. José F. W erner, D . E. Astengo, O scar Cam iletti y diputado provincial José
Aranguren, Saúl O scar Ratti, Luis López, M anuel B. M urs, Eduardo H . O lm os y Gilberto G arcía, M . P alm eiro. Com o delegados al Congreso provincial son elegidos G ilberto Lucas M anzan o,
LL, 15/03/1948. Eduardo H . O lm os y M iguel A. Paladino. Véase Anuario La Opinión 1949, p. 7.
99 1 01
M ACKINN O N , M oira: Los años form ativos…, p. 128. Anuario La Opinión 1949, p. 7 y. 125.

«217» «218»
El peronismo bonaerense

partidaria) que contribuyeran a plasmar situaciones de predominio en la


incipiente coalición de fuerzas peronistas. En este sentido, se ha puesto
particular acento en la fluidez de la coyuntura política del período y en la
capacidad de alianzas generadas desde el radicalismo renovador que posibilita
a una de sus facciones construir articulaciones con el mundo gremial y
superar exitosamente la prueba de las internas peronistas de 1947. En un
distrito industrial como el de Avellaneda, en el que por otra parte se torna
evidente el involucramiento de sectores de los trabajadores organizados tanto
en la movilización callejera como en la institucionalización de las estructuras
partidarias a nivel local, no dejan de ser llamativas las dificultades de los
núcleos laboristas por superar los conflictos internos. Hemos argumentado
que esta debilidad estructural del laborismo de Avellaneda, la experiencia
político-organizativa de los políticos radicales renovadores expresada en el
establecimiento de una red organizativa de bibliotecas y comités que
penetran territorialmente el distrito y la capacidad de parte de sus dirigentes
para alcanzar alianzas con grupos de obreros organizados, ayudan a explicar
el triunfo de una de las facciones de radicales renovadores en las elecciones
internas de 1947.
Por otra parte, y como ya ha sido señalado para otros casos en la
provincia de Buenos Aires, tanto laboristas como radicales renovadores
siguieron con atención el proceso de selección de los comisionados
municipales e intentaron influenciar los nombramientos y permanencia de
aquellos en el cargo a fin de adquirir o consolidar posiciones de influencia en
el proceso de institucionalización partidaria con la mirada puesta en unas
eventuales elecciones municipales. El control de las riendas de la administra-
ción comunal es, de alguna manera, combinado por las distintas fracciones
que consiguen hacerse un lugar en el gobierno municipal, con intentos de
articulación con las sociedades de fom ento y juntas consultivas de vecinos,
interpretadas com o herram ientas de búsqueda de consenso y como
herramientas útiles en la construcción de entramados de redes de apoyo
político. Por último, creem os importante señalar que los intentos de
institucionalización de la embrionaria coalición peronista presentan en el
período estudiado un grado decisivo de autonomía con respecto al centro,
autonomía que en ocasiones pone al entramado político peronista al borde
de la disolución y hace imperiosa la intervención no solo de esferas de
decisión provinciales sino también de aquella sancionada por los atributos
brindados por el liderazgo carismático del mismo Perón.

f
«219»
Esta tirada de 300 ejemplares se term inó de imprimir
en los talleres gráficos de Ediciones Suárez,
calle Roca 40 91,
en el mes de abril del año 2006.
M ar del Plata - Argentina

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