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Partiremos por diferenciar el hecho procesal del hecho jurídico procesal, en ese sentido,
citaremos a Juan Monroy Gálvez, quien diferencia claramente estos conceptos indicando que el
hecho procesal es cualquier suceso o acontecimiento susceptible de producir la constitución,
desenvolvimiento o extinción de la relación procesal, y que este hecho procesal cuando tenga por
origen la manifestación de voluntad expresada por cualquiera de los sujetos de la relación
jurídico procesal, que produzca efectos jurídicos al interior del proceso sería un acto procesal,
siendo este último diferente al primero porque contiene la finalidad o el deseo de producir
efectos jurídicos queridos por el sujeto de la relación procesal que lo realiza.
En la doctrina encontramos dos tendencias para diferenciar el acto jurídico del acto jurídico
procesal, la primera considera que el acto procesal es distinto del acto jurídico en general. Adolfo
Alvarado Velloso concordando con esta posición señala que el acto procesal se diferencia del
acto jurídico en general, pues solo tiene vida y eficacia dentro del proceso en el que se lo ejecuta
y su finalidad es hacer posible que se dicte sentencia para componer el litigio; es decir el acto
jurídico procesal vendría a ser una especie del acto jurídico en general. La segunda corriente y a
la cual se adhiere el procesalista argentino Jorge Peyrano, con ciertas atingencias, es aquella que
señala que el acto procesal es una especie que no se diferencia del acto jurídico en cuanto a su
contenido, sino solo en cuanto a su forma, por que la legislación los regula de manera autónoma.
Es necesario partir por señalar que nuestro Sistema Procesal Civil acoge el "Principio de
Elasticidad " de las Formas Procesales, que podríamos entenderlo como el punto medio entre la
libertad de las formas y el principio de la legalidad, así lo establece el Articulo IX del Titulo
Preliminar del Código Procesal Civil y regulado expresamente en el Articulo 171 del mismo
cuerpo normativo, cuando en su segundo párrafo establece": Cuando la ley prescribe formalidad
determinada, sin sanción de nulidad, para la realización de un acto procesal, este será valido si
habiéndose realizado de otro modo, ha cumplido con su propósito." Primando de esta manera la
finalidad del proceso por sobre la formalidad que lo rige,
Continuando con el desarrollo de este tema, citaremos algunas definiciones de lo que la doctrina
entiende por forma de los actos jurídicos procesales.
Así, para J. Monroy Gálvez forma es la envoltura plástica que recubre a los actos procesales
permitiendo que sean apreciados e identificados, es decir, la manifestación externa del acto
procesal que acredita la existencia y eficacia del mismo.
Concluyendo podemos decir que las formas o formalidades que la ley establece para la validez
de un acto jurídico procesal, son la manifestación externa del acto procesal que le dará eficacia a
ese acto jurídico procesal, pero por ello no debemos confundir y subordinar los principios
procesales, de elasticidad y finalidad de los actos procesales a la forma de los mismos.
Estas resoluciones son actos procesales de decisión, y; "las decisiones que acuerda el juez con
ocasión del proceso, mediante las cuales el Juez cumple con un deber jurisdiccional que le
impone el derecho de acción y el de contradicción"[10].
De acuerdo a nuestro Código Procesal Civil las resoluciones que puede emitir el Juez son:
i. Los Decretos:
Los decretos son actos procesales de mero trámite, mediante los cuales el Juez impulsa el
desarrollo del proceso, y como señala la ley no requieren de fundamentación, no son apelables y
solo procede contra ellos el Recurso de Reposición ante el Juez o Sala que conoce el proceso,
son expedidos por los Auxiliares Jurisdiccionales respectivos (Secretarios de las Cortes
Supremas, Superiores y Juzgados) y los suscribe con su firma completa, salvo que se expidan por
el juez dentro de la audiencia.
ii. Autos:
Para Monroy Gálvez la diferencia entre Decreto y Auto se encuentra en que esta última es el
producto de una elaboración lógico - jurídica por parte del Juez, quien además, destaca la
importancia que los Autos tienen en el proceso y si bien no son los que motivan el proceso, salvo
excepciones, con estas resoluciones se resuelven incidencias menores para el normal desarrollo
del proceso.
El Código Procesal Civil regula expresamente los casos que requieren de autos para su solución
y son: La admisibilidad o rechazo de la demanda, admisibilidad o rechazo de la revocación, el
Saneamiento procesal, Interrupción del Proceso, Conclusión del Proceso, las Formas de
Conclusión Especial del Proceso, concesorio o Denegatorio de Medios Impugnatorios,
Extromisión dentro del Proceso del tercero legitimado, los que declaran Inadmisibles o
improcedentes los actos de parte, admisión, Improcedencia o modificación de medidas
cautelares.
iii. La Sentencia:
Dentro de las definiciones tradicionales que podríamos citar de la Resolución mas trascendental
a cargo del Juez, tenemos la de Eduardo J. Couture, quien señala:" La sentencia es el acto
procesal emanado de los órganos que deciden la causa o punto sometidos a su
conocimiento."[11]
Por su parte, Hugo Alsina, la define como el: "Modo Normal de Extinción de la Relación
Procesal. ".
Autores contemporáneos como Juan Monroy Gálvez, afirman que: "La sentencia es el acto
jurídico procesal más importante que realiza el Juez. A través de ella, el Juez resuelve el conflicto
de intereses e incertidumbre con relevancia jurídica aplicando el derecho que corresponde al caso
concreto, incluso en atención a la instancia en que se expida, la sentencia puede ser la que ponga
fin al proceso si su decisión es sobre el fondo."[12]
Jorge Carrión Lugo, sin mayor análisis al respecto, hace referencia al Código Procesal Civil
Peruano, señalando que la sentencia viene a ser la decisión expresa y motivada del Juez sobre la
cuestión controvertida declarando el derecho de las partes y mediante la cual se pone fin al
proceso.
Para Ramírez Gronda, es la "Decisión judicial que en la instancia pone fin al pleito civil o causa
criminal, resolviendo respectivamente los derechos de cada litigante y la condena o absolución
del procesado."[13]
Finalmente, Remigio Pino Carpio nos dice:"que es la resolución judicial máxima llamada
sentencia, con las que se pone fin a cada una de las instancias por las que pasa el proceso, y en
virtud de la cual se resuelve de una manera concluyente y definitiva, dentro de la respectiva
instancia, la cuestión controvertida denominada litis, causando ejecutoria la sentencia expedida
por el tribunal superior en jerarquía, si las partes han recurrido a él mediante el respectivo
recurso."[14]
Si nos referimos a las clases de sentencias, encontraremos un sin numero de clasificaciones; sin
embargo, adoptaremos la clasificación que hace el tratadista peruano Jorge Carrión Lugo en su
Tratado de Derecho Procesal Civil; así tenemos sentencias ejecutables y no ejecutables; las
primeras también llamadas de Ejecución, son aquellas que imponen el cumplimiento de una
prestación de dar, hacer o no hacer, así están definidas como: ". aquellas que contienen una
condena (sentencia ejecutiva que manda pagar una suma de dinero) o una declaración y condena
(sentencia de indemnización que manda pagar una suma de dinero por el daño causado)."[15] De
otro lado las sentencias no ejecutables, son aquellas que no contienen ninguna condena y a su
vez, pueden ser, declarativas o constitutivas, las declarativas, son el pronunciamiento judicial que
se limita a establecer sobre una cuestión de hecho o de derecho, pero sin producir efecto
constitutivo o disolutivo; es decir, aquellas que solo declaran la certeza de un determinado hecho
o relación jurídica. La declaración contenida en esta clase sentencias pueden ser, Positivas,
cuando afirman la existencia de un determinado acto jurídico del que lo demanda y; Negativas,
cuando afirman la inexistencia de un efecto jurídico que fue dirigida contra el demandado; y las
Constitutivas, son aquellas que a mas de declarar un derecho o la obligación que corresponda a
cada una de las partes, crea una situación jurídica hasta entonces inexistente, o modifica o
extingue la situación que ya existía, pero previamente debe existir una declaración de certeza de
las condiciones que según la legislación son necesarias para que produzca el cambio, como la
que pronuncia el divorcio que disuelve un matrimonio, se diferencia de las sentencias
declarativas en que generalmente producen efectos preestablecidos por la ley.
Para Leo Rosemberg los actos procesales de las partes son": Todas las actividades configurativas
del proceso, es decir, toda conducta externa basada en la voluntad consiente (voluntad de actuar),
regulada por el derecho procesal según presupuestos y efectos."[16] Estos actos jurídicos
procesales se clasifican en:
i. Actos de Postulación:
Son los actos que realizan las partes y con ellos buscan una resolución del órgano jurisdiccional
suministrando la materia para su fundamento. Entre estos podemos señalar, a la demanda como
un acto jurídico procesal exteriorizado en el escrito que inicia el juicio y tiene por objeto
determinar las pretensiones del actor mediante el relato de los hechos que dan lugar a la
invocación del derecho que la fundamenta y la petición clara de lo que reclama, conteniendo los
requisitos establecidos por el Código Procesal Civil. La respuesta a este primer acto procesal,
demanda, es el auto admisorio, siempre que cumpla con todos los requisitos establecidos por la
ley tanto de forma como de fondo, y durante el proceso se dan una sucesión de actos procesales
tanto del juez como de las partes, e incluso de terceros que llegan a intervenir en el proceso.
Por su parte, Nelson Ramírez Jiménez la conceptúa como el acto procesal que da inicio al
proceso, documenta el ejercicio de nuestro derecho de acción y contiene la pretensión respecto
de la cual pedimos tutela, acción que se dirige contra el Estado para que a través del tercero
imparcial (Juez) se resuelva.
En ese mismo sentido, Víctor Ticona Postigo, afirma."La demanda es el acto procesal que da
inicio al proceso. Documenta el ejercicio de nuestro derecho de acción y contiene la pretensión
respecto de la cual pedimos tutela, acción que se dirige contra el estado para que a través del
tercero imparcial (Juez) se resuelva. El petitorio por el contrario se dirige contra el demandado
de quien exigimos cumpla, se abstenga o reconozca un derecho respecto del cual creemos ser
titulares; ello va a originar el desplazamiento con la demanda la que debidamente notificada
permitirá al ciudadano demandado exponer sus razones. "[17]
Con mayor acierto, Juan Monroy Gálvez, la define como:". el acto Jurídico procesal por el que el
actor (demandante) somete al órgano jurisdiccional su pretensión o falta de certeza. Por
extensión el medio material a través del cual se ejercita el acto jurídico antes citado, con el que
se inicia el proceso."[18]
Son aquellos que fundan una situación procesal dentro de un proceso y a veces surten efectos
más allá del proceso. Dentro de estos actos se encuentran todos aquellos que las partes, tanto
demandante como demandado realizan a lo largo de la actividad del proceso, como por ejemplo
las excepciones, por cuanto son actos jurídicos procesales que depuran o buscan el perecimiento
de la pretensión incoada.
Si bien, no hay consenso en distinguir estos dos conceptos jurídicos, plazo y término, porque
incluso algunos los consideran sinónimos, ya que ambos significan siempre un periodo, y para
otros como Francisco Carnelutti, la diferencia esta en que el término es un periodo de tiempo que
tiene dos extremos, que son dos puntos, es decir, dos días, el de comienzo o partida (dies a quo) y
el de cumplimiento o vencimiento (dies ad quem), siendo como el mismo señala la distancia
entre estos dos extremos la duración del termino.
Empero adoptaremos la postura de nuestro Código Procesal Civil, conforme al cual se entiende
el tiempo en el proceso en dos sentidos: El plazo, que es el intervalo o periodo de tiempo durante
el cual puede practicarse la actuación o cumplimiento de un acto jurídico procesal, siendo
importante señalar que de acuerdo a nuestra legislación el plazo de los actos procesales debe
computarse desde del día siguiente de notificada la resolución que lo fija.
Y el Término, que es el punto limite del plazo, es decir, el momento en que finaliza el plazo, así,
si el momento es cuando el plazo comienza, hablamos del termino inicial y si el momento es
cuando el plazo finaliza, nos referimos al término final, entonces él termino es el comienzo y fin
del plazo. Es el instante a partir del cual los efectos de un acto, derecho u obligación, comienzan
o concluyen.
En el Derecho Procesal existen conceptos jurídicos que son necesarios comprender para poder
interpretar las distintas instituciones jurídicas que consagra y su ámbito de aplicación. Tal es el
caso de la “acción, demanda y pretensión“, ya que si bien tienen demasiada relación; se
diferencian notablemente por la naturaleza jurídica de cada una y que serán explicadas de forma
breve y concisa en el presente artículo. Esperamos les guste.
…El poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho, de acudir a los órganos jurisdiccionales
para reclamar la satisfacción de una pretensión…
Se refiere a esa potestad que tiene el sujeto de derecho para iniciar y proseguir un proceso. En
ese orden también se define como el poder jurídico, distinto del derecho y de la demanda en
sentido formal, dirigido a lograr la actividad estatal, por medio de sus órganos competentes, para
la declaración coactiva de un derecho.
La doctrina moderna afirma generalmente la naturaleza pública de esta figura jurídica, toda vez
que permite a los ciudadanos acudir a los órganos jurisdiccionales a los fines de que se les
administre justicia. En materia de derecho procesal, la acción es la facultad de impulsar la
actividad jurisdiccional; es decir, al ser ejercitada, el Juzgador deberá resolver la pretensión que
está contenida en la demanda o escrito jurídico que sea presentado.
La demanda
La demanda a lo largo de los años ha sido definida como el documento que contiene la
pretensión; es decir, el acto procesal mediante el cual se inicia un procedimiento a partir de una
pretensión. Tal situación se observa del artículo 339 del Código de Procedimiento Civil que
establece que el procedimiento ordinario comenzará por demanda, que se propondrá por escrito
en cualquier día y hora ante el Secretario del Tribunal o ante el Juez.
La pretensión
La pretensión siguiendo al ilustre autor Vicente J. Puppio, es:
Es decir, la existencia de un interés o derecho subjetivo que se quiere hacer valer en juicio. Sin
embargo la existencia o no de ese derecho subjetivo material, la determina el Juez de la causa a
través de su sentencia. De allí que la pretensión puede ser planteada por quien tenga derecho o
por quien no lo tenga; ya que en definitiva, es el sentenciador quien determinará si la demanda
procede y está debidamente fundada en derecho.
La acción es la potestad o facultad que tiene el justiciable de acudir al órgano jurisdiccional para
que le administre justicia; la pretensión es el interés o derecho subjetivo que se quiere hacer valer
y la demanda el documento escrito que contiene a la pretensión.
La acción es satisfecha con el simple hecho de que se le permita al justiciable acceder al órgano
jurisdiccional; pero para que la demanda pueda ser admitida y la pretensión satisfecha, deben
cumplirse determinados requisitos que exige la ley adjetiva civil para su procedencia.
La acción se agota al iniciar el procedimiento; sin embargo la pretensión contenida en la
demanda, será objeto de estudio durante todo el procedimiento iniciado, salvo que no pueda ser
analizada por la inadmisión de la demanda.
La pretensión es una declaración de voluntad del interés jurídico que se quiere tutelar contenida
en un documento escrito llamado demanda; por otro lado la acción es solo una potestad o
facultad que puede ser ejercida o no dependiendo de la voluntad del sujeto.
Conclusión
De todo lo anterior podemos afirmar que todo justiciable tiene la potestad de acudir al órgano
jurisdiccional para que le administre justicia (acción), a los fines de hacer valer un interés
jurídico o un derecho subjetivo que considere o cree tener (pretensión) contenido en un
documento escrito llamado demanda, que debe cumplir los requisitos formales exigidos por la
ley adjetiva civil para su admisión. Esperamos les haya gustado el presente artículo y hasta una
próxima oportunidad.